Espiga 20

Page 1

ESPIGA DE PAPEL

RETAZOS DE AMOR No. 20 1


espigadepapel@yahoo.com.mx SNTE Sección 16, febrero de 2013

Colegiado de Desarrollo Educativo y Cultural Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte Francisco Sarabia 240, colonia Progreso Sec. Libertad Guadalajara, Jal. Mex. Tel. 38 83 11 00 ext. 215

Director General: Flavio Humberto Bernal Quezada Coordinadora del proyecto: Ma. Justina Santana Tejeda Corrección de Estilo: Hugo Salvador Bautista. Diseño Editorial: Ana Paola López Santana, Rita Camarena Ramos Portada: Retazos de amor Autor: Ana Paola López

Impreso en México

Estos poemas podrán ser reproducidos y difundidos respetando los créditos y solicitando el consentimiento de los autores por escrito

2


Editorial

La revista Espiga de Papel nace a partir de una propuesta de varios escritores y maestros con la necesidad de expresar sentimientos de afecto y agradecimiento al colega, al amigo, al ser querido… sin perder de vista la filosofía de la casa que permite su coincidencia, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, Sección 16, bajo esa palabra propia de su eslogan: “Fraternalmente”. Con este sentimiento de amistad y amor se origina y prepara una primera edición de textos narrativos y poéticos que llevó por nombre: “Poemas por la amistad y el amor”, que se transformaría en diversas variaciones de campos semánticos en los siguientes números de la publicación ya con el nombre de Espiga de Papel, con títulos como: “Amor y Tequila”, “Poemas de amor y desamor” y el presente número 20: “Retazos de amor”, en donde es posible encontrar un mosaico completo de estados de ánimo de cada uno de los colaboradores que han confiado en las páginas de Espiga de Papel, al tiempo que se hace patente la afición apasionada que se tienen por la literatura entre los docentes y amigos de nuestro país y del extranjero. Así, la existencia de nuestra publicación en ya una veintena de números es evidencia de la necesidad de espacios de comunicación artística para las inquietudes de un creciente grupo de compañeros ansiosos por demostrar sus dotes literarios y que tienen a bien engalanar esta propuesta de expresión. La línea por la que se promueve la literatura en este espacio es fomentar el gusto por la lectura y la escritura, no sólo con nuestros niños y jóvenes, sino considerando además a Espiga de Papel el espacio de proyección natural para nuestros amigos y profesores que necesitan

de un medio para delinear sus

posturas, gustos e ideales y que con la atinada coordinación de un grupo de colegas se le da forma a estas muestras de arte vivo. Les invitamos entonces a disfrutar de este recital de palabras y danzar sobre las melodías de la elocuencia con dedicatoria especial al amor y al desamor.

3


Índice Poema 6 Aceves Ramos Gloria Patricia………………..….06 Ocaso al amanecer (Aldana Hernández Luz Adriana)……………..….07 “Poema a Dios por un amante” (Bañuelos Gallardo Edmi Saraí)………………....09 Boca roja / Me gusta el mundo contigo (Bautista Campos Hugo Salvador)……………....11 Memorias de Marte y Venus (Brambila Manuel)………………………….………12 En la penumbra (Camarena Ramos Rita)………………….……….13 El brillo de una estrella (Carbajal Ibarra Lulú)…………..……………..…..14 Anoche desperté del mismo sueño María (Clavellina Víctor)………...…………………..….. 15 Así como la rosa (Collignon Orozco Alfonso Javier)………..……..16 Perene (Dávalos Rocío)…………………………….……..17 Negación (De la Torre Vega Martín)……………………..…18 Me gustas y Amor (Delgado Guerrero Isidro)…………………….…19 Heridas (Domínguez Angélica)………………………….…20 Aquellas sensaciones (Figueroa Íñiguez Mayra Lizeth)………....……...21 Tu ausencia (Für Endomontagea Engel)…………………..….22 Un sueño (García Suárez Austre)…………………………..23 El verdadero amor (García Valdez María del Carmen)……………...24 Pedazos de amor (Gómez Castillon Cynthia Marlene)……………..25 Síntesis (González Salmerón Lourdes)…………………...27 La osadía de amarte a destiempo (González Ibarra David)…………………….……28

4


¡Cuánta envidia te tengo! (Hernández Karla)……………………………..… 29 Extremos, Resaca sentimental (Hernández Valenzuela Antonio Enrique)……...30 Mi linda Paloma (Huerta Hernández Epifanio)………………….…31 Tu boca (López Morales Ramón)…………………….…....33 De aguas turbulentas (López Santana Ana Paola)..……………….…...35 Carta a mi esposa (Luna Marcelo Antonio)…………………………..36 Recuerdos extraviados (Lupercio Figueroa Daniel)….…………….…….37 Enamorada (Meza Rojas Martha Beatriz)………………….…38 He dejado de revolver…., Tengo miedo (Neri Alberto)……………………………………...39 “Oí llorar una casa” (Parada Orozco Carlos)……………………….....40 Eres yo (Ramírez Delgadillo Carlos Alberto)……........…42 Envidia (Ríos Velázquez Onofre)………… …………..…43 El amor ido (Rodríguez Gómez Jesús Enrique)………….….44 El día amaneció gris (Santana Tejeda Ma. Justina)…………………...45 Soy culpable de odiar al amor (Ulloa Rodríguez David Ernesto)……………..…46 ¡Dónde está la vanidad! (Vázquez Arreola Tomas)…………………….….47 Me gustas, me gustan, me gustas (Venegas Aguilar Reyes)………………………...48 ¡Qué vivan los novios! (Zárate Martín)………………………………….…52

5


Poema 6 Mi amor no mío no es mi pelo con hermoso aroma no son mis manos disueltas y apacibles. Mi no amor mío la silueta que poseo plantea deformes asuntos en torno a mí, y mi voz puede no ser sutil mi amor no mío de mí, mis posesiones pocas son sólo tengo letras, sueños, y el par de tenis cansados mi lúgubre y pensante no amor mío mi rostro es doliente y a veces la mirada se envuelve en nubes melancólicas mi dulce y amado no amor mío mi espacio es débil y quebrado heredé el desorden de un eco, y duermo por placer, por sentir, por encontrarte en mí, siendo mío. Mi querido y suave amor no mío lo sentido no te lo puedo alejar, lo dolido no se puede perder tus manos no encuentran la sal de las anteriores, sólo estoy yo aquí mi amor no mío esperando no ser quien deseas que sea mis anhelos son a partir de ti, de crearme en ti de llorar para ti hermoso y querido amor no mío que feliz pensar que te soy que me amas y anhelas nunca de mí no amor no mío nunca de ambos mi pelo es sombrío, mi voz difícil, mi espacio lloroso mis posesiones nulas. aún por esto te amo aun así no serás de mí.

