Revista PI Ed. 2

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Cacao Arriba y Sombreros Montecristi

Nº 2, Julio 2014

Todo sobre las dos primeras denominaciones de origen otorgadas en Ecuador

Un vistazo a

las patentes en el mundo y Ecuador

IEPI, 16 años al servicio de la propiedad intelectual en el Ecuador María Fernanda Restrepo:

“Como directora me siento respaldada por el IEPI”

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IEPI - Instituto Ecuatoriano de la Propiedad Intelectual Andrés Ycaza Mantilla Juan Fernando Salazar Lilian Carrera González

es una publicación del Instituto Ecuatoriano de la Propiedad Intelectual con la colaboración editorial de la Agencia de Noticias Especializada en Propiedad Intelectual (ANEPI).

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Director Ejecutivo Director Nacional de Propiedad Industrial Directora Nacional de Obtenciones Vegetales y Conocimientos Tradicionales

Santiago Cevallos Mena

Director Nacional de Derecho de Autor y Asuntos Conexos

Cinthya Baratau Castro Melissa Cortez Alminate

Directora Nacional de Comunicación Social Editora de contenidos

IEPI Ecuador +(593) 02 394 0000

@IEPI_ecuador www.propiedadintelectual.gob.ec Av. República 396 y Diego de Almagro, edif. Forum 300


Índice editorial

Hay que recordar que la vaca primero fue ternero denominaciones de origen

Las denominaciones

de origen a través de la historia Cacao Arriba, la Pepa de Oro Ecuador, la tierra del cacao

Papá Cacao, parte del relato del Cacao Arriba Sombrero de Montecristi: la fuerza de la tradición Familia Pachay, las manos del Sombrero de Montecristi Ecuador con aroma

de café

historia de la propiedad intelectual

La propiedad intelectual en la legislación ecuatoriana IEPI, 16 años al servicio de la propiedad intelectual en el Ecuador patentes

Un vistazo a las patentes en el mundo y Ecuador El dilema de la patente

universitaria en Ecuador

Esfera FAYAC y otros inventos ecuatorianos El software

informática

libre genera desarrollo de tecnología local entrevista

Leonor Bravo: “Los niños tienen derecho a saber que en el

Ecuador hay cosas maravillosas”

María Fernanda Restrepo: “Como directora me siento respaldada por el IEPI”

análisis especializado

limitaciones y excepciones al derecho

Propiedad intelectual en Ecuador e importancia de las

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ANEPI - Agencia de Noticias Especializada en Propiedad Intelectual Luis Dávila Loor Francisco Ordóñez Andrade Juan Carlos Mendizábal Gonzalo Ponce Leiva Esteban Zapata María Augusta Álvarez Priscila Mancero

Director General Editor Gerente de Proyecto Productor Ejecutivo Redactores

Patricio López Carlos Bedoya Jorge Banet Ponce Luis Fernández Gabriela Ulloa Tato León León

@ANEPIEcuador www.anepi.ec / comunicaciones@anepi.ec / +(593) 02 513 4179 Av. Cristóbal Colón E 6-12 y La Rábida Edf. Ave María 10B. Quito - Ecuador

Fotógrafo Productores

Diseño y Diagramación

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editorial

Hay que recordar que la vaca primero fue ternero

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a propiedad intelectual (PI) no siempre ha existido. En la Antigüedad solo había un respeto moral hacia la obra intelectual de alguien. En la Edad Media, los libros se reproducían a mano sin que generaran lucro. Fue luego de que Gutenmberg inventara la imprenta, en 1450, cuando el lucro apareció, curiosamente, en beneficio del editor, no del autor. Ese fue el inicio de la propiedad intelectual. El Estatuto de la Reina Ana, en Inglaterra en 1710, introdujo un plazo de duración del copyright, y, por vez primera, se reconoció el derecho de los autores, aunque con plazos determinados para –según se argumentaba– incentivar la creación artística y literaria. En Francia, a partir de la Revolución de 1789 se reconoció la propiedad intelectual sobre obras dramáticas y musicales y sus representaciones, así como sobre todas las obras impresas.

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En Estados Unidos, la Constitución de 1787 incluyó la cláusula del copyright, que concedía derechos a los autores con ciertos fines y por tiempo limitado, siempre y cuando primara el interés público por sobre el individual. Esta cláusula incluso rechazaba el monopolio. Para Thomas Jefferson el libre intercambio de ideas y de expresiones no podía ser restringido, las ideas no podían ser apropiadas como las cosas materiales. Por esta posición, los Estados Unidos estuvieron fuera del sistema internacional de derechos de autor durante varios años en el siglo XIX. Fue en 1861 que legisló en favor de las patentes y en 1891 del copyright. Ese país, hoy defensor acérrimo de la PI, no adhería al Convenio de Berna por una razón clara: era deudor en materia de propiedad intelectual. Para su desarrollo tenía que apoyarse en invenciones y obras protegidas en otros países. Esto cambió


cuando en el siglo XX se convirtió en país exportador de productos creados y en una potencia industrial cultural. Cuando su balanza comercial se inclinó a su favor empezó a aprobar leyes estrictas para proteger a sus autores y a otros titulares de derechos de propiedad intelectual. El ejemplo de los Estados Unidos no fue exclusivo. En el siglo XIX y XX, otros países hicieron lo mismo: Bruselas copiaba los libros franceses. Suiza, Japón, Taiwán, Corea del Sur y China, todos a su tiempo, copiaban las invenciones de otros hasta lograr su propio desarrollo. Una vez desarrollados económicamente, adhirieron férreamente al sistema de propiedad intelectual. Así que, la propiedad intelectual depende del momento que vive cada país. Países como Ecuador, no deberían ser sometidos a rigideces en el sistema de PI en los tratados comerciales que negocia, pues eso impide su desarrollo.

Desde los años 90, los tratados comerciales no solo se refieren a aspectos de comercio sino que incluyen disposiciones sobre PI. En esos tratados, lejos de plantear regulaciones equilibradas entre las partes, prima la asimetría en favor de poderosos intereses. Esta asimetría erosiona las normas mínimas señaladas en el Acuerdo sobre los ADPIC. Así, los Estados más débiles se ven limitados debido a los compromisos rigurosos que asumen, especialmente en campos como la salud pública, el medio ambiente, la biodiversidad, la seguridad alimentaria, el acceso al conocimiento y los derechos fundamentales. Además, se merma en estos Estados la promoción a la innovación y a la creatividad. El socio comercial más fuerte sale ganando. Conviene que los países en desarrollo tengan presente en las negociaciones que antes de que las potencias mundiales fueran tales, las normas rígidas en propiedad intelectual eran su obstáculo.

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denominaciones de origen

Las

denominaciones de origen a través de la historia E l Instituto Ecuatoriano de Propiedad Intelectual (IEPI) ha declarado al 2014 como el año de las denominaciones de origen. Por ello ha decidido reimpulsar a los dos productos del país que cuentan con esta identificación: el Sombrero de Montecristi y el Cacao Arriba, lanzando sus sellos de denominación de origen, además de un sello que contendrá a estos y todos los futuros productos. Así mismo, aquellos productores que quieran registrar estos productos recibirán un descuento del 100 por ciento en sus trámites. Historia de las denominaciones de origen Las denominaciones de origen o indicaciones geográficas, según Lilian Carrera, directora nacional de Obtenciones Vegetales y Conocimientos Ancestrales del IEPI, “son signos distintivos muy similares a las marcas, que identifican a un producto que pertenece a una región determinada y que tiene características particulares que hacen que el producto sea diferente”. La producción y elaboración de estos requiere de factores geográficos, humanos y de conocimientos ancestrales únicos, que hacen que su fabricación sea distinta al de otros productos que se encuentran en el mercado.

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La historia de las denominaciones de origen no es reciente, sus antecedentes se remontan al siglo V antes de nuestra era y al vino de la isla griega de Quíos, el cual era reconocido por su nombre y procedencia. En el siglo XVIII, Portugal se convirtió en el primer país en regular su producción, reconociéndola como el vino de Oporto, que se exportaba a diversos puntos de Europa. Fue el Marqués de Pombal, primer ministro del rey José I, quien dictaminó varias leyes de elaboración que debían ser cumplidas por los productores y, de esa manera, asegurar su calidad. Así, se cuidó la producción portuguesa de las potencias de la época, desplazando a Gran Bretaña a ser un intermediario más de su famosa bebida. En el año 1883, las indicaciones geográficas fueron reconocidas como parte de la propiedad intelectual. En aquel año se suscribió el Convenio de París para la Protección de la Propiedad Industrial, donde se redactó acerca de las indicaciones de procedencia y las denominaciones de origen. Como explica la Organización Mundial de la Propiedad intelectual (OMPI), “la propiedad industrial no se limita a la industria y al comercio propiamente dichos, sino que se aplica también a las industrias agríco-


Lanzamiento de los sellos de Denominación de Origen en Vinces

las y extractivas y a todos los productos fabricados o naturales”. Sin embargo, debido a la diferencia de legislaciones a nivel mundial, en el año 1958 se realizó el Arreglo de Lisboa relativo a la Protección de las Denominaciones de Origen y su Registro Internacional. La misma OMPI explica que dicho arreglo “contribuye a proteger los intereses económicos nacionales, en el sentido de que, en un gran número de países, los productos que son objeto de una denominación de origen representan un importante porcentaje de las exportaciones”, por ello resulta fundamental que aquellas denominaciones cuenten con una protección contra su apropiación indebida. En diciembre del 2000, la Comunidad Andina de Naciones presentó el nuevo Régimen Común sobre Propiedad Industrial, adoptado por medio de la Decisión 486. En ella se tratan temas como diseño industrial, patentes de in-

vención, marcas, competencia desleal y, por supuesto, denominaciones de origen. Una de las principales diferencias con la legislación europea es que en esta parte del mundo sí se reconocen a las artesanías con estos signos distintivos, mientras que en Europa objetos como, por poner un ejemplo, la Cerámica Artesanal de Ráquira en Colombia, no pueden ser registrados ni siquiera bajo los convenios comerciales firmados entre esas dos partes. Las denominaciones de origen en el Ecuador En Ecuador se asignó al Cacao Arriba, el 24 de marzo de 2008, como la primera Denominación de Origen Nacional, por parte del Comité de Propiedad Intelectual, Industrial y de Obtenciones Vegetales del IEPI. Esta fue otorgada debido a que el cacao fino de aroma de nuestro país ha sido reconocido a nivel mundial desde hace varios siglos atrás. De hecho, la identificación “Arriba”, res-

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Sello paraguas para los productos que obtengan la denominación de origen en el país

ponde a que en los periodos previos a la independencia y después de ella, al preguntarse de dónde venía el cacao, la gente respondía “de arriba”, refiriéndose a las riberas altas del río Daule. Poco más de un año después, el 15 de junio de 2009, llegó la segunda Denominación de Origen Nacional, esta vez para el Sombrero de Montecristi. Esta artesanía ancestral, elaborada con la paja toquilla de la provincia de Manabí, tantas veces mal llamada Panama Hat, fue reconocida justamente para conservar su tradición y contarle al mundo que su tejido único es originario de Montecristi, Ecuador. 2014 el año de las denominaciones de origen El IEPI ha definido al 2014 como el año de las denominaciones de origen. Una de las iniciativas al respecto ha sido reimpulsar los dos productos reconocidos, lanzando sus Sellos Distintivos, que servirán para que sean identificados a nivel nacional e internacional por su calidad inigualable. Así lo explica la funcionaria Lilian Carrera: “si vas a comprar un producto a un supermercado y

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encuentras un sello de denominación de origen, vas a tener automáticamente la garantía de que ese producto es de calidad. Los sellos que hemos trabajado ahora han sido para ayudar a los productores ecuatorianos”. Además, junto con estos dos reconocimientos, se lanzó un tercer “sello paraguas” llamado Protegido Ecuador, que contendrá a todos los productos que alcancen el reconocimiento de este signo distintivo. Esto debido a que el Ecuador es un país megadiverso y podrá otorgar, en un futuro, este título a productos como el Pájaro Azul de Bolívar, Café de Loja, Café de Zaruma, Café de Galápagos, entre otros. Adicionalmente a todo esto, y para cerrar el gran esfuerzo del IEPI, Andrés Ycaza, director ejecutivo de este organismo, anunció que este año se está otorgando “un descuento del 100 por ciento al trámite de autorizaciones de uso de las denominaciones de origen”. Esta medida busca incentivar a todos los productores a que registren su cacao fino de aroma y sus Sombreros de Montecristi, y obtengan sus sellos correspondientes.


