Ensalmo del guerrero Vino del altiplano tras las huellas del antílope Respirando, sufrido, la niebla del jaguar Vivió en las cuevas y en la intemperie Interpretando los signos solares Buscando el Manifiesto definitivo Las altas flechas mortíferas Tras sus pasos la selva deliraba Aprendió a ser seguido Y no reposar en el sobresalto Se sentaba alrededor del fuego Mirando toda la naturaleza Danzando sin brisa en el comienzo Viendo látigos y tentáculos Sólo su rotación era constante Al compás de la noche Sólo su palabra convocando a los delfines Azotando el blanco soroche instalado arriba En la penumbra lateral De la cordillera en susto Hizo los ritos del mediodía Limpiando el firmamento Con azufre y góndolas de humo Sosteniendo la divagación Del Zodiaco y de la Esfera Prístino, solemne, insólito Sosteniendo en las manos Un tórax de danta corniforme En el cuello sonrisas de corales Culebras carmesíes En los labios la eterna fuerza El salmo incorruptible Y adentro la estrella feroz y plúmbea Azotando el espacio Sabiendo que vivirá para siempre De orgasmo y sortilegio Esa fortaleza centaura del hombre Que vino ya nictálope Esa secreta confianza Ese signo de tempestad y de energía En la cabeza enorme Esa blanca periferia de entrega Rebelión y mansedumbre
Entre los venados fuertes y en fuga Entre los osos portentosos Pacientes y sobrenaturales Hijo del pรกramo Vence la verdad Desata el cordรณn mortal De la enfermedad y la muerte Evapรณralas con suspiros Con el soplo de caza Y canta siempre Antes del equilibrio del sol entre las nubes (Tomado de Tatuajes de Jaguar )