© Ilustración de portada J. Makeba © Fotografía de Vicky Ospina
CC 21145
ISBN 958-04-5500-7
crónicas de viajeros precursores del turismo en los dos siglos precedentes ayan la misma sorpresa que se tiene hoy desde el avión, ante lo perado del paisaje. La Sabana (como se denomina familiarmente la icie donde se asienta la ciudad), tiene poco en común con el trópico nte que muchos creerían encontrar y que en efecto predomina en la or parte de Colombia. En contraste con el verdor húmedo y abigarrado de elvas; o con las vertientes andinas cubiertas por cafetales, plátano y mos; o con los valles y llanuras bajas, donde la reverberación del calor de la limpidez visual, la Sabana es plana, plácida y casi siempre sparente. Clima frío; poca humedad; colores en tonos suaves; campos se alternan entre cebada, papa, maíz, hortalizas, flores de exportación y s lecheros, hasta el último rincón de sus casi cinco mil Kilómetros rados, entre cotas de 2.600 a 2.800 metros s.n.m.. Cuando hace sol hay luminosidad soberbia, que se añora en otros largos períodos de bruma, e el gris acentúa un ambiente demasiado sereno, casi frailuno. Manchas osques nativos en las cumbres y cañadas: hayuelos, romerones, palmas, os, acacios, magnolios, uvos, sietecueros, curubos, chusques, alisos, hos sabaneros, arrayanes. Largas líneas trazadas por cercos o linderos en s de pinos, sauces, retamos, espinos, urapanes. Muy destacados por ma de lo demás, gigantescos eucaliptos, la más vigorosa entre las cies aclimatadas aquí desde la Colonia, hoy denostada por los ecologistas, indisolublemente asociada al paisaje.
A ILUSIÓN POSIBLE LA ILUSIÓN POSIBLE
Guillermo Fernández de Soto Un testimonio sobre la política exterior colombiana
LA ILUSIÓN POSIB Un testimonio sobre la política exterior colombi
Guillermo Fernández de Soto
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ISBN 958-04-5500-7
crónicas de viajeros precursores del turismo en los dos siglos precedentes ayan la misma sorpresa que se tiene hoy desde el avión, ante lo perado del paisaje. La Sabana (como se denomina familiarmente la icie donde se asienta la ciudad), tiene poco en común con el trópico nte que muchos creerían encontrar y que en efecto predomina en la or parte de Colombia. En contraste con el verdor húmedo y abigarrado de elvas; o con las vertientes andinas cubiertas por cafetales, plátano y mos; o con los valles y llanuras bajas, donde la reverberación del calor de la limpidez visual, la Sabana es plana, plácida y casi siempre sparente. Clima frío; poca humedad; colores en tonos suaves; campos se alternan entre cebada, papa, maíz, hortalizas, flores de exportación y s lecheros, hasta el último rincón de sus casi cinco mil Kilómetros rados, entre cotas de 2.600 a 2.800 metros s.n.m.. Cuando hace sol hay luminosidad soberbia, que se añora en otros largos períodos de bruma, e el gris acentúa un ambiente demasiado sereno, casi frailuno. Manchas osques nativos en las cumbres y cañadas: hayuelos, romerones, palmas, os, acacios, magnolios, uvos, sietecueros, curubos, chusques, alisos, hos sabaneros, arrayanes. Largas líneas trazadas por cercos o linderos en s de pinos, sauces, retamos, espinos, urapanes. Muy destacados por ma de lo demás, gigantescos eucaliptos, la más vigorosa entre las cies aclimatadas aquí desde la Colonia, hoy denostada por los ecologistas, indisolublemente asociada al paisaje.
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crónicas de viajeros precursores del turismo en los dos siglos precedentes ayan la misma sorpresa que se tiene hoy desde el avión, ante lo perado del paisaje. La Sabana (como se denomina familiarmente la icie donde se asienta la ciudad), tiene poco en común con el trópico nte que muchos creerían encontrar y que en efecto predomina en la or parte de Colombia. En contraste con el verdor húmedo y abigarrado de elvas; o con las vertientes andinas cubiertas por cafetales, plátano y mos; o con los valles y llanuras bajas, donde la reverberación del calor de la limpidez visual, la Sabana es plana, plácida y casi siempre sparente. Clima frío; poca humedad; colores en tonos suaves; campos se alternan entre cebada, papa, maíz, hortalizas, flores de exportación y s lecheros, hasta el último rincón de sus casi cinco mil Kilómetros rados, entre cotas de 2.600 a 2.800 metros s.n.m.. Cuando hace sol hay luminosidad soberbia, que se añora en otros largos períodos de bruma, e el gris acentúa un ambiente demasiado sereno, casi frailuno. Manchas osques nativos en las cumbres y cañadas: hayuelos, romerones, palmas, os, acacios, magnolios, uvos, sietecueros, curubos, chusques, alisos, hos sabaneros, arrayanes. Largas líneas trazadas por cercos o linderos en s de pinos, sauces, retamos, espinos, urapanes. Muy destacados por ma de lo demás, gigantescos eucaliptos, la más vigorosa entre las cies aclimatadas aquí desde la Colonia, hoy denostada por los ecologistas, indisolublemente asociada al paisaje.
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crónicas de viajeros precursores del turismo en los dos siglos precedentes ayan la misma sorpresa que se tiene hoy desde el avión, ante lo perado del paisaje. La Sabana (como se denomina familiarmente la icie donde se asienta la ciudad), tiene poco en común con el trópico nte que muchos creerían encontrar y que en efecto predomina en la or parte de Colombia. En contraste con el verdor húmedo y abigarrado de elvas; o con las vertientes andinas cubiertas por cafetales, plátano y mos; o con los valles y llanuras bajas, donde la reverberación del calor de la limpidez visual, la Sabana es plana, plácida y casi siempre sparente. Clima frío; poca humedad; colores en tonos suaves; campos se alternan entre cebada, papa, maíz, hortalizas, flores de exportación y s lecheros, hasta el último rincón de sus casi cinco mil Kilómetros rados, entre cotas de 2.600 a 2.800 metros s.n.m.. Cuando hace sol hay luminosidad soberbia, que se añora en otros largos períodos de bruma, e el gris acentúa un ambiente demasiado sereno, casi frailuno. Manchas osques nativos en las cumbres y cañadas: hayuelos, romerones, palmas, os, acacios, magnolios, uvos, sietecueros, curubos, chusques, alisos, hos sabaneros, arrayanes. Largas líneas trazadas por cercos o linderos en s de pinos, sauces, retamos, espinos, urapanes. Muy destacados por ma de lo demás, gigantescos eucaliptos, la más vigorosa entre las cies aclimatadas aquí desde la Colonia, hoy denostada por los ecologistas, indisolublemente asociada al paisaje.
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Las crónicas de viajeros precursores del turismo en los dos siglos precedentes subrayan la misma sorpresa que se tiene hoy desde el avión, ante lo inesperado del paisaje. La Sabana (como se denomina familiarmente la planicie donde se asienta la ciudad), tiene poco en común con el trópico radiante que muchos creerían encontrar y que en efecto predomina en la mayor parte de Colombia. En contraste con el verdor húmedo y abigarrado de las selvas; o con las ientes andinas cubiertas por cafetales, plátano y yarumos; o con los s y llanuras bajas, donde la reverberación del calor impide la limpidez al, la Sabana es plana, plácida y casi siempre transparente. Clima frío; humedad; colores en tonos suaves; campos que se alternan entre da, papa, maíz, hortalizas, flores de exportación y hatos lecheros, a el último rincón de sus casi cinco mil Kilómetros cuadrados, entre s de 2.600 a 2.800 metros s.n.m.. Cuando hace sol hay una nosidad soberbia, que se añora en otros largos períodos de bruma, e el gris acentúa un ambiente demasiado sereno, casi frailuno. chas de bosques nativos en las cumbres y cañadas: hayuelos, erones, palmas, cedros, acacios, magnolios, uvos, sietecueros, bos, chusques, alisos, cauchos sabaneros, arrayanes. Largas líneas adas por cercos o linderos en setos de pinos, sauces, retamos, espinos, anes. Muy destacados por encima de lo demás, gigantescos eucaliptos, ás vigorosa entre las especies aclimatadas aquí desde la Colonia, hoy
a ilusión posible La ilusión posible Guillermo Fernández de Soto
Un testimonio sobre la política exterior colombiana
La ilusión posible
Guillermo Fernández de Soto
L a ilusión posible Un testimonio sobre la política exterior colombiana
G uillermo F ernández de Soto
A mis hijos, A na M arĂa, C amilo, NicolĂĄs y Juan: por sus sacrificios! Y para que siempre recuerden el amor infinito de su padre.
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C ONT ENIDO Introducción: Respice O mnia "mirar al universo, mirar al conjunto". C apítulo I Una globalización descontrolada. C apítulo I I Los desafíos de nuestra A mérica L atina. C apítulo I I I L a verdad, el camino más corto. C apítulo I V L a Diplomacia por la Paz. C apítulo V L a relación con los Estados Unidos. A uge sin precedentes. C apítulo V I V enezuela. H istoria de los amores difíciles. C apítulo V I I E l ejercicio riguroso de la soberanía. C apítulo V I I I Una nueva agenda para la integración andina. C apítulo I X L a cor responsabilidad global. C apítulo X O pción multilateral frente a la complejidad. E pílogo L a otra silla del águila.
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Agradecimientos Quiero expresar mi perenne gratitud a Saúl Pineda y Andrés Rugeles quienes han sido compañeros inseparables en la preparación y elaboración de este trabajo. Sin su dedicación y concurso hubiese sido imposible cumplir este cometido. Debo agradecer también a todos aquellos que tuvieron la generosidad de revisar hechos, precisar anécdotas y verificar decisiones. La omisión de sus nombres obedece sólo a las inevitables limitaciones de espacio. Todos ellos saben que tienen mi afecto sincero.
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Introducción Respice O mnia " mirar al universo, mirar el conjunto " El 7 de agosto de 1998, con la posesión como canciller de Colombia, se hizo posible una ilusión personal, para la !"#$%&#'(#%&)!&*%+!#,,),#-%.)/0"1/%.)%continuas tareas al servicio del país, en especial en materia de política exterior, tanto al interior del Estado como desde el sector privado nacional. El presidente Andrés Pastrana (19982002), de quien destaco su amistad, lealtad y generosidad, me dio la oportunidad de coadyuvar en el diseño y la ejecución de la política exterior de su Gobierno. Y debo decirlo sin rodeos, para mí fue fácil trabajar con él en este propósito de reinserción positiva del país en el ámbito global, por su interés y conocimiento del tema internacional, su compromiso con los objetivos propuestos y porque su liderazgo y talante nos permitieron ganar la confianza de los dirigentes mundiales, como lo han reconocido hasta los más fuertes críticos de su Gobierno. Un tiempo después de esta apasionante travesía por la diplomacia y la paz de mi país, tengo la impresión de que sólo un largo período de maduración de los acontecimientos, les permitirá a los colombianos ponderar de una manera más cuidadosa el verdadero alcance de nuestra estrategia y las realizaciones de este cuatrienio. Entre otras razones porque la vía escogida por el presidente Pastrana, de negociación política del conflicto armado, que se convirtió en el eje de nuestra política exterior, sirvió para demostrar la existencia de una contraparte en la guerrilla que no tuvo la voluntad real y sincera de avanzar en el camino hacia la paz. Las actuaciones de las FARC culminaron sembrando las bases para su completa
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deslegitimación y aislamiento interno y frente a la comunidad internacional que ya ha entendido, en toda su dimensión, los verdaderos propósitos de estos grupos. A su vez, la política exterior permitió que la sociedad colombiana rodeara al Estado en su búsqueda de nuevas alternativas para la reconciliación nacional. La apuesta que hicimos sigue vigente y es muy probable que el aprendizaje adquirido durante la administración Pastrana 2como una etapa histórica que era necesario cumplir y agotar2 pueda servir de orientación al actual y a los futuros gobiernos, hasta el momento en que por la fuerza de los acontecimientos, maduren las condiciones para poder avanzar hacia una etapa superior de solución negociada, que estoy seguro será la salida al conflicto interno de Colombia. Este libro constituye una evaluación en primera persona, que busca ofrecer mis análisis, percepciones y vivencias en torno a las estrategias trazadas, a los logros alcanzados y a los desafíos que quedaron planteados al concluir los cuatro años en los que tuve el privilegio de acompañar al presidente Andrés Pastrana como canciller de mi país. He querido comenzar con dos capítulos sobre el contexto internacional y regional con el fin de transmitir a los lectores, desde una perspectiva académica y política, los retos que representa asumir la conducción de las relaciones exteriores de un país latinoamericano, en un marco de globalización descontrolada que exige, por lo tanto, criterios de participación internacional mucho más audaces que los del pasado, con fundamento en el principio de respice omnia 2mirar al universo, mirar al conjunto. Éste se constituyó en el eje conductor de las acciones de política exterior de Colombia durante estos años y debería constituirse en el principio rector de las próximas décadas.
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He considerado útil introducir un tercer capítulo en el que preciso las bases del diagnóstico de la realidad interna del país y de la estrategia
que tuvimos
oportunidad de cimentar a través del consenso interno y del acompañamiento de la comunidad internacional, para hacerla partícipe activa de las grandes soluciones que Colombia necesita construir con el propósito de lograr la paz y el desarrollo y hacer posible una nueva fase de inserción en los ámbitos bilateral y multilateral. En la parte central de esta publicación me ocupo de los capítulos que dan cuenta del camino recorrido: la Diplomacia por la Paz como eje de nuestra estrategia de inserción positiva en el escenario internacional; el auge sin precedentes en las relaciones con los Estados Unidos; las complejas pero estrechas relaciones con Venezuela; el nuevo enfoque de las acciones en materia de soberanía y desarrollo fronterizo; la construcción de un liderazgo efectivo en la integración subregional y regional; la importante presencia en los escenarios multilaterales, para obtener una mayor incidencia en una regulación de aspectos centrales de la globalización; y el esfuerzo por insertar y defender en los espacios multilaterales puntos estratégicos y de interés nacional, como el problema mundial de las drogas, la promoción de los derechos humanos, la defensa de nuestra biodiversidad y las políticas contra el terrorismo y el tráfico ilícito de armas. Cada capítulo conserva una estructura que señala las tensiones que encontré en la evolución de los hechos o en la interpretación de los observadores nacionales e internacionales que se han ocupado de evaluar esta gestión. En cada uno de ellos hago uso de esas tensiones para explicar el sentido estratégico de las intervenciones y, en los casos en los que creo conveniente, entro en un mayor detalle de los resultados, con menciones específicas de las intervenciones del presidente o de las mías en los escenarios mundiales que tuvimos oportunidad de atender en cumplimiento de nuestras funciones de representación del país. 7
Muchas de las opiniones y conceptos que en este libro se emiten están fundamentados en documentos de trabajo del Gobierno nacional o de la Cancillería de San Carlos, cuyo contenido ha resultado fundamental para el desarrollo temático de los diferentes capítulos. Algunas anécdotas y otros documentos inéditos, que aparecen referidos a lo largo del texto, no tienen otro propósito distinto que el de la ilustración de momentos decisivos de la política exterior colombiana en estos años de gestión, los cuales estuvieron orientados por el propósito indeclinable de fortalecer el proceso de una nueva presencia de Colombia en el mundo, a través de la política y las corrientes del comercio, la economía y la cultura globales. La Diplomacia por la Paz fue nuestra guía. La recuperación de las relaciones con los Estados Unidos nuestra clave maestra. La integración subregional, nuestro anhelo. Las buenas relaciones con los vecinos, nuestra obsesión. La solidaridad de Europa y del Asia Pacífico, un desafío permanente. Y la presencia en los foros multilaterales, un instrumento propicio para la defensa del interés nacional. Mi madre 2quien alcanzó a compartir conmigo muchas de las vivencias iniciales de esta apasionante travesía internacional2 3)% .)!(#% !*4% 5,)!")4!6#% 7")% +$#% 8#,)#% &#9% 7")%&#!),$#-:%;$%81,364*%.)%)/*/%!"#8,*%#<*/%.)%64!#4/#'$)%$#'*,%)4%$#%=#4!6$lería, al lado de un comprometido e inolvidable grupo de trabajo, puedo decir, sin vanas pretensiones, que le cumplimos al país, en todos los frentes que nos trazamos como meta, en un ejercicio de diplomacia efectiva, que tuvo como propósito supremo el servicio a la nación por encima de las aspiraciones personales.
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La política es también la ilusión de lo posible. En mi caso, sólo me resta esperar que el juicio riguroso de la historia así lo confirme. G uillermo F ernández de Soto
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I Una globalización descontrolada El futuro ya no es lo que era. Paul Valéry
Dagoberto Reina, un recolector de café en el Cauca, su tierra natal, llegó al municipio de Villapinzón en el sur de Colombia a intentar mejor suerte para su familia en el cultivo de la coca, una actividad ilegal que lo sometió desde entonces al riesgo cotidiano de perderlo todo, incluso la vida. Dagoberto vivía bajo la ilusión de la riqueza, de tener mayor capacidad económica. Pero los cultivos ilícitos nunca le permitieron darles mayor educación a sus hijos o tener acceso a un puesto de salud o una escuela. Después de cinco años al filo de la incertidumbre, este campesino de mi país, al lado de 400 compañeros más, tomó la decisión de construir con el Gobierno nacional un pacto sobre los programas de erradicación manual de la coca. Y estoy seguro que nunca olvidaré las palabras de Dagoberto cuando les expresó a los funcionarios gubernamentales algo más propio de nuestro Nobel Gabriel García Márquez: +>/8#3*/%/*$*/?%3"9%/*$*/:%@)!)/68#3*/%#9".#%0#,#%/#$6,%.)%)/8#%/*$).#.-:%% Tal era la inmensa soledad en la que se encontraba sumida Colombia en 1998, que nos exigía provocar un profundo viraje en sus relaciones internacionales. La nación, en ese entonces, afrontaba una profunda crisis interna que, de acuerdo con analistas políticos, como el profesor Fernando Cepeda, estaba caracterizada por seis dimensiones: a) la delicada situación de orden público; b) el problema de las drogas
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ilícitas y sus vínculos con guerrillas y paramilitares y su capacidad corruptora de las instituciones; c) la violación de los derechos humanos; d) el desplazamiento interno de población; e) la corrupción; y f) el deterioro de la economía.1 Para utilizar un símil rescatado del ámbito escolar, a mediados de 1998 Colombia se parecía mucho a ese alumno desaplicado que el domingo a las seis de la tarde no ha hecho aún su tarea de castellano y, para colmo de males, debe continuar en forma inmediata con la tarea de matemáticas. Ésta era la realidad de nuestro país por esos días difíciles. Era tal el problema interno, que se había hecho estéril todo esfuerzo de legitimación internacional. Y como si fuera poco, la globalización, en todos sus frentes, se nos venía encima con toda inclemencia para exigir nuevas respuestas en la conducción de los asuntos nacionales e internacionales, a una nación que corría el riesgo de perder toda relevancia en el ámbito mundial. En este contexto me correspondió asumir la rienda de las relaciones exteriores del país y, por ello, el diseño de las políticas tenía que responder a dos propósitos que debían cumplirse simultáneamente: lograr una inserción positiva del país en la comunidad mundial y hacer un esfuerzo específico por alcanzar una mayor incidencia en las políticas multilaterales, recuperando espacios de legitimidad en medio de una globalización descontrolada y atravesada por riesgos de grandes inequidades. L as características del nuevo escenario internacional Los historiadores estiman que si los 5 millones de años que la humanidad ha recorrido desde la aparición del homo sapiens se convirtieran a una hora, el 95% del 1
=>A>B;?%C),4#4.*:%+D#%A*$(86!#%)E8),6*,%.)%=*$*3'6#%9%$#%648),4#!6*4#$6F#!6G4%.)$%0,*!)/*%.)%A#F-%9%)4% Revista del Centro Andino de Estudios Internacionales, No. 3, I semestre, 2002, p. 181.
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saber provendría de los últimos 20 segundos. En los últimos cuatro segundos, es decir en el siglo XX, se produjeron las nueve décimas partes de todo el saber. Y aún en el último segundo, en los últimos 25 años, habríamos aprendido tres veces más que en todo el medio millón de años anteriores.2 El paradigma en que se ha convertido la fase de la globalización que hoy vivimos,3 radica en el portentoso impacto de las revoluciones tecnológicas, a través de la eliminación progresiva de los obstáculos del tiempo y la distancia, y de la revolución del saber, que es la característica más importante de nuestra época y cuya clave se encuentra en el hecho de que la riqueza ya no se origina, como en el pasado, en los factores clásicos de producción, tierra, capital, trabajo. El recurso productivo fundamental de la globalización es ahora el conocimiento y su capacidad de aplicación para el desarrollo de nuevas tecnologías que integran a las naciones, las regiones subnacionales y las localidades más lejanas, dentro de una red de información que adquiere dimensiones económicas, políticas, sociales y culturales, de proporciones colosales. En el plano económico, la revolución del conocimiento ha permitido la aceleración global en el intercambio de bienes, servicios e información y ha dado lugar a la 2
Estas estimaciones, incluidas las del historiador Paul Kennedy, fueron proporcionadas por Hernando Gómez Buendía. Diplomado Virtual sobre Desarrollo Humano. Proyecto PNUD 2 Universidad de Los Andes. Noviembre de 2001. 3 +>4%$*/%H$863*/%IJK%#<*/?%)$%%0,*!)/*%.)%L$*'#$6F#!6G4%&#%0#sado por tres etapas. La primera (1870 2 1913) tuvo una gran movilidad de capitales y mano de obra, así como un auge comercial basado en una fuerte reducción de los costos de transporte, más que en el libre comercio. Después de la Segunda Guerra Mundial se inició una nueva etapa (1945 2 1973), donde nacieron instituciones internacionales de cooperación técnica, financiera y comercial, se expandió el comercio de manufacturas entre países desarrollados y coexistieron varios modelos de organización económica, junto a una limitada movilidad de capitales y mano de obra. En el último cuarto de siglo XX, se consolidó la tercera fase con la gradual generalización del libre comercio, la creciente presencia en el escenario mundial de empresas transnacionales que funcionan como sistemas internacionales de producción integrada, la expansión y la considerable movilidad de los capitales junto con la 0),/6/8)4!6#%.)%,)/8,6!!6*4)/%#$%3*M636)48*%.)%3#4*%.)%*',#?%)$%#!!)/*%3#/6M*%#%$#%645*,3#!6G4%)4%+86)30*% ,)#$-?%L,#!6#/%#$%.esarrollo de las tecnologías de información y comunicaciones, y una visible tendencia a la &*3*L)46F#!6G4%.)%$*/%3*.)$*/%.)%.)/#,,*$$*%)!*4G36!*-:%N),%=>A;D:% Globalización y Desarrollo, 2002.
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organización de las firmas y de los territorios en redes de innovación, producción y distribución, estimuladas por la conexión en tiempo real de las principales transacciones y procesos que hacen parte de la economía global, con un potencial de generación de riquezas nunca antes imaginado. El historiador Paul Kennedy estima que después de la Segunda Guerra Mundial el valor de los bienes y servicios producidos por la humanidad equivale al valor de todos los bienes y servicios producidos durante el medio millón de años anteriores. Esto significa que una sola generación ha construido una riqueza igual a la de todas las generaciones anteriores sumadas. En el plano político, la sociedad red que ha desatado la era del conocimiento en que estamos viviendo ha contribuido a la apertura de los sistemas políticos y a la expansión de las libertades fundamentales, o de lo que en la literatura especializada /)%!*4*!)%!*3*%$#%+8),!),#%*$#% .)%$#% .)3*!,#!6#-?%8#$% !*3*% $*%#!"<G%)$%0*$68G$*L*% Samuel P. Huntington. Esta ola empezó, por fortuna para nuestros países, en el cono Sur de América Latina; continuó con la caída del muro de Berlín e hizo posible la transición de 17 países de Europa del Este hacia la democracia; y posteriormente llegó a los países de Asia y África donde completó 67 países democratizados. Hoy en día es una realidad que más de 140 naciones del mundo 2de un total aproximado de 2002 celebran elecciones libres y multipartidarias. Esta dinámica ha estado acompañada de reformas políticas, constitucionales e institucionales en los países que hicieron posible la consolidación de la democracia como un valor universal; la presencia cada vez más importante de las minorías étnicas y religiosas en la conducción de los asuntos nacionales; la defensa de los derechos humanos, como elementos clave en la construcción de una ciudadanía global; y la modernización del sector financiero, de los sistemas de impuestos y pensiones y de la conducción del comercio internacional. 13
En el plano social y cultural los efectos de la sociedad global del conocimiento no son menos visibles. El mundo alberga grandes disparidades e infinitas injusticias que ponen en entredicho los alcances de la democratización política y amenazan la libertad del ser humano. La pobreza, el hambre, las inequidades, la mortalidad infantil y el deterioro del medio ambiente son manifestaciones de un mundo que exige una transformación profunda de sus estructuras de poder y de producción y que está evidenciando una gran brecha entre las expectativas del modelo de desarrollo predominante en los años noventa y las actuales condiciones de crecimiento económico.
La sustentabilidad económica y social de los actuales
patrones de desarrollo abre grandes interrogantes sobre su futuro. No obstante estas tensiones, se han registrado importantes logros en el mundo en desarrollo durante los últimos treinta años, aunque con frecuencia no reconocidos por los movimientos antiglobalización. Estos logros han demostrado que es posible avanzar en la educación primaria universal y la equidad de género en el acceso a la educación si se adoptan las políticas y las estrategias de cooperación adecuadas, con el apoyo de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Según el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), los niños que nacen hoy tienen la esperanza de vivir ocho años más que los que nacieron treinta años más atrás. Muchas personas pueden leer y escribir, y se estima que la tasa de alfabetización de adultos aumentó del 47% en 1970 al 75% en 2000. Se ha quintuplicado la proporción de familias con acceso al agua potable, mientras que el ingreso medio de los países en desarrollo casi se triplicó entre 1975 y el año 2000. En este contexto, debe destacarse el importante papel movilizador que en estos países han adquirido la televisión y la Internet, para entrar en contacto con las ideas, comparar su calidad de vida con otras latitudes y acceder a información en torno a los derechos de una ciudadanía moderna e incluyente. 14
La nueva globalización nos ilustra, de esta manera, sobre las enormes oportunidades y los retos con que contamos en la actualidad para que elevemos el nivel de vida y aumentemos el potencial de las personas de tal forma que puedan llevar el tipo de vida que valoran y que tienen razones para valorar, como lo ha señalado el Premio Nobel de Economía de 1998, Amartya Sen. De esta forma, las dinámicas generadoras de inclusión económica, social y cultural demuestran que la globalización puede constituirse en una fuerza poderosa y positiva para los países en desarrollo, en la medida en que éstos adopten las políticas internas adecuadas para su pleno aprovechamiento. Pero de otro lado, las dinámicas generadoras de exclusión alertan sobre el riesgo inminente de que cerca de 120 países queden fuera de toda relevancia frente a las fuerzas que mueven la globalización, mientras se va imponiendo, enormemente, el supuesto ideológico de que estamos frente a un fenómeno que no es susceptible de regulación. A mérica L atina frente a los mitos de la globalización 4 Nuestra región, considerada como un área razonablemente globalizada, de acuerdo con los índices de la revista Foreign Policy,5 tiene otras aproximaciones a las 4
Esta sección se fundamenta en una serie de lecturas personales, por cierto muy inspiradoras, entre las cuales debo recomendar: STIGLITZ, Joseph. El malestar en la globalización, Editorial Taurus, 2002; SOROS, George. Globalización. Editorial Planeta, 2002; CEPAL, Globalización y Desarrollo, 2002; NEGRI Antonio y Michael Hardt. I mperio. Editorial Paidós, 2002; Corporación Andina de Fomento. Primer Encuentro de Expresidentes Latinoa mericanos. Globalización: hacia una agenda para América Latina . Cartagena de Indias, marzo 11213 de 2001; MUÑOZ, Heraldo (Compilador). Globalización. América Latina y los desafíos del nuevo milenio. Editorial Aguilar, 2000; HOBSBAWM, Eric. The New Century. En conversación con Antonio Polito, Editorial Abacus, 1999; FUENTES, Carlos. El espejo enterrado, Editorial Taurus, 1992; Felipe González en conversación con Juan Luis Cebrián. El futuro no es lo que era . Editorial Santillana, 2001. 5
El índice de globalización construido por esta publicación considera cuatro componentes fundamentales: a) usuarios de Internet e inversión extranjera en los sectores de telecomunicaciones e informática; b) contactos personales, medidos por la magnitud relativa del turismo internacional y el número de llamadas telefónicas
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tendencias de este proceso, que nos aconsejan una mayor cautela frente a las posiciones excesivamente optimistas que han salido a sentenciar de manera prematura el fin de la historia, fundamentados en algunos mitos que parecen hacer carrera, de manera perniciosa, en América Latina y en otros continentes. #$% &'()*'% )(+,% -*% *./0*.+'1% 1-,/(12,% 1% $1% 3(2*,$,4516% 17.% ()&*'1.+*% *.% muchos de nuestros países, según la cual el libre mercado maximiza el crecimiento y la riqueza en el mundo y, al mismo tiempo, optimiza la distribución proveniente de este incremento. Comparto la opinión de quienes piensan que la economía de mercado es el sistema más eficiente que ha existido para producir mayores tasas de crecimiento y, por ello mismo, se ha consolidado como el modelo triunfante en la nueva fase de globalización que vivimos. Pero la evidencia global no me permite ser muy optimista sobre la distribución de los beneficios del crecimiento. Un estudio revelado por Naciones Unidas sobre 77 países que representan el 82% de la población mundial, señala que entre los decenios de 1950 y 1990 la desigualdad aumentó en 45 de ellos y disminuyó en 16. Muchos de los países con niveles crecientes de desigualdad corresponden a Europa Oriental y a la Comunidad de Estados Independientes. En los 16 restantes no fue posible establecer una tendencia clara o sencillamente se presentaron casos de estabilización. Por su parte, los países de América Latina y el Caribe se sitúan entre los de mayor desigualdad de ingreso, como rasgo económico y social sobresaliente de la región. internacionales; c) grado de participación política, definido por la presencia del país en organismos internacionales y el número de embajadas existentes en su territorio; y d) participación en las corrientes de comercio, inversión y remesas y pagos provenientes del exterior. Cinco países latinoamericanos 2Chile, México, Venezuela, Brasil y Colombia, en su orden2 aparecen entre los 60 países con mayor grado de globalización, de acuerdo con la combinación de los componentes señalados. The A.T. Kearney / Foreign Policy Magazine Globalization Index. Washington D.C. Carnegie Foundation for International Peace, 2002.
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De acuerdo con el Informe de Desarrollo Humano del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) correspondiente a 2002, el índice Gini de desigualdad en el ingreso de América Latina (0.57) es el peor del mundo, cuando se compara con el de los países desarrollados (0.30) y con el promedio mundial (0.40). En trece de los veinte países de América Latina, con datos correspondientes al decenio de 1990, el 10% más pobre tiene menos del 5% del ingreso del 10% más rico.6 Colombia, a pesar de haber registrado tasas de crecimiento sostenido durante los últimos setenta años 2con excepción de 19992 y haber realizado todos los esfuerzos en los últimos años, ocupa el quinto lugar dentro de los países de mayor inequidad en la distribución del ingreso en América Latina.7 A ello se le suma el preocupante y deplorable hecho, destacado por la Comisión
Económica para América Latina (CEPAL), que en la región existen 214 millones de pobres, de los cuales 93 millones se encuentran en la indigencia. Este mismo organismo considera que las nuevas cifras de los niveles de desigualdad reafirman la enorme rigidez a la baja que caracteriza al grado de concentración del ingreso de los países de América Latina y el Caribe, lo que se constituye en un factor que limita las posibilidades de nuestras naciones de avanzar hacia la reducción de la pobreza.8
6
Cuando los comparativos se hacen para el conjunto de las naciones, las cifras resultan igualmente preocupantes. De acuerdo con el Informe de Desarrollo Humano de 2002, producido por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el 10% de la población más rica de los Estados Unidos (unos 25 millones de personas) tiene un ingreso combinado superior al del 43% más pobre de la población mundial (unas 2.000 millones de personas). Para decirlo en las palabras utilizadas por el hist*,6#.*,% >,6!% O*'/'#P3?% +)/% )M6.)48)% 7")% )4% $#% )!*4*3(#%L$*'#$% )$% 0#/8)$% )/% cada vez más grande, pero son los más ricos quienes, de manera exponencial, toman la mejor parte 0#,#%)$$*/-:%OQRSR;TU?%>,6!:% The New Century. En conversación con Antonio Polito, Editorial Abacus, 1999. 7
Debo señalar que Colombia mejoró comparativamente con las cifras de inequidad del inicio de la década, de acuerdo con la FAO. Cifras brindadas durante el Día Mundial de la Alimentación, 2003. 8 CEPAL. Panora ma Social de América Latina (2002-2003).
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E l segundo mito, que ha hecho car rera entre las naciones del mundo, señala que la globalización ha traído consigo una liberación sin precedentes del mercado mundial y del sistema financiero internacional, que haría posible un acceso amplio y equitativo de todos los países y todas las personas a los bienes y servicios producidos a lo largo y ancho de la geografía mundial. A mi juicio, este mito se desvanece en el aire por tres sencillas razones. La primera tiene que ver con el problema de los subsidios, las barreras arancelarias y las no arancelarias que aún imponen los países desarrollados y que hacen imposible que se cumpla )$%!,68),6*%.)%+#!!)/*%#30$6*-%#%/"/%3),!#.*/%.)%3"!&*/%.)%$*/%0,*."!8*/%.)% la agricultura y de la manufactura tradicional provenientes de los países en desarrollo. En la década de los noventa, los países de América Latina y el Caribe impulsaron políticas de liberación comercial y de la cuenta de capitales, pero al parecer este proceso no fue suficiente para provocar actitudes similares en los países desarrollados. En efecto, los países avanzados gastan unos 360 mil millones de dólares al año en subsidios a la agricultura.9 Ello equivale a mil millones de dólares diarios de ayuda con destino a sus productores. Existen dos ejemplos muy ilustrativos sobre las dimensiones actuales de los subsidios. En Estados Unidos los subsidios diarios que reciben los algodoneros superan los 10.7 millones de dólares, lo que equivale a tres veces la ayuda que Washington le otorga al África subsahariana. Por su parte, la Unión Europea envía anualmente ocho dólares en cooperación a cada habitante del África negra, mientras que subsidia con 913 dólares anuales 2114 veces más2 a cada vaca que pasta en su territorio.10
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Los datos corresponden a 1999. Consultar Agricultural Policies in O C D E Countries: Monitoring and Evaluating 2001, Tabla III . Citado por SOROS, George. Globalización. Editorial Planeta, 2002, p. 53. 10 Informe de Desarrollo Humano del Progra ma de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNU D ), 2003.
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Oportunamente Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía en el 2001, ha señalado 7")%+>",*0#%9%>/8#.*/%V46.*/%/)%&#4%4)L#.*%#%&#!),%L,#4%!*/#%)4%!"#48*%,)."!6,%$*/% obstáculos que ellos imponen al comercio de los productos agrícolas de los países en desarrollo. Todo ello es muy asimétrico. Y ésa es precisamente la clase de asimetría que ha dado por resultado que el África subsahariana se haya visto tan 0),W".6!#.#-.11 De acuerdo con los estimativos de la Organización Mundial del Comercio (OMC) un programa orientado a desmantelar la protección y los subsidios agrícolas por parte de los países de altos ingresos, a eliminar las tarifas escalonadas, a reducir los obstáculos al comercio que todavía existen en el sector de las manufacturas (especialmente textiles y confecciones), a liberalizar los servicios, a aumentar la competitividad de los países en desarrollo (puertos, transporte interno, telecomunicaciones, capacitación de trabajadores) y a convertir las exportaciones en el motor del desarrollo de numerosos países pobres, representaría un enorme beneficio para la economía mundial. En efecto, según el organismo multilateral, en este escenario el producto bruto mundial aumentaría en 2,5 trillones de dólares en los próximos 13 años y 320 millones de personas saldrían de la pobreza absoluta en el mismo período.12 >48,)%8#48*?%)$%+#!!)/*%#30$6*-%#%$*/%3),!#.*/%7")%/)%0,)L*4#% hoy día continuará siendo una quimera para los países en desarrollo. En esta perspectiva, la IV Conferencia Ministerial de la OMC en Doha, Qatar, realizada en noviembre de 2001 2y que dio su nombre a la Ronda que culmina el 1° de enero de 20052 abrió un pequeño margen para el optimismo en torno a la eliminación de las tendencias proteccionistas de los países desarrollados en el 11
SXYZDYX[?%\*/)0&:%+>$%!#51%9%$*/%4")M*/%,"3'*/%.)%$#%)!*4*3(#-%)4% Ensayos sobre Economía Cafetera , No. 16 y 17, enero 2 diciembre de 2001, p. 29. 12 Citado por Diego Pizano. Globalización: desafíos y oportunidades. Alfaomega 2 Cambio. Septiembre de 2002.
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mediano plazo. No obstante, los países en desarrollo deberán pagar un precio por ello, especialmente en materia de reducción de aranceles de bienes industriales, liberalización del comercio de servicios y mayor protección a los derechos de propiedad intelectual. En el sector agrícola puede decirse que, al menos en el plano semántico, la Unión Europea cedió algo en el último momento. Se habló, incluso, de una "reducción sustancial de las subvenciones a la exportación con miras a su supresión progresiva". Sin embargo, mencionó también que el "resultado de las negociaciones" está abierto y no se acordó ninguna cláusula de desarrollo que diera cuenta de las condiciones particulares de las agriculturas en los países en desarrollo. Por su parte, el Acuerdo sobre Textiles y Confecciones contempla una liberalización del comercio textil para el 2005, lo que beneficiará principalmente a los países asiáticos. Casi dos años después de iniciada la Ronda de Doha, los avances aún eran precarios. Al término de estas líneas, esperábamos que en Cancún, en septiembre de 2003, los ministros definieran las modalidades que orientaran las negociaciones para los próximos quince meses. Sin embargo, no fue posible que los embajadores en Ginebra lograran llegar a acuerdos previos en temas cruciales, por lo que en la reunión de Cancún los ministros estaban en la obligación de resolver prácticamente todos los temas para que continuaran las negociaciones.13 Tras el fracaso de Cancún, el trabajo que les esperaba a los negociadores en Ginebra en los meses siguientes era bastante arduo. Si se quiere que el 1° de enero de 2005
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En agricultura, Estados Unidos y Canadá habían presentado una propuesta conjunta, que fue criticada tanto por los países exportadores agrícolas (Grupo Cairns) quienes la consideraban muy tímida, como por los países que desean mantener los subsidios a la agricultura. En materia de reducción de aranceles para los bienes industriales, se estaba estudiando alguna fórmula para que todos los países disminuyeran sus aranceles, con algunos beneficios para los países en desarrollo. En propiedad intelectual, si bien se ha avanzado en vincular
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culmine esta nueva ronda de negociaciones, los países deben ponerse de acuerdo en temas en los cuales las posiciones entre las naciones desarrolladas y en desarrollo son muy distantes. En ese sentido, es necesario llegar a un acuerdo sobre la reducción sustantiva de los subsidios que otorgan los países más ricos a los bienes agrícolas, y sobre el eventual inicio de las negociaciones en los cuatro temas de Singapur 2inversiones, políticas de competencia, transparencia en compras del Estado y facilitación del comercio2. En consecuencia, lo que está en juego hacia el futuro es la consolidación o el debilitamiento del sistema multilateral de comercio. En el caso específico de la Unión Europea (UE), en materia de relaciones comerciales y en otros campos de la cooperación internacional no se debe omitir el hecho de que sus prioridades actuales están concentradas en Europa Oriental, Asia y África. Y esta inclinación nos llama al realismo sobre las dificultades hacia el futuro para concretar acuerdos de comercio duraderos entre este bloque y los países de América Latina, y en particular con el Mercosur y la Comunidad Andina. Los casos de Chile y México resultan ser algo excepcional en la aproximación política de la UE hacia la región, pero motivan a continuar trabajando con pragmatismo e imaginación en el fortalecimiento de las relaciones externas y se constituyen en importantes fuentes de experiencia técnica y de negociación que pueden ser trasmitidas a aquellos países que inician este camino. Los estudios más recientes de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) señalan con toda claridad cómo el principal canal de transmisión del actual deterioro de la economía regional ha sido el comportamiento de su balanza
el tema con la salud pública permitiendo la importación de genéricos para enfermedades severas, aún el tema está sobre la mesa.
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comercial, sobre la cual se habían sustentado todas las esperanzas de los procesos de liberalización económica en la mayoría de los países.14 La segunda razón tiene que ver con la enorme capacidad de contagio que presenta la inestabilidad actual de la economía global sobre el conjunto de países. Los choques internacionales de la última década 2la crisis mexicana de 1994, la crisis asiática de 199721998, el colapso
de la economía rusa a partir de 19982, así como la
incertidumbre en los Estados Unidos, agravada con los sucesos del 11 de septiembre de 2001, se han encargado de hacer su parte. Pero no hay duda de que las políticas comerciales de los países desarrollados se han ocupado de ensombrecer aún más el panorama.15 No obstante, lo que más quiero destacar 2y ésta es mi tercera razón para refutar el mito de la liberalización comercial y financiera2 es que todo el esfuerzo de reformas estructurales inducidas en las economías de América Latina durante la década de los noventa, no ha sido suficiente para mejorar de manera sustancial los ingresos de las 0),/*4#/:% ]?% )4% !*4/)!")4!6#?% )$% 0,64!606*% .)$% +#!!)/*% )7"68#86M*-% #% $*/% 3),!#.*/% también salta en pedazos. Un estudio preparado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), a partir de 93 encuestas de hogares para 17 países latinoamericanos, con información entre 14
La brecha entre el desempeño de las exportaciones e importaciones ha provocado la acumulación de crecientes déficit comerciales que, sumados a los desembolsos por el servicio de la deuda y las remesas de utilidades, determinaron el deterioro de la balanza de pagos. En promedio, entre 1994 y 2001, el déficit en cuenta corriente se ubicó en 3% del PIB regional. CEPAL. Globalización y Desarrollo. 2002. P. 176. 15 La Ley de Preferencias Arancelarias Andinas (ATPA) y el Sistema General de Preferencias (SGP Andino) constituyen excepciones, como una compensación a los esfuerzos de los países beneficiarios en la lucha contra el narcotráfico. Se trata de concesiones unilaterales de los Estados Unidos y de la Unión Europea, que reconocen, en la práctica, la corresponsabilidad global en el problema mundial de las drogas y sus delitos !*4)E*/:% =*3*% /)% M),^% 3^/% #.)$#48)?% $#% )/8,#8)L6#% .)% $#% +B60$*3#!6#% 0*,% $#% A#F-% /)% !*4M6,86G% )4% "4% 5#!8*,% decisivo para lograr la extensión de estos esquemas concesionales bajo el criterio de la responsabilidad compartida.
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1977 y 2000, demuestra que la liberalización comercial parece no tener efectos distinguibles sobre la desigualdad y la pobreza en la región durante los años ochenta y noventa. Y si algún efecto tiene, éste es negativo, pero no es relevante desde el punto de vista estadístico. Por su parte, la liberalización financiera ha tenido un efecto significativo de aumento de la desigualdad y la pobreza.16 Las fórmulas tradicionales recomendadas por los organismos financieros internacionales 2especialmente por el Fondo Monetario y por el Banco Mundial2 han mostrado muy escasa efectividad para impulsar la capacidad de compra de nuestros conciudadanos tanto en los mercados internos como en los internacionales, debido al carácter claramente recesivo de los tratamientos macroeconómicos puestos en marcha.17 En América Latina, la región en donde más se ha avanzado en el proceso de reformas, el crecimiento de los años noventa fue tan sólo del 3.2% anual, ritmo significativamente inferior a las cifras registradas durante las tres décadas de industrialización liderada por el Estado, entre los años cincuenta y sesenta, que fueron del 5.5% por año. Las cálculos de la CEPAL indican que la economía de América Latina y el Caribe registró una caída del 0.8% del producto regional en 2002, luego de estancarse en 2001 con un crecimiento que apenas fue del 0.3%. En el 2003, el crecimiento económico de la región será del 1.5%.18 Estas cifras revelan con toda claridad las dificultades que presenta América Latina, en su conjunto, para ajustarse al principio 16
BEHRMAN, Jere R. BIRDSALL, Nancy. S[_`>D]?% U6L")$:% +Pobreza, desigualdad, y liberalización comercial y financiera en América Latina-:% R#4!*% Y48),#3),6!#4*% .)% B)/#,,*$$*:% Research Department Working paper series, mayo de 2001. p. 449. 17 No obstante, creo conveniente destacar el acuerdo logrado por el Gobierno del presidente Pastrana con el Fondo Monetario Internacional, que después de muchos años de la misma cartilla reconoció la condición de Colombia como un país con un conflicto interno de gran complejidad, lo que contribuyó a flexibilizar las metas de ajuste fiscal, con el fin de introducir los cambios presupuestales necesarios, en el evento en que las contingencias planteadas por el conflicto así lo exigieran. 18 Ver diario La República, agosto 8 de 2003.
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.)%+#!!)/*%)7"68#86M*-%#%$*/%3),!#.*/%7")%8#48*%/)%0,*3")M) en algunos escenarios internacionales, y la falta de dinamismo de la economía internacional y de las fuerzas reactivadoras internas. De estas tendencias, la reciente crisis argentina resulta un ejemplo vistoso, pero de ninguna manera aislado. E l tercer mito tiene que ver con una actitud extrema de la que participan muchos actores de la globalización, quienes han llegado a la conclusión, también prematura, de que, en esencia, estamos frente a un sistema incontrolable. Tengo la plena convicción, como la tiene la mayoría de los líderes latinoamericanos, que estamos frente a un proceso que plantea enormes oportunidades y desafíos a la capacidad de maniobra de nuestros Estados nacionales, y que tiene efectos potenciales de gran alcance sobre la calidad de vida de nuestra gente. Pero no considero que estemos 5,)48)% #% "4% +3)!#46/3*-% !*4% "4#% .64^36!#% 0,*06#% )% irreversible, ante el cual deberían ceder todas las tentaciones de regulación y control. De hecho, cada vez estoy más convencido de que en la base de esta posición determinística y, en muchos casos, llena de confusos intereses, se encuentra gran parte de los problemas de legitimidad que hoy enfrenta la globalización en muchos de nuestros países. Debemos reconocer que el Estado contemporáneo ha cedido poder y se ha debilitado frente a las nuevas formas de soberanía, a los nuevos actores nacionales e internacionales, a las compañías multinacionales y a los bloques de integración comunitarios, en asuntos como la macroeconomía, el comercio, el medio ambiente y la política exterior, lo que parece lógico y comprensible. Así mismo, cede poder frente a las regiones subnacionales, como resultado de la revolución descentralista
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que ha llegado en buena a hora todos nuestros países para construir un Estado más cercano al ciudadano. Pero existen otras fuerzas completamente incontroladas que están contribuyendo a erosionar las instituciones y, aún más, el principio mismo de la soberanía de nuestros Estados nacionales, que aparecen ahora cediendo poder en múltiples direcciones. D*%%7")%,)/"$8#%64#.36/6'$)?%)4%)$%!*48)E8*%.)%$#%+.)/,)L"$#!6G4%/#$M#W)-%#%$#%7")%/)% refiere el ex ministro de Relaciones Exteriores de Francia, el señor Hubert Védrine, es que el Estado en todos nuestros países pierde cada vez mayor capacidad de maniobra frente a una serie de actores globales de distinta índole. Así lo hace, por ejemplo, frente a las empresas multinacionales, como consecuencia de una desaforada carrera por la atracción internacional de capitales, que en sí misma tiene un valor inmenso para los países en desarrollo, pero que cuando se hace libre de condiciones precisas en torno a asuntos estratégicos, como la calidad de los empleos y el valor agregado nacional de nuestras exportaciones, se convierte en un factor de gran perturbación social. Pero más grave aún resulta el debilitamiento de la institucionalidad de los Estados contemporáneos, como consecuencia de los cada vez más prósperos negocios de la economía criminal global, que opera con un enorme poder corruptor y con una prodigiosa capacidad de evasión de los controles y de la represión de este tipo de delitos. El sólo tráfico de drogas está estimado entre 400 y 500 mil millones de dólares por año, una cifra similar al PNB de California, la región más próspera de los Estados Unidos, superior a la industria de hidrocarburos, dos veces mayor que el producto de la industria automotriz y más grande en su actividad que el PNB de toda el África. Sin hacer mención de las enormes cifras que se manejan en el tráfico 25
ilícito de armas, materiales nucleares, químicos y biológicos y el lavado de activos que se deriva de todas estas actividades criminales.19 Una mención especial debe hacerse a la tendencia muy marcada al debilitamiento de nuestros Estados frente al inmenso poder desestabilizador del terrorismo internacional, que al actuar en redes de inteligencia y estrategia, como lo hacen ahora la mayoría de las actividades fuera de control en la globalización, se ha erigido en una amenaza de proporciones impredecibles. Después del 11 de septiembre de 2001, ha quedado en evidencia que han desaparecido las distinciones y fronteras en que reposaba nuestra visión del mundo. Hasta hace poco, ningún país se habría imaginado que su seguridad interna debía resolverse en los lugares más recónditos del planeta. El concepto tradicional de la soberanía ha quedado rebasado. Debo enfatizar que el mito del carácter incontrolable de la globalización actual se vuelve tanto o más inadmisible en la esfera de aquellas actividades sobre las cuales las instituciones internacionales podrían tener un mayor margen de maniobra. Como $*%/)<#$#,#%)$%0,*5)/*,%U#4")$%=#/8)$$/?%)$%+#"8*3^86!*%#4.#%/")$8*-%)4%$*/%5$"W*/%.)$% sistema financiero internacional, ampliando el riesgo de los contagios inmediatos y de la extensión de los colapsos sociales incubados a miles de millas, pero con efectos perversos en los países más débiles. Algo similar ocurre con la liberalización financiera, en franco contraste con la tendencia a crear un sistema político de gobernabilidad global. Este sistema, a su turno, genera tensiones a los Estados y su soberanía, como instancia necesaria para la construcción de la democracia, la 19
En el caso del tráfico ilícito de armas pequeñas y ligeras, las cifras son dramáticas. En el período 1980 2 1989 fueron producidas por lo menos 120 millones de armas pequeñas en el mundo, a un promedio de 6.3 millones anuales. Si se extrapolan esas cifras, puede estimarse que desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, en 1945, se han producido en el planeta 347 millones de armas pequeñas. Algunas investigaciones han revelado que en el mundo existen más de 550 millones de armas de fuego. Véase: Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia. Colombia y el control internacional de armas pequeñas y ligeras . Julio de 2002.
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consolidación de la identidad nacional y la protección de los ciudadanos. Un reto de grandes proporciones reside pues en la concepción y el papel del Estado en un entorno en el que soplan los vientos de una globalización en franco descontrol, que ha provocado en los últimos años un marco político signado por la post Guerra Fría *%$*%7")%0*.,(#3*/%$$#3#,%"4%)/!)4#,6*%.)%+A#F%C,(#-%)4%8*.#%$#%L)*L,#5(#%3"4.6#$:
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II Los desafíos de nuestra A mérica L atina El continente americano ha vivido entre el sueño y la realidad, ha vivido el divorcio entre la buena sociedad que deseamos y la sociedad i mperfecta en la que real mente vivi mos. Hemos persistido en la esperanza utópica porque fui mos fundados por la utopía, porque la memoria de la sociedad feliz está en el origen mismo de América y también al final del camino, como meta y realización de nuestras esperanzas Carlos Fuentes
Cada vez estoy más convencido de que nuestras naciones correrían un enorme riesgo si cayeran en la tentación de limitar sus estrategias de inserción global a la idea única de una liberación plena de los mercados mundiales y a la apuesta obsesiva por alcanzar el éxito a través de esta visión unidimensional. Por el contrario, pienso que la globalización tiene hoy, como en ninguna de sus fases anteriores, un carácter multidimensional que exige una consideración más cuidadosa de otros procesos no económicos, si de verdad nuestras naciones aspiran a convertirse en actores más relevantes en el marco de las tendencias del nuevo milenio. En este contexto, resulta evidente que los asuntos estratégicos de la agenda de América Latina se encuentran, hoy más que nunca, en directa relación con temas prioritarios de la agenda internacional y hacen eco de las nuevas doctrinas en materia de política exterior, en un momento histórico en el que cada vez se hace más difícil separar los asuntos domésticos de los internacionales. Entre estas dos esferas, en un mundo crecientemente interdependiente, existen vínculos inseparables que permiten entender la configuración de un nuevo sistema internacional y que tienen efectos directos sobre el desarrollo de la política y la economía, tanto a nivel nacional como internacional. De manera que en el estudio de la política exterior la
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región no puede estar ausente de esta elaboración teórica, que es del ámbito de las disciplinas de economía política internacional y relaciones internacionales.20 Varios desafíos nos esperan en la construcción de una agenda común latinoamericana, con base en el principio de la corresponsabilidad y la acción conjunta en asuntos claves de nuestro desarrollo. Y por ello no dudé en mencionarlo en aquellos foros en los que Colombia volvió a ganar presencia en los años en que me correspondió orientar las relaciones internacionales del país. A cada uno de estos asuntos quiero referirme, así sea de manera preliminar. Un pacto social global Debido a las asimetrías que se han presentado en la inserción global, muchos de nuestros países corren el riesgo de resultar irrelevantes en un escenario mundial atravesado por la complejidad y el acceso inequitativo a las oportunidades de la +4")M#%)!*4*3(#-:21 Por lo tanto, considero de la mayor trascendencia el propósito de avanzar hacia un consenso social de carácter global que haga posible, en el plano de los acuerdos políticos duraderos, el cumplimiento de las metas trazadas por la Cumbre del Milenio,22 que ha sido reiterada por los países miembros de las 20
Para mayor desarrollo, ver los trabajos teóricos de autores como R. D. Putman, B. Manning, H. Milner, y R. O. Keohane, entre otros. 21 B)%#!"),.*%!*4%)$%0,*5)/*,%U#4")$%=#/8)$$/?%)/8#%+4")M#%)!*4*3(#- se caracteriza por tres grandes rasgos interrelacionados: a) está centrada en el conocimiento y en la información como bases de la competitividad y la productividad, tanto para empresas como para regiones, ciudades y países; b) sus actividades dominantes están articuladas globalmente y funcionan como unidad en tiempo real; y c) es una economía que funciona en redes entre las empresas y sus pequeñas y medianas empresas subsidiarias, lo que le permite una extraordinaria flexibilidad y adaptabilidad. Conferencia pronunciada en el salón de Ciento del Ayuntamiento de Barcelona, el 21 de febrero de 2000. 22 Entre las principales metas al año 2015 formuladas por esta cumbre, realizada en Nueva York en el mes de septiembre de 2000, se encuentran las siguientes: reducir a la mitad el porcentaje de la población que viva en la extrema pobreza; reducir a la mitad el número de personas que padezcan hambre; reducir a la mitad el número de personas sin acceso a agua potable; lograr la matrícula de todos los niños en la enseñanza primaria, reducir en dos terceras partes las tasas de mortalidad de niños menores de un año; reducir en tres cuartas partes las tasas de mortalidad materna; detener y reducir la propagación del VIH/SIDA.
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Naciones Unidas como una de sus máximas prioridades en materia de cooperación para el desarrollo. Me correspondió, por cuanto presidí el Grupo de Río en el año 2000, impulsar y alcanzar, por primera vez, un consenso regional para llevar una posición conjunta de América Latina y el Caribe a la Asamblea del Milenio de las Naciones Unidas. Colombia, a través de su presidente, presentó, en ese momento y en representación del Grupo, las recomendaciones y los criterios sobre lo que debería ser la agenda global de las Naciones Unidas para los próximos años. En esta perspectiva, considero de vital importancia que desde América Latina promovamos una revisión de la orientaciones establecidas en el Consenso de Washington, algunos de cuyos planteamientos siguen teniendo una gran validez, pero resultan incompletos para garantizar la aceleración del desarrollo y contribuir de manera notable en la reducción de la pobreza.23 Para decirlo en palabras del presidente de Chile, Ricardo Lagos: +auizá sea hora de avanzar hacia un nuevo Consenso que implique vincular simultáneamente el avance material con el progreso social; las privatizaciones con la generación de más y mejores empleos; los aumentos de competitividad con la reforma educacional; la estabilidad y el rigor fiscal con la mejoría en $#/%0*$(86!#/%/*!6#$)/-:24 23
En 1990 el Institute for International Economics de Washington organizó una conferencia sobre las reformas que venían adoptando los países de América Latina después de la crisis de la deuda de los ochenta. Participaron representantes de los organismos multilaterales y de diversos centros académicos y se llegó a un alto grado de consenso sobre la importancia de diez instrumentos de política para alcanzar altos niveles de desarrollo económico y social: disciplina fiscal, concentración del gasto público en educación y salud, reforma tributaria, tasas de interés positivas determinadas por el mercado, tipos de cambio competitivos, políticas comerciales liberales, apertura a la inversión extranjera, privatizaciones, desregulación y protección de los derechos de propiedad. Véase, Diego Pizano, Op. cit. p. 58. 24 D;ZQS?%b6!#,.*:%+O#!6#%"4%4")M*%!*4/)4/*%/*!6#$%648),4#!6*4#$-?%)4c%UVdQ[?%O),#$.*%e!*306$#.*,f:% Globalización XXI. América Latina y los desafíos del nuevo milenio . Editorial Aguilar, 2000, p. 23.
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La calidad de las instituciones nacionales,25 el redescubrimiento del papel del Estado en la promoción del desarrollo y el buen funcionamiento de los mercados, así como una nueva estrategia multilateral de financiación para el desarrollo, hacen parte integral de la agenda social global que es necesario impulsar desde nuestro continente. Como lo ha señalado el profesor Jeffrey Sachs, por primera vez en la historia de la humanidad, existe la posibilidad de eliminar la pobreza extrema en el mundo, en el curso de una generación. A su juicio, esto sería posible si los países de altos ingresos aumentaran la ayuda externa a una cifra cercana a los 100 mil millones de dólares anuales, un monto que sólo representa aproximadamente el 0.7% de los ingresos de estos países.26 Sin embargo, éste representa un planteamiento interesante sólo en la medida en que la ayuda externa para el desarrollo se acompañe de cuidadosas políticas para mantener la estabilidad macroeconómica y de acciones para asegurar la calidad de las instituciones que constituyen elementos decisivos para garantizar el desarrollo sostenible y la competitividad de los países de América Latina. En este sentido, la Cumbre de Monterrey sobre financiamiento para el desarrollo, en marzo de 2002, con la presencia de numerosos jefes de Estado y de Gobierno constituyó un importante avance en la dirección deseada.
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Existe en la actualidad abundante literatura que ilustra de manera contundente sobre la importancia de las instituciones en el desarrollo económico y social de un país. Entre los principales aspectos que contemplan estos análisis se encuentran: la calidad de la política económica, el nivel de preparación de la burocracia gubernamental, los índices de corrupción, la fortaleza del estado de derecho, la capacidad de la sociedad en su conjunto para hacer cumplir los contratos, el respeto de los derechos de propiedad y el régimen de justicia, entre otros. En esta dirección se han movido los estudios de los profesores Douglas North en los Estados Unidos, José Ayala Espino en México y de Salomón Kalmanovitz en Colombia. 26 S;=OS?%\)55,)9:%+D*/%,6!*/%.)'),(#4%!"30$6,%/"%0#$#',#-:% El País, Madrid, marzo 3, 2002.
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En este encuentro, Colombia resaltó, una vez más, que los temas del financiamiento del desarrollo son esenciales para el futuro de nuestras gentes y la inserción positiva de nuestras naciones en un mundo cada vez más globalizado e interdependiente. Consideró, así mismo, que el trabajo en esta área debía partir del reconocimiento que la financiación, la cooperación, la inversión y el comercio están necesariamente enmarcados dentro del principio de responsabilidad compartida, en materia de desarrollo sostenible, sobre la base de mecanismos eficaces que garantizaran la evaluación periódica de los resultados y las metas. Debo indicar que la actuación de Colombia en México estuvo precedida del liderazgo ejercido por el país en la celebración de la consulta regional de América Latina, como espacio vital para la preparación de la posición que llevaría la región a Monterrey. En Bogotá, celebramos este encuentro, junto con la CEPAL, lo cual afianzaba la posición del país en temas estratégicos para el desarrollo del continente y demostraba la coherencia de nuestra política exterior. L a función reguladora del Estado Como ya lo he señalado, nuestro continente debe rescatar acciones decisivas emanadas del Consenso de Washington, que a mi juicio siguen vigentes en asuntos cruciales como la disciplina fiscal de nuestros países, la prioridad que debe otorgarse al gasto público en educación y salud, al igual que la apertura a la inversión extranjera como palanca crucial para superar la actual encrucijada. Pero al mismo tiempo debo advertir sobre los riesgos de los programas de privatización hoy en marcha, sin la existencia de marcos regulatorios adecuados por parte de los Estados nacionales. Tengo la plena convicción de que una buena información a los agentes económicos, y muy especialmente a los pequeños y medianos empresarios, representa la mejor forma de evitar la concentración de la riqueza y garantizar el
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adecuado funcionamiento de los mercados. El papel de los Estados nacionales, especialmente en las actuales condiciones de América Latina, seguirá siendo muy importante en la creación de condiciones políticas y macroeconómicas favorables para facilitar una exitosa incursión de sus empresas en los mercados internacionales y, en esta perspectiva, la democratización en el acceso a las oportunidades que ofrece la economía global hace parte integral de la agenda de legitimación de nuestra democracia continental.27 Estoy convencido de que deberíamos fortalecer nuestros nexos de cooperación alrededor de la institucionalidad pública y del papel regulador del Estado, hoy amenazado en América Latina por diversas formas de corrupción y por distintas 5"),F#/% 8,#4/4#!6*4#$)/?% $)L#$)/% *% 6$)L#$)/:% D#% #0#,6!6G4% .)% "4#% +/*!6).#.% !6M6$% 648),4#!6*4#$-% )/% )4% L,#4% 3).6.#% $#% )E0,)/6G4% .)% $#/% 0,)*!"0#!6*4)/% 7")% /)% presentan en casi todos los países alrededor de una globalización desregulada. Sin embargo, en América Latina esta tendencia coincide en muchos casos con expresiones de deslegitimación de los Estados centrales, que de ninguna manera conviene estimular. Aunque es evidente que los Estados nacionales ceden poder, de manera simultánea, frente a los espacios de integración, y frente a sus propios territorios subnacionales, me encuentro muy distante .)%7"6)4)/%&#4%/#$6.*%#%.)!$#,#,%$#%+3"),8)%!$(46!#-%.)$% Estado-Nación como una de las tendencias definitorias del nuevo milenio. Por el contrario, creo que ahora, más que nunca, nuestros países requieren de Estados fuertes para garantizar la seguridad de sus ciudadanos, hacer óptima la proyección competitiva de sus empresas y garantizar una política favorable a la redistribución
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CEPAL. Globalización y Desarrollo, 2002.
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del ingreso y a la consolidación del territorio nacional como espacio por excelencia de la diversidad. L a legitimación de la democracia Las realidades del siglo XXI demuestran que, a pesar de la democratización alcanzada, es necesario consolidar aún más las instituciones políticas, brindarles un mayor poder y mayor participación a los ciudadanos para que influyan directamente en el proceso de toma decisiones y promover la transparencia y el control en los entes gubernamentales. Estos retos democráticos se constituyen en el pilar fundamental para la promoción del desarrollo de nuestras gentes. El Programa de Naciones Unidas para el B)/#,,*$$*%eA@VBf%6.)48656!#%!*4%"4#%L,#4% !$#,6.#.%)/8)%.)/#5(*% 9%#56,3#%7")%+$*/% países pueden promover el desarrollo humano para todos solamente si cuentan con sistemas de gestión pública que respondan completamente ante toda la gente, y si todas las personas pueden participar en los debates y las decisiones que afectan a sus vidas-.28 No obstante, los procesos de transición política que viven los países de la región a comienzos del presente milenio han revivido un intenso debate sobre la legitimidad de las instituciones democráticas en sociedades con grandes índices de exclusión, en las cuales el poder se concentra en elites con una gran capacidad de manejo y orientación de la información, los medios de comunicación y las expectativas colectivas. En tal sentido, como bien lo indica la CEPAL, es necesario que los países de América Latina sigan fomentando la democracia como un valor universal y, al
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Ver Informe de Desarrollo Humano 2002. Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), p. 3.
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mismo tiempo, fortalezcan los procesos nacionales de representación y participación para influir en la determinación de las estrategias de desarrollo económico y social y ejercer una mediación eficaz de las tensiones propias de los procesos de globalización.29 En los países de América Latina se observa en los últimos años que los ciudadanos consideran la democracia como el mejor sistema en el que quieren vivir, de acuerdo con las encuestas del Latinobarómetro.30 Sin embargo, resulta visible el grado de insatisfacción expresado con el desempeño de la democracia. Los bajos índices de crecimiento económico y la persistencia de altos niveles de desempleo en la mayoría de los países de la región explican, en gran medida, esta percepción de insatisfacción que impone nuevos desafíos a la gobernabilidad y la estabilidad política de nuestras naciones. En esta dirección, no es posible omitir el papel de los partidos políticos en el fortalecimiento de la institucionalidad democrática. Ninguna política de Estado de largo plazo es legítima y sostenible sin partidos políticos sólidos, con una amplia y renovada base social. Es necesario que nuestros países, en un contexto signado por la apatía electoral de la población y la despolitización de grandes sectores sociales, recobren la vitalidad de los partidos como espacios privilegiados de la representación ciudadana. He registrado con preocupación el nacimiento de nuevas amenazas contra el sistema democrático en la región, no sólo por la vía tradicional de los golpes de Estado, sino 29
CEPAL. Globalización y Desarrollo, 2002. Se trata de una encuesta anual de opinión pública realizada en 17 países de América Latina por la Corporación Latinobarómetro, que representa las opiniones, actitudes, comportamientos de alrededor de 400 millones de habitantes de la región. El estudio comenzó en 8 países en l995, y se extendió a 17 a partir de 1996. Latinobarómetro es una iniciativa privada sin fines de lucro orientada al uso por actores sociales y políticos de la región. 30
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por el apoyo de algunos sectores a alternativas que violan el orden constitucional e institucional prevaleciente, fundados en la quimera de las soluciones de facto. Así mismo, observo con natural expectativa que la anti-política ha emergido y ha tomado fuerza en América Latina como una expresión social que intenta una nueva forma de interlocución, con frecuencia a través de audaces pero efímeras aventuras electorales. Frente a estas tendencias, me reafirmo en la necesidad de fortalecer los partidos políticos en la región, a través de su democratización interna, la promoción de nuevos líderes, una mayor transparencia 2 para alejarse de todas las prácticas de la corrupción y el clientelismo - y una capacidad renovada para transmitir las demandas sociales hacia el Estado. Derechos humanos: fundamento de una ciudadanía global Una de las características más positivas del nuevo escenario internacional a comienzos del tercer milenio radica en el carácter de valores globales que han adquirido los derechos humanos en sus dos dimensiones fundamentales. En primer lugar, se encuentran los derechos civiles y políticos, consignados en las convenciones promovidas por las Naciones Unidas, que garantizan la libertad y la autonomía de los individuos frente a eventuales abusos del poder estatal o grupos de presión particulares y que protegen a los individuos en su derecho legítimo a participar en la conducción de los asuntos públicos. En segundo lugar, están los derechos económicos, sociales, ambientales y culturales, que se expresan en las cumbres mundiales realizadas en forma periódica, y que promueven los valores de igualdad, solidaridad y no discriminación en todos los países. En América Latina, los esfuerzos de las últimas décadas en materia de protección de los derechos humanos, que se han visto reflejados en el establecimiento de normas 36
y la adopción de procedimientos internacionales, han ido de la mano del fortalecimiento y profundización de los procesos de democratización. Esta voluntad expresa, que ahora hace parte integral de las negociaciones económicas y políticas con la comunidad internacional, especialmente con los Estados Unidos y con la Unión Europea, debería tener una expresión aún más visible en las acciones de nuestros gobiernos para avanzar en los propósitos de fortalecimiento del Estado, como una condición esencial en la defensa y la protección de los ciudadanos, especialmente en condiciones de conflicto interno que, como ocurre en el caso colombiano, han terminado por afectar a una población civil hoy inerme y confundida frente al poder de actores violentos al margen de la ley. En esta dirección se orientó mi intervención en la Canning House, la casa de Latinoamérica en Londres y principal promotor de las relaciones entre Colombia y el Reino Unido, el día 10 de octubre de 1999. +El Gobierno se ha comprometido con una meta fundamental: restablecer la fortaleza del Estado para recuperar la confianza de los ciudadanos y restablecer los cánones básicos de la coexistencia pacífica. El logro de la paz no es sólo cuestión de voluntad y poder: tiene que construirse de manera lenta y laboriosa. Ello será el resultado del proceso de fortalecimiento del Estado y una consecuencia de poder garantizar la seguridad y el libre ejercicio de los derechos y las libertades para todos, en todos los rincones de Colombia-:
En este contexto, resulta a todas luces visible el enorme desafío que deben enfrentar los países de América Latina y el Caribe para garantizar en los próximos años la convergencia de los principios de gobernabilidad democrática, de fortalecimiento del Estado y la defensa de los derechos humanos, como asuntos estratégicos en sus aspiraciones de posicionamiento global.
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Cor responsabilidad frente al problema mundial de las drogas ilícitas Resulta evidente que el descontrol manifiesto de la globalización en la proliferación de la economía criminal global y, en particular, en el fortalecimiento de los negocios derivados del tráfico de drogas, hace insuficiente el tratamiento de estos fenómenos como si sólo fueran parte de la órbita de los países considerados de manera individual. El costo social y en vidas de los mejores hombres y mujeres de mi país que ha ocasionado este equivocado enfoque es inmensurable. Por ello una línea de conducta coherente en todos los foros internacionales que atendí fue la insistencia en la corresponsabilidad global en el problema mundial de las drogas, más allá de la retórica sobre la responsabilidad directa de Colombia en esta materia. Así mismo, reiteré que el país no se constituye en una amenaza para la región y la seguridad global. El problema, y la verdadera amenaza, radican en el tráfico de drogas y sus delitos conexos, así como en la falta de cooperación efectiva entre los Estados para hacer frente a estos flagelos. La naturaleza multilateral del problema mundial de las drogas ilícitas llevó a que los Estados miembros de las Naciones Unidas adoptaran en la solución de esa problemática, unos principios rectores en el combate de dicho flagelo. Uno de ellos )/%)$%.)4*364#.*%+0,64!606*%.)%,)/0*4/#'6$6.#.%!*30#,86.#-?%)$%!"#$%/)<#$#%7")%$#/% naciones involucradas en el problema de las drogas deben emprender acciones
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efectivas tendientes a reducir el consumo interno, la producción, el tráfico y los delitos conexos.31 En esta dirección me expresé con toda sinceridad en la sesión plenaria del trigésimo primer período de sesiones de la Asamblea General de la OEA, realizada el 5 de junio de 2001 en Costa Rica: +B)$% &)!&*% .)% 7")% )$% 0,*'$)3#% .)% $#/% .,*L#/% 630$67")% "4% 0,*!)/*% !*4% contenido transnacional y de que se acepte la corresponsabilidad se deriva que el problema no pueda fijarse o circunscribirse a un sitio geográfico y en consecuencia a un país determinado. Colombia, que ha padecido como pocos los efectos nocivos de esta clase de delincuencia, con el objeto de buscar correctivos eficaces, propone una visión más adecuada y más amplia, con base en la corresponsabilidad, pero no sólo entre quienes están en el proceso de producción y quienes están en la esfera del consumo. Propone una cor,)/0*4/#'6$6.#.%.)%(4.*$)%&)36/51,6!#%9%.)%860*%,)L6*4#$-:
La coherencia que logramos mantener en esta posición, y que fue indeclinable durante los cuatro años que me correspondió orientar la política exterior de mi país, debe ratificarse hacia el futuro como un desafío permanente de la región, con el fin de evitar estigmatizaciones inadmisibles en los ámbitos bilateral y multilateral.
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>$%0,64!606*%.)%$#%+,)/0*4/#'6$6.#.%!*30#,86.#-?%)4%/)486.*%)/8,6!8*?%&#'(#%/6.*%0,*3*M6.*%0*,%=*$*3'6#%9% México desde la VI Reunión Ministerial Unión Europea 2 Grupo de Río, celebrada en Cochabamba, Bolivia, los días 15 y 16 de abril de 1996. Posteriormente, fue adoptado oficialmente en sesión especial de la Asamblea General de Naciones Unidas, dedicada al tema de las drogas, en 1997. La novedad introducida por Colombia en la defensa de este principio, durante el período 1998 2 2002, consistió en su defensa como elemento central en nuestra estrategia integral contra el problema mundial de las drogas y su extensión a otros asuntos estratégicos de la política exterior colombiana, tales como la defensa de los derechos humanos, la lucha contra el terrorismo, el control del tráfico de armas y la protección del medio ambiente.
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C ausa común frente a la amenaza global del ter rorismo Estamos en la obligación de hacer causa común alrededor de acciones eficaces contra el terrorismo internacional. En esta dirección recuerdo con especial sensibilidad el planteamiento que tuve oportunidad de hacer en la Asamblea General de la Unesco, apenas unas semanas después de los sucesos del 11 de septiembre en la ciudad de Nueva York, en donde indiqué que el entendimiento, el análisis y el discernimiento sobre la realidad del terrorismo es uno de los más grandes y de los más concretos desafíos a la cultura. No podemos caer en la trampa de quienes quieren presentar el terrorismo como un +!&*7")%.)%!6M6$6F#!6*4)/-%*%+.)%!"$8",#/-:%D#/%!"$8",#/%/)%!*45,*48#4%#%8,#M1/%.)%$*/% maravillosos mecanismos de la interrogación, la ironía, la duda, la sutileza y 0#,86)4.*% .)$% !*4M)4!636)48*% .)% 7")% +!"$8",#% )/% !*45$")4!6#-?% )/% )4!uentro, es !*4M),L)4!6#%9%/*',)%8*.*%)/%)$%,)!*4*!636)48*%.)%+/),%"4%0*!*%)$%*8,*-%9%7")%!#.#% uno es parte de todos. La inexistencia de una civilización pura es una de las grandes garantías de la paz. Tampoco podemos caer en la trampa 2todavía más perversa2 de aceptar que este 5$#L)$*%/)#%"4#%+L"),,#%.)%,)$6L6*4)/-?%46%tolerar el planteamiento de que estamos en una guerra entre musulmanes y cristianos. Las religiones vinculadas al proceso de hacer el mundo cada vez más humano dialogan y evolucionan proponiéndose valores diversos, actitudes múltiples que enriquecen el devenir de las personas y de la comunidad en su corto y a la vez interminable paso por el mundo. Estamos frente al fenómeno de delincuentes y fanáticos que han querido tomar por asalto los escenarios de la cultura, de la religión y de la política para llevar adelante un juego de intereses normalmente vinculado al sometimiento de muchos a través de
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la ciega obediencia, a la pervivencia de las injusticias y desigualdades sociales, a la carencia de libertad y democracia. Paradójicamente, están perpetrando sus tenebrosos actos apoyados en el proceso de la globalización. Operan sin tener en cuenta las fronteras o la nacionalidad de las víctimas. Están utilizando sofisticadas redes mundiales financieras, técnicas y de inteligencia. Una de sus manifestaciones más preocupantes es el vínculo con otras actividades criminales: el contrabando de armas, las drogas ilícitas, el lavado de dinero, los delitos cibernéticos, el tráfico ilegal de materiales nucleares, químicos y biológicos. Por ello, un esfuerzo global mucho más decidido y contundente resulta fundamental para combatir con éxito un fenómeno mundial. Nunca el terrorismo se origina desde grupos convencidos de los valores que comúnmente profesamos desde la Carta de Naciones Unidas. Por lo general todo 8),,*,6/8#%)4!")48,#%5^!6$3)48)%+"4#%,#FG4%0#,#%4*%/),%&"3#4*%&*9-%9%"4#%0,*3)/#% para serlo mañana. Con base en estas consideraciones, que fueron nuestro mensaje permanente en los más diversos foros internacionales, Colombia adquirió un especial compromiso con las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en la materia, y en especial, con la 1373 del 28 de septiembre de 2001. Esta resolución tiene un carácter vinculante y, por ello, estoy cada vez más convencido que su exitosa ejecución exige el intercambio de información, el incremento de la cooperación, así como el reconocimiento, por parte de cada uno de nuestros Estados, de la clara conexión entre terrorismo, crimen transnacional, drogas ilícitas, lavado de dinero y el tráfico ilegal de armas.
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Democratización de la O rganización M undial del Comercio Los países desarrollados deben ser alertados sobre los peligros de una globalización cada vez más inequitativa si no se asumen correctivos de fondo en las relaciones comerciales entre nuestras naciones. Como ya lo he señalado, el deterioro permanente de la balanza comercial de América Latina durante el último decenio está llamando la atención sobre la forma como una liberación comercial sin medidas recíprocas en Estados Unidos y en Europa, amenaza con socavar no sólo el enorme potencial que representa un mercado superior a los 500 millones de habitantes, sino además las bases mismas de nuestro sistema democrático, que le apostó desde comienzos de los noventa a profundas reformas estructurales para integrar mejor nuestra región a la nueva era global. Con este propósito tuve oportunidad de intervenir ante la XXXIII Asamblea del Consejo Económico de la Cuenca del Pacífico (PBEC), el día 20 de marzo de 2000 en la ciudad de Honolulu, y en ese entonces fui enfático en afirmar que no es ningún secreto que las reglamentaciones de la Organización Mundial del Comercio (OMC) no responden de un modo justo a los intereses legítimos de los países en desarrollo. Esto lo debemos corregir. En ese contexto, debemos revisar los mecanismos internos de la OMC a fin de hacerlos más equitativos y evitar que algunas naciones se sientan excluidas. Para este propósito, Colombia ha apoyado el principio del consenso como elemento central de democratización de la OMC. Debemos continuar con nuestros esfuerzos de convertir a la OMC en una organización verdaderamente universal. Hoy en día alrededor de 146 países pertenecen a esta organización. Pero es evidente que una mayor democratización de la OMC pasa necesariamente por el hecho de que la ronda de negociaciones iniciada en Doha conduzca a compromisos serios por parte 42
de los países desarrollados en materia de agricultura y de textiles, sectores de gran sensibilidad para el empleo y los ingresos de los países más pobres. Una OMC verdaderamente universal debe ser vista en términos no sólo de participación formal de todas las naciones de la Tierra, sino también como una participación real de todos en el poder de tomar decisiones, de modo que las aspiraciones básicas de los pueblos puedan ser abordadas con integridad y amplitud. Creemos que hay suficiente espacio político para que los países desarrollados y los países en desarrollo trabajen juntos, de manera que los beneficios de la globalización lleguen a todos. Este es un reto que debemos enfrentar a escala global, con justicia, diálogo y motivación. Un compromiso decidido con el desar rollo sostenible Ni siquiera entre las instituciones más autorizadas o los especialistas de mayor trayectoria en esta materia, existe en la actualidad consenso o evidencia contundente que demuestre que hay una relación negativa entre globalización y sostenibilidad ambiental.32 Por el contrario, debe ser asumido como un signo positivo el hecho de que, en el marco de las últimas cumbres sobre desarrollo sostenible, tanto los países desarrollados como aquellos que se encuentran en proceso de desarrollo hayan tomado cada vez mayor conciencia de su responsabilidad común en la sostenibilidad global que, sin duda, podría verse afectada como consecuencia del incremento de las actividades humanas y su interconexión en las más diversas direcciones.
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De hecho, en economías cerradas como China y los antiguos países de la Cortina de Hierro, los indicadores de deterioro ambiental eran muy negativos. Por otra parte, se ha podido comprobar que países con altos ingresos y con una gran apertura a las corrientes económicas globales han logrado mejorar sus índices ambientales como consecuencia de los mayores niveles de educación de sus poblaciones. Citado por PIZANO, Diego. Op, cit.
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Es evidente que los países de altos ingresos son los mayores emisores de partículas contaminantes como resultado de la trayectoria elegida para su industrialización y, en consecuencia, les obliga una mayor responsabilidad en la búsqueda de correctivos de alcance global. Por tal razón, en la actualidad adquiere pleno sentido ético y político el Principio 7 de la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, ,)$#86M*% #% +$#/% ,)/0*4/#'6$6.#.)/% !*3"4)/% 0),*% .65),)4!6#.#/-?% #% 8,#M1/% del cual se reconoce la deuda ambiental de los países desarrollados con el resto de la comunidad internacional. Este aspecto adquiere una gran trascendencia si se considera el importante aporte que los países de América Latina deben hacer a través de la defensa de sus ecosistemas estratégicos y de su biodiversidad, que ya forman parte integral del patrimonio de la humanidad. A pesar de la importancia de sus inmensos bosques en la regulación del cambio climático global, éstos están expuestos a una gran vulnerabilidad, como consecuencia de los impactos ambientales de carácter mundial. No hay duda de que la dimensión ambiental ocupa un lugar de privilegio en las negociaciones presentes y futuras de América Latina con los países industrializados. Por un lado, porque nuestros países están obligados, con políticas internas robustas, a mitigar el impacto de los procesos de urbanización crecientes y desordenados, así como a garantizar la disponibilidad de las tecnologías limpias cada vez más exigidas en el marco de los acuerdos de libre comercio e integración. Pero por otro lado, porque nuestros países continúan enfrentando el reto de ganar espacios conjuntos de negociación para exigir en el marco de los acuerdos y escenarios multilaterales los mayores compromisos que los países adelantados deben asumir en beneficio de la sostenibilidad del desarrollo.
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Reforma del sistema financiero internacional Los líderes de América Latina estamos cada vez más convencidos de que la viabilidad de nuestra integración a la economía global no será posible sin una reforma a fondo del sistema financiero internacional. Así, por ejemplo, la provisión de liquidez en épocas de crisis debería constituirse en eje central de la nueva arquitectura financiera. Ello exige que se discutan mecanismos de financiamiento alternativos a los ya existentes y, en todo caso, que los países desarrollados tomen conciencia de que el acceso a los recursos de provisión de liquidez no puede estar sujeto a condicionamientos indiscriminados. Más aún, en estos casos el acceso a los recursos en economías sanas debería ser automático. Comparto la preocupación de quienes ven como necesaria la supervisión y regulación de los sistemas financieros y la adopción de códigos de conducta, al tiempo que se mejoren la disponibilidad y transparencia de la información económica y financiera. Pero también creo que es necesario ir más allá. Se requiere fortalecer la autonomía de los países en desarrollo en cuanto al manejo de la cuenta de capitales. La apertura de la cuenta de capitales debería ser 2aún más en el contexto de las actuales negociaciones hemisféricas2 un proceso gradual, mientras se consolida el desarrollo paralelo de instituciones nacionales de supervisión y regulación prudencial del sistema financiero. La declaración de los jefes de Estado reunidos en Cusco, Perú, el 23 y 24 de mayo del 2003, en ocasión de la XVII Cumbre del Grupo de Río le dio un particular énfasis al establecimiento de mecanismos financieros innovadores destinados a afianzar la gobernabilidad democrática y contribuir a la superación de la pobreza. En esta dirección, los presidentes fueron bastante precisos al término de esta Cumbre:
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+=*4/6.),#3*/% 7")% 8#$)/% 3)!#46/3*/% .)')4% *,6)48#,/)% #% 64!,)3)48#,% $*/% recursos, a ampliar el uso de los recursos disponibles y a diversificar las opciones de política financiera con el objeto de mejorar directamente el nivel de vida de la población, a través de propuestas tales como la creación de un fideicomiso regional para promover proyectos de inversión privada para el desarrollo de obras de infraestructura pública, la creación de autoridades regionales de inversión en infraestructura que tengan impacto social y el )/8#'$)!636)48*%.)%"4%5*4.*%&"3#468#,6*%648),4#!6*4#$?%)48,)%*8,#/-.
Esta propuesta hace eco de una iniciativa que vienen impulsando nuestros países 2y que en la actual coyuntura adquiere especial importancia2 para promover el desarrollo de organizaciones regionales y subregionales de apoyo para el manejo monetario y financiero internacional. La Comunidad Andina ofrece ejemplos exitosos, como el caso de la Corporación Andina de Fomento (CAF) y el Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR). La reforma del sistema financiero internacional adquiere relevancia en las actuales circunstancias 2y así lo han vislumbrado nuestros primeros mandatarios2, porque de este ordenamiento dependerá, en gran medida, la estabilidad macroeconómica, el estímulo al ahorro interno y la liberación de recursos suficientes para el fortalecimiento de las políticas sociales. No dudo un solo momento en señalar que allí podría estar gran parte de la clave de la gobernabilidad y el desarrollo de América Latina en las próximas décadas. E l camino hacia la integración hemisférica Los países de América Latina y el Caribe, agrupados en diversos escenarios de integración como la Comunidad Andina, el Mercado Común Centro Americano
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(MCCA), la Comunidad de Estados del Caribe (Caricom) y el Mercosur, hemos reiterado en diversos foros internacionales como las Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos (OEA) y el Grupo de Río, la necesidad cada vez más apremiante de ordenar y regular la globalización, de corregir sus asimetrías y transformarla en un proceso más humanizado. El problema es la forma en que se gobierna y regula la globalización. El reto es tomar una posición activa frente a este proceso y participar en el diseño de las reglas de juego, para que sean claras y democráticas. Todo ello debe partir del reconocimiento de la importante labor que pueden cumplir las acciones colectivas en los escenarios multilaterales para rectificar las asimetrías del sistema económico internacional. En este contexto, existe una gran convergencia entre los países en el sentido de que la integración en un mundo crecientemente globalizado y problemático debe hacerse a través de bloques regionales. Pero es cada vez más generalizado el consenso de que no se trata de un proyecto integrador aislacionista, sino de una integración abierta, que contempla espacios para las relaciones con otros bloques regionales y que estructura un sistema internacional que busca el fortalecimiento del multilateralismo y promueve acuerdos en asuntos decisivos para el bienestar de nuestros países. No existen, por lo tanto, escenarios o plataformas excluyentes. Si bien hay tendencias marcadas a favorecer un fuerte bloque latinoamericano, parece claro que en la actualidad se abren camino posiciones orientadas hacia la ratificación de un acuerdo comercial hemisférico en el marco del Área de Libre
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Comercio de las Américas (ALCA),33 que resulta una tendencia apenas lógica en un contexto global de relaciones cada vez más monolíticas entre bloques multinacionales. En esta perspectiva, creo que una de las prioridades actuales es la de fortalecer los consensos de nuestra región en la dirección del ALCA. En la actualidad, es cada vez más evidente que la zona de libre comercio de las Américas, se ha convertido en un proceso por etapas y con segmentación en el tratamiento de los temas de negociación. Tal vez por esta misma razón, ha tomado fuerza la tendencia de algunos países de ;31,6!#%D#864#%&#!6#%$#%+'6$#8),#$6F#!6G4-% en las relaciones comerciales con los Estados Unidos. En todo caso, nuestras naciones están en la obligación de avanzar de manera coordinada entre sus diversos acuerdos de integración a través de una negociación conjunta, con el fin de hacer viable y realista la meta de un convenio de libre comercio de las Américas en la presente década. A mi juicio, las negociaciones individuales distan mucho de ser auspiciosas hacia el logro de un mayor bienestar para las gentes de la región. En consecuencia, considero que estas tendencias propias de u4#% +648)L,#!6G4% #'6),8#-%&#!)4% 3"9%0,*06!6*%)$%3*3)48*%0#,#%7")%)$%.6^$*L*%L$*'#$% 9% $#/%0*$(86!#/% exteriores de nuestros países se fortalezcan en torno a una agenda de regulación 2en *8,#/% 0#$#',#/?% .)% +!6M6$6F#!6G4% .)% $#% L$*'#$6F#!6G4-?% !*3*% % $#% $$#3#% )$% ex ministro 33
El Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) tiene su origen en una propuesta lanzada en la Cumbre de las Américas realizada en la ciudad de Miami en diciembre de 1994. Los grupos de negociación de los países iniciaron labores en 1998 y deberán culminar este proceso en enero de 2005, para dar realidad al ALCA a partir de diciembre de ese mismo año. Esta zona de libre comercio continental tiene como objetivos centrales: a) promover el libre comercio y la eliminación de barreras en bienes, servicios e inversión extranjera; y b) hacer realidad la integración de los países para aumentar el nivel de desarrollo de las economías del hemisferio. El ALCA estaría conformado por 34 países, con un PIB de 11 trillones de dólares a valores corrientes del año 2002, con una población actual de 800 millones de personas, que aportan el 22% de las exportaciones mundiales y representan el 75% del comercio que realiza Colombia.
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Francés H. Védrine2 que haga posible el desarrollo humano sostenible en nuestros países. En síntesis, el proceso de reinserción internacional que Colombia inició el 7 de agosto de 1998 no sólo estaba motivado por la profunda convicción de incidir en su cambio de imagen en el exterior. Estaba orientado por una apuesta aún más ambiciosa: hacer posible que el país fuera un actor más influyente en el proceso de globalización y que su comportamiento pudiera contribuir, desde su identidad latinoamericana, a un desarrollo más equitativo del nuevo paradigma económico, político, social y cultural. Por ello, el diseño de la política exterior de Colombia se sustentó en un profundo estudio de la realidad nacional, en el contexto de las tendencias internacionales en las cuales se encontraba inmerso el país.
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III
L a verdad, el camino más corto Si uno dice la verdad tarde o temprano será descubierto Oscar Wilde
Una de las experiencias que más ha marcado mi vida profesional fue, sin duda, el paso por el sector privado como presidente de la Cámara de Comercio de Bogotá, entre 1993 y 1998. Desde allí tuve la oportunidad de vivir de primera mano la trascendencia que para los empresarios colombianos y para la sociedad en su conjunto ha tenido en el pasado una adecuada conducción de las relaciones internacionales del país. Desde esa alta responsabilidad entendí, con gran preocupación, el riesgo de aislamiento mundial que la profunda crisis política, desatada en el Gobierno del presidente Samper, representaba para una nación urgida, como nunca antes, de unas buenas relaciones con la comunidad internacional. Recuerdo muy bien que en una reunión de planeación estratégica al comienzo de mi gestión en esa importante entidad del sector privado, el coordinador del ejercicio de prospectiva institucional hizo una sencilla pregunta introductoria: +¿Cuál es la aspiración personal más s)486.#%0*,%!#.#%"4*%.)%"/8).)/g-
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Cuando llegó mi turno, no dudé en responder que uno de los sueños que había acariciado por muchos años era el de ser canciller de la República de Colombia, dignidad para la cual me había preparado durante buena parte de mi vida. Pero como ocurre con la mayoría de los sueños realizados, éstos empiezan a vivirse en condiciones particularmente difíciles. Y tengo que confesarlo, ésa fue mi primera impresión desde el momento que iniciamos la redacción de las líneas estratégicas de la política exterior del país, en medio del fragor de la campaña presidencial y, más aún, el día 7 de agosto de 1998 en la firma del acta a través de la cual asumí como nuevo canciller de la nación, evento que siguió a la esperanzadora posesión del presidente Pastrana. El momento no podía ser más difícil. En primer lugar, Colombia necesitaba restablecer su credibilidad ante el mundo que se hallaba minada por el deterioro de la imagen internacional que entonces proyectaba. En segundo lugar, era necesario recuperar los principios de la política exterior mediante la reconstrucción del consenso político interno que se hallaba debilitado por un ambiente de profunda polarización. Y en tercer lugar, una prioridad evidente era la reconstrucción de las relaciones bilaterales con los Estados Unidos, que se encontraban en un momento crítico. El camino no podía ser otro que el sincero reconocimiento de los graves problemas internos del país, pero esta vez con el claro criterio de comprometer más activamente a la comunidad internacional en su solución. El abogado e historiador Álvaro Tirado Mejía, observador agudo de la realidad nacional, lo ha señalado de la siguiente forma, al hacer el balance de la gestión internacional desplegada en estos cuatro años:
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+V4#% .)% $#/% L,#4.)/% 5*,8#$)F#/% .)% $#% .60$*3#!6#% 0*,% $#% 0#F% /)% /"/8)48G% )4% $#% capacidad que tuvo el gobierno para reconocer de manera sincera frente a la comunidad internacional la difícil situación de su realidad interna y, al mismo tiempo, para hacer énfasis en que la situación es mucho más compleja que !*3*%7"),(#4%&#!),$#%M),%#$L"4#/%Q@Z%)",*0)#/-.34
Desde su alocución, con ocasión de la XII Cumbre de Jefes de Estado de los Países No Alineados (Noal) y la entrega de la presidencia del movimiento, en Durban, Sudáfrica, el 2 de septiembre de 1998, el presidente Pastrana señaló: +=*4%)$%564%.)%*'8)4),%)$%#0*9*%.)%$#%!*3"46.#.%648),4#!6*4#$?%#.)$#48#,)3*/% una diplomacia para la paz. Esta diplomacia consiste en concertar con los gobernantes de naciones amigas y con los organismos internacionales, la manera cómo nos colaborarán para iniciar la redención económica y social de las regiones más afectadas por el conflicto armado. Necesitamos llevar salud, educación, empleo, servicios públicos y vías de comunicación a esas zonas, para consolidar la paz que se logre en la mesa de negociaciones. La iniciativa que ha propuesto mi gobierno se basa en la ayuda de los países desarrollados para realizar las grandes inversiones en el campo social, en el sector agropecuario y en la infraestructura regional, para permitir así a nuestros campesinos alternativas de desarrollo diferentes al conflicto armado, incluyendo la erradicación de los cultivos ilícitos. Esta diplomacia se basa en el concepto de que la paz debe tener contenido social y económico. Por eso pondremos al servicio de la paz y la reconciliación de los colombianos tanto el plan de desarrollo, instrumento del Estado para orientar el progreso económico, como la reforma política que
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Entrevista concedida en el marco de una serie de consultas a intelectuales y académicos en torno al balance de la gestión de la Cancillería de San Carlos en el período 1998 2 2002.
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propiciará la apertura de espacios para que todas las tendencias puedan )E0,)/#,/)%)4%$#%M6.#%0*$(86!#%4#!6*4#$-:
Y así lo ratificó en su intervención en las Naciones Unidas, el 23 de septiembre de 1998: +@")/8,#%8#,)#%3^/%",L)48)%/erá la construcción de la paz. Es un compromiso irrenunciable de mi gobierno y la más sentida esperanza de los colombianos. Somos conscientes de lo complejo que resultará consolidar un proceso en el que se logren desactivar por completo las causas de la confrontación. Pero toda nuestra energía estará puesta al servicio de ese noble objetivo y $"!&#,)3*/%/64%.)/!#4/*%&#/8#%#$!#4F#,$*-. +>$% $*L,*% .)% $#% 0#F% )4% 4")/8,*% 0#(/% !*4/868"6,^% "4% #0*,8)% /"/8#4!6#$% 0#,#% comenzar a liberar a la humanidad de uno de los peores males del siglo XX: )$%0,*'$)3#%3"4.6#$%.)%$#/%.,*L#/%6$(!68#/-.
Este mismo espíritu del presidente fue el que tuve oportunidad de compartir con los empresarios días antes, el 20 de agosto de 1998, en la ciudad de Cartagena de Indias, en el marco de la asamblea anual de afiliados de la Asociación Nacional de Industriales (ANDI), en donde esbocé, por primera vez, lo que sería la política exterior del Gobierno. Cuatro años más tarde fue gratificante asistir al acto organizado por la ANDI, al finalizar el Gobierno del presidente Pastrana, para recibir la +Orden al Mérito >30,)/#,6#$-?%)4%,)!*4*!636)48*%#%$#%8#,)#%,)#$6F#.#%!*3*%canciller de la República, en un acto que fue organizado por ese gran colombiano y amigo, Luis Carlos Villegas, conocedor como pocos de los temas internacionales.
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Sinceridad en torno a las raíces del conflicto Estimulados por esta franca posición que lideró el presidente Pastrana, desde un comienzo nos trazamos la tarea de realizar un diagnóstico realista que permitiera construir el mejor balance entre los asuntos exteriores y las cuestiones internas como elemento decisivo en las relaciones internacionales contemporáneas. Algunos analistas han insistido con frecuencia en el desconocimiento que nuestro diagnóstico hacía de las raíces sociales del conflicto histórico. Pero estos mismos observadores olvidan que el Gobierno del presidente Pastrana estuvo dispuesto a reconocer el carácter político de la confrontación armada, con lo que aceptábamos en toda su dimensión la incidencia real de los factores objetivos de la violencia, a pesar de la deslegitimación total de los grupos armados frente a la población y, en particular, frente a los más pobres, quienes con mayor rigor han sufrido el desplazamiento, la incertidumbre y el desarraigo social. En el documento guía de política exterior señalé, sin atenuantes de ninguna naturaleza, que la sociedad colombiana tiene problemas como la inequidad en la distribución en el ingreso, la pobreza y la violencia, que nuestro sistema político ha sido incapaz de resolver. Tan profunda crisis nos ha llevado a una pérdida del interés colectivo por lo público, a un debilitamiento del imperio de la ley y a una extensión de las prácticas armadas y de la intimidación como métodos políticos.35 35
+B60$*3#!6#% 0*,% $#% A#F-:% B*!"3)48*% >/8,#81L6!*% .)% $#% A*$(86!#% >E8),6*,% =*$*3'6#4#% Ihhi% 2 2002. Ministerio de Relaciones Exteriores. República de Colombia. 1998. En este capítulo, sintetizo las líneas básicas del diagnóstico y la estrategia sobre los cuales se fundamentó la política exterior colombiana en el período 1998-2002, las cuales se recogen, en lo fundamental, en el documento en mención. Tuve la oportunidad de coordinar de manera personal y directa este ejercicio de planeación interna en la Cancillería, pero debo destacar que se trató de un trabajo de inteligencia colectiva, que convine con la orientación del presidente Pastrana, y la participación de los diferentes equipos del Ministerio de Relaciones Exteriores. Por tal razón, he decidido en este capítulo usar el plural para referirme a las directrices trazadas y a su proceso de construcción.
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De igual manera, recogimos como nuestros los análisis del Departamento de Planeación Nacional en los documentos preparatorios de la mesa de aportantes al Plan Colombia: +D*/% 0,*'$)3#/% % .)% $#% 8)4)4!6#% .)% $#% 86),,#% )4% )$% !#30*?% #$% 3)4*/% )4% $*/% orígenes del movimiento guerrillero, han sido considerados como otro de los factores que promovieron la confrontación armada. Si bien desde 1936 el país ha adelantado procesos de reforma agraria, sus alcances dentro de la frontera agrícola, debido a la presión política de los propietarios, a las debilidades institucionales y más recientemente a la incidencia del narcotráfico, han sido muy limitados, con excepción de los procesos de titulación de baldíos. En efecto, los pocos alcances logrados hasta finales de la década del setenta en la distribución de tierras, de propiedad de tradicionales latifundistas, fueron neutralizados y posteriormente revertidos en forma parcial por la compra masiva de tierras por parte de los agentes del narcotráfico. Esto generó un proceso perverso de recomposición de la propiedad que además de empeorar las condiciones de la población rural, ha promovido el desarrollo de cultivos ilícitos y la consolidación de grupos de autodefensa para proteger los intereses territoriales del narcotráfico36.
La comunidad internacional, que desde un primer momento mostró interés en acompañar la reinserción internacional de Colombia y su proceso de paz interno, debía conocer y entender las complejidades de un conflicto histórico al que se sumó en la década de los ochenta el problema mundial de las drogas. En nuestro reconocimiento de las raíces sociales del conflicto no podíamos cometer la ingenuidad de omitir que las drogas ilícitas irrumpieron en la historia del país 36
Presidencia de la República. Departamento Nacional de Planeación. Reunión mesa de aportantes europea de apoyo al Plan Colombia y al Proceso de Paz. Enero 14 de 2000.
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nutriéndose de los graves problemas sociales, políticos, económicos y culturales de la sociedad colombiana y contribuyendo a hacerlos aún más críticos. Los tentáculos del narcotráfico, que trascendieron nuestras fronteras, contaminaron la vida política, económica y social, corrompieron a las guerrillas, ayudaron al paramilitarismo y afectaron nuestras relaciones con la comunidad internacional. Por ello no dudamos en integrar al documento de presentación del Plan Colombia ante el Grupo de Apoyo al Proceso de Paz, los siguientes elementos de ilustración de nuestro diagnóstico básico: +D#% !*4/)!")4!6#% .)% )/8*/% 5)4G3)4*/% &#4% /6.*% $#% .)L,#.#!6G4% .)$% !*45$6!8*% armado, manifiesta en el incremento de asesinatos selectivos, masacres y desplazamientos forzados de la población civil, particularmente por parte de grupos de autodefensa y guerrilleros. Así mismo, aunque Colombia ha mantenido un crecimiento positivo durante los últimos cincuenta años, el círculo perverso narcotráfico 2 cultivos ilícitos 2 violencia ha impuesto un pesado sobrecosto al desarrollo económico y social. En la última década, el país ha debido destinar mayores recursos para combatir la violencia exacerbada por el narcotráfico, así como sus secuelas de violación de los derechos humanos y destrucción del medio ambiente, en detrimento de la inversión socia$%9%0,*."!86M#%.)/864#.#%#%W#$*4#,%)$%.)/#,,*$$*%/*!6#$%9%)!*4G36!*-:37
A estos males endémicos apuntaba en gran medida la reforma política que propuso el presidente Pastrana al comienzo de su Gobierno y que no se pudo abrir paso porque algunos sectores de nuestra clase política renunciaron, una vez más, a la oportunidad histórica que les ofrecimos para iniciar el nuevo milenio en mayor sintonía con la sociedad civil colombiana. 37
Plan Colombia. Fortalecimiento institucional y desarrollo social 2000 ! 2002. Reporte al Grupo de Apoyo al Proceso de Paz. Junio de 2000.
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En todo caso, la política exterior se orientó a propiciar la recuperación de la dignidad nacional, a través de la construcción de un consenso interno sobre la necesidad de buscar la solución al conflicto por las vías del diálogo y, al mismo tiempo, promover una actitud nueva de la cooperación internacional, como condición de una labor más eficaz frente al delito global de las drogas ilícitas. Bajo este enfoque, la estrategia integral del gobierno colombiano pretendía fortalecer el Estado, generar las condiciones para la búsqueda de la paz, controlar la expansión de los cultivos ilícitos y del tráfico de drogas y reconstruir el tejido social. Era tan impensable la lucha contra las drogas sin, al mismo tiempo, fortalecer el tejido social, como lo era hacer esto último sin avanzar en la búsqueda de la paz.38 Aunque, al finalizar el Gobierno del presidente Pastrana, la opinión pública se encontraba desencantada, en gran medida como consecuencia de la estrategia equivocada de la guerrilla y de su falta de voluntad real para afrontar las negociaciones de paz, lo cierto es que durante la campaña presidencial, eran cada vez más visibles las manifestaciones de la sociedad exigiendo una solución al conflicto y un fin a las hostilidades en contra de la población civil, que habían adquirido el carácter de mandato popular. Así se expresó en el voto del mandato por la paz que se celebró de manera simultánea con la elección popular de alcaldes en octubre de 1997. La amnesia que padecemos los colombianos ha generado una gran confusión sobre este pasaje de la historia nacional. Por eso, en la actualidad, se han generado críticas sobre la habilitación de la llamada zona de distensión, una decisión que no dudo en
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Op. Cit.
