SÍMBOLOS DE LIBERTAD EDUARDO SERRANO
Los negros y el arte en Colombia
actividad creativa y expresiva no sólo en los litorales pacífico y atlántico donde se asentaron la mayoría a raza negra constituye uno de los tres grandes pi- de los negros traídos al Nuevo Reino de Granada, lares étnicos que conforman la nación colombiana y sino en prácticamente todas las regiones de nuestra sus contribuciones a ella han sido inconmensurables. geografía. La destacada coreógrafa e investigadoNo obstante, la cultura afrocolombiana ha sido es- ra Delia Zapata Olivella ha señalado, con evidentes casamente estudiada y sus valiosos aportes a la idio- razones, el rico sincretismo afro-católico reconocisincrasia nacional carecen del reconocimiento que ble en arrullos al Niño Dios y también en sus colaterales los alabaos, romances, jugas y balsadas.1 les es debido. Son numerosos los autores que han narrado la Y para nadie es un secreto que buen número de instrumentos de origen africano crueldad y el desamparo que exse han hecho esenciales e incluperimentó la población negra duso definitorios en lo que hoy se rante el período de la esclavitud reconoce como “la música coque se extendió en el país entre lombiana”, es decir, dentro de los siglos XVI y XIX, y aunque mela música que nos particulariza nos numerosos, han sido igualcomo nación y que representa mente contundentes los autores el talento y la creatividad de los que se han referido a la abominacolombianos internacionalmente. ble discriminación que persiste en Algo similar puede afiralgunos sectores de la población marse acerca de la danza, marcolombiana contra la raza negra. cadamente influenciada en CoEs conveniente precisar, sin emlombia por los bailes africanos bargo, que muchos de quienes así que lograron sobreponerse a obran han sido inconscientemenPorcelana. 1999. las restricciones que les impute permeados por valores de las Óleo sobre lienzo. 120 x120 cm. sieron los colonizadores espaculturas afrocolombianas y que a ñoles quienes con frecuencia los través de sus actitudes y costumbres se vislumbra una serie de predilecciones que se identificaban con cultos de tipo pagano. Es sabido originan en las tradiciones de la raza negra, aun- que desde 1573 el cabildo de Cartagena dio licenque, por supuesto, modificadas por el entorno y las cia para que los domingos y días de fiesta los necondiciones sociopolíticas de la vida en nuestro país. gros y negras pudieran “bailar, tañer, cantar y haMucho podría hablarse de los aportes de los cer sus regocijos según sus costumbres”, aunque negros no sólo en aspectos tan importantes para sólo a ciertas horas y en determinados lugares, y la la economía colombiana como la minería, la agri- misma Delia Zapata ha recopilado numerosas cocultura, la ganadería y la pesca, sino también en reografías en las que son reconocibles los anceslas actividades deportivas en las cuales ocupan los tros negros de movimientos y desplazamientos en 2 puestos más destacados en el ámbito nacional. Sus numerosos bailes de hondo arraigo nacional. Son contribuciones, sin embargo, se extienden también tan numerosos los músicos y bailarines negros que a otras áreas como la gastronomía, la moda, la le han dado lustre a Colombia como los deportistas artesanía y el arte, las cuales, aunque menos evi- de esta raza que han permitido que el país figure 3 dentes, de todas maneras son fundamentales dentro en sitiales de honor en todo tipo de competencias. En cuanto a las artes visuales se refiere, de lo que se reconoce como la “cultura colombiana”, es decir, dentro de la rica mezcla y conviven- algunos autores como Eugenio Barney han secia de culturas que caracteriza a nuestra sociedad. ñalado la influencia de las culturas africanas En cuanto al arte de la música, por ejemplo, en cierto “recargamiento ornamental” de la ar4 es claro que la influencia de las culturas negras ha quitectura de algunas regiones colombianas. Y sido básica para la consolidación de nuestras tradi- aunque no se han identificado características esciones y folclore. Sin la gracia y contagiosa cadencia peciales que permitan precisar el aporte de los nede sus ritmos, otro hubiera sido el desarrollo de esta gros en el desarrollo de la orfebrería y la platería
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nacional, es evidente que desde el período colonial tos indicios y documentos, la verdad es que pocos también demostraron gran habilidad en la materia, pintores o escultores de raza negra o marcadamente gracias a la cual se dio inicio a la rica tradición orfe- mulatos han recibido un reconocimiento en la histobre de ciudades como Quibdó, Mompox, Santafé de ria del arte nacional. A diferencia de la literatura en Antioquia y Barbacoas. Es muy posible, por ejemplo, la cual nombres como Candelario Obeso, Manuel que el trabajo en filigrana, tan común en la arte- Zapata Olivella, Jorge Artel, Aquiles Escalante y Arsanía del oro, no sólo hubiera sido una herencia de noldo Palacios, han conseguido sobresalir en virtud culturas aborígenes como la Sinú, y de la tradición de su talento, en la plástica sólo el dibujante baeuropea, sino que también hubiera sido producto rranquillero Álvaro Barrios, de evidente ascendencia de los conocimientos en esta labor y de la inclina- parcialmente africana, ha logrado escalar las más ción por este tipo de trabajos por distinguidas posiciones dentro de parte de los esclavos, influencialos sistemas artísticos del país. dos, como los españoles, por la Por otra parte, no obstancultura árabe. Es sabido que alte su alta proporción dentro de gunas tribus africanas practicala población colombiana y de la ban la orfebrería con manifiesta importancia de sus contribuciones destreza, y dados los estrechos a la economía e idiosincrasia navínculos de la esclavitud con la cional, los negros, su vida, su culminería es apenas lógico que el tura, no han sido tema predilecto manejo del oro y la plata fuera de las artes visuales en Colombia. familiar para los negros traídos Pocos son los registros de poblaal continente americano así como ciones negras y muy escasos tampara sus hijos negros y mulatos. bién los documentos plásticos soEn lo referente a la pintubre sus actividades. Por ejemplo, Sol y mar. 1999. ra y la escultura algunos autores en la iconografía religiosa de la Óleo sobre lienzo. 