7. ¿QUÉ HACEMOS CON LAS DIFERENCIAS ENTRE LOS 38 SISTEMAS TEOLÓGICOS Y LAS IGLESIAS? Los sistemas teológicos surgen por diversas causas, tales como la fuente de autoridad, una hermenéutica diferente, contextos diferentes, circunstancias diversas, entre otros. Es inevitable que haya diferencias entre los sistemas teológicos. Lamentablemente la historia cristiana está llena de conflictos debido a estas diferencias, muchas veces sobre asuntos insignificantes. Las diferencias entre los sistemas teológicos llegan al nivel de las iglesias, lo cual ha provocado no pocos conflictos eclesiásticos a lo largo de los siglos. La iglesia del siglo XXI también vive situaciones donde las diferencias entre las iglesias producen conflictos innecesarios que desgastan y desvían a las iglesias de su misión. Hay iglesias e individuos que invierten más tiempo descubriendo, criticando y condenando los errores de las otras iglesias que realizando la misión a la cual hemos sido llamados. Sin embargo, tampoco se puede obviar esas diferencias y hacer como que no existen. Algo hay que hacer con esas diferencias. En este pequeño estudio intentaremos dar una orientación básica sobre qué hacer con las diferencias entre sistemas teológicos e iglesias que los representan. Se sugieren al menos tres pasos o niveles de acción: reconocimiento de las diferencias, clasificación de las mismas y las relaciones entre los grupos.
Reconocimiento de las diferencias El primer paso es obvio. Hay que comenzar por reconocer que sí existen las diferencias, las cuales pueden ser de índole teológica/doctrinal, litúrgica, organizacional, tradicional, entre otros. Sin embargo, no se trata simplemente de reconocer que hay diferencias. Aunque esto parecería obvio, no todos los cristianos lo hacen. Algunos insisten, ingenuamente, en que no debería haber diferencias porque todos somos un pueblo, redimidos por un Señor y capacitados por un Espíritu. Las diferencias son inevitables y debemos comenzar por aceptar esa realidad para luego construir sobre esa base las acciones a tomar.
1. La realidad de las diferencias Como se dijo arriba, aunque parezca obvio, hay quienes no están dispuestos a aceptar la realidad de las diferencias entre sistemas teológicos. De hecho, se cuestiona la existencia de diversos sistemas teológicos como si fuera posible que existiera solamente uno, sin cambios a lo largo de la historia de la Iglesia cristiana. Aceptar la realidad de las diferencias significa reconocer que la teología es un producto de elaboración humana, y por lo tanto, susceptible de fallar y de cambiar. Este solo hecho es suficiente para reconocer la existencia de diferencias. Además, una enseñanza bíblica que muy poco permiso.
38Material
adaptado de Notas de Clase, Dr. David Suazo, “Introducción a la Teología”. Usado con
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subrayamos es la de la unidad y diversidad del pueblo de Dios. Casi siempre hablamos exclusivamente de la unidad de la Iglesia, sin mencionar la diversidad. Ambas verdades son enseñadas en la Biblia (1 Co. 12), y por lo tanto, dan lugar a variedad y diferencias legítimas dentro del cuerpo de Cristo.
2. Reconocimiento respetuoso Reconocer las diferencias entre sistemas teológicos e iglesias que los representan también significa respeto hacia quien piensa de manera diferente. El solo hecho de tener diferencias no nos debe llevar por el camino de la intolerancia, del irrespeto, ni del rechazo, mucho menos de la condena. Nuestra responsabilidad es respetar al otro o a los otros, aunque tengan diferencias con respecto de nosotros. Incluso, es posible tener relaciones con personas y grupos que difieren de nuestras doctrinas o prácticas. En un sentido general, se puede decir que todos tenemos derecho a equivocarnos y que debemos respetar incluso las ideas equivocadas de los demás, aunque nos sintamos llamados a persuadirlos para que cambien. La escena eclesiástica contemporánea es mucho más diversa que en el pasado. Hay muchas cosas de todo tipo que nos separan a unos de otros. Si nos identificamos como evangélicos, seguramente hay muchas más cosas y más importantes que nos unen que aquellas que nos separan. Si hablamos del mundo cristiano más amplio, aun teniendo diferencias mayores, todavía es posible encontrar elementos unificadores que nos llevarían a un mayor respeto.
Clasificación de las diferencias Habiendo reconocido la existencia inevitable de diferencias con respeto hacia los que difieren, es necesario entrar en un proceso de determinar cuáles diferencias son más importantes que otras. Este proceso de clasificación debe ayudarnos a establecer los criterios bajo los cuales vamos a lidiar con las diferencias. Hacer esto nos ahorrará innumerables conflictos innecesarios, que son tan comunes en nuestras iglesias. ¿Hay asuntos tan importantes en los cuales no estamos dispuestos a ceder? ¿Cuáles serían esos asuntos? En otras palabras ¿Cuáles son los asuntos “no negociables” de nuestra fe por los cuales estamos dispuestos a arriesgar el cuello? ¿Por cuáles asuntos no nos vamos a arriesgar y podemos “negociar”? ¿Hay asuntos irrelevantes entre las diferencias? ¿Cuáles serían? Se ofrece aquí una manera simple de clasificar las diferencias: 1) Los asuntos “no negociables”, 2) Los asuntos importantes, pero negociables y 3) los asuntos secundarios y negociables.
