CULTURA
5C I DIARIO MONITOR I JUEVES 24 DE FEBRERO DE 2005
LAS IMÁGENES QUE EL TIEMPO MADURA
Rodrigo Moya condensa su vida como profesional de la lente en el libro Foto Insurrecta, así como instantáneas de los momentos clave de la segunda mitad del siglo XX en México
ENTREVISTA Sara Mascarúa Sánchez
FALLO OFICIAL: El único medio cubano que consignó la muerte de Cabrera aseguró que padecía una obsesión fanática contra la revolución.
Cabrera volverá a Cuba cuando la isla sea libre, afirma su viuda Silencio en la nación caribeña ante el fallecimiento del literato; revela su familia que quedaron dos novelas inéditas Agencias Los principales medios informativos estatales cubanos, incluyendo las emisoras de radio y televisión, mantenían hoy el silencio sobre el fallecimiento, el pasado lunes en Londres, del escritor cubano Guillermo Cabrera Infante. Solamente la edición digital de la revista La Jiribilla informó desde La Habana de su muerte y lamentó “su obsesión fanática” contra la Revolución. “Renovador del lenguaje narrativo, integró el llamado boom de la literatura latinoamericana y por encima de sus propias diatribas contra su país de origen, sus escritores y sus instituciones, lo mejor de su obra pertenece al patrimonio literario de la nación cubana, a su cultura y a quienes la defienden frente al acoso y la mentira”, dice el único medio local que informó sobre el hecho. “Muchos de sus textos periodísticos de los últimos años —añade— estuvieron, lamentablemente contaminados con su obsesión fanática en que se convirtió su posición política contra la Revolución Cubana, que le llevó, incluso, a prohibir la publicación de su obra en Cuba.” Por otra parte, destaca que Cabrera Infante fue autor de las novelas Tres tristes tigres (1965) y La Habana para un infante difunto (1979), los volumenes de cuento Así en la paz como en la guerra (1960) y Vista del amanecer en el trópico (1974), además de varios libros de crónicas, crítica cinematográfica y ensayos. El escritor, que al triunfo de la Revolución fue un cercano colaborador del presidente Fidel Castro hasta 1985, cuando se exilió, falleció a causa de una septicemia tras una operación quirúrgica de cadera. Mientras tanto, desde Londres, la viuda de Cabrera Infante, Miriam Gómez, dijo que “hay Guillermo para rato”, en referencia a las dos novelas, numerosos artículos y textos inéditos que ha dejado al morir el autor de “Tres tristes tigres”. Gómez informó que el escritor cubano escuchó antes de morir la maqueta de un disco con música de Cuba que está produciendo el cineasta español Fernando Trueba con intervención del pianista Bebo Valdés. “Fernando se lo hizo llegar a través de la hija pequeña de Guillermo, Carola, que viajó a Madrid, y esa fue la última música que oyó, ya que una
hora después estaba muerto”, recordó la viuda. El escritor será incinerado el viernes en Londres en una ceremonia estrictamente familiar a la que asistirán sus dos hijas, Ana y Carola, y sus nietos. La viuda afirmó que tras la cremación del cadáver, guardará sus cenizas para llevarlas a Cuba “cuando sea libre” y agregó que después de que ella muera, quiere que las suyas se unan a las del escritor. Cabrera Infante ha dejado dos novelas por publicar, Itaca vuelta a visitar y La ninfa inconstante, explicó Gómez. Esta última está en cierto modo acabada, pero el problema, según la viuda, es que Cabrera Infante llevaba ya escritas más de mil páginas y quería reducirlas a cuatrocientas. La Habana para un infante difunto se desarrolla en los años 40; Tres tristes tigres, acaso la obra más famosa del novelista, en los 50, y la acción de “La ninfa inconstante” también tiene lugar hacia mediados de ese decenio, explicó Miriam Gómez. Itaca vuelta a visitar la comenzó Cabrera Infante cuando, siendo diplomático en Bruselas —donde ejerció como agregado cultural de la embajada cubana, entre 1962 y 1965—, tuvo que regresar precipitadamente a La Habana porque su madre estaba muriendo, y no llegó a tiempo para verla con vida. Según su viuda, el autor había dejado esa obra a un lado para dedicarse a otras y quería completarla cuando pasara cierto tiempo. Apasionado del cine, una de sus últimas alegrías, según la ex actriz Miriam Gómez, fue ver una copia de trabajo del filme todavía no terminado The lost city, cuyo guión escribió él mismo para el actor y director estadounidense de origen cubano Andy García. “Mientras nosotras (las mujeres de la familia) nos íbamos de compras, Guillermo se quedaba muchas veces viendo películas con su nieta más pequeña, por la que estaba loco y que a su vez le adoraba”, explicó la viuda. Gómez también dijo que se está realizando una nueva versión del filme Vanishing point, de 1971, sobre guión de Cabrera Infante. Por otro lado, el pintor, escenógrafo y cineasta español Frederic Amat prepara, según Gómez, una película de animación con otro guión que escribió Cabrera Infante a los 17 años, bajo el título de El aullido.