120 x120 cm. señalan la influencia negra en “el colonia la aparición de los negros sentido del color y, en particular, se limita a las representaciones de en los colores brillantes, eléctricos y abigarrados” de San Martín de Porres, fraile dominico peruano hijo algunas obras a partir del período colonial. 5 Pero la de una liberta negra que se distinguió por su consatemprana injerencia de los negros en el desarrollo gración a los pobres, huérfanos y enfermos. El hecho pictórico de Colombia es más evidente en algunos de que San Pedro Claver -el jesuita español del siglo trabajos como los grutescos que hacen parte de los XVII cuya labor a favor de los esclavos de Cartagena murales de la casa de Juan de Vargas en Tunja, uno ha sido calificada como heroica por su perseverande los cuales involucra un tambor de ascendencia cia en tiempos de peste- no fuera canonizado hasafricana de los conocidos como “cununos”, y tam- ta 1888 impidió que sus representaciones, en las bién en el hecho de que tanto el elefante como al- cuales aparece acompañado invariablemente por gunos de los monos incluidos no sólo en los murales sus protegidos, se popularizaron antes de esa fecha. de esta residencia sino en los de la Casa del FunEn lo relativo al arte no religioso del siglo dador de la ciudad, Gonzalo Suárez Rendón, sean XIX fueron igualmente reducidas las imágenes picde origen africano. Es decir, aunque ningún artista tóricas y escultóricas de los negros y de su cultura negro o mulato del período colonial llegó a desco- limitándose a unas cuantas obras de la Comisión llar en el país tanto como el Aleijadinho -el famoso Corográfica en las cuales Carmelo Fernández, Enarquitecto y escultor brasileño, hijo de una esclava, rique Price y Manuel María Paz ilustran sobre el tipo que es considerado como uno de los más señalados africano o sobre los distintos tipos de habitantes de representantes del barroco en América Latina- no una determinada región. Especialmente Paz, a quien hay duda que también en el Nuevo Reino de Gra- correspondió ilustrar la expedición al Chocó, dejó nada, a partir del siglo XVII, hubo algunos oficiales interesantes representacionesde sus costumbres y lanegros que trabajaron en proyectos de envergadura bores así como algunas descripciones de las condicomo los mencionados.6Ahora bien, a pesar de es- ciones climáticas y geográficas de su hábitat.7 Como
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excepciones que confirman la regla, se podrían ci- sar gran impacto, modificaron la definición del arte tar también los retratos de Candelario Obeso y de en nuestro medio y que son parte fundamental del Matea, la nana del Libertador, realizados por Alber- acervo artístico colombiano de la pasada centuria. to Urdaneta en las postrimerías de dicha centuria. Pero a Wiedemann no le interesaban los neIgualmente exiguas son las representaciones gros como raza o cultura. Le atraía su presencia de los negros en la pintura y la escultura de las pri- como ingrediente de sus composiciones, como elemeras décadas del siglo XX, no obstante tratarse del mento dentro de las consideraciones estéticas que período en el cual el costumbrismo o pintura de gé- guiaban su obra, y así lo señaló no sólo en sus pinnero alcanza mayor preponderancia en Colombia. turas sino verbalmente y por escrito: “Yo pienso en Y algo similar puede decirse de las décadas de los elementos pictóricos, pero no en términos anecdóaños treinta y cuarenta a pesar ticos”, afirmaba con frecuencia del triunfo de las consideraciones para expresar su interés en los ideológicas como tema central valores abstractos de la pintura de la producción artística. Son y su voluntad de no involucrarse los años del grupo Bachué, asosentimental o ideológicamenciación de pintores y escultores te con ninguno de sus temas. dedicados a buscar y plasmar los No es extraño, por tanto, orígenes culturales de la sociedad que al finalizar la década de los colombiana y quienes, por lo tancincuenta, Wiedemann abandoto, prestan especial atención a las ne la representación del muncomunidades y tradiciones indído real, y por ende de negros, genas. Pero los negros brillan por para dedicarse a plasmar, según su ausencia dentro de sus considijo, “lo no dicho de mi imagideraciones pictóricas y culturales, nación subjetiva a través de una Emblema de Bazurto. 1996. apareciendo apenas en unos pored de pensamientos plásticos”, Óleo sobre lienzo. 