ESPIGA DE PAPEL
ESPIGA DE MUERTE No. 18
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espigadepapel@yahoo.com.mx SNTE Sección 16, noviembre de 2012
Colegiado de Desarrollo Educativo y Cultural Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte Francisco Sarabia 240, colonia Progreso Sec. Libertad Guadalajara, Jal. Mex. Tel. 38 83 11 00 ext. 215
Director General: Flavio Humberto Bernal Quezada Coordinadora del proyecto: Ma. Justina Santana Tejeda Corrección de Estilo: Hugo Salvador Bautista. Diseño Editorial: Ana Paola López Santana, Rita Camarena Ramos Portada: Muerte Autor: Cecilia Sánchez (Troll)
Impreso en México
Estos poemas podrán ser reproducidos y difundidos respetando los créditos y solicitando el consentimiento de los autores por escrito
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Índice
A posteriori (Acosta Margarito)…………………………………………………….…05 No sé decirte (Bautista Campos Hugo Salvador)…………………………………….06 No sé qué hago aquí (Camarena Ramos Rita)………………………………………….….…07 La muerte (Carbajal Ibarra Lulú)…………………………………………………....08 Hablando de mi madre (Clavellina Víctor)………………………………………………………..09 La Muerte (Damián Domínguez Angélica)……………………………………...…10 Muerte (Martorrev)……………………………………………………………..…11 Mi amante, Vacio Domínguez Angélica………………………………………………...….12 Almas perdida9 (Figueroa Iñiguez Mayra Lizeth)………………………………..……...13 La calaca (Fuentes Fuentes Juan Carlos)……………………………………......14 Espérame tú (García Suárez Austre)……………………………………………….…15 Soledad sembró la mesa de polvo… (González Ibarra David)………………………………………….……..16 Poema Godoy Silva Gabriela……………………………………………………17 Charla de una mujer muerta (Gudiño Limón Margarita)……………………………………………...18 Muerte (Hernández Flores Santiago)…………………………………………..19 Muerte (Huerta Hernández Epifanio)……………………………………….….20 Mírame y dime qué ves, (Ramón López Morales)…………………………………………….….21 ¡Maldita Muerte! (López Pérez Odila Liliana)…………………………………………....22 Amor de muerte (López Santana Ana Paola)………………………………………..…..23
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Frente a frente (Luna Marcelo José Antonio)……………………………………….….24 Bien Morir (Lupercio Daniel Cahensy)…………………………………………..…25 Mamá y Papá (Meza Rojas Martha Beatriz)…………………………………….…….26 Morí por ti (Navarro Orozco Pedro Javier)…………………………..…………….27 Tengo lagunas mentales (Neri Alberto)……………………………………………………………..28 Te reto a muerte (Ramírez Avilés Anselmo)………………………………………………29 4:10 a. m. Carta antes de morir... (Ramírez Delgadillo Carlos Alberto……………………………..……..30 Letanías a las muertas (Palacios Rojas Berónica)…………………………………..………….32 Décima enamorada (Paredes Santana Arturo Accio)……………………………………….35 ¡Bendita Muerte! (Pérez Delgadillo Raquel)………………………………………………36 Muerte (Santana Tejeda Ma. Justina)……………………………………...…..37 La calaverita Parlanchina (Vázquez Arreola Tomás)………………………………………….…...38 El ave voló (Villalobos Tijelino Ramón)………………………………………….….39 Cuando apague la lámpara Villegas Florita……………………………………………………………40
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A posteriori
Después de la muerte, ¿Qué hay? Siempre es una cuestión pendiente, mítica, esotérica, habitual. Lo saben los de adelante ¿Quién más? Después de la muerte. La muerte en sí es un después. Un después enjuto y severo. Cuando ves que alguien no quiere es porque ya está adentro. ¿Adentro de qué? ¿Adentro de dónde? Adentro, qué palabra. Una palabra más. Me detengo, un momento, dialogo con los del verso diez. ¿Por qué se asustan? ¿Qué ven, qué oyen, qué huelen? ¿Qué sienten? Después de la muerte. Todo fuera como dudar, como creer, como saber, como sentarte a escribir, a decirte cosas, “cosas de poca importancia” como diría el poeta caminante. Después de la muerte. La muerte en sí es un después. Ahí te ves, ahí me veo, ahí nos ven. Margarito Acosta 5
No sé decirte cuánto rompiste en mi cuando tu ausencia se hizo lenguaje que todo lo llena. De ser promesa se hizo casa, de ser rocío se hizo niebla. No sé decirte cuánto las cosas saben que me faltas, todas me cuentan algo de tu vida, cuando tú estabas y lograbas hacer un sol con tu alegría. No sé decirte, no sé explicarme, sólo comprendo que ahora estás en todas partes, como recuerdo, como imposible, como un insomnio terrible que no deja de amarte.
