SUPLEMENTO CULTURAL - HP 632

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Salinger: juventud, extraño tesoro

Nuevo elogio de la fugacidad

Holden Caulfield es más que un personaje. Es más que el epítome del narrador poco confiable. Es más incluso que la voz del propio Salinger. Holden Caulfield es un virus altamente contagioso

"En la naturaleza efímera de las cosas no todo es negativo. No tengo ninguna esperanza de sobrevivencia. Nadie se acordará de mí al día siguiente de mi muerte", José Emilo Pacheco

Mauricio Montiel Figueiras Pág. 6

Hernán Bravo Varela Pág. 7

VIERNES 29 DE ENERO DE 2016

SUPLEMENTO CULTURAL

Comunicante

El higo radiante Cuentos para niños sin padre Por: Juan L. Simental

Págs: 4 y 5

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La verdadera prueba del amor de Dios

N

unca me ha gustado eso de Adán y Eva; es un terrible comienzo para una gran historia (la del hombre): dos hijos de papi a los que les dieron todo sin ganárselo -comida, techo, dominio sobre los animales- y, aun así, la cagaron. (Aquí los creyentes dirán que en eso se basa, precisamente, el amor de Dios: en dar sin merecer; no obstante, dar no es la mejor de las ideas). Yo prefiero otro comienzo: ese donde los hombres fueron

arrojados sin nada a la nada y poco a poco descubrieron todo (¿todo?): el frío, el viento, la noche -y con ello las cuevas que protegían del frío, del viento y de la noche-, el hambre, el fuego, la mujer -gran misterio-, el cuerpo, el sexo. ¿Cuántos habrán muerto de hambre sin conocer el hambre para que otros lo descubrieran? ¿Cuántos habrán muerto sin conocer ni fuego ni mujer ni sexo -sinónimos-?La historia

del hombre debía empezar así: sin padre. La gran prueba del amor de Dios no debía basarse en dar; sino en no dar. Ese es un buen comienzo para una historia. (Amigos: Mi 2016 empieza no con Lázaro Cristóbal Comala sino con este otro lado que es igual o más importante que el gallito. Me da mucho gusto compartir con ustedes que mi libro “El higo radiante; Cuen-

tos para niños sin padre” será -por fin- publicado este mes de enero por Ediciones La Escalera, y la presentación se llevará a cabo en La Nave Cultural mañana, sábado 30 de enero. Las ilustraciones de este libro de cuentos corrieron a cargo de Manolo Valles Velázquez y de Uriel Ramirez; el prólogo es de Lorenzo Simental. Me daría mucho gusto que me acompañaran a la presentación de este libro. Daniel Azdar).

“Y en ese momento comprendí que uno no es en la vida lo que quiere, sino lo que le piden los otros”, Juan José Millás. (Nació el 31 de enero de 1946).

La Efeméride

Nomás por hablar de algo...

El 30 de enero de 1925, Tomás Garrido Canabal, un fanático antirreligioso tres veces gobernador de Tabasco y hombre muy cercano a Lázaro Cárdenas, promulgó un decreto que restringía a un sacerdote por cada treinta mil habitantes en el estado. Puede decirse que el culto religioso “desapareció” de Tabasco durante la época garridista, lo que costó, además, las vidas de muchas personas asesinadas por orden suya.

A la hora del almuerzo del 30 de enero de 1969, en la azotea de su estudio de grabación, la Apple Corps, en Londres, Los Beatles tocaron su primer “concierto” desde la gira americana hecha 1966, y el que sería el último de su carrera. La banda tocó hasta que las quejas de los vecinos de la zona llevaron a la policía a poner fin al concierto. Varias de las canciones terminaron por incluirse en el disco “Let It Be”. Al terminar el concierto, terminaba también una época.

Editor / Ricardo Bonilla VIERNES 29 DE ENERO DE 2016

Diseño / Grupo Editorial HADEC


3 SATÍN Y SEDA

Cuando las ovejas se inmiscuyen en el Virreinato… y su propiedad Nadia Bracho

¿Ha escuchado con nitidez el caminar de las manecillas del reloj?