¿Cómo ve su trabajo fotográfico a la distancia? Cuando hacía la fotografía tenía una serie de ideas sociales, ideológicas y profesionales que no estaban quizá en la esencia de la imagen y que ahora toma madurez con el tiempo. Muchas fotos que yo consideraba intrascendentes toman peso, no sólo por su contenido histórico sino también por valores prácticos formales, hoy he retomado un aprendizaje para ver mi fotografía. ¿Cambia el recuerdo de lo que hizo, al enfrentarlo con las imágenes? Los recuerdos y las circunstancias se avivan y se clarifican a través de las imágenes, lo que cambia es el sentido, el peso de esas imágenes, ya fuera del contexto de origen. Fuera de la vorágine de las circunstancias y de la urgencia, de la información que contenían o de la búsqueda que contenían. Todo eso se condensa, en este caso muy particular, con el crédito de los editores a quienes debo mucho la realización de este libro y su belleza, porque debo reconocer que es un libro bello. Y un libro que encierra el sentido ideológico de toda una época... Sí, eso no lo niego. El pensamiento del “fotógrafo comprometido”, de la “fotografía social” y de la “fotografía documental” y lo digo entre comillas porque la crítica contemporánea estí ahora muy metida en las fotografías frívolas, que tienden a deformar la realidad, entrecomillan siempre la calidad de compromiso. Siempre fui un fotógrafo comprometido porque siempre he sido un hombre comprometido, no puedo evadir mi condición ideológica en mi trabajo y en el México que retrato. ¿Faltacompromisoenelfotorreportaje actual? Sí, pero eso no es por culpa de los fotógrafos, ellos producirían un trabajo comprometido e interesado en la realidad, en el campo o en los trabajadores en la medida que hubiera medios que lo difun-
FOTOS: TOMADAS DEL LIBRO FOTO INSURRECTA
APF
R
odrigo Moya (México, 1934) es uno de los reporteros gráficos y documentalistas que marcó el mundo fotográfico de nuestro país durante 14 años, de 1955 a 1968. Personaje alejado de los reflectores, prefirió trabajar en solitario para explorar el mundo y registrar cuanto acontecía en él, siempre con una ideología de izquierda, progresista y en defensa de los marginados. Hoy, a medio siglo de iniciarse profesionalmente en el campo de la foto y tres décadas después de estar fuera de ese mundo, regresa con el libro “Foto Insurrecta”, editado por Ediciones el Milagro y que se presenta hoy por la noche en el Centro de la Imagen. En él se condensa buena parte de su vida profesional y la de los personajes que se incluyen, resultado de una selección detallada de sus archivos, mismos que comienza a reorganizar y seleccionar para legarlos a “alguien” que aún no tiene rostro ni nombre. Con 70 años de edad, Moya sigue siendo un hombre comprometido con sus ideales y retoma un aprendizaje para ver sus fotografías, esas imágenes cargadas de ideología y hechos innegables de una época de cambios y fuertes transformaciones.
RITOS REPUBLICANOS: Desfile del 16 de septiembre, sobre Avenida Madero, en 1958. la idea de trabajar un concepto particular o trabajos sobre personajes; sí fotografíe celebridades y lo hacía lo mejor que podía, con imaginación y normas internas de composición, pero nunca estuve detrás del personaje famoso para colarme a la fama también.
PANAMÁ: Huellas del levantamiento popular del 64. dan, los medios tienen compromisos por todas partes y están acordes con esta forma de hacer foto alejada de la realidad. ¿Esa realidad que usted fotografío ha cambiado? No, no ha cambiado mucho o ha cambiado demasiado y estamos peor. Veo ahora el campo en el que me metía y los barrios bajos mexicanos como Chalco o Netzahualcóyotl y son diferentes, en los 60 uno podía meterse y caminar tranquilamente con la cámara, entablar un trato fugaz pero cordial con la gente, la inseguridad era escasa, ahora no hay quien se meta a esos lugares y solo menos. ¿Qué lo que lo atrapó de los personajes anónimos? Siempre me interesó mucho el hombre de campo, de las ciudades, el hombre marginado,
esos fueron mis temas. La gente de las clases marginales que no solamente están peor sino que se han multiplicado ferozmente, ese otro México, no igual y con los mismos problemas sino más grandes y peores, esos ojos que miran. A mi me interesaba y conmovía mucho todo ese entorno que recorría entre campesinos, tengo algunos perfectamente criollos, blancos, en uno de mis reportajes se encuentra el de la zona islera con personajes con poca sangre indígena, pero tan jodidos como un indígena del sureste. También están los personajes no anónimos como “el che” Guevara... Sí, en el trabajo de fotógrafo de prensa documentalista te tropiezas mucho con los personajes, pero vas al paso, no me interesó nunca
¿Siempre trabajó solo?Fui un fotógrafo solitario, no estaba en grupos ni buscaba a los célebres, hay muchos colegas que saben que mientras más gente famosa tengan en archivo, más fácil es que le monten una exposición o le hagan un libro. A mí me interesó más este tipo de retratos anónimos, esos sí los buscaba o encontraba en reportajes sobre la marcha, como fotógrafo vas viendo el mundo y seleccionando tus imágenes, a mi me atraían mucho los rostros de nuestro pueblo. ¿Cómo enfrenta ahora la fama? Estoy aterrado con la presentación, no he vuelto a México desde que se inauguró la exposición (en el Centro de la Imagen) y ahora me están dando muchas citas para entrevistas y demás. La fama no me interesa, nunca me ha interesado. Se dice que soy una época y lo admito; pero no soy más que parte de un “continum” de desarrollo de la fotografía, sí tendré un lugar allí, pero sin buscar fama ni gloria, el que quiera apoyar mi trabajo que me compre mis fotos.
HISTORIAS DE LO COTIDIANO: Imágenes tomadas entre 1950 y 1960. Una tolvanera excepcional, la represión de ferrocarrileros y la vida en el norte.