Gloria Patricia Aceves

6


Ocaso al amanecer Estaba muerta… sí, muerta. Recuerdo mi muerte desde un principio, como si fuera mi película favorita, pero esto, esto era diferente… ¡Santiago yo no te engañe! –le dije envuelta en lágrimas. ¡Eres una mentirosa, te vi con ese chico y tú lo besaste! –dijo furioso, con lágrimas, pero de enojo. Estás loco… lo del beso se te pasó… ¡él es mi primo y yo no lo besé! –respondí gritándole. No podía creer lo que decía, estaba enojado. Por favor Santiago yo jamás te engañaría, yo te amo desde el primer momento que te vi –le dije mirándolo a los ojos. ¡Qué gran mentirosa eres! ¿De dónde sacaste tantas mentiras? ¡Márchate de mi casa! –dijo mucho más furioso que antes. No es ninguna mentira y no me iré hasta que me escuches. Mis lágrimas no cesaron, en ningún momento lo hicieron. Entonces te sacaré yo. Santiago me tomó de los brazos y me sacó de su casa dejándome botada a media calle. ¡Abril cuidado! –fue lo último que escuché antes de que ese camión pasara sobre mí. Hoy volveré a la tierra, sí, después de un año de ser tomada como muerta regresaré. Dios me lo permitió, dijo que tenía unas cuantas cosas que descubrir para seguir adelante… Cinco horas después allí estaba, parada frente a la casa de Santiago. Toqué el timbre y me escondí tras un gran arbusto. Él salió, frunció el ceño al no ver a nadie, dio unos cuantos pasos revisando si eran esos pequeños del vecino jugando como siempre, y yo aproveché, entré a la casa y me escondí detrás del sillón. Santiago entró, cerró la puerta y se sentó en ese mismo sillón. Estaba nerviosa ¿Cómo podría decir algo? Nunca perdí el rencor que le tenía, nunca he podido olvidar ese día, me levanté cuidadosamente para que no me escuchara, pero al voltear a verlo supe que no lo haría, tenía puestos los audífonos y en sus manos una foto. ¿Mía? Sí, una foto mía. De sus ojos salían lágrimas que caían en el vidrio que cubría la foto. ¿Será esto lo que Dios quería que supiera? ¿Él nunca me olvidó? Con ambas manos tapé mi boca y retrocedí unos cuantos pasos, topando con el comedor, pero algo hizo que me sobresaltara, un vaso que estaba sobre la mesa cayó quebrándose en miles de pedazos, haciendo que alguien aparte de mí se asustara, quitara sus audífonos y estrechara contra su pecho el retrato que gracias a sus lágrimas había quedado empapado. 7


Con temor giró su cuerpo y al verme allí sus ojos se abrieron de manera inaudita, estaba más que sorprendido, pero sin pensarlo corrió a abrazarme y yo no lo solté. Sus lágrimas no dejaban de caer y entre sollozos me dijo: “Perdón, perdóname, no quise hacer eso, no sabía lo que hacía”. Se quedó callado por un momento, se separó de mí, me observó varias veces y con nerviosismo preguntó: ¿Estas viva? Tu muerte fue hace un año. Sí, pero volví, me permitieron hacerlo, no sé por cuánto tiempo, pero estoy aquí ahora – respondí con lágrimas y apenas esbocé una pequeña sonrisa. Entonces, ¿eso significa que tengo otra oportunidad para remediar mi error? –preguntó con gran sinceridad y un brillo inigualable en sus ojos. Esa es tu decisión –respondí sin dejar de mirarlo, tenía lágrimas que sin previo aviso salían de sus ojos. Esta vez no fallaré, no de nuevo. Seguido de esas palabras me abrazó y le dije al oído: “A veces, tienes que cometer un error para darte cuenta de cómo hacer las cosas bien”. Luz Adriana Aldana Hernández (13 años)

8


"Poema a dios por un amante"

Lo amé. Aunque ya era de otra, lo amé aún en la lucha con sabor a derrota. Bien sabía que no era mío, pero aún así lo amé. Señor: Él no fue culpable la culpa es toda mía no lo juzgues a él. El pecado yo lo he cometido desde que encontré las virtudes que él llevaba destellando a flor de piel. Sé que he pecado en contra de una ley, una ley sagrada, una ley divina, tan divina como él. Yo elegí algo que no me pertenecía, a alguien quien ya camino tenía. Y aun habiendo tanta gente... lo elegí a él. Sí... es verdad que en esta vida hay muchas cosas sin dueños, los mares, el viento, los cielos, los sueños Pero yo...lo elegí a él. 9


Y sé también que hay dueños sin merecerlo, que obtienen un mundo y no saben tenerlo, y convierten en lodo un lago de miel.

Señor: No nos juzgues por querernos el error no es de él, ni mío, el error es de un sitio vacío que pude llenarlo como desbordante río. Perdón por tenerlo conmigo aún en sus brazos, perdón, porque frente a ella mirara mis ojos y pensara en mis labios. ¡No Dios! La culpa no es mía. La culpa es de un día en el que yo ya existía ¡Y con tanto cariño lo supe llenar de alegría! Yo siento mucho el culparte a ti Señor. Pero la culpa tuya ha sido. Por hacerlo bueno y en este mundo el mejor que tú mismo... hasta mi vida has traído.

Edmi Saraí Bañuelos Gallardo

10


Boca roja, molusco carmesí. Sabes mi cuerpo. Húmeda bajas a mi costado y te quedas quieta para que imagine el ritmo lento de tu nueva trayectoria.

Me gusta el mundo contigo. Tiene horas para contar luciérnagas y un sol para colgar en el cuarto que ahuyenta el pronóstico del miedo.

Hugo Salvador Bautista

11


MEMORIAS DE MARTE Y VENUS (Para Alejandra por su cumpleaños) El amor de nosotros ya no es tanto internados en nuestro Marte y Venus, ahora nuestro amor es el calor de nuestros muslos y nuestros talones.

A veces la estrella de la mañana quita las nubes que la ensombrecen, entonces el amor que nos tenemos rememora las formas del principio.

El amor de nosotros es de abrazos para que nuestras pieles se acaloren y podamos dormir noches de invierno aunque la hoguera no se haya encendido.

Cuando Venus reclama la presencia de Marte en comunión de frigideces deshacemos los hielos de los montes y hacemos que florezcan los recuerdos.

Ahora recuerdo que Marte no envejece y que Venus será por siempre joven. Recuerdo, ahora, que el problema de ellos es asunto tan sólo desmemoria.

