David Angulo de Haro
QuĂŠ sentido tiene la vida
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Índice Introducción………………………………………………………………..…..
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Cómo dar sentido a la vida……………………………………………….….
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1. Abundancia de energía……………………………………………………….
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2. Abundancia de tiempo. ……………………………………………………….
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3. Abundancia de cosas………………………………………………………….
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4. Abundancia de oportunidades…………………………………………….….
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5. Abundancia de felicidad ………….……………………………………….….
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6. Abundancia de amor……………………………………………………….….
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7. Abundancia de conocimiento…………………….……………………….….
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8. Abundancia de creatividad …………………………………………….….….
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9. Abundancia de paz…………………………………………………………….
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10. Ley de armonía………………………………………………..……………….
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11. Abundancia de justicia…………………………………………………..…….
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12. Abundancia de solidaridad…………………………………………………….
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13. Abundancia de comprensión, de tolerancia, de perdón…………….……..
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14. Cómo convertir en realidad la Ley de Abundancia y Prosperidad…….….
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15. Ley de Atracción.…………………………………………………………....….
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16. Ley de los contrarios………………………………………………………..….
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17. El inconsciente colectivo…………………………………………………..…..
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18. Causa y Efecto (Ley de acción y reacción) ……………………………..…..
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19. Abundancia de odio y resentimiento……………………………………...….
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20. Abundancia de pobreza…………………………………………………..……
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21. Abundancia de injusticia………………………………………………….……
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22. Abundancia de fracasos………………………………………….……………
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23. Abundancia de frustraciones………………………………………………….
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24. Abundancia de angustia y de estrés…………………………………………
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25. Abundancia de enfermedades………………………………………….…….
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26. Abundancia de temores……………………………………………………….
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27. Abundancia de soledad …………………………………………..……….….
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28. Abundancia de corrupción…………………….………………………………
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29. Abundancia de crisis……………………………………………………….….
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30. Abundancia de violencia…………………..……………………………….….
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31. Angustia. Cómo ganar la batalla contra la angustia……….………….……
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32. El bien y el mal. Cómo ganar la batalla contra el mal…………………...…
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33. Competencia. Cómo ganar la batalla contra la competencia………..….…
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34. Crisis. Cómo ganar la batalla contra las crisis………………………………
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35. Crítica. Cómo ganar la batalla contra la crítica…………………………...…
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36. Culpa y remordimiento. Cómo ganar la batalla contra la culpa…. ……….
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37. Deber. Cómo ganar la batalla del deber……………………………….….…
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38. Decisión. Cómo ganar la batalla en las decisiones ……………………..…
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39. Diálogo. Cómo ganar a través del diálogo……………………………….….
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40. Emociones. Cómo ganar la batalla de las emociones………………….….
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41. Enemigos. Cómo ganar la batalla contra nuestros enemigos…………….
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42. Envidia. Cómo ganar la batalla contra la envidia………………….…..……
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43. Especialización. Cómo evitar los peligros de la especialización….………
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44. Estrés. Cómo ganar la batalla contra el estrés………………….………..…
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45. Excelencia. Cómo ganar la batalla de la excelencia…………………….…
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46. Excusas. Cómo ganar la batalla contra las excusas…………………….…
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47. Éxito. Cómo ganar la batalla del éxito…………………………………….…
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48. Experiencia. Cómo ganar la batalla de la experiencia…………………….
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49. Fanatismo. Cómo ganar la batalla contra el fanatismo……………………
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50. Frustración. Cómo ganar la batalla contra las frustraciones……………...
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51. Futuro. Cómo ganar la batalla del futuro………………………………….…
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52. Libertad. Cómo ganar la batalla de la libertad………………………..….…
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53. Libertinaje. Cómo ganar la batalla contra el libertinaje………………….…
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54. Manipulación. Como ganar la batalla contra la manipulación…………….
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55. Máscaras. Cómo ganar la batalla contra las máscaras - honestidad….…
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56. Mediocridad. Cómo ganar la batalla contra la mediocridad……………….
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57. Mitos y Paradigmas. Cómo eliminar mitos y paradigmas………….………
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58. Ética y Moral. Cómo ganar la batalla de la Ética y de la Moral…………...
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59. Muerte. Cómo ganar la batalla contra la muerte……………………………
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60. Odio. Cómo ganar la batalla contra el odio………………………………….
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61. Pobreza. Cómo ganar la batalla contra la pobreza………………….…..…
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62. Preocupaciones. Cómo ganar la batalla contra las preocupaciones…….
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63. Prisa. Cómo ganar la batalla contra la prisa……………………………...…
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64. Progreso. Cómo ganar la batalla del progreso………………………..........
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65. Represión. Cómo ganar la batalla contra la represión de la sociedad…...
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66. Riqueza. Cómo ganar la batalla de la riqueza…………………………..…..
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67. Supervivencia. Cómo ganar la batalla de la supervivencia …………….…
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68. Tiempo. Cómo ganar la batalla del tiempo……………………………..……
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69. Vejez. Cómo ganar la batalla de la vejez…………………………..……..…
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70. Echa raíces profundas……………………………………………….………..
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71. Encuentra tu propio yo………………………………………………….…….
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72. No puedes huir de ti mismo………………………………………….….……
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73. Simplifica tu vida - No llenes tu vida de cosas…………………….………..
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74. El tiempo se lleva todo lo que amamos…………………………….……….
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75. Importancia de la familia ………………………………………….….……….
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76. Sentido de pertenencia……………………………………………….……….
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77. Confirma tus valores………………………………………………….……….
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78. Confirma tus creencias y tus convicciones………………………..….…….
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79. Solo frente al destino……………………………………….…………...…….
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80. Cuál es tu misión en la vida……………………………………….………….
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81. Mide las consecuencias de lo que dices………………………….…………
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82. Mide las consecuencias de lo que haces…………………….….………….
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83. Renueva tus códigos cerebrales…………………………………..…………
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84. Crea tu mundo y tu historia………………………………………..………….
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85. Pequeñas acciones producen grandes efectos………………….…………
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86. Lo más importante de tu vida depende de ti………………………….…….
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87. No juzgues……………………………………………………………….……..
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88. Cuánto vale tu corazón……………………………………………….……….
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89. Vive y deja vivir……………………………………………………….…….….
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90. Comparte tu felicidad………………………………………………….………
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91. Tal vez mañana sea tarde…………………………………………….………
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92. Tu casa está donde eres feliz………………………………………….…….
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93. Deja tu huella en la vida………………………………………………….……
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94. Quien eres hace la diferencia…………………………………………….…..
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95. Te deseo que seas feliz………………………………………………….……
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96. El valor de la vida……………………………………………………..……….
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97. Un día decidí triunfar - Walt Disney………………………………………….
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98. Conclusiones……………………………………………………………………
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99. Otros libros del mismo autor………………………………………………….
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Introducción La vida es un concepto muy amplio y complejo que está más allá de nuestro pobre entender. La vida es un misterio, como lo son el Universo, el cerebro y el código genético. Cuanto más se adentran los científicos en estos mundos, más se asombran y reconocen que la vida y el Universo tienen un sentido que nosotros no alcanzamos a entender. El universo es casi infinito. Es pura energía. Todo lo que existe es una forma de energía. Nosotros somos energía y todo lo que pensamos, hablamos o hacemos, son formas de energía. Esta energía es inagotable y siempre está activa y disponible. Todo aquello que deseas, puedes crearlo desde tu propio interior, pues, como decía el filósofo Platón: “Somos demiurgos (pequeños dioses) que hemos venido a este mundo para convertir nuestras ideas y sueños en realidad” Los seres humanos tenemos un cerebro de genio. Somos grandes artífices que podemos moldear esta energía y transformarla en lo que queramos. Los grandes escultores, pintores, músicos, arquitectos, poetas y filósofos, han convertido la energía en obras que son la admiración de la humanidad entera. Estos grandes creadores no son de otro planeta, son personas como nosotros que comprendieron la ley de la abundancia, creyeron en sus capacidades, se propusieron retos, fueron consecuentes, perseveraron y dieron forma a la energía que llena el universo. Sin duda, descubrieron el verdadero sentido de la vida y actuaron en consecuencia. Todos somos creativos y cada día transformamos gran cantidad de energía en pensamientos, sentimientos y en acciones. Nuestra vida es un proceso constante de transformación de energía, pero lo hacemos a bajo nivel, debido a que tenemos una mentalidad de escasez. Si tuviéramos una mentalidad de abundancia, realizaríamos cosas maravillosas y nos sentiríamos sabios, libres, exitosos y felices. Esta posibilidad está en nuestras manos. La gente común piensa que los grandes creativos son personas privilegiadas, a quienes todo les resultó fácil, pero no es así. Su éxito se debe a su voluntad inquebrantable y a que dedicaron su vida, en cuerpo y alma, a su proyecto. Esta es la clave para tener éxito en cualquier actividad. La humanidad siempre ha vivido en un mundo de abundancia, pero con una mentalidad de escasez (de temor, envidia, egoísmo…) que ha frenado el progreso y la evolución. La mentalidad de escasez hace a las personas inseguras, temerosas, egoístas, envidiosas y mediocres, y también frustradas, porque, en el fondo, todos sienten que han nacido para lograr cosas grandes, pero están perdidas en los vericuetos de la vida. Todos los problemas que afectan a la sociedad (ignorancia, pobreza, corrupción y violencia) son la consecuencia de una mentalidad de escasez. Donde reina una mentalidad de abundancia no existen estas lacras o están reducidas a su mínima expresión. La mentalidad de escasez se convierte en un freno terrible que impide pensar en términos de emprendimiento, de riqueza y de libertad. En esta situación, las personas se inhiben a la espera de que el mundo cambie, y, cuando la mayoría de las personas piensan de esta forma, no hay cambio posible.
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La mayoría de las personas pasan la vida esperando que cambien las circunstancias en vez de esforzarse en cambiar sus propias circunstancias por medio de la superación personal; por esta razón, nunca salen del hoyo. Somos dueños de una mina de diamantes, pero somos pobres, porque no sabemos explotarla. Vivimos junto a un río lleno de peces, pero pasamos hambre, porque no hemos aprendido a pescar. Vivimos en una tierra fértil, pero no obtenemos frutos, porque no sabemos cultivarla. Vivimos en un mundo lleno de energía que vibra. Esta energía es infinita e inagotable y siempre está activa y disponible, a la espera de una inteligencia y de una voluntad que la transformen. Esta energía está a disposición de todos, sin excepción, por lo cual, es importante desarrollar una mentalidad de abundancia y aspirar a todas las cosas maravillosas que nos obsequia la vida. Esta debería ser la mayor aspiración de las personas; sin embargo, observamos cómo las personas se conforman con migajas del banquete de la vida, debido a su baja autoestima y a su mentalidad de escasez. Ahora bien, la abundancia no llega sólo por pensar en ella y desearla; necesitamos hacernos dignos de ella a través de la capacitación y de la superación permanente. Es fundamental que las familias, los colegios, las universidades y los medios de comunicación se enfoquen en generar personas con mentalidad de abundancia, en vez de perder el tiempo en asuntos banales y en actividades intranscendentes. Es la misma sociedad (padres, escuela, medios de comunicación, etc.) quienes contaminan y programan a las personas para ser mediocres. Esta mentalidad de escasez se transmite de forma consciente e inconsciente de generación en generación, por lo cual, no hay que esperar grandes cambios en el futuro. Al final, todas las promesas y reformas terminan en lo mismo, pues, resulta muy difícil cambiar la mentalidad de escasez; sin embargo, es bueno tener esperanza en que las cosas pueden cambiar, pero, lo único que podemos garantizar es nuestro cambio personal, y, si nosotros cambiamos, aunque el mundo no cambie para los demás, sí cambiará para nosotros, pues, por Ley de Causa y Efecto, recibiremos lo que merecemos en atención a nuestras acciones. La abundancia es inmensa en todos los aspectos, el problema radica en que somos imperfectos y vivimos en un proceso de evolución. Lo importante es luchar por lo positivo y alejarse de lo negativo. En la actualidad, la mayoría de las personas viven sin mapa de ruta, sin proyectos y sin metas. Están mal programadas y se limitan a sobrevivir aceptando sumisamente las migajas del banquete de la vida. Ignoran que nacimos para ser libres, exitosos y felices, pero esta opción solo es posible si alcanzamos a descubrir EL SENTIDO DE LA VIDA. En este libro nos centramos en desarrollar criterios claros y prácticos sobre aspectos importantes de la vida, los cuales nos pueden dar luces y ayudarnos a manejar mejor nuestra existencia. La ley de abundancia preside la vida, y nos da un tiempo breve para convertir nuestros sueños en realidad. No la malgastes en cosas superfluas. Céntrate en esas cosas importantes por las que vale la pena vivir y luchar.
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Cómo dar sentido a tu vida En la naturaleza todo tiene una lógica, un sentido y una función. Todo está predeterminado y funciona de acuerdo a leyes que se cumplen de forma inexorable. Casi todos los científicos admiten que lo que ocurre en el universo parece tener un propósito que escapa al entendimiento humano. Sin embargo, los seres humanos, gracias al libre albedrío, pueden liberarse, en parte, del determinismo que rige a la naturaleza. Cada persona es artífice de su propio destino y puede elegir el sentido que da a su vida. El medio social y la educación recibida influyen mucho, pero, por encima de todos estos condicionantes está la decisión personal, por lo cual, cada persona es responsable del sentido que da a su vida, y, en consecuencia, de cómo le va en la vida. Los seres humanos somos muy dados a buscar excusas y a culpar a los demás de nuestros fracasos, pero la naturaleza no acepta excusas y da a cada quién lo que se merece en atención a sus obras. Dar sentido de la vida significa encontrar las razones por las cuales vale la pena vivir y luchar, y, puesto que el objeto de la vida es el desarrollo y la felicidad, sólo tiene sentido lo que nos ayuda a lograr estos objetivos. El tiempo es un capital que has recibido como préstamo al nacer para que compres con él lo más valioso de la vida (conocimiento, experiencia, amigos, libertad y felicidad. Pero, ¿Qué es para ti lo más valioso? ¿En qué inviertes el tiempo? Unos invierten el tiempo en amasar riquezas, otros en acumular poder, otros en lograr fama, otros en disfrutar los placeres y otros, simplemente, lo dejan pasar. Como puedes observar, todos estos personajes tratan de lograr "cosas" El problema está en que, no importa lo que logren, siempre les quedará una sensación de vacío que no pueden llenar con cosas, porque sólo se llena con el desarrollo de sí mismo. Todo existe por una razón y tienen una función. El objeto de la vida humana es el desarrollo y la felicidad. En realidad, todas las personas tienen grabado en su ADN el impulso a desarrollarse y a ser felices; pero este impulso necesita ser activado y orientado a través de la educación y de decisiones inteligentes. En teoría, la humanidad ha aprendido mucho a través de cuatro millones de años de evolución. Tenemos un impulso instintivo a crecer y tenemos principios, experiencias y valores comprobados que podrían ayudarnos a evolucionar rápidamente; pero también tenemos complejos y temores que generan fuerte resistencia al cambio. Encontrar el sentido de la vida es una necesidad instintiva, genética. La pregunta más profunda y constante que se hacen todas las personas es: ¿Qué sentido tiene mi vida? ¿Cuál es mi destino? Esta inquietud nos preocupa y angustia constantemente, aunque no tengamos conciencia clara de
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de esta angustia o tratemos de evadirla distrayéndonos con mil cosas; pero, cuando hacemos un poco de silencio interior, surge el mismo interrogante. La angustia existencial se cierne sobre todos los seres humanos, desde el nacimiento hasta la muerte. Algunas personas tienen claro el sentido de su vida, otras llevan muchos años tratando de encontrarlo, y, para muchas personas, la vida carece de sentido. De modo que, algunas personas viven de forma consciente y creen que saben hacia dónde caminan, otras caminan a la deriva, buscando la razón de su existencia, y otras viven por vivir. En consecuencia, el sentido de la vida es distinto para cada una de estas personas, y, como es lógico, unas son más felices que otras. Las personas que tienen claro el objetivo de su vida, tienen bastante seguridad, buen porcentaje de fe y de esperanza, motivación al desarrollo y buen nivel de felicidad. Las personas que no encuentran el sentido de su vida, carecen de convicciones firmes y la angustia preside su vida. Antes, las personas se apoyaban más en su fe y tenía mayor sentido de pertenencia a una familia y a un entorno social, lo cual mitigaba la angustia existencial. Hoy, el desarraigo familiar y el debilitamiento de la fe y de los valores, hace a las personas más vulnerables a la angustia y a la soledad. Cada día se multiplican las enfermedades psicosomáticas y crece el estrés, la incertidumbre y la falta de sentido de la vida. Crece también el número de personas agnósticas, existencialistas y nihilistas. Para los nihilistas la vida carece de significado, de propósito. Vivimos en una sociedad muy conflictiva, saturada de ideas confusas y de conductas contradictorias. La dinámica de la sociedad es muy poderosa y dispone de muchos mecanismos de sugestión. Dada esta situación ¿Cómo pueden las personas, especialmente los jóvenes, encontrar el sentido de la vida? El sentido de la vida determina la actitud, la visión y el comportamiento de las personas; en consecuencia, el éxito y la felicidad, o bien, el fracaso y la frustración. De aquí la importancia de encontrar el sentido correcto de la vida. El sentido de la vida está relacionado con la verdad y con el bien. Sólo conociendo la verdad y realizando el bien podremos cumplir con el objeto de nuestra existencia. Como es lógico, existen muchas religiones, ideologías, culturas y personas; en consecuencia existen distintas posiciones acerca de la verdad y del bien; sin embargo, la verdad y el bien son conceptos universales, que se imponen por su propio peso. Cada persona está obligada a buscar la verdad y a realizar el bien; es decir, a encontrar el sentido de la vida. Se trata de un imperativo de la naturaleza que acarrea responsabilidades y consecuencia. Mientras unas personas se esfuerzan por conocer la verdad y hacer el bien, otras prefieren vivir de forma irresponsable, pero la vida, que hace justicia, premia de muchas formas y castiga de muchas formas, aunque las personas no se enteren de cuándo, dónde ni cómo premia o castiga. Si nuestra vida no tiene sentido, si no somos felices, algo funciona mal. Es fundamental encontrar el sentido de la vida, lograr éxitos razonables y ser feliz; lo cual supone conocer la verdad y el bien, actuar en consecuencia y esforzarse por ser la mejor persona que podamos ser.
