Yo los invito apreciados presidentes de las naciones hermanas a que pongamos en marcha las decisiones necesarias para que se lleve a cabo el mercado común. Es urgente un examen de conciencia. Es urgente recapacitar. Es urgente rectificar. Da pena cuantificar el número de violaciones andinas. Así, lo que haremos es matar, en ocasiones más perceptiblemente, en ocasiones de manera imperceptible, la confianza entre nuestros pueblos. Por eso, lo que pude anticiparles en Cusco, en la reunión que presidió el presidente Toledo, cuya ausencia deploramos pero sentimos muy bien representada a la nación hermana por su primer vicepresidente, yo quiero proponer hoy formalmente acá. Démonos un palo, reconozcamos las violaciones, corrijamos las violaciones y comprometámonos todos a cumplir, a observar, las normas que venimos violando. Y para que eso sea práctico, propongámonos un período de prueba, diez meses, un año. Que durante diez meses, un año, todos nosotros sin excepción tengamos que cumplir todas las normas violadas. Y al cabo de ese período hacemos una evaluación a ver si ha sido conveniente o inconveniente. Pero lo grave es seguir hablando de integración y, simultáneamente, destruyendo la integración porque no respetamos la normatividad. Colombia está dispuesta a aportar lo suyo para cumplir con todas las normas que pueda estar violando. Necesitamos definir otros temas. En lo personal creo que la falta de armonización en lo fiscal, en el índice de endeudamiento, en la cuestión cambiaria, dificulta mucho la construcción de confianza para la integración!.
En una parte muy central de su reflexión se refirió, además, a la propuesta de la Secretaría General sobre la necesidad de preservar un contrato mínimo en las relaciones con terceros, con un especial énfasis en el hecho de que tampoco veía plataformas excluyentes de inserción internacional: "Las diferencias de las economías también traen velocidades diferentes en el interés de cada país por el ALCA. Hablo en primera persona, porque haría mal si tratara de interpretar lo que ustedes mismos tienen que interpretar. Colombia lo necesita. Les decía ahora a mis distinguidos colegas, al trasladarnos del hotel Las Lomas hacia acá, que esta economía
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colombiana que está repuntando después de una profunda postración, ha tenido en el ATPA un gran estímulo, pero eso como todo beneficio unilateral es furtivo, precario, muy corto en el tiempo, incierto sobre las posibilidades de que lo renueven. Y tampoco da seguridad a los inversionistas para instalarse. Qué hace Colombia, si en el año 2006, cuando termine el ATPA, no tenemos ALCA. Quiero hablar en primera persona por respeto a las circunstancias particulares de cada uno de los países hermanos, pero con toda franqueza. Entonces es bien importante mirar con el presidente Lula esta tarde dos temas. Las previsiones sociales del ALCA y la velocidad. Y allí veo un paralelo en la apreciación que podemos tener todos frente a Mercosur y frente al ALCA. Unos necesitan más rápido Mercosur y otros más rápido el ALCA. Pero, finalmente, todos debemos llegar. Y no podemos ocultar que algunos tienen interés y necesidad de un acuerdo bilateral con Mercosur que pudiera ser más profundo y más veloz que el Acuerdo de la Comunidad con Mercosur. Y otros tenemos ese interés con los Estados Unidos, allí es donde nos tenemos que ayudar y comprender. Por eso es necesario definir un marco político que todos respetemos. Si alguien va a anticipar su llegada al Mercosur, a tener un ritmo mayor de negociación con Mercosur que la Comunidad en su conjunto, que respete el marco político que defina la Comunidad. Si alguien va avanzar un tratado bilateral con los EE.UU al cual no pueda llegar la totalidad de la Comunidad al mismo tiempo, y que sea anterior al ALCA, ese país debe respetar el marco político. Sugiero pues como elemento esencial, definir un marco político con los elementos de equidad, para el evento de que cualquiera de nuestros países, por razones internas respetables, necesite avanzar hacia un acuerdo bilateral o con los EE.UU., o con Mercosur, o con Canadá, o con la UE. El ideal es que todos lleguemos al mismo tiempo, pero si no podemos llegar todos al mismo tiempo por lo menos vayamos llegando respetando un acuerdo político entre todos nosotros, que nos integre más y que nos dé más confianza!.
A este comienzo alentador, enmarcado por las reflexiones del presidente Uribe, siguieron una serie de análisis y comentarios de los presidentes andinos en la 477
reunión privada, que permitieron acercar posiciones que, en los días previos a la Cumbre, parecían irreconciliables. Una vez aprobada la Declaración Presidencial, escuché con grata sorpresa las expresiones de júbilo del presidente Chávez, quien al final del encuentro no ahorró ningún calificativo en la rueda de prensa, para señalarles a los periodistas nacionales e internacionales que é#$%&'%()%&#*+,&-%&"./0(12&03#&41,526',#%&+2&$,+%#&6/%7$%#& había atendido desde el comienzo de su G,(*217,!8
Ratificación de la agenda multidi mensional Al término de la trascendental Cumbre de Quirama, tuve la impresión de que los presidentes andinos hicieron un esfuerzo sincero por "%-*72%1!&#/&5*#*97&2#$1%$:;*6%, para tratar de preservar el patrimonio común construido en estos 34 años de integración andina <aún en medio de las diferentes fuerzas centrífugas< y avanzar hacia una segunda generación de políticas. En su Declaración, aprobada por unanimidad, los jefes de Estado fortalecieron su compromiso comunitario y reafirmaron la importancia de la integración andina como un poderoso instrumento para promover el desarrollo de nuestros países y contribuir a la inserción positiva en el escenario internacional. En un ambiente de serena reflexión, se logró sincerar el proceso de integración y respaldar la propuesta de la Secretaría General para darle una nueva orientación a
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dicho proceso y abrirle paso a una agenda multidimensional, cuyas líneas estratégicas fueron aprobadas por los presidentes.198 Entre las 19 Decisiones adoptadas para fortalecer el proceso de integración, debo destacar la aprobación de tres instrumentos sociolaborales que permitirán el libre tránsito de trabajadores en la Comunidad Andina, garantizando su seguridad social y las condiciones de seguridad y salud en el trabajo; así como la adopción del Plan Andino para la Prevención, Combate y Erradicación del Tráfico Ilícito de Armas Pequeñas y Ligeras, con lo que nos constituimos en el primer esquema de integración en el mundo que cuenta con un instrumento de carácter vinculante en la materia.
198
Los presidentes coincidieron en la prioridad de la agenda social y en la importancia de avanzar en metas y convergencias específicas en materia de cohesión social como condición de una mayor gobernabilidad democrática. Decidieron continuar reforzando la dimensión política de la integración, mediante la intensificación de las relaciones con terceros y la cooperación en temas críticos como democracia, derechos humanos, seguridad y fomento de la confianza, terrorismo, drogas y delitos relacionados, corrupción y crimen organizado. Ratificaron las metas del Mercado Común, con un compromiso concreto para perfeccionar la Unión Aduanera, levantar restricciones, eliminar distorsiones y avanzar en temas pendientes como la libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas. Los jefes de Estado concordaron en la importancia de la integración física y del desarrollo fronterizo, como estrategia clave en el impulso de la cohesión regional y, al mismo tiempo, 127,5%1,7& #/& %-*27$,& %& -%& 2=26/6*97& +2-& 41,>26$,& "?7*6*%$*5%& 4%1%& -%& ?7$2;1%6*ón de la ?7@1%2#$1/6$/1%& A2;*,7%-& +2& B/1& C0:1*6%!& D??ABCEF& *7#$1/027$,& +26*#*5,& 27& -%& conformación del espacio sudamericano. Así mismo, decidieron avanzar en el diseño y la ejecución de programas comunitarios en nuevos frentes estratégicos tales como el medio ambiente y las alianzas energéticas regionales, para potenciar el desarrollo sostenible en la subregión.
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Hubo plena coincidencia, a su vez, en que la subregión debe jugar en todas las plataformas de inserción internacional posibles y que éstas no son excluyentes en el actual contexto mundial, mientras se preserve el acervo comunitario y la 7,10%$*5*+%+& %7+*7%8& G-& 41*76*4*,& +2& -%& ";2,02$1)%& 5%1*%(-2!& #2& 1%$*@*69& 6,0,& 2-& procedimiento para avanzar al ritmo que cada uno de los países quiera darle a su inserción internacional. La XIV Cumbre Andina fue, además, una excelente oportunidad para reforzar el diálogo y la cooperación del Sistema Andino de Integración y consolidar a la Secretaría General como unidad estratégica y ejecutiva de los temas centrales de la agenda multidimensional. E l espacio sudamericano se abre camino En previsión de nuevos hechos y opiniones que profundizaran la incertidumbre en torno a los posibles resultados del encuentro de Quirama, durante una conversación sostenida el día 30 de mayo con el presidente del Ecuador Lucio Gutiérrez, en su despacho, le había planteado, entre otras alternativas, la posibilidad de invitar a la Cumbre al presidente del Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva. Esta iniciativa tenía el propósito de generar un espacio para analizar el estado actual de las negociaciones del ALCA y avanzar en los acuerdos para la constitución de un espacio sudamericano que permitiera profundizar la cooperación política y económica entre la Comunidad Andina y el Mercosur. El presidente Lucio Gutiérrez se comprometió a transmitirle esta idea al presidente Uribe, pero presumo que los compromisos propios del manejo de la gobernabilidad interna de su país se lo impidieron, porque en los días siguientes no obtuve ninguna respuesta. 480
Con ocasión de un almuerzo ofrecido por el ministro de Relaciones Exteriores del Perú, Allan Wagner, al canciller de la India, el día 3 de junio de 2003 en Lima, le pregunté al canciller peruano qué le parecía la idea de invitar al presidente Lula a la Cumbre de Quirama, con lo cual garantizábamos la asistencia del presidente Chávez, que se rumoraba que no asistiría y, al mismo tiempo, le dábamos un relanzamiento a la negociación CAN-Mercosur.
El canciller Wagner se
comprometió a hablar con el presidente Toledo y a realizar una gestión con Celso Amorín, el canciller del Brasil <que en efecto se cumplió<, para verificar si el presidente Lula tenía espacio en su agenda. A la semana siguiente, durante la XXXIII Asamblea de la OEA en Santiago de Chile, los días 8 y 9 de junio de 2003, en la reunión que sostuve con los cancilleres andinos tuve oportunidad de compartir de manera informal con la ministra de Colombia, Carolina Barco, la iniciativa de esta invitación, aunque me quedé con la sensación de que ya estaba al tanto por comentarios que le había hecho el canciller Wagner. Con la sinceridad y la confianza que siempre ha existido entre nosotros, le expliqué a la canciller colombiana <días después, a través de una conversación telefónica< que la visita de Lula a Quirama resultaba decisiva en ese momento porque nos permitía liberarnos de cualquier incertidumbre en relación con la realización de la Cumbre. Le expresé mi certeza de que esta invitación nos garantizaba la presencia de todos los mandatarios. Así mismo, le hice ver que la presencia de Lula en Quirama era una interesante oportunidad para que el presidente Uribe se acercara al Brasil, interés que por cierto me habría de ratificar él mismo semanas más tarde.
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Debo confesar que en ese momento teníamos una gran preocupación por la posible ausencia de los presidentes Toledo, Gutiérrez y Chávez, de quienes aún no teníamos confirmación en las semanas anteriores a la Cumbre. Para decirlo con toda franqueza, nos encontrábamos en una zona de riesgo inminente y frente a
la
eventualidad de que el Encuentro de Quirama se convirtiera en un rotundo fracaso. Con su acostumbrada serenidad y equilibrio, la ministra Barco entendió perfectamente la trascendencia de esta iniciativa y de inmediato se puso en contacto con el presidente Uribe, quien estuvo de acuerdo con la idea y autorizó a la ministra para que hablara con Celso Amorín e hiciera los trámites necesarios con el fin de garantizar la presencia del mandatario brasileño en la Cumbre de Quirama, en calidad de invitado especial. Tres días antes de la reunión de Quirama, el día 24 de junio, el presidente Uribe me invitó a su despacho para ultimar algunos detalles de la preparación de la Cumbre. Al término de la reunión, quedé convencido que él había captado en toda su dimensión la importancia de la visita de Lula. Desde el comienzo del proceso, para invitar al presidente Lula a la Cumbre Andina, noté que entre sus más cercanos colaboradores <como el ministro de Comercio, Industria y Turismo, Jorge Humberto Botero, y el embajador en Washington, Luis Alberto Moreno< existían grandes temores sobre las posibles implicaciones de esta visita. En su óptica personal, esta visita podía ser interpretada en Washington como una suerte de contrapeso sudamericano a las negociaciones hemisféricas y, en todo caso, como un mensaje equívoco a los Estados Unidos, que contaría con el aval del presidente Uribe.
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Pero también fui testigo de la forma como el primer mandatario decidió optar con pragmatismo por la integración andina, consecuente con el principio de actuar en varias plataformas de inserción internacional y sin perjuicio del objetivo central de la Cumbre que era el de plantear con franqueza las dificultades surgidas por los incumplimientos de los países, así como los desafíos políticos del proceso para avanzar hacia una segunda generación de políticas. Un hecho sin precedentes en una Cumbre Andina fue la presencia del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien no sólo impactó por su visión política, sino además por la sinceridad con la que expresó que era necesario trabajar conjuntamente con la Comunidad Andina hacia la conformación de un espacio sudamericano. En su discurso de Quirama, el presidente Lula reiteró que con su presencia en esta Cumbre quería dejar un mensaje claro a la comunidad internacional sobre
la
prioridad que le confería su gobierno a la vecindad con los países andinos, en la perspectiva de la integración sudamericana. El primer mandatario brasileño consideró que la integración entre el Mercosur y la Comunidad Andina constituía una herramienta para alcanzar una relación que reflejara el peso de ambos bloques y precisó que la integración económicocomercial no era un fin en sí misma y tampoco era excluyente de otros procesos en que están envueltos los países. Reafirmó el compromiso de conformar, antes del final de 2003, una zona de libre comercio entre los países de la Comunidad Andina y el Mercosur. Y para destacar el alcance de este propósito indicó: "G#& 7262#%1*,& *1& 03#& %--3& +2& -%& +*#6/#*97& #,(12& %#426$,#& $%1*@%1*,#8& G#& *0421%$*5,& 612%1& condiciones para la implementación de políticas que favorezcan nuestra integración productiva. Una acción coherente de los dos bloques será capaz de movilizar recursos ante
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los organismos financieros para el desarrollo de nuestra América del Sur. Con el objetivo de superar dificultades de crédito, vengo reiterando el compromiso brasileño de valorizar el Convenio de Créditos Recíprocos de la ALADI como instrumento del comercio regional de bienes y de servicios. En todos mis pronunciamientos vengo insistiendo sobre la importancia de la integración física entre nuestros países. No puede haber progreso sin energía, transportes y comunicaciones eficientes. Hemos trabajado en el ámbito de la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana para promover la interconexión de esos sectores. En la próxima semana habrá una importante reunión en Caracas para dar seguimiento a los proyectos previstos a lo largo de los ejes de integración y desarrollo. Algunos de ellos beneficiarán áreas remotas y poblaciones menos favorecidas. En agosto, será realizado un seminario en BNDES, en asociación con la Corporación Andina de Fomento, en Río de Janeiro, con el propósito de examinar el financiamiento de obras de infraestructura. Los países de América del Sur fueron invitados a participar y presentar proyectos. Para que los países de América del Sur puedan obtener ganancias reales en las negociaciones comerciales de mayor alcance, es importante que el Mercosur y la Comunidad Andina coordinen efectivamente sus posicione#!.
Existía entre los presidentes andinos una gran expectativa sobre las impresiones que el presidente Lula tenía de las negociaciones del ALCA, sobre las que se había manifestado de nuevo muy escéptico el presidente Chávez en su intervención, en la reunión privada de los primeros mandatarios que siguió a la instalación del encuentro. Al respecto, el presidente Lula, señaló: !
"H2&;/#$%1)%&+2$272102&/7&0*7/$,&#,(12&690,&52,&-%&72;,6*%6*97&+2-&CI.C8&G#&,4,1$/7,& que lo haga, porque el Brasil ejerce, de acá a 2005, la copresidencia de las negociaciones,
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en asocio con los Estados Unidos. El presidente Bush y yo hablamos del asunto en Washington y nuestros gobiernos reafirmaron el compromiso de llevar las negociaciones a buen término. Mi ministro de Relaciones Exteriores viene manteniendo contactos constantes con el representante Comercial de los Estados Unidos. Además de eso, hubo, hace poco, una reunión, por invitación de la parte norteamericana en las cercanías de Washington, en que varios países de la Comunidad Andina estuvieron representados. En todas esas ocasiones, hemos expresado a nuestros amigos norteamericanos el interés en que las negociaciones tengan éxito. Pero para eso, es necesario, en primer lugar, que exista efectiva disposición de los Estados Unidos, que es la economía más poderosa, de abrir su mercado y retirar restricciones de todo tipo de productos de nuestro interés prioritario, como los agrícolas, el acero, los textiles, entre otros. De poco sirve tener ochenta o aún noventa por ciento de puntos liberalizados si en los veinte o diez por ciento que quedaron por fuera (definitivamente o por plazo indeterminado) estén aquellos en los que justamente se concentra nuestro mayor interés. En segundo lugar, las negociaciones tienen que ser equitativas y tomar en cuenta la etapa diferente de desarrollo de nuestras economías. Los Estados Unidos afirman <y yo hasta puedo entender eso, aunque lo lamente< que ciertos asuntos, que ellos consideran sensibles, como los subsidios agrícolas o las reglas antidumping, sólo serían discutidos en la OMC, a la luz de las actitudes de otros países. Hemos buscado hacer ver que hay asuntos que, del mismo modo, son sensibles para nosotros, una vez que pueden significar limitaciones a políticas de desarrollo industrial, tecnológico, socioambiental, etc. Nosotros creemos que el mejor foro para discutir estos temas, en que tenemos dificultades reales, es la OMC, donde hay mayor diversidad de actores y, por lo tanto, mayor equilibrio de fuerzas. Por eso, defendemos para las negociaciones del ALCA un enfoque pragmático, dejando a cada país o grupo de países, que así lo deseen, la libertad de hacer concesiones más profundas de
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forma bilateral. Nuestros interlocutores en Washington han demostrado comprender la necesidad de un enfoque de este tipo!.
Al final de su intervención, el presidente Lula reiteró que la prioridad de su país en materia de integración era América del Sur y que estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para acelerar las negociaciones con la Comunidad Andina y sus miembros. Como resultado de esta visita, los presidentes Andinos acordaron con el primer mandatario brasileño, la adopción de una agenda que contemplara la aceleración de las negociaciones para avanzar en un acuerdo de libre comercio entre la Comunidad Andina y Mercosur antes del mes de diciembre de 2003, con un componente de diálogo político y de cooperación económica que hiciera posible la coordinación de actuaciones en el marco del Área de Libre Comercio de las Américas. Después de la reunión formal, en el curso de la cena ofrecida por el gobierno colombiano en el Club Campestre de Rionegro, el presidente Lula se dedicó a hacer una serie de reflexiones a los presidentes andinos, de las cuales me apresuré a recoger las más importantes, en un papelito en el que fui tomando atenta nota a medida que avanzaba en su disertación. Señaló que era indispensable que Sudamérica hiciera política con los Estados Unidos y con Europa, porque a su juicio nuestros países se habían equivocado en la manera de enfocar estas relaciones. Dijo que no había que seguir hablando mal de Estados Unidos <en una mención sutil al presidente Chávez< porque no ganábamos nada en esa dirección. En consecuencia, se ofreció a liderar una reunión con el presidente Bush, para
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intercambiar expectativas con él en torno a una nueva fase de las relaciones hemisféricas. Pero insistió en que si no demostrábamos fuerza política y cohesión, a través de un ejercicio serio de la integración, ni los Estados Unidos ni la Unión Europea nos iban a respetar. El presidente Chávez señaló entonces que era interesante e importante hacer una reunión política, pero que su opinión era que esta reunión debería convocarse primero entre nuestros países. Por su parte, el presidente Uribe se mostró de acuerdo con la trascendencia de estas dos reuniones en
la secuencia propuesta por el
mandatario venezolano. Entusiasmado por la reacción de sus colegas, Lula hizo una reflexión adicional: "Tenemos que hacer una propuesta común para los Estados Unidos; tenemos que formular también propuestas comunes para fijarle un nuevo rumbo al Fondo Monetario y al Banco Mundial. Si América del Sur lograra, al menos, firmar una propuesta conjunta para hacer cambiar el Fondo Monetario Internacional, como se habló en el Cusco, ganaríamos un gran espacio. Yo trabajo con una idea fija porque tengo claro que mi mandato es sólo de cuatro años!8
Y de inmediato trazó una agenda de trabajo: "Es fundamental que busquemos puntos comunes, a partir de un acuerdo muy preciso sobre qué queremos que sea la integración. Estamos en la obligación de identificar proyectos específicos para cada país. Por ejemplo, con Bolivia tenemos el tema de la hidrovía. Se trata de gestionar proyectos en grande pero para que los conversemos conjuntamente con los Estados Unidos. No podemos seguir hablando solamente de pobreza; si así lo
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hacemos, nos van a tratar como si fuéramos unos mendigos. Hagamos ya la 12/7*97& +2& J/#'& 6,7& C0:1*6%& I%$*7%8& G--,#& 7,#& 527& 6,0,& /7%& "(%7+%& +2& ;27$2& *76,'2127$2!F& K/2& 6%+%& 52L& que nos encontramos con ellos hablamos solamente de miseria, y sólo vamos a pedirles plata. Es necesario cambiar el discurso. Hay que llegar con proyectos concretos. Eso sí es cambiar la calidad de la relación con los Estados Unidos!8
Una vez concluida la Cumbre de Quirama, al interior de la Secretaría General iniciamos, de común acuerdo con los cancilleres, los trabajos preparatorios del primer encuentro CAN < Mercosur programado para el mes de agosto, en el marco de las directrices surgidas del encuentro presidencial. En efecto, los días 6 y 7 de agosto de 2003, se llevó a cabo la reunión ministerial entre la Comunidad Andina y el Mercosur, que tuvo como propósito central evaluar el estado de las negociaciones entre ambas agrupaciones para alcanzar un acuerdo de libre comercio. En esta reunión tuve oportunidad de exponer el consenso de los países miembros de la Comunidad Andina, contenido en un documento de tres páginas con la propuesta concreta de Negociación del Acuerdo de Libre Comercio entre los dos bloques subregionales.199 Al término de mi presentación, logré percibir el desconcierto de nuestros interlocutores del Mercosur, quienes solicitaron un cuarto intermedio para deliberar sobre nuestra propuesta. Una vez de regreso a la sala de reuniones, Didier Opertti, Canciller del Uruguay, en nombre de la Secretaría Protémpore del grupo, expresó su grata sorpresa por la seriedad de las consideraciones hechas por la 199
E l documento central que fue puesto a consideración de los cancilleres y de los negociadores del M ercosur contemplaba las pautas que guiarían la negociación del A cuerdo de L ibre Comercio, el programa de trabajo, así como los criterios centrales que debían orientar la conformación del espacio suramericano.
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Comunidad Andina y reconoció que no se encontraban
preparados para una
reacción inmediata. En consecuencia, anunció la respuesta del Mercosur para la próxima reunión de la agenda aprobada en Quirama. De esta reunión quiero destacar los hechos más relevantes: El encuentro
entre los dos bloques abrió un nuevo escenario político para la
conclusión de las negociaciones de un Acuerdo de Libre Comercio, en los términos del Acuerdo de Complementación Económica Nº 56, suscrito en diciembre de 2002.200 Se presentó un cambio positivo en la manera de conducir las relaciones entre la Comunidad Andina y el Mercosur, que se vio reflejado en el espíritu constructivo en el que se desenvolvió este encuentro, la capacidad propositiva de la Comunidad Andina y el documento final de la declaración. Se expresó de manera elocuente la voluntad política que le han atribuido los gobiernos de la Comunidad Andina y el Mercosur a concluir las negociaciones en el plazo acordado: a más tardar en diciembre de 2003 y con ocasión de la Cumbre del Mercosur en Montevideo.
200
En este Acuerdo, ambos bloques deciden 6,7@,10%1&/7&"M12%&+2&I*(12&.,0216*,F&6/>%& negociación deberá estar concluida antes del 31 de diciembre de 2003, mediante la desgravación arancelaria y la eliminación de restricciones y demás obstáculos que afecten el comercio recíproco, a fin de lograr la expansión y diversificación de los intercambios c,0216*%-2#!. Esta Área de Libre Comercio será formada a partir de la convergencia de los Programas de Liberación Comercial que serán negociados por las partes contratantes y/o signatarias. 489
Se presentó un acercamiento muy importante sobre cómo resolver los temas que han obstaculizado la conclusión de las negociaciones. Hoy, las áreas a solucionar y las propuestas que se deben adoptar se acercan más entre la CAN y el Mercosur. Se le brindó a la metodología de negociación una mayor transparencia y el espíritu dominante de la reunión fue el de socios tratando de resolver con realismo sus dificultades, para avanzar y concluir las negociaciones. La propuesta de la Comunidad Andina fue una prueba elocuente de esta nueva fase. Se coincidió ampliamente en que la integración de América del Sur va más allá de una negociación comercial. Ésta debe abarcar, igualmente, y de forma multidimensional, temas como la relación política, la gobernabilidad democrática, la integración física, la cooperación financiera, la protección al medio ambiente, la promoción de la competitividad de cadenas productivas y el desarrollo humano. Se consideró la creación de un espacio sudamericano de integración como un objetivo a ser tratado y consolidado por los gobiernos; y la conclusión de las negociaciones comerciales CAN<Mercosur como un salto cualitativo en la construcción de este propósito. Se evidenció un mayor nivel de comprensión de la necesidad de atender los costos de la integración, sobre todo para los países de mediano y de menor desarrollo. Las negociaciones
entre Colombia. Ecuador y Venezuela con el Mercosur
registraban, hacia el mes de octubre de 2003, luego de efectuadas las reuniones entre las partes, avances significativos, principalmente en materia normativa. El texto general del acuerdo y las propuestas presentadas por ambos bloques de países han sido revisadas, encontrándose un alto grado de coincidencia. 490
Las principales diferencias se centraban en el tratamiento del sistema andino de franjas de precios; en la adopción o no de un régimen transitorio de solución de controversias propuesto por Mercosur, hasta tanto entre en vigor el régimen definitivo; en la adopción de un mecanismo de salvaguardia para el sector agrícola propuesto por los países andinos; así como en la definición de los porcentajes de contenido regional en materia de calificación de origen de las mercancías. En materia de programa de liberación, las discusiones se centraban en el tratamiento de los productos sensibles del Patrimonio Histórico, que Mercosur proponía que no fueran calificados como sensibles. Al concluir estas líneas, el acuerdo de libre comercio, con cláusula evolutiva, entre la Comunidad Andina y el Mercosur estaba a punto de suscribirse, constituyéndose en el avance más significativo para la configuración del espacio suramericano. Como bien lo señala el artículo primero del Acuerdo de Cartagena, la integración andina fue planteada, desde su inicio, como parte de un proceso con dimensión latinoamericana, a partir de la profundidad del acervo comunitario. Por lo tanto, al término del encuentro de Quirama en Colombia, quedé con la clara convicción de que la reunión de los presidentes andinos con el presidente Lula permitió allanar el camino para la construcción de un espacio sudamericano y acometer el desembarco en diferentes plataformas que son complementarias. Los desafíos del Á rea de L ibre Comercio de las A méricas (A L C A) Unos de los primeros retos que me correspondió enfrentar a mí llegada a la Secretaría General fue el debate interno de los países miembros en torno a las
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bondades y a las perspectivas de la negociación comunitaria en el marco de las negociaciones del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). Siempre he pensado que el ALCA es, sin lugar a dudas, una oportunidad fundamental para nuestros países y que cualquier marginamiento de este escenario hemisférico sería fatal para su dinámica de desarrollo. Tengo la plena convicción de que podemos crear una gigantesca zona hemisférica de libre comercio, y convertir este continente en una importante plataforma de desarrollo económico y social para nuestros pueblos. Sin embargo, esta oportunidad me generaba al mismo tiempo algunas reflexiones: ¿qué sentido tendría una negociación si se mantienen cupos de acceso para producciones sensibles? Esas reflexiones iban aún más lejos, y tocaban el corazón de la integración andina. ¿Qué oportunidad tendrían los países andinos si decidían negociar individualmente, sin haber definido antes una política comercial común? ¿Qué ventajas tendría negociar con los aranceles nacionales sin haber definido antes un Arancel Externo Común? Por esta razón, consideré imprescindible impulsar una política comercial andina en relación con terceros, coherente con los objetivos de la integración, y completar un Arancel Externo Común realista a partir del cual pudieran presentarse ofertas comunitarias, aún cuando tuvieran que mantenerse excepciones o suspensiones específicas, como en efecto tuvimos que aceptarlo al final del proceso. No tengo ninguna duda en afirmar que las negociaciones en el marco del ALCA se han convertido en una excelente oportunidad para fortalecer la alianza subregional y avanzar hacia una segunda generación de políticas con el fin de garantizar su coexistencia con escenarios de negociación ampliados. Por tal razón, las negociaciones en marcha consolidan la relevancia política de nuestra asociación,
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más allá de algunas visiones multilaterales o bilaterales que se abren paso con natural legitimidad. En la actualidad existen razones suficientes para pensar que el ALCA debe pensarse como un proceso por etapas, con una eventual flexibilización de sus cronogramas y una segmentación de sus acuerdos, como consecuencia del rumbo que han tomado las negociaciones en el pasado reciente. Pero en todo caso, quiero resaltar que la dinámica de acercamientos entre el grupo de 34 países, que se ha desatado como resultado de la fase preparatoria del ALCA, ha resultado decisiva para la profundización de la integración andina en varios sentidos:
N
Ha permitido confirmar la vigencia y la fortaleza de la institucionalidad andina.
N
Ha valorizado aún más el patrimonio común construido por los países miembros (régimen de intercambio de bienes, régimen de propiedad intelectual, política agraria).
N
Ha acelerado los consensos internos en torno a la construcción de una política comercial frente a terceros (v. gr. Arancel Externo Común).
N
Ha hecho posible el entrenamiento de un grupo notable de agentes gubernamentales y del sector privado en los países, que constituyen una masa crítica importante para los escenarios de negociación que se avecinan.
Aun así, debo reconocer que pocos meses después de mi arribo a la Secretaría General de la Comunidad Andina, subsistían una serie de interrogantes sobre el impacto de las negociaciones del ALCA en el bienestar de los países de la subregión y en el desempeño de sectores específicos de la producción y los servicios que, en su
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momento, tuve oportunidad de compartir con los presidentes, con la Comisión y el Consejo de Cancilleres, en los encuentros colectivos o en las reuniones privadas. Por tal razón, decidí encargar a los técnicos de la Secretaría General para que con el concurso de consultores externos201 <de tal manera que pudiéramos garantizar la máxima objetividad<, se aplicaran a la realización de una serie de estudios para evaluar en temas y sectores los impactos del ALCA sobre el conjunto de los países andinos y sobre cada nación considerada de manera individual. En primer lugar, adelantamos una investigación utilizando el modelo de equilibrio general computable, desarrollado por profesores de la Universidad de Colorado, lo que nos permitió, a partir del análisis de sus resultados, efectuar algunas consideraciones de política sobre el futuro y el desarrollo de la integración. Las mediciones se desarrollaron tomando como base un año determinado y sin contemplar inversiones, ni acumulación de capital. Sin embargo, sus resultados son indicativos de las acciones que serían necesarias implementar en un contexto dinámico de promoción de inversiones y estímulo de políticas productivas y de competitividad. Las conclusiones más sobresalientes del estudio muestran, de una parte, cómo para la Comunidad Andina en su conjunto, así como para los países individualmente considerados, los efectos del ALCA sobre el bienestar son ligeramente negativos, siendo Venezuela el país con menos costos, dado que actualmente no cuenta con los 201
E ntre los principales consultores externos, debo resaltar a C armen A rana, Juan C arlos E lorza, M iles K . L ight, A lberto José M estas, Jaime A ndrés Niño, G ladis Genua y Rodrigo A rcaya. Estos estudios pueden ser consultados en la página web de la Secretaría General de la Comunidad A ndina (www.comunidadandina.org).
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beneficios del ATPDEA. De otra parte, los exportadores andinos perderían las ventajas que se derivan de la existencia de una Unión Aduanera y una zona de libre comercio subregional, al igualarse las condiciones de entrada en el hemisferio. Los resultados del estudio muestran, a su vez, los efectos del ALCA sobre la balanza comercial y las producciones sectoriales. En general, los sectores ganadores tienen que ver con bienes primarios y manufacturas y bienes agroindustriales de un valor agregado relativamente bajo, tales como los textiles, confecciones, flores y conservas, mientras que los bienes en los que se incorpora progreso técnico y alto valor agregado perderían participación en la producción, se importarían más y se exportarían menos. En otras palabras, se presentaría un escenario de especialización competitiva, que sería regresivo en la medida en que no se adelanten acciones y políticas para la creación y el desarrollo de la estructura productiva y de la oferta exportable. Una primera conclusión es que en los mercados más desarrollados la posibilidad de diversificación de las exportaciones ha sido limitada y, en general, toda nuestra oferta se concentra en unos pocos productos primarios o de bajo valor agregado, mientras que las exportaciones de manufacturas tienen como destino en lo esencial el mercado andino o países de similar tamaño o grado de desarrollo, con los que hemos adelantado negociaciones comerciales. En contraposición, los países desarrollados, y especialmente los Estados Unidos, son proveedores relevantes en nuestros mercados en prácticamente todo el universo de bienes. En consecuencia, ante el desmonte de aranceles,
este país podrá verse favorecido de manera
importante en relación con otros proveedores como la Unión Europea y el sudeste asiático.
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Para el sector agropecuario, los resultados en productos que obtienen beneficios de subsidios u otras medidas de efecto equivalente en los países desarrollados del ALCA son ciertamente desfavorables, desde el punto de vista de la producción y las importaciones. Bajo esta óptica, parecería que lo único que podría plantearse es el cambio de políticas en algunos productos de oferta insuficiente, con el fin de importar insumos y así mejorar la competitividad en algunas cadenas agroindustriales. De esta manera, los países andinos continuarían exportando lo tradicional y aplazarían la negociación para lo demás, a la espera de los resultados de la Ronda de Doha, en el marco de la OMC. Se plantea adicionalmente cómo a pesar de no existir una oferta igual de los países andinos en el ALCA, sí se produce como resultado una importante coincidencia en la liberalización del mercado subregional en los plazos de hasta diez o más años < cerca de un 90 % del comercio subregional<, lo que indica que en el proceso de mejoramiento de ofertas existe una gran posibilidad de fortalecer nuestra posición conjunta en las negociaciones. A pesar de estas conclusiones, es claro que los estudios señalados no han incorporado en sus análisis los posibles efectos dinámicos en el crecimiento y la diversificación de la oferta, derivados de la ampliación del tamaño de los mercados y, por lo tanto, de los aumentos posibles en la inversión y la productividad, es decir, la creación de ventajas competitivas. En ese sentido, es necesario prepararse para mejorar la competitividad y, además, crear las condiciones necesarias para la generación de una nueva oferta exportable, a partir del diseño e implementación de las medidas de política y los mecanismos de reconversión, reestructuración y recalificación, productiva y laboral que permitan enfrentar los cambios que se aproximan. Éstas son, desde luego, decisiones que requieren políticas de Estado de largo plazo. 496
Los trabajos que se elaboraron son explicativos y no pretendieron hacer predicciones,
pero
sí
permitieron
indicar
la
necesidad
de
prepararnos
competitivamente. Es precisamente en el campo de los servicios, analizados en un estudio adicional, donde se ilustra la importancia de mejorar la competitividad y productividad, para ganar eficiencia en la prestación de servicios empresariales,
reducir costos,
aumentar eficiencia, promover la apertura de nuevos mercados y exportar servicios con valor agregado incorporado. Sin embargo, la más relevante conclusión de este estudio, a partir de la demostración de que apertura no necesariamente implica
mayor competencia, es la urgente
necesidad de profundizar el mercado común andino, tanto en el aspecto normativo como en el de la libre circulación de personas. De esta forma se asegurarían el tamaño suficiente y el marco regulatorio para unas condiciones adecuadas de competencia, que eviten las imperfecciones de pequeños mercados, en materia de precios, costos y abuso de posición dominante. Por lo tanto, la recomendación es la de un mayor mercado, una apertura competitiva con reglas y regulaciones claras y una reciprocidad en materia de acceso a mercados para el desarrollo de las exportaciones. Respecto al tema de la propiedad intelectual, la conclusión es que cualquier avance que se produzca en esta materia por encima de los límites establecidos en la OMC debe demostrar el beneficio que produciría sobre el consumidor y la salud humana y, simultáneamente, debe representar avances en aspectos sustantivos para los países en desarrollo. Así, por ejemplo, debería obtenerse el reconocimiento de nuestra 497
riqueza genética, el respeto por los conocimientos tradicionales y el cumplimiento a lo acordado en Doha, en materia de medicamentos y salud humana. En el área de inversiones, se parte de la importancia de este componente en el diseño estratégico andino para la conformación del mercado común. Aunque los países reconocen que la atracción de inversiones es una prioridad para el desarrollo económico, el debate se encuentra hoy en cómo superar el círculo vicioso de inversiones que en su mayor parte se circunscriben a privatizaciones, sectores primarios y actividades de maquila, con un reducido impacto en el resto de la economía. El estudio ofrece análisis que permiten formarse una opinión sobre el balance que debe existir entre los intereses subregionales de desarrollo, la responsabilidad internacional frente a la inversión extranjera y el logro de un aumento en las inversiones foráneas. En general, los estudios reconocen la importancia del ALCA o de acuerdos bilaterales que permitirían la ampliación del mercado. Pero al mismo tiempo, llaman la atención sobre la necesidad de fortalecer nuestra capacidad negociadora y buscar los equilibrios y el desarrollo de una oferta competitiva, tanto para el mercado interno subregional como para el externo. Por lo tanto, estos estudios avanzan no sólo en los criterios para afrontar la apertura de los mercados, sino además en la definición de un marco regulatorio que implique reglas claras para los agentes económicos y sociales, y que asegure las condiciones de equidad y equilibrio en los costos y beneficios de la integración. La conclusión de estos estudios y la culminación de la síntesis de sus respectivas recomendaciones coincidieron con la celebración de la Cumbre Presidencial del mes de junio de 2003. A partir de este momento estuvieron a disposición de los países para su evaluación y análisis. 498
Estos estudios se constituyeron en un aporte fundamental de la Secretaría General en el crucial debate sobre cuál debe ser la forma más adecuada de inserción de nuestros países en las negociaciones hemisféricas que la región andina deberá acometer a lo largo de la presente década. Más allá de los aspectos técnicos mencionados, la lectura detenida que he tenido oportunidad de hacer de estos sólidos análisis, me ha dejado una nota de preocupación. Como bien se sabe, especialmente entre quienes han seguido de cerca la política internacional, la integración europea se hizo con enormes soportes para la cohesión social y regional. Pero la integración nuestra <a la que se nos invita en el contexto del ALCA< se hará sin es,#&#,4,1$2#8&&G#&+26*1F&#*7&"%72#$2#*%!8&& Ya tenemos enormes disparidades en América Latina y, en particular, en la Comunidad Andina. Las regiones y las ciudades que exportan, o que se encuentran conectadas al mundo, son unas pocas. Así mismo, los modelos de equilibrio general que encomendé desde la Secretaría General revelan que en el corto plazo la integración hemisférica generará caídas importantes en las cajas fiscales y, además, visibles caídas en la balanza comercial de nuestros países. Ganarán pocos sectores, principalmente aquellos relacionados con la energía y otras actividades de bajo valor agregado, como ya ha sido señalado. No obstante, desconocemos todo lo que ocurrirá en el mundo incierto de los servicios, las patentes o la biodiversidad. Todo eso puede aumentar en el futuro cercano los problemas de gobernabilidad para nuestros países. Por eso, todos los días estoy más convencido de que los tratados de libre comercio son mucho más que acuerdos para vender bienes a grandes mercados. Ésa es la parte acaso menos importante. Se trata, en esencia, de gigantescas transformaciones de nuestras sociedades para las cuales no estamos adoptando los criterios de anticipación correspondientes. 499
¿Por qué, entonces, no pensar en un gran fondo, quizás el Millenium Fund, que puede ser una semilla, para financiar la cohesión regional que haga más factible la integración en el contexto de una globalización y de unos acuerdos hemisféricos que ocurrirían en un contexto de profundas asimetrías?
Una reflexión de carácter estratégico Al concluir mis labores en la ciudad de Lima, se había logrado ratificar la validez de los principios que promoví desde mi llegada a la Secretaría General, para que nuestros países cuenten en el concierto de las naciones. Creo sinceramente que contribuí, asimismo, a sentar las bases de una segunda generación de políticas en el marco de una agenda multidimensional, al lado de un calificado equipo técnico, aún en medio de adversidades internas y de fuerzas centrífugas que no había sido fácil vencer al completar este proceso de decisiones estratégicas. En la ciudad de Washington, el día 11 de septiembre de 2003, con motivo de la Conferencia Anual de la Corporación Andina de Fomento <a la que ya hice referencia< tuve oportunidad de exponer planteamientos muy francos, a propósito de las indefiniciones que habían vuelto a surgir en los países, pocas semanas después de la Cumbre Presidencial de Quirama. En esta ocasión, ante un foro calificado, en el que se dieron cita críticos y defensores del proceso de integración, hice las siguientes reflexiones:
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"La visión y la voluntad de los primeros mandatarios andinos, nos permitieron identificar en la Cumbre celebrada en Colombia, que a pesar de los diferentes énfasis e intereses, no existen plataformas excluyentes, sino una suma de plataformas, tanto económicas como políticas, que deberíamos acometer de manera creativa, al ritmo de cada una de las 7%6*,72#F& 421,& #*7& 421+21& +2& 5*#$%& -%& /$*-*+%+& +2& "*1& 27& 6,75,>!& 27& 2#,#& 2#627%1*,#& +2& inserción internacional. Por ello estoy en la obligación de hacer dos reflexiones de carácter estratégico. La primera es que la Comunidad Andina sigue siendo importante, no sólo ni tanto por lo que hemos conseguido, que no es poco, sino porque los grandes problemas del futuro no pueden ser afrontados por cada uno de los países individualmente. Son realidades que "421@,1%7!&-%#&@1,7$21%#F&K/2&"0*;1%7!&>&K/2F&27&6,7#26/276*%F&12K/*2127&+2&/7%&4-%$%@,10%& institucional común. Sólo menciono, a manera de ejemplo, la seguridad regional, la lucha contra el narcotráfico, el aprovechamiento sostenible de nuestra biodiversidad y el potencial energético que comparten nuestros países.