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nsomnio.- Dícese de la imposibilidad o mes que hizo este tratamiento bajó alguna de cambiar el rumbo del dificultad para conciliar el sueño o para una talla completa, pero el “geárbol genealógico. dormir lo suficiente. Definición de la Real niecito” le aumentó “tres raBusqué el control de y Pontificia Academia de la Lengua Española. yitas”; prefiero estar “gorda la televisión porque esInsomnio.- Transcurso de horas que pero simpática”, a “ser una taba dispuesta a rezar parecen interminables tratando de en- infeliz lombriz”... ¿Dónde en el canal católico o, contrar una posición totalmente nueva me quedé? En 17 caballos... en dado caso, anotar lo para dormir, cam¿ c a b a l l o s ?, que transmitía la agenComencé a contar bio anormal de al¿no serán boda de programación del mohadas y pijama ovejas, un remedio que, rregos?, ¿por día, pero el control nunsi anteriormente se me sin objetivo o conqué no puedo ca apareció entre el total de ducta lógica a este hacía de lo más absurdo, contar pececitos de cobijas y sábanas arrugadas, fenómeno. “Horas en ese momento fue una colores o por lo menos producto de un severo insomnio. perfecta ridiculez pico” entre los probagres de río? Y, la verdad, encender la televisión con el gramas de venta Cansada por la pérdida de tiem- dedo era una actitud por demás “prosaica” por televisión y la programación normal po, me levanto y me asomo a la ventana, escu- y fuera de contexto en pleno siglo XXI, ¡medel canal, logrando que el televidente es- chando el cantar de los grillos... dije el cantar de jor no veo televisión! pere en estado comatoso, viendo el techo los grillos. El silencio solo se vio Comenzar a vislumbrar de su recámara. El siempre desvelado y interrumpido por el gruñir de mi Para cerciorarme de los primeros rayos del Sol nunca descansado vulgo popular. estómago que, quizá engañado que estaba dormida, hizo que mi angustia se abrí un ojo ¿Ha escuchado con nitidez el caminar por la cantidad de horas sin dortransformara en gemido de de las manecillas del reloj? Se escuchan con mir, pensó que llegó la hora de auténtico dolor, al saber que la claridad y timidez de un tiranosaurio rex bajar a la cocina y desayunar unos ricos hue- iba a estar en estado lamentable, desastroso, haciendo “spinin”. Ahí estoy tendida en la vos rancheros, café con leche y una concha con comatoso y perjudicial durante todo el día, cama totalmente transversal, buscando el mermelada. La idea no estaba nada mal y como por lo que me apresuré a meterme a la cama lugar indicado para que el sopor me llegue no hay que “malpasar” al organismo, de inme- y cerrar los ojos con fuerza, soñar muy apride inmediato. Era total y considerablemen- diato cociné una quesadilla sincronizada con un sa y levantarme renovada de energía. te abrumador saber que no tenía absoluta- refresco de naranja (evitando así la cafeína que Por un momento lo único que me remente nada de sueño y la idea de amanecer me impide dormir) y un par de galletas. gresaba a la realidad era el ritmo de mi resy presentarme en el trabajo con ojeras de La posmerienda me dio tal energía que era piración y, solamente para cerciorarme de “mapache” era un golpe bajo a mi integri- imposible acostarme a dormir, si lo que necesi- que estaba dormida, abrí un ojo, con caudad y autoestima. taba era que todo alimento que estuviera al ni- tela y precaución y... efectivamente, estaba Comencé a contar ovejas (un remedio vel del esófago siguiera su curso normal y me fingiendo, no tenía la menor oportunidad que si anteriormente se me hacía de lo más permitiera moverme con la mayor comodidad. de conciliar el sueño. Resignada ante la absurdo, en ese momento fue una perfecta Tratando de hacer tiempo (al fin y al cabo, tiem- expectativa que se presentaba, tomé mi ridiculez, pero tenía que tratar). Una, dos, po era lo que me sobraba), abrí el clóset de la libro de lectura y vi la oportunidad para tres, ¿cómo se llama la hija de la vecina que niñas para darle una sencilla acomodada a su ponerme al corriente en todos los capítudijo haberse ido de viaje y nada, se echó guardarropa, tarea que desistí en dos segundos los atrasados; después de todo, es un tema la pinta?... Bueno, cuatro, cinco... Que no y 17 milésimas, sopesando que esta tarea debe interesantísimo de la propiedad en época se me olvide dejar la ropa en la tintorería, complementarse con una preparación mental, de Virreinato, además de... el sueño llega el vestido azul marino, que ya parece azul ya que no sabía si entre la ropa de mis herederas cuando uno menos se lo espera. plúmbago de todo lo que se ha ido decolo- pudiera encontrar algún cadáver de aquellos anPor si acaso una noche cree que nada en rando esperando la... ¿Qué estaba hacien- tepasados que nunca supimos cuál fue su fin, y a el mundo puede hacerle conciliar el sueño, do? Ah sí, creo que estaba en seis ovejas, estas alturas de la madrugada no tenía intención saque sus libros de la escuela, sus apuntes siete, ocho… creo que mañana comenzaré del curso de superación personal o el cuaPor un momento lo único que me derno de recetas de cocina. Serán toa desintoxicar mi organismo y prepararé papaya para comer todo el día; por regresaba a la realidad era el ritmo tal y absolutamente infalibles para de mi respiración cierto la “Lupe” con tres veces al hacerle dormir de inmediato. VIERNES 29 DE ENERO DE 2016