120 x120 cm. cos murales de Pedro Nel Gómez y para penetrar conceptualmene Ignacio Gómez Jaramillo. te en las posibilidades del meNo obstante esta desatención a la población dio, primero en composiciones reminiscentes de la negra por parte de los artistas Bachué y sus contem- realidad, y más adelante, como producto exclusivo poráneos, es preciso reconocer y encomiar el hecho de su imaginación. Desde entonces su trabajo evide que una de las obras maestras de este período dencia en primer lugar un ánimo poético a través sea Esclavitud (1945, Museo Nacional, Bogotá), es- del color, así como el convencimiento de que la cultura en la cual la artista bogotana Hena Rodríguez pintura es válida por sí misma y no por su capaciresumió en los rasgos fuertes y serios de una mujer dad para representar personas, paisajes o cosas. negra el sufrimiento ocasionado por el vasallaje. Sólo hasta la última década del siglo XX una arAl iniciarse la década de los cuarenta, sin em- tista plenamente consagrada por los sistemas del bargo, la situación comienza a cambiar de manera arte nacional (museos, salones, crítica, bienabastante lenta y sutil. En 1940 tiene lugar en Bogotá les, galerías, mercado, premios, publicaciones, la primera exposición de la obra de Guillermo Wie- condecoraciones), Ana Mercedes Hoyos, haría demann, artista alemán que se residencia en Colom- de los negros, pero no de todos, sino de los pobia donde viviría hasta su muerte y quien desde el bladores de San Basilio de palenque, y más que primer momento se interesa vivamente por los negros de sus personas, de sus actividades y particulade la Costa Pacífica así como por la selva de esta ridades culturales, el meollo de su producción. región del país a donde viaja repetidamente. Wiedemannpinta a las jóvenes negras, registrando con evidente espontaneidad sus rasgos marcados y sus La trayectoria de Ana Mercedes Hoyos cuerpos esbeltos; y pinta también grupos de negros, el interior de sus viviendas y el ambiente natural de a pintura de Ana Mercedes Hoyos revela una acsu entorno, en óleos y acuarelas que aparte de cau- titud y un acercamiento a la raza y la cultura negra
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totalmente diferente a lo narrado anteriormente, in- vés de un colorido plano en el que priman el parclusive a la aproximación de Wiedemann, el único do y el gris en tonalidades oscuras, juega un papel gran artista colombiano que, hasta la penúltima preponderante. Lo curioso de su pintura de esta década del siglo XX, había hecho de la población época es que a pesar del raciocinio geométrico y afrocolombiana el asunto principal -de al menos un constructivo que la guía, sus trabajos nunca reperíodo- de su producción artística. Podría afirmarse nuncian a representar la realidad y, más aún, nunque Wiedemann es un pionero en la consideración ca renuncian a un enfático realismo que le otorga pictórica de los negros como parte integral del país, un carácter singular y paradójico a su producción. el primero en prestar atención a su presencia como Las Ventanas, unas veces aparecían cerradas y un elemento estético, y el primero en considerar su otras veces abiertas, permitiendo apreciar el cielo que entorno y sus ámbitos a través de en unas ocasiones presentaba los concepciones eminentemente estonos oscuros de la noche y en paciales y cromáticas. otras ocasiones la incandescencia Y en el mismo orden de del día, la cual, a su vez, planideas puede afirmarse que Ana teaba fuertes sombras que reiteMercedes Hoyos es la primeraban las formas de los dinteles ra en interesarse pictóricameny demás elementos constructivos. te en particularidades culturales Pero la artista iría acercánde la raza negra, en sus aportes dose cada vez más al vano de a la idiosincrasia colombiana la ventana, enfocando cada vez y en el innato sentido estético más el espacio impreciso allende que hacen manifiesto a través la geometría, hasta reducir la rede sus usos y costumbres; sentiferencia arquitectónica al formato do estético que -es importante mismo de los lienzos y hasta plasEl universo de Julia. 1995. enfatizarlo- ha modificado o inmar únicamente el cielo, o mejor Óleo sobre lienzo. 100 x100 cm. fluenciado notoriamente algunas encuadres del firmamento que a áreas como la música y la danza, pesar de permitir identificar, con el comportamiento y preferencias de todo el país. algo de esfuerzo, tonalidades azulosas, eran prácAntes de entrar en esta materia, es conve- ticamente blancos. Estos trabajos fueron bautizados niente recordar que Ana Mercedes Hoyos se inició como Atmósferas y, como era de esperarse, resultapictóricamente en los años sesenta y que sus prime- ron totalmente incomprensibles para el público que ras obras reflejan el influjo benéfico del movimiento no atinaba a seguir su raciocinio puesto que todavía Pop el cual absorbía por esos años la atención de equiparaba la calidad artística con la dificultad interlos artistas de vanguardia. Marta Traba, la crítica de pretativa, pero no así para la crítica que supo identiarte más vital de esos años, saludó su trabajo afir- ficar en su trabajo uno de los procesos reduccionistas mando que para la artista “las cosas descritas en los más ingeniosos y particulares llevados a cabo en ese cuadros siempre deben ser algo más” y que por eso momento en que el minimalismo campeaba artísti“sus temas recogen el reto de aceptar colores sim- camente en todo el mundo, ni para los conocedores bólicos y se empeñan en funcionar como mediado- que le otorgaron a uno de estos lienzos el Primer res entre la descripción y el sentido trascendente”.8 Premio en el Salón de Artistas Nacionales (1978). Poco tiempo después, sin embargo, Ana Las Ventanas y Atmósferas de Ana MerceMercedes Hoyos comenzó a tomar una sen- des Hoyos constituyen uno de los períodos más da cada vez más reduccionista, menos interesa- brillantes del modernismo en el arte colombiano. da en los detalles y - como el rumbo de la pintura La contundente lógicadel proceso, la radical elimide Wiedemann aunque con una actitud rigurosa nación de todo lo superfluo, el estricto sentido del más que expresionista- rayana en la abstracción. orden, el ansia de pureza, la entusiasta búsqueEs el período de sus representaciones arqui- da de originalidad, la impecable ejecución de sutectónicas y en particular de sus severas Ventanas, perficies tersas como de porcelana y, sobre todo, lienzos en los cuales la geometría, planteada a tra- la voluntaria frialdad en su realización, la decisión
