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A L G U N O S D Í A S
Mineko Andrea
ALGUNOS DÍAS-edición única-Guernica, Buenos Aires, Argentina,Ediciones Mineko 2014edición virtual en línea en ISSU.com y Flipsnack.com y fuera de línea en PDF- tamaño A4, 138 páginas
fotografía de tapa: Miranda
Mir
Andrea Mineko Mineko Ediciones Virtuales, 2014 andreamineko@gmail.com guernica, buenos aires, argentina
Se realizó en Argentina Libros Virtuales
ANDREAMINEKO
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17 palabra lejana se apodera de mí. Voy por esos días sonámbula y transparente. La hermosa autómata se canta, se encanta, se cuenta casos y cosas: nido de hilos rígidos donde me danzo y me lloro en mis numerosos funerales. (Ella es su espejo incendiado, su espera en hogueras frías, su elemento místico, su fornicación de nombres creciendo solos en la noche pálida.) Alejandra Pizarnik
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día 1 (22 de abril de 2010) La tormenta dentro de mí. Siempre estuvo acá. No sé, no recuerdo, y ya no importa, porque me pareció que era mejor que no estallara y no estalló. La tormenta dentro duele, pero duele más cuando tiene que salir y yo no la dejo. Duele y mis represas ya no sirven. Ahora me lleno de agua y libero mis ojos tormenta, mi vagina tormenta, mi boca tormenta y mis manos, y se convierten en lo que tienen que ser: palabras y tempestad.
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día 2 Mi canto de sirena está roto. Sólo atrae marineros borrachos de besos de otras sirenas, y no tienen ni s ganas de besarme los pechos, y menos, dejarse encantar por mí canto desencantado. Y eso me da tanta bronca que me puse apática, chillona y gorda…ya sé, no mejoro así las cosas, pero de verdad te digo que ya me cansé de ser besada sin encanto y que tengo razón en este enojo, que no es en contra de esos marineros con sus cantos de hombres de mundo, ni sus tatuajes con nombres de sirenas que saben cantar y los encantan, sino con esta voz que desafina, y se apaga, y que sólo sabe cantar cantos desdichados.
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día 3 Un día noté que soy muy sistemática: me dejo romper el corazón cada tres meses-el corazón y a veces otras partes del cuerpo menos románticas -pero el cálculo es ése. Toda la culpa la tienen esas novelas de Corín Tellado + las películas empalagosas de Hollywood con su amor azucarado y pomposo, con beso y final feliz. Y sí, tardé en darme cuenta que no fui inmune a sus influjos aunque me acercara a ellos con gesto cínico y distante, pero, se ve que también con las ganas inocentes de cualquier muchacha, muchacha al estilo Hollywood, claro. Eso explica por qué siempre estoy buscando ese amor que me haga decidir entre mi vida entera y él, o a uno que me desespere con o sin su presencia, que me salve de mí misma, o simplemente que me elija entre una súper modelo y además princesa de algún ignoto país. Pero hago mal los castings, selecciono al protagonista equivocado, al final sí elige, pero no a mí, y me quedo viendo como él se toma el colectivo para encontrarse con ella, muy conmovida, mientras me preparo para esperarlo, con la firme convicción de que va a volver, porque algún día se va a dar cuenta que a la que realmente ama es a mi…
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día 7 Sentada frente al espejo estoy más rota que las partes rotas que me reflejan. Desnuda, mi cuerpo se espanta de mi rotura, aunque es interior se ve: se ve en la forma en que apoyo la mano sobre mis piernas, en la pequeñez de mis pechos y su tristeza flácida y convulsiva, en mis ojos que hace tiempo no tienen estrellas, sólo noches y tormentas; en mi boca que ahora es triste y no besa, o besa como si sólo fuera boca.
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día 10 Hacía rato que no tenía éstas ganas, ahora imponentes, inquietantes, apremiantes de sexo. Porque hay algo en éstas ganas que no me sirven más que para la liberación del estado de enconchamiento-que me da la misma energía destructiva que una bomba atómica, pero un poco más inestable- Porque sólo así ya no me alcanza, es como mucho un poco de soledad trasmitida, no compartida, ni combatida, sino evidenciada en ese momento. Porque hay un sentimiento con el deseo que no se despierta, y sin ese sentimiento un cuerpo es un cuerpo y nada más. Porque hay un algo tan roto y tan ausente que me vacía. Porque así me da lo mismo que el pene esté flácido y a un lado, que duro y en mi vagina, o en mis manos, o donde sea, es igual. Porque no importa que él sea el mejor lamiendo o no sepa nada, porque no me pasa nada más: mi cuerpo responde como cuerpo, se deja tocar, besar, penetrar y yo mientras beso y es como si contara ovejas o soñara con gatos o soles amaneciendo, y toco y no siento ni siquiera el sabor de la piel bajo mis dedos; entonces, esa noche, en que el mundo iba arder, transpira gotitas y acaba sola. Si alguno hubiera sido valiente, me hubiera reprochado haberlo engañado con una versión aburrida de mí misma, seguro los dos esperábamos otra cosa de mí. Pensándolo bien tal vez no haya sido una cuestión de valentía, sino de delicadeza, creyendo que habían estado realmente conmigo, entonces tengo que declararme totalmente culpable del engaño, y de la posterior decepción.
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día 11 Cuando el día se desintegra en noche, aparece eso que me falta, eso que me sobra, la belleza y la enfermedad, y yo extrañoextraña, me extraño de mí y a mí, y extraño a quién todavía no sé quién es, pero que ya tiene que venir, porque ahora me hace tanta falta, sólo para dormir, metida en sus sentimientos, protegida de mis miedos a mi oscuridad, la muerte y el amor. Para poder soñar. Ahora no sueño, cuando cierro los ojos veo estrellas, y están muy lejos.
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día 12 Hoy me levanté con ganas de olvidarme de esperar, olvidármelo por ahí, debajo de unas palabras que nunca son para mí. Sacarme el vestido, bellamente drapeado e impoluto, de Penélope guerniquense. Penélope 2.0, mirando por una ventana de diecisiete pulgadas, hilando con píxeles, que se tejen www. Hilar hasta ser sólo ojos, ojos que tejen, más manos que tejeclean cansadas, bostezo, lagrimitas, cosas que nunca me pasan, que le pasan a otros, porque yo me diluyo en sueños, soy tan virtual como lo que muestra esta pantalla, mi cuerpo no aparece, ni siquiera cuando quiero que aparezca, por eso el hilo que me une a la realidad titila azul o verde y no sé a cuanta velocidad, nunca entiendo.
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día 15 Ahora, a mutar, a resetear la mirada y recorrer sitios nuevos, nuevos álbumes y notas, @, -alguien dice hola, el celular que me habla de un lugar real- y pedirle a los santos, a mi mente, y al cosmos que esta vez me permita hacerlo bien, hacerlo mejor. No lo hice bien con vos. Ni siquiera me esforcé. Te tuve miedo, y por eso te lo dejé todo a vos. Yo sólo intenté no decepcionarte, porque seguro te iba a decepcionar, todavía no sé ser mejor que lo que te imaginas de mí. Me desespera la realidad y me pongo torpe, y me brotan éstas palabras -que son tan buenas y tan malas conmigo- a ver si te dan ganas, pero ya no. Y mientras todo pasa, y yo acá me siento mal y horrible, Gregorio Samsa con bragas y húmeda de tanto explotar en ¡ay! en ahhhh. Amontono días sobre días, sobre días, sobre días en piyama, hasta volverme insoportable, invisible, mala; me quiero morir de verdad, de mentira, quiero desaparecer, cambiar, y le pido a Dios pido por tu perdón, pero tampoco me escucha, tampoco quiere hablarme. Me como todo sin dejar de sentir, ni un segundo, esta hambre de amor, y te miro, de lejos, te miro en silencio, sé todo de vos y te espero un poco aunque no quiero esperarte, pero te espero como quien espera la primavera para soltar aromas, o espera un milagro para poder crear de nuevo. Pero hay una velocidad mayor que uno o veinte megas y sos vos olvidándome, y es el tiempo que me avanza ahora y antes también, pero más ahora, y con el que tengo que hacer algo: escribir un blog, hacer unos cuantos jpg, tener un lugar para reposar, volver a sentirme hermosa y encontrar un él que cuando me dé miedo me abrace muy muy muy fuerte y me diga: acá estoy.
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día 16 Tan llena de ganas. Tantas ganas. Rebosante de ganas. Harta de ganas de que el amor dure para mí, mucho, mucho, mucho más que un abrir y cerrar de ojos, de puertas, de piernas.
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día 18 - Tenés que fluir- me dice Julio en el msn y yo respondo: - Sí, eso intento - y en realidad no intento, o intento apenitas, convencida que eso se me da bastante mal. Pero Julio tiene razón, porque basta un movimiento para darme cuenta que tengo este cuerpo que es más armadura que otra cosa, con el que es más fácil defenderme que abrazar, si hasta las palabras salen con filo. Me cuesta tanto sólo decir “sí”, pero un sí de verdad en donde además del teclado uniendo una ese y una i haya una voz, una mirada, unos brazos y todo lo que está adentro, un sí libre, espontáneo, un sí con todo el peso y todo el revoloteo, un sí con ovarios y vulnerable y al revés también, un siiii. - Sí-escribo.
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día 23 Era una niña sabia, cuando no sabía ni el peso, ni la profundidad, ni como resplandecían las palabras, pero sí sabía que para ser feliz sólo necesitaba que me mimaran y jugar, unas cosquillitas acá o acá o acá y ganas. Ahora ya no sé tantas cosas.
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día 25 El frío que quiere esclavizarme en la cama, aliado tiene a esta depresión que me crece por todas partes, pero más adentro. Podría dormir mil años y no extrañar tener los ojos abiertos. También, podría dormir mil años y, si fuera posible, mutar a mujer ni bien me despierto. También, podría dormir mil años y por ahí cuando me despierte ya no tenga que olvidarme de nada, pero no puedo, apenas unas horas, y parecen que fueran mil años, porque me despierto tan extraña y tan lejos de todos.
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día 28 Un día Gohn me escribió algo en uno de mis spaces; no recuerdo bien qué, pero hablaba de que el amor de pareja tenía demasiada buena prensa y que me veía siempre buscando y siempre chocando con la imposibilidad de encontrarlo y bla, bla, bla. Yo tenía roto el corazón porque él, uno, no Gohn, él y yo ya habíamos sacado el nexo coordinante del medio, y mis palabras se dolían llenas de pena porque tuvimos que elegir y elegimos alejarnos; dolía tanto estar cerca, y en ese momento también dolía estar lejos, y para siempre. Creo que ahí dejé de creer en mí, pero quizás ya no creía desde antes. Me gustaría recordar mejor las palabras pero sólo recuerdo que ahí yo decía que el amor sí salva, pero no el de un hombre o una mujer, sino el que se tiene uno mismo, que ese es el que levanta, despierta, sana, después todas las formas de amor lo que hacen es apuntalar, seguir levantando, colmar, embellecer, cosquillas, magia, dulces sueños, cataratas de palabras que iluminan con sonrisas, que calientan como una sopa o una bufanda, así de rico, así de lindo.
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día 29 Era de noche, el taxi iba desandando las calles que hacía unas horas habíamos andado con un grupo entusiasta, volvíamos con Paz en busca de una esponjita tirada por error y ella, entre otras cosas, me decía: “No nos enseñaron a estar bien, por eso pensamos mal, comemos mal, hablamos mal, actuamos mal. Elegir lo que nos hace bien cuesta mucho y hay que estar muy atentos, es un arduo trabajo, pero hay que hacerlo”
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día 30 Estoy llena de amor pero me olvido muy rápido de quererme. No me concentro. Hace años que intento encontrar lo que se me perdió aquella vez, pero me distraigo con facilidad mirando al costado, a otros, o lejos, o sitios que no son míos, persiguiendo una caricia como si fuera el principio; y amor-dolor-olvido me pasa tan rápido que ya sé que no es amor, y sin embargo lo mismo me asusto, lo mismo me duele. Me olvidé de quererme todo este tiempo, por eso acepté el destierro, la soledad y la cama sin amor, sólo con penes y que no me veían y penas que eran todas mías, porque a los penes no les importa quién sos, o si, pero yo no me importaba, ahora sí me importo por eso voy a tratar de no distraerme más, y recordar que tengo que elegir estar bien, elegir lo que me hace bien, el que me hace bien.
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día 33 Kiki me mira orgullosa, brilla y se ensancha como un sol peludo. Al rato entiendo porqué, cazó una rata, y eso la mutó de almohadón ronroneante a gata de nuevo. Está contenta con su recuperada condición de gata, y me mira alegre y desafiante diciéndome “Ahora te toca a vos”. Yo me siento a su lado y la mimo, y sí, sé que ahora me toca a mí. Estoy en mi estado de almohadón rojo, no soy una mujer o pocas veces, y rara vez resplandeciente. Lo que me falta es algo que tiene que ver conmigo, no con los demás, no con el mundo, es algo mío que perdí u olvidé, o no sé, y ahora tengo que recuperarlo, tengo que cazarme rata para ser mujer de nuevo.
