¡ÚNETE A LA TRANSFORMACIÓN SOCIAL A TRAVÉS DEL ARTE CON ANTiDOGMA!
Antidogma Arte y Cultura, A.C. es una organización sin fines de lucro, donataria autorizada, cuya misión es el fortalecimiento del músculo cultural de nuestra sociedad a través de iniciativas artísticas y educativas que promueven la perspectiva de género, la equidad, la diversidad y la no discriminación.
Publicamos y distribuimos de forma gratuita ANTiDOGMA revista de arte y cultura, tanto en formato físico como digital. Hoy contamos con 8 números publicados, con un tiraje total de 37,000 ejemplares y con una plataforma en línea que ha impactado a más de 150,000 personas.
Producimos materiales audiovisuales con distintos agentes culturales. Al día de hoy tenemos más de 150 videos y 100 podcasts de libre acceso albergados en nuestros canales de YouTube y Spotify.
Impartimos cursos, talleres, conferencias y capacitaciones sobre temas de arte y cultura, también de carácter gratuito, en preparatorias, universidades, museos, librerías, centros culturales, teatros, galerías, etc., alcanzando a más de 30,000 participantes de diversas edades, geografías y estratos sociales.
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Directoras editoriales
Reyna Aguiar Basurto
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Comité editorial
Reyna Aguiar Basurto
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Gloria Angélica Corona
Belena Hesles Ferreiro
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Adriana Martínez Noriega
Imelda Morales Ferrero
Sofía Neri Fajardo
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Coordinación de diseño
Irina Rentería Aguilar
Fotografía
Reyna Aguiar Basurto
Mónica Arandia
Saudhi Batalla
Maribel Bolom Gómez
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Valentine Colin
Alejandro Chellet
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Gladiola Espinoza
Rodrigo G. García Reyes
Verónica González de León
Esperanza Islas Arroyo
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Johann Lara
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Ángela Mercado Shelley
Tina Modotti
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Antonio Outón
Adolfo Pérez Butrón
Alejandro Pizarro
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Jorge Ruiz
Néstor Quiñones
Rodolfo Suárez Montesinos
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Liliana Velázquez
Antonio Yussif
Producción audiovisual
Reyna Aguiar Basurto
Mónica Arandia
Miriam Cinthia Cerna
Rosales
Nicolás Cuilty
Esperanza Islas Arroyo
Adriana Martínez Noriega
Elihú Nava
Ivonne Navas
Brenda Novoa
Colaboraciones
Mónica Arandia
Andrés Ardila
DIRECTORIO
Ana Mariel Atta Delgado
Alejandra Bárcena
Daniela Barky Jafif
Ana Sofía Bermeo Silva
Maribel Bolom Gómez
Erma Cárdenas
Ximena Carreola Montes
Denisse Castañeda
Miriam Cinthia Cerna Rosales
Mak Sinán César Bazán
Natalia Cosío Peña
Colectiva Danzariega
Canario de la Cruz
Marianela de la Hoz
Eranny Díaz
Verónica Dorantes Horta
Montserrat Escobar Maitrett
Cecilia Fernández Sánchez de los Monteros
Itayuyu Gabriel Díaz
Leobardo García Córdova
Arantza Monserrat
García Durán
Rodrigo G. García Reyes
Mariana Gómez Maqueo
Cemeli Hernández Cortés
David Jair Hernández Rodea
Belena Hesles Ferreiro
Esperanza Islas Arroyo
Nancy Jarquín Hernández
Yuruen Lerma Mayer
Yoshua Noé Leyva Barragán
Pancho López
Regina López Bernal
Rían Lozano
Yara Sofia Martínez Queb
Sarelly Martínez
Tania Mena Bañuelos
Ángela Mercado Shelley
Alondra Joad Méndez Suárez
Carolina MercadoOcampo Paniagua
Cheram Morales
Francisco Morales
Imelda Morales Ferrero
Fernanda Moreno Carreño
Alejandra Nandayapa
dela Rosa
Eileen Paulina Nava Campa
Gabriela Ortiz Figueroa
Paulina Pacheco Baltazar
Gabriela Belén Palacios
Berenice Pardo Hernández
Mauricio Patrón Rivera
Catalina Pérez Meléndez
Néstor Quiñones
Montserrat Rábago Cortés
Meribeth Ramírez Hernández
María Francisca Ramos
Emmanuel Razo
Laura Reséndiz Espinosa
Ma. de las Nieves
Rodríguez Méndez
Emiliana Rodríguez
Rodríguez
Lyz Sáenz
Minerva Salado
Verónica Salame
Karla Valentina
Sánchez López
Silverio Sandate Morales
Sofía Santa Olalla Figueroa
Giuliana Schiavone
Alexia Marie Storsberg
Manzano
Rodolfo Suárez Montesinos
Azul Monserrat Tapia
Hernández
Capitán Tolstoi
Francisco Toro
Sofía Torres Urteaga
Johan Trujillo Argüelles
Adriana María Urso
Pamela Valadez Sierra
Luis Valverde
Juan Carlos Viera
Teresa Zacarías Figueroa
Dinorah Zepeda Campos
Entrevistas
•Marisol Argüelles, directora del Museo de Arte Carrillo Gil
•María Eugenia Chellet, artista visual
•Santiago Diez de Sollano, fundador de El Clavo
•Astrid Hadad, actriz, cabaretera y cantautora
•Tamara Ibarra, Asamblea de Artes CDMX
•Ana Francis Mor, secretaria de Cultura de la CDMX
•Alejandra Nandayapa, directora Centro Cultural Exconvento de Santo Domingo
•Johan Trujillo Argüelles, estratega cultural
•Lorena Wolffer, artista y activista cultural
Vinculación institucional y gestión
•Rita Abreu, Instituto Mexicano de la Radio
•Daniela Amador, Galería Oscar Román
•Mónica Arandia, El Clavo
•Marisol Argüelles, Museo de Arte Carrillo Gil
•Marisa Belausteguigoitia, CIEG, UNAM
•Mirna Calzada, Domicilio Galería
•Lunnia Campana, 175 Showroom
•Patricia Conde Juaristi, Patricia Conde Galería
•Julien Cuisset, Le Laboratoire
•Michelle Desfrenne, gestiones Astrid Hadad
•Maribel Escobar Varillas, Ex-Teresa Arte Actual
•Augusto Espinto, gestiones
Maria Eugenia Chellet
•Angustias Freijo, Galería Freijo
•Leobardo García Córdova, Ángulo Galería
•Modesta García Roa, CIEG, UNAM
•Mariana Gómez Maqueo, Patricia Conde Galería
•Diego González, Domicilio
Galería
•Yazmin Herrera Vega, Córdova Plaza
•Tamara Ibarra, Asamblea de Artes CDMX
•Karim Kuri, Córdova Plaza
•Carlos López, Ezkorzo, Soluciones de impacto visual
•María Fernanda Macías, Ibero Puebla
•Armando Martínez, ArtSpace México
•Mónica Martínez, Galería L
•Francisco Morales, The Front
•Cheram Morales, 175 Showroom
•Alfonso Navarrete, Centro de la Imagen
•Arturo Rodríguez, La Caja Arte y Cultura
•Carlos Román, vinculación
artística Chiapas
•Oscar Román, Galería
Oscar Román
•Luis Valverde, Galería
Tianguis Neza
•Liana Vázquez, Galería
Enrique Guerrero
•Polo Vidal, Galería L
Asesoría legal en propiedad intelectual y derechos de autoría
•Sergio F. Aguilar / Sac Abogados
•Mauricio Jalife Daher, Jalife/Caballero Despacho de Abogacía
•Mariana Ramírez Mejía, Jalife / Caballero Despacho de Abogacía
•Silverio Sandate Morales
Prácticas profesionales
Elena Alejandra Ramírez Tovar, Licenciatura en Comunicación, Ibero Puebla
Apoyo en redes y página web
Esperanza Islas Arroyo
Elena Alejandra Ramírez Tovar
Capitán Tolstói
Procuración de fondos
Silverio Sandate Morales
Portada
Francisco Toro, “Retrato XII”, Decollage, 2020
Tercera de forros
Marianela de la Hoz, “Mitochondrial Eve”, Temple de huevo sobre madera, 2019
ANTiDOGMA agradece a todas las personas físicas y morales, especialmente a: Beatriz Ávalos Sartorio
Andrés Carretero Martínez por el gran apoyo brindado para la impresión de este número.
Asimismo, agradece la participación de Mario Filio y Elena Alejandra Ramírez Tovar por prestar su voz para realizar las cortinillas de entrada y salida de nuestros episodios del Podcast “Arte y cultura en ANTiDOGMA”; a Elena Alejandra Ramírez Tovar por el apoyo para subir los materiales del mismo a Spotify; y a Carlos López de Ezkorzo, Soluciones de impacto visual por la impresión gratuita de las calcomanías para difusión.
4. Punctual: “El arte de perder” por Najhmi Cartagena. Catalina Pérez
6. Cultura Viva Comunitaria para defender los territorios. Gabriela Belén Palacios
7. El arte postal: un espacio de resistencia y diversidad. Juan Carlos Viera
8. El cuerpo-texto de las mujeres. Montserrat Escobar Maitrett
10. La psicología en el arte. Nancy Jarquín Hernández
11. La cárcel no me define. Gabriela Ortiz Figueroa
QR: Compilación de cartas del taller “Sentipensarnos desde nuestros afectos” facilitado por ANTiDOGMA a mujeres en el Centro Penitenciario y de Reinserción Social Nezahualcóyotl Bordo de Xochiaca
12. La recomendación cinéfila en busca de amistad. Andrés Ardila
13. La Asesina Inocente. Erma Cárdenas
14. Los corridos tumbados y la etiqueta ¿punk? Capitán Tolstói
QR: Linktree: Capitán Tolstoi, artista y agente musical
QR: Entrevista a Alejandra Nandayapa de la Rosa, directora del Centro Cultural Exconvento de Santo Domingo, Chiapa de Corzo, Chiapas. Edición: Miriam Cinthia Cerna Rosales
21. Iyejtyal ja’ / Rostros del agua. Canario de la Cruz
22. Surimbia. Sarelly Martínez
24. Jayajpapä ore yomoram / La escritura de las mujeres zoques. Lyz Sáenz
25. La mujer en el patrimonio cultural inmaterial.
Maribel Bolom Gómez
26. Pancho Calderas (ojo por ojo). María Francisca Ramos
27. Darle al clavo. Entrevista a Santiago Diez de Sollano.
Mónica Arandia
QR: Entrevista de Mónica Arandia a Santiago Diez de Sollano, fundador de El clavo, Querétaro. Edición: Mónica Arandia
28. Evolución y migración. Minerva Salado
30. Perspectivas del arte feminista en Morelos. Denisse Castañeda
COBERTURA ESPECIAL
33. Synapse: Huir del olvido, Lorena Wolffer. Dinorah Zepeda Campos
QR: Visita guiada con entrevista a Lorena Wolffer por la exposición Synapse, en Galería Domicilio. Edición: Esperanza Islas Arroyo
34. NO + X A.MOR al arte. Silverio Sandate
QR: Entrevista a Ana Francis Mor, Secretaria de Cultura de la CDMX #Susecrechula. Edición: Esperanza Islas Arroyo
36. Porque de esto vivimos. Emmanuel Razo
38. Un Consejo para la Cultura en la CDMX. Néstor Quiñones
QR: Entrevista a Tamara Ibarra, Asamblea de Artes CDMX. Edición: Elihú D. Nava
39. Sobrevivir al medio artístico en México. Una entrevista con María Eugenia Chellet. Yuruen Lerma
QR: Entrevista a María Eugenia Chellet, artista visual. Edición: Esperanza Islas Arroyo
QR: “Soy totalmente Rubens”, videoarte-collage de María Eugenia Chellet. Edición: Ivonne Navas
42. Autogestión y desafíos de financiamiento del arte contemporáneo en la Ciudad de México. Laura Reséndiz Espinosa
44. Central. Hacer el festival. Pancho López
46. Apuntes para un pliego petitorio al sector cultural. JohanTrujillo Argüelles
QR: Entrevista a Johan Trujillo, estratega cultural.
Edición: Miriam Cinthia Cerna Rosales
47. Astrid Hadad, dadora de placer. Berenice Pardo Hernández
QR: Entrevista a Astrid Hadad, actriz, cabaretera y cantautora mexicana de ascendencia mayalibanesa.
68. La gestión actual del Museo de Arte Carrillo Gil.
Daniela Barky Jafif
QR: Plática de Marisol Argüelles, directora del MACG, con alumnado de la materia de Gestión Cultural de la Ibero.
Edición: Nicolás Cuilty
QR: Visita guiada por el MACG. Edición: Nicolás Cuilty
QR: Propuestas para atraer públicos al MACG. Alumnado de la materia de Gestión Cultural de la Ibero
70. El arte en la sombra: un cambio de paradigma hacia el enfoque comunitario y la promoción de la diversidad cultural.
Ángela Mercado Shelley
71. arqueología de la sospecha: fabulaciones trasatlánticas
Rían Lozano
72. Trascendencia e inmanencia a trasluz del yagé.
Rodrigo G. García Reyes
74. Greenwashing a través de la imagen digital.
Arantza Monserrat García Durán
75. Mirella Bentivoglio: La materialización del lenguaje femenino. Giuliana Schiavone
76. El estudio fotográfico de Tina Modotti. María de las Nieves Rodríguez Méndez
78. Tierra que mira hacia dentro: Aproximaciones postfotográficas al deterioro ambiental en Tlaxcala. Rodolfo Suárez Montesinos
80. Un trapazo: los cuidados entre las prácticas artísticas y el trabajo del hogar. Verónica Dorantes Horta y Mauricio Patrón Rivera
CARTA DE LAS EDITORAS
El arte y la cultura son el alma de cualquier sociedad, un reflejo de nuestra identidad y una brújula para el porvenir. Sin embargo, en México, quienes sostienen este invaluable pilar enfrentan un panorama poco atractivo: precariedad laboral, falta de seguridad social y, en muchos casos, un futuro incierto. En este contexto, el cambio de gobierno representa una oportunidad para reflexionar sobre el estado actual del sector cultural y plantear las transformaciones necesarias.
En el número 8 de ANTiDOGMA, cuya COBERTURA ESPECIAL se titula “Retos y oportunidades para el sector artístico-cultural en el nuevo sexenio (2024-2030)”, nos adentramos en este complejo y urgente debate. Hemos reunido voces de agentes culturales de todo el país, cuyas historias y análisis trazan un retrato claro de la realidad: la comunidad artística y académica, así como quienes gestionan la cultura, sobreviven en condiciones que vulneran no solo su calidad de vida, sino también la continuidad de su labor. A través de entrevistas y testimonios, en 12 artículos visibilizamos las problemáticas que enfrentan y, más importante aún, damos espacio a sus propuestas para construir un futuro más justo y equitativo.
Este esfuerzo editorial no solo busca denunciar las carencias estructurales del sector cultural, sino también fomentar el diálogo propositivo entre quienes toman decisiones y quienes viven las consecuencias. El cambio es posible, pero requiere la voluntad colectiva de reconocer que el arte y la cultura no son privilegios, sino derechos fundamentales.
En la sección de MISCELÁNEA un conjunto de 10 artículos nos lleva a explorar: un libro de autora consagrado a reflexionar sobre la enfermedad de su madre; los pormenores de la Cultura Viva Comunitaria; las bondades del arte correo; las formas de opresión y resistencia que experimentan las mujeres en relación con su cuerpo en la cultura patriarcal; la presencia de la psicología en distintas manifestaciones artísticas; las formas en las que el arte opera como herramienta emancipadora entre mujeres privadas de su libertad; el lugar de la amistad en la recomendación de películas, libros y música; la compleja historia de María Teresa Landa, a través del libro “La asesina inocente”; un análisis de los corridos tumbados; y la trayectoria de Danzariega, una colectiva de danza folfklórica experimental y feminista.
LATITUDES, por su parte, ofrece un recorrido por el rico universo cultural chiapaneco a través de una diversidad de miradas; desde la gestión del Centro Cultural Exconvento de Santo Do -
mingo de Chiapa de Corzo, pasando por ejemplos de poesía y literatura en lenguas ch’ol y zoque, hasta reflexiones de las comunidades tsotsil y afrodescendiente. Asimismo, hace una escala en Querétaro, para presentarnos El Clavo, un taller artístico alternativo en el barrio del Tepetate; atraviesa océanos y fronteras mediante una reflexión sobre el fenómeno migratorio contemporáneo y, finalmente, se detiene en Morelos para ofrecer un panorama general de artistas feministas, ubicadas principalmente en Cuernavaca.
El apartado de GALERÍAS incluye las agendas expositivas de 12 espacios representativos del mercado artístico, tanto en Ciudad de México, como en el resto del país y algunos puntos del extranjero.
COMUNIDAD UNIVERSITARIA conjuga 9 textos que hablan sobre los retos de gestión del Museo de Arte Carrillo Gil; los cambios de paradigma del sector cultural en México; una muestra que revisa de manera crítica los vínculos transatlánticos entre México y España; los efectos y bondades del yagé o ayahuasca; el lugar de las imágenes digitales en la difusión de lógicas de greenwashing; el poderoso discurso visual de la artista italiana Mirella Bentivoglio; las derivas fotográficas de Tina Modotti en México; una revisión artística del deterioro ambiental en Tlaxcala; y un esfuerzo creativo para replantear el valor de las labores de cuidado y la limpieza del hogar.
Invitamos a quienes nos leen a sumarse a esta conversación, a exigir políticas que garanticen condiciones dignas para quienes hacen posible la creación cultural, y a replantear en conjunto el lugar que otorgamos al arte y la cultura en nuestra sociedad.
Este número es un llamado a la acción. Porque para transformar el futuro, primero debemos conocer el presente.
¡No olviden consultar los QRs en los que encontrarán diversas entrevistas y materiales de lectura complementarios!
Que la disfruten
Reyna Aguiar* y Adriana Martínez** Directoras editoriales
Antidogma Arte y Cultura AC antidogma.mx antidogma.org antidogma.mx@gmail.com Revista Antidogma
*Gestora cultural, tallerista, docente, creadora audiovisual, curadora e internacionalista.
** Historiadora del arte, curadora, investigadora, gestora cultural y creadora audiovisual.
Punctual: “El arte de perder” Najhmi Cartagena por
Texto: Catalina Pérez*
Tan unidas como dos páginas de un libro que se leen una a otra en la oscuridad.
El “Arte de perder” que creó Najhmi Cartagena bajo el cuidado editorial de The Third, es un fotolibro con un recorrido honesto, generoso y abierto. Puntual. En suma, el concepto editorial, la maquetación, el diseño y su materialidad, expresa al duelo como hilo conductor. Aunque cabe puntualizar, me refiero a los duelos que arriban a una plataforma de editorialidad afectiva, donde la experiencia lectora cuenta con detonantes de sentido y no sólo se avoca a un plano sensorial. Comunica, expresa y narra a través de una atmósfera que no encamina la mirada a inquietudes o artilugios dramáticos. Es un objeto editorial puntual.
En los umbrales del fotolibro se contextualiza y se nos sitúa en un lugar concreto desde el inicio bajo una tensión suave. No juega con el misterio. Es un fotolibro que establece su claridad desde códigos culturales comprensibles, sin un hermetismo expresivo que dificulte la lectura. La portada, como el recibidor pulcro de una casa, con sólo su llave y el portarretratos, nos da claves para saber dónde estamos. Y el ritmo de la tensión comienza a
Fotos: Ricardo G. Caballero
desplegarse desde las guardas. Un lado A y un lado B. En el lado A de las guardas del fotolibro se asoma un Rojo Acapulco. El Acapulco de idilio publicitario. El idilio que llegó a decir en tono imperativo: “Viaje, puesta del sol diariamente de 4:30 pm a 7:00 pm. Bonanza. Fiesta. ¡Un viaje inolvidable!”. Puntual. Vayamos a un viaje de entrecruzamientos entre las guardas. El lado B, es un mensaje puntual sobre la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA). El punto ciego de la medicina actual que se devela crudo ante el ojo de la autora y nos sorprende: la ELA afecta a cinco de cada cien mil personas en todo el mundo; Verónica, una chica vibrante, acapulqueña, fue una de las cinco.
En adelante, nos reciben las dos con una amplia sonrisa. Una pausa, un respiro. Comienza una trama que entreteje Nahjmi y parte del acto de desarchivar la ELA como el último capítulo clínico archivado de Verónica, su madre y amiga, para tomar una postura desafiante y archivarlo en un ensayo de ellas en vida común, en la vida social, en la vida de casa. Ellas <<Tan unidas como dos páginas>>, en “El arte de perder”. Es un intenso viaje, donde conviven la tensión de la archivación clínica junto a la archivación del gozo y la plenitud de vida. En esta tarea archivística de recrear la vida, la autora encontró un remanso en el poema de Elizabeth Bishop que nos comparte, para que el eco del poema, como epígrafe, resuene en toda la amplitud de la página:
El arte de perder no es difícil de dominar; tantas cosas parecen decididas a extraviarse que su pérdida no es ningún desastre. Incluso perderte a ti. Es evidente que el arte de perder no es difícil de Dominar aunque puede parecer un desastre. Desde una reminiscencia lectora de álbumes familiares, podemos aproximar este bello objeto al regazo para no perder
Puntual
detalle del Acapulco de vida familiar. Cuando alguien cercano nos cuenta un álbum familiar, se suscita un espacio íntimo de crónicas. Miramos una foto y nos preguntamos por el presente de esa alegría infantil y la ternura de sus sueños. Najhmi no nos deja solas, nos cuenta, reflexiva, en un ir y venir autorreferencial y en conversación con Verónica. Nosotras atestiguamos esa charla. Es la voz autoral de la persona que vivió esas imágenes y que ahora las entreteje para hacer la crónica de una mujer vibrante, para narrar la soledad y las preguntas hacia el futuro que aún no miramos.
Entramos al Acapulco de interiores. Encontraremos en algún momento una puesta en página a modo de relicario, con aquellos tesoros que recuerdan lo que habita en un cajón dispuesto para el archivado de la vida social en un formato infantil. Copias de fotografías de estudio que siempre nos sobran. Uñas rojas. Labios rojos. Sonrisas. Vida. Y en seguida, la página es un montaje para recordar otro tiempo de vida, el del archivado de un cuerpo clasificado en historiales clínicos. Con un nombre. Con un folio. Con recuerdos de tiempos muertos en medio de un clima agobiante, bochornoso. Este Acapulco de interiores, guardado en sobres que nos indican otra vez en forma imperativa “Aquí están sus copias. Ordénalas ahora. Att. Foto regalos de Acapulco”. Qué hacer con registros de una vida en el goce de los sueños y experiencias de vida. Labios rojos con sonrisas amplias. Reflejo de la tranquila felicidad de verte crecer.
“El arte de perder” es una honesta autorreferencialidad que nunca se acostumbró al paisaje que oculto en su punto ciego la esperaba. ¿Cómo puede ser la experiencia de desarchivar fragmentos?
Si pensamos el archivado de la vida en instituciones clínicas, hay lugar al punto ciego. A lo que no ve un historial médico. La semiótica médica analiza el cuerpo bajo una terminología críptica para aquel cuerpo que es examinado. Se habla de nuestro interior desde la fisiopatología. En cambio, nosotros creamos nuestros interiores desde las narraciones afectivas, cuando abrimos un álbum y se dispara el punctum para dejar correr un río de anécdotas y recuerdos.
Un fotolibro que nace del desarchivado puede crearse desde una ventana de lenguaje esférico como un panorama exhaustivo o, tal vez, mirarse como una esfera de una literatura de fragmentos clínicos, de un diario, de pensamientos, de avisos y alertas, de discontinuidades asumidas. Se elige una secuencia congelada de una antigua cinta VHS, un atado de imágenes que dan en el punto ciego de una vida que se extinguió. La elección del atado no resulta una inundación, es cascada de sonrisas, de momentos de celebración y alegrías. Es tiempo atado de cuando aún se está por aprender el arte de perder, cuando se ignora el peso real de la vida. En el que la presencia de un bastón, de una andadera, de una silla, de una sonda gástrica son signo de infortunios y desventajas sociales, y, al mismo tiempo, son recordatorios para mantener la tensión entre archivar y desarchivar en una constelación de sentido y significados en el arte de perder. El arte de perder decisiones de vida, el arte de perder a un ser querido.
Finalmente, quiero volver al inicio, a otro poema de Elizabeth Bishop, y evocar interiores en tensión con esta imagen: tan unidas como dos páginas de un libro que se leen una a otra en la oscuridad.
*Bibliotecóloga, historiadora del arte y curadora. Se dedica a mirar montones de libros de todo tipo a donde quiera que vaya.
Texto: Gabriela Belén Palacios* Cultura Viva Comunitaria para defender los territorios
Para cubrir algunas necesidades de la vida generamos elementos y productos. Por ejemplo, para calmar el hambre, preparamos comida; si tenemos frío, se produce ropa de abrigo. Sin embargo, existen otras necesidades que parecen no tan fáciles de identificar porque no se acostumbra medirlas con indicadores exactos, o no refieren directamente a un valor de mercado: sentir, emocionarse, pensar… Es ahí, en donde incide la creación artística en sus diferentes formas.
Conocer nuestra cultura nos permite reflexionar sobre nuestras necesidades físicas y espirituales, y vivirla a conciencia nos permite comprender cómo esta es un antídoto eficaz contra muchas formas de violencia que nos atraviesan y que se presentan en los territorios –despojos, apropiaciones, extractivismo y desigualdades, por mencionar sólo algunas–.
Este cúmulo de crisis no solo afecta el buen vivir y el desarrollo sostenible y equilibrado en nuestros entornos, sino que impide que las personas conozcan sus derechos culturales y accedan a herramientas que favorecen el autoconocimiento, el empoderamiento y la autonomía. Las violencias, en suma, disrumpen la paz en las comunidades –ya sean rurales, campesinas o urbanas–, atentando contra la salud y creando condiciones sociales necróticas que afectan la vida.
Ante todo esto, la Cultura Viva Comunitaria (CVC) surge como una alternativa y se refiere a las prácticas culturales que emergen y se desarrollan dentro de una comunidad específica como pueden ser festivales, rituales, artesanías, música, danza, narrativas orales y otras. Dichas prácticas son creadas, mantenidas y transmitidas por las personas integrantes de la comunidad y reflejan sus valores, creencias y modos de vida. Este concepto es fundamental para entender cómo las comunidades pueden utilizar su patrimonio cultural inmaterial para fortalecer su resiliencia y promover el desarrollo sostenible y la defensa de su territorio. En fin, se trata de concebir la cultura, amplia y profundamente, como un Derecho Humano.
Algunos aspectos importantes de la CVC son:
Fortalece la identidad y pertenencia entre quienes integran la comunidad.
Facilita la transmisión de conocimientos y tradiciones de generación en generación.
Promueve la cohesión social y sentido de solidaridad entre la comunidad.
Impulsa la resiliencia y ayuda a las comunidades a enfrentar desafíos y cambios.
Los principios de la CVC, pilares indispensables que hacen y distinguen a este movimiento originario de Abya Yala, son la descolonización, el antipatriarcado, el anticapitalismo, el ecocentrismo y el buen vivir. Lo cual no implica más que retomar y
*Licenciada en Comunicación Social y Organizacional, Gestora cultural
Vivas Comunitarias, Cherán, México, 2025.
perpetuar una cosmovisión de los pueblos originarios del continente que siempre han sido norte en la construcción de lo que la humanidad moderna llama civilización.
La incidencia política y la generación de alianzas a través de la CVC se da gracias a las articulaciones mediante las cuales las comunidades logran que sus demandas sean escuchadas y atendidas por las autoridades. Esto permite construir andamiajes y marcos jurídicos que reconozcan y favorezcan la cultura que se hace desde abajo hacia arriba.
Contexto en México de la Cultura Viva Comunitaria
En México, el movimiento Cultura Viva Comunitaria surge hace más de una década por insistencia de las organizaciones de base que conforman redes colaborativas, especialmente aquellas que han quedado al margen de las políticas culturales tradicionales. Además, México es miembro del Programa de Cooperación IberCultura Viva, que reúne a 12 países de Iberoamérica en el fortalecimiento de políticas culturales comunitarias.
En abril de 2025, México será sede del 6° Congreso Latinoamericano de Culturas Vivas Comunitarias, un evento que reunirá a representantes de organizaciones culturales comunitarias de más de 22 países. La sede anunciada será la comunidad de Cherán, en Michoacán; lugar donde se dialogará en torno a la búsqueda de acciones que enfrenten las crisis que hoy atentan contra la vida y los recursos vitales.
El Grupo Impulsor de México, integrado por organizaciones de la Red Plataforma Puente de CVC México y la Red de Cultura Viva Comunitaria Jalisco, asumió, en 2022, durante el 5° Congreso Latinoamericano de CVC en Perú, la responsabilidad de producir y organizar un 6° Congreso para continuar fortaleciendo lo común y potenciar la articulación entre territorios.
Para más información, escríbenos a: grupoimpulsormexico@gmail.com
y activista integrante del Grupo Impulsor del Sexto Congreso de Culturas
Foto: Cortesía Más Música, Menos Balas (ONG)
El arte postal:un espacio de resistencia y diversidad
Texto: Juan Carlos Viera*
Popularizado en la década de 1960, gracias a la influencia del movimiento Fluxus y la contracultura, el Mail Art fue impulsado por el artista estadounidense Ray Johnson, conocido principalmente como collagista, ya que utilizaba el correo para enviar collages y correspondencia creativa. Este método disruptivo no sólo evitaba las galerías y museos, sino que también facilitaba una red global de colaboración y diálogo, transformándose así en una tendencia artística subversiva que desafiaba las convenciones del mundo del arte tradicional.
Este medio ha sido adoptado por artistas de todo el mundo para crear redes de expresión alternativas, democratizando el arte y la visibilización de comunidades marginadas. Por su accesibilidad y falta de jerarquías es una importante plataforma para voces femeninas, no binarias y de la diversidad en general; permitiendo que estas expresiones emerjan sin las barreras habituales. Artistas feministas han recurrido al arte postal para desafiar las normas de género, abordar la violencia contra la mujer y la sexualidad; tal es el caso de la canadiense Anna Banana, quien ha enviado artes que cuestionan los órdenes sociales preestablecidos y celebran la identidad femenina. Asimismo, la comunidad LGBTIQA+ por este medio ha logrado crear una red de visibilidad, alejada de los espacios donde prevalecen criterios comerciales y de exclusividad. Cualquier persona, independientemente de su habilidad artística o estatus socioeconómico, puede participar en esta corriente; lo cual permite que artistas de diferentes culturas y capacidades, se involucren y compartan su trabajo. También ha sido una herramienta poderosa para la defensa de los derechos humanos. Al operar fuera de los circuitos institucionales, se abordan temas controvertidos y urgentes sin
Foto: H.R. Fricker. Sobre, 1990. Imagen de Creative Commons intervenida con IA por JC Viera.
censura, tales como: la libertad de expresión, la justicia social y la equidad. Un ejemplo notable es el proyecto “Mail Art for Peace” que ha reunido a artistas de zonas de conflicto para intercambiar mensajes de paz y solidaridad. Este tipo de iniciativas destacan la importancia de la diversidad en la creación de una comunidad global más comprensiva y conectada.
