ESPIGA DE PAPEL
Polvo de gis
No. 21 1
espigadepapel@yahoo.com.mx SNTE Sección 16, mayo de 2013
Colegiado de Desarrollo Educativo y Cultural Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte Francisco Sarabia 240, colonia Progreso Sec. Libertad Guadalajara, Jal. Mex. Tel. 38 83 11 00 ext. 215
Director General: Flavio Humberto Bernal Quezada Coordinadora del proyecto: Ma. Justina Santana Tejeda Corrección de Estilo: Hugo Salvador Bautista. Diseño Editorial: Ana Paola López Santana, Rita Camarena Ramos Portada: La escuela pública (detalle de mural) Autor: Martorrev
Impreso en México
Estos poemas podrán ser reproducidos y difundidos respetando los créditos y solicitando el consentimiento de los autores por escrito
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Cada 15 de mayo se celebra el Día del Maestro .Es tiempo de rendir un merecido homenaje a quienes con sabiduría, paciencia y vocación, forman a los ciudadanos de hoy y del mañana. La honrosa labor de mediar situaciones con generaciones enteras, implica estar en constante formación a partir de las realidades que se presentan: No es igual la enseñanza y aprendizaje en los alumnos de preescolar, que en los estudiantes de bachillerato; tampoco tiene similitud desempeñarse en la Región Costa, que en la Zona Centro o en condiciones de pobreza familiar como de abundancia. En fin, ser maestro es entregarse por entero a la comunidad educativa, y es por su valioso aporte al desarrollo de las personas que agradezco su invaluable compañía y enseñanza durante nuestra niñez, adolescencia y juventud. “Espiga de Papel”, a través de diversas voces poéticas, ofrece un reconocimiento a la escuela pública y a los maestros que transforman en un recinto de convivencia y aprendizaje, ¡Gracias por evocar a nuestros maestros de toda la vida!
Mtro. Flavio Humberto Bernal Quezada Secretario General de la Sección 16 del SNTE
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La escuela pública y sus maestros Es un hecho que durante largo tiempo, la escuela ha sido la principal promotora del cambio social, la generadora de cultura, la impulsora de ideas, la propiciadora de habilidades, la única institución, después de la familia, capaz de cultivar mentes luminosas. Las imágenes de niños, adolescentes y adultos se desenvuelven en la vida cotidiana dentro de procesos de convivencia y creación, son el resultado de la educación que la escuela pública de los siglos XX y XXI ha generado. Tal pareciera que tallar el gis en la escuela ha dejado el polvo incrustado en el progreso; hoy, transitando por cualquier recoveco de las grandes ciudades o pequeños pueblos, se pueden observar las manifestaciones cognitivas y artísticas de la gente. La escuela propone que el dominio de los conocimientos y las habilidades transciendan más allá de sus muros, que el trabajo desarrollado con los alumnos por los maestros sean demostraciones de lo aprendido. Dar evidencia de la creación de textos escritos y orales a través de la expresión literaria, representa una de las maravillas que surgen desde el ser. Cerrar los ojos y evocar en algún momento la candidez de la naturaleza o de pronto sentir su gran furia; abrir los brazos para recibir a la persona amada o llorar por ella hasta el desmayo; o simplemente agradecer al Ser Supremo y a nuestros iguales por estar entre nosotros; son algunos ejemplos del desenfreno que la poesía representa en nuestras vidas. Teniendo en cuenta que el humano, es el único ser sobre la faz de la tierra capaz de identificar sus sentimientos y agradecer con la palabra, “Espiga de Papel” en su número 21, reconoce la importante labor que es la escuela pública realiza a través del incondicional apoyo de sus maestros. Trabajar por la educación de un país, es un honor; trabajar por la generación de mentes luminosas es un placer; en suma, escuchar y observar sus resultados, es un deleite. Escuchar los poemas de “Espiga de Papel”, te transporta a lo posible en este mundo de lo imposible; te abraza, te suelta, permite que a través de los sentidos puedas vibrar de emoción, llorar de corazón, recordar sonriendo, identificarte con el amigo unidos por la poesía. Vamos pues, aquí están ya…, escuchemos, ellos son los autores, Los Espigos. Martha Beatriz Meza Rojas.