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https://www.facebook.com/kimagure.neko
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día 36 Cuando murió papá casi no lloré, al principio la muerte no es tan contundente. Mamá me había dicho “Se fue” y para mí eso no significaba nada. Hubo una sensación de adiós cuando vi el último puñado de tierra caer y ahí lloré un poco. Sólo después, con los días, la muerte fue teniendo cuerpo o ausencia y una tarde tomando mate en la cocina con mamá lloramos, no me gustaba llorar en frente de nadie pero esa vez las dos lo extrañábamos y recién entendíamos que ya era verdad, se había ido. Después lloré sola, hablándole a veces de mis cosas, es extraño porque cuando estaba vivo no le contaba casi nada, estaba muy ocupada enojándome con él porque no fue un padre particularmente bueno, alcohólico, y egoísta y descuidado, pero me quería y a veces me veía. Nos queríamos sin decirnos nunca te quiero, él estaba tan roto, de esa rotura que conocemos tan bien en este país, de torturas reales al cuerpo que llegan hasta el alma, resquebrajado por la muerte joven de tantos amigos, roto por los ideales que se estrellan contra la fuerza, roto porque a veces el mundo es horrible y es cruel, roto porque algunas personas son horribles, y cuando tienen poder, o también sin poder, son crueles. Pero así tan roto nunca dejó de creer que podía hacer la diferencia y al final, cuando empezó a curarse, entendió que el mundo se cambia desde adentro, desde casa. No éramos cariñosos por eso recuerdo el día que estaba sentada y él me apoyo la mano en el hombro, fue sorpresivo y del todo extraordinario, su mano en mi hombro eran los besos, los cuentos, las caricias y los abrazos que nunca nos habíamos dado. Y de la última vez que lo vi vivo, sus ojos de eterno niño, brillantes, buscándome para compartir la risa de un capitulo, que no recuerdo, de los Simpsons.
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día 38 Lo que todavía no entiendo porque siempre que me abro es para lío, corazón roto, alma destrozada, y yo llorando en la cama, enredada en un montón de palabras, que no digo. Y cuando las digo no cambian nada.
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día 42 “El universo está a mi favor, ¡y es tan mágico!” Canto con Cerati y realmente siento eso. Y mientras leo y escribo y sonrío; sí, puedo hacer todas esas cosas a la vez, bueno, leer y escribir se me complica, en realidad me hacia la interesante con la primera afirmación, pero si puedo leersonreír, y escribir-sonreír, y cantar-sonreír, y sonreírsonreír, y puedo hacer muchas cosas más.
www.youtube.com/watch?v=cY5H4wZX7Sc 27
día 44 Desnudos, el espejo y yo. Nos recorremos, nos detenemos en algunos lugares, otros lo pasamos rápidamente de largo, después nos miramos a los ojos y me animo a preguntarle: -¿Soy linda? - A veces -¿Cuándo? - Cuando no estás pendiente de mi - ¿Y soy buena? - A veces - ¿Cuándo? - Cuando no estás pendiente de ti- responde mi espejo, que no sé porque, me habla de tú - Es que necesito protegerme - También tienes que abrirte - Mmm
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día 45 øQué te puedo decir? Me enseñaron así, algunas cosas mal, a querer mal, a desear mal, a mirar más afuera que adentro, a pensar mal, a decir las cosas mal, a no quererme, a buscar lo que me falta en otros, en cosas, y valorar esas cosas más que las personas, o los sentimientos, y con eso me hicieron soñar, soñar con cosas que si estuviera despierta las tendría. O no las querría. Hay tanto que me enseñaron mal que terminó por dañarme, y limitarme, y hacerme triste. Me enseñaron así porque a ellos les enseñaron así, y más atrás también, porque estamos en un sistema que nos contiene así. Me costó mucho aprender que nací entera, que no soy mitad de nadie, y que no necesito hacer o tener para ser, y menos de un otro para validarme, sentirme mujer, crecer o ser feliz. Eso lo fui aprendiendo con el tiempo, porque otros que aprendieron mal, como nosotros, después empezaron a buscar otras respuestas y llegaron a éstas y otras, yo me quedo con éstas porque son las que abren mis puertas internas para intentar mejorar mi mundo, no el mundo, mi mundo y no sólo sobre ilusiones, como cuando Diego me dijo: - Si vos vieras la energía que gastamos en querer cambiar lo que no se puede cambiar, en vez de aceptar la realidad como es.
http://matildapop.bandcamp.com/track/desaprender
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día 48 -Hay que volver a ser un poco inocentes- me dijo el Gato hace mucho, mucho, mucho, desde el otro lado del teléfono y lo decía como recomendación para que me vuelva a enamorar. En ese tiempo no lograba abrirme y sentir, un poco por imposibilidad y otro poco porque creía que eso me hacia interesante, pero a ésa altura ya estaba medio cansada de ser tan interesante. El Gato tenía razón, y trate de olvidarme de un montón de heridas y creer de nuevo en los sentimientos, pero no tengo término medio, y pasé de opacarlos a creer ciegamente en ellos, y mi interior hizo cortocircuito y sobre actúo mis sentimientos, entonces de no enamorarme más me enamoré a cada paso, creyendo que realmente me enamoraba. Ya me enamoré de Atila el Huno sin espada pero con pene, y con las misma ganas de arrasar, después de un Vampiro cualquiera, de Don Juan, del Quijote, de Pitufo Gruñón, de Légolas, de uno de los siete Samurái y después del otro y del otro. Yo los veía huno o elfo, y los aceptaba diciéndome que el amor era así. Para mi suerte no fui correspondida, hubo algún que otro acercamiento de especies, y reincidencia obstinada, pero no más que eso. Suerte que nunca veo hasta después llorar bastante, preguntarme que está mal en mí, ahogar mi pena y mi ansiedad en toneladas de comida, cortarme el pelo, volverme oruga, sentirme oruga, parecer oruga y finalmente un día darme cuenta que no era posible llevar una vida de hogar-dulce-hogar con un Pitufo que lo único que hacía era rezongar, y verdades tan obvias así que no podía ver antes, así que me hago mariposa, y salgo de mi sintiéndome afortunada y con las ganas intactas de enamorarme. Ahora bien, esto no es recuperar la inocencia, decís y tenés mucha razón. Así que hoy decidí que voy a rebobinar: -Hay que volver a ser inocentes- me dijo el Gato
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día 58 El amor es uno de los pocos sentimientos que me hace sentir especial y me da la sensación que lo que siento es único, y que de este modo, de esta intensidad y de esta forma no le pasa a nadie más, y de paso que él (ÉL) es el único que puede hacerme sentir esto, así, y eso lo hace único y especial. Y es totalmente verdad y es una gran ilusión.
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día 59 Martín me miró un día y me dijo: - Ya te vi, todo eso oscuro que tenés por afuera es para proteger lo sensible de tu interior. Y me iluminó. Pero después me fui de ahí, y estuve como dos meses metida en mi oscuridad. Intensa. Agobiante. Desbordada. Otro día nos encontramos y me preguntó cómo estaba: - Sabes que estuve tentada en mandarte un email diciéndote "Te equivocaste Martín, no soy luminosa, soy muy, muy, muy oscura" Martín me miro pensativo y señalándome una pared me dijo: - ¿Ves esa pared que ahora está llena de sombras? Esta tarde estaba iluminada por el sol, y es la misma pared.
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día 65 Soy como los días, me dejo seducir por la lluvia o por el sol o por el viento, y tan pronto caigo suave o descontrolada, como vibro y caliento, me levanto con ganas de luz y de brillar o me lleno de tempestad. Entonces también soy como la noche que se deja seducir por la oscuridad, por la luna, por las estrellas, y tan rápido me oscurezco como brillo pálida y poética, como titilo y me dejo devorar en orgasmos, aunque solitarios, me logran calmar.
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día 68 El silencio siempre me habla de la eternidad y de las contradicciones que se hacen amigas y de la nada, que a veces me asusta. La primera vez que el silencio me cautivo con su verdadera voz fue pasando por La Pampa. Íbamos Hugo-mi hermano- Martín E. y Pablito pedaleando hacia Bariloche. Hugo, que iba siempre muy adelante, se paró, nos espero, nos detuvo y dijo: - Escuchen Escuchamos. Silencio.
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día 72 Anoche mientras la fiebre me recitaba poemas inconclusos; poemas con palabras oscuras y palabras fuegos que siempre terminan por quemarme; yo estaba triste, miraba triste hacia dentro, y me prometí curarme. Y no sólo de la fiebre sino ver qué es eso a lo que le tengo tanto miedo y no me deja distinguir entre lo que es real y lo que deseo, y me lanza, confundida, a lugares que no son para mí, a recitar nombres ajenos, a endiosar a pobres mortales mientras me abandono en alguna cama, o esta cama, y me hago miserable, me creo indigna del amor que quiero y ahora sólo quiero amor. Pero no digo amor, porque me asusto. Aparece cualquier cosa y me creo que es amor y al mismo tiempo no me lo creo y por eso termino apilando noches como éstas; noches de fiebre por no saber hablar, donde la enfermedad es la única que me besa y no hay nadie que me abrace, que me cuide.
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día 80 ¿Qué ganas de brillar nomás! Así de nada, por nada en especial. Mirarme con los ojos lleno de lunas, mirarme hermosa y disfrutar de las estrellas, y titilar, roja, azul, arco iris interior y laralara lala cualquier canción. Ganas de descansar de mi oscuridad, y la opresión y la furia que se me extiende adentro y me convierte en dragón. Rojo y tirando fuego a vos, a todos, a mí. Ya basta. No quiero destruir, ni siquiera por dolor. Me gusta crear, poner algo donde no había nada, puede ser un botón, un pedazo de cielo, un mueble, estrellas, palabras o amor. O vaciar. Quiero ser mejor, más buena, contagiarme de la bondad de otros, de los que ahora miro, antes no los podía ver, pero ahora los prefiero mil veces, todas las veces, antes que a los malos-cómo me enamoraban- los cínicos los incrédulos de todo. Yo creo y quiero tanto y aún así algunos días me cuesta tanto estar bien, ser buena, pero hoy no. Hoy me recuesto y siento, quiero conquistar mi mundo con una sonrisa y en calma.
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día 92 øPuede el arte salvarme? (ahora escucho Menos que Cero, sus letras son hermosas y tristes, mas de una vez en ésos días de desconcierto interior, donde la oscuridad penetra hasta convertirse en dolor y caos, escucharlos me llenó de belleza, canto con mi fea voz cada verso y tengo ganas de escribir o de brillar o de sonreír o todo junto.)
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día 93 Un día de frío, cocinábamos algo rico en la terraza, era uno de esos días donde el mundo es perfecto con sólo el hecho de estar ahí con casi nada, nos reíamos tan fácil, Martín me dijo algo, no recuerdo que, y yo respondí: -¡He, que soy una niña inocente! -¿Una niña o una mujer?- preguntó él Pensé un rato, hasta ese momento me sentía como una niña asustada haciendo cosas de mujer, un poco como jugando, otro poco porque ya era momento de hacerlas, me valorizaba como eterna niña y estaba orgullosa de mi imagen aniñada y de mi vida poco convencional, pero la pregunta de Martín me dio ganas de crecer. - Una mujer, por supuesto- respondí y sonreí orgullosa de haber crecido.
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día 95 La risa es cosa de valientes, eso lo estoy aprendiendo. Siempre la creí un poco tonta. Pero ahora veo que no es nada fácil reírme en medio de esta tormenta, o cuando el espejo se burla de mí si le pregunto si estoy hermosa. Hace poco, y no antes, que prefiero la risa que deforma la cara, y me convierte en un monstruo jadeante, colorado y resplandeciente. Pero voy a serte clara, yo no me río de cualquier cosa, no justifico la risa sobre todo, la burla es indecente, la mofa sobre el color, las imperfecciones del cuerpo, del habla, lo orígenes, etc ya no me dan risa, me dan otra cosa. Porque es ahí donde se degrada la risa, se la ensucia y es tonta, y es risa desperdiciada. Porque la risa que deformando embellece, la que aliviana el pecho, la panza, la que le da alas al alma al que dan ganas de decir “haaaaay que buen momento” es la que no agrede, la que sale del ingenio, de la ternura, hasta de la inocencia y la del amor y por eso mejora todo.
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día 98 Llegué con la cabeza llena de palabras, de dudas, de ganas pero todas desordenadas, mezclándose desprolijamente, y las tiré así sin forma y a tropezones, pero Victoria me escuchó, me preguntó, me dijo algunas cosas y después me pasó un libro. Leo el libro y acá están las palabras que buscaba sin saber que las buscaba y pienso de a ratos en los encuentros, en cómo nos unimos a los otros, cómo nos vamos encontrando. Para mí que estuve y estoy tanto tiempo sola el otro es lejano y misterioso. Si no hubiera sido porque mis hermanos, en diferentes momentos de mi vida, compartieron sus amigos hubiera estado aún más sola. No buscaba la soledad, sólo me pasaba. Pero el mundo de mis hermanos era masculino y si bien estaba acostumbrada por ellos, en algún momento necesité crecer y mi propio mundo. Recién aparecieron mis amigas, de la forma que las necesitaba en la facultad, ahí conocí a Victoria y ella me dejó entrar en su mundo donde la amistad era cotidiana y crecía rauda, enorme, traspasaba el tiempo, las distancias, los cambios, los enojos, las diferencias sociales, de vida, hasta ideológicas a veces. No pude tener mejor inauguración a mi propio mundo que la amistad de Victoria.