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Existen muchas formas de pensar, de trabajar, de vivir y de ser feliz.; de modo que, no necesitamos pensar todos igual, ni hacer lo mismo para ser felices. Lo importante es lograr los objetivos deseados y que dichos objetivos satisfagan nuestras verdaderas necesidades y nos hagan felices; para lo cual, debemos actuar dentro de ciertos parámetros de verdad y de bien. Muchas personas luchan durante toda su vida por objetivos que creían importantes (dinero, fama, poder,...) pero al final sólo les queda cansancio y frustración. Existen muchas opiniones acerca del sentido de la vida, del éxito y de la felicidad, pero existe un denominador común en las personas que logran el verdadero éxito y la verdadera felicidad. 1. Ven la parte buena de las personas y de los acontecimientos: Son optimistas. Siempre ven el vaso medio lleno y en cada cosa negativa buscan lo positivo. 2. Muestran gratitud: Saben decir gracias naturalmente por tantas cosas buenas que obsequia la vida. 3. Recuerdan los buenos momentos de la infancia y de la juventud: Es otra buena forma de mantener la felicidad aunque sea sólo por instantes. Sin los buenos recuerdos de la infancia y de la juventud resulta muy difícil la vejez. 4. Pasan más tiempo con las personas queridas y con los amigos. 5. Viven el presente. Saborean cada momento de la vida como un regalo maravilloso. Se refiere a que no están pendientes de lo que vendrá ni de preocupaciones futuras, ni angustiados por lo que no pueden resolver. Confían en su capacidad y no dependen de las circunstancias. 6. Descansan: Saben crear momentos para descansar, relajarse y aminorar el ritmo de las actividades cotidianas. El cansancio y el estrés complican todas las cosas. 7. Hacen ejercicio y se mueven: El ejercicio genera en las personas una actitud positiva frente a las cosas y mejora el estado de ánimo. 8. Fijan metas razonables y luchan hasta alcanzarlas. 9. Aprecian todo lo que tienen: Valoran lo alcanzado y sienten gratitud por ello. 10. Hacen el bien. El hecho de amar a alguien y de ayudar a otros nos humaniza y hace que nuestra vida tenga un sentido transcendental. Cada vez que damos y nos dedicamos a otras personas, somos más felices. Existen muchas personas dedicadas al servicio de los demás (religiosos, voluntarios de ONGS , etc. ) que expresan haber encontrado un sentido superior en la vida. Hace años leí una frase que me ayudó a comprender esta realidad. Decía: "Al final de tu camino, lo que diste, eso tendrás"
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Abundancia de energía
“El universo es infinito. Es pura energía. Todo lo que existe es una forma de energía. Nosotros somos energía y todo lo que pensamos, hablamos o hacemos son formas de energía. Esta energía es infinita e inagotable y siempre está activa y disponible. Todo aquello que deseas, puedes crearlo desde tu propio interior, pues, como decía el filósofo Platón: “Somos demiurgos (pequeños dioses) que hemos venido a este mundo para convertir nuestras ideas y sueños en realidad” Los seres humanos tenemos un cerebro de genio. Somos grandes artífices que podemos moldear esta energía y transformarla en lo que queramos. Los grandes escultores, pintores, músicos, arquitectos, poetas y filósofos, han convertido la energía en obras que son la admiración de la humanidad entera. Estos grandes creadores no son de otro planeta, son personas como nosotros que comprendieron la ley de la abundancia, creyeron en sus capacidades, se propusieron retos, fueron consecuentes, perseveraron y dieron forma a la energía que llena el universo. Todos somos creativos y cada día transformamos gran cantidad de energía en pensamientos, sentimientos y en acciones. Nuestra vida es un proceso constante de transformación de energía, pero lo hacemos a bajo nivel, debido a que tenemos una mentalidad de escasez. Si tuviéramos una mentalidad de abundancia, realizaríamos cosas maravillosas y nos sentiríamos sabios, libres, exitosos y felices. Esta posibilidad está en nuestras manos. La gente común piensa que los grandes creativos son personas privilegiadas, a quienes todo les resultó fácil, pero no es así. Su éxito se debe a su voluntad inquebrantable y a que dedicaron su vida, en cuerpo y alma, a su proyecto. Esta es la clave para tener éxito en cualquier actividad. La humanidad siempre ha vivido en un mundo de abundancia, pero con una mentalidad de escasez (de temor, envidia, egoísmo…) que ha frenado el progreso y la evolución. La mentalidad de escasez hace a las personas inseguras, temerosas, egoístas, envidiosas y mediocres, y también frustradas, porque, en el fondo, todos sienten que han nacido para lograr cosas grandes, pero están perdidas en los vericuetos de la vida. Todos los problemas que afectan a la sociedad (ignorancia, pobreza, corrupción y violencia) son la consecuencia de una mentalidad de escasez. Donde reina una mentalidad de abundancia no existen estas lacras o están reducidas a su mínima expresión. La mentalidad de escasez se convierte en un freno terrible que impide pensar en términos de emprendimiento, de riqueza y de libertad. En esta situación, las personas se inhiben a la espera
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de que el mundo cambie, y, cuando la mayoría de las personas piensan de esta forma, no hay cambio posible. La mayoría de las personas pasan la vida esperando que cambien las circunstancias en vez de esforzarse en cambiar sus propias circunstancias por medio de la superación personal, por esta razón, nunca salen del hoyo. En teoría, todo el mundo quiere ser inteligente, profesional, rico y feliz. Lo cual es lógico, pues hemos nacido para eso. El problema radica en que, por diversas causas (falta de educación, de disciplina, de espíritu de superación, de responsabilidad, de hábitos de lectura, de valores sólidos, etc.) tenemos una mentalidad de escasez que nos incapacita para lograr el éxito. Somos dueños de una mina de diamantes, pero somos pobres, porque no sabemos explotarla. Vivimos junto a un río lleno de peces, pero pasamos hambre, porque no hemos aprendido a pescar. Vivimos en una tierra fértil, pero no obtenemos frutos, porque no sabemos cultivarla. Vivimos en un mundo lleno de energía que vibra. Esta energía es infinita e inagotable y siempre está activa y disponible, a la espera de una inteligencia y de una voluntad que la transformen. Esta energía está a disposición de todos, sin excepción, por lo cual, es importante desarrollar una mentalidad de abundancia y aspirar a todas las cosas maravillosas que nos obsequia la vida. Esta debería ser la mayor aspiración de las personas; sin embargo, observamos cómo las personas se conforman con migajas del banquete de la vida, debido a su baja autoestima y a su mentalidad de escasez. Ahora bien, la abundancia no llega sólo por pensar en ella y desearla; necesitamos hacernos dignos de ella a través de la capacitación y de la superación permanente. Es fundamental que las familias, los colegios, las universidades y los medios de comunicación se enfoquen en generar personas con mentalidad de abundancia, en vez de perder el tiempo en asuntos banales y en actividades intranscendentes. Es la misma sociedad (padres, escuela, medios de comunicación, etc.) quienes contaminan y programan a las personas para ser mediocres. Esta mentalidad de escasez se transmite de forma consciente e inconsciente de generación en generación, por lo cual, no hay que esperar grandes cambios en el futuro. Al final, todas las promesas y reformas terminan en lo mismo, pues, resulta muy difícil cambiar la mentalidad de escasez; sin embargo, es bueno tener esperanza en que las cosas pueden cambiar, pero, lo único que podemos garantizar es nuestro cambio personal, y, si nosotros cambiamos, aunque el mundo no cambie para los demás, sí cambiará para nosotros, pues, por Ley de Causa y Efecto, recibiremos lo que merecemos en atención a nuestras acciones. La abundancia es inmensa en todos los aspectos, el problema radica en que somos imperfectos y vivimos en un proceso de evolución. Lo importante es luchar por lo positivo y alejarse de lo negativo. La humanidad progresa con rapidez, debido a unos cuantos genios creativos, pero evoluciona de forma muy lenta, porque son pocas las personas con mentalidad de abundancia y con poder de decisión, pues, la "democracia" el dinero, los intereses creados y los poderes establecidos, hacen que el mundo esté gobernado por personas con mentalidad de escasez; por lo que, “más importante que cambiar el mundo por fuera es cambiarlo por dentro”
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Abundancia de tiempo La ciencia dice que el mundo, tal como lo conocemos, comenzó hace 14.000 millones de años y
que colapsará dentro de 20.000 millones de años. Se trata de un tiempo muy largo, durante el cual se producirán infinitos eventos cósmicos, muy interesantes para la curiosidad de los científicos, pero ajenos a nuestra vida real. Lo importante es entender que la vida es un tiempo corto que se nos da para convertir nuestros sueños en realidad. Los niños son vitales y curiosos, no se preocupan por el tiempo, porque para ellos el mundo es suyo y el tiempo es eterno. Los jóvenes derrochan su juventud y derrochan el tiempo, porque lo consideran interminable, pero, a medida que pasan los años, el tiempo se acelera y se va llevando, poco a poco, todo lo que amamos. Necesitamos asir todo lo que amamos y grabarlo a fondo para que, ni el tiempo, ni el olvido, nos lo arrebaten, porque, en definitiva, somos lo que recordamos, lo que sentimos y lo que amamos. Somos la memoria de nosotros mismos. Por esta razón, necesitamos vivir intensamente, amar intensamente, y decir con frecuencia a los seres queridos lo mucho que los amamos, porque mañana tal vez sea tarde. De lo que más se arrepienten las personas, cuando están al final de su vida, es de no haber amado más a la gente, de no haber ayudado más y de no haber perdonado más. Aunque el tiempo se lleva todo lo que amamos (abuelos, padres, amigos...) hay algo que no se puede llevar (los recuerdos, el amor que hemos dado y el amor que hemos recibido, las obras buenas, los proyectos que hemos realizado, los éxitos, la felicidad que hemos compartido, las ideas que hemos compartido y el ejemplo de bien que hemos sido para otros) Conscientes de que la vida es corta y de que el tiempo se lleva todo lo que amamos, no podemos vivir distraídos, ni perder el tiempo en tonterías, ni preocuparnos por tantas cosas inútiles que traen de cabeza a la gente, ni dejarnos llevar por el consumismo, la moda, o por el ritmo trepidante de una sociedad que vive a la deriva. La mayoría de las personas se van de esta vida con una sensación profunda de fracaso, de sueños truncados y de proyectos inconclusos. Sin duda, se trata de personas, tal vez, muy luchadoras, pero poco creativas y poco emprendedoras. Las personas creativas y emprendedoras sienten que han dejado huellas que el tiempo no puede borrar. Los seres humanos somos mortales en lo físico, pero eternos en el espíritu. Podemos transcender al tiempo y considerar la vida como un simple trámite existencial. De esta forma nos ahorraremos la angustia de la vejez, de la soledad, de la muerte y de tantas otras preocupaciones que agobian a los seres humanos. Nos han programado con un sentido trágico de la vida. Nos han enseñado a dramatizar el tiempo que se va, en vez de enseñarnos a valorar el presente como un regalo maravilloso.
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Los seres humanos estamos acostumbrados a medir la duración de la vida en tiempo cronológico, pero la vida tiene también una dimensión psíquica y una dimensión espiritual. En estas dimensiones el tiempo no se mide por la duración cronológica sino por la intensidad de los fenómenos vividos. Un minuto de conciencia profunda, de relación íntima, de conexión con instancias supremas, es suficiente para dar un valor total y un sentido de plenitud y de trascendencia a la vida. Las personas que han alcanzado estas experiencias cumbres así lo atestiguan. La vida es una experiencia maravillosa pero fugaz; por tanto, no te distraigas en cosas superfluas, no pierdas el tiempo en discusiones. No seas esclavo de nada. No gastes el tiempo en atesorar cosas que no podrás llevarte contigo. Vive cada momento con intensidad y agradecimiento como si fuera el último de tu vida. La vida es tiempo y el tiempo, como todo, es relativo. Para un preso, el tiempo dura mucho; para un alumno que odia las matemáticas, la clase se hace interminable; para quien está inmerso en algo que le agrada, el tiempo vuela. "Un día con tu Señor es como mil años de los que contáis" Corán 22:47) Cómo podemos controlar el tiempo Los antiguos no se hacían problemas con el tiempo. Vivían al ritmo de la naturaleza. Contaban el tiempo por lunas, por días... Realmente tenían conciencia del tiempo y lo disfrutaban. El tiempo y los recuerdos eran vividos intensamente y a conciencia. Pero luego la ciencia inventó el reloj y la humanidad comenzó a contar los minutos y después los segundos. Hoy se cuentan hasta las décimas y milésimas de segundo. Esta sensación de que el tiempo vuela, unida al ritmo de la vida, hace que las personas vivan en una actividad frenética, tratando de lograr mil cosas, como si el mundo se fuera a acabar. Esta concepción del tiempo y esta forma de vida, hacen que no tengamos conciencia real del tiempo y que no disfrutemos del momento presente. No estamos en lo que estamos, no echamos raíces en nada, no vivimos nuestra vida, porque nos invade la angustia del tiempo que se va de forma inexorable. La prisa la angustia y el estrés son una advertencia que nos invita a tomar el control de nuestra vida, el control del tiempo. Debemos recordar que nuestro ser se rige por el amor y no por el tiempo. Los más bellos y hermosos sentimientos duran y perduran por siempre a través del tiempo. El tiempo no puede limitar o hacer desaparecer lo más bello, como son las ilusiones, el amor, la amistad, los anhelos y tantas cosas que sentimos que perdemos por creer que el tiempo llega sólo para arrebatarnos lo más preciado. La clave del éxito está en enfocarte en los eventos que puedes controlar. Lo cual significa: prever las cosas y estar preparado para actuar de forma eficaz y a tiempo. Detente, piensa, reflexiona, siente, contempla, admira, vive, ama, crea y disfruta cada momento con intensidad, como si fuera el último de tu vida. Ochenta años no son nada, pero es tiempo suficiente para convertir tus sueños en realidad y despedirte de la vida, pleno de amor y felicidad por el deber cumplido. El tiempo es relativo "Un día con tu Señor es como mil años de los que contáis" Corán
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Abundancia de cosas La naturaleza es un derroche de creatividad, de abundancia y de generosidad. Las plantas dan sus frutos, las nubes regalan la lluvia y las estrellas su luz, sin pedir nada a cambio, pero los seres humanos siempre buscamos nuestro provecho, porque no entendemos la Ley de Dar, debido a que estamos saturados de temores de inseguridad y de egoísmo. La naturaleza es realmente digna de admiración, pues, no sólo es increíblemente hermosa y diversa, sino que, además nunca deja de sorprendernos. Sus colores, sabores, texturas, aromas y sonidos, plantas de todas clases, animales de todas las especies,… no se encuentran en ningún otro planeta. Somos afortunados y debemos aprovechar cada oportunidad que no brinda la vida para acercarnos a ella, contemplarla y adquirir el sentimiento de la naturaleza. Necesitaríamos cientos de años para anotar todas las cosas que existen en el mundo y miles de años para describirlas. Existen en total más de 1.666.000 especies: 913.550 especies de insectos: 5.000 especies de libélulas, 20.000 de saltamontes, 170.000 de mariposas y polillas, 120.000 de moscas, 82.000 de chinches, 350.000 de escarabajos, 110.000 especies de abejas y hormigas. Etc. Se ha calculado que en el aire que respiramos en un edificio de oficinas hay 1 000 000 de bacterias por metro cúbico. El cuerpo humano contiene aproximadamente 50.000.000.000.000 (cincuenta billones) de células, y la ballena más grande contiene 100.000.000.000.000.000 (cien mil billones) Tan sólo en un metro cuadrado de bosque templado puede haber más de doscientos mil acáridos, y en un metro cuadrado de bosque tropical puede haber 32 millones de nematodos (gusanos) Lo expuesto es solo una muestra para tomar conciencia de la abundancia y riquezas de nuestra madre tierra. Lo seres humanos estamos acostumbrados a derrochar el agua, el tiempo, y otras muchas cosas, porque las tenemos en abundancia y nunca hemos tomado conciencia de lo privilegiados que somos. Pero, qué sería de nosotros si nos faltaran. Por falta de conciencia, contaminamos la atmósfera y las aguas, talamos los bosques, exterminamos numerosas especies vegetales y animales y sembramos el caos en la tierra. Necesitamos abrir la mente y conocer y familiarizarnos con todas las cosas que nos rodean. La vida es un desfile mágico de cosas y de hechos maravillosos que ocurren todos los días, pero
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hemos perdido esa capacidad de admirarnos y de sorprendernos que teníamos cuando éramos niños. Hemos perdido la verdadera alegría de vivir, nos hemos vuelto prosaicos y rutinarios. La mayoría de las personas viven sin ilusión, sin fe y casi sin esperanza, debido a su mentalidad de escasez. Los antiguos tenían menos cosas, pero eran más conformes. Hoy tenemos de todo, somos consumidores compulsivos, esclavos de miles de necesidades creadas, pero nos sentimos más vacíos e insatisfechos que nunca. Necesitamos cambiar de mentalidad. Existe una abundancia infinita de cosas que están al servicio de los seres humanos La vida es energía que fluye de muchas formas; fluye en forma de salud, conocimiento, amor, amistad, etc. Para entrar en esta corriente de energía y beneficiarnos de todos los bienes que ofrece la vida, necesitamos dar lo mejor de nosotros. En el mundo existe abundancia de todo, pero, ¿Para qué sirve una mina de diamantes si no la explotamos? ¿Para qué sirve una tierra fértil si no la cultivamos? ¿Para qué sirve la cultura maravillosa que ha creado la humanidad a través de cuatro millones de años, si no nos apropiamos de ella a través de la lectura, del estudio y de la reflexión? Tenemos un cerebro de genio, como resultado de una larga evolución, una inteligencia brillante que nos permite conocer el valor de las cosas, y un conciencia sabia que nos informa sobre lo que es bueno y lo que es malo; sin embargo, no nos preocupamos por conocer la verdad, ni por hacer el bien. Vivimos de forma inconsciente, dejándonos llevar por la corriente de la vida. En consecuencia, somos mediocres, sabemos poco y valemos poco; lo que equivale a decir que, somos unos fracasados. La mayoría de las personas niegan esta realidad, porque resulta dolorosa, pero la verdad se impone. La cantidad de enfermedades psicosomáticas, la ignorancia, la pobreza, la frustración y la violencia que padece la sociedad son la prueba irrefutable del fracaso personal y social. La tierra es rica, fértil y generosa. Es la madre que proporciona cobijo, alimento y bienestar a todos los seres humanos, sin excepción, pero no produce lo suficiente para satisfacer la ambición de unos pocos. De todos modos, las personas que tienen una mentalidad de abundancia tienen acceso a todos los bienes que obsequia la vida; mientras que, estos bienes les están vedados a las personas con mentalidad de escasez. Recuerda que, las personas con mentalidad de abundancia son proactivas y emprendedoras, mientras que, las personas con mentalidad de escasez, son indolentes e irresponsables. Al final siempre se aplican las leyes naturales, y, de acuerdo a estas leyes, cada persona recibe lo que merece en atención a sus acciones, a su esfuerzo y a su responsabilidad. Si no estás de acuerdo con tu suerte, revisa en qué te has equivocado y rectifica; porque la naturaleza te ofrece bienes a manos llenas, pero está en ti encontrar la forma inteligente y honesta de lograrlas.
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4 Abundancia de oportunidades Al comienzo de la historia humana solo existían tres profesiones (caza, pesca y recolección de frutos) Hoy existen cientos de profesiones y cientos de oficios, de modo que existen miles de oportunidades para encontrar un trabajo y para ser emprendedor. Lo importante es saber para qué eres bueno, qué te gustaría hacer en la vida, cuáles son tus habilidades personales, etc. Si existen infinidad de personas con problemas graves de minusvalía que logran cosas increíbles, qué no puedes lograr tú.
Test Cuáles son tus posibilidades de Éxito 1. Toma una hoja tamaño carta y dibuja un rombo que tenga unos 10 cm. de lado. 2. En cada vértice del rombo dibuja un círculo o diana de 1 cm. de diámetro. 3. Toma un lápiz o bolígrafo y colócalo a unos 40 centímetros de altura respecto del rombo. 4. Observa bien la ubicación de las dianas. 5. Cierra los ojos y traza una cruz sobre las cuatro dianas de modo que el punto en el cual se cruzan las dos líneas quede dentro de cada diana 6. Abre los ojos y comprueba los aciertos. El resultado es válido únicamente cuando el punto en el cual inciden las dos rayas de la cruz queda dentro de la diana blanca. 7. Inténtalo dos veces más.
Autoevaluación Esta prueba sirve para medir tu honestidad, y, en consecuencia, tus posibilidades de éxito en la vida. Seguro que has tenido la tentación de abrir los ojos pero se ha impuesto tu honestidad. Si es así, te felicito, eres honesto; pero, si has abierto los ojos, tienes un problema serio. Nadie te estaba observando; no tenías necesidad de engañar y menos aún de engañarte a ti mismo, lo cual resulta absurdo. En esta prueba es posible acertar una vez. Es muy difícil acertar dos veces. Es imposible acertar tres veces o más. Lo importante del test es que deja al descubierto tu honestidad o tu falta de honestidad. La honestidad es condición para triunfar en la vida. Te ayuda a ver las cosas con objetividad, a juzgarlas con lógica y a resolverlas con la verdad y la justicia por delante. Este es tu modo de ser y lo expresas de muchas formas, aunque no te des cuenta de ello y los demás lo perciben y confían en ti.
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La honestidad genera confianza en ti mismo y también en los demás. La honestidad no es una conducta que abunde en la sociedad actual, debido a que las personas, por temor o por interés, tienden a fingir, a ocultar sus verdaderas intenciones y a engañar. Con esta actitud no se llega lejos. La honestidad preside la vida de los verdaderos triunfadores. La razón es muy simple: Cada persona depende de la calidad de su trabajo, de la calidad de su estudio y de de la calidad de sus sentimientos. Podemos engañar a los demás y, hasta podemos engañarnos a nosotros mismos, pero nadie puede engañar a la naturaleza, la cual, tarde o temprano hace justicia, aunque nadie se entere de cuándo, dónde ni cómo. Sobre la mentira no se puede construir nada duradero. La honestidad está muy relacionada con la ética y con la dignidad; es decir, con el respeto a la verdad, con el respeto a sí mismo y con el respeto a los demás. La honestidad, como otros muchos valores, jamás pasa de moda y constituye la estructura de la personalidad; sin ella, todo se viene abajo. Recuerda, nadie puede robarte tu dignidad, pero puedes perderla por causa de ti mismo. “La ética (honestidad) enseña que existen principios básicos para vivir con efectividad y que las personas sólo pueden experimentar un verdadero éxito y una verdadera felicidad, cuando aprenden esos principios y los integran en su conducta”. Stephen R. Covey. La honestidad es activa y exige capacitarse constantemente en muchos aspectos para ser eficaz en la acción; por tanto, la honestidad está reñida con la pereza y con la mediocridad. No es suficiente con ser "bueno", es necesario hacer algo por sí mismo y por los demás. Tú no existirías, ni serías libre, ni podrías disfrutar de tantos bienes y oportunidades como te ofrece la vida, si muchos millones de personas honestas no hubieran luchado durante miles de años por construir un mundo mejor. Ser honesto es simplemente ser inteligente y hacer bien las cosas porque, en definitiva, tu éxito y su felicidad dependen de la calidad de tus ideas, de la calidad de tus sentimientos y de la calidad de tu conducta. Las posibilidades las crea uno mismo. Dios nos ha bendecido con toda clase de dones y nos ha llamado a la vida para cumplir una misión importante. La misión de cada persona, no es tanto cambiar el mundo por fuera, sino cambiarlo por dentro, comenzando por sí mismo. La vida nos ofrece muchas oportunidades interesantes, pero debemos centrarnos en las que son más importantes, en las que dan sentido, valor y plenitud a la vida, es decir, en ser personas sabias, libres, exitosas y felices. Desgraciadamente, la mayoría de las personas están abocadas al logro de riqueza, fama, poder y placer, olvidándose de su propio ser. Al final se dan cuenta de lo efímeros que son la riqueza, la fama, el poder y los placeres, pero ya es tarde Tus posibilidades de éxito son inmensas si sigues el camino correcto. "Dos caminos se bifurcaban en un bosque amarillo, y lamentablemente no podía recorrer ambos caminos siendo un sólo viajero. Dos caminos se bifurcaban en un bosque, yo tomé el menos transitado y eso ha hecho la diferencia". del poeta Robert Frost.