Es un error botar por la borda la
institucionalidad andina. Hay que reformarla, adaptarla para la globalización, pero no destruirla. La segunda es que, como la misma Internet, el mundo actual es una suerte de red, y eso vale tanto para la política como para el comercio. Éste es hoy un tramado complejo, lleno de acuerdos donde cada acuerdo comercial afecta o se choca con otro inmediato. Cuando hablamos del mundo actual como una red, hablamos asimismo de que es un mundo sin centro. Se me dirá que hay un centro, y que estamos precisamente en él. Admiro profundamente a los Estados Unidos. El gasto militar de este país es igual al de los 20 países que le siguen. Pero en 30 años ¿seguirá siendo así? Todo parece indicar que la naturaleza multipolar del mundo se hará evidente en pocas décadas. Poderes emergentes como China o India se consolidarán. Rusia volverá, se recuperará. Brasil es ya un
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potencia media, la octava economía del mundo, y el quinto país de la tierra en población y territorio. El debate comercial en el que estamos, quizás sin que nos demos cuenta, reproduce la discusión entre unilateralismo y multilateralismo. Propongo que preservemos y fortalezcamos el multilateralismo. En ese escenario, es probable que los países no deban escoger la pertenencia a un bloque o a otro, a una u otra plataforma comercial o económica, sino a una suma de ellas. Deberíamos retener esta perspectiva al discutir el futuro de la Comunidad Andina.!
En el momento presente los gobiernos están llamados a decidir si quieren avanzar hacia un mercado común con visión de largo plazo o si prefieren quedarse en una zona de libre comercio, con todas las limitaciones que esta opción entraña para la aspiración de una mayor relevancia de nuestras naciones en el concierto hemisférico y global. La Cumbre de Quirama definió las líneas estratégicas para la renovación del compromiso comunitario; estableció en su conjunto el rumbo de la integración; identificó los ejes temáticos de la agenda multidimensional; y coincidió en que los países deben jugar en todas las plataformas de inserción internacional y que estas no son excluyentes, mientras se preserve el acervo comunitario y la normatividad %7+*7%8& G-& 41*76*4*,& +2& -%& ";2,02$1)%& 5%1*%(-2!& se ratificó como un procedimiento válido para la adecuada inserción internacional de los países. ! Durante el periodo que me correspondió actuar al frente de la Secretaría General de la Comunidad Andina, logramos hacer el tránsito hacia una nueva agenda, que debería determinar, a mi juicio, el trabajo futuro de esta institución. Éste es el gran
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logro que los gobiernos estรกn en la obligaciรณn de preservar, mรกs allรก de los aspectos formales del proyecto integrador.!
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C A PI T U L O I X
L A C O R R ESP O NSA B I L I D A D G L O B A L La gran alianza de las naciones puede y va a terminar con la plaga global de las drogas Kofi Annan
En el comienzo de un nuevo milenio, las naciones de América Latina afrontan el dilema de contemplar pasivamente el curso del devenir mundial aceptando las políticas que otros han diseñado para nosotros y que pretenden impulsar dentro del marco de la creciente globalización, o de ser gestores de su propio futuro. La opción por esta segunda vía exige iniciativas que, a partir de visiones compartidas de nuestras relaciones externas, impulsen el diálogo y la cooperación política para promover alternativas conjuntas de desarrollo económico y social. Sólo de esta manera será posible que nuestras naciones obtengan una mayor relevancia en la definición de un orden hemisférico e internacional más justo. Con este mismo criterio, desde la Cancillería de San Carlos entendimos que el Estado colombiano estaba en la obligación de fortalecer su presencia internacional porque de lo contrario otros actores llenaban nuestro espacio en los foros multilaterales. Por tal razón, diseñamos una cuidadosa estrategia para mejorar nuestra capacidad de negociación en temas centrales de la agenda global, que se encontraban en directa relación con la agenda nacional. La Diplomacia por la Paz no sólo se constituyó en la estrategia central de nuestra gestión al frente de la Cancillería sino que, además, se convirtió en una oportunidad histórica para lograr, como en efecto lo hicimos, la defensa del interés nacional en
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asuntos centrales de nuestro futuro y para reivindicar el multilateralismo como principio fundamental de la política exterior colombiana. Nunca antes la política interna y la política exterior estuvieron tan ligadas. Y así puede deducirse del éxito obtenido por nuestro país en la aceptación del principio de responsabilidad compartida por parte de la comunidad internacional, en temas centrales como el problema mundial de las drogas, los derechos humanos, la protección al medio ambiente, el tráfico ilícito de armas pequeñas y ligeras y el terrorismo. Responsabilidad compartida frente al problema mundial de las drogas Con frecuencia entre los países vecinos, que hacen parte integral del problema, y entre un notable grupo de países, que de una u otra forma se han integrado la cadena productiva y de distribución, sólo encontrábamos la preocupación de que los flagelos del narcotráfico que ha padecido Colombia no llegaran hasta las calles de sus ciudades. Por esa misma razón, insistían desde diversos foros en llamar la atención sobre los efectos colaterales que se derivaban de la lucha antidrogas en Colombia, como si el problema no tuviera nada que ver con ellos. Pero estas presiones omitían que, en el ámbito internacional, la evidente relación entre producción y consumo imponía soluciones igualmente globales. Por ello en nuestra persistente labor diplomática insistimos en que no se trataba de hacer señalamientos a un país en particular o en cruzar acusaciones entre países productores y consumidores, sino en abordar la lucha contra las drogas ilícitas desde una perspectiva de corresponsabilidad. Ésta fue la meta que nos trazamos desde un comienzo, amparados en los principios fundamentales ya discutidos y aprobados en el marco de las Naciones Unidas y otras instancias multilaterales como la Comisión
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Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD): responsabilidad compartida,
integralidad,
equilibrio
y
fortalecimiento
de
la
cooperación
internacional.
La naturaleza global del problem a de las drogas ilícitas En un documentado presentado en Viena (Austria) en junio de 2002, por el director ejecutivo de la Oficina de la ONU para el Control de las Drogas y la Prevención del Crimen (ODCCP), Antonio María Costa, en el marco de la celebración del Día Internacional contra las Drogas, se señalaba que el consumo de cocaína afecta a unos 13,4 millones de personas, es decir, a un 0,3 % de la población mundial.202 A pesar de ser todavía de lejos el principal consumidor de cocaína, Estados Unidos ha registrado desde 1985 una tendencia a la baja, en tanto que Europa Occidental consume el 22 % y América Latina el 20 % del alcaloide, con una tendencia al aumento.203 El informe de la ODCCP destaca el alto nivel de uso de esta droga entre los jóvenes en Gran Bretaña y España, donde el porcentaje de la población mayor de 15 años que la consume supera el 1,5 %. "Esto parece reflejar el intento de los cárteles de narcotráfico sudamericanos de 'desarrollar' el mercado europeo ante el descenso registrado en Estados Unidos", señalaba el reporte.
202
Cifras ilustrativas sobre el problema mundial de las drogas pueden ser consultadas en las páginas www.pnufid.org y www.incb.org 203 Según el Departamento de Estado, la heroína ha regresado al escenario de las drogas ilícitas de mayor demanda en los Estados Unidos. Se calcula que en ese país existen alrededor de 980.000 adictos a la heroína y la cifra puede llegar a 1.2 millones de personas si se contabilizan los consumidores ocasionales. Además, se estima qu2&O8P&Q&+2&%+*6$,#&%&-%&6,6%)7%&6,7#/027&'21,)7%&4%1%&#/%5*L%1&-%&"6%)+%!8&G7&C-20%7*%&2-&/#,&+2& heroína permaneció estable en un nivel de 0.2% de la población (de 18 a 59 años) entre 1995 y 1999. En España el consumo de heroína bajó del 0.5% en 1995 al 0.1% de la población de 15 a 64 años en 1999.
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Pese a esto, según el informe, en Colombia, las autoridades registraron por primera vez en años una disminución del área cultivada, que pasó de 163.289 hectáreas en agosto de 2000 a 144.807 hectáreas en noviembre de 2001, una reducción cercana al 12% en el período indicado. En el año 2002 la reducción fue del 20% y en el año 2003, entre los meses de enero y julio, la reducción fue del 32%, en mayor medida como consecuencia de la aspersión aérea de los cultivos, hasta llegar a las 69.000 hectáreas.204 Aún así, es difícil pensar en una solución satisfactoria, con actuaciones casi exclusivas sobre la oferta. Cada vez resulta más evidente que el problema del narcotráfico no se solucionará sólo con la erradicación de los plantíos de coca y amapola en la región andina, pues el cultivo es únicamente uno de los eslabones de este multimillonario negocio. La demanda, el tráfico de precursores químicos y de armas, el lavado de dinero y el terrorismo205 son parte importante de este problema y por lo tanto deben ser enfrentados de una manera integral y equilibrada, para dar contenido al principio de responsabilidad compartida. Se equivocan quienes piensan que de este negocio sacan jugosas ganancias los campesinos productores de la materia prima básica, a pesar de las tentaciones que pueden representar los ingresos abruptos y esporádicos. De acuerdo con las cifras de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), órgano de control 204
Informe de Klaus Nyholm, jefe de la Oficina de Crimen y Drogas de la Organización de las Naciones Unidas (UNODC) para Colombia y Ecuador, citado por el periódico EL Tiempo. Septiembre 18 de 2003, primera página. 205 Debo resaltar que la Resolución 1373, aprobada por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, el 28 de septiembre de 2001, señala la preocupación de la comunidad internacional por "la conexión estrecha que existe entre el terrorismo internacional y la delincuencia transnacional organizada, las drogas ilícitas, el blanqueo de dinero, el tráfico ilícito de armas y la circulación ilícita de materiales nucleares, químicos, biológicos y otros materiales potencialmente letales, y a ese respecto pone de relieve la necesidad de promover la coordinación de las iniciativas en los planos nacional, subregional, regional e internacional, para reforzar la respuesta internacional a este reto y amenaza graves a la seguridad internacional!8
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de las Naciones Unidas que promueve y vigila el debido cumplimiento de las Convenciones de Lucha contra las Drogas por parte de los Gobiernos, apenas 1,3 % del negocio de la droga llega a los bolsillos de los cultivadores de coca y amapola. Según cálculos de esta agencia, en el año 2001 los consumidores de Europa y Estados Unidos gastaron algo más de 45.000 millones de dólares en cocaína y 30.000 millones en heroína. De esta suma, apenas 1.000 millones de dólares llegaron a los agricultores. El resto <el 98,7%< quedó en manos de vendedores callejeros y sus proveedores, mafias locales estadounidenses y europeas, transportadores, mafias internacionales e intermediarios locales. Como lo señaló en su momento, Mariano Rajoy, vicepresidente primero y ministro del Interior de España <hoy candidato por el Partido Popular< ante el carácter $1%7#7%6*,7%-& +2-& @279027,& +2& -%#& +1,;%#F& "$,+%& 4,-)$*6%& 4-%7$2%+%& 2R6-/#*5%027$2& +2#+2& /7%& 94$*6%& 7%6*,7%-& ,& -,6%-& 2#$%13& %(,6%+%& %-& @1%6%#,& 27& 2-& -%1;,& 4-%L,!8& G7& esta sentido, la lucha contra las drogas deb2& #21& 12%-*L%(%& "+2#+2& /7%& 421#426$*5%& ;-,(%-&2&*7$2;1%+%!&K/2&*76-/>%&$%7$,&-%&12+/66*97&+2&-%&+20%7+%&6,0,&+2&-%&,@21$%8 Actividades como el narcotráfico, el lavado de dinero y activos, el tráfico ilegal de armas, el tráfico de migrantes y el terrorismo son fenómenos interrelacionados que se caracterizan por su manifestación transnacional. Estas actividades, y en general el crimen internacional organizado, conspiran contra la estabilidad de los Estados y minan las instituciones y la vida democrática. Hoy, ya nadie discute que el problema de las drogas implica un proceso en el que son partes determinantes la producción, la elaboración, el transporte, la distribución,
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el consumo, y el reciclaje ilícito del dinero obtenido. De la misma manera, existe conciencia de que este problema en nuestro hemisferio afecta a todos los países.206 Aunque hoy nos parezca paradójico, Colombia y otros países tuvieron que luchar mucho y transcurrieron años para que, en materia de drogas, fuera aceptado el principio de la corresponsabilidad entre productores y consumidores. Hoy ya nadie objeta ese principio y como consecuencia de ello, en el ámbito internacional, se están desarrollando políticas de cooperación para combatir ese flagelo y las actividades criminales que le son relacionadas. En ese sentido, en el Plan de Acción surgido de la Reunión de Jefes de Estado, celebrada en Québec en abril de 2001, se acordó impulsar la cooperación multilateral y bilateral y apoyar medidas "contra el crimen organizado, el lavado de dinero, el desvío de precursores químicos, el financiamiento de grupos armados, y otro tipo de actividades ilícitas provenientes del tráfico de drogas y armas". Al aceptar que el problema mundial de las drogas implica un proceso de carácter transnacional que debe ser abordado bajo el principio de la responsabilidad compartida, debo señalar que éste flagelo no es posible circunscribirlo a un sitio geográfico o un país determinado. Para tratar de buscar un término adecuado a esa circunstancia, en los documentos de la Comisión Interamericana para el Control del Abuso
de Drogas
(CICAD)
se
ha venido
utilizando
el
concepto
de
"desplazamiento", que significa "un fenómeno global de movilización de las diferentes manifestaciones del problema de la droga".
206
En el hemisferio coexisten el país con el más grande mercado de drogas y los mayores productores de cocaína. Según datos de la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD), la producción de coca se concentra en tres países andinos, la de amapola en cuatro países y el cultivo de canabis se da en 30 países del hemisferio.
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Aunque este enfoque representa un significativo avance, creo más conveniente utilizar el concepto de "movilidad", porque desplazamiento implica que en algún momento el problema estuvo situado, estancado, en un lugar determinado; en tanto que el término movilidad no refiere a un único espacio geográfico, y especialmente nacional, sino a las enormes posibilidades que tiene el narcotráfico, de localizar o reubicar los procesos de su cadena, de un país a otro, o de una región a otra, como ocurre con otras actividades productivas y de servicios en la economía global.207 De la misma manera, como sucede frecuentemente con otras mercancías en esta época de globalización, el producto final en el mercado de la droga incorpora insumos provenientes de distintos países o regiones, hasta el punto de que el resultado es un producto internacional. En el proceso del negocio ilegal de la droga, comúnmente participan agricultores en un país y transformadores de la planta en droga en el mismo país o en otro, los cuales deben utilizar precursores químicos provenientes de otros Estados, transportadores que traspasan fronteras, vendedores al público en otros países y lavadores del dinero en un circuito internacional, entre otros.
207
La industria aeronáutica europea es quizás uno de los mejores ejemplos de las dimensiones y los alcances del proceso de globalización. Si bien en 1967 los gobiernos de Alemania, Francia y del Reino Unido habían decidido lanzar un programa aeronáutico, que no pretendía competir con el monopolio que ejercían los Estados Unidos en materia de aviación comercial, en la actualidad Airbus ha logrado capturar más del 40% del mercado mundial, cuenta con 2700 empleados de 33 nacionalidades diferentes y cada diez segundos despega o aterriza uno de sus aviones en algún lugar del mundo. El consorcio Airbus Industrie integra a los cuatro principales fabricantes de aviones europeos: Aerospatiale de Francia, Daimler Benz Aerospace Airbus de Alemania, British Aerospace del Reino Unido y CASA de España. La elaboración de sus máK/*7%#&2#&27&$,+,&/7&41,62#,&;-,(%-S&"-%#&%-%#&+2&-,#&%4%1%$,#&#2&@%(1*6%7&27& Gran Bretaña, algunas partes del cuerpo del aparato en Hamburgo o Bremen (Alemania), la cabina en Toulouse, sede del grupo, en Nantes o en Saint-Nazaire (Francia), el empenaje en España. Todas las piezas de los A 319 y A 321 se mandan a Daimler Benz en Hamburgo para el ensamblaje final, las de los A 320, A 300, C&TTU&>&C&TVU&%&-%#&*7#$%-%6*,72#&+2&C21,#4%$*%-2&27&W,/-,/#2!.207 Ello ha llevado a que se le denomine al Airbus como un avión global. Muy pocos afirmarían que se trata de un avión francés o alemán. Ver X2-Y%##2F& I*-*%728& "C*1(/#S& /7& %#627#,& *112@127%(-2!& 27& A25*#$%& Label F rance , Ministerio de Asuntos Exteriores de Francia, No. 31, abril, 1998.
510
Asimismo, los efectos nocivos del negocio ilícito de la droga, con sus secuelas de violencia, terrorismo, corrupción, desequilibrios económicos y desestabilización democrática, no permanecen estáticos en un país sino que se movilizan por dondequiera que circule este negocio ilícito. Cualquier analista de la vida política de nuestro hemisferio encuentra que el problema de la droga y de las modalidades del crimen internacional organizado minan la institucionalidad y conspiran contra la democracia de múltiples maneras: han sido caldo de cultivo para que se expanda la corrupción, actúan
contra los sistemas judiciales, no sólo mediante amenazas,
chantaje o corrupción, sino también atiborrando las cárceles y congestionado, hasta casi romperlo en muchos países, el sistema judicial; han llegado a la vida política y a los partidos e, incluso, se han acercado a las altas esferas del poder en regímenes autoritarios y, valga decirlo con preocupación, también en regímenes democráticos. Por todo ello, es inadecuado e inadmisible considerar que con estos negocios ilícitos existe un epicentro. Esto conlleva a un señalamiento y de allí a nominar a un Estado, o a un grupo de Estados, como países problema. Además de falsear el análisis, esta interpretación conduce a las posiciones insulares que contradicen la concepción ya aceptada de la corresponsabilidad y la cooperación. Colombia, en cabeza de su presidente, se pronunció en forma clara, afirmativa y permanente contra esta manera de mirar el problema. Precisamente, en la Sesión Plenaria de la III Cumbre de las Américas, en abril de 2001, el presidente Andrés Pastrana decía a este propósito: "El problema de las drogas ilícitas <y la amenaza que implica contra nuestros sistemas democráticos y contra el tejido social de nuestros pueblos< no es sólo de Colombia: el epicentro está en todos y cada uno de nuestros países, que hacen parte, de una u otra forma, de esta cadena de muerte y dolor. Las
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consecuencias, que hoy sufre Colombia más que ninguna otra nación, son un peligro latente para todo el continente: no para Colombia que es básicamente víctima y combatiente, sino porque cada país tiene dentro de sí algún síntoma de esta endemia".
En representación de Colombia, que ha padecido como pocos los efectos nocivos de esta clase de delincuencia, propuse en todos los foros en que hicimos presencia, una visión más adecuada y más amplia, con base en el principio de corresponsabilidad, pero no sólo entre quienes están en el proceso de la producción y en la esfera del consumo. Propuse una corresponsabilidad de índole hemisférica y de tipo regional. Llamé de manera constante a dejar las posiciones insulares para proceder a un tratamiento conjunto, porque muchas de las manifestaciones delincuenciales que acompañan al negocio ilícito de la droga, interactúan en la región. Como canciller colombiano formulé, una y otra vez, con gran franqueza varias preguntas sobre los problemas mencionados y en especial el de la violencia que azotaba a Colombia. ¿Son ellos un simple producto colombiano? ¿Los factores que los avivan y exacerban están circunscritos a sus fronteras? ¿Podría un país como Colombia resolverlos actuando solamente por medio de sus propias políticas y acciones? Y la respuesta siempre fue no. Sin excluir factores internos, nadie podía negar que elementos de tipo transnacional, y muy especialmente el narcotráfico, han globalizado los problemas. En la Declaración de Bruselas, suscrita el 30 de abril de 2001, los países participantes en la III Reunión del Grupo de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia, reconocieron que el conflicto armado y el tráfico de drogas ilícitas están estrechamente vinculados. En diversas oportunidades afirmé enfáticamente que no bastaba con que Colombia a través de sus instituciones, se aplicara en una lucha frontal contra la violencia, si en
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forma ilegal ingresaban por los países de la región, armas, municiones y dinamita de contrabando para los actos terroristas. Hice notar, por lo tanto, que nuestro esfuerzo sería estéril, si como producto del crimen transnacional, las fronteras se vuelven "porosas! para el tráfico de insumos y precursores dirigidos a la producción de droga, para el tránsito de todo tipo de mercancías de contrabando y, si de ambos lados, en sitios de las fronteras, se crean intereses y economías ilícitas complementarias. En otras oportunidades formulé dos nuevas preguntas cuya respuesta siempre consideré de indudable utilidad para los países de la región. ¿Si a partir de los años sesenta se presentaron fenómenos de subversión armada en casi toda la región, y éstos se terminaron por diferentes razones, qué hace que el fenómeno persista en Colombia? ¿Y por qué subsiste, a pesar de que se trata de un país que ha mantenido siempre un régimen democrático, que ha sido modelo de crecimiento sostenido y que logró algunos avances sustanciales en el terreno social hasta muy avanzada la década de los años noventa? Ya había usado una respuesta en mi aproximación a las raíces del conflicto, al hacer 2-&126,7,6*0*27$,&+2&-%#&"6,7+*6*,72#&,(=2$*5%#!&+2&la violencia que en nuestro país han representado la inequidad y la exclusión a lo largo de muchas décadas. Pero también era necesario precisar a la comunidad internacional que el narcotráfico y el crimen transnacional se han convertido en los últimos años en el combustible que alimenta las diferentes violencias, en especial el terrorismo, en Colombia. Al formular estas preguntas buscaba llamar la atención sobre lo que podría suceder en la región si no actuamos de manera conjunta y solidaria. Todas nuestras democracias son vulnerables y el narcotráfico y el crimen actúan contra ellas para tratar de socavarlas. 513
Por todas estas razones, en los foros y reuniones internacionales reclamé una respuesta amplia y conjunta, basada no en el señalamiento y la insularidad sino en la cooperación, pero ya no sólo técnica sino política. Siempre he estado convencido de que necesitamos políticas nacionales vigorosas y sólidas directrices presidenciales en cada país, que permitan afrontar con éxito tan grave amenaza y combatir con eficacia la modalidad del delito que a cada uno afecta y combinar estas políticas nacionales con una labor articulada y coordinada en el concierto hemisférico. No tengo ninguna duda de que la insistencia de Colombia en esta aproximación al problema resultó decisiva para que se haya abierto paso un nuevo enfoque sobre este asunto al interior de la OEA y, en particular, en la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD). El primer Informe Hemisférico para el período 1999 < 2000, ya contenía las nuevas orientaciones que empezaron a emerger en virtud del Mecanismo de Evaluación Multilateral (MEM), aprobado en la Segunda Cumbre de las Américas, celebrada en Santiago de Chile, en abril de 1998: "X%+%&-%&25,-/6*97&+2-&41,(-20%&+2&-%#&+1,;%#&27&2-&hemisferio en los últimos años y el reconocimiento que se hiciera en la Segunda Cumbre de las América, la región ha superado la tendencia internacional a distinguir entre países productores, consumidores y de tránsito. Aquellos que antes eran señalados como productores han visto crecer sus índices de consumo, mientras que los considerados como consumidores han reconocido que también se ven afectados 4,1&-%#&,$1%#&2R412#*,72#&+2-&41,(-20%&27&#/#&12#426$*5,#&$211*$,1*,#!.208
208
Organización de los Estados Americanos. Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas. Mecanismo de Evaluación multilateral. Evaluación del Progreso de Control de Drogas. Informe Hemisférico
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Debo destacar el liderazgo de Colombia para impulsar la creación de este importante instrumento desde el gobierno del presidente Samper (1994-1998). Pero también es preciso señalar que sin el importante esfuerzo realizado por el Gobierno del presidente Pastrana para comprometer a la comunidad internacional con una solución de fondo al problema del conflicto interno colombiano, hubiera sido muy difícil obtener los consensos hoy existentes sobre la responsabilidad compartida en una estrategia contra la cadena criminal del tráfico ilícito de drogas.
Una actitud vigorosa en torno a la corresponsabilidad El Gobierno del presidente Pastrana incorporó el principio de la responsabilidad compartida como uno de los principios consagrados en el Plan Nacional de Lucha contra las Drogas, 1998-2002. En ese contexto, el plan contemplaba seis objetivos estratégicos: a) desarrollo alternativo; b) reducción de la oferta; c) fortalecimiento jurídico e institucional; d) reducción de la demanda; e) gestión ambiental y f) política internacional. En lo que concierne a política internacional, el objetivo se centró en afianzar el papel de liderazgo que ha tenido Colombia en la esfera internacional para consolidar a escala global y hemisférica los principios de responsabilidad compartida, integralidad y equilibrio, y fortalecer la cooperación en la materia. Para cumplir con tal objetivo definimos varias metas: fortalecimiento de las acciones bilaterales y multilaterales, prestando especial atención a los países fronterizos; conocimiento claro por parte de la comunidad internacional de la posición de Colombia en relación con el tema de las drogas; reconocimiento de la comunidad internacional del papel promotor de Colombia para la armonización legislativa en 1999 < 2000. Aprobado en el primer período extraordinario de sesiones de la CICAD. Washington, DC, del
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cuanto a principios y procedimientos básicos para abordar el problema de las drogas y delitos conexos; fortalecimiento de la capacidad técnica y financiera para solicitar y ofrecer cooperación internacional con el fin de dar solución al problema de la droga y recuperación de las posibilidades de desarrollo de la economía colombiana, en especial en zonas de cultivos ilícitos y de producción de drogas, a partir de la cooperación internacional. Con el fin de cumplir con las metas propuestas, desde el Ministerio de Relaciones Exteriores, como responsable de la gestión de la política internacional, coordiné la realización de acciones con otras entidades en los escenarios bilaterales, regionales y multilaterales. Las acciones de carácter bilateral se concentraron en la identificación de los problemas fronterizos comunes y la realización de comisiones binacionales en las que se abordó la problemática mundial de las drogas.209 Para esto realizamos encuentros tales como comisiones mixtas, comités técnicos, talleres de frontera y mecanismos de vicecancilleres, que abordaron los diferentes aspectos de la problemática de la lucha contra las drogas, entre los que se destacan: cooperación bilateral en los campos de control e interdicción, reducción de la demanda, lavado de activos, acciones para control de sustancias químicas y asistencia legal mutua. Las acciones en el ámbito regional las concentramos en tres escenarios: Comunidad Andina, América Latina y Unión Europea. 11 al 14 de diciembre de 2000. 209 Durante el período 1998-2002, celebramos permanentes reuniones con Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador, Chile, Costa Rica, Estados Unidos, Guatemala, Jamaica, Cuba, México, Panamá, Paraguay, Perú y Venezuela, entre otros.
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En lo referente a la Comunidad Andina cabe destacar que en el período que ejerció la Secretaría Protémpore (1999 - 2000), Colombia convocó la Segunda Reunión del Grupo de Alto Nivel de Autoridades Andinas de la Lucha contra las Drogas con el fin de adelantar una revisión política sobre el funcionamiento del Grupo, definir una agenda de trabajo a desarrollar y precisar el contenido de la Tercera Reunión del Diálogo Especializado sobre Drogas entre la Comunidad Andina y la Unión Europea. Igualmente, propuso un borrador de acuerdo sobre control de sustancias precursoras. En efecto, dentro del marco de cooperación Comunidad Andina<Unión Europea, cabe señalar la participación de Colombia en la Tercera Reunión del Diálogo Especializado sobre Drogas celebrada en Cartagena de Indias el 28 de noviembre de 1998, que se dedicó principalmente a temas como la reducción de la demanda, el desarrollo alternativo, el control de sustancias precursoras, del lavado de activos y la cooperación judicial. El Gobierno de Colombia participó en el diseño del Plan de Acción de la Estrategia Andina para la Lucha contra las Drogas y Delitos Conexos, que recogió los lineamientos aprobados por los ministros de Relaciones Exteriores y presidentes de los países miembros en la Cumbre Andina del 18 de abril del 2001, celebrada en Cartagena de Indias. En esta reunión se abordó el fortalecimiento de las estrategias nacionales, las estrategias binacionales y la formulación de una estrategia andina, que comprende todos los aspectos relacionados con el problema mundial de las drogas y delitos conexos, como ya señalé anteriormente.
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En lo referente al mecanismo Unión Europea < América Latina y el Caribe, Colombia estuvo trabajando activamente en el diseño del Plan de Acción Global en Materia de Drogas, que se aprobó en la I Cumbre ALC < UE, en junio de 1999. Entre las áreas de acción propuestas, el Plan otorgaba especial importancia a la reducción de la demanda, al desarrollo alternativo, al control de precursores y al control del lavado de activos. Contemplaba que todas las acciones deberían desarrollarse en el marco de los instrumentos internacionales vigentes, incluyendo las resoluciones y medidas adoptadas en el XX Período Extraordinario de Sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas dedicado al problema mundial de las drogas y aceptadas por la comunidad internacional. En el contexto de la II Cumbre ALC < UE, celebrada en Madrid, en marzo de 2002, la posición colombiana fue enfática en la necesidad de reflejar el principio de la responsabilidad compartida en acciones concretas, que trasciendan la lucha contra este flagelo sólo a través de la erradicación de cultivos ilícitos. En ese sentido, el embajador de Colombia en Bruselas, Roberto Arenas Bonilla, indicó: "Colombia ha venido insistiendo en que sin una política preventiva eficaz para disminuir la demanda, sin un control efectivo para detener el desvío de los precursores químicos requeridos para la fabricación de las drogas y de las armas que los narcotraficantes requieren para los grupos violentos que protegen sus cultivos; y sin una acción drástica frente al lavado de dinero y, en general de activos adquiridos con las utilidades de este negocio, resulta ilusorio pensar que el problema se resuelve únicamente mediante la erradicación de los cultivos!8
Al término de las reuniones de los países de América Latina y el Caribe escogió a Colombia para que representara a la región como copresidente del Mecanismo de
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Coordinación y Cooperación en materia de drogas, a partir de junio de 2002 y por el término de un año. De especial significado resultó la realización de la V Reunión del Mecanismo de Coordinación y Cooperación en materia de Drogas entre la Unión Europea, América Latina y el Caribe, entre el 29 y 30 de mayo de 2003, en Cartagena de Indias, bajo las copresidencias de Grecia y Colombia. En esta oportunidad, los países asistentes acordaron hacer esfuerzos conjuntos para desmantelar los componentes del problema mundial de las drogas como una contribución importante en la lucha contra el terrorismo y, al mismo tiempo, promover el intercambio de propuestas, ideas y experiencias en las instancias políticas y técnicas de ambas regiones con el fin de proponer acciones conjuntas, concretas y sostenibles para combatir todas las manifestaciones, componentes y consecuencias del problema mundial de las drogas y delitos conexos.
De la certificación unilateral a la evaluación colectiva En el ámbito hemisférico, debo reiterar la decisión adoptada por los jefes de Estado y Gobierno de las Américas en abril de 1998, en el marco de la Segunda Cumbre de las Américas, celebrada en Santiago de Chile, en el sentido de crear un proceso único y objetivo de evaluación gubernamental de carácter multilateral para dar seguimiento al progreso individual y colectivo de los esfuerzos hemisféricos en las diferentes manifestaciones del problema mundial de las drogas ilícitas, el cual se denominaría Mecanismo de Evaluación Multilateral (MEM). De esta manera, algunos países del hemisferio, con Colombia a la cabeza, lograban obtener una meta importante en su lucha contra el unilateralismo, impuesto por una país del continente, en cumplimiento de una ley interna, que se había ejercido a través del cuestionado mecanismo de la certificación, para dar paso a un mecanismo de 519
evaluación multilateral dentro del marco de la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD), en la Organización de Estados Americanos (OEA). Los jefes de Estado y de Gobierno de las Américas declararon que sus países llevarían a cabo medidas específicas para continuar los esfuerzos nacionales y multilaterales que permitieran la plena aplicación de las Estrategia Antidrogas del Hemisferio. Decidieron, además, fortalecer la alianza hemisférica bajo los principios de respeto a la soberanía y a la jurisdicción territorial de los Estados, reciprocidad, responsabilidad compartida, integralidad y equilibrio en el tratamiento del tema, de conformidad con sus respectivos ordenamientos jurídicos. La decisión de crear un mecanismo de esta naturaleza nos colocó a la vanguardia en la lucha contra las drogas frente a otros bloques económicos. Desde el comienzo de la discusión un grupo de gobiernos, entre ellos el de Colombia, apoyaron decididamente el establecimiento del mecanismo de evaluación multilateral como un imperativo político y técnico para el fortalecimiento de la capacidad de nuestros países, así como un escenario definitivo para fortalecer la confianza mutua, el diálogo y la cooperación para hacerle frente con mayor eficacia al problema mundial de las drogas. En ese orden de ideas, el Gobierno de Colombia planteó, y procuró ver reflejado en la práctica, los siguientes lineamientos: establecer un mecanismo con principios y parámetros comunes convenidos por los países; adoptar el concepto de evaluación por resultados; y seguir las directrices normativas de la Convención de Viena de 1988, la Estrategia Antidrogas del Hemisferio y las partes relevantes del Plan de Acción de la Cumbre de las Américas de 1998. Con base en estos mandatos, el vigésimo tercer período ordinario de sesiones de la CICAD en mayo de 1998 conformó el Grupo de Trabajo Intergubernamental (GTI) 520
encargado de diseñar el Mecanismo de Evaluación Multilateral (MEM) que debía comenzar a aplicarse en 1999. En efecto, el MEM se aprobó en octubre de 1999, en Uruguay, y se ha constituido en un escenario decisivo para ratificar el liderazgo regional de Colombia en la lucha contra las drogas ilícitas.210 El Grupo de Trabajo Intergubernamental sesionó en seis oportunidades en las que se ocupó de los principios, objetivos, las características de los indicadores con base en los cuales habría de efectuarse la evaluación, el proceso que habría de observarse para cumplir con la evaluación y los costos en que incurrirían los países y la CICAD para poner en marcha el mecanismo. Colombia ha venido haciendo aportes sustanciales en los distintos períodos ordinarios de sesiones de la Comisión Interamericana contra el Abuso de las Drogas (CICAD), así como en otros grupos de expertos, en particular al de lavado de activos. En la Organización de Naciones Unidas, Colombia presentó en los 42! y 44! períodos de sesiones de la Comisión de Estupefacientes, varias resoluciones dirigidas a promover la cooperación internacional en la lucha contra las drogas ilícitas. Tales proyectos están relacionados con el establecimiento de un sistema internacional de vigilancia de cultivos de coca, amapola y marihuana, incluidos los cultivos bajo techo; el fortalecimiento de los sistemas nacionales e internacionales
210
El MEM surgió del mandato de los presidentes y primeros ministros del Hemisferio en la Segunda Cumbre de las Américas, realizada en abril de 1998 en Santiago de Chile. La OEA/CICAD estableció un grupo de trabajo, presidido por el viceprocurador general de Canadá Jean Fournier y Pablo Lagos Puccio de Chile, para su diseño.
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de control de permanganato de potasio; y la relativa al fortalecimiento de las autoridades designadas para la aplicación efectiva de la asistencia judicial recíproca. Uno de los grandes logros de la diplomacia colombiana en el curso de estos cuatro años lo constituyó el nuevo enfoque de cooperación multilateral <bajo el principio de responsabilidad compartida< que adoptamos con los Estados Unidos y con un nutrido grupo de países, en el tema de las drogas; la mayor y mejor coordinación y cooperación a nivel bilateral, multilateral y birregional en la lucha contra este flageo; la aceptación que no existe un único epicentro <Colombia< como culpable de este problema mundial; y el reconocimiento del estrecho vínculo existente entre drogas y terrorismo. Estos son hechos que se nos han reconocido en los múltiples foros en los cuales reactivamos la presencia internacional del país. Derechos H umanos: un asunto de Estado El sistema contemporáneo de protección y promoción de los Derechos Humanos, proviene del artículo 1° de la Carta de las Naciones Unidas, aprobada en la ciudad de San Francisco en 1945, pero habría de adquirir dimensión mundial con las Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, proclamada en la Novena Conferencia Internacional Americana en Bogotá en abril de 1948, y la Declaración Universal de los derechos humanos, adoptada en la Asamblea General realizada en París en diciembre de 1948. Desde entonces, y como una reacción de la comunidad de países frente a las atrocidades cometidas durante la Segunda Guerra Mundial, el mundo reconoce los Derechos Humanos como una materia de interés internacional que trasciende las jurisdicciones internas de los Estados y vuelve relativos los conceptos de soberanía y no intervención en los asuntos internos. No obstante, como ya es ampliamente 522
conocido, durante los siguientes 50 años se habría de generar una falsa dicotomía entre los derechos civiles y políticos y los económicos, sociales y culturales, como resultado de las tensiones de la Guerra Fría que provocaron diferentes énfasis en los países de acuerdo con el ámbito de influencia bipolar en el cual éstos se situaran. Por fortuna, desde finales de siglo pasado los derechos humanos han incursionado con renovado ímpetu en el escenario global y se han constituido en un tema central de la comunidad internacional. Hoy, casi todos los países, en particular Estados Unidos y la Unión Europea, han convertido los derechos humanos en un asunto prioritario de su política exterior. Así mismo, en los foros multilaterales se han consensuado instrumentos jurídicos supranacionales para juzgar comportamientos de los individuos que antes eran vedados a la jurisdicción internacional, en un avance del Derecho Internacional que, además de evaluar las responsabilidades estatales, ahora busca juzgar las conductas criminales de individuos, cualquiera sea su origen. Estados Unidos, que refiere los derechos humanos a una clara posición de defensa de los principios de la democracia occidental, no sólo realiza esta evaluación respecto de los países que reciben su asistencia, sino que también puede suspender ayuda militar a las unidades de las fuerzas de seguridad de un país extranjero a las que se les haya comprobado la comisión de graves violaciones de derechos humanos, al menos que ese país demuestre que está tomando medidas para juzgar a los infractores. Por su parte Europa, que tiene una concepción más integral de los derechos humanos, con frecuencia refiere sus programas de cooperación internacional a las estrategias de fortalecimiento de los Estados nacionales en la solución de los
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problemas estructurales de exclusión social y en la defensa y protección legítima de los derechos civiles de los ciudadanos. Siempre he creído que las acciones unilaterales en esta materia corren el riesgo de debilitar la legítima jurisdicción de los organismos especializados de las agencias multilaterales del sistema de las Naciones Unidas y de los sistemas regionales (interamericano,
africano
y europeo),
las
que
deberían
ser
fortalecidas
sistemáticamente para dar mayor eficacia al papel de estos organismos en su lucha por promover y proteger los derechos humanos. Pero aún así, es necesario reconocer que mientras adquieren una mayor incidencia los escenarios multilaterales, que es como debe ser, la cooperación bilateral en asuntos estratégicos para nuestro país como la lucha contra la pobreza, la corrupción y el terrorismo <que constituyen los males endémicos de nuestra nación< dependerá en gran medida de las señales que el Gobierno colombiano ofrezca a los Estados Unidos y a Europa en materia de la defensa de los derechos humanos y del Derecho Internacional Humanitario. Y éste es un aspecto en el que conviene conservar un alto grado de realismo. El ocaso de las grandes guerras y la multiplicación de los conflictos internos es otra realidad de nuestro tiempo, que el sistema de Naciones Unidas ha debido encarar en los últimos años. Si bien el sistema de protección de los derechos humanos está sustentado en la responsabilidad del Estado y se orienta a proteger al individuo de los excesos del poder por acción u omisión de las autoridades, también es cierto que la proliferación de grupos armados no estatales, que en su accionar violento desconocen todo parámetro humanitario, representan una seria amenaza para la población civil inerme. Las masacres repetidas, la destrucción indiscriminada de la infraestructura que condena al hambre y a las epidemias a poblaciones enteras, forzando su desplazamiento con la consiguiente dispersión familiar y desarraigo, son hoy un drama cotidiano en distintos puntos del planeta, que muchos prefieren callar 524
porque quienes las practican se amparan en una divisa política o en un supuesto ideal social.211
La construcción de una política de Estado No es posible, ni corresponde a una posición ética, ocultar el grave problema que Colombia atraviesa desde hace varios años en materia de derechos humanos, particularmente como resultado de la degradación del conflicto interno que ha convertido a los grupos armados al margen de la ley <tanto los guerrilleros como los paramilitares< en los actores que con mayor frecuencia incurren en la violación de los derechos fundamentales, tal como lo denunciamos en los más diversos foros internacionales. Pero también es necesario reconocer que todavía se requiere de muchos esfuerzos para evitar riesgosas conlivencias con actitudes y procedimientos que deslegitiman la acción de los órganos públicos, así como la urgencia que tiene el Estado colombiano de recuperar su legitimidad mediante una presencia más activa en la defensa de los derechos económicos y sociales de sus ciudadanos. La negativa incidencia del accionar del los grupos armados irregulares en Colombia en el disfrute de los derechos fundamentales, así como las graves infracciones contra el Derecho Internacional Humanitario cometidas por miembros de estos grupos, han venido siendo reconocidas progresivamente por las diferentes organizaciones no gubernamentales y organismos intergubernamentales que observan la situación de los derechos humanos en el país, como resultado de un trabajo constante y serio de las autoridades por denunciar ante la comunidad internacional los hechos cometidos por estos grupos al margen de la ley.
211
Véase, palabras del vicepresidente Gustavo Bell Lemus, en el Quincuagésimo Quinto período de sesiones de la Comisión de Derechos Humanos en Ginebra, Suiza. Febrero 15 de 1999.
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Así, por ejemplo, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, con ocasión del término de su última visita in loco a Colombia, tras una invitación formulada por el Gobierno del presidente Pastrana, en diciembre de 2001, expresó: "I%& .?XZ& ,(#215%& K/2& 4%1$2& *04,1$%7$2& +2& -,#& %6$,#& +2& 5*,-276*%& 6,7$1%& -%& población civil son atribuibles a los grupos armados disidentes. Entre ellos se cuentan masacres, ejecuciones sumarias indiscriminadas y selectivas, toma de rehenes, secuestros extorsivos, uso indiscriminado de minas antipersonales, y reclutamiento de niños y niñas menores de edad. Tras casi 40 años de actuación violenta, estos grupos armados (entre otros FARC y ELN) han causado un costo irrecuperable de numerosas vidas humanas y han perjudicado considerablemente el desarrollo social, económico y político de la sociedad colombiana. La participación pacífica en la vida política del país, a través de sus instituciones democráticas, es el único mecanismo que puede permitir el desarrollo pacífico, equitativo, y sustentable de la sociedad colombiana. La Comisión condena las graves violaciones del Derecho Internacional Humanitario llevadas a cabo por los grupos armados disidentes en Colombia, incluyendo el secuestro como medio habitual de intimidación con fines 26,790*6,#&,&+2&,$1,&$*4,!.212
Existen sin embargo, voces que aún afirman que, frente a la violación de los +2126',#& '/0%7,#& 27& 7/2#$1,& 4%)#& "412+,0*7%& /7%& %6$*$/+& +2& 126'%L,& ,& +2& 72/$1%-*L%6*97!& %-& 2#61/$*7io internacional, como se sostiene en algunas posiciones públicas de representantes de algunas instituciones no gubernamentales. Por el contrario, puedo dar múltiples evidencias de que los gobiernos colombianos, por lo menos durante los últimos quince años, han realizado esfuerzos notables para enfrentar el deterioro de los derechos humanos en Colombia hasta convertir la 212
Comunicado de Prensa 33/01 de 13 de diciembre de 2001: Comisión Interamericana de Derechos Humanos culmina visita a la República de Colombia.