Cacao Arriba, la Pepa de Oro V

inces es uno de los cantones productores de cacao fino de aroma más grande del país. Su historia cacaotera tiene una larga tradición, ya que en él se asentaron los “Gran Cacao”, familias con haciendas dedicadas al cultivo y comercialización del grano, antes y después de la constitución de la República. Sin embargo, en su historia también se registra un largo capítulo de explotación hacia los pequeños productores y los trabajadores de estas haciendas. Felizmente, la unificación de pequeños y medianos productores en organizaciones de base, ha logrado eliminar el círculo de explotación generado por los intermediarios. Una de ellas es la organización Pepa de Oro, que desde el año 2000 abrió sus puertas para construir un espacio equitativo de acopio y venta de cacao, conformada únicamente por mujeres, la misma que ha logrado distribuir de manera justa las ganancias. En ese año, el párroco Ángel Mindiola y la hermana Lourdes Marquinez, lograron contactar al padre Graziano Masón, presidente de la Fundación Maquita Cushunchic Comercializando como Hermanos (MCCH), la misma que exporta a

nivel mundial buena parte de la producción cacaotera del país, con lineamientos de justicia para todos los que intervienen en el proceso. Desde ese momento constituyeron un espacio de comercialización justo. Gisella Alvarado Bajaña, miembro de la Pepa de Oro, comenta que la organización en la actualidad tiene 250 socios, todos padres de familia. Ella menciona que el primer sueño era tener su “propio centro de acopio para poder comprar el producto a nuestros compañeros asociados”, y además aclara que también compran a otros productores no asociados que “merecen tener un precio justo”. Gisella está convencida de que “lo más importante de eliminar el intermediario es estar asociados para buscar la forma de comercializar en conjunto nuestro producto”, encontrando compradores que paguen el precio justo por su cacao. El economista Cristian Villasagua, alcalde del cantón Vinces, manifiesta con alegría que “la gente se ha dado cuenta que ya no puede seguir vendiendo sus tierras, que la economía familiar tiene que basarse en el sistema de producción que

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sea sostenible en el tiempo” y el cacao puede serlo. En la actualidad, entre 2500 a 3000 familias trabajan en pequeñas y medianas plantaciones cacaoteras, de entre una y tres hectáreas. Sobre la denominación de origen Cacao Arriba - Ecuador Luego de que Ecuador declaró al cacao fino de aroma, Cacao Arriba, como la primera denominación de origen (DO) del país, Gisella Alvarado mencionó que la DO y el sello “es lo que siempre habíamos soñado como productores”, y no pudo ocultar su felicidad, “porque es lo que venimos buscando desde hace mucho tiempo ya que nuestro producto había sido un poco abandonado en el agro, pero ahora se le está dando ese reconocimiento que verdaderamente merece”. En ese mismo sentido, el alcalde del cantón plantea la importancia de que los productores de cacao fino de aroma se acerquen a registrar su cosecha. “Queremos que toda la población, todos los productores de cacao nacional fino de aroma, registren su producto para que podamos tener un efecto mucho más positivo en nuestra producción y en nuestra economía”.

“Nuestro producto había sido un poco abandonado en el agro, pero ahora se le está dando ese reconocimiento que verdaderamente merece”

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El trabajo impulsado por las organizaciones de base, que tiene como objetivo agrupar a todo el sector cacaotero de fincas orgánicas del cantón Vinces, ha logrado proponer una nueva manera de comercializar, revalorizando su esfuerzo. Su historia es parte de los retos que tiene la DO, que busca poner en marcha la reactivación de un sector que ha sido maltratado a través del tiempo, pero que ha trabajado inclaudicablemente junto a la mazorca de cacao. Como afirma Gisella, hoy más que nunca, el cacao “es la pepa de oro”.


“El hombre

superior

ama su alma; el hombre

inferior

ama su propiedad.� - Lin Yutang


Ecuador, la tierra del cacao H

ace 5500 años, al sur de la Amazonia ecuatoriana, más precisamente en lo que hoy es la provincia de Zamora Chinchipe, habitaban los Palanda, una comunidad que se organizaba en aldeas de casas circulares. Ellos pertenecían a la cultura Mayo-Chinchipe, que se sostenía básicamente por la agricultura. En el año 2002 se realizaron algunas investigaciones y excavaciones, encabezadas por el arqueólogo Francisco Valdez, en las que se encontraron, en las tumbas de los Palanda, algunas ofrendas que contenían restos de alimentos. Gracias a varias pruebas químicas realizadas con carbono 14 (elemento que se emplea en la datación de especímenes orgánicos), se pudo determinar la presencia de res-

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tos de theobroma o cacao en muchas de sus vasijas. Según Valdez, esta era una “bebida energizante que era enviada al más allá con los muertos”. Este descubrimiento, entre otras particularidades, permitió afirmar que en esta zona geográfica se había domesticado el cacao 2000 años antes que en Centroamérica. La variedad cultivada por los Palanda es, justamente, la que caracteriza al país: el cacao fino de aroma. El templo de Santa Ana de la Florida permitió al Ecuador solicitar el título de origen del cacao. Así mismo, derribó el mito de que en la Amazonia solo existían civilizaciones bárbaras y no civilizaciones organizadas. En esta zona, además, se encontraron restos de conchas marinas strombus y


Fotos cortesía de EL GRAN CACAO

espondilus. Esto demostró el nivel de comercio alcanzado por estas culturas, las cuales trasladaron con seguridad a zonas costeras el cacao. Comercialización y denominación fortuita de origen Gracias a la popularización de la bebida el xcoatl (de donde proviene el nombre de chocolate) que realizaban las culturas mexicanas, misma que fue ofrecida a los colonizadores españoles, pronto se generó una gran demanda del fruto. Lamentablemente para el país, a mediados del siglo XVI, la explotación del cacao solo se podía realizar bajo Cédula Real concedida por España, la misma que fue otorgada a México y Venezuela, entre otros, pero no a Ecuador. Sin embargo, varios empresarios guayaquileños hicieron caso omiso de las advertencias y decidieron plantar y comerciar la planta a pesar de su prohibición. El cacao ecuatoriano fue distribuido durante esta época de manera ilegal, pero al llegar a diversos puertos del mundo, al ser nombrada su procedencia, se pa-

gaba mucho más. El resto de países productores levantaron varias protestas por estos actos, pero finalmente el producto ecuatoriano lograría la Cédula Real hacia finales del siglo XVIII. Las plantaciones de cacao se extendieron durante estos periodos a orillas de los ríos Guayas, Daule y Babahoyo. Para ingresar a ellas se debía ir rio arriba. Cuando la gente preguntaba de dónde provenía el cacao, la respuesta era “de arriba”. Y es justamente esa pequeña anécdota de la historia, la que da nombre al cacao de aroma frutal producido en esta parte del mundo. Independencia y boom cacaotero La lucha independentista tendría sus frutos en 1830. De hecho, muchas de las haciendas cacaoteras destinaban varias de sus ganancias para impulsar la emancipación del país y su posterior fortalecimiento. Estos grandes latifundios fueron denominados Grandes Cacao y aportaron, antes que el banano, hasta el 60 por ciento de las exportaciones. El pago de impuestos estaba por encima de ese porcentaje.

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Cacao Arriba es el mejor del mundo. Un chocolate que se precie de fino debe contener este cacao. A finales del siglo XIX Ecuador se convirtió en el mayor exportador de cacao. Desde el puerto de Guayaquil se exportó al mundo la producción de tres provincias: Guayas, Los Ríos y El Oro. Más de un millón de quintales cruzaron el océano hasta llegar, sobre todo, a Europa. Las bases del país se fortalecieron gracias al gran trabajo de las manos de los productores de cacao, quienes lo convirtieron en el motor de la economía nacional. Dos extrañas plagas atacan al cacao En 1920 el apogeo del cacao nacional se vio abruptamente detenido debido a la aparición de dos plagas misteriosas, la monilla y la escoba de bruja. Más del 70 por ciento de la producción anual se vio afectada, dejando golpeado al sector exportador. Pero esto no sería todo, el periodo posterior a la I Guerra Mundial había dejado parcialmente incomunicados a los países por la falta de transporte, además de que varios mercados internacionales habían cerrado, por lo que se hacía muy difícil comercializar las producciones. Hasta aquel entonces, la producción ecuatoriana alcanzaba las 80 000 toneladas anuales, siendo el primer exportador del mundo. Para 1930 la producción tan solo llegaría a siete mil toneladas, dejando relegado al país en este mercado y cayendo, además, en una fuerte crisis debido a los despidos intempestivos que realizaron las haciendas cacaoteras. Mas la solución para los productores no tardaría en llegar, pocos años más tarde el banano sería el reemplazo para las grandes extensiones de tierras que habían sido atacadas. Fotos cortesía de EL GRAN CACAO

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El resurgir de la pepa de oro Aunque el cacao de esta zona del mundo ha ido resurgiendo con el transcurso de los años, ha sido en las últimas décadas que se ha podido observar la revalorización de su producción. Son varios los países del mundo que le han otorgado grandes premios y reconocimientos al cacao fino de aroma. Uno de los más importantes y que marcó esta nueva era, fue el premio Slow Food de Italia, entregado a la asociación Kichwas Kallary en el año 2004. En este certamen se evaluó la calidad de los granos de cacao de todo el mundo y su aroma, determinando al Cacao Arriba como el mejor de todos. Después llegarían más premios, como el obtenido en el año 2011 por la Asociación Katarama de la provincia de Bolívar, volviendo a reconocer al cacao ecuatoriano como el mejor del mundo. También se han otorgado reconocimientos mundiales a chocolaterías nacionales por su magnífica producción y su sabor único e inigualable, tales son los casos de Hoja Verde, Pacari y República del Cacao. La reactivación del cacao El Gobierno ecuatoriano, por medio del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca (MAGAP), en el año 2012 presentó el proyecto de Reactivación del Cacao

Nacional Fino de Aroma. Este plan tiene por objetivo impulsar la exportación del Cacao Arriba mediante capacitaciones a los productores de todo el país, así como la poda de los árboles de cacao a nivel nacional. La inversión de este proyecto, que durará diez años, es de 80 millones de dólares y trabajará con 60 mil familias en la renovación, rehabilitación y siembra de nuevas plantas del 80% del cacao sembrado. Una de las acciones más importantes de la Reactivación del Cacao empezó en el año 2013 y continúa este año con la Gran Minga del Cacao, también conocida como la Gran Poda. Consiste en la generación de brigadas de poda para dar mantenimiento a los cacaotales de varias ciudades del país. Este acto pretende realizar el trabajo de 40 años en uno solo, fomentando el correcto cultivo del cacao, tecnificando a todos los productores. Esta política pública en su primera etapa pretende hacerse cargo de 48 mil hectáreas de cacao, con más de 19 millones de árboles. El objetivo primordial es lograr podar el 80 por ciento de la superficie sembrada, aumentando la producción en un 30 por ciento a corto plazo. Se espera que al finalizar esta campaña la producción de cacao fino de aroma aumente en un 100 por ciento.

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Papá Cacao,

parte del relato del

Cacao Arriba

“Somos 100 mil productores de cacao. Entonces ahí hay un capital social y un capital humano que tiene mucha historia y un montón de riqueza”.