Hugo Salvador Bautista
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No sé qué hago aquí
La muerte va y viene conmigo hoy
Siento cómo mi alma llora por ver tanto dolor
Día a día siento tan cerca el llanto y el dolor de los demás
Cada vez que veo aquella puerta en espera de un alma, mi corazón muere poco a poco
Ojos llenos de plegarias y lágrimas miro a diario sin saber que hago aquí
Mi mirada perdida y vagando sin saber ya, a dónde mirar
Detrás de la puerta, yacen tantas almas en espera de un pobre ramo de flores
Se marchitan flores como vidas que después son devueltas al mundo del que vinieron hechas basura
Rita Camarena R.
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La
muerte…
Mi fiel compañera, y aunque no lo quiera es la que me quiere es la que me espera nada más ella en este mundo incierto sin comprensión personal que durante el tiempo dicen quererte pero no lo es es un espejismo y nos agrada tanto mientras la mas cariñosa nos espera contado el tiempo que nos queda para ponernos a dormir… si no sé cuánto tiempo nos queda y yo aquí llorando por ti aun sabiendo que la muerte me espera.
Lulú Carbajal Ibarra. 8
Hablando de mi madre
Mi viejita descomunal, naciste con el rostro escondido en los puños de Dios; lamentable, porque nunca te ha regresado tu cara, sólo te dio sus cuentos, sus figuraciones que él ve y te explica, cuando te hiciste mi madre y vi que no tenías rostro, me confesaste que el abuelo mató a la abuela.
Mi madre creció a pedazos, en desorden, primero sus pies, luego sus manos, toda la vida se la ha pasado creciendo y ahora que ya siente que la muerte le habla, que las chicharras la saludan, apenas le ha nacido el corazón.
Cuando éste muerto y vaya al cielo, le preguntaré a Dios por tu cara, por tu incipiente corazón. Acepto que sólo muerto me creo capaz de entenderte, de escuchar a Dios. Se me antoja eso de morir, eso de alcanzarte en paz.
Víctor Clavellina
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La Muerte
Dicen algunos que eres fría, oscura, malvada. Que no te importa si hemos amado o no, o si dejamos tranquilas a las personas de nuestro alrededor. Que no tomas en cuenta nuestro dolor y el de los demás, “dicen” que me estás buscando y eso los tiene preocupados. En momentos me pongo a pensar: ¿Será verdad lo que dicen? ¿En realidad vienes por mí? ¿Qué debo hacer para estar tranquila? Entonces escucho una pequeña pero triste voz que me dice: Ella viene cuando se lo mandan, no porque así lo decide. No es mala, en realidad es un hermoso ser de luz. Debes estar tranquila, pues vendrá cuando estés preparada para ir con ella. Con lo que he escuchado ya no tengo miedo, estaré tranquila y viviré feliz cada momento de mi vida. Ahora puedo decir firmemente, “No temo a la muerte pues disfruté mi vida”. Angélica Damián Domínguez
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Muerte Inserta Cosida Atada Adherida El camino entero Sombra de sombras Oscura Abismal Destino irremediable Acceso incomprensible Enigma sin retorno Así te asistes a mis pasos Y a los pasos de otros pasos Hasta el último suspiro. La muerte I Se abre el abismo Se cierra la historia Los quantums de vida se fugan fractales Los veintiún gramos se integran al cosmos Solo la mirada se expande ligera cuando los fotones del alma se incendian o estallan II una gran mentira no existe la muerte solo cambia el rumbo solo se hace un alto solo o en compañía saltamos obstáculos dejamos señales a los que preceden sextantes o brújulas para el caminante cartografías que allanen distancias solo es crisálida de nuevos tiempos y de espacios nuevos MARTORREV
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Vacío... Mi cuerpo, vacío de emociones, estéril, muerto. Los sentidos agotados, una tristeza insondable instalada en las ruinas de mi espíritu. No queda el consuelo del llanto, de una lágrima tibia, nada... queda nada. Hay más vida en tu sepulcro que en mi cuerpo, vacío de emociones.
