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CLICS MODERNOS POR ANDREA DEL RIO
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xperimentación y vanguardia. Con el objetivo de preservar para la posteridad las producciones más radicalmente contemporáneas fue creado, en 1956, el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (Mamba). Su fundador y primer director, el crítico y gestor cultural Rafael Squirru, sentó las bases de un criterio curatorial aplicado al programa de exposiciones y adquisiciones cuya vigencia, medio siglo después, lo ratifica, al mismo tiempo, como un hombre de su tiempo y un adelantado a su época. Así, bajo las premisas de inclusión y diversidad, el acervo de 7 mil obras que integran el patrimonio de El Moderno incluyen desde hitos emblemáticos de Xul Solar, Antonio Berni y Emilio Pettoruti hasta creaciones de los representantes locales de los movimientos Concreto, Madí, Informalismo y Neofiguración, así como uno de los compendios más extensivos de fotografía, diseño industrial y gráfico del país. En los albores de 2018, un anuncio conmocionó a la escena local: la Colección Patricia Phelps de Cisneros (CPPC), una de las iniciativas privadas de preservación, difusión e investigación del arte latinoamericano más importantes de los últimos 40 años, donará 8 obras de su catálogo al Mamba, en el marco de “una iniciativa global que involucra a otros cinco museos de América latina, los Estados Unidos y Europa”. Así, instituciones de relevancia internacional como el Museo de Arte de Lima, The Museum of Modern Art de Nueva York, el Blanton Museum of Art de la Universidad de Texas, The Bronx Museum of the Arts de Nueva York y el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid recibirán en total, incluyendo al elegido porteño, “más de 200 obras de arte contemporáneo latinoamericano abarcando a 91 artistas de 22 países”. Según se aclaró en un comunicado, esas entidades fueron seleccionadas “por su firme interés en estudiar y presentar el arte contemporáneo de América Latina, la influencia regional de sus exposiciones y programas, y por ser referencias importantes dentro de la comunidad artística internacional”. Así, al Mamba llegarán las siguientes creaciones de argentinos en actividad: Secure Paradise (2007), un video de Judi Werthein; Poema Volcánico (2014), una instalación de Eduardo Navarro; Garimpo (2009), un dibujo monumental de Matías Duville; Cascada (1998) y 241 intersecciones (1998) de Ernesto Ballesteros; Frente a los cerrojos y Un mes lunar (2004-2007) de Alejandro Corujeira; y la obra Sin título (1994) de Elisabet Sánchez. Desde El Moderno, enfatizaron que “la donación pasará a integrar la historia de donaciones fundantes, signada por la generosidad de los donantes, cuyos
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aportes jerarquizaron no sólo la colección sino también su patrimonio edilicio. Desde donaciones únicas hasta los más grandes aportes que transformaron radicalmente la institución, como las de Ignacio Pirovano (1981), el proyecto arquitectónico de Emilio Ambasz (1997), el legado Heredia (2000) y de la Fundación Augusto y León Ferrari (2014) y La Menesunda según Marta Minujín (2015)”. Es el comienzo venturoso de un año que será sin dudas inolvidable para el museo dirigido por Victoria Noorthoorn. Porque en julio próximo se inaugurarán las obras de ampliación por las cuales el edificio pondrá 15 mil metros cuadrados a disposición de artistas y visitantes. El nuevo layout compenderá 1.700 metros cuadrados expositivos adicionales, un bar, una biblioteca, un gift shop y salas educativas. Ese corte de cintas coincidirá con el lanzamiento de “un estudiado programa de adquisiciones con el objetivo de completar y fortalecer núcleos históricos del patrimonio que permitan una sólida continuidad
con el ingreso de artistas contemporáneos en la colección del Museo”, anticiparon desde la avenida San Juan 350, donde con más potencia que nunca reverbera una de las máximas del señero Squirru: “Quisiera transmitirles a mis colegas, y en particular a los más jóvenes, que no se dejen arredrar por la indiferencia que puede llegar a ser hostil respecto de esta dura pero maravillosa vocación. Que no se dejen intimidar por ninguna crítica por más demoledora que pueda parecer; que ausculten sus voces interiores que son las únicas que podrán decirles si el camino elegido es el verdadero y que aprendan a conformarse con la voz de aquellos que merecen su respeto. Que aunque no es obligatorio huir de los premios tampoco es obligatorio cortejarlos. Que crean en sí mismos aunque, como lo quiere Kipling, sean capaces de otorgarles sus dudas a los demás”. ◆ adelrio@cronista.com / @andrea_del_rio