ESPIGA DE PAPEL Poemas a la muerte No. 7
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espigadepapel@yahoo.com.mx SNTE Sección 16, noviembre de 2009
Colegiado de Desarrollo Educativo y Cultural Secretaría de Cultura Recreación y Deporte Francisco Sarabia 240, colonia Progreso Sec. Libertad Guadalajara, Jal. Mex. Tel. 38 83 11 00 ext. 215
Secretario de Cultura: Alfredo Gutiérrez Astorga Coordinadora del proyecto: Ma. Justina Santana Tejeda Corrección de estilo: Hugo Salvador Bautista Campos Diseño gráfico: Ana Paola López Santana Prólogo: Moisés Aguayo Álvarez Portada: “Espiga vertebral”. Autor: Moisés Aguayo Álvarez.
Impreso en México
Estos poemas podrán ser reproducidos y difundidos respetando los créditos y solicitando el consentimiento de los autores por escrito
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Prólogo Vivir la muerte chiquita En distintos contextos culturales, la muerte se entiende bien como un suceso desafortunado; como una movilización espiritual ascendiente a un plano metafísico superior; como un estado definitivo para la naturaleza biopsíquica de los hombres; o como un tótem alrededor del cual se desarrollan cultos e, irónicamente, filosofías de vida. En el terreno de las ideas, innumerables discursos han girado en torno a la noción que se tiene sobre la muerte; sobre lo que representa dejar de ser o ser en la nada. Intrincadas búsquedas intelectuales y espirituales han envuelto a los más brillantes pensadores de todos los tiempos; sin embargo, el género humano sigue rebuscando en los laberintos entrópicos o neguentrópicos de su propio devenir, también sigue temiendo al enigma de lo que hay “más allá de la vida”. La paradoja subyace en este interés ambiguo por rebuscar y temer, o rebuscar temiendo: somos como el niño que pretende saber qué se siente tocar una espina, y que contempla fascinado la imagen del cardo. Esta paradoja empuja, de vez en vez, la pluma del poeta, y lo lleva a echar mano del Ars Ludens, a voltear la hoja y mirar otras aristas de la muerte: la festiva, la evocativa, la creativa, la literaria… allí es donde se inscribe el presente número de Espiga de Papel. En esta Espiga, los que escriben nos muestran su mirada interior, el rastro que ha dejado en sus mentes la proximidad de la muerte: proximidad advertida con los sentidos espiritual, intelectual o poético, y presente en el susurro frío que seguramente han escuchado al hallarse solitarios y en silencio, con un pie poético o con una imagen perturbadora en sus cavilaciones. La muerte es una con nosotros, nacimos con el designio en la frente, como la marca de Caín, en Hesse; o más bien vivimos “paralelamente” a la muerte, como diría Schopenhauer. Todos nos ocupamos en algún momento, de pensar en nuestra condición de seres finitos. Algunos, como Woody Allen, juegan con la idea, con una acidez nerviosa, diciendo: "No es que tenga miedo de morirme. Es tan sólo que no quiero estar allí cuando suceda", otros, magistralmente subliman la imagen de la propia muerte, como Rulfo, al término de su obra maestra: “Esta es mi muerte”, dice en la voz de Pedro Páramo; y es el propio Rulfo quien reduce (en su planteamiento estético) los temas de toda literatura, en la triada —que profetiza a Morín—: Vida-Amor-Muerte, y acierta, pues no hay más, no se puede escribir sobre otra cosa. Curiosamente, es Octavio Paz quien encuentra la intersección de estos tres elementos, en un evento que tiene algo de vida, algo de amor y algo de muerte: El orgasmo, al que denomina en La Llama Doble “La pequeña muerte”, como en la tradición francesa, aunque en esta última, se hace referencia más bien al desvanecimiento post orgásmico, y, su uso se aplica, por extensión, a estados melancólicos o trascendentales luego de una experiencia significativa, al atisbar un descubrimiento, o acceder a una revelación. Mi invitación al lector de esta, la séptima Espiga, es a vivir, sin necesidad de los extraños aditivos químicos de moda, una o varias “muertes chiquitas” con la poesía contenida en estas páginas; con el estilo, la voz y las imágenes de todos los que aquí experimentamos con las letras: con quienes habitamos esta Espiga Dorsal. ¡Salud!, y ¡Que vivan los muertos! J. Moisés Aguayo Álvarez 3