Antes que llegue la total amnesia, antes que alzhaimer mate los amores, vamos amando como Marte y Venus, como si fuéramos un par de jóvenes. Manuel Brambila 11 de enero de 2013 12


EN LA PENUMBRA

En la penumbra de mi cuarto pienso en ti busco en la oscuridad alguna cosa que me recuerde a ti

Por la ventana puedo ver un atardecer que quisiera compartir contigo

En la intensa búsqueda para encontrarte, vienen a mi mente desafiantes dudas de ti que quisiera borrar en ese instante.

¡Mi corazón lo tienes! con mi mente y mi deseo

Cuando estás lejos, vuelvo a la penumbra de mi cuarto, recordando noches que has pasado a mi lado

Cada imagen tuya hace que palpite mi corazón por tu recuerdo.

Busco tu cara en la noche, tus ojos en el cielo, y tu presencia en mí.

Rita Camarena R.

13


El brillo de una estrella

El amor es como la hoja que se lleva el viento sin saber en dónde cesará como el fuego en el firmamento y cenizas en secreto el rocío refrescará el amanecer llena de agua rebosante de vida tu aroma soltando el viento se la lleva el sol te deslumbra, la tierra dándole vida sí, para qué necesito más vida teniéndote aquí conmigo idolatrando una esperanza y mi madre que me alcanza aún en la tierra y la otra dando luz y esperanza aquí yo esperando esa alma que no alcanza a conquistarme

Lulú Carbajal Ibarra.

14


Anoche desperté del mismo sueño María, ¿qué debe hacer uno para no soñar? Era ese en el que te come un perro aquí mismo en nuestro cuarto. Ya estoy viejo, son muchos años a tu lado María, somos igualitos, nada más que tú vas a la derecha del camino y yo a la izquierda, por eso mismo ya no quiero soñar, porque ya no me hace falta, porque en este cuarto tu respiración en la noche lo llena todo, y eso es suficiente para mí.

Víctor Clavellina

15


De repente se presenta una tormenta en la vida que lo mueve brutalmente, desbalancea tu ser pero teniendo de aliado al amor se sobrellevan más fácilmente te fortaleces y aprendes del dolor que te causó. Alf

Una caricia, un roce.... Un día, una palabra de tu boca, un mirarte, admirarte... Un saberte mujer completa… Un beso tuyo... Tu belleza me trastoca el corazón…. Tu ser me mueve y conmueve…. Cuando dos cuerpos se acoplan, la música que surge está tan llena de notas que no puedes sólo escucharla, tendrías que crearla piel con piel, suave tersa tibia.... Sintiendo el compás de la música..... Cada movimiento cada mirada cada susurro completa la sinfonía..... Al amanecer sólo recordaremos la sinfonía creada…….. La sensación de ser cómplices de vida…. Alf

Alfonso Javier Collignon Orozco

16


Perenne

Deseo un lunes que perdure toda la semana, y poder eternizarlo día y noche entre tus alas, enmarcarlo con besos rebosantes en delirios; permitiendo que suspendan el avance de las horas. Entintarlo con paisajes de caricias, que confiere el erótico pincel de nuestro tacto, conversar con roces sazones y festivos; degustando a fuego lento el sabor de tu mirada. Custodiar el afable aroma que a mi sabia has legado, cultivarlo, protegerlo, atesorarlo; sólo contigo abrir mis alas antes fraccionadas por la aflicción y el llanto. Eres cada inspiración asida en mi sentir, cada paso que doy compartiendo mi adoración contigo, nadie más lo hará, ya que tus ojos me dicen la magnitud de tu querer. Concibo ahora que llorar no es deterioro si tú me alientas, desaparece el dolor entre tus brazos, penetras mi razón cuando me hablas, cada sueño se torna posible; y hoy, es factible el mañana. No hay espacios deshabitados entre tu cuerpo y el mío, nuestras almas fusionadas, vinculadas en un sólo fulgor; puedo el edén surcar sin temor a caer en el mar del olvido. Alojarme a tu lado sintiendo el placer llevado a tal punto, que conjuga la vida y la muerte en un segundo…

Rocío Dávalos 28/12/11

17


NEGACIĂ“N

Volutas de sutil juego se fugan de tu mano, hasta los cielos... se escapan, para fundirse con las nubes, por los intersticios de la celosĂ­a, De tus ojos.

El humo se hizo hilo, para tejerle a la luna, un velo nupcial, o una escalera trapecista por donde suban las ilusiones, que de tus ojos surgen...

De esos ojos, aves aprisionadas que al mover las alas, salpican el agua del yacimiento.

El cigarrillo se consume con el fuego de tus besos reprimidos, y tu cuerpo yace, Sobre el luto del amor negado. ď‚Ľ

MARTORREV

18


Me gusta para Lourdes Me gusta adivinar el día en tu mirada adivinarme en tus pupilas refrescarme en tu aliento amanecer contigo y palpitar en tus venas como la sangre que te fortalece que te vive y te nutre. Me gusta amanecer contigo a modo de almohada y que me arropes más allá de una sábana que me alimentes pizza de jamón y piña que me des una niña sonriéndome en tus ojos.

Amor para Lourdes, otra vez Salí temprano a trabajar a puntillas anduve no quería despertarte He dejado el corazón a tu lado para que vaya siempre donde el tuyo En la tarde nos vemos te traeré unas gardenias tú procura traer un beso fresco. Isidro Delgado

19


Heridas

Se desvanecen tus sueños, tu mundo se desploma, en estampida huye tu entorno. Cambias, mudas la piel, quedas expuesto.

En un parpadeo te quedas solo, es una ilusión, estoy contigo, fusionada a tu ser.

No más soledad, beberé tus miedos, sanaremos heridas y volaremos juntos en nuestro cielo.

Angélica Domínguez

20


Aquellas sensaciones

Aquella sensación que dice ser admiración. Aquella sensación que dice ser amor.

Aquellas mariposas que siento en mi estómago. Se dice que esa sensación es verdadero amor.

Cada vez que te veo. Cada vez que te escucho. Cada vez que te siento cerca está conmigo.

Una vez que te veo. Una vez que te escucho. Una vez que estoy contigo… se vuelven mil veces que no me quiero separar de ti.

