Resistiendo en tiempo de pandemias: Una invitación a la ESPERANZA y a la ACCIÓN

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Encuentro Ecuménico de Reflexión Teológica

Resistiendo en tiempo de pandemias: Una invitación a la ESPERANZA y a la ACCIÓN

Grupo Ecuménico Los del Camino Arecibo, Puerto Rico 25 de abril de 2020


1 Índice Página Presentación ............................................................................................................................................... 2 Oración por la unidad de los cristianos ................................................................................................... 4 Himno Tenemos Esperanza ...................................................................................................................... 5 Primera Reflexión, Obispo Diocesano Rafael L. Morales Maldonado ................................................ 6 Segunda Reflexión, Obispa Idalia Negrón .............................................................................................. 7 Tercera Reflexión, Rvdo. Eduardo I. García Soto ................................................................................. 8 Cuarta Reflexión, Profesora Cecilia Ortiz Jiménez ............................................................................... 9 Quinta Reflexión, Rvdo. José Robles ................................................................................................... 10 Sexta Reflexión, Pastor Eduardo Figueroa Talavera .......................................................................... 12 Séptima Reflexión, Rvdo. Carlos Emilio Ham ...................................................................................... 13 Octava Reflexión, Rvda. Mary Pérez Pérez .......................................................................................... 14 Novena Reflexión, Obispo Wilfrido Ramos Orench ............................................................................. 15 Décima Reflexión, Alberto Lleras Noriega ............................................................................................. 17 Décima Primera Reflexión, Laica Diana Guzmán Herrera ................................................................. 20 Decima Segunda Reflexión Pastor Félix Ortiz Cotto ........................................................................... 21 Décima Tercera Reflexión, Rvdo. P. Alirio Araque Galvis .................................................................. 23 Décima Cuarta Reflexión, Pastor Ángel Centeno ................................................................................ 24 Décima Quinta Reflexión, Reverenda Ofelia Miriam Ortega .............................................................. 25 Décima Sexta Reflexión, Obispo Felipe Lozada .................................................................................. 26 Décima Séptima Reflexión, Laica Haydee Alicea ................................................................................ 28 Décima Octava Reflexión, Rvdo. Dr. Guillermo Márquez-Sterling ................................................... 29 Décima Novena Reflexión, Laica Mayra Méndez ............................................................................... 30 Vigésima Reflexión, Dr. Luis N. Rivera Pagan .................................................................................... 31 Vigésima Primera Reflexión, Lic. Glorianne García ........................................................................... 33 Vigésima Segunda Reflexión, Rvdo. P. Juan Carlos Restrepo ......................................................... 35 Vigésima Tercera Reflexión, Laico Javier Biaggi Caballero ............................................................. 36 Vigésima Cuarta Reflexión, Rvda. Eunice Santana Melecio ............................................................. 37 Vigésima Quinta Reflexión, P. Francisco A. Morales Pérez ............................................................. 38 Vigésima Sexta Reflexión, P. Juan José Romero Parra..................................................................... 39 Vigésima Séptima Reflexión, Rvdo. P. Iván R. Buxeda ...................................................................... 41 Vigésima Octava Reflexión, Rvdo. Jorge Daniel Zijlstra Arduin ........................................................ 42 Vigésima Novena Reflexión, Rvda. Ruth I. Santiago Rivera ............................................................ 43 Trigésima Reflexión, Rvdo. José Pio González Garavito ................................................................... 44 Trigésima Primera Reflexión, Obispo Juan Vera Méndez .................................................................. 46 Trigésima Segunda Reflexión, P. Eduardo Arce Lara......................................................................... 48 Trigésima Tercera Reflexión, Laica Saby Cardona ............................................................................ 49 Trigésima Cuarta Reflexión, Pastora Mabel Correa Rodríguez ........................................................ 50 Trigésima Quinta Reflexión, Obispo David Álvarez ............................................................................. 51 Trigésima Sexta Reflexión, Rvdo. Héctor Felipe Soto Vélez ............................................................. 52 Trigésima Séptima Reflexión, Evangelista-Edmundo Álvarez .......................................................... 55 Trigésima Octava Reflexión, Rvdo. Ángel L. Rivera Agosto .............................................................. 57 Trigésima Novena Reflexión, P. Juan Velázquez ................................................................................. 60 Cuadragésima Reflexión, Dra. Martha Quiñones Domínguez ........................................................... .61 Cuadragésima Primera Reflexión, Br. David Rutledge ........................................................................ 62 Cuadragésima Segunda Reflexión, P. Melquíades Rojas ................................................................... 63 Cuadragésima Tercera Reflexión, P. Teófilo Gaivao Mier ................................................................. 64 Cuadragésima Cuarta Reflexión, Iván Elías y Martha Quiñones (Digital) ...................................... 67 Agradecimientos ....................................................................................................................................... 68

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PRESENTACION

LOS DEL CAMINO

“Los del Camino” es un esfuerzo ecuménico en la región norte de Puerto Rico que surge de la iniciativa y hospitalidad de la Iglesia Episcopal San Pablo de Arecibo y de la necesidad sentida y compartida por quienes hoy son sus integrantes de crear nuevos senderos, construir puentes y acercarnos para conocernos mejor. Juntos podemos aportar a la unidad cristiana y de nuestra gente a través del encuentro, el análisis de la realidad, la reflexión bíblica-teológica y el servicio a nuestro pueblo. Los participantes de este proyecto lo son la Iglesia Episcopal San Pablo, la Iglesia Discípulos de Cristo en Garrochales, la Iglesia Metodista de Hatillo, la Iglesia Presbiteriana de Lares, hermanas y hermanos católicos romanos y otras personas de buena voluntad. Una de las maneras en que la generosidad y el espíritu de unidad se han manifestado entre nosotros/as ha sido en la invitación extendida por los hermanos y hermanas episcopales para hacer nuestros los encuentros de reflexión teológica. Estos promueven la unidad y ofreciendo oportunidades de intercambio y reflexión, que venían celebrando anualmente en la Universidad Interamericana de Arecibo. Con gusto aceptamos el reto y trabajábamos para celebrar el encuentro de este año el sábado 25 de abril, cuando la realidad nos obligó a tomar otro camino.

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El momento histórico que nos ha tocado vivir ha sido alterado por el coronavirus, trastocando lo planificado y obligándonos a desarrollar alternativas para mantener la comunicación, compartir pensamientos que nos animen y ayuden a continuar creciendo al alimentar nuestro entendimiento, fortalecer nuestro espíritu, impartirnos fuerzas para luchar, resistencia ante los males y sabiduría para proteger la vida personal así como la del prójimo. Tener que mantener el distanciamiento físico nos exigió cancelar el encuentro.

Procurando no desconectarnos y aprovechar al

máximo los conocimientos, le extendimos una invitación a quienes así lo vieran a bien, a compartir reflexiones alusivas a la situación que enfrentamos, para nutrir la fe y la esperanza activa. Aquí recogemos las aportaciones recibidas, las cuales hemos recopilado con el propósito de compartirlas a través de las redes, haciéndolas extensivas a la comunidad más amplia. La invitación es a resistir, conscientes de que la historia es el lugar donde Dios se manifiesta y nos acompaña, y que el presente al cual nos enfrentamos es parte de un proceso abierto que surge, crece y se alimenta de las experiencias del pasado, en un espiral continuo, llevando en su interior la expectativa del cumplimiento de las promesas que hemos recibido. Esperamos que estas reflexiones estimulen nuestras mentes a producir otras, a permanecer firmes en la fe, a compartir las Buenas Nuevas y a afrontar las dificultades identificando y atacando sus causas, sus raíces, siendo perseverantes y actuando con valor. Gracias a todas y todos los que se nos han unido en El Camino.

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5 Tenemos esperanza Obispo Federico Pagura Iglesia Metodista

Porque El entró en el mundo y en la historia; porque El quebró el silencio y la agonía; porque llenó la tierra de su gloria; porque fue luz en nuestra noche fría. Porque nació en un pesebre oscuro; porque vivió sembrando amor y vida; porque partió los corazones duros y levantó las almas abatidas. Estribillo: Por eso es que hoy tenemos esperanza; por eso es que hoy luchamos con porfía; por eso es por lo que hoy miramos con confianza, el porvenir en esta tierra mía. Porque atacó a ambiciosos mercaderes y denunció maldad e hipocresía; porque exaltó a los niños, las mujeres y rechazó a los que de orgullo ardían. Porque El cargó la cruz de nuestras penas y saboreó la hiel de nuestros males; porque aceptó sufrir nuestra condena, y así morir por todos los mortales. Estribillo Porque una aurora vio su gran victoria sobre la muerte, el miedo, las mentiras; ya nada puede detener su historia, ni de su Reino eterno la venida

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6 PRIMERA REFLEXIÓN La Esperanza es Compañera del Camino Rvdmo. Rafael Morales Maldonado Obispo Diocesano Diócesis de Puerto Rico Iglesia Episcopal “Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre." (Hebreos 13:8). Hablar de la esperanza es hablar del camino del cristiano, es hablar de fe. En tiempos tan difíciles que nos han tocado vivir, la esperanza toma vida en la imagen del Jesús compañero del camino. En la tribulación se hace presente para acompañar, sanar y hacernos hombres y mujeres de esperanza. El relato Pascual de los Caminantes de Emaús nos ayuda a poner en perspectiva el momento de dificultad que atravesamos todos hoy día. En el relato los caminantes se alejaban de Jerusalén con el corazón triste y con tal desesperanza que aún la noticia del sepulcro vacío por parte de las mujeres no les regaló esperanza. Estando en ese punto de desesperanza es precisamente que Jesús inicia el proceso de caminar con nosotros y devolvernos la fe y la esperanza. Jesús se hace parte de nuestra realidad y camina con nosotros como uno más. En su caminar con nosotros ve lo que estamos viendo y conoce el camino que hacemos. En ese punto nos escucha y hace suya nuestra fatiga. Pero lo más importante, se hace compañero del camino y nos llena de esperanza. En oración lo escuchamos y se nos calienta el corazón, sencillamente renace la esperanza y recordamos las palabras del apóstol Pablo (Hebreos 10:23): Mantengámonos firmes, sin dudar, en la esperanza de la fe que profesamos, porque Dios cumplirá la promesa que nos ha hecho. Sin duda, el camino para quienes vivimos en Puerto Rico en los últimos años ha estado lleno de tropiezos, pero una y otra vez los hombres y mujeres de fe han dado testimonio. Su fe es y ha sido combustible suficiente para continuar el camino y perseverar en la adversidad. Esta pandemia que nos sacudió la “normalidad” y nos hace replantearnos el futuro no puede paralizarnos como personas en nuestros múltiples roles. Un mañana diferente y pleno nos aguarda en manos de Jesús, ciertamente distinto a otros momentos, pero igual de acompañados por Jesús. Hermanos y hermanas, necesitamos contar nuestra experiencia con el Jesús que nos alimenta la esperanza. Los rasguños del camino y la piedra en el zapato pueden ser muy conocidos por algunos, pero muy nuevos para otros. Seamos compañeros del camino y recordemos a quien comienza a sentir fatiga que el alimento es Jesús y llegará el reposo. Recordemos que en el camino Jesús nos prepara el corazón y como buen maestro nos regala la Palabra para que esta nos transforme. Transformados nos llenamos de su luz y por ende de esperanza. Celebramos su compañía, su calor, su abrazo, su palabra, pero sobre todo su amor. Al final, al igual que los caminantes de Emaús, dejaremos de ser caminantes y seremos testigos de la esperanza de una nueva normalidad, Jesús siempre con nosotros en todo tiempo y lugar. Amén. Grupo Ecuménico Los Del Camino Arecibo, Puerto Rico 25 de abril de 2020


7 SEGUNDA REFLEXIÓN

Rvdma. Idalia Negrón, Obispa Luterana de Puerto Rico Mi esperanza siempre está puesta en Cristo. Cuando leo los evangelios y la actitud de Jesús ante los problemas que tienen los que Él encontraba en el camino, las soluciones eran sencillas. Ante la falta de comida, con dos panes y peces, se alimentaron los 5,000 sin contar las mujeres y los niños; se conmovió al ver la viuda al llevar a enterrar a su hijo y allí lo levanta de los muertos; limpió a los leprosos algo que en su tiempo era contra la ley de limpieza. Le da agua de vida a la Samaritana para que entendiera el valor de su vida sin la necesidad de sentirse menos y proclamar a Jesús como el prometido de Dios. En el patio del templo derribó las mesas de los mercaderes que se aprovechaban de los pobres. En este tiempo de aislamiento social para evitar el contagio, tenemos que profundizar en la Palabra de promesa del Antiguo Testamento y lo que nos toca hacer como nos pide nuestro Salvador Jesús. Aceptó la muerte cruel y se levantó de los muertos para que se confirme en su Palabra y a esas palabras las acompañemos de acción. El resucitado nos envía a seguirlo. En Él tenemos vida y vida en abundancia. Que la Paz y la fortaleza que da la fe siempre está puesta en la Cruz-de-Cristo.

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8 TERCERA REFLEXIÓN

Insistir + Resistir = Victoria Rvdo. Eduardo I. García Soto Iglesia Metodista de Puerto Rico Estas tres palabras que forman el título de esta reflexión son de profundo significado y que pueden llevar al que las practica a grandes logros. Insistir es repetir una o varias veces algo que se dice o se hace para conseguir algo que se desea; es hacer hincapié en algo que se quiere alcanzar. Resistir es recibir una cosa, algo que ejerce fuerza o presión sobre ella, sin moverse, ni sufrir daño o alteración. Resistir es sufrir un padecimiento físico, sin dejarse vencer por él sin quejarse. La victoria es el hecho de superar, alcanzar a obtener una meta. Una victoria provoca superación y alegría. Puerto Rico y el mundo enfrenta una pandemia con el coronavirus que ha provocado dolor, incertidumbre, crisis y muerte.

Ante esta realidad, la Iglesia Metodista de PR ha tomado como consigna el insistir + resistir nos llevará a la victoria. Desde la fe afirmamos que hay que insistir en la oración, en la lectura bíblica, en el culto privado, en el culto doméstico y en el culto público a través de las herramientas tecnológicas. Es la hora de insistir en la fe para ser iluminados y fortalecidos por el Espíritu Santo para seguir adelante. Es momento de resistir el aislamiento social, la escasez económica, las tentaciones, para a través del impulso de la providencia poder afirmar que el dolor de hoy es el testimonio de mañana. El insistir y resistir es la ecuación que nos lleva a la victoria.

Estamos insistiendo en la fe porque, aunque nuestros templos están cerrados la Iglesia está abierta porque la Iglesia somos tú y yo. Resistimos en el nombre del Señor este virus y venceremos. Y en esta fe oímos la voz del Dios Trino que nos dice: “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.” Josué 1:9. Iglesia, PR, mundo con valor y sin temor que la mejor noticia es que Dios está con nosotros/as. ¡La paz!

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9 CUARTA REFLEXIÓN ¡DESDE EL CAMINO!

Prof. Cecilia Ortiz Jiménez Puerto Rico El distanciamiento (impuesto o ganado) no debe ser visto como tal; es la oportunidad de reencontrarnos con nuestro propio ser. De iniciar una sincera y fructífera comunicación interna. Es la oportunidad de hacer un inventario de nuestras fortalezas y nuestras debilidades y de decomisar lo que no es útil.

La llamada distancia social es la oportunidad de reinventarnos, de ver al vecino/a más cercano/a, a esos que cohabitan nuestra casa y de conocerlos, apreciarlos y cuidarlos. Ya es tiempo de abandonar el individualismo y ser solidarios con los enfermos, con los vulnerables y los de la orilla. Tiempo de evitar el empresarismo burdo y mezquino y ser solidarios con los empleados/as que arriesgan sus vidas.

Dejemos a un lado nuestras incapacidades, aprendamos a ver, a oír, y caminemos extendiendo las manos hacia la energía firme y amorosa de Dios. Esta es nuestra oportunidad de ser mejores.

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10 QUINTA REFLEXIÓN ¡Cuarentena y distanciamiento social, efectos del coronavirus!