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día 99 De fondo Mi Pequeña Muerte y mientras pienso escucho y escucho y pienso en el eterno retorno…otra vez. Pienso en las cosas que se empeñan en repetirse, dicen que es porque no las aprendemos bien. Y sí, debe ser eso. Me repito, palabra y sentimiento, actos tontos y honestos y grandiosos también, me enamoro de hombres que se alejan, a veces no sólo de mí. Hombres que no me hacen bien. Los que me hicieron bien los dejé rápido, o no tan rápido, pero no los valoré en ese momento. Ahora me doy cuenta. Ahora porque estuve en ese lugar y quise ser mejor, quise hacer bien y salí destrozada “Nunca más voy a ser buena” dije llorando, pero voy a volver a ser buena y voy a enamorarme de uno que me va a hacer bien. No sé cuando “cuando aprendas” bueno sí cuando aprenda a amar bien, pero sobretodo a amarme.
https://mipequenamuerte.bandcamp.com/
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día 101 “Todo llega para el que sabe esperar” leí. Yo espero, mientras me desespero y mientras escribo, y mientras espero, y mientras trato de aprehender, y mientras espero, y mientras me muevo, y mientras espero, y mientras descubro la belleza y el placer, y mientras espero, y mientras ya quisiera que el amor me vuelva a suceder, y mientras espero, y tejo, y mientras espero, y mientras me desespero y mientras espero y mientras todo es vida y se saborea, algunos días más, y espero porque sé que todo eso va a llegar.
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día 108 Cierro de par en par la mirada hacia la nada, pero esta vez no para encontrar el universo, a Dios, o a lo sagrado que habita en mí, sino para quedarme ahí mirando la imposibilidad de ser, de amar, de crecer, de avanzar y padecerlo con placer. El placer del dolor que me enciende la sangre y la transforma en heroína adictiva y necesaria para alimentar el dolor con más dolor. Me brotan a borbotones los sentimientos de fealdad, de inadecuación, y crecen hacia afuera para que todos me vean así. Miráme que yo estoy mirando sólo con ganas de ver el no multiplicado en millones de formas: en el silencio que se escapa y se hace persona, y ya está, cama, ventana, manos quietas, ojos cerrados, dolor que se respira, angustia de ser y no ser y de esperar y de perder, y así transcurren unos días, no serán muchos, ya no los dejo crecer tanto.
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día 110 Ahora leo un libro que me prestó Mariel, se llama “La elegancia del erizo”. Me dijo te va a gustar y me encanta. Me veo en éstas palabras, en la búsqueda y en la enfermedad. Leo el libro más contenta que otros libros, no sólo por el reflejo sino porque al prestármelo Mariel me dio más que el libro. Siempre me maravillé, en silencio, como preparaba afanosamente la comida, y abría su mejor vino y prendía velas sólo para estar con nosotras, preparativos que yo sólo asociaba a una cita romántica. Ella le da a la amistad la importancia y el lugar que se merece. Tener amigos, o más bien ser amiga para mí no fue fácil. Por mi timidez, por mi tendencia al melodrama y porque me acostumbré bastante bien a estar sola y me llevo bien con la soledad, tardé mucho en tener mis amigas, en comprender que yo también las necesitaba y las merecía Cuando te encontrás con los amigos que necesitas y mereces los días se vuelven extraordinarios.
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día 117 Ayer en medio de una batalla interna comprendí, o recordé, o reaprendí que esa felicidad tranquila que quiero no viene sola, tengo que empezar por dejar de querer sostener todo, de querer controlar todo, de querer aferrarme de algo-ni siquiera una palabra- y menos aferrarme de alguien. Más que la lucha o búsqueda o el encuentro la clave está en soltar. Dejar que se vaya lo que se tiene que ir, quien se tenga que ir, y se quede lo que quiere quedarse, sin cuerdas o manos o deseos que lo sostengan acá a mi lado ¿Difícil? No sé de nada que valga la pena que no cueste.
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día 121 Voy a cortarme el pelo. Voy a hacerme un vestido nuevo. Voy a pintarme las uñas y los ojos y los labios. Y voy a hacer todavía más. Voy a estrenar esa parte de mí que protegí por años, que no le di a nadie, no por avara o mala, un día, hace rato dije: “esto es sólo para él”. Lo dije cuando era muy niña, influenciada por alguna película hiper romántica, empalagosa y cursi de las que me gustan tanto, y después me olvidé; mi cabeza era un caos casi la mayor parte del tiempo; así que me olvidé y me enamoré y me desamore y así, y la cosa siempre ahí guardada, esperando al amor de mi vida, “pero ya soy grande” dije un día, hace muy poco, es momento de abrirme completa.
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día 123 Es así sonrisa irónica de “te lo dije” ante la caída, a pesar de necesitar sentir bien, me siento miserable de sonreír porque el universo me comenta que no sólo soy yo, que a veces me martirizo por cosas que son de dos y me cargo de mis falencias y mis debilidades como si fueran las únicas responsables de que no, pero no. Está el reflejo que también propicia la caída o la desolación. Que el reflejo por reflejo tampoco puede, como yo, darme lo que no creo que merezco, entonces me perdono un poco mis errores y después me tiro como cada día las palabras encima, llena de ganas, ardientes ganas de completar el “…. y yo” para estar tranquila, para retozar satisfecha pero sin la almohada entre las piernas, sino con un vos que me llene de besitos y diga: “¿Querés mate?” -Bueno, bueno, no soy muy romántica, soy de Virgo- y yo diga “Dale” y mientras se va le suspire un “Te quiero ¡Ay como te quiero!” y piense que los días aunque oscuros y arrasados por tonterías, valen la pena por vos, y arrepentirme enseguida de el por vos y dejar a secas el valen la pena, porque ahora también valen la pena y vos todavía no estás acá, pero sé que van a ser exponencialmente mejores con vos. Y te espero pero ya no tejiendo la impaciencia en colores oscuros y sin espontaneidad, sino vislumbrando lo grandioso de lo que llega y que ésta espera me haga a mi mejor, más entera, más verdadera y valiente y buena de verdad, ya no sonría irónicamente porque ya sabía, sino que sonría divinamente porque no sé nada.
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día 124 Digo demasiadas palabras y no dejo de sentir que siempre estoy diciendo lo mismo “¿Y qué es eso que decís?” No sé. Hablo de mi rotura y de mi necesidad de amor, no, no necesidad, de mis ganas. Ya entendí que el amor tiene que venir de mis ganas y no desde mi carencia. Estoy aprendiendo a estar sola, a estar sola bien, para después estar bien con alguien, si eso pasara, sino no pasara ya sé estar sola y sonreír, estar sola y tener esta alegría tranquila porque los días también son ricos, y puros y hermosos. Pero mis palabras quieren estar enamoradas, no te puedo mentir, les encanta explotar como soles chiquititos, intensos, revolotear como mariposas, no en la panza, por todas partes, mezclarse con otras palabras o con un silencio cálido y profundo. Sí, les encanta el amor y sentirse llenas y calentitas -de todas las formas posibles, vos me entendés. Y bueno, yo les dejo que tengan ésas ganas porque, ya está, te lo voy decir, a mí también me dan ganas de estar enamorada.
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día 130 Cada tanto la duda, viene llena de preguntas y me las deja justo acá, adentro, y yo no puedo hacer otra cosa que mirarlas. Algunas pasan rápido, no me conmueven, ni me pesan, ni me desequilibran, pero está esta pregunta que se regodea en mi susto, en mis contradicciones, en mi inseguridad y en mi ego enorme y molesto. Viene como si nada y me desacomoda las palabras, las inhibe, ellas que se creían grandiosas y trascendentes, se deprimen y se achican, se quedan ahí y dicen no sé-no sé-no sé-no sé porque escribo, no sé si es necesario que escriba, no sé si importa que escriba, no sé si haré algo con lo que escriba, no sé si vale la pena que escriba, no sé- no sé- no sé- no sé. Pero cuando la duda se hace chiquita, no así nada más y sí así nada más, tampoco sé ninguna de éstas cosas, lo que sí sé es que no puedo dejar de escribir, no importa si es sin talento, con falencias, no importa si no es extraordinario, con mis palabras son chiquitas, cotidianas, simples. No sé si es sólo para mí, porque sea como sea no puedo dejar de escribir, me sana que las palabras sólo salen, les encanta salir, y son mi reflejo, mi espejo, yo me miro acá y a veces me comprendo, yo me miro acá ya veces me sano, yo me miro acá ya veces me gusta lo que leo.
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día 147 øTodo tiene que ser así? Le pregunto a mi cabeza pero hay un cartel que dice OCUPADO, me desarmo de impaciencia y me vuelvo a armar un poco mejor, o eso creo. Soy demasiado exagerada. Puedo encontrar la divinidad en una palabra y perderla al segundo en la misma palabra. Todo es intenso, de rojo a negro, los medios están ignorados. Todo es todo y es intenso. Me mareo en esta danza de mi ego. Me mareo y me contemplo perpleja desde lejos sabiendo que no es necesario tanto, que si me calmara podría ser divina como una palabra, y no morirme de ellas por cualquiera, por nada.
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día 150 La vanidad viene y me susurra cerquita que las cosas fueron, para mí no habrá más porque estoy lejos, porque ya pasó mi mañana, porque se me nota en la cara cada uno de los días y también la frustración, y los sueños que no me animé… y yo me quedo plantada frente al espejo y le creo todo, hasta eso que me agrega después, que necesito otro que me ilumine y complete, - Ja, como si alguien pudiera si yo no puedo- intento defenderme pero me desmoralizo y ella se aprovecha de eso y quiere convencerme que si no soy la mejor no soy, y soy la mejor y no soy, pero soy sin ser la mejor, y a ella eso no le alcanza. Quiere que quiera todo y yo un poco le hago caso, un poco no, un poco sólo quiero estar tranquila, porque la guerra que hay en mi interior, además de esta acidez me va a dejar agujeros que ya no voy a saber llenar. Y me cansa, me canso. Prefiero mirarme con los ojos cerrados, dejo de escuchar lo que la vanidad y el espejo dicen de mí.
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día 166 Estoy impermeable a todo lo que no sea este barullo de palabras en mi cabeza. Que me aturde y que me duele, y que no me deja sonreír mí estrenada primavera, o florecer de golpe, roja y hermosa como eran mis ganas, como lo serán. Pero ahora inverno en primavera, me caigo hoja crujiente. Y ya quiero salir sol.
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día 167 -¿Cómo es esto de querer tanto algo y hacer siempre lo contrario? - me pregunta Kiki y yo ya no sé que responderle, ya no puedo culpar al poco amor de mamá o las múltiples decepciones de papá, soy grande, ya debería haberme sanado si además le sumo que hace rato, mucho rato, busco dentro de mí la cura, dolor-amor están dentro mío, amor-odio-miedo, oscuridad-luz se revelan simultáneos y se alimentan uno del otro, entonces, si tengo esta capacidad casi ilimitada de encontrar el dolor también puedo sanarme y amarme, sólo tengo que buscar ¿no? “Encontrar” me corrige Kiki que leyó a Hesse y sabe de lo que habla, aún antes de haberlo leído sabía, es una gata, y Kiki además es muy peluda y mimosa. Entonces sí, tengo que encontrar dentro de mí la cura así la próxima vez no encuentro dolor sino amor que es lo que quiero “¡Y cómo!” Se sorprende Kiki y yo la mimo, ella es muy linda.
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día 168 La gran tragedia de los días nace, se desarrolla y explota justo acá, adentro. Tengo que escucharme corazón, espíritu, cabeza. Tengo que hacerme caso hasta en la necesidad de caída, porque, ahora lo sé, hasta la caída es necesaria a veces porque puede ser una manera de impulsarme en un gran salto, al cielo, al sol o pequeño hasta la superficie, para que puedas mirarme.
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día 173 “Si hay amor que nos venga a salvar” canto con Pez, y recuerdo que antes, el amor de esa frase era otro, y tenía que venir a rescatarme de los otros. Pero el tiempo que pasa y pasa, y a veces me enseña, me dijo un día –bueno, realidad no fue un día, fueron varios días de arduo debate porque a veces me cuesta un poco entender- que ese amor no era sólo otro. Que contenía a otro pero que era todo, y que ese todo nacía dentro de mí. El amor que hay en todo (por ejemplo: el cielo, un gato, las canciones, una palabra, mi madre, y claro, también un hombre) estaba en mí y que era ese amor el que salvaba, “Ufff ¿Es así?” “Sí” dijo el tiempo y me dio una lamida para recordarme que existía y que no me fijara tanto en él y me dejó pensando. Me costó muchos otros días comprender que el tiempo tenía razón. Hay tanto amor. En todo hay amor, el amor es algo tan poderoso y está en todos lados y si me permito amarme ése amor va a salvarme.
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día 174 El infierno son los otros dijo Sartre y yo lo creí mucho tiempo, pero ahora ya no, el infierno está dentro mío. El infierno es en el modo en que elijo mirar y aceptar el mundo, o la realidad, lo que pasa, o una palabra o el silencio. Porque hay días que me levanto y asesino mi felicidad y el amor porque ese día prefiero el dolor, no es que me lo proponga conscientemente, pero sí, me levanto con ganas de estar enojada, de matar, de destruir lo que hay, y me aboco a eso y después me sorprendo lo frugal que es mi infierno, lo malvado que son los otros, lo herida que estoy y cómo sangro. Es verdad, y no te voy a discutir porque mucho todavía no entiendo, cómo es que otros días a pesar de mis ganas de sonreír me llueve todo, y las palabras de otros son como balas, y el otro es cruel, es egoísta, no me ve, no le importo y así, yo creo que es como un eco de los días que fui mala, pero llegan tarde cuando yo ya soy otra y florezco. Pero no te lo puedo asegurar, sigo pensando en esto.
