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SISTEMATIZACIÓN DE LA INFORMACIÓN SOBRE EL PROGRAMA ATENCIÓN INTEGRAL A NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES EN SITUACIÓN DE TRABAJO INFANTIL EN BOGOTÁ.

SECRETARIA DE EDUCACIÓN DE BOGOTÁ



SISTEMATIZACIÓN DE LA INFORMACIÓN SOBRE EL PROGRAMA ATENCIÓN INTEGRAL A NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES EN SITUACIÓN DE TRABAJO INFANTIL EN BOGOTÁ. Por: Marcela Chaves Chamorro Con la colaboración de: Liliana Gracia Hincapié, Margarita Chaves y Jean Paul Attara Bogotá, Abril 15 de 2016

SECRETARIA DE EDUCACIÓN DE BOGOTÁ



PRESENTACIÓN (pág 5) CAPÍTULO 1: EL MARCO NORMATIVO INTERNACIONAL, NACIONAL Y LA DEFINICIÓN DE ACCIONES DE DES INCENTIVACIÓN DEL TRABAJO INFANTIL EN BOGOTÁ. (pág 7) 1. Introducción 2. El plano internacional 3. El plano nacional 4. El plano del Distrito Capital 5. Reflexiones finales CAPÍTULO 2: CONCEPTOS Y PERSPECTIVAS SOBRE EL TRABAJO INFANTIL EN EL PROGRAMA PRO NIÑO. (pág 19) 1. Apreciación sobre determinantes y marcos para la acción contra el trabajo infantil 2. Determinantes del trabajo infantil 3. El problema en cifras: evidencias fácticas sobre el trabajo infantil en Colombia 4. Análisis con base en un modelo cuantitativo CAPÍTULO 3: EL PROGRAMA PRO NIÑO: LA INTERVENCIÓN DE UNA EMPRESA SOCIALMENTE RESPONSABLE. (pág 35) 1. Orígenes del programa 2. Modelo de intervención social y relaciones institucionales 3. El programa Pro niño en Bogotá 4. Medición de impacto y monitoreo de la acción social de Pro niño CAPÍTULO 4: LA ALIANZA PÚBLICOPRIVADA PARA LA ATENCIÓN DE LA NIÑEZ TRABAJADORA. EL CASO DE LA SECRETARIA DE EDUCACIÓN DE BOGOTÁ Y LA FUNDACIÓN TELEFÓNICA COLOMBIA. (pág 55) 1. Cómo se concibió la alianza 2. La homologación de objetivos 3. La institucionalización del programa. 4. Resultados y pendientes Conclusiones REFERENCIAS CITADAS (pág 65)

CON TENI DO. TABLA DE CONTENIDO



El presente informe presenta la sistematización de la información relacionada con el Programa Atención Integral a los Niños, Niñas y Adolescentes (NNA) en situación de trabajo infantil en Bogotá, adelantado por la Secretaria de Educación del Distrito Capital (SED) en alianza con La Fundación Telefónica Colombia (FTC). En este se aborda los planos que dan cuenta del marco político, conceptual y metodológico con el cual se desarrolló este Programa en los años 20132015. El capítulo 1 introduce el marco normativo internacional y nacional en el que se inscribe la Política de Atención a la Niñez Trabajadora en el Distrito Capital, y la manera como se integró a ella el trabajo de la SED. El capítulo 2 da cuenta de las líneas conceptuales del Programa Pro niño adelantado por la FTC, el cual sirvió de base para el desarrollo del Programa de Atención a los NNA en situación de trabajo de la SED-FTC en Bogotá. A partir del análisis de los determinantes identificados por los estudios sobre el trabajo infantil, financiados por la FTC, se identificaron las líneas conceptuales que entraron a regir al Programa del Distrito Capital. Estas líneas tienen en cuenta las variables cualitativas y cuantitativas de los hogares y entornos educativos que confluyen para hacer crecer las dinámicas del trabajo infantil, sobre las cuales se proyectaron las acciones del Programa. Teniendo en cuenta la importancia del Programa Pro niño como antecedente y modelo de las acciones que se desarrollaron en el marco de la alianza público-privada SED-FTC, el capítulo 3 ofrece una síntesis analítica que desataca la historia del programa, sus líneas de acción y la focalización de sus acciones para la atención integral a los NNA trabajadores que asisten a los colegios públicos de Bogotá. El capítulo 4 recoge la experiencia de la alianza público-privada entre la SED y la FTC, destacando los puntos centrales que la promovieron y permitieron su consolidación para el desarrollo de una atención integral a la niñez trabajadora.

PRE SEN TA CIÓN. PRESENTACIÓN

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Para finalizar se presentan conclusiones que miran hacia posibles acciones a emprender en el futuro próximo. Para el desarrollo de este informe, la consultora adelantó una serie de entrevistas con funcionarios clave de las dos instituciones líderes del programa, directivos docentes y maestros de las instituciones educativas que acogieron el programa, funcionarios de la organización no gubernamental aliada que operó el Programa y padres de familia de NNA trabajadores que asistían a estas instituciones educativas. Con el apoyo de un equipo de dos antropólogas y un estadístico sintetizo la información institucional y de política pública sobre el tema, el cruce de los datos empíricos y los aportes de investigaciones contratadas por las entidades de la alianza. Con base en este material genero un esquema para presentar la sistematización que permite que cada capítulo pueda leerse independientemente. Quiero expresar mi agradecimiento a todas las personas e instituciones que facilitaron la información necesaria para la sistematización de esta experiencia. En primer lugar, a Albiryan Moreno Torres, Jefe de Programas Sociales de Fundación Telefónica Colombia, Isaac Vargas Daza, Líder Regional Centro y Suroriente de Fundación Telefónica Colombia, y a Sandra Carvajal, profesional de la Secretaría de Educación del Distrito. Estos tres funcionarios fueron muy generosos con su tiempo y respondieron puntualmente a cada una de mis inquietudes sobre el Programa. También quiero destacar la colaboración prestada por Alba Zapata, Directora de la Fundación Juntos Construyendo Futuro, los rectores, coordinadores pedagógicos y maestros de las instituciones educativas públicas y finalmente, a las madres de familia de NNA cuyas voces quedan plasmadas en este informe. §


1. INTRODUCCIÓN En concordancia con los principios y conceptos de la política internacional sobre trabajo infantil, el Programa Pro niño orientó su accionar en torno a la erradicación del trabajo infantil como una cuestión de derechos humanos y de desarrollo. En particular, al acoger el principio promulgado por la OIT, el trabajo infantil tenía que examinarse en el contexto general de las políticas socioeconómicas, en particular las políticas macroeconómicas y los programas de empleo, y en marcos discursivos atentos a la igualdad de género y la necesidad de expansión del derecho a la educación. Como lo veremos más adelante, la movilización social surgió como una iniciativa propia que se escaló a nivel nacional e internacional, prestó atención a las recomendaciones de estos organismos internacionales de llevar a cabo campañas de sensibilización públicas, fomentar la solidaridad y la cooperación internacional entre los países en desarrollo, líneas que se retomaron para enfocar el programa. El marco de políticas y normativas internacionales dio lugar a un enfoque general y coherente del trabajo infantil que, en algunos países se articuló con las políticas de cada estado-nación, en el contexto latinoamericano, combinó aspiraciones sobre reducir la pobreza, ofrecer una educación de calidad y promover medidas de protección social, para responder a la realidad multidimensional del trabajo infantil. En este capítulo, presentamos una síntesis de los marcos de estas políticas en los planos internacional, nacional y local del Distrito Capital. Los acuerdos y convenciones internacionales inscritos en el marco de la protección de los derechos humanos definen el trabajo infantil como todo trabajo que priva a los niños, niñas y adolescentes (en adelante NNA), de su niñez, su potencial y su dignidad, y por lo tanto resulta perjudicial para su desarrollo físico y psicológico (OIT 1998). En este sentido, abordan el trabajo infantil como una problemática prioritaria y buscan que, bajo el principio de corresponsabilidad entre el Estado, la sociedad y la familia, se brinde protección al cumplimiento de los

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EL MARCO NORMATIVO INTERNACIONAL Y NACIONAL, Y LA DEFINICIÓN DE ACCIONES DE DES INCENTIVACIÓN DEL TRABAJO INFANTIL EN BOGOTÁ

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derechos de los NNA mediante el desarrollo de estrategias para prevenirlo. Los marcos internacionales también definen las peores formas de trabajo infantil e impulsan las políticas de erradicación del trabajo infantil enfatizando iniciar con la eliminación de sus peores formas. El Estado colombiano ha adoptado los principios de estos marcos internacionales contra el trabajo infantil en su legislación. De manera coherente con la normatividad internacional, la estrategia nacional contra el trabajo infantil se ha orientado en primer lugar a reglamentar el trabajo infantil permitido para los niños mayores de 15 años. En segundo, a elevar los derechos de los NNA a derechos constitucionales, y en tercero, a desarrollar una normatividad que propende por proteger sus derechos a la educación, la salud, la recreación y deporte, la participación, asociación y a tener una familia, a la alimentación, el desarrollo integral, la intimidad, y la protección contra todo tipo de violencia, el acceso a bienes y servicios, la seguridad, a disfrutar de un medio ambiente sano, a ejercer sus derechos sexuales y reproductivos, a vivir su identidad de género y a ejercer una ciudadanía plena. Es decir, la normatividad nacional concibe a los NNA como sujetos de derechos, dotados de capacidades para participar y para interlocutar con la familia, la sociedad y el Estado. La normatividad del Distrito Capital desde el 2011 se articuló con la política nacional principalmente en este último punto, y se ha encaminado a proteger y garantizar el desarrollo integral de los NNA, y a resaltar su condición de sujetos de derechos y ciudadanos. En este sentido, se ha articulado también a las perspectivas propuestas por la normatividad internacional inscritas en los derechos humanos y al principio de corresponsabilidad propuesto en la misma que se alinea con la Estrategia Nacional para Prevenir y Erradicar las Peores Formas de Trabajo Infantil, Proteger al Joven Trabajador, y crea un programa específico para su desincentivación.

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En este capítulo, presentamos los conceptos de trabajo infantil que manejan las normativida-

des internacional, nacional y distrital, y exploramos los cambios posibles de identificar en su ámbito de acción según el plano en que se desarrolla y la definición de la población objetivo.

2. EL PLANO INTERNACIONAL La normatividad internacional respecto del trabajo infantil ha proferido diversos acuerdos y convenciones los cuales han sido ratificados por diversos países. Esta normatividad ofrece los lineamientos sobre el tema que los estados toman como base para desarrollar sus propias leyes.

LA ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL DEL TRABAJO -OITLa OIT, (1998) define como trabajo infantil todo trabajo que priva a los NNA de su niñez, su potencial y su dignidad, y que es perjudicial para su desarrollo físico y psicológico. Así pues, se alude al trabajo que es peligroso y prejudicial para el bienestar físico, mental o moral del niño; que interfiere con su escolarización puesto que les priva de la posibilidad de asistir a clases; les obliga a abandonar la escuela de forma prematura, o les exige combinar el estudio con un trabajo pesado y que consume mucho tiempo. Considera que el trabajo infantil está estrechamente ligado a la economía informal no reglamentada, ya que es este tipo de economía la que mayormente busca emplear NNA. Así también, los negocios o empresas familiares en las que los NNA miembros trabajan sin remuneración e inclusive son apartados del colegio o la escuela para desarrollar otras labores. La inequidad que conlleva a la pobreza a algunos sectores de la sociedad provoca situaciones donde los NNA se ven obligados a trabajar para ayudar a sus padres o para auto solventarse cuando son abandonados. De acuerdo con la OIT, el sector donde más se presenta el trabajo infantil es el agropecuario, pero también se encuentra en los relacionados con la pesca, la fabricación y comercio de ma-


nufacturas, el turismo, el servicio doméstico, la construcción, las industrias extractivas y la economía industrial urbana. Su política enfatiza que se debe procurar la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil oponiéndose al trabajo infantil, y buscando “eliminar de forma progresiva las actividades laborales realizadas por NNA, a través del refuerzo de las capacidades nacionales para enfrentarse a los problemas derivados de este fenómeno y la creación de un movimiento mundial de lucha contra el trabajo infantil”1. Contempla también el principio de corresponsabilidad consagrado desde 1969 en la Convención Americana sobre Derechos Humanos, que en su artículo 19 sobre los derechos del niño dispone que “Todo niño tiene derecho a las medidas de protección que su condición de menor requiere por parte de su familia, de la sociedad y del Estado.” Por medio del Convenio 138 de 1973, la OIT también se pronunció sobre la edad mínima en la que el trabajo infantil es aceptable. Entendiendo las particularidades de los NNA definió que entre los 13 y 15 años los jóvenes pueden realizar trabajos ligeros bajo la observación y permiso de sus padres. Definió que los 15 años era la edad mínima para que los jóvenes pudieran entrar al mundo laboral, también con permiso de su familia y con condiciones de seguridad social, y en ambientes que no afecten su desarrollo físico y emocional. Y sobre los denominados “trabajos peligrosos” decretó la edad de los 18 años como edad mínima para ejercerlos. Sin embargo, considera que estos trabajos deberían estar en observación ya que afectan la salud física y mental de quien los ejerce y debe tener un régimen laboral especial. En el artículo 3 del Convenio 182 de 1999, la OIT plantea también la necesidad inmediata de erradicar las peores formas de trabajo infantil, entendiendo por ellas el trabajo que pone en peligro el desarrollo, físico, mental o moral de los NNA, bien sea por su naturaleza o por las condiciones en las que se efectúa, es decir el denominado “trabajo peligroso.” Las peores formas de trabajo infantil son: el trabajo forzoso y obligatorio en conflictos armados, el traba-

jo peligroso, la prostitución y la pornografía o explotación sexual comercial de NNA, la venta y trata de NNA, la servidumbre por deudas, la esclavitud, el trabajo forzoso u obligatorio, el uso o reclutamiento para delinquir y todo trabajo que por sus condiciones, o sea por las circunstancias en que se lleva a cabo, tiene probabilidades de dañar la salud, la seguridad o la moralidad de los NNA. Estas formas de trabajo infantil perjudican, en la mayoría de los casos, irreversiblemente, las características más notables de la infancia y pueden poner término, de forma dramática, a esta etapa de la vida.

LA CONVENCIÓN INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS DEL NIÑO Esta Convención de las Naciones Unidas, que data de 1989, se constituyó en un hito en el contexto político internacional porque creó una legislación internacional específicamente en favor de la infancia, la cual provocó un profundo cambio conceptual al dejar de considerar a los niños y las niñas como objetos de protección y derecho, y comenzó a tenerlos en cuenta como sujetos con necesidades específicas y, por lo tanto, con derechos coherentes e inherentes a ellas (ONU 1989). Estableció también el derecho de los NNA al esparcimiento, al juego y a participar libremente en actividades artísticas y culturales, y obligó a los estados a comprometerse en proteger a los niños y niñas contra la explotación económica y contra el desempeño de todo trabajo peligroso para la salud o el desarrollo físico, mental, espiritual y social, o entorpecedor para la educación. Planteó, la obligación de fijar edades mínimas de admisión al trabajo y reglamentar las condiciones del mismo. Comprometió a los estados a proteger a los NNA contra toda forma de explotación y abuso sexuales, incluyendo la prostitución y su utilización en prácticas por-

1. Tomado de la Declaración de la OIT relativa a los Principios Fundamentales y Derechos en el Trabajo (1998).

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nográficas. Planteó que los NNA no sólo deben estar protegidos del uso de estupefacientes y sustancias psicotrópicas, sino que también se debe impedir que se les involucre en la producción o distribución de tales sustancias. Como normatividad internacional, la Convención involucra también los tratados de derechos humanos y se enmarca en ellos, y por lo tanto entiende a los NNA como sujetos especiales de derechos deben ser protegidos, y que el Estado, la sociedad y familia en corresponsabilidad están obligados a garantizarles su calidad de vida y su integralidad.

3. EL PLANO NACIONAL A pesar de tener una condición humana especial y un estado natural de indefensión, hasta comienzos de los años 1980, los NNA no eran sujetos de una protección especial que les garantizara sus derechos e intereses. La normatividad nacional frente al trabajo infantil solo apareció en el Estatuto del Menor Trabajador (1982), el cual impulsó acciones para ejecutar programas y prestar servicios de atención y protección al menor trabajador. Hacia finales de la década de 1980, sin embargo, las evidencias sobre las diversas formas de explotación de los NNA por parte de personas adultas y sobre los problemas de abandono, drogadicción y falta de educación condujeron a la expedición del Código del Menor (1989). Desde entonces este código regula la protección de la niñez y, en materia de trabajo infantil, ampara a los menores contra todo tipo de explotación económica y contra el desempeño de cualquier trabajo que ponga en riesgo su salud.

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El gran logro de la Constitución Política de 1991, CP-91, en relación con la infancia y la adolescencia se enmarcó en el reconocimiento de su fragilidad. En su texto, la CP-91 manifiesta la necesidad de darles a los NNA una protección especial para permitirles un desarrollo integral. El derecho que les otorga para tener una protección especial se sustenta en el reconocimiento de la falta de discernimiento suficiente que tienen los NNA para saber cuándo se le

está amenazando o vulnerando, así como la ausencia de la capacidad de defenderse por sí mismos de alguien que ponga en peligro su integridad personal. Por este motivo establece la corresponsabilidad entre la familia, la sociedad y el Estado en la protección de dichos sujetos y de sus derechos, y propende por una legislación que eleva al carácter constitucional los derechos fundamentales de los NNA. Esto significó un cambio significativo, antes los NNA no eran considerados sujetos de derechos como los demás ciudadanos, si no sujetos de tutela, por lo cual su participación en la vida jurídica era muy reducida o inexistente, a no ser como infractores de la ley. Este cambio en la concepción de los NNA como ciudadanos abrió un espacio importante para el estudio de los rasgos y las características específicas del desarrollo del menor y para la incentivación de su participación activa en la definición de políticas y el diálogo con la familia, la sociedad y el Estado. Por otra parte, el marco multicultural que introdujo la CP-91 también integró a los NNA. En este sentido, se tuvo en cuenta las condiciones particulares de su pertenencia a un grupo etario, y otras especificidades relacionadas con la diferencia racial, étnica, de género, discapacidad, religión y cualquier otra variable cultural relevante en el contexto de su ejercicio político. Esto implicó que la noción de desarrollo humano integral que se aplica a los NNA se extendiera mediante la ampliación del fuero de desarrollo de la personalidad y el fortalecimiento de las capacidades y libertades que este supone. En los aspectos relacionados con el trabajo, y como parte de su voluntad de velar por su desarrollo integral, la CP-91 busca proteger a los NNA contra el desempeño de labores riesgosas, explotación laboral y abuso, entre otras, coincidiendo con las políticas de las convenciones internacionales suscritas por el Estado colombiano hasta ese momento. Define también tipos de protección especial para los jóvenes de 16 años que ingresan al mundo laboral, como el pago de la seguridad social, las jornadas especiales de trabajo, el salario justo y las condiciones apropiadas para su salud física y


mental. En consecuencia, en el Código Sustantivo de Trabajo (1993) se dispone que los menores de 16 años pueden laborar con permiso de los padres, pero no ejercer actividades que representarán perjuicios para su salud. Por su lado, la Corte Constitucional ha generado jurisprudencia específica en relación con la protección a los menores. En la sentencia 215 de 2007 reconoció la condición de indefensión propia de la naturaleza de los NNA, y por lo tanto insistió en la defensa de su protección especial, la cual considera que se debe hacer extensiva al campo laboral. Así: Las razones básicas de esta protección a los niños y a los adolescentes son, por una parte, su naturaleza frágil o vulnerable, por causa del desarrollo de sus facultades y atributos personales, en grado inverso a su evolución, en la necesaria relación con el entorno tanto natural como social, y, por otra parte, el imperativo de asegurar un futuro promisorio para la comunidad, mediante la garantía de la integridad, salud, educación y bienestar de los mismos (Ley 704 de 2001). Al defender el derecho a la salud que garantiza el derecho a la vida, la CP-91 también promovió el acceso a Sistema de Seguridad Social. Al mismo tiempo, considera fundamental el derecho a la educación, en la medida en que el acceso a esta les llevará a aspirar a mejores trabajos. Define así que no se le debe restringir su acceso a la educación al NNA que sea vea obligado a trabajar. Otros derechos fundamentales que considera la CP-91 son el derecho a una familia, a la alimentación, a la participación, a la recreación, al desarrollo integral, a la intimidad, a la información, a la asociación, a la vacunación, a la protección contra todo tipo de violencia, al acceso a bienes y servicios, a la seguridad, a un medio ambiente sano, a ejercer sus derechos sexuales y reproductivos, a vivir su identidad de género y a ejercer una ciudadanía plena. Todos estos vistos con una perspectiva de género. La CP-91 se pronunció también a favor que el menor no sea explotado económicamente, lo cual impli-

có el reconocimiento constitucional de los valores de los NNA a su autoestima, libertad de expresión y a sus aptitudes y posibilidades. En síntesis, el marco de derechos constitucionales de los NNA es lo suficientemente amplio para soportar el desarrollo de políticas que garanticen la prevención y posible erradicación del trabajo infantil. Sin ir más lejos, el estado colombiano a través de la Ley 704 de 2001 aprobó el Convenio 182 de 1999, sobre la prohibición de las peores formas de trabajo infantil y la acción inmediata para su eliminación. Estas acciones orientan los documentos de política como el III Plan Nacional para la Erradicación de Trabajo Infantil y la protección del Trabajo Juvenil, 2003-2006, el cual define cómo se concibe el trabajo infantil en el contexto colombiano: ...toda actividad física o mental, remunerada o no, dedicada a la producción, comercialización, transformación, venta o distribución de bienes o servicios, realizada en forma independiente o al servicio de otra persona natural o jurídica, que es realizada por personas menores de 18 años de edad2. Este Plan Nacional identifica como consecuencias del trabajo infantil los trastornos en el desarrollo físico, en el desarrollo psíquico y emocional, y en el desarrollo social. Entiende que: …durante la infancia, el mundo que rodea al niño o niña debe ofrecer múltiples oportunidades para aprender y para obtener un sano e integral desarrollo (...). En esta etapa de los seres humanos se gestan las habilidades que les permitan participar plenamente en la vida familiar, comunitaria y económica. No obstante, los trabajadores infantiles se ven privados de este periodo valioso, lo cual tiene repercusiones nefastas en diversos ámbitos de su proceso de desarrollo humano (...), y consecuencias deprimentes a largo plazo, en su vida de adultos3.

2. Tomado del III Plan Nacional para la Erradicación de Trabajo Infantil y la protección del Trabajo Juvenil, 2003-2006. 3. Ibíd.

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En ese sentido, comprende las particularidades de los ciclos vitales en sus aspectos biológicos, sociales y emocionales. Así también, contempla que el trabajo infantil perpetúa las condiciones de pobreza de los NNA. Sin embargo, frente a las peores formas de trabajo infantil, el Estado colombiano se ha quedado corto para proteger a los NNA. La guerra interna que vive el país desde hace más de cinco décadas ha involucrado NNA, a través de situaciones como el reclutamiento forzado por parte de grupos al margen de la ley, el desplazamiento forzado, las masacres, las minas antipersonas, entre otras. Estas han afectado profundamente la vida de los NNA colombianos vulnerando todos sus derechos fundamentales, dejándolos en estado de indefensión y haciéndolos víctimas que requieren una atención especial, para la cual no se ha desarrollado una política clara.

EL PLANO DEL DISTRITO CAPITAL El gobierno de la ciudad de Bogotá inscribe la normatividad distrital, tanto, en los marcos internacionales y nacionales como en la Ley 1098 de 2006 que expidió el Código de Infancia y Adolescencia con especificaciones para el Distrito Capital. Adicionalmente, definió la Política de Infancia y Adolescencia 2011-2021, la cual se adoptó por medio del Decreto 520 de 2011. Esta política aborda los aspectos fundamentales que busca el distrito para garantizar la calidad de vida de los NNA que se representa en el acceso a derechos integrales que permitan el desarrollo de potencialidades y capacidades. Este desarrollo se garantiza a través de la corresponsabilidad del Distrito, el Estado, la familia y la sociedad, quienes trabajan en conjunto para posibilitar las oportunidades y el derecho al ejercicio de la ciudadanía de los NNA.