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Abundancia de felicidad Los seres humanos nacemos diseñados genéticamente para ser inteligentes, libres y felices; pero estas programaciones son sólo unas posibilidades que necesitamos desarrollar a través de una buena educación, de lo contrario quedarán reducidas a simples ilusiones. Las plantas nacen con raíces absorbentes, pero necesitan procesar los nutrientes a través de la fotosíntesis. Las aves nacen con alas, pero necesitan volar para obtener sus alimentos, porque la naturaleza no les pone el alimento en el pico. Los seres humanos nacemos con un cerebro de genio, pero necesitamos leer, estudiar y reflexionar. La vida es un viaje hacia el encuentro del propio Yo, es decir, hacia la felicidad, hacia el lugar de donde un día partimos, hacia la casa del Padre. No se trata de un camino físico, se trata de un camino espiritual en el que se avanza a través de la superación intelectual, afectiva, moral y espiritual. Pero en nuestra sociedad resulta difícil sintonizar con el propio Yo; sin embargo, ésta es nuestra tarea ineludible, pues, como dice el poeta Rilke: "El único viaje auténtico es hacia dentro de cada uno de nosotros y es necesario afrontar y vivir las preguntas ahora, aquí, y en este momento" El objeto de la vida es el desarrollo, la libertad y la felicidad, que deben traducirse en calidad de vida y alegría de vivir, pues, al final, esto es lo único que nos llevamos al otro mundo. Vivimos en una sociedad muy complicada que genera mucho desgaste psicológico y moral, por lo cual, es importante recuperar y fortalecer el Yo interior. El camino es largo, por lo que "No encontrarás los confines del alma ni aun recorriendo todos los caminos; tal es su profundidad" Heráclito. No busques la felicidad en ninguna parte, porque no la encontrarás. Sólo “Cuando estés en paz contigo mismo, la felicidad vendrá a ti” Lao Tsé, filósofo chino IV a C. Los genes contienen la información necesaria para producir un organismo, para su desarrollo y para su perfecto funcionamiento. Los genes controlan todos los aspectos de la vida de un organismo. Codifican los productos que son responsables de su desarrollo, alimentación, reproducción, etc. Por lo cual, desde el punto de vista biológico, somos el resultado de un código genético y de las influencias del medio ambiente. En este aspecto, todo está determinado y muy poco o nada es lo que podemos hacer. El gen 5-HTTLPR es el responsable de la sensación de felicidad que siente una persona. Este gen tiene mucho que ver con nuestra actitud ante la vida, y, por tanto, con nuestra felicidad o infelicidad. Así lo afirman los autores del artículo publicado en la revista Journal of Human Genetics, advirtiendo también que no es sólo un gen el que determina que uno se sienta satisfecho de su vida.
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De lo dicho podemos concluir que, la felicidad, el optimismo y la alegría de vivir, tienen un alto componente biológico; pero esto no es suficiente, se necesita una programación mental real y concreta que inunde el cerebro de pensamientos felices y de éxitos importantes. La clave está en acertar en la programación correcta. Esta programación la inician los padres. Un niño que es educado con respeto y con amor, crece sano, espontáneo y sociable; tiene grabado en su mente un sentimiento de bienestar que le envía en forma constante mensajes de seguridad, de autoestima, de alegría y de motivación. El niño tiende a ser optimista, sociable y generoso; sabe ganarse el respeto y el apoyo de las personas, y, en consecuencia, le irá bien en la vida y será feliz. Si, por el contrario, el niño no recibe suficiente afecto, respeto y valoración; si es criticado, reprimido o maltratado, entonces se graban sentimientos de soledad en el subconsciente, de temor, de impotencia y de angustia. Estos sentimientos hacen que perciba la vida, las personas y los acontecimientos como una amenaza y que tienda a reaccionar de forma defensiva, utilizando mecanismos de defensa. Los mecanismos de defensa son conductas impulsivas, irracionales y desadaptadas que, lejos de resolver, tienden a complicar las cosas; por lo cual le irá mal y será infeliz. Sin embargo, los seres humanos tienen el poder de sobreponerse a las adversidades, como lo prueban miles de casos de personas discapacitadas, las cuales, contra todos los pronósticos, han logrado éxitos increíbles. Por lo cual, la felicidad está al alcance de todos. La clave está en saber programar la mente. Al final, la felicidad es un hábito que se puede adquirir. En el fondo, somos más felices de lo que creemos La felicidad nace de dentro, de la autoestima, de la fe, de la ilusión, de la seguridad, de la paz, del éxito, etc. La felicidad está relacionada con el grado de evolución. A mayor evolución mayor felicidad. Cuando una persona es feliz por dentro, siente una plenitud inmensa y encuentra la felicidad hasta en los mínimos detalles; pero, cuando una persona no es feliz por dentro, se siente vacía, y no existe nada en el mundo que pueda hacerla feliz. La felicidad es un hábito adquirido que ayuda a ver el lado positivo de las cosas. En general, a todos nos ocurren cosas semejantes y todos tenemos razones para ser felices y para ser infelices. La diferencia está en que, unos cultivan ideas, actitudes y sentimientos positivos y otros cultivan ideas, sentimientos y actitudes negativos. Simplemente se aplica la Ley de Acción y Reacción. Las actitudes no son conductas circunstanciales, son conductas habituales generadas por las estructuras profundas del subconsciente, que es quien marca las pautas de nuestra vida. Necesitamos aprender a controlar nuestras ideas, sentimientos, lenguaje y decisiones, porque, al final, somos lo que pensamos, lo que sentimos, lo que hablamos y lo que hacemos. Nuestras ideas, sentimientos, palabras y acciones nos modelan día a día, de forma lenta pero profunda. La felicidad, al igual que el amor y la salud, necesita alimentarse todos los días con estímulos positivos, de lo contrario puede debilitarse, y, hasta morir. Como la sociedad genera mucho desgaste y como la incertidumbre es parte de la vida, necesitamos blindar la felicidad, contra todos los imprevistos, aceptando de antemano lo que pueda ocurrir y valorando lo esencial de nuestro ser. La felicidad no existe en ninguna parte, sólo existen en el corazón de cada persona. Donde quiera que vayas siempre estarás en el mismo lugar, porque tu lugar eres tú mismo. "El reino de los cielos, dentro de vosotros está" Jesús de Nazaret
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En realidad, somos más felices de lo que creemos Muchas personas son más felices que lo que creen. Si sumamos todo lo que somos y tenemos, existen muchas razones para sentirnos felices; pero no nos damos cuenta de lo felices que somos, debido a que nos compararnos con los demás o ambicionamos muchas "cosas" que nos faltan. Solemos darnos cuenta del valor de las cosas cuando las perdemos. Cierra los ojos. Piensa que ya nunca volverás a ver. Imagina por unos segundos cómo sería tu vida. ¿Cuánto estarías dispuesto a dar por recuperar tu vista? Tu vista vale millones. Imagina cómo sería tu vida si quedaras paralítico. ¿Cuánto darías por poder caminar...? Tu movilidad vale millones. etc. Cada uno de tus órganos vale millones. Tu cerebro vale millones. Tus estudios valen millones. Tu familia y tus amigos valen millones. Tus sueños e ilusiones valen millones. Observa lo que ocurre a tu alrededor. ¿Qué ves? Todo cambia sin cesar. Necesitas abrir los ojos y adelantarte al futuro. Las ideas expuestas pueden servirte de mucho si aprendes a utilizarlas. Lo cierto es que, el gran drama del mundo es de pobreza física y mental; por lo cual, es importante aprender desde niños a valorar todos los aspectos. "Tú y yo somos más felices que millones de personas que no conocen el significado de vivir alegres con las cosas más simples que Dios nos da día a día, con las grandes bendiciones que É nos concede momento a momento. Tú y yo estamos en este mundo con un propósito muy claro, desarrollarnos, vivir y ser felices. Reflexiona en lo siguiente y quizás puedas ver tu vida desde otra perspectiva y ser más feliz: Si te has despertado hoy con más salud que enfermedad, eres más bendito que millones de personas que no van a sobrevivir esta semana. Si nuca has conocido los peligros de la guerra, la soledad de la prisión, la agonía de la tortura o los dolores del hambre, entonces eres más bendito que 1000 millones de personas del mundo entero. Si tienes comida en la nevera, si llevas ropa limpia, si tienes un techo y un lugar seguro donde dormir, eres más bendito que el 75% de las personas. Si no tienes deudas. Si tienes dinero en el banco y en tu cartera, perteneces al 8% de la población próspera. Si tus padres están vivos, eres un privilegiado" Pero ocurre que los seres humanos no nos damos cuenta del valor de las muchas cosas que tenemos hasta el día en que las perdemos, comenzando por la salud. Todo el mundo sueña con la lotería, para salir de deudas y asegurar un futuro feliz. Ahora imagina que te ha tocado la lotería. Comienzas a planificar tu futuro, a hacer planes y proyectos, pero un
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día te sientes mal, vas al médico y te informa que tienes un cáncer incurable o una enfermedad terminal. Tu corazón se pone chiquito y la angustia se instala en tu mente y en tu corazón. Ahora ya sabes que tienes muchas cosas para ser feliz. En adelante, cada vez que te des cuenta de lo privilegiado que eres, por estar vivo, por tener salud, por tener familia, amigos, trabajo, por tener cada una de las cosas que tienes, desde las más pequeñas hasta las más grandes, agradece a Dios, agradece a tanta gente buena que te ha amado y ayudado a lo largo de tu vida, agradece a tantas personas que producen cosas para que tú puedas satisfacer tus necesidades… Agradece y sentirás que el mundo entero es tuyo y que tienes todo lo necesario para ser feliz. Cuando las personas son ricas por dentro se sienten plenas y satisfechas y es muy poco lo que necesitan para ser felices, pero, cuando son pobres por dentro, todas las cosas del mundo no son suficientes para llenar su vacío interior. La Ley del Desapego nos enseña que estamos de paso en esta vida y que lo único importante es lo que somos por dentro (conocimientos, autoestima, valores, felicidad, buenos recuerdos...) lo cual nos acompaña siempre y podemos llevar con nosotros a donde quiera que vayamos. Lo demás es circunstancial y va quedando en el camino a medida que avanzamos en la vida. El hecho de vivir es maravilloso, pero los seres humanos tenemos poca conciencia de ello. No hay que apegarse a la vida, pero hay que vivirla intensamente y tratar de realizar proyectos y sueños que dejen huella de nuestro paso por esta tierra.
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Abundancia de amor El amor preside la creación entera. Y se expresa de muchas formas. El amor tiene muchos nombres (confianza, respeto, tolerancia, solidaridad, compasión, etc.) y también tiene muchos niveles. El objeto de la vida es el desarrollo y la felicidad a través de la evolución y expansión del amor; por tanto, el amor es una necesidad natural, pero está inhibido debido a una educación represiva. Gracias a que el amor preside la existencia, los seres humanos recibimos dones y bendiciones a manos llenas, pero pocos tienen conciencia de ello. El corazón es el símbolo de lo más grande que existe en el mundo, es símbolo del amor, de la bondad y de la felicidad. Lo más grande que podemos decir de una persona es que tiene buen corazón. Creo que todos deseamos que digan de nosotros que somos una buena persona y que nos recuerden con amor. En todas las culturas se da importancia a la inteligencia, a la riqueza y al poder, pero sobre todo, se valora el corazón. Hace más de cinco mil años los egipcios ya rendían culto a los muertos. Según el Libro de los Muertos, el centro de la ceremonia lo ocupaba el corazón. El difunto era conducido de la mano por Anubis, "El conductor de almas". Al llegar al centro de la escena había una balanza; en un platillo se colocaba el corazón del difunto y en el otro platillo se colocaba una pluma (símbolo de la diosa Maat, que personificaba la verdad, la justicia y la armonía universal). Si los platillos quedaban en equilibrio, el difunto era considerado libre de culpa y alcanzaba la inmortalidad. Si los platillos no quedaban en equilibrio el difunto era devorado por un cocodrilo. El universo es casi infinito y es un derroche de inteligencia y de belleza, pero no tiene conciencia de sí, ni tiene la capacidad de sentir el amor. Sólo el hombre es capaz de sentir y de amar. El universo entero carece de sentido sin la presencia de seres que lo conozcan y amen. La tierra, sin la presencia humana es sólo un planeta vacío. Una familia sin amor es únicamente un grupo de personas solas. Una persona sin amor es un ser vacío, sin sentido de pertenencia, sin misión en la vida y sin destino. Hasta hace unas décadas el hombre era definido como ser racional, debido a la visión racionalista propia de la cultura occidental, pero, desde hace un tiempo se habla mucho y se escribe mucho sobre inteligencia emocional. Sin duda, es importante lo que piensas, pero es más importante cómo te sientes.
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Es importante ser inteligente, pero es más importante ser feliz. La inteligencia ilumina el camino a seguir pero es la emoción la que impulsa a la acción. El amor activa la inteligencia emocional. Es impresionante la facilidad con la cual las personas aprenden aquello que aman. Se cree que el 90 % de todas las cosas grandes que se han realizado en el mundo se deben a la inspiración generada por la inteligencia emocional y el 10% a la inteligencia racional, la cual se encarga de organizar en forma lógica el producto de la inspiración. Hoy sabemos que las emociones siempre han determinando la dirección de todas nuestras decisiones, incluso de aquellas que aparentan ser puramente racionales. La inteligencia emocional es la capacidad de sentir, de entender, de guiar el pensamiento de forma inteligente, de controlar y modificar los estados anímicos en sí mismo y en los demás, de enfrentar con éxito las presiones de la vida, de saber actuar con determinación y firmeza cuando se trata de defender posiciones fundamentales. La inteligencia emocional está reñida con la ira, el odio, la envidia, el egoísmo, la pereza, la hipocresía y con la mediocridad. La psicología moderna ha demostrado el poder del amor como fuerza para la salud, para el conocimiento, para la creatividad y para la salud física y mental. Ahora bien, ¿Cuánto vale tu corazón? ¿Cuál es tu capacidad para amar, para comprender, perdonar y establecer lazos sólidos? y ¿Cuál es tu grado de sensibilidad afectiva? Lo más valioso que podemos decir de una persona es que tiene buen corazón. Creo que a todos nos gustaría que dijeran de nosotros que fuimos una persona de buen corazón y que nos recordaran con amor. Nadie puede amar si no ha sido amado y son muchos, demasiados, los que no han recibido en la vida el beso del amor; por esta razón, los que se sienten poseedores de la chispa del amor, tienen la gran responsabilidad de despertar el corazón dormido de tantas personas con las que se encuentran a diario. Es importante tener alguien que nos ame, pero es más importante amar a alguien, porque el dar enriquece más que el recibir. El que recibe amor es un simple receptor de amor, pero el que lo da es una fuente productora de amor y no hay nada más valioso y gratificante en esta vida que producir amor La psicología enseña que la inteligencia emocional es el camino obligado para el conocimiento de las cosas. Resulta muy fácil conocer lo que amamos y resulta imposible conocer lo que no amamos. "Sólo se ve bien con el corazón; lo esencial es invisible para los ojos" El Principito - Antoine de Saint Exupery Si en el jardín de tu vida no crecen las flores del amor y del perdón, entonces, tu corazón está
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muerto. Sin amor, la vida carece de transcendencia y se reduce a una existencia biológica, simplemente animal. Realiza cada día por lo menos un acto de amor y un acto de perdón, porque, mientras no seas capaz de perdonarte ni de perdonar a los demás estarás incapacitados para amar. Hay muchas personas que están esperando que alguien active el amor que tienen dormido. Busca siempre razones para amar y para perdonar, en vez de criticar, de juzgar y de condenar. Después de lo expuesto podemos afirmar que, el valor de cada persona es igual al valor de su corazón. En adelante presta más atención a tus sentimientos y recuerda que, el examen final no será sobre cuánto sabes o cuánto has ganado, sino sobre cuánto has amado, ayudado y comprendido a los demás. Todo lo que somos y tenemos lo debemos a la Ley del Amor que preside y rige la vida La naturaleza también derrocha amor. Cuando llega la primavera y los rayos tibios del sol besan las flores, eso es amor. Cuando llega el verano y el sol intenso madura los frutos, eso es amor. Cuando llega el otoño y el sol se retira para que descanse la naturaleza, eso es amor. Amor es cumplir con el destino. A veces está en ayudar y a veces en retirarse, respetando el silencio, la paz y el descanso del cuerpo y del espíritu. Cuando la flor nace al amanecer, canta la gloria de la naturaleza, eso es amor. Cuando las nubes riegan la tierra, eso es amor. Amor es el río que baja cantando. Amor es la luna y son las estrellas. Amor es la brisa que juega en el bosque. Amor es la vida que muere y renace. Cuando el ruiseñor teje su nido de sueños y esperanzas, eso es amor. Cuando los enamorados se besan y se abrazan en el cuerpo y en el alma, eso es amor. Cuando te esfuerzas por conocer los secretos de la vida, eso es amor. Cuando deseas el éxito y la paz a los demás, eso es amor. Siempre que pones el corazón en lo que haces, eso es amor. Amor es la vida y su desarrollo. Amor es el niño que juega. Amor es el joven que sueña. Amor es el hombre que lucha. Amor es el viejo, testigo de la vida. El amor es una semilla que habita en el corazón del hombre y en el corazón de la naturaleza y se multiplica y renueva a través de los siglos. El amor es el camino que conduce al encuentro con uno mismo, con las personas y con Dios. Desde el punto de vista biológico, el amor es la fuerza que da origen a la vida.
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Desde el punto de vista biológico psicológico, el amor es la fuerza que da origen al equilibrio psíquico, a la familia, a la amistad, al desarrollo humano, a la convivencia social y a la felicidad. Desde el punto de vista religioso, el amor se identifica con la caridad que es el amor espiritual, el amor puro y desinteresado. El amor es una inteligencia superior, permite ver el valor de las cosas más allá de su apariencia o de su utilidad. El amor nace de la libertad interna. Para poder amar hay que comenzar por ser digno de sí mismo para luego amarse y poder amar a los demás. Si en el jardín de tu vida no crecen las flores del amor y del perdón, entonces, tu corazón está muerto. Sin amor, la vida carece de trascendencia y se reduce a una existencia simplemente biológica. "Puedes hablar todas las lenguas, tener el don de la profecía, dar tus bienes a los pobres... pero si no tienes caridad (amor) de nada sirve" La ley el Amor preside la vida y gracias a ella existe la familia, existe la amistad, la bondad y la felicidad en la tierra. Gracias a que existe el amor en abundancia y gracias al deseo y a la necesidad que tienen todos los seres humanos de amar y de ser amados, la humanidad ha logrado sobrevivir al odio y a las guerras durante miles de años. La bondad, el perdón y el amor nos salvan de autodestrucción. "Si quieres sobrevivir necesitas amar"
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Abundancia de conocimiento El conocimiento de cada persona es muy limitado, pero, si reunimos el conocimiento de todos los seres humanos, desde los orígenes de la humanidad, hasta el día de hoy, tendríamos para equipar millones de bibliotecas con millones de libros cada biblioteca. El conocimiento humano es como una torre gigante, formada por miles de pisos. Cada generación construye un piso que sirve de base y de inspiración para las generaciones siguientes. En realidad, cada generación solo puede dar un paso adelante. La sociedad prehistórica, que inventó el fuego o la rueda, produjo cambios mayores a los producidos por la llegada a la luna. Los hombres actuales estamos ensoberbecidos por los grandes avances científicos y nos olvidamos de que los conocimientos actuales tienen infinidad de ramificaciones que vienen desde la prehistoria lejana. La evolución de las especies está determinada por causas genéticas y por la necesidad de adaptarse para sobrevivir. En el caso del ser humano, la evolución está determinada por el conocimiento de la verdad y del bien, es decir, por el desarrollo de la inteligencia y de la conciencia. El conocimiento científico es muy importante, porque nos ayuda a conocer la naturaleza, a dominarla y a utilizarla en beneficio del hombre, pero se trata de simple conocimiento material, insuficiente para el desarrollo del ser humano como tal. La cultura es la esencia de la evolución. Los contenidos fundamentales de la cultura son las Ideas, principios, valores, leyes, métodos, lenguaje, arte, ciencia, técnicas, costumbres, democracia, calidad de vida, etc. La cultura es el producto del esfuerzo realizado por millones de seres humanos desde sus orígenes hasta el día de hoy. El mayor tesoro de un pueblo es su cultura. La cultura indica el nivel de evolución alcanzado y, en consecuencia, las posibilidades de éxito y de felicidad. Pero la cultura heredada sirve de poco si no es asimilada por las personas a través de la reflexión y del aprendizaje. La ignorancia es el peor de todos los males y la sabiduría es el mayor de todos los bienes. Para los griegos, la sabiduría era considerada como una virtud superior. Sólo los sabios podían conocer la verdad y el bien, y, en consecuencia, sólo los sabios podían ser virtuosos. Sólo los sabios poseían las condiciones para producir juicios reflexivos y maduros y superar el error y las pasiones. La sabiduría (conocimiento) y la virtud (praxis) eran correlativos; no se concebía un sabio que, conociendo la verdad, no fuera virtuoso, ni era posible ser virtuoso sin el previo conocimiento de la verdad.
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Hoy como ayer, el "conocimiento" es el mayor de todos los bienes y la ignorancia es el peor de todos los males. La pobreza del mundo es básicamente mental. Si por circunstancias de la vida, un empresario capaz termina en la ruina, muy pronto le veremos levantarse de sus cenizas como el ave Fénix; porque si fue capaz de crear una empresa, ahora con la experiencia adquirida, le resultará mucho más fácil surgir. La verdadera riqueza del hombre es mental; está hecha de autoestima y de conocimiento. Con autoestima y conocimiento podrás lograr de todas las riquezas del mundo. Sin autoestima y sin conocimiento siempre serás pobre; pobre de espíritu y pobre de riqueza material. Vivimos en un mundo dinámico y cambiante. La información fluye a gran velocidad y el cerebro humano necesita aprender a percibir sólo lo esencial y a procesarlo con rapidez y precisión. Los conocimientos se multiplican en progresión geométrica y la información se desplaza a velocidad casi infinita. La lectura veloz induce al hemisferio derecho a funcionar en Alfa. Al funcionar en Alfa, desaparecen los obstáculos (temores, angustias y preocupaciones) y surge el interés, la concentración y la capacidad de procesar gran cantidad de información a alta velocidad. Teniendo en cuenta que el conocimiento es poder y que la lectura es el camino que conduce al conocimiento, es fundamental que las personas, especialmente los niños y los jóvenes, aprendan a leer de forma fluida, pues, la lectura condiciona para siempre la dinámica de la mente y facilita el aprendizaje y el proceso de pensar. El código utilizado por el cerebro es verbal y está demostrado que, a medida que las personas incrementan la lectura veloz y comprensiva, su cerebro se concentra más, procesa mayor cantidad de información por segundo y va directamente a lo esencial del asunto. Como lo esencial tiene mucho significado resulta fácil comprenderlo, recordarlo y expresarlo. Las grandes empresas compiten por tecnología de avanzada porque el conocimiento significa riqueza y poder. Estos hechos revelan que la competencia tiende a centrarse en el campo del pensamiento y que ya no es suficiente con estudiar y sacar un título. Vivimos en un mundo globalizado y cambiante que exige actualizarse constantemente, lo cual sólo es posible si manejamos las técnicas de la lectura veloz. Necesitamos conocer la diferencia que existe entre: Información, conocimiento y sabiduría 1. La información proporciona datos elementales sobre las cosas. Hoy tenemos mucha información de todo tipo. La información, en sí, es buena. Cuanta más información tengamos, más posibilidades tenemos de aprender, de progresar y de evolucionar. El problema surge, cuando las personas son desbordadas por la información, debido a que no tienen capacidad para procesarla, ni criterios para seleccionar los datos que les conviene para aprender y progresar. La información no es conocimiento. En la actualidad las personas tienen mucha información sobre las cosas y sobre los acontecimientos, pero les sirve de poco, debido a que no sacan enseñanzas o aplicaciones para la vida. La información queda en simples datos estadísticos, y hace que las personas sean mediocres, poco creativas y poco productivas. 2. El conocimiento ofrece una visión más profunda de las cosas, da a conocer su naturaleza, características y funcionamiento, es la base del progreso. Gracias al conocimiento los seres humanos “dominamos” la naturaleza.