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día 178 Porque las palabras tienen límites, ese límite sos vos, los otros, más bien lo que está dentro de los otros. Por ejemplo yo puedo escribir-decir la palabra “amor” y el herido leerá daño, el enamorado cielo, el escéptico imposible, el iluminado infinito, el que espera tarde, el inocente dulce, el curtido sangre, la madre hijo, yo digo luz-oscuridad-abismo. Dije amor y amor es una palabra que implica muchas cosas, es un ejemplo fácil, hay palabras más concretas pero siempre leo desde quién soy o lo que busco o lo que puedo encontrar. Pero así y todo con sus limitaciones las palabras pueden unir y crear, pueden resaltar y encontrarse con otras palabras para jugar y jugarse y conjugarse.
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día 181 Todos los días estoy sobre los días esperando, buscando, pidiendo por un amor real, y este día viene me dice (igual ya antes los otros me lo decían) que si hay milagro y lo encuentro no voy a saber qué hacer con él, y eso es verdad.
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día 187 Estoy rota, hace rato, pero no sé desde cuándo. Se me rompió la realidad en los ojos y el amor en las manos, y me siento como Alicia en el país de las maravillas siguiendo al conejo blanco sin terminar de entender nada, y menos aún el tiempo que me pasa sin que me dé cuenta, si ahora adentro todavía soy una niña que cree en la magia y piensa con que va a ser cuando sea grande: si princesa o puta o alguien que se deje amar. Como Alicia soy tan enorme en algunos lugares y tan pequeña en otros, inadecuada en casi todos, y aún así con ganas de reírme, de revolucionarme, de morirme de amor o mejor: de vivir de amor; con más ganas de que sea el sol el que estalle en mi pecho y no esta roca, no este universo que implosiona crónicamente, porque no me desanudo el interior y sigo tropezándome conmigo misma y mi reflejo, poniendo el pie perfectamente sobre mis propias huellas, creyendo que ya no es igual pero soy igual. Digo que estoy rota porque de que otra forma se puede explicar este suicidio permanente de mi paz, esta agresión de mi cabeza y de mis sentimientos también contra mí, este constante encuentro con el dolor, de noche a la luz de las velas, o de día con un sol que invita al interior a bailar pero no “no quiero” digo y me pongo a cantar canciones tristes que ya no me dejan respirar.
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día 188 Creo en las cosas más tontas como si nada y me cuestan las serias y científicamente probadas. En elegir entre creer y no creer casi siempre elijo creer -No creer en muy aburrido- me dijo Cortex y creo que esa frase (escrita en el msn al rato de habernos conocido) es lo que lo hizo definitivamente mi amigo. Y no es sólo aburrido -hubiera agregado si las palabras se me ocurrieran en el momento adecuado y no minutos, horas, días, semanas, meses y hasta un año después (es claro mi problema de sincronización) sino también una cuestión de apertura, de no cerrarse sólo a verdades obvias, justificadas, aprobadas con norma Iram, sino comprender que hay verdades sutiles, increíbles, latentes, espiraladas, adyacentes y creativas que necesitan bastante de uno para ser creídas, un esfuerzo para cambiar un poco de lugar, de perspectiva, de ojos, de cabeza, de interior y ahí te quiero ver si es tan simple o tonto creer. Bueno para ir cerrando resumo: no creer en muy aburrido.
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día 193 Todos los días creo mi mundo y le exijo a la realidad que sueñe conmigo, porque necesito llenarme de belleza, es que si no no me aguanto y refunfuño mis palabras, hasta las lindas y buenas, yo me enfermo adentro y afuera lo expreso con aaaaaaaaaaachís. Llego de días en que ni yo sabía cuáles eran mis sueños por eso no podía exigirle a la realidad ni al tiempo, ni a mí ser como quería que sean. Pero ahora ya sé que quiero y como quiero, y no sólo los sueños, sino las canciones, las palabras, los encuentros, los días, el silencio y mi amor.
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día 199 Soy una mujer bendecida, siempre lo supe pero ahora no puedo dejar de sentirlo. Tuve todo lo que necesité para ser quién soy. Tuve la carencia que me dio fuerza, tuve la imperfección que me dio profundidad, tuve el desamor que me dio entendimiento, tuve las muertes que me dieron la risa y los abrazos, tuve la enfermedad que me dio pies y tierra, me herí para saber cómo cuidarme, que descanse para luego levantarme, que me calle para después hablar de las cosas que amo y me hacen bien, pero también tuve el abrazo que unió mis partes, el apoyo que engrandeció mis sueños, las palabras, y también el silencio, que me fueron despertando, y amor a raudales, de todas las forma, de todos los tamaños. Por eso todavía hago lo que quiero creyendo en el destino y creo de a ratos en mi y en otros, y me siento libre y aferrada y sin ninguna duda estoy llena de amor, adentro, afuera, alrededor, y miro con amor el mundo y a los demás, y trato de enseñarle a mi boca a hablar con amor y a mis ojos a mirar con amor y a mis manos tocar y crear con amor todos los días, cada día. Soy una mujer bendecida porque estoy viva y siento y pienso y me expreso y poco a poco estoy aprendiendo a quererme y hasta dejarme querer, mirá lo que te digo.
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día 200 Me broto y no siempre de flores, a veces de bronca o de impotencia, otras de soledad, de miedo, también de amor, -ojalá de amor fuera siempre- o de días grises como hoy, no importa que haya sol, o de sol me broto, aún de noche o en medio de lluvias tan tremendas que parece que el mundo se termina hoy mismo, pero no, por suerte el mundo sigue, y después se hace hermoso, desde acá adentro; pero igual yo me broto, y mato, creo, me hago roja, gigante, expulso fuego desde los ojos y la boca, o desaparezco, y sólo cuándo hay magia roja y aparezco.
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dĂa 203 Estoy tan contenta que las palabras saltan como en un pogo interminable.
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día 204 Ese día Jorge me había dicho:”Comprendí que ser adultos es entender que uno hace las cosas lo mejor que puede”, me lo decía en general y yo no comprendía en particular. Tuve que enfrentarme a mi misma repetida un millón de veces para entender que uno hace las cosas lo mejor que puede. Es angustiante cuando ese mejor que se puede no alcanza, pero voy aprendiendo, intentando mejorar. Mejorar para que algunos errores no se hagan perpetuos, quiero mejorar tanto, mucho, más como para que un día hacer las cosas lo mejor que puedo sea todo.
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día 207 Ahora el camino me dice que ya es tiempo de que sea enérgica, “Más, más, más” me pide, que me levante con todo y le diga “¡Acá estoy, oh camino siente mis pasos!” (la idea de decirlo épicamente y como traducido al español neutro es del camino, he) y yo que me acostumbré a ser leve, y a ser invisible quiero y no quiero y quiero y no quiero…ya aprendí que desear te llena de dolor (ya ves, duelo) pero que no desear te aquieta (ya ves, no me muevo) entonces ya quiero avanzar pero que no duela. -¡Así cualquiera! - Pero, cómo pretendes camino que dé pasos desgarrado, ¡Así no voy a llegar a ningún lado!-la idea de hacerme la poeta es toda mía - No hay otra forma. ¿No? ¡Sí!, No, No sé y me embrollo, entonces me siento triste, me acurruco, me levanto, miro por la ventana, bostezo, me entusiasmo, tomo mate y resuelvo que ya quiero caminar de nuevo.
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día 210 Cuando nací el universo me marco el alma y luego el cuerpo para que al mirarme recordara que soy única. Me rasguño el cuello para que los besos tuvieran textura. Y para que no olvidara que hay dolor en los nacimientos. Luego dibujó en mi boca esta sonrisa desprolija para que sonreír fuera un acto de valentía, igual ya sé que hay belleza detrás de cada cosa rota, o distinta, o imperfecta. Me dio esta voz para que mis palabras tuvieran contundencia. Tantas marcas al principio me pesaban, y yo me arrastraba padeciendo mi singularidad. No vi que era un mimo, que así marcada también podía ser leve y volar, ni vi su belleza singular entonces me hice fea y después invisible y te pedí que me veas hermosa.
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día 212 Abro las manos y suelto, palabras, globos, espejos. Un día voy a ser muy fuerte y voy a soltar raíces y se van a tejer con el suelo, mi nido de tierra-palabras que atraigan primaveras y telas rojas y mulliditas, para envolverme, y cuidarme, y darme calor, abrazarme y hacerme sentir suave. Al sol le va a quedar bien quedarse adentro mío e iluminar desde ahí mi mundo. Seguro que va a ser cuando termine de darme cuenta que estoy hecha de amor, y una sutil belleza, y que todo lo que necesito para ser feliz esta acá.
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día 216 Cuando me desperté el mundo ya estaba lleno de todo. Palabras que se entrelazaban a lenguas y lenguas a espejos y así se creaban cielo o espacio o deseos; y yo quería todo, mirar, tocar, probar, decir, asir. Pero todo es mucho y no se puede, no porque no se pueda en sí, sino porque todo es nada al final, también al principio, pero al principio siempre se parece a algo. Entonces tengo que decidir si azul o verde o carmesí, si arriba o abajo, si abierto o cerrado. Pero hay cosas que vienen juntas (me llevo muchos días darme cuenta de eso). Oscuridad-luz, amor-responabilidad, felicidad-lucha y así, sin embargo a veces me empeño en separarlos y ahí nomás empieza todo el lío. Afortunadamente el mundo sigue y crece y me acerca siempre a otros que me enseñan- o yo cuando me callo y puedo escucharme- y como hacerme más grandes sin dejar de ser niña, como ir hasta el cielo sin dejar la cama, como estar contenta sin aferrarme a nada, como estar abierta aunque adentro hayan murallas, como sonreír secándome las lágrimas, como ser feliz sin necesitar nada, como dejarme amar sin asustarme de mis ganas.
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día 218 Me entrego a la sensación de que no pero con ganas de sí, con ganas inconfundibles de sí, y de paso de revolución, de éstas que empiezan con nada, un sentimiento fuera de lugar y de repente ya es todo un caos. Vagan sueltos por todas partes, algo así como si fluyeran, como si hubiera que atraparlos en redes de sueños o estados que inviten a jugar, y ponerlos en un lugar nuevo, reacomodarlos dónde no estaban y por ahí siempre debieron estar, o nunca, para el caso es lo mismo, sólo cambian algunas letras o todas, y ahí está el qué de la cuestión, es las ganas de agarrar una a y sacarle su pancita lujuriosa y ver qué pasa, si seguirá siendo a y lujuriosa pero distinta, desarmada, inventada, jugada. Ganas de sí, ganas enormes de revelarme contra el no y sus ganas de tiranizarme, y con ganas salir a la calle dispuesta a la lucha, armada sólo con éstas ganas, digo sólo como si fuera poco y es tanto. Mostrarte que si querés se puede, podemos todo.
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día 219 Jodie aprendió a jugar a las escondidas y no sé cómo, son ésas cosas que pasan y parecen que siempre hubieran pasado. En ésos días una parte de la casa era un caos de materiales, cuando entrábamos alguna veces nos cuidábamos de decir un “¡A escapar de Jodie!” para que ella inmediatamente moviera su cuerpo de gata gorda y peluda y perezosa y mal humorada y ágilmente buscara un lugar para esconderse. Casi siempre ese lugar era ínfimo y sólo escondía la cabeza dejando todo el resto bastante visible, pero todos hacíamos de cuenta que no la veíamos y la buscábamos un rato preguntándonos en voz alta “¿Dónde estará Jodie?” y tardando en pasar a su lado porque cuando pasábamos Jodie salía de su escondite de un salto y a toda velocidad corría al patio, pero no demasiado rápido para que la pudiéramos alcanzar. El juego siempre terminaba con mimos y ella subida a los hombros convertida en una hermosa estola ronroneante. Hablo de Jodie y me parece estar hablando de amor.
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día 221 øVoy a poder cambiar el mundo desde acá? Sí, se puede. Sin duda todo es energía y creamos cada día con palabras e imágenes, música y esperanza y buenos actos el mundo que queremos, desde lo intangible, hasta lo real. No, los cambios necesitan acción, movimiento. De nosotros involucrados en calles, espacios, otros. De tocar y estar. De mirar. De actuar. (¿Será que cada pregunta tiene más de una respuesta perfectamente válida?)
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día 222 El problema es el olvido. Por ejemplo al terminar de comer un helado de chocolate semi amargo me olvido del calor y las ganas de algo rico. Al crecer la inocencia y como era transcurrir sin tiempo y con la travesura en el cuerpo, los porque bobos, las ganas de despertar para salir a jugar a las escondidas 1,2,3,4 yo te encuentro. Cuando me enamoro a veces me olvido un poco de mí, o de cuidarme, o de entregarme. Cuando ya el amor está acomodado me olvido de cuando recién se despertaba y la sonrisas por nada y adentro todo tenía alas y luz y ganas. Cuando el corazón está destrozado me olvido que el amor sana y que abiertos es mejor que cerrados, pero bueno, si duele es fácil olvidar eso. Cuando hay luz de la que me olvido es de la oscuridad, aunque realce las formas, aunque dé profundidad, y cuando todo es oscuro como era brillar, y de paso, hacer brillar. ¡Tampoco se puede recordar todo! Claro, obvio, por supuesto, pero recordar al menos un poco, para comprender, para entender como llegue hasta acá.
