Rembrandt harmenszoon van rijn

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REMBRANDT HARMENSZOON VAN RIJN. OBRAS.


A principios del siglo XX, algunos estudiosos estimaron la obra de Rembrandt en unas 600 pinturas, casi 400 grabados y cerca de 2000 dibujos. Investigaciones realizadas desde 1960 hasta la actualidad —lideradas por el Proyecto de Investigación Rembrandt, coordinado por varios expertos holandeses sobre el pintor— han reducido esta cifra en unas 300 pinturas, aunque no sin generar cierta polémica. Respecto a los grabados, generalmente realizados mediante punta seca o al aguafuerte, la cifra estimada es más estable, y se aproxima a las 300 piezas. Es probable que Rembrandt realizase más de los 2000 dibujos que se le atribuyen, pero incluso esa cifra es posiblemente demasiado elevada según los estudios contemporáneos. En cierto momento se contaban hasta 90 autógrafos distintos de Rembrandt, aunque en la actualidad se sabe que muchos de sus alumnos debían copiar sus pinturas como parte de su aprendizaje. Investigaciones más recientes han reducido esta cifra hasta las 40 pinturas, suprimiendo algunos dibujos y 31 grabados, entre los cuales se cuentan algunas de las imágenes más representativas del grupo. Muchos de sus autorretratos le muestran con ropajes anacrónicos, o haciéndose muecas a sí mismo. Sus autorretratos muestran la evolución desde el atribulado joven con talento, y el pintor exitoso de la década de 1630 hasta los sombríos retratos de su vejez, de enorme profundidad psicológica. Juntos componen la imagen de un hombre que atravesó todos los estados de la vida, y cuya expresión refleja las fuertes sacudidas que sufrió su espíritu a lo largo de su vida. Entre las características más notables de su obra se destacan su uso del claroscuro, el manejo escenográfico de la luz y la sombra —fuertemente influido por Caravaggio, o, más posiblemente, por la escuela de los Caravaggisti de Utrecht— adaptados a sus propios fines. Igualmente destacables son su visión dramática y emotiva de temas que tradicionalmente habían sido tratados de una forma impersonal: Rembrandt se caracteriza por el sentimiento de empatía que desprende su visión de la humanidad, independientemente de la riqueza o la edad del retratado. Su propio entorno familiar —su mujer Saskia, su hijo Titus, su amante Hendrickje— suelen aparecer de forma visible en sus pinturas, en ocasiones representando temas bíblicos, históricos o mitológicos.


El rapto de Europa, 1632. Óleo sobre tabla.

A lo largo de su carrera, Rembrandt haría suyos los géneros del retrato, el paisaje y la pintura narrativa. Por esta última sería especialmente ensalzado por sus contemporáneos, que le consideraban un maestro en la interpretación de pasajes bíblicos por su profundidad emocional y su cuidado de los detalles. Estilísticamente, su pintura evolucionó de la suavidad de sus principios —caracterizada por una excelente técnica de representación ilusionista de formas— a un tratamiento posterior, más "áspero", que invocaba las cualidades del objeto mediante la calidad táctil con que figuraba en la pintura. En cuanto al grabado, podría hablarse de un desarrollo similar. En las obras ejecutadas en su madurez, especialmente a partir de finales de la década de 1640, la libertad y el aliento de sus dibujos encontrarían expresión también en los medios impresos. En estas obras se combinan tema y técnica de tal modo que en ocasiones, una gran superficie vacía puede sugerir un espacio, mientras que en otras una compleja trama de líneas articula el volumen de formas en penumbra.


Fue durante el período de Rembrandt en Leiden (1625-1631) cuando se puede hablar de una mayor influencia de Lastman. Es probable hablar también de cierto influjo de Lievens durante aquella primera etapa de formación. Las pinturas de esta época son bastante pequeñas, pero ricas en detalles, especialmente en vestiduras y joyería. Los temas preferidos en esta etapa son obras religiosas y alegóricas, al igual que los "tronies", género popularmente holandés. En 1626 Rembrandt produjo sus primeros grabados, y la rápida difusión característica de este medio le ganaron fama internacional. En 1629 pintó "Judas, devolviendo las monedas de plata" y "El artista en su estudio", obras que evidencian su progresivo interés en el uso de la luz y el enriquecimiento de sus registros matéricos; esta obra constituye el primer gran progreso de su carrera y un punto clave en su crecimiento como pintor. Durante sus primeros años en Ámsterdam, Rembrandt comenzó a pintar escenas bíblicas y mitológicas de carácter más dramático, fuertemente contrastadas y en grandes formatos. A esta época pertenecen "El cegamiento de Sansón" (1636), "La fiesta de Belshazzar" (c. 1635) y la "Dánae" que emulaba el estilo barroco de Rubens. Con la ayuda ocasional de asistentes en su taller de Uylenburgh, Rembrandt satisfizo numerosos encargos de retratos, tanto pequeños ("Jacob de Gheyn III") como grandes ("Retrato del armador Jan Rijcksen y su esposa", (1633); "La lección de anatomía del Dr. Nicolaes Tulp", fechado en 1632).


"El cegamiento de Sans贸n" (1636)


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Segundo período en Ámsterdam. Rembrandt produjo apenas algunas pinturas y pocos grabados de tema paisajístico. Comúnmente, estas pinturas solían destacar el aspecto dramático de la naturaleza, reflejada en árboles desarraigados y nubes ominosas ("Casa de campo ante un cielo tormentoso", 1641; "Los tres árboles", 1643). A partir de 1640, Rembrandt fue eliminando los rasgos más pintorescos y su estilo se volvió más sombrío y comedido, quizás debido a las tragedias personales que ya habían empezado a sucederle. Del mismo modo, las escenas bíblicas que había pintado desde su juventud pasaron de centrarse en el Antiguo Testamento a representar pasajes del Nuevo Testamento. En 1642 recibió el encargo de "La ronda de noche" —su mayor obra y el encargo de retrato colectivo más importante que recibió en este período— y en el que trató de encontrar nuevas soluciones compositivas y narrativas a cuestiones surgidas en obras anteriores. A lo largo de la siguiente década, las pinturas de Rembrandt adoptaron diversidad de tamaños, técnicas y estilos. La tendencia anterior a crear efectos dramáticos mediante fuertes contrastes de luz y sombra (claroscuro) dio paso a una iluminación frontal y a mayores y más saturadas zonas de color. Simultáneamente, las figuras empezarían a disponerse paralelamente al plano del cuadro. Estos cambios pueden ser vistos como un retorno a la composición clásica y, considerando el mayor trabajo de pincelada, pueden sugerir cierta familiaridad con el estilo veneciano. De esta época son obras como "Susana y los viejos", (1637-1647). Al mismo tiempo, se da una visible reducción de obras pintadas en favor de grabados y dibujos de paisajes. Esta obra gráfica incorpora el valor dramático a partir de pacíficas escenas rurales holandesas.


Aquí se aprecia la diferencia de estilos entre dos de sus obras maestras: su primer retrato colectivo, la lección de anatomía del Doctor Tulp, pintado a los 26 años y una de sus obras tardías, los síndicos del gremio de pañeros, pintada con 56 años en 1662.


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