Antología literaria. Cuentos

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ANTOLOGÍA LITERARIA

“…es necesario un oficio de escritor, y que ese oficio consiste, entre muchas otras cosas, en lograr ese clima propio de todo gran cuento, que obliga a seguir leyendo, que atrapa la atención, que aísla al lector de todo lo que lo rodea para después, terminado el cuento, volver a conectarlo con sus circunstancias de una manera nueva, enriquecida, más honda o más hermosa”.


Estancados entre dos países Desperté con el ruido de la cerradura de la puerta. Me oculté detrás de ella para que cuando se abriera, tener la oportunidad de escapar. No sabía dónde me encontraba, ni por qué estaba haciendo esto, pero mi instinto me decía que debía hacerlo. Vi a un chico entrar, al cual empujé y comencé a correr cerrando la puerta detrás de mí. Había un único pasillo, opté por tomar el lado izquierdo de lo cual me arrepentí segundos después al notar que no había salida. Apenas paré, noté pasos detrás de mí. Giré y encontré al mismo chico de la habitación tomándome por los hombros. ─ Tranquilizate, no te voy a hacer daño ─me dijo alterado. ─ ¿Quién sos? –le pregunté todavía temblando. ─ Mi nombre es Jackson, vayamos al cuarto para hablar. Nos dirigimos a la habitación en donde me desperté y nos sentamos contra la pared. Me sentía más aliviada al saber que no estaba completamente sola, pero no podía confiar tan rápido en este chico. ─ ¿Recordás algo de lo que pasó? –me preguntó. ─Sólo sé que estaba en el aeropuerto yéndome a Estados Unidos por la guerra que había comenzado en mi país, Inglaterra. También recuerdo que unos hombres me atacaron –dije impresionándome de lo poco que sabía. ─ ¿Y vos cómo has llegado acá? ─Mi historia es algo parecida. Aproveché vivir en Australia para escapar de la guerra –me contestó. También recuerdo haber sido atacado por unos hombres y llevado a un avión junto a tres personas más, con destino a Angola. ─Adivino, una de esas personas era yo –él asiente. Pero no entiendo cómo sabes el destino, podríamos haber cambiado de lugar.


─Escuché al piloto hablar con alguien, pero no puedo estar cien por ciento seguro del sitio en donde nos encontramos. ─ ¿Y qué creés que pudo haber ocurrido con las otras dos personas? –pregunté─. Puede ser que se encuentren aquí. ─Busquémoslos entonces. Se levantó y cuando estábamos saliendo me preguntó: ─ ¿Cuál es tu nombre? ─ Emily. ◌

Ya había pasado una hora sin encontrar nada, la casa parecía un laberinto, subíamos y bajábamos escaleras abriendo cada puerta que se nos cruzaba. Tenía miedo de que tras alguna puerta se encontrara alguno de los hombres que nos atacaron. Doblamos por el pasillo y encontramos tres puertas más, iguales a las anteriores. Abrimos la primera y para nuestra sorpresa, encontramos a un chico y una chica. Nos miraron asustados mientras caminábamos hacia ellos. ─Tranquilos, no les haremos daño. No somos los que los atacaron– dijo Jackson. ─Estamos en la misma situación que ustedes –dije. Después de mirarnos fijo unos segundos, intercambiamos nombres y Jackson les contó nuestra historia y ellos nos contaron lo que recordaban. ─ ¿Saben cómo salir de acá? ─nos preguntó el chico llamado Alex, hermano de Brook. ─No, pero saldremos. No te preocupes –dije con esperanza en mi voz. ◌

Luego de cinco días, teníamos todo el plan armado. Como ya sabíamos los horarios, es decir, cuando nos traían la comida, los estábamos esperando. A las dos de la tarde se concretó el plan. Habíamos logrado encontrar una salida, pero tenía tres candados. También habíamos


visto que los terroristas llevaban consigo las llaves y un arma cada uno. Esperé tranquila en mi habitación a que llegara el hombre. Comencé a escuchar pisadas provenientes del pasillo y me puse un poco nerviosa, quería que todo saliera bien. Cuando al fin entró, vi a Jackson asomándose por la puerta. Intenté pensar algo que decirle al hombre para hacer tiempo y que no notase la presencia detrás suyo. No se me ocurrió mejor idea que insultarlo a gritos. Esto no duró mucho ya que lo hice enfadar y me empujó contra la pared logrando que mi cabeza sangrara por el golpe. Al instante, sentí un fuerte mareo y lo último que llegué a ver fue a Jackson golpeándolo con un fierro. ◌