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día 223 Me está costando esta caída. Hace siglos que caigo. Por momentos cierro los ojos y me dejo arrastrar hacia abajo, si ya falta poco, me digo, ya falta poco seguro. Con los ojos cerrados imagino cómo va a ser ya no caer, como mi cuerpo simplemente va a tranquilizarse y voy a saber que ya puedo levantarme y empezar a subir. O levantarme simplemente. Siglos así caída entumecieron mis piernas, necesito estirarlas, y prenderme una flor en el pelo y salir por ahí a caminar, levantada, sin resbalamientos imprevistos en el camino o en mi interior. En otros momentos abro los ojos enormes y desde abajo y cayendo miro el cielo, claro, nublado u oscuro, es tan bello siempre, me dan tantas ganas de parar la caída y remontarme hasta ahí, aggg. Intento unos movimientos, torpes, pequeños, trato de aferrarme de algo, de alguien, intento, casi siempre lo logro, me quedo de la mano de una palabra, de algo tan bello, de alguien que juega conmigo, pero al rato y por efectos de la gravedad, sigo cayendo, “todo es tan efímero” me repito con la sensación todavía en mis manos de la palabra o la caricia. Y así todos los días. En medio de los mates, de mi música favorita, de los estados virtuales y reales y de los sueños que me invitan a la vida.
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día 226 La verdad y esa manera de mostrarme sólo lo que quiero ver. O si o no o no sé. Pero sólo eso que quiero o me asusta. ¿Sigue siendo verdad así? Sigue. Entonces ella está ahí y es irrefutable, es absoluta y relativa, y rasga la ilusión y a veces después de ella el mundo queda de cabeza y tengo que acomodarlo de vuelta, pero distinto, un poco más uff o más ahhh. Pasa que hay días en que la verdad está ahí y abro bien los ojos y no, sólo veo sueños, y no de ésos que quiero para hermosear el mundo, sueños tontos que me seducen con promesas que después ni se acuerdan, así que. Prefiero la verdad aunque me cueste verla, porque es sobre lo que se puede construir algo que no se desmorone cuando la verdad decida decir algunas de sus palabras, cualquiera de sus palabras.
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día 227 Cuando afirmo “Esto es así” viene el universo y me dice “No, ni ahí”. No puedo estar segura de nada, se empecina en hacerme dudar de todo.
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día 230 Hay días completos, y de a varios, que vienen bostezando de sueño, ahhhhhh, gran bostezo, me miran cansadas de mi cuerpo quieto, quieren bailar, no bailar, sino bailar, no sé si las entiendo. No sé si entendés. No sé si me entiendo. Quizás menos de lo que analíticamente quiero. Quizás más pero no me escucho siempre. Y cuando me escucho, a veces, me ignoro. No sé por qué. Miedo digo yo y por ahí tengo razón. Pero ¿Tanto miedo? Si ¿Pero a qué tanto miedo? ehhhhhhhhhhh… ¿A ser feliz? ¡Yo pregunte primero! A ser feliz ¡dije! ¡Qué tonto miedo! Siempre son tontos los miedos igual se hacen escuchar y se quedan murmurando adentro hasta que me convencen de que tienen razón, y la tienen sólo a veces. Cuando no los escucho me doy cuenta de eso y qué fácil de repente es decir palabras creadoras, besar, acariciar y remontarse a un sueño que me haga bailar. Si, bailar.
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día 231 Hace mucho íbamos con Pablito de no sé donde a no sé qué lugar y pasamos por el túnel de la estación de Longchamps y ahí había un hombre haciendo magia, una magia bastante simple, pero magia al fin, se trataba de esos muñequitos de papel que bailan solos, al salir del túnel hable largo rato del muñequito y su baile y como eso mejoraba el mundo así como mi ánimo y mis ganas de creer. A los días Pablo me trajo de regalo un paquetito que contenía al hombrecito y el secreto de lo que le daba vida, lo leí sin querer entender nada y después lo olvide en algún lugar y jamás, jamás, jamás lo hice bailar. Yo no quería entender cómo funcionaba la magia sólo quería encantarme.
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día 232 Ayer ni bien abrí los ojos lo primero que vi fue la danza de una pluma. De mi colección de plumas encontradas en la calle una caía, y no caía, y era empujada por el viento para arriba y para bajo, la hacía girar y luego la dejaba un rato descansar suspendida en el aire. Fue como despertar de un sueño para entrar en otro sueño. La pluma en su danza volaba, tal vez recordando antiguos cielos, antiguas alas. No fue hasta que me levanté que descubrí el secreto, vi que la pluma colgaba de una tela de araña. La naturaleza se unía para regalarme un poco de ensueño.
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día 233 Demasiado caos. Trato de acomodar lo de adentro, lo de afuera y todo lo demás, me agoto de noche de día de tarde y todo sigue desordenado, las palabras que no se callan, las cosas que no se guardan, los días que se confunden con otros días y el calor ¡Cuánto calor hace! Me chorreo marchita en mi humor, en mis ganas de guerra o paz, y en mi frugal imaginación. Duermo sueño repto bajo este sol y espero lo que me prometí no esperar “¡Cómo si te hubieras creído desde el principio!” me condena Kiki que me conoce mejor que yo y me reta, pero también me perdona los errores y mi inocencia.
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día 235 Me recuerdo chiquita y ya con el sentimiento enorme de imperfección, de estar rota aunque no sabía de la rotura. Creo que fueron mis dientes desparejos, o también mi voz grave e imponente, o también que no se me entendieran las palabras, la rrr se me dormía entre las otras letras, por eso y porque sí, me creció esta timidez enorme donde todavía me siento segurainsegura y desde dónde miro todo el mundo, a los otros llegar e irse, crecer, jugar, morirse, amar, mientras yo me ahogo de las palabras que no digo y me salvo en las palabras que otros escriben. Acá refugiada quise hacerme diferente para sentirme extraordinaria o especial o común (según el día) e imaginé mundos imposibles, amores diferentes y traté de mover las cosas con las mente para alcanzar lo que estaba muy lejos o despedazar a las personas que me lastimaban-suerte para la humanidad que nunca pude- y
antes y ahora
con tantos
sueños, algunos bastante tontos, otros eran hermosos, es una lástima que no me esforcé por realizarlos. En eso de los sueños siempre tuve mucha suerte, cada vez que soñé intenso otros me acompañaron, me ayudaron, algunos soñaron conmigo. Lo más difícil en todo este tiempo no fue crecer y salir un poco de mi timidez, y menos que algunos otros creyeran en mí, sino fue que yo pudiera creer en mí.
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día 240 Todavía no me acostumbro a mi cuerpo de mujer, y eso que. No y no. Porque adentro la niña que fui está resguardada y todavía quiere salir a jugar, o mirar nubes, o maravillarse, o todo. Es por eso que siempre me desnudo y me miro al espejo para enseñarle a mis ojos, y a todo lo demás, que ya soy toda una mujer, y que está bien crecer, y que está bien crecer y seguir jugando. Pero me cuesta, me cuesta tanto aceptar que el tiempo me pasa y a mis ojos y algunas cosas que miro, mi boca y dos de mis palabras, mis piernas y el camino hasta allá, lo que se ve pero también el corazón roto y vuelta a remendar y ya no es lo mismo, sigue amando pero frágil, con ganas, pero un poco resguardado, no como cuando era realmente y sólo una niña que no le gustaba esconderse, si contar, pero cuentos y cada vez y todos al final feliz.
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día 242 Me levanto con brumas en los ojos, pero no me confundo, todavía puedo ver algunas cosas hermosas, sólo que, sólo que extraño, tontamente, lo que todavía no pasa. Extrañar es dulce pero cansa, como esperar, como desear, como prometerme que ya, que pronto, que sí, pero todavía no. El mate, la música de fondo demasiado hermosa para no cantarla también, y de paso, cantárselo a alguien que entienda, pero acá estamos solos la bruma, la música y yo y hoy esto no alcanza… no estoy triste, te digo, sólo quiero.
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día 247 No estoy mal acostumbrada a la soledad, las dos elegimos estar juntas, elección que no quita la posibilidad de tener un mundo lleno de personas favoritas, de amigos, de familia, de gatos… pero esta noche cayó de golpe y es tan hermosa y se abre de posibilidades y yo sólo me desnudo para ponerme la vieja y cómoda remera y hacer click en el play y ver otra de éstas películas que me gustan tanto y me hacen suspirar un “yo también quiero” -Ah jajaja resultaste romántica- me dice Kiki- ¿quién lo diría? -Yo no- digo, mientras empieza la película, fue Tomás que dijo sos cursi o algo así y yo dije “no. No. No, no, no. No” y después me di cuenta que tenía razón, pero nunca le dije tenés razón, sólo actúe como si no pasara nada. Sí, soy cursi, y estas noches en que frente a mí otros se enamoran, se pierden, se encuentran y al final se aman, yo también me enamoro, me pierdo y al final creo que voy a tener mi gran amor.
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día 249 Escribí varias hojas mientras él dormía. Ahora ésas hojas y su sueño ya no importan; pero sólo porque dicen como era antes de ése sueño y ésas hojas. Las leo y el cielo es un agujero de dónde salen estrellas, sólo para mirar algo en noches como éstas dónde el amor pasó de largo y sin embargo algo hubo. Un click. Él me habló de creer en uno mismo y me llevó de la mano para mostrarme algunos lugares, y era como antes, cuando sabía que podía ser amada y no cómo ahora que no sé, que perdí las palabras que despierta el corazón de alguien, que no sé cómo entregarme, que no creo poder enamorar a nadie, y que no merezco aunque quiero, y no sé porque no merezco. Su mano en mi mano, la noche larga de estar ahí hablando, contándonos cosas, algunos sueños y el descubrimiento, ahí, en la soledad de la cama compartida, de la luna agitándose afuera que había otro tipo de noches todavía para mi, otro tipo de encuentros. No es él, decía mi corazón, pero quiero más noches así.
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día 251 Hay días que caen así; como si fuera un dado y por obra de los sacudones y el soplido y la tirada cae ennnnn 1. Pudo haber sido 5 ó 3 y en algún otro día lo fue, pero hoy es uno, y como es 1 hay que moverse de 1 en 1, hay que vibrar 1 y soñar con 1, y reconocerse 1 y ver 1 allá o acá. 1 no es malo ni bueno, es 1 y como tal puede ser cualquier cosa pero sin dejar de ser 1. Puede aliarse a otro 1 pero eso no los convertirá en 2, sino en 1+1. Puede fingir ser por ejemplo 4, pero tarde o temprano el 1 de adentro se manifiesta, porque 1 es 1 y está muy mal, pero muy mal querer ser menos, porque querer ser 4 es querer ser otro y por lo tanto no ser ni 4 ni 1 y ser la resta de todos los números. Así que al final es bueno ser 1, como es bueno ser 2, cada uno tiene unos pros que ni te cuento y unos contras que para que. A lo que hay que estar atentos y ver que a la larga, ojala fuera a la corta, 1 es 1 y eso está muy bien, porque en ese 1 hay infinitas posibilidades de ser 1 y ser el mejor 1 posible, el peor también, pero es tan fácil. Así que en vez de lamentarse por el destino de 1 hay que sentirse muy contento y sacar lo mejor de 1, que eso bien puede ser cualquier día, sin importar el número.
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día 253 Tengo el tacto de un gigante adormecido y sin embargo sé tocar bien suavecito y me gustan los mimos, cómo me gustan, preguntale a Kiki ella sabe. Aunque me gustan tanto igual soy torpe, y no sólo con mis caricias sino con mis sentimientos. Cuando siento mucho me enredo, y pongo mal las palabras o las mezclo con silencios innecesarios. Torpeza que confunde- Si ya sabes que no hace falta ser mala para herir- me recuerda Kiki, a la que le gusta mucho mis mimos pero mucho más refregarme mis errores, y demostrando esto último sigue- Y en eso de cuidar o cuidarte pufff nena, vas mal- yo me canso pero ella no- y ni hablemos de jugarte ¿hace cuánto que no? - ¡No sé, no sé, no sé y no me importa -Claro, no te importa- y me mira con sus ojos amarillos malvados chiquititos, malvados ojos de gata y yo suspiro (maldita gata, ¡¿quién te dijo que quiero entender!?)
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día 259 No todos los días pero si muchos me levanto con la certeza de que habrá guerra, no de ésas que destruyen muchas vidas, sino de ésta que derrumba muros interiores. Y cuando digo derrumbe de muro no hablo de abrirme, ojalá, sino de ésa caída de lo placentero, de lo que hacía bien, de lo que sostenía el día. Cuando esto pasa, y pasa cada tanto, o más seguido, nadie es más cruel conmigo que yo. Es tan claro el error, la falla, la fealdad, que es imposible amarme y lo bien que me vendría, justo. Hace tanto que no me amo y por lo tanto que nadie me ama. Nadie me ama de verdad. Y siempre está mi armadura y la indiferencia de él a mis caricias, a mis ay deseosos o satisfechos, y él no necesita contar mis lunares o no abusa de mis besos. Es como estar desterrada ahí debajo de ésas sábanas. Estar siempre de paso y por una vez. No atarse aunque en mi bolso siempre lleve mis hilos listos para unirme. Y mientras todo eso pasa yo paso de la vida de los otros y me pregunto ¿La armadura para qué? Para mí. Otra vez ¿para qué? Porque me defiendo así. Otra vez ¿para qué? Para sobrevivir. Otra vez ¿para qué? Ya no sé para qué.