ÍNDICE
5.-Moisés Aguayo Álvarez. Vacila/Crece en la piel. 7.-Fabián Ávalos Guzmán. La muerte. 8.-Hugo Salvador Bautista Campos. Muerte/Desde el ataúd/Tu piel/El cementerio. 10.-Rita de Jesús Camarena Ramos. Miedo. 11.-Alexis Cuzme. Mi novia moribunda/El rumor de lo que fue su voz. 13.-Fidencio Escamilla Cervantes. Muerte/Día de muertos. 15.-Juan Carlos Fuentes Fuentes. Muerte infinita. 16.-Gabriela Godoy Silva. El día redacta en letras mayúsculas/La lluvia lava la mancha hepática/Tengo unos ojos. 18.- David González Ibarra. Cenizas de mi nombre 19.-Sharon Alicia González Raya. La muerte escondida. 20.-Santiago Hernández. Cerca de conocer la muerte. 21.- Epifanio Huerta Hernández. La vida empieza. 22.- Ramón López Morales. Padre e hijo. 23.-Ana Paola López Santana. Para los que estamos muertos. 24.-Elías Nandino. El que se muere. 25.-José Jesús Macías Comparán. Ella me espera. 26.-Martorrev. Hasta cuándo/Muerte-Apocalipsis. 28.- Luis Alberto Morales Arias. La muerte. 29.-Silvia Moreno Moreno. Sin vida/ Muerte. 31.-Martha Eduviges Murillo Leaño. Dos de noviembre/ El adiós. 33.-Marcelo Neyra. Canto mientras la espera. 34.-Accio Arturo Paredes. Visiones del otro lado del paraíso. 35.-Yolanda Arely Quezada Moreno. Mi abuelo se fue con la muerte. 35.-Danaeth Wendolyne Quezada Moreno. A mi abuelito la muerte se lo llevó. 36.-Silvia Martha Rosa Quezada Moreno. Muerte. 37.-Martha Alicia Rodríguez Moreno. Bella y elegante. 38.-Ma. Justina Santana Tejeda. La muerte es abraxas/El camposanto. 40.-.- Marcelo Vertua. Corazón en blanco/Ella danza en el mar.
41.-Víctor Villarreal Velasco. Profundo.
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Publicado en Verbo Cirio IX, colección de nuevos poetas. Literalia. 2008.
Vacila
el caminante que me sigue el
que
lleva
tu
nombre
mis
y
mi
pasos nombre
De tiempo en tiempo me espera en la vía
en el umbral inmóvil
de lo profano en el quicio duda
Se pierde en los escollos
de noches venéreas de arrebatos ajenos
de horrores distantes en la geografía Allí me aguarda Le dicen muerte yo sólo sé que vacila
J. Moisés Aguayo Álvarez
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Publicado en Verbo Cirio IX, colección de nuevos poetas. Literalia. 2008.
Crece en la piel la certidumbre de lo finito ocurre un día de sol mientras el cromo en el lavabo te refleja oblicuo, mientras te lavas y te vas fluyendo.
Brota roncha incómoda y perenne Dios se divierte cuenta los placebos que inventamos Así practica taciturno el algoritmo.
J. Moisés Aguayo Álvarez
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La Muerte
La muerte, No sabemos cuando vendrá Cuando nos llegara, ni cuando estará aquí Hay muchas personas que les ha llegado la La muerte.
La muerte no se sabe si es mito o es verdad, Pero…yo no ofendería a la muerte. No se si es flaca o es gorda, Si es chica o grande. Cuando escucho a mis mayores hablar de la muerte Me dicen que no la ofenda Porqué no sabes si te llevará o te dejará Solo ella sabe si te perdonará.
Fabián Avalos Guzmán 10 años
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Muerte. Cada vez más cerca, afina sus dardos. Acierta a muchos que no conoces. Luego a un vecino, a un pariente. Contigo es distinto: te hirió hace tiempo. Acecha… espera que no respires.
Desde el ataúd dices la ausencia en forma exacta, la vida que se fue con cada instante. Quieta, parece que estás en todos lados. La casa aun se escucha como si estuvieras.