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El conocimiento en sí, sólo genera progreso material, y, si bien crea las condiciones para una mejor calidad de vida, no la garantiza, a menos que vaya asociado a la sabiduría, es decir, a los principios y valores que sirven para controlar y orientar la conducta humana. Hoy disponemos de conocimientos y de progreso suficiente para que en todo el mundo existiera una calidad de vida excelente, pero lo que vemos es otra cosa muy distinta: ignorancia, pobreza, violencia, injusticia y explotación. El conocimiento por sí sólo nunca resolverá el problema humano si no va acompañado de la sabiduría. No debemos confundir progreso con evolución. Progreso es lo que logramos, lo que tenemos y evolución es lo que somos, lo que valemos como persona. 3. La sabiduría está relacionada con los principio, con los valores y con la experiencia; enseña el valor real de las cosas, el sentido de la vida y el arte de vivir. Para los filósofos griegos, sólo los sabios podían ser libres y felices, porque eran los únicos que conocían la verdad y el bien, y, por tanto, podían actuar de forma correcta. De esto, hace más de dos mil años. Hoy, nosotros, cegados por la soberbia de los grandes avances científicos y tecnológicos, estamos muy lejos de este pensamiento griego. Vivimos como locos, obsesionados por construir un mundo de fantasía que terminará como la torre de Babel. Necesitamos un poco de sabiduría. La sabiduría está relacionada con los principio, con los valores y con la experiencia; enseña el valor real de las cosas, el sentido de la vida y el arte de vivir y de ser feliz. Los seres humanos no necesitan saber todo, pero sí necesitan saber lo necesario para triunfar, para ser libres y para ser felices. Vivimos en una sociedad que tiene mucha información, poco conocimiento y escasa sabiduría, lo que da como resultado: Una sociedad mediocre. La información, los conocimientos y los bienes materiales son importantes, pero, nadie puede asegurarlos; por eso, tu mayor riqueza eres tú mismo. Invierte en tu propio desarrollo para que puedas volar alto como el águila, y, si un día, por circunstancias de la vida, te visita la adversidad, puedas renacer de tus cenizas como el ave Fénix. En la sociedad existen muchas trampas y falacias, por lo cual, es conveniente diseñar un proyecto cultural en el que contemples todos los conocimientos esenciales para que puedas lograr una visión correcta de la vida, sustentada en ideas, criterios, valores, creencias y convicciones de calidad que sean la roca firme sobre la que construyas una vida exitosa y feliz.
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Abundancia de creatividad La naturaleza es un derroche de creatividad y de renovación permanente. Sal a la naturaleza y observa el derroche de creatividad que existe en cada uno de los individuos de las distintas especies vegetales y animales. Su comportamiento está regido por una inteligencia brillante y por una creatividad maravillosa, pero estamos tan acostumbrados a ver las cosas que nada nos llama la atención. Hemos perdido la capacidad de maravillarnos que tienen los niños, y, con ello, hemos perdido también la capacidad de crear y el sentido de la vida. Los niños son curiosos, creativos y emprendedores, pero su curiosidad y sus preguntas interminables molestan a los adultos, quienes los reprimen de muchas formas. Al principio todos los niños luchan por mantener viva su creatividad y el espíritu de libertad, pero poco a poco, la sociedad los va doblegando a través del proceso "educativo" y los niños se van convirtiendo en personas sumisas, conformes y mediocres. Cuando niños, el mundo era una aventura fascinante, porque a todo le poníamos imaginación, pero hoy somos prácticos y rutinarios. Hemos perdido la frescura, la vitalidad, la espontaneidad y la alegría de vivir, y también la creatividad. Necesitamos recuperar ese niño que llevamos dentro. En psicología, el niño representa el subconsciente. El subconsciente es como el disco duro de la mente. En él reside la inteligencia emocional, la intuición, la motivación, la creatividad, las ganas de triunfar y de ser feliz; pero somos hijos de una sociedad represiva que nos enseña a percibir la vida como problema. De cada diez mensajes que hemos recibido a través de la educación, nueve han sido represivos de alguna forma. A nivel social ocurre lo mismo, el 90% de los mensajes expresan problemas, angustia, agresividad y sólo el 10% son confortantes. Esta es la razón principal por la cual las personas tienen una mentalidad de escasez y tienden a centrarse en sus problemas en vez de pensar en proyectos y en soluciones. A pesar de que hemos sido programados con muchos mensajes negativos, hay una fuerza vital en lo íntimo de cada ser, que vibra con intensidad e impulsa a crecer. Necesitamos activar este impulso todos los días con mensajes positivos y nos sorprenderemos de hasta dónde podemos llegar; sólo es cuestión de programación. Todo en la vida funciona de acuerdo a una programación. Para ser creativos necesitamos desarrollar las capacidades propias de los niños, lo cual no significa ser inmaduro e infantil, sino liberar las fuerzas de la creatividad y orientarlas de forma inteligente hacia objetivos importantes. Esto se logra a medida que desarrollamos autoestima, espíritu de superación y habilidades, y a medida que superamos temores, complejos y dependencias. Se trata de ser libres en ideas, sentimientos y decisiones. La naturaleza es cambio y de renovación. Los niños siempre están inventando cosas, mientras los
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adultos pasan los días repitiendo las mismas rutinas. Al no evolucionar quedan desadaptados, son poco eficaces y surgen los problemas. La naturaleza se renueva constantemente a través de numerosas leyes que se aplican de forma inexorable. Los seres humanos también tienen la capacidad de renovarse y de evolucionar. El cerebro se recicla y reorganiza, creando mejores condiciones mentales, cada vez que se nutre con ideas y sentimientos de calidad. El cuerpo también se renueva constantemente a través de los procesos biológicos, a través del metabolismo de los alimentos y a través de numerosos mecanismos. Se estima que cada persona tiene 80 billones de células. Cada minuto mueren más de un millón de células, (3600 millones por día), las cuales son reemplazadas por otras células nuevas, gracias a la capacidad creativa y renovadora que posee el cuerpo. La humanidad se renueva biológicamente a través de un proceso constante. Los seres humanos nacen, crecen, se reproducen y mueren. La finalidad de esta renovación es mantener el cuerpo en buen estado de funcionamiento con el fin de que las personas puedan realizar, de forma exitosa, las actividades necesarias para aprender, trabajar y sobrevivir. En el mundo nacen 367.000 personas y mueren 154.080 cada día. La humanidad también se renueva mentalmente a través de la lectura, del aprendizaje, de la experiencia y de la creatividad. El 90% de todas las cosas importantes que ha logrado la humanidad se deben a la creatividad, y el 10% a la inteligencia racional que se encarga de organizar la creatividad para que cumpla una función práctica. Todo ser humano es activo y creativo por naturaleza. Los niños son especialmente activos, curiosos y creativos. El instinto les impulsa al conocimiento del mundo que les rodea. El mundo se ofrece lleno de maravillas y es como una tentación, como un reto irresistible. El placer de descubrirlo es para los niños la aventura más maravillosa. La creatividad es un placer casi permanente. Las personas creativas viven ocupadas en realizar sus proyectos, sueños e ilusiones. La emotividad, activa la inteligencia emocional, la cual es la gran artífice de la creatividad. Esta es la razón por la cual, las grandes creaciones humanas son fruto de la fe, del amor y de la ilusión; de modo que, si quieres ser una persona creativa, exitosa y feliz, necesitas amar intensamente la meta que persigues, de lo contrario no se activará tu mente creativa y todo te resultará cuesta arriba. La autoestima y la disciplina son fundamentales. La autoestima nutre el espíritu y genera energía, motivación y fe; y, la disciplina encauza la actividad hacia los objetivos correctos. Las cosas cambian con rapidez. Surgen crisis, problemas, e imprevistos, y los seres humanos se ven obligados a resolver las cosas sobre la marcha. En estas circunstancias, lo único que puede sacarnos a flote, no es la inteligencia racional sino la intuición, la creatividad. "En momentos de crisis sólo la imaginación es más importante que el conocimiento" Einstein
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Gracias a que somos pequeños dioses, dotados de inteligencia y de creatividad, hemos evolucionado a lo largo de la historia y hemos construido este mundo maravilloso en el que vivimos, pero, el mundo que nos rodea es sólo el escenario en el cual transcurre nuestra vida. El verdadero mundo está dentro de cada persona; por esta razón, donde quiera que vayas siempre estarás en el mismo lugar, porque tu lugar eres tú mismo. Por la misma razón, no busques las cosas importantes fuera de ti, porque no las encontrarás. El éxito, la libertad, la felicidad... no existen en ninguna parte, sólo existen en el corazón de aquellas personas que saben producirlos. El hecho de que seamos pequeños dioses no es garantía de éxito ni de felicidad, sólo es una posibilidad, la cual depende del uso que hagamos de nuestra inteligencia y de nuestra libertad. Al final, cada persona decide lo que quiere ser en la vida y obtiene lo que merece de acuerdo a sus acciones. La falta de creatividad obliga a las personas a trabajar en proyectos ajenos. Muchas personas capacitadas, pero poco creativas, trabajan para otras personas menos capacitadas pero más creativas. Aunque todos somos creativos de alguna forma, solo un 10 % de la humanidad es creativa y emprendedora. Se trata de supervivientes natos, quienes, insatisfechos con la forma en que funciona la sociedad, tratan de abrirse camino hacia la libertad intelectual, afectiva, social, profesional, económica y espiritual. Se trata de personas emprendedoras, que apoyadas en su capacidad creativa y en su espíritu de libertad, trabajan en proyectos originales. El resto de la sociedad prefiere instalarse en la "seguridad" y depender de alguien que les le dé trabajo. Para ser una persona creativa es necesario desarrollar una estructura mental especial. Todos los seres humanos somos genios desde el punto de vista genético, como resultado de cuatro millones de años de evolución; por lo cual, todos somos creativos y emprendedores; pero, debido a una educación represiva, tenemos inhibidos estos poderes. La solución está en reactivar el espíritu emprendedor mediante un entrenamiento progresivo. Se trata de crear ciertos hábitos mentales. Las personas emprendedoras tienen una actitud especial ante la vida, lo que permite saber desde la infancia quiénes serán personas emprendedoras y quiénes serán sumisas y dependientes. Sin embargo, los criterios erróneos que utilizamos para evaluar a las personas, hacen difícil este diagnóstico. Por ejemplo, Einstein y Edison fueron catalogados como niños tontos y desadaptados. ¿Qué dirían hoy sus maestros? La creatividad puede estar reprimida por distintas circunstancias y surgir cuando se dan las condiciones favorables. Todos conocemos personas que un día despertaron y nos sorprendieron por su capacidad creativa y emprendedora. Cuando las personas comienzan a experimentar lo maravilloso que es sentirse libre, creativa y emprendedora, nunca más quieren regresar a la situación de dependencia y sometimiento, y están dispuestas a hacer lo que sea necesario para lograr la independencia definitiva. El éxito de las personas creativas se debe a que están concentradas en su proyecto y su cerebro trabaja sin descanso de forma creativa. Es tal su interés y emoción, que generan mucha energía, lo cual les permite lograr cosas que resultan imposibles para las personas que carecen de espíritu emprendedor. En general, las personas creativas se sorprenden de las cosas que logran. Muchas veces no tienen idea de cómo han llegado tan alto. Se debe a que la mayoría de sus procesos mentales son inconscientes. Su cerebro está abocado día y noche a convertir sus sueños en realidad, lo cual
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mantiene vivos el interés, la creatividad y la intuición. Muchas personas, deseosas de ser libres y de progresar, emprenden negocios propios, y, generalmente "fracasan" por falta de experiencia. De cada cien empresas que se creen hoy, dentro de diez años solo sobrevivirán el 5%. Esta realidad desanima a las personas, pero no hay que darse por vencido. Los grandes triunfadores fracasan muchas veces, pero insisten y logran su propósito. Lo importante es conocer cómo funcionan las cosas. Todo se rige por leyes. Si quieres triunfar como deportista necesitas conocer cómo actúan los deportistas exitosos. Si quieres triunfar en el comercio, necesitas conocer las leyes que rigen el comercio. Si quieres triunfar en el matrimonio, necesitas conocer las leyes que rigen las relaciones matrimoniales, etc. pues, nadie llega a destino si no conoce el camino y si no sabe sortear los obstáculos que aparecerán inevitablemente. La vida evoluciona y exige renovarse constantemente. Lucha, esfuérzate, evita acomodarte a la rutina y a la mediocridad. Mantente en actitud de cambio y de superación. Esta es la única forma de evitar ser arrastrado por tus propias debilidades y por la dinámica de esta sociedad mediocre y conflictiva. Lee la biografía de las personas creativas y encontrarás el secreto de su éxito. En realidad, nadie nace con una fórmula para el éxito. Esta fórmula la van descubriendo a media que avanzan en el camino. Lo que sí tienen claro las personas creativas es la estrategia; es decir, la meta, el punto al cual quieren llegar. Las personas creativas tienen alta autoestima y confianza en sí mismas, a pesar de sus defectos, temores o complejos. Cada persona es creativa en aquello que le interesa. Las personas creativas sienten un impulso irresistible a trabajar en el proyecto de sus sueños, convertido en reto ineludible. Las personas creativas sienten que su vida tiene pleno sentido y todo lo que hacen por lograr sus objetivos se convierte en un placer. Por esta razón, podrás observar que las personas creativas son felices y no pierden tiempo en criticar, ni en curiosear sobre lo que hacen o dejan de hacer los demás. Viven y dejan vivir. La ciencia avanza y las máquinas y robots están desplazando del ámbito laboral a los seres humanos, lo que indica que las empresas están cambiando y no podrán absorber la creciente demanda de trabajo. La única solución es educar a las personas para que sean emprendedoras y creen su propio trabajo, lo cual no es fácil, debido a que nuestros esquemas mentales son de dependencia y sometimiento. Necesitamos educar para la libertad y la creatividad, y, a partir de aquí, cada quién sabrá encontrar su camino. No esperes que el mundo te caiga encima, despierta y comienza a avanzar hacia la independencia intelectual, afectiva, social, laboral, económica y espiritual. Recuerda siempre que eres un pequeño dios, que no tienes necesidad de depender de nadie, sólo necesitas ser emprendedor y responsable.
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Abundancia de paz La naturaleza respira paz, belleza y armonía, pero cuando llega el hombre, todo se altera y su acción depredadora amenaza con destruir la tierra. La paz y la armonía son un anhelo de todas las personas. La paz es el mayor regalo que Jesús nos dejó antes de su ascensión al cielo: “Mi paz os dejo, mi paz os doy…” Sin duda, sabía que la íbamos a necesitar en este mundo, en el que todos compiten. Compiten las plantas, compiten los animales y compite el hombre. La competencia es el leitmotiv de la vida. A través de la competencia los seres humanos se ven obligados a superarse, a evolucionar. Vivimos en una sociedad caracterizada por la competencia y por la agresividad y pareciera que la mejor forma de sobrevivir en estas circunstancias consiste en ser agresivo y competitivo. Nada más erróneo. La competencia y la agresividad son conductas prehistóricas que obedecen a mecanismos de defensa. El mundo ha evolucionado y estos comportamientos, en apariencia eficaces, son autodestructivos. El concepto de competencia, es bueno en principio; el problema radica en que, la competencia es en contra de los demás. En este tipo de competencia siempre existe el riesgo de perder, lo cual genera angustia y temor; mientras que, el concepto de superación es proactivo, la persona siempre tiene la posibilidad de ganar, porque el éxito depende de ella misma, lo único que tiene que hacer es: “Tratar de hacer bien lo que puede hacer” Los padres de todos los tiempos educan a sus hijos para la paz y para otros muchos valores importantes como la honestidad, la amistad, etc. Yo me pregunto: ¿Será que todos los padres del mundo están equivocados? Para vivir en paz hay que perdonar a los demás, pero nadie puede perdonar a los demás si antes no se perdona a sí mismo. Perdonarse a sí mismo supone reconocer que somos débiles e imperfectos, que cometemos muchos errores por temor, por ignorancia o por egoísmo y que, esto es normal; por tanto, necesitamos ser perdonados por nosotros mismos y por los demás. Por las mismas razones debemos ser tolerantes y comprensivos con los demás. Si observas con atención el rostro de un niño feliz, verás que expresa paz. Su rostro dibuja constantemente una sonrisa natural que brota de lo profundo de sus ser. Se trata de un niño que disfruta intensamente la alegría de vivir, porque se siente amado y seguro. El estado de ánimo habitual del niño feliz es de paz y de alegría. La paz debería ser el estado habitual de los niños y también de los adultos. El hecho de que las cosas no sean así, indica que la vida está mal planificada. Si hay niños y adultos que son felices ¿Por qué razón no son felices todos los seres humanos? Hay personas que viven habitualmente en paz; no porque todo les salga bien, sino por su actitud positiva. Existe algo dentro de estas personas que han construido a lo largo de de los años. Se llama fe, ilusión, esperanza, autoestima, paciencia, conformidad, agradecimiento por lo que son y
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por lo que tienen, alegría de vivir, etc. Esta estructura mental hace que su estado de ánimo habitual sea de paz y felicidad. La paz es un estado de ánimo, es un hábito, una forma de ser y de sentir que nos acompaña a lo largo de la vida; así como son hábitos el saber o la ignorancia, la buena educación o la mala educación, la honestidad o la deshonestidad. Como el ser humano es libre puede generar cambios positivos o negativos. Puede mejorar su estado de ánimo o empeorarlo, dependiendo de la visión que desarrolle de la vida y de la forma como reaccione ante las cosas. La verdadera paz está blindada, porque no depende de factores externos circunstanciales, sino de una estructura mental que las personas tienen bajo control. Podrán ocurrir problemas y desgracias, porque éstas son también parte inevitable de la vida, pero siempre pasarán las tormentas y volverá a brillar el sol. Sin embargo, a veces las cosas se complican tanto que destruyen todo a su paso, como ocurre con los tsunamis, de modo que: "Nada es para siempre" En estos casos es necesario volver a empezar, consciente de que, hasta de las desgracias se pueden sacar beneficios en forma de experiencia, madurez y emprendimiento. La paz es una conquista personal, como lo son la libertad, el éxito o la felicidad. Cómo aprender la paz La paz, al igual que las demás conductas humanas es un hábito; pero nadie aprende lo que no produce beneficios; por lo cual, es necesario conocer los beneficios de la paz. La mayoría de los seres humanos viven una guerra interna que hace difícil vivir en paz consigo mismo y con los demás. La paz es fruto del desarrollo, del equilibrio emocional, del respeto, de la justicia, de la solidaridad, de la responsabilidad, etc. No hay que confundir la paz con la pasividad. La paz es activa y no tiene tregua con la injusticia, con la mentira, con la irresponsabilidad y con cualquier otra conducta que se oponga al desarrollo y a la libertad del ser humano. Como podemos observar, la paz está ligada a ciertos valores sin los cuales no puede existir. La paz no se puede enseñar como una teoría abstracta. La paz es una forma de vida. Es una señal de salud mental, de madurez, de inteligencia y de adaptación; además, es condición para entrar en estado Alfa y lograr el desarrollo, el éxito y la felicidad. Finalmente, aléjate de las personas frustradas, inestables, inconformes y envidiosas, porque su mal espíritu es contagioso y atenta contra la paz. Lo cual no significa que debas retirarte de la vida ni de la sociedad, pues la sociedad es el medio en el cual debes desarrollarte, pero debes superarte de tal forma que puedas volar alto y ser inmune a las miserias de la sociedad. El desarrollo, la paz y la felicidad son distintos aspectos de la misma realidad profunda de la persona. Cada una de estas realidades supone la existencia de las demás. De modo que, si quieres lograr la paz, debes desarrollarte, ser buena persona, ser feliz.