1. Los asuntos “no negociables” ¿Cuáles son aquellas doctrinas o convicciones teológicas determinantes de nuestra identidad cristiana evangélica? Al tratar de identificar estos asuntos, debemos asegurarnos de que se tratan de aquellas doctrinas sin las cuales dejaríamos de ser lo que somos, es decir, cristianos evangélicos. Es posible hacer una lista interminable de estos asuntos, pero se quiere limitar a unos cuantos que podrían incluir otros subtemas.
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A)
La autoridad suprema y final de las Escrituras
Desde la perspectiva del protestantismo histórico, el asunto más importante que heredamos de la Reforma Protestante del siglo XVI es la autoridad suprema y final de las Escrituras en materia de fe y práctica. Prácticamente, todas las confesiones protestantes y evangélicas de fe sostienen esta doctrina. De esta convicción se desprenden todas las demás doctrinas que sostiene la fe evangélica expresada en diversas tradiciones y organizaciones eclesiásticas. En la práctica, esta afirmación se traiciona cuando se colocan otras autoridades a la par o por encima de la Biblia, pero eso no quita que siga siendo el fundamento de nuestra fe. Si pudiéramos reducir a un solo punto la doctrina básica del protestantismo diríamos que se trata de este punto. Sin esta doctrina no seríamos evangélicos. Esta doctrina es la principal que nos diferencia de la ICR, de las iglesias ortodoxas, de la teología liberal y de las innumerables sectas pseudocristianas que abundan en nuestro contexto. Como evangélicos no estamos dispuestos a ceder ni un ápice en esta doctrina. B)
La Trinidad La Trinidad ha sido una doctrina distintiva del cristianismo ortodoxo a lo largo de los siglos. Esta doctrina fue la primera que se formuló oficialmente a raíz de la controversia arriana en el siglo cuarto de la era cristiana. Los concilios de Nicea (325 d.C.) y Constantinopla (381 d.C.) definieron esta doctrina de manera clara y precisa. Prácticamente todas las confesiones de fe, tanto católicas como protestantes, afirman categóricamente la doctrina de la Trinidad. Sin esta doctrina no seríamos cristianos, ni cristianos evangélicos. Esta doctrina nos separa de muchas sectas dentro del cristianismo, y sobre todo, de religiones como el Judaísmo y el Islam, que son las otras dos religiones monoteístas del mundo.
Como esta doctrina es muy amplia, aquí se incluyen temas relacionados con Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. Por lo tanto, varios de los temas particulares relacionados con las personas de la Trinidad caben aquí. Se hace referencia a temas como la deidad y humanidad/encarnación de Cristo y la personalidad y deidad del Espíritu Santo, las cuales también serían doctrinas no negociables. C)
La salvación por fe, por la gracia de Dios, no por obras
La doctrina que más comúnmente se utiliza para identificar a los evangélicos es la de la salvación por fe. Hay razón para hacer esta identificación, porque es verdad. Esta doctrina fue la que más atención recibió en tiempos de la Reforma Protestante del siglo XVI. Fue la justificación por la fe el tema central en las controversias de Lutero frente a la ICR de aquél entonces. Los reformadores rechazaron las enseñanzas y prácticas de la ICRMedieval respecto de este tema. Según los reformadores, la ICR había distorsionado tanto las enseñanzas de la Biblia y de los Padres de la Iglesia, que no quedaba otro camino que oponerse y 44
rompercon esa iglesia. Desde entonces, los cristianos protestantes y evangélicos hemos heredado esta doctrina; la enseñamos, la predicamos y la defendemos. Esta doctrina nos identifica como cristianos evangélicos y nos distingue de la ICR, de las sectas clásicas cristianas, de las sectas contemporáneas y de todas las demás religiones del mundo. Como esta doctrina es amplia, también incluye otros temas como la naturaleza pecadora del ser humano, la obra redentora, vicaria y suficiente de Cristo en la cruz y el juicio final para los incrédulos. Otros temas derivados de esta doctrina cabrían en la siguiente categoría, tales como la seguridad de la salvación, el carácter integral de esa salvación, el papel de las obras en la vida del creyente y los temas de santificación. D)
La Segunda Venida visible y corporal de Cristo
La última doctrina a incluir aquí es la Segunda Venida de Cristo, corporal y visible. Esta doctrina incluye temas como la resurrección, el juicio final que ya se mencionóanteriormente y el reino de Dios. Los detalles del cuándo, el cómo, el dónde y los acontecimientos que la acompañan caen en la categoría de asuntos secundarios. Lo que sí subrayamos todos los cristianos evangélicos es que habrá una Segunda Venida visible y corporal de Cristo. Esta doctrina nos separa y distingue de las sectas pseudocristianas clásicas y contemporáneas, de la teología liberal y de todas las demás religiones del mundo.