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Reconoce y enfatiza la diferencia y la diversidad dentro los NNA, por lo cual busca desarrollar políticas para cada etapa del ciclo vital, la diferencia étnica, de género, la condición de discapacidad, la situación biológica, política y social,

la creencia religiosa, entre otras. Por lo tanto, es interesante anotar que protege los NNA desde su etapa de gestación, para lo cual la política cobija a las madres gestantes para que puedan acceder a los cuidados de salud física y psicológica. La política distrital también hace referencia específica a los NNA víctimas del conflicto armado interno como causa o consecuencia del desplazamiento forzado, por ser hijos de excombatientes, o por ser desmovilizado o reinsertado. Es muy importante tomar en cuenta esta situación de los NNA, más todavía cuando el país se aproxima a un escenario de posconflicto donde también deberán ser considerados. Así también, se refiere al derecho de la participación de esta población para que pueda reconocerse como sujetos de derechos y como aportante a la construcción de la ciudad. En ese sentido, entiende a los NNA en todas sus dimensiones personal, social, corporal, comunicativa, artística, cognitiva, entre otras; como sujetos activos de su propio desarrollo en condiciones de autonomía, libertad, igualdad, responsabilidad y dignidad, y les confiere la capacidad de interlocución con el Estado, la familia y la sociedad civil, a través de la participación real e incidente en condiciones de equidad e inclusión. Para lograrlo, el Distrito Capital se ha propuesto como objetivos específicos: 1. Realizar acciones intencionadas y diferenciales en condiciones de equidad que aseguren el ejercicio y disfrute de los derechos de los niños y las niñas desde la primera infancia hasta la adolescencia en Bogotá. 2. Reconocer a los niños y las niñas desde la primera infancia hasta la adolescencia como ciudadanos, ciudadanas y sujetos activos titulares de derechos. 3. Lograr que el Estado, la sociedad y las familias actúen de manera conjunta y coordinada en la protección integral de los derechos de los niños y las niñas desde la primera infancia hasta la adolescencia. Frente al trabajo infantil, esta política lo considera como una de las situaciones que amena-


zan o vulneran la realización de los derechos de NNA. El trabajo infantil es una situación que vulnera varios derechos. Uno de los de mayor impacto en el desarrollo de los NNA es privarlos del derecho a la educación, toda vez que el 38.66% -para 2009- de la población identificada en situación de trabajo infantil, se encontraba desescolarizada4. Otros de los derechos vulnerados son a la salud y la integridad física, la seguridad, la recreación, el juego y el deporte y la participación. Asociado al trabajo infantil se encuentran varios tipos de violencia como el maltrato infantil intrafamiliar y el abuso sexual. Así también, esta situación se presenta por las condiciones de segregación económica, social, cultural y espacial. Para enfrentar esta situación y restablecer los derechos de los NNA en la ciudad, el Distrito propone desarrollar escenarios de articulación interinstitucional para construir indicadores que les permitan conocer la situación real del trabajo infantil y crear políticas para poder enfrentarlo. La Política Distrital de Infancia y Adolescencia, ha establecido el trabajo infantil como uno de los intolerables sociales a transformar mediante la acción conjunta del Gobierno Distrital, las entidades, organizaciones gubernamentales nacionales y no gubernamentales y las demás organizaciones de la sociedad civil.

Los principales factores que permiten el trabajo infantil en Bogotá son:

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Falta de reconocimiento público.

Las familias avalan el trabajo de sus hijas e hijos por considerarlo una actividad formadora.

Niñas y niños temen perder el trabajo si hablan de él o simplemente les da vergüenza.

Los términos y condiciones laborales: influye el lugar donde se desempeña el trabajo, las relaciones con empleadores y compañeros, la remuneración, la jornada, el tiempo, el grado de complejidad y responsabilidad de las actividades desarrolladas por niñas y niños.

Las acciones encaminadas a erradicar el trabajo infantil en Bogotá se orientan a:

Coordinar actividades que contribuyan a la erradicación progresiva del trabajo infantil.

Generar espacios de información y reflexión sobre las causas y efectos del trabajo infantil, así como de la necesidad de eliminarlo para eliminar las prácticas que lo legitiman.

Involucrar acciones a los componentes de difusión, sensibilización, organización y movilización social en torno al problema del trabajo infantil dirigidos a la población trabajadora del Distrito Capital.

Realizar acciones de exigibilidad a la capital de la república para que asuma de manera efectiva la protección de la infancia, espe-

Identifica como principales causas del trabajo infantil5:

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Factores sociales y económicos como la pobreza, desempleo adulto, violencia intrafamiliar, conflicto armado, desplazamiento. Factores culturales como: transferencia de tradiciones generacionales, la creencia del trabajo como formador y la baja valoración de la educación respecto al trabajo. O la idea que se recurre a la mano de obra infantil porque los niños son menos conflictivos que los adultos, porque se considera que dadas sus características físicas se adaptan de manera más adecuada que los adultos a ciertos trabajos y porque se les paga menos.

Los empleadores temen a las implicaciones legales.

4. Política de infancia y adolescencia en Bogotá, D.C., 2011-2021, página 52. 5. Tomado de Lombana, Páramo y Pavas. Tiempo para ser Felices. Propuesta política y líneas de acción del Departamento de la niñez y la juventud de la central unitaria de trabajadores de Colombia. ISBN 92-2313125-1. Programa IPEC-OIT y CUT. Bogotá 2002.

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cialmente, a niñas y niños trabajadores.

En las áreas que inciden en este flagelo, darle agilidad a la creación y construcción de un plan de trabajo organizado en el cual existan metas a corto, mediano y largo plazo para la erradicación de este problema.

Al respecto, la Secretaría de Educación Distrital, SED, se encuentra alineada con la Estrategia Nacional para Prevenir y Erradicar las Peores Formas de Trabajo Infantil y Proteger al Joven Trabajador 2008-2015. Teniendo en cuenta las particularidades de Bogotá, ciudad receptora de diferentes poblaciones con características culturales y sociales particulares y en la que la inequidad social está marcada en el cotidiano de los ciudadanos, la SED, en línea con el Plan de Desarrollo 2012-2016 de la Bogotá Humana, reconoció al niño, a la niña y al joven trabajador como centro del desarrollo y del proceso educativo y encaminó sus esfuerzos a promover condiciones de equidad e igualdad para su atención en la escuela. En este sentido, el Programa de Des-incentivación del Trabajo Infantil, de la Dirección de Inclusión e Integración de Poblaciones, DIIP, planteó la importancia de reconocer las costumbres culturales, sociales y religiosas que confluyen en las dinámicas del trabajo infantil e hizo una apuesta por la consolidación de prácticas pedagógicas pertinentes que, a partir de un enfoque diferencial, contribuyan al reconocimiento, ejercicio, restablecimiento y reparación de los derechos de los niños, niñas y jóvenes trabajadores. Desde este marco la SED, por medio de la Dirección de Inclusión e Integración de Poblaciones -DIIP-, ha determinado como prioridad la des-incentivación del trabajo infantil, tomando como eje de trabajo las siguientes dinámicas de la problemática desde un enfoque diferencial6:

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Trabajo Protegido: toda actividad económica remunerada, desarrollada por los jóvenes entre 15 y 18 años con la debida autorización expedida por el inspector de trabajo o por el ente territorial local y que goza de las protecciones laborales consagradas en el régimen laboral colombiano, las normas que lo complementan, los tratados y convenios ratificados por Colombia. Los jóvenes deben, adicionalmente, desarrollar actividades de formación y especialización para el ejercicio de una ocupación, arte, oficio o profesión. Se considera la posibilidad del desarrollo de actividades laborales por los y las jóvenes a partir de los 15 años de edad en la medida en que hayan finalizado el ciclo de formación básica, y solamente podrán desarrollar las actividades laborales definidas como permitidas por la legislación nacional. Erradicación de las Peores Formas de Trabajo Infantil: son modalidades de trabajo infantil aquellas que lesionan más severamente las potencialidades y las opciones de desarrollo integral de los NNA. Prevención del Trabajo Infantil: enmarcada en la garantía de derechos de la Ley 1098 de 2006 de infancia y adolescencia donde se hace referencia a la obligación de garantizar los derechos de los niños, niñas y jóvenes. Teniendo en cuenta el Artículo 44, según el cual la familia, la sociedad y el Estado tienen la obligación de asistir y proteger al niño o niña para garantizar su desarrollo armónico e integral y el ejercicio pleno de sus derechos. Así, el Distrito a través de su política pública de infancia y adolescencia se alinea con la normatividad internacional en cuanto a la protección integral de los derechos de los NNA y de considerarlos como un sujeto de derechos especiales. Así también, se inscribe en la tarea de erradicar el trabajo infantil en concordancia con disposiciones internacionales y nacionales, a través de su Dirección de Inclusión e Integra-

Trabajo Infantil: se refiere a los NNA en edades de 9 a 14 años identificados en alguno de los tipos de trabajo reglamentados por la ley colombiana. 6. Tomado del Marco Normativo sobre trabajo infantil de la SED.


ción de Poblaciones procura la des-incentivación del trabajo infantil.

tas instancias son interdependientes y tienen las siguientes líneas de trabajo:

Es importante señalar que los enfoques de esta política obedecen a las orientaciones de los últimos tres gobiernos distritales que se reconocen como de izquierda, con sentidos democráticos e inclusivos.

El análisis sistemático de la situación de trabajo infantil en Bogotá;

El Plan Distrital de Desarrollo, Bogotá Humana 2012-2015, reconoció el trabajo infantil como una de las principales problemáticas de los NNA de la ciudad y planteó enfrentarla a través de “la generación de incentivos y adecuaciones que mejoren la asequibilidad de esta población a la educación a través de subsidios condicionados a la asistencia escolar y los apoyos adicionales para NNA”7. Así mismo, ubicó las acciones centrales para la prevención y erradicación del trabajo infantil y protección de las y los adolescentes trabajadores en su eje 1, lucha contra la segregación. De la misma forma, se propuso como meta disminuir la tasa de trabajo infantil en Bogotá al 1.5% (línea base de 2,8% DANE, 2009) y atender intersectorialmente a 23.804 NNA en situación o riesgo de trabajo infantil para restablecer sus derechos y promover su desvinculación8.

La formulación de rutas de atención de los niños, niñas y adolescentes en situación de trabajo infantil;

Para lograr estas metas, entre otras acciones, el Distrito generó una alianza entre la SED y La Fundación Telefónica Colombia, FTC, que buscó crear estrategias para enfrentar esta problemática. Los resultados hasta el momento en materia de trabajo infantil en el Distrito son: 20 mesas locales para la prevención y erradicación del trabajo infantil con participación de instituciones del nivel distrital y en el nivel local: Subdirección local de integración social quien tiene a cargo la secretaria técnica; los Hospitales de la Red Pública; las Direcciones Locales de Educación; la Alcaldía Local; los centros zonales del ICBF; la Policía de Infancia; el Programa Pro niño de La Fundación Telefónica; y la Asociación Cristiana de Jóvenes. Así también, la Mesa Distrital y el Comité Operativo Distrital de Infancia y Adolescencia (CODIA) y el Consejo Distrital de Política Social. Es-

El análisis de la oferta institucional y recomendaciones de ajuste a la misma;

El acompañamiento y direccionamiento técnico a las mesas locales de prevención y erradicación del trabajo infantil; Y el análisis y seguimiento a la política de infancia y adolescencia en el componente que reúne las acciones de prevención y erradicación del trabajo infantil9. La Secretaría Distrital de Integración Social desarrolló dos procesos de atención para los NNA en situación de trabajo infantil o riesgo de estarlo. En primer lugar, consolidó once Centros Amar, en los cuales se brinda en espacios institucionalizados, en contra-jornada escolar, una atención integral para esta población. En segundo lugar, desde noviembre de 2013 puso en marcha la Estrategia Móvil para la Protección Integral de NNA en Situación o Riesgo de Trabajo Infantil10. La Secretaria Distrital de Salud, en el marco del Programa Territorios Saludables del gobierno de la Bogotá Humana, desarrolló tres intervenciones para la prevención y erradicación del Trabajo Infantil, las cuales responden a tres metas distritales en Plan de Desarrollo, como son:

7. Tomado del Plan de Distrital de Desarrollo, Bogotá Humana, 20122016, página 85. 8. Tomado del Plan de Distrital de Desarrollo, Bogotá Humana, 20122016. 9. Tomado del documento del Proceso de rendición pública de cuentas de niñas, niños, adolescentes y jóvenes 2012-2015 en Bogotá, página 7. 10. Ibíd., página 8.

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- Asesorías para la prevención y erradicación del trabajo infantil: dirigidas a niños y niñas menores de 15 años. - Asesorías para el trabajo adolescente protegido: dirigidas a adolescentes de 15 a 17 años. - Sesión grupal de sensibilización para la prevención y erradicación del trabajo infantil11. La Secretaria de Educación Distrital a través de la Dirección de Inclusión e Integración de Poblaciones impulsó el programa de “Des-incentivación del Trabajo Infantil”, en el marco de su competencia y objetivos misionales, dando movilidad a las estrategias planteadas desde la Política de Infancia y Adolescencia y promoviendo la atención de manera integral a los NNA en situación de trabajo infantil en contrajornada escolar, para el restablecimientos de sus derechos. La estrategia permite empoderar a los colegios en el tema y dar herramientas a las instituciones educativas distritales para la identificación, caracterización del trabajo infantil, permitiendo su atención diferencial, seguimiento y continuidad en el sistema educativo12.

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del derecho a la participación de los NNA en la toma de decisiones y a su capacidad de interlocución con el Distrito, el Estado, la sociedad y la familia, potenciando su capacidad de agencia. En este sentido, en Bogotá se crearon los Consejos locales de infancia, donde participan NNA de las localidades aportando sus ideas y propuestas para su desarrollo integral en la ciudad. Incluir la ciudadanía dentro de las políticas de infancia y adolescencia aporta un componente importante ya que deja de verse al NNA como un menor sin capacidades de reflexión sobre sí mismo o un incapacitado para aportar a la sociedad, sino que reconociendo su situación de vulnerabilidad e indefensión, comprende ampliamente sus particularidades biológicas, etarias, sociales y psicológicas y legitima su capacidad de agencia e interlocución, entendiendo que como sujeto de derechos no solo necesita protección sino reconocimiento como ciudadano, es decir, de sus posibilidades de participar en las decisiones que afectan su vida y la de la comunidad a la que pertenece.

La Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos, adscrita a la Secretaria de Hábitat incluyó acciones de prevención del trabajo infantil en el marco de Basura Cero, cuyo objetivo era atender a los hijos y las hijas de recicladores de oficio de la ciudad de Bogotá y vincularlos a programas de erradicación del trabajo infantil con la participación de sus núcleos familiares, las organizaciones de recicladores, las entidades distritales relacionadas con esta población, entidades de apoyo nacional e internacional y empresa privada13.

Otro componente fundamental de la política pública distrital es que reconoció que dentro de la problemática del trabajo infantil en la ciudad, una parte importante de este es el trabajo doméstico, cuando menciona que un número de NNA, principalmente niñas, están realizando oficios del hogar por más de 15 horas a la semana y asumiendo roles relacionados con el cuidado del hogar que les corresponden a sus padres y madres. Este tipo de trabajo no es tomado en cuenta ni en la normativa internacional ni en la nacional. Si bien es cierto que realizar oficios del hogar es considerado culturalmente como formativo, cuando el tiempo que el NNA le dedica a esos oficios excede unas

Finalmente, la normatividad distrital fortaleció un tema importante que aparece enunciado en la normatividad nacional y es el derecho al ejercicio de la ciudadanía plena de los NNA, entendida esta como sus posibilidades de desempeño social y de participar en las decisiones que afectan su propia vida y su vida en comunidad y la de la comunidad política a la que pertenece14. Se orienta hacia la garantía y protección

11. Ibíd., páginas 9-10. 12. Ibíd., página 10. 13. Ibíd 14. Bula y Camacho. (2006) Ciudadanía y trabajo infantil. La lógica económica y la dimensión ética del problema del niño trabajador, Bogotá, Universidad Externado de Colombia.


pocas horas a la semana y se suma con asumir roles de cuidado, que son exclusivos de los padres, esto implica un tipo de trabajo infantil: el doméstico. Este tipo de trabajo en la mayoría de las veces no impide que el NNA acuda a un centro educativo, pero le quita el tiempo para realizar otras actividades propias de su ciclo vital como el deporte y la recreación, el juego, la creación de lazos con otros de su misma edad, el libre esparcimiento, y lo obliga a asumir roles de la vida adulta, interfiriendo con su desarrollo integral como niño o niña. En este sentido, las normatividades internacional y nacional no exploran el trabajo doméstico como uno de los trabajos infantiles. Así también no se refieren a las especificidades de los contextos sociales y culturales de los NNA. No se exploran las condiciones de los trabajos infantiles en contextos rurales –campesinos, étnicos- y como estas particularidades culturales entienden el trabajo infantil y la forma como esta problemática se presenta. Estas normatividades se concentran en la erradicación de las peores formas de trabajo infantil y no de todos los tipos de trabajo infantil. La principal estrategia enunciada para enfrentar el problema es fortalecer el acceso y permanencia en los centros educativos. Sin embargo, esta estrategia es insuficiente pues desconoce otros componentes del desarrollo integral de los NNA. Se debe garantizar tanto su libertad de bienestar como su libertad de agencia. Es interesante que la política distrital subraye las diferencias de género respecto de las problemáticas de los NNA en la ciudad, reconociendo que la forma como afectan a niños y a niñas por separado están enraizadas en construcciones culturales sobre ser mujer o ser hombre en el país. De otro lado, una debilidad de la política pública distrital es que a pesar que se mencionan las particularidades sociales y culturales de los NNA como por ejemplo, la pertenencia étnica, la diversidad sexual y la condición de víctimas del conflicto armado, no explicita, en el caso del trabajo infantil, cómo estas condiciones lo

complejizan y la forma como debe ser abordado, medido y afrontado. Deja claro que el distrito no cuenta con información discriminada sobre estas categorías, lo que implica el desconocimiento de las mismas, pero tampoco enuncia cuáles serían las estrategias dirigidas a construir indicadores y metas que aborden estas especificidades y que conduzcan la garantía y el restablecimiento de derechos de los NNA. Si bien la SED tiene como prioridad la des-incentivación del trabajo infantil, programa de la DIIP, este no aparece dentro de la Política Pública Distrital de Infancia y Adolescencia. Por lo tanto, no surgen indicadores y metas vinculadas a esta política que permitan medir el impacto de este programa. En este sentido, también es importante mencionar que, si bien esta política pública enuncia sus bases conceptuales, sus principios fundamentales y las características principales de la población infantil en Bogotá, así como sus problemáticas esenciales, no formula estrategias para responder a estas problemáticas y contextos, lo que no permite ver cuál será el camino que el distrito tomará para cumplir con sus principios de protección integral y garantía de derechos de los NNA de la ciudad. Finalmente, es importante reflexionar sobre el hecho que una de las principales consecuencias del trabajo infantil es que obliga a los NNA a asumir roles que están fuera de sus características y condiciones físicas, biológicas, mentales, emocionales, y psicológicas, truncando su desarrollo integral. Al imponerles estos roles de adulto, sin embargo, no acceden a los beneficios de los mismos, como la participación en sus decisiones, el reconocimiento de su ciudadanía, el acceso al dinero de su trabajo y con este a bienes y servicios. Entonces el NNA se enfrenta a la paradójica situación de transitar en el mundo del trabajo pero de mantener su condición reducida de ciudadanía.

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REFLEXIONES FINALES En este capítulo presentamos las líneas de política de los organismos internacionales, del Estado colombiano y del gobierno de la ciudad de Bogotá frente al fenómeno del trabajo infantil Las políticas internacional, nacional y distrital sobre erradicación del trabajo infantil y la protección del trabajo juvenil buscan situarse en la perspectiva de los derechos de los NNA, centrándose en la eliminación de las peores formas de trabajo infantil. De manera específica evidencian como afecta sus posibilidades de desempeño social y de participación en las decisiones que afectan su propia vida y la de su comunidad, es decir, sus condiciones como sujeto ciudadano. Es decir, el trabajo infantil afecta no solo lo que tiene que ver su bienestar, sino especialmente con lo que tiene que ver con su agencia para buscar acumular el capital humano y social que le permitirá alcanzar mejorar su bienestar. En el plano distrital, sin embargo, las políticas hacen un mayor énfasis la des-incentivación como paso inicial del objetivo de más largo plazo que es la erradicación. A partir del marco de la política distrital se puede afirmar que los últimos gobiernos de la ciudad han buscado dar un paso hacia delante y considerar que no solo la erradicación de este tipo de trabajos es importante, sino de cualquiera que afecte su libertad de agencia. Sin embargo, aún hay que avanzar en el deslindamiento del trabajo infantil de lo que algunos llaman aprendizaje cultural, trabajo que muestra avances analíticos para el caso de los medios rurales e indígenas, pero que aún requiere de mayores esfuerzos en el caso de las ciudades y sus áreas metropolitanas. §

20


1. APRECIACIÓN SOBRE DETERMINANTES Y MARCOS PARA LA ACCIÓN CONTRA EL TRABAJO INFANTIL El creciente interés de organismos estatales, instituciones académicas y organizaciones no gubernamentales -ONG- en el tema del trabajo infantil generó diferentes aproximaciones y conceptos sobre las diversas facetas de este. No obstante, la voz de los organismos internacionales, principalmente de la OIT, se impuso para orientar las intervenciones públicas y privadas al respecto. Para la OIT, como quedó reseñado en el capítulo inicial de este informe, no todas las labores infantiles deben denominarse “trabajo infantil.” En su intento de definición de esta categoría, la OIT estableció que en términos generales un niño trabajador es aquel individuo que cumple con alguna de estas características: Es menor de 17 años y se encuentra involucrado en actividades peligrosas (de acuerdo a la definición del artículo 3 del convenio 182 de la OIT). Es menor de 13 años y económicamente activo por más de una hora a la semana. Está entre los 13 y 15 años y trabaja más de 14 horas por semana, o trabaja 1 una hora semanal en actividades peligrosas por naturaleza o por las circunstancias en que se realiza.

2.