Rvdo. José E. Robles Iglesia Presbiteriana Lares, Puerto Rico La casa de mi infancia, en Morovis, entre muchos recuerdos buenos y una que otra tristeza pasajera, evoca madera, zinc, la quebrada Los Muertos al sur y la vieja Represa al oeste. Los elementos, madera, zinc, quebrada y represa multiplicaban el frío de invierno, desde las 9 de la noche hasta las 9 de la mañana, cada día. Miraba las casas del vecindario (La Marina), y todas, menos la de Doña Flor, mi madre, permanecían con sus ventanas de madera cerradas hasta que calentaba el día. Ella, Mami, compensando, con su sabiduría y su intuición natural, su escasa escolaridad, a lo sumo sexto grado, cuando las vecinas le preguntaban por qué abría las ventanas tan temprano, a pesar del frío, ella contestaba con una de dos frases: ‘’para que el sol caliente la casa’’, o ‘’para que entre la gracia de Dios’’. En esta época, en que la pandemia del coronavirus ha creado la solución mágica del distanciamiento social (frase antagónica y contradictoria, si la vemos con los lentes de la sociología), podemos encontrar algún sentido al sinsentido mencionado: podemos estar aislados, más distantes físicamente de l@s demás y, a la vez, abrir las ventanas de madera y los ojos espirituales para permitir que entre la gracia de Dios a las viviendas y los corazones. En la Biblia tenemos un ejemplo de distanciamiento social y espiritual, siglos antes de acuñarse las palabras virus, pandemia o distancia social. Se trata del evento de la transfiguración, relatado en Mateo17:1-8; Mc 9: 2-8 y Lc 9: 28-36. El primero de los relatos, el de Marcos, cuenta que “seis días después’’ (de algún evento) Jesús fue con tres de sus discípulos, Pedro, Santiago y Juan, a un monte alto. Allí se transfiguró delante de ellos y aparecieron de pronto, conversando con él, Moisés y Elías (Mc 9:2-3). Para una reflexión futura, pensemos la relación entre seis días y seis personas. Como siempre, Pedro, irreflexivo y valiente, hizo una propuesta: hacer tres tiendas o enramadas, una para Jesús, una para Moisés y otra para Elías, como haríamos muchos cristianos al pretender, luego de un retiro o una hermosa experiencia de adoración, quedarnos en el monte alto de la contemplación, enajenados y distantes de los y las que consideramos menos espirituales, ignorando la Gran Comisión de ir al mundo a predicar el Evangelio y sanar a los enfermos del cuerpo y del espíritu (Mc 16:15).

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11 Ya estamos viendo efectos positivos de la cuarentena a nivel mundial: tenemos más tiempo para la familia, la oración, el altar familiar, escuchar música cristiana y comunitaria, preparar el huerto casero que tanto tiempo anhelamos, leer los libros que se llenaron de polvo en los tablilleros (qué mucha buena literatura vamos descubriendo en nuestra propia casa) revivir las pocas o muchas habilidades que dormían el sueño de los injustos que nos las dejaban nacer, como restaurar muebles o juguetes viejos que parecían condenados a la polilla o el zafacón… (añade tus propios proyectos y sueños). A la vez, hay frutos económicos visibles, para establecer un balance contra los ingresos reducidos: ahorro de gasolina, peajes, almuerzos o comidas fuera del hogar, propiciando comida más saludable y un despertar de las habilidades culinarias adormecidas. Al nivel ambiental, podemos ver más estrellas en la noche y menos contaminación ambiental por el día, así como el desplome del precio del barril del petróleo en los EUA, lo que nos alegraría si fuera un cambio permanente y provocara el desplome del precio de la gasolina y la energía eléctrica. Como dije en un pensamiento que me llegó al amanecer hace como dos semanas: “El coronavirus dice: distanciamiento social, pero Jesús nos invita al abrazo solidario, en unidad espiritual”. Y el evangelio nos recuerda, en un mensaje de paz y esperanza: “Les dejo la paz, mi paz les doy; no se la doy como la da el mundo. No se turbe su corazón ni se acobarde” (Juan 14: 27, B. Jer). No seamos cobardes ante pandemias, Coronavirus o cuarentenas. Amén y amén.

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12 SEXTA REFLEXIÓN

Pastor Eduardo Figueroa Talavera Iglesia de Dios Pentecostal Parcelas Nuevas Sabana Hoyos Arecibo, Puerto Rico

Amor, gratitud y servicio; tres elementos fundamentales en la vida de todo cristiano, genuino, verdadero y fiel al Señor. Nuestro Señor Jesucristo nos concede este tiempo de reflexión, autoevaluación y consagración para que hagamos un alto en nuestro caminar diario para valorar, recapacitar, priorizar, aquello que realmente tiene prioridad. Aprovechemos el mismo para evangelizar, estar más cerca de la gente a las que servimos, respetando el distanciamiento social o físico y utilizando todos los medios digitales y electrónicos posibles para hacer lo que hay que hacer, conforme a la voluntad del Padre y a través de Su Hijo-Jesucristo! ¡Con amor; así nos ayude Dios!

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13 SÉPTIMA REFLEXIÓN

Rvdo. Carlos Emilio Ham Rector Seminario Evangélico de Teología Provincia de Matanzas-Cuba

Queridos/as Hermanos/as en nuestro común Señor Jesucristo. ocasión para enviar unas palabras de saludo.

Aprovechamos la

Esta gran crisis producida por el nuevo coronavirus, que ha ocasionado decenas de miles de muertes y paralizado al mundo en cuestión de semanas, nos muestra cuán vulnerables somos y revela quien es quien, en lo personal y en lo sistemático. Hay gobiernos que se empeñan en mantener y aun apretar cada vez más las sanciones, mientras que hay otros que envían médicos a otros países, aun siendo víctimas de estas. Hay sistemas políticos que se preocupan más por la salud de la economía que por la vida y el bienestar de las personas. El libro de Apocalipsis nos habla de la necesidad de refundar la “nueva Jerusalén” en que veamos un cielo nuevo y una tierra nueva (21:1) y nos urge a “hacer nuevas todas las cosas” (21:5) en que reine “la justicia, la paz y la integridad de la creación” en que tengamos mejores estadistas y menos estadísticas. ¡Esta es la oportunidad que se logra a través de la unidad, de la convicción y del esfuerzo de ser colaboradores con el Dios triuno, para lograr “la vida abundante” (Juan 10:10) que nos viene a traer el Señor Jesucristo a toda creación!

Su hermano cubano, Carlos Emilio Ham

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14 OCTAVA REFLEXIÓN ¡En la agenda de Dios hay esperanza para ti! Rvda. Mary Pérez Pérez Iglesia Metodista El Olivo Puerto Rico Lucas 24:13-21 El evangelio de Lucas nos relata la historia de dos hombres discípulos de Jesús quienes luego de su muerte en la cruz deciden alejarse de Jerusalén. Mientras caminaban juntos, compartían sus tristezas, sus desesperanzas ante la muerte de Jesús. Aparentemente ante los ojos de estos dos hombres, un desconocido se les une en el camino. En un camino lleno de desesperanza, este extraño entabla una conversación con ellos en donde les explicó las Escrituras mientras caminaban. Y aunque el corazón de estos sentía algo especial ante la compañía de este que se les acerca y camina con ellos, no pudieron reconocerle, no entendieron que aquel con quien se sentían tan a gusto hablando era Jesús. Al final de la travesía, le pidieron que se quedara a cenar con ellos. Al extranjero tomar el pan, bendecirlo, partirlo y compartirlo con ellos, sus ojos fueron abiertos y le reconocieron como el Cristo resucitado. En el camino de la desesperanza de estos dos hombres, Jesús los alcanza y a camina a su ritmo, valorando quienes son, su fragilidad humana y lo que están viviendo en esos momentos. Jesús camino a su ritmo, para que ellos pudieran recibir revelación. En el camino de tus desesperanzas no importando al ritmo que vayas, Jesús te alcanza y camina contigo valorando quién eres y cómo te sientes. En especial en el camino de la pandemia que nos ha tocado vivir. Jesús se hace presente en tus caminos, aun en los de desesperanzas y tristezas. Jesús se hace presente en tus caminos aun cuando estas llenos de dudas, aun cuando pudieras pensar que Él no se acuerda de ti. Jesús te alcanza aun en tus caminos de frustración y de cansancio. Aun cuando sientes que vas solo/a y nadie camina contigo, Él se hace presente. El escritor del Salmo 146: 5 expresó: Bienaventurado aquel cuyo ayudador es el Dios de Jacob, cuya esperanza está en Jehová su Dios. No desmayes, resiste e insiste y continúa hacia adelante en este camino de la pandemia que nos ha tocado vivir. Porque hay una Buena Noticia, El Eterno Caminante te alcanza y camina contigo. En la agenda de Dios hay esperanza para ti.

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15 NOVENA REFLEXIÓN “MI ESPERANZA” Wilfrido Ramos Orench Obispo Jubilado Iglesia Episcopal Diócesis de Puerto Rico “Y los justos le responderán: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te alimentamos, sediento y te dimos de beber, emigrante y te recibimos, desnudo y te vestimos. ¿Cuándo te vimos enfermo o encarcelado y fuimos a visitarte? El Rey les contestará: Les aseguro que lo que han hecho a uno de estos mis hermanos y hermanas menores, a mí lo hicieron”. (San Mateo 25:34 – 39) Este revelador pasaje del Evangelio según San Mateo pone en perspectiva el crucial momento que estamos viviendo no solo en nuestro amado Puerto Rico, pero también en todo el orbe internacional. Es como si de momento ante nosotros estuviese el Juicio Final tan bien resaltado por el Evangelista que nos exige rendir cuentas. La devastadora Pandemia del Corona Virus nos ha puesto en esta disyuntiva forzándonos a reconocer, nuestra vulnerabilidad humana. Este virus no reconoce límites de clase alguna: religiosa, nacional, económica, social, cultural, racial, edad, tamaño, genero, orientación política o preferencia sexual. El denominador común es la frágil humanidad que nos une y que a la misma vez compartimos. Bien sabemos que las tragedias y crisis en la vida suelen convertirse en nuevas oportunidades y valiosos momentos de aprendizaje. Por lo tanto, es oportuno una reflexión a fondo del citado pasaje de San Mateo. Ante el irreparable sufrimiento humano que confrontamos a nivel mundial en el cual todos, sin excepción de persona, estamos expuestos a la enfermedad y a la muerte, no existe mejor alternativa que abrirnos al amor y la bondad, a la generosidad y hospitalidad, a la humildad y solidaridad humana, a la creatividad e inventividad; a la resiliencia humana fundamentada en la fe y la esperanza. Tal vez parezca paradójico o contradictorio, pero considero este momento de tragedia a la misma vez ser uno de gracia que nos ofrece el Creador para realizar a plenitud todo el potencial humano inherente en nosotros. Recientes noticias me partían el corazón al ver como Cruceros navegaban a la deriva poblados de cientos de personas – pasajeros y tripulantes - contagiados por el Covid-19. Tristemente los puertos donde llegaban le cerraban las puertas repitiéndose la conocida escena bíblica de “No haber posada en el mesón…” Solo nos podemos imaginar la angustia y zozobra en sus corazones y en los de sus seres queridos que, muy bien, podría ser cualquiera de nosotros. Grupo Ecuménico Los Del Camino Arecibo, Puerto Rico 25 de abril de 2020


16 A mi mente viene la escena del joven Francisco de Asís descendiendo de su cabalgadura para, al igual que el buen samaritano, atender al prójimo caído, un enfermo de lepra. En este pudo reconocer el rostro mismo de Jesús iniciándose así su vida en el camino del servicio al prójimo y la santidad. Tal también fue el caso de Madre Teresa de Calcuta en su obra pastoral y social con los más pobres y sufridos de la sociedad. De igual forma hoy los miles de personas que constituyen el personal médico hospitalario que a diario arriesgan sus vidas y las de sus seres más queridos para cuidar de aquellos los más vulnerables, y a la misma vez protegernos a nosotros de esta Pandemia. Es esencial que el amor, la entrega y la compasión humana sean el compás o brújula que nos guie e inspire en estos críticos tiempos. Todo esto se traduce al misterio de la presencia dentro de la distancia; a la unidad y solidaridad con los que sufren y los que cuidan de ellos; a la conexión espiritual y emocional a pesar del distanciamiento físico y social. Lo más fácil tal vez es aislarnos y desconectarnos para protegernos. Lo más retante es el estar presente, aunque sea en la distancia para redescubrir el misterio de la Encarnación y Resurrección de nuestro Señor Jesús. Recordemos sus reveladoras palabras: “En cuanto lo hiciste a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mi lo hiciste…” Todo esto nos ha de llevar a reafirmar el significado del discipulado y apostolado en tiempos de crisis; es decir, ser fiel creyente y a la misma vez auténtico

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DÉCIMA REFLEXIÓN LA ESPERANZA ACTIVA NO SE MENDIGA Alberto Lleras Noriega H Laico-Católico Romano Colombia El hombre viene al mundo a hacer vida y en abundancia, viene a aprender a ser feliz y tiene al frente toda la creación para humanizarse o divinizarse a través del compartir o más exactamente a través de un encuentro de alteridad, es decir con el otro. Cuando soy el yo del otro y el otro es mi yo es cuando podemos encontrarnos y ponernos en los zapatos del otro. Esa puede ser la gran esperanza de la vida humana, la posibilidad de crear entornos dignos de paz, de formación en el espíritu, hacer comunidad construyéndonos desde la filosofía del desapego para ganar en hacerse transparente de lo divino que existe en lo humano y mostrar lo humano que se hace visible en lo divino. Esa es la perspectiva en el evangelio de San Juan, es como un péndulo que va de un lado otro. Va al hombre y al volver toca lo divino. Este balanceo es lo que deberíamos hacer vida. Pero en verdad los humanos hacemos cambios y propuestas en las discusiones de cafetería y no por convencimiento en la vida misma. Hemos estado en crisis y miramos al cielo y al volver a la realidad seguimos alejados alimentando creencias que no dan un giro en nuestras vidas. Y lo que hay es una feria de “salvación” con poco sentido ecuménico. Esta crisis humanitaria provocada por un pequeñín y diminuto virus ha puesto en jaque a toda la humanidad, la tiene contra las cuerdas y ni toda la prepotencia humana ni todo el dinero, ni los que se jactan de dirigir el mundo han podido derrotarlo. Da la impresión de que los gobiernos están manipulando el “salvar vidas”, pero lo que vemos es una silenciosa catástrofe que está por venir donde se muestra la impotencia de quienes nos creíamos dueños de esta nave llamada Tierra. Si nos preguntáramos ¿Cómo hemos administrado la creación?, ¿La relación con el otro? De seguro que de diez, nueve darían una negativa acción humana ante esa responsabilidad planetaria. Al analizar al tiempo la resurrección de Jesús tendríamos mucho que decir. Es así como el mundo católico denomina felices pascuas a la observación de un show que a la comprensión de semejante acontecer en la vida. Pascua del hebreo pesaj es paso, salto. Es el pasar de Jesús resucitado por nuestras vidas para cambiarlas y convertirnos en humanos felices desde el espíritu. Siempre en el encuentro con los otros, o sea, el prójimo. Pero decir “Felices Pascuas” en tiempo de la peor pandemia que jamás haya vivido la humanidad y donde queda mostrado las grandes falencias humanas, pero sobre todo dos ideas que valen la pena reflexionar. La primera cuestión es que, si somos analíticos de los sistemas de salud, de educación, de los países que padecen esta crisis nos damos cuenta al hacer una mirada por el Grupo Ecuménico Los Del Camino Arecibo, Puerto Rico 25 de abril de 2020


18 retrovisor que en verdad hacemos culto a la muerte, al dolor y el sufrimiento más que dar el paso o el salto. ¿Por qué da la impresión de que la religiosidad de nuestros pueblos latinoamericanos rinde más culto a la cruz, al dolor y la tristeza que al sentido pascual? ¿Será por eso tenemos mucho miedo a morir? Hemos dejado que nuestras culturas veneren la muerte y de distintas maneras. Manifestándose en la colectividad cristiana un olvido profundo en este proceso de resucitar. En estos tiempos de pandemia, nos sorprendemos de los muertos porque salen a cantidades diariamente, pero resulta que todo el año existen otros tipos de pandemias que empobrecen a los pueblos como es la corrupción y la hambruna. Los grandes politiqueros han convertido el sistema de salud en un negocio dejando de ser un servicio y muchos de ellos han diseñado el sistema para enriquecer sus egoístas arcas y ahora que estamos padeciendo, ellos “donan” cuando lo que deberían es devolver el robo despiadado al sistema. Al presentarse esta emergencia me pregunto ¿Qué hicieron las inversiones? Pueblos sometidos con una religiosidad adormecida, asisten al culto de la cruz, que ya no debe ser símbolo. Porque mientras la iglesia católica maneja que en la cruz está la muerte y resurrección, en la mentalidad del creyente existe sola la primera parte, muerte en todo, en lo educativo, cultural social y una tibia respuesta espiritual al verdadero cambio o el resurgir a una nueva vida. Podemos medir esto solo mirando la cultura corrupta que campea por nuestras instituciones con personajes graduados incluso en instituciones católicas. Creo que nada de resucitado existe porque en la vida está el sufrimiento vivo y lo que le gusta a nuestros pueblos en transpirar dolor, no esperanza. Somos ciudadanos de la muerte y creyentes de un sepulcro vacío en el que seguimos buscando a quien ya no está allí. Por eso no transformamos nuestras vidas, ¿Dónde está la alegría de la resurrección? Simplemente hemos decidido estar en la oscuridad. Da la impresión de que las “felices pascuas” se manifiestan en la alegría del Domingo de Resurrección y acaba el primer lunes de pascua. En el inconsciente colectivo del cristiano tenemos una cruz que no evoluciona. Si una imagen habla más que mil palabras este sería un ejemplo perfecto para hacer un llamado a que por lo menos la imagen del resucitado sea fresca, deslumbrante, llena de luz que invite y remueva otro estilo de colectividad. ¿Será que esta mortandad de seres humanos que hay por todo el mundo invitan a resurgir? Con mucho pesar el pensamiento que me asalta es el de ver países como los nórdicos, Alemania, Dinamarca, que siendo laicos en su estructura han decidido una opción ética de vida, han manejado mejor la crisis de esta pandemia. Además, el sistema de salud está manejado por los gobiernos. Y al otro lado vemos países denominados católicos o dizque entregados al creador que convirtieron la salud en un negocio como Colombia e hicieron del sistema de salud un ente privado y ante la pandemia han fracasado en su manejo, vemos a Estados Unidos, México, Brasil. En resumen, la crisis humanitaria actual nos ha quitado la máscara quedando al desnudo esa prepotencia, pedantería, hipocresía, arrogancia, individualismo, egoísmo y poder destructor de su ecosistema. Y no aprendemos porque a través de la historia tenemos Grupo Ecuménico Los Del Camino Arecibo, Puerto Rico 25 de abril de 2020