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de no inmiscuirse sentimentalmente en el tema y tre ellos Ana Mercedes Hoyos, optaron por confronla predeterminada carencia de emociones en su tar nuevamente la pintura figurativa, inclusive con concepción y resultado, así lo hacen evidente. cierto ánimo realista, para expresar, entre otras ideas Puede decirse que su obra había llegado -si- y apreciaciones, su rechazo al gran tabú de los moguiendo los planteamientos modernistas y en parti- vimientos modernistas, aquello que el sentir de sus cular los derroteros del Minimalismo y el Conceptua- exegetas les restaba pureza y firmeza contaminándolismo- al máximo del rigor, a una especie de vacío, los de vida: sentimientos, emociones, comentarios y de nada, de carencia de motivaciones y de expecta- consideraciones, no sobre el arte mismo, sino sobre tivas. Su trabajo se hallaba ante la feroz disyuntiva la humanidad. que representaba la modernidad para los artistas Aunque el trabajo de Ana Mercedes Hoyos más alerta y radicales de finales nunca abandonó la representadel siglo pasado: o bien contición, el regreso a la utilización de nuar el derrotero eminentemente la forma se dio paulatinamente. cerebral, distante y formalista de Las primeras pinturas que realizó los movimientos surgidos gracias después de los espacios blancos a sus argumentos, o bien regreson trabajos en los que la geomesar el arte a la vida, devolverle su tría vuelve a jugar un papel funinjerencia en lo pertinente al indidamental, pero no necesariamenviduo y a la sociedad, a cargar la te la línea recta, sino también la producción artística de un sentido curva, empleada en tondos subcapaz de trascender los simples divididos en varias áreas circulaplanteamientos de color, diseño y res. Entre estas obras se cuentan técnica. las Girasoles, o mejor, los CamFueron sus importantes pos de Girasoles (1984), tema Serie Bazurto ll (detalle). 1991. logros, su destacada trayectoque la artista retomaría algunos Óleo sobre lienzo. 150 x 200 cm. ria, su propio éxito dentro de los años más tarde y con el cual reaparámetros de la modernidad, liza una especie de instalaciones lo que llevó finalmente a Ana Mercedes Hoyos a la complementadas por los sugerentes colores que apliconclusión de que hasta la más lograda construc- ca a los muros donde los instala. ción o imagen adscrita al credo modernista resulta Pero los Girasoles y otras obras de mediados superflua y anodina ante las infinitas posibilidades de los años ochenta, aunque menos austeras que sus de emoción, de gozo, de entusiasmo de furia o de cielos, de todas maneras conservan el ánimo reductristeza que ofrece el mundo. Y al igual que otros cionista y abstracto de sus pinturas anteriores, y es creadores del momento, la artista cayó en cuenta de sólo al emprender una revisión de la historia del arte que ese derrotero riguroso y puritano que marcaba y en particular del trabajo de algunos pintores de su la modernidad podía tener, como la tuvo en el siglo predilección, como Caravaggio, Zubarán, Jawlenski XVII, su Contrarreforma, sus contradictores dispues- y Lichtenstein, cuando decide dar inicio a una serie tos a pintar, no ya a Dios, la Virgen y los santos, sino de naturalezas muertas las cuales se convertirían en al hombre y la naturaleza, a la vida con su magnifi- la puerta de entrada a la etapa más reciente y más cencia, vericuetos, contundencia y sutilezas. exitosa internacionalmente de su obra. A partir de ese momento Ana Mercedes Hoyos Paradójicamente, la naturaleza muerta, un gédesiste de la idea de que la búsqueda de perfección nero pictórico reputado siempre como el más alejado es el único objetivo posible de las artes plásticas. Y de toda connotación extra-artística y por lo tanto el así comoalgunos artistas acudieron a nuevas mane- más exigente desde el punto de su realización dada ras de expresión como el vídeo, las instalaciones y la importanciaque en él cobran los valores formales, el performance para plantear su disentimiento, y así se convertiría en el primer paso de un largo recorrido como otros decidieron restituirle a la fotografía una que devendría en una documentación pictórica con dimensión artística tan categórica como la que tuvo claras implicaciones sociológicas, en un instrumento en algunos momentos del siglo XIX, otros artistas, en- para plasmar, valorar y difundir algunos de los usos y
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costumbres de un grupo humano de raza negra que pese a su importancia en la vida nacional, no había sido considerado pictóricamente con la asiduidad y la contundencia que merece. Su interés como tema pictórico no radica sólo en el atractivo entorno y el cromatismo tropical que circunda a los integrantes de este grupo, sino, ante todo, en su particularidad cultural, en el hecho de haber preservado muchas tradiciones de sus ancestros africanos y en la libertad que simbolizan como herederos de los fundadores del “Primer Pueblo Libre de América”.