CONCEPTOS Y PERSPECTIVAS SOBRE EL TRABAJO INFANTIL EN EL PROGRAMA PRO NIÑO

Está entre los 15 y 17 años y se emplea en actividades incondicionalmente peligrosas o dañinas para su edad (Bernal y Cárdenas, 2007 citado por SIM, sin fecha) En 2010 La Fundación Telefónica Colombia -FTC- generó su propia agenda de investigación con el fin de lograr una mejor comprensión sobre el fenómeno del trabajo infantil y sus determinantes. Para ello, identificó los trabajos existentes sobre el tema y los investigadores que podían brindarle asesoría, y contrató dos estudios: uno adelantado la Fundación de Estudios Econométricos y Sistémicos de Medellín -ECSIM- y el siguiente por un equipo de la Universidad del Rosario. Teniendo en cuenta

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los criterios de clasificación propuestos por la OIT en relación con la manera como interferían en la educación de los NNA trabajadores, el estudio de ECSIM propuso dos formas representativas del trabajo infantil: niños que se dedican exclusivamente al trabajo y niños que estudian y trabajan. La Fundación Telefónica tomó la decisión de intervenir con ambas categorías: niñez escolarizada y des escolarizada. Con la segunda de estas categorías, la Fundación adelantó gestiones con las entidades responsables de restablecer el derecho a la educación. La interferencia del trabajo en el derecho a la educación de todo NNA le permitía tener en cuenta consideraciones sociales, culturales, económicas y políticas sobre las familias de los afectados, tener una mayor claridad sobre las manifestaciones del trabajo infantil, e incluso identificar formas del trabajo infantil que no habían sido objeto de estudio ni de legislación hasta el momento. En este capítulo reseñamos los principales hallazgos de la investigación realizada por Fundación de Estudios Econométricos y Sistémicos de Medellín -ECSIM- (Gómez Diego Fernando, Giraldo, Ramírez, s.f.). La cual brindó los elementos más importantes para orientar la acción de Pro niño en Colombia y las perspectivas cualitativas y cuantitativas más sobresalientes de dicha investigación

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Entre los diferentes enfoques sobre los determinantes del trabajo infantil, el de mayor trascendencia es el que plantea que, pese a la existencia de una legislación multilateral y a los avances en la erradicación de las peores formas de trabajo infantil, existe aún un número importante de niños vinculados a actividades laborales que no se visualizan ni se conciben como trabajo infantil por estar permeadas de aspectos relacionados con las condiciones económicas, históricas y culturales del medio social al que pertenecen. Este es el caso de los trabajos asociados principalmente con la realización de labores domésticas y actividades en el marco de la economía informal (Bernal y Cárdenas 2007, citado por ECSIM s.f.). Aunque es evidente que tales actividades imponen

restricciones a la asistencia regular y al buen desempeño escolar, no se cuenta con una sólida base de estudios que demuestren cómo los factores asociados con las características socioculturales del medio al que pertenece el niño trabajador inciden en su desarrollo integral. Lo que predomina en estos casos donde es evidente que el trabajo infantil condiciona el acceso de los niños a oportunidades básicas de desarrollo integral, a la formación y a la educación, no hay suficiente conocimiento sobre los efectos de aspectos socioculturales sobre los que todavía no se tiene plena claridad. Esto se debe en gran medida a que tales actividades se han naturalizado como no problema, o incluso se legitiman como positivas y no existe por lo tanto una estrategia simple para intervenir a favor de la población afectada. Aunque simplificado en extremo, este marco general sobre el trabajo infantil lo acogen los diferentes grupos de trabajo y corrientes conceptuales que se inscriben para combatirlo, enfatizando uno u otro aspecto del problema. Un primer grupo es el que propone que los efectos negativos del trabajo infantil se aprecian principalmente en el desarrollo psicosocial de los menores y que el problema debería tratarse desde una perspectiva amplia, que relacione el tema del desarrollo de la niñez con su vínculo con la sociedad. En este caso, el trabajo de quienes abogan por esta perspectiva se enfoca en generar y ofrecer información calificada para cuestionar a la sociedad que legitiman el trabajo infantil al considerarlo un evento positivo para el desarrollo futuro de los NNA, y que solo se condenan la explotación en que se pueda incurrir en estos casos. Más específicamente, este enfoque se concentra en cuestionar a los grupos que defienden el trabajo infantil sobre la base de considerar que éste les proporciona experiencias formativas y de socialización, Existe también sectores, especialmente inscritos en los marcos de intervención estatal o gubernamental, que enfatizan la concepción que el trabajo infantil es una violación a los derechos elementales de la infancia y que por lo tanto los sistemas de protección social tienen


la responsabilidad de erradicarlo para impedir que se atente contra el desarrollo normal de los niños y su acceso a la escuela, y en caso de existir se les restituyan sus derechos. Por último, hay quienes se inscriben en una perspectiva más integral que considera que el trabajo infantil debe ser erradicado mediante un proceso que involucre a todos los actores sociales, niños, niñas, y sus familias, organizaciones sociales, académicas y sindicales, empresariales y gobiernos. Este sector parte de la complejidad del problema y de atacar causas como la pobreza, el escaso apoyo financiero para la educación, la falta de empleos para los adultos, las desigualdades regionales y la exclusión social de grupos marginados es solo un fragmento de lo que habría que integrar en un esquema de intervención para la erradicación del menor trabajador. Insisten, sin embargo, en que para hacer una apuesta de mayor impacto es necesario incluir aspectos como los culturales para profundizar en acciones integrales contra los determinantes del trabajo infantil. Esto requiere no solo una definición precisa y comprensiva del trabajo infantil, sino de un conocimiento exhaustivo de las características que hacen a un niño o niña más propenso a participar en espacios laborales a temprana edad y conocer los efectos de esta situación sobre la escolaridad, el estado de salud y la potencial existencia de trampas intergeneracionales de trabajo infantil. En este sentido, el trabajo de ECSIM (s.f.) plantea que las causas asociadas al fenómeno del trabajo infantil son diversas y no es correcto atribuirlo únicamente a la pobreza. Si bien es cierto que las restricciones de ingresos para el hogar son críticas en la explicación del trabajo infantil, cuando se analiza la decisión de vincular un niño a actividades laborales (remuneradas o no) se observa que el resultado depende también de la evaluación de los costos y beneficios asociados con la educación, factores idiosincráticos o características particulares de los mercados de trabajo o las dinámicas de política social de cada región.

La discusión que el informe dedica al análisis de los factores que aumentan la propensión de cierto tipo de individuos a trabajar a temprana edad es extensa y para ello citan fuentes diversas como: Admassie 2002, Ahmed 1999, Basu et al. 2007, Rogers y Swinnerton 2003, por mencionar algunas. Sin embargo, se puede identificar dos grandes cuerpos de trabajo que han abordado el efecto de las condiciones del hogar, el ingreso familiar y la relación del trabajo infantil con la asistencia escolar. El primero es el que analiza las variables del hogar y el entorno y el segundo el que analiza el ingreso de la familia y la economía familiar

2. DETERMINANTES DEL TRABAJO INFANTIL VARIABLES DEL HOGAR Y EL ENTORNO EDUCATIVO Basados en el estudio de Pedraza y Rivero (2006) para el caso colombiano, ECSIM propuso que el análisis sobre la disyuntiva entre trabajo infantil y asistencia escolar sugería que mientras más educada fuera la madre, mayor la edad del jefe de hogar y mayores los ingresos y el patrimonio de la familia, mayores las probabilidades que el niño se dedicara solo a estudiar. Por su parte, Bernal y Cárdenas (2007), al analizar los determinantes de la decisión de estudiar y trabajar al mismo tiempo encontraron que estas decisiones no era independientes la una de la otra, y que factores como la mayor educación y edad del jefe de hogar hacían que disminuyera la probabilidad que el niño trabajara. Por el contrario, encontraron que si la tasa de ocupación de los adultos del hogar aumentaba en la relación horas/día, la probabilidad que los niños se involucraran en el mercado laboral era más alta. Igualmente, los autores evidenciaron criterios de clasificación de los trabajadores infantiles en dos grupos: aquel que realiza actividades asociadas con negocios familiares, en este caso predominantemente niños menos desaventajados que complementaban el trabajo adulto, usualmente acompañados de niveles

23


normales de asistencia escolar; y otro en el que el trabajo infantil sustituía el trabajo adulto, el cual se realizaba generalmente con personas no-familiares y se asociaba a niños más pobres con indicadores de asistencia escolar precarios. El primero de los estudios citados cuantificó la simultaneidad existente entre las decisiones de estudiar y trabajar, y evidenció que el trabajo y la asistencia escolar eran excluyentes tanto en los grupos de 7-11 años, como de 12-17 y para ambos géneros. Al analizar la influencia del trabajo infantil en la extraedad escolar y en el estado de salud de los menores, encontró que la vinculación temprana al mercado laboral en el grupo de 12 a 17 años aumentaba la extraedad escolar y deterioraba el estado de salud de estos menores. Esta relación en cambio no fue tan evidente para los niños en el rango de edad de 7 a 11 años debido a la alta cobertura de la básica primaria, el bajo número de trabajadores y las características de las labores realizadas por este grupo etario.

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Extrapolando un estudio sobre Belice, Camboya, Filipinas, Namibia, Panamá, Portugal y Sri Lanka (Lancaster y Ray, 2005) sobre la correlación entre trabajo infantil y educación, Bernal y Cárdenas encontraron que el trabajo infantil entorpecía la formación de capital humano y afectaba el bienestar social pues aunque el trabajo durara pocas horas iba en detrimento tanto de las horas de estudio como de la tasa de matrícula escolar. Otro indicador de esta relación es el que plantean siguiendo a Khanam (2007), quien en un estudio entre niños de 5 a 17 años que habitan en áreas rurales de Bangladesh y que viven con ambos padres estimó que los determinantes para los NNA que sólo estudiaran o trabajaran, combinaran ambas actividades o permanecieran inactivos dependía de los niveles educativos de los padres. El mayor nivel educativo de los padres incrementaba significativamente la probabilidad que niños y niñas se dedicaran tiempo completo a la educación. Pero a la vez, esta investigación sugirió que si el NNA pertenecía a un hogar en el que la líder era una mujer cabeza de familia que tenía hijos entre 0 y 4 años se incrementaba

la probabilidad que los niños en edad escolar combinaran estudio y trabajo.

VARIABLES DE INGRESO Y ECONOMÍA FAMILIAR Para analizar estas variables no hay estudios específicos referidos al caso colombiano, solo se cuenta con evidencias fácticas levantadas en encuestas que reseñaremos en la siguiente sección del documento. Ahora bien, el documento “Factores condicionantes del trabajo infantil en la ciudades de Bogotá, Cali, Medellín, Cartagena e Ibagué”, desarrollado por la Fundación ECSIM, integró resultados de una serie de estudios sobre estas variables en otros países en vías de desarrollo, especialmente de Asia y África. La extrapolación de los resultados más relevantes de estos estudios al caso colombiano le permitió a ECSIM elaborar algunos puntos relacionados con las variables del ingreso familiar, claves en la elaboración del marco conceptual de Pro niño. En primer lugar, el estudio del programa FoodFor-Education adelantado en zonas rurales de Bangladesh con niños de 5 a 16 años encontró que las becas escolares y los subsidios, así como los incentivos en especie dados por la beca obtuvieron resultados positivos en la asistencia escolar. Asimismo, este estudio concluyó que aun cuando el monto del subsidio entregado por la beca es menor que el salario promedio que percibe un niño, el mismo permite que la escolarización pueda asegurarse para la casi totalidad de los participantes. Los autores también afirman que el trabajo infantil contribuía a crear una “trampa” de pobreza, en la medida en que los hogares sustituyen la educación por el trabajo infantil con el fin de aumentar los ingresos corrientes del hogar (Ravallion y Wodon, 2000, citado por ECSIM s.f.). En el estudio de Boozer y Suri realizado en Ghana (2001, citado por ECSIM s.f.), el trade off entre el trabajo fuera del hogar y las horas de escolaridad evidenció que una hora de trabajo infantil reduce entre 0.21 y 0.38 horas la asistencia escolar, y que el ingreso o la pobreza no


eran tan importantes en la determinación del trabajo infantil El estudio sobre Tanzania estimó las posibilidades de la relación recíproca entre la asistencia escolar, las horas de trabajo y las horas de estudio, y encontró que las condiciones del hogar y de la comunidad afectaban la decisión de trabajar o estudiar en diferentes niveles. En general, las horas de trabajo tendían a ser afectadas por variables como suministro de electricidad y distancia del agua, mientras que la afectación de estos factores sobre las horas de estudio era menor. Finalmente concluían que existía una relación negativa entre las horas de trabajo de un niño y las habilidades matemáticas y de lectura debido a las reducciones en la formación de capital humano (Akabayashi y Psacharopoulos, 1999, citado por citado por ECSIM s.f.). De nuevo, el documento reforzaba el argumento ya reseñado sobre el incremento del potencial de hijos con padres que trabajaron en su niñez repitan el patrón, esta vez citando a Emerson y Souza (2003), quienes sugieren que es menor la propensión al trabajo infantil entre más educados sean sus padres. Los autores también encuentran que los ingresos de un adulto que ingresó a temprana edad al mercado laboral, dejando todo lo demás constante, son menores. Finalmente, profundizan en los determinantes del trabajo infantil “oculto”, aquel que se realiza como trabajo doméstico o en empresas familiares y que es recurrente entre niños de 8 a 13 años en 16 países en desarrollo. En este caso destacan tres aspectos relevantes: el acceso a electricidad y agua del grifo disminuye las labores de trabajo infantil; los niños y niñas dedican menos horas en ambas labores de trabajo infantil “oculto” cuando la madre tiene por lo menos educación primaria; el número de horas trabajadas por el niño aumenta con el número de hermanos y hermanas (Webbink, Smits y Jong 2010, citado por ECSIM s.f.). Ahora bien, como lo señalamos más arriba, los anteriores estudios, indicadores y correlaciones estaban referidos a países en vías de desarrollo

pero con indicadores menos satisfactorios que los que presenta Colombia, y se referían a áreas predominantemente ruarles. Por lo tanto, los criterios que se enuncian debieron contrastarse con uno de los pocos estudios que existían en el momento para el caso colombiano. Nos referimos al estudio de Pinzón, Hofferth y Briceño (2008 citado por ECSIM s.f.) quienes realizaron una caracterización de niños trabajadores en las calles de siete grandes ciudades colombianas, y quienes propusieron la existencia de tres tipos de trabajadores: niños trabajadores, niños desplazados y niños sin hogar. Ante la distinción de las tres categorías, se plantearon la necesidad de diseñar estrategias específicas que tuvieran en cuenta los problemas asociados a cada población. Finalmente, basándose en un estudio que se realizó en 16 países en desarrollo de Asia y África, ECSIM hizo una referencia al análisis de las causas más importantes del trabajo infantil que involucraban tres niveles anidados jerárquicamente: Recursos del contexto local que comprende nivel de desarrollo y urbanización y las características del hogar o los padres (dotación del hogar, ocupación del padre, estado laboral de la madre, educación del padre y la madre). Recursos estructurales que abarcan la infraestructura educativa de la región donde se ubica el niño, el mercado laboral local y la composición del hogar (tamaño, ausencia de padre y/o madre, presencia de otros parientes). Y aspectos culturales que engloban la intervención del género del jefe de hogar (patriarcado o matriarcado), la posición que ocupan las mujeres en el hogar, la posición de la madre y los valores tradicionales. Esta investigación concluyó que es la situación del hogar la que explica en mayor medida cómo se involucran los niños en el mercado laboral. Este factor da cuenta por lo tanto de aproximadamente el 95% de las variaciones en el empleo remunerado de los niños de 8 a 14 años incluidos en el estudio (Webbink, Smits y de Jong, 2011, citado por ECSIM s.f.).

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3. EL PROBLEMA EN CIFRAS: EVIDENCIAS FÁCTICAS SOBRE EL TRABAJO INFANTIL EN COLOMBIA En el estudio de ECSIM (s.f.) sobre el caso colombiano, la disponibilidad de datos desagregados y representativos para el segmento de población sujeto de estudio impuso restricciones al alcance y número de variables que se podían tener en cuenta para caracterizar la ocupación a temprana edad.

CIFRAS DE ACUERDO CON LA GRAN ENCUESTA INTEGRADA DE HOGARES. El análisis se llevó a cabo con base en la Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH) que reporta el estado del trabajo infantil en el mercado laboral de la población mayor a 10 años, y que es representativo de las áreas metropolitanas. Este análisis tuvo dos limitantes principales: se restringió a la población en edad de trabajar (PET); no permitió extraer conclusiones para el grupo de 5 a 9 años; y la cifra de trabajo infantil en el grupo de 10 a 11 años pudo subestimarse, especialmente en el referencia a lo que sucede en el ámbito rural. El crecimiento del trabajo infantil se explica por lo tanto en mayor medida por los datos referidos a la zona urbana pues a esta se refiere la GEIH como el grupo más visible y de mayor incidencia con respecto al tamaño de su población.

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En 2011, la GEIH reportó que existían 869.512 niños entre 10 y 17 años vinculados a la fuerza laboral, lo que constituía una tasa del 12.2%. Esto representaba un crecimiento con respecto al dato de 2010. Del total de NNA ocupados en este rango, 70% eran de sexo masculino, el 54% se ubicaba en el área urbana y las ganancias medias llegaban a los $208.000 pesos mensuales. La asistencia escolar de los niños que trabajaban entre los 10 y 17 años, de acuerdo a GEIH era de 63%, el cual representaba una mejora con respecto a la cifra de GEIH de 2010. Las cifras mostraban que seguía existiendo, a

pesar de esto, una disyuntiva importante entre la educación y el trabajo, puesto que la mayoría de niños combinaba estas actividades. Analizando los rangos de edad de 12 a 17 y de 15 a 17 años de edad en las seis ciudades principales, el estudio ECSIM muestra que existía una relación inversa entre la participación en el mercado laboral y la asistencia escolar principalmente en las ciudades de Cali y Bucaramanga. La correlación entre la tasa de participación laboral y la tasa de asistencia escolar se basó en los datos de las grandes ciudades colombianas: Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla, Cartagena e Ibagué. Lo esperable era que los aumentos en la tasa de participación laboral por parte de los menores de edad se asociaran a las disminuciones en las tasas de asistencia escolar. Sin embargo, en Bogotá, como un caso particular, la asociación entre las variables analizadas en el grupo de 15 a 17 años fue negativa pero muy cercana a cero. Lo anterior se leyó como un indicativo en el que las labores realizadas por este grupo de niños no interferían con su formación educativa. No obstante, este indicador también podía haberse relacionado con los grados de inclusión educativa alcanzados por la Secretaria de Educación en la capital del país. En cuanto a la distribución de los NNA trabajadores por posición ocupacional para 2011, los trabajadores familiares sin remuneración concentraron la mayor parte de la ocupación infantil tanto a nivel nacional, como por dominio geográfico. En la zona urbana la distribución era homogénea, con 29.7% de empleados particulares, 27.5% de trabajadores cuenta propia y 33.12% de trabajadores familiares sin remuneración.

Hechos simplificados sobre el trabajo infantil en Bogotá El análisis de los datos de la GEIH para Bogotá arrojó las siguientes cifras:


Tabla 1. Población 12 – 17 años por tipo de actividad. Bogotá Año

Estudian

Estudian trabajan

Trabajan

No Estudian ni trabajan, buscan empleo

2012

74.9%

12.5%

5.4%

7.2%

2013

77.6%

10.2%

5.4%

6.8%

Fuente. Cálculos de los autores con GEIH.

Cabe resaltar que las cifras para ambos años para Bogotá coinciden con las de otras ciudades. Los niños entre estas edades se dedican, en su mayoría, exclusivamente a actividades académicas. Sin embargo, llama la atención el alto porcentaje de población que no asiste al

colegio, ni trabaja, lo cual no permite leer el primer dato en términos absolutos y positivos. Otro aspecto importante en la caracterización del mercado laboral es la distribución por posición ocupacional.

Tabla 2. Distribución por posición ocupacional de la población entre 12 y 17 años en Bogotá. Posición ocupacional 12-17 años

% de la ocupación total

Obrero o empleado de empresa particular

47.1

Empleado doméstico

3.6

Trabajador por cuenta propia

22.5

Trabajador familiar sin remuneración

22.0

Trabajador sin remuneración en empresas

4.2

Jornalero o peón

0.0

Otro

0.7

Fuente. Cálculos según ECSIM con base en GEIH 2013

27


Tabla 3. NNA ocupados de 12- 17 años, por rama de actividad. 2013 Bogotá. Rama de Actividad

%

Agricultura, pesca, ganadería

0.4

Explotación de minas

0.0

Ind. Manufactureras

15.4

Construcción

6.7

Comercio al por mayor, por menor, reparación

35.9

Hoteles y restaurantes

16.0

Transporte, Almac y Comunic.

7.4

Educación

1.5

Otras act. servicios comunitarios

6.7

Hogar privado servicio domestico

3.8

Otra

6.4

Fuente. Cálculos de los autores con GEIH 2013. Nota. agregación en ramas de actividad con base a CIIU revisión 3

De acuerdo con estas cifras, la rama de actividad que mayor porcentaje de niños trabajadores tenía en Bogotá era el comercio. La industria manufacturera era la de mayor crecimiento,

tanto para la zona urbana como la rural. De nuevo, llama la atención que estas cifras no presentan una variación importante con respecto al resto del país (Ver ECSIM pág. 16).

Tabla 4. Indicadores en Bogotá de la población entre 12 y 17 años. 2012-2013. 2010

2011

2012

2013

8.3

11.2

8.4

6.5

10.68

9.3

9.54

9.03

Pobreza

22.31

20.71

Informalidad

46.35

44.89

Tasa de Trabajo Infantil Tasa de Desempleo

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Fuente. Cálculos de los autores con GEIH 2012 y 2013. El cuadro tiene originalmente dos notas: (1) Pobreza por ingresos, hogares con menos de 4 dólares diarios. (2) Informalidad de acuerdo a la definición DANE, más criterios de vinculación a seguridad social.


Entre las seis ciudades analizadas, Bogotá era para el año 2011 la segunda con mayor tasa de trabajo infantil. Aunque este tipo de trabajo (el infantil) respondía en cierta medida a la tasa de desempleo, hay que tener en cuenta que en el corto plazo hay determinantes que lo afectan de manera más importante que el desempleo. La tasa de pobreza no permite observar un patrón claro que permita afirmar que las ciudades más pobres tenían más trabajo infantil y viceversa. Más aún, a pesar que la pobreza se redu-

jo entre los dos años de estudio (2011-2012), el trabajo infantil aumentó notablemente en este período. La interpretación más prudente es que existen grupos con factores particulares de carácter cultural o que obedecen a la estructura productiva de una determinada región, o a una combinación de elementos, para los cuales son necesarios análisis particulares, distintos a los tradicionales.

Tabla 5. Tasa de Trabajo Infantil por decil de ingreso, 2011. Decil

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

Nacional

7.41

18.85

15.08

15.35

12.96

10.93

8.59

6.08

3.37

1.37

Nacional Urbano

6.68

17.29

15.15

16.61

11.79

11.55

9.71

6.03

3.46

1.75

Nacional Rural

4.99

13.6

14.7

11.65

12.59

10.69

12.61

8.16

7.34

3.68

Bogotá

13.54

17.53

16.01

13.51

13.09

12.62

6.42

3.45

3.26

0.58

Fuente. Cálculos de los autores con GEIH 2011

Al dividir y ordenar los hogares según su nivel de ingreso en diez grupos iguales, se pudo comparar la tasa de trabajo infantil. Esta muestra patrones muy claros, igual a los observados a nivel nacional, en el dominio urbano y en la ciudad de Bogotá, donde los deciles más bajos acumulan el mayor porcentaje de trabajo infantil. A menor nivel de ingreso, mayor tasa de trabajo infantil. Según la tabla se observan tasas mayores al 10% en deciles medios.

matices del vínculo entre la decisión de ocupar a los miembros más jóvenes de un hogar y el nivel de ingreso de la familia. Si bien no hay una conclusión definitiva, los estudios mostraron que no hay un determinante único de este fenómeno tan complejo y diverso. Los retornos a la educación, por ejemplo, son un aspecto importante que complementa la explicación.

Investigaciones como las de ECSIM (2011), Basu et al (2007), López (2009) y Rogers y Swinnerton (2003) relievaron la discusión en torno a los

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Tabla 6. Diferencias salariales por nivel educativo nacional y Bogotá. 2011 Primaria vs NE*

Secundaria vs Primaria

Media vs Secundaria

Superior vs Media

Nacional

137,974

57,866

125,293

869,543

Nacional Urbano

154,997

50,002

119,454

867,365

Bogotá

188,829

29,338

138,516

1,095,324

Fuente. Cálculos de los autores con base a GEIH 2011. Nota: * No Educación

Tabla 7. Diferencias salariales por nivel educativo nacional y Bogotá. 2013 Primaria vs NE*

Secundaria vs Primaria

Media vs Secundaria

Superior vs Media

Nacional

129,059

69,737

138,489

852,463

Nacional Urbano

179,196

50,895

136,286

850,660

Nacional Rural

65,380

23,193

58,190

437,335

Bogotá

191,822

35,023

170,883

1,075,902

Fuente. Cálculos de los autores con base a GEIH 2013. Nota: * No Educación

Si los hogares tuvieran una percepción de la diferencia entre el retorno monetario que proporciona el mercado de trabajo según el nivel educativo alcanzado, los NNA trabajadores y sus padres tendrían un incentivo para fomentar la continuación del proceso de formación. Para ello se requiere que conozcan los resultados de la comparación de lo que sucede en los casos de trabajo, retorno monetario y nivel educativo, y lo que representa la anterior evaluación del costo de desertar de la educación.