Mi amante Mujer pública, me engañas, me enamoras, me seduces, me haces tuyo y me abandonas. Vas en busca de otro amante, te pierdo una eternidad Y de nuevo retornas, con otra cara, con otro cuerpo, pero tu mirar no miente. Sé quién eres y vuelvo a tu sereno embrujo en esta noche sin fin. Ya la luna se oculta, tus labios fríos recorren mi cuerpo, falanges eternas curiosean por dentro. Y me entrego al éxtasis, al postrer intento de entender tus misterios, termino por amarte aún sin quererlo, de entregar mi vida y recibirte pleno, Muerte, muerte tan temida por unos Y tan deseada por otros. Angélica Domínguez
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Almas perdidas
Un alma siento. Siento que se acerca. Escucho voces; no hay nadie. Siento un alma perdida. ¿Qué buscará? ¿Qué no encontrará? ¿Qué habrá perdido? ¿Qué querrá? ¿Por qué busca en mí? Yo no lo sé. No sé qué le pertenecerá, cuál será el motivo de su visita. Se sienta en mi cama y busca y no encuentra nada. ¿Qué será? ¿Qué será? ¿Qué tendré yo de ella? En la oscuridad de mi cuarto se ve una sombra, asomándose en la ventana viendo la luna. ¿Buscará la llave de la ventana? ¿Será eso…? ¿Querrá ser libre? ¿Buscará la paz?
Mayra Lizeth Figueroa Íñiguez
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La calaca 23 oct. .2012
Camina silogando la calaca, ¡a quién me llevaré…! , tikitaka, galopando se asoma la flaca con su guadaña atrapa.
La flaca titiritaba, a quien se llevaba a niños y ancianos, los toma de la mano los ricos, y pobres deambulan con la flaca
Anda de día, y anda de noche siempre jugando me engaña, la cruel calaca.
Que recanija calaca, sonando la matraca sescucha, y agarra como garrapata
La muerte no enseña el cobre, de morir nadie se escapa nos hace estirar la pata. Licenciados, y Profesores líderes y políticos todos están en su lista ni quien escapa. In mortis
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Espérame tú
Caminas por las solitarias calles del cielo sin decir palabra sin pensar en nada. Triste sensación no olvido que te admire. Por muchos días te recordaré minuto a minuto por ti moriré segundo a segundo y no lloraré y no lloraré. No te esperaré espérame tú más allá del tiempo más allá del nada . Te tenías que ir nada te detuvo tu cuerpo quedó inerte desnudo desnudo de ti desnudo de ti y no lloraré nunca lo haré…espérame…tu Austre García
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Soledad sembró la mesa de polvo las bisagras de lamentos la desnudez de los muros apagó el crepitar de las voces y puso tras la cortina un aullido y una luna deslavada puso también tela de araña y un coro de silencios que entona con tristeza mi partida. David González Ibarra
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Como una estampida de elefantes que apisona el corazón la tristeza. Ácida como una lluvia no deseada como una palabra perdida salina hoy llora el viento. ¿Alguien ha secuestrado la dicha del campo? Huele a melancolía mi pecho lleno de saberes inútiles hay pájaros en guerra Gabriela Godoy Silva
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Charla de una mujer muerta
La bien amada, huesos de mis huesos sonrisa en mi sangre, tocamos nuestros dedos suave y firme eres lenta disfrutas, acorralas, liberas.
El elegido, en decisión anticipa si sufrirá o tendrá un orgasmo al ir contigo, para el humano es simple el corolario de vivir: su final se entrelaza hasta el inicio.
Me aterras y te busco me esquivas y me retas.
Él, puso su mano en la fría tumba de mi pecho, no me llevó flores al abismo al que yo me aferraba para borrarme entre su noche. No. Tan sólo pronunció: “Mira la luz. Aún es de día.” Y te traicioné y me fallé…
Me reanimé de golpe y sigo viva sin ti, sin él. Pausadamente. Margarita Gudiño Limón “Margott” 18
Muerte
Entre la muerte y la vida hay muy poca distancia como la oscuridad de la noche o la luz de los días.
Entre estar muerto o estar vivo tan sólo existe un descuido entre todo el silencio o cuando hay demasiado ruido.
Sé que estoy vivo pero muerto después de tantos intentos tratando de buscar por todas partes lo que hasta hoy todavía no encuentro.