19 ejemplos de los no que hemos aprendido como lo fue el hundimiento del Titánic o la pandemia de 1918 que se llamó la gripe española. Esto nos da a pensar que el afán de los gobiernos es seguir preocupados por una economía de mercado interesada en los números, no en las personas y la reconstrucción de un nuevo mundo es un eterno aplazamiento. Los líderes están desaparecidos y la actitud que vemos es que estamos esperando de otros lo que nosotros deberíamos de asumir. La propuesta que quisiera plantear es que el camino espiritual es el camino, pero debería descartarse para no caer en dogmatismos y a cambio suscitar maneras de ser teniendo como centro de vida la persona de Jesús. Es el encuentro personal con Jesús RESUCITADO permanentemente lo que promoverá el cambio. ¿Cómo salir de este laberinto? Imaginando que nos mandaron a guardarnos para salvar vidas se me ocurre pensar en el pasaje de la resurrección de Lázaro que relata San Juan 11:1-45. Para no alargar el tema y ser práctico me gustaría señalar algunas pautas de este relato: la muerte, el olor putrefacto, la piedra pesada, la resurrección de Lázaro y el mensaje a rescatar. Ese tema de Jesús hay que decir que Lázaro “está dormido” me parece bien importante. Es lo que sucede con nosotros estamos “dormidos” no creemos, no cambiamos, estamos en un letargo en vida. Y durante esta pandemia por lo menos a muchos hogares les hizo ver lo “dormidos” que han estado en referencia a sus hijos, pareja, familia, e incluso consigo mismos. Estamos muertos en vida en la que hemos puesto una “piedra” difícil de remover que aprisiona nuestras esperanzas. Seguimos con la vanidad, el engaño, la hipocresía, e hablar mal del prójimo olvidando que nuestra tarea es “remover” esos obstáculos para salir de nuestros sepulcros malolientes. Esto es la decisión de hoy. ¿Qué mundo nuevo decidirás vivir y crear para ti y tu entorno? Al contrario de criticar, promueve. Rodemos la loza, piedra a ver qué pasa. Luego, Jesús da una orden imperativa ¡¡¡Lázaro, sal de ahí!!! Ven afuera . Esa es nuestra esperanza activa, SALIR que es dejar las comodidades y la pereza ante el cambio. Esta esperanza es activa porque debemos esperar en Jesús, pero ofreciendo algo de nosotros, no estar de brazos cruzados esperando que nos lleguen o arrastren los demás. De ahí concluyo que jamás la esperanza que necesito para mejorar mi vida tiene costo para mí, ella no se mendiga como esperando aprobación de los demás. La esperanza es una espera siempre en movimiento en la que el actor principal soy yo dirigido por Jesús resucitado que alegra mi vida porque soy otra persona. Que este período de pandemia sea lo que seamos mente estresada, espíritu desolado, muerte, bullicio o tropezones permanentes con el otro nos haga recordar entonces que eso es lo que hay en tu corazón. El llamado es desatarte esas vendas andar por caminos nuevos acompañado de un Jesús que hace el milagro más grande en ti como es: VIVIR CON ENFOQUES NUEVOS, QUE LA PAZ AHORA ES TU LUZ Y QUE AHORA HABLAS NO GRITAS, PERO SOBRE TODO EN TI PODEMOS VISUALIZAR A CRISTO RESUCITADO.

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20 DÉCIMA PRIMERA REFLEXIÓN

Diana Guzmán Herrera Laico Iglesia Episcopal San Matías Apóstol Lares, Puerto Rico

Cuando hay amor en lo que hacemos, la gente a nuestro alrededor lo percibe y se beneficia de eso. Con esta pandemia, recuerdo un libro que leí “El Hombre en busca de sentido” escrito por Viktor Frankl, psiquiatra y filósofo. Sobrevivió dolorosas experiencias en campos de concentración nazi con su esposa y padres. Expuso como en las más extremas condiciones el ser humano puede encontrar razones para vivir y trascender. Escribió “no importa lo que esperamos de la vida, sino qué espera la vida de nosotros”. Cada día lo utilizo para reflexionar cuál es mi razón para vivir y la actitud que asumiré ante la vida guiada por el Espíritu Santo y tomada de la mano de Dios.

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21 DÉCIMA SEGUNDA REFLEXIÓN Los Virus Detrás Del Virus Comentario Sobre el COVID-19 Desde Una Perspectiva Latinoamericana y Caribeña Pastor Félix Ortiz Cotto Iglesia Discípulos de Cristo Barrio Garrochales Arecibo, Puerto Rico Aprovecho esta oportunidad para agradecerle al grupo ecuménico “Los del Camino” la posibilidad de estos espacios de encuentros teológicos de diversas confesiones cristianas y religiosas, para afirmar la búsqueda de la unidad entre cristianos y gentes de buena voluntad. Hemos aprendido mucho de ustedes, y deseamos desde la jubilación ministerial continuar disfrutando de estos acercamientos. Mi interés es hablar del COVID-19 desde la perspectiva de América Latina y el Caribe por dos razones. Primero, nuestra deuda de amor personal y familiar con la región caribeña y latinoamericana - estuvimos ligados a esta región por 29 años sirviendo con los Ministerios Globales de los Discípulos de Cristo de EEUU y Canadá y la Iglesia Unida de Cristo de EEUU. Segundo, porque creemos en la integración de nuestra nación borinqueña al Caribe y a Latinoamérica. Siempre nos han separado los que dominan, y nos han hecho mirar a sus centros de poder, primero bajo España, y luego bajo EEUU. Los imperios solo sirven a sus élites, y la salida de cualquier crisis se hace desde la solidaridad de los pobres de la tierra. A fines del siglo 19 Ramón Emeterio Betances anhelaba la integración antillana, y Eugenio M. De Hostos afirmaba la unidad de las Antillas y de América Latina. Deseo comentar un artículo aparecido hoy, 26 de mayo, en la página Facebook de ALC (Agencia Ecuménica De Comunicación - América Latina y el Caribe) de la autoría de Marcelo Leites, Secretario Ejecutivo de FUMEC ALC. El título del artículo es: De “nueva normalidad” a otro mundo posible. Marcelo Leites desea: “dar algunas pinceladas a la silueta de una América Latina en tensión y resistencia, atravesada por el COVID-19 pero más allá de este, a fin de tener una imagen más lúcida.” Esa tensión y resistencia se ven en: “(1) políticas de muerte de algunos gobiernos, (2) las economías locales destruidas, con alto nivel de informalidad y desempleo, (3) aumento inevitable de la pobreza y las desigualdades, (4) la delicada situación de los Derechos Humanos, y el riesgo de sus defensores y defensoras.”(Citas del segundo párrafo).

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22 Pasa a hablar del contexto regional: América Latina es la región más desigual del mundo - afecta mucho más a las mujeres, a los afrodescendientes, y a los pueblos indígenas. 1. La brecha entre ricos y pobres es mayor que en África subsahariana. 2. A fines de la década del 2020 la pobreza alcanzará el 34.7% de la población y la pobreza extrema aumentará a 83.4 millones de personas. 3. La exclusión e indiscriminación hacia las mujeres, poblaciones afrodescendientes, migrantes forzados, pueblos indígenas y personas LGBTQI va en aumento. 4. Democracias más debilitadas y dependientes. 5. Inestabilidad política de la región. Los cambios geopolíticos de gobiernos de derecha han llevado a la destrucción de modelos de cooperación regional. También mantienen una belicosidad y amenaza latente a los países de signo político contrario. 6. Presencia e injerencia muy activa de EEUU en la región más biodiversidad, con más recursos naturales, fuentes de energía y alimentos del mundo. 7. El rol de los medios de comunicación solidifica la lucha de poder de los intereses corporativos y políticos. 8. La meritocracia. 9. Los fundamentalismos religiosos afirmando la teología de la prosperidad y en favor de todo grupo conservador que reivindique la lucha anti-derechos. 10. El discurso: ·” nosotros lo provocamos”, “todos somos responsables”, utilizado en la crisis climática, se ha acentuado con esta situación del virus. Esconde este discurso las desigualdades históricas y el rol del sistema económico. La forma como el virus nos afecta no es la misma para todos. No es lo mismo que alguien pierda su empleo, o que el hambre aumente. Mientras las grandes empresas siguen recibiendo subsidios. Lo mismo pasa con la deuda usurera. Finalmente, el autor propone afirmar el rol profético, y que podamos hacer visible a este “enemigo invisible”. Yo llamaría a esas situaciones descritas por el autor, los virus detrás del virus. Y examinándolas una a una, vemos que nuestro archipiélago borincano está inmerso en los mismos desafíos que nuestros vecinos. Que el Señor Jesucristo, el del camino, nos permita ver todos los virus, y afirmar la esperanza cristiana de un tiempo de paz como fruto de la justicia, que comenzó aquí en las Tierra con el Nazareno, y que es nuestra responsabilidad luchar por esa visión de un mundo más fraterno y justo. ¡Así nos ayude Dios!

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23 DÉCIMA TERCERA REFLEXIÓN ¡Ideas de reflexión en tiempo del Corona virus! Rvdo. P. Alirio Araque Galvis Iglesia Episcopal de Puerto Rico El coronavirus nos revela lo frágil que somos y nos confronta a la soberbia y supremacía de quienes gobiernan este mundo. Es una gran invitación a la conversión, pues, no es posible seguir así de: consumismos voraces, indiferentes, mediocres, entre otros. Es un momento de valorar la necesidad del descanso, de ver lo esencial, de ser solidarios, honestos y justos, de orientar a nuestros jóvenes a profesiones que son las esenciales como ser enfermero, recolector de basura, entre otros, de las que las tenían marginadas. Redescubrir el voluntariado Momento de conciencia que o remamos todos o naufragamos. Se despierta la dinámica de todos ponemos. Es tiempo de redescubrir el Dios proclamado por Cristo de ser Padre y madre en experiencia familiar y descartar toda mal formación del Dios tirano castigador y encontrar la oración como algo mágico en donde pensamos que manipulamos a Dios a nuestro querer para que actúe, sino de ir sintonizarnos a su plan y descubrir en estas desgracias que Dios nos está diciendo y actúe su Espíritu santo. No podemos arrinconar del miedo, hay que salir, con precauciones y confiados en su palabra: “No tengan miedo” de valorar nuestras raíces que son las personas mayores, ella son la memoria histórica.

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24 DÉCIMA CUARTA REFLEXIÓN

Pastor Ángel Centeno Ríos Iglesia Pentecostal Puerto Rico

Saludos, confío en Dios que estés bien en este tiempo de un retiro recomendado para nuestra protección. Sé que no se te ha hecho fácil, porque a mí tampoco. Nuestro estilo de vida cambió totalmente. Sin embargo, podemos darle gracias a Dios porque sigue presente. Dios está tan cerca como tu oración o tu pensamiento pueda llegar a comunicarse con Él. Pronto volveremos a la vida normal mientras digamos como el Salmista:

Salmo 39.7:

Entonces, Señor, ¿Dónde pongo mi esperanza? Mi única esperanza está en ti.

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25 DÉCIMA QUINTA REFLEXIÓN

Reverenda Ofelia Miriam Ortega Provincia de Matanzas-Cuba En esta Semana Santa hemos experimentado la experiencia del Jesús de Nazaret del Camino. No ha habido culto en las iglesias, pero Jesús ha andado en los barrios, en los hospitales, en los lugares de dificultad con un pan en una mano y un “nasobuco” en la otra, sirviendo y protegiendo a los más necesitados. Lo hemos visto en los jóvenes que dedican a cuidar a los ancianos, en las mujeres que visitan los hogares repartiendo los alimentos que los hogares de las personas más vulnerables necesitan. En las mujeres y hombres médicos y especialistas lejos de sus familias dedicados a cuidar a los contagiados del virus. En los científicos buscando la vacuna y los medicamentos que confrontan el virus. El bloqueo nos afecta económicamente pero no puede afectar la solidaridad, los esfuerzos comunes y la esperanza de que venceremos no solamente el virus sino también todas las amenazas que pretenden terminar con un pueblo amable y sacrificado que comparte enfermeras y especialista con los 21 países que han pedido ayuda inmediata para sus miles de contagiados y enfermos. Jesús de Nazaret también viaja con ellas y ellos para cuidarlos y acompañarlos en esta tarea que en una canción cubana los ha calificado “ángeles blancos”, sí, porque en medio de la situación presente continuamos creando canciones y bailes que practicamos en el aislamiento de los hogares. Cuba también canta y baila para combatir el virus, siempre lo hemos hecho así. La música y el canto desde los balcones a las nueve de la noche son parte del alimento espiritual que necesitamos.

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26 DÉCIMA SEXTA REFLEXIÓN ¡NUESTRO RECUERDO ES ESPERANZA!

Rev. Felipe Lozada-Montañez Obispo Emeritus Jubilado Iglesias Evangélicas Luteranas Ciudadano Puertorriqueño Saludos y bendiciones. Nuestro recuerdo es esperanza Releer la narrativa de “Los caminantes de Emaús” siempre nos lleva a los momentos en que estudiamos en el Seminario, en la Escuela Bíblica o para un Tema en un Taller Bíblico. Son esos momentos los que nos llevan a cuestionar la narrativa, y, luego de leer y estudiar, damos respuestas, siempre mirando a la audiencia que tenemos delante, también considerando el momento, el histórico y el actual. No siempre será sencillo el entrelazar todos los detalles, para luego verterlo en una reflexión de una página o en una intervención de tres minutos. Es la disciplina, juntamente con los estudios y las vivencias, la que nos permite enfocarnos, tener dirección. Un pueblo que recuerda da esperanza. En la narrativa de Lucas 24:13-35 tenemos momentos interesantes, pero hoy me concentró en el verso 19: “Él les preguntó: --¿Qué ha pasado? Le dijeron—Lo de Jesús de Nazaret, que era un profeta poderoso en hechos y en palabras delante de Dios y de todo el mundo;”, marcando con ello el inicio de una conversación intensa. Les hizo recordar y que le contarán lo sucedido; el Maestro está haciendo una prueba rápida, haciendo una evaluación instantánea y al punto. Cuando en mi vida he tenido “reuniones” con abogados/as, psiquiatras o psicólogos/as, he notado que tienen la técnica de Jesús, hacer una pregunta pertinente, que me haga recordar y así ellos/as evaluar la situación para dar una respuesta adecuada. Es que el recordar lo acontecido nos permite visualizar algo que no nos habíamos dado cuenta. El volver a ver una película nos permite mirar nuevos detalles, que más adelante ayudarán a comprender el desarrollo de la trama, cuando lo hacemos nos alegramos. Es que recordar detalles nos alegra, porque nos conduce en el caminar. En este momento de COVID-19 nos hemos tenido que dar tiempo para analizar lo que ha sido nuestra vida, nuestro comportamiento social y nuestras vidas. Espero que nos hayamos dado tiempo para dialogar con la otra persona y hacernos conscientes de su valor y su compañía, de mirar el vecindario y ver al vecino, a la vecina, a esas familias que ya no pueden ir a trabajar. Ya no tenemos que esperar por la asamblea de la comunidad para vernos y saludarnos. Recordar nos ayuda a mejorar la vida que Grupo Ecuménico Los Del Camino Arecibo, Puerto Rico 25 de abril de 2020


27 tenemos. Mientras los caminantes de Emaús, una pareja, narraban lo sucedido, lo hacían con convicción, mostrando con ello su discipulado, sin olvidar la gentileza y la solidaridad al invitar a Jesús a quedarse, luego de escuchar su intervención, que es pedagógica. Sí, recordar conforta y nos alegra, cuando vemos el detalle de comunidad. La solidaridad refuerza a la esperanza. En algunas instancias recuerdo a mis familiares y amistades que ya no están, en esta cuarentena lo he realizado, pero con alegría. Siempre, en mi oficio y vocación de pastor, en los oficios para recordar la vida, invitaba a las personas a recordar un momento feliz que tuvieran, que ese recuerdo se anide en el corazón y en cada momento en que les recordemos. Esta Pandemia nos tiene que hacer recordar que superamos los momentos difíciles que pasamos durante huracanes Irma y María, los meses sin energía eléctrica, agua y otros servicios, pero tuvimos la capacidad, y la paciencia, de actuar y exigir. Tenemos que recordar esos momentos. También recordemos la alegría de la caravana de ayuda para las familias del Sur y Suroeste debido a los Terremotos y Temblores; no los hemos olvidado. Esa es la esperanza actuando en esos recuerdos. Un recuerdo alegre es esperanza. Hoy tenemos la oportunidad de recorrer nuestras casas, patios y otros detalles. Es posible que hayamos hecho una limpieza general y ello nos alegra y nos demuestra que podemos. Las personas que caminaban y Jesús los acompañaba sintieron su presencia, es así como nos sentimos cuando colaboramos y recordamos. Es la belleza de estar unidos/as y cómo saldremos transformados/as, como sociedad y como seres humanos más sensibles y alegres. Recordemos estas alegrías y mantengámoslas. Nuestros recuerdos son esperanza, pero sobre todo son un pensamiento solidario y comunitario, no olvidemos que la comunidad es la importante. Se siguen presentando problemas de corrupción, politiquería, pero son más los momentos felices y de esperanza, tan solo tenemos que recordar. Hay que solicitar lealtad, sensibilidad y amor, mucho amor, para seguir adelante, para continuar levantándonos y dejar que Jesús nos haga la pregunta necesaria, nos enseñe y nos siga dando su respuesta y compañía. Recordar es esperanza viva.