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día 261 Cada tanto y sin aviso, o con aviso me levanto hecha pedazos. La cabeza por acá, las manos allá, el corazón dormido o asustado, y el alma hecho un ovillo debajo de la cama. Así despedazada sonreír es un esfuerzo desmesurado, hay una especie de sonrisa en gotitas que no me llena de sol. Lejos de acostumbrarme no logro encontrarme en ningún lugar, difícil moverme toda junta, o abrazar. Todo cuesta más, hay que coordinar los pedazos y tratar de no perderlos por cualquier lado, es tan feo, por ejemplo perder el corazón en las manos de alguno, y dificilísimo es volver a recuperarlo. Casi nunca vuelve entero y hay que pegarle pitucones por algún lado. “No importa”, digo aliviada de tener mi corazón de nuevo y prometiéndome no volver a perderlo. Promesa que casi nunca cumplo, como la otra, la de no despedazarme por nada. Igual hay alegría cuando el corazón es recuperado, el corazón o partes menos dolientes, como dedos o piernas, aunque ahora sí duelen, o dolían. Y rearmarme y juntarme y sentirme entera es una sensación tan llena que me olvido por completo lo que era antes, y por un rato creo que la vida es así de perfecta, así de bella, y que no duele.
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día 264 Pasada cierta iluminación trago el pan con manteca y me digo: “Eso ya todas lo sabíamos ¿Acaso vas a decir que lo descubriste hoy y que a partir de hoy vamos a hacer que los días oscuros no y los días luminosos si? Me cansaría de contar en números y en cuentos las veces que alguna de nosotras dijo que ya, que hasta acá, que desde ahora, que descubrimos, que recordamos y así” Como estamos todas atentas, me envalentono y sigo” ¿Y cuántas veces lo intentamos pero después de un rato fue mucho más fácil seguir como antes, como siempre? Aunque duela y nos convierta en esto que somos, un poco solas y tan llenas de ganas de besos con amor, ¿He?” Todas asentimos en silencio, sabemos que no miento “Si ya sabemos que podemos brillar solas o acompañadas, en vez de encerramos, y nada más, puro encierro y ñam ñam a comernos nuestra tristeza y nuestra frustración, y nuestros sueños a ver si en una de esas desde ahí adentro pueden hacerse realidad” y mirándonos bien a los ojos digo: “Ojalá esta vez sea diferente”.
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día 269 øCómo es posible sentirse así de frágil? Me pregunto mientras me peino y me miro al espejo, y sin embargo en el reflejo me veo tan fuerte, todo en mí es enorme (yo grandota) es conciso (yo montaña) es abrupto y raro (yo monstruo) es callado (yo escondite) y es fuerte (yo…). Quisiera poder decir que yo tampoco puedo con todo, pero esas palabras no la sé decir, entonces hago que puedo con todo, y puedo, he, y hay sol o llueve y soy mujer maravilla, pero a veces no puedo, y hay sol o llueve y soy Gregorio Samsa y ¡puaj!, o soy dragón rojo y correte que lanzo mi fuego exterminador, o soy agua y caigo por todas partes, en todas partes ¿Hoy? hoy no puedo con todo, a veces sí, pero hoy necesito ayuda, hoy el mundo pesa demasiado como para cargarlo sola, que claro que sigue todo lleno de hermosura y amor pero pesa, pesa tanto, pesa en todas partes, pesa y no puedo con todo sola.
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día 270 Me levanto hecha araña, a veces agua, hoy ovillito tiritando. Casi nunca soy de buenas a primeras, tengo que elegir ser mujer y lo elijo mientras me lavo la cara, me peino. A veces aparezco justo ahí llena de sonrisas y a veces no. Ser no es fácil, como tampoco lo es no ser, pero estoy contenta de ser aunque me doy bronca con algunas cosas mías, porque no me ayudan a nada y sin embargo me las quedo. Como dije antes, cada uno puede ser tantas cosas pero a la vez sólo puede ser uno mismo, y lo bueno de eso es que con esa elección puede venir la posibilidad de elegir ser uno en la mejor versión, una 2.0 por ejemplo, conservando la textura y profundidad de la analógica. Entonces un día cualquiera, puede ser hoy, me levanto yo y el mundo se transforma a mi paso, llenándome de sonrisas y algunos abrazos, esas palabras que miman y casi casi casi es como que me sanan, bueno, sí, me sanan, ahí parece que tuviera alas y me levanta como si estuviera a punto de volar.
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día 272 La lucha contra el día es desproporcionada, ella se llena de horas antes que yo salga de la cama. Cuándo logro desenredarme de las sábanas me enredo en discusiones silenciosas con mis sueños, vienen apurados a decirme que hoy - Sí, hoy-, digo que antes me apuraba y ahora también, pero no tanto. No es que no quiera hacerles caso, por algo ellos están acá adornados con cintas rojas y flores, aunque sea invierno, tan hermosos con toda esa alegría y ganas. Los miro y siempre quiero, claro que quiero que crezcan y sean aún más hermosos, y más, quiero que dejen de ser sólo sueños. Pero hoy no puedo prestarles atención o conmoverme con su belleza de sueños apurados por nacer, porque lo que está roto en mí se expresa doliendo, todo es un desorden acá adentro, me mezclo lo que fue, lo que no fue y las ganas no ayudan, por eso la cama parece el mejor lugar. Me transformo en una oruga de frazadas y sábanas y a masticar la tristeza que causa tanta desolación. Va a ser por un rato, sólo un rato hasta que tenga de nuevo piernas y pueda llevar a mis sueños a dar una vuelta por ahí, al cielo, rojo e iluminado y despejado.
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día 274 Me enojo con todo, con el mundo porque es mundo, con mamá porque está enferma, conmigo porque no me aguanto que el mundo ya no sea el mismo. Entonces enojada hago las cosas de todos los días refunfuñando. Tengo que hacer tantas cosas y no quiero, quiero hacer otras cosas y entonces me quejo qué éstos gatos que ensucian, que mamá que desde hace rato ya no me trata como hija, que soy enfermera, vecina, asistente y yo sólo quiero ser hija. Ahí mamá me señala su mesa de luz, veo dos manzanas traídas hace un rato por mi tía, me dice que agarre una, y me deshago en agua disimuladas mientras voy a encender la salamandra. Porque mamá hace mucho que ya no me puede cuidar como cuando me cuidaba, y yo la extraño superpoderosa, pero todavía lo intenta con lo que puede, como puede. Y esa manzana que era poquito ahora es muchísimo, es todo lo que mamá puede darme materialmente, porque ella todavía, con todas sus imposibilidades, quiere cuidarme porque soy su hija, toda su hija, sólo su hija. Y aunque nunca, pero nunca va a volver a ser mi mamá de antes, todavía es un poco como antes. Y de estar tan cansada de todo y ser toda furia ese gesto de amor me transforma en amor.
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día 278 -¡Sos una exagerada!- me digo y no me objeto nada porque es así, ¿qué voy a decir? Así que me peino pensando que alguna vez, quizás, me domestique y voy a ver que nada es tan terrible y también, que nada es tan fantástico, que cada cosa es como es y no vale cargarlas tanto, que están bien así, sin abalorios propios de mi desborde emocional. armonioso,
Todo
va a ser más real, más
y no voy a perder el alma en un beso y
romperme con un silencio como si fuera la muerte misma. Así que voy a ser ligera y voy a tener las piernas cruzadas pero dispuestas para salir a caminar sola, para respirar el mundo, primavera o invierno ya no va a importar.
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día 280 -¡Mira tú que aprender esto recién ahora! - Y bueh… Me canso, como siempre, del espejo que me dice todo así, frío rectangular desapegado y en esta pared, pero tiene razón, en esto sí. No me imaginé que yo pudiera sentir todo esto - ¿Pero quién eres tú, un ángel? No, eres una mujer… Sí y todavía tan de barro, tan pesada con éstos sentimientos- Una vez amé y el amor me sanó un rato, me olvidé de cuidarme y le di mi corazón entero y él me lo fue rompiendo mientras me decía “Quedáte con migo, te quiero” y yo quería quedarme, pero dolía tanto. Tuve que irme. Creí que crecer era que no me doliera irme. Quise superar todo así nomás, olvidarme del dolor, seguir, amar. ¿Pero cómo amar estando rota? ¿Cómo amarme? Si además ni siquiera hice el duelo, si sólo tape lo roto con sonrisas y hasta me creí, un poco, esa sonrisa. Anoche descubrí que mi corazón tenía por ahí agazapado el rencor, y me enojé con mi corazón, por guardarlo, con el rencor por hacerme así, y conmigo por habérselo permitido, y lloré, y grité, y le dije las palabras que el rencor había escrito. Las dije todas, eran rojas y se peleaban entre ellas furiosas. Fue tan necesario vaciarme así.
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día 284 Ni bien pasa la tormenta, o no, me despierto, pero no como a la mañana (o al mediodía), sino de verdad, y me doy cuenta que me gusta todo esto que es mi vida ¿Todo? Sí, todo. Aún las guerras, aún las limitaciones, aún la distancia, aún la deformidad interior o exterior. Todo. Y le explico a algunas de mis yos que es porque cada cosa hasta pequeña, boba o mala es parte del todo y sin eso el todo sería distinto “Podría ser distinto y mejor” dice una. Sí, pero es este todo la que nos da forma y en la que vivimos, ahora que una vez más
lloramos y gritamos y nos
odiamos y al final nos aceptamos un poquito, de a poquito. Porque está lleno y vacio, es rico y pobre, luminoso y con largas sombras, y hay amor, hay de todo lo que nos gusta y algunas que no pero bueh. Voy aceptando mis imperfecciones porque al principio trajeron tanta oscuridad pero ahora me hacer brillar e ilumino esta habitación y eso que es de noche.
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día 286 No importa mucho porque un día me levanto y me enojo con cualquiera, con las palabras, con las cosas, los cosos, los todos, bah, con migo y agggg. Y tampoco importa porque y otro día me reconcilio con el mundo, con los otros, con partes mías, nunca es con todo, todavía no lo es. Así nada más, digo, me digo, y es un poco mentira, porque no es así nada más y todas lo sabemos, el “es así nada más” tiene detrás las ganas, ganas de enojarme, de escudarme en su oscuridad para dormir o no salir, ganas de levantarme y decir sí a lo que venga y brillar. Lo que pasa afuera es aleatorio y sólo elijo que parte mirar, la parte que me hiere o que la salva, y de esa parte alimentarme hasta que, por las ganas inversas y complementarias, miro a otro lugar, y así y así voy. Sin embargo predigo, con ganas de acertar, que habrá un día en que las ganas me van a hacer mirar todos los días hacia adentro, y de ahí afuera llena de paz y una alegría tranquila y voy a saber porqué sonrío.
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día 287 Tuve otras vidas, antes, mucho antes que me ganara el sueño y me quedara dormida soñando con lo que podría ser. Fui muchas mujeres, tal vez no tantas, pero fui otras, todas se despertaron un día, el mismo día, con la noticia de que había que crecer y así y todo vimos nuestro reflejo y nos sorprendimos porque ya no éramos más niñas. Digo tuve otras vidas sin nostalgia, viví mis vidas como pude, a veces como quise y llegué acá porque debía llegar. Elijo estos días ahora, antes elegí los otros días, las otras noches. No sé si esto de ahora es para siempre, espero que sí y creo que no, lo único seguro son los cambios, todo cambia, todo el tiempo, aunque no lo note, aunque no quiera, aunque no lo busque. Cambio y cambié. Lo más difícil de los cambios, más de los sutiles, internos, es que los otros, los de siempre, se den cuenta que cambié y no me traten como si todavía estuviera viviendo alguna de mis otras vidas o fuera la niña que mira por esta ventana para ver que pasa allá afuera.
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día 289 Miro la cama a medio hacer, en ella los mellis perros durmiendo, cuadernos apilados con anotaciones en letra apurada enorme, jeroglífica, libros, un espejo redondo, almohadas y mis piernas dobladas en indio ”mirándolo así” me digo “se nota que nos acostumbramos a estar con nosotras mismas un montón” “es que es así” dice una de las que soy que justo en ese momento le da un sorbo al mate, “tanto que pareciera que no hay lugar para nadie más” la que sorbe el mate mira y dice “si hay” descruza las piernas y corre los cuadernos, los libros, el espejo, a los mellis no, porque ellos también están soñando.
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día 292 -Ves- dice Kiki sentada en una silla amasando con sus patitas el asiento mientras suelta unos prrrrrrrr-; en algún momento todo se acomoda o se calma o se ilumina. La miro y en sus ojitos de gata sabia sólo veo amor, otros días no, pero hoy sí, y la entiendo porque también hago prrrrrrr y parece que eso me calentara el alma. Ay ay ay digo encantada con mi interior repleto pero sin peso, con ese color rojo que me viste desde el alma a cualquier parte, pelo, uñas, bragas, remera, y parece que estuviera encendida y estoy encendida, por nada, por todo, por los otros, por mí, y sé que merezco éste sentirme bien; sonreír, mirarme y verme hermosa y feliz. No es esa felicidad de explosiones en la cara y que viene a ella de otras partes. Ésta es una felicidad tranquila que viene de adentro, muy adentro, y que es autosuficiente pero que gustosa se nutre y se comparte con otros.
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día 295 -Necesito cambios- le digo a Kiki que está cambiando de pelo extra largo a largo nada más - Y te veo haciendo lo mismo… -Y sí…- digo y me pongo a mirar el cielo inmenso, gris, a las nubes que lentas se mueven y mutan. Intento adivinar algunas formas pero ellas se hacen las abstractas. - Los cambios no vienen solos prrrrrrrr- dice Kiki que se acerca exigiendo mimos. -Ya sé…- contesto mientras la mimo. Y me lleno primero de pelos de Kiki y después de ganas de novedad, de pequeñas revoluciones, de conocer algún lugar nuevo y aprenderme nombres y números y decir un montón de palabras nuevas, que se van a oír como las viejas, pero que yo y quién las escuche vamos a sentir que las acabamos de inventar.