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Cuentos para n

El higo r

Por Juan L

“Yo no soy nadie. Y no obstante, estas manos, mis antenas de hormiga, LAS GENTES Afirman los eruditos de la lengua, esos que conocen los significados y enlazan palabras con maestría, carentes de consonancias, ajenos de cacofonías e inmaculados de barbarismos, que hay vocablos que no se usan, que no es válido porque la técnica gramatical tiene sus leyes y estas son inflexibles, inquebrantables como tótems, o tabúes, que exigen la observancia de la ley. Sin embargo, también hay otros –eruditos de una manera distinta- que han sentenciado con benevolencia que a los locos y a los poetas les está permitido bordear los límites de la ortodoxia de las palabras, y es que si no son dichas de cierta manera no dicen igual, no significan lo mismo ni suenan… bonito. Hay palabras así, significados que buscan un significante y a veces lo encuentran más allá de las fronteras del correcto decir. Gentes es una de ellas. Reza la definición que gente es un grupo de personas, así sean dos o tres o mil o un millón; todas ellas son la gente. Pero hay que leer a García Márquez, a Vargas Llosa, Rulfo o Saramago -¡y otros muchos!- para sentir cómo cuando se habla de las gentes el concepto rompe los diques de la frontera léxica y la experiencia se convierte en la degustación de un racimo de memorias venidas de algún tiempo remoto, del habla original y sin reglas que son las primeras palabras pronunciadas: esas que se dijeron en la casa materna, en el patio de la escuela donde se hizo la infancia, en las calles de los barrios cuando las colonias eran pocas y no había fraccionamientos –palabra que inventó la modernidad-; palabras nacidas en el mercado, en la cantina donde los borrachines eran solo eso –así eran antes y nada más-, y hasta en el confesionario donde la condición primera era la recitación de corridito del yo pecador… Pero cuando se habla de las gentes la condición necesaria es hablar de la vida, de la cotidiana experiencia de existir, de los claros y oscuros, el sinum y el fatum y las casualidades sin las cuales la vida no sería el misterio que entraña sus propias razones. Y es que las

gentes tienen memorias y nostalgias, padecen melancolías como padecen la esperanza, y ríen y lloran y se inventan alegrías para no morir como las cosas a las que se traga el hastío. Las gentes tienen historias, solo así es lícito referirse a ellas… a ellas y a las acelgas.