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Índice
Cátedra interrumpida. Aceves Gloria Patricia…………………………………….…….07 Escuela David Alfaro Alencastro Frausto Osvaldo…………….…............................08 Bendita Escuela Bautista Aranda Natalia…………………………………….......09 Mi hijo va a la escuela. / “Pon el dos…Multiplica…” Bautista Campos Hugo Salvador………………………….......10 Mi secundaria Camarena Ramos Rita…………………………………..….….11 En otoño Carbajal Ibarra Lulú…………..………………………….……. 12 Qué orgullo se siente Cárdenas Cristian Ismael………………………………….…..13 Entre la bruma Collignon Orozco Alfonso Javier……………………………...14 Constructora de sueños Damián Domínguez Angélica……………………….…………15 Ángel Maestro Dávalos Rocío……………………………………….…….........16 A mi maestro Dávalos Rodríguez Juan Manuel…………………….……….17 Luz de esperanza De la Torre Rodríguez Layla Alexandra………………..........18 La nueva Martorrev………………………………………………………...19 Bachillerato de la vida Domínguez Angélica……………………………………….…..20 Hermoso es saber Edith………………………………………..…………………....21 Aquella maestra Gallo González Jared…….…………………………..………..22 Escuela mía García Alvarado Omar Eduardo………………………..….....23 Héroes García Suárez Austre……………………………….……..….24 Escuela blanca y azul González Lira Mariana Azeneth……………………………....25 Poesía González M. Anadalai………………………………………….26 Mis maestros de la escuela pública Jocelyn Carolina Gutiérrez Meza……………………………..27
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Mi docente personal Hernández Valenzuela Antonio Enrique………………….…28 Día de clases Epifanio Huerta Hernández……………………………………29 Canela y pubertad López Morales Ramón………………………………………...30 Mi escuela Pública López Quiroz Mariana Jocelyn………………………………..32 Joven aprendiz López Santana Ana Paola..…………………………………...33 Con tus libros aprendí Luevano Arenas Julia Damaris…………………………….....34 Mi querida escuela Luna Marcelo José Antonio…………..………………………35 Insignare Lupercio Figueroa Daniel….………………………………….36 Mi directora Macías Celis Aranza…………………………………………...37 Mi escuela Martínez González Laura Susana…………………………...38 Los Maestros Moreno Saucedo Jazmín Marisol…………………………….39 Salimos de las Aulas Neri Alberto……………………………………………………..40 Nunca quiero olvidar Olmedo de Luna Diego…………………………………….….41 Mi escuela Parada Orozco Carlos……………………….……………......42 Nuestra escuela Rodríguez Gómez Jesús Enrique……...…………………….43 ¡Oh queridos maestros la imagen de mi enseñanza¡ Rojo Bermúdez Fátima María Guadalupe………………… 44 Viajan los ojos Santana Tejeda Ma. Justina…………….…………………….45 A mi escuela Silva Ramírez Casandra Jazmín….………………………….46 Patios llenos de color Tapia Sánchez Sian Kaán…………..…………………...……47 A los profes en su día Venegas Aguilar Reyes………………………………………..48 Ella es mi corazón V.V. Roberto Carlos…….…………………………………...…49 Bella escuela Velasco Benítez Perla Damara……………………………….50 6
Cátedra Interrumpida
… Y lo fue a buscar, como siempre, para decirle que estaba cansada, que ya no podía, que necesitaba irse, viajar, pegar Que ya no recordaba lo que era
esos pedazos no resueltos de su vida.
sentirse
amada, deseada, protegida. Y los
argumentos de siempre durante los baches sentimentales. Nada que él no conociera de
su tan ensayada
rutina
emocional; hasta las
lágrimas de la final que ahora ya no conmovían, y la vista fija en el horizonte en tanto fingía un suspiro. Está bien – dijo él. Ella lo miró triunfante,
y
emprendió el regreso a su salón de
clase para
continuar con su cátedra interrumpida.
Gloria Patricia Aceves
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Escuela David Alfaro Siqueiros
ยกOh escuela! Yo te adoro con tus jardines verdes con tus jazmines. Tu patio siempre limpio como tu escenario, tus pรกjaros cantando sรณlo lo necesario. En tu bandera mexicana, con tus tres colores, nos representas a todos los mexicanos.
Osvaldo Alencastro Frausto Esc. Prim. David Alfaro Siqueiros
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Mi escuela
Mi escuela es bonita, mi escuela es limpia, mi escuela es alegre, mi escuela es agradable. En mi escuela me educan, en mi escuela me enseñan, matemáticas y español nos enseñan en el salón. Mi escuela es bonita, mi escuela es limpia, mi escuela es alegre, mi escuela es agradable. ¡Gracias a mi bendita escuela! Porque me educó tal y como soy hoy. ¡Gracias a mi bendita escuela puedo estar aquí hoy!
Natalia Bautista Aranda
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Mi hijo va a la escuela. Platica y juega con sus amigos. Regresa. Comemos juntos. Hace su tarea. Aún no sé porqué hay gente que prefiere la Hydra la confusión la muerte sobre el mundo.
“Pon el dos…Multiplica…” El niño escribe en el camión su tarea. Su mamá explica otra vez. Él ríe. Hacen falta padres. Más que armas y políticos. Gente que nos quiera -no como un voto ni como estadísticas-, personas a quienes abrazar.
Hugo Salvador Bautista Campos
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Mi secundaria
Español y ortografía en las últimas horas… ¡Las horas más terribles del día…! La madre Carmen nos impartía esas clases en el colegio donde cursé la secundaria. Inmaduramente nuestra reacción a tan terrible suceso era al extremo tortuoso.
Para nuestro alivio el 3er. grado de secundaria contaba con una buena recompensa: Dar el toque de salida al receso. No cualquier alumna podía tener en sus manos el tubo metálico que servía de badajo, con el que se tocaba la campana para dar por terminada la clase hora tras hora; sólo tenían el privilegio las alumnas de 3° de secundaria.
