Descubriendo la fauna
de los bosques Patagónicos
“Entre un denso sotobosque, largas franjas de quila, y árboles siempre verdes, habitan algunos mamíferos que permanecen la mayor parte del tiempo ocultos a pesar de su tamaño. Su difícil observación dificulta el conocimiento, estudio y determinación del estado de conservación de estas especies. Sin embargo, estudios realizados con cámaras trampas en Reserva Añihué, han aportado valiosa información sobre la presencia y distribución de algunas de ellas en un área donde, hasta ahora, no habían registros concretos”
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Instalación de cámara trampa en bosque costero dentro de la Reserva Añihué.
En la zona centro sur de Chile, predomina un clima templado-lluvioso el cual ha dado origen a un “bosque templado” único en Sudamérica, conocido también como “bosque siempre verde”. Este ambiente, se extiende desde la región de la Araucanía hasta la Patagonia (entre los 37º y 48º S ), abarcando más de 300 mil kilómetros cuadrados, incluyendo algunas áreas fronterizas de Argentina. Esta área aislada por la cordillera de los Andes y el océano Pacífico ha sido denominada Ecorregión Valdiviana, es considerado uno de los 34 puntos más biodiversos del planeta, encontrando un alto número de especies endémicas . Dentro de este bosque existen más de 4 mil especies de plantas, las cuales dan origen a un hábitat compuesto por densas franjas de vegetación, donde se esconden algunos
pequeños y medianos mamíferos terrestres (conocidos también como meso-mamíferos), siendo los más australes del continente. Aquí, producto de la aislación geográfica, estas especies han desarrollado diferentes características adaptativas a la selva Valdiviana, tales como pelajes camuflados o reducción de su tamaño corporal en comparación a mamíferos del mismo grupos en otros lugares del mundo.
Este antiguo bosque templado fue durante muchos años hogar del Pueblo Mapuche, quienes tenían un amplio conocimiento sobre este ecosistema. Ellos ya conocían a sus compañeros del bosque, asignándoles nombres en lengua Mapudungun, como la Wiña (Leopardus guigna) y el Püdü (Puda pudu), que aún utilizamos. 2
Hoy en día aún existe falta de conocimiento sobre gran parte de nuestra fauna, incluyendo a los meso-mamíferos. Algunas organizaciones estatales como el SAG (Servicio Agrícola Ganadero) y CONAF (Corporación Nacional Forestal) a través de un continuo trabajo durante varias décadas han aportado información respecto al estado poblacional de las especies, estados de conservación e invasión de especies exóticas. Sin embargo, aún es necesario comprender el sentido ecológico de nuestros ecosistemas. En el caso concreto de estos mamíferos en la selva Valdiviana, necesitamos saber cómo interactúan las diferentes especies, cómo comparten el hábitat, cuáles son sus rangos de distribución a pequeña escala, y todavía más importante, cómo podemos contribuir con su conservación.
Alrededor del año 1870 fue la primera vez que en Chile se escuchó hablar sobre conservación, destinando rápidamente un gran número de territorios para este fin. En los años siguientes se siguieron sumando hectáreas conformándose hoy más de más de 14 millones que forman parte de la SNASPE (Areas Silvestres Protegidas).
Selva Valdiviana en cerro Colorado, Reserva Añihué.
A éstas se suman diversos parques o reservas privadas, tales como el emblemático parque Pumalín, al sur de la Región de los Lagos. Así, las áreas protegidas ya sea de forma estatal o privada, generan uno de los principales aportes a la conservación tanto de los ecosistemas como de la fauna que estos albergan.
Húmedal o mallín al interior del bosque, una fuente de agua dulce ideal para el registro de Cámaras trampa. 3
En la actualidad, no cabe duda que la principal amenaza para la conservación es la especie humana. El ser humano ha llegado a un punto de no retorno, donde el crecimiento poblacional y la demanda de alimentos y servicios ha fragmentado el hábitat no sólo en la Selva Valdiviana, sino en todo el planeta. Estudios recientes desarrollados en la facultad de Ciencias Forestales de la Universidad de Chile estiman que desde la llegada de los españoles al continente americano, Chile ha sufrido una pérdida de más del 80% del bosque nativo, cinco veces superior a lo que ha ocurrido en el Amazonas1. Concretamente la demanda forestal, la construcción de carreteras e hidroeléctricas, la industrialización, y urbanización en general, constituyen impactos directos a la fragmentación del hábitat, creciendo exponencialmente en la Patagonia. Además, existen amenazas a pequeña escala, tales como la caza directa (cazadores furtivos) e indirecta (desarrollada por perros domésticos en áreas rurales), la eliminación de carnívoros depredadores a través de veneno o disparos (en zonas ganaderas) y los atropellos, entre otros, siendo prácticas bastante recurrentes sobre todo en el sur de Chile. A pesar de estos peligros y amenazas, la mayoría de estos mamíferos no poseen un estado de conservación amenazado según la UICN. Los grupos de especies que hoy se encuentran bajo amenaza son principalmente los carnívoros, incluyendo los felinos menores y las nutrias.
Huillín (Lontra provocax) avistado en Bahía Añihué. 1 A.Salzar et al. 2016 http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/
Bosque siempre verde en Reserva Añihué. 4
Rol de Reserva Añihué Dentro de la Selva Valdiviana, Reserva Añihué ocupa un área bastante particular, albergando un bosque dentro de un extenso borde costero originado por la desembocadura del Río Palena. Este componente genera un ambiente dinámico, permitiendo la presencia de una mayor diversidad de meso-mamíferos. En los últimos 7 años, la Reserva ha tenido como objetivo levantar una línea base de la biodiversidad que se encuentra en el lugar, tanto marina como terrestre. Para estudiar esta última, se realizó un trabajo mediante cámaras trampa, permitiendo ampliar el conocimiento de qué especies de mamíferos habitan aquí y cómo utilizan el hábitat.