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política de promoción y defensa de estos en un asunto de Estado, más allá de los alcances del gobierno de turno. Entre otros esfuerzos quiero mencionar:213 <La aceptación de la jurisdicción Obligatoria de la Corte Interamericana de derechos Humanos en junio de 1985, en la Cancillería de Augusto Ramírez Ocampo, en la cual me correspondió actuar como vicecanciller. <La creación de la Consejería Presidencial de derechos humanos en el Gobierno de Virgilio Barco (1986-1990), en 1987. <La elevación a rango constitucional en la Carta Política de 1991 de la protección y promoción de los derechos humanos y el establecimiento de una arquitectura institucional para ese propósito. <El establecimiento en 1995 de la Oficina de Derechos Humanos <hoy Dirección de Derechos Humanos y Asuntos Internacionales< del Ministerio de Defensa. <La aprobación de la Ley 288 de 1996 y creación de una instancia gubernamental encargada de afrontar la responsabilidad y la recomendación de indemnizar en aquellos casos de condena por violación de los derechos humanos a cargo de agentes estatales, derivada de pronunciamientos de órganos convencionales de protección (la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas).
213
Con base en: García, Andelfo. Apuntes sobre política multilateral de Colombia. Junio 6 de 2002. En el marco del conversatorio organizado por FESCOL, Universidad de Los Andes, Universidad El Rosario y Universidad Externa+,8&X2-&0*#0,&%/$,1&4/2+2&6,7#/-$%1#2S&"I%&4,-)$*6%&2R$21*,1&+2-&[-$*0,&6/%$1*27*,S&4%L&>& 6,7@-*6$,&27&2-&627$1,&+2&-%&%;27+%!8&J,11%+,18&D\/7*,&O]&+2&^UU^E8&
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<El acuerdo para el establecimiento, en noviembre de 1996, de una Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Colombia,214 así como la ratificación de su continuidad en diciembre de 2001, que hizo posible pasar de la etapa de las recomendaciones a la cooperación con este organismo internacional. <El proceso iniciado en el gobierno del presidente Andrés Pastrana (1998-2002) con miras a una solución negociada con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de los crímenes cometidos contra militantes de la Unión Patriótica, asunto al cual me referiré más adelante. <El proceso de ratificación del Estatuto de la Corte Penal Internacional, mediante sanción presidencial de la ley aprobatoria 742 del 5 de junio de 2002 y su posterior trámite para control constitucional. <El proceso de ratificación de la Convención Interamericana Contra la Desaparición Forzosa de Personas, que también se encontraba en trámite de revisión en la Corte Constitucional al término de nuestra labor en la Cancillería. <La jurisprudencia que en esta materia ha desarrollado la Corte Constitucional colombiana, cuyos pronunciamientos han determinado, en no pocas oportunidades,
214
La oficina fue establecida en virtud del acuerdo suscrito entre el Gobierno de Colombia y las Naciones Unidas el 29 de noviembre de 1996 y sus actividades se iniciaron con la apertura de su sede en Bogotá en abril de 1997, con los siguientes propósitos: a) observar la situación de los derechos humanos y el cumplimiento del Derecho Internacional en todo el país; b) asesorar a las autoridades e instituciones colombianas en el desarrollo de políticas y programas para la protección y promoción de los derechos humanos y del Derecho Internacional Humanitario; c) asesorar en materia de derechos humanos a la sociedad civil, incluyendo organizaciones no gubernamentales y personas particulares; d) informar sobre lo observado al alto comisionado de las naciones Unidas para los Derechos Humanos, con el fin de que este presente cada año, ante la Comisión de Derechos de la ONU, informes analíticos sobre Colombia.
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ajustes en la legislación y en la política interna, para hacerlas compatibles con los compromisos internacionales del Estado. <Igualmente, los avances legislativos y de reglamentación en materia de derechos humanos y Derecho Internacional Humanitario obtenidos a lo largo de los años que me correspondió estar al frente de la Cancillería colombiana.215 El estrecho vínculo del conflicto armado interno que aflige a Colombia con la vulneración constante de los derechos fundamentales, así como todo el pasivo social, económico y ecológico que a su paso deja la confrontación, fueron entre otras las razones fundamentales que alentaron al Gobierno del presidente Pastrana, de manera decidida, a emprender un proceso de paz que tuvo como primer puerto la consecución de acuerdos negociados con los actores de la violencia y la adopción de reformas sustantivas de orden político, social y económico, bajo una óptica integral de acercamiento al grave problema de derechos humanos que se ha profundizado con la confrontación.216 De esta manera, reconocíamos la importancia de avanzar en el campo interno en el logro de la paz y en la solución de los problemas estructurales de la sociedad colombiana. Éste es un aspecto que nunca perdimos de vista, porque no se trataba 215
Entre otros, cabe destacar: el Convenio 182, sobre la prohibición de las peores formas de trabajo infantil y la acción inmediata para su eliminación, Ley 704 de 2001, en control de constitucionalidad; Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño Relativo a la Venta de Niños, la Prostitución Infantil y la Utilización de Niños en la Pornografía, aprobado en junio 18 del 2002; Convención Interamericana para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra las Personas con Discapacidad, aprobada en junio 18 del 2002; Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativo a la Participación de Niños en Conflictos Armados, adoptado en Nueva York el 25 de mayo de 2000 y aprobado en primer debate del Senado en diciembre 11 de 2001; Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional y el Protocolo para Prevenir, Reprimir y Sancionar la trata de personas, especialmente mujeres, niños, que complementa la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional, adoptado por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 15 de noviembre de 2000. Aprobado en segundo debate en plenaria del Senado en junio 20 de 2002. 216 Véase, palabras del vicepresidente Gustavo Bell Lemus, en el Quincuagésimo Quinto período de sesiones de la Comisión de Derechos Humanos en Ginebra, Suiza. Febrero 15 de 1999.
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simplemente de ofrecer una respuesta elusiva, o en el mejor de los casos acomodaticia, frente a las presiones internacionales existentes en esta materia, sino fundamentalmente, de demostrar con los hechos que el Estado no puede responder con los mismos procedimientos de los grupos al margen de la ley, sino sobre la base de perder su legitimidad interna y externa. I%& .,0*#*97& ?7$21%021*6%7%& +2& X2126',#& Z/0%7,#F& %-& 126,7,621& 2-& "5%-21,#,& impulso al proceso de paz dado por el presidente Andrés Pastrana en un esfuerzo 61/6*%-& 4%1%& 2-& @/$/1,& +2-& 4%)#!,217 se expresó así en el Tercer Informe sobre la Situación de Derechos Humanos en Colombia: "I%&%41,(%6*97&>&4/(-*6%6*97&+2&2#$2&?7@,102&#2&41,+/62&27&2-&6,7$2R$,&+2&/7& complejo proceso de negociación de paz, así como de reforma de la ley fundamental de Colombia. La Comisión hace votos para que los esfuerzos del presidente Andrés Pastrana Arango para generar condiciones propicias para la solución del conflicto tengan éxito en lograr una verdadera reconciliación nacional y que a su vez ésta se vea acompañada de normas que fortalezcan, entre otras áreas, la administración de justicia. La Comisión es consciente de que estos esfuerzos se ven desafiados a diario por los combates entre las fuerzas militares y los grupos armados disidentes, los atentados de unos y otros contra la población civil no combatiente, la escalada del paramilitarismo la delincuencia común y el narcotráfico, el hostigamiento de los defensores de los derechos humanos y el desplazamiento forzado de miles de personas y familias!8218
217
Comunicado de prensa Nº 6/99, Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
218
Tercer Informe sobre la Situación de los Derechos Humanos en Colombia. Consideraciones Finales: Derechos Humanos, Justicia y Paz en Colombia - OEA/Ser.L/V/II.102 Doc. 9 rev. 1, 26 febrero de 1999.
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Existen, sin embargo, posiciones críticas que omiten que la paz y los derechos humanos se condicionan recíprocamente y que un ambiente de convivencia tolerante es condición para la vigencia plena e integral de los derechos esenciales. Por ello, el Gobierno, obedeciendo a la voluntad popular expresada en las urnas, fijó como su prioridad la generación de condiciones que permitieran encontrar una salida negociada del conflicto. Olvidan además estas posiciones, la certeza del Gobierno de que la pacificación auténtica y sostenible no se logra simplemente con el acto político-militar de armisticio, el cual siempre concebimos como un estadio del proceso, pero no como su conclusión. El verdadero cometido que nos trazamos desde un comienzo fue el de la superación de las causas objetivas que subyacen en los orígenes del conflicto. Por tal razón, la eliminación de la pobreza absoluta, la ruptura de las asimetrías sociales y económicas, la promoción y protección de los derechos humanos, la extensión cualitativa y cuantitativa de los servicios de salud y educación, la recomposición del ecosistema y la consolidación de una democracia altamente participativa, constituían los principios rectores del Plan Colombia que presentamos ante la comunidad internacional como una de las claves para dar un nuevo rumbo a la nación.219 Estos propósitos estaban en completa armonía con los principios que sustentamos en el primer capítulo de este libro, en el sentido de promover un Estado fuerte para ofrecer seguridad a los ciudadanos, pero al mismo tiempo para garantizarles la protección necesaria contra las múltiples formas de violación de los derechos humanos, en medio de la violencia y la crisis humanitaria que ha vivido el país en los últimos años.
219
Ver palabras del vicepresidente Gustavo Bell Lemus, en el Quincuagésimo Quinto período de sesiones de la Comisión de Derechos Humanos en Ginebra, Suiza. Febrero 15 de 1999.
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Así lo consignó el vicepresidente Gustavo Bell Lemus, en una entrevista con la Agencia de Noticias Colombiana (ANCOL) después de su intervención en el Parlamento alemán, el día 25 de septiembre de 2000: ".12,&K/2&#*20412&K/2&#2&'%(-2&+2&.,-,0(*%&2#&7262#%1*, ubicar la perspectiva histórica del Estado para que se entienda los desafíos a los cuales se enfrenta hoy. Por eso, tuve ocasión de explicar que el fortalecimiento del Estado es la única manera de solucionar nuestros problemas y que ese fortalecimiento no sólo pasa por el de las Fuerzas Armadas, sino también por el de las instituciones, la democracia y el de la protección de los derechos humanos. Creo que, desde la óptica de la historia europea, es muy claro que, ante todo, es necesario fortalecer nuestro Estado que, con sus limitaciones, viene haciendo grandes esfuerzos por darles plena vigencia a la Constitución y a los principios +20,613$*6,#!.
En todo caso, durante esos años, siempre fue evidente la estrecha relación que existía entre los postulados centrales del Plan Colombia de recuperar la legitimidad política y social del Estado colombiano y la estrategia de propiciar su fortalecimiento frente a los grupos al margen de la ley, mediante la adecuada dotación y profesionalización de las fuerzas militares, así como en su capacidad de maniobra frente a los actores del conflicto para garantizar la preeminencia de los derechos civiles. La consolidación de la legitimidad mediante la recuperación del margen de maniobra en la política social y el monopolio de las armas en manos de la fuerza pública, fueron las orientaciones estratégicas sobre las cuales se fundamentó el proyecto político de fortalecimiento del Estado que lideró Andrés Pastrana. La gravedad de la situación de derechos humanos y del Derecho Internacional Humanitario no la ocultamos en ningún momento en nuestras actuaciones públicas
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y, con miras a conjurarla, desplegamos múltiples y constantes acciones, incluida la de la cooperación internacional, con el absoluto convencimiento de que la actuación simultánea sobre los derechos civiles y sobre aquellos de origen económico y social era la condición máxima para sentar sobre bases ciertas el proceso de acercamiento con los grupos alzados en armas. El Gobierno del presidente Pastrana quiso darle la mayor prioridad e importancia a esta política y, por tal razón, le asignó al vicepresidente de la República la misión de liderar la coordinación interinstitucional de su aplicación e impulsar las acciones de las diversas entidades estatales que se ocupan de la promoción, protección y defensa de los derechos humanos en Colombia. Las estrategias en materia de derechos humanos, que puso en marcha la administración y cuyas orientaciones fueron paradójicamente muy bien acogidas por los críticos más fuertes de la política oficial, se fundamentaron en el documento !_,-)$*6%& +2& _1,0,6*97F& A2#42$,& >& `%1%7$)%& +2& -,#& X2126',#& Z/0%7,#& >& +2& Aplicación del Derecho Internacional Humanitario, 1998-^UU^!8&220 Pero el compromiso del Estado colombiano con una protección integral de los derechos humanos no se agotó en el ámbito interno. Como Estado reconocido en el concierto de las naciones, este compromiso lo refrendamos con la comunidad internacional. Es así como a través del Ministerio de Relaciones Exteriores,
220
Este documento contenía las siguientes directrices: <Apertura al escrutinio y cooperación de la comunidad internacional. <Humanización del conflicto armado interior y proceso de paz
<Lucha contra la impunidad. <Lucha contra los grupos de justicia privada. <Desarrollo de programas para desplazados por la violencia política. <Aumento del compromiso de la fuerza pública con los derechos humanos. 533
Colombia mantuvo durante esos cuatro años una interlocución permanente con los organismos internacionales de derechos humanos con el fin de atender los requerimientos originados de sus compromisos convencionales y contribuir en su labor de protección y defensa de los derechos humanos y el Derecho Internacional Humanitario. Mediante Decreto N° 321 de 2000, promovimos la creación de la Comisión Intersectorial Permanente para los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario como la entidad de más alto nivel para la adopción de medidas y toma de decisiones sobre estas materias, dentro de la cual se crearon varias subcomisiones encargadas de abordar temas puntuales. La Cancillería, a través de la Dirección General de Asuntos Especiales y, posteriormente, de la Dirección de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario <creada en 2001<, coordinó desde entonces el Grupo de Trabajo Intersectorial (GTI), encargado de estudiar y responder los diversos requerimientos de los organismos internacionales de derechos humanos, tanto en asuntos generales como en casos particulares que se estén tramitando.
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En el ámbito de la cooperación internacional, la entrada en operación en Colombia de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, en abril de 1997, resultó un factor que coadyuvó en el diseño e implementación de estrategias y en la canalización de las denuncias por violaciones a los derechos humanos e infracciones al Derecho Internacional Humanitario, con
<Establecimiento de relaciones con las organizaciones no gubernamentales de derechos humanos. 534
una perspectiva de equidistancias, que ha resultado mucho más evidente en los últimos años. Durante el período que nos correspondió orientar la política exterior colombiana siempre dimos, como correspondía, el soporte necesario en la ingente tarea que tiene a su cargo la Oficina. En repetidas oportunidades manifesté mi interés en el fortalecimiento de la función de asesoría y promoción de una cultura de convivencia, mediante programas de cooperación en el ámbito de la educación y la actuación preventiva, para que esa instancia no se convirtiera en un simple observatorio de derechos humanos dedicado a relacionar el número de víctimas, sino más bien en un promotor de programas y proyectos eficaces para enfrentar los factores de deterioro o violación visible de los derechos humanos. La ratificación de nuestra voluntad para avanzar en la función de asesoría y cooperación de los organismos internacionales explicó que de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, extendiera su permanencia en nuestro país, mediante convenio suscrito en diciembre de 2001 y que se ampliara su rango de acción hacia regiones estratégicas con la creación de oficinas auxiliares en las ciudades de Cali y Medellín, aun a pesar de algunas reticencias que encontramos en las dirigencias locales. La cooperación recibida de esta Oficina en la constatación de hechos, como los acaecidos en Bojayá y Vigía del Fuerte,221 son un reflejo de los beneficios de una cooperación animada por los propósitos que inspiraban al Gobierno.
221
En el municipio de Bojayá, (departamento del Chocó, noroccidente colombiano), la guerrilla de las FARC <en medio de una fuerte confrontación con grupos paramilitares< lanzó una pipeta de gas sobre una iglesia donde 300 personas de la población civil se habían refugiado. El fatal hecho ocurrió el 1° de mayo de 2002. Bajo los escombros quedaron 119 personas muertas, entre ellas 42 niños. En Vigía del Fuerte,
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Esta voluntad de cooperación fue reconocida por la propia alta comisionada, en su Informe Anual correspondiente al año 2001, cuando señaló: "Como resultado de este importante esfuerzo y aporte de la Oficina, y de la valoración positiva que el Gobierno hizo del mismo, se inició una serie de reuniones de trabajo en las cuales se discutieron todas y cada una de las propuestas y recomendaciones que formuló la Oficina en el informe mencionado. La alta comisionada considera muy valiosa la creación de este espacio de diálogo y discusión sobre acciones y políticas del Estado en materia de derechos humanos y de Derecho Internacional Humanitario y debe agradecer la colaboración de las instituciones en dicho ejerci6*,!.222
En el ámbito regional, desde la aprobación de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, en Bogotá en 1948, hasta la adopción de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, Pacto de San José de Costa Rica, en 1969, Colombia ha tenido una activa presencia en la formulación de estos instrumentos. Así mismo, ha participado activamente en el proceso de fortalecimiento del sistema interamericano de protección a los derechos humanos desde sus inicios en 1996, buscando un equilibrio entre el apoyo al sistema y la necesidad de fortalecerlo realmente, con énfasis en aquellas debilidades que compete remover en forma directa a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en el marco de sus propios procedimientos internos, por vía de sus reglamentos.
municipio de Antioquia, situado muy cerca de Bojayá, se reubicaron 186 familias conformadas por 877 personas, la mayoría menores de edad, provocando con ello una grave crisis humanitaria.
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El Ministerio de Relaciones Exteriores, a través de la Misión Permanente en Washington, mantuvo con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos una relación continuada de interlocución surtiendo oportunamente la información suministrada por nuestra Cancillería relativa a los casos denunciados ante este organismo por eventuales violaciones a la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Así mismo, y en cumplimiento de la política gubernamental en la materia, se fortalecieron los ámbitos de interlocución informal, con miras a transmitir información sobre aspectos particulares que resultaron en su momento de especial preocupación para el Gobierno nacional, así como para suministrar elementos que permitieran a la Comisión tener un panorama más completo del contexto de violencia en que las autoridades colombianas adelantaban las acciones de promoción y protección de los derechos humanos. En desarrollo de nuestra política de cooperación con los organismos internacionales, el Gobierno extendió invitación a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para que realizara una visita in loco a nuestro país. En el marco de esta visita, efectuada entre 7 y el 13 de diciembre de 2001, la CIDH se entrevistó con autoridades de los tres poderes del Estado, incluyendo al presidente de la República, así como con representantes de las organizaciones no gubernamentales, miembros de la sociedad civil y de los organismos internacionales, y los principales candidatos presidenciales. En el proceso de fortalecimiento del Sistema Interamericano de Protección, del que se han venido ocupando los foros políticos de la OEA durante los últimos años, la delegación de Colombia, por instrucciones de nuestro despacho, favoreció el fortalecimiento de la Comisión y la Corte, incluso su fortalecimiento financiero, así 222
E/CN.4/2002/17 28 de febrero de 2002. Informe de la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre la situación de los derechos humanos en Colombia.
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como el principio de universalización, o ratificación por parte de la totalidad de los Estados del hemisferio de los principales instrumentos en la materia, y desalentó iniciativas que pudieran conducir a una eventual e indeseable instrumentalización política del tema. De otra parte, por iniciativa de Colombia, la resolución 1904 (XXXII < 0/02) aprobada en Barbados el 4 de junio de 2002, incluye el reconocimiento de la obligación de las partes no estatales en un conflicto armado de carácter no internacional, de observar las normas del Derecho Internacional Humanitario consignadas en los convenios de Ginebra de 1949.223 Así mismo, durante estos cuatro años, Colombia continuó con la dinámica establecida en la Convención Americana sobre Derechos Humanos y el reglamento para la tramitación de casos ante la Comisión. Nuestro país reportó el seguimiento de los casos en las audiencias llevadas a cabo, en donde se estudiaron denuncias individuales escogidas con antelación por la Comisión, en las cuales el Estado presentó los adelantos en las investigaciones. En estos escenarios insistimos nuevamente que el esquema de protección, dado el régimen democrático vigente en la mayoría de Estados del sistema, debe responder a la modalidad de la cooperación, de tal manera que se pueda superar la relación de confrontación entre los Estados y los órganos del sistema, desde luego, sin olvidar el carácter subsidiario de los sistemas internacionales de protección de los derechos humanos.
223
La propuesta colombiana, aprobada por la Asamblea General de la Organización, expresa: "?7#$%1& %& -,#& G#$%+,#& 0*20(1,#& >& %& $,+%#& -%#& 4%1$es en un conflicto armado a observar sus obligaciones, conforme a los Convenios de Ginebra de 1949, en especial aquella que se aplica a la 41,$266*97&+2&-%&4,(-%6*97&6*5*-!8
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En las diversas reuniones, en las que tuvimos oportunidad de sustentar la posición de Colombia, fuimos muy claros en el sentido de que la cooperación debía dar especial atención al fortalecimiento de las instituciones internas encargadas de la administración de justicia, lo cual redundaría en un fortalecimiento del sistema mismo, en la medida en que se garantizará el restablecimiento de los derechos vulnerados. Esto tiene, además, un claro efecto de disuasión eficaz en la prevención de las conductas violatorias de los derechos contemplados en la Convención. Es un hecho innegable que buena parte de nuestros Estados se enfrenta a altos índices de impunidad, por lo que debe tenderse fundamentalmente al establecimiento de recursos internos idóneos, adecuados y eficaces, con el apoyo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, a través de vías que permitan, sin desinstitucionalizar los mecanismos internos de investigación y sanción, propender por su eficaz funcionamiento. Finalmente, Colombia reconoció durante este período el valor de las múltiples tareas desarrolladas por la Comisión y la Corte en favor de los ciudadanos de nuestro hemisferio y expresó su apoyo a los órganos del sistema. Colombia, como se señaló anteriormente, cuenta con un mecanismo que le permite cumplir, en el orden interno, con las recomendaciones de la CIDH en materia de reparación a las víctimas en aquellos casos en los que la Comisión ha determinado la responsabilidad del Estado y la necesidad de una indemnización (Ley 288 de 1996). Además se invitó a la Comisión a visitar nuevamente nuestro país en el curso de 2002; y se ha avanzado sustancialmente en el cumplimiento de la sentencia sobre reparaciones en el caso Caballero y Santana, proferida por la Corte Interamericana.224 224
El caso Caballero Delgado y Santana se encuentra en fase de reparaciones ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, desde la sentencia proferida por este Tribunal el 29 de enero de 1997. El 4 de diciembre de 2001, la Corte requirió al Estado colombiano para que informara acerca del cumplimiento de algunos aspectos de la sentencia de reparaciones. En particular, sobre la forma de pago de las sumas debidas a los
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Casos de solución amistosa Dentro de los casos que se adelantaban contra Colombia al término de nuestras funciones en la Cancillería ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, debo resaltar el proceso de solución amistosa que dejamos bastante avanzado en relación con el caso 10.227, Unión Patriótica.225 El Gobierno del presidente Pastrana inició, junto con los peticionarios, la búsqueda de una solución amistosa en el caso de la Unión Patriótica, a través de la creación de una comisión mixta que se reunió periódicamente desde 1999; y como parte de sus compromisos en este proceso el Gobierno nacional creó en junio de 2000 el Programa Especial de Protección Integral para los miembros de la Unión Patriótica (UP) y del Partido Comunista Colombiano (PCC). En un esfuerzo conjunto de las autoridades estatales y gubernamentales, se dio, además, especial impulso a las investigaciones sobre hechos violentos contra miembros de la Unión Patriótica, por parte de la Fiscalía y la Procuraduría General de la Nación, entidades que crearon subunidades especiales para tal efecto. Además, el proceso de solución amistosa comprende la creación de una base de datos sobre cada uno de los casos individuales que se tramitan en relación con la UP
menores hijos de Isidro Caballero y a un familiar de María del Carmen Santana, y sobre las medidas adoptadas para la localización de los restos de las víctimas. El 11 de enero de 2002, Gobierno de Colombia respondió a la Corte sobre las gestiones que se han adelantado en cada uno de los asuntos referidos, y finalmente, los peticionarios remitieron sus observaciones el 11 de febrero de 2002, con lo cual la interlocución entre el Estado y los peticionarios se mantiene vigente para dar cabal cumplimiento a la sentencia sobre reparaciones. 225 El caso de la Unión Patriótica fue denunciado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en diciembre de 1993, como un presunto genocidio. En marzo de 1997, mediante Informe Nº 5/97, la
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y el PCC, la cual se encuentra terminada, e incluye un total de 1.445 casos registrados. La segunda etapa de este proceso fue la puesta en marcha de las labores de un grupo de trabajo dirigido a la búsqueda y realización de la verdad, la justicia y la reparación, el cual fue instalado por el Gobierno el 5 de septiembre de 2001. En palabras memorables por su hondo contenido democrático y por su alta significación, ese mismo día la viceministra de Relaciones Exteriores, Clemencia Forero Ucrós, de quien debo destacar su inteligencia, prudencia y lealtad, señaló: "Hoy, por fortuna, tenemos la satisfacción de ver cumplido un nuevo avance en este camino hacia la reivindicación de unos hechos que enlutaron a la nación entera, como lo es la instalación del grupo de trabajo que desde esos primeros acercamientos decidimos conformar. Hemos tenido obstáculos en este proceso, muchos de ellos puramente formales <duele decirlo cuando se trata de un caso que toca nuestra más profunda sensibilidad como Estado democrático<, y por ello quiero, aprovechando la presencia de tantos y tan distinguidos representantes de los diferentes sectores de la vida nacional, no sólo reiterar en esta oportunidad nuestra convicción sobre la necesidad de avanzar en la consolidación de este proceso, sino hacer también un llamado a cada uno de los integrantes de este grupo de trabajo que hoy inicia sus tareas para que reflexionemos muy profundamente sobre el compromiso que estamos asumiendo, compromiso que le debemos a la Nación colombiana, a cada una de las víctimas de la Unión Patriótica y a sus
CIDH declaró admisible el caso, expresó que no se configuraba el delito de genocidio, y se ofreció como órgano de solución amistosa, oferta que las partes aceptaron.
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familiares. Es un compromiso de todos quienes creemos en la participación 4,-)$*6%&4-/1%-*#$%&6,0,&-%&2#276*%&+2&/7&521+%+21,&#*#$20%&+20,613$*6,!.
El Gobierno reiteró ante la CIDH su voluntad y su ánimo indeclinable de avanzar en este proceso, de trascendental importancia para el Estado colombiano, en el marco de los mecanismos creados y de aquellos que pudieren acordarse, en desarrollo de sus deberes constitucionales, legales y convencionales. Tengo la absoluta convicción de que la actitud diligente con la cual el Gobierno nacional y la Cancillería actuaron en este caso sienta un importante precedente político en la perspectiva de la reconciliación nacional. Es importante además destacar que en el caso de "a*--%$*7%!, denunciado ante la Comisión Interamericana de Derechos humanos, se reinició el proceso de solución amistosa, tendiente a implementar los compromisos pendientes en los temas de reparación social y de indemnizaciones226. Así, el 26 de febrero de 2002, los peticionarios y el Gobierno se reunieron con el fin de discutir la posibilidad de reanudar el proceso de solución amistosa, para dar cumplimiento a los compromisos adquiridos por el Estado en el anterior trámite de solución y a las recomendaciones contenidas en el Informe 123/01, y decidieron avanzar en el proceso, una vez definidas las áreas de trabajo que desarrollarían. Como resultado de este encuentro y de la voluntad de las partes por alcanzar una solución amistosa, ésta finalmente se concretó con la suscripción de un Acuerdo el día 29 de julio de 2002, entre el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia y
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El caso tuvo origen en la masacre, el 15 de noviembre de 1992, de los niños Johanna Mazo Ramírez de 8 años, Jhony Alexánder Cardona Ramírez de 17, Ricardo Alexander Hernández de 17, Giovanny Alberto Vallejo Restrepo de 15, Oscar Andrés Ortiz Toro de 17, Ángel Alberto Barón Miranda de 16, Marlon Alberto
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las organizaciones no gubernamentales Grupo Interdisciplinario por los Derechos Humanos y Comisión Colombiana de Juristas. En este Acuerdo que se definieron compromisos respecto del reconocimiento de responsabilidad; derecho a la justicia; reparación individual; reparación social en materia de salud, educación, construcción de un monumento de desagravio e implementación de un nuevo proyecto productivo que sea operativo y rentable. La firma de este acuerdo, el segundo que se registra en nuestro país desde la ratificación de la Convención Americana sobre Derechos Humanos en 1973, representa un importante aporte para la reparación integral a las víctimas de violaciones de derechos humanos, así como un mecanismo para promover hacia el futuro la marcha diligente, oportuna y eficaz de las investigaciones judiciales que impida que hechos de esta naturaleza queden en la impunidad. Sobre este acuerdo, la Comisión en su último Informe Anual a la Asamblea General de la OEA, expresó: "La Comisión desea resaltar la disposición del gobierno de la República de Colombia, así como la de los peticionarios, de suscribir formalmente un acuerdo de solución amistosa con el fin de dar cumplimiento al Informe 112/02 emitido conforme al artículo 50 de la Convención Americana de Derechos Humanos en caso 11.141, relativo a la masacre de un grupo de menores en el barrio de Villatina en la ciudad de Medellín, Colombia. La CIDH se encuentra monitoreando el cumplimiento de los compromisos adquiridos en el acuerdo y en su momento hará público un informe dando cuenta del proceso!.227 !!! Álvarez de 17, Nelson Duban Flórez Villa de 17 y el joven Mauricio Antonio Higuita Ramírez de 22 años, en el barrio Villatina Caycedo de la ciudad de Medellín. 227 Informe anual de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos 2002, capítulo IV. Desarrollo de los Derechos Humanos en la Región - OEA/Ser.L/V/II.117. Doc. 1 rev. 1, 7 marzo 2003.
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Otro tema que debe destacarse es la creación y fortalecimiento de los programas de protección a los sectores amenazados, a cargo del Ministerio del Interior, que aumentó a lo largo de estos cuatro años, generando un impacto significativo en términos sociales, financieros y políticos para el Estado colombiano. La ampliación de la cobertura del Programa de Protección de defensores de derechos humanos, dirigentes y líderes sindicales y sociales, testigos de violaciones de derechos humanos y Derecho Internacional Humanitario y personas amenazadas, representa un importante logro en la política de los derechos humanos. De las 177 personas y ONG´s protegidas en 1999, se pasó a 2344 en el año 2002 representando un crecimiento del 1.244% es decir, se multiplicó más de 13 veces. Estas cifras demuestran la gravedad del problema que tuvimos que afrontar. En este ámbito se puede observar claramente el fortalecimiento que se le dio a la estructura de los Programas de Protección con la ampliación del personal de apoyo a través de profesionales altamente capacitados en la materia, lo que permitió atender el incremento en las solicitudes de protección. Por ejemplo, pasamos de 84 casos de sindicalistas atendidos en 1999, a 1033 en el 2001; de 50 casos de defensores de derechos humanos en 1999, a 537 en el 2001; y de 43 casos de líderes y testigos, a 327 en el 2001. Todo indica que existió una clara voluntad política por parte del Gobierno del presidente Pastrana para dar solución y especial atención a estos casos. Respecto de las relaciones entre el Gobierno nacional y la CIDH, y acerca de los programas de protección y de las gestiones desarrolladas en esta materia durante nuestra administración, este organismo internacional expresó: "I%&.?XZ&+2#2%&12#%-$%1&-%&+*#4,#*6*97&@%5,1%(-2&+2-&`,(*217,&+2-&presidente Pastrana hacia la Comisión, que en muchos casos ha contribuido a salvar vidas y promovido la legitimidad de los valores del Estado de Derecho.
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Concretamente, esa disposición se ha reflejado en programas de protección de defensores de derechos humanos, sindicalistas y periodistas y en el impulso de 2#@/21L,#&27&0%$21*%&+2&%+0*7*#$1%6*97&+2&=/#$*6*%!8
Finalmente, es importante destacar así mismo que Colombia, en un caso en el que fue demandada por la CIDH ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos < caso Palmeras, ya referido<, que se encuentra actualmente en fase de reparaciones, contribuyó en el desarrollo de la jurisprudencia interamericana, al plantear, con éxito, dos excepciones preliminares relacionadas con la falta de competencia de la Corte y de la Comisión para deducir responsabilidad del Estado por la violación de normas del Derecho Internacional Humanitario. Sostuvo Colombia ante la Corte, y así lo acogió este alto Tribunal,228 que los órganos de protección del sistema interamericano pueden <y deben< utilizar como normas de interpretación para la aplicación de la Convención Americana, todas aquellas disposiciones pertinentes del Derecho Internacional Público, incluyendo el Derecho
Internacional
Humanitario,
pero
que
al
momento
de
deducir
responsabilidad internacional en cabeza de los Estados, su competencia se limita a la de aquellos tratados respecto de los cuales expresamente se ha reconocido esta opción, en virtud del principio del consentimiento. En ese mismo caso, relacionado con la muerte de siete personas, el Estado colombiano, con base en los resultados de los procesos contencioso administrativos y de los avances hasta entonces registrados en la jurisdicción penal, reconoció su responsabilidad internacional por la violación del derecho a la vida de seis de
228
Sentencia de 4 de febrero de 2000.
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ellas,229 pero la Corte no encontró pruebas suficientes de la responsabilidad del Estado respecto de la séptima.230 Finalmente, reconoció y valoró también la Corte, en la sentencia de fondo de este caso, el contenido de los fallos contencioso administrativos, y reiteró que la 41,$266*97& *7$217%6*,7%-& 2#& "6,%+>/5%7$2& ,& 6,04-2027$%1*%& +2& -%& K/2& ,@1262& 2-& +2126',& *7$217,& +2& -,#& G#$%+,#& %021*6%7,#!& >& "27& 6,7#26/276*%F& 6/%7+,& /7%& cuestión ha sido resuelta definitivamente en el orden interno según las cláusulas de la Convención, no es necesario traerla a esta Corte para su aprobación o confirmación.231
Apoyo y adhesión a la Corte Penal Internacional (CPI) La cuestión del establecimiento de una jurisdicción penal internacional ha sido objeto de preocupación por parte de juristas y estadistas de tiempo atrás, para responder a una vieja aspiración de sectores mayoritarios de la comunidad mundial en favor de instrumentos jurídicos para combatir la impunidad y el crimen, más allá de las fronteras estatales. Desde el Tratado de Versalles, que puso fin a la Primera Guerra Mundial, ya se preveía el juzgamiento de criminales de guerra por un tribunal internacional. Al término de la Segunda Guerra Mundial, y ante el repudio universal generado por las atrocidades cometidas por los nazis, las potencias victoriosas optaron por establecer un tribunal ad hoc de carácter nominalmente internacional <el Tribunal Militar de Nuremberg< al cual se le encargó la tarea de procesar a los criminales de guerra. 229
Artemio Pantoja Ordóñez, Hernán Javier Cuarán Muchavisoy, Julio Milciades Cerón Gómez, Wilian Hamilton Cerón Rojas, Edebraes Norverto Cerón Rojas y NN/ Moisés o NN/ Moisés Ojeda. 230 Hernán Lizcano Jacanamijoy. 231 Corte Interamericana de Derechos Humanos, sentencia de 6 de diciembre de 2001, párrafo 34.
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Desde entonces, y en diferentes épocas, la Asamblea General de las Naciones Unidas se ha ocupado del tema de la posible creación de una Jurisdicción Penal Internacional. Sin embargo, fue solo a partir del ambiente internacional que se hizo visible con el fin de la Guerra Fría, cuando la Asamblea General inició el franco y continuo proceso que habría de sentar las bases de un Estatuto que se ocupara del asunto. En efecto, mediante la resolución 44/39 del 4 de diciembre de 1989, la Asamblea le solicitó a la Comisión de Derecho Internacional el establecimiento de un tribunal internacional, con jurisdicción sobre personas acusadas de crímenes 6,7$204-%+,#&27&+*6',&69+*;,F& >&K/2&*76-/*1)%&421#,7%#&*75,-/61%+%#&27&2-&"$13@*6,& *-)6*$,&+2&+1,;%#&7%169$*6%#!&%&$1%5és de las fronteras nacionales. 232 En 1994 la Comisión sometió a la Asamblea General un primer borrador de articulado de una corte penal internacional permanente que sería incorporada en el sistema de Naciones Unidas. Ese mismo año, mediante resolución 49/53, del 9 de diciembre, decidió establecer un comité ad hoc que, al término de sus sesiones en 1995, recomendó a la Asamblea General la creación de un Comité Preparatorio (Prepcom) el cual fue habilitado mediante resolución 50/46, del 11 de diciembre de ese mismo año. En 1996, tras dos reuniones del Comité Preparatorio, la Asamblea General convocó para 1998 la Conferencia Diplomática de Plenipotenciarios que deliberó en Roma entre el 15 de junio y el 17 de julio. El Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional fue adoptado el 17 de julio de 1998 por la Conferencia Diplomática de Plenipotenciarios. El 1° de julio de 2002, con 76 ratificaciones y 139 firmas, entró en vigor el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, de conformidad con el artículo 126 del mismo.233 232
Véase QUINTANA, Juan José. La Nueva Justicia Penal Internacional . Academia Diplomática de San Carlos. Ministerio de Relaciones Exteriores, 2002. 233 Hasta el 14 de julio de 2003, 91 países han ratificado el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional. De éstos, 22 pertenecen a África, 22 a Europa (países que no pertenecen a la Unión Europea), 18 a América
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La Corte Penal es la primera institución, con carácter internacional, con facultades para investigar <y cuando se den las condiciones de admisibilidad, juzgar< no a los Estados, sino a los individuos acusados de cometer los crímenes sobre los cuales se les dio competencia, es decir, crímenes de guerra, lesa humanidad, genocidio y cuando se defina el crimen de agresión. La jurisdicción de la Corte no está, a diferencia de otras que han existido, ni temporal ni geográficamente limitada. Su naturaleza es complementaria de las jurisdicciones internas, de carácter universal y sin carácter retroactivo. Por la naturaleza complementaria de la jurisdicción de la Corte, ésta actúa sólo cuando la justicia interna de los Estados no pueda o no quiera hacerlo, lo que considero ayuda al fortalecimiento de los propios sistemas internos de los países. Su naturaleza universal se refleja en que no se limitó en el Estatuto su actuación a un campo geográfico determinado. Además, en virtud de la no retroactividad, la Corte únicamente tendrá competencia para conocer de crímenes cometidos después de la entrada en vigor del Estatuto de Roma (principio de ratione temporis), vale decir, el 1º de julio de 2002 . Si un Estado se hace parte con posterioridad, la Corte podrá ejercer su competencia únicamente con respecto a los crímenes cometidos después de la entrada en vigor del Estatuto respecto de ese Estado. La Corte funcionará en la ciudad de La Haya <sede del Gobierno de los Países Bajos que alberga también otras instituciones judiciales internacionales, como la Corte Internacional de Justicia, la Corte Permanente de Arbitraje o el Tribunal Penal
Latina, 15 países pertenecientes a la Unión Europea, 12 a Asia y el Pacífico, 1 a América del Norte y 1 a Oriente Medio. Ver: Centro de Información de las Naciones Unidas para México, Cuba y República Dominicana.
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Internacional para la Antigua Yugoslavia<, aunque podrá celebrar sesiones en otro lugar, cuando así lo considere conveniente. Esta corporación aplicará el sistema acusatorio y tendrá competencia respecto de las personas naturales que cometan los crímenes contemplados en el Estatuto. Debo enfatizar que su jurisdicción es aplicable a individuos ( ratione personae) <no a Estados, ni a personas jurídicas<, sin hacer distinción alguna basada en el cargo oficial o en la condición de legitimidad política adquirida, en virtud de los procesos de negociación de los conflictos internos. Este principio de la responsabilidad penal individual se fundamenta en el ya famoso dictum del Tribunal de Nuremberg, según el cual: "Ios crímenes contra el Derecho Internacional son cometidos por hombres, no por entidades abstractas, y únicamente si se castiga a los individuos que cometen dichos crímenes puede asegurarse el cumplimiento de las disposiciones del Derecho Internacional!234.
En el plano internacional, nuestro país votó a favor de la adopción del texto del estatuto y luego lo suscribió, el 10 de diciembre de 1998. A partir de febrero de 1999, participamos activamente, en el marco de la Comisión Preparatoria de la Corte Penal Internacional, en el proceso de elaboración de los instrumentos que lo desarrollan y complementan, como son, entre otros, las Reglas de Procedimiento y Prueba y los Elementos de los Crímenes. En el plano interno, teniendo en cuenta que el estatuto establecía normas contrarias a nuestro ordenamiento constitucional, que prevén, por ejemplo, la posibilidad de imponer cadena perpetua, la imprescriptibilidad de los crímenes y una serie de reglas y procedimientos, que incluyen excepciones a la cosa juzgada, o a las
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garantías procesales, el Congreso Nacional, con el apoyo del Gobierno, convencidos de la conveniencia de ratificarlo, impulsaron un Acto Legislativo <similar al que se adoptó en Francia<, que tenía como objetivos fundamentales, de una parte, sanear los vicios de constitucionalidad y, de otra, garantizar el manejo de las relaciones internacionales por parte del Ejecutivo. Es así como mediante el Acto Legislativo N° 2, del 27 de diciembre de 2001, por medio del cual se adicionó el artículo 93 de la Constitución Política, se allanó el camino para la presentación en el Congreso de la República del proyecto de ley aprobatorio del tratado internacional. El día 19 de marzo de 2002, el Gobierno nacional radicó ante el Congreso de la República el proyecto de ley aprobatoria de este instrumento internacional, con mensaje de urgencia, y una vez aprobado lo sancionó el 5 de junio como la Ley 742 de 2002. Una vez sancionada la Ley, ésta fue remitida por la Secretaría Jurídica de la Presidencia a la Corte Constitucional con la solicitud del presidente de la República de que se decretara esta revisión de urgencia nacional. Fueron declarados exequibles tanto la Ley como el Estatuto de Roma, mediante sentencia C-578/02 del 30 de julio de 2002. La aprobación de este organismo por parte del Estado colombiano constituyó un asunto de gran trascendencia que tiene amplias repercusiones jurídicas y políticas, porque se trata de un poderoso instrumento para actuar, en al marco de una
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\/+;027$& ,@& $'2& ?7$217%$*,7%-& H*-*$%1>& W1*(/7%-F& 27& "W'2& W1*%-& ,@& `210%7& H%=,1& b%1& .1*0*7%-#S& proceedings of the Internatio7%-&H*-*$%1>&W1*(/7%-&#*$$*7;& %$&c/120(21;F&`210%7>!8& Part 22, London, 1950, p.447. Citado por Quintana, Juan José. Op. cit. p. 13.