Muchos eran los reclamos, muchos los desvelos, otros momentos de pleitos e injustificados “ no me entienden”... Bella etapa de mi vida. Creo que sigo con los reclamos, los desvelos y hasta con los “no me entienden”. Pero esta vida mía tan llena de dudas y tan plena, se la debo en gran parte a esa nostalgia, a esa mi tan querida época de sueños e ilusiones; que ahora siguen siendo parte de mis sueños y de mis anhelos.
Rita Camarena Ramos
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En Otoño
Estando observando tras la ventana los pétalos de los libros deshojarse, como los árboles en otoño cayendo sus hojas… El viento llevándose todos los escritos, todas las palabras, los pensamientos plasmados que durante un tiempo he conservado. Los números volaban, miraba, revoloteaban cerca de mí. Las letras no se podían quedar en mi mente: Al pasar se iban, se diluían, mientras los lápices bailando, disfrutando, no dejaban de hacer dibujos, de escribir poemas, de sentirse ellos en las hojas de otoño, en la calidez y el colorido de la primavera o simplemente se quedaban amarillos, rígidos cuando llegaba el invierno. Pero en verano: El retoño de los árboles, el nacimiento de las mariposas tan hermosas, con tanto colorido como la rosa, aromáticas, esplendorosas. Lulú Carbajal Ibarra 12
Que orgullo se siente ser parte de ti recorrer todas tus aulas y en tus pasillos vivir.
Vivir tantas travesuras y tantas cosas que contar, cuando yo llego a mi casa se las cuento a mi mamá.
Cinco años tengo aquí sólo me queda uno para disfrutar y sentir y divertirme como en ninguno.
Mi mamá me ha platicado que en esta escuela estudió y recuerda con añoranza los consejos que recibió.
Sólo me queda salir con buenas calificaciones y que me miren con orgullo todos mis profesores.
Cristian Ismael Cárdenas (10 años) Esc. Prim. Federal David Alfaro Siqueiros
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Entre la bruma Hoy que vi la luna entre la bruma sentí algo y como siempre llega la inspiración, mi musa no puede faltar: salen a relucir mis sentimientos, mis pasiones mis quereres. Sé que no soy infalible y me equivoco mucho, más de lo que quisiera, pero todo tiene arreglo hablándolo, compartiendo, expresándose, llegando a acuerdos, quitando malos entendidos… Y ahora que la vi escondida entre la bruma, con ese color sepia, lo sentí, y no quise hacer caso a mi premonición…… Algo cambiaria en mi vida y así fue……. Pero el amor se da, sólo el que tiene uno, no más. Y entre más de uno más tiene para dar… Y la vida sigue, aunque duela…
alf
Alfonso Javier Collignon Orozco
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Constructora de sueños
Mi maestra, una amiga más, una mano con cual contar. Recordaré siempre los consejos que me dio, los aprendizajes que junto a ella viví, todas esas aventuras escondidas en un libro que ella me brindó.
Me da gusto decir esa hermosa palabra, la cual me dio ánimo para seguir adelante construir grandes sueños y alcanzar cualquier meta que me propusiera Sí, esa palabra: “Maestra”
Angélica Damián Domínguez 15
Ángel Maestro
Guía, sostén y apoyo en mi paso por la vida, avezado y diestro guía en las asignaturas y el arte.
Resplandece tu palabra, inspirando mi camino; hombre íntegro color canela recibe mi pequeño homenaje, a través de la distancia…
Rocío Dávalos 26/02/13
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A mi maestro
A ti querido maestro, compañero de mi infancia, con apariencia de un hombre, pero de un chiquillo el alma.
Me enseñaste las vocales, cómo escribir mil palabras, números y operaciones, después la raíz cuadrada.
Y estudiando fui creciendo, en el cuerpo y en el alma, siempre siguiendo el camino, que del saber me enseñabas.
Maestro querido amigo, hoy quiero decirte gracias, y en éste día regalarte, mi amor en estas palabras.
Juan Manuel Dávalos Rodríguez Mayo/15/2008
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Luz de esperanza
Aún recuerdo las mañanas aquellas que en tu grata compañía pasaba. Me enseñabas el sonido de las letras yo entre sus cantos volaba. 1, 2, 3, los números que fácil contaba y uno a uno con tu dedicación los sumaba cada día los colores hilvanaba y en tu cabello enredados los imaginaba Me parece que todo lo sabías pues a la luz de tu paciencia mis dudas resolvías. No te cansas, no te quejas, no te irritas y con amor me enseñas día con día Cuan grata tu sonrisa, te miro y con tu apoyo mi aprendizaje avanza pues me cuidas, me proteges, me acompañas; contigo aprendo desde las letras, hasta la danza. El tiempo corre y los años pasan se termina mi ciclo, la tristeza me abraza pero te llevo conmigo, amigo del alma maestro querido, eres luz de esperanza.