Muerte sé que todavía sabes que estoy vivo y nunca descansarás hasta al fin llevarme contigo.
Santiago Hernández.
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Muerte Cuando tuve conciencia de ti creció mi curiosidad por conocerte supe que un día tendré esa oportunidad y comprobar tantas leyendas y misterios que revolotean a tu alrededor unos dicen que eres cruel y despiadada que careces de sentimientos por no escuchar ruegos y peticiones otros que eres fea y descarnada y tiemblan de pies a cabeza con solo oír tu nombre hoy al paso de los años poco a poco he ido descubriendo que los mitos y leyendas sólo son eso sé que cuando llegas por alguien lo haces tajante y con decisión en algunos sorpresivamente en otros, con largas y sufridas agonías pero al final del camino todos encuentran con tu compañía felicidad y descanso eterno dos cosas difíciles de encontrar en este mundo.
Epifanio Huerta Hernández
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Suicida a media noche Mírame y dime qué ves, si acaso esto tus ojos no lo han visto antes. Abre las entrañas de tu carne y muéstrame la desesperación del dolor; el golpe de tu alma palpitante dentro de tu frágil cuerpo corrompido por el hombre. ¿Hablas de la soledad? Aún no sabes lo que es. Ella estrechará tu espíritu e inundará tus pensamientos, con el simple hecho de no saber lo que podría pasar en este futuro que no quieres, pero que te está tragando. Hoy aquí o quizás ayer ¿tanto te estigmatiza el pasado que el mañana no lo quieres ver? Observa mis ojos y dime qué ves; Un negro vacío, un abismo sin fin; es rojo el destino del siempre arder. Y tú, Negra amiga, que fría sonrisa esbozas; cual saeta destroza el alma de aquel que huye de tu pecho, sin saber que ya es de ti desde que su sino lo maldijo; desde la concepción de su ser. ¿No te gusta este mundo o acaso te encanta, oscura flor? Gira, gira y baila amiga en hueso de ausente alma; grita el eterno dolor que no se oye, siente el palpitar del corazón sin vida, acalla el sonido de la existencia de uno más que tus brazos aclama.
Ramón López Morales.
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¡Maldita muerte!
Cuando alguien está agonizando ansia que llegue la muerte, pero estando sano y feliz y llega la muerte ¡¡¡ Maldita muerte!!!
Nací, crecí, disfrute y moriré.
Odila Liliana López Pérez
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Amor de muerte
Amor de muerte que incitas al suicidio junto a tus puertas habitan un sinfín de almas en espera.
¿Cómo escapar de ti, si es lo que anhelo?
No me aceches a la vuelta de la esquina con tus cómplices homicidas, no te inquietes al ver que no llego a tiempo, a tu agendada cita, levanta tu sitio del cabezal de la cama y renuncia a perseguir mis pasos.
Informa a tus galenos que dejen de inducirme a ti que no se esfuercen por prolongar el sufrimiento diles también a aquellos que mis instintos alteran con su bien remunerado negocio.
Ya estoy aquí y he de ser yo quien decida cuándo y digo que es ahora la hora que yo elijo, y es en este sitio que me despido de ti .
Ana Paola López Santana
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Frente a frente tan inesperado encuentro tuve yo no vi cosa más bella una tierna y real doncella vestida toda de negro. ¡Oh preciosa dama dime! ¿qué pena te tiene triste? Soy la muerte me contesta y con tremenda confesión con el corazón en vilo tremendo susto me llevo, le pregunté con sigilo ¿acaso llegó mi hora? Pero ya que estamos aquí y si hoy me he de morir te reclamo de frente señora ¿por qué me tocó verte, será acaso por suerte o porque yo quería conocerte? Muerte coqueta y conquistadora nos envuelve tu belleza y nos rendimos a tus encantos a los amigos más cercanos uno a uno te has ido llevando a mis familiares queridos les mostraste tu mano y sin decir adiós siquiera se marcharon a tu lado…. Entonces…. hubo un instante de silencio, ….. sentí un viento helado y su voz escuché cerca, despacito… casi en secreto …..me dijo tú no sigues todavía sólo quería que supieras y no me guardes rencor: soy una enviada del cielo llevarme a tus seres no quería pero la lista es enorme día con día a distinguirlos no alcanzo, además es una orden reza por ellos querido. que en paz descansan sabiendo que no te olvidas de ellos y que en tu mente y en tu corazón aun siguen viviendo. José Antonio Luna Marcelo 24
Bien morir “Trago saliva espumosa; mastico terrones plagados de gusanos que se me anudan en la garganta y raspan la pared del paladar… Mi boca se hunde, retorciéndose en muecas, perforada por los dientes que la taladran y devoran. La nariz se reblandece. La gelatina de los ojos se derrite. Los cabellos arden en una sola llamarada…” (Fragmento “Pedro Paramo” de Juan Rulfo).