¿Cómo se realiza el estudio con cámaras trampa? Las cámaras trampa o trofeo son una buena herramienta que permite corroborar presencia de animales, ver rangos de distribución local, e incluso evidenciar comportamientos. Éstas poseen un funcionamiento autónomo, el cual permite dejarlas por largos perÍodos de tiempo en un lugar. Las cámaras disponen de un sensor de movimiento infrarrojo el cual se activa y hace registro en video o ráfagas de fotografías, delatando a los animales que difícilmente podrían ser avistados en una caminata por el bosque a la luz del día.
Específicamente dentro de la reserva, se realizaron registros durante aproximadamente 4 años, aportando con registros oportunistas. Dentro de la investigación se consideraron dos áreas de estudio importante, la Zona A, la cual se caracteriza por tener poca accesibilidad terrestre con un amplio borde costero y la Zona B, con mayor cobertura de bosque, mayor accesibilidad y presencia de un mallín (humedal). Aquí el equipo de la reserva Añihué instaló las cámaras trampa dejándolas en promedio de 2 a 4 semanas registrando, a modo de no interferir mucho en los lugares de estudio. Además, las cámaras fueron alternadas cada cierto tiempo con el propósito de tratar de ocupar la mayor cantidad de área en ambas zonas.
Asistente científico de Reserva Añihué probando el funcionamiento de la cámara trampa para su instalación.
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¿Cómo saber dónde instalar las cámaras trampa? Ésta es una de las interrogantes que siempre estuvo presente en el equipo científico al momento de instalar las cámaras trampa, ya que los animales en teoría podrían transitar por cualquier lugar. A diferencia de otros estudios con la misma tecnología, el objetivo de la reserva era registrar todo, sin existir un cebo que atrajera a los animales. Entonces, la clave del éxito para obtener registros estaba en encontrar las pistas. Así, la presencia de huellas, heces, senderos, cuerpo de agua dulce como supuestos bebederos, sirvieron como referencia a la hora de posicionar las cámaras en el extenso bosque costero.
¿Qué se ha descubierto? Al final de la investigación, se habían registrado 1540 días con cámaras trampa de los cuales un pequeño porcentaje tuvo registros positivos, reflejando la dificultad de observar a estos animales. Las primeras fotografías y grabaciones confirmaron la presencia de Pudú (Pudu puda) y Güiña (Leopardus guigna). Posteriormente, algunos mustélidos como huillines (Lontra provocax) y Chungungos (Lontra felina) también fueron capturados por la cámara. Estos, si bien se suponía su presencia en el borde costero, fue una sorpresa registrarlos al interior del bosque. Finalmente los carnívoros más grandes se dejaron ver, registrando a un zorro culpeo Registros con CT, de arriba hacia abajo: Puma, Pudú, (Lycalopex culpaeus) y un Puma (Puma concolor). Guiña melánica (pelaje negro) y Zorro culpeo. 6
En total se registraron 9 especies de mamíferos, sumando a la lista, un coipo (Myocastor coypus) asociado al humedal y un quique (Galactis cuja). Desgraciadamente, hubo una captura de un mamífero introducido, el visón (Neovison vison). Este mustélido, pariente del Huillín y el Chungungo, fue traído desde Norteamérica entre las décadas 30 y 70, con fines de peletería. Hoy en día es una gran amenaza para la fauna silvestre del sur de Chile y la Patagonia, compitiendo con otras especies y depredando gran cantidad de aves nativas y otros animales. Respecto a la comparación de las zonas A y B, no se encontraron diferencias mayores en la diversidad de especies, siendo en ambas el Pudú y la Güiña los animales con mayor registro. Por otra parte, fue posible apreciar que el Pudú prefiere las actividades diurnas, con mayor frecuencia al atardecer, mientras que la De arriba abajo: visón (introducido) y quique (nativo), Güiña prefiere las actividades nocturnas y ambos pertenecientes al grupo de los mustélidos. matutinas.
¿Cómo continuar colaborando con la conservación? Si bien la fragmentación del hábitat es un problema imposible de detener, las áreas silvestres protegidas (públicas o privadas) constituyen los puntos principales donde permanece la esperanza de poder aportar soluciones a esta problemática. Es aquí donde es posible conocer y estudiar la fauna en su hábitat natural, por lo cual es de suma importancia valorar las iniciativas científicas que allí se realicen. Son diferentes los estudios que han planteado las bases para generar un cambio de conciencia, tanto a nivel individual, colectivo como gubernamental, en la protección y conservación de nuestra flora y fauna.
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Reserva Añihué, teniendo un área silvestre protegida privada, pretende continuar con sus registros de cámaras trampa para profundizar en temas como especies introducidas (Visón), aportar en información de conductas y estacionalidad, presencia y ausencia, entre otros. De esta manera se espera contribuir a la comprensión y la protección de la amplia biodiversidad que aquí habita orientando la gestión ambiental. Así también, continuar transmitiendo el conocimiento a la comunidad local, para difundir la importancia que merece nuestro patrimonio natural.
Por equipo Reserva Añihué Fotografías de M.I.Meza, H.Pacheco, J.P.Espinoza, J.Poblete.
www.anihuereserve.com aquiros@anihuereserve.com Tel (56 9) 62196002 (56 9) 94449449
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