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jurisdicción global, sobre todos aquellos agentes que se ponen al margen de la ley y que, con frecuencia, se han escudado en la impunidad reinante, especialmente en países con grandes problemas de ineficiencia en sus procesos judiciales, como el nuestro.
El debate sobre el artículo 124 de la CPI El artículo 124 del Tratado Constitutivo de la Corte Penal Internacional (CPI) establece que un Estado, al hacerse parte de este estatuto, podrá declarar que, durante un período de siete años contados a partir de la fecha en que el estatuto entre en vigor, no aceptará la competencia de la Corte sobre la categoría de crímenes a que se hace referencia en el artículo 8 (crímenes deguerra), cuando se denuncie la comisión de uno de esos crímenes por sus nacionales o en su territorio. Así mismo, contempla que la declaración formulada, de conformidad con este artículo, podrá ser retirada en cualquier momento. Una vez producida la aprobación ante el Congreso y la revisión por parte de la Corte Constitucional, procedimos a realizar los trámites tendientes a la ratificación del e#$%$/$,F& 276,7$1%7+,& K/2& -,& #2d%-%+,& 27& 2-& %1$)6/-,& O^V& 4,+1)%& #21& /7%& "527$%7%!& para el comienzo de un eventual proceso de paz liderado por el presidente electo, Álvaro Uribe Vélez (2002 < 2006). En consecuencia, por iniciativa de mi despacho se procedió a la realización de una consulta con la oficina del alto comisionado para la Paz, sugiriendo que se consultara al nuevo Gobierno si se debía o no formular la declaración de que trata el artículo 124 del estatuto. En virtud de esta iniciativa, el 1° de agosto de 2002 se celebró en la Presidencia de la República una reunión entre Francisco Santos, actual vicepresidente de la República, Luis Carlos Restrepo, actual alto comisionado para la Paz, Camilo 551
Gómez, alto comisionado para la Paz, y Héctor Adolfo Sintura, jefe de la Oficina Jurídica de la Cancillería. En esa reunión se consultó expresamente la conveniencia de formular la declaración de que trata el artículo 124 del mencionado estatuto. Después de la precisa ilustración y la reflexión conjunta, los funcionarios del nuevo Gobierno concluyeron que, a su juicio, consideraban útil la formulación de la declaración sin perjuicio de la consulta que debían realizar al nuevo presidente de los colombianos. Posteriormente, Camilo Gómez me informó de la existencia de un pleno consenso con el nuevo Gobierno en torno a la formulación de la declaración señalada y, a su vez, tuve el cuidado de informarle a la ministra de Relaciones Exteriores designada, Carolina Barco. Con alguna ligereza y evidente desconocimiento del tema, se señaló en medios de prensa, en círculos políticos y académicos, que el proceso que condujo a la mencionada declaración había sido poco transparente, que se había hecho de espaldas a la opinión pública y que iba a generar una total impunidad. Pero existen, al menos cuatro razones que confirman la claridad y consecuencia jurídica con que el Gobierno del presidente Pastrana manejó este asunto: 1. En el Congreso de la República, en el transcurso de los doce debates, es cierto que el senador Chamorro señaló que, a su juicio, era inconveniente la declaración, mientras otros senadores, como el congresista Guerra Lemoine, apoyaban la realización de ésta. Pero en su momento no se presentó ninguna objeción a que Colombia formulara la misma. La Corte Constitucional, que también era consiente de la posibilidad de esta declaración, tampoco presentó objeciones. 2. Era evidente que el efecto de esta declaración no era dejar en la impunidad los crímenes de guerra a que se refiere el artículo 8 de la Corte Penal Internacional, 552
ni evitar que sean juzgados, por cuanto dicho juzgamiento compete, en cualquier tiempo, a los jueces nacionales. Existió, por lo tanto, un gran desconocimiento respecto del carácter subsidiario de la CPI. Sólo cuando la justicia interna no pueda o no quiera juzgar a quienes incurran en los delitos contemplados en el estatuto, podrá conocerlos la Corte Penal Internacional, en cumplimiento del principio de complementariedad. 3. El momento procesal para hacer la declaración era uno solo y éste no podía ser diferente al de la fecha de ratificación del estatuto por parte del Gobierno Nacional, tal como estaba expresamente contemplado en el Tratado. En consecuencia, no era posible dejar maniatado al nuevo Gobierno, por una reacción impulsiva, inconsulta y descortés del equipo de Gobierno saliente que, a lo mejor, hubiera generado más traumatismos. 4. Por lo demás, el documento que contiene la declaración es público y fue dado a conocer por la Organización de las Naciones Unidas. Así que se equivocan de plano quienes vieron en este episodio un intento de hacer procedimientos ocultos y antidemocráticos en materia de política exterior. Por el contrario, fue el Gobierno nacional el que impulsó la concertación con el Congreso de la República del Acto Legislativo de diciembre de 2001; fue el Gobierno nacional el que presentó con mensaje de urgencia al Congreso el Proyecto de Ley aprobatoria del Tratado; fue el Gobierno nacional el que lo remitió para su trámite constitucional y el que en la transición hacia un nuevo Gobierno lo consultó con el presidente entrante para evitar, en todo caso, cerrar definitivamente las puertas del diálogo y la negociación con los grupos alzados en armas.
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El gobierno del presidente Uribe, en un gesto que quiero reconocer, confirmó públicamente la transparencia con que el gobierno de Pastrana había obrado en esta materia y la delicadeza que se había tenido de comentarle el asunto.
Medio ambiente: defensa activa de nuestra biodiversidad Colombia es el segundo país más rico en especies del mundo, después de Brasil, que ostenta una superficie siete veces mayor. En promedio, una de cada diez especies de fauna y flora del mundo habita en nuestro país. La flora es la primera gran riqueza, ya que Colombia posee entre 45.000 y 55.000 especies, de las cuales aproximadamente la tercera parte son nativas. Destacan las orquídeas, de las cualels se encuentran en Colombia cerca de 3.500 especies, es decir, 15% del total de las especies del mundo. En cuanto a los vertebrados terrestres, nuestro país ocupa el tercer lugar, con 2890 especies, de las cuales 1721 son aves, que constituyen el 20% del total de aves del planeta y 358 especies de mamíferos, que representan el 7% del total mundial. De oto lado, Colombia posee el 6% del total de reptiles, y en anfibios, aunque actualmente posee cerca del 10% del total, periódicamente se reportan especies nuevas.235 No obstante, de acuerdo con las evaluaciones del Instituto Humboldt, el país corre un alto riesgo de sufrir extinciones masivas, producidas por la destrucción del hábitat de distintas especies, por deforestación y por contaminación. Según los Datos de la Unión Mundial para la Conservación (UICN), la lista de plantas amenazadas de Colombia abarca cerca de mil especies. En cuanto a los animales, se encuentran en peligro 89 especies de mamíferos, 133 de aves, 20 especies de reptiles y 8 de peces.236 235 236
Véase Instituto Humboldt. Biodiversidad en Colombia. 2002. Ibid.
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Por su parte, los cultivos ilícitos son causantes de un tremendo desastre. Así lo atestiguan las cien mil hectáreas de bosque que por su causa se destruyen anualmente. Estos bosques son necesarios para el ecosistema amazónico y para los nacimientos de aguas que se secan todos los días en los Andes, por causa de la deforestación de los páramos. Por cada hectárea de coca o de amapola que se planta, se destruyen cuatro hectáreas de bosque. Por causa de este negocio criminal, se destruyen cinco hectáreas de bosques para cultivar una hectárea de coca o amapola y cada año 200.000 galones de herbicidas, 16.000 toneladas de fertilizantes químicos y 100.000 galones de venenos, contaminan las aguas y los suelos de Colombia.237 Es tal la magnitud de este problema en Colombia que se calcula que entre 1990 y 2000 se deforestó 1.361.475 hectáreas de bosque Húmedo Tropical. Esta extensión es 1,52 veces el área del Parque Nacional Yellowstone en Estados Unidos, o 3,6 veces el área del departamento de Cundinamarca.238 Dadas las condiciones de su biodiversidad, Colombia es hoy identificada en la región como un país con alta vulnerabilidad y por lo tanto con gran prioridad ambiental, para el desarrollo de programas de conservación, recuperación y manejo sostenible, que mitiguen los efectos nocivos de las actividades humanas sobre los ecosistemas y sus recursos biológicos.239 Por las razones expuestas, la posición de Colombia en diversos foros fue siempre consecuente con el principio del "derecho al desarrollo! y el de "12#4,7#%(*-*+%+2#& 6,0/72#& 421,& +*@21276*%+%#!F& 20%7%+,#& +2& -%& .,7ferencia de Naciones Unidas 237
Ver intervención del Presidente Andrés Pastrana ante el Parlamento Europeo. Estrasburgo, octubre 26 de 1999. 238
H*7*#$21*,&+2&X2@27#%&c%6*,7%-&+2&.,-,0(*%F&"X2#$1,L,#&%0(*27$%-2#&+2-&7%16,$13@*6,!. Bogotá, abril 2002. 239
Instituto Humboldt, 2002.
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sobre Medio Ambiente y Desarrollo, particularmente en la declaración de principios. Esta cuestión está íntimamente relacionada con el principio de "#,(21%7)%&#,(12 los recursos!, también emanado de la declaración de principios de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo y contenido en la Carta de las Naciones Unidas, especialmente en lo referente al uso y acceso a los recursos genéticos y el conocimiento tradicional, derivados de la diversidad biológica. Es en este contexto que debe ser entendido el hecho de que durante la administración del presidente Andrés Pastrana se haya considerado como un tema estratégico en la defensa de los intereses nacionales y el acceso a los mecanismos de cooperación para el desarrollo.
!"#$"#%&%'()'(*"&*+,#-&()'.)/&)&,'.%&)0'%#$&01#'.*&/) ! El trabajo conjunto que desarrollamos con el Ministerio del Medio Ambiente resultó decisivo para que el país mantuviera un alto perfil en los foros internacionales y alcanzara logros notables en la defensa de sus intereses en materia de su desarrollo sostenible. En esta dirección, no me cabe ninguna duda, que fue un acierto <y así lo han reconocido distintos sectores de la vida nacional< el nombramiento como titular del Ministerio del Medio Ambiente, de un experto ambientalista como Juan Mayr Maldonado. Su reconocimiento internacional
y la persistencia de sus labores
durante los cuatros años del período de Gobierno, resultaron decisivos en los logros alcanzados.
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La definición conjunta de prioridades de la actuación del país en los escenarios multilaterales, así como las intensas gestiones internacionales que desplegamos de manera coordinada en el período 1998 < 2002, fueron el secreto para lograr el alto nivel de posicionamiento alcanzado en los temas transversales del medio ambiente. Un ejemplo de ello fue la actuación de Colombia como anfitrión de la Primera Reunión Extraordinaria de la Conferencia de las Partes del Convenio sobre Diversidad Biológica en la ciudad de Cartagena en febrero de 1999, así como las gestiones diplomáticas en diversos ámbitos con el fin de asegurar la efectiva suscripción del instrumento a nivel internacional. La IV Reunión del Comité Intergubernamental de Negociación se desarrolló durante los días previos a la Conferencia. El día 22 de febrero, en la sesión extraordinaria de esta Conferencia el presidente Pastrana se refirió a su trascendencia, en los siguientes términos: "Z%62& 6216%& +2& 6/%$1,& %d,#& -%& B2;/7+%& .,7@21276*%& +2& -%#& _%1$2#F& 03R*0%& instancia de decisión del Convenio de Diversidad Biológica, dio comienzo a un proceso orientado a elaborar y consolidar un Protocolo capaz de manejar los riesgos planteados por los potenciales efectos adversos de los organismos vivos modificados, productos de la biotecnología moderna, sobre el medio ambiente y la diversidad biológica. Se creó entonces un grupo de trabajo, que bajo la presidencia del señor Viet Koestner, ha realizado una impresionante labor a lo largo de las seis reuniones que han precedido esta Conferencia. La Conferencia Extraordinaria de las Partes, que hoy comienza, recibe el resultado de las deliberaciones de la Sexta Reunión de este Grupo de Trabajo, el cual es el resultado de un enorme esfuerzo humano, técnico y financiero de todos los países involucrados, y de extenuantes jornadas de trabajo en las
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cuales todos ustedes han hecho una gran demostración de voluntad por llegar a un acuerdo de consenso. La necesidad de establecer una regulación apropiada para el creciente movimiento transfronterizo de organismos vivos genéticamente modificados, que sea aceptable por todos los países del mundo, no da espera. Esta Conferencia tiene, por lo tanto, frente a sí la responsabilidad de dar los pasos finales en este proceso de concertación que nos permita en muy breve tiempo contar con dicho instrumento. Es urgente avanzar en la búsqueda de la concertación para enfrentar con responsabilidad temas implicados en la protección de la biodiversidad, tales como la seguridad alimentaria mundial, la salud de millones de habitantes del planeta, la garantía de supervivencia de la diversidad cultural de nuestros pueblos y sus sistemas tradicionales de producción
y el futuro
socioeconómico equitativo, tanto del mundo industrializado, como de las 7%6*,72#&27&+2#%11,--,!.
Durante las negociaciones fue evidente la estrecha coordinación entre la Cancillería y el Ministerio del Medio Ambiente, ante las solicitudes insistentes de Estados Unidos para hacer acercamientos hacia su posición, que se alejaba de manera ostensible del 61*$21*,& +2&"12#4,7#%(*-*+%+&6,0[7&421,&+*@21276*%+%!&&27&/7&%#/7$,& clave para la defensa de los intereses sociales y ambientales de los países en desarrollo. Ésta fue una nueva demostración de la forma autónoma como se manejó durante estos años la política exterior colombiana, esta vez en temas centrales del desarrollo sostenible.240 240
Estados Unidos, que no es parte del Convenio de Biodiversidad, lideraba en esta oportunidad el Grupo de Miami, al cual se habían unido Canadá, Australia, Argentina, Chile y Uruguay. De esta manera, aunque Estados Unidos no tenía ni voz ni voto en esta reunión, podía contar con un bloque de países que estaban en condiciones de alterar de manera significativa los consensos. Sus objetivos en la negociación eran excluir los
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Esta reunión no logró construir el consenso necesario, debido a la posición del grupo de países liderado por los Estados Unidos. Sin embargo, se acordó la convocatoria para la ciudad de Montreal, Canadá, de una nueva Conferencia Extraordinaria en el año 2000, en la que se habría de llegar a los acuerdos esperados. En efecto, casi un año más tarde, en la ciudad canadiense, el país anfitrión cedió la Presidencia de la Conferencia Extraordinaria de las Partes del Convenio de Diversidad Biológica a Colombia, como un reconocimiento a la forma como había conducido la Conferencia de Cartagena, así como las reuniones preparatorias de este nuevo encuentro. El Protocolo de Cartagena sobre Seguridad en la Biotecnología que se adoptó con este nombre en Montreal, el día 29 de enero de 2000, después de siete años de lentas negociaciones, se constituyó también en un acto de reconocimiento del importante papel jugado por nuestro país en el proceso de deliberaciones .241 El comunicado de prensa de la Cancillería, el mismo día de la suscripción, fue bastante ilustrativo de la trascendencia de las decisiones adoptadas en esta Conferencia:
alimentos del ámbito del Protocolo, así como ajustarlo para que las normas de la OMC tuvieran una mayor aplicación en la regulación del comercio de los productos amparados por el Protocolo. El Grupo buscaba que el instrumento no se constituyera en una eventual restricción al comercio. Colombia hacía parte del Grupo de Naciones de Pensamiento Similar (Like Minded Group): China y los países en desarrollo de África, Asia y América Latina y el Caribe, (excepto Argentina, Chile y Uruguay). Este Grupo procuró defender los intereses sociales y ambientales. Por su parte, los 15 países de la Unión Europea, habida cuenta de los problemas que ya se habían presentado con los Estados Unidos en la OMC, buscaban eliminar del Protocolo cualquier vínculo con otros tratados multilaterales, especialmente el de la OMC. En consecuencia se situaron en un punto intermedio entre los intereses comerciales y los sociales y ambientales. 241 El Protocolo de Cartagena sobre Seguridad en la Biotecnología fue ratificado por el Congreso de la República mediante Ley 740 de 2002; la Corte Constitucional lo declaró exequible mediante sentencia de la Corte Constitucional: C-071/2003 del 24 de mayo de 2002; y el depósito del instrumento de ratificación ante
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"X2#4/:#&+2&*7$27#%#&72;,6*%6*,72#F&K/2&#2&41,-,7;%1,7&hasta la madrugada del 29 de enero, se adoptó el Protocolo de Cartagena sobre Bioseguridad, instrumento jurídico de las Naciones Unidas que regulará el comercio y el uso de los llamados productos transgénicos. En el proceso de negociación, que concluyó en Montreal, Canadá, participaron delegaciones de los 138 países signatarios de la Convención sobre Diversidad Biológica. Hace cinco años, en Yakarta, se integró una comisión de quince expertos, entre los cuales estuvo Colombia, con la tarea de establecer los principales lineamientos científicos que sirvieran de base al Protocolo sobre Bioseguridad. Las negociaciones debían adelantarse en el marco de las Conferencias de las Partes de la Convención de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad. Cartagena de Indias fue sede de la sesión extraordinaria de la Conferencia de las Partes, del 14 al 22 de febrero de 1999. Colombia, en cabeza del ministro del Medio Ambiente, Juan Mayr Maldonado, tuvo la tarea de conducir las negociaciones con miras a la adopción del Protocolo de Cartagena. El Protocolo, cuyo objetivo es garantizar un nivel adecuado de protección en la esfera de la transferencia, manipulación y utilización de los Organismos Vivos Modificados (OVM), resultantes de la biotecnología moderna, se concentra en la regulación del movimiento transfronterizo de esos organismos.
Naciones Unidas se realizó el 20 de mayo de 2003. El Protocolo entró en vigor para Colombia y los demás países depositarios del instrumento, el 11 de septiembre de 2003.
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Para un país mega diverso como Colombia, que alberga casi el 13% de la diversidad biológica mundial, la adopción del Protocolo resulta de gran trascendencia. Dicho instrumento ha sido adoptado con el nombre de Protocolo de Cartagena, ciudad en la que se inició la fase decisiva de las 72;,6*%6*,72#&>&27&+,7+2&.,-,0(*%&%#/0*9&-%&412#*+276*%&+2&-%#&0*#0%#!.
El mencionado Protocolo no sólo constituye el primer desarrollo jurídico bajo la Convención de Diversidad Biológica, sino que crea el primer marco jurídico multilateral para el movimiento transfronterizo de los organismos vivos modificados, definiendo por primera vez en un instrumento de esta naturaleza el principio precautorio.242 Igualmente, teniendo en cuenta la importancia que reviste el nuevo Protocolo para nuestro país, en particular al aplicar el Consentimiento Informado Previo, Colombia firmó el instrumento en Nairobi el 24 de mayo de 2000, durante el segmento Ministerial de la V Conferencia de
las Partes del
Convenio sobre Diversidad Biológica. De otro lado, desde el comienzo de nuestras funciones en la Cancillería nos trazamos conjuntamente con el Ministerio del Medio Ambiente, aunar esfuerzos orientados a liderar la finalización de la negociación del Foro de las Naciones Unidas sobre los Bosques, un asunto a todas luces estratégico para el país. En cumplimiento de este propósito, obtuvimos la vicepresidencia del III y IV Período de Sesiones del Foro Intergubernamental sobre Bosques, celebradas en mayo de 1999 y febrero de 2000 en las ciudades de Ginebra y Nueva York, respectivamente. En éste se finalizó la negociación del Panel y el Foro
242
Se trata del principio 15 de la Declaración de Río de Janeiro sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo DOee^ES& ".,7& 2-& @*7& +2& 41,$2;21& 2-& 02+*,& %0(*27$2F& -,#& G#$%+,#& +2(2137& %4-*6%1& %04-*%027$2& 2-& 61*$21*,& +2& precaución conforme a sus capacidades. Cuando haya peligro de daño grave o irreversible, la falta de certeza
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Intergubernamental sobre Bosques, que arrojó como principal resultado un consenso con propuestas específicas para la acción en el manejo, la conservación y uso sostenible de todo tipo de bosques. Así mismo, Colombia obtuvo la presidencia del segmento de alto nivel del Segundo Período de Sesiones del Foro de las Naciones Unidas sobre los Bosques, que se celebró en la ciudad de Nueva York los días 14 y 15 de marzo de 2002, en el cual el ministro colombiano del Medio Ambiente logró el consenso sobre el mensaje que el Foro remitiría a la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible. Si se tiene en cuenta el gran potencial de Colombia en materia de bosques, así como la vulnerabilidad que presenta el país, tanto a los efectos adversos al cambio climático como a las medidas de respuesta de los países desar rollados, debo destacar de nuestras gestiones desde la C ancillería en esta materia, el impulso que le dimos a la adhesión de Colombia al Protocolo de K ioto. Este Protocolo fue aprobado por el Congreso de la República por medio de la L ey 629 de diciembre de 2000 y fue declarado exequible por la Corte Constitucional por medio de la Sentencia C 860 del 15 de agosto de 2001. Colombia al ser parte del Protocolo de K ioto tiene la oportunidad de acceder a presentar proyectos en el M ecanismo de Desar rollo L impio, contemplado en el artículo 12 del Protocolo, por medio del cual deben participar en la respuesta un país desar rollado y uno en desar rollo. Una vez entre en vigor el Protocolo, se convertirá en la fuente más importante de cooperación ambiental. 243 De similar trascendencia fue la participación de nuestro país en la formulación de los Lineamientos para la Gestión Ambiental y el Desarrollo Sostenible en la
científica absoluta no deberá utilizarse como razón para postergar la adopción de medidas eficaces en función +2&-,#&6,#$,#&4%1%&*042+*1&-%&+2;1%+%6*97&+2-&02+*,&%0(*27$2!8 243 Debo destacar, además, la participación de nuestro país en la IV Conferencia de las Partes de la Convención de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, celebrada en Buenos Aires en noviembre de 1998. En dicha reunión la delegación de Colombia fue determinante para la definición del Plan de Acción de Buenos Aires, el cual ordenó la reglamentación de los Mecanismos de Flexibilidad bajo el Protocolo de Kioto; así como su notable participación en la V, VII y VIII Conferencia de las Partes de la Convención y en otras reuniones técnicas que contribuyeron a clarificar el tema del Mecanismo para el Desarrollo Limpio y definir su reglamentación definitiva.
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Comunidad Andina, en el marco del Comité Andino de Autoridades Ambientales (CAAM); así como en la definición de la Estrategia Regional de Biodiversidad para los países del Trópico Andino244 que éstos desarrollan en la actualidad por medio de un convenio de cooperación técnica con el BID. Colombia acompañó la aprobación del proyecto y participó de manera notable en la identificación de acciones prioritarias en el orden subregional. Más tarde, en mi calidad de secretario general de la Comunidad Andina, me correspondió firmar un convenio de cooperación con la Fundación Conservación Internacional <una de las cooperantes más importantes del mundo en la materia< para fortalecer la estrategia andina de biodiversidad. El acto central de la firma de este convenio lo celebramos el 10 de junio de 2003, en la ciudad de Washington, con la presencia de los ministros de Industria y Comercio de los países miembros y un importante grupo de organizaciones públicas y privadas.
Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible Sin duda, uno de los principales logros obtenidos por Colombia durante estos cuatro años, en materia de medioambiente radicó en el liderazgo que ejerció en la Comisión sobre Desarrollo Sostenible,245 que le permitió cumplir un papel muy activo en la 244
El Consejo Andino de Ministros de Relaciones Exteriores aprobó el 7 de julio de 2002, por medio de la Decisión 523, la Estrategia Regional de Biodiversidad para los Países del Trópico Andino, con el fin de que contribuya a la generación de alternativas viables de desarrollo regional sostenible a partir de los recursos naturales de la subregión y a la concertación de posiciones conjuntas ante los diversos foros internacionales de negociación. El proyecto, ejecutado por la Secretaría a General de la CAN y el Comité Andino de Autoridades Ambientales (CAAAM), con la cooperación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y del Consorcio GTZ/FUNDECO/Instituto de Ecología de Bolivia, ha ingresado a otra fase, en la que se elaborará el Plan de Acción y la cartera de proyectos. 245 Colombia asumió la presidencia del Octavo Período de Sesiones de la Comisión de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible, celebradp en la ciudad de Nueva York del 24 de abril al 5 de mayo de 2000. La actuación colombiana obtuvo como resultado la participación de los más altos dignatarios de las áreas de comercio, finanzas y agricultura; así como la asistencia de organizaciones no gubernamentales de todo el mundo en las discusiones de los ministros del ambiente.
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preparación de la Cumbre Mundial, realizada entre el 24 de agosto y 4 de septiembre de 2002, en Johannesburgo, Sudáfrica. En esta reunión se hizo una revisión de los progresos alcanzados en la implementación de los acuerdos de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y Desarrollo, celebrada en Río de Janeiro en junio de 1992. Y adquirió el carácter de Cumbre, para reforzar, al más alto nivel político, el compromiso global con el desarrollo sostenible. En este sentido, Colombia buscó que durante el proceso preparatorio y durante la cumbre misma, se lograra un equilibrio en el análisis entre el crecimiento económico, el desarrollo social y la protección ambiental como componentes interdependientes del desarrollo sostenible. La reunión preparatoria para América Latina y el Caribe se llevó a cabo en Río de Janeiro, Brasil, del 23 al 25 de octubre de 2001. Durante ésta, Colombia participó en la construcción de una plataforma de acción para la región en la que se destacaron asuntos económicos y sociales, de asentamientos humanos sostenibles, de manejo de los recursos naturales, de acuerdos ambientales multilaterales, asuntos relacionados con los pequeños Estados insulares, sobre financiamiento y transferencia de tecnología y sobre la estructura institucional. Tomando como base de discusión el informe presentado por el Secretario General de las Naciones Unidas sobre la implementación de la Agenda 21, se reunió por segunda vez el Comité Preparatorio, entre los días 28 de enero y 8 de febrero de ^UU^F& >& %+,4$9& 2-& +,6/027$,& $*$/-%+,& "X,6/027$,& +2-& _12#*+27$2!& K/2& 6,7$27)%& -%& agenda temática para la Cumbre de Johannesburgo. El documento era una recopilación de todas las ideas expresadas por los países y, por lo tanto, contenía todos los posibles temas sobre los que debería centrarse el debate y sobre los que
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deberían adelantarse acciones y tomar medidas concretas, tanto a nivel nacional, como regional y global, con miras a alcanzar el desarrollo sostenible.246 Posteriormente, en la Declaración de Cancún de países mega diversos afines, los ministros responsables del medio ambiente y los representantes de Brasil, China, Costa Rica, Colombia, Ecuador, India, Indonesia, Kenia, México, Perú, Sudáfrica y Venezuela, reunidos en Cancún, México, el 18 de febrero de 2002, destacaron la 7262#*+%+&+2&;/*%1&#/#&%66*,72#&"6,7&(%#2&27&/7%&7/25%&:$*6%F&27&-%&K/2&4125%-2L6%& la equidad en las relaciones entre países, entre hombres y mujeres, y actitudes responsables que garanticen la conservación y aprovechamiento sostenible de la diversidad biológica, tomando en cuenta el Principio de P126%/6*97!8 Para responder a los desafíos y oportunidades que representaba para Colombia la realización de la Cumbre sobre Desarrollo Sostenible, conformamos al interior del Gobierno un grupo de trabajo interinstitucional para la revisión del estado de implementación de la Agenda 21, tanto en el ámbito nacional como internacional. En virtud de este esfuerzo, Colombia logró que se incluyera el tema de los cultivos ilícitos y su riesgo para un desarrollo sostenible, en el documento final que fue aprobado en Johannesburgo en septiembre de 2002 y la promoción por parte de nuestros negociadores del concepto de una nueva ética ambiental, aspecto que quedó incluido en la plataforma de acción regional.
246
Se destacan en el Documento los siguientes temas en la agenda: erradicación de la pobreza; modificación de las modalidades insostenibles de consumo y producción; protección y gestión de la base de los recursos naturales y el desarrollo económico y social; desarrollo sostenible en un mundo en proceso de globalización; salud y desarrollo sostenible; desarrollo sostenible de los pequeños estados insulares en desarrollo; iniciativas de desarrollo sostenible para África; medios de ejecución; fortalecimiento de la buena administración para el desarrollo sostenible a nivel nacional, regional e internacional.
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Como se aprecia, nuestro país participó con alto sentido de su responsabilidad en las actividades y las reuniones preparatorias que se convocaron para la realización de la Cumbre. Al término de nuestra gestión en la Cancillería, hicimos un trabajo conjunto con el Ministerio de Medio Ambiente, para garantizar que la Cumbre se concentrara en acciones dirigidas en áreas que requerían mayores esfuerzos para poner en marcha de manera eficaz la Agenda 21, aunque a lo largo del proceso preparatorio ya se hacían visibles las dificultades para avanzar en acciones significativas alrededor de las metas identificadas en la Cumbre de Río.247 L a posición colombiana en materia de medio ambiente estuvo ligada en todo momento al concepto de desar rollo sostenible, en sus tres pilares fundamentales: la protección ambiental, el desar rollo económico y el desar rollo social. E n el marco de esta concepción, que se vio reflejada en los múltiples foros internacionales en los cuales hicimos presencia, Colombia apoyó también !"#$%&'(&$&)#*!#%!+$)'+,-&"&*,*#.()/0'#$!%)#*&1!%!'(&,*,23#!"#(4,"#"!s da a los países desar rollados mayor responsabilidad en los procesos de degradación ambiental. Esta posición diferenciada no representaba, en ningún caso, un 247
A pesar de las fuerte críticas planteadas en torno a las conclusiones de la Cumbre y a la ausencia de metas específicas, debo destacar la forma como la declaración de Johannesburgo alertó sobre el abismo creciente que separa a ricos y pobres y amenaza la prosperidad global. Los líderes mundiales recalcaron que los retos más importantes a los que se enfrentan son la pobreza, el subdesarrollo, la degradación ambiental y las desigualdades sociales y económicas entre países. Estados Unidos, que no ratificó el Protocolo de Kioto, no quería que en la declaración final hubiera una mención explícita sobre la necesidad de poner en práctica todos los acuerdos internacionales relativos a la contaminación o cambio climático. Sin embargo Washington tuvo que aceptar un párrafo relativo %& -%& 12#4,7#%(*-*+%+& 6,04%1$*+%S& "G-& 0/-$*-%$21%-*#0,& 2#& 2-& @/$/1,8& _%1%& conseguir nuestras metas en materia de desarrollo sostenible, necesitamos un sistema democrático global con *7#$*$/6*,72#& *7$217%6*,7%-2#& >& 0/-$*-%$21%-2#!8& I%& +26-%1%6*97& $%0(*:7& 126onoce los efectos adversos de la 0/7+*%-*L%6*97&4%1%&-,#&4%)#2#&27&+2#%11,--,&&>&12*$21%&-%&7262#*+%+&+2&"%-6%7L%1&-,#&7*52-2#&+2&%>/+%&4[(-*6%& %-&+2#%11,--,&%6,1+%+,#&27&2-&30(*$,&*7$217%6*,7%-!F&2#&+26*1F&/7&UFfQ&+2-&_?J8&_,1&[-$*0,F&2-&$2R$,&12*$21%&-%& determinación de los países a suministrar los servicios mínimos de agua, saneamiento, energía, salud, #2;/1*+%+&%-*027$%1*%&>&41,$266*97&%&-%&+*521#*+%+&"%&$1%5:#&+2&,(=2$*5,#&6,7612$,#F&6%-27+%1*,#&>&%#,6*%6*97& +2-&#26$,1&4[(-*6,&>&41*5%+,!8
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hecho fortuito. L a riqueza en biodiversidad, su carácter de país amazónico mega diverso, con apreciables recursos hídricos, que ocupa la parte alta de numerosas cuencas hidrográficas y vulnerable a efectos climáticos, le imponen a Colombia un der rotero propio en la agenda global del medio ambiente. Y a ello dedicamos parte importante de nuestros esfuerzos, con la certeza de que no estábamos arando en el desierto. T ráfico ilícito de armas pequeñas y livianas La importante presencia que Colombia ha tenido en las últimas dos décadas en la búsqueda de alternativas para solucionar el problema del tráfico ilícito de armas pequeñas y ligeras no corresponde a una veleidad de nuestra política exterior. Las características peculiares que ha adquirido su conflicto interno y el enorme poder de combustión que ha tenido el narcotráfico sobre las múltiples formas de violencia han sido espacio propicio para la proliferación de prácticas ilícitas en la distribución de armas de todo tipo, con especial énfasis en las armas convencionales. Un estudio encomendado por la Cancillería al historiador Álvaro Tirado Mejía revela en toda su magnitud el problema mundial del tráfico ilícito de armas pequeñas alrededor del mundo y su impacto sobre nuestro país:248 <El monto del comercio legal de armas pequeñas se estima en seis mil millones de dólaresF& >& 2-& 6,0216*,& *-)6*$,F& K/2& "más que cualquiera otro exacerba el conflicto civil, la corrupción y la proliferació7& +2& %6$,#& +2& 5*,-276*%!F249 se calcula en mil millones de dólares anuales. Aún los pronósticos más conservadores estiman que
248
TIRADO Mejía, Álvaro. Colombia y el control internacional de armas pequeñas y ligeras. Cancillería de San Carlos. (2002) 249
Con base en: SMALL ARMS SURVEY. 2001. Profiling the Problem. A Project of the Graduate Institute of International Studies, Geneva. Oxford, Oxford University Press, 2001. 293 p.13. Citado por Tirado Mejía.
567
medio millón de vidas se pierde anualmente por el uso de armas pequeñas y livianas: 300.000 en conflictos armados y 200.000 por homicidios y suicidios. <La zona de Latinoamérica y el Caribe es especialmente violenta. Se calculan allí 140.000 muertes por homicidio cada año y su tasa de homicidios, que es de 22.9 por cada cien mil habitantes, frente a 10.7 en el resto del mundo, es dos veces el promedio mundial.250 En este contexto, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha calculado el costo de la violencia en la región, desde mediados de los noventa, e incluyendo el costo en salud y policía así como el valor en vidas perdidas, en una cifra entre 140 y 170 billones de dólares por año.251 En Latinoamérica, durante 1998, el costo de la violencia armada equivalió al 12% del Producto Interno Bruto, teniendo en cuenta para el cálculo una combinación de capital humano perdido, inversión privada y transferencia de propiedad.252 <De acuerdo con un estudio de la Organización Mundial de la Salud, las cifras de muertes por armas de fuego varían entre las regiones y los países: "Japón tuvo una tasa de homicidios por armas de fuego de menos de 0.1 por 100.000 personas, en 1997. En ese mismo año, la tasa de homicidios por armas de fuego fue de 40 por OUU8UUU&27&J1%#*-&>&+2&&gU&4,1&OUU8UUU&27&.,-,0(*%!8253 <Resulta evidente que el conflicto interno, sumado a la violencia de carácter común, ha dejado graves secuelas en la sociedad colombiana.254 En un trabajo comparativo 250 251 252
SMALL ARMS SURVEY. 2001. p. 201 Ibid., p. 217
Ibid., p. 230 Con base en: WORLD HEALTH ORGANIZATION. Small Arms and Global Health. WHO contribution to the UN Conference on Illicit Trade in Small Arms and Light Weapons. July 9-20, 2001. Geneva, World Health Organization. Injuries and Violence Prevention Department, 2001. 24 p. 5. Citado por Tirado Mejía. 254 "G7$12& -,#& %d,#& OeeV& >& OeePF& -%#& %/$,1*+%+2#& 6,-,0(*%7%#& *76%/$%1,7& 03#& +2& Og0.000 armas pequeñas, alrededor de 140.000 tacos de explosivos, más de 5 millones de municiones, 7.852 minas antipersonales, TU8^eO& h*-,#& +2& 49-5,1%& >& O]8^UU& ;1%7%+%#!8& .,-,0(*%8& H*7*#$21*,& X2& A2-%6*,72#& GR$21*,12#8& X,6/027$,& 253
568
del impacto humanitario del conflicto producido en tres países <Colombia, Kenia y Timor Oriental< se señala lo siguiente:"en los diez años anteriores, más de 200.000 colombianos han sido muertos como resultado de la violencia armada criminal. Aproximadamente 70 u 80% del promedio de 20.000 homicidios por armas de fuego al año se atribuyen oficialmente a la delincuencia o a la criminalidad común. Sólo 8 o 10 % de las muertes por armas de fu2;,&#,7&%$1*(/*+%#&%&',0*6*+*,#&4,-)$*6,#!8255 Como se aprecia, las cifras son dramáticas, pero lo que resulta aún más preocupante es que las soluciones individuales de los Estados están llamadas a fracasar. En un contexto de globalización creciente y en un marco de debilitamiento de las reglamentaciones en el ámbito comercial, se ha generado el ambiente propicio para el aumento del tráfico de armas por los menores controles tanto a la producción como a la circulación ilícita de grandes arsenales de estas mercancías. Consciente de esta circunstancia y, en particular, de la alta vulnerabilidad que presenta Colombia, no podíamos dejar perder una importante tradición, para demandar la corresponsabilidad global en este asunto que afecta de manera visible las posibilidades de solución del conflicto en nuestro país.256
Antecedentes de la Conferencia sobre Ar mas Pequeñas y Ligeras
dirigido a la Embajada de Colombia en Suecia, con el fin de suministrar información al Instituto Internacional de Investigaciones para la Paz, en Noruega, 24 de marzo de 2000. En: Archivo del Ministerio de Relaciones Exteriores. Bogotá. Citado por Tirado Mejía. 255 MUGGAH, Robert and BERMAN, Eric. Humanitarianism under Treath: the Humanitarian I mpacts of Small Armas and Light Weapons, A Document Prepared for the Reference Group on Small Arms of the InterAgency Standing Committee, March 2001. (Small Arms Survey) 64 ps. p. V. 256 El papel d2&-*+21%L;,&+2&.,-,0(*%&27&2#$%#&0%$21*%#&2#&%04-*%027$2&126,7,6*+,8&_,1&2=204-,S&"_,1&,(5*%#& razones, las autoridades colombianas han tomado el liderazgo respecto a las medidas de control de armas en la región, buscando elaborar formas innovadoras y de colaboración para reducir el flujo de armas pequeñas a través de sus fronteras. En época tan temprana como mediados de 1980, convocó para un incremento de los esfuerzos para contener el flujo ilícito de armas en el Primer Comité, diez años antes de que las Naciones Unidas tomara el asunto en forma sustantiva. También fue un actor central en la preparación de la
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En diciembre de 1988 Colombia introdujo en la Asamblea General de Naciones Unidas la Resolución 43/75-I, que se ocupó por primera vez sobre el tema de la transferencia y el tráfico ilícito de armas pequeñas y ligeras. Esta resolución fue, además, la primera aprobada en torno a este asunto. Desde entonces, el país ha liderado un proceso encaminado a la erradicación del tráfico ilícito de estas armas, por constituir esta práctica delictiva una materia de alta sensibilidad para sus autoridades. En noviembre de 1997, Colombia suscribió la Convención Interamericana contra la Fabricación y Tráfico Ilícitos de Armas de Fuego, Explosivos, Municiones y otros Materiales. El Congreso de la República, mediante Ley 737 de 2002 aprobó este convenio y, al término de mis labores en la Cancillería se encontraba en el trámite para el control constitucional Así las cosas, se planteó mantener una participación activa a nivel regional y multilateral como medio para impulsar el tema y buscar acuerdos que permitieran establecer un marco de acción en contra de dicho tráfico. El país participó activamente en la promoción de la celebración de una conferencia internacional, que fue recomendada por el Panel de Expertos de la ONU sobre Armas Pequeñas. En este marco, y luego de un largo proceso de dilatadas negociaciones multilaterales, fue posible convocar por primera vez, a través de la Resolución 54/54 V del 15 de diciembre de 1999, la realización de una Conferencia Internacional de las Naciones Unidas sobre el Comercio Ilícito de Armas Pequeñas y Ligeras en todos sus aspectos, para julio del año 2001, gracias a la iniciativa y al
.,75276*97& #,(12& _1,+/66*97& >& W13@*6,& ?-)6*$,& 27& -%& i1;%7*L%6*97& +2& G#$%+,#& C021*6%7,#& DiGCE!8& MUGGAH, Robert and BERMAN, Eric. Op. Cit.., p. 30. Citado por Tirado Mejía.
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esfuerzo de países seriamente afectados por este flagelo. A la cabeza se encontraba Colombia, que ha liderado este proceso por espacio de varios años. Para ocupar la Presidencia de la Conferencia, Colombia postuló el 1° de marzo de 2000 a Camilo Reyes Rodríguez, ex ministro de Relaciones Exteriores y durante mi gestión representante permanente de Colombia ante las Naciones Unidas en Ginebra. La candidatura del embajador Reyes fue muy bien recibida en el ámbito internacional, y luego de un intenso proceso de cabildeo diplomático, recibió el respaldo del Grupo Latinoamericano y del Caribe (Grulac), que la endosó el 29 de junio de 2000 en Nueva York.257 Hay dos episodios que ilustran las condiciones en que
nuestro país logró la
Presidencia de la Conferencia. Colombia se enfrentaba a dos poderosos adversarios, Japón y Gran Bretaña. Fue, sin embargo, interesante ver cómo el apoyo a la candidatura de Colombia por parte del Grupo Latinoamericano y del Caribe, (Grulac), y el endoso del Movimiento No Alineado consolidó nuestras posibilidades. Cuando durante las últimas sesiones del Comité Preparatorio se hizo evidente que no había ningún acuerdo entre los tres candidatos se nos ocurrió proponerle al candidato japonés, el embajador Mitsuro Donowaki, que retirara su candidatura y endosara la colombiana a cambio de que él pudiera presidir, en su capacidad de vicepresidente, el segmento de alto nivel, en el que no se adelantaría ninguna negociación pero se harían las presentaciones de jefes de delegación, ministros y viceministros, en la sala de las Asambleas. Debo confesar que nos llevamos una sorpresa cuando el Gobierno japonés nos confirmó el acuerdo unas pocas horas después, por medio de nota diplomática. Fue una demostración de la confianza que 257
Meses atrás, en el párrafo 81 del Documento Final adoptado en la plenaria de la XIII Conferencia Ministerial del Movimiento de Países No Alineados, se estableció que la Conferencia del 2001 debería ser 412#*+*+%&4,1&"/7&4%)#&5)6$*0%&+2-&@-%;2-,&+2-&$13@*6,&*-)6*$,&+2&%10%#!8&G-&X,6/027$,&j*7%-&#2&%+,4$9&27&-%& ciudad de Cartagena de Indias, el 9 de abril de 2000, día en el que tuve la oportunidad de presidir la reunión.