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calificar como una de las más audaces del Gobierno del presidente Pastrana. Aquello que con frecuencia omite la opinión pública de mi país, y especialmente un amplio grupo de sus más destacados orientadores, es que después de la búsqueda de múltiples alternativas para la puesta en marcha de las negociaciones de paz, la zona de distensión surgió como una oportunidad para dar comienzo a las conversaciones con el grupo guerrillero de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Percepciones equívocas del caso colombiano Ante el Grupo de Apoyo al Proceso de Paz en Madrid, el día 7 de julio de 2000, fui enfático en rechazar, una vez más, las falsas interpretaciones sobre la realidad nacional. Entonces señalé que mi país no se encontraba en una guerra civil, a pesar de lo que se decía en los medios internacionales. Una guerra civil ocurre en una nación dividida y polarizada en bandos armados con fuerte apoyo popular. Ésta es la imagen, tal como lo ha señalado Charles King, en su obra Ending civil wars, de la guerra civil americana en el siglo XIX o de la guerra civil española en el XX. En Colombia el caso es radicalmente diferente, con menos del 4% de la población que tiene una imagen positiva de la insurgencia. Y lo más significativo es que no lograron convencer a los colombianos de que son una alternativa legítima a nuestra democracia. En esa misma línea de pensamiento, y desde una perspectiva académica, el /*!6G$*L*%C),4#4.*%V,6!*)!&)#?%)4%/"%#,8(!"$*%+j="^$%L"),,#%!6M6$g-?%%0"'$6!#.*%)$% 20 de octubre de 2000, en el periódico El Tiempo, subrayó la necesidad de diferenciar entre las consecuencias civiles de un conflicto y la naturaleza de los actores involucrados en el mismo. Su análisis claramente establece que la nación no &#%)/8#.*%.6M6.6.#%)4%.*/%'#4.*/%!*4%M6/6*4)/%*0")/8#/%.)%$#%+/*!6).#.%'")4#-%9%7")% 58
en nuestro caso no se ha presentado la movilización colectiva de la población a favor de ningún actor. Estos dos argumentos le permiten rechazar la caracterización del conflicto colombiano como una guerra civil, por constituirse en una categoría que )/%+)7"(M*!#%9%0*$(86!#3)48)%4)5#/8#-:%%=*3*%'6)4%!*4!$"9)%)/8)%#!#.136!*c +N6/8#/% #/(% las cosas, calificar el conflicto armado en Colombia como una guerra civil no es sólo objetivamente incorrecto sino, lo que es aún peor, políticamente perverso en la medida en que, al calificarlo como tal, lo que se hace es concederle legitimidad a la violencia guerrillera pues se hace creer, de forma equivocada, que la guerrilla está legítimamente representando las aspiraciones de un amplio sector de la nación, lo cual es una formidable 3)486,#-:
A su vez, y en la reunión de la Mesa de Aportantes de Madrid, el 7 de julio de 2001, creo haber sido ilustrativo de lo que ocurría en nuestro país. La siguiente cita textual de mi intervención cobra especial trascendencia porque los planteamientos se hicieron en plena negociación con las FARC y le sale al paso a quienes hablan de un cambio radical en nuestro lenguaje, después de la ruptura del proceso de paz con esa organización: +;/(?%)4%)$% !)48,*%.)%$#/%.65),)48)/%M6*$)4!6#/%7")%#F*8#4%#%=*$*3'6#%/)%/68H#% crecientemente el narcotráfico convirtiéndose a su vez en el gran enemigo de una negociación de paz sólida y estable. A su amparo prospera la delincuencia común y se multiplican los homicidios porque, en sus códigos, la muerte es el procedimiento para quien se sale de ellos. El narcotráfico financia las bandas de sicarios que en campos y ciudades asesinan a sueldo; corrompe a agentes del Estado que, de manera aislada, cometen acciones criminales que violan los derechos humanos; crea y patrocina grupos de autodefensa y, por supuesto, financia crecientemente a los grupos insurgentes, que se lucran del negocio
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cuando cobran a los narcotraficantes por la protección de sus cultivos, o !"#4.*?%)4%!#/*/%)/0)!(56!*/?%)48,#4%)4%5#/)/%.)$%4)L*!6*%!,6364#$-.
Se equivocan quienes sostienen que nuestro diagnóstico seguía directrices dictadas desde Washington, como quieren hacerlo ver algunos análisis bastante simplistas. En realidad, se trató de una orientación estratégica liderada desde el alto Gobierno con el claro propósito de convertir los esfuerzos de la paz en Colombia en un asunto de interés multilateral. El mensaje en este sentido fue claro: la comunidad internacional estaba en la obligación de apoyar el proceso de paz porque la droga, que no es responsabilidad única de Colombia, ha estado nutriendo el conflicto interno desde hace varias décadas. Lo que hizo el Gobierno fue poner las cartas sobre la mesa para que los países amigos y la comunidad internacional, en general, se hicieran parte activa de la solución, con estricto respeto de los principios de autodeterminación y no injerencia en los asuntos internos y en ejercicio de la corresponsabilidad en la lucha contra el problema mundial de las drogas. Socorro Ramírez, académica de la Universidad Nacional de Colombia, y quien ha sido bastante crítica del diagnóstico básico realizado por la Cancillería, ha reconocido que sí existió un elemento de ruptura muy grande en relación con otros L*'6),4*/:% ;% /"% W"6!6*?% +464L"4#% *8,#% #.3646/8,#!6G4% &#'(#% 0),3686.*% 7")% )$% !*45$6!8*%/)%8*!#,#%)4%)$%^3'68*%3"$86$#8),#$-.39 Y, sobre todo, de la manera como se hizo. Éste era un paso obligatorio para garantizar una nueva forma de inserción del país en la comunidad internacional y por ello no dudamos en hacerlo.
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Entrevista concedida en el marco de una serie de consultas a intelectuales y académicos en torno al balance de la gestión de la Cancillería de San Carlos en el período 1998 2 2002.
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L as líneas maestras de la nueva inserción internacional Para lograr una inserción más favorable en el contexto económico internacional, desde el mismo período de empalme con la administración de Ernesto Samper (1994-1998), iniciamos el diseño de una estrategia sistemática, que se desarrollara de modo integral, simultáneo y propositivo, que interpretara las inquietudes del sector privado y de la sociedad civil. Nuestro objetivo era diseñar una estrategia que coordinara las agendas propias de cada sector, para que la fragmentación de intereses en Colombia no siguiera originando una multiplicidad de posiciones en las diferentes negociaciones de las que debe ocuparse el Estado colombiano. Pero nuestra aspiración era aún más ambiciosa: hacer del diagnóstico básico y de las estrategias de política exterior, la cimiente para el desarrollo de una auténtica política de Estado y no sólo las directrices y las acciones de una administración gubernamental. El Gobierno adoptó una orientación regional, continental y mundial que nos permitió diversificar los lazos externos, ampliar las opciones y espacios de acción, mejorar los vínculos internacionales, tanto estatales como no gubernamentales, y generar y consolidar una capacidad de negociación que hizo posible que el país optimizara su autonomía interdependiente en el contexto mundial. Nuestra política externa privilegió la acción multilateral sin descuidar las relaciones bilaterales, y se sustentó en la búsqueda de reciprocidad, corresponsabilidad y equidad como principios rectores en nuestras relaciones internacionales. Con este criterio diseñé con mi equipo de colaboradores una cuidadosa estrategia, que después habría de rendir frutos muy positivos, para garantizar que el sector privado aprovechara de manera más agresiva las preferencias comerciales otorgadas por nuestro esfuerzo en la lucha contra las drogas, tanto por los Estados Unidos 61
como por la Unión Europea. Estas acciones serían completadas por una labor de liderazgo ante los países beneficiarios de la Ley de Preferencias Arancelarias Andinas (ATPA) y del Sistema General de Preferencias Andinas (SGP-Andino) para obtener la ampliación y extensión de estas concesiones comerciales a partir del momento en que vencieran sus términos. Así mismo, nos propusimos maximizar nuestra situación geoestratégica andina, pacífica, caribe y amazónica, que nos ha elevado hoy a la condición de una nación clave para el equilibrio regional, con el fin de diversificar nuestras relaciones con la comunidad internacional. >$%/6/8)3#%648),4#!6*4#$%!*48)30*,^4)*%)/8#'$)!)%"4#/%+,)L$#/%.)%W")L*-% 2normas, valores, mecanismos y expectativas2 que conducen a que los Estados y otros agentes no gubernamentales adapten su comportamiento a un marco regulatorio general. Desde el primer momento entendimos que Colombia no era una excepción y, por lo tanto, tuvimos en cuenta los siguientes tres principios fundamentales en la conducción de la política exterior: 1. Concertación entre el Estado y la sociedad civil en la política internacional con el fin de garantizar la satisfacción de los intereses nacionales. Para ello dirigimos nuestros esfuerzos a fortalecer la complementación del sector público y de los diversos segmentos ciudadanos en el frente exterior. En consecuencia, el Gobierno promovió ese esquema de concertación, ampliándolo a la sociedad civil para garantizar que nuestra política exterior atendiera eficazmente los verdaderos intereses nacionales e internacionales. 2. Defensa y promoción del Derecho Internacional, en especial en cuanto al cumplimiento de buena fe de los compromisos internacionales, a partir del pacta 62
sunt servanda 2k)l que pacta se obligal2 y a la resolución pacífica, negociada y oportuna de las controversias. Además, propiciamos la universalidad, simetría y legitimidad en la aplicación del Derecho. 3. De igual manera, mantuvimos el respeto por la posición ya ancestral de la política exterior colombiana en el sentido de defender una opción clara por la cooperación en las relaciones internacionales y no por la confrontación. En el marco del diagnóstico y de los principios descritos, las relaciones exteriores constituyeron, durante el Gobierno del presidente Andrés Pastrana, una de las áreas de la administración pública en las cuales 2creo con profunda convicción2 se hizo más visible el cambio prometido. Sobre la base de generar un amplio consenso nacional, que se vio reflejado en la reconformación y participación de la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores,40 definimos como grandes líneas de actuación de la política exterior durante el período 1998 2 2002, las siguientes: 41
Diplomacia por la Paz La estrategia central de la política exterior fue buscar el apoyo político y económico de la comunidad internacional para consolidar el proceso de paz de Colombia, sustentado en una solución política y negociada al conflicto interno y, al mismo tiempo, generar de un amplio consenso internacional sobre la situación interna de Colombia. Desde la Cancillería de San Carlos coordinamos con el presidente de la b)0H'$6!#%$#%)W)!"!6G4%.)%$*%7")%!*4M6463*/%)4%$$#3#,%$#%+B60$*3#!6#%0*,%$#%A#F-:% 40
Aspecto central fue la incorporación a esta comisión de sectores de la oposición, representados por María Emma Mejía y Noemí Sanín, ex cancilleres, provenientes de dos fuerzas políticas que no estaban participando directamente en la administración Pastrana. 41 A#,#%"4%3#9*,%.)8#$$)%.)%$#%)/8,#8)L6#%#.*08#.#?%M1#/)c%+B60$*3#!6#%0*,%$#%A#F-:%B*!"3)48*%>/8,#81L6!*%.)% la Política Exterior Colombiana 1998 2 2002. Ministerio de Relaciones Exteriores. República de Colombia. 1998.
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Con este enfoque, buscamos el apoyo y la colaboración de los gobernantes de la comunidad de naciones y de los organismos internacionales, para iniciar la redención económica y social de las regiones más afectadas por el conflicto armado. Era evidente, entonces, que necesitábamos llevar salud, educación, empleo, servicios públicos y vías de comunicación a esas zonas para consolidar la paz que se lograra en la mesa de negociaciones, tal como lo hicimos visible en las convocatorias realizadas a los países interesados en acompañarnos en este proceso. En particular, nos dimos a la tarea de buscar la ayuda de las naciones desarrolladas para realizar las grandes inversiones en el campo social, en el sector agropecuario y en la infraestructura regional, que les permitieran a nuestros campesinos encontrar alternativas diferentes al conflicto armado y erradicar los cultivos ilícitos. Para este propósito creamos el Fondo de Inversiones para la Paz (FIP), que se nutriría con recursos provenientes de fuentes domésticas y de la cooperación internacional, y se convertiría posteriormente en el receptor de buena parte de los recursos canalizados a través del Plan Colombia. Esta diplomacia se basaba en el concepto de que la paz debía tener, en esencia, un contenido social y económico. Por eso el Gobierno buscó poner al servicio del empeño por la paz y la reconciliación de los colombianos tanto el Plan de Desarrollo, instrumento por excelencia del Estado para orientar el progreso socioeconómico, como la reforma política que pretendía la apertura de espacios para que todas las tendencias pudieran expresarse en el panorama político nacional. Bajo estas premisas, la comunidad internacional, dentro del principio de no intervención en los asuntos del fuero político interno de otros países y animada por el principio de cooperación internacional, debería acompañar el desarrollo del proceso de paz en el marco de las siguientes orientaciones: 64
1. Dada la complejidad de un proceso de paz que apenas comenzaba, la comunidad internacional estaba en la obligación de obrar con la mayor prudencia, entendiendo que sus actuaciones podrían ser utilizadas políticamente en el conflicto, o que una acción no ponderada o adoptada sin suficientes elementos de juicio podría entorpecer el proceso. 2. La iniciativa política en las negociaciones dependía del Gobierno colombiano. A la comunidad internacional sólo le correspondía un papel de asistencia, según las peticiones que le formulara el Gobierno colombiano y la misma dinámica del proceso. La gestión del Ministerio de Relaciones Exteriores en esta materia se orientó a profundizar una activa interlocución con los organismos políticos y financieros internacionales y con la comunidad internacional, a fin de avanzar en la presentación de nuestra política de paz y del Plan Colombia.
Reconstrucción y nor malización de las relaciones con los Estados Unidos. En la tradición diplomática de nuestro país, la alianza política, económica y comercial con los Estados Unidos, ha sido una política de Estado. Por tal razón, en nuestra agenda de política externa entendimos el carácter urgente que entrañaba el restablecimiento de las relaciones con Washington, dentro de un marco de autonomía, como condición necesaria de una exitosa estrategia de nueva inserción internacional. Un propósito fundamental de la política exterior fue preservar el diálogo y fortalecer los lazos de comercio, inversión y cooperación entre los dos países. La visita de 65
Estado que realizó el presidente Pastrana a esa nación, en octubre de 1998, significó el comienzo de una nueva era en las relaciones bilaterales marcada por la diversificación de la agenda. Se aspiraba entonces a la inauguración de una etapa de cooperación y mutuo entendimiento que permitiría obtener una completa normalización de las relaciones bilaterales, lo que haría posible un alto perfil y una gran fluidez del diálogo en todos los campos, para ampliar de forma efectiva la agenda de trabajo. Esta nueva etapa de la lucha conjunta contra el problema mundial de las drogas debía incluir nuevas áreas, tales como el desarrollo alternativo, el control al desvío de precursores químicos y el tráfico ilícito de armas y, al mismo tiempo, fortalecer el trabajo en campos tales como la erradicación de cultivos ilícitos, el control al lavado de activos, la interdicción fluvial y aérea y el fortalecimiento de las políticas de justicia. Especial importancia otorgamos dentro de la agenda comercial, que también era prioritario reactivar, a las gestiones para obtener, en asocio con los demás países beneficiarios, la extensión y ampliación de la Ley de Preferencias Comerciales Andinas (ATPA), cuya vigencia culminaba el mes de diciembre de 2001.
Un tratam iento a las complejas relaciones con Venezuela La relación colombo-venezolana ha constituido una prioridad de la política exterior colombiana. Por tal razón una de nuestras principales consignas fue fortalecer la relación armónica entre los dos países, a través del diálogo bilateral y la concertación multilateral.
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El tratamiento y solución de los asuntos pendientes entre ambos países sería objeto fundamental del diálogo, en temas como la delimitación de las áreas marinas y submarinas, el desarrollo y manejo de las cuencas hidrográficas, las migraciones y la preservación de los ríos internacionales. Igualmente, el desarrollo de las regiones fronterizas y el mejoramiento de las condiciones de vida de sus habitantes fueron puestos en el centro de nuestra atención, en cuanto temas de primera importancia en la agenda bilateral, que exigirían un coordinado trabajo interinstitucional y un reforzamiento de las Comisiones de Vecindad y de otros mecanismos concertados entre los dos países. La seguridad fronteriza y la de coordinación militar y policial serían objeto de especial atención. El impulso al comercio, a la inversión y la participación del empresariado en el proceso de integración, fueron tareas que la Cancillería se propuso adelantar de manera conjunta con el Ministerio de Comercio Exterior, Proexport, la Cámara de Comercio Colombo-Venezolana, y las demás entidades competentes. Aspirábamos a darle continuidad a la concertación de posiciones entre ambos países dentro de la Comunidad Andina y del Grupo de los Tres, a través de la consolidación de los vínculos y la reafirmación de los compromisos existentes entre sus miembros. Los hechos posteriores a diciembre de 1998, se encargarían de desafiar nuestro optimismo. Pero como veremos más adelante, no se convirtieron en un obstáculo insalvable para los canales diplomáticos que, en todo momento, mantuvimos abiertos y activos para el manejo de una de las etapas más difíciles en las relaciones con el Gobierno del vecino país. 67
Soberanía nacional y política de fronteras La política exterior que nos trazamos también contemplaba el fortalecimiento de la cooperación bilateral sobre asuntos fronterizos con las naciones vecinas y un activo ejercicio de la defensa de la soberanía y jurisdicción de las fronteras terrestres y marítimas, que incluía en este caso abordar los temas de delimitación marítima. Nuestra política exterior buscó desarrollar, además de la tradicional defensa de la soberanía territorial, la promoción y ejecución de la política de desarrollo fronterizo del Gobierno nacional. Bajo estas directrices, el Ministerio de Relaciones Exteriores continuaría realizando la caracterización de las fronteras terrestres, las tareas de demarcación y densificación de hitos que fueran necesarias con los países vecinos, y atendiendo los incidentes fronterizos que se presentaran. Esta vez, sin embargo, bajo un enfoque de promoción conjunta de estrategias de desarrollo fronterizo, que permitieran una integración más eficaz, a partir de la atención de las necesidades de las comunidades en aquellas zonas más urgidas de la presencia estatal a uno y otro lado de la frontera. En cuanto a nuestras fronteras marítimas, las acciones se orientarían a fortalecer la presencia del Estado en nuestros territorios insulares, actuar estratégicamente en las eventuales negociaciones de instrumentos que se adoptaran sobre asuntos marítimos, colaborar en la adopción de programas dirigidos al desarrollo de las comunidades costeras, en la preservación del medio marino y en la explotación sostenible de recursos vivos y no vivos, al tiempo que ofrecimos desarrollar todas las acciones necesarias ante los organismos internacionales competentes.
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Procuramos incorporar al sector privado en el análisis y promoción de proyectos y programas de beneficio para los habitantes de las zonas fronterizas. Con base en las particularidades de cada caso, buscamos consolidar y administrar una política de vecindad que se convirtiera en espacio para el diálogo y el entendimiento, y en generadora de proyectos de desarrollo. Les dimos a las Comisiones de Vecindad un tratamiento prioritario como herramienta de la política exterior de Colombia para promover el desarrollo y la integración con los países vecinos. Buscamos impulsar sus reuniones, dinamizarlas o reestructurarlas, cuando fuera el caso; y, sin lugar a dudas, lograr un mayor grado de compromiso interinstitucional en el orden interno para facilitar y optimizar su funcionamiento.
Activa presencia en organismos internacionales y en la integración hemisférica La política frente a los organismos internacionales estaba dirigida al fortalecimiento del multilateralismo y a la profundización de los procesos de integración hemisférica, por medio de una participación activa en escenarios y negociaciones multilaterales. Es en los organismos internacionales donde se debaten los temas globales más álgidos y donde se adoptan decisiones políticas y compromisos jurídicos que van determinando progresivamente el rumbo de las relaciones externas. Por ello, entendíamos que era en su ámbito, donde Colombia podría desplegar una activa gestión diplomática que permitiera elevar su perfil frente a otros países y regiones del mundo. Pero aún más importante, era en el ámbito multilateral donde Colombia podría desplegar una gestión diplomática que se tradujera en beneficios tangibles en las distintas esferas de la política nacional y, en particular, en la defensa de la 69
responsabilidad compartida en asuntos críticos para el país, en particular los relacionados con narcotráfico, tráfico ilícito de armas, derechos humanos y medio ambiente. La política de integración y concertación se erigió como una herramienta fundamental de la agenda exterior, para mejorar la posición de Colombia en el entorno mundial, así como ampliar los mercados para el acceso de nuestra oferta exportable. La efectiva implementación de un regionalismo abierto, mediante acciones dirigidas hacia la consecución de estos objetivos, tenía el propósito de elevar la capacidad negociadora del país frente a terceros y en los diversos foros multilaterales. Dicha estrategia buscaba la mayor efectividad y coherencia para alcanzar las metas que se había propuesto la política exterior colombiana, a través de la convergencia de los esquemas subregionales con miras a consolidar, en una primera instancia, un espacio suramericano. Este propósito era para nosotros complementario en la perspectiva de los acercamientos con los Estados Unidos y Canadá, dentro del proceso del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). En este contexto, concebimos la Comunidad Andina como un espacio natural de concertación e integración para nuestro país, no sólo por su situación geográfica, por los intensos lazos de hermandad que nos unen y las posibilidades de que en el ámbito económico había significado el enorme desarrollo del comercio en los diez años anteriores, sino también por el reconocimiento que le ha otorgado
la
comunidad internacional como un actor válido en el contexto subregional y hemisférico.
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Así mismo, renovamos la confianza del país en el Grupo de Río como el foro de concertación política más importante de América Latina y el Caribe. Para Colombia, el Grupo representaba la oportunidad de abrir espacios de reflexión y discusión sobre los temas más importantes de la agenda internacional, convirtiéndose en un mecanismo de gran proyección para nuestra política multilateral en el ámbito regional y en una plataforma excepcional para convocar a la comunidad internacional en torno al anhelo de una paz negociada en nuestro país. Por eso iniciamos desde los primeros días del Gobierno una dedicada preparación para asumir en el año 2000 la Secretaría Protémpore del Grupo. Para alcanzar los objetivos previstos de la presencia de Colombia en los organismos multilaterales, adoptamos una estrategia de candidaturas que nos permitiría logros notables en la OEA, en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, en la Conferencia Mundial sobre Armas Pequeñas y Ligeras, en las Conferencias sobre Medio Ambiente, en la Organización Internacional del Café (OIC), en la Comunidad Andina (CAN), en la Comisión Permanente del Pacífico Sur (CPPS), entre otros.
Fortalecim iento del multilateralismo en asuntos estratégicos para Colombia La opción multilateral se convertía en requisito indispensable para aumentar las posibilidades de influencia de Colombia en el escenario internacional, para neutralizar las acciones unilaterales o las presiones bilaterales, para fomentar un sistema multipolar de relaciones internacionales y para promover la reactivación de la cooperación internacional en asuntos vitales para la defensa de los intereses del país. Teníamos claro que la interacción entre la política doméstica y la política externa se manifiesta de manera clara y directa en la dimensión multilateral. Varios de los 71
temas de la nueva agenda global constituían, a la vez, asuntos en los que Colombia mostraba una visible vulnerabilidad, o como se ha dicho, eran temas en los que el 0#(/% /)% )4!*48,#'#% )4% )$% +*W*% .)$% &",#!^4-:% A),*?% #$% 36/3*% 86)30*?% $#% #L)4.#% internacional ofrecía espacios importantes para desarrollar una política proactiva, en la que Colombia jugara a la ofensiva y aprovechara su patrimonio y sus ventajas relativas. La política multilateral debía estar, en primer lugar, al servicio de la política de paz, que fue definida por el Gobierno como prioridad nacional. Por tal razón, parte importante de nuestra presencia multilateral estaría encaminada a propiciar el apoyo internacional al esfuerzo de la Diplomacia por la Paz, como ya lo he señalado. En materia de narcotráfico nos propusimos sustentar una posición franca frente a la comunidad internacional, para luchar contra señalamientos injustos que, con frecuencia, han representado un pretexto fácil para evadir los compromisos con las estrategias de debilitamiento y ruptura de la cadena mundial del tráfico de drogas ilícitas y sus delitos conexos, que involucra a la mayoría de los países en la economía global. Respecto del tema de las armas pequeñas, cuya proliferación y tráfico ilícito afecta gravemente al país, Colombia se propuso una participación activa en la negociación y discusión al nivel bilateral y multilateral de las iniciativas en este campo. En este sentido, nos trazamos la tarea de promover la celebración de una conferencia internacional sobre el tráfico ilícito de armas, que a instancias de Colombia fuera recomendada por el Panel de Expertos de las Naciones Unidas sobre Armas Pequeñas.
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Buscamos fortalecer las relaciones internacionales de Colombia en los aspectos de medio ambiente, aprovechando apropiadamente las múltiples oportunidades existentes para una cooperación en los foros multilaterales. Estábamos convencidos de que Colombia tendría una excepcional oportunidad de incidencia política externa en esta área y que nuestra agenda internacional sobre el desarrollo sostenible iba a adquirir una creciente importancia por las características de Colombia como un país rico en biodiversidad y por la enorme significación del tema ambiental, así como su estrecho vínculo con asuntos comerciales, financieros e industriales. No omitimos tampoco el hecho de que los derechos humanos se habían constituido para entonces en un asunto central de la agenda internacional. Pero también estábamos convencidos de que las acciones unilaterales en esta materia amenazaban con
debilitar la legítima jurisdicción de los organismos especializados de las
agencias multilaterales como la ONU y la OEA. Por tal razón, la política internacional de Colombia en materia de derechos humanos se dirigió, entonces, hacia el fortalecimiento del enfoque multilateral y del papel de las instancias intergubernamentales, sin descuidar por ello la vigilancia de la indelegable responsabilidad del Estado colombiano en la defensa de los derechos civiles de sus asociados. La importancia del tema para el Gobierno nacional se reflejó en el hecho de que el vicepresidente de la República fue encargado de promover y coordinar las tareas institucionales de protección, defensa y promoción de los derechos humanos a nivel nacional, y de apoyar la gestión internacional del Ministerio de Relaciones Exteriores. Para cumplir con una tarea de tales dimensiones, acometimos de manera inmediata la modernización y reestructuración de la Cancillería, con el fin de colocarla en condiciones de responder con mayor pertinencia a la defensa de los intereses
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nacionales, a la luz de los desafíos que señalan las nuevas orientaciones de la política exterior colombiana e impone el escenario nacional e internacional. Se puede discutir, como en efecto se ha hecho en diversos medios especializados, sobre la pertinencia del diagnóstico y la orientación de la estrategia.42 Pero los resultados de estos cuatro años en materia de política exterior se encuentran a la vista para señalar con toda claridad la estrecha relación entre el balance inicial, los propósitos trazados y los logros alcanzados. En esa perspectiva creo que los logros, en materia de política internacional, han sido significativos y, por ello, son dignos de compartir. ! Construimos un amplio consenso nacional sobre las metas de política exterior. ! La Diplomacia por la Paz recuperó la presencia internacional de Colombia. ! La Diplomacia por la Paz permitió internacionalizar el proceso de paz de Colombia.
42
N1#/)?% 0*,% )W)30$*?% +=*$*3'6#% Y48),4#!6*4#$-?% @*:% mh-50, la publicación del Departamento de Ciencia A*$(86!#% .)% $#% V46M),/6.#.% .)% $*/% ;4.)/n% +S(48)/6/% =*$*3'6#% oKKK% 9% oKKI-?% 0"'$6!#!6G4% .)$% Y4/868"8*% .)% Estudios Políticos y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Colombia; y más recientemente, los conversatorios de FESCOL en asocio con las universidades Externado, El Rosario y Los Andes, sobre la política exterior colombiana; entre otros. Puede consultarse también el documento ya citado del profesor Fernando Cepeda: +D# Política exterior de Colombia y la internacionalización del proceso de A#F-% )4% Revista del Centro Andino de Estudios Internacionales, No. 3, I semestre, 2002. Así mismo: =;bBQ@;?%B6)L*:%+D#%0*$(86!#%)E8),6*,%.)%$#%#.3646/8,#!6G4%A#/8,#4#%eIhhi%2 2002). Hacia una evaluación 0,)$6364#,-:%b)M6/8#% Colombia Internacional . No. 53. Centro de Estudios Internacionales 2 Departamento de Ciencia Política. Universidad de los Andes. Septiembre 2 diciembre de 2001, pp. 53 2 74. Este último análisis reconoce como un hecho excepcional dentro de la política exterior colombiana la existencia de un documento básico publicado a comienzos del Gobierno y que sirvió como orientador de la política de
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! Normalizamos, diversificamos y consolidamos las relaciones con los Estados Unidos, con quien además logramos la mayor cooperación económica, política, militar y social en la historia de Colombia. ! La Diplomacia por la Paz logró que la Unión Europea entendiera a cabalidad la verdadera realidad colombiana y definiera una agenda de cooperación con nuestro país. ! La Diplomacia por la Paz permitió y logró el fortalecimiento de nuestras Fuerzas Armadas, para avanzar en el propósito de preservar el monopolio de las armas en mano del Estado. ! La Diplomacia por la Paz obtuvo la solidaridad política de múltiples países y una mayor cooperación internacional con Colombia. ! El Plan Colombia es hoy una realidad por la eficacia de la Cancillería de San Carlos y su capacidad de trabajo coordinado con otras organizaciones del Estado y de la sociedad civil. ! Con la ratificación y entrada en vigor del Tratado sobre Delimitación Marítima con Honduras, consolidamos nuestra jurisdicción marítima en el Mar Caribe. ! Con la ratificación y entrada en vigor del Tratado sobre Delimitación Marítima en el Mar Pacífico, consolidamos nuestra jurisdicción marítima.
relaciones internacionales del país durante los cuatro años que nos ocupan. Se refiere, en efecto, al documento
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! Construimos una dinámica agenda bilateral con los actores centrales del escenario internacional. ! Fortalecimos las relaciones políticas, económicas y comerciales con la Cuenca del Pacífico. ! Construimos un lugar privilegiado y de respeto en los foros multilaterales. ! Consolidamos la posición de Colombia y la vigencia del principio de la responsabilidad compartida en temas centrales de la agenda multilateral: terrorismo, drogas ilícitas, medio ambiente, armas pequeñas y ligeras, y derechos humanos y derecho internacional humanitario. ! Contribuimos de manera decisiva en la reelección del ex presidente Cesar Gaviria por unanimidad para la Secretaría General de la OEA. ! Colombia fue reelegido al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, con la más alta votación que hayamos obtenido en este foro. ! Presidimos con solvencia y eficacia el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas; la Secretaría Pro-Témpore del Grupo de Río y la Secretaría ProTémpore de Comunidad Andina. ! Reafirmamos nuestra vocación por la integración andina..
)/8,#81L6!*%+B60$*3#!6#%0*,%$#%A#F-%7")%5")%$#%'#/)%.)$%0,)/)48)%!#0(8"$*:
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! La extensión y ampliación del ATPA con los Estados Unidos y del Sistema General de Preferencias andino con la Unión Europea fue un gran triunfo de la diplomacia colombiana. ! Pusimos en marcha un nuevo marco legal para promover la inversión extranjera con la reforma del artículo 58 de la Constitución, con el fin de evitar la expropiación administrativa sin indemnización. ! Definimos una nueva política de integración fronteriza y creamos una Comisión Intersectorial para promover el desarrollo socioeconómico en las regiones fronterizas. ! D#% B60$*3#!6#% 0*,% $#% A#F% .),,*8G% #% $#% +.60$*3#!6#% L"),,6$$),#-% 9% $*L,G% )$% reconocimiento de la comunidad internacional sobre las características y acciones de los grupos al margen de la ley. A la descripción de estos logros y a su balance final dedicaremos los próximos capítulos de ésta que ha sido una apasionante tarea por reconstruir la verdadera imagen del país ante el mundo. En política la palabra es el origen de la credibilidad y quien es estadista o político de vocación o de oficio sabe muy bien que la "derogatoria" de los mandatos en la democracia se produce cuando la palabra que ha concitado el apoyo popular no ha sido convertida en hechos. Por eso, es imprescindible que la palabra se base en la verdad.
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Václav Havel afirma que la salvación de la política se dará cuando ésta se defina como "el arte de decir la verdad" y el político sea por consiguiente aquel "que dice siempre la verdad". Ésa fue mi tarea como canciller ante los colombianos y ante la comunidad internacional.
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Capítulo IV La Diplomacia por la Paz Al comienzo la gente puede no creer que el proceso se ha iniciado en serio, pero sin la paz todo está perdido
Nelson Mandela Cuando el acuerdo de paz que pondría fin a la guerra civil en Angola iba a ser firmado en Mulungushi Hall en Lusaka, Zambia, el 20 de noviembre de 1994, el ánimo entre los dignatarios africanos que habían sido invitados como testigos de la ceremonia era de abatimiento. Aunque el presidente de Angola, José Eduardo Dos Santos, se había hecho presente con puntualidad a la firma del compromiso, Jonas Malheiro Savimbi, el controvertido y carismático líder del mayor partido de oposición, Unión Nacional de Independencia Total de Angola (Unita) y principal antagonista en la guerra civil que envolvió a Angola por espacio de treinta años, había tomado a último momento la decisión de no asistir al acto. Impresiona el parecido de este pasaje de la historia del país africano con la frustración inicial que representó para el proceso de paz en Colombia, la ausencia de Manuel Marulanda, líder las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el día 7 de enero de 1999 en el acto de instalación formal de los diálogos entre la guerrilla y el Gobierno, cuando el presidente Pastrana se había hecho presente en el Municipio de El Caguán !epicentro de la zona de distensión! en una actitud de arrojo por la paz del país. 79
A pesar de la resonante dificultad de su proceso, no es posible olvidar que los angoleses lograron años más tarde la firma de un cese al fuego, que empieza a sentar las bases de un acuerdo de paz. Así que toda historia tiene su segunda parte.43 El Plan Colombia: la expresión programática
Como ya lo señalé, el proceso de globalización y el avance de los diversos sistemas de integración han estrechado cada vez más la relación entre la política internacional y la doméstica. Este vínculo entre los asuntos exteriores e interiores de un país es decisivo y creciente en las relaciones internacionales contemporáneas. La estrategia de Diplomacia por la Paz, que pusimos en marcha durante esto cuatro años, responde a esta nueva situación. Se trataba, como lo mencioné, de la decisión y la acción del Gobierno colombiano de ofrecer a la comunidad internacional una visión clara y objetiva de la situación de conflicto que vivía Colombia en ese momento, y del proceso de paz que estábamos adelantando, con la certeza de que era una oportunidad propicia para sentar sobre bases firmes el futuro del país. En consecuencia, la Diplomacia por la Paz buscaba conseguir el respaldo político, la cooperación financiera y la asistencia técnica de la comunidad internacional, necesarios para llevar a cabo el proceso de paz que lideró el presidente Pastrana desde el comienzo de su administración, como gran prioridad nacional, pero también como expresión de la transparencia con 43
El conflicto armado entre el Gobierno y el grupo rebelde Unita, tuvo un importante giro desde la muerte en combate del líder Jonas Savimbi, el 22 febrero de 2002. Un cese al fuego fue firmado este mismo año con el comienzo de un proceso de desmovilización de unos 55 mil ex combatientes.
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la que buscábamos manejar el proceso de negociación política del conflicto interno frente a los actores nacionales e internacionales. Como tuve oportunidad de señalarlo en la 56° Asamblea General de Afiliados de la ANDI, el 10 de agosto de 2000 en la ciudad de Cartagena: +D#% B60$*3#!6#% 0*,% $#% A#F% 4*% )/% "4#% .)5646!6G4% )/8^86!#% .)% 0,64!606*/% 9% objetivos, sino un proceso en el cual la geografía política y los temas prioritarios se entrelazan de manera dinámica en función de los intereses del país. En esta estrategia todos los componentes de la política internacional están articulados dentro del propósito de contribuir a la paz, entendida no como la ausencia de conflicto sino como un escenario de democracia, desarrollo y W"/86!6#%/*!6#$-:
La Diplomacia por la Paz debe ser entendida como la estrategia central de la política exterior, desplegada a lo largo de los cuatro años que acompañé al presidente Pastrana, para que la comunidad internacional reconociera que Colombia no podía lidiar sola con problemas internos cuya solución estructural se encontraba atada, en forma inexorable, a una agenda multilateral. "#$ %&'()*&$ )$ #)$ +,%-'./)/$ .'0&1')+.,')#$ 2-&$ 3.&'$ +#)1,4$ 5"'$ #)$ %&/./)$ &'$ que Colombia avance en la solución de su conflicto interno, avanzaremos también en la solución de los principales problemas que tiene el país y que son preocupación de la comunidad internacional, como el problema mundial de las drogas, el respeto y la defensa de los derechos humanos y la 61&(&17)+.8'$/&#$%&/.,$)%3.&'0&94
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Bajo este enfoque, resulta evidente que la Diplomacia por la Paz requería de la puesta en marcha de una estrategia específica, que vinculara en forma coherente el proceso de negociación del conflicto con los temas centrales de transformación del país. En consecuencia, el Plan Colombia se convirtió en una herramienta fundamental para canalizar la cooperación internacional sobre una base planificada y programática. Entendimos desde un comienzo que, dadas las difíciles circunstancias por las que atravesábamos, todos los &(2-&1:,($ /&/.+)/,($ )$ 56,'&1$ #)$ +)()$ &'$ ,1/&'9$ ',($ )+&1+)1;)'$ )$ '-&(01,$ objetivo de producir una inserción efectiva de Colombia en los escenarios globales. Las diez estrategias del Plan Colombia, expresadas en una versión formal que tuvimos oportunidad de presentar ante el Gobierno de los Estados Unidos y que posteriormente presentamos en las reuniones del Grupo de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia44 eran las siguientes: !
Estrategia Económica: ofrecer una fuerza económica viable que contrarreste el narcotráfico, genere empleo y fortalezca la capacidad del Estado para recaudar impuestos.
!
Estrategia Fiscal y Financiera: adoptar medidas severas de austeridad y ajuste con el fin de fomentar la actividad económica y recuperar el prestigio tradicional de Colombia en los mercados financieros internacionales.
!
Estrategia de Paz: buscar la solución política del conflicto a través de negociaciones sobre la base de acuerdos de paz con la guerrilla, la defensa de la integridad territorial, la democracia y los derechos humanos.
!
Estrategia para la Defensa Nacional: reestructurar y modernizar las Fuerzas Armadas y la Policía.
44
Los miembros del Grupo de Apoyo fueron los siguientes: Argentina, Brasil, Costa Rica, Chile, Estados Unidos, Canadá, Unión Europea, Japón, México, Noruega, Perú, Suiza y Venezuela. Las reuniones de este grupo se realizaron en Londres (junio 19 de 2000), Madrid (julio 7 de 2000), Bogotá (octubre 24 de 2000) y Bruselas (abril 30 de 2001).
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!
Estrategia Judicial y de Derechos Humanos: reafirmar el Estado de derecho y asegurar una justicia pronta, igualitaria e imparcial para todos.
!
Estrategia Antinarcóticos: combatir, sobre la base de la cooperación internacional, en asocio con los demás países involucrados, todos los componentes del ciclo de las drogas ilícitas e impedir el flujo de las ganancias de dicho tráfico hacia la guerrilla y otras organizaciones armadas.
!
Estrategia de Desarrollo Alternativo: fomentar esquemas agropecuarios y otras actividades económicas rentables para los campesinos y sus familias. También contempla actividades de protección ambiental, con el fin de preservar las áreas selváticas y terminar con la expansión de los cultivos ilícitos en la cuenca amazónica y en los parques naturales, áreas con inmensa biodiversidad y de importancia ambiental vital para la comunidad internacional.
!
Estrategia de Participación Social: desarrollar una mayor responsabilidad en los gobiernos locales, incentivar el compromiso de la comunidad en los esfuerzos anticorrupción y ejercer una presión constante sobre la guerrilla y sobre los demás grupos armados con el fin de eliminar la violencia, los secuestros y el desplazamiento interno de individuos y comunidades.
!
Estrategia de Desarrollo Humano: garantizar servicios de salud y de educación adecuados para todos los grupos vulnerables de nuestra sociedad.
!
Estrategia de Cooperación Internacional: confirmar los principios de corresponsabilidad, acción integrada y tratamiento equilibrado para el problema mundial de las drogas.45
En medios políticos e intelectuales del país se convirtió en una auténtica leyenda la existencia de dos y hasta tres versiones encontradas del Plan Colombia, que incluían supuestos cambios de última hora en la versión traducida al inglés. Se habló inclusive de presiones de los Estados Unidos en la redacción final del texto, en un extraño esfuerzo por desvirtuar las gestiones realizadas por el equipo de negociadores del país. Pero lo cierto es que sólo existió un documento que, por obvias razones, se ajustó para su 45
República de Colombia. Plan Colombia. Plan para la paz, la prosperidad y el fortalecimiento del Estado. Imprenta Nacional. 1999.
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posterior presentación y aprobación por el Congreso norteamericano. La versión original puesta a consideración de los Estados Unidos fue la misma que se presentó a consideración de la Unión Europea con los naturales énfasis exigidos por esta comunidad de países, de acuerdo con sus expectativas de cooperación. Todo lo demás son vanas especulaciones. El compromiso del presidente Clinton En nuestro primer encuentro con el presidente Clinton, el 3 de agosto de 1998, el presidente electo Andrés Pastrana le dio a conocer nuestro interés en que el Gobierno de Estados Unidos brindara apoyo a una especie de Plan Marshall para Colombia que habíamos propuesto a lo largo de la campaña electoral y que se sustentaba en cuatro pilares fundamentales: a) un plan de emergencia social para superar las profundas inequidades del país; b) la recuperación del monopolio efectivo de la fuerza como condición de una sociedad pacífica; c) la internacionalización de la paz como fundamento para terminar la guerra; y d) la solución del problema de los narcocultivos como paso esencial para dar fin al conflicto armado. El paquete de ayuda de Estados Unidos, que después fue bautizado de común acuerdo entre los dos países como Plan Colombia,46 se empezaría a concretar un año más tarde después de la reunión sostenida entre el presidente Pastrana con el presidente Clinton, realizada la última semana de septiembre de 1999, en donde hicimos una presentación formal del Plan Colombia ante la Casa Blanca y ésta se comprometió a presentarlo a consideración del Congreso. En efecto, días más tarde, por las acciones 46
Debo resaltar el trabajo adelantado por Jaime Ruíz y Mauricio Cárdenas en la elaboración del Plan Colombia. Su apoyo fue fundamental para el logro de esta tarea.
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adelantadas por del Ejecutivo, el Congreso de Estados Unidos empezó la evaluación de un proyecto de ley, presentado por los senadores Paul Coverdale y Mike DeWine, para apoyar a nuestro país dentro de la estrategia integrada del Plan Colombia. Sin embargo, ésta tuvo dificultades para abrirse paso debido al fuerte debate bipartidista que se presentaba entonces alrededor de la aprobación del presupuesto para la vigencia fiscal del 2000. Finalmente, la iniciativa fue relanzada por el presidente Clinton, el 11 de enero de 2000, día en el que ratificó su compromiso con Colombia, en los siguientes términos: "Hoy presento al Congreso un necesario paquete de apoyo para asistir a Colombia en los esfuerzos vitales realizados para mantener fuera de nuestras costas las drogas ilegales. Tal apoyo también ayudará a Colombia a promover la paz, la prosperidad y a fortalecer la democracia. Como complemento a nuestros esfuerzos actuales, el paquete de ayuda durante este año y el próximo será de 1.600 millones de dólares. La posesión del presidente Pastrana en agosto de 1998 le dio a Colombia un nuevo espíritu de esperanza para profundizar su democracia, alcanzar más prosperidad y acabar la larga guerra civil. Sin embargo, un incremento en la producción y el tráfico de droga, aunado a la recesión económica y a la violencia constante, ha puesto en peligro ese progreso. El presidente Pastrana ha actuado con una atrevida agenda: el Plan Colombia. La propuesta contiene una estrategia sólida y multifacética que Estados Unidos debe apoyar con suficiente ayuda. Tenemos un interés nacional de peso en reducir el flujo de cocaína y heroína que
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llega a nuestras costas y en promover la paz, la democracia y el crecimiento económico en Colombia y la región. Dada la magnitud del problema de narcotráfico y las dificultades económicas, ni el Gobierno de Colombia ni sus vecinos pueden asumir solos, los costos. En el año fiscal 2000, una gran parte de nuestra ayuda estará enfocada hacia una única inyección de fondos que conviertan en más efectivas
las
capacidades
de
interdicción
y
erradicación,
principalmente en el sur del país. El paquete de ayuda incluye también asistencia para el desarrollo económico, la protección de los derechos humanos y la reforma judicial. Nuestra ayuda bilateral a Colombia será complementada por agencias multilaterales. El Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo están considerando millones de dólares en préstamos a Colombia el próximo año. El FMI ha comprometido un fondo de 2.700 millones de dólares para reactivar la economía; continuaremos animando a nuestros aliados para que asistan a Colombia. Sin embargo, los obstáculos para un mejor futuro son sustanciales. Estimamos que el país requerirá de varios años para sentir los beneficios del Plan Colombia;47 creo que con nuestro soporte y el de otros donantes, el Plan Colombia puede acelerar el incipiente proceso de recuperación de la economía colombiana. A largo plazo, podemos esperar que sean más efectivos la erradicación de cultivos y el incremento de la interdicción de los cargamentos de drogas ilícitas.
47
Los hechos posteriores al 7 de agosto de 2002, le han dado la razón a los presidentes Pastrana y Clinton sobre los alcances de esta afirmación.
86
Fortalecer la estabilidad y la democracia en Colombia, así como la lucha contra el tráfico de drogas, está en nuestro interés nacional fundamental. Por eso, con el presidente Pastrana y con nuestro Congreso debemos intensificar e intensificaremos este trabajo vital.9
El monto de la ayuda solicitada ascendía a los US$1.600 millones de dólares para dos años. Los recursos provenían de US$300 millones de asistencia a Colombia aprobados con anterioridad y los restantes correspondían a una parte del presupuesto del año fiscal de 2000 (US$954 millones) y del presupuesto del año fiscal de 2001 (US$ 318 millones). El año 2000 se desarrolló en medio de intensas gestiones diplomáticas caracterizadas por grandes desafíos en la construcción de los acuerdos. Mientras la administración de Estados Unidos insistía en un plan concentrado en el tema antinarcóticos, nosotros fuimos persistentes en el propósito de obtener recursos para las iniciativas de paz con las que nos habíamos comprometido desde la campaña presidencial. Ésta es la verdadera razón de las modificaciones que sufrió el texto inicial presentado por nosotros ante el Gobierno de Estados Unidos que, como es natural en todo proceso de solicitud de cooperación, requiere de trámites y conciliaciones, primero con los equipos gubernamentales y luego en las Comisiones del Congreso. El 29 de junio de 2000, la Cámara de Representantes de Estados Unidos votó 306 ! 110 el texto acordado por la Comisión de Conciliación sobre el paquete de ayuda para el Plan Colombia; y el Senado lo aprobó por unanimidad al día siguiente.
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En Colombia, como ya es lamentable costumbre, no aparecían sino los críticos interesados, que apostaban al fracaso del más ambicioso programa de cooperación de Estados Unidos con Colombia. En julio de 2000,
el presidente de Estados Unidos sancionó
la Ley
Aprobatoria del Paquete de ayuda al Plan Colombia, una vez cumplido su trámite aprobatorio ante el Congreso norteamericano. En él se concretaron componentes de apoyo a la lucha contra las drogas ilícitas y, por primera vez, un importante capítulo social constituido fundamentalmente por programas de desarrollo alternativo, asistencia a desplazados, derechos humanos y fortalecimiento de la justicia. El monto total del paquete de ayuda ascendió a la suma de US$ 1.300 millones, incluyendo los recursos que fueron aprobados para el año 1999. La Comisión de Conciliación estableció la suma de US$1.018,5 millones para el Plan Colombia y apoyo a algunos países de la región andina, que ascendieron a los US$ 180 millones. De esta manera, la ayuda neta para Colombia llegaría a los US$ 838,5 millones, una cifra sin precedentes en la historia de la cooperación no reembolsable entre los dos países, que nos convertiría en el tercer receptor de ayuda de los Estados Unidos, luego de Israel y Egipto. En el año 2002 el monto de la cooperación norteamericana con Colombia era diez veces superior a la de 1998. Los medios y los analistas le dieron demasiado énfasis al componente militar del Plan Colombia que, en efecto, representaba un 68% de la ayuda norteamericana. Pero no advirtieron en un detalle que sólo podía entenderse en el contexto más amplio de la financiación global de las estrategias propuestas. El financiamiento del Plan Colombia recaía en su 88
mayor parte por cuenta de nuestro país, que presupuestó para su ejecución US$4.500 millones del total de US$ 7.500 millones. Por lo tanto,
el
componente militar no llegaba ni siquiera a una quinta parte del presupuesto global del Plan Colombia, si se adiciona a la cooperación de los Estados Unidos, la cooperación de la comunidad internacional y el esfuerzo con recursos propios del Estado colombiano con una perspectiva de largo plazo.48 Esta aclaración, que tuvimos oportunidad de hacer en diversos escenarios nacionales e internacionales, probablemente contribuyó para que el Partido Liberal, la principal fuerza de oposición del país, que a principios del año había expresado sus reservas al Plan Colombia, celebrara sin reservas el día 5 de julio de 2000 la aprobación del paquete de ayuda de los Estados Unidos. En efecto, en su comunicado a la opinión pública nacional, la Dirección Nacional Liberal expresó: +La apropiación de los Estados Unidos constituye un excelente principio para
construir una cooperación internacional que tenga en cuenta la situación social de la población involucrada en las áreas de cultivo, el impacto ambiental de los mecanismos de fumigación y, en general, el desarrollo socioeconómico de las zonas implicadas en la creciente geografía de la .,*L#-: 48
De acuerdo con las cifras del Fondo de Inversiones para la Paz (FIP), al término de nuestra gestiones en la Cancillería, el país se encontraba ejecutando US$ 900 millones en la estrategia de corto plazo a tres años correspondiente a los programas sociales (Empleo en Acción, Familias en Acción y Jóvenes en Acción) y tenía en proceso de ejecución un total de US$ 2.600 millones en la estrategia de largo plazo a seis años correspondiente al fortalecimiento institucional y desarrollo social (derechos humanos, atención humanitaria, proyectos productivos, infraestructura física y social, titulación de predios, sostenibilidad ambiental). De esta manera, al término del mandato del presidente Pastrana se encontraban en ejecución un total de US$ 3.500 millones, correspondientes a los programas de desarrollo social y fortalecimiento institucional. Aún suponiendo el mismo grado de ejecución del componente militar del Plan Colombia, su participación en el total de la estrategia apenas supera el 20% de los recursos efectivamente aplicados.
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Aquello que algunos observadores han sugerido como evidencia de una 5)<-/)$ +,'/.+.,')/)9=$ &'$ 1&)#./)/$ 1&2#&*)$ &#$ +-./)/,$ +,'$ >-&$ &#$ ?,3.&1',$ condujo el proceso de construcción de acuerdos para que se fortalecieran las iniciativas de paz que estábamos desarrollando. Si se evalúan con mayor amplitud de criterio los requisitos para la certificación del Plan Colombia por parte de la Secretaría de Estado ante las respectivas comisiones del Congreso, la tendencia que más se destaca es que estos requisitos contribuían a fortalecer nuestros propósitos en materia de promoción activa de los derechos humanos, la defensa del principio de monopolio de las armas en manos de las Fuerzas Militares de Colombia y la neutralización de todas aquellas situaciones y actitudes que pudieran vincular a los militares con los grupos paramilitares, además de las metas razonables en el cumplimiento de la estrategia de erradicación de los cultivos ilícitos de producción de coca y amapola.49
49
De acuerdo con la sección 3201 de la Ley de Apropiaciones Suplementarias de Emergencia, los aspectos objeto de certificación eran los siguientes: 1) Que el presidente de Colombia ha instruido por escrito que el personal de las Fuerzas Armadas Colombianas, sobre quien haya acusaciones creíbles por haber cometido violaciones graves de derechos humanos, será llevado a la justicia ordinaria colombiana de acuerdo con la reglamentación de 1997 de la Corte Constitucional en relación con la jurisdicción de la justicia ordinaria colombiana en casos de derechos humanos. 2) El comandante general de las fuerzas militares está suspendiendo inmediatamente del servicio a cualquier miembro de las fuerzas militares colombianas contra quien haya acusaciones creíbles por violaciones graves de derechos humanos o por haber ayudado o colaborado con grupos armados al margen de la Ley. 3) Que las fuerzas militares y su comandante están cumpliendo apropiadamente con los puntos 1 y 2. 4) Las Fuerzas Armadas colombianas están cooperando plenamente con las autoridades civiles en la investigación, juzgamiento y castigo por la justicia ordinaria de los miembros de las Fuerzas Armadas colombianas contra quienes haya acusaciones creíbles por violaciones graves a los derechos humanos. 5) El Gobierno colombiano está procesando rigurosamente ante la justicia ordinaria a los líderes y miembros de grupos paramilitares y a los miembros de las fuerzas militares que los estén ayudando o colaborando con dichos grupos. 6) El Gobierno de Colombia ha acordado y está implementando una estrategia para eliminar totalmente la producción de coca y amapola para el año 2005 a través de una mezcla de programas de desarrollo alternativo, erradicación manual, fumigación aérea de &),'6!6.#/% 7"(36!*/?% &),'6!6.#/% '6*$GL6!*/% e+39!*&),'6!6.#/-f:% pf% D#% 5"),F#% 0H'$6!#% .)% =*$*3'6#% )/8^% .)/#,,*$$#4.*% 9% .)/0$)L#4.*% )4% $#/% "46.#.)/% .)% !#30*% "4% +="),0*% A),3#4)48)% .)% \"FL#36)48*% U6$68#,-?% Judge Advocate General Corps (JAG) para investigar a miembros de las Fuerzas Armadas de Colombia por mala conducta.
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Los países miembros del Grupo de Apoyo Era natural que los esfuerzos iniciales en materia de Diplomacia por la Paz se concentraran en Estados Unidos, si tenemos en cuenta que en el proceso de normalización de las relaciones bilaterales con este país se consolidó la iniciativa del Plan Colombia, como elemento central en la estrategia de apoyo de nuestras iniciativas para abordar el conflicto interno. Por tal razón, una vez que se avanzó en las gestiones con Estados Unidos, iniciamos la convocatoria de un Grupo de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia gracias a la generosidad del Gobierno español !con el visible liderazgo de su presidente José María Aznar! y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), entidad que nos ofreció la Secretaría Técnica de este proceso, con el activo concurso de su presidente Enrique Iglesias y de su representante para Colombia, Carlo Binetti, dos auténticos amigos de nuestro país que se constituyeron en apoyo fundamental en la convocatoria y en la realización de las diferentes sesiones de la Mesas de Aportantes. Debo destacar, además, el acompañamiento permanente de Enrique García, presidente de la Corporación Andina de Fomento (CAF). En este proceso también resultó de gran trascendencia la designación, por solicitud nuestra, de Jan Egeland como asesor especial de Naciones Unidas para la cooperación internacional en Colombia, después de la presentación que tuvimos oportunidad de hacer en el mes de septiembre de 1999 en Naciones Unidas !y en particular al señor Kofi Annan! sobre la filosofía y las estrategias del Plan Colombia. Su permanente acompañamiento, tanto en las tareas preparatorias como en las sesiones del Grupo de Apoyo al proceso de Paz en Colombia, resultó de gran trascendencia para movilizar la solidaridad de la comunidad internacional. Debo destacar, además, el carácter extraordinario de esta delegación por parte del Secretario General de Naciones Unidas en respuesta a la solicitud del Gobierno colombiano y la aceptación inmediata que logró este alto funcionario en la mesa de negociaciones, después de las reticencias iniciales de la guerrilla.
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Londres: reunión preparatoria de la Mesa de Donantes50
El 19 de junio de 2000 se realizó en Londres una reunión preparatoria con los países del Grupo de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia, con el fin de comprometer su asistencia a la Mesa de Aportantes que se realizaría en Madrid el 7 de julio de ese mismo año. A ella asistieron delegados de los distintos países de Europa, Canadá, Japón y Estados Unidos. Así mismo, se hicieron presentes delegados del Banco Interamericano de Desarrollo, al igual que los representantes de un grupo de ONG europeas que fueron invitadas por sugerencia de sus respectivos países para que recibieran información de primera mano sobre los verdaderos alcances del proceso de paz y del Plan Colombia, que había sido inicialmente percibido como un 6#)'$ 5@-&11&1.(0)9$ &'$ /.7&1(,($ +;1+-#,($ /&$ #)$ A'.8'$ "-1,6&)4$ "'$ representación de nuestro país asistieron Mauricio Cárdenas, director del Departamento Nacional de Planeación; Jaime Ruiz, alto consejero presidencial, Luis Alberto Moreno, embajador de Colombia en Estados Unidos; y Víctor G. Ricardo, embajador designado ante el Reino Unido. Quiero destacar, por la trascendencia que adquirieron en esta reunión preparatoria de la Mesa de Aportantes, las palabras de Jan Egeland, asesor especial de Naciones Unidas para la Cooperación Internacional en Colombia: +>E6/8)4%.65),)48)/%0"48*/%.)%M6/8#%9%#0,*E63#!6*4)/%)4%8*,4*%#%$#%3)W*,%5*,3#% de ayudar a Colombia. Esto era de esperarse. Pero lo que no es aceptable es hacer poco o nada cuando el país hace esfuerzos por poner fin a una guerra de 50
Debo resaltar que fue precisamente en Londres donde se empezó a concretar, especialmente con los países europeos, las estrategias en el marco de la Diplomacia por la Paz. No sobra recordar que para una adecuada gestión diplomática en el exterior, siempre es importante retomar los aportes del pasado, que en este caso han sido generosamente reconocidos por el presidente Álvaro Uribe (2002-2006).
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vastas proporciones y trata de buscar alternativas a una asfixiante crisis humanitaria, económica, política y social. El simple pesimismo, la crítica o la apatía harán poco por aliviar el sufrimiento o acabar con la guerra en Colombia. Algunos donantes han dicho que ellos quisieran un acuerdo previo de paz antes de comprometer fondos de apoyo y fortalecer su compromiso con el país. Sin embargo, me da la impresión de que esta posición contribuye poco en el avance hacia una solución negociada del conflicto. Creo que el apoyo internacional es crucial ahora, no el próximo año ni dentro de cinco años, para crear condiciones que hagan exitoso el proceso de paz y permitan la reducción .)%$#%M6*$)4!6#-.
La convocatoria de la primera reunión en Madrid para el 7 de julio de 2000 no estuvo libre de dificultades. Por ello, las palabras de Jan Egeland no eran gratuitas. De hecho, en la fase preparatoria recibimos reacciones de escepticismo, como consecuencia de la enorme capacidad de cabildeo y presión de las organizaciones no gubernamentales, que en ese momento &1)'$ 3)(0)'0&$ 6&1%&)3#&($ )$ #)$ 5/.6#,%)+.)$ @-&11.##&1)9$ /&(6#&@)/)$ 6,1$ #)($ FARC. El éxito diplomático de Madrid
Antes que una amenaza para sacar adelante los propósitos que nos habíamos trazado al convocar la Mesa de Aportantes, las posiciones de escepticismo expresadas por algunos gobiernos se fueron convirtiendo en una oportunidad para hacer las aclaraciones respectivas, con el fin de remover los prejuicios y favorecer el consenso finalmente logrado en la reunión de Madrid, el día 7 de julio de 2000. En esta oportunidad hice una de las intervenciones de mayor trascendencia en el desarrollo de las funciones como canciller de mi país, en cumplimiento de la agenda de la
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Diplomacia por la Paz, que señalaba la relación dinámica que existe entre el conflicto interno y el narcotráfico, y cómo esta relación había transformado y degenerado la naturaleza del conflicto en Colombia. 5El narcotráfico no es un asunto propio ni exclusivo de Colombia. Aunque mucho se tuvo que luchar para que fuera aceptada esta verdad, nadie discute hoy el hecho de que el problema de las drogas ilícitas es todo un proceso ininterrumpido en el cual entran la producción, el procesamiento, el transporte, la recepción en los puertos del exterior y la venta en esos mercados, el consumo, el blanqueo de las inmensas sumas de dinero en el circuito internacional y que, anexa a esta actividad criminal, están el envío y la utilización ilegales de precursores químicos, el contrabando, el tráfico de armas y el crimen transnacional. De allí que, ante un problema de tan inmensas proporciones, sea innegable
la
aceptación
de
la
corresponsabilidad,
de
la
responsabilidad compartida, la cual, en la práctica, implica la obligación de cada Estado de atacar los factores del problema pero, en el mismo grado, la necesidad de un concierto y de una cooperación internacional para enfrentarlos, compensando a los Estados más afectados por la violencia y a los más débiles económicamente. Como lo expresó el presidente Andrés Pastrana, en su discurso de Estrasburgo, ante el Parlamento europeo, el 26 de octubre de 1999: !"# $%# &'()"# *"# +'$# ,-.$# &-# ,/0%1# %"*/&$23$# +'$# (/./# &-$&45"# .$# */# ("&'2-./.# ('&,*/# ("2# %'# ,/53$# $2# */# 3/5$/6# $2# .$%/55"**"# .$*# ,5-2(-,-"# .$# 5$%,"2%/4-*-./.# ("&,/53-./7# 8# +'$# 3"."%# ,"./&"%# /%'&-5# *"%# ("%3"%# .$# */%# %"*'(-"2$%# .'5/.$5/%# $2# */# &$.-./# .$# */%# ,"%-4-*-./.$%# 9# *"%# 5$('5%"%# .-%,!"#$%&'()#
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Para quienes pudieran pensar que este planteamiento era una especie de recurso dialéctico para llegar a la sensibilidad de los países que se hicieron presentes en la capital española, creo que resulta conveniente citar las palabras que Javier Solana, alto representante de la Unión Europea para la política exterior y seguridad común, quien mantuvo a lo largo del proceso una posición firme de apoyo a Colombia. Ese mismo día y en el mismo recinto en el que nos encontrábamos, pronunció: La paz en Colombia no sólo es posible sino que es necesaria. Pero el país se encuentra en una situación extremadamente difícil en la que se juntan y entrelazan un ya viejo conflicto armado, un grave problema
económico
y
social,
y
un
arraigo
creciente
y
desestabilizador del narcocultivo y el narcotráfico. Cada uno de estos tres problemas que sufre Colombia, aún considerados aisladamente supondría un reto descomunal para cualquier Gobierno del mundo. Juntos e interconectados son sencillamente inmanejables sin la ayuda solidaria de la comunidad internacional. Responder a la solicitud de ayuda del Gobierno de Colombia no es mera generosidad de los países que, por su nivel de bienestar, están en condiciones de ayudar. Es una obligación y no únicamente de carácter moral. Los países que nos reunimos hoy en este Grupo de Apoyo, incluidos los miembros de la Unión Europea, compartimos la responsabilidad del narcocultivo y del narcotráfico en Colombia. Somos exportadores
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de los precursores químicos y consumidores del producto final. Sin nosotros, el problema apenas existiría. El narcotráfico alimenta la perpetuación de la violencia armada y los dos traban el desarrollo económico de un país, como Colombia, potencialmente próspero. La Unión Europea siempre ha admitido y apoyado la idea de la corresponsabilidad de los países productores y consumidores en la solución del problema de la droga. Así lo hemos reconocido abiertamente en los distintos comunicados suscritos con el Grupo de Río. Y si somos corresponsables del narcocultivo y narcotráfico, también tenemos nuestra parte de responsabilidad en la solución de los otros dos grandes problemas de Colombia, que se han visto agravados por la droga. La Unión Europea debe estar presente en el proceso de paz y reconstrucción de Colombia contribuyendo de la forma en que mejor <$&2.+):%&'0&$()3&$B)+&1#,9.
No tengo ninguna duda de que este pronunciamiento se constituyó en una oportunidad propicia !como pocas! a través de la cual la Unión Europea hacía palpable su intencionalidad de avanzar en la construcción de una política externa común en esta materia. Pero también abrió el camino para que los países de la Unión Europea entendieran que era necesario pasar de la retórica a los hechos en el asunto de la corresponsabilidad con el problema mundial de las drogas, que fue nuestra obsesión permanente en todos los foros internacionales en los cuales desplegamos una intensa Diplomacia por la Paz de Colombia.
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A esta reunión de Madrid asistieron delegados de Europa, América Latina, Estados Unidos, Canadá y Japón, así como representantes de instituciones multilaterales !Banco Interamericano de Desarrollo, Corporación Andina de Fomento, Banco Mundial, Naciones Unidas! y de destacadas ONG. Allí la comunidad internacional, expresó su respaldo político, financiero y humanitario a las iniciativas presentadas por el Gobierno de Colombia durante esta primera reunión del Grupo de Apoyo al Proceso de Paz en nuestro país. El apoyo de los países de América Latina fue destacado, con la salvedad del Brasil, que manifestó sus preocupaciones sobre las consecuencias que pudiera tener la aplicación del componente militar del Plan Colombia sobre su propia seguridad, el desplazamiento de los cultivos de coca y de los grupos al margen de la ley hacia su territorio y la incidencia que podría tener una mayor participación de Estados Unidos en los asuntos de Colombia, así como un eventual impacto en la estabilidad regional. En expresión de este enfoque, el delegado del Gobierno del Brasil, Marcus Camacho de Vincenzi, embajador de esta nación en Colombia, manifestó su imposibilidad de apoyar el texto del comunicado, toda vez que no había recibido instrucciones precisas de su Cancillería. Este hecho causó incomodidad en el Gobierno de Colombia y sorpresa entre los representantes de la comunidad internacional, que compartían los principios fundamentales de la estrategia de desarrollo social y fortalecimiento institucional presentada por Colombia, y conocían con anticipación a la reunión los detalles y objetivos de este encuentro. Por fortuna, en los días siguientes el Canciller del Brasil, Luiz Felipe Lampreia, me expresó la posición oficial de apoyo del Gobierno de su país a los términos acordados por las demás naciones en la reunión 97
de Madrid y se superó este pequeño, pero no único,
sobresalto en el
proceso. Las contribuciones financieras anunciadas inicialmente alcanzaron la cifra de 871 millones de dólares que incluyeron los siguientes compromisos: España ofreció 100 millones de dólares, Estados Unidos 250 millones de dólares, Noruega 20 millones de dólares y las Naciones Unidas 131 millones de dólares. Japón anunció una contribución de fondos blandos de 70 millones de dólares; y las organizaciones internacionales (BID, Banco Mundial y Corporación Andina de Fomento) anunciaron préstamos por valor de 300 millones de dólares. Otros donantes, incluyendo la Unión Europea, indicaron que anunciarían sus compromisos de aporte en la siguiente reunión a celebrarse en Bogotá durante el mes de octubre del año 2000. En particular,
las
entidades
financieras
multilaterales,
reiteraron
sus
compromisos de apoyo continuado al financiamiento de la Red de Solidaridad, con una contribución de 900 millones de dólares en apoyo de los programas de alivio a la pobreza durante los siguientes años de Gobierno del presidente Pastrana. Al término de este encuentro, los representantes de la comunidad internacional y del Gobierno de Colombia estuvieron de acuerdo con la necesidad de crear un comité de apoyo y seguimiento integrado por representantes de varios países y por delegados de las Naciones Unidas y del BID, con el fin de hacer más efectiva la participación de la comunidad internacional en su apoyo a los esfuerzos del Gobierno colombiano. Debo hacer, una vez más, mención de la crucial participación del canciller de España Josep Piqué para el éxito de esta reunión.
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Bogotá: un momento para la esperanza
Durante la siguiente reunión en la ciudad de Bogotá, el 24 de octubre de 2000, los miembros del Grupo de Apoyo reafirmaron su compromiso con el Gobierno colombiano frente al proceso de paz, en la búsqueda de una solución negociada y expresaron un fuerte respaldo a los avances obtenidos hasta la fecha, en los programas dirigidos al fortalecimiento institucional, el desarrollo social y la participación de la sociedad civil, que habían sido reclamados por varios países miembros para dar vía libre a su cooperación. A esta reunión asistieron 80 delegados por 25 países de Europa, América Latina, Canadá, Japón, Estados Unidos, así como 18 representantes de organismos internacionales e instituciones multilaterales y organizaciones de la sociedad civil de Colombia, quienes manifestaron su punto de vista sobre el proceso de paz y los derechos humanos. En esta reunión dediqué la intervención central, en representación del Gobierno nacional, a manifestar mi preocupación por la que ya era una sistemática violación de los compromisos por parte de la guerrilla de las FARC, para denunciar ante la comunidad internacional, congregada en Bogotá, la incoherencia de sus acciones. 5Los enemigos de la paz parecen atrincherados tratando de acabar con la esperanza del pueblo colombiano que anhela la reconciliación y se siente frustrado cada día que los enemigos de la paz realizan nuevos actos de violencia. Probablemente es ahora, más que en cualquier otro momento desde que iniciamos este esfuerzo pacificador, que la voz firme y
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sensata de la comunidad internacional debe hacerse escuchar para lograr un cese al fuego y de hostilidades. Tenemos que recuperar la confianza en el proceso y para ello queremos convocar todas las voces que nos permitan dar un salto cualitativo en la búsqueda de la paz. El Gobierno ha presentado una propuesta en tal sentido y ha insistido en la urgencia de aplicar
plenamente
el
Derecho
Internacional
Humanitario,
excluyendo a la población civil del conflicto. Cada día los colombianos somos más conscientes de que lo que estamos sufriendo es una guerra de los grupos al margen de la ley, en +,'01)$/&$#)$(,+.&/)/$+.7.#9. En su declaración ante los países y los organismos presentes en Bogotá, el embajador Renaud Vignal, representante del Gobierno de Francia, que en ese momento ejercía la Presidencia de la UE, hizo un planteamiento frontal y sincero sobre la lucha contra las causas de la violencia en Colombia, como condición básica para avanzar con mayor certeza en el proceso de paz. Señaló que nuestro país padecía de una violencia endémica cuyas causas van más allá del conflicto engendrado por las guerrillas y el tráfico de drogas. Por tal razón, alentó sin reservas al Gobierno colombiano para que adoptara con determinación políticas de reformas estructurales que permitieran reducir las desigualdades, fomentaran el progreso social y aumentaran el nivel de vida sobre todo en el campo. Y en esa dirección, ratificó los ofrecimientos hechos por la Unión Europea en la reunión de Madrid. En medio de estas sensatas consideraciones, llamó la atención el tono y el contenido de las palabras del representante de Venezuela, quien hizo una 100
serie de consideraciones, a todas luces poco fundamentadas, sobre los riesgos del Plan Colombia y sobre las motivaciones políticas que orientaban al Gobierno del presidente Chávez en ese momento. Al monto de contribuciones financieras ofrecidas en la reunión del 7 de julio en Madrid, por 871 millones de dólares, se anunciaron 280.2 millones de dólares adicionales. Los nuevos compromisos financieros incluyeron 105 millones de euros ofrecidos por la Comisión Europea y aportes de Canadá, Finlandia, Italia, Japón, Suecia y Suiza. Otros países e instituciones anunciaron
futuras
contribuciones,
las
cuales
serían
formalmente
presentadas en la reunión de Bruselas. Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica y México ofrecieron colaboración en forma de asistencia técnica para el desarrollo de programas específicos. Pero más allá de los recursos económicos y de asistencia técnica, efectivamente
comprometidos en esta reunión, debo destacar
el
compromiso político de apoyo a Colombia en su estrategia de paz, que se habría de convertir en el principal logro de estas importantes rondas de trabajo con el Grupo de Apoyo. Bruselas: la refrendación de los compromisos
La tercera reunión del Grupo de Apoyo tuvo lugar en Bruselas el 30 de abril de 2001, con el auspicio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y de la Unión Europea (UE). Allí se acreditaron delegaciones de 15 europeos, Noruega y Suiza
países
!que no pertenecen a la Unión Europea!;
nueve países de América Latina, Japón, Canadá, Estados Unidos, siete
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delegaciones de organismos internacionales y seis representantes de la sociedad civil. Igualmente, se contó con la participación de la Corporación Andina de Fomento, el Banco Mundial y las Naciones Unidas. Desde que llegué a Bruselas percibí un ambiente tenso, especialmente como consecuencia de la presión que algunas
ONG europeas habían
desatado en torno a la celebración de esta reunión. Para sorpresa mía y de la propia delegación de Colombia, al comienzo de la reunión fuimos informados de que había grupos de manifestantes en las afueras del edificio de la Unión Europea que querían ingresar al salón para sabotear la reunión. Pero lo que nunca alcancé a imaginar era que estas presiones se hacían, por lo menos, con el conocimiento del embajador Willy Stevens !como él mismo me lo confirmó posteriormente! quien había sido el representante de Bélgica en Colombia durante cinco años y ahora oficiaba como el director para América Latina de este Gobierno. Tengo ahora la información de que este funcionario conocía con anticipación que los manifestantes tenían preparados unos pasteles para lanzármelos a la cara, cuando ingresara al edificio de la Unión Europea. Por fortuna, los asistentes del comisario de Relaciones Exteriores de la Comisión Europea, Chris Patten, fueron informados a tiempo de esta eventualidad y me condujeron por un callejón de seguridad. Al enterarse de que los había evadido, los manifestantes procedieron a lanzar los pasteles al vehículo de la Embajada de Colombia, que terminó hecho un desastre. Durante la reunión, el señor Stevens hizo una intervención muy desafortunada contra Colombia, pero no tuvo la valentía de permanecer en la sala. Por el contrario, una vez que terminó su intervención se levantó de su asiento y se retiró del recinto. Él sabía, que yo le iba a responder !como 102
en efecto lo hice con vehemencia! la serie de afirmaciones que él venía haciendo en las reuniones del grupo europeo, de las que teníamos información por diferentes delegaciones y por comunicaciones de nuestros propios embajadores. !
Posteriormente en la reunión de la noche en la Embajada de Colombia, el señor Stevens se dirigió a mí en forma evasiva; me dijo que estaba muy apenado por lo que había ocurrido y, por supuesto, me dio claras señas de que estaba informado de lo que iba a ocurrir. En tono pausado, le reclamé que si estaba al tanto de lo que podía suceder por qué no me lo había informado, como era el deber del representante de un Gobierno que había asistido a las reuniones celebradas como amigo de la paz de Colombia. Meses después, en vísperas de la ruptura del proceso de paz en Colombia, el señor Stevens me abordó en Nueva York durante la Asamblea de las Naciones Unidas en noviembre de 2001, para decirme que habían cambiado su política y que su Gobierno estudiaba la posibilidad de apoyar la inclusión de las FARC en el listado de grupos terroristas en Europa. Casi de inmediato me informó, además, que había estado conversando con la líder guerrillera de las FARC Olga Marín, y que estaba molesta porque Bruselas también había tomado la decisión de incluirlos en el listado de grupos terroristas. Éste era un hecho ilustrativo de los desafíos diplomáticos que cualquier Gobierno colombiano debía enfrentar en Europa, en donde en algunos países circulaban con enorme tranquilidad miembros de las FARC. De la parte central de esta reunión, quiero destacar las declaraciones del comisario de Relaciones Exteriores de la Comunidad Europea, Chris Patten:
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+N6/681% #% =*$*3'6#% &#!)% "4#/% /)3#4#/% 9% M6% !*4% 36/% 0,*06*/% *W*/% $#/% complejidades y la fragilidad del proceso de construcción de la paz. Existe una multiplicidad de fuerzas que se conjuran para frustrar los esfuerzos de quienes trabajan para la paz. Muy posiblemente, todos estos obstáculos, podrían ahuyentar al más férreo de los optimistas. Pero durante mi visita pude apreciar el premio tan inmenso que se podría ganar si se lograra una paz duradera: el )4*,3)%0*8)4!6#$%.)%/"%0,*/0),6.#.%7")%#!*30#<#,(#%)$%1E68*-.
Y más adelante agregó: +D#%#9".#%)!*4G36!#%.6,)!8#%.)'),^%)/8#,%#!*30#<#.#%0*,%#9".#%.60$*3^86!#% y económica, si es que a nuestros esfuerzos se les va a dar la oportunidad de producir un impacto perdurable. Esta ayuda deberá estar dirigida a las causas 0,63*,.6#$)/%9%4*%/G$*%#%$*/%/(48*3#/?%.)%$*/%#<*/%.)%!*45$6!8*%%)4%=*$*3'6#-.
De acuerdo con la intervención del comisario Patten, la estrategia de asistencia de la Unión Europea se concentraría en cuatro áreas fundamentales: 1) el establecimiento de Laboratorios de Paz, con una cooperación inicial con destino a Programa de Paz del Magdalena Medio; 2) recursos para remover las debilidades estructurales que atentaban contra la paz (administración de justicia, promoción de una reforma agrícola integrada, así como la planeación y entrega de sólidas políticas ambientales); 3) combate a los constantes brotes de violencia y violación de los derechos humanos, mediante un programa más amplio entre la UE y la Comunidad Andina, con recursos de apoyo específico a las actividades de las organizaciones locales de derechos humanos; 4) reducción del impacto social y los efectos del
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desplazamiento forzado de personas, mediante programas de apoyo a la población desplazada, la reeducación a los niños y niñas involucrados en el conflicto y la intervención en algunas áreas críticas del país donde tendría lugar la erradicación manual concertada. En esta oportunidad, la comunidad internacional representada en la reunión reiteró su apoyo al proceso de paz en Colombia y ofreció su respaldo a los acuerdos suscritos entre el Gobierno y la Secretaría de las FARC en Los Pozos, el 9 de febrero de 2001,51 así como el acuerdo preliminar con el ELN, el 15 de enero anterior;52 acogieron las acciones recientes que intensificaban la representación de grupos facilitadores, verificadores y participantes en el proceso de paz; destacaron los esfuerzos de los gobiernos de la región para fortalecer el respaldo de América Latina a la vía de la negociación política del conflicto; e insistieron en que el proceso de paz debía estar acompañado por una estrategia de desarrollo que contribuyera a mejorar el nivel de vida del pueblo colombiano.
51
Se refiere a la reunión sostenida entre el presidente Andrés Pastrana y el líder de las FARC, Manuel U#,"$#4.#%N1$)F?%+X6,*56W*-?%)4%$#%0*'$#!6G4%.)%D*/%A*F*/%%e.)0#,8#3)48*%.)$%=#7")8^f?%.)48,*%.)%$#%$$#3#.#%% zona de distensión, con el fin de darle un nuevo aire al proceso de paz. Esta reunión fue propuesta por el presidente Pastrana, el día miércoles 31 de enero de 2001, horas antes de expirar una nueva prórroga del decreto que desde octubre de 1998 establecía la desmilitarización de la zona selvática del sur del país que servía de escenario a las negociaciones. En este encuentro, las partes ratificaron la voluntad de encontrar una solución política al conflicto; acordaron iniciar la discusión del cese al fuego y hostilidades en la mesa de negociación; establecieron un mecanismo para evaluar que la zona cumpliera con su propósito e informar a la opinión pública al respecto; buscaron agilizar la concreción del acuerdo humanitario para el intercambio de soldados y policías y de guerrilleros enfermos; y reconocieron la importancia de la comunidad internacional para el éxito del proceso, con la adopción de un mecanismo periódico de participación de la misma, entre otros. 52 >4% )/8#% *0*,8"46.#.?% )$% >W),!68*% .)% D6'),#!6G4% @#!6*4#$% e>D@f?% )$% Z*'6),4*% !*$*3'6#4*% 9% $*/% +0#(/)/% amiL*/-%.)$%0,*!)/*%.)%0#F?%#!*,.#,*4%7")%4*%&#',(#%.)/0)W)%)4%)$%/",%.)%R*$(M#,%e!*/8#%4*,8)%.)%=*$*3'6#f?% sin antes consultar a la sociedad civil. En realidad, el preacuerdo, al que hacía referencia esta declaración, había sido firmado en La Habana el día 15 de diciembre de 2000 y contemplaba por primera vez la posibilidad de establecer una zona de encuentro para el inicio formal de las negociaciones de paz con este grupo guerrillero.
105
Los compromisos para apoyar el proceso de paz y desarrollo en Colombia que se hicieron en Madrid y Bogotá fueron complementados en Bruselas para llegar a los US$ 1.543 millones. A finales de mayo de 2002, un seguimiento realizado por el Fondo de Inversiones para la Paz !el instrumento creado por el Gobierno para administrar los componentes de desarrollo social, fortalecimiento institucional y recuperación económica con los recursos internos y externos! mostraba índices de desembolsos de los países europeos que, en principio, parecerían bajos frente a los compromisos establecidos.53 Debo mencionar, por el gran apoyo que significó a la posición que habíamos sustentado a lo largo de todos estos encuentros, la declaración de la secretaria de Estado para la Cooperación al Desarrollo, Migración y Política de Asilo, en nombre de la Unión Europea, Gun-Britt Andersson: 5"#$ +,'2#.+0,$ )1%)/,$ .'0&1',$ <$ #)$ 61,/-++.8'$ <$ &#$ 01C2.+,$ /&$ /1,@)($ ilegales están encadenados. La Unión Europea tiene la determinación de continuar su condena y su combate a la producción y al tráfico de drogas ilegales sobre la base del principio de la responsabilidad compartida.
Es necesario que todas las partes se involucren en
esfuerzos conjuntos a fin de encontrar alternativas viables distintas a la producción de drogas.
La producción y el comercio de drogas no
pueden ser justificados jamás con argumentos económicos ni )#-/.&'/,$61&,+-6)+.,'&($(,31&$6,31&:)49
53
Ver Fondo de Inversión para la Paz. Presidencia de la República4$ 5D',0aciones acerca de la +,,6&1)+.8'$.'0&1')+.,')#$&'$&#$%)1+,$/&#$?1-6,$/&$D6,<,$)#$E1,+&(,$/&$E):94$F)<,$/&$GHHG4
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En apoyo de la política de paz del Gobierno del presidente Andrés Pastrana, que habíamos ratificado meses antes con la convocatoria a las más importantes personalidades del país, la señora Andersson agregó: 5I)$ A'.8'$ 1&+.3&$ +,'$ )@1)/,$ &#$ ,3*&0.7,$ 6#)'0&)/,$ 6,1$ &#$ presidente Pastrana de hacer del proceso de paz una política de Estado, y desea expresar su esperanza de que las medidas concretas adicionales del Gobierno sean ahora vistas en este sentido. La UE también hace un llamado al Frente Común por la Paz, creado en noviembre pasado con el objetivo de apoyar los esfuerzos de paz como una política de Estado, <$)$,01,($)+0,1&($6)1)$>-&$-')'$&(2-&1:,($&'$)6,<,$/&$&(0&$,3*&0.7,49
De toda esta intensa gestión diplomática desplegada a lo largo de las tres reuniones del Grupo de Apoyo al Proceso de Paz, resulta claro el profundo viraje que logramos provocar en la percepción de la Unión Europea respecto a la realidad del conflicto interno en nuestro país, y el decisivo compromiso de esta comunidad de países con la política de paz, al igual que con las estrategias de desarrollo social y fortalecimiento institucional, después de las francas posiciones de escepticismo planteadas al comienzo del proceso. La materialización del diálogo al más alto nivel entre la Unión Europea y Colombia, se concretó en el Acuerdo Marco de Cooperación, que suscribí en diciembre de 2000, en ceremonia especial en el Palacio de San Carlos, cuyas prioridades se concentran en el fortalecimiento del estado derecho, el apoyo a la democracia, a los programas de desarrollo alternativo, a la contribución para la paz y la conservación del medio ambiente y de los recursos naturales.
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Los países de A mérica L atina: entre la ambigüedad y el compromiso A medida que iniciábamos nuestras gestiones para lograr el acompañamiento del Gobierno de los Estados Unidos en el proceso de paz y solicitar la aprobación del paquete de ayuda para el Plan Colombia en el Congreso de ese país, una especie de fantasma empezaba a rondar por nuestro vecindario. Uno de los ejemplos más claros de esa inquietud por la política del presidente Pastrana para buscar una salida negociada al conflicto en nuestro país fue el comportamiento asumido por el presidente del Perú, Alberto Fujimori, quien en medio de su desesperada carrera por la reelección, no encontró mejor argumento para ganar popularidad, que adoptar una posición de franco hostigamiento hacia nuestras gestiones con el Ejecutivo y el Legislativo norteamericano y señalar a Colombia como una amenaza para la estabilidad de la región. El día 3 de febrero de 1999, en una intervención ante miembros del Colegio Interamericano de Defensa en Washington, el presidente Fujimori, al referirse a la ,)#$6.#.% &)36/51,6!#% 9% #% +$#% )M*$"!6G4-% .)% $*/% !*4!)08*/% .)% .)5)4/#, mencionó el proceso de pacificación vivido en el Perú y aprovechó este escenario privilegiado para enviar algunos dardos hacia Colombia: +S"0),#.*%)$%0,*'$)3#%.)$%8),,*,6/3*%0),"#4*%9%$#%0*/6'6$6.#.%.)%"4%!*45$6!8*% entre Ecuador y Perú, nos alarma que más allá de nuestras fronteras esté cobrando forma una amenaza de esta naturaleza. Con natural preocupación observamos el crecimiento de los viejos e ilegales grupos armados en la vecina 9%&),3#4#%b)0H'$6!#%.)%=*$*3'6#-:
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+La guerrilla ha pasado a una etapa distinta más agresiva en el contexto de su estrategia, están ahora produciendo una situación sui generis en la región: 0,)8)4.)%!*30#,86,%)$%0*.),%!*4%)$%>/8#.*%!*$*3'6#4*-:% +A)4/#3*/% 0")/?% )4% )/!)4#,6*/% 0*/6'$)/?% 7")% /6L4656!#4% "4#% /68"#!6G4% sumamente compleja para la seguridad de la región en la medida que supondría una nueva concertación de esfuerzos para combatir el recrudecimiento de la M6*$)4!6#%8),,*,6/8#%9%)$%4#,!*8,^56!*%#$6#.*/-: +O*9% .)'),(#3*/% !*48)30$#,% $#% .)5)4/#% .)$% >/8#.*% !*48,#% $*/% ,)3#4)48)/% .)% una estrategia totalitaria que fue sembrada. De esa forma actualizaremos el concepto de defensa aplicado a nuestra realidad regional-:
A esta altura ya era evidente que el presidente Fujimori había endureciendo su posición crítica sobre la forma en que se venía adelantando el proceso de paz en Colombia. En un comienzo sus alusiones se referían estrictamente a discrepancias sobre los mecanismos o formas en que cada país manejaba sus asuntos internos. Pero más adelante integró a su discurso dos elementos con los que al parecer pretendía justificar sus reiteradas manifestaciones sobre el tema y que, a su juicio, servirían de motivo para futuras intervenciones. Ellos eran: a) El tema de la seguridad fronteriza afectada por vínculos ideológicos y prácticos entre los movimientos subversivos de los dos países; y b) La pertinencia de contemplar nuevos conceptos de defensa del Estado y de defensa regional ante remanentes de antiguas amenazas extracontinentales. Es en este contexto que deben ser entendidas sus repetidas declaraciones sobre la naturaleza delictiva que tienen los movimientos subversivos al estar vinculados con )$% 4#,!*8,^56!*?% )4% $*% 7")% /)% 0*.,(#% 648),0,)8#,% !*3*% +$#% 4)!)/6.#.% ,)L6*4#$% .)% #!!6*4)/%!*4!),8#.#/%!*48,#%)/8*/%L,"0*/-: 109
El día 5 de febrero, en The United States Institute of Peace , el presidente Fujimori volvió a hacer visibles sus discrepancias con la política de paz del presidente Pastrana. En una respuesta inmediata, ese mismo día, tomé la decisión de citar a mi despacho al embajador del Perú en Colombia, con el fin de expresarle la molestia del Gobierno colombiano con la intervención del presidente Fujimori, esencialmente por tres razones: los lugares donde fueron vertidas las declaraciones en cuestión; la inconveniencia de que algunas de sus expresiones tuvieran juicios de valor frente al proceso de paz de Colombia, el cual, con sus particularidades, debía ser respetado en toda su extensión por cualquier Estado; y la gravedad de las acusaciones del Gobierno peruano, que si tenía informaciones de inteligencia sobre eventuales vinculaciones de grupos de insurgencia o narcotraficantes que pudieran estar trabajando en la frontera, hubiera sido un acto amistoso que las diera a conocer a las autoridades colombianas con el fin de estrechar la cooperación entre las dos naciones. Finalmente, el día 7 de febrero, el canciller del Perú, Fernando de Trazegnies Granda, se comunicó conmigo con el fin de explicarme el alcance de las declaraciones del presidente Fujimori y de señalar su disculpa por cualquier mal entendido que hubiesen podido causar en Colombia. También señaló la solidaridad de su Gobierno con el proceso de paz en Colombia y del interés de garantizar la seguridad en la frontera, aspecto en el cual coincidía el Gobierno colombiano. A mediados de 2000, en funciones de su cuestionada reelección y agobiado por una profunda crisis política, el presidente Fujimori reinició, a través los medios de comunicación adeptos al régimen, una campaña acerca del peligro que constituía el Plan Colombia por el temor a que la guerrilla y la droga traspasaran la frontera. En una actitud que combinaba con fuertes declaraciones, le reclamaba a Estados Unidos
110
$#%5*,3#%!*3*%/)%+0,)36#'#-%#%=*$*3'6#%36)48,#/%7")%#$%A),H?%7")%#%/"%W"6!6*%&#'(#% tenido grandes logros en la lucha contra el narcotráfico, se le sancionaba. Debilitado por los hechos que obligaron la salida de su asesor de inteligencia Vladimiro Montesinos, el tema cesó como parte del discurso oficial del presidente Fujimori, al punto de que los asesores de su Cancillería le hicieron desistir de una rueda de prensa sobre el tema que tenía preparada a su llegada a la Cumbre de América del Sur, el 1 de septiembre de ese año, en Brasilia. Como lo ampliaré más adelante, esta cumbre sudamericana, convocada por Brasil, se realizó un día después de la visita del presidente Clinton a Cartagena, con resultados ampliamente favorables para Colombia. Ciertamente, antes a esa reunión, habíamos tenido informaciones de que se gestaba una especie de movimiento regional, liderado por el presidente Chávez contra Colombia, para ser planteado al presidente Pastrana en la reunión privada de este encuentro. Pero además, se habían producido los famosos incidentes del negocio de las armas54 en los que habría de terminar involucrado el señor Vladimiro Montesinos, hombre de toda la confianza del presidente Fujimori.! ! !
54
Se trata de la responsabilidad de Vladimiro Montesinos, ex jefe de Inteligencia del Perú, en el tráfico de 10 mil fusiles AKM adquiridos de manera irregular durante 1999 en Jordania, que terminaron en manos de las FARC. Paradójicamente, este caso fue denunciado inicialmente por Montesinos en agosto de 2000, en lo que llamó un tráfico de armas descubierto por los servicios secretos bajo su mando, )$01)7J($/&$#)$5K6&1)+.8'$L.3&1.)94$L&@M'$(-$7&1(.8'=$#)($)1%)($&(0)3)'$ destinadas a repotenciar el accionar bélico de las FARC, durante diversas operaciones que tuvieron lugar en Perú. Pero las investigaciones de las fiscalías de Perú y Colombia llegaron a otra conclusión: los aviones cargados de armas salieron rumbo a territorio colombiano, donde las cajas con el armamento se lanzaron en paracaídas sobre una zona controlada por las FARC. El gobierno jordano confirmó que le había vendido las armas a Perú. Posteriormente, el fiscal anticorrupción peruano Jorge Chávez ratificó la responsabilidad penal del ex jefe de Inteligencia y ex asesor presidencial Vladimiro Montesinos en el tráfico de armas compradas en Jordania para la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombianas (FARC). Fuentes: Agencia AP, Lima, 24 de marzo de 2003; CNN, 12 de diciembre de 2001.!
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Una vez a bordo del avión hacia Brasilia con las informaciones que teníamos disponibles, el presidente Pastrana me pidió que trabajáramos en un memorando en el que debíamos sintetizar la posición oficial de Colombia, en prevención de eventuales posiciones críticas de los países. Durante este viaje dedicamos, además, un buen espacio para preparar la reunión que el presidente Fujimori de manera insistente nos había pedido celebrar y que finalmente accedimos a tener con él tan pronto llegáramos a la Cumbre, con el fin de que nos explicara todo lo referente al caso del tráfico de armas del Perú hacia Colombia. !
Para nosotros era claro que había un ambiente hostil contra Colombia. Semanas antes se habían producido unas declaraciones del canciller del Brasil, Luiz Felipe Lampreia en El Clarín de Buenos Aires que, a pesar de su tono diplomático, expresaban con toda claridad la posición brasileña de tomar distancia del Plan Colombia. Cuando llegamos al hotel, recibimos al presidente Fujimori quien estaba acompañado por el canciller Fernando de Trazegnies. El mandatario peruano se notaba muy nervioso, hasta el extremo de que al recibir el maletín, donde traía los documentos que iba a entregarle al presidente Pastrana, se le cayó al piso. Los papeles rodaron por el suelo y la tensión creció entre los presentes. Pero en realidad los documentos eran, en lo fundamental, los mismos que Montesinos había mostrado en una rueda de prensa previa en el Perú.!! !
Después de las explicaciones del presidente Fujimori, el presidente Pastrana inició su intervención con una pregunta que en mi opinión fue demoledora: !
2¿Alberto, si tú sabías que esto estaba ocurriendo por qué no me contaste? Porque debo decirte que tú y yo hemos tenido unas cordiales relaciones; siempre hemos tratado de preservar las relaciones históricas entre Colombia y el Perú. Pero, como podrás entender, el incidente de las armas toca un asunto muy sensible de la
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seguridad nacional de Colombia y dos jefes de Estado no pueden dejar de contarse cosas como ésta.! !
El presidente Fujimori se desconcertó muchísimo con esa observación del mandatario colombiano, quien sin dejarle reaccionar, le flanqueó cualquier posibilidad de respuesta evasiva:! !
2Eso sí Alberto, no vayas a decir lo mismo que has dicho en público, en el sentido de que no habías comentado esto con las autoridades colombianas, ni con nadie, por temor a que se filtrara la operación, porque eso quiere decir que no confías en mí que soy un colega tuyo y que tiene contigo responsabilidad compartida para preservar un secreto de Estado. El desconcierto del presidente Fujimori fue aún más grande frente a este comentario que no sólo tenía una lógica impecable, sino que además estaba apegado al sentido común de las relaciones entre los gobernantes. A renglón seguido, le hice notar, con el respeto que me merecía su investidura, que era muy coincidente el hecho de que todos los envíos de armas siempre sucedieron con las mismas coordenadas reportadas por la inteligencia militar en territorio colombiano. En un tono aún más adusto, el presidente Pastrana le confirmó que nosotros teníamos toda la información de estos hechos, que la habíamos recibido también a través del conducto del Gobierno del presidente Clinton. El presidente aprovechó de nuevo para hablarle con sinceridad: 2Alberto, esta información yo la conocía y no la quise hacer pública, porque si yo hubiera filtrado la información, este hecho habría tenido una incidencia negativa en
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el proceso político peruano. Mantuve siempre el criterio de que mi obligación como jefe de Estado de Colombia era no entrometerme en los asuntos internos de ningún país, cosa por cierto que tú no has hecho frente al caso colombiano.
! En Ecuador, por su parte, el grado de preocupación en las posiciones oficiales era aún más evidente, aunque debo admitir que éstas tenían una mayor legitimidad. En algún momento la opinión pública recibió el mensaje de que su Gobierno entendía el Plan Colombia como un mecanismo que acentuaría la confrontación militar con la guerrilla. En un ambiente rodeado por declaraciones de los grupos armados en el sentido de que no querían verse enrolados en acciones más allá de la frontera colombiana, el Gobierno ecuatoriano se sintió tentado, según información que recibimos, a declarar su neutralidad con respecto al conflicto interno colombiano. Esta última percepción resultaba reforzada por las declaraciones que, con anterioridad a la aprobación del Plan Colombia en el Congreso de los Estados Unidos, había formulado el canciller del Ecuador, Heinz Moeller, durante una visita #%)/#%4#!6G4%9%)4%$#/%!"#$)/%&#'(#%)E0,)/#.*%$*/%8)3*,)/%.)$%+.),,#3)-%2spill over 2 del conflicto colombiano hacia el interior de su país. Con el canciller Moeller tuve ocasión de compartir nuestras preocupaciones en un clima de gran transparencia y cordialidad y con mucha franqueza como ocurrió una noche en la Embajada de Colombia en Lima, donde lo invité a cenar para tal propósito. En este encuentro incluso lo invité para que fuéramos los dos a Washington a explicar la situación fronteriza y a solicitar recursos para proyectos de desarrollo binacional. Un capítulo especial nos merecen en este libro, las difíciles aproximaciones con Venezuela en torno a varios asuntos de nuestro destino común, pero no dudo en
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adelantar que las posiciones adoptadas por este país durante el Gobierno del presidente Hugo Chávez, en especial en referencia al Plan Colombia y a la solución política negociada de nuestro conflicto interno, han representado uno de los desafíos más importantes de nuestra estrategia regional en cumplimiento de las metas de la Diplomacia por la Paz. Con motivo de la visita del presidente Clinton a Cartagena, el 30 de agosto de 2000, el presidente Chávez señaló que temía que el Plan Colombia condujera a una )/!#$#.#%36$68#,%9%7")%1/8)%#%/"%M)F%.)L)4),#,#%)4%"4#%+M6)84#36F#!6G4-%.)%$#%,)L6G4% amazónica, en una de las declaraciones más duras sobre el proceso seguido en nuestro país. Casi en forma inmediata, el día 1° de septiembre, con motivo de la cumbre sudamericana en Brasilia señaló, en una actitud sin precedentes y sin !*30#,#!6*4)/% 0*/6'$)/?% 7")% +$*/% 64/8,"3)48*/% .)% $#% L"),,#% .)% 7")% .6/0*4.,^% Colombia con el Plan serán mayores que la suma de
todos los países
$#864*#3),6!#4*/-n% lo cual +0").)% )!&#,% #'#W* el proyecto de paz y generar un conflicto de mediana intensidad en toda esta parte norte de Sudamérica, no sólo a =*$*3'6#?% /64*% #% 8*.*/% 4*/*8,*/-:55 Por supuesto se trataba de un absoluto despropósito. Su preocupación real, inspirada en el canciller José Vicente Rangel, era evitar el rompimiento de un supuesto balance militar entre Colombia y Venezuela, lo que tampoco corresponde a la realidad si se considera la creciente dotación que históricamente ha tenido Caracas. Así quedó en evidencia en la Cumbre de Presidentes Andinos en Valencia, en junio de 2001, cuando para celebrar un aniversario más de la Batalla de Carabobo, lo pude confirmar directamente en el desfile militar organizado para esta ocasión.
55
Ver diario El Día , Buenos Aires, septiembre 1° de 2000.
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El canciller José Vicente Rangel en repetidas oportunidades hizo uso de su lenguaje coloquial para manifestar dudas sobre la estrategia adoptada en Colombia, que !")/86*4G% 0*,% /"% +/)/L*% 36$68#,% 9% #,3#3)486/8#-% *% 0*,% )$% #$8*% ,6)/L*% .)% desplazamiento de población hacia Venezuela. Y para hacer eco de la leyenda *,6L64#.#%)4%4")/8,*%0#(/%/)<#$G%7")%+4*%/*$#3)48)%)E6/8)%"4%A$#4%=*$*3'6#%7")%5")% presentado oficialmente a la Unión Europea, sino que hay una versión americana del A$#4-?%)4%.)!$#,#!6*4)/%!*4!).6.#/%#$%.6#,6*% El Nacional de Caracas.56 La característica común de estas actitudes frente al proceso de paz en nuestro país y su eje programático, el Plan Colombia, radicaba en el hecho de que no sólo omitían el diagnóstico básico que habíamos sustentado en todos los escenarios internacionales, en torno al narcotráfico como combustible del conflicto interno, sino que además parecían ignorar nuestra insistencia en la corresponsabilidad de los países de la región andina frente al asunto de la producción, comercio y distribución de narcóticos. Un estudio del Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia, que tuve oportunidad de presentar en la reunión extraordinaria del Consejo Andino de Cancilleres, en la ciudad de Lima, el 16 de marzo de 2001, era bastante ilustrativo de las características que asume este negocio ilícito y sus actividades conexas en todos los países andinos:57
56
Desde comienzos de 1999 hicimos en la Cancillería un cuidadoso seguimiento de las declaraciones y posiciones del canciller José Vicente Rangel en torno al Plan Colombia y al proceso de paz en nuestro país, $#/% !"#$)/% ,)!*L63*/% )4% "4% +$6',*% '$#4!*-% 7")% .)/0"1/% ,)/"$8#,(#% 3"9% H86$% 0#,#% /"/8)48#,% 4")/8,#/% preocupaciones en una reunión sostenida el 30 de noviembre de 2000 en ciudad de México, facilitada por el presidente Fox con motivo de su posesión y que se convirtió en una buena oportunidad para que Colombia y Venezuela tuvieran un franco diálogo al respecto, tal como lo relato en el capítulo sexto de este libro. 57 Ministerio de Relaciones Exteriores. República de Colombia. Cooperación política en la lucha contra el narcotráfico y sus delitos conexos. Bogotá, marzo de 2001. Documento interno de trabajo.
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+X*.*/%$*/%0#(/)/%.)%$#%región andina están involucrados tanto en la producción como en el tráfico ilícito de drogas. Si bien algunos concentran una mayor producción que otros, en cuatro de ellos (Colombia, Bolivia, Perú y Ecuador), se reconoce la existencia de cultivos ilícitos y su procesamiento para obtener pasta de coca. En cuanto al tráfico hacia los mercados europeos y americanos todos los países sirven como rutas para la exportación de heroína y cocaína, habiéndose convertido algunos en importantes puentes (Venezuela) y llegando #%3#4)W#,%&#/8#%oKK%8*4)$#.#/%#4"#$)/-. +>$% /"3646/8,*% .)% 0,)!",/*,)/% )% 64/"3*/% 7"(36!*/% /)% ,)#$6F#% 0*,% $#/% 36/3#/% rutas por las que transita la droga, aunque dos países (Ecuador y Venezuela) en especial proveen las mayores cantidades para la transformación y el refinamiento de la pasta base. Debido a la facilidad con que en estos países se importan los elementos químicos y la poca restricción con que son manejados, pueden ingresar ilegalmente, o legalmente hacia empresas que posteriormente los desvían para su uso ilegal. Es necesario resaltar el hecho de que varios de estos elementos, como la gasolina, el cemento y la úrea tienen usos cotidianos por lo que se .656!"$8#%/"%/"0),M6/6G4-. +>$% 8,^56!*% .)% #,3#/% &#!6#% =*$*3'6#% /)% *,6L64#% )4% $#% 3#9*,(#% .)% $*/% 0#(/)/% andinos, siendo preocupante la procedencia del armamento que en un alto porcentaje pertenece a las fuerzas armadas, y la facilidad con que penetran las fronteras. Si bien otra parte del tráfico de armas proviene de Europa y Centroamérica, su libre tránsito por los países permite suponer una gran red de corrupción al servicio de las organizaciones al margen de la l)9-.
Colombia, a través de su gestión diplomática, ha reconocido su responsabilidad frente a uno de los peores flagelos de la historia global reciente. Por ello se ha sentido con todo el valor moral de exigir a los demás miembros de la Comunidad Andina el respaldo decidido en la lucha que el país ha venido librando contra el 117
narcotráfico y el reconocimiento de su propia responsabilidad como partes activas en los diferentes procesos de esta cadena delictiva. Y así lo ratificó el presidente Pastrana un año después en la reunión de los presidentes beneficiarios de la Ley de Preferencias Arancelarias Andinas (ATPA) con el presidente de los Estados Unidos, George Bush, en la misma ciudad de Lima, el 23 de marzo de 2002, donde exigió un mayor compromiso de los países vecinos: +b)!6)48)3)48)?%)$%8,^56!*%de armas, municiones y explosivos hacia Colombia ha entrado a través de las fronteras de los países andinos. Quisiera llamar la atención en el sentido de que ha habido casos en los cuales traficantes de drogas de países vecinos han penetrado las fronteras colombianas, para contactar grupos terroristas e intercambiar armas por cocaína. Estos hechos han sido documentados y procesados por las cortes de Estados Unidos. De hecho, hemos podido comprobar con profundo dolor en los últimos años la participación de antiguos funcionarios de gobiernos extranjeros, hoy por fortuna en prisión, que han participado, a través de complejas operaciones ilegales internacionales, en la provisión de una gran cantidad de armas para las FARC. Es por eso que Colombia no admite señalamientos. Es por eso que nuestro país demanda el apoyo incondicional de los países vecinos en defensa de nuestra democracia. Nosotros debemos reforzar las medidas adoptadas, de tal manera que las bandas criminales asociadas al terrorismo y a las drogas no continúen 4"8,6)4.*%)/8)%!6,!"68*%.)$%!,63)4-:
Un ejemplo de las dificultades que se presentaban con los vecinos quedó claramente ilustrado con un suceso que ocurrió en pleno proceso de negociaciones con las FARC. En alguna ocasión me llamó Camilo Gómez, alto comisionado para la Paz, para decirme que necesitaba una entrevista
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en mi oficina con carácter urgente. Lo recibí en forma inmediata y escuché de sus propios labios, con profunda extrañeza, que un piloto de origen brasileño, que vivía hacía muchos años en Colombia y que lo transportaba a San Vicente del Caguán, le había comentado !en un acto de lealtad con Colombia! sobre la existencia de una carta encomendada a él y enviada por el embajador del Brasil, Marcus Camacho de Vicenzi, con destino a Raúl Reyes. En esta carta, el diplomático le solicitaba explicaciones sobre un nacional del Brasil que las FARC tenían secuestrado, y alegaba que ese movimiento se había comprometido con su gobierno a no secuestrar a ningún de sus ciudadanos. Éste, en contraprestación, no se sumaría al grupo de países que apoyaba el Plan Colombia. !
Cuando informamos del asunto al presidente, estuvimos a punto de declarar persona no grata al embajador Camacho de Vicenzi, pero finalmente optamos por el camino de la diplomacia. El presidente me pidió que este asunto fuera puesto en conocimiento directo de la Cancillería del Brasil, lo cual hice efectivamente en la XXI Reunión Ministerial del Grupo de los 15 realizada los días 30 y 31 de octubre de 2000, en Ciudad de México.58 Un suceso de estas características ilustra en toda su dimensión las posiciones ambiguas de algunos países de Sudamérica en relación con el Plan Colombia, con el interés expreso de 5comprar9 seguridad para sus nacionales. Al embajador Camacho de Vicenzi nunca lo volví a recibir en mi despacho, salvo cuando vino el subsecretario de Relaciones Exteriores del 58
El G-15, compuesto por 19 naciones en desarrollo de Asia, África y América Latina, fue establecido en 1989 con el propósito de promover la cooperación Sur-Sur y Sur-Norte; el diálogo en comercio, inversiones y tecnología; y las consultas entre países en desarrollo para la coordinación de políticas y acciones conjuntas. Actualmente lo integran: Argelia, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Egipto, India, Indonesia, Irán, Jamaica, Kenya, Malasia, México, Nigeria, Perú, Senegal, Sri Lanka, Venezuela y Zimbawe.
