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Suricato

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Urraca

Urraca

El suricato (Suricata suricatta) es un pequeño mamífero forrajero que habita en las duras condiciones de las llanuras abiertas y áridas semidesérticas al sur de África. Viven en comunidades muy organizadas llamadas bandas, de las que dependen unas de otras para garantizar su supervivencia en las condiciones tan difíciles en las que habita.

Característica

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El suricato es un mamífero de pequeño tamaño que posee un cuerpo alargado y delgado con una cola larga y ligera acabada en punta de color negro que, a veces, duplica la longitud del cuerpo del animal. Es de color arenoso y marrón claro, con un patrón de rayas más oscuras en el lomo, marcas en el costado que cambian según el individuo y con la cara y envés más claros. Poseen un hocico largo con una nariz de color negra y con unas bandas de color negro alrededor de sus ojos. En sus patas delanteras poseen garras alargadas y afiladas curvadas que pueden crecer hasta 2 cm de longitud que usan para cavar madrigueras, así como capturan a pequeños animales que se ocultan dentro de la tierra.

El pelaje se ha adaptado para protegerse de las condiciones extremas del desierto y le ayuda a mantenerse fresco cuando hace más calor, pero también actúa como capa aislante para mantenerlo caliente durante las noches frías y heladas del invierno. Para avisar al grupo del peligro disponen de varias formas para comunicarse entre sí, usando aullidos largos para cuando un ave se aproxima o usan cortas señales dobles para alertarles de un depredador terrestre.

Hábitat

Alimentación

El suricato es un animal carnívoro que se nutre de animales más pequeños que él. Tienen un gran sentido del olfato que es usado para rastrear a las presas potenciales que están al acecho justo debajo de la superficie de la arena. Una vez que son detectados usan sus alargadas y afiladas garras para desenterrar a sus presas. La mayor parte de su dieta está compuesta de insectos y pequeños invertebrados, aunque también comen animales más grandes como lagartos y roedores.

Debido a que son pequeños se han tenido que adaptar a un entorno duro que les exige una gran cantidad de energía. Para conseguirla deben pasar una gran parte del tiempo buscando comida y asegurarse de que disponen de la necesaria para comer suficiente todos los días, ya que pierden alrededor del 5% de su peso corporal durante la noche.

Depredadores

Los suricatos al ser tan pequeños, son presas naturales de numerosas especies que se encuentran tanto en al aire como en el suelo. La mayor amenaza son las aves, como halcones y águilas, que pueden verlos a kilómetros desde el aire. Desde el suelo son presa de serpientes. Para protegerse se agrupan y se aseguran de que siempre haya un vigilante para advertir al resto del grupo cuando haya algún peligro.

El suricato habita en los matorrales secos y hostiles del desierto del Kalahari. Las condiciones de este desierto son extremas, ya que las temperaturas pueden llegar a alcanzar los 40 grados centígrados en verano (con una arena alcanzando 70 grados) y que por durante las duras noches de invierno, las temperaturas caen por debajo de cero hasta – 10 grados. Las precipitaciones anuales son muy bajas, con una pequeña y rara cantidad que cae entre enero y abril donde el desierto del Kalahari se transforma en una región vegetada y llena de vida hasta que llegue el verano. El suricato halla en el sur y oeste de África. Su presencia abarca cinco países distintos en el sur de África, desde Angola hasta Sudáfrica. En esta vasta y árida región

Dentro de una banda de suricatos puede existir varias parejas reproductoras, pero la estricta jerarquía social suele estar dominada por una sola pareja que será la que se reproduce. La época de apareamiento comienza a principios de verano. El período de gestación dura unas 11 semanas, así que la mayoría de suricatos suelen nacer en el mes de noviembre. La camada suele entre 2 – 5 crías que nacen ciegos y sin su capa de piel completa en una madriguera forrada de hierba. A diferencia de otras especies mamíferas, ambos progenitores cuidan de sus crías junto a otros machos y hermanos que les enseñarán a adquirir las habilidades necesarias para sobrevivir en el desierto. Mientras que una parte de la banda está buscando alimento, los jóvenes suricatos no se alejan de la madriguera y pasan el tiempo jugando en la arena caliente mientras son vigilados por una niñera.

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