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el Japón tenía en nosotros, pues la totalidad de la negociación quedaba así en nuestras manos. Una vez definido el papel que jugaría el candidato del Japón, Gran Bretaña accedió a que Colombia ocupara la Presidencia pero nos propuso una fórmula por la cual se creaba un Comité Plenario, o un Comité de Redacción, o un Comité Principal <éste fue cambiando de nombre en la medida en que encontraba un grupo sólido de países que se oponían a su creación< en el seno del cual se discutiría el proyecto de Programa de Acción y que sería presidido por su candidato, el mismo de la Unión Europea, Sir Michael Weston. Según esa fórmula, el presidente de la Conferencia se ocuparía de asuntos procedimentales y protocolarios mientras que el debate substancial tendría lugar bajo la dirección de la Gran Bretaña. Nuestra respuesta a esa propuesta fue un no tajante. Colombia estaba buscando la Presidencia de la Conferencia porque deseaba dirigir la negociación política en nombre de los No Alineados y del Grulac. Fue claro, entonces, que para la creación de un comité tal se requería de consenso en la sala y que éste no se iba a conseguir. Finalmente Gran Bretaña y la Unión Europea aceptaron que el embajador Michael Weston hiciera consultas informales durante la primera semana de la Conferencia, sobre los temas que oportunamente escogería el presidente, y que le informaría exclusivamente a éste el resultado de sus gestiones. Así Colombia fue elegida a la Presidencia, preservando toda su capacidad política y asumiendo la totalidad de la responsabilidad en la consecución de un resultado final. Ya en marzo de 2000, en un documento interno de la Cancillería habíamos sostenido, de manera consistente, que los instrumentos internacionales dirigidos a prevenir y finalmente erradicar el tráfico ilícito de armas debían enfocarse con
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criterios que hicieran posible la defensa del multilateralismo y del interés nacional en esta materia.258 La Conferencia en mención se constituyó en el primer esfuerzo de carácter general que permitiera vigorizar los acuerdos encaminados a fortalecer las normas, legislaciones y mecanismos nacionales, regionales e internacionales con el fin de alcanzar a escala global, un control estricto del comercio de armas, que permita prevenir y combatir su tráfico ilícito. La Conferencia se realizó en Nueva York en julio de 2001 y fue presidida, como ya señalé, por el representante permanente de Colombia ante Naciones Unidas en Ginebra, embajador Camilo Reyes, a quien no dudo en calificar como ejemplo de un auténtico diplomático de carrera, riguroso y eficaz en la defensa de los más altos intereses del país.
El proceso y las conclusiones de la Conferencia
258
Entre los principales criterios adoptados, con base en las orientaciones internas de la Cancillería, se destacan: !El fortalecimiento de las leyes y procedimientos administrativos nacionales sobre el control de las armas pequeñas y particularmente de las que se refieren a la posesión, uso y transferencia de estas armas; <La destrucción de las armas pequeñas que sobrepasen las necesidades legítimas de la defensa y la seguridad nacional, y de las armas incautadas que no se destinen al uso oficial; <El establecimiento de los mecanismos necesarios para controlar y fiscalizar todos los eslabones de la cadena del comercio de estas armas, desde su producción hasta su distribución, venta y mercadeo; <El incremento sustancial de la cooperación entre la policía y los oficiales de aduanas para el control fronterizo; <La transparencia en la adquisición y el comercio de estas armas; <El intercambio de información sobre los aspectos relacionados con el tráfico ilícito de armas, para permitir su rastreo y la captura de los traficantes; <La cooperación y coordinación entre los países productores, exportadores e importadores de armas pequeñas, para reducir su oferta y demanda; <La reducción de la dependencia económica en la producción y venta de armas y el establecimiento de controles estrictos sobre la fabricación autorizada y los acuerdos de coproducción; y <La conversión industrial, que implique la reducción de la capacidad para la producción de armas pequeñas y ligeras, y el desarrollo de industrias no militares para reemplazarla, como fue recomendado por el Grupo de Expertos Gubernamentales sobre Armas Pequeñas.
573
Desde las primeras sesiones del Comité Preparatorio fue evidente que la Conferencia congregaba a países que tenían
intereses muy distintos y con
frecuencia encontrados. Países productores, con grandes industrias en su territorio; exportadores, importadores, o de tránsito, algunos con considerables cantidades almacenadas, otros en los que las armas están en manos de los civiles pero bajo control del Estado, otros en los cuales están en manos de civiles sin control alguno. En muchos las armas pequeñas y ligeras son consideradas un factor de seguridad nacional, en otros son un factor de inseguridad ciudadana. En tales circunstancias, se inició el difícil ejercicio de buscar consenso alrededor de un preámbulo que definiera el contexto del problema, las acciones para enfrentarlo y el seguimiento necesario para evaluar resultados. Finalmente los factores que llegaron a poner en riesgo las pocas posibilidades que desde un inicio teníamos de adoptar por consenso un programa de acción fueron: a) el concepto de acumulación excesiva; b) la responsabilidad primaria de los Estados frente a la erradicación del tráfico ilícito de armas pequeñas y ligeras; c) el lenguaje para referirse al principio de la autodeterminación de los pueblos; d) los controles a las exportaciones; e) los párrafos para definir el seguimiento a la Conferencia; f) el tratamiento del tema de la propiedad de armas por parte de civiles; y g) el que se refería a la prohibición de transferencias de armas a actores no estatales. La confrontación se resolvió finalmente dejando de lado los temas de la transferencia a actores no estatales y la propiedad de armas por parte de civiles, con una declaración del presidente y con fórmulas que lograron consenso alrededor de los otros asuntos contenciosos, incluido un proceso de seguimiento. La realización de esta Conferencia y, en particular, las conclusiones y decisiones que de ella se derivaron, revistieron la máxima importancia para nuestro país y
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contribuirán en grado sumo a garantizar el éxito de las acciones que se emprendan en la lucha contra el fenómeno del tráfico ilícito de armas. A pesar de la fuerte oposición de Estados Unidos frente a diversos temas, que dificultó enormemente la construcción de los consensos, finalmente en sesión extendida se logró la aprobación del Plan de Acción el día 21 de julio del año 2001. I%& 41*76*4%-& 6,76-/#*97& +2& -%& .,7@21276*%& @/2& -%& %+,46*97& +2& /7& "_1,;1%0%& +2& Acción para prevenir, erradicar y combatir el tráfico ilícito de armas pequeñas y -*;21%#&27&$,+,#&#/#&%#426$,#!F&+,6/027$,&K/2&6,7#$%&+2&PT&4311%@,#&%+,ptados por consenso y dentro del cual se destacan los siguientes logros: <Acuerdo para marcaje y creación de un registro de armas. <Crear normas, leyes y procedimientos para controlar la producción, exportaciones e importaciones, tránsito y transferencia de armas pequeñas y ligeras. <Asumir que los Estados son los principales responsables del tráfico y comercio de armas. <Acuerdos de destrucción de armas confiscadas y mecanismos para la protección de arsenales. <Establecimiento de mecanismos de entrega voluntaria, desarme, desmovilización y reintegración en áreas post conflicto. <Acuerdos para incluir el concepto de transparencia. <Compromiso de respeto a los embargos de armas de Naciones Unidas. <Establecimiento de un fondo para la eliminación de armas pequeñas. El Programa de acción adoptado abrió un espacio amplio de trabajo que les permite a los Estados y a las regiones escoger los instrumentos que
consideren más
apropiados para sus prioridades y circunstancias, y enfrentar el tráfico ilícito de armas pequeñas y ligeras. Se trata, además, de una ruta amplia y flexible que les 575
permite a los Estados su utilización en sus propios tiempos y prioridades, mientras que procura una responsabilidad y coherencia globales. La intensa actividad que se ha desarrollado para la
prevención, combate y
eliminación del tráfico ilícito de armas pequeñas y ligeras desde la adopción del programa de Acción nos permitió identificar dos elementos básicos: 1) el primer responsable es el Estado; 2) la aplicación eficiente del Programa de Acción es posible sólo si se trabaja desde un principio con la sociedad civil. En consecuencia, el trabajo en esta área del desarme constituye una excelente oportunidad para crear una asociación entre los Estados, las organizaciones no gubernamentales y la sociedad civil.259 Como logro de especial significación que permite darles un mayor alcance a los compromisos adoptados, cabe anotar que en la Conferencia se consiguió generar alrededor del tema un proceso de seguimiento permanente. Entre julio de 2001, cuando se clausuró la Conferencia, y septiembre de 2002, se habían realizado reuniones de coordinación regional, para el diseño de los Programas Nacionales en Bruselas, Santiago, San José, Ginebra, Tokio, Pretoria, Zagreb, Nairobi, Windhoek y otras localidades donde se empezó a trabajar. El proceso se lanzó y se está avanzando.
259
Los primeros pasos que los Estados estaban llamados a adoptar, eran los siguientes: <Designación de un Punto Focal Nacional. <Designación de una agencia nacional de coordinación para el tratamiento del tema de las armas pequeñas y ligeras. <El diseño de un plan nacional para la puesta en marcha del Programa de Acción. <Realización de un inventario sobre los recursos e instituciones que se podrían utilizar en la aplicación del Programa de Acción. <Establecer registros de producción, almacenamiento y transferencias de armas pequeñas y ligeras. <.12%1&12;*#$1,#&+2&*7$2102+*%1*,#&"&J1,h21#!8 <El diseño de una matriz a nivel regional para coadyuvar a los Estados a aplicar el Programa de Acción.
576
La Primera Reunión Bienal de Seguimiento se llevó a cabo en julio de 2003, en Nueva York, donde los países tuvieron
la oportunidad de hacer una primera
evaluación del Plan de Acción acordado, identificaron los obstáculos, diseñaron las acciones necesarias para enfrentar estos obstáculos y estructuraron el esquema de cooperación más adecuado para avanzar en los propósitos trazados. En esta reunión bienal de julio de 2003, los países miembros de la Comunidad Andina presentaron sus informes sobre la materia. Coincidieron en señalar los efectos adversos que la proliferación de armas pequeñas y ligeras tiene sobre las sociedades andinas, y destacaron los avances que se vienen registrando en el diseño y adopción de legislaciones nacionales acordes con los objetivos planteados en el programa
de
acción,
así
como
para
la
conformación
de
mecanismos
interinstitucionales de coordinación nacional <Puntos Focales Nacionales< con una amplia representación sectorial. Destacaron, así mismo, que la problemática del tráfico ilícito de armas pequeñas y ligeras se encuentra estrechamente vinculada con el terrorismo, el problema mundial de las drogas ilícitas, la delincuencia transnacional organizada y otras conductas criminales, que contribuyen a agudizar y agravar los conflictos internos e inciden de manera directa sobre la seguridad ciudadana y la gobernabilidad democrática. Resaltaron, de igual manera, los avances logrados a nivel subregional mediante la adopción de la Decisión 552 de la Comunidad Andina <primer instrumento legal vinculante en la materia derivado del programa de acción de las Naciones Unidas en la lucha contra el tráfico ilegal de armas pequeñas< y recalcaron el firme compromiso político de los Países Miembros de liderar la lucha contra este flagelo, expresado por los presidentes en la Cumbre Presidencial de Quirama < Colombia, durante el mes de junio de 2003. 577
Para el año 2006 Colombia deberá liderar el proceso de realización de una nueva Conferencia de Seguimiento.
Un honroso reconocim iento Debo destacar que las conclusiones de esta Conferencia se convertirían en uno de los temas prioritarios durante la Presidencia de Colombia en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Y así lo manifesté en mi intervención inaugural al asumir en representación de Colombia la Presidencia del Consejo el día 2 de agosto: "G#&/7%&4%1%+,=%&K/2&-%&0%>,1)%&+2&-,#&6,7@-*6$,#F&27&-,#&6/%-2#&#2&/$*-*L%7&-%#& armas pequeñas y ligeras, se lleven a cabo en el mundo en desarrollo y que la mayor parte de estas armas sean producidas en el mundo desarrollado. Una terrible paradoja que amerita aplicar al comercio mundial de dichas armas un principio ya aceptado en la lucha contra el tráfico de drogas ilícitas, como es el de la responsabilidad compartida. Todos debemos enfrentar decididamente ese problema y buscar soluciones que distribuyan de manera equilibrada las responsabilidades para prevenir, combatir y erradicar el comercio ilícito de las armas antes referidas. La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Tráfico Ilícito de Armas Pequeñas y Ligeras en todos sus Aspectos, que se llevó a cabo aquí en Nueva York el mes pasado y que Colombia tuvo el honor de presidir, constituye un primer paso en la materia. De allí surgió el firme compromiso de los Estados Miembros expresado en la Declaración Política y el Programa de Acción, orientado a prevenir, combatir y eliminar este comercio ilícito en los planos nacional, regional y global, incluyendo medidas para asegurar tanto la
578
cooperación y asistencia internacionales como el seguimiento de la .,7@21276*%!.
La gestión de Colombia desde la presidencia de la Conferencia mereció un reconocimiento especial por parte del Secretario General de Naciones Unidas, por los miembros del Noal y por los 40 países participantes, en el debate sobre armas pequeñas que se llevó a cabo en el Consejo de Seguridad. Así mismo, los resultados obtenidos fueron objeto de una declaración que tuve oportunidad de expedir en mi calidad de presidente del Consejo de Seguridad, el día 31 de agosto de 2001, a través de la cual enfaticé en el carácter vinculante de la Conferencia: "G-&.,7#2=,&+2&B2;/1*+%+&%6,;2& 6,7&(2724-36*$,&-%&%41,(%6*97& +2-& _1,;1%0%&+2& Acción de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Tráfico Ilícito de Armas Pequeñas y Ligeras en todos sus Aspectos y exhorta a todos los Estados Miembros a que tomen las medidas necesarias para aplicar con rapidez las recomendaciones contenidas en dicho Programa. El Consejo reconoce su responsabilidad en la aplicación de dicho Programa de Acción y destaca que el éxito del Programa depende de la voluntad política y los esfuerzos de los Estados Miembros por aplicar sus medidas en los niveles nacional, regional y mundial, así como de la prestación internacional de cooperación y del seguimiento convenido en la Conferencia, incluida la convocatoria de una conferencia para volver a estudiar la situación a más tardar en un %d,!.
La lucha contra el terrorismo: una cuestión de principios Frente al terrorismo nos encontramos en lo semántico y en lo político ante un concepto que apareció como palabra en 1798 en el suplemento del diccionario de la Academia F1%762#%8&G7&%K/2--%&:4,6%&-%&4%-%(1%&"$211,1!&#*;7*@*6%(%&2-&0*2+,&K/2&#2& tenía frente a un futuro desconocido.
579
Solamente en los últimos cien años ha llegado a identificarse claramente la palabra como esa fuerza cargada de violencia indiscriminada que busca anular una realidad que se le opone, no para establecer otro orden sino para generar la cantidad suficiente de anarquía que le permita sobrevivir. Para decirlo en la definición contenida en los manuales oficiales de los Estados Unidos y que comparten agudos observadores de nuestro tiempo como Noam Chomsky, el terrorismo debe ser 27$27+*+,& 6,0,& "2-& /#,& 6%-6/-%+,& +2& -%& 5*,-276*%& ,& +2& -%& %027%L%& +2& -%& 5*,-276*%& para obtener objetivos que son de naturaleza política, religiosa o ideológica, a través +2&-%&*7$*0*+%6*97F&-%&6,216*97&,&*7@/7+*27+,&0*2+,!8260 Con los hechos ocurridos el fatídico 11 de septiembre de 2001, se demostró la capacidad que el terrorismo internacional tiene hoy para actuar en red, con una enorme facilidad para burlar todos los controles de los Estados nacionales, en un contexto de globalización descontrolada. Para Manuel Castells resultó evidente la existencia de un "un núcleo duro, irreductible, de redes terroristas del fundamentalismo islámico, con posibles complicidades en algunos Gobiernos, con alianzas tácticas con otras redes terroristas y con una simpatía difusa entre sectores populares de países musulmanes. Estas redes variopintas buscan imponer sus objetivos utilizando las únicas armas eficaces en su situación de inferioridad tecnológica y militar: el terrorismo de geometría variable, desde el atentado individual a las matanzas masivas, pasando por la desorganización de la compleja infraestructura material en que se basa nuestra vida diaria (agua, electricidad, comunicaciones). Y contando con la transformación de
260
Entrevista concedida por Noam Chomsky a medios de prensa griegos el 11 de octubre de 2001.
580
personas en munición inteligente mediante la práctica generalizada de la inmolación!.261 Tal vez han sido estas formas complejas y poco convencionales de actuación del terrorismo internacional, que se expresaron con todo su vigor en los atentados del 11 de septiembre, las mismas que se han encargado de tender varias trampas para quienes asistimos atónitos <en vivo y en directo< a las imágenes que perdurarán por siempre en el inconsciente colectivo. Una de ellas es pensar que los fundamentos de la civilización moderna y de la economía global se pueden desestabilizar ante la creencia colectiva de la amenaza terrorista. Si ésa es la percepción, todos quedaríamos incapacitados para actuar. También es una trampa aquella que busca provocar una dicotomía entre las demandas por seguridad y el disfrute de la democracia y las libertades. Uno de los mayores desafíos que nos deja esta dolorosa experiencia será lograr que las acciones a favor de la seguridad no pongan en peligro las libertades individuales y los derechos fundamentales. Los medios para enfrentar la barbarie deben ser consecuentes con los principios en que se fundamentan nuestras instituciones y nuestras relaciones como Estados civilizados. En ello reside el fundamento ético que nos separa de los agresores, nos aleja del terrorismo de Estado y propicia la posibilidad de aprender a vivir juntos. Y por último, la trampa de pensar que nos encontramos ante un choque de civilizaciones, de religiones o de culturas. No hay un choque de esa naturaleza. El único que se ha puesto al descubierto es el de una minoría violenta, fanática, en contra de cualquier civilización y en contra de la modernidad.
261
El País de Madrid. Martes 18 de septiembre de 2001.
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Por tal razón, estoy cada vez más convencido de que no es posible confundir el rechazo frontal contra las acciones terroristas y el apoyo espontáneo a los Estados Unidos después de los hechos ocurridos el 11 de septiembre, con la defensa de posibles salidas unilaterales frente a la amenaza global de los grupos extremistas, que podría llevarnos a caer en la peligrosa tentación de una visión unipolar del terrorismo. Como consecuencia de esta actitud, años después de los atentados, era cada vez más visible las divergencias entre Estados Unidos y Europa en torno a los planteamientos y los procedimientos a utilizar contra los terroristas o los Estados que financien el terrorismo, con notables discrepancias en los más diversos foros internacionales, en particular, en torno a"690,F&6/37+,&>&+97+2! utilizar la fuerza. Los hechos recientes de una nueva guerra de Estados Unidos contra Irak, así lo evidenciaron. En este contexto de "41,-*@21%6*97&+2&%10%#&+2&+2#$1/66*97&0%#*5%k&-%&61*0*7%-*+%+& planetaria organizada fundada sobre las drogas; en fin, los terrorismos que se alimentan de desórdenes y de injusticias y que en algún momento se tornan en empresas criminales, todas estas amenazas tendrán que ser objeto de una cooperación internacional muy seria y activa!, como lo ha señalado el ex ministro francés Védrine, en un impresionante testimonio reciente de su labor diplomática.262
Una posición decidida contra el terrorismo
262
Hubert Védrine. F rance in an Age of Globalization. Brookings Institute 2001.
582
Colombia ha mantenido históricamente una posición de rechazo frontal ante el terrorismo y en forma consecuente ha apoyado las iniciativas de cooperación hemisférica y mundial para su prevención, combate y eliminación. Con total respeto a esta tradición, desde mi intervención en la sesión inaugural de la reunión preparatoria a nivel ministerial de la XII Cumbre de Jefes de Estado o de Gobierno del Movimiento de Países No Alineados, llevada a cabo el 31 de agosto de 1998 en Durban, manifesté: "X2#2,&2R412#%1&27&2#$2&@,1,&2-&126'%L,&@1,7$%-&+2&0*&`,(*217,&>&+2-&pueblo de Colombia a todas las formas de terrorismo, de cualquier tipo y modalidad, y sin importar cuál pueda ser su origen y motivación. No puede haber tregua con el terrorismo. Todos nuestros Estados deben luchar concertadamente para derrotarlo. Ése será sin duda uno de nuestros principales retos!8 La noche anterior a ese pronunciamiento, mientras nos encontrábamos preparando esta intervención con el embajador Julio Londoño, para sorpresa nuestra, recibí una llamada de Estados Unidos, de la señora Madeleine Albright, Secretaria del Departamento de Estado, quien me preguntó de una manera muy respetuosa cuál era la posición de Colombia sobre el problema de Irak, así como las impresiones que yo tenía sobre el ambiente que existía en la Cumbre de los No alineados, con respecto del terrorismo. Como tenía el texto del discurso en mi mano, no tuve ningún inconveniente en parafrasearle los planteamientos que haría al día siguiente sobre la posición de Colombia ante el fenómeno mundial del terrorismo, y que ella compartió en su integridad. De hecho, la presentación que hice sustentando la posición de Colombia en esta reunión previa de la Cumbre, mereció un gran elogio por parte del 583
Departamento de Estado, que puso como ejemplo la política exterior de nuestro país en esta materia, por la consistencia que siempre había mantenido, incluso a pesar de que en varias oportunidades esta posición nos había distanciado en otros temas, como el de la causa Palestina. He querido traer a la memoria esta llamada de la señora Albright para hacer notar el reconocimiento que Estados Unidos hacía de la presencia de Colombia en el Movimiento de los No Alineados, pero también para reafirmar que en los asuntos referidos al terrorismo, Colombia conservó siempre una política, que nunca modificamos en lo sustancial, aún en medio de las dificultades que tuvimos que afrontar en el proceso de paz. Pero no hay ninguna duda que después del 11 de septiembre de 2001 habríamos de fortalecer nuestra lucha contra la amenaza del terrorismo263 sin renunciar, desde luego, a los principios que habíamos defendido en los espacios multilaterales. 263
Por los hechos ocurridos en los Estados Unidos el 11 de septiembre de 2001, el presidente Andrés Pastrana en carta
dirigida al presidente norteamericano, expresó:
Me dirijo a Vuestra Excelencia con el propósito de manifestarle la más enérgica condena y repudio del Gobierno y del pueblo de Colombia a los execrables atentados terroristas cometidos en el día de hoy contra el pueblo norteamericano. De igual manera, deseo expresarle nuestro más sincero sentimiento de solidaridad y respaldo a su Gobierno y a toda la nación norteamericana en estos momentos de dolor e incertidumbre, al tiempo que manifestamos nuestras más sentidas condolencias a los familiares de las víctimas. Colombia, como país que ha sido víctima del terrorismo, se identifica con el sufrimiento que embarga a Vuestro país. En estos trágicos momentos para su Gobierno y para la comunidad internacional en su conjunto, deseo manifestarle el propósito de Colombia de continuar trabajando conjuntamente para fortalecer nuestra cooperación en la lucha contra el terrorismo en cualquiera de sus manifestaciones y contribuir así a la convivencia pacífica y civilizada de las naciones.
584
El día anterior al 11 de septiembre de 2001, yo había llegado a Lima, con el fin de atender al XXVIII Período Extraordinario de Sesiones de la OEA, que tenía como propósito aprobar la Carta Democrática Interamericana. Asistía a esta reunión después de haber realizado una visita oficial a Moscú, en la que por cierto le había planteado al canciller ruso, Igor Ivanov, -%& $2#*#& +2& -%& "4%L& @1)%!F& 4%1%& 6%-*@*6%1& 2-& momento de fuerte tensión de las relaciones internacionales, que había tenido oportunidad de comprobar luego de mi experiencia como presidente del Consejo de Seguridad en el mes de agosto. Esa misma noche, en la capital peruana, tuve oportunidad de comentar mis percepciones con el embajador en la OEA, Humberto de la Calle Lombana, y con la embajadora en el Perú, María Cristina Zuleta, a quienes expresé la preocupación que compartimos con el canciller ruso, sobre los fenómenos de terrorismo que amenazaban desde diversas vertientes. La mañana del 11 de septiembre me encontraba preparándome para salir a la inauguración de la Asamblea de la OEA y me dispuse a llamar al presidente Andrés Pastrana a Palacio, para coordinar con él algunos detalles de la visita del secretario Colin Powell, programada para ese mismo día a nuestro país. En efecto, llamé al presidente y mientras conversaba con él dejé sintonizado el televisor de mi habitación de la Embajada de Colombia en la cadena de noticias CNN. En ese momento apareció la noticia de la colisión del primer avión con las Torres Gemelas en Manhatan y, de inmediato, le dije:! ! !Presidente, ¡acaba de estrellarse un avión contra las torres gemelas!
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Al otro lado de la línea, el Presidente se mostró bastante incrédulo. <No, eso no puede ser; ¡tiene que ser una película! <Y ahí parece que se va a estrellar otro <le anunccié unos minutos después. El presidente, que en ese preciso instante estaba por reunirse con la embajadora Ann Patterson, prendió el televisor y ya no tuvimos ninguna duda de que se trataba de uno los atentados más graves de la historia de los Estados Unidos"! Ese mismo día de las sesiones de la Asamblea Extraordinaria, por iniciativa que presenté en nombre de Colombia y que fue aprobada por unanimidad, se expidió la Declaración con la que el organismo expresó su más enérgica condena a los actos terroristas ocurridos en las ciudades de Nueva York y Washington, y manifestó la necesidad de fortalecer la cooperación hemisférica para combatir este flagelo.
"I%& C#%0(-2%& `2721%-& GR$1%,1+*7%1ia de la Organización de los Estados Americanos (OEA), reunida en Lima el día 11 de septiembre de 2001, expresa su más enérgica condena a los actos terroristas ocurridos en las ciudades de Nueva York y Washington y manifiesta la necesidad de fortalecer la cooperación hemisférica para combatir este flagelo que hoy enluta al mundo y a la comunidad hemisférica. La Asamblea General expresa su plena solidaridad con el gobierno del presidente George Bush y con el pueblo de los Estados Unidos!"!
Esta Declaración de la Asamblea Extraordinaria de la OEA, adoptada tan pronto se conocieron los dolorosos hechos ocurridos en Estados Unidos, fue la primera
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reacción de la comunidad internacional y el llamado inicial a la cooperación hemisférica para combatir esta nueva afrenta del terrorismo. El 20 de septiembre de 2001, a mi llegada a Washington, la noche previa a la Reunión de Consulta de Cancilleres convocada en el marco del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) en la OEA, invité a una reunión preparatoria en la Embajada de Colombia, que representó una fuerte actividad de contactos telefónicos. Se trató de un encuentro muy productivo, que nos permitió superar algunos obstáculos existentes para
llegar a un consenso en torno a la
declaración que al día siguiente expedimos en la Reunión de Cancilleres. En efecto, en la XXIV Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores actuando como órgano de consulta en aplicación del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) se emitió la resolución que se denominó "C027%za $211,1*#$%&27&-%#&C0:1*6%#!8 En esta reunión, señalé: "G#& 7262#%1*,& 6,7#,-*+%1& 27& 2-& #*#$20%& *7$21%021*6%7,& 026%7*#0,#& +2& cooperación para enfrentar el terrorismo, pues carecemos de instrumentos eficaces en este campo. Es hora de llevar a la práctica las ideas planteadas en la Conferencia Especializada sobre Terrorismo realizada en Mar del Plata en el año 1998 y pasar de la indignación a la acción efectiva. Necesitamos igualmente un compromiso hemisférico renovado, adecuado a las realidades de hoy, para prevenir, combatir y sancionar los actos de terrorismo internacional, y para establecer contra ellos un instrumento efectivo en el sistema interamericano. En ese sentido, el Gobierno de mi país propone el
587
inicio inmediato de tareas enderezadas a elaborar una convención interamericana contra el terrorismo que cumpla ese propósito. El terrorismo no ha sido, ni jamás permitiremos que sea, el instrumento con el que mediante la destrucción y la muerte se pretenda arrasar con la democracia. Por eso, la lucha que hoy retomamos requiere el apoyo y la colaboración efectiva de todos los Estados de nuestra región y en general de la comunidad internacional. l Frente a la agresión de que han sido objeto los Estados Unidos y a sus terribles efectos, que de alguna manera han tocado a la mayor parte de nuestros Estados, mi país no vaciló en respaldar la convocatoria de la Reunión de Consulta del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca y la aplicación de este instrumento. Naturalmente, tal como lo señalaba hace varias décadas el doctor Alberto Lleras Camargo, en opinión de mi Gobierno las medidas que se adopten no tienen que ser uniformes y a cada Estado corresponderá una tarea de acuerdo con sus condiciones y capacidad para llevarla a cabo. Colombia, finalmente, confía en que las acciones en la presente emergencia se adoptarán teniendo siempre en cuenta lo previsto en la Carta de las Naciones Unidas y demás normas del derecho internacional!.
En la misma fecha, en la XXIII Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores de los Estados Miembros de la Organización de los Estados Americanos, #2&%41,(9&/7%&12#,-/6*97&27&-%&41*021%&#2#*97&4-27%1*%&+27,0*7%+%&"j,1$%-26*0*27$,& de la cooperación hemisférica para prevenir, combatir y 2-*0*7%1&2-&$211,1*#0,!8&
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Colombia expresó su pleno respaldo a esta iniciativa como acción frente a la necesidad de consolidar en el sistema interamericano mecanismos de cooperación para enfrentar el terrorismo, pues no existen instrumentos eficaces en este campo. La política exterior de Colombia, en materia de terrorismo, propendió por la sujeción de los Estados a unos principios básicos para la adopción de compromisos internacionales: " El respeto por el derecho internacional. " El respeto de la soberanía de los Estados. " El respeto a las normas sobre derechos humanos. " La no injerencia en los asuntos internos de los Estados. " La cooperación internacional, observando los principios que rigen las relaciones entre los Estados. En repetidas ocasiones, nos manifestamos a favor del planteamiento del Secretario General de las Naciones Unidas264 sobre la necesidad de estudiar la posibilidad de adoptar un enfoque más global e integral en la lucha contra el terrorismo, además del enfoque sectorial que ha tenido hasta ahora. Insistimos en diversos foros sobre la importancia de definir el concepto de terrorismo internacional, a fin de poder clarificar las conductas o actos que se pretenden prevenir, combatir y eliminar. En la lucha mundial contra el terrorismo, en la que nuestro país ha puesto especial atención dada su alta vulnerabilidad frente a este fenómeno global, nos propusimos impulsar en todas las instancias multilaterales una reflexión conjunta en torno a los nuevos desafíos que enfrenta la seguridad mundial. #$%
!!Documento A/51/336 del 6 de septiembre de 1996.!
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Con motivo de los acontecimientos del 11 de septiembre, el presidente Pastrana tuvo oportunidad de intercambiar algunas impresiones con el presidente Lagos, que después recogimos en una comunicación formal, con el fin de construir una posición común de América latina en el marco del grupo de Río. Bogotá, D.C., 17 de septiembre de 2001 Apreciado Señor Presidente: Luego de nuestra conversación telefónica, he meditado sobre los pasos que podríamos dar para avanzar en el desarrollo de la Declaración aprobada en la reciente Asamblea Extraordinaria de la Organización de Estados Americanos en relación con los trágicos sucesos ocurridos en los Estados Unidos y que han conmovido al mundo. Como usted bien sabe, mi país ha liderado bajo el principio de la responsabilidad compartida una cruzada en la lucha contra el problema mundial de las drogas ilícitas y el tráfico de armas pequeñas y ligeras, en lo cual se ha logrado gran acogida en la comunidad de naciones. Probablemente ha llegado también el momento de aplicar este mismo principio en la cooperación contra el terrorismo internacional. Al respecto, quisiera proponerle que el Grupo de Río, bajo su coordinación, inicie un trabajo que nos permita impulsar en los foros multilaterales, una reflexión conjunta sobre los nuevos desafíos a la seguridad de los Estados Unidos por asuntos tales como el terrorismo internacional. Le he dado instrucciones al Ministerio de Relaciones Exteriores para que entre en contacto con sus colegas de la Troika del Grupo de Río, la canciller de Chile doña Soledad Alvear y
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el señor canciller de Costa Rica, don Roberto Rojas, con el propósito de buscar la manera más adecuada para desarrollar esta idea. Considero que una iniciativa de esta naturaleza contribuirá a encontrar soluciones adecuadas a un fenómeno que afecta a toda la humanidad. Aprovecho la ocasión para reiterar al Señor Presidente mis sentimientos de alta consideración y aprecio, Andrés Pastrana Arango.
En efecto, la Secretaría Protémpore del Grupo de Río, con el liderazgo visible del presidente Lagos, reaccionó con oportunidad a nuestra iniciativa y convocó a una reunión de los asesores y expertos jurídicos designados por las cancillerías de los países miembros del Grupo de Río, en la ciudad de Santiago, entre los días 5 y 6 de noviembre de 2001, para analizar las cuestiones de naturaleza jurídica vinculadas con la prevención y represión de los actos de terrorismo, particularmente en el marco de la Resolución 1373 (2001) del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. En los diversos foros en los que participamos insistimos en que el concepto de la responsabilidad compartida debe extenderse a la lucha contra el terrorismo, pero tratando de evitar caer en peligrosas tentaciones que, con especial énfasis, han emergido como consecuencia de la incertidumbre mundial que sobrevino a partir de los repudiables atentados del 11 de septiembre. Más allá de estos lamentables hechos, que sin duda exigieron una gran concentración de esfuerzos bilaterales y multilaterales, durante el período 1998 <
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2002 promovimos en todo momento las iniciativas de cooperación hemisférica y mundial para la prevención, el combate y la eliminación del terrorismo. Y lo hicimos evidente en el respaldo que ofrecimos a los mandatos y compromisos políticos sobre esta materia derivados de las Cumbres de las Américas, del Grupo de los 15, del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y de la OEA, en los diversos pronunciamientos y en los acuerdos globales.265
34*('))4(1#(*#"%,#25$#(.-+#((
En desarrollo de su compromiso en la campaña mundial contra el terrorismo internacional en todas sus manifestaciones, el Gobierno de Colombia apoyó las acciones que la comunidad internacional juzgó pertinentes emprender en diversos ámbitos. Participamos de manera constructiva en la elaboración de nuevos instrumentos jurídicos multilaterales, tanto en el plano universal, como en el regional. Aplicamos un renovado impulso a los trámites constitucionales y legales para vincularnos a aquellos tratados relevantes de los cuales no formábamos parte. Así mismo, desarrollamos una intensa labor de coordinación con países vecinos de aquellas acciones concretas dirigidas al mismo objetivo de responder a los retos del terrorismo.
265
En materia de tratados internacionales que se refieren específicamente al tema de terrorismo, Colombia es parte en el Convenio de 1963 sobre Infracciones Cometidas a bordo de las Aeronaves, el Convenio de 1970 para la Represión del Apoderamiento Ilícito de Aeronaves, el Convenio de 1971 para la Represión de Actos Ilícitos contra la Seguridad de la Aviación Civil y el Convenio de 1973 sobre la Prevención y el Castigo de los Delitos contra las Personas Internacionalmente Protegidas. Así mismo, para impedir y reprimir ataques terroristas y adoptar medidas contra quienes cometan estos actos existen las medidas establecidas en la Convención de 1971 para Prevenir y Sancionar los Actos de Terrorismo Configurados en Delitos contra las Personas y la Extorsión Conexa cuando éstos tengan trascendencia internacional, instrumento regional interamericano ratificado por Colombia en 1996. !
592
Con posterioridad a los hechos del 11 de septiembre de 2001, y una vez aprobada la Resolución 1373 (2001) <con nuestra contribución como país miembro del Consejo de Seguridad< el Gobierno nacional efectuó un detallado análisis de los medios disponibles para hacer frente al terrorismo en sus más diversas variantes y encontró que tenía una adecuada capacidad de respuesta a varias de las amenazas que se enmarcan bajo dicho fenómeno. En efecto, de una evaluación de conjunto de las normas vigentes en Colombia, así como de la acción permitida por ellas, logramos identificar que el Estado y sus instituciones disponían de instrumentos que les permitían cumplir buena parte de las funciones necesarias en un campo tan exigente como complejo. No obstante, estábamos convencidos de que eran necesarios esfuerzos adicionales para mejorar y avanzar ante las nuevas y perversas modalidades de las redes globales de terroristas. Colombia compartió el sentido de urgencia del momento y por ello se unió a las demás naciones para exigir una mayor determinación y, en especial, resultados más contundentes, para lo cual la acción multilateral resultaba indispensable. Considerábamos que las acciones que habíamos emprendido y que estábamos en la obligación de emprender en la lucha frontal contra el terrorismo, debían ajustarse a los cánones de la normatividad vigente, y a los principios y valores propios de un Estado Social de Derecho como el nuestro, en particular las normas de derechos humanos. En el seno del Consejo Permanente de la OEA se creó un grupo de trabajo encargado de negociar una Convención Interamericana contra el Terrorismo. En marzo de 2002 se concluyeron las negociaciones de la Convención y ésta pasó para la firma de los Estados en el trigésimo segundo período ordinario de de la Asamblea 593
General de la OEA que tuvo lugar en Barbados en el mes de junio de 2002. El instrumento, que fue suscrito por Colombia en esa ocasión, esencialmente buscaba incentivar la cooperación internacional en la lucha contra el terrorismo a partir de los convenios sectoriales de la ONU en la materia. En esta reunión se aprobó, además, una declaración en torno al enfoque multidimensional de la seguridad hemisférica, que surgió de la reunión de ministros de Relaciones Exteriores y jefes de delegación reunidos en sesión especial. Ahí se acogió un iniciativa presentada por Colombia en torno a la realidad de "que la seguridad en el hemisferio abarca aspectos políticos, económicos, sociales, de salud y %0(*27$%-2#!8266 En la Conferencia Hemisférica de Seguridad convocada por la OEA para los días 27 y 28 de octubre de 2003, en Ciudad de México, estos asuntos habrían de ser tratados con el criterio de integralidad propuesto por Colombia en la reunión anterior, con el propósito de rediseñar la arquitectura del sistema interamericano en estas materias, para que pueda responder a las nuevas necesidades y a los nuevos desafíos planteados.
Desde el mismo momento en que ocurrieron los hechos del 11 de septiembre de 2001, me propuse liderar desde Colombia, en todas las instancias multilaterales, una reflexión conjunta en torno a los nuevos desafíos que enfrenta la seguridad mundial
266
Así mismo, en el ámbito interno desarrollamos una serie de iniciativas que hicieron trámite en el Congreso. Entre ellas quiero destacar las siguientes: en marzo de 2000 presentamos al Congreso Nacional el Convenio contra la Toma de Rehenes de 1979; el Protocolo al Convenio para la Represión de Actos Ilícitos contra la Seguridad de la Aviación Civil de 1988; el Convenio para la Represión de Actos Ilícitos contra la Seguridad de la Navegación Marítima de 1988; el Convenio sobre Marcación de Explosivos Plásticos para Fines de Detección de 1991; el Convenio contra los actos terroristas cometidos con bombas de 1997, y el Convenio Internacional para la Represión de la Financiación del Terrorismo de 1999. El Protocolo para la Represión de actos ilícitos de violencia en los aeropuertos que presten servicio a la aviación civil internacional, complementario del Convenio para la represión de actos ilícitos contra la seguridad de la aviación civil de 1971 (Montreal, 24 de febrero de 1988) fue aprobado por el Congreso Nacional mediante ley 764 de julio 31 de 2002.
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como consecuencia del terrorismo, el tráfico de drogas ilícitas, el tráfico de armas pequeñas y ligeras y, en general, el crimen transnacional. Y al término de mis labores en la Cancillería de San Carlos, sigo convencido de que esa reflexión nos llevará a señalar la gran responsabilidad que tienen los Estados de trabajar de manera solidaria frente a cada uno de estos fenómenos, para fundar sobre bases firmes un nuevo proyecto de modernidad, en el que se impone el multilateralismo y la responsabilidad compartida, por encima de las visiones y de los esfuerzos aislados que, con frecuencia, pueden conducir a experiencias muy
costosas
para el
mantenimiento la paz mundial. El contexto tan complejo en el cual se desenvolvían los asuntos de orden público en nuestro país, así como su impacto internacional, nos obligaron a lo largo de estos años, a mantener una posición coherente y persistente frente al fenómeno del terrorismo en todos los foros internacionales en los que hicimos presencia. Este tema va estar en la agenda de la Comunidad Internacional durante los próximos años y es por ello que Colombia no se puede sustraer de profundizar en torno a la necesaria articulación entre la política interna y la política exterior en esta materia. El liderazgo colombiano en las diferentes instancias multilaterales fue claro y evidente, y ello se refleja en la aceptación cada vez más generalizada, por parte de la comunidad internacional, del principio de la responsabilidad compartida. El resultado, por lo tanto, está a la vista. Ya no estamos solos en el mundo frente al problema de las drogas, la protección del medio ambiente, el comercio ilícito de armas, y el terrorismo.