tas hubieran pasado desapercibidas para una artista interesada en la pintura de naturalezas muertas. Su exuberancia, la intensidad de sus tonalidades, la variedad de sus formas y su apariencia siempre fresca y jugosa las convierten en uno de los más señalados atractivos de esas playas, inclusive para quienes no observan el mundo en términos pictóricos. Pero la artista no habría de confrontar la representación de estos recipientes con frutas a la manera tradicional. Sus trabajos no siguen los rituales de los bodegonistas ortodoxos ni se encaminan hacia la abstracción. La artista, por ejemplo, involucra la fotografía en la ejecución de sus pinturas, utilizándola como ayuda Las naturalezas muertas de memoria, sin que ello implique que sus obras sean fieles repron 1986, al interrumpir Ana ducciones de imágenes captadas Mercedes Hoyos sus reinterpretapor la cámara. Con frecuencia ciones de naturalezas muertas de una obra suya está apoyada en la historia de arte para internardos o más fotografías. Y en su se en la representación de natucaso, la comparación de los reralezas muertas de la vida real, gistros de la cámara con las pinla artista complementa el giro turas, lo que permite establecer conceptual que había iniciado Serie Bazurto ll (detalle). 1991. es que muchas veces la memoria al confrontar una multiplicidad Óleo sobre lienzo. 150 x 200 cm. es más fiel que la fotografía. Adede formas en la misma obra y al más, la artista considera que su adoptar un colorido variado e intenso. Su trabajo se haría cada vez más distante de trabajo fotográfico puede llegar a ser arte en sí mislos rigores modernistas y de su secuela, el vanguar- mo y así lo hizo manifiesto recientemente, a finales dismo, para tomar un derrotero independiente, pro- del año 2000, al exponer, no sus pinturas, sino sus pio, sin otra limitación que las determinadas por su fotografías. Otros aportes de la artista en relación con la voluntad creativa. En este sentido, las obras de Ana pintura de naturalezas muertas los constituyen su reMercedes Hoyos y Fernando Botero comparten dos presentación en exteriores, un hecho poco usual en características: ni la una ni la otra pueden encasillarse de manera estricta en una determinada escuela, la historia del arte, y también cierta simplificación y ni la una ni la otra revelan el interés de dar origen geométrica la cual se lleva a cabo sin que las frutas a una escuela, de convocar discípulos, de plantear y el platón, pierdan realismo. La más importante diferencia de su obra con lineamientos estilísticos que puedan ser continuados por otras personas. Son obras aparte dentro del pa- la naturaleza muerta tradicional, sin embargo, estrinorama nacional e internacional, y es precisamente ba en el procedimiento utilizado para sus compoes esta singularidad donde reside buena parte de sus siciones. Los bodegones han sido tradicionalmente producidos con el apoyo de una serie de viandas y fortalezas. Ana Mercedes Hoyos llegó a las naturalezas objetos organizados y presentados de acuerdo con muertas de la vida real, observando las “palanga- la voluntad del artista, hasta el punto que es posinas” o “platones” con frutas que las palenqueras, ble afirmar que todas las naturalezas muertas son mujeres oriundasdel palenque de San Basilio, portan conscientemente compuestas, que nohay naturaleza sobre sus cabezas y ofrecen en las playas de Carta- muerta realmente espontánea. Y así sucede también gena para calmar la sed de los turistas. Hubiera sido con las naturalezas muertas de Ana Mercedes Hoyos, difícil que las coloridas agrupaciones de estas fru- sólo que la conciencia en la composición no es la de
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la artista sino la de la palenquera que dispone cuida- sus lienzos de esas rotundas mujeres que recorren la dosamente las frutas, atendiendo a las relaciones de playa con un ritmo y una gracia que sin duda hereuna con otra y de todas con el platón, y de acuerdo daron del África. a directrices de color, textura, y sabor que pueden catalogarse como ancestrales. Igualmente, la manera como se cortan las fru- El palenque de San Basilio tas, tajo a tajo hasta desaparecer de la palangana siguiendo un orden enfáticamente geométrico -la pao visto anteriormente conduce a concluir que la tilla cortada y mirada de frente es un círculo, la piña trayectoria de este último período -entre documenun poliedro, el segmento de papaya o de melón, un tal y geometrizante- de Ana Mercedes Hoyos se initriángulo- revela una sabiduría cia con las frutas tropicales y el inmemorial en estos menesteres y espacio marino, y que a través una rancia y especial manera de de estos elementos la artista se mirar las frutas, de apreciarlas y aproxima finalmente a Zenaida, y de abrir o desnudar su apetitoso después a Julia, Arlina, Lola y Dointerior. minga, palenqueras que venden En conclusión, las naturasus frutos tanto en las playas de lezas muertas de Ana Mercedes Cartagena como en el mercado Hoyos pueden tomarse como un de Bazurto y con quienes estareconocimiento entusiasta del blece una sincera amistad que le trópico y su magnificencia, pero permitiría conocer y comprender la artista también fue consciente su actitud, su papel en la sociedesde el primer momento de que dad y su comportamiento. hay mucho más que frutas en las Ahora bien, aunque en la Zenit. 