La vida es mi mejor forma de morir, sin prisas ,ni relojes, sola va fluyendo, inmisericorde como el deseo, yo colaboro a su noble fin, me concedo adelantos sin negarme pretensiones. Vivir es morirme en completa paz, en abonos simples; discretamente me voy y no vuelvo me fragmento a diario, así no se dilapidan llantos, ni los lutos se eternizan. Viviendo me sumerjo en la muerte, conquisto la añorada frontera desprendiéndome de la piel, de la carne, huesos, espíritu; y todo cuanto me estorba. Vivo para no vivir perpetuamente, es el fuego que llevo dentro, el polvo al que retorno y se esparce en brisas de sal. La vida es mi mejor muerte, sin agenda ni cita previa, sola va impregnándome, paciente, anhelada; me poso en su regazo, sin resistirme jamás…
Daniel Lupercio Figueroa Cahensy
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Mamá y Papá No me busquen en el silencio de una tumba yo no estoy allí, búsquenme en el trinar de los pájaros, en el zumbar del colibrí, en la armoniosa melodía de los árboles al chocar el aire entre ellos.
No me busquen en la oscuridad de la tumba, yo no estoy allí, me encontrarán en cada rayo de sol que brilla al amanecer y al atardecer, en las estrellas del firmamento y la brillantez de la sonrisa de un niño.
No me busquen en la quietud de la tumba yo no estoy allí, búsquenme en el correr del rio, en la inmensidad del mar, en el transcurso del tiempo, en el correr de los años, en su andar por la vida diaria.
No me busquen en la desesperanza de la tumba yo no estoy allí, mi descanso eterno es movimiento. Toquen su corazón y eleven una plegaria al cielo sabrán que mi nueva vida está en su ser.
MBMR 26
Morí por ti Ante las garras del amor he muerto de nuevo; he muerto en la soledad de mi enamorada locura; he muerto rendido a tu alma, corazón y amor, ha muerto mi ser por culpa de todo este dolor. Mi alma también murió el día de ese adiós y aunque grité ¡no te vayas! murió de decepción, ha muerto en la espera de la anhelada esperanza y como tú lo querías murió desesperada. Mi cuerpo de extrañar tus caricias cayó rendido, camino un millón de kilómetros queriéndote encontrar, mi ser y mi alma lo animaron dándole fuerzas para Andar, y al no encontrarte murió por tu esencia encontrar. Lleno de dolor morí en la agonía de tu amor queriendo recuperar lo perdido de tu ser; morí de tristeza, de cansancio, de tanto llorar; morí esa madrugada que no te pude recuperar. Soy el fantasma que murió ese día por amor soy el fantasma que hoy en día pena de dolor soy ese fantasma que ha buscado la paz soy un fantasma que aun muerto te quiere recuperar. Estoy muerto por mi culpa, por tu culpa; estoy muerto por quererte y por tu indiferencia, estoy muerto por amarte y por odiarte, estoy muerto por no ser muy elegante. Pedro J. Navarro.
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Tengo lagunas mentales.
Soy un loco, un demente he dejado de acariciarme las venas porque ya están demasiado lastimadas.
Estoy cansado de acordarme que tengo dos papás que son de nombre.
Son mis papás cuando me dan regalos.
Estoy demasiado sensible cuando martilleas
mi cabeza.
Me angustias, me tocas, me llamas.
Eres la fiel y cruda
realidad
que se asoma a mi cuarto.
Te quitas máscaras y caparazones.
No me extraña que todos sean violentos menos tú.
Alberto Neri
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Te reto a muerte
Te reto a un duelo a muerte MUERTE. Si pierdo quede en tus manos mi alma. Si gano aniquilarás mi ser para siempre que no vea más que no sienta más que no oiga más que no exista más. Si algo he de ser que sea esto: un diente. Un diente en tu cínica sonrisa MUERTE. Un diente un diente. Anselmo Ramírez Avilés 29
4:10 a. m. Carta antes de morir... (Parte CXXVI). Continuación... 9 Julio 2002
Envuelto en un rebozo que no me asfixia, siento lo cálido de cada nota que trasciende más allá de mi percepción, de mi oído y me lleva a estremecerme por dentro, sintiendo que se me acaricia el alma.