30

4. ANÁLISIS CON BASE EN UN MODELO CUANTITATIVO Las estadísticas descriptivas de las ciudades incluidas en el estudio de ECSIM revelaron fuertes diferencias tanto económicas como sociales entre ellas. Por lo tanto, posteriormente a su levantamiento ECSIM se propuso indagar i) que tan consistente era el modelo desarrollado para interpretar la incidencia del trabajo infantil entre los años 2011 y 2012 por ciudad; y ii) cual era el impacto marginal causado por las variables explicativas incluidas en el modelo de trabajo infantil. Para las siete ciudades seleccionadas, ECSIM encontró que en hogares en situación de pobreza (multidimensional) en los que el jefe del hogar era una mujer que trabajaba en el sector informal, y en los que el mayor número de


miembros de la familia era de menores de cinco años, el hogar tenía una relación positiva con la presencia de niñas trabajadoras. Por otra parte, encontró que en hogares donde hay presencia de personas mayores de 70 años, padres de familia adolescentes con un nivel educativo medio la incidencia del trabajo infantil era negativa. No obstante, variables relacionadas con el tipo de trabajo del jefe del hogar, como por ejemplo el trabajo independiente, y con el hecho que haya una diferencia de edad sustancial (mayor a 18 años) entre la madre y el primogénito presentaron resultados ambiguos: en ciudades como Ibagué y Bucaramanga tuvieron una relación positiva, mientras que en el resto de ciudades fue negativa. En Bogotá encontraron que la probabilidad que un niño realice trabajo infantil es un 0.036% mayor frente a una niña. De modo similar, encontraron que cuando el jefe del hogar es un hombre implica hay un 0.013% mayor probabilidad de trabajo infantil que cuando el jefe del hogar es una mujer. También, encontraron que existía una relación entre la edad del jefe de hogar y la probabilidad de trabajo infantil la cual disminuye en 0.011% si la edad del jefe de ho-

gar se incrementara en un año, de manera muy similar a lo que sucede con la escolaridad del jefe del hogar, caso en el cual si se incrementara en un año la probabilidad de trabajo infantil disminuiría en 0.009%. Si el jefe del hogar es un trabajador por cuenta propia en el sector informal, la probabilidad de trabajo infantil disminuyó en 0.018%. De igual modo, si el jefe del hogar es un empleado informal, aumenta la probabilidad de este. Por el lado de la madre, se encontró que cuando el embarazo adolescente presenta una diferencia de 15 años con relación al primogénito, en hogares en los se encuentra una proporción alta de personas mayores a 70 años el trabajo infantil disminuye en un 0.264%. En los casos en los que no hay personas mayores que puedan hacerse cargo de los menores, el trabajo adolescente de las madres aumenta. Finalmente, la pobreza implica un aumento de la probabilidad de trabajo infantil en 0.048%. El tamaño de cada probabilidad no implica necesariamente mayor importancia de cada variable, debido a la forma en que se interpreta la misma:

Tabla 8. Interpretación de los resultados, por variable, del modelo cuantitativo. Interpretación Variable

Incremento/Decremento en la probabilidad que un menor de edad realice trabajo infantil

Cada punto adicional en el Índice Multidimensional de Pobreza (IMP)15.

0.048%

Incremento en un punto en la proporción de personas mayores de 70 años en hogar.

-0.264%

Cada año adicional de educación del Jefe del Hogar.

-0.009%

Cada año adicional de edad por parte del jefe del hogar.

0.011%

Madre tuvo su primogénito en la adolescencia (diferencia entre la madre y el primogénito de 15 años o menos).

-0.047%

Hecho que el jefe del hogar trabaje por cuenta propia en el sector informal o que trabaje como empleado en el sector informal (frente a trabajar en el sector formal).

-0.018%

Mujer cabeza de familia.

-0.013%

Menor niño frente a niña.

0.036%

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5. ANÁLISIS CON BASE EN UN MODELO CUALITATIVO APLICACIÓN PILOTO PARA BOGOTÁ El estudio de ECSIM se realizó en cuatro grupos focales con los padres, dos de origen urbano y dos de origen rural, y la participación de 26 personas mayores de edad, que el estudio clasifica por género, origen rural y urbano, y edad de los participantes. En esta parte del informe resumimos los aspectos más importantes que se derivaron del trabajo con los grupos focales, como una manera de mostrar cómo extrajeron las conclusiones que permitían la orientación del programa. En sus narrativas, algunos padres señalaron cómo en su propia historia el aprendizaje temprano de alguna habilidad les representó un mecanismo de supervivencia. En ocasiones, porque la situación de la familia era tan precaria que se requería la fuerza de todos para lograr el sustento familiar. En otras, porque tener alguna habilidad laboral les permitió escapar de situaciones de maltrato y de amenazas presentes en sus familias o en su entorno cercano (ej. explotación laboral, abuso físico o sexual). Consecuentemente, los padres expresaron la importancia del aprendizaje rápido de destrezas que les permitiera a sus hijos valerse por sí mismos y sobrevivir, como cuando eran niños. Aquí el trabajo era visto como garantía de supervivencia y su defensa denotaba la preocupación de los padres por no poder proteger a los niños en la eventualidad que no estuviesen presentes por causa de motivos diversos.

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15. El Índice Multidimensional de Pobreza se denomina así porque incluye en su cálculo una mezcla de los siguientes conceptos: Clima educativo: logro educativo de los padres y alfabetismo de éstos; Condiciones niñez y juventud: tasa de asistencia escolar en el hogar, rezago escolar en número de años respecto a la edad normativa; Ocupación: desempleo de larga duración; Salud: aseguramiento; Acceso a servicios públicos y condiciones de la vivienda: existencia de agua apta para el consumo en el hogar, electricidad, alcantarillado, basuras, material piso, material paredes exteriores y hacinamiento crítico

En la dinámica de transmisión de habilidades de padres a hijos, aparecían en primer lugar, las tareas relacionadas con el auto-cuidado y el cuidado de la casa (lavado de ropa, preparación de alimentos, limpieza, etc.), cuyo aprendizaje era percibido como algo natural. La premura de los padres para lograr que los niños fueran autosuficientes era congruente con la percepción de riesgos, a nivel individual, pero también familiar. De hecho, en algunos casos, esta idea emergió acompañada de angustia, consideraciones de abandono, e incluso narraciones de episodios anteriores de ideación suicida relacionadas con la impotencia para satisfacer las necesidades básicas de la familia. Esto sugiere, que algunos de los riesgos externos percibidos por los padres, la incapacidad física y psicológica para atender las necesidades de sus hijos y de su familia, es en sí misma un riesgo interno.

TRABAJO INFANTIL: REEMPLAZANDO LAS FUNCIONES PARENTALES. Las extenuantes jornadas de trabajo de algunos padres, a veces entre 12 y 16 horas, requerían que alguno de los hijos (principalmente las niñas mayores) asumieran el cuidado de sus hermanitos y las responsabilidades de limpieza y mantenimiento del hogar. Es decir, en estos casos los padres no están disponibles para supervisar las actividades de los niños más pequeños en momentos clave del día (alimentación, llevarlos al colegio, tareas, etc.) y, cuando se encontraban en la casa estaban físicamente extenuados. Como resultado, algunos padres se apoyaban en sus hijos mayores, quienes asumían la responsabilidad del cuidado de los hermanos. En algunos casos, se organizaban las jornadas escolares de tal manera que el hijo(a) designado fuera al colegio mientras la madre o el padre descansaba; y al regreso a casa, este se encargaba del cuidado de los menores mientras los padres salían a trabajar. En otras familias, esta sustitución de funciones ocurría de manera más radical, cuando la pre-


sión económica era tan fuerte que los padres (en realidad casi siempre las madres) se veían obligadas a migrar en busca de oportunidades económicas. Los niños complementaban y alternaban sus propios deberes con la carga de sus padres, cuando no sustituían totalmente alguna de sus funciones. Es relevante aclarar que la mayor parte de familias participantes en los grupos focales, eran familias uniparentales, en las cuales las madres ocupaban el lugar de cabeza de familia. En la mayoría de los casos, los padres eran figuras temporales y cambiantes en la vida de los niños, lo cual, en sí mismo, constituía un factor de vulnerabilidad interna de la familia. Por otra parte, la organización de estas familias alrededor del trabajo configuraba una situación donde los roles de padres e hijos se confundían en el ámbito de las funciones parentales del cuidado y supervisión de los hijos. Si bien es cierto que la adopción y la imitación de los roles de los padres, es un aspecto normal y esperado del desarrollo de cualquier niño y que lo prepara para la vida adulta, no lo es que este comparta la responsabilidad del hogar como si fuera un adulto.

TRABAJO PARA INCREMENTAR LA PRODUCTIVIDAD DE LOS PADRES. El trabajo en otros oficios (diferentes a los de limpieza y mantenimiento) en el contexto del hogar o bien afuera de este pero bajo la protección/supervisión de los padres, y el entrenamiento en un destreza básica con la cual sobrevivir, cumplía la función de aumentar el ingreso familiar. Algunos de estos padres se encontraban vinculados a empresas, pero trabajaban en sus casas lo cual hacía que la actividad laboral de los niños fuera intramuros y por lo tanto invisible para cualquier agente externo. Desde la perspectiva de los padres, lo que los niños hacían en estos casos era ayudar, no trabajar. En algunos casos la situación era más crítica, y la satisfacción de necesidades básicas de su-

pervivencia física de la familia dependía del aporte del niño con su trabajo. En la mayoría de estos casos los niños no eran directamente remunerados, sino que los padres les daban un pago apenas simbólico (p.e. $200 pesos), y decían que con lo producido por el niño podrían cubrir otras necesidades, incluyendo su propia educación, recreación, vestido e incluso alimento. La ayuda de los niños no era remunerada y para ella se esgrimían varias razones como la que los niños estaban demasiado pequeños para andar por ahí comprando cosas, o que el manejo del dinero les daba un tipo de independencia que no era formativa (“les empieza a gustar demasiado la plata”, “les da acceso a actividades dañinas”), ni favorecía la dinámica familiar pues los padres perdían el control y la autoridad sobre los niños. Con todo, este tipo de organización se caracterizaba por la indiferenciación de los aportes de los miembros (padres o hijos) a la canasta familiar, pues tampoco existía una organización del presupuesto familiar alrededor de un proyecto común o individual.

TRABAJO COMO MEDIO PARA CUBRIR PARTE DEL INGRESO FAMILIAR. Las narraciones revelaron que las niñas suplían sus necesidades trabajando fatigantes jornadas, incluso para un adulto. Es decir, se evidenció que si bien la ayuda con las tareas del hogar era positiva en un sentido de responsabilidad y de habilidades, las jornadas tan extensas limitaban la capacidad de las niñas de participar en actividades propias de su edad y moverse con fluidez en su mundo relacional. Era evidente que algunos niños tenían doble jornada, pues llegaban de trabajar o de estudiar, a “ayudar” en la casa. Las narraciones de los niños del grupo muestran una situación dramática, pues ante la pregunta: ¿qué pasa si no trabajas?, algunos responden “no como.” Estos niños suelen percibir el trabajo como una carga y expresan en su mayoría que no tienen muchas posibilidades de participar en actividades lúdicas, como

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tampoco hacer amigos en el colegio porque no cuentan con el tiempo para socializar, y preferirían estar dedicados exclusivamente al estudio.

TRABAJO INFANTIL: LA TRAMPA DE LA POBREZA VS. EL LOGRO DE LA AUTONOMÍA. Normalmente, los padres cuentan con algunos recursos de guía y control entre los cuales se encuentran: el castigo físico, las amenazas, la afirmación de poder, y la eliminación de los privilegios. El castigo físico y las amenazas se debilitan progresivamente con el crecimiento de los hijos. La afirmación de poder y la eliminación de privilegios son difícilmente un recurso, cuando históricamente estos adolescentes han compartido de igual a igual las funciones parentales con sus progenitores, y la responsabilidad en la generación de ingresos. Hasta ahora estos padres han ejercido el control manteniendo a sus hijos cerca, y reteniendo sus ingresos, pero el acceso al trabajo remunerado de los hijos representa para los padres una amenaza en varios sentidos. Primero, porque la ganancia económica les otorga cierta independencia y libertad para decidir sobre sus actividades. Segundo, porque pierden la fracción del ingreso correspondiente al trabajo de los hijos. La integridad de la familia se ve amenazada cuando pierden la autoridad y el respeto de sus hijos, y no pueden evitar la exposición de los jóvenes a riesgos del mundo exterior. Estos jóvenes que ya tenían responsabilidades de adulto, ahora tienen la capacidad de acceder a recursos económicos con lo cual se rompen los lazos de dependencia hacia sus padres.

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El problema, es que el estudio –aquello que les “garantizaría” la continuidad en su proceso de formación y el acceso a mejores ingresos-, en la práctica, ha estado relegado a un segundo lugar pues la familia dependía del aporte económico de sus hijos. Su proceso escolar ha sido discontinuo, y sus habilidades cognitivas y relacionales han estado históricamente afectadas por su situación de privación psicosocial. La escuela no ha actuado para estos niños como un

elemento protector. En otras palabras, aunque el estudio ha sido una prioridad manifiesta, el contenido latente sugiere que en realidad es secundario a la captación de ingresos económicos. En este contexto, es posible explicar las diversas funciones que cumple el trabajo infantil no solo para aportar a la supervivencia económica de la familia, sino para mantener la familia integrada, y alejar a los jóvenes de las trampas de la pobreza. Cuando esto último no se logra, los jóvenes quedan expuestos a los mismos riesgos que todos los adolescentes, pero sin el control parental y con la autonomía que les ofrece la capacidad de generar dinero a la par con sus padres.

TRABAJO INFANTIL: DELEGANDO LA RESPONSABILIDAD PARENTAL. Estos niños expresan cierta ambivalencia frente al trabajo. Por una parte saben que están haciendo un aporte importante a su hogar, y entienden las razones por las cuales su ayuda es indispensable, lo cual puede ir acompañado de expresiones de orgullo o felicidad por poder “ayudar” como en el siguiente ejemplo. Por otra, son conscientes de las limitaciones que su condición de trabajador les impone (ej. no asistir al colegio, no tener tiempo para socializar con personas de su edad). Algunos niños expresan una sensación de cansancio y su percepción de injusticia con la situación. Uno de los argumentos que encubre la explotación laboral consiste en defender una ética del trabajo en la que el gusto por el dinero es algo indeseable y poco virtuoso, consistente con el modelo de inducción a la vida laboral propio de las relaciones entre tutores y aprendices propia de las sociedades preindustriales, y que aplica para el dominio restringido del trabajo de los niños. Con todo, se espera que los niños tengan la motivación intrínseca para ayudar sin pretender retribución económica. Así justifican los padres la ausencia de un reconocimiento monetario que ocurre mientras se mantiene este tipo de relación. Es decir, mien-


tras los niños trabajan intramuros, o bajo la supervisión directa de los padres. Un aspecto que facilita este tipo de relación consiste en que esta premisa se alía con la búsqueda de una valoración positiva a través del cumplimiento de tareas -de manera aceptada por quienes les rodean- propia de esta etapa de la vida de los niños (Carver & Scheier, 1997) Una consideración relevante es que estas familias, orientadas hacia la supervivencia inmediata, difícilmente pueden canalizar sus esfuerzos e inversiones hacia la construcción de un mejor futuro (ej. estudio) o de un mejor presente (ej. recreación). Es así como los niños caen en situaciones de abandono intelectual, en las que se consiente la ausencia de los niños a las clases, no se revisa el trabajo escolar, o no se proporcionan experiencias intelectualmente estimulantes. En síntesis, los padres pueden percibir las deficiencias de los niños en lo académico, así como algunos de sus condicionantes. En contraste, no vinculan explícitamente el trabajo en la determinación de estos condicionantes: no parecen tener claridad en cuanto a los efectos del trabajo sobre el desarrollo integral de sus niños, en tanto restringe el desarrollo cognitivo, impide la superación de las etapas de desarrollo psicosocial de manera adecuada y dificulta la expansión de redes relacionales apropiadas para su momento vital. Algunas familias enfrentan a, o se encuentran de hecho en, un proceso de urbanización que puede estar relacionado con procesos migratorios como resultado de eventos políticos (desplazamiento por el conflicto armado), económicos (búsqueda de oportunidades económicas cuando la situación en el lugar de origen es demasiado precaria) o sociales (huida de situaciones familiares o sociales amenazantes para la integridad personal) o por la transformación de las condiciones de vida en las zonas rurales. Todos estos procesos exponen a individuos y familias a situaciones cercanas a la miseria que les obligan a aumentar oportunidades para la captación de ingresos (aumentando el número de miembros de la familia que trabajan), repar-

tir la carga del sostenimiento de la familia entre sus hijos y diversificar explorando nuevas posibilidades de producción de ingresos.

En las narraciones de los padres y madres, más específicamente en los grupos focales urbanos, surge la sensación de pérdida al comparar su situación actual con su pasado en el campo. Estos padres y madres añoran que en el campo, sin importar cuán pobres fueran, no había hambre. En la ciudad, por el contrario, aparece la angustia por obtener alimento. Por ejemplo, narraciones de situaciones en las que los niños salen de la casa sin haber tomado alimento con la esperanza que en el colegio reciban un refrigerio. En otros casos, los niños dicen que “trabajan esculcando basura” para conseguir su alimento. En términos generales, las narraciones de los padres y madres de familias residentes en zonas urbanas parecen ser más angustiosas que las de los padres de zonas rurales. En buena parte de los casos sin embargo, el trabajo infantil aparece como un instrumento que hace posible la supervivencia física (consecución de alimento, supervisión de los hijos) y psicológica de la familia (no sucumbir a la tentación de abandonar a los hijos). Esto puede resultar interesante porque tradicionalmente los estudios sobre trabajo infantil hacen comparaciones entre los sectores rural y urbano para observar la evolución de este fenómeno en cada caso. En estos casos sin embargo, la mayor parte de los participantes proviene del campo (sin importar su clasificación), creció allí, y por decisión propia o forzada, se ha desplazado a la ciudad. Así la categoría estadística “de familia urbana” puede resultar insuficiente para describir la situación de estas familias, que si bien habitan en la ciudad, han fusionado sus esquemas anteriores, su organización como familias rurales, con los de la ciudad. “Si en el campo la familia es por lo común una unidad de producción, en la ciudad cada uno de sus miembros pasa a convertirse en fuerza de trabajo individual. Esto produce ausencia total o parcial de los padres y hermanos adul-

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tos, y el grupo familiar estable queda reducido a los hermanos” (Muñoz & Pachón, 1980, Pág. 9) Ante la pérdida del cupo escolar por inasistencia al colegio, por bajo rendimiento, o por desplazamiento de un lugar a otro (ej. de la costa al interior), los padres consideran que es mejor ponerlos a trabajar que dejarlos sin supervisión y con demasiado tiempo libre en sus manos. Las experiencias narradas por los padres sugieren que en efecto, el tiempo libre no supervisado representa un riesgo importante para los adolescentes, pues se involucran en actividades que los ponen en riesgo de entrar en contacto con drogas, juego, actividades ilícitas (ej. la venta de licor adulterado), aumenta el riesgo de embarazos tempranos, etc. Así entonces, al salir a trabajar, una de sus preocupaciones consiste en garantizar la seguridad de sus hijos durante su ausencia y ante la imposibilidad de dejar a sus hijos al cuidado de alguien más, o de alguna institución, se ven obligados a llevarlos consigo para mantenerlos bajo su vigilancia Cuando son mayores, prefieren emplearlos en alguna actividad productiva, a dejarlos expuestos a situaciones que están fuera de su control. De esta forma, la pérdida del cupo escolar puede generar una dinámica de dependencia del ingreso de los hijos que en ocasiones puede ser difícil de abandonar. De esta forma, los padres prefieren emplearlos directamente cuando son más pequeños. A medida que crecen sin embargo, buscan algún amigo o conocido de confianza para “poner a los jóvenes a trabajar” en tareas como atender el negocio de un tercero, la construcción en el caso urbano, o la recolección de desechos orgánicos en el caso del campo. Todo con la esperanza que el hijo traiga el ingreso a casa, y conscientes que esta situación es temporal mientras los jóvenes se percatan de la independencia que les ofrece el control del dinero.

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El acceso al trabajo en los niños mayores, se ve limitado en tanto la obtención del permiso para trabajar requiere el cumplimiento de condiciones que no son percibidas por los padres como realistas. Por ejemplo, el trabajo debe ser un trabajo de oficina mientras la mayor parte de la

oferta de trabajo laboral está en actividades comerciales (ej. almacenes), de construcción, etc. Alternativamente padres e hijos pueden desistir de su intento de obtener el permiso para trabajar e involucrar a los niños en situaciones de trabajo de manera encubierta, acudiendo a empleadores externos a la familia, y asumiendo los riesgos que plantea la clandestinidad de su situación. Adicionalmente, los jóvenes quedan expuestos inevitablemente a nuevas experiencias fuera del hogar, algunas de las cuales pueden resultar amenazantes para el desarrollo de su proyecto de vida en el largo plazo (embarazos tempranos, consumo de SPA, explotación laboral, etc.). Así entonces, la propuesta es que si bien es importante reconocer el aporte de estos estudios a la comprensión de las posturas subjetivas de padres y niños frente al trabajo infantil, también es necesario tener en cuenta que estas posturas no son estáticas. Las familias suelen estar conformadas por varios hijos, en diferentes momentos del ciclo vital, y de maneras que no se ajustan a los patrones tradicionales en cuanto a las funciones parentales. En su esfuerzo por responder a las demandas del entorno, se adaptan echando mano de todos sus recursos, y cada niño aporta en diferente medida dependiendo de sus capacidades para llenar los vacíos existentes (ej. Ausencia del padre) en la provisión de las necesidades familiares. En este sentido, una aproximación cualitativa al problema del trabajo infantil permite una mejor comprensión del concepto de “diversificación de las formas de ingreso” señalado por Hilson (2012). En efecto, las familias diversifican no solo en cuanto a fuentes de ingreso sino también en cuanto a modelos de relación (aprendizaje, explotación, corresponsabilidad) para garantizar que en su conjunto, logren acceder a lo mínimo necesario para su supervivencia. Es necesario entonces entender el esfuerzo adaptativo permanente en el que incurren estas familias para no caer en visiones demasiado parciales, y normativas que en su intento por solucionar un problema (el del niño trabajador) pongan en riesgo a su red de apoyo (la familia). §


1. ORÍGENES DEL PROGRAMA DE PRO NIÑO-BELLSOUTH A PRO NIÑO-TELEFÓNICA Pro niño nació en 1998 como una iniciativa social de la compañía BellSouth. En sus inicios, el programa apoyó la escolarización de NNA trabajadores en el cumplimiento de su derecho a la educación. El interés de la compañía se centró en instalar una acción social transformadora de esta situación en diez (10) países de Latinoamérica. Para ello, abordó el problema de la deserción escolar en estos NNA, entre los 5 y 17 años, mediante acciones orientadas a confrontar las causas de su fracaso escolar. Para la intervención se creó un Programa de Becas BellSouth Pro niño que brindó los medios materiales necesarios para que estos NNA permanecieran y/o retornaran a la escuela. Los recursos que se otorgaron a través de la beca cubrían los costos de la matrícula, los libros, útiles escolares y uniformes. De acuerdo con las posibilidades de financiamiento del programa en cada país, se incluyó la atención en salud, el transporte escolar, un refuerzo nutricional y actividades recreativas y educativas extraescolares con asistencia psicopedagógica, formación en valores, derechos humanos y talleres para mejorar la autoestima.

3.