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día 296 øQué es la felicidad si no es esto? Esta sensación dulce y tranquila de que todo está en el lugar adecuado (aún las que lastiman) ésta sonrisa que alivia, que transcurre de comisura a comisura justificando los deshielos y las noches donde sólo las estrellas sonríen. No exploto en carcajadas, sólo sonrío, pero es una sonrisa que claramente tiene felicidad. -¿Qué pasó? Preguntan los mellis a dúo, encantados, mientras mueven la cola y Tibo da saltos de acróbata. -Nada-¿Nada?- preguntan a dúo -Nada -¿Nada?- pregunta el espejo que reflejaba -Nada -¿Nada?- Pregunta Kiki que justo pasaba Pero sí pasó algo. Me desperté de una noche larga, noche de días y días y días. Me desperté porque ya hacía falta, y se despertó en mí la sonrisa, que extrañaba y que merecía. Me desperté porque hace días que soy yo misma, que creo. Que me quiero. -Sí- dice Kiki que ya sabíaEntregarse a uno mismo, ahí está el inicio- sentencia filosófica y sabia.
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día 297 Siempre fui un poco virtual, desde antes que las ventanas fueran de 17 pulgadas y vos me pudieras ver en blanco y negro o en alto contraste. A mí me gusta también esta sutileza, las palabras escritas, me gusta el silencio sólo atravesado por el tac tac del teclado, de fondo la radio o mucha música y me gusta imaginar, imaginarte, que estarás haciendo, como son tus manos, como sonreís cuando te digo algo gracioso,
y
quizás después
descubrirte. Sé que podemos compartir instantes aunque estemos lejos y acá llueva y vos veas el sol, o yo esté en mi patio mientras miro a los mellis correr y vos vaya a saber que estarás mirando. Creo en que no hace falta mirarte a los ojos para mirarte el alma, que puedo percibirte en las palabras que te leo o en tus colores, porque esto es real, porque a veces una palabra acá es más intensa que todo lo de alrededor o acompaña igual de bien que quien se sienta a mi lado, no digo más o mejor porque a veces no alcanza, y quiero ese abrazo escrito, o ese beso más allá del emoticón o sentir el calor de tu aliento o el de tu piel, pero todas las otras veces alcanza y hay magia, y crea mundos, espacios, palabras y silencios entrelazados y puedo sentirme tu amiga y es real o puedo enamórame de vos de verdad.
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día 299 Así como el cielo me voy cayendo de a poquito. Pero no todo el tiempo. Unos ratos. Los otros me despejo y estoy muy ocupada creando, creyendo, creciendo (trilogía que le revelo Gisela y puse “me-gusta”) Cada día hay un millón de oportunidades para crear-creer-crecer, pero antes era más fácil ver sólo las limitaciones. Con el tiempo, con algunos otros, con migo conociendo-me, empecé a ver, que los días disponen pero soy yo la que elijo si eso me derrumba o me eleva. Si de eso me quejo o creo. ¿Entonces hay que agradecer los obstáculos? “Por ahí” digo, es que soy un poco perezosa y entiendo que hay cosas que requieren mucho esfuerzo, para hacerlossuperarlos-entenderlos, y que lo que se hace con ganas, vuelven en sonrisas, en amor, en luz magnificadas.
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día 301 En otros días yo miraba a Franco, él brillaba bailando, aún dentro de su casa dónde nadie lo miraba, o sólo estaba yo. Mientras miraba a Franco revelar su hermoso interior en cada movimiento y aún quieto, sentado hablándome, él sonreía lleno, pleno, me preguntaba que lo impulsaba, que era eso que lo hacía moverse. Ya sabía la respuesta pero me costaba aceptar que yo ya no tenía esa alegría, me movía por inercia, adentro me aburría tanto de todo, se dormían mis dudas y mis certezas, mis ganas y mis miedos, estaba… no, no estaba ahí dónde tenía que estar. El camino sabe mejor que yo dónde llevarme, de verdad te lo digo, mirá que quise ir por tantos lugares y terminé en el mío. No hubo caso. No importó mi empeño en estudiar otra cosa, en querer vivir en otro mundo, de nuevo estoy acá, de nuevo son las palabras las que reflejan mi interior, de nuevo son éstas hojas borroneadas las que me llenan de pasión y hacen que no duerma que me quede tras una palabra, única precisa y vuelvo a vibrar como antes, como cuando amaba todo, como cuando creía que podía cambiar el mundo.
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día 302 La noche se agigantó, fue cruel y oscureció hasta el sol (hoy que la primavera explota por todas partes). No duermo. Me quedé sin sueño “sueño tengo, pero es ésta sensación de que nunca” “¡Pero nunca no puede ser siempre!” objeta otra yo y la miro por el juego de palabras fácil aunque tenga razón. Pero anoche-noche que todavía dura- todo parecía así, como que siempre, haga lo que haga, iba a ser nunca. “Ya sé” y siento que siempre falta, falta y falta y por eso se hace de noche y hay tormenta y me deja los sueños un poco lejos. En medio de la noche creo que nunca habrá nada más que esta noche alejando todo, lo que quiero, y al que quiero, quién quiero ser –o no ser- “Maldita oscuridad” me enojo y miro el sol.
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día 305 No quiero que vengas a completarme, estoy entera, es verdad que un poco emparchada por algunas partes “Acá” digo señalando una parte. Tampoco quiero que me salvesy yo no puedo salvar a nadie- es que no soy ninguna princesa y menos encerrada por otros, un poco sí por mí, y sola ya pude con el dragón-soy más feroz que él- con el caballero (de) negro y con el príncipe después “Nunca sé muy bien cuándo parar”, tampoco necesito que me muestres ni el camino ni la luz, ya sé dónde ir, me demoro por perezosa, pero voy, y no tenés porqué cargar mi cruz, yo la arme sola y puedo con su peso y estoy en eso de desarmarlo, para siempre. Pero sí me gustaría que me vayas contando chistes, mientras camino o me desvisto y yo te cuento los míos (no dije que fuera justa) y puedo compartir contigo todo lo demás, que paso a enumerar, se pueden agregar ítems: la cama, las risas, los mates, los besos y el pan (con o sin manteca), muchos abrazos de distinta intensidad, caricias hasta que te hagan brillar, las hojas crujiendo bajos nuestros pies, las enredaderas, las canciones para escuchar y cantar (aunque cante mal) las noches intensas y las otras para soñar, las películas y las palabras que voy a regalarle,
y
el
silencio para
comprendernos, la paz y el sol y el agua y los orgasmos que serán muchos, y mientras los días se van a ir sumando días+días+días+días por infinito multiplicado.
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día 307 Me desespero porque hay tanto que hacer, hay que ordenar, hay que cultivar, hay que conocer, crecer, cortar, coser, comer, contar “Es que el mundo necesita ser creado constantemente” digo que a veces creo cantando, otras en silencio y pocas veces acompañada, pero a diferencia de Dios no me presiono a los seis días y después, elegí la calma, y aprendí a no sobre poblar mi mundo de actos, palabras, otros, cosas, o tareas, y de a poco, a que el estar sola con migo misma contemplando la nada, el cielo, adentro o una mancha, no sea un problema. Así que respiro profundo y me encuentro con el silencio para contemplar con los ojos cerrados lo que creé.
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día 308 (suspiro) desde que los mellis están en mis días aprendí lo bien que hace un buen (suspiro) pero no de aburrimiento, bueno puede ser que a veces (suspiro) un poco de, pero es más bien como un (suspiro) así, como si el alma de desinflara un poco, dejando un rato su carga en el (suspiro), comentando con ese aire que sale que una está un poco llena, puede ser de aire, de pena, de ansiedad, de nada,
entonces
agradecimiento.
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(suspiro)
como
queja
o
como
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día 312 La noche cubre todo el planeta Guernica, que expresa su sueño con pequeños puntos que lejos o cerca brillan, como estrellas pero en la tierra. Estoy repleta de sensaciones opuestas y complementarias. Miro la noche y veo que está llena, el mundo está lleno, y hay besos, y milagros, hay otros que se encuentran y se separan, todo el tiempo, en todas partes, y yo que siempre estoy acá, hace días o mil años, ya no me acuerdo y ya no me importa, estoy debajo y en medio de las estrellas sintiendo que yo, como el mundo, también estoy llena. Llena y sola, conmovida
y
partida,
hermosa
y
alejada,
extasiada
y
desilusionada. El mundo, el de afuera (como el de adentro), tiene la facilidad de hacerse amar, temer y no gustar, así, todo junto. Por suerte a veces gana amar, como esta noche, que se desnuda frente a mí dispuesta a gustar.
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día 313 Habrá que levantarse, lavarse la cara a ver si se limpian un poco los ojos; cepillarse los dientes para que salgan frescas las palabras; peinarse suave para desenredar la mente que tiende a anudarse cada vez que puede, y puede tanto; ponerse el vestido con cuerpo de mujer, uno que sea muy lindo, para que haya miradas, algunas suaves, y otras más lujuriosas; y zapatos que tengan ganas de caminar y moverse tarareando alguna canción, y salirse cuando haya tierra para pisar; y habrá colocarse delicadas manos para tomar, y de las que se aferren, así, tímidamente y también fuerte, y que puedan acariciar, crear y abrir la puerta para salir a jugar.
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día 324 Todo queda lejos desde esta cama y mirando el techo, o mirando la misma cama, o mirando el espejo, o mirando por la ventana. Siento ahora como que todo el mundo fuera sólo ésta cama, siempre inmensa, siempre revuelta, con otros pero sin otro, con papeles y telas y los mellis que duermen o juegan, y en la que yo sueño también despierta y me escondo y aparezco y creo, a veces me creo y crezco en forma irregular (panza, interior, saber, amor). Pero cada tanto recuerdo, o redescubro o descubro que ni bien muevo los dedos el mundo se amplía, y ni bien muevo los pies el mundo se acerca, entonces comprendo que lejos es solo otra forma de decir no quiero o no tengo ganas.
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día 325 No importa cuántas veces me pierda siempre me encuentro. Si es en la calle también. Puede ser que cuando me pierdo en otros tarde un poco más, pero al final siempre vuelvo. No importa cuántas veces me desilusione de la humanidad siempre termino por creer de nuevo, aunque la humanidad (en forma general y particular) se empecine en ser tan real y tan burda. No importa cuántas veces me llene de agua y llore siempre vuelvo a sonreír como esta noche, en que siento que todo está bien, no importa que eso sea también lejos y sola, no importa. Ahora afuera está cada cosa con cada cual y adentro está tranquilo, descanso.
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día 327 Las cosas pasan y pesan. Pasan porque suceden y pasan porque pasan otras cosas después. Las buenas cosas pasan, las malas cosas pasan, pasan los sentimientos, la belleza y algunas canciones. Pasan cómo pasan los días contados o no y cómo se convierten en semanas y antes de que me dé cuenta en años y éstos pasan tan rápidos, como segundos, no, más rápidos. Todo pasa se lo traga la demasía. De todo hay tanto, hombres, mujeres, palabras escritas en versos o no, canciones, desesperación, soledad y amor. Hay tanto y por más que haya tanto pasan, de pasar, de que se termina, de que en algún momento no hay más ¿Hombres y mujeres? Sí ¿Palabras y canciones? Sí ¿Desesperación y soledad? Sí ¿Y amor? Sí, también “Y sí, porque puede ser que siga habiendo de todo pero paso yo” digo, que eso de pasar de una etapa a otra me cuesta tanto, pero al final paso.
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día 328 Hubo un tiempo que en este lugar habitaban 12 gatos. Algunos de esos gatos por las tardes iban al patio a esperar a que mamá llegara; cuando la veían aparecer Jodie, la gata con antifaz de malhechora e interior lleno de sol, salía corriendo a su encuentro dándole la bienvenida con unos miaus efusivos, y detrás de ella los demás. Mamá entraba a casa rodeada de gatos. Pasó el tiempo, como suele, pasar despacio o apurado, rompiendo algunas cosas a su paso, y los gatos se fueron muriendo uno, o dos o tres o cuatro, hasta que de ellos solo quedaron dos a los que se sumaron, de a poco, otros tres, igual no importa porque mamá ya no vuelve, ya no sale, apenas camina, se queda mirando las novelas de la tarde y es Lucca el que entra, le cuenta con voz de gatito blanco lo inmenso y sorprendente que es el mundo-patio, como está lleno de caminos, pasto, perros, otros gatos, enredaderas y arboles, y cielo y agua y que agotador es tanto investigar y
trepar y saltar y perseguir y mirar y
morder y conocer. Le cuenta todo eso con algunos prrrrrrrrrrn en medio, y mientras se le cierran los ojitos y se le empiezan a mezclar la realidad con los sueños.
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día 329 Esta tristeza tranquila que se me queda en la boca, salta a mis ojos y después a la ventana, y de ahí al mundo, quiere conquistar mi mundo, pero no crea maremotos, ni olas dispuesta a inundar la cama, no se mete entre las palabras, ni crece en el pecho queriendo explotar. Sólo está ahí para que escuche esa canción que me pone así y mire y me pregunte “¿Dónde va tanto amor cuando se va?” y me recuerde aleteando sobre su nombre, sobre ese hombre, con una sonrisa, la misma que ahora se intuye pero difusa, sin angustia pero tampoco con sol, la misma que casi perdí pero que por suerte retuve para mí, porque sin esta sonrisa despareja no estaría completa.