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Brasil. Tampoco quise condecorarlo personalmente al terminar su misión en Colombia. Pero debo decir que ganas no me faltaron de haberlo declarado efectivamente persona no grata. A pesar de las dificultades iniciales con las que nos encontramos, la mayoría de las naciones de América Latina mantuvo una posición transparente de apoyo al proceso de paz en Colombia, y a medida que avanzaron las rondas de acercamiento con el Grupo de Apoyo se fueron removiendo también las inquietudes y suspicacias en torno a los componentes del Plan Colombia. De los países, considerados de manera individual, debo destacar la posición de Costa Rica, cuya confianza en la forma como se condujo la estrategia de paz en nuestro país fue de gran apoyo a lo largo del proceso. Mención especial tengo que hacer del presidente Miguel Ángel Rodríguez y de su canciller Roberto Rojas, quienes en todo momento le expresaron a Colombia su solidaridad en la construcción de la paz y la defensa de sus más altos intereses. Su respaldo para la realización del Encuentro Internacional sobre Paz, Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario, celebrado los días 16, 17 y 18 de octubre de 2000, se convirtió en una oportunidad excepcional para exponer frente a la comunidad internacional la verdadera dimensión del Plan Colombia. Como resultado de este valioso encuentro, quiero resaltar el comunicado conjunto firmado por el representante del Gobierno, el ex canciller Augusto
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Ramírez Ocampo y los voceros de la guerrilla del ELN y de la sociedad civil, en el que se recogía el sincero ambiente de esta reunión: 5N&.0&1)%,($'-&(01)$)/B&(.8'$<$+,%61,%.(,$+,'$#)$(,#-+.8'$6,#;0.+)$<$ negociada del conflicto armado y respaldamos plenamente los procesos que adelantan tanto con las FARC-EP como con el ELN. Reconocemos la importancia del escenario de interlocución que se creó en este encuentro entre el Gobierno nacional, los sectores de la sociedad civil, el ELN y la comunidad internacional. Destacamos la construcción de consensos y la existencia de disensos en este ejercicio democrático y asumimos el compromiso de estudiar los informes de relatoría y a continuar el análisis público de los temas que hemos discutido. Declaramos la urgencia de que en el más breve plazo las partes en conflicto convengan acuerdos humanitarios de aplicación inmediata y verificable. Valoramos la presencia y la cooperación internacional para la paz de Colombia en el marco de la soberanía, la participación democrática y el desarrollo social. FIRMAN
!"#$%&$'"()%#*"+$,-.-/0"$1234#%5$67238"9$ Por Paz Colombia, Jorge Rojas. Por el ELN, N)%.1,$O)1@)(94
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Quiero destacar el valeroso y constructivo papel que desempeñó el ex canciller Augusto Ramírez Ocampo, en ese momento ministro de Desarrollo, particularmente en la coordinación de las organizaciones de la sociedad civil durante esta etapa del proceso de paz. Debo resaltar, además, su sabio consejo, que siempre ha estado presente en todos los acontecimientos decisivos de mi vida. En especial conservo, como uno de los mejores recuerdos, nuestro trabajo conjunto en la Cancillería, en el período en que fui su viceministro de Relaciones Exteriores. Uno de los momentos más sobresalientes de las gestiones regionales en nuestra estrategia de Diplomacia por la Paz, se presentó en la Reunión de Presidentes de América del Sur, que se realizó en la ciudad de Brasilia los días 31 de agosto y 1° de septiembre de 2000, a propósito de los 500 años de descubrimiento del Brasil. Este encuentro tenía como objetivo central 561,7,+)1$ -'$ .%6,10)'0&$ &(0;%-#,$ 6)1)$ #)$ ,1@)'.:)+.8'$ /&$ '-&(01)$ convivencia en el espacio común sudamericano y para seguir apoyando la configuración de un área singular de democracia, paz, cooperación (,#./)1.)=$ .'0&@1)+.8'$ <$ /&()11,##,$ &+,'8%.+,$ <$ (,+.)#$ +,%6)10./,9459 Esta reunión sirvió como plataforma para ratificar el interés del presidente Fernando Enrique Cardoso en liderar un sólido bloque sudamericano frente a futuras negociaciones políticas y económicas con los Estados Unidos y Europa. Pero, al mismo tiempo, se convirtió en un espacio propicio para la diplomacia colombiana en su propósito de unificar la posición de los países sudamericanos en torno al proceso seguido en nuestro país.
59
Texto del Comunicado de Brasilia, firmado por los 12 países sudamericanos el día 1° de septiembre de 2000.
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En la sesión privada de esta Cumbre fui testigo de excepción de un 5momento de verdad9 del presidente Pastrana con los mandatarios sudamericanos, que fue propicio para salir al paso de comentarios y declaraciones que entorpecían la labor de nuestro país frente a la comunidad internacional. En un tono sincero y directo el presidente Pastrana les narró a los jefes de Estado su experiencia personal con el secuestro,60 para ilustrar las dificultades que representaba en Colombia asumir posiciones frontales contra el narcotráfico. Les mencionó su decisión inalienable de combatir la droga y construir la paz, para lo que subrayó la urgencia de romper cualquier vínculo con el narcotráfico que se había convertido en el peor enemigo de un acuerdo negociado al conflicto en Colombia. Explicó en tono pausado, pero firme, la estrategia integral del Plan Colombia, con especial énfasis en los programas de inversión social a los que se asignaba el 75% de los recursos presupuestados, pero al mismo tiempo reconoció la importancia de la asistencia militar para luchar contra el narcotráfico, de acuerdo con los compromisos establecidos con las autoridades de los Estados Unidos que ya habían aprobado en forma oficial su apoyo al conjunto de la estrategia. En alusión directa al presidente Fujimori comentó que era un verdadero riesgo la tesis de algunos países sobre una supuesta inacción de Colombia en las fronteras, debido a las señales equívocas que tal señalamiento 60
Mientras se encontraba en campaña para la Alcaldía de Bogotá, Andrés Pastrana permaneció secuestrado del 18 al 25 de enero de 1988, por orden del cártel de la droga de Medellín, con el fin de presionar al Gobierno contra las extradiciones de jefes del narcotráfico a Estados Unidos, en concreto la de Pablo Escobar Gaviria.
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lanzaba a la comunidad internacional. Y en clara referencia a los comentarios del presidente Chávez, demandó mayor cooperación y exigió un tratamiento diferente al conflicto interno en Colombia que estaba muy lejos de asemejarse a la situación generada en Vietnam décadas atrás. Al finalizar su intervención ofreció a todos los países interesados enviar una misión de funcionarios del más alto nivel para explicar en detalle el Plan Colombia y aclarar las dudas existentes, pero fue enfático en afirmar que, mientras no se tuviera una mayor información sobre el proceso interno que ocurría en nuestro país, no estaba dispuesto a aceptar que algunas ')+.,'&($B.+.&1)'$/.6#,%)+.)$5)$+,(0)$/&$P,#,%3.)94 Las sinceras palabras pronunciadas
por el presidente Pastrana ante la
totalidad de los mandatarios presentes en esta sesión privada, así como las reuniones informales celebradas a lo largo de la Cumbre, nos permitieron colocar como uno de los aspectos de mayor interés el encuentro el proceso de paz en Colombia, con un cierre que fue declarado por la prensa +,#,%3.)')$ +,%,$ /&$ 5JQ.0,$ /.6#,%C0.+,961 y que se hizo visible en la declaración final de apoyo a las estrategias adoptadas por el Gobierno colombiano: 5I)$N&-'.8'$/&$E1&(./&'0&($/&$D%J1.+)$/&#$L-1=$+&#&31)/)$&'$R1)(.#.)$#,($/;)($ST$ de agosto y el 1° de septiembre de 2000, expresa su decidido apoyo a los esfuerzos a favor de la paz emprendidos por el Gobierno de Colombia, que reflejan los anhelos más legítimos del pueblo colombiano de construcción de un futuro pacífico, en un ambiente democrático y de respeto a los derechos humanos.
61
El Tiempo, 2 de septiembre de 2000, página 1-o:%+_E68*%.60$*3^86!*%)4%R,#/6$6#:%A#(/)/%.)%S",américa ,)/0#$.#4%M#$),*/*%)/5"),F*%.)%0#F%!*$*3'6#4*-:
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La Reunión de Presidentes manifiesta, además, su convicción de que las valerosas medidas adoptadas por el presidente de Colombia ayudarán a fomentar un clima de creciente confianza entre las partes involucradas en el conflicto interno, para alcanzar una paz firme y duradera y la reconciliación de su país. Extiende, asimismo, su firme respaldo a las iniciativas de fortalecimiento del Estado colombiano en los campos social, económico, político, ambiental e institucional. En este espíritu se congratula por los resultados de la reunión del Grupo de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia, realizada el 7 y 8 de julio pasado, en Madrid, y formula los mejores votos de éxito para el próximo encuentro del Grupo que tendrá lugar en Bogotá. La Reunión de Presidentes de América del Sur subraya, además, que el rico y franco diálogo propiciado por el encuentro presidencial en Brasilia refuerza el clima de cooperación y favorece la interacción cada vez más efectiva entre los países de la región, contribuyendo positivamente para el avance del proceso de 6):$&'$P,#,%3.)94$
Cuba: del limbo diplomático a la cooperación amistosa
El caso de Cuba merece una mención especial por las circunstancias que rodearon su aproximación con la estrategia de paz adoptada por el presidente Pastrana. La mejoría sustancial en las relaciones entre Cuba y Colombia en el curso de los últimos años no correspondió, de manera alguna, a hechos aislados. Por el contrario, se presentaron dos realidades que contribuyeron a fortalecer los nexos entre ambas naciones, en una perspectiva que coincidió
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en forma plena con los intereses de la política interna y de la política exterior del país. En primer lugar, con la desaparición de la Unión Soviética, Cuba ha estimulado una política exterior con énfasis en mayores vínculos políticos, comerciales y de inversión con países del continente americano, y en particular con los países agrupados en la Comunidad del Caribe (Caricom) y la Asociación de Estados del Caribe (AEC), dentro de los cuales aspira a ejercer un importante liderazgo.62 En segundo lugar, con el fin de la Guerra Fría, Cuba inició un proceso de franco distanciamiento de las prácticas de
movimientos y grupos
guerrilleros que hace algunos años todavía contaban con su apoyo implícito o explícito, lo que le ha permitido ganar un acercamiento con los países que en el pasado le identificaban como un elemento desestabilizador en los procesos de conflicto interno, especialmente en América Central y América del Sur. Tengo la plena convicción de que en sus relaciones con Cuba, nuestro país logró sacar el máximo provecho de estas nuevas realidades en los cuatro años que nos correspondió orientar los destinos de la política exterior colombiana. La agenda estratégica que impulsamos en cumplimiento de la Diplomacia por la Paz contribuyó de una manera notable a propiciar un acercamiento entre Cuba y Colombia en la perspectiva de los intereses nacionales, sin perder de vista, desde luego, las expectativas de nuestros interlocutores en la isla. Pero también es preciso destacar las especiales 62
N1#/)c% S>bRY@?% ;4.,1/:% +="'#% )4% )$% )48*,4*% ,)L6*4#$c% $#/% ,)$#!6*4)/% !*4% ;31,6!#% )4% )$% !#3'6#48)% !*48)E8*%,)L6*4#$-:%Revista Colombia Internacional N° 53. Septiembre 2 diciembre de 2001. P. 43 252.
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condiciones que tanto Castro como Pastrana generaron, desde dos visiones aparentemente tan distintas, con el propósito de hacer posible un acercamiento sincero y fecundo para ambos países. Las relaciones francas y abiertas que delinearon Cuba y Colombia a lo largo de estos cuatro años tuvieron un afortunado comienzo en la ciudad de Durban, Sudáfrica, el 1 de septiembre de 1998, en vísperas de la reunión de los No Alineados (Noal), en la que Colombia, a través del presidente Pastrana, hizo entrega oficial de la Presidencia de este movimiento a Nelson Mandela, el jefe de Estado Sudafricano !
Entre las delegaciones habían corrido muchos rumores y especulaciones, aparentemente surgidas de fuentes oficiales colombianas, en el sentido de que Colombia se retiraría de los No Alineados con el ascenso al poder de Andrés Pastrana, quien
supuestamente iba a presidir un Gobierno de
extrema derecha. Este fue el ambiente que encontré cuando llegué a presidir la reunión de cancilleres de No Alineados en Durban, previa a la Cumbre presidencial. En consecuencia, tuve que ocuparme de desvirtuar esas informaciones en todos los escenarios en los que pude hacerlo. Más allá de estas especulaciones, que rápidamente fueron neutralizadas, lo realmente importante es que se trataba de la primera presentación del presidente Pastrana en un foro de esta naturaleza, para anunciarle al mundo los lineamientos de la política internacional del nuevo Gobierno y compartir con la comunidad internacional nuestras expectativas alrededor del proceso de paz.! !
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Adicionalmente, era la oportunidad del presidente Pastrana de reunirse con numerosos mandatarios. Desde Colombia preparamos una agenda que nos permitió entrar en contacto con cerca de cuarenta jefes de Estado, a lo largo de la Cumbre. Pero quisimos dar en esta oportunidad especial importancia al primer encuentro con el presidente Fidel Castro. Durante las dos campañas presidenciales que debió afrontar el presidente Pastrana, antes de llegar al Palacio de Nariño, habían surgido diferentes versiones encontradas alrededor de lo que Andrés Pastrana pensaba sobre el presidente Castro y Cuba. Una de ellas !que efectivamente le había llegado al comandante cubano! indicaba que la campaña presidencial había sido financiada por cubanos anticastristas que se encuentran en Miami. Esta acusación resultaba totalmente falsa y ya habíamos tenido oportunidad de desmentirla de manera categórica en su momento. Con el presidente Pastrana teníamos claro que la cooperación que pudiera brindar Fidel Castro a Colombia era de gran valor, en especial frente a uno de los movimientos guerrilleros, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), grupo con el que nos podía ayudar para consolidar los acercamientos que ya se iniciaban. Por lo tanto, coordinamos con el embajador de Colombia en Naciones Unidas y ex canciller, Julio Londoño Paredes, esta reunión con el presidente Castro, para la que teníamos grandes expectativas. El primer encuentro, que duró unos 45 minutos, fue algo tenso, como lo habíamos presumido. Se celebró en la suite del presidente Pastrana, quien estuvo acompañado por el embajador Julio Londoño; Camilo Gómez, en ese entonces secretario privado del presidente; Alfonso Valdivieso, embajador designado ante las Naciones Unidas en Nueva York; y el 128
canciller. Con el fin de romper el hielo, el presidente Pastrana le expuso al comandante Castro los objetivos que se había trazado con el proceso de paz y le contó en detalle la conversación sostenida con Manuel Marulanda, el jefe de las FARC. Aprovechó además el poco tiempo que se había asignado a esta cita para hacerle ver la importancia que tenía su apoyo y su cooperación para la paz de Colombia. Después del discurso del presidente Pastrana en la Cumbre, a través del cual entregó formalmente la presidencia de los Noal, el presidente Castro quedó vivamente impresionado del enfoque sobre el proceso de paz, que era muy diferente del que había percibido a través de otras fuentes. Al final de las sesiones, el destino fue nuestro mejor aliado. Cuando nos dirigíamos todos a nuestras habitaciones, nos encontramos por casualidad en el ascensor con el presidente Castro. El presidente Pastrana tuvo un gesto con el comandante cubano y le invitó a almorzar en un restaurante cercano al hotel. Fidel Castro agradeció el gesto, pero le recordó que por razones de seguridad sólo podía comer en su suite, así que le devolvió la atención invitándolo a almorzar en su habitación. El presidente Pastrana de inmediato aceptó y unos minutos después nos encontrábamos en la suite del presidente cubano. Esta reunión, pensada inicialmente como un encuentro informal, se convirtió en el hito fundador de una nueva etapa en las relaciones entre ambos países, que fijó todo el rumbo de la agenda binacional a lo largo de los cuatro años del mandato del presidente Andrés Pastrana. En ese almuerzo, que se prolongó por espacio de varias horas, los dos jefes de Estado cancelaron citas con otras delegaciones para poder continuar con un 129
diálogo que produjo una enorme empatía entre ambos y que habría de ser decisivo. Era simpático ver cómo cada media hora entraban los jefes de protocolo de uno y otro Gobierno para recordarles a los dos mandatarios, las citas pendientes con otros jefes de Estado. Inmediatamente, los presidentes Pastrana y Castro ordenaban la cancelación o el aplazamiento de esos encuentros. En esta reunión se acordó que yo realizara un viaje a Cuba, donde tuve oportunidad de concertar la visita oficial del presidente Pastrana a la isla. Debo destacar la lealtad y la prudencia con que el presidente Castro manejó sus relaciones con Colombia a lo largo de estos cuatro años, que nos permitieron consolidar las mejores relaciones con La Habana, sin que esto representara ningún deterioro en las relaciones con Estados Unidos. Todo lo anterior como resultado de ese encuentro casual, que dio lugar a una comunicación que perduró y fue reiterada en todas las reuniones posteriores a la de Durban. La confirmación del espacio propicio para el diálogo productivo se ratificó en la visita de Estado del presidente Pastrana a Cuba entre el 14 y el 17 de enero de 1999, que tuvo como uno de sus propósitos centrales integrar activamente al presidente Castro en una labor de buenos oficios con los grupos guerrilleros colombianos, con el fin de fortalecer el proceso de paz de nuestro país. Pero también se extendió a otros aspectos decisivos de las relaciones bilaterales como la educación, el comercio, la cultura, la salud y el turismo. Fue ésta la primera visita de Estado a la isla de un presidente colombiano en funciones.
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En la noche del jueves 14 de enero,
Fidel Castro y Andrés Pastrana
tuvieron una larga conversación que duró hasta el amanecer del día 15. Más allá de los temas de Estado, se abordaron asuntos que suelen inundar los encuentros de viejos amigos y camaradas. El mandatario cubano exhibió con orgullo y dio a probar un compuesto de cereales y vegetales que ! según expuso! había sido, junto con el jugo de naranja, su secreto matinal de muchos años. Alberto Casas Santamaría, en ese momento ministro de Cultura, lo probó y en uso de su acostumbrado desparpajo exclamó B,11,1.:)/,$ >-&$ &(,$ &1)$ -'$ 5)21&+B,$ &(6)'0,(,9=$ )'0&$ #)$ (,161&()$ /&#$ comandante que no esperaba tanta desenvoltura caribe de tan elegante 5+)+B)+,9$ ()'0)2&1&U,4$P,'$ J#$%.(%,$+)'08$)$/M,$&l himno de los jesuitas cuando ya se insinuaba la alborada. Desde sus años de colegio, Fidel no había vuelto a cantar ese himno, y sólo su prodigiosa memoria le permitió salir bien librado de su osadía. Ahora bien, si los encuentros mencionados contribuyeron a darle paso a uno de los momentos de mayor proyección en las relaciones con Cuba, la reunión privada sostenida en Islas Margarita por Fidel Castro y Andrés Pastrana, en el marco de la Cumbre de la Asociación de Estados del Caribe, en diciembre de 2001, se convirtió en una oportunidad excepcional, como pocas veces en la historia de las relaciones exteriores de nuestro país, para demostrar el alto punto alcanzado por una aproximación transparente, construida sobre la base del respeto a las diferencias y de la cooperación entre las dos naciones. Los seres humanos casi siempre abordamos a los demás por arquetipos. En terrenos como la política, los esquemas dogmáticos
condicionan la
manera como juzgamos a los demás, especialmente cuando se trata de 131
representantes notables de una causa colectiva. Fidel Castro y Andrés Pastrana, comunista y conservador, insurgente e hijo privilegiado de ex presidente, desarrollaron a lo largo de estos años un grado de empatía y amistad política y personal que rompió todos los arquetipos.63 Esa tarde del 12 de diciembre de 2001, Fidel nos había invitado a un almuerzo en su habitación luego de la clausura y de la rueda de prensa final de la Cumbre de mandatarios de la Asociación de Estados del Caribe (AEC). En compañía de Andrés Pastrana, en la sala de su habitación, veíamos transcurrir la rueda de prensa atendida por una comisión de representantes de cinco países, mientras esperábamos para cumplir la cita con el mandatario cubano. El noventa por ciento de las preguntas estaban dirigidas a Fidel y a Chávez. Se entremezclaban asuntos del Caribe, los atentados del 11 de septiembre, la situación política interna de Venezuela, la globalización, el neoliberalismo, el ALCA, así como los asuntos de la relación entre Chávez y Fidel, planteados con suspicacia por algunos periodistas. La rueda de prensa se convirtió en un panel extenso, debido a la densidad de las intervenciones de los dos mandatarios, ambos entusiastas cultores de la palabra. Acababa la tarde, Fidel hizo un ademán para levantarse !su canciller le había secreteado al oído un cuarto de hora antes!=$ 5L.$ ',$ 0&1%.',$)>-;$7,<$)$0&'&1$-'$61,3#&%)$6,#;0.+,9=$/.*,=$'&@C'/,(&$)$+,'0&(0)1$ más preguntas.
63
Los pormenores de este encuentro han sido reconstruidos con base en mis notas personales y las que gentilmente me cedió el entonces embajador de Colombia en Venezuela, Germán Bula.
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D6)1&+.&1,'$ #,($ 5%,*.0,(9$ &'$ #)$ 0&11):)$ /&$ su habitación del hotel Hilton y comenzó la tertulia alrededor de una mesa a la que Fidel pidió se trajeran )#@-')($5+,(.##)(9$6)1)$6.+)14$5E&'(C3)%,($(&17.1$&#$)#%-&1:,$/&$.'%&/.)0,9=$ le comentó su canciller, mientras el chef ponía cara de acostumbrada y simpática contrariedad. El comandante había mirado con aburrimiento la 3.&'$ 6-&(0)$ %&()$ /&'01,$ /&#$ )6)10)%&'0,4$ 5"()$ %&()$ +-)/1)/)$ ',$ 01)&$ 3-&',($ )-@-1.,(=$ %&*,1$ 7)%,($ )$ +,%&1$ )>-;$ &'$ #)$ 0&11):)94$ 5E1,'0,$ 7)$ )$ ,(+-1&+&19=$ #&$ )1@-%&'0)1,'4$ E&1,$ +,%,$ &#$ Feng Shui opera de manera instintiva, todos nos solidarizamos con nuestro anfitrión para quedarnos en #)$%&()$1&/,'/)$/&$#)$0&11):)=$>-&$(&$.'0-;)$%C($)%)3#&$6)1)$5+,'-7&1()19, que aquella rectangular y acartonada, que dificultaba a los comensales mirarse y comunicarse con sus gestos. Se habló de educación, ganadería, computadoras, política internacional, atentados y conspiraciones, amistad, pequeños y grandes asuntos personales y familiares y, desde luego, de la paz !la paz de Colombia! hasta bien entrada la noche.
5V&'@,$>-&$+,'2&()1#&($>-& a mí %&$B)$./,$3.&'$+,'$#,($+,'(&17)/,1&(9=$(&$ ,<8$/&$-'$#)/,4$W$/&#$,01,=$5F.1&'=$&#$M'.+,$61&(./&'0&$/&$P,#,%3.)$>-&$B)$ visitado Cuba como j&2&$/&$"(0)/,$B&$(./,$<,9. Parece que Samper también lo hizo, dijo alguien; pero no como jefe de Estado, se aclaró de inmediato. 5I,$>-&$B.:,$2-&$)61,7&+B)1$-')$1&-'.8'$/&$X,$D#.'&)/,($6)1)$()0.(2)+&1$(-$ &',1%&$/&(&,$/&$7.(.0)1$#)$.(#)$(.'$,+)(.,')1(&$%,#&(0.)($6,#;0.+)(94$Y&$&(0&$ tono eran las conversaciones en una reunión animada y sin rodeos ni formalismos entre los dos personajes y media docena de cercanos colaboradores de ambos gobiernos.
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También se tocaron esa noche temas más álgidos.
5ZP-C#$ &1)$
Fernando?9=64 preguntaron los cubanos cuando mencionamos que estaba (&+-&(01)/,$6,1$#)($[DNP4$E)(01)')$#,$/&(+1.3.8\$5&($/&$'-&(01)$&/)/9=$/.*,$ (&U)#C'/,%&4$ 5L,%,($ )%.@,($ /&$ #)$ *-7&'0-/4$ Éstos son los asuntos amargos del proceso. Marulanda tiene secuestrado a mi amigo, a un ex ministro de mi Gabinete, y hombres suyos dieron muerte a quien fuera la ministra de Cultura meses atrás en mi gobierno, esposa del procurador general, mujer admirable, amiga de los procesos de paz desde la época de R&#.()1.,94$ A continuación, el presidente Pastrana se refirió al niño Andrés Felipe Pérez, afectado por un cáncer terminal y a su padre, un oficial de la Policía (&+-&(01)/,$6,1$#)($[DNP4$5X,$0&'&%,($',0.+.)$/&$&(0&$+)(,4$])+&$%&(&($ se les solicitó liberar al oficial para tomar una parte de su médula y hacerle un transplante al niño, pero los guerrilleros no accedieron. Igual, se hizo el transplante, pero Andrés Felipe recayó y se encuentra en estado terminal.65 Hay centenares de marchas y miles de cartas que no han movido a las [DNP$)$B)+&1$)#@,$0)'$,37.,94$ 5ZE&1,$)+)(,$',$#.3&1)1,'$<)$-'$3-&'$'M%&1,$/&$6,#.+;)($<$(,#/)/,(^$¿Por qué éste (.@-&$ (&+-&(01)/,^9, preguntaron nuestros interlocutores. 5Y.@)%,($>-&$%)#)$(-&10&=$>-&$',$()#.8$(,10&)/,\$6&1,$0,/,$&($-')$0,16&:)$ basada en que, según su inaudita respuesta, no quieren
crear un
61&+&/&'0&9=$ &Q61&(8$ .'/.@')/,$ E)(01)')4$ 5¡Claro! No ven lo que significa 6)1)$-(0&/&($<$6)1)$&#$61,+&(,9=$(&U)#8$&#$comandante e indicó a Felipe (su 64
Se referían a Fernando Araujo, ministro de Desarrollo durante un importante tramo del Gobierno del presidente Pastrana, quien meses después de abandonar el cargo fue secuestrado por las FARC. Al momento de escribir estas líneas, aún no había sido liberado. 65 Finalmente el niño murió, sin realizar el sueño de despedirse de su padre.
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c)'+.##&1_=$ >-&$ +,,1/.')1)$ &#$ &'7;,$ /&$ -'$ %&'()*&$ (,31&$ &#$ )(-'0,4$ 5])+&$ /;)($>-&$',$&'7.)%,($%&'()*&(94$ Mientras la conversación exploraba nuevos caminos, entró una llamada de Cuba al celular del presidente Pastrana. El embajador de Colombia, Julio Londoño Paredes, y el comisionado de Paz, Camilo Gómez, estaban reunidos con el ELN. Recibieron instrucciones y comentarios del presidente. 5I)($'&@,+.)+.,'&($)7)':)'$!dijo-, pero he autorizado que se tomen unos días para ajustar sus discusiones internas. En todo caso habrá una tregua y (&$ )'-'+.)1C'$0)%3.J'$#,($ 2,1,(=$+,%&':)'/,$ 6,1$ &#$ /&$I)$ ])3)')94$[./&#$ sabía que su papel en estos avances había sido crucial y recibió con %)'.2.&(0)$()0.(2)++.8'$#)($',0.+.)(4$5L&$B)$)7)':)/,$&'$#)$+,'2.)':)$+,'$#)$ guerrilla, que es un asunto central. Se comenta sobre cómo también se han hecho algunos progresos de confianza en las negociaciones con las FARC94$ 5E&1,$ 2)#0)`9$ !interrumpió Pastrana!4$ 5])'$ )(-%./,$ -')$ 6,(.+.8'$ >-&$ 6,'&$ en riesgo el proceso. A veces me pregunto si no se han dado cuenta de las consecuencias que puede acarrear la nueva situación mundial. El avance ',10&)%&1.+)',$&'$D2@)'.(0C'$B)$(./,$/&%)(.)/,$1C6./,9. Fidel hizo una interpretación de los hechos que confería menos efectividad a la acción de Estados Unidos en la guerra antiterrorista, pero igualmente se %,(018$61&,+-6)/,$6,1$#)$)+0.0-/$/&$#)($[DNP4$5X,$0.&'&$(&'0./,$>-&$/&*&'$ pasar la oportunidad que tú les has brindado. Nadie sabe cómo serán las cosas con el próximo gobierno, y éste desafortunadamente no se puede 61,#,'@)19=$ +,%&'08$ 1.&'/,4$ 5E&1,$ (8#,$ usted, comandante, podría decirles unas cuantas razones de peso que les harían ver las cosas tal y como son. T&'/1;)$>-&$.1$-(0&/$%C($)##C9=$#&$)'.%8$E)(01)')$&'$0,',$1&2#&Q.7,4$$5L.$/&$
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)#@,$ (.17&$ >-&$ <,$ 7)<)=$ 0&'@)'$ #)$ (&@-1./)/$ /&$ >-&$ #,$ B)@,9=$ 1&6#.+8$ /&$ inmediato el comandante. Enseguida preguntó por Valentina: 5Dile que le tengo su helado; se lo enviaré con &#$ <,@-1$ /&$ 3M2)#)$ 6)1)$ X,1)94$ 5¿Y #,($ @1)'/&(^94$ 5"(0C'$ &',1%&(=$L)'0.)@,$ <)$%&$ 6)(89=$+,%&'0ó Andrés con satisfacción. Luego se dirigió a mí y me pregu'08$ 6,1$ a-)'=$ %.$ B.*,$ %&',1b$ 5ZAsí se llama tu pequeñito, no?9. Pero Andrés no desaprovechó la oportunidad para hacer -')$31,%)$<$J#$%.(%,$#&$1&(6,'/.8b$5D$(-$&/)/$<)$(8#,$(&$0.&'&'$'.&0,(94$ Fidel celebró el apunte de su colega y, después de un breve silencio, comentó con entusiasmo el resultado del encuentro de mandatarios del ?1)'$P)1.3&4$5"(0)$N&-'.8' es la mejor en la que he estado en toda mi vida. Sé que hay diferencias, por supuesto, pero ahora se observan actitudes de integración maduras. Chávez es un presidente generoso e integracionista. Miren, nosotros en Cuba hemos luchado solos durante más de cuarenta años en medio de inmensas dificultades, pero estamos saliendo adelante. Sabemos que el camino seguirá siendo empinado y estamos dispuestos a seguir, aun si nos toca hacerlo solosc$Sí, está claro que estoy dispuesto a ir hasta el Caguán a hablar con ellos. Hay quien piensa que hasta de mí /&(+,'2.)1;)'4$X,$.%6,10)=$<,$B&$&(0)/,$(.&%61&$/.(6-&(0,$)$/)1$#)$7./)9. En este punto la conversación adquirió un tono de circunspección colectiva. Fidel prosiguió: 5P-C'0,($ )0&'0)/,($ &'$ %.$ +,'01)444$ ZPómo fue el de Isla Margarita, el último?9= Felipe, el c)'+.##&1=$ (&$ (-%)$ )#$ 1&#)0,4$ 5I,($ M#0.%,($ fueron Cartagena, Panamá y Margarita, los tres pagados por la Fundación Cubano-D%&1.+)')94$ E&1,$[./&#$1&0,%)$#)$6)#)31)$6,1>-&$',$ >-.&1&$6&1/&1$ los detalles de su propi)$ B.(0,1.)4$ 5"'$ E)')%C$ B)<$ 61&(,($ >-&$ B&%,($ 136
pedido en extradición hacia Cuba. La explicación de mi gente de por qué no me alertaron sobre la presencia de agentes enemigos en Cartagena, aún no me resulta satisfactoria. Fíjense, invité a Gabo a venir conmigo en el carro, y hubieran podido matarlo. Todavía me ve y me lo dice. A los de Margarita los apresaron en alta mar bajo sospecha indeterminada; dicen que tiraron por la borda unos paquetes, pero nunca aparecieron. Más parecía una coartada para mostrar el asunto como narcotráfico. Pero uno de ellos se puso muy nervioso con el operativo de captura e hizo una confesión paladina: somos patriotas cubanos en misión especial, somos anticomunistas. El armamento en los tres casos era similar, poderoso, fusiles capaces de dar en blanco de mira a un kilómetro y medio de distancia y armas antiaéreas. Los participantes en los atentados estaban dispuestos a disparar a granel sin importarles si caían otros jefes de Estado. En cada salida que hago fuera de Cuba preparan un a0&'0)/,4$ F&',($ &'$ J(0)=$ &(6&1,94$ D3(,10,(=$ +,%,$ estábamos, en el relato del comandante, hicimos una rápida mirada a los balcones de la otra torre del Hilton y a los agentes apostados en sitios estratégicos, en posición de vigilia. [./&#$ ',$6)1)3)4$5I)$ 7./a no sirve si no se está dispuesto a entregarla por ideales. Ustedes los colombianos son un pueblo esforzado, y tienen todo para salir adelante; harán sin duda reformas, y de eso es conciente la gran mayoría. Tienen todo para avanzar. Por eso me preocupa tanto que un proceso tan importante como el empezado por el presidente Pastrana no sea entendido en toda su dimensión por las FARC, aunque reconozco que &##,($0.&'&'$%,0.7,($B.(081.+,($6)1)$#)$/&(+,'2.)':)94
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En este momento Pastrana rememoró los tres primeros consejos que recibió del c,%)'/)'0&$P)(01,$&'$1&#)+.8'$+,'$&#$61,+&(,$/&$6):b$561.%&1,$ 6)+.&'+.)=$(&@-'/,$6)+.&'+.)$<$0&1+&1,$6)+.&'+.)94 La conversación se extendió sobre agricultura, ganadería, educación, generación de empleo, los miles de médicos que está formando la i(#)4$5I,($ 0.&%6,($B)'$+)%3.)/,=$&#$&%6#&,$(&$@&'&1)$)B,1)$&'$#,($(&17.+.,(9=$)2.1%)4$ 5V-1.(%,=$ ()#-/=$ &/-+)+.8'444$ I)$ @&'0&$ &($ #,$ 61.'+.6)#$ <$ )$ &(,$ #&$ &(0)%,($ apuntando9. 5I)$@&'0&$(&$.%)@.')$>-&$E)(01)')$<$<,$0&'/1;)%,($>-&$(&1$+,%, el agua y el aceite. No saben cuánta amistad sincera hemos construido en poco tiempo. A mí me siguen mostrando de una manera acomodada, igual que a E)(01)')94 5ZRueno, en la primera ocasión estábamos tensos, o no comandante?9=$ aprovechó para recordarle Pastrana. 5D$ A(0&/$ #&$ B)3;)'$ /.+B,$ %&'0.1)($ (,31&$%.$+)%6)U)=$(,31&$+.&10,($(&+0,1&($>-&$#)$B)31;)'$2.')'+.)/,94$5E&1,$ &(,$>-&/8$%-<$+#)1,9=$()#ió al paso Fidel. Se habló de algunos ministros del Gobierno colombiano. Pastrana se refirió al pasado revolucionario de varios de sus colaboradores, que incluía )#@-',($ %),;(0)(4$ 5"#$ PB&$ 0)%3.J'$ &1)$ %),;(0)9=$ 1&+,1/8$ [./&#4$ 5D(;$ >-&$ esta amistad es entre un conservador de izquierda y un socialista de /&1&+B)9=$(,#08$#)$M#0.%)$21)(&$&'$%&/.,$/&$-')$$(,',1)$+)1+)*)da.
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La despedida no pudo ser más cálida. Ambos mandatarios celebraron el encuentro que acababan de sostener. Sin la más mínima duda se trató de una reunión elevada, sincera y positiva, cargada de afecto. Mi participación en las negociaciones de paz Muchas personas me han preguntado cuál fue mi participación en el proceso interno de paz. Para responder esta pregunta, debo remontarme a mi participación en el proceso de paz de Centroamérica que lideró el Grupo de Contadora. Adquirí una gran experiencia de la coordinación técnica que hice del Programa Especial de Cooperación para Centroamérica (PEC), elaborado por las Naciones Unidas, y del trabajo que realicé por invitación del ex presidente Belisario Betancur en la Comisión de la Verdad de El Salvador, que él presidió. Desde la campaña presidencial de Andrés Pastrana Arango !la que tuve el enorme desafió de dirigir! participé en el diseño y las decisiones iniciales que en ella se adoptaron, con la convicción de que ése era el mandato que los colombianos habían entregado a quien fuese elegido en la segunda vuelta presidencial el 21 de junio de 1998, luego de la celebración del llamado mandato por la paz, en octubre del año anterior. También tuve la certeza que quien lograra posicionarse en el debate electoral en este tema, tendría grandes posibilidades de derrotar a Horacio Serpa, nuestro principal rival, quien tenía una enorme experiencia en procesos anteriores de paz. Andrés Pastrana no contaba con ese antecedente a su haber, en momentos en que los colombianos estaban sintonizados con la búsqueda de una solución negociada al conflicto 139
colombiano !al contrario de lo que ocurriría en el año 2002!. Así nos lo decían las encuestas, así se sentía en los análisis de los focus groups que hicimos. Pero más allá de estos tecnicismos electorales, yo creía !y sigo creyendo! que finalmente la salida a este terrible drama que afecta a la nación colombiana, debe ser a través del diálogo y la negociación. No estuvimos en esta etapa exentos de riesgos, aun en nuestras propias vidas, pero en la política deben tomarse riesgos y decisiones audaces. Y Andrés Pastrana Arango las tomó. Si alguna virtud debe reconocerse a#$&Q$61&(./&'0&=$&($(-$5,#2)0,$6,#;0.+,9$<$ su capacidad de afrontar los momentos difíciles. Hasta donde mi memoria llega, en todas las decisiones trascendentales de la paz, Andrés Pastrana cumplió su palabra de liderar el proceso, aun a costa de su propio caudal político. Y eso, al contrario de lo que muchos ahora opinan, habla muy bien de él. Mi participación y presencia en la dinámica de las negociaciones fue discreta, salvo, por supuesto, en lo que en materia de la diplomacia por la paz se narra en este testimonio. En lo interno, siempre quise reservarme para poderle ofrecer al presidente un consejo objetivo y sereno. Puedo afirmar, sin falsas modestias, que Andrés Pastrana me hizo partícipe de todas las etapas del proceso y con el mismo espíritu de consejero discreto actué desde la campaña presidencial hasta la ruptura de las negociaciones. También me han preguntado acerca de la participación de Álvaro Leyva en este asunto. No tengo duda que sin su activa gestión hubiese sido casi imposible generar las condiciones iniciales para el encuentro de Víctor G. 140
Ricardo con el máximo líder de las FARC, Manuel Marulanda Vélez, el mes de mayo de 1998. Álvaro Leyva fue esencial para romper varios paradigmas que tenían bloqueada la posibilidad del diálogo y la negociación. Un discurso memorable De todo este proceso podrían seguramente contarse innumerables episodios, anécdotas, momentos dramáticos, decisiones complejas. Sólo quiero referirme a algunos de ellos. No puedo dejar de hacer mención que en todos los encuentros en que viví de cerca el proceso al lado de Andrés Pastrana, me impresionó su talante, su extraordinaria capacidad para evaluar las situaciones, su energía y la forma responsable y cuidadosa como preparaba cada encuentro. Fui testigo de excepción de que el presidente nunca desfalleció, a pesar de las más duras y, por lo general, injustas críticas. La historia le reconocerá su persistencia y generosidad. Si algún día !como estoy seguro! alcanzamos una paz estable y duradera, no tengo reato en afirmar que en buena medida se deberá a la semilla que durante su gobierno se sembró. Durante la campaña, me tocó participar en la preparación del encuentro de Víctor G. Ricardo con Manuel Marulanda. Sabíamos los riesgos que se corrían y por ello recuerdo que Álvaro Leyva en ocasiones se molestaba o nos mostraba su impaciencia porque no tomábamos la decisión de afrontar este encuentro. Pero no era nuestra intención evadir la reunión; es que debíamos medir la oportunidad del momento y encontrar la persona adecuada. Cuando estos dos aspectos coincidieron, Andrés Pastrana tomó
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la decisión y, de manera discreta y prudente, como correspondía, nos dispusimos a preparar con Álvaro Leyva el encuentro. Creo que muy pocas personas sabíamos lo que se estaba organizando y las implicaciones que tendría, bien en el caso de que la cita fuera exitosa, como a la postre ocurrió, o bien en el caso de que sucediera un fracaso. Pienso que fue en ese momento que Andrés Pastrana tomó la decisión estratégica de convertir la paz en el punto central de su campaña y de su gobierno. En mi opinión, eran tres los mensajes por transmitir y posicionar ante la opinión: Colombia debía darle una oportunidad a la paz; ese momento había llegado con Andrés Pastrana; y la prueba determinante la habíamos obtenido con ese encuentro. Todavía recuerdo la fotografía, que en el parqueadero de la sede de la campaña presidencial me mostró Víctor G. Ricardo, tan pronto llegó de las montañas de Colombia. En ella aparece Manuel Marulanda con el reloj de la Nueva Fuerza Democrática, colocado en la muñeca, que se constituiría en el símbolo de que había llegado la hora de la paz. Los detalles supongo que los narra Víctor G. Ricardo en el libro que al concluir estas líneas él se encontraba escribiendo. Creo sinceramente que sólo le corresponde a él narrar esta extraordinaria experiencia, donde no sólo se jugó la vida sino que también le abrió una ventana a la paz negociada. Tengo por él una gran amistad y afecto y una sincera admiración por lo que logró en medio de muy complejas circunstancias. Sus críticos han sido injustos con el papel que cumplió que, a mi juicio, fue el de construir una relación de confianza y romper muchos moldes o, para usar una expresión más coloquial, 56.()1$ %-+B,($ +)##,(94$ E,1$ (-6-&(0,$ un rol de estas características no es del agrado de personas que desgraciadamente no creen que el camino hacia la paz es a través de la negociación. Víctor G. 142
y su familia han tenido que hacer muchos sacrificios y, tal vez por ello, en ocasiones piensan que no valió la pena. Yo creo que sí. Él sabe muy bien cuántas vidas salvó y cuánta sangre nos podemos ahorrar si esa semilla de paz, que de manera sincera contribuyó a sembrar, germina algún día. Otro episodio, algo anecdótico pero de gran trascendencia en la campaña presidencial, fue el lanzamiento del programa de paz en un acto que se celebró el 8 de junio de 1998 en el hotel Tequendama. Andrés Pastrana me había pedido, como en otras oportunidades, que coordinara la elaboración del discurso que debía pronunciar ese día. Ésta no fue tarea sencilla. Se trataba de lograr un consenso de varias de las personas que tenían experiencia en el tema, entre ellas, Augusto Ramírez Ocampo, Rafael Pardo, Álvaro Leyva y, por supuesto, Víctor G. Ricardo y yo. Existían criterios bastante distantes y cada actor quería que sus argumentaciones prevalecieran. Pero lo peor fue que todos terminaron dándose cuenta de que existían varias versiones del discurso. Andrés Pastrana se encontraba en gira !si mi mente no me falla! en Caldas, y llegaría directamente al hotel Tequendama, a reunirse con nosotros para revisar la versión final de la propuesta de paz. En el curso del día le comuniqué telefónicamente las dificultades que teníamos para tener una versión unificada. Me pidió entonces que convocara a Augusto Ramírez Ocampo, a Rafael Pardo y a Víctor G. Ricardo para tratar de llegar a un acuerdo. La reunión, en efecto, se llevó a cabo hacia las 7 de la noche. Esto ocurría mientras al salón Rojo del hotel llegaban todos los asistentes al acto, que había tenido una gran acogida y generado enormes expectativas por conocer el programa de paz del candidato de la Alianza por el Cambio.
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En la suite del hotel, donde nos encontrábamos, Andrés Pastrana escuchó nuestras posiciones y, finalmente, luego de un intercambio de opiniones, contribuyó a crear un consenso que era indispensable plasmar en el discurso del candidato, cuando apenas faltaban unos minutos para comenzar
su
intervención.
Nadie
podría
imaginarse,
si
se
lee
desprevenidamente el texto de la misma, los intríngulis de su elaboración: papeles regados en el piso de la habitación en que nos encontrábamos; Víctor G. Ricardo nerviosísimo y acelerado; hojas que se intercalaban para darle sentido al consenso obtenido; impresora que no funcionaba; y el candidato presidencial en el Salón Rojo a la espera del texto definitivo. Por cierto que durante la reunión del grupo convocado, y ya con Andrés Pastrana en el escenario, debimos pasar varios papelitos a los oradores que lo antecedieron para que alargaran sus presentaciones. Finalmente, y casi puedo asegurarlo, en el último minuto, apareció el tan anhelado texto que fue presentado de manera impecable por el candidato y que generó excelentes comentarios. Fue una de las noches más difíciles de la campaña. Este discurso, luego de profundas reflexiones internas y de ajustes posteriores, se constituyó en guía estratégica y referencia obligada de los siguientes años. Se trató, sin duda, de un excelente punto de partida para las decisiones que habían de tomarse en los meses por venir.66
66
En este discurso el candidato Andrés Pastrana hizo público, por primera vez, el anunció de la elaboración de un Plan Marshal para Colombia, que fue la base inicial del Plan Colombia. 144
Por eso no correspondía a la realidad la crítica de que no existía una estrategia de paz. Siempre la hubo, con diversos matices, al interior de la campaña y tuvo su expresión inicial en este discurso del salón Rojo del hotel Tequendama, que a pesar de lo anecdótico que pudiese parecer, reflejaba el pensamiento del candidato y el consenso en torno a él, de personas experimentadas y con criterio en el tema de la paz. Tampoco es cierto !como lo señala alguna publicación con imprecisiones sobre el proceso! que después del acto del hotel Tequendama, Víctor G. Ricardo y yo nos hubiéramos reunido con miembros de las FARC, que supuestamente se habían hecho presentes en el acto. Esa afirmación es completamente equivocada. Puedo afirmar de manera categórica que esta reunión !que habría contado con mi presencia! nunca tuvo lugar sino en la mente de quienes salieron a hacer eco de esta versión infundada. Un encuentro decisivo El presidente Pastrana había prometido que si ganaba las elecciones, estaba dispuesto a liderar el proceso de paz y, como prueba de ello, contemplaba reunirse con Manuel Marulanda en las montañas de Colombia, con el fin de darle inicio a las conversaciones para una salida negociada al conflicto. Una vez obtenido el triunfo electoral, el presidente consideró, por lo tanto, que mientras más rápido pudiera realizarse el encuentro éste sería más fácil de organizar, porque posteriormente todo el aparato de seguridad del Estado en torno a él haría mucho más difícil llevar a cabo esta iniciativa.
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Pastrana era, así mismo, conciente de las implicaciones que podría tener la celebración de esta reunión como presidente en ejercicio. En la preparación del encuentro participé con Víctor G. Ricardo. Todo fue dispuesto de tal manera que el presidente electo pudiera salir de su casa muy temprano en la mañana, sin ser advertido por el equipo de seguridad. Víctor G hizo todas las coordinaciones logísticas; procedió a alquilar un avión que se identificó con insignias de la Cruz Roja; y acompañó al presidente electo, hacia las 7 de la mañana, del día 9 de julio de 1998, con rumbo hacia las coordenadas que habían sido preestablecidas para el encuentro con Marulanda. Nosotros teníamos de todas maneras muchas preocupaciones con el tema de la seguridad porque, como podrá entenderse, la audacia del presidente Pastrana para prestarse a ese encuentro no dejaba de tener sus riesgos. Por lo tanto, yo permanecí en Bogotá con la misión de informar a los cuerpos de inteligencia y seguridad del Ejército y de la Policía, si se presentaba algún contratiempo. Hacia las 8:00 a.m. me trasladé a la oficina del general Rosso José Serrano Cadena, director de la Policía, a quién le había solicitado, como parte de la estrategia del viaje de Pastrana, una cita para hablar sobre el tema de la lucha contra las drogas con los Estados Unidos, que él había manejado durante los cuatro años anteriores. Para darle un tono aún más formal a la reunión, le había solicitado que citara al coronel Naranjo, en ese momento director de Inteligencia de la institución, así como a las personas que ellos consideraran oportuno para tener un completo empalme en torno a este asunto.
Pero en realidad, el propósito de mi estadía durante toda esa 146
mañana en la dirección de la Policía, era tener al general Rosso José Serrano a la mano, si se llegaba a presentar algún problema de seguridad para el presidente Pastrana. Logré que la reunión con el general Serrano y el coronel Naranjo se extendiera por espacio de unas cinco horas aproximadamente. Hice muchas preguntas que mis interlocutores respondieron con gran solvencia. Pero, mientras tanto no aparecía la llamada de Víctor G. Ricardo o del presidente contándome que ya estaban de regreso. Como podrá entenderse, mi concentración estaba en otra parte. Sólo hasta pasada la una y treinta de la tarde, Andrés Pastrana me avisó que ya habían iniciado el retorno a Bogotá y que llegarían aproximadamente en unos 40 minutos. Recuerdo muy bien que, después del improvisado almuerzo que organizaron mis anfitriones, nos dirigimos hacia el ascensor y fue sólo allí donde empecé a contarles lo que ocurría en algún lugar de Colombia, mientras conversábamos durante toda la mañana. En ese momento me dirigí al general Serrano y le dije: !Bueno mi general, esté pendiente de una noticia muy importante que se va a producir en los próximos minutos. Intrigado con mi comentario, dirigió la mirada con desconcierto hacia el coronel Naranjo y le preguntó si él estaba enterado de lo que pasaba. !Usted no me ha informado nada, le señaló el general. De inmediato el coronel, sin salir de su propia confusión, le respondió: 147
!Pero general, cómo quiere que esté informado si el doctor Fernández de Soto nos ha tenido aquí encerrados toda la mañana. Minutos más tarde el general Rosso José Serrano se dio cuenta de cuál era la noticia y me llamó un tanto sorprendido, pero dejando ver su satisfacción de que nada malo hubiera ocurrido. Todavía hoy, cada vez que me encuentro con el general Rosso José Serrano, me reclama jocosamente que los hubiera mantenido distraídos durante tantas horas mientras ocurría un hecho de tanta trascendencia para el país. El día anterior nos habíamos dedicado tanto en la oficina del empresario Andrés Uribe !tío político de Andrés Pastrana!, como en la casa de Víctor G. Ricardo, a preparar un guión muy cuidadoso de los asuntos que el presidente electo debería hablar con Marulanda. Allí planeamos en detalle los alcances y resultados esperados de la reunión, que salió según lo presupuestado y que causó un enorme impacto en la opinión nacional e internacional. Ese encuentro resultó crucial porque se trataba de demostrar que sí era posible conversar con el dirigente guerrillero e iniciar un proceso de acercamientos con miras a una negociación de paz. Éste era el amplio mandato recibido por el presidente Pastrana con el fin de construir sobre bases firmes una paz duradera para Colombia, a través del diálogo y el consenso político, aun en medio del conflicto. Sólo fue la actitud de las FARC las que se encargaron de deslegitimar frente a la opinión pública este esquema de negociación. Esa tarde después de la rueda de prensa que convocó el presidente Pastrana para contar lo que había ocurrido, exhibir el video y mostrar las 148
fotografías, hubo quien comentó que con ese acto de arrojo del nuevo mandatario, nos habíamos ganado un año de Gobierno. Debo recordar que, al día siguiente del encuentro, todos los que habíamos participado en su organización nos fuimos de viaje. En primer lugar, queríamos descansar un poco, porque no habíamos tenido respiro durante todos los meses anteriores. Pero en segundo lugar, teníamos temores en torno a nuestra seguridad personal debido a la celebración de este encuentro que, si bien generó mucha esperanza en la mayoría de la gente, también podría haber desatado el rechazo de algunos sectores intolerantes. En mi caso preferí viajar por unos días a ciudad de México. Debo decir que no hubo periódico en el mundo que no mostrara la foto del presidente con Marulanda. No había un solo comentario editorial que no señalara una gran sorpresa y una expectativa positiva, así como un enorme reconocimiento al cumplimiento de la palabra empeñada por el presidente Pastrana. Creo que desde este momento fue que empezamos a cosechar el gran apoyo internacional a la política interna de paz. El debate sobre el despeje El despeje se constituía en un elemento clave para el inicio de las conversaciones de paz. Este fue un tema que meditamos con mucho cuidado, porque sabíamos que generaría una gran polémica al interior de las fuerzas militares y en algunos ámbitos de la comunidad internacional. Por tal razón el presidente Pastrana siempre quiso manejar este asunto de una manera personal y, en un todo, ajustada al marco legal.
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En Colombia y en otras partes del mundo circulaban versiones según las cuales estábamos entregando 42 mil kilómetros del territorio nacional, equivalentes al área de una nación como Suiza, con pocas esperanzas de que se pudiera recuperar soberanía sobre ese territorio. Pero esas versiones no consideraban el hecho de que se trataba de una zona despoblada, montañosa y con grandes porciones cubiertas por la selva, en la cual debíamos reconocer que el mismo Estado colombiano había hecho muy poca presencia. Y aun así, las mismas negociaciones volcaron todo el interés nacional hacia la zona, al tiempo que las autoridades municipales siguieron operando en medio de grandes dificultades. De hecho, en San Vicente del Caguán, las FARC perdieron las elecciones de octubre de 1999 con un candidato del Movimiento Oxígeno, que seguía las orientaciones de la candidata presidencial Ingrid Betancourt. En cualquier caso, no es posible ignorar que la guerrilla abusó de la buena fe del presidente Pastrana, al incurrir en los excesos ampliamente denunciados por el Gobierno nacional antes de tomar la decisión de suspender las conversaciones de paz. Casi sin excepciones, el presidente me pidió que lo acompañara a las reuniones con las fuerzas militares, con el ministro de Defensa y con el comisionado de Paz, de tal manera que hubiese un diálogo amplio, con ópticas diferentes, que permitiera una clara comprensión por parte del alto mando militar de lo que se buscaba. En las reflexiones que hicimos sobre los riesgos y las bondades de crear una zona de distensión en el sur del país, siempre me mostré muy franco y realista. Por ello defendí, desde un inicio, el criterio de que la zona se debía acordar como una concesión unilateral del Estado colombiano, mediante la cual el presidente de la República, en cumplimiento de la Ley 418 de orden público, otorgara un espacio para la celebración de negociaciones con el mencionado grupo guerrillero, sin que esto significara alguna forma de abdicación del Estado colombiano a su soberanía sobre ese territorio. Sin embargo, debo reconocer que
el punto de fondo, que debíamos
abordar con el mando militar, era el desalojo del Batallón Cazadores,
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localizado en las proximidades de San Vicente del Caguán, y así lo tuvimos claro desde el principio de nuestro discernimiento. En una de estas reuniones, en un almuerzo en el Palacio de Nariño, fue al presidente Pastrana a quién se le ocurrió, en medio de un diálogo muy ponderado con el alto mando militar, la idea de convertir el Batallón Cazadores en la sede del gobierno.
En consecuencia, anunció que se
desalojaría el batallón para cumplir el compromiso que él había firmado con Marulanda para el inicio de las conversaciones, pero fue tajante al señalar que a ese batallón no ingresaría la guerrilla, porque sería la sede del gobierno que, para mayores garantías, fue posteriormente administrada por la Iglesia. De esta manera, se daba respuesta a la preocupación del mando militar por el hecho mencionado y así fue como ocurrió, salvo por un incidente que se presentó semanas después del desalojo y que generó alguna molestia entre los militares. El otro aspecto que evaluamos con mucho cuidado fue la fundamentación jurídica de esta decisión. El ministro del Interior, Néstor Humberto Martínez, el ministro de Defensa, Rodrigo Lloreda, así como el secretario Jurídico de la Presidencia, Jaime Arrubla, se ocuparon con gran detenimiento de las implicaciones que el despeje podría tener. Escuchamos todas las opiniones, para evitar cualquier imprecisión que pudiera dar al traste con esta iniciativa presidencial y, al mismo tiempo, garantizar que la ley de orden público pudiese dar el marco apropiado para decretar la zona de distensión, como después lo reafirmó la Corte Constitucional. Solamente cuando los dos ministros estuvieron totalmente de acuerdo con los términos del decreto, éste fue expedido por el jefe de Estado.
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El domingo 4 de febrero de 2001, en un momento en el que arreciaban las críticas a la zona de distensión, el presidente Pastrana visitó los municipios de La Uribe, La Macarena y San Vicente del Caguán, con el fin de salirle al paso a las múltiples conjeturas y, al mismo tiempo, para demostrarles a los críticos que el gobierno ejercería pleno control de la zona, en cabeza de su propio jefe de Estado, cuando ello fuera necesario. A esta visita !excepcional en mi intensa agenda internacional! asistí con el presidente, quien además se hizo acompañar del alto comisionado, Camilo Gómez, y del ministro del Interior de entonces, Humberto de la Calle Lombana, así como de un grupo de periodistas de Palacio.!! Cuando llegamos a San Vicente del Caguán, después de haber estado en La Uribe y en La Macarena, el presidente Pastrana se puso al volante para conducir el vehículo asignado al alto comisionado para la Paz, Camilo Gómez. Salimos del aeropuerto con el presidente al timón y, unos minutos después, camino al Batallón Cazadores, pasamos por un retén de las FARC. Los guerrilleros saludaron, como de costumbre, y proseguimos nuestra marcha. Al caer la tarde, el reporte de las FARC sobre los acontecimientos del día fue de total normalidad, pero al mismo tiempo hizo notar que el único suceso extraño era que el alto comisionado para la Paz ¡había cambiado de chofer! La ausencia de un gran amigo El 26 de mayo de 1999, día en que se precipitó la renuncia de Rodrigo Lloreda como ministro de Defensa, nos encontrábamos en Cartagena celebrando la Cumbre Andina. Durante los meses anteriores yo había tenido la oportunidad de conversar sobre las dificultades del proceso con Rodrigo, a quien me unieron especiales lazos de admiración y amistad desde mi juventud y de cuya campaña presidencial fui director ejecutivo en 1990. Él, por supuesto, me había manifestado con toda sinceridad las dudas y preocupaciones que existían en las Fuerzas Armadas con el tema del
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despeje y, en particular, sobre una posible prórroga de la zona de distensión. Rodrigo había manejado con una gran inteligencia el tema con las Fuerzas Armadas, al tiempo que había iniciado el programa de reestructuración al interior para su fortalecimiento. Sobre estos aspectos siempre mantuvimos un diálogo fluido y sereno en diferentes momentos. Para mí fue sorpresiva su decisión. Debo confesar que este hecho produjo un momento de gran tensión, por las informaciones contradictorias que recibíamos desde Bogotá, en relación con el malestar que se generó entre los militares. Una vez en conocimiento de los hechos, de inmediato procedí en compañía de Alberto Casas Santamaría, ministro de Comunicaciones, a redactar un comunicado de respaldo al presidente Pastrana, a su gobierno y a la institucionalidad, que leí a los medios de prensa. Hubo sugerencias en el sentido de que el presidente regresara a Bogotá para hacerle frente a la crisis. Pero a mí me pareció contraproducente, más aún si debía dejar a sus cuatro colegas andinos en medio de una Cumbre de tanta trascendencia. En contra de otras opiniones, a mí me pareció que si alguna situación se presentaba, nada mejor que tener el respaldo de cuatro presidentes amigos en Cartagena. Finalmente, el presidente tomó la determinación de quedarse y de convocar al mando militar a la casa de huéspedes, ubicada en la Escuela Naval, a una reunión que se celebró ese mismo día en la tarde. El presidente me pidió que lo acompañara con Camilo Gómez a esa reunión y allí, con firmeza y serenidad, escuchó las inquietudes del mando militar. El general Tapias fue desde el primer momento claro y consistente en manifestar su apego a los canales constitucionales. Se dirigió, así mismo, 153
con un gran respeto al presidente, para expresarle las preocupaciones y molestias en el mando militar por el proceso de paz y los hechos que habían desatado la renuncia del ministro Lloreda. Se trató, sin duda, de una reunión compleja, donde cada uno de los asistentes expuso sus preocupaciones con total sinceridad, pero en la que nunca estuvo en riesgo la institucionalidad del país, como pretendieron hacerlo ver algunos. Al término de este diálogo, se acordó realizar un encuentro con todos los generales, en el club militar Las Mercedes, en Melgar, unos días más tarde. Luego de esta reunión nos fuimos para el Centro de Convenciones de Cartagena donde ofrecimos una rueda de prensa conjunta, en la que dimos por superado el incidente. El presidente Pastrana debía partir hacia México a una Cumbre Presidencial del Grupo de Río. Pero dadas las circunstancias que debimos atravesar, creímos que este viaje no era conveniente. Por lo tanto, me pidió que lo representara. Una vez me encontraba en México, fui consultado sobre la posibilidad de asumir el Ministerio de Defensa. Expresé las razones por las que yo no consideraba oportuno aceptar el ministerio y el primer mandatario no sólo entendió, sino que aceptó de manera integral mis argumentos. Debo destacar la serenidad con que el presidente manejó este incidente, a todas luces inoportuno, por haber ocurrido durante la
realización de la
Cumbre Andina; el apego de la institucionalidad democrática por parte de las Fuerzas Armadas; y la solidaridad de los presidentes andinos, quienes durante el tiempo que hubo necesidad de suspender la reunión para atender la crisis, estuvieron muy atentos a realizar cualquier gestión, si hubiese alguna alteración del orden, que por fortuna nunca se presentó.
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Este hecho, por razones obvias, generó un distanciamiento con el ministro Rodrigo Lloreda, quien posteriormente, y de manera lamentable, volvió a recaer de su penosa y delicada enfermedad. Meses después, durante la asamblea anual de las Naciones Unidas, fui a visitarlo en Nueva York, donde él se encontraba en proceso de recuperación. Hablamos de manera extensa sobre los acontecimientos del país y, en general, sobre nuestras vivencias personales en el ejercicio de gobierno. Puedo decirlo hoy, sin ninguna mortificación,
que en esa oportunidad restablecimos la
comunicación y se impuso de nuevo el afecto mutuo que siempre nos profesamos.
Cuando ocurrió el fallecimiento de Rodrigo, el presidente
Pastrana me llamó en forma inmediata, para pedirme que lo acompañara a Cali, donde nos dirigimos directamente a la casa de su familia, para expresarle en la calidez de una mayor privacidad nuestra sincera condolencia de amigos, a su esposa y a sus hijos. Uno de ellos era Francisco Lloreda, quien meses más tarde, por sus propios méritos, ingresó al Gabinete presidencial como ministro de Educación. Esta visita cerró un episodio difícil y, además, muy doloroso, por la profunda tristeza que significaba para nosotros la ausencia de un amigo y consejero entrañable.
Una agenda para la paz Debo destacar, por su carácter pionero y por la trascendencia para cualquier negociación futura, un hecho que me dio la certeza de que las aproximaciones entre la guerrilla y el gobierno llegaron mucho más lejos de lo que con frecuencia se reconoce.
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A pesar de las dificultades que representaba el avance de los diálogos en medio del conflicto, cuyo escalonamiento inadmisible para la opinión nacional,
se hacía cada vez más
el día 2 de mayo de 1999 el
presidente Pastrana, en una nueva apuesta por el instinto que lo había movido en la dirección de la solución política, propició el segundo encuentro con Manuel Marulanda para darle una mayor profundidad al proceso, que mostraba una gran lentitud después de su instalación formal en el mes de enero de este mismo año.
Esta disposición sincera del primer mandatario, para lograr un mayor acercamiento y generar confianza con las FARC, fue la que permitió al Alto Comisionado para la Paz, Víctor G Ricardo, superar el congelamiento en que se encontraban las negociaciones en la fase inicial de los diálogos y dar paso a la celebración de una jornada memorable el 6 de mayo de 1999, en La Machaca ! Departamento de Caquetá. La discusión, debo admitirlo, fue lenta y tuvo múltiples obstáculos durante los meses anteriores, pero permitió ese día #)$ /&2.'.+.8'$ /&$ -')$ 5D@&'/)$ común para el c)%3.,$ B)+.)$ -')$ '-&7)$ P,#,%3.)94 Un consenso de doce grandes puntos discriminados en cuarenta y seis subtemas que daban cuenta del más amplio universo de acciones para la reorientación de la sociedad colombiana, contribuyó a sentar sobre bases ciertas las posibilidades de una paz duradera en Colombia después de tantos años de conflicto.67 67
Los doce puntos identificados por los negociadores al concluir la primera fase de los diálogos fueron: solución política negociada; protección de los Derechos Humanos como responsabilidad del Estado; política agraria integral; explotación y conservación de los recursos naturales; estructura económica y social; reformas a la justicia, lucha contra la corrupción y el narcotráfico;
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Al término de este encuentro, y para retomar el buen espíritu de la reunión, que logró despejar los motivos iniciales de incertidumbre, los representantes del Gobierno y las FARC emitieron el siguiente comunicado: 51. En el día de hoy hemos terminado el desarrollo del trabajo que nos habían encomendado, con el fin de elaborar una agenda que hemos decidido llamar «Agenda Común para el Cambio hacia una Nueva Colombia», la cual tiene doce grandes temas. 2. Así mismo, hemos definido los mecanismos de participación ciudadana durante el desarrollo de los diálogos políticos para la negociación, que se encuentran especificados en el documento titulado «Por el Cambio: encuentro con la Nación». 3. Los acuerdos pactados los ponemos a disposición de los negociadores que designen el Gobierno Nacional y el Secretariado Nacional de las FARC-EP. 4. Expresamos a la opinión pública que este primer resultado concreto del Proceso de Paz, es el inicio de la construcción que todos los colombianos debemos llevar a cabo, con el propósito de lograr la reconciliación nacional. Es indispensable crear conciencia de que este objetivo no se logra como producto de unas pocas reuniones y en un corto tiempo, sino del compromiso y del aporte que todos los colombianos hagamos. reforma política para la ampliación de la democracia; reformas del Estado; acuerdos sobre Derecho Internacional Humanitario; fuerzas militares; relaciones internacionales; formalización de los acuerdos.
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5. Estamos seguros que con la voluntad política expresada por las partes para resolver el conflicto social y armado, los encuentros llevados a cabo con los dirigentes de las fuerzas políticas, gremios económicos, directores de medios de comunicación, miembros del congreso de la república y otros sectores, lo mismo que el decisivo diálogo sostenido entre el Señor Presidente de la República y el Comandante en Jefe de las FARC-EP, hemos logrado avanzar de manera positiva, en la consecución de una paz verdadera y estable. 6. Agradecemos a las autoridades y habitantes de la zona de distensión su comprensión, permanente apoyo y disposición de contribuir a la paz de todos los colombianos. 7. Expresamos nuestro deseo para que los negociadores de las partes tengan la sabiduría en el análisis de los temas, en el logro de consensos y en la obtención de acuerdos que permitan, a través del tiempo, crear los hechos de paz que el país y la comunidad internacional esperan del proceso colombiano, con el fin de construir un Estado fundamentado en la equidad y la justicia social. 8. Por último, hacemos un llamado para que no desaprovechemos la oportunidad histórica que tenemos de crear las condiciones para construir una nación en la que quepamos todos y tengamos un Estado >-&$0,/,($1&(6&0&%,(49$
Considero que en sus doce puntos, la Agenda Común se constituyó en uno de los aportes más importantes de las conversaciones y en una carta de navegación hacia la solución política negociada del conflicto interno, al
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contener los temas políticos, sociales y económicos que determinarían el logro de la paz con democracia y justicia social en Colombia. Debo confesar que este fue un momento en el cual me aferré, con profunda convicción, a la ilusión posible de una paz sólida y de largo plazo para Colombia. Las innovaciones del proceso Una de las mayores innovaciones introducidas en este aleccionador intento de paz negociada en nuestro país !sin comparación posible con otras dinámicas similares! lo representó el viaje de algunos miembros del Gobierno nacional y su equipo negociador, de representantes de la sociedad civil y de los negociadores de de las FARC a Suecia, Noruega, Italia, Suiza, España y Francia, durante el mes de febrero de 2000, con el fin de escuchar diferentes exposiciones sobre los modelos de desarrollo de estos países; evaluar de primera mano el funcionamiento de sus economías; e identificar las ventajas y desventajas de la aplicación de estos modelos en nuestro país. Estas visitas se originaron en una obsesión que tanto Víctor G. Ricardo como yo compartimos con el presidente Pastrana, en torno a la posibilidad de invitar a los miembros de las FARC, con el equipo de negociadores del gobierno, para que los líderes guerrilleros pudieran tener un acercamiento directo con los profundos cambios que habían ocurrido en el mundo después de la caída del muro de Berlín. Las razones de esta iniciativa habían saltado a la vista en las primeras reuniones de negociación, desde cuando se hicieron evidentes los problemas de comunicación y de lenguaje en torno al modelo de desarrollo que debía ponerse en marcha en nuestro
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país, para obtener el acceso a condiciones de crecimiento, distribución del ingreso y bienestar social en el largo plazo. Me correspondió participar desde finales de 1999 en la organización de esta visita, con el profundo convencimiento de que la discusión de la agenda de eventuales acuerdos, cuyo intercambio de ideas empezaría el 20 de febrero de 2000, se vería enriquecida por el contacto con empresarios y dirigentes políticos de diferentes tendencias que habían sido identificadas como interesantes experiencias de intervención social del Estado. Debo recordar la importancia que en estas gestiones adquirió la brillante canciller de Suecia, Anna Lindh, quien fuera asesinada durante el mes de septiembre de 2003 en Estocolmo en un horrendo acto que me conmovió en lo más profundo.
Como bien lo
señala Chris Patten, comisario de
N&#)+.,'&($ "Q0&1.,1&($ /&$ #)$ A'.8'$ "-1,6&)b$ 5E,+,($ (-+&(,($ /&0.&'&'$ #,($ relojes: uno de estos fue la muerte de Anna Lindh. Ella convirtió la política en una aventura honorable. Anna era sueca y esperamos desde lo más profundo que Suecia siga siendo Anna".68 Su participación en la política sueca, a través del gobernante partido socialdemócrata, le brindó alegría y futuro a su país. No tengo duda de que estaba destinada a ser la primera ministra de Suecia. Para nosotros, la canciller Lindh fue una aliada estratégica por
su
comprensión y apoyo decidido al proceso de paz, al Plan Colombia y al desarrollo económico del país, que merecieron extensas conversaciones durante nuestro encuentro en la Cumbre América Latina ! Unión Europea
68
N),%%+Suecia y Europa le dan su adiós a cancille,%#/)/64#.#-, en CNN, 19 de septiembre, 2003
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en Río de Janeiro, y posteriormente en el avión presidencial que nos trajo de regreso a Bogotá con motivo de su visita oficial a Colombia. Su mensaje resultó de la mayor trascendencia en Europa, con el fin de que este bloque brindara apoyo a nuestros acercamientos de paz con el movimiento guerrillero de las FARC y, luego, después de la ruptura de las negociaciones, para que nos ofreciera todo su respaldo en la defensa de nuestra institucionalidad democrática. Todavía preservo en mi memoria el afecto con que me recibió en Estocolmo durante mi visita, lo que sin excepción se repitió siempre que nos encontrábamos en los foros internacionales. Su mensaje de aliento durante mi enfermedad aún lo guardo con especial evocación entre mis más gratos recuerdos. Al término de este periplo por Europa, los negociadores presentaron un comunicado conjunto el día 2 de marzo de 2000, en el que sintetizaron las 5#&++.,'&($/& viaje9, en los siguientes términos: 5Lo que muchos creían imposible, sí es posible. Por primera vez en la historia de un proceso de paz, quienes hemos estado enfrentados por décadas viajamos al exterior para trabajar de la mano en la construcción de la paz. Con este hecho demostramos que en este proceso de paz todo es posible y, más aún, que se puede seguir fortaleciendo el espacio de la tolerancia y el diálogo. Éste fue, precisamente, uno de los principales aspectos que más sorprendió a quienes nos recibieron en Europa. En efecto, fueron varias las voces que comentaron que esta gira se había convertido, por sí misma, en un referente válido para el resto de procesos de paz en el mundo.
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No hay temas tabúes. En Europa hablamos con franqueza, con respeto y sin prevenciones sobre temas que para muchos eran intocables e, incluso, "aplazables". Demostramos que no hay temas tabúes ni en Europa ni en la Mesa de Diálogo y Negociación y que estamos dispuestos a seguir hablando de frente al país sobre aquellos aspectos que muchos califican como espinosos. Estos temas se pudieron tratar desde diferentes ópticas, con la perspectiva de cada parte, dentro de un ambiente de respeto, pero dejando explícitas las divergencias y convergencias. Hay más confianza y más respeto. Nunca, desde que iniciamos el proceso de paz, habíamos logrado tanta confianza entre las partes como la que alcanzamos en nuestra estadía las 24 horas de los 23 días del viaje. Es un avance en la relación entre las partes, que sin duda se verá reflejado &'$#)$F&()$<$&'$#)$'&@,+.)+.8'94
Según me comentaron representantes del gobierno, al término de este periplo, algunos de los guerrilleros, que previamente al viaje se habían declarado admiradores del modelo sueco por considerarlo un paradigma de la sociedad del bienestar y la equidad, se mostraron desencantados porque, según
percibieron, los nórdicos
habían montado toda su estrategia de
desarrollo sobre la base de altas cargas tributarias que para los lideres de las FARC eran inadmisibles. También representó una innovación notable dentro del proceso de paz la celebración de la audiencia internacional
sobre cultivos ilícitos y medio
ambiente, el día 29 de junio de 2000, en el marco de las audiencias
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públicas, que se habían iniciado desde el 9 de abril de ese mismo año, como mecanismo de vinculación de la sociedad civil al proceso de paz. Este encuentro realizado en Los Pozos (San Vicente del Caguán), al cual asistieron representantes de 21 estados, así como funcionarios de las Naciones Unidas, de la Unión Europea y del Parlamento Europeo, convirtió en un escenario propicio
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se
para poner sobre la mesa el debate
aplazado en la mesa de negociaciones sobre la relación perversa entre narcotráfico, guerrilla y
defensa del desarrollo sostenible. Pero su
verdadera intención ! la que habíamos discutido con Camilo Gómez y el presidente Pastrana - era contribuir en una mayor internacionalización del proceso de paz, mediante un acto emblemático como éste, que hizo posible una nueva muestra del respaldo y del compromiso de la comunidad internacional con la construcción de la paz en Colombia. El día anterior a este encuentro, habíamos celebrado una reunión en el palacio de San Carlos con todos los delegados internacionales, con el fin de coordinar la citada audiencia. Los momentos de verdad Con frecuencia me han preguntado cuál fue, desde mi óptica, el momento de mayor dificultad en el proceso de paz, antes de que ocurriera su ruptura definitiva.
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A esta audiencia asistieron los embajadores y representantes de Alemania, Austria, Bélgica, Brasil, Canadá, Costa Rica, Dinamarca, España, Finlandia, Francia, Reino Unido, Italia, Japón, México, Noruega, Venezuela, Países Bajos, Portugal, Santa Sede, Suecia y Suiza. A nombre de la ONU estuvo presente Jan! Egeland, asesor especial del Secretario General de las Naciones Unidas para la Asistencia Internacional a Colombia, así como cuatro asesores más. En representación de la Unión Europea asistió Cándido Rodríguez. Del Parlamento Europeo viajaron hasta Los Pozos dos delegados.
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Hubo muchos momentos difíciles. Uno de ellos !que complicó la credibilidad del proceso desde el comienzo! fue la ausencia de Manuel Marulanda el 7 de enero de 1999, día de la instalación formal de las negociaciones de paz en la plaza principal de San Vicente del Caguán. Ese día, el primer mandatario me solicitó permanecer en Bogotá para que coordinara las acciones de Gobierno en un momento crucial para todos nosotros. Recién me incorporaba a mis labores después de unas cortas vacaciones, y esa semana había trabajado intensamente con el equipo de Palacio en la elaboración del discurso del presidente para ese día. La ausencia del líder guerrillero era, desde luego, una alternativa que nosotros no podíamos predecir, porque si alguien corría riesgos era el propio presidente Pastrana. Recuerdo que me encontraba reunido en el despacho de la Cancillería con Alberto Casas Santamaría, haciendo seguimiento de los sucesos de esta jornada y tengo que decir que me produjo desilusión, el hecho de que Marulanda no se hubiera presentado a esta cita. La desconfianza del máximo líder guerrillero hacia todo lo que tenía que ver con el Estado era evidente. Se nos dijo, de manera increíble, que había experimentado un gran temor por
su seguridad. Viví, por supuesto, una momentánea
sensación de desencanto, pero al mismo tiempo sentí una gran admiración por la dignidad y el coraje con la que el presidente Pastrana asumió ese acto con la silla vacía de su principal interlocutor en el proceso. Aunque intuí desde esta oportunidad que el proceso iba a ser difícil y que tendríamos que enfrentar muchos obstáculos en el camino, nunca pensé que éste sería un serio augurio de fracaso. Y así pude ratificarlo el 2 de mayo de 1999, cuando el presidente Pastrana decidió viajar de improviso a la zona de distensión, para reunirse por 164
primera vez como presidente en ejercicio con Manuel Marulanda en Caquetania, una vieja finca localizada en los llanos del Yarí. Allí, el primer mandatario
habría de darle una mayor profundidad al proceso en una
demostración de liderazgo frente a las dificultades. Creo que este encuentro resultó decisivo en la generación de una atmósfera de confianza para la presentación de la 5D@&'/)$ +,%M'$ 6)1)$ &#$ +)%3.,$ B)+.)$ -')$ '-&7)$ P,#,%3.)9$ el día 6 de mayo, como ya ha quedado descrito. Pero al mismo tiempo debo mencionar, entre los puntos suscritos, el éxito obtenido por el presidente para que las FARC firmaran un acuerdo de acompañamiento internacional del proceso, que después resultó vital para desnudar las verdaderas intenciones de la guerrilla. Creo también que hubo otro momento que deparó razones para el optimismo, aun en medio de las evidentes dificultades, de las que siempre fuimos concientes. La reunión sostenida entre el presidente Andrés Pastrana y Manuel Marulanda, los días 8 y 9 de febrero de 2001, en la población de Los Pozos, para desentrabar las negociaciones, nos permitió abrigar
la esperanza de que el proceso diera un salto cualitativo. Las
negociaciones se encontraban prácticamente congeladas desde hacía unos meses, por la posición intransigente que habían adoptado las FARC, en torno al tratamiento que el Gobierno debía darle a los grupos paramilitares. En los días previos a este viaje, el presidente Pastrana, con un equipo cercano de colaboradores, se dedicó a preparar de manera detallada, punto por punto, alternativa por alternativa, lo que debería ser ese encuentro con Manuel Marulanda. Como sabía de la complejidad del momento, procedí con base en la experiencia que había acumulado en el proceso de paz de Contadora, a sugerir la creación de la Comisión de Notables. Este grupo de destacadas personalidades colombianas estaría encargado de hacerle unas 165
recomendaciones, tanto al gobierno como a las FARC, para identificar las acciones que era necesario adoptar con el fin de avanzar en todos los aspectos relacionados en la lucha contra la violencia y buscar fórmulas que permitieran reducir la intensidad del conflicto, incluido por supuesto el tema de la lucha contra las autodefensas. El presidente tomó nota de esta sugerencia y la incorporó en la agenda de las conversaciones. Los acuerdos establecidos en esta reunión, dentro de la cual se destacó, en efecto, la creación de la Comisión de Notables,70 contribuyeron a darle un segundo aire a las negociaciones. El informe presentado por esta Comisión fue muy significativo y constituyó un buen punto de partida, con inusitada validez en la actualidad, en vista de la integralidad de la realidad del conflicto colombiano. Aún tuvimos un momento propicio a la esperanza en el mes de junio de 2001, cuando las gestiones de Camilo Gómez, quien había sido designado desde finales del mes de abril de 2000 como el nuevo alto comisionado para la Paz, hicieron posible el intercambio humanitario de 364 policías y militares secuestrados por 14 guerrilleros que se encontraban detenidos. En este episodio, como en todos aquellos que debió enfrentar en su labor decidida por la paz de Colombia, Camilo Gómez asumió con especial rigurosidad y celo patriótico las acciones propias de su cargo y hoy puedo afirmarlo sin ahorrar ningún calificativo, que fueron su entereza y su valentía, las que permitieron develar las inconsecuencias de las FARC, 70
Este grupo estuvo conformado por Carlos Lozano Guillén, Vladimiro Naranjo Mesa, Alberto Pinzón Sánchez y Ana Mercedes Gómez Martínez. Esta última presentó su renuncia a la Comisión días previos a la presentación del informe final de la Comisión que fue entregado 19 de septiembre de 2001.
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especialmente en aquellos momentos en los cuales era necesario que el Gobierno adoptara una posición de firmeza, frente a solicitudes inadmisibles por parte de los negociadores de la guerrilla. No hay duda, sin embargo, que el momento más crítico en la fase previa al colapso generalizado del proceso, ocurrió a partir de la reunión de San Francisco de la Sombra (Caquetá), el 5 de octubre de 2001, a pesar de los esfuerzos realizados por el Frente Común por la Paz y Contra la Violencia, para acompañar al presidente en una fórmula que permitiera salvar el proceso. Desde el principio del gobierno, con el presidente Pastrana dialogamos sobre la necesidad de que existiera un gran consenso político en torno al proceso de paz. Por tal razón, convocamos a una serie de actores de diferentes sectores políticos para rodear las negociaciones, que en su primer intento fracasó. Posteriormente creamos el Frente Común por la Paz y Contra la Violencia, en noviembre de 2000. Los compromisarios para la creación de este frente fueron: Horacio Serpa por el partido liberal, Ciro Ramirez, por el partido conservador, Luis Fernando Alarcon por el movimiento Si Colombia, Antonio Navarro Wolf Samuel Moreno Rojas y Luis Guillermo Giraldo por los independientes y Mario Uribe como presidente del congreso El presidente Pastrana buscó en todo momento comprometer a los miembros de este Frente en las decisiones que se adoptaran en esta etapa del proceso, bien para continuarlo o bien para terminarlo. Y aquí tengo que reconocer, en particular, el papel que jugó Horacio Serpa quien en la reunión preparatoria del encuentro para San Francisco de la Sombra 167
propuso a sus colegas de una manera generosa, inteligente y muy franca, luego de haber escuchado al presidente, que se le diera al primer mandatario el total respaldo para lo que tuviera que hacer. Al concluir la reunión en la mencionada población del Caquetá, se coincidió por parte de los negociadores en que era necesario adelantar las conversaciones sin confrontación armada, y el grupo guerrillero se comprometió a entrar en una negociación seria de cese al fuego y a las hostilidades, con un cronograma en la próxima y primera reunión de la Mesa. Pero hoy tengo la plena convicción de que el período posterior al Acuerdo de San Francisco de la Sombra, se convirtió en la fase de mayor desaliento, como lo señalo más adelante,
porque ya el proceso estaba
deteriorado y el presidente tenía muchas dificultades políticas internas a pesar del apoyo del Frente por la Paz y contra la Violencia. Tengo además la certeza de que el execrable asesinato de Consuelo Araujo, ex ministra de Cultura, días antes de las celebración de este encuentro, si bien obligó a los guerrilleros a reconocer la gravedad del momento, debido a la airada reacción nacional e internacional, también contribuyó a marcar el comienzo del fin para el proceso. Considero, en todo caso, que la creación del Frente por la Paz constituyó un esfuerzo indispensable para construir un consenso político. Tengo la plena convicción de que en Colombia, sin un gran acuerdo nacional en torno a una eventual negociación de paz, va a ser muy difícil que encontremos una salida concertada al conflicto interno. Los diálogos de paz con el ELN
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Mi primer contacto con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) ocurrió durante la campaña electoral de 1998, una vez que se filtró a los medios de +,%-'.+)+.8'$ &#$ 5E1&)+-&1/,$ /&#$ E)#)+.,$ /&$ O.)')9=$ 2.1%)/,$ &'$ 2&31&1,$ /&$ ese mismo año, en la Cancillería española, por medio del cual esta agrupación aceptaba hablar por primera vez en mucho tiempo con un Gobierno, en este caso con el del presidente Ernesto Samper (1994-1998). Las naturales sensibilidades durante la campaña electoral, nos hicieron presumir que el citado preacuerdo podría tener su origen en una estrategia para favorecer la campaña del contrincante Horacio Serpa. En cualquier caso, la inesperada filtración de esta información en el diario ABC de España, en medio de la protesta del ELN sobre su posible manipulación electoral, desató una fuerte polémica pública, que después fue la razón &(@1.%./)$6,1$&(0&$@1-6,$6)1)$5+,'@&#)19$#)($6,(.3.#./)/&($/&$-'$)+-&1/,471 No obstante, ya en su calidad de presidente electo, Andrés Pastrana manifestó su interés en acoger y convertir en una agenda de diálogos con el movimiento guerrillero, el Acuerdo de Puerta del Cielo, firmado en Maguncia, Alemania, el día 15 de julio de 1998, por representantes del ELN y un amplio grupo de personas de las más diversas tendencias políticas y representaciones sociales de Colombia. Sobre el desarrollo de esta reunión el ex canciller y miembro de la Comisión Nacional de Conciliación, Augusto 71
La muerte de Manuel Pérez, máximo líder del movimiento, conocida después de la celebración de este preacuerdo, había generado incertidumbre sobre el futuro del proceso de paz que el grupo había comenzado a negociar con el Gobierno colombiano. El ELN rompió el 30 de marzo el preacuerdo con el Gobierno, alegando su malestar por la divulgación del mismo y denunciando su utilización para fines electorales, por parte del Gobierno del presidente Ernesto Samper. En medios de prensa también se especuló en el sentido de que el motivo real pudo ser el conocimiento de la noticia de la muerte del líder guerrillero, quien en los meses previos había sido el principal promotor de los acercamientos con el Gobierno. Ver diario El Mundo de España, 7 de abril de 1998.
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Ramírez Ocampo, mantuvo informado de forma permanente al presidente electo. Otro episodio que estuvo presente en la campaña y al inicio del Gobierno, fue la participación de los esposos Werner e Ida Mauss, personas de confianza del señor Bernard Schmidbauer, ministro de Estado, coordinador de los servicios secretos alemanes y posteriormente diputado de la Democracia Cristiana, quien proveía a esta pareja de documentos de identidad, les expedía pasaportes y les brindaba protección. Fueron varios los dirigentes colombianos que compartieron más de una velada con los esposos Mauss, quienes presuntamente servían de intermediarios en la liberación de secuestrados por el ELN y que al amparo de la protección del citado funcionario alemán realizaban tareas de acercamiento con esta agrupación guerrillera. "#$ L&U,1$ F)-((=$ 5&#$ &(6;)$ .%6#)+)3#&$ /&$ #,($ %.#$ 1,(01,(9=$ (&@M'$ #)($ caracterizaciones periodísticas de entonces,72 se paseaba por el país con absoluta tranquilidad, se hospedaba en lujosos hoteles de Cartagena y realizaba gestiones que tocaban el límite de las actividades ilícitas, hasta que el entonces gobernador de Antioquia, y hoy presidente de Colombia, Álvaro Uribe, decidió poner fin a las supuestas intenciones humanitarias de la pareja y ordenó su captura en el aeropuerto José María Córdoba de Rionegro. El hecho ocurrió en diciembre de 1996, después de que estos personajes hubieran logrado, en extrañas circunstancias, la liberación de la ciudadana alemana Brigitte Schoene, secuestrada por el ELN. Siete meses
72
Ver Diario El Mundo de España, enero 6 de 1997.
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más tarde, tengo entendido que gracias a las gestiones de Smichdbauer, los esposos Mauss obtuvieron su libertad. Nunca me gustaron estos personajes, con los cuales decidí evitar cualquier contacto. Por fortuna, el cambio de gobierno en Alemania y la llegada al poder de la social democracia, liderada por el canciller Gerhard Shröeder, habría de facilitarnos el camino para excluir a estos oscuros intermediarios de cualquier gestión de paz. En efecto, en Río de Janeiro, en la celebración de la Cumbre América Latina ! Unión Europea, y con ocasión de la reunión que sostuvimos con el nuevo canciller alemán, el señor Shröeder fue enfático en indicarnos que ni los Mauss ni el señor Smichdbauer tenían autorización alguna de su Gobierno para realizar gestiones de paz o de carácter humanitario en Colombia y que, por lo tanto, nos solicitaba excluirlos de cualquier procedimiento en esta dirección. Así procedió el presidente Pastrana, a pesar de la insistencia de los Mauss, de algunos de sus amigos en Colombia y de ciertos funcionarios del Gobierno, quienes probablemente se vieron obligados a entrar en contacto con ellos en situaciones humanitarias complejas, en las que nunca quise participar. Aún recuerdo el sentido homenaje que el premier alemán le hizo al presidente Pastrana en Río de Janeiro por su compromiso con una salida negociada al conflicto colombiano, así como el aplauso colectivo y espontáneo que se produjo a continuación. Por su parte, el señor Smichdbauer tuvo todavía tiempo de organizar un viaje a Colombia como diputado activo de su partido, con el propósito de 171
disuadir al Gobierno en torno a la nueva actitud adoptada con los esposos Mauss. El funcionario pensó que se encontraría con un Gobierno atemorizado por sus expresiones, que en todo se alejaban de las de un verdadero militante demócrata cristiano; pero tuvo que regresar a su país sin cosechar ningún resultado, frente a la enfática negativa que le dio el presidente Pastrana. Nunca más volví a saber del citado diputado y mucho menos de sus misteriosos protegidos. Debo eso sí destacar las gestiones políticas de apoyo al proceso de paz promovidas por el Gobierno alemán, en las que jugó un papel de primer orden el director para América Latina del Ministerio de Asuntos Exteriores de Alemania y actual embajador en España, Georg Boomgaarden. Este inteligente y comprometido diplomático debió cumplir una misión decisiva en la liberación de los tres alemanes secuestrados por las FARC en el occidente colombiano. Una agenda con interlocutor esquivo Algunos sectores en Colombia han querido minimizar los acercamientos del presidente Pastrana con el ELN, hasta el punto de señalar el poco interés mostrado por su Gobierno en iniciar los diálogos con esta agrupación guerrillera. Hay quienes incluso se atreven a interpretar que los secuestros masivos y los continuos atentados contra la infraestructura energética realizados por esta organización, fueron las consecuencias del desinterés. Sin embargo, estas apreciaciones suelen pasar por alto los esfuerzos también audaces que hizo el presidente, desde los inicios de su mandato, 172
para buscar aproximaciones que condujeran hacia una agenda de diálogos con este movimiento armado, sin obtener al final una respuesta decidida de sus líderes más visibles. En las primeras semanas de agosto de 1998, cuando recién iniciábamos nuestras labores de Gobierno, el nuevo comisionado de Paz, Víctor G. Ricardo, tuvo una primera reunión con los líderes del ELN, Felipe Torres y Francisco Galán, que se encontraban presos en la cárcel de alta seguridad de Itagüí - Antioquia. Este encuentro sirvió de base a las decisiones del 9 de octubre de 1998, cuando el Gobierno declaró oficialmente la iniciación del proceso y reconoció a esa organización insurgente el carácter político, en un acto que mostraba la voluntad del presidente Pastrana para avanzar con certeza hacia una agenda de paz. Los días siguientes a las decisiones del Gobierno, para facilitar el inicio del proceso, los voceros del ELN detenidos en la cárcel de Itagüí abandonaron en forma temporal su reclusión para reunirse con Gonzalo de Francisco, en representación del Ejecutivo, y sectores de la sociedad civil en la vereda Río Verde - Antioquia, el 10 y 12 de octubre de 1998. Con este encuentro, en una región de fuerte dominio del Frente Carlos Alirio Buitrago !donde los voceros del ELN hubieran podido escapar si lo hubieran deseado! se buscaba hacer los preparativos para la Convención Nacional con la sociedad civil, propuesta por esta agrupación desde febrero de ese mismo año. Este acto de construcción de confianza tuvo, sin embargo, un efecto efímero como consecuencia de la tragedia causada por el ELN en Machuca ! Antioquia, el día 18 de octubre, al dinamitar el oleoducto central y provocar 173
la muerte de 69 personas, la mayoría de ellas humildes e inermes campesinos de la zona. Sólo hasta enero de 1999 se volvieron a restablecer los acercamientos cuando se convino con los voceros del ELN la realización de la Convención Nacional de Paz para el día 13 de febrero. Esta decisión fue posteriormente aplazada por los líderes de esta organización sin que aparentemente mediaran razones poderosas para ello, y de nuevo se inició un período de silencio entre las partes. En otro nuevo intento por darle continuidad a los diálogos se cumplió en Caracas una reunión !facilitada por el Gobierno venezolano a solicitud nuestra! entre miembros del comando central del ELN y el alto comisionado para la Paz, los días 9 y 10 de febrero de 1999. El Gobierno colombiano en esta oportunidad ofreció garantías concretas para la celebración de la Convención Nacional con la más amplia participación de la sociedad civil, como se había acordado desde un comienzo. Una serie de acciones, incomprensibles e inaceptables para nosotros, se encargaría de hacer estériles los esfuerzos por construir una paz negociada con el ELN en esta primera fase de aproximaciones. El secuestro de un avión fóker de la empresa Avianca con 46 pasajeros a bordo y seis tripulantes, el 19 de abril de 1999, y el de 143 feligreses en la iglesia la María de Cali, el 30 de mayo de ese mismo año, fueron valorados por el Gobierno del presidente Pastrana como hechos de suma gravedad, que lo llevaron a congelar cualquier tipo de acercamientos. El proceso entró, por lo tanto, en su punto más bajo desde el primer encuentro en la cárcel de Itagüí. 174
A propósito del mencionado secuestro del avión fóker de Avianca, por parte del ELN, debo mencionar un evento que ocurrió en un momento muy sensible de las conversaciones con este movimiento. Le sugerí al presidente Pastrana solicitarle al ex canciller Augusto Ramírez Ocampo una gestión humanitaria e informal con el ELN en territorio cubano. Teníamos la información de que Nicolás Rodríguez Bautista !Gabino!, líder del ELN, se encontraba enfermo en La Habana, recuperándose !según se nos informó! de una operación quirúrgica. El presidente Pastrana acogió mi solicitud e invitó a desayunar al ex canciller Ramírez Ocampo, quien aceptó la responsabilidad de gestionar la liberación de los secuestrados del avión, con el visto bueno del Gobierno cubano. Augusto Ramírez viajó a la isla y durante dos días se entrevistó con Milton Hernández,
uno
de
los
firmantes
del
Preacuerdo
de
Viana
en
representación del ELN. Como resultado de esta gestión, se logró acordar una metodología que permitiría la entrega de los primeros secuestrados. Dentro de la fórmula acordada se levantaría la incomunicación en que estaban Felipe Torres y Francisco Galán en la cárcel de Itagüí y se permitiría el contacto entre ellos. Augusto Ramírez y Santiago Rojas, médico del presidente Pastrana, visitarían días después de esta gestión humanitaria la cárcel de Itagüí y acordarían con ellos el procedimiento a seguir, que en efecto condujo a la liberación del primer grupo de rehenes.
175
Recuerdo las críticas en diversos medios por el restablecimiento de la comunicación de estos dos guerrilleros. Pero lo que no se reconocía era que estábamos salvando vidas humanas. Esta iniciativa contribuyó a un feliz desenlace de los hechos. El papel de Cuba en las negociaciones con el ELN Siempre tuve claro que si en algo podía ayudar Fidel Castro era en la creación de condiciones propicias para dar comienzo a las conversaciones y, en su momento, para reactivar los diálogos de paz con el ELN. Su vinculación histórica con esta agrupación fue significativa, hasta el extremo de haber acogido en Cuba a Fabio Vásquez Castaño, uno de los fundadores del movimiento. Tuve oportunidad de discutir esta vinculación en Río de Janeiro, directamente con el comandante, en un almuerzo que compartimos con ocasión de la Cumbre ALC ! UE. Esa tarde, le pregunté insistentemente a Fidel Castro por qué no había hecho una campaña de difusión más agresiva para explicar los verdaderos alcances de la revolución cubana, con el fin de evitar equívocos en los países del continente sobre las intenciones de su Gobierno. Sin responder a mi pregunta, me contestó que nunca había entendido por qué Colombia en la VII Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores de la OEA, celebrada el 26 de agosto de 1960, en Costa Rica, y luego en Punta del Este, en el año de 1962, jugó un papel tan preponderante en la exclusión de Cuba del sistema interamericano, si él no tenía interés político alguno en intervenir en Colombia. Cierto o no, yo tampoco lo he podido entender,
176
salvo por las presiones externas del momento. Creo que aún estamos pagando el precio de tan innecesario proceder de nuestra política exterior.73 Después de los difíciles momentos que vivió el proceso con el ELN, como consecuencia de sus acciones en los primeros meses de 1999, el 30 de julio de ese mismo año se conformó la Comisión de Facilitación de la Sociedad Civil, presidida por el ex procurador Jaime Bernal Cuéllar, la cual ha prestado su valioso concurso para buscar nuevos acercamientos entre las partes y ha estado presente en los momentos más importantes de este proceso. Así mismo, durante el mes de octubre la ciudad de La Habana fue la sede de dos encuentros entre el Gobierno y los voceros del grupo guerrillero, que sentaron las bases para la reactivación de los diálogos. En efecto, luego de estos contactos de octubre y de uno más que se cumplió en Colombia, en el sur del departamento de Bolívar, durante el mes de diciembre, el Gobierno anunció su disposición de definir una posible 5:,')$ /&$ &'+-&'01,9$ >-&$ /.&1)$ @)1)'0;)s para la realización de la Convención y el desarrollo, de manera paralela, de una mesa de negociación entre el Gobierno y el ELN para alcanzar acuerdos en materia de derechos humanos y Derecho Internacional Humanitario. Con esta perspectiva en la mente de los negociadores, la isla se convirtió durante todo el año 2000 en un escenario de encuentros permanentes entre los representantes de la guerrilla y del Gobierno nacional. Tres hechos quiero destacar como resultado de las aproximaciones facilitadas por el 73
A los estudiosos de este tema y, en todo caso, a los alumnos de las facultades de Relaciones Internacionales, les recomiendo que lean el libro del diplomático peruano, Carlos Alzamora, La agonía del visionario, sobre los últimos días del canciller Raúl Porras, que incluye sus discursos en Costa Rica y la posición de Colombia en este espinoso asunto.
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Gobierno cubano: la conformación del grupo de cinco Países Amigos y Facilitadores !Cuba, España, Francia, Noruega y Suiza!, el 22 de junio de 2000; la firma de un preacuerdo en La Habana el día 15 de diciembre de 2000, en el cual quedaron redactados los reglamentos para la zona de encuentro, la verificación y los límites de esta posible zona; así como la liberación unilateral por parte del ELN de 29 policías, 10 militares y 3 agentes del DAS, el 23 de diciembre de 2000, como resultado de los acuerdos alcanzados con el Gobierno nacional en La Habana.74 De acuerdo con una nueva reunión, celebrada el 26 de enero de 2001 entre las partes, la zona de encuentro tendría un término de nueve meses e incluiría un área por delimitar, que sería objeto de intensas y difíciles negociaciones en los meses siguientes. Se acordaron precisos controles, con el fin de evitar posibles abusos; se garantizaron las libertades individuales a los habitantes del área, y se hicieron previsiones para el normal desarrollo de las actividades económicas y las decisiones administrativas de los distintos niveles de Gobierno en la región. Al mismo tiempo se planteó por parte de los negociadores la necesidad de conformar una
comisión
de
verificación,
con
componentes
nacionales
e
internacionales, que contaría con la participación de Alemania, Canadá, Japón, Portugal y Suecia. Se trataba, por lo tanto, de un esquema muy diferente a la zona de distensión en San Vicente del Caguán. Éramos concientes de que teníamos limitaciones para definir un modelo similar al pactado con las FARC.
74
Agencia Colombiana de Prensa (ANCOL). Tres años de historia e intentos de paz entre Gobierno y ELN . Noviembre 24 de 2001.
178
Los meses posteriores a estos importantes acercamientos estuvieron, sin embargo, marcados por tímidos avances y fuertes retrocesos. El día 26 de abril de 2001, el ELN condicionó el proceso de diálogo a una serie de acciones inmediatas del Gobierno que debían estar encaminadas a decretar la zona de encuentro, confrontar a los paramilitares y reparar los daños producidos por las fumigaciones a los cultivos de coca en las comunidades de la región de influencia. Semanas más tarde, el 22 de mayo la agrupación guerrillera tomó la decisión unilateral de suspender los diálogos con el Gobierno nacional, por considerar que las inquietudes planteadas por sus negociadores no habían sido atendidas en forma satisfactoria. Debo señalar que, a pesar de las gestiones adelantadas por el Gobierno, el establecimiento de la zona de encuentro se convirtió con el paso del tiempo en un obstáculo para avanzar en los diálogos de paz con el ELN, porque la región previamente designada para su localización ha sido desde hace varios años una zona de influencia de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), pero también se caracteriza por tener una importante presencia de esta agrupación guerrillera y de las FARC. En consecuencia, en la región elegida para consolidar la posible zona de encuentro colisionaban intereses económicos y territoriales irreconciliables. En los meses siguientes, el Gobierno mantuvo vigente su propósito de dar continuidad a los diálogos con el ELN, en la Isla de Margarita durante el mes de julio de 2001, en Caracas durante el mes de agosto y, de nuevo, en I)$ ])3)')$ /,'/&$ #)($ 6)10&($ 2.1%)1,'$ &#$ 5D+-&1/,$ 6,1$ P,#,%3.)9$ &#$ Gd$ /&$ noviembre, con una agenda específica hasta la finalización del período del presidente Pastrana, que buscaba superar el debate estéril en torno a una zona de encuentro que no había encontrado viabilidad política. En esta 179
oportunidad, se acordó que el tema prioritario de la discusión sería, en adelante, el de la reducción en la intensidad del conflicto. Según lo acordado con el ELN y con base en las recomendaciones que la comunidad internacional y la sociedad civil hicieron a las partes al término de la Cumbre por la Paz, celebrada en La Habana en enero de 2002, el Gobierno insistió para que la mesa de negociación establecida en la isla comenzara a discutir la posibilidad de llegar a un acuerdo de tregua con cese de fuegos y hostilidades. Éste incluía la suspensión del secuestro y la extorsión, el respeto a la vida de las personas, la suspensión de los ataques contra la infraestructura vial, eléctrica y petrolera del país y, por supuesto, la liberación incondicional de todos los secuestrados. En este empeño, representantes del Gobierno se reunieron en casi una decena de oportunidades durante los primeros cinco meses del año con representantes del ELN, en presencia de la comunidad internacional y de la Comisión Facilitadora de la Sociedad Civil, con el fin de acercar posiciones y lograr acuerdos satisfactorios para ambas partes. Aunque hubo temas en los que el Gobierno y el ELN lograron acuerdos significativos, al final, por las posiciones del ELN, las dificultades siempre resultaban insalvables, particularmente en lo referente al sostenimiento de ese grupo durante la tregua y al esquema de concentración de fuerzas, que determinaron el distanciamiento final entre las partes. Frente a estas posiciones inaceptables entendimos que llegar a un acuerdo de tregua con cese de fuegos y hostilidades era imposible. El ELN no parecía comprender la importancia del momento político que vivíamos ni el sentimiento nacional de cansancio frente a la violencia. 180
En un último intento, el Gobierno propuso llegar a un acuerdo que igualmente implicara la reducción del conflicto. Sin embargo, una vez más, cuando los negociadores se encontraban cercanos a su firma, el ELN nuevamente cambió su posición y a finales de mayo de 2002 decidió no suscribir el documento que había sido redactado conjuntamente. Por lo tanto, el presidente Pastrana, anunció el 31 de mayo de 2002, su decisión de suspender el proceso de paz con el ELN para que el próximo presidente lo retomara si lo consideraba pertinente. Aún así, con el presidente Andrés Pastrana decidimos a realizar una gestión final, y le extendimos una invitación al canciller de Cuba, Felipe Pérez, para que se reuniera con el presidente electo Álvaro Uribe y su equipo de colaboradores. Se trataba de facilitar una comunicación directa entre el nuevo Gobierno de Colombia y el Gobierno de Cuba, para explorar, si se consideraba pertinente, el restablecimiento de los diálogos con el ELN. Este encuentro, en efecto, se celebró en julio de 2002, en el hotel Santa Clara, en Cartagena.75 Un final con enseñanzas Desde la visita del presidente Andrés Pastrana a Cuba, en enero de 1999, yo había tenido oportunidad de hablar con Julio Londoño, embajador de Colombia en La Habana, sobre mi convicción de designar un comisionado de Paz exclusivamente para el proceso con el ELN, convencido como
75
Quiero recordar que me correspondió coordinar, por parte del Gobierno saliente, todas las actividades del empalme con la nueva administración. Fue ésta una tarea intensa que se adelantó sin contratiempos y culminó de forma exitosa.