LAS ACELGAS Hay que mirar a las acelgas sobre la mesa: verdes, frescas, lozanas; acelgas como la sangre de cebolla, perpetuadora de la existencia continuada de Miguel Hernández, la carne de su propia carne, el anhelo en presente de su futuro anhelo. Hay que mirar a las acelgas en el silencio de la bodega donde la mirada triste de un hombre nocturno y solo las contempla en noches frías y solas… acelgas tiritando de soledad. Acelgas y perros que pasan hambres pero no pueden contarlo, y niños que no quieren comer acelgas porque sus afanes están más allá de la ventana, donde está la vida. La vida tiene que estar en otra parte, como dijo Kundera. Así son las historias de Daniel Azdar: historias de gentes que hacen la vida como si cualquier cosa, como si vivir fuera un albur en el que se apuesta todo y nada y no importa ganar o perder, porque perder o ganar son caras de la misma moneda y la posibilidad es el azar que el buen Dios tira en los dados, pero deja siempre la primera mano al hombre, el escribiente de su propio relato. Sin embargo, no se trata de historias tejidas al azar de la ocurrencia, sino que han nacido de la experiencia personal de quien ha vivido en primera persona y a través de su propia mirada, esta suerte buena que es la vida. En sus palabras, Daniel Azdar tiene motivos personales y tiene también el íntimo deleite que solo el creador conoce: responder a las preguntas de su propio misterio, las causas y las razones, y

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las respuestas de sus muchos porqués. El título de una obra no lo dice todo pues hay que adentrarse en ella para entender, para atisbar como a través de una grieta en la pared. Pero en este caso el título de los textos de Daniel Azdar permite un bosquejo de sus palabras y va aún más allá: deja un espacio, suficiente, como para intuir la verdad que en algunas páginas es apenas un susurro: Cuentos para niños sin padre.

SUSTANCIA, VIDA, MOTIVOS En los cuentos de Daniel hay amores pérfidos como el de La Tora, el lugar común en la historia de los dos Venustianos; o los devaneos de Herpelia, aquella a la que le gustaba mentir y comer y que la besaran; o los siete carajos por

“Se sorprend que tra Tristeana, la coqueta de la que se enamoraban todos. Y niños tristes, como los niños del rancho, y tejones y ratas que dan leche y gitanos que son como todos los gitanos: prestidigitadores que embaucan con encanto. Hay sartas de calamidades acontecidas a León, como el santo y paciente Job, y hay sobacos que huelen a jamón pasado –la experiencia de los sentidos-, y sabias nimiedades como aquella entre Pascal y el erizo… hay sustancia. Hay meses que se suceden unos a otros, de enero a diciembre, como los efectos a las causas; principio y fin del ciclo, igual que los amores humanos que no trascienden y, sin embargo, dejan estigmas que duran para siempre; lágrimas que se tragan y casas verdes, cucarachas, duraznos y gentes que hacen las cosas como si Dios no existiera; tierra que da flores con pétalos redondos y niños que están de vacaciones… hay vida. Y existe también la intimidad en la que

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A ñ a p b

d m s s s

e g d r m n

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niños sin padre

radiante

L. Simental

a, han ayudado a clavar la lanza en el costado del mundo”, León Felipe cuajan igual la quietud y la tempestad, donde emergen dolores ciertos y añejos y añoranzas que destilan miel y hiel, sustancias las dos que hacen la suerte del hombre desterrado, solo y que no quiere estar solo. Hay historias numeradas en romano como la de Pepa, Abuelita, la mujer que duerme y no lo sabe, que le duelen las piernas y no recuerda que ya murió Antonio Azdar, el árabe, su esposo. Son reminiscencias de Canek y el niño Guy, la inmensidad de las memorias que no se puede contar. Y hay signos de puntuación indescifrables si no se conoce de cerca el relato interior de Daniel: el punto y coma que en la escritura se utiliza para generar la sensación de distancia, separación entre dos asuntos que, sin embargo, son parte de una misma secuencia; congregaciones que terminan aunque se hayan originado en la misma historia… hay motivos.