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28 DÉCIMA SÉPTIMA REFLEXIÓN

¡La Esperanza en medio de la situación que vivimos!

Haydee Alicea Laico Iglesia Episcopal de Puerto Rico Misión San Pablo-Arecibo

Ante el momento que vivimos como cristianos nuestra fe y nuestra esperanza es inquebrantable. Día a día vemos la reacción de nuestro pueblo dando lo mejor de sí en el momento porque tenemos la fe y la esperanza de un futuro mejor. Confiamos en los planes de Dios. Nos aferramos en Jeremías-29:11: "Planes de bienestar y no de calamidad a fin de darles Futuro y Esperanza."

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29 DÉCIMA OCTAVA REFLEXIÓN Rvdo. Dr. Guillermo Márquez-Sterling Iglesia Evangélica Unida de Cristo Florida, E.U. Queridos Hermanos y Hermanas en Cristo: Espero que, al escribir estas líneas, ustedes estén gozando de buena salud y de las bendiciones de Dios, nuestro Creador. Para las muchas personas que no me conocen, soy un pastor cristiano en una iglesia en St. Petersburg, Florida. Soy un nativo de Puerto Rico, donde viví hasta los 18 años de edad cuando me fui a servir en las fuerzas armadas de los Estados Unidos. Dios guió mi vida un sendero que me llevó al ministerio. Cuando mi iglesia pidió hacer un viaje de misión a Puerto Rico, mi corazón brincó de alegría. Este pasado octubre tuve el privilegio de servir con miembros de mi iglesia en la comunidad de Abras San Francisco, reconstruyendo tres hogares que sufrían de los daños causados por años de pobreza y por el huracán María. También tuvimos la buena fortuna de servir en la Iglesia Episcopal Misión San Pablo Apóstol, organizando y renovando el pulguero de la iglesia. Ahí, conocí al buen pastor José Pio, a quien llamo colega, amigo, y hermano en Cristo. Le doy gracias a José por haberme invitado a escribirles estas líneas. El Apóstol Pablo escribió en su Epístola a los Hebreos, “…fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve.” Es con esa fe que les escribo hoy, ya que no sé cuándo podría regresar a la isla y visitar a mi buen hermano José. En el libro de Génesis, el autor describe el Jardín de Edén y el comienzo de nuestra relación con el Dios Creador. No es una coincidencia que en el evangelio de Juan, María Magdalena se refiere a nuestro Salvador, Jesús, como un jardinero. Yo, en mis sermones y oraciones, con frecuencia comparo nuestras almas a un jardín que requiere cuidado y les ofrezco esta metáfora hoy. Es estos tiempos de incertidumbre, es importante que mantengamos el jardín de nuestras almas. La oración es para el alma lo que el agua es para el árbol frutal. El amor hacia el prójimo es el fertilizante, el apoyo de nuestros hermanos en Cristo es la sombra que alivia, y la gracia de nuestro Señor es el amanecer de un nuevo día. No dejemos que los huracanes, los temblores, los virus, y los pecados de una economía injusta, destruyan nuestra fe. La fe en Dios se manifiesta en tiempos difíciles, como los que vivimos hoy. Hoy es el día que Dios ha creado para que nos ayudemos, y así llenamos nuestras almas con alegría, como pájaros cantando en un jardín. Nunca sabemos a quién nuestras palabras de apoyo y esperanza le resulta en vida nueva. Si tenemos una disposición positiva, nuestra fe crece y sirve de ejemplo para otros que solo conocen palabras cínicas. Que el amor de Dios nuestro creador, la paz de Cristo y la comunidad del Espíritu Santo, los acompañe y sostenga.

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30 DÉCIMA NOVENA REFLEXIÓN ¡La salud que queremos!

Mayra Méndez Católica Romana Puerto Rico La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud como un estado de completo bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de enfermedades. Cuando mis niñas estudiaban la clase de salud en los grados intermedios (en los 90), aprendieron todavía una definición más amplia añadiendo el bienestar emocional y el espiritual. Ambas definiciones demuestran que para tener salud necesitamos trabajar varios aspectos del ser humano, además del físico. Desde el comienzo de la pandemia de coronavirus, las autoridades de salud alrededor del mundo han enfatizado en el "distanciamiento social" como una medida para combatir la propagación del virus. Y las autoridades locales de salud, gubernamentales, privadas, incluso las religiosas han repetido consistentemente el termino sin percatarse o alertar sobre los efectos negativos que puede producir en la mente, emociones, en lo espiritual, en fin, en la misma salud que se pretende lograr. En días recientes, la OMS ha optado por el término "distanciamiento físico" ante las implicaciones que tiene el término "distanciamiento social" en la salud mental. La ausencia de conexión humana puede tener un costo psicológico. Es importante permanecer físicamente separados para combatir el virus, pero socialmente conectados. El distanciamiento social derrotaría los principios cristianos por los que hemos luchado, como la solidaridad, la misericordia, la búsqueda del bien común. ¿Cómo llegamos a este juego de palabras, a esta confusión de tratar de resolver condiciones de salud creando, a la vez, otras? ¿Será que sigue prevaleciendo la importancia que se le da al aspecto físico de la salud? ¿Qué el aspecto emocional y espiritual son de segunda clase? ¿Habrá otros intereses alrededor que en este río revuelto ansíen ganancias de pescadores? No sé. Lo que sí sé es que el término de "distanciamiento social" está arraigado en la conciencia pública y falta un largo camino en la lucha contra el coronavirus. Esto no debe desembocar en miedo al otro, en convertir al vecino en enemigo, en rechazarnos instintivamente. Hay trabajo que hacer. Les ánimo. Que el Señor ilumine nuestro camino para reconocer en El, su mano amorosa.

Grupo Ecuménico Los Del Camino Arecibo, Puerto Rico 25 de abril de 2020


31 VIGÉSIMA REFLEXIÓN

Dr. Luis N. Rivera Pagán Teólogo Bautista Puerto Rico Son variados y muy diversos los momentos fundamentales en la celebración de la semana santa cristiana. Primero, la entrada a Jerusalén, lo que se rememora como el Domingo de Ramos, porque Jesús es recibido por el pueblo con ramos celebratorios, vítores y aplausos. Lo cual, naturalmente, despierta recelos y malestares en las mentes y corazones de los jerarcas políticos imperiales y religiosos dogmáticos. Segundo, la confrontación en el templo, cuando Jesús acusa a las autoridades religiosas judías de convertir el templo en mercado lucrativo. Jesús derriba al suelo las mesas de quienes intentan explotar económicamente la religiosidad popular. Tercero, la postrer cena de Jesús con sus discípulos, con pan y vino, considerada tradicionalmente como la primera comunión litúrgica. Cuarto, la angustiosa noche previa al arresto, donde prevalecen en Jesucristo la tristeza y la angustia. Quinto, el arresto, maltrato y tortura de Jesús, seguidos por la crucifixión, una de las formas más crueles de ejecución jamás concebidas. Sexto, la resurrección de Jesús y la celebración de la esperanza humana ante el pecado y las injusticias que prevalecían en esa sociedad y también en la nuestra contemporánea. Lo que prevalece el día previo al arresto, después de celebrar la primera comunión litúrgica, es la angustia. La intensidad de la tristeza de Jesús es conmovedora. “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” (Mateo 26:38), exclama angustiado y en unos momentos, dicen las escrituras “lleno de angustia… era su sudor como grandes gotas de sangre que caían sobre la tierra” (Lucas 22:44). Jesús percibe lo que le espera: un martirio atroz y cruel; sabe que será el depositario del odio y recelo de las autoridades imperiales y coloniales, políticas y religiosas. En la madrugada del viernes, Jesús es arrestado y las autoridades se aprestan a difamarlo, maltratarlo, torturarlo y finalmente ejecutarlo. El dolor físico de la tortura, en sus diversas formas dolor físico es intenso. Pero mayor es el menosprecio social que prevalece. El menoscabo, los insultos a granel que recibe. Jesús es insultado y agredido, verbal y físicamente, por las autoridades políticas, sociales y religiosas. Incluso por el populacho que reclama a viva voz su ejecución. Su crucifixión es pública. Una tortura atroz, por el dolor físico y porque se convierte en objeto de diversión pública. Es un espectáculo atroz, que se transforma sin embargo en motivo de recreación social. Mientras tanto, sus discípulos se escurren y huyen. Sus corazones y mentes sucumben a la amargura y desesperación. Un horrendo temor se apodera de ellos. Temen que el suplicio que sufre Jesús también les toque a ellos padecer.

Grupo Ecuménico Los Del Camino Arecibo, Puerto Rico 25 de abril de 2020


32 Nosotros recordamos esta semana esos eventos en medio de una aterradora crisis de salud, social y económica global. Recomiendo a todos la lectura, o la relectura si ya la han leído, de la novela de Albert Camus, La peste (1947), prestando especial atención a los dos sermones predicados desde el púlpito por el sacerdote jesuita Paneloux, dos homilías muy distintas en perspectiva y contenido. El primer sermón padece de un dogmatismo rígido e inexorable. La atroz epidemia que sufre el pueblo afirma en esa ocasión este sacerdote, es un castigo divino a sus múltiples pecados. El segundo sermón, sin embargo, acontece después que Paneloux ha presenciado la trágica muerte de un niño inocente. Y ya entonces la lucha al interior de su alma es distinta y ora a Dios porque prevalezca su gracia sobre el sufrimiento del pueblo. Ese sacerdote se entrega luego al cuido del pueblo y muere como víctima de esa epidemia, entonces conocida como peste bubónica. Pero hoy rememoramos y celebramos otro evento, inesperado, extraordinario: la resurrección de Jesús y el renacer de la esperanza humana. Hoy conmemoramos la victoria del bien sobre el mal, de la esperanza sobre la amargura, de la alegría celebratoria sobre la tristeza de la angustia, de la virtud sobre la crueldad. En nuestro específico e inesperado contexto, no lo olvidemos ni marginemos, de intensa preocupación por el futuro incierto de todos nosotros y nosotras, hoy celebramos el renacer de la esperanza. En este nuestro contexto, recomiendo dos cosas: Primero, releer el final del capítulo 25 del evangelio atribuido tradicionalmente a Mateo (Mateo 25:31-46), uno de los seguidores de Jesús. Aconsejo su lectura por la importancia que ese texto concede a la solidaridad con los pobres y minusvalorados socialmente, sobre la exclusiva y en ocasiones excluyente creencia doctrinal. La solidaridad con los menospreciados de la historia dice ahí Jesús, es la principal prueba de la fe en sus palabras y acciones. En el momento crucial de su existencia, Jesús ubica su mensaje en la tradición profética bíblica de solidaridad con quienes Franz Fanón llamó “los condenados de la tierra”. Segundo, cantar el hermoso y hoy muy pertinente himno compuesto por el obispo metodista Federico Pagura, titulado “Tenemos esperanza”. Ese himno acentúa lo que todos debemos celebrar hoy: el renacer de la esperanza gracias a la vida, la crucifixión y la resurrección de Jesucristo (Ver página 5).

Grupo Ecuménico Los Del Camino Arecibo, Puerto Rico 25 de abril de 2020


33 VIGÉSIMA PRIMERA REFLEXIÓN Esperanza en tiempos de cuarentenas. Aprendiendo del pasado, para un nuevo renacer

Lcda. Glorianne García González, MA. ED. CPL Metodista Puerto Rico

Durante este tiempo de cuarentena es justo y necesario tomar un tiempo para reflexionar y pensar. Te exhorto a que saques, aunque sea un momento para que medites sobre que has aprendido sobre esta cuarentena. ¿Qué harás para adaptarte al nuevo estilo de vida que nos espera? El virus llegó para quedarse y debemos todos hacer ajustes en nuestra forma de relacionarnos y de vivir. Puede que toda esta situación te cause desesperanza y desánimo. Tranquilo(a), yo también me he sentido así. No es fácil lidiar con tantas noticias abrumadoras y sentir que nuestras vidas o la de un ser amado podrían ser atacadas por este terrible virus. Sin embargo, lo que te propongo es que no te mantengas fijo en solo ese pensamiento. Todo tiene su tiempo y aunque no parezca estamos en un tiempo de resurgir, de renacer y reinventarnos. Quisiera compartir con ustedes las enseñanzas que mi abuela materna me brindó y hoy me sirven de esperanza y motivación. Ella tenía costumbres que me parecían anticuadas y exageradas, pero ya entiendo el porqué de todo. Una que recuerdo y atempero a estos tiempos es que cuando se enfermaba era sumamente cuidadosa, velaba por no ser imprudente en contagiar a otros y hasta hacia su propia cuarentena. Ella decía: “yo no quiero que por mi soberbia otros sufran consecuencias”. Mi abuela en su juventud vivió en tiempos difíciles. Me relataba sobre el hambre y las epidemias que le tocó vivir, la enseñaron a tener esperanza, ser perseverante y agradecer lo mucho o lo poco que tuviera. Me expresaba que fue tan dura la situación de epidemias en un momento dado, que cuando regresaban de realizar la sepultura de un familiar fallecido, al llegar a su casa encontraban muerto a quien habían dejado enfermo. Escuchaba estos relatos como si fuera una historia que jamás pensé que se repetirían. Inclusive me habló de que hubo momentos de hambre donde comían las papas crudas. Aún ante tanta situación, con alegría resaltaba que nunca se acostó sin comer expresaba su agradecimiento infinito a Dios por ser su proveedor. Aun viviendo todo esto; su fe y esperanza no decayeron. Ella era perseverante y de carácter firme. Todas estas cualidades, ella resaltaba que eran gracias al inmenso amor que ella sentía del Padre Celestial. Leer la Biblia era su bálsamo, ahí ella encontraba paz y respuestas a sus peticiones. Mientras redacto estas palabras vino a mi mente escudriñar la Biblia y encontré el siguiente versículo: Romanos 5:3-6 “Y no solo en esto, sino también en nuestros sufrimientos, porque sabemos que el sufrimiento produce perseverancia; la Grupo Ecuménico Los Del Camino Arecibo, Puerto Rico 25 de abril de 2020


34 perseverancia, entereza de carácter; la entereza de carácter, esperanza. Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha derramado su amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado”. Leer este versículo, no pudo evitar recordar otro que ella resaltaba en momentos difíciles Romanos 8:28 “Y sabemos que Dios hace que todas las cosas ayuden para bien a los que le aman, esto es, a los que son llamados conforme a su propósito”. Ella lo citaba resaltando la palabra TODAS. Me decía: “ Mija, todas son todas; debemos seguir pa’ lante en amor de Dios. Tanta sabiduría, fe y esperanza en ella me hacía vivir confiada en que todo estaría bien. La paz que irradiaba su rostro me daba tranquilidad; aun cuando hubo momentos de escasez en mi hogar ella además de orar también ponía manos a la obra. Pese a cualquier situación que estuviéramos viviendo; en ella no había apuro. Ella vivía un día a la vez; nunca vi en ella prisa alguna ni desesperación. Pues tenía muy presente el versículo de Mateo 6:34 “Por lo tanto, no se angustien por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes”. Cada día tiene ya sus problemas. Siempre la escuchaba agradeciendo a Dios por cada día, por lo mucho y por lo poco. Ella decía en momentos de escasez Dios nos proveerá y así lo veía. En momentos de abundancia ella agradecía y compartía. Mi abuela ante la necesidad de alimentos en la mesa se había convertido en una agricultora sin saberlo. Sembraba semillas con la esperanza de que nacieran plantas y dieran fruto en su momento. Observaba su compromiso en atender la tierra, regarla con agua, sacar la mala hierba, y hablarles. Si, hablarles. Ella tomaba su tiempo para dedicarles sus cuidados con la esperanza de ver en su momento el fruto tan anhelado. No fallaba en decirle los buenos días, echarle porras por sus esfuerzos por brotar de la tierra, elogiaba sus flores y les agradecía sus frutos. Así como hacia mí abuela te exhorto a ti a reflexionar sobre las oportunidades que esta cuarentena nos está brindando. En vez maldecir y vivir en constantes quejas, seamos facilitadores de esperanza y ánimo. Es tiempo de que nuestra mirada esté fija en quien es nuestra mayor esperanza, Cristo Jesús. Él nos dotó de infinitas capacidades y talentos, solo está en nosotros mirarnos y hacernos las siguientes preguntas; ¿Qué diferencia puedo hacer yo? La diferencia la comienzas haciendo desde tu casa, en tu comunidad, tu trabajo y por subsiguiente en nuestro país. Que esta pandemia sirva para comenzar un nuevo liderato, dirigido por todos en conjunto trabajando de manera solidaria y resiliente. Si por el contrario nuestras actuaciones son nefastas, egoístas e irresponsables, por más pequeñas que sea nos afectan a todos; porque vivimos en una isla llamada mundo de la cual no podemos escapar. Seamos empáticos con todos nuestros hermanos, pongamos nuestro mejor interés en innovar y aprender. Juntos podemos lograrlo. ¡Ánimo! Todo lo podemos en Cristo que nos fortalece...Filipenses 4:13

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35 VIGÉSIMA SEGUNDA REFLEXIÓN

Rvdo. P. Juan Carlos Restrepo Iglesia Episcopal de Puerto Rico Rector-Parroquia San María Magdalena

¿Qué significa esperar en tiempos de cuarentena? Significa no solo “pasar el tiempo” hasta que todo esto acabe. Significa ante todo esperar con esperanza. Y, ¿por qué podemos vivir ese tipo de espera? Porque Jesús, con su pasión, ha hecho nuevas todas las cosas. Pero la vida de Jesús antes de morir y su vida después de resucitar fueron radicalmente distintas: la primera, abocada a la muerte; la segunda, con la muerte derrotada para siempre. La primera, encadenada al tiempo; la segunda plenamente desencadenada. Por eso nuestra esperanza es aquella que va más allá. Es una que anhela, que desea, que está llena de ilusión porque guarda una promesa. Pero, pensando en ella, nos damos cuenta que es pequeña. Y, ¿por qué lo es? Porque se renueva cada día. Porque se alimenta cada jornada. Porque no siempre es fuerte como la fe o como el amor. Es cierto, la pequeña esperanza es esa que nos hace levantarnos en las mañanas. Es ese pequeño valor que encontramos para iniciar nuestras luchas diarias. Por eso es pequeña. Se vive un día a la vez y se recibe como don. Es esa palmadita de aliento, que sentimos, que alguien nos regala todos los días.

