ANDRES PASTRANA ARANGO
Bogotá, 3 de septiembre de 2015
Doctor Juan Manuel Santos Presidente de la República Casa de Nariño
Apreciado Señor Presidente: Gran preocupación han generado los contradictorios anuncios sobre los mecanismos para implementar los acuerdos de paz. Presentar ante la opinión ideas de cambios institucionales de tal magnitud sin un contexto completo y sin un consenso sobre lo esencial, ha generado incertidumbre institucional innecesaria. Todos a ser estos Estas paz.
sabemos que para que la paz se consolide y los eventuales acuerdos se ejecuten, va necesario realizar cambios legales y posiblemente constitucionales. Considero que deben hacerse con el más absoluto respeto a la Constitución y sus procedimientos. son las reglas del juego bajo las cuales la sociedad aceptó adelantar el proceso de
Las negociaciones de la Habana no pueden tener como efecto ajustar el país a la medida de las Farc. Los ciudadanos que siempre hemos estado en democracia y sin armas, esperamos que, haciendo concesiones e implementando ajustes racionales, las Farc entiendan que son ellos los que deben también amoldarse y empezar a respetar las instituciones que más de 48 millones de colombianos pacíficamente hemos construido y hoy defendemos. Cambios sí, pero en el marco de las instituciones democráticas. Distintos miembros del gobierno han presentado alternativas sobre los mecanismos para ratificar e implementar los acuerdos. Se ha hablado de el "congresito", constituyente, el referendo y Comision Legislativa Especial y otros mecanismos que cada día se anuncian. Simultáneamente en la Habana las Farc insisten en la simple "dejación" de armas, en no someterse a los parámetros del marco jurídico para la paz y preguntan por esa inmensa cantidad de puntos que están pendientes en los tres primeros borradores de acuerdo. Entre tanto, el país sigue profundamente divido frente al proceso y no tiene claros los reales avances sobre la entrega de armas y la aplicación de la justicia transicional, temas cruciales para los ciudadanos. Es urgente actuar en este campo. Hay que buscar la unidad para que no nos pase lo que dice el refrán popular: "No hay que ensillar antes de traer las bestias." Por esto y como miembro de la Comisión Asesora de Paz por usted conformada, considero urgente insistir que con el liderazgo del Señor Presidente se inicie un proceso de "Consenso
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Constitucional" para que de este lado de la mesa nos pongamos de acuerdo sobre los mecanismos y los lineamientos de los acuerdos pendientes y su implementación. Lograr la paz exige unidad en lo esencial. No se trata de llegar al unanimismo, pero si queremos paz, lo primero es lograr la unidad en lo esencial entre quienes estamos de este lado de la mesa. Este "Consenso Constitucional" debe ir más allá de un acuerdo entre los miembros del Congreso. Debe cobijar todas las fuerzas políticas, empresariales, los trabajadores, las regiones y los demás grupos sociales representativos. Creo que con este consenso es viable llegar a un acuerdo en cuanto a los mecanismos de implementación y reforma que se requieren. No creo que podamos dejar de analizar ninguna opción, siempre que el consenso político se logre y siempre y cuando las reglas de juego supremas - nuestra Constitución- se aplique. Por otra parte, debo manifestar mi preocupación sobre la conformación de los distintos grupos e instrumentos que en el marco del proceso de la Habana se han implementado. La paz debe unificar y no dividir las distintas tendencias políticas. La paz no es solo de la izquierda y de la Unidad Nacional. Es de todos y debe ser construida entre todos. Colombia es un país donde al menos la mitad de los ciudadanos apoyan los partidos que como el Conservador, están en la tendencia de centro o centro derecha. Eso lo demuestran todas las encuestas y los resultados electorales del año pasado. Quienes creemos en esa ideología y pertenecemos a estos partidos -al menos la mitad de los electores- hemos sido catalogados como obstáculos para la paz en vez de haber sido oídos y nuestras opiniones tenidas en cuenta para formar un consenso básico. No estamos, ni hemos estado representados en los distintos escenarios del proceso, como la comisión que escribió el informe sobre las causas del conflicto ni en la de los juristas que analizan un tema tan delicado como el de la Justicia Transicional. Esto es aun fácil de corregir y guardo la esperanza que al menos en la anunciada comisión de la verdad, la media Colombia a la que pertenezco, esté presente. La enorme fortuna de nuestra democracia esta en contar con tendencias políticas diferentes que coexisten pacíficamente y debaten libremente sus puntos de vista. En aras de la democracia y de la paz, estas deben ser tenidas en cuenta en todos los escenarios de una negociación tan trascendente como la de la Habana. Cordialmente,
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