181
estaba de que el caso así lo ameritaba y de que no era bueno tener un solo comisionado para los dos procesos. Para
sorpresa
nuestra,
los
representantes
del
Gobierno
cubano,
encargados de los asuntos de paz con Colombia, le hicieron al presidente Pastrana, la misma propuesta. Nuestra tesis fracasó durante largos meses y personalmente considero que fue un error no hacerlo. Cuando finalmente se dividió el equipo negociador del Gobierno, aunque siempre bajo la coordinación del mismo comisionado de Paz, ya era tarde para obtener logros considerables. Me arrepiento de no haber insistido más en esa tesis. Con el presidente Pastrana, tuvimos siempre la preocupación de cómo &7.0)1$ #)$ +,%6)1)+.8'$ &'01&$ #)($ 5(-6-&(0)($ +,'+&(.,'&(9$ >-&$ (&$ #&$ B)3;)'$ otorgado a las FARC y la supuesta dureza con que se trataba al ELN. Tengo la plena convicción de que nunca en el Gobierno existió esa idea, pero era evidente que la cúpula del ELN así lo percibía. Creo hoy que, salvo contados episodios, nunca fuimos eficientes en refutar esa tesis y las percepciones en esta dirección triunfaron. Sin embargo, fui también testigo, como ya lo reseñé, de las diversas oportunidades en que estando listos los términos de importantes acuerdos con el ELN, más avanzados que los alcanzados con las FARC, algún pretexto de última hora aparecía de su parte y hacía imposible concluir exitosamente la negociación. Nunca he podido saber la razón de fondo de esta actitud, pero así ocurrió en Caracas, en Isla Margarita, en La Habana y en las conversaciones para el establecimiento de la zona de encuentro en el sur de Bolívar. Las razones esgrimidas nunca me convencieron. Ellas tenían que ver con la ineficacia 182
del Estado en su lucha contra las autodefensas, o el manejo de las poblaciones vinculadas al cultivo de la coca al sur de Bolívar, o con las garantías para la celebración de la Convención Nacional por ellos propuesta. Creo sinceramente que al ELN le faltó mayor decisión política para comprometerse con el Gobierno en esta oportunidad de negociar una salida pacífica al conflicto. Creíamos igualmente con el presidente Pastrana que era indispensable un diálogo personal con Gabino para superar el recelo que se había creado con la dirigencia del ELN, por el hecho de haber celebrado un encuentro similar con Marulanda. El presidente Pastrana siempre estuvo dispuesto a realizarlo. Lamento que dicho encuentro no haya podido llevarse a cabo. Si para alguna gestión contribuyó la Diplomacia por la Paz fue para lograr el acompañamiento de la comunidad internacional en las conversaciones con el ELN, en esta segunda fase de los diálogos. Debo destacar, por ejemplo, #)$ +&#&31)+.8'$ /&#$ 5"'+-&'01,$ 6,1$ &#$ +,'(&'(,$ ')+.,')#$ 6,1$ #)$ 6):$ /&$ Colombia", realizado en Ginebra ! Suiza, en julio de 2000, entre el Gobierno, los líderes del ELN y miembros de la sociedad civil, con la activa presencia de los Países Amigos y Facilitadores, en torno a un debate sobre la humanización de la guerra, como un primer paso para lograr una solución al conflicto interno. De igual importancia fue el rol cumplido por la comunidad internacional en el estudio del reglamento y en la definición de las garantías para la creación de la zona de encuentro. El ex canciller Julio Londoño jugó un destacado 183
papel en esta materia. Así mismo, el general español Luis Alejandre, experto en los procesos de paz que adelantó las Naciones Unidas en Centroamérica, y hoy jefe del Estado Mayor del Ejército de su país, se desplazó a Colombia para prestar su asesoría en este delicado asunto. A él tuve la oportunidad de explicarle en detalle, en nuestra Embajada en Madrid, lo que estaba ocurriendo con el proceso de paz y lo que esperábamos con su presencia en nuestro país. Países amigos del proceso estaban decididos a integrar el grupo de verificación internacional, e inclusive a aportar recursos financieros y personal especializado para el contingente de 150 hombres que estimábamos debían garantizar el cumplimiento de lo pactado para la puesta en marcha de la zona de encuentro. Quiero resaltar finalmente el trabajo que ha venido realizando la Comisión de Conciliación Nacional, creada por iniciativa del cardenal Pedro Rubiano, en 1995, con el propósito de servir de puente entre los diferentes actores del conflicto armado. A lo largo de estos años he tenido oportunidad de compartir con los diferentes miembros de la Comisión !iglesia católica, gremios económicos, políticos, intelectuales y representantes de los medios de comunicación!, su significativo esfuerzo por la paz de Colombia. La Comisión ha contribuido, entre otros aspectos, a la formulación de una política nacional de paz; a aclimatar la importancia del Derecho Internacional Humanitario en nuestro país; a realizar una valiosa tarea de difusión sobre la importancia de esta materia en nuestro conflicto interno; a mantener un escenario para la negociación pacífica cuando se había roto esa posibilidad por el Gobierno del presidente Ernesto Samper; a efectuar contactos periódicos con diferentes dirigentes de la guerrilla con miras a 184
encontrar un camino de paz; y a realizar importante gestiones humanitarias, con una participación activa en casos como la liberación de los soldados secuestrados en Las Delicias - Caquetá, el 15 de junio de 1997, y la liberación de los observadores electorales de la OEA, el 1 de noviembre de 1997. La Comisión merece un reconocimiento nacional. Siempre mantuvo la tesis de que la cooperación internacional para la salida negociada al conflicto en Colombia era un elemento fundamental, postura que me animó en el diseño de la Diplomacia por la Paz. L a ruptura del proceso con las F A R C : una cronología El 20 de febrero de 2002, día en que el presidente Pastrana decidió ponerle fin a la zona de distensión y dar por concluido el proceso con las FARC, me encontraba en La Haya atendiendo la audiencia preliminar que íbamos a sostener con el presidente de la Corte Internacional de Justicia para el caso presentado por Nicaragua contra Colombia.76 Concluida esta audiencia, me dirigí a una reunión con el subsecretario de Relaciones Exteriores de Holanda, con quien nos encontrábamos analizando el caso colombiano. El canciller holandés se había enfermado y no había podido acompañarnos. Cuando estábamos en la mitad de la conversación, entró a su despacho una llamada de la Embajada de Colombia, en la que me pedían que me comunicara de urgencia con la Casa de Nariño. A mi regreso a la Embajada
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El hecho que finalmente desató esta decisión fue el desvío, por parte de guerrilleros de las FARC, de un avión comercial con 34 ocupantes, el cual hicieron aterrizar en una carretera cercana al municipio petrolero del Hobo, en el departamento del Huila, 270 kilómetros al sur de Bogotá, tras lo cual secuestraron al senador Jorge Gechem Turbay, presidente de la Comisión de Paz del Congreso. El resto de los pasajeros fue dejado en libertad.
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llamé de inmediato al presidente, quien me puso al tanto de lo que estaba ocurriendo. Los permanentes contactos a la distancia siguieron, mientras me ocupaba en forma simultánea de una reunión con Julio Londoño Paredes, embajador en Cuba, Vladimiro Naranjo, embajador en Países Bajos, Andrés Rugeles, mi jefe de Gabinete en la Cancillería, y el equipo de abogados internacionalistas que me había acompañado para sustentar nuestra posición ante La Haya, con el fin de analizar los resultados de la audiencia preliminar que habíamos tenido en la Corte. Esa noche, después de cenar con los asesores internacionales Prosper Weil y Stephen Schwebel, me disculpé para regresar cuanto antes al hotel, donde me mantuve en vilo y en contacto directo con el presidente y con otros miembros del Gabinete, entre los que recuerdo a Juan Manuel Santos y Camilo Gómez. Debo confesar que éste fue un momento de gran tristeza personal porque mi apuesta por el proceso de paz había sido sincera y explícita. Pero también entendí este 20 de febrero de 2002, que la ruptura de las negociaciones era una decisión inaplazable, porque las mismas FARC con su rechazo a la generosidad del presidente y el engaño al pueblo colombiano, le habían quitado todo espacio político al Gobierno para continuar con las negociaciones. A la mañana siguiente salí para Madrid, para sostener un encuentro con el canciller, quien a mi arribo ya estaba enterado de todos los pormenores de la decisión del Gobierno colombiano. En medio de grandes expresiones de 186
solidaridad, el canciller Piqué convocó a una rueda de prensa muy nutrida, con todos los medios de prensa internacionales, en la que le dio un gran apoyo a Colombia y me cedió la palabra para explicar los detalles de lo sucedido. En esta rueda de prensa ilustré cómo las FARC, con su actuación, se habían autodefinido como un grupo terrorista y cómo habían preferido el camino de la confrontación militar al de la negociación política. Ante esa situación, era evidente que las FARC le habían cerrado las puertas al diálogo y habían perdido la batalla política ante el Gobierno y la sociedad colombiana. Sin embargo, consideré necesario aclarar que la situación del país no era, ni sería, de guerra total. Al contrario, Colombia tenía una opción real: defender la democracia y las libertades ante los ataques del terrorismo y narcotráfico. Por lo cual, resalté la unión de la sociedad colombiana en una verdadera resistencia civil contra quienes atentan contra la paz y el respaldo de sus instituciones democráticas y su Gobierno legítimamente elegido por voto popular. Para concluir, hice un llamado a la comunidad internacional a dar muestras reales de solidaridad con Colombia y la defensa de su democracia. Debo destacar, de una manera muy especial, la actitud de apoyo permanente y los sabios consejos que recibimos del presidente José María Aznar y del canciller Josep Piqué, quienes se convirtieron en pilar fundamental de nuestras gestiones por la paz en Europa y después de la ruptura del proceso fueron los primeros en rodear la decisión del Gobierno colombiano.
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Al día siguiente a mi regreso a Bogotá, pude comprobar el desánimo natural del presidente, quien había hecho una gigantesca apuesta por la paz de Colombia, pero sin encontrar eco entre sus interlocutores.! !
Los hechos cada vez hacían más insostenible el proceso de paz con las FARC. Pero el núcleo del problema se concentró en la posición de este grupo de incumplir de manera recurrente con lo pactado; en la dificultad de avanzar en el tema del cese al fuego y hostilidades y de lograr acuerdos para la disminución del conflicto; así como en su ambigua posición frente a la zona de distensión. Esta zona decretada por el presidente de la República con el propósito de adelantar los diálogos y la negociación desde 1998, volvió a ser motivo de discordia a principios de octubre de 2001, cuando se prorrogó su vigencia por cien días más, hasta el 20 de enero de 2002. Justo en ese momento !octubre de 2001! el proceso enfrentaba una de sus peores crisis. Durante los dos meses anteriores, las FARC habían secuestrado a un ex gobernador !Alan Jara! sustrayéndolo de un carro con inmunidad diplomática de la ONU y a la vez habían secuestrado a tres cooperantes alemanes de la GTZ, lo cual había colocado a este grupo guerrillero en medio de un duro cuestionamiento internacional. Un tiempo más tarde tres supuestos miembros del Ejército Revolucionario Irlandés (IRA) fueron capturados a la salida de la zona de distensión causando un escalonamiento de la protesta nacional e internacional contra las FARC. Los ataques terroristas del 11 de septiembre contra los Estados Unidos se constituyeron en un hecho que rompió con todos los paradigmas de la
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seguridad mundial. Como era de esperarse, Colombia propició y defendió la 1&(,#-+.8'$ /&$ +,%3)0&$ )#$ 50&11,1.(%,$ /&$ )#+)'+&$ @#,3)#9$ &'$ &#$ P,'(&*,$ /&$ Seguridad y tanto en el frente interno como en el externo se endurecieron las posiciones contra las prácticas terroristas de los grupos guerrilleros y paramilitares que operaban en el país. El 29 de septiembre, ya cerca de la decisión sobre la prórroga o suspensión de la zona de distensión, las FARC impidieron el ingreso de una marcha del candidato presidencial Horacio Serpa y un día después asesinaron a Consuelo Araujo Noguera, ex ministra de Cultura del presidente Pastrana y esposa del procurador general de la Nación, en un acto cobarde que hirió profundamente los sentimientos del Gobierno y del pueblo colombiano, que B)3;)%,($/.(21-0)/,$/&$#)$+)#./&:$<$#)$.'0&#.@&'+.)$/&$#)$5P)+.+)94 En medio de este panorama, a todas luces adverso para la continuidad del proceso de paz, el presidente Pastrana !atendiendo mi sugerencia! hizo una propuesta a los diferentes partidos y movimientos políticos que se encontraban en disputa por la presidencia, para que sus candidatos hicieran presencia en el Caguán con el acompañamiento de las fuerzas de seguridad del Estado. Según me informó el comisionado de Paz, Horacio Serpa había aceptado la invitación pero posteriormente por insinuación del senador Luis Guillermo Vélez, miembro de la dirección del Partido Liberal, se opuso a esta iniciativa y, en consecuencia, el gobierno desistió de la misma. Las reiteradas violaciones de los acuerdos y excesos visibles por parte de las FARC condujeron a una crisis al proceso de paz que se salvó de su agonía a partir de la firma del acuerdo de San Francisco de la Sombra el 5 189
de octubre de 2001, aunque en medio de un desgaste cada más visible del proceso, como lo señalé previamente. Dos días después, el 7 de octubre, el presidente anunció la prórroga de la zona de distensión por cien días, pero reiteró públicamente las medidas para su control periférico a través de retenes militares, monitoreo del ingreso de extranjeros a la zona y supervisión aérea de los vuelos que salían y llegaban a ella, en vista de las múltiples denuncias sobre el mal uso de la zona de distensión por parte de las FARC. A su vez, ratificó el +,%61,%.(,$+,#,%3.)',$+,'$&#$+,%3)0&$)#$5V&11,1.(%,$/&$)#+)'+&$@#,3)#9, e invitó al cumplimiento del Acuerdo de San Francisco por parte de las FARC. A los ocho días, en la reunión de la Mesa !que se suponía para acordar el cronograma del cese al fuego y a las hostilidades! las FARC suspendieron las negociaciones y alegaron que se volverían a sentar sólo si el presidente retiraba las medidas tomadas, brindaba todas las garantías para el funcionamiento de la zona de distensión y el desarrollo de las negociaciones, y expedía una declaración del Gobierno en la cual se desvirtuara el señalamiento de terroristas y narcotraficantes que ya empezaba a reconocerles la comunidad internacional. El presidente Pastrana conminó a las FARC a cumplir con la palabra, dejar atrás las dilaciones y pretextos y entrar de lleno a la negociación, al tiempo que afirmó que no era al Gobierno a quien correspondía catalogar los actos de las FARC sino que éstos serían definidos por el mundo y por los colombianos. Así mismo, ratificó que todas y cada una de las garantías estaban dadas para el diálogo y la negociación, que la zona se mantenía
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como desde el comienzo de las negociaciones y que no habían variado las condiciones para el desarrollo de las mismas. Durante los dos meses siguientes se hicieron, por fuera de la Mesa, siete reuniones entre el alto comisionado y delegados de las FARC, pero en todas los negociadores del grupo guerrillero insistieron en que el señor presidente, públicamente, se retractara de las medidas y se pronunciara de manera directa sobre si ellos eran o no terroristas. Entre tanto, mantendrían suspendidas las conversaciones sobre los temas de la agenda. El 24 de diciembre, el presidente envió una última carta a las FARC invitándolas para que cumplieran con su palabra, no buscaran más pretextos y entraran a negociar de inmediato. Con motivo de esta comunicación, Manuel Marulanda propuso hacer una reunión de la Mesa para buscar una salida. Las reuniones se realizaron el 3 y 4 de enero de 2002, pero en ellas las FARC volvieron sobre las consideraciones de las reuniones y cartas anteriores, es decir, a poner como condiciones el levantamiento de los retenes, dar fin a los sobrevuelos y permitir el ingreso libre de extranjeros a la zona de distensión. El presidente insistió en que no dilataran más y que había llegado el momento de las definiciones. Los negociadores del Gobierno presentaron un borrador de acuerdo para desarrollar lo pactado en San Francisco, pero las FARC pidieron dos días para estudiarlo. Se hizo una nueva reunión el 8 de enero, pero en ella las FARC desestimaron el documento y volvieron sobre sus pretensiones de los últimos meses. Ese día, el gobierno hizo un último esfuerzo y propuso una reunión para el 9 de enero con un nuevo documento en el que ratificaba,
como en los últimos tres meses, que 191
estaban dadas todas las garantías para el diálogo y la negociación, con propuestas concretas para avanzar en el desarrollo del acuerdo de San Francisco e iniciar la negociación para disminuir la intensidad del conflicto y avanzar en la agenda común. Sin embargo, las FARC lo volvieron a desestimar e insistieron en la retractación del Presidente. Después de todos los esfuerzos que han sido descritos, el Gobierno se llenó de razones para manifestar que las FARC habían dejado de creer en la palabra del presidente, quien cumplió con todos sus compromisos, mientras que Marulanda no cumplía con lo que firmaba. Por lo tanto, el Gobierno anunció, por primera vez, el miércoles 9 de enero de 2002, que iba a ser uso del pacto de las 48 horas para que las FARC salieran de la zona de distensión. Esta decisión se oficializó una vez el presidente Pastrana realizó una intensa agenda que se inició con el encuentro sostenido con los embajadores de los países amigos del Proceso de Paz,77 prosiguió con entrevistas telefónicas sostenidas con el presidente español José María Aznar y el presidente mexicano José Vicente Fox y culminó con un Consejo de Ministros, en el cual se hizo evidente la necesidad de pasar a la ofensiva para desnudar las verdaderas intenciones de la guerrilla ante la opinión pública nacional e internacional. El día siguiente, jueves 10 de enero, por iniciativa de Colombia, la presidencia española de la Unión Europea, ejercida por el canciller Josep Piqué, se mostró preocupada por la situación que atravesaba el proceso de 77
Este grupo de países facilitadores estaba conformado por España, México, Canadá, Suecia, Cuba, Noruega, Francia, Suiza, Italia, la Santa Sede y Venezuela.
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diálogo con la guerrilla en Colombia, pero ofreció su apoyo a las decisiones del presidente Pastrana, apelando a las FARC para que demostraran su voluntad de paz. Ese mismo día, la Organización de las Naciones Unidas pidió al Gobierno +,#,%3.)',$ <$ )$ #)$ @-&11.##)$ /&$ #)($ [DNP$ >-&$ &7.0)1)'$ -')$ 5)++.8'$ %.#.0ar 61,7,+)0.7)9$>-&$(.@'.2.+)ra -')$/.'C%.+)$/&$5',$1&0,1',9$01)($#)$1-60-1)$/&$ las negociaciones y, al mismo tiempo, dio instrucciones a James Lemoyne, nuevo asesor especial de la Secretaría General de la ONU para Colombia, con el fin de que hiciera gestiones de último momento, que fueron aprobadas por el Gobierno, para buscar el regreso a la Mesa de Negociaciones. Con este propósito, el jueves 10 de enero, después de una larga entrevista con Lemoyne, que se inició cerca a la media noche y culminó alrededor de las dos de la madrugada, y en la cual tuve oportunidad de participar, el presidente Pastrana concedió un último plazo de dos días para que éste hiciera entender a la guerrilla de las FARC que el asunto de los controles no era negociable, que esa agrupación debía reconocer que estaban dadas todas las condiciones para el diálogo y obtener compromisos de este movimiento sobre acuerdos concretos de cese al fuego y a las hostilidades, incluido el secuestro, los ataques a la población civil y la destrucción de la infraestructura, como condición de la continuidad de los diálogos. El sábado 12 de enero a las 9:30 pm, al vencerse el plazo otorgado por el Gobierno, sin que se hubiera presentado una respuesta satisfactoria de la guerrilla, empezaron a correr nuevamente las 48 horas establecidas para el abandono de la zona de distensión por parte del grupo guerrillero. Ese 193
domingo estuvimos reunidos en Palacio desde muy temprano algunos de los ministros y asesores inmediatos del presidente. Analizamos las informaciones que nos llegaban de las gestiones de James Lemoyne, quien en ningún momento recibió instrucciones por parte del Gobierno colombiano para actuar como mediador en este contexto. En las horas de la tarde este funcionario de las Naciones Unidas empezó a enviar una serie de documentos que a nuestro juicio no coincidían con la posición del Gobierno en torno a lo que esperábamos fuera su papel en la búsqueda de un nuevo aire para las negociaciones, lo cual hacía aún más compleja la situación. Fue entonces cuando el presidente Pastrana le ofreció a Lemoyne volverse a reunir con Marulanda, para desempantanar las conversaciones, pero las FARC no quisieron aceptar este nuevo acto de generosidad del Gobierno. Fue finalmente la gestión de última hora de la llamada Comisión Facilitadora conformada por el grupo de países amigos del Proceso de Paz, después de acordada una posición con el presidente Pastrana en Palacio, ese mismo domingo, la que permitió que cuatro horas antes del plazo final, el lunes 14 de enero, las FARC aceptaran las condiciones del Gobierno colombiano para regresar a la mesa de negociaciones, que pasaban necesariamente por el reconocimiento de este grupo de que estaban dadas todas las garantías para la continuidad del diálogo. El 20 de enero, después de la decisión conjunta de reanudar las conversaciones, el Gobierno y las FARC llegaron a un acuerdo de doce puntos, entre los que se destacaban el estudio inmediato de una tregua que llevara al cese del fuego y de las hostilidades, así como un calendario con resultados concretos entre el 23 de enero y el 10 de abril de 2002. Sobre
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estas bases el Gobierno amplió el plazo de vigencia de la zona de distensión, que vencía ese mismo día. A la voluntad del Gobierno, y a sus esfuerzos por consolidar un proceso que condujera a la paz, con un cronograma creíble y objetivo, las FARC respondieron con una escalada terrorista sin precedentes en su intensidad. En los treinta días anteriores al 20 de febrero, día del anuncio presidencial sobre la terminación de la zona de distensión, se habían cometido 117 atentados terroristas. Fueron cuatro carros-bomba; cinco ataques a instalaciones; siete campos minados; el homicidio de 20 civiles; incluyendo mujeres y niños; la voladura de 33 torres de energía, de dos tramos del oleoducto, de tres puentes, entre otros actos de barbarie, además del secuestro de un avión comercial en pleno vuelo y la retención del senador Jorge Eduardo Gechem Turbay, presidente de la Comisión de Paz del Senado, con lo cual llegaron a cinco los congresistas secuestrados por las FARC.78 Estos últimos hechos fueron la gota que rebosó la paciencia de los colombianos. A esto se suman los posteriores ataques indiscriminados contra la población civil, contra la infraestructura eléctrica, vial y de comunicaciones del país, así como el secuestro de la candidata Ingrid Betancourt en plena campaña presidencial. Las FARC no cumplieron su palabra. La guerrilla se desenmascaró e hizo visible
sus verdaderas intenciones ante la comunidad internacional y,
especialmente, ante los países facilitadores, muchos de los cuales se manifestaron engañados y desencantados, después de los esfuerzos realizados para evitar el colapso de las negociaciones. La guerrilla, a través 78
Elementos de apoyo para las embajadas y misiones permanentes de Colombia en el exterior . Ministerio de Relaciones Exteriores. Marzo de 2002.
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de sus actuaciones, mostró su verdadera cara de terror y de violencia ante los colombianos y ante el mundo. Los múltiples apoyos internacionales a la decisión del presidente Pastrana no se hicieron esperar. Para el logro de ello, fue fundamental la acción diplomática y política de la Cancillería de San Carlos, que rápidamente actuó en defensa de la Diplomacia por la Paz. En efecto, al día siguiente, el presidente del Gobierno español, José María Aznar, dio su pleno respaldo a la decisión, en un comunicado que llegó casi en simultáneo con los pronunciamientos de apoyo de los países del Grupo de Río, los asociados en el Mercosur y del presidente Toledo del Perú, en todos los cuales se condenaban los actos de terrorismo de las FARC. El 22 de febrero, la Presidencia de la Unión Europea expidió una declaración en la cual 5+,%61&'/&$<$1&(6)#/)$#)$/&+.(.8'$/&#$?,3.&1',$X)+.,')#9$<$+-#6)3.#.:)$)$#)($ FARC de la ruptura. En forma similar se manifestaron durante este día y los siguientes: Francia, Italia, Suecia, Rusia, Bolivia, Brasil, Costa Rica, Jamaica, México y Venezuela, entre otros. Por su parte, la Comunidad Andina, se pronunció el 23 de febrero, sobre los )+,'0&+.%.&'0,($ &'$ '-&(01,$ 6);(=$ &Q61&()'/,$ 5&#$ %C($ (8#./,$ <$ /&+././,$ respaldo a las legítimas acciones y los esfuerzos emprendidos por el Gobierno de Colombia, con el fin de consolidar la paz y precautelar el estado de d&1&+B,$ &'$ 0,/,$ &#$ 0&11.0,1.,94$ Y&$ .@-)#$ %)'&1)=$ 51&.0&18$ #)$ %C($ 2.1%&$ +,'/&')$ )#$ 0&11,1.(%,9$ B&$ B.:,$ 7,0,($ 6,1>-&$ P,#,%3.)$ &'+,'01)1)$ &#$ camino hacia la paz y la convivencia armónica, en el marco de su régimen democrático y de la plena garantía y respeto a las libertades individuales y a los derechos humanos.
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Un hecho de gran significación, por su singularidad, fue la dura posición asumida contra las FARC por la Fundación Pax Christi de Holanda, una organización tradicionalmente crítica del Estado colombiano, que el
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febrero de 2002, a la par con los primeros países y bloques económicos que hicieron declaraciones, se pronunció en los siguientes términos: "El secuestro de un avión el 20 de febrero y del senador Gechem Turbay por las FARC, fue la causa directa para que el presidente Pastrana acabara con el diálogo de paz. Está claro que a las FARC les falta voluntad de paz para negociar. El movimiento guerrillero engañó a los negociadores, a la población colombiana y a los países que intentaron dar su apoyo al proceso de paz. A pesar del hecho de que las FARC cada vez se hicieron más culpables de crueldades contra la población, secuestros, extorsiones y narcotráfico, el presidente Pastrana durante su período hizo grandes concesiones al
movimiento guerrillero..." .
Igualmente significativo fue el pronunciamiento conjunto de los secretarios de Relaciones Exteriores para América Latina Ludger Volver de Alemania, y Denis Macshane del Reino Unido, firmado el 27 de marzo de 2002, a propósito de la ruptura de las negociaciones entre el Gobierno y la guerrilla de las FARC: +D#/%C;b=%)4%0#,86!"$#,?%4)!)/68#4%)48)4.),%7")%0),.6),*4%8*.#%$#%/630#8(#%.)% los colombianos y que no pueden ganar por los medios militares. El compromiso a una solución pacífica es la razón por la cual como punto inicial, nosotros y otros gobiernos europeos apoyamos por completo el proceso de paz del presidente Pastrana y estamos a la espera de que su sucesor, próximo a ser elegido este verano, busque la paz a través de un acuerdo negociado.
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Pero las modalidades del proceso de paz son una preocupación para los colombianos. Como una precondición, las partes en el proceso de paz tienen que aceptar el fin de la violencia. La continua violación al proceso de paz por parte de las FARC, incluyendo el secuestro de representantes de gobiernos amigos y facilitadores internacionales comprometidos con la paz, hizo que el 0,*!)/*%!*4%)/)%L,"0*%L"),,6$$),*%/)%0#,#$6F#,#:::-.
Después de los generosos esfuerzos realizados por el Gobierno nacional para avanzar en las conversaciones de paz con la guerrilla de las FARC, lo que resulta visible en la actualidad es el total aislamiento internacional y la absoluta ilegitimidad política interna de estos grupos que han optado por la vía terrorista y la de la amenaza generalizada a toda la sociedad colombiana. En este sentido, uno de los resultados más palpables de la intensa Diplomacia por la Paz desplegada por nosotros ha sido el de la neutralización exitosa de la diplomacia guerrillera, especialmente con los países europeos y, de manera creciente, con las ONG internacionales que habían hecho eco en otros tiempos de su pretendida legitimidad política. Finalmente, el 12 de junio de 2002, por consenso, la Unión Europea decidió incluir a las FARC en su lista de grupos terroristas, al lado de otros 35 nombres y 31 denominaciones, tales como la Organización Abu Nidal, ETA, Sendero Luminoso, IRA Auténtico, Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (GRAPO), entre otros. Balance político de la Diplomacia por la Paz
Los balances que algunos académicos han hecho sobre la estrategia de la Diplomacia por la Paz reconocen los logros obtenidos en este frente de la política exterior colombiana:
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+Con la Diplomacia por la Paz se logró el apoyo para el proceso de paz por parte de la Unión Europea quien comprometió una serie de recursos que junto a los que se recibieron con el establecimiento de una mesa de donantes, compuesta en su mayoría por países europeos, aporta una serie de recursos tendientes a financiar proyectos sociales que en su mayoría son complementarios (sic) al Plan Colombia. El gran éxito de la diplomacia del cuatrienio Pastrana fue haber vinculado a la comunidad internacional y en especial a la Unión Europea en el !*45$6!8*%!*$*3'6#4*-.79
La diplomacia desplegada con la Unión Europea y su activa vinculación al proceso de paz en Colombia, así como los múltiples pronunciamientos que se hicieron en escenarios multilaterales con respaldos específicos a la estrategia de paz y a sus instrumentos, contribuyeron sin duda a crear un ambiente cada vez más propicio con los vecinos para que aquellos países, que inicialmente se habían mostrado preocupados y, en algunos casos, francamente hostiles al Plan Colombia, fueran entendiendo la verdadera dimensión de la estrategia global asumida por nosotros. Este respaldo se manifestó tanto a nivel bilateral como en los distintos escenarios multilaterales y a través de las tres reuniones del Grupo de Apoyo al Proceso de Paz, en Madrid, Bogotá y Bruselas. En una dirección similar se pronunció el analista Diego Cardona a propósito de los resultados de la estrategia adoptada con los Estados Unidos: 5Un éxito indudable de la política exterior de la administración Pastrana Arango, es haber logrado durante tres años (sic) que el
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PUYO, Gustavo Adolfo. La política exterior colombiana frente a la Unión Europea en la década de los noventa. Conversatorios de FESCOL sobre la política exterior colombiana. Mayo 10 de 2002.
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gobierno de los Estados Unidos aceptara el tema de la paz como una prioridad de primera línea, pese a las relaciones entre drogas y +,'2#.+0,9.80
Al inicio de nuestra misión en la Cancillería, se estructuró una propuesta de acercamiento con la comunidad internacional, que tenía a la Diplomacia por la Paz como el eje de la estrategia y al Plan Colombia como su instrumento programático, y podemos decir con satisfacción que no sólo logramos movilizar una suma importante de recursos internacionales, sino que además hicimos posible una nueva lectura de la compleja realidad interna del conflicto colombiano y, por lo tanto, un acompañamiento informado y realista de la comunidad internacional. Como bien lo reconocen observadores de la política exterior, tal vez lo más importante del proceso de la Diplomacia por la Paz es haber logrado superar con Estados Unidos una agenda centrada casi de manera exclusiva en el narcotráfico, como un problema estrictamente de seguridad hemisférica, para así avanzar hacia la construcción de apoyo a las estrategias sociales, de fortalecimiento institucional y desarrollo alternativo, que han sido el fundamento del Plan Colombia. Así mismo, contribuimos efectivamente a la generación de oportunidades y a la apertura de mercados a los productos colombianos. Pero por otra parte, logramos que la Unión Europea comprendiera que su postura en torno a la democracia y a los derechos humanos caería en el vacío si optaba por el enorme riesgo de
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=;bBQ@;?% B6)L*:% +D#% 0*$(86!#% )E8),6*,% .)% $#% #.3646/8,#!6G4% A#/8,#4#% eIhhi% 2 2002). Hacia una )M#$"#!6G4% 0,)$6364#,-:% Revista Colombia Internacional . Número 53. Centro de Estudios Internacionales 2 Departamento de Ciencia Política. Universidad de los Andes. Septiembre2diciembre de 2001, pp. 53274. Esta misma opinión ha sido señalada por otros académicos que han sido bastante críticos de la política exterior colombiana en el período 1998 2 oKKo:%N1#/)?%#$%,)/0)!8*c%XY=`@>b?%;,$)4):%+X)4/6*4)/%9%!*4/)!")4!6#/%
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mantener una posición ambigua frente a los grupos insurgentes, los que no supieron acoger la vía política que les ofreció el Estado colombiano y en cambio prefirieron continuar por el camino del terrorismo y el narcotráfico con grave amenaza para la seguridad global.81 De esta manera, obtuvimos apoyo político y profundizamos la cooperación internacional. Pero al mismo tiempo, nadie duda que el mayor logro del proceso de paz fue la dimensión internacional del mismo. La comunidad internacional se convenció del abandono que estos grupos hicieron de sus ideales de justicia social y de su opción por la violencia salvaje contra la población civil, en la que terminaron compitiendo con los grupos ilegales de autodefensa. La guerrilla, el terrorismo, el narcotráfico y el paramilitarismo perdieron, todos ellos, la batalla política ante el mundo. La !así llamada! "diplomacia guerrillera" fue vencida por la decisión democrática de recuperar para los colombianos, la posibilidad de mostrar su verdadera imagen en el exterior. El acompañamiento y compromiso de la comunidad internacional fue categórico durante el proceso de paz que lideró el presidente Pastrana con los grupos guerrilleros. Tan sólida y contundente en sus razones fue la Diplomacia por la Paz, que logró superar la crisis de la ruptura de las negociaciones y se transformó en abrumadora solidaridad con la defensa de la democracia en Colombia y en su lucha contra el terrorismo.
64.)/)#'$)/%.)%$#%0*$(86!#%)E8),6*,%.)%=*$*3'6#-:%>4c% Colombia Internacional N° 49/50. Mayo-diciembre de 2000, pp. 39 2 61. 81 Véanse, por ejemplo, las declaraciones del señor Blumental, ex director de FESCOL en Colombia, al periódico El Tiempo, en el balance final de su gestión en el país. El Tiempo?% R6'6#4#%U),!#.*:% +C;b=% 4*% 86)4)4%4#.#%.)%b*'64%O**.-:%\"46*%oJ%.)%oKKo?%0:%Y-20.
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De la diplomacia colombiana, durante este periodo, se reconocen hoy la sinceridad y la claridad de sus metas y el interés en cooperar con otros países para construir seguridades y certezas en el ámbito subregional, regional y mundial. Los "juicios" sobre el país han derrotado a los "prejuicios". Sin ignorar los problemas que causan el narcotráfico y la misma subversión, se percibe en la conciencia mundial la presencia de una nación legítima que lucha y se niega a resbalar por el abismo. La Diplomacia por la Paz fue la expresión política y el Plan Colombia fue la expresión económica y social de esa conciencia y de la voluntad de ser dueños de nuestro destino. Los grupos al margen de la ley tienen que entender que ya no es retórica de los colombianos, ni de la comunidad internacional, el no estar dispuestos a tolerar vinculaciones con el narcotráfico y el terrorismo. Por ello, le corresponde a éstos definir en qué plano quieren ser tratados. La legitimidad política alcanzada por el Estado colombiano, para actuar en una o en otra dirección, ha sido uno de los grandes legados de la Diplomacia por la Paz.
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V La relación con Estados Unidos
Auge sin precedentes Permítanme dejar bien claro un punto: nuestro programa con Colombia es antidrogas y es a favor de la paz
Bill Clinton En agosto de 1998 el riesgo de aislamiento internacional de Colombia era visible, como consecuencia de su crisis política y de sus deterioradas relaciones con Estados Unidos. Tal vez la única excepción era su notable presencia como país que presidía el Grupo de los No Alineados. Por tal razón, la estrategia de inserción positiva consistía en recuperar los espacios perdidos. Y el primero de ellos, por supuesto, era el de la relación con Estados Unidos. Después de intensas gestiones, Andrés Pastrana, como presidente electo de Colombia, recibió una invitación para reunirse con el presidente Bill Clinton, el 3 de agosto de 1998. A la reunión sostenida en la Casa Blanca, asistimos, entre otros, los ministros designados Rodrigo Lloreda, de Defensa Nacional, y el embajador designado en Estados Unidos, Luis Alberto Moreno. Esta visita ocurría en un ambiente político interno en Estados Unidos que resultaba adverso al presidente Clinton. En efecto, el 25 de julio el fiscal Kenneth Starr !quien convirtió en su obsesión la recolección de pruebas
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contra el presidente en el sonado caso de Mónica Lewinsky! había logrado cambiar el rumbo de una improbable acusación y ponía contra la pared a los abogados de la Casa Blanca al buscar una declaración abierta del jefe de Estado sobre este caso, con exigencias de una respuesta inmediata. En la reunión del 3 de agosto con el presidente Pastrana era evidente el clima de tensión que se vivía entre nuestros hospitalarios interlocutores, pero también era visible la entereza con la que el presidente Clinton había enfrentado la situación. Ante estas circunstancias, el presidente Clinton no podía tomar mayores riesgos en la política exterior hacia Colombia, y más aún cuando existía gran escepticismo sobre la lucha que se había adelantado en el país contra el narcotráfico y la forma en que se negociaba con los grupos subversivos. Entre el sector políticamente más liberal, especialmente algunos senadores y representantes demócratas, al igual que entre los más importantes grupos de derechos humanos como Human Rights Watch (HRW) y Washington Office on Latin American (WOLA), existía una actitud crítica sobre a la situación de derechos humanos en Colombia. Por su parte, y una vez realizado un juicioso análisis político, el presidente Pastrana tenía que capitalizar durante esta visita la imagen positiva que él y su equipo de Gobierno tenían en los más altos círculos del poder en Estados Unidos, para establecer una relación personal de apoyo a los programas prioritarios del país. Y esta visita era una oportunidad excepcional para avanzar en esa dirección. Con este encuentro se puso de manifiesto la voluntad de ambos países de normalizar la relación bilateral, al tiempo que se dio un paso importante
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hacia su fortalecimiento. En un clima de absoluta cordialidad se discutieron diferentes elementos para la diversificación de la agenda, principalmente aquellos relacionados con la paz, el comercio, la inversión, y, desde luego, la cooperación en la lucha contra el problema de las drogas. Hasta este punto todavía podía pensarse que se trataba de una cortesía rutinaria de la Casa Blanca, que ya había manifestado su agrado por la elección de Andrés Pastrana unas semanas atrás. Pero hubo otro acontecimiento que terminó por convencerme de que una nueva etapa se abría en las relaciones con Estados Unidos. En la reunión
previa al
almuerzo de honor ofrecido por la señora Madeleine Albright, en un acto inusual dentro del protocolo, el presidente Clinton, al parecer sin consulta previa con el Departamento de Estado, le hizo una invitación directa al presidente Pastrana para que realizara una visita de Estado durante el mes de octubre, en un gesto de gran fuerza
simbólica con el que se daba
comienzo a una fase diferente de las relaciones entre los dos países. Los críticos: entre la desinformación y la confusión Con alguna frecuencia, en los medios académicos y políticos de mi país, suelen minimizarse, de manera un tanto mezquina, los logros alcanzados durante estos cuatro años de restablecimiento y de normalización de nuestras relaciones internacionales con Estados Unidos. Algunas aproximaciones académicas han encontrado en este proceso la concentración del país en el principio de Respice Polum !mirar a la estrella del norte! que caracterizó durante la segunda década del siglo XX el
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presidente Marco Fidel Suárez82 (1918-1922), en oposición al principio de Respice Similia !mirar a los semejantes! que acuñó el presidente Alfonso López (1974-1978) a comienzos de los años setenta, cuando concluían sus funciones como ministro de Relaciones Exteriores de la administración Lleras Restrepo (1966-1970).83 Estas evaluaciones han sido, sin embargo, demasiado simplistas, porque en realidad la importancia que otorgamos al restablecimiento de las relaciones con Estados Unidos, la desarrollamos en el marco del principio que podríamos llamar Respice Omnia !mirar al universo, mirar al conjunto! que describe mejor, a mi juicio, la política de 5)-0,',%;)$ .'0&1/&6&'/.&'0&9$ >-&$ B)$ /&2&'/./,$ &#$ 6);($ &'$ &#$ %)1+,$ /&$ #)$ globalización y que fue el principio tutelar de nuestra gestión al frente de la Cancillería de San Carlos. Otras posiciones, mucho más ambiguas señalan que la incidencia del Gobierno del presidente Pastrana en la reorientación de las relaciones con los Estados Unidos fue mínima porque, a su juicio, Colombia no es un país estratégico para la política exterior norteamericana y, además, porque las 82
En los sueños internacionales de Luciano Pulgar, el presidente Marco Fidel Suárez, un colombiano visionario del siglo XX, rubricó uno de los momentos de mayor profundidad, pero también de mayor pragmatismo en el Derecho Internacional de nuestro país, al expresar las siguientes reflexiones 5Cuando el tratado del 6 de abril de 1914 fue sometido a las cámaras legislativas, me atreví a decir que Colombia debía abrazar como lema o cifra de su conducta .'0&1')+.,')#$ #)$ 21)(&$ 5%.1&%,($ )#$ 6,#,9=$ 1&2&1&'0&$ )$ #,($ "(0)/,($ A'./,(=$ +-<)($ 1&#)+.,'&( tienen que ser para nosotros las primeras y unas de las más atendidas, por motivos evidentes. Entonces fui injuriado por la ignorancia y por el odio gratuito, fundidos en el horno del irrespeto y atizados por estímulos incomprensibles, especie de barbarie que viene dañando y escandalizando a la nación desde hace mucho tiempo. ec_$Zf-J$0&';)$/&$%)#,$)>-&##)$61,6,(.+.8'^$V,/)($#)($')+.,'&($>-&$ obran por sistema y someten a un plan su conducta exterior, observan esa política de síntesis +#)1)(=$ /&(/&$ &#$ 5Y&#&'/)$ &(0$ P)10B)@,9$ /&$ #,($ 1,%)',(=$ B)(0)$ &#$ 5D7)':)1$ (.&%61&$ )$ P,'(0)'0.',6#)9$/&$#,($1-(,(4$L8#,$#,($6-&3#,($>-&$7.7&'$+,'$&#$/;)$',$6.&'()'$&'$&#$%)U)'). En SUAREZ, Marco Fidel. "#$ %&'&()*$ +,-&',.(/*,.#$ &,$ #*0$ 123&4*0$ 5&$ 63(/.,*$ 73#8.'94$ Y,+01.')($ Internacionales, Imprenta Nacional, 1955. 83 N1#/)?%0*,%)W)30$*?%=;bBQ@;?%B6)L*:%+D#%0*$(86!#%)E8),6*,%.)%$#%#.3646/8,#!6G4%A#/8,#4#%eIhhi%2 2002). O#!6#% "4#% )M#$"#!6G4% 0,)$6364#,-:% b)M6/8#% Colombia Internacional . No. 53. Centro de Estudios Internacionales 2 Departamento de Ciencia Política. Universidad de los Andes. Septiembre 2 diciembre de 2001, pp. 53 2 74.
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relaciones hasta 1998 estaban en un punto tan bajo que, a partir de entonces, cualquier intervención diplomática podría ser favorable. No obstante, estas mismas posiciones reconocen que estaban dadas todas las condiciones para que el Gobierno del presidente Clinton cambiara de actitud con la llegada a la presidencia de Colombia de un mandatario con una gran legitimidad nacional e internacional y, al mismo tiempo, le conceden todo crédito a la estrategia diplomática desplegada en Washington, para aprovechar el nuevo ambiente generado en el Ejecutivo y Legislativo de ese país.84 En todo caso, estas aproximaciones críticas omiten dos hechos que quiero resaltar. En primer lugar, se olvidan de la importancia que, en efecto, se concede en Estados Unidos al papel regional y hemisférico de Colombia. Y en segundo lugar, pasan por alto la capacidad que ha preservado nuestra Cancillería para mantener una posición independiente frente a Estados Unidos en asuntos estratégicos de su política exterior y en diversos foros multilaterales, cuando han estado en juego los intereses del país. Un informe independiente del año 2001, patrocinado por el Consejo de Relaciones Internacionales y la Comisión de Diálogo Interamericano, ilustra en toda su dimensión este hecho, al explicar cinco razones por las cuales considera que el deterioro en las condiciones económicas, políticas y sociales de Colombia, como consecuencia del conflicto interno, tendrían un gran impacto sobre los intereses nacionales de los Estados Unidos:85 84
Entrevista concedida por Arlene Tickner, directora del Centro de Estudios Internacionales (CEI) de la Universidad de los Andes, en el marco de una serie de consultas a intelectuales y académicos en torno al balance de la gestión de la Cancillería de San Carlos en el período 1998 2 2002. 85 GRAHAM, Bob. SCOWCROFT, Brent y SHIFTER Michael. Toward Greater Peace and Security in Colombia. Forging a Constructive U.S. Policy. Report of an Independent Task Force Sponsored by the Council on Foreign Relations and the Inter-American Dialogue. (2000).
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1. Entre el 80 y el 90% de la cocaína y cerca de las dos terceras partes de la heroína consumida en Estados Unidos son producidas en Colombia. En consecuencia, los esfuerzos para tratar con la demanda y la oferta de estos productos involucran necesariamente la voluntad conjunta de ambos países. 2. El deterioro de Colombia podría transmitir inestabilidad y conflictos más allá de sus fronteras. Y así lo revelan las frecuentes incursiones de grupos paramilitares y de las guerrillas en los países vecinos. Por el contrario, una Colombia fortalecida significaría una región andina fuerte y un hemisferio occidental con un futuro despejado. 3. Permanecen riesgos en sus estructuras institucionales que podrían incidir en el mayor deterioro de los derechos humanos y de la democracia, con posibles impactos en la seguridad, la democracia y la prosperidad de la comunidad hemisférica. 4. El país es un importante socio comercial de los Estados Unidos. Es la cuarta economía de América Latina y el quinto mercado de exportación. Por lo tanto, una Colombia dinámica en su economía sería, sin duda, un buen mercado para consumo, comercio e inversión.
5. Colombia se ha convertido en uno de los países con mayor flujo de migración hacia los Estados Unidos. Esta tendencia, que podría duplicarse en un escenario de mayor deterioro de las condiciones del país, confirma la importancia que éste representa para los Estados Unidos.
Se puede o no estar de acuerdo con estas razones, pero no se puede soslayarlas, como pretenden hacer algunos analistas de nuestras relaciones exteriores, mucho más si se considera que las anteriores afirmaciones 208
provienen de un organismo consultivo del Ejecutivo y Legislativo norteamericanos. De otro lado, las críticas a la estrategia de restablecimiento de las relaciones de Colombia con los Estados Unidos no han tenido en cuenta ! salvo en contadas excepciones! la autonomía con la que nuestro país se ha conducido en cuestiones que son de principio y, por tanto, de sumo interés para la política norteamericana. Basta mencionar cuatro ejemplos muy concretos: a) las votaciones de Colombia sobre derechos humanos en Ginebra, en particular en el caso de los derechos humanos en Cuba; b) nuestra posición sobre Palestina, que incluyó nuestros votos en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas; c) los evidentes desacuerdos que tuvimos con ocasión de la Conferencia de Armas Pequeñas y Ligeras, donde finalmente se abrió camino la tesis sustentada por Colombia; y d) las múltiples oportunidades en que nos distanciamos en la discusión alrededor de los temas ambientales, especialmente en aquellas conferencias que Colombia tuvo oportunidad de presidir. En estos y en otros escenarios ejercimos el derecho al disentimiento en los casos en que consideramos que era del interés nacional colombiano, sin distanciarnos de los Estados Unidos. Uno de los actos en los que se demostró con mayor firmeza la autonomía de la política exterior colombiana en relación con Estados Unidos, lo constituyó la visita de Estado del presidente Pastrana a Cuba entre el 14 y el 17 de enero de 1999, que tuve oportunidad de comentar en el capítulo anterior, sin que esta actuación autónoma de nuestro país hubiera provocado ninguna confrontación con el Gobierno norteamericano.
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De esta manera, al concluir el Gobierno del presidente Pastrana, como pocas veces en los últimas décadas, Colombia había alcanzado unas excelentes relaciones con los Estados Unidos y, al mismo tiempo, con Cuba. Así que también se equivocan quienes piensan que nuestro acercamiento a Cuba era un esfuerzo deliberado por apartarnos de Estados Unidos para ganar prestigio e influencia en otros escenarios, porque nuestra estrategia de inserción positiva en el escenario internacional se sustentó, en gran medida !y me siento profundamente
orgulloso de afirmarlo! en la
renovación de una alianza que el país ha tenido por muchos años con su primer socio comercial y de inversiones.
!"#$%#&'()%"*+",-".%)%"+-"+/"0%-'+1%"*+"2+3,$(*4*" El 27 de marzo de 2001, en medio de una gran expectativa entre algunos funcionarios del Gobierno colombiano y de Estados Unidos, mi país decidió otorgar, una vez más, como lo había hecho tradicionalmente, su voto favorable a la Cuestión
Palestina en el Consejo de Seguridad de las
Naciones Unidas. Como es conocido, en cualquier país la política exterior gira alrededor de dos pilares fundamentales: los asuntos bilaterales y los multilaterales. En los primeros se trata de privilegiar la amistad y cooperación en los asuntos políticos, económicos, sociales y culturales, con fundamento en el respeto mutuo. En los segundos, la interacción se hace compleja no sólo por el número de países, sino por la multiplicidad de aspectos, intereses,
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posiciones, mecanismos y grupos que están involucrados en dichos procesos. En estos campos se prueba la habilidad de los gobiernos para lograr un sano equilibrio en el manejo de su política exterior. En ese orden de ideas, nuestra política exterior siempre valoró las relaciones bilaterales como herramienta fundamental para la defensa de los intereses nacionales y, dentro de ellas, como ya lo he señalado, atribuimos principal prioridad a la amistad y cooperación con los Estados Unidos. Pero esta relación privilegiada no nos eximió de entender la importancia que también tenía el manejo de la política multilateral, en la que era preciso considerar igualmente los intereses e iniciativas de otros países con los que Colombia ha construido una relación de amistad. Las Naciones Unidas acordaron desde hace más de 50 años una institucionalidad valiosa para buscar el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales. En este marco, las actuaciones de Colombia dentro del Consejo de Seguridad, al tiempo que constituyen un honor, representan
una
responsabilidad
internacional,
que
no
puede
ser
desestimada, a riesgo de comprometer nuestros propios intereses. Enmarcado en esta filosofía, el voto de Colombia en el Consejo de Seguridad no sólo respondió a una fiel interpretación de los principios, sino al juicioso análisis de las circunstancias específicas ocurridas desde el mes de septiembre de 2000 en los territorios palestinos ocupados, en los cuales hasta finales del mes de marzo de 2001, habían muerto aproximadamente 400 personas. Cerca del 85% eran palestinos. En el presente continúa el ascenso en el número de víctimas como consecuencia de la confrontación, aspecto que debo lamentar y que 211
confirma la importancia de una fórmula negociada a este conflicto que se ha convertido en un auténtico desafío para la comunidad internacional. En el caso de la votación sobre el tema palestino, no acudimos simplemente a un simbolismo de tradición histórica, sino a la validez continua en el tiempo de principios como la solución pacífica de las controversias, el no uso de la fuerza en las relaciones internacionales, la libre determinación de los pueblos, la protección de los civiles en tiempo de guerra !conforme al IV Convenio de Ginebra!, la cooperación con las Naciones Unidas y demás principios e instrumentos que rigen la Organización. La
posición
de
Colombia
se
fundamentó
principalmente
en
el
reconocimiento de Palestina como un pueblo y, por tanto, en el reconocimiento de su derecho a un territorio, a su libre determinación y a las garantías de los derechos humanos para sus ciudadanos. Cabe señalar que esta posición se ha sostenido, y así la mantuve, independientemente de la pertenencia de Colombia al Movimiento de los No Alineados (Noal), tal como lo prueba el hecho de que se ha respaldado esta causa durante 36 años antes de que nuestro país ingresara a esta agrupación. La pertenencia al Caucus86 tampoco significa una camisa de fuerza o un condicionante en este o en otros temas. Colombia ha estado en capacidad de apartarse, como en efecto ha ocurrido, cuando las circunstancias así lo han aconsejado, del parecer de los No Alineados. Como puede comprobarse, los fundamentos de la decisión de Colombia no se originaron en las discusiones realizadas el 27 de marzo de 2001. Esta 86
Reunión de los países que son miembros permanentes del Consejo de Seguridad y, al mismo tiempo, son miembros del Movimiento de los No Alineados, para la realización de consultas sobre temas específicos.
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posición tiene una larga historia dentro de las Naciones Unidas y el Consejo de Seguridad. Durante las seis participaciones de Colombia en este órgano, hemos votado 23 veces a favor de la Cuestión Palestina, porque las causas esenciales del conflicto se han mantenido sin solución. En los años 1989 y 1990 !que fue la anterior participación de Colombia en el Consejo de Seguridad!, Estados Unidos vetó cuatro proyectos de resolución que Colombia copatrocinó y votó a favor y, sin embargo, no se presentaron declaraciones públicas al respecto. Igualmente, en la Asamblea General del año 2000, Colombia votó a favor 17 resoluciones sobre el tema palestino. Como se aprecia, sobre la situación crónica de violencia que viven los territorios palestinos, Colombia ya se había pronunciado en la misma dirección en el ámbito de las Naciones Unidas. En marzo del año 2001, los países miembros del Caucus de los No Alineados, preocupados por los hechos violentos en los territorios ocupados, estimaron necesario, a solicitud del Grupo Árabe, tomar medidas para impedir que la situación se agravara, razón por la que sugirieron, entre otros aspectos, el establecimiento de una misión de observación de las Naciones
Unidas
para
proteger
a
los
civiles
palestinos.
Estas
conversaciones se empezaron a ventilar en un almuerzo el 12 de marzo, incluso con la participación de Estados Unidos, fecha desde la cual la misión de este país en Nueva York conocía nuestra posición. En tal sentido, vale la pena recordar, de acuerdo con un informe del embajador de Naciones Unidas, Alfonso Valdivieso !de quien debo resaltar su condición humana y su compromiso con el país! que la Misión de Estados Unidos en X-&7)$W,1g$/&2.'.8$+,%,$5')0-1)#9$'-&(01)$6,(.+.8'$&'$&(0)$%)0&1.)$<$)(;$#,$ señaló a Washington.
213
El 19 de marzo el Caucus de los No Alineados registró el proyecto de resolución copatrocinado por los miembros de ese Grupo (Mauricio, Túnez, Bangladesh, Singapur, Jamaica, Malí y Colombia). Durante el lapso comprendido entre el 17 y el 27 de marzo, Bangladesh, como presidente del Caucus, emprendió conversaciones con las partes interesadas. No es exacto que dentro de la dinámica de las conversaciones sostenidas el 27 de marzo, Colombia hubiera insinuado siquiera a través de su canciller una alternativa de abstención, como se señaló en su momento por parte de algunos funcionarios norteamericanos. Por el contrario, lo único que ofrecí, como en efecto ocurrió, fue ayudar en lo posible a postergar la decisión del Consejo, continuando con las consultas para alcanzar una resolución de consenso, en la medida en que la dinámica del debate así lo permitiera. Por otro lado, las Misiones Permanentes de Colombia y Estados Unidos en Nueva York habían mantenido contactos y era claro para ambas la forma en que Bogotá votaría, máxime cuando nuestro país estaba copatrocinando el proyecto. Dentro de los países que apoyaron la resolución se encontraban destacados amigos de Estados Unidos, como es el caso de Jamaica, Singapur y Mauricio. Igualmente dentro de los que se abstuvieron estaban aliados de Estados Unidos, tan prominentes como el Reino Unido. La pregunta que nos hacíamos entonces era por qué Londres, aliado permanente de Washington, no hacía uso del veto para evitar que el costo lo asumieran sólo los norteamericanos. Y, en consecuencia, ¿por qué razón debía Colombia asumir una responsabilidad específica que no asumieron los demás países?
214
En ese momento era obvio que existía un cambio en la política exterior de Estados Unidos, comparada con la política de la administración demócrata del presidente Clinton, lo que se evidenciaba en casos como el conflicto en el Medio Oriente, las relaciones con la República Popular China, la Federación Rusa y la situación en la península de Corea. Ésta no era una realidad ajena a mi despacho, que siempre estuvo atento al análisis minucioso de la evolución de esa política, así como a su incidencia en la región y en el caso colombiano. Pero lo que no yo podía aceptar en ese momento, como conductor de las relaciones internacionales del país !y así se lo manifesté al señor presidente en un memorando!, era que algunos funcionarios que hacían parte de nuestro equipo de Gobierno, se convirtieran en emisarios de supuestos mensajes de Washington, en los que se acusaba a Colombia de haberse prestado para una acción concertada y dirigida en contra de los intereses de Estados Unidos; lo cual insinuaba que el presidente y el canciller de Colombia con el apoyo a esa iniciativa habrían cambiado el eje de la política exterior del país, caracterizada por una estrecha amistad y cooperación con Estados Unidos. De la misma manera, no podía compartir la afirmación originada en los mismos funcionarios,
según la cual esta compleja coyuntura política
culminó en que los adversarios norteamericanos colocaran en la mesa del Consejo de Seguridad una resolución, aparentemente inocua, pero que comprometía seriamente el liderazgo norteamericano en la negociación palestina.
Esa
afirmación
ubicaba
a
Colombia,
siendo
un
país
copatrocinador, como uno de los adversarios de Estados Unidos, lo que no
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correspondía al espíritu, ni a la realidad de la política exterior colombiana, ni a las prácticas comunes en los foros multilaterales. Era por lo tanto impensable que el ejercicio de una responsabilidad asignada en la Carta de las Naciones Unidas, como es el voto dentro del Consejo de Seguridad, pudiera ser calificado como un acto inamistoso de un Estado hacia otra nación, por cuanto ese ejercicio constituía la expresión legítima de la pluralidad que rige las relaciones mundiales. Acoger ese argumento, hubiera conducido a desconocer que cada Estado tiene, por su naturaleza y tradición histórica, unos principios rectores e irrenunciables de su política exterior, o hubiera sido conceder que las Naciones Unidas y el sistema jurídico internacional están llenos de actos inamistosos todos los días. El peligro de todo ello, sin lugar a dudas, es aceptar como natural e .'&7.0)3#&$ &#$ 5(;'/1,%&$ /&#$ e%3)*)/,19=$ -'$ 1.&(@,$ +,'0.'-,$ >-&$ +,11&$ 0,/)$ nación cuando sus funcionarios diplomáticos, en todo nivel, terminan defendiendo los intereses de la política exterior de las naciones en donde residen, olvidando su compromiso con los principios del Estado que representan. En este pasaje de la política exterior colombiana entendimos que era necesario asumir la franca posición que adoptamos en el caso de la cuestión Palestina, porque estábamos convencidos de que la amistad y la cooperación de Colombia con Estados Unidos se apoyaba en vínculos profundos y de conveniencia mutua, que no podrían alterarse por las actuaciones naturales de ambos países en los foros multilaterales. De hecho, la cooperación que en ese momento estaba brindando Estados Unidos a Colombia en la lucha contra el problema mundial de las drogas, incluidos los importantes recursos de ayuda canalizados a través del Plan 216
Colombia, no constituían una concesión gratuita, sino que correspondían a los intereses de seguridad nacional y de salud pública de Estados Unidos, así
como a los principios de corresponsabilidad, integralidad y
multilateralidad
aceptados
en
forma
unánime
por
la
comunidad
internacional. Sería exagerado, por consiguiente, pensar que el presidente Bush pudiera renunciar a la defensa de los intereses que su propia sociedad le exigía por una discrepancia en un voto. El significado de la lucha contra el problema mundial de las drogas y la defensa de la seguridad nacional de Estados Unidos eran claramente superiores al desgaste político que pudiera ocasionar el veto formulado, al que ese país ha recurrido en múltiples ocasiones sobre el mismo tema palestino. Aún así, es evidente que en política exterior existe un margen de incertidumbre que exige la capacidad de olfatear la magnitud de los riesgos que se enfrentan. Colombia, por su compleja situación interna y por su política de universalización de las relaciones diplomáticas, siempre ha estado en la obligación de atender los intereses y las expectativas de otros Estados, especialmente de aquellos que puedan tener una incidencia en nuestro devenir doméstico, mucho más cuando en ese preciso momento !marzo de 2001! adelantábamos un proceso de paz en el que se habían vinculado varios países amigos. Por tanto, movernos hacia una posición de exclusiva adhesión a la política exterior de Estados Unidos, cuya amistad siempre valoramos en alto grado, era desconocer la importancia del resto del
217
mundo, máxime cuando muchas otras naciones estaban cada día más atentas a nuestra situación e interesadas en apoyarnos (Respice Omnia). Diversificación de la agenda bilateral El presidente Pastrana, desde el inicio de su administración, como ya lo señalé, estableció como una de sus prioridades en materia de política exterior el impulso de una nueva era en las relaciones bilaterales entre Colombia y Estados Unidos. Se trataba en la práctica de construir una nueva alianza para el libre comercio; el desarrollo, la promoción y defensa de los derechos humanos; la protección del medio ambiente; y el combate al problema mundial de las drogas. Esta
renovada
alianza
se
fundamentó
en
una
confianza
mutua
caracterizada por propósitos comunes para el nuevo siglo y se inauguró de manera formal con la visita de Estado del presidente Pastrana a Washington entre el 26 y el 30 de octubre de 1998.87 La coordinación de la visita por parte de las entidades del Gobierno la hizo en su integridad la Cancillería y en Washington contamos con la muy activa e inteligente gestión del embajador Luis Alberto Moreno. A partir de entonces, se han construido en todos los puntos de la agenda estrechos lazos entre nuestras naciones. 87
En esta reunión se suscribieron nueve convenios alrededor de los siguientes aspectos específicos: a) alianza contra las drogas ilícitas; b) memorando de entendimiento relativo al apoyo para el desarrollo alternativo en Colombia; c) memorando complementario sobre transferencia de bienes decomisados; d) memorando de intenciones para el fortalecimiento de las iniciativas en pro de los derechos humanos en Colombia; e) declaración conjunta sobre la cooperación aduanera y asistencia mutua entre administraciones de aduanas; f) marco para la cooperación entre el Ministerio del Medio Ambiente de Colombia y el Ministerio del Interior de los Estados Unidos; g) memorando de entendimiento entre el Ministerio del Medio Ambiente de Colombia y el Export-Import Bank de los EE.UU.; h) acuerdo para la cooperación en el Programa Globe entre los Ministerios de Educación y Medio Ambiente y el IDEAM de Colombia y la National Oceanic and Atmospheric Administration de los EE.UU.; i) acuerdo entre los países miembros de la Comunidad Andina y los Estados Unidos relativo al establecimiento de un consejo sobre el comercio y la inversión.
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Los doce encuentros de los jefes de Estado, sin precedentes en la historia diplomática del país, la intensificación de los diálogos de alto nivel de carácter político y comercial, tanto con el Ejecutivo como con el Legislativo de los Estados Unidos, y la materialización de los mecanismos de cooperación en las diversas áreas de la agenda son una muestra de la dinámica lograda. La búsqueda de la paz en el marco de la defensa y preservación de la democracia, así como de la promoción y el respeto de los derechos humanos, ha sido el derrotero común. Desde la misma suscripción del comunicado conjunto de los presidentes, en el marco de la mencionada visita de Estado, el primer mandatario de los Estados Unidos ofreció su apoyo a los esfuerzos del presidente Pastrana por lograr una solución política negociada al conflicto armado en Colombia y alcanzar la reconciliación en el marco de la institucionalidad democrática. Desde el mismo comienzo del proceso de recuperación de las relaciones bilaterales, nuestras negociaciones se orientaron hacia la diversificación de la agenda con Estados Unidos, que se encontraba muy atada en el pasado inmediato a la lucha antinarcóticos. Pero más allá de una pretendida 5/&(')1+,0.:)+.8'9$ /&$ #)$ )@&'/)=$ buscábamos ampliar los temas de cooperación con el fin de enriquecer las diferentes facetas de nuestra relación bilateral. Quiero destacar en particular dos frentes que a mi juicio se han fortalecido a lo largo de estos últimos cuatro años. En primer lugar, el restablecimiento de una intensa agenda comercial. Y en segundo lugar, el diálogo muy activo 219
que sostuvimos alrededor de la dinámica migratoria de nuestros conciudadanos hacia los Estados Unidos. A T PD E A : de la concesión unilateral a la responsabilidad compartida En las relaciones bilaterales, el componente económico y comercial ha sido una de nuestras prioridades, porque no es posible olvidar que Estados Unidos constituye nuestro principal socio comercial tanto para las importaciones como las exportaciones. Además, continúa siendo nuestro principal país inversionista y es el más importante comprador de productos primarios que tiene Colombia en el mercado mundial. 88 La primera tarea que abordamos fue la creación del marco adecuado para sentar sobre bases firmes y duraderas las nuevas relaciones comerciales y de inversión. Y en esta tarea, la participación del sector privado ha jugado un papel definitivo, a través de la creación de canales de acercamiento con los diferentes sectores de Estados Unidos, con el propósito de explorar nuestros intereses comunes y las perspectivas para el futuro. Su acompañamiento ha sido fundamental en las negociaciones que son de interés para ambos países, tales como el Plan de Trabajo del Consejo de Comercio e Inversión Estados Unidos ! Comunidad Andina; los procesos de concertación de la posición de Colombia en la construcción del Área de 88
En el año 2002 las exportaciones totales de Colombia hacia Estados Unidos alcanzaron los US$ 5.148 millones, mientras que las importaciones desde ese mismo país ascendieron a los US$ 4.009, con un balance comercial favorable a nuestra nación de 1.139 millones de dólares (Fuente: Sistema de Comercio Exterior, Secretaría General de la Comunidad Andina). Por su parte, la inversión extranjera de los Estados Unidos en Colombia en el 2002 ascendió a US$ 759 millones (Fuente: Banco de la República de Colombia. Datos preliminares).
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Libre Comercio de las Américas (ALCA); y en el desarrollo de la agenda incorporada en Servicios y Agricultura en la Organización Mundial del Comercio (OMC). Así lo plasmamos en el Decreto 246 del 11 de febrero de 2002 por el cual se creó el equipo para las negociaciones comerciales de Colombia, que contó con la participación del Consejo Asesor Empresarial y representantes de la Academia Nacional. Parte importante de las gestiones adelantadas para aprovechar el nuevo marco de acercamiento entre Colombia y los Estados Unidos fue el &(0)3#&+.%.&'0,$/&$#)$a-'0)$/&#$F.#&'.,$e5F.##&'.-%$R,)1/9_=$2,1,$>-&$(&$##&78$ a cabo durante tres años consecutivos desde el 2000, con la participación permanente del presidente de la República, altos funcionarios del Gobierno nacional y un selecto grupo de empresarios del mundo, con el propósito de evaluar los atractivos del mercado, la promoción de la inversión y la apertura de negocios en Colombia. A mi juicio, esta iniciativa ha sido fundamental para generar un intercambio de ideas y vincular a estos grandes actores de la economía global !con el activo concurso de Estados Unidos! a una percepción diferente y más objetiva del país, aún en medio de sus grandes dificultades. Fue esta una iniciativa del embajador Luis Alberto Moreno, que hizo evidente su capacidad de gestión tanto al interior del sector político como del sector empresarial de Estados Unidos. Es claro, sin embargo, que nuestra labor en materia de la agenda económica y comercial con Estados Unidos se concentró en la renovación y ampliación de la Ley de Preferencias Arancelarias Andinas !ATPA!; concedida a Colombia, Bolivia, Perú y Ecuador por sus esfuerzos en la lucha contra el problema mundial de las drogas, y que tiene efectos positivos en el desarrollo económico, la generación de empleo y en la 221
reducción de las actividades ilícitas. Promoví este tema tanto con la administración como con los miembros del Congreso de Estados Unidos, buscando su prórroga a partir de diciembre de 2001, así como la inclusión de Venezuela y su extensión para que abarcara
textiles, confecciones,
artículos de cuero, calzado, atún enlatado, entre otros productos que anteriormente no estaban cubiertos por esta ley. El reto que enfrentábamos era de gran magnitud, porque se trataba de darle continuidad a la iniciativa exitosa que había cristalizado el embajador Jaime García Parra, quien en el año 1992 logró en el Gobierno y el Congreso norteamericanos la primera aprobación de estas preferencias. Durante el período que nos correspondió orientar la política exterior colombiana hicimos intensas gestiones en el Congreso norteamericano; preparamos un cúmulo importante de información económica para los legisladores y demás instancias que se ocupaban de decisiones sobre la problemática del país, para sustentar la solicitud de prórroga de estas preferencias y, a la vez, darles argumentos a los congresistas para captar su voto a favor de las mismas. El ejercicio diplomático con Estados Unidos, obedeció a una estrategia que acordamos en su integridad el presidente, el canciller y el embajador Luis Alberto Moreno, quien contribuyó a ejecutar con lujo de competencias. Pero no hay duda de que los embajadores Curtis Kamman y Ann Paterson fueron importantes artífices de esta agenda para lograr la consolidación de las mejores relaciones de nuestra historia bilateral. Debo, así mismo, hacer un especial reconocimiento a la entonces ministra de Comercio Exterior, Martha Lucía Ramírez de Rincón, cuyo profesionalismo y compromiso resultaron también decisivos para el logro de las excelentes relaciones comerciales obtenidas con los Estados Unidos.
222
La Cancillería y la Embajada en Washington hicieron importantes gestiones con la administración del presidente Clinton y continuaron en esta misma dirección con la administración Bush, para que el objetivo de acceder a la renovación y ampliación de las preferencias arancelarias se cumpliera en toda su extensión. En mi encuentro del 13 de febrero de 2001 con el nuevo secretario de Estado Colin Powell y en el primer encuentro del presidente Pastrana con el presidente Bush, el 27 de febrero, en los que se dio continuidad a los temas centrales de la agenda bilateral, tuvimos también oportunidad de sentar las bases para la iniciativa legislativa sobre la ampliación anticipada del ATPA y su extensión. Durante esta reunión !que tuvo lugar en la Casa Blanca! estuvieron también presentes el secretario de Estado, Colin Powell, el jefe de Gabinete de la Casa Blanca, Andrew Card, y la consejera nacional de Seguridad, Condoleezza Rice. El presidente Pastrana le describió al presidente Bush los avances logrados en el desarrollo del Plan Colombia y discutieron los esfuerzos desplegados para reducir la demanda de sustancias psicoactivas en los Estados Unidos. En relación con la renovación de la Ley de Preferencias Arancelarias Andinas (ATPA), el presidente Bush expresó que estaba a favor de la ampliación de la ley, en su primera manifestación oficial sobre el tema, sobre el que existía gran expectativa entre los países andinos beneficiarios. Con el anuncio del presidente Bush de estudiar la extensión del ATPA se cumplió uno de los objetivos más importantes de ese viaje oficial, que 223
buscaba acceso preferencial para los productos colombianos en los mercados de Estados Unidos y la eliminación de barreras arancelarias. De igual manera, el presidente Bush respaldó la iniciativa del presidente Pastrana de convocar en Colombia una reunión presidencial de los países del ATPA (Bolivia, Ecuador, Perú y Colombia), con el propósito de preparar un encuentro en el marco de la tercera Cumbre de las Américas que tendría lugar en el mes de abril en Québec, Canadá. El encuentro entre los presidente Pastrana y Bush, así como las reuniones de trabajo con los líderes del Congreso, sirvieron de antesala para la iniciativa legislativa sobre la ampliación anticipada del ATPA y su extensión. El senador Bob Graham presentó un proyecto de ley el 13 de marzo de 2001, con el copatrocinio de diez congresistas más de distintas filiaciones políticas, denominado Andean Trade Preference Enhancement Act (ATPEA, por sus siglas en inglés),89 que fue el inicio de un proceso legislativo tendiente a apoyar a Colombia y a los demás países beneficiarios del ATPA en su lucha contra el narcotráfico. En la Cumbre Presidencial de la Comunidad Andina, celebrada en Cartagena de Indias el 18 de abril de 2001, los países acordaron establecer y desarrollar una estrategia andina de lucha contra el problema mundial de las drogas y, en el marco de esta estrategia, concertaron la solicitud de prórroga y ampliación de la Ley de Preferencias Comerciales Andinas y la inclusión de Venezuela en este mecanismo. 89
En su aprobación final las preferencias fueron rebautizadas bajo las siglas ATPDEA (Andean Trade Promotion and Drug Eradication Act).
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Debo recordar que en la reunión sostenida entre los cancilleres andinos y el secretario de Estado de los Estados Unidos, el día 10 de septiembre de 2001, en Lima, durante la celebración de la Asamblea Extraordinaria de la OEA, que aprobaría la Carta de Seguridad Hemisférica, el señor Powell fue contundente en señalar que habría ampliación de artículos pero no extensión de países. Podrá el lector imaginarse la cara de desconcierto del canciller de Venezuela, Luis Alfonso Dávila, quien estaba presente en esa reunión. En Québec, el día 20 de abril de 2001, a propósito de la reunión del presidente Bush con los presidentes de los países beneficiarios del ATPA, en el marco de la III Cumbre de las Américas, resultó evidente el liderazgo asumido por el presidente Pastrana en la perspectiva de convocar hacia el tratamiento regional del problema de la producción, distribución y consumo de la droga como una responsabilidad que ocupaba la acción conjunta de Estados Unidos y de los países andinos. Los presidentes de los países beneficiarios del ATPA resaltaron la ampliación y extensión de esta concesión e hicieron entrega de una carta en ese sentido al presidente Bush, escrita al día 18 de abril en la Cumbre de Países Beneficiarios del ATPA en Cartagena y que, por su trascendencia, reproduzco en su totalidad:
5P)10)@&')$/&$h'/.)(=$Ti$/&$)31.#$/&$GHHT Estimado Señor Presidente:
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Hace más de diez años, los entonces presidentes de varios países andinos y de los Estados Unidos se reunieron en Cartagena de Indias, para dar inicio a una nueva era en la lucha contra las drogas ilícitas. En esa memorable ocasión, los jefes de Estado adoptaron una estrategia común para combatirlas y se comprometieron, por primera vez, a llevar adelante esta lucha contra las drogas desde una perspectiva integral, que incluyera !como elemento prioritario! el respaldo político y la cooperación de los Estados Unidos a los esfuerzos que en este sentido desarrollan los países andinos. Consideramos imprescindible recuperar los fundamentos de ese compromiso y reafirmar los principios de esa cooperación, que debe tomar en cuenta la reducción de la demanda, el consumo y la oferta, y promover acuerdos concretos en materia de desarrollo alternativo, comercio e inversión. Es preciso también que no perdamos de vista que éstos son elementos conexos que se refuerzan mutuamente. Un resultado concreto de esa acción conjunta fue la aplicación de la Ley de Preferencias Arancelarias Andinas. Reconocemos los beneficios derivados de esta iniciativa, tanto para nuestros países como para los Estados Unidos, teniendo en cuenta que durante el periodo de vigencia de esta ley el comercio bilateral se ha duplicado en las dos vías. Actualmente, en vista de que el flagelo de las drogas aún continúa !pese a los denodados esfuerzos de los países andinos en su lucha antinarcóticos! estamos convencidos de la perentoria necesidad de ampliar y profundizar la cooperación que iniciamos hace más de una década. En este sentido, asignamos prioritaria importancia a una pronta renovación de la Ley de Preferencias Arancelarias Andinas, con una vigencia permanente hasta que converja con el programa de desgravación que se negocie en el ALCA. Así mismo, consideramos esencial su ampliación a los productos de exportación con un alto valor agregado andino y de fuerte impacto en la generación de empleos alternativos a aquellos vinculados a las actividades ilícitas relacionadas con el narcotráfico. Por ello solicitamos que la nueva cobertura de dicha ley incluya los productos del sector de textiles y confecciones en toda su cadena productiva, considerando normas de origen que permitan la utilización de insumos regionales. Igualmente, requerimos incluir otros productos tales como manufacturas de cuero, derivados lácteos, atún enlatado, azúcar y sus derivados. Es importante que esta ley se ajuste a la estructura productiva y exportadora de todos nuestros países. De esta manera,
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estaremos en condiciones de garantizar la sostenibilidad de los resultados obtenidos en la lucha contra el problema mundial de las drogas y fortalecer la economía legal, atenuando el alto costo económico y social que ha representado para nuestros pueblos. Por otra parte, reiteramos nuestro interés de que se incluya a Venezuela como país beneficiario de este esquema preferencial, lo que contribuirá al fortalecimiento del proceso de integración andino. Solo lograremos los resultados esperados en esta lucha si contamos con instrumentos innovadores, con un apoyo proporcional al esfuerzo desplegado por nuestros países que refleje el verdadero compromiso de nuestros pueblos en la erradicación de uno de los peores flagelos, que sin reparar en fronteras, infringe graves daños a toda la humanidad. Del Señor Presidente, con nuestra expresión de consideración y amistad más distinguida. Hugo Bánzer Suárez Presidente de la República de Bolivia Gustavo Noboa Bejarano Presidente de la República de Ecuador Andrés Pastrana Arango Presidente de la República de Colombia Javier Pérez De Cuellar N&61&(&'0)'0&$E&1(,')#$/&#$E1&(./&'0&$/&$#)$N&6M3#.+)$/&$E&1M9.
Al instalar la reunión con los países andinos beneficiarios del ATPA, en la ciudad de Québec, el presidente Bush se manifestó especialmente cálido con el presidente Pastrana y se refirió en los siguientes términos a la trascendencia de este encuentro: +auiero agradecerles a todos por venir. Es para mí un gran honor decir que considero muy importante el encuentro entre los miembros de la Comunidad Andina y mi país. Deseaba reunirme con los líderes personalmente. Yo me
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reuní con el presidente Pastrana antes, y es bueno volverlo a ver. He hablado telefónicamente con algunos líderes. Quiero asegurarles a los líderes aquí presentes que mi nación tiene muchos deseos de trabajar con ustedes, y particularmente cuando se trata de comercio. Quiero asegurarles a los líderes de la región andina que el Plan Colombia va más allá que sólo el país de Colombia. Sé que ello concierne al presidente de Ecuador, y hemos elaborado planes para todos los países de la región. Y no es solamente en la ayuda en la lucha contra las drogas: queremos estar seguros que las economías permanezcan fuertes, que la infraestructura para educación esté en su lugar. Es de nuestro interés nacional el cooperar juntos. En ese sentido, aprecio la presencia de los líderes andinos en esta reunión. Es mi gran honor orientar esta discusión. Deseo tener un intercambio sincero y honesto de opiniones sobre las áreas en las que podemos colaborar; y si se presentan algunos inconvenientes, que encontremos áreas en las que podamos trabajar juntos para resolverlos. Gracias a todos por venir. (En español: 5'el honor es mío9) ".
Debo recordar que las primeras preferencias arancelarias, concedidas en el año de 1992, se originaron en un encuentro sostenido el 15 de febrero de 1990 en Cartagena de Indias, por el presidente George Bush (padre) con los presidentes andinos, Virgilio Barco, Alan García y Jaime Paz Zamora. Es allí donde empezó a hablarse con insistencia de la corresponsabilidad en la lucha contra las drogas ilícitas. Después se realizó una reunión en San Antonio, Texas, los días 26 y 27 de febrero de 1992, en la que se trazaron
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los derroteros centrales de estos esfuerzos de cooperación, con unos alcances y metas bastante bien definidas. Conscientes del interés que despertaba en el presidente George W. Bush este asunto, por su referencia histórica, nosotros pretendíamos plantearle al mandatario norteamericano, como en efecto lo hizo el presidente Pastrana en la Cumbre de Quebec, la posibilidad de realizar una reunión que /&',%.')1;)%,($5L)'$D'0,'.,$hh9=$$6)1)$&7)#-)1$(.$#)$&(01)0&@.)$>-&$(&$(.@-.8$ había obtenido resultados específicos.
La idea era convocar a Estados
Unidos, la Unión Europea !España, que ejercía un rol de liderazgo en la presidencia, estaba de acuerdo!, los países andinos, México y Brasil !que se ha convertido en el segundo país consumidor del mundo! para un nuevo encuentro en San Antonio. Al presidente Bush le pareció tan buena la idea que nos invitó a su rancho en Texas y se comprometió a iniciar los preparativos. Sin embargo, esta propuesta se fue diluyendo con el pasar de los días porque el Departamento de Estado tenía sus dudas sobre su conveniencia, según informaciones que recibí. A mi juicio, esta reunión sigue pendiente para medir con profunda sinceridad los logros obtenidos hasta el presente y proyectar, con una perspectiva más amplia y equitativa, la responsabilidad compartida de los países en torno a un problema global. Quizás ésta sea una oportunidad para lograr un gran 5P,'01)0,$ +,'$ #)($ D%J1.+)(9$ >-&$ 6&1%.0.1;)$ $ 2,10)#&+&1$ #)$ #-+B)$ +,'01)$ #)($ drogas ilícitas y sus delitos conexos, desde un enfoque integral, así como promover y profundizar la inversión social que requieren nuestras naciones. Éste sería, en síntesis, un contrato para la seguridad de nuestros Estados y el desarrollo justo y equitativo de nuestras gentes.
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Las gestiones para lograr la extensión y ampliación anticipada del ATPA se intensificaron durante los meses siguientes con mis visitas del 6 de agosto y el 5 de diciembre de 2001 para sostener contactos con el secretario de Estado Colin Powell, la consejera nacional de Seguridad, Condoleezza Rice, el representante de Comercio, Robert Zoellick, el secretario asistente para Asuntos Antinarcóticos Internacionales del Departamento de Estado, Rand Beers, y un importante grupo de congresistas. Los contactos alcanzaron su punto más alto con la entrevista sostenida por el presidente Pastrana con el presidente Bush, el día 11 de noviembre, en el marco de la visita realizada a Estados Unidos con el fin de asistir a la apertura del LVI Período de Sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York. Los mandatarios intercambiaron información sobre asuntos de defensa y seguridad, la Iniciativa Regional Andina !que ya se abría camino en el Congreso norteamericano! y en especial sobre la renovación y ampliación de la Ley de Preferencias Arancelarias Andinas. Toda esta labor diplomática tuvo uno de sus logros más notables el 15 de febrero de 2002 cuando Robert C. Bonner, comisionado del Servicio de Aduanas de los Estados Unidos !después de una reunión que me concedió en Washington y que fue organizada por el embajador Moreno! emitió una orden para aplazar por 90 días el recaudo de aranceles para las importaciones de los países andinos incluidos en el ATPA, con el fin de dar tiempo a la maduración del proyecto en el Congreso. En la última visita al presidente Bush, durante el mes de abril de 2002, en la que tuve oportunidad de acompañar al presidente Pastrana !después de 230
las semanas de convalecencia que siguieron a una delicada intervención quirúrgica a la que me debí someter! insistimos en el carácter de reconocimiento político que debían adquirir estas preferencias como resultado de los esfuerzos conjuntos de los países de la Comunidad Andina, con Colombia a la cabeza, para continuar en la lucha decidida contra el flagelo internacional del tráfico de drogas. De nuevo, el presidente sostuvo reuniones con líderes del Congreso norteamericano, ante quienes se refirió a los asuntos centrales de la seguridad hemisférica e insistió en la trascendencia de la renovación y ampliación del ATPA. Después de las intensas gestiones realizadas, el 23 de mayo de 2002 la plenaria del Senado de los Estados Unidos aprobó el proyecto que renueva y amplía la Ley de Preferencias Arancelarias Andinas (ATPA). Una vez concluidas las labores de la Comisión de Conciliación de las dos cámaras legislativas, el día 1° de agosto de 2002, el Senado estadounidense aprobó el ATPA por una votación de 64 votos a favor y 34 en contra. Con la sanción presidencial de estas preferencias el día 6 de agosto de 2002, día en que la medida se hizo retroactiva !hasta el 4 de diciembre de 2001! y en el que el embajador Robert Zoellick viajó a Bogotá, a reunirse con el Gobierno y el sector empresarial nacional, en un acto en el cual le señaló al Presidente Pastrana que la administración de George Bush le había cumplido a Colombia, dadas nuestras reiteradas solicitudes. De esta manera, la diplomacia colombiana se anotaba un importante éxito en la agenda comercial con Estados Unidos que nos habíamos trazado al comienzo del Gobierno.90 90
Las preferencias contempladas en el nuevo ATPA, conocido actualmente como ATPDEA (Andean Trade Promotion and Drug Eradication Act) tendrán una vigencia hasta el 31 de diciembre de 2006. De acuerdo con las cifras del Ministerio de Comercio Exterior y del Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas 2
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Compatriotas en Estados Unidos: nuestras gestiones humanitarias A lo largo de estos cuatro años, el Gobierno colombiano expresó reiteradamente su apoyo al otorgamiento del Estatus de Protección Temporal 2TPS, por sus siglas en inglés2 a nuestros compatriotas por parte del Gobierno de Estados Unidos. Así lo manifestó el presidente Andrés Pastrana al presidente William J. Clinton, durante la reunión bilateral celebrada en el marco de la visita del presidente de Estados Unidos a Colombia, el 30 de agosto de 2000. De igual manera, éste fue uno de los temas discutidos en el encuentro entre los mandatarios Pastrana y Bush el 27 de febrero de 2001. En esta reunión, el presidente Pastrana le hizo al presidente Bush una solicitud muy directa para que Estados Unidos les otorgara a los colombianos el Estatus de Protección Temporal (TPS). El mandatario norteamericano, quien no parecía muy informado del asunto, de inmediato le preguntó sobre el número de colombianos en Estados Unidos. El presidente Pastrana, que llevaba las cifras en su mano, le contó que en Nueva York podría haber un millón y medio de colombianos, mientras que en la Florida superaba el millón de personas. Fue entonces, cuando el presidente Bush, en tono jocoso y seguramente pensando en su hermano Jeff, gobernador de la Florida, le preguntó: !
2¿Y todos ellos votan?
DANE2 entre 1992 y 2000 las exportaciones bajo el ATPA representaron la creación de 122.296 nuevos empleos en la estructura productiva nacional. Por su parte, las proyecciones oficiales señalan que con la ampliación y extensión de las preferencias a sectores neurálgicos de la economía colombiana 2como las confecciones, los textiles, el atún, el petróleo y sus derivados, y otros productos en cuero, entre otros2 en el curso de los próximos cuatro años podrían ascender a 150.000 los nuevos puestos de trabajo. De ellos, además de los generados por las prendas de vestir, que se estiman unos 90.000, cerca de 22.500 corren por cuenta de la actividad de empaque al vacío de conservas de atún y más de 27.000, entre directos e indirectos, en la fabricación de calzado.
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A lo cual el presidente Pastrana le respondió en tono de broma: 2No, presidente, pero si usted quiere producimos una ley habilitante para que lo hagan. Desde ese momento al presidente Bush el tema se le quedó grabado porque después, cada vez que nos encontrábamos nos decía: 2Bueno, ¿cómo siguen los colombianos? ¿Por quién van votar en la Florida en las próximas elecciones? El presidente Bush nunca imaginó que el porcentaje de colombianos residentes en los Estados Unidos fuera de tal magnitud. En este mismo sentido, el 11 de octubre de 2000, dirigí una carta a la entonces secretaria de Estado de los Estados Unidos, Madeleine Albright, en la cual expresé: 5],',1)3#& Madeleine K. Albright. Secretaria de Estado. Departamento de Estado. Washington, D.C. Me permito hacer referencia a la solicitud elevada por varios nacionales colombianos y sus organizaciones para que Estados Unidos considere la concesión del Estatus de Protección Temporal (TPS).
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Basado en el hecho de que muchos colombianos que han emigrado a los Estados Unidos en los últimos años enfrentan ahora problemas por su estatus migratorio, el Gobierno de Colombia respetuosamente solicita al Gobierno de los Estados Unidos que les otorgue el TPS, de tal manera que les sea permitido trabajar sin transgredir ninguna norma y aliviar la incertidumbre que enfrentan en la actualidad. Gracias por su atención a este asunto y aprovecho la oportunidad para reiterarle mi más alta consideración9.
Además, teniendo en cuenta la importancia de plantear esta solicitud a los funcionarios de la nueva administración de los Estados Unidos que intervienen en la toma de decisión de este asunto, a través de cartas dirigidas a Colin Powell, secretario de Estado, John Ashcroft, fiscal general y Kevin Rooney, director encargado del Servicio de Inmigración y Naturalización, el 23 de mayo de 2001 reiteré la solicitud oficial elevada al Gobierno de los Estados Unidos. Quiero, en particular, destacar la comunicación que hice llegar al secretario Colin Powell, con quien tuve oportunidad de tratar en forma personal esta aspiración de mis conciudadanos: !"#$#%&'()*(+,(-./#(+,()001 Apreciado Señor Secretario: Respetuosamente dirijo esta nota a Su Excelencia en referencia a las anteriores solicitudes elevadas por el Gobierno de Colombia al Gobierno de los Estados Unidos de América con respecto a la concesión del Estatuto de Protección Temporal (TPS) a los ciudadanos colombianos
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que han extendido su derecho legal a permanecer en los Estados Unidos, o que han ingresado al país sin los requisitos legales necesarios. La situación de nuestros ciudadanos es muy difícil, por el hecho de que ellos no están legalmente autorizados para trabajar en los Estados Unidos y como consecuencia pueden escasamente subsistir o proveer para sus familias. Para mejorar su situación, el Gobierno de Colombia comedidamente solicita la autorización del TPS. Los colombianos que se beneficiarían de esta medida temporal son gente honesta y trabajadora con un gran deseo de contribuir y trabajar para las comunidades donde residen. Por anticipado, acepte mi sincero reconocimiento por la consideración de esta solicitud humanitaria, un hecho que sin lugar a dudas ayudará a mejorar la difícil situación que afrontan muchos colombianos en los Estados Unidos. Aprovecho la oportunidad para renovar a Su Excelencia las seguridades de mi más alta consideración-.
A su turno, la embajada de Colombia en Washington, mantuvo estrecho contacto y fluida comunicación con las organizaciones de colombianos que reclamaban de las autoridades norteamericanas el otorgamiento del TPS y trabajó conjuntamente con los consulados y aquellas
organizaciones
existentes en los Estados Unidos en la recolección de estimados, comportamiento y características de la población colombiana en cada una de las distintas jurisdicciones, para efectos de la consolidación de cifras confiables que permitieran mostrar la situación real de los colombianos que en los últimos años han ingresado a Estados Unidos.
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Sin embargo, resulta claro que a partir de los sucesos del 11 de septiembre, las restricciones migratorias en los Estados Unidos han crecido, lo que hace más difícil la consecución de una decisión positiva, en esta materia que fue una de las obsesiones permanentes durante nuestra labor al frente de la Cancillería de San Carlos. Un socio activo en el propósito de la paz Era evidente que a medida que avanzábamos en nuestras gestiones con los Estados Unidos, se requería de un adecuado balance entre las expectativas de los dos países para que la agenda de normalización y restablecimiento reflejara de manera satisfactoria los intereses de ambas naciones. El presidente Pastrana entendió, con gran sentido práctico, que el presidente Clinton estaba dispuesto a apoyar nuestra gran prioridad, que era la paz con inversión social y negociación política del conflicto, mientras nosotros estuviéramos en capacidad de reconocer la lucha frontal contra las drogas como la gran prioridad de Estados Unidos. Y en la medida en que nuestro diagnóstico del conflicto interno ya había incorporado como elemento central el alto poder perturbador del narcotráfico, no tuvimos ninguna dificultad para mantener un diálogo abierto, en el marco de nuestras propias expectativas e intereses. A mi juicio, fue el realismo con el cual Colombia condujo estas relaciones bilaterales, lo que hizo posible el importante esfuerzo de diversificación de la cooperación con Estados Unidos, en el curso de los últimos años. Durante la visita de Estado del mes de octubre de 1998 también se institucionalizó, por primera vez en la historia de las relaciones diplomáticas 236
entre ambos países, un grupo consultivo al más alto nivel para hacer el seguimiento de las relaciones bilaterales, el cual ha permitido fluidez en las aproximaciones, entendimiento en aspectos específicos y permanentes contactos entre todos los sectores de la vida política y económica de Estados Unidos y de Colombia. Desde entonces este mecanismo consultivo es dirigido por el ministro de Relaciones Exteriores
de Colombia y el
secretario de Estado de Estados Unidos y se reúne periódicamente con el objetivo de revisar todos los aspectos de la agenda conjunta para su efectivo seguimiento, lo que se logró gracias a una estrecha coordinación interinstitucional para el desarrollo de los temas prioritarios de ambos países. La realización de los encuentros del Grupo Consultivo de Alto Nivel, tanto con Thomas Pickering como con Marc Grossman, los dos subsecretarios de Estado para Asuntos Políticos de los Estados Unidos con quienes nos correspondió hacer interlocución permanente, ha demostrado la importancia de este mecanismo en la búsqueda de mayores canales de comunicación y en el seguimiento y concreción de los múltiples aspectos que componen la agenda. De igual forma, es importante destacar que a lo largo de las sucesivas visitas de los diferentes funcionarios del Ejecutivo 2una de ellas del propio presidente2 y de los legisladores de los Estados Unidos, así como de las repetidas visitas del presidente de la República a ese país durante la era Clinton, se obtuvo el apoyo político al proceso de paz. Así mismo se creó el ambiente necesario para lograr la presentación al Congreso de los Estados Unidos del paquete de asistencia a Colombia, el cual se concretó después de su trámite en el legislativo de ese país con la sanción de la ley por la cual se asignaban importantes recursos de apoyo al Plan Colombia. Éste es un hecho sin precedentes que manifiesta un histórico respaldo a la Diplomacia por la Paz. 237
La importante presencia de Estados Unidos en la estrategia del Plan Colombia ya fue evaluada con especial énfasis en el capítulo anterior. Sin embargo, creo que es necesario abordar sin ningún tipo de temor el debate sobre el papel de Estados Unidos en las negociaciones de paz con las FARC, con el fin de salirle al paso a algunas versiones que vieron en la estrategia de apoyo un pretexto para atizar la guerra en Colombia. Con alguna frecuencia, algunos analistas de la política exterior colombiana se sumergen en profundas disquisiciones so',)% $#% +$GL6!#% 648),4#-% .)% $#% )/8,#8)L6#% .)% paz del p,)/6.)48)%A#/8,#4#?%/)<#$#4.*%!*48,#%8*.#%)M6.)4!6#%+7")%630),G%$#%$GL6!#% .)%$#%L"),,#%630")/8#%0*,%$*/%>/8#.*/%V46.*/-, por el énfasis que encuentran en el componente militar de su asistencia. Pero muy pocos han tenido la valentía intelectual de señalar un hecho que ahora adquiere especial importancia. Al mismo tiempo que el Gobierno tendía la mano de las negociaciones a los alzados en armas, estaba
en la absoluta obligación de cumplir con el mandato constitucional de
recuperar, a través de sus Fuerzas Armadas, el monopolio legítimo del uso de la fuerza. Y nadie diferente a Estados Unidos, en un momento de profunda incomprensión sobre la verdad del conflicto interno colombiano 2especialmente en algunos círculos políticos y académicos 2iba a ofrecer ayuda a Colombia en la defensa de su institucionalidad democrática. Por lo tanto, era evidente que Colombia estaba en la obligación de fortalecer las Fuerzas Armadas y avanzar de manera simultánea en la estrategia de paz, tal como se había anunciado durante la campaña presidencial, lo cual demuestra que no existió ninguna ingenuidad por parte del presidente Pastrana, quien siempre actuó de manera estratégica en el desarrollo del proceso de paz. Algunas cifras dan buena cuenta de esta realidad:
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! Durante el cuatrienio se duplicó el número de soldados profesionales, se incrementó en un 30% el número de soldados regulares y se redujo en un 90% el número de soldados bachilleres. ! A su vez, se le dio una mayor movilidad y apoyo técnico a la Fuerza Pública, para asegurar un accionar rápido y eficaz. En ese sentido, se incrementó durante los cuatro años (1998-2002) en un 70% el número de helicópteros de combate y en 100% la flotilla de helicópteros de transporte. ! Se logró incrementar en un 67% la capacidad de combate y en un 80% la capacidad de transporte helicoportado. ! Al mismo tiempo, se le otorgó una prioridad especial a la promoción y el respeto por los derechos humanos y el Derecho Internacional Humanitario por parte de la Fuerza Pública. Ello permitió capacitar 119.349 miembros de las Fuerzas Militares y de la Policía en esa materia. ! En síntesis, hoy en día Colombia tiene unas Fuerzas Militares más grandes, más capaces y más profesionales.91
Aún así, a quienes se empeñan en ver las relaciones bilaterales atravesadas por la lógica de la guerra durante estos cuatro años, también se les escapa el hecho de que Estados Unidos no tuvo ningún asomo de duda en respaldar el llamado de Colombia a la comunidad internacional, formulado con base en el principio de la corresponsabilidad, para apoyar la estrategia de fortalecimiento institucional y desarrollo social a través de las reuniones del Grupo de Apoyo al Proceso de Paz, ya
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mencionadas. Y como ya lo he señalado, en todas estas reuniones Estados Unidos se hizo presente para ratificar su compromiso con los principios que guiaban la estrategia del Plan Colombia. De hecho, una parte sustantiva de su ayuda se orientó a programas específicos de desarrollo social, fortalecimiento institucional y desarrollo alternativo. Es cierto que desde el comienzo del proceso de paz y, en particular, desde la puesta en marcha de la zona de distensión en el Caguán, el Gobierno de Estados Unidos se mostró cauteloso con los resultados de este audaz paso del presidente Pastrana. Debo reconocer, además, que su posición se endureció luego del asesinato de los tres indigenistas norteamericanos a manos de las FARC, en febrero de 1999.92 Pero en ningún momento el Gobierno de Estados Unidos le retiró su apoyo al proceso. Por el contrario fue, por lo general, el primero en salir a través del Departamento de Estado y, en repetidas oportunidades, a través de su propio presidente, a brindar apoyo total a la decisión del Gobierno colombiano de continuar adelante con la alternativa de negociación política del conflicto. Una visita para el recuerdo La agenda política y comercial de Colombia con los Estados Unidos 2que para nosotros siempre estuvo integrada a los propósitos de la estrategia de Diplomacia por la Paz 2 fue tan activa a lo largo de los cuatro años, que me haría prolijo al enumerar la cantidad y calidad de los contactos realizados. Pero sí creo importante mencionar algunas declaraciones y encuentros de alto nivel por su trascendencia en
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A#,#%"4#%3#9*,%645*,3#!6G4?%!*4/"$8#,%A,)/6.)4!6#%.)%D#%b)0H'$6!#:%+V4#%/)36$$#%.)%5"8",*-:%Ihhi-2002. Los tres indigenistas trabajaban en Colombia con la comunidad indígena U'wa, los cuales fueron secuestrados por las FARC el 25 de febrero de 1999. Sus cadáveres fueron hallados ocho días más tarde en un paraje del lado venezolano de la frontera común sobre el río Arauca. 92
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la configuración del nuevo escenario de auge sin precedentes en nuestras relaciones bilaterales. El 20 de julio de 1999, con motivo del día nacional de Colombia, el presidente Clinton envió una comunicación al presidente Pastrana en la cual le señaló que la alternativa para la salida al conflicto en Colombia no es militar sino política y le ofreció todo el concurso del Ejecutivo norteamericano para avanzar conjuntamente en la dirección elegida por el Gobierno Colombiano, a través del apoyo a las estrategias de fortalecimiento institucional, desarrollo social y desarrollo alternativo contempladas en el Plan Colombia.93 El día 10 de agosto, cuando se encontraba en Colombia del subsecretario de Estado para Asuntos Políticos, Thomas Pickering, para hacer seguimiento a los asuntos planteados en la visita de Estado, apareció publicado en el New York Times un artículo firmado por la secretaria de Estado Madelene Albright, en el que hacía un sincero análisis de la realidad colombiana y, al mismo tiempo, manifestaba el apoyo del Gobierno norteamericano a las políticas de paz y de fortalecimiento del Estado impulsadas por el presidente Pastrana. Por la trascendencia de estas reflexiones en la generación de condiciones favorables al país, tanto al interior del Gobierno como del Congreso de los Estados Unidos, reproduzco en su totalidad el texto del artículo: 5I)$ %-&10&$ /&$ +.'+,$ (,#/)/,($ )%&1.+)',($ <$ /,($ +,#,%3.)',($ &'$ accidente aéreo durante una misión antinarcóticos en Colombia el mes pasado puso la atención en nuestro interés por el país más convulsionado de Sudamérica.
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Esta comunicación fue seguida de un pronunciamiento sobre la cooperación con Colombia en materia del Plan Colombia y lucha contra el narcotráfico, el día 10 de noviembre de 1999, cuando ya era evidente que la iniciativa de ayuda puesta a consideración del Congreso no alcanzaría a ser debatida en esa vigencia fiscal; y de un comunicado expedido con motivo del relanzamiento de la iniciativa de ayuda a Colombia el día 11 de enero de 2000, que reproduje en su totalidad en el capítulo anterior.
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Los narcotraficantes colombianos producen más del 80% de la cocaína mundial y está aumentando la proporción en el tráfico de heroína que llega a nuestros puertos. Dos organizaciones guerrilleras !las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, y el Ejercito de Liberación Nacional, ELN! están en guerra con el Gobierno y tienen control en una parte significativa del territorio. A las guerrillas se contraponen grupos de paramilitares de derecha que, al igual que las guerrillas, abusan de los derechos humanos regularmente. Tanto las guerrillas como los paramilitares usan el narcotráfico para financiar sus operaciones. Los esfuerzos del presidente de Colombia, Andrés Pastrana, para negociar la paz están congelados. El crimen es rampante. Y la economía del país está atravesando la peor recesión desde 1930. Los problemas de Colombia han atravesado sus fronteras y tienen implicaciones para la seguridad y estabilidad de la región. Para superar esta situación, el presidente Pastrana debe realizar un gran esfuerzo, para lo cual necesita !y merece! el apoyo internacional, que debe ir más allá de la erradicación de la producción y tráfico de drogas. Como lo entiende el presidente Pastrana, los objetivos de la paz, la justicia, prosperidad y respeto de los derechos humanos no se pueden separar los unos de los otros. El progreso en cualquiera de ellos hará más fácil lograr los demás. Existen, por ejemplo, varias dimensiones en la búsqueda de la paz. Después de 38 años de luchas, debería estar claro que una salida militar no es posible. El presidente Pastrana tuvo la razón al comenzar las negociaciones; la duda radica en si se puede combinar la presión militar con incentivos que conlleven a una respuesta por parte de la guerrilla. Los esfuerzos en la búsqueda de la paz deben estar guiados por los mismos colombianos. El presidente Pastrana ha tomado valerosos riesgos en este sentido y es su decisión qué tipo de garrotes y zanahorias se deben utilizar. Sin embargo, los Estados Unidos y otros amigos de Colombia deben estar listos para ayudar. El presidente Clinton ya ratificó nuestro apoyo al presidente Pastrana en una carta el 20 de julio. Los esfuerzos en la lucha contra el narcotráfico están relacionados con la búsqueda de la paz, porque los rebeldes y los paramilitares están envueltos con este tema. Y, como se ha visto en Bolivia y Perú,
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el éxito en la batalla contra las drogas requiere una serie de estrategias, incluyendo la erradicación, prohibición, sustitución de cultivos, desarrollo económico y reforma a la justicia. En este sentido, igualmente, el Gobierno colombiano debe tener el liderazgo, aunque otros sectores deben apoyarlo. Los Estados Unidos han sido un gran soporte en la lucha colombiana contra el narcotráfico, lo cual es obvio, ya que nuestra demanda de drogas es el mayor problema. La Policía de Colombia ha fumigado e incautado grandes cantidades de cocaína y heroína, pero la producción de coca está aumentando, las organizaciones de narcotraficantes están bien financiadas y armadas, y el sistema judicial colombiano está infestado de corrupción, tiene poco presupuesto y tiene represados 3,5 millones de casos. El éxito no se verá rápidamente, pero es posible progresar si el Gobierno tiene apoyo internacional. La protección de los derechos humanos también está relacionada estrechamente con los demás objetivos. La mayoría de las víctimas en el conflicto colombiano han sido civiles. En su más reciente ofensiva, las FARC indiscriminadamente atacaron a pobladores y utilizaron a niños de tan sólo 9 años como soldados. Los grupos guerrilleros aún desmienten haber secuestrado a tres misioneros americanos en Panamá en 1993, y en marzo sus fuerzas asesinaron a tres americanos que estaban trabajando con grupos indígenas locales. Además, los paramilitares han atacado a quienes trabajan a favor de los derechos humanos y activistas políticos. En el pasado, el Ejército colombiano perdió apoyo al no prevenir adecuadamente los abusos a los derechos humanos, tanto por sus mismas fuerzas como por los grupos paramilitares. Los Estados Unidos tienen procedimientos estrictos en Colombia, como en cualquier otra parte, para verificar que ni individuos ni unidades que reciben la ayuda y el entrenamiento norteamericano estén envueltos en abusos a los derechos humanos, y quienes han sido responsables por abusos en el pasado son sometidos a la justicia. Bajo el Gobierno del presidente Pastrana los militares han mejorado su desempeño, aunque continuamos presionando para que haya un mayor progreso, especialmente para asegurar que cualquier vínculo, por pequeño que sea, entre los militares y paramilitares se rompa por completo.