J

aime Freire, más conocido como Papá Cacao, es un hombre apasionado por el cacao ecuatoriano. Es asesor del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, miembro del Comité Técnico Permanente del Cacao Nacional, así como de la Academia del Chocolate Ecuador. Ha dedicado gran parte de su vida a investigar y trabajar en proyectos relacionados con pequeños productores de todo el país. Él es uno de los personajes principales de la serie El Gran Cacao, que se ha transmitido por la señal de Ecuador TV. Jaime cuenta la importancia que tiene la denominación de origen otorgada al

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cacao fino de aroma y con su ejemplo retrata todo el trasfondo de este reconocimiento. ¿Por qué es importante contar la historia del cacao ecuatoriano? Es importante que se cuente la historia del cacao en el Ecuador porque es un producto símbolo, que ha estado con nosotros realmente desde su origen. Ahora sabemos que no viene de Centroamérica sino de la Amazonía ecuatoriana. El cacao ha estado presente en las huertas de los productores desde siempre y eso es digno de rescatar porque, finalmente, vino el boom del bana-


Jaime Freire , una autoridad en el cultivo del cacao

no, vino el boom de las flores, ha habido muchos productos agrícolas que se han puesto de moda, pero el cacao siempre ha estado en las huertas de los pequeños productores. Y eso le da un valor muy significativo, particularmente porque cuando uno reflexiona sobre cuál es el principal productor de banano son cinco, seis o siete familias o empresas que a uno se le ocurren. Cuando nos preguntamos quién es el principal productor de cacao, somos 100 mil productores. Entonces ahí hay un capital social y un capital humano que tiene mucha historia y un montón de riqueza. El Estado ecuatoriano viene trabajando en un proyecto importantísimo para las productores cacaoteros. ¿De qué se trata La Gran Poda? Ese es un proyecto espectacular, yo creo que es lo mejor que se ha hecho en el Ecuador. La campaña de podas que ini-

ció el Ministerio de Agricultura no tiene antecedente en ninguna parte del mundo. Se hizo una campaña donde se podaron 50 mil hectáreas de cacao. Yo mismo estuve con el director cacaotero de Colombia que viene al Ecuador para aprender cómo se hizo esta campaña, porque implicó formar 246 equipos de nueve personas, que estuvieron en el campo trabajando todos los días y significó dar un paso tecnológico de 40 años. La poda, antes del 2013, se hacía con serrucho, tijera y machete. Ahora utilizamos podadores de altura, motosierras y equipo especializado; hemos podido tecnificar la agricultura. Lo mejor de todo es que, midiendo el resultado, hemos logrado duplicar y en algunos casos triplicar la producción, entonces estamos haciéndole un bien a los productores, que es el fin para el que nosotros trabajamos.

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“El tener una denominación de origen oficial significa darle (al Cacao Arriba) el título que ya todos sabíamos que teníamos”.

¿Cuál es la importancia del Sello de Denominación de Origen Cacao Arriba? El sello de la denominación de origen es la cereza que había que ponerle al pastel, porque nuestro cacao es reco-

nocido como Cacao Arriba en cualquier parte del mundo. Cuando uno va Europa, cuando uno va al Asia, cuando recorres varios países, la gente sabe del cacao ecuatoriano. Más bien acá, adentro del Ecuador, no lo conocemos mucho de esa manera. Entonces, el tener una denominación de origen oficial significa darle el título que ya todos sabíamos que teníamos. Esto va a abrir unas oportunidades increíbles a los productores que van a poder recibir un reconocimiento, no solamente con un mejor precio, sino con ese orgullo y ese amor de saber que tenemos lo mejor del mundo. Porque el cacao ecuatoriano es el mejor del mundo y no es patrioterismo, así se lo reconoce a nivel mundial. El programa El Gran Cacao, que cuenta las historias y anécdotas del cacao ecuatoriano, ha sido su debut en la televisión. ¿Cómo se siente con este salto a la fama? Esto de la televisión es algo que no conocía. Uno tiene otra idea, entonces parecería que es un trabajo súper fácil y es un trabajo súper demandante, bien agotador. Fueron unas seis o siete semanas de grabación súper pesadas, de acostarse tarde, levantarse tempranito, no comer muy bien, muy complejo. La experiencia es súper chévere porque este programa, en lo personal, me ha permitido hacer un recorrido de 20 años de vida profesional. Yo empecé a trabajar con el cacao en el año 1989 y he podido recorrer en este programa, con el detenimiento que hubiera querido siempre, todos y cada uno de los sitios importantes, visitando a todos los amigos, a todos los personajes del cacao con los que he compartido tantas cosas. El poder conocer más a profundidad y recordar me ha dado una satisfacción enorme de ver que lo que he hecho ha valido la pena. Yo me siento tan feliz, tan orgulloso.

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Jaime Freire sabe que el Cacao Arriba es el mejor del mundo


“Allí donde domina el derecho a la propiedad, donde todo se mide con dinero, no puede hablarse de equidad y

bienestar social” - Tomás Moro 21


Sombrero de Montecristi: la

fuerza de la tradición

L El 15 de junio de 2009, el IEPI declaró al Sombrero de Montecristi como la segunda denominación de origen del país.

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a historia y tradición del Sombrero de Montecristi no se remonta a tiempos recientes. Sin salir de la provincia de Manabí, para poder ubicarnos en sus posibles inicios, debemos viajar a la época prehispánica, cuando aquellas costas fueron habitadas por la cultura Chorrera, Bahía, Guangala, Jama Coaque y Manteña. Ellos, nuestros ancestros, elaboraron diferentes tipos de figuras artesanales antropomorfas en las que se pueden observar la utilización de objetos parecidos a los sombreros de paja toquilla. La presunción de que se usaba esta paja para su elaboración radica en que también se encontraron estas fibras vegetales en telas y cestas.


En 1534 la misión colonizadora española conoció el precioso tejido, por intermedio del padre José María Cobos, acompañante de Sebastián de Benalcázar. Cuenta la leyenda que el sacerdote quedó sorprendido con los adornos en forma de alas de murciélagos que protegían del sol a los indígenas. Los Jipijapa y los Montecristi basaron gran parte de su economía en la elaboración de lo que adoptó, oficialmente, el nombre de sombrero. De hecho, la venta de esta artesanía colaboró en gran medida con el desarrollo local, siendo comercializada con Perú y Colombia. La historia continúa narrando el poder que adquirieron estas comunidades organizadas, enfrentándose a los abusos de los administradores coloniales e inclusive del mismo rey, en busca de decretos y cédulas reales. Domingo Choéz es uno de los nombres importantes en este relato. En 1630, Choéz fue el precursor del Sombrero de Montecristi tal como lo conocemos hoy. Él produjo una mezcla entre el modelo del sombrero español con el tejido de la zona, logrando una mixtura perfecta. Gracias a su diseño y con un poco de suerte, en el siglo XVII llegó la consagración de la producción toquillera, debido a la escasez de algodón en Europa, lo que permitió sustituir los sombreros de paño de la época, por los ultra-finos de Manabí. Hasta mediados de 1800, el sombrero fino de paja toquilla fue conocido como Jipijapa, ya que provenía mayoritariamente de esa localidad. Ya en 1843, pasada la primera década republicana, este especial tejido adquirió gran re-

levancia debido a su comercialización hacia Panamá. Una de las familias involucradas en su exportación fue la familia Alfaro Delgado. En esta historia también estuvo involucrado Eloy Alfaro Delgado, ex presidente del Ecuador. Arribando a 1880, el viejo luchador se encontraba organizando una revuelta social orientada bajo los preceptos liberales. La leyenda cuenta que, para poder financiar su revolución, Alfaro viajó a Panamá a comerciar sombreros de su ciudad natal. Lo que sí se sabe a ciencia cierta es que el origen del falso nombre del sombrero, lamentablemente conocido en gran parte del mundo como Panama Hat, se debe a la comercialización del mismo en la época de la construcción del Canal de Panamá. Hasta ese país llegaron cargamentos de sombreros sin revelar su origen, mismos que fueron utilizados por los trabajadores del ca-

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nal. Cuando Theodore Roosevelt visitó esta construcción, que tiempo después unió el Pacífico con el Atlántico, llevó consigo un fino de paja toquilla, impulsando su popularidad a nivel mundial, lamentablemente sin identificar su procedencia. El presente del sombrero El Sombrero de Montecristi ha pasado por varios estadios durante el siglo XX y XXI. Si bien su popularidad ha resurgido y en el mundo hay expertos que conocen sobre su calidad, su comercialización todavía resulta bastante injusta. Esta realidad es evidente cuando se visita cada uno de los puntos donde se elabora esta indumentaria elegante. Un ejemplo es Pile o Las Pampas, dos caseríos que intervienen en su elaboración, los cuales todavía venden el producto a un costo mucho menor al que adquiere en mercados foráneos. Sin embargo, tanto organismos nacionales como internacionales se han encargado de brindar gran apoyo al cantón Montecristi, exaltando este arte milenario. El reconocimiento otorgado por el Instituto Ecuatoriano de la Propiedad Intelectual (IEPI), el 15 de junio de 2009, es uno de ellos. En ese año se declaró al Sombrero de Montecristi como la segunda denominación de origen (DO) del país. Este signo distintivo otorga un valor agregado al producto, identificando su zona de origen, su elaboración y sus conocimientos ancestrales involucrados. El 5 de diciembre de 2012, la UNESCO declaró al sombrero como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

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Esta resolución, según el organismo internacional, es otorgada por los Estados partes, quienes consideran qué conocimientos necesitan medidas de salvaguarda urgentes para asegurar su trasmisión y tradición. “Las inscripciones en esta lista contribuyen a movilizar la cooperación y la asistencia internacionales para que los actores interesados puedan tomar medidas de salvaguardia adecuadas”. Ese mismo año fue creada, en Pile, la Escuela de Arte y Oficio, Centro de Transferencia del Saber Ancestral del Tejido de Finos Sombreros de Paja Toquilla. Este ha sido un esfuerzo conjunto entre el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, el Ministerio de Cultura y Patrimonio y la Refinería del Pacífico. A esta escuela asisten jóvenes y adultos de Pile y sus alrededores, quienes aprenden a elaborar los sombreros y también adquieren conocimientos sobre la tradición de la que ya forman parte. Sin duda, se vienen tiempos mucho mejores para el sombrero. Este año el IEPI presentó el Sello de DO Sombrero de Montecristi, que permite identificar a los verdaderos sombreros tejidos en esta región, diferenciándolos de otros de menor valor y tradición. Los artesanos que estén involucrados en cualquier punto de su elaboración podrán solicitar este sello que le otorga una marca de garantía para su producción. Además, una de las mejores noticias es que este signo distintivo será registrado en varios países del mundo, buscando que este producto ecuatoriano, al fin, sea llamado por su verdadero lugar de procedencia.


reportaje

Kleyder Pachay: su familia ha elaborado el Sombrero de Montecristi por cuatro generaciones

Familia Pachay, las manos del Sombrero de

Montecristi


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l sombrero de Montecristi, una de las dos denominaciones de origen (DO) que tiene el país, es un producto de gran tradición. Con él se tejen historias que son importantes de rescatar y de relatar. Una de ellas es la de la familia Pachay, conformada por artesanos que han entregado su vida al trabajo toquillero. A través de Kleyder Pachay, el primero de los montecristeños en obtener el permiso de uso de la DO, conoceremos parte del mito que esconde uno de los sombreros más bellos del mundo. Kleyder asegura que su familia ha estado involucrada en la elaboración de este arte milenario desde hace más de cuatro generaciones. “En Montecristi siempre va a estar involucrada la familia Pachay, si no es el primer apellido es el segundo apellido” de los artesanos que tejen el célebre sombrero. Evidentemente, continúa, hay otras