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Ley de Armonía Todo lo que existe forma parte del universo y todo se relaciona entre sí de alguna forma. Nada ni nadie aislado tiene razón de ser. Cada "elemento" sólo tiene significado en la medida en que se relaciona con el todo. Todo, según esta ley, coopera ordenadamente al plan natural, cumpliendo el papel correspondiente a su naturaleza y grado evolutivo. La ley de armonía aplicada al cuerpo humano estriba en la justa cooperación de cada órgano al buen funcionamiento general del mismo, lo cual se traduce en salud. La ley de armonía aplicada a la vida social exige que cada individuo sea fiel a su propio desarrollo y además cumpla una función social. La armonía social supone la necesidad de un principio de orden superior que sea capaz de conciliar los intereses de todas las personas. Entre la armonía y el caos existe una gama de estados intermedios. El objetivo es alejarse del caos y acercarse a la máxima armonía. El caos desde el punto de vista humano significa: desorden, fracaso, frustración; mientras que la armonía significa: desarrollo, equilibrio, eficacia, éxito, felicidad. Los seres humanos sólo podemos alcanzar una armonía relativa debido a que vivimos en un proceso de desarrollo y la lucha de los contrarios (personal y social) nos hace vivir en la incertidumbre Las culturas orientales valoran mucho la armonía basada en el respeto a sí mismo, en el respeto a los demás y en el respeto a la naturaleza. La cultura occidental es más racionalista y competitiva, lo cual atenta contra la armonía. La humanidad ha vivido en crisis permanentes. El camino de la historia, desde sus orígenes hasta hoy, está regado de sangre y no hay que hacerse ilusiones pensando que algún día sonarán las trompetas de la paz definitiva. La Ley de Polaridad o Ley de Los Contrarios nos recuerda que la vida es una lucha sin tregua en todos los aspectos; lo importante es alejarse del caos y avanzar lo más posible hacia la armonía personal y social. Al observar la ignorancia y la pobreza que aquejan a la sociedad da la sensación de que estamos retrocediendo, pero no es así, la historia no tiene marcha atrás, las leyes de evolución impulsan a crecer. Todas las células de nuestro ser llevan impresa la orden de crecer. La sociedad crece cada día de forma irreversible y se prepara para dar nuevos pasos en el camino de la evolución. Los niños nacen cada día más inteligentes, lo cual garantiza que sabrán abrir caminos nuevos. Las crisis permanentes que vive la sociedad son señal de salud. Las crisis indican que algo anda mal y estimulan a realizar los ajustes necesarios antes de que las cosas se compliquen. Una crisis pequeña indica la existencia de un problema pequeño y una crisis grande advierte de la existencia de un gran problema. Las crisis en sí no son malas, así como tampoco son malos el dolor o la fiebre que informan de un desajuste corporal. Si no se manifestara el dolor o la fiebre la persona no
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podría defenderse y moriría; de la misma forma, si no existieran las crisis, las personas y la sociedad desaparecerían. Las crisis ponen a prueba la capacidad de supervivencia de las personas, de la familia, de las sociedades y de las culturas; obligándoles a sacar lo mejor de sí, a realizar ajustes en muchos aspectos, a establecer pactos de convivencia y a diseñar proyectos más inteligentes, más justos y más humanos. Como es lógico, toda crisis es molesta y, con frecuencia, dolorosa. En las crisis mueren muchas cosas inútiles y también muchas cosas importantes. Mueren ideas, ilusiones, sentimientos, proyectos, instituciones, y, hasta personas. Para que no existan crisis es necesario que las personas y la sociedad aprendan a adaptarse de forma constante y que todos los seres humanos tengan acceso al conocimiento y a la libertad. Pero esta posibilidad es pura utopía, debido a que la suerte ya está echada; las cuotas de riqueza y de poder ya están repartidas; los poderosos se resisten a compartir y los pobres no tienen interés por superarse como personas, debido a su estado de alienación, lo cual les veda el acceso a la riqueza. Dadas estas premisas, las crisis seguirán. A través de las crisis se drenan las injusticias y los errores cometidos por la sociedad. Todo lo que funciona bien está protegido contra las crisis, al igual que el cuerpo sano está protegido contra las enfermedades. ¿Cuál es la razón? Tiene las defensas altas. Es como un castillo inexpugnable. ¿Qué función tienen las crisis? Las crisis tienen una función similar a la del tiburón, limpiar la sociedad de todos los desechos humanos. No temas al tiburón de la crisis; teme más bien, a no estar a la altura para superar las crisis. El devenir, los contrarios y las crisis, son los grandes impulsores de la evolución. La historia humana es un compendio de conflictos y guerras, a través de los cuales, los más poderosos han subyugado a los débiles. Este es un hecho que se da también en el reino vegetal y en el reino animal. La ignorancia, pobreza y violencia que sufre la sociedad generan pesimismo y pone en entredicho el Principio de Evolución. Sin embargo, la experiencia indica que la humanidad evoluciona de modo irreversible hacia formas de vida más perfectas. La garantía de que la humanidad evoluciona está en la Causa Primera, la cual no puede fracasar y en las Leyes Genéticas que impulsan al desarrollo. Estas leyes escapan al control del hombre, que es el único que puede interferir en la evolución. La sociedad hace a los seres humanos, y, de acuerdo a la Ley de Correspondencia, los seres humanos hacen a la sociedad. Hitler fue hechura de la sociedad, de la educación que recibió y del apoyo que le brindó la sociedad alemana. El autoritarismo, el fanatismo y el racismo de Hitler se alimentó de la sociedad y, al final, la sociedad pagó las consecuencias, debido a la Ley de Correspondencia y de Causa y Efecto. Esta experiencia fue una lección y una advertencia para que trabajemos unidos en la eliminación de las causas que conducen al caos y en crear las condiciones que conducen a la armonía. El único camino para alcanzar la armonía consiste en que, cada persona en particular, y la sociedad unida, desarrollen una conciencia personal y una conciencia social. Lo cual supone
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trabajar en el desarrollo de sí mismo y en el desarrollo de los demás. Una vida sin proyección social carece de sentido. Ni tú ni yo podemos cambiar la historia pero sí podemos lograr que haya dos fracasados menos y dos triunfadores más. La historia humana es un proyecto a largo plazo. El único que puede cambiar las cosas "ya" es la Causa Primera ; la cual no lo va a hacer porque ésta es una tarea de los seres humanos, pero ellos tampoco lo pueden hacer "ya", porque la vida es devenir y cada generación sólo puede dar un paso adelante. La propaganda vende ilusiones, esperanzas, expectativas y oportunidades fáciles y las personas trabajan sin descanso para satisfacer infinidad de necesidades creadas, comprar cosas que no necesitan, mantener un estatus, aparentar lo que no son, buscar en otros lugares la felicidad que no encuentran dentro de sí, etc. etc. En una sociedad como ésta, no puede existir armonía. En el universo existe una armonía preestablecida que depende de las Leyes Universales. Todo está sincronizado como las piezas de un reloj. En el mundo vegetal y en el mundo animal existe una armonía perfecta que garantiza el equilibrio ecológico. Sólo ocurre lo que debe ocurrir. El problema de armonía sólo se plantea en el mundo de los seres humanos. Los seres humanos somos los únicos "depredadores" del universo capaces de romper la armonía. Es importante aprender desde niños a reconocer y apreciar la armonía que existe en todo, en el amanecer, en la puesta del sol, en el mar, en la música, en la danza y en el comportamiento de los animales) pues esta capacidad ayuda a valorar las cosas desde un nivel superior. La armonía existe en los sonidos, en las líneas, en las formas, en los colores, en el movimiento. La armonía es sinónimo de perfecto. Es característica de todo lo que funciona bien. Armonía corporal (buen funcionamiento, salud) Armonía afectiva (salud mental, paz, autoestima, felicidad) Armonía intelectual (equilibrio entre conocimiento, experiencia y sabiduría) Armonía personal (equilibrio, madurez, desarrollo...) Armonía familiar (Amor, convivencia, paz...) Armonía social (convivencia, justicia, paz...) Armonía moral (principios, valores, honestidad, responsabilidad...) Armonía espiritual (fe, transcendencia...) La ley de Armonía preside la vida de los seres humanos y según esta ley, sólo quienes funcionan de acuerdo a las leyes naturales que rigen la evolución, pueden alcanzar sus objetivos de forma exitosa. Los demás están condenados a vivir en el caos. Son muchas las personas que viven en un caos afectivo, económico, social... Vivimos en una sociedad mediocre, desorientada y competitiva. Es importante que encuentres la forma de proteger tus principios, tus valores y tu equilibrio mental. La armonía es uno de los valores más importantes de la evolución humana. Está asociada al desarrollo, al éxito, a la paz y a la felicidad Recuerda que las ideas no cambian el mundo; es necesaria la acción.
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Abundancia de justicia La justicia ha estado ausente a lo largo de la historia, debido a que los poderosos han impuesto su ley para beneficio propio. Fue la Revolución Francesa (1789), quien, con la Declaración de los Derechos del Hombre, despertó al mundo de su sopor. Las palabras libertad, igualdad y fraternidad retumbaron en la conciencia dormida de los pueblos y la gente tomó conciencia de su dignidad y de su derecho a vivir en libertad. La Revolución francesa sirvió de inspiración para la independencia de muchos países. Gracias a la Ley de Justicia, los pueblos y las personas avanzan hacia la libertad en todos los aspectos. El camino es largo y difícil porque existen muchos intereses que se oponen a la justicia, pero el mayor impedimento está en el interior de las personas. La justicia corre camino paralelo con la evolución. A medida que la sociedad evoluciona, adquiere más conciencia y mayor sensibilidad, lo cual se traduce en más y mejor justicia. Hoy luchamos por una justicia casi material (trabajo, alimento, techo, salud... pero llegará el tiempo en que los hombres lucharán por una justicia más espiritual, como es el derecho al conocimiento, al amor y a la felicidad. La justicia siempre está en peligro, igual que la libertad, por lo cual, es tarea de todos estar atentos y colaborar con nuestro granito de arena, para construir la justicia y la paz. La mayor injusticia del mundo es la ignorancia, debido a que es la raíz de todas las injusticias. "No le des un pez, enséñale a pescar" Sólo cuando las personas aprendan a pensar serán libres de verdad. El conocimiento es poder, progreso y libertad. Otra gran injusticia es la falta de amor. El amor es la fuerza que mueve el mundo. Sin amor todo se paraliza. La mayor injusticia que podemos cometer contra nosotros mismos y contra las demás personas es no amarnos y no amar. No existe ley humana que obligue a dar amor, pero la Ley de la Conciencia exige amar, debido a que es una condición para desarrollarnos como seres humanos. La Ley de Justicia está grabada en el corazón de los seres humanos y desde lo profundo clama: justicia y la libertad, pero no puede convertirse en realidad mientras los seres humanos sean víctimas del egoísmo, de la ignorancia, de los temores... Muchas personas están alienadas por la ignorancia y la pobreza, y, sobre todo, por falta de amor. Es necesario activar en ellas el espíritu de justicia para que sientan la necesidad de superarse y de aspirar a todos los bienes de la vida.
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La misión de la Ley de Justicia es que se reconozca el valor de todas las personas sin que importen las diferencias culturales, sociales o de género y que se les de oportunidades para que puedan surgir. Quienes podemos leer este tema hemos surgido por la sola razón de que hemos tenido oportunidades. La Ley de Justicia nos pide un poco de generosidad. Somos demasiado mezquinos. No se trata de dar un pez. No se trata de dar dinero. Se trata de dar algo de ti, en forma de respeto, de apoyo, de estimulo. Se trata de irradiar un poco de luz a tu paso por la vida. "Poco das si das de lo que tienes, mucho das, cuando das de ti mismo" K. Gibrán La mejor forma de ayudar a que la Ley de Justicia se imponga en la sociedad y cambien las cosas es que seas la mejor persona que puedas ser, porque más importante que cambiar el mundo por fuera es cambiarlo por dentro. Al hablar de justicia, lo primero que nos viene a la mente es la idea de justicia social, referida a una mejor distribución de los bienes materiales. La justicia social no se puede lograr con una mejor distribución de los bienes materiales; así como tampoco puede resolverse la delincuencia con el incremento de policías. Las causas de la delincuencia, de la intolerancia, de la pobreza o de la falta de justicia son profundas y suponen cambios de fondo a nivel mental y a nivel social. Es necesario comenzar por una mejor educación que distribuya el conocimiento y desarrolle la conciencia y la motivación al logro y la responsabilidad; porque el problema de la pobreza es básicamente mental. (Ignorancia, conformismo, falta de conciencia, de responsabilidad y de motivación) De modo que, para que la justicia sea efectiva es necesario superar a la vez la pobreza física y la pobreza mental. Con el fin de lograr la paz y el bien común, necesarios para sobrevivir y progresar, la sociedad ha creado un código de leyes que tiene como objeto regular el comportamiento humano. Pero con sólo leyes no se resuelve el problema de la justicia; sin embargo, son necesarias. Las leyes son la frontera que nos separa de la barbarie. Si llegara a romperse la frontera se impondría la ley de la selva. Para que exista verdadera justicia es necesario asimilar el espíritu de las leyes y desarrollar una conciencia cívica, de modo que los seres humanos sean conscientes y responsables. Esta utopía podrá ser realidad sólo cuando la humanidad haya logrado niveles superiores de evolución. Mientras llega ese día, la sociedad tiene que lidiar con la ignorancia, la pobreza, el egoísmo, la frustración, el resentimiento, la violencia, los intereses creados y los poderes establecidos, etc. A lo largo de la historia, la justicia ha sido administrada por los poderosos y, sólo a medida que la sociedad ha tomado conciencia de sus derechos ha logrado presionar para mejorar la justicia. De modo que, la mejora de la justicia está relacionada directamente con la evolución humana. Necesitan evolucionar los poderosos para ser más sensibles y necesita evolucionar la sociedad de a pie para tener más poder y exigir sus derechos. Los grandes cambios sociales se han logrado después de grandes revoluciones ideológicas y/o civiles y militares. Cristo causó una gran revolución mental y de conciencia. La Revolución Francesa con su mensaje "libertad, igualdad y fraternidad" despertó la conciencia dormida de los
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pueblos. Gandhi con su lucha pacífica de la "no violencia" dio origen a una nueva forma de lucha social. La sociedad debe estar atenta y seleccionar líderes auténticos porque los líderes marcan el rumbo de la sociedad. Las grandes conquistas humanas (el lenguaje, la libertad, la justicia...son producto de procesos largos, por lo cual, no hay que hacerse ilusiones y esperar grandes cambios en ningún aspecto humano. Pueden darse cambios rápidos a nivel técnico y científico porque la materia es manipulable y sólo se necesita descubrir la fórmula para aplicarla de forma inmediata; pero los cambios humanos suponen la rectificación de billones de esquemas mentales muy complejos. En el esquema mental de cada persona están implicadas todas sus ideas, experiencias, vivencias, sentimientos, principios, valores, temores, etc. lo cual no es fácil de cambiar. Pueden cambiar las leyes pero las personas siguen siendo las mismas. Esta es la razón por la cual la evolución humana es muy lenta y por qué cada generación sólo puede dar un paso adelante. La sociedad ha logrado grandes avances en el terreno de la justicia. La Declaración de los Derechos del Hombre (Derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona; derecho a la propiedad, a la libertad de pensamiento, de conciencia y de expresión, etc. significa un hito gigante. El problema es que, de la teoría a la realidad hay un abismo. La justicia sólo es útil cuando se hace realidad. Kelsen apunta en este sentido cuando dice que: La justicia es la justicia de la libertad, la justicia de la paz, la justicia de la democracia y la justicia de la tolerancia.
Cómo lograr la justicia La sociedad no es ente abstracto. La sociedad es una realidad formada por seres humanos. El valor de la sociedad es igual a la suma del valor de todos los ciudadanos. La gente piensa que la sociedad debe lograr la justicia social y esperamos que los demás resuelvan este entuerto. No pensamos que la justicia social depende del esfuerzo de "todos" por lo cual, para que haya justicia social es necesario comenzar por lograr que cada persona, de forma individual, sea justa, pues mal se podrá logra la justicia social si los miembros que conforman la sociedad son injustos. Qué tiene que hacer una persona para ser justa Tiene que ser fiel a su misión. Nadie ha nacido para ser el fin de sí mismo. Todo ser humano tiene una dimensión personal y una dimensión social. Como ser individual, tiene la responsabilidad de desarrollarse y llegar a ser la mejor persona que pueda ser; y como ser social, tiene la responsabilidad de aportar a la sociedad lo mejor de sí. Cuando las personas funcionan bien, la sociedad funciona bien, cuando las personas son honestas y generosas, la sociedad es honesta y generosa... Muchos dicen: "De nada sirve que yo trabaje por la justicia cuando la inmensa mayoría no lo hace" Si trabajas por la justicia eres un privilegiado (tienes conciencia, tienes valores, tienes un alma noble y la vida por Ley de Causa y Efecto te premiará de muchas formas. Quienes son injustos y carecen de responsabilidad y de sensibilidad social, viven de espaldas a las leyes naturales y a la vida, y la vida que hace justicia, los castigará de muchas formas.
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Tú no mires hacia los lados, no juzgues lo que hacen o dejan de hacer los demás, sólo sigue tu camino y haz lo que tienes que hacer, sin esperar que nadie te agradezca. "Haz bien y no mires a quien" y será la vida quien te dé lo que mereces en atención a tus acciones. Resulta ingenuo pensar que en la tierra habrá virtud, justicia y paz, mientras la gente sea viciosa, sea injusta y viva en conflicto consigo misma. La sociedad es un reflejo de las personas. Cada sociedad es producto de sí misma. El problema es que vivimos todos juntos y pagan justos por pecadores. Esta situación obliga a los justos a trabajar más por los demás si quieren vivir mejor. A lo largo de tu vida comprobarás que las injusticias y las dificultades no son tus mayores enemigos, porque, aunque desagradables, te impulsan a superarte. Necesitamos leyes (justicia) para evitar que se imponga la ley de la selva, mas, para lograr una verdadera justicia, que asegure la paz, la convivencia y el bien común, necesitamos asimilar el espíritu de las leyes, necesitamos conciencia y equidad. La equidad es superior a la justicia. La justicia es rígida mientras que la equidad es más humana, tiene en cuenta la situación concreta y trata de resolver las cosas de forma positiva, moderando el rigor de la ley. La equidad es una forma de justicia con sensibilidad humana, porque la función de la justicia no es aplicar la ley por la ley, sino lograr que la humanidad funcione. En la vida diaria es importante ser justo y equitativo por ética personal y porque es necesario para vivir en paz y conservar el sentido de la dignidad. Ser justo con los demás significa muchas cosas (significa respetar su forma de ser, de pensar y de a actuar, ser honesto y respetar y defender los derechos humanos. A veces necesitamos estar por encima de la justicia y ser magnánimos, porque todos cometemos errores por ignorancia, debilidad, problemas... y necesitamos ser comprendidos y perdonados. "El que esté sin pecado que tire la primera piedra" Existen muchas formas de injusticia relacionadas con la pobreza y el hambre, pero las peores injusticias son las relacionadas con la ignorancia y con la falta de libertad, pues esta clase de injusticias mutila el espíritu y condenan a las personas por el resto de su vida; por tanto la justicia más valiosa por la que hay que luchar en uno mismo y para los demás es el conocimiento y la libertad.
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Abundancia de solidaridad
Vivimos en una sociedad crítica, pronta para juzgar y condenar. Y las personas, para protegerse de la curiosidad de los demás, crean distintas máscaras o poses, con el fin de ocultar sus verdaderos sentimientos. Si observas con atención, verás que su rostro es serio, tenso, ausente,… Esta es la versión falsificada de las personas en la sociedad; sin embargo, cuando están a salvo de las críticas y de la agresión de la sociedad, son personas amables y solidarias. Ahora bien, hay bastantes personas que se acostumbran a las máscaras y se identifican con ellas por el resto de su vida.
El placer de ayudar a los demás “Toda la naturaleza es un anhelo de servicio; sirven las nubes, sirve el aire, sirve el surco. Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú; donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú; donde haya un esfuerzo que todos esquiven, acéptalo tú" Gabriela Mistral "Poco das, si das de lo que tienes, mucha das, cuando das de ti mismo" Khalil Gibrán "Dormía y soñaba que la vida era alegría. Desperté y vi que la vida era servicio. Serví y vi que el servicio era alegría" Rabindranath Tagore En 2002 un estudio de la Universidad Emory de Atlanta demostró que ayudar a los demás estimula zonas de nuestro cerebro asociadas al placer. “En realidad, este hallazgo significa que estamos configurados genéticamente para ayudarnos los unos a los otros” El altruismo es algo básico en nuestro funcionamiento cerebral, codificado en nuestras neuronas, es más que una cualidad moral que suprime los instintos egoístas. Además, según investigaciones de la Universidad de Yale, la vida se prolonga entre cinco y ocho años si nos mantenemos activos física y mentalmente y si tenemos una actitud positiva, aspectos que están en la base de la cooperación y ayuda a los demás. Sentirse útil a cualquier edad y hacer algo por los demás es básico para la salud física y mental y para ser feliz. Nacemos con la capacidad de querer ayudar a los demás, aunque la recompensa no sea evidente. El altruismo es innato en los seres humanos y también es aprendido, por lo que, podemos potenciarlo o ahogarlo. Transcribo un correo que acaba de llegarme EL PAÍS/ URUGUAY 27 DE MARZO 2015 - 01:33 PM
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El presidente ejecutivo de Apple, Tim Cook, dijo que planea regalar toda su riqueza, informó la revista Fortune. Cook, de 54 años, dijo a la revista que planea donar su fortuna a la caridad después de asegurar la educación de su sobrino de 10 años. Fortune estimó la riqueza neta de Cook, basándose en las acciones que posee en Apple, en unos 120 millones de dólares. También tiene títulos restringidos con un valor de 665 millones de dólares si fueran plenamente devengados. Cook sigue el ejemplo de otros 38 multimillonarios estadounidenses que se han comprometido a donar, al menos, la mitad de sus fortunas a organizaciones caritativas. Esta iniciativa fue impulsada por el creador de Microsoft, Bill Gates, y por el multimillonario Warren Buffet en el marco del proyecto The Giving Pledge, que podría traducirse como “el compromiso de dar” Estos millonarios sienten la necesidad de ayudar y dejar una huella en la vida, más allá de sus empresas económicas. Ayudar a los demás genera felicidad Compartir tiempo con los demás y ocuparse de otros, no solo da felicidad, sino que es bueno para la salud. Muchas investigaciones relacionan altruismo con efectos beneficiosos sobre la salud. Hay una fuerte correlación entre bienestar, felicidad, salud y longevidad. Ayudar a los demás tiene recompensa. Universidades estadounidenses y europeas han descubierto que la satisfacción generada por las buenas obras puede ser saludable, no solo para nosotros, sino para nuestra descendencia, porque modifica de forma positiva nuestra dotación genética, y porque la tendencia a la felicidad es una característica en buena parte hereditaria, que se trasmite de una generación a otra. En lo más profundo de nuestros circuitos neuronales, la evolución nos grabó una orden y un premio. La orden de que debemos hacer el bien a los demás y que en nosotros mismos estaría la recompensa. La humanidad ha podido sobrevivir a siglos de barbarie gracias al altruismo codificado en nuestras neuronas. El estudio de las emociones positivas, como la gratitud, es un campo nuevo en la psicología que comenzó a finales de los 90. Estudia el poder de las virtudes del ser humano. Uno de los fundadores de este nuevo campo es Martín Seligman de la Universidad de Pennsylvania, cree que “la ciencia de la gratitud se ha convertido en un enfoque central de la psicología positiva en estos últimos años”. “No hay mejor oportunidad para recibir que agradecer por lo que ya tenemos. El agradecimiento abre las ventanas de la oportunidad para las ideas que fluyen en tu camino.” Jim Rohn La Cruz Roja y la Media Luna Roja disponen a nivel mundial, de 20 millones de voluntarios y voluntarias.