2. Los asuntos importantes, pero negociables Al llegar a esta categoría las cosas se vuelven un tanto más complicadas, en el sentido que, habiendo definido los “no negociables” quedan muchas doctrinas, prácticas y convicciones que, para muchos, deberían estar en la primera categoría. El propósito es más bien simplificar el proceso, no complicarlo, pero se entiende que muchas iglesias basan su identidad en asuntos importantes que aquí se consideran “negociables”. La intención aquí es dar solamente unas doctrinas y prácticas representativas de esta categoría. No se pretende ser exhaustivo. La lista incluirá temas doctrinales, litúrgicos y organizacionales. Se reconoce, sin embargo, que estos asuntos tienen mucha importancia porque definen identidades, estructuras y prácticas de organizaciones (como denominaciones) que han existido por siglos. A)
La seguridad/inseguridad de la salvación
Desde el siglo XVII, los protestantes se dividieron en torno al tema de la seguridad o inseguridad de la salvación. Este tema se ha expresado en términos populares como si se pierde o no la salvación. Jacobo Arminio fue un teólogo reformado que en el siglo XVII rechazó los famosos cinco puntos de Calvino (Depravación total del hombre, Elección incondicional, Redención limitada, Gracia irresistible y Perseverancia de los santos). El último de estos puntos es el que toca el 45
tema de la seguridad de la salvación. Varios líderes cristianos en los siglos siguientes han adoptado la postura arminiana de que la salvación se pierde, entre ellos, los metodistas, las iglesias de santidad, las iglesias del Nazareno y toda la gama de iglesias pentecostales, entre otras. La tradición reformada y las iglesias afines siguen enseñando la seguridad de la salvación. Ambos grupos argumentan bíblicamente sus respectivas posturas, pero a estas alturas, la controversia ya no es tan importante como lo fue en el pasado. ¿Es posible reconocer como cristiano evangélico a un grupo que difiera en este punto? Realmente, aquí no se ve ningún problema. Es una doctrina importante para cada grupo, pero es algo negociable. B)
La vigencia de los dones espirituales Otra doctrina muy controversial en la escena eclesiástica contemporánea, en la que hay al menos dos posturas, es la de la vigencia de los dones espirituales. Unos afirman la cesación de ciertos dones, como los de lenguas, sanidades, milagros y otros relacionados. Otros, por el contrario, afirman que todos los dones están vigentes y se manifiestan hoy. Hay un tercer grupo que, aunque no afirma la cesación de los dones milagrosos, tampoco avala todas las manifestaciones contemporáneas que se presentan como esos dones. ¿Es posible ser cristiano evangélico teniendo diferencias en esta doctrina? Verdaderamente, se considera que sí. Obviamente, esta doctrina es muy importante para los grupos involucrados, pero es de carácter “negociable”; es decir, se puede aceptar la otra postura sin que se pierda la identidad cristiana evangélica.
C)
Doctrinas escatológicas
Otra doctrina que presenta diferencias es la escatología. Se menciona solamente dos temas aquí: el rapto y el milenio. En ambos temas hay diferentes posturas. Los sistemas escatológicos son el premilenarismo, el postmilenarismo y el amilenarismo. Cada uno de ellos enseña algo diferente tocante a estos temas. El prelimenarismo enseña que Jesús vendrá en su Segunda Venida antes del milenio a establecerlo. El postmilenarismo enseña lo contrario; es decir, Jesús vendrá después del milenio a clausurarlo. El amilenarismo enseña que el milenio no es literal, sino simbólico. En cuanto al rapto, algunos enseñan que no habrá, otros que sí. Incluso estos últimos tienen posturas diferentes. Unos enseñan que sucederá antes de la tribulación, otros que en medio y otros que después. Todas estas diferencias ilustran bien las diferencias doctrinales que puede haber dentro de iglesias cristianas que sostienen la misma fe. Aunque estos temas son importantes para quienes los sustentan, también son negociables y es posible existir y relacionarnos unos con otros a pesar de estas diferencias.