“La historia del hombre debía empezar así: sin padre”

de uno con todo lo ae dentro…”

EN EL MISMO CAMINO

A lo largo de la lectura de Cuentos para niños sin padre emerge una intuición que sabe a Rulfo, a Gabo, y es que los nombres de los personajes están llenos de cotidianidad, hablan por sí mismos. Bien dicen los que saben que nombre es destino y que hay que llamarse de cierta forma para que la vida sea tal. Será que cuando se impone el nombre se impone también el sino y se aporta el molde a la sustancia del ser que ya se es. La materia de los textos de Daniel Azdar está en el afán del narrador, de ese al que le gusta contar de las cosas y que al hacerlo bordea las frágiles fronteras entre la ficción y lo real –alguna vez lo fue-. El arte radica en la mezcla de dosis precisas entre una y otra. Así nacen las historias que merecen ser contadas. Cuentos para niños sin padre son relatos donde el final feliz es acaso una circunstancia en la que gobierna el azar; son provocación para la más bella de las ocurrencias del

hombre, la Filosofía, porque solo a través de ella es que la vida no se hunde en el absurdo; son la reviviscencia de fragmentos de ciertas memorias de Daniel y son, al mismo tiempo, la tentación de echar mano de la propia memoria y recordar eso que se creía dejado atrás. Es bueno retornar a los primeros tiempos, aquellos de abrir los ojos a la vida… y volver a vivir. A final de cuentas, cada cual encontrará lo que sea propicio: espacios para hurgar en la memoria y en los años que se creían idos; y, tal vez, destellos de una íntima catarsis, necesaria cuando hay ciertas dolencias que nos hermanan a todos. Esta es la obra de Daniel Azdar. Feliz la coincidencia con la que el buen Dios o el azar, o simplemente la vida, nos puso en el mismo camino.

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Presentación: sábado 30 de enero a las 19:00 horas, Blvd. Durango 100 C; La Nave Cultural, El Barco


6 “Soy el mentiroso más fantástico que puedan imaginarse”

Salinger: juventud, extraño tesoro Por Mauricio Montiel Figueiras

“Eso es lo que me gustaría hacer todo el tiempo. Vigilarlos. Yo sería el guardián entre el centeno”, Holden Caulfield

