camellón benvenuto cellini
El espacio público de la Ciudad de México carece de continuidad, carece de esa agrupación de elementos que siguen una misma línea y dirección; no hay continuidad visual, lo cual por un lado enriquece el sentido de apropiación de la ciudad y por otro genera una paleta diversa de acabados, señalamientos, topografías, vegetación, etc., tampoco hay una continuidad en la toma de decisiones y mucho menos de acciones en el mismo espacio. Darle continuidad al cruce poniente-oriente del Periférico hasta Av. Revolución, va más allá de la unión de los cuatro camellones que existen entre estas dos avenidas, va quizá hasta el acceso a la línea 12 en la estación del metro Mixcoac entendiendo las intervenciones realizadas por las instituciones públicas y por los usuarios, va desde vincular a la comunidad de la Universidad de la Tercera Edad, la del Centro de Desarrollo Social, la de la Capilla del Cristo Redentor, la de la Escuela Primaria Amado Nervo con los usuarios del CETRAM, va quizá hasta no generar una uniformidad en el diseño y dejar que esas faltas de continuidad visual resalten desde los elementos existentes. Bajo la estrategia de raccord se trabaja con los planos existentes: un degradado de 3 metros a 30 cm para generar el pavimento, que se va alternando con la vegetación existente para generar las circulaciones, los recorridos, las áreas de estar y de juego, pensando sobre este tema en la recuperación del mobiliario y de los antiguos juegos de concreto y de acero como la jungla de aros, las esferas giratorias y la representación de los animales del zoológico mediante las piezas desarrolladas a finales de los sesenta bajo el proyecto de asistencia social de Maria Esther Zuno. El espacio público tiene la capacidad de destruir pero también de reestructurar la memoria, de darle continuidad también al pensamiento.