EL PROGRAMA PRO NIÑO: LA INTERVENCIÓN DE UNA EMPRESA SOCIALMENTE RESPONSABLE

En 2004, Telefónica Móviles compró los activos de BellSouth en diez países de Latinoamérica. Como parte de sus acciones de Responsabilidad Social Empresarial -RSE- tomó la decisión dar continuidad al programa Pro niño-BellSouth. Esto implicó varios retos, entre los que se destacan la adquisición de conocimientos técnicos que posibilitaran la construcción de un marco conceptual para hacer crecer el programa y sus impactos más allá de la transferencia de recursos. La Fundación Telefónica España -FTE- que estaba en la estructuración de un foco social en el campo educativo reorientó entonces a Pro niño hacia un programa corporativo que acompañara la expansión de la compañía en Latinoaméri-

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ca. Para ello amplió la cobertura del programa y focalizó sus objetivos en la erradicación del trabajo infantil. Partió de la consideración que el crecimiento en la cobertura del programa le permitiría ampliar su contribución a las metas de erradicación que la OIT se había fijado para 2016. La reorientación se focalizó en los NNA trabajadores que estudiaban y trabajaban paralelamente, razón por la cual privilegió acciones hacia la permanencia en el sistema educativo antes que en la escolarización. Para ello era necesario trabajar en el campo de la calidad educativa pues estaba claro que la poca pertinencia de los currículos incentivaba la deserción temprana de la escuela, en especial entre los adolescentes. El trabajar en el campo de la calidad de la educación le implicó a la FTC alinearse con el marco de las políticas públicas nacionales y locales, y consolidar alianzas con el sector público enfatizando que la erradicación del trabajo infantil solo era posible mediante la retención de los NNA en el sistema educativo. El principio que la educación es la herramienta de transformación social más importante para posibilitar que los entornos familiares y comunitarios desincentiven el trabajo infantil se constituyó a partir de allí en la directriz del programa. Telefónica Pro niño se propuso entonces emprender acciones en los ámbitos familiares, escolares y comunitarios y no solo con los NNA escolares-trabajadores. Pasó de una propuesta cuyo foco estaba en mejorar la calidad de vida de niños y niñas trabajadores a través de la escolarización (BellSouth), a una que plateaba

NNA por género atendidos por el Programa 2013-2015

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Fuente. Sistema Internacional de Monitoreo. Pro niño. Bogotá

contribuir a la erradicación del trabajo infantil ampliando su incidencia en la educación en 13 países de América Latina.

PRO NIÑO EN COLOMBIA Inicialmente, en Colombia Bell South-Pro niño identificó las zonas con más alta incidencia del Trabajo Infantil -TI- en medios urbanos y a partir de esta identificación construyó el puente institucional con los colegios a los que estos niños y niñas asistían. Como dato interesante, los becados se seleccionaban en los lugares de trabajo (mercados, calles con alto movimiento comercial, talleres, etc.) y desde allí se llegaba a las familias para pactar con los padres el compromiso de escolarización y reducción de horas dedicadas al trabajo infantil. A fin de ofrecer alternativas educativas que redujeran las horas de trabajo de los NNA, se apoyó en once (11) organizaciones no gubernamentales para la operación del programa, y las hizo responsables de la ejecución y el desarrollo de los fundamentos del mismo. Enfatizó la necesidad de adquirir una mayor comprensión del contexto sociocultural de cada una de las regiones donde se desarrollaba el programa y la articulación de sus acciones con las del sector público. Estas once (11) organizaciones alcanzaron un buen desempeño institucional gracias al proceso de aprendizaje que desarrollaron de la mano de La Fundación Telefónica logrando implementar propuestas pertinentes para NNA trabajadores y sus familias, en cuarenta (40) municipios del país. El siguiente cuadro representa las cifras de niños y niñas atendidos por el programa periodo 2013-2015


En Colombia, Pro niño fue pionero en abordar el problema del trabajo infantil y pionero en promover el tema en las agendas públicas y como pionera, promovió el tema en las agendas públicas. Ahora bien, en un principio La Fundación Telefónica tuvo como aliadas a entidades muy fuertes como Pies Descalzos, la Fundación Carvajal, la Fundación Julio Mario Santo Domingo. Sin embargo, y con el fin de fortalecer el campo institucional de la sociedad civil que atendía el problema, La Fundación Telefónica decidió trabajar con ONG pequeñas. “Cuando el programa se abrió con límites organizacionales y económicos se contó con la participación de entidades pequeñas.” (Entrevista a Albiryan Moreno Torres, Jefe de Programas Sociales de La Fundación Telefónica. Noviembre 5/2015).

2. MODELO DE INTERVENCIÓN SOCIAL Y RELACIONES INSTITUCIONALES La Fundación Telefónica Colombia estructuró el programa Pro niño sobre la base del modelo y las directrices que le proporcionó La Fundación Telefónica España. En líneas generales estas proponían tres ejes: 1) Atención integral para la ejecución de proyectos presentados por organizaciones de la sociedad civil que tienen como objetivo contribuir a la erradicación del trabajo infantil; 2) Calidad educativa para apoyar centros educativos a los que asisten beneficiarios del programa; y 3) Fortalecimiento institucional para la movilización de actores locales que trabajen con compromiso en torno a esta problemática. A continuación se describe el trabajo en estos ejes en detalle. Atención Integral. Este eje buscó crear las condiciones que hicieran posible la restitución integral de derechos vulnerados por el TI a los NNA trabajadores. Partió de la premisa que los derechos de la infancia y el trabajo infantil son excluyentes. En líneas generales, la atención integral comprendían las siguientes acciones definidas en los siguientes términos:

Escolarización: gestión social que se adelanta con la familia para corresponsabilizarla en el sostenimiento de las trayectorias educativas de sus hijos, organizando la actividad de los NNA de manera que se respete el tiempo de estudio en la casa y se evite la subordinación de la educación al trabajo. Comprende también la gestión institucional que se realiza en los colegios para un acompañamiento significativo a las trayectorias escolares de NNA trabajadores, estableciendo un marco de relaciones institucionales entre los coordinadores del programa Pro niño, la ONG ejecutora y los directivos y maestros del colegio para realizar el seguimiento al desempeño escolar de los NNA trabajadores. Educación Complementaria: creación de espacios en los que se articulan los procesos de aprendizaje y desarrollo integral de los estudiantes a través de su participación en actividades artísticas, culturales o deportivas con el fin de incentivar comportamientos orientados al respeto y la sana convivencia para el desarrollo de competencias sociales en la articulación de otros contextos de aprendizaje diferentes al aula de clase y al colegio. Estas actividades están orientadas a incidir en la vida cotidiana de los NNA cuando no están en la escuela, rompiendo la tendencia a que en este tiempo vuelvan al trabajo. Necesidades básicas: coordinación interinstitucional a través de la cual se ofrece información a las familias y a los NNA para acceder a la oferta estatal, gubernamental o privada local de servicios sociales que requieren las familias por las condiciones de pobreza que producen el TI y el impacto que estas carencias tienen en la vida de NNA trabajadores. Implica un trabajo de coordinación en red con los servicios que ofrece el Estado como garante de derechos fundamentales a los ciudadanos. Apoyo psicosocial: atención directa o grupal a NNA trabajadores que promueve su desarrollo psicológico en medio de las tensiones y preocupaciones derivadas de su situación como trabajadores. Se busca que en el proceso, los NNA se vayan formando una visión positiva del mundo, de la sociedad y de sí mismos, al tiem-

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po que adquieren herramientas intelectuales y prácticas para desarrollar las bases del amor propio y de la confianza en sí mismo. De manera paralela se trabaja con la familia para crear un clima afectivo favorable para el desarrollo psicosocial de los NNA. Transformación de patrones culturales: se refiere a los cambios que se busca generar en los contextos familiar, comunitario e institucional. Familiar: se trata de romper con la aceptación y normalización del TI en el seno de la familia, al tiempo que se construye la visión del NNA trabajador como sujeto de derechos. Esto se hace trabajando la corresponsabilidad de la familia para generar un entorno afectivo y de protección para los niños. Para ello se realizan actividades para la prevención de trabajo infantil por medio de la socialización de contenidos de prevención del trabajo infantil en los espacios de encuentro con las familias. Estos encuentros tienen el objetivo de incidir en la transformación de patrones culturales. A su vez, se aprovechan para recolectar información sobre los procesos de organización del trabajo al interior de la familia, el lugar que tiene el trabajo infantil en la generación de ingresos monetarios y no monetarios, los significados asociados a esta práctica y cómo repercute en las relaciones familiares el hecho que sean los NNA quienes también cooperen en la reproducción del hogar. Institucional: sensibilización de docentes en materia de detección de situaciones de TI y del impacto del mismo en la vida y la trayectoria escolar de los NNA. En estos espacios también se busca incidir en la transformación de patrones culturales asociados a la escuela relacionados en gran medida con el tratamiento de situaciones tales como el fracaso escolar.

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Comunitario: se busca empoderar y fortalecer la capacidad de acción colectiva para desincentivar el trabajo infantil a partir de una participación activa de la comunidad y de la movilización de los actores locales que exijan la erradicación del trabajo infantil y la creación de redes que contribuyan a modificar las percep-

ciones y a generar una “opinión pública” favorable a la eliminación del trabajo infantil.

Calidad Educativa. Este eje buscó la preparación de espacios educativos específicos para NNA trabajadores, con características de mayor flexibilidad organizativa y curricular que posibilitara la conformación de un enfoque pedagógico centrado en el desarrollo de capacidades de los NNA para resolver situaciones de vida, en la producción personal y grupal. Para esto se adelantó un acompañamiento y apoyo a la gestión de los colegios donde el programa Pro niño estuvo presente, en dos (2) líneas: Refuerzo Escolar (que incluye el seguimiento al desempeño y apoyo a la escolarización) e Inclusión de TIC a las prácticas pedagógicas. Si bien, esta línea de intervención cuenta con una definición por parte de La Fundación Telefónica, requirió en la puesta en práctica de una negociación con el marco curricular y el Proyecto Educativo Institucional -PEI- de las instituciones educativas en los siguientes términos: Refuerzo Escolar: ampliación de las oportunidades de aprendizaje para los estudiantes trabajadores garantizando ambientes de aprendizaje para el conocimiento y aplicación de la tecnología para el desarrollo de tareas enseñando metodologías de estudio y aprendizaje e inculcándoles la responsabilidad de asumir su cumplimiento, con progresiva autonomía. Así mismo, se establecen acuerdos sobre las tareas académicas a realizarse en el hogar, generando compromisos múltiples; los docentes formulando tareas relevantes que reconozcan la diversidad cultural y lo trabajado en clase; las familias respaldando el tiempo de dedicación a esas tareas. El refuerzo incluyó el seguimiento al desempeño escolar entendido como el cuidado del itinerario escolar de los estudiantes que trabajan para evitar caídas y reparar daños, previniendo y evitando las situaciones de fracaso escolar a las que se ven expuestos por su situación de estudiar y trabajar a la vez. En particular, la acumulación de rezago que se deriva


del fracaso escolar en los primeros grados y la mayor probabilidad de abandono al avanzar en la educación primaria o básica secundaria. Adicionalmente, permite hacer seguimiento al itinerario escolar en la referente al rendimiento académico, la asistencia a clase y la identificación de problemas en el comportamiento que interfieran con el logro de las metas escolares. Este seguimiento se realizó dos veces cada semestre. También incluyó el apoyo a la escolarización mediante la entrega de útiles y textos escolares necesarios para la escolarización y que de no ser entregados demandarían un aporte directo de las familias para estos bienes pudiendo llegar a ser la causa que vulnera el compromiso de acceder a la educación obligatoria y gratuita. Inclusión de TIC: incorporación de la pedagogía digital a partir de la entrega de herramientas informacionales, para que se apliquen de forma transversal a todos los procesos de la acción de Pro niño, a través de la entrega de infraestructura tecnológica a los colegios, así como a través de procesos de formación y acompañamiento continuo a los docentes a fin de generar nuevas formas en los procesos de enseñanza y aprendizaje y de facilitar a NNA el acceso a la información y a los nuevos procesos de creación de conocimiento en la red. Innovación tecnológica con transformación social.

Fortalecimiento institucional y movilización de actores locales. Este eje adelantó una gestión y apalancamiento de alianzas y redes en los espacios institucionales locales, sobre todo del ámbito público, para instalar capacidad y entregar herramientas para enfrentar el problema del trabajo infantil. La acción en el marco institucional y social posibilitó la movilización social en pro de la erradicación sostenible del trabajo infantil. Esta estrategia se implementó por medio de la activación y articulación de redes locales y la habilitación de canales de información entendidas como:

Activación y articulación de redes locales. Los recursos y oportunidades que se encuentran en el nivel local requieren ser articulados de una manera mucho más estratégica, porque frente a la magnitud de la tarea se requiere de manera colaborativa la construcción de ambientes protectores, inclusivos y pertinentes y el mejoramiento de la calidad de vida de NNA que trabajan. Las redes sociales deben generar un cohesión colectiva vinculando las organizaciones de base, las fundaciones, las autoridades educativas y los numerosos programas intersectoriales que hoy en día se desarrollan a nivel local para trabar de manera conjunta en procura de objetivos compartidos para la erradicación del trabajo infantil. Habilitación de canales de comunicación. Hoy el tema del trabajo infantil está presente en la agenda institucional de entidades públicas y privadas. Actualmente son muchas las instituciones que se ocupan de su prevención y erradicación. Hoy el trabajo infantil es tema de preocupación y debate afectar la percepción y la toma de conciencia de la sociedad latinoamericana frente al trabajo infantil. Es necesario que la percepción de las personas y de los actores sociales, que todavía hoy implica barreras o niveles de rechazo para deslegitimarla, sea efectivamente modificada de manera que se llegue a considerar este flagelo como un atentado a la dignidad y al desarrollo de la infancia latinoamericana por estar contribuyendo a perpetuar situaciones inadmisibles de violación de derechos, pobreza, inequidad y exclusión social. En la estructuración del Programa hay que destacar la definición de los ejes descritos, por cuanto estos ejes resumen el tipo de acciones y de orientación que se logró integrar para incrementar el impacto del programa en la erradicación del TI.

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3. EL PROGRAMA PRO NIÑO EN BOGOTÁ La Fundación Telefónica Colombia generó un proceso de coordinación estrecha con el sector público a fin de establecer alianzas para hacer de la educación un espacio eficaz de lucha contra el trabajo infantil. Una de las alianzas más significativa en este proceso se estableció con la Secretaría de Educación del Distrito de Bogotá-SED, a la cual le aportó su experiencia para cumplir las metas de des-incentivación del trabajo infantil y puso al servicio de este sector su experiencia acumulada y experticia en el tema del trabajo infantil. Consiguió constituirse en promotor y articulador de redes sociales más amplias en algunas localidades del Distrito Capital de Bogotá. Para generar procesos de cambio en la comunidad, la escuela y la familia con miras a desincentivar por medio de la educación, generó una dinámica procesual de engranaje de acciones y niveles de intervención muy significativa para la erradicación del trabajo infantil en el largo plazo.

PROCESO DE FOCALIZACIÓN DE NNA TRABAJADORES

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El programa Pro niño inició la selección de los beneficiarios identificando las instituciones educativas ubicadas en las localidades o zonas con altas tasas de trabajo infantil. Una vez seleccionadas las instituciones, el equipo de profesionales de La Fundación Telefónica, los directivos y docentes de las instituciones educativas en coordinación con los padres de familia establecían acuerdo sobre los estudiantes que serían atendidos por el Programa. Para ello se evaluaba la situación socioeconómica de las familias de los estudiantes que presentaban inasistencia reiterada a la institución educativa, sobre los cuales se tenía indicios que trabajan. También se identificaron las familias en situación socioeconómica crítica con altas posibilidades que los NNA se vieran obligados a trabajar. Este tipo de situaciones

se verificaba mediante las visitas domiciliarias que realizaban trabajadoras sociales vinculadas a ONG aliada del programa, en las que a su vez se evaluaban otras condiciones sociales y económicas como: características del hogar, composición del mismo, ingresos y egresos, y condiciones de habitabilidad, entre otras. Con esta información se entraba a determinar si los NNA estaban trabajando o se encontraban en riesgo de hacerlo. Los equipos directivos de los colegios, a partir de la línea de base recabada por la ONG, verificaban la información, valoraban la necesidad de cada familia y confirmaban el listado de los posibles beneficiarios a la Secretaría de Educación. Como nos lo comunicó el coordinador pedagógico de la Institución Educativa (IE) Guillermo Cano Isaza: “Para nosotros era muy importante el proceso de identificación de los niños y los jóvenes que estudiaban en la institución y también trabajaban, la verdad unos maestros no veían nocivo que algunos de sus estudiantes trabajaran, por el contrario, consideraban que el trabajo los hacia ser más responsables y alejarlos del consumo de sustancias psicoactivas. El poder identificar a estos estudiantes trabajadores propició al interior de la institución que tanto directivos como maestros reflexionáramos sobre el problema del trabajo infantil y pensáramos en estrechar los vínculos colegio- padres de familia, no para entrega de boletines, sino para conocer la situación de estudiantes en riesgo de deserción y evitarlo. El saber cuáles niños y jóvenes del colegio eran trabajadores nos permitió conocer más de cerca su situación y ponernos a pensar en los estudiantes que estarían en riesgo. Nosotros acogimos como regla el que al iniciar el año escolar debíamos planear estrategias que nos posibilitaran indagar sobre los usos del tiempo cuando los estudiantes están fuera del colegio.” (Entrevista Jorge Mejía. Coordinador pedagógico, IE Guillermo Cano Isaza, octubre 29/2015) Los maestros jugaron un rol importante en el proceso de identificación de beneficiarios del programa, por lo cual de manera previa al proceso de selección se les dictaban talleres de


sensibilización con dos objetivos fundamentales: conocer qué ideas y representaciones tenían los docentes y directivos escolares acerca del trabajo infantil, es decir, en qué medida lo reconocían y valoraban y realizar una reflexión sobre las características observables del perfil de un NNA trabajador: bajo rendimiento escolar, presencia de problemas disciplinarios, alto nivel de ausentismo, cansancio que en algunas ocasiones se traducía en falta de atención e incumplimiento de los deberes escolares. En algunos casos los profesores tenían identificados a los estudiantes que trabajaban, información que obtenían a partir de las narraciones de sus estudiantes o a través de la caracterización que hacían a comienzo del año escolar de sus alumnos. El rector colegio José Martí nos lo confirmó: “En el 2014 participé en un taller en el que me quedó claro que no todos los estudiantes están en las mismas condiciones de aprender y que por tanto los docentes y directivos tenemos la gran responsabilidad de trabajar para diversificar las estrategias pedagógicas. Si en nuestras aulas hay niños trabajadores debemos lograr que valoren el estudio y a través de esta valoración puedan ver lo que el estudio les representa para su vida futura. Al principio pensé…. más trabajo, pero en el transcurso del taller me di cuenta que lo que se buscaba era que debíamos trabajar para que los maestros ampliaran el compás de comprensión para apoyar la escolaridad de estos estudiantes que trabajan y que por esta condición tienen una alta probabilidad de tener problemas en su desempeño académico.” (Entrevista, René Gerardo Andrade, rector colegio José Martí. Noviembre 20/2015) Luego de esta primera fase de focalización y sensibilización con los maestros, profesionales vinculados a la ONG aliada se reunían individualmente con cada NNA seleccionado y a través de una metodología basada en la indagación sobre el quehacer en la vida cotidiana se verificaba si realizaba labores que se encontraran en la categoría de trabajo real. Una vez identificados los NNA que trabajaban se formalizaba su vinculación al programa con

la firma de un acta de compromiso con los padres de familia en la que se establecían de manera concertada los acuerdos para disminuir las horas de trabajo o su desvinculación definitiva. Los padres de familia se comprometían a: a) propender acciones para que los NNA dejaran de trabajar; b) garantizar la asistencia de los NNA al colegio y a las actividades que ofrecía el programa; c) reportar las notas del NNA en cada corte académico; d) asistir a los talleres de padres de familia; e) respetar el tiempo que NNA dedicaba al cumplimiento de los deberes escolares en el hogar; f ) notificar cambios en la dirección de lugar de residencia y número telefónico de contacto. Los deberes que adquiría el NNA eran: a) participar en las actividades desarrolladas por Pro niño; b) tener buen rendimiento académico y disciplinario; c) en el mediano plazo, dejar de trabajar. Los testimonios de madres de familia de niños trabajadores dan cuenta de ello: “Sí… Yo me acuerdo que no pude firmar la carta pues yo no sé escribir, por eso es que yo sí quiero que Miguel estudie para que sea alguien en la vida. A él le empezó a ir mejor en el colegio desde que entró a Pro niño, este año la profe Estela me dijo que tuvo buenos resultados porque no perdió nada. Acá dicen que se va a acabar… ¡qué pesar!” (Mariadelina Corcione, Madre de familia, noviembre 20/2015) “Cuando vine al colegio el profesor Ramiro me dijo que tenía que reunirme con una señora de Pro niño, que al otro día me esperaba a las 7:30 am. Yo llegué bien puntual porque ya doña Elvira, mi vecina me había dicho que eso servía mucho. Y efectivamente así ocurrió, yo firmé y empezamos a ser parte del programa, al principio me costó trabajo pues a Miguel y José les tocaba dejar de trabajar a ratos, lo bueno de todo esto, es que con ayuda de Pro niño entré a recibir el subsidio de Familias en Acción y pude cumplir con todo y al José tuvo buenos resultados en los estudios y la profesora Aida le entregó un diploma.” (Catiluz Villero Manjarrez, madre de familia, noviembre 13 de 2015)

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PROCESOS CON LAS FAMILIAS En este caso, el programa se propuso generar procesos en torno a un conjunto de prácticas que tenían en su centro la relación del niño y su familia por cuanto este constituye el entorno inmediato de contención afectiva y de protección. Se trataba de un acompañamiento familiar para la transformación de los patrones culturales familiares sobre el trabajo infantil. Se basaba en estudios que indicaban que muchos de los determinantes sociales del trabajo infantil se sustentan mediante creencias, actitudes y comportamientos del mundo adulto que hace parte de sus familias y comunidades. Las prácticas para generar procesos en las familias se constituyeron en una estrategia muy importante en el Programa y las ONG aliadas de Pro niño, especializadas en intervenciones que privilegiaban la proximidad, continuidad y el seguimiento de las familias en el mediano plazo, ejecutaron la estrategia. Las acciones que se adelantaban eran: visitas domiciliarias, talleres dirigidos a padres de familia, y la atención psicosocial. Estas se orientaban de la siguiente manera

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Visitas domiciliarias: Comprendían el acompañamiento a familias que se traducía en una serie de visitas domiciliarias, mínimo una cada seis meses, realizadas por profesionales vinculados a la ONG. Estas visitas constituían un acercamiento a la familia para poner en práctica estrategias educativas que generaran transformaciones en la perspectiva de vida y los patrones culturales de la familia con respecto al trabajo infantil. El foco de la visita domiciliaria estaba en la gestión de procesos para alcanzar indicadores de bienestar de toda la familia. Durante las visitas se formulaban planes de trabajo en los que se establecían acuerdos y compromisos con padres e hijos que pudieran llevar al retiro de NNA que trabajaban, reducir las horas que dedicaban al trabajo, o cambiar la actividad cuando la que realizaban representaba un alto riesgo o impedía el ejercicio de sus derechos. Así mismo, se brindaba asesoría para que la familia pudiera acceder a servicios sociales de entidades públicas locales para mejorar su situación socioeconómica.

Las visitas domiciliarias tenían una estructura flexible en la que la participación de las familias era voluntaria. El criterio que determinaba cuántas visitas eran necesarias se establecía a partir de los acuerdos realizados, el plan de seguimiento y la propia percepción del profesional que realizaba las visitas. A fin de evitar que los procesos emprendidos con las familias generaran dependencia de éstas hacia el programa se trabajaba de manera articulada con las entidades locales y comunidades en la planeación y desarrollo de las acciones para lograr que fueran copartícipes y se contara con la legitimidad y sostenibilidad requeridas para la erradicación del trabajo infantil. Por tanto, era importante establecer desde el inicio un trabajo en red que implicara una corresponsabilidad de la ONG ejecutora, las entidades e instituciones locales, los beneficiarios y la comunidad en general. Talleres para padres de familia. Estos talleres tenían como propósito estimular e incrementar habilidades y destrezas en los padres para la crianza de los hijos con el fin de mejorar su función protectora. Igualmente, se buscaba fortalecer factores como la vinculación afectiva, comunicación asertiva, construcción de límites claros y las funciones acordes a cada rol para que evitaran la vinculación al trabajo infantil, la violencia intrafamiliar y la vulneración de derechos de NNA. Se realizaban mínimo seis (6) talleres durante el año de intervención. La manera como se generaban procesos a partir de este tipo de actividades se nos reveló de manera muy elocuente en el caso de Yulieth Preciado, madre de tres beneficiarios del programa. Su historia de desplazamiento, arribo a Bogotá y conexión con el Programa describe la situación de varias madres cabeza de familia en cuyos hogares el trabajo infantil era un recurso que requerido para completar las necesidades básicas sin alternativa a la mano más que impulsar a los niños a que trabajen para ayudar a sus madres. Al mismo tiempo, evidencia la necesidad de este tipo de programas en las que sin la “mano tendida” es casi imposible para las madres cabeza de familia dejar de entender que el trabajo infantil como “beneficio” oculta


la negativa de desarrollo integral de los hijos pensando en un mayor bienestar en el futuro.