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olden Caulfield es más que del mundo a través de un tono adolescente. (“Identifico al cabo de disparar un personaje. Es más que la instante la voz de la novela. Es Jerry (Salinger) el que habla”, cinco veces conconjunción de los apellidos asienta en sus memorias Joyce Maynard, la escritora y pe- tra Lennon perde dos actores, William Holden y Joan riodista con quien el autor de “El guardián entre el centeno” maneció en la Caulfield, vistos por J. D. Salinger en la estableció una relación amorosa entre 1972 y 1973, cuando escena leyendo el libro mienmarquesina de un cine donde se exhi- ella tenía dieciocho años y él cincuenta y tres). Holden Caulfield, hay que decirlo, es un virus altamente tras llegaba la bía un filme que muchos señalan podría ser “Dear Ruth” (1947), de William contagioso. Rastros de este contagio se evidencian en buena policía, a la D. Russell, aunque las fechas no empa- parte de los “angry young men” que pueblan ya medio siglo de que más tartan. Es más que el joven con “nervios cine y literatura estadounidenses. Allí están para demostrarlo de manifestó: dos ejemplos palmarios: Travis Bickle, “estoy segude preguerra” Tenía una gran aptitud el vengador no tan anónimo de “Taxi ro de que la que debuta en “Slight rebellion como actor, pero su padre driver” (Scorsese, 1976), y Tyler Durden, mayor parte el ello irrefrenable del narrador insomne de mí es Holoff Madison”, un se opuso. En 1933 fue cuento aceptado expulsado de la escuela e innominado de “El club de la pelea”, den Caulfield. La parte más pequeña de mí la novela de culto de Chuck Palahniuk debe ser el diablo”. por The New Yorpor bajas calificaciones Quizá, al apretar el gatillo del revólaparecida en 1996. Allí está Green Day, ker en diciembre de 1941 pero pospuesto hasta diciem- la banda punk de origen californiano que en 1992 lanzó una ver Charter Arms .38 Special adquirido canción llamada “Who wrote Holden Caulfield?”: “There’s a en Hawái, Chapman oía los seis balabre de 1946 debido al clima bélico. Es más que el rebelde con causa de boy who fogs his world and now he’s getting lazy/ There’s no zos que Caulfield propina mentalmente a Maurice, dieciséis años que protagoniza “El guar- motivation and frustration makes him dián entre el centeno”, la novela que crazy...”. Pero eso no es todo: la infec“Soy un paranoico al revés. el ascensorista vuelto proxedesde su publicación en 1951 vende alre- ción también ha conquistado la vida Siempre sospecho que la neta en “El dedor de doscientos cincuenta mil ejem- real, donde los resultados han sido gente está planeando algo guardián entre plares anuales. Es más que el epítome del destructivos antes que creativos. para hacerme feliz” el centeno”. narrador poco confiable instituido entre Allí está para constatarlo tristemenQuizá, al imaotros por Henry James (“Soy el mentiro- te Mark David Chapman, que la noche so más fantástico que puedan imaginar- del 8 de diciembre de 1980 –unos meses después de cumplir los ginar esas detonaciones, Caulfield oye se”, confiesa en el capítulo tres del libro veinticinco años– asesinó a John Lennon a la entrada del edificio a su vez el tiro salido de una semiautoDakota en Manhattan, la zona donde Holden Caulfield efectúa su mática Ortgies 7.65 con que Seymour que le concedió la inmortalidad). Es más incluso que la voz del propio periplo desencantado de tres días. Chapman se hallaba no solo in- Glass se revienta la sien derecha en Salinger (1919-2010), que en un acto de fectado sino poseído por Caulfield: la mañana del asesinato com- “Un día perfecto para el pez plátano”: insólita ventriloquia literaria transmite pró en una librería neoyorquina un ejemplar de “El guardián entre un tiro que da trágico inicio a la carrera toda su vi- sión el centeno”, donde escribió “Esta es mi declaración” para luego fir- de una de las familias más entrañables de la narrativa contemporánea. mar con el nombre del personaje; al El nexo principal entre la estirpe neoyorquina y Holden Caulfield, el guardián dispuesto a proteger a la infancia arrojada al campo de centeno que es el mundo, “La vida es es no obstante una partida más intangible: y hay que la juventud, ese vivirla de extraño tesoro que J. D. Salinger acuerdo conservó en sus con las reglas del libros vueltos cofres que generajuego” ciones completas de lectores continuarán abriendo infatigablemente. (Letras Libres; diciembre de 2010. Edición Comunicante). VIERNES 29 DE ENERO DE 2016


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Una conversación con José Emilio Pacheco

Nuevo elogio de la fugacidad Por Hernán Bravo Varela

“La vida no es de nadie, la recibimos en préstamo. Lo único de verdad nuestro será la ausencia”