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D)
La liturgia
El tema de la liturgia cristiana ha sido muy importante a lo largo de la historia de la Iglesia. La liturgia ha dado identidad a la ICR, a las Iglesias Ortodoxas orientales y a todas las iglesias protestantes y evangélicas. Algunos de los conflictos más serios en el pasado se han debido a aspectos litúrgicos. Con todo, la liturgia ha evolucionado a través del tiempo, incluso dentro de una misma tradición eclesiástica. En la actualidad, se vuelve a vivir un conflicto al interior de las iglesias y entre iglesias en torno a aspectos litúrgicos. La liturgia tradicional histórica de las iglesias más antiguas está en conflicto con la liturgia menos formal de las iglesias evangélicas clásicas y ésta, a su vez, está en conflicto con la liturgia informal contemporánea de las mega iglesias de corte neo pentecostal de hoy. Este tema no solamente es importante, sino también muy sensible. Sin embargo, por muy importante y sensible que sea, es posible identificar como cristiano evangélico a alguien que tiene una teología y práctica litúrgica diferente a la nuestra; por lo tanto, se trata de un asunto negociable. E)
Gobierno de la iglesia
También el tema del gobierno de la iglesia ha sido muy importante a lo largo de la historia. Buena parte de la lucha de los reformadores en el siglo XVI era en contra del sistema jerárquico vertical que tenía la ICR Medieval. Sin embargo, algunas de las iglesias protestantes también adoptaron ese sistema con modificaciones importantes como la eliminación del papado, los cardenales y el magisterio de la Iglesia. Otras iglesias protestantes, por su parte, optaron por sistemas diferentes como el presbiteriano (un invento de Calvino) y el congregacional de los anabautistas. En el presente, hay iglesias que siguen esos sistemas, combinaciones de ellos o modificaciones. El mundo acelerado de hoy exige más eficiencia en la toma de decisiones, más agilidad para el desarrollo de los ministerios de la iglesia o más participación de la congregación. Eso ha dado como resultado el surgimiento de otras formas de gobierno. Todos los grupos esgrimen argumentos bíblicos para respaldar la validez de su propio sistema. No es el sistema de gobierno lo que hace que una iglesia sea cristiana evangélica o no. Aunque sí es importante este asunto, no lo es tanto como para descalificar a ningún grupo por eso. Se debe tener bien claro que cualquier sistema de gobierno debe verse como un medio, no como un fin. Se trata de un asunto importante, pero negociable.
3. Asuntos secundarios y negociables Hay una tercera categoría de diferencias entre los sistemas teológicos y las iglesias que los representan. Puede llamarse a esta categoría “asuntos secundarios y negociables”. En esta categoría entran la mayoría de prácticas, costumbres y tradiciones de las iglesias. Los sistemas de gobierno de las iglesias también caben en esta categoría. También se coloca en esta categoría algunos asuntos éticos menores, especialmente los relacionados con los códigos de conducta de cada iglesia o agrupación de iglesias. 47
A)
Formas del culto Ya se mencionó en la categoría anterior la teología de la liturgia que da identidad a las iglesias. Aquí se mencionan más específicamente las formas del culto. Cada denominación, asociación de iglesias o iglesias independientes tienen sus formas del culto que han sido elaboradas a través del tiempo. Con esas formas se conocen las iglesias frente a otras que tienen formas diferentes. Para unas iglesias el culto es más formal y estructurado, para otras lo es menos. En la actualidad, hay formas de culto que escandalizan a los más conservadores; mientras que las formas de culto más tradicionales aburren a las nuevas generaciones. Surgen conflictos al interior de las iglesias y entre denominaciones, llegando incluso a lamentables divisiones. ¿Cuál es la forma más bíblica de culto? ¿Cuál forma enseña la Biblia? Realmente, la Biblia no enseña una forma de culto, pero sí enseña principios aplicables en diferentes situaciones y circunstancias. En todo caso, las formas del culto son solamente eso, formas, que no deberían causar tanto problema. Se trata de un asunto secundario, y por lo tanto, negociable.
B)
Formas de gobierno
Igual de sensibles que las formas del culto, o más, son las formas de gobierno de la iglesia. La mayoría de conflictos y divisiones dentro de las iglesias evangélicas se deben a problemas de gobierno, liderazgo, autoridad y poder. Todo esto está ligado a los sistemas de gobierno que existen históricamente y a las necesidades actuales de la iglesia. Los antiguos sistemas de gobierno eclesiástico están en crisis, porque ya no son tan útiles, ágiles ni versátiles como lo demandan los nuevos tiempos. Algunas nuevas formas de gobierno que están apareciendo parecen revivir viejos sistemas con cara nueva. Ese es el caso del movimiento apostólico contemporáneo, que es una forma nueva del sistema clásico jerárquico. Otras iglesias están adoptando formas empresariales de gobierno; otras hacen combinaciones de los sistemas existentes. ¿Cuál sistema es el más bíblico? ¿Cuál sistema enseña la Biblia? La Biblia enseña numerosos principios y valores de liderazgo y gobierno que se pueden aplicar en diferentes situaciones y circunstancias. Sin embargo, no se considera que la Biblia proponga un modelo único de gobierno eclesiástico. Por lo tanto, debemos considerar las formas de gobierno eclesiástico como herramientas de trabajo que están al servicio de la misión de la Iglesia. Esto quiere decir que las iglesias deben organizarse de tal manera que cumplan bien con la misión encomendada por Cristo. Es posible que sea necesario cambiar de herramienta cuando ésta ya no sirva. Las formas de gobierno van y vienen, pero la misión de la iglesia permanece. Por lo tanto, este es un asunto negociable.
