El Antejardín Fanzine No. 1

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El Antejard铆n

Fanzine No 1 - Mayo de 2011 - Distribuci贸n Gratuita


El Antejardín. Fanzine Dirección · Diagramación Juan David Jaramillo Flórez.

Comité editorial Marcela Ceballos G. • Miguel Arango M. • Camilo Tabares G. • Juan Jaramillo F.

Edición y corrección de textos Lina Mondragón Pérez.

Colaborador Juan Diego Sanín Santamaria.

Fotografía Equipo Antejardín. Lina Mondragón Pérez

Ilustración Carolina Jimenez. Publicación impresa en la casa Distribución gratuita y de libre circulación Mayo de 2011 Medellín • Colombia

www.antejardinoficina.com


“Como gran parte del diseño en el siglo XX vino determinado por la percepción de los fabricantes y lo que éstos decidieron que los usuarios deberían tener, no es extraño que se disponga de grandes cantidades de datos de mercado, pero de muy poco conocimiento sobre lo que la gente piensa realmente del diseño. En ningún otro aspecto hay una mayor necesidad de investigar y establecer unos indicadores claros de cómo se entiende el diseño.” El Diseño en la vida cotidiana

Jhon Heskett 3


Antes del Jardín Juan David Jaramillo Flórez Para dar comienzo a la serie de publicaciones propuestas por la oficina de diseño Antejardín, aquí presentamos una breve reflexión sobre los retos a los que pensamos que está enfrentado el diseño hoy en día, y explicamos la importancia de vincular el trabajo práctico con un ejercicio analítico que nos conduzca a una teorización susceptible de ser divulgada. Es importante comenzar diciendo, tanto para quienes conocen del debate como para aquellos que apenas comienzan a interesarse, que la definición de diseño que acá proponemos reúne las principales condiciones que determinan el proceso y se acoplan al trabajo realizado en Antejardín: el diseño sería entonces una actividad que permita interpretar los comportamientos de una población en un tiempo y espacio determinado para

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resolver los problemas que considere pertinentes. Partiendo de esta definición creemos que es necesario vincular el trabajo académico al desarrollo de proyectos, haciendo de la lectura del entorno un aspecto determinante para la identificación de cambios y necesidades. Así mismo, hacer de la experimentación un punto determinante para la generación de proyectos ya que el conocimiento y la implementación de conceptos y técnicas experimentales, aumentan el espectro de las posibilidades proyectuales. El diseño como lo entendemos en Antejardín, abarca múltiples etapas y procesos, considerando tres elementos muy importantes para el desarrollo de todo tipo de proyectos de diseño: 1. La investigación concreta para la lectura de problemas y que responda a condicio-


nes puntuales de un contexto y un tiempo determinado. Haciendo énfasis en el Diseño Socialmente Responsable, pero sin dejar de lado otros proyectos que hacen parte del mundo del diseño. 2. El desarrollo de proyectos de diseño donde la experimentación formal, técnica y conceptual pueda aplicarse en la formalización, generando con ello respuestas innovadoras. 3. La generación de un proceso de divulgación y un debate académico (teóricopráctico) con personas de la disciplina y público en general para construir una postura personal o profesional a partir de la teorización de los proyectos realizados, generando con ello el diálogo necesario para enriquecer el diseño con diferentes discursos. Estas ideas han regido nuestra mirada frente al diseño y han permitido que iniciativas como la creación de la oficina de diseño Antejardín sean posibles. De igual manera, este fanzine representa el terreno desde donde esperamos crecer como diseñadores al expresar lo que

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pensamos, a la par de que nos dejamos llenar de otras posturas. Por ello, cada publicación contará con la participación de invitados, que harán más llevadera nuestra labor y con la que seguramente crearemos un grupo de discusión y de peleas bastante nutrido, porque tal como dijo un amigo por estos días: la pelea fortalece la amistad en la medida que uno puede entender que el otro piensa distinto y que ser amigos no es estar de acuerdo en todo. ¡Bienvenidos!