Mayra Lizeth Figueroa Íñiguez

21


Tu ausencia

Envuelve mi celda, la oscura tiniebla, se niega Morfeo a estar junto a mí, divaga mi mente, se ausenta del cuerpo, traspasa el espacio, evoca tu tez. De tanto añorarla, se mojan mis ojos, la mente se crispa, deseando tu piel, pidiendo tus labios turgentes mi boca, sacuden sollozos todo mi ser. Es tanto el deseo de verte a mi lado, que los sentidos se burlan de mí, se engaña el oído, te escucha en la nada, el tacto confunde la almohada y a ti. Los ojos te miran en aquella sombra, el olfato cree percibir tu aroma, el gusto fallece a falta de besos, los besos que sólo espera de ti. Así son mis noches, grandes con tu ausencia, eternas las horas, inmenso el dolor, entorno los ojos, te traigo a mi lado, y recorro a besos todo tu ser. Se llenan mis brazos, al sentir tu cuerpo, la llama se enciende envolviéndome y al abrir los ojos deseando mirarte, encuentro vacío donde estabas tú. Y llega el invierno, congela mi cuerpo, me toma el silencio, me rompe el temor, llorando comprendo, que ya no te tengo, que cubrió tu ausencia, un acre dolor…

Engel Für Endomontagea. 12 de Agosto

22


UN SUEÑO

Qué bien que estás aquí llorando, qué bien que estás aquí pidiéndome perdón me alegra que ahora sufras después de tantos años de ver como tratabas a este pobre corazón qué bien que estás aquí rogando por un beso después que me negaste todo lo que pedí no alcanzo a comprender tanta locura si fuiste mi veneno ayer hoy...eres mi cura esto es un sueño que mucho tiempo estuvo dormido o prisionero me quisiera vengar de tanto daño sólo acierto a decir cómo te extraño estoy dormido porque despierto de hacerte daño mejor… me muero.

Austre García.

23


El verdadero amor

Es increíble pensar que dos personas totalmente distintas y distantes en un momento de la vida puedan vivir una relación de amor con toda clase de pruebas, experiencias y vivencias que lleguen a afectar a mucha gente a su alrededor. El egoísmo, protagonista principal, donde sólo yo importo y si destruyo un hogar no importa porque yo soy feliz, yo no tengo la culpa de que este hombre maravilloso haya llegado a mi vida cuando él estaba casado; la soberbia, segundo actor de esta novela, donde yo todo lo podía, tenía un buen salario y podía darme los gustos de comer en restaurantes, de pagar con la tarjeta sin importar hasta donde se excedería el crédito, lo único que importaba era que yo estaba viviendo mi sueño; la vanidad, no menos importante era mi rostro y mi cuerpo, que hacía lo que fuera por estar de muy buen ver para gustarle a mi pareja, hacía ejercicio con el pretexto de una lesión en la columna y debía estar delgada para estar siempre apetecible a la vista de los hombres, cualquier mirada o piropo eran como alimento a mi ego; la gula, uno más de qué hablar, las comidas excesivas en los bufetes para después matarme en el gimnasio, y qué decir de la lujuria, si todo giraba alrededor del sexo, y no importaba ni lugar ni espacio, todo era cuestión de estar un par de minutos solos y eso podía pasar, para después estar haciendo mofa de lo audaz que era. Todos los pecados capitales se encerraron en la novela de mi vida, y creía que así sería siempre, cosa más lejana a la voluntad del que es amor, Dios. En un vuelco de la vida el hombre enfermó y un año más tarde murió y todo se acabó. Me di cuenta de todo el mal que causé, pedí perdón a mi Creador, Humillé mi cuerpo y mi alma ante la presencia divina de quien todo lo puede, con gesto amable me recibió en sus brazos, me consoló, curó mis heridas y me devolvió la dignidad de hija de Dios y todo esto como si realmente lo mereciera. El amor de Dios es el único y verdadero, por el que vale la pena abstenerse de toda locura terrenal que sólo nos arrastra al fuego eterno. Si ese hombre reviviera en estos momentos y recordara todo lo que vivimos, no lo cambiaría por el amor que tengo ahora por Jesús mi Salvador. El que tenga oídos para oír que oiga. María del Carmen García Valdez

24


Pedazos de amor

Él me hizo creer que estaría conmigo para siempre, no dudé de él. Confié en sus palabras, que me hacían sentir hasta entonces la mujer más feliz del mundo. Lo conocía poco, pero fue bastante para enamorarme, con su actitud, su alegría, su manera de ser al estar conmigo, sus cuidados, su cortesía. Aunque con su familia no actuaba de la misma manera. Intenté hablar con él para saber cuál era el motivo de su mala conducta hacía ellos. Me dijo que antes, de pequeño, su vida había sido muy trágica. Entonces para que fuera más tierno comencé a charlar con él, para que fuera una mejor persona. La verdad nunca había conocido a nadie que tuviera tanto dolor en su pasado, y que por causa de eso estuviera lleno de rencor y coraje durante mucho tiempo. Lo escuché, para que sintiera mi apoyo, y se sintiera seguro, y al mismo tiempo que supiera que no estaba solo, que con mi calor, mi cariño y mi amor lo apoyaría para salir adelante. Pasó el tiempo, y nuestra relación era cada vez más grande, dábamos paseos, salíamos a comer, íbamos a patinar, corríamos por las mañanas, entre otras cosas. Me llevaba a conocer lugares extraordinarios, con él pasé momentos inolvidables, doy gracias por haberlo conocido, porque a pesar de sus defectos yo lo amo. Afortunadamente, después de tantas cosas vividas el depositó toda su confianza en mí, sus actitudes eran mejores, convivíamos mucho y éramos muy unidos, y se volvió más cercano con su familia, que por cierto, era fantástica, me querían mucho. Me invitaban a sus reuniones, y a sus fiestas, y yo con mucho gusto aceptaba, la verdad me la pasaba muy bien con ellos, eran adorables. Pero todo lo que era color de rosa, se fue convirtiendo en una terrible oscuridad, él, el que llenaba de luz mi camino y mi vida de esperanza, se dejó influenciar por nuevas amistades, aquellas le decían cosas horribles de mí. Él no quería escucharme, parecía que les creía más a los maleantes de sus “amigos” que a su novia. Y comencé a pensar dónde había quedado su confianza. Miles de ocasiones intenté preguntarle qué era lo que pasaba, pero me ignoraba.

25


Traté de hablar con ellos, los tipos que le metían ideas en la cabeza, para que no le estuvieran diciendo cosas inhumanas, y mucho menos de mí. Quería hacerlos entrar en razón, y decirles lo mucho que lo amaba; pero no sé tocaron el corazón, eran perversos. No tomaron en cuenta ni una de mis palabras, sólo se burlaban de mí, y fue entonces como comenzaron a amenazarme. Dijeron que si no lo abandonaba de inmediato acabarían con él, le harían el mayor de los daños. Yo no sabía las razones por las que me pedían tal cosa, era algo triste, demasiado, no quería perderlo. Sólo a él había amado de verdad. ¡Y tan sólo pensar que después de tantas cosas, estaba por perderlo, en un abrir y cerrar de ojos! No sabía qué hacer, ¡yo sólo quería que él estuviera bien! No quería que le hicieran daño, y mucho menos por mi culpa. Me decidí a contarle todo, más no le dije la verdad, sentí que no me creería, aunque al menos tuve suerte de que me escuchara, sólo una vez, la última. No tuve más remedio que mentirle, y alejarme de él para siempre. Sólo deseo que sea feliz, que donde quiera que se encuentre esté bien, y me recuerde como algo hermoso. Mientras yo, reconstruyo a pedazos mi corazón, mientras intento seguir viva, aunque sin él. Cynthia Marlene Gómez Castillón (13 años)

26


Síntesis Lourdes González Salmerón A Isidro, mi par, mi vida. Ahora que pienso en el ayer tengo un grato recuerdo de un abrazo robado una noche de agosto. Recuerdo las largas caminatas entre el esmog del centro, la banca de San Francisco testigo de las horas de conversación y cobijo. ¿Recuerdas aquel día en que nevó? “Te regalo la luna”, me dijiste y con tu mano la alcanzaste, por eso cada que se asoma entre la noche sé que me pertenece aunque otros amantes creyéndola suya se enamoren. ¿Cuántos días, cuántas noches, cuántos besos, han pasado desde entonces?