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Los problemas económicos de Colombia están relacionados con los altos déficits, lo cual también es el resultado del crimen y el conflicto. Sin embargo, el desarrollo económico y la creación de empleos son las mejores formas para evitar que los ciudadanos apoyen a los grupos radicales. Entonces, cualquier país interesado en ayudar a Colombia en la lucha contra las drogas o en el proceso de paz deberá interesarse por ayudar en el sector económico. Los Estados Unidos han estado trabajando con el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y otros socios para asegurar que la ayuda necesaria esté disponible. En estos días, el subsecretario de Estado Thomas Pickering estará en Bogotá en una reunión con el presidente Pastrana y reafirmará el apoyo norteamericano para lograr todos los objetivos expuestos. También irá a Caracas, Venezuela, como parte de nuestro esfuerzo por lograr una fuerte integración regional para lograr la paz, establecer la ley y construir la prosperidad. El pueblo de Colombia está atravesando un vital examen democrático, un examen que debe pasar por su propia cuenta. Pero debe saber que nosotros entendemos las diversas dimensiones y el largo plazo de los problemas que afronta, y que haremos todo lo que esté a '-&(01,$)#+)'+&$6)1)$)<-/)1#,9.
La visita del subsecretario de Estado para Asuntos Políticos, Thomas Pickering, a quien no dudo en calificar como un gran amigo de Colombia, que se la jugó a fondo por nuestra estrategia de paz, se realizó durante los días 9 y 10 de agosto de 1999. Su encuentro con un grupo destacado de funcionarios del Gobierno se celebró en el marco del mecanismo consultivo que acordaron los presidentes Pastrana y Clinton para evaluar la integralidad de la relación, de acuerdo con la agenda bilateral acordada con Estados Unidos. En esta
reunión participaron los ministros de
Hacienda, Interior, Justicia, Defensa, los directores de Planeación y la Policía, el comandante de las FF.AA. y el alto comisionado para la Paz.
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En octubre 6 de 1999 el mismo Thomas Pickering dio uno de los testimonios de mayor impacto en el Senado norteamericano acerca de la trascendencia histórica y social que para nuestro país tenía el paquete de ayuda solicitado a Estados Unidos. En esta oportunidad, impresionado por su visita a Colombia, el señor Pickering declaró: +>$%Z*'6),4*%.)%=*$*3'6#%&#%.)/#,,*$$#.*%"4#%#0,*E63#!6G4%)/8,#81L6!#%#%/"/% desafíos nacionales. El Plan Colombia 2Plan para la paz, la prosperidad y el fortalecimiento del Estado2 es un gran paso en la dirección correcta. El Plan es un ambicioso pero realista paquete de políticas para revivir la golpeada economía colombiana, fortalecer los pilares democráticos de la sociedad, promover el proceso de paz y eliminar los santuarios de los productores de narcóticos y traficantes. Nosotros sostuvimos estrechas consultas sobre los ´cimientos´ que componen el Plan, así como con líderes y altos funcionarios del Gobierno colombiano. Pero el Plan fue formulado, escrito y aprobado en Colombia por el presidente Pastrana y su equipo de trabajo. Sin estos orígenes e impronta, no hubiera tenido el apoyo y el compromiso de Colombia, necesarios para que tenga un #$8#%0,*'#'6$6.#.%.)%1E68*-:
Este mismo espíritu prevaleció en las dos nuevas visitas realizadas por el subsecretario Pickering en febrero y mayo de 2000 2una vez radicada la solicitud de ayuda en el Congreso2 con el fin de revisar los temas relacionados con la implementación de las actividades de cooperación de Estados Unidos en el Plan Colombia y, en general, los diversos aspectos de la relación bilateral.
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De igual trascendencia fue la visita de la secretaria de Estado, Madeleine Albright, a Cartagena de Indias el 14 y 15 de enero de 2000, para analizar temas de carácter político. Luego de una cena que el presidente Pastrana le ofreció a la señora Albright en la Casa de Huéspedes, a la que asistió también el Premio Nobel Gabriel García Márquez, la invitamos a recorrer la ciudad vieja, con el propósito de demostrarle a la delegación norteamericana que allí también se podía caminar sin ninguna preocupación y ningún peligro. En la Plaza de Santo Domingo, al aire libre, disfrutamos de la cálida acogida que nos brindaron los cartageneros, con su tradicional hospitalidad y disposición para la celebración de la vida. Los dos encuentros sostenidos por el presidente Pastrana con el presidente Clinton y los líderes de los dos partidos mayoritarios de los Estados Unidos, en enero y abril de 2000, resultaron decisivos para brindar el impulso necesario, con el fin de obtener la rápida aprobación de recursos del paquete de ayuda que por entonces hacía trámite en el Congreso norteamericano y que fue finalmente aprobado a finales de junio.94 La visita del presidente Clinton a Cartagena el 30 de agosto de 2000 2la primera en diez años de un mandatario norteamericano a nuestro país2, se convirtió en una prueba más del alto punto que habían alcanzado las relaciones bilaterales y del formidable impulso que recibieron durante su administración los distintos temas de 94
Como ya se mencionó, el 30 de junio de 2000 el Senado de los Estados Unidos aprobó el texto elaborado por la Comisión de Conciliación sobre el paquete de ayuda para el Plan Colombia (un día antes había hecho lo mismo la Cámara de Representantes). El 13 de julio de 2000 el presidente Clinton firmó la Ley aprobatoria H.R. 4425 mediante la cual se brinda el apoyo de ese país al Plan Colombia. Debo señalar, a su vez, que durante los cuatro años de la administración Pastrana, nos visitaron la gran mayoría de los miembros del Congreso de los Estados Unidos. Estos encuentros fueron, sin duda, fundamentales para lograr el apoyo bipartidista que obtuvimos y alcanzar los más altos niveles de cooperación para Colombia.
246
la
nueva agenda bilateral. No dudo en considerar esta histórica visita como
expresión de una política de Estado hacia Colombia, compartida de manera monolítica por demócratas y republicanos, y como la más elocuente demostración del cabal cumplimiento de los propósitos que nos fijamos al comenzar el Gobierno para reconstruir y diversificar nuestros lazos con los Estados Unidos. Esta visita estuvo rodeada de circunstancias muy especiales. Cuando el presidente Pastrana tuvo oportunidad de hacerle la invitación formal al presidente Clinton, él se mostró muy entusiasta porque consideraba un momento muy propicio el final de su mandato para reiterar desde Cartagena de Indias 2un sitio particularmente atractivo para un profundo admirador de García Márquez2 su indeclinable apoyo a la estrategia de paz adoptada por el Gobierno colombiano y, al mismo tiempo, contribuir a ahuyentar los temores que había desatado la ejecución del Plan Colombia entre los países vecinos. Recuerdo muy bien que al aceptar la invitación, el presidente Clinton le dijo al mandatario colombiano que quería ir a nuestro país cuando estuviera aprobado todo el paquete de ayuda y que se haría acompañar de los más importantes miembros de la Cámara y del Senado, como en efecto ocurrió. La noche anterior a su arribo, Clinton hizo desde El Cairo una sensible declaración sobre el sentido de su presencia en Colombia: +a"6),*% &#'$#,% !$#,*% .)$% 0#0)$% .)% $*/% Estados Unidos. Primero, no nos incumbe proponer un plan. Apoyamos el plan colombiano. Ustedes dirigen; nosotros ofrecemos ayuda como país amigo y vecino. Segundo, el objetivo es lograr una vida mejor para el pueblo colombiano. Nuestra ayuda incluye apoyo para el desarrollo económico, un Estado más eficiente, la reforma judicial y los derechos humanos.
247
El desarrollo económico es fundamental. Los campesinos que cultivan la hoja de coca y la adormidera necesitan ganarse la vida honradamente para integrarse a la vida nacional. Nuestra ayuda posibilitará créditos para los #L,6!"$8*,)/%9%$#%6.)48656!#!6G4%.)%4")M*/%0,*."!8*/%9%3),!#.*/-.
Y más adelante agregó: +>$%#<*%0#/#.*%!*4*!(%#%$*/%46<*/%3^/%8#$)48*/*/%9%#.*,#'$)/%.)$%3"4.*?%7")% vinieron del pueblo de Valledupar. Diez de ellos, algunos de apenas seis años de edad, viajaron miles de kilómetros con sus acordeones, tambores, pañuelos de vivos colores y hermosas voces para deleitarnos en la Casa Blanca con !#4!6*4)/% !*3*% +>$% U)W*,#$-% 9% +D#% Z*8#% C,(#-:% ;% 8*.*/ nos impactó profundamente. Esos adorables niños de familias humildes viven rodeados de violencia. No quieren llegar a ser narcotraficantes, ni guerrilleros, ni paramilitares. Quieren ser reyes del Vallenato. Ayudemos a convertir en ,)#$6.#.%/"/%/")<*/-.
Dentro de los miembros de la delegación que acompañó al presidente Clinton en su visita a nuestro país se encontraban, del Partido Republicano, el entonces presidente de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, Dennis Hastert, y del Partido Demócrata, el senador Joseph Biden, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, además de los senadores
Bob
Graham,
Mike
DeWine
y
Lincoln
Chafee,
y
los
representantes a la Cámara Doug Bereuter, William Delahunt, Samm Farr, Porter Goss, Rubén Hinojosa y Jerry Morn. Como miembros del Gabinete Presidencial, estuvieron presentes la secretaria de Estado, Madeleine Albright, la procuradora general Janet Reno, el director de la Oficina Nacional de Política para el Control de Drogas, general Barry Mc Caffrey, el consejero para la Seguridad Nacional, Sandy Berger, y el jefe de Gabinete
248
de la Casa Blanca, John Podesta, al igual que Chelsea Clinton, la hija del Presidente, quien me sorprendió por su inteligencia y cultura. Se trataba, sin duda, de un grupo diverso, que expresaba el interés del presidente Clinton por hacer visible en esta visita las diferentes tendencias ideológicas reflejadas en el Congreso de los Estados Unidos y que habían hecho causa común para brindar soporte al proceso de paz en nuestro país y al Plan Colombia como su principal instrumento. Salvo algunas escaramuzas aisladas del terrorismo de las FARC, que fueron detectadas y controladas a tiempo, el recibimiento de los cartageneros y, en general, de todos los colombianos, que siguieron paso a paso por televisión la estadía del presidente Clinton en nuestro país fue cálido y hospitalario. Las declaraciones y manifestaciones antinorteamericanas fueron más bien la excepción, aunque ese día lamentamos la muerte absurda de un joven agente de la Policía, como consecuencia de una bomba casera en manos de terroristas que se infiltraron a la Universidad Nacional de Bogotá, en una marcha de protesta por la presencia del mandatario norteamericano en nuestro territorio. Si algo caracterizó al presidente Bill Clinton en su visita a Cartagena fue el enorme carisma, inteligencia y jovialidad que demostró desde el primer momento. Pero hubo un pasaje que me llamó especialmente la atención. Cuando se reunió con las madres y esposas de los policías que habían sido asesinados en los asaltos de la guerrilla, me impresionó, en particular, su conversación con una de ellas, Carmen Elisa Núñez, quien le entregó la Medalla al Honor concedida a su marido, un capitán del Ejército, que había fallecido por las acciones violentas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Clinton, visiblemente emocionado y conmovido hasta las lágrimas, aceptó la medalla, la conservó en la Casa Blanca hasta el final de su mandato. 249
!
En las horas de la tarde cuando fuimos a la inauguración de la Casa de Justicia en el barrio popular Chiquinquirá, zona sur oriental, en Cartagena, al frente de esta edificación era posible identificar, de una manera muy visible, el hogar de una señora muy humilde. Desde el mismo momento de su ingreso a la institución, Clinton le indicó a su comitiva que al finalizar la visita a la Casa de Justicia quería pasar a saludar a la señora, lo que, por supuesto, generó un caos enorme. Una vez concluida la ceremonia, el presidente norteamericano, en efecto, salió en dirección hacia la humilde vivienda y, a pesar de que los miembros de seguridad no querían dejarlo cruzar la calle, pasó por encima de todo el protocolo de seguridad y entró a saludarla a su propio hogar. Todos quedamos gratamente conmovidos por el gesto del presidente Clinton que en ese acto nos confirmó su enorme carisma y su gran sentido de solidaridad humana. Tengo la impresión de que ese día la gran mayoría de los colombianos experimentamos
un gran
alivio, en medio de las desoladoras noticias de la
violencia y el secuestro en la prensa cotidiana, porque pudimos comprobar de primera mano la dimensión de los esfuerzos realizados por el presidente Pastrana para producir el reingreso de nuestro país en el escenario internacional, con base en el principio de autonomía interdependiente. Y así lo confirmaron las palabras del presidente Clinton en la rueda de prensa con la que concluyó la visita oficial en +3#4L#/%.)%!#36/#-, como todos quisimos denominarla: +A),3(8#43)%.)W#,%'6)4% !$#,*%"4 punto: esta ayuda es para luchar contra las drogas, no para promover la guerra. El conflicto civil y el tráfico de drogas van de la mano y les provocan una gran tristeza a los colombianos, sólo el año pasado hubo 2.500 secuestros; más de 35.000 colombianos han perdido la
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vida en los últimos diez años; un millón se han quedado sin techo. Nuestro programa es antidrogas y es a favor de la paz. Cuarenta años de lucha no han hecho que ninguno de los dos lados esté más cerca de una victoria militar. El mismo presidente ha repetido eso varias veces. Los batallones antidrogas no cambiarán esto, y ése no es su objetivo. Su objetivo es reducir el tráfico de drogas que agrava cada uno de los problemas que Colombia tiene que enfrentar, y exporta este caos al resto del 3"4.*?%64!$"/*%#%$*/%>/8#.*/%V46.*/-.
L a ratificación de la alianza política y comercial Los propósitos comunes construidos con los Estados Unidos trascendieron el cambio de una administración demócrata a una de sello republicano. Como ya lo señalé, el 27 de febrero de 2001 se llevó a cabo un encuentro ! el primero de cinco en el curso del
siguiente año! entre el presidente
Pastrana y el presidente Bush , en el que se dio continuidad a los temas centrales de la agenda bilateral: el Plan Colombia, la Iniciativa Andina contra las Drogas, la renovación y ampliación de la Ley de Preferencias Arancelarias Andinas (ATPA), el otorgamiento del Estatus de Protección Temporal (TPS) a los colombianos y el apoyo del Gobierno norteamericano frente a la banca multilateral. Tal vez el hecho que más trascendió durante estos años fue la percepción general en torno a la empatía natural que existió desde un comienzo entre los presidentes Clinton y Pastrana, a lo que se atribuye el fortalecimiento de los nexos históricos entre los dos países. Pero no hay duda de que este buen ambiente fue reiterado en el Gobierno del presidente Bush. De hecho,
251
en las excelentes perspectivas con las que se iniciaron las relaciones con la nueva administración norteamericana, tuvo mucho que ver una entrevista sostenida por el presidente Pastrana con el candidato Bush, entonces gobernador del Estado de Texas, a comienzos de noviembre de 1999, por sugerencia del subsecretario Pickering. Sin embargo, esta entrevista no fue bien percibida en Colombia, sobre todo, por parte de aquellos que se habían convertido en críticos permanentes de nuestras aproximaciones con los Estados Unidos y que parecían olvidar que el Congreso norteamericano en ese momento era de mayoría republicana. Es cierto, como lo señalan algunos observadores, que el interés expresado por ambos países
para profundizar en los aspectos esenciales de la
agenda común se vio obstaculizado por el cambio ocurrido en la mayoría del Senado, lo que hizo más difícil el manejo de los consensos en asuntos decisivos para Colombia como la extensión de las preferencias arancelarias a los países andinos y el apoyo en la lucha antiterrorista. Pero puedo afirmar, sin temor a equivocarme, que las diferencias entre las relaciones construidas durante la administración Clinton y aquellas que desarrollamos con el presidente Bush han sido más bien de carácter circunstancial. En ambas administraciones fue claro el papel regional y hemisférico de Colombia; una y otra reconocieron el importante esfuerzo desplegado por nuestro país en la lucha contra los narcocultivos; ambas brindaron su apoyo a las políticas sociales del Plan Colombia; acompañaron hasta el último momento nuestro empeño en una negociación política del conflicto armado; y contribuyeron a generar espacios para diversificar la agenda temática bilateral.
252
No obstante, debo admitir que sí se presentó una diferencia de énfasis, en primer lugar, como consecuencia de los importantes recursos ya comprometidos por la administración Clinton en el paquete de ayuda a Colombia, con todo el respaldo de las dos cámaras del Congreso, que completaron una de las fases de mayor cooperación entre los países y ha tenido continuidad en el Gobierno del presidente Uribe. En segundo lugar, como resultado de un cambio cualitativo en el enfoque del Gobierno republicano para el tratamiento del problema de las drogas ilícitas en los países andinos. En efecto, a comienzos de 2001 la administración Bush empezó a plantear la idea de que la solución al problema de las drogas requería ahora de un mayor énfasis en la aproximación regional y no podía referirse en forma exclusiva a Colombia. Por tal razón, el Gobierno de Estados Unidos presentó la Iniciativa Andina Contra las Drogas, reflejando en esta propuesta un enfoque integral para abordar la problemática del combate al narcotráfico en nuestra región, con base en consideraciones adicionales en torno a los asuntos relativos al desarrollo social, el fortalecimiento de la democracia y el crecimiento económico. Esta iniciativa era para nosotros absolutamente compatible con la política promovida por Colombia en torno a la responsabilidad compartida en la lucha contra el problema mundial de las drogas y reflejaba el alto grado de entendimiento que la nueva administración de Estados Unidos tenía
de la compleja
realidad que vivían los países andinos. En este nuevo contexto de las relaciones con Estados Unidos, resultó de gran importancia nuestro encuentro con Marc Grossman, subsecretario de Estado para Asuntos Políticos de Estados Unidos, quien a finales de agosto de 2001 encabezó la primera visita a Colombia de una delegación de alto nivel del Ejecutivo bajo la presidencia de George W. Bush. El propósito de 253
esta visita fue examinar el desarrollo del Plan Colombia y reafirmar la continuidad de la estrecha cooperación entre los dos países en la lucha contra el narcotráfico. En rueda de prensa, el 31 de agosto de 2001, el subsecretario Grossman señaló: 5F&$B)'$61&@-'0)/,$-')$+,()$)>-;$&'$7)1.)($,+)(.,'&(b$ZE,1$>-J$"(0)/,($A'./,($ respalda el Plan Colombia? Apoyamos el Plan Colombia porque: !
El Plan Colombia reconoce que la solución negociada es la única vía para alcanzar la paz.
!
El Plan Colombia reconoce cuáles son los efectos del narcotráfico; es la fuente principal que alimenta la intranquilidad permanente en este país. Las FARC, el ELN y las AUC están involucrados en el negocio de las drogas.
!
El Plan Colombia reconoce que se debe crear empleo y oportunidades económicas para contribuir a convertir la zozobra en estabilidad. Efectivamente, tuvimos la oportunidad ayer de visitar una fábrica de palmitos en Putumayo.
!
El Plan Colombia reconoce que sin la protección plena de los derechos humanos, no hay democracia completa, ni colombiana ni americana94
Pero también aprovechamos esta oportunidad para avanzar en la discusión de los aspectos centrales de la Iniciativa Regional Andina del Gobierno norteamericano. A esta altura ya era evidente el liderazgo que nuestro país había alcanzado con Estados Unidos para debatir la iniciativa del presidente Bush. Y así se ratificó con la visita anunciada a Colombia del secretario de Estado norteamericano Colin Powell para los días 11 y 12 de septiembre de 2001, con el fin de continuar apoyando los esfuerzos que adelantaba el presidente Pastrana, para la construcción de la paz, el fortalecimiento de la democracia, la reactivación de la economía, el desarrollo social y el combate contra el problema mundial de las drogas, así como los asuntos centrales de la Iniciativa Regional Andina. Sin embargo, los atentados
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ocurridos el 11 de septiembre en Washington y Nueva York, obligaron a la postergación de esta visita, sin duda, la más importante anunciada por un funcionario de la administración Bush en los primeros ocho meses de su gobierno. !
Para sorpresa nuestra, el día 12 de septiembre de 2001, apareció una nota en la sección Cosa del día en el diario El Tiempo que afirmó: +D#/% !#8#/8,G56!#/% )E0$*/6*4)/% )4% @")M#% ]*,q% 9% T#/&64L8*4?% 7")%% conmovieron ayer al mundo entero, tienen para Colombia un efecto ambivalente. Por un lado, se puede advertir que después de varios años de ocupar un lugar destacado en la agenda internacional de Estados Unidos, nuestro país pasará a un segundo plano en dicha agenda. La primera evidencia de lo anterior fue la cancelación de la visita oficial que el secretario de Estado, Colin Powell, debía hacer aquí entre ayer y hoy y que debió ser 0*/8),L#.#%#48)%$#%)3),L)4!6#%)45,)48#.#%0*,%/"%0#(/-.
Como bien lo indica el sentido común, señalar que después del 11 de septiembre las relaciones entre Bogotá y Washington se iban a deteriorar y que la mejor prueba de ello era la cancelación de la visita de Colin Powell a Colombia era un comentario a todas luces risible. Y así se lo indicamos a los directores de este medio, quienes reconocieron con asombro este error del periódico. En todo caso, la posibilidad de continuar el diálogo político de alto nivel alcanzado con los Estados Unidos se presentó con ocasión del nuevo encuentro sostenido entre los presidentes Bush y Pastrana el día 11 de noviembre de 2001 que, como ya comenté, se ocupó en su parte central de la extensión del ATPA y de la Iniciativa Andina contra las Drogas.
255
Después de un trabajo conjunto de los países andinos con el Ejecutivo y el Legislativo norteamericano, se obtuvo la aprobación por parte del Congreso norteamericano de la Ley que asigna recursos para el programa de la Iniciativa
Andina contra las Drogas (ACI),
la que fue ratificada por el
presidente Bush el 10 de enero de 2002. El monto total aprobado fue de US$645 millones, de los cuales US$380.5 millones se asignaron a Colombia para que fueran distribuidos en operaciones de interdicción (US$243.5 millones), y en programas de desarrollo alternativo y fortalecimiento institucional (US$137 millones). Esta última asignación, en particular, constituyó un éxito de la diplomacia colombiana, interesada en canalizar mayores recursos hacia la estrategia social del Plan Colombia. Debo enfatizar que el fuerte cabildeo que desplegamos en Washington, a la cabeza de los países andinos, para lograr esta nueva meta de la diplomacia colombiana, permitió que se consolidara la posición del país en defensa del principio de corresponsabilidad de las naciones vecinas alrededor del problema de la droga y, por lo tanto, que se derrotara de manera notoria la posición de algunos colegas que insistían en la tesis del spillover !derrame! del conflicto interno de Colombia, como pretexto para acceder a la cooperación norteamericana.
Estados Unidos frente a la ruptura del proceso de paz En algunos círculos académicos y políticos se han escuchado posiciones muy críticas sobre el rumbo de las negociaciones de paz después del 11 de septiembre de 2001, fecha de los atentados terroristas contra Estados Unidos.
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S)<#$#4% 7")% )/8#% M)F% % T#/&64L8*4% +*'$6LG-% a Colombia a radicalizar su posición frente a las FARC y a ingresar en la dinámica mundial antiterrorista, con nefastos resultados para la continuidad del proceso de paz en nuestro país. Pero estas versiones omiten, una vez más, que pocos días después de los atentados en Estados Unidos, se produjo el asesinato de Consuelo Araujo, ex ministra de Cultura del Gobierno del presidente Pastrana, hecho que provocó de inmediato la indignación nacional e internacional. Y aún así, Washington brindó de nuevo su apoyo al presidente Pastrana cuando tomó en octubre la decisión de prorrogar la zona de distensión hasta el mes de enero de 2002, en uno de sus últimos esfuerzos por lograr algunas bases de acuerdo para una paz duradera en el territorio nacional.95 Así lo declaró el señor Marc Grossman, subsecretario para Asuntos Políticos de los Estados Unidos, en la ciudad de Washington, el día 16 de octubre de 2001, en una intervención ante la Asamblea General de la Asociación Interamericana de Prensa: +=*4864"#,)3*/% 8,abajando con el Gobierno de Colombia para combatir el tráfico ilegal de drogas, fortalecer la justicia y promover el desarrollo económico. Colombia necesita el apoyo del hemisferio y de la comunidad internacional. Las FARC, el ELN y las AUC deben saber que el mundo ha cambiado desde el 11 de septiembre y que sus tácticas de terror y su implicación en el negocio de las drogas debe parar. Así mismo, deben entender 7")%$#%0#F%4)L*!6#.#%)/%)$%H46!*%!#364*%#%/)L"6,-.
El cambio de condiciones en Colombia después de la ruptura del proceso de paz con las FARC, el 20 de febrero de 2002, y el posterior agravamiento de los ataques
95
El día 7 de octubre, después del Acuerdo de San Francisco, que reactivó las negociaciones de paz, el presidente Pastrana prorrogó la zona de distensión hasta el 20 de enero de 2002, pero anunció mayores controles tras comprobarse que la guerrilla había hecho un uso indebido de este territorio.
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terroristas de este grupo, exigió por obvias razones una nueva dirección de la alianza entre los dos países. Estados Unidos, que había sido respetuoso del camino seguido hasta este momento para buscar la paz de Colombia a través de una solución política negociada, no vaciló en apoyar la decisión del Gobierno nacional de concluir los diálogos con las FARC, en vista de su intransigencia y de su opción definitiva por el terrorismo abierto. Y así lo confirmó en una declaración del portavoz del Departamento de Estado, Richard Boucher el día 21 de febrero:
5"#$ presidente colombiano Andrés Pastrana anunció el miércoles la suspensión de los diálogos de paz que hace tres años se desarrollaban entre el Gobierno de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) e impartió órdenes a las Fuerzas Armadas para retomar el control de la zona desmilitarizada. El presidente Pastrana y el Gobierno de Colombia han hecho todos los esfuerzos para negociar la paz con las FARC. Las FARC no respondieron de buena fe a ninguno de los esfuerzos del presidente Pastrana por alcanzar la paz. El Gobierno de los Estados Unidos entiende y apoya la decisión que ha tomado el presidente Pastrana. Observamos que la decisión del presidente Pastrana ha generado declaraciones de apoyo de parte de prácticamente todas las personalidades políticas de Colombia. El 20 de enero, el Gobierno de Colombia y las FARC alcanzaron un último acuerdo sobre un cronograma para los diálogos de paz. Desde entonces, las FARC han incrementado sus ataques terroristas. Además de los numerosos ataques contra instalaciones militares y policiales, las
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FARC han asesinado al menos a 20 civiles inocentes, incluyendo mujeres y niños; han sido responsables de cuatro carros bomba, y dirigieron ataques contra la infraestructura de Colombia, incluyendo el suministro de agua de la ciudad de Bogotá, torres de energía, el oleoducto Caño Limón Coveñas y puentes. Las FARC también son responsables por el secuestro, el día de ayer, de un avión comercial que llevaba 35 pasajeros a bordo y el secuestro del senador Jorge Eduardo Gechen Turbay, quien fue llevado por las FARC hacia la zona desmilitarizada. Estamos evaluando opciones específicas para continuar apoyando al Gobierno de Colombia durante este difícil período. Estamos de acuerdo con el Gobierno de Colombia respecto de la necesidad de evitar que otros grupos terroristas, como las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) se aprovechen de la actual situación. También estamos en estrecho contacto con el Gobierno de Colombia y con el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) para ayudar frente a un posible flujo de personas abandonando la zona de despeje".
La administración del presidente Bush, haciendo eco de las solicitudes que ya le habíamos hecho e interpretando el sentir del Congreso de los Estados Unidos, presentó el 21 de marzo de 2002 una propuesta para cambiar las restricciones que existían en la legislación, con el objeto de que se pudiera reorientar parte de los recursos de la lucha antinarcóticos a la lucha contra el terrorismo. En el último viaje en el que tuve oportunidad de acompañar al presidente Pastrana a los Estados Unidos, en el mes de abril de 2001, nuestras gestiones se orientaron con especial énfasis a lograr este propósito.
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En las palabras introductorias a la rueda de prensa, que siguió al cordial encuentro entre los dos mandatarios, el presidente Bush, se refirió en términos elogiosos a la gestión del presidente Pastrana y apoyó la iniciativa del Gobierno colombiano involucrándose inclusive en la interpretación jurídica de las posibilidades con las que podíamos contar: 5"#$ 61&(./&'0&$ E)strana ha adelantado una gran labor en su país. Ha defendido la democracia y las instituciones de la democracia. Ha hecho un gran trabajo en esta materia. Segundo: hay que pelear contra el narcotráfico. Él ha hecho un valiente esfuerzo para erradicar cultivos de coca, siendo firme con los narcotraficantes. Así mismo, él pelea contra el terrorismo en su país. Pelea contra grupos organizados y bien financiados que tratan de destruir la democracia en Colombia. Él ha sido fuerte, lo mismo que su apoyo a la democracia no sólo de Colombia sino de toda la región. Hemos tenido una buena discusión sobre una variedad de temas. Sobre cómo cambiar la orientación de nuestra estrategia de antinarcóticos para incluir la lucha contra el terrorismo. Le he explicado que un suplemento que yo propuse al Congreso de Estados Unidos permite eso.
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Igualmente hablamos de la necesidad de conseguir que el ATPA salga del Senado de Estados Unidos, se reconcilie si hay algunas diferencias con la Cámara de Representantes y llegue a mi escritorio lo más rápido posible. Yo apoyo fuertemente el comercio con nuestros amigos andinos. El presidente Pastrana sabe de primera mano qué tan importante es ese comercio, no sólo por razones comerciales sino también como una manera de ayudar a la lucha contra el narcotráfico, para darle opor0-'./)/&($)$#)$@&'0&$/&$(-$6);(94
En este sentido, la administración del presidente Bush solicitó al Congreso una ayuda presupuestal adicional que se destinaría para entrenamiento de las unidades antisecuestro de la Policía, para entrenamiento del batallón que protegería el oleoducto Caño Limón-Coveñas, y para ayudar en la organización, entrenamiento, equipamiento y despliegue de unidades de la Policía Nacional que brindarían seguridad en la construcción de nuevas estaciones de Policía, fortaleciendo así la presencia de los organismos del Estado en áreas de conflicto. Al culminar nuestra gestión, esta iniciativa también había alcanzado pleno respaldo en el Congreso de los Estados Unidos. Un repaso de la agenda bilateral desarrollada, después de unos meses de distancia del intenso trabajo, me confirman que uno de los más importantes logros alcanzados desde nuestra labor en la Cancillería consistió en lograr que la política exterior de Estados Unidos, con respecto a Colombia, fuera la expresión de una política de Estado bipartidista, que ha contribuido al
261
restablecimiento y la profundización de las relaciones bilaterales. Y ésta puede señalarse, sin falsas modestias, como una misión cumplida, sin renunciar, desde luego, a nuestra posición soberana en asuntos esenciales para
la
defensa
de
los
intereses
de
la
nación.
Autonomía
e
interdependencia, en el marco del principio de Respice Omnia, fueron la clave para cumplir con este desafío.
262
VI Venezuela
L a historia de los amores difíciles "#$ %&'()$ *)+$ ,-&+$ -./0,)$ 1/$ 1/0*)+)*.2./+3)$ &$
fondo del conflicto colombiano, porque no lo *)+)4*)$()$056.*./+3/$7&-&$)7.+&-$&$7-)65+1.1&189 Hugo Chávez Frías96
Para nadie es un misterio que las relaciones con Venezuela constituyen desde comienzos de la vida republicana un asunto estratégico para Colombia, por múltiples razones. Además de los lazos históricos, culturales y de vecindad, que son indisolubles, ambos países ostentan la condición geoestratégica de ser andinos, caribes y amazónicos; y comparten una activa presencia en esquemas multilaterales como la Comunidad Andina, el Grupo de los Tres, el Grupo de Río, el Grupo de los 15, la Asociación de Estados del Caribe, la Organización de Países No Alineados y el Grupo de los 77. Durante la década de los noventa, cada país se consolidó como el segundo socio comercial del otro. En la actualidad, Venezuela 2a pesar de su difícil situación económica2 sigue siendo uno de nuestros mayores socios comerciales, uno de los principales mercados para las exportaciones industriales, y si se suma la inversión binacional a uno y otro lado de la frontera, las actividades empresariales han llegado a generar cerca de 500 mil empleos directos, lo que representa una cifra de magnitud considerable con una incidencia innegable sobre el desarrollo de las dos economías. Entre los dos países se cruzan todos los asuntos de la agenda internacional, trascienden los temas centrales de las agendas nacionales y, en particular, convergen aquellos aspectos asociados al bienestar y a la tranquilidad de nuestros conciudadanos, y especialmente de aquellos que habitan en la frontera.
96
Entrevista concedida a los periodistas Carlos E. Salgar y Libardo Cardona, sobre la crisis venezolana, el Grupo de Amigos, sus opositores, las relaciones con Colombia y los cambios políticos en América Latina. El Espectador, 2 de febrero de 2003.
263
Por tal razón, uno de los propósitos centrales de la estrategia se concentró en darles continuidad a todos los esfuerzos que habían realizado en el pasado para preservar las buenas relaciones con el país vecino, sobre la base del respeto en la conducción de los asuntos internos de cada nación, mediante el fomento de una aproximación de mutua cooperación, en especial, en los temas políticos, comerciales, sociales y de seguridad. En casi todos los períodos presidenciales de los últimos cuarenta años las relaciones colombo 2 venezolanas han tenido altibajos de mayor o menor consideración. Pero los momentos más difíciles en nuestras aproximaciones han coincidido 2al menos en los últimos doce años2 con oportunidades para renovar el diálogo y la integración binacional. Así ocurrió, por ejemplo, en el Gobierno del presidente Virgilio Barco (1986 2 1990), a propósito del incidente de la Corbeta Caldas, después de los instantes de tensión vividos en agosto de 1987, cuando el buque colombiano patrullaba áreas reclamadas como propias por ambas naciones, en espacios marítimos aún por delimitar. A partir de entonces, comenzó una de las etapas de cooperación más importantes de la historia de ambas naciones. En efecto, este incidente, superado por la vía diplomática, sirvió de punto de partida para el posterior Acuerdo de Caracas entre los presidentes Virgilio Barco y Carlos Andrés Pérez, el día 3 de febrero de 1989, que convino la designación de cuatro altos comisionados, dos por país, a quienes se encargó la identificación de las principales cuestiones pendientes entre las naciones, así como los procedimientos de solución que debían seguirse. Los altos comisionados presentaron las conclusiones a los presidentes Barco y Pérez en Santa Marta el 6 de marzo de 1990, quienes en esa misma fecha aprobaron y suscribieron el Acta de San Pedro Alejandrino, por medio de la cual se definieron los asuntos prioritarios de su relación bilateral y la metodología para su tratamiento y solución.97 Se acordó que la Comisión Presidencial para Asuntos Fronterizos (COPAF) 2después rebautizada con el nombre de Comisión Presidencial de Integración y Asuntos Fronterizos (COPIAF)2 se encargaría de los estudios y convenios relacionados con el tránsito de personas, bienes y vehículos, integración económica fronteriza, planificación conjunta del desarrollo urbano y uso y preservación de los recursos naturales. Posteriormente se les asignaron varios temas: transporte internacional, utilización de recursos naturales transfronterizos, control y 97
Debo señalar que el 28 de marzo de 1989 se suscribió la Declaración de Ureña, en la que se decidió la conformación de las comisiones que, una vez elaborado el inventario de los asuntos fronterizos colombovenezolanos, realizarían los estudios de prefactibilidad de proyectos de cooperación fronteriza. En esta oportunidad, igualmente se convino la conformación de la Comisión Permanente de Conciliación, prevista en el Tratado de No Agresión, Conciliación, Arbitraje y Arreglo Judicial de 1939.
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recuperación de vehículos automotores, y cooperación y asistencia mutua en casos de emergencia y preservación de ecosistemas. En ese entonces, me correspondió actuar como miembro y secretario ejecutivo de la Comisión Presidencial de Asuntos Fronterizos Colombo 2 Venezolana. En esta nueva etapa de las relaciones binacionales ya me había tocado participar, como viceministro de Relaciones Exteriores, en las intensas negociaciones con Venezuela en el proceso de Contadora, así como en la consolidación de las relaciones binacionales durante el gobierno del presidente Belisario Betancur (1982-1986). Así mismo, desde 1989 he estado muy vinculado a los temas venezolanos desde la Cancillería de San Carlos; de tal manera que he tenido el privilegio de seguir de cerca las intimidades, altibajos y momentos de auge de estas comisiones que se fueron creando después de la firma del Acta de San Pedro Alejandrino. Luego de la creación de la Comisión Presidencial Negociadora se le atribuyó competencia para negociar sobre cinco temas98 prioritarios y formular recomendaciones a ambos gobiernos, tarea en la que se trabajó de manera periódica y constante hasta finales de 1998, en un ambiente que fue decisivo para mantener el diálogo y la mutua comprensión en aquellos momentos en que afloraban las tensiones. De manera paralela, la Comisión Presidencial de Asuntos Fronterizos se convirtió en el espacio idóneo para impulsar temas como proyectos de integración y desarrollo fronterizo. De creación más reciente son otros canales institucionales de acercamiento como la Comisión Militar Binacional Fronteriza Colombo-Venezolana (Combifron),99 un escenario presidido por las fuerzas militares de nuestros dos países para atender el control y la seguridad en la frontera común y el Comité de Asuntos Puntuales en Materia Comercial que, a partir de 1999, ha jugado un papel primordial en las relaciones comerciales, a través de soluciones concertadas a muchas de las controversias que se han presentado en medio del dinámico intercambio bilateral. Con la reactivación del Acuerdo de Cartagena100 desde 1990 y el establecimiento de una zona de libre comercio, entre los dos países, a partir del 1 de enero de 1992, se 98
Migraciones, cuencas hidrográficas, delimitación de áreas marinas y submarinas, ríos internacionales, y trabajos de demarcación y densificación de hitos. 99 Creada el 20 de enero de 1990, en Bucaramanga 2 Colombia. 100 El Acuerdo de Cartagena, firmado en 1969 por los países que hoy conforman la Comunidad Andina, tiene !*3*% *'W)86M*/% +0,*3*M),% )$% .)/#,,*$$*% )7"6$6',#.*% 9% #,3G46!*% .)% $*/% países miembros en condiciones de equidad, mediante la integración y la cooperación económica y social; acelerar su crecimiento y la generación de ocupación; facilitar su participación en el proceso de integración regional, con miras a la formación gradual de un mercado común latinoame,6!#4*-. ;/636/3*?%+0,*0)4.),%#%.6/364"6,%$#%M"$4),#'6$6.#.%)E8),4#%
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consolidó uno de los períodos de mayor auge en las relaciones colombo 2 venezolanas, hasta alcanzar en el 2001, los índices históricos más altos de crecimiento en el flujo del comercio binacional. La primera visita que realizó el presidente Andrés Pastrana como mandatario electo de los colombianos a la hermana República de Venezuela, en julio de 1998, fue sin duda de gran evocación porque se trataba de un encuentro con el presidente Rafael Caldera, quien después de treinta años de haber coincidido como jefe de Estado con el presidente Misael Pastrana (1970-1974), ahora recibía a su hijo Andrés provisto de la misma investidura. En esa visita tuve oportunidad de acompañar al presidente Pastrana en mi calidad de ministro de Relaciones Exteriores. En los primeros meses de Gobierno del presidente Pastrana las relaciones con el vecino país siguieron este curso histórico de fluida comunicación y buen entendimiento. Los días 5 y 6 de octubre de 1998, en la ciudad de Bogotá se llevó a cabo una reunión de las comisiones presidenciales de Integración y Asuntos Fronterizos que me correspondió presidir en compañía del entonces canciller de Venezuela, Miguel Ángel Burelli Rivas. En esta oportunidad destaqué el trabajo productivo que habían desarrollado las comisiones y manifesté la decisión del nuevo Gobierno colombiano de respaldar a plenitud este mecanismo binacional que institucionaliza los vínculos entre los dos países. Pero no hay duda de que un momento culminante de estas relaciones coincidió con la primera visita oficial del nuevo presidente de los colombianos a Venezuela, los días 2 y 3 de noviembre de 1998, como reconocimiento a un país de gran prioridad en la estrategia que habíamos diseñado para la política exterior colombiana. Esta visita tenía como propósito profundizar el diálogo político, impulsar el comercio bilateral y promover las inversiones recíprocas. Para entonces, el objetivo era avanzar hacia la armonización de las políticas macroeconómicas con el fin de agilizar el proceso de integración. Ya desde esa época, la seguridad fronteriza se había convertido en uno de los asuntos transversales de la agenda bilateral, pero registraba una mayor tranquilidad gracias a la aplicación de los mecanismos establecidos, en particular la Comisión Binacional Fronteriza, el Manual de Procedimiento Operativo y el Mecanismo de Verificación de Incidentes que se habían convertido en instrumentos idóneos y confiables de control conjunto de la seguridad en la frontera. y mejorar la posición de los países miembros en el contexto económico internacional; fortalecer la solidaridad subregional y reducir las diferencias de desarrollo existentes entre los países m6)3',*/-.
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Con ocasión de esta primera visita presidencial a Venezuela, se firmó un memorando de entendimiento entre los presidentes Pastrana y Caldera para la realización del Programa de Desarrollo Integral Fronterizo colombo-venezolano.101 Mientras nos encontrábamos en desarrollo de la visita de Estado a Venezuela, nos enteramos de que un frente de las FARC había tomado a la población de Mitú, situada a 520 kilómetros al sudeste de Bogotá, que cuenta con 15 mil habitantes y está ubicada en el Departamento de Vaupés, el 1 de noviembre de 1998. De acuerdo con las primeras informaciones que recibimos en Venezuela, la situación de esta localidad era complicada por la distancia que la separa de Bogotá y por la falta de capacidad operativa de nuestras Fuerzas Armadas para llegar hasta dicha ciudad. El presidente Pastrana, luego de una primera evaluación que hicimos de la información recibida, decidió acortar su visita al presidente Caldera y regresar a Colombia. Cuando llegamos a la capital, nos trasladamos de inmediato a la dirección de la Policía Nacional donde el presidente había convocado a los generales de la Policía y del Ejército. Para sorpresa nuestra nos encontramos con unas caras bastante largas en el alto mando. El presidente luego de informarse de las 101
Entres sus apartes, éste considera: a.
b.
c. d.
El Programa de Desarrollo Integral Fronterizo, será considerado componente fundamental de los Planes Nacionales de desarrollo, de ambos países y en tal sentido deberán incorporarse en los presupuestos nacionales. En este sentido la Dirección Nacional de Planeación y la Oficina Central de Coordinación y Planificación de la Presidencia de la República (Cordiplan), así como los ministerios de Hacienda, gestionarán los recursos financieros y/o de crédito necesarios para su ejecución. Los presidentes solicitan al Banco Interamericano de Desarrollo (BID), al Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe (INTAL), y a la Corporación Andina de Fomento (CAF) dar los pasos necesarios para concretar la conclusión de los estudios, la definición y el diseño de los proyectos y proceder a brindar la asistencia técnica y financiera que sean necesarias a fin de llevar a término el Programa de Desarrollo Integral Fronterizo colombo-venezolano. Instruyen a las comisiones presidenciales, a supervisar la ejecución del programa y a los órganos ejecutivos a brindar todo el apoyo necesario para estos fines. Solicitan a los organismos internacionales la continuación de similares estudios y proyectos para otras áreas fronterizas.
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operaciones iniciales, les anunció a los generales, tanto del Ejército como de la Policía, que a las diez de la noche esperaba en Palacio un plan en detalle para la recuperación de Mitú. La inquietud era grande porque la toma se convertía en un hecho más de la cadena de acciones terroristas que sucedieron durante el Gobierno anterior. Pero también debo calificar como admirable la forma oportuna como reaccionaron las Fuerzas Armadas y la Policía, a partir de la puesta en marcha del plan que habían presentado a consideración del presidente. En la ejecución de las operaciones tuvimos que recurrir a la solidaridad brasileña cuyo gobierno nos permitió utilizar un aeropuerto situado al frente de Mitú, al otro lado del río, para hacer más efectivas las acciones de retoma de esta población fronteriza. También nos brindaron importante apoyo humanitario y logístico, que incluía el traslado de los heridos que dejaron los combates. Desde el punto de vista estratégico, la retoma de Mitú se convirtió en un hecho emblemático para los colombianos, que se hizo aún más visible con la visita del presidente Pastrana a esta ciudad a los pocos días, con el fin de confirmarle a la nación la nueva política de fortalecimiento de las Fuerzas Armadas, una actitud que desde entonces siempre mantuvimos a la par con los esfuerzos de negociación política del conflicto.
La llegada de Hugo Chávez Al terminar el segundo período del presidente Rafael Caldera (1994-1999), Venezuela se encontraba en medio de una gran incertidumbre política y económica. Este ambiente, que por supuesto preocupaba a Colombia, no se constituía en un obstáculo insalvable para la preservación de las excelentes relaciones que se habían construido a largo de la última década.
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El rumbo de las relaciones binacionales habría de representar grandes desafíos para nuestro país a partir de las elecciones presidenciales del 6 diciembre de 1998, en las que resultó ganador el coronel Hugo Chávez Frías.102 El estilo impuesto por el nuevo mandatario venezolano se hizo palpable en la visita que como presidente electo realizó a Santa Marta el 17 de diciembre de 1998, que coincidía con un año más de la conmemoración de la muerte del Libertador. En nuestra reunión en aquella ciudad, y posteriormente en Bogotá, se hicieron visibles algunos enfoques diferentes en la concepción de las relaciones entre los dos países. Particularmente percibí cierta prevención del presidente de Venezuela, para utilizar los mecanismos bilaterales creados con tanto cuidado durante los años de auge de la integración, así como un deseo de protagonismo excesivo en los asuntos internos del proceso de paz en Colombia, como quedará en evidencia más adelante. Desde su posesión el 2 de febrero de 1999, a la que acompañé al presidente Pastrana, Venezuela entraría en una etapa de recomposición de sus fuerzas políticas, de grandes transformaciones del Estado en el orden constitucional e institucional y de viraje a fondo en sus relaciones internacionales, factores que en su conjunto han tenido una gran incidencia en la evolución de las relaciones con Colombia. Las tensiones que se iniciaron a partir de esta compleja transición política venezolana se hicieron visibles en dos hechos básicos. En primer lugar, en la dinámica propia del proceso convocado por Chávez y su natural incidencia en el aplazamiento de asuntos decisivos de la agenda bilateral y, en segundo lugar, en la posición adoptada por el Gobierno del vecino país, a propósito del proceso de paz en Colombia, que se convirtió en el preámbulo de la profunda crisis que se desató hacia noviembre de 2000. Durante los primeros tres meses siguientes a su posesión el presidente Chávez se concentró tanto en legitimar, por la vía de sucesivas elecciones, los compromisos asumidos para producir un profundo cambio en las estructuras políticas de Venezuela, que desatendió de manera notable la agenda bilateral. En efecto, el pueblo venezolano fue sometido a seis elecciones en tan sólo dos años. Después de los comicios de diciembre de 1998, la nación fue convocada para la aprobación de 102
Chávez alcanzó la Presidencia de Venezuela con el 56,2 % de los votos y la mayor ventaja de la historia electoral de ese país sobre su contendor, el empresario Henrique Salas Romer, quién logró un 39,7%.
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una Asamblea Constituyente en abril de 1999 y a la posterior elección de los constituyentes en agosto del mismo año, que concluyó con la aprobación por referéndum del texto de la Constitución103 en diciembre. En el año 2000 los electores fueron de nuevo convocados en dos oportunidades: la primera en el mes de julio para ratificar al presidente Chávez y a la Asamblea Nacional, que quedó conformada por 165 miembros con amplia mayoría de la Alianza del Movimiento Quinta República y el Movimiento Amplio al Socialismo (MAS); y la segunda en el mes de diciembre para la elección de autoridades locales, que había sido aplazada en dos oportunidades, y que esta vez coincidió con el referéndum sindical. La casi total parálisis de los canales institucionales de diálogo y cooperación creados a finales de los ochenta, y fortalecidos a lo largo de la década de los noventa, coincide en gran medida con este período de transición política en Venezuela, ocurrido entre 1999 - 2000. Pero los desafíos que tuvimos que enfrentar en nuestras relaciones con el vecino país durante los dos primeros años de Gobierno del presidente Chávez, no provinieron de este hecho, en cierta medida formal y circunstancial, sino de los frecuentes pronunciamientos y declaraciones del primer mandatario de los venezolanos y de su primer canciller, José Vicente Rangel, en torno a la evolución del proceso de paz en Colombia que, en repetidas oportunidades, señalamos como intromisiones e injerencias en asuntos internos de nuestro país. El 9 de febrero de 1999, en una rueda de prensa en Caracas, el presidente Chávez manifestó que su Gobierno era neutral en el conflicto interno de Colombia, lo que
103
En su momento el Gobierno de Colombia analizó cuidadosamente las implicaciones que podría tener en las relaciones bilaterales la nueva Constitución de Venezuela y, en especial, los artículos que se relacionan con la soberanía colombiana.
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tenía una clara e inaceptable connotación a la luz de la política y del Derecho Internacional: +Realmente, como lo he venido anunciando o diciendo desde hace años, desde la cárcel misma, el tema de Colombia a nosotros nos impacta mucho. Nos preocupa mucho y yo lo he declarado, lo voy a ratificar. El Gobierno que dirijo, Venezuela es un país neutral en el conflicto interno de Colombia. Venezuela va a conservar la neutralidad como principio básico fundamental. Sólo así, siendo verdaderamente neutral como un referee de boxeo, nosotros podemos tener la moral para interceder en el conflicto. Así que partimos de allí. No somos ni enemigos del Gobierno de Colombia ni somos enemigos de la L"),,6$$#%.)%=*$*3'6#:%%erf Ése no es un problema militar, eso pasó lo militar ya. Es un problema político y social profundo. La guerrilla colombiana tiene una parte de Colombia bajo su control, ésa es la verdad y una parte de ella está 0)L#.#%#%N)4)F")$#-.104
Y días más tarde, el 15 de febrero de 1999, desde Guasdalito, Estado de Apure, en un acto desafiante, el presidente Chávez reiteró la posición neutral de su Gobierno en el conflicto interno de Colombia, lo que resultaba nuevamente inaceptable: "Nosotros en el conflicto interno que tiene Colombia somos neutrales, no vamos ni a un bando ni a otro. Queremos que termine esa pelea, pero es necesario que mantengamos una clara y contundente posición de neutralidad erf. No queremos inmiscuirnos en la guerra interna de Colombia o, bueno sí, mejor dicho, sí queremos inmiscuirnos, pero para lograr la paz".105
104
Respuesta dada por el presidente Hugo Chávez ante la pregunta formulada por el periodista Luis Alfredo Gómez, corresponsal de Radio Cadena Nacional de Colombia. Este texto corresponde a la trascripción de la rueda de prensa, 9 de febrero de 1999, Caracas. 105 Ver Felipe González Roa, Agencia EFE, publicado en Notitarde , Valencia 15 de febrero de 1999.
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Ésas fueron, a mi juicio, las primeras muestras de intervención directa y lamentable del mandatario venezolano en asuntos internos de Colombia. Su Cancillería tuvo que salirle al paso a las declaraciones que en el ámbito del Derecho significaban reconocer como iguales a la insurgencia y al Gobierno, señalando que simplemente el presidente había utilizado un lenguaje coloquial y que así deberían entenderse sus declaraciones,106 lo que reafirmó nuestras preocupaciones y así se lo informamos a la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores. No obstante, a renglón seguido, el 10 de marzo de 1999, a escasas horas del encuentro en Ureña, Estado Táchira, entre los presidentes de Colombia y Venezuela, el primer mandatario de los venezolanos enfatizó que Caracas no reconocería la condición beligerante de la guerrilla, aunque mantendría su neutralidad y agregó: +a"1%/)%0").)%0)4/#,%.)%"4%Z*'6),4*%!"9*%presidente va a una zona a reunirse con un jefe guerrillero para que desmilitarice amplios territorios, donde la guerrilla gobierna y establece sus propias normas. Es el mismo Gobierno de Andrés Pastrana el que ha dado beligerancia y estatus político a su conflicto 648),4*-.107
Esto demostraba el desconocimiento del presidente Chávez del proceso político interno colombiano, la legislación nacional, así como del alcance de las decisiones en materia de paz que estaba adoptando el Gobierno del presidente Pastrana. En efecto, en un comunicado de prensa expresé el enérgico rechazo del Gobierno colombiano a la posición adoptada por el Gobierno venezolano, en cabeza de su propio presidente, e informé sobre el aplazamiento indefinido del encuentro presidencial que estaba previsto para el día siguiente en la ciudad de Ureña:
106
Entrevista del canciller venezolano José Vicente Rangel con la revista Semana , el día 8 de marzo de 1999.
272
+D#/%.)!$#,#!6*4)/%.)$%presidente Chávez, en la rueda de prensa celebrada el día de hoy, sobre la zona de distensión que decretó el Gobierno colombiano para los diálogos con la FARC-EP, no corresponden a una lectura adecuada de la legislación interna de Colombia, ni reflejan un conocimiento apropiado de las decisiones de las autoridades colombianas al respecto. En efecto, dicha medida dictada al amparo de la Constitución colombiana y de la Ley 418 del 26 de diciembre de 1997, sólo tiene por efecto suspender con carácter transitorio las órdenes de captura de los voceros de las FARC-EP, con el único propósito de facilitar las negociaciones con dicho movimiento. Por lo tanto, el sometimiento y reconocimiento de esta decisión unilateral del Estado por parte de la insurgencia armada, se edifica sobre el reconocimiento de la ley nacional y de la integridad de la soberanía sobre el territorio de la Nación, en particular de la zona de distensión, que se extiende exclusivamente a cinco municipios del Meta y del Caquetá y que es esencialmente temporal. En ella los alcaldes ejercen la autoridad del Estado. A la luz de lo anterior, es evidente que el Gobierno de Colombia en ningún momento ha otorgado estatus de beligerancia a las FARC-EP o a ninguna organización al margen de la ley, como tampoco ha entregado zonas del país para que sean gobernadas por dichas organizaciones. El Gobierno de Colombia destaca que, según el artículo 3ro común de los Convenios de Ginebra de 1949, de los que Colombia es parte, la aplicación de las normas allí previstas para los conflictos armados de carácter no internacional no surte efectos sobre el estatuto jurídico de las partes en conflicto. Igualmente, el artículo 3ro del Protocolo II Adicional a los Convenios de Ginebra, de 1977, establece que no podrá invocarse ninguna disposición de 107
Diario El Universal de Caracas. Jueves 11 de marzo, 1999.
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esa normatividad como justificación para intervenir, directa o indirectamente, en el conflicto armado o en los asuntos internos o externos de la Alta Parte contratante en cuyo territorio tenga lugar ese conflicto. El Gobierno de Colombia ha decidido aplazar, para una nueva oportunidad, el encuentro presidencial que estaba previsto para el día de mañana. Las relaciones entre Colombia y Venezuela se rigen por las normas del Derecho Internacional y los conflictos internos de nuestro país por la Constitución de Colo3'6#%9%0*,%4")/8,#%$)L6/$#!6G4-.108
Una vez que apareció publicado el comunicado de prensa, el presidente Chávez llamó al presidente Pastrana visiblemente molesto y utilizando un tono muy agresivo le señaló que las frases usadas por mí en el comunicado constituían un acto inamistoso con su Gobierno. Con voz pausada, pero firme, el presidente Pastrana le respondió que el acto inamistoso era de él, que no había medido las consecuencias de sus palabras al hacer ese tipo de declaraciones que no podía entender ningún colombiano y que él, como jefe de Estado de Colombia, no las podía aceptar. El presidente Pastrana convocó entonces esa noche a una reunión con los mandos militares y con algunos ministros del despacho, entre los que me encontraba junto con el ministro del Interior y el de Defensa, para informar sobre lo que estaba ocurriendo, con el fin de tomar las precauciones del caso" Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela emitió un comunicado fechado el 11 de marzo de 1999 lamentando la cancelación del encuentro presidencial y manifestando la importancia de la relación bilateral y su prevalencia sobre +!"#$7"6),% 64!*30,)4/6G4% 3*3)48^4)#-: En esa misma nota, se reconoció como su único interlocutor al Gobierno colombiano. +>$% Z*'6),4*% .)% Venezuela ha reconocido como único interlocutor al Gobierno de Colombia y, a
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pesar de estas lamentables circunstancias, manifiesta su más franca disposición al diálogo en todos los niveles, el que es la base para una sólida relación amistosa entre #3'*/%Z*'6),4*/-?%señaló el comunicado. Pero en esta cuidadosa respuesta no se reflejaba la profunda molestia que manifestó el presidente Chávez por lo que consideraba un desaire de grandes proporciones. A su vez, el 11 de marzo, el ex presidente Alfonso López, miembro de la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores, y agudo observador de la política exterior colombiana, hizo algunas declaraciones al diario El Espectador que, por su parte, reflejaban la indignación que habían provocado en nuestro país las interpretaciones del Presidente de Venezuela: 2+ja"1% $)!8",#% 86)4)% .)$% )06/odio que abortó el encuentro de los presidentes de Colombia y Venezuela? 2Hubo indebida intervención en los asuntos internos de Colombia. ¿Cómo se atreve el coronel Chávez a decir que ya se reconoció el carácter de beligerancia por una serie de medidas del Gobierno que no implican el carácter de beligerante? La guerrilla ocupa ese territorio de San Vicente por decisión del Gobierno y no por éxito militar u otras de las que se contemplan como actos de soberanía. 2¿No se puede hablar de neutralidad frente a un conflicto interno? 2Eso no se puede. Es como si nosotros nos metiéramos a reconocer en Irlanda del Norte las reivindicaciones de los católicos irlandeses contra las mayorías protestantes frente a la autoridad constituida. Los insurgentes no son otro Gobierno. Uno no se puede inmiscuir en los asuntos internos de los demás países. En realidad sería más franco decir: +les reconocemos el carácter de beligerancia a las FARC por tales y cuales razones-, que decir +el carácter de beligerante lo ha dado el Gobierno de Colombia-. 2¿Usted está de acuerdo con la decisión del presidente Pastrana de no concurrir a la cita con el presidente Chávez? 108
Comunicado de prensa de la Cancillería de San Carlos. Marzo 10 de 1999.
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2Es lógico, porque en la medida en que no se respete el principio de la no intervención, el Gobierno no puede pasar por alto las intervenciones del presidente Chávez. 2¿Es probable que el impase tenga realmente como origen una falta de conocimiento del Derecho Internacional? 2Eso corresponde a la realidad en el sentido de que el comandante Chávez no conoce con precisión el Derecho Internacional. Es desconocimiento del Protocolo II de Ginebra. Se recurre a llamar 4)"8,#$6.#.%0*4),%)4%06)%.)%6L"#$.#.%#$%Z*'6),4*%9%#%$#%64/",L)4!6#-.
Luego de gestiones diplomáticas, que no estuvieron exentas de dificultades, la reunión entre los presidentes finalmente se realizó el 4 de mayo de 1999 en la ciudad de Ureña, estado Táchira, en medio de un clima de natural tensión. Aun así, con ocasión de este encuentro, en la declaración conjunta firmada por los presidentes, se reiteró la determinación de ambos Gobiernos de mantener la negociación directa y el enfoque de la globalidad en las relaciones.109
109
En esta reunión los presidentes: a.
Ratificaron el mandato de las comisiones presidenciales, llamadas a coordinar los programas nacionales, con especial énfasis en los de contenido social, particularmente la seguridad, la salud, la educación, la infraestructura y el medio ambiente. En tal sentido manifestaron la necesidad de ahondar en los programas necesarios para aliviar la pobreza, con la participación de todos los sectores de la vida nacional.
b.
Reafirmaron su apoyo al Programa de Desarrollo Integral Fronterizo, auspiciado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe (Intal), y la Corporación Andina de Fomento (CAF), y se comprometieron a garantizar los recursos financieros y/o de crédito para la conclusión de los estudios, la definición y el diseño de los proyectos.
c.
Resaltaron el incremento del intercambio bilateral que ha convertido a ambos en socios comerciales de la mayor importancia. Con el fin de preservar los logros alcanzados, acordaron intensificar la coordinación en el ámbito bilateral y subregional andino, para armonizar las políticas macroeconómicas.
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A pesar de estos notables esfuerzos de aproximación entre los dos presidentes para lograr el restablecimiento de la agenda binacional, los hechos posteriores habrían de demostrar que las dificultades estaban lejos de superarse. El 22 de julio de 1999, a las 11:30 a.m., tres aviones F-16 de la Fuerza Aérea Venezolana violaron el espacio aéreo colombiano a la altura de Vetas de Oriente. Éstos penetraron 15 kilómetros dentro del territorio nacional, con sobrevuelo en el área urbana del municipio de Tibú, Norte de Santander, en un hecho que nos llevó de nuevo a expresar una nota de protesta y a solicitar explicaciones al Gobierno de Venezuela. En este mismo mes las tensiones pasarían al plano de las relaciones comerciales cuando en un acto violatorio de las normas consagradas en la Comunidad Andina, Venezuela obligó al trasbordo de mercancías en la frontera,110 con evidente perjuicio para los exportadores colombianos. Con gran esfuerzo, los productos colombianos habían ganado espacio en el mercado venezolano gracias a su mayor competitividad y a las favorables condiciones cambiarias que se presentaban en ese momento con el vecino país, que favorecían el desempeño comercial de nuestras empresas, a pesar de la fuerte recesión que atravesó la economía venezolana durante 1999.
d.
Reiteraron su firme convicción de que la celebración de los treinta años de la Comunidad Andina, permitirá ratificar el compromiso de los dos países con los objetivos del mercado común, la agenda social y la puesta en marcha de una política externa comunitaria.
110
En agosto de 2000 el Tribunal Andino de Justicia emitió sentencia de incumplimiento contra Venezuela y posteriormente rechazó su solicitud de revisión. Además, declaró a Venezuela en situación de incumplimiento de la sentencia proferida en el 2000 y solicitó a la Secretaría General establecer las sanciones a aplicar.
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De nuevo, esta decisión unilateral del Gobierno venezolano provocó una respetuosa reacción del presidente Pastrana, el día 4 de agosto de 1999, en la que pasaba revista sobre los aspectos que seguían pendientes de la agenda binacional y, en particular, se ocupaba de los profundos trastornos que la medida adoptada representaba para los empresarios colombianos: +>4% 3#8),6#% .)% 8,#4/0*,8) fronterizo, consideramos que tratándose de un servicio prioritario para el intercambio bilateral, las diferencias que han surgido deben ser resueltas de manera compatible con el proceso de integración, evitando restricciones al comercio y de conformidad con el ordenamiento jurídico andino. Coincidimos, señor presidente, en el carácter delicado que reviste la situación que se ha presentado en el tema del transporte, pero estamos convencidos de que sólo mediante la profundización del proceso de integración andino se podrán canalizar sus beneficios a las poblaciones de frontera. Consideramos que para lograr una solución estructural al problema del transporte internacional por carretera, convendría evaluar fórmulas como la constitución de empresas multinacionales andinas y el desarrollo de mecanismos que eleven la competitividad de aquellas empresas transportadoras con deficiencias para prestar el servicio en la zona fronteriza. Con este fin estamos dispuestos a apoyar una solicitud a la CAF para que brinde los recursos que permitan evaluar y diseñar programas tendientes a ejecutar las 3)4!6*4#.#/%5G,3"$#/-.111
El 9 de agosto de 1999, en Caracas, el presidente Chávez concedió una entrevista a la revista Se mana de Bogotá, en la que hizo referencia directa a esta decisión:
278
+@*% M#3*/% #% &#'$#,% .)% $#/% 0)7")<)!)/?% 4636).#.)/% 9% !*/#/% !*9"48",#$)/% 7")% ocurren entre los países. En Mercosur, en el TLC, la Unión Europea, hay diferencias hasta en el matrimonio de una pareja. No se puede aspirar a la igualdad absoluta. Eso es imposible. Este asunto colombiano es un problemita, una coyuntura que se va a solucionar pronto. Lo que hice fue evitar males 3#9*,)/%0),*%)/*%4*%M#%#%#5)!8#,%$#%648)L,#!6G4-.
Debo precisar que ésta no sería una medida aislada. Por el contrario, era el comienzo de una serie de restricciones impuestas de manera unilateral por Venezuela que durante estos cuatro años atentaron permanentemente contra los logros obtenidos en la integración comercial que habían sido notables en el pasado y que han constituido el eje de nuestra relación.112 El comercio global bilateral creció de US$ 2.124 millones en 1998 a US$ 2.520 millones en 2001 pero se deterioró de manera visible en el 2002, año en el que el comercio entre los dos países alcanzó la cifra de 1.900 millones de dólares. En los últimos años la balanza comercial ha sido ampliamente favorable a Colombia y, aún en medio de las restricciones, esta tendencia se ratificaba al final de la administración del presidente Pastrana, lo que
111
Apartes de la comunicación enviada por el presidente Andrés Pastrana al primer mandatario de Venezuela, con fecha del 14 de agosto de 1999. 112 Entre las principales restricciones impuestas por Venezuela al comercio bilateral a lo largo de los últimos años cabe mencionar, entre otras: a) la imposición de una tasa por servicios aduaneros (1%) sobre las importaciones, que subsiste en la actualidad y que fue calificada como un gravamen por el Tribunal Andino de Justicia; b) desde marzo de 2000 extendió el régimen de licencia de importación, sobre un contingente de 132.000 toneladas de azúcar, a los países de la Comunidad Andina; c) mediante los Decretos 833 y 834 de 2000, se establecen preferencias a la industria local venezolana, en detrimento de la equitativa participación de proveedores de productos de origen colombiano. Así, por ejemplo, en cuanto al Valor Agregado Nacional (VAN), el margen de preferencia oscila entre el 0 y el 10%; d) Venezuela administra el comercio cuando no expide los premisos sanitarios para productos agropecuarios como los huevos para consumo humano, carne, papa, lechuga y champiñones, entre otros; e) el 19 de septiembre de 2001, el SENIAT expidió un concepto mediante el cual, en la base gravable para el cálculo del IVA se deben incluir los gravámenes arancelarios dejados de pagar por los productos procedentes de países con preferencias comerciales (aunque Venezuela levantó la restricción para las importaciones provenientes de la CAN, la controversia continúa); f) el Ministerio de Finanzas de Venezuela estableció en octubre de 2001 la cláusula de salvaguardia a 13 subpartidas correspondientes a los aceites crudos, grasas, aceites vegetales y sus fracciones y margarinas. Esta medida consiste en un arancel de 29% y la aplicación de licencias previas de importación; g) el 25 de enero de
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confirma la enorme capacidad
de penetración de los empresarios colombianos en el
mercado venezolano, así como la exitosa estrategia de promoción de exportaciones hacia ese país a lo largo de este período. No obstante, durante el segundo semestre de 2002 ya se hizo evidente una caída en las ventas externas colombianas con destino al vecino país 2las exportaciones presentaron una drástica reducción del 33% en el año completo2 como consecuencia de un efecto combinado de las restricciones al comercio impuestas por el Gobierno venezolano, la fuerte devaluación del bolívar y la grave crisis venezolana que indujo a una nueva recesión en su economía. Esta tendencia habría de mantenerse durante el primer semestre del año 2003 con una nueva caída del orden del 60% en las exportaciones colombianas con destino a ese mercado,113 como consecuencia de la drástica intervención del mercado cambiario introducida por el Gobierno del presidente Chávez.114
En agosto de 1999, las relaciones se veían abocadas a una crisis inminente. Con cada nueva intervención del presidente Chávez o de su canciller Rangel se incrementaba el distanciamiento que ya entonces se tenía por inevitable en los círculos diplomáticos. En ese mismo mes, el presidente Chávez anunció su intención de reunirse con la guerrilla colombiana en Venezuela y José Vicente Rangel lo justificó al considerar 7")%&#'(#%7")%+,)"46,/)%!*4%$*/%7")%8)4(#4%)$%0*.),-:115
2002, Venezuela estableció un Sistema de Bandas de Precios de Referencia para las partidas textiles (fibras, hilados, tejidos) y las subpartidas de confecciones (ropa interior, pantalones, faldas, chaquetas, vestidos). 113 Ver Indicadores Mensuales de la Comunidad Andina, julio de 2003. 114 En febrero de 2003 el Gobierno venezolano decretó medidas cambiarias, mediante las cuales se suspendieron las transacciones de divisas y se impuso un control del tipo de cambio. Según su opinión, las 3).6.#/%#.*08#.#/%,)/"$8#'#4%4)!)/#,6#/%0#,#%+$*L,#,%$#%)/8#'6$6.#.%.)%$#%3*4).#?%#/)L",#,%$#%!*4864"6.#.%.)% los pagos internacio4#$)/% .)$% 0#(/% 9% !*48,#,,)/8#,% $*/% 3*M636)48*/% 64!*4M)46)48)/% .)% !#068#$-:% >$% L*'6),4*% venezolano agregó que la implementación .)$%64/8,"3)48*%.)%0*$(86!#%!#3'6#,6#%+/)%&6F*%'#W*%!6,!"4/8#4!6#/% )E!)0!6*4#$)/-% 9% 7")% +/)% 86)4)% 0,)M6/8*% 3#48)4),$*% !*4% "4% !#,^!8),% 8,#4/68*,6*?% &#/8#% 7")% $*/% )5)!8*/% perniciosos causados a la economía nacional .)/#0#,)F!#4-: Al concluir estas líneas las medidas básicas que provocaron estas restricciones no habían sido removidas. 115
Ver América Económica , Número 6. Semana del 14 al 21 de agosto 1999.
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Al respecto de este incidente diplomático, el señor Hermann Escarrá, miembro de la Asamblea Constituyente de Venezuela fijó una elocuente posición el día 16 de agosto de 1999, en una entrevista concedida a la revista Se mana de Bogotá: +Eso sería darle un estatus de beligerancia que la comunidad internacional no quiere darle a la guerrilla, como es lógico. También sería violentar el sistema interamericano. Y si se trata de una política de Estado, lo que normalmente caracteriza a las políticas de Estado es el consenso y la prudencia de una nación, entonces las políticas son más contingentes y coyunturales, en consecuencia me parece que tampoco es el diseño de una política de Estado porque no ha sido objeto de consulta a todos los sectores de la nación, sino que se trata de una opinión del alto Gobierno, pero que nosotros percibimos como equivocada en su contenido. Podría estarse violando el protocolo de Washington en relación con la 0,*8)!!6G4%.)%$*/%/6/8)3#/%.)3*!,^86!*/%,)0,)/)48#86M*/-.
En medio de este estado de perturbación de las relaciones binacionales, decidimos con el presidente Pastrana enviar una carta al presidente Chávez, fechada el 31 de agosto de 1999, en la que fijó unos claros parámetros, en cuanto a lo que esperaba del Gobierno venezolano para preservar las buenas relaciones entre los dos países. Esta comunicación tuve oportunidad de entregarla personalmente al presidente Chávez en ciudad de Panamá, con motivo de la toma de posesión de la presidenta Mireya Moscoso. +S)<*,%A,)/6.)48)c
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Bien sabe Usted que Colombia está desarrollando un proceso de diálogo y entendimiento que nos conducirá a la reconciliación nacional y a la tranquilidad del país, después de muchos años de confrontación armada. En esta compleja y fundamental tarea, no exenta de grandes dificultades, hemos recibido un firme y generalizado respaldo de la comunidad internacional en el que se destaca el ofrecido por Usted y su Ilustrado Gobierno. Aprecio en alto grado su generosa disposición a colaborar con mi Gobierno y a conducir nuestra relación dentro de los tradicionales lazos de amistad que nos unen como países vecinos y hermanos, actitud inspirada, sin duda, en la común vocación bolivariana. Teniendo presentes estos postulados, me permito expresarle mi preocupación, compartida por otros Gobiernos, por las frecuentes declaraciones y referencias formuladas por altos funcionarios del Gobierno de Venezuela sobre el proceso de paz que vengo impulsando con el respaldo del pueblo colombiano, que llegan a insinuar la eventual participación de su Gobierno en conversaciones con uno de los grupos insurgentes, sin la pertinente aquiescencia de nuestra parte. En este momento que vive la nación colombiana cualquier declaración o propuesta que se formule desde el exterior sin concertación previa con el Gobierno de Colombia genera de inmediato serias dificultades y malos entendidos, los cuales tienen efectos contraproducentes en este ferviente empeño por la paz. Por lo tanto, espero contar con su fundamental colaboración para evitar en el futuro inconvenientes actitudes. Comprendo su preocupación por las acciones delictivas de los grupos insurgentes que perturban la tranquilidad de la región limítrofe entre Colombia y Venezuela y reitero a Usted la decisión de mi Gobierno de
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impedirlas y controlarlas en completo acuerdo con las fuerzas armadas venezolanas. Pero aún dentro de esta común preocupación, me permito solicitar a Usted que cualquier contacto con la insurgencia colombiana, así sea dentro del territorio de Venezuela, cuente con el previo conocimiento y aquiescencia de mi Gobierno erf: Andrés Pastrana-.
En el encuentro de Panamá le reiteré la permanente disposición de Colombia para dialogar con las autoridades venezolanas, dentro del marco de un trato recíproco, lo que equivalía a solicitar al vecino país el diseño y la puesta en marcha de una agenda única y transparente con Colombia que, en todo caso, fuera honrada por los hechos a través de los canales diplomáticos adecuados. El presidente Chávez nunca respondió esta nota. El 15 de septiembre de 1999, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia se vio obligado a pronunciarse sobre las declaraciones del canciller Rangel en torno a una supuesta violación de los derechos humanos a cuatro ciudadanos venezolanos116 en territorio colombiano, los que fueron capturados, el 26 de mayo de 1999, por el Ejército de Colombia en el caserío Las Garzitas, departamento del Vichada, durante un operativo militar en el que se dio de baja a un comandante de las FARC. El Gobierno colombiano reiteró su disposición para recibir y tramitar las solicitudes presentadas por el Gobierno venezolano, respecto al caso referido, siempre que éstas no implicaran actuaciones contrarias a lo dispuesto en la Constitución y en las leyes de nuestra República. Para mí era realmente sospechosa la insistencia del canciller Rangel para obtener la pronta liberación de estas personas, una de las cuales tenía
116
Miguel Salazar, Carlos Pino, Carlos Zambrano y Pedro Guzmán.
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una particular cercanía política al jefe de la cartera de Relaciones Exteriores de Venezuela.117 Para completar este panorama francamente desalentador en nuestras relaciones, en la noche del 27 de octubre de 1999, desconocidos atacaron con disparos la residencia del embajador de Colombia en Caracas. De inmediato, solicitamos iniciar las investigaciones correspondientes y el refuerzo de las medidas de seguridad. Sin embargo, éste no sería el único hecho que lamentar respecto de la seguridad de nuestros funcionarios. Casi en forma simultánea, explotó una bomba en el Consulado de Colombia; allí mismo se desactivó otro artefacto explosivo; y, como si fuera poco, el cónsul recibió amenazas contra su vida. Entre tanto, el Gobierno de Venezuela, a pesar de sus públicas muestras de solidaridad con Colombia y de su repudio a estos atentados, no respondía con el incremento en las medidas de seguridad. Esta posición, que en Colombia percibíamos como ambigua, nos obligó a responsabilizar públicamente al Gobierno de Venezuela por cualquier hecho que tuviéramos que lamentar en relación con la seguridad del personal diplomático y consular de Colombia en esa nación, en una nota fechada el 28 de octubre. Esta nota fue acompañada ese mismo día de un comunicado en el que fijamos nuestra posición pública sobre los hechos: 3El Ministerio de Relaciones Exteriores se permite confirmar a la opinión pública que en la noche de ayer se registraron disparos de origen aún desconocido que hicieron impacto en la residencia del embajador de Colombia en Caracas.
117
En declaraciones a la cadena radial colombiana RCN, el canciller Rang)$% #4"4!6G% ',64.#,$)% +"4% 8*8#$% respaldo logístico y asistencia jurídica a los familiares de los detenidos, también a los familiares de los que fueron asesinados en Colombia para que recurran a las instancias internacionales, en este caso la Corte Int),#3),6!#4#% .)% B),)!&*/% O"3#4*/-:% N),% +Ub>% #"E6$6#,^% W",(.6!#3)48)% #% 5#36$6#,)/% .)% .)8)46.*/% )4% =*$*3'6#-?% El Nacional, martes 5 de octubre de 1999.
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Una vez ocurridos los hechos, el Gobierno de Colombia informó del caso a la Policía Técnica Judicial (PTJ) y a la Policía Metropolitana de Caracas quienes visitaron la sede diplomática a fin de adelantar las investigaciones a que haya lugar por tan lamentable suceso. Por instrucciones del canciller de Colombia, Guillermo Fernández de Soto, el encargado de Negocios en Venezuela, José Antonio Lizarazo, puso en conocimiento de los hechos a la Cancillería de Venezuela, solicitando se realicen las investigaciones correspondientes y se refuercen las medidas de seguridad, en las sedes diplomática y c*4/"$#,)/%.)%=*$*3'6#%)4%N)4)F")$#-:
A cercamientos diplomáticos, distanciamiento en los hechos
!
En noviembre de 1999, durante la reunión previa de cancilleres a la Cumbre Iberoamericana en La Habana, consideré importante invitar a José Vicente Rangel para que tuviéramos un diálogo franco y abierto en la Embajada de Colombia en Cuba. Él aceptó con mucho interés, porque a pesar de todas las diferencias que tuvimos, siempre preservamos una conversación fluida. Llegó acompañado por un grupo de sus asesores, pero de inmediato nos aislamos hacia un sector de la terraza, para iniciar un diálogo que se prolongó por espacio de una hora. En esta reunión, le reiteré al canciller Rangel cuáles eran los parámetros adoptados por Colombia en relación con el proceso de paz; le expresé mis preocupaciones por los temas de la relación bilateral; y aproveché la oportunidad para hacerle algunas precisiones sobre a una información que había recibido acerca de que el presidente Chávez y su ministro de Relaciones Exteriores decían que el presidente Pastrana y el canciller Fernández de Soto eran unos representantes de la oligarquía colombiana, que pretendían manejar las relaciones con Venezuela como si en ese país no se estuviera produciendo un cambio revolucionario.
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A esta inquietud le respondí en los siguientes términos: +Mira José Vicente, yo sé que el presidente Chávez y tú piensan que el presidente Pastrana y yo somos unos voceros de la oligarquía bogotana, y que no entendemos lo que está pasando en Venezuela. Quiero decirte que, si desde tu óptica, eso pudiera tener algún fundamento, la diferencia es que somos dos representantes de la oligarquía bogotana que nos la hemos jugado a fondo por la paz en Colombia. Y, por supuesto, entendemos en toda su dimensión el proceso que se está viviendo en Venezuela, pero lo que no entendemos es que ustedes pretendan inmiscuirse en los temas internos de Colombia y que no podamos establecer una relación de mutuo respeto-.! !
Debo reconocer que el canciller Rangel fue receptivo a mis palabras, pero en esta conversación cordial, pude comprobar también los prejuicios que tenía el gobierno del presidente Chávez frente a nosotros.118 Estos propósitos fueron ratificados el 31 de marzo de 2000 dentro del marco de la reunión que presidimos en Caracas los cancilleres de los dos países y en la que también participaron los ministros de Educación y Cultura; y otros funcionarios de alto nivel de ambas naciones. En este encuentro, el canciller José Vicente Rangel dio a conocer la nueva composición de las Comisiones Presidenciales de Integración y Asuntos Fronterizos y de la Comisión Presidencial Negociadora, que serían instaladas por los presidentes en el siguiente encuentro en Colombia, acordado por 118
Como resultado de este encuentro, el año 2000 se inició con un mejor ambiente para las relaciones bilaterales. El 15 de febrero, los ministros de Relaciones Exteriores, Interior, Justicia y Defensa de Colombia y Venezuela nos reunimos en la ciudad de Guasdualito, Estado de Apure, con el fin de concertar un marco propicio para el diálogo permanente y la cooperación, que permitiera la reactivación de las comisiones presidenciales y hacer un seguimiento a los mecanismos y programas que de ellas se derivan.
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los cancilleres. De otra parte, los ministros manifestamos la importancia de la reactivación de la Comisión Mixta Demarcadora de Límites y la convocatoria de la VI reunión de esta Comisión, de la Comisión de Cuencas Hidrográficas, así como de los grupos de trabajo de los ríos que comparten las dos naciones. El encuentro de los presidentes en Santa Marta el 4 de mayo de 2000 2una fecha que después se volvería emblemática en el proceso de acercamientos2 se convirtió en un nuevo intento de normalización de las relaciones entre ambos países. En este encuentro los p,)/6.)48)/% /"/!,6'6),*4% )$% +=*30,*36/*% .)% S#48#% U#,8#-?% 7")% contenía los principios y las acciones en los que se debía trabajar para avanzar en la agenda binacional. La idea era fortalecer la posición de nuestros países como el eje fundamental de la integración andina, latinoamericana y continental. Había que renovar el compromiso de los Gobiernos para continuar impulsando los mecanismos definidos en el Acuerdo de Caracas en 1989; en la Declaración de Ureña del mismo año; y en el Acta de San Pedro Alejandrino, suscrita el 6 de marzo de 1990. En este contexto, los presidentes declararon: 1. Su intención de continuar impulsando los trabajos que durante más de diez años, y con acierto, han adelantado la Comisión Negociadora y las Comisiones de Asuntos Fronterizos. En la continuación de este empeño, los mandatarios han anunciado los nombres de los miembros que las componen y han dispuesto la iniciación inmediata de sus tareas. 2. Su satisfacción por los resultados obtenidos en la reunión de ministros de Defensa y de la Comisión Militar Binacional Fronteriza (Combifron) celebrada en Cartagena la primera semana de abril, que permitió retomar y fortalecer las medidas de confianza entre las dos instituciones. 3. Su decisión de continuar avanzando en la consolidación de la integración como eje fundamental del desarrollo y de fortalecer la capacidad de concertación de los dos
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países en la Comunidad Andina, el G-3, las negociaciones del ALCA y las de la Comunidad Andina y Mercosur. 4. Su interés por las conclusiones y recomendaciones de los recientes encuentros entre empresarios de los dos países. Acuerdan instruir a sus respectivos ministros de Comercio Exterior y Producción y Comercio para que examinen sus resultados y promuevan esfuerzos que propendan por el aprovechamiento de las ventajas comparativas para desarrollar alianzas estratégicas empresariales que amplíen el comercio bilateral, subregional y hacia terceros mercados, en particular aquellos en los cuales uno o ambos países cuentan con condiciones preferenciales de acceso. 5. Su convicción de la importancia que tiene para las dos naciones la infraestructura física en todos sus aspectos e instruyeron a sus ministros de Transporte e Infraestructura, para que prosigan los estudios tendientes a desarrollarla en beneficio de los dos países y en el contexto suramericano.
Ambos presidentes se propusieron llevar a cabo un plan de acción que acompañó la Declaración y que definió las estrategias a seguir. Se lograba así cumplir con los objetivos diplomáticos que nos habíamos propuesto para normalizar las relaciones.
E l momento más difícil A pesar de las gestiones y esfuerzos diplomático realizados, a partir del segundo semestre del 2000 2que coincidió con nuestra ofensiva diplomática en Europa para obtener el compromiso del Grupo de Apoyo a la Paz en nuestro país2 ocurrió la interrupción de las conversaciones francas y transparentes, debido a una nueva serie
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de declaraciones de altos funcionarios del Gobierno de Venezuela 2que ya fueron reseñadas en el capítulo cuarto Diplomacia por la Paz2 sobre las implicaciones del componente militar del Plan Colombia. A esta molesta injerencia en los asuntos internos de nuestro país se sumaban la ocurrencia de frecuentes incidentes fronterizos, la suspensión unilateral por parte de Venezuela de la Comisión Militar Fronteriza, así como la fluidez del diálogo y la cooperación gubernamental de ese país con los grupos insurgentes colombianos sin ningún tipo de concertación con el Gobierno de Colombia. Las declaraciones venezolanas no guardaban proporción con las informaciones que compartíamos con ese Gobierno y menos aún reflejaban la realidad que estaba viviendo nuestro país. Por tal razón, con el presidente Pastrana adoptamos la directriz de que en adelante nuestras relaciones con Venezuela estarían enmarcadas 0*,% )$% 0,)!)08*% '^/6!*% .)% 7")% .)'(#3*/% /),% +/"#M)/% )4% $#% 5*,3#% 9% 5"),8)/% )4% )$% 5*4.*-:% Sin perder de vista estas orientaciones, que buscaban evitar una vía de no retorno, el 8 de septiembre de 2000, en el contexto de la Asamblea General de las Naciones Unidas, me vi obligado a hacer unas declaraciones que tenían como propósito salir al paso de algunas afirmaciones del presidente Chávez que 2en medio de referencias a la Biblia, a Bolívar, al filósofo hindú Krishnamurti, y al escritor argelino Franz Fanon2 arremetían contra el Plan Colombia y al manejo que el Gobierno quería darle al proceso de paz en nuestro país. +;%3(%3)%/*,0,)4de una vez más que el presidente Chávez esté opinando sobre asuntos internos de Colombia. Me parece que 2como el presidente Chávez se refirió con términos bastante alusivos a la Biblia2, habría que recordarle que es bueno mirar la viga en el ojo propio y no la paja en el ojo ajeno.
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El presidente Chávez lo que debería hacer es arreglar los problemas de su propia casa y no tratar de arreglar los problemas del vecindario. La ayuda que Colombia está recibiendo es para luchar contra el narcotráfico. Colombia tiene el derecho a luchar contra el narcotráfico porque ése es el enemigo común. Y no es conversando con el narcotráfico como se arreglan las cosas del país, es con la lucha frontal que el Gobierno de Colombia está .#4.*-. 119
Sin embargo, el hecho que agotó la paciencia del Gobierno colombiano habría de presentarse días después. El 21 y 22 de noviembre de 2000, en el salón del Palacio Legislativo de Caracas, se presentaron como invitados de honor Olga Marín y Hernán Ramírez, reconocidos voceros de las FARC, durante el Simposio Internacional sobre el Plan Colombia y sus alcances en América Latina, auspiciado por el segmento venezolano del Parlamento Latinoamericano. Aproximadamente tres semanas antes, a la Embajada de Colombia en Caracas le fue solicitada su participación, incluso con una intervención del embajador Germán Bula, en este foro. Para esta reunión también se había confirmado la participación de autoridades venezolanas y varias personalidades de diferentes países. La orden de la Cancillería para evitar cualquier contacto diplomático con este foro fue impartida de inmediato cuando el embajador Germán Bula me comunicó que al verificar la hora y fecha de su intervención se había encontrado dentro de la programación con que voceros de las FARC participarían con una ponencia y que, 119
Entrevista con la Agencia de Noticias Colombiana (Ancol). Nueva York, 8 de septiembre de 2000.
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por lo tanto, sentía que lo habían engañado. Cuando empezamos las averiguaciones para verificar lo que en realidad había ocurrido, nuestro desagrado fue aún mayor. El diputado de la Asamblea Nacional, Rafael Correa, explicó que la presencia de estos voceros de la guerrilla colombiana era conocida por las autoridades consulares venezolanas y que la misma Cancillería venezolana había concedido las visas. También recibimos información de que Miguel Quintero, asesor personal del canciller José Vicente Rangel, había coordinado personalmente la entrada de los guerrilleros a Venezuela. Como resultado de esta cadena de actitudes y acontecimientos, en noviembre de 2000 las relaciones con Venezuela llegaron a su punto más bajo desde el episodio de la Corbeta Caldas en agosto de 1987. El día 24 de noviembre hice pública la decisión de +llamar a consultas-%120 a Bogotá al embajador de Colombia en Venezuela, con el propósito de evaluar el estado de las relaciones de ambos países. En una declaración oficial hecha sobre el estado de las relaciones con Venezuela, el día 28 de noviembre de 2000, manifesté la inconformidad del Gobierno de Colombia con los acontecimientos y actitudes que perturbaban el clima de entendimiento y cooperación entre los dos países: +>4% $#% 3#<#4#% .)% #9),?% 8"M63*/% *!#/6G4% .)% ,)"46,4*/% )$% /)<*,% presidente de la República, el señor embajador de Colombia en Venezuela llamado a consultas, y el canciller, con el propósito de realizar un examen integral del estado actual de las relaciones entre Colombia y Venezuela. 120
En el lenguaje diplomático esta es una figura utilizada para expresar el más profundo malestar de un Gobierno por actitudes como las aquí descritas.
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Esta evaluación se realizó a partir de la agenda acordada en la Cumbre Presidencial del mes de mayo en Santa Marta, en la que se definió un plan de acción con el fin de reactivar todos los instrumentos binacionales que permitieran avanzar en los más importantes temas colombo-venezolanos, con una agenda proactiva en beneficio de las dos naciones. Luego de esta primera revisión, hemos acordado con el señor presidente convocar para los próximos días a la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores, teniendo en cuenta que la política exterior colombiana tradicionalmente ha sido el resultado de un gran consenso nacional. El Gobierno de Colombia considera que los mecanismos binacionales existentes han sido instrumentos afortunados para avanzar en la relación bilateral y de ahí la insistencia permanente y reiterada, a través de los canales diplomáticos, para que operen adecuadamente. El buen entendimiento y la cooperación entre las naciones implican un clima de mutuo respeto y la utilización de los medios diplomáticos correspondientes. Eso es lo que quiere Colombia en sus relaciones con Venezuela. La inconformidad del Gobierno de Colombia se refiere a una serie de hechos y actitudes que perturban el clima de entendimiento y cooperación, a saber: !
La dilación indefinida de la reactivación de la Comisión Presidencial Negociadora, a pesar de lo acordado en Santa Marta;
!
Las dificultades que ha enfrentado la convocatoria de la Comisión Presidencial de Integración y Asuntos Fronterizos;
!
La cancelación unilateral de la Combifron, por parte de Venezuela, cuando ya se encontraban en ese país nuestros representantes, sin que haya sido posible
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establecer la fecha de una nueva reunión, a pesar del compromiso expresado por Venezuela de fijarla inmediatamente pasada la Cumbre de OPEP; !
Las dificultades para solucionar aspectos puntuales en temas comerciales de interés común, con detrimento de la normatividad andina;
!
Las constantes y desobligantes alusiones a Colombia y al Plan Colombia, en relación con asuntos que tocan cuestiones internas de nuestro país, por parte de los más altos funcionarios del Gobierno de Venezuela, tanto en público como en privado, dentro y fuera de su país;
!
El desconocimiento de parámetros esenciales para la cooperación respetuosa de cualquier nación en el proceso de paz de Colombia. En particular nos referimos a la participación de representantes de las FARC en el simposio que se realizó en Venezuela con el auspicio del Gobierno de ese país y la asistencia de funcionarios del Estado venezolano.
Dichos parámetros fueron señalados por el presidente Pastrana al presidente Chávez de manera concluyente en carta del 31 de agosto de 1999:
En los últimos meses se han presentado delicados incidentes en la frontera terrestre y en el Golfo de Venezuela, con violación de nuestra soberanía. Colombia ha propuesto de manera reiterada el esclarecimiento de los incidentes en la frontera terrestre mediante el mecanismo de verificación conjunta, y ante las violaciones del mar territorial ha protestado y reiterado su posición oficial. El Gobierno de Colombia no desconoce las preocupaciones que puedan existir por parte del Gobierno de Venezuela por los fenómenos de inseguridad, cultivos ilícitos o desplazamientos de personas en la frontera. Para tal efecto, en repetidas oportunidades y en diversas reuniones, ha insistido ante las instancias diplomáticas correspondientes, en la urgencia de utilizar los mecanismos específicos existentes para el tratamiento integral de estos temas, sin respuesta
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efectiva por parte del Gobierno de Venezuela. En el pasado, cuando se presentaron situaciones similares y se utilizaron dichos mecanismos, las dificultades se superaron positivamente. Mi obligación como canciller de la República de Colombia es buscar soluciones a los problemas y desarrollar la agenda binacional acordada en Santa Marta, que 2 tengo la certeza2, evitaría las discrepancias que se han presentado en los últimos meses, y enriquecerá nuestra relación bilateral. Hubiese sido excelente oportunidad para reiterar una vez más la disposición del Gobierno de Colombia a avanzar en las relaciones bilaterales, la Cumbre Presidencial Andina que estaba prevista para los días 9 y 10 de diciembre. Lamentablemente, no se dieron las condiciones políticas en la subregión para realizar esta Cumbre, por lo cual debió aplazarse. En todo caso, el Gobierno Nacional reitera su permanente disposición a dialogar con las autoridades venezolanas con los propósitos antes señalados. Colombia adelanta sus relaciones con todos los países del mundo sobre la base simple y clara de manejar agendas únicas en relación con cada uno de ellos. Nuestra conducta transparente y coherente honra con hechos esas agendas, consistencia que es manifiesta en la relación con Venezuela. Sólo a eso aspiramos: a recibir trato recíproco, vale decir, una agenda única y clara para con nuestro país, honrada por los hechos. En fin, para el Gobierno de Colombia resulta impostergable subrayar: PRIMERO: Que no se puede aludir al proceso de paz de Colombia para justificar intervenciones no solicitadas de otros países, en asuntos que sólo corresponde dirimir entre colombianos.
SEGUNDO: Que el de Colombia invita cordialmente al Gobierno de la hermana República Bolivariana de Venezuela para que entre ambos se
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restablezca el clima de respeto y entendimiento a través de la puesta en funcionamiento de los mecanismos binacionales de coordinación y negociación existentes, con miras a profundizar el proceso de integración-.
Un encuentro agitado Algunos países amigos empezaban a percibir como inminente el colapso en las relaciones entre Colombia y Venezuela. En este contexto, por iniciativa del presidente electo de México, Vicente Fox, y en vísperas de su posesión, a través de Gabriel García Márquez se nos hizo saber del interés que existía de promover un encuentro dentro del marco del G-3 que permitiera una reunión de los tres presidentes. Fue así como iniciamos una cuidadosa preparación de esta reunión con el canciller Jorge Castañeda y Adolfo Aguilar, consejero de seguridad del presidente Fox y actual embajador de México ante las Naciones Unidas en Nueva York. Para nosotros ésta era una excelente oportunidad de aclarar los temas que habían suscitado el distanciamiento con Venezuela. Al llegar a México nos reunimos previamente con el presidente Pastrana y el presidente Fox para tratar asuntos bilaterales y preparar el encuentro con el presidente Chávez. Insistimos en la presencia de los cancilleres con el fin de preservar a los presidentes como actores de última instancia y sacar el máximo provecho del encuentro. Se acordó allí una reunión previa de los cancilleres de Colombia y México con Adolfo Aguilar para mirar la forma de manejar el encuentro. Tuve entonces ocasión de señalarles los antecedentes del problema y cuál sería nuestra enérgica posición en esta reunión, con el fin de que no existieran sorpresas. Y así ocurrió.
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-
Una vez concluidos los preparativos, se reunieron el 30 de noviembre los presidentes Vicente Fox, Andrés Pastrana y Hugo Chávez en compañía de los tres cancilleres de los países, en un salón reservado del Hotel Intercontinental de Ciudad de México. La reunión se inició con la propuesta del presidente Fox de reactivar el G-3 como un escenario importante de actuación conjunta de los países, en lo que todos coincidimos. Para ese efecto acordamos una reunión de cancilleres en enero de 2001, que permitiese definir la agenda y preparar un encuentro presidencial que se celebraría antes del mes de abril. Entonces el presidente Fox, en una forma muy inteligente, señaló que él sabía de las dificultades existentes entre Colombia y Venezuela y que si ese espacio podía servir para un acercamiento, él estaba listo a prestar ese servicio. Tomó entonces la palabra el presidente Chávez y de una manera un tanto exaltada dijo: 2Te juro Andrés que yo no sabía de la reunión de Caracas. 121 Me enteré cuando venía en el avión de Centroamérica. Te lo juro por lo más sagrado, te lo juro por mi madre. Pastrana, de manera muy tranquila, le señaló: 2Yo te creo Hugo, pero José Vicente sí sabía. Sus asesores entregaron las visas, los protegieron y les dieron el tratamiento de invitados especiales.
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Se refería al foro de días atrás al cual fueron invitados de honor los voceros de la guerrilla colombiana.
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José Vicente Rangel trató de refutar la afirmación del presidente Pastrana, pero sin encontrar argumentos contundentes. Incluso llegó a afirmar que el embajador Bula sabía, a lo que yo le respondí que no era verdad y que a Bula lo habían engañado, lo habían asaltado en su buena fe. De acuerdo con la estrategia que habíamos acordado con el presidente Pastrana, tomé entonces la palabra mientras sacaba de mi maletín un fólder blanco, titulado .)% 3#4),#% 648)4!6*4#$% )4% $)8,#/% 3"9% L,#4.)/% +\*/1% N6!)48)% b#4L)$-?% que había ordenado elaborar meses atrás. Este fólder contenía, debidamente fechadas y actualizadas, las declaraciones de los últimos meses del canciller Rangel sobre Colombia. Dirigiendo la mirada al presidente Fox le dije: 2Qué pensaría Usted, presidente, si un c#4!6$$),%.6!)%$*%/6L"6)48)c%+>/)%0#(/%)/%!*3*% una caja negra en donde no se sabe quién mata a quié4-%eB6#,6o tal, fecha talf%*%+>4% Colombia hay que hablar con la guerrilla porque el Gobierno no controla el 8),,68*,6*:::-%eDiario tal, fecha tal). El Presidente Chávez bastante molesto me interrumpió abruptamente para decir: +>/*% )/% '#/",#?% '#/",#s-:% ;% $*% 7")% 9*% ,)/0*4.(c% +@*, presidente, con todo respeto .)'*%.)!6,$)%7")%)/#/%/*4%$#/%.)!$#,#!6*4)/%.)%\*/1%N6!)48)-:% El presidente Chávez dijo entonces: 2Si vamos a ponerle atención a todo lo que dice la prensa, vamos a llegar a un momento en el que romperemos las relaciones.
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Le dije que el foro con la presencia de guerrilleros de las FARC en Caracas era la gota que había rebosado la copa e hice un recuento detallado del estado de las relaciones: la dilación en la reactivación de las Comisiones, la imposibilidad de cumplir la agenda de Santa Marta, las reiteradas declaraciones y alusiones a Colombia, los problemas con el transporte, la cancelación de la reunión de la Combifron. Chávez me interrumpió de nuevo y me dijo: 2Yo quiero, Guillermo, que tú sepas que fui yo el que canceló esa reunión porque tú me faltaste al respeto con tus declaraciones de Nueva York.122 A ello le respondí que ninguna declaración mía había sido irrespetuosa y que simplemente me limitaba a responder las constantes alusiones e ingerencias en los asuntos internos de Colombia; y que mientras fuera canciller de Colombia y gozara de la confianza del presidente Pastrana, no permitiría que se irrespetara a mi país. El presidente Chávez, ya bastante alterado, señaló que si de cancelaciones se trataba él quería decir que había una conspiración contra Venezuela, que la Cumbre Andina se había cancelado por cuenta de esa conspiración y 2dirigiéndose al presidente Fox2 enfatizó: 2Ahora andan diciendo que me estoy metiendo en Ecuador, en Bolivia y también en Perú. Ya dentro de poco te dirán, Fox, que ando metiéndome en Chiapas (cosa que por cierto ya había hecho en declaraciones públicas). Me están tratando de aislar de América Latina y si me tengo que quedar aislado, pues me quedo aislado; eso 122
Se refería a mis declaraciones a una cadena radial de Colombia, el 11 septiembre de 2000, que han sido reseñadas en este capítulo.
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además está orquestado por Peter Romero quien es el que está desde Washington sembrando la especie. En realidad parecía a la defensiva y muy explicativo. Entre tanto, José Vicente Rangel permanecía en silencio. En medio de esta acalorada discusión, Chávez, dirigiéndose a Pastrana, afirmó: 2Yo quiero que tú sepas que a mí las FARC me han pedido que les venda armas y yo no he querido hacerlo. Esta confesión demostraba de manera evidente sus contactos con la guerrilla. El presidente Pastrana tomó la palabra y le dijo: 2Si de cancelaciones se trata, te recuerdo cómo me cancelaste el desayuno en Panamá con un estafeta casi a la una de la madrugada. Lo que ya bastante exaltado Chávez respondió: 2Te voy a contar lo que me pasaba. Estuve enfermo toda la noche, tuve un fuerte problema gástrico. Me la pasé en el baño y la falta de descanso me obligó a cancelar esta cita.
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Sin embargo, se rumoraba que la noche anterior había dejado de asistir a la cena que ofrecía Mireya Moscoso en la Cumbre Iberoamericana por atender una cena que había programado con Fidel Castro.123 José Vicente intervino para decir que mis declaraciones de Nueva York habían roto el compromiso que en esa misma ciudad habíamos hecho de no volver a hablar en público. Le aclaré en forma categórica que no había sido así, que primero había sido el presidente Chávez en Nueva York, y posteriormente Rangel en Cuba, quienes habían hecho declaraciones contra el Plan Colombia durante el homenaje al ex canciller Ignacio Luis Arcaya.124 Le ofrecí consultar nuevamente sus declaraciones en el fólder, pero me respondió de manera jocosa, que tenía que regalarle el libro blanco para sus nietos. Desde luego, accedí gustoso a enviárselo en los días siguientes. Le recordé entonces nuestra conversación en Cuba un año antes, en donde a raíz de informaciones que habíamos recibido de países amigos, era claro su sentimiento
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En el marco de esta Cumbre, el presidente Pastrana se vio obligado a interrumpir al presidente Chávez en una de sus intervenciones en el plenario, luego que de manera reiterada se refiriera al caso Colombiano como "4#%+L"),,#%!6M6$-: El Presidente Pastrana, al interpelarlo, y en tono enérgico, le precisó: 2Presidente Chávez, en Colombia no hay una guerra civil como usted lo anota. En Colombia lo que existe es un conflicto interno2. El presidente Chávez se vio en la necesidad de moderar sus palabras. Esta Cumbre también presenció una dura polémica entre el presidente salvadoreño Francisco Flórez y el comandante Fidel Castro, en torno a la intervención de Cuba en el conflicto de El Salvador. El mandatario Flórez, de manera brillante, le señaló a Fidel el rechazo de su nación a esta intervención. Fue realmente un momento de gran tensión en la Cumbre que, por cierto, Fidel manejó con prudencia y que en honor a la verdad se superó gracias a una anécdota recursiva del presidente Chávez que ayudó a calmar los ánimos. Nunca había asistido a una cumbre tan llena de incidencias, hasta el punto que buena parte de este debate, por cuenta de un explicable error de los organizadores del evento, fue transmitido en indirecto por la televisión panameña.
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hacia Pastrana y a mí, a quienes nos identificaba con la oligarquía social y política venezolana, a los que ellos habían derrotado en el proceso electoral. Y le dije en forma tajante: 2José Vicente, en La Habana fui muy sincero contigo cuando te acepté, solo en gracia de discusión, que era probable que al presidente Pastrana y a mí se nos 6.)48656!#,#%!*3*%0),8)4)!6)48)/%#%5#36$6#/%.)%$#%+'",L")/(#%!*lombiana, que ustedes tanto critican. Pero nadie se la ha jugado tanto por la paz de Colombia como nosotros. Lo que necesitamos es solidaridad y no señalamientos. En ese momento el presidente Pastrana intervino para contarle una anécdota al presidente Chávez: !
2Hugo, tú que nos criticas tanto a Guillermo y a mí porque dizque formamos parte de la +oligarquía colombiana-, deberías saber que fue mi abuelo materno, don Carlos Arango Vélez, el fundador de la UNIR (Unión Nacional de Izquierda Revolucionaria), quien acuñó la frase de que la oligarquía había matado a Gaitán, un personaje que tú tanto admiras. Ahora es mi Gobierno el que ha tenido que enfrentarse a un sector notable de la que tú llamas oligarquía colombiana, para sacar adelante el proceso de paz en el que estamos comprometidos. Te cuento esto para que veas cómo tu desconoces la historia de Colombia. Le dije entonces a Chávez que en la carta del presidente Pastrana que yo le había entregado en Panamá 2que por cierto nunca respondió2, se fijaban con toda claridad
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En conversaciones anteriores con José Vicente Rang)$?% #!"<1% $#% )E0,)/6G4% +.60$*3#!6#% .)$% 36!,G5*4*-?% que después los funcionarios de ambos países seguimos utilizando para evitar la realización de declaraciones sobre asuntos bilaterales sensibles, a través de los medios de comunicación.
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los parámetros para la participación de cualquier país en el proceso de paz y que cuando tales parámetros se habían cumplido todo había salido bien. Le señalé, además, que se habían presentado incidentes en la frontera terrestre y que a pesar de que habíamos propuesto verificar in situ lo ocurrido, esto no había sido posible porque José Vicente sabía que ellos efectivamente habían ocurrido en territorio colombiano. Me referí entonces al incidente en la Guajira con los soldados venezolanos y la propuesta que le había hecho a José Vicente para que manejáramos el caso con prudencia, con el fin de evitar lo que había ocurrido en el caso de los otros cuatro venezolanos detenidos en territorio colombiano.125 Les recordé que el propio presidente Chávez había hecho uso de ese incidente, asestando duras expresiones contra el Ejército colombiano, en una clara alusión a las palabras expresadas por el mandatario venezolano en una reunión privada con los presidentes de Centroamérica, información que nos había sido entregada por la vía diplomática. Agregué que tampoco entendíamos las críticas al supuesto desequilibrio militar que iba a suponer el Plan Colombia, me refería a las recurrentes intervenciones del presidente Chávez, que fueron expresadas con vehemencia en la reunión de presidentes de Sudamérica, y dirigiéndome a Chávez le dije: 2¿Cuál es el balance entre Colombia y Venezuela? Usted es militar, presidente, y usted bien sabe que tal preocupación no tiene ningún fundamento en la realidad.