Hugo Bautista
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Tu piel está fría. Desde hace rato no abres los ojos. Tal vez guardas una madrugada dentro y contemplas el paisaje que buscaste siempre.
El cementerio es una próspera ciudad de calaveras. En el día escuchan entres sueños a los vivos. De noche deambulan sin hallar labios que les quiten la sonrisa.
Hugo Bautista
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MIEDO Cuerpos putrefactos que siguen sintiendo en sus caras de llanto su esqueleto en pedazos
¡miradas morbosas.. miradas perplejas.. manos que empañan.. preguntas que matan!
Calle de gritos y corazones muertos; Almas que esperan cambiar su pena en alivio
Ya siento frio; ¡ muerte te veo!, tiembla mi cuerpo se abre mi pecho.
Rita Camarena R
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Mi novia moribunda
Mi novia moribunda fragua un suspiro demencial.
Su pose no explora el espectáculo, falta el ardid. Mientras lo necro pugna los minutos.
Filmo cada mueca de su inédita inestabilidad. El ahora descompuesto en este corto funerario.
Nadie más sabrá de mi lectura y su recuerdo.
Alexis Cuzme (Manta, Ecuador, 1980)
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El rumor de lo que fue su voz
Debo ser feliz, arrancarme de un tirón los ensombrecidos párpados, inyectarme nuevas carcajadas junto a las páginas de Bryce, beber y fumar un poco, solo un poco, mi amor, así que no te alteres. Conversar del caos poético que me consume, ahuecarme con palabras cada uno de los poros taponados, ser del atmosférico escenario una silueta sin peso alrededor.
Solo mañana, muy temprano, no olvides recordarme el nombre del hospital, donde mi madre, donde tu suegra, mi amor, desgasta las imágenes proyectadas dentro de sí, donde el rumor de lo que fue su voz espera articular el fin de su inconclusa historia.
Alexis Cuzme (Manta, Ecuador, 1980)
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Muerte Presencia no física y sin forma, árida negación de lo que es incierto, palabra temerosa que trastorna hasta al hombre más liberal de pensamiento. Ciencia ficción lo que su voz derrama en el ámbito atmosférico del orbe; galopa sin parar y se encarama sobre su víctima y su vida absorbe. Soberbia y altanera como pocas, es una dama cuando al hombre mira; al momento de odiar, es una roca; su voz al murmurar, es una lira. Hay quienes sin temor claman por ella, cansados de vivir quimeras locas; han cambiado por guijarros sus estrellas y su amor y su fe, por ilusiones rotas. Es impredecible tormenta en el otoño o altar lleno de plegarias imposibles; cuando pensamos que la vida es un retoño, es la muerte fatal tránsito invisible. Mácula de dolor y desengaño que nos hace felices muchas veces, prestándonos la vida algunos años, ella nos presta sin piedad con intereses. Mito verdad, nos llama a su presencia, cuando la vida con más ímpetu llamamos; no hay objeción y no habrá ninguna ciencia que cambie su decisión: no nos salvamos. ¿Por qué sufrir sabiendo su existencia? No hay salvación si eso nos inquieta; pobres y ricos con cualquier apariencia iremos cruzando por su augusta puerta. Viene a nosotros sin odios y sin saña cumpliendo un mandamiento natural… ella dicta el final; no nos engaña del fin irremediable y tan fatal. Mano que a bien morir no nos apura si sabe que somos héroes impotentes; somos seguros a ocupar la sepultura donde conviviremos siempre con la Muerte. Fidencio Escamilla Cervantes Del libro: “Los pasos del hambre” Verano de 1988
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Día de muertos ¡Día de muertos! Misteriosa algarabía ¡Fiesta de todos los pueblos! La eterna burla detrás de un esqueleto.
¡Día de muertos! Regocijo de chicuelos cadáveres de azúcar, momias de caramelo; se vende la muerte en diferentes precios.
Quien más, quien menos, cabalga sobre los rezos y llega al camposanto para ver a sus muertos.
Un rato meditan serios, oran con murmullos o en silencio y ríen y cantan. ¿Qué muerto les reprenderá eso?
¡Día de muertos! Para jugar a morir, pretexto; danzan entre las tumbas los niños contentos.