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C)
Códigos de conducta
La ética cristiana tiene sus fundamentos en la Biblia misma. Prácticamente, todos los cristianos evangélicos concuerdan en los grandes temas de la ética cristiana: Pureza sexual, fidelidad matrimonial, honestidad en todo, amor, justicia, servicio, entre otros. Sin embargo, las iglesias evangélicas también han elaborado, con el correr de los años, códigos específicos de conducta que incluyen asuntos como el vestuario, el uso de joyas, el corte de pelo, los lugares a los que está prohibido ir, las actividades prohibidas, la bebidas prohibidas, y otros. Estos códigos han ido cambiando con el tiempo. Por ejemplo, en el pasado era pecado ir al cine, ahora no; era pecado ver televisión, ahora ya no; era pecado practicar deporte, ahora no. Las iglesias se podrían clasificar en legalistas o liberales, dependiendo de lo abiertas o cerradas que sean en estos temas. ¿Cuál es el vestuario bíblico que deben usar los cristianos evangélicos hoy? ¿Cuál es el vestuario más bíblico que se debe usar a la hora de predicar? ¿Cuál es el corte de pelo más bíblico? Estos asuntos han dado lugar a interminables controversias que de poco han servido para el avance del Evangelio. En todo caso se trata de asuntos secundarios, y por lo tanto, negociables.
Relaciones en medio y a pesar de las diferencias El último paso en este proceso de saber qué hacer con las diferencias es el de las relaciones con los grupos y las personas que difieren de nosotros. ¿Cómo debemos relacionarnos con los que piensan diferente de nosotros? Obviamente hay niveles de relaciones. Nos relacionamos más y mejor con los que son afines a nosotros y menos con los que están más lejos. En todo caso, hay relaciones. ¿Cómo deberían ser nuestras relaciones con los diferentes grupos? Si aplicamos la enseñanza bíblica de la unidad de la iglesia, debemos también aplicar la enseñanza bíblica de la diversidad de la iglesia. Ambas son verdades bíblicas igualmente válidas. Se puede ilustrar este tema con la idea de círculos concéntricos en que el círculo más pequeño al centro representa nuestras relaciones más estrechas, cordiales y frecuentes que se dan con el grupo más afín, nuestra propia iglesia local. A medida que se agrandan los círculos y se alejan del centro, las relaciones son menos estrechas, cordiales y frecuentes, hasta llegar quizá a grupos con los cuales no tendríamos ningún tipo de relaciones.
Conclusión Los sistemas teológicos han servido a lo largo de la historia para elaborar teología en medio de las más diversas situaciones y circunstancias. Estos sistemas han sido de ayuda a la Iglesia porque han proporcionado doctrinas, prácticas y conductas que identifican a las iglesias. Sin embargo, como se trata de un producto humano, los sistemas teológicos también han traído problemas. Las diferencias entre los sistemas teológicos y las iglesias que los representan han producido conflictos, controversias y polémicas que han hecho daño a la Iglesia del Señor. Mucho avanzaríamos en resolver estos problemas si reconocemos las diferencias y las clasificamos a fin de desarrollar un sistema de relaciones que sea de beneficio para la Iglesia del Señor y para su misión.
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8. EL PRESENTE Y EL FUTURO DE LA TEOLOGÍA Luego de estudiar todo lo concerniente a la introducción a la teología, necesitamos concluir cómo se está haciendo y se ha de hacer teología en nuestra América Latina. La teología que, en general, predomina en el presente es la llamada “Teología de la Prosperidad.” La delegación guatemalteca que participó en el Congreso Lausana III elaboró un documento llamado “Declaración Evangélica de la Delegación Guatemaltecaal Congreso Lausana III”, el cual contiene un breve autoanálisis de la Iglesia Evangélica de Guatemala y sugiere líneasimportantes de trabajo para realizar su misión dentro y fuera de las fronteras nacionales. En cuanto a la Teología de la Prosperidad, este documento dice lo siguiente: En la actualidad hay iglesias que enfatizan la prosperidadesencialmente en términos de riqueza y salud material como signos de la bendición de Dios. Sehan distorsionado promesas establecidas en las Sagradas Escrituras relacionadas con lasofrendas y los diezmos, que desvirtúan la gracia de Dios. Es urgente que se distinga el evangeliodel Nuevo Testamento de esas formas de predicación y se enfatice su carácter liberador ytransformador, no manipulador. Su eficacia no se basa en medios humanos o financieros, sino enel poder de Dios. Los movimientos de prosperidad deben ser confrontados con la predicaciónbíblica y la verdad del Evangelio. A la vez, los cristianos deben desarrollar una teología quepromueva el bienestar y desarrollo integral del ser humano acorde a los valores y la ética delReino de Dios.39 Sin embargo, evaluando que ésta es la teología que predomina, es urgente que se busque seguir desarrollando teología que se apegue en lo más posible a las Escrituras. Así, se puede ver que el futuro teológico de América Latina ha iniciado su caminar con la llamada Teología de la Misión Integral (y que algunos han empezado a llamar, más apropiadamente, Teología de la Misión Inclusiva). Como dice al final del párrafo anterior referente a la Teología de la Prosperidad, “los cristianos deben desarrollar una teología quepromueva el bienestar y desarrollo integral del ser humano acorde a los valores y la ética delReino de Dios”. En este sentido, el Pacto de Lausana, desarrollado en el Primer Congreso Internacional de Evangelización Mundial en 1974, menciona en el acuerdo de la Responsabilidad Social Cristiana, lo siguiente: Afirmamos que Dios es tanto el Creador como el Juez de todos los hombres. Por lo tanto, debemoscompartir Su preocupación por la justicia y la reconciliación en toda la sociedad humana, y por laliberación de todos los hombres de toda clase de opresión. La humanidad fue hecha a la imagen deDios; consecuentemente, toda persona, sea cual sea su raza, religión, color, cultura, clase, sexo, o edadtiene una dignidad intrínseca, en razón de la cual debe ser respetada y servida, no explotada.Expresamos además nuestro arrepentimiento, tanto por nuestra negligencia, como por haber concebido,a veces, la evangelización y la preocupación social como cosas que se excluyen mutuamente. Aunque la reconciliación con el hombre no es lo mismo que lareconciliación con Dios, ni el compromiso social eslo mismo que la evangelización, ni la liberación política es lo 39Declaración
Evangélica de la Delegación Guatemalteca al Congreso Lausana III, Guatemala, Junio de 2010: 5.