Durante las últimas dos décadas del siglo XX, la crisis del VIH/ SIDA fue un tema central en muchas piezas de esta corriente artística. El neoyorkino David Wojnarowicz, activista pro derechos humanos, utilizó el correo para difundir mensajes de concienciación y protesta contra la inactividad gubernamental y la estigmatización de las personas con dicho padecimiento. Su obra no sólo sensibilizó a la sociedad, sino que también unió a comunidades en la lucha por sus derechos.
Por su naturaleza de no discriminación, la red de arte postal actúa como un espacio seguro y de resistencia para quienes se sienten en los márgenes de las estructuras tradicionales del arte. Proyectos como “Mail Art Against Racism” han utilizado este medio para enviar mensajes de solidaridad y resistencia contra el racismo y la xenofobia; donde crean un archivo de resistencia que trasciende fronteras.
En su esencia más pura, este movimiento inclusivo y empoderador, es capaz de elevar voces en pro de los derechos humanos y la no discriminación. En un mundo donde las barreras del arte institucional persisten y la comunicación digital domina; esta corriente ha demostrado ser una poderosa estrategia para el cambio social, que ofrece una alternativa vibrante y accesible que reafirma que el arte puede y debe ser un vehículo de resistencia y diversidad. El arte postal revela la importancia de lo tangible y el intercambio personal, creando conexiones humanas profundas y significativas. Por estas razones, este movimiento continúa siendo una fuerza vital en la lucha por un mundo más justo.
*Diseñador gráfico, artista plástico y activista por los derechos LGBTIQA+. Afromexicano con más de 20 años de trabajo impulsando ideas y acompañando proyectos de diversidad y libertad personal.
El envejecimiento suele ser una experiencia relacional problemática para las mujeres en virtud de que está vinculada a la lectura social de sus cuerpos, pensados como textos indisociables de las prácticas discursivas patriarcales y edadistas (Twigg citado por Holstein, p. 55). Por tanto, la relación de estas con su cuerpo es política ya que, dado el contexto socio-cultural, muchas experimentan la edad desde el miedo y el rechazo, e, incluso, recurren a cambios de apariencia para intentar aplazarla, esconderla o negarla.
En este sentido, la mayor parte de ellas establece un vínculo doloroso y condicionado con su cuerpo: aceptarse será posible sólo después de dedicar mucha energía, tiempo y recursos a detener los efectos del (inevitable) paso del tiempo. Sin embargo, al respecto Virgine Despentes manifiesta que no importa cuánto se esfuercen, las mujeres nunca serán ni harán lo suficiente para ser valoradas en sus contextos debido a que, en la cultura patriarcal, sus cuerpos no les pertenecen en realidad (Teoría King Kong, 2007).
Por otro lado, en “Tiempos de cuidado” (2021), Victoria Camps reflexiona sobre la división sexual del trabajo y apunta a la afectación, tanto individual como colectiva, que para las mujeres supone ser socialmente responsables del cuidado de otras personas –ocupación que, en el sistema capitalista, no es reconocida ni remunerada–. Este planteamiento, aunado al tema de la vejez, nos insta a cuestionar la manera en la que los cuerpos-textos de las mujeres son leídos, dirigidos y habitados en
este sistema, y, por ende, a plantear con urgencia la necesidad de reasignar labores con base en una ética de autocuidado y cuidados colectivos. Pero, ¿realmente es posible instaurar un sistema de prácticas y narrativas otras que posibilite mejores relaciones intra e interpersonales –afectiva y políticamente hablando– para la vida de las mujeres?
Lecturas patriarcales de los cuerpos-textos de las mujeres en sus distintas etapas
Dentro de aquello que Adrienne Rich denominó el régimen de la heterosexualidad obligatoria, las mujeres son concebidas como objetos de cambio que deben producir deseo ante la mirada masculina a partir de sus cuerpos, sin que esto suponga contemplar sus necesidades ni el placer propio. Por tanto, como aprenden a ser leídas como textos valorizados de manera diferenciada según su etapa de vida, las mujeres suelen establecer una relación utilitaria con sus cuerpos.
Infancia. Durante esta etapa, el patriarcado normalizará en ellas el abuso sexual y la violación de las niñas haciéndolos pasar, discursiva y fácticamente, por inevitables. El silencio y la culpa serán el mensaje recibido e introyectado por ellas a partir de su muy temprana revictimización.
Adolescencia. En este periodo la hipersexualidad será el discurso con el que se leerá el cuerpo de las jóvenes. Por eso, su autopercepción fluctuará entre la valoración y la desvalorización en función del deseo o el rechazo social recibido. En el caso del segundo, este se introyecta y suele replicarse en prácticas tendientes a la autolesión.
Edad adulta. Al llegar a la madurez, la lectura de su cuerpo recaerá en su capacidad reproductiva. Recibirán el mensaje de la exigencia del cumplimiento de su “inalienable” rol de madres y cuidadoras. Sin embargo, en su adultez la mayoría se dará cuenta de que ser o no madre tendrá repercusiones por igual. Efectos, implicaciones y retos
Es posible que, al llegar a cierta edad, las mujeres reconozcan las distintas violencias a las que sus cuerpos han sido sometidos. Sin embargo, para muchas será doloroso concientizarse de su participación en lógicas patriarcales al perpetuar el autodesprecio, el rechazo, la culpa y el odio hacia sus cuerpos. Y es que, como afirma Despentes “el cuerpo colectivo funciona como el individual” ya que “si el sistema es neurótico engendra[rá] inmediatamente estructuras autodestructivas” (p. 23).
Las lecturas patriarcales de los cuerpos-textos de las mujeres
normalizan violencias que les impactan de manera individual y colectiva de las siguientes maneras:
- Asumir que su valor depende de y recae sobre la apariencia de sus cuerpos
- Interiorizar su “insuficiencia”
- Caer en la autoexigencia
- Padecer desgaste, frustración, soledad
- Incurrir en autonegación, autodesprecio y autodestrucción
- Sufrir afectaciones en la salud
- Competir y enemistarse con otras mujeres
- Concebir la vejez desde la falta de autonomía
- Responsabilizar a otras mujeres de su cuidado
Adquirir consciencia sobre la relación autodestructiva que han llevado con sus cuerpos desde pequeñas puede posibilitar tanto el <<buen vivir>> del que habla Lorena Cabnal para referirse al bienestar integral, como el <<autoamor>> que Graciela Hierro, en “Ética del placer”, plantea como ese punto de apertura a sus intereses y satisfacción personal y colectiva. Por su parte, Rosi Braidotti propone la incardinación1 como estrategia para la reelaboración de la escritura y la lectura de los cuerpos de las mujeres hechas por y para sí mismas. Incardinando a los cuerpos incluimos la movilidad de las lecturas y de los cuerpos por igual,
al mismo tiempo que potenciamos los valores propuestos por Victoria Camps para practicar una ética del cuidado basada en la compasión, la ternura, la interdependencia, el reconocimiento de la fragilidad, el goce, el placer y la solidaridad.
El envejecimiento tiene sus propios retos, pero las limitaciones corporales no provienen tanto del cuerpo en cuanto tal, sino de las lecturas que hacemos de él. Pues es allí donde se evidencian los parámetros y las estandarizaciones que, claramente, no están garantizadas para todos los cuerpos, sino únicamente para aquellos jóvenes, productivos, hegemónicamente bellos y funcionales. En ese sentido, ha de resaltarse el carácter esquizoide de las sociedades capitalistas y heteropatriarcales que, por un lado, priorizan la productividad y, por otro, niegan lo que producen, es decir, cuerpos fragmentados, deteriorados, cansados, enfermos, etc.
En respuesta a ello, la ética del cuidado que encontramos en las nociones de <<autocuidado>> de Victoria Camps y de <<autoamor>> de Graciela Hierro resulta un faro que alumbra la posibilidad de reencuentro y reconciliación de las mujeres consigo mismas y con otras, a través de la relación con sus cuerpos. Por eso, la concientización política sobre la vejez, a través de prácticas y lecturas emancipadoras de sus cuerpos, puede contribuir significativamente a la destrucción de ese patriarcado internalizado y al cultivo del buen vivir.
1Para Braidotti, la incardinación es una noción filosófica que enfatiza cómo los cuerpos están siempre ya integrados y condicionados por fuerzas materiales y sociales, y no pueden ser entendidos como entidades aisladas o separadas del contexto.
Referencias:
- Braidotti, Rossi (2004). “Feminismo, diferencia sexual y subjetividad nómade”. Barcelona: Editorial Gedisa.
- Cabnal, Lorena (2018). “Mujeres Guerreras. Sanación, feminismo y defensa comunitaria” en: Documento en Construcción para aportar a las reflexiones continentales desde el feminismo comunitario, al paradigma ancestral originario del “Sumak Kawsay” – “Buen Vivir”. Guatemala: AMISMAXAJ - Integrantes del Sector de Mujeres Mesoamericanas en resistencia, Asambleas del Feminismo Comunitario y Marcha Mundial de Mujeres.
- Camps, Victoria (2021). “Tiempo de cuidados. Otra forma de estar en el mundo”. Barcelona: Arpa.
- Despentes, Virginie (2006). “Teoría King Kong”. Argentina: Editorial El asunto.
- Hierro, Graciela (2014). “Ética del Placer”. México: PUEG UNAM.
- Holstein, Martha y Golubov, Nattie. (2010). “Sobre cómo envejecemos las mujeres” en Debate 7 Feminista 42, 52–78. http://www.jstor.org/stable/42625164.
*Apasionada de la transformación al estudiar el pensamiento filosófico-político-poético de las mujeres y las disidencias en la historia de la humanidad. Estudió Ciencia Política y Literatura Hispanoamericana porque siempre intenta unir la razón poética con la razón política, muy al estilo de María Zambrano.
Laenpsicología el arte
Texto: Nancy Jarquín Hernández*
El día de hoy, hablar sobre psicología ya no es un tabú; aunque, claro, siguen existiendo prejuicios en torno a ella. Estar a favor o en contra de los diagnósticos, hacer uso de etiquetas, cuestionar la funcionalidad del coaching, considerar que toda la gente está sana o fuera de la “curva de la normalidad”, son solo algunos ejemplos.
Ahora bien, concebir la psicología como algo exclusivamente ligado al método terapéutico, es decir, al “cuéntame, ¿cómo estás tú?”, es reducirla demasiado. Porque no, no solo es eso. La psicología va más allá y se hace presente en otros rubros, como por ejemplo en el campo del arte, sólo que en ocasiones no es tan evidente. Es por ello que quiero demostrar que la psicología no solo es clínica, sino que también construye, acompaña o se cruza con procesos creativos dentro del sector artístico.
Vamos a poner el primer ejemplo. La psicología ha estado presente dentro de la cinematografía. ¡Sí!, pensemos en cómo trabajan las actrices y actores al filmar una película: tienen que estudiar y perfilar los distintos personajes que caracterizan. Analizan sus personalidades, sus rasgos, sus comportamientos y, al hacer esto, es la psicología la que les ayuda a interpretar los roles que cautivan al público. Evoquemos personajes emblemáticos tales como el Dr. Hannibal Lecter (“El silencio de los inocentes”, 1991), donde Anthony Hopkins interpreta a un asesino en serie ayudando, precisamente, a perfilar y a atrapar a otro asesino. Otro personaje emblemático y bien desarrollado es Amélie Poulain (“Amélie”, 2001), en el que Audrey Tautou representa a un personaje feliz, pero con serios trastornos mentales y un duelo por resolver. Jerry, con síntomas de esquizofrenia, es otro claro ejemplo de personalidades con afectaciones psicológicas llevadas a la pantalla grande en “The Voices” (2014). Connor, en “Un monstruo viene a verme” (2016), plasma el trabajo emocional ante el duelo y Kevin Khatchadourian representa las complejidades de una personalidad antisocial en “Tenemos que hablar de Kevin” (2011).
Sin embargo, no solo en el cine podemos ver la intervención de la psicología, sino que también se puede apreciar en la pintura. Y es que, con el afán *Psicóloga, docente y terapeuta con enfoque clínico humanista.
de lograr un mejor entendimiento artístico, se han hecho innumerables interpretaciones psicológicas tanto de las obras como de quienes las crean. Tal es el caso de Vincent van Gogh. De él se conoce la famosa anécdota de la pérdida de su oreja, pero también se sabe el tormento que supuso su enfermedad mental y cómo esta influyó en obras como “Trigal con cuervos” (1890), una de las más bellas de su repertorio. En esta línea, otra autora igual de importante y que deja ver su mundo íntimo y onírico es Frida Kahlo, quien, a través de su pintura, comparte sus transformaciones, sus tormentos y sus dolencias como lo hizo en “Hospital Henry Ford” (1932), “La dos Fridas” (1939) o “El sueño” (1940).
El teatro es otro de los medios que exploran aspectos psicológicos. Así lo han hecho puestas en escena como “Esquizofrenia” de Mauricio Pichardo o “Alicia y las maravillas del borderline” de Génesis Valencia. Obras ambas que no solo dan a conocer y educan sobre los trastornos de personalidad, sino que incluso ofrecen orientación psicológica por aquello que la obra pueda despertar en la audiencia.
Otra pauta en este sentido la han puesto los museos al buscar un acercamiento más íntimo con el público. Ejemplo de esto lo encontramos en El Museo del Objeto (MODO) con exhibiciones como “Museo de las relaciones rotas” –en sus dos momentos, 2014 y 2023–, “Los objetos del confinamiento” en 2020 y “Desde adentro, obras de pacientes psiquiátricos” en 2022. Además, he de resaltar que, de manera paralela a estas muestras, se realizaron visitas guiadas, conferencias y actividades lúdicas o creativas con especialistas.
Por todo esto me atrevo a afirmar que la psicología no está cerrada ni limitada a un diván, con un viejo de barba y lentes que nos pregunta “¿Y tú, cómo te sientes con eso?”. Por el contrario, esta disciplina se ha mostrado, de manera más abierta y cercana, a través de canales artísticos. Así, a través de películas, pinturas y obras de teatro, por mencionar solo algunas expresiones culturales, la psicología, de una manera mucho más atractiva, práctica y poco invasiva, nos invita a derribar tabúes y a saber más sobre salud mental.
La cárcel no me define
Texto y foto: Gabriela Ortiz Figueroa*
Las mujeres que son privadas de la libertad tienen que demostrar dos veces su inocencia; la primera, para ser exoneradas del delito que se les imputa y la segunda, casi imposible, para librarse de la condena social por ser “malas” madres, esposas, hijas, en fin, “malas” mujeres.
Habitar las cárceles de este país significa para las mujeres un abandono institucional y social que se expande a varios ámbitos. Ahí dentro impera la falta de elementos materiales y simbólicos fundamentales para el buen vivir. La salud mental, por ejemplo, es quizá uno de los rubros más desatendidos dentro del clima intracarcelario y, como consecuencia de ello, la subjetividad de las mujeres se ve fuertemente afectada.
Con la intención de hacer frente a esta realidad conformamos Diside, metodologías, una colectiva que le apuesta a la salud mental de las mujeres privadas de la libertad a través de la realización de talleres en los que, desde los afectos, les brindamos un acompañamiento sororo, además de un puñado de herramientas para gestionar sus emociones, comprender sus sentimientos y reescribir sus historias desde las prácticas narrativas. En estos encuentros utilizamos las metáforas y la memoria de nuestra propia trayectoria. Una estrategia que consiste en pensar la figura del cine como un recurso visual para preguntarse: cuando hago el ejercicio de recordar mi historia ¿dónde pongo la cámara? La conciencia plena es una herramienta fundamental a través de la cual la memoria nos permite abrir la toma y mover la cámara de sitio. Observar ambientes, objetos, abrazos, miradas, guiños… Hechos que sucedieron en paralelo, en el mismo sitio o tiempo pero que, quizá, al observarlos desde otro lugar, desde otro momento, puedan reinterpretarse, resignificarse.
Desde Diside creemos que reescribir las historias de vida desde un lugar más amoroso y comprensivo, sin culpas ni juicios, puede ayudar a las mujeres en reclusión a cambiar su autopercepción. Por eso, para nosotras es muy importante afianzar la idea de que la cárcel no las define; la cárcel es un punto en la historia, un accidente, no la historia.
Trabajamos con la literatura. Consideramos que hablar con mujeres, sobre mujeres y a partir de las voces de mujeres es una
manera de posicionarnos contra el silenciamiento histórico. Procuramos que las temáticas que abordamos tengan que ver con nuestros contextos, así como con sentimientos universales que nos atraviesan y que van más allá de los calendarios y las geografías como el amor, la culpa o el impulso de vida.
Lo mismo leemos a las mexicanas Rosario Castellanos, Brenda Navarro, Alaíde Ventura o Dahlia De la Cerda que a la ecuatoriana María Fernanda Ampuero, la coreana Cho Nam-joo o la rumana Tatiana Țîbuleac. Recurrimos a sus textos como un canal para hablar de nosotras; de las mujeres que somos, fuimos y podemos ser; de las que nos dijeron que somos o de las que nos exigieron ser. Historias de mujeres interpuestas en capas eternas que, al fragmentarse, permiten que se filtre poco a poco la luz.
Así, aún con las grietas, como el dolor de los músculos que se estiran, logramos obtener nuevas miradas, nuevas formas de sabernos, de entendernos o de negarnos a ser quienes nos exigen. Escribimos. Desde Diside creemos en la magia de las palabras. La reescritura puede hacerse desde el lienzo de un papel que, poblándose de palabras que se amontonan mediante ejercicios de escritura contenida, de cartas o de pequeñas historias, sirve para narrar sucesos del pasado desde otra mirada, desde otro lugar. Pintamos. También dibujamos y llenamos de figuras y colores nuestras historias. A veces reescribir no consiste tanto en usar palabras, sino en pintar con nuevos colores, formas, líneas y trazos. Nos damos la libertad de cambiar la conjugación de los verbos y de inventar nuevos tiempos gramaticales, pues en la cárcel es necesario otro lenguaje, uno que solo sucede ahí y que solo comprenden quienes la habitan.
Diside está formada por mujeres que trabajan para mujeres. Ciertamente, nuestras realidades e historias son distintas a las de las mujeres que viven en reclusión. Sin embargo, aunque comprendemos las diferencias y somos conscientes del privilegio de la libertad, nos sabemos atravesadas por la injusticia y somos poseedoras de la misma rabia que genera habitar un país que no nos garantiza nuestro derecho a vivir sin violencia. Por eso trabajamos como colectiva, porque sabemos que hay mujeres más invisibles que otras. Por eso nos unimos desde las complicidades, porque la ternura y los afectos también son políticos.
Por eso las colaboraciones y sinergias son también muy importantes para nosotras. Ejemplo de ello es la alianza forjada con ANTiDOGMA, instancia a la que hace un año, invitamos a impartir un taller y a dejar revistas en la biblioteca del reclusorio de mujeres del Bordo Xochiaca.
Compilación de cartas del taller “Sentipensarnos desde nuestros afectos” facilitado por ANTiDOGMA a mujeres en el Centro Penitenciario y de Reinserción Social Nezahualcóyotl Bordo de Xochiaca
* Cofundadora de Diside, metodologías, candidata a Doctora en Ciencias Sociales y Políticas, periodista, administradora y especialista en políticas públicas con perspectiva de género.
La recomendación cinéfila en busca de amistad
Texto: Andrés Ardila*
Las recomendaciones más potentes suelen venir de amistades (o amantes) extraordinarias. Son esas personas cercanas quienes nos convencen de ver algo que no teníamos en mente: una película, una serie o una curaduría que no llega por medio de la publicidad o el chantaje familiar y cae en nosotros como revelación. Mis amistades han sido quienes me han recomendado las mejores sorpresas, siendo siempre cautas para no soltarlas sin que yo esté preparado. ¿Cómo y dónde nos encontramos en la recomendación?
Hace años, un amigo me escribió un chat diciendo: “ven ya a mi casa, acabo de ver una película musical de dos artistas trans en Brasil y está maravillosa”. Esa recomendación fue “Bixa Travesty” (Claudia Priscilla y Kiko Goifman, 2018), un documental de ensayo que cuenta la historia de la artista brasilera Linn da Quebrada, mujer trans y cantautora que se define como “terrorista del género”, y que, a través de la escritura, el performance y el funk carioca, logra afectar al público con preguntas sobre el género y la sexualidad.
El documental es también un diálogo entre Linn da y su amiga Jup do Barrio, con quien comparte proyectos y reflexiones, y, al mismo tiempo, con el director y la directora, con quienes ella misma escribe el guión de su propia historia. Es decir, la película se construye a partir de una conversación permanente que no deja estática la historia y la transforma en un retrato digno de su obra/vida, evadiendo los estereotipos en los que, muchas veces, se encajona su diversidad.
Lo más destacado del film es el ritmo que entrelaza música y performance con su historia de vida. Así, aunque nos cuenta las duras vivencias de Quebrada como mujer trans en Brasil, la estructura narrativa permite la reflexión y el juego. Toda la película produce escenas de encuentro entre su protagonista y los personajes que circundan su vida. En este sentido, la trama no se centra en la clásica tradición de las películas biográficas que enaltecen los traumas infantiles de quienes actúan sino que,
La risa parece necesitar un eco. Escúchenla: no es un sonido articulado, neto, terminado; es algo que quisiera prolongarse reverberando poco a poco, empezando por un estallido seguido de redobles como un trueno de montaña. (…) Nuestra risa es siempre la risa de un conjunto “La risa” – Henri Bergson
más bien, el relato discurre entre la musicalidad y los juegos performativos de la cámara y el montaje.
Es amable para el público que las historias difíciles, aquéllas que cuentan procesos violentos sobre el mundo, sean capaces de hacernos reír y provocar algo más que el desánimo. Esa tarde fría en la que mi amigo me escribió, era un día en el que necesitaba la risa. Hicimos de ella un encuentro al abrir la posibilidad a la sorpresa. De esta forma, “Bixa Travesty” se convirtió para mí en un importante recuerdo, tanto por el cariño de mi amigo como por ser mi puerta de entrada al maravilloso cine brasilero cuir.
Me pregunto cómo seguir encontrándonos en medio de la crisis de soledad de nuestros tiempos; en contextos donde la exclusión y la precariedad laboral provocan una especie de resentimiento social que desemboca en el encierro. No puedo obviar que la realidad para mucha gente supone desempeñar trabajos informales, sin prestaciones sociales y pocas posibilidades de crecimiento, sobre todo si se trata de un trabajo en el sector cultural —por no ahondar en el precario ambiente laboral de quien hace crítica o curaduría de cine—. Y es que, al tener prácticas laborales que nos consumen y no nos dan la posibilidad de una vida digna y amplia, nuestras relaciones personales se fracturan necesariamente, o se encierran en un pequeño círculo familiar. Eso también es violencia.
¿Cómo, entonces, podemos volver al mundo luego de este encierro? En la historia del cine la amistad ha sido la precursora de los cineclubes —los cuales son, a su vez, los antecedentes de las cinetecas—; por eso, al poner los vínculos y el amor a las imágenes de nuevo en el centro, podremos idear estrategias para propiciar y enaltecer los encuentros. Apoyar a espacios alternativos, piratas, baratos y descentralizados de exhibición cinematográfica es también potenciar el derecho que tenemos todas las personas a recomendar y, quizás, conseguir algunas buenas amistades en el camino.
* Cineasta, curador e historiador audiovisual. Le interesan el melodrama y los estudios culturales y visuales en latinoamérica. Fue bailarín. Ha publicado en diversas revistas, catálogos y medios digitales sobre cine y cultura, y poesía en la antología “Como la flor. Voces de la poesía cuir colombiana”.
LaAsesina Inocente
Texto: Erma Cárdenas*
En México, dos grandes acontecimientos marcaron significativamente el año 1928: el asesinato del presidente Álvaro Obregón y la coronación de María Teresa Landa como la primera Señorita México; triunfo que terminaría, por fatal coincidencia, en un homicidio. Ambos casos desquician al país. El primero, en el ámbito político, comprueba que un intento de reelección siempre terminará en sangre; mientras que el segundo, impactaría en la vida familiar, las buenas costumbres, la moda y las relaciones amorosas de la época.
Después de que Teresita enseña las piernas en un concurso y tales fotos salen en los diarios más importantes, nada volverá a ser igual. Aunque siempre causó problemas, ahora perderá totalmente la confianza de sus padres y, al confirmar su determinación por cambiar las ideas anticuadas en que fue criada, desatará el repudio social.
Sin la esperanza de “pescar”un buen marido, acepta a su único pretendiente, el brigadier Moisés Vidal. A pesar de las predicciones negativas y de una educación opuesta, la pareja se enamora en el lecho conyugal. Teresita encuentra la pasión que tanto ansiaba y el militar la sensualidad femenina de la que carecían sus amantes temporales: las soldaderas a quienes sometía para cumplir con su poderío de macho.
La mala fama de la Miss México se disipaba a medida que el amor crecía. Poco a poco se convirtió en una excelente ama de casa, contenta con su suerte. Entonces, cuando todo parecía marchar a la perfección, la recién casada se enteró de algo increíble: se le acusó de ser cómplice en un crimen humillante: la bigamia. Esta noticia, leída en un periódico durante el desayuno dominical, la aturdió por completo. ¡Su marido tiene un pasado desconocido, un secreto indigno que los separará sin remedio! Celosa, vengativa, pero también enamorada, lava su afrenta con sangre… la sangre ardiente, violenta, que mancha ese 1928 de la historia mexicana.
La protagonista, desde la cárcel, relatará su tragedia en una novela cargada de tensión que supera el thriller; de hechos que tienen como fondo la historia de un país conservador y las leyes obsoletas que lo rigen, pero que también estudian a una familia, destacando el papel del padre proveedor, la madre sumisa y la hija inconforme, más un amor romántico roto por una mentira.
Erma Cárdenas, demuestra que el oficio de escritor se hace en la práctica: escribiendo. Sus inolvidables heroínas, sacadas de
*Narradora, ensayista y traductora.
la realidad, Selena, Caterina da Vinci y Concepción Lombardo de Miramón o sus personajes Veba y Ximena, nacidas de la ficción, se concretan en María Teresa Landa y Ríos. Todas comparten características tan bien logradas que nos parece haberlas conocido en un encuentro casual, pues ni tiempo, ni distancia, disminuyen el impacto de personalidades tan únicas.
Usted, ¿tiene el valor, el interés o la curiosidad de leer “La asesina inocente”? Seguro encontrará entre sus páginas motivos de reflexión mezclados con un sentido del humor estupendo.
Los corridos tumbados y la etiqueta
Texto: Capitán Tolstói*
Parece que hoy en día es muy común etiquetar como punk a cosas que, por momentos, logran salirse del statu quo. La cumbia es el nuevo punk. Las señoras son el nuevo punk. Las nenis son el nuevo punk y Juan Gabriel también es el nuevo punk. En cierta forma, me gusta atestiguar cómo este movimiento musical con tintes sociales ha dejado una huella que se mantiene fresca. Entonces, ¿qué decir de los intentos de equiparar los corridos tumbados con el punk? Pero, honestamente, hay de punk a punk. Ya lo decía La Polla Records: “No me montéis la batallita de ver quién es más punky. Punky de postal, punk de escaparate”.
Si bien la música es una expresión abstracta que afecta nuestra sensibilidad en un lenguaje inexplicable –motivo por el cual es difícil hablar de música buena, mala o regular–, existen otros elementos artísticos en los productos musicales que nos dan mayores pautas para interpretar el mensaje en el aire. Recientemente, en la sociedad mexicana, hay un debate sobre el apogeo de creadores en el género de corridos tumbados. Unos denostan esta expresión por encontrar una liga ofensiva con la vida narca, mientras que otros la defienden agregándole atributos que resuenan en un universo de rebeldía punk y orgullo nacional por su ascenso en los rankings internacionales. Desde mi punto de vista, hay más en esta discusión que lo anteriormente mencionado. Estoy totalmente de acuerdo en que
quienes se dedican al arte deben conservar su libertad creativa. Además, soy consciente de que el pulso de las sociedades puede ser registrado a través de las letras de las canciones y que el desarrollo tecnológico suele reflejarse en el sonido de cada época musical. Por otro lado, creo que es importante tener en cuenta lo que ocurre con la propia comunidad artística cuando se le cuestiona sobre las audiencias para las que escriben. En el caso de los corridos tumbados, resulta interesante cuando Peso Pluma declara: “Si quisiera hacer música para infancias, ya lo habría hecho, pero no es así. Mis canciones no son baladas infantiles, jamás lo serán. Si hay menores coreando mis canciones es por irresponsabilidad de sus madres y padres, quienes son los que permiten que la música les llegue”. En este sentido, no podemos sino pensar que el mismo artista reconoce elementos de riesgo en su lírica.
Sobre este tema, la controversia se amplía. La música sigue sin ser cuestionada, lo cual me parece bien –insisto: no pienso que exista música buena, regular o mala–. Sin embargo, el caso de la letra es muy distinto, ya que el mensaje en cada canción comienza a clarificarse. Se dice que la generación que crea este nuevo género musical atestigua el fenómeno criminal que todos padecemos y lo asimila, identificándose, además, con el discurso de la superación económica de quien es pobre y, de pronto, asciende socialmente, en una suerte de justificación
que evoca al movimiento punk y sus atributos. Ahora bien, concediendo el hecho de que la pobreza y la marginación existen, no me parece que las letras de estas canciones tengan que ver con la superación. Más bien, leo en ellas una normalización de las dinámicas capitalistas en las que la meta es poseer bienes materiales sin importar el bienestar propio y ajeno. Así, la violencia dominante se asoma en ambos lados del mostrador: me sabe a lo mismo si mi producto daña a quien lo consume y, además, exalto el sometimiento porque a través suyo obtengo “cosas”, “fama”, “diversión”, etcétera. No hay valentía ni aventura en la épica del género del corrido tumbado; hay, como en otros lugares y épocas, sometimiento al rey, vasallaje, muerte.
Cabe señalar que el punk como movimiento está emparentado con la filosofía anarquista. En este círculo ideológico, rechazar la autoridad y compartir horizontalmente son postulados básicos que, además, son contrarios a las escenas que con frecuencia nos presentan los tumbados: personajes serviles bajo la sombra del patrón y, al mismo tiempo, sin misericordia frente al enemigo. ¿Muy poco punk, no?
Otro argumento utilizado en defensa de la narrativa del género de los tumbados es su inserción en la sociedad como un aparato cultural. De acuerdo, pero como mencioné antes, hay que matizar. Veamos: si bien todo puede caber en el concepto cultura, resulta muy distinto insertarse como mero producto sintomático de un contexto que hacerlo con una contribución a la sociedad.