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C apítulo X O pción multilateral frente a la complejidad E l multilateralismo es el concepto de nuestro tiempo Jacques C hirac
C ulmino este testimonio, de una etapa crucial en la historia de mi país, en momentos en que el multilateralismo parece haber experimentado duros contratiempos como consecuencia de hechos y sucesos aún muy recientes. Debo
registrar, como el acontecimiento de mayor relevancia,
la guer ra
liderada por los Estados Unidos y sus aliados contra el régimen de Saddam H ussein, a finales de marzo de 2003, que contribuyó a debilitar los principios de la C arta de las Naciones Unidas, que guían las deliberaciones del Consejo de Seguridad de dicho organismo. E l secretario general de Naciones Unidas, K ofi A nnan, en su vigorosa intervención en la L V I I I Asamblea del organismo, el 23 de septiembre de 2003, reconoció que tales acontecimientos habían puesto en tela de juicio el consenso obtenido en el año 2000 en la C umbre del M ilenio alrededor de la concepción de la solidaridad mundial y la seguridad colectiva. Debo hacer mención, además, de la culminación de la reunión ministerial de C ancún, a mediados de septiembre de 2003, en la que no se presentaron acuerdos sobre aspectos decisivos para los países en desar rollo, dentro del
596
marco de la Ronda Doha de negociaciones de la O rganización M undial del Comercio. L a falta de credibilidad en el esquema de negociaciones adoptado, sumado a la existencia de enfoques e intereses disímiles entre los actores del comercio internacional en temas críticos como subsidios a la agricultura, propiedad intelectual, comercio e inversiones, competencia y compras estatales, ha generado una gran tropiezo sobre el futuro del sistema multilateral de comercio. E n este contexto, es previsible que a raíz del desenlace de C ancún los grandes países intensifiquen sus relaciones comerciales a través de acuerdos bilaterales. Así lo han expresado por ejemplo Estados Unidos y la Unión E uropea. Los sucesos recientes, nos han dejado la impresión de un mundo unipolar con una fuerte preeminencia de los Estados Unidos, aunque en medio de una .'4!5,#$%!+!'(&,2##*!#",#6'&7'#84%)$!,3#,+9#()/)#!"#$,4",:&')#$)+&(&)',/&!':)# de India y C hina, que han otorgado interesantes perspectivas a los analistas del nuevo orden internacional. 267 Pero más allá de estas tendencias, que cor ren el riesgo de volverse lugares comunes,
creo que el mundo actual se ha convertido más bien en una
entramada red política, comercial y cultural, en la que se ha urdido un denso tejido global, donde los acuerdos y las alianzas entre los países y los bloques se
267
Un prestigioso observador de los nuevos escenarios globales escribía recientemente en esta dirección: .8'# %!",(&7'# ()'# ",+# *&/!'+&)'!+# *!"# $)*!%# ;la eficacia del poder, la moralidad del poder , la deseabilidad del poder; las perspectivas de Estados Unidos y E uropa se encuentran en divergencia. E uropa se está moviendo desde una tradicional visión hegemónica del poder hacia la concepción de un mundo con mayor capacidad de autor regulación a través de leyes y normas caracterizadas por la '!<)(&,(&7'# =# ())$!%,(&7'# :%,'+',(&)',"># 8+:?# !':%,'*)# ,# 4',# !%,# .$,%,*&+9,(,2# *!# $,@# =# %!",:&5,# $%)+$!%&*,*3#A4!#()'+:&:4=!#",#%!,"&@,(&7'#*!#",#.$!%$!:4,#$,@2#,'4'(&,*,#$)%#8//,'4!"#B,':>#8':%!# tanto, los Estados Unidos permanecen en un pasado histórico, ejercitando el poder en un anárquico mundo hobesiano, donde las leyes y las reglas internacionales son poco confiables y donde la verdadera seguridad, la defensa y la promoción de un orden liberal aún depende de la posesión y uso del poderío
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afectan unos a otros. Todo parece indicar que éste es el anuncio de un escenario internacional más complejo, más multipolar y quizás más balanceado, en relación con aquel que hoy parece tan sorprendentemente hegemónico. Nuestra activa presencia en el escenario multilateral, no sólo intentó anticipar estos movimientos de la geopolítica global, sino que se fundamentó en una estrategia claramente definida desde el comienzo del Gobierno, en directa relación con el propósito de alcanzar una inserción más positiva en la comunidad internacional y obtener una mayor incidencia en aspectos de la agenda multilateral, en los cuales era urgente obtener resultados de interés para la política exterior e interna de nuestro país. Por lo tanto, mi confianza en la búsqueda de salidas multilaterales a los desafíos que presenta la etapa de globalización que hoy vivimos, fue permanente a lo largo de estos años. Así lo expresé en la C umbre de Davos, realizada en Suiza, en el mes de enero de 2000, al señalar que la vigencia de la O rganización de las Naciones Unidas es una realidad incuestionable. Los principios que inspiraron la C arta de San F rancisco tienen hoy mayor validez que antes, y basta repasar esos postulados para entender que no podrá construirse un mundo cimentado en el desar rollo, la paz y la seguridad sobre bases estables y duraderas, sin un estatuto común, sin una instancia en la cual todos los Estados gocen de igualdad jurídica; en donde la salida pacífica, la solución amistosa de las controversias sean el fundamento esencial de las relaciones; y en donde la lucha por el desar rollo económico y social constituya un compromiso conjunto y una causa compartida.
/&"&:,%2># V er K A G A N, Robert. Of Paradise and Power. America and E urope in the New World Order. Random House. New Cor k, febrero de 2003.
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Estas convicciones fueron
las mismas que expresó el presidente A ndrés
Pastrana en la Sesión Plenaria de la Asamblea G eneral de Naciones Unidas, el 23 de septiembre de 1998, ahora con inusitada vigencia, y que habrían de acompañarnos a lo largo de estos años de presencia creadora en el escenario multilateral: .E ntre las propuestas que Colombia formuló en la Conferencia de San F rancisco y que fueron incorporadas en la C arta de las Naciones Unidas, hay dos que quisiera destacar, porque hacen parte del patrimonio común de nuestra política exterior : el cumplimiento de buena fe de las obligaciones contraídas por los miembros de las Naciones Unidas, como presupuesto fundamental para la validez de su gestión universal. Y el reconocimiento del papel que cumplen los acuerdos y organismos regionales en el mantenimiento de la paz, en la seguridad internacional, como concepto integral, en el ar reglo pacífico de las controversias entre los Estados. Colombia
cree
que
el
universalismo
complementarios y deben apoyarse
y
el
regionalismo
son
armónicamente. Por eso el
reforzamiento de los organismos regionales, dentro de un concepto universalista, es el propósito de nuestra diplomacia. Es por tanto, indispensable, que concertemos nuestros esfuerzos para la recuperación
del
" momentum "
que
se
vivió
con
ocasión
del
cincuentenario de la creación de las Naciones Unidas, para que su revitalización se haya plasmado a la entrada del nuevo milenio. Los diversos niveles de acción requeridos se asientan todos en la credibilidad y la confianza de nuestros pueblos en el multilateralismo
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que las Naciones Unidas personifican. A lgunos se vinculan con la aprobación de ciertas reformas que la experiencia de este tramo histórico y los cambios mismos en la escena mundial han vuelto imperativos. No se puede pretender que las Naciones Unidas posean fórmulas mágicas para resolver problemas y situaciones que atañen a todos los países, dentro de la interdependencia y la internacionalización que tipifican nuestro tiempo. Pero sí es necesario adecuarlas al momento histórico actual, ahora que se abren perspectivas ensanchadas y se afrontan retos descomunales. L as razones que justificaron la creación de las Naciones Unidas no sólo se mantienen intactas, sino que incluso crecieron con rapidez en la segunda mitad del siglo X X. Los principios que inspiraron su creación han alcanzado tal vigencia que cualquier acción unilateral o de grupos de Estados resulta inferior y limitada. H ago desde esta tribuna un llamado para que contribuyamos todas las naciones a enter rar la época de la posguer ra fría, entendida apenas como inter regno, y a abrir la puerta, de par en par, a una era de multilateralismo creador y más humano. C reemos que ha llegado el momento para hacer una recapitulación objetiva del estado en que se encuentran las negociaciones sobre las reformas de la O rganización, para asegurar la efectiva inter relación de los asuntos económico-sociales con las aspiraciones legítimas de las naciones en desar rollo, con instrumentos que propicien el enlace entre los organismos derivados de la C arta de San F rancisco y las instituciones surgidas de B retton Woods.
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Se sabe que las solas respuestas nacionales o de grupos de Estados son insuficientes. A nte ello, resulta aún más urgente la concertación de respuestas globales a través de un multilateralismo vigoroso. E xiste, como lo he señalado al comienzo de este testimonio, una evidente dicotomía entre la globalización de hecho, a través de la tecnología, las comunicaciones instantáneas, el mercado mundializado y, por otra parte, la ausencia de un genuino orden social y de promoción humana. L as Naciones Unidas no deben ser tan sólo un foro para la expresión soberana de los Estados. Deben ser el recinto de las negociaciones y la síntesis en el espacio político, cultural y económico-social de las naciones. Es reconfortante comprobar que los grandes propósitos que inspiraron la C arta siguen vigentes. A hora
nos cor responde mantenerlos e
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F rente a los desafíos del presente ;y a propósito de los hechos más recientes; adquirió una especial importancia el emplazamiento hecho por el secretario general de las Naciones Unidas, ante los líderes mundiales, en la L V I I I Asamblea G eneral del O rganismo, para decidir si es posible seguir adelante sobre la base acordada en 1945 o si es preciso introducir cambios radicales. E n su intervención ante esta Asamblea, K ofi A nnan señaló que había llegado el momento de examinar a fondo cuestiones fundamentales de política, así como los cambios estructurales que podrían ser necesarios para abordar los nuevos desafíos del sistema multilateral y planteó como tareas inmediatas el examen de las amenazas actuales para la paz y la seguridad; la contribución que una acción colectiva puede aportar a la solución de esos problemas; el análisis del funcionamiento de los principales órganos de las Naciones Unidas y las
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relaciones entre ellos; así como la identificación de medidas para fortalecer este organismo, mediante la reforma de sus instituciones y procesos. E n esta misma oportunidad, el presidente Jacques C hirac expresó: .E l multilateralismo es el concepto de nuestro tiempo: sólo éste nos permite aproximarnos a los problemas contemporáneos de una forma <")-,"#=#!'#:)*,#+4#()/$"!D&*,*2>268
C reo firmemente en las bondades del multilateralismo para la defensa del interés nacional. Colombia hacia el futuro debe mantener su liderazgo y presencia en dichos escenarios. Aporte a la democratización del Consejo de Seguridad L as actividades del Consejo de Seguridad en materia de mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales están comprendidas en los capítulos centrales de la C arta de las Naciones Unidas. L a C arta limita la competencia a situaciones con respecto a las cuales se r!A4&!%,# E,((&7'# %?$&*,# =# !1&(,@2 (A rtículo 24).269 De hecho, una situación ingresa al programa de trabajo del Consejo generalmente cuando reviste cierta gravedad o urgencia. 268
Intervención ante la L V I I I Asamblea General de las Naciones Unidas, el 9 de septiembre de 2003.
269
E l artículo 24 contempla:
a. A fin de asegurar acción rápida y eficaz por parte de las Naciones Unidas, sus miembros confieren al Consejo de Seguridad la responsabilidad primordial de mantener la paz y la seguridad internacionales, y reconocen que el Consejo de Seguridad actúa a nombre de ellos al desempeñar las funciones que le impone aquella responsabilidad. b. E n el desempeño de estas funciones, el Consejo de Seguridad procederá de acuerdo con los Propósitos y Principios de las Naciones Unidas. Los poderes otorgados al Consejo de Seguridad para el desempeño de dichas funciones quedan definidos en los C apítulos V I, V I I, V I I I y X I I.
602
E l Consejo mismo es el que decide cuándo una situación se ha tornado tan grave que exige la adopción de medidas de obligatorio cumplimiento por todos los Estados. L a disposición clave aquí es el artículo 39, según el cual al Consejo le cor responde determinar el momento en el que una situación constituye una amenaza a la paz, un quebrantamiento de la paz o un acto de agresión. A demás de las situaciones específicas de conflicto que puedan afectar la paz y la seguridad internacionales, en los últimos años se ha registrado una tendencia del Consejo a ocuparse de cuestiones de alcance general ;los denominados .:!/,+# :%,'+5!%+,"!+2; sobre los cuales se desar rolla un debate, que usualmente conduce a la adopción de una Declaración Presidencial o de una Resolución, pero que no están referidos a un conflicto particular. Los sucesos que llevaron a la guer ra contra I rak han vuelto los ojos del sistema multilateral de Naciones Unidas sobre el artículo 51 de la C arta,270 el cual proclama que, en caso de ataque, los Estados tienen el derecho inmanente de legítima defensa. Pero hasta la fecha, como bien lo menciona el secretario general del O rganismo, esta proclama se ha interpretado en el sentido de que,
c. E l Consejo de Seguridad presentará a la Asamblea G eneral para su consideración informes anuales y, cuando fuere necesario, informes especiales.
270
G-& %1$)6/-,& gO& 2#$%(-262S& "Ninguna disposición de esta Carta menoscabará el derecho inmanente de legítima defensa, individual o colectiva, en caso de ataque armado contra un miembro de las Naciones Unidas, hasta tanto que el Consejo de Seguridad haya tomado las medidas necesarias para mantener la paz y la seguridad internacionales. Las medidas tomadas por los miembros en ejercicio del derecho de legítima defensa serán comunicadas inmediatamente al Consejo de Seguridad, y no afectarán en manera alguna la autoridad y responsabilidad del Consejo conforme a la presente Carta para ejercer en cualquier momento la %66*97&K/2&2#$*02&7262#%1*%&6,7&2-&@*7&+2&0%7$2721&,&12#$%(-2621&-%&4%L&>&-%&#2;/1*+%+&*7$217%6*,7%-2#!.
603
cuando los Estados no se limitan y deciden emplear la fuerza para hacer frente a amenazas más amplias para la paz y la seguridad internacionales, necesitan de la legitimación de las Naciones Unidas. De allí la preocupación de que los hechos recientes se conviertan en precedentes que dieran lugar a un aumento del uso unilateral y anárquico de la fuerza. Es en este contexto que debe ser entendida la propuesta de K ofi A nnan, en la L V I I I Asamblea G eneral de las Naciones Unidas, para acelerar la conclusión de las reformas de fondo al Consejo de Seguridad <que llevan ya más de una década de estudio< con el fin de que este organismo recupere la confianza de los Estados. E n tal sentido, invitó a concretar la iniciativa par a ampliar el Consejo y realizar un debate sobre los criterios de actuación temprana de sus /&!/-%)+# 1%!':!# ,# (&!%:,+# .,/!',@,+23# ()'# !"# 1&'# *!# !5&:,%# *!+!'",(!+# A4!# puedan contribuir a minar su credibilidad. Como bien lo señaló el presidente C hirac en su notable intervención ante la Asamblea G eneral de las Naciones Unidas, la principal responsabilidad para el mantenimiento de la paz y la seguridad reposa en el Consejo de Seguridad. Por lo tanto, es esencial para su legitimidad que sus miembros reflejen el estado actual del mundo. A su juicio, este organismo debe ser ampliado para incluir nuevos miembros permanentes, porque éste necesita la presencia de países de gran incidencia en el acontecer mundial, como Japón y A lemania, pero también de otros países que emergen con liderazgo en Asia, Á frica y A mérica L atina. Y concluyó de manera perentoria: .E l Consejo de Seguridad necesita la elección de nuevos países con el fin de hacerlo aún más representativo. Bajo la decidida resolución de los cinco
604
miembros permanentes, cada uno de nosotros debe afrontar esta discusión con la mente puesta en el interés general. Esta reforma debe estar acompañada del fortalecimiento de la autoridad del Consejo. Cor responde a él establecer los límites para el uso de la fuerza. Nadie está investido de la autoridad para el uso de la fuerza de manera unilateral o preventiva. Por el contrario, de cara a las grandes amenazas, los Estados deben estar seguros de que el Consejo tenga suficientes elementos de juicio y de acción colectiva a su servicio y que éste cuente con la decidida voluntad de los países para actuar en esta *&%!((&7'2.
Los ingleses, por su parte, que han demostrado un gran apego por la ortodoxia en sus relaciones internacionales, ya se habían expresado de un manera contundente desde el 21 de septiembre de 1999, a través de su secretario de Relaciones E xteriores, Robin Cook, quien en el marco de la L I V Asamblea G eneral de las Naciones Unidas señaló: .F&#')+):%)+#A4!%!/)+#%!+$)'*!%#+,:&+1,(:)%&,/!':!#(4,'*)#")+#()'1"&(tos emer jan, las Naciones Unidas necesitan desar rollar tres fortalezas: autoridad, consenso y capacidad. Si las Naciones Unidas quieren tener autoridad para presionar
a las
partes en conflicto a buscar una solución, ésta debe ser más representativa de un mundo moderno. Un pequeño incremento en el tamaño del Consejo de Seguridad sería un precio modesto que se debe pagar para el gran incremento en su legitimidad, que vendría acompañada de
una
membresía permanente más representativa2.
605
Coincido con estas iniciativas. Colombia no puede estar ausente del debate sobre la concreción de estas reformas que, de adoptarse, marcarán un rumbo más democrático en las decisiones que el Consejo de Seguridad tome para el mantenimiento de la paz.
La actuación de Colombia en el Consejo de Seguridad Después de una intensa labor diplomática, la candidatura de Colombia al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para el período 2001 ; 2002 obtuvo una de las más altas votaciones en la historia de las Naciones Unidas, con 168 votos a favor. Ésta es la sexta vez que Colombia es elegida para integrar el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Con el fin de hacer una adecuada preparación de nuestros funcionarios para el desempeño de esta importante responsabilidad, en noviembre de 2000 tuve oportunidad de coordinar unas sesiones de trabajo, en las cuales participaron varios ex cancilleres, ex embajadores ante las Naciones Unidas y académicos nacionales, en beneficio del personal de la M isión Permanente en Nueva Yor k y de los expertos del M inisterio encargados del tema.
E n el mismo mes, se
constituyó al interior del M inisterio un G rupo de T rabajo sobre el Consejo de Seguridad, encargado de hacerle seguimiento al funcionamiento del mismo y formular recomendaciones de política. Durante los dos años, este equipo cumplió una extraordinaria labor en coordinación con nuestra M isión en Nueva Yor k, que deseo destacar.
606
E n el periodo que Colombia fue miembro no permanente, entre enero del 2001 y diciembre de 2002, la agenda del Consejo de Seguridad fue activa en la consideración, por un lado, de situaciones particulares en Asia y M edio O riente, Á frica y E uropa, y por el otro, de temas transversales. 271 L a actuación de Colombia en cada uno de estos temas estuvo siempre enmarcada en la larga y conocida tradición de la política exterior colombiana en materia de respeto del Derecho Internacional y de los principios y normas consagrados en la C arta. E n varias situaciones, como en Sahara O ccidental o T imor
O riental,
Colombia
defendió
con
vigor
el
principio
de
autodeterminación de los pueblos. E n situaciones de tensión involucrando a diversos países, como fueron los casos de C hipre, E tiopía-E ritrea y Prevlaka, Colombia insistió en la necesidad de resolver las controversias exclusivamente por medios pacíficos. E n temas de gran trascendencia internacional, como la situación en el M edio O riente, incluida la cuestión de Palestina, Colombia mantuvo una posición coherente con la necesidad de asegurar el cumplimiento de las resoluciones del Consejo, incluyendo la necesidad de dar por terminada la ocupación en defensa de los derechos legítimos del pueblo palestino. E n el capítulo quinto he hecho una ilustrativa referencia sobre la posición de Colombia frente a la causa palestina, que describe la forma autónoma con la cual condujo el país este
271
Colombia participó, de manera constructiva, en la negociación y aprobación de varias resoluciones y *!(",%,(&)'!+#$%!+&*!'(&,"!+#+)-%!#")+#"",/,*)+#.:!/,+#:%,'+5!%+,"!+23#A4!#&'("4=!%)'#:!/,+#(!':%,"!+# de la agenda global como la prevención de conflictos, la p rotección de los niños en los conflictos armados, la consolidación de la paz después de los conflictos y las operaciones de mantenimiento de la paz.
607
delicado asunto, en reafirmación una vez más del principio réspice omnia que guió nuestra estrategia de inserción internacional. 272 E n otros casos, la actuación de Colombia buscó conciliar posiciones para lograr acuerdo general dentro del Consejo y potenciar así el papel de la O rganización en el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales. T ambién fuimos reiterativos en resaltar el papel del Secretario G eneral y la necesidad de tener en cuenta los organismos y acuerdos regionales, en el marco del C apítulo V I I I de la C arta. E n la situación en África, Colombia desar rolló un alto nivel de credibilidad política con los países cuya situación se encuentra en la agenda del Consejo de Seguridad (Somalia, E ritrea/E tiopía, Á frica O ccidental, G randes L agos, Sahara O ccidental), y con los miembros del Consejo. Ésta fue la consecuencia de un conjunto de perspectivas y puntos de vista independientes que respondieron a una agenda nacional y reflejaron conocimiento técnico y comprensión política sobre temas sensibles en la región tales como los de armas pequeñas, cuestiones humanitarias, desarme, desmovilización y reintegración de
ex
combatientes,
resolución
de
conflictos,
y
los
principios
de
autodeterminación de los pueblos y no injerencia en los asuntos internos. E n las situaciones en Asia , Colombia se constituyó en referente necesario en las discusiones de A fganistán gracias a su condición de presidente del Comité de Sanciones (antiguamente Comité sobre A fganistán).
272
E l día 19 de septiembre de 2003, Colombia se abstuvo, al lado de países como Nicaragua, Tonga, C amerún, K enia, Papua ; Nueva G uinea y F iji, entre otros, en contra de la resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas que declaraba como ilegales las acciones de Israel en ter ritorios palestinos. De esta manera el país modificaba su posición histórica sobre esta materia.
608
C ada acción por parte del Consejo de Seguridad, independientemente del formato que se adoptara (declaración a la prensa, declaración presidencial o resolución), fue examinada por Colombia con base en, por lo menos, cuatro criterios generales, que definimos con anticipación a nuestra presencia en este organismo:
Contenido. Desde el punto de vista sustantivo, la acción del Consejo de Seguridad debía cor responder a una situación en el ter reno que hace referencia a aspectos políticos, condiciones de seguridad, o cuestiones humanitarias. De acuerdo con su propia interpretación de los hechos, Colombia buscaba una cor respondencia entre la realidad de la situación y los pronunciamientos del Consejo de Seguridad.
Oportunidad. Este criterio obedecía a una valoración política de Colombia según la cual intentábamos definir si la oportunidad de una acción por parte del Consejo de Seguridad en un momento determinado era o no la apropiada.
Valor agregado. L as acciones del Consejo de Seguridad debían tener un valor agregado propio y esto lo examinábamos mirando si su contribución ayudaba en forma positiva y constructiva a for jar un esfuerzo internacional concertado para responder a la situación específica referida. Colombia no concibió al Consejo de Seguridad como un actor aislado y marginal, sino como un órgano central de una organización con una gran legitimidad. Sus decisiones debían estar, por lo tanto, en la medida de lo posible, coordinadas con los esfuerzos de otros actores internacionales de relevancia tales como Estados Unidos, la Unión E uropea, Rusia y el secretario general de Naciones Unidas (el denominado .(4,%:!:)2G# A4!# :&!'!'# $%!+!'(&,# !'# !"# :!%%!')# =# A4!# :&!'!'# ",# $)+&-&"&*,*# *!# inducir a las partes a determinados comportamientos. 609
Unidad. Nuestro país le dio una gran importancia a la unidad del Consejo de Seguridad pues considerábamos que esta cohesión fortalecía políticamente sus decisiones. Nuestra presencia en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas permitió, en este importante escenario multilateral, la consolidación de una política de Estado coherente sustentada en la defensa de principios y valores y en el respeto por las normas del Derecho Internacional.
Colombia en la Presidencia del Consejo de Seguridad L a Presidencia del Consejo de Seguridad, en agosto de 2001, fue un período particularmente activo de nuestra presencia en este organismo. F ue entonces cuando tuvimos oportunidad de impulsar un importante debate y negociar una Declaración Presidencial de apoyo a los logros obtenidos por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre T ráfico Ilícito de A rmas Pequeñas y L igeras en Todos sus Aspectos. Colombia desempeñó la Presidencia del Consejo con estricto apego a sus principios de política internacional. M e cor respondió asumir la representación directa del país en las sesiones inaugural y final del mes. Colombia es, después de B rasil y A rgentina, el tercer país de A mérica L atina y el C aribe con mayor número de participaciones como M iembro No Permanente del Consejo de Seguridad: ha sido integrante de este órgano en seis ocasiones. 610
L a primera de ellas en el lapso 1947-1948. Esto muestra el papel que históricamente ha jugado nuestro país como factor de ponderación en el manejo de la paz y la seguridad internacionales. E n la conferencia de prensa que ofrecí al asumir como nuevo presidente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, el día 2 de agosto de 2001, tuve oportunidad de ilustrar a la prensa nacional e internacional sobre el sentido de este importante encargo. Señalé que ésta sería una ocasión propicia para afianzar el espacio político logrado por Colombia en los foros internacionales, para promover los intereses nacionales y para incidir de manera directa en las medidas relacionadas con el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales. Recordé, además, que el Consejo es el principal órgano político existente a nivel mundial, con la función central de examinar los conflictos de carácter internacional e identificar acciones que contribuyan a la superación de los mismos. M encioné la oportunidad que este foro representaba para Colombia con el fin de debatir, a partir de su propia iniciativa, el tema de armas pequeñas, que pondríamos a consideración del Consejo de Seguridad con el fin de evaluar su incidencia en la paz y seguridad internacionales. Recientemente habíamos presidido en las Naciones Unidas la Conferencia sobre el Comercio Ilícito de A rmas Pequeñas y L igeras, asunto de gran importancia para nuestro país, que tuvo intensas jornadas de reflexiones y decisiones en el curso de esta Presidencia, como lo hago notar en mayor detalle en el capítulo I X. A dicionalmente, me referí al interés de Colombia de promover el enfoque humanitario en el manejo de las sanciones que establece dicho órgano, como ha 611
ocur rido en el caso de A fganistán. Así mismo, indiqué la importancia de examinar distintas situaciones de conflicto, entre ellas las que se presentan en Á frica, K osovo y T imor O riental. Con satisfacción debo afirmar que, gracias a la cooperación de los miembros del Consejo, Colombia cumplió con los cuatro objetivos principales que nos propusimos lograr durante el ejercicio de la Presidencia. Y así lo hice saber el día 31 de agosto al hacer mi labor de recapitulación: "_1*021,F&'20,#&+%+,&/7&*04,1$%7$2&4%#,&27&-%&6,7#*+21%6*97&+2&-% cuestión de armas pequeñas por parte del Consejo de Seguridad. Luego del debate abierto del 2 de agosto, hemos adoptado una Declaración Presidencial (S/PRST/2001/21) que ha incorporado los puntos de vista de los miembros del Consejo y de otros miembros de Naciones Unidas que participaron en el debate con entusiasmo y con propuestas constructivas. Esta declaración será un derrotero para las futuras posiciones del Consejo de Seguridad sobre el tema. Segundo, mediante el "Encuentro de Princeton" promovimos una discusión sobre las posibilidades y dificultades de la aproximación regional a la gestión de conflictos en África, con un énfasis especial en África Occidental y los Grandes Lagos. Tengo mucho gusto en entregar el día de hoy a todos los miembros del Consejo de Seguridad el informe final que habíamos prometido en el que se recogen los principales aspectos de la discusión. Por supuesto, hemos hecho copias suficientes para los países que no son miembros del Consejo y que nos acompañan el día de hoy en la sala. Confiamos en que este ejercicio contribuya a la acción del Consejo y en general al de Naciones Unidas. Tercero, hemos dado un primer paso en la dirección de una aproximación comprensiva a la situación en Afganistán por parte del Consejo de Seguridad.
612
El embajador Valdivieso me ha informado que durante las consultas oficiosas del 29 de agosto se dio una discusión muy rica y enfocada en torno a los elementos de una aproximación comprensiva al tema que alimentarán el non-
paper que está preparando la Secretaría para el mes de octubre. Confiamos en que este proceso favorezca una solución política definitiva a ese conflicto. Cuarto, quisiera registrar mi complacencia por la interesante discusión que se propició el día de ayer en torno al informe que presentaron los embajadores de Bangladesh, Reino Unido y Colombia sobre su diálogo con el Grupo de Trabajo Abierto que se ocupa de la reforma al Consejo de Seguridad. Colombia cree en las relaciones entre este órgano y la Asamblea General, y de manera especial, en torno a este tema al que los miembros de las Naciones Unidas le damos tanta importancia. Termino afirmando que hemos hecho un verdadero esfuerzo en favor de la transparencia en el trabajo del Consejo. Lo hemos hecho a través de briefings detallados a los países que no son miembros del Consejo, actualización permanente de nuestra página de Internet y la disposición permanente de nuestros delegados para ofrecer respuestas y colaborar con cualquier miembro de la organización que lo hubiere solicitado. A este propósito contribuye también esta sesión pública de recapitulación. En vista de que esperamos que no ocurran hechos inesperados en lo que queda de este día 31, quiero darle la bienvenida a Francia, y a su representante permanente, el embajador Jean David Levitt, y ofrecerle los mejores deseos para el ejercicio de la Presidencia del Consejo de Seguridad +/1%7$2&2-&02#&+2&#24$*20(12!.
A l concluir
esta recapitulación mensual ;que es de rigor para el país que
concluye la Presidencia; varias delegaciones resaltaron la transparencia que,
613
como elemento fundamental de todas sus actuaciones, nuestro país le imprimió a esta gestión. Colombia en la Secretaría General de la OEA Siempre he tenido especial inclinación por la O rganización de Estados A mericanos (O E A) y, en particular, por la institucionalidad jurídica que ha creado el sistema interamericano. Debo mencionar que fue en la O E A , en la Comisión Interamericana de Derechos H umanos, donde tuve mis primeras experiencias sobre los temas internacionales. F ue allí donde aprendí a conocer de cerca la historia del sistema y la importancia estratégica que ha tenido para la inserción internacional de Colombia, como actor relevante en el escenario multilateral. T ambién fue allí donde ratifiqué la importancia que tiene la protección y el respeto por los derechos humanos en nuestras naciones, más allá de las formalidades diplomáticas. M e cor respondió, durante mis años como funcionario internacional de la O E A , vivir de cerca, entre otros, casos dramáticos como el del conflicto de Nicaragua y los deplorables sucesos sobre los derechos humanos en A rgentina, que me marcaron enormemente en mis convicciones democráticas y humanísticas. E n el año de 1985 fui designado por el presidente Belisario Betancur (19821986) y su canciller A ugusto Ramírez O campo, como viceministro de Relaciones
E xteriores. E n esa condición coordiné el grupo que trabajó ese
mismo año en la formulación de una propuesta de Estado para la X I V Asamblea E xtraordinaria de la O E A que se celebraría ese mismo en año en C artagena y que buscaba la reforma de la C arta de este organismo. F ue el Gobierno del presidente Betancur el que, a través de su canciller Ramírez 614
O campo, propuso esta reforma. T uve, por lo tanto, la responsabilidad adicional de coordinar la organización de la reunión en la que se suscribió el Protocolo de C artagena de Indias, el 5 de diciembre de 1985, y de presidir la delegación colombiana a ese histórico encuentro. V ale la pena recordar que esta reunión se celebró días después de la toma del Palacio de Justicia, el 6 de noviembre de 1985, por parte del movimiento guer rillero M-19,273 y de los trágicos sucesos ocasionados por el la avalancha de lodo que generó el nevado volcán del Ruiz, el 13 de noviembre, sobre la ciudad de A rmero y las poblaciones
aledañas. 274 L a solidaridad hemisférica con
Colombia, con la nutrida presencia de los cancilleres del hemisferio, incluida la del secretario de Estado de los Estados Unidos, G eorge P. Shultz, fue impresionante. Nunca el presidente Betancur dudó por un solo instante, a pesar de los difíciles momentos por los que atravesaba su Gobierno, cumplir con esta cita de C artagena. Con el Protocolo de C artagena se le dio una nueva dimensión a la O rganización hemisférica. Se convirtió en un ente capaz de asumir compromisos trascendentales para el futuro de los Estados americanos. Se robustecieron principios como la democracia representativa, la universalidad, el pluralismo,
273
E l M ovimiento 19 de abril (M -19) se dio a conocer en Colombia en enero de 1974. E l origen político de esta agrupación está vinculado a la A lianza Nacional Popular (A N A P O) y a otros sectores provenientes de las F uerzas A rmadas Revolucionarias de Colombia (F A R C), así como sectores independientes de la clase media. Sus acciones militares evidenciaron el nacimiento de la guer rilla urbana en Colombia. E l M -19 firmó acuerdos de paz en el Gobierno de V irgilio Barco V argas y desmovilizó su estructura militar en 1990, cuando hizo dejación de sus armas y se reinsertó a la vida institucional y democrática del país a través de la conformación del partido político A lianza Democrática M -19. 274 E n este lamentable hecho fallecieron aproximadamente 26.000 personas, 20.000 perdieron su hogar y fueron miles los damnificados, heridos, mutilados y afectados sicológicamente. L as pérdidas económicas fueron incalculables.
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el desarme y la autodeterminación, aspectos que dentro del ámbito internacional han sido debatidos y reconocidos. Probablemente una de las normas de mayor relevancia fue la que incorporó en dicho Protocolo nuevas atribuciones al secretario general de la O E A , para que dejara de ser un funcionario con un simple papel administrativo y pudiese traer a consideración de la Asamblea o del Consejo Permanente de la O rganización, iniciativas que puedan prevenir hechos que atenten contra la paz, la seguridad hemisférica o contra el desar rollo de los Estados miembros. No puedo dejar pasar desapercibido en este testimonio, la gestión internacional que durante su mandato efectuó el presidente Belisario Betancur (1982-1986). A la notable presencia en la conducción de la Organización de Estados Americanos, se sumó la creación del Grupo de Contadora y más tarde del Grupo de Apoyo a Contadora; el ingreso al Movimiento de los No Alineados; el acercamiento a la Comunidad Europea <hoy Unión Europea<; la reunión del Consenso de Cartagena, durante la grave crisis de la deuda externa de América Latina <y las bases para su tratamiento que de allí salieron<; así como la suscripción del Tratado sobre Delimitación Marítima con Honduras. Todos ellos fueron sólo algunos de los hitos que dejaron huella profunda en las relaciones internacionales de Colombia durante este período. Por todas estas razones históricas, que se convirtieron, además, en apasionante vivencia personal, consideré como un hecho fundamental para la política exterior colombiana, mantener durante los años de mi C ancillería una posición de liderazgo en la O rganización de Estados A mericanos.
El papel de la O EA en la agenda hemisférica 616
Colombia ha jugado un destacado papel desde cuando en 1948, Bogotá fue la sede de la IX Conferencia Interamericana en la que se aprobó la Carta constitutiva de la Organización, a la postre el instrumento ideal para regular las relaciones entre nuestros Estados bajo el imperio de las normas, la paz y el respeto mutuo. La apuesta que ha hecho nuestro país por el regionalismo, en el ámbito de la OEA, está fundamentado firmemente en una tradición histórica. Pero es evidente que el avance de la globalización hace imperativo redimensionar los alcances y las responsabilidades de las instituciones regionales. Por tal razón estoy cada vez más convencido de la necesidad de un regionalismo que armonice sus propósitos con los de las Naciones Unidas, para profundizar su contribución a la gobernabilidad democrática, a la seguridad colectiva y a la integración en el hemisferio. Todo ello sin perder de vista que la Carta de la OEA, a diferencia de la de Naciones Unidas, no establece la figura del veto, a la que se opuso en su momento con sobrada razón nuestro país. Desde mediados de los años noventa, la Organización de Estados Americanos (OEA) ha jugado un papel fundamental en el desarrollo y la implementación de la nueva agenda de las relaciones interamericanas, particularmente a partir de la primera Cumbre de las Américas celebrada en Miami en 1994, cuando los presidentes de los 34 países miembros de la Organización acordaron una ambiciosa agenda común, encaminada a fortalecer la democracia en la región, el desarrollo sostenible y la integración económica. La OEA, junto con el Banco Interamericano de Desarrollo y otros organismos del sistema interamericano, ha suministrado un apoyo técnico fundamental para avanzar en los compromisos derivados de la Cumbre de Miami, los cuales fueron ratificados y ampliados en las cumbres de 617
Santiago (1998) y Québec (2001), donde también se reafirmó el papel que debe jugar la organización en el proceso de integración hemisférica. Como resultado del aporte y la voluntad política de sus Estados miembros, así como del liderazgo de su secretario general, el ex presidente de Colombia César Gaviria, hoy contamos con una organización más moderna y acorde con las realidades hemisféricas, que trabaja en el fortalecimiento de la democracia y el respeto a los derechos humanos; en el incremento de comercio y la integración por el logro del desarrollo sostenible, en la erradicación de la pobreza, la marginalidad y el atraso, y en la búsqueda de acciones coordinadas en la lucha contra las drogas ilícitas, el terrorismo y la corrupción. Gracias a la gestión de Gaviria, como lo destacó en su momento el presidente Pastrana ante el Consejo Permanente de la Organización, la OEA ha pasado de ser una entidad meramente asistencialista para transformarse en la promotora de una cooperación internacional dinámica y participativa, y en un eje de coordinación entre las instituciones del sistema interamericano.275 Es cierto que tenemos todavía un largo camino por transitar, pero también lo es que la credibilidad de la OEA ha crecido en todos los ámbitos del proyecto hemisférico. Su presencia como mecanismo de consulta y de acción concertada constituye, a principios del siglo XXI, un valioso patrimonio del continente que estamos en la obligación de preservar y proyectar hacia el futuro.
275
Para una mayor ilustración, véase el discurso del presidente Pastrana en la O E A el día 29 de octubre de1998, en el cual el país fijó una clara política de lo que debía ser la actuación de este organismo en el ámbito hemisférico. De estos conceptos se nutre también esta reflexión.
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Bajo la conducción de su secretario general, la O E A ha experimentado un proceso de reforma interna encaminada a hacerla más eficiente y responder de una manera apropiada a las necesidades de los países miembros y de la comunidad hemisférica en general. L as acciones de la O E A le han dado un especial impulso a sus organismos especializados como la Comisión y la Corte Interamericana de Derechos H umanos; la Comisión para el Control del A buso de D rogas ; C I C A D; así como el Consejo Interamericano para el Desar rollo Integral, a través del cual se canalizan las iniciativas de los países miembros en materia económica, social y cultural.
La reelección del secretario general Con el respaldo unánime de los 34 países miembros, y gracias a la gestión del Gobierno de Colombia, en abril de 1999 el ex presidente César Gaviria Trujillo fue elegido por segundo período consecutivo como Secretario General de la Organización de los Estados Americanos. El ex presidente Gaviria es el segundo colombiano en alcanzar esta posición, lo que evidencia la relevancia de nuestro país en el hemisferio. Una de las acciones prioritarias que tuve que emprender al asumir mis tareas de Gobierno fue garantizar la reelección del ex presidente César Gaviria como secretario general de la OEA para el período 1999 < 2004. Esta confirmación era importante no sólo por lo que significaba para Colombia, sino además por el gran trabajo que el ex presidente Gaviria había realizado en su primer período al frente de la Organización. La respuesta a las gestiones internacionales, iniciadas desde las primeras semanas de mi llegada a la Cancillería, no se hicieron esperar. Quiero destacar, por la
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trascendencia adquirida en el proceso, la comunicación que me enviara el canciller de Canadá, Lloyd Axworthy, el día 9 de noviembre de 1998, en la cual me señaló: "GR62-276*%S G racias por su carta de agosto 24, 1998 presentando la candidatura del doctor C ésar G aviria T rujillo, ex presidente de la República de Colombia, para su reelección al segundo mandato como secretario general de la O rganización de Estados A mericanos (O E A) en las elecciones de la X X X I X Asamblea General en G uatemala en junio de 1999. Para mí es muy grato informarle que el Gobierno del C anadá estará complacido en apoyar al doctor G aviria T rujillo en su reelección a un segundo período como secretario general de la O E A . Su visión y sus objetivos reflejan de cerca las prioridades canadienses en la O E A . Desde se elección en 1994, el doctor G aviria T rujillo ha trabajado con ahínco para reformar el sistema interamericano y responder más efectivamente a los objetivos hemisféricos, tales como la integración de la economía, la consolidación de la democracia, la protección ambiental y la promoción de la igualdad y la justicia. L as reformas del doctor G aviria T rujillo le han permitido a la O E A enfrentar los problemas que comprometen la legitimidad de las democracias. Bajo su mando, los estados miembros de la O E A han firmado convenciones o suscrito estrategias regionales que los unen legal y políticamente en asuntos como el control de armas, la lucha contra la cor rupción, el tráfico de drogas y el ter rorismo. E l trabajo del doctor G aviria T rujillo para reforma r la O E A integrando sus actividades con los objetivos de la C umbre de las A méricas, también ha sido defendido y apoyado con firmeza por el C anadá. É l también ha sido un proponente firme de continuar con la Unión Comercial apoyando las negociaciones del T ratado de L ibre Comercio de las A méricas. L a agenda interamericana presentará retos importantes en los próximos años y también ofrecerá oportunidades significativas. L as exigencias y expectativas de los líderes, tanto a nivel de organizaciones nacionales como multilaterales, son grandes. Para satisfacer estos retos será necesario tener una O E A revitalizada y fuerte que pueda liderar el manejo y el progreso de la agenda global y promover la cooperación multilateral. Sin embargo, aún existen obstáculos al multilateralismo y a una reforma significativa. C anadá ha sido un promotor de la reforma de la O E A y recientemente propuso el establecimiento de un G rupo de T rabajo Especial para la Modernización y el Fortalecimiento. Espero continuar trabajando con el doctor G aviria T rujillo en
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promover la agenda de esta reforma fundamental. T enemos que asegurarnos de que la O E A fortalezca su capacidad de liderazgo y continúe adaptándose a la nueva problemática y a las realidades del hemisferio. Confiamos en que el doctor G aviria T rujillo, durante su segundo mandato como secretario general, continúe con esa visión de revitalizar la O E A de manera que la organización pueda reflejar de mejor manera las preocupaciones de los estados miembros con respecto al fortalecimiento de la democracia, la promoción del comercio, la seguridad y la reducción de la pobreza. A provecho la oportunidad para reiterarle, E xcelencia, las seguridades de mi alta consideración2.
Sin embargo, ésta no fue una tarea sencilla de abordar, porque se vislumbraba una alianza entre los países del Caribe y los países centroamericanos, teniendo en cuenta que en la anterior elección César Gaviria había derrotado a un candidato centroamericano <al canciller costarricense Bernd H. Niehaus< y ellos se sentían con el derecho a ser elegidos en la siguiente oportunidad. Para ese efecto elaboramos en la Cancillería de San Carlos una rigurosa estrategia e iniciamos con la viceministra de Relaciones Exteriores <en ese momento María Fernanda Campo< y con el vicepresidente Gustavo Bell, una serie de visitas al Caribe. En mi caso particular, hice también visitas a numerosos países de la región, con ocasión de la reunión ministerial de la Asociación de Estados Caribeños, de tal manera que hubiera total claridad del interés que tenía el Gobierno de Colombia en la reelección del ex presidente Gaviria. Recuerdo de todas estas gestiones mi entrevista en Barbados con la ministra de Relaciones Exteriores y Comercio de ese país, Billie A. Miller, quien de una manera un tanto abrupta me indicó que mi antecesora en el cargo, Noemí Sanín, le había señalado que el presidente Gaviria solamente estaría presente durante un período y, por lo tanto, me reclamaba el respeto que Colombia debía hacer de ese aparente acuerdo. En sus interpelaciones, por cierto ligeramente subidas de tono, se refería
621
6,7& @126/276*%& %& "c%,0*!F& 4%1%& 126,1+%1& #/& 6,7521#%6*97& 6,7& -%& 2R& 6%76*--21& colombiana. Era tal su insistencia, que en un momento determinado de la conversación tuve que interrumpirla y decirle a la ministra Miller que sentía mucho lo que estaba diciendo, pero que el canciller de Colombia ahora era Guillermo Fernández de Soto y que era con él que estaba hablando, para que quedara claro que no había ningún compromiso, como ella estaba sugiriendo, para que el presidente Gaviria no fuera a la reelección. En medios cercanos al ex presidente se presentaron brotes de nerviosismo, mientras que en alguna prensa escrita se hacían especulaciones en torno a la capacidad de la nueva Cancillería colombiana para lograr la confirmación de Gaviria como secretario general de la OEA. No obstante, para salir al paso de estas inquietudes, mantuve con el ex presidente una comunicación permanente sobre cada una de las gestiones que estábamos adelantando y coincidimos siempre en que la estrategia trazada era la indicada. Costa Rica había presentado la candidatura del ex presidente Rafael Ángel Calderón, por cierto, gran amigo personal del presidente Pastrana y mío, alrededor de la cual se intentó consolidar un fuerte bloque de países centroamericanos y del Caribe. Sin embargo, para nosotros desde el principio fue claro que los 14 votos del Caribe más los 5 de Centroamérica, a pesar de que podrían sumar una mayoría numérica, no constituían una mayoría política para reelegir al secretario general de la OEA. En consecuencia, adelantamos con el vicepresidente Gustavo Bell y la viceministra María Fernanda Campo, una intensa de persuasión que nos permitió, al final del proceso, obtener los consensos necesarios para obtener la reelección unánime del secretario general.