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Existen miles de ONGS con millones de voluntarios, dispuestos a ir a donde los envíen a dar lo mejor de sí sin recibir nada cambio. Bueno, reciben a cambio algo de valor incalculable, como es la experiencia de conocer y ayudar a personas que no tienen nada de nada, pero que, sin embargo, tienen lo más importante de la vida, la humildad, la bondad, el agradecimiento y la felicidad. En realidad, la solidaridad es inmensa. Existen millones de personas en el mundo que ayudan a los demás de forma generosa y desinteresada. Gracias a estas personas el mundo sigue funcionando un poco mejor. Tú puedes entrar a formar parte de este equipo, y, si no quieres compromisos, puedes ser solidario por tu cuenta.
Existen muchas formas de ser solidario Pregúntate cada día al levantarte cómo puedes ayudar a alguien hoy. Cuando veas la oportunidad de ayudar a alguien, hazlo sin esperar a que te lo pidan. "Haz bien y no mires a quien" 1. Ama a las personas y aceptarlas como son. 2. Respeta su persona, ideas, sentimientos. No juzgues ni critiques. 3. Comprende. (Lo cual no significa aceptar sus actitudes o conductas... 4. Estimula. Todo ser humano tiene algo bueno que puedes estimular. 5. Perdona. "El que esté sin pecado..." Jesús de Nazaret 6. Enseña, orienta. Es suficiente una idea para iluminar la mente de las personas. 7. Acompaña. La gente sufre mucho de soledad. 8. Protege. Hay mucha gente débil frente a la agresividad de la sociedad 9. Saluda. Es una forma de decir: Te veo, existes y eres importante para mí. 10. Sonríe. Una sonrisa no cuesta nada y puede alegrar la vida de las personas. 11. Agradece. El agradecimiento es una forma de conectar con las personas y despertar sus mejores sentimientos
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Abundancia de comprensión, tolerancia y perdón Vivimos en una sociedad formada por un mosaico de personas, razas, costumbres, creencias... Cada cual cree tener la razón y trata de imponer su estilo de vida. La gente está saturada de angustia y prejuicios; en consecuencia, vive a la defensiva y reacciona en contra de todo lo que no coincide con su esquema mental, porque lo percibe como una amenaza. La comprensión, la tolerancia y el perdón son conductas indispensables para convivir en paz en una sociedad que tiende a la globalización total, en la que todos estamos obligados a convivir en un mismo espacio. A pesar de la complejidad de la globalización y de los problemas que genera en todos los aspectos, existe una corriente general de comprensión, de apertura y tolerancia Comprensión Es necesario aceptar que cada persona es un mundo. Desde niños somos programados con principios y valores que constituyen la estructura de la personalidad, de la idiosincrasia, de la identidad. Estas estructuras se consolidan con los años, por lo cual las personas no pueden cambiar del día a la noche su forma de ser, de pensar y de actuar. Además ¿Cuál sería el modelo único a seguir? La comprensión es el principio del entendimiento. Significa que entendemos y aceptamos que “los otros” tienen razones para pensar como piensan y actuar como actúan; aunque no compartamos su forma de pensar y de actuar. Así como "los otros" también deben entender nuestra forma de pensar y de actuar. La comprensión debe ser mutua. Tolerancia La tolerancia supone un grado mayor de madurez. Exige respetar y compartir espacios comunes. Significa ceder ciertos derechos con el fin de salvar otros derechos más importantes. Según ciertas teorías el miedo y la ignorancia son las raíces que causan la intolerancia y sus patrones pueden imprimirse en la psique humana desde muy temprana edad. La tolerancia está asociada al desarrollo del "Adulto" (razonamiento, experiencia y madurez), mientras que la intolerancia depende del "Padre" crítico y prejuiciado. La tolerancia y la intolerancia son actitudes que se aprenden básicamente en la infancia. Después, la persona tiende a ser automáticamente tolerante o intolerante. La intolerancia puede superarse cuando la persona entiende lo ilógico e injusto de su actitud. La crisis de valores que afecta a la sociedad es la consecuencia del fracaso de la familia y de la escuela, pues, es ahí donde se programa a las personas para la convivencia.
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Qué debemos tolerar y hasta dónde debemos tolerar. Las personas merecen respeto, por tanto, no debemos combatir contra ellas, pero sí debemos denunciar y combatir sin tregua: la mentira, la injusticia y todas las lacras que dañan a la sociedad. Las conductas incorrectas no se eliminan con represión. Nacen de la mente, por lo cual, necesitamos producir cambios mentales en las personas que las producen, para ello, necesitamos encontrar la forma de implantar en la mente de las personas valores superiores. Pero nadie puede transmitir valores a los demás si antes no se ha ganado la confianza y el respeto y logra convencerles de que los valores superiores son un bien para su desarrollo, para su éxito y para su felicidad. Las personas sólo cambian cuando se dan cuenta de que el cambio les beneficia. Hoy se habla mucho de tolerancia y en nombre de la tolerancia se permiten conductas que van contra la seguridad y la paz social. Muchos gobiernos, instituciones, autoridades y familias, están claudicando y perdiendo autoridad. No son capaces de exigir la disciplina y responsabilidad necesarias para conservar el equilibrio, la armonía y el desarrollo personal y social; en consecuencia, se está imponiendo una anarquía en muchos aspectos, cuyas consecuencias nadie puede predecir. El efecto mariposa puede convertirse en realidad. La humanidad ha luchado durante miles de años por ser "libre" y lograr una calidad de vida aceptable y en convivencia. Por lo cual, no es justo que unos cuantos locos (terroristas, dictadores, fanáticos, delincuentes, corruptos, mafiosos...) creen sus imperios al margen de la ley y se conviertan en problemas para la sociedad. Muchas de estas cosas existen debido a la comodidad y complicidad de los ciudadanos. La gente dice: "Ese no es mi problema" Así han dicho muchas personas, hasta que llega el día que les afecta gravemente. Ni tú ni yo somos policías para perseguir a los ladrones pero sí podemos ser abanderados de la libertad, de la justicia y del respeto a la gente y a la ley. Y, por efecto mariposa, nuestro pequeño aporte puede llegar a ser gigante. Es suficiente un fósforo para incendiar un bosque. El perdón El perdón es una cualidad que poseen únicamente ciertas personas superadas. Significa que cuando alguien viola mis derechos, soy capaz de comprender que es una persona equivocada, que es víctima de sus temores, de sus prejuicios y de su frustración y por tanto, la perdono. La gente respeta y admira a quienes son capaces de perdonar. Hay que comenzar por perdonarse a sí mismo; por ser humilde y aceptar que somos débiles y que cometemos muchos errores. A medida que pasan los años se ven las cosas desde otra perspectiva y, liberados de la ira del momento, resulta más fácil comprender y perdonar. La ira y el perdón se aprenden. La diferencia radica en que en la ira, la persona se deja llevar por un impulso irracional, mientras que, en el perdón, la persona controla la ira y en su lugar produce un sentimiento de perdón. Un método que puede ayudarnos a comprender y perdonar, consiste en pensar lo mal que se sentirán las personas que nos hacen daño; pues, sólo una persona con serios problemas personales puede actuar de esta forma.
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Todos necesitamos ser comprendidos, tolerados y perdonados muchas veces. “El que esté sin pecado que arroje la primera piedra” Vivimos en una sociedad de competencia despiadada y el instinto nos lleva a reaccionar de forma agresiva. El “Ojo por ojo y diente por diente” es una conducta alienante, pues nos obliga a vivir constantemente en actitud de ataque y defensa, y, si alguien no detiene esta guerra, al final, todos terminaremos, como mínimo, ciegos y desdentados. Si tenemos en cuenta que la gente gasta el 70% de su energía física y mental en defenderse de sus propios temores, complejos, culpas y frustraciones. ¿Qué energía le puede quedar para avanzar en el proyecto de su propio desarrollo? Los seres humanos tendemos a ser justicieros. Ignoramos que la comprensión, la tolerancia y el perdón son valores superiores a la justicia. La justicia es sólo una ley natural, mientras que, el perdón es una ley superior. Tenemos que aceptar que, el otro, es una persona de carne y hueso, el cual, por circunstancias de la vida es distinto a nosotros y ponernos en sus zapatos para poder comprenderle. Nos han enseñado a pensar que quienes no son como nosotros están equivocados (?). Es un error. Todos tenemos un poco de la verdad y es esa verdad la que podemos compartir. El hecho de perdonar indica que eres capaz de dominar los instintos primitivos, como son: La ira, el odio, la venganza y el resentimiento, pero, aún queda un buen trecho por andar. Es necesario llegar un poco más lejos y ser capaz de amar. “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Según la Ley de Correspondencia, cada uno recibe lo que da; de modo que: “No juzgues y no serás juzgado. No condenes y no serás condenado. Perdona y serás perdonado” Ama y serás amado. ¿Cuántas veces debo perdonar? “Setenta veces siete” es decir, siempre. Cuando alguien nos hiera o traicione, podemos pensar en lo mal que se sentirá, porque al traicionarnos, se traiciona a sí mismo. Nos sentimos amenazados por los demás por la simple razón de que son distintos. En este caso, el problema no son ellos; el problema es nuestra estrechez mental. El hecho de comprender, tolerar y perdonar, no significa ser complaciente con la mentira y con el mal. La mentira y la injusticia son males y, por tanto, deben ser combatidos; pero las personas que actúan en su nombre, están equivocadas y merecen el perdón. En conclusión: Necesitamos comprender que cada persona es un mundo, con un esquema mental propio y con una forma particular de reaccionar; por lo cual, no intentes cambiar su rumbo, sólo ofrécele tu ejemplo, tu respeto y tu perdón. El perdón es una decisión y también es un proceso. Dicen que el perdón es propio de Dios y de los santos, en realidad es sólo una conducta de personas inteligentes. Necesitamos perdonar y amar para conservar el equilibrio mental y para sobrevivir.
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Cómo convertir en realidad la Ley de Abundancia y Prosperidad
Los capítulos anteriores han servido para entender que existe abundancia de todo, de lo bueno y de lo malo. En cada persona está el tomar lo bueno y alejarse de lo malo. Ésta es una responsabilidad personal ineludible. En los siguientes capítulos podremos encontrar la forma de convertir nuestros deseos en realidad. Es importante estar convencidos de que tenemos un cerebro muy evolucionado desde el punto de vista genético, que estamos dotados de grandes poderes biológicos y mentales y que disponemos del libre albedrío; por lo cual, nuestro destino está en nuestras manos, por encima de cualquier condicionamiento social. Ahora bien, todo este potencial sirve de poco si no desarrollamos la inteligencia cognitiva, la conciencia, la inteligencia emocional y la voluntad. La inteligencia cognitiva ayuda a comprender la naturaleza de las cosas, su funcionamiento y utilización. El conocimiento es el camino hacia el éxito y la libertad. El conocimiento es poder. La conciencia informa sobre el valor moral de las acciones, es decir, sobre lo que es correcto o incorrecto, en consecuencia nos guía por el camino de la verdad y del bien. Vivimos en tiempos de relativismo moral y de ambigüedad en los comportamientos sociales, por lo cual, es fundamental desarrollar criterios claros y valores consistentes. Ésta es la única forma de protegernos de nuestros enemigos internos (tendencia al libertinaje, egoísmo, pereza, corrupción, etc.) y de nuestros enemigos externos (trampas de la vida…) La inteligencia emocional hace referencia a la afectividad. La afectividad nos hace humanos, nos hace sensibles a las cosas y nos impulsa a reaccionar. Impulsa al ser humano, a salir de sí mismo, del egoísmo y de la soledad para relacionarse con las personas, aprender y crecer. De ella nace el amor, las emociones, la creatividad, la motivación y la alegría de vivir. La fuerza que impulsa nuestra vida es la emoción, la motivación, el interés. Esto significa que necesitamos encontrar razones importantes para actuar, de lo contrario el cerebro no se activará. Cuando las personas tienen un proyecto importante por el cual vale la pena vivir y luchar, el cerebro se activa y trabaja sin descanso para convertir el proyecto en realidad. De todos modos, es necesario vivir centrado en el proyecto y activar el cerebro por medio de la lectura, la reflexión y una actitud emocional positiva.
La voluntad es un hábito que ayuda a perseverar en la acción. Todo en nuestra vida depende de hábitos. Puesto que toda nuestra vida depende de hábitos, deberíamos aprender, desde niños, numerosos hábitos fluidos y eficaces, tales como: leer bien, pensar, hablar bien, escribir,
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relacionarnos, disciplina, alimentación, responsabilidad, ser felices, compartir, etc.) Estos hábitos hacen que la vida fluya de forma natural y espontánea y que la acción resulte fácil y efectiva. Sin hábitos correctos, todo resulta difícil y desagradable. De aquí la importancia de desarrollar buenos hábitos intelectuales (lectura, reflexión, creatividad,…) buenos hábitos morales (honestidad, disciplina, responsabilidad,…) A todo lo dicho hay que añadir una estrategia y tácticas. La estrategia es un elemento indispensable en todo proyecto político, económico, social y de desarrollo. Sin una buena estrategia no hay posibilidad de éxito. La estrategia constituye el marco teórico de la acción (Qué hacer y por qué hacerlo) Se refiere a los fines, a los objetivos a lograr; además, contiene la razón por la cual luchar. La táctica (Cuándo y cómo hacerlo) Se refiere a la planificación concreta y detallada de las acciones a tomar. El objetivo de la estrategia y de las tácticas se alcanza en etapas. La lentitud hace que todo se haga pesado, que la energía se diluya y se pierda la eficacia; por lo cual, la acción debe ir directamente a lo fundamental y los hechos deben sucederse en forma fluida, pero, sin precipitación. La buena estrategia comienza por elaborar un proyecto de vida, claro, preciso, valioso y motivador, capaz de absorber en beneficio propio la energía mental. En muchos casos cambian las circunstancias y se impone una rectificación. Esta posibilidad exige ser previsor, flexible y creativo. La estrategia es un esquema que necesita vida y motivación constante. Como las cosas cambian con rapidez, es necesario renovarse constantemente, estar atento a los signos de los tiempos y prever muchas cosas para no perder el tren del futuro. Existen cientos de leyes que rigen la vida, las cosas y la mente humana. (Leyes económicas, políticas, sociales, psicológicas, etc. Obedecerlas puede ayudar a las personas a ganar
control sobre su vida, mejorar sus relaciones, elevar su productividad personal y experimentar la paz interior.
Todo éxito supone una cierta forma de hacer las cosas. Todo funciona de acuerdo a leyes que es necesario conocer y obedecer. Existen leyes para hacerse rico, leyes para ser líder, leyes para…
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Ley de Atracción Todo en la naturaleza se rige por leyes. Una de estas leyes es la Ley de Asociación o Atracción. Esta ley está impresa en los átomos, en las células y en los organismos. Hace que todo lo que existe tienda a asociarse de acuerdo a sus características. (Se asocian las partículas de hierro, las partículas de cobre, las hormigas, los árboles y las personas, para sobrevivir. “La unión hace la fuerza” Esta ley rige también los contenidos mentales (ideas, sentimientos, recuerdos) los cuales luchan por sobrevivir y evitar desaparecer en el olvido. Pero, como la vida es movimiento, cambio y evolución, también existe la Ley de Desintegración o Ley de Entropía que tiende a desintegrar todo lo que existe, reduciéndolo a su estado original para que inicie un nuevo proceso de integración, siguiendo la Ley de los Ciclos. Lo expuesto sirve para entender que, en nuestro cerebro, tenemos grabada información positiva (ideas, sentimientos y vivencias) que lucha por sobrevivir y alcanzar la plenitud. Estos contenidos pueden conducirnos al éxito. También tenemos información negativa que puede conducirnos al fracaso. Cuando pensamos en algo (positivo o negativo) lo alimentamos y tiende a fortalecerse. Cuando pensamos en ello con insistencia, incrementamos su poder. Cuanto más poder adquiere una idea o un sentimiento, se impone con fuerza sobre las demás ideas y sentimientos, hasta llegar a tomar el control de la mente. Como es lógico, la persona tenderá a actuar de acuerdo a las ideas y sentimientos que se imponen en su mente. Una persona que piensa todos los días en problemas económicos, familiares, etc. lo único que logra es atraer a su mente todos los pensamientos negativos que se relacionan con sus problemas, los cuales, exacerbados por una imaginación angustiosa, le hacen ver las cosas cada vez más complicadas. Esta percepción genera mucha angustia, produce un gasto inmenso de energía mental y biológica e inhibe la fe y la creatividad, con lo cual no encuentra salida. Por el contrario, una persona que piensa en soluciones, no se detiene en problemas. Busca alternativas...ésta actitud hace que el cerebro comience a buscar en el “disco duro” de la mente, información que sirva para lograr el objetivo. De forma progresiva, la persona comienza a ver una luz en la distancia (Recuerda que todo problema tiene una solución) Poco a poco se van asociando y organizando las ideas en la mente hasta que llega el momento “Eureka”, encontré la solución. Las soluciones teóricas pueden llegar de forma instantánea, pero las soluciones prácticas pueden tardar días, meses, y, hasta años. Lo importante es tener la certeza de que se avanza por el camino de la solución. Lo más triste en la vida es vivir sin esperanza.
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Sin cierta esperanza nadie puede vivir. Por suerte, siempre existe la esperanza de que las cosas puedan cambiar, de que puede ocurrir un milagro. Pero no podemos vivir de la esperanza ni de los milagros. Nuestro destino no puede depender de nadie porque la vida es un reto personal. Somos hijos de una sociedad represiva que nos enseña a percibir la vida como problema. De cada diez mensajes que hemos recibido a través de la educación, nueve han sido represivos de alguna forma. A nivel social ocurre lo mismo. El 90% de los mensajes expresan problemas, angustia, agresividad y sólo el 10% son reconfortantes. Esta es la razón principal por la cual las personas tienden a centrarse en sus problemas en vez de pensar en proyectos y en soluciones. A pesar de que hemos sido programados con muchos mensajes negativos, hay una fuerza vital en lo íntimo de cada ser, que vibra con intensidad e impulsa a crecer. Necesitamos activar este impulso todos los días con mensajes positivos y nos sorprenderemos de hasta dónde podemos llegar; sólo es cuestión de programación. Todo en la vida funciona de acuerdo a una programación. Piensa en soluciones. Sé asertivo. La asertividad no es sólo una actitud mental, es una forma activa de vivir, de esforzarse, de capacitarse, de resolver las cosas, en vez de esperar que éstas cambien. Piensa en soluciones, porque así como piensas así te suceden las cosas. "Cuida tus pensamientos, porque se volverán palabras. Cuida tus palabras, porque se volverán acciones. Cuida tus acciones, porque se volverán costumbre. Cuida tus costumbres, porque forjarán tu carácter. Cuida tu carácter, porque forjará tu destino" Gandhi
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Ley de los contrarios En la naturaleza todo tiene su contrario: El bien y el mal, la salud y la enfermedad, la riqueza y la pobreza, la vida y la muerte. Podríamos poner infinitos ejemplos, pero concluyamos diciendo que la existencia de cualquier cosa exige la existencia de su contrario, que la complementa y constituye con ella la unidad. Es la Ley de los Opuestos Complementarios. Esta ley nos ayuda a entender que la vida y la gente son como son, que tienen su lado bueno y su lado malo; que el éxito y el fracaso son condiciones naturales e inevitables de la vida, el asunto está en aprender de ambos. El filósofo Empédocles, creía el amor y la discordia eran el origen de todo. Heráclito creía que la lucha de los contrarios era la causa del devenir de todas las cosas. De todo lo expuesto podemos concluir que el " leitmotiv " de la vida y de la historia es la lucha, la competencia. A través de la lucha se desarrollan las personas. A través de la lucha se van logrando los ajustes necesarios para evolucionar y funcionar a niveles superiores. La lucha ha sido y será compañera inseparable del hombre; por tanto, la polaridad es positiva. Es un activador que impulsa a la búsqueda de soluciones, pero, como todo en la vida, puede ser un arma de doble filo. El problema no está tanto en la polaridad cuanto en la incapacidad de las personas para armonizar los contrarios. Hasta ahora hemos escrito sobre la abundancia que existe en la tierra en varios aspectos. En los próximos capítulos vamos a escribir sobre algunos opuestos negativos que influyen en la vida de las personas. Es importante conocer los opuestos negativos para protegernos. En primer lugar tenemos que protegernos de nuestros propios enemigos (ignorancia, temores, pereza, egoísmo, irresponsabilidad, etc. y protegernos de la parte negativa de las personas. Ni tú ni yo podemos cambiar el mundo, por lo que debemos centrarnos en cambiarnos a nosotros mismos, pues, más importante que cambiar el mundo por fuera es cambiarlo por dentro. Quienes han sido educados con respeto y con amor, perciben el mundo en positivo, sienten, piensan y actúan en positivo; mientras que, quienes poseen carencias educativas graves, perciben la vida en forma negativa y piensan y actúan en forma negativa. De aquí la importancia de conocer la mentalidad de las personas para saber a qué atenernos. Por una parte, la sociedad evoluciona constantemente hacia algo mejor, debido a la Ley de Evolución que todos llevamos impresa en nuestras células y en nuestra mente. Estamos programados genéticamente para ser genios, para ser sabios, libres, exitosos y felices, pero estos poderes solo se hacen realidad en la medida en que evolucionemos a través del desarrollo de la inteligencia, del amor y de la conciencia.