Se unen vida y muerte en el ritual de los deudos. Misa por descansos eternos hay en todos los templos. Es fiesta Nacional. Es…¡Día de muertos!
Fidencio Escamilla Cervantes Del libro: “Jardín de Niños y Protestas” Verano de 1986
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Muerte infinita… Gozas al dejarme sin aliento sin ninguna gota de vida, Arrullas sin suspiro mí aliento.
Me dejas sin aliento… Tocas sin piedad mi cuerpo No pierdes el tiempo Sin susurrar el momento.
No juzgas, no piensas… Disfruta parca, tu momento Calaca hueca, que rondas Mi parca vida, de nada sirve… Sin suspiro, me dejas. Lloro y río sin temer Tú aliento Delgadeces…mí fe, se perturba mí sueño Tomad… pues mi último aliento.
Claro-oscuro te veo… Amiga fiel, que a cada momento te encuentro Me abrazas, me arrullas, bromeas con mi verso Oí llamar, toma mí mano y vamos a caminar.
Fría te siento, el fin sin tiempo… Infinita soledad, me muero. Te siento pasar y me dejas en un suspiro Me engañas, juegas con mi tiempo. Y yo solamente te digo… Cuando…! conjugo mí verbo.
JCfuentes, 15
El día redacta en letras mayúsculas la muerte ojos de pelicano mano ausente que tira las redes deseo suerte del desencuentro hojas que trepan el colorido de la noche esa ausencia en los labios es una señal que perturba el sinsabor de los días el desafió del agua Que mis ojos se acostumbren a tu ausencia, siete minutos me golpean, me atormentan siete mil olores, de pie los hombres ayer cantan sangre, Ten piedad… con la piel desnudan para fortalecer al alma.
De nosotros.
La lluvia lava la mancha hepática verdoso pavimento conserva los contornos desechos cristalinos que iluminan el recuerdo sal de las lagrimas de día aquel cuando en medio del gozo, de la perdición, del sueño infinitamente dulce se perdió la vida.
Gabriela Godoy Silva
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Tengo unos ojos que callan,
gritan
Tengo unos ojos polvorosos...
que estilan
que arremeten contra mi papel de lluvia tengo unos ojos que ansían tus besos y acariciar la silueta de tu nombre en medio del destierro de los días Tengo unos ojos encharcada y liquida ausencia
circulares, redondos tibia espera que mata. Tengo unos ojos a veces limpia perla dicha antigua perdida en la arena del espejo de aquellos días de besos azulados y profundos. Tengo el deseo infinito de romper con esos ojos la triste burbuja áspera y turbia de los días, del ayer, del ahora, del mañana.
Tengo tus ojos en mis ojos desgarrando la dermis, la memoria,
Tengo mis ojos en tus ojos cristalizando los suspiros de la noche.
Tengo los ojos de aquellas que yo era en vigilia... esperando tu regreso...
Gabriela Godoy Silva
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CENIZAS DE MI NOMBRE
Seducido por el guiño de la muerte abro una ventana en el décimo piso.
Donde peldaño a peldaño sube un sicario del infierno por las cenizas de mi nombre que ya no pronuncian tus labios.
Saco el rostro del espejo y le resuro los miedos y en el salto escapa un grito que deshabita mi cuerpo.
David González Ibarra
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LA MUERTE ESCONDIDA
En la oscura noche llega la muerte y esconde su escalofriante sombra tras la ventana que llora.
Sharon Alicia Gonzรกlez Raya
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CERCA DE CONOCER A LA MUERTE
Muerte nadie te podrá ganar He estado a punto de conocerte Por error o descuido Pero he tenido suerte. De día o de noche En cualquier lugar Por más que la gente se esconda Muerte siempre nos ganarás.
Santiago Hernández
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La vida empieza el día primero como la línea comienza en punto y poco a poco va creciendo hasta perderse en la distancia La existencia es un segmento que tiene una medida si no sería infinito vivir en esta vida La muerte esta contando los días de nuestra existencia los años va sumando y a veces eleva una potencia. Sabe bien a quien se lleva su registro nunca falla llegándose el momento los cirios ella apaga.