Layla Alexandra De la Torre Rodríguez (10 años) Esc. Prim. Federal David Alfaro Siqueiros 18
La nueva (cuento) -Mamá… mamá… ¿dónde está papá?… -Fue a trair a las chivas, ojala se le ocurra trairbreñas para el fogón, ¿paque lo quieres?… -Pues es que quiero hablar con él -Taque ¿No me vayas a salir con que quieres tener novio? -No, má… es que oí que van a abrir una escuela aquí en el rancho de los zorrillos y pues me gustaría ir -Ay hija ya sabes cómo es tu padre, para él es una perdedera de tiempo y además las viejas son para tener hijos y atender al marido, pala casa pues -Sí amá, pero si le hago la barba, creo que sí me va a dejar ir, mira yo sueño con ser maestra para que la gente de mi tierra ya no sea abusada por los patrones ni por los comerciantes - Sí mija, yo te entiendo, yo también quería ser algo en la vida pero ya ves aquí estoy de sirvienta, pero mi apá era igual que tu padre -Ay mamá, mira si le prometo que le ayudo con las chivas en las sábados y los domingos , crees que no me deje, mira es pública, no nos va a costar nada y es una secundaria que va a tener talleres donde podré aprender computación o corte de ropa - Sí mija sería re güeno, pero para tu pa primero es la casa y cuidar de tu honor, que aprender a ser leída y escribida porque después pierden su alma, ya ve es lo que se dice de las maistras de la primaria que está en la cabecera municipal. - Ay mamá. Pura habladurías de viejas chismosas y de viejos rabo verdes que molestan a las profesoras cada rato, acuérdate que ellas fueron mis maestras y las conocí, además la escuela va estar aquí, cuál pendiente. –¡ Oye! Ahí viene tu padre -Vieja…. Hija… les traigo una buena noticia –Qué, viejo ¿Ya vendistes las chivas?… -¿Te dieron el trabajo que me dijiste? Apá… -No, no…, van a construir una secundaria aquí en el pueblo y ya vas a poder ir a la escuela. Martorrev 19
Recuerdos Lugares alejados, ocultos Entrar a caballo. esfuerzo solitario y constante. rancherías, escuelas improvisadas y vocación establecida. Amor a enseñar aprender amando, instruir soñando y luchar por la realidad. Maestros rurales luchan contra el hambre de alimento al cuerpo y alimento a la razón. Permutan hogares, familias y amigos. Maestros rurales sacrificio y ejemplo. Apostolado de amor. Angélica Domínguez 20
Hermoso es saber
Mi escuela es grande y preciosa como un ramo de rosas sus aulas son tan hermosas como el hermoso canto.
Al estudiar empiezo a comprender lo bello del saber y con mucha ilusión entiendo el mundo y su razón.
Gracias escuela mía sin ti tendría apatía gracias, escuela mía sin ti no aprendería.
Edith
(10 años)
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Aquella maestra
Aquella maestra que yo conocí en cada salón yo la vi. Sus labios de fresa; se veía alegre cuando daba sus clases, pero más bonita se veía cuando sonreía
. Jared Elizabeth Gallo González (9 años) Esc. Prim. Federal David Alfaro Siqueiros
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Escuela mía Escuela adorada “David Alfaro Siqueiros”, escuela federal, de todas las escuelas tú eres la mejor tú eres la más limpia la más hermosa la más querida de todo el mundo tú eres la mejor… Tienes los mejores maestros como tú y ellos no hay dos.
Omar Eduardo García Alvarado (10 años)
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Héroes
Signos sin sentido líneas curvas otras rectas en la infancia eran ajenas hoy amigas, son fraternas, esos signos eran letras que al acomodarlas crean de la peor majadería al más sutil de los poemas… Una mujer nos trajo al mundo es el conducto a esta vida otra mujer me otorgó llaves que al universo muros derriba… Escuela, mujer, y lectura espacio, ente, cultura émula las tres gracias como de Rubens pintura…, cómo agradecer se puede a todos los que lucharon a derrocar la ignorancia… El aula fue la trinchera que por modesta que fuera a esos soldados, ellos y ellas, héroes siempre de esta guerra…, y como arma letal la vocación gis y unas bancas forjaron lo que ahora soy. A mis maestros, maestras, por todo lo que me dieron lo digo de corazón: Gracias, gracias, gracias….
Austre García Suárez
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Escuela blanca y azul
Mi escuela es grande y bonita siempre está pintada de azul cielo y blanco.
Está rodeada de árboles que nos dan sombre.
Mi maestra es joven y muy bella, tiene el pelo güero con rayos negros, su cabeza parece un atardecer.
Su nombre es chiquito pero me gusta se llama Ivonne.
También quiero mucho a la maestra Lorena, las dos saben mucho de todas las materias, enseñan bien.
¡Me gusta mi escuela blanca y azul!
Mariana Azeneth González Lira (9 años) Esc. Prim. Lázaro Cárdenas
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Poesía
Un buen día a la institución llega nueva directora que con empeño y devoción se puso a trabajar sin demora. No habíamos visto mejor esta escuela tan querida, sin duda una gran labor ha sanado cada herida.
Ella es una heroína señora María Justina que porta rebozo y chalina de la manera más fina.
Sinceras gracias te doy para ti y los docentes de mi parte y los demás alumnos aquí presentes.
Anadalai González M. (9 años) Esc. Prim. David Alfaro Siqueiros
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Mis maestros de la escuela pública
Hoy quiero darles mi agradecimiento por la paciencia con que me enseñaron, porque aunque mi infancia ya ha pasado aún recuerdo lo que en mi sembraron.