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“Nada se vive antes ni después. n la naturaleza efímera de las vil, cae al suelo y muere. El texto sabe lo que el autor ignora. No hay conjugación en la Leo con enorme interés las entrevistas ajenas. El problema cosas no todo es negativo. Seexistencia más que el tiempo es que no sirvo para ellas. Necesito ver las paría terrible que presente” “La vida toda es un labras para enterarme de qué estoy diciendo. el mundo se hubiera combate incesante. No tengo la menor facilidad de expresión oral. lo haré como se mejoran y actualizan los detenido el 5 de mayo Por eso nos convienen Hay autores muy interesantes como libros de texto. Muchos autores lo hacen, de 1862. Todo debe cambiar sin tregua. el tal vez, el acaso, el persona. No soy uno de ellos. Por lo de- pocos se dan el valor de confesarlo. quizá, el sin más, detesto escucharme y verme en foEstamos aquí porque Tienen razón porque muchas persoembargo y el no tos y videos. ¿Qué objeto tiene sufrir por nas creen que la reescritura las agrede: desaparecieron los obstante” algo que además siempre vas a hacer mal? “No corregiste el texto, me traicionaste a que estaban antes. Pero una cosa son las buenas intenciones mí”. No es algo voluntario: me releo y no Nos vamos para que y otra la implacable realidad. otros ocupen nuestro lugar. puedo evitar el impulso de cambiarlo. A los seis o siete años me llevaron al Circo Atayde. Me No soy el inventor de la disolución Me encantaría preguntarle al joy el caos. Además, la poesía no es un fascinó a tal punto que pedí regresar el otro domingo. Mi ven que fui qué piensa de las modifidecepción fue muy honda: todos los actos eran iguales a caciones que le he hecho a su trabajo. manual de autoayuda. Más bien sirve para llamar la atención los de la semana anterior. No tengo ninguna esperanza de Lo mismo me pasa al ser entrevistado. sobre las cosas menos agradables del munsobrevivencia. Nadie se acordará de Defiendo el anonimato sobre la base de que uno está mí al día siguiente de mi muerte. Si do. Me parece asombrosa la capacidad de Neruda para celebrar lo grato y lo placen- siempre plagiando sin querer a los demás. por azar alguien lo hiciera le rogaría Trato de compensar un poco esta circunstero. La dicha y el placer son mudos. Solo la que en vez de aumentancia mediante los seudónimos, heteróni- “Cuando esperaba el tar con inéditos cada desgracia y el sufrimiento hablan. día se hizo de noche. Nunca he hecho ni haré textos mos y apócrifos. Pero en todo momento bajo edición las disminuyeY nunca aprendí a confesionales. No sé hablar de mí mis- una mínima ética: no escribir nunca nada que caminar en tinieblas” ra hasta dejar libros de mo, aunque es nuestra ocupación pre- no firmaría con mi nombre. muy pocas páginas. Me alegra que muchos jóvenes rechacen la dilecta. Me limito a escribir. Celebro ¿Te acuerdas de lo la facilidad con que los escritores co- piedra funeraria que me oprimió por muchos años: la de ser que decía el actor George C. Scott?: mentan e interpretan sus libros. Para un escritor “nostálgico”. La nostalgia es la invención de un falso “Cada mañana lo primero que hago es mí tener una excesiva conciencia de lo pasado. A ella se opone la mirada crítica. Estoy en contra de la leer los obituarios y si mi nombre no idealización de lo vivido, pero totalmente a favor de la memoria. aparece en ellos entonces me levanto que se escribe es paralizante. Me preguntó Armando Ponce, el jefe de la sección cultural de la cama”. (Edición de la entrevisSiempre recuerdo la historia del ciempiés que se desplaza libre por la pared de Proceso, qué pensaba de los amores infantiles. Le contesté ta que el autor realizó a José Emilio hasta que el entomólogo le pregunta cuál con una frase de Graham Greene que me ha impresionado des- Pacheco; aparece completa en Letras patita mueve primero. El ciempiés de que la leí: “Los verdaderos amores trágicos son los amores de Libres, julio de 2009. A dos años nunca lo había pensado. Al ha- los niños y de los viejos porque no tienen esperanza”. de su muerte, el 26 de enero No creo en el autor intocable. Si puedo mejorar lo que escribo de 2014). cerse consciente queda inmóVIERNES 29 DE ENERO DE 2016


8 “He decidido coleccionar cuentos”

“El higo radiante, mi planta, dio un fruto” Por Daniel Azdar

“Mi higo reluciente que pudo brotar aun en medio de mi higuera maldecida”