Los corridos tumbados solo pueden relacionarse con el punk de escaparate, es decir, con aquél que fue una moda marcada por el hedonismo y el escándalo, y que mucho dista del espíritu liberal y humanitario del punk contestatario. Así, mientras el verdadero punk aboga por la rebeldía contra la autoridad y la búsqueda de la igualdad horizontal, los corridos tumbados reflejan una postura de sumisión al capital y a la violencia. Por tanto, debido a las diferencias ideológicas y sociales de sus contenidos, estos dos géneros musicales resultan profundamente lejanos.
No dejemos que el embrujo del ritmo nuble nuestra visión para normalizar discursos violentos.
¡Que la música triunfe!
Linktree:
Capitán Tolstoi, artista y agente musical
*Artista musical y manager de otros artistas en América y Europa. Escribe música experimental con beats electrónicos y guitarra eléctrica. www.capitantolstoi.com www.tolstoi-records.com
Foto: Shutterstock
anzariega
folklore experimental
Texto: Colectiva Danzariega*
¿Es posible encontrar en la danza folklórica mexicana una herramienta escénica viva, capaz de hablar sobre la historia y los fenómenos sociales del México de hoy? Danzariega nace en 2001 como una compañía pionera en la exploración de nuevas posibilidades artístico-discursivas de la danza folklórica escénica mexicana. Con la certeza de la enorme riqueza y las posibilidades creativas del género, y con la convicción de explorarlo más allá de las fronteras disciplinarias que le fueron asignadas en su institucionalización, esta agrupación ofrece una rica diversidad de corporalidades, temáticas y técnicas que pone al alcance del público.
Consciente de la potencia del folklore como fenómeno de cohesión social e interesada en contar relatos acerca de quiénes conformamos la diversa
nación mexicana desde una dimensión histórica, Danzariega asume una búsqueda permanente al transitar caminos propios que le permiten dar rienda suelta a la creatividad. Al dialogar y enriquecer su praxis con otras estéticas, técnicas corporales, tecnologías teatrales y formas musicales, entre otras, esta propuesta genera nuevas narrativas de “lo mexicano” desde una perspectiva contemporánea. Si bien, en su paso por la experimentación, las primeras obras de Danzariega la llevan a enfrentar algunas críticas por parte de personas del gremio aferradas a la tradición folklórica escénica, la persistencia de esta compañía ha implicado abrir brecha hasta rendir frutos. De tal suerte que, en la actualidad, su propuesta es reconocida por su importante aporte a la escena dancística nacional.
En 2018 la compañía se reconfigura al interior como colectiva y cuenta hoy con 13 bailarinas que sostienen paralelamente su autogestión reflejada en la organización por comisiones, donde la Dirección es una comisión más y la toma de decisiones se realiza en colectivo. De esta forma, Danzariega no sólo propone una alternativa escénica dentro de la danza folklórica mexicana, sino que también se constituye política y organizativamente como una opción distinta a la jerarquización característica de los grupos. Esto es, que construye una congruencia entre la práctica, la teoría y la creación, y ejerce la danza desde el folklore en expansión.
La particular mirada política, estética, escénica, corporal y técnica de Danzariega se pone de manifiesto en las obras que conforman su repertorio:
Foto: Liliana Velázquez, “Agravio”, Danzariega
Foto: Liliana Velázquez, “Arrojo”, Danzariega
Se está juntando el agua en los arroyos… (2004)
¡Ya basta! fue el grito que, desde la selva chiapaneca, hizo retumbar la “entrada de México al primer mundo” el 1º de enero de 1994. Con historia zapateada, Danzariega nos acerca a la vida cotidiana de hombres, mujeres e infancias que gestaron aquel grito de rebeldía.
Pero ésta... es una voz en marcha (2005)
A través del zapateado, la música jarocha en diálogo con la música experimental, el teatro y algunas pinceladas de danza africana, nos asomamos al mundo colectivo de estas mujeres cuya voz guerrera, a pesar de la pérdida, la ausencia, la tristeza, la rabia o el dolor, no detiene su andar. Porque su voz, nuestra voz... es una voz en marcha.
El fluir del laberinto (2007)
Collage de historias urbanas que nos asoman al cotidiano habitar de la miseria, el amor trágico, la vorágine impersonal, el abuso, la complicidad, la ternura, la enajenación y las emociones que convergen en las calles de la inmensa y multicultural Ciudad de México.
Agravio (2010)
Reflexión en zapateado acerca de la comodidad que puede darnos el encierro y la mirada ciega hacia la otredad, en contraste con la organización colectiva que posibilita transformar(nos). Este día, que es cada día, festejamos el impulso de libertad y
justicia que desentume, despierta, agita nuestra existencia, nos enlaza con otras personas y nos hace gritar. Elogiamos a quien en el presente sigue palpitando, el corazón insurgente.
Impulso de/re velado (2013)
La máquina funciona, tac tac tac, la hemos escuchado desde la infancia, tac tac tac, nos hemos, tac, habituado, tac, a su sonar, tac. Ya ni siquiera la notamos, tac tac tac, ahí está y somos parte de ella... Es a través del jugueteo musical del zapateado, el cuerpo sonoro y el faldeo, que esta obra nos invita a mirar y ser miradas como piezas dentro de una estructura sistémica caótica, desestructurante, deshumanizante y en constante movimiento.
Cigarras (2020)
Tras siete semanas de encierro por la contingencia sanitaria derivada del virus SarsCov2, las danzariegas se dieron a la tarea de reflexionar juntas el impacto de este encierro en sus cuerpas. Pasar de estar encerradas en casa a estar encerradas en una pantalla. Cómo las cuerpas danzantes se adaptan a las circunstancias poniendo por delante la danza como realidad irrenunciable.
Arrojo (2023)
Propuesta dancística innovadora que invita a adentrarse en la intimidad de cinco mujeres cis, cuyas batallas personales en la búsqueda de su verdadero ser quedan lejos de las expectativas sociales impuestas. Desde lo privado, estas mujeres desafían el deber ser-nacer mujer, convirtiéndose en semillas de lo político y lo colectivo; lucha constante contra la mentira disfrazada de verdad, mientras construyen su propio camino hacia la autoafirmación.
Conócenos en www.danzariega.com
*Integrada por: Norma Sylvia Aguilera Rodríguez, Elisa Carolina Barajas Enríquez, Samantha Dolores Contreras Sánchez, Valeria Gil Orduña, María De La Luz Herrera Borja, Paula Herrera Martínez, Ana María Medeles Hernández, Ilse Mar García, Julieta Mayanelly Miranda Andrade, Cecilia Donaji Peñaloza Sánchez, Angélica Sánchez Martínez, Claudia Alejandra Sotelo Martínez y Merary Beatriz Vieyra Carmona.
Foto: Oscar Navarro, “Impulso de/re velado”, Danzariega
Gestión cultural, factor de cambio
Texto: Alejandra Nandayapa de la Rosa*
Fotos: Cortesía Centro Cultural Exconvento de Santo Domingo, Chiapa de Corzo, Chiapas
Chiapas es un estado con cultura y tradiciones vivas, cuyas manifestaciones artísticas cuentan con grandes representantes que han logrado dejar su sello dentro y fuera del país. En su sistema artístico y cultural confluyen los sectores público y privado. Ambos, en una búsqueda constante de armonía y aportación, cohabitan y llevan a cabo diferentes esfuerzos en cada uno de los espacios con los que cuenta la entidad. Sin embargo, esta búsqueda en ocasiones se ve truncada por la falta de una gestión y una promoción adecuadas. En este ámbito, me atrevería a señalar, radica el talón de Aquiles de la comunidad artística. No es tema fácil; es ahí donde, al carecer de planeación, estrategias y/o recursos, no terminan de concretarse grandes ideas ni de cubrirse las necesidades que exige todo proyecto.
Como promotora, directora del Centro Cultural Exconvento de Santo Domingo y vocal del Comité Ciudadano del Pueblo Mágico de Chiapa de Corzo, he podido convivir con muchas personalidades destacadas del sector artístico-cultural en la entidad y he constatado lo sorprendente que, muchas veces, les resulta ver materializados los proyectos. Por eso, para poder hablar de la situación que viven el arte y la cultura en Chiapas, me parece pertinente centrarse en los dos ejes torales que son la promoción cultural y la gestión de recursos, ambas actividades esenciales y complementarias entre sí.
En ese orden de ideas, considero pertinente destacar que tanto las iniciativas públicas como las privadas requieren dentro de sus prácticas a personas gestoras. Se precisan profesionales
especialistas en la captación y canalización ética de recursos que eficienten el desarrollo de proyectos de la comunidad artística. Porque para concretar todo proyecto se requieren recursos. Pero a la par, creo, se necesita que quienes realizan la búsqueda de fondos y quienes construyen los lineamientos para tener acceso a los recursos, comprendan que construir las bases de la promoción y difusión –sobre todo en estos tiempos donde las redes sociales han tomado un lugar preponderante en la sociedad– es piedra angular de todo.
En mi experiencia como directora del Centro Cultural Exconvento de Santo Domingo, por ejemplo, hicimos uso de la gestión para consolidar cinco de los seis proyectos planeados para este sexenio. Cada uno representó un reto diferente, una construcción distinta, ya fuera por las obras artísticas que se tenían que adquirir de las personas artesanas, o bien, por temas de
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Alejandra Nandayapa de la Rosa
logística, tiempos y presupuesto por parte de las dependencias de gobierno. Sin embargo, gracias a dichos esfuerzos, hoy este Centro tiene en funciones el Museo de la Laca Armando Duvalier, el Museo de Grabado Franco Lázaro Gómez, la sala de exhibición permanente Antonio López Hernández, la biblioteca Fray Víctor María Flores, la sala de usos múltiples Alejandrino Nandayapa Ralda y, ya en consolidación, la Sala del Parachico. En ese sentido, me honra decir que todos los proyectos que nos propusimos quedarán materializados y al servicio de la comunidad de Chiapa de Corzo como referentes del aporte cultural de este periodo de gobierno.
Debo señalar que lo anterior fue gracias a un trabajo colaborativo entre la iniciativa privada y las dependencias públicas de cultura, siempre bajo el eje rector de una gestión y planeación exhaustivas, enfocadas al cumplimiento de metas en tiempos y costos reales. Por eso puedo atestiguar que la gestión y la promoción, al igual que la pluralidad y la multidisciplinariedad son factores esenciales para mantener un sistema artístico-cultural sano. Esto significa que se deben establecer espacios que sean para todas las personas, sin distingo alguno. Debemos conformar una oferta plural que sirva como referencia y que convoque a la comunidad a vivir sus tradiciones y a abrevar del arte y la cultura como entes transformadores.
Si quienes nos dedicamos a la gestión tenemos claro que las manifestaciones artísticas pueden transformar el entorno inmediato y modificar el proceso de deshumanización al que nos ha sometido el sistema global, deberíamos, entonces, seguir haciendo sinergias y apostando por la colectividad para alcanzar mejores resultados. En nada abonan el ego y el individualismo. La gestión y la promoción son factores puntales, sí, pero lo son más el trabajo colaborativo, la unidad y la apuesta por la transformación del espacio inmediato, teniendo en mente que pequeños proyectos, pequeñas cosas, siempre terminan generando grandes cambios.
*Promotora cultural y gestora chiapaneca. Es cofundadora de Nilú, directora del
Ciudadano del Pueblo Mágico de Chiapa de Corzo.
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Artesanía en laca de Chiapa de Corzo
Centro Cultural Exconvento de Santo Domingo y vocal del Comité
Entrevista a Alejandra Nandayapa de la Rosa, directora del Centro Cultural Exconvento de Santo Domingo, Chiapa de Corzo Edición: Miriam Cinthia Cerna Rosales
Iyejtyal ja’ Rostros del agua
Texto: Canario de la Cruz*
Jabä-muty yälal jiñi pa’.
Ilojk mi ik’äyiñ jkuktyal. Ilejboñme xajlel.
Jiñi ch’ujtye’ ja’ iyopol; mi iwajyuñ kwuty tyi’ yorajlel ja’al.
Witsoñ.
Kyäjyäxlel mi tyäl k’iñ.
Näjch’ che’ iju’ukñäyel jkol. Ñuxukña xajlel-chäy mi kubiñ.
Mi tsäñsañoñ ich’ixal pek’eb yik’oty ityikwälel k’iñ tyi mach’.
Mis manos de cielo lloran negras golondrinas. En el lago nadan las estrellas.
El espanta náufrago es tristeza; a los ahogados de azul los tiñe.
Cuando digo “hola”, ola me besa; sus labios de sal me cuentan que soy fantasma.
Por la franja costera los rojos mangles; hombres en silencio que sus barbas remojan.
Digo “mar” y suena el caracol avivando el océano de tus ojos.
Mar: caballo azul con sabor a sal.
Como aquí no hay agua brota el oasis en la grieta de mi sed.
Antes fui lloro del cielo, hoy la hortelana del verdor en la tierra.
Nado en una lágrima en el desierto.
Me ahogan parvadas de cactus con trozos de sol en sus alas.
* Poeta ch’ol de Pactiún, Tumbalá, Chiapas. Autor, entre otros libros, de “Mayinaj” (2021) e “Isoñ k’ajk: La danza amarilla” (2023). Ganó los certámenes de poesía Alas de lagartija 2022 y 2023.
Surimbia (fragmento)
*
Texto y fotos: Sarelly Martínez
IEl gentilicio de los habitantes de Suchiapa debería ser suchiapaneco o suchiapense, como alguna vez propuso el maestro Marcos E. Becerra, autor de la obra “Nombres geográficos indígenas de Chiapas”. Sin embargo, a quienes habitan en este pueblo se les conoce como surimbos, un gentilicio que remite a los puntos cardinales del sur profundo. Pero no es así, surimbo no procede de la palabra sur. Si hundiera sus raíces en esa voz, el gentilicio sería sureño, como norteño, para quien es del norte.
Surimbo, por esas aventuras del idioma con sus encuentros y desencuentros, proviene de la voz chiapa que quiere decir amante o sirviente del pozol. De esto da testimonio el maestro Mario Aguilar Penagos en su “Diccionario de la lengua chiapaneca”: sharimbo (el pozol), de sha- (forma reverencial, distintiva o demostrativa) y naa riimbo (pozol), de naa mai (maíz) y riimbo (disolver, batir).
Había razones para llevar esa comunión a los terrenos sagrados del cacao, el maíz y el nambimba, ese chile rojizo y picantón que crecía en las vegas del río. A veces frito, a veces tostado, el chile nambimba imprimía un regusto especial al pozol de cacao y
también al pozol blanco o amarillo reventado. En otras ocasiones se mezclaba con sal para saborearse con la punta de los dedos, mientras se movía con cadencia una jícara de pozol refrescante. El surimbo estaba orgulloso de ese aporte a la tradición culinaria. El pozol de nambimba era arraigo y vínculo con la tierra que había hecho suya y que conocía como Surimbia, no como Suchiapa, que había de surgir después, en esas confusiones administrativas de la Colonia. Santiago Serrano, poeta y cronista de estas tierras, en diferentes escritos se refiere a su pueblo como Surimbia. Sabía del tema: sus parientes habían sido habitantes del pueblo desde el siglo XVIII. Él mismo nació siete años antes de que terminara el siglo XIX, en el mero día de Santiago Apóstol y de la danza del nambayuli.
A él no le tocó el pozol de nambimba original y solo pudo recoger los testimonios de la tradición oral: una plaga, en tiempos ingratos, había acabado con los sembradíos de chile nambimba, calabaza, maíz y frijol. Los surimbos pasaron hambre y sufrieron pérdidas de hermanos, de padres y de abuelos. El chile nambimba también desapareció. Su lugar fue ocupado, cuan-
do por fin llegaron las lluvias, por otro chile que empezó a crecer entre los maizales. Era el chimborote, descendiente de ese chile milenario y sagrado que no logró sortear la resequedad. Pocos surimbos se adaptaron al nuevo chile. Lo relegaron y, con la llegada de la caña de azúcar en forma de panela, comenzaron a endulzar el pozol, que ya no casaba con los gustos más fuertes del chimborote. El pozol de nambimba, orgullo antaño del surimbo, se perdió, como se perdió el nombre de Surimbia.
Cientos de años antes, Surimbia era parte de los soctones, una larga extensión en donde aparecerían varios pueblos. Los surimbos reclamaron su tierra en los albores de la Colonia. Una comisión –dice la tradición, dice la leyenda– debió caminar durante meses. Primero por los caminos reales del soctón, después por dominios zoques y más allá, por tierras tojolabales, por los Cuchumatanes, para hacerse oír por los representantes de las autoridades coloniales en ciudad de Guatemala. En su español primitivo y elemental, los surimbos pedían que se reconociera la propiedad de sus tierras; “queremos michiapa”, decían. Durante meses no cejaron en su petición; cansados y fastidiados ante la terquedad de los solicitantes, las autoridades de la Corona española por fin cedieron: “denles, pues, Suchiapa”, dijeron, y se acomodaron en sus suaves sillones para seguir atendiendo los nuevos y graves asuntos de la Capitanía General de Centroamérica.
Los surimbos regresaron contentos con el documento de propiedad de sus tierras. Ellos no querían un nuevo nombre, lejos estaban de desear “Suchiapa”; ¿para qué?, si ya tenían una patria chica y se sentían orgullosos de pertenecer a ella. Sabían que eran de Surimbia, el lugar del pozol de nambimba, pero ignoraban que las letras en papel de los hombres blancos eran más poderosas que su memoria y que Surimbia entraría por siempre en la invisibilidad de los tiempos.
IIEn el reparto de tierras que hicieron los dioses en Surimbia, a cada familia le tocó una manzana de cien metros de largo y 80 metros de ancho, suficiente para cultivar alguna hortaliza y tener vacas, caballos, chivos y gallinas.
Una pareja, que había salido a buscar la vida en otro pueblo, llegó tarde al reparto, por lo que se quedó sin su pedazo de tierra. Los pobladores, al ver a aquella pareja que no tenía terreno en dónde construir una casa y colgar una hamaca, se reunieron para analizar en qué lugar podrían aumentar una manzana más, pero todo estaba repartido: desde la curva del río de Las Mercedes hasta el paso de los Espadañeros. No se diga el Barrio de Santa Ana, La Cruz del Rayo o San Sebastián, los más poblados.
Sabios y buenos como eran esos primeros surimbos, no consintieron que aquella pareja, a quien pronto le nacería su primer hijo, siguiera viviendo en las calles. Así que ordenaron al habitante más viejo, al dueño de muchos misterios y secretos, que con su hacha mágica y filosa recortara las esquinas de todas las manzanas y que juntara esos pedazos cortados con su ciencia ya perdida, y que formara una nueva para que la habitara esa pareja. Así lo hizo, y aquel terreno resultó fértil. Le creció chipilín, yerbabuena, tomatillo, chile de nambimba, y hasta un niño que corría con agilidad entre gallos y gallinas.
Hoy todavía puede verse que las esquinas más antiguas de Suchiapa están recortadas –como la esquina que me heredaron mis padres– y que de ellas emana la luminosa generosidad de sus antepasados.
*Periodista, escritor y académico nacido en Chiapa de Corzo, Chiapas. Entre sus libros destacan “La prensa maniatada”, “Periodismo contemporáneo en Chiapas” y “Santiago Serrano, el periódico y el verso”.
Jayajpapä ore yomoram La escritura de las mujeres zoques
Texto: Lyz Sáenz*
En los últimos 25 años –entre finales del siglo XX y principios del siglo XXI–, se han escrito los primeros textos en lengua zoque realizados por mujeres. Dichas mujeres pueden considerarse las pioneras en la escritura de esta lengua pues contribuyen a la recuperación de relatos orales, a la elaboración de vocabularios zoque-español, a la construcción de la gramática y a la generación de diccionarios.
En 1997 se realizó el primer foro-taller “Estudios y avances sobre la escritura y producción de materiales en lenguas mayas y zoques de Chiapas”. El organismo descentralizado Servicios Educativos para Chiapas publicó la memoria del evento, la cual permitió dar a conocer el trabajo de Alejandra Morales Gómez quien, junto con otros ponentes, propuso los apuntes para el alfabeto zoque, actualmente uno de los referentes de la gramática de esta lengua.
En 1998 se publicó el libro “Ya’ajkta’mbü dü gubguyis pyeka tsameran. Breve historia oral zoque”, cuya coautora es Silvia A. Pérez Bravo. Editado por el Centro Estatal de Artes y Literaturas Indígenas (CELALI), este material de lectura, además de rescatar la tradición oral mediante la recopilación de relatos y leyendas, tuvo el propósito de profundizar en la lengua y la cultura zoques.
En 1999 salió a la luz “Otetsa’ma Nwajkuy” de Alejandra Morales Gómez y Adriana Hernández Hernández, como parte del proyecto Diseño y elaboración de gramáticas y diccionarios en lenguas indígenas por el organismo mencionado Servicios Educativos para Chiapas. En los años posteriores, destacan textos de mujeres en distintos volúmenes de “Y el Bolom dice…” (Antologías del CELALI). En el volumen II aparece María Guadalupe Morales Hernández con el cuento “Los conejo (sic) tontín y
Tu cuerpo rojizo tierno seduce mis dedos, toca, mis dientes muerden hasta llegar a la semilla, En mis ojos permanece viva tu rojiza carne.
aburrín”; en el volumen V aparece Jailibeth Muñoz Gómez con el cuento “El incrédulo que se lo tragó la tierra”; en el volumen VII aparecen María Guadalupe Rueda Jiménez, con el relato “El anuncio del Volcán Chichonal” y María Marbella Jiménez Díaz, con “El deseo más grande”.
En 2006 se publicó el libro “Tunjama Maka mujsi/ Y sabrás un día” de Mikeas Sánchez. Esta escritora cuenta con seis libros de su autoría en más de 10 años de carrera literaria. En 2008 aparece la obra bilingüe “Ore tsame is xüngü’/Luz de la palabra” de Elvira de Imelda Gómez Díaz, libro auspiciado por el Instituto Mexicano de la Juventud.
En la actualidad tanto Flor Valencia, como yo, Lyz Sáenz, nos contamos entre las escritoras bilingües. Ambas hemos incursionado en la escritura creativa y la promoción cultural, proponiendo una estética y una representación propias en nuestros trabajos. Para nosotras es importante la pugna por descolonizar la figura domesticable de la mujer-madre, la mujer-esposa, en tanto estereotipo dócil de los mandatos normativos.
Las mujeres en determinados contextos chiapanecos se encuentran en la búsqueda de su independencia creativa. Recién comienzan. En ese sentido, se vislumbra un camino amplio para hablar y escribir de temas que reflejen sus deseos y experiencias. Les toca a ellas soñar y crear sobre lo que les apetece. Y aunque las verdaderas pioneras de la poesía, las del lenguaje florido, han sido las ancestras, es importante reconocer que, desde los años 90, un nutrido grupo de mujeres contemporáneas formó el primer frente de contribución a la escritura. A todas ellas les debemos el legado de la magia de las palabras, los ritos, los sueños y toda la fuerza para parir nuestros libros como mujeres que somos.
En las plegarias taciturnas de mi madre hay una palabra oculta la intento arrancar con mi boca como savia del árbol que tomé en invierno.
Con los vestigios de luz mi voz se llenó de pájaros y mis alas encendieron el sol.
*Poeta y narradora de la lengua ore tzame (zoque). Coautora de las antologías de poesía: “Tsunun: Los sueños del colibrí” y “Anhelo de reposo”. Su trabajo narrativo aparece en: “Mirada a otros mundos” y “Mujeres en la minificción mexicana”. 1 https://www.jornada.com.mx/2009/03/16/oja143-poemas.html 2 Lyz Sáenz (2019). Anhelo de reposo. Antología poética, editorial Tifón.
La mujer en el patrimonio cultural inmaterial
Texto y foto: Maribel Bolom Gómez*
A lo largo de la historia de México la aportación de las mujeres a las sociedades ha sido poco visibilizada y valorada. Esta tendencia se acentúa en los pueblos originarios, donde los roles y las prácticas culturales se rigen por el sistema de usos y costumbres, derecho consuetudinario. Con el paso del tiempo, las dinámicas y necesidades de participación han ido cambiando. Las resistencias en los pueblos originarios han podido generar cambios en el ejercicio de los derechos culturales y los derechos de la mujer, permitiendo poner atención en sus acciones. La participación y acceso de las mujeres como creadoras, transmisoras o preservadoras de conocimientos y saberes culturales y lingüísticos en el ámbito del Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI) –concepto acuñado por la UNESCO–, están determinados por el género y por sus habilidades éticas y estéticas para poseer y preservar su legado vivo. Los roles de género se determinan con base en los valores, normas y reglas sociales consuetudinarias, establecidos al interior de cada comunidad. Las mujeres portadoras culturales son expertas en conocimientos y saberes tradicionales. Son hacedorasdadoras de valores, a quienes podemos ver desempeñando diversos cargos tradicionales tales como: me’ martoma, me’ paxion (señora mayordomo), antsil capetan (mujer capitana), me’ alperez, priostas, guiadoras o consejeras. También las hay parteras, rezanderas, curanderas, danzantas, tejedoras, comideras, alfareras, etcétera. Dependiendo de su contexto comunitario, estas mujeres desempeñan cargos religiosos, festivos, rituales o medicinales. Forman y fomentan valores culturales que fortalecen la memoria colectiva. Las áreas de realización del PCI se logran ver en las actividades y expresiones en espacios públicos y en aquellas que son exclusivamente íntimas o privadas. La participación de las mujeres en los espacios abiertos y públicos es visible en algunas danzas festivas como las de la localidad de Benito Juárez, Copainalá y en el municipio de Tapalapa, donde las mujeres jóvenes y adultas ejecutan específicamente la danza del Sacramento. La participación de niñas y mujeres jóvenes no es menor en la realización de festividades importantes como la fiesta de Corpus Christi en Suchiapa, que incluye la Danza de la reinita, con niñas de 5 a 7 años, o bien en la festividad de San Francisco de Asís de la cultura mochó de Motozintla, donde existe el personaje de una reina (mujer joven de 15 a 17 años). A diferencia de las reinitas de Suchiapa que portan una corona españolizada, estas llevan una elaborada con granos de maíz y frijol. Todas aquellas que juegan este papel cumplen un compromiso social que fortalece su herencia cultural.
La expresión de las mujeres en espacios íntimos sucede al interior de las casas de las mayordomías y cofradías. Ahí se gestan conocimientos y saberes en los rezos, la elaboración de alimentos
*Psicóloga y promotora cultural originaria del municipio tsotsil de
tura Indígenas (CELALI) y en la UNESCO, es cofundadora de la Red
1 Talleres coordinados
el
tradicionales, o bien en el arte textil, a través del cual las expertas en tejido y bordado elaboran finamente vestuarios para los santísimos y vírgenes en sus festividades. Quienes practican la partería poseen un amplio conocimiento en la identificación y uso de plantas medicinales, y en la atención pre y posnatal. Este don, adquirido a través de los sueños, continúa siendo de importancia mientras las mujeres siguen recurriendo a su asistencia.
Con los cambios generacionales, los conocimientos no sólo se gestan en espacios no formales. También las instituciones como las casas de cultura ofrecen oportunidades para el fortalecimiento cultural, contribuyendo a cerrar las brechas de género. Cada vez es mayor la participación de niñas y mujeres jóvenes en la ejecución de la música tradicional que, por generaciones, había sido ejecutada por hombres. Ahora se pueden apreciar arpistas o guitarristas tradicionales en Chamula o Chanal y carriceras en Suchiapa. Otros espacios son los Talleres de Gastronomía Zoque Tuxtleca1 impartidos por el Instituto de Arte Tuxtleco (ITAC), en el que han participado comideras2 tradicionales que comparten sus conocimientos o saberes con otras mujeres.
Las mujeres indígenas tienen un rol clave en la transmisión intergeneracional de los valores espirituales, expresiones lingüísticas, filosóficas, ecológicas, sociales y culturales de sus pueblos. La participación de los varones no podría concebirse sin la de las mujeres. No existiría la dualidad de padres-madres. Es por eso que el patrimonio cultural inmaterial infunde un sentimiento de cohesión social, de Ich’el ta muk’ / respeto, Lekil kuxlejal / vivir con bienestar - buen o bien vivir.
Huixtán, Chiapas. Ha colaborado en el Centro Estatal de Lenguas, Arte y Litera-
de Mujeres Indígenas y Afrodescendientes de Chiapas (REMIAC).
por
Chef Omar Velázquez Toledo, personal del Instituto Tuxtleco de Arte y Cultura. 2 Es un rango de conocimiento superior en las cocinas ritualistas y festivas dentro de las cofradías y festividades zoques de Chiapas.
Pancho calderas
(ojo P or ojo)
Texto: María Francisca Ramos
La abuela Julia, siendo muy joven, tuvo un accidente cuando viajaba a Arriaga a comprar y vender comida y debido a eso perdió un ojo. Ella creció a su nieta María Julia desde muy niña; vivían en una casita a orillas del pueblo, sin energía eléctrica y sólo se alumbraban con quinqués.
Un día, la niña le pidió a la abuela que la acompañara al patio a orinar. Ella lo hizo y de repente apareció un animal como perro, pero con los ojos rojos, que se les acercaba mucho. María Julia temblaba de miedo, era muy pequeña. Se bajó las enaguas, orinó sobre unas piedras y empezó a gritar mientras se las arrojaba al espanto:
—Ya sé quién sos, Pancho Calderas, no te tengo miedo, hijo de tu puta madre y si me vas a echar brujería, echámela en el culo—, le grito la abuela al espanto.
El animal, el cadejo de la región, se esfumó. Al otro día apareció un viejecillo en el patio de su casa tocándole la espalda para reconocerla, diciéndole:
—Julia, Julia, la Choca…
A ella le purgaba que se burlara porque estaba tuerta, decía que algún día lo iba a mirar igual y escupía al piso. Lo miraba retadora diciéndole:
—Pancho Calderas, no te tengo miedo…
Y el don cruzaba la calle para llegar a su casa; eran vecinos.
Pasado el tiempo, en una ocasión el brujo fue a trabajar sus tierras. Andaba con su yunta de bueyes. En un momento dado, a la puya –una vara con punta y una tira de cuero– se le soltó el fuete y le dio directamente en el ojo, lo que hizo que lo perdiera.
Al enterarse, la Choca mandó a comprar una docena de cohetes y los quemó en celebración del accidente de Pancho Calderas, ahora también Choco.
*Afrodescendiente. Nació en Baja California, municipio de Jiquipilas, Chiapas. Cultiva la tradición oral de su pueblo.
Darle al clavo
Entrevista a Santiago Diez de Sollano
Texto y foto: Mónica Arandia*
Santiago Diez es artista plástico, sociólogo, Dj, coordinador del Centro de Arte Emergente y fundador del Taller alternativo interdisciplinario “El Clavo”. Platicamos con él sobre su quehacer, la importancia de comprar arte y la impresión que tiene del arte urbano en Querétaro.
“El Clavo” surge por suerte y oportunidad, gracias a la solidaridad, los sueños compartidos y las buenas voluntades. Ubicado en el barrio del Tepetate, del otro lado del río, este espacio es la otra banda. Y es que el ‘Tepe’ tiene una identidad única desde el siglo XVI; identidad que lo caracteriza por ser barrio, trueque y alteridad, ahí ‘donde la banda existe y resiste’.