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Este hecho no sólo fue un importante logro de la política exterior colombiana, sino que contribuyó a garantizar la continuación de una agenda que, como señalé, ha sido muy destacada.276
Nace la Carta De mocrática Intera mericana L a C arta Democrática Interamericana ha sido reconocida, en forma unánime, como un paso de la mayor trascendencia en la tarea de promover, preservar y defender la democracia en el hemisferio americano. E l papel de Colombia fue de particular relevancia. E n efecto, durante la primera fase de su discusión, el embajador de Colombia ante la O E A , H umberto De L a C alle, actuó como presidente del Consejo Permanente, en cuyo seno, bajo la forma de grupo de trabajo abierto, tuvieron lugar las discusiones. E l embajador De L a C alle, con su rigurosidad, inteligencia y capacidad negociadora fue, de principio a fin, artífice indiscutible de la aprobación de la C arta Democrática. E l proyecto se discutió en la Asamblea G eneral en San José, que tuvo luga r del 3 al 5 de junio de 2001. Esta reunión no estuvo exenta de dificultades, debido a la oposición de V enezuela y de algunos países caribeños, a la cabeza de los cuales se encontraba la canciller de Barbados. A esta funcionaria le debí rebatir enérgicamente afirmaciones hechas en el seno del debate general que aseguraban que las deliberaciones en el Consejo Permanente, presididas por Colombia, se habían realizado a espaldas del C aribe.
276
V er Informe del Secretario General a la Asamblea General de la O E A . G uatemala, junio de 1999.
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E n Costa Rica, luego de intensas gestiones diplomáticas, este proyecto fue adoptado como documento de base para una segunda ronda, encabezada también por Colombia, como presidente del G rupo de T rabajo creado para tal efecto. Posteriormente, el 11 de septiembre de 2001, un día poco propicio para el recuerdo, en la ciudad de L ima, durante la asamblea extraordinaria que se convocó con esa finalidad, la C arta fue aprobada por la totalidad de los Estados del hemisferio. Ésta define la democracia como un derecho de los pueblos de las A méricas, establece sus elementos esenciales, apoya la democracia participativa como una práctica que refuerza y profundiza la democracia representativa y convoca el fortalecimiento de los partidos políticos. Así mismo, incorpora un capítulo relacionado con el necesario mejoramiento y ampliación del sistema de protección de los derechos humanos. Dedica igualmente otro aparte al desar rollo integral y al combate contra la pobreza. F inalmente, contiene un fuerte compromiso del sistema interamericano con la formación de una cultura democrática. Pero sin duda el elemento más llamativo lo constituye la llamada cláusula
democrática la que autoriza a la Asamblea G eneral para adoptar medidas en caso de inter rupción del orden constitucional, las que pueden llegar hasta la suspensión del gobierno infractor. A demás de haber detentado la Presidencia, Colombia intervino de manera persistente y oportuna a fin de cristalizar en el articulado de la C arta los ideales democráticos que hacen parte de nuestra tradición política.
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E l Secretario G eneral de la O E A , C ésar G aviria, quien cumplió un papel decisivo en la construcción de los consensos para obtener su aprobación final, se expresó así sobre la trascendencia de este paso en su informe a la Asamblea G eneral de la O E A , celebrada el 8 de junio de 2003 en la ciudad de Santiago de C hile: .H,# *!+*!# I,%-,*)+3# J+,/-"!,# KLLK3# $4*&/)+# ,$%!(&,%# ",# %!"!5,'(&,# *!# ",# C arta Democrática. Y desde el último año nos hemos afer rado con firmeza a sus preceptos por las muchas dificultades que encuentran nuestros gobernantes para responder a las demandas ciudadanas, para atender los reclamos, las protestas y los malestares que surgen contra las decisiones o políticas gubernamentales, contra la globalización o contra la integración regional, algunos fundados, otros apenas justificados. L a C arta se ha constituido así en un
documento capital, viviente, imprescindible, casi
podríamos decir
imperativo. A llí están consagradas las múltiples dimensiones de lo que, hoy, es *!/)(%,(&,2>
"#!$%&'(!)*!+,(-!#.!*/01.10.!)*!#.!1(('*%.1023!'(#,401.!! Como resultado de la tarea del G rupo de Contadora y del G rupo de A poyo a la búsqueda de una solución auténticamente latinoamericana a la crisis de C entro A mérica, el 18 de diciembre de 1986, los cancilleres de A rgentina, B rasil, Colombia, M éxico, Panamá, Perú, U ruguay y V enezuela, acordaron instituir al G rupo de Río como un M ecanismo de Consulta y Concertación Política fundado sobre la vigencia de los valores democráticos. 277 277
E n la actualidad, el G rupo de Río está conformado por todos los países de A mérica del Sur y de
C entroamérica, M éxico, República Dominicana y los miemb ros de C aricom, representados en forma rotativa por el presidente de turno de esa organización.
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E n el seno del G rupo, el fortalecimiento de la democracia en A mérica L atina ha permitido, como lo señala la declaración constitutiva de Río de Janeiro de 1986, un intenso diálogo político en el que se reafirma la necesidad de conjugar esfuerzos y capacidades para encontrar soluciones propias a nuestras dificultades e impulsar el desar rollo independiente y sostenido de la región. E ntonces, como ahora, nos ha unido el propósito de fortalecer la democracia a partir de un vigoroso desar rollo económico y social, basado en un creciente proceso de cooperación e integración en A mérica L atina. E l G rupo de Río es en la actualidad un foro de diálogo de gran trascendencia en la región. Para Colombia, ha representado la oportunidad de abrir espacios de reflexión y discusión sobre los temas más importantes de la agenda internacional, y se ha convertido en el mecanismo de mayor proyección de nuestra política multilateral en el ámbito de A mérica L atina y el C aribe.
Los trabajos de la Secretaría Protémpore Colombia asumió la Secretaría Protémpore del G rupo por segunda vez en enero de 2000. 278 A l asumir esta responsabilidad renovamos nuestro compromiso con la vigencia del G rupo y sus ideales, y nos propusimos fortalecerlo como instancia de reflexión, consulta y concertación, así como mejorar su capacidad de interlocución frente a los principales actores del concierto internacional. 278
M e cor respondió, por enca rgo del presidente C ésar G aviria (1990 ; 1994) y de su canciller L uis F ernando Jaramillo, coordinar las labores de la Secretaría Protémpore en el año de 1991, cuando Colombia, por primera vez, ejerció dicha Secretaría. T ambién tuve bajo mi responsabilidad la organización de la C umbre de Jefes de Estado del G rupo, que se celebró en C artagena de Indias, en diciembre de 1991.
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E n el año de la Secretaría Protémpore de Colombia, la defensa de la democracia, y la preservación de los valores que la caracterizan, continuaron siendo la razón de ser del G rupo, como fue reafirmado en el Compromiso de C artagena con la Democracia, suscrito por los jefes de Estado y de Gobierno en el marco de la X I V C umbre Presidencial, en junio de 2000. 279 Los oportunos pronunciamientos y las gestiones realizadas en los casos de intentos de quiebre democrático en el E cuador y Paraguay, así como las acciones desar rolladas en favor de la continuidad del proceso de normalización democrática en el Perú, con motivo de la crisis política desatada por el régimen de F ujimori, son una muestra del compromiso con esa tarea central del G rupo de Río, que es la de servir de mecanismo de alerta frente a cualquier amenaza a la democracia en la región y contribuir, cuando sea del caso, en la realización de las gestiones diplomáticas pertinentes. Uno de los eventos más importantes dentro de la agenda internacional del año 2000 lo constituyó, sin duda, la C umbre del M ilenio, celebrada en el marco de las Naciones Unidas en el mes de septiembre, con el propósito de estudiar las perspectivas de esa organización de cara al siglo X X I. Por ello, en el G rupo de Río, nos propusimos coordinar una posición conjunta de la región frente a los principales temas reflejados en la agenda de esta C umbre. 279
E n el Compromiso de C artagena con la Democracia, los jefes de Estado y de Gobierno reafirmaron, entre otros, su compromiso indeclinable con la paz, el fortalecimiento de la democracia y el impulso al desar rollo social y económico, como los postulados que orientan la acción de sus gobiernos, tanto en el orden interno como en el internacional. A su vez, expresaron su firme convencimiento de que la democracia, el desar rollo y el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales son interdependientes y se refuerzan mutuamente; y destacaron su convicción de fortalecer la democracia representativa como un sistema de gobierno, de promover sus valores como forma de vida y de defender la institucionalidad democrática y el estado de derecho en A mérica L atina y el C aribe.
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Este propósito orientó los trabajos de los cancilleres, que se hicieron visibles en el análisis y la adopción de la Declaración de C artagena de Indias en la X I V C umbre de jefes de Estado y de Gobierno del G rupo de Río, celebrada los días 15 y 16 de junio de 2000, con la participación de más de 15 presidentes latinoamericanos. E n este documento quedaron plasmados los consensos del G rupo sobre temas como: el compromiso con el multilateralismo, la democracia, los derechos humanos, el Derecho Internacional H umanitario, el desarme, la lucha contra el problema mundial de las drogas, la protección y preservación del medio ambiente, el desar rollo sostenible y la reforma del sistema financiero internacional. Planteamientos concretos sobre temas de la mayor actualidad y sobre los cuales los presidentes quisieron expresar un mensaje particular, fueron recogidos en los cinco pronunciamientos que acompañan la Declaración, y que son parte integrante de la misma: el Compromiso de C artagena con la Democracia, ya mencionado; la decisión sobre el comercio internacional; la decisión sobre el mercado petrolero; la directriz sobre la conformación de un grupo de trabajo de alto nivel que revisara los métodos de trabajo del G rupo de Río; y la declaración sobre el proceso de paz en Colombia. Los consensos de C artagena, fueron presentados en nombre del G rupo Río por el presidente A ndrés Pastrana A rango en sus diversas intervenciones en el marco de la C umbre del M ilenio, celebrada en Nueva Yor k, entre el 6 y el 8 de septiembre de 2000, y constituyeron también la base de la posición regional en las negociaciones de la Declaración del M ilenio, adoptada por los países miembros de las Naciones Unidas como resultado de la misma C umbre. No me
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cabe ninguna duda de que éste constituyó un hecho sin precedentes en la concertación latinoamericana. Una de las tareas esenciales del G rupo de Río fue promover el diálogo político y la cooperación entre A mérica L atina y E uropa, sobre nuevas bases de interés para nuestra región. Bajo esta óptica se celebró una histórica reunión de jefes de Estado y de Gobierno, en junio de 1999, en la ciudad de Río de Janeiro. E n la declaración conjunta de los mandatarios, en esta primera cumbre de A L C ; U E , se demarcaron de la siguiente forma las directrices por las cuales debería conducirse esta nueva alianza: .Nosotros los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión E uropea y de A mérica L atina, hemos decidido promover y desar rollar nuestras relaciones hacia una asociación estratégica bir regional, basada en la profunda herencia cultural que nos une y en la riqueza y diversidad de nuestras respectivas expresiones culturales. L as mismas nos han conferido acentuadas identidades multifacéticas, así como la voluntad de contribuir para la creación de un ambiente internacional que nos permita elevar el bienestar de nuestras sociedades y cumpliendo con el principio de desar rollo sostenible, aprovechando las oportunidades que ofrece un mundo cada vez más globalizado, en un espíritu de igualdad, respeto, alianza y cooperación entre nuestras regiones2.
A lo largo del año 2000, se reforzó el papel del G rupo como interlocutor de la región frente a otros países y grupos de países. L a primera muestra de esto lo constituyó la I X Reunión Institucionalizada G rupo de Río < Unión E uropea, celebrada en V illamoura, Portugal, en febrero de 2000, que tuve el honor de presidir.
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E n la Declaración de V illamoura se reafirmaron posiciones comunes en temas como la promoción de la democracia, la protección de los derechos humanos y la vigencia de las normas y principios del Derecho Internacional H umanitario, la responsabilidad compartida en la lucha contra el problema mundial de las drogas y sus delitos conexos, y la importancia de la O rganización M undial del Comercio como foro principal para el fomento de la liberalización progresiva y mutuamente beneficiosa del comercio. A dicionalmente, a través de la M isión de Colombia en B ruselas desar rollamos, a lo largo del año, numerosas reuniones de coordinación de la agenda del G rupo de Río con la Unión E uropea. Se realizaron, así mismo una serie de seminarios que permitieron un fructífero intercambio con los miembros de la Comisión y el Consejo E uropeo sobre los principales temas de la agenda internacional. H acia el futuro, el principal desafío de las relaciones de A mérica L atina con la Unión E uropea es construir un proyecto político viable de asociación que podría denominarse como una nueva alianza estratégica. M i propia experiencia de estos cuatro años me indica que ello es posible. Para A mérica L atina y el C aribe las relaciones con la República Popular C hina forman parte de sus prioridades. Dentro de la reconfiguración del orden internacional, que determinará unas nuevas fuentes de poder, esta prioridad tiene un significado especial. Para el G rupo de Río la voluntad política de acercamiento con la República Popular C hina ha sido un compromiso esencial, por considerar a este país como 630
una de las más grandes naciones y economías mundiales, que por su extensión ter ritorial, la magnitud de su población y gradual apertura de su economía requiere del más alto nivel de relacionamiento político. L as oportunidades están dadas para estrechar aún más los lazos de cooperación en el inmediato futuro. Así tuve oportunidad de ratificarlo durante la conmemoración
del X aniversario del establecimiento del diálogo político
G rupo de Río ; C hina, con una visita oficial de los cancilleres de la T roika, que presidí en compañía de las ministras de Relaciones E xteriores de C hile, M aría Soledad A lvear, y de M éxico, Rosario G reen. Durante esa formidable visita fuimos recibidos por las más altas autoridades del Gobierno, entre ellos el presidente, vicepresidente y canciller. A ún recuerdo nuestro viaje a X ian y Shangai. Recor rer el M useo de X ian, donde se encuentra esa prodigiosa obra que son sus guer reros, no hace sino evocar la extraordinaria historia del pueblo chino y su cultura milenaria. Descubrir el prodigioso desar rollo urbano de Shangai y conocer las bases del sorprendente crecimiento económico de este centro del desar rollo chino, me confirmaron que los mecanismos de diálogo y cooperación existentes en el marco del G rupo de Río son indispensables para la profundización de la relación entre las dos regiones. No olvido que al finalizar una de mis intervenciones, hice alusión a un sabio proverbio chino que sostiene: .Un viaje de mil millas se inicia con un sólo $,+)2>#M4!+:%as dos regiones ya dieron este primer paso. T enemos que avanzar, ()/)#*&D!#!'#!+,#)(,+&7'3#.!'#!+:!#:%,=!(:)#*!#/&"#/&"",+#=#/&"#+4!N)+23#()'#",# seguridad de que juntos estamos construyendo un mejor futuro para nuestros pueblos.
Un escenario propicio a la Diplomacia por la Paz 631
Uno de los hechos más visibles de la relevancia adquirida por el país a través de su presencia multilateral, lo constituyó la habilidad de la diplomacia colombiana para aprovechar la legitimidad alcanzada por el G rupo de Río como un espacio excepcional de apoyo al proceso de paz en nuestro país. Así, por ejemplo, la declaración de los presidentes reunidos en C artagena de Indias, con ocasión de la X I V C umbre de Jefes de Estado y de Gobierno, en junio 16 de 2000, resultó decisiva en un momento en el que enfrentábamos posiciones ambiguas entre los funcionarios de gobiernos vecinos e iniciábamos las intensas gestiones de promoción del Plan Colombia en el continente europeo. 280 De igual importancia fue la declaración del G rupo de Río en el marco de la X V C umbre de Santiago de C hile, el 17 de agosto de 2001, en la cual los presidentes hicieron un firme llamado a los grupos al margen de la ley para que respetaran las normas y principios del Derecho Internacional H umanitario, en un momento de gran incertidumbre sobre la continuidad de las negociaciones de paz.281
280
G#$%&+26-%1%6*97&+2&%4,>,&%&.,-,0(*%&*7+*69S&"I,#&presidentes del Grupo de Río, reunidos en la ciudad de Cartagena de Indias, con ocasión de la XIV Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno, manifiestan su respaldo a los esfuerzos del presidente de Colombia para alcanzar una paz firme y duradera y la reconciliación en su país. Expresan su confianza en que las gestiones que se adelantan permitan reducir los niveles de violencia y sean el camino que conduzca hacia una paz duradera y manifiestan su apoyo a los planes de desarrollo social y económico, y de fortal26*0*27$,&*7#$*$/6*,7%-&K/2&2-&`,(*217,&6,-,0(*%7,&2#$3&41,0,5*27+,8! 281
8+:,#*!(",%,(&7'#*!#,$)=)#,#O)")/-&,#&'*&(7P#. Los presidentes de los países miembros del G rupo de Río reiteramos nuestra indeclinable solidaridad con el proceso de paz de Colombia y con los generosos esfuerzos del presidente A ndrés Pastrana A rango por construir la paz en su país. L e asignamos una prioridad especial al cese al fuego y hostilidades y hacemos un firme llamamiento a los grupos al margen de la ley para que respeten las nor mas y principios del Derecho Internacional H4/,'&:,%&)#=#')#&'5)"4(%!'#",#$)-",(&7'#(&5&"#!'#!"#()'1"&(:)2.
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Especial relevancia adquirió el Comunicado de los jefes de Estado y de Gobierno del G rupo de Río, el día 12 de abril de 2002, con motivo de la O4/-%!# *!# O)+:,# Q&(,3# !'# !"# (4,"# /,'&1!+:,%)'# +4# .$"!',# +)lidaridad con el Gobierno y el pueblo de Colombia en su empeño de defender la democracia y !'#+4#"4(C,#()':%,#",+#*%)<,+#&"9(&:,+#=#!"#:!%%)%&+/)23#,#$%)$7+&:)#*!#",#%4$:4%,# del proceso de paz con las F A R C . Con ocasión de esta C umbre ;la última a la cual asistió el presidente Pastrana en el marco del G rupo de Río; el primer mandatario expresó a todos sus colegas del continente latinoamericano y del C aribe un urgente llamado de Colombia por la preservación de su democracia frente a la feroz amenaza del ter rorismo. M encionó que Colombia había estado siempre en primera línea cuando se trataba de defender la democracia en las naciones de la región, haciendo del concepto de la responsabilidad compartida un principio universal aplicable a la lucha contra todos los flagelos que aquejan a la humanidad. Señaló a los presidentes del G rupo de Río que la democracia colombiana estaba siendo atacada como nunca antes en su historia y solicitó con vehemencia la solidaridad concreta de las naciones latinoamericanas y caribeñas. L es recordó que había ofrecido al principal grupo subversivo, las F A R C , a través de la negociación política, la opción de la democracia y la participación política, pero éstas habían elegido el camino del ter rorismo, alentados por los grandes ingresos económicos que reciben del narcotráfico y del infame delito del secuestro. Y aprovechó la oportunidad para entrar en detalles sobre la crueldad de los atentados cometidos por este grupo durante los meses y días anteriores. 633
E n una intervención de hondo contenido humano, con la que logró llegar a lo más profundo del sentimiento de sus colegas, reclamó de cada uno de ellos cooperación inmediata para enfrentar la lucha contra el ter rorismo y consolidar la democracia en Colombia. En el marco de la Cumbre se emitió, el 12 de abril de 2002, una declaración de solidaridad con los esfuerzos de paz realizados por el Gobierno Colombiano que contenía, además, un firme rechazo a las acciones terroristas de las FARC, que encontraban a todas luces violatorias de las normas y principios del Derecho Internacional Humanitario. El texto completo de la Declaración Presidencial del Grupo de Rió, que reproduzco por su importancia, es el siguiente: "I,#& jefes de Estado y Gobierno de los países miembros del Grupo de Río hacemos público nuestro reconocimiento a los decididos esfuerzos que emprendió el presidente de Colombia, Andrés Pastrana Arango, durante su mandato, para poner en marcha un generoso esfuerzo de negociación política, dirigida a construir una paz firme y duradera. Respaldamos, a su vez, los programas dirigidos a las poblaciones más afectadas por la violencia y los cultivos ilícitos, a través de la generación de actividades económicas legales y la promoción de obras de infraestructura y de inversión social. Rechazamos las reiteradas violaciones a los Derechos Humanos y al Derecho Internacional Humanitario, por parte de los grupos al margen de la ley. En especial, reiteramos a dichas agrupaciones que cesen inmediatamente todos los ataques contra la población civil, los secuestros y las extorsiones, así como los embates contra la infraestructura física del país. Condenamos enérgicamente
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los ataques terroristas y secuestros llevados a cabo por las FARC en días recientes. Expresamos nuestra confianza en que las negociaciones con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) avancen positivamente y que se logre en el futuro una solución política al conflicto. Manifestamos nuestra plena solidaridad con el Gobierno y el pueblo de Colombia en su empeño de defender la democracia y en su lucha contra las drogas ilícitas y el terrorismo. En este marco, reiteramos nuestra firme voluntad política de asumir, en un ejercicio efectivo de la responsabilidad compartida, la lucha contra dichos flagelos. A su vez, nos comprometemos firmemente con el cumplimiento de las disposiciones emitidas por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, referentes a actos terroristas, así como de los convenios internacionales en la 0%$21*%F&&+2&-,#&6/%-2#&#,0,#&4%1$2!.
Q uiero resaltar el valor de estas manifestaciones, que ocur rían unas semanas después de la ruptura del proceso de paz con los grupos alzados en armas ;y que no hubiera sido posible en otro contexto;, gracias a la permanente comunicación que tuvimos con los miembros del G rupo de Río. Este foro político se convirtió, como ya lo señalé, en un escenario excepcional para hacer una labor pedagógica en torno a los alcances de la audaz propuesta de solución negociada del conflicto colombiano, en la que nos acompañó con entereza la comunidad internacional, pero que finalmente concluyó en los hechos ya referidos.
E l debate sobre la intervención humanitaria
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F ue, así mismo, en el período de la Secretaría colombiana que se inició un $%)(!+)# *!# ()'+4":,+# +)-%!# !"# :!/,# *!# ",# .&':!%5!'(&7'# C4/,'&:,%&,23# (4=)# primer esfuerzo lo constituyó la reunión de cancilleres, que celebramos en Panamá el día 17 de noviembre de 2000,
en el marco de la X C umbre
Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, para analizar las implicaciones de este concepto para A mérica L atina. Éste era un debate de la mayor importancia para Colombia, porque más allá de buscar una definición universalmente aceptada de la llamada intervención humanitaria, o de promover su incorporación al sistema de normas existentes, era necesario que se examinaran con mucho cuidado las circunstancias particulares que pudieran demandar de la comunidad internacional
una
acción para hacerle frente a las más graves crisis humanitarias, sin per juicio de los principios contemplados en la carta de las Naciones Unidas. Para la C ancillería de San C arlos, era necesario hacerle un seguimiento cercano a este proceso de consultas, con el fin de evitar posibles equívocos en la interpretación del conflicto colombiano y sus consecuencias humanitarias. Por tal razón, desde el 20 de diciembre del año 2000, había solicitado a los ministros de Relaciones E xteriores, de los países miembros del G rupo de Río, proceder a la conformación de un grupo de trabajo interno sobre el tema de la intervención humanitaria. Con el fin de garantizar que Colombia hiciera su tarea de la manera más aplicada, solicité una serie de documentos técnicos que fueron realizados por prestantes académicos colombianos como Rafael Pardo, F ernando C epeda Ulloa y A ndelfo G arcía, cuyos planteamientos sirvieron de
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base para discusiones internas que tuve oportunidad de coordinar en el M inisterio.282 E l 5 de mayo de 2001 se celebró en Santiago de C hile la primera reunión del G rupo de Reflexión sobre Intervención H umanitaria, que estuvo precedida por un seminario en el que participaron académicos de los países miembros del G rupo de Río y representantes de organismos no gubernamentales. Con el seminario se buscaba ilustrar a los integrantes de la Comisión Internacional sobre Intervención y Soberanía del Estado (I C ISS)283 acerca de la posición de A mérica L atina y el C aribe frente al tema. Así mismo, el objetivo era que los países miembros del G rupo conocieran a fondo la labor de la Comisión y sus parámetros de análisis de la intervención humanitaria. 284
282
E l tema de la intervención humanitaria fue abordado por los cancilleres por primera vez en la reunión celebrada en septiembre de 2000, en el marco del L V período ordinario de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas. F ue en ésta oportunidad, cuando los ministros acordaron reunirse de manera especial en la ciudad de Panamá, en el marco de la X C umb re Iberoamericana, para intercambiar opiniones en torno a la intervención humanitaria y sus implicaciones para A mérica L atina. E n la reunión especial de ciudad de Panamá surgieron consensos tales como la realización de un seminario sobre el tema, organizado por la Secretaría Protémpore chilena con participación de representantes de las cancillerías y de expertos académicos y la conformación de grupos de trabajo al interior de cada una de ellas y en el seno del G rupo de Río, además de la instrucción de los representantes per manentes en Nueva Yor k para realizar un seguimiento del tema. 283 Esta Comisión es el resultado de una iniciativa canadiense, que fue anunciada por el canciller de C anadá, L loyd A xworthy, en la C umbre del M ilenio. 284 L as principales conclusiones de la reunión del G rupo de Reflexión fueron las siguientes: necesidad de mejorar la capacidad de respuesta de la comunidad internacional frente a las crisis humanitarias de carácter grave; formular una propuesta para regular la toma de medidas, incluyendo el uso de la fuerza, cuando sea necesario, para atender estas situaciones. E l uso de la fuerza debe considerarse como última ratio, es decir que deben agotarse primero todos los otros medios de acción existentes; el secretario general de Naciones Unidas, en ejercicio de sus atribuciones y debidamente asesorado por las agencias competentes del sistema, debería llamar la atención, bien del Consejo de Seguridad o bien de la Asamblea General, y pedirle que actúe para prevenir o mitigar toda crisis humanitaria grave que se presente; bajo la C arta, la primera y última responsabilidad para autorizar el uso de la fuerza recae en el Consejo de Seguridad, pero cuando este Ó rgano no esté a la altura de su misión, la Asamblea General puede entrar a ejercer las responsabilidades que le son propias y decidir el curso de acción a seguirse; fortalecer las medidas de prevención para atacar las causas profundas de las crisis y en especial la falta de desar rollo, las cuales conllevan a fenómenos como la intolerancia racial o religiosa, la xenofobia, entre otros. Debe subrayarse el papel que le cor responde jugar a los organismos y
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Con base en las reflexiones internas de nuestra C ancillería y en las posiciones presentadas por los cancilleres de los países miembros, a lo largo de esta reunión, la viceministra de Relaciones E xteriores C lemencia Forero Ucrós, presentó nuestra posición con gran cuidado de reflejar el interés colombiano en la orientación de este debate. Y en este mismo sentido me pronuncié en la C umbre de G rupo de Río del mes de agosto en Santiago de C hile: .O)")/-&,# ()'+&*!%,# $!%:&'!':!# =# 0:&"# ()':&'4,%# ",# %!1"!R&7'# &'1ormal sobre el tema en el marco del G rupo de Río. Dicha reflexión se debe profundizar en la medida en que la definición de una figura tan difusa como lo es el concepto de intervención humanitaria, requiere de un aporte sólido que sea producto de un debate más amplio que tome en cuenta todos los elementos y situaciones, así como las realidades de la región americana. Desde el punto de vista jurídico, la intervención humanitaria no tiene un sustento en la C arta de las Naciones Unidas, debido a que la C arta sólo admite la fuerza cuando es utilizada por decisión del Consejo de Seguridad o cuando se trata de un acto lícito de defensa individual o colectiva. E n la práctica, desde el punto de vista político, la intervención hasta el presente ha sido selectiva y en algunos casos no ha contado con un consenso, debido a que la comunidad internacional no tiene aún acuerdos sobre los principios que la rigen. E n este sentido, el problema para los países de A mérica L atina radica en que si se legitima el concepto de intervención en defensa de los derechos humanos, en un futuro la intervención podría tener justificaciones de cualquier otro orden. acuerdos regionales, debidamente autorizados, tanto en la prevención como en la reacción ante las
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Los países miembros del G rupo de Río hemos colaborado activamente en materia de asistencia humanitaria. Sin duda, es necesario que nuestra región promueva y fortalezca la asistencia humanitaria, regida por los principios de humanidad, neutralidad, imparcialidad, consentimiento y basada en el respeto a la soberanía e integridad ter ritorial. A mérica L atina cuenta con un acervo jur ídico y con instituciones que se deben fortalecer, como es el caso del sistema interamericano de protección de los derechos humanos. E n este marco, a nivel político, nuestra región debe trabajar en el robustecimiento de los mecanismos de defensa de la democracia, prevención de conflictos y protección de los derechos humanos. Para Colombia es pertinente que el G rupo de Río pueda seguir analizando esta materia y que tenga en cuenta para su reflexión los elementos que aporte, en su momento, la Comisión sobre Intervención y Soberanía de los Estados a la Asamblea General de las Naciones Unidas. Colombia considera que este tema debe tratarse en Naciones Unidas a nivel de la Asamblea G eneral, en tanto que es el órgano democrático por excelencia, y por lo tanto el más representativo de las Naciones Unidas. E llo podría realizarse a través de un grupo de composición abierta que se encargara exclusivamente del tratamiento del tema de intervención humanitaria. T eniendo en cuenta que históricamente los países del G rupo de Río han jugado un papel importante en el desar rollo progresivo del Derecho Internacional, Colombia considera que la comunidad internacional aún crisis humanitarias.
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no cuenta con un concepto sobre intervención humanitaria y que se hace necesaria la continuación de la reflexión tanto a nivel de los representantes permanentes de los países miembros en Nueva Yor k, como en el ámbito de las reuniones de c,'(&""!%!+2>
Los países que apoyaron la posición de Colombia fueron B rasil, que consideraba que el tema de la intervención humanitaria no debía estar incluido en la agenda temática del siguiente período de sesiones de la Asamblea G eneral de las Naciones Unidas, y U ruguay que apoyaba la idea de privilegiar la búsqueda de soluciones jurídicas y no intentar legitimar acciones a través de fórmulas pragmáticas de corto plazo. En la XV Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno del Grupo de Río, celebrada en Santiago de Chile entre el 17 y 18 de agosto de 2001, el tema de la intervención humanitaria se convirtió en asunto central de la agenda de los presidentes. Al respecto, se presentó a los mandatarios un informe sobre los avances alcanzados por el Grupo de Reflexión sobre Acción y Responsabilidad Internacional ante Situaciones de Crisis Humanitaria. En este sentido vale la pena destacar que Colombia, después de un amplio debate sobre el tema, coincidió con el párrafo que quedó plasmado en la Declaración de Santiago, en el cual los presidentes reconocen la importancia de mejorar la capacidad de respuesta de la comunidad internacional frente a las grandes crisis humanitarias, conforme con las normas y principios contenidos en la Carta de las Naciones Unidas y, a su vez, renuevan el mandato a sus cancilleres para que evalúen y definan los posibles cursos de acción para la oportuna consideración del tema por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
640
Para la defensa de las expectativas de la política exterior colombiana, creo que lo mejor que pudo ocurrir al concluir este debate fue, en todo caso, evitar cualquier apresuramiento que hubiera podido darse para definir una figura sobre la que no existía pleno consenso, con el posible efecto correlativo de minar la frágil diferencia que existe, en el terreno de los hechos, entre la intervención y la asistencia humanitaria, que en el caso de Colombia resulta indispensable. Una de las más juiciosas presentaciones que tuve oportunidad de conocer sobre esta materia ocurrió a partir de un intercambio de ideas con el secretario de Relaciones Exteriores del Reino Unido, Robin Cook.285 Para ese funcionario era fundamental preguntarse cómo puede la comunidad internacional prevenir los crímenes contra la humanidad y, al mismo tiempo, respetar las reglas del Derecho Internacional y la soberanía de los Estados. De esta pregunta se derivan grandes interrogantes sobre el derecho legítimo que podrían tener los Estados para usar la fuerza. La contribución de Cook al debate se encontraba en su intento por establecer parámetros o líneas maestras que determinaran con claridad en qué momento se legitima una intervención humanitaria del Consejo de Seguridad. Su interés se concentraba en definir un nuevo consenso internacional que permitiera prevenir los crímenes contra la humanidad. Para ello estableció seis principios286 que en su conjunto conformaría un marco político de acción:
285
E l canciller Cook se retiró como secretario de Relaciones E xteriores al no coincidir con el primer ministro Tony Blair acerca de las decisiones adoptadas y que conllevaron a una nueva guer ra contra I rak.
641
<Las intervenciones, cualquiera que éstas sean, llevan implícito un reconocimiento del fracaso de las políticas de prevención (v. gr. comercio ilícito de armas, tráfico ilícito de drogas y diamantes, uso de niños como combatientes). <El uso de la fuerza debe ser utilizada únicamente como el último recurso disponible. <La responsabilidad inmediata de detener la violencia le corresponde al Estado en donde ésta ocurra. Sin embargo, cuando el Estado no actúe o sea incapaz de cumplir con su responsabilidad, la comunidad internacional debe estar preparada para ejercer subsidiariamente este rol. <La comunidad internacional debe intervenir en momentos en que se presente una crisis humanitaria y el gobierno no tenga la voluntad ni la capacidad de enfrentarla decididamente. <El uso de la fuerza debe ser proporcional a sus propósitos humanitarios, así como debe ser desarrollada en concordancia con el Derecho Internacional. <El uso de la fuerza debe tener un carácter colectivo. Por lo tanto, ningún país se puede atribuir el derecho de actuar en representación de la comunidad internacional. No comparto el criterio de algunos estudiosos del tema de Colombia que sostienen que tarde o temprano en el país se producirá una intervención humanitaria. Conservo
286
Para un mayor desar rollo, ver la intervención de Robin Cook en The American Bar Association , el 19 de julio de 2000.
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aún la esperanza que la comunidad internacional y los organismos competentes de las Naciones Unidas le seguirán prestando su servicio a nuestro país para contribuir a la solución del drama humanitario que vivimos. Pero me encuentro lejos de considerar, a la luz de los principios señalados anteriormente por Cook, que el Estado colombiano no esté en condiciones de cumplir con sus responsabilidad en esta materia y, mucho menos, que pueda estar en tela de juicio la legitimidad de la institucionalidad democrática colombiana por parte de la comunidad internacional. Mi criterio sobre esta materia, tuve ocasión de señalárselo en varias ocasiones al presidente Pastrana (1998-2002) y al presidente Uribe (2002-2006). A este último, en particular, días antes de su primer encuentro con el secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan. Creo que aún existe el riesgo de que la situación en Colombia sea equiparada con la de países en donde Naciones Unidas cumple un papel político. La experiencia de Naciones Unidas en situaciones de otras naciones que carecen de sistemas democráticos e instituciones legítimas, con Estados al borde del colapso o totalmente colapsados y en anarquía, podrían ser utilizados con mayor frecuencia como referentes para definir el papel de la organización en la situación en Colombia. El país entraría a formar parte de un grupo entre los cuales sobresalen la República Democrática del Congo, Burundi, Sierra Leona, Afganistán y Angola, por mencionar algunos. Habría que valorar las consecuencias de propiciar esta categorización de la situación interna del país. También la participación de la Secretaría General de las Naciones Unidas podría requerir la consideración de la situación en Colombia por parte del Consejo de Seguridad, con todas las implicaciones de este involucramiento, entre ellas la eventual limitación de la autonomía del Estado en la toma de ciertas decisiones y 643
crearía un espacio político a los grupos armados para hacer diplomacia con los miembros del Consejo de Seguridad en defensa de sus perspectivas e intereses. Los No Alineados: la vigencia de un movimiento Los orígenes del movimiento No A lineado se remontan a la Conferencia de Bandung, Indonesia, el 24 de abril de 1955, cuando los fundadores del No A lineamiento se reunieron para condenar el apartheid y el colonialismo y adoptar, en consecuencia, una estrategia conjunta. L a iniciativa de su convocatoria provino de los cinco primeros países que habían logrado su independencia en Asia: Pakistán, India, Indonesia, C eilán y Birmania. L a figura impulsora fue Nehru, quien había alertado sobre la extensión de la guer ra fría al continente asiático tras el conflicto de Corea, y sobre el riesgo de que Asia se dividiera en bloques enfrentados tal como lo anunciaban formación de la SE A T O (Southeast Asia Collective Defense T reaty)
la o la
alianza chino-soviética.287 Por las razones descritas, el Movimiento No A lineado tuvo raíces y componentes principalmente afroasiáticos. Sin embargo, esta tendencia ha venido enriqueciéndose con nuevas visiones en las última décadas, lo que ha 287
Un total de veintinueve países acudieron a la convocatoria: 23 naciones asiáticas, de la cuales 14 procedían del Asia oriental, y 6 naciones africanas, de las cuales 4 pertenecían al Á frica negra. Como criterio de relación inicial entre los Estados miembros se acordaron cinco principios, concebidos por Sukarno y difundidos posteriormente por Nehru: respeto a la soberanía y la integridad ter ritoriales; igualdad entre las razas y las naciones; no agresión; no injerencia en los asuntos internos de cada país; coexistencia pacífica. Sin embargo, desde un principio fue muy evidente la existencia de tres grandes cor rientes enfrentadas: los No A lineados, con Nehru y Nasser a la cabeza, quienes condenaban la política de bloques militares enfrentados; los Pro O ccidentales (T urquía, I ra k, Pakistán, C eilán) que defendían la posibilidad de que cada país se integrara en alianzas militares regionales como la SE A T O o el Pacto de Bagdad; y los dos Países Comunistas (C hina y V ietnam del Norte) que insistían en frenar las iniciativas de los países prooccidentales. E n la actualidad forman parte del movimiento un total de 113 países.
644
faciltitado la creciente integración de los países latinoamericanos y del C aribe a este escenario multilateral, con el propósito de hacer aún más sólidos los vínculos entre todas las regiones del mundo en desar rollo. Para dar una idea de los profundos cambios que ha experimentado el movimiento en los últimos anos, después del período de la guer ra fría, creo conveniente referir mi experiencia personal de un momento crucial en la historia de los No A lineados. Cor ría
el mes de abril del año 1986. Por razones de política interna el
presidente Belisario Betancur (1982 ; 1986), le pidió a A ugusto Ramírez O campo, canciller en ese momento, que no fuera a la reunión ministerial de No A lineados en Nueva Delhi y, por lo tanto, me encomendó en mi calidad de viceministro de Relaciones E xteriores, asistir a esta reunión como jefe de la delegación de Colombia. E ra un momento de grandes tensiones en el panorama internacional, similares a las provocadas por las acciones ter roristas que se desar rollan en la actualidad, como consecuencia de los cruentos atentados ter roristas, atribuidos a grupos extremistas que contaban con el apoyo del líder libio Mohamar G adafi y que desde 1985 se habían recrudecido dramáticamente en E uropa. Después de hacer escala en Londres, llegué a Nueva Delhi en la madrugada, a tomar un breve descanso para iniciar una reunión de jefes de delegación. Pero apenas me disponía a conciliar el sueño, me despertaron en mi hotel para manifestarme que habían convocado a una reunión de urgencia, por cuanto los Estados Unidos habían bombardeado T rípoli y Bengasi, el 14 de abril de 1986,
645
en represalia a la supuesta participación de L ibia en el atentado a la discoteca L a Belle de Berlín. L a reunión fue un verdadero caos. Es necesario recordar que en el año de 1986 el Movimiento de los No A lineados se caracterizaba por un fuerte espíritu de confrontación, como consecuencia de la presencia de países con posiciones extremas y el ingreso de varias agrupaciones de liberación, que habían sido acogidas dentro del movimiento ;entre ellas, la O rganización para la L iberación Palestina (O L P) y el F rente F arabundo M artí para la L iberación Nacional (F M L N);. De hecho, uno de nuestros objetivos al ingresar como parte de este movimiento era cumplir una función de contención de las agrupaciones guer rilleras colombianas, que eventualmente podrían pedir su ingreso al movimiento. Sin duda, estas facciones amenazaban con radicalizar el movimiento y desvirtuar su esencia independiente. Se trataba de un momento de
gran tensión en el escenario internacional
como consecuencia de la
confrontación Este ; O este. Un grupo de delegados, liderados por el canciller cubano, Isidoro M almierca Peoli, solicitó en un momento determinado que la Conferencia en pleno se trasladara a T rípoli para expresar su solidaridad al Comandante G adafi. De inmediato otras delegaciones ;Colombia entre ellas; manifestaron que una decisión de esta naturaleza se constituía en un acto por lo menos inamistoso con el primer ministro G andhi, cuando ya estaba dispuesta toda la organización para llevar adelante la Conferencia en Nueva Delhi. T uve ocasión de conversar con el canciller de Egipto, A hmed Esmat A bdel Seguid, sobre la propuesta cubana y decirle que me parecía un auténtico
646
despropósito hacerle ese desplante a G andhi. É l estuvo totalmente de acuerdo. Así lo planteamos, y logramos desactivar tal iniciativa. Por supuesto, cada vez que había una expresión de un jefe de delegación de condena a los Estados Unidos la sala bramaba en aplausos a favor de G adafi y en contra de los Estados Unidos. F inalmente se sugirió enviar un mensaje de solidaridad a G adafi y continuar con el normal desar rollo de la conferencia. De igual manera, se propuso que la mesa directiva se trasladase a T rípoli, después de la Conferencia, a llevar personalmente ese mensaje de solidaridad. Una decisión de esta naturaleza me ponía en una situación bastante difícil, porque en mi calidad de relator general de la Conferencia, también tendría que desplazarme a T rípoli con los presidentes y vicepresidentes. Como era de preverse, tal visita resultaría totalmente incomprensible en Colombia. Por fortuna, a lo largo de la Conferencia logramos disuadir a los proponentes y al final sólo se decidió enviar el mensaje de solidaridad. E n medio de este ambiente enrarecido y, más aún, en el contexto de las fuertes críticas que enfrentábamos en Colombia por la presencia del país en los No A lineados, habría de ocur rir otro hecho que ilustra muy bien sobre los desafíos que debíamos enfrentar con el Movimiento. E n un momento crítico de las deliberaciones recibí
un télex
desde la
C ancillería colombiana a través de Nelly T urbay, embajadora nuestra en la India. Según la funcionaria, en la nota cifrada ;un procedimiento normal en aquella época; se me daba la instrucción para que presentara una moción a la conferencia ministerial, con una abierta condena al ter rorismo y a los atentados de las semanas anteriores. 647
Como podrá entenderse,
el ambiente de la reunión no era propicio para
presentar una resolución de esa naturaleza, en un momento en que la instrucción había coincidido con el ataque a T rípoli. E n consecuencia, con el fin de evitar una der rota poco decorosa para el país, preferí señalar a mi regreso a Colombia que habíamos tenido problemas con el descif rador de la E mbajada y que por ello nunca había recibido tal instrucción. De lo contrario, la presencia de Colombia en el Movimiento hubiera quedado bastante maltrecha. Sin embargo, posteriormente en el momento oportuno, dejamos una declaración formal ;como es usual en los procedimientos de los No A lineados; en los :S%/&')+#+4<!%&*)+#!'#!"#.:S"!R nunca recibido2>
La Cumbre de Durban: el afianzamiento de una convicción Doce años después, en agosto de 1998, asistí a la C umbre de Durban, Sudáfrica, acompañando al presidente Pastrana para hacer entrega de la Presidencia del Movimiento de los No A lineados al primer mandatario de ese país, Nelson M andela. A llí confirmé, una vez más, el potencial que tenía para Colombia hacer parte activa de este movimiento, ya superadas las razones de la confrontación Este < O este, sobre la base de la nueva agenda de la agrupación. Por tal razón, durante la reunión ministerial, previa al encuentro de jefes de Estado ;y que tuve oportunidad de presidir; fui enfático en salir al paso de algunas versiones infundadas, a las cuales ya hice referencia y que circularon desde finales del Gobierno del presidente E rnesto Samper (1994 ; 1998), según las cuales, con ocasión de esta C umbre, Colombia oficializaría su retiro del Movimiento.