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ertrand Russell critica el extrañísimo pasaje de la maldición de la higuera encontrado en el Evangelio según Marcos y, particularmente, en el de Mateo –quien trató de “suavizar” el episodio con ciertos detalles. Por ejemplo, Mateo omite el pretexto que sí se encuentra en el de Marcos: no eran tiempos de higos, para que la actitud del Maestro no sonara envuelta en, digamos, un berrinche–, pues aun con ciertos cambios embellecedores no logró que la actitud de Cristo, y el milagro mismo, no produjeran un dejo de contrariedad, e incluso desencanto. Lucas, por otro lado, eliminó de tajo la maldición y la volvió una parábola para no meterse en más problemas. No falta el que, bien agarrado de “las interpretaciones de las interpretaciones de las interpretaciones”… es decir, de nada, afirma disquisiciones, remueve mares de símbolos y resuelve que la higuera significa esto o lo otro. Vamos a lo simple: si no era temporada de higos, ¿cómo dachín ve a su padre suicidarpretendía que la planta desobedeciera las leyes de su natura- se para que, luego, ese hecho leza? Será el sereno. Lo que sí vale la pena rescatar, apegán- sirva para contar un cuento. Cada uno fue injustamente donos exclusivamente a lo descrito, es que pesa más la injusticia de maldecir a una higuera a destiempo que intentar señalado como lo fue la higueenseñar algún tipo de moraleja. Viéndolo desde otro punto, ra. Se les exigió a destiempo. La orfandad es una condena. el pasaje cayó en esos errores tan comunes del afamadísimo A los personajes les arrebataron la necesidad de seguir un Dan Brown –errores geográficos, históricos, naturales, ar- camino ya caminado, de aprender, de sorprenderse; sin emtísticos, en los que tantas veces cae– que, honestamente, ya bargo, a la vez –qué cosas–, se les dio la virtud de caminar no importa mucho la enseñanza que pueda rescatarse o los un camino empedrado (y por lo mismo no caminado), de aprender por sí solos, de sorprenderse por sí solos. Este libro miles de interpretaciones nada cercanas el mero texto. Bueno. El higo radiante, porque a pesar de verse inmis- es eso, una reunión de impresiones, un festín de asombros, cuida en una maldición, de haber sido condenada a la or- asombros que –usted me disculpará, pero lo creo fervientemente– con un padre al lado fandad, a la soledad, al abanno sería; o serían, pero luego, dono, a la raquítica infancia, en veinte años cuando podría a la enfermedad, a secarse, ser en cuatro. Como el cuento la planta –mi planta– dio un ese donde dos primos con pafruto. Un fruto, además, radres se asombran de cómo, en diante, que ilumina. O eso lugar de comerse ansiosos el digo yo. chocolate, los niños sin padre Pero no solo yo, El higo van y lo meten en el delantal radiante es una serie de cuende la mamá. tos –cortos– cuyos protaLas impresiones y los gonistas son, generalmente, asombros que tienen a lo larniños. Niñas sin padre que go del libro y en cada uno de buscan novios porque no tielos cuentos son los frutos ranen padre. Niños con padre diantes que cada niño huérque descubren que otros nifano tiene en medio de una ños no tienen padre –y cómo familia injustamente maldeestos asumen un rol de procida, vorazmente olvidada. El tector frente a la mamá, un libro, en sí, es mi higo relurol que el niño con padre jaLa orfandad es una condena ciente que pudo brotar aun en más entenderá–, niños sin pamedio de mi higuera maldecida, desdre pero con un tío, niños sin padre que admiran al maestro de primaria, niños con un padre tinada a secarse, a no ser vista ni probada por nadie. Para que no tuvo un padre, niños cuyo padre murió en vera- bien o para mal, hoy me ven, hoy prueban. Yo, como cada uno de los protagonistas, he decidido no y prefieren decir –al regreso a clases– que fueron a la playa; niños en numerosos intentos de no ceder a los coleccionar cuentos y compilarlos en este libro en lugar de matriarcados hogares –¿lo logran?–, un ratón espa- coleccionar figuras paternas. VIERNES 29 DE ENERO DE 2016

Si no era temporada de higos, ¿cómo pretendía que la planta desobedeciera las leyes de su naturaleza?

Niñas sin padre que buscan novios porque no tienen padre


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