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Me refería a la presencia de ciudadanos venezolanos en territorio colombiano, que fueron capturados durante un operativo en el cual los militares colombianos dieron de baja a algunos guerrilleros que ingresaron desde Venezuela el 15 de septiembre de 1999, como ya lo había señalado anteriormente.
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José Vicente respondió que nunca habían usado ese argumento. El presidente Chávez también afirmó que no lo habían usado, a lo que respondí que nosotros teníamos otras informaciones. En otro momento de la conversación, Chávez se refirió en términos muy duros al presidente Samper y narró el incidente de una carta que el ex presidente colombiano había enviado a Caldera contándole de los posibles vínculos y eventuales contactos de Chávez con la insurgencia colombiana. Chávez fue reiterativo en señalar su preocupación por Colombia. Su deseo de ayudar. Y agregó que ellos tenían legítimo derecho a tener preocupaciones por el Plan Colombia, a dar explicaciones sobre la presencia de sus asesores en nuestro país, asegurando que siempre se había hecho con permiso de las autoridades nacionales. Puso como ejemplo el caso del hermano del capitán Arango, jefe de la Casa Militar, secuestrado por el ELN. De inmediato respondí que en tres ocasiones se habían autorizado ingresos de funcionarios venezolanos pero que el señor Ramón Emilio Rodríguez Chacín, por ejemplo, registraba 15 entradas a Colombia, según registro del DAS, sin que mediara ninguna autorización. El presidente Chávez respondió que Rodríguez Chacín era un asesor de seguridad y no un militar en servicio activo. Y a renglón seguido José Vicente intervino para decir que este señor ya había sido retirado de cualquier trabajo con Colombia.126
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Días más tarde debí llamar a José Vicente Rangel a raíz de una indebida intervención del señor Rodríguez Chacín con el ELN, que nos había generado dificultades en los acercamientos de paz con este grupo guerrillero. Allí le pedí que el señor Rodríguez Chacín aclarara con el ELN sus afirmaciones o de lo contrario en una hora me vería en la obligación de declararlo persona no grata. Éste fue paradójicamente designado, semanas más tarde, ministro del Interior de Venezuela.
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La reunión que comenzó a las siete de la noche había transcurrido en un ambiente bastante tenso, pero al mismo tiempo franco y sincero, por espacio de hora y media. Esto resultaba bastante inusual, no sólo por tratarse de la víspera de posesión del presidente Fox, sino porque, además, todos debíamos asistir a la cena que en honor de los jefes de Estado ofrecía esa noche el presidente saliente, Ernesto Zedillo. El presidente Fox tomó la palabra y de manera muy cordial indicó que confiaba que la reunión hubiese sido útil y que él creía que faltaba más comunicación. Señaló que eran muchas las cosas que se decían de Venezuela y también manifestó sus preocupaciones por Colombia, pero al mismo tiempo se mostró confiado en que México pudiera ser una ayuda en cualquier situación, porque para su país las relaciones con las dos naciones eran fundamentales. Otro aspecto que vale la pena recordar fue la explicación que hizo Chávez de los cambios políticos de Venezuela y cómo, a su juicio, no se entendía lo que allí estaba ocurriendo. Yo me permití señalarle que sí los entendíamos e hice una breve explicación señalándoles que para Colombia el éxito político y económico de los dos países era fundamental y que urgía crear interlocutores nuevos en Venezuela que, ciertamente, por la nueva realidad política se habían perdido. Todos coincidimos en hacerlo. Nos paramos entonces para despedirnos, sin tener claro qué le diríamos a la prensa que estaba a la expectativa del resultado de la reunión. Acordamos que el canciller Castañeda declararía que se trató de un encuentro cordial, que se había acordado la reactivación del G-3 y que también había servido de diálogo positivo entre Colombia y Venezuela.
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A pesar de lo pactado, José Vicente también habló con los periodistas, lo que me obligó a dar declaraciones. Bajé en el ascensor con José Vicente y, por sugerencia mía quedamos para reunirnos al día siguiente y hacerle seguimiento a la conversación. Efectivamente lo invité a tomar un café en el bar del Hotel Intercontinental, en donde volví a repasar el encuentro del día anterior. Lo noté bastante preocupado. Le señalé que los dos teníamos una enorme responsabilidad con nuestros países y debíamos superar las dificultades con una agenda proactiva que dejara lo coyuntural y adverso en el pasado. En tal sentido le propuse que reuniéramos a los dos presidentes de manera informal, sin agenda ni protocolo, para que entre ellos dos superaran las prevenciones. Incluso le sugerí Cartagena. Eso sí, le pedí que mientras coordinábamos la reunión mantuviéramos en reserva la propuesta. Todo me lo aceptó, e incluso me dijo que estaba de acuerdo con el tema de los interlocutores y que se proponía enviarme al congresista Tareb Williams para iniciar esa tarea. Más me demoré yo en proponerle la reserva de lo pactado que él en salir a anunciar un eventual encuentro de los presidentes, con lo que quería dar la sensación de que todo había quedado normalizado. Esto me obligó a insistir en que una reunión no arreglaba las cosas, que había sido un primer paso en la dirección correcta pero que esperábamos reglas del juego claras. Poco después, el presidente Chávez llamó al presidente Pastrana sugiriendo que la reunión fuera en Santa Marta, el 17 de diciembre, para realizar un acto bolivariano. Pero como se deduce de los asuntos tratados en la agitada reunión de México, y de mi propuesta a José Vicente, éste no podía ser el propósito del encuentro.
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En los días siguientes aparecieron más crónicas en los periódicos y revistas de Colombia sobre el presidente Chávez, en especial un artículo titulado +D*/%648,"/*/-% de la revista Ca mbio,127 que confirmó que durante los dos últimos años se habían presentado múltiples visitas de militares venezolanos a la zona de distensión, sin el debido consentimiento de las autoridades colombianas y sin que mediara ningún acuerdo previo sobre el alcance de estos acercamientos. En especial, se señaló a Ramón Emilio Rodríguez Chacín 2quien como ya dije fue nombrado posteriormente ministro de Interior y Justicia de Venezuela2 !*3*% )$% +)4$#!)-% .6,)!8*% )48,)% )$% presidente Chávez y las FARC. No obstante, y a pesar de todos los hechos conocidos por el Gobierno de Colombia, el canciller José Vicente Rangel se atrevió #% !#$656!#,% #% )/8)% #,8(!"$*% !*3*% +"4% 645"4.6*% 0),6*.(/86!*% 7")% !*,,)/0*4.)% #% $#% ciencia ficción o al realismo mágico, porque no hay ninguna razón para decir /)3)W#48)%!*/#-:128 Gabriel García Márquez, nuestro premio Nobel, quien además ejerce como presidente del Consejo Editorial de la revista Cambio, sin dilaciones respondió: +D#% 0,63),#% !*4.6!6G4% .)$% ,)#$6/3*% 3^L6!*?% !*3*% /"% nombre lo indica, es que sea un hecho rigurosamente cierto que sin embargo parece fantástico. Muy pocos países del mundo lo demuestran mejor que mi muy querida N)4)F")$#-.129 La publicación de Ca mbio, así como las reacciones que desató en todos los medios de comunicación, dio lugar a una nueva rueda de prensa de Chávez indignado por lo 127
Ver revista Ca mbio, número 389, 4 de diciembre de 2000. N),%+=#4!6$$),%!#$656!#%.)%k!6)4!6#%56!!6G4l%%$*%0"'$6!#.*%0*,%,)M6/8#% Ca mbio .)%=*$*3'6#-?%Z$*'*M6/6G4?% diciembre 4 de 2000. 129 El Universal, 11 de diciembre de 2000. 128
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que se decía. El canciller Rangel me llamó a hacerme el reclamo y a decirme que si eso ocurriera en Venezuela contra Pastrana, ellos rectificarían, a lo cual señalé que, como se lo había dicho tantas veces, inclusive en México, lo que ellos habían logrado era un sentimiento muy grande en Colombia contra el Gobierno de Chávez, como nunca se había visto y que la gente estaba reaccionando a las continuas expresiones del jefe de Estado de Venezuela y de su canciller. Ahí quedó la conversación. En este contexto, y luego del encuentro informal en ciudad de México, el presidente Pastrana envió, el día 5 de diciembre, una extensa comunicación al presidente Chávez en la que recogía los principales desafíos de las relaciones entre los dos países, al término de un año lleno de dificultades, en un gesto orientado a dotar de dirección y sentido el rumbo futuro de las aproximaciones que se habían iniciado a través de los buenos oficios del presidente Fox: +S)<*,%A,)/6.)48)c Tengo el honor de dirigirme a Vuestra Excelencia para hacer referencia a las conversaciones iniciadas en México, sobre el estado actual de las relaciones entre nuestros dos países, enfocadas desde un punto de vista integral y dentro del mayor respeto y transparencia. Me anima el mismo espíritu de entendimiento que inspiró mi carta del 31 de agosto de 1999. Mas allá de los lazos históricos y culturales que nos unen, las relaciones entre Colombia y Venezuela siempre se han guiado por el paradigma de la comprensión, la cooperación y el respeto mutuo. En este contexto, y como es de su conocimiento, han venido motivando nuestra preocupación los frecuentes hechos, declaraciones y actitudes que no contribuyen de manera favorable a la relación bilateral. Considero que debemos superar
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definitivamente esta etapa de confrontación retórica que incide de manera negativa en la relación bilateral y en el ánimo de nuestros pueblos. No se ocultan a Vuestra Excelencia las virtudes y ventajas que en la mencionada dirección ofrecen los canales diplomáticos, a los cuales mi Gobierno continuará apelando. Estoy seguro de que la relación entre nuestras naciones se enriquecerá por el uso de esta inveterada y probada práctica internacional que en nombre de Colombia ofrezco honrar sin vacilaciones ni excepciones, y que con certeza, encontrará eco en la hermana nación venezolana. Mi Gobierno, una vez más, reitera la voluntad de continuar fortaleciendo una relación armónica, dentro del marco de los mecanismos bilaterales existentes y en particular, a partir de la agenda acordada en la Cumbre Presidencial de Santa Marta del mes de mayo. Para Colombia es de fundamental interés, continuar desarrollando los trabajos conjuntos derivados de los distintos instrumentos binacionales, en la medida en que contribuyen a la consolidación de la integración. Ante el hecho de compartir una extensa y viva frontera, planteo a Usted la necesidad de proveer al desarrollo fronterizo y administrar las dificultades que se presentan, con el propósito de superarlas. La implicación inmediata de esta propuesta es la convocatoria de los mecanismos binacionales, como la Comisión Presidencial de Integración y Asuntos Fronterizos, la Comisión Militar Binacional Fronteriza y el Mecanismo de Verificación de Incidentes, con el propósito de que alberguen el diálogo entre nuestras autoridades y establezcan el clima para la construcción de mutua confianza. Igualmente propongo utilizar el escenario que ofrece la Comisión Presidencial Negociadora para tratar la delimitación marítima, los aspectos
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que de ella se derivan y los demás asuntos pendientes asignados a su competencia. En anteriores oportunidades he reiterado a Usted, señor presidente, y a la nación venezolana, mi agradecimiento por su apoyo a nuestro proceso de paz y su disposición facilitadora. No obstante, debo precisar que toda facilitación, como en el caso de otros Estados amigos que han querido prestar sus buenos oficios, debe estar de acuerdo con el Derecho Internacional y a las prácticas internacionales de cooperación para la paz, es decir, regirse por la consulta, aquiescencia y coordinación entre los Gobiernos. Creo, señor presidente Chávez, que son más las proyecciones positivas de Colombia hacia la región, que las dificultades coyunturales que su actual situación interna puedan representar para los países vecinos. El firme y generalizado respaldo de la comunidad internacional al proceso de diálogo que nos ha de conducir a la reconciliación nacional, después de muchos años de conflicto interno, implica también la necesidad de romper el círculo vicioso entre violencia y narcotráfico. Con la mira puesta en el fortalecimiento institucional del Estado, en el más ambicioso programa de desarrollo económico y social, en el proceso de negociación del conflicto armado y en la lucha contra el narcotráfico, mi Gobierno como ya es ampliamente conocido, diseñó una estrategia integral que hemos denominado Plan Colombia. Se trata de un programa creado por los colombianos y para colombianos con base en la percepción que tenemos del país y en los más altos intereses de nuestra patria, convicción que nos anima a erradicar los cultivos ilícitos de nuestro suelo. Tratándose de un enemigo común como es el narcotráfico, resulta injusto concentrar toda la responsabilidad y obligaciones en una nación. Más bien
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considero, tal como ha sido aceptado en los distintos foros internacionales, que la responsabilidad compartida ha de ser el principio orientador de esta lucha y que los Estados están en la obligación de atacar los distintos eslabones de la cadena del narcotráfico, según las modalidades o particularidades de cada país. En este contexto, entendemos que evitar la eventual relocalización de cultivos ilícitos y otras actividades relativas al narcotráfico en los países fronterizos, depende del grado de coordinación policial, y del intercambio de información y de inteligencia que logremos consolidar. Y por supuesto, del restablecimiento de la confianza, discreción y prudencia a las que he hecho alusión, como compromiso de Estado. No escapa a su Ilustrado Gobierno que la lucha contra el problema de las drogas y otros fenómenos que afectan la seguridad fronteriza, debe complementarse mediante acciones de las autoridades competentes de ambos países, en aspectos como la desviación de precursores químicos, la prevención de vuelos clandestinos, el tráfico de armas y la delincuencia común, entre otros, siempre dentro de los respectivos territorios. No desconozco las preocupaciones que puedan existir por parte del Gobierno de Venezuela. Por el contrario, han merecido la mayor atención de mi Gobierno, y una vez más preciso como una prioridad el utilizar los mecanismos bilaterales acordados para el tratamiento integral de estos temas. Cuando ellos han estado activos, los resultados han sido óptimos. Cabe señalar que con otros países fronterizos hemos puesto en marcha mecanismos similares con logros para la seguridad de nuestras fronteras comunes. Señor presidente, reitero una vez más que las relaciones colombovenezolanas son una prioridad de Estado para Colombia. Estoy convencido de
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que la integración y el desarrollo fronterizo son tareas conjuntas para alcanzar el bienestar de nuestros pueblos. No podemos defraudarlos. En este propósito, nuestras dos naciones deben continuar a la vanguardia de la integración latinoamericana. De manera formal invito a Usted, señor presidente, para que entre ambos Gobiernos logremos la excelencia en las relaciones binacionales. Somos responsables ante colombianos y venezolanos de las actitudes que asumamos frente a nuestras diferencias y de su incidencia en el destino de nuestras naciones. Hago propicia esta oportunidad para reiterar a Vuestra Excelencia las /)L",6.#.)/%.)%36%3#/%#$8#%9%.6/864L"6.#%!*4/6.),#!6G4-.
Nuevamente, esta carta nunca obtuvo una respuesta del presidente Chávez. Después del encuentro en México y de la comunicación anterior, que intentó precisar sus conclusiones, las relaciones apenas si mejoraron, aunque debo destacar los esfuerzos realizados en los meses siguientes por ambos países con el fin de fortalecer el diálogo binacional. De hecho, durante los días 21 y 22 de febrero de 2001 se realizó una reunión de la Comisión de Integración y Desarrollo Fronterizo en la Colonia Tovar, estado Aragua, que resultó decisiva para la reactivación de la agenda común entre los dos países, a pesar de los altibajos de la relación política.130
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Entre las más importantes decisiones recogidas en el acta de esta reunión, cabe destacar:
2Propuesta del Grupo Académico Binacional con la estructuración de un observatorio activo del tejido social binacional.
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En este mismo mes, nuevamente se presentó un incidente serio con Venezuela cuando el proceso de deportación desde Caracas del guerrillero José María Ballestas 2jefe del comando que secuestró en 1999 un avión Foker de Avianca2 fue súbitamente interrumpido por determinación del alto Gobierno de ese país. Unos meses después el guerrillero fue finalmente extraditado al término de intensas gestiones jurídicas y diplomáticas.131 E l restablecimiento de los canales institucionales
2Realización en la ciudad de Santa Marta, Colombia, los días 23 y 24 de abril, de la XXX Reunión de las Comisiones, con un informe sobre el estado de los proyectos contemplados en el Compromiso de Santa Marta del 4 de mayo de 2000 y de las instancias o subcomisiones creadas. 2Se acordó propiciar encuentros de trabajo con las autoridades locales y nacionales radicadas en los departamentos y estados fronterizos. 2Se resaltó la necesidad de abordar asuntos como medio ambiente, del estatuto de frontera: su evaluación y análisis, propiciando la armonización de los aspectos reglamentarios, seguridad fronteriza y los temas puntuales de la agenda fronteriza. 2Se reconoció la gran importancia del estudio efectuado por el BID, Intal y la CAF, sobre el área Táchira, Norte de Santander y su extensión a las demás áreas fronterizas. 2Ambas comisiones adquirieron el compromiso de designar a los comisionados especializados en cada sector y el coordinador de éste. Así mismo, recomendaron efectuar unas reuniones técnicas por cada sector antes del encuentro de Santa Marta. 2Se acordó que el próximo encuentro tendría lugar en Santa Marta (Colombia), el 23 y 24 de abril.
Acta de la XXIX Reunión de las Comisiones Presidenciales de Integración y Asuntos F ronterizos ColomboVenezolanas, febrero 21 y 22 de 2001. 131
En junio de 1999, la Fiscalía colombiana emitió orden de captura contra el señor Ballestas por el delito de secuestro extorsivo del avión Foker 50 de Avianca con 42 personas a bordo, en la ruta Bucaramanga 2 Bogotá, hecho ocurrido el 12 de abril de 1999. En febrero de 2001 fue detenido en Caracas portando documentos de identidad falsos y luego, bajo coordinación entre la policía de ambos países, se dispuso su deportación a Colombia. No obstante, por instrucciones del alto Gobierno venezolano se suspendió la deportación. Ante esta determinación, la Fiscalía General de Colombia solicitó la captura provisional con fines de extradición por el delito de secuestro que posteriormente se amplió al de rebelión, homicidio culposo y apoderamiento ilícito de aeronaves, solicitud que fue formalmente entregada, por vía diplomática, al Gobierno de Venezuela el 14 de marzo de 2001. Desde entonces se inició en Venezuela un largo proceso que incluyó, por una parte, condena de 21 meses por los delitos de uso de cédula de identidad falsa y falsa atestación ante funcionario; solicitud de asilo político; inminencia de ser puesto en libertad; y por otra parte, continuó el trámite de solicitud de extradición hasta que el 10 de diciembre de 2001 el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) ordenó la extradición, que se hizo efectiva el 26 de diciembre de 2001.
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El 15 de marzo de 2001, el embajador de Colombia en Cuba, Julio Londoño Paredes, me llamó para transmitirme la preocupación del comandante Fidel Castro por las relaciones colombo-venezolanas. Castro le había transmitido el deseo del presidente Chávez de conversar con el presidente Pastrana. En esta conversación, el embajador me anunció una comunicación dirigida al presidente Pastrana, con los pormenores de este contacto. En una extensa comunicación, el embajador Londoño le dio conocer al presidente los aspectos tratados con el comandante Castro en una +dilatada entrevista de cerca .)% !64!*% &*,#/-% 7")% &#'(#4% 8)46.*% )$% .(#% #48),6*,% 9% que se extendió 2como suele suceder con Fidel2 hasta las primeras horas de la mañana. El comandante Castro le expresó que después de una breve visita del presidente Chávez a Cuba durante esa semana, sus preocupaciones por el desarrollo de las relaciones entre Colombia y Venezuela habían crecido notablemente. Por lo tanto, consideraba su obligación con un presidente amigo como Pastrana, hacerle saber que +$#% )/!#$#.#-% )4% $#/% ,)$#!6*4)/% )/8#'#% $$)M#4.*% #% !6),8*/% !(,!"$*/% )4% N)4)F")$#% #% +#F"F#,%$#%&*L"),#-?%'"/!#4.*%64!$"/*%"4#%!*45,*48#!6G4%36$68#,%9%0*$(86!#%7")%/G$*% traería problemas muy graves para ambos países. Algunos le reclamaban a Chávez, dentro y fuera de las instituciones armadas, mejorar la dotación militar y el regreso del Ejército a los cuarteles, que en ese momento estaba dedicado a atender emergencias sociales, para enfrentar a Colombia. Chávez le habría pedido a Castro que se comunicara con el presidente Andrés Pastrana, para transmitirle su decisión de modificar de manera sustancial el marco de las relaciones mutuas en un momento de especial complejidad para los dos países. El comandante le habría expresado al mandatario venezolano que cualquier contacto telefónico con Bogotá sería interceptado, 7")% $#/% !#,8#/% +/)% .)3*,#'#4%
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.)3#/6#.*%86)30*-%9%7")%)4%)$$#/%4*%/)%0*.(#4%)E0,)/#,%$#/%36/3#/%6.)#/%7")%)4%"4#% conversación. Que en tal virtud prefería hablar con el embajador Londoño 2en quien podía confiarse2 para que sirviera de conducto con Pastrana. Chávez coincidió con entusiasmo. Castro le recomendó al embajador en Cuba que se entrevistara con el presidente y el canciller colombiano y que viajara a Venezuela en forma discreta para hablar con Chávez, quien estaría listo a recibirle nuevamente en cualquier momento para contarle sobre el resultado de las gestiones. Quería, por lo tanto, saber en qué forma, a juicio de Colombia, se podrían sacar adelante las relaciones mutuas en ese contexto. De manera paralela, en un momento de la entrevista, le preguntó al embajador colombiano sobre los hechos relativos al señor Ballestas, secuestrador del Foker de Avianca. Al comentar los hechos el embajador en Cuba le explicó que las declaraciones contradictorias y elusivas de diferentes autoridades venezolanas sobre el caso habían contribuido a generar un ambiente muy negativo en ambos países. Castro le manifestó que Chávez no se había cuidado del asunto personalmente, ya que se encontraba de viaje en el exterior y que posteriormente había sufrido una neumonía. Que el presidente venezolano estaba muy molesto por todos los desarrollos, incluyendo la gestión de la PTJ con la Policía colombiana, sin contar con su aquiescencia. En consecuencia, el comandante habría tomado atenta nota de las informaciones que le entregó el embajador Londoño sobre este episodio y se comprometió a realizar también gestiones en esa dirección.
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Castro consideró que había existido en algunos círculos venezolanos ligereza en sus apreciaciones y expresiones hacia Colombia, pero esa situación había que superarla porque el deterioro de las relaciones afectaba a todo el continente. Señaló, incluso, que el mismo proceso de paz podría verse comprometido. Sobre el proceso de paz le confesó que, a su juicio, sólo podría llegarse a una +8,)L"#% 6$6368#.#-% 36)48,#/% /)% )/0),#'#4% "4#/% !*4.6!6*4)/% .65),)48)/% #% 3"9% $#,L*% plazo en el ámbito nacional. El narcotráfico y el paramilitarismo eran elementos que previamente tendrían que ser superados para alcanzar la paz, así como la creciente polarización del país, que se había expresado fielmente con el asesinato hace algunos años de 1.500 líderes de la Unión Patriótica. Igualmente criticó la tendencia de la guerrilla a aumentar sus efectivos y el consiguiente incremento del secuestro, que estaba llevando a un círculo vicioso difícil de romper. Le indicó que sabía perfectamente que ni siquiera la decisión de Manuel Marulanda de llegar a la paz era suficiente, ya que tenía que comprometerse a todo su Estado mayor, lo que él por ahora consideraba imposible. De acuerdo con su visión, no es que hubiera divisiones en las FARC, sino que la convicción generalizada de la necesidad de la paz a corto plazo entre todos sus jefes aún no existía. Así mismo, el comandante Castro, elogió reiteradamente la acción personal del presidente Pastrana dentro del proceso, pero advirtió que había muchos elementos que lo complicaban. Incluso señaló que podrían derivarse inconvenientes de la acción masiva y poco clara de los países que estaban incorporados al proceso. Hizo un largo comentario sobre el caso del ELN. De esta conversación con Castro, al embajador Londoño le quedó la impresión de que por el momento Chávez no pensaba extraditar a Ballestas 2lo que se había 315
convertido en uno de los factores de mayor perturbación entre ambos países2, pero creía que podría buscarse una fórmula para salir del problema. Era evidente que el caso Ballestas había colocado a Chávez en una situación complicada y, por ello consideraba, que una de sus posibles salidas era acudir al presidente colombiano. El comandante Castro le habría reiterado su preocupación y la disposición de Chávez en un mejoramiento sustancial de las relaciones. Por tal razón, el embajador colombiano le solicitó al presidente Pastrana que se comunicara con Castro para decirle sencillamente que +&#'(#%%,)!6'6.*%)$%3)4/#W)-?%/64%3#9*,)/%!*4/6.),#!6*4)/% sobre el asunto. Ese mismo día, jueves 15 de marzo, en las horas de la mañana, yo debía viajar a Lima para atender una reunión andina de ministros de Relaciones Exteriores, convocada por el presidente del Consejo de Ministros y canciller del Perú, Javier Pérez de Cuéllar, que buscaba restablecer canales comunicación más fluidos entre los países andinos, y que no contó, desafortunadamente, con la participación del canciller de Venezuela, Luis Alfonso Dávila. Antes de abordar el avión, conversé con el presidente para analizar la información recibida y me indicó que nuestra responsabilidad era mejorar las relaciones con el vecino país. Por lo tanto, se pondría en contacto con su homólogo venezolano, para reiterarle la invitación que había quedado en el aire luego de la reunión propiciada por el presidente Fox. Consideraba necesario superar las susceptibilidades y las situaciones difíciles mediante una reunión, ya fuera en Colombia o Venezuela, con una agenda abierta y sin temas previos. De inmediato, el presidente Pastrana se comunicó con el presidente Chávez, pero éste no se encontraba en ese momento en su oficina.
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En las horas de la tarde, el mandatario venezolano le devolvió la llamada al presidente Pastrana, quien de manera sutil le hizo saber el mensaje que había recibido, y le reiteró a Chávez la invitación hecha en una comunicación anterior para reunirse donde él quisiera. Le recordó la enorme responsabilidad que ambos tenían con sus naciones, no sólo en el ámbito político sino también en el económico, en el comercial, en el frente de las inversiones y en el campo de la lucha contra enemigos comunes, para avanzar en una reunión que en ese momento podía calificarse como histórica. El presidente Chávez le contestó de una manera muy cordial que le parecía una excelente iniciativa, que iba a revisar su agenda y se pondrían de acuerdo para celebrar ese encuentro, dentro de las características señaladas por el presidente Pastrana. Entre tanto, la reunión que yo estaba atendiendo en Lima, para hacer honor a los buenos oficios del ministro Pérez de Cuéllar, no había logrado los propósitos establecidos. El canciller Luis Alfonso Dávila, quien había reemplazado unas pocas semanas atrás a José Vicente Rangel, ahora al frente de la cartera de Defensa, no asistió a la reunión, como tampoco lo hizo ningún alto funcionario del Gobierno venezolano. En su ausencia, la delegación venezolana fue presidida por su embajador en el Perú. En esta reunión yo fui muy crítico de lo que estaba ocurriendo en la región andina en relación con Colombia y, en particular, fui bastante duro con la posición de Venezuela.! !
En algún momento de esta reunión, la Embajada de Colombia en Lima me brindó una información de prensa que daba cuenta de las maniobras militares 2Operación Maremoto I2 que el Gobierno de Venezuela había anunciado para el día sábado 17
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de marzo en Castilletes,132 con la participación del presidente de la República, del ministro Rangel, el inspector general de la FAN, los comandantes de las cuatro fuerzas y otros ministros del tren Ejecutivo.133 Esta noticia era para nosotros muy delicada, ya que las maniobras militares en ese lugar no deberían realizarse sin conocimiento y coordinaciones previas entre los dos gobiernos. Era evidente que se trataba de un acto, por lo menos, inamistoso que coincidía con la llegada de José Vicente Rangel al Ministerio de Defensa. Me comuniqué de inmediato con el presidente Pastrana y coordinamos prevenir a las autoridades colombianas, con el fin de que no se fuera a producir un incidente que después tuviéramos que lamentar. Acordamos también informarle al Gobierno de los Estados Unidos y al secretario general de la OEA, el ex presidente César Gaviria, con el fin de alertarlos sobre las consecuencias de un eventual incidente en aquella zona. Estas previsiones las tomamos conscientes de que, a pesar de los acercamientos provocados por Fidel Castro y de las conversaciones de los últimos días entre los dos mandatarios, las relaciones entre Colombia y Venezuela habían llegado probablemente a su peor momento.!! !
Esa noche desde la Embajada de Colombia tuve que hacer numerosas coordinaciones en compañía de la viceministra de Relaciones Exteriores, Clemencia Forero Ucrós, con el ministro de Defensa colombiano, Luis Fernando Ramírez, para evitar que se fuera a producir algún incidente durante las maniobras. Éstas se desarrollaron finalmente sin que se presentara ningún problema.
132
Castilletes se considera como uno de los puntos más sensibles de la frontera colombo-venezolana por estar frente a las aguas del golfo, cuya delimitación está pendiente. 133 Ver El Mundo, Caracas, martes 13 de marzo de 2001.
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El mismo sábado 17 de marzo, después de las maniobras mencionadas,134 el presidente Chávez se comunicó con el presidente Pastrana y le dijo que estaba encantado de aceptar su invitación, pero que deseaba invitarlo a Venezuela. Ambos mandatarios estuvieron de acuerdo con la celebración de una reunión en Ciudad Guayana, los días 23 y 24 de marzo 2casi de manera inmediata2, antes de la reunión del Grupo de los Tres, para tratar de normalizar la relación bilateral con anticipación a ese crucial encuentro. Pero las condiciones propicias para reiniciar el diálogo bilateral, en los términos acordados por los presidentes, aún deberían superar la tormenta política generada en nuestro país por las maniobras militares realizadas ese mismo día en Castilletes. Estas maniobras fueron juzgadas por algunos medios de prensa nacionales como un acto hostil y de alto riego para las relaciones bilaterales, por tratarse de una zona geográfica particularmente sensible en la delimitación de áreas marinas y submarinas. En consecuencia, debí salir al paso de estos comentarios en un tono conciliador, con el fin de evitar a toda costa una mayor perturbación de las relaciones que en la tarde del 17 habían producido un importante giro con el acuerdo .)%$*/%.*/%3#4.#8#,6*/%0#,#%,)"46,/)%+)4%3#4L#/%.)%!#36/#-: Ésta era una oportunidad que brindaba un espacio significativo en las relaciones con Venezuela en un momento especialmente complejo, en el que se necesitaba con urgencia fomentar medidas de confianza y seguridad para el beneficio de los dos Estados y de la relación bilateral. Para ello, se hacía indispensable que el Gobierno de Venezuela tomara conciencia de la inminente necesidad de retomar y hacer efectivos los canales regulares y los medios apropiados que ambos países habían 134
Esta operación contó con la participación de 3.000 soldados venezolanos, acompañados de varias docenas de buques, aviones de combate y helicópteros, que realizaron una operación combinada de fuerzas, con fuego real.
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venido estructurando para dar solución a aquellos asuntos que generan algún tipo de discrepancia. Dentro de estos parámetros, en un documento interno de trabajo preparatorio de la reunión, nos propusimos el logro de los siguientes objetivos, con el fin de sacar el máximo provecho de este encuentro que, por su carácter informal, dejaba un mayor espacio a la sinceridad y a la franqueza: 1. Construir una relación transparente en materia de paz, que debía comenzar con la coordinación y las consultas con el Gobierno colombiano de todas las gestiones que las autoridades venezolanas adelantaran en territorio colombiano. 2. Disuadir a Venezuela de la continuación de una escalada de incidentes, cada vez más delicados. 3. Reactivar en forma plena todos los mecanismos bilaterales vigentes. 4. Dejar entrever que Colombia era firme en la defensa de su soberanía y de su interés nacional, y que en caso de que no hubiera voluntad política por parte del Gobierno de Venezuela, podríamos contemplar otros escenarios para el manejo de la relación bilateral. 5. Crear
canales
de
interlocución
institucional
a
todos
los
niveles
gubernamentales. 6. Promover medidas de seguridad y confianza. No considerábamos amistoso, ni podíamos aceptar despliegues militares como los del 17 de marzo en Castilletes. 7. Preservar e incrementar el comercio y la inversión, lo mismo que el papel de Colombia y Venezuela en la Comunidad Andina y el Grupo de los Tres.
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8. Hacer de la lucha contra el narcotráfico un propósito común. Para ello era preciso llevar a la práctica los acuerdos y compromisos concertados por los dos países en todos los frentes de la cadena del narcotráfico. Buscábamos, además, una acción coordinada para la sustitución de cultivos ilícitos. 9. Remover la agenda binacional de dificultades; construir una agenda positiva, defender el legado de la integración y fomentar los vínculos que existen entre nuestros pueblos. El encuentro presidencial de Ciudad Guayana realizado, en efecto, durante los días 23 y 24 de marzo de 2001, resultó de vital importancia para la normalización de las relaciones entre los dos países. A nuestra llegada a Ciudad Guayana, el presidente Chávez invitó a toda la delegación colombiana conformada por el presidente Pastrana, el canciller, el embajador Germán Bula y al secretario privado del presidente, Julián Guerrero, a pasear en bote por el hermoso embalse del Gury al caer la tarde. A nuestro regreso, iniciamos una velada de agradable conversación, donde se pudieron tratar todos los asuntos pendientes de una manera mucho más informal y distendida, tal como lo habíamos planeado. Ya entrada la noche, una vez que habíamos cenado y agotado los temas de fondo, los dos presidentes tuvieron una conversación privada en una terraza frente al embalse, en la que quedaron sentadas las bases para superar los roces de los últimos meses. El resto de la noche nos dedicamos con el embajador Bula y con el presidente Pastrana a contarle la historia política reciente de Colombia al presidente Chávez, la misma que a todos nosotros, que somos de la misma generación, nos había tocado vivir. Se trató, sin duda, de un ejercicio muy ilustrativo para el presidente Chávez. Y hasta hubo tiempo para un concurso de chistes del lado 321
colombiano y del lado venezolano, en el que sobresalió Adán Chávez, hermano del presidente venezolano, quien nos sorprendió a todos por su conversación amena y su jovialidad. Hacia la una de la mañana el presidente Chávez llamó por teléfono a José Vicente Rangel y le dijo en tono jocoso frente a nosotros: 2Otra vez tú, \*/1%N6!)48)r%j="^$)/%/*4%$#/%.)!$#,#!6*4)/%7")%8H%&#/%&)!&*%/*',)% Colombia? De nuevo me estás metiendo en problemas. A esa hora José Vicente estaba dormido y, tal vez por ello, sin entender muy claramente la broma del presidente Chávez, pasó a la ofensiva: 2No sé a qué te refieres. Yo no he dicho nada. Pero no te preocupes, tú dales duro, defiéndete, tú 8)%/#')/%.)5)4.),?%.#$)/%.",*r En ese momento, el presidente Chávez no resistió más, soltó una sonora carcajada y me pasó a mí el teléfono. José Vicente se dio cuenta de que le estábamos tomando del pelo y no tuvo más remedio que celebrar conmigo el apunte del mandatario venezolano. Al día siguiente, salimos muy temprano a conocer el Salto del Ángel, desde donde nos dirigimos a Canaima, un lugar verdaderamente prodigioso, no sólo por su riqueza hídrica y ecológica, sino además por su belleza natural. En ese lugar paradisíaco, en un almuerzo ofrecido por el presidente Chávez, con presencia de los dos cancilleres terminamos de concretar todos los acuerdos que habían señalado los primeros mandatarios e hicimos la síntesis de los temas tratados la noche anterior para el fortalecimiento de la relación bilateral. 322
Los presidentes Chávez y Pastrana coincidieron en que era necesario superar la +.60$*3#!6#% .)$% 36!,G5*4*-% 9% )/863"$#,% #!868".)/% .)% !*456#4F#% 9% /)L",6.#.% 3"8"#% para beneficio de los dos Estados y de la relación bilateral. Y para ello era indispensable, como se lo hicimos notar al Gobierno venezolano, que se tomara conciencia de hacer efectivos los canales regulares y los medios apropiados que ambos países habían convenido en el pasado para dar solución a aquellos asuntos que generan algún tipo de discrepancia. Con el fin de hacer visible una nueva fase de entendimiento y cooperación en las relaciones, ambos Gobiernos se comprometieron a trabajar de manera coordinada alrededor de tres ejes fundamentales de la agenda común: ! Diálogo político al más alto nivel gubernamental, con privilegio de los canales diplomáticos, parar poner fin a la escalada de incidentes y, en todo caso, adoptar estrategias ágiles de comunicación cuando se presentaran nuevas situaciones de tensión, para encontrar soluciones conjuntas y evitar agravamientos. ! Venezuela reconoció que la situación óptima para llevar un trabajo bilateral productivo y eficaz en materia del proceso de paz en Colombia, debía ser el contacto directo y la estrecha coordinación del Gobierno de ese país con nuestro Gobierno, en caso de algún pronunciamiento en torno al proceso de negociación del conflicto y de cualquier gestión con los grupos alzados en armas.
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! Una actitud proactiva de ambos países para gestionar aproximaciones en el tratamiento de los asuntos pendientes de la agenda única, a través de la reconfiguración de los mecanismos bilaterales que seguían prácticamente congelados a pesar de los compromisos adquiridos en Santa Marta, en mayo de 2000. Con el fin de fortalecer este ambiente propicio de las relaciones colombo 2 venezolanas, los presidentes acordaron una nueva reunión el siguiente 4 de mayo de 2001, en la ciudad de Bogotá, donde ratificaron en una declaración conjunta sus compromisos con los asuntos estratégicos de la agenda única binacional. En este encuentro cordial, precedido además por un importante foro empresarial, se abordaron los temas que se habían aplazado de manera reiterada desde el primer encuentro presidencial. Los acuerdos y compromisos ratificados fueron los siguientes: 1. El presidente Hugo Chávez ratificó su firme apoyo a los esfuerzos que realizaba el presidente Pastrana por encontrar una salida negociada al conflicto colombiano y al proceso de paz adelantado como política de Estado.
2. El presidente Chávez reiteró su apoyo solidario a la estrategia colombiana de desarrollo social y fortalecimiento institucional 2contemplados en el Plan Colombia2, como fórmula integral que ofrece nuevas oportunidades al pueblo colombiano para alcanzar la convivencia pacífica.
3. Los presidentes reiteraron los compromisos de Santa Marta y los entendimientos de Ciudad Guayana que propendían por la profundización de la relación bilateral con la efectiva reactivación de la Comisión Presidencial Negociadora, la Comisión Presidencial de Integración y Asuntos Fronterizos, la Comisión Binacional Fronteriza y
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el Comité de Asuntos Puntuales en materia de Comercio. Igualmente, decidieron dar un mayor dinamismo a todos los demás mecanismos bilaterales vigentes.
4. Confirmaron su voluntad de continuar acciones coordinadas e integrales en el orden bilateral y multilateral, para combatir el problema mundial de la droga y ratificaron la vigencia del principio de corresponsabilidad.
5. Se comprometieron a impulsar la renovación, ampliación y extensión a Venezuela de la Ley de Preferencia Comerciales Andinas (ATPA), que concede el Gobierno de Estados Unidos en virtud del principio de responsabilidad compartida en la lucha contra las drogas.
6. Manifestaron su firme intención de profundizar el proceso de integración andina y a impulsar una agenda prioritaria en temas como el arancel externo común, la política agrícola común, la política exterior común, el desarrollo fronterizo y la agenda social, así como el perfeccionamiento de la Unión Aduanera y la conformación del mercado común previsto para el 2005.
De esta manera se restablecían, esta vez con una voluntad más firme en el discurso y en los hechos, los canales de comunicación y diálogo entre los dos países, después de dos años de continuas situaciones de tensión e incertidumbre. Y una muestra de ello fueron los comentarios ponderados del alto Gobierno venezolano, durante los meses siguientes en relación con el proceso de paz en nuestro país,135 así como los 135
Este cambio en el tono de las posiciones del alto Gobierno venezolano fue el resultado de permanentes contactos bilaterales a lo largo del año 2001 que contaron, al menos, con siete encuentros entre los presidentes Chávez y Pastrana. Además de los encuentros presidenciales de Ciudad Guayana los días 23 y 24 de marzo y de Bogotá, el día 4 de mayo, deben destacarse: la reunión de Caracas el 7 de abril, en el marco del relanzamiento del G-3; la cumbre de países beneficiarios del ATPA y Venezuela en Cartagena, el 18 de abril; la reunión de Québec en el marco de la Cumbre de las Américas, el 20 de abril, en la que el presidente Chávez hizo unas declaraciones muy constructivas alrededor del Plan Colombia; reunión en el marco de la Cumbre Iberoamericana en Lima, los días 21 y 22 de noviembre; y el 15 de agosto nuevamente en Cartagena con motivo de la invitación que le formulara la ANDI al presidente Chávez a su asamblea anual.
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avances logrados por las diferentes comisiones binacionales durante los años 2001 y 2002.136
Prudencia en medio de la complejidad Debo reconocer que durante los cuatro años que ejercí como interlocutor de cuatro cancilleres del hermano país,137 se presentaron
momentos delicados que me
correspondió manejar con firmeza, pero también con prudencia y responsabilidad. Con los cancilleres de Venezuela siempre hablé con franqueza sobre la obligación que teníamos de preservar el entendimiento y avanzar en los temas comunes por encima de las divergencias coyunturales. Se equivocan quienes creen que se pueden resolver todos los problemas de dos naciones con tan extenso lindero común y una nutrida agenda binacional. Las .656!"$8#.)/% +/)% #.3646/8,#4-?% #% )$$#/% /)% $)/% .#% "4% 8,#8#36)48*% 9% /)% $)/% '"/!#% desenlaces favorables. Pero es ingenuo pensar en una solución permanente porque la 136
Entre los mecanismos bilaterales existentes, la Comisión Presidencial de Integración y de Asuntos Fronterizos (Copiaf) es la que más avances ha registrado durante los últimos dos años de nuestro período de Gobierno. Los trabajos se encaminaron, especialmente desde la XXXI reunión celebrada los días 9, 10 y 11 de septiembre de 2001 en Puerto Ayacucho 2 Venezuela, con la definición de una agenda con énfasis en lo regional y, por lo tanto, una mayor interacción entre la Comisión y las regiones de fronteras. Después de tres años de parálisis, luego del encuentro presidencial en Ciudad Guayana se logró iniciar un proceso de reestructuración de la Comisión en Venezuela y finalmente el mecanismo volvió a reunirse periódicamente a partir de octubre de 2001. No obstante, los acontecimientos del primer semestre de 2002 provocaron una nueva parálisis en esta Comisión. La Comisión Binacional Fronteriza (Combifron) se encontraba completamente paralizada a finales del Gobierno del presidente Pastrana mientras que el Comité de Asuntos Puntuales en materia Comercial, ha tenido incluso mayores dificultades para su regularización, debido a las continuas restricciones impuestas por Venezuela, de manera unilateral, al proceso de integración comercial. La Combifron celebró su última reunión en Caracas en mayo de 2001, en medio del impulso recibido por el encuentro presidencial en Bogotá. El Comité de Asuntos Puntuales en materia Comercial celebró su última reunión en julio de 2000 y, desde entonces, no se ha vuelto a reunir. La Comisión Mixta en materia de Drogas se reactivó en octubre de 2001 con una reunión en la que se acordaron compromisos relativos al control de lavado de activos, interdicción, desarrollo alternativo y cooperación judicial, entre otros. La Comisión Mixta de Educación, Ciencia y Cultura se volvió a reunir en julio de 2001, mientras que la Comisión Mixta de Cooperación Técnica y Científica se volvió a reunir en febrero de 2002 después de tres años de parálisis. 137
Miguel Angel Burelli, José Vicente Rangel, Luis Alfonso Dávila y Roy Chaderton.
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!*4.6!6G4%.)%"4#%+5,*48),#%M6M#-%9%.)%"4#%,)$#!ión plural así lo imponen. Eso fue lo que hicimos mediante la preservación de los canales diplomáticos, que siempre manejamos con altura y dignidad. Se equivocan también quienes consideran, especialmente en algunos sectores de Venezuela, que la solución a su crisis política debería pasar por un endurecimiento de la posición del Gobierno de Colombia. Siempre he creído que corresponde exclusivamente a los venezolanos crear los espacios de interlocución para resolver de manera autónoma el destino que quieran para su nación. La diplomacia colombiana no podría sino de manera irresponsable incurrir en el grave error histórico de pretender entrometerse en los asuntos internos del hermano país. En efecto, con motivo de la crisis política interna venezolana, Colombia tuvo oportunidad de confirmar, una vez más, su total apego a la defensa de las salidas institucionales en nuestra región y, en particular, en Venezuela, país con el que compartimos una larga tradición de defensa de los principios democráticos. En torno a los sucesos ocurridos los días 10 y 11 de abril de 2002, el presidente Andrés Pastrana hizo la siguiente declaración el día 12 de abril, desde Costa Rica, donde se encontraba atendiendo la Cumbre del Grupo de Río, aún en medio de la confusión de los hechos que llevaron en forma transitoria a un Gobierno de facto del empresario Pedro Carmona: +=*4% L,#4% 0,)*!"0#!6G4% &)% /)L"6.*% $*/% /"!)/*/% .)% $*/% .(#/% ,)!6)48)/% )4% Venezuela y especialmente los de las últimas horas. Como presidente de Colombia, confío en que cualquier solución a la grave crisis que vive el hermano país, se dé en un marco de pleno respeto a los
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principios democráticos y a las libertades públicas que garanticen la expresión libre de los venezolanos. En estos momentos difíciles le envío al pueblo venezolano la voz de /*$6.#,6.#.%.)%=*$*3'6#-.
Ese mismo día, todos los presidentes de los países miembros del Grupo de Río se expresaron en forma similar, en la reunión sostenida en San José de Costa Rica, en el marco de un renovado impulso a la Carta Democrática Interamericana, condenando la interrupción del orden constitucional en Venezuela y solicitando al secretario general de la OEA la convocatoria de una sesión extraordinaria del =*4/)W*% A),3#4)48)?% 0#,#% +,)#$6F#,% "4#% #0,)!6#!6G4% !*$)!86M#% .)% $a situación y #.*08#,%$#/%.)!6/6*4)/%7")%)/863)%!*4M)46)48)-: 138 El 11 de abril, día de la ruptura del orden constitucional en Venezuela, yo me encontraba en mi casa convaleciente de la operación quirúrgica a la que había sido sometido el mes de marzo, cuando empezaron a producirse los sucesos que condujeron al alejamiento temporal del poder del presidente Chávez. El presidente Pastrana enfrentaba ese mismo día una difícil situación de orden público en Colombia, como consecuencia del secuestro de doce diputados de la asamblea del Valle del Cauca, en la ciudad de Cali y, por lo tanto, tenía serias dudas sobre su asistencia a la Cumbre del Grupo de Río, en San José de Costa Rica. En las horas de la tarde me llamó para consultarme sobre la conveniencia de ausentarse del país en ese momento y le insistí que su presencia era fundamental en esa reunión, mucho más con los sucesos que estaban ocurriendo en Venezuela. Le recordé, además, que
138
N),%+B)!$#,#!6G4%.)$%Z,"0*%.)%b(*%/*',)%$#%/68"#!6G4%)4%N)4)F")$#-?%S#4%\*/1%2 Costa Rica, abril 11 de 2002.
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se trataba de la última Cumbre de Río a la que él asistiría como presidente de los colombianos. Me pidió entonces que preparara un documento para una intervención suya en la que solicitaría el apoyo a la ruptura de las negociaciones con la guerrilla, ya que ésta era la primera vez que se reunía el Grupo de Río después del rompimiento del proceso de paz en nuestro país. En esta conversación pude notar la profunda preocupación que embargaba al presidente Pastrana por los sucesos que estaban ocurriendo en Venezuela y, al mismo tiempo, por la suerte que pudieran correr los diputados del Valle. Hacia las siete de la noche me llamó y me dijo que quería visitarme para que evaluáramos los acontecimientos de aquel día. Era una nueva visita de aquellas que con frecuencia me hizo a lo largo de mi convalecencia. Cuando el presidente Pastrana llegó a mi casa estuvimos siguiendo los sucesos en la televisión, redactamos las declaraciones que él llevaría a Costa Rica, preparamos los puntos de conversación que se querían presentar en la reunión privada de presidentes y desde allí dio nuevas instrucciones al mando militar para afrontar la crisis del secuestro de los diputados. En la interpretación que me hizo sobre los hechos del vecino país, sostuvo que cualquier salida en Venezuela tendría que ser por la vía democrática y constitucional y así quedó expresado tanto en sus declaraciones posteriores, como en la declaración de los presidentes del Grupo de Río. El presidente Pastrana se retiró de mi casa hacia las 10:30 de la noche y yo seguí al frente del televisor, pendiente de la evolución de los acontecimientos en Caracas. A eso de las tres de la mañana me llamó nuestro encargado de Negocios en Venezuela, para decirme que acababa de recibir una llamada del embajador de Cuba en ese país, que le pedía que la Embajada de Colombia en Caracas formara parte de una 329
comisión, en la cual también participaría España, que acompañaría y serviría de garante para la salida de Chávez al exterior, con destino hacia La Habana. De inmediato le di instrucciones para que se comunicara con el embajador Bula, quien se encontraba en San José de Costa Rica; y le señalé, además, que si los otros países estaban de acuerdo y ése era el deseo del gobierno de Chávez, nosotros participaríamos, pero que se requería tener una mayor información al respecto, toda vez que era un momento de gran confusión. No volví a recibir información al respecto. Tiempo después, Fidel Castro confirmó públicamente que la Cancillería de su país se había comunicado con embajadores de 21 países en La Habana, entre ellos España, "para evitar que el presidente Hugo Chávez se inmolase en el Palacio de Miraflores". Y por su parte, el presidente Aznar ratificó haber recibido dos peticiones de ayuda del Gobierno de Cuba: una, para contribuir a la salida de Chávez de Venezuela, que según su percepción era +lo que el Gobierno de Cuba creía que Chávez pretendía-%en ese momento, y otra para impedir la violencia contra la Embajada de Cuba en Caracas.139 En la reunión de jefes de Estado del Grupo de Río, en San José de Costa Rica, así como en la sesión previa de conversaciones entre cancilleres de la región sobre la situación de Venezuela, celebrada el día 12 de abril y convocada a última hora ante los lamentables hechos ocurridos, no logramos contar con la participación del canciller de Venezuela, Luis Alfonso Dávila, quien abandonó intempestivamente el hotel y la reunión, con destino a Caracas, en un avión comercial, dejando un vacío muy significativo, a nivel político y diplomático, en esos momentos de crisis.
139
Agencia AFP. +="'#c%oI%0#(/)/%#M6/ados para evitar que =&^M)F%/)%643*$#,#-, La Habana, 19 de abril de 2002.
330
Una vez en Caracas, el canciller Dávila declaró a Televen, el día 13 de abril: +Hemos llegado a Venezuela, después de cumplir unas funciones que nos habían sido encomendadas en Costa Rica y en este momento voy a la Cancillería a objeto de entregar la administración de la Cancillería, como corresponde, co3*%.)')%/),-. Días más tarde, y en el marco del Consejo Permanente de la OEA, el canciller Dávila tuvo la oportunidad de explicarle a la viceministra Clemencia Forero Ucrós, durante un vuelo a Washington D. C., la crisis política venezolana, a través de un diagrama sobre el contexto en el cual él se había retirado intempestivamente de la XVI Cumbre del Grupo de Río.
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Jueves 11 abril
Periodo de gracia
Viernes 12 abril
Sábado 13 abril
Retorno del orden constitucional
Gráfico dibujado por el Canciller Luis Alfonso Dávila a la Viceministra de Relaciones Exteriores de Colombia, Clemencia Forero Ucrós, para explicarle las diferentes fases de la crisis institucional de Venezuela y justificar el momento de su renuncia.
El canciller Dávila justificó su actuación al indicar que la crisis política de Venezuela, del 11 de abril, se dividió en dos fases: (i) Periodo de gracia: abarcaba el tiempo comprendido entre el miércoles 10 de abril, en horas de la noche, hasta el viernes 12 de abril, a las 10:00 p.m. Se constituyó, según el canciller Dávila, en un periodo de gran incertidumbre, en el que el Gobierno del presidente Chávez no tomaría ninguna represalia en contra de ningún actor, interno y externo, por las declaraciones o acciones que se hubieran podido adelantar durante este lapso. (ii) Retorno del orden constitucional: se constituía )4%"4#%+F*4#%L,6/-?% que se inició el viernes 12 de abril, a las 10:01 p.m., y se prolongaba indefinidamente. A partir de este momento, y de acuerdo con las apreciaciones del canciller venezolano, el Gobierno del presidente Chávez consideraba que podría tomar represalias por los pronunciamientos o las acciones que se hubieran dado en su contra. Es de anotar que el =*4/)W*%A),3#4)48)%.)%$#%Q>;?%/)/6*4G%)4%)/8#%+F*4#%L,6/-:
Era claro, que el canciller Dávila quería justificar el porqué de su renuncia a la cartera de Relaciones Exteriores, en uno de los momentos más difíciles para el presidente Chávez, así como defenderse de las críticas que surgían en su contra. Luego de restablecido el orden constitucional en Venezuela, con el retorno al poder del presidente Chávez el día 14 de abril, el entonces embajador de Venezuela en Colombia Roy Chaderton 2posterior canciller al término de la crisis2 quien siempre se ha caracterizado por su talante conciliador y diplomático, reaccionó en forma airada frente a los medios de comunicación de nuestro país, con el anuncio de una
332
/"0")/8#% +$6/8#% 4)L,#-% .)% !*30#8,6*8#/% .)% 8*.*/% $*/% /)!8*,)/% 7")% &#',(#4% !#(.*% )4% desgracia con el Gobierno del presidente Chávez, por lo que a su juicio fueron declaraciones de apoyo al auto proclamado Gobierno provisional del empresario Pedro Carmona. Como expresión del total apego del Estado colombiano a las salidas institucionales, el presidente Pastrana expidió una declaración el día 15 de abril de 2002 que no dejaba ninguna duda sobre nuestra posición al respecto del difícil momento que debió afrontar la democracia venezolana: +>4%36/%.)!$#,#!6*4)/%646!6#$)/%)4%=*/8#%b6!#%!*4561%)4%7")%!"#$7"6),%/*$"!6Gn que se diera a la crisis que vive el hermano país se diera en un marco de principios democráticos y libertades públicas. Colombia activamente en el Grupo de Río condenó la interrupción del orden constitucional de Venezuela e instó a la normalización de la institucionalidad democrática en ese país. Igualmente en el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos, OEA, condenamos la alteración del orden constitucional en Venezuela. Al haber retornado el orden político constitucional a Venezuela hago votos por la estabilidad de Venezuela y confío en que el Gobierno del presidente Chávez y el que yo presido podamos profundizar y ampliar nuestra cooperación en materias tan fundamentales como la lucha contra el terrorismo y contra las drogas ilíci8#/-:
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Durante el primer semestre de 2002, las relaciones entre ambos países volvieron a su ya natural complejidad como consecuencia de tres hechos adicionales que afectaron el ritmo de normalización de las aproximaciones bilaterales: la aparición de un video, en el que se hacían evidentes los contactos de agentes del Gobierno venezolano con las FARC; la ocurrencia de un nuevo incidente fronterizo en el que se reportó un ataque de guerrilleros desde territorio venezolano a las fuerzas militares colombianas; y, finalmente, la solicitud de asilo del señor Pedro Carmona, líder de la oposición venezolana, después de su ingreso a la embajada de Colombia en Caracas. A finales del mes de enero de 2002, aparecieron nuevas evidencias sobre contactos entre oficiales de las Fuerzas Armadas de Venezuela con grupos guerrilleros colombianos. En un video, ampliamente difundido en los medios de comunicación de ambos países, se pudo confirmar la visita de militares venezolanos de alto rango a un campamento guerrillero en el oriente del país, en que fueron recibidos con especiales muestras de ,)!*4*!636)48*% 9% +!#3#,#.),(#-% 0*,% /"% #0*9*% #% $#% +!#"/#% ,)M*$"!6*4#,6#-:%]%#/(%$*%,)L6/8,G%"4%630*,8#48)%3).6*%0),6*.(/86!*%!*$*3'6#4*c
+>$%&)!&*%*!",,6G%)$%361,!*$)/%0#/#.*%eJK%.)%)nero) con la presentación de un video por parte de cuatro periodistas venezolanas que muestra un encuentro de militares de su país con miembros de las FARC. La cita, realizada en junio de 2000, fue coordinada por el general venezolano Rafael Román Betancur, quien desde una sede del Teatro de Operaciones Número 2, al otro lado de la frontera, da las instrucciones para que un grupo de hombres de inteligencia militar atraviese el río en un helicóptero de la Guardia @#!6*4#$:%]#%)4%=*$*3'6#%$*/%kM6/68#48)/l%/*4%#!*L6.*/%0*,%kb"'14%[#3*,#l?% comandante del frente 33 de las FARC, quien los recibe con los brazos
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abiertos. Las imágenes indican que el viaje se hace para que las FARC les entreguen a "4%&*3',)%)4%$*% 7")%=&^M)F%0*/8),6*,3)48)%)E0$6!G%+0*.,(#%8,#8#,/)%de una L)/86G4% &"3#468#,6#-:% D*% L,#M)% )/% 7")% )$% &*3',)% )/% M)4.#.*% 0*,% $*/% miembros del Ejército venezolano, hecho inusual con, por ejemplo, un secuestrado. Los oficiales venezolanos entraron a territorio colombiano con armas y naves y, por si fuera poco, luego hay abrazos entre las partes y dejan !*4/8#4!6#% .)% +$#/% '")4#/% ,)$#!6*4)/-% )48,)% #3'*/:% @#8",#$3)48)?% )$% &)!&*% provocó una reacción masiva de mucha gente en Venezuela, que no quiere ni 63#L64#,/)% $#/% !*4/)!")4!6#/% .)% "4#% k,)$#!6G4l% .)$% Z*'6),4*% '*$6M#riano de Chávez y las FARC?% 7")% 8#3'614% ,)6M64.6!#4% )$% k0)4/#36)48*% '*$6M#,6#4*l:% La inquietud también se sintió en Colombia. El ministro de Relaciones >E8),6*,)/?% Z"6$$),3*% C),4^4.)F% .)% S*8*?% .6W*c% +@*% ,)/"$8#% 0$#"/6'$)% $#% hipótesis que nadie sensato establezca relaciones con grupos al margen de la $)9?%,)/0)!8*%.)%$*/%!"#$)/%$#%!*3"46.#.%648),4#!6*4#$%L"#,.#%.6/8#4!6#-:% ! El video fue entregado por miembros del Ejército venezolano a cuatro periodistas, quienes lo hicieron público advirtiendo que las fuentes querían no sólo hacer la denuncia sino dejar constancia de su descontento con el núcleo que sigue a Chávez, lo que significa una clara división en el estamento 36$68#,-:140
Unas semanas más tarde, el 20 de marzo de 2002, se presentó un incidente fronterizo por el ataque que desde territorio venezolano recibió el Ejército colombiano de parte de un grupo de las FARC en el área de Tibú. Ante la gravedad de este hecho, y luego de una cuidadosa y ponderada evaluación del mismo y, teniendo en cuenta los elementos de juicio y serios indicios de que disponía el Gobierno de Colombia, 140
Revista Semana , enero 31 de 2002.
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solicitamos de manera formal al Gobierno de Venezuela la convocatoria de la
Comisión Ad Hoc contemplada en el memorándum de entendimiento para la Verificación de Incidentes Fronterizos, suscrito por los dos Gobiernos en 1997, por considerarlo el mejor instrumento de cooperación bilateral para atender este tipo de situaciones, dentro de la mayor transparencia y espíritu de confianza. Al término de nuestras gestiones al frente de la Cancillería de San Carlos, esta propuesta no había sido respondida. El asilo del empresario Pedro Carmona, se convirtió en el último de los grandes retos en las relaciones colombo 2 venezolanas, que me correspondió manejar, apenas unas semanas antes de culminar mis labores al frente de la Cancillería. En un principio, se llegó a valorar este hecho como una dificultad que pondría en una /68"#!6G4% .)% +4*% ,)8*,4*-% $#/% ,)$#!6*4)/% )48,)% =*$*3'6#% 9% N)4)F")$#?% )4% 3).6*% .)% una coyuntura política bastante delicada en el vecino país, como consecuencia de la ruptura temporal del orden constitucional. Pero lo cierto es que se trató de un caso que los dos países manejaron con gran transparencia y de la forma más amistosa, a la luz de los principios y las normas internacionales pertinentes. La decisión adoptada por Colombia al otorgar el asilo, se tomó teniendo en cuenta, entre otros factores, que el Gobierno de Venezuela precalificó jurídicamente los hechos de los que se le acusó al ciudadano Pedro Carmona, previstos en el Código Penal de ese 0#(/?% !*3*% +.)$68*/% .)% ,)')$6G4?% "/",0#!6G4% .)% 5"4!6*4)/% 9% )$% !*4!",/*% 6.)#$% .)% delitos-.141 Debo resaltar que el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela ha !#,#!8),6F#.*%)$%.)$68*%.)%,)')$6G4%!*3*%+0*$(86!*%0*,%#48*4*3#/6#-?%)4%/"%sentencia dictada el 19 de diciembre de 2001, en referencia al caso de José María Ballestas Tirado.
141
Nota Verbal del Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela No.422 del 24 de mayo de 2002.
336
Era claro para el Gobierno, que en medio de la confusión política que aún se vivía después de los hechos del 11 de abril, se pudieran presentar situaciones de hecho que llevaran a solicitar la protección diplomática en la Embajada de Colombia. Sobre este asunto habíamos conversado con el embajador de Colombia, Germán Bula, en repetidas oportunidades, con instrucciones muy precisas de lo que había que hacer, en caso de que estos hechos se produjeran. Así mismo, fuimos claros en señalar que, salvo circunstancias muy especiales, Colombia tendría que hacer honor a lo que ha sido su tradición en materia de asilo. Por lo tanto, cuando se produjo el ingreso de Pedro Carmona a nuestra Embajada en Caracas, el 23 de mayo, el Gobierno empezó a estudiar el caso, con total apego a su tradición jurídica. Inmediatamente conocí del hecho, llamé al canciller Dávila y le informé de lo ocurrido. Igual procedimiento seguí con el embajador de Venezuela en Bogotá, Roy Chaderton, de quien en ese momento ya se rumoraba que sería el próximo canciller venezolano. Luego del incidente con el e3'#W#.*,% =&#.),8*4% #$,).).*,% .)% $#% 5#3*/#% +$6/8#% 4)L,#- que incluía a aquellas personas q")% /"0")/8#3)48)% &#'(#4% +#0*9#.*% )$% L*$0)-%)4%N)4)F")$#, con el presidente Pastrana tomamos la decisión de marcar una diferencia frente a la actitud de Venezuela. En primer lugar, decidimos que el presidente Pastrana recibiría al embajador Chaderton para ofrecerle un saludo de despedida y, en segundo lugar, yo haría lo propio para condecorarlo. Este comportamiento diplomático enviaba un claro mensaje al Gobierno del presidente Chávez en el sentido de que a pesar de las diferencias, era necesario preservar en todo momento un espíritu dispuesto a la superación de las dificultades. Unos días después, el diario El Tiempo publicó una versión en la cual señalaba que no sólo no habíamos condecorado al embajador venezolano, sino que además ni siquiera lo
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habíamos despedido en el aeropuerto, versión que el mismo embajador Chaderton desmintió días después en una declaración pública. El 24 de mayo, día que el embajador Chaderton llegó a mi despacho para recibir el saludo de despedida y la condecoración respectiva, ya estábamos en plenas conversaciones con el Gobierno de Venezuela buscando una salida al caso del señor Carmona. En mi oficina, durante una conversación telefónica en la que estuvo presente el embajador Chaderton, le propuse al canciller Dávila algunas fórmulas, con el fin de que se pudiera conceder el asilo y otorgar el salvoconducto por parte del Gobierno venezolano. Para mí fue evidente que había una relación un tanto tensa entre Dávila y Chaderton, y que este último no quería empezar su Cancillería con /)3)W#48)%+0#0#%!#$6)48)-:% En consecuencia, hacía notar su inclinación para que este asunto se pudiera solucionar de manera favorable a Carmona lo más rápido posible, mientras que Dávila se mostraba bastante más duro y cerrado a solucionar el caso. Con esas fórmulas Chaderton conversó con el presidente Chávez y durante esa tarde se produjeron varias conversaciones mías con Dávila, y del presidente Chávez con el presidente Pastrana para tratar de llegar a un acuerdo que para nosotros era a todas luces claro. En una de las varias conversaciones entre los dos mandatarios, el presidente Pastrana le recordó a Chávez que a Pedro Carmona se le acusaba por +,)')$6G4-%9%7")%.)%#!"),.*%!*4%)$%X,6'"4#$%S"0,)3*%.)%\"/86!6#%.)%N)4)F")$#%este delito se caracterizaba c*3*%+0*$(86!*%0*,%#48*4*3#/6#-:%>$%presidente Chávez en un acto de irreverencia le respondió: +¿Y tú también le crees al Poder Judicial?-: El Gobierno del presidente Pastrana no tenía un camino diferente que otorgar el asilo, pero el tema era en qué momento. Había que recordar que en Colombia 338
estábamos en plena campaña electoral y por lo tanto, definir el momento oportuno era también complejo para nosotros. Yo me encontraba el sábado 25 de mayo, día anterior a la primera vuelta electoral en mi país, en una reunión que el presidente Pastrana sostenía con importantes dirigentes gremiales en casa de Luis Carlos Sarmiento, contándoles las preocupaciones que teníamos en materia de orden público y seguridad. En un momento de la reunión, recibí una llamada del candidato Álvaro Uribe Vélez a través del conmutador de Palacio Presidencial, en la que me decía que lo estaba llamando el presidente Chávez, que seguramente era con respecto al tema de Pedro Carmona, con el fin de que intercediera frente a nosotros para que no le otorgáramos el asilo. Tuve ocasión de explicarle en detalle todos los pormenores del caso, y me comprometí a mantenerlo debidamente informado, como era mi obligación. Le di argumentos de juicio para su conversación con el mandatario venezolano, en el caso de que éste lo volviera a llamar; le informé, además, que el presidente Pastrana había tomado la decisión de conceder el asilo y así lo anunciaría en las próximas horas. El candidato Uribe coincidió con el criterio gubernamental. El presidente Chávez no lo volvió a llamar ese día, pero sí lo hizo el domingo en la mañana. Nosotros nos habíamos puesto como límite ese domingo para la concesión del asilo, y así se lo hice saber al embajador Chaderton, que en ese momento ya era canciller designado. Entre tanto, el Gobierno de Venezuela estudiaba las alternativas que habíamos propuesto. Finalmente, y de manera estratégica, hacia las seis de la tarde, anunciamos la concesión del asilo, momentos antes de que se conociera del triunfo en primera vuelta del candidato presidencial Álvaro Uribe Vélez, con el propósito
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de que como presidente electo no tuviera que verse involucrado en una decisión de esta naturaleza.142 Quiero reconocer que, en este nuevo episodio de las relaciones binacionales, los ex presidentes colombianos, a quienes solicité su criterio sobre tan delicado asunto, me dieron todo su respaldo y me acompañaron con su inteligente consejo. La forma como manejamos el caso, la discreción de los cancilleres y del embajador Chaderton, así como los contactos personales que mantuvieron los dos presidentes, mostraron con toda claridad que cuando hay buena disposición de encontrar una salida a un tema tan delicado como éste, la diplomacia triunfa.143 El Gobierno de Venezuela, al otorgar el salvoconducto, hizo efectivo el traslado del señor Carmona el 29 de mayo de 2002, con lo que el incidente quedó resuelto en menos de una semana.
Un vecino inspirador de soluciones
142
Una vez que se concedió el asilo, la Cancillería emitió el siguiente comunicado de prensa: +>$%U646/8),6*%.)%b)$#!6*4)/%>E8),6*,)/%645*,3#%7")%#48)%$#%/*$6!68".%.)%#/6$*%.60$*3^86!*%.)$%!6".#.#4*% venezolano Pedro Carmona, el Gobierno de la República de Colombia ha dado la más cuidadosa consideración a dicha solicitud, a la luz de los principios y normas del Derecho Internacional, y ha decidido otorgarle asilo diplomático. Bogotá D.C., mayo 26 de 2002-: 143
Debo señalar que, a pesar de la forma como se solucionó conjuntamente este caso, el presidente Chávez no dejó de criticar la concesión del asilo al señor Pedro Carmona, que él mismo avaló cuando otorgó el salvoconducto correspondiente.
340
En algunos círculos políticos de nuestro país, se señala que las relaciones con Venezuela
son
malas
o
permanecen
estancadas
porque
tienen
muchas
perturbaciones, pero a mi juicio lo que más bien ocurre es que las relaciones logran ser estables, a pesar de los continuos sobresaltos, por la gran capacidad que la diplomacia ha tenido para absorber las complejidades. No debe olvidarse que ésta es la más densa relación que tiene Colombia con cualquier país en el mundo. Y en este contexto es apenas lógico que surjan las perturbaciones. De otro lado, con alguna frecuencia en el vecino país se presentaron observaciones en los medios oficiales que intentaron involucrar a la Cancillería colombiana en supuestas conspiraciones para aislar al presidente Chávez de la comunidad internacional. Una actitud de estas características no sólo hubiera sido poco inteligente, sino además poco práctica por todas las implicaciones económicas, políticas y sociales que un aislamiento internacional de Venezuela hubiera tenido para Colombia. La realidad es que antes que un papel de conspirador, que jamás cumplió a lo largo de estos cuatro años, la Cancillería de Colombia actuó siempre como inspiradora de soluciones que evitaran a toda costa el aislamiento internacional de Venezuela. Y en esta dirección puedo mencionar, al menos, cuatro ejemplos concretos: 1. L a celebración de la C umbre A ndina. Colombia insistió desde diciembre de 2000, después de la reunión privada en México, para que la Cumbre Andina 2 aplazada en esa oportunidad por evidentes roces diplomáticos de Bolivia y Perú con Venezuela2 se pudiera realizar en el mes de abril de 2001, como en efecto se llevó a cabo, para evitar que Venezuela concluyera su Secretaría Protémpore de la Comunidad Andina sin haber hecho una reunión de trascendencia presidencial. El éxito de nuestras gestiones radicó en el hecho de que ofrecimos 341
nuestra mediación para que esta reunión se realizara, aunque fuera extendiendo de manera artificial la Presidencia Protémpore de Venezuela, en la ciudad de Valencia, después de que en términos legales ésta había pasado a manos de Bolivia desde ese mismo mes de diciembre. 2. L a inclusión de V enezuela como país beneficiario del A T P A . El otro hecho que revela con toda claridad nuestro profundo interés en mantener a Venezuela en sintonía con la comunidad internacional, aún en medio de las dificultades que atravesaban nuestras relaciones, fue la realización de la Cumbre sobre la extensión y ampliación de las Preferencias Comerciales Andinas 2ATPA2 en la ciudad de Cartagena en abril de 2001. Como ya lo señalé, en esta cumbre Colombia propuso de manera formal que se incluyera a Venezuela dentro de la concesión unilateral contemplada por los Estados Unidos y que entraría a consideración del Congreso norteamericano en los meses siguientes. 3. Participación en la Comisión F acilitadora del proceso de paz. Colombia invitó a Venezuela a participar de los diez países que conformaron la Comisión Facilitadora del Proceso de Paz en Colombia. De esta manera, nuestro país rompía con un paradigma, que nos habían recomendado, según el cual no resulta conveniente invitar a un país vecino a cumplir un papel de mediador en el conflicto interno. Con esta actitud no sólo le salimos al paso a quienes nos endilgaban el papel de conspiradores sino que, además, sentamos en la mesa de los países de apoyo al proceso de paz, a una nación que se había caracterizado por ser uno de los más fuertes críticos de las posibles implicaciones regionales del Plan Colombia. 4. C umbre del G-15. Debo destacar, además, la pronta respuesta de respaldo de Colombia a la iniciativa de Venezuela de convocar la Cumbre del G-15, a 342
celebrarse los días 13 y 14 de julio de 2002, como un gesto de amistad de nuestro país, en un contexto político bastante delicado para Venezuela, que había sido la causa de muy pocas confirmaciones de otros países. A pesar del respaldo de Colombia y su cabildeo ante un grupo de naciones para estimular su presencia, este evento desafortunadamente no se pudo realizar. Estoy convencido de que las relaciones con Venezuela deben manejarse dentro del mismo marco de firmeza en la defensa de nuestros intereses, así como de prudencia y responsabilidad que fue la guía de nuestras acciones a lo largo de estos años. No he querido, de manera intencional, hacer ningún pronunciamiento sobre los últimos acontecimientos ocurridos desde finales de 2002 y a lo largo de todo el año 2003, en atención a las limitaciones naturales que me imponía mi condición de secretario general de la Comunidad Andina. No obstante, he ratificado la posición que siempre he conservado en el sentido de que la solución a la profunda crisis institucional que vive Venezuela tiene que ser democrática y constitucional y se constituye en una responsabilidad exclusiva de los venezolanos. En el marco de ese criterio me he mantenido firme. Esta posición no ha sido un obstáculo para reiterar mi apoyo a las importantes gestiones realizadas por el secretario general de la Organización de Estados Americanos, OEA, ex presidente César Gaviria Trujillo, quien logró obtener durante el primer semestre del año 2003, aproximaciones de la mayor trascendencia entre el Gobierno y la oposición democrática, con el fin de avanzar en acuerdos que ratificaran la posibilidad de salidas constitucionales a un momento ciertamente difícil para el pueblo venezolano.
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Hoy sigo creyendo con firmeza que la integraci贸n es el mejor negocio para Colombia y Venezuela, y que los dos pueblos han derivado grandes beneficios de la diversificaci贸n de la industria y del aumento del comercio, factor que ha fomentado la confianza entre nuestros empresarios y sigue siendo una alternativa de esperanza para contribuir al bienestar de nuestros conciudadanos en ambos lados de la frontera.
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VII
El ejercicio riguroso de la soberanía nacional Panamá se perdió porque los colombianos no se hicieron dignos de retenerla. Abelardo Forero Benavides
Durante la Convención de Rionegro en 1863, el convencionista por Bolívar, Vicente Gutiérrez de Piñeres, al debatir la propuesta que pretendía trasladar la capital de la República a Panamá, se opuso formulando el siguiente interrogante: "La forma de Colombia, fíjense vuestras señorías, es como la de un gallo, cuyo pescuezo es el istmo de Panamá. Pues bien: ¿qué hacemos si viene alguien y le corta el pescuezo?".144 En ese contexto, el historiador cartagenero Eduardo Lemaitre ha señalado, cómo en la Gran Colombia 2y en Nueva Granada después2 se había construido desde muy temprano la noción de que el istmo era indefendible. +El problema magno de =*$*3'6#?%.)/.)%7")%kA#4#3^?%/)%#!),!G%9%3#,!&G%!*4%)$$#l?%!*4/6/86G%)4%.)5)4.),% aquel pedazo largo de su territorio nacional, sobre el cual empezaron a revolar, desde el principio, las águilas del imperialismo universal-.145 Considero que este episodio del 3 de noviembre de 1903 es uno de los más tristes y dolorosos de la historia diplomática colombiana. Es un hecho que marcó el destino de la nación y ha brindado trágicas lecciones, que deben servir para que se asuma
144 145
LEMAITRE, Eduardo. Panamá y su separación de Colombia . Intermedio Editores, 2003, p. 85. Ibid.
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con firmeza y responsabilidad de Estado las exigencias que imponen el riguroso ejercicio de la soberanía nacional y la promoción del desarrollo fronterizo. Con toda razón, el ex presidente Alfonso López Michelsen ha indicado en el prólogo a la obra de Juan David Morgan, ¡Arde Panam á!, que para el Estado resulta imposible ejercer la soberanía que le corresponde cuando en su manejo prevalecen los sentimientos partidistas sobre el interés nacional.146 Durante la pérdida del istmo se presentaron irreconcili#'$)/%.6M6/6*4)/%)48,)%$*/%!*4/),M#.*,)/%+4#!6*4#$6/8#/-%9% $*/%!*4/),M#.*,)/%+&6/8G,6!*/-?%#%0#,86,%.)$%L*$0)%36$68#,%7")%/"/868"9G%#$%0,)/6.)48)% Sanclemente. Estas pugnas internas no tuvieron en consideración las demandas del pueblo panameño, ni las consecuencias internacionales que se derivaron de la no aprobación del Tratado Herrán-Hay,147 cuya ratificación ya había sido dada por el Congreso de los Estados Unidos. Ésta es una historia de divisiones e intereses partidistas que nunca más se debe repetir, pero que debe permanecer en la conciencia histórica de los colombianos. Tengo la absoluta convicción, más allá de las fórmulas de juicio que otorga la distancia en el tiempo, que nuestro país cometió un error de cálculo, del cual deberíamos cuidarnos en el comienzo del presente milenio. Nuestra tarea es actuar con la altura del deber y con la mayor anticipación posible.
146
Ver MORGAN, Juan David. ¡Arde Pana má!, El Ancora Editores, 2003, p. 13. Éste fue firmado el 22 de enero de 1903, en Washington, con el propósito de construir un canal interoceánico entre los océanos Atlántico y Pacífico, a través del territorio colombiano. Para un mayor desarrollo temático ver URIBE, Antonio José. Colombia, Estados Unidos y Pana má , Imprenta Departamento de Antioquia, 1976. LEMAITRE, Eduardo. Pana má y su separación de Colombia. Intermedio Editores, 2003. 147
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El diseño de una política para las fronteras Siempre he creído que las zonas de frontera son espacios difíciles de administrar por dos razones obvias. En primer lugar, porque se trata de regiones, en muchos casos, con un alto grado de abandono, lo que crea vacíos que son utilizados, especialmente, para el desarrollo de actividades al margen de la ley. Y en segundo lugar, porque aún imperan obsoletas concepciones de soberanía que no consultan las realidades actuales de un mundo en el que las regiones fronterizas son cada vez más difusas y representan más bien oportunidades de trabajo conjunto, para hacer causa común alrededor del desarrollo. Frente a los nuevos desafíos internacionales, tengo la certeza de que la vocación hacia la integración regional debe preservarse como un principio central de la política exterior de Colombia, a partir del cual se reconozca la importancia geoestratégica de las zonas de frontera. La integración y el desarrollo fronterizo se plantean entonces como un reto para la política exterior, la que demanda que cualquier iniciativa para las fronteras sea consecuente no sólo con las necesidades coyunturales y estrictamente nacionales de estas regiones, sino también con los problemas compartidos que surgen de la convivencia propia en las líneas imaginarias que separan los Estados. Éste es un reto que exige un trabajo integral y coordinado desde los distintos entes gubernamentales nacionales, con el sector privado y las comunidades como gestoras de su desarrollo. También requiere la unión de esfuerzos con las naciones vecinas, que apunten hacia la consecución de un mayor desarrollo humano sostenible.
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Con el enfoque adoptado en materia de política exterior para las zonas de frontera se ha tomado en consideración la concepción tradicional centrada en la seguridad y el control de la soberanía 2como premisa necesaria pero insuficiente de presencia estatal2, y también una visión del desarrollo fronterizo como una estrategia que debe asegurar un mejor nivel de vida de sus habitantes. Esta visión coadyuva en la generación de una dinámica binacional en lo económico, social, cultural y ambiental, para hacer sostenibles, en el mediano y largo plazo, los esfuerzos por consolidar la integración y minimizar los efectos de la tradicional marginación de estas zonas. En esta perspectiva, los factores de inseguridad y la existencia de situaciones irregulares presentes en la frontera han sido en buena parte una expresión, no tanto de la falta de instrumentos, como de la omisión en la aplicación eficaz de los mecanismos existentes en las legislaciones nacionales y de aquellos que han sido concertados con los países vecinos. En materia normativa, Colombia ha contado desde la década de los ochenta con propuestas dirigidas a promover el desarrollo en las zonas fronterizas. Entre ellas se destacan la expedición de la Ley 10 de 1983, que facultó al Ejecutivo para definir el ámbito geográfico que debería entenderse por zonas fronterizas; y el Decreto 3448 .)% IhiJ?% !*4*!6.*% !*3*% )$% +>/8#8"8*% .)% C,*48),#/-% 7")% 64!$"9G% )$% )/8#'$)!636)48*% de un marco normativo e institucional, la expedición de incentivos y exenciones para estimular inversiones en zonas de frontera y la puesta en marcha de proyectos en las regiones fronterizas, con asignaciones del presupuesto nacional.148 148
La incorporación de tres artículos específicos (289, 310 y 337) en la Constitución Nacional referidos a los asuntos fronterizos y la Ley 191 de 1995, dirigida a establecer un régimen especial para las zonas de frontera, con el fin de facilitar su desarrollo integral. Esta Ley ordena un tratamiento especial a las zonas fronterizas y establece las siguientes figuras territoriales a) Zona de F rontera (ZF) son aquellos municipios, corregimientos especiales de los departamentos
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No obstante, es necesario reconocer que los resultados para promover el desarrollo en las zonas fronterizas no han sido los esperados.149 En efecto, después de veinte años de la existencia de marcos normativos, estrategias de incentivos y políticas de inversión, las regiones fronterizas aún se mantienen en un desarrollo inferior al del resto del territorio nacional. Y así lo revelan las cifras del Departamento Nacional de Planeación (DNP), de acuerdo con un análisis comparado de los indicadores sociales y económicos de las zonas de frontera en relación con los promedios nacionales:150 !
+S)LH4%$#/%0,*9)!!6*4)/%,)#$6F#.#/%0*,%)$%B;@>?%$#%0oblación fronteriza para el año 2001 fue de 5.7 millones de habitantes, que representan el 13% del total nacional.
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En el período 1998 a 2001 se asignaron recursos de inversión pública en las fronteras por un valor aproximado de $5 billones que representan el 8% del total nacional.
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Para el mismo período, las transferencias a los departamentos fronterizos ascendieron a $6,5 billones, que representaron el 22,5% del total de transferencias.
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En materia fiscal, del total de municipios fronterizos (64) el 56% presenta déficit. A nivel nacional, del total de municipios del país que reportaron ejecuciones presupuestales (995) para el año 2000 al DNP, el 49% (486) presenta déficit.
fronterizos, colindantes con los límites de la República de Colombia, y aquellos en cuyas actividades económicas y sociales se advierte la influencia directa del fenómeno fronterizo; b) Unidad Especial de Desar rollo F ronterizo (UEDF) comprende aquellos municipios, corregimientos especiales y áreas metropolitanas pertenecientes a las ZF, en los que se hace indispensable crear condiciones especiales para el desarrollo económico y social mediante la facilitación de la integración con las comunidades fronterizas de los países vecinos, el establecimiento de las actividades productivas, el intercambio de bienes y servicios, y la libre circulación de personas y vínculos; y c) Zonas de Integración F ronteriza (ZIF) son aquellas áreas de los departamentos fronterizos cuyas características geográficas, ambientales, culturales y/o económicas, aconsejen la planeación conjunta de las autoridades fronterizas, en las que de común acuerdo con el país vecino se adelantarán las acciones que convengan para promover su desarrollo y fortalecer el intercambio bilateral e internacional. Esta última recoge el compromiso expresado en la Decisión 501 de agosto de 2001 por la Comunidad Andina de poner en marcha lo más pronto posible las ZIF. 149 Véase, Documento CONPES N° 3155 de enero 28 de 2002. 150 Estas cifras son referidas en el Documento CONPES N° 3155.
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El Producto Interno Bruto departamental fronterizo para el año 1997 representó el 10,8% del total nacional. De esta manera el PIB per cápita fronterizo es de $2.3 millones al año, mientras que el nacional es de $3 millones, aproximadamente.
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Para el año 2000 y de acuerdo con el Informe de Desarrollo Humano para Colombia, el IDH se encuentra en 0,76 y el promedio para los departamentos fronterizos está en 0,72; el índice de pobreza humana para Colombia se encuentra en 10,6 y el promedio departamental fronterizo está en 14,74; la esperanza de vida en Colombia está en 71,5 años y para los departamentos fronterizos en 70,1 años.
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En materia educativa, la tasa de analfabetismo para el año 2000 en el país fue del 8% mientras que para los departamentos fronterizos osciló entre el 11,2% para Nariño y 20% en Chocó. Para el mismo año, la tasa de cobertura neta en secundaria de los departamentos fronterizos se encontró entre el 44,7% para Chocó y 72,1% para La Guajira, frente al nivel nacional que estaba en 62,7%.
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En el aspecto laboral, el desconocimiento de las características del mercado de trabajo 2su demanda y oferta2 en las zonas de fronteras y sus áreas de influencia, de la dinámica migratoria y de los niveles de empleo y subempleo de la población, no le han permitido al Estado diseñar políticas y programas para el tratamiento de la problemática laboral en dichas zonas. Por esta razón, los estudios de mercado de trabajo en zonas de fronteras y sus áreas de influencia adquieren vital importancia como instrumento técnico.
Estos indicadores muestran la necesidad de materializar a través de acciones concretas los 64/8,"3)48*/%9%*'W)86M*/%0$#/3#.*/%)4%$#/%4*,3#/%M6L)48)/-.
Consciente de la preocupante situación en las zonas de frontera, en la Cancillería tomé la decisión en 1999 de habilitar la Oficina de Integración y Desarrollo Fronterizo, y formalicé su creación, dentro de la nueva estructura del Ministerio de Relaciones Exteriores, mediante el Decreto 2105 del 8 de octubre de 2001. 151 Para poner en marcha las políticas procedimos, inicialmente, a la identificación y caracterización de las regiones fronterizas, de acuerdo con las particularidades de su localización geográfica, grado de aislamiento del territorio nacional y de conexión con regiones cercanas de países limítrofes. El desafío era doble: de un lado, era
151
Esta dependencia atiende las funciones transferidas al Ministerio de Relaciones Exteriores mediante el artículo primero del Decreto 1182 de 1999, las que anteriormente eran competencia de la Consejería de Fronteras de la Presidencia de la República, cuyas funciones fueron estipuladas en el artículo 40 de la Ley 191 de 1995, que le atribuía la coordinación interinstitucional de las iniciativas y acciones relacionadas con las zonas de frontera.
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necesario buscar la forma de integrar estas zonas de frontera al resto del país y, de otro, convertirlas en ejes dinámicos de integración con los países vecinos. En este propósito de unificación de la política contribuyó, además, la creación de la Comisión Intersectorial de Integración y Desarrollo Fronterizo (CIIDEF), en abril de 2001, como instancia de coordinación y orientación del manejo de la política de fronteras en los aspectos económico, social, normativo, cultural, ambiental, científico y de infraestructura. Esta Comisión está integrada por once ministerios, el Departamento Nacional de Planeación, la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales de Colombia (DIAN) y la Red de Solidaridad Social. Con todas estas entidades conformamos una fuerte alianza para garantizar la acción coordinada de las agencias gubernamentales en las zonas de frontera y avanzar hacia la constitución de una política nacional de integración y desarrollo fronterizo. 152 Instrumento esencial para facilitar la deliberación de la Comisión Intersectorial de Integración y Desarrollo Fronterizo (CIIDEF), fue el proceso seguido para la elaboración del documento CONPES @t%JIuu?%+D64)#36)48*/%0#,#%)$%B)/#,,*$$*%.)% $#%A*$(86!#%.)%Y48)L,#!6G4%9%B)/#,,*$$*%C,*48),6F*-?%!*4%)$%564%.)%,)!*L),%$*/%#/0)!8*/% particulares de los doce departamentos que conforman el corredor fronterizo. Como un insumo para la elaboración de ese documento CONPES, desde la Cancillería de San Carlos coordinamos once foros regionales, durante el segundo semestre del año 2001, a través de los cuales se recogieron las expectativas de las diferentes regiones 152
Estas decisiones fueron complementarias a una serie de políticas en el ámbito institucional, entre las cuales quiero destacar: a) la aprobación de la Ley 677 de 2001 que establece cuatro Zonas Económicas Especiales de Exportación en regiones fronterizas (Buenaventura, Ipiales, Valledupar y Cúcuta); b) la expedición de la Ley 681 sobre régimen especial de distribución de combustibles en zonas de frontera; c) la creación del Fondo de Apoyo Financiero para la provisión de energía de las Zonas No Interconectadas, por parte del Ministerio de Minas y Energía; f) el reconocimiento del fenómeno fronterizo en el Proyecto de Ley Orgánica N° 041 de 2001, de Ordenamiento Territorial, presentado al Congreso de la República; g) así como la estrategia del Gobierno nacional para apoyar el desarrollo del departamento Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, desarrollada en el documento CONPES 3058 del 6 de diciembre de 1999.
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en materia de políticas y programas prioritarios de desarrollo y, con base en ellas, trabajamos para dar lugar al documento de lineamientos básicos que hiciera posible la puesta en marcha de las políticas hoy vigentes, de acuerdo con la heterogeneidad de los departamentos fronterizos. En el intenso proceso de consultas que realizamos, resultaron evidentes las deficiencias en la aplicación de la Ley 191 de 1995, debido al tratamiento homogéneo que ésta les dio a las zonas de frontera y a su notable omisión de las condiciones particulares de cada departamento, así como la falta de materialización de la mayoría de sus artículos. De igual manera, los agentes económicos y políticos regionales debieron reconocer la ausencia de las entidades territoriales en la promoción de los mecanismos provistos en la norma y la debilidad de las iniciativas locales para su reforma. El documento CONPES 3155, de enero de 2002, a través del cual se trazan lineamientos para el desarrollo de la política de integración y desarrollo fronterizo, responde, por lo tanto, a una de las solicitudes más apremiantes de las regiones fronterizas como es la profundización del proceso de descentralización de manera concertada y participativa con las entidades territoriales, el sector privado y la sociedad civil. Para lograr este propósito, en su desarrollo se consideraron los principios de reconocimiento de la heterogeneidad, flexibilización, gradualidad, desarrollo armónico de las regiones, participación de la sociedad civil y consolidación de la autonomía regional y local. Entre los aspectos más relevantes de estos lineamientos de política debo señalar los siguientes:
352
a) El fortalecimiento y la articulación de las acciones institucionales en todas las zonas de frontera. *+,- ,..#!"&'- /&- %,'- &"0#/,/&'- /&%- 1'0,/!- &"- %,'- 2!",'- /&- 34!"0&4,5- /&$&"5$/*-:/5%$#.$#&/2$5/#(""5.-2/./6#$;-3/2."#.-%,$5%-<2#.$#5$('5%"%#9#$%='$5:"%7# >/9#+'$#4'%(/5#+'$#?%3"%#%$#"5-$23$2#.$#&/2$5/#$=$(3-;/6#9#+'$#*/%#$23-./.$%# .$*# "5.$2# 2/(-"2/*# $%3/4*$:(/2# %-2$5@-/%# $235$# $**/%# 9# ("2# */%# /'3"5-./.$%# .$*# !4/&"-0&44#0!4#,%-34!"0&4#2!(7#
b) El reconocimiento a la diversidad étnica y ambiental. # *+,'-2!",'-34!"0&4#2,'-'!"-.6%064,%5-'!.#,%5-,7$#&"0,%5-8&!8493#.,-:-;0"#.,7&"0&)$3$5"@?2$/%7#A"5#$**"#$%#2$($%/5-"#2"#*$@-%*/5#%"45$#$*#=$2<&$2"#=5"23$5-:"#.$# '2/# &/2$5/# )"&"@?2$/B# /45-5# */# ,"%-4-*-./.# .$# +'$# $C-%3/2# 5$@'*/(-"2$%# "# $%3/3'3"%# $%,$(0=-("%B# 9# "3"5@/5# &/9"5# /'3"2"&0/# /# *"%# $23$%# 3$55-3"5-/*$%# =5"23$5-:"%7# D2# $%3$#%$23-."6# %$# .$4$2# /%-@2/5# ("&,$3$2(-/%# /# */%# /'3"5-./.$%# *"(/*$%# 9# 5$@-"2/*$%# ,/5/# +'$# ,'$./2# ,5","2$56# /# 35/;?%# .$# */# E"&-%-<2# F23$5%$(3"5-/*# .$# F23$@5/(-<2# 9# G$%/55"**"# H5"23$5-:"# IEFFGDHJ# 9# .$# *"%# &$(/2-%&"%# /**0# ,5$;-%3"%6# 5$%,'$%3/%# ","53'2/%# 9# /.$('/./%# /# */%# .$&/2./%# /&-%,-#"0&84,.#<"-:-&%-/&',44!%%!-34!"0&4#2!(7#
c) La participación y concertación regional como eje del diseño de mecanismos e instrumentos de desarrollo fronterizo. *+,- #"'046..#<"- 8&"&4,/,- &"- &%- 7,4.!- /&- %,- =FFGDH# .$# $%3/4*$($5# '2"%# *-2$/&-$23"%# .$# ,"*03-(/# $2# 3"52"# /*# .$%/55"**"# =5"23$5-:"6# 3-$2$# ("&"# ,5$&-%/# 4K%-(/# ="&$23/5# */# ,/53-(-,/(-<2# /(3-;/# .$# */%# ("&'2-./.$%6# /'3"5-./.$%# 9# '!.#&/,/-&"-8&"&4,%-&"-%,-0!7,-/&-/&.#'#!"&'->6&-%!'-,3&.0&"(7#
d) La generación de regímenes especiales con base en el aprendizaje alrededor de los aciertos y desaciertos del pasado. *+,'- .,4&".#,'- &"- &%- /&',44!%%!- /&- %,'- 4&8#!"&'- 34!"0&4#2,'- :- %,- #".#/&".#,- >6&@$2$5/#$2#*/%#$("2"&0/%#*"(/*$%#*/#;$(-2./.#("2#"35"%#,/0%$%#%"2#/5@'&$23"%# %'=-(-$23$%# ,/5/# $*# $%3/4*$(-&-$23"# .$# ,"*03-(/%# $%,$(-/*$%6# +'$# .$4$2# $%3/5# /("&,/L/./%# .$# *"%# -2%35'&$23"%# M'50.-("%6# /.&-2-%35/3-;"%6# 3?(2-("%# 9#
353
=-2/2(-$5"%# +'$# /3-$2./2# %'# .-;$5%-./.# 9# )$3$5"@$2$-./.7# D%3"%# .$4$2# .-%('3-5%$#/*#-23$5-"5#.$#*/#EFFGDH#,/5/#@/5/23-:/5#%'#5$*$;/2(-/#9#$=$(3-;-./.#9# ?,4,-4&'!%@&4-'6'-4&>6&4#7#&"0!'-/&-.!!4/#",.#<"(7#
En este contexto, una de las tareas más importantes que tiene hacia el futuro la CIIDEF es mantener presente la estrategia integral que quedó construida, con el fin de realizar una revisión a fondo de la normatividad vigente desde 1983 y responder así a la heterogeneidad y a las necesidades específicas de los 12 departamentos153 implicados en los procesos de integración fronteriza. El diseño democrático de la política de fronteras fue una realidad en el período 1998 - 2002, como consecuencia de la coordinación de esfuerzos que emprendimos desde la Cancillería. Pero corresponde a las instituciones estatales comprometidas la respuesta idónea y articulada, mientras que a las comunidades regionales les cabe la responsabilidad de la vigilancia necesaria para que no sea la burocracia del Gobierno central la que termine, una vez más, orientando desde afuera los destinos de las zonas fronterizas.154
153
Arauca, Amazonas, Cesar, Chocó, Guajira, Guainía, Nariño, Norte de Santander, Putumayo, San Andrés y Providencia, Vichada y Vaupés. 154
La Secretaría Ejecutiva de la CIIDEF ha venido gestionado el cumplimiento de los compromisos establecidos en el documento CONPES 3155, a través de convocatorias al Comité Técnico Permanente de la Comisión Intersectorial de Integración y Desarrollo Fronterizo a fin de hacer una evaluación de las acciones desarrolladas por las diferentes entidades del Estado. En su reunión del 11 de marzo de 2003, se presentaron los nuevos representantes de las entidades que lo conforman, con el propósito de avanzar en la tarea de mejorar los niveles de desarrollo de las regiones fronterizas. A su vez, se presentaron informes de gestión frente a las acciones que han venido realizando cada una de las entidades, en beneficio de los departamentos fronterizos.
354
5/"(6#,/'%"4/")$4741%"*+"/4'"0%6('(%-+'"*+"8+9(-*4*"" En el marco del compromiso integracionista establecido en la Constitución de 1991, las relaciones con los países vecinos se constituyeron en una de las prioridades de la política exterior colombiana. Este mismo espíritu fue el que conservamos en la Cancillería, desde donde siempre concebimos, como ya lo señalé, la zona de frontera como un polo de desarrollo para consolidar los lazos con las naciones limítrofes, en beneficio del interés nacional y el mejoramiento de las condiciones de vida de las comunidades asentadas en la región. Para lograr este propósito, las Comisiones de Vecindad, creadas por el ex canciller Julio Londoño Paredes, durante el Gobierno del presidente Virgilio Barco (19861990), se han constituido en un instrumento novedoso de política exterior porque, al tiempo que reconocen la dinámica de cada una de nuestras zonas fronterizas, buscan incluir a todos los actores involucrados con los temas de desarrollo de estas regiones: sectores público y privado, academia y organizaciones de la sociedad civil. Por iniciativa de Colombia, desde 1989 se han ido estableciendo Comisiones de Vecindad con Venezuela, Ecuador, Panamá, Perú y Brasil, que han demostrado una enorme utilidad para el tratamiento de las problemáticas de frontera, en los campos comercial, de desarrollo económico y promoción cultural, entre otros. Igualmente, desde 1996 entró en funcionamiento la Comisión de Vecindad con Jamaica, hecho que marcó el inicio de la creación de este tipo de escenarios de integración con los países con los que Colombia comparte fronteras marítimas.155
155
Colombia comparte fronteras terrestres con cinco países: Venezuela, Brasil, Perú, Ecuador y Panamá. En el caso marítimo, en los dos océanos, nos unen fronteras con: Costa Rica, Ecuador, Haití, Honduras, Jamaica, Nicaragua, Panamá, República Dominicana y Venezuela.
355
No obstante, en los últimos años, los esfuerzos realizados, especialmente desde Colombia, por dar continuidad a las agendas de las Comisiones de Vecindad, se han encontrado con dos grandes obstáculos. En primer lugar, no es posible omitir que los esfuerzos de integración binacional con los países vecinos son inseparables de la dinámica que han seguido los procesos políticos, económicos y sociales en cada uno de ellos a fines del siglo pasado y comienzos del presente. Por tal razón, los intensos contactos que emprendimos para obtener la reactivación de las Comisiones de Vecindad chocaron en algunas ocasiones y, en casos específicos, con los afanes y las prioridades internas de los otros gobiernos. En segundo lugar 2y éste ha sido el hecho tal vez más decisivo2, el problema de seguridad en las fronteras se convirtió en uno de los principales escollos para obtener mayores avances en todos los esfuerzos conjuntos que desde años atrás viene realizando nuestro país con aquellas naciones a las que nos vinculan intereses de desarrollo económico en los territorios limítrofes. En este contexto, creo que deben ser calificados como notables los resultados que obtuvimos, a través de los acuerdos y mecanismos binacionales, para enfrentar las dificultades que se presentaron desde las dos perspectivas mencionadas. Así, por ejemplo, a lo largo del año 2000, cuando iniciamos la más agresiva campaña internacional de promoción de las dimensiones institucionales, económicas y sociales del Plan Colombia, fueron frecuentes los pronunciamientos y las expresiones de malestar de algunos países fronterizos, para los que la integración con Colombia se convirtió en un asunto casi exclusivo de seguridad fronteriza.
356
En ciertos casos las preocupaciones se centraron en los posibles impactos ambientales. Y así lo manifestó el ministro de Relaciones Exteriores del Brasil, Luiz Felipe Lampreia: +R,#/6$% )/8^% 0,)*!"0#.*% !*4% /"/% 5,*48),#/% 9% 8*.*/% $*/% #/0)!8*/% 7")% 0").#4% ocurrir en términos militares, de narcotráfico, de medio ambiente, de contaminación del ecosistema amazónico, de agentes biológicos que puedan /),%"/#.*/?%.)%.)5*,)/8#!6G4-:%156
En otros casos, se enfatizó en los riesgos del llamado spill over (k.),ramel) del problema del narcotráfico, como lo revelaba la obsesión del canciller del Ecuador. En ese sentido, Heinz Moeller 3#465)/8G%7")%+$#%0)*,%!*4/)!")4!6#%7")%0#,#%/"%0#(/% podría tener el Plan Colombia sería que se extienda hacia el sur el problema de esa 4#!6G4% M)!64#-:% ;demás indicó su temor de que narcotraficantes colombianos buscaran refugio en Ecuador. Ante esto, anunció que se había reforzado la presencia policial en la frontera y se había ordenado el desplazamiento de patrullas militares. +>l peor escenario sería que por la vía de los refugiados o por filtración de la paraguerrilla o la narcoguerrilla, Ecuador se convierta en un campo más del !*45$6!8*-, puntualizó.157 De otro lado, para el Gobierno de Panamá la situación de riesgo originada en el conflicto interno había alcanzado tal magnitud que el país había tomado la decisión .)% 64!,)3)48#,% +)$% 3*468*,)*% 0*,% 3).6*% .)% &)$6!G08),*/% )4% $#% 5,*48),#% !*$*3'*% 2 panameña, con lo cual el Gobierno tendría que invertir dinero por primera vez en equipo para mantener la seguridad tanto interna !*3*%5,*48),6F#-:158
156 157
Correio Braziliense. Agosto 26 de 2000. Diario El Expreso 2 Perú. Julio 18 de 2000.
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Las más fuertes reacciones provinieron del presidente venezolano, Hugo Chávez, quien aprovechando la coyuntura de la Cumbre Sudamericana, realizada en Brasil los días 1 y 2 de septiembre de 2000, 3#465)/8G% /"% 0,)*!"0#!6G4% 0*,% +)$% 0)/*% 36$68#,-%.)$%A$#4%=*$*3'6#?%0*,7")%+ello puede conducir a una 'vietnamización' que termine enredando no sólo a Venezuela y Brasil, sino a Panamá y a Ecuador y .)/)/8#'6$6!)% #% 8*.#% S",#31,6!#-.159 En ese sentido, instó a sus once colegas de Suramérica a afinar la "cooperación" y la "vigilancia" para "garantizar" que el Plan Colombia "no se desvíe hacia una dirección bélica".160 Y tras una reunión con su homólogo brasileño, el presidente Chávez indicó su interés en permitir posibles operaciones de sobrevuelo en conjunto con la Fuerza Aérea Brasileña, después de haber rechazado de manera tajante el patrullaje conjunto de aviones militares estadounidenses por el espacio aéreo venezolano.161 Aún en medio de estas grandes dificultades, el esfuerzo que realizamos durante estos cuatro años para reactivar y profundizar el trabajo de las Comisiones de Vecindad, se orientó, de nuevo, a cambiar el enfoque de las intervenciones tradicionales. En el pasado, el esquema de integración binacional siempre se había apoyado en el aumento del intercambio comercial. Se hablaba de mayor o menor integración en la medida en que la balanza comercial creciera en beneficio de las importaciones y las exportaciones con los países vecinos. Pero la queja constante de las gentes de las zonas de frontera ha sido que estas regiones continúan convertidas, en el mejor de lo casos, en simples corredores de tránsito de bienes, sin que la dinámica comercial se 158
Diario El Pana má 2 América. Agosto 8 de 2000. Ve,%+=&^M)Fc%A$#4%=*$*3'6#%0*.,(#%!*4."!6,%#%"4#%M6)84#36F#!6G4%9%#5)!8#,%#%0#(/)/%M)!64*/-%)4%%diario El Nacional , jueves 31 de agosto de 2000. 160 N),%+=&^M)F%06.)%#%S",#31,6!#%!**0),#!6G4%9%M6L6$#4!6#%/*',)%)$%A$#4%=*$*3'6#-?% Globovisión, agosto 31 de 2000. 161 N),%+=&^M)F%9%=#,.*/*%8)3)4%#%A$#4%=*$*3'6#-, El Universal , septiembre 1 de 2000. 159
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transforme en real oportunidad para el desarrollo local en lugares como Santander del Norte, Guajira y Nariño. Así lo expresaban también los líderes y dirigentes de otras zonas fronterizas con características muy diferentes, como es el caso de la Orinoquía, Amazonas y el Darién chocoano, que no cuentan con una conexión vial directa con los países vecinos y en las cuales se siente aún mas el peso del centralismo y de la ausencia del Gobierno nacional. Y como si lo anterior fuera poco, el reto adicional era cómo superar el visible énfasis que los países habían puesto en los asuntos de seguridad. En un contexto lleno de condicionantes en las relaciones bilaterales y en los procesos internos de cada país, como ya lo he señalado, resulta apenas lógico que se hayan presentado desequilibrios notables en la dinámica de cada una de las Comisiones de Vecindad.162 Pero quiero resaltar, en particular, la importante actividad desplegada por estas Comisiones con Venezuela y el Ecuador, dos países con los que compartimos fronteras vivas, frecuentemente alteradas por incidentes de diversa índole, pero también con grandes oportunidades para el trabajo conjunto. Aunque se trata del mecanismo de más reciente creación, en 1994, la Comisión de Vecindad Colombia 2 Jamaica se ha constituido en un espacio privilegiado para fortalecer la política exterior colombiana hacia el Gran Caribe y contribuir activamente a los procesos de integración, cooperación y concertación política que están en curso en la región.163 162
Para un mayor desarrollo temático del trabajo realizado por cada una de las Comisiones de Vecindad, consultar las Memorias al Congreso, presentadas por el Ministerio de Relaciones Exteriores, durante estos cuatro años. 163 En efecto, en las últimas reuniones llevadas a cabo en octubre de 1999 y mayo de 2001, ésta contribuyó a la profundización de las relaciones bilaterales, a partir de la concertación política, la cooperación en la lucha contra el problema mundial de las drogas, el intercambio de información en áreas vitales como el control al lavado de activos, el desarrollo de programas de cooperación científica y técnica, y la construcción de una +.60$*3#!6#%.)%$#%!"$8",#-%7")%&#%630"$/#.*%$#%648)L,#!6G4%)48,)%#,86/8#/?%#!#.136!*/%)%64M)/86L#.*,)/%.)%$*/% dos países.