Epifanio Huerta Hernández
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Padre e hija
— ¿Papá? —Aquí estoy, no tengas miedo. —Donde estamos —Tranquila, todo está bien. — ¿qué pasó? —Tu mamá, tu y yo íbamos en el carro ¿te acuerdas? — ¿Mami? — Era tu cumpleaños. Como regalo pediste que te lleváramos al cine … — ¿Dónde está mamá? —…casi llegando un carro se me cerró y… —Quiero a mi mami… —Ella está bien. No llores. Te juro que está bien. —Quiero a mi mami… —No llores. Todo estará bien. Algún día volveremos a ser una familia. Algún día, cuando ella muera.
Ramón López Morales
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Para los que estamos muertos:
Que importan ya el dolor, la tristeza, los golpes el sonido de fiesta, la gente, los adornos el color de las flores, la vida los juegos de niños, el deseo reprimido la lluvia, los adornos, el ruido, la sed, los sueños el hambre, la gente , los años, el vino, la pasión los días , el… la… los…
Siempre hemos estado muertos, antes de nacer ya estábamos muertos.
En fin, descanso ya del amor, de todo, de ti.
Ana Paola López Santana
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El que se muere ¿ qué siente? -Que le apagan la luz para siempre- .
Elías Nandino
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ELLA ME ESPERA José de Jesús Macías Comparán Ella me espera me espera con la fuerza que su soledad le aflige me espera sin prisa casi taciturna en su mística esencia de misterio con múltiples historias de consecuencias frustradas de castigos implacables de entes informes en la niebla. Ella me espera sin maldad ni odios sin celos traicioneros no sabe de miserias de luchas por la vida ni arrebatos ni contradicciones indecentes de seres corruptos por la fama. Ella me espera me ha esperado siempre tal vez hoy, quizás mañana pero ella espera mi retorno en resonancia en jaque mortal acorralado. ¡Cuanta paciencia se funde en su mirada¡ Ella espera Ella… Común denominador de la existencia Palacio sepulcral de la alborada Espacio sin forma preferida Que en cualquier lugar Aguarda mi llegada. Ella es el fin y el principio El principio de tal vez solo la nada de una vida de grandes o pequeñas vivencias que a juicio quedarán para la historia.
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MUERTE-APOCALIPSIS Ahí estas Presente Desde eterno Desde el Bing Bang de los tiempos Vistiendo un sinfín de formatos aleatorios Tu presencia se esconde Diariamente En todos los rincones En todos los espacios concebidos No hay quantum Que no cuente contigo En cada beso En cada juego En cada idea, suspiro o sueño Ahí El renuevo de tu esencia Se incrusta Se siembra Para crecer con el mismo desarrollo En el mismo devenir Con una Simplemente suspensión Paulatina y solapada Pero simple Cesación Bing Bang de miradas De concepción De nacimiento De volverte adulto viejo Anciano Polvo Quantum En todas las culturas Y En todos los terrenos Tal vez En todas las galaxias En todas Dejas caos… ¡Ay! muerte-cesación Irreductible e intransferible Diariamente SOIS Apocalipsis MARTORREV
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HASTA CUANDO Tu presencia Me la anuncian los neumáticos La piel del campo en sus heridas de verano La ausencia de trinos De oxígeno fresco De sudor Indiferencia solapada de lúdica sonrisa Amarillos aromas de cera y pétalos Reverbero de ecos ancestrales Rituales cotidianos para llamarte a gritos Un semáforo detiene el transcurrir Y sentimos tu caricia Nos estremecemos O ¿ me estremezco solo? El maullido de gatos en celo Me aviso de tu presencia Si Ahí estas Cotidianamente Centinela voraz de instantes idos Los recién enamorados en cada beso En cada risa Construyen vida E implacable les esculpes cicatrices Dejamos huellas Un hijo Un sistema Una teoría Una dadiva Una palmada inolvidable Tal vez un edificio o un muro Para negarte Para ignorarte Pero ni te inmutas Nos regalas espejos Hasta cuando dejaras Seamos eternos. MARTORREV
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La Muerte
-¡ ya viene la muerte!me dice el papel de china la guía el olor amarillo de los cempasúchiles.
Si hacen cosas buenas se los lleva la muerte caminando por la luz de las veladoras.