Me enseñaron a razonar y pensar, desarrollaron en mí, valores morales, que me han servido todos estos años, porque en mi mente los he conservado.
Educan, aconsejan y protegen, dando lo mejor siempre en las aulas, guían en el camino del cumplimiento, saben que el futuro está en sus manos.
Siempre con una sonrisa en clase, a escribir mi nombre me enseñaron, los números y el abecedario, y también su amistad me brindaron.
En este día especial, todos los días maestros, reciban este poema de obsequio, ha salido del fondo del corazón con mucho cariño, respeto y amor.
Jocelyn Carolina Gutiérrez Meza Alumna de primer grado de la Escuela Secundaria General No. 57
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Mi docente personal Para Sandra Guadalupe Quezada Romo
Tú que desde el momento en que postraste tu mirada en mí, me enseñaste a amarte.
Y alentaste mi ser, a ser tuyo, hasta el grado de dejar de pertenecerme.
Educando mi tacto a padecer dócil ante tu piel, y a mí anhelo fuerte hacia las convicciones…de algún día estar juntos.
Y por eso desde aquel día he sido, tu único alumno.
Tomando tantas notas, sobre lo que el mundo debe conocer de ti y desconoce.
Desde tu ojos poli cromáticos, tus labios y boca con esa sonrisa que transmite calladamente un te amo, hasta algunos gestos y acciones que está de más escribir. Por eso y muchas cosas más, gracias ángel de mis sueños por ser…
La mujer que amo y admiro.
Antonio Enrique Hernández Valenzuela.
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Día de clases Pasó un día más en aquella escuelita rural alejada del medio urbano, de donde no se podía salir a diario y se vivían grandes dificultades por falta de luz eléctrica, agua potable para bañarse y los demás quehaceres de la casa; la gente la acarreaba de un pozo y para bañarse y lavar acudían a un pequeño arroyo cerca de la comunidad. Todas estas carencias se olvidaban al llegar a la escuela y mirar aquellos niños color de tierra y mirada inocente con deseos de aprender y echar a volar su imaginación con la esperanza de algún día poder mejorar su situación de vida. El sol caía detrás de las montañas y la noche comenzó a cubrir con su manto todas las cosas, mientras el silbido del viento se reafirmaba a través del follaje de los árboles. La cena con doña Mariquita y luego otra vez allí recostado en el catre de ixtle, mirando el techo de terrado con la luz pálida del aparato de petróleo, atrapado en las redes de la nostalgia al pensar en la familia, en los amigos, en el terruño de donde nunca imaginé salir. Afuera los ruidos nocturnos se apropiaban de la noche y las luciérnagas del firmamento cada instante se multiplicaban aclarando un poco la oscuridad. Allí recostado mis párpados poco a poco se iban adentrando por los senderos del sueño, mientras mi pensamiento se decía: “descansar, descansar, porque mañana será otro día de trabajo duro como muchos más”. Así es la vida del maestro ayudando a la gente a quitarse la venda de los ojos, sacándolos de la ignorancia, organizándolos para el bien común y el progreso de su comunidad. Esta es la misión, a donde quiera que vaya a donde quiera que esté, pero al terminar el día, envuelto en los brazos de la noche, acompañado de sus recuerdos podrá decir satisfecho: “¡Que feliz día de clases he pasado! Epifanio Huerta Hernández
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Canela y pubertad Fue el primer año cuando la sabiduría de los docentes trastocó mi mente en el alfa de la matemática y el ABC del español. Sufrí por las enseñanzas que no deseaban concretarse en mi mente, o tal vez era mi conciencia quien no gustaba de invitarlas a casa. Pero al fin del año aprobé; a fin de cuentas no me fue tan mal. En segundo año se condensaron las asignaturas y la información: Ciencias sociales, ciencias naturales, ¿y yo para qué necesitaba saber del civismo y las hojas?, ¿que si la fotosíntesis y el fitoplancton? Hubiese preferido estar con aquella chica de ojos claros, tomados de la mano bajo la sombra de los cerezos, sentados en un parque de algún país lejano. Al cabo del tiempo, con cansancio en mi mente y pesadez en el corazón, aprobé las materias, pero hubo una consecuencia: los cerezos no me cobijaron con su sombra y los ojos claros jamás quisieron tomarme de la mano. En tercer año, cansado de todo, desilusionado de la vida escolar, seguí aprendiendo con inercia clara y corazón ausente, de verbos y sustantivos, de fenicios, artificios y fracciones, naturaleza, historia, mitología; un mundo con ausencia de emoción. Pero llegó una visionaria de piel canela que, con entusiasmo franco, peleó mil batallas por mostrarme mundos de nuevos sonidos creados por antiguos compositores pero, por más que intentó, el Do Re Mi fue para mí un Se Pa La de Beethoven con pincel y piedra construyendo barracas con sonidos de chillido y flauta. Entonces ella, al mirar mi desconsuelo, decidió enseñarme la materia de los sueños; el principio de la vida en el universo. Su blusa resbaló y todos los misterios se hicieron aún más inmensos, iniciando un torrente de preguntas que jamás he podido contestar. Pero aprendí, aprendí como nunca antes, y cada lección se transmitía en su voz, manos y ojos; en su cuerpo de hada, en sus pies descalzos: Del español conocí las palabras prohibidas dichas en susurros; de geografía descubrí el mundo de su piel canela y aroma a flor de azahar; del inglés a manejar la lengua como nunca antes; de las matemáticas a enumerar una y otra vez sus pecas y lunares, a sumarme a ella y restarme al mundo.