Abrí los ojos en una habitación que supuse que era un hospital y Jackson estaba sentado junto a mí con Alex y Brook. ─ Al fin has despertado –dijo Jackson. ─ ¿Cómo llegamos aquí? –pregunté. ─Cuando te golpeaste la cabeza, te desmayaste –me toqué la cabeza y sentí un dolor punzante. ─ No te toques– dijo Alex quitándome la mano. ─Cuando entré a tu cuarto para golpearle la cabeza al hombre, ya te encontrabas en el suelo–continuó Jackson. Mientras yo hacía eso, Alex y Brook, estaban abriendo la puerta principal. Te cargué hasta una casa cerca de allí y luego vinimos al hospital. ─Pero tenemos un problema –interrumpió Alex y lo miré confundida. Brook respondió por mí. ─ ¿Cómo volveremos a casa?

María Laura Backis, Abril Flores, Paula Sbarra, Lucía Suarez Moretti


El Extraño caso de Samantha

Mi nombre era Roberto Salerno, yo era el dueño de un Hostel llamado “El Elefante Negro”, ubicado en Parque Chas, que por si ustedes no saben, es muy difícil encontrar las direcciones e imposible salir. Sus calles son anillos concéntricos. Hay gente que hace varios años da vueltas por la calle Dublín sin poder salir. Los habitantes del barrio son muy raros y disfrutan con esta situación. Si alguien les pregunta cómo salir, nunca ayudan a nadie. Volviendo a mi hostel, entre los inquilinos se encontraba Samantha quien era una chica de ciento cuatro años, pero extrañamente aparentaba unos treinta. Los otros inquilinos creían que algo diferente se presentaba en ella. Todos los días se paseaba por la cocina y charlaba con los demás, era muy agradable y alegre. Una semana antes del martes 13 de Octubre de 2012, comenzaron a pasar sucesos extraños, contados por los inquilinos, tales como movimientos excesivos de los candelabros y puertas. Una noche en la habitación de Juanchi repentinamente se prendió fuego el oso de peluche que estaba ubicado sobre el sillón sin explicación alguna ya que no estaba cerca de ningún elemento combustible.


El 12 de Octubre a las 23:59, se escuchó un grito ensordecedor proveniente de la habitación de Samantha.

Los inquilinos

alarmados fueron a ver qué había sucedido, pero se llevaron la sorpresa de no encontrar a nadie allí. Al día siguiente, los vecinos acudieron a mí, desesperados debido al extraño evento sucedido la noche anterior. Mientras estos contaban lo ocurrido, se escuchó otro grito que según lo descripto era exactamente igual al de la noche anterior. Es por eso que me dirigí hacia la habitación en cuestión, y al entrar en ésta me sorprendí y a la vez me alarmé al encontrar colgando del techo y sangrando a Samantha. El miedo y el horror me invadió y lo único que atiné a hacer fue llamar a la policía. Al cabo de diez minutos se oyó la sirena, la policía había arribado. Comenzaron a tomar fotos y a buscar todo tipo de pistas en la escena del crimen. Luego de eso nos entrevistaron a todos. Consternado, a la noche, regresé a mi casa. Yo sabía los secretos para entrar y salir de Parque Chas. A la mañana cuando volví al Hostel los policías que trabajaron incansablemente toda la noche en el caso me comentaron que algunas de las pistas a las cuales les habían tomado fotos, misteriosamente desaparecían. También me dijeron que la entrada a la habitación resultó complicada debido a que la puerta se encontraba trabada a pesar de que nadie poseía la llave. El tiempo transcurrió y poco a poco fuimos olvidando la trágica muerte de Samantha. Los policías luego de todas las investigaciones cerraron y determinaron que el caso fue un suicidio. Debido a la resolución todos nos sacamos un peso de encima y nos despreocupamos, sin volver a hablar de ella. Previo al primer aniversario de su muerte oí por los corredores a los inquilinos hablar de Samantha. Esto me resultó extremadamente extraño debido a que durante toda esa semana escuchaba hablar acerca de ella al menos una vez al día. El aniversario de su muerte resultó ser un día completamente normal, no escuché ni una sola palabra sobre ella. Una vez finalizada la jornada me encontraba en la parada del taxi.