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día 338 Me lleno de pan, de mate, de gatas encontradas en la calle (o en la plaza), de calor porque es verano y llueve muy poco, de abulia mientras me derramo en la cama, de olvidos que pensé no olvidar, de pasados que se repiten como tragedias pero ahora ya comprendo, de Neptuno cuadratura Luna y por eso ufff y de ganas de un poco de caos, de que alguien llegue y me revuelva las sábanas, el alma, las palabras y me acaricie hasta sacarme luz y humedad, ganas de ser raptada con Síndrome de Estocolmo asegurado, y ahí nomás ser atada a una cama, y que nadie quiera pagar el rescate (menos, menos que menos yo) y suelto un “Ay” , miro por la ventana tanta noche y tanta luna que es imposible no tener éstas ganas.
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-A L G U N O S D Í A S
día 339 Aspiro la noche, de fondo un tema de los Beatles, Greta juega con un poco de lana desenredada por el piso y siento que es una de ésas noches en donde todo es posible. Puede haber magia y amor y las palabras vuelven y juntas bailan, tac tac tac y se va creando una melodía llena de ganas, con sonrisas tranquilas y el corazón también baila tac tac tac, como una lluvia alivia, como un orgasmo alivia, como un pedazo de pan alivia, pero esta vez es a ese oscuro hueco que cada tanto aparece y me llena de no no no no no no no no no no no no no no no no no no no insoportables, tiranos y convincentes pero esta noche los no no no no no no no no no no no no no no no no no no no no son para decir que no hay imposibles, que no hay dolor que mate, que no hay muerte que separe, que no hay fin sino transformaciones, que no hay guerra sin paz, ni oscuridad sin luz, que ya no lloro cuando me dispongo a reír, pero de veras, no un reír como para una foto, o porque es lo que los otros esperan, sabiendo que la risa nace de las ganas y después vaya a saber dónde termina, lo que cambia, el mundo quizás, entonces éste día todo no no no no no no no no no no no no no no no no no no no no no agobiante se convierte en si si si si si si si si si si si si si si si si si si si si si irrefrenable.
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día 341 Hay días que vienen así, me siento feliz y bailo sobre una palabra o sobre un pie o sobre la cama, y parece que va a seguir así, pero no siguen. Las cosas que pasan por algo pasan, y no puede dejar que sólo pasen sin que o me derramen
o me llenen. Entonces yo bailarina me
transformo: puede ser en bomba y explotar, o en cristal y romperme, últimamente hablo como puñal, o me callo llena de ruidos en el pecho y la panza, es un silencio con promesa de tempestad. Antes no hablaba para no crear terremotos ni punto final, ahora comprendo que hay finales que se vuelven crónicos y así lastiman más, y hay palabras que aunque salgan furiosas terminan por abrazar (o dejarse abrazar) entonces hablo. Digo. Protesto. Escribo.
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-A L G U N O S D Í A S
día 342 Pienso y pienso en todo, en como los días se transforman, pienso en las personas y en la soledad, una vez le dije a Victoria “Desde que estas en mi vida ya no me siento sola” y era verdad. Sigue siendo verdad aunque esté mucho tiempo sola, aprendí a estar sola, a estar conmigo de una buena manera entonces hace rato que ésta soledad no me pesa, que no se siente como estar sola, que me gusta para encontrar
otras
cosas,
para
reconocerme,
para
escucharme. Pero me gusta porque sé que fuera de ésta soledad hay otros. Para mí que los otros siempre fueron demasiado otros, y me costó tanto encontrar un mundo dónde ser yo, y que ése ser yo fuera respetado y querido a pesar de la diferencias, saber estar sola es una bendición pero también es una bendición saber estar acompañada, acompañar. Todavía me maravilla la facilidad con que mis amigos me contagian la risa, y como me devuelven la luz cuando me oscurece el planeta Guernica, o como me sacuden las palabras para que ellas se ordenen cuando se empeñan en enmarañarse solas en mi cabeza, o como me muestran la realidad cuando yo me paso de sueño y como la impulsan a ser quién soy cuando me pierdo.
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día 343 El día viene así, se sienta al borde de la cama lleno de todo y me apura a levantarme. El día se desborda y yo intento juntarlo todo de nuevo, darle su forma de día sentado al borde de la cama lleno de posibilidades, pero ahora no tiene forma y se chorrea sobre mí y soy yo la que se llena de todo: de Dios, de cielo, de tiempo, de recuerdos y de cosas nuevas, de sentimientos que me ahogan y me elevan, de amor, tanto amor, singular y universal, de risa y sonrisas y mucho más. Aspiro bien hondo y miro con los ojos bien abiertos o un poco cerrados que algo, no sé qué, algo debo estar haciendo bien, porque los días vienen así llenos y no importa donde esté, si en la calle, afuera, mezclándome con otros, o sola en ésta cama que es mundo, mirando hacia afuera desde una ventanita, o hacia adentro respirando lento, mi vida se viste y desviste hermosa, repleta, y me dice como al pasar, pero bien enserio, que es porque soy.
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-A L G U N O S D Í A S
día 348 Al fin la música del cielo golpeando tac tac en la ventana, y abro, miro, aspiro, la noche se tranquilizó; yo también me tranquilice. Antes, un rato antes que empezara a llover sentía que mi cuerpo se desmoronaba siguiendo a mi alma, no había herida, sólo calor, intenso, agobiante calor, y sólo calor del que desespera. Ahora todo está tranquilo, llueve y la noche se puso hermosa para mí, yo la miro encantada desde está cama, y desde esta ventana, y mientras los mellis duermen, yo sueño por los tres y por ahí por vos también, porque ese ruidito continuo que habla de agua me llena de alegría y siento que esta noche puedo con todos los sueños.
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día 352 Hay una parte mía que no se entera que crecí y cuando me dicen –Hola señora responde “Hola” esta niña que soy, un poco asustada con el tiempo y la distancia y la soledad, que mira el mundo maravillada porque todavía hay tanto por ver y aprender. Y aunque crecí, y soy la mujer que alguna vez imagine y también la que no, y mi cara ya revela los días que me pasaron con dolor los unos, con alegría los otros y todos tan rápidos, que se me hacen difíciles acomodarlos como quisiera en fechas y nombres y meses, se me revuelven volviendo unos infinitas veces, y otros jamás, algunas veces tengo 5 otras 16, y también 28, y 33 y 60 y tantos más.
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día 354 Tengo éstas palabras, a veces se me enredan dentro y yo estiro y estiro y estiro y parece que nunca van a salir pero al final salen. Palabras que se ríen de mí porque me creo tan seria. Palabras espantadas de mí cuando quiero guerra. Palabras XXX que ya ni se sonrojan, o sí, o no. Tengo éstas palabras y yo las quiero porque las encuentro cuando estoy triste y me abrazan, cuando estoy enojada y me calman, cuando estoy decepcionada y me aman, cuando estoy herida y me sanan, cuando estoy enamorada y me revolotean por todas partes. Yo las quiero aunque sean inexactas, aunque no pueda decirlas en voz alta con mi voz, mi fea voz que tan bien canta. Las quiero aunque se ausenten seguido, no de mí sino de otros, aunque a veces sean tan irreverentes y se enfrenten hasta conmigo o me expongan o me impongan o se rompan y formen otras palabras: palabras precipicio y yo me caigo en una palabra como si fuera mar o tierra, me agarro de una palabra como si pudiera salvarme y por ahí me salva, y tiro una palabra a ver si alguien, alguna vez- en algún lado la atrapa.
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día 358 Kiki llega afelpada y nerviosa y me pregunta: -¿Cómo es que amando a la humanidad estás escondida siempre acá adentro? Yo la miro sorprendida porque esperaba otra pregunta, más de índole gatuno doméstico, pero me pongo a pensar porque sé que Kiki no se va a contentar sin una respuesta, y pienso en que siempre creo que somos buenos, y que la bondad es lo que mueve al mundo, pero que a veces nos desviamos por miedo, o por dolor, pero es un rato, largo, corto, efímero o eterno depende de quién, pero que si podemos volvemos. -No me escondo- digo-, contemplo. Kiki me mira y me pregunta: -¿Cómo es que amando a la humanidad estás escondida siempre acá adentro? Yo la miro y contesto: -Porque hay mucho mucho miedo y dolor afuera. Kiki se asea y me pregunta: -¿Y adentro?
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-A L G U N O S D Í A S
día 359 Cada tanto como un Ëcaro reincidente vuelo hacia el sol y mis alas no duran tanto. En la caída siempre tengo la certeza de que hago las cosas mal. Puedo ver claramente mi laberinto, el camino hecho, como me fui encerrando y me prometo antes de ahogarme que la próxima vez voy a recordar dónde es que doble mal. Cuando renazco me acuerdo de algo, de mis manos iluminadas por el sol que rápidamente se aleja a mi espalda, el revuelo de plumas a mi alrededor que parecen que sólo bailaran, la sensación inequívoca de la caída apretándome la panza, el pecho, la garganta, el frío del agua, que como una inmensa cama, sostiene mi cuerpo, mientras yo lloro y duermo mi muerte. Recuerdo eso otra vez laberinto adentro, del camino poco, por ahí algo más que antes, pero no tanto, igual camino de nuevo, aún sabiendo mi destino próximo de Ícaro, es que, aunque es tan doloroso hundirse así tan alada siempre lo intento, porque no me importa ni el laberinto, ni el dolor, ni el mar sino la sensación del viento rosándome el cuerpo y de mi mano casi, casi, casi tocando el sol.
día dedicado a Cecilia, amiga-hermana ave fénix
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día 360 Hoy, como hace demasiados días, me despierto con Hondo II de Pez, después Tibo, se tira sobre mí, el enorme perro negro me dice sus buenos días en un idioma en donde mezcla el bostezo, y una series de sonidos que yo interpreto como su saludo y el relato de sus sueños, Kalho más tímidamente me saluda y salen a toda velocidad a ladrar, desagotar, comer, saltar y de nuevo ladrar. Hoy me levante llena de tos y gris y lloviznita como el día. Busqué mi sol y se había escondido tras una pila de pensamientos preocupados y caóticos que mezclan la mañana con el mañana y cierto pasado que tiende a doler cuando me descuido, pero así vienen ya unas cuantas mañanas, perece que las fui juntando, supongo que con alguna auto negación o ese miedo al futuro que últimamente aparece tanto, así que me excuse del mundo y llame a los mellizos, en eso llegó Txus lleno de ronroneos nuevos que generosamente me regaló. Más tarde me pinte las uñas de negro, no por coquetería sino porque necesitaba recordarme así, y vi que tenía el pelo muy largo por lo que tijera en mano decidí arreglarlo, me quedó horrible, como cada vez que me lo corto, pero se mejorará con el tiempo. Dormí con fiebre y tuve sueños extraños. En todo el día debo haber dicho como muchas 100 palabras, unas a mamá, otras a mi hermano, la mayoría a los mellis o Txus o a mí. 100 palabras no son muchas, sin embargo en mi mente fueron millones, nacen por montones, se multiplican, se mezclan y separan, se hacen enormes y bla, bla bla.
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-A L G U N O S D Í A S
día 364 Respiro la noche, fría. Noches como éstas yo era otra, era maga, era puta, era niña,
y todas y cada una era
desnudada con amor y con deseo. Y era tan igual, ya esta mujer que soy ahora, a veces con alas y a veces maldita, pero hoy (y ayer y antes) parece que estuviera hecha de papel, de palabras, de espejos, de ventanas, de lucecitas, de espacio y tiempo, de hilos que forman una suave pero resistente y
permanente
armadura,
invencible
ante
cualquier embate, pero nada, nada, nada de piel, por eso no hay besos con deseos, no hay exploración de amor para descubrir mis lunares nuevos, o secretas palabras rojas tibias, obscenas y puras que describan un mundo sólo para dos. Extraño dormirme arrullada con gemidos, y despertarme enamorada como si tuviera 15 inocentes y a la vez tranquilos 60 años. Por eso en noches como éstas me abrigo con palabras lujuriosas y con palabras amorosas, y escribo un poema sobre las sábanas en el espacio, que vacío, yo sé, un día se llenará.
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día 365
(26 de julio de 2012)
Estoy dentro del planeta Guernica pero más estoy dentro de esta cuadra, pero más estoy dentro de mi casa, pero más estoy dentro de mi cuarto, pero más estoy dentro de mí y acá me río sola, hasta ayer eran sólo sonrisas, estaba por ahí y de repente sonreía, así tan de nada, tan por todo, tan fácil, pero y hoy ya me río, ojo que también lloro y lloro porque la tarde me emociona y algunas palabras, y éstos sentimientos que llegan todos juntos y son tan ricos, pero también lloro de bronca y por algunas cosas que duelen porque este mundo es tan hermoso pero también es tan tonto y lastima y mata a los que no pueden defenderse, entonces me paso de la risa al llanto casi sin aviso pero después me calmo y no lloro ni me río, respiro despacio y descubro, una vez más, mi paraíso justo acá, dentro mío.
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-A L G U N O S D Í A S
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-a Miranda Mir por la fotografía de tapa y la buena onda siempre https://www.facebook.com/hipocampo.hipocampo?ref=br_rs
-a Gisela Beer por la colaboración y el apoyo constante -a Leandro, Gustavo, Ramiro, Silvana y Mica por la contenci£n de todos los días -a mis amigos de antes, de ahora, de acá, de allá por ser parte de mis días -a mi familia gatuna y perruna por el amor que traspasa las especies
los otros d÷as los podés leer en:
http://cuantosalgunosdias.blogspot.com.ar/ 133
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este libro estรก dedicado a la memoria de mis padres.
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07 de diciembre de 2014
quĂŠ todos los seres se liberen quĂŠ todos los seres encuentren la paz
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quĂŠ todos los seres sean felices
de mi coraz贸n a tu coraz贸n
m i shin den shin