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Las batallas y las guerras las experimenté por ella: fueron sus labios los que provocaron a mi boca, sus uñas las que rasgaron mi piel y sangraron mi espalda; pero fue la ternura de su presencia, su sola presencia, la que curó mis heridas. Me instruyó en la luz del pecado, sin ser instructora de teología. Con su ayuda, con las horas y minutos de enseñanza, con los días de lluvia entre sábanas, a hurtadillas en la floresta cobijados por el sol: aprobé. A sus ojos fui graduado y la ceremonia fue tan sólo un abrazo, y mi diploma fueron besos, lágrimas y un adiós. De su piel canela quedó el recuerdo y el aroma de la flor de azahar. Pero entre sueños viene sonriendo, tendiéndome su mano espléndida de ayeres, y hay destellos en sus ojos y brisa en su pelo. Comprendo muy pronto su dilema y sé que no puedo presumir palabras: postrado a sus pies descalzos, entre sombras blancas, soy su alumno una vez más.
Ramón López Morales
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Mi escuela pública
Monumentales son las barreras no pude voltear la mirada tan bella y espectacular con sólo mirarla.
La mirada se aferra a ella la arrasa como una ola de mar trato de quebrantarla pero no puedo dejar de contemplarla.
Los jardines perfumados los árboles maduros bellos como ninguno el aire puro que respiro.
Los patios limpios donde corro, es mi escuela la que me enseña a contemplar la belleza de ese fruto.
Es mi escuela pública bella como ninguna la que me mostró a valorar la importancia de educar.
Mariana Jocelyn López Quiroz (10 años) Esc. Prim. Federal David Alfaro Siqueiros
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Joven aprendiz
No mires con ojos de otros, no escuches las lenguas venenosas ni te dejes influenciar por ellas.
Aprende, observa y valora el saber de quien te muestra su verdad, las experiencias que ha obtenido de la vida, la instrucci贸n que acumul贸 de las personas sabias, el conocimiento que fue almacenado y que le permiti贸 fructificar para llegar a ser un Maestro.
Ahora te toca a ti buscar y rescatar crear la verdad, tu verdad, y compartirla.
Ana Paola L贸pez Santana
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Con tus libros aprendí
Escuela querida con tus libros aprendí la importancia de la vida porque me reflejo en ti.
Maestra güerita con pelo de oro con rayos de sol como un girasol.
Escuela querida hoy me tengo que ir aquí se quedan mis recuerdos que en esta escuela viví.
Julia Damaris Luevano Arenas (10 años) Esc. Prim. Federal David Alfaro Siqueiros
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Mi querida escuela
Como han pasado los años, hoy me invaden los recuerdos, es porque he regresado a pisar el mismo suelo que hace ya varios años lo pisé con muchos sueños de ser un gran mexicano -esos eran mis anhelos-. Ahí pasé muchas horas entre enseñanzas, regaños y consejos, disfrutando de esos ratos que le llamamos recreo, mirando esos viejos árboles que bajo sus frondosas sombras muchos juegos y secretos me cubrieron. Esos muros, esas aulas que del sol y la lluvia me protegieron, donde las matemáticas fui aprendiendo, qué difíciles siempre me parecieron, pero que hoy, de mucho me están sirviendo. Mirar esa cancha de tierra donde futbolista profesional me sintiera, cuántos recuerdos a cada paso, por ese espacio cercado, que no siempre fue respetado y de pinta más de una vez nos escapamos. Caminé por un pasillo y llegué a ese rincón, donde una niña muy linda me dio un sí de contestación a una carta que le escribí, esto gracias a las letras que en este edificio aprendí. Así seguí caminando y pasé por un salón, donde un maestro impartía su clase con devoción, reviví tantos momentos que llevo en el corazón, al ver esos niños inquietos tal vez igual que yo. Estoy parado de nuevo en mi escuela donde mi niñez pasó, esta escuela querida que el gobierno construyó en este rincón de mi patria, por la grandeza de la nación, para que aprendieran todos los niños a conocer su derechos, y siguiéramos los pasos de esos grandes
mexicanos que luchan por un
México mejor, sabemos que sólo se logra con una buena educación. Sí, hoy regreso a mi vieja escuela, para seguir construyendo lo que alguien inició, poner mi grano de arena en tan noble labor, y gracias ella, y a quien en sus aulas me enseñó, hoy terminé una carrera y orgullosamente me llaman “profesor.”