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36 VIGÉSIMA TERCERA REFLEXIÓN

Laico-Javier-Biaggi-Caballero Católico Romano Puerto Rico

En esta Hora de Dolores se suma la suspicacia religiosa, la decepción política y el crudo coloniaje; la fe de los hermanos se viene abajo. A Pedro, Jesús lo llamó con un "Sígueme"; más adelante rogó por él "... para que tu fe no se venga abajo. Y tú, cuando hayas vuelto, tendrás que fortalecer a tus hermanos". Le negó tres veces. En su tercera aparición tres veces le preguntó Jesús Resucitado si lo amaba y Pedro le amó tres veces; ¡ha vuelto! Jesús lo llama por segunda vez, "¡Sígueme!"

Mateo-4:18-21 Lucas-22:31-32 Juan 21: 15-19

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37 VIGÉSIMA CUARTA REFLEXIÓN ¡ÁNIMO, ESTO PASARÁ!

Rvda. Eunice Santana Melecio Iglesia Discípulos de Cristo Arecibo, Puerto Rico “Esto también pasará”, es una frase que recordamos al enfrentar situaciones difíciles en nuestra vida como la que estamos atravesando con la pandemia del coronavirus. Estas palabras encierran una aseveración de que las cosas han de cambiar y una promesa tácita de que dicho cambio será positivo y que, por tanto, podemos vislumbrar un futuro mejor. No se trata de palabras huecas, ilusiones vanas u optimismo trasnochado porque la afirmación viene acompañada de experiencias concretas que forman parte de nuestra fe y de nuestra realidad cotidiana. Por eso, aún en medio de la tormenta podemos anticipar la calma y la paz prometida que lograremos al levantarnos con valentía a crear la nueva sociedad que añoramos. En medio de la incertidumbre podemos saludar cada día con un cántico nuevo de acción de gracias y prepararnos para asumir nuevos retos y proyectos de vida. En medio de tanto ruido ensordecedor podemos encausar nuestra atención y acción para anunciar una nueva era, donde todas las cosas serán hechas nuevas. Ya somos testigo de cómo la naturaleza se está renovando y reclamando su espacio; las formas de trabajar y estudiar se transforman; la vida familiar se rearticula; la solidaridad se impone como práctica inevitable de todos los días; y, los cambios que necesitamos emprender para lograr la justicia y la equidad en nuestra sociedad se imponen haciéndose cada vez más claros y contundentes. Esto también pasará, y al pasar nos ha de dejar más fuertes, más valientes y humildes.

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38 VIGÉSIMA QUINTA REFLEXIÓN

P. Francisco A. Morales Pérez Comunidad de San Esteban El Mártir Iglesia Episcopal Guaynabo, Puerto Rico

¡Qué bien sé yo la fuente que mana y corre, aunque es de noche! -San Juan de la Cruz “No teman; avisen a mis hermanos que vayan a Galilea, y allí me verán”. -Mateo 28:10 La primera comunidad cristiana, la iglesia post-pascual, proclama su fe en el Resucitado no de espaldas a la tumba sino frente a ella. La tumba del Señor no queda silenciada, como arrinconada en una esquina para arrebatarle ocasiones a la vergüenza. Después de todo, como nos lo recuerda Jon Sobrino, “el resucitado es el crucificado.” Fue quizá este cargar con la ignominia de la cruz y de la tumba lo que evitó que el cristianismo, salvo algunas notorias y nefastas excepciones, se aferrara para siempre a fantasías triunfalistas y a la enajenante embriaguez del poder. Hoy, en medio de la pandemia, no nos queda más que mirar de frente nuestras propias tumbas: las cuatro paredes de un confinamiento para algunos asfixiante; las víctimas de violencia y abuso encerradas en sus casas-prisiones con sus victimarios; la transición de las filas en Costco a las del desempleo; la “carte blanche del Trumpismo” y de todos sus acólitos locales; el olvido de los desplazados por los temblores del sur, la oscura noche de la desesperanza. Frente a todas ellas y contra toda esperanza volvemos a Galilea: regresamos al jardín; abrazamos de lejos; retomamos el pasatiempo olvidado; nos mojamos los pies en la playa del ciberespacio; nos aventuramos en la cocina; desempolvamos aquel libro que nunca leímos; apoyamos a quienes salen cada día a cuidar de otros; y así resucitamos nuestras primeras ilusiones y afirmamos nuestra fe en la vida, aunque es de noche.

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39 VIGÉSIMA SEXTA REFLEXIÓN LA ESPERANZA: ¿LO ÚLTIMO QUE SE PIERDE?

P. Juan José Romero Parra Católico Romano Cartagena, Bolívar, Colombia Es inocultable el gozo de quienes estudian los fenómenos sociales, religiosos y espirituales en el tiempo de pandemia que vivimos. Se solazan y regodean desenterrando teorías, contrastando hipótesis, escanciando (como los bebedores de vino) estudios, tesis, tratados, dogmas, hasta revelaciones. Los ejes de la posmodernidad con el derrumbamiento de paradigmas, una vida social desacralizada; experimentando nuevas vivencias dentro de la desinstitucionalización, entramos en una SENSACIÓN DE VACÍO: el mundo, las estructuras sociales, jurídicas, familiares, relacionales, religiosas y espirituales; no escapan a tal situación, en la cual parecemos perdernos en la subjetivación de todo. Desde la perspectiva, sentido y significado que le atribuye cada sujeto al lenguaje, a los signos, a los símbolos y a la designación de cuanto nos rodea, avanzamos hacia el hastío. Nos sentimos llenos, ahítos, agobiados, dentro de un sistema competitivo que asimila el TENER MÁS con el SER MÁS (Tengo, o anhelo tener, para ser, lo que el núcleo social impone como la medida del ser) “Cuanto tienes, cuantos vales” es el paradigma implícito en esta orgía continua que en la que nos involucra el estado social del Capitalismo en su fase neoliberal salvaje. En cuanto la realidad sobrepasa tus expectativas, el fracaso, la frustración, te marcan el sendero que conduce a la desesperanza. Sin esperanzas, la fe se agota y la vivencia del amor es imposible. El nihilismo, de una realidad sin norte ni brújula –donde se agotan todas tus posibilidades de ser- te lleva al descreimiento. La Madre Naturaleza (Casa Común) se resiste. Aparecen nuevas variables, nuevos indicadores señalan resultados imprevistos donde la Tecnocracia se queda sin respuestas y sin planes de contingencia –ALGO O ALGUIEN ha movido sus fichas de manera imprevista- Mostrándole al arrogante y soberbio Ser Humano, las consecuencias de sus desvaríos, errores y excesos. Un diminuto ser vivo, casi invisible, hace tambalear, la economía mundial; suscita drásticos cambios en la dinámica social de los pueblos. Obliga a vivir en el confinamiento. Aislamiento condicionado por la inminencia del padecimiento, del dolor y de la muerte. Se convierte en el punto de retorno a lo esencial. Punto de quiebre, situación límite que

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40 urge volver a las raíces. Trascender de lo frívolo, pasajero y efímero, hacia el encuentro con la Totalidad. Se llega a una nueva Pascua: de la misma manera que el pueblo elegido pasó de la esclavitud a la libertad; del mismo modo que el Hijo del Hombre pasó de la muerte a la Vida. Nosotros, Nuevo Pueblo de Dios, estamos invitados a pasar de la aberrante banalidad en un mundo que se estremece en los estertores de un sistema socio económico agonizante, a la firme convicción (FE) de un nuevo comenzar, con la certeza que las promesas del Señor Dueño de la Vida –vencedor de la muerte- siempre se cumplen (ESPERANZA) “Entender el recogimiento social como un retiro reflexivo y humanista para enfrentar el tiempo que viene con un corazón nuevo y una mente nueva, con una responsabilidad colectiva frente al futuro común” como lo expresa Leonardo Boff (Página Koinonía). Volver a lo fundamental, superar estereotipos, asumir cada acontecimiento en clave de salvación, son algunos de los recursos con los cuales contamos para enfrentar el nuevo proceso existencial y espiritual al cual nos ha sometido la pandemia. La esperanza, por lo tanto, sí es lo último que se pierde, porque ella nos sostiene en medio de las pruebas a las cuales nos somete la vida. Porque significa perseverancia y constancia en las pruebas (Filipenses 3, 10; Romanos 8, 17) y nace de la fe en las promesas de Dios (Efesios 3, 5-10; Hebreos 3, 14) Esperamos compartir la Gloria de Dios (1Corintios 13, 12) Trae alegría aun en el sufrimiento ( Mateo 5,11; 1Pedro 4, 18) Nos hace sobrios (1 Tesalonicenses 5, 8) y desprendidos (1Corintios 7, 29; Tito 2, 12; 1Pedro 1, 13)

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41 VIGÉSIMA SÉPTIMA REFLEXIÓN

Rev. P. Iván R. Buxeda Iglesia Episcopal de Puerto Rico

Jesús dijo: "Ánimo" parece una palabra para pasar el camino, pero no lo es. Es propia de un estado que todos sufrimos en estos días a causa del Coronavirus. Nos obliga a mantenernos encerrados a vivir la vida con una distancia sobre otros, a evitar el intercambio del saludo. Hemos visto la muerte de cerca. Este momento nos obliga a acercarnos a Dios en la persona que sufre. Los recursos son insuficientes para atender a tantas personas.

El cristiano debe permanecer alegre y alerta viviendo su fe y compartiendo su fe del servicio. No hay una cura por el momento, pero hay una crisis mundial de la economía. Hay una caída de los precios del petróleo que nos lleva a una depresión. Hay crisis en los pequeños y medianos negocios que permanecen cerrados. Se exige al gobierno que flexibilice las medidas del cierre que ahogan la economía. El cristiano tiene que recurrir a la oración a la comunicación con Dios para crear un diálogo propicio de paz y perdón. La ocasión y coyuntura es un reto para vivir nuestra existencia. Debe ser sal que salva y luz que brilla para tantas personas que se encuentran sin esperanza y en crisis.

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42 VIGÉSIMA OCTAVA REFLEXIÓN …Mira La Vida… Rvdo. Jorge Daniel Zijlstra Arduin Iglesia Presbiteriana Levittown, Puerto Rico No te hace falta un hecho extraordinario Para saber que Dios es grande y nos cubre con su amor. No hay que esperar que estalle una estrella Que te salves de un desastre y que lo puedas contar Jesús nos pide mirar como el miraba Amar a todas las personas y hacer un mundo mejor Es necesario sentir a Dios a diario En el rostro de aquel niño de ese barrio marginal Hay que encontrarlo en la cara de quien sufre a la vuelta de la esquina o escondida en un zaguán Busca esos ojos que te miran con ternura esperando con locura lo que vos podéis hacer Mira la vida La oportunidad precisa de dar esperanza a otros y su vida transformar Y si lo haces veras como te sientes lleno de una alegría que ya no podrás callar Y el Evangelio deja de ser un misterio es vital en medio nuestro y se hace realidad Y así la vida te sorprende cada día te despierta y te valida que tienes una misión Mira la vida la oportunidad precisa de dar esperanza a otros y su vida transformar.

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43 VIGÉSIMA NOVENA REFLEXIÓN “De la ansiedad a la Fe” Lucas 17:5-6

Rvda. Ruth Y. Santiago Rivera Pastora Iglesia Metodista “El Sinaí” Barrio Capaéz Hatillo, Puerto Rico

Un hombre observó a un niño que estaba solo en la sala de espera del aeropuerto, esperando que anunciaran la salida de su vuelo. Durante todo el vuelo el niño fue muy correcto y no demostraba nada de ansiedad por estar en un avión. Hubo turbulencias y un adulto aterrorizado le preguntó al niño por qué no tenía miedo. Con una voz de paz respondió: No tengo miedo. ¡Mi padre es el piloto de este avión! Hoy se nos es necesario tener una nueva Fe. Si nueva, porque lo que estamos experimentando es nuevo, es incierto, es nunca visto por esta generación. O sea, ante nuevos tiempos la fe debe renovarse. ¿Qué pasa cuando nos echan encima un camión de ansiedades, de dolor, de miedo o de eventualidades que no podemos controlar como la que estamos viviendo? Se dice que la manera en que miramos la vida determina cómo la vivimos. Jesús nos modelo como vivir en circunstancias bastantes difíciles. Jesús tenía una Fe que resurgía y se descubre con cada experiencia de vida que muestra la Biblia. Ejemplo de esto fue cuando Jesús fue latigado, desnudado, rasgado en su carne y traspasaron sus manos cuando fue crucificado como delincuente por amor a nosotros para que tuviéramos Fe en él. Pero la fe es como un músculo y la fortaleza de nuestra Fe solo se puede desarrollar aumentando las disciplinas espirituales. Hoy como los discípulos repetimos, “Auméntanos la Fe” para dejarnos alcanzar por tu palabra, para que nos de dirección y aprender a vivir en esta nueva realidad que se llama COVI-19. Enséñanos que la fe no consiste en creer algo, sino en creer en ti.

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44 TRIGÉSIMA REFLEXIÓN LA BATATA DE LA ESPERANZA

P. José Pio González Garavito Iglesia Episcopal San Pablo Arecibo, Puerto Rico

Hace algunos días, en medio de las medidas de distanciamiento físico que se nos han recomendado para protegernos unos a otros del contagio por el virus COVID-19, fui a una panadería a buscar pan para llevar a algunas familias (hoy la mayoría de las panaderías son pequeños colmados o tiendas pequeñas, donde puedes ir a buscar otras cosas). Cumpliendo con el protocolo, no se podía entrar, sino que había que hacer fila desde la puerta principal hasta el estacionamiento. Mientras esperaba en la fila, en un momento determinado sentí que alguien me tocaba la espalda de manera insistente. Cuando viré la cabeza, me encontré con un señor, que, sin decir palabras, tenía el brazo extendido hacia mí, en actitud de ofrecimiento y quien en su mano tenía una batata grande. Hubo un instante de esos en los que uno reacciona más con la carga de prejuicios que ha internalizado hacia el otro (El ser humano es lobo para el ser humano), que con la conciencia que también tiene de estar ante una gran manifestación (El ser humano es alguien sagrado para el ser humano). Pasado ese instante y todavía sin palabras, reaccioné a su actitud extendiendo mi brazo, abriendo mi mano y recibiendo, sin alcanzar a comprender por qué un “desconocido” ponía una batata en mis manos. Lo fui entendiendo cuando en el mismo acto, continuó ofreciéndoles a todos y a cada uno de los que allí nos encontrábamos, sin preguntar, sin decir palabras, solo mostrando el gesto como una gran palabra comunicada por alguien que en su relación con la tierra había aprendido la lección de lo que es esencial en momentos difíciles. Sin entrar en los grandes análisis económicos, y sin crear alarmismo social que cubre portadas noticiosas en los medios de comunicación y en las redes sociales, sin producir la mayor parte de las veces ninguna solución concreta y practica; este hombre del campo, por el camino de la intuición, tenía claro que en medio de la situación que vivíamos había necesidades, y él, inspirado por la sabiduría ancestral que liga la vida a la tierra y a los seres humanos entre sí, como una sola familia, se sintió llamado con su sentido de pertenencia a la humanidad, a acercarse y responder con lo que en su vida diaria responde a la necesidad esencial.