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Existen muchas fuerzas negativas que atentan contra el desarrollo de las personas. Estas fuerzas reactivas residen en el interior de cada persona y es necesario reducirlas a través del desarrollo intelectual, afectivo, moral y espiritual. A medida que las fuerzas negativas pierden poder se acelera el proceso de evolución. De todas formas, la evolución es un proceso lento en el que necesitamos trabajar durante toda la vida. Al final, lo importante es llegar a ser la mejor persona que podamos ser. En esta labor estamos solos, porque el desarrollo es una responsabilidad personal. Si las personas que nos rodean tienen una mentalidad de abundancia, podrán ayudarnos un poco a superarnos, por medio de su influencia positiva; pero si su mentalidad es de escasez, tratarán de echarnos abajo, debido a que nuestro éxito es una crítica a su mediocridad. Es importante tener presente que la mentalidad de escasez, no se refiere a la pobreza física, sino a la pobreza mental, la cual abunda entre muchas personas acomodadas y entre profesionales. De aquí la importancia de mantenerse alerta para no ser contaminado por la envidia, ni por el odio. El lenguaje está cargado de mensajes que pueden ser el alimento del espíritu o el veneno que mata ilusiones y esperanzas. Cuídate de la parte oscura de tu mente y de la mente de los demás. La parte oscura de la mente está habitada por instintos, temores, pasiones, odios, resentimientos, frustraciones, fanatismos. Son fuerzas violentas que carecen de toda moral, de modo que, cuando se desatan arrasan sin piedad con todo lo que encuentran a su paso. Cuando se debilitan los principios y valores surge la parte oscura de la mente y se impone el imperio de los instintos, de la fuerza, de la brutalidad, de la corrupción y del crimen. La experiencia y la historia nos enseñan que las personas y las sociedades se desarrollan mientras son impulsadas por principios, valores e ideales, y decaen cuando se debilitan sus principios morales. De aquí la importancia de desarrollar criterios claros y convicciones. Los valores son la roca firme sobre la que podemos construir una vida segura y feliz. Las crisis surgen cuando se debilitan los principios y valores. La línea que separa la barbarie de la civilización es muy débil y se puede romper en cualquier momento generando el caos. Es importante no olvidar que nuestras raíces profundas son de origen animal, que tendemos al libertinaje y a la corrupción y podemos llegar a ser fanáticos y violentos, por lo cual, necesitamos ejercer un control constante sobre nuestra mente. También es importante permanecer alerta a nivel social para impedir que surjan ciertas ideologías o fanatismos, cuyos efectos todos conocemos.
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El inconsciente colectivo El término inconsciente se utiliza para designar el conjunto de procesos mentales que ya tienen un camino establecido y se desencadenan de forma automática, por lo que no son pensados conscientemente. El inconsciente colectivo se refiere a los contenidos psíquicos inconscientes comunes a toda la humanidad y que no tienen su origen en la experiencia individual. El fundamento de dichos contenidos está en la experiencia de nuestros antepasados, experiencia que se transmite de forma hereditaria. Es preciso no confundir estos contenidos inconscientes, comunes a toda la especie, con los instintos innatos. Se trata de contenidos mentales conocidos como arquetipos. Arquetipo deriva de: Arjé = (fuente, principio u origen) y Typos = (impresión o modelo) Los arquetipos son las vivencias ancestrales, experimentadas por nuestros antepasados, las cuales quedaron grabadas en su inconsciente, y se transmiten hereditariamente de generación en generación. Estas vivencias se refieren a los grandes problemas que debe enfrentar toda persona: la muerte, la vida, la eternidad, la inmortalidad, la infinitud, el sentido de la existencia, la verdad de las cosas, el paso del tiempo, el amor, el dolor,... Los arquetipos son imágenes o metáforas que expresan simbólicamente las actitudes ante dichos problemas. Según Jung, tenemos constancia de la existencia de arquetipos gracias al análisis de los sueños y de los mitos y religiones de las distintas culturas. La teoría de Hellinger dice que nos guía una consciencia grupal o colectiva. Los miembros de una familia, por ejemplo, están influidos por un tipo de conciencia común que se transmite inconscientemente de padres a hijos. No se trata de una herencia genética sino de una herencia mental inconsciente. El origen de este tipo de consciencia se remonta al origen de la raza humana, cuando existían pequeñas comunidades, integradas por 20 o 30 individuos de la misma familia. Todos ellos vivían juntos y actuaban de la misma manera, cuidando el bienestar del grupo, sin tener deseos individuales, ya que en esta época era primordial sobrevivir; para lo cual, cada integrante de la comunidad era esencial: El grupo no podía darse el lujo de perder a uno de sus miembros, y los individuos no se podían separar de la comunidad sin correr peligro. Todos los integrantes se pertenecían y dependían unos de otros; el alma común cuidaba de que ninguno se perdiera y de que cada uno sirviera al grupo. No necesitaban pensar en qué era lo correcto. Todos funcionaban al unísono. Una fuerza los inducía a actuar de forma unitaria. Era la única forma de sobrevivir. Hoy se reconoce que en cada constelación familiar existe una dinámica inconsciente. Existen conflictos, preocupaciones familiares y comportamientos que se transmiten a través de las generaciones y determinan los problemas psicológicos actuales. Esta transmisión es ajena a
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la genética, se supone que es más bien cultural, ya que no se puede explicar por la historia del aprendizaje de cada individuo. El inconsciente colectivo hunde sus raíces en los orígenes de la humanidad. Ahora bien, para comprender el inconsciente colectivo necesitamos regresar mentalmente a la prehistoria y visualizar al hombre prehistórico en lucha terrible contra el mismo hombre, caníbal salvaje; en lucha contra los animales salvajes; en lucha contra las fuerzas naturales y en lucha contra los fantasmas y contra los dioses (el trueno, el rayo, las tormentas, etc.) Ese mundo aterrador fue el escenario en el que se desarrolló la existencia de los primeros hombres. Como es lógico sus vivencias existenciales fueron aterradoras. En su inconsciente se grabaron infinidad de temores, que se han eternizado en el tiempo y que se transmiten de forma inconsciente de generación en generación. Han pasado millones de años, desde aquel escenario primitivo. El hombre ha dominado la naturaleza y se han desvanecido los fantasmas, pero los temores siguen enraizados en el corazón de los hombres. Bert Hellinger estudió las formas inconscientes en que cada individuo está unido a su familia, y cómo determinados comportamientos y tendencias psicológicas se repiten generación tras generación. Basándose en esta teoría creó el método de Constelación Familiar para liberar a las personas de muchos contenidos que forman parte del inconsciente colectivo, y, de esta forma, restablecer el orden natural en el funcionamiento de la familia. Hoy se reconoce que existe una transmisión de conflictos, preocupaciones familiares y comportamientos a través de las generaciones, que determinan los problemas psicológicos actuales y los problemas psicológicos a futuro, a no ser que se rectifique a tiempo. Esta transmisión es ajena a la genética, se supone que es cultural. De aquí la importancia de tomar conciencia de que somos portadores de una herencia mental inconsciente, positiva y negativa, y, como seres conscientes y evolucionados, necesitamos superar el "determinismo" derivado de nuestro inconsciente colectivo. Necesitamos construir estructuras mentales sólidas que nos permitan hacer frente a las fuerzas compulsivas procedentes del inconsciente colectivo y del inconsciente personal. Los seres humanos heredamos un código genético que se ha transmitido de generación en generación y también heredamos un inconsciente colectivo que contiene las grabaciones de todas las experiencias vividas por la humanidad desde sus orígenes hasta el día de hoy. "La vida se me ha aparecido siempre como una planta que vive de su raíz. Su vida propia no es perceptible, se esconde en la raíz. Lo que es visible sobre la tierra dura sólo un tiempo. Luego se marchita. Es un fenómeno efímero. Si pensamos en el infinito devenir y perecer de la vida y de las culturas, se tiene la impresión de que nada es absoluto; pero yo no he perdido nunca el sentimiento de algo que vive y permanece bajo el eterno cambio. Lo que se ve es la flor, y ésta perece, pero la raíz permanece. C. G. Jung. Los seres humanos tenemos un inconsciente personal que contiene lo vivido por la propia persona, pero este inconsciente personal hunde sus raíces en el inconsciente colectivo que contiene las
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grabaciones de todas las experiencias vividas por la humanidad desde sus orígenes hasta el día de hoy. "Existen muchas conductas humanas que no se adquieren con la educación ni en contacto con la cultura, sino que son "innatas y hereditarias" C. G. Jung. "A semejanza de los instintos, los modelos de pensamiento colectivo de la mente humana son innatos y hereditarios. Funcionan, cuando surge la ocasión, con la misma forma aproximada en todos nosotros" C. G. Jung. En el inconsciente colectivo están grabados los temores y tabúes que han presidido la vida de la humanidad, así como distintos aprendizajes e iniciativas. Tabú es una palabra polinesia que significa sagrado, impuro, prohibido. Su fórmula es prohibir. ¡No hagas! Esta fórmula, en el correr de los años, se convirtió en norma moral de todas las religiones. Y así como la violación del tabú era castigada con la muerte física, la violación de la norma moral era castigada con la muerte eterna (el infierno) La finalidad del tabú era controlar las conductas instintivas a través del temor. De esta forma surgieron infinidad de tabúes. El tabú y el temor son las formas más primitivas de control. Han pasado miles de años, desde aquel escenario primitivo y el hombre ha evolucionado, pero los tabúes siguen enraizados en la mente de los hombres y se transmiten de padres a hijos. En nuestra cultura existen infinidad de tabúes que reprimen la iniciativa y la libertad. La mayoría de los tabúes, hoy no tienen justificación lógica. Son pautas aprendidas que se transmiten de forma automática de generación en generación. Muchos tabúes desaparecen por inconsistentes pero surgen otros tabúes nuevos, muchos de los cuales carecen de sentido. En el fondo, nuestras conductas son muy similares a las de nuestros ancestros, debido a que seguimos utilizando sus mismos patrones de conducta, solo que un poco más sofistificados. Por esta razón, cada generación, por más que trata de distanciarse de la generación anterior, sigue haciendo las mismas cosas y cometiendo los mismos errores. Los hijos tienen más cosas en común con sus padres y ancestros de lo que imaginan. El inconsciente colectivo es la gran fuente de inspiración de la que se nutre la humanidad. Cuando miramos al pasado lo vemos como viejo y obsoleto, lo cual es cierto, sólo cuando se trata de ciertas cosas materiales, pero no cuando se trata de ideas importantes. Las ideas no son viejas ni nuevas, solo son buenas o malas. En realidad, todo lo que hoy somos y tenemos es mérito de las generaciones pasadas, los méritos de la generación actual están por verse. El inconsciente no es un simple almacén de datos. El cerebro lo activa constantemente relacionando y combinando unas ideas con otras en busca de mejores soluciones. El cerebro es inmensamente poderoso, puede producir miles de ideas por segundo, pero este poder está condicionado por los contenidos mentales conscientes e inconscientes (Ideas, sentimientos, temores, motivaciones, experiencia, etc.) Cuando observamos un iceberg sólo vemos una octava parte de su altura. Hay otras siete partes sumergidas en el mar. La parte visible se mantiene sobre la superficie porque se apoya en la parte sumergida que no vemos. De forma similar, los seres humanos sólo tenemos conciencia de una pequeña parte de nuestros contenidos mentales. Desconocemos nuestro verdadero poder mental; sin embargo, sabemos que ahí está, como una riqueza inmensa, como una mina, que podemos explotar. Así como la parte visible del iceberg se
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apoya en la parte sumergida, así la parte consciente de las personas se apoya y se alimenta de la parte subconsciente personal y del inconsciente colectivo. Sin el inconsciente colectivo resulta difícil explicar de dónde procede la inspiración necesaria para crear tantas obras maravillosas creadas por los hombres. Las programaciones inconscientes constituyen la estructura profunda de nuestra personalidad y son las que determinan nuestras conductas. Esto explica por qué muchas veces queremos hacer algo pero actuamos de una forma muy distinta. Se debe a que nuestro poder consciente es débil ante la dinámica poderosa de la mente inconsciente. Observa la superficie del mar, se mueve formando olas. Este es el movimiento de la superficie, el cual depende de los vientos. También la atracción de la luna hala la superficie del mar y produce las mareas; pero el verdadero movimiento del mar es interno, generado por grades corrientes marinas. Verdaderos ríos marinos que pueden tener más de 1000 kms. de ancho y más de un km. de profundidad y pueden trasladar más de 10.000.000 de metros cúbicos por segundo. El inconsciente, como todo en la vida, tiene sus leyes. En el inconsciente luchan todos los contenidos por ocupar un lugar privilegiado y se asocian de acuerdo a su afinidad o significado. De aquí la importancia de instalar en la mente principios, valores, metas, ideales y proyectos importantes que lideren la mente y atraigan hacia sí toda la información positiva del inconsciente. El inconsciente personal y el inconsciente colectivo son una mina de conocimientos, experiencia y sabiduría en donde podemos extraer ideas y soluciones a través de la lectura, la reflexión, de la intuición y de la creatividad. El cerebro trabaja sin descanso buscando la forma de convertir en realidad los deseos y proyectos de las personas. Cuanto más importantes son los proyectos y cuanto mayor es el interés que tiene la persona en dichos proyectos, más intensamente trabaja el cerebro. El cerebro sólo se moviliza cuando existen razones importantes. Las personas creativas viven centradas habitualmente en sus proyectos. Somos hijos de una sociedad represiva que nos enseña a percibir la vida como problema. De cada diez mensajes que hemos recibido a través de la educación, nueve han sido represivos de alguna forma. A nivel social ocurre lo mismo. El 90% de los mensajes expresan problemas, angustia, agresividad y sólo el 10% son reconfortantes. Esta es la razón principal, por la cual, las personas tienden a centrarse en sus problemas en vez de pensar en proyectos y en soluciones. A pesar de que hemos sido programados con muchos mensajes negativos, hay una fuerza vital en lo íntimo de cada ser, que vibra con intensidad e impulsa a crecer. Necesitamos activar este impulso todos los días con mensajes positivos y nos sorprenderemos de hasta dónde podemos llegar; sólo es cuestión de programación. Lo expuesto sirve para entender que, en nuestro cerebro, tenemos grabada información positiva (ideas, sentimientos y vivencias) que lucha por sobrevivir y alcanzar la plenitud. Estos contenidos pueden conducirnos al éxito. También tenemos información negativa que puede conducirnos al fracaso. Piensa en soluciones. Sé asertivo. La asertividad no es sólo una actitud mental, es una forma activa de vivir, de esforzarse, de capacitarse, de resolver las cosas, en vez de esperar que éstas cambien.
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Ley de Causa y Efecto (Acción y reacción) Todo tiene su causa. Todo sucede por una razón. Las causas más poderosas son el pensamiento y el amor. El pensamiento genera energía que vibra y se convierte en acción; pero no todos los pensamientos llegan a materializarse. Las personas piensan muchas cosas y diseñan muchos proyectos que al final quedan reducidos a simples ilusiones. Las gavetas de las oficinas y el cerebro de muchas personas están llenos de proyectos que nunca verán la luz. El pensamiento puede ser positivo (amor) o negativo (odio); de modo que, la causa puede ser positiva o bien, negativa. Las causas positivas siempre producen efectos positivos y las causas negativas siempre producen efectos negativos. Los efectos del pensamiento recaen en primer lugar sobre la persona que los produce y luego sobre los demás; de aquí la importancia de pensar, hablar y actuar en positivo y de eliminar todo sentimiento de envidia, odio y resentimiento porque son altamente contaminantes. Toda acción humana está precedida de una intención. La intención "puede ser consciente o inconsciente. La mayoría de nuestras conductas obedecen a necesidades e intereses inconscientes profundos, pero, debido a la educación, hemos aprendido a planificar y controlar conscientemente la acción. La humanidad es causa de su propia historia. Cada país, cada familia y cada persona son causa de sí mismos. El dinero y el poder son causas "poderosas" son necesarias, pero son sólo causas materiales. La verdadera causa del desarrollo es el pensamiento y el amor. El progreso material crea mejores condiciones de vida y puede favorecer el desarrollo del hombre pero, por sí sólo, no es garantía de desarrollo, como lo confirman tantas personas ricas en bienes de fortuna pero pobres de espíritu. Las personas creen que los estímulos positivos nos ayudan y que los obstáculos nos perjudican; sin embargo, ambos son necesarios para triunfar. Los estímulos nos impulsan y los obstáculos ponen a prueba nuestro verdadero temple; de modo que, no temas a los obstáculos, porque ellos no son tus enemigos. Con frecuencia te saldrán obstáculos que te impedirán seguir adelante. En realidad, los obstáculos estaban ahí antes de que iniciaras el camino pero no los habías previsto, por eso te sorprenden y te molestan. Esos obstáculos no te han causado ningún daño; es más, te han enseñado algo. Te han dicho que debes prepararte mejor para llegar lejos. Ahora tú puedes tirar la toalla, buscar un atajo, como hace mucha gente o enfrentar el reto. Si tiras la toalla o buscas el atajo nunca llegarás
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lejos, porque, si hoy no eres capaz de superar este reto ¿Cómo piensas superar los retos del futuro que pueden ser más difíciles? Existen muchas personas adultas que no desarrollaron hábitos adecuados en la infancia ni en la juventud y después lo pagan muy caro; son personas inseguras, dependientes y con baja autoestima. En vista de lo expuesto, es importante desarrollar los hábitos necesarios para ser causa autosuficiente en todo aquello que necesitamos manejar en la vida. La humanidad evoluciona a través de un devenir constante. En este devenir todo es resultado de un proceso formado por una sucesión incontable de causas, de modo que, no existen causas aisladas; todas las causas forman parte de un entramado (vida, historia, evolución) Esto significa que todos somos causa de todo pero comenzamos por ser causa de nosotros mismos a través de nuestros pensamientos, sentimientos y acciones. Al nacer somos causa incipiente de nuestro desarrollo pero, a medida que adquirimos conocimiento y experiencia, nos vamos convirtiendo en causa, cada vez más eficiente, capaz de producir efectos superiores, los cuales nos nutren con más experiencia y autoestima. Este proceso continúa durante toda la vida. El crecimiento biológico tiene un ciclo determinado por la genética pero el desarrollo humano depende de las decisiones personal, por lo cual, cada persona puede llegar hasta donde decide llegar. En la vida, nada importante se resuelve "ya"; sino después de cumplir con los pasos necesarios. Todo, absolutamente todo, es el resultado de un proceso. Las cosas ocurren cuando tienen que ocurrir; cuando las causas son realmente eficientes; por tanto, no se trata de correr; se trata de saber hacia dónde vas, por qué vas en esa dirección y si estás capacitado para ser causa eficiente y lograr el objetivo; porque, de nada sirve hacer el viaje si no se traduce en un efecto positivo. Esta consideración nos lleva a comprender que, de poco sirve ser causa de efectos materiales intranscendentes; necesitamos ser causa de cambios importantes. En esta vida todas las causas positivas son importantes por pequeñas que sean. El último albañil de una construcción es importante pero, diez mil simples albañiles jamás podrán construir obras de envergadura porque su nivel de desarrollo sólo les permite ser causa del trabajo elemental que realizan. A medida que la humanidad evoluciona necesita ser causa más eficientes, pero nadie puede ser causa más eficiente si no adquiere niveles superiores de desarrollo. Una persona adquiere niveles superiores cuando crece en inteligencia, en conciencia, en autoestima, en motivación, en creatividad y en todas esas cualidades humanas que caracterizan a las personas desarrolladas y triunfadoras Nosotros somos el resultado de lo que hemos pensado, de lo que hemos amado u odiado y de lo que hemos decidido durante toda la vida. Dentro de unos años seremos lo que somos más las ideas y sentimientos que cultivemos y más las decisiones que tomemos. Es maravilloso saber que somos obra de una Causa Primera maravillosa y que, además, somos
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causa de nosotros mismos por encima de todo lo que ocurra en el mundo, porque somos libres; somos, como decía Platón, demiurgos, pequeños dioses, encargados de convertir las ideas en realidad; pero, esta libertad y este poder conllevan un riesgo y una responsabilidad que la naturaleza premia o castiga de muchas formas. La Ley de Causa - Efecto es la misma de Acción y Reacción. Todo ser, al actuar como agente causal, produce una modificación en el medio universal que le rodea, el cual reacciona de alguna forma. En el plano intelectual y en el moral se cumple esta ley con exactitud. Lo que se llama suerte o desgracia, no es más que la reacción del mundo a la acción de uno, según la ley de Acción y Reacción; por lo que, a nadie debemos culpar de nuestras desdichas. Esta ley de Causa y Efecto o Acción y Reacción es equitativa; es la justicia de la Naturaleza, la cual hace que cada quien reciba aquello que sus actos han provocado, en proporción a su cantidad y de acuerdo a su calidad. El que mete la mano en ácido sulfúrico se quema en proporción al tiempo que tenga la mano dentro. El afectado no puede echar la culpa al ácido, sino a sí mismo y debe sacar una lección y una experiencia para el porvenir. Los efectos de las acciones vuelven siempre sobre el sujeto que las realiza. Si dejas caer un objeto en un estanque se producen ondas concéntricas que se alejan hasta chocar con las orillas, después regresan al centro de donde partieron, hasta restablecer el equilibrio perturbado. Así es la vida, toda acción produce un efecto que regresa. Las causas originan efectos y estos efectos son causa de otros efectos, forjándose así el hilo del Destino. La ley de Causa y Efecto es fatal y se cumple matemáticamente, pero no quita el libre albedrío, por cuanto queda reservado a la voluntad de cada persona el hacer o no hacer una cosa u otra. Lo que no se puede evitar es el efecto una vez realizado el acto. Según esta ley, pareciera que todo está sujeto a un determinismo absoluto; sin embargo, el ser humano es libre y cuanto mayor sea su iniciativa y voluntad, más posibilidades tiene de ser dueño y señor de su destino. A veces ocurre que personas buenas, honestas y capaces tienen "mala suerte" Resulta difícil creer que en estos casos se cumpla la Ley de Causa y Efecto; sin embargo, la ley es sabia y justa y se cumple de forma fatal, por lo cual, deben existir causas o razones que escapan al análisis humano. La ley de Causa y Efecto es un llamado a la honestidad y a la responsabilidad porque, en definitiva, cada persona depende de la calidad de lo que hace
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Abundancia de odio y resentimiento El odio es un sentimiento de aversión hacia una persona. El odio va acompañado del deseo de evitarla, perjudicarla o destruirla. El odio no es necesariamente irracional. Es razonable odiar a gente u organizaciones que amenazan la existencia o hacen sufrir, o cuya supervivencia se opone a la propia. La gente suele odiar a lo que se opone a su salud y bienestar. Entre las cosas odiosas para mucha gente están el capitalismo, el socialismo, el nazismo, el comunismo, la guerra, el terrorismo, la esclavitud, las religiones, el genocidio y el autoritarismo, porque son percibidos como enemigos del bienestar y de la paz. Muchos odian de forma espontánea, sin procesar las razones de su odio, sin embargo, sienten que el odio les produce un estado placentero. El odio es con frecuencia el preludio de la violencia. Antes de la guerra se enseña a la población a odiar al enemigo o régimen político. Es común inculcar en los soldados, el odio hacia el enemigo. El racismo, el terrorismo y la xenofobia estimulan el odio. El odio sigue siendo el principal motivo de los conflictos armados como la guerra y el terrorismo. No es fácil saber cuándo el odio tiene una base lógica y cuándo el odio se contagia emocionalmente y se convierte en algo visceral. ¿Cómo se genera el odio? El ser humano posee mecanismos internos de desarrollo que obedecen a leyes genéticas de evolución; estas fuerzas de desarrollo son independientes y escapan al control humano. Impulsan al desarrollo, a la creatividad, a la expansión y a la sociabilidad. Gracias a estos mecanismos, la naturaleza humana se ha abierto camino a lo largo de la historia y ha sobrevivido a situaciones a veces insostenibles. El ser humano también posee mecanismos de defensa; son lo opuesto a los mecanismos de desarrollo. Son conductas instintivas, su objeto es la supervivencia. Proceden de la mente reactiva. La mente reactiva es instintiva. Ante cualquier amenaza el ser humano tiende a actuar de forma violenta. La mente reactiva se expresa en forma compulsiva, generando conductas desadaptadas, ineficaces y conflictivas. Estos mecanismos son ciertas estrategias que utiliza la mente para proteger el equilibrio psíquico y la autoestima. Estas estrategias permiten sobrevivir temporalmente, pero no resuelven el problema real y un problema psicológico no resuelto, tiende a agravarse. Nadie nace con amor ni con odio. El amor y el odio son conductas aprendidas en respuesta a estímulos provenientes del medio ambiente. Son los padres quienes programan a sus hijos para el
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amor o para el odio, a través de sus mensajes, actitudes y comportamientos. Esta programación se realiza en la primera infancia, que es cuando el niño pone las bases de sus estructuras intelectual y afectiva. Esta programación se realiza de forma inconsciente y tiende a funcionar de forma automática a lo largo de la vida; sin embargo, el ser humano tiene una conciencia, es inteligente y libre y puede controlar esta programación, por lo cual, es responsable de sus decisiones y paga las consecuencias de sus errores. Cada persona decide qué ideas, valores, sentimientos y conductas desarrolla a lo largo de su vida. El odio se alimenta de la envidia, del temor, del fracaso, de la frustración, de la ignorancia, de los prejuicios, del resentimiento, de la falta de valores. Cada persona de forma individual tiene conciencia y capacidad para reflexionar sobre su comportamiento, pero cuando está en grupo se impone la dinámica de la masa social y es suficiente un líder poderoso para reducir la capacidad de análisis y decisión de todo un grupo y arrastrarlo en la dirección que desea. De esta forma Hitler sembró en el pueblo alemán el odio a los judíos y condujo al país al desastre. El terrorismo siembra el odio y el fanatismo en muchos jóvenes y los implica en una lucha sin fin. De la misma forma, muchos dictadores inculcan el odio en sus secuaces y los fanatizan para que actúen de forma radical y defiendan su proyecto, si es necesario a costa de su vida. El odio hace que las personas pierdan toda capacidad de reflexión y que justifiquen todo lo que hacen, convirtiéndose en actores o cómplices de barbaridades y, hasta de crímenes de lesa humanidad. El odio es considerado como un sentimiento natural en contra de todo lo que nos perjudica, pero en el fondo indica falta de evolución. No podemos vivir odiando o combatiendo a quienes no son o no piensan como nosotros. Las personas evolucionadas no odian; entienden que existen personas distintas, que piensan y actúan de otra forma y tienen derecho a ser como son, a pensar cómo piensan y a actuar como actúan. Por último debemos admitir que el odio es un sentimiento tan natural como cualquier otro. Toda persona lo experimenta en algún momento; pero existen odios que son inmorales. Tú tienes derecho a ser como eres y a pensar como piensas. De la misma forma y por las mismas razones, los demás tienen derecho a ser como son y a pensar como piensan. La regla que debe regir las relaciones humanas es el respeto a los derechos de los demás "No hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti" y "Trata a los demás como quieres que te traten a ti" El odio es causa de fracaso y frustración porque la persona en vez de actuar en base a mecanismos de desarrollo se deja manejar por las fuerzas instintivas y llega a cometer muchos errores.