José Antonio Luna Marcelo
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Insignare Tienes el poder de cambiar la historia, de crear sueños en donde no hay esperanzas, el Don de la versatilidad generosa que concede hasta el último trozo de su alma. Eres el esclavo necesario para la libertad, La flama que dispensa claridad en la penumbra, consumiéndote incesante brindas tu aliento, y alistas para enfrentar mil batallas. Te concedes el derecho a multiplicarte, en el pensamiento y el sueño del hombre, defines conciencias, orientas caminos; limpias polvo de los ojos, infundiendo tenacidad. Haz sido el héroe desconocido, visto por todos, de andar discreto en pasos que trascienden, con tus manos defines fragmentos de futuro, esparcidos en las paredes de tu vida. Tu prisión, es y será tu propio santuario, en el que gestas la encarnizada contienda, sobre el indocto impones la victoria frente al estruendoso enemigo que sueles conocer. Escuchas, soportas, atiendes y sanas, diriges, influyes, amas y corriges, todos los oficios recaen sobre ti, en una sola personalidad. Organizando la revolución silenciosa, haces eco de tu propio pensamiento, Milenario obrero de la instrucción, Te entregas diario a la propia verdad.
Daniel Lupercio Figueroa Cahensy
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Mi directora
Mi directora con su cabello corto sus tacones azulados y su vestido largo.
Mi directora me dio clases junto con mis compañeros me da gusto que sea mi maestra y que me enseñe algo cada día.
¡Gracias maestros de mi escuela pública! sé, que lo que me enseñaron me servirá en el futuro. ¡oh bendita escuela pública! siempre te llevaré en mi corazón.
Aranza Macías Celis (10 años)
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Mi escuela
Mi escuela, la que siempre abre su puertas, nunca se niega para educarme. Con sus maestras y maestros me van educando como se debe. Algunas son grandes, otras son pequeñas, pero todas son importantes en la tierra.
Laura Susana Martínez González (10 años) Esc. Prim. Federal David Alfaro Siqueiros
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Los Maestros
Los maestros juran, prometen y cumplen.
Nos enseñan, alientan a un buen futuro.
Son nuestros mejores amigos, los mejores que pueden existir.
Nos llevan por buenos caminos, no nos mal orientan ¡Vivan los maestros!
Jazmín Marisol Moreno Saucedo (10 años)
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Salimos de las aulas soñábamos convertirnos en educadores guías, de lo que nos dejaron. Las aulas de nuestros profesores se instalaban de versos y prosa. La ensayábamos todos los días, en voz alta entonada de los que nos dirigían En aquellos días fui aquel estudiante que fue apoyado por los profesores de Preparatoria Once; me entregaron mi primer libro regalado en las aulas y yo quería componer algunas letras al escuchar tantas veces aquella maestra, que hablaba y nos manejaba un taller de literatura. Nos entusiasmaba a todos sus alumnos; ella tenía una revista de llamada “Ventana literaria”. Ahí nosotros alzábamos voces. Valorábamos aquellos días de tanta entrega de mis profesores; las piernas nos temblaban, nos sudaban las manos, el lápiz no tenía punta, cuando ni siquiera por la mente se me ocurría que iba a escribir. Era hacer el trabajo como un pintor, esculpir la obra hasta dejarla bien trabajada. No éramos profesionales; sólo aquellos rebeldes que querían decir y explotar trabajos. Los caminos de lucha de aquellos profesores, de himno y canto propio al dejar un verso y prosa situado. Ya tenía maestra de tinta, que publicaba en revistas de letras. Fue difícil corregirnos, para esa maestra. Y muchas veces yo me preguntaba si se podría hacer algo bueno con nosotros. Lucha interminable y esperanza de aquella escritora, que añoraba hacer algo bueno con nosotros, entregaba todo en las aulas. Ya era imposible no abrir la mochila y rectificar las tareas, los apuntes de la letra de mi maestra que estaban a mano escrita. Había una razón: Que el texto tuviera forma, que tuviera los elementos; la maestra decía un texto poético. Cada Feria Internacional del Libro, nuestros nombres quedaron sellados. El mío fue en 1998: Premio de poesía. Me sentía más tranquilo del esfuerzo que había hecho ella: la entregada maestra de aula. Alberto Neri.
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Nunca quiero olvidar
Nunca quiero olvidar los años escolares jamás olvidar a mis queridos profesores deseo tener mi escuela siempre en mi pensamiento. Así se ve una pintura o una fotografía con tan bellos recuerdos.
Los juegos, las travesuras las horas de estudio, siempre quedarán marcadas las bellas ilusiones que viví en mi linda escuela pública.
Diego Olmedo de Luna. Esc. Prim. David Alfaro Siqueiros
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Mi Escuela. Los dichos dicen verdad nos dicen que el tiempo vuela, me parece que fue ayer cuando salí de la escuela. Dice un dicho que un botón siempre nos sirve de muestra y mi botón, para mí, siempre lo fue mi maestra ella confirmó en mi mente lo aprendido desde niño lo que me enseñó mi madre todo con mucho cariño. Con Rosita me recuerdo que aprendí el abecedario, mi primera letra escrita, la que practicaba a diario con el español viví aunque entendiéndolo poco y matemáticas fue de mis estudios el coco cuando otras materias vi las estudié con porfía y de todas escogí, con amor, la geografía. Salvador, Lupita y Ana tuvieron presencia diaria pues con ellos conviví cuando fui a la secundaria y ya en la profesional lo triste que fue, yo creo, todos serios, pensativos y ya no tenía recreo. Quiero volver a la escuela, añoro los tiempos idos que me lleve mi mamita, que bellos tiempos vividos. Escuela, como te añoro, como a mi madre te extraño mis compañeros se han ido los extraño año con año. Carlos Parada Orozco. 42
Nuestra escuela
Fuerte como el baluarte de mil destinos, herencia noble de ideales sublimes. Persistes ante la angustia latente de una mezquindad impuesta. Quédate conmigo escuela sagrada, no claudiques frente a los cuatro jinetes de la decadencia: dinero, mercado, corrupción, oligarquía.