Hoy, en el barrio del Tepe, se hace arte público y se albergan galerías y talleres de cerámica, vidrio e ilustración. “El Clavo” es el sitio donde Diez, en alianza con el maestro Andrés Huitrón, de Gráfica Canera, y el artista Joaquín Urrutia, comenzó a imprimir, a pintar, a trabajar. “No es el espacio lo que importa, sino lo que haces en él”, dice. Aquí se está educando en un consumo cultural que busca romper con la hegemonía estética que impera y visibilizar el talento colectivo de creadores de un entorno urbano que genera propuestas estéticas divergentes. La intención es ampliar, a través de la oferta de distintas opciones, el espectro de lo que nos gusta pensar que son la libertad y el entendimiento del arte.
Comprar arte implica un nivel de entendimiento y de comprensión de lo que te rodea. Diez afirma que “tener arte en tu vida siempre te hará mejor persona; consumir arte habla bien de ti, porque es reflejo de la cosmovisión que tienes de la vida, de tu apertura estética y, por lo tanto, de tu capacidad de encontrar felicidad. Y eso es lo que queremos: ofrecer arte de cali-
dad, accesible y diverso, para que la gente se haga de un gusto artístico socialmente construido”.
Mucho del talento viene de los barrios, de municipios conurbados; la mayoría de quienes hacen arte mural surgen en la periferia y desarrollan su talento a partir del graffiti. Y es que el graffiti –en tanto elemento perteneciente a la cultura del hip hop y vinculado con el break dance y el rap– ha desarrollado códigos que ofrecen la posibilidad natural de crecimiento, pues se trata de una manifestación que busca salir adelante a través del flujo de la urbe y a partir de los elementos disponibles.
Hacer graffiti implica un proceso: se empieza rayando con lo que hay a la mano –un plumón, una pluma–; luego se pasa al aerosol y se hacen los tags, a través de los cuales se empieza a entender cómo funciona el medio; posteriormente, se hacen las bombas –letras en estilo burbuja–; después está el desarrollo de personajes y piezas grandes para, finalmente, dominar la técnica mural. El prejuicio de algunas personas puede hacerles creer que el o la artista seguro estudió en Nueva York, pero la realidad es que probablemente trabaje en una fábrica, de noche, bajando moldes para coches y haciendo pinta ilegal con las latas en las que invierte su feria. Éste es el tipo de artistas que vemos hoy en el Tepe, pues no hay escuela que te enseñe a usar el aerosol. Por último, comenta Diez: “La estética no es un lujo, es un derecho. Tenemos derecho a vivir bonito y a modificar nuestro entorno para que nos guste. Tenemos derecho a tatuarnos, a tatuar nuestra casa y a estampar la ropa. Es la única manera de sobrevivir en un mundo que, de una forma u otra, nos encasilla en un deber ser genérico.
*Encargada del Centro
Entrevista de Mónica Arandia a Santiago Diez de Sollano, fundador de “El clavo”, Querétaro
de las Artes de Querétaro, Maestra en Estudios Históricos por la Universidad Autónoma de Querétaro y Licenciada en Arte por el Claustro de Sor Juana.
Evolución y migración
Texto: Minerva Salado*
Hace años, presencié en las Islas Canarias una tragedia migratoria de las tantas que pueblan el mundo actual: la de los pateros. Desde entonces, el recuerdo de esas escenas me remite a los balseros cubanos que arriesgan sus vidas en el estrecho marino de la Florida y en la frontera terrestre que los conduce al cruce del río —Grande o Bravo, según el tramo— que limita la frontera entre México y los Estados Unidos.
Aquellos, llegaban hacinados en las frágiles embarcaciones que alcanzaban las costas de Fuerteventura y El Hierro, las islas más cercanas a África. Venían de los pueblos saharauis, hambreados y vencidos por la guerra y la opresión. A veces morían en el camino; otras, eran devueltos a su tierra. Si tenían suerte, lograban entrar al país.
Pasaron más de veinte años y poco cambió. Más bien la migración ha pasado a ocupar uno de los primeros planos en la agenda de los problemas internacionales; esos que atañen a todos los países. Un tema álgido, agudo, conflictivo, grave, que ha convertido las antiguas referencias en un anecdotario que aún coincide con la actual realidad.
Los criterios están encontrados. Pero los resultados para los migrantes no han variado en su esencia: el éxodo proveniente de las regiones más pobres, tiranizadas y/o en guerra sobreviene como un azote; sobre todo cuando lo único que se tiene para ofrecer es su elemental fuerza de trabajo. A quienes tienen alguna preparación o son profesionales, con experiencia en sus países, no les va mucho mejor; a menudo no reciben el salario que estipula el puesto que ocupan, se les exigen horarios extenuantes sin compensaciones adicionales y el trato no es el adecuado. No ocurre siempre, aclaro, pero la información sobre los casos en varias regiones hace desear que esta conducta de los jefes y/o propietarios hacia sus subordinados migrantes no se convierta en un hábito discriminatorio. En ocasiones he escuchado la opinión de que las costumbres y tradiciones — religiosas entre ellas— impiden la adaptación a lo que esos pensantes llaman modernidad. Otros, por suerte, examinan el problema desde un punto de vista más humano y
recuerdan los tiempos en que sus antepasados tocaban puertas en busca de abrigo económico y político. Y a menudo lo encontraban sin renunciar a sus tradiciones, a través de una fraternidad que terminaba por convertirse en intercambio. Lo viví durante mi niñez, en aquel fascinante barrio chino de La Habana; en la amistad de mi abuela con el árabe que le traía sus telas favoritas; y ni qué decir con el gallego, dueño de la bodega de mi barrio en Regla, quien habilitaba una libreta para
Foto: Pexels
cada familia, que compraba al “fiado” y pagaba a la semana, quincena o mes, de acuerdo con la fecha del cobro. Se había establecido una confianza que se convirtió en convivencia y afecto. Cuando el gallego falleció, el barrio entero, niños incluidos, desfiló en silencio tras su féretro hacia el cementerio local. Hoy, ante el crecimiento de la migración, se han hecho más visibles los celosos del progreso que ahora disfrutan y temen que se les evapore entre las manos si lo comparten demasiado. Los más humanitarios conservan su conducta de hormiga y se remiten a la deuda de su nación con aquellos que en el pasado les compartieron casa y trabajo.
¿Quiénes son mayoría? Vaya usted a saber. Y lo supondrá el lector antes que yo, porque en el fondo de esta reflexión yace la certeza de que en el tercer milenio de la humanidad, supuestamente civilizada, acabamos de empezar. El tema humano continúa siendo la lucha por la subsistencia, en un planeta que hemos puesto en peligro aún sin terminar de conocerlo; con las armas que nuestra inteligencia produjo sólo para destruirnos como raza y con la capacidad de emoción, imprescindible para mirar al de al lado y tenderle la mano —sólo la mano, como diría Lorca— en proceso de extinción.
Y llegará a extinguirse si no entendemos que la migración es un fenómeno inherente a nuestra especie, como a tantas otras. Tan inherente que gracias a ella somos lo que somos. Aquellos primates ancestrales que nos dieron origen se apoyaron en sus patas traseras en virtud de su vocación de emigrantes. De las áridas montañas a los cálidos valles, los simios se transformaron —quien sabe si para bien— en estos seres humanos que tras
500 millones de años de existencia aún lidian los mismos toros. En esencia siguen teniendo problemas semejantes, aderezados con mayor inteligencia y, lo que es peor, con más maldad. Como tenemos una gran capacidad de olvido, hemos dejado por el camino la inocencia de nuestros abuelos chornos y a medida que avanzan la tecnología y la ciencia nos parecemos cada vez más a las aves de rapiña, con las cuales, en verdad no tuvimos nada que ver al principio. Nos damos ahora el lujo de no admitir el fenómeno que nos dio origen. Sobre todo porque el desarrollo humano nos dividió, no sólo en países; nos separó, no sólo por idiomas y costumbres; sino que nos seccionó en ricos y en pobres. Norte y sur; primero y tercero; blancos y negros; señores y sirvientes y por ahí hasta el infinito.
De la horda inicial queda poco y lo que resta habrá de comunicarse en este siglo a través de las máquinas. Hoy cuesta más recibir el calor, el sudor, de la mano amiga que te ayuda a salir del hueco. Tal vez aquellos que se empeñen en seguir molestando con esa palabra pasada de moda —desprestigiada por los demagogos, diría yo— que es solidaridad, sean vistos pronto como piezas de museo.
El concepto de nación, tan importante hasta hace poco, para muchos ya no trasciende el ámbito de la sala de su casa. Los amigos, dispersos por el mundo, en virtud de la migración, yacen en el móvil a la espera de noticias y/o consuelo; y donde quiera que sea posible hallar el espacio para instalar el habitat ahí está la patria.
O sea, que seguimos siendo nómadas.
*Poeta, ensayista y periodista.
Foto: Freepik
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Perspectivas del arte feminista en Morelos
Texto: Denisse Castañeda* Fotos: Antonio Outón
Cuernavaca es una ciudad color bugambilia, un bordado colorido de conversaciones de diversas mujeres. Entre ellas se cuenta a Bettsie Hollans, fundadora de la primera biblioteca feminista en América Latina. A ella la conocí por mi abuela Lidia, quien fuera trabajadora doméstica de muchas feministas emblemáticas de Morelos, entre ellas la misma Betssie, Sylvia Marcos e Itziar Lozano. Esta última, promovió la creación de la Red Nacional Milenio Feminista y con su trabajo generó un avance en México, más específicamente en Morelos, en temas de subjetividad femenina, derechos sexuales y reproductivos, y ciudadanía de las mujeres. También, la propia Leonora Carrignton impulsó el movimiento ecofeminista llamado “Encolerizamiento” y pensó en fundar una casa oficio para mujeres artistas feministas de Morelos.
Cuernavaca también es eso que sembró Audre Lorde cuando vivió en la ciudad de la eterna primavera: una trama multicolor a la que le han seguido bordando memoria y representación muchas mujeres a través de su arte. Dicha genealogía feminista hoy sigue dando flores y frutos en el centro de Cuernavaca, en el Museo Morelense de Arte Contemporáneo Juan Soriano (MMAC). Ahí, gracias a la mirada violeta del maestro Antonio Outón, curador que apuesta a la construcción de nuevas narrativas visuales, hemos podido disfrutar de cierta continuidad de ese latido creativo de las mujeres, en el estado de Morelos, en los últimos tiempos.
A continuación mencionaré algunas de las exposiciones más recientes que, siguiendo esa línea, nos conducen a despatriarca-
lizar la mirada masculina desde la frontera de la cuerpa y desde nuestra palabra como manifiesta re-evolucionada.
“Morfa” de Guadalupe Amaya, una exploración corporal que, lejos de la performatividad como espectáculo, nos invitó a mirar hacia adentro y a experimentar aquella profunda intimidad con nosotras mismas. Por más de 3 años, la artista ha trabajado procesos que van siempre de dentro hacia afuera, evocando sensaciones que van desde la necesidad de resguardo y protección, hasta la liberación. Acompañada de elementos audiovisuales, “Morfa” fue, en suma, el registro de una experiencia honesta y vulnerable traducida en movimientos; un ejercicio ritual liberador del alma mediante la kinesis corporal.
“Morfa” de Guadalupe Amaya
“Rabia y miedo” de Pamela Zubillaga, acrílico sobre cartón, 2024
“Mentí, dije que era pintora”, fue una exposición colaborativa que unió los procesos creativos de Pamela Zubillaga y Daniela Romero. Ambas artistas compartieron sentipensares que hablaban de orígenes y futuros pero, sobre todo, de las múltiples dificultades que implica ser mujeres en una profesión tan patriarcalizada como lo es la pintura. Hecha a partir de materiales “modestos” –cartón, pintura acrílica en aerosol, hilos, estambres, algunas cuentas, cerámica e intervenciones directas en la pared–, la poderosa estética lograda en esta muestra dejó en claro que no se necesita de mucho cuando se trabaja desde, por y para la ternura radical. Así, Pamela y Daniela compartieron su mundo interior, sus deseos y esa fuerza artística que nos hizo volver a creer que el arte puede cambiarlo todo.
“Entrar a la cueva… Salir de la cueva… La sombra en tres tiempos”, una exposición de Marit, quien en su trabajo utiliza el lenguaje de la adivinanza, de lo que el instante proclame para sí. La muestra fue el resultado de un laboratorio en el MMAC en el que la artista trabajó durante 21 semanas rastreando y recreando sombras. A partir de ello, Marit creó una serie de mecanismos interactivos, una serie de experiencias, que exaltaban la trascendencia tanto de la huella que dejan nuestras sombras, como de todo aquello que no vemos pero que está ahí, justo ahí, frente a nosotros: universos enteros llenos de posibilidades estéticas, descubrimientos y asombros. Cerramos esta selección con “Desdibujando los ladrillos con la piel” de Yazú Escapa, la cual fue una performance donde la artista usó como materia prima un cubo –esa forma cuadrada y
“Desdibujando
minimalista, propia del arte machista de los años 70 del siglo pasado–. Amorosamente, con cuidado, sana empatía y digna rabia, Escapa lo fue reduciendo hasta convertirlo en polvo y, luego, en tinta. Posteriormente, se embarró la tinta de arcilla en la piel y dejó trazos de sus movimientos emancipatorios y liberadores en el espacio contenedor. Cabe señalar que esta exposición se viralizó en redes sociales –logró más de 70 mil reacciones y 15 mil comentarios–, detonando una serie de ataques machistas que descalificaban tanto a la obra como a la artista. Hecho que, si bien nos habla más de la sociedad en la que vivimos que de la obra, sin duda merece una reflexión aparte. El arte de estas mujeres que trabajan en Morelos tiene entraña compartida con ese feminismo que abraza la potencia deconstructiva y le regresa el sentido a los espacios vacíos. Resulta esperanzador saber que, actualmente en el MMAC, tanto el curador como las expositoras, se atreven a imaginar nuevas condiciones creativas, sociales, materiales y políticas; que, desde ahí, se busca romper y hacer polvo los modelos tradicionales sobre las conversaciones del arte; que en Cuernavaca hay un nutrido grupo de mujeres artistas intentando reinventarlo todo: la vocación y el oficio, la sala y la pintura, la narrativa y el color. Ellas, desde una relación gozosa con su quehacer y con la vida, logran por momentos despatriarcalizar la dinámica de los museos. No dan respuesta a preguntas enquistadas que no dialogan con la realidad, sino que plantean nuevas incógnitas y exploran un pensamiento propio y crítico. Sus propuestas artísticas no se ajustan de una vez y para siempre a un único modelo; están siempre vivas, extendiéndose, floreciendo y echando raíz. Así, demuestran que la subjetividad y la sensibilidad están siempre en potencia y que existen otras formas de habitar el mundo: unas más benévolas y justas que se pueden apreciar desde otras gafas, unas violetas.
*Escritora, artista y activista feminista morelense. Fundadora del colectivo Lunámbulas Poesía Acróbata, premio nacional de poesía Dolores Castro y autora de destacadas publicaciones. Actualmente es Directora de Comunicación en el Instituto de la Mujer del Estado de Morelos.
los ladrillos con la piel” de Yazú Escapa
“Entrar a la cueva… Salir de la cueva… La sombra en tres tiempos” de Marit
Synapse: Huir del olvido, Lorena Wolffer
Texto: Dinorah
Zepeda Campos*
Es la primera vez que la artista Lorena Wolffer expone en una galería y lo hace para hablar de su propia existencia. Por más de 30 años, la artista ha padecido encefalomielitis miálgica y fibromialgia—enfermedades autoinmunes que le habían permitido una vida más o menos llevadera—. Sin embargo, en los últimos años, la también activista cultural ha estado viviendo un franco deterioro de su capacidad cognitiva. En una visita guiada de la muestra Synapse, Wolffer compartió con ANTiDOGMA cómo ha enfrentado esta enfermedad desde la creación artística y su preocupación por carecer de una seguridad social como trabajadora en el sector cultural. Synapse nació de una pregunta: ¿qué hacer ante la pérdida de la memoria? El proyecto, organizado por la galería Domicilio, es una reacción ante el olvido, en un intento por atrapar sus vivencias y personas importantes, como los primeros 10 años de su vida y ciertas etapas de la de su hija.
Wolffer vuelve a hablar de su activismo –siempre atravesado por lógicas feministas– pero ahora, las piezas muestran su crisis personal. La exposición curada por Mirna Calzada, directora de Domicilio, buscó reconocer otras realidades marcadas por la enfermedad y sus derivas discapacitantes. Así, logró descentrar ‘la normalidad’ para poner sobre la mesa las implicaciones de su (nueva) condición: “cuando la gente me pregunta cómo estoy, espera que conteste que voy mejor, pero eso no va a pasar”, comenta Lorena.
Para realizar el proyecto, familiares y personas cercanas a la artista le brindaron información que le pudiera ayudar a reconstruir el rompecabezas de su vida. Wolffer abrió cajas de recuerdos, rescató cartas, visitó espacios y se reencontró con un pasado fragmentado y poco claro.
La exposición presentó distintas series elaboradas a partir de imágenes, vivencias, documentos y testimonios de la artista, además de la tradicional sección de réplica en la cual Wolffer insta al público a interactuar con ella. La primera sección se compu-
so de frases hechas por sus seres queridos; la segunda, dispuesta dentro de marcos negros, fue hecha a partir de elementos que marcaron hitos afectivamente simbólicos en su vida; la tercera, constaba de distintos recuerdos, inscritos en lámina, en formato blanco-sobre-blanco. Entre ellos destaca uno que dice: “Desde la primera vez que la abracé, cuando cabía tan perfectamente entre mis brazos, tuve la certeza de que eso era lo más hermoso que jamás sentiría y que ese sentimiento era y sería solo mío. 2005”. Otra de las secciones presentaba 12 impresiones en papel fotográfico con imágenes ligadas a sitios o cosas que a la artista le remiten a experiencias de los abusos sexuales que sufrió. Lorena compartió lo alarmante que le resulta que muchas de sus amistades feministas y activistas estén enfermas pues encuentra que hay una clara relación entre la salud y el impacto de las actividades a las que se dedican. Frente a esta situación habla sobre el grave problema que aqueja a la comunidad artístico-cultural por la desprotección a la que está expuesta por no contar con prestaciones, pensiones, ni seguridad social. Aclara que, aunque ella se ha ganado un lugar en el mundo del arte siendo mujer, activista y feminista, su labor rara vez se reconoce como trabajo. “Investigamos, creamos, gestionamos, exhibimos, realizamos intervenciones, publicamos y muchas otras cosas. Todo eso es trabajo”. También agrega que las y los profesionales del arte deberían contar con garantías laborales para enfrentar situaciones como la que ella atraviesa.
De igual manera, como lo había hecho ya a través del proyecto “Disidenta”, Wolffer plantea la necesidad de que existan tanto un tabulador de sueldos mínimos como un fondo para el desempleo en el ámbito artístico. Además, reconoce que hay una explotación permanente por parte de las instituciones: “no es raro que te busquen y te digan ‘échame la mano, no tenemos recursos’ u ‘oye, aviéntate una plática porque hay poquita lana’. Eso es una locura.”
Por último, para la artista, la relación que pudiera existir entre la iniciativa privada (IP) y las instituciones de gobierno en el entramado cultural es un tema complicado. “Sería fabuloso si la IP pudiera participar de alguna manera más activa en proyectos culturales; pero son mundos diferentes, el Estado tiene obligaciones, la IP no”.
Edición: Esperanza Islas
*Licenciada en Ciencias de la Comunicación, docente universitaria desde hace treinta años y promotora cultural. Directora del proyecto Agave y Uvas que impulsa la conservación y difusión de bebidas tradicionales mexicanas.
Visita guiada con entrevista a Lorena Wolffer por la exposición Synapse
Arroyo
NO+ X A. MOR AL ARTE
Texto: Silverio Sandate*
Ante el final de un sexenio y el comienzo de otro es momento de reflexionar sobre lo realizado y lo pendiente. En cuanto a la revisión del estado de la cuestión en el que se encuentra el sector cultural, Ana Francis Mor, recientemente nombrada Secretaria de Cultura de la CDMX, nos invita a considerar, por un lado, que el problema de la desigualdad socioeconómica persiste, pero, por otro, deja ver que estamos viviendo una revolución cultural.
La desigualdad en nuestro país es de tal magnitud que concierne a toda la sociedad involucrarse para tratar de revertirla. En ese sentido, el sector artístico-cultural no puede ni debe quedarse al margen, pues resulta imposible ignorar la existencia de estratos, jerarquías y, por ende, de una élite cultural histórica en su interior. Como parte de las estrategias para hacer frente a esta problemática, Mor propone pugnar por una “soberanía narrativa”, un concepto alineado a las nociones de soberanía alimentaria o energética. Este enfoque busca resistir la invasión de narrativas que provienen del norte global en aras de plantear aquellas que realmente nos representan. El concepto de soberanía narrativa nos invita a analizar de forma crítica los discursos que nos rodean y a cuestionar a quienes benefician. Por ejemplo, reflexionar sobre a quién le conviene pensar, de manera monolítica, que México es un país machista,
en lugar de reconocer que es un país donde las mujeres pueden hacer alianzas con los hombres, en donde estos también desean contribuir a la construcción de una sociedad más pacífica.
En este sentido, de manera puntual, Mor también invita a cuestionar la narrativa o visión romántica que considera a las personas artistas como seres iluminados, seres que merecen un lugar especial, seres que, al ser “superiores”, merecen un tratamiento distinto. La creencia en esa supuesta excepcionalidad artística, lejos de ser benéfica, regresa como búmeran sobre el sector alimentando lógicas de desigualdad. Y es que una de sus principales consecuencias es naturalizar la idea de que los esfuerzos creativos deben ser desinteresados y, por tanto, carentes de compensación; lo cual valida la tradicional y problemática noción de trabajar “por amor al arte”.
Ante ello, Ana Francis propone el ejercicio urgente de que las y los artistas se autonombren o identifiquen como personas trabajadoras del arte. Esta estrategia, comenta, exalta el hecho de que toda labor creativa es un trabajo igual de necesario que cualquier otro. Tanto el arte como la cultura contribuyen a transformar conciencias y a mejorar la calidad de vida de las personas, por eso es crucial considerarlas como parte integral de la vida cotidiana. Así, siendo campos o actividades de primera necesidad, Mor también apunta a la necesidad de incluir
y transversalizar la formación artística en todo programa de educación básica y media superior.
Otra consecuencia de este cambio de paradigma, señala Ana Francis, es que las exigencias que el sector artístico y cultural plantea dejan de ser vistas como un reclamo o una propuesta de reconocimiento de derechos especiales para un grupo, para insertarse simple y llanamente en un marco de derechos universales. Se trata, entonces, de contar con un piso parejo que permita al gremio satisfacer sus necesidades, tener acceso a salud, a vivienda, a tener una vida digna, como cualquier otra persona trabajadora debiera tenerla.
Adicionalmente, Mor propone involucrar al empresariado pero de otras formas, las cuales no generen desigualdades, como ha ocurrido con algunos apoyos que simplemente redistribuyen impuestos pagados por la ciudadanía. En esta línea, también menciona la posibilidad de crear una certificación de “Empresa Culturalmente Responsable” que incentive al sector industrial a destinar parte de sus ganancias al apoyo del arte y la cultura. Esta certificación, comenta, podría influir en procesos como licitaciones gubernamentales, lo cual beneficiaría tanto a las empresas como al sector artístico-cultural, pues ambas partes buscan objetivos comunes: una sociedad que viva de manera pacífica.
La coyuntura marcada por el cambio de sexenio nos brinda una oportunidad para evaluar el estado del sector cultural y reconocer la necesidad de continuar implementando estrategias que, desde la política y la gestión, contrarresten el problema de desigualdad persistente. Para Ana Francis Mor, #susecrechula, reconocer la necesidad de una soberanía narrativa, adoptar una visión que considere a las personas del ámbito cultural y artístico como personas trabajadoras y promover estrategias como la certificación de “Empresa Culturalmente Responsable”, son algunos de los pasos a caminar para construir un segundo piso parejo para todas y todos.
Ahora solo resta ver qué tanto presupuesto, empeño y acción le imprime el gobierno a este proyecto y qué tanto reacciona y se organiza la comunidad cultural para actuar en pro de una mejor realidad para el gremio.
a Ana
*Abogado por la Escuela Libre de Derecho, especialista en Derecho autoral. Su experiencia es en el campo del Derecho de la propiedad intelectual. Tiene gran interés en el quehacer cultural, artístico y creativo, así como en temas de género, diversidad e inclusión.
Foto: Alejandro Medina, Ana Francis Mor, Secretaria de Cultura de la CDMX #Susecrechula
Entrevista
Francis Mor, Secretaria de Cultura de la CDMX
Edición: Esperanza Islas Arroyo
Porque de esto vivimos
Texto: Emmanuel Razo*
Una de las múltiples dificultades que enfrentan los y las productoras de bienes y servicios culturales radica en la capacidad de subsistencia de su proyecto cultural. En reiteradas ocasiones, la necesidad les lleva a aceptar tratos injustos y, en muchas otras, a someterse a competencias inequitativas. Lo cual en nada dignifica el trabajo cultural, sino todo lo contrario, reafirma la percepción de que la cultura es “algo” que tiene que ver con el lujo, el dispendio y la extravagancia, más que con su importante papel en la identidad, el desarrollo sostenible y la generación de bien-
Esta realidad se perpetúa desde el núcleo familiar, cuando alguien de la familia comunica su decisión de estudiar artes y en automático se le insta a dedicarse a “algo que le deje para comer”; cuando un empresario considera que la inversión en bienes culturales es algo innecesario; cuando legisladores aprueban presupuestos y políticas culturales sin mayor discusión; y, finalmente, cuando, desde el gobierno federal, se recorta el
En nuestro país, en términos de inversión pública, en 2024, el gobierno destinó a cultura recursos por 16,754 millones de , el 0.19% del Presupuesto de Egresos de la Federación; muy lejos del 1% recomendado por la UNESCO. Si lo comparamos con otros países de América Latina, México es de los que menos invierte en cultura. Este mismo año, el Gobierno de Colombia destinó el 0.29% del total del presupuesto nacional. Chile, incrementó su inversión hasta alcanzar el 0.44% de su presupuesto; con el compromiso de llegar al 1% al final del mandato del presidente Gabriel Boric2 y en Brasil, el presidente Lula Da Silva anunció la mayor inversión directa en la historia del sector cultural brasileño3, comprometiéndose a realizar en 2025, una inversión récord en el Fondo del Sector Audiovisual4. Desde el punto de vista económico, la producción cultural y creativa tiene una dualidad que unifica su valor simbólico y económico. El primero radica en sus aportaciones al bienestar social, el aprendizaje, la identidad, entre otros muchos valores. El segundo, en su contribución al Producto Interno Bruto Nacional, al empleo y al ingreso. En este aspecto, de acuerdo con la Cuenta Satélite Cultura de México 20225, publicada por el INEGI, el sector contribuyó con 815,902 millones de pesos al PIB nacional –el 2.9% del total–, generando cerca de 1.5 millones de empleos. Es destacable que, a pesar de la baja inversión pública, en 2022, el sector mostró una generosa vitalidad postpandemia
con un crecimiento del 12.6%; monto mayor al registrado en otros sectores. Lo cual evidencia una resiliente, vigorosa y entusiasta comunidad artística, cultural y creativa que impacta de manera transversal a otros sectores económicos. Por eso, en tiempos de transformaciones, el modelo de política cultural no puede quedar al margen. Es imprescindible rediseñarlo, atendiendo aportes y necesidades del sector, de lo contrario no sólo se ignorarían las problemáticas, sino también se perdería la oportunidad de convertir a la producción cultural y creativa de nuestro país en un pilar del desarrollo.
Para transformarlo se requiere de voluntad política para trazar una estrategia, tanto a mediano como largo plazo, que fortalezca el mercado nacional de bienes y servicios culturales y creativos. De lo contrario, la apertura de espacios para la cul-
Laura Quintanilla, “Memoria”, 1999
tura, la creación de universidades del arte, la implementación de programas de cultura comunitaria y semilleros creativos, y la cultura como estrategia de pacificación, integración social y combate a la delincuencia, sólo serían los cimientos de un andamiaje que resulta imperfecto si no se pone en foco la posibilidad de que el arte y la cultura sean también un proyecto de vida, desarrollo y bienestar personal. Eliminar las percepciones elitistas del arte y la cultura significa, también, establecer las
DOF - Diario Oficial de la Federación. (12 de diciembre de 2023). Gob. mx. https://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5711629&fe cha=15/12/2023
Presidente Boric reafirma su compromiso de alcanzar el 1% para cultura y realiza importantes anuncios para el sector. (2024, junio 3). Comunidad Creativa de Los Ríos. https://comunidadcreativalosrios.cultura.gob.cl/ noticias/presidente-boric-reafirma-su-compromiso-de-alcanzar-el-1-para-cultura-y-realiza-importantes-anuncios-para-el-sector/ Lula anunció la mayor inversión en cultura de la historia del país. (2023, mayo 13). El Observador. https://www.elobservador.com.uy/ nota/lula-anuncio-la-mayor-inversion-en-cultura-de-la-historia-depais-202351318927
“Reafirmamos la potencia de nuestro cine”, dice Lula al anunciar BRL 1,6 mil millones para el sector audiovisual. (2024, junio 21). Presidencia de la República del Brasil. Planalto. https://www.gov.br/planalto/es/ultimas-noticias/2024/06/201creafirmamos-la-potencia-de-nuestro-cine201d-dice-lula-al-anunciar-brl-1-6-mil-millones-para-el-sector-audiovisual.
INEGI, “Cuenta Satélite Cultura de México 2022”
Web, C. 21. (2021, enero 7). Premia UNESCO programa PILARES de la CDMX. NOTICIAS | Capital 21; XHCDM-TDT CAPITAL 21 | NOTICIAS. https://www. capital21.cdmx.gob.mx/noticias/?p=7455
condiciones para que cualquier persona que desee vivir de la producción de bienes y servicios culturales pueda hacerlo y no sólo las personas más privilegiadas social y económicamente. En efecto, como la presidenta electa de México, la Doctora Claudia Sheinbaum ha dicho: “la cultura no es una mercancía”6, y añadiría yo: por consecuencia, la producción cultural y creativa no puede estar sometida a las mismas reglas que otros sectores. Su marco, tanto fiscal como legal, debe transformarse para bienestar de la comunidad artística y cultural, y el fortalecimiento del mercado nacional de bienes y servicios culturales. Para ello me parece prioritario establecer un diálogo con la comunidad cultural, incrementar la inversión estatal, establecer una política fiscal que incentive la participación del sector privado, revisar y ampliar el IVA cultural a otras actividades e impulsar mecanismos de deducibilidad de impuestos, pero sobre todo, garantizar a la comunidad artística y cultural su derecho a desempeñar sus actividades de manera digna, en un marco de participación equitativa y justa, desterrando los privilegios, la corrupción y el nepotismo.