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En síntesis, el Gobierno de Colombia le ha brindado un especial énfasis a la integración fronteriza y a los mecanismos de las Comisiones de Vecindad, en la ejecución de su política exterior, con la convicción de que un mayor desarrollo económico y social contribuye a la seguridad de sus zonas de frontera. El diálogo político construido durante estos años permitió indicarles a nuestros vecinos que la situación de seguridad está determinada por la complementariedad de las economías en la zona fronteriza, que permite identificar alternativas de desarrollo conjunto, así como la existencia de una situación de orden público que atañe a las naciones que comparten fronteras.
Nuestro destino C aribe +=*$*3'6#%86)4)%7")%&#!),%"4#%0,)/)4!6#%)/8,#81L6!#%)4%)$%=#,6')-:%>/8#%5")%"4#%.)% las reflexiones que más me obsesionó cada vez que, en cumplimiento de diferentes gestiones, visité nuestro hermoso Archipiélago, en la actualidad visiblemente deteriorado por la profunda crisis económica y social que viene arrastrando desde hace varios años. Por ello no dudé un sólo instante en considerar desde entonces como una prioridad social, pero también de la política exterior colombiana, la intervención planificada para resolver los ingentes problemas de los habitantes de las islas, como condición de una presencia soberana en el mar Caribe. Así tuve oportunidad de expresarlo durante las reuniones del Consejo de Ministros y las del Consejo Económico y Social.
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La soberanía de Colombia sobre este territorio está respaldada por hechos históricos, jurídicos y políticos, incuestionables. Pero también considero 2como lo ha sugerido el ex canciller Augusto Ramírez Ocampo2 que esta coyuntura histórica bien puede ser una excelente oportunidad para que los colombianos dejemos de ver solamente al departamento Archipiélago como el punto que define nuestra delimitación marítima en el Caribe y, en consecuencia, empecemos a entender su importancia estratégica como plataforma de proyección del país en esta importante cuenca. Colombia tiene la obligación de continuar trabajando, volver sus ojos sobre esta región y, al mismo tiempo, aprovechar su condición de nación con alto potencial de crecimiento en sus costas y mares: +>4%)/8)%/)486.*?%)$%departamento Archipiélago se convierte en nuestro mejor elemento integrador con el Caribe insular, representando el carácter multirracial, multiétnico, multirreligioso y multilingüe de la nación colombiana. Su posición, como puente natural entre el Caribe hispano de Colombia y Centroamérica, y el Caribe angloparlante insular, y la condición bilingüe de sus habitantes hacen de San Andrés la bisagra que une a Colombia con to.#%$#%=*3"46.#.%=#,6')<#-:164
Resulta evidente, sin embargo, que el departamento Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina ha experimentado un período de crisis económica, social e institucional, que se ha acentuado en los últimos años y demanda con urgencia la adopción de estrategias de desarrollo que se ajusten a las características insulares del territorio y a su relación con el resto de la nación, atendiendo la posición geoestratégica del Archipiélago. 164
RAMÍREZ Q!#30*?%;"L"/8*:%+R#$#4!)%9%,)8*/%.)%$#%0*$(86!#% exterior colombiana hacia el Gran Caribe: "4#%0),/0)!86M#%0*$(86!#-%)4%:/2)-.&0$1/($;)-)$"<&0$-/(aciones internacionales de Colombia hacia el Gran Caribe. Balance histórico y retos en un nuevo milenio 98$ Vicepresidencia de la República de Colombia, Ministerio de Relaciones Exteriores, Plan Caribe 2 Departamento Nacional de Planeación. Bogotá, julio de 2000.
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Las aproximaciones de la Universidad Nacional de Colombia 2sede San Andrés 2 y del Instituto de Estudios Caribeños, a las voces y las inquietudes de los sanandresanos palpitan todavía en la conciencia nacional: 165 +>$%0,63),%0,*'$)3#%.)%$#%6/$#%)/%7")%#7"(%4*%&#9%8,#'#W*.166 Si en San Andrés hubiera verdaderos ladrones, como algunos creen, los depósitos de mercancías ya habrían sido saqueados. Lo que pasa es que al menos 30.000 personas nos acostamos sin comer todos los días. Los niños se levantan pidiendo su pan pero ¿con qué se les va a comprar? Se enferman ¿y con qué se les lleva al hospital? Las niñas para no morirse de hambre se prostituyen. Los obreros de la construcción no tenemos posibilidad de trabajar. El trabajo se acabó. Vamos a cumplir siete años de una tutela que nos dejó sin trabajo. No se consigue nada. Para arreglar la propia casa y legalizarla hay que sacar cincuenta mil papeles; dan largas y obligan a sacarlos de nuevo. ¿Cómo hacer para mejorarla si por la vía legal no se puede? Por eso han crecido los barrios subnormales. El pueblo 4*% .)W#% 7")% $)% 8"3')4% /"% !#/#:% A,)56),)% 7")% $*% 3#8)4-. (Tomás Fajardo, fundador del Sindicato de la Construcción).
Las principales características de esta crisis, son el crecimiento urbanístico desordenado, la pérdida de dinamismo de la economía nativa y la alta densidad
165
El diagnóstico básico de la realidad del Archipiélago corresponde al Documento CONPES. 3058 . República de Colombia. Departa mento Nacional de Planeación. Estrategia del Gobierno Nacional para apoyar el desarrollo del Departa mento Archipiélago de San Andrés, Providencia y S anta Catalina. S anta F e de Bogotá, D.C., diciembre 6 de 1999. Entre tanto, los testimonios con los cuales acompañamos este panorama económico y social de las islas, tienen como fuente los Cuadernos del Caribe Nro 2. Voces de San Andrés. Crisis y convivencia en un territorio insular . Universidad Nacional de Colombia. Instituto de Estudios Caribeños (2001). 166 De acuerdo con el censo de población, el 40% de la población en edad de trabajar se encuentra en condición inactiva y el 53.6% está ocupada. En Providencia los porcentajes alcanzan 50.6% y 47.6%, respectivamente. Documento CONPES 3058. Diciembre 6 de 1999.
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poblacional,167 así como el elevado deterioro ambiental, que amenaza con alcanzar límites de insostenibilidad. Como bien lo señaló el documento CONPES 3058 +>/8,#8)L6#%.)$%L*'6),4*%4#!6*4#$% para apoyar el desarrollo del departamento Archipiélago de San Andrés, Providencia 9% S#48#% =#8#$64#-, la declaración del Archipiélago como puerto libre en los años cincuenta, originó dos situaciones adversas. Por una parte, conllevó a la desaparición de la economía de subsistencia de los nativos, basada en la pesca y la agricultura, y por otra, estimuló la inmigración de población continental atraída por el crecimiento de la actividad comercial, sin lograr la integración de los nativos a este nuevo esquema de desarrollo económico. Adicionalmente, esta situación ha generado tensiones socioculturales entre la comunidad raizal y la población de origen continental, que se expresan en la diversidad de visiones sobre el desarrollo del departamento. +D#% 5#$8#% .)% 0$#4)#!6G4% 9% .)% *,.)4#36)48*% 8),,68*,6#$% &a sido un factor fundamental en la descomposición de la isla. De ella se desprenden problemas como el incremento de la población o la superpoblación. En su debido momento, las autoridades, los gremios y la comunidad no pensaron colectivamente, no soñaron ni planificaron la isla con visión de futuro a largo plazo, ni contemplaron aspectos como su sostenibilidad poblacional, ambiental, económica-. (Emiliana Bernard, isleña de Providencia, comunicadora social y administradora financiera).
Entre tanto, resulta visible la ausencia de acciones que armonicen el desarrollo económico y comercial con las migraciones y las condiciones ambientales y 167
De acuerdo con el DANE, la población del Archipiélago de San Andrés y Providencia ascendía en el año 2003 a 79.459 habitantes.
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culturales de la isla. Se han profundizado los problemas asociados a una crisis en el sector comercial como consecuencia de la apertura económica. La actividad productiva se sustenta en un turismo de bajos recursos que genera ingresos poco significativos a la isla. Todo esto ha sido acompañado de un mínimo esfuerzo fiscal por parte del departamento 2se estima que el 50% de los impuestos se encontraba aún por recaudar2 y de un manejo inadecuado y corrupto de los recursos públicos. Hoy resulta evidente la necesidad de integrar las islas al del desarrollo nacional y a las posibilidades que ofrece su inserción en la Cuenca del Caribe. Hasta ahora ha habido un desaprovechamiento del potencial turístico como actividad económica, generadora de alto valor agregado, que impulse el desarrollo del Archipiélago. +La isla vive de espaldas a la tierra y al mar. No hay siembra ni se saca provecho de la tierra. Los narcos compraron grandes extensiones de terreno y los mantienen improductivos. Habría que hacer granjas comunales y darle un empleo a la tierra. Es ridículo que se traigan verduras de Bogotá. Hay que organizar técnicamente a los agricultores para no depender de que llegue el avión con la comida. Cuando yo llegué, hace 38 años, recuerdo que venía !*36.#% .)% A,*M6.)4!6#:% ;&*,#% )$% 0*$$*% M6)4)% .)% >/8#.*/% V46.*/-. (Klaus Termer. Continental. Miembro del Sindicato de Choferes de San Andrés Isla 2 Sinchosai).
El panorama se hace aún más desafiante cuando se evalúan los indicadores sociales. El departamento presenta una cobertura urbana de redes del 70% en acueducto y del 19% en alcantarillado. Sin embargo, existe un déficit de producción de agua potable que ocasiona un racionamiento al 60% de la población, debido al inadecuado aprovechamiento de las fuentes existentes (planta desalinizadora y pozos profundos). La mala calidad de los servicios de agua potable y saneamiento básico afecta negativamente la salud de la población. Adicionalmente, el déficit de aguas
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lluvias en los meses de enero a mayo, y los excesos de junio a noviembre, inducen a las personas a almacenar este recurso para utilizarlo como fuente de consumo, bajo condiciones poco higiénicas. En 1999 se censaron 15.941 hogares, de los cuales 14.711 correspondían a San Andrés y 1.230 a Providencia. En San Andrés, el 42,4% de los hogares ocupaba vivienda en arriendo, mientras que en Providencia eran únicamente el 14%. El déficit aproximado de viviendas es hoy de 1.500 unidades. Por su parte, la problemática de la educación no radica tanto en la cobertura 2sólo el 2.5% de la población es analfabeta2 como en la baja calidad y poca adecuación de los programas de la educación básica, media y superior, que no corresponden con las necesidades de la población pluricultural y bilingüe. Finalmente, la degradación económica del Archipiélago ha traído como consecuencia la inconformidad de los grupos raizales, así como una marcada polarización entre éstos y los continentales, lo que genera desconfianza y fragmentación del tejido social. Por ello, no he vacilado en señalar que el problema central de la isla en la actualidad 2porque se ha convertido en el principal obstáculo para la intervención desde los más diversos ámbitos institucionales2 es una profunda crisis de convivencia que hace difícil la gobernabilidad y la posibilidad de concertación exitosa alrededor de las prioridades y de las acciones de mediano y largo plazo. +>E6/8)% "4% 0,*'$)3a original que, según mi punto de vista, es la madre de todos los conflictos en las islas. Se trata de la incomprensión. La incomprensión del Estado hacia las costumbres, la historia y, en general, la cultura de los primeros pobladores del Archipiélago. La incomprensión de los nuevos habitantes continentales y extranjeros hacia todos los componentes humanos, socioeconómicos y ambientales del territorio que llegamos a poblar. La incomprensión del ciudadano raizal hacia las limitaciones de su propio
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entorno y hacia el nuevo residente, el nuevo vecino que le tocó aceptar. Este permanente diálogo de sordos que se viene dando por décadas, especialmente en San Andrés, empezó a hacer crisis a partir de los setenta, con las primeras denuncias de desbordamiento poblacional y desequilibrios ambientales. Como una muestra más de la incomprensión reinante, a los primeros que se animaron a señalar estos factores 2hoy aceptados en forma casi unánime2 se los acusó de k#4860#<#/l%9%)4%#$L"4*/%!#/*/%.)%/)0#,#86/8#/-. ( Eduardo Lunazzi, periodista nacido en Buenos Aires, Argentina. Desde que llegó a San Andrés, en 1975, ha sido productor del grupo The Rebels y cofundador del Green Moon Festival).
Los análisis técnicos y los testimonios de los habitantes son coincidentes: frente al drama social que se ha venido acumulando, serán necesarios los esfuerzos continuados de varias administraciones nacionales y locales, para ofrecer una mejor alternativa de futuro a los continentales y raizales que hoy conviven en la isla. Debo reconocer, además, que frente a una tarea de tan vastas proporciones, en el Gobierno del presidente Pastrana sólo tuvimos tiempo para abordar algunos de los problemas más apremiantes. Pero, por encima de cualquier consideración sobre el impacto de los resultados obtenidos, quiero destacar el interés que pusimos todos los funcionarios del Gobierno y, en particular, de la Cancillería, para hacer de las decisiones públicas en la isla, un elemento central en la política de integración y desarrollo fronterizo. Como una de las acciones prioritarias definidas por la Comisión Intersectorial de Integración y Desarrollo Fronterizo, en su primera sesión, se resaltó la importancia de adoptar programas integrales para el desarrollo del departamento Archipiélago, teniendo en cuenta su situación particular, a través de soluciones audaces, pragmáticas y viables en su ejecución.
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En tal sentido, se acordó aprovechar los esfuerzos emprendidos por el gobierno nacional coordinados por el Ministerio de Relaciones Exteriores, el Ministerio del Interior, el Ministerio de Desarrollo y el Departamento Nacional de Planeación, para articular los procesos en marcha con las nuevas propuestas que se generaran desde la Comisión Intersectorial y, por su puesto, desde la propia comunidad sanandresana. Las acciones iniciadas con la intervención directa del Ministerio de Relaciones Exteriores se concretaron en la expedición, en octubre de 2001, de los Decretos 2163 y 2164, que creaban la Consejería Especial para San Andrés, a cargo del Dr. Félix Palacio, y del Decreto 2171 que reglamentaba el Decreto 2762 relativo a la Oficina de Control de Circulación y Residencia (OCCRE), los cuales hacían parte del conjunto de soluciones concertadas por el Gobierno nacional y la comunidad sanandresana. Por otra parte, trabajamos de manera conjunta con otros ministerios en el diseño de una política de población para el Departamento, así como en el seguimiento al documento CONPES 3058, en el que se concretó la inclusión de criterios prioritarios, definidos por el Ministerio de Relaciones Exteriores, como son el diseño de políticas de largo plazo, la priorización de las acciones que beneficien verdaderamente a la comunidad, así como la coordinación interinstitucional necesaria para la implementación de tales medidas. Con el apoyo de la Cancillería, el Instituto Iberoamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y la Gobernación del departamento, el Gobierno nacional formuló el Programa para el Desarrollo de la Pesca Artesanal para el Departamento Archipiélago. En dicho Programa se resalta la labor de exploración y explotación del recurso pesquero en el mar Caribe colombiano, aspecto esencial en la búsqueda de una mejor calidad de vida para sus habitantes. El desafío para el futuro es el trabajo 367
conjunto del Estado en todos sus órdenes para garantizar el ajuste de dicho programa y obtener las fuentes de financiamiento que permitan ponerlo en marcha. Entre el 21 y el 25 de enero de 2002, tuve oportunidad de hacer una visita al departamento Archipiélago, en compañía del ministro del Interior, Armando Estrada; del ministro de Desarrollo, Eduardo Pizano; del subdirector de Planeación Nacional, Tomás González y de otros funcionarios del Estado, con el propósito de conocer la opinión de la comunidad sanandresana sobre sus problemas, expectativas y propuestas de solución. El encuentro con los diversos actores sociales de la isla fue tenso, dadas las profundas críticas que existían al manejo histórico que el Gobierno central les había dado a sus problemas. Las reuniones se prolongaron hasta muy tarde y evidenciaron, de alguna manera, el resentimiento entre raizales y continentales Escuché muy pacientemente, al lado del ministro del Interior y del ministro de Desarrollo y del subdirector de Planeación, los reclamos y los enfrentamientos entre diferentes grupos, que se exacerbaban con la presencia de algunos sectores religiosos, que tienen una enorme influencia en la población. A media noche, cuando ya había dedicado buena parte del tiempo de la reunión a escuchar las inquietudes que tenían los habitantes de la isla, me atreví a hacerles una reflexión muy sincera en relación con lo que San Andrés significa para los raizales, los continentales y la gente del interior, más allá del divorcio de percepciones que existe entre cada grupo.
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Les hablé con gran evocación de lo que San Andrés había representado en diversos momentos de mi vida. Les confesé que, como muchos colombianos, este hermoso lugar había sido mi primer contacto con el mar en la niñez. Pero también les conté que San Andrés fue el refugio que busqué en situaciones personales de gran dificultad, especialmente durante la muerte de Maria Consuelo, mi esposa. Esta conversación directa y personal que partía, además, de un profundo reconocimiento de las dificultades que atravesaban los isleños, generó un enorme impacto en los asistentes, quienes se dieron cuenta cómo efectivamente la gran significación que el Archipiélago tiene para el país, se ve opacada por los enfrentamientos cotidianos entre los diversos grupos locales y por el ambiente de confrontación con la gente del interior. Una vez generado este ambiente de reconocimiento mutuo, logramos identificar las principales acciones que requerían también el activo concurso de los agentes económicos, políticos y sociales de las islas, entre los que debo mencionar el desarrollo y fortalecimiento de las actividades agropecuaria, pesquera, comercial y de turismo; la optimización de los procedimientos administrativos y de control y vigilancia en nuestra frontera marítima para las actividades de pesca; la generación de una política de Estado para el departamento en consideración a sus particularidades; la preservación de los recursos naturales del Archipiélago; la protección de la identidad cultural de los nativos y expedición de un estatuto especial; la conformación de mesas de trabajo permanente para tratar la problemática isleña; y la modificación de normas sobre carrera administrativa de manera que se vinculara a nativos en los cargos del nivel nacional en el departamento.
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Durante el vuelo de regreso a Bogotá, el ministro de Desarrollo y el subdirector de Planeación, me preguntaron sobre mi visión en torno de las insólitas pretensiones de Nicaragua. Tomé un par de hojas amarillas y a través de unos gráficos les expliqué en detalle las delimitaciones marítimas que tiene Colombia en el Caribe y el proceso de construcción de la arquitectura marítima del país, desde su nacimiento como República. Luego de mi presentación, recuerdo que el subdirector de Planeación me confesó que ahora sí comprendía mejor el porqué de mi insistencia en torno a la importancia del Archipiélago, tanto en las reuniones de las Comisiones de Vecindad como del Consejo Nacional de Política Económica y Social (CONPES). En el informe que dirigimos al presidente Pastrana los funcionarios asistentes a este encuentro, el 6 de febrero de 2002, tuvimos oportunidad de manifestar nuestra sincera impresión sobre la delicada situación que atravesaba San Andrés y sobre la validez de muchas de las inquietudes planteadas por los raizales, a las que era posible encontrar alternativas viables de solución. Así mismo, transmitimos las impresiones de la comunidad sobre la insuficiencia de las acciones emprendidas en el marco del documento CONPES 3058, a pesar de los evidentes logros ya reseñados. Pero también fuimos muy precisos en señalar que uno de los principales escollos para la eficiente acción gubernamental, seguía siendo la ausencia de una visión compartida de futuro por parte de los diferentes estamentos de la isla, así como el antagonismo existente al interior de la comunidad sanandresana. San Andrés se ha convertido hoy en uno de los desafíos de mayor importancia de la política social y, al mismo tiempo, de la política exterior de Colombia, como ya lo
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he señalado. Por ello considero que resulta una prioridad de Estado 2no sólo del gobierno de turno2 el análisis y desarrollo de las medidas sugeridas por la misma comunidad para la reactivación económica y la recuperación social del Archipiélago. La arquitectura jurídica que hemos construido en el Caribe para confirmar nuestra jurisdicción marítima, tiene que ser complementada con una cuidadosa arquitectura social y económica. Pero este propósito só$*%/),^%0*/6'$)%/6%)$%0#(/%$)%.#%"4#%+36,#.#% .65),)48)-%#$%;,!&ipiélago y, de manera simultánea, los habitantes del departamento entienden que las soluciones a la creciente degradación económica, social y ambiental, dependen en gran parte de una eficiente administración pública, la voluntad política de todos los sectores representativos de la isla, una integración más efectiva de su sociedad civil y de una mayor sintonía entre ésta y las autoridades locales y regionales.
Nuestra jurisdicción m arítima y la defensa de la soberanía nacional Su condición de país con costas sobre los mares Pacífico y Caribe le ha exigido a Colombia construir una eficaz política de Estado en la defensa del interés nacional en materias como la delimitación de las áreas marinas y submarinas. Éste ha sido uno de los más importantes consensos que ha logrado preservar la nación a lo largo de los años y, en consecuencia, se convirtió en una tradición que conservamos durante los cuatro años que estuve al frente de la Cancillería de San Carlos. Aún así, aquello que con frecuencia no aparece muy legible a los analistas de la política exterior colombiana, es que las bases del andamiaje jurídico sobre el cual se han consolidado los derechos de Colombia en las últimas dos décadas, tanto en el mar Caribe como en el mar Pacífico, tuvieron una relación muy estrecha con otra
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etapa apasionante de las relaciones internacionales del país, en la cual también tuve el privilegio de participar. No hay duda de que nuestra presencia en el Grupo de Contadora168 fue parte de una estrategia por buscar una salida latinoamericana al proceso centroamericano, a través de soluciones pacíficas, como elemento central de la política exterior de nuestra región. Pero en el caso particular de Colombia, esta importante presencia, con el liderazgo visible del presidente Belisario Betancur (1982-1986), tenía un sentido también estratégico, consistente en el hecho de que los tres países envueltos en el conflicto, Honduras, Costa Rica y Nicaragua, comparten una frontera marítima con Colombia. Por lo tanto, nuestro país no podía estar ausente de este escenario decisivo para el futuro de nuestras relaciones internacionales. Es más 2después de los contactos iniciales realizados durante las Administraciones de Alfonso López Michelsen (1974-1978)
y Julio Cesar Turbay Ayala (1978-
1982)2 puedo asegurar ahora, con toda certeza, que fue en los pasillos de las reuniones del proceso de Contadora, donde iniciamos con Julio Londoño, por instrucciones del canciller Augusto Ramírez Ocampo, la etapa final de las negociaciones del Tratado Ramírez Ocampo - López Contreras, hasta llegar a su suscripción con Honduras en agosto del año 1986.
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El Grupo tiene sus orígenes en la reunión de Cancilleres de Colombia, México, Panamá y Venezuela en la isla panameña de Contadora, los días 8 y 9 de enero de 1983. Esta reunión marcó el inicio oficial de sus actividades. Posteriormente, las dinámicas del grupo se impulsaron con la gira del presidente Betancur por Venezuela, México y Panamá, en la cual se entrevistó con los primeros mandatarios para analizar las tensiones bélicas en Centroamérica. Colombia desempeñó un papel protagónico en el Grupo de Contadora. En los tres años de negociaciones y diálogo, nuestro país se inspiró en los principios del Derecho Internacional, específicamente, en los de no intervención, respeto a la libre determinación de los pueblos, promoción de la democracia y solución de controversias para desmontar las crecientes y amenazantes tensiones centroamericanas.
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Es precisamente en esta perspectiva histórica que creo necesario resaltar por su trascendencia para la política exterior colombiana, cómo durante mi gestión se llevó a cabo el canje de los instrumentos de ratificación de los tratados de delimitación marítima con la República de Honduras en el mar Caribe, el 20 de diciembre de 1999, y con la República de Costa Rica, en el mar Pacífico, el 20 de febrero de 2001. L as relaciones entre Colombia y Honduras Las relaciones entre Colombia y Honduras se han caracterizado por una tradición histórica de amistad y un excelente nivel de entendimiento político. Ambas naciones han encontrado en el mar Caribe un punto de convergencia que nos une en la concertación política, el diálogo franco y directo y el impulso a los programas de desarrollo sostenible en la región. Así mismo, hemos compartido el compromiso indeclinable con la defensa y la promoción de los principios democráticos, los derechos humanos y las normas del Derecho Internacional. La identidad de principios nos ha permitido no sólo la construcción de una agenda de trabajo creciente y diversificada, sino también el fortalecimiento y la profundización de las relaciones binacionales. Muestra de este entendimiento bilateral fue la suscripción del Tratado de Delimitación Marítima Ramírez Ocampo 2 López Contreras, el 2 de agosto de 1986, en el Archipiélago de San Andrés. Durante el período transcurrido desde la suscripción del Tratado, los dos países observaron de buena fe sus disposiciones, demostrando así las ventajas y la equidad del instrumento suscrito. Los dos gobiernos realizaron diversas acciones en las áreas marítimas definidas, en materia de control y manejo de recursos del medio marino y la coordinación entre sus autoridades navales. 373
Los Presidentes Andrés Pastrana Arango y Carlos Flores Facusé propiciaron un acercamiento político de muy alto nivel. Por invitación del secretario de estado en el Despacho de Relaciones Exteriores de Honduras, don Roberto Flores Bermúdez, realicé una visita oficial a la República de Honduras, el 23 y 24 de noviembre de 1999, días antes de la aprobación por parte del Congreso de Honduras del Tratado de Delimitación en el mar Caribe, donde fui recibido en audiencia especial por el señor presidente de la República y además, tuve la oportunidad de entrevistarme con destacados parlamentarios de la Asamblea Legislativa. Ésta fue una oportunidad de diálogo político en la cual se evidenció el mutuo interés en impulsar la ratificación. En efecto, dicho Tratado fue aprobado por la Asamblea Legislativa de Honduras, el día 30 de noviembre de 1999 y, por el Congreso de Colombia el 13 de diciembre de 1999, mediante la Ley 539. La Corte Constitucional colombiana declaró exequibles tanto el Tratado como su Ley aprobatoria, mediante Sentencia C-1022 del 16 de diciembre de 1999. El Canje de Instrumentos de Ratificación se realizó en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, el 20 de diciembre de 1999. No recuerdo un procedimiento más expedito en la historia del Congreso colombiano que la aprobación del Tratado de Delimitación Marítima con Honduras, con el fin de que la Corte Constitucional pudiese darle trámite de urgencia, como en efecto ocurrió, y siempre con estricto apego al régimen legal colombiano, para cumplir finalmente con los procedimientos exigidos por el Derecho Internacional. En pocos días logramos completar tanto el trámite en el Congreso como en la Corte Constitucional. Se trató de un trabajo intenso y arduo por parte de todos los sectores políticos, que contó con el valioso consenso de la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores.
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En este proceso me acompañaron en forma muy activa todos los ex presidentes, así como todos los ex cancilleres, Augusto Ramírez Ocampo, quien había sido signatario del Tratado, Carlos Lemos Simmonds, Noemí Sanín, Maria Emma Mejía, Rodrigo Pardo, Diego Uribe Vargas, Julio Londoño, Luis Fernando Jaramillo, con quienes había mantenido una comunicación muy fluida, para informarles de la forma como habían avanzado nuestros contactos con Honduras. De igual manera, debí coordinar un trabajo específico con la Armada Nacional para explicarle al alto mando las implicaciones que tenía esta decisión; e hice gestiones directas, a través de reuniones informativas con las comisiones segundas del Senado y la Cámara que, en este último caso, resultaron decisivas para obtener la rápida aprobación del Tratado por el Congreso en pleno. Recuerdo muy bien que el día de la discusión de este Proyecto, me encontraba en Suecia en una visita oficial y que pasé prácticamente toda la noche en vela, impulsando la aprobación del Tratado. A mi regreso a Colombia, tuve oportunidad de participar en la sesión plenaria de la Cámara de Representantes y del Senado, en la cual se aprobó el Tratado en un acto que resultó particularmente emocionante. En el
momento de su aprobación, todo el Congreso entonó las notas del himno
nacional, en una actitud emblemática y patriótica que expresaba, además, la importancia que tenía para el país el preservar los consensos en asuntos estratégicos de su política exterior. La ratificación del Tratado de Delimitación Marítima con Honduras constituyó un logro de la mayor trascendencia en la historia diplomática de Colombia y en la ejecución de una política exterior que, dentro del marco de la Diplomacia por la Paz, buscó en todo momento defender nuestra soberanía y avanzar en el afianzamiento de nuestra jurisdicción en el Caribe.
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La decisión de Honduras, mereció un comunicado conjunto de los ex presidentes Alfonso López Michelsen y Belisario Betancur, dos activos miembros de nuestra Comisión Asesora de Relaciones Exteriores, la que por cierto fue siempre consultada sobre esta materia: +S;@X;C_%B>%RQZQXv?%B:=., 1 de diciembre de 1999 Comunicado conjunto de los ex presidentes de la República, A lfonso López M ichelsen y Belisario Betancur C uartas, a propósito de la decisión de la República de Honduras, de ratificar el T ratado Ramírez-López sobre delimitación de áreas marinas y submarinas: En nuestra condición de ex presidentes de la República no podemos menos de hacer pública nuestra complacencia por la aprobación que el Órgano Legislativo de la República de Honduras le ha impartido al Tratado RamírezLópez sobre la delimitación de áreas marinas y submarinas. Dicho Tratado fue celebrado el 2 de agosto de 1986 contando de antemano con la aprobación unánime de la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores, en donde tenían asiento los ex presidentes de la República, y con la aprobación del doctor Virgilio Barco, presidente electo por el Partido Liberal. Su aprobación por parte del Congreso Nacional estuvo pendiente de la previa aprobación hondureña. Cumplido este requisito por unanimidad en la noche del 30 de noviembre, confiamos en que, de igual manera, el Congreso de Colombia y la Corte Constitucional no vacilarán en dar su voto afirmativo al proyecto de Ley Aprobatoria del Tratado.
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El dicho instrumento, que contempla el ciclo de tratados de límites marinos, ha sido, desde el momento en que se autorizó al entonces presidente Betancur para suscribirlo por parte de la Comisión Asesora, un tema ajeno a la controversia partidista, ya que se contó con la votación favorable de los miembros de la oposición en todas y cada una de las instancias propias de nuestro ordenamiento constitucional en materia de tratados. Alfonso López Michelsen R)$6/#,6*%R)8#4!",-.
Por su parte, el presidente Andrés Pastrana en su alocución televisada del día 21 de diciembre de 1999, hizo una importante síntesis del proceso seguido con Honduras, así como de su significación para el país: +=*30#8,6*8#/c Hoy es un día especial para Colombia. Quiero anunciarles que el señor ministro de Relaciones Exteriores efectuó en el día de ayer el Canje de los Instrumentos de Ratificación del Tratado sobre Delimitación Marítima entre Colombia y Honduras, suscrito el día 2 de agosto de 1986, el cual durante 13 años no había sido aprobado por la Asamblea Legislativa de la República de Honduras. Surtido el trámite constitucional en las dos naciones, el Tratado ha entrado en vigor y ha sido registrado, de conformidad con el Derecho Internacional, en la Secretaría General de las Naciones Unidas. Con la vigencia del Tratado, nuestro país da un paso trascendental en la tarea
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que se inició en los años setenta, y que ha constituido objetivo prioritario de nuestra política internacional: la reafirmación de nuestra soberanía territorial sobre el Archipiélago de San Andrés, Providencia, Santa Catalina, y demás cayos, islas e islotes que lo componen, y la consolidación de nuestra jurisdicción marítima en el mar Caribe. Este Tratado, celebrado y perfeccionado en ejercicio del derecho soberano y de la obligación que tienen los Estados de delimitar sus fronteras, pone fin a una larga controversia con el hermano país de Honduras, que ha sido resuelta de manera justa, equitativa y pacífica, como ha sido la tradición de Colombia en su política exterior y en estricto apego a los principios y normas del Derecho Internacional. Con la ratificación del Tratado, se reconoce y reafirma la soberanía de Colombia sobre Serranilla y Bajo Nuevo. Así mismo, esta delimitación no prejuzga sobre otras fronteras marítimas que estén establecidas o pudieren establecerse en el futuro entre cualquiera de las partes contratantes y terceros Estados, siempre que no se afecte la jurisdicción reconocida a la otra parte contratante por el presente instrumento. Compatriotas, los títulos que Colombia posee sobre el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina tienen su origen en la Real Orden del 20 de noviembre de 1803, por la cual es irrefutable que el Archipiélago pertenecía al Nuevo Reino de Granada al momento de su independencia. De acuerdo entonces, con el uti posidetis juris de 1810, es territorio colombiano. Desde esa época, nuestro país ha venido ejerciendo soberanía y jurisdicción en forma continua, pacífica e ininterrumpida. Cualquier otra consideración resulta necia. Vale la pena recordar que la soberanía colombiana adicionalmente fue reconocida por Nicaragua en el Tratado
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Esguerra-Bárcenas de 1928 y el Acta de Canje de los Instrumentos de Ratificación del citado tratado de 1930. Es decir, que los títulos y la presencia histórica y soberana de Colombia son indiscutibles, no como se ha pretendido sugerir con precarios argumentos, que atentan contra uno de los principios más sagrados del Derecho Internacional, el pacta sunt servanda , el que pacta se obliga. El Tratado con Honduras es la aceptación expresa de los derechos territoriales de Colombia sobre el Archipiélago como ya ha sido reconocido por la comunidad internacional. Frente a cualquier eventualidad, los colombianos haremos valer nuestros derechos con los argumentos de la razón y sin recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza como malintencionadamente algunos articulistas extranjeros pretenden sugerir. Finalmente, deseo destacar el trabajo coordinado y armónico que imperó en las tres ramas del Estado para que fuese posible, en breve tiempo pero siempre ajustado a la legalidad colombiana, cumplir con el trámite constitucional para su aprobación y ratificación. En nombre de los colombianos y especialmente de los habitantes del departamento Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina debo darle las gracias al Congreso Nacional, a la Corte Constitucional, a los señores ex presidentes de la República y ex cancilleres, al procurador general de la Nación y al defensor del pueblo, a todos los sectores políticos, académicos y a los medios de comunicación, por la actitud patriótica que a lo largo de este proceso asumieron y que fue definitiva para cristalizar un propósito nacional permanente y preservar una soberanía que, como ya indiqué, ejercemos sin interrupción. Este ejemplo es la mejor demostración de que, para la consecución de los
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grandes objetivos nacionales, todos los colombianos, sin distingos, debemos trabajar unidos buscando consensos, porque así se defiende mejor el auténtico interés nacional. Colombianos: en nuestra riqueza marina, en su preservación y explotación adecuadas, descansa buena parte del futuro y del desarrollo económico del mundo moderno y de la nación colombiana. Las generaciones venideras, estoy seguro, reconocerán el empeño inteligente y la labor seria, profesional y eficiente de un grupo de destacados colombianos que durante una generación han logrado construir la arquitectura marítima de Colombia. A todos ellos, el agradecimiento sincero del pueblo y del primer m#4.#8#,6*%.)%$*/%!*$*3'6#4*/-.
L as relaciones entre Colombia y Costa Rica Existe un hecho que ha caracterizado históricamente la relación bilateral entre Colombia y Costa Rica: su apego a la democracia, así como el respeto a los principios, las normas y los procedimientos del derecho internacional, que se ha traducido en el cumplimiento de buena fe de los tratados y acuerdos firmados entre las partes. Sobre esta base, y a través del ejercicio concertado de la soberanía, debo destacar la ratificación del Tratado de Delimitación de Áreas Marinas, Submarinas y Cooperación Marítima en el Mar Pacífico, entre la República de Colombia y la República de Costa Rica, adicional al firmado en la ciudad de San José el 17 de marzo de 1977, que permitió hacer acuerdos en materia de delimitación marítima en el mar Caribe y que fuera suscrito en Bogotá el 6 de abril de 1984.
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Esta ratificación, sin lugar a dudas, representó un paso más en la defensa de la soberanía nacional, la consolidación de 340 mil kilómetros cuadrados de jurisdicción marítima de Colombia en el Océano Pacífico y el fortalecimiento de su proyección hacia la Antartida. En el origen de este proceso me había correspondido participar, cuando el 6 de junio de 1985 tuve la oportunidad de firmar al lado del presidente Belisario Betancur, en mi calidad de ministro encargado de Relaciones Exteriores, la sanción aprobatoria de la Ley 54 de ese año que avalaba el Tratado suscrito entre los dos países en 1984, en adición al ya firmado en 1977. A comienzos del año 2000, coincidimos con el entonces canciller costarricense, Roberto Rojas, en la necesidad de impulsar el trámite de aprobación del Tratado de 1984 en el Congreso de su país, como paso previo al acto de canje de Instrumentos de Ratificación, para concluir el proceso de delimitación el Océano Pacífico. En consecuencia, a través de un intercambio de notas diplomáticas, nos dimos a la tarea de regularizar la entrada en plena vigencia del Tratado, en los siguientes términos:
!"#$%&'()*+,#+-./0*+"()* Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto San José, 29 de mayo de 2000 No. 396-UAT-PE Tengo el honor de dirigirme a Vuestra Excelencia para hacer referencia al proceso de ratificación del Tratado sobre Delimitación de Áreas Marinas y
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Submarinas y Cooperación Marítima entre la República de Colombia y la República de Costa Rica, suscrito en Bogotá el 6 de abril de 1984: Es la opinión del Gobierno de Costa Rica que de conformidad con lo preceptuado en el artículo 24 inciso 1 de la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados, la entrada en vigencia del Tratado en mención, será en el momento del canje de los respectivos instrumentos de ratificación, diligencia que será realizada de la manera y en la fecha que consideren conveniente nuestros Gobiernos. En tal sentido considera que el cambio de la fecha establecida en el artículo III del mencionado Tratado del 6 de abril de 1984, de ninguna manera altera su objeto y fin. Así mismo, el Gobierno de Costa Rica expresa que el proceso interno de conclusión del Tratado sobre Delimitación de Áreas Marinas y Submarinas y Cooperación Marítima entre la República de Colombia y la República de Costa Rica, suscrito el 17 de marzo de 1977, al que hace referencia el Tratado del 6 de abril de 1984, continuará en su condición actual, hasta que se cumpla con los requisitos constitucionales internos de aprobación de los Tratados, y se lleve a cabo en su oportunidad el Canje de los Instrumentos de Ratificación. El Gobierno de Costa Rica desea conocer si el Ilustre Gobierno de Colombia, está de acuerdo con el contenido de la presente nota. Le ruego aceptar, Excelencia, las muestras de mi alta y distinguida consideración. Roberto Rojas-:
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República de Colombia Ministerio de Relaciones Exteriores DM-M-14081 San José, 29 de mayo de 2000 Señor Ministro: Tengo el honor de dirigirme a Vuestra Excelencia con ocasión de referirme a su atenta nota No. 396-UAT-PE del 29 de mayo de 2000. Me es grato expresar a Su Excelencia que el Gobierno de Colombia comparte el criterio de que 2de conformidad con lo preceptuado en el artículo 24 inciso 1) de la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados2 la entrada en vigencia del Tratado sobre Delimitación de Áreas Marinas y Submarinas y Cooperación Marítima entre la República de Colombia y la República de Costa Rica, suscrito en Bogotá el 6 de abril de 1984, será en el momento del Canje de los Instrumentos de Ratificación, diligencia que se realizará de la manera y en la fecha que consideren conveniente nuestros Gobiernos. Igualmente considera mi Gobierno que el cambio de la fecha establecida en el artículo III de este Tratado, de ninguna manera altera el objeto y el fin del citado instrumento. Mi Gobierno comparte además la posición del Ilustrado Gobierno de Costa Rica de que el cumplimiento y aplicación del Tratado sobre Delimitación de Áreas Marinas y Submarinas y Cooperación Marítima entre la República de Colombia y la República de Costa Rica, suscrito el 17 de marzo de 1977,
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continuará en su condición actual, hasta que se cumpla con los requisitos constitucionales internos de aprobación de los Tratados y se lleve a cabo en su oportunidad el Canje de los Instrumentos de ratificación. Sin embargo, el Gobierno de Colombia confía que los trámites para la aprobación por parte de la Asamblea Legislativa de la República de Costa Rica del citado Tratado de 1977 continúen su curso 2y se lleve a cabo en su oportunidad el canje de los instrumentos de Ratificación2 de manera similar al trámite que el Ilustrado Gobierno de Costa Rica a dispuesto respecto al Tratado de 1984. Le ruego aceptar, Excelencia, las muestras de mi más alta y distinguida consideración. Z"6$$),3*%C),4^4.)F%.)%S*8*-:
En efecto, la Asamblea Legislativa de Costa Rica, mediante Ley N° 8084 del día 7 de febrero del 2001, aprobó finalmente el Tratado, con lo cual quedó allanado el camino para el acto final de este proceso. Por la trascendencia histórica que adquirió este procedimiento, creo importante reproducir en su totalidad el Acta de Canje de Instrumentos de Ratificación entre los dos países: +>$% )E!)$)48(/63*% S)<*,% Z"6$$),3*% C),4^4.)F% B)% S*8*?% U646/tro de Relaciones Exteriores de la República de Colombia y el Excelentísimo Señor Roberto Rojas López, ministro de Relaciones Exteriores y Culto de la República de Costa Rica, reunidos en San José de Costa Rica el día 20 de febrero del año 2001, en la Casa Amarilla sede del Ministerio de Relaciones
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Exteriores y Culto, para efectuar el canje de Instrumentos de ratificación del Tratado sobre Delimitación de las Áreas Marinas y Submarinas y Cooperación Marítima entre el Gobierno de la República de Colombia y el Gobierno de la República de Costa Rica, suscrito en Bogotá, Colombia, el seis (6) de abril de 1984, en representación de sus respectivos Gobiernos, declaran: Que el cambio de la fecha establecido en el artículo III de este Tratado, para proceder al canje de Instrumentos de Ratificación, de ninguna manera altera el objeto y fin de dicho Tratado. Que mediante intercambio de las notas diplomáticas 396-UTA-PE del 29 de mayo de 2000 del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de la República de Costa Rica y D-M-M-14081 del 29 de mayo de 2000 del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de Colombia, se acordó que la diligencia del canje de los respectivos Instrumentos de Ratificación, será realizada de la manera y en la fecha que consideren conveniente los dos Gobiernos. Que el cumplimiento del Tratado sobre Delimitación de Áreas Marinas y Submarinas y Cooperación Marítima, suscrito el 17 de marzo de 1977, continuará en la condición actual hasta que se lleve a cabo el canje de los respectivos Instrumentos de Ratificación de este Tratado. En consecuencia, proceden a canjear los respectivos Instrumentos de Ratificación del Tratado sobre Delimitación de Áreas Marinas y Submarinas y Cooperación Marítima firmado en la ciudad de Bogotá el día 6 de abril de 1984, con lo cual el citado instrumento entra en vigor hoy 20 de febrero de 2001.
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EN FE DE LO CUAL, se suscribe la presente ACTA DE CANJE, en dos ejemplares del mismo tenor, cuyos textos son igualmente auténticos y dan fe, en San José de Costa Rica, a los veinte días del mes de febrero del año dos mil uno.
POR EL GOBIERNO DE LA REPÚBLICA DE COLOMBIA GUILLERMO FERNÁNDEZ DE SOTO POR EL GOBIERNO DE LA REPÚBLICA DE COSTA RICA ROBERTO ROJAS.
De esta manera, quedaron concluidas dos piezas maestras de nuestra arquitectura jurídica marítima que, sin duda, se constituirán en pilares fundamentales para la defensa de los derechos del país. En uno y en otro caso, debo reconocer la importancia del papel jugado por la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores, así como el consejo sabio y oportuno de los ex presidentes, que nos permitieron consolidar el ejercicio de nuestra soberanía como una política de Estado, más allá de las tendencias partidistas o de los compromisos con un programa de Gobierno. Éste será, sin duda, uno de los grandes legados del presidente Andrés Pastrana en materia de política exterior, quien en todo momento participó de la orientación y de las decisiones adoptadas para conseguir estos resultados, como consta en las actas de la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores. En todo este proceso de fortalecimiento y consolidación del andamiaje jurídico colombiano debo destacar, además, el trabajo que ha adelantado el ex canciller, Julio Londoño Paredes, quien ha sido el hilo conductor en esta política de Estado y quien ha sido mi maestro en los temas de delimitaciones. Merece el más alto reconocimiento de toda Colombia, por su seriedad, profesionalismo y consagración
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al estudio y sus invaluables contribuciones a la política exterior y al futuro de nuestra nación. L as relaciones entre Colombia y Nicaragua Desde el comienzo de mis gestiones al frente de la Cancillería de San Carlos, me tracé el propósito de incidir en la profundización de nuestras relaciones con Nicaragua, para construir el mismo ambiente de cooperación e integración logrado con países vecinos como Honduras y Costa Rica. Pero los sucesos posteriores marcarían un rumbo diferente en las aproximaciones con este país centroamericano, especialmente con la presentación de la demanda de Nicaragua contra Colombia ante la Corte Internacional de Justicia, mediante la cual éste reclama insólitamente la soberanía sobre el Archipiélago de San Andrés y le solicita también a la Corte trazar una frontera marítima entre los dos países.
Los derechos de Colombia 169 El Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, con todas sus islas, islotes, cayos y bancos forman parte integrante del territorio de Colombia desde el nacimiento de nuestro país. Desde el inicio de su vida como nación independiente, Colombia ha ejercido en forma pública, pacífica e ininterrumpida su soberanía y jurisdicción sobre el Archipiélago.
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Esta síntesis histórica se fundamenta en una serie de documentos que preparamos en el Ministerio de Relaciones Exteriores, a lo largo de mis cuatro años de gestión.
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Por Real O rden del 20 de noviembre de 1803 se dispuso que el A rchipiélago de San A ndrés y la parte de la Costa de Mosquitos, quedara segregada de la C apitanía G eneral de G uatemala y dependiente del V ir reinato de Santa F e, situación que no experimentó cambio alguno hasta la iniciación del período republicano. N/%# -%*/%# O/2@*$%6# ='$5"2# ("2%-.$5/./%# ,"5# E"*"&4-/# ("&"# ,/53$# .$# %'# 3$55-3"5-"#.$#*/#&-%&/#&/2$5/#("&"#*/#E"%3/#O"%+'-3-/7## # D2# PQRS6# $*# 5$,5$%$23/23$# .$*# T"4-$52"# 2-(/5/@U$2%$6# +'$# %$# *$# )/40/# /'3"5-:/."# .$%-@2/5# $2# */# E"%3/# O"%+'-3-/6# .$%("2"(-<# */%# /'3"5-./.$%# &'2-(-,/*$%# .$# */%# -%*/%# 9# /# *"%# ,"("%# .0/%# */%# -%*/%# 9# /*@'2/%# *"(/*-./.$%# ='$5"2# "(',/./%# ,"5# ='$5:/%# 2-(/5/@U$2%$%7# V'2+'$# $*# E"2@5$%"# .$# E"*"&4-/# /'3"5-:<# /*# T"4-$52"# ,/5/# .$(*/5/5# */# @'$55/# /# !-(/5/@'/# 9# 5$-23$@5/5#*/%#-%*/%#O/2@*$%#/#*/#M'5-%.-((-<2#.$#*/#W$,X4*-(/6##$*#&-2-%35"#.$# W$*/(-"2$%# DC3$5-"5$%# .$# E"*"&4-/6# ("2# &-5/%# /# $;-3/5# ('/*+'-$5# /(3"# +'$# ,'.-$5/#/*3$5/5#*/#,/:#$2#*/#5$@-<26#%$#*-&-3<#/#,5"3$%3/5#&$.-/23$#2"3/#.$*#Y# .$#2!@#&7$4&-/&-ABCD-?!4-%,-!.6?,.#<"-/&-%,'-#'%,'-*'!$4&-%,'-.6,%&'-0#&"&-%,W&?E$%#.,-#"/#'?60,$%&'-0F06%!'-/&-/!7#"#!-:-?4!?#&/,/(7# # D*# Z# .$# %$,3-$&45$# .$# PQRY# '2# 2'&$5"%"# @5',"# .$# ;$(-2"%# .$# */# -%*/# .$# O/2@*$# T5/2.$6# 3$2-$2."# $2# ('$23/# +'$# E"*"&4-/# $5/# */# .'$L/# *$@/*# .$# */# -%*/6# 5$-3$5/5"2# '2/# %"*-(-3'.# +'$# $*# /L"# /23$5-"5# )/40/2# ="5&'*/."# /*# ,5$%-.$23$# .$# E"*"&4-/# 9# /# 35/;?%# .$*# T"4$52/."5# .$*# .$,/53/&$23"# .$# ["*0;/5# IE"*"&4-/J6# ,-.-$5"2# ,5"3$((-<2# 9# /9'./# .$*# @"4-$52"# ("*"&4-/2"6# ,/5/# $**"%# 9# %'%# ,5",-$./.$%7# D*# O-2-%3$5-"# .$# W$*/(-"2$%# DC3$5-"5$%# .$# E"*"&4-/# -2="5&<# /# */%# /'3"5-./.$%# .$,/53/&$23/*$%# +'$# .$%.$# $*# Y# .$# 2";-$&45$#.$*#/L"#/23$5-"56#)/40/#,5"3$%3/."#/*#@"4-$52"#.$#!-(/5/@'/#,"5# */#"(',/(-<2#.$#*/%#-%*/%7## G$4"# %$L/*/5# +'$# .$%.$# */# -2.$,$2.$2(-/# .$# */# ("5"2/# $%,/L"*/# 9# */# ='2./(-<2# .$# */# W$,X4*-(/6# E"*"&4-/# )/# $M$5(-."# ,X4*-(/6# ,/(0=-(/# $# -2-23$55'&,-./&$23$# %'# %"4$5/20/# %"45$# $*# V5()-,-?*/@"# .$# \/2# V2.5?%6# -2(*'9$2."#3"./%#*/%#-%*/%6#-%*"3$%#9#(/9"%#+'$#)/($2#,/53$#.$#?%3$7# # A"5# %'# ,/53$6# !-(/5/@'/# 2'2(/# )/# $M$5(-."# %"4$5/20/# /*@'2/# %"45$# $%3$# V5()-,-?*/@"#9#2"#,'$.$#.$&"%35/5#,5'$4/#/*@'2/#.$#$M$5(-(-"#.$#('/*+'-$5# ="5&/#.$#/.&-2-%35/(-<2#%"45$#?%3$6#.'5/23$#*"%#%-@*"%#]F]#9#]]7# # 388
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>$%0,*!)/*%.)%.6$#8#.#/%4)L*!6#!6*4)/%!"$364G%!*4%$#%/"/!,60!6G4%.)$%+X,#8#.*%/*',)% =")/86*4)/% X),,68*,6#$)/-170 (Esguerra 2 Bárcenas), el 24 de marzo de 1928, mediante el cual Colombia reconoce la soberanía y pleno dominio de Nicaragua sobre la Costa de Mosquitos, comprendida entre el cabo de Gracias a Dios y el río San Juan, y sobre las islas Mangle y, a su vez, Nicaragua reconoce la soberanía y pleno dominio de Colombia sobre las islas de San Andrés, Providencia, Santa
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TRATADO SOBRE CUESTIONES TERRITORIALES ENTRE COLOMBIA Y NICARAGUA
La República de Nicaragua y la República de Colombia, deseosas de poner término al litigio territorial entre ellas pendiente, y de estrechar los vínculos de tradicional amistad que las unen, han resuelto celebrar el presente Tratado, y al efecto han nombrado sus respectivos plenipotenciarios, a saber: Su Excelencia el Presidente de la República de Nicaragua, al doctor don José Bárcenas Meneses, Subsecretario de Relaciones Exteriores; y Su Excelencia el Presidente de la República de Colombia, al doctor don Manuel Esguerra, enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario en Nicaragua. Quienes, después de canjearse sus plenos poderes, que hallaron en debida forma, han convenido en las siguientes estipulaciones: ARTÍCULO I La República de Colombia reconoce la soberanía y pleno dominio de la República de Nicaragua sobre la Costa de Mosquitos comprendida entre el Cabo de Gracias a Dios y el Río San Juan, y sobre las islas Mangle Grande y Mangle Chico, en el Océano Atlántico (Great Corn Island, y Little Corn Island), y la República de Nicaragua reconoce la soberanía y pleno dominio de la República de Colombia sobre las islas de San Andrés, Providencia, Santa Catalina y todas las demás islas, islotes y cayos que hacen parte de dicho Archipiélago de San Andrés. No se consideran incluidos en este Tratado los Cayos Roncador, Quitasueño y Serrana; el dominio de los cuales está en litigio entre Colombia y los Estados Unidos de América. ARTÍCULO II El presente Tratado será sometido para su validez a los Congresos de ambos Estados, y una vez aprobados por éstos, el canje de las Ratificaciones se verificará en Managua o Bogotá, dentro del menor término posible. En fe de lo cual, nosotros, los respectivos Plenipotenciarios firmamos y sellamos. Hecho en duplicado en Managua a veinticuatro de marzo de mil novecientos veintiocho. (L.S.) (L.S.)
J. BÁRCENAS MENESES MANUEL ESGUERRA
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Catalina y todas las demás islas, islotes y cayos que hacen parte del Archipiélago de San Andrés. El Tratado fue discutido y aprobado por el Congreso de Colombia el 17 de noviembre de 1928 y por el Congreso de Nicaragua el 6 de marzo de 1930.171 Al discutirse su aprobación en el Congreso nicaragüense en 1930, la Corporación lo hizo con el entendido de que el Archipiélago de San Andrés no se extendía al occidente del meridiano 82°. G'5/23$# $%3$# .$4/3$# -23$52"6# /*@'2"%# ("2@5$%-%3/%# 2-(/5/@U$2%$%# ("2%-.$5/5"2# 2$($%/5-"# +'$# /*# -2%35'&$23"# /("5./."# ("2# E"*"&4-/# %$# *$# /.-(-"2/5/# '2/# (*K'%'*/# $2# */# +'$# %$# %$L/*/5/# $*# &$5-.-/2"# Q^_# .$# T5$$2`-()6# ("&"# $*# # *0&-3$# M'5-%.-((-"2/*# .$*# V5()-,-?*/@"# .$# \/2# V2.5?%# 9# A5";-.$2(-/7# \-2# $&4/5@"6# .-()/# /.-(-<2# ,5$%$23/4/# .-=-('*3/.$%# ,/5/# %$5# -2("5,"5/./# $2# $%3$# &"&$23"# /*# 35/3/."6# 3"./# ;$:# +'$# 9/# )/40/# %-."# /,5"4/."#,"5#$*#E"2@5$%"#("*"&4-/2"7# # Este debate, y las implicaciones jurídicas de la adición sugerida, fueron conocidas plenamente por el ministro de Relaciones Exteriores de Nicaragua y los senadores de esa República. Por lo tanto, la adición mencionada no puede considerarse en ningún momento como una propuesta formulada a la ligera. Todo lo contrario, ésta fue cuidadosamente concertada entre el canciller de Nicaragua y sus asesores con la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado. Por consiguiente, al incluir la cláusula sobre el meridiano 82º, el Ejecutivo y el Congreso de Nicaragua tenían pleno conocimiento de lo que se estaba incorporando al Tratado. 171
El Tratado y el Acta de Canje de los Instrumentos de Ratificación fueron registrados ante la Liga de las Naciones por Colombia el 16 de agosto de 1930 y por Nicaragua el 25 de mayo de 1932.
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Esta adición, luego de su aceptación por parte del Gobierno de Colombia, fue incluida en el Acta de Canje de los Instrumentos de Ratificación, que se llevó a cabo el 5 de mayo de 1930.172 Desde entonces Colombia ha ejercido jurisdicción marítima hasta el citado meridiano. En el tratado se estipuló que los cayos Roncador, Quitasueño y Serrana no se !*4/6.),#'#4% 64!$"6.*/% )4% )$% 8,#8#.*?% 0")/% )$% .*3646*% .)% % 1/8*/% )/8#'#% )4% +$686L6*% entre Colombia 9% $*/% >/8#.*/% V46.*/% .)% ;31,6!#-:% >/8#% /68"#!6G4% 5")% 3*.656!#.#% por Colombia y los Estados Unidos, con la celebración del Tratado Vázquez-Saccio, firmado el 8 de septiembre de 1972, en Bogotá, entre los dos países. Mediante éste, los Estados Unidos retiraron sus reclamaciones de soberanía sobre los citados cayos, haciéndose además precisiones con respecto a la condición de Quitasueño, a la operación de las ayudas de navegación y a la pesca en las aguas
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ACTA D E CANJE
Habiéndose reunido en las oficinas del Ministerio de Relaciones Exteriores del Gobierno de Nicaragua el Excelentísimo señor doctor D. Manuel Esguerra, enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de Colombia en Nicaragua, y el Excelentísimo señor doctor D. Julián Irias, Ministro de Relaciones Exteriores con el objeto de proceder al canje de las ratificaciones de sus respectivos Gobiernos, relativas al Tratado celebrado entre Colombia y Nicaragua, el día veinticuatro de marzo de mil novecientos veintiocho, para poner término a la cuestión pendiente entre a mbas Repúblicas, sobre el Archipiélago de S an Andrés y Providencia y la Mosquitia Nicaragüense; en vista de que los plenos poderes conferidos al efecto están en buena y debida forma, y habiendo encontrado dichas ratificaciones en un todo conformes, efectuaron el canje correspondiente. Los infrascritos, en virtud de la plenipotencia que se les ha conferido, y con instrucciones de sus respectivos Gobiernos, declaran: que el Archipiélago de S an Andrés y Providencia, que se menciona en la cláusula primera del Tratado referido no se extiende al occidente del meridiano 82 º de Greenwich. En fe de lo cual, los infrascritos firman la presente por duplicado, sellándola con sus respectivos sellos. Hecha en Managua, a los cinco días del mes de mayo de mil novecientos treinta. (L.S.) (L.S.)
MANU EL E S G U ERRA J. IRIAS G.
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adyacentes. Este tratado fue también debidamente perfeccionado por las partes y está en vigor desde el 17 de septiembre de 1981. No obstante todo lo anterior, el día 4 de febrero de 1980, en un acto sin precedentes, la entonces Junta de Reconstrucción Nacional de Nicaragua expidió una declaración mediante la cual pretendió declarar la invalidez del Tratado Esguerra-Bárcenas, con el argumento de que dicho instrumento era nulo e inválido. Esta insólita pretensión fue rechazada rotundamente por Colombia. Nunca, ni antes ni después de la formulación de dicha pretensión, el Gobierno de Colombia ha dejado de ejercer el control efectivo, pacífico e ininterrumpido sobre el Archipiélago y sobre los espacios marítimos que genera cada una de las islas, islotes y cayos que hacen parte del mismo. Desde entonces, Colombia ha sido enfática en señalar que la pretensión nicaragüense, además de cuestionar el espíritu y la letra de un Tratado incontrovertible, viola el principio de Pacta Sunt Servanda !el que pacta se obliga2 que consagra la Carta de las Naciones Unidas y que nuestro país ha convertido en norma tutelar de sus relaciones internacionales en el curso de dos siglos de vida independiente.
Los hechos recientes El 6 de diciembre de 2001, Nicaragua presentó una aplicación contra Colombia ante la Corte Internac6*4#$% .)%\"/86!6#?% 3).6#48)%$#%!"#$%,)!$#3#%$#%/*'),#4(#%/*',)%+$#/% islas y cayos de San Andrés y Santa Catalina y todas las islas y cayos que les
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!*,,)/0*4.)4-?% #/(% !*3*% /*',)% $*/% !#9*/% .)% b*4!#.*,?% S),,#4#?% S),,#46$$#% 9% Quitasueño (en la medida que ellos sean susceptibles de apropiación)-.173 Señala Nicaragua igualmente en su aplicación que el tratado Esguerra-Bárcenas de 1928 carece de validez legal y en consecuencia no puede constituir la base para los títulos de Colombia sobre el Archipiélago de San Andrés. Nicaragua, negando que el meridiano 82° constituya un límite marítimo, solicita así mismo, que a la luz de las decisiones que adopte respecto a la soberanía sobre el ;,!&6061$#L*?%$#%=*,8)%.)8),364)%+)$%!",/*%.)%"4#%5,*48),#%3#,(863#%H46!#%)48,)%%las áreas de plataforma continental y zona económica exclusiva pertenecientes respectivamente a Nicaragua y Colombia de conformidad con principios equitativos y circunstancias relevantes reconocidas por el Derecho Internacional general como aplicables a t#$%.)8),364#!6G4%.)%%5,*48),#%3#,(863#%H46!#-: 174 Nicaragua afirma en su aplicación que las negociaciones diplomáticas con Colombia fracasaron después que en 1995 el presidente Ernesto Samper Pizano (1994-1998) anunciara la posibilidad de un encuentro entre los cancilleres de ambas partes, en ese entonces Rodrigo Pardo, para discutir las posibles diferencias sobre límites. En esa forma los nicaragüenses pretenden evitar cualquier argumento de nuestra parte sobre la falta de un proceso de negociación directa antes de acudir a la Corte Internacional de Justicia. Aunque Nicaragua había expresado desde hace varios años su intención de demandar a Colombia ante la Corte 2no sólo respecto al carácter del meridiano 82°
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Ver Aplicación de la República de Nicaragua , diciembre 6 de 2001.
174
Ibid. 394
de Greenwich como límite marítimo entre los dos países, sino a la soberanía sobre el Archipiélago de San Andrés y Providencia2 fue después del canje de los Instrumentos de Ratificación del Tratado sobre Delimitación Marítima entre Colombia y Honduras, llevado a cabo en Nueva York el 20 de Diciembre de 1999, que las amenazas se hicieron más explícitas y evidentes. En varias oportunidades en los últimos años, durante la realización de diferentes eventos internacionales, había conversado informalmente con los cancilleres de Nicaragua, con el propósito de generar un ambiente de cordialidad que permitiera el diálogo franco entre las partes. Sin embargo, con el paso de los días fue evidente que para el Gobierno de ese país, resultaba políticamente ineludible denunciar a Colombia, tanto respecto a la soberanía integral sobre el Archipiélago de San Andrés, como por el carácter del meridiano 82° de Greenwich. Es bueno dejar en claro que en diferentes oportunidades en mi condición de canciller informé detalladamente a la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores de las anunciadas intenciones de Nicaragua de demandar a Colombia. Debo recordar, en particular, cómo en la reunión de la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores, en noviembre de 2001, se analizó entre sus miembros el estado de las relaciones con ese país centroamericano y lo que percibíamos iba a hacer Managua en relación con la presentación de la demanda ante la Corte Internacional de Justicia.
Los asesores internacionales Meses antes del canje de los Instrumentos de Ratificación del tratado con Honduras, en prevención de una eventual demanda de Nicaragua contra nuestro país, solicité la asesoría de uno de los más connotados especialistas en Derecho del Mar, el profesor
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francés Prosper Weil, quien ya había rendido concepto a Colombia sobre el caso con Nicaragua en el año 1996. Más adelante, fue incorporado igualmente como asesor el profesor norteamericano Stephen Schwebel, quien acababa de abandonar el cargo de presidente de la Corte Internacional de Justicia, después de 9 años de ejercicio y de una permanencia de 19 años en el alto tribunal. Participé en la mayor parte de las reuniones e intercambios con los profesores Schwebel y Weil, en los que estuve acompañado por el embajador Julio Londoño Paredes. Igualmente, la viceministra de Relaciones Exteriores, Clemencia Forero Ucrós, estuvo presente en algunas de estas reuniones y recibió, en la misma forma que el embajador Julio Londoño, copia de todo el intercambio epistolar realizado con los distinguidos juristas. Posteriormente, el Gobierno adelantó gestiones para reforzar su equipo de asesores internacionales. Con este propósito, contacté al profesor Sir A rthur W atts, de nacionalidad británica, quien ha litigado en varios casos ante la Corte. E l gobierno igualmente acudió al doctor E duardo V alencia Ospina, el único colombiano con experiencia en la Corte Internacional de Justicia quien fue por muchos años secretario general de la misma, y por consiguiente con gran experiencia en los procedimientos del tribunal. E l Gobierno del presidente U ribe ha mantenido a estos importantes juristas en el equipo de Colombia. La estrategia de Nicaragua Ante la eventual demanda de Nicaragua, el panorama que se presentaba para nuestro país era complicado. Nicaragua no tenía nada que perder, fuera del costo financiero del proceso. Por eso se lanzaba contra el Tratado de 1928, rompiendo los principios y normas fundamentales del Derecho Internacional. No era difícil prever los instrumentos que Nicaragua presentaría como base de competencia de la Corte en su demanda contra Colombia. T anto en el pleito 396
con Honduras en 1968 ( Case concerning border and trasborder armed actions: Nicaragua v. Honduras), como en el planteado en 1999 contra ese país, había alegado la declaración de aceptación por parte de ambos países de la jurisdicción de la Corte de conformidad con el artículo 36.2 del Estatuto de ese T ribunal 175 y con el Pacto de Bogotá. 176 A l ser también Colombia y Nicaragua partes en el Pacto de Bogotá y estar ambas vinculadas por las declaraciones de aceptación de la jurisdicción de la Corte Internacional de Justicia, formuladas en 1937 y 1929, respectivamente, era claro que Nicaragua optaría por la misma vía. Como se recordará en julio de 1979, el sandinismo tomó el poder en Nicaragua. Pocos meses más tarde, el 4 de febrero de 1980, el c1./($$*'%8(40*$%9:#-/,+,;%*.% un acto sorpresivo convocó al cuerpo diplomático acreditado en ese país centroamericano, al que le distribuyó una declaración de los comandantes de la revolución mediante la cual Nicaragua pretendió declarar la nulidad e invalidez del T ratado Esguer ra - Bárcenas, suscrito en 1928 con Colombia. E n la misma reunión fue distribuido un memorial que denominó 3<(=',% >lanco6 con una serie de argumentos que supuestamente demostraban los legítimos derechos que asisten a Nicaragua en su lucha por defender y mantener la integridad de sus ter ritorios insulares y de su plataforma continental. A demás de lo insólito del caso desde el punto de vista jurídico, usando argumentos falsos y tendenciosos, Nicaragua buscó aprovecharse de la 175
>$% #,8(!"$*% Jw:o% )/8#'$)!)c% +D*/% >/8#.*/% 0#,8)/% )4% )$% 0,)/)48)% >/8#8"8*% 0*.,^4% .)!$#,#,% )4% !"#$7"6),% momento que reconocen como obligatoria ipso facto y sin convenio especial, respecto a cualquier otro Estado que acepte la misma obligación, la jurisdicción de la Corte en todas las controversias de orden jurídico que versen sobre: a. La interpretación de un tratado; b. Cualquier cuestión de Derecho Internacional; c. La existencia de todo hecho que, si fuere establecido, constituiría violación de una obligación internacional; d. La naturaleza o extensión de la reparación que ha de hacerse por el quebrantamiento de una obligación 648),4#!6*4#$:176
El Tratado Ame,6!#4*%.)% S*$"!6*4)/%A#!(56!#/?% !*4*!6.*%!*3*%xA#!8*%.)%R*L*8^-?%5")%/"/!,68*%)$%JK%.)% #',6$%.)%Ihmi:%>4%1/8)?%%$#/%A#,8)/%=*48,#8#48)/%%+!*4M6)4)4%)4%#'/8)4),/)%.)%$#%#3)4#F#?%.)$%"/*%.)%$#%5"),F#%*% de cualquier otro medio de coacción para el arreglo de sus controversias y en recurrir en todo tiempo a 0,*!).636)48*/%0#!(56!*/-:%+>4%!#/*%.)% 7")%)48,)%.*/%*%3^/%>/8#.*/%/6L4#8#,6*/%/)%/"/!68)%"4#%!*48,*M),/6#% que, en opinión de las partes, no pueda ser resuelta por negociaciones directas a través de los medios diplomáticos usuales, las partes se comprometen a hacer uso de los procedimientos establecidos en este Tratado-:
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tradicional política de Colombia sobre la solución pacífica de controversias para reivindicar una parte del ter ritorio colombiano. Nicaragua actuó de mala fe, en clara violación de normas y principios del Derecho Internacional, en particular del principio del pacta sunt servanda . Este país con la demanda del 6 de diciembre de 2001, pretende ahora usar a la Corte Internacional de Justicia como instrumento para lograr sus aspiraciones.
Las opciones de Colombia L as únicas posibilidades que tenía Colombia para tratar de abstraerse a la jurisdicción obligatoria de la Corte eran la denuncia del Pacto de Bogotá, el retiro de la Declaración de 1937177 y, en última instancia, alegar mediante las excepciones preliminares, la no competencia de la Corte en virtud de los artículos V I y X X X I V 178 del Pacto de Bogotá. A lgunos han mencionado también como opción, pero de forma equívoca y contra producente para la salvaguardia de los intereses de Colombia, la posibilidad de la no comparecencia de nuestro país ante la Corte Internacional de Justicia. Sin embargo, la no comparecencia implicaba riesgos aún mayores a los que nos veríamos expuestos con el proceso mismo. E l artículo 53 del Estatuto de la Corte establece que cuando una de las partes no comparezca o se abstenga de defender su caso, la otra podrá pedir que se decida a su favor, con el único requisito de que la Corte, antes de dictar su decisión, se asegure que tiene competencia conforme a las disposiciones de los A rtículos 36 y 37, así como que la demanda esté bien fundada en cuanto a los hechos y al derecho. L a no comparecencia de ninguna manera inhibe al T ribunal para continuar el procedimiento ni afecta el carácter vinculante de sus decisiones. De tal manera que esa actitud de nuestra parte no evitaría el fallo del T ribunal, que además se pronunciaría atendiendo exclusivamente a los 177
+D#%b)0H'$6!#%.)%=*$*3'6#%,)!*4*!)%!*3*%*'$6L#8*,6#%.)%0$)4*%.),)!&*%9%/64%!*4M)4!6G4%)/0)!6#$?%'#W*% condición de reciprocidad, con respecto a todo otro Estado que acepte la misma obligación, la jurisdicción de la Corte Permanente de Justicia Internacional, de conformidad con el artículo 36 del Estatuto. La presente declaración no se aplica sino a las controversias surgidas de hechos posteriores al 6 de enero de 1932-. Ginebra, octubre 30 de 1937. 178
A rtículo V I +X#30*!*%0*.,^4%#0$6!#,/)%.6!&*/%0,*!).636)48*/%#%$*/%#/"48*/%9#%,)/")$8*/%0*,%#,,)L$*%.)% las partes, o por laudo arbitral, o por sentencia de un tribunal internacional, o que se hallen regidos por #!"),.*/%*%8,#8#.*/%)4%M6L)4!6#%)4%$#%5)!&#%.)%$#%!)$)',#!6G4%.)$%0,)/)48)%A#!8*:A rtículo X X X I V +S6% $#% =*,8)% /)% .)!$#,#,)% 64!*30)8)48)% 0#,#% !*4*!),% .)% $#% !*48,*M),/6#% 0*,% $*/% 3*86M*/% señalados en los artículos V, VI y VII de este Tratado, se declarará terminada la controversia-.
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argumentos de Nicaragua. T an alto riesgo jurídico y político no lo podía asumir Colombia. L a denuncia del Pacto de Bogotá, de conformidad con lo señalado en el artículo L V I,179 no hubiera evitado el pleito, ya que después de la denuncia el instrumento continuaría vigente por un año más, motivando seguramente a Nicaragua a precipitar su demanda. Esa situación se hubiera dado en cualquier momento en este o en cualquier Gobierno. Es claro que Nicaragua no desperdiciaría la posibilidad de tratar de ganar algo 2*-&0?-% 2*% % 3@1=*'% */@12,% &,'% $1% =,'216% *$% Derecho Internacional con la pretendida denuncia del tratado en 1980.
Las excepciones preliminares L as excepciones preliminares, como planteamientos que hace el Estado demandado frente a la competencia y admisibilidad de la demanda por parte de la Corte, se analizaron con mucho cuidado. Es evidente que la Corte como cualquier juez o tribunal tiene la tendencia a defender su competencia. Pero no es menos cierto que la presentación de las excepciones preliminares es una opción jurídica claramente establecida en el Derecho Internacional y en la práctica ante la Corte. De los casos contenciosos presentados al T ribunal mediante demanda unilateral, hasta el año 2002, han sido numerosos aquellos objeto de excepciones preliminares. Se llegó en nuestro caso a la conclusión de que su presentación constituía para el Gobierno una obligación moral y política. Ni ahora, ni menos en el futuro se entendería que el país no hubiera hecho todos los esfuerzos a su alcance para evitar que la soberanía sobre el A rchipiélago de San A ndrés y sus áreas marítimas hasta el meridiano 82° se constituyeran en materia de controversia frente a Nicaragua. A unque de conformidad con lo establecido en el artículo 79.1 del reglamento de la Corte, las excepciones preliminares pueden presentarse hasta tres meses 179
+>$%0,)/)48)%X,#8#.*%,)L6,^%64.)5646.#3)48)?%0),*%0*.,^%/),%.)4"4!6#.*%3).6#48)%#M6/*%#486!60#.*%.)%"4% año, transcurrido el cual cesará en sus efectos para el denunciante, quedando subsistente para los demás signatarios. La denuncia será dirigida a la Unión Panamericana, que la transmitirá a las otras Partes Contratantes. La denuncia no tendrá efecto alguno sobre los procedimientos pendientes iniciados antes de transmitido el #M6/*%,)/0)!86M*:-
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después de que la parte demandante haya entregado su memoria, en la reforma del reglamento adoptada por el T ribunal en diciembre del año 2000, se estableció la posibilidad de que las excepciones preliminares fueran resueltas previamente por la Corte. E l Gobierno, ante la decisión de alegar excepciones preliminares, debía optar o &,'% 3*-+'*.1'6% A,')1$)ente la nueva norma y solicitar a la Corte que despejara la pertinencia de las excepciones, o por atenerse al procedimiento tradicional establecido en el artículo 79.1. del reglamento. Si se decidiera por la presentación previa e inicial, así se debía solicitar al presidente de la Corte en la reunión del 20 de febrero de 2002 que los agentes de las partes tuvieron con aquél algunas semanas después de presentada la aplicación de Nicaragua. L a Corte, por conducto de su presidente, consultaría entonces la opinión de la contraparte y en caso de que ésta estuviere de acuerdo, posiblemente aceptaría entrar a considerar las excepciones previamente. A dicionalmente, como las excepciones se pueden presentar en cualquier momento, antes de los tres meses después de la fecha de presentación de la memoria de Nicaragua, el nuevo Gobierno estaría en la posibilidad de conocer dicha memoria y de participar y adoptar la decisión final, lo que consideré una cortesía elemental. E n ese caso, se suspendería la consideración del pleito de fondo, mientras se absuelve el caso de las excepciones.
E l alcance de las excepciones preliminares E l Gobierno del presidente Pastrana entró entonces a examinar la modalidad para presentar las excepciones sobre competencia y admisibilidad, teniendo en cuenta las disposiciones del Pacto de Bogotá y la reserva colombiana incluida en la declaración de 1937. A l analizar cuidadosamente el Pacto de Bogotá, se encontró que su A rtículo V I, exceptuaba de la aplicación de los procedimientos previs+,-;% 3$,-% 1-0.+,-% B1% '*-0*$+,-% &,'% 1''*4$,% 2*% $1-% &1'+*-!% ,% C0*% -*% @1$$*.% '*4(2,-% &,'% 1/0*'2,-% ,% +'1+12,-% *.% D(4*./(1% *.% $1% A*/@1% 2*% /*$*='1/(E.% 2*$% &'*-*.+*% F1/+,6G% 9*% +1$% manera que, habiendo sido resuelta por las partes mediante el tratado de 1928 en vigencia el 30 de abril de 1948, el asunto de la soberanía sobre el A rchipiélago de San A ndrés y el señalamiento de la frontera marítima entre los dos Estados, dentro del marco del Pacto de Bogotá y en aplicación de los artículos V I y X X X I V antes referidos, la Corte no tendría jurisdicción para conocer de la controversia y, por lo tanto, debería declararla por terminada.
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Colombia, sin embargo, aunque quedaría vinculada en principio por la Declaración de 1937, podría acogerse a la reserva que había formulado al depositarla, en el sentido de que sólo aceptaría la jurisdicción de la Corte para diferencias surgidas de hechos posteriores al 6 de enero de 1932. H abiendo sido firmado el tratado Esguer ra-Bárcenas en 1928 y entrado en vigencia en mayo de 1930, la Corte tampoco sería competente para conocer la demanda nicaragüense.
E l retiro de la declaración de Colombia de 1937 A l examinar cuidadosamente la situación con los asesores internacionales al servicio de Colombia, se encontró que nuestro país podría retir ar o modificar la Declaración de 1937 de aceptación de la jurisdicción de la Corte. De hecho, aunque la Corte había aludido en su jurisprudencia a un término razonable de tiempo para que el retiro de una declaración entrara en vigencia, actitud similar habían adoptado varios Estados. Estando en esas consideraciones, el Gobierno de Nicaragua, que desde 1929 mantenía inalterable su declaración de aceptación de la Corte, resolvió sorpresivamente el 23 de octubre del 2000, modificarla para evitar que Costa Rica la demandara por los problemas surgidos entre los dos países por la navegación del río San Juan. L a notificación tuvo efecto inmediato. L a O ficina L egal de Naciones Unidas notificó a los Estados ocho días más tarde de que la modificación formulada había entrado en vigor. Este precedente hizo reconsiderar al Gobierno de Colombia la posibilidad de retirar la declaración de 1937 que venía analizando. Q uedaría de todas maneras ante la Corte la evidencia de la posición de Colombia de rechazar la revisión de un tratado de carácter ter ritorial y de la absurda posición de Nicaragua de atentar contra el principio de la intangibilidad de los tratados, piedra angular de la relación entre los Estados. Lo que no significaba una -(+01/(E.% 2*% 3'*=*$2516% 1.+*% *-*% T ribunal, ya que de todas maneras nominalmente su competencia quedaría abierta de conformidad con lo establecido en el Pacto de Bogotá. Esta posibilidad la consulté individualmente con los señores ex presidentes de la República en reuniones celebradas con asistencia de la viceministra de Relaciones E xteriores, C lemencia Forero, y del embajador Julio Londoño. Igualmente fue consultada con la Comisión Asesora de Relaciones E xteriores en pleno el 27 de noviembre de 2001. T anto los ex presidentes, como la Comisión Asesora en su conjunto, conceptuaron favorablemente sobre el retiro.
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Igualmente, informé a todos los candidatos presidenciales quienes entendieron los argumentos expuestos por el gobierno. Sin embargo, antes de proceder a hacerlo, con instrucciones del presidente Pastrana y por recomendación de la Comisión Asesora, viajé en compañía del embajador Julio Londoño a W ashington y París para consultar nuevamente, y en forma personal, este asunto con los profesores Schwebel y W eil. A mbos coincidieron, una vez más, en la conveniencia de dar el paso de forma inmediata; señalaron sus ventajas en la eventualidad de que Colombia se viera en la obligación de presentar excepciones preliminares; e indicaron la posibilidad de llegar a tener éxito. E l retiro se produjo el 5 de diciembre de 2001. Nicaragua presentó al día siguiente su anunciada demanda contra Colombia. E l momento del retiro de la declaración por parte de Colombia y de la presentación de la demanda nicaragüense se debió, por consiguiente, a una coincidencia. E ra ésta una decisión que venía estudiándose con meses de antelación y que se adoptó por las razones señaladas anteriormente. Para algunas personas no era lógico que Nicaragua hubiese decidido demandar a Colombia. Sin embargo, es conveniente destacar que ese país centroamericano ya había demandado a Honduras en el año de 1999, por la ratificación del T ratado de Delimitación M arítima con Colombia. Procedí entonces, de acuerdo con la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados 2que en su artículo 7 faculta a los ministros de Relaciones Exteriores a representar a su Estado sin necesidad de plenos poderes para la ejecución de todos los actos relativos a los Tratados2 a retirar con efecto inmediato la declaración de 1937. Ésta es, por lo demás, una práctica internacional común, reconocida incluso desde 1933 por el Tribunal Permanente de Justicia Internacional en el litigio sobre +>$%>/8#8"8*%W",(.6!*%.)%Z,*)$#4.6#%Q,6)48#$-:% Debe recordarse que por normas del derecho internacional consuetudinario algunas de ellas codificadas en la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados se ha establecido una competencia clara para los jefes de Estado, jefes de Gobierno y ministros de relaciones exteriores para representar sin necesidad de plenos poderes a sus Estados. Es decir, ésta es una atribución dada directamente por el derecho internacional
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Para los efectos de la ley colombiana, lo anterior se corrobora con las funciones que se le han asignado al ministro de Relaciones Exteriores, en el Decreto 2105 del 8 de octubre de 2001. No sobra recordar, de acuerdo con la sentencia de la Corte Constitucional C-276 del 22 de julio de 1993, que una vez manifestado el consentimiento en obligarse frente a un Tratado por parte de un Estado, este acuerdo sale de la orbita del Derecho Interno para pasar a la órbita del Derecho Internacional, por lo que todos los actos relacionados con el mismo, caen dentro de la esfera de competencia exclusiva del Ejecutivo. Tampoco, como algunos analistas lo han sugerido, se requeriría de la intervención del Congreso de la República, por cuanto también debe tenerse presente que las competencias de los funcionarios públicos son regladas de conformidad con el artículo 6 de la Constitución Política de Colombia, por lo que éstos pueden hacer lo que estrictamente les está permitido por la Constitución y por la ley, tal como lo reconoció la Corte Constitucional en la Sentencia C-337 del 19 de agosto de 1993. En ese sentido, no existe ninguna norma de carácter legal o constitucional que dé competencia al Congreso para que conozca actos por los cuales se da por terminada la jurisdicción obligatoria de una Corte, o del retiro de una declaración o una reserva o de la denuncia del Tratado. Tampoco existe ninguna norma que establezca obligatoriamente que estos actos deban ser autorizados por una ley y en consecuencia que el Ministerio de Relaciones Exteriores deba presentar proyectos de ley al Congreso de la República, previo a la ejecución de algunos de los actos señalados anteriormente.
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Así lo reconoció en primera instancia el Tribunal Administrativo de Cundinamarca, sección tercera, en providencia del 24 de marzo de 1998, con ocasión del levantamiento de la reserva que hizo el Estado colombiano a la Convención de Viena contra el tráfico ilícito de estupefacientes, por la entonces canciller María Emma Mejía a la prohibición de la extradición de nacionales colombianos. Ésta determinación fue impugnada, por cuanto se consideró que exigía previo al levantamiento de la reserva el trámite de una nueva ley, con el argumento de que la reserva que se levantaba había sido aprobada igualmente por ordenamiento legal. En este sentido, este Tribunal /)<#$Gc%+@*%)E6/8)%4*,3#%!*4%5"),F#%3#8),6#$%.)%$)9%*%.)% acto administrativo alguno, que obligue a la ministra de Relaciones Exteriores a que someta el levantamiento de una reserva a un tratado o convenio internacional, al 8,^368)%*,.64#,6*%.)%"4#%$)9%)E0).6.#%0*,%)$%=*4L,)/*-. +Se anota además, que el numeral 2 del artículo 189 de la Constitución Política le atribuye al presidente de la República la facultad de dirigir de manera permanente y continua las relaciones del país, como supremo director de las mismas, por cuanto no sólo nombra a los agentes diplomáticos y consulares que lo representan y lo mantienen informado de las actividades que se desarrollan en otros países, sino que es el primer responsable ante la comunidad internacional, toda vez que en la celebración de cualquier tratado o convenio, él es el encargado, en primera instancia, de comprometer el Estado colombiano, en otros términos, únicamente el Presidente de la República puede determinar como director supremo de las relaciones internacionales el momento, la forma y las condiciones para la negociación y posterior celebración de un tratado, el levantamiento de reservas o cualquier otro aspecto derivado de los mismos tratados. No puede entonces ningún otro órgano perteneciente a las demás ramas del poder público comprometer el nombre de Colombia o solicitar al jefe de Estado que 404
proceda hacerlo ya que ello equivale a desconocer el principio de separación de 0*.),)/-. La anterior tesis fue refrendada por el Consejo de Estado, mediante la Providencia del 30 de abril de 1998, mediante la cual confirmó el pronunciamiento del Tribunal. La Corte Consti8"!6*4#$% &#% 64.6!#.*% 7")% +.)/0"1/% .)% 0),5)!!6*4#.*% )$% X,#8#.*% /)% pierde la capacidad de su juzgamiento interno, haciendo tránsito al campo del Derecho I48),4#!6*4#$-. Por todas las razones anteriores, como ha ocurrido en diversas ocasiones, el canciller con la delegación legal que ha recibido del presidente de la República, está plenamente facultado para proceder como ocurrió en el presente caso. Como he mencionado anteriormente, la decisión del retirar la Declaración de Colombia de 1937 se tomó una vez fue consultada la Comisión Asesora y luego de la obtención de los conceptos favorables de los abogados internacionales de Colombia. Debo indicar que, en presencia de Julio Londoño Paredes, en el trayecto de la residencia de la E mbajada de Colombia en W ashington hacia al aeropuerto, para tomar un avión a F rancia, y posterior a una reunión con el profesor Schwebel en W ashington y una conferencia telefónica con el profesor W eil en París, me comuniqué personalmente con los ex presidentes Samper, T urbay y López. Los tres ex presidentes me indicaron que siguiera adelante con el retiro de la jurisdicción porque se había cumplido con la recomendación de la Comisión Asesora y se tenía el concepto favorable de los abogados internacionales. L uego de algunas consultas con los ex presidentes de la República y con los candidatos presidenciales, Colombia designó como agente ante la Corte a su ex canciller, Julio Londoño Paredes. M ás tarde nombró como coagente al embajador en L a H aya, doctor V ladimiro Naranjo.
Trabajos de preparación en la Cancillería 405
Desde el inicio de mi gestión como canciller, consideré prioritario continuar con las tareas, ya desar rolladas desde 1996, por un equipo de trabajo del M inisterio para adelantar los análisis pertinentes y compilar los documentos relativos al caso. Es así como bajo la dirección de la viceministra C lemencia Forero Ucrós y del ex canciller Londoño, este equipo logró reunir y sistematizar miles de documentos, en un hecho sin precedentes dentro de la C ancillería colombiana. Hoy, Colombia tiene un amplio acervo probatorio que no deja ninguna duda del ejercicio de la jurisdicción, primero por el V ir reinato de la Nueva G ranada y luego por la República de Colombia entre 1803 y 1821 sobre el A rchipiélago y las áreas marítimas adyacentes. E n este trabajo participaron, además del grupo de investigación de la C ancillería, diferentes embajadas y misiones colombianas en el exterior, así como varias entidades oficiales. T ambién se constituyó, igualmente por mis instrucciones, un grupo conformado por la A rmada Nacional, la Dirección M arítima y Portuaria, el Instituto Nacional de Pesca (I NP A), el Instituto de Investigaciones M arítimas (I vemar) y la E mpresa Colombiana de Petróleos (E copetrol), para adelantar ciertos trabajos de investigación incluidos misiones de reconocimiento a todos y cada uno de los cayos e islas del A rchipiélago. Estas y otras entidades del Estado continúan adelantando trabajos.
Las consultas por el Gobierno nacional Desde el primer momento, el Gobierno invitó a un grupo de abogados colombianos expertos en Derecho Internacional público para que colaboraran dentro del proceso. E ntre ellos, debo señalar a los doctores Diego U ribe V argas, E nrique G aviria, C ésar Moyano, M arco G erardo Monroy C abra, G ermán C avelier, A ndelfo G arcía, Rafael Nieto Navia, Á lvaro T irado M ejía, Ricardo V argas T aylor, K ent F rancis y Juan José Q uintana. Con las personas de este grupo residente en Bogotá, sostuve varias reuniones, a las que asistieron igualmente la viceministra C lemencia Forero Ucrós y el embajador Londoño, en las que se les informó minuciosamente de la estrategia que estaba siguiendo la C ancillería y se les ilustró en aspectos de carácter técnico y jurídico en relación con el caso. E n la misma forma, mantuvimos informados sobre el particular a los señores ex cancilleres de la República y a otros sectores de la opinión pública colombiana.
Los plazos para la presentación de la parte escrita
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E l día 20 de febrero de 2002, la Corte celebró una reunión entre las partes a la que asistieron los respectivos agentes y los ministros de Relaciones E xteriores de Colombia y de Nicaragua con el propósito de fijar plazos para la presentación de los respectivos alegatos. Nicaragua solicitó 12 meses para la presentación de su memoria y Colombia 18 meses para la de su contramemoria. L a Corte por disposición del 26 de febrero de 2002, fijó los plazos así: el 28 de abril de 2003 para la presentación de la memoria de Nicaragua y el 24 de junio de 2004, para la contramemoria de Colombia.
Comentarios finales Con base en estos elementos y en todas las gestiones y conceptos recibidos, me reuní con el presidente Uribe y la nueva canciller, Carolina Barco, para entregarles personalmente un detallado informe sobre el caso, a través de un memorando que me solicitó redactar el presidente Pastrana. En este memorando quedó claro que los trabajos realizados hasta el final de la administración y aquellos que se encuentran en elaboración, constituyen un importante acervo documental para la adecuada defensa y preservación de los intereses de Colombia. Debo subrayar que la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores fue informada y consultada constantemente en la toma decisiones en este caso y su apoyo fue de vital importancia para avanzar en la salvaguardia de los más altos intereses de la nación. Dando continuidad a la estrategia que siguió siendo la del Gobierno actual, el embajador Julio Londoño Paredes, agente de Colombia ante la Corte Internacional de Justicia, presentó el 21 de julio de 2003, en La Haya, las excepciones
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preliminares a la competencia de esa Corte para conocer de la demanda elevada por Nicaragua contra Colombia. La presentación de excepciones preliminares suspendió el proceso iniciado por Nicaragua y, por consiguiente, la consideración del fondo del asunto. De acuerdo con su reglamento, la Corte procedió a dar traslado al Gobierno de Nicaragua de las excepciones planteadas por Colombia para que exprese sus puntos de vista sobre el particular y convocó a los agentes para escuchar los puntos de vista de cada una de las partes sobre el término de tiempo que se le debía dar a Nicaragua para la presentación de sus observaciones. En efecto, de acuerdo con la orden del 24 de septiembre de 2003, la Corte fijó el 26 de enero de 2004 como fecha límite para la presentación de las observaciones de Nicaragua. A la luz de la memoria presentada por Nicaragua, es evidente que los Gobiernos de los presidentes Pastrana y U ribe obraron cor rectamente. De manera intencional no he querido emitir mayores opiniones sobre la estrategia de Colombia y el fondo de la solicitud presentada por Nicaragua, en razón a la natural discreción y reserva que asuntos de esta naturaleza le imponen a quien ha tenido el privilegio de participar en el diseño y la puesta en marcha de la estrategia colombiana y por el rol que en los próximos años deberé cumplir en este tema. Finalmente, deseo concluir resaltando que la defensa de nuestra soberanía se ha constituido tradicionalmente en una política de Estado. Por ello, en estos momentos se hace imprescindible la unidad nacional, más allá de intereses personales o sectoriales y de visiones partidistas. La demanda de Nicaragua contra Colombia se constituye, sin lugar a dudas, en el reto más importante para la política exterior de Colombia en los próximos años.
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CAPITULO VIII UNA NU EVA AG ENDA PARA LA INTE GRACIÓN ANDINA E n el mundo de hoy, es mejor navegar en convoy que solos.
E nrique Iglesias E l retorno a las fuentes constituye, con frecuencia, un buen recurso para revisar el camino seguido y trazar nuevos rumbos. Tal vez por ello conviene recordar que los dos presidentes que impulsaron el Acuerdo de Cartagena 180 !y lo cristalizaron en el año de 1969! fueron dos mandatarios democráticos: el entonces jefe de Estado de Colombia, Carlos Lleras Restrepo, y el mandatario de Chile, don Eduardo F rei Montalva. Se trataba de dos experimentados guerreros que habían hecho política siempre desde la democracia, y habían anticipado que muchos de los problemas de sus países no se podían resolver dentro de estrechos marcos nacionales. Soñaron, por lo tanto, con un mercado común que los hiciera más grandes, menos vulnerables a los ciclos internacionales, capaces de proveer empleo estable y bienestar social a sus poblaciones. Ambos líderes fueron testigos excepcionales de lo que el Plan Marshall, primero, y poco más tarde los acuerdos franco-alemanes del carbón y el acero, hicieron por E uropa, un continente que ellos visitaron en ruinas, pero que comenzaba a 180
E l A cuerdo de C artagena, firmado en 1969 por los países que hoy conforman la Comunidad A ndina, +(*.*% /,),% ,=H*+(D,-% 3&',),D*'% *$% 2*-1'',$$,% *C0($(='12,% B% 1')E.(/,% 2*% $,-% países miembros en condiciones de equidad, mediante la integración y la cooperación económica y social; acelerar su crecimiento y la generación de ocupación; facilitar su participación en el proceso de integración regional, con miras a la formación gradual de un merca2,% /,)7.% $1+(.,1)*'(/1.,6. Asimismo, 3&',&*.2*'%1%2(-)(.0('%$1% D0$.*'1=($(212%*I+*'.1%B% )*H,'1'%$1%&,-(/(E.%2*%$,-% países miembros en el contexto económico internacional; fortalecer la solidaridad subregional y reducir las diferencias de desar rollo existentes entre *$$,-6G
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alzarse otra vez como una potencia. E ran visionarios con un profundo conocimiento del pasado de sus países y sabían por ello que, antes y después que cualquier tratado, la integración andina se fundaba en una realidad inmemorial. E n estos territorios, los hombres han intercambiado cerámicas, textiles, ritos, canciones e ilusiones desde el comienzo de los tiempos. Sabían por lo tanto que "#$%&"' ()' *+",+-.' /$0"1"),$23' 2)/$)-4' ,-5-' "#$%&"' ()' *+",+-.' 5"/$&"116)"-4' -'
una realidad caribe. E n el período histórico que cubren estas líneas, y durante el cual me correspondió atender los asuntos propios de la integración subregional, inicialmente desde la Cancillería colombiana y luego desde mis funciones como Secretario General de la Comunidad Andina, debí enfrentar un período de transición particularmente complejo, caracterizado por tres circunstancias claramente marcadas. Después de un crecimiento exponencial del comercio a lo largo de la década de los noventa, el intercambio andino presentó la más profunda contracción de los años recientes en 1999, como consecuencia de la fuerte recesión de los países andinos, la que fue inducida, en gran medida, por los efectos globales de la crisis asiática. Colombia con una caída del 4.2% en su producción interna y Venezuela con un desempeño negativo del 6.1% fueron los que sintieron los mayores impactos económicos y las mayores caídas en su comercio bilateral, con un efecto neto de gran magnitud sobre el intercambio andino. Una nueva caída del comercio intrandino se presentó en el año 2002, producto de la crisis política y económica venezolana, que indujo a una nueva contracción ! esta vez del 24%! en su comercio bilateral con Colombia. Las perspectivas para el 2003 tampoco eran auspiciosas como consecuencia de las medidas de control de cambios introducidas por las autoridades venezolanas que, durante el primer 410
semestre del 2003, tenían prácticamente paralizados los pagos de los importadores venezolanos y los flujos de exportaciones de los empresarios colombianos hacia el vecino país. A ello habría que agregar las medidas de comercio administrado del mismo Gobierno venezolano, que afectaron de manera considerable a los demás países andinos. A lo anterior es necesario agregar que, en el momento de asumir mis funciones como Secretario General de la Comunidad Andina, todos los países enfrentaban grandes retos en el manejo de su gobernabilidad interna como consecuencia de transiciones democráticas en algunos de ellos, de inestabilidad política en otros y de grandes desafíos económicos y sociales en la totalidad de las naciones, que amenazaban con restarle prioridad a los propósitos de convergencia en asuntos clave de la integración. Sólo basta citar la crisis política y delicada polarización que hoy vive Venezuela, así como los sucesos ocurridos en noviembre de 2003, con el surgimiento de graves hechos de violencia que convulsionaron a Bolivia, provocaron sensibles perdidas humanas y condujeron a la renuncia del Presidente Gonzalo Sánchez de Lozada. Esta situación le impone a esta nación un enorme reto para consolidar la democracia, promover el diálogo entre los diversos sectores de la sociedad civil e impulsar el desarrollo económico.
E n medio de esta compleja transición que me correspondió experimentar, siempre he conservado la convicción de que la integración no es una opción más de la cual se puede prescindir en momentos de dificultad. Se trata de un proyecto político, en todo el sentido de la palabra, para enfrentar el escepticismo de quienes insisten en tratarnos como un vecindario de naciones empobrecidas y, al mismo
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tiempo, para desplegar el potencial de esta asociación con el fin de convertir a nuestros países en actores relevantes en la escena internacional. Convicción por la democracia Precedido de estas convicciones, desde el inicio del Gobierno del presidente Pastrana, tracé como una de las prioridades de nuestra política exterior los esfuerzos orientados a fortalecer la integración andina sobre la base de un enfoque multidimensional, que fuera más allá de las áreas comercial y económica e incluyera los aspectos sociales, políticos y culturales de este proceso. Con este enfoque, Colombia mantuvo una posición de liderazgo en la Comunidad Andina. No sólo como Secretaría Protémpore, dignidad que desempeñó en el período 1999 ! 2000, sino también a lo largo de nuestro ejercicio en las labores propias de la
Cancillería. Esta tarea pasó necesariamente por el relanzamiento de los valores democráticos, como la guía esencial de la alianza entre nuestros países, tal como quedó consignado en la Declaración del Consejo Presidencial Andino sobre Democracia e Integración con motivo de la toma de posesión del presidente Andrés Pastrana el 7 de agosto de 1998. Este compromiso fue suscrito unos meses después en la ,$(/2/'/"'78-1&-4'9-1&(:234'"3'';<'/"'-,&(=1"4',-5-'()''*91-&-,-3-'>/$,$-)23'23'
Acuerdo de Car&2:")2.4' ?' 0("' reafirmado por todos los países en la Cumbre Presidencial de Lima, el 10 de junio de 2000. E l Protocolo estableció las medidas a ser adoptadas por la comunidad de naciones ante una eventual ruptura del orden democrático en un país miembro. Así mismo, determinó la eliminación progresiva de los derechos para cualquier nación asociada que sufriera una ruptura en su ordenamiento democrático.
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Precisamente en la ciudad de Lima, el día 9 de junio de 2000, el presidente Andrés Pastrana refrendó con sus palabras el compromiso adquirido por la Comunidad Andina desde el encuentro en Bogotá, en torno a la indisoluble unión entre integración y democracia, en un momento de grandes desafíos para el Perú, que realizaba esta Cumbre en medio de una profunda crisis política. E l Consejo Presidencial Andino estaba convocado para el 9 y 10 de junio del año 2000 y en él Colombia haría traspaso de la Secretaría Protémpore al Perú. Sin embargo, la fecha definitiva de la realización de esta reunión se encontraba en duda, porque a mediados de mayo no se sabía si la segunda vuelta de las elecciones presidenciales !que enfrentaría a Alberto F ujimori y a Alejandro Toledo! se realizaría el 3 o el 10 de junio. Las elecciones fueron anticipadas para el 3 de junio, a pesar del acuerdo hecho previamente con el Secretario General de la O E A, quien había recomendado su aplazamiento para garantizar un mejor seguimiento a la transparencia del proceso. E l retiro de Alejandro Toledo unos días antes de la contienda, en medio de sus denuncias por un posible fraude, permitió al presidente F ujimori presentarse como único candidato y proclamarse ganador de unas elecciones marcadas por el desconcierto de los peruanos. Estos resultados, como era de preverse, no fueron reconocidos por la oposición y, por lo tanto, el ambiente se tornó aún más tenso. La situación no podía ser más complicada. Por tal razón, teníamos la plena certeza de que el presidente F ujimori iba a tratar de sacar el máximo provecho de la visita de los presidentes andinos a esa Cumbre, para presentar el encuentro como un apoyo a su reelección. E l momento era también especialmente tenso para las relaciones entre Bogotá y Lima, porque el presidente F ujimori había utilizado
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el conflicto en nuestro país con fines electorales, a través de su invitación 8"152)")&"' 2' "@$&21' 32' 33252/2' *,-3-5=$2)$A2,$B)' /"3' 9"1C.D' E$)' "5=21:-4'
también entendíamos que no resultaba conveniente para el sistema andino que el presidente Pastrana se ausentara de esta cita, más aún cuando él tenía que pronunciar el discurso de apertura. Después de hacer algunas exploraciones de la situación en el Perú, coordinadas por nuestra leal y brillante embajadora en ese país, María Cristina Zuleta de Patiño, coincidí con el presidente Pastrana, en que su presencia sería una señal muy contundente en el sentido de que veníamos a esta Cumbre a respaldar la democracia peruana, a fortalecer la integración andina, pero de ninguna forma a servir de soporte político al presidente F ujimori. E n el vuelo hacia Lima resolvimos, por lo tanto, incluir en el discurso un par de párrafos muy directos, que obligaran al primer mandatario peruano a suscribir esa cláusula, como una forma de ponerlo en evidencia de la situación que él mismo había generado en su país. Recuerdo muy bien que cuando llegamos a nuestra embajada en Lima, el presidente Pastrana decidió hacerle algunos ajustes a la parte pertinente, por lo que demoramos un poco el comienzo de la sesión. Al llegar al recinto donde se realizaba la reunión pudimos comprobar la molestia del presidente F ujimori, por la espera a la que lo habíamos sometido. Poco antes de concluir su discurso, el presidente Pastrana destacó que la integración andina se había fundado siempre en los principios y postulados de la democracia. Por lo tanto, invitó a sus colegas !con una mirada directa al presidente F ujimori quien se encontraba sentado a su derecha ! a ratificar, sin dilaciones, el Protocolo Adicional al Acuerdo de Cartagena que establece el compromiso de la Comunidad Andina con la democracia. 414
Indicó, además, que ésta era la oportunidad propicia para reafirmar ante el mundo la indeclinable voluntad de las naciones andinas con ese compromiso. Como se menciona en dicho Protocolo, " la plena vigencia de las instituciones democráticas y el Estado de Derecho son condiciones esenciales para la cooperación política y el proceso de integración económico, social y cultural " . E l presidente Pastrana reconoció la actitud positiva que representaba la decisión del presidente F ujimori de invitar a una misión del más alto nivel de la Organización de Estados Americanos (O E A) que tenía el propósito de explorar, con el Gobierno del Perú y otros sectores de la comunidad política, opciones y recomendaciones dirigidas a un mayor fortalecimiento de la democracia en ese país. Saludó con entusiasmo esta decisión del mandatario peruano !que éste se había visto en la obligación de tomar frente a la gran presión nacional e internacional ! y confió en que las recomendaciones que produjera la misión de la O E A, permitieran avanzar en el cumplimiento de lo acordado en el Acta de Constitución del Pacto Andino, cuando se señaló que este proceso está fundado en principios de igualdad, justicia, paz, solidaridad y democracia. De esta manera !concluyó el Presidente Pastrana! , se ratificaría, en los hechos, la declaración presidencial sobre el compromiso andino con la democracia, suscrito en Bogotá el 7 de agosto de 1998. Nunca voy a olvidar el gesto de
F ujimori cuando el presidente Pastrana
pronunció su frase de emplazamiento en torno a la cláusula democrática andina. E n las fotos del día siguiente en los principales diarios peruanos, era posible advertir la sorpresa y el disgusto que le habían causado esta intervención ante un 415
enorme auditorio, en el que estaban presentes las representaciones diplomáticas, los agentes de los organismos internacionales y, por supuesto, toda la prensa nacional e internacional. Ni qué decir de su expresión cuando al concluir el discurso del presidente Pastrana, todos los asistentes reaccionaron con un aplauso que al mandatario peruano debió parecerle interminable. Al día siguiente, se reunió de manera formal el Consejo Presidencial en la sede de la Cancillería peruana. F ue en esta sesión que F ujimori, quien por supuesto presidía la reunión, pidió un cuarto intermedio para suscribir la cláusula democrática, en una ceremonia que él había solicitado fuera de la mayor discreción. E l día 11 de junio del año 2000, los titulares de la prensa limeña se dedicaron a destacar, por encima de cualquier otro hecho de la Cumbre, la intervención del presidente Pastrana. E l diario oficial E l Peruano se refirió a la reunión con el %$:($")&"' &$&(321F' *91"%$/")&"%' 81-5"&$"1-)' ,-)%-3$/21' /"5-,12,$2.D' G3' /$21$-' E l Comercio, uno de los medios más críticos del régimen fujimorista, tituló: *92%&12)2'33252'2'82H%"%'2)/$)-%'2'12&$0$,21'2,("1/-'%-=1"'/"5-,12,$2.D'9-1'%('
parte, L a República 0("'2C)'56%'/$1",&-F'*92%&12)2'I2J("2'2'K(I$5-1$D'L-'$)@$&2' 2'0$1521'M-581-5$%-'/"'32'N"5-,12,$2.D''G)'$:(23'%")&$/-'%"'81-)(),$B'"3 diario G estión . F inalmente, L iberación tituló su edición de la siguiente manera: *92%&12)2' 3325B' 2' 0$1521' ,-581-5$%-' 8-1' 32' N"5-,12,$2' ?' K(I$5-1$' %"' J("/B' 5(/-.D
Los hechos que posteriormente sobrevinieron en el Perú, nos habrían de dar la razón en torno a nuestra insistencia en el principio de la cláusula democrática, como elemento de cohesión en la estrategia andina de integración.
