Nota en la revista Viva

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Evita alfonsinista. Alderete / México

Perón punk. Manuk / Argentina

200 FICHUS

Escudo nacional. BK / Argentina

Aramburu. Langer / Argentina

Especial Bicentenario Los hermanos Carballo quisieron llenar el álbum de figuritas de la patria. Como muchas fichus no existían, fue preciso crearlas.

Madres. Paula Seré / Argentina

78 VIVA

Pacman versión ‘90. Ale Paul / Argentina

A Todo Color. Rapa Carballo / España Sobremonte. Juan Lima / Argentina

Aterrizaje forzoso. Rapa Carballo / España

Che, logo. Patrick Thomas / Gran Bretaña

VIVA 79


Evita alfonsinista. Alderete / México

Perón punk. Manuk / Argentina

200 FICHUS

Escudo nacional. BK / Argentina

Aramburu. Langer / Argentina

Especial Bicentenario Los hermanos Carballo quisieron llenar el álbum de figuritas de la patria. Como muchas fichus no existían, fue preciso crearlas.

Madres. Paula Seré / Argentina

78 VIVA

Pacman versión ‘90. Ale Paul / Argentina

A Todo Color. Rapa Carballo / España Sobremonte. Juan Lima / Argentina

Aterrizaje forzoso. Rapa Carballo / España

Che, logo. Patrick Thomas / Gran Bretaña

VIVA 79


1976/1983. Rapa Carballo / España ¿Guernica o Plaza de Mayo? Mikel Jazo / España

Rodolfo Walsh. Adanti / España

Los ojos del mal. El Niño Rodríguez / Argentina

Falcon verde. Le Ilustrateur / Francia

E

sta historia comenzó como empiezan tantas historias argentinas. Con tres hermanos revolviendo el altillo de los recuerdos en busca del tiempo perdido. Corría el año 1996 –aquí los años baten récords de velocidad y pasan más rápido que Usain Bolt–, y Andrea ya se había recibido de historiadora. Era la que había elegido una profesión más seria: Sole y Fernando (o Rapa) habían optado por el camino del diseño gráfico. Estaban los tres Carballo, decíamos, aburridos y sin ganas de hacer la

80 VIVA

siesta, cuando se les dio por desovillar sus recuerdos y empezaron a hurgar en unas cajas cerradas. Allí, entre el estrago de los ácaros, sucedió el milagro: se toparon con una cantidad de imágenes que los transportaban directamente a su infancia de guardapolvos, Pelikans azul lavable, mielcitas y alfajores Guaymallén. Un tesoro hecho con figuritas escolares, de ésas con las que todos los que pasamos por el colegio estudiamos nuestros hechos históricos. Los hermanitos pasaron la tarde en Babia, charlando de lo que les desper-

Fernando Carballo –conocido como Rapa– reunió a un seleccionado de artistas de diversos países. A todos les pidió que dibujaran una figurita de un hecho de nuestra historia.

taba cada ícono: vieron que algunas fichus habían envejecido y que otras aguantaban mejor el paso del tiempo... Encontraron también muchas repetidas y –lo más llamativo– grandes vacíos: décadas enteras sin su representación iconográfica. Esa misma tarde los tres Carballo se juramentaron reconstruir el álbum de figuritas de nuestra historia, y a eso dedicaron más ratos libres de los que imaginaban. De manera compulsiva comenzaron a buscar viejos álbumes, a documentarse. Rescataron en subastas de internet ese mate-

Malvinas, tierra maldita. Sole Carballo / Argentina

rial que es parte de la memoria visual de nuestros primeros años de escolarización. Luego se preguntaron si no había llegado la hora de hacer público este precioso material y –por qué no– de darle además una interpretación visual completando los huecos. Había tiempo, se dijeron: faltaba mucho para el Bicentenario... A poco de andar, ya habían descubierto que la historiografía argentina produjo una cacofonía de discursos históricos, que atravesaron gran parte de los debates a lo largo del siglo XX y continúan vigen-

tes. Si uno es perspicaz, pronto descubre que hay un elemento clave: la supervivencia de la iconografía de mayo de 1810, con el devenir de la historia argentina narrado como la construcción de un ideario. “Los símbolos de la imagen, y la imagen como símbolo, son representaciones que nos llegaron a nosotros a través de la escuela primaria”, resume Rapa, el Carballo que comandó la tarea más ciclópea: recopilar toda la iconografía de viejos cuadernos de primaria. “Sabía que todos la tenemos en nuestro inconsciente colec-

“A la mierda con las reglas establecidas. ¿No somos parte de la historia? ¿Quién es su dueño? Esta es nuestra versión; nosotros miramos lo que pasó desde otro ángulo”, explica su idea Rapa.

tivo, todos la recordamos.” Y se hizo las preguntas claves: ¿Qué hechos históricos jamás llegaron a las figuritas? ¿Por qué será que desaparecieron? La historia en la licuadora

Luego, los tres hermanos dieron un paso más y abrieron el juego. Se propusieron llenar los huecos en el álbum de nuestra historia y para hacerlo convocaron a un dream team de artistas e ilustradores. La consigna fue que cada uno le diera un contenido propio a las imágenes; bajada de línea incluida, claro (por eso de que VIVA 81


1976/1983. Rapa Carballo / España ¿Guernica o Plaza de Mayo? Mikel Jazo / España

Rodolfo Walsh. Adanti / España

Los ojos del mal. El Niño Rodríguez / Argentina

Falcon verde. Le Ilustrateur / Francia

E

sta historia comenzó como empiezan tantas historias argentinas. Con tres hermanos revolviendo el altillo de los recuerdos en busca del tiempo perdido. Corría el año 1996 –aquí los años baten récords de velocidad y pasan más rápido que Usain Bolt–, y Andrea ya se había recibido de historiadora. Era la que había elegido una profesión más seria: Sole y Fernando (o Rapa) habían optado por el camino del diseño gráfico. Estaban los tres Carballo, decíamos, aburridos y sin ganas de hacer la

80 VIVA

siesta, cuando se les dio por desovillar sus recuerdos y empezaron a hurgar en unas cajas cerradas. Allí, entre el estrago de los ácaros, sucedió el milagro: se toparon con una cantidad de imágenes que los transportaban directamente a su infancia de guardapolvos, Pelikans azul lavable, mielcitas y alfajores Guaymallén. Un tesoro hecho con figuritas escolares, de ésas con las que todos los que pasamos por el colegio estudiamos nuestros hechos históricos. Los hermanitos pasaron la tarde en Babia, charlando de lo que les desper-

Fernando Carballo –conocido como Rapa– reunió a un seleccionado de artistas de diversos países. A todos les pidió que dibujaran una figurita de un hecho de nuestra historia.

taba cada ícono: vieron que algunas fichus habían envejecido y que otras aguantaban mejor el paso del tiempo... Encontraron también muchas repetidas y –lo más llamativo– grandes vacíos: décadas enteras sin su representación iconográfica. Esa misma tarde los tres Carballo se juramentaron reconstruir el álbum de figuritas de nuestra historia, y a eso dedicaron más ratos libres de los que imaginaban. De manera compulsiva comenzaron a buscar viejos álbumes, a documentarse. Rescataron en subastas de internet ese mate-

Malvinas, tierra maldita. Sole Carballo / Argentina

rial que es parte de la memoria visual de nuestros primeros años de escolarización. Luego se preguntaron si no había llegado la hora de hacer público este precioso material y –por qué no– de darle además una interpretación visual completando los huecos. Había tiempo, se dijeron: faltaba mucho para el Bicentenario... A poco de andar, ya habían descubierto que la historiografía argentina produjo una cacofonía de discursos históricos, que atravesaron gran parte de los debates a lo largo del siglo XX y continúan vigen-

tes. Si uno es perspicaz, pronto descubre que hay un elemento clave: la supervivencia de la iconografía de mayo de 1810, con el devenir de la historia argentina narrado como la construcción de un ideario. “Los símbolos de la imagen, y la imagen como símbolo, son representaciones que nos llegaron a nosotros a través de la escuela primaria”, resume Rapa, el Carballo que comandó la tarea más ciclópea: recopilar toda la iconografía de viejos cuadernos de primaria. “Sabía que todos la tenemos en nuestro inconsciente colec-

“A la mierda con las reglas establecidas. ¿No somos parte de la historia? ¿Quién es su dueño? Esta es nuestra versión; nosotros miramos lo que pasó desde otro ángulo”, explica su idea Rapa.

tivo, todos la recordamos.” Y se hizo las preguntas claves: ¿Qué hechos históricos jamás llegaron a las figuritas? ¿Por qué será que desaparecieron? La historia en la licuadora