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El resentimiento El resentimiento nace de las expectativas frustradas. Cuando las personas no cumplen con lo que esperamos de ellas, nos sentimos frustrados. Así comienzan los resentimientos. Una persona resentida desea vengarse. Quiere que el otro sufra el mismo dolor que está sintiendo, y, por tanto, lo primero que se le ocurre es retirarle su amor, su afecto y su amistad. Esta venganza le hace sentir bien, pero sólo de forma momentánea, porque el problema sigue latente. El resentimiento cambia la perspectiva de la relación. La persona resentida comienza a ser menos benévola con el otro; algunas cosas que antes no le molestaban ahora las encuentra insoportables, y, aún más, lo que todavía funciona bien entre los dos, empieza a parecerle falso o sin sentido. Esto lo aplica no sólo al presente, sino también al pasado. Comienza a reinterpretar los hechos del pasado y allí encuentra muchos motivos de queja. Cuando las cosas llegan a este punto, lo único que espera la persona resentida es que el otro se dé cuenta de “lo que hizo mal” y se disculpe. Pero puede ocurrir que el otro no tenga idea del daño que ha causado. Nadie puede leer tus pensamientos ni saber lo que quieres o esperas. Si quieres relaciones claras debes establecer acuerdos claros. Cuando no se expresan claramente las expectativas entre las partes, a veces es difícil obrar como el otro espera, aún teniendo la mejor disposición para hacerlo. Las expectativas no expresadas son una fuente potencial de malos entendidos, de frustraciones y de heridas. Aún cuando la otra persona (jefe, compañero de trabajo, vecino, amigo, empleado, hijo, pareja o familiar) trate de hacer bien las cosas. El más perjudicado con el resentimiento es el que lo produce, debido a que el resentimiento es una conducta muy elaborada y para producir el resentimiento se necesita movilizar gran cantidad de energía. El resentimiento genera un estado mental tenso que tiende a invadir otros espacios mentales. Esta energía actúa como búmeran y se vuelve contra sí mismo. Las personas resentidas suelen ser muy infelices porque viven rumiando habitualmente las frustraciones y la rabia. Es necesario hablar, dialogar, escuchar, llegar a acuerdos, entender, comprender y perdonar. Puedes elegir perdonar. Siempre hay razones para perdonar, sin embargo, no es fácil perdonar porque somos hijos de la cultura del "diente por diente" pero si no perdonas, además de tener un problema con los demás, tendrás un problema contigo mismo que te corroerá la mente. Necesitamos hacer un esfuerzo todos los días para comprender a los demás y perdonar muchas cosas, sobre todo en tiempos de crisis política, económica y social, pues activan los temores y también la violencia. El perdón es una virtud y también una señal de salud mental y de inteligencia
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Abundancia de pobreza Entre tantas calamidades que padece la sociedad, la pobreza es la que más impresiona, debido a que es visible y conlleva a otras muchas calamidades; sin embargo, no es con dinero como se puede resolver el problema de la pobreza. Si entregáramos a cada pobre varios millones de dólares, dentro de poco tiempo les veríamos tan pobres como ahora. Dónde comienza la pobreza Cuando nace un niño en un ambiente pobre, rodeado de miseria y de carencias; cuando observa cómo sus padres no salen de la pobreza a pesar del esfuerzo de todos los días, comienza a pensar y a sentir que es un niño pobre y que su futuro será como el de sus padres, porque ésta es la experiencia que tiene de la vida. Los padres modelan a sus hijos a su imagen y semejanza, transmitiéndoles su propio esquema mental. De esta forma, los hijos quedan programados para ser pobres como sus padres. No importa las oportunidades que pasen por delante de sus ojos, ellos están incapacitados para percibirlas, debido a que los seres humanos sólo podemos percibir lo que se relaciona con lo que ya sabemos. Los seres humanos no vemos con los ojos, sino con el cerebro, y sólo podemos aprender por analogía; es decir, lo que se relaciona con lo que ya sabemos. Ésta es la razón por la que ante una situación nueva no sabemos cómo reaccionar. Ésta es también la razón por la cual desaprovechamos infinidad de oportunidades que nos ofrece la vida. Al hablar de pobreza, no nos referimos únicamente a la pobreza material, nos referimos también a la pobreza intelectual, afectiva, moral y espiritual. Lo niños necesitan aprender que la vida es lucha, pero no deberían sentir los rigores de la pobreza, porque traumatiza y deja huellas para toda la vida. Los niños necesitan satisfacer sus necesidades básicas y aprender que, para disfrutar de una buena calidad de vida es necesario prepararse. La pobreza no genera espíritu de superación, sólo activa el instinto de supervivencia. Cuando las personas se acostumbran a la pobreza, pierden las ilusiones y el espíritu de superación, y funcionan al mínimo, aceptando pasivamente su pobreza, como una condición natural e insuperable. Lo más grave de la pobreza es que golpea la autoestima, la dignidad y otros muchos valores relacionados con el desarrollo personal.
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De aquí la importancia de mantener cierta calidad de vida y ciertas expectativas, con el fin de mantener vivo el espíritu de superación. Casi todos los programas políticos y económicos de los países subdesarrollados están orientados a erradicar la pobreza material, pero no lo logran, porque el problema real no es la pobreza económica sino la pobreza mental. Son muchas las personas pobres de dinero, pero son muchas más las personas pobres de espíritu. Por dónde comenzar La ignorancia es el peor de todos los males. Para salir de la pobreza es necesario cambiar la forma de pensar. "Cuando una persona tenga hambre no le des un pez, enséñale a pescar" Enseña a las personas a descubrir sus capacidades, a pensar, a ser libres, creativas y emprendedoras. Sólo cuando liberen su mente se podrán liberar de la pobreza material y de todas las demás pobrezas (intelectual, social, moral y espiritual) La siguiente imagen sirve para representar los niveles de riqueza o de pobreza de las personas. Cada persona se ubica en la órbita que le corresponde de acuerdo a la educación recibida, a su grado de desarrollo y al uso que hace del libre albedrío. Las esferas del centro significan unidad, cohesión, adaptación, energía, inteligencia y perfección, éxito y felicidad. Las esferas de la periferia significan ignorancia, pobreza, carencias y lastre de todo tipo. Las personas que viven en estas esferas marginales no tienen capacidad mental, ni motivación, ni energía para salir de su situación. Necesitan que las personas más evolucionadas les ayuden a surgir. Necesitan ayuda material, pero, sobre todo, necesitan cambiar su actitud mental. Esta ubicación se produce básicamente en la infancia; después resulta difícil pasar a otra órbita de nivel superior, debido a que cada órbita tiene una dinámica propia que "impide" que las personas salgan de su radio de acción; además, las personas desarrollan hábitos, los cuales se consolidan con los años y generan una resistencia instintiva al cambio. Esta es la razón por la cual los hijos tienden a vivir en el mismo nivel económico, social, intelectual, moral y espiritual que sus padres y a repetir las mismas conductas; sin embargo, la información, la educación y el contacto con personas de otros niveles, pueden ayudar a salir de la pobreza, de la ignorancia, etc. Cómo salir de la pobreza Todo cambio se inicia en la mente. Las oportunidades están al alcance de todos. Las verdaderas causas de la pobreza son mentales. Todos conocemos numerosos casos de personas pobres, que lograron surgir de la pobreza y crear grandes imperios porque un día así lo decidieron.
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Abundancia de injusticia A primera vista resulta incompatible que exista tanta injusticia si Dios bueno y poderoso. Si Dios es bueno y poderoso, ¿Por qué permite tantas injusticias? Dios creó al hombre libre, es decir, con el poder de decidir su propia vida. Pudo haber creado robots en vez de hombres y entonces el mundo sería "perfecto" pero frío e insensible. Dios prefirió crear al hombre, dotado de inteligencia, conciencia y libertad para que pudiera disponer de sí y convertir todos sus sueños en realidad. Hoy nadie duda de que tenemos cerebro de genio, programado genéticamente para evolucionar y lograr el éxito y la felicidad. El problema está en que no hacemos buen uso del libre albedrío y no tomamos las decisiones correctas y a tiempo. La inteligencia y la libertad son el mayor bien que el hombre ha recibido de Dios; además ha recibido una conciencia que le ayuda a discernir entre el bien y el mal, lo cual le permite elegir el bien y rectificar cuando se equivoca. Ahora bien, el hecho de que el hombre se aleje de los caminos del bien es responsabilidad exclusiva de él. En principio, Dios da a todos la libertad necesaria para triunfar y libres y felices, pero, después cada uno logra lo que puede de acuerdo al uso que hace de su libertad. Si todos utilizáramos adecuadamente la libertad y cumpliéramos con nuestra misión, no existiría tanta injusticia; no habría egoísmo, odios, resentimientos, envidia, injusticias, temor, pobreza, ignorancia, corrupción, ni guerras. Existirían ciertos problemas, propios de la naturaleza humana (dolores, enfermedades e inclusive la muerte, pero éstos no serían considerados males, sino efectos naturales del proceso de la vida. Ahora bien, existen las injusticias porque los seres humanos no se unen para defender la justicia. El egoísmo hace que cada uno mire por sus intereses y mientras quienes sufren injusticia no se unan para defender sus derechos, los poderosos les impondrán su yugo. En esta tarea es necesario que la humanidad entera se una en pro de la justicia, de la libertad y de todos los derechos humanos, pues la injusticia tiende a extenderse como la mala hierba hasta lograr apoderarse del espacio físico y mental de las personas. Los conflictos sociales surgen cuando la injusticia y la frustración llegan a un nivel límite. Una vez iniciado un conflicto grave se desencadena una serie de hechos violentos, impulsados por fuerzas que habían estado reprimidas. En su avance destruyen todo lo que encuentran a su paso. Es como un tornado que sólo se detiene cuando se le acaba la emergía.
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Qué es realmente la injusticia La injusticia es ausencia de justicia, así como el odio es ausencia de amor y la mentira es ausencia de verdad. La injusticia es una forma de mal que está encarnado en los seres humanos y llena los espacios de su mente y de su corazón, los cuales deberían estar llenos de buenas ideas, de valores y de buenos sentimientos. Son las personas las que generan la injusticia. Todos somos portadores de alguna forma de injusticia. La única forma de acabar con la injusticia que reina en la sociedad es acabar con el mal que habita en el corazón de cada persona. Existen muchos males que se ha acumulado a lo largo de la historia y constituye una deuda pesada con la vida que nos afecta a todos. Todos hemos contribuido a este mal y somos responsables del mismo; de aquí la obligación que todos tenemos de ser mejores personas y de luchar porque reine la justicia. Por formar parte de la sociedad todos pagamos de alguna forma las consecuencias de la injusticia, la cual se expresa en forma de pobreza, agresividad, crisis, violencia, etc. Tenemos que aceptar que la humanidad ha vivido siempre en crisis y con problemas de injusticia, y, a pesar de todo, ha sobrevivido durante más de cuatro millones de años. Las condiciones de vida han mejorado. Aún queda mucho por hacer y no tenemos que hacernos la ilusión de que vamos a ser nosotros los que vamos a cambiar la historia. Cada generación sólo puede dar un paso adelante, y tú personalmente, sólo puedes dar un paso. Lo importante es que tu paso sea largo, firme y seguro y te conviertas en un referente para que las personas que te observan a diario, que son muchas, sigan tu ejemplo y aprendan a luchar por la justicia y la libertad. Esto es lo único y lo mejor que puedes hacer por ti y por la humanidad. Nunca podrás salvar a tantos millones de niños que mueren de hambre o crecen sin esperanza y sin futuro, tampoco puedes evitar que millones de jóvenes sean víctimas de la droga, ni puedes barrer del planeta a millones de violentos y corruptos, pero sí puedes ser una persona más justa, honesta y generosa, y levantar el ánimo y la esperanza de tantas personas con las que te relacionas cada día. Tú puedes ser el activador de estas personas, las cuales a su vez se convertirán en activadoras de otras personas, y así hasta el infinito. Confucio 551 a. C. - 479 a. C. Preocupado por la ignorancia, por el sometimiento y por la injusticia que padecían las personas se dedicó a predicar la verdad y el bien. Después de un tiempo se dio cuenta de que había sembrado en el desierto, la gente no le había entendido y seguían como al principio. Decepcionado, se dedicó a predicar a sus familiares, pero ellos tampoco entendieron su mensaje. Entonces, Confucio decidió dedicarse a su propia superación. Es por aquí por donde debió comenzar, para luego irradiar su poder interno y transformar las cosas. Confucio llegó a ocupar grandes cargos, como ministro de justicia, pero lo más importante es que sus ideas se convirtieron en el pensamiento filosófico y moral (Confucionismo) que ha guiado la vida de los chinos durante más de dos mil años. Sólo existe una forma de evitar las injusticias: “Enseñar a las personas a pensar y a ser libres y emprendedoras” Entonces sabrán defender sus derechos.
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Abundancia de fracasos Los fracasos están a la orden del día. Son muchas las personas que se sienten insatisfechas. La mayoría viven quejándose por todo, como consecuencia de un sentimiento de fracaso. La vida es un proceso de aprendizaje y crecimiento, en el que se producen inevitablemente aciertos y fracasos, el asunto está en aprender de ambos. La ley es: "Renovarse o morir" La renovación ideal es la que logramos a través de la capacitación, de la experiencia positiva y del éxito, porque, además de no perder tiempo ni gastar energía en subsanar errores, la experiencia de éxito es un gran estímulo para seguir adelante. De aquí la importancia de capacitarse constantemente, de planificar, de ser responsable y de perseverar en la acción; pero, con frecuencia, la renovación se produce a través de los fracasos; por lo cual, los fracasos no son el problema, el problema está en la forma inadecuada en que reaccionamos. "No hay nadie menos afortunado que el hombre a quien la adversidad olvida, pues no tiene oportunidad de ponerse a prueba" Séneca Los errores y los fracasos son situaciones que se presentan en la vida a nivel económico, afectivo, laboral, moral y espiritual. Son inevitables, son parte natural de la dinámica de la vida, son una forma de aprender y de evolucionar; enseñan a ser prudente y humilde; por tanto, el asunto no son los problemas ni los fracasos en sí, sino la actitud que tomamos ante ellos y la forma en que los manejamos. Hay que recordar que la experiencia escolar de Edison fue un fracaso rotundo. Lo sacaron de la escuela por inepto, pero su madre que era maestra, confió en él y le ayudó a superarse. Edison inventó la luz y otros cientos de inventos. Muchos de los grandes éxitos de las personas y de la humanidad han sido precedidos por rotundos fracasos. Los fracasos son pruebas que hunden a los hombres débiles y encumbran a los fuertes. Por tanto, no temas a las dificultades, ni a los fracasos, ni al futuro, teme a tu cobardía y a tu incapacidad para enfrentar la vida. El fracaso es un concepto que depende mucho de los criterios, expectativas, valores y metas que tiene cada persona. Para el que ambiciona el poder político, el mayor fracaso sería una derrota en las elecciones. Para quien ambiciona la riqueza, el mayor fracaso sería la quiebra económica. Los criterios de éxito y de fracaso son impuestos por la sociedad. Son generalmente falsos, porque no responden a las verdaderas necesidades humanas, sino a los intereses de la sociedad. Tienen como objetivo ocupar al hombre en una lucha sin descanso por el logro de poder, riqueza y placer. De este modo, las personas no tienen tiempo para pensar en desarrollo ni en libertad; lo cual resultaría peligroso, pues, tomarían conciencia de sus derechos y tendrían el valor de reclamarlos... Esta es la razón por la cual, los pueblos siguen ignorantes y pobres, conformándose
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con migajas de la vida. En realidad, la gente es pobre de espíritu. El temor al fracaso y otros muchos temores les impide evolucionar. El temor a fracasar hace que los seres humanos sacrifiquen el tiempo, los sueños, la amistad, el amor, la familia, la salud, y hasta la dignidad, con tal de no fracasar. Los problemas y fracasos son situaciones que se presentan en la vida a nivel económico, afectivo, laboral, moral y espiritual. Son inevitables, son parte natural de la dinámica de la vida. Los problemas nos obliga a actuar y son una forma de aprender y de evolucionar; enseñan a ser prudente y humilde; por tanto, el asunto no son los problemas ni los fracasos en sí, sino la actitud que tomamos ante ellos y la forma en que los manejamos. Cómo reaccionar ante el fracaso Todo fracaso genera una sensación de alarma, de angustia y de temor, como consecuencia de la pérdida del control y hace que la persona se sienta vulnerable y que se activen las alarmas internas; es decir, las emociones. Las emociones negativas generan respuestas impulsivas negativas, por lo cual, son causa de nuestra ruina; por tanto, debemos controlar a tiempo nuestras ideas, sentimientos, actitudes, palabras y decisiones, pues, determinan nuestra forma de reaccionar emocionalmente; en consecuencia, determinan nuestro éxito o nuestro fracaso. Vivimