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El transporte terrestre continúa en crecimiento
Tras el paso de los efectos generados por la pandemia del COVID-19, 2022 sin lugar a duda fue un año de impulso y reactivación del trasporte terrestre de pasajeros. Se alcanzó un total de 101 millones de personas movilizadas, lo que representó que el sector operó al cierre del año a un 75% con respecto a las cifras de 2019, cuando se movilizaron 136 millones de pasajeros desde las 49 terminales de transporte habilitadas del país. Noviembre y diciembre, en la temporada de fin de año, fueron los mejores meses para el sector, ya que se aumentó la operación llegando a un 88% en promedio con respecto a las cifras de 2019. Las cifras nos invitan a ser optimistas en el inicio de 2023, sin embargo, para que la recuperación sea una realidad, tenemos como sector y como país unos importantes retos que afrontar: mejorar infraestructura vial y tecnológica, contar con una regulación adaptada al nuevo modelo de negocio, implementar las tecnologías de los nuevos medios de transporte, integrar los modos para mejorar la experiencia del viajero y utilizar la innovación e inteligencia artificial para mejorar la oferta de servicios.
Si bien al finalizar el primer semestre de 2022 se obtuvo un rendimiento únicamente del 65% respecto al mismo periodo en 2019, a partir de julio comenzó un crecimiento significativo del sector, llegando a operar a un 85%, en promedio, con respecto al mismo periodo en 2019. Esta tendencia de crecimiento continua en el inicio de 2023, pues en el mes de enero se movilizaron 9.758.024 pasajeros en 1.066.554 de despachos. Nuestro sector operó a un 86% con respecto a enero de 2020. La cifra pasajeros movilizados en enero de 2023 supera en 1.271.932 los movilizados en enero de
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2022, lo que representa un crecimiento del 14%. Esto demuestra la gran capacidad que tiene el sector para retomar las actividades y reactivar un modus operandi de grandes movimientos de pasajeros y despachos diarios.Sin embargo, no podremos avanzar a una recuperación real luego de la pandemia si no logramos progresar en cinco retos del transporte terrestre de pasajeros. El primero es la modernización y mejora de la infraestructura, pues la actual es insuficiente y se encuentra deteriorada, lo que conlleva a una constante congestión del tráfico. El segundo será avanzar en la regulación y adaptación a los nuevos modelos de negocio, pues contamos con una regulación de más de 20 años. El tercero será disponer de mejoras de la tecnología del transporte terrestre, acorde a una movilidad sostenible (adoptar tecnologías y prácticas más amigables con el medio ambiente, como vehículos eléctricos y biocombustibles), que aproveche la tecnología de los nuevos vehículos para mejorar la eficiencia del transporte y reducir los costos. El cuarto es la integración de diferentes medios de transporte, como trenes, autobuses y transporte aéreo, para proporcionar a los viajeros una experiencia de viaje más fluida, cómoda, completa y eficiente. Y por último, debemos ofrecer servicios personalizados y complementarios, como reservas de asientos y servicios de entretenimiento, para mejorar la experiencia del viajero, apoyados en la inteligencia artificial. De esta forma se podrá optimizar la gestión de recursos, mejorar la seguridad del transporte y la visualización de información relevante en tiempo real, y utilizar la tecnología de la nube y la analítica de datos para recopilar y analizar datos de los viajeros y mejorar la oferta de servicios.