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45 Esa experiencia fue para mí una revelación del Señor en medio de la historia que vive su pueblo. El mismo Señor de la vida y de la historia, a través del don de este “jibarito”, me estaba mostrando señales concretas de cómo su amor y su presencia continúan actuando y cómo la cultura comunitaria y solidaria, herencia taina y experiencia del Evangelio del Reino, continúan resistiendo los embates del individualismo y del “sálvese quien pueda”. Así como un grupo de seguidores de Jesús vivieron días difíciles, tristes y dolorosos por su muerte en la cruz, siendo después fortalecidos en la esperanza por las palabras de Jesús Resucitado, que se hizo compañero de camino, y por su acción de tomar, bendecir, partir y repartirles el pan (Lucas 24: 15-32); de la misma forma, el gesto de un “jibaro” u hombre del campo, al repartir unas batatas, intuyendo la necesidad entre aquellos de quienes se siente parte, se convirtió en un signo de esperanza para los que recibieron y leyeron su gesto con el espíritu de la pobreza evangélica (Mt 5:3). También lo es para aquellos(as) que en el surco del Reino seguimos apostándole a sembrar la semilla, esperanzados en las nuevas relaciones y en la Nueva Sociedad que brotará, no con relámpagos, truenos, y hechos portentosos, sino con los pequeños gestos de cada día y con los esfuerzos comunes en favor de las mismas causas que enfrento Jesús.

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46 TRIGÉSIMA PRIMERA REFLEXIÓN ¡Coronavirus, Fe y Tecnología! Juan Antonio Vera Méndez Obispo Jubilado Iglesia Metodista Puerto Rico

Cuando generaciones anteriores, piensan en el desarrollo tecnológico que hemos alcanzado en los albores del Siglo 21, podríamos pensar que estamos soñando. No sólo oír, sino también ver lo que está ocurriendo en el justo momento en cualquier lugar del planeta, inclusive fuera de la atmósfera terrestre, podría parecer un sueño apocalíptico o un tratado moderno de los escritos de Julio Verne. Acceso al internet inmediato, teléfonos llamados “inteligentes” o celulares que sacan fotos en blanco y negro o a color. Dispositivos desde los las cuales puedes editar, a la vez puedes crear y hasta enviar videos. También oír radio y ver cine o televisión; redes sociales con las cuales podemos interactuar y hasta conocer nuevas amistades en los lugares más distantes de nuestra localización geográfica. Además, programas que nos llevan en nuestros automóviles a lugares desconocidos, dirigidos por una vocecita agradable que nos indica donde debemos doblar y a que distancia estamos de nuestro destino. Programas que accedes y activas con tu voz e inmediatamente te contestan muchas de las preguntas que le haces. El descubrimiento de un nuevo mundo virtual, al cual poco a poco nos vamos acostumbrando. Definitivamente, vale la pena hacer un breve recuento de cómo ha ido evolucionando el mundo de la tecnología. Afortunadamente la pandemia del COVID-19 nos ha tomado para echar mano de las grandes ventajas y herramientas que nos brinda esta tecnología. Imaginémonos en este encierro obligatorio para los niños y jóvenes sin poder tomar clases. ¡Sin contar con este acceso a la tecnología! ¡Cuánto se hubieran atrasado, inclusive tal vez perdido irremediablemente el semestre académico y con ello nuestra juventud, tener que posponer a la fuerza sus planes futuros, sus logros personales y profesionales! Igualmente, el funcionamiento gubernamental y la mayoría de las empresas y centros de trabajo en el país. Sin el acceso a la tecnología, la paralización de sus funciones hubiese sido total. Obviamente este nuevo mundo ha transformado nuestras vidas. Nos ha dotado de incontables beneficios, a la misma vez ha creado nuevos paradigmas y desafíos a través de los cuales vemos el mundo. Inclusive ha transformado todos los ámbitos de la vida. Ha afectado la forma en que enseñamos y/o aprendemos, el mundo laboral y todas las áreas y aspectos de la economía y con ello la manera de hacer negocios. Ha sido materia que ha creado nuevas leyes y formas de espionaje y de hacer política. Pensemos nada más en la forma que los presidentes de muchas naciones hacen uso diario de herramientas como el “Twitter:” para comunicarse con sus constituyentes y el mundo. No Grupo Ecuménico Los Del Camino Arecibo, Puerto Rico 25 de abril de 2020


47 es secreto que se rumora o es un hecho, que una nación ha afectado a través de la tecnología el resultado de las elecciones de otra. El mundo tecnológico ha otorgado herramientas nuevas para los artistas de todos los géneros y todo lo que tiene que ver con la expresión humana. Ha impactado inclusive campos tan antiguos como el mundo religioso y ha brindado nuevos modelos de hacer teología o formas de aproximarnos al mundo de la fe. Un ejemplo extraordinario de este impacto lo hemos visto en la nueva manera en que se celebró este año la Cuaresma y la Semana Santa. Todos los templos y lugares de adoración de todas las religiones e iglesias estuvieron cerrados. Las redes sociales se han convertido en los nuevos pulpitos de las iglesias. Igualmente ha forzado a la mayoría de los líderes religiosos, entiéndase pastoras, pastores, sacerdotes, religiosos, religiosas, imanes, rabinos a montar sus cultos, ceremonias y programas en el internet. Toda esta experiencia, definitivamente redefine la forma en que concebimos que es ser iglesia, donde está la iglesia y de qué manera debemos vivir la fe. Por otro lado, levanta inquietantes preocupaciones, sobre todo cómo vamos a brindar cuidado pastoral y atención a las personas mayores y aquellos que no tienen acceso a esta tecnología. Pensemos en la realidad de otros países hermanos que por sus realidades particulares tampoco tienen acceso a este nivel de tecnológico. Durante prácticamente toda la cuaresma, los templos de todas las iglesias del país estuvieron cerradas. ¿Ha hecho esta realidad que se haya perdido la fe? ¿El que no puede ir a la iglesia, es menos cristiano que el que puede asistir? ¿Cuál es la Iglesia? ¿Es el templo la iglesia? ¡Esta nueva tecnología es una herramienta que llegó para quedarse! Y luego que pase el coronavirus: ¿Regresaremos a los modelos anteriores para continuar viviendo nuestra fe? ¡Definitivamente que el COVID-19 nos ha cambiado la vida! ¡No solo la vida de nosotros los puertorriqueños, ha cambiado la vida de toda la humanidad!

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48 TRIGÉSIMA SEGUNDA REFLEXIÓN

Desde este confinamiento en la casa cural de la parroquia de las Mercedes hago está reflexión y meditación. P. Eduardo Arce Lara Sincelejos, Colombia La experiencia de la pandemia me ha servido para crecer con más fe y poner mi esperanza solo en Jesucristo, hijo de Dios. ¿Quién pudiese imaginar está experiencia histórica que estamos viviendo a nivel mundial? Se escuchan voces, escritos de personas, especulaciones, populistas, mediáticos, profetas de la destrucción, entre otros; analizando está experiencia con más profundidad y bajo la lupa de los signos de los tiempos que nos muestra el Espíritu Santo. Podemos preguntarnos ¿Cuál es el origen de este COVID-19, por qué surgió y para que surgió? Buenas preguntas para discernir los caminos, el del hombre y el camino de Dios. El camino de Dios es perfecto y el camino del hombre siempre será tortuoso, alternativa si el hombre camina con Dios siempre será dichoso. Ahora bien algunos han atribuido todo esto a un castigo divino, pero los que creemos en Dios sabemos y nunca lo veremos así. Creo que todo ha sido consecuencias del camino equivocado que está transitando el hombre de hoy. Tantos enfoques en direcciones equivocadas, competencias en búsquedas de poder, egoísmos destructores, inversión en la guerra, entre otros. Dios Padre nos ha mostrado en su hijo Jesucristo que las experiencias negativas son oportunidades para repensar, reorganizar la vida en todos sus aspectos. Levantarnos juntos para crear una nueva sociedad dónde se valore la persona como elemento fundamental de esa nueva sociedad. Jesucristo nos muestra que con el signo de la entrega desinteresada y con su actitud de servicio lo más importante y necesario es la vida y la persona humana y esa es nuestra esperanza.

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49 TRIGÉSIMA TERCERA REFLEXIÓN

Saby Cardona Laica Iglesia Episcopal de Puerto Rico Misión San Pablo

Hoy día el mundo se enfrenta a una epidemia mortal que afecta todos nuestros sentidos trayendo incertidumbre, ansiedad, depresión, entre otras. Dicen que la esperanza es lo último que se pierde, pues que no se pierda hermanos porque ante las adversidades debemos reconocer que Dios tiene un propósito para con cada uno de nosotros. Confiemos en su fidelidad. La Fe en Dios nos permite un mensaje firme y contundente. La tristeza nos puede visitar, pero el gozo está dentro de nuestro ser al tener la real firmeza de que Dios está con nosotros. En Filipenses 4:13 dice "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. Con todo esto Dios nos llama a tener una relación más estrecha con el Señor Jesucristo. Amén

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50 TRIGÉSIMA CUARTA REFLEXIÓN

Pastora Mabel Correa Rodríguez Iglesia Casa de Adoración y Restauración La Familia del Reino Puerto Rico

En tiempos de tanta incertidumbre debemos aferrarnos a nuestra fe. Una fe sencilla, sin adornos, de plena confianza en Dios. Este momento nos ha llevado a practicar las enseñanzas bíblicas que tanto hemos escuchado. Es la semilla que ha sido sembrada en nuestros corazones, que ahora germinará, crecerá y dará buenos frutos. Unámonos en oración, demos gracias a Dios por su misericordia y por la vida que proviene de Él. No dudemos, un día todo esto acabará y contaremos los milagros que ha hecho Dios.

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51 TRIGÉSIMA QUINTA REFLEXIÓN David A. Álvarez Obispo Jubilado Iglesia Episcopal Diócesis de Puerto Rico

Según en otras épocas, en la nuestra nos ha tocado experimentar lo que leímos sobre las pandemias y plagas en otras épocas y sus consecuencias. Hacia el Siglo IX es que la humanidad pudo conocer y comenzar a entender el mundo microscópico que compartimos. Tenemos conocimiento de la necesidad y beneficios de ciertas bacterias en nuestro organismo, como, por ejemplo, el tracto digestivo. La actual bacteria, ya conocida como Coronavirus y la actual Covid-19, nos ha sorprendido por la inhabilidad de la sociedad actual, aún con los avances médicos, de reconocer su peligrosidad y efectos presentes. El efecto primordial, creo que es el descubrimiento de las desigualdades sociales. Mientras un boxeador, pelotero, baloncelista, artistas y otros, se glorían de los millones que reciben por sus habilidades, quienes ejercen su labor en la educación, en los hospitales, en la seguridad, en los colmados, en la limpieza de las calles y tantas otras funciones esenciales, no han sido objeto de nuestro reconocimiento y apoyo financiero. La experiencia de Covid-19 debe ser un aprendizaje en muchos aspectos. Uno que debe ser prioritario es el reconocimiento de toda labor honrada sin escalafones de privilegios económicos que otros igualmente esenciales, no están teniendo.

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52 TRIGÉSIMA SEXTA REFLEXIÓN Afirmando la Unidad de la Fe y el Servicio en Cristo Una Reflexión Ecuménica e Interreligiosa para ser compartida con la comunidad ecuménica de Arecibo en la Pascua del 2020 Tema o Título: Sed del Dios vivo Rvdo. Héctor Felipe Soto Vélez Pastor Metodista Secretario Ejecutivo del Concilio de Iglesias de Puerto Rico Salud y paz a la familia de la fe en Cristo: Junto a ustedes celebramos alabando y bendiciendo el nombre de nuestro amado MAESTRO Y SEÑOR JESUCRISTO. Él es quien nos ha mostrado el Camino de la Vida abundante y significativa. Él es quien nos guía en el encuentro con la GRACIA DIVINA, y nos enseñó a confiar en quien nos ama como PADRE Y MADRE y a quien reconocemos como DIOS CREADOR. Confesamos que hemos experimentado en lo más profundo de nuestra mente y del corazón el llamado del ESPÍRITU SANTO que inspira y guía a todo el Pueblo de Dios en el peregrinaje de la fe y la búsqueda de la Luz, la Vida y el Amor. Confesamos la fe en el DIOS VIVIENTE que se nos revela como familia divina. La imagen de la Santísima Trinidad, o la Tri-Unidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) refleja una verdad teológica que nos conduce en el camino de la liberación y realización humana. Aquí nos reconocemos como parte de la Iglesia y sentimos que fuimos injertados por la acción de Cristo, que nos dice: Yo soy la Vid verdadera y ustedes los sarmientos. Y añade: porque separados de mí no pueden hacer nada. También, se nos enseña en el Bosquejo de la Fe, comúnmente llamado el Catecismo, que la Iglesia es una, santa, católica y apostólica. Somos el Pueblo de Dios que camina con fe, amor y esperanza procurando la unidad del Cuerpo, bajo una Cabeza, que es nuestro Señor Jesucristo. Confesamos nuestra fe en Cristo que nos libera y al mismo tiempo nos capacita para cultivar y mantener la integridad y la unidad de espíritu, alma y cuerpo; aunque en el entorno nos rodean las contradicciones y la diversidad. Él nos acoge con amor y nos invita a ser familia, junto a la familia divina, a participar del nuevo orden que Jesús llamó el Reino de Dios. Él nos conduce por la senda estrecha que lleva a la justicia y la paz. Los cristianos meditamos y reflexionamos escudriñando en la historia, buscando las huellas de la presencia divina y valorando el tiempo y el espacio que ocupamos en este mundo. Muchas veces nos sentimos como peregrinos transitando por un valle de sombras y de muerte. Recurrimos a la oración y a la lectio divina. Así descubrimos en los libros de la sabiduría antigua una luz que nos sirve de guía. Por esta razón muchos nos identificamos con el libro de los Salmos. A modo de ejemplo, está el Salmo 42, una

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53 oración que describe nuestra agonía existencial. Vibramos con las palabras sabias de un antiguo poeta y profeta, y con él nos atrevemos a suplicar: Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo. ¿Cuándo vendré y me presentaré delante de Dios?... ¿Por qué te abates, alma mía, y te turbas dentro de mí? Espera en Dios, porque aún he de alabarlo, ¡Salvación mía y Dios mío! Salmo 42:1-2, 5 (RV95) Las iglesias cristianas nos invitan en estos tiempos de agonía existencial al encuentro en la oración en la celebración del Octavario o Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos. Celebramos bajo los auspicios del Consejo Pontificio para la promoción de la unidad de los cristianos y la Comisión de Fe y Constitución del Consejo Mundial de Iglesias y se sugiere los días del 18 al 25 de enero de cada año como el tiempo propio para tomar conciencia sobre el llamado a la unidad. Se aprovecha el marco litúrgico entre la conmemoración de la Confesión de San Pedro y la Conversión de San Pablo en el hemisferio norte y los días cercanos a la Fiesta de Pentecostés en el hemisferio sur. Nos invitan y comprometen para abrir nuestros corazones a la humildad y la hospitalidad que caracteriza al servicio amoroso cristiano que nos debemos como hermanos y hermanas que compartimos la misma fe, y con la misma devoción a la humanidad y a toda la creación. Junto a la oración y el servicio mutuo al prójimo nos une el valor que damos a las Sagradas Escrituras. Hoy les invito a leer y meditar juntos en un relato del Cuarto Evangelio. El capítulo 4 del Evangelio según Juan en primer lugar, nos remonta a los tiempos de Moisés. En el desierto, dicen las Escrituras, el Pueblo de Dios (los hebreos) no tenía agua y Dios mandó a Moisés y a Aarón que sacaran agua de la roca. La fe nos dice que del mismo modo, el Dios Viviente frecuentemente viene a nuestro encuentro y suple a nuestras necesidades a través de los otros. El encuentro en el pozo de Jacob entre Jesús y la mujer samaritana muestra que el diálogo con el que es diferente, con el extranjero, el desconocido, puede ofrecer luz si se respeta y valora la diversidad (sea por género, etnia, origen, nacionalidad, edad, ideologías y otras). Si la mujer hubiese seguido las normas tradicionales de su cultura se hubiera ido cuando vio a Jesús acercarse al pozo. Ese día, por alguna razón, no siguió las normas establecidas. Tanto ella, como Jesús, rompieron con el patrón de conducta establecido. A través de este “romper moldes” nos muestran una vez más que es posible construir nuevas relaciones. Mientras Jesús lleva a término los planes del Padre, la mujer samaritana, por su parte, deja el cántaro de agua, significando con este gesto que ella ya podía ir más allá, que no estaba limitada al papel que le había impuesto su sociedad. Ella (mujer) es la primera persona que según el relato del evangelio proclama a Jesús como el Mesías. Romper moldes es un imperativo, una exigencia Grupo Ecuménico Los Del Camino Arecibo, Puerto Rico 25 de abril de 2020


54 radical, un desafío evangélico para aquellos y aquellas que quieren hacerse más fuertes y sabios en su fe. Que la mujer samaritana dejara su cántaro indica que ha encontrado un don mejor, un bien mayor que el agua que vino a buscar. Encontró un nuevo espacio social que da reconocimiento de su dignidad humana y le permite fortalecer su autoestima. Ella reconoce el don mayor que aquel judío extranjero, le está ofreciendo. Es difícil para algunos encontrar el valor y reconocer como un bien o como algo sagrado lo que pertenece a otro. Sin embargo, reconocer el don que pertenece a otro como algo bueno y sagrado es un paso necesario hacia la unidad visible que con humildad procuramos. Nos es necesario aprender y crecer en todas las experiencias de encuentros, desencuentros y reencuentros que nos ofrece la vida. Ante esta metáfora evangélica dramatizada en el encuentro junto al pozo de Jacob, reconocemos que todos los seres compartimos las mismas necesidades básicas. En este caso es saciar la sed fisiológica. Y a todos se nos ofrece la oportunidad de ayudar y contribuir para satisfacer las mismas. El encuentro con Jesús en el pozo exige que dejemos atrás nuestros cántaros. Nos preguntamos: ¿Cuáles son para nosotros esos cántaros? ¿Cuáles son los obstáculos mayores que debemos afrontar? ¿Qué nos impide trabajar juntos y en armonía y ser agentes de la unidad? Necesitamos volvernos al Dios tierno y amoroso y suplicar que nos transforme y sensibilice, que nos ayude a aprender del encuentro de Jesús y la samaritana, porque el encuentro con el otro nos hace personas y nos abre nuevos horizontes para experimentar la gracia. Ayúdanos, Señor a romper nuestros moldes, a vencer nuestros miedos y temores y a abrazar nuevos desafíos. Ayúdanos a levantar nuestras voces y que podamos cantar con gozo el himno de Frank Mason North. Entre el vaivén de la ciudad Entre el vaivén de la ciudad, más fuerte aún que su rumor; en lid de raza y sociedad, tu voz oímos, Salvador. Doquiera exista explotación, falte trabajo, no haya pan; en los umbrales del terror, oh, Cristo, vemos te llorar. Un vaso de agua puede ser, hoy de tu gracia, la señal; más ya las gentes quieren ver tu compasiva y santa faz. Hasta que triunfe tu amor y el mundo pueda oír tu voz y de los cielos, oh, Señor, descienda la Ciudad de Dios. La paz de Cristo sea con todos. INRI (In Nobis Regnat Iesus) Grupo Ecuménico Los Del Camino Arecibo, Puerto Rico 25 de abril de 2020


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TRIGÉSIMA SÉPTIMA REFLEXIÓN LA ESPERANZA Y LA ACCIÓN Evangelista & Predicador Edmundo Álvarez Iglesia Episcopal San Pablo Arecibo, Puerto Rico El mundo ha sufrido diferentes crisis o pandemias que podríamos definir como actos por consecuencias o estados naturales del mundo y otras creadas por el propio hombre o mujer. Entre las situaciones de crisis que el mundo ha recibido, muchas de ellas son reveladas por nuestro libro sagrado, La Biblia y otros en los relatos de libros de historia. Algunos relatos bíblicos están contenidos en el Viejo Testamento; Genesis (diluvio, hambruna en Israel); otros en el Nuevo Testamento (lepra, persecuciones y muertes a cristianos); los narrados en libros de historia (las cruzadas, sed de conquista del hombre al nuevo mundo, plagas como la peste, guerras por dominios territoriales, guerra civil en EU y en otras partes del mundo, la gripe española, guerras mundiales y recientemente el COVID-19 ); y ahora, ante la avaricia del hombre: (la indiferencia ante la hambruna mundial, la marginación de pueblos enteros para saquear sus recursos, la devastación del medioambiente, las exploraciones marinas y subterráneas que afectan la vida marina y estremecen las profundidades de la tierra, la construcción desmedida de vías de comunicación, edificios, obras de infraestructura, plantas farmacéuticas y de otros productos que vierten sus desperdicios al medio ambiente, y transforma dramáticamente el mundo que Dios nuestro Padre nos regaló, “Gen. 1:1-31”). En la historia del hombre, muchas situaciones nos presentan la esperanza que ha existido, que nos revela la manera que se ha manejado la fe, que ha guiado a miles a esperar la llegada de distintas soluciones de males, problemas y situaciones que ha tenido que enfrenar el hombre y la mujer a través de la historia y el desarrollo del mundo en situaciones de evolución tanto geográfica, étnica, religiosa, materialista y ahora la llamada era del progreso o nueva era de la civilización. Existen muchos textos bíblicos donde podemos encontrar en ellos, si los meditamos, la esperanza que se nos infunde desde la perspectiva divina, citamos algunos: Josué, 1-9; Isaías, 41:10; Jeremías, 29:11; Lamentaciones, 3:24; Lucas, 1:37 y Efesios, 3:20. En este caminar, (los seres humanos), nos hemos convertido en esclavos de nuestra propia conducta materialista que nos lleva muchas veces a cometer crímenes, tanto humanos como naturales, dejando una estela de incertidumbre en las generaciones venideras. Muchos padres y madres nos preocupamos y enorgullecemos de las metas alcanzadas por nuestros hijos, aunque estas no representen los valores reales de la vida humana cuando Jesús nos trajo el nuevo mandamiento: ¡Ustedes deben amarse unos a otros como yo los he amado! (Juan 13:34).

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56 Por tanto, hermanos y hermanas, un nuevo comienzo no puede alejarse de la esperanza, el libro de Job 11:18, la Palabra nos dice: “volverás a confiar porque tendrás esperanza, y rodeado de paz podrás dormir tranquilo”; pues sin esta, estaríamos convertidos en desechos de nuestra propia conducta que nos estará consumiendo en un laberinto de desasosiego e incertidumbre, que nos alejara más del camino de Jesús y nos proporcionara una recaída moral tan alarmante que ya no seriamos capaces inducirnos a un mejor porvenir para cada uno de nosotros, ahí estaríamos definitivamente en total distanciamiento de los decretos de nuestro Señor y podríamos convertirnos en esclavos de nosotros mismos. La acción a la que nos llama Jesús, está centrada en abrazar la esperanza; San Pablo en su carta a los Romanos nos dice: “gocémonos en la esperanza, soportemos el sufrimiento, seamos constantes en la oración”; y con la conducción de una fe inquebrantable, guiarnos a un nuevo comienzo todos los días, puesto que todos los días son diferentes, por tanto, debemos manejar estas situaciones de diferentes formas y maneras, siempre colocando nuestras acciones conforme a los decretos y valores que nuestro Señor nos enseñó. Jesús, con su acción, nos brindó las guías para una vida plena, nos enseñó a orar, nos regaló múltiples ejemplos de misericordia y bondad, dio muestras de valores incalculables como la amistad que demostró a sus discípulos.

¡ANIMENSE, Y CON LA ESPERANZA LLEGUEMOS A LA ACCIÓN!

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57 TRIGÉSIMA OCTAVA REFLEXIÓN Una Agenda de Afirmación de la Esperanza (Romanos 12:1-2) Rvdo. Ángel Luis Rivera Agosto Ministro Ordenado Iglesia Cristiana Discípulos de Cristo Puerto Rico No nos debe resultar ajeno el sentimiento de melancolía que embargaba al escritor cubano Alejo Carpentier, cuando, en su obra, el Siglo de las Luces, nos dice que “hablar de revoluciones, imaginar revoluciones, situarse mentalmente en el seno de una revolución, es hacerse un poco dueño del mundo. Quienes hablan de una revolución se ven llevados a hacerla…a edificar la Ciudad del Futuro…y toda revolución-¡si lo sabré yo!-llega, tras de heroicos clamores, de himnos triunfantes, con una segura secuela de pruebas, dolores y penurias.” Es en esa dimensión de “pruebas dolores y penurias que describe Carpentier donde todos y todas los que soñamos con un mundo mejor nos hemos visto tentados y tentadas a estacionar nuestros esfuerzos, con un fuerte componente de indignación y sacrificio abnegado, por un lado, pero, por el otro, con el recuento de nuestra tragedia cotidiana, desfilando en silencioso agobio, sorda congoja y hasta pérdida de la esperanza. ¿Acaso no tiene un desenlace feliz nuestra historia de solidaridad, entrega y construcción de lo nuevo? ¿Hemos de conformarnos con sueños fatuos y fútiles, en constante digestión de lo inasible, caminando a más no poder, sin llegar definitivamente al puerto de lo que tanto hemos añorado? ¿Tendrá el mal, la injusticia, la venganza, la traición y la conveniencia, la última palabra en los procesos sociales que vive nuestro Puerto Rico? Una sombra de derrota muy bien podría ensombrecer nuestro panorama de actividad y pensamiento. Sin embargo, desde la teología cristiana podemos afirmar un rotundo NO a las preguntas anteriormente formuladas. Esto, porque no depende el texto bíblico del reconocimiento de quien ostenta el poder. No somos un cántico al sistema vigente o al interés individualista. La teología cristiana se gestó y se desarrolla, aún hoy, en una formulación comunitaria y solidaria, que parte desde el sufrimiento del pobre, del marginado, de la mujer, del huérfano, del trabajador y trabajadora, de aquel a quienes los teólogos contemporáneos llaman el “no-persona”. Por eso, desde las visiones de los profetas, pasando por la vida, muerte y resurrección de Jesús de Nazaret y llegando hasta la “osadía de un encarcelado, próximo a su ejecución por las fuerzas públicas del Imperio Romano,” desde los márgenes de la historia, el texto bíblico nos habla hoy en día a quienes resistimos desde los márgenes y la periferia del acontecer social puertorriqueño. Desde allá, y hasta donde estamos tú y yo, Dios nos llama a afirmar “esperanza contra esperanza”, al reclamo de soñar Otro Puerto Rico posible, al cántico de libertad universal, en concierto con los proyectos de liberación, de paz y de justicia que en la historia han sido y que seguirán siendo mientras el Espíritu de Dios hable a nuestro espíritu voces de dignidad y valor humano y ecológico. Grupo Ecuménico Los Del Camino Arecibo, Puerto Rico 25 de abril de 2020


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Ahora bien, no quiero con esta reflexión, el dar a entender que la tarea será fácil, o que podemos descansar absolutamente en la irrupción del Dios que se inclina y escucha el clamor del pueblo (Éxodo, Capítulo 3). La carta de Pablo, que da base a estas líneas que aquí comparto, no resulta ser un texto triunfalista, sino todo lo contrario. Es un texto de desafío, es un texto hecho a la altura de aquellos y aquellas que asumen el reto y están dispuestos a echar el resto por la lucha en la que creen. Es un texto que nos invita a una transformación, pero basada en la medida de nuestra propia estatura moral, espiritual, intelectual y vital. Algunos elementos que nos guían en esa agenda de transformación, desde la esperanza, son los siguientes: •

Afirmar la esperanza desde la centralidad del sujeto como razón y motivo de lucha: la práctica que proviene del verdadero amor, o del amor eficaz, conforme a Pablo, tiene que ver con una “entrega del cuerpo”, una “presentación del cuerpo como sacrificio vivo”. El cantautor argentino Fito Páez diría “quién dijo que todo está perdido, vengo a entregar el corazón”. Es la entrega de la corporalidad, de la esencia, de las necesidades sentidas frente a las especulaciones ideológicas del neoliberalismo. Se trata de lo último que somos y que nos define en esencia. Es este cuerpo que tengo, porque quizás no tengo más para entregar, y lo entrego todo por la causa para la cual lucho, por lo que creo, lo que sueño y lo que espero con fe militante. Ese amor y entrega como el que despliega un líder social puertorriqueño, que alza su voz y se expone a ser arrestado, por defender el derecho a que haya alimentos en medio de la pandemia del COVID-19. Es el amor y entrega de un grupo de agricultores en el Paraguay, que deciden organizarse y traer sus productos para que sean repartidos en las ollas populares comunitarias en Asunción, la capital de ese país suramericano. Es el amor y la entrega de un líder religioso ecuménico, que arriesga su propia vida y salud para mover a decenas de familias de los campamentos de inmigrantes y refugiados en Tijuana, México, para proteger a los niños de las mismas del embate del virus. Es el amor y entrega de las Madres y las Abuelas de la Plaza de Mayo, clamando por sus hijos/as y nietos/as desaparecidos durante la dictadura argentina. Se pueden brindar tantos ejemplos de altruismo, desinterés y desprendimiento en esta jornada que los mismos se convierten en ofrenda, en dádiva y en enseñanza a una sociedad penetrada por el egoísmo y el beneficio propio. Afirmar la esperanza desde un profundo discernimiento de los tiempos que nos ha tocado vivir. Más allá del sentido de victoria/derrota, de optar por quiénes son los buenos y quiénes los malos en la presente controversia, me hago eco de las palabras de Naomi Klein, cuando se le preguntó cuál era su consejo para las luchas de las generaciones emergentes. Ella respondió diciendo: “conozcan bien el sistema desde sus entrañas”. Pablo nos invita a que, en ese proceso de entrega y sacrificio vivo “no nos conformemos a este mundo, sino transformémonos por medio de la renovación de nuestro entendimiento”. La lucha tiene que seguir siendo inteligente, sagaz, astuta, que por cada golpe que entrega el sistema, se le devuelva la creatividad de un pueblo que no se resigna a vivir desde el egoísmo y la pequeñez, que sabe que el mercado no puede dominar hegemónicamente a Grupo Ecuménico Los Del Camino Arecibo, Puerto Rico 25 de abril de 2020


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la sociedad, menos a la educación que la sustenta. Conocer y entender este sistema conlleva estar consciente de que nuestra lucha no es contra carne y sangre, sino contra principados, potestades, gobernadores de las tinieblas de este mundo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Es decir, se trata del pecado que se vale de las estructuras para oprimir, perseguir, llevando cautiva la verdad en la injusticia (Romanos 1:18). Es decir, que esta agenda de la esperanza nos desafía a conocer muy bien la realidad, a dominar los cálculos, las estrategias, las informaciones que puedan sacar a relucir la agenda verdadera que prima en quienes nos gobiernan y sus acólitos del Capital, y, a través del desenmascaramiento de dicha realidad, provocar un cambio en las formas y maneras en que se aspira a construir el Bien Común. Esto conlleva el redoblar los esfuerzos de denuncia y de propuesta en esta nueva etapa que se avecina. Afirmar la esperanza desde la voluntad buena, agradable y perfecta de Dios. Un tercer elemento es el descubrimiento, en el camino de la lucha, de la confirmación de que el amor a Dios y al prójimo es exclusivo de aquellos que siguen la buena voluntad de Él. En esto se separa la paja del grano. Facundo Cabral diría que “el bien se alimenta de sí mismo mientras que el mal se destruye a sí mismo”. Por eso hay que atajar a quienes se han lucrado, se lucran y continuarán lucrándose a costa del bienestar de todos/as. Pero también hay que dar paso a proyectos sociales que levanten el talante ético del país. Esa “buena, agradable y perfecta voluntad” construye, facilita, entiende y fortalece el desarrollo humano y ecológico de nuestro país.

Antonio Gramsci nos habló de los monstruos que surgen entre el viejo mundo que se muere y el nuevo que tarda en aparecer. Eso nos llama a no ser ilusos con las esperanzas que abrigamos cuando estamos en el proceso de construir nuevas realidades para Puerto Rico. A la vista está el sistema, completamente al desnudo, el cual, sin disimulo, promueve el pillaje, la inversión de valores, el lucro personal, la injusticia y persecución sistémicas y la desigualdad socioeconómica. Hablar de esperanza también nos pone en la perspectiva de avizorar a los monstruos y a reprenderlos con nuestras acciones reivindicativas, en el nombre del Jesús que nos invita a una transformación plena y a la vida abundante.

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60 TRIGÉSIMA NOVENA REFLEXIÓN El Momento Que Estamos Viviendo y La Esperanza

P. Juan Velázquez Vicario de La iglesia La Anunciación Yauco, Puerto Rico Esperanza - etimología; del griego, Elpis. Deida de la mitología griega que personifica la esperanza. La diosa Elpis es representada por una joven mujer que lleva entre sus manos un cuerno de cabra lleno con los frutos de la tierra. Se decía que estaba dentro de la caja de Pandora por orden de los dioses y que fue el único espíritu que quedó encerrado dentro de la caja cuando salieron todos los males y la misma fue cerrada. Fue lo único que quedó para los hombres, la esperanza. Se dice que los antiguos griegos tenían una idea ambigua y en ocasiones negativa acerca de la esperanza. La tradición judeo- cristiana le da un curso diferente y la enmarca dentro de un estado de ilusión y consuelo en medio de la tribulación. El pueblo de Israel se puede ver como un buen ejemplo. Su esperanza estaba en el mesías que le devolverá a un reino de abundancia material. Daniel y su visión sobre la resurrección, nos ofrece una esperanza distinta, más allá que lo transitorio o temporal. Un reino para el pueblo de Dios para la eternidad. Jesús nos dirige hacia un proyecto de salvación semejante a la visión de Daniel, que nos parece muy cuesta arriba, que en ocasiones parece que no arranca. Desde su pasión y hasta su muerte nos ofrece algo desalentador. Sin apenas poder digerir los acontecimientos de su muerte, la vida de los discípulos se llena de alegría y esperanza gracias a una mujer menuda y con la determinación de darle un rumbo diferente a la historia de los más humildes. María; la de Magdala, fue testigo de la resurrección de Jesús y fue quien impregnó de esperanza a quienes estaban pasivamente llorando encerrados, llenos de incertidumbre y temor. A partir de entonces, la esperanza en el proyecto de la salvación del resucitado nos convoca a que entremos en el cuerpo de mujeres y hombres destinados para transformar el momento en que vivimos por difícil que sea. Y no estoy hablando del COVID-19.