1991. palanganas de las palenqueras, actualidad se toman como sinóÓleo sobre lienzo. 100 x 100 cm. de que sus implicaciones socionimos, los términos “naturaleza lógicas saltan a la vista puesto muerta” y “bodegón” tuvieron que son un testimonio de tradiciones, preferencias acepciones distintas en algunos períodos de la hisy gustos que hablan de una especial cultura, de una toria. El término naturaleza muerta se refería a las sociedad cohesionada por su historia, su realidad y representaciones de objetos inanimados y en partisus esperanzas. cular de comestibles y flores, en tanto que el térmiLas palanganas de las palenqueras, al igual no bodegón sólo comienza a usarse en el siglo XVII que sus puestos de venta en el mercado, son parte cuando Velásquez da inicio a sus representaciones fundamental de su mundo, sus instrumentos de tra- de alimentos en bodegas o despensas en las cuales bajo, y de ahí la solicitud con que las atienden y el aparecen invariablemente acompañados por seres esmero que ponen en su presentación. De ahí tam- humanos, por personajes anónimos con funciones bién la interesante información que los óleos de la laborales bien definidas. La vieja friendo huevos (Veartista revelan acerca de los negocios de sus propie- lásquez, 1618, galería Nacional de Escocia, Edimtarias, sus relaciones laborales, e inclusive, sus ratos burgo) es uno de los ejemplos más sobresalientes de de solaz. este tipo de obras, y Las cuatro estaciones de GreEn algunos casos las palanganas aparecen gorio Vásquez de Arce y Ceballos (Siglo XVII, Museo contra un color más o menos plano y claro reminis- Colonial, Bogotá), son las primeras obras de este gécente de la arena de la playa y de la intensidad de nero realizadas en Colombia. la luz en la Región Caribe. En otros se alcanzan a Pues bien, si se sigue de manera un tanto esdistinguir algunas olas devolviéndose en el fondo. Y tricta la anterior diferenciación, podría decirse que en otros, la sombra de la palenquera dueña de ese cuando las palenqueras comienzan a aparecer en invaluable tesorovisual que representa la palanga- los lienzosde Ana Mercedes Hoyos, sus pinturas pana, su silueta dibujada por el sol al lado del platón, san de ser naturalezas muertas a ser bodegones, a constituye un anuncio inequívoco de la aparición en convertirse en trabajos en los que los alimentos com-
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piten en importancia pictórica con un ser humano, zón de tratarse de las primeras poblaciones indepenel cual, también en este caso, cuenta con funciones dientes, con gobierno propio y no impuesto desde laborales bien definidas y es responsable por la apa- el otro lado del mar, que se establecieron en este riencia y finalidad de los comestibles. hemisferio después del Descubrimiento.9 Los palenLas palenqueras empiezan a aparecer en sus ques fueron atacados en numerosas ocasiones por lienzos muy pausadamente: primero una mano, des- las fuerzas realistas, pero los palenqueros se las arrepués un codo, más adelante un pie, posteriormente glaron para permanecer libres y conservar parte al una pierna y luego el delantal. Sus coloridos vestidos menos de su modo de vida, de sus hábitos y de sus comienzan a competir cromáticamente con las frutas preferencias en diversas materias. creando imágenes de insospechado barroquismo en Famosa es la historia de Domingo Bioho, las cuales se puede identificar una quien se convirtió en héroe y en marcada inclinación por el abigaemblema de rebeldía de los nerramiento en los diseños, por los gros que rechazaban con bravura textiles floridos y los colores subila esclavitud. dos en las ropas, y también una Domingo o Benkos Biopredilección especial por prendas ho, quien era llamado rey en los de color blanco que contrastan, palenques, fue un esclavo que no sólo con la complicada poli-según algunos autores- escapó cromía del resto de su atavío, sino llevando consigo a su mujer y a con la oscuridad tersa y firme de sus hijos, así como a un grupo su piel. Cuando sus atuendos son de negros rebeldes con quienes de un solo color, también acuden “fundó su pueblo, edificó su casa, tonalidades enérgicas e impoatrincheró la población detrás de nentes que vibran ópticamente palizadas y repartió tierras entre Zenaida. 1990. rivalizando con el resplandor que sus compañeros de lucha”. Bajo Óleo sobre lienzo. 