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familias involucradas que conservan el conocimiento ancestral. Con nostalgia recuerda que su madre, Florida Pachay, ha sido el soporte económico de su familia, “con el sombrero ha criado básicamente a dos generaciones, la de sus hermanos y la de sus hijos”. Su entrega en la elaboración del sombrero le ha valido el reconocimiento de la UNESCO. En Lima, este organismo internacional consideró que el sombrero de Montecristi fue el mejor de varios competidores y lo declararon con un premio a la excelencia. Además, Florida fue parte de una condecoración en Quito y después participó en una manifestación cultural en París, en la casa de la UNESCO. Su familia también es parte de la Asociación de Artesanos de Montecristi, la que congrega a buena parte de quienes tejen el sombrero. Esta Asociación


solicitó del Estado, hace aproximadamente diez años, que se evaluara la posibilidad de otorgarle una denominación de origen al sombrero, para fortalecer su producción. “Es ahí cuando comienza una ardua tarea, conjuntamente con el IEPI, para hacer las investigaciones. El Gobierno invirtió un monto considerable en contratar a personas especializadas”. Desde ese momento se realizaron varias capacitaciones con expertos internacionales provenientes de Suiza, Francia, México, Italia y Perú. El 15 de junio de 2009 se declaró como DO al Sombrero de Montecristi, durante la presidencia en la Asociación de Artesanos de Otto Pachay. Y el primer artesano en solicitarla fue nada más y nada menos que Kleyder Pachay. Esta es una DO geográfica, lo que implica que solo quienes se encuentran dentro de la zona del cantón Montecristi pueden solicitarla. A su vez, solo quienes se encuentren en los tres pasos de producción avalados por el IEPI pueden acceder a ella. En el primer paso está involucrado el individuo que siembra y cultiva la materia prima. En el segundo, se ubica quien teje el sombrero antes de rematarlo. El tercer paso es en el que se encuentra Kleyder y su familia, quienes rematan los sombreros, los azocan y realizan “la labor de joyero”. Esta labor de joyero, dice el artesano, consiste en transformar el sombrero en un verdadera obra de arte, en cambiar pajas imperfectas y dejarlo listo para venderlo en el mercado nacional e internacional. Todos estos son conocimientos ancestrales que se han adquirido por herencia. Las DO, como explica Kleyder, “fortalecen no solo al productor, sino también a la ciudad, porque las ciudades que tienen DO en el mundo se vuel-

ven ciudades turísticas”. Por lo que el IEPI ha empezado campañas de difusión en toda la zona, para que sean los mismos artesanos quienes difundan su importancia. La preocupación que hoy tiene Kleyder y muchos de los artesanos de Montecristi es que su descendencia no quiere continuar con su tradición. Por ello aplaude la iniciativa de la Refinería del Pacífico, el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural y el Ministerio de Cultura y Patrimonio, de generar la Escuela de Taller en Pile. Esta escuela recibe a varios jóvenes y adultos del cantón que estudian durante dos años todos los fundamentos para elaborar los mejores sombreros, desde su historia hasta su tejido. El artesano, que sigue tejiendo con sus manos la historia toquillera, está próximo a emprender un viaje a Europa, que no le es nuevo. Anualmente acude al encuentro con varios compradores internacionales, quienes buscan un sombrero de gran calidad. Pachay asegura que “siempre hay la esperanza de comercializar y mejorar el estándar de vida de nuestros artesanos y de uno mismo”. Sin embargo, ha tenido algunos malos momentos en tierras lejanas, los que le han obligado a estar atento a la hora de cerrar sus negocios. Los sombreros de la familia Pachay han llegado a mercados lejanos como China, Francia, Italia, Suiza y Estados Unidos. Su esfuerzo y perseverancia han dado resultados, tal vez no en gran medida desde lo económico, sino desde el desarrollo colectivo, logrando esa DO que es una apuesta al futuro. Su anhelo es que mañana la tradición se conserve y que exista más equidad a la hora de repartir las ganancias del sombrero fino de paja toquilla.

julio 2014

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Ecuador con E

l café ecuatoriano es reconocido a nivel mundial por su alta calidad y sus magníficos sabores. Por esas cosas extrañas de la vida, y por tener a un gigante cafetero como vecino, los ecuatorianos no disfrutan, como debiera ser, del fruto de su tierra. Sin embargo, varios productores y comerciantes vienen apostando a la producción de café en diversas zonas del Ecuador. Y hoy también se suman instituciones públicas como el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca (MAGAP) y el Instituto Ecuatoriano de la Propiedad Intelectual (IEPI), quienes se encuentran evaluando posibles denominaciones de origen (DO), que lo impulsen y le generen un valor agregado.

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José Nicolás Vélez, dueño de Café Vélez y fanático de la producción cafetera del Ecuador, brinda algunos datos importantes e interesantes que ayudan a armar el rompecabezas del café nacional. Una de las tierras más versátiles y ricas del Ecuador es la zona de Manabí. De ahí provienen los primeros grandes cultivos de café, que datan de 1860. El grano que se cosecha hasta hoy en Jipijapa tiene una buena calidad. De allí salieron las primeras exportaciones, gracias a pequeñas plantaciones que después generaron un mercado mucho mayor. Loja es otra de las zonas que impulsó la producción nacional. Este boom se dio también


aroma de debido al reconocimiento otorgado en otros países al cacao ecuatoriano. A principios de 1900 el puerto de Manta despachaba grandes cantidades de café, sobre todo al mercado europeo. Poco a poco Ecuador se convirtió en uno de los grandes exportadores, logrando enviar casi dos millones de sacos a inicios de la década del noventa. Lamentablemente llegó la crisis del café, fruto de la sobreoferta del producto. Vietnam sobrepasó la producción colombiana y centroamericana, obligando a disminuir los precios. En el país se volvió insostenible mantener el cultivo por los altos costos que

café “El café lojano tiene todo el respaldo para poder ser un producto de altísima calidad, que compita con cualquier café del mundo”. representaba para los productores. José Vélez cuenta que “Ecuador dejó de ser cafetero y quedó, más que nada, la gente que tenía el cultivo por vocación, por devoción o por cultura, pero ya no era gente orientada al negocio del café”. El problema que tuvo el país fue no haber sabido posicionar su producción como marca, lo que sí hizo Colombia en un trabajo de 80 años, permitiéndole sobrevivir a la crisis del café y a otras crisis similares.

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nuevos mercados. Las zonas cafeteras del Ecuador son varias, destacándose Loja, Zamora Chinchipe, Pichincha, Imbabura y Galápagos. Las dos primeras se encuentran en un periodo evaluación por parte del IEPI, para determinar si pueden acceder al listado de DO que tiene el país, reconocimiento que lograrán casi con seguridad entre el 2014 y el 2015. José Vélez explica que la DO para el café está definida por las características de la región, acompañada por la calidad de la producción, logrando que el consumidor pueda diferenciar que el café de una región tiene un gusto determinado. “El café lojano tiene todo el respaldo para poder ser un producto de altísima calidad, que compita con cualquier café del mundo”. José Nicolás Vélez, dueño de Café Vélez

El resurgir del aroma ecuatoriano El nuevo siglo trajo consigo tendencias de consumo que favorecieron a ciertas industrias exclusivas. Una de ellas fue la industria cafetera, que se vio impulsada por la aparición de compradores de aromas diferentes y sabores únicos. José Vélez describe a este proceso como un “refinamiento del mercado”, que descubrió que se estaba vendiendo café de menor o mejor calidad al mismo precio. Hoy se ha llegado al punto de vender café verde “con el nombre del productor y la finca, a precios incomparables a los de un café de supermercado”. Debido a esta diversificación del mercado, se descubrió el gran potencial que tiene el suelo ecuatoriano para producir diferentes tipos de cafés, dispuestos a ser comercializados en estos

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El experto en café continúa explicando que tanto en Loja como en Zamora Chinchipe, por su altura, tienen condiciones de acidez alta. Sus varietales son casi todos Arábigos, Caturra y Typica, de sabor delicado y muy aromático. Además, desde hace poco tiempo se está estudiando la introducción de nuevos varietales frutales en la zona de Zamora, algunas que ya se vienen produciendo en Pichincha. El Ecuador se encuentra en un proceso de impulsar y reimpulsar la producción local, no para seguir exportando materia prima, sino para transformarla y dotarla de un valor agregado. Según José Vélez, lo que le espera al sector cafetero es la tecnificación de las haciendas, enriqueciendo “el conocimiento de los productores para un manejo más tecnificado”. Esto ayudará a exportar café de calidad, soportando posibles plagas como la roya, que ataca fuertemente a estas plantaciones.


“Todos nacemos originales y morimos

copias� - Carl Jung julio 2014

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La propiedad intelectual en la legislación ecuatoriana

E

n el año 2010 se registró en Ecuador el primer juguete creado en el país, se trata del rompecabezas tridimensional denominado Esfera FAYAC, del creador Fabián Ayala Córdova. La patente de invención de la Esfera FAYAC fue emitida ciento nueve años después de que se registrara en el país la primera patente de invención ecuatoriana. Se trató de la patente para féretros, registrada en 1901, a favor del Señor José de Nueda.

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Sin embargo, los inicios de la propiedad intelectual datan de algunos años antes. En 1835 se redactó la segunda Carta Magna ecuatoriana (cinco años después de que el Ecuador se independizara de la Gran Colombia y se constituyera como república independiente, en 1830), documento en el que se realizó la primera referencia constitucional a los derechos sobre la propiedad intelectual y/o industrial. La Constitución Política ecuatoriana


historia de la propiedad intelectual

El IEPI plantea para Ecuador un nuevo modelo de propiedad intelectual más equilibrado que distribuya equitativamente las recompensas para los autores y creadores, y el acceso que se le brinda a la población sobre los resultados de los nuevos conocimientos, con el objetivo de seguir generando innovación y nueva tecnología. de 1835, en la sección de Garantías, en su artículo 99, dice: “El autor o inventor tendrá la propiedad exclusiva de su descubrimiento o producción, por el tiempo que le concediere la ley; y si ésta exigiera su publicación, se dará al inventor la indemnización correspondiente”. Con un poco más de especificación, la constitución de 1845, en su artículo 118, en la sección de Garantías, estableció: “Garantiza también la inviolabilidad de las propiedades intelectuales […]; la ley les asegura la patente respectiva, o el resarcimiento por la pérdida que experimenten en el caso de publicarlo”. Texto que se mantuvo sin mayores modificaciones en las constituciones de los años siguientes. Bajo el amparo de la legislación vigente, en 1895 se realizó el registro de la primera marca en el Ecuador, se trató de Milk Maid, una marca internacional de la multinacional Nestlé.

Posteriormente, el texto de la octava Constitución del Ecuador, expedida en 1897, mediante su artículo No.18, garantizó la libertad de industria “[…] Todos gozan de libertad de industria, y, en los términos prescritos por la ley, de la propiedad exclusiva de sus descubrimientos, inventos y obras literarias”. De esta manera, se estableció que los resultados y beneficios, económicos o de cualquier otra índole, que provinieran de dichas creaciones, fueran exclusivamente de sus creadores. Hasta 1897 la propiedad intelectual en el Ecuador estaba regida únicamente por un artículo especificado dentro de la Constitución Política. Entonces, se hizo evidente la necesidad de generar una normativa específica que regulara el sector de la propiedad intelectual e industrial en el país. Fue así como, dos años después, el 31 de octubre de 1899, con el objetivo de regular los aspectos referentes a la propiedad intelectual e industrial,

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telectual (IEPI) como institución, con independencia jurídica y administrativa, rectora de la propiedad intelectual, encargada de establecer y hacer respetar la normativa legal referente a propiedad intelectual, y del registro de todo nuevo conocimiento en el Ecuador. El mismo año se promulgó además la Ley de Propiedad Intelectual que rige actualmente. Esta ley, al igual que todos los tratados y documentos legales, firmados y emitidos hasta el momento, referentes al tema, se han enfocado en proteger a los autores y sus derechos como propietarios exclusivos de sus creaciones y de los beneficios que de ellas se obtengan, dejando de lado, casi por completo, la necesidad que tiene la población de acceder a esos nuevos conocimientos.

Edificio del IEPI en Quito

se promulgó la primera Ley de Marcas del Ecuador, misma que regulaba, exigía y protegía los derechos de propiedad sobre las invenciones, creaciones y/o innovaciones, a favor de sus creadores. El ámbito de la propiedad intelectual fue puesto en un segundo plano durante la primera parte del siglo anterior debido a que el país atravesó difíciles crisis de diversa índole. De manera que la legislación no presentó modificaciones significativas en este campo hasta 1998, año en el que, el 19 de mayo, se creó el Instituto Ecuatoriano de la Propiedad In-

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Éste es precisamente el postulado de la nueva generación de juristas ecuatorianos especializados en el área de propiedad intelectual, quienes, desde el IEPI, plantean para Ecuador un nuevo modelo de propiedad intelectual más equilibrado que distribuya equitativamente las recompensas para los autores y creadores, y el acceso que se le brinda a la población sobre los resultados de los nuevos conocimientos, con el objetivo de seguir generando innovación y nueva tecnología. Estos postulados se encuentran plasmados en el proyecto de nueva ley de la Propiedad Intelectual, dentro del denominado Código de Economía Social del Conocimiento (COESC), liderado por la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (SENESCT), próximo a expedirse.