* Consultor de arte y cultura, enfocado en investigación, curaduría, coleccionismo y gestión de proyectos.
Laura Quintanilla, “Mano poderosa”, 1999
Laura Quintanilla, “Gran corazón”, 1999
Un Consejo para la Cultura en la CDMX
Texto: Néstor Quiñones*
El Consejo para la Cultura y la Asamblea de las Artes tienen su origen en un foro organizado por Yei, un proyecto de Tamara Ibarra, que consistió en un encuentro con la entonces candidata a Jefa de Gobierno de la CDMX, Clara Brugada, para hablar sobre las problemáticas del sector cultural. El foro fue más un ejercicio de contacto que de definición de ideas, pero mucha gente de la comunidad artística compartió sus críticas e inquietudes. De este encuentro surgió un interés por conocer más sobre el proyecto de las Utopías que Brugada implementó en Iztapalapa, por lo que se coordinó una visita con artistas para conocerlas. La experiencia fue emocionante y reveladora puesto que su diseño cumple con las necesidades vitales de su entorno y recupera, sustancialmente, la dignidad de zonas tradicionalmente marginadas de la CDMX. A partir de ahí, Tamara propuso hacer una exposición en la Utopía más grande y emblemática, la Utopía Libertad, con la participación de alrededor de 20 artistas. Así, con el ánimo de la comunidad crecido dada la comunicación directa con el gobierno de la ciudad, se concibió la idea de crear la Asamblea de las Artes. No se trata de una idea vanguardista, más bien es un nuevo intento de crear un cuerpo autónomo, crítico y propositivo que, por fin, nos represente como comunidad. Después de muchos años intentando generar un sistema que tenga cohesión sin lograrlo, hoy son tiempos nuevos: la sociedad ha madurado y la coyuntura sexenal ofrece posibilidades. Por esta razón, artistas como Carlos Amorales, Yoshua Okón, Elsa Oviedo, Tamara Ibarra y yo, Néstor Quiñones, decidimos reunirnos para configurar una propuesta sólida con la intención de incidir en las políticas culturales del gobierno de Brugada.
Tras inaugurar la exposición en la Utopía Libertad, se decidió convocar primero a la comunidad artístico-cultural a una serie de asambleas para, después, configurar el Consejo. Se creó un equipo organizador –Eugenia Martínez, Elsa Oviedo, Héctor Benavides, Paola Sánchez, Alonso Cedillo, Andrés Villalobos, Yólotl Alvarado, Carlos Amorales, la propia Tamara y yo– encargado de la logística y los requerimientos para la primera Asamblea de las Artes que tuvo lugar en Espacio Nativo y contó con la participación de la ahora Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, Ana Francis Mor, así como con una buena cantidad de gente del sector. El micrófono circuló y la dinámica consistió en responder preguntas y formular propuestas puntuales.
*Artista plástico y director de la Quiñonera.
A partir de ahí, esbozamos la posibilidad de concebir un organismo con estructura y planteamos la necesidad de crear un cuerpo de comisiones que, a manera de gabinete, ofreciera una visión lo más completa posible y garantizara la consolidación de un Consejo representante de las y los trabajadores de la cultura frente al gobierno.
La segunda Asamblea se organizó en el Palacio de la Autonomía de la UNAM y en ella se habló, entre otras cosas, de la precariedad salarial de las y los artistas independientes así como de la falta de derechos laborales. La tercera Asamblea se llevó a cabo en la Fundación MARSO; aquí, las comisiones trabajaron en grupo y luego se hizo una puesta en común. La cuarta tuvo lugar en la Casa de Cultura Jesús Reyes Heroles; las comisiones revisaron el programa de cultura de la ya electa Clara Brugada y cada una escogió tres puntos para emitir propuestas concretas.
Actualmente, el grupo organizador está creando una página web y sistematizando las minutas de las asambleas con el fin de trazar las líneas de acción a seguir. Además, continuamos con las dinámicas de trabajo y participación, asumiendo determinaciones urgentes en cuanto a la constitución del Consejo. Hasta ahora, la Asamblea ha probado ser un ejercicio participativo, aunque no exento de tensiones; al venir de ámbitos diferentes, el reto está siendo generar un diálogo abierto y horizontal. No obstante, para la quinta edición, avanzamos hacia una nueva etapa de escritura del mecanismo del Consejo, conscientes de que ya se cumplió con una primera etapa de trabajo y con la convicción de que podemos ser agentes propositivos para la consolidación de una Secretaría de Cultura local desde otras lógicas.
Por ahora, los contenidos y las propuestas están disponibles en el grupo de WhatsApp que creamos. Sin embargo, pronto todos estos procesos y materiales se harán públicos a través de la página web y la cuenta de la Asamblea de Artes en Instagram.
Entrevista a Tamara Ibarra, Asamblea de Artes CDMX
Edición: Elihú D. Nava
Sobrevivir al medio artístico en México. Una entrevista con María Eugenia Chellet
Texto: Yuruen Lerma* Fotos: Cortesía María Eugenia Chellet
¿Cómo habitar el mundo del arte que hoy en día es tan complejo y que se encuentra en constante transformación? ¿Cómo sobrevivir ante un sistema artístico que continuamente invisibiliza, niega y precariza a ciertas personas, identidades y sexualidades? ¿Cómo generar estrategias desde diferentes instituciones para mejorar la calidad de vida de lxs artistas? Éstas y otras preguntas más, se reflexionaron en la entrevista que Reyna y Adriana, las Antidogmas, le hicieron a la artista mexicana María Eugenia Chellet. A través de un diálogo afectivo y profundo, ellas indagaron sobre la trayectoria personal y profesional de la artista, también conocida como “la diva del performance”; sus posturas respecto a diferentes situaciones relacionadas con el arte; las estrategias que le han permitido navegar por más de 50 años en el mundo artístico; así como las vicisitudes y propuestas que tiene para que otrxs artistas, de cualquier edad, continúen creando su trabajo.
En este contexto, a continuación les comparto algunas reflexiones que me surgieron a partir de las situaciones actuales de los mundos artísticos y sus diferentes agentes, sí, así en plural puesto que considero importante visibilizar la multiplicidad de experiencias, posibilidades y realidades que coexisten en el país.
En primera, salvo por un número contado de artistas –principalmente hombres, urbanos, niveles socioeconómicos altos–la mayoría de lxs artistas no pueden vivir de su producción artística y por ello tienen que hacer malabares para sostener su vida y su trabajo artístico. Esta situación, que de ninguna forma es nueva ni exclusiva del gremio, se ve cuando lxs artistas se ven forzadxs a conseguir múltiples trabajos dentro y fuera del ámbito con el fin de generar ingresos. Otrxs buscan becas nacionales e internacionales de creación y producción artística o bien, agregaría, que unxs ingresan a espacios académicos de posgrado para solventar su trabajo y continuar con su proceso de profesionalización.
Foto: Antonio Juárez, “La Diva”, 2006
En segunda, las personas del medio generan mecanismos para intervenir en los procesos de distribución por lo que emplean su creatividad y energía para construir espacios alternativos donde puedan exponer, vender y distribuir1 el trabajo propio y ajeno. Algunos ejemplos son en bazares, talleres, librerías, galerías efímeras, etc. Como hizo referencia Chellet, son pocas las personas que viven de las galerías, menos las que exponen en museos y mucho menos las que entran a las colecciones. Además, este círculo generalmente está cooptado por una minoría. En este sentido, lxs artistas generan estas estrategias para procurar bienestar tanto individual como de la comunidad y, aunque algunas de ellas sobreviven el paso del tiempo y otras no, son apuestas que lxs creativxs hacen para enfrentar situaciones de precariedad desde la colectividad.
En tercer lugar, ejercen prácticas de autocrítica y trasladan la mirada reflexiva hacia adentro de los mundos artísticos, lo que les permite visibilizar actos de violencia que también se ejercen dentro del gremio y con ello comenzar a modificarlas. Así, artistas como las feministas, construyen mecanismos de práctica social de denuncia y transformación para sobrevivir en el medio que reproduce condiciones de violencia sexista, racista, clasista y capacitista. Por ejemplo, visibilizar las brechas de género salariales, la inequidad de obras existentes en colecciones o exposiciones, la manera diferenciada en que se trata a las mujeres artistas –musas– y, a los hombres artistas –genios– o bien, el silenciamiento de mujeres y disidencias en programas académicos, entre otros.
Finalmente, una estrategia sumamente importante para sobrevivir, señalada por Chellet, es la de la creación de nuevos públicos, hecho que ella ha atestiguado, en particular, en relación con la performance en México. La diva de este medio menciona que la incorporación de nuevas personas que acuden a los performances promueve por una parte, un mayor consumo a estas formas de arte, pero también, incrementa la cantidad de propuestas y artistas que realizan performances. Así, crear nuevos públicos permite fortalecer procesos de legitimidad, profesionalización y, con ello, económicos como ha ocurrido en otros países.
1 Para más información, véase Escandalario. Los artistas y la distribución del arte de Mónica Mayer. Puedes bajarlo de forma gratuita en: https://www.pintomiraya.com/pmr/ images/stories/pdf/escandalario.pdf
Foto: Alejandro Pizarro, “La virgen y el lobo”, 2006
Foto: Verónica Gonzáles de León, 1998
En este sentido, si bien dichas estrategias de sobrevivencia son dignas de mencionar, también es importante visibilizar que la problemática es estructural, sistémica e histórica y, por consecuencia, no debemos individualizar el problema y sus soluciones. En otras palabras, es necesario apuntar cómo los sectores públicos y privados precarizan y obstaculizan la labor artística, especialmente de grupos no hegemónicos. Pero, al mismo tiempo, que está en sus manos modificar dichas situaciones para construir, desde la colectividad, medios artísticos que les permitan a todas las personas encontrar esos espacios de expresión y libertad, tal como lo mencionó Chellet. Escuchar y trabajar junto con agentes del medio para transformar prácticas económicas justas así como crear nuevos públicos puede sentar las bases para procurar el medio artístico el cual, en muchas ocasiones, sigue avanzando muy a pesar de las instituciones públicas y privadas.
Reyna Aguiar, “La virgen de las ferias”, QIPO, 2024
Entrevista a María Eugenia Chellet, artista visual
Edición: Esperanza Islas Arroyo
“Soy totalmente Rubens”, videoarte-collage de María Eugenia Chellet
Edición: Ivonne Navas
*Psicóloga y feminista por elección, antropóloga y fotógrafa de corazón e historiadora y archivista por coincidencia.
Foto: Alejandro Chellet, “Cajas de regalo”, 2008
Foto:
Autogestión y desafíos de financiamiento del arte contemporáneo en la Ciudad de México
Texto: Laura Reséndiz Espinosa*
La autogestión en el arte ha sido para mí un proceso profundamente transformador. Tomar el control total sobre mis creaciones, su producción y difusión me ha permitido explorar nuevas tecnologías, medios mixtos e intervenciones urbanas. Al prescindir de la intermediación tradicional como la de galerías o instituciones, he podido mantener una relación directa con las comunidades a las que me dirijo. Este enfoque me ha otorgado la libertad de tomar decisiones rápidas, adaptándome a las necesidades inmediatas sin las barreras que imponen las jerarquías convencionales. Sin embargo, este camino no ha estado exento de retos, especialmente cuando hablamos de sostenibilidad financiera.
En el contexto del arte contemporáneo en la Ciudad de México, los obstáculos para quienes nos dedicamos a la autogestión son múltiples. Como directora de QiPO Fair y CICLO Arte para Todos, y coordinadora de México para el festival de artes
visuales B-LA-M (Berlín, Los Ángeles, México), he sido testigo de las enormes oportunidades que ofrece la ciudad, pero también de las limitaciones estructurales que enfrentamos para mantener estos proyectos. QiPO Fair ha sido una plataforma crucial para artistas, curadoras y curadores independientes, permitiendo un intercambio global de ideas y fomentando un diálogo que trasciende fronteras. CICLO Arte para Todos, por su parte, ha sido una vía para conectar el arte con procesos de regeneración urbana y participación comunitaria, llevando el arte a espacios no convencionales y acercándose a nuevos públicos. Finalmente, B-LA-M, con su visión compartida entre Berlín, Los Ángeles y la Ciudad de México, ha demostrado cómo el arte puede ser un puente entre escenas artísticas internacionales independientes, creando un enfoque cultural integrado que respeta las particularidades de cada ciudad.
A pesar de estos logros, el acceso a fondos sigue siendo un obstáculo persistente. La creciente gentrificación y la especulación inmobiliaria en la Ciudad de México dificultan la disponibilidad de espacios adecuados para proyectos artísticos, lo que se ejemplifica claramente en nuestra experiencia con el Edificio Gaona. Los elevados costos del alquiler de este espacio, impuestos por las personas que adquirieron la propiedad, nos impidieron continuar utilizándolo para QiPO Fair, obligándonos a buscar soluciones alternativas y más asequibles. Este es solo uno de los muchos retos que enfrenta la comunidad artística y quienes hacen gestión cultural autogestionada, que a menudo se ven en la difícil situación de tener que elegir entre mantener la integridad de sus proyectos o ceder ante las presiones del mercado. Para superar estos desafíos, considero fundamental que el gremio artístico en la ciudad busque modelos de colaboración más sólidos. Alianzas estratégicas entre artistas, empresas privadas, inversionistas y actores del sector público son esenciales para crear un ecosistema que no solo fomente la creativi-
Foto: Reyna Aguiar, Laura Reséndez, Luis Valverde, Christian Becerra, Tamara Gayol, Carlos Amorales y Eloy Tarsicio QiPO Fair 2024 CDMX
dad, sino que también la sostenga. Es necesario reconocer la importancia de ofrecer becas y programas de apoyo financiero no solo para artistas, sino también para quienes hacen gestión cultural y curadurías, que tengan trayectoria. Estas colaboraciones pueden derivar en fondos de apoyo específicos para la autogestión, brindando la posibilidad de seguir experimentando sin comprometer la viabilidad económica de proyectos. De igual manera, es necesario que el gobierno y las instituciones públicas reconozcan el valor del arte y la cultura como un motor de desarrollo social y económico. Facilitar el acceso a espacios a través de subsidios o políticas que controlen los costos del alquiler permitiría que los proyectos artísticos florezcan sin
las presiones de un mercado inmobiliario cada vez más restrictivo. En este sentido, el fortalecimiento de las redes comunitarias es también crucial. Al consolidar relaciones de apoyo entre artistas y gente de gestión, tanto a nivel local como internacional, podemos generar un intercambio constante de recursos y conocimientos que beneficie a toda la comunidad artística.
Paralelamente, es indispensable mejorar las condiciones laborales de quienes trabajamos en el sector cultural. Algunas personas artistas y gestoras se enfrentan a la precariedad laboral, trabajando en condiciones que no garantizan seguridad social ni estabilidad económica. Crear mecanismos de protección laboral para quienes operamos de manera independiente, como seguros médicos o formas de apoyo financiero, sería un paso significativo hacia la profesionalización del sector. Además, ofrecer programas de educación continua y formación especializada en gestión cultural permitiría a artistas y trabajadoras y trabajadores del arte mantenerse actualizados y competitivos en un entorno en constante cambio.
Reconocer el valor económico del arte es un aspecto clave que debe ser impulsado. El impacto positivo de la cultura en el turismo, la regeneración urbana y la cohesión social es innegable. Sin embargo, aún queda mucho por hacer para que tanto el sector privado como el público comprendan plenamente el potencial transformador del arte. Aumentar la inversión en proyectos culturales no solo beneficiaría a quienes hacen arte, sino que también contribuiría al desarrollo general de la ciudad, creando oportunidades de empleo y fomentando una ciudadanía más activa y consciente de su entorno.
Los retos son significativos y sigo convencida de que la autogestión artística tiene el poder de transformar el panorama cultural en la Ciudad de México. A través de la colaboración, la innovación y un mayor reconocimiento del valor del arte en la sociedad, podemos mejorar las condiciones de quienes trabajamos en este ámbito. QiPO Fair, CICLO Arte para Todos y B-LA-M seguirán siendo ejemplos de cómo, incluso en medio de dificultades, es posible crear espacios para el diálogo y la creación, impulsados por una visión optimista y comprometida con el futuro del arte y la cultura.
* Curadora y gestora cultural que crea conexiones y transforma comunidades a través del arte, siempre con una sonrisa y una visión inclusiva.
Foto: Reyna Aguiar, Armando Martínez director de ArtSpace México, QiPO Fair 2024 CDMX
CENTRAL: Hacer el festival Hacer el festival
Texto: Pancho López*
Dedicarse al performance no es una tarea sencilla, para ello hay que tener claro que se trata de un ejercicio complejo y de difícil manejo. Si bien es un arte bastante libre que permite experimentar desde lo cotidiano, desde el cuerpo o la memoria, no es un arte que se venda fácilmente. De hecho, si se tiene la intención de vivir del performance, habría que pensarlo dos veces y luego replantearse la idea de dedicarse a ello. En mi opinión, el performance es un arte de resistencia, un modus operandi, es cabalmente una forma de vivir y de entender la vida. Aunque en la actualidad la academia y las instituciones culturales ya se han abierto a este tipo de manifestaciones –se han incluido materias en las escuelas de arte y se le han destinado fondos a través de becas institucionales–, esto no significa necesariamente que ya sea un arte consolidado; sigue viéndose como el patito feo, a pesar de contar con, al menos, cinco décadas de historia.
En algunos países del norte global existen mecanismos que constantemente apoyan los proyectos de la comunidad artística, sin embargo, esos modelos no se han logrado reproducir en países latinoamericanos, donde, por diversas circunstancias, el performance tiene una naturaleza de corte político, llevándose a cabo de manera más cruda y directa. A veces, el cuerpo es la única herramienta disponible, lo cual se manifiesta en las propuestas, en el gesto y en lo visceral del acto mismo. No obstante, en ocasiones, el o la artista se hace acompañar de otros
cuerpos, lo que permite una interacción dialógica y de intercambio corporal a través de acuerdos y posturas.
Lo que sí es cierto es que el performance es siempre un espacio de experimentación, una zona de libertad, de ensayo y error; el momento del juego y el placer. Con él se dice lo que no se puede decir con palabras, o cuando el trazo no es suficiente y la norma aprieta tanto que debe romperse. El performance es justamente el lugar de quiebre, el perro domesticado que desobedece, el ladrido en el silencio; es la oportunidad que genera lo imposible. También es, sin duda, un lugar de regocijo y cadencia, una zona liminal; es justo la línea divisoria entre disciplinas y, por ello, se puede recurrir a cualquier estrategia para lograr un momento, una imagen o una sensación.
Hacer la curaduría
Una cosa es pensar la muestra y otra cosa es hacerla. Por un lado, está pensar cuáles serán las piezas perfectas para integrar un todo y lograr hacer una narrativa coherente, y, por otro, está tener acceso a esas piezas… conseguir las obras es un asunto complejo.
Los museos han perdido presupuesto y con ello han disminuido su capacidad de negociación; sin solvencia, la mayoría de las veces sólo queda el prestigio que avale la propuesta, pero con prestigio no se come ni se pagan las cuentas. Por eso, desde mi punto de vista, casi siempre se recurre a “la economía de la amistad”, término que le escuché al performer hondureño
Leonardo González y que, sin duda, es el principal mecanismo con el que contamos muchas personas artistas que pretendemos hacer curaduría.
Curar no es solamente una labor de los y las Curadoras, con mayúscula; curar es un ejercicio de composición, de dar forma y sentido, concibiendo un mensaje, trazando una línea, compartiendo una idea. Quienes hacen Curadurías, con mayúscula, son aquellas personas que han logrado un reconocimiento por su manera de pensar y aterrizar las cosas; la manera en que estas personas han concebido exposiciones es incuestionable. Sin embargo, existen otras maneras de hacerlo: en mi experiencia, he podido percibir que curar es sinónimo de coordinar, de componer, de dirigir. Tras haber armado e instrumentado una veintena de festivales de performance, me he dado cuenta de que la tarea de curar es prácticamente la misma, sólo que en el caso de un festival de performance lo que se acomoda son las acciones que se presentan en vivo.
La economía de la amistad y de los afectos, el intercambio y el apoyo mutuo, son prácticas que se deberían estimular en estos tiempos de precarización cultural. Las figuras de personas sabias e iluminadas han quedado atrás; es necesario alejarse de los elefantes blancos y los mausoleos. En ese sentido, resulta per-
tinente trazar ejercicios curatoriales más horizontales donde, al menos, se respeten los créditos y se compartan los ideales.
Fingir haber muerto
En el ambiente artístico actual escasean las políticas culturales claras. Faltaría dejar de cortar presupuestos desde arriba y aprender a manejar de forma transparente lo que hay. ¿Cómo hacer entender a muchos gobernantes que destinar dinero al arte y la cultura reditúa en educación y bienestar de la sociedad? Hacerlo no es un gasto, es una inversión. La práctica de pagar por trabajar debería de ser una ley. En el campo del performance es muy común que se nos ofrezca visibilidad a manera de paga. Pero los caseros esperan su renta y ni la visibilidad ni el reconocimiento son moneda de cambio.
Establecer tratos justos y respetuosos debería ser un menester. Si se llegaran a hacer tratos sin un pago, deberían ser entre iguales, entre amigos, y no a petición de alguien que trabaja en el gobierno o en una institución. Sin embargo, como dije líneas arriba, esas instituciones son las que validan la credibilidad de los proyectos. Por eso es crucial aprender a utilizar esos espacios de forma digna, sin contratos leoninos, ni dispares; en donde al menos se respeten las mínimas expectativas y se dé el valor preciso a las partes que componen el acuerdo. En fin, es importante aprender a cobrar y no dejar que las personas en puestos directivos o de toma de decisiones, puedan seguir fingiendo haber muerto.
Festival Centroamericano de Performance
Tras haber llevado a cabo un sinfín de festivales, me invitaron a organizar uno nuevo: CENTRAL, con la participación de 24 artistas de Guatemala, El Salvador, Costa Rica, Panamá, Nicaragua, Honduras, Puerto Rico y República Dominicana, de septiembre a noviembre de 2024. Esta vez, el evento es dedicado al maestro César A. Manzanares, pionero del performance hondureño que se nos fue a principios de año.
Grace Exhibition Space es una excelente sede, se trata de un espacio que lleva casi veinte años dedicándose exclusivamente al performance en el bajo Manhattan, dirigido por Jill McDermid y Erik Hokanson. Un aquelarre, un festín que nos deja ver que el cuerpo es un elemento suficientemente moldeable como para convertirse en obra de arte; que la acción es el vehículo y el mecanismo de las piezas.
Todos los detalles en www.graceexhibitionspace.org
Apuntes para un pliego petitorio al sector cultural
Texto: Johan Trujillo Argüelles
En México, en el sector cultural, tenemos una dependencia a las becas. Esto nos ha llevado a una dinámica de transitoriedad de proyectos, que poco favorece la sostenibilidad económica a largo plazo. Al operar desde la lógica del financiamiento ponemos la solución en el afuera… estiramos la mano para que alguien más nos dé el dinero: becas, donativos, patrocinios. Pero, ¿cuál es nuestra capacidad para generar recursos de forma constante? ¿Qué saber o hacer valioso tenemos para dar que ayude a ello?
En lo anterior entran en juego prejuicios y creencias limitantes sobre el dinero; desconocimiento de aspectos legales, financieros y fiscales; confusión o evasión de responsabilidades por astucia o ignorancia; una expectativa de que el Estado resuelva nuestra economía; y una limitación para apreciar y comunicar el valor del arte y la cultura, que nos lleva a pedir —muchas veces sin vergüenza— y a dar nuestro hacer gratis o regalado.
Por ello, ante la invitación de ANTiDOGMA a explorar el estado actual de la comunidad artística y cultural en cuanto a apoyos, estímulos, participación de los sectores privado y público, y a pensar cuál sería el mejor ‘pliego petitorio’ para las instituciones culturales frente al cambio de sexenio, yo propongo algunas recomendaciones, dirigidas en tres aristas para poder lograr vivir de nuestro trabajo:
Al agente cultural independiente
• Reconoce lo que tienes para dar y plantea cómo generar recursos de forma constante con ello. Identifica a quiénes les interesará y qué les aportas con eso que das.
• Organiza tus finanzas personales. Calcula el costo de tu vida personal para saber cuánto tienes que generar al mes y trazar una estrategia para lograrlo.
• Distingue tus finanzas personales de las finanzas de tu rol como agente cultural.
• Que no te dé vergüenza cobrar. Reconoce tu valor y hazlo respetar. Considera las condiciones de posibilidad de quien te contrata, y las formas de intercambio posible entre ustedes (dinero o en especie).
• Tramita tu Registro Federal de Contribuyentes (RFC) en el Sistema de Administración Tributaria (SAT).
• Deja la informalidad, lo necesitas para cobrar.
• Si trabajas de forma independiente, asúmete como una empresa unipersonal en la que tú eres tu propio patrón.
• Si trabajas por proyectos o tienes trabajos fijos por honorarios, hazte cargo de tus propias prestaciones: seguridad social, aguinaldo y ahorro para el retiro. En ese esquema difícilmente nos las darán. Empieza por incluirlas en tu presupuesto anual.
• Revisa cómo costeas tus proyectos. Identifica costos indirectos y fijos, esos que no se ven a simple vista en el resultado, pero están, cuestan y hay que pagarlos.
A las instituciones culturales
• Remunera toda colaboración por mínima que sea. Así reconoces y respetas el valor del saber y hacer de quienes colaboran contigo.
• Contempla el pago de regalías por la difusión de obras en publicaciones o exposiciones. Así, quienes crean obras tienen un retorno de lo que invirtieron en crearlas.
• Protege a las personas con las que tienes un vínculo profesional o laboral ante riesgos derivados de su colaboración contigo, en el esquema que corresponda según su modalidad de contratación y el alcance de su colaboración.
• El profesionalismo y seriedad con el que trates tu quehacer es el que recibirás de tu público. Deja una buena huella.
Al Estado
• Asegura el derecho a la cultura con una infraestructura cultural digna.
• Implementa esquemas de financiamiento a largo plazo –distintos a convocatorias por proyecto– para iniciativas culturales consolidadas, que han probado su confiabilidad al sostener su quehacer por varios años. Así las fortaleces en lugar de debilitarlas con la incertidumbre de los apoyos temporales.
• Facilita la colaboración entre sector público y privado con esquemas eficientes, sin menoscabo de la transparencia y rendición de cuentas.
• Comprende la especificidad y el alcance de los tipos de iniciativas culturales para diseñar políticas públicas acordes a su naturaleza.
*Estratega cultural. Diseña y organiza acciones de promoción y formación en visualidad y gestión cultural. Ha colaborado con el Centro de la Imagen, Piso 16 y 17, Instituto de Estudios Críticos, entre otras.
Foto: Gladiola Espinoza, Johan Trujillo, estratega cultural
Entrevista a Johan Trujillo, estratega cultural
Edición: Miriam Cinthia Cerna Rosales
Astrid Hadad, dadora de placer
Texto: Berenice Pardo
Hernández*
Hadad salió al escenario con un deslumbrante atuendo, producto de su propia inventiva, como todos: un vestido plateado, asemejando a una virgen de bulto, adornada profusamente con plata repujada. Al abrirse del pecho, mostraba el dibujo de una escena en la que se distinguían los peones de una mina, subiendo, con un bulto de tierra a cuestas, un laberinto de escaleras hacia la luz que anunciaba la superficie. A lo lejos y con un ojo entrenado, esa misma escena se asemejaba al vía crucis. Parecía como si de ella emanara una luz sobrenatural, como si verdaderamente se tratara de una figura devocional. Y lo era. Lo es. Astrid Hadad se convierte en virgen, madre, meretriz, madre patria, Adelita, femme fatale o sor Juana, para contar su versión de la historia de las mujeres que forjaron la identidad cultural de México, desde una perspectiva libre, desfachatada y despojada de toda la solemnidad monolítica con la que las plumas masculinas han determinado su lugar –hierático, herético o servil– en la “H”istoria oficial.
La sede de ese espectáculo en el que desplegó todo su vestuario al son de temas como “La Perra y la Comadre”, “La Rielera” y “La Tequilera”, fue el Festival Cultural Fresnillo de 2014. Ante un público acostumbrado a la homogeneidad y con la presencia del mismísimo alcalde, Hadad denunció la esclavitud a la que, desde el virreinato y hasta ahora, se ha sometido la población zacatecana en las minas de las que se ha extraído la plata que inviste a las vírgenes y los altares de los majestuosos templos novohispanos de esa ciudad de virreyes.
En la entrevista que le realizaron Reyna Aguiar y Adriana Martínez, directoras editoriales de ANTiDOGMA, Astrid explicó el sinuoso camino que ha recorrido a lo largo de décadas, despejando el sendero de todo tipo de obstáculos: desde el conservadurismo de su núcleo familiar, hasta el yugo del prejuicio social, pasando, como el sector creativo independiente, por la precariedad y la indiferencia. Sin embargo, ella no se ha rendido ni se rendirá, pues el motor que pone en marcha cada nueva idea, cada nuevo performance, es el disfrute que recibe del pú-
blico al que se ofrece como “dadora de placer con profundidad”, refiriéndose al bagaje cultural que imprime en cada espectáculo. Ella ha tomado al cabaret alemán como su referencia, adaptándolo al gusto y a la idiosincrasia de México, para hacer una crítica política y social del pasado, el presente y el futuro de este país, aunque no por ello, menos universal. Al respecto, ella relata, todavía con asombro, aquella ocasión en la que se presentó en un teatro del Berlín Oriental, en las vísperas de la caída del muro, y el público ovacionándola de pie, terminó golpeando el piso en señal de gratificación. Esa fue una prueba de que el lenguaje del cabaret es universal; que el pensamiento crítico no habita en la lengua materna, sino en la efectiva interpretación de los hechos para encender los afectos.