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mismo que la salvación, no obstanteafirmamos que la evangelización y la acción social y política son parte de nuestro deber cristiano. Ambasson expresiones necesarias de nuestra doctrina de Dios y del hombre, de nuestro amor al prójimo y denuestra obediencia a Jesucristo. El mensaje de la salvación implica también un mensaje de juicio a todaforma de alienación40, opresión y discriminación, y no debemos temer el denunciar el mal y la injusticiadondequiera que existan. Cuando la gente recibe a Cristo, nace de nuevo en Su Reino y debe manifestar, a la vez que difundir, Su justicia en medio de un mundo injusto. La salvación que decimos tener, debetransformarnos en la totalidad de nuestras responsabilidades, personales y sociales. La fe sin obras esmuerta.Hech. 17:26,31; Gén. 18:25; Isa. 1:17; Sal. 45:7; Gén. 1:26,27; Sant. 3:9; Lev. 19:18; Luc. 6:27,35;Sant. 2:26-26; Juan 3:3,5; Mat. 5:20; 6:33; 2 Cor. 3:18. Predicar la salvación en Jesucristo implica una transformación total del ser humano. Es promover su bienestar y desarrollo integral acorde a los valores y la ética del Reino de Dios.Para el año 2010, el Tercer Congreso Lausana para la Evangelización Mundial, que se realizó en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, abarcó temas que están afectando a nuestro mundo en la actualidad. El Compromiso de Ciudad del Cabo, en su segunda parte41, trata sobre cómo dar testimonio de la verdad de Cristo en un mundo pluralista y globalizado; cómo edificar la paz de Cristo en nuestro mundo dividido y roto; cómo vivir el amor de Cristo entre personas de otras creencias religiosas; cómo discernir la voluntad de Cristo para la evangelización mundial; cómo llamar a la Iglesia de Cristo a volver a la humildad, la integridad y la sencillez; y cómo asociarse en el cuerpo de Cristo para la unidad en la misión. El llamado es a la acción. El conflicto étnico, los pobres y oprimidos, la esclavitud y el tráfico humano, las personas con discapacidades, el medio ambiente, la sexualidad desordenada son solo algunos de los retos que estamos enfrentando el día de hoy en Latinoamérica y el mundo. Estos son parte del trabajo que la Teología de la Misión Integral o Misión Inclusiva considera, tomando como punto de partida las Escrituras. El V Congreso Latinoamericano de Evangelización, CLADE V, realizado del 9 al 13 de julio de 2012, en San José Costa Rica, desarrolló una temática que afecta directamente a las iglesias de nuestro continente. El Cuaderno de Participación que se trabajó para este Congreso abarcó los temas del seguimiento de Jesús por el camino de la vida, el Reino del Dios de la vida y el Espíritu de la vida. Sobre estos temas se desarrollaron 19 preguntas generadoras: El seguimiento de Jesús por el camino de la vida 1. Si miramos con atención a lo que se enseña o predica en las iglesias, el seguimiento de Jesús es casi un tema olvidado y hasta enterrado. ¿Por qué? 2. ¿Qué mediaciones hermenéuticas42 nos ayudan a leer las Escrituras, sobre todo los relatos evangélicos acerca de Jesús? 3. ¿Qué ocurre cuando los “cristos alienantes43” desplazan al Jesús de los Evangelios? ¿Cómo evitarlo? 4. ¿Cómo influyen las prácticas litúrgicas (canciones, oraciones, sermones, gestos, Desequilibrio. Ver“Segunda Parte: Para el mundo que servimos: El Llamado a la Acción de Ciudad del Cabo”, en El Compromiso de Ciudad del Cabo, Una Confesión de Fe y un Llamado a la Acción. Ciudad del Cabo, Sudáfrica, 16-25 de Octubre de 2010: 21-46. 42 Interpretativas. 43Tienen la propiedad o derecho de Cristo. 40 41
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ritmos,cultos) en nuestro seguimiento de Jesús? ¿Hay criterios que nos ayudan a discernir frente a estas prácticas? 5. ¿De qué manera sentimos y seguimos a Jesús también con nuestro cuerpo? ¿Podemos sugerir maneras de convivir que sean dadoras de vida? ¿Qué significa dar testimonio de Jesús con todos nuestros sentidos? El Reino del Dios de la vida 6. Las prácticas religiosas son ambiguas y pueden ser alienantes o hasta tóxicas. Lo mismo puede decirse de la teología. ¿Qué elementos nos ayudan a la hora de determinar si nuestro discurso y nuestras propuestas acerca del “seguimiento” y del “Reino de la Vida” son saludables y promueven la vida? 7. ¿Qué significa “vida” en las actuales condiciones en que vivimos? Y la vida “en abundancia” empezando ahora, ¿es posible todavía? ¿Cómo? 8. No podemos hablar de “vida” en general si no hablamos de las vidas concretas y particulares de las personas (por ejemplo, la problemática de las maras, de los sin tierra, de los desplazados). ¿De qué manera se manifiesta el Reino de la Vida en situaciones concretas de muerte? 