La Sabiduría De La Anciana Abadesa. Cuenta la historia que en tiempo de las cruzadas había un monasterio regido por una abadesa de gran sabiduría. Las monjas oraban, trabajaban, servían a Dios llevando una vida austera, silenciosa y observante. Un día, el obispo pidió, que se destinara a una monja para predicar en la comarca. Después de reunir a su consejo y deliberar la abadesa designo a la hermana Clara, una novicia de gran virtud, inteligencia y demás. Así la hermana Clara se adueñó de secreta ciencia estudiando y descifrando códices en su vasta biblioteca, fue discípula aventajada de grandes maestros, podía leer la escritura en su lengua original e interpretarla en la actual…las monjas bendecían a Dios por lo profundo de sus reflexiones. Fue a arrodillarse ante la abadesa y le dijo “¿Puedo ir ya, reverenda Madre?” Y la anciana abadesa vio su iluminado rostro lleno de respuestas. <<Todavía no, hija, todavía no…>> Fue enviada a la huerta, allí trabajo de sol a sol, cuidó cada una de las cepas del viñedo y reconocía cuando el fruto podía ser cortado, luego fue enviada de tornera, escuchaba detrás de la puerta un sinfín de injusticias que los patrones cometían con sus trabajadores. La abadesa la llamó y vio que Clara tenía fuego en las entrañas y los ojos llenos de preguntas. <<No es tiempo aun, hija mía…>> Fue enviada a una solitaria ermita en el monte, semanas de soledad y ejercicios espirituales interrumpida solamente por el mandato de cuidar a los viajeros que pasaban por su territorio algunos llenos de llagas, malheridos, apestados. Veló durante noches a los enfermos lloraba al enterrarlos y se sumergió en el misterio de la vida y de la muerte. Esto también la hizo caer enferma y fue cuidada por una familia de una aldea cercana, aprendió a ser débil y pequeña, se dejó querer y recobró la paz. Cuando regreso al monasterio, la madre abadesa la miró, la encontró más humana, más vulnerable. Tenía la mirada serena y el corazón lleno de nombres. <<Ahora sí, hija mía, ahora si>> la acompaño hasta el gran portón y la bendijo mientras las campanas tocaban para el rezo del Ángelus, la hermana Clara echó a andar hacia el valle para anunciar allí el Santo Evangelio… …Dolores Aleixandre