Luego, los tres hermanos dieron un paso más y abrieron el juego. Se propusieron llenar los huecos en el álbum de nuestra historia y para hacerlo convocaron a un dream team de artistas e ilustradores. La consigna fue que cada uno le diera un contenido propio a las imágenes; bajada de línea incluida, claro (por eso de que VIVA 81


Tapa. Sabrina Garciarena

Cohete menemista. Rapa Carballo + El Niño Rodríguez / España & Argentina

¿Primera Junta? Langer / Argentina

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la historia nunca es neutral). La idea era ver qué sentían los nuevos artistas argentinos ante la historia fosilizada, y cómo la reversionarían. Luego, yendo más allá en el juego ambivalente de las nacionalidades, le pidieron a argentinos exiliados y a gente de otros lugares que dieran su visión de la historia argentina. Así, fueron españoles los que pintaron a Fernando VII, el bombardeo de la Plaza de Mayo del ‘55 y a García Lorca en su paso por Buenos Aires, un francés se la tomó con el Eternauta y un inglés redibujó a un Che que perdió la guerra, todo hecho de logos. Muy interesante también es el aporte de imágenes generadas por los argentinos que viven afuera, quienes desde la distancia reinterpretan imágenes del recuerdo. El exilio hace que la idea de argentinidad sea omnipresente. Así las cosas, fue tomando color una obra babélica, un espejo fragmentado en el que no nos vendría mal mirarnos. “Es como meter en una licuadora doscientos años de historia en imágenes y darle al botón más potente para que se mezcle todo y aparezcan nuevas visiones”, grafica Gustavo Alvarez Núñez, responsable de gran parte de los textos del libro, que aportan multitud de datos y desmienten eso de las imágenes que valen más que mil palabras. “Ahora que lo pienso, el germen de esta idea comenzó antes de aquella tarde con mis hermanos. Fue en la UBA, gran lugar por cierto –comenta Rapa, quien lleva años viviendo en España–, un día del ‘89, cuando compré una revista en un kiosco de esos que no son sólo puntos de venta de diarios y demás sino que son difusores culturales para mirones que curiosean buscando cosas... Ese día compré una revista VIVA 83


Tapa. Sabrina Garciarena

Argenchino saqueado. El Niño Rodríguez / Argentina

Cuestión de letras. CAM Bs As / Argentina

Futurino. Wily Peloche / Argentina

Carapintada. Rapa Carballo / España

hecha por Pipo Cipolatti, que debió durar tres números, el típico fanzine que tiene unas cuantas ideas más que divertidas. La abrías y veías que todo lo que te habían enseñado podía ser de otra manera. Como un Monty Python de la historia, te mostraba un San Martín con defectos, un prócer que tose, se caga de risa, duerme más de la cuenta en Boulogne Sur Mer, un tipo con humor y sin tanta solemnidad.” El libro –que verá la luz en julio, publicado por Pequeño Editor– es deudor de un cambalache que cualquiera que 84 VIVA

transitó los ‘80 y los ‘90 reconocerá. Según Rapa, “nunca se nos hubiese ocurrido contar esta contrahistoria si no hubiesen existido Casero y su Cha Cha Cha, o Capusotto y Saborido; si la revista Cerdos y Peces, la Barcelona, Olmedo, Luca, Oski, Copi y tantos otros no nos hubieran abierto la cabeza; si no hubiéramos tenido como banda de sonido a los Dead Kennedys, Iggy Pop, Boris Vian y los Pistols”. Es que, si bien el guión histórico que sirvió de base para rellenar los baches de este álbum patrio es muy riguroso,

El proyecto de los hermanos Carballo tomará forma de libro. Saldrá en julio y tendrá como nombre 200 fichus, anti 200. Más tarde, tal vez se haga una exposición con los trabajos reunidos.

en cada viñeta subyace una visión desenfadada, de marcada actitud punk. “A la mierda con las reglas establecidas –concluye Rapa–... Si los que hicimos estos doscientos años de historia fuimos nosotros, ¿por qué sentirnos afuera? ¿No somos parte de la historia? ¿Quién es su dueño? Hicimos nuestra versión, miramos lo que pasó desde otro ángulo.” Cosas de la vida: al final, las ideologías se habrán muerto pero toda fichu es política. www.200fichus.com.ar

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