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Una apuesta de fondo por la integración Durante la celebración de la X I Cumbre del Consejo Presidencial Andino, realizada en Cartagena de Indias, en mayo de 1999, que coincidió con la celebración del trigésimo aniversario del Pacto Andino, acordamos la adopción de políticas para el establecimiento del mercado común, la puesta en marcha de la política exterior comunitaria y la implementación de una agenda social. Buscamos, además, el consenso de los países para incorporar activamente al sector empresarial al proceso de integración, lo cual conseguimos finalmente con la creación del Consejo de Comercio e Inversión Comunidad Andina ! Estados Unidos, en junio de 1999. Este encuentro de jefes de Estado fue precedido por reuniones interministeriales, que lograron comprometer el esfuerzo de todos los actores involucrados en la construcción de una nueva agenda para el proceso subregional andino. Las recomendaciones, los planes de acción y los cronogramas de ejecución de estas reuniones fueron recogidos en la Declaración Presidencial de Cartagena, dándoles así un carácter político vinculante a las decisiones adoptadas. Con ocasión del X I I I Consejo Presidencial Andino, en Valencia, Venezuela, en el mes de junio de 2001 y el Presidencial E xtraordinario de Santa Cruz de la Sierra de enero de 2002, Colombia refrendó su compromiso de seguir trabajando en los pilares básicos para el fortalecimiento de la integración subregional. E n particular, debo destacar los esfuerzos que desde entonces promovimos para avanzar en la construcción del mercado común y el diseño de la política exterior común como elementos decisivos en la cooperación subregional y el relacionamiento frente a terceros.
417
E ntre las más importantes directrices del Consejo Presidencial Andino de Santa Cruz de la Sierra, celebrado el 30 de enero de 2002, quiero destacar las siguientes: ! La decisión de agotar todos los esfuerzos para no incluir nuevas restricciones al
libre
comercio y desarrollar programas de
complementación
agrícola,
agroindustrial e industrial. ! E l acuerdo para no otorgar concesiones más favorables a terceros países, que las
que se otorgaran a los países miembros de la Comunidad Andina. ! E l establecimiento del compromiso para que Bolivia, Colombia, E cuador, Perú y
Venezuela aplicaran, a más tardar el 31 de diciembre de 2003, un Arancel E xterno Común (A E C). ! E l acuerdo para armonizar los regímenes especiales en el comercio
intrasubregional y para establecer mecanismos de defensa comercial comunes para preservar el A E C y contrarrestar el efecto de la aplicación de estos regímenes por parte de terceros países. ! E l acuerdo para la armonización de políticas macroeconómicas y para el
cumplimiento de criterios de convergencia macroeconómica, en el plazo de dos años, como componente sustantivo del proceso de formación del mercado común andino. ! La reafirmación de la necesidad de perfeccionar una estrategia integral sobre la
participación de los países andinos en las negociaciones del A L C A y reiteración
418
de la voluntad de continuar de manera conjunta y con vocería única en dicho proceso. ! La consideración de que la concertación de posiciones era la mejor vía para
avanzar en las negociaciones en la Organización Mundial del Comercio (O M C). E n tal sentido, decidieron que en los temas afines se adoptara una estrategia para abordar, en forma coordinada, el desarrollo de los compromisos adquiridos en Doha. ! La voluntad de adelantar las tareas de la agenda social andina. Para ello
instruyeron a los ministros correspondientes que se reunieran durante el primer semestre de 2002, con el objetivo de diseñar una estrategia comunitaria, que complementara los esfuerzos nacionales en este campo. Con motivo de esta reunión fui enfático en afirmar: *M-3-5=$2' "%&6' ,-)@"),$/2' de que la integración andina es la mejor
estrategia para nuestra inserción positiva en el mundo globalizado. Por eso, continuará como lo ha hecho desde que, en Colombia, en el año de 1969, se dio inicio a este formidable esfuerzo para apostarle a la consolidación de nuestro espacio subregional; y también, como ocurrió en Cartagena de Indias, a definirle un nuevo rumbo, a darle un nuevo aire, porque, a pesar de las dificultades, los resultados obtenidos durante esta última década demuestran que son mayores los beneficios que se derivan de este proceso, que no tener un espacio como éste, definido por nosotros mismos, con un rumbo y con una misión clara de lo que debe ser la integración hacia el 0(&(1-..
419
Unos meses después, en un desayuno de trabajo de los presidentes andinos, convocado en la ciudad de Guayaquil, el día 26 de julio de 2002, con ocasión de la I I Cumbre Sudamericana, los primeros mandatarios le dieron un nuevo impulso al proceso al reafirmar la vocación de la Comunidad Andina para constituirse en actor dinámico en las relaciones internacionales. 181 L as cifras que se olvidan 181
Ese día los presidentes hicieron una serie de consideraciones que fortalecían la dinámica política del
proceso de integración. Quiero destacar las siguientes:
2Manifestación de su pleno respaldo al fortalecimiento de la Secretaría General con la reiteración del compromiso de brindarle el soporte adecuado que permita avanzar en la estrategia andina de integración. 2;.*0!6G4% .)% $#% +=#,8#% ;4.64#% 0#,#% $#% A,*3*!6G4% 9% A,*8)!!6G4% .)% $*/% B),)!&*/% O"3#4*/-?% !*3*% 64/8,"3)48*% 7")% !*486)4)% 0,64!60ios generales, normas, ámbitos y mecanismos que garantizan la observancia, respeto, promoción y defensa de dichos derechos, en la subregión. 2Instrucción a los ministros responsables, en el marco de una política externa común, a consolidar los vínculos de asociación política, económica, comercial y de cooperación con el hemisferio americano, la Unión Europea, el Asia 2 Pacífico y otros polos de proyección externa común. 2Ratificación de la importancia del trabajo adelantado por los ministros de Relaciones Exteriores y de Comercio Exterior en la formación y perfeccionamiento de la zona de libre comercio y en el establecimiento de la Unión Aduanera, y reiteración de la necesidad de adoptar un Arancel Externo Común, como un factor indispensable para la consolidación de la integración andina y como un elemento de relevante importancia para las negociaciones comerciales con terceros países, particularmente en el ámbito del ALCA. 2Expresión del compromiso de avanzar, en lo posible, en la constitución de un mercado laboral andino que garantiza la libre circulación tanto de trabajadores como de personas en el espacio subregional. 2Renovación del compromiso de avanzar en la elaboración del Plan Integrado de Desarrollo Social Andino, para la implementación de la agenda social comunitaria que los presidentes reconocieron como eje central de la etapa actual de la integración. 420
A lo largo de los cuatro años que me correspondió estar al frente de los destinos de la política exterior de mi país, mantuve la certeza en torno a la trascendencia que para Colombia tiene la Comunidad Andina y la vigencia de esta alianza para que los países miembros puedan enfrentar mejor los desafíos de la globalización. Conviene, a propósito, recordar que Colombia ha sido, en varios sentidos, uno de los mayores beneficiarios del proceso. Y en esta dirección, las cifras
resultan
contundentes: ! E l crecimiento de las exportaciones de los países andinos a todo el mundo fue de
diez veces, durante la vigencia del Acuerdo de Cartagena. Las exportaciones dentro de la Comunidad Andina crecieron en cambio 55 veces. E n el caso específico de Colombia, sus exportaciones al mundo crecieron 19 veces y sus exportaciones a la Comunidad Andina crecieron 60 veces. 1E n
los 34 años del Acuerdo de Cartagena, los países andinos se han vendido
entre sí la suma de 66,518 millones de dólares. Colombia vendió el 40% de ese total, e históricamente ha tenido superávit. ! Estados Unidos es obviamente el principal socio comercial de los países andinos:
41,45% de todas las exportaciones van a los Estados Unidos. Eso significa que la Comunidad Andina es complementaria a ese mercado. No su alternativa. ! Los países andinos le venden a los Estados Unidos una cifra cercana a los
21.000 millones de dólares !básicamente en productos primarios! y se han vendido entre sí, en el pasado reciente, una cifra cercana a los 6.000 millones de dólares. Pero del total del comercio intracomunitario, el 89,77% son manufacturas, que generan aproximadamente unos 600 mil puestos de trabajo. Y 421
la mitad de estos empleos !unos 300 mil puestos de trabajo! le corresponden a Colombia. ! Colombia le vende a los Estados Unidos 1,647 millones de dólares en
manufacturas. E ntre tanto, le vende en manufacturas a sus socios andinos un total de 2,224 millones de dólares, es decir un 35% más que a los Estados Unidos.
Los números que reseño no incluyen muchos otros beneficios. Basta sólo un ejemplo. A partir de marzo de 2003, debido a una norma de la Comunidad Andina que desbloqueó la interconexión eléctrica entre los países andinos, Colombia está obteniendo nuevos ingresos anuales de 240 millones de dólares, que no estaban previstos por la caja fiscal, debido a sus ventas de electricidad al E cuador. Son cifras y realidades para nada despreciables, que confirman, sin necesidad de mucho esfuerzo intelectual, por qué hay que cuidar el mercado andino y por qué no hay que precipitarse a tomar decisiones que pongan en riesgo este espacio subregional. Las alianzas internacionales: sabores y sinsabores Como ya lo expuse en detalle en el capítulo V de este libro, las relaciones de la Comunidad Andina con los Estados Unidos, el primer socio comercial y de inversiones de la subregión, atravesaron por un período excepcional, que estuvo caracterizado por la negociación conjunta y posterior preferencias arancelarias andinas (A TPD E A).
aprobación de las
Éstas, finalmente, fueron
extendidas y ampliadas para un importante grupo de nuevos productos, hasta el mes de diciembre del año 2006, con destino a los cuatro países beneficiarios !
422
Colombia, E cuador, Perú y Bolivia ! como un reconocimiento a su esfuerzo en la lucha contra las drogas ilícitas. Las relaciones entre la Comunidad Andina y la Unión Europea también fueron objeto de especial atención por parte de nuestros países. De este período que me correspondió actuar como canciller de mi país quiero resaltar, en particular, el logro obtenido para la renovación del Sistema Generalizado de Preferencias. En efecto, el 10 de diciembre del año 2001, el Consejo de la Unión Europea aprobó el nuevo reglamento relativo a la aplicación de un plan de preferencias arancelarias generalizadas (SGP) para el período comprendido entre el 1 de enero de 2002 y el 31 de diciembre de 2004. El reglamento, vigente desde el 13 de noviembre de 1990, contempla una eventual renovación del sistema preferencial andino para el decenio 2005-2014, con sujeción a la evaluación general de resultados que se haga durante el trienio 2001-2004 y, muy especialmente, de la observancia de las principales normas laborales de la OIT por parte de los países beneficiarios, de su desempeño en la lucha contra las drogas y del aprovechamiento efectivo de las preferencias. Dicha evaluación, a cargo de la Comisión Europea, se basaría en las conclusiones de los organismos internacionales competentes y sus resultados no afectarían la aplicación de las preferencias durante el período 2001 2 2004.182
182
Debo indicar que India inició un proceso de solución de controversias en el marco de la OMC contra el sistema andino de preferencias de las Comunidades Europeas. Los Países andinos desde el comienzo han actuado como terceras partes, y ha sido muy positiva su participación de manera coordinada en todo el proceso. Sin embargo, éste ya está en la etapa de examen intermedio y todo indica que el reporte es adverso a las Comunidades y determina que el régimen especial de preferencias andino no sería compatible con las normas multilaterales. Por lo tanto, en caso que el esquema se quisiera mantener, sería indispensable contar con una exención aprobada por todos los miembros de la OMC. Los países andinos deberán seguir actuando mancomunadamente en este proceso, y deberán buscar, en caso que el fallo sea adverso, que las Comunidades apelen, y al mismo tiempo continuar impulsando la posibilidad de lograr un acuerdo de libre comercio que consolide dichas preferencias.
423
En el marco de la VI Comisión Mixta, celebrada el 3 de diciembre de 2001 en la ciudad de Bruselas, en un nuevo intento por superar la incertidumbre en las aproximaciones, en la perspectiva de un Acuerdo de Cuarta Generación, que incluyera la asociación comercial, la Comunidad Andina expresó a la Unión Europea su compromiso con el perfeccionamiento del proceso de integración andino. En esa misma medida, los países de la subregión consideraron prioritario un mandato en la Unión Europea para responder a la importancia que asignan las naciones a impulsar un salto cualitativo en las relaciones entre ambas agrupaciones, con la suscripción de tal acuerdo que diera muestra de la voluntad de proyectar una relación más equilibrada y sostenible. Debo señalarlo con total franqueza: probablemente uno de los momentos más tristes en las relaciones entre la Comunidad Andina y la Unión Europea ocurrió durante la Cumbre América Latina 2 UE, celebrada en mayo de 2002, en Madrid. En dicha ocasión la UE no quiso iniciar negociaciones tendientes a la suscripción de un acuerdo de asociación, y condicionó su realización a lo que ocurriera en la nueva ronda de la OMC. Esta posición contrasta, paradójicamente, con los resultados obtenidos en el estudio, que habíamos convenido realizar desde un anterior encuentro de cancilleres en Villamoura 2 Portugal, el cual indicaba la viabilidad de estas negociaciones. Así he tenido oportunidad de ratificarlo recientemente en una reunión con los embajadores de la Unión Europea y el embajador Mendel Goldstein, jefe de la Delegación de la Comisión Europea en el Perú. En Madrid, me correspondió, junto con el ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia, Gustavo Fernández, quien presidía en ese momento el Consejo Andino de cancilleres, señalarles a los europeos la decepción que sentíamos por el trato que les
424
estaban brindando a nuestros países. Finalmente, y gracias a la intervención del c#4!6$$),% .)% >/0#<#?% \*/)0&% A67"1?% /)% $*L,G% $$)L#,% #% "4% !*4/)4/*% +5*,F#.*-% )4% )$% texto, porque los presidentes andinos no querían hacerle un desaire al presidente Aznar. Pero el encuentro de los presidentes andinos con el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, el comisionario de Relaciones Exteriores, Chris Patten, el comisario para Comercio, Pascal Lamy, y con el presidente Aznar, el presidente de Finlandia y el primer ministro de Dinamarca, fue realmente frustrante. Claramente indicaron que la subregión andina en ese momento no constituía una prioridad para la UE; que nos deberíamos contentar con el SGP; que era necesario esperar los resultados de las negociaciones de Doha; y que teníamos que hacer nuestra propia tarea en materia de integración, en lo cual no dejaban de tener algo de razón. En consecuencia, el compromiso alcanzado entre la Comunidad Andina y la Unión Europea comprendió, en esta oportunidad, sólo la eventual negociación de acuerdos de cooperación política y económica, sobre la base de proyectos específicos, en el curso de los siguientes cuatro años. La reunión de Nueva York del día 14 de septiembre de 2002 se desarrolló en medio de un ambiente más auspicioso, entre otras razones, porque los países andinos, con el notable apoyo de Colombia, acordaron previamente una ayuda de memoria que estableció prioridades en el diálogo con la Unión Europea. Y así se hizo visible en el comunicado conjunto del Consejo Andino de ministros de Relaciones Exteriores y los miembros de la Troika de la Unión Europea. Con similar criterio, la Unión Europea en las negociaciones de Bruselas llevadas a cabo en el mes de mayo de 2003, en torno a la cooperación y el diálogo político con la Comunidad Andina 2y que tuve oportunidad de inaugurar, ya en mi calidad de Secretario General de la Comunidad Andina, en compañía del comisario Chris 425
Patten2, se pronunció sobre la necesidad de que los países de la subregión actuaran de manera conjunta en estas aproximaciones. El 8 de mayo de 2003, la UE y la Comunidad Andina concluyeron su primera ronda de negociaciones para un Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación 2que incluye aspectos de cooperación comercial2 con un 90% del texto consensuado y dejaron el resto para una segunda, y última, ronda en Quito. Y en efecto, el 15 de octubre de 2003, la Comunidad Andina y la Unión Europea concluyeron exitosamente, en Quito, las negociaciones. Este significativo avance constituye la base para el inicio de las negociaciones del acuerdo de asociación, que incorpora un área de libre comercio, entre las dos regiones. Asimismo, representa un avance cualitativo de las relaciones CAN-UE, al contemplar un diálogo estructurado en diversos frentes y ampliar la cooperación a nuevos ámbitos de trascendental importancia para la subregión andina, como la paz y la seguridad, la estabilidad política y social, la gobernabilidad democrática, la cooperación comercial y las migraciones. Al inaugurar esta ronda de negociaciones resalté la importancia de este acuerdo para el fortalecimiento y la profundización de las relaciones birregionales y la constitución de una alianza estratégica de largo plazo que, además de garantizar el acceso recíproco de productos a los mercados, brinde mayor estabilidad y seguridad jurídica a los actores políticos, económicos y sociales para la toma de decisiones. Para diciembre de 2003, el deseo del Gobierno italiano, que preside la Unión Europea este semestre, es firmar este Acuerdo en Italia. Más aún, tengo la sólida convicción de que en breve plazo podremos dar inicio a las negociaciones para un Acuerdo de Asociación que incluya un Área de Libre Comercio. Así me lo confirmó 426
el comisario Patten, el día 25 de septiembre de 2003, con ocasión de la LVIII Asamblea General de las Naciones Unidas. Esta perspectiva demanda la voluntad política de los gobiernos andinos para negociar conjuntamente y continuar haciendo la tareas en los temas pendientes de la integración. Es previsible que a raíz del fracaso de la reunión ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en Cancún, a mediados del mes de septiembre de 2003, los grandes países intensifiquen sus relaciones comerciales a través de acuerdos bilaterales o multilaterales de menor escala. Así lo han expresado, por ejemplo, los Estados Unidos y la Unión Europea. En consecuencia, creo que están dadas las condiciones para un nuevo acercamiento de los países andinos con la Unión Europea. Ésta es -en medio de la incertidumbre planteada por los resultados en la reunión ministerial de la OMC- una poderosa razón para el optimismo. Así se lo expresé a los Presidentes andinos y a los comisarios Patten y Lamy en una comunicación de noviembre de 2003. Un proceso similar de acercamientos, me correspondió vivir durante los años de mi Cancillería en las relaciones entre la Comunidad Andina y el Mercosur.183 Desde el 16 de abril de 1998, los cinco países andinos y los cuatro del Mercosur habían suscrito el acuerdo marco para la creación de la zona de libre comercio entre ambos bloques que beneficiaría a una población de 400 millones de habitantes, cuyo producto interno bruto asciende a 1,2 millones de millones de dólares. Esta fue la situación que me encontré cuando asumí las funciones como canciller de Colombia.
183
Este organismo de integración fue creado en 1991 por el T ratado de Asunción. E n la actualidad está integrado por cuatro socios de pleno derecho: A rgentina, B rasil, U ruguay y Paraguay, asoci ados con C hile, Bolivia y recientemente con Perú, este último a través de un A cuerdo de L ibre Comercio.
427
Las negociaciones debían desarrollarse en dos etapas: primero, a través de un Acuerdo de Preferencias Arancelarias Fijas, y después se completaría el proceso con el Acuerdo de Libre Comercio propiamente dicho. Luego de la suscripción de los Acuerdos de Complementación Económica CANBrasil en agosto de 1999 y CAN-Argentina el 29 de junio del 2000, las negociaciones entre la Comunidad Andina y el Mercosur ingresaron a una segunda fase que tenía como objetivo la suscripción de un Acuerdo de Libre Comercio. No obstante, sólo fue hasta julio del año 2002, con ocasión de la II Reunión de presidentes de América del Sur, cuando los ministros de Relaciones Exteriores y de Comercio de la Comunidad Andina y del Mercosur coincidimos en la necesidad de acelerar el proceso para la suscripción de dicho acuerdo. Es evidente que las dificultades económicas que en ese momento atravesaban los países de América Latina, como consecuencia de los efectos de la crisis argentina y los dramáticos procesos de ajuste interno que debieron vivir nuestras naciones en los últimos años, se habían convertido en un contexto poco propicio para que se pudiera avanzar en la dirección deseada por estos bloques subregionales. Pero a pesar de estas dificultades, el diálogo fue continuo en la dirección de construir una zona de libre comercio de América del Sur. El desafío en esta perspectiva lo constituía, sin embargo, la posibilidad de alcanzar un acuerdo en torno el principio de asimetría para los países de menor desarrollo relativo, sobre lo cual aún no existía consenso en los miembros del Mercosur.184
184
Como es ampliamente conocido, E cuador y Bolivia han contado con un trato especial en los procesos de desgravación arancelaria y en la velocidad de adopción de otros aspectos de la agenda comunitaria andina.
428
El 6 de diciembre del 2002, por medio de un Acuerdo de Complementación suscrito en Brasilia, 2ya en mi calidad de Secretario General de la Comunidad Andina2 ambas partes fijamos el 31 de diciembre del 2003 como la fecha máxima para concluir las negociaciones del área de libre comercio. Pero no hay duda de que el viraje de fondo en la voluntad política de los países hacia la conformación de un espacio sudamericano ocurrió con motivo de la visita del presidente Lula a la Cumbre Presidencial Andina del mes de junio de 2003 celebrada en Colombia, como lo veremos al final del presente capítulo.
Una elección unáni me El primer antecedente de mi candidatura a la Secretaría General de la Comunidad Andina fue una conversación durante la Asamblea General de las Naciones Unidas de noviembre de 2001 que sostuve con los cancilleres Gustavo Fernández de Bolivia y Heiz Moeller de Ecuador. En los corredores del organismo conversé con ellos, por separado sobre la conveniencia de aspirar a este cargo. Informados del vencimiento del período de Sebastián Alegrett, cada uno me manifestó la importancia de contar con una persona de visión y perfil político, que fuera reconocida por su compromiso con la integración. Por ello no dudaron en darme su apoyo, teniendo en cuenta la terminación del período del Gobierno del presidente Pastrana que coincidía con el fin del mandato de Alegrett. Les dije que la idea me llamaba la atención y que, por supuesto, una de las condiciones que yo pondría sería que hubiera un consenso en torno a mi nombre, porque era consciente de que las difíciles situaciones que me había tocado manejar en las relaciones de Colombia con Venezuela podrían poner en duda un eventual apoyo del presidente Chávez.
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La verdad es que Gustavo Fernández, quien se constituyó desde entonces en jefe de campaña, manejó con enorme inteligencia y habilidad el tema frente a los países. Durante los meses siguientes a mi enfermedad, a comienzos de 2002, mis amigos los cancilleres tuvieron una gran prudencia y sensibilidad en el manejo del tema, pero nunca dejaron de promover mi candidatura. En ese momento había rumores de que, en virtud de mi lenta convalecencia, Venezuela y Perú podrían estar interesados en presentar sus propios candidatos. Pero en una reunión a mediados de año en Lima, con motivo de un Consejo de Cancilleres, el ex ministro de economía Javier Silva Ruete y supuesto candidato por Perú 2 persona por cierto gran conocedora de la integración2 me manifestó que él no aspiraba a esta dignidad, al tiempo que me ofreció todo su apoyo. En esa misma reunión, también supe del respaldo que el presidente Chávez había dado a mi nombre, lo que realmente me llenó de satisfacción porque a pesar de las dificultades y lo complejo del momento, eso demostraba que no había nada de disputa personal en la defensa legítima de los intereses de nuestros países. El gran desafío que me propuse al asumir la Secretaría General de la Comunidad Andina fue precisamente generar los consensos necesarios entre los países miembros para fortalecer este escenario crucial de la integración latinoamericana en el contexto desafiante de los acuerdos hemisféricos de cooperación
económica,
política y comercial. Muchos de mis
amigos se preguntaban por qué aceptaba este encargo en un
momento de tanta incertidumbre para la región, cuando nuestros países están viviendo las dificultades de sus profundas transiciones económicas y políticas, y se enfrentan a los riesgos de un escenario global complejo y difícil de descifrar en sus tendencias. Acepté este difícil encargo como un reto profesional pero, sobre todo, 430
con el convencimiento de que nuestros países necesitan trabajar la opción de la integración y su consolidación como un bloque que responda activamente a las exigencias del nuevo entorno global. Sincerar la integración era mi propósito y en este empeño no descansé hasta lograr ese objetivo en la Cumbre de Quirama. En virtud de este compromiso, en la ciudad de Lima, el día 7 de julio de 2002, la fecha de mi elección unánime a esta honrosa dignidad, tuve oportunidad de renovar mi confianza en los principios que guían la integración. Señalé entonces, que en los últimos años, a pesar del camino aún por recorrer, habíamos avanzado en muchos frentes. Logramos establecer una agenda amplia que partiera de un enfoque multidimensional de la integración andina. Ésta no se limitaba a los temas económicos, sino que ampliaba la visión a la agenda social, a la política exterior, a la integración y desarrollo fronterizo y al fortalecimiento de la institucionalidad andina. Y en este proceso jugará un papel fundamental el Protocolo de Sucre.185
185
El Protocolo de Sucre consolida la institucionalidad andina y profundiza la integración subregional en materia social, de política externa común y del mercado común. Además, incorpora en el Acuerdo de Cartagena nuevos capítulos y artículos que permiten flexibilizar y enriquecer los mecanismos de integración existentes. Incorpora a los ministros del área social en las tareas de la integración, para alcanzar los objetivos de desarrollo de la población andina. Dichos programas comprenden las áreas de educación, empleo, participación social, entre otros. Asimismo, abre la posibilidad de que la CAN otorgue la condición de miembros asociados a países con los cuales las naciones andinas hayan acordado un tratado de libre comercio y que deseen formar parte de este grupo de integración. Una disposición transitoria del Protocolo de Sucre, de aplicación provisional, permitió la incorporación del Perú a la zona de libre comercio, al constituirse en la base legal de la Decisión 414 que contiene un Programa de Desgravación Arancelaria entre el Perú y los demás países miembros. Su entrada en vigor se produjo el 14 de abril de 2003 cuando Ecuador depositó en la Secretaría General de la Comunidad Andina (CAN) el último instrumento de ratificación.
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Mencioné como logro notable la aprobación del Plan Andino de Cooperación para la Lucha contra las Drogas Ilícitas y Delitos Conexos, herramienta comunitaria que apuntaba a atacar cada uno de los eslabones de la cadena de las drogas desde los principios de la integridad, la cooperación y la responsabilidad compartida. Así mismo, destaqué la suscripción el día 17 de junio de 2002, del Compromiso de Lima: Carta Andina para la Paz y la Seguridad, que establece los principios y acciones necesarias para la formulación de una política comunitaria de seguridad en la subregión, la caracterización y desarrollo de una zona de paz en el territorio comunitario; las acciones regionales en la lucha contra el terrorismo y la limitación de los gastos de la defensa externa; el control de las armas y el fomento de la confianza. Pero también fui enfático en señalar que teníamos por delante desafíos de gran envergadura alrededor de los cuales debía existir la total concurrencia de los Gobiernos. En el concierto hemisférico, por ejemplo, frente al gran reto de alcanzar un Área de Libre Comercio de las Américas y a las aproximaciones con otros países y bloques económicos, llamé la atención sobre la urgencia de consolidar la dimensión política que representa el trabajo conjunto alrededor de una agenda común en las negociaciones con terceros. Ese mismo día resalté?% 0*,% 0,63),#% M)F?% $#% 4)!)/6.#.% .)% +/64!),#,4*/-% % /*',)% )$% destino que queríamos para nuestros países y para la integración en el inmediato futuro; convoqué a
la voluntad política de los presidentes, como condición
necesaria para alcanzar a tiempo el objetivo fundamental de la integración; e invité a los países a crear
consensos en torno a un Arancel Externo Común, sin
perforaciones ni exclusiones, con el fin de superar la obsesión constante en torno a una meta muchas veces aplazada.
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Y para concluir, indiqué con énfasis:
+Nuestra integración no tenemos que inventarla, ni está construida sobre bases endebles. Todo lo contrario, tiene cimientos sólidos y múltiples motivos para afirmarse y profundizarse. En efecto, tenemos tras nosotros un legado integracionista levantado pacientemente durante 33 años; no existen entre nuestras naciones barreras idiomáticas o culturales, como sí ocurre en otros grupos de integración, y, como si fuera poco, si nos acogemos al mandato de la historia, fuimos todos libertados por un mismo hombre, el más grande integracionista que ha nacido jamás sobre la Tierra, el mismo que dijo: D#%648)L,#!6G4%)/%)$%5"8",*%L*'6),4*%.)%$#/%4#!6*4)/-. Tengo que admitir que el momento de mi llegada a la Secretaría General de la Comunidad Andina no fue el más propicio. La triste noticia de la muerte de Sebastián Alegrett, 186 había sumido a los funcionarios de la sede de la integración en un profundo desconcierto, razón por la cual me fue solicitado acelerar los preparativos de mi viaje a Lima, con el fin de atender, además, compromisos de representación institucional que se hacían ineludibles para darle continuidad a las tareas de la Secretaría General. De manera simultánea 2como ya lo mencioné2 recibí este encargo en un contexto de fuerte agitación económica, política y social en cada uno de los países miembros. 186
Quiero aprovechar este espacio para recordar y rendir homenaje a la labor de Sebastián Alegrett, quien con incansable tenacidad, visión de futuro y convencimiento integracionista dirigió acertadamente este organismo entre 1998 y 2002. Como lo reconocieron justamente nuestros jefes de Estado en Guayaquil, su compromiso con la Comunidad Andina y su esfuerzo en promoverla son un importante legado para el futuro andino.
433
Estas tendencias me obligaban a entender, con un alto grado de realismo, que la gobernabilidad interna de sus naciones concentraría un gran esfuerzo de los presidentes, en posible desmedro de su atención sobre las tareas esenciales de la integración. Desde el mismo día de mi designación como Secretario General de la Comunidad Andina, entendí la dimensión de los desafíos que me esperaban. Y así lo ratifiqué en mi discurso de posesión el día 19 de septiembre de 2002 en la ciudad de Lima. En el acto de mi posesión, resalté la vigencia de nuestro proyecto integrador y la validez del objetivo de profundizar el proceso y de convertir a la Comunidad Andina en interlocutor en el escenario hemisférico y global. En el ámbito sudamericano, propuse profundizar nuestros vínculos con el Mercosur y fomentar el desarrollo de la infraestructura regional, como tareas en las que veníamos trabajando pero que debíamos acelerar. Frente a las negociaciones de un Área de Libre Comercio de las Américas, para el año 2005, ratifiqué, como vital, la consolidación de nuestro sistema de vocería única, el cual había permitido a la Comunidad Andina jugar un importante papel en el perfeccionamiento del borrador del Acuerdo. También en el ámbito de nuestra proyección externa, destaqué la relación entre la Comunidad Andina y los Estados Unidos como espacio propicio para incrementar los flujos comerciales y de inversión, diversificar nuestros aparatos productivos, buscar nuevas oportunidades y posicionar agresivamente los productos de la región en ese importante mercado. Así mismo, me referí a la necesidad de consolidar los
434
mecanismos de diálogo y cooperación política para desarrollar estrategias conjuntas en la lucha contra el tráfico ilícito de drogas y delitos conexos, así como contra el terrorismo, con base en la importante experiencia que nos había legado el trabajo durante cuatro años en la Cancillería colombiana. Además, me ofrecí a conducir con todo empeño el proceso para lograr una asociación estratégica entre la Comunidad Andina y la Unión Europea, que nos permitiera profundizar el diálogo político y que nos condujera a un Acuerdo de Libre Comercio, siempre en la búsqueda de preservar, como punto de partida, el patrimonio histórico que hemos acumulado a través del Sistema Generalizado de Preferencias. Me mostré optimista sobre la posibilidad de darle a nuestro proyecto de integración, contenidos para aminorar su vulnerabilidad frente a factores externos, dotarlo de la credibilidad necesaria entre los pueblos andinos y proyectar una nueva imagen internacional de la Comunidad Andina. Hice referencia al hecho de que en la coordinación de estos esfuerzos, la Secretaría General desempeñaba un papel central. Sostuve que desde su creación, mediante el Protocolo de Trujillo en 1996, la labor desempeñada por este organismo ha sido fundamental para el proceso de integración y, por lo tanto, asumí el compromiso para garantizar que lo siguiera cumpliendo como hasta ese momento, aunque ciertamente en el marco de los nuevos mandatos y de las exigencias del entorno internacional. Al concluir la intervención,
reafirmé mi convicción en el proceso andino de
integración, el cual considero debe contribuir a proporcionar las respuestas adecuadas de los países miembros frente a los retos que impone el fenómeno de la 435
globalización en los ámbitos económico, social, político y cultural; evitar las tendencias a la exclusión social que puede propiciar dicho fenómeno; promover la creciente participación de la Comunidad Andina en los flujos internacionales del comercio, la inversión y el conocimiento; y proteger la cultura e identidad de sus pueblos frente a las amenazantes tendencias hegemónicas, tanto en el ámbito hemisférico como regional. H acia una segunda generación de políticas Una vez al frente de la Secretaría General de la Comunidad Andina, inicié con mi equipo de trabajo un ejercicio de reflexión estratégica sobre el futuro de la integración que apuntaba a cimentar, sobre la base de las fortalezas construidas, los pilares de la nueva agenda multidimensional, en la que había insistido desde mi posición como canciller de Colombia. En una comunicación que envié a cada uno de los presidentes andinos durante el mes de enero de 2003, mientras lográbamos identificar espacios en las agendas de los mandatarios para una visita formal, les expresé con toda sinceridad mi visión del proceso. Allí tuve oportunidad de compartirles en detalle mi diagnóstico de la situación y mi propuesta para dotar a la agenda de la integración de una segunda generación de políticas. El texto completo de esta comunicación, que con el transcurso de los meses adquirió una especial significación, es el siguiente: !
+Desde el momento de mi elección como secretario general de la Comunidad Andina, señalé la necesidad de sincerar el proceso de integración, con el fin de garantizar la
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ejecución de los principios que dieron lugar al Acuerdo de Cartagena y a los sucesivos mandatos presidenciales, muchos de los cuales se encuentran aún por ejecutar. Luego de cuatro meses de gestión al frente de la Secretaría General de la Comunidad Andina y de la conversación personal que sostuvimos, he creído conveniente dirigirme a Usted, señor presidente, para poner a su consideración aquellos aspectos en los cuales se requiere de la intervención directa de los primeros mandatarios, como condición básica para que podamos superar obstáculos en la consolidación del proyecto integrador y, al mismo tiempo, para desatar una serie de decisiones que nos permitan avanzar hacia una segunda generación de políticas. Las fortalezas construidas resultan hoy evidentes. La decidida voluntad de nuestros gobiernos para producir un viraje en la estrategia de integración, dio lugar en la década pasada al período de mayor crecimiento del comercio entre nuestros países y, de manera simultánea, le confirió una mayor legitimidad al carácter supranacional de los organismos comunitarios, brindándole al proceso la seguridad jurídica necesaria. En consecuencia, esta comunicación parte del reconocimiento de los logros obtenidos y de la importancia de la integración para una inserción positiva de nuestros países en la economía global. Con estos criterios, en la parte central de este memorando, he querido plantear el marco de reflexión estratégica sobre el cual considero necesario sustentar una nueva etapa del proyecto integrador, que debe tener como propósito esencial fortalecer el carácter multidimensional del proceso, para que podamos pensar en grande la alianza entre nuestros países en la perspectiva de los próximos veinticinco años. En este tránsito, y teniendo en cuenta la problemática actual de la región, resulta decisivo que los presidentes acuerden "4*/% +3(463*/% !*3"4)/% .)4*364#.*,)/-?% 8#48*% )4% $#% ,)$#!6G4% !*4% 8),!),*/% !*3*% )4% $#% relación interna entre nuestras naciones, para que afrontemos con mayor certidumbre la enorme tarea que tenemos por delante.
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Con el fin de avanzar con agilidad hacia esta visión de futuro, que ha sido su mandato y su voluntad, en la parte final del memorando me refiero a aquellos aspectos que son críticos en el corto plazo y que, por tanto, requieren de una intervención directa suya y de los demás presidentes andinos. De estos asuntos me ocupo en detalle en el anexo adjunto, porque considero que resultan de la mayor trascendencia en el tránsito hacia lo que he llamado la segunda generación de políticas. Tengo la plena convicción, señor presidente, que Usted comparte conmigo la necesidad de que propiciemos el paso efectivo de la voluntad política teórica, expresada en la normativa escrita y reiterada en las manifestaciones públicas de las autoridades, hacia el pleno cumplimiento de los compromisos comunitarios adquiridos y honrados por la palabra de los mandatarios de nuestros países. Albergo por ello la esperanza de que estas reflexiones le den vía libre a un anhelo que es común a nuestras aspiraciones.
Hacia un modelo de inserción internacional La integración ya no es hoy lo que era en el pasado. Los problemas que enfrentamos, los dilemas en los cuales nos encontramos, proceden en gran medida de ese hecho. Se trata, por lo tanto, de un proceso en tránsito, al cual le falta definir su rumbo futuro. Y esto último no es una tarea técnica. Es, antes que nada, una responsabilidad política. En 1969, el modelo económico vigente, no sólo en las leyes sino además en las creencias de la opinión pública, era el modelo de las economías cerradas. A partir de 1949, la CEPAL había propuesto el modelo de industrialización sustitutiva de importaciones, para cuya promoción debían protegerse las industrias nacientes o en .)/#,,*$$*:%>$%A#!8*%;4.64*%0#,)!6G%)48*4!)/%"4#%+#30$6#!6G4-%.)$%3*.)$*%/"/868"86M*%9%0*,% lo tanto se imponía la creación de un m),!#.*%.*31/86!*%+#$#,L#.*-:%B6!&*%3*.)$*%&6F*% que se protegieran sectores, que se pusieran límites a la inversión extranjera y que el comercio exterior no pareciera necesariamente una locomotora del desarrollo.
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Para sus propios inspiradores fue claro, al cabo de pocos lustros, que los mercados nacionales, con excepción del Brasil, eran demasiado pequeños para que esa sustitución llevase finalmente a industrias más sofisticadas y a un verdadero despegue del desarrollo. En 1989, en la reunión presidencial de Galápagos, esta orientación fue modificada para promover una mayor liberalización del comercio. Las cifras muestran que a partir de ese momento, el comercio intraandino aumentó de manera exponencial. ¿Cuáles son las características de ese comercio? En primer lugar, representa poco más del 10% de las exportaciones de los países andinos. No es la misma proporción del masivo intercambio comunitario europeo, debido al menor desarrollo de nuestras economías, pero es el mismo porcentaje del comercio interno de Mercosur, hoy. A eso debe agregarse que es un comercio fundamentalmente de manufacturas, que incorpora un alto valor agregado a las exportaciones y, por lo tanto, genera más empleos. Se calcula que entre 1992 y 1997, el período de mayor crecimiento del comercio intraandino, dicho intercambio generó 323 mil nuevos puestos de trabajo. De acuerdo con la evolución que he descrito, podría decir que, en general, existen tres etapas en la integración andina. La primera, entre 1969 y 1989, de economías cerradas, que es contemporánea de la primacía de las ideas de la CEPAL. La segunda, de 1989 a la actualidad, de liberalización del comercio, que fue contemporánea de la ronda Uruguay y del Consenso de Washington. La tercera, aún por definir, es la que comienza ahora. Es simultánea a la ronda de Doha y a una globalización desafiante.
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Hay una discusión abierta sobre la globalización, sobre la ambivalencia de algunos de sus efectos, sobre la posibilidad de atenuar algunos de sus impactos negativos, pero no hay discusión sobre su carácter irreversible y totalizador. Todos los problemas que afrontamos, como los debates relativos al Arancel Externo Común, la incorporación al ALCA o la suscripción de acuerdos bilaterales de libre comercio, giran alrededor de un tema central: ¿qué tipo de inserción internacional deben tener los países andinos en un mundo globalizado? Surgen varias propue/8#/%*%+3*.)$*/-?%0#,#%,)/0*4.),%)/8#%!")/86G4: Existe el modelo seguido por México, que aún cuando mantiene una activa relación con Europa y los países de Asia Pacífico, ha tomado la decisión estratégica de adherirse a la locomotora norteamericana. La economía mexicana tiene hoy, en términos proporcionales, sólo el peso de uno de los mayores Estados de la unión americana y por tanto los Estados Unidos podrían absorberla. ¿Puede replicarse más al sur este modelo? De hecho, los países centroamericanos, ya beneficiados desde el gobierno de Reagan con la Iniciativa de la Cuenca del Caribe, han tomado la decisión de seguir ese camino de manera conjunta. Son economías de tamaño e impacto mucho menor que la mexicana y carecen por lo general de 64."/8,6#%/6L4656!#86M#?%.6/8648#%#%$#%+3#7"6$#-: Existe un segundo modelo, el de la opción por la vía bilateral, que sería el de Chile. Un país que busca integración abierta con el mundo. Se olvida con frecuencia que le ha costado más de una década lograr un acuerdo de libre comercio con los Estados Unidos y lo ha hecho con numerosos sacrificios. Tal vez por ello mira de manera simultánea hacia otras latitudes, como se desprende de sus avances bilaterales con la Unión Europea y el Asia Pacífico. Entre ambos modelos, entre uno y otro extremo geográfico, no obstante la profunda crisis que atraviesa Argentina, existe una franja de países, liderados por el Brasil y agrupados en el Mercosur, que se han propuesto formular un esquema de negociaciones de libre comercio
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hemisférico con base en un sólido bloque regional, que apunta incluso a diferir cronogramas del ALCA, mientras se ponderan mejor los impactos de una relación tan asimétrica entre países de índole diversa en su desarrollo. Entre tanto, continúan en su propio proyecto integracionista los países andinos, que han avanzado, aunque de manera desigual, en su desarrollo industrial; que disponen de una agricultura con peso significativo en el PIB y en la generación de empleo; y a los cuales, por lo tanto, su inserción en una zona de libre comercio para las Américas, les reportaría impactos diversos. En medio del panorama actual de nuestra región persisten varias preguntas: ¿Qué camino seguimos? ¿Una adhesión al ALCA, a cualquier precio? Si no es a cualquier precio, ¿negociamos en bloque o abrimos la vía libre para la bilateralización del tema comercial? ¿La opción sudamericana, es decir asociarse al Brasil para negociar mejor con los Estados Unidos? jB*/% +0$#8#5*,3#/-% 0#,#$)$#/?% "4#% !*4% $*/% >/8#.*/% V46.*/% 9% *8,#% !*4% )$% U),!*/",?% buscando los mejores términos de ambas y, de esa manera, ampliar nuestra capacidad de negociación? En este contexto, ¿va a ser la Comunidad Andina sólo un instrumento para una unión aduanera, que puede ser absorbida, y por tanto eliminada, en el escenario del ALCA, o le damos un impulso nuevo, fundamentalmente político, multidimensional, cuyo objetivo sea, a través de nuevas tareas, la ampliación de nuestra capacidad de maniobra internacional?
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Las respuestas a las preguntas anteriores, debo reiterarlo, no son técnicas. Son políticas. Y las tienen que avalar los jefes de Estado.
Prioridades de la agenda estratégica No puedo, ni pretendo, tener respuestas a la totalidad de estas preguntas. Pero sí estoy en la obligación de ofrecer algunas alternativas, a quienes depositaron toda su confianza en mi gestión, con el propósito de que podamos afrontar de manera exitosa este momento de transición de la Comunidad Andina, en un contexto de tan profundas complejidades en el entorno regional. Éste es un hecho que no he dejado de lado en mis reflexiones. Algunas de nuestras naciones acaban de concluir procesos electorales que confirman la fase actual de transición en que nos encontramos. La totalidad de los países enfrentan retos económicos, políticos y sociales de gran magnitud. Y en algunos de ellos, se presentan complejas situaciones de gobernabilidad que amenazan la estabilidad democrática. Consciente de los acontecimientos que ocupan por estos días las preocupaciones de los mandatarios andinos, y su necesaria influencia en la dinámica de la integración, quiero dejar a su consideración los temas centrales de la agenda estratégica de la Comunidad Andina para los próximos cinco años: 1. =*4/)4/"#,%"4*/%+3(463*/%!*3"4)/Considero de la mayor importancia que lleguemos lo más pronto posible a unos consensos )4%8*,4*%#%$*%7")%0*.,(#3*/%$$#3#,%"4*/%+3(463*/%!*3"4)/%.)4*364#.*,)/-?%)n aquellos asuntos que nos permitirían dar un salto cualitativo en el proceso de integración y que podrían adquirir plena viabilidad porque contarían con el apoyo político y la directriz correspondiente de los presidentes. Esta aproximación que le propongo es muy factible.
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Existen unas directrices que se derivan de los mandatos presidenciales y de las sucesivas decisiones acordadas, escritas y ratificadas por todos los países. Pero como Usted entenderá, necesitamos de instrucciones directas de los primeros mandatarios para lograr que se pongan en marcha por parte de las instancias responsables. D#%#.*0!6G4%.)%"4*/%+3(463*/%!*3"4)/-%&#,(#%0*/6'$)?%#%36%W"6!6*?%#!"),.*/%,)$#86M#3)48)% rápidos en aquellos temas que fortalecen nuestra alianza frente a terceros países o escenarios de negociación y en aquellos asuntos internos que hemos estado cerca de convenir, pero que han terminado convirtiéndose en constantes trabas, para darle una dirección más ambiciosa a la integración. 2. Poner en práctica el principio de +L)*3)8,(#%M#,6#'$)-187 =,)*%!*4M)46)48)%7")%*08)3*/%0*,%"4%+3*.)$*%5$)E6'$)-%.)%64/),!6G4%648),4#!6*4#$%.)%$*/% países andinos, con base en el principio de geometría variable, que hace compatible nuestra apuesta en varios escenarios. En primer lugar, deberíamos aclarar si existen condiciones propicias para preservar la vocería única en las negociaciones del ALCA y, en todo caso, fortalecer a la Secretaría General con el fin de que pueda cumplir un papel central en la preparación de los equipos negociadores de los países, para que éstos logren afrontar con éxito las complejas negociaciones que se aproximan. Como Usted bien sabe, señor presidente, tenemos un cronograma que no da espera. El próximo 15 de febrero se cumple el plazo para la presentación de ofertas, las cuales podrán ser completadas hasta el 15 de abril del presente año. El tiempo apremia. 187
Como veremos, al término de la Cumbre de Quirama en junio de 2003, la Comunidad Andina tomó la decisión de avanzar en una estrategia complementaria de profundización del Mercado Común para el año 2005 y, al mismo tiempo, un esquema de integración abierta en diferentes plataformas comerciales. Por tal razón, los jefes de Estado adoptaron el principio de geometría variable, mediante el cual es posible avanzar a velocidades distintas y en diferentes escenarios, pero sin renunciar a la defensa del patrimonio común. 443
En segundo lugar, y sin perjuicio de los esfuerzos adelantados por algunos de los países en la construcción de acuerdos bilaterales con los Estados Unidos, podríamos estimular este proceso de acercamientos, mediante la adopción de fórmulas conjuntas que permitan el fortalecimiento multilateral de este propósito. De manera simultánea 2y en el marco del principio señalado2 deberíamos continuar en nuestra tarea de fomentar la creación de un espacio sudamericano, a través de la consolidación de mayores nexos con el Mercosur, sobre la base más realista de avanzar por etapas, en acuerdos sucesivos, antes que insistir en cronogramas rígidos y acuerdos perfectos que, en este caso, se han convertido en el principal obstáculo de los acercamientos. Conozco las expectativas que sobre este asunto tiene el empresariado de su país. Por tal razón, y en aras de mantener y explotar nuestro poder de negociación conjunta, bien se podría intentar segmentar la negociación y acordar de manera comunitaria lo que sea posible, dejar a nivel bilateral sólo el remanente y establecer un mecanismo que permita completar paulatinamente la zona de libre comercio de América del Sur. Tengo la plena convicción, señor presidente, que nuestra prioridad en el presente es la actuación simultánea en la plataforma de los Estados Unidos y en la del Mercosur. Pero no podemos desestimar la trascendencia que ha adquirido el conservar una agenda común con la Unión Europea. Como Usted bien lo sabe, la propuesta de los países andinos de negociar un Convenio de Asociación no fue aceptada por este bloque, que sólo ofreció, por lo pronto, avanzar en un diálogo político y comercial. Esta decisión nos obliga a continuar insistiendo en nuestro propósito, al tiempo que debemos hacer la tarea pendiente de fortalecer nuestra unión aduanera y crear el mercado común. 3. Dar paso a una agenda multidimensional de la integración
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Considero necesario, señor presidente, que nos liberemos de lo que yo he llamado en forma !*$*7"6#$%%$#%+*'/)/6G4%%0*,%)$%#,#4!)$-? en el proceso de definición de la agenda futura de la integración, para que podamos avanzar hacia políticas y acciones de segunda generación, a través del siguiente decálogo de acciones prioritarias: ! Consolidación de la democracia como principio tutelar de la integración. ! Definición y ejecución de asuntos pendientes para el logro de la meta del mercado común. ! Ejecución de una política externa común en materia económica, política y comercial. ! Definición creativa y propia de una agenda social para la Comunidad Andina. ! Construcción de una agenda política y comercial con los Estados Unidos alrededor de un gran Contrato para las Américas, utilizando como plataforma la lucha contra las drogas y el terrorismo. ! Inicio de un agresivo esfuerzo conjunto entre los países y el sector privado de la región, para promover entre los empresarios andinos las oportunidades del ATPDEA. ! Promoción de una alianza estratégica con el Brasil alrededor de un acuerdo marco de cooperación económica y financiera, que privilegie el desarrollo de proyectos de inversión conjunta en áreas estratégicas para nuestros países. ! Apoyo a los proyectos de desarrollo fronterizo y de infraestructura de la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana (IIRSA), como elemento esencial para la competitividad de los países andinos.
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! Apertura de nuevos frentes estratégicos de la CAN, como los referentes a la biodiversidad y a las alianzas energéticas regionales. ! Consolidación de la Secretaría General de la CAN como unidad estratégica y ejecutiva de los temas centrales de la agenda multidimensional y en la asesoría permanente a los países andinos en el marco de las negociaciones con la Unión Europea, el Mercosur y en el ALCA.
Temas críticos de corto plazo Para posicionarnos en la nueva dimensión de la integración, es necesario abordar de manera inmediata una serie de asuntos que resultan decisivos para sincerar y dotar de mayor credibilidad al proceso, y que en la actualidad no nos permiten el avance en la dirección deseada debido al sucesivo aplazamiento de las definiciones necesarias para su ejecución. Como ya se lo indiqué, en el anexo que adjunto a la presente comunicación me ocupo de cuatro grandes áreas de acción inmediata sobre las que quiero llamar su atención: a) las tareas pendientes para avanzar decididamente hacia la constitución del Mercado Común; b) las decisiones centrales que deben adoptarse para construir una sólida relación con terceros; c) las acciones más urgentes que deben ser adoptadas para fortalecer la institucionalidad andina; d) las políticas de armonización y convergencia macroeconómica. En cada caso señalo los antecedentes, los aspectos que a mi juicio resultan críticos, así !*3*% $*/% +3(463*/% % !*3"4)/-% /*',)% $*/% !"#$)/% .)'),(#4% 64/8,"6,% $*/% presidentes a sus equipos técnicos y de gobierno para allanar las dificultades de la integración. Sin restarle la importancia que merecen otras acciones, reviste especial urgencia la adopción de definiciones básicas para el perfeccionamiento de un Arancel Externo Común, el establecimiento de un régimen en materia de aduanas, transporte internacional y compras estatales, unos procedimientos comunes para prevenir y corregir las distorsiones al
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comercio, la definición de una política agropecuaria común, la puesta en marcha de una política comunitaria para el relacionamiento con terceros, la reglamentación de la salvaguardia cambiaria y el fortalecimiento de la Secretaría General como punto focal del Sistema Andino de Integración. Como Usted entenderá, señor presidente, se trata en todo caso de enormes responsabilidades que nos obligarán a redoblar los esfuerzos de la Secretaría General, para responder con idoneidad a las expectativas de los países. De allí la importancia de que las decisiones políticas vayan acompañadas del compromiso de cada una de las naciones para cumplir puntualmente con las cuotas anuales vigentes, de tal manera que la Secretaría pueda superar las graves angustias financieras que atraviesa en la actualidad. El avance visible en los asuntos mencionados, con el decidido apoyo de los presidentes, le enviaría una señal muy clara a los empresarios, a la clase política, a los medios de comunicación y a la opinión pública en general, en el sentido de que la Comunidad Andina es el esquema de integración más profundo en que participa cada uno de nuestros países y es, por lo tanto, una de las claves maestras del desarrollo económico y social de la región.
Comentarios finales Soy consciente, señor presidente, de la complejidad que adquieren las definiciones políticas, que ya no es posible aplazar más, en un entorno regional caracterizado por las situaciones de transición económica y política que enfrentan en la actualidad todos nuestros países. Pero también tengo la serena certeza de que el proceso de integración andina ha sido y será la mejor opción de nuestras naciones. Estoy seguro de que el presente es un momento de transición que
amerita, por la
trascendencia y el alcance de las metas que nos hemos propuesto, su generosa y decidida intervención, para que este apasionante proyecto político que los países andinos me han
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encomendado continúe en la dirección trazada por los principios, hoy más vigentes que nunca, del Acuerdo de Cartagena. Aprovecho la ocasión para reiterar a Vuestra Excelencia las seguridades de mi más alta y .6/864L"6.#%!*4/6.),#!6G4-. ! !
Vista esta comunicación con la perspectiva que da el paso de los meses, después de los acontecimientos vertiginosos que debieron enfrentar los países andinos durante el año 2003, me quedo aún con la sensación de la vigencia que adquieren estos planteamientos en la actualidad. E ntre liberales y proteccionistas En momentos de tantos desafíos internos y externos para nuestros países, las dificultades para poner en marcha la nueva visión de la integración que propuse a los presidentes, no tardaron en hacer su aparición. Los sucesos que configuraron la severa crisis política y económica de Venezuela habían provocado, al terminar el año 2002, una abrupta caída del comercio binacional con Colombia, que representaba hasta el año 2001 cerca del 40% del intercambio comunitario. En una decisión que amenazaba de manera ostensible la estabilidad de los acuerdos comunitarios, el 21 de enero de 2003, el Gobierno venezolano concedió una exoneración total de impuestos a la importación de un amplio grupo de productos 7")% !*4/6.),#'#% !*3*% +.)% 0,63),#% 4)!)/6.#.% *% .)% !*4/"3*% 3#/6M*-% 9% 7")% presentaban insuficiencia de producción interna. De esta manera, las autoridades de este país incurrían en violación de la Decisión 370 de la normatividad andina, que
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establece el Arancel Externo Común a ser aplicado a productos procedentes de terceros países, determinando los casos y las condiciones específicas en las que los países miembros pueden suspender o diferir dicho arancel.188 Este panorama se ensombrecería aún más con la aplicación del mecanismo de control de cambios introducido por Venezuela durante el mes de febrero de 2003 2 bajo el argumento de la fuga de divisas2, que había generado una deuda cercana a los US$ 300 millones de dólares de los empresarios venezolanos con sus homólogos colombianos, sin que hasta ese momento se hubieran encontrado fórmulas factibles de pago entre las autoridades de los dos países.189 Tales acontecimientos terminaron por introducir una mayor incertidumbre a las relaciones comerciales de Venezuela con sus socios andinos y se convirtieron en fuertes catalizadores de las tendencias centrífugas que se habían expresado, con más o menos intensidad, en las dos últimas cumbres presidenciales.
188
E l día 23 de abril de 2003, mediante Resolución N° 714 de la Secretaría General, me cor respondió dictaminar que esta concesión unilateral por parte de la República de V enezuela constituía un incumplimiento de obligaciones emanadas de normas que conforman el ordenamiento jurídico de la Comunidad A ndina, en especial: del artículo 4 del T ratado del T ribunal de Justicia de la Comunidad A ndina; del artículo 90 del A cuerdo de C artagena, en su texto modificado a través de la Decisión 406 de la Comisión; del artículo 98 del A cuerdo de C artagena, en su texto modificado a través del artículo 17 2*$% F',+,/,$,% 8,2(A(/1+,'(,% 2*$% J/0*'2,% 2*% K1'+14*.1;% 2*.,)(.12,% 3F',+,/,$,% 2*% L0/'*6M% 2*% $1% Decisión 370 de la Comisión del A cuerdo de C artagena sobre A rancel E xterno Común; de la Decisión 371 de la Comisión sobre el Sistema A ndino de F ranjas de Precios; y, de la Resolución 501 de la Junta del A cuerdo de C artagena que contiene los criterios y procedimientos para la reducción o suspensión transitoria del A rancel E xterno Común, con el fin de atender insuficiencias transitor ias de la oferta.
En la reunión de la Comisión, celebrada en septiembre de 2003, la delegación de Venezuela informó que había restaurado los aranceles a los niveles consagrados en la Decisión 370. 189
M e cor respondió, así mismo, como secretario general de la Comunidad A ndina expedir una N*-,$0/(E.%OP%QRS%2*$%,'41.(-),;%A*/@121%*$%)(-),%%TU%2*%J='($%2*%TVVU;%*.%$1%/01$%-*%2*+*')(.1%3C0*% las medidas cambiarias adoptadas por la República de V enezuela constituyen una restricción al comercio intrasubregional, según lo dispuesto en el A rtículo 72 del A cuerdo de C artagena, en su texto modificado a través de la Decisión 406 de la Comisión, que incide sobre la importación de productos ,'(4(.1'(,-%2*%$,-%&15-*-%8(*)=',-%2*%$1%K,)0.(212%J.2(.1G6
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Durante el primer trimestre de 2003, de manera simultánea con los acuerdos que completaban el Arancel Externo Común Andino 2y en pleno proceso de preparación de la
Cumbre Presidencial de junio de este año2, tanto Colombia como Perú
empezaron a afinar toda su artillería diplomática y comercial para avanzar en un acuerdo bilateral con los Estados Unidos. Ésta era la entendible reacción de sus autoridades públicas y de sus empresarios, que percibían cómo se aplazaban y segmentaban las negociaciones del ALCA, mientras se enfrentaban al riesgo de que expiraran las concesiones arancelarias del ATPDEA en el 2006, sin que entrara en pleno vigor la zona de libre comercio de las Américas. En el caso de Colombia, a esta altura ya era visible que las dificultades con Venezuela 2su principal socio en la Comunidad Andina2 habían acelerado estas aproximaciones, con el argumento poderoso de su condición de país estratégico para los intereses de los Estados Unidos.190 Estas dificultades con el paso de los días se tornaron en una delicada discrepancia estructural, entre los países andinos y Venezuela, sobre la concepción de la integración, como quedaría en evidencia en la reunión celebrada en Washington, organizada por el BID y la Secretaría General, precisamente para analizar las negociaciones comerciales con terceros, a las que me referiré más adelante. Este viraje en la estrategia de inserción internacional, le dio paso a una serie de artículos de prensa en los principales diarios de Colombia y otros países andinos, en los que no sólo se ponía en duda la vigencia del proceso de integración andina sino, además, la permanencia de sus propias instituciones. Los argumentos ondulaban 190
No debe omitirse, si.%*)=1'4,;%*$%3*A*/+,%*-&*H,6%2*%$1-%/0$)(.1/(E.%2*%$1-%.*4,/(1/(,.*-%2*%K@($*%% de su propio T L C con el país del norte en diciembre de 2002, y su posterior suscripción por parte de la canciller chilena M aría Soledad A lvear, y el representante comercial de Estados Unidos, Robert Zoellick, el mes de junio de 2003.
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desde la posible absorción de la Comunidad Andina en el marco de la zona de libre comercio de las Américas, hasta la irrelevancia que representaba continuar en un esquema comercial que se consideraba agotado en sus oportunidades comerciales. Debo advertir que compartí aquellos comentarios que se referían a incumplimientos y desencuentros entre los países en la construcción del mercado común y de la unión aduanera, sobre los cuales hice en su momento mención ante los ministros y los presidentes. Pero adquirían tal virulencia las intenciones de algunos analistas que, por momentos, éstas revelaban más los intereses específicos que hoy representan en su asesoría profesional, que los análisis rigurosos e inteligentes a los cuales nos mantuvieron acostumbrados durante muchos años. El caso del Perú merece también un comentario especial, porque durante mi periodo de labores al frente de la Secretaría General su estrategia de inserción se movía hacia dos frentes de actuación internacional. Una de estas posiciones, orientada desde el Ministerio de Industria y Comercio, apuntaba en la dirección de un acuerdo de libre comercio con los Estados Unidos que, aunque menos factible que el de Colombia, ha contado con fuerte apoyo de un sector de industriales e importadores de este país, tradicionalmente menos integracionistas que los empresarios colombianos. Y la otra posición, sustentada por el canciller Allan Wagner, le apostaba también a la firma de una acuerdo de libre comercio con Mercosur, como parte de una nueva estrategia de alianzas internacionales que redefine las relaciones con el Brasil, un país con el que Perú tiene una extensa frontera. En medio de estas dos posiciones, también debí enfrentar en el Perú múltiples expresiones editoriales y de analistas de la coyuntura internacional, que propugnaban por una actitud centrífuga, especialmente hacia una relación bilateral con los Estados Unidos. 451
Los argumentos eran diversos, pero la mayoría de ellos giraban en torno a los riegos que para un país con una marcada vocación importadora podría tener el consenso andino en torno a un Arancel Externo Común. Para algunos analistas, las negociaciones del AEC habían llevado al Perú a aceptar el incremento efectivo y una mayor dispersión del promedio arancelario con un sustento económico y político que se negaban a entender. Para otros observadores, era un contrasentido aspirar a un acuerdo bilateral con los Estados Unidos cuando se aceptaba incrementar aranceles a un grupo +significativo- de productos. Entre tanto, otras posiciones, en ausencia de argumentos contundentes 2que brillaron por su ausencia en el debate2, se refirieron al hecho de que la Comunidad Andina constituía un foro apropiado para discusiones de temas políticos, pero no era el socio adecuado para la integración económica y comercial del Perú. La característica común de todos estos argumentos era, en la práctica, la misma de los defensores de un arancel plano 2sin dispersión y con tendencia a cero2 de la década pasada, que siempre tuvieron una posición contraria a la integración andina por considerarlo como un esquema proteccionista. Al hacer una evaluación más detallada de las posiciones de estos analistas, pude comprobar que se trataba, en la mayoría de los casos, de profesionales que, en su momento, estuvieron vinculados al Ministerio de Economía del Perú 2junto al ministro Camet o Boloña2 en la época de Fujimori. Entre tanto, el gobierno del presidente Chávez en Venezuela, movido por las dificultades para estabilizar su economía, acosado por las tensiones comerciales con los países andinos y estimulado por su particular visión de las alianzas internacionales, había decidido profundizar la estrategia de acercamiento con Brasil, que se había convertido desde el segundo Gobierno del presidente Rafael Caldera
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(1994-1999), en un propósito de Estado. No obstante, resulta evidente que el tono y el talante con el cual condujo este proceso el actual
mandatario venezolano
combinaba las razones económicas 2la consolidación de un importante mercado para su oferta petrolera y energética2 con las razones políticas, que le apostaban claramente a un eventual papel de liderazgo brasileño en las relaciones hemisféricas. L a tendencia de deslizamiento del gobierno venezolano en la dirección del M ercosur, se hizo aún más evidente en las declaraciones del presidente C hávez durante su visita oficial al B rasil, en abril de 2003, tan sólo dos meses antes de la realización de la C umbre Presidencial A ndina. E n esta ocasión, señaló que la K,)0.(212% J.2(.1% *'1% 0.1% 3*.+(212% 1.1/'E.(/16% /,.% claro acento 3.*,$(=*'1$6% B;% *.% /,.-*/0*./(1;% -,$(/(+1=1% $1% 12@*-(E.% 1$% 8*'/,-0'% 0+($(W1.2,% para ello la mediación del presidente L uiz Inácio L ula da Silva.191 Posteriormente, y a pocos días de la Reunión de Q uirama, el presidente C hávez continuó sus ataques contra la Comunidad A ndina, señalando en la C umbre del M ercosur, en junio de 2003: 3<1%KJO%+1)=(?.%*-+X%+'1./121G%#-,%.,%-('D*;% la integración es mentira, cada quien anda por su lado6G192
Ésta, desde luego, no era una acción aislada del presidente Chávez. Se trataba de un claro mensaje a los países andinos sobre su oposición a los esquemas comunitarios o bilaterales de relacionamiento comercial con los Estados Unidos y, en todo caso, sobre sus reservas alrededor del ALCA, que ha considerado como un escenario inadmisible para Venezuela.
191
Y*'%3K@XD*W%,&(.E%C0*%$1%KJO%*-%1.1/'E.(/1%B%.*,$(=*'1$6;% E l Universal de C aracas, 27 de abril de 2003. 192 E l Nacional de C aracas, 12 de junio de 2003.
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En este ambiente, enrarecido por los comentarios editoriales, las críticas de los analistas y las posiciones centrífugas de algunos de los países andinos, me correspondió liderar el proceso de preparación del Consejo Presidencial de Quirama - Colombia, en el cual me enfrentaba al desafío de obtener la aprobación de un nuevo rumbo para la integración, en el marco de una agenda multidimensional. U6)48,#/%8#48*?%.)/.)%.*/%0*/6!6*4)/%*0")/8#/?%"4*/%4*/%86$.#'#4%.)%+4)*$6'),#$)/-%9% $*/%*8,*/%.)%+0,*8)!!6*46/8#/-:
Una brújula en medio de la turbulencia Empezamos a descifrar el juego de ajedrez que teníamos frente a nosotros a través de la cuidadosa labor de planeación estratégica al interior de la Secretaría General y mediante una labor de comunicación fecunda y permanente con los diversos actores de la integración, a lo largo de mi primer año de actividades.
¿Por qué un acuerdo m arco con los Estados Unidos? El día 8 de noviembre de 2002, en la ciudad de Lima, invitado por el sector privado representado en la Cámara de Comercio Internacional, tuve oportunidad de hablar, por primera vez, de la posibilidad de un acuerdo marco entre los Estados Unidos y los países andinos que quisieran avanzar en esta dirección. Hice estas apreciaciones, con base en una reunión sostenida en Quito, durante el mes de septiembre, entre los ministros de Comercio Exterior de la subregión y el señor Robert Zoellick, representante comercial de los Estados Unidos, quien nos había reafirmado su interés en negociar con la Comunidad Andina.
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Esta propuesta mereció una reacción casi inmediata del ministro de Producción y Comercio de Venezuela, Ramón Rosales, quien consideró en una misiva del 12 de noviembre de 2002, que este pronunciamiento mío contravenía el discurso integracionista, ya que 2según su interpretación2 la estrategia de relacionamiento externo de la Comunidad Andina no admitía adhesiones sucesivas o parciales, sino 0*/6!6*4)/% !*3"468#,6#/?% 7")% 1$% !*4/6.),#'#% !*4.6!6G4% '^/6!#% % +&#!6#% )$% fortaleci36)48*%9%/*$M)4!6#%.)%/"%!#0#!6.#.%4)L*!6#.*,#-%5,)48)%#%8),!),*/: En mi comunicación de respuesta a las inquietudes del ministro Rosales, le precisé que la propuesta se enmarcaba dentro de las afirmaciones de varios países de la Comunidad Andina, en el sentido de lograr la suscripción de acuerdos de libre comercio con otros países o grupos de países dentro de lo que se denomina el +,)L6*4#$6/3*% #'6),8*-:% A*,% !6),8*?% ),#% 1sta una referencia inicial al principio de +L)*3)8,(#% M#,6#'$)-% .)% 64/),!6G4% 648),4#cional, que semanas más tarde sustenté a los presidentes andinos en la comunicación ya citada.
La vigencia de un espacio sudamericano Con ocasión de una invitación que me extendió la Fundación Konrad Adenauer, para evaluar la presencia del Brasil en la arquitectura comercial global, participé como conferencista, el día 28 de noviembre de 2002, en un foro público en Río de Janeiro, en el cual ilustré a los asistentes sobre la vigencia de una alianza entre la Comunidad Andina y el Mercosur, con el fin de hacer tangible la fuerza del espacio sudamericano. Propuse, en esta oportunidad, el fortalecimiento de la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional en Sur América (IIRSA), mediante la promoción de una adecuada regulación que garantizara su viabilidad en nuestros países. Señalé que 455
cuando este proyecto estuviera avanzado en un porcentaje significativo, la historia sudamericana no sería nunca más la misma. Indiqué, por lo tanto, que avanzar en esta dirección permitiría generar no sólo comercio sino joint-ventures, intercambios 3#/6M*/%.)%'6)4)/%9%0),/*4#/?%0#,#%&#!),%7")%$*/%+M)!64*/%.6/8#48)/-%2en que se han convertido las dos regiones2 se transformen por fin en socios estratégicos en la aventura del nuevo milenio. Pero también, desde entonces, me atreví a formular la necesidad de consolidar una asociación autónoma, con capacidad de negociación con el mundo, que hiciera 5,)48)%.)%3#4),#%!,)#86M#%#%$*/%+!#48*/%.)%/6,)4#-%7")%)30"W#'#4%#$%'6$#8),#$6/3*%)4% las relaciones internacionales, sin sopesar el gran riesgo que entrañaría la decisión de acometer de manera individual o aislada los procesos de inserción internacional de nuestros países. Ese mismo día invité a las autoridades presentes a trabajar en la concertación de proyectos concretos, que hicieran avanzar la integración entre Brasil y la Comunidad Andina sobre bases firmes, más allá de la retórica o de pretensiones hegemónicas, que hasta el momento habían sido la constante en los encuentros precedentes. En consecuencia, justifiqué mi presencia en ese diálogo como una manera de ratificar el interés de los países andinos en la construcción de una gran unión sudamericana.
Nuevos actores en la integración Días después, convencido de la importancia de diversificar los actores de la integración, el día 19 de diciembre de 2002, acogí en Lima una reunión ampliada de la Comisión, que contó con la presencia de los ministros de Energía de los países miembros, quienes aprobaron la Decisión 536, una norma comunitaria que facilita la
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interconexión y el intercambio de electricidad entre Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela. Se trató, sin duda, de una decisión histórica, porque permitió demostrar las nuevas dimensiones de la integración subregional, en un campo donde existe un potencial tan significativo como el energético, mediante la armonización necesaria para la interconexión subregional de los sistemas eléctricos. No fue una decisión formal, sino una fórmula de facilitación, cuyos efectos se medirán en el mediano y largo plazo, a través de importantes de inversiones. Esta Decisión beneficiará a todos los países andinos pero, en el corto plazo, los dos más inmediatamente beneficiados han sido Colombia y Ecuador. Sólo durante el año 2003, la Comisión de Regulación de Energía de Colombia (CREG) estimaba que el país recibiría una cifra cercana a los 240 millones de dólares, como ya lo mencioné, mientras que Ecuador ahorraría 45 millones de dólares por este mismo concepto. Las utilidades nuevas y los ahorros generados sumarían 40 años del presupuesto de la Secretaría General, como se los di a conocer a los presidentes andinos en la Cumbre de Quirama. Y todo ello como consecuencia de una sola norma de la Comisión de la Comunidad Andina,
Un gran aliado en la estrategia En una de mis primeras actuaciones públicas del año 2003, a propósito de una visita de Enrique Iglesias, el día 20 de enero a las instalaciones de la Secretaría General, coincidimos con el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo en señalar que la integración es, ante 8*.*?% % "4% +630),#86M*% 0*$(86!*-% 0#,#% &#!),% 5,)48)% #% $*/% retos del momento actual, en el ámbito internacional.
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Iglesias expresó su pleno respaldo al proceso andino de integración y destacó la necesidad de profundizarlo, hizo énfasis también en que había que fortalecer la capacidad negociadora de nuestros países en los escenarios hemisféricos y aprovechar las ventajas de actuar en forma conjunta:%+En el mundo de hoy, es mejor navegar en convoy que solos-?% 64.6!ó al término de su alentadora visita. Esta afortunada expresión habría de convertirse en una de nuestras principales consignas en el proceso de persuasión que se avecinaba.
Los consensos en torno a la construcción del mercado común Un paso decisivo en la construcción de acuerdos básicos lo constituyó la reunión de la Comisión del día 14 de octubre de 2002 en la ciudad de Lima. En esta oportunidad, la Comisión con la presencia de los ministros de relaciones exteriores, comercio exterior, agricultura y economía, adoptó la Decisión 535 que definió, por primera vez en la historia de la Comunidad, el Arancel Externo Común (AEC) para los cinco Países Miembros. Dicha decisión representa el 62% del universo arancelario, y sumada a la Decisión 370, cubre el 95% del comercio subregional.193 Esta reunión estuvo precedida de delicadas negociaciones en las que el equipo profesional de la Secretaría General jugó un destacadísimo papel. Debo recordar, además, que ésta fue mi primera actuación al frente de la Secretaría General y que el 193
El 62% definido para el Perú representa entre el 30 y el 35% de su comercio con la subregión. Si este país representa el 8% del comercio, el 60 ó 65% restante equivaldría únicamente al 5% del comercio subregional. Por lo tanto, el Arancel Externo Común sumadas las Decisiones 535 y 370, tal y como lo consagra el artículo 7 de la Decisión 535, cubre el 95% del comercio subregional. Fuente: Secretaría General de la Comunidad Andina. 458
riesgo de un fracaso era elevado. Tuve, por lo tanto, que desplegar una intensa actividad política con los gobiernos para garantizar el resultado final. La Comisión ampliada estuvo precedida por Carolina Barco, ministra de Relaciones Exteriores de Colombia, quien manejó con gran tacto, responsabilidad y prudencia esta decisiva comisión. A ella le correspondió mediar las obvias diferencias que se presentaron entre los ministros de Comercio Exterior y de Agricultura de Colombia. También jugaron un decisivo papel los ministros peruanos Allan Wagner y Javier SilvaRuete, quienes han sido convencidos integracionistas por muchos años. Después de intensas deliberaciones levantamos la sesión al filo de la madrugada, del día 15 de octubre de 2002, con este histórico acuerdo. Otro importante paso lo constituyó la reunión de la Comisión del 15 de febrero de 2003, en la cual se acordó presentar en el ALCA, ofertas comunitarias con un alto porcentaje de coincidencias, en materia de inversión, bienes y servicios. El 86% del comercio intracomunitario fue propuesto en tiempos de hasta diez o más años, como períodos de desgravación arancelaria.194 Tal vez algunos observadores 2como parece el caso de un pequeño grupo de columnistas y editorialistas2 y algunos orientadores de la política comercial de nuestros países, no han hecho una conciencia muy profunda sobre las implicaciones de esta decisión. Pero lo cierto es que la presentación de la oferta comunitaria de bienes en el ALCA hace posible que nuestros países dispongan de un largo período de transición, al menos de 12 años, para fortalecer la estrategia de profundización
194
La Comisión encargó, igualmente, a la Secretaría General de la Comunidad Andina elaborar un proyecto de convenio de complementación industrial que ofreciera una solución integral a la problemática de la cadena de las oleaginosas, hecho que se constituyó en un avance notable hacia la eliminación de las distorsiones comerciales en un sector estratégico 459
del mercado común y propiciar la transformación de su estructura productiva y la inserción competitiva de las naciones andinas, mientras se consolidan los espacios de negociación. El 14 de abril de 2003, en una nueva reunión de la Comisión, los países de la subregión concluyeron una importante etapa del proceso al notificar de manera comunitariamente en el ALCA el 95% del comercio intracomunitario, sobre la base de los acuerdos obtenidos en octubre de 2002. Debo admitir que en la reunión de la Comisión, del 2 de septiembre de 2003, los Países Miembros con el liderazgo de Perú y Colombia, no sólo plantearon la necesidad de revisar la estructura del Arancel Externo Común, sino que también expusieron que el esquema comercial se había agotado y, por lo tanto, era preferible mantenerlo como una zona de libre comercio frente a las implicaciones que cualquier camino diferente tendría en las negociaciones con terceros. En esta oportunidad fui enfático en afirmar que la aparente disyuntiva sólo podría ser resuelta por los presidentes, porque cualquier decisión en la dirección señalada por algunos ministros en la comisión,
representaba el riesgo de un retorno a
posiciones del pasado que ya habían sido objeto de negociación. Abrir el debate sobre el AEC hubiera sido reconocer, en ese momento, que no se transitaría hacia un mercado común. Precisamente, en la Conferencia Anual de la Corporación Andina de Fomento (CAF) y Diálogo Interamericano, el 11 de septiembre de 2003, volví a señalar que éste sería un cambio de fondo sobre el futuro de la integración comercial y sobre los compromisos adoptados por los presidentes en materia comercial.
para los empresarios de la subregión. Éste se constituye, sin lugar a dudas, en un tema de 460
Pasos decisivos hacia un redireccionamiento estratégico Los ministros de Relaciones Exteriores también aportaron lo suyo en una reunión del Consejo de Cancilleres Andinos celebrada en la ciudad de Bogotá, el día 11 de marzo de 2003. Al término de su jornada de trabajo aprobaron por unanimidad la iniciativa de la Secretaría General para brindarle una nueva orientación a la integración subregional. Se trataba, en la práctica, del ingreso de la integración en una segunda generación de políticas, que les 0),3686,^%#%$*/%/*!6*/%.)%$#%/"',)L6G4%$6'),#,/)%.)%$#%+obsesión por #,#4!)$-?% !*3*% $*% /)<#$1% )4% 36% !*3"46!#!6G4% #% $*/% 0,)/6.)48)/:% ]% )$% 3*3)48*% resultaba propicio, no sólo por la urgencia de ofrecer nuevas alternativas a los profundos desafíos económicos, políticos y sociales que vive la subregión, sino además por las certezas obtenidas en la consolidación de una etapa de realizaciones comerciales. Los ejes temáticos identificados y priorizados por la Secretaría General para la nueva agenda estratégica y que recibieron el aval de los cancilleres, se refirieron, principalmente, al desarrollo de una agenda social, la profundización de la política exterior común, la construcción del mercado común, el desarrollo sostenible y la integración física de Sudamérica. Debo destacar, en particular, la prioridad asignada a la agenda social, que se concentraría sobre dos grandes pilares: las acciones tendientes al establecimiento del mercado común andino 2en franco contraste con las orientaciones recientes que han dado los ministros de Comercio Exterior2, y de otro, el desarrollo de mecanismos para la cohesión regional y la lucha contra la pobreza.
prioritaria importancia para Bolivia. 461
También fue trascendente el hecho de que, después de analizar los diferentes tipos de inserción en el entorno internacional, los cancilleres optaran por intensificar las negociaciones con terceros países desde una posición comunitaria, a fin de asegurar una inserción internacional con autonomía que facilitara la suscripción de acuerdos, con el convencimiento de que en la actual coyuntura internacional no hay plataformas excluyentes, sino una suma de opciones que pueden afrontarse con el supuesto de preservar la normativa comunitaria. Debo resaltar, en este contexto, la decisión de los cancilleres de otorgarle a la Secretaría General la tarea de servir de soporte técnico y ejecutivo al Consejo Andino de Ministros de Relaciones Exteriores en la conducción de la negociación y suscripción de un Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación con la Unión Europea, como ya mencioné, con miras a un futuro Acuerdo de Asociación. De igual relevancia fue el consenso suscitado para buscar el fortalecimiento de un sólido espacio sudamericano, para lo cual los Cancilleres ratificaron su voluntad de avanzar hacia el acuerdo de libre comercio con Mercosur con la profundidad necesaria y en los plazos que ya se habían previsto con anterioridad, en la perspectiva de diciembre del año 2003. Todo lo anterior, sin perjuicio de que los países pudieran intensificar las relaciones con los Estados Unidos, con miras a un Acuerdo de Libre Comercio por la vía bilateral o comunitaria. Tras esa trascendental reunión resultó absolutamente claro que los diferentes escenarios de inserción internacional no eran excluyentes y que se podía trabajar en plataformas simultáneas con los Estados Unidos, Mercosur y Europa. En consecuencia, las negociaciones se conducirían de manera comunitaria y con un enfoque que consultara los ritmos y plazos variables de los países miembros, al tiempo que preservara la identidad y autonomía del proceso andino de integración. 462
No obstante, esta visión integral de los cancilleres sobre la agenda tampoco coincidía, nuevamente, con las expresiones y actitudes de algunos ministros de Comercio Exterior que insistían en considerar contradictorias algunas de las plataformas de inserción internacional de la Comunidad Andina. Ello creaba un constante enfrentamiento entre las líneas de direccionamiento estratégico formuladas por los Ministerios de Relaciones Exteriores y la visión de algunos de los Ministerios de Comercio Exterior.
El encuentro con los jefes de Estado en Cusco Especial significación adquirió mi encuentro con los presidentes andinos el día viernes 23 de mayo de 2003 en la ciudad de Cusco, en el marco de la Cumbre del Grupo de Río. En una reunión de carácter informal, tuve oportunidad de compartir con ellos, en mayor detalle, las orientaciones trazadas por los cancilleres y empezar a crear, con su activa disposición, un ambiente más propicio hacia la Cumbre de Quirama, que por esos días se encontraba en un punto bajo, debido a las fuerzas centrífugas que actuaban sobre el proceso de integración. En el centro de la agenda desarrollada en el Cusco se encontraba, además, el tema de los
asuntos pendientes para completar el mercado común y los continuos
incumplimientos comerciales de los países para avanzar en aspectos clave del proceso. En una corta intervención compartí con los presidentes la ruta trazada por los cancilleres, así como las conclusiones de un estudio dado a conocer por el Centro de Comercio Internacional 2organismo consultivo de la Organización Mundial del Comercio2 el cual me sirvió para salir al paso de las percepciones existentes en 463
algunas autoridades de los países sobre un supuesto agotamiento del mercado ampliado. Según este instituto, existe la posibilidad real de que nuestro comercio intracomunitario crezca en un 50%, durante los próximos años, hasta alcanzar los 9.000 millones de dólares si avanzamos hacia el mercado común. Este incremento les permitiría a los países miembros, generar unos 300 mil nuevos empleos directos en la región. Y el impacto podría ser aún mayor si se considera el amplio potencial de las alianzas productivas entre las naciones de la subregión en la perspectiva de los mercados mundiales. El presidente Uribe, convencido de la importancia de la cifras evaluadas y consciente de las perspectivas que podría adoptar el proceso de integración, señaló de inmediato la importancia de abordar con franqueza los temas pendientes, que 0),3686,(#4% +$6306#,% $#% 3)/#-% .)% 64!"30$636)48*/% 9% #M#4F#,% )4% $#% .6,)!!6G4% de los nuevos desafíos planteados. Con toda sinceridad, expuso a sus colegas el riesgo de que, en un momento tan delicado, la Cumbre que él había convocado con tanto )48"/6#/3*?%0".6),#%!*4M),86,/)%)4%"4#%+.)!$#,#!6G4%.)%'")4#%M*$"48#.-%/64%464LH4% compromiso visible por parte de los países.
La renovación del compromiso comunitario Con motivo de los 34 años del proceso de integración y precedido por estas reflexiones del presidente Uribe, que fueron compartidas por los demás jefes de Estado presentes en la reunión de Cusco, el día 26 de mayo hice una serie de consideraciones sobre las líneas de actuación necesarias para obtener la renovación del compromiso de los países. En esta ocasión enfaticé que estaba en discusión algo mucho más profundo, complejo y decisivo que unos porcentajes arancelarios. Se evaluaba, nada menos, la 464
decisión sobre qué tipo de inserción internacional deberán tener nuestros países en la arquitectura económica y política que recién comienza a diseñarse. Por lo tanto 2señalé2, +$*% 7ue hagamos, o dejemos de hacer, en los próximos dos #<*/?% 8)4.,^% "4#% ,)0),!"/6G4% .)!6/6M#% )4% )$% /6L"6)48)% 3).6*% /6L$*-:% O6!)% 4*8#,% )4% esta dirección la importancia de superar las divergencias en las políticas de los gobiernos, especialmente en torno al punto más serio en discusión, que es el de nuestra relación con los grandes bloques económicos y, específicamente, nuestra relación con los Estados Unidos, el principal socio comercial de los países andinos. Reiteré mi propuesta para la construcción de un acuerdo marco con los Estados Unidos, que sirviera como un instrumento intermedio entre el fin del ATPDEA y el 646!6*%.)$%;D=;:%>/)%#!"),.*%0),3686,(#%7")%$*/%0#(/)/%+.)/)3'#,!#,#4-?%!#.#%"4*%#% /"%,683*?%9%5#!6$68#,(#%7")%$*/%3^/%$)48*/%4*%+#3#,,#,#4-%#%$*/ que quisieran avanzar a una mayor velocidad. En el cierre de mi intervención convoqué a los países andinos en torno a la gran tarea actual que es la que yo he llamado la segunda generación de políticas, orientadas a hacer de los países andinos más relevantes y competitivos en la economía mundial. Invité a que se concibiera esta agenda con un carácter multidimensional, para avanzar hacia políticas
de convergencia en áreas que
acerquen a los países para que se encuentren en una banda común en todos los sectores: la nueva agenda social, atada indisolublemente a la gobernabilidad; los aspectos macroeconómicos 2especialmente en el tema de los tipos de cambio que tanta preocupación causan a los países miembros2; así como las políticas educativas y las de ciencia y tecnología, entre otras transformaciones productivas, que es lo que requerimos para estar preparados al gran Acuerdo de Libre Comercio de las Américas. 465
De esta manera, la nueva carta de navegación andina se abría paso, cada vez con el mayor compromiso de sus actores fundamentales. Y la reunión de jefes de Estado de la Comunidad Andina, que se realizaría en el recinto Quirama, en el Oriente antioqueño, los días 27 y 28 de junio de 2003, se encargaría de rubricar, con el acompañamiento de la voluntad política de nuestros mandatarios, las nuevas líneas de actuación por las que en mi opinión deberá orientarse el proceso andino de integración en los próximos años.
Q uirama: un nuevo rumbo para la integración Las semanas precedentes a la realización de la Cumbre Andina en el recinto Quirama, estuvieron caracterizadas por un ambiente que, a juzgar por los titulares de prensa, se movía entre el desánimo de algunos y el escepticismo de otros. No obstante, el encuentro ministerial convocado por la Secretaría General y el Banco Interamericano de Desarrollo, al que hice referencia anteriormente, había de convertirse en una reunión decisiva, en la perspectiva de la Cumbre de Quirama. Este crucial evento se llevó a cabo en Washington los días 11 y 12 de junio, para evaluar el impacto de las negociaciones internacionales sobre la Comunidad Andina en su conjunto y sobre los países considerados de manera individual. En este encuentro, los ministros que hacen parte de la Comisión, en una atmósfera de sinceridad, que estuvo precedida por el abandono de todo formalismo, tuvieron la gallardía de poner sobre la mesa los desacuerdos que persistían para poder avanzar )4%+!*4M*9-%)4%)/#/%%4)L*!6#!6*4)/:
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=+&$"*&3&-0.0$*)(/*3.>&9 Las reacciones iniciales de los ministros de Colombia y Perú sobre las bondades de los procesos simultáneos de negociación en el ALCA y el abordaje de esquemas bilaterales con los Estados Unidos, como estrategia común de su política internacional, se encargaron de subir el tono del debate abierto con la presentación de un sugestivo estudio del BID y con la disertación de los expertos invitados. El ministro venezolano de la Producción y el Comercio, Ramón Rosales 2quien finalmente se decidió a asistir a la reunión luego de consultar con su presidente2 rápidamente se apartó de sus colegas, al señalar la absoluta reserva que su país tenía sobre la forma como se
estaban conduciendo las negociaciones del ALCA 2
esquema que a su juicio no consideraba las asimetrías entre las economías participantes2 y las enormes dudas que a esta nación le generaba la apuesta de algunos países andinos por un tratado bilateral con los Estados Unidos. Por su parte, el canciller boliviano, Carlos Saavedra Bruno, en un rol conciliador, señaló las dificultades de hacer coincidir visiones que partían de enfoques diferentes en torno al modelo de desarrollo requerido para los países de la subregión, con una referencia específica a la situación de transición económica y política de Venezuela. A este debate, que en ningún momento perdió el tono de franqueza y de rigor conceptual, se sumaron el día 12 de junio de 2003 las declaraciones del presidente Chávez, quien consideró oportuno notificar a los países de su total oposición a cualquier acuerdo bilateral andino con los Estados Unidos. En declaraciones de prensa /)% ,)56,6G% #% $#% =*3"46.#.% ;4.64#% !*3*% +"4#% % 3)486,#-% 9% !*3*% "4#%
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organización +7")% 4*% /6,M)-?% )4% $#% !"#$% +!#.#% 7"6)4% #4.#% 0*,% /"% $#.*-:195 El mandatario venezolano presentaba esta posición en vísperas de su presencia como observador en la Cumbre de Mercosur que se iniciaría en la ciudad de Asunción del Paraguay el día 17 de junio. El encuentro en Washington, por más extraño que parezca, representó un hecho importante en la preparación de la Cumbre de Quirama. Este sincero intercambio se !*4M6,86G%)4%"4#%)/0)!6)%.)%+!#8#,/6/%!*$)!86M#-%.)%"4%L,"0*%.)%#!8*,)/%.)!6/6M*/%.)% la integración andina, que nos permitió identificar, con alto grado de realismo, aquellos aspectos en los que eran posibles los acuerdos y aquellos en los que definitivamente no sería fácil el consenso de cara a la Presidencial de Rionegro. En medio de esta reunión en la ciudad de Washington, resultó muy emblemática, por su significación en la nueva agenda multidimensional, la firma de un convenio de cooperación entre la Secretaría General de la Comunidad Andina y la organización Conservación Internacional (CI), sobre la Estrategia Regional de Biodiversidad en la región andina. Ambas organizaciones nos comprometimos a concentrar nuestros esfuerzos en el desarrollo de proyectos comunes e iniciativas identificadas en el Plan de Acción de la Estrategia de Biodiversidad de la CAN, aprobada en junio de 2002, así como en la creación de un fondo de financiamiento para implementar el Plan y en la identificación de aliados estratégicos en el ámbito nacional, regional e internacional.
195
V éase, declaraciones del presidente H ugo C hávez en el E xpreso 2*%Z01B1C0($;%H0.(,%RT%2*%TVVUG%3<1% (.+*4'1/(E.%1.2(.1%*-%0.1%)*.+('16G
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En el acto central, que contó con la presencia de los ministros de Comercio Exterior andinos, destaqué el privilegio que teníamos de compartir la región con mayor cantidad y diversidad de especies animales y vegetales del mundo, que alberga aproximadamente el 25% de la diversidad biológica del planeta y es considerada por los expertos como el epicentro global de la biodiversidad. Indiqué, sin embargo, que la paulatina pérdida de ese patrimonio natural constituye un problema mundial y exige medidas regionales e internacionales. Y llamé la atención sobre el hecho de que, de acuerdo con $#%+D6/8#%b*W#-%.)%$#%V46G4%U"4.6#$% de Conservación, la región alberga 266 especies de animales terrestres amenazadas, de las cuales 34 están !*4/6.),#.#/%'#W*%+#3)4#F#%!,(86!#-: En consecuencia, sostuve que el acuerdo entre la CAN y CI representaba el ,)!*4*!636)48*%.)%7")%+$#%!*4/),M#!6G4%9%)$%"/*%/*/8)46'$)%.)%$#%'6*.6M),/6.#.%4*%)/% sólo un trabajo para l*/%L*'6),4*/?%/64*%.)%8*.*/-%9%7")%+$#%'6*.6M),/6.#.%!*4/868"9)% un recurso esencial y estratégico para lograr el desarrollo sostenible, la erradicación .)%$#%0*',)F#%9%$#%0,*5"4.6F#!6G4%.)%$#%648)L,#!6G4%#4.64#-: Por su parte, Peter Seligmann, director de Conservación Internacional destacó el hecho de que no existían precedentes de un compromiso de conservación de la envergadura de la que han asumido los Gobiernos de los cinco países más ricos en biodiversidad del mundo, e invitó a
otros bloques económicos de países y
organizaciones multinacionales para que asumieran este ejemplo.
Todo depende del ánimo El día 27 de junio de 2003, en la instalación de la Cumbre Presidencial, inicié mi discurso de apertura, con una anécdota del pensador antioqueño Fernando González 469
que venía muy a propósito, no sólo de la tradición de los hermosos parajes que nos acogían, sino de la situación que en ese momento enfrentaba el proceso de integración. Cuenta el maestro González, en su libro Viaje a pie, que en alguna ocasión de camino entre Medellín y la Ceja, se acercó a dos matronas que repartían por estas 86),,#/%,6'),#4#/%+8,)/%*%!"#8,*%4*86!6#/?%*$$#/%9%,)!#.*/%#3*,*/*/-?%9%$)/%0,)L"48G%/6% faltaba mucho para llegar a su destino. +X*.*%.)0)4.)%.)$%^463*-?%,)/0*4.6G%"4# de las mujeres, en la proverbial sabiduría de la región. Esta frase tan llena de sentido fue la que me permitió señalar que la integración subregional dependía, hoy como nunca, del ánimo de sus gobernantes. Con la certeza de que las propuestas formulada/% &#/8#% )$% 0,)/)48)% 4*% +0#,8(#4% .)% !),*-?%.)/8#7"1%#%!*4864"#!6G4%$*/% ,)/"$8#.*/% 4*8#'$)/%.)$% 0,*!)/*% #$%!"30$6,/)%$*/% 34 años del Acuerdo de Cartagena. Pero al mismo tiempo enfaticé que no podíamos ocultarnos, en esta Cumbre decisiva, que la integración subregional pasaba por una encrucijada histórica, que exigía la adopción de fórmulas comunes con base en unos consensos sobre lo fundamental. Invité, por lo tanto, a que entendiéramos la integración andina como un proyecto político que trasciende el ámbito comercial para incorporar temas que respondieran a los nuevos desafíos. Insistí en la necesidad de adoptar una estructura flexible, para solucionar aparentes dilemas en torno a las dificultades que por momentos nos impiden alcanzar el logro de nuestros objetivos; e invoqué de nuevo el principio de la geometría variable, por el cual los países podrían avanzar a velocidades distintas, pero en la misma dirección, sin renunciar a la defensa del patrimonio común. Desde hace muchos años nos hemos inscrito en el regionalismo abierto y nos hemos definido como 470
plataforma para una inserción competitiva en la economía internacional. Por ello, insistí en que era necesario hacer compatible nuestra tarea integracionista con la voluntad de los países de avanzar en negociaciones con terceros. Y en referencia a los desafíos planteados por los diversos escenarios internacionales hice las siguientes precisiones: +En la actualidad tenemos frente a nosotros varias plataformas de inserción internacional que de ninguna manera son excluyentes: ALCA, Estados Unidos, Mercosur, Unión Europea, Canadá. Se trata, sin asomo de duda, de opciones legítimas y complementarias. El propósito de fortalecer la integración andina no es, de ninguna manera, incompatible con los esfuerzos que hoy orientan nuestros países para producir un mayor acceso de sus productos a los mercados mundiales. Por el contrario, la dimensión y la fortaleza del acervo común construido serán puestas en gran medida a prueba en los diferentes frentes de negociación que se avecinan. Lo que está en juego 2insistí2 es la definición de qué tipo de inserción internacional es la más adecuada para nuestros países y cuáles son las capacidades que tenemos que construir conjuntamente para avanzar con éxito en estos escenarios. Estoy convencido, por ejemplo, que el Área de Libre Comercio de las Américas, convertida al parecer en un proceso por etapas, requiere de una estrategia de acción conjunta para reducir al máximo los costos previsibles de una menor protección futura y de la eventual pérdida de autonomía en materia de políticas. ¿Sabemos con claridad qué sectores ganarán y cuáles perderán? ¿Crecerá más bien la brecha comercial? ¿Permitirá este acuerdo un desarrollo equilibrado, o confinará a la región a ser un proveedor permanente de materias primas, en una especialización regresiva en la división internacional del trabajo?
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Así mismo, las relaciones con los Estados Unidos, el principal mercado de las exportaciones andinas, han adquirido un carácter estratégico para nuestros países. Por eso entiendo que, ante la posibilidad de que el ALCA no se concrete antes de que expire el ATPDEA, y que se convierta en un acuerdo segmentado, algunos miembros hayan anunciado su interés en avanzar en un tratado bilateral de libre comercio con ese país. Este es un ejemplo ilustrativo del principio de geometría variable que he puesto a consideración de los Gobiernos. Bajo esta óptica, las iniciativas bilaterales se deberían convertir en una oportunidad para buscar aproximaciones conjuntas a estas iniciativas. V4#%.)%)/#/%0$#8#5*,3#/%.)!6/6M#/%.)%64/),!6G4%648),4#!6*4#$%)/%+)$%)/0#!6*%/".#3),6!#4*-:% La visita del señor presidente del Brasil, me obliga a efectuar algunos comentarios. Vista desde lo alto 2acaso la única manera en que los hombres de Estado deben hacerlo2, Sudamérica es una de las grandes masas continentales del mundo. La Comunidad Andina, unida al Mercosur, representa 1.2 billones de dólares de producto bruto. Un mercado de más de 400 millones de personas, un tercio de la biodiversidad del planeta y casi un cuarto .)$% #L"#% ."$!)% .)$% 3"4.*:% >4% $#% 4")M#% +),#% .)$% #L"#% 9% .)$% *EíL)4*-?% )4% $#% 7")% /)LH4% algunos ya hemos entrado, podemos ser jugadores mundiales. Con el Mercosur, tenemos un proceso de negociaciones que nos hemos propuesto concluir para finales del presente año. Debo recordar que Bolivia ya cuenta con un acuerdo y el Perú lo concluirá en breve. Corresponde ahora a Colombia, Ecuador y Venezuela avanzar de manera comunitaria en el mismo camino. Los puntos de discrepancia no son insuperables. No esperemos contar con un acuerdo totalmente cerrado y completo. Con pragmatismo podemos alcanzar un acuerdo con una cláusula evolutiva y un mecanismo permanente que nos permita, en un plazo razonable, cerrar los temas que pueden haber quedado abiertos. Por otra parte, es imperativo reiniciar y fortalecer el diálogo político para consolidar el espacio suramericano-.
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En la parte final de mi intervención, reafirmé mi convicción en la integración como una condición indispensable en la búsqueda de una mejor calidad de vida para 4")/8,*/% 0")'$*/:%>4%!*4/)!")4!6#?%+*,.)4#,% $#%!#/#-% 9% #M#4F#,%&#!6#%"4#%/)L"4.#% generación de políticas, en el marco de una agenda multidimensional, era la tarea inmediata que teníamos que afrontar como parte integral de las conclusiones de esta trascendental reunión. Terminé, por lo tanto, solicitando al Consejo Andino de Presidentes su rúbrica sobre las nuevas líneas estratégicas por las que debería orientarse el proceso de integración, a través de los cinco ejes temáticos que ya mencioné.
La sinceridad de Uribe En su intervención de instalación de la Cumbre Andina, el presidente Álvaro Uribe nos sorprendió a todos los asistentes aislándose del texto oficial, para iniciar una franca e inteligente exposición, con varias reacciones a mis propuestas, en la que sólo usó como ayuda unas notas suyas, por cierto, muy ordenadas.196 Por la influencia que adquirieron sus orientaciones en la declaración final de los presidentes andinos, he querido hacer una edición lo más fiel posible de sus palabras, destacando los aspectos más relevantes de su reflexión de ese día. En una actitud de convocatoria a la sinceridad y a la superación de la retórica llamó la atención sobre la necesidad de dotar a la integración de una mayor transparencia y voluntad por parte de los países:
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L as citas del discurso del presidente U ribe cor responden a la grabación magnetofónica que realizó la Secretaría General de la Comunidad A ndina.
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+Nos reunimos, se impone el protocolo y aparentamos ánimo. Cuando nos separamos, miramos con desgano la Comunidad Andina. Hay que unificar el discurso y el estado de ánimo. Tenemos que definir que hay que sacarla adelante porque nadie puede tomar en duda su justificación, su necesidad. Unidos por la historia, unidos por la geografía, unidos en la hermandad de nuestros pueblos, solamente vamos a conseguir el presente y el futuro si nos unimos de verdad. Tenemos enfrente una serie de retos, mejorar lo nuestro que anda mal. Los periodistas de nuestros países ya tienen alguna mofa frente a la integración. Ayer leía yo un titular en el cual decían: Cumbre de incumplidos, refiriéndose a la totalidad de normas que violamos. Pues bien, serán los hechos y no los discursos los que cambien esa 0),!)0!6G4-.197 !
Para reafirmar su convencimiento de la trascendente visita del presidente Lula, afrontó con entereza un tema que para Colombia se había vuelto una especie de tabú durante los últimos años: +Otro reto, Mercosur. Es una responsabilidad para afrontar, definir y dar el paso. Entre nuestros países hay algunos con mayor necesidad y mayor urgencia, de que se celebre el Acuerdo con Mercosur. Otros con temores comerciales, pero todos tenemos que buscar dar ese paso, por supuesto, con sinceras previsiones que resulten en beneficio de todos. Que garanticen lo fundamental que hoy se define alrededor de una palabra: equidad. No podemos despachar al presidente Lula que viene a visitarnos esta tarde con un simple ceremonial de reglas de cortesía. Hay que definir cómo vamos a avanzar en el tema de 197
Una de las prioridades en este año al frente de la Secretaría General ha sido impulsar el cumplimiento de la normatividad comunitaria. En materia de incumplimientos, en la Secretaría hemos iniciado un trabajo para depurarlos y encontrar fórmulas de avance en los distintos temas. En ese sentido, en la Comisión de septiembre de 2003, se aprobó un programa de trabajo que permitirá archivar las investigaciones obsoletas sin interés por parte de los países, a trabajar conjuntamente con las partes interesadas para permitir el cumplimiento de las normas andinas y a continuar los procesos ante el Tribunal en los casos en que definitivamente persista el incumplimiento. Esta labor permitirá que a finales del 2003, de los 45 incumplimientos oficialmente detectados, aproximadamente en 23 casos se termine el proceso por cumplimento de la norma comunitaria.
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Mercosur, en lo político, en lo social, en lo económico, con toda sinceridad, poniendo la salvaguardias y los plazos que se requieran, teniendo en cuenta la diversidad de nuestros países-. !
En un momento específico de su reflexión, fue incluso más audaz que algunos de sus funcionarios, al referirse a la vigencia del proceso andino en el contexto de las negociaciones hemisféricas y ofrecer un claro respaldo a mi propuesta de una segunda generación de políticas de la integración, sobre la base de superar los incumplimientos de los países: +O#% .6!&*% !*4% 643)4/#% !$#,6.#.?% )$% B,:% C),4^4.)F% .)% S*8*?% 7")% 1/8#% )/% "4#% 648)L,#!6G4% política, social. Es una integración de visión, es una integración de hermandad, donde lo comercial y lo económico es apenas uno de los capítulos. Y allí sí que hay un campo rico para avanzar en lo social. Tenemos esperanza de que el trabajo que han venido realizando los cancilleres y los ministros nos permita perfeccionar los acuerdos sociales que se han dilatado tanto y que ése sea uno de los resultados de la reunión de Rionegro. El mercado común lo tenemos definido para el año 2005. Estamos compulsados a definir si lo vamos a respetar o no. Yo sugiero que lo respetemos y lo apliquemos. ¿Por qué? Algunos han dicho que en la perspectiva del ALCA el mercado común andino no se justifica. Discrepo profundamente. El proceso de desgravaciones del ALCA, la necesidad de aplicar unas herramientas que corrijan la asimetría, el capítulo social para el tema de la pequeña empresa, del agro, nos va a llevar necesariamente a que la plena aplicación del ALCA esté sometida a un proceso que puede ser extenso. Y durante ese tiempo el mercado común sería un gran instrumento para nuestros países andinos. En el reciente acuerdo firmado entre Chile y los Estados Unidos, el proceso de desgravación les toma 12 años. Si plazos semejantes se incluyeran en el ALCA, 12 años justifican plenamente la existencia de un mercado común andino. Lo tenemos acordado, pero estamos obligados a decir si hay voluntad para cumplirlo o si no lo vamos a cumplir.
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