Notas de música que me embalan hacia el más allá, comunicándome con esa parte de mí que me dice que soy humano y que vivo estoy, por gracia divina y de mi Dios.
Siento cómo se me eleva, cual si fuese un ángel sin alas, pero si con el corazón...
Son notas que me hacen sentir el firme deseo de escucharlas cuando muerto habré de estar.
Así lo dispongo. Quiero ser velado con esa música que me hace tener esta conversación interna conmigo y con Dios.
Quiero que mi alma sea envuelta con notas de nostalgia y de Amor; con sonidos de piano y violines; con música que me conmueve, hoy, que vivo estoy... y que cuando muerto esté, sentiré que sigo entre ustedes...
Quiero que la sala, con olor a crisantemos, señale que es mi sepelio; que la música de violines, indique que mi condición de mortal, entre ustedes, ya no está.... que la música más bella del mundo, sea el preludio de mi entrada triunfal al más allá, en presencia de mi Dios.
Quiero que la música de fondo sea un canto de ángeles; música celestial; violines y pianos ejecutados de forma magistral... más no así, que el llanto irrumpa en mi velada paz.
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Que el violín llore y el piano solloce entre notas de ángeles y velen mi eterno descansar; pero que el dulce penar de mi madre y padre no penetre mi tranquila serenidad...
Que el lamento de mi gente, no infrinja mi firme deseo de querer mi alma aliviar.
Declaro que el violín y el piano, por mi, habrán de hablar. Dulces notas de Amor y fe, tan sólo habrán de ejecutar...
¡Si, por favor! No quiero a nadie ver llorar. Que el llanto de sus ojos, se transforme en una oración cuando nos veamos en el más allá... Pero que hoy, que me fui, no mengüe su deseo de volar, de vivir, aquello que yo ya no pude.
André Michell
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Letanía a las muertas Berónica Palacios Rojas Para Ciudad Juárez Hoy amanecí con tu nombre atravesado en la garganta, me nacieron alas para escribirte Ciudad olvidada de Dios. A la sombra de un naranjo, las hojas dictan y el aire me traslada al pasado que duele y se encona. Una niña platica con la muñeca sin brazo al ras de la banqueta mientras una cascada a muerte nubla humana conciencia. Emergen recuerdos en hilos de tiempo: Un cuarto diminuto, un calentón, mecanizar los movimientos para coger la libertad que encierra el aparto caja calle de tierra, dólares fáciles y un río de miedo. Ciudad Juárez en mi memoria aún respiro la humedad y bravura de tu Río escucho el chicotear de tules y entre sueños, vislumbro una sonrisa fantasma que me heredó inteligencia y apellido. Fui una niña con sueños azules, jugué con pedazos de juguetes, trompos y canicas que encontraba en la calle del basurero recogí hilos y tejí sueños. Nací de un óvulo joven y un esperma inteligente. Disfrutaba la buena comida que veía en la tele y soñaba, con refinados gustos que simplemente, no existieron. Me divertía con mi hermana al pasear por el desierto y veíamos: conejos, serpientes y correcaminos. Y también, pescábamos a orillas del Río Bravo Sin embargo, si no hubiera sido por la prudencia y arrebato de mi madre, fuera una más de ellas, de las muertas de Juárez. No tuviera críos, ni esposo, ni la preñez de estos versos.
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II
Las hojas de los naranjos murmuran reclamos de mujeres pobres para grandes sátiros. En cada reclamo se ahoga una voz, en cada suspiro un padre clama venganza al perverso que asaltó la comisura de 500 clítoris ajenos y merece, ser decapitado. Hoy mi voz quiere una plegaria para el murmullo de los naranjos, para las encarnadas voces que proclaman libertad. Mentira, no hay poemas de amor, concientizadores o ecológicos que reanuden un concierto de amor y paz. Ni existen poemas con fórmula mágica para encontrar a la persona amada. No existe tormento que se prolongue ni amigo que resista indiferencia. Hay días que las voces de las muertas tocan mi sueño y entre tres y tres y media, una inquietud oprime mi garganta sin sosiego, inquieta vivo un instante: oscuridad atroz, se desgarra un voz casi adulta, hambre de justicia en ojos inocentes, piedad; ataduras, forcejeos y el miedo desbordarse entre las espinas del desierto. Las voces de las muertas deambulan, cada vez son más tenues se disipan trémulas en barrancos, basureros, En baños de fábricas aún susurran, en los suburbios retumban y el desierto las recoge en su seno.