Nueve años apenas de despertar sabiendo que tu cabeza se resguarda en mi pecho que tu piel me cobija en un abrazo que tu mirada sincera me renueva nueve años apenas y nuestras manos siguen abrazadas como en aquella noche en que me regalaste la luna. Ahora pienso en el ayer y sé que podemos seguir caminando por las calles, sentarnos en una banca conversar abrazarnos despertar junto a ti con la dicha del primer día y seguir juntos y de la mano.

27


La osadĂ­a de amarte a destiempo de afilar los labios y apuĂąalarte a besos

La fuga de mis versos clandestinos amotinados en el vuelo en las alas de un suspiro

La plegaria que recitan mis manos en el templo de tu vientre la madrugada herida y tras las brasas nuestros cuerpos de ceniza.

David GonzĂĄlez Ibarra

28


¡Cuánta envidia te tengo! ¡Cuánto coraje genero al ver que tú puedes reír y no sufrir! Mientras yo lloro y sufro en silencio, mientras disimulo lo que siento. Y envidio que puedas olvidar las cosas que puedes ver o escuchar mientras yo caigo en un hoyo, en el vacío que por sentir y amarte como lo hago no podré dejar JAMÁS. Karla Hernández

29


Extremos Traguemos el orgullo, que la vida nos dio como alimento, y seamos claros en lo que sentimos. Y no demos por visto, lo que nuestras miradas buscan, al enfrentarse. Dejemos libre al instinto, que en nosotros se alberga y saciemos la sed... De deseo, que brota de nuestros cuerpos, y que sólo se seca, en las dunas de seda.

Resaca sentimental Hoy vomite tu recuerdo, y lo plasmé en un papel, escupí tu nombre en el viento y una vez más lo escuché, gritando en mis oídos, aullando una mentira. Y vi tu silueta en mi mente, llorando una sonrisa, que tu cara nunca mostró.

Antonio Enrique Hernández Valenzuela

30


Mi linda paloma

mi blanca mujer tu dulce boquita me brinda placer. Estar a tu lado la noche y el día probando tus labios cual dulce sandía. Sentir de tu boca la exquisita miel y endulzar la mía que parece hiel. Mi linda paloma olor de café, me das con tu aroma suspiros de fe. Suspiros del alma consuelo feliz, me robas la calma dichosa de ti. Suave terciopelo flores de rosal eres tú mi anhelo mujer sin igual. Mi linda paloma de tierno mirar vuela, vuela, vuela a mi palomar. 31


AllĂ­ te espero sobre mi pajar con brazos abiertos para enamorar. Peinar tu trencita tan suave, tan lisa y luego escuchar tu alegre sonrisa. Observo en silencio tu gesto, tu canto, eres como niĂąa con placer y llanto. Eres exquisita, paloma del alma tus besos me llenan de placer y calma. Mi linda paloma mi sueĂąo de amor radiante tan bella que opacas la flor.

Epifanio Huerta

32


Tu boca

Busco con anhelo la fuente que mitiga mi sed, y la hallo, pura y cristalina, emanando de ti. Para mi vehemencia existes tú, agua de lluvia vuelta mujer.

Te busco en los veneros donde nace la libídine, sabiendo que estás entre luz de callejas y sombras de carmín.

Te encuentro como siempre, perenne esperando la noche y,

al menos en mis sueños, esperando por mí.

Tus ansias son mis ansias y tus deseos inertes mi refugio; ya sólo imploro que tus ojos digan sí al abrigo que te ofrecen mis pecados.

La sed me castiga, pero tu saliva refresca mi boca; tu saliva es fresca, como manantial de rosas, pero logra desatar la hoguera en mi vientre mientras nuestras lenguas juguetonas se desbordan.

33


Tus besos se me antojan a mordiscos silentes y labios entrelazados. Que sea mi boca castigada por tus dientes, que sean mis labios heridos por tu boca. juegas a detener mis esperanzas, conviertes en fuego cada escaño, y sonríes traviesa y tus ojos no hacen más que alentarme a quererte despacio.

Son tus besos los que cubren mi boca, y así el amor comienza en tus labios.

Tu mirada me traspasa, tus ojos lo saben: hoy tus curvas se me antojan, y se me antojan tus piernas, tu ombligo, tus mejillas, tus manos, y tus labios -¡Dios, tus labios!-, tus labios ¡cómo se me antojan!

Ramón López Morales

34


De aguas turbulentas el mar que habité por largo tiempo me llevó a inundar los deseos que perdieron rumbo.

Náufrago y perdido en la inmensidad de las tentaciones mortales me extravío y olvido que aún te necesito. Me alejo de ti para que no mueras…

Tranquila, serena la linfa permanece inerte y al menor atisbo de tu existencia se quiebra el espejo de la bonanza.

Y sin esperanza alguna de que a mí regreses se me inundan los ojos de angustia por perderlo todo.

Sí, lo que tú me dabas.

Ana Paola López Santana

35


Carta a mi esposa Si pudiera escribir lo que por ti siento me faltarían hojas, tinta y tiempo y prefiero disfrutar de tu presencia, como un niño disfruta de su golosina predilecta hoy regresan recuerdos a mi mente, como el día que te conocí cuánta alegría sentí al verte, tal vez sabía que serías para mí por siempre pasamos tantos momentos felices, pero algo que no olvidaré jamás es ese primer beso recuerdo, ya me despedía tus labios rojos me invitaban a tocarlos y hubo unas palabras, creo fue un hasta luego o un hasta mañana; pero nuestras miradas no se apartaron uno del otro, y sin darnos cuenta así pasó ese gran momento: ese beso que cambió mi vida para siempre caminando sonriente, lleno de amor y dicha entre la gente que notaba mi alegría, les dije: es amor así espero vivirlo eternamente y así he pasado la vida diciéndote con la mirada no me olvides vida mía y siéntete segura porque eres bien amada es tan lindo saber que existes y estas siempre aquí a mi lado no existen palabras para expresar lo que yo siento si alguna vez me notas ausente, no estoy distraído sólo pienso: “y si no te hubiera conocido” confieso que siento miedo de ese pensamiento y doy gracias a Dios porque estás aquí conmigo para mí, eres mi manantial de inspiración en todo momento y con el corazón te digo podrá ocultarse el sol tras la nube gris que en ocasiones opaca nuestras vidas podrá el río cambiar su trayectoria y no regar más a nuestros jardines que dan vida podrá el trabajo por horas separarnos pero jamás se acabará el amor que por ti siento sé que eres mi tesoro amada mía y que cuento contigo cada día sabes tú que puedes contar conmigo, no hoy si no toda la vida y no perder lo que Dios nos ha regalado porque con amarte a ti, siento que la gloria me he ganado. Antonio Luna