UNA MANO TENDIDA A MI FAMILIA: EL CASO DE YULIETH Durante una visita que realizamos a Ciudad Bolívar conocimos a Yulieth. Su agencia de madre resuena en las decisiones de permitir el trabajo, pero especialmente en las de decidir acabarlo cuando consigue apoyo de instituciones amigas. Su historia es un reflejo de miles de casos que se encuentra en Ciudad Bolívar, la localidad de mayor extensión y número de población en Bogotá, la cual puede equipararse con cualquier ciudad intermedia de Colombia. Yulieth alquila un apartamento de dos habitaciones ubicado en el barrio Juan Pablo II. Para llegar allí hay que atravesar Ciudad Bolívar en dirección a la cima del cerro. Se pasa por el sector de San Francisco, donde el movimiento, el tráfico y la oferta de servicios de todo tipo –entidades bancarias, ferreterías, supermercados, y comercio en general- producen una aglomeración de gente similar a la que se visualiza en San Victorino un sábado decembrino en la mañana. El ascenso continúa por una zona de crecimiento anárquico hasta tomar la vía que conduce a El Lucero. Las calles empinadas y edificaciones en pañete que se divisan en sus alrededores evocan las continuas olas de desplazamiento forzado, por la violencia política o por la violencia que significa la falta de empleo, que nutre el crecimiento urbano de la localidad más joven de Bogotá. Al final del ascenso se localiza Juan Pablo II. Una plazoleta en la que sobresale una edificación marca la diferencia con el resto barrio. Se trata de una biblioteca comunitaria. Allí nos encontramos con Yulieth y caminamos algunas cuadras hasta llegar a su casa. Me ofreció un tinto y empezamos a conversar. A nuestra pregunta sobre cómo había sido su experiencia con la labor realizada por el programa Pro niño, Yulieth respondió: “Nosotros llegamos de un pueblito que se llama Nariño y está a orillas de mi río que queda como a cuatro horas de Barbacoas. Allí vivía-

mos en una casa que entre todos construimos. Yo tenía como unos 13 años cuando hicimos la casa y cargué hartos palos para pararla. Allí conocí al papá de mis hijos y me enamoré. A Royeir lo tuve cuando tenía 16 años y a los dos años vino Xiomara y al año Samara. Todo iba bien hasta que acusaron a Roy, el papá de mis hijos, de ser informante de la guerrilla. Nos tocó salir pues decían que nos iban a matar. Llegamos a Bogotá a la casa de la tía Rosaura, que desde los dieciséis (16) años se había venido a trabajar. Ella nos dio posada un mes y de ahí Roy consiguió trabajo en la rusa que llaman y sacamos una pieza, él empezó a salir con una y con otra, entonces yo me busqué trabajo en una casa de familia y me alquilé una pieza y me vine con mis hijos, y desde entonces vivo sola. Él no me da ni un centavo, ahora dice que anda trabajando por Medellín. Creo que eso ocurrió en el 2002. Desde ese tiempo me la guerreo sola con la ayuda de mis hijos. En 2012 me llamaron del colegio, yo fui y me dijeron que si yo quería que Royeir y Xiomara entraran al Programa Pro niño, yo sin entender de qué se trataba dije que sí, aunque me asusté un poco, me pareció todo muy bueno lo que decían: que les iban ayudar con las tareas y que a la salida de la escuela algunos días Royeir podía aprender a jugar futbol, algo con lo que él soñaba, y Xiomara y Samara podían hacer tareas con la ayuda de una profesora; la verdad no sabía qué era eso pero me sonó la idea y dije que sí. Para ese entonces yo no le veía nada de malo que Royeir trabajara en la tienda del Señor Bermúdez, haciendo mandados y ayudando a acomodar el mercado y a hacer el aseo de la Supertienda. Royier se ganaba sus pesitos y trabajaba en la jornada contraria a cuando iba al colegio. Luego me visitó la doctora y estuvimos hablando, yo le conté la misma historia que le conté a usted. Ella me preguntó si estaba inscrita como desplazada y yo me reí porque eso a mí me parecía muy feo, ser uno desplazado….que palabra tan fea. Con ella hicimos cuentas de cuanto me ganaba y ese día supe que me quedaba cuarenta y tres mil pesos ($43.000) para lo que

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los niños necesitaran. Entre el transporte que es ¡muy caro!, el arriendo, los servicios, y los cien mil pesos que le mando a mi mamá, me quedaban los cuarenta y tres mil que no alcanzaban para casi nada, por eso cuando el Sr. Bermúdez me propuso que Royeir trabajara con él y le pagaba veinte mil pesos al mes ($20.000). Me pareció muy bueno y como lo necesitaba por las mañanas para que le ayudara a descargar el líchigo que llaman, yo los pase a todos tres a la jornada de la tarde, entonces Xiomara se hacía cargo de Samara y de calentar el almuerzo que yo les dejaba listo. En ese entonces ella me ayudaba a lavar la ropa y a barrer las piezas. Esa platica nos permitía darnos nuestros gustos de vez en cuando. Cuando le conté a Royeir lo de Pro niño se puso contento pues tres de sus amigos ya estaban en el programa. Entonces nos fuimos a hablar con el Sr Bermúdez para que me le diera permiso dos días a la semana y a cambio Royeir vendría a barrer la Supertienda a la salida del colegio. Así empezó todo… y asistí a los talleres cada tres meses y escuchaba con atención cuando las doctoras me visitaban y aprendí que lo mejor es que Royier, Xiomara y Samara se ocuparan de estudiar y no de trabajar. Los talleres me encantaron, los disfrute mucho, allí aprendí mucho, con decirle que no me perdí ninguno. Cada tres meses íbamos al taller allí nos reuníamos, la mayoría mujeres como yo, nos encantaba ir pues hablaban de como debíamos cambiar para tratar mejor a los hijos y así enseñarles a ser educados, sin grosería, ni patanería a mi si me sirvieron pues yo cambié mucho. Me empecé a preocupar por el orden en la pieza y por llevarlos el domingo al parque de Sierra Morena o de Arborizadora y no quedarnos encerrados viendo televisión. Sin la mano tendida del Pro niño y del colegio mis hijos probablemente ya hubieran abandonado el colegio.” (Entrevista a Yulieth Preciado, madre de familia, diciembre 12/2015).

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Como lo pudimos constatar, a finales de 2015 Royier ya no trabajaba en la tienda de señor Bermúdez, Samara contaba con su registro civil y entre toda la familia realizaban las labores de

la casa. Y lo más importante, Yulieth valora hoy más el tiempo que sus hijos deben dedicar al estudio.

PROCESOS CON LA COMUNIDAD. ACTIVIDADES DE MOVILIZACIÓN Y SENSIBILIZACIÓN. Pro niño también buscó sensibilizar a la comunidad para que se informará, aceptará y tomara parte activa en las acciones de promoción y prevención del trabajo infantil. En este punto Pro niño consideraba relevante la constitución de una red de apoyo que propiciara una movilización social alrededor del tema del trabajo infantil y colocara el problema como una de las prioridades en sus agendas de trabajo. Para esta acción buscó en el nivel local e institucional adelantar un proceso destinado a mejorar el conocimiento de la población sobre el trabajo infantil, los factores de riesgo, los factores protectores, el acceso a los servicios sociales, así como a desarrollar habilidades para intervenir esos factores y modificar condiciones que favorecían el trabajo infantil.

Acciones adelantadas: Producción de investigaciones. Desde 2011 La Fundación Telefónica financió investigaciones sobre el tema del trabajo infantil colaborando en la construcción de conocimiento con aportes del campo académico. Esto permitió que los actores involucrados en el programa, tanto en el ámbito nacional y local, acrecentaran el saber y mejoraran su capacidad de respuesta durante la operación del programa. En este plano se destaca la investigación que durante tres años realizó La Fundación Telefónica en compañía de la Fundación ECSIM sobre determinantes del trabajo infantil, sus efectos en el bienestar y en las percepciones y actitudes del niño y sus padres frente a este problema, ampliamente reseñada en el capítulo 2 de este informe. Así mismo, La Fundación Telefónica financió y promovió la realización de seminarios de ca-


rácter nacional e internacional fomentando espacios de debate, reflexión, intercambio de experiencias y articulación de iniciativas de carácter público y privado, por parte de organizaciones no gubernamentales que trabajaban en el tema. Al respecto, la funcionaria de la SED encargada de enlazar las actividades de la Secretaria con las de la FTC comentó: “Los seminarios organizados por La Fundación Telefónica nos permitieron aprender y ampliar nuestros conocimientos sobre el tema del trabajo infantil. En estos se presentaban las nuevas ideas que al respecto habían surgido en años recientes, y los debates entre conferencistas y asistentes nos brindaron la oportunidad de intercambiar información y vislumbrar posibilidades de acción. Para los maestros también se constituyó en un espacio valioso. Sin lugar a dudas, estos son tiempos muy difíciles, y los docentes manifiestan dificultades para acompañar los cambios desde la escuela. Algunas veces los escuchamos decir: “Estamos preparados para enseñar, pero no para resolver los problemas sociales”, “la escuela no puede con todo.” Todas estas expresiones son manifestaciones de una mirada de los maestros sobre el mundo en el que les toca actuar, influir y transformar. Señalan, una carencia de herramientas teóricas y metodológicas para enfrentar los cambios dentro de una nueva configuración escolar y social. Muchas veces este proceso lo han realizado sin acompañamiento, en soledad y sin los espacios necesarios para reflexionar sobre los problemas. Son escasas las oportunidades que la escuela ofrece para que los maestros socialicen con actores externos a la escuela para compartir sus experiencias y su preocupación por superar las dificultades. Los maestros valoraron de manera significativa los seminarios y los resultados de las investigaciones.” (Entrevista a Sandra Carvajal, Profesional SED, enero 8/2015). En este caso, se puede apreciar que el impacto de la generación y transmisión de nuevos conocimiento sigue siendo vital para consolidar procesos como el que se buscaba en tono a la erradicación del trabajo infantil.

Movilización de la comunidad a través de eventos. Por medio de esta acción se buscó que los integrantes de las instituciones, las redes comunitarias, las agrupaciones cívicas y religiosas, entre otros, colaboraran de manera coordinada para entablar diálogos con sectores específicos de la población a los que se deseaba dirigir mensajes para visibilizar a los niños y a las niñas que trabajan como ciudadanos activos, para proteger sus derechos y para promover la corresponsabilidad. Desde el Programa Pro niño, se lideraron estrategias como: Únete al parche, cuya acción se orientó a la realización de salidas pedagógicas a espacios culturales que ofrece la ciudad; Jornadas al barrio, buscó la promoción de actividades artísticas y culturales en el barrio tales como, cine al parque y campeonatos deportivos en los principales parques de la localidad. Una de las orientaciones pedagógicas de estas jornadas, nos ilustró sobre este tipo de acciones: “La diversidad de perfiles que presenta el grupo de niños trabajadores en el colegio se constituye en un reto para que nosotros, los maestros, generemos procesos pedagógicos significativos para modificar actitudes y comportamientos de los niños frente al aprendizaje y al conocimiento. Le pongo por ejemplo el sentimiento de desarraigo que aparece como una constante en algunos de estos niños, y que incide mucho en el comportamiento y socialización de los chicos. Para luchar contra el mismo se programaban las actividades. Por ejemplo, aprovechando una salida a cine propuesta por Pro niño, pude identificar un punto de partida para atravesar las puertas de la escuela y hacer con estos muchachos una experiencia de exploración y contacto directo con el séptimo arte. Este era un mundo desconocido para muchos pues casi ninguno había ido jamás a cine, mucho menos habían estado en una sala de cine disfrutando una película y comiendo maíz pira. Yo quería que las puertas del colegio se abrieran para que los niños salieran a conocer, a aprender, y a reflexionar desde la propia experiencia. Ir a cine se convirtió una excelente oportunidad brindada por Pro niño para encaminar el desarrollo de mis propósitos con los

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estudiantes y que cada niño hablara sobre sus expectativas de vida. Y a partir de allí surgían conversaciones y diálogos sobre el lugar de la educación y el trabajo en sus proyectos hacia futuro, algo que los estudiantes no suelen contemplar. Es increíble lo significativo que resultó para todos esta experiencia.” (Entrevista a Liliana Martínez, Orientadora pedagógica colegio La Belleza. Noviembre 16/2015).

Actividades de formación. Formación a agentes educativos, familias, líderes, funcionarios públicos para brindar herramientas que permitieran la prevención, la identificación y el abordaje de situaciones de vulneración de derechos de NNA trabajadores; y la articulación para el restablecimiento de sus derechos. Las voces de tres de ellas nos aproximan a su aprovechamiento:

La percepción de los beneficios de las actividades que involucraban a sectores diferentes de la comunidad barrial también era percibida en términos positivos por el personal de la Junta de Acción Comunal.

“Los talleres para nosotras resultaron algo muy bueno, allí nos desahogamos y hablamos de nuestros hijos y escuchamos a otras mujeres con los mismos problema o aún peores, lo mejor, lo mejor… es que aprendimos a valorar a nuestros hijos. ¿Qué en qué sentido? Pues uno quiere a los hijos, ni más faltaba, pero uno a veces pensaba que eran flojos, de cabeza dura, irresponsables….y no es así lo que pasa es que uno carga mucha responsabilidad y en los momentos de cansancio y aburrimiento uno se descarga con los chinos que no tiene la culpa. Cómo le va ir bien en el colegio si no tiene tiempo de hacer las tareas, es que también les estábamos pidiendo que se comportaran como adultos desconociendo muchas cosas.” (Adriana Zarate, madre de familia. Noviembre 12/2015)

“El programa Pro niño nos aportó mucho, nosotros como Junta de Acción Comunal tuvimos una nueva forma de convocar a la comunidad, conocerla, y reflexionar sobre problemas que nos atañen a todos: el futuro de nuestro hijos. A través de los eventos deportivos logramos convocar a las personas del barrio. Con los de la Junta hicimos un campeonato de fútbol en el que participaron nueve grupos juveniles. Las madres de algunos de estos niños y jóvenes nos felicitaron pues a los muchachos les gustó mucho y las charlas sobre lo importante que era estudiar para sus vidas y sobre sus derechos, pero también en sus deberes. Para este año queremos conseguir fondos para traer árbitros de verdad, que le den más altura al campeonato y pensando que también lo podemos hacer interbarrial. Desde ya tenemos la idea de hablar con el alcalde de aquí de Usme para que nos apoye y sigamos con Cine al barrio y Únete al parche que nos parecieron muy buenos para que los muchachos de por estos lados salgan y vean otras cosas, que les sirve para su vida. Ah! Y también vamos a hacer en el PAS (Punto de atención social) del Virrey (localidad de Usme) la feria en contra del trabajo infantil, de eso ya hablamos con la doctora de Bienestar Social. Es muy importante que la gente sepa que los niños trabajando no es algo correcto, esto lo tenemos que divulgar para que cada vez haya menos niños trabajando y muchos más estudiando.” (Entrevista a Uriel Suárez. Tesorero JAC Barrio Chico Sur, Usme. Noviembre 24/2015)

“Yo me sentí muy importante el día que nos llamaron del colegio y entre todas hicimos las cartulinas para el día contra el trabajo infantil, nos quedaron muy bonitas y las pegaron en las carteleras del colegio, cómo será que yo tengo una foto, venga y se la muestro.” (Nubia Páez, madre de familia. Octubre 27/2015) “Uno aprende muchas cosas pues uno no se da cuenta que al poner a los hijos con las ventas ambulantes los muchachos están trabajando con uno y ni se imagina las consecuencias que puede tener eso en su vida… como uno lo hace día a día, uno no le ve lo malo, hasta que se lo hacen ver.” (Yenis Padilla, madre de familia, octubre 29/2015) Alianzas. Pro niño concibió la lucha contra el trabajo infantil como un espacio de alianzas que debía involucrar organizaciones públicas y privadas para avanzar hacia en la solución. En


consecuencia, Pro niño dio mucha importancia a la gestión local para integrar capacidades sociales, sectoriales y comunitarias que fortalecieran a los diferentes actores locales que trabajaban mancomunadamente en la erradicación del trabajo infantil, por ello participó en: La Mesa Distrital de Prevención y Erradicación de Trabajo Infantil, instancia cuyo objetivo es aunar esfuerzos interinstitucionales que contrarresten el fenómeno de la explotación sexual comercial de niñas, niños y adolescentes. Cuanta con un Plan de Acción que apunta a que se hagan efectivas las normativas disponibles para combatir el problema, el cual ha fortalecido la coordinación interinstitucional en la promoción de la participación de NNA trabajadores en las actividades del Plan. También el cumplimiento de la corresponsabilidad que tiene el Estado, la familia y la sociedad (según los lineamientos de la Ley 1098 de 2006 Código de la Infancia y Adolescencia) de apoyar las acciones del mismo. La mesa está conformada por las siguientes instituciones: Instituto Colombiano de Bienestar Familiar- Regional Bogotá, Personería de Bogotá, Secretarías Distritales de Salud e Integración Social, Secretaría de Educación del Distrito, Instituto Distrital de Turismo, Instituto para la Protección de la Niñez y la Juventud IDIPRON-, Policía Nacional y Fiscalía General de la Nación. La Fundación Telefónica asistió desde 2010 como invitada por la Secretaria de Educación. http://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1 Comité Operativo Distrital de Infancia y Adolescencia -CODIA - Instancia encargada de coordinar y ajustar el proceso de implementación de la Política Pública de Infancia y Adolescencia de Bogotá. Busca prevenir situaciones que amenacen el ejercicio de los derechos de los niños, niñas y adolescentes, y realizar acciones que restablezcan el ejercicio de los mismos en el Distrito Capital. El CODIA es el ente responsable de hacer seguimiento al Plan de Acción de la Mesa, y de evaluación de la política de infancia y adolescencia mediante la verificación de ejecución financiera y cumplimiento de los

objetivos de la política. La Fundación Telefónica participó en este Comité invitada por la SED. http://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1 Comité Operativo Local de Infancia, Adolescencia y Familia -COLIA- Instancia de carácter mixto con representación de organismos o entidades estatales y participación de representantes de la academia, el sector privado y las organizaciones sociales y comunitarias responsables del mejoramiento de la calidad de vida de NNA y del ejercicio pleno de sus derechos. Analiza y realiza seguimiento cualitativo a la implementación de políticas locales en pro de la infancia, la adolescencia y la familia. http://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1 La Fundación Telefónica visibilizó el tema del trabajo infantil en estos espacios interinstitucionales donde se congrega la mayor cantidad de entidades públicas y privadas interesadas o comprometidas con el tema de los derechos de la infancia y adolescencia. Para ello insistió en que se reconociera la importancia del trabajo en equipos ampliados y el desarrollo de alianzas entre todas las entidades en pro de la erradicación del trabajo infantil. Reflejo de esta orientación vale destacar, por ejemplo, la alianza entre una amplia red de entidades lideradas por la Secretaría de Bienestar social del Distrito y la Secretaría de Educación para institucionalizar una fecha en el calendario anual (los 12 de junio) como día del “no al trabajo infantil”, jornada que ha dinamizado activamente a la ciudadanía y a las instituciones. El resultado de los procesos emprendidos con la comunidad ha permitido que las instituciones educativas y de bienestar social identifiquen los proyectos asociados con Pro niño como acciones educativas, lúdicas y de capacitaciones capaces de abrir espacios para la generación en el cumplimiento de metas preventivas y de sensibilización en los entornos familiares, educativos y sociales.

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PROCESOS EN LA ESCUELA Todos los anteriores procesos se sintetizaron en el ámbito escolar. Con la convicción que la educación de calidad es el camino para erradicar el trabajo infantil, Pro niño desarrolló procesos tendientes a la incentivación de prácticas escolares que contribuyeran a que los NNA trabajadores desarrollaran las competencias y valores necesarios para participar en la vida social y productiva de los colegios en igualdad de condiciones con los demás estudiantes. Para ello apoyó la labor de los docentes de las instituciones educativas a donde asisten los NNA trabajadores con el propósito de generar cambios en la actitud de la comunidad escolar hacia estos estudiantes y compromiso por parte de los maestros para mejorar su experiencia escolar. Los datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística. -DANE- mostraban de manera contundente que las tasas de inasistencia entre NNA que trabajan eran mayores, y que las trayectorias escolares de estos niños acumulan en promedio casi tres años más de atraso escolar en comparación con el grupo que no trabajan (Cf. DANE 2014: 11). Estas cifras motivaron a Pro niño a abordar la complejidad de la relación trabajo infantil-escuela en dos frentes específicos en el ámbito escolar: 1) la escuela cómo espacio de potenciamiento de la protección de los derechos de NNA trabajadores y de compromiso con los casos de inasistencia escolar; y 2) el uso adecuado del tiempo fuera del ámbito escolar que se debe ofrecer a NNA para su buen uso en pro de garantizar su permanencia y logro académico. Nos detendremos ahora en estos dos procesos.

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1) La escuela cómo ámbito para potenciar los factores protectores de los derechos de NNA trabajadores. El trabajo en la escuela supuso para Pro niño impulsar un método de enseñanza que aprovechara la experiencia laboral que poseían los niños trabajadores, su capacidad para asumir responsabilidades y, sobre la base de ello, que los maestros les proveyeran un proceso de

autoformación en el que los contenidos, metodologías, organización y distribución del tiempo en el aula debían tener presente la situación cotidiana del niño trabajador y motivarlo para que de manera paulatina se alejara del trabajo infantil. Este principio de la intervención en la escuela se realizó en diversos planos. En primera instancia, se tuvo claro que dado que los NNA que asisten al colegio y trabajan simultáneamente valoran la educación escolar, se requería que los docentes apoyaran su decisión de mantenerse activos en el colegio. Para ello se realizaron talleres con los docentes para brindarles herramientas metodológicas que contribuyeran a fortalecer el desempeño académico de NNA trabajadores, a desarrollar en el estudiante una autopercepción positiva de sí mismos y de su motivación para el aprendizaje, y un disfrute pleno de su permanencia en la escuela. (Alarcón 2008; Pica y Salazar 2008). Al respecto, es elocuente la percepción del coordinador pedagógico del colegio Oswaldo Guayasamín de la sobre sus alumnos trabajadores: “Los niños y niñas que han trabajado saben muchas cosas. En general, son excelentes matemáticos. Los que migran son de amplios horizontes porque han convivido con personas muy diversas y visto contextos muy distintos. Estas son fortalezas que deben ser aprovechadas para desarrollar lo que todavía se percibe como debilidades en el aprendizaje de estos niños.” (Entrevista, Arturo López Rojas, febrero 2/2016) En una segunda instancia, y como lo señalamos más arriba, uno de los factores de mayor alto riesgo en el que se suele encontrar un estudiante que trabaja es la posibilidad de desertar de la escuela. En este caso, Pro niño tenía claro los factores que intervienen en la decisión de un NNA de dejar de demandar una educación regular. Los cinco factores interrelacionados son: bajos niveles de aprendizaje, repetición, falta de flexibilidad curricular, problemas económicos de los alumnos y, frecuentemente, deserción temporal. Estos elementos generan un círculo vicioso que comienza cuando los padres se dan cuenta que sus hijos no logran


aprendizajes valiosos en la escuela, por lo que consideran más importante que abandonen temporalmente sus estudios para hacer trabajos esporádicos y aportar ingresos a la familia. De acuerdo con los maestros entrevistados, por lo general, el proceso que sigue un estudiante en las anteriores condiciones es el siguiente: como los métodos de enseñanza no suelen atender las necesidades individuales de los alumnos, al reintegrarse a clases les cuesta “ponerse al día” en los conceptos que aprendieron sus compañeros de curso y, al no poder hacerlo, repiten el grado. Transcribimos el testimonio de un maestro, con una gran capacidad de análisis y autocrítica: “Sabemos que los logros académicos de cada estudiante son un activo que potencia su capacidad para desempeñarse con éxito en la sociedad. Es por eso que no podemos dejar de recalcar que si nos interesa superar las brechas de inequidad, la educación es una estrategia poderosa, más aún en el caso de la inequidad educativa que viven los niños que trabajan. De ahí que para nosotros hayan sido tan importante las enseñanzas que nos deja Pro niño. Para ello tenemos que revisar la “cadena educativa” con el objetivo de identificar los eslabones débiles para proveer de oportunidades de aprendizaje a los estudiantes y destacar las áreas que requieren intervención en las aulas, en la institución educativa, y en la comunidad. Yo tengo muy presente que cuando se enfatiza el impacto que tiene los maestros en las experiencias escolares de sus estudiantes que trabajan, se comprende la importancia de proporcionar desde la dirección el apoyo necesario para asegurar el buen cumplimiento de sus tareas. Este apoyo se traduce no solo en hacer visible que el problema del niño trabajador está presente en las aulas sino en realizar un trabajo colectivo que posibilite abrir un compás de comprensión con estudiantes que viven esta situación y bridarles todo el apoyo para que no deserten de su derecho a estudiar. El reto es grande, pues al hacer en nuestras jornadas de planeación el análisis y la evaluación de la equidad de la educación, sabemos que debemos incluir no solo las oportunidades y los medios para alcanzar-

la, sino la seguridad que cada niño trabajador pueda lograr los resultados que considera valiosos, en un marco en el cual hay un conjunto de normas aplicables para todos los estudiantes como tener en cuenta las características y los contextos específicos de cada estudiante y como cada uno requiere tratamientos diferenciados para transformar recursos en capacidades, y esto no siempre se hace. Esta transformación resulta más difícil para los estudiantes que trabajan, por lo cual se justifica un tratamiento especial para este grupo y para otros grupos tradicionalmente excluidos.” (Entrevista a Pedro Lanceros, rector colegio General Santander, febrero 3 de 2016)

Por otra parte, si bien en los talleres se reconocía que el problema del trabajo infantil no podía ser resuelto exclusivamente desde la escuela, evidenciar que la situación estaba presente en las aulas de muchas escuelas demandó respuestas concretas para enfrentar la deserción parcial o total, y la repitencia y el bajo rendimiento. El análisis por lo tanto orientó a los maestros a tener en cuenta que la repetición significaba permanecer mayor tiempo en la escuela, con los consecuentes gastos adicionales relacionados con la participación en la escuela, y que podía ser aceptada solamente si no había otro modo razonable para cumplir con los requisitos de aprendizaje necesarios para pasar de grado (es el caso de los estudiantes trabajadores de bajo rendimiento que necesitan mayor cantidad de tiempo). Por lo tanto, era una mejor opción buscar un incremento en la calidad de la educación para permitir al repitente alcanzar mejores logros educativos en ese tiempo escolar adicional o acortar el tiempo necesario para obtener un nivel dado de educación. Por ejemplo, cuando los estudiantes utilizan textos de autoaprendizaje (educación personalizada) los maestros pueden dedicar más tiempo al trabajo con los estudiantes de bajo rendimiento. Así lo reconocieron los maestros de las IE visitadas: “El reto para la escuela también es doble: lograr una educación compatible con la cultura y el lenguaje que los niños traen de su familia y lo-

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grar que todos alcancen las bases universales de conocimiento y aprendizaje independientemente de su condición social. Así no parezca, porque no le estoy hablando de contenidos académicos, esto mejora la calidad de la educación o su impacto, que no es lo mismo pero es igual.” (Entrevista a Pedro Lanceros, rector colegio General Santander, febrero 3/2016) Para prevenir el trabajo de los niños o retirarlos del mercado laboral, Pro niño desarrolló la estrategia en la inserción o reinserción del niño en la escuela. Las becas de estudios, el cubrimiento de los costos iniciales que debe cubrir la familia cuando inicia el año escolar para enviar a sus hijos a la escuela, la atención personalizada en la contra jornada escolar para el cumplimiento de las tareas y prevenir el rezago académico, las jornadas deportivas y artísticas, todas estas actividades forman parte de la estrategia que Pro niño brindó a los niños trabajadores. Estas acciones fueron necesarias, y sin lugar a dudas ayudaron a combatir el flagelo del trabajo infantil. (Entrevista a Liliana Martínez orientadora pedagógica, Colegio La Belleza, febrero 4/2016)

2) Uso adecuado del tiempo libre para garantizar la permanencia y logro académico de NNA trabajadores. Al promover el buen uso del tiempo libre en la contra jornada escolar Pro niño buscaba tener a la vez impactos sobre la calidad y el logro educativo de NNA trabajadores y el desaliento del trabajo infantil. La estrategia Jornada complementaria, propició el aprendizaje desde experiencias significativas con el objetivo de desarrollar no solo las habilidades de pensamiento, sino también habilidades de convivencia.

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Adicionalmente, Pro niño realizaba acciones para ocupar el tiempo libre de los niños y niñas de acuerdo con sus competencias, habilidades e intereses, en diversas actividades como escuelas de formación deportiva y artística, formación en desarrollo humano y proyecto de vida. Así mismo, se adelantaron acciones de sensibilización a padres, niños y docentes. El si-

guiente testimonio es diciente al respecto: “Con Pro niño entendí que el simple hecho de ir a la escuela no aseguraba el derecho a la educación, pues en la realidad esto no sucede en muchos casos por las condiciones en que muchos niños y niñas transitan su escolaridad, por ejemplo: los niños trabajadores!! Por eso hoy tengo claro que queda bastante por hacer y poner atención y empeño para mejorar el proceso de aprendizaje de los estudiantes que estudian y trabajan, pues su situación los coloca en desventaja frente a los que no trabajan y de ahí que sea tan importante su atención en la contra jornada escolar, porque allí son atendidos en el colegio con el propósito de en reforzar sus capacidades para que logren un buen desempeño académico. Ahora que sabemos que Pro niño no continuará en el colegio pienso asegurarme que los estudiantes que trabajan sean los primeros beneficiarios de programas como 40 x 40, auxilio de transporte y refuerzo nutricional, de lo contrario todo lo ganado está perdido. Ir a la escuela o estar escolarizado no es suficiente para un niño trabajador.” (Entrevista a Alba Rosa Ruiz, orientadora pedagógica colegio Gerardo Paredes, octubre 23/2015) De acuerdo con las voces de los entrevistados, los procesos en la escuela impulsados por Pro niño han sido relevantes en la solución del problema del trabajo infantil y han dejado instalada una visión sobre el problema entre los docentes que permite pensar que muchos adquirieron un compromiso con la erradicación del trabajo infantil por la vía de mejorar la experiencia educativa de los NNA trabajadores.


4. MEDICIÓN DE IMPACTO Y MONITOREO DE LA ACCIÓN SOCIAL DE PRO NIÑO El Sistema Internacional de Monitoreo -SIMcomo herramienta de gran utilidad para chequear y reorientar a tiempo las decisiones relacionadas con la ejecución del programa y monitoreo de los niños inscritos en Pro niño le permitió el programa Pro niño hacer seguimiento a su intervención social en diferentes países, específicamente en lo relacionado con los ejes de actuación asociados al trabajo infantil y la calidad educativa. Este monitoreo se realizó mediante un panel de indicadores que semestralmente suministraban información sobre el itinerario educativo y social de los NNA beneficiarios y su situación respecto al trabajo infantil. “Este sistema de información se alimenta de dos maneras. Por un lado, por medio de lo que en el medio se conoce como “datos Pro niño”, recolectados a partir de una serie de formularios que se diligencian en el momento de ingreso del niño(a) en los que se registra las actividades en las que se inscriben y medidas de trabajo infantil que se diligencian con las familias. Se trata de doce formularios diseñados para tal fin. Cada ONG se encarga de actualizar esta información y de subirla al sistema. Los funcionarios de La Fundación Telefónica disponen de un código por niño inscrito en el programa que les permite saber todo lo relacionado con él dentro del programa. Ahora bien, el acceso a esta información es de uso restringido debido a las normativas de protección de información todo lo relacionado con cada niño. Infortunadamente, la confidencialidad de la información no les permite ofrecer identidades reales a personas ajenas a La Fundación Telefónica” (Entrevista a Albiryan Moreno Torres, Jefe de Programas Sociales de La Fundación Telefónica. Noviembre 5/2015) Esta herramienta que posibilita la sistematización de información sobre el desarrollo del programa le permitió a Pro niño adelantar una permanente retroalimentación sobre su acción

para introducir cambios tácticos en su diseño. Por ejemplo, los resultados del SIM en el año 2011 alertaron a los líderes del programa sobre los problemas que representaba una extensa temporalidad de permanencia de NNA en el programa sujeta al ingreso en la menor edad posible hasta su graduación como bachilleres. “El programa delimitaba las edades de los niños atendidos desde los siete (7) años hasta cuando se graduaban de bachillerato. El SIM me permitió identificar que cada mes se retiraban entre nueve o diez niños y empezamos a revisar pero ¿por qué sucede esto? En ese momento, pudimos evidenciar que a los seis meses después del ingreso se presentaba el mayor número de bajas y se repetía año tras año. Concluimos qué la intervención era poco eficiente y la alta rotación incrementaba los costoso de implementación del programa.” (Entrevista a Albiryan Moreno Torres, Jefe de Programas Sociales de La Fundación Telefónica. Noviembre 5/2015) “El SIM nos permitió realizar ajustes significativos al proceso de intervención; el programa atendía a los niños desde el ingreso al programa hasta que se graduaban de bachilleres. Por ejemplo: Se establecía una línea de base de 500 niños que ingresaban al programa a x edad y que permanecían como beneficiarios hasta que se graduaban de bachilleres. Sin embargo, esta corte inicial año tras año presentaba un alto índice de rotación porque los niños salían del programa por diferentes razones: la familia se trasladaba a otro lugar de residencia en búsqueda de mejores oportunidades de trabajo, o en búsqueda de mejores condiciones de vida, o por reunificación familiar, así como por razones humanitarias. Al analizar los altos índices de rotación se estableció un indicador de medición para que diera cuenta de las bajas en el programa. Al analizar su comportamiento sé toma la decisión que la permanencia de los niños en el programa sería únicamente por tres años y los niños a ser atendidos por este deberían tener entre 10 y 14 años de edad. Con los niños que no estaban en este grupo etario se inicia un proceso paulatino de egreso y se deri-

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va su atención a otras redes locales y distritales. Esto sucedió entre 2012 y 2013 y nos permitió tener una intervención más eficiente.” (Entrevista Alba Zapata Directora General Corporación Juntos Construyendo Futuro, ONG aliada del programa Pro niño, noviembre 12/2015). Unos de los indicadores más relevantes del SIM es el referido a la tasa de retiro del TI y tasa de disminución de horas trabajadas. Estos indicadores son más difíciles de calcular que los vinculados a la escolarización, en donde existe una fuente concreta e identificable de datos a través de las instituciones educativas. La situación de participación de los NNA en el mercado laboral es más compleja y difusa, y requiere de técnicas de recopilación y consolidación de datos. Por ello, se entregaron a las organizaciones no gubernamentales herramientas metodológicas para adelantar proceso de observación y sistematización de información. “En Colombia existe el Sistema de Información Integrado para la Identificación, Registro y Caracterización del Trabajo Infantil y sus Peores Formas, SIRITI, creado por el Ministerio de Trabajo. Sin embargo, en ese sistema no es posible acceder a la información en tiempo real, es decir, usted no puede saber dónde está su cada niño, no sabe si un niño dejó de trabajar, por qué, cómo, y cuántas horas, esa información no es posible registrarla en el SIRITI. Por el contrario, en el SIM esta información sí se registra, es posible saber cuántas horas de trabajo dejó de trabajar un niño, si se retira, por cuánto tiempo, si reincide, en qué tipo de trabajo lo hace; puedo conocer el tipo de trabajo infantil en cuál más se demora el niño en retirarse. Tengo datos del tiempo real.” (Entrevista a Albiryan Moreno Torres, Jefe de Programas Sociales de La Fundación Telefónica, noviembre 5/2015)

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La diferencia con el SIRITI radica en que el SIM es un sistema que procura tener en cuenta numerosas variables para la toma de decisiones. En el medio empresarial se conoce como Business Intelligence y se utiliza especialmente entre agentes de negocios. Ahora bien, es importante tener en cuenta que el acceso a la información que maneja el SIM está limitado a las

ONG que hacen parte del programa, es decir, su información no es de acceso público. “El SIM es una plataforma de carga de datos, estos datos arrojan una información y esa información nos permite derivar un análisis de los resultados de la implementación del programa. A las ONG aliadas nos asignan un usuario para ingresar datos, tales como: información sobre los centros de atención, sobre las escuelas, sobre los niños, sobre las actividades que se realizan mes a mes. Así mismo, sobre la situación educativa de los niños respecto a la promoción escolar al final del año escolar, información de las alianzas que establecemos en pro de los resultados del programa, temas de movilización y sensibilización como programas radiales y el seguimiento control y monitoreo a las actividades información de situación de trabajo infantil. Por ejemplo: Si un niño es retirado de TI, podemos identificar que un año atrás trabajaba y ya no lo hace; cuántos niños están o no trabajando o si hubo retiro o reincidencia. Esta información se constituye en el insumo para elaborar el informe cualitativo que entregamos a La Fundación Telefónica trimestralmente. En el sistema se asigna a cada niño un código alfa numérico por cuestión de protección de datos que nos permite validar la calidad de la información por ejemplo: si el número de documento de identificación está bien, situación de trabajo y situación escolar. Así mismo podemos evidenciar el estado de vulnerabilidad del niño trabajador y dependiendo del formulario en el que yo ingrese puedo encontrar las variables que están afectando esta situación para realizar acciones en el terreno. Es un sistema de seguimiento muy potente.” (Entrevista a Donny Mauricio Merchán. Gerente Gestión de proyectos. Corporación Juntos Construyendo Futuro. Noviembre 17/2015 y enero 6/2015) El SIM se complementa con un sistema de información estadística al que se accede por medio de la base de datos Pentaho, que integra datos y arroja reportes, a la cual solo tienen acceso los funcionarios de las ONG aliadas y Telefónica. Pentaho alimenta una base de datos y filtra la información que se necesite. Por medio de ésta


base de datos, los funcionarios de las organizaciones pertenecientes a la red de países que articula el programa Pro niño pueden acceder a información sobre los avances y resultados del programa en los demás países de Latinoamérica. “La complementariedad del SIM y Pentaho nos permite comparar lo que sucede en Colombia con lo que sucede en otros países, o comparar lo que sucede en dos municipios de Colombia, e incluso recabar información sobre lo que sucede con el Programa por institución educativa.” (Entrevista a Donny Mauricio Merchán. Gerente Gestión de proyectos. Corporación Juntos construyendo Futuro, enero 6/2015) Esta herramienta, se desarrolló bajo la coordinación técnica de la Fundación Accenture y contó con la validación de las ONG aliadas. Se constituyó en una fuente de información fundamental para la toma de decisiones y para la rendición de cuentas respecto a las intervenciones de Pro niño. La Fundación Telefónica dispone de una herramienta transferible a otras organizaciones cuyo máximo valor radica en la gestión del conocimiento. §

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1. CÓMO SE CONCIBIÓ LA ALIANZA La situación que congregó a la Secretaria de Educación de Bogotá y a La Fundación Telefónica Colombia para buscar una alianza para la puesta en práctica de una estrategia que posibilitara el fortalecimiento de la atención educativa como medida que desincentivara el trabajo entre los NNA trabajadores que asisten a los colegios distritales en Bogotá fue el resultado de la articulación de escenarios y políticas que se encontraban en proceso hacia mediados y finales de la década pasada en Colombia (20042008). El punto de partida de tales procesos tiene un punto de referencia importante en los análisis e investigaciones que por entonces se había adelantado sobre del cumplimiento de los derechos de NNA y sobre cómo el trabajo infantil representaba un obstáculo para su cumplimiento (Moreno, C. & Duarte, D. (2005); Liebel, Manfred (2006); Urueña, S, Tovar, L. & Castillo, M. (2009); Pinzón, A, Briceño, L, Botero, J, Cabrera, P. & Rodríguez, M. (2006).). Estos trabajos estudios mostraban que el tema de los NNA trabajadores se hallaba estrechamente relacionado con el tema del cumplimiento del marco de derechos de este segmento de la población, el cual en Colombia se amplió radicalmente en la CP- 91. A la vez, evidenciaban una baja capacidad por parte del Estado para cumplir sus funciones de garante, y de la familia y la comunidad de fungir como corresponsables para promover y restituir los derechos de los ciudadanos más jóvenes de nuestro país (Casteras, D. 2009). Las causas del problema articulaban factores políticos, sociales, económicos y culturales como la pobreza, la exclusión y el impacto del conflicto armado y la ausencia de un marco orientador y regulador de las intervenciones dirigidas a la niñez trabajadora colombiana en general. En el caso específico del Distrito Capital, a lo anterior se sumaba la ausencia de articulación y coordinación entre los planes y programas de las instituciones que atendían el problema, agudizada por la visión sectorizada de las intervenciones,

4.

LA ALIANZA PÚBLICO-PRIVADA PARA LA ATENCIÓN DE LA NIÑEZ TRABAJADORA.

EL CASO DE LA SECRETARÍA DE EDUCACIÓN DE BOGOTÁ Y SU ASOCIACIÓN CON LA FUNDACIÓN TELEFÓNICA COLOMBIA

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la baja calidad de los programas, los precarios sistemas de información y la ineficiencia de la gestión en el ámbito local (Cf. Entrevistas 1 y 3, Urueña, S, Tovar, L. & Castillo, M. 2009). La situación requería por lo tanto de la construcción de herramientas y líneas de acción capaces de incidir en la gran complejidad que revestía el problema. El gobierno de Bogotá poco a poco definió líneas y campos de intervención para que sus diferentes instituciones le hicieran frente al problema. Para el año 2006, la SED decidió que dada la especificidad de su campo de intervención, su línea de acción frente al trabajo infantil se distanciaría del objetivo de la erradicación per se −que el contexto del gobierno de la capital este objetivo lo abordaba la Secretaría de Integración Social del Distrito− y se enfocaría en la des-incentivación del trabajo infantil a partir de una oferta educativa de calidad. El principio rector de sus decisiones al respecto propuso que por la vía del cumplimiento del derecho a la educación de todos los NNA se podía generar transformaciones personales significativas, y que a partir de la construcción del sentido que nace de la asistencia al colegio y de la participación en los procesos de formación y socialización que allí se les ofrecía se lograría que ellos mismos fueran agentes de su desvinculación del trabajo. De allí surgió la idea de crear una estrategia para la Des-incentivación del trabajo infantil en Bogotá. Esta tenía el propósito de establecer, en un marco institucional y en un sistema de gestión local, el reconocimiento de los derechos de los NNA trabajadores, así como la ampliación de las coberturas de atención y la cualificación de las intervenciones públicas y privadas en el sector educativo con el fin de empoderar a las familias y a la comunidad local para desincentivar el trabajo que realizan NNA en Bogotá. En el camino, se vio la necesidad de generar una alianza con el sector privado para empujar y llevar a efecto la estrategia.

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EL DESARROLLO DE LA ALIANZA SED-FT Como se vio en el capítulo anterior, en el caso de las políticas nacionales para la erradicación de todas las formas de trabajo infantil, el marco internacional había empujado hasta cierto punto la toma de decisiones en el plano nacional (Ministerio de la protección Social, OIT), y los estudios e investigaciones (Lety Margarita Bohórquez 2010) arrojaban cifras y conceptos para abordar el problema. Para poner en marcha una política distrital se requería ahora de los medios financieros y de la definición de acciones institucionales coordinadas. En este contexto, se dio la alianza entre la SED y la FTC para la atención al problema de la niñez trabajadora. Los antecedentes de la alianza se pueden resumir de la siguiente manera. En 2004, una vez el estado colombiano suscribió la Convención de los Derechos del Niño, la administración distrital priorizó la formulación de una Política de Infancia y Adolescencia para el Distrito Capital, que procurara la protección y la garantía de todos los NNA en la ciudad. El carácter urgente con el que el gobierno de la ciudad decidió hacerle frente a este problema se vio reflejado en la formulación del documento “Política por la Calidad de Vida de Niños, Niñas y Adolescentes de Bogotá 2004-2008”, el cual amplió su alcance en el documento de política “Infancia y Adolescencia en Bogotá D.C. 2011-2021.” Este último propuso una comprensión más integral del problema al inscribir el tema en los NNA como sujetos de derecho. Como señalamos en el capítulo anterior, si bien la política de Infancia y Adolescencia enunciaba las bases conceptuales, los principios fundamentales y las características y problemas de la población de NNA en Bogotá había dejado de lado: 1) la formulación de estrategias para responder a estos problemas, y 2) la definición de un camino para que el gobierno del DC pudiera cumplir con los principios de protección integral de los NNA y su garantía de derechos. En 2008, la administración distrital le ordenó


a la Secretaria de Educación una contribución sustancial a la búsqueda de respuestas para llenar este vacío e “identificar y dar respuesta a las necesidades de esta población superando todo tipo de exclusión desde una perspectiva del derecho humano con acceso, participación y aprendizaje exitoso a través de una educación de calidad para todos.” Con este mandato, la subdirección de Inclusión e Integración de Poblaciones de Bogotá inició un debate interno que combinó los aportes de la investigación académica y la perspectiva administrativa para enfrentar el problema del trabajo infantil. El proceso fue fructífero e iluminador, como lo recuerda una de las funcionarias entrevistadas en la SED “En el año 2008 se abre en la Subdirección de Integración un espacio académico en el que se discute y reflexiona sobre el problema de la niñez trabajadora. Desde este espacio de debate, en el que participan profesionales de la SED, se propuso trabajar en la línea del acceso y la permanencia en sistema educativo, puesto que esta línea de trabajo se enmarcaba en nuestros principios misionales y se diferenciaba de la atención integral, por fuera del sistema educativo, que le correspondía atender a la Secretaria de Integración Social. Debíamos trabajar como aliados pero cada una desde su foco de atención. Igualmente, la política de gratuidad, cuyo propósito era el acceso universal de todos los NNA de Bogotá, se constituyó en otra razón importante que nos impulsaba a trabajar en esta línea16. Es decir, una política que anteriormente estaba focalizada pasó a constituirse en una política universal y, por tanto, en la SED estábamos en la obligación de definir una estrategia que garantizara el acceso a la educación a los todos los NNA trabajadores”17 (Entrevista a Sandra Carvajal, profesional Secretaría de Educación Distrito Capital, noviembre 18/2015). El ejercicio de debate interno en la SED posibilitó que el equipo técnico de la Dirección de Inclusión e Integración de Poblaciones de la misma modificara la orientación y concentrara su acción en pro de la niñez trabajadora.

Se requirió entonces identificar un proyecto o programa que tuviera foco en la escolarización de NNA trabajadores y que a la vez trabajara con las familias de estos niños para provocar cambios en sus actitudes ante la educación y el trabajo infantil. Este segundo componente se había tornado esencial, pues el argumento se centró en que si no se modificaban los hábitos y las prácticas que legitimaban el trabajo infantil en el ámbito familiar, los efectos de las intervenciones públicas no podían ser sostenibles en el largo plazo. De este modo, se modificaron las circunstancias históricas del análisis del problema, y la Dirección de Poblaciones tuvo que definir no solo una visión que priorizara el objetivo, sino vías de solución dispuestas a establecer alianzas con otros sectores, organismos y entidades públicas y privadas para atender el problema. En un primer momento, la SED se asoció con la Caja de Compensación Colsubsidio para la implementación de proyectos lúdicos que contaron con la participación de NNA trabajadores y se desarrollaban en la contra-jornada escolar. Sin embargo, una vez se re-direccionó el enfoque del problema hacia la escolarización y la participación de las familias en la des-incentivación del trabajo infantil, la alianza con Colsubsidio mostró sus limitaciones. Las actividades desarrolladas por esta entidad no eran coherentes con la nueva interpretación del problema.