Esperé quince minutos, al fin llegó uno libre y lo abordé. La conductora me resultaba extrañamente conocida, no le di importancia, le di mi dirección y me dispuse a relajarme luego de un día laboral tedioso. Avanzado en el viaje un reflejo intenso hizo que lograra ver con claridad la cara de la conductora, de inmediato me estremecí, al notar la intensa mirada de la muchacha. No era ni más ni menos que Samantha al volante, aquella chica que nunca pude sacar de mi mente. Permanecí callado y aterrado el resto del viaje, mientras que ella me observaba desafiante por el espejo retrovisor y esbozaba sonrisas escalofriantes. Al llegar al destino, antes de que pudiera bajarme, desesperadamente me paralicé al escuchar de su boca: “Me recuerdas….” y allí terminó mi vida…y mi pesadilla, lo más extraño de esta historia es que nadie preguntó por mí nunca más. Ahora, mi espíritu deambula por Parque Chas y mi hostel. Cada tanto reviso el fichero, y veo que Samantha se registra allí una y otra vez para hacer de las suyas. Yo me dedico a desorientar a la gente en el curioso barrio…para que no pueda salir nunca más.

Wanda Alvarez, Agustina Dreven, Florencia Sancinetti, Lourdes Zitto


La pregunta sin respuesta Todo comenzó una mañana cuando me estaba cambiando, en el momento que vi por la ventana un camión de mudanzas. Mi padre me dijo que fuera a saludar a mis nuevos vecinos y fue ahí donde lo conocí. Compartimos el resto de las vacaciones con nuestros amigos del barrio. Fue pura la coincidencia que James, padre de Logan, lo inscribiera en la misma Universidad a la que voy. Era septiembre cuando empezaron las clases y comenzamos a salir. Tiempo después, en la semana de Navidad, le presenté mi novio a mi padre. Noté algo extraño en ellos como si me ocultaran

algo, pero lo dejé pasar. Al día siguiente, al volver de la casa de una amiga, encontré a mi padre yaciendo en la cocina donde se encontraba un arma con silenciador. Al instante, le avisé a Chris, amigo de mi papá que trabajaba como investigador para el FBI, que informó al resto de


los oficiales para resolver el caso. Llamé a Logan y me dijo que estaba ocupado con James, pero que luego me iba a dar una sorpresa. Llegó la noche y Logan me llevó a un restaurant. Al regresar a mi casa, apenas entré, sentí la presencia de mi padre y me puse a llorar. Como me veía muy mal, Logan se quedó conmigo para consolarme. Durante tres meses, estuvimos haciendo diferentes actividades todos los días como ir al parque, al cine y muchas cosas más mientras estábamos en la Universidad. Cada día tenía más preguntas, pero menos respuestas. A un año de la muerte de mi padre, estábamos paseando por el Central Park cuando él se arrodilló con un anillo en la mano y me propuso casamiento. Era mi último día en la agencia antes de empezar con los preparativos de la boda y a las únicas conclusiones que hemos llegado con Chris fueron que alguien habría matado a mi padre porque el arma estaba a una distancia considerable de su cuerpo. Además, había pisadas de barro en la cocina, y al revisar todas las casas del vecindario habían encontrado una remera blanca con sangre en uno de los basureros. Llegó el gran día de mi vida. Estoy caminando al altar y recuerdo todo lo que ha pasado. Estoy a punto de decir el sí para compartir el resto de mi vida con la persona que me acompañó luego de la tragedia. De repente entró Chris con sus compañeros e interrumpieron la boda, y me dijo que tiene algo muy importante para decirme. Me di cuenta de que tiene que ver con mi padre, entonces voy a escucharlo. Nadie sabía lo que estaba pasando, ni siquiera Logan. Al escuchar sus palabras atentamente me quedé sorprendida. Ya habían encontrado al asesino gracias a la muestra de ADN que tenía la remera.


El culpable era Logan. Entré a la Iglesia y le pedí una explicación de lo ocurrido. Lo peor de todo es que Logan no trató de desmentirlo, sino que me dijo que lo había hecho porque John, mi padre, había causado la separación de James y Charlotte, su madre. John era el amante de Charlotte. Logan los encontró juntos y este vio la necesidad de decirle a James. A partir de ese momento, sus padres se separaron y James comenzó a tener problemas con el alcohol. Por esta razón, Logan decidió matar a John. Una noche, Logan, al ver que yo no estaba en mi casa, entró a escondidas con un arma y en la cocina le disparó por la espalda. Salió corriendo apurado por lo cual se resbaló y se manchó su remera blanca con sangre tirando el arma al piso y la prenda tirada en uno de los basureros. Me di cuenta, en ese momento, de que me estaba por casar con el asesino de mi padre.