648
E n mi intervención durante la sesión inaugural de la reunión ministerial, el día 31 de agosto de 1998, tuve oportunidad de despejar cualquier duda sobre la legitimad y la trascendencia que el Gobierno de Colombia le otorgaba a su presencia en el Movimiento de los No A lineados. Ese día indiqué: .T,# C4/,'&*,*# 5&!'!# $%!+!'(&,'*)# (,/-&)+# +&'# $%!(!*!':!+># 8"# /,$,# político y económico mundial se ha transformado y aún no ha terminado de configurarse definitivamente. E n algunos casos se han superado los viejos conflictos pero diariamente aparecen otros que amenazan la paz y la estabilidad. L a guer ra fría terminó, pero están por verse aún los dividendos de la paz. L a globalización es una realidad y los desequilibrios internacionales en lugar de cor regirse se han ampliado. Prevalecen rígidas bar reras que impiden el acceso a los recursos, la tecnología y los mercados. L a brecha social y la pobreza se han agudizado, golpeando a inmensos sectores de nuestros pueblos. E l desarme total y la destrucción de las armas nucleares, y la prohibición de su producción y de su uso, aún presentan serias resistencias por parte de algunos Estados. E ntre tanto el crimen transnacional, como el tráfico ilícito de drogas, el contrabando de armas, la cor rupción y el ter rorismo siguen amenazando seriamente a la humanidad. Estos hechos nos permiten reiterar la legitimidad y vigencia para el Movimiento de los Países No A lineados. E n los últimos años hemos fortalecido nuestra presencia como el principal vocero político del mundo en desar rollo y el Movimiento representa un excepcional escenario de encuentro para cor regir los desequilibrios y superar las tensiones que caracterizan la llegada del '4!5)#/&"!'&)2.
649
E l pensamiento de Colombia sobre la vigencia del Movimiento No A lineado y su importancia en la política multilateral del país, fue de manera categórica expresada por el presidente Pastrana con ocasión de la X I I C umbre de Jefes de Estado y la entrega de la Presidencia del Movimiento, el 2 de septiembre de 1998. E n esta oportunidad el primer mandatario de los colombianos señaló: .E l Movimiento es heterogéneo, representativo de múltiples tendencias del mundo en desar rollo. Pero su diversidad no constituye un impedimento para la acción creadora, sino una riqueza que permite la confluencia pluralista de culturas y civilizaciones. L a opción regional no es incompatible con la universalización, sino una fuerza impulsora de la misma. Contribuir a hacer compatible la globalización con los esquemas regionales es una de las tareas más desafiantes de nuestros tiempos. E n ella, los países No A lineados deben brindar un aporte significativo. E n un mundo en el que la brecha entre ricos y pobres es cada vez más amplia y en el que el bienestar y la justicia social parecen cada vez más lejanos, los ideales que dieron origen al Movimiento hace cuatro décadas mantienen hoy su plena vigencia. Los principios del No A lineamiento constituyen una guía fundamental para la continua lucha de nuestros países en favor de la equidad y el progreso de la humanidad. E l nuestro es un Movimiento con vocación universal que ha cosechado importantes logros. Pero el Movimiento debe avizorar nuevos horizontes y propiciar una aproximación constructiva hacia los grandes problemas de la sociedad internacional contemporánea. Necesitamos aumentar su poder de negociación en los distintos frentes de la agenda global. No debemos contentarnos ()'#!"#.*!(",%,(&)'&+/)2>#8"#M)#J"&'!,/&!':)3#!'#
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términos de hoy, supone la presencia de una gran fuerza equilibrante, que contribuya a un balance más equitativo en el orden internacional. Y A4!#+&%5,#*!#(,',"#*!#!R$%!+&7'3#*!#$!%+)'!%)3#*!#:)*,#!+,#.C4/,'&*,*# +4/!%<&*,2# A4!# :,/-&S'# %!(",/,# +4# *!%!(C)# ,# %!(&-&%# ")+# 1%4:)+# *!# ",# tecnología y el progreso2.
E n esta crucial reunión ;en la cual iniciamos el peregrinar de la Diplomacia por la Paz como lo describo en el capítulo I V ; confirmamos la vigencia del Movimiento No A lineado como un mecanismo indispensable de consulta para la defensa concertada de los intereses de los países en desar rollo. E n la C umbre de Durban, el presidente Pastrana ratificó la validez y eficacia de este escenario, que se han puesto de presente en cumbres mundiales como las relativas al desar rollo social, la población, los derechos humanos, la mujer, las drogas y el desar rollo sostenible, así como en las posiciones comunes adoptadas frente a temas como el desarme, el medio ambiente y la reforma de las Naciones Unidas. E l primer mandatario colombiano reconoció, además, la eficaz acción del Movimiento No A lineado en las Naciones Unidas, en sus distintos foros y agencias, comenzando por su defensa firme del multilateralismo, como ley de oro del sistema internacional y su oposición, también firme, a las acciones unilaterales. Así mismo, exhortó a sus colegas para consolidar el Movimiento como un promotor de la seguridad colectiva, en la que el clima de amenazas al orden internacional fuera sustituido por una atmósfera de entendimiento y concordia. Con ese mismo propósito, invitó al Movimiento a continuar auspiciando negociaciones globales sobre la eliminación de las armas de destrucción masiva
651
y consideró como inaceptable que los escasos recursos dirigidos al desar rollo se consumieran en car reras armamentistas que ya no tenían razón de ser.
La reunión ministerial de Cartagena de Indias Los días 8 y 9 de abril de 2000, se llevó a cabo en la ciudad de C artagena, por iniciativa mía, la X I I I Conferencia de C ancilleres del Movimiento de los No A lineados que congregaría en Colombia cerca de 109 países y un total 60 cancilleres, y que tuve el honor de presidir. E l encuentro tenía tres grandes propósitos. E l primero de ellos analizar y avanzar en una posición del G rupo para la preparación de la Asamblea del M ilenio de las Naciones Unidas, que se celebraría en septiembre. E l segundo,
hacer la preparación de la cumbre
presidencial que se realizaría en año y medio en Á frica y que sería muy importante para poner en marcha los consensos que se lograran en torno a la Asamblea del M ilenio. E l tercer gran objetivo era la evaluación de los temas de la cooperación económica y social, dentro de los cuales yo me había trazado, con ocasión de este encuentro, una especial referencia a los asuntos de la cooperación con Colombia y la solidaridad con los esfuerzos que en materia de paz y desar rollo social habíamos desplegado desde el comienzo del Gobierno. E n la sesión inaugural de esta Conferencia el presidente Pastrana, el día 8 de abril, refrendó el compromiso de Colombia con los principios renovados del Movimiento y se anticipó a señalar algunas orientaciones sobre los desafíos que el No A lineamiento exigiría a sus miembros en los años por venir: .J"# :!%/&',%# ",# <4!%%,# 1%9,3# +!# &'&(&7# 4'# $!%9)*)# !'# !"# A4!# 4'# '4!5)# espíritu de cooperación prometía una era de paz y prosperidad en el mundo. Durante el decenio pasado, se abrieron posibilidades sin
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precedentes, pero surgieron conflictos de intereses nacionales y nuevas tensiones, problemas y amenazas. Todavía no ha sido posible establecer las condiciones necesarias para un mundo seguro, estable, regulado, y por lo tanto, predecible. H a resultado claro, en esta era de la postguer ra fría, que el mundo se encuentra en un período de transición política y, como tal, está caracterizado por riesgos, desequilibrios e incertidumbres. Pero es también un período de oportunidades y desafíos. Nuestro imperativo histórico es impulsar un orden internacional cuyo fundamento esencial
sea
una
normatividad
que
emane
de
la
participación democrática de todos los Estados en la toma de decisiones sobre los temas fundamentales de la agenda global. Un orden inspirado en el respeto a los Derechos H umanos y en la plena aplicación de los principios del Derecho Internacional H umanitario. Un orden cimentado en la consolidación de un sistema imparcial de seguridad colectiva. Es nuestro derecho y nuestro deber participar activamente y en pie de la igualdad en la definición de un orden global, que recoja las aspiraciones e intereses de nuestros países en desar rollo. Un ordenamiento que logre regular la globalización, tendrá que atender los máximos desafíos que enfrenta la humanidad: la reducción de la pobreza extrema, los preocupantes
riesgos
ambientales
que
sufre
el
planeta,
la
marginalización de vastos sectores de la población mundial, la existencia mortífera de las armas nucleares, químicas y biológicas, las amenazas globales a la salud humana, los desastres naturales, las violaciones de los derechos humanos, las garantías fundamentales de los ciudadanos y el problema mundial de las drogas ilícitas, entre otros.
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C uando aún estamos en el despertar del nuevo siglo, es conveniente preguntarnos qué tipo de Movimiento somos, cuáles son nuestros nuevos der roteros. Cómo lograr que el Movimiento sea una agrupación dinámica e interactiva y con una influencia visible en los asuntos mundiales. Se avizora
un mundo unipolar y una peligrosa tendencia hacia
actuaciones que se desar rollan fuera del máximo foro mundial, e inclusive al margen del Consejo de Seguridad, como órgano supremo, encargado de velar por el mantenimiento de la paz y seguridad internacionales. No se trata de continuar el debate sobre la vigencia o validez de nuestro Movimiento.
Ésa
es
una
discusión
superada.
La
cuestión
verdaderamente relevante debe referirse al papel del Movimiento en la configuración
y orientación
de la
nueva
agenda
internacional.
Representamos la abrumadora mayoría en las Naciones Unidas. De hecho, nuestra agenda ocupa la mayor parte de las tareas de la U%<,'&@,(&7'2>
A mi turno, el día 9 de abril tuve oportunidad de destacar la trascendencia que esta reunión adquiría para Colombia ;en un período decisivo de nuestras gestiones internacionales; y destaqué algunas de las conclusiones más importantes del E ncuentro M inisterial de los No A lineados: .Con los resultados alcanzados en este encuentro ministerial, hemos logrado actualizar la visión del Movimiento frente a los nuevos conceptos de la paz y la seguridad internacional. E llo nos permitirá una mayor capacidad de propuesta para que esos conceptos sean compatibles con la
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disminución de las tensiones y los conflictos.
Es con ese espíritu que
hemos dado un repaso exhaustivo a los temas de la paz internacional, incluidas las situaciones regionales que envuelven a países del Movimiento. En
su
pronunciamiento,
la
Conferencia
ha
formulado
nuevas
recomendaciones y ha brindado todo su respaldo a los esfuerzos que se emprendan para la solución pacífica de las disputas existentes. E l Movimiento insistirá en que cualquier orientación nueva de los temas de seguridad debe traducirse en el reconocimiento del papel de las Naciones Unidas como una institución creada para la paz y el desar rollo. L a O N U debe ser habilitada para desplegar plenamente su papel regulador de las relaciones internacionales, como la única institución con posibilidad de garantizar la igualdad entre los Estados. Es, además, la única institución en la que los principios democráticos pueden ser $"!',/!':!#,$"&(,*)+2>
A l término de esta reunión, los cancilleres del Movimiento No A lineado reunidos en C artagena manifestaron su respaldo al proceso de paz liderado por el Gobierno de Colombia, y expresaron su esperanza por el éxito de su culminación. Dentro de este contexto, los ministros elogiaron el enorme compromiso del presidente A ndrés Pastrana y el liderazgo personal a favor de la solución política del conflicto a través del acuerdo de una paz negociada. Debo también ser justo al señalar que para Colombia el apoyo de los No alienados en el sistema de las Naciones Unidas, ha sido definitivo para lograr apoyos en diferentes temas que van desde la Comisión de D erechos H umanos, hasta la votación abrumadora con la que salimos elegidos en el Consejo de Seguridad. Estas ventajas no pueden perderse de vista en las consideraciones de política exterior colombiana sobre la conveniencia de permanecer en un
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escenario multilateral que ha resultado clave para la defensa de los intereses nacionales.
Los escenarios del futuro Nuestra firme convicción sobre la importancia del multilateralismo como her ramienta clave para la inserción del país no sólo nos permitió ocuparnos de escenarios que han tenido tradicional importancia o que se han venido consolidando
en
los
últimos
años.
T ambién
diseñamos
una
política
internacional para aquellos escenarios de la política y la economía mundial que por su relevancia y valor estratégico en las próximas décadas, exigen de aproximaciones integrales para su pleno aprovechamiento. Nuestra atención se concentró también, por lo tanto, en países y regiones que emergen con fuerza en el panorama regional e internacional, tales como el Asia y la región del Pacífico, el G rupo de los 15 y la Asociación de Estados del C aribe (A E C).
Asia y la región del Pacífico Un avance importante en el camino hacia la inserción positiva de Colombia en el contexto internacional, lo constituyó el paulatino pero efectivo acercamiento con los países del Asia y la región del Pacífico. E l notorio desar rollo económico registrado por las economías asiáticas reviste un interés particular para Colombia por las oportunidades que se abren al
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sector exportador de productos básicos, alimentos, textiles y prendas de vestir, entre otros bienes, que han ido ganando nichos en el mercado internacional. Debo hacer notar que la proyección colombiana hacia la C uenca del Pacífico se ha materializado por nuestra continua participación en el Consejo E conómico de la C uenca del Pacífico (PB E C)288 y en el Consejo de Cooperación E conómica del Pacífico (P E C C), de los cuales somos miembros, y en el Consejo de Cooperación E conómica de Asia ; Pacífico (A P E C), en donde participamos como observadores en algunos grupos de trabajo. C abe resaltar la participación de Colombia en la reciente creación del Foro de Cooperación A mérica L atina ; Asia del Este (F O C A L A E), nuevo organismo que integra 30 países de ambos lados del Pacífico. Este foro tiene como propósito aprovechar las características comunes de las dos regiones, los desafíos similares y la riqueza cultural compartida. Por tal razón, el diálogo de ambas regiones se fundamenta en tres puntos claves: promover el diálogo político, reforzar la cooperación económica e incrementar la cooperación en otras áreas. A l terminar mi gestión, Colombia se encontraba ejerciendo la coordinación del G rupo L atinoamericano, por el término de un año. T engo la certeza de
que un momento de gran trascendencia para el
presente y el futuro de las relaciones internacionales del país, lo constituyó la visita de Estado del presidente A ndrés Pastrana a la República Popular C hina, en el mes de mayo de 1999. E n el marco de una conferencia en la Universidad de Beijing, el primer mandatario colombiano destacó la capacidad que tuvo 288
M e cor respondió en el año de 1994, en mi calidad de presidente de la C ámara de Comercio de Bogotá, gestionar y obtener para Colombia el ingreso a este foro que congrega a los más importantes empresarios del Pacífico.
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esta nación asiática para reencontrar el hilo conductor del destino de una C hina que sólo encuentra su definición en el mundo y de un mundo que no podrá definirse sin la C hina en los años por venir. Esta visita coincidió con el lamentable incidente ocur rido en la embajada C hina en Belgrado, cuando fuerzas de la O T A N, en una incursión aérea, bombardearon esa sede diplomática ocasionando la pérdida de vidas humanas y significativos heridos de la población civil. E l 14 de mayo de 1999, el Gobierno de Colombia expidió un comunicado oficial desde Beijing, en el cual deploró el incidente ocur rido en la E mbajada C hina y manifestó su preocupación por que se hubiera recur rido al uso de la fuerza en esa región balcánica sin observar lo dispuesto en la C arta de las Naciones Unidas. Recuerdo el encuentro del primer día entre los presidentes A ndrés Pastrana y Jiang Zemin, quien se refirió al sistema de sonido y a los sofisticados micrófonos que estaban dispuestos en cada silla del salón de visitas para hacer una irónica referencia a los hechos de aquel día, en los términos siguientes: ;O bserve, presidente Pastrana, cómo funciona de bien la tecnología de un país en desar rollo como la C hina. F íjese en la fidelidad y precisión del sonido, y eso que se trata de la tecnología de un país del tercer mundo. A diferencia de lo que ocur re con la tecnología del país más industrializado del planeta, que está ocasionando trágicos incidentes, como el que los ciudadanos de mi país están padeciendo en estos momentos en Belgrado.
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T res años después, con ocasión del encuentro entre la Comunidad A ndina y la C hina en octubre de 2002, en Bogotá, tuve oportunidad de ilustrar al canciller T ang Jiaxuan, sobre el enorme potencial que podríamos derivar de una alianza estratégica entre las dos regiones, para acceder a los beneficios del sistema andino de
preferencias con
los
Estados
Unidos,
mediante el
pleno
aprovechamiento de nuestras ventajas de localización y de las normas de origen que contempla el A T PD E A . L e recordé que su país es el que paga los mayores montos de impuestos para entrar al mercado estadounidense, alcanzando en la actualidad una cifra cercana a los 4.000 millones de dólares, que es a todas luces una cifra superior a lo que pagan las exportaciones de Japón, A lemania o Corea. E n consecuencia, le hice una invitación para que uniéramos esfuerzos en esta dirección y le puse como ejemplo el desar rollo de proyectos productivos en el sector de las motocicletas que habíamos logrado concretar como resultado de la visita del presidente de Colombia a su país, en 1999, y que en la actualidad se encuentra expandiendo sus exportaciones hacia la región andina y el C aribe. Debo resaltar así mismo la visita del presidente Pastrana a Japón, durante el mes de mayo de 1999, en la que se analizó el presente y futuro de las relaciones. A mbos mandatarios reafirmaron su voluntad de intensificar la cooperación entre los dos países, en el marco de Asia y la C uenca del Pacífico, e intercambiaron opiniones sobre el P E C (Pacific E conomic Council) y la integración económica regional de las A méricas. E ntre otros temas, el presidente Pastrana abordó en su entrevista con el primer ministro K eizo O buchi, el proyecto de infraestructura para el acceso integral al Pacífico como centro de productividad, como elementos substanciales para el 659
desar rollo económico de Colombia, y reiteró la solicitud de cooperación al Gobierno del Japón para estos y otros proyectos de interés nacional. T engo que reconocer, igualmente, la presencia del Gobierno del Japón en las mesas de aportantes al Plan Colombia y el respaldo político del primer ministro O buchi, quien siempre ofreció su apoyo a la estrategia de paz del Gobierno de Colombia. O bushi, destacado líder del Partido Democrático L iberal del Japón, tenía un gran sentido del humor. E n la reunión de trabajo con el presidente Pastrana, en forma muy aguda le preguntó que quién había sido su jefe de campaña presidencial. E l presidente Pastrana le respondió inmediatamente que había sido su canciller F ernández de Soto, señalándome a mí. O bushi entonces, dirigiendo su mirada hacia mí, le dijo al presidente Pastrana: ;Presidente quiero pedirle un favor muy especial. M i compañero de infancia y estudios, el señor K oïchiro M atsuura aspira a ser el nuevo director general de la Unesco. Y creo que el apoyo de Colombia sería definitivo. O bushi, me volvió a mirar fijamente a los ojos e indicó: ;C anciller, quiero que usted sepa que ahora yo soy el jefe de campaña de mi amigo M atsuura. M eses más tarde, durante una visita oficial que realicé al Japón para promover el Plan Colombia, el primer ministro me hizo el honor de recibirme en su despacho para actualizarlo sobre la situación colombiana. M e agradeció el apoyo dado por Colombia al candidato japonés a la Unesco. Como siempre, fue
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una conversación grata y profunda con este hábil dirigente, quien siempre se destacó por su gran capacidad de negociación. A mi salida de Tokio, el primer ministro O bushi sufrió un lamentable der rame cerebral, que días más tarde le ocasionó la muerte. Nunca imaginé que yo tuviese el privilegio de ser uno de los últimos cancilleres que él recibió en su oficina. L as relaciones de Colombia con la región tuvieron un impulso de mayor nivel con la visita presidencial a M alasia y la India. E l primero de ellos es un país con un crecimiento económico sólido, en transición rápida de una economía basada en la producción de bienes primarios a la industria. Para nuestro país, la experiencia de M alasia en el aprovechamiento de las condiciones físicas del ter ritorio, para for jar la agroindustria como peldaño para la industrialización, resultó de gran utilidad. De ahí el esfuerzo de establecer alianzas entre los empresarios de ambos países para ampliar la producción de aceite de palma africana en nuestro medio y para darle valor agregado por medio del uso en la industria oleoquímica, que permite su transformación en cosméticos, jabones y numerosos productos derivados, en forma similar a los obtenidos en la petroquímica. A l mismo tiempo, otros sectores económicos colombianos, como los relacionados con el comercio electrónico y el software podrían beneficiarse de alianzas con las empresas de M alasia que están logrando avances propios en la materia. De igual modo, la visita presidencial a la India abrió posibilidades para el intercambio comercial y las inversiones en los sectores de la tecnología de la información y la comunicación, farmacéutica, química y piedras preciosas. Como se sabe, la India sobresale hoy en día por su fortaleza en esos sectores, 661
que ofreció compartir con Colombia por medio de programas de cooperación en ciencia y tecnología. De no menor importancia fueron los esfuerzos para ampliar las relaciones con otras economías del Pacífico Asiático como Corea, A ustralia y Nueva Zelanda. E l Pacífico, como ya es ampliamente conocido, se ha convertido hoy en uno de los ejes más significativos de la economía global. E n la actualidad el dinamismo en el crecimiento de su PI B y el significado de las operaciones de comercio exterior como fuente de desar rollo lo señalan como el motor futuro de la prosperidad mundial. C reo que asiste la razón a aquellos que consideran que si bien el A tlántico fue el mar exclusivo en el siglo X X, el Pacífico lo será para los países en desar rollo del siglo X X I.
Grupo de los 15 Este foro está constituido por un grupo de países en desar rollo de Asia, Á frica y A mérica L atina, y se originó para fomentar la cooperación, intensificar la agenda del diálogo con los países industrializados y promover la concertación de posiciones entre las principales economías emergentes del mundo, ante la O rganización M undial del Comercio (O M C) y el G rupo de los 7.289
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Como ya lo señalé, entre sus principales miembros se encuentran 19 naciones de Asia, Á frica y A mérica L atina. A ctualmente lo integran: A rgelia, A rgentina, B rasil, C hile, Colombia, Egipto, India, Indonesia, I rán, Jamaica, K enya, M alasia, M éxico, Nigeria, Perú, Senegal, Sri Lanka, V enezuela y Zimbawe.
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Colombia ingresó, por iniciativa del Gobierno del presidente Pastrana al G rupo de los 15, con la convicción de que éste se constituye en un escenario privilegiado para profundizar la inserción internacional de nuestro país. E n la X X I Reunión de M inistros de Relaciones E xteriores del G rupo de los 15, realizada en octubre de 2000, en M éxico, tuve la gran satisfacción de expresar la especial gratitud por la aceptación de Colombia en este importante foro, decisión que se constituyó en una clara muestra de confianza de sus países miembros. Consideré en esta oportunidad que nuestro ingreso significaría nuevas posibilidades a nivel comercial y en el ámbito de la cooperación Sur - Sur y Norte - Sur. Nuestro país se comprometió, por lo tanto, a presentar iniciativas orientadas a promover el comercio entre los países miembros del G rupo y a identificar medidas que promovieran la estabilidad en los precios de los productos básicos, así como su transformación y diversificación. E l mundo en desar rollo continúa enfrentando el desafío de disminuir su vulnerabilidad ante el comportamiento de los mercados financieros y ante el cambiante
entorno
económico global.
L uego
de
la
crisis
financiera
experimentada al final de la década de los noventa, de sus efectos sociales y sus secuelas de contagio, ha quedado en evidencia la necesidad de crear mecanismos eficaces para prevenir las crisis, para encarar sus consecuencias y para evitar que estas últimas recaigan en los grupos sociales más vulnerables. E n particular, consideré de vital importancia la presencia del país en este foro, con el propósito de acompañar a sus países miembros en la promoción de la reforma de la arquitectura financiera internacional. Como ya lo señalé, ésta no
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puede ser ajena a las prioridades del crecimiento económico y el desar rollo social. Una mayor apertura del sistema financiero internacional, con miras a propiciar una más amplia participación de los países en desar rollo en los procesos de toma de decisiones, resulta decisiva en el escenario internacional actual. L a provisión de recursos adicionales para asegurar adecuados niveles de liquidez constituye uno de los ejes centrales de esa nueva arquitectura. C reo, además, que el G-15 cumple hoy un papel de trascendencia en la búsqueda de puntos de convergencia al interior de las Naciones Unidas, para dar prioridad al estudio de propuestas en temas relevantes como la prevención y el manejo de las crisis externas, el mejoramiento de la inserción de nuestros países en los mercados internacionales de capitales, el aumento de las tasas de ahor ro nacional y la canalización eficiente de las inversiones hacia el desar rollo social.
La Asociación de Estados del Caribe (A E C) 290 Siempre he considerado que uno de los principales retos para Colombia es otorgarles a sus relaciones internacionales hacia el G ran C aribe un mayor dinamismo. Y por ello desde la C ancillería, con el invaluable apoyo del vicepresidente de la República, G ustavo Bell L emus, y del Plan C aribe del Departamento Nacional de Planeación (D NP), me tracé el fér reo propósito de robustecer los vínculos con los países de la región, lo que se constituyó en un compromiso institucional y en una política de Estado.
290
La Asociación se define como un organismo multilateral de consulta, concertación y cooperación política, que se dirige fundamentalmente a la promoción de un esquema de libre comercio, a la concertación de políticas frente a terceros y a la cooperación funcional en las áreas de interés.
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Para el logro de este objetivo, la C ancillería concentró sus esfuerzos en la promoción de la cooperación horizontal en áreas estratégicas con el G ran C aribe, así como en la generación de espacios de diálogo y concertación, tanto bilaterales como multilaterales, que propiciaran una mayor acercamiento entre nuestros pueblos y Gobiernos. E l C aribe ha sido para Colombia, desde una perspectiva histórica, el cruce de caminos más importante en la historia de A mérica, la cuna del realismo mágico, el punto de unión para el intercambio comercial con los p rincipales puertos de la región, a lo largo de los siglos X V I al X V I I I, el escenario para el intercambio de ideas y conocimientos, tan útil para la generación de los fundadores de la nación, de principios del siglo X I X. 291 Hoy, nuestro C aribe se constituye en una plataforma estratégica para lograr una mejor inserción del país en la región y en el mundo. Por ello, cuando en 1994 se firmó el Convenio Constitutivo de la Asociación de Estados del C aribe (A E C), en C artagena de Indias, nuestro país inició un proceso conducente a impulsar el nacimiento de una nueva era del C aribe, caracterizada por el fortalecimiento de la integración, la concertación y la consulta. Considero que la A E C es por excelencia el mecanismo multilateral de consulta, concertación y cooperación en el G ran C aribe, el que permite profundizar las relaciones bilaterales de Colombia con todas las naciones de la región, así como impulsar iniciativas que cumplan con los objetivos fundacionales de esta
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Para un mayor desar rollo temático ver la introducción que realiza el historiador cartagenero y ex embajador de Colombia en Jamaica, A lfonso M únera, a las Memorias de la Comisión de Vecindad Colombia ! Jamaica , publicadas por el M inisterio de Relaciones E xteriores de Colombia, 2002.
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organización.292 Por ello, Colombia ha ejercido un especial liderazgo en este foro, que le permitió asumir la vicepresidencia de la mesa directiva, durante el año 2001. Desde su creación hasta el momento, la A E C ha experimentado un rápido proceso de crecimiento e institucionalización que le ha brindado una personalidad y un peso propios en el escenario internacional, el que se ha ido consolidando a través de las C umbres de Puerto España (1995),
Santo
Domingo (1999) e Isla M argarita (2001), dos últimas reuniones en donde participé con el presidente Pastrana. Debo resaltar que en la C umbre de M argarita, realizada en diciembre de 2001, el presidente A ndrés Pastrana propuso profundizar la cooperación regional, para darle un decidido impulso al comercio, el turismo, el transporte y la prevención y atención de desastres naturales en el G ran C aribe. E n materia política, fue más allá. Planteó la necesidad de formular y aceptar una estrategia integral del C aribe contra el problema mundial de las drogas y sus delitos conexos, tomando en consideración que para enfrentar este flagelo mundial debe darse un trabajo conjunto entre productores, consumidores, fabricantes de insumos químicos, puertos de tránsito o sedes de entidades financieras que se prestan para el lavado de activos.
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La Asociación cuenta en la actualidad con 25 miembros plenos y con numerosos miembros asociados, observadores y actores sociales. En ella se integran como parte de un mismo todo México, Colombia y Venezuela, países que conforman el Grupo de los Tres; Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua, hoy unidos en un Sistema de Integración Centroamericana; los 15 países miembros del CARICOM; y, aquellos Estados ribereños de la Cuenca que no se encuentran vinculados a esquemas de integración subregional, como lo son Cuba, República Dominicana y Panamá. A su vez, en términos comparativos con América Latina y el Caribe, la AEC representa 71% de los países de la región, el 45% de la población, el 34% del PIB, el 61% de las exportaciones, el 58% de las importaciones y el 76% del turismo.
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E n la actualidad, la Asociación de Estados del C aribe enfrenta el reto de alcanzar una mayor consolidación y un mayor impacto geopolítico y geoeconómico en la región, que le asegure una intensificación de los vínculos políticos de cooperación entre los miembros, el fortalecimiento de las relaciones comerciales, una mayor participación en las inversiones globales y un amplio reconocimiento de su labor a nivel hemisférico y mundial. Colombia deberá continuar t rabajando en este camino, para seguir alcanzando un mayor y más efectivo acercamiento hacia la región, tanto en el plano bilateral como multilateral, y contribuyendo a los procesos de integración, cooperación y concertación política que están en curso.
Reflexión final E l fortalecimiento de las instancias multilaterales favorece mayores grados de simetría en las relaciones internacionales, contribuyendo a la transparencia y al desar rollo de reglas de juego equitativas de común aceptación. L a participación amplia y democrática de los Estados en las instancias multilaterales facilita la concreción de compromisos comunes y el cumplimiento de las obligaciones que de ellos derivan, fortaleciendo el principio de la cor responsabilidad como criterio para afrontar la problemática mundial. Por ello, fortalecer el multilateralismo alienta la cooperación y consolida reglas de juego más justas y equilibradas. Nada más benéfico para los esfuerzos de la comunidad internacional, en su lucha contra los flagelos que nos agobian, que la existencia de compromisos concertados en forma democrática por los Estados, desar rollados como fruto del diálogo y las consultas políticas y 667
establecidos sobre criterios equilibrados que consoliden las instituciones y fortalezcan el orden internacional.
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EPÍLOGO LA OTRA SILLA DEL ÁGUILA En una visión apocalíptica sobre el futuro de México, en su novela reciente La silla del águila, Carlos Fuentes predice que Colombia en el año 2020 se encontrará ocupada por fuerzas estadounidenses y la describe en aquel año fatídico como un país tan cercano al colapso como el mercado del petróleo. La perspectiva de nuestra región tampoco está ausente en su obra. La describe con desaliento, perdida en el desierto de la globalización, por su marcado aislamiento mundial, la dependencia externa, los alzamientos populares, las fracturas sociales y geográficas, la deficiente capacidad financiera y un poder ejecutivo en franco debilitamiento. ¿Será ésta una nueva era del desencanto? Me resisto a pensar que ése pueda ser el destino que le espera a mi país y a América Latina. Creo, por el contrario, que la sólida institucionalidad democrática y la enorme capacidad creadora que ha desarrollado Colombia "#$#%&'$('($)(*%(+%,(-./%-(%0#)%-.1.'203#-()4%0(%"($,.3.$5+4%#%0/%0#$6/%-(%2n proceso de imperceptibles pero profundos avances, dar el salto cualitativo hacia su reencuentro con la esencia de una identidad nacional que es percibida por nuestros vecinos !casi nunca por nosotros mismos! como emprendedora, audaz y llena de esperanza. Colombia comparte un destino común con las naciones de América Latina. A ese país, que es único y diverso, le corresponden las acciones descritas y
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las reflexiones planteadas en este testimonio sobre un período aún palpitante de nuestra política exterior. Respice Omnia !mirar al universo, mirar al conjunto! fue el criterio unificador de las acciones de estos años abocadas a la defensa de los intereses del país y al servicio de la identidad latinoamericana. Éste es a mi juicio el principio síntesis de la Diplomacia por la Paz, que ni la nación, ni los países de la región deberían perder de vista en las próximas décadas. Si hay algo que recorre estas líneas, un propósito que las sostiene, es la palabra Colombia, que para mí tiene una resonancia musical. Un poder mágico. Desde que tengo uso de razón, fue el tema de las conversaciones de mi familia, de las historias relatadas por los maestros del colegio, el tópico constante de mis lecturas. Muy pronto, me es difícil incluso precisar una fecha, tuve conciencia de que mi vocación era servirla. El esfuerzo del cual formé parte, relatado en las páginas que terminan, está envuelto hoy en la controversia. Es completamente natural. Es el destino de la política. Tomar decisiones en política, dijo una vez el académico +/$3(#,($.'#+/%7#+)%8/$6(+39#24%()%&-#$%2+%)#03/%(+%0#%/)'2$.-#-*:%;<0/%(0% tiempo puede decir si esos saltos son certeros, fructifican. También en nuestro caso sólo el tiempo, aquello que se llama de una manera noble y )/0(,+(%&0#%9.)3/$.#*4%"/+-$5%+uestro esfuerzo en perspectiva.
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Hoy estamos envueltos también en esa oscuridad, que es simplemente la incertidumbre del futuro. ¿Cómo será el mundo dentro de treinta años? ¿Qué lugar ocupará Colombia en ese escenario que aún desconocemos? Sabemos ya que muchos de los grandes problemas internacionales no sólo tocan a Colombia: la atraviesan. Por ejemplo, el ataque terrorista del 11 de septiembre de 2001 que conmocionó al mundo es una experiencia central para Colombia. Así mismo, hoy el negocio de la droga equivale aproximadamente
a
lo
que
sería
un
8%
del
comercio
mundial.
Desafortunadamente Colombia también conoce de primera mano esa tragedia. Podrían citarse otros desafíos, como reducir a la mitad la pobreza en el mundo para el 2015, que la Cumbre del Milenio fijó en el 2000 como objetivos de la humanidad. O los grandes retos del desarrollo económico, que implican mejores niveles de educación y democracia política. Por todo esto, no parecerá extraño que al final de este libro confiese cómo imagino Colombia dentro de treinta años. Escojo el plazo de treinta años de manera arbitraria. Podría decir: en este siglo XXI que acaba de comenzar; pero un siglo es un horizonte muy amplio en el que la mirada se pierde. Treinta años es un horizonte que podemos captar. Es un plazo visible, pero al mismo tiempo suficientemente extenso como para que las políticas surtan efecto. Es, por ejemplo, el tiempo que los países del sudeste asiático tardaron para desarrollarse en la segunda mitad del siglo XX.
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Por tanto, ¿cómo veo a Colombia en treinta años? Si se quiere mejor, ¿cómo la deseo? Ante todo, veo una Colombia en paz. No es un objetivo fácil, como estas últimas décadas lo muestran. El ex presidente Alberto Lleras (1958-1962)
indicó en una ocasión que la
viole+'.#%&9#=>#%9('9/%#%?/0/,=.#*%@%A2(%"/$%(0%8#6-#0(+#4%%@%"/$%3/-/)%0/)% ríos de la patria, habían circulado no sólo muebles o vestidos sino rifles y municiones. Pero la paz es el desafío número uno de Colombia. No sólo para que los colombianos vivan sin zozobra, sino para que podamos proyectar nuestro desarrollo con una visión de largo plazo. No se ha reparado en profundidad que uno de los objetivos estratégicos del proceso de paz era devolverle a la economía colombiana toda la energía que se malgasta en violencia. Es difícil cuantificar ese gasto, pero los estudios más confiables indican que la violencia le cuesta a Colombia, cada año, entre dos y cuatro puntos porcentuales del crecimiento de su producto interno bruto. ¿Qué ocurriría con nuestra economía, que pese a todos los avatares creció en promedio en los últimos cuarenta años al cuatro por ciento anual, si reinyectáramos esos otros puntos porcentuales? Además de un país en paz, veo una Colombia sin droga. La persistencia de este flagelo ha transformado la naturaleza del conflicto interno. No hay fórmulas simples para desterrarlo.
Hace treinta años los intercambios
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mundiales aún no habían convertido a Colombia en el centro de este drama. Confío en que durante los próximos treinta podamos revertir la tendencia. Veo a Colombia en las próximas tres décadas como un país que habrá cruzado, o esté por cruzar, el umbral del desarrollo. Cada año, el Banco Mundial hace un escalafón de países, que tiene como base ingresos de diez mil dólares per cápita para separar el desarrollo del subdesarrollo. Si en lugar de crecer 2 o 3%, creciéramos 6%, estaríamos en treinta años alrededor de ese umbral. La meta no es inalcanzable. Pero veo también una sociedad sin pobreza, sin las diferencias que a veces hacen tan intratable el problema colombiano. Veo una sociedad en la que la educación se convierta en un instrumento vigoroso de movilidad social y promoción del capital humano, para competir con eficiencia en las corrientes globales. Si algún otro objetivo ha tenido este libro, es invitar a una reflexión colectiva. Colombia, para ser, tiene que ser de todos. Veo a Colombia en paz, sin drogas, desarrollada, educada, con justicia eficaz, sin pobreza extrema. Y la veo también, por supuesto, en democracia. En un continente donde la democracia ha experimentado tantas desventuras, Colombia puede tener un motivo de orgullo. A veces esta fortaleza se olvida en medio de los problemas del presente. Pero desde la independencia, Colombia mostró una clara vocación democrática, por vivir bajo el Estado de derecho. Ahora bien, tenemos que modernizar esta
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democracia, que por infortunio ha adquirido nuevos vicios, a los que no son ajenas la corrupción, la exclusión social y la violencia. No es este el lugar para formular programas en busca de esas metas. Sólo las enuncio. Esos son mis sueños. No tuve la fortuna de compartir estas aspiraciones con mi padre, Abraham Fernández de Soto, quien murió cuando yo apenas tenía dos años. Había escrito entre sus libros uno vibrante, que tituló de manera premonitoria El atormentado camino de la paz. Ese libro recoge su travesía por la Europa de la posguerra y culmina con una dramática invocación por la paz mundial, en el marco de la Acrópolis, a finales del invierno de 1947: &B()6$#'.adamente no somos internamente fuertes, ni ricos, ni probos, ni honestos. Grupos reducidos disfrutan el poder político y una visible y (+3$.)3('(-/$#% -().62#0-#-% (+3$(% 0#)% '0#)()% )/'.#0()% CDE% 9#'(+% ,5)% rápida la tarea de los revolucionarios. Porque el hambre es también un arma, y un arma puesta ya en actividad tan eficaz como la que ahora se ensaya con anunciado espectáculo y se ofrece como instrumento -(%"#'.1.'#'.<+%-(1.+.3.F#%/%-(%(G3($,.+./%6(+($#0:*
Tengo la certeza de que mi padre desde lo alto, acompañó al menor de sus hijos y que esa evocación me la transmitió para contribuir a evitar que 12($H#)%.$$().)3.=0()%+/)%'/+-2H'#+%F(0/'()4%'/,/%I0%#1.$,#4%&#0%"2+3/%-/+-(% '/,.(+H#%(0%=5$=#$/%'#,"/%-(%=#3#00#*:% Espero que esta evocación la pueda culminar de trasmitir a mis hijos. Como ,(% "#)<% #% ,>4% (+% ,.% "$/".#% J)/=$(,()#K% 1#,.0.#$4% (+% 0#)% A2(% 32F(% @% 3(+6/%
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con mis hijos, Colombia fue la palabra imantada, la referencia mágica, la voz de los ancestros que nos hablaba. Si he enunciado mis sueños al final de este testimonio, es porque quiero que mis hijos puedan tener también '/+%0/)%)2@/)%0#%,.),#%J)/=$(,()#K4%(0%,.),/%-.50/6/4%0/)%,.),/)%)2(L/):% A las tareas propias de la cimentación de un nuevo país, que nos acoja a todos sus ciudadanos, espero entregarme con renovado esfuerzo en los próximos años, con la certeza de que las acciones de la política exterior no sólo reflejan, sino que además comprometen las grandes decisiones de la política interna, y esto es aun más cierto en una nación como Colombia. Empiezo a percibir como si todo comenzara de nuevo, en la búsqueda de otra ilusión posible.
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