Y si haces cosas malas Se apagan las veladoras Y te lleva por la obscuridad.
Luis Alberto Morales Arias (10 años)
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SIN VIDA
¿Qué me dices? No te escucho ¿Me haces señas? No te entiendo ¿Me miras? Que me ves ¿Vienes tras de mí? No corras ¿Me tocas? No te siento ¿Me esperas? Ya es tarde Para ti he muerto Vete De una vez.
SILVIA MORENO MORENO
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MUERTE Piensas que el deleite que me causa tu presencia es fingido -te equivocas Ansiaba tocar tu mano, Tu rostro, ¡No me asusta! Tu mirada indiferente No me es desconocida ¡Te espero! Cuento los segundos El tiempo no transcurre. Envuélveme con tu aroma Con placer, espero el momento Que me fundas en tu abrazo. ¿Qué haces? No te marches ¡Muerte!, ¡mi preciada sombra elegante! ¡Espera, espera! ¡Cobarde! Tú, la que no distingue razas Nivel, condición, edad, ¿Me das la espalda? ¿Por qué? Tú que siempre has rondado mi lecho, Esta enfermedad me carcome por dentro ¡Llévame! Tú invitaste al abuelo a la eternidad, Se fue contigo ¿te marchas? No te vayas, ven No te veo ¡Ciriaquita! dónde estás? Silvia Moreno Moreno
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DOS DE NOVIEMBRE Luces danzarinas opacan la obscuridad de una tristeza momentánea Atmosfera reluciente felicidad retornada y cantares complacientes Sus aromas vivos de manjares y flores enfocan rostros de éxtasis Bullicio solemne esperanzas febriles de paz interior Ideas lúcidas porvenir majestuoso que encadenan furias y penas donde fluye el amor Espíritus recurrentes al mismo espacio cedidos por nuestro creador Embelezo de nostalgias tributos en especie recuerdan nuestras flaquezas y debilidades Sólo para coincidir que el perdón nos ayuda a encontrar la paz y seguridad del amor eterno.
MARTHA EDUVIGES MURILLO LEAÑO
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EL ADIÓS…
Ataúd, llantos, dolor que vaga en el aroma de las flores
Arrepentimientos atesorados durante años de estiaje inmisericordes al dolor salen a flote
Desesperanza sin habla abismos insondables alimentan mi pesar
Congelados labios balbucean inseguridades transformadas en angustias
Lagrimas que quieren suplir la pérdida absoluta arraigada en el corazón
Momentos de soledad y tristeza envuelven la tragedia el abandono inútil de mi ser.
MARTHA EDUVIGES MURILLO LEAÑO
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CANTO MIENTRAS LA ESPERA
oruga la paz crisálida pabellón. eterna luz blanca que me apunta desorden de sábanas empapadas. tengo un cuaderno para (des) escribir lo bello del infierno, de sus rozas perennes, de las cascadas de artificio que practico desde mi cama luego de la última bondad de la enfermera. esta que tiene el culo tan grande que recuerdo cuando robaba en tunuyán 1 manzanas inmensas y coloradas. pero ahora es otro estribo,2 me aflojo esta especie de condón que sujeta mi cuerpo y espero. espero despierto espero saberme fragmento y espectro. oruga la paz crisálida pabellón gusano yo mariposa hospital flor la bella. la que aspiro y la que me falla todas las noches la que canta pero no asoma. yo la he visto a la muy puta disfrazarse en goteos excitarse y masturbarse frente al sueño de quien le sostiene la vela es absurdo imaginar otro banquete sin ella toses rancias burbujas de sombras. venite ya, ¡venite! mis pellejos ya no alcanzan a cubrirme soy el ahogo y la flema ¿no ves que estoy atascando el tiempo en tu espera? oruga la paz crisálida pabellón gusano yo mariposa hospital flor la bella ella. la que tiende manteles de espinas perfumadas la del final y la partida.
Por MARCELO NEYRA (Argentina)
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Visiones del otro lado del paraíso
¿Has visto a la muerte carcajeándose en una esquina? Esta del lado de los violadores que regalan dulces, de los políticos siempre corruptibles; te traga sin distinguir sabor te envuelve en un hoyo tan negro como las fauces del averno, sonríe y mueve la mano entre el publico recordando a una reina de la primavera; pero ella es quien nos cierra el cielo igual que lo hace una mujer de piernas encantadoras cuando dice no.