Habiendo estudiado ciencias políticas y sociales en la UNAM, Hadad llegó a la conclusión de que se puede hacer un posicionamiento político a través del arte. Que se puede incitar al pensamiento libre y a las acciones soberanas a través de provo-
Foto: Adolfo Pérez Butrón, “Lámpara sin luz”
caciones y reflexiones y, por esa razón, los políticos le temen. El arte es temible porque la experiencia estética tiene el potencial de realizar transformaciones en las conciencias y eso es un factor que puede derivar en una pérdida del control del Estado. Sin embargo, la realidad ha sido mucho más adversa. En el sentido más amplio de la escena artística mexicana, poco importa su trabajo, apunta la artista, haciendo un llamado urgente a cambiar la situación actual para que las y los creadores puedan vivir, dignamente, de su quehacer artístico y salir de la marginalidad que les oprime. Por ello propone nuevos espacios de expresión y la creación de una organización para llevar el arte al interior de la República. Hay estados, ciudades, pueblos y comunidades ávidos de nuevas experiencias que inciten la imaginación y la capacidad reflexiva de sus habitantes. La diva recuerda cómo pensó que el público de Taxco no sería receptivo a su espectáculo por ser “demasiado cultural”: el repertorio incluía una cumbia dedicada a la Monja Alférez, una Canción de Castas o un corrido a sor Juana. La sorpresa fue que el público quedó congratulado, para asombro de la misma protagonista, pero también de las autoridades culturales, quienes, en su mayoría, desdeñan el contenido intelectual de calidad y apuestan por espectáculos ordinarios,
pero efectivos, carentes de propuestas originales, pero que garantizan un lleno total y, según la lógica de los funcionarios, los votos necesarios para el éxito de sus campañas electorales. Como hija de comerciantes, Astrid piensa en estrategias productivas para vivir del arte, pero está consciente y ha comprobado que se requiere de un gran esfuerzo. Ya desde que estudiaba en la escuela de teatro detectó que la ausencia de asignaturas enfocadas en la autogestión comprendía un problema estructural en la carrera. Habría que enseñar mercadotecnia o administración, dice, recordando cómo ella misma hacía fotocopias y mandaba promocionales físicos a los festivales para que la contemplaran en el programa. Y, después de 40 años, las cosas no han cambiado radicalmente. Después de cuatro décadas, Astrid Hadad sigue “buscando la chuleta” para no dejar morir de inanición su cabaret.
Otra preocupación que ronda su mente es la inexistente jubilación para los artistas. Si esta figura ha dejado de existir como una prestación del Estado para las nuevas generaciones, en el caso del sector cultural nunca ha sido una realidad, aunque
Foto: Antonio Yussif, “El Venadito”
Foto: Valentine Colin, “Altar de plata para la canción Tierra Misteriosa”
sería corregible y modificable, organizando pláticas con comunidades artísticas para mostrarles los recursos con los cuales puedan gestionar su seguro de retiro, de vida y de trabajo. Crear comunidades con redes de apoyo e información de calidad que fortalezcan a uno de los sectores más desprotegidos y precarizados de la sociedad mexicana de todos los tiempos. Como creadora y crítica, pero con una perspectiva esperanzada en una nueva configuración política que dé visibilidad a su gremio, ella confía en la próxima Secretaria de Cultura de la Ciudad de México, Ana Francis Mor, por conocer de primera mano esta realidad. Mor también es performancera, actriz, escritora, cabaretera y activista por los derechos de la comunidad artística. Por ello, es lógico que Hadad vea en su gestión una genuina voluntad política para la asignación significativa de recursos, que no acaben siendo desviados para otros fines. Ella, así como yo y muchas otras personas, clama por una verdadera transformación en el gremio cultural y por que las autoridades tengan el conocimiento necesario en materia de distribución justa y equitativa, pero también de mecenazgo y autogestión.
Hacen falta espíritus indomables como el de Astrid Hadad, cuya osadía reside en plantarle cara al tradicionalismo, a los prejuicios y a los relatos que han excluido a las minorías de la realidad, con inteligencia y con argumentos que nacen de la documentación histórica que ella misma recaba y procesa. ¡Por muchos más años de Hadad en nuestras vidas!
*Historiadora del Arte por la Ibero y maestra en Filosofía Política por la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona. Ha sido editora, directora de museo y agregada cultural. Actualmente es investigadora, escritora y curadora independiente.
Foto: Valentine Colin, “Youkali abierto”
Foto: Valentine Colin, “Dos horas de balazos”
Entrevista a Astrid Hadad, actriz, cabaretera y cantautora
Edición: Miriam Cinthia Cerna Rosales
El andar del arte mexicano
Texto: Verónica Salame* Foto: Jorge Ruiz
En México, la escena del arte contemporáneo está en constante evolución. Desde mi perspectiva, con 50 y tantos años, he visto cómo el gremio artístico más joven ha encontrado nuevas maneras de expresarse, desafiando lo establecido y rompiendo con las convenciones. A veces no es un arte fácil de digerir, pero eso es justamente lo que me atrae: la complejidad, la multiplicidad de capas que invitan a una reflexión más profunda. Recuerdo que cuando era más joven, las corrientes artísticas me parecían más figurativas, había un claro respeto por lo tradicional, pero hoy en día la comunidad artística explora temas como la identidad, el género, la memoria histórica y las luchas sociales con una libertad que antes no se veía. Me asombran algunos ejemplos como el de Mónica Mayer o Lorena Wolffer, que no solo se enfocan en la estética, sino que también cuestionan la realidad que vivimos. Las fronteras entre el arte y la denuncia política se han difuminado, y eso me hace pensar en cómo el arte también envejece con uno, adaptándose a los cambios sociales.
En mi opinión, la pluralidad y accesibilidad del arte mexicano contemporáneo son aspectos fundamentales para su evolución. El hecho de que el arte esté presente en espacios abiertos permite que más personas interactúen con él, lo que fomenta una mayor apreciación y comprensión. Además, estoy segura de que la inclusión de diversas voces y perspectivas en el arte enriquece el panorama cultural y refleja la complejidad de la sociedad mexicana.
El arte en espacios públicos no solo democratiza el acceso, sino que también transforma el entorno urbano, creando un sentido de comunidad y pertenencia. Iniciativas como los festivales de arte urbano y los proyectos de murales comunitarios son ejemplos de cómo el arte puede ser una fuerza unificadora y transformadora.
Algo que me parece fascinante es cómo el arte contemporáneo ha encontrado un lugar en los espacios públicos. Las galerías y los museos ya no son los únicos puntos de encuentro entre la obra y el espectador; ahora el arte habita las calles, las plazas y con ello se vuelve más accesible, aunque también más efímero. Pienso en artistas como Gabriel Orozco, cuya obra está en ese punto intermedio entre lo íntimo y lo universal, y me pregunto cómo el paso del tiempo afecta la percepción de su trabajo.
No cabe duda que el arte en México se encuentra en un punto vibrante y dinámico, con una escena artística que abarca una amplia gama de estilos y medios: desde la pintura tradicional y la escultura –para quienes son amantes de lo clásico–, hasta el arte digital y las instalaciones multimedia. Los y las artistas mexicanas están explorando nuevas formas de expresión y desafiando lo convencional. Por eso hoy, cuando me detengo frente a una obra contemporánea, ya no busco comprenderla de inmediato. He aprendido que el arte, como la vida misma, se disfruta más cuando le dejamos asombrarnos sin intentar controlarlo.
Es un hecho que la evolución del arte mexicano es un reflejo de la rica y diversa historia del país, con sus notas mayores y sus bemoles. Desde sus orígenes prehispánicos hasta las manifestaciones contemporáneas, el arte mexicano ha sido una herramienta poderosa de expresión y cambio social. Hoy en día, el arte en México es más plural y accesible que nunca, y continúa evolucionando para reflejar una sociedad en constante transformación. Sin embargo, para que el arte en México siga creciendo, es fundamental que las autoridades, la sociedad y el sector artístico trabajen de manera conjunta para promover la creación y apoyar el talento. Con un enfoque en la inclusión, la diversidad y la accesibilidad, el arte puede seguir siendo una fuerza vital en la cultura y la sociedad del país.
*Publirrelacionista, promotora cultural, activista social, columnista y conferencista.
ESPACIO CROMÁTICX
Texto: Mak Sinán César Bazán* y Meribeth Ramírez Hernández
“Espacio Cromáticx, desde tu color del arcoíris” es una colectiva relativamente nueva; sin embargo, sus integrantes poseemos una amplia trayectoria dentro de los activismos disidentes y, más particularmente, en la lucha de derechos para las personas trans –binarias y no binarias–, así como en el acceso a la salud mental para todes. Una pequeña muestra de nuestra labor hasta la fecha está en la participación que tuvimos en la primera Marcha del Orgullo LGBTIQAPNB+ en la Facultad de Estudios Iztacala, UNAM, a finales de mayo y en la Feria Internacional del Libro en Coyoacán (FILCO) 2024, el pasado mes de junio.
Espacio Cromáticx nace del sentir en común de tres personas que nos identificamos dentro del paraguas de la identidad No Binaria. Nos dimos cuenta de que, quienes formamos parte de la diversidad –pero sobre todo quienes nos identificamos desde la no binariedad–, estamos en constante búsqueda de espacios de escucha, donde sea posible compartir nuestros sentires, experiencias, contextos, procesos e intereses sin miedo a ser juzgades, violentades ni discriminades por los distintos sistemas de opresión, desinformación y prejuicios que permean nuestra sociedad.
Hoy en día, existen distintas colectivas o agrupaciones que funcionan como espacios no físicos donde se puede conocer a personas afines con quienes conectar genuinamente. Sin embargo, muchas de estas iniciativas suelen tener enfoques
sectoriales específicos como, por ejemplo, la orientación sexoafectiva o la identidad de género. Por ello decidimos generar Espacio Cromáticx, un lugar abierto a cualquier disidencia que necesite construir nuevas redes de apoyo y que busque acercarse a conocer los demás colores de manera respetuosa, honesta y empática.
De este modo, buscamos ofrecer y construir colectivamente un espacio en donde puedas ser tú con total libertad; un lugar “desde tu color del arcoíris”; un espacio donde puedas nombrArte y expresArte sin sentirte fuera de lugar. Aquí encontrarás talleres informativos para promover el respeto a nuestras vivencias, pronombres, nombres elegidos, orientación sexo-afectiva y expresión de género, así como para favorecer el acceso a nuestros derechos básicos –empezando por un trato digno en el sector salud, en el educativo y en el laboral–. También encontrarás espacios culturales donde podrás mostrar tus talentos, habilidades y saberes, y compartir con otres tus sentipensares. Encontrarás acompañamiento psicológico con perspectiva de género, derechos humanos y diversidad, pues sabemos que este enfoque puede marcar la diferencia en los procesos terapéuticos. Espacio Cromáticx quiere ser ese apapacho para el alma, un abrazo TRANSitivo y expansivo; un lugar para aprender y convivir con más gente que brilla igual pero diferente que tú. En fin, queremos mostrar cómo brilla cada une y compartir ese brillo con quien lo necesite.
¡Bienvenidx a tu Espacio Cromáticx!
FB. Espacio Cromátix
IG. @espacio.cromaticx
*Ilustradorx, cuidadorx de perris y michis, artivista, un ser que respira y siente.
**Psicóloga en proceso de titulación abriendo espacios de expresión para todes.
“Solo soy una persona…” ¿o no?
Foto: Cortesía Espacio Cromáticx
Foto: Reyna Aguiar
Cultura con Claudia: un año de diálogo con la comunidad cultural
Texto: Tania Mena Bañuelos* y Teresa Zacarías Figueroa
La Dra. Claudia Sheinbaum Pardo es una mujer amante de las diversas expresiones artísticas, que entiende en su totalidad la importancia de la cultura como un derecho y no como un privilegio. Lo ha dicho en múltiples ocasiones: los ejes transformadores más potentes son la educación y la cultura misma. Como un hecho sin precedentes, hace más de un año, nos pidió a quienes escribimos este texto escuchar los sentires, experiencias, propuestas y vivencias de una comunidad cuyo ADN es la complejidad. Así, el 7 de julio de 2023, abrimos en WhatsApp un primer chat que entonces nombramos CulturaConClaudia. Al tercer día de creado ya tenía más de 500 personas participantes y, al paso de los meses, se convirtió en una comunidad de más de 50 grupos en donde artistas de todas las disciplinas y agentes culturales de todo el país –de la plástica, visuales, populares, del performance, cineastas, escritoras y escritores, de
El camino trazado supuso discutir los grandes temas de la cultura:
1.- ARQUITECTURA
2.- ARTES VISUALES
3.- ARTES ESCÉNICAS
4.- CINE
5.- CULTURA POPULAR Y PUEBLOS ORIGINARIOS
6.- CULTURA COMUNITARIA
7.- GESTIÓN
8.- LITERATURA
9.- MEDIOS PÚBLICOS
10.- MÚSICA
11.- PATRIMONIO Y MUSEOS
gestión, de la música, intérpretes, actores y actrices, de dirección de teatro, de producción, de la fotografía, de artesanías, por mencionar sólo unos ejemplos– se han pronunciado y han tenido la generosidad de proponer, compartir, evaluar y construir propuestas para el próximo sexenio. A todas y a todos nos une una sola premisa dentro de las múltiples disciplinas y corrientes artísticas: CSP es la mejor opción para dirigir este país. Para nuestra sorpresa –o tal vez no tanto– lo primero que salió a la luz de todas las discusiones fue la necesidad de una escucha respetuosa. Pareciera que había habido una pandemia emocional, una especie de encierro de tantas emociones y esperanzas contenidas. Fue así que al famoso chat de cultura se sumaron una serie de zooms de temas generales y, luego, quienes participaban fueron marcando el camino hasta crear una comunidad como tal.
Y, posteriormente, dividir el trabajo en disciplinas y/o campos de acción:
I.- Diagnóstico
II.- Legislación
III.- Operación de programas y actividades
IV.- Perfil de la función pública
V.- Formación de públicos y formación de talleristas y promotoras/promotores
VI.- Descentralización equitativa
VII.- Reactivación urgente
VIII.- Relaciones internacionales y promoción de las artes mexicanas en el exterior
IX.- Seguridad social para artistas
X.- Consejos estatales de seguimiento a los programas y rendición de cuentas
XI.- Educación artística
XII.- Infancias
En diciembre de 2023, la Dra. Sheinbaum nombró a Regina Orozco como enlace con la comunidad cultural. Con ella hicimos equipo y creamos un proyecto que se llamó “La política también es cabaret”. Preparamos las maletas y, en tres meses, realizamos reuniones en varios estados con agentes culturales de todas las disciplinas, entre ellas algunas que no habían sido escuchadas en ningún otro momento: locución, artistas versátiles, luchadoras/luchadores y mariachis; además, tuvimos diálogo con estudiantes de arte, personas de la comunidad LGBTIQ+, pueblos originarios y con el pueblo afromexicano.
Otra de las grandes alianzas que llevamos a cabo fue el trabajo coordinado con el equipo de cultura de Clara Brugada, específicamente con su coordinadora: la diputada Ana Francis Mor. También acompañamos a la senadora Susana Harp en varios Diálogos por la Transformación y compartimos información con ella con el fin de tener una radiografía nacional lo más completa posible.
Lo maravilloso de todo este trabajo fue que logramos hacer un equipo de cultura nacional armónico y colaborativo, nunca una competencia.
Este ejercicio ya dio sus primeros frutos: al día de hoy, un grupo de agentes culturales con gran experiencia estamos sistematizando la información vertida en los múltiples chats, más de 1600 horas de zooms, encuentros presenciales en diferentes estados de la República, un drive colectivo y una escucha sincera. Como se dijo desde un principio, todo lo vertido en estos espacios será entregado a Claudia Curiel de Icaza, a quien nuestra presidenta nombró como titular de la Secretaría de Cultura, para apoyar la construcción del segundo piso en materia de políticas culturales.
La dignificación de los espacios culturales, la profesionalización y certificación oficial, el respeto a los derechos laborales de artistas y agentes culturales, la descentralización de los servicios e infraestructura, la revisión de la legislación referente al sector cultural, la recuperación de los espacios públicos, y la integración plena de la educación artística en primaria y secundaria son algunas de las preocupaciones de la comunidad. Otro de los grandes logros de estos chats ha sido la creación del Diplomado sobre cultura en la 4T, el cual se lleva a cabo con profesionales de altísimo nivel; todas las personas integrantes de los chats de CulturaconClaudia. En dicho diplomado se están compartiendo experiencias que van desde analizar las políticas públicas en materia de patrimonio, pasando por el perfil de gente de la función pública, hasta legislación, presupuestos, fortalecimiento de la cultura comunitaria y muchos otros temas, tan necesarios para los ejes transformadores.
Desde Baja California, pasando por Zacatecas, Nayarit, Nuevo León, Guerrero, Chiapas, Quintana Roo, Tlaxcala, Campeche, Michoacán, Ciudad de México, Veracruz, Sonora, Yucatán, y tantos otros lugares maravillosos, de rancherías, ciudades y pueblos, la comunidad artística nos llama, nos escribe, nos pregunta, le escuchamos y dialogamos permanentemente.
Todo esto ha creado una comunidad generosa y esperanzada en donde la horizontalidad y el sentido colectivo cobró una importancia inusitada. ¡Son tantos los puentes que nos unen a más de 5 mil artistas de todas las disciplinas!
Este ejercicio es de territorio y esperamos que así permanezca, con sabor a tierra y con la mirada sostenida en la colectividad para la construcción de una esperanza infinita.
*Historiadora y gestora cultural desde hace más de 25 años. Especialista en recuperación de la memoria histórica de las comunidades y en cultura comunitaria. **Comunicóloga con especialidad en cine por la Ibero. Productora y gestora cultural independiente, así como funcionaria del sector cultural por más de 35 años. Todos sus proyectos han estado vinculados a causas sociales.
Foto: Shutterstock
Galería L entre el arte, el diseño y la experiencia
sensorial
Texto: Imelda Morales Ferrero*
Ubicada en la Colonia Hipódromo de la Ciudad de México, Galería L se caracteriza por ser un espacio expositivo mexicano que apoya tanto a artistas emergentes como con trayectoria. Una de sus grandes fortalezas se centra en promover la reflexión en torno al arte contemporáneo y a las diferentes formas de expresión creativa del mundo actual, desde una postura abierta y empática. Si bien Galería L acoge artistas nacionales y del extranjero con muestras individuales o colectivas, también impulsa el talento local en otras latitudes del globo terráqueo. Las obras que a este proyecto le interesan son aquellas que actúan como eslabones entre el arte y el diseño en sus diferentes facetas. Particularmente, su objetivo es ampliar el rango de expectativas de la gente que visita esta galería para conocer, percibir y disfrutar el arte de hoy, a través de la experimentación sensorial. En esta línea, Ximena Corcuera presentó “Tierra de Nadie” o “No one’s Land”, un proyecto y colección de diseño textil creados en exclusiva para Galería L, en la Rakuten Fashion Week de Tokyo. Este trabajo representó la narración y la ciencia ficción como vehículos para reflexionar sobre temas como la identidad y la migración, aprovechando el poder performativo de la moda. Con lo cual, 12 piezas de arte portable que combinan el supra reciclaje, el uso de técnicas manuales intrincadas y la aplicación de nuevas tecnologías, formaron parte de una propuesta a través de la cual la artista exploró diversos aspectos del diseño –desde la moda sostenible hasta la producción audiovisual y la creación de proyectos transdisciplinarios– en los que la música fue un elemento vital del performance
Por otro lado, en su carácter inclusivo y de visión expansiva, Galería L presenta de octubre de 2024 a enero de 2025 “Espectro. Primera Edición. Una mirada al autismo desde el arte contemporáneo”, un programa cultural que surge de la necesi-
Foto: Agnes Kalaster, “Tierra de nadie” de Ximena Corcuera
dad de crear, desde el arte, espacios públicos que consideren la coexistencia activa de personas con trastorno del espectro autista (TEA) y de sus familiares. Esta primera edición, curada por Inari Reséndiz, tiene como propósito mostrar la historia y la obra pictórica del artista Llorenz, persona con TEA, en convivencia con la producción de un grupo de artistas neurotípicos que abordan el tema del autismo.
Una particularidad de esta muestra, es que se acompaña de talleres informativos y actividades de sensibilización ante el espectro autista, mismas que están abiertas al público en general. Con “Espectro. Primera Edición”, Galería L se une y convoca a un ejercicio crítico y sensible para los públicos mayoritariamente neurotípicos, mientras se replantean otras formas de pensar la producción y oferta artística y cultural en México. Para más información sobre su agenda de actividades consulta:
Dirección: Alfonso Reyes 216 – L001 Hipódromo Condesa
Teléfono: +52 55 5256 1060
Horarios:
Miércoles a viernes de 11:00 a 19:00 hrs.
Sábado de 11:00 a 18:00 hrs.
Domingo de 11:00 a 17:00 hrs.
Galería L galeria_l www.galerial.com
*Arquitecta y especialista en Historia del arte de la UNAM, y Maestra en Conservación y Restauración de Bienes Culturales Inmuebles de la ENCRyM. Ha colaborado en distintas publicaciones mexicanas dedicadas al diseño, la arquitectura y la tecnología.
Foto: Reyna Aguiar, inauguracoón de “Espectro. Primera Edición”, obra de Llorenz
Galería Tianguis Neza
Texto: Luis Valverde* Fotos: Cortesía de la galería
Galería Tianguis Neza es un proyecto de arte contemporáneo que surge en tiempos de pandemia, con la intención de responder a los cuestionamientos sociales que genera el mercado del arte, entendido este como un circuito que permite capitalizar la producción artística y promover su desarrollo en un sistema de libre mercado.
Lamentablemente, tanto para artistas como para coleccionistas, es difícil acceder a este universo debido a la lógica de exclusividad y altos precios que imperan en las galerías convencionales, este proyecto busca socializar el arte, enfatizando la importancia de generar un sistema alternativo de circulación; uno en donde se fomenta el coleccionismo directo con artistas y se fortalecen dinámicas de intercambio más horizontales desde el espacio público, a pie de piso y en plena calle. Esta galería, en suma, promueve el arte a precio de tianguis y sin intermediarios, e incluso, a veces, acepta formas de trueque.
Esto sucede en el tianguis de antigüedades de la Lagunilla de la Ciudad de México, a través del programa titulado TRATO DIRECTO: una expo-venta en donde, por única ocasión y de manera presencial, el o la artista acude por invitación a auto-venderse, generando una dinámica más horizontal de diálogo, distribución y promoción del arte contemporáneo. El programa ha contado con la participación de: Alfredo Arcos, Ana Gallardo, Carlos Amorales, Carlos Jaurena, Christian Becerra, Deborah Castillo, Dr. Lakra, Eloy Tarcisio, Enrique Ježik, Mónica Mayer, Irak Morales y Lorena Wolffer, por mencionar solo un puñado de artistas.
*Artista visual, promotor cultural y galerista.
El proyecto lo dirige el escultor Luis Valverde, originario de Ciudad Nezahualcóyotl, Estado de México, quien plantea la galería como un objeto de arte; una obra procesual que documenta y analiza las dinámicas de intercambio de la comunidad artística, así como sus divergencias, criterios y posturas políticas frente al sistema del mercado de arte.
El programa TRATO DIRECTO cerrará el año 2024 con una expo-venta colectiva el 1 de diciembre por parte de la Asamblea de Artes de la Ciudad de México y con acompañamiento curatorial de Tamara Ibarra y Eugenia Martínez. El próximo 2025 se contará con la presencia del Colectivo Cherani, Gabriel Cazares, Mauro Giaconi, Miguel Rodríguez Sepúlveda, Teresa Margolles y más.
Para mayor información de sus actividades, programa y contenidos sigan sus redes sociales.
Dirección:
Jaime Nunó a la altura del número 44, Tianguis de la Lagunilla. Colonia Morelos, a un costado de Tepito
Teléfono:
+52 55 5280 2941 | +52 55 5280 5183
Horarios: Domingos 10:00 a 16:00 hrs.
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Galería Tianguis Neza
Galería Tianguis Neza
Foto: Juan Luis de la Peña Román, “Trato directo con Déborah Castillo”
Foto: Juan Luis de la Peña Román, “Trato directo con Mónica Mayer”
Galería Oscar Román
Un legado de creatividad y vanguardia en CDMX
Texto: Adriana María Urso*
Desde su creación en 1991, Galería Oscar Román ha sido un referente clave en la promoción de la obra de talentos emergentes y de artistas que ya se han consagrado en la escena del arte contemporáneo. Con un amplio catálogo de artistas de Latinoamérica, Estados Unidos y Europa, la galería ofrece una diversa oferta cultural, brindando a quienes admiran y coleccionan arte un amplio espectro de la plástica contemporánea. Además, este espacio busca no solo la adquisición y circulación de obras de arte, sino también el desarrollo de una infraestructura sólida que permita a la comunidad artística mexicana encontrar mayores oportunidades de crecimiento y reconocimiento.
En ese sentido, de cara a mejorar las condiciones del sector artístico-cultural en este sexenio, la galería propone: 1) implementar incentivos fiscales específicos que fomenten el mecenazgo y el coleccionismo, 2) deducciones del 100% en impuestos sobre donaciones a proyectos culturales, 3) revisar la política fiscal actual para favorecer la compra de obras de arte, reduciendo el IVA en las transacciones artísticas, 4) la creación de un fondo de financiamiento para artistas emergentes, que otorgue subsidios y becas, e 5) incrementar el presupuesto de egresos de la federación destinado al sector cultural. Estos incentivos permitirían que las nuevas generaciones de artistas puedan dedicarse plenamente a la labor creativa e incentivaría la compra tanto por parte de colecciones privadas como de instituciones públicas y museos, lo cual supondría una mayor difusión del arte en distintos niveles sociales y geográficos.
Fotos: Cortesía de la galería
Exposiciones a partir de octubre de 2024:
Eclipse cromático de Luis López Loza. Invita a explorar la abstracción a través de vibrantes composiciones cromáticas, fomentando la introspección sobre el color y la percepción artística en un mundo visualmente saturado.
Tejiendo los tiempos de Irma Gutiérrez. Combina tapices y esculturas textiles que entrelazan historias personales y colectivas, desafiando las nociones tradicionales del arte textil.
Los colores del viento de Luis Granda. Destaca por composiciones que evocan paisajes, emociones y simbolizan la libertad y el cambio, reflexionando sobre la fragilidad de la naturaleza. Además, el 26 de noviembre se realizará la subasta anual benéfica, y en febrero de 2025 se inaugurará Paralelas, una exposición colectiva.
Finalmente, en marzo de 2025, la Galería Oscar Román presentará una exposición del artista Sayeg, quien a través de técnicas que evocan tradiciones ancestrales, explora temas relacionados con la cultura y la identidad.
Dirección: Julio Verne 14, Polanco. Ciudad de México
Teléfono: +52 55 5280 0436 | +52 55 52810270
Horarios: Lunes a viernes de 10:00 a 19:00 hrs.
Sábado de 11:00 a 15:00 hrs.
Galería Oscar Román galeriaoscarroman www.galeriaoscarroman.mx galeria@galeriaoscarroman.mx
*Licenciada en Lengua y Literatura Hispánicas; obtuvo el grado de Historia del Arte en la Facultad de Filosofía y Letras en la UNAM. Sus líneas de investigación se centran en la cultura visual y sus conexiones con los estudios de género.
Galería Enrique Guerrero
Texto: Belena Hesles Ferreiro*
Galería Enrique Guerrero es un espacio que busca representar artistas jóvenes que forman parte de la escena emergente y que exploran todas las disciplinas que actualmente conforman las artes visuales, con una visión contemporánea y propuestas autosustentables.
Actualmente, la galería presenta la exhibición Aferrarse a los márgenes de Jimena Chávez Delion; artista que explora la experiencia migrante y el trabajo informal en Lima, especialmente la zona comercial de Caquetá, donde se falsifican productos de marcas extranjeras. Las obras plasman el sistema iconográfico y la riqueza material de los espacios de comercio informal en LATAM, amalgamando testimonios sobre trabajo y migración, lo cual opera como una brújula para navegar por los universos económicos, afectivos y sociales del recurseo.
Durante esta segunda exposición individual, Jimena recorre sus últimos años de trabajo e investigación, vinculando obras escultóricas, técnicas mixtas y video documental que exploran las conexiones entre la cultura material, la subjetividad y la vulnerabilidad en el contexto de las economías neoliberales. Esto mientras explora cómo las historias de personas, sus movimientos geográficos y comportamientos coreográficos coexisten con la escasez económica y las aspiraciones en contextos urbanos marginados. Así, cada obra pone en primer plano el esfuerzo y la resiliencia de las migrantes en un contexto de precariedad laboral y sueños de superación.
“Pie blanco”
Fotos: Cortesía de la galería
“Mujer con sábana”
A su vez, en la sala de proyectos se presenta Mnemosine, una exposición de Bernardo Orduño interesado por la forma en que imágenes y símbolos han sido utilizados a lo largo de la historia para representar y comunicar ideas. Orduño se enfoca en explorar la memoria a través de imágenes de archivo, curiosidad por los restos del pasado y la iconografía occidental, mostrando que la importancia de la historia no radica en el contenido de los relatos, sino en la forma en que son narrados. Ambas exposiciones podrán ser visitadas hasta principios de noviembre, y a partir de noviembre 23 hasta febrero 2025, se albergará una muestra de Beatriz Zamora, artista de larga trayectoria, cuya obra pictórica ha cristalizado el negro como eje visible, material y conceptual a partir del cual crea estructuras y reflejos. Consulta sus redes para más información sobre futuras exposiciones y presentaciones en ferias.
Dirección: General Juan Cano 103 San Miguel Chapultepec, C.P. 11850 CDMX, México
Teléfono: +52 55 5280 2941 | +52 55 5280 5183
Horarios: Lunes a viernes de 10:00 a 19:00 hrs.
Sábados 11:00 a 14:00 hrs. info@galeriaenriqueguerrero.com www.galeriaenriqueguerrero.com galeriaenriqueguerrero
*Licenciada en Gestión Cultural y Artística. Seleccionada en el “Encuentro por la crítica cultural en danza” del Festival Internacional Cervantino durante su edición XLVI. Colaboradora de ANTiDOGMA desde 2019.
ArtSpace México
Texto: Alejandra Bárcena*
Fotos: Cortesía del artista y la galería
Art Space México es un espacio expositivo queer que busca dar cabida a artistas emergentes y provocadores cuya obra explora la belleza, la masculinidad, la feminidad y la sexualidad, combinando elementos clásicos con el Pop.
Hasta el 9 de noviembre de 2024, ArtSpace México presenta “Regocijo”, una exposición individual del artista visual Miguel Casco, curada por Paola Talavera, mejor conocida como Kuratrix. En esta muestra, el público podrá disfrutar de una experiencia sensorial y visual que explora la dualidad entre lo sagrado y lo mundano a través de piezas pictóricas inéditas.
Inspirado en la obra “La Juventud de Baco” (1884) de William-Adolphe Bouguereau, Casco presenta la serie “Via Laetāris”, en la que transforma la solemnidad del Vía Crucis en un recorrido de regocijo. Esta serie de obras propone una reinterpretación de los placeres de la vida a través de alusiones al erotismo, la mortalidad y la celebración desde una perspectiva contemporánea.
Para más información sobre futuras exposiciones mantente en contacto con la galería y visita sus redes.
Horarios: Lunes a sábado de 10:00 a 17:00 hrs. artspacemexico artspacemexico artspacemexico www.artspacemexico.mx
ANTiDOGMA agradece a ArtSpace México las facilidades brindadas para la grabación de la plática con Ana Francis Mor, Secretaria de cultura de la CdMx.
* Maestra, comunicóloga multidisciplinaria, activista, wanderlust, mindfulness, art crafter y colaboradora de ANTiDOGMA desde 2019.