60 x 60 cm. despiden los mangos, patillas, su mando las guerrillas cimarronaranjas aguacates, bananos, nas inflingieron humillantes demelones y papayas. rrotas a las fuerzas gubernamentales y convirtieron a Con la parcial inclusión de las palenqueras su líder en leyenda, en ídolo. Bioho fue condenado en el encuadre fotográfico y pictórico, se enrique- a muerte por sus enemigos, pero podría decirse que cen notablemente las implicaciones de las natura- reencarnó durante dos siglos en sus sucesores para lezas muertas, y se incrementan los argumentos que terror de Cartagena, ciudad que se había convertido suscitan en la mente del observador, induciéndolo a en el más importante puerto para la distribución de consideraciones relacionadas con el trabajo, los gus- esclavos hacia Sudamérica.10 tos y el papel de estas mujeres en la sociedad y en la En consecuencia, los palenqueros no son sólo familia. A través de las naturalezas muertas la artista un ejemplo connotado dentro de la diversidad cultuse percata e interesa por el sistema de vida de estas ral de la sociedad colombiana, sino que constituyen congéneres de idiosincrasia tan distinta a la suya, por un emblema viviente de autonomía, de independenlas posibilidades de su realidad y por sus usanzas y cia, de rechazo a todo tipo de sometimiento. La norutinas, y al acercarse a ellas se encuentra con San bleza que les confiere saber que sus antepasados se Basilio de Palenque, un pueblo olvidado en la histo- mantuvieron erguidos y lucharon ferozmente por su ria del país pero de una riqueza cultural extraordina- emancipación, es perfectamente reconocible en la ria, cuyos rituales, festividades, deportes y comercio actitud airosa y en latente orgullo que se percibe en habrían de atraer poderosamente su atención y de su comportamiento. dar un enérgico impulso a sus pinceles. Y esa actitud y ese orgullo también son claEl palenque de San Basilio es una población ramente perceptibles a través de las obras de Ana cercana a Cartagena la cual fue fundada por es- Mercedes Hoyos donde las palenqueras adquieren clavos fugitivos. Los palenques han sido calificados el nivel de símbolo, de insignia, de alegoría de licomo los primeros pueblos libres de América en ra- bertad. En sus pinturas, por ejemplo, se describe su
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manera de sentarse gallarda y franca, con las pier- lugares de trabajo, y en las pinturas de procesiones nas notoriamente abiertas y la falda cayendo entre de la fiesta de San Basilio -un santo blanco al que ellas, en posición de personas animosas y dispuestas sólo como opositor del poder civil puede encontrára comenzar la faena de vender, pesar, transportar sele alguna relación con la historia o circunstancias y pelar, las frutas. Esta manera de sentarse permite de esta población, pero que fue llevado al pueblo igualmente vislumbrar siglos enteros de arduas la- gracias a una incursión cimarrona- las encontramos bores y reconocer su consistente alegría y su infinita vestidas de gala, con trajes de un solo color que dignidad. combinados ofrecen un alborozo mosaico. Pero los bodegones de Ana Mercedes Hoyos En las obras que representan a jóvenes palenson apenas la parte inicial de su trabajo sobre las queras en la procesión, llama la atención el realismo costumbres y características de de las telas cuya calidad almidoSan Basilio de Palenque. La arnada y brillante salta a la vista, así tista ha realizado pinturas, por como sus tonalidades pasteles y ejemplo, acerca de la pasión de el diseño de los trajes que genelos palenqueros por el boxeo y ralmente acentúa las cinturas ágiel fútbol. No ha que olvidar que les y esbeltas. El tipo de lazo con un palenquero, Antonio Cervanel cual sujetan los cinturones en tes, Kid Pambelé, fue el primer la espalda acusa tan especiales campeón mundial de boxeo que dimensiones y caída, que no es tuvo Colombia, razón por la cual difícil suponer que involucra trahabría de convertirse, no sólo en diciones ampliamente arraigadas ídolo nacional, sino en estímulo e entre las palenqueras. inspiración para una pléyade de En fin, lo que había empepalenqueros jóvenes que aspiran zado como la conciencia de Ana Fiesta de San Basilio ll. 1994. a seguir sus pasos. Mercedes Hoyos acerca de que Óleo sobre lienzo. 100 x 100 cm. Los juegos comunitarios la modernidad pictórica, con su han sido así mismo registrados afán vanguardista y su aislamienpictóricamente por la artista, contándose entre sus to de la vida, no era argumento suficiente para resobras más sobresalientes la titulada Vara de Premio paldar el arte del momento actual, ha evolucionado (1994) en la cual un atlético joven asciende por una a través de los últimos quince años hasta convertirse viga vertical en busca de la recompensa que se en- en un precioso documento que revela, con el exclusicuentra en la parte más alta. Su pantaloneta de un vo poder del medio pictórico, rasgos, peculiaridades, rojo intenso que reitera las preferencias cromáticas gustos, propensiones y experiencias de una poblade los palenqueros, contrasta vivamente con el cuer- ción en la cual se conjugan tradiciones de diferentes po oscuro y acéfalo del protagonista, con el tono tribus africanas y donde se ha desarrollado un lenamarilloso de la vara y con el azul diluido del cielo, guaje propio así como una cultura propia, diferente para conformar un arreglo cromático de positivo im- inclusive de las otras poblaciones