Luciana Guizada Morant, Sofía Hermida, Mercedes Rodriguez, Luciana Valdivia


Ocho meses de espera

Hoy se cumple un mes de nuestro casamiento. Nada mejor que despertarme y verlo a mi lado. Soy la mujer más afortunada del mundo. Cuando me percato de que hay ruidos raros en la cocina, me doy cuenta de que mi amado no está. Me levanto sabiendo que voy a tener que ordenar todo el desorden que deja. Cuando llego, me doy cuenta de que quiere abrir una mermelada con una cuchara. Me acerco y lo abrazo de atrás. ─Mejor comemos afuera ─me dice riendo. Subo corriendo las escaleras para cambiarme como si fuera la primera vez que salimos. Cuando me acerco al espejo me doy cuen-


ta de que estoy hecha un desastre. No entiendo cómo me ve linda todas las mañanas estando tan desarreglada. Cuando para en frente del restaurant, se baja del auto, lo rodea y me abre la puerta del acompañante. Cada día me doy cuenta de por qué lo amo. Estamos por pagar la cuenta, no puedo creer lo bien que está saliendo todo. No termino de decirlo, que le llega una llamada. ─ ¿Hola? ─Ya termino de desayunar y voy para el aeropuerto. ─Sí, sí, tengo todo preparado. ─Bueno dale, dale. Lautaro cuelga lamentándose. ─ ¿Quién era, mi amor? ─El señor Méndez. ─ ¿Ya te tenés que ir? ─ Sí, sí. ─ Bueno, pedí la cuenta.

A Malena se le notaba la tristeza en el rostro, Lautaro se acerca para abrazarla, pero el mozo interrumpe con el vuelto. Se dirigen a la casa para agarrar las valijas e ir al aeropuerto. La despedida fue muy dolorosa ya que se iba a ausentar por ocho meses y medio. Malena, al llegar a su casa, se sentía mareada y al no saber qué hacer, recurre a su amiga Carolina. ─ Caro, venite a casa que me siento mal y sola, lo extraño mucho─ dice Malena. ─ Dale, voy en camino- responde su amiga. Veinte minutos más tarde, toca el timbre y cuando se abre la puerta veo a Malena pálida.


─ ¡Ay!, amiga, ¿qué te pasa? ─ dice Carolina preocupada. Me ofrece algo para tomar y nos sentamos en el sillón. ─ Male, ¿desayunaste?- le pregunta Carolina. ─ Sí, con Lauti – responde triste Malena. ─ Habrás comido algo que te cayó mal. ─ No creo, lo mismo de siempre, café con medialunas. ─ ¿No estás en tu período? ─ No, se me atrasó. ─ ¿No estarás embarazada? Malena se levanta bruscamente y dice: ─ ¿Cómo vas a pensar eso? Carolina ya ha agarrado la cartera para ir a la farmacia. Las dos, desesperadas, corren por la calle más felices que nunca. Pero Malena, sólo piensa cómo se lo va a decir a Lautaro. Ambas, en el living esperan el resultado hasta que confirman que era cierto. Malena estaba embarazada. Carolina pregunta cómo y cuándo se lo va a comunicar a su esposo. Son las siete de la tarde y Carolina ya se está despidiendo. Malena entra a bañarse mientras que piensa lo felices que van a ser los tres juntos. Sale y todavía no puede creer la increíble noticia que ha recibido. Ya lista para ir a dormir, se pone a pensar cómo puede contárselo todo textual a Lautaro. La idea que le surge es escribir sus sensaciones de cada mes en un cuaderno y sacarse una foto por mes como siempre lo soñó.