9. ¿Cuáles son las dimensiones ecológicas y cósmicas de este Reino de la Vida? 10. ¿Qué vida? ¿Para quiénes y para qué? ¿Cuáles son los abusos que se cometen “en nombre de la vida”? ¿Qué pasa cuando los grupos que son castigados o disciplinados “en nombre de la vida” son grupos que la mayoría de los evangélicos latinoamericanos y caribeños no ven con buenos ojos? 11. ¿Cuál es la relación del Reino del Dios de la Vida con los actuales proyectos políticos y con los movimientos sociales? 12. ¿Cómo darnos cuenta del problema de la teodicea en nuestro continente? 13. 14.
15. 16.
17. 18. 19.
El Espíritu de la vida ¿Cómo se manifiesta la pentecostalidad en nuestro medio? ¿Cómo distinguir el obrar de la Ruaj de la Vida de los espíritus de la opresión y la muerte? En los CLADE anteriores fue central la temática de la “misión integral”. ¿Cuáles son las limitaciones intrínsecas de esta manera de describir la misión? ¿De qué maneras la autoimagen construida en torno a la “misión integral” impide formas más integrales de vivir cristianamente y cómo las potencia? ¿Frente a qué o a quiénes aporta y qué distinciones pretende señalar el concepto de “misión integral”? ¿Hay ejemplos concretos de la “misión” o del “envío” que nos puedan servir de inspiración en nuestro continente? ¿Cuáles son los principales obstáculos a la vida abundante en nuestro continente? ¿Cómo responden nuestras iglesias a esos obstáculos? ¿Cuáles son algunos pasos concretos que ya están dando nuestras iglesias en los ámbitos de resistencia a la muerte y de opciones de vida? ¿Cómo seguir por ese camino? ¿En qué consiste nuestra esperanza? ¿Nos ayuda o nos hace desviar del camino de seguimiento del Dios de la Vida? ¿Por qué hay tantos abusos de poder y tanta corrupción en las iglesias evangélicas? ¿Qué fallas estructurales hay en nuestras iglesias? ¿Cómo se relaciona esto con la educación teológica en todos los niveles? ¿Cómo incorporar la agencia pneumática de mujeres, jóvenes, pueblos originarios y afrodescendientes en nuestra manera de vivir, de ser iglesia, de hacer teología?
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Estas preguntas permitieron que los participantes se prepararan para los temas que se tratarían en el Congreso. Además de las plenarias compartidas, hubo 18 consultas donde cada participante seleccionó una según su área de trabajo e interés: 1. Buscando reconciliación social y política: Una conversación a la luz de los valores de la paz, la verdad, la justicia, el perdón y la reparación en el Reino de Dios. Se buscó analizar y articular una teología bíblica contextual de la reconciliación social y política a la luz de los valores del Reino de Dios, con el fin de crear una herramienta útil para impulsar procesos de reconciliación en las nacioneslatinoamericanas. 2. Iglesia e incidencia pública en América Latina. Se buscó generar un espacio de encuentro en el que se fomentó el diálogo, la reflexión y el intercambio en torno al papel de las iglesias en América Latina en tanto actores sociales y agentes activos en los procesos de incidencia política. 3. La iglesia local, agente de transformación. Se buscó tomar conciencia de las cualidades que las iglesias locales requieren para llevar a cabo la Misión Integral en su contexto y dar a conocer recursos disponibles para lograr el desarrollo de esas cualidades. 4. Hablemos de la niñez: Iglesia, sociedad y plenitud de vida. Se buscó analizar el contexto de la niñez y la adolescencia en América Latina y el Caribe y sus desafíos a la Misión de la Iglesia, explorando las respuestas que han surgido de las iglesias y organizaciones cristinas, con el fin de proponer juntos una agenda futura. 5. Las tres “ies”: Identidad, indigenismo e interculturalidad. Se intentó explorar la diversa realidad socio-cultural y lingüística de América Latina en relación con el Evangelio de Jesucristo, el Reino de Dios y la presencia activa del Espíritu Santo. 6. La liturgia de la vida: Espiritualidad, creatividad y crítica. Se buscó facilitar el desarrollo de una discusión generativa respecto a la liturgia como dinámica transversal multifacética de encuentro y transformación. 7. Educación teológica y los retos para encarnar la misión de Dios en América Latina y el Caribe. Se buscó reflexionar participativamente sobre el rol de la educación bíblica, teológica, pastoral y misional, en su compromiso para encarnar la Misión de Dios en el contexto latinoamericano. 