Miguel Casco, “Via Laetāris”, óleo sobre tela, 2024
ArtSpace México
Le Laboratoire
Texto: Belena Hesles Ferreiro
Del 5 de octubre al 16 de noviembre de 2024, Le Laboratoire estará presentando Archipiélagos, una exposición de Carlos Aguirre, Gabriela Gutiérrez, Luis Felipe Ortega y Guillermo Santamarina. La muestra parte del pensamiento archipélico de Edouard Glissant, en el que la idea de “todo mundo” se presenta como un método para entender cómo los elementos diversos pero interconectados generan una nueva comprensión de la realidad. Además, cuestiona la relación entre descubrimiento y conquista, sugiriendo que la dominación ya no se considera necesaria en un mundo donde la grandeza se mide por la comprensión colectiva y la apreciación de la complejidad, más que por el poder o la expansión territorial.
La obra de Carlos Aguirre, quien es uno de los artistas visuales más destacados y prolíficos de México, da cuenta de su regreso a la fotografía a través de la exploración con distintos materiales como madera, algodón e imanes. Creando imágenes tridimensionales en las que conjuga diversas fotos de nopales, magueyes, arena o construcciones arquitectónicas, Aguirre apunta a la búsqueda o disolución de límites técnicos y conceptuales. El trabajo que presenta Gabriela Gutiérrez Ovalle es un conjunto de islas basado en su búsqueda de la epidermis de las cosas, ya que, para ella, toda superficie sostiene una historia que está incrustada en nuestra piel. Así, la obra de Gutiérrez Ovalle evoca un trozo de la epidermis del globo terráqueo, una zona geográfica que pudiera adquirir nuevas connotaciones, mediciones o reflexiones, con la intención de restituir al mundo algo que, irremediablemente, perdió.
A partir de relaciones entre paisajes, arquitecturas, objetos, cuerpos, imágenes y volúmenes, y marcado por la tradición del arte minimal y conceptual norteamericano y del movimiento neoconcreto brasileño, Luis Felipe Ortega se ocupa de producir espacios liminales donde los materiales y técnicas de ejecución se vuelven fundamentales. Al generar tiempos y espacios tan otros, la sencillez aparente de cada una de sus obras es eso, pura apariencia.
Por su parte, Guillermo Santamarina presenta una serie de obras que crean una red de sincronicidades a partir de distintos recursos como la representación alegórica, la noción del tiempo y el paseo entre la experiencia poética y la conciencia del momento vital. Cada pieza de la serie tiene títulos de identificación en los cuales se transparentan los nombres de las piezas sonoras, sus autores y los años de publicación. Consulta las redes de la galería para mantenerte al tanto de lo que se estará presentando en futuras muestras.
Dirección: Calle Gral. Antonio León 56 San Miguel Chapultepec I Secc.
Horarios: Martes a viernes de 11:00 a 14:30 y de 16:30 a 19:00 hrs.
Sábado: previa cita Galería Laboratoire galeríalelaboratoire www.lelaboratoire.mx
Foto: Reyna Aguiar, Julien Cuisset, director
Foto: Reyna Aguiar
Patricia Conde Galería
y las prácticas fotográficas
Texto: Mariana Gómez Maqueo*
Patricia Conde Galería, galería mexicana que promueve prácticas fotográficas, presenta actualmente una exposición individual de la artista mexicana Cristina Kahlo (México, 1960) desde septiembre de 2024 y hasta el 11 de enero de 2025. “Crecí a la sombra de los árboles”, la tercera exposición individual de Kahlo en la galería, revela el universo de la artista a través de un viaje hacia la alteridad. Explorando su infancia, crecimiento y madurez, la fotógrafa nos adentra a un viaje en el que destacan su fascinación por lo oculto, la búsqueda profunda de lo invisible, el asombro ante los misterios de la naturaleza y la alegría de los primeros placeres. La exposición está conformada por trabajos hechos entre 2019 y 2024, elaborados con técnicas diversas como cianotipia, inyección de tinta y fotografía coloreada con acuarela.
En el mes de febrero de 2025, en el marco de la Semana del Arte de la Ciudad de México, la galería presentará una exposición individual de Ilán Rabchinskey (México, 1980), con curaduría de Tania Ragasol Valenzuela (México, 1972). La exposición será una revisión de media carrera con énfasis en el trabajo elaborado entre 2016 y 2024. Entre otros temas, la obra de Rabchinskey explora la tensión entre las fuerzas de la naturaleza y la especie humana, las propiedades de la materia y la dinámica entre objetos e imágenes.
Durante la mencionada Semana del Arte, la galería también participará en la feria ZONAMACO 2025 con un stand en el que se incluirá el trabajo de Alejandro Cartagena (República Dominicana, 1977), Paola Dávila (México 1980), Alexandra Germán (México/Reino Unido, 1986), Margot Kalach (México, 1992),
Cristina Kahlo, “Vuelo sin rastro”, 2019
*Directora asociada en Patricia Conde Galería.
Fotos: Cortesía de la galería y artistas
Ilán Rabchinskey, “Multiple space”, 2024
David LaChapelle (EUA, 1963), Patricia Lagarde (México 1961) y Yael Martínez (México 1984).
Asimismo, en Salón ACME no. 12, se presentará un stand con obra de Cannon Bernáldez (México, 1974), la cual mostrará trabajo inédito de su serie “Tormenta silenciosa en México. Entre la resistencia y la resiliencia”.
En 2025, la galería tendrá una exposición colectiva en colaboración con la agencia Magnum Photos, una cooperativa fotográfica internacional propiedad de artistas de la lente que tienen membresía, con oficinas en París, Nueva York, Londres y Tokio.
Dirección: Gral. Juan Cano 68. San Miguel Chapultepec Ia Sección CDMX, 11850
Lo que comenzó como un sueño —una galería en la playa de Zipolite— ha ido madurando y encontrando su verdadera naturaleza. Cuatro años han pasado desde su inauguración y, en ese tiempo, 175 Showroom se ha consolidado como un punto de encuentro donde artistas de diversas disciplinas, tanto amateurs como profesionales, han generado diálogos y compartido momentos inigualables con la comunidad. En la temporada 2023-2024, la galería 175 organizó MANCHA, un festival bienal de artes de 10 días de duración. En su primera edición se ofrecieron charlas, proyecciones, talleres, música y siete exhibiciones, así como con una presentación de ANTiDOGMA revista de arte y cultura. Los y las artistas participantes fueron seleccionados mediante una convocatoria abierta y un jurado especializado. En esta ocasión, la galería optó por realizar las actividades en diversos puntos del pueblo, integrando a la iniciativa privada –ONGs, restaurantes y hoteles– que cedieron sus espacios y colaboraron activamente con el festival.
Además, mediante la realización de actividades inclusivas y accesibles dirigidas a públicos diversos, la galería ha fomentado el intercambio cultural y ha fortalecido la identidad a través del arte. Esta labor no solo ha enriquecido el panorama artístico de la región, sino que también ha generado lazos significativos entre artistas y residentes.
En ese sentido, 175 considera que el apoyo gubernamental es crucial, no solo garantizando financiamiento y recursos, sino
también promoviendo una descentralización real del arte hacia las periferias. Es urgente que los escasos recursos se utilicen de forma coherente, evitando su concentración en premios que condicionan la creación artística a los intereses de unos pocos.
La educación artística también debe ser prioridad, integrando programas sólidos en escuelas y talleres juveniles. Solo así se podrá cultivar una generación capaz de generar un futuro cultural diverso y enriquecedor, donde la cultura no esté sujeta a los centros urbanos ni a los dictados de un pequeño grupo, sino que sea representativa de toda la sociedad.
¿Qué viene en 175 Showroom?
Para diciembre 2024 está planeada “Satura”, una exposición pictórica con obra de quien escribe este texto y para enero, “Marea”, una instalación de estampas irregulares de Wilber Martínez.
El próximo año se realizará MANCHA festival de las artes 2025 con proyecciones de cine comunitario y la presentación de los resultados de la primera residencia artística de 175 –Emiliano Godínez en La Enramada Cultural (Residencias Artísticas)– en el Museo La Enseñanza de San Cristóbal de las Casas.
Dirección:
Andador Tabachín, Col. Roca Blanca
Zipolite, Oaxaca, México
Teléfono: +52 664 570 8199
Horarios:
Miércoles a domingo de 17:00 a 11:00 hrs.
175ShowRoom
175ShowRoom
*Artista visual y gestor cultural. Actualmente radica en Oaxaca, donde está al frente del proyecto 175 Showroom.
Foto: Reyna Aguiar
Foto: Reyna Aguiar
La Caja Arte y Cultura (Tijuana)
Texto: Alejandra Bárcena Fotos: Cortesía de la galería
Desde su fundación en 2005, La Caja Galería se ha consolidado como un espacio de exhibición, creación y promoción de las artes visuales en la ciudad de Tijuana. Con la intención de impulsar tanto a artistas con amplia trayectoria como a emergentes, este proyecto ha abierto nuevos horizontes para la producción artística de la región trascendiendo, además, fronteras nacionales e internacionales. Por otro lado, la galería ofrece servicios como realización de subastas, asesoría en adquisición de obra, labores de museografía y diplomados de arte.
Desde septiembre de 2024 y hasta enero de 2025 La Caja Galería alberga “En busca del pez más viejo del mundo”, una
exposición póstuma del gran artista bajacaliforniano Álvaro Blancarte. La obra pictórica que congrega esta muestra está basada en antiguos mitos de Baja California Sur que persisten hasta nuestros días. Entre ellos se cuenta aquel que relata que en los mares de la región se creó un nuevo ser que habita en las viejas cuevas marinas ya que fue ahí, en la zona de Cabo, donde nacieron todos los peces del universo, los monstruos marinos y las tortugas ancestrales, remanentes de un universo desaparecido.
Para información sobre futuros cursos, eventos o exposiciones contactar a:
Dirección:
Callejón de las moras 118 B, Col. 20 de noviembre Tijuana B.C.
Teléfono: +52 66 4610 3723 | +52 664 686 6791
Horarios:
Lunes a sábado 9:00 a 19:00 hrs. https://www.lacajagaleria.com/recorridos/ www.lacajagaleria.com
Ángulo Galería
Propuestas artísticas desde Tijuana
Texto: Leobardo García Córdova*
Ángulo Galería es un espacio diverso, crítico, incluyente y, sobre todo, abierto. Trabajando de la mano de artistas emergentes, así como de mediana y larga trayectoria, esta galería ha llegado a su tercer aniversario haciendo enlaces con la comunidad creativa de Baja y California, siempre con una disposición al diálogo y la cooperación.
Con un promedio de 10 exposiciones anuales, subastas y otras propuestas que son de gran impacto en la región como charlas, mesas de diálogo y presentaciones de proyectos creativos y culturales, Ángulo Galería es un lugar vivo en el centro de Tijuana, ubicado a tan solo unas cuadras de la tradicional y siempre vibrante Avenida Revolución.
Como cierre de año tenemos una colaboración transfronteriza de intercambio entre Sparks Gallery, de San Diego, CA, y Ángulo Galería en Tijuana. De tal suerte que el sábado 2 de noviembre inauguramos en Ángulo las exposiciones de Alexander Arshansky, de origen ruso y residente del sur de California, así como la obra de Kathleen Kane-Murrell, ambos proyectos representados por Sparks. Por su parte, el jueves 7 de noviembre inaugura en Sparks Gallery la muestra de dos jóvenes artistas tijuanenses: Aida Urbina y Jessica Sánchez. Ambas exposiciones estarán abiertas durante noviembre y diciembre en ambos lados de la frontera. Nuestro programa 2025 contará con el trabajo de artistas de la región San Diego/ Tijuana/ Mexicali entre quienes se cuentan: Miriam García, Oslyn Whizar, Jessica Sanchez, Melina Ayala, Iván Arevalo, Christopher Wassell, Aída Urbina, Franco Mendez Calvillo, Gilberto Terrazas y Paulina Garza.
*Arquitecto, museógrafo y director de Ángulo Galería.
Fotos: Cortesía de la galería
Durante el verano tendremos la primera Semana de Territorio de Arte en Tijuana en colaboración con 206 Arte Contemporáneo y Tierras Seminario de Arte, ambos proyectos artísticos alternativos de la ciudad.
Mercado de arte y diseño es nuestro más reciente proyecto. Este se lleva a cabo tres veces al año –en primavera, verano e invierno– y consiste en abrir nuestras puertas por medio de una convocatoria para mostrar y vender propuestas creativas de artistas emergentes.
Además, contamos con agenda para visitas privadas, así como eventos paralelos a las exposiciones como las Noches de arte, en las cuales organizamos charlas con artistas y ofrecemos al público alguna degustación de vino o cerveza de la región.
¡Conócenos!
Dirección: Flores Magón 7401 Zona Centro, Tijuana B.C.
Teléfono: +52 664 570 8199
Horarios: Jueves de 15:00 a 19:00 hrs.
Resto de la semana por eventos o con citas.
Ángulo Galería angulogaleria www.anguloart.com
The Front Arte & Cultura
un espacio colaborativo en San Diego
Texto: Francisco Morales*
Con 18 años de existencia, The Front es el agente más activo en la vida cultural de San Ysidro, California. Con docenas de exhibiciones, conciertos, presentaciones de baile, conferencias, talleres y demás actividades culturales en su haber, este espacio se ha convertido en la institución cultural más importante del sur de San Diego.
Asentada en un edificio de 1929 diseñado por el arquitecto
Louis G. Gill, The Front es una galería binacional donde artistas locales de ambos lados de la frontera pueden exhibir su arte mientras enriquecen a la comunidad. Además, esta galería colaborativa de arte y diseño es parte del programa artístico y cultural de Casa Familiar, una agencia de desarrollo comunitario que cree en honrar las raíces latinas y defender a todas las personas de bajos ingresos de la comunidad.
*Artista, músico y director de The Front Arte & Cultura.
Próximas exhibiciones y eventos:
Octubre 12, 2024- enero 13, 2025. “How can you Mend a Broken Heart?”, exhibición de Cog*nate Collective
Enero 24 - enero 31, 2025. Exhibición de cerámica de Nanzi
Muro y Pamela Kozminska
Enero - junio, 2025. Temporada de Residencias de Teatro en El SALON.
Marzo 8 - mayo 9, 2025. 18a edición del “Día la Mujer Exhibition”, curaduría de Amy Sánchez Arteaga
Julio 2025 - octubre 2025. “Artes, Artefactos & Artesanías”, muestra colectiva internacional
Dirección: 147 W San Ysidro Blvd San Diego, CA
Teléfono: +1 619 428 1115
Horarios: Consulta sus redes TheFrontArteCul thefront.casafamiliar.org
Foto: Reyna Aguiar
Foto: Reyna Aguiar
Foto: Cortesía de la galería
Galería Freijo (Madrid)
Texto: Cemeli Hernández Cortés*
Desde su inauguración en 2010, la Galería Freijo —fundada por la coleccionista Angustias Freijo Mouliaá— se ha convertido en un espacio dedicado a mostrar el trabajo de artistas de origen español y latinoamericano que exploran lenguajes vanguardistas y en cuyas obras destaca el rigor formal y estético. Comprometida con respaldar la trayectoria de artistas de mediana carrera, la galería ha sido un puente entre generaciones, conectando a artistas de renombre con nuevas voces que desafían los límites del arte. A partir de 2019 la dirección del recinto desarrolló el programa LZ46, el cual está enfocado en proyectos curatoriales de carácter experimental.
Durante el último bimestre de 2024 y hasta el 4 de enero de 2025 Galería Freijo será sede de “La belleza de lo frágil”, una exposición colectiva cuyo hilo conductor es el mundo de la entomología. El texto de la exposición corre a cargo de Oscar Soriano, investigador del departamento de Biodiversidad y Biología Evolutiva del Museo de Ciencias Naturales de Madrid. En ella se exponen obras de artistas como Antoni Abad, la escultora Monique Bastiaans, Candela Sotos, Ramón Mateos y Joaquín Mouliaá. Por otro lado, el 9 de enero se inaugurará “Portugal Arqueológico” de Marcela Navascués. En esta muestra la artista entremezcla la orfebrería con el mundo de la luz y el color, tomando como inspiración los diseños del arte paleolítico del Valle del Côa en Portugal. Esta exposición finalizará el 1 de marzo de 2025.
Fotos: Cortesía de la galería
Simultáneamente, entre el 14 de enero y el 14 de febrero de 2025, tendrán lugar una serie de performances del artista Bartolomé Ferrando, así como la presentación de su próximo libro; todo esto, como parte del programa LZ46.
Mientras que, del 19 de febrero al 22 de marzo de 2025 y en el marco de la participación de la galería en la feria ARCOmadrid, se presentará un proyecto colaborativo realizado junto con la galerista Emma Molina (Monterrey, México). Entre el LZ46 y otro espacio a definir por Emma Molina, se presentarán obras de Marcelaygina, Orlan, Ouka Leele y Daniela Rossel.
Asimismo, del 7 de marzo y hasta el 10 de mayo de 2025 el recinto albergará la exposición “Pulsión de colapso” de Olalla Gómez Valdericeda y Ramón Mateos, comisariada por Nerea Ubieto. En ella se exponen una serie de piezas que, juntas, presentan el perverso escenario de acumulación capitalista actual sin anestesia.
Dirección: C/ Zurbano 46, 28010 Madrid, España
Teléfono: +34 913 103 070 | +34 629 403 436
Horarios:
Martes a viernes de 16:00 a 20:00 hrs. Sábados de 11:00 a 15:00 hrs. freijo gallery www.galeriafreijo.com
*Periodista egresada de la Universidad de la Comunicación. Redactora en jefe y editora de Capital 21 Noticias. Especializada en política, con interés en temas culturales.
Claudio Zulian, “Guerras que no han tenido lugar”, 2023
Rocio Garriga, “Butterfly bomb V”, 2024
La gestión actual del Museo de Arte Carrillo Gil
Texto: Daniela Barky Jafif*
Como parte del grupo de la materia en Gestión Cultural de la Universidad Iberoamericana que imparte la Mtra. Adriana Martínez y en conjunción con ANTiDOGMA visitamos el Museo de Arte Carrillo Gil (MACG) para hablar con su directora, Marisol Argüelles, sobre los retos y oportunidades que enfrenta este recinto de San Ángel. Aquí una breve crónica.
Con una destacada trayectoria como gestora cultural –la cual incluye su reciente labor al frente del Museo Mural Diego Rivera y el Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo–, Argüelles pretende aportar al MACG un enfoque estratégico, con el fin de posicionarlo más sólidamente como un espacio para el arte moderno y contemporáneo, accesible y en diálogo constante con sus audiencias.
Uno de los mayores desafíos del MACG ha sido la difusión de sus proyectos y actividades. A pesar de contar con una colección impresionante y de ser una institución clave en el panorama cultural de la Ciudad de México, su ubicación ha dificultado la atracción de un público amplio. En ese sentido, Marisol subraya la importancia de diversificar las vías de comunicación, utilizando no solo las redes sociales, sino también medios tradicionales como el periódico, la radio e incluso el metro. Este enfoque integral ha permitido que ciertos eventos del museo
–como la celebración de su 50 aniversario– alcancen un éxito notable, lo cual muestra que su visibilidad depende de un esfuerzo conjunto de múltiples canales de difusión.
La labor educativa del museo también es una prioridad para Argüelles. Sin embargo, conectar con las escuelas ha sido un desafío constante. Las barreras externas, como la sobrecarga de trabajo del cuerpo docente y las dificultades logísticas, han limitado las visitas escolares. A pesar de ello, la directora y su equipo han desarrollado programas y talleres que buscan acercar el arte a nuevas generaciones, conscientes de que el museo, como institución pública, tiene una responsabilidad social que trasciende su papel como simple espacio expositivo. Esto se refleja en su voluntad de visibilizar el trabajo detrás de las exposiciones y en la importancia que otorga a las áreas de mediación y educación, que ahora forman parte integral de las salas del museo.
El reto de atraer a un público joven también es uno de los ejes centrales del plan de Marisol para el futuro del museo. Con el proyecto “MACG presenta”, instaurado bajo la dirección de Tatiana Cuevas, el Carrillo Gil seguirá buscando conectar con comunidades artísticas emergentes, así como con personas en sus 20 y 30 años que puedan encontrar en el museo un espacio para el diálogo y la reflexión.
Marisol Argüelles, Directora del Museo de Arte Carrillo Gil
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Además, el compromiso del museo se dirige a la inclusión lo cual se ve reflejado en los planes de adaptar sus espacios para recibir a personas con discapacidades y de abrir baños inclusivos, donde cualquier persona, sin importar su identidad de género, pueda sentirse bienvenida.
La visión de Marisol va más allá de los públicos actuales y busca construir una conversación que permita que las futuras generaciones entiendan y reinterpreten los acervos del museo. Este enfoque exige que el MACG esté en constante transformación, adaptándose a los valores cambiantes de la sociedad y manteniéndose relevante para audiencias tanto especializadas como generales. Argüelles cree firmemente que los museos deben ser espacios abiertos, donde se produzca conocimiento y se compartan experiencias, y el Carrillo Gil ha asumido este reto con determinación.
Asimismo, la complejidad administrativa y jurídica que supone el museo, desde el préstamo de obras hasta la coordinación de exposiciones, no ha pasado desapercibida. Marisol señala la importancia de un equipo coordinado y comprometido, que, a pesar de las limitaciones presupuestarias y la rotación constante de personal, haga del museo un espacio querido tanto por sus visitantes como por quienes trabajan en él. La creativi-
dad y el ingenio han sido claves para superar las restricciones económicas y seguir adelante con proyectos que continúen posicionando al MACG como un referente del arte moderno y contemporáneo.
El futuro del Museo Carrillo Gil bajo la dirección de Marisol Argüelles es prometedor. Con una visión que combina el respeto por el legado histórico de la institución con una apertura hacia las nuevas generaciones, el museo se proyecta como un espacio flexible y dinámico, capaz de generar un diálogo constante entre el arte, su contexto y el público.
Marisol ha dejado claro que la relevancia de un museo reside en su capacidad para adaptarse a los cambios, y el MACG está preparado para enfrentar esos retos, siempre con la vista puesta en el futuro y en la construcción de una comunidad de apoyo mutuo.
* Alumna de quinto semestre de la Licenciatura en Historia del Arte en la Universidad Iberoamericana. Previamente cursó dos años de Literatura en la Toronto Metropolitan University.
Museo de Arte Carrillo Gil
Plática de Marisol Argüelles, directora del MACG, con alumnado de la materia de Gestión Cultural de la Ibero
Edición: Nicolás Cuilty
Visita guiada por el MACG Edición: Nicolás Cuilty
Propuestas para atraer públicos al MACG
Alumnado de la materia de Gestión Cultural de la Ibero
sombra
El arte en la sombra: un cambio de paradigma hacia el enfoque comunitario y la promoción de la diversidad cultural
Texto: Ángela Mercado Shelley*
En el contexto actual, las políticas culturales se han orientado hacia un enfoque comunitario que prioriza los programas sociales sobre el sector artístico. Este enfoque sostiene que la creación artística no debe estar separada de las políticas públicas, ya que está profundamente conectada con las identidades y tradiciones comunitarias. Así, se cuestiona la distinción tradicional entre diferentes niveles de especialización artística y se aboga por reconocer la cultura como un elemento esencial y natural de la sociedad, con un valor basado en su interacción con el entorno social y su capacidad para impulsar la transformación social. Sin embargo, aunque la reestructuración del sector cultural busca promover un acceso más inclusivo y democrático, en la práctica ha consolidado una visión única de las tradiciones, limitando la diversidad cultural y la participación de todas las expresiones. Esto ha llevado a un apoyo selectivo de ciertas formas culturales y ha subordinado el trabajo de la comunidad artística al proyecto político del Estado, obligándoles a alinearse como agentes promotores institucionales del cambio social que el Estado pretende legitimar.
Este paradigma, aunque se presenta como un enfoque más democrático, ha sido utilizado en la práctica para desmantelar proyectos y limitar libertades, especialmente entre quienes operan de manera independiente y autogestionada. A pesar de ello, es fundamental entender que la comunidad artística involucrada no se limita a contextos elitistas o comerciales, sino que abarca proyectos que conciben lo cultural como una práctica cotidiana, más allá de la producción de obras valiosas o productos comerciales. No obstante, el discurso oficial del Estado tiende a estigmatizar al sector artístico como burgués y privilegiado, lo que simplifica la realidad y omite la diversidad de expresiones culturales y los desafíos económicos, sociales y estructurales que enfrenta el arte en México como un oficio.
Foto: Johann Lara, Proceso de rótulo en muro para exposición, 2012
*Doctoranda, gestora cultural y docente.
Ángela Mercado Shelley, Arte callejero, 2014
La creación artística depende en gran medida de la validación institucional y de la visibilidad pública, lo que lleva a que quienes realizan arte se centren en exhibir su trabajo para obtener reconocimiento y legitimidad. Aunque las convocatorias públicas parecen inclusivas, en realidad moldean las prácticas de las y los artistas, ya que es la institucionalidad la que establece las reglas y define lo que se considera arte. Por lo tanto, el arte no puede entenderse solo desde la perspectiva de quienes crean, sino que está determinado por las estructuras institucionales que dictan qué es validado como arte. La crítica a la visión tradicional del arte se enfoca en su valoración de obras individuales, reconocidas por su originalidad y autoría, avaladas por instituciones. En contraste, el enfoque comunitario prioriza la participación colectiva, sin embargo, el Estado ha transformado a muchos agentes culturales en “servidumbre institucional”. Este conflicto refleja tensiones exacerbadas por la falta de oportunidades en el desarrollo cultural, lo que ha agravado la precariedad laboral y vulnera la diversidad cultural, los derechos individuales y colectivos, y la libertad creativa. El cambio propuesto por el gobierno es necesario e importante, pero al enfocarse en un nivel micro, limita la capacidad de quienes ejecutan la acción cultural para influir en el panorama más amplio, ignorando necesidades sistémicas cruciales. Para que las políticas culturales realmente respeten y promuevan la diversidad, es esencial que quienes funjan como agentes culturales cuenten con derechos y garantías que aseguren su autonomía. Esto implica un enfoque en el desarrollo humano sostenible que permita una participación plena y activa de todo el sector cultural creativo en la vida cultural local, fomentando una gobernanza participativa.
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arqueología de la sospecha: fabulaciones trasatlánticas
Texto: Rían Lozano*
En los últimos años hemos asistido a un derribo global de estatuas y monumentos públicos relacionados con legados coloniales, historias esclavistas y violencias patriarcales y heterosexistas. Los monumentos a Victor Schoelcher, Cristóbal Colón, Pedro de Valdivia, Diego Portales o Isabel la Católica fueron algunos de los objetivos clave. Parece que el “ataque al monumento” es síntoma de un malestar global frente al patrimonio que es, en última instancia, una disputa por la historia, por la memoria y por la pertenencia. Una disputa que, en los últimos años, también ha llegado a los museos de todo el mundo, sometidos a una revisión crítica que ha dejado de pasar por alto los procesos coloniales y extractivistas de los que surgieron. Desde la investigación en artes y la producción artística contemporánea este malestar se ha canalizado de diferentes maneras. Una, muy interesante, ha sido la producción de otros modos de narrar esos pasados, hoy irrecuperables, para construir nuevos relatos desde el presente; relatos que visibilicen vidas, cuerpos y afectos de los márgenes: las sobras de relatos históricos, coloniales y patriarcales.
En este contexto se insertan las obras recogidas en esta exposición. El diálogo entre los artistas participantes comenzó en octubre de 2022, en el marco de la creación de la Red Internacional de Investigación “Itacate: sobras transatlánticas”: un grupo de trabajo que reúne gente dedicada a la investigación, profesorado y estudiantado de la Universidad Nacional Autónoma de México y de la Universidad Miguel Hernández de España, así como a artistas y colegas de otras instancias académicas. El interés principal de esta red, que es también el impulso de esta exposición colectiva, toma en consideración el potencial de la creación artística contemporánea y los estudios desde las
*Investigadora del IIE-UNAM y curadora de la exposición.
visualidades, como elementos clave para la reconfiguración de las políticas de la memoria y de la construcción de otras historias que no excluyan las experiencias de mujeres, de sexualidades periféricas u otras formas de vida en los márgenes de lo visible y lo narrado. El hilo conductor de la muestra es la sospecha: un motor explosivo que derriba relatos monumentales, que desata chismes imposibles y concreta fábulas a partir de los sedimentos, también los detritos, de vidas y deseos no contados —las de muchas mujeres; las de las tortilleras y las lenchas, los jotos y las maricas; las de los morochos, los prietos y los pardos. Las piezas son todas producciones imaginarias que, a través de diferentes estrategias como la fabulación crítica, la especulación feminista-cuir o la parodia, buscan señalar un presentimiento compartido: una sospecha que desconfía del sesgo colonial, patriarcal, racista, clasista y homófobo de las fuentes de la gran Historia. El resultado es una exhibición de piezas —algunas individuales, otras tantas colectivas— cuya lectura conjunta, comparada, o enfrentada, imagina otro tipo de relato cuyos protagonistas son, en diferentes sentidos, inesperados: los cuerpos pardos, las patlaches, el Quetzalapanecáyotl, una Cihuateteo, las lenguas, un atrapanovios convertido en saco de bondage, encuentros eróticos entre coyotes y faunos o algunas piezas de ajuares funerarios lésbicos.
La exposición reúne trabajos, la mayoría inéditos, de Alonso Alarcón (MX-BR), Nina Hoechtl (AT-MX), / javi moreno (ES), O.R.G.I.A. (ES), Naomi Rincón Gallardo (MX) y Daniel Tejero (ES); estará abierta en Casa del Lago de la UNAM hasta el próximo 23 de febrero de 2025. La inauguración contó, además, con la presentación de “Bardaje”, un performance multimedia de Lukas Avendaño.
Foto: Colectiva O.R.G.I.A
Foto: Colectiva O.R.G.I.A
Trascendencia e inmanencia a trasluz del yagé
Texto y fotos: Rodrigo G. García Reyes*
Quizá el modo más común de leer, escuchar e incluso escribir sobre el yagé (o ayahuasca, un término mucho más generalizado) es en el lenguaje de los fenómenos religiosos, llamados enteogénicos cuando éstos incluyen la ingesta de alguna sustancia psicoactiva.
Para desestabilizar esta concepción o lugar común, retomaré las ideas de un ensayo de Jules Evans [2018: s/p. Traducción propia], en el que se pregunta si el estudio de los psicodélicos está más cerca de la teología que de la ciencia. La idea central del texto es que mientras las prácticas con psicodélicos, como el yagé o ayahuasca, son tomadas como experiencias místicas por ciertas corrientes de nuestro pensamiento, el uso de estas mismas sustancias es encuadrado de una forma muy diferente por la conciencia de otros colectivos –por ejemplo, los pueblos
amazónicos, históricamente conocedores del yagé en sus prolíferas mezclas y variantes–.
De acuerdo a Evans, el entendimiento místico de las prácticas psicodélicas es parte de la fascinación occidental, un «renacimiento psicodélico» con un repertorio fijo de ideas, las cuales pueden rastrearse al «primer verano de amor»: la década de los años sesenta. Las premisas fundamentales de esta teoría mística de los psicodélicos o «filosofía perenne» se desprenden de la escritura de Aldous Huxley en “Las puertas de la percepción” (1954), quien estaba convencido de que los psicodélicos conducían a «experiencias místicas genuinas» con el potencial de catalizar «el despertar espiritual de la cultura occidental».