Ocho meses y medio después… Las azafatas han dado la señal de ponerse los cinturones para aterrizar. Estoy feliz de por fin volver a ver a Malena después de casi nueve meses. No sé si será suerte o no, pero me vino a buscar mi suegro. Nos subimos al auto y lo único que dice es: “Vamos al hospital.” Yo no entiendo por qué tengo la cara de felicidad. Lo primero que pienso es que algo le ha pasado a ella. Lo lleno de preguntas, pero no hay respuesta. Llegamos al hospital y yo, nervioso, lo único que pienso es que no vayamos para el lado de urgencias. No termino de pensarlo, y ¿para donde fuimos? ¡Para el lado de urgencias! Mi suegro entra a la sala de parto. NO LO PODIA CREER. ¿Cómo ese bebe sería mío? Es imposible. No es momento de preguntar, tengo que ayudarla. Fue una cesárea, como ella siempre quiso. Ese bebé era lo más lindo del mundo. Apenas me lo dan, no sabía cómo ser papa. Se despierta Malena y me ve parado frente a ella. No quiero preguntarle nada, solo quiero disfrutar este momento único. Es mi hijo, es igual a mí. En un abrir y cerrar de ojos, ha llegado el primer nieto. Estamos toda la familia alrededor de la camilla. Bautista es lo mejor que nos puede pasar. Salió todo tan bien que ya nos vamos para casa. Conociendo a Malena, la casa estará llena de cosas para este nene. Llegamos y lo confirmo. Hay juguetes que no se pueden agarrar por lo grandes que son. ─Linda sorpresa, ¿no? ─ dice Malena. ─ ¡La mejor! ¿Por qué no me contaste? ─ responde Lautaro. ─Porque te conozco y sé que hubieses vuelto volando y quería que disfrutes del viaje. ─Es lo más importante de la vida, ¿cómo no iba a volver? ─Igual, me tomé el trabajo de escribir todo lo que pasaba cada mes, ¿lo querés leer? ─Obvio, empezá. ─ ¿Te leo el título? Ocho meses de espera. ─Seguro me esperabas a mí. ─¡Dale! ¡Leelo, bobo!


1° mes Todavía no se me nota la panza, pero ya lo siento. Estoy muy emocionada, aunque me siento un poco sola. Sin saber el sexo del bebé, fui con Caro a ver ropa y me imaginé los tres juntos.

2° mes Mi panza va creciendo de a poco y ya me hice la primera ecografía. Sentía que todos me miraban al ir sola, Caro estaba ocupada y no me podía acompañar. El doctor dice que él bebe está bien y es lindo, como el padre. Cada día te extraño más y desearía que estés al lado nuestro.

3° mes Cada vez está más grande, ya no puedo imaginar el momento en el que salga. Me imagino esos ojos azules claros como los tuyos. Ya estoy emocionada por saber si va a ser nena o nene. Hoy fui a hacerme la segunda ecografía me dijeron que el bebé está sanito.


4° mes Ya empiezo con los antojos. Hoy me compre un kilo de helado de pistacho y menta granizada, sí, un asco, pero parecía rico.

5° mes ¡Estoy re feliz! Va a ser un lindo varoncito, ya estuve pensando varios nombres. Estoy entre Bautista y Felipe, pero queda a tu elección. Ya lo veo en las canchas de rugby como vos.

6° mes Ya me siento mucho mejor, pero no tengo ganas de escribir. El bebé sigue bien y mi panza sigue creciendo.


7° mes Hoy me dejaron pasar en la fila de la farmacia, me siento una genia, que nunca salga este chico. A este bebé lo amo. Cuando me patea, yo lo siento como un mimo.

8° mes Cada vez falta menos para verte y la panza la tengo cada vez más grande que ya ni me veo los pies. ¡Me siento tan gorda! Ayer me comí una torta de chocolate tan grande, que no sé cómo voy a bajar los kilos demás.

Y bueno, ¿Qué podemos pedir? Solo nos queda agradecer.

Josefina Felli Barcelo, Antonella Fiorotto Marchioni, Martina Lupacchini, Jazmín Zacarías


Sombras

Emma ya había llegado al hotel, estaba desarmando sus valijas cuando de repente entra un chico a la habitación de unos 25 años, con cabello oscuro y ojos claros. ─Discúlpame, ¿quién sos y por qué estás en mi habitación? ─Me llamo Luca y esta es mi habitación. En ese momento, bajaron a la recepción y pidieron un cambio de habitación, pero les dijeron que no había más disponibles. No tuvieron otra opción que compartir el cuarto y esperar a que se desocupara uno. Tiempo después Luca empezó a charlar con Emma y hablaron sobre su vida personal. Hasta que Emma le dijo la razón de por qué estaba en el hotel. ─Yo estoy en este acá porque mis padres decidieron que tenía que tomarme un tiempo para pensar en lo que me había pasado, ¿y vos? ─Yo estoy porque hubo un incendio en mi departamento. Ya era de noche y ambos se fueron a dormir. A la mañana siguiente, Emma se despertó llorando y Luca se preocupó. ─ ¿Qué te ocurre? ─Es que vengo teniendo pesadillas sobre unas sombras extrañas. ─ ¿Cómo sombras? ─Sí, hay noches que veo los rasgos de una mujer y otras los de un hombre. ─Deberías hablarlo con alguien para que te ayude. ─Lo que pasa es que es algo muy personal. ─Yo conozco a alguien de confianza.