8. La oportunidad pos-moderna para la educación cristiana: Una meta: conversación sobre las disciplinas situadas en valores del Reino. Se buscó aportar elementos estratégicos y fundamentos sólidos para la educación cristiana universitaria. 9. La iglesia como un sueño: Vida y teología en el camino. Se buscó dialogar sobre las diversas formas de ser iglesia desde las experiencias y reflexiones de comunidad de fe latinoamericanas vinculadas a la organización Red del Camino. En este sentido, la misma Consulta fue parte de esta vida y teología en el Camino. 10. Jóvenes, protagonistas para la transformación. Se buscó generar un espacio de encuentro en el que se fomentaron el diálogo, la reflexión y el intercambio entorno a la 53
realidad y al protagonismo de los y las jóvenes de América Latina como agentes del Reino (de Dios y su Justicia). 11. Compromiso cristiano frente a la crisis ambiental y sus víctimas en América Latina: Bases teológicas, experiencias prácticas y propuestas creativas para fortalecer el rol educativo y profético como creyentes. Se buscó ofrecer un espacio de intercambio y reflexión para generar propuestas estratégicas y concretas de acción cristiana frente a la crisis ambiental y sus impactos actuales en América Latina. 12. Nuevos desafíos en la pastoral de la familia latinoamericana: ¿Qué puede hacer la iglesia? Se buscó generar un espacio de reflexión y diálogo acerca de los nuevos desafíos en torno a la familia latinoamericana con el propósito de elaborar recomendaciones para una pastoral comprometida. 13. Espiritualidad y misión integral. Se buscó proveer un construcción donde los participantes tuvieran la oportunidad cuatro propuestas teórico prácticas en formación espiritual, experiencias en sus contextos locales y crear una red para recursos en el tema.
espacio de diálogo y de reaccionar a tres o compartir sus propias esfuerzos conjuntos y
14. Misión sin conquista: El acompañamiento como estilo misionero alternativo. Se buscó dar a conocer y reflexionar sobre una práctica misionera alternativa que surgió a raíz del cambio radical de un equipo misionero en un contexto indígena en el Chaco argentino. 15. Haciendo misión con el Dios inmigrante: Los inmigrantes en la misión global. Se buscó presentar al migrante como sujeto del proyecto divino, persona que puede ser agente de transformación. 16. Eclesexualidad: Teología pastoral hacia la sexualidad. Se buscó presentar experiencias y reflexionar desde la teología pastoral alrededor de la sexualidad humana, enfatizando el papel de las comunidades de fe como educadoras en sexualidad, como un aporte en el cumplimiento de la misión integral en los contextos latinoamericanos. 17. Pobreza y economía del Reino: Cuanto hiciste por estos mis hermanos más pobres, lo hiciste por mí. Se da por sentado que el asunto de la pobreza es una preocupación fundamental en la Biblia (Dt. 10:17-18, Is. 10:1-3, Hch. 6:1-7, Stg. 2:1-26), y que los cristianos están llamados a ello como parte integral de su ministerio, tanto como individuos como comunidad, y a participar en el análisis de sus causas desde la perspectiva de la justicia y la compasión, y en el desarrollo de estrategias e implementación de las mismas, para colaborar en la resolución efectiva del problema, bajo la perspectiva del Reino de Dios. Se buscó reflexionar y actuar en ello. 18. Herencia histórica y misión actual: La importancia de aprender de nuestro pasado y afirmar nuestra identidad. Se buscó comprender el desarrollo histórico de las diferentes herencias protestantes en América Latina, describiendo y explicando sus características teológicas, misioneras, piadosas y pastorales más notables en los diferentes contextos regionales. A su vez, se buscó señalar desde una perspectiva crítica las limitaciones de dicha herencia, así también como posibles vetas que permitirían superarlas apuntando a 54
la construcción de una historia significativa para la iglesia latinoamericana que -transformada por la Palabra y por el Espíritu-- fermente todas las áreas de la vida de los pueblos latinoamericanos como agente del Reino de Dios y su justicia. Lo anterior nos da lineamientos sobre los cuales podemos trabajar hoy día. Hemos de ver a quiénes vino Cristo a traer Su salvación; hemos de pedir la dirección del Señor en este desarrollo; hemos de confiar que Él nos guiará por el camino que Él quiere y que no contradice el texto bíblico. ¡Ánimo en esta labor por realizar!
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