36


Recuerdos extraviados Mereces la absoluta sinceridad la que desnuda, la que golpea la que hiere y deja desangrando eternidades. Es necesario que el viento hable por ti y se lleve tus pensamientos más profundos difuminando el sueño que tejiste por las noches y escribiendo lo que nunca podrá ser. Mereces estar entre dos cielos que dibujen tu silueta en mis labios y esparza en sus hojas un aliento indescifrable inexistente, dueño del instante preciso. Es necesario que me encuentres distante tan lejano, como el deseo de no perderte tan efímero, que ni el más leve roce te lleve a imaginarme cerca de ti. Mereces el ramo de estrellas que nunca llegará de tanto saberte amada, de todo lo que aclama el destino alterno, el que no se escribe el omitido y olvidado. Mereces estar en el lugar preciso, en el momento justo en que detona el destino para no ser parte de la historia para extraviar todo recuerdo resguardado como el más fino tesoro. Daniel Lupercio Figueroa Cahensy

37


ENAMORADA Quién como tú para amarte tanto, quién como yo para adorarte tanto, enamorada de ti, enamorada de mí, enamorada de la vida que es tuya y mía.

Quién como nosotros que se aman, quién como nosotros que se desaman, quién como nosotros para vivir una eternidad, en amor, en desamor pero siempre juntos.

Martha Beatriz Meza Rojas

38


He dejado el revólver por un rato.

A menudo sueño con volar mi cabeza, cuerpo de Saraí, noches

que

dejar

todo en el enlace del tiempo.

su forma tan peculiar de llamarme

fumábamos

y

éramos

uno.

Extraño el

Jorge. Quisiera volver a

Todos los días

quiero

esas

cabalgar

la

noche. Dejar de vigilarte.

No puedo tocar mis manos hoy. Mis padres

Tiemblan.

quieren hospitalizarme

en el Zapote. Les digo que esperemos a mañana. Los

corro de mi cuarto, escucho Orión de Metallica, quizá tu cuerpo nunca existió. Por eso a menudo recuerdo

que tengo que elegir,

entre quemar tu ropa, silenciar todo. Amarte,

asesinarte.

Tengo miedo a pasear por ese pasillo que divide un mar de voces

De arañarme en aquellos

días

donde tu piel era noche angustia.

Alberto Neri.

39


“Oí llorar una casa ”.

Oí llorar una casa y la busqué con porfía, qué sorpresa me llevé al saber que era la mía. Le pregunté por qué lloras, le pregunté qué te pasa, “Que antes me decían hogar, y hoy sólo me llaman casa.” Dicen que estoy más bonita, dicen que ya soy de altura, pero me siento muy triste aunque he estrenado pintura De qué sirve la fachada de qué sirve el esplendor si dentro de mí no hay nada y se respira dolor. Dónde está lo que sentía dónde lo que disfrutaba nunca pensé moriría el amor que me exaltaba. Cómo cambiaron las cosas, las vocecillas se fueron sólo quedaron gozosas dos que también se murieron. Pues quizá aún se quieren pero no saben decirlo y mientras tanto conviven si es que así puedo sentirlo.

40


Qué pasó saber yo quiero con el amor que albergaba ¿Acaso llegó un tercero a terminar la jornada? Pero los dos aquí siguen no sé por qué, pero pasa quisiera que se quisieran que se apiaden de su casa Siento que Él, la quiere mucho, lo ha demostrado con llanto, pero me atrevo a pensar, que Ella no lo quiere tanto Todo se ha acabado aquí eso acrescenta mis males, ya no se han vuelto a escuchar los acordes musicales Ya no se escuchan canciones mañanitas ni saludos tanto el piano y la guitarra los dos se han quedado mudos Ya no se escucha decir, cuánto el uno al otro ama se concretan sólo a ser dos extraños en la cama Si es así, que triste suerte, tengo envidia de otras casas, quisiera mejor la muerte, que me consuman las brazas.

Carlos Parada Orozco

41


Eres Yo

Eres yo al contemplarme en ti y descubrir que soy tú y que tú eres yo. Eres yo al sentirte en mí al creer que soy tú al profesar que estoy en ti y que me amas tú, amándote yo. Eres yo, sin ya no ser más tú pues ahora soy tú y tú eres yo, puesto que hoy que despertamos juntos, anoche es que yo fui tú y tú fuiste yo… para no ser más tú, para no ser más yo. Así pues, eres yo y yo soy tú. Tú y yo somos el Amor.

Carlos Alberto Ramírez Delgadillo

42


FLOR DE PATULILI Bella flor de patulili adoro tu aroma olor a pueblo grato a campo, a césped suave. Delicia, dulzura de flor varita fina de lujo al nacer el día despiertas con ánimo y mucho amor. Si te corto para adorno tu suave tacto me incita con tanta intensidad que se nubla todo mi ser. Al mirar el campo inmenso con su manto de alfombra allí estás tú, amante flor seductora de encantos.

Onofre Ríos Velázquez

43


El amor ido

Recostado en medio del silencio de esta latente agonía de permanecer en la nada, me regocijo al pensar que me queda mi cuerpo y que en algún lugar encontraré quien pueda ver la figura que me queda, aquella que alguna vez despertó sensaciones y pensamientos propios del amor puro. Me estremezco al recordar las palabras, las promesas incumplidas por no tener más fe que la esperanza vieja del amor vendido, ese que se compra con las ideas de la vida resuelta a través del otro, con la convicción distorsionada de entregar la independencia y esclavizar nuevas historias. Caigo al punto del sueño, los párpados delatan el exceso de búsqueda de algo que no he definido, algo que he aprendido y que no me he cuestionado, el amor regalado, el amor comprado, el amor construido, el amor que ahora es nada para mí. Duermo y muero agotado, porque sin esperanza de hallarte duermo y porque sin fe en mí muero.

Jesús Enrique Rodríguez Gómez

44


El día amaneció gris murmurando tristezas arrinconadas en el fondo del alma.

Un día de enero el amor te dice adiós, ya no te quiero.