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61 CUADRAGÉSIMA REFLEXIÓN ¡Salud es Vida, Salvemos la Vida y El Planeta! Dra. Martha Quiñones Domínguez Arecibo, Puerto Rico El Salmo 24:1 declara, “De Dios es la tierra y su plenitud, el mundo y lo que en él habitan.” La palabra de Dios es clara, toda la creación le pertenece a Dios y nosotros somos parte de la creación. Esto señala que nosotros no somos dueños, tenemos un rol en la creación, cultivar y guardar la creación, ser un buen mayordomo, no alguien que desperdicia y destruye los recursos. Cumpliendo esas palabras hoy nos cuidamos nuestra salud, la de las demás personas y como externalidad positiva se ha cuidado la tierra. Por eso debemos reflexionar si un cristiano puede destruir la tierra o si es nuestra responsabilidad cuidarla y ser custodios de la creación para alabar a Dios y legar un mundo mejor a nuestras generaciones futuras. Si podemos privar a nuestras generaciones venideras de lo que nos han legado hoy, con nuestro egoísmo, la codicia, la apatía, e incluso la pereza. O si nuestra responsabilidad es cuidar de la creación mientras cumplimos el mandato del Creador: compartir las buenas nuevas del evangelio, proteger la vida humana, y cuidar del planeta. Hoy ante el COVID19 somos capaces de salvar la vida de todos los seres humanos, en especial de niños, jóvenes y ancianos. Protegiéndonos y protegiéndolos, estamos cumpliendo la palabra de Dios y dando gloria al Creador. La salud es un derecho, es un asunto serio y no se juega con ella, por eso debemos exigir que el Gobierno cumpla con proteger al ser humano. Exigir pruebas para todos es nuestro deber Cristiano, para poder continuar nuestra vida solidaria y en armonía con el ambiente. Exigir que exista un Plan para volver a la vida de antes, que incluya las pruebas, la identificación y rastreo de las personas enfermas y reconocer que no seremos como antes, egoístas y gente que consumía sin pensar, ahora somos solidarios y conscientes de nuestro rol en la creación, cultivar y guardar la creación, ser un buen mayordomo. No seremos como antes, queremos un mundo nuevo y diferente, con cooperación, con solidaridad, con derechos humanos y civiles, con mayor participación y democracia real. Y añado, denunciando la corrupción (que es robo) en las contrataciones y compras que pueden costar la vida de muchos y nos coloca en vulnerabilidad ante eventos futuros. Hay que denunciar, y no seamos cómplices de la destrucción del ser humano. Defendamos la vida, la salud y la dignidad del pueblo. Seamos libres, del consumo, de las deudas, del egoísmo y seamos más solidarios, conservemos el ambiente que es nuestro planeta, y seamos responsables con las generaciones pasadas (nuestros ancianos) y nuestras generaciones futuras (nuestros niños) en el ahora y hoy que es donde construimos el futuro.

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62 CUADRAGÉSIMA PRIMERA REFLEXIÓN Br. David Rutledge CFC Lancaster, Pennsylvania Saint James Episcopal Church St. John’s Episcopal Church of Lancaster Saint Thomas Episcopal Church St. Luke’s Episcopal Church Misioneros de San Francisco y Santa Clara A nuestros queridos amigos en Puerto Rico. Saludos y paz en el nombre de nuestro Señor Jesucristo de parte de los misioneros que representan a la comunidad de Francisco y Clara, las iglesias episcopales de Lancaster, Pensilvania - Iglesia de San Jaime, Iglesia de San Juan, Iglesia de Santo Tomás - Iglesia episcopal de San Lucas en Mount Joy, Pensilvania y de nuestros muy buenos amigos en la Iglesia Luterana Holy Trinity en Lancaster! Escribo y hablo por todos los que han visitado, orado y trabajado con ustedes, lado a lado, en los últimos dos años, mientras que profundizamos nuestro amor y nuestra relación y seguimos el mandato del Señor Jesucristo de amar a nuestros vecinos. Todos estamos en medio de una pandemia mundial del virus Covid-19 que está devastando dónde estamos en Pennsylvania y sabemos dónde están ustedes también. Sabemos que ustedes están sufriendo mucho. Hasta ahora, en Pensilvania, hemos tenido más de 6,100 muertes, con alrededor de 280 de ellas en el condado de Lancaster. También tenemos muchos miles sin trabajo. Estamos haciendo todo lo posible para practicar el "distanciamiento social" mientras tratamos de contener el virus. Pero, con tantos sin trabajo y después de tanto tiempo aislado, es difícil. Sabemos que están ustedes luchadores contra la dificultad y la pobreza. El virus simplemente te dificulta aún más las cosas. ¡Pero no podemos perder la esperanza! Una cosa importante que todos debemos recordar en este momento difícil es que estamos juntos en esto. En las buenas y en las malas, Dios nos es fiel. Sepa que estamos orando por su salud y seguridad y le pedimos sus oraciones también. Oramos por tratamientos y una eventual vacuna para prevenir esta enfermedad terrible. ¡Nuestra oración común nos une! Que Dios nos mantenga a todos seguros y mientras navegamos por estos mares tormentosos. Jesús es nuestra esperanza y roca y calmará nuestros temores en medio de esta tormenta. Esta tormenta pasará y esperamos volver a estar juntos, cuando sea seguro hacerlo. ¡Mientras que esperamos, que la Bendición y la Paz de Dios estén con ustedes! Tuyo en oración diarios y con mucho amor.

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63 CUADRAGÉSIMA SEGUNDA REFLEXIÓN P. Melquíades Rojas Católico Romano Parroquia El Salvador, Manatí, P. R. Un plan para resucitar Queridos hermanos, en medio de la realidad que nos enfrentamos de tanto dolor, aislamientos, problemas económicos y muertes necesitamos sentir esperanzas que reanimen nuestras vidas y horizontes. Leí recientemente una frase que decía: "El optimismo es la fe que nos dirige al éxito. No se puede hacer nada sin esperanza ni confianza". (Frase de Hellen Keller Escritora de E.U.A.). Ella enfrentó una enfermedad a los 9 meses que le provocó la pérdida total de la visión y audición. ¿Cómo logró superar esta adversidad y convertirse en una célebre escritora y oradora internacional? No todo fue color de rosa. En un momento pudo contar con la persona adecuada que le ayudó a ver con ojos nuevos... son esos instrumentos o "Ángeles" que Dios utiliza y que toca el Corazón y lo transforma haciéndolo renacer y resucitar. Es así como les quiero compartir esta reflexión que el Papá Francisco en estos días de Pascua nos invita a un plan para resucitar. Tomado del relato de la Resurrección (Marcos 16,1-7); (Mateo 28,9) y (Lucas 24,17-19) En el relato de Marcos las mujeres (María Magdalena, María la de Santiago y Salomé) muy de mañana fueron al Sepulcro. Se decían unas a otras: ¿Quién nos correrá la loza de la entrada del Sepulcro? Hoy Nosotros, la Sociedad y el Mundo podemos hacernos esa misma pregunta. Ante el dolor por la enfermedad y la muerte de tantas personas, la ansiedad, angustias, incertidumbres del futuro por el desempleo, el hambre y miseria que muchos se enfrentan nos viene la interrogante: ¿Cómo hacer para mover o quitar esas piedras? El relato del Evangelio no dice quién las quitó. Al igual que a estas mujeres la experiencia de encuentro con el Amor Misericordioso de Jesús las movió y motivó a encaminarse a realizar un gesto de gratitud por aquel que nos amó y se entregó hasta dar su vida. También hoy muchos médicos, servidores de la salud, servidores públicos, agentes de seguridad y del orden, religiosos y todos los empleados de servicios esenciales han ayudado a mover y aliviar el peso de esas "piedras" del dolor, miedo e incertidumbre. La propuesta o invitación que Jesús nos hace y que el Papá Francisco nos invita ante esta Pandemia Covid19, ¿A qué conversión o transformación nos invita Jesús, como persona, sociedad, nación y al mundo? No podemos regresar por el mismo camino del egoísmo, la indiferencia, relativismo, consumismo y alejados de Dios. El plan de Dios en Cristo Resucitado es hacer nueva todas las cosas. El Plan de Resurrección es que algo tenemos que cambiar para un nuevo renacer. Es la invitación gozosa de Cristo Resucitado, vencedor de la muerte y del pecado. En este tiempo de tribulación y de luto, es mi deseo que, allí donde estés, puedas hacer la experiencia de Jesús, que sale a tu encuentro, te saluda y te dice: "Alégrate" (Mateo 28,9). Y que sea ese saludo el que nos movilice a convocar y amplificar la Buena Nueva del Reino de Dios. Grupo Ecuménico Los Del Camino Arecibo, Puerto Rico 25 de abril de 2020


64 CUADRAGÉSIMA TERCERA REFLEXIÓN (DÉCIMAS)

DESNUDADOS P. Teófilo Gaivao Mier Colombiano residente en Ecuador

l Lo del covid-diecinueve, // Cosa que ya es natural, Pronto tenía que pasar, // Para ver si el hombre aprende, Que sólo a su creador debe, // Lo que en la vida ha logrado, Y no siga equivocado, // Creyéndose poderoso, Olvidando que hace el oso, // Cuando se cree soberano, ll Quién pudiera imaginar, // que un virus tan pequeñito, Le pusiera corta pico, // A tan soberbio animal, Que hoy se quiere proclamar, // Como el todo poderoso, Olvidando que es poroso, // El terreno en que se mueve, Y si se equivoca puede, // Caer en profundo pozo. III Quién te dio tal poderío, // que hasta te ponen corona, Olvidando que, a la lona, // te mandó con Señorío, Aquél que te quitó el brío, // Que un día fingiste tener, Y te mostró que el poder, // Que a todos puede salvar, Sólo se podrá encontrar, // en quien creó todo ser, IV Cuando el Covid asesino, // Con su instinto criminal, Decidió al mundo atacar, // Con todo el furor se vino, Ya cuando todos nos vimos, // Sometidos por el mal, Y quisimos reaccionar, // duros fueron los combates, Que, aunque fuerte y desafiantes, // por fin podremos librar. V Mientras en laureles dormidos, // Nos mecíamos orgullosos, Todo estaba silencioso, // Cuando el virus escondido, Llegó y nos ha sorprendido, // Con los calzones abajo, Mostrándonos sin atajo, // Que absurdo es lo que pensamos, Al sentirnos soberanos, // De quién sabe qué c…

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VI Dónde está la diosa ciencia, // Dónde su tecnología, La que dueña se creía, // De toda aquella sapiencia, Que hasta vetó la creencia, // Proveniente de la fe, Y a todo el que en ellas cree, // No lo han podido salvar, De la pandemia letal, // Que inclemente se le ve. VlI Dónde quedó la sapiencia, // Que, con tanta gallardía, La nueva tecnología, // Esgrime sin la prudencia, Donde ciencia sin conciencia, // Galopa sin un control, Robándole hasta el amor, // A la sociedad actual, Donde imposible es soñar, // Lo que dicta el corazón. VIII El planeta ya cansado, // De tanto pedir clemencia, Quiso mostrar la evidencia, // Del hombre que lo ha abusado, Y tuvo que confinarlo, // Para poder respirar, Y este queriendo chistar, // Aunque de todo es consciente, Prefirió ser obediente, // Y su sentencia aceptar. IX Dónde está quien ha fungido, // Ser medida de las cosas, Porque en su mente reposa, // Lo que siempre se ha creído, Que el creador le ha concedido, // Poder sobrenatural, Para que pueda administrar, // De manera irresponsable, El mundo que quiso darle, // Como un premio sin igual. X Con las lecciones de vida, // Que el virus dio sin querer, Pudo el hombre comprender, // Que la tierra es compartida, porque ella nunca se olvida, // De sus especies menores, Y acudiendo a sus clamores, // Cuando las siente asfixiada, Vuelve a ellas su mirada, // Sin reproches ni rencores, XI Cuando todo haya pasado, // Y el mundo se cristianice, Veremos cómo lo dice, // El santo libro sagrado, Que quien ha sido creado, // Por un designio de amor, No lo tocará el dolor, // Porque Dios ha prometido, Que a todo el que haya creído, // Lo protegerá el Señor.

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XII Como todo cambiará, // Cuando pase la pandemia, La lección que nos enseña, // Seguro transformará, La conducta que tendrá, // La sociedad emergente, Del nuevo pueblo creyente, // Que, abrazado de la fe, Y viviendo lo que cree, // Lo hará con amor ferviente. XIII Por fin ya murió la prisa, // Que nos tenía acelerados, Y que, a ritmos muy forzados, // Nuestras vidas hizo trizas, Convirtiendo hasta en cenizas, // A quien del cuento comió, Y al final lo convirtió, // En prisionero de sí, Pues siempre termina así¸ // El que corriendo vivió. XIV Hoy la globalización, // Producto del consumismo, Sirve al gran capitalismo, // Como sierva sin razón, Que no sigue al corazón // Porque su interés es otro, Donde no interesa el rostro, // Del ser ni su dignidad, Si no aquella cantidad, // Que sirve al salvaje potro. XV No hay mal que dure cien años, // Ni cuerpo que lo resista, Por eso estoy optimista, // En el Señor esperando, Que nos vaya iluminando, // cómo será la enseñanza, Que, con paciencia y templanza, // tendremos que asimilar, Y a nuestro pueblo invitar, // a mantener la esperanza. XVI No quisiera terminar, // Sin antes dejar bien claro Que aquél que nos ha creado, // Con privilegio especial Quiere a todos recordar, // Que sólo hay que obedecer Los mandatos de aquél ser, // que por amor nos creó Y un paraíso nos dio, //, Para vivir a placer.

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67 CUADRAGÉSIMA CUARTA REFLEXIÓN A LOS HERMANOS Y HERMANAS “DEL CAMINO” Iván Elías y Martha Quiñones Barrio Islote Arecibo, Puerto Rico

Iván Elías. Saludos a los Amigos Del Camino, aquí Martha Quiñones e Iván Elías desde el Barrio Islote del pueblo de Arecibo en la llamada Isla del Encanto, Puerto Rico, dando un saludo y abrazo solidario en estas circunstancias en que se encuentra el país. Nosotros desde CEDDDA (Ciudadanos en Defensa del Ambiente) y COCOCATI (Corporación Comunitaria Caño Tiburones) les deseamos lo mejor. Esperamos que todos y todas se encuentren en buenas condiciones, ustedes y su familia, sabemos que esto es un tránsito que poco a poco lo vamos a pasar. Sabemos que dentro de poco vamos a poder estar en condiciones de disfrutar de la belleza del medio ambiente, ese medio ambiente que tenemos que proteger para que todos y todas podamos disfrutar del mismo. Martha Quiñones Domínguez. Saludos a los Amigos Del Camino, nos guardamos por nuestra salud y por el ambiente que se lo agradece, conservando la vida conservamos el ambiente. Estas son las palabras de consolación que tenemos hoy día, tenemos que aprender a cuidarnos nosotros mismos, a cuidar la tierra, a sembrar, a cuidarnos y aprender que podemos ser mejores seres humanos si construimos un futuro juntos en solidaridad y armonía con nuestro medio ambiente, muchas gracias.

(Digital) Iván Elías y Martha Quiñones Barrio Islote Arecibo, Puerto Rico

Por favor, oprima triángulo al centro de cuadro ennegrecido para ver y escuchar

Saludo a los Amigos del Camino desde CEDDDA y COCOCATÍ (3).mp4

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AGRADECIMIENTOS A: − Al Dios de la vida que convierte las diferencias en riquezas. − A los y las integrantes del proyecto ecuménico “Los del Camino” inspiradores de esta iniciativa. − Los voluntarios y voluntarias universales que han aportado su talento y experiencias en sus escritos para enriquecernos a todos (as). − A Edmundo Álvarez, Illiana Cuevas, Eunice Santana Melecio y José Pío González Garavito, quienes contribuyeron a este alumbramiento.

Nota Cualquier reacción, comentario o sugerencia pueden enviarla a las siguientes direcciones de correos electrónicos: santaniza@gmail.com. obrerodelevangeliodecristo@gmail.com. josepiogonzalez@yahoo.com.

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MANTÉNGANSE DESPIERTOS Y FIRMES EN LA FE.

TENGAN MUCHO VALOR Y FIRMEZA.

Y TODO LO QUE HAGAN, HÁGANLO CON AMOR.

Primera de Corintios 16: 13-14

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