Si, por el contrario –como sostiene el autor–, no es «preciso afirmar que haya una “experiencia mística nuclear”» que unifique la diversidad religiosa existente, es igualmente problemático sostener que las experiencias con distintos psicodélicos y en distintos contextos culturales conducen al mismo estado místico. La realidad es mucho más diversa: «diferentes sustancias conducen a diferentes experiencias». Por ejemplo, bajo el efecto de la dimetiltriptamina (DMT), la principal sustancia en la bebida ayahuasca desde el punto de vista farmacológico, «es más probable que las personas se encuentren con entidades o criaturas extrañas a que tengan una experiencia mística unitaria».
Por supuesto que la filosofía perenne no es la única perspectiva bajo la cual se puede entender el uso de sustancias psicodélicas. Las culturas amerindias «han desarrollado sus propios marcos» en torno a las llamadas «drogas psicodélicas». De hecho, fue el encuentro de Gordon Wasson con la curandera mazateca María Sabina, en 1955, lo que hizo posible el «redescubrimiento» occidental de los «hongos mágicos».
Por su parte, esta sabia relató que «antes de Wasson, nadie tomó los hongos-”niños santos” sólo para encontrar a Dios. Siempre eran consumidos por los enfermos para ponerse bien». Lejos de una conexión con la «conciencia cósmica», los mazatecos usaban y usan estos hongos para «conectar con santidades o espíritus locales para que les ayuden con problemas locales en sus relaciones, trabajo o salud». Las culturas chamánicas conciben estas prácticas «en términos más locales y menos universales»; no como una disolución en una «Gran Mente trascendental», sino como «un encuentro local con un espíritu local».
Gente tigre
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La provocadora reflexión de Evans invita al contraste de dos formas de entender la interacción de la humanidad con el yagé u otras plantas: un modelo de relacionamiento trascendente y uno inmanente.
En el modelo de trascendencia no hay, estrictamente hablando, socialización u otredad. Sus movimientos son paradigmáticamente religiosos o psicológicos. Su sentido es autorreferencial –alude al propio ser, o conciencia personal y a la interioridad de las personas–. La separación entre la humanidad y el mundo se actualiza, cobra realidad. El mundo está diseccionado entre las dimensiones del ser y de los entes; las montañas, los ríos, los animales y las plantas pertenecen a la dimensión óntica. Por su parte, los espíritus, muertos o «dueños» son tomados como proyecciones de atributos subjetivos, humanos, sobre el mundo impersonal de las cosas.
En el modelo de inmanencia de los pueblos amazónicos, los tomadores de yagé/ayahuasca se involucran con seres que, debido a que son sus pares ontológicos y habitan en el mismo mundo, pueden afectarles con distintos resultados. Los espíritus son reales y, tomados como personas, son reconocidos como un colectivo humano otro con quien se socializa, ya sea para negociar la cacería, obtener información, curación o para deshacer sus nocivas influencias. Estos seres no representan ninguna conciencia o poder universal: son seres personales con intenciones específicas.
Referencias
Evans, Jules (2018) «Caves all the way down. Do psychedelics give access to a universal, mystical experience of reality, or is that just a culture-bound illusion?», en “Aeon”, disponible en https://aeon.co/essays/ is-psychedelics-research-closer-to-theology-than-to-science?fbclid=IwAR2GroN7nwmbKkh5obyHADdwEY2Ea_OEcnXmTEduZLpzvCmSLmtM41zAWWQ [consultado el 7 de junio de 2022].
Wagner, Roy (2019). “La invención de la cultura”. Madrid, Nola.
El dominio humano se relaciona, mediante el yagé, con uno que también es humano pero en otros términos. Esta inmanencia amazónica está habitada por un humanismo in extenso: los fenómenos del mundo se manifiestan como personas o como atributos de personas. Las culturas chamánicas no hablan de fenómenos geológicos o meteorológicos, sino que hablan de «gente-montaña» o «gente-viento». «Si tuvieran que explicar la física de Einstein en sus propios términos, probablemente hablarían de “el Hombre-Masa”, “la Mujer-Gravedad” y “los Gemelos Materia y Energía”» [Wagner, 2019: 28-29].
*Doctorante en Antropología Social en la ENAH. Su investigación doctoral gira en torno al chamanismo yagecero del pueblo cofán
Putumayo, Colombia) como una práctica política entre seres humanos y la gente invisible o “gente yagé”.
(en
Pinta de yagé
Santuario Orito-Ingi Ande
Greenwashing a través de la imagen digital
Texto: Arantza Monserrat García Durán*
Los problemas medioambientales no son un tema nuevo, pero la digitalidad ofrece perspectivas más amplias para reflexionar acerca de la necesidad de nombrarlos. En ese sentido, la existencia y circulación de imágenes digitales en redes sociales como Instagram (IG) o Facebook (FB) contribuye al apuntalamiento de creencias y al reforzamiento de determinados discursos. De ahí que el análisis visual-virtual dirigido a temas medioambientales resulte de gran relevancia.
La trascendencia de un contenido visual radica en su fuerza de representación, a la vez que en su profundidad. Por eso, merece la pena interpretar cómo en contextos virtuales como IG o FB se generan dinámicas de interacción que remiten a la biósfera. Las imágenes medioambientales, más allá de elementos estéticos, son formas de comunicación abierta que esperan que las leamos desde nuestra subjetividad; son puestas en escena que nos presentan ecosistemas que, muchas veces, no habitamos pero sí afectamos.
La atmósfera, litosfera e hidrosfera componen la biosfera y articulan el sustento de la vida humana desde nuestros orígenes más primitivos. Sin embargo, apenas en 1972, en la Conferencia de las Naciones Unidas en Estocolmo, se definió al medio ambiente como un “conjunto de componentes físicos, químicos, biológicos y sociales capaces de causar efectos directos o indirectos, en un plazo corto o largo, sobre los seres vivos y sus actividades”. El conservacionismo ambiental surgió por esa época para convertirse en una forma política y económica de gestión de recursos naturales. Derivado de esta postura, existen dos narrativas que permean el panorama en torno al medio ambiente: el greenwashing y el ecoactivismo.
El término greenwashing comenzó a difundirse hacia 1986 para referirse a una estrategia publicitaria positiva y de gran alcance, cuya misión suele ser lavar la imagen de consorcios transnacionales mediante la presentación de una fachada ambientalista. Desde entonces, su línea de acción ha sido guiada por imaginarios distorsionados de responsabilidad ecológica, detrás de los cuales se esconden los daños e impactos reales de la producción industrial en los distintos rincones del planeta. Por eso, hoy en día, en el discurso de imágenes digitales medioambientales, el greenwashing aparece como una de las narrativas hegemónicas.
Lamentablemente, no es fácil hacer que se cumplan a cabalidad las leyes que regulan la acreditación de etiquetas sustentables de las empresas. Así, amparada por las lógicas del greenwashing, es la industria la que define la sustentabilidad bajo sus propios términos para después plasmarla en imágenes que distribuyen, a manera de campañas de marketing, en redes sociales. De este modo, el capitalismo subyacente incita a comprar y consumir ciertas marcas por ser “éticas con el medio ambiente”, sin ni siquiera hacer mención de temas centrales como la escasez de fuentes energéticas, minerales y agrícolas. Ahora bien, frente a esta narrativa se yergue otra, de carácter crítico, que suele denominarse como ecoactivismo. Esta perspectiva se distancia del greenwashing y de la idea de que el medio ambiente es una categoría independiente y no-humana. Rechaza la concepción antropocéntrica y funcionalista en la que concebimos nuestros entornos, pues ésta termina cosificándolos con discursos sustentables, de preservación y conservacionismo falaces. Para el ecoactivismo, entonces, resulta evidente que la ética y la teleología civilizatoria en la que se han enmarcado las relaciones entre sociedad y medio ambiente están equivocadas desde la raíz. Teóricas como Donna Haraway apuntan a que no podemos seguir ignorando el inextricable vínculo que existe entre la naturaleza y los seres humanos, pues, en realidad, somos una y la misma cosa. Es decir, la naturaleza es la matriz que se construye a sí misma y a toda vida humana, y no al revés.
Por eso resulta de vital importancia analizar a detalle tanto las imágenes medioambientales digitales como los discursos e ideas que estas promueven. Lo anterior en virtud de que se han convertido en claras orientadoras de conciencias, comportamientos y posturas éticas en nuestra sociedad. Estudiar las imágenes distribuidas a través de redes sociales u otros medios, nos puede ayudar a: 1) reconfigurar nuestros criterios en relación al acceso a la información; 2) desvelar las intenciones económicas detrás de posicionamientos “ecológicos”; y 3) identificar los modos en los que distintas campañas, ya sean de greenwashing o de un ecoactivismo sincero, colocan sobre la mesa los problemas ecológicos, nombrándolos, eso sí, cada vez con mayor fuerza en diferentes espacios.
*Licenciada en Sociología por la Universidad Veracruzana; Maestra en Pedagogía crítica por el Centro Latinoamericano de Pensamiento Crítico; y maestrante en Pensamiento Crítico y Hermenéutica por la Universidad Autónoma de Zacatecas. Profesora de Geografía de nivel básico.
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Mirella Bentivoglio: La materialización del lenguaje femenino
Texto: Giuliana Schiavone*
Foto: Mirella Bentivoglio, “Il cuore della consumatrice ubbidiente”, 1975.
Cortesía Archivo Mirella Bentivoglio y Galería ARTPOETRY, Lecce.
Es 1978 cuando se inaugura “Materialización del lenguaje”, una exposición curada por Mirella Bentivoglio (Klagenfurt 1922 - Roma 2017) en el contexto de la 38ª edición de la Bienal de Venecia. La muestra, ubicada en los Magazzini del Sale, reúne obras de ochenta artistas, tanto italianas como internacionales, representando un diálogo fundador, intergeneracional e interdisciplinario, que reafirma la presencia de las mujeres en el arte como agentes activas de cambio e innovación. La reflexión sobre las relaciones entre arte y lenguaje, común en la práctica de dichas artistas, se convierte en una herramienta esencial de reescritura crítica: un medio para explorar la creatividad femenina y su potencial generador y transformador dentro de las dinámicas históricas y sociales. Después de todo, son los años de la segunda ola feminista y de las luchas por los derechos de las mujeres puestos en valor por un corpus de reflexiones teóricas sobre el lenguaje como medio de auto-narración y afirmación femenina frente al imperante logofalocentrismo. El movimiento feminista es definido por la crítica y teórica Carla Lonzi (Florencia 1931 - Milán 1982) como ese “sujeto inesperado” que irrumpe en una dimensión patriarcal secular deconstruyendo costumbres y reivindicando una toma de conciencia colectiva más allá de la opresión femenina.
La mencionada muestra curada por Bentivoglio en Venecia se erige como reflejo de este clima cultural dinámico, convirtiéndose en un verdadero manifiesto emancipador. Constituye un hito crucial en la exploración del lenguaje femenino en el arte, destacando cómo la creatividad juega un papel esencial en la reconfiguración de códigos visuales y verbales. Este enfoque innovador permite una reflexión profunda sobre las experiencias compartidas que cohesionan a las mujeres, marcando un avance significativo en la representación femenina dentro del contexto artístico contemporáneo.
La práctica interdisciplinaria de la misma Bentivoglio –artista verbo-visual y curadora– se concentra precisamente en el lenguaje, explorando y reelaborando sin cesar los límites entre la palabra escrita y la imagen, vinculándose a los movimientos ar-
tísticos neo-vanguardistas de la segunda mitad del siglo XX. De hecho, a partir de los años sesenta, su investigación en torno a la poesía converge con la dimensión lingüística: descontextualizándola y desmembrándola en el plano artístico, y analizando su potencial estético y simbólico. Las obras verbo-visuales son ensamblajes de letras, palabras, imágenes y objetos generados a partir de un diálogo constante e interdisciplinario entre códigos verbales y visuales.
No faltan referencias a la cultura visual contemporánea, a esa sociedad de consumo y al paradigma de símbolos e imágenes con los que la artista interactúa, a nivel lúdico, mediante alusiones y referencias al mundo de la publicidad. Un ejemplo es la obra serigráfica de 1975 titulada “El corazón de la consumidora obediente”. Aquí, la referencia al logo de una célebre marca de refrescos, se convierte en un punto de partida para desarrollar una reflexión que juega con la ambigüedad semántica y visual para realizar una crítica directa a la sociedad contemporánea. La duplicación de la letra “C” crea una forma de corazón que deja dentro la palabra “oca”, lo cual apunta a ese ideal femenino superficial y dedicado al consumo, alimentado por el sistema capitalista.
La obra de Bentivoglio es un caleidoscopio de signos gráficos, lemas visuales, reminiscencias y detalles materiales que permiten que la reflexión crítica adquiera una forma tangible. Esta constante interacción entre imagen y palabra que caracteriza el trayecto creativo de la artista, supera el plano bidimensional para expandirse, a partir de los años setenta, hacia los ámbitos de la instalación y la performance, agregando un significativo componente experiencial, material y ambiental a su valiosa investigación. “Se me considera, erróneamente, una escultora, aunque atípica; en realidad, mi trabajo se desarrolla, hoy como ayer, en un ámbito totalmente ‘poético’: entre lenguaje e imagen, entre lenguaje y materia, entre lenguaje y objeto, entre lenguaje y ambiente” –asevera Bentivoglio–, reafirmando que la pluralidad de niveles estéticos y semánticos presentes en su trabajo conforman una dimensión ‘poética’ basada en el potencial transformador del logos-palabra.
*Historiadora del arte, curadora y docente. Actualmente, su investigación doctoral en Estudios Interdisciplinarios de Género en la Universidad de Alcalá de Henares explora las interacciones entre las teorías feministas y el sistema del arte.
Tina Modotti tenía 29 años cuando se quedó sola, por primera vez, a cargo de un estudio fotográfico. Corría el año de 1925 y aquel cuarto oscuro habilitado en una de las habitaciones del departamento ubicado en la esquina de la Avenida Veracruz con la calle Durango no era su estudio sino, más bien, el del maestro Edward Weston con quien había decidido mudarse a la Ciudad de México en 1923. Tina, que había crecido bajo la lente atenta de su tío, el fotógrafo Pietro Modotti –precursor de la fotografía a luz de vela en su natal Udine, Italia–, se había adentrado profesionalmente en el mundo de la fotografía de la mano del mismo Weston y Margrethe Mather en el estudio que estos compartían en Glendale, California. En enero de 1925 Weston regresó a Los Ángeles en medio de una crisis de identidad. Allí permaneció por ocho meses durante los cuales Tina tuvo que poner a un lado las fiestas y otras banalidades para hacerse cargo de las entregas, los posados y los rebelados encargados en un estudio que ya estaba consolidado y que planeaba mantener. Durante aquellos meses de ausencia, Tina centró sus esfuerzos intelectuales en resolver lo que ella misma llamaba “el problema de la vida”, que debía ser resuelto, según el maestro, perdiéndose a sí misma en “el problema del arte”. Sin embargo, para Tina, perderse en el problema del arte significaba renunciar a ser ella misma para crear una imagen que sirviese únicamente a efectos de satisfacer las ansias de consumo de alguien más. Tina quería hallar su propio camino, uno en el que fuese útil y en el que no se usara su condición femenina como pretexto, sino como una muestra de su resiliencia y de su poder creativo. El problema del arte se traducía, para ella, en una discordancia entre su fotografía y la expresión artística del maestro; quizás, en parte, porque no cesaba de compararse con aquél, ni de intentar hacer una fotografía que él estimase como “correcta” y así ser validada como una verdadera “artista”. Aquellos meses sola le sirvieron para darse cuenta de que quería ser tomada en serio, sin tener que cargar con el peso de las etiquetas siempre impuestas: la de “aprendiz”, la de “estudiante”, la de “mujer”, la de “artista” o la de “amante”.
Foto: Tina Modotti, “Anuncio”, 1927
Un año después, a finales de 1926 y tras la marcha definitiva de Weston del país, Tina se mudó al quinto piso del número 31 de Abraham González. Adscrita ya oficialmente al Partido Comunista Mexicano, puso su labor como fotógrafa al servicio de su militancia, retratando así eventos, manifestaciones y mítines del propio partido que la comisionaba para tal efecto. Su fotografía cambió y las preocupaciones estéticas dieron paso a una obra de madurez comprometida con el medio social mexicano: obreros, campesinos, lavanderas, indígenas llenaban sus placas, transmutando el sentimiento por el ímpetu revolucionario. Había deslindado de su práctica la palabra “arte” o “artista” y comenzaba a desarrollar un fotodocumentalismo donde lograba capturar la esencia de la vida proletaria y campesina tras el movimiento revolucionario.
Las primeras tomas, publicadas a partir de 1928 en el órgano oficial del partido, El Machete, se publicaron con el fin de
Foto: Tina Modotti
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Foto:Tina Modotti, “La elegancia y la pobreza”, fotomontaje, 1928
denunciar las desigualdades sociales en la Ciudad de México. Estas composiciones, divididas en dos partes bien diferenciadas, mostraban imágenes antagónicas que coexistían en la sociedad: un vagabundo cabizbajo, sucio y hambriento, sentado en el suelo, se convertía en una denuncia feroz contra el capitalismo impuesto cuando era mostrado contra una valla publicitaria de trajes sastre en donde se mostraba a un caballero prototípico fifí quien, sin aparentes preocupaciones, se dejaba vestir por el modisto que le probaba un traje a su medida física y sociocultural. Esta serie de fotomontajes, así como la obra general de este periodo, estuvieron fuertemente influidas por el arte constructivista que era difundido desde la embajada soviética a través de numerosos pases cinematográficos y revistas de propaganda que circularon profusamente entre los militantes y dirigentes del partido.
Del estudio fotográfico de Abraham González salieron también las imágenes simbólicas de un nuevo arte que debía emerger como defensa de quienes vivían en la explotación y el olvido, con el fin de configurar un nuevo imaginario simbólico, capaz de calar en el subconsciente colectivo e impulsar el sentido de justicia social entre los pueblos. Desarrolló entonces los símbolos de la Revolución mexicana donde realizó múltiples composiciones partiendo de los elementos comunes al movimiento (hoces, cananas, martillos, guitarras y maíz) que fueron de gran popularidad entre los camaradas ya que simbolizaban el trabajo y la lucha. Estas imágenes, concebidas desde un punto de
vista masculino -debido al hecho de que la fuerza trabajadora en aquellos años se componía eminentemente de varones-, tienen su contraparte en la serie desarrollada en el verano de 1929 en el Istmo de Tehuantepec adonde Tina llegó huyendo del linchamiento público que supuso su involucramiento en el asesinato del líder cubano Julio Antonio Mella. Allí, Tina representó el universo femenino de un pueblo gobernado por mujeres en el que la vida social y mercantil giraba en torno a estas figuras que le parecían majestuosas. Tina mostró una imagen dignificada de las mujeres del matriarcado de Tehuantepec, realizando sus labores cotidianas: trabajando, paseando o vendiendo sus productos en el mercado; las retrató solas, bañándose en el río, acompañadas por otras mujeres y en su visión tan particular de la maternidad.
Las semanas de convivencia con estas mujeres tuvieron un gran impacto para ella que, para ese momento, ya planteaba mudarse a Berlín para comenzar una nueva etapa como fotógrafa en Europa. Sus planes se truncaron cuando, acusada de haber participado en el atentado homicida contra Pascual Ortiz Rubio en 1930, fue deportada. A pesar de haber montado un último cuarto oscuro en el cuartito alquilado en la Pensión Schulz, en la Tauentzienstraße berlinesa, descubrió que la práctica fotográfica era excelente y que su Graflex -para la cual le fue difícil encontrar papel compatible- había quedado obsoleta. Gradualmente, el trabajo realizado para el partido y, sobre todo, su labor como parte del Socorro Rojo Internacional ocupó gran parte de su tiempo y, después de seis meses, marchó a Moscú. Mucho se ha especulado sobre la leyenda de que Tina abandonó la fotografía en este periodo, pero nada más allá de la realidad; la fotógrafa continuó realizando colaboraciones con distintos periódicos de izquierdas con las copias de su periodo mexicano, así como realizando labores de edición para publicaciones periódicas vinculadas con el partido hasta 1939.
Foto: Tina Modotti, “Dos juchitecas con jícara”, 1929
*Historiadora del arte, profesora e investigadora especialista en fotografía moderna mexicana (UNAM-FFyL).
Tierra que mira hacia adentro:
Aproximaciones postfotográficas
al deterioro ambiental en Tlaxcala
Texto y fotos: Rodolfo Suárez Montesinos*
De acuerdo con datos de la entonces Coordinación General de Ecología, al corte de 2019, en Tlaxcala se habían perdido 45 mil hectáreas de bosque (Escenario Tlaxcala, 2020). Según la Unión de Pueblos, Comunidades y Organizaciones por la Laguna y la Vida, desde el 2023 se han identificado distintos compuestos químicos mortales y descargas ilegales de aguas negras en la Laguna de Acuitlapilco; humedal de gran importancia para el área urbana de Tlaxcala (Gentlx, 2024). Asimismo, en enero del año en curso, el gobierno estatal declaró emergencia ambiental debido a una serie de incendios en el relleno sanitario Tonsil, ubicado en el municipio de Panotla (Animal Político, 2024). De acuerdo con testimonios de la comunidad, tras estos incendios varias personas continúan enfermas debido a los químicos desprendidos a causa de la combustión de los desechos, por lo que, en febrero, un grupo de inconformes por la inacción del gobierno municipal se manifestaron frente al Palacio de Gobierno Estatal para exigir estudios de la calidad del aire, agua y suelo (Quadratin Tlaxcala, 2024).
¿Cómo pensamos la relación con el ecosistema que nos sostiene? Ante este panorama de problemáticas ambientales constantes, ¿de qué manera podemos replantear nuestro vínculo con el territorio que habitamos? Tras vivir en un lugar donde la relación con el ecosistema se ha tornado problemática debido a la expansión de la mancha urbana y en el cual los espacios naturales parecieran pensarse como una porción de tierra con
la que solo es posible especular, desde hace tres años, he generado una serie de proyectos artísticos donde, más que respuestas, propongo cuestionamientos en torno a las ideas de progreso, desarrollo y la mera noción de paisaje.
“Tierra que mira hacia adentro: Aproximaciones postfotográficas al deterioro ambiental en Tlaxcala” es un proyecto de investigación-creación artística articulado mediante una serie de obras que transitan entre lo pictórico, lo fotográfico y lo instalativo. En ellas busco profundizar en la representación de territorios ecosocialmente afectados, específicamente en 5 municipios de Tlaxcala.
A partir de caminatas, recolección de materiales y recopilación de testimonios, en esta investigación, desarrollada como parte de mi proyecto final de la Licenciatura en Arte Contemporáneo en la Universidad Iberoamericana Puebla, comparto interrogantes como: ¿qué rol funge la investigación artística en la representación del territorio?, ¿qué alcances e implicaciones tiene la fotografía en la conformación de conceptos como paisaje, territorio y naturaleza?, ¿cómo nos relacionamos con entornos que presentan afectaciones ambientales y de qué forma estamos implicados en éstas?
Desde que caminé por primera vez en el cerro de Tepeticpac, comunidad en la que vivo, nació una profunda curiosidad y admiración por los ciclos de los ecosistemas y las relaciones
entre el agua, el suelo y los minerales. Varias personas de Tlaxcala aún pueden contar un relato como el mío, acerca del contacto que han tenido con entornos naturales que brindan un balance a los espacios que habitamos. Sin embargo, la condición medioambiental en la entidad es una situación que lleva décadas en declive constante. Desde que mi abuelo y mis tías eran jóvenes, se ha reconocido como una circunstancia de gran complejidad que afecta todas las esferas de la sociedad que conformamos quienes vivimos aquí.
A partir del 2017 que comencé a caminar y explorar la periferia del centro de Tlaxcala, he observado una interacción con los ecosistemas basada en la imposición de un modo de vida que coarta la existencia de una relación de cuidado con la naturaleza. En la gran mayoría de los casos, estas áreas periféricas que anteriormente fueron reguladores ambientales de la zona, han sido devastadas y reordenadas para dar lugar a una expansión urbana indiferente ante los espacios naturales; sucediendo desde la ilusión de progreso, desarrollo y modernidad para el estado. La urgencia de replantear entre nuestras comunidades la relación con el territorio que habitamos, con los ecosistemas y con lo no humano, no solo en Tlaxcala sino en todo el planeta, es vital para la subsistencia de nuestra especie.
COMUNIDAD UNIVERSITARIA
En la última década se han consolidado distintas organizaciones comunitarias como La Unión de Pueblos, Comunidades y Organizaciones por la Laguna y la Vida UPCO-LAV, la Fundación Desiderio Hernández Xochitiotzin, el Centro Fray Julián Garcés y la Comunidad Yaocalli A.C, entre otras, que, a través de la interdisciplina y los saberes de las comunidades, han emprendido acciones para la conservación de importantes espacios ambientales en el estado.
En el caso específico de la geografía donde se desarrolla el proyecto, me interesa generar una serie de obras que, mediante un lenguaje fotográfico-pictórico articulado desde las texturas, el juego de escalas y acercamientos al desgaste de distintas materialidades, explore cómo son representados los territorios que han sido afectados por problemáticas ambientales en el estado. Mediante la colaboración con amistades, colegas y familiares de los municipios de Panotla, Totolac, Tlaxcala, Chiautempan y Contla, este proyecto busca analizar las condiciones particulares de cada municipio por medio de una metodología centrada en la participación comunitaria. Así, las obras generadas y sus procesos podrán sumar al camino recorrido por otros, insertándose desde el conocimiento sensible y la producción visual en las discusiones socioecológicas de Tlaxcala.
*Artista interdisciplinar. Vive y trabaja entre Tlaxcala y Puebla. Cursó la Licenciatura en Arte Contemporáneo en la Universidad Iberoamericana Puebla. Seleccionado en el XLIII Encuentro Nacional de
Joven (2023).
Arte
UN TRAPAZO: los cuidados entre las prácticas artísticas y el trabajo del hogar
Texto: Verónica Dorantes Horta* y Mauricio Patrón Rivera**
Escribimos este pequeño texto a cuatro manos, las de Verónica, trabajadora del hogar, y las de Mauricio, su empleador. Los dos somos parte de una expolaboratoria sobre el quehacer llamada “Un trapazo”. En ella, 29 trabajadoras del hogar, del mantenimiento y artistas hemos estado reflexionando sobre nuestros trabajos y produciendo arte digital desde hace seis meses. La colaboración del colectivo funciona a través de un grupo de Whatsapp, porque venimos de todas partes de América Latina y sus diásporas (España y Estados Unidos); aunque hay algunxs integrantes como nosotrxs que tenemos la oportunidad de encontrarnos cara a cara, mano a mano. En una ocasión, para el quehacer –así le llamamos a nuestras prácticas artísticas– de la Sala 3, cada integrante tenía que tomar 4 fotografías de momentos en los que: 1) descansamos, 2) trabajamos, 3) hacemos cuidados no remunerados y 4) nos transportamos; así obtuvimos un mural de la vida cotidiana en Panamá, San Juan Puerto Rico, Bogotá, Buenos Aires, Barcelona, Chicago… entre otras realidades de nuestro grupo. En la Ciudad de México, a nosotrxs este quehacer nos puso en nuestro lugar:
– Yo –Mauricio– salí de bañarme y se me ocurrió tomarle una foto a la regadera porque es uno de mis lugares de descanso, la envié a nuestro grupo de Whats y escribí: el baño es para mí un momento de descanso y ahí salen también las mejores ideas.
– Yo –Verónica– hice algo parecido: tomarle una foto a esa misma regadera porque es uno de mis lugares de trabajo, la envié a nuestro grupo de Whats y escribí: nos encontramos en donde cada ocho días realizo trabajo del hogar; con gusto convivo con mis empleadores, donde me llevo buenos momentos. Hablamos del mismo lugar: tu cuarto de baño, la regadera, pero
Foto: Instantánea del video de la Sala 4 Quehaceres: coreografías de la colaboración en la cual Nabil Yanai hace calentamientos
la abordamos desde diferentes ángulos, dos caras de una misma moneda –continúa Verónica–. Por un lado, pues tú lo enfocaste como un lugar que te llevaba al autocuidado y la relajación y, por otro lado, yo lo conceptualicé como un lugar de limpieza y cuidado, ambas partes se complementan. Para mí, es mi empleo del cual obtengo remuneración y veo cómo mi trabajo contribuye a que tú y tu familia estén sanos. Al final, el baño y la cocina son los espacios de una casa que más esfuerzo necesitan para que estén limpios, ordenados y visualmente agradables.
En la Sala 4, creamos un video performance con coreografías de nuestros trabajos. En él Nabil Yanai, una de las integrantes de la expolab, hace ejercicios de calentamiento. Para mí –Verónica– ese video fue clave para aprender que el cuerpo no se desgasta tanto si se calienta antes. Ahora siempre tomo unos 10 minutos para calentar antes de mi jornada laboral y eso me permite tener conciencia de que mi cuerpo es la herramienta de trabajo más preciada que tengo. Calentar me prepara para tener mayor fluidez en mis actividades; he aprendido que el cuerpo no se desgasta tanto si se calienta antes. Me siento con más energía y más activa.
Cuidar es un trabajo que trasciende generaciones. En “Un trapazo” uno de nuestros dogmas para crear fue “pensar desde nuestras abuelas”, porque es desde allá, desde ellas, que vienen los cuidados y el trabajo del hogar que, aunque históricamente invisible, es el que sostiene nuestro presente. En mi caso –Verónica– mis dos abuelas se dedicaron al trabajo del hogar, una lavaba ropa ajena y planchaba –todavía le tocó con plancha de carbón y lavar a mano maletísimas cargadas de ropa que llegaban, me decía mi mamá, yo no la conocí–.
A mi abuela paterna sí la conocí, pero falleció hace poco. Ella, pues no sabía leer y tenía 6 hijxs que sacar adelante y se ponía a hacer tortillas a mano –hacer el nixtamal, poner la masa en el metate, etc.– y lo alternaba con lavar ajeno. Ahora soy yo y no sé si Rubí, mi hijx, en algún momento se dedique a esto, no lo sé. Pero me llama la atención que cada que una hace tareas domésticas, se va adentrando en el trabajo y lo va perfeccionando, le vas encontrando la manera de que se te facilite más y quede mejor, eso solo se logra con el tiempo y la experiencia.
La idea de la expolaboratoria es abrir un espacio de reflexión desde el arte, para revalorar los trabajos del hogar y del mantenimiento. Puede visitarse en línea en https://untrapazo.vitrinas.org/
*Trabajadora del hogar y activista por los derechos de este sector. **Gestor cultural e investigador sobre el trabajo del hogar. Ambxs son integrantes de “Un trapazo”.
Marianela de la Hoz, “Mitochondrial Eve” Temple de huevo sobre madera, 2019