Bajo la lluvia invernal el médico diagnostica “¡Melancolía crónica!”

Sólo son trece años de abandono y siete de deseos reprimidos.

Arrastras tus pasos por las aceras húmedas. Te tiras en la cama sólo para darte cuenta que tus sábanas son sudario de un poeta. Guty Santana

45


No soy culpable de odiar al amor.

La soledad ha venido siguiendo mis pasos a donde quiera que voy ella me alcanza luego me abraza y susurra a mi oído: por favor, de mi lado nunca te vayas. Mi tiempo me dice que casi se agota yo me doy vuelta para hacer caso omiso él me detiene y pregunta: ¿Qué es lo que pasa? Yo me doy cuenta que soy casi mi olvido. Mi cuerpo me pide que me apiade de mí que abra la puerta para que entre el amor, que a esta tristeza ya le ponga un fin y sólo contesto: lo siento, no puedo. Mi corazón me reclama y se pierde en un grito cansado se escucha de tanto llorar me pide que no sea tan malo conmigo porque ya está cansado de tanta soledad. Doy vuelta al pasado y la vida fue mala me siento a pensar qué hizo conmigo recuerdo la guerra en que tanto luchaba y mi estancia completa es un tremendo vacío. Soy un egoísta que no olvida el ayer, soy un orgulloso que no sabe de perdón, soy un iluso que vuelve a caer pero no soy culpable de odiar al amor.

David Ernesto Ulloa Rodríguez.

46


¡Dónde está la Vanidad¡ A fuerza de lucir todo tu encanto te desvives excelente adornando por completo la inquietud de tu hermosura. Pues eres la reunión encantadora de un sueño de amor por tu belleza porque en tus labios la fe he tomado la esperanza de tu dulce corazón. También es una delicia contemplar toda una suave cascada como de ensueño es tu pelo que no busca un sendero solamente descansa en tu cuerpo que de peinados su perfil soñara para que de él me embelesara. Saturar mi nostalgia no es posible mirarte es un placer que no descansa disfruto tu donaire de ojos negros que con tu afán es la ternura por saber en dónde enfocan todo sentido en tu mirada y el pensar de tus dulces pensamientos. Que en la vertiente fuga cual místicos secretos, de quién es tu corazón la eterna pregunta independiente que dará en tu respuesta el alivio sereno y consagrado del por qué una razón a mis deseos. Esperando desprenda de tu alma tus andantes y cariñosos suspiros encumbrados en un solo camino a nuestro propio riesgo que sea el por qué a una fiel confianza. Tomás Vázquez Arreola

47


Me gustas, me gustan, me gusta.

Me gustas por el encanto de mujer pura y sensible y por eso te amo tanto y a tu belleza le canto, por ser mi sueĂąo posible.

Me gustas por diferente por coqueta y presumida y por hacer que mi mente te tenga siempre presente, y que seas mi consentida.

Me gustas por tantas cosas cuando unimos nuestros polos, que parecen fantasiosas las cosas maravillosas que hacemos estando solos.

Me gustan tus nalgas gĂźeras y tu pecho sonrosado, me gustas toda de veras, tus ojos y tus ojeras, tambiĂŠn tu pelo ondulado.

Y me gusta que me oprimas contra tu vientre tan suave y que en tus senos de limas me arrulles cuando me mimas con tu voz de canto de ave. 48


Me gusta tu indiscreción, que presumas que me quieres, que me diste el corazón y que digas con pasión que entre otros me prefieres.

Y me gustan tus enfados cuando crees que soy infiel, pues cuando son aclarados me mimas por todos lados con besos sabor a miel.

Y me gustan las ojeras que luces por la mañana, son las pruebas verdaderas de las noches placenteras que pasamos en la cama.

Me gustan tus lindos ojos de color verde y azul, me gustan tus labios rojos y que cumplas mis antojos entre sábanas y tul.

Me gustan también tus tetas que me alimentan de miel, y tus poses tan coquetas y las lindas jugarretas cuando desnudas tu piel.

49


Me gusta sentir tu aliento con aroma de mujer, que enciende el temperamento y nos conduce al momento de tan sublime placer.

Y me gusta que te arrimes con lo cual me vuelves loco y con tu cuerpo me mimes sin que te importe los dimes ni los diretes tampoco.

Me gusta tu juventud que junto a mi madurez tienen la enorme virtud, de gozar a plenitud experiencia y novatez

Y me gustan los desplantes de mujer tan orgullosa que hoy, al igual que antes cambias en unos instantes de sensible a vanidosa.

Me gustan tus sentimientos sean nobles, o que envenenen, los nobles son mis alientos los que envenenan, tormentos los dos a ti me encadenan.

50


Y me gusta la mirada, la mirada de tus ojos, que tiene mi alma prendada y mi mente dedicada a cumplirte tus antojos.

Me gusta también soñarte soñarte en la intimidad, pero más que en sueño amarte me gusta poder gozarte gozarte en la realidad.

Y me gustan los murmullos y la envidia de mujeres, que quisieran fueran suyos mis amores que son tuyos porque te quiero y me quieres.

Me gustas parte por parte de la cabeza a los pies, si fuera a calificarte no dudaría en darte calificación de diez.

Me gustas toda completa contigo siempre estaré no importa que seas coqueta altanera o indiscreta yo por siempre te amaré. Reyes Venegas Aguilar

Enero 2013 51


¡Qué vivan los novios! De la rama más alta deste árbol, amarra una soga –ordenó el general Bustamante al capitán Acosta, saliendo al patio de la hacienda. En el cielo raso las estrellas temblaban de frío–. Apúrate, que horita nos van a traer un invitado. –El capitán Acosta se acercó a avivar la fogata con más leña. Lo miró por sobre el hombro y respondió altaneramente: ponte a uno de tus allegados, que no ves que estoy ocupado. Pos te mando a ti, nomás porque me la debes, no creas que por ser mi amigo ya se me olvidó lo de la Margarita. – Acosta desvió la mirada, con una ligera sonrisa–. Acuérdate que tienes una deuda conmigo y ésta no te va salir dioquis –escupió sobre la fogata–, esa muchachita ya la traía yo entre ceja y ceja, y si quieres mi silencio, pos vas a tener que cooperar. Y lo del trato de Chinameca con Huerta…, mira que no cualquiera se aprovecha dél… –Antes de terminar la frase, el capitán Acosta levantó la soga y le hizo un gesto de silencio. Con el estruendo de los caballos un tecolote levantó el vuelo sobre el mezquite; el regimiento traía consigo un preso. Al acercarse, la luz del fuego se filtraba a través del polvo deformando los rostros cansados de los soldados, en especial los rasgos fuertes del que venía atado y casi a rastras. El general Bustamante se acercó y vio al indio que traían amarrado. Ambos generales quedaron en silencio–. Aquí le traemos al acusado. –El General Bustamante dejó pasar varios minutos antes de hablar: Déjenlo aquí –sacó un cigarro–. Bonita texana –dijo. Le quitó el sombrero y encendió el pitillo que traía entre los dientes–. A ver, usté, ¿su última voluntá? Ninguna –respondió–, ¿qué más da morir consolado o sin consolar? –Acosta lo miró con lástima–. ¿Seguro? ¡Seguro!, si en el infierno nos hemos de ver las caras junto con la ingrata que me puso aquí. –El general le gritó al de enfrente–: ¡A ver!, ¿qué es ese nudo que está usté haciendo, Capitán Acosta?, Pos uno –contestó rascándose la cabeza–. ¿Pos uno? –gritó Bustamante– a ver, traime p´ca ese lazo. Ya verás cómo es un nudo pa’horcar como Dios manda. –Acosta le arrojó la soga enmarañada y Bustamante la tomó al vuelo. Se apoyó en el árbol.