16. En 2010 se logró garantizar el acceso a la educación pública totalmente gratuita a todos los niños, niñas y jóvenes registrados en el sistema educativo oficial del Distrito Capital. 17. A partir de 2010, con la aplicación de la Resolución 2580 del 27 de octubre de 2009, el 100% de los estudiantes de los colegios oficiales de Bogotá pudieron acceder al sistema educativo sin cancelar valor alguno por los derechos académicos y servicios complementarios. En este sentido, el Distrito Capital se consolidó como la primera ciudad del país en alcanzar gratuidad total al 100% de la población escolar registrada en su sistema educativo oficial, logrando materializar el derecho a la educación y eliminando los costos educativos a las familias que acceden a la educación oficial. La gratuidad contempló el otorgamiento de subsidios por asistencia. Estos subsidios consisten en una transferencia monetaria que se paga a la familia bimestralmente con la condición que NNA asistan al colegio todos los días de clase. En caso de inasistencias al colegio, se les descuenta el equivalente al valor del subsidio diario.

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La situación demandó de la Dirección de Inclusión e Integración de Poblaciones de la SED la búsqueda de un socio estratégico que estuviera interesado en aunar esfuerzos y recursos técnicos, administrativos y financieros para el desarrollo de acciones y estrategias que redundaran en el fortalecimiento de la atención integral buscada. Para entonces La Fundación Telefónica ya se encontraba desarrollando el programa Pro niño, el cual se ubicaba precisamente en esta línea de trabajo. El programa Pro niño de la FTC contaba para entonces con una legitimidad técnica derivada del conocimiento que sus funcionarios detentaban sobre el tema, una amplia experiencia e información a su disposición (estudios relevantes, estadísticas pertinentes) y participación en diferentes espacios nacionales e internacionales que le otorgaban un papel protagónico en su recorrido. Para 2008, el Programa se presentaba como pionero en el manejo del problema de la infancia trabajadora en Colombia y Latinoamérica. En sus líneas misionales La Fundación Telefónica reconocía la importancia de buscar una activa participación en la construcción de espacios públicos y, por lo tanto, en la toma de decisiones que pudieran incidir en las políticas públicas En este sentido, el programa Pro niño se encontraba interesado en generar soluciones que posibilitaran el escalonamiento de las actividades que les habían dado buenos resultados en la lucha contra el trabajo infantil en Colombia y Latinoamérica. Para la FTC la creación de alianzas con instituciones del sector público era un elemento esencial para incidir en diferentes escenarios y niveles (local, nacional, regional o global), encontrar afinidad con otras organizaciones y trabajar en redes que complementaran sus fortalezas, minimizaran sus debilidades y le dieran mayor fuerza y legitimidad a sus argumentos. A la Fundación la movía el interés de convertirse en un referente para dar una respuesta efectiva al problema del trabajo infantil. La misma funcionaria citada más arriba comentaba como se apreciaba esta alianza desde la SED:

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“En la Secretaría veíamos el trabajo en alianza con la FTC como una oportunidad para cofinanciar y multiplicar los recursos destinados para impulsar estas políticas. La FTC tenía una amplia experiencia con Pro niño, que era un programa de Fundación Telefónica que ya llevaba algunos años trabajando por la erradicación del trabajo infantil en América Latina. Trabajar de manera conjunta nos iba a permitir ampliar la escala y el impacto de nuestras intervenciones. Esta alianza nos permitía ensayar nuevas maneras de resolver problemas, y más específicamente ampliar la perspectiva en temas relacionados con las familias de NNA trabajadores, puesto que una de las preocupaciones permanentes para la FTC era entender mejor las dinámicas que se instalaban en el interior de la familia y cómo era que estas familias llegaban a utilizar estrategias de sobrevivencia que incluían situaciones de trabajo infantil. También nos permitiría conocer y comparar diferentes iniciativas pues Pro niño como iniciativa social generada desde el sector privado, tenía un radio de acción muy amplio a nivel de Latinoamérica.” (Entrevista a Sandra Carvajal, Profesional SED. enero 8/2015). El resultado obvio fue el establecimiento de la alianza SED-FTC, la cual se inició sobre las estructuras que para entonces ya había definido el programa Pro niño.

2. LA HOMOLOGACIÓN DE OBJETIVOS En marzo de 2008 la SED adoptó el programa y suscribió con La Fundación Telefónica un convenio de asociación para enfrentar el problema del trabajo de NNA en Bogotá. Ahora bien, ninguna de las dos entidades se encontraba en el mismo plano cuando decidieron trabajar en alianza. La SED contaba con una línea definida en las posibilidades de su aporte a la des-incentivación, mientras que la FT trabajaba en concordancia con las macro políticas internacionales y se inscribía en la línea de la erradicación. Ante estas dos posiciones, la pregunta que formulamos a las funcionarias de la alianza se en-


focó en identificar el proceso adelantado para lograr homologar sus orientaciones y desarrollar un trabajo conjunto. “Lo primero que hicimos fue lograr claridad sobre el marco conceptual que orientaría la acción. Para esto tuvimos que homologar conceptos y establecer el objetivo que se esperaba obtener a partir de la implementación del programa Pro niño. En este sentido, desde la SED el énfasis estuvo en la importancia de reconocer que cada persona posee una dignidad inalienable, que debe ser respetada por las leyes y las instituciones, y en que lo que importa son las oportunidades o “capacidades” que cada persona tiene, en áreas clave que van desde la vida, la salud, la educación y la integridad física hasta la libertad política, la participación política y la educación. Como entidad pública, como mínimo, debíamos reconocer que todos sus ciudadanos tienen derechos en estas y otras áreas, y debíamos elaborar estrategias para poner a la gente por encima del nivel umbral de oportunidades en cada una. Otro aporte de la SED lo constituyó la estrategia de incorporar en el programa el tema de enfoque diferencial, y el enfoque de género. En el trabajo infantil el género es una de las variables que tienen mucho peso, culturalmente las niñas son las que están concentradas en labores del hogar y este es una trabajo cotidiano que nunca para, y los niños son los que salen a hacer con sus padres a hacer trabajos que requieren esfuerzo físico, cargar, cotear. Eso por una parte, y por otra, nosotros aportamos la línea metodológica de cómo llegar a trabajar con las directivas de las instituciones escolares, los rectores principalmente, y sobre cómo trabajar con los docentes para lograr una verdadera articulación de objetivos” (Entrevista a Sandra Carvajal, Profesional SED. enero 8/2015). “En la FTC se generó una agenda de investigación con el fin de lograr una mejor comprensión sobre el fenómeno del trabajo infantil y sus determinantes. Esto nos permitió llegar a la alianza con claridades conceptuales que sirvieron de base para la construcción del marco conceptual que nos orientaría. Se identificó

que trabajos se había realizado sobre el tema y quienes eran los investigadores que podían brindar asesoría. El resultado lo constituyen dos documentos adelantados por un equipo de la Universidad del Rosario y de la SIM, la Fundación de Estudios Econométricos y Sistémicos de Medellín. Estos estudios no solo brindaron un marco conceptual sobre trabajo infantil, sino que identificaron dos tipos de trabajo infantil: niños que se dedican exclusivamente al trabajo y niños que estudiaban y trabajaban. Pensando en una línea de intervención coherente con las líneas de trabajo de la empresa se tomó la decisión de trabajar exclusivamente con la segunda de estas categorías de trabajo infantil.” (Entrevista a Albiryan Moreno Torres, Jefe de Programas Sociales de La Fundación Telefónica. Noviembre 5/2015) Así, se unieron experiencias y esfuerzos de manera mancomunada. Ahora Pro niño ampliaba sus objetivos al cruzarse con los de las políticas públicas del Distrito Capital

3. LA INSTITUCIONALIZACIÓN DEL PROGRAMA Toda política pública involucra momentos que van desde la definición del problema, la fijación de la agenda y la toma de decisiones para la implementación de acciones, hasta la evaluación de sus efectos o resultados. Tanto los procesos de formulación como los de ejecución son procesos fluidos en los que sucede la intervención de diversos actores. En el apartado anterior expusimos la coyuntura que favoreció la conformación de la alianza estratégica públicoprivada entre la SED y la FTC para desincentivar el trabajo infantil. La alianza se pactó sobre la base que ambos socios contaban con fortalezas para generar aportes y recursos financieros que, de manera complementaria, asegurarían el logro de los objetivos trazados. Compartían una valoración positiva sobre la contribución de la educación básica y media a la construcción de ciudadanía, y sobre la fuerza de la escolarización para frenar el trabajo infantil. Ambas entidades se identificaban en que la supera-

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ción del trabajo infantil pasaba por la garantía de uno de los principios básicos de la Política de Infancia y Adolescencia de Bogotá: “…[d]el acceso y la permanencia de los niños, las niñas y los adolescentes en el sistema educativo, el fortalecimiento de sus familias, el disfrute de la oferta cultural, deportiva y recreativa, y el acceso a los servicios de salud necesarios para su desarrollo y protección integral de sus derechos” (Documento de Política de Infancia y Adolescencia de Bogotá 2010-2012). Una vez se reconoció que existían intereses, beneficios y metas compartidos, se definieron los aportes de cada socio y, como se expuso en el punto anterior, se homologaron sus visiones del problema. Se produjo entonces un esquema colaborativo en la alianza, en el cual a pesar de la diferente naturaleza de cada actor se decidió aunar esfuerzos y construir objetivos comunes en escenarios de confianza, legitimidad para trabajar por el desarrollo de una visión conjunta del problema y para enfrentar el trabajo infantil en Bogotá,. Con el fin de brindarle perdurabilidad a la alianza se construyó su institucionalidad en los marcos de una interacción con compromisos y funciones definidas por escrito. Esta formalidad permitió que los objetivos y la alianza tomaran cuerpo.

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“El Plan Nacional de Erradicación del Trabajo Infantil ordena que la formulación del tema de la erradicación del trabajo infantil en las agendas públicas de gobernadores y alcaldes, y el direccionamiento de los recursos para el cumplimiento de este mandato. En la búsqueda de aliados para implementar estrategias tendientes a la prevención y erradicación de las peores formas de trabajo infantil La Fundación Telefónica se constituía en un buen aliado pues nos necesitamos mutuamente. Fue así como nos encontramos con la SED y decidimos, venga yo le ayudo a usted a ejecutar su política, yo pongo una parte y usted ponga otra. Desde el inicio los temas siempre se plantearon con total transparencia y se logró un nivel de diálogo que permitió superar los desacuerdos. Hay que

destacar que un punto a favor de la alianza se centró en que las instituciones mantuvieron sus representantes desde el inicio, y esto permitió generar lenguajes comunes, conductas abiertas y participativas superando los propios intereses institucionales.” (Entrevista a Albiryan Moreno Torres, Jefe de Programas Sociales de La Fundación Telefónica. Noviembre 5/2015). “Desde la SED se tenía claro que siempre los proyectos estaban condicionados por muchas causas, la mayoría de las veces por escasez de recursos y de identificación de elementos que actuaran de manera positiva en el diseño y gestión de los proyectos de las asociaciones público-privadas, que permitieran ahorrar esfuerzo y disminuir riesgos de fracaso. El concepto de Responsabilidad Social Empresarial que maneja la FTC es interesante, pues la lleva asumirse como corresponsable en la configuración de la vida de la población objeto de su intervención. En este marco, aunque muchas empresas dedican una parte de sus utilidades a la financiación de programas sociales en poblaciones vulnerables, los que experimentamos trabajando con la FTC era que la empresa misma (Telefónica) se había convertido en una aliada importante para gestionar proyectos puntuales. Sin lugar a dudas nos habíamos asociado con la fundación empresarial que en Colombia cuenta con la mayor experiencia en el tema de trabajo infantil.” (Entrevista a Sandra Carvajal, Profesional SED. enero 8/2015). La alianza creó los mecanismos y adoptó varias directrices para facilitar la cooperación. El Comité Técnico se constituyó como mecanismo de negociación para la coordinación de trabajo en el marco de la alianza, instancia que permitió optimizar, racionalizar y establecer canales de comunicación eficaces entre la SED y la FTC. La participación activa de ambos socios en este comité generó un proceso estructurado para dar solución a cualquier problema que afectara la implementación del programa. Aunque para este caso el tema y/o motivos de establecer una alianza surgieron por las tendencias que dictaba la agenda pública educativa distrital, se destaca la disposición de la


SED para escuchar y valorar la producción de conocimiento, las investigaciones y materiales generados por La Fundación Telefónica y para adaptar estas experiencias al proyecto que conjuntamente realizamos. “Los Comités Técnicos, por ejemplo, se constituyeron en la instancia en la que se definieron los cronogramas y los planes de trabajo, donde se establecieron formalmente sus integrantes, se definieron sus roles, responsabilidades y funciones específicas dentro del mismo y todo quedó consignado en el reglamento operati-

vo. La cabeza de la Secretaría Técnica estuvo a cargo de la SED por medio de un profesional de planta con los conocimientos y experiencia que se requerían para tal fin. En los espacios que nos ofreció el Comité Técnico homologamos lenguajes, compartimos intereses, e iniciamos una ruta conjunta para llegar al concepto de corresponsabilidad.” (Entrevista a Sandra Carvajal, Profesional SED. enero 8/2015).

Los aportes financieros. Estrategía de Des-incentivación del Trabajo Infantil en Bogotá Inversión 2013 - 2015 Entidad / año

Secretaría de Educación de Bogotá - SED -

% aporte SED

Fundación Telefónica - FT -

% aporte FT

Total Inversión

2013

1.461

53%

1.291

47%

2.752

2014

1.093

61%

704

39%

1.797

2015

1.073

63%

617

37%

1.690

3.627

58%

2.612

42%

6.239

Nota. Cifras en Millones de Pesos Fuente. Sistema Internacional de Monitoreo. Pro niño. Bogotá

Los intereses y objetivos que convocaban a la SED y a la FTC generaron diferentes formas de cooperación, entre las cuales el financiamiento se constituyó en uno de los ejes centrales. Para ello se planificó el incremento de aportes desde el sector público hacia el programa anualmente, de tal modo que hacia el final del programa los recursos públicos equivalían a casi un 60% de aporte total realizado al programa. Para ello se requirió de un esquema de operación para el nuevo desarrollo del programa ya en manos de la alianza. El primer acuerdo establecido se refiere al aporte y manejo de los recursos financieros y técnicos. Para el caso de los recursos financieros en

un inició la FTC financió el 47% de la inversión. A diciembre de 2015 esta entidad aportó el 42% total de los recursos. La política del Plan de Desarrollo de la Bogotá Humana incrementó los recursos para este programa, como lo señalaba Sandra Carvajal, profesional responsable de coordinar la estrategia de des-incentivación: “El incremento significativo de recursos asignados en el cuatrienio de la Bogotá Humana, nos permitió pasar de atender ochocientos (800) niños en tres localidades a 5.289 NNA trabajadores en ocho localidades.” Esto posibilitó alcanzar resultados significativos: 1) transformar el activismo inicial por prác-

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ticas pedagógicas que apoyaron el desarrollo de las capacidades de los NNA trabajadores, y 2) formar a los docentes para compartir con la comunidad de padres de NNA trabajadores su comprensión y conocimiento sobre la educación de sus hijos. Según la misma funcionaria: “En el 2016 tendremos el reto de hacerlo sin contar con los recursos de la FTC. Sin embargo con las lecciones aprendidas tenemos claro que debemos trabajar mancomunadamente con otras entidades del sector público del nivel nacional y distrital, para sostener la intervención en la realidad del día a día. Esto lo alcanzaremos en la medida en que podamos fortalecer el trabajo que se desarrolla en la Mesa Distrital de Prevención y Erradicación de Trabajo infantil.” (Entrevista a Sandra Carvajal, Profesional SED. enero 8/2015). “Esta alianza nos permitió aunar voluntades alrededor de esfuerzos comunes y de largo plazo. La FTC contaba con disponibilidad de recursos y conocimientos internos, que al aliarnos con la SED nos permitieron responder al reto de seguir ampliando la cobertura del programa, duplicando, el número de niños y niñas participantes. En la manera en que la SED y La Fundación Telefónica han construido la ruta de cooperación, se evidencia una innovación social, porque bajo el concepto de responsabilidad compartida en la atención a los retos de niñez trabajadora se logró que en un mismo escenario se tengan recursos públicos y privados, y experiencias de una entidad de carácter privado, generando respuesta a los niños trabajadores en Bogotá.” (Entrevista a Camilo Duque, Profesional Secretaría de Educación del Distrito Capital. Noviembre 27/2015)

4. RESULTADOS Y PENDIENTES

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El proceso que se llevó a cabo durante ocho años, desde mediados de 2008 a la fecha, articuló diversas etapas que dejan una experiencia valiosa de habilidades instaladas entre sus funcionarios de la SED para atender problemas relacionados con la niñez trabajadora: la pre-

paración conceptual y teórica de un programa dentro de una alianza publico/privada, su diseño metodológico, el diseño de instrumentos de registro de información, la orientación de talleres, reuniones de análisis y retroalimentación de cada una las experiencias, y el diseño y aplicación de los proyectos de aulas por parte de los docentes. “Una de las claves de éxito que tuvimos con la SED para sacar adelante durante los últimos tres años esta alianza, lo constituyó el trabajo en equipo con altos niveles de exigencia. Inicialmente construimos las líneas de implementación de manera conjunta y luego hicimos visibles los resultados.” (Entrevista a Sandra Carvajal, Profesional SED. enero 8/2015). “Nuestro aporte a la SED en lo concerniente a los objetivos de la intervención se centraron en lograr el retiro sostenible de las niñas y niños incorporados al programa, pero también, y de manera especial, contribuir a la construcción de entornos familiares, comunitarios, escolares e institucionales adecuados para que tengan la oportunidad real de construir Proyectos de Vida dignos como personas, trabajadores y ciudadanos.” (Entrevista a Alba Zapata, Directora general. Fundación Juntos Construyendo Futuro. Noviembre 5/2015) “Puede afirmarse que este proceso se ha caracterizado por tener valores que demuestran que las capacidades institucionales pueden convertirse en activos comunes; el proceso desarrollado implicó un importante esfuerzo en materia de reconocimiento de las relaciones existentes, ampliando el espectro y generando un clima de confianza y mutuo beneficio.” (Entrevista a Camilo Duque, Profesional Secretaría de Educación del Distrito Capital. Noviembre 27/2015) El resultado más significativo de esta alianza se ve reflejado en el porcentaje de niños que durante los años: 2013, 2014 y 2015 se retiraron del trabajo infantil. Este porcentaje se incrementó año tras año pasando un 28,64% en 2013 a un 57,74% en 2015.


% de Niños, niñas y adolescentes Retirados del Trabajo Infantil 2013-2015

Fuente. Sistema Internacional de Monitoreo. Pro niño. Bogotá

CONCLUSIONES La recuperación de la memoria conceptual, metodológica y política del Programa Pro niño y de la alianza estratégica entre la Secretaría de Educación del Distrito Capital y La Fundación Telefónica de Colombia, queda en el horizonte de trabajo por la erradicación del trabajo infantil un sin número de experiencias y la convicción que aún se requiere de muchos esfuerzo. Si como lo plantea el premio Nobel Amartya Sen, la pobreza no sólo se puede definir en función de la escasez de ingresos, sino también como una privación de las capacidades básicas, las nefastas consecuencias del trabajo infantil es que truncan como ningún otro el desarrollo de las capacidades con las que cuentan las generaciones tempranas de los sectores de más necesitados de la población del país para abrir perspectivas de futuro. Como esperamos que haya quedado bien claro, un niño, niña o adolescente trabajador tiene amenazados sus derechos fundamentales a la salud, la educación, el crecimiento y el desarrollo, a la protección de la familia y no puede disfrutar del esparcimiento y el juego. Lo más probable es que una vez vulnerados estos derechos, quienes sobrevivan a estas lamentables situaciones en el futuro sean hombres y mujeres con pocas posibilidades de mejorar su propia vida o participar de lleno y de forma provechosa en la sociedad. A su vez, también son altas las probabilidades que, sus hijos se

vean sujetos a condiciones de privación de los derechos fundamentales como las que vivieron sus padres. La magnitud del problema exige una dimensión integral como respuesta. Por lo tanto es necesario que la erradicación del trabajo infantil pueda contar con un respaldo político decisivo y ocupar un lugar destacado en los programas de los ministerios de Protección Social y Hacienda, y en los programas de las entidades públicas que desarrollan políticas sociales dedicadas al bienestar del niño a fin que las medidas de política se cumplan. Aunque se puede afirmar que, en general, todas las políticas públicas deben desempeñar su rol en la prevención y erradicación del trabajo infantil, enmarcándose en las vías institucionales para no quedar en el plano de las voluntades individuales o en el plano exclusivo de las organizaciones no gubernamentales o de carácter comunitario, las alternativas institucionales tanto a nivel nacional como a nivel local, en los diferentes sectores del ámbito público podrían enfocarse en brindar apoyo a las instituciones educativas e irradiar allí una atención en salud, desarrollo, trabajo y justicia, entre otras, articulando la participación de las familias de los NNA trabajadores. Intervenir en el problema del trabajo infantil desde una perspectiva que enfatice su relación con la educación no busca un atajo para enfrentar la complejidad del problema, sino

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posicionar la educación como una vía privilegiada hacia la restitución de los derechos de los NNA trabajadores que por su situación de trabajo les han sido vulnerados. El acceso y la permanencia en un servicio educativo de calidad posibilitarán que los NNA cuenten con una oportunidad de desarrollo individual y social. Esto, obviamente, le exige al sistema educativo en general y a la escuela en particular cambios institucionales, articulación de políticas públicas en distintos niveles, trabajo sistemático con las familias y apoyos específicos a estos NNA. Abordar el problema desde sus distintos ángulos, comprometiéndose en acciones multidisciplinarias permitió consolidar la alianza entre Secretaría de Educación Pública y La Fundación Telefónica de Colombia para el desarrollo del programa Pro niño que hemos reseñado en este informe. En adelante, la Secretaria de Educación de Distrito Capital deberá iniciar un camino articulado de acciones; por un lado, en la escuela como institución donde las políticas educativas deben visibilizar y actuar sobre el problema del trabajo infantil; por otro, en el concierto de las políticas públicas y de las instituciones de nivel local que deben brindar apoyos a la escuela para que ésta no pierda su especificidad pedagógica y a su vez pueda dar curso a los problemas que involucran a la población que atiende, en este caso ante el problema del trabajo infantil. Los canales institucionales públicos y privados deben converger sobre el problema del trabajo infantil en forma articulada. Se requiere de acciones más integrales. Los círculos de protección institucionales de infancia en torno a la centralidad de la escuela deben ponerse en práctica y la retórica de la articulación

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de las políticas públicas debe pasar a ser una realidad desde la definición presupuestaria de los programas. Ahora bien, una mirada integral del problema exige renovados y mayores esfuerzos de articulación del marco normativo y de los diferentes sectores de las políticas públicas para sostener de manera simultáneamente acciones de protección especial que erradiquen en lo inmediato las peores formas de trabajo infantil pero también políticas universales de prevención y erradicación que alcancen a la infancia trabajadora y a sus familias para efectivizar los derechos hoy vulnerados. El Programa Pro niño del Grupo Telefónica mostró lo que pueden hacer grandes empresas del sector privado para apoyar la lucha contra el trabajo infantil. Contribuir a erradicar el trabajo infantil mediante una escolarización posibilita obtener logros educativos en las trayectorias escolares que mejoren la calidad y aseguren la retención brindando las herramientas necesarias para la construcción de un proyecto de vida a los NNA trabajadores en nuestro país. §


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