Accio.
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Mi abuelo se fue con la muerte Escondido en un estuchito Estaba dormido, no pudo ver A la muerte flaca, Que no hacía pareja con él.
Yolanda Arely Quezada Moreno
A mi abuelito la muerte se lo llevó Al cielo, Porque lo vio bonito Cuando no le gustó En el panteón lo tiró
Danaeth Wendolyne Quezada Moreno
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Muerte
La muerte es Muy elegante Con su simpática sonrisa atrae la picara inspiración de los mexicanos .
Cuando llega A hacer una visita fingen tener devoción y quisieran invitarla a ser amiga
A la muerte no le importa ella no entiende de razón a quien ella escoge se lo lleva, no se tienta el corazón.
Silvia Martha Rosa Quezada Moreno (12 años)
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BELLA Y ELEGANTE ¿Mujer o hombre? en realidad no importa el género. Unos te aman, otros te veneran y la mayoría temenos tu venida. Enemiga de la distinción, pobres y ricos tomas sin expresar emoción. Realidad e imaginación pero siempre presente desde la creación. ¿Qué género tienes? ¡que importa! te tomaremos del brazo y juntas iremos a buscar otro destino. De cintura esbelta y bonita figura de cantantes, poetas y escritores siempre serás inspiración.
MARTHA ALICIA RODRIGUEZ MORENO
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La muerte es abraxas. Óyela como canta por cerros y cañadas. viene a llevarme óyela como viene a mi pueblo para llevarme lejos.
¿Podré esconderme? en el fuego en el aire en el mar en la tierra.
Cúrveme en tu cuerpo enrédeme en tus piernas escóndeme en tus besos deja que la muerte pase sin llevarme con ella.
Deja que la muerte cante coronada de flores que me grite y no encuentre yo estaré escondida. en tus brazos obscuros ¡escóndeme en tu sexo!.
Guty Santana
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EL CAMPOSANTO
En el horizonte donde se perfilan los zopilotes perdido entre cruces antiguas espera paciente el camposanto que te recibirá con fosas abiertas, para que sabanas de tierra cubra tus soledades.
La fría pala hiere la tierra que suspira tristezas futura morada sombría de pesadillas nocturnas otoños e inviernos disfrazados de primaveras.
El segundo día de noviembre que sonríe soles amarillos los cipreses esparcen lamentos negros en el viento donde vuelan abraxas con alas obscuras teñidas de muerte.
Guty Santana
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Corazón en blanco Voy a hundir la mente en la bañadera mental de la sobredosis. Que me cubra el sopor, la música inyectable, la mano que ciega los ojos. De un sólo bostezo barreré las fotos. Bucearé. Me ahogaré en memoria de los paseos, de las calles desiertas, del roce de manos. Llorarás. Lo sé. Llorarás y desearás caminar por la playa de noche. Mirarás las estrellas. Abrazarás el viento. Abrirás canciones. Y les pedirás volar con el corazón en blanco sobre hielo.
Ella danza en el mar Ella viene y va, juega en tus sueños y se esconde en tus sombras. Ella es frágil y tierna y avanza en tus horas. Ella te besa cuando llegas y te despierta cuando te vas. Ella te busca y te espera y te abraza al final.
MARCELO VERTUA (Argentina)
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Profundo
La muerte comienza en un viaje lejano,de senderos analépticos, de ríos oníricos, todo. Donde las llanuras desérticas cubren con el polvo deltiempo las huellas amorfas. Allá, lejos, donde no se requieren espacios y devana un mutismo ancestral. Van y vienen por el Hades. Intermitentes .Bajo un sol que no calienta. Para la tierra son relleno de campo santo, entre mármol blanco. Para la esencia, la respuesta ontológica del universo, todo. Que se hunde hasta las frías entrañas del inframundo. Y se eleva la fragancia del vino y cempasúchil. Se comprime en la inminente implosión. De la memoria bautismal del Leteo. De la guadaña junto a las jaras. Forman pirámide invertida. Poco a poco se entierra. En el abismo solar. Tan pequeño. Reducido. A ser. Nada
Víctor Villarreal Velasco
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