52


El indio, inmutado y en silencio, clavó la mirada en las brazas ardientes de la fogata, imaginándose él mismo como un carboncillo ardiendo en el fuego del infierno–. ¡Oye tú! – dijo el Capitán Acosta al preso, cuando regresó a atizar el fuego–, ¿por qué te trajieron? – El apresado no respondió– ¿Qué?, ¿Te comieron la lengua los ratones? Dicen que tú eres de la bola, ¿sí cierto eso? Si por eso andaba armado el indio carajo –se inmiscuyó el General Bustamate, sin separar los ojos de la soga–, ándale, dile cómo te llamas, Efraín –contestó el preso–. ¿Cómo? –preguntó Acosta sobre una pila de carbón–. Efraín, así me llamo, ¿Y por qué te trajieron?, Me trajeron por asesino –levantó la cara–. No eres de por aquí, ¿edá? No te había mirado, Sí señor, vine de fueras cinco años, pero soy nacido aquí, ¿Y ónde andabas?, ¿qué nomas volviste pa’ matar? –Efraín le sostuvo la mirada–. ¿Qué me ves, indio pendejo? ¿Crees que somos iguales? Mírate, ya estás muerto. –Efraín bajo la mirada y dijo–: Soy minero y creo en la justicia divina, porque ya no existe en este pueblo, ni en el corazón de su gente. –Una carcajada se escuchó del otro lado–. ¿No me van hacer un juicio? ¿Juicio? –preguntó el General con desprecio –, pos éste es tu juicio y tu veredicto. No sabes ni dónde te vinistes a meter, ¡a la mera boca del lobo! ¿qué no sabes que aquí las cosas andan calientes?, Yo no sé de esas cosas señor. ¿Y mi texana, qué le van a hacer?, Ésa me la voy a quedar yo… pero no te preocupes la vas a tener cerquitas, aquí la voy a colgar en el mezquite, ¿ves? Ahí la voy a colgar, juntito de contigo, ¿Y pa’ qué?, Pos nomás, pa’ calar mi puntería las mañanas. Bueno me vas a decir o no –repitió Acosta–, ¿por qué te trajieron? No tienes cara de matar a gente tan importante como la que dicen te llevaste entre las patas. –Silencio–. ¡Contéstale! –ordenó Bustamante–. Regresé nomás pa’ cumplir una promesa. Al llegar primeramente fui a agradecerle a mi Virgencita por el bien regreso y escuché desde lejos que la campana redoblaba el son de los recién casados. Cuando bajé vide la plaza adornada y con mucha gente. En la iglesia el sol de mi tierra esculpía con cinceles dorados los santitos de su fachada. Estaba contento al ver la fiesta, desde lejos salían los novios juntitos y la banda les tocó fanfarrias desde el quiosco cuajado de flores. Nunca había visto el quiosco tan bonito. ¡Qué vivan los novios!, gritaban, y los cuetes comenzaron a tronar espantando las palomas. Fui entre la gente, pos quería ver quienes se habían casado. Ya ganando espacio entre la bola llegué hasta mero enfrente. 53


Los recién casados bajaron el primer escalón tapados con el velo blanco y cuando estaba a punto de ver sus caras un fotógrafo se me puso mero enfrente. Toda la gente se abultaba para no perderse el momento de la foto. Ya no pude ver nada. Me dio felicidad, pero una sensación se me atoró en el pecho. Sentí que el chaleco me apretaba y lo desabroché, ¡Qué! ¿Sentistes que ti hogabas? –dijo oscamente el general Bustamante– nomás perate tantito, horita te lo cumplo. –Efraín se quedó callado–. ¡Ándale, síguele! – ordenó–, con suerte nos duermes a todos y hasta te andas escapando. –Los ojos negros de Efraín se tiñeron de rabia–. ¡Qué le sigas, indio cabrón! –volvió a decir Bustamante apuntándole con la cuarenta y cinco, Efraín sintió que las costillas se le enfriaban con la boca de acero en la espalda–. Pérese, Bustamante –pidió el General Acosta, si ya nos va terminar de contar aquí el amigo, ¿edá?

–Efraín sintió que lo liberaban de las

amarras de las manos. Continuó hablando más por costumbre que por miedo–: Ya cuando los novios bajaron el segundo escalón para abrazar a sus padres, vide una señora que se mihizo conocida y la luz de una segunda foto iluminó a los novios y ya pude ver entre el velo, el ahogo que sentí en el pecho se me pasó pa´la panza, la sentí hueca hueca. Como un nidito vacío. Eran mi Margarita y el César, el hijo del gobernador, bajando del tercer escalón. –Cuando dijo esto, el General Acosta le clavó una mirada furtiva al general Bustamante–. La banda siguió tocando –continuó Efraín, sin notarlo–. Me ardió el pecho y las manos las sentí calientes, mi corazón me quemaba hinchado de rabia, pensé que si no lo sacaba me reventarían las tripas de ponzoña y empuñándolo lo saque. Lo tomé entre mis manos, estaba calientito, lo extendí para acercárselo a la ingrata pues esa había sido mi promesa, regresar nomás pa entregarle mi corazón. ¡Qué vivan los novios!, grité, y Margarita me escuchó. Le apunte mi corazón a su pecho y lo apreté. Margarita me miró y de mi corazón brotó el destello de un cálido beso que penetraba las distancias como paloma moribunda para acurrucarse en el nido de su pecho izquierdo. Margarita con el rostro ensoñado, dejó caer sus parpados sobre las escaleras dedicándome sus últimas palabras, ¿Qué?, ¿qué te dijo la Margarita? ¡Respóndeme, indio desgraciado! –gritó desde abajo el General Acosta. Efraín lo miró, amoratado, y balbuceo–: Egg… egfrn… prgnme… –Efraín no pudo concluir sus palabras. JONAZ. 54


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.