Una semana después, se iba a encontrar con el psicólogo. Mientras subía por el ascensor y se retocaba vio las sombras de sus pesadillas a través de su espejo, pero esta vez juntas y más definidas. Desde arriba se escuchó un grito y cuando se abrieron las puertas del ascensor estaba inconsciente en el suelo. Al despertar estaba en una camilla sola en una habitación cuando de repente entra Luca. ─ ¡Los vi, Luca, los vi! ¡Eran mis padres! ─Disculpe, señorita, no sé quién es Luca, yo soy Adolfo, su doctor. ─Luca, pero en serio, eran mis padres.


─Pero señorita, sus padres murieron hace años… Realmente fueron asesinados. ─ ¿Cómo asesinados? ─Sí, usted los asesinó. Desde entonces viene aquí, al psiquiátrico para mujeres “Instituto Salvación”.

Catalina Baek, Julieta Bolañez, Antonella Mondragon, Martina Sarramone


Cambio de roles Era el último día de clases. Analía había organizado una reunión con sus mejores amigos que eran Matías, Tomás, María, Rubén, Martín y Sabrina. Matías y Tomás no paraban de mirar a María porque ambos estaban enamorados de ella. Al llegar la hora de la cena, Matías llevó a María al patio y le dijo lo que sentía por ella. Pero María no le correspondía, ella gustaba de Tomás. Él lo supo sobrellevar. A pesar de que se sentía triste y decepcionado, volvieron a comer. Matías le contó la situación a Tomás a quien no le gustó la idea de que hayan ido a hablar a solas al patio. Comenzaron a discutir. Tomás decía que María debía estar con él y seguir sus sentimientos. Por el contrario, Matías afirmaba que él era una mejor opción. Se fueron enojados a sus casas. Al caer la noche, se fueron a dormir y a la mañana siguiente, se dieron cuenta de que habían despertado en el cuerpo del otro. En ese instante, decidieron llamarse y contarse lo ocurrido. Pero, discutían porque se echaban la culpa entre sí. Luego del mediodía, se encontraron en una heladería y fueron a hablar con un sabio. Este último les dijo que no iban a volver a la normalidad si antes no se perdonaban y volvían a ser amigos. Pero ellos estaban muy enojados y no querían hacerlo. A Matías, que estaba en el cuerpo de Tomás, se le ocurrió una idea que consistía en decirle a María que Matías era un buen chico y la iba a cuidar bien. Lo llevó a la práctica y María le confió que a ella le gustaba un amigo de su primo.


Matías llamó a Tomás, le contó y le dijo que no valía la pena pelear por ella. Tomás estuvo de acuerdo y se reunieron en la casa de Matías para conversar. Allí, reflexionaron sobre lo que significaba para ellos su amistad y se reconciliaron. Al otro día, al despertarse, se hallaban en sus respectivos cuerpos.

Zoe Lofrano, Valentina Marasco, Analía Recchini, Abril Travaglio


El reflejo de su espejo Esta historia no es como las demás, no comenzará con un “había una vez” ni terminará con un simple fin. Y así fue como luego de llegar a la habitación, con todas las notas en la mano, abrió la puerta y lo encontró a él. Era un típico 31 de octubre, los vecinos se acababan de asentar en la casa contigua a la de Juan. Y, obviamente, no se iba a perder la gran fiesta que todos esperaban: “Halloween”. Todos los del barrio participaban de esta celebración y como sorpresa Juan y sus amigos, Marcos, Lucas, Agustín y Lautaro también lo hicieron, algo inusual para esta fecha. Eran la diez de la noche y la fiesta comenzaba. Marcos había terminado de ponerse su disfraz de vampiro y de recoger los dulces, cuando vio en su espejo un hombre que lo miraba fijamente a través de su ventana. Al instante se dio vuelta y nadie estaba allí, se sintió muy incómodo, pero continuó como si nada hubiese pasado. Más tarde, cuando todos se encontraban en la fiesta, Marcos le contó lo que sucedió a sus amigos; y estos le refirieron una historia similar que había ocurrido exactamente diez años atrás. Marcos dudó al principio, pero luego lo comprobó nuevamente mirándolo detrás de los árboles. Ya era media noche, cuando de repente un fuerte apagón interrumpió la fiesta. A Juan y a sus amigos les pareció muy extraño, por lo tanto decidieron ir a averiguar quién o qué había provocado tal desastre y por qué. Al finalizar la celebración no habían surgido pistas aún, por lo que decidie-


ron regresar a sus casas y retomar la investigación al día siguiente. Era 1 de noviembre, Juan, Marcos y Agustín se habían reunido en la plaza para hablar sobre lo ocurrido, ya que Lautaro y Lucas no pudieron asistir por razones desconocidas. Diez minutos después regresaron a la casa donde se había festejado el evento y decidieron separarse para buscar indicios. Cada uno decidió tomar un rumbo diferente: Juan, al jardín; Agustín, al sótano y Marcos, a la cocina. Ya había pasado media hora, y ninguno había hallado nada, excepto Marcos, que encontró un viejo cable con una nota que decía: “Vine a cumplir mi misión”. Entonces, decidió seguir el cable hasta que llegó a una puerta que tenía un papel pegado en el que decía: “Te encontré”. Abrió la puerta y lo encontró a él, el reflejo de su espejo, su padre.

Loudes Garófalo, Belén Mendez Jurado, Agustina Suarez Benito, Sofía Von Kesselstatt


¿Emily? Era una tarde oscura y fría. Bajo la tormenta, la familia Tompson iba rumbo a su casa de campo. Su madre estaba acompañando al padre quien estaba manejando. Sus hermanos, Matías y Tomás, desobedeciendo las órdenes. Estaban jugando y molestando a su hermana, mientras intentaba ver un video que había sido enviado por un desconocido. Al oír mucho alboroto y desorden, los padres se dieron vuelta para ver qué ocurría. En ese instante, el padre, perdió el control del vehículo y un fuerte impacto terminó con la vida de la familia Tompson. Unos minutos después llegó la policía y los médicos al lugar del accidente. Rápidamente los parientes fueron informados y al llegar se dieron cuenta de que el cuerpo de Emily no se encontraba allí, salvo su anillo que estaba apoyado en el asiento junto con su celular. Muy asustada la familia decidió contratar a un detective para poder hallarla, con o sin vida. Días después su cuerpo fue encontrado en la banquina a unos kilómetros donde había ocurrido el accidente. Profundizando la investigación el Detective Wilson y su ayudante, Doctor John, buscaron pistas en el celular de Emily, en el cual fue encontrado un video que había sido enviado por un desconocido. La leyenda cuenta que al final del video se escuchó una voz de una niña diciendo: “Te llevaré conmigo” o eso se creía. El detective Wilson y el Doctor John al investigar sobre esta leyenda decidieron ir a la escuela en la que asistía Emily a sacar conclusiones de quién había enviado esa grabación. Al llegar allí, citaron a los amigos más cercanos de la víctima: Jack, Stacy y Maddison. Todos juntos vieron el video hasta el final y notaron que aparecía el anillo de Emily. Muy sorprendidos se retiraron del estable-


cimiento y los detectives fueron a contarles su descubrimiento a los familiares de la joven. Cuando Jack estaba yendo a su casa decidió tomar un taxi para llegar más rápido y contarle la noticia a su madre, pero desafortunadamente se estrelló contra un árbol y terminó con su vida. Mientras Stacy se dirigía hacia el club, una maceta golpeó su cabeza, dejándola inconsciente. Y Maddison, comiendo se ahogó. Pero esto no es todo, el detective Wilson y el Doctor John sufrieron un fuerte impacto en la parte trasera del vehículo. Por el choque, su compañero falleció inmediatamente y el investigador alcanzó a ver con la vista nublada la silueta de una mujer que intentaba ayudarlo, pero una sombra golpeó su cabeza y ella cayó. El Detective Wilson logró distinguir una cara familiar y un anillo muy conocido. Y con su último aliento dijo: “¿Emily?”.

Sol De Vicenzo, Malena Guevara, Antonella Napoleone, Paula Pomme


Julianieves en el país de la Odisea Las excursiones nunca fueron el fuerte de Julia, ella pensaba que eran una gran pérdida de tiempo. En esta ocasión, su grupo y ella decidieron ir a un bosque embrujado para desmentir los rumores sobre hechos maravillosos. Ellos querían obtener el título de

Intensos incrédulos en actos sobrenaturales. Al amanecer, luego de estar un día acampando, la profesora ordenó con su chillona voz, que se separaran y que exploraran el bosque solos, con la excusa de realizarlo más rápido. Julia decidió ir a la zona más oscura, ya que sus amigos eran cobardes. Mientras se dirigía allí un pozo parpadeó y luego se posó bajo los pies de la joven, quien cayó dentro de éste y se sumió en un sueño.

Al despertar, un

gran ojo de cíclope la observaba con intriga y curiosidad, acto seguido una uña afilada se acercó a las pupilas de la muchacha, ésta reaccionó

y corrió. Luego

de unos minutos corriendo, se tropezó con una pequeña roca. Al caer giró su cabeza para ver el elemento que provocó su caída. ¡Era un enano rubio de ojos verdes! Para su suerte era minero, porque llevaba un pico más grande que su cabeza en su mano izquierda. Con fuerza agarró el brazo de Julia y la arrastró fuera de la cueva sin explicación alguna. Cuando salieron, el enano se presentó como Tomás, el más joven de siete hermanos y le explicó que la llevaría a su casa, con él. Luego de caminar unos kilómetros a través del bosque, llegaron a una pequeña, pero linda cabaña donde se encontraban sus hermanos. Dos subidos al techo y los demás arreglando el jardín. Se presentaron y se saludaron tradicionalmente, que era con un golpe en la cabeza. Al hacerlo, la noquearon.


Despertó y la casa no tenía techo y había escombros en todos lados. Encima de las sábanas se encontraba una nota escalofriante, que decía:

"Te devolveré a tus amigos, los siete enanos, si me besas. Nos encontramos en la cueva del muerto, los pozos te guiarán." Julia corrió rápidamente fuera de la cabaña, siguiendo a los pozos que parpadeaban luego de dar un paso. Al llegar a la cueva del cíclope, escuchó los gritos de los hermanos, apurada entró y gritó: ─ ¡Aquí estoy!

Entonces el monstruo dijo: ─ ¡Acércate y bésame, mujer! Julia se puso en puntas de pie, mientras que el monstruo se arrodillaba, y le besó el gran ojo. Un segundo después el gran monstruo comenzó a rodar en el piso, tocándose el ojo y gritando: ─Tu beso me ha cegado. Esta fue la mejor oportunidad para que Julia y los siete enanos escaparan. Años después, Julia y Tomás se casaron y tuvieron muchos humanos pequeños o enanos demasiado altos.

Daniela Angulo, Ana Paula Etchegaray, María Eugenia Falcone


Aventuras que no son aventuras Esta es la historia de dos amigos, Micaela y Tomás, que viajaban en un crucero desde África hasta Australia. El crucero partiría haciendo escala en Madagascar y en la isla de Ámsterdam, y llegando a Canberra, Australia. Los chicos estaban emocionados, ya que era la primera vez que viajaban los dos solos. Tenían muchas excursiones y actividades planeadas para hacer, éste sería el mejor viaje de sus vidas. Micaela y Tomás se encontraron en el puerto ya que habían cargado las valijas y estaban por salir. Se despidieron de sus familias y partieron. El crucero era inmenso, sus habitaciones eran gigantes y había tres piletas con toboganes de agua. El comedor era enorme y tenía un sector destinado para los shows de todas las noches. El primer día disfrutaron de todas las instalaciones y el segundo día iban a llegar a Madagascar donde tendrían varias excursiones. En su primera salida a través de la selva, los amigos se desviaron del grupo para buscar un árbol, que cumplía deseos, tal como les habían dicho en el espectáculo de la noche anterior. Para cuando se dieron cuenta, ya habían perdido al grupo y no sabían dónde estaban, tampoco pudieron encontrar el árbol. Lograron hallar un camino hacia la orilla, pero cuando llegaron, el crucero ya se había ido. El árbol de los deseos terminó siendo una distracción para ellos. Estaban desesperados en una isla, solos, sin comida, agua o comunicación. Lo primero que hicieron fue inspeccionarla, en busca de un lugar para quedarse y poder sobrevivir. Encontraron bajo un palmar, un refugio en el que podían pasar la noche resguardados de las rarezas de la selva. Ya instalados, Tomás fue a buscar comida y Micaela fue por agua. Los primeros tres días lograron sobrevivir, pero al cuarto, luego de haber cazado un gran jabalí para comer, Tomás quiso mostrárselo a ella,


pero no la encontró. Buscó y buscó. Pero nunca la halló. Sobrepasado por la depresión decidió dejar de buscar agua y comida, y así murió. Lo que nunca se enteraron estos dos amigos fue que esa noche el crucero iba a volver por ellos.

Milagros García Gago, Azul Guasch, Clara Pérego, Sofía Pugliese


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