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III
En 1993 un manto oscuro cubrió a Ciudad Juárez Atmósfera de frontera turbia, el ángel de la muerte pintó en su territorio una enorme cruz de ceniza. Un silencio enconó la herida, y la perforó tímida entre su gente. Frontera púrpura, que desde el 93 brota de la Madre Tierra. Maquiladoras que succionan la sangre de obreras marginadas y destinadas al olvido. Ciudad Juárez, coladera del sueño americano. IV Cobarde el que arrebata la integridad ajena; mientras unas manos malditas y agresivas arrebatan el aire a féminas de larga cascada, delgadas y morenas. Este aire fronterizo que destila olor a muerte, a “lechada”, a nardo y crisantemo. Las hojas esmeraldas tararean una canción de paz. Mujeres de cal, albas, atribuladas de gracia que portaban el pecado de ser pobres y extraviaron, el camino a casa. Hoy la fuerza imbécil de unos perversos nos arrebató a las 500 bellas que no cantarán más una canción de cuna por simple hecho de nacer con el pecado de ser hembras. Hoy les pondremos un marco de oro para darles la dignidad que no tuvieron en vida. Y, que la Justicia Divina tome juicio por su propia mano. Palacios Rojas Berónica
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Décima enamorada
Décima procura que no la vean sus dos hermanas, hace nudos a escondidas en un hilo en especial que tiene marcado con azul, tarde o temprano iba a suceder era inevitable: se enamoraría leyendo una historia al medirla con su vara, no fue de un príncipe noble, no fue de un hombre hermoso, sino de un poeta que le dedicó un décima que no ha concluido.
Arturo Accio
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¡Bendita Muerte!
Cuando juego a la lotería deseo que salga la muerte porque con ella gano… obtengo el triunfo.
Muerte te necesito, eres inevitable ¡Bendita Muerte!
Raquel Pérez Delgadillo
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Muerte. Ubicua.. Efigie que… Resolla …. Temores en mi …. Efímera vida….. I Regreso al pueblo vestido de otoño a buscar el ombligo que enterraron mis padres a la sombra de retama florida. ¡Espera! no me lleves muerte deja ver, otro abril vuelo de mariposa deja que florezca mayo en soles de pitayas en la lluvia de junio volarán luciérnagas prendiendo sus cachimbas permíteme bañarme por última vez de ausencias en el río. II Voy a cubrir mis ojos cuando apuntes tu guadaña por los poros brotará la sangre azucarada aunque agonizo muerte no me has vencido, porque mi vientre germina siete veces siete ¿Y acaso en mil años la nieta de mi nieta seré yo misma? Guty Santana 37
La Calaverita parlanchina
Por el tétrico placer en las delicias de su armoniosa música merodeaban un convento cinco nobles polluelos.
Entre ritmo de guitarra de tambor, de teclado una mujer y cuatro hombres interrumpían el silencio.
Dicen las malas lenguas que se los llevó la huesuda una sombra parlanchina rumbo al panteón cercano al conjunto tetragrama los que en vida así se llamaron.
Tomás Vázquez Arreola
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El ave voló Aprendí a hablar y pregunté a un pájaro cómo tejer un nido.
Y el ave voló
Supe reír, he aprendido a llorar.
A amar la tierra, a cantar la canción a responder sí o no, o decir adiós con firmeza.
Y no sé, si sé, pero mis padres me enseñaron a hablar y el día a llorar los muertos.
Y sé, que sé morir, porque supe nacer.
Más no aprendí a tejer un nido porque el ave voló. Tijelino
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La muerte (o su alusión) hace preciosos y patéticos a los hombres. Jorge Luis Borges
Cuando apague la lámpara seré cómplice sumisa de la rutina biológica del cuerpo. Oscurecerán las velas de mis ojos y los incendios que apagaron mis peores días. El sol quema ya mi espalda quedo en deseos: no basta una noche para enfrentar fantasmas. En el instante de una mínima revelación entrego con certeza mi sueño de inmortalidad.
Florita Villegas
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