igualmente negras pacto, así como una imagen de alegría y de fuerza de Colombia. que hace gala de un inusual poder para imponerse Teniendo en cuenta lo anterior es inevitable en la retina y fijarse en la memoria. concluir que la obra de Ana Mercedes Hoyos, en También ha representado los desfiles que se este momento, es fundamentalmente testimonial, y llevan a cabo en esta población calurosa, polvorien- que hace explícito el deseo anti-modernista de vinta y pobre, pero que son un despliegue de tradicio- cularse emocionalmente con los temas, de confesar nes y de elegancia, según puede comprobarse en los su admiración por el barroquismo y la exuberancia, y alumnos de las escuelas que marchan, “de punta en de dejarse llevar por la intuición y sensibilidad. blanco”, al compás de tambores, y sobre todo, de Aunque en la mayoría de sus pinturas sólo bombos decorados con la bandera nacional y mane- aparecen segmentos de sus personajes y nunca la jados por atractivas adolescentes. Ya se había hecho cara, Ana Mercedes Hoyos también ha ejecutado referencia a la manera de vestir de las mujeres en sus retratos de las palenqueras los cuales revelan un es-
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pecial poder de observación y una innata habilidad por cierto aire “pos-pop”, orgullosamente comercial para plasmar fisonomías. Se trata de trabajos que y abiertamente propagandístico que se distingue en son como las cabezas de serie de sus demás temas sus lienzos. Es claro, además, que la artista intenta puesto que, después de estudiar su obra con algún ante todo plasmar el espíritu, el carácter, la actitud detenimiento, es posible establecer si una determi- de los negros y en especial de las palenqueras, y nada palangana fue organizada por Zenaida, Julia, que este propósito está más cerca, por ejemplo, de Arlina, Lola o Dominga, o a cuál de ellas pertenece la intención de Mondrian de trasladar el talante y el un determinado vestido o delantal. ritmo de la música negra a la pintura según puede El énfasis costumbrista permite relacionar el apreciarse en su famoso Broadway Boogie Wooggie trabajo de Ana Mercedes Hoyos con las escenas (1943, Museo de Arte Moderno de Nueva York), que de mercado de Domingo Morede las obras de otros artistas apano Otero y Miguel Días Vargas rentemente más afines debido a (1940, Museo Nacional, Bogola coincidencia temática. tá), dignos representantes de esta Con la obra de Ana Mertendencia pictórica en las primecedes Hoyos se escribe finalmenras décadas del siglo XX en Cote en la historia de la pintura del lombia. Y es sabido que la artista país, el segundo capítulo de esa tuvo importantes precursores en tradición iniciada por Wiedela historia del arte en lo relativo mann de involucrar a la poblaa su admiración por las mujeres ción negra, con fuerza y decisión, negras que, como las canéforas en la historia del arte nacional. Su de la antigüedad clásica, portan pintura lleva esa incipiente tradirecipientes con frutas en la cabeción a un nuevo clímax, que sin za. Gauguin, por ejemplo, duranduda será continuado por artistas Fiesta de San Basilio l. 1994. te su permanencia en Martinica colombianos negros, blancos e Óleo sobre lienzo. 100 x 100 cm. realizó dibujos y pinturas sobre indígenas, puesto que a unos y a este tema. otros no les queda otro remedio Estilística y conceptualmente, sin embargo, que reconocer, como hizo Ana Mercedes Hoyos, el las relaciones de su obra con la de los artistas men- hecho irrebatible de que son partícipes de una sociecionados son pocas, no sólo debido a la propen- dad de gran variedad cultural y étnica, tal como lo sión geometrizantede sus bodegones, sino por su registra expresamente la Constitución Nacional. carácter de encuadre de una visión más amplia, y
Notas 7. También Edward Walhouse Mark, el diplomatico y acuarelista británico que residió en el país entre 1843 y 1856, realizó algunas acuarelas sobre “el tipo negro de las riberas del Magdalena”, pero su atención a esta parte de la población colombiana fue en realidad muy escasa en comparación, por ejemplo, con la dedicada población indígena. 8. Marta Traba, “Ana Mercedes Hoyos: los espacios del hombre” (Mexico, Plural, 1974), pág. 43-46 9. Roberto Arrázola, Palenque el Primer Pueblo Libre de América (Cartagena, Ediciones Hérnandez, 1970). 10. Nina S. de Friedemann, Ma Ngombe (Bogotá, Carlos Valencia Editores, 1987).
1. Delia Zapata Olivella, Manual de Danza de la Costa Pacifica de Colombia (Bogotá: Colegio Máximo de las Academias Colombianas), pág. 17. 2. Op. cit. Pág. 174-371 3. Baste recordar que la única medalla olímpica que han conseguido las delegaciones nacionales fue lograda por Maria Isabel Urrutia, una joven negra del Valle del Cauca. 4. Eugenio Barney Cabrera. Temas para la historia del arte en Colombia (Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, 1970), pág. 37-52. 5. Ibid 6. Santiago Sebastián, Itinerarios artisticos de la Nueva Granada (Cali, Academia de Historia del Valle del Cauca, 1965)
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