Fuertes como roca impenetrable, sensibilidad exacta para armonizar las horas de miles de almas: maestra madre, maestro padre que guían conciencias, combinación perfecta de herramientas intelectuales y contextuales.
Quédense conmigo maestros creadores, no claudiquen ante los límites que embargan nuestra razón ¿No estoy yo aquí que soy por ustedes?
Fuerte como roble, despierto las ideas para conocer la esencia de mi escuela, aquel lugar de olor a maderas y tintas, lugar donde me apropié por vez primera del mundo, porque hice amigos y compartí costumbres; profiriendo gritos recibí atenciones, todas tan importantes que no cabrían en texto alguno sin evitar contener el agua en los ojos.
Fuerte cual huracán levanto la voz para defender a mis maestros, porque ellos defienden mi escuela, ese lugar en que la paciencia es virtud de las oportunidades; lugar del dolor ajeno que se vuelve propio, pues la escuela es cuerpo, los maestros alma, y nosotros el conocimiento inacabado por la fe heredada por nuestros maestros.
Jesús Enrique Rodríguez Gómez
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Mis queridos maestros
¡Oh queridos maestros la imagen de mi enseñanza! Mis memorias sobre mis queridos maestros: Humano sentado frente a los pupitres de los estudiantes, anhelando siempre y recordando generaciones pasadas reflejadas en su mirada; años de trasmitir no sólo conocimientos, sino lecciones y experiencias de una vida cansada… Por eso, queridos maestros, a ustedes les debo mi corazón y mi esperanza.
Fátima María Guadalupe Rojo Bermúdez Esc. Prim. Federal David Alfaro Siqueiros
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Viajan los ojos
Viajan los ojos en distancias de otoño hacia los más profundos recuerdos; recuerdos del patio escolar entre trompos y malvas.
Florecen en tus manos, maestro, las espigas.
Sacudes de los libros el polvo del olvido.
Suena el ángelus; se desbarata el campanario en palomas.
Oscurece en las aulas.
La luna se extravía en el horizonte mientras ¡Tú maestro! atrapas las estrellas que han caído en el charco.
Ma. Justina Santana Tejeda 45
A mi escuela
Dentro de tus paredes conocí a las maestras que nos enseñaron tantas cosas. Ver mis salones antiguos y querer ser niño otra vez. La campana de recreo suena: Yo sé que es mi escuela de la infancia. Te agradezco escuelita por revivir tantos sueños y soledades, por tener unos maestros que sí saben enseñar y que tanto se hacen apreciar.
Casandra Jazmín Silva Ramírez Esc. Prim. Federal David Alfaro Siqueiros
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Patios llenos de color.
Tus coloridos patios y los rayos de oro que caen tejidos del cielo.
Patio con árboles de follaje verde nuevo, naranja y café. Mariposas de colores hermosas y grandes vuelan en los jardines de las ocho a las doce treinta, diario. Hay voces, cantos, brincos juegos y zapateos; voces dulces, sabias de los maestros que nos guían. Así vivo las mañanas en el patio de mi escuela bajo el canto de las aves.
Sian Káan (10 años) 2013
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A los profes en su día con gusto felicitamos, y muchas gracias les damos porque han sido nuestra guía. La patria en ellos confía para educar niña y niño, hoy les hacemos un guiño y les decimos sonrientes que estamos todos presentes a darles nuestro cariño.
Maestros tengo, les cito, amigos de mucha fama: Pancho Rojas y Mayito Ramiro mi compadrito, y Ofelia la que declama, Martorrev se cuece aparte pues es un genio en el arte de la prosa y la escultura, no se diga en la pintura, de la educación baluarte.
Reyes Venegas Aguilar
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Ella es mi corazón
Mi escuela es tan hermosa pues le tengo un gran amor. Ella está maravillosa a ella vengo a aprender pues es como una rosa con el agrado de entender.
Sus aulas son bonitas a ellas voy con gozo pues aprender es precioso ya que tienes alegrías.
Ella es mi corazón. Es como una estrella en mi gran nación.
Roberto Carlos V.V. Esc. Prim. David Alfaro Siqueiros
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Bella escuela
Bella escuela como la piedra fresca del manantial; el agua abre ancho relámpago de espuma. Así es como la sonrisa en el rostro de los niños: Bella.
Bella escuela de finas maestras y maestros, que enseñan a niños y niñas que se empeñan en tener mejor futuro: Bella.
Bella escuela como la flor fresca del jardín, bella escuela.
Los niños y maestros dan orgullo y luz al mundo: Bella.
Perla Damara Velasco Benítez (11 años)
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