Jardinear:

De la importancia del contacto Marcela Ceballos González Pensando en el antejardín, me encontré hace unos días con uno bastante particular mientras caminaba por un barrio residencial de Medellín. A pesar de contener solamente una especie vegetal -una planta que se repetía muchísimas veces llenando el rectángulo construido de unas flores amarillas muy lindas- se destacaba por su aparente desorden y descontrol. Este antejardín evidenciaba un gesto. La intención de la mano de quien hace y cuida estaba implícita en esta configuración que, me pareció, buscaba mostrarle al transeúnte cierta irre-

Fifteen Pairs of Hands (Bruce Nauman)

verencia muy bien mantenida. Un antejardín, además de aparecer como el área que separa una fachada de la calle pública, sugiere mucho sobre los sentidos estéticos de quienes habitan el lugar, y por evidente que parezca, esta comprensión me llevó a pensar en lo importante que es la concepción, la conformación y el cuidado de uno de estos. Cuando la responsabilidad de mantener un espacio depende del trabajo que se hace con las manos, casi necesariamente se genera un sentido de pertenencia con ese lugar. Así este se encuentre “afuera”, se vuelve un espacio propio y una manera de comunicarse con el espectador: la importancia del contacto. Cuando una persona trabaja en su antejardín se evidencia su cercanía con el proceso que lleva a cabo. Esto se da porque, sin más, hay un deseo de realizar bien una tarea. Jardinear hace que el contacto permanente con la tierra, con las herramientas, con las plantas y con la concepción y transformación de un espacio, estreche los lazos entre la persona y el proceso. Lo mismo sucede con los oficios: el contacto con los materiales da paso a diversos procesos creativos, permite que las tareas se hagan bien y que el resultado sea satisfactorio, aun si este no es “exitoso”. De este modo se reivindica la experimentación. El hacer como tal es la finalidad, y este se da natural-

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mente porque las manos, y los dueños de las manos, adquieren un conocimiento a través de la experiencia, del tacto y de la relación que se establece con un material que se sabe transformar. Y entre tanto tacto y contacto, se logra plasmar algún gesto en la acción. Presento estas ideas porque pienso que la disciplina del diseño industrial tiene mucho que aprender de estas labores de jardinería. El diseño ha tendido a relacionarse con los procesos productivos desde ámbitos puramente técnicos, respondiendo muchas veces a elementos cercanos a lo masivo y a lo rentable exclusivamente. Así, se puede ver cómo los resultados surgen de procesos altamente industrializados que nos alejan de la responsabilidad que implicaría crear un objeto de diseño que dependa del trabajo directo con los materiales. El que otros hagan lo que el diseñador concibe hace que le esté faltando tocar, oler, saborear, transformar. Los procesos de experimentación necesitan reforzarse y entenderse como un camino para crear vínculos con los objetos que proyectamos y con las personas que están finalmente en contacto con ellos. En este punto se evidencia cómo la búsqueda de técnicas más cercanas a lo cotidiano y con las que

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se pueda acceder más profundamente al conocimiento generado desde la experiencia con un material, podría darle al diseñador la posibilidad de desarrollar propuestas más cercanas a las personas. Con resultados más “cálidos” se lograría empezar a pensar en una industria que se torne un poco a esa tendencia humana del contacto, esa que busca imprimir una intención en lo que se hace y que necesariamente acercaría al diseñador con el productor y con el usuario. Para finalizar dejo estas palabras que hacen parte de la obra “Instructions Pieces 1960 -2009”, de Yoko Ono. Un ejercicio que considero logra evidenciar la necesidad de apropiación de los espacios y los diversos procesos creativos a través del contacto humano con su entorno. “Pedazo de ciudad 1: Encuentre un espacio que sea agradable para usted. Mantenga limpio ese espacio. Piense en ese lugar cuando esté lejos”.


Hablaré de cerámica Miguel Arango Marín

Lo que haré es contar un poco sobre mi experiencia con esta técnica y sobre las múltiples posibilidades que considero puede brindarle a los diseñadores locales. Conocí la cerámica a mediados del 2007 gracias a que mis padres estaban participando en unas clases en el Oriente Antioqueño con un profesor enamorado de este material. Asistí a un par de sesiones con ellos y me sorprendí gratamente al descubrir un universo completamente nuevo, lleno de misterios por develar y posibilidades por explorar. Este primer acercamiento se quedó así. Luego, en el 2009, desarrollando un pro-

El Yupi (GilbertoArango)

yecto para la universidad tuve la oportunidad de retomar la cerámica para hacer una serie de propuestas de diseño. Los resultados me sirvieron para dimensionar el inmenso campo que ofrece la cerámica para materializar ideas, objetos, productos y sobre todo para experimentar con ella.

a un taller de rakú, una técnica de decorado donde se logran acabados realmente especiales al someter las piezas a fuertes choques térmicos. En este lugar, hemos tenido varias experiencias con este proceso y hemos producido algunos

Casa Antillana (Gilberto Arango)

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Ese mismo año me inscribí con mi padre

buenos resultados. La decoración en la cerámica sea en rakú o en otras técnicas, es quizás uno de los componentes más relevantes y complejos de realizar. Actualmente estoy participado en un pe-


queño proyecto de desarrollo de produc-

a gran escala de unas 3.000.000 de pie-

tos en cerámica a pequeña escala. Vengo

zas mensuales.

trabajando en esto desde hace más de un

Terminaré diciendo que las posibilida-

mes y he aprendido algo sobre el mate-

des de explorar la cerámica ya están,

y lo que no.

Fotografía 11

Fotografia: Miguel Arango

rial, sobre lo que se puede hacer con él

La cerámica es una técnica que permite materializar las ideas y propuestas de cualquier disciplina creativa. Y lo mejor, no es ajena a nosotros, cerca de nuestra

solo faltan las ganas y la creatividad. Qué

ciudad podemos conocer las dos caras

bueno sería que desde el diseño se co-

de la industria: por un lado, en el Car-

menzaran a proponerse piezas cerámi-

men de Viboral encontramos talleres de

cas que trascendieran el objeto utilitario.

mediana producción que cuentan con

Aquí quedan la invitación y el reto.

un personal de mucha experiencia en el tema. Por el otro lado, en Caldas, está ubicada la empresa Corona de producción

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Bacana tu moto Juan Camilo Tabares

De qué se trata

En el año 2009, en la ciudad de Medellín Se llevó a cabo un proyecto en la ciudad, con el que se pretendía erradicar el uso de animales (caballos) como elementos de tracción para el transporte de carga principalmente. El proyecto contemplaba que a los “cocheros” que se dedicaban al transporte de escombros en la ciudad, se les recibía su implemento de trabajo (caballo y carreta) y a cambio se les otorgaba un “capital semilla”. Este fue usado por los “cocheros”, bien sea en nuevas ideas de negocio, o bien para la adquisición de motocarros, los cuales poseen una mayor capacidad de carga ampliando de esta manera sus oportunidades de trabajo.

En qué va esto

Ya han transcurrido algo más de dos años desde que los primeros cocheros decidieron hacer el cambio, y a medida que el tiempo ha pasado, ellos mismos han encontrado la forma de ir adaptando sus motocarros a su forma de trabajo. Lo interesante, es que han recuperado parte de su antigua forma de trabajo y lo han traído nuevamente, para volver más confortable su desempeño diario. Estas son algunas de las adaptaciones que se han logrado evidenciar en estos motocarros.

Carga

Para aumentar la capacidad de carga, los cocheros ubican tablas a los costados del volco, algo muy común en el sistema de transporte anterior.

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El Asiento

Elementos en el asiento de la moto, como cojines, alfombras, mantas, entre otros, y que antes se veían aplicados a las carretas haladas por caballos, se repiten acá, con el fin de hacer más cómodo el asiento y así soportar jornadas de trabajo largas.

Los Pasajeros Al ubicar una tabla transversalmente en el área de carga, se amplía la capacidad de transportar a más de una persona, elemento que también se aplicaba de la misma forma en los coches anteriores.

Emergencia Son pocos los precavidos, este elemento es nuevo en su sistema de trabajo, algo primordial, pero que no se ve en todos los motocarros.

De donde venimos

Este elemento que hace referencia al antiguo sistema, para muchos cocheros tenerlo presente en sus nuevos motocarros es primordial, da cuenta del estrecho vínculo que se tenía con el caballo, como compañero de trabajo.

Herramientas Además de usar palas y rastrillos para facilitar el llenado de los escombros, se usan elementos adicionales como las sogas, representativo del sistema con los caballos.

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Sombra

Aunque algunos modelos traen una carpa original, esto incrementaba el costo del motocarro, los cocheros se ingeniaron la forma de adaptar una pequeña carpa, que satisficiera sus necesidades de sombra.


Juan Diego Sanín Santamaría Hace diez años hubiera sido difícil que algo que hubiera dado en llamarse “Antejardín” tuviera algo que ver con Diseño. Para ese entonces el antejardín -ese umbral florido entre el caos de la ciudad y el confort de la casa - no existía para los diseñadores más que como algo allá afuera en la vida cotidiana, una ordinaria peculiaridad más de lo que era nuestra pintoresca, extraña y poco interesante cultura. Para ese entonces el Diseño -me habían dicho a mí en la universidad- era la profesión del futuro: cosa sofisticada y espléndida, prometedora no solo de una “calidad” sino además de un “estilo” de vida que uno podía encontrar en percheros, sillas, lámparas, cajas, bolsas y dibujos hechos por computador. El Diseño parecía ser la profesión elegida para continuar el mundo creado por los dioses. Como resultado de un proceso pseudocientífico emprendido hace tiempo por ex-alumnos de diseño (entre los que me incluyo) y “disciplinas afines” influenciados por aquello denominado el giro cultural, y motivados por algo así como un “redescubrir el agua tibia”, encontramos el lado maravilloso y extraordinario

de la vida cotidiana y de la cultura local. Hoy diseñadores con una perspectiva encuentran nuevas relaciones entre el antejardín y el diseño, y entre la vida cotidiana y su práctica profesional. Y es gracias a esos “nuevos” diseñadores que Antejardín aparece como un espacio para las manifestaciones de lo que uno podría considerar como ese nuevo Diseño. Acá yo quisiera señalar algunas diferencias entre esas nuevas perspectivas del diseño, principalmente del que se realiza de manera profesional como una actividad independiente, y del cual Antejardin hace parte y las promesas que yo veía en el Diseño hace diez años. Lo que más me ha llamado la atención de la posición asumida por muchos diseñadores independientes, es que no les interesa continuar con el mundo que la historia les ha dejado y más sorprendente aun, están empeñados en cambiarlo. Yo había visto en los libros de Historia que el

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autogestionando y reciclando. Cambiar el mundo, me han hecho pensar muchos de los que lo han hecho, no consiste en cambiar a todo el mundo, solo basta con cambiar uno mismo y hacerse parte integral del cambio que uno ha creado.

Diseño Industrial, con su positivista ideal de progreso, no hacía mas que mejorar el mundo: muebles más cómodos, automóviles más veloces, electrodomésticos más eficientes, envoltorios más higiénicos, mercancías industriales más baratas; parece ahora que el pasado no podía estar más equivocado. El desequilibrio ambiental, la explotación laboral, la homogeneización cultural son solo algunos de las negativas consecuencias que se atribuye no solo a esos productos, sino además a los modelos sociales que les dieron origen. A mediados de la década pasada alguien dijo que el diseño podía cambiar al mundo, al parecer muchos lo creyeron, y más allá de lo que dicen los libros de ecodiseño o los manuales de comercio justo, muchos lo están haciendo: des-serializando, consumiendo productivamente,

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A diferencia del diseño de academia –del cual yo hago parte- que está empeñado en construir definiciones a partir de diferencias, lo que uno puede ver manifiesto en muchas prácticas profesionales independientes es un cuestionamiento de esas definiciones y una intención de trabajar más allá de las diferencias. El diseño de “salón”, parece a veces estructurar la disciplina construyendo definiciones. Se programan reuniones, se trabaja en equipos y se definen tareas para de la manera más exacta posible y usando palabras sacadas de diccionario elaborar frases, componer párrafos y publicar documentos institucionales en los que se delinean los principios fundamentales de la disciplina, en ellos se trazan los límites entre el objeto, la imagen, el vestido y con ellos las fronteras de lo que los diseñadores gráficos, industriales o de vestuario pueden o no hacer. A muchos estudiantes se les queda grabado,

“(...) lo que uno puede ver manifiesto en muchas prácticas profesionales independientes es un cuestionamiento de esas definiciones y una intención de trabajar más allá de las diferencias”.


otros parece que no aprendieron esas definiciones y que están cuestionando lo que dice en ellas. En sus objetos y en las tácticas que les dan forma los límites se desvanecen, las dimensiones se fusionan, las tipologías se transgreden, los consumidores actúan como productores. El cambio que silenciosamente proponen ahora, saben que no lo pueden lograr desde la oficina de una empresa. Cuando uno salía de la universidad, pensaban los padres, las cosas que el hijo o la hija hicieran las iban a poder comprar en el Éxito. Ofertas de trabajo iban a llover de las más importantes empresas, entusiasmados todos con las habilidades de uno. No faltó mucho para darse cuenta que muchas de las “cosas” que venden en el Éxito son escogidas de catálogos de productos que envían desde China, que por eso las empresas no necesitan muchos diseñadores, que los que trabajan en ellas pasan la vida frente a la pantalla de un cubículo en una oficina abierta, donde tienen prohibidas las lluvias de ideas y demás técnicas creativas. La autogestión, en cambio, parece ser la táctica implementada a través la cual se perpetua y toma forma el diseño independiente, a través de ella las oficinas se arman en habitaciones de apartamento, zonas residenciales han sido convertidas en vías comerciales y sus casas en almacenes, sumado a esto muchas tecnologías industriales se han vuelto domésticas e incluso portátiles, permitiendo la producción de objetos en pequeña escala, de estrategias comerciales indepen-

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dientes; esto ha dado forma a un nuevo mercado independiente y sin intermediarios que comienza a constituirse en torno a nuevos productos y servicios postindustriales. Por último, sin importar si estos diseñadores están interesados en el “international design”, el “cool hunting” global, el “sustainable living” o el “diseño social” o el “peace of mind”, me parece que representan una importante faceta, tal vez en formación y tal vez la primera, de lo que yo me atrevería a llamar diseño local. Puede que sean ellos los que aparezcan luego en los libros de historia del diseño, por haber cambiado el mundo cuestionando el que ya otros habían hecho y autogestionando ellos mismos uno nuevo.


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Fotografia: Carolina Jimenez.

El Antejardín es una publicación que recopila periódicamente reflexiones, ilustraciones, fotografías y otras expresiones que buscan mostrarle al lector múltiples puntos de vista cercanos a la disciplina del diseño. En cada número se reúnen pensamientos y opiniones que aportan a la construcción de una mirada ampliada de este quehacer creativo.

Encuéntranos contacto@antejardinoficina.com

www.antejardinoficina.com


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