16 años

al servicio de la propiedad intelectual en el Ecuador

E

l pasado mes de mayo, el Instituto Ecuatoriano de la Propiedad Intelectual (IEPI) cumplió 16 años de vida institucional. A pesar de ser una de las instituciones más jóvenes del Estado ecuatoriano, mucho ha cambiado el ámbito de la propiedad intelectual en el país, desde el 19 de mayo de 1998, año en que se constituyó como entidad independiente. En el Ecuador la propiedad intelectual fue normada por la Constitución Política hasta 1899, año en el que se promulgó la primera Ley de Marcas para regular legalmente el ámbito de la propiedad intelectual e industrial. Sin embargo, no existía una institución que se encargara específicamente de regular estas actividades. En 1998 se expidió una nueva Ley de la Propiedad Intelectual, vigente actualmente, mediante la cual se creó el Instituto Ecuatoriano de la Propiedad Inte-

lectual (IEPI), como entidad encargada de la aplicación y respeto de esta nueva normativa legal. Hasta entonces, las funciones de registro de marcas, patentes, signos distintivos y derechos de autor se habían realizado por medio de tres distintas direcciones administrativas pertenecientes a tres diferentes ministerios (Ministerio de Industrias, Comercio, Integración y Pesca, Ministerio de Educación y Ministerio de Agricultura). Estas direcciones trabajaban independientemente, a pesar de que la labor que realizaban se relacionaba transversalmente y competía al campo de la propiedad intelectual. Con la creación del IEPI se contituyeron las siguientes direcciones: Derechos de Autor, que hasta entonces pertenecía al Ministerio de Educación; Propiedad Industrial, que formaba parte del Ministerio de Industrias, Comercio, Integración y Pesca, y Obtenciones Vegetales, que estaba dentro del Ministerio de Agricultura. Humberto Mena, experto en signos

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Coro de funcionarios del IEPI durante la celebración del XVI aniversario de la institución

distintivos del IEPI, quien trabaja en la institución desde su creación, y fue funcionario de la ex Dirección Nacional de Propiedad Industrial, del Ministerio de Industrias, Comercio, Integración y Pesca, cuenta que en un inicio gran parte del trabajo realizado por cada una de las direcciones, que se unieron para conformar el IEPI, había sido duplicado por las otras direcciones, de manera que fue necesaria una restructuración de las mismas dentro de su nueva organización. Durante los primeros años de vida institucional el trabajo de registro de propiedad intelectual e industrial en el Ecuador se realizaba de manera manual, lo que retardaba en gran medida los tiempos de tramitación y exigía mayor capacitación por parte de su personal. Éste es justamente uno de los aspectos que más han cambiado con el transcurso del tiempo con la implementación de nuevas tecnologías. Mena recuerda, por ejemplo, que a finales de la década de 1980 e inicios de 1990, para registrar signos distinti-

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vos, como logotipos o isotipos de una marca, se utilizaban placas metálicas, en las que se grababan dichos signos. Estas placas, que eran grabadas en el Instituto Geográfico Militar, única institución que poseía los medios tecnológicos para realizar este trabajo, servían para imprimir los signos y posteriormente formaban parte de los archivos institucionales como respaldo de los registros inscritos. Las placas metálicas fueron sustituidas por placas plásticas, que cumplían la misma función, pero eran más manejables. Finalmente, a partir del año 2000, con la llegada de la era digital, el uso de placas fue eliminado del proceso de registro, hecho que revolucionó el sistema disminuyendo significativamente el tiempo de tramitación. La institución continuó cumpliendo la misión para la cual fue creada, pasando por varios cambios administrativos, siguiendo la premisa enfocada a la protección de los derechos sobre la propiedad intelectualtt en favor de los creadores, sin tomar en cuenta las res-


tricciones que este sistema imponía respecto al acceso que el público tenía al nuevo conocimiento. El 06 de marzo de 2009, Andrés Ycaza Mantilla asumió la dirección ejecutiva del IEPI. Este hecho significó el inicio de una nueva etapa para la Institución, pues el director llegó con ideas claras y la firme convicción de cambiar el enfoque del sistema de propiedad intelectual utilizado hasta entonces en el Ecuador, e instaurar un sistema más equilibrado que procurara la equitativa repartición de recursos entre los creadores, a la vez que permitiera un mayor acceso a la población. Inició, entonces, un nuevo proceso de reestructuración administrativa para el IEPI, institución que a partir del año 2012 se encuentra adscrita administrativamente a la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (SENESCYT). Andrés Ycaza ha dado un giro y ha modernizado al IEPI

La culminación de la restructuración propuesta por Ycaza se plasmó en el proyecto de reforma a la Ley de Propiedad Intelectual de 1998, vigente actualmente, documento que recoge los principales postulados de las nuevas tendencias mundiales en materia de propiedad intelectual, que apuntan a la creación de un sistema de conocimiento abierto, que apoye y retribuya a los creadores en la misma medida que permita superar las barreras de acceso, que existen en el sistema actual, que obstaculizan el desarrollo de nuevo conocimiento, nuevas tecnologías e innovaciones, que finalmente retrasan el avance de las sociedades menos desarrolladas del mundo.

Este proyecto de ley forma parte del denominado Código Orgánico de Economía Social del Conocimiento, liderado por la SENESCYT, próximo a expedirse. A partir del 02 de mayo de 2014, el IEPI puso al servicio de la ciudadanía su nuevo sistema digital de registro online, mediante el cual los usuarios podrán tramitar todas sus solicitudes por internet, disminuyendo así el tiempo de tramitación requerido actualmente. En este contexto, el IEPI cumplió su décimo sexto aniversario de vida institucional.

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u sĂ­ mi ed

Las id naturaleza, ser s 38


“Aquél que recibe na idea se instruye a mismo sin disminuir ucación; como aquél que enciende su vela en la mía, recibe luz sin oscurecerme...

eas no pueden, por ujetas a propiedad” - Thomas Jefferson

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patentes

Un vistazo a las patentes en el mundo y Ecuador María Cecilia Romoleroux*

El sistema de patentes se ha demostrado como el único medio eficiente a la hora de incentivar la inversión en investigación y desarrollo para la generación de nuevos conocimientos

L

as patentes de invención constituyen un elemento imprescindible para el ejercicio del derecho de inventor que recae sobre una idea para la ejecución de una cosa: idea que, originariamente, solo el inventor conoce. La patente tiene por fin proteger los descubrimientos o invenciones nuevas con el objeto de fomentar la actividad creativa aplicable a los procesos industriales. 1 La protección de los derechos de propiedad intelectual constituye un incentivo para que los miembros de una comunidad decidan realizar inversiones en investigación y desarrollo de nuevos conocimientos. 2 Más aún, el sistema de patentes se ha demostrado como el único medio

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eficiente a la hora de incentivar la inversión en investigación y desarrollo para la generación de nuevos conocimientos (es decir, bienestar y riqueza), que serán luego incorporados al domino público (pues como contraprestación al derecho de exclusividad, el inventor lo hace público mediante la patente). El derecho de patentes tiene precisamente la finalidad de impulsar la investigación en el campo de la técnica industrial y de recompensar a quienes realizan dichas investigaciones. No debemos caer en el error de suponer que la protección de patentes solo constituye una institución útil para los países industrializados –un instrumento de protección exclusivamente adecuado para los


propietarios de tecnología–, sino que, por el contrario, es fundamental para aquellos países que se encuentran en los comienzos de su desarrollo industrial. Las naciones industrializadas líderes, Japón, Estados Unidos, Francia, Alemania o Inglaterra, introdujeron la protección de patentes en una época en que, de acuerdo a los parámetros actuales, todos ellos eran países “subdesarrollados”, y la motivación predominante era superar el atraso tecnológico frente a otros, primero, mediante la importación y adopción de tecnología extranjera y, luego, mediante el progresivo desarrollo

de una tecnología independiente. 3 La Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, en la publicación “Indicadores Mundiales de Propiedad Intelectual 2013 ©, presenta los siguientes comentarios y cifras . 4 A nivel mundial, el incremento de la actividad de presentación de solicitudes de títulos de propiedad intelectual (P. I.) está superando el nivel anterior a la crisis: el índice de aumento de presentación de solicitudes de patente es el más elevado de los últimos dos decenios, aproximadamente.

Presentación de solicitudes de patentes índice de aumento (%) 2011-12

porción del total mundial (%) 2012

A nivel mundial

9,2

100,0

China

24,0

27,8

Estados Unidos de América

7,8

23,1

Japón

0,1

14,6

4,0

6,3

5,6

8,0

República de Corea

La cifra estimada de solicitudes de patente presentadas en todo el mundo en 2012 es de 3,35 millones. La presentación de solicitudes internacionales de patentes a través del Tratado de Cooperación en Materia de Patentes ha experimentado un importante repunte desde la crisis económica mundial, con un crecimiento del 5,7% en 2010, 11% en 2011 y 7,1% en 2012.

Por primera vez, China se encuentra en la primera posición, en lo que se refiere tanto al destino como al origen de las solicitudes de patente (los residentes de China presentaron 560 681 solicitudes de patente, y la oficina Estatal de Propiedad Intelectual, SIPO, de China recibió 652 777 solicitudes). En 2012, el total estimado de paten-

1 Daniel

R. Zuccherino, Carlos O. Mitelman, Derecho de Patentes: Aislamiento o Armonización, Ad-Hoc S.R.L., 1ª ed, 1994, p 44 49 52 4 wipo_pub_941_2013_highlights.pdf 2 ibid., p

3 op. cit., p

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tes en vigor ascendía a 8,66 millones (datos proporcionados por 82 oficinas de propiedad industrial). En 2012, en tres de las cuatro principales oficinas de P. I. (JPO, USPTO, KIPO), disminuyó el número de solicitudes que pueden ser consideradas en trámite, es decir, las solicitudes cuya tramitación no ha finalizado y que se encuentran en cualquier etapa del proceso de solicitud. En 2012, por primera vez, el número total de patentes concedidas en todo el mundo superó la marca del millón, habiéndose concedido 694 200 a residentes y 439 600 a no residentes.

Número de solicitudes

Números de solicitudes en los primeros cuatro meses

2012

734

211

2013

591

190

El número de solicitudes de patente en Ecuador ha experimentado una significativa reducción Han incidido en estos resultados los elevados costos de las tasas de presentación (hubo un importante incremento en octubre de 2012, mantenimiento y examen de las solicitudes de patentes), así como también la muy limitada concesión.

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En contraste con la tendencia mundial, el número de solicitudes de patente en Ecuador ha experimentado una significativa reducción en los últimos años.

Año

2014

5

El número total de patentes concedidas en todo el mundo aumentó, en el último período de tres años, es decir, entre 2010 y 2012: el 12,4% en 2010, el 9,7% en 2011 y el 13,7% en 2012. El aumento del 13,7% en 2012 –el índice más elevado desde 2006– se debió principalmente al aumento de las patentes concedidas por la JPO, la SIPO y la USPTO. Correspondió a esas tres Oficinas en su conjunto el 80% del aumento observado en 2012 en todo el mundo.

Fuente: Gacetas de la Propiedad Intelectual IEPI

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Si bien las diferentes oficinas tienen distintas estructuras de tasas por los servicios prestados, que inciden en los costos totales de los trámites de patentes, es pertinente realizar una comparación de los rubros más comunes sobre los que se aplican tasas. Para esta comparación se han tomado los casos de la Oficina Europea de Patentes (OEP), la Oficina de Patentes y Marcas de Estados Unidos de América (USPTO), la oficina de Patentes de Japón (OPJ) y el IEPI, en el caso del Ecuador.


OEP* TASA Presentación de solicitud

EurosU 120 -210

USPTO SD 163 - 285

bc

OPJ

USDU

Yenes

280 - 680

15000 - 24000

IEPI SD 147 - 235

d

USD 2816,13

400 (por cada 50 hojas adicionales en exceso de 100 hojas)

Tasa por página

1600 (monto adeudado a los 3,5 años)

23 -701 según el 2300 - 71600 según el año año (1-25) y fecha de presentación (1-25) y fecha 3600 (monto de presentación adeudado a los más 200- 29600 más 1,96 -290 por 7,5 años) por reivindicación reivindicación según el año según el año (1-25) y fecha de 7400 (monto (1-25) y fecha presentación adeudado a los de presentación 11,5 años)

Mantenimiento

1143,42 (1er año) 20760,07 (20o. año)

1510,4 + 151,4 118000 + 4000 1155+ 40 por cada pág por reivindicación por reivindicación adicional luego de la 19a) 2200 4000 (solicitud Según origen del Según origen del Nuevos exámenes 5240 (opción de examen informe de informe de por cambio de técnica) prioritario) busqueda: busqueda: reivindicaciónes 71000 - 106000 695- 1038 1510,4 + 130,61 más 2400 - 3600 más 24 - 36 por cada por reivindicación por reivindicación reivindicación adicional luego de la 10a 420 (reivindicaciones +130,62 por independientes reivindicación en exceso de 3) adicional luego 80 de la 10a (reivindicaciones independientes en exceso de 20) 780 (reivindicaciones dependiente múltiple) 720

Exámen

Tasa por reivindicación

1620 3860 (opción técnica)

Fuente: Supplementary publication – Official Journal EPO 3 l 2014 UNITED STATES PATENT AND TRADEMARK OFFICE FEE SCHEDULE Effective January 1, 2014 (Last Revised on May 12, 2014) Schedule of fees Japan Patent Office (on or after April 1, 2012) Resolución No. 006-212-CD-IEPI (publicada en el Registro Oficial No. 815 del 23 de octubre de 2012).

Existen descuentos de hasta el 90% sobre todas las tasas de procedimiento y mantenimiento para MIPYMES, universidades legalmente reconocidas en Ecuador, inventores independientes, instituciones públicas, pequeños y medianos agricultores, empresas de Economía Popular y Solidaria

La reducción en el número de solicitudes de patente dificultará en los próximos años el acceso tanto a la tecnología como también a nuevos productos que podrían ser altamente beneficiosos y convenientes para la sociedad.

* Abogada ecuatoriana líder en propiedad intelectual según varias publicaciones internacionales tales como Chambers

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El dilema de la patente universitaria en Ecuador

E

l Ecuador se encuentra trabajando en un nuevo modelo económico fundamentado, básicamente, en el cambio de la matriz productiva. Este cambio no solo conlleva el impulso al producto nacional, la sustitución de importaciones y el desarrollo de nuevas industrias, sino que, además, se posiciona en el punto de partida de toda transformación, que tiene que ver, justamente, con reforzar la educación en todos sus niveles. El cambio de la matriz cognitiva es, en tal sentido, el primero de los retos para el país. Así, la universidad es uno de los agentes necesarios en cuanto a la innovación y la producción de nuevos saberes. En palabras del argentino Guillermo Vidaurreta, magister en Propiedad Intelectual, la investigación universitaria tiene dos misiones. La primera de ellas es la misión cultural o la producción de ese conocimiento, que deberá ser difundido a la humanidad, y la segun-

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da tiene que ver con una misión social, que se sustenta en la transferencia de tecnología para la industria (pública o privada) y por ende para el progreso de los países. El Gobierno, a través de la Secretaría Nacional de Educación Superior Ciencia Tecnología e Innovación (SENESCYT) y del Instituto Ecuatoriano de Propiedad Intelectual (IEPI), está impulsando diversos mecanismos para fomentar la investigación universitaria. Este cambio está finamente relacionado con el nuevo modelo de propiedad intelectual que se está evaluando para el futuro Código Orgánico de Economía Social del Conocimiento e Innovación (COESC+i). Este código pretende construir un sistema de gestión del conocimiento que desarrolle la actividad creativa y la innovación social, facilitando la transferencia tecnológica y el acceso al conocimiento.


Ketty Veliz, directora nacional de Patentes del IEPI

René Ramírez, secretario nacional de la SENESCYT, ha manifestado que es importante que este impulso también se refleje en cifras. Para ejemplificar la situación actual del país, según datos de la SENESCYT, solo el dos por ciento de las patentes presentadas son nacionales, mientras que el 98 por ciento son extranjeras. Y las universidades, de ese dos por ciento nacional, tan solo presentan 1,3 patentes por año. Desde el 2007 solo cuatro universidades han presentado la solicitud de patentes. Capacitación sobre patentes para universidades Las patentes son derechos que el Estado concede a un inventor sobre un producto, otorgándole una protección de exclusividad de 20 años sobre su desarrollo o venta. En el caso de las universidades, sirven para proteger el conocimiento producido y fomentar nuevas investigaciones, además de ge-

nerar un reconocimiento a los recintos educativos. Las patentes son territoriales, es decir que su exclusividad rige solo en el país que la otorga. El IEPI se encuentra realizando capacitaciones a nivel nacional para que las universidades puedan aprender a redactar los proyectos de patentes. Para ello se pone a disposición todo el personal necesario, utilizando una base de datos de patentes gratuitas, que permiten ejemplificar todo el proceso. Según Ketty Veliz, directora nacional de Patentes del IEPI, “en estas bases se puede encontrar desde cómo hacer una suela de un zapato para una persona con diabetes, hasta cómo hacer un reactor nuclear”. El Estado, en su afán de incrementar los números de las patentes, también presenta algunas facilidades para las universidades. Por ello, el trámite de patentamiento tiene un 90 por ciento

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“La protección que se da a los autores no es el fin de la patente, el fin de la patente es lograr el progreso de las artes y de las ciencias”. de descuento para las casas de altos estudios. Además, se está evaluando que el porcentaje de ganancia obligatorio sea del 40 por ciento para el generador del conocimiento, así como la titularidad de la patente, y el restante 60 por ciento sea para las universidades. Así mismo, se está impulsando que los creadores e investigadores encuentren posibles nichos de mercado foráneos, donde se puedan aplicar sus inventos y conocimientos. Por ello el IEPI también se ha asociado con el Ministerio de Industria y Productividad en aras de buscar investigaciones y patentes que cumplan con todos los requisitos, facilitando su llegada al mercado. De esa manera, el país podrá empezar a producir aquello que hoy se encuentra importando de otros países, muchas veces hasta mejorando su calidad. Según Ketty Veliz, lo que pretende el Estado es cambiar la matriz productiva posicionando el producto ecuatoriano dentro del mercado, “para no volvernos depósito de toda la tecnología o de otros productos extranjeros”. En el mismo sentido, la funcionaria explica que el objetivo es que los estudiantes y las universidades se asocien en sus producciones y, además, generar políticas públicas que respalden este proceso. Es importante resaltar que el proceso de patente tiene un marco legal nacional e internacional. El primer requisito de una investigación universitaria es la novedad, es por eso que estas no deben ser publicadas de ninguna manera, pre-

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vio a su presentación. El segundo de los requisitos es fundamentar y comprobar su aplicación en la industria. El último de los requisitos es el nivel inventivo, es decir que pueda comercializarse en el mercado. Patente vs. estado de la técnica El estado de la técnica es el estadio en el que el conocimiento y la experimentación de una patente caen, después de sus años de protección. Es decir, es el momento en el que el conocimiento queda libre para nuevas invenciones y aplicaciones. Existen nuevas corrientes que plantean la necesidad de que el saber se mantenga en este lugar. Ecuador, en sí mismo, ha planteado la importancia del conocimiento común y abierto. Es ahí donde aparece una disyuntiva, sobre todo en el nuevo modelo que plantea el país, que parece difícil de saldar. Como ha quedado claro ya, los índices de patentes son un indicador del nivel de desarrollo de un país y las patentes cumplen una misión social cuando transfieren tecnología a la industria. Pero también es cierto que las patentes son la demostración clara de la privatización del conocimiento y su posible monopolización. Segú el experto en propiedad intelectual, Guillermo Vidaurreta, la patente solo debe pedirse en el caso de cumplir esa misión social, “de lo contrario, si no hay un empresario interesado, si no lo va a transferir al mercado, el investigador o la universidad no debe solicitar una patente por solicitar patente. Es mejor que ese conocimiento quede libre para todo el mundo”. En definitiva, la patente, según el mismo Vidaurreta, debe entenderse como un medio, no como un fin en sí mismo. “La protección que se da a los autores no es el fin de la patente, el fin de la patente es lograr el progreso de las artes y de las ciencias”.


Fabián Ayála en pleno armado de los juguetes por él inventados

Esfera FAYAC L

y otros inventos ecuatorianos

a esfera FAYAC es el primer juguete patentado en Ecuador, y constituye un verdadero orgullo para los ecuatorianos que dicho invento haya sido premiado alrededor del mundo por su potencial didáctico y educativo. Su creador, Fabián Ayala Córdoba, requirió aproximadamente 10 años de estudios e investigación de matemáticas y geometría. Después de las investigaciones, el inventor necesitó cuatro años para armar el primer prototipo, esfera de 144 piezas, que debió ser modificado hasta llegar a la esfera actual, de 34 piezas.

Pese a que el camino fue largo, cuando la esfera estuvo finalmente terminada, su creador debió iniciar otro largo proceso, el de patentar su invento. “Es muy importante patentar los inventos, al inicio yo no tenía ni idea de a dónde acudir, ni cómo patentar mi invento”, cuenta Ayala.

“Con la patente uno tiene la posibilidad de dar a conocer su invento donde uno quiera y tener un radio más amplio para llegar a una negociación para producción”

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Empezó entonces su experiencia con el Instituto Ecuatoriano de la Propiedad Intelectual (IEPI). Según recuerda Ayala, comenzó los trámites de patente en el año 2010, cuando en el país no se tenía aún ningún registro de inventos como la esfera FAYAC. Por lo que, tanto las autoridades y el personal de la institución, como el mismo Ayala, debieron investigar la legislación nacional e internacional vigentes en ese momento, para determinar la mejor opción para registrar la patente. “Aquí lo bueno fue la apertura que me ha dado el IEPI, me han facilitado la información para investigar, para conocer otras patentes, cómo se registraron otras patentes, etc. Eso es importante porque cuando uno llega por primera vez no sabe por dónde empezar, qué pasos seguir […] el IEPI me ha dado, y me sigue dando, un gran apoyo”. Finalmente, luego de largos trámites y algunos viajes al extranjero en busca de información, Ayala logró registrar la esfera FAYAC en el IEPI y obtuvo la titularidad de la patente de la misma. El invento fue registrado, como patente de invención, bajo el sistema PCT, que le permite patentar desde Ecuador a nivel mundial en los países que

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sean de importancia para el titular. Según Ayala, obtener la patente le otorgó protección frente a posibles imitaciones, pero sobre todo le ha permitido participar con su invento en diversas ferias de invención en todo el mundo, hecho que constituye su mayor motivación. Tener la patente del producto además es el principal requisito solicitado por las empresas jugueteras para negociar su producción o comercialización. “Con la patente uno tiene la posibilidad de dar a conocer su invento donde uno quiera y tener un radio más amplio para llegar a una negociación para producción”, asegura. Un trayecto galardonado La esfera FAYAC ha participado en ferias de inventos alrededor del mundo. La primera en la que participó fue la feria de inventos de Pittsburgh, Filadelfia, en Estados Unidos, que es la más grande del mundo en su tipo. Ayala representó al Ecuador entre 1100 inventores del planeta. “De Suramérica, yo representaba al Ecuador y solo había otro inventor quien representaba a Brasil, solo estábamos los dos”. Al finalizar la feria, se realizó una premiación a los mejores inventos: “Para mí, como


inventor ecuatoriano, el hecho de participar en una feria tan importante ya era suficiente, pero al finalizar la premiación la esfera FAYAC estuvo entre los 37 mejores inventos del 2011 y fue acreedora a dos medallas de oro, en las categorías de educación y de juegos y juguetes”. Luego de Pensilvania siguieron ferias en Las Vegas y Nueva York, en Estados Unidos; en Suiza, y últimamente, la feria Arquímedes en Moscú, Rusia, organizada por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI). En esta última, Ayala fue el único representante suramericano. En Moscú la esfera FAYAC ganó tres premios internacionales. También ganó una medalla de oro otorgada por el gobierno de Moldavia. “Es un premio importante para mí, como inventor ecuatoriano, porque fue otorgado por el Ministerio de Educación del Gobierno de Moldavia”. Los reconocimientos de la esfera FAYAC no terminan ahí. También fue acreedora a dos premios internacionales y varios certificados de participación en ferias, así como de reconocimiento, otorgados por entidades gubernamentales de Estados Unidos, Rusia, Rumania, Moldavia, entre otras. Otro juego que mezcla el fútbol y la geometría El nuevo invento de Fabián Ayala Córdoba consiste en un juguete que permite registrar los resultados del campeonato mundial de fútbol, a través del armado y ensamblado de figuras geométricas. Su creación fue inspirada en la pasión futbolística de su creador y en varias teorías matemáticas.

Después del éxito de la esfera FAYAC, Ayala apostó por crear un juguete que les permitiera a los fanáticos del fútbol registrar la información de las distintas series y rondas de partidos que conformaron el mundial de fútbol que este año se realizó en Brasil. El juego permitía a los aficionados registrar los resultados de los partidos jugados. Consiste en una serie de láminas de cartón para desprender, doblar y armar figuras geométricas que ensambladas, una sobre otra, forman la copa mundial de fútbol. Para ser más atractivo, el juego trae adhesivos con las banderas de los distintos países que participan, en número y formas suficientes para llenar las figuras de acuerdo a los resultados que vayan obteniéndose en el campeonato. La primera figura del juego es un icosaedro truncado de 32 caras, que forma un balón de fútbol, en cada una de cuyas caras deben colocarse los adhesivos con las banderas de los 32 países que compiten en el torneo. Ayala explica que la segunda figura que compone el juego es una esfera geodésica octaédrica de segunda fase, que muy difícilmente llega a las aulas de los colegios. Esta esfera también tiene 32 caras, pero su particularidad es que está formada por ocho triángulos equiláteros, que representan a los ocho países cabezas de grupo, y por 24 triángulos isósceles distribuidos de manera que puedan identificarse claramente, en la esfera, los equipos que conforman cada grupo. Esta figura trae además espacios para anotar los resultados de cada partido de la primera fase del mundial.

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Como puede deducirse, la siguiente figura geométrica contiene ocho triángulos, correspondientes a los ocho equipos que llegan a cuartos de final. Para continuar con el rompecabezas, debe colocarse la figura que contiene cuatro triángulos, con los cuatro equipos que llegan a la semifinal. Antes de conocer qué país será el campeón, se juega un partido entre los dos equipos perdedores en la semifinal, para ubicar el tercer lugar. Este resultado se registrará en la penúltima figura. Finalmente, cuando se sepa cuál es el equipo campeón se podrán llenar los espacios de una de las figuras en forma de balón, que el juego incluye, y éste deberá ser ensamblado en la parte superior de la copa, completándola. Hasta aquí las dos figuras geométricas permiten registrar la información del inicio y primeros resultados del campeonato mundial de fútbol. Según explica Ayala, conforme avanza el mundial y se van obteniendo los primeros resultados, se puede ir armando la copa del mundial que “es la parte central de este juego”. Las figuras deben ensamblarse una sobre otra hasta llegar al balón que completa el trofeo. La primera figura, que constituye la base sobre la cual se asentará la copa, contiene 32 triángulos equiláteros, conformados por cuatro triángulos más pequeños, en los que también se representa la distribución inicial de los ocho grupos con sus cabezas e integrantes. Como los entendidos de fútbol saben, de esta primera ronda clasifican 16 equipos, los que pasan a los llamados octavos de final; pues bien, la siguiente figura que forma el trofeo mundialista contiene 16 triángulos en los que deberán colocarse las banderas de los equipos que pasan a esta segunda fase.

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Según comenta el inventor, “lo interesante de eso, es que aquí (en la copa) queda registrada toda la información del mundial”. Y añade “un aspecto importante, al menos para mí como inventor, es que todas las láminas vienen con información sobre los volúmenes geométricos, cómo se llaman, cómo se saca el área, el volumen, etc. Entonces, además de ser un juego, también es un material para aprender geometría”. Este rompecabezas tendrá utilidad en cualquier Copa del Mundo en la que sigan participando 32 países, como actualmente sucede. Inventos patentados Este nuevo invento de Fabián Ayala puede ser conocido por el público gracias a que sus derechos de creación ya se encuentran registrados en el Instituto Ecuatoriano de la Propiedad Intelectual (IEPI). “Con la patente, uno tiene la posibilidad de dar a conocer su invento donde uno quiera”.


“Solo se

pierde

lo que se guarda, solo se gana lo que se da� - Antonio Machado 51


informática

El software libre genera desarrollo de tecnología local Su innovación constante hace que el software libre siempre esté en el pico de la innovación.

E

l surgimiento del software libre, según Andrés Salazar, especialista en este tema y en licencias abiertas, surgió en la primera mitad de la década de 1980, a través de un revolucionario de la informática en Estados Unidos que fue uno de los primeros visionarios del software libre, Richard Stallman. Stallman reflexionó sobre la única manera con la cual, en ese entonces, se podía usar una computadora personal: el software privado; a saber, el de IBM. En ese contexto, ingenió un modelo de ordenador que permitiera a las personas acceder al conocimiento y ser digitalmente alfabetizadas, sin tener que pagar a una empresa por una cantidad de equipos o de intangibles como se pensaba en esos tiempos.

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En la siguiente década, año 1992, Linus Torvalds programó el core de Linux, es decir, el cerebro del primer sistema operativo libre, Linux. De ahí en adelante ha ido evolucionando éste como un modelo comunitario basado en los principios y libertades del software libre para que, de ese modo, la gente audite, revise, construya, mejore y comparta el código. De hecho, esa innovación constante hace que el software libre siempre esté en el pico de la innovación. Las cuatro libertades básicas del software libre que menciona Salazar se refiere a los programas informáticos que permiten: la libertad de instalar el software en una máquina sin ningún costo, la de estudiar su código fuente, la de modificar este código y la de distribuirlo libremente y sin costo.


Andrés Salazar, especialista en Software libre y Licencias abiertas

El software libre corre normalmente mucho más rápido que el privado debido a que, mientras este último es vendible, el libre no se paga, se lo construye, de suerte que todo el tiempo está innovando, cambiando y generando nuevos módulos y funcionalidades distintas. En el caso del software privado, éste ha ido tratando de emular este nivel de innovación y tratando de adaptarse a esta permanente evolución pero, a pesar de ello, el software libre siempre lleva un paso más adelante. En Ecuador, en el año 2007 fue emitido el decreto 1014, según el que se recomendaba al Gobierno Central utilizar software libre para conseguir algo muy importante: la independencia tecnológica. “Nosotros debíamos ser los dueños de nuestra tecnología”, enfatizó

Salazar, en la medida en que como país era importante contar con un inventario local de tecnología. Para Salazar, el software libre en relación a la propiedad intelectual es una herramienta que abre los ojos a la sociedad demostrándole que hay que innovar, que el software libre es el motor de innovación. La generación de conocimiento a través del software libre la puede hacer cualquier persona desde un ordenador, lo que genera beneficios mucho más grandes que los del software privado, por cuanto saber utilizar software libre es aprender a trabajar en comunidad.

Al Ecuador, la utilización del software libre le permite su independencia tecnológica.

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Leonor Bravo “Los niños tienen derecho a saber que en el Ecuador hay cosas maravillosas” 54


entrevista

“Los libros logran empatizar con los seres humanos, con los sentimientos más importantes, con su parte afectiva y queda en la memoria, forma parte de nuestra historia”.

L

eonor Bravo es una de las referentes más importantes de la literatura infantil y juvenil en el Ecuador. Su obra enfocada hacia niños, niñas y jóvenes arrancó 35 años atrás y hasta la fecha cuenta con una producción de 30 libros entre cuentos, novelas, canciones y poesías. Su trabajo también ha sido reconocido en varios países de la región y sus textos han llegado a varias bibliotecas internacionales. Leonor además viene realizado un trabajo infatigable sobre promoción de la lectura. Fue presidenta durante ocho años de la Asociación Ecuatoriana del Libro Infantil y Juvenil, Girándula, filial del International Board on Books for Young People (IBBY), con la que organizó siete años consecutivos la Maratón del Cuento en la ciudad de Quito. Además, ha recorrido el país dictando talleres de escritura creativa y de lectura, con el firme propósito aportar en la formación de los niños y niñas.

En entrevista para ANEPI, Leonor Bravo nos comenta la importancia de rescatar las historias y tradiciones del país, así como sus futuros proyectos relacionados con propiedad intelectual. En tus libros cuentas la historia del país y sus tradiciones ¿por qué es importante contar la historia común? El primer libro que publiqué con ese tema es El viaje por el país del sol. El próximo año cumple 20 años ya, y es la narración de dos niños que recorren la historia del país descubriendo sus maravillas. Escribí ese libro en un año muy complicado para el país: estábamos en guerra con el Perú, no había luz, los niños hacían los deberes con velas o lámparas Petromax. Yo pensaba ¿qué es lo que escuchan los niños al medio día? ¿Que este país no vale la pena? Entonces, lo que hice fue contarles la otra cara de la moneda. Claro que a través de la fantasía porque, por ejem-

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al que ellos tienen acceso es gigantesco y de alguna forma la literatura guía en la comprensión de ese conocimiento cada vez más basto. ¿Cómo hablar de propiedad intelectual en la literatura infantil? Yo creo que todo lo que vaya en beneficio de fortalecer nuestra identidad como ecuatorianos, nuestra identidad como personas, es muy necesario. El saber, por ejemplo, que el cacao es nuestro, que se originó en nuestra amazonía. El saber que existió una cultura hace cinco mil años, la Mayo Chinchipe Marañón, en la cual se encontraron restos de bebidas de cacao, a mí me puso tan feliz y me hizo sentir súper orgullosa, y creo que los niños se sentirán muy orgullosos al saber eso. Entonces, contarles a los niños historias sobre el cacao es fundamental. plo, vuelan encima del Sangay a lomos de una águila arpía. Pero eran reales, el águila arpía existe y el Sangay es uno de los volcanes más hermosos del mundo. ¿Existe una subestimación de lo que se les puede contar a los niños y lo que no? La literatura infantil puede tratar, y de hecho trata, todos los temas humanos. Lo único que cambia es el tono para contarles a los niños determinadas cosas, pero los temas yo creo que son universales. Ya hemos superado esa época en la que se pensaba que a los niños sólo se les podía decir algunas cosas. Nosotros topamos temas profundos, como la muerte, como el sentido de la vida, porque nos pertenecen a todos los seres humanos y los niños tienen derecho a saber. Sobre todo ahora que tienen acceso a diferentes formas de conocimientos, muchas de las cuales no son conocidas por los padres, ni los profesores. El conocimiento

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Otro ejemplo es el sombrero de paja toquilla, que a nosotros siempre nos resintió que se le llamara Panama Hat, y aunque se nos explicaran las razones por las que eso ocurría, era doloroso, era un robo, nos habían quitado algo. Es importante que los niños sepan que es nuestro y que además es un producto súper cotizado afuera, que es parte de nuestros signos de identidad. Muchos artesanos trabajan con amor y con cuidado increíbles los sombreros. Los más finos, creo que tardan como seis meses en ser tejidos. Son cosas que los niños tienen derecho a conocer. Estás planteando un proyecto de literatura infantil que está encaminando estos temas, ¿de qué se trata? Estoy proponiendo un proyecto inicial para trabajar varios temas sobre cacao, porque me parece muy atractivo para los niños. En algún país se hizo un concurso sobre cuál era la palabra más


linda del castellano y ganó la palabra chocolate. Entonces estoy proponiendo este proyecto e invitando a participar a escritores como Edgar Alan García y Xavier Oquendo, entre otros, para que contemos nuestra experiencia. Por ejemplo, Xavier es ambateño y el chocolate en Ambato es una tradición muy cotidiana, muy casera, la gente desayuna chocolate, o toma chocolate por la tarde. Después vendrán cuentos alrededor de la paja toquilla, para que se conozca todo el esfuerzo de los artesanos, todo el conocimiento ancestral que existe acerca del sombrero, de cómo se siembra la paja, se la cosecha, se la trata y se la trabaja. Estamos planteando, además, un proyecto educomunicativo alrededor de la propiedad intelectual, dado la riqueza que nosotros tenemos en nuestro país en especies vegetales, en especies animales. Los niños tienen derecho a saber que en el Ecuador hay cosas maravillosas, que hay plantas únicas, que hay animales que no hay en otros lugares. Creo que es muy importante.

¿Por qué es importante abordar estos temas desde edades iniciales? Porque las cosas más importantes de la vida uno las aprende en la niñez. Los niños tienen una cantidad de información de afuera increíble. Hay niños que se están criando con conocimientos foráneos y no conocen el país. Es súper importante que los niños conozcan nuestra historia y, sobre todo, a través de la literatura, porque la literatura en algún momento se vuelve patrimonio. Los libros logran empatizar con los seres humanos, con los sentimientos más importantes, con su parte afectiva y queda en la memoria, forma parte de nuestra historia. Es importante comenzar con los niños, pero también contarles a los jóvenes y a los adultos. En El viaje por el país del sol, lo último que hacen los niños es conocer nuestra riqueza, porque los abuelos les dicen que de cada sitio al que vayan les traigan algo, que con solo verlos sepan de dónde vienen. Al final los abuelos con esos regalos forman el país y les dicen, “este es el tesoro que nosotros teníamos para ustedes, el Ecuador”.

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“Imagine un

mundo en donde cada persona del planeta pueda tener acceso libre a la suma total de todo el

conocimiento humano.

�

Eso es lo que estamos haciendo

- Jimmy Wales, fundador de Wikipedia 58


María Fernanda Restrepo “Como

directora me siento respaldada por el IEPI” 59


“He visto el trabajo del IEPI, decidido, frontal, para hacer respetar una industria nacional de producción de películas, de música, en todo sentido”.

M

aría Fernanda Restrepo es una de las cineastas ecuatorianas más reconocidas tanto en el país como fuera de él. Estudió periodismo y producción de cine y televisión en la Universidad San Francisco de Quito. Tiene una maestría en Dirección de Documentales en la Universidad Autónoma de Barcelona y un postgrado en dirección de fotografía en la ESCAC (Escuela Superior de Cinema y Audiovisuales de Catalunya). Actualmente dirige Escala Gris, productora especializada en documentales y comerciales. En 2010 estrenó su primer largometraje “Con mi corazón en Yambo”, producción que muestra la historia de su familia luego de la desaparición de sus dos hermanos en 1988. Ha sido galardonada con varios premios internacionales en festivales de cine. En mayo de 2014 se lanzó a la venta el DVD de la película. Empezamos la entrevista con cinco palabras:

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Con mi corazón en Yambo El documental resume, simplemente, una de las partes más importantes de la vida de mi familia, sobre la desaparición de mis hermanos Santiago y Andrés, de 17 y 14 años, en manos de la policía ecuatoriana, en 1988. Era para mí imperioso realizar un documento para llenar estos vacíos de esta historia, de este rompecabezas que no llega a su fin, de alguna manera. Surgió simplemente de la necesidad de recordar, más que llevarlo a los cines, más que dejarle a un país esta historia, pero de repente se convirtió en eso, en algo que llegó a tocar los corazones de mucha gente alrededor del Ecuador y en otros países. Y nos dimos cuenta de la importancia de seguir narrando esta historia para que no vuelva a suceder nunca más, para que no nos permitamos nunca más olvidar.


Pedro y María Fernando Restrepo junto a Santiago Cevallos, funcionario del IEPI

¿Cómo fue el proceso de producción del documental? Bueno, realizar esta producción ha sido una lucha verdadera, desde su inicio. No ha sido nada fácil desde la recopilación de toda la información, la investigación, luego acoplar el equipo de trabajo, el rodaje, la paciencia que tiene que tener el equipo para llevar un trabajo tan arduo, de tanta espera, de tanta paciencia. No fue nada fácil. Este trabajo duró alrededor de cuatro años, desde la investigación, la producción, el rodaje y luego la edición, que fue una de las cosas más duras porque teníamos como 200 horas de material que tuvimos que compilar en una película de dos horas y 15 minutos. Y luego, su distribución al público. Ha sido una experiencia maravillosa, una experiencia dura, difícil, pero esencialmente maravillosa por el resultado final.

¿Por qué decidiste sumarte al proceso de regularización de comerciantes informales que el IEPI lidera? Era algo necesario, me he demorado mucho en sacar este material. Han pasado dos años y medio luego del estreno del documental. Tenía yo mis dudas de todo el tema piratería, de qué iba a pasar con esta película que fue tan vista, de la falta de seguridades, que había un problema, que sigue existiendo un problema con piratería. Pero luego, he visto el trabajo del IEPI, decidido, frontal, para hacer respetar una industria nacional de producción de películas, de música, en todo sentido. Poco a poco fui tomando confianza, retomando esa confianza para decir: ok, creo que estamos preparados, porque hay un personal serio, hay una institución seria, decidida a hacer respetar los derechos de autor, que va a estar vigilante. Uno siente un respal-

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¿Cuál fue el proceso de producción del DVD?

“Yo, como directora, me siento respaldada por el IEPI porque sé que ya no estoy sola”. do, que ya no está solo, que no lucha solo contra esta piratería. ¿Cuál consideras es el avance logrado con los comerciantes informales? Los llamados piratas, gente que comercializa informalmente películas han logrado entender la importancia de respetar una industria nacional y se han sumado a esta industria para unirnos en esfuerzos, hacer tratos juntos, hacer negocios juntos, no divididos, yendo de la mano, respetándonos y que todos ganemos. ¿Cuáles son los beneficios de formar parte de este proyecto de regularización? Yo, como directora, me siento respaldada por el IEPI porque sé que ya no estoy sola, sé que puedo hacer una llamada y decir “está pasando esto” y ellos van a acudir y a aplicar la ley. Que hay una ley que debe ser respetada en ese sentido, que ya la gente se la piensa dos veces antes de piratear un producto. Por fin estamos entendiendo qué es el respeto al trabajo del otro. Como dije, así ganamos todos, respetando esa industria nacional. Las personas que viven de esta venta de DVD informales ganan. Y ganamos los productores que hemos puesto tanto esfuerzo, tanto sacrificio, que hemos gastado, que hemos hecho una inversión para sacar este trabajo adelante.

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Para la distribución de esta película decidimos trabajar con la empresa CODISIS, de Colombia, que tiene estándares de calidad muy altos en sus DVD. Son muy serios, muy formales. Nos ha ido muy bien en ese sentido, no hemos tenido ningún problema. Obviamente, antes de esto tuvimos un convenio con EGEDA (Entidad de Gestión de Derechos de los Productores Audiovisuales), que protege los derechos de autor de las películas a nivel nacional e internacional. Ellos nos entregaron un código ISAN de seguridad, todas las películas deberían contar con este código, que está plasmado en el espejo del DVD, en la parte de abajo, para que la gente sepa que es original y que debe comprarlo. Es muy importante apelar a estos códigos de seguridad. De ahí estamos distribuyendo a varias empresas, entre ellas ASAVIP, que es una asociación de distribuidores de películas nacionales originales, legales. Ellos tienen muchos puestos de distribución alrededor del país; también trabajamos con XPRESSMAX, que también distribuye películas nacionales en muchos puntos de venta autorizados; también con Megamaxi, con Librimundi, con Musicalísimo, con OchoyMedio, farmacias Medicity, con la librería Española, librería Rayuela y TVentas. Con todas estas cadenas va a haber distribución. Hay dos versiones del DVD, una que es la básica, sencilla, que cuesta USD 5,99 y la versión especial, que es limitada, solamente mil copias, que cuenta con toda la banda sonora de la película, con la película y un folleto informativo.


anรกlisis especializado 63


Propiedad intelectual en Ecuador e importancia de las limitaciones y excepciones al derecho

El abogado Luis Villarroel Villalón es asesor del IEPI en el proceso de reforma a la ley de propiedad intelectual. Fue vicepresidente del Comité Permanente de Derechos de Autor de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) y asesor de propiedad intelectual del Ministerio de Educación de su país. Actualmente es miembro del Tribunal de Propiedad Industrial de Chile, y es director de la corporación Innovarte, de Chile, organización dedicada a la investigación de la propiedad intelectual para el desarrollo. Villarroel realizó para ANEPI el siguiente análisis respecto al proceso en el que se encuentra Ecuador en los temas de propiedad intelectual y la importancia de las limitaciones y excepciones al derecho de autor.

E

cuador se encuentra en un momento espectacular de su desarrollo y el ejercicio que está realizando el IEPI (Instituto Ecuatoriano de Propiedad Intelectual), la SENESCYT (Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación) y los otros ministerios que están colaborando, es análogo a tratar de mandar un hombre a la luna. Lo que se pretende lograr es tremendamente ambicioso, pues se trata de la reformulación de toda la normativa relacionada al conocimiento y especialmente a la problemática de

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la propiedad sobre ese conocimiento. Éste es un tema fundamental porque si las reglas que se refieren a los derechos de propiedad y de acceso al conocimiento no son claras y no son equilibradas, es imposible que una nación pueda completar o alcanzar ese ideal de todo país, que es darle una buena vida, un buen vivir a todos los ciudadanos, para que haya una posibilidad de crecimiento personal, de disfrute y generación de cultura, de industrias culturales, de participar de manera activa en el comercio internacional y de recibir las compensaciones que merecen por el trabajo intelectual. Si esas reglas no están claras y, además, no son equilibradas, al final del día no va a haber un buen vivir, sino que va a haber nada más una concentración de los derechos de propiedad intelectual en unos pocos, en perjuicio del resto de la sociedad. Y eso obviamente es negativo, pues, ya sabemos que cualquier concentración genera abuso de posiciones dominantes. Por esta razón, la tarea que se está realizando a nivel legislativo es algo que va a generar un precedente importantísimo. No cabe duda que el derecho de autor cumple finalidades que son buenas, que son deseables: darles reconocimiento a los autores, permitirles un beneficio económico por su trabajo y,


Luis Villarroel Villalón asesor del IEPI en el proceso de reforma a la ley de propiedad intelectual.

en definitiva, promover la creatividad. Eso es necesario. La paradoja está en que para que haya creatividad, para que haya autores y desarrollo intelectual, tiene que haber acceso, porque no va a haber un autor que escriba si nunca ha leído, ni va a haber un pintor que pinte si no se ha maravillado con las pinturas del pasado. Entonces, es importante que se reconozcan los derechos de autores, pero también se le tiene que permitir formarse a quien quiere ser autor. Si no hay excepciones nos encontramos con derechos absolutos, y cuando las cosas son absolutas, probablemente van a ser injustas. Solo los países que son serios en el tema de propiedad intelectual se preocupan de las limitaciones y las excepciones. En un país en el que se plantean derechos absolutos y no se aceptan limitaciones ni excepciones, se está pensando, seguramente, que nadie va a cumplir con los derechos de autor. El mejor ejemplo es que los países más desarrollados, que son los más demandantes de estos derechos, son los que tienen las mayores excepciones. Por eso es fundamental que los autores o los titulares entiendan que,

Hay un refrán popular en Chile que dice; “no se pueden hacer tortillas sin quebrar huevos”. si el Ecuador se encuentra en una lucha por generar propiedad intelectual y generar derechos, pero también excepciones, es justamente porque quiere que se cumplan esos derechos. En este sentido, Ecuador se encuentra en una posición única dado el consenso político que hay en torno a que el conocimiento debe regularse de la manera más justa y equitativa posible. Sin embargo, es una tarea difícil. Hay un refrán popular en Chile que dice “no se pueden hacer tortillas sin quebrar huevos”. Indudablemente, cuando se pretende reequilibrar la propiedad sobre el conocimiento, se despiertan “fuerzas oscuras” que tratan de mantener el modelo que existe. Por ello, ésta es una misión importante y necesaria, que requiere la participación y el apoyo de la ciudadanía que, al final del día, es la que va a ser beneficiada. Al respecto, la iniciativa de las autoridades de poner todo el código a disposición en internet (WikiCOESC+I) para que

julio 2014

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cualquier persona pueda opinar, expresar lo que le gusta, lo que le disgusta y pueda emitir sugerencias para mejorarlo, también es un proceso inédito a nivel latinoamericano.

“Están dadas todas las posibilidades para la participación (en la elaboración del COESC). Lo que no debería suceder es que la ciudadanía no tome en serio este ejercicio y no se involucre en él”.

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Están dadas, por tanto, todas las posibilidades para la participación. Lo que no debería suceder es que la ciudadanía no tome en serio este ejercicio y no se involucre en él. No tomar parte en este importante proceso sería similar a no votar en una elección. Quienes no sufragan quedan a la suerte de los que sí lo hicieron. En este sentido, hago un llamado a que participen, a que opinen, de manera que cuando la norma sea publicada incorpore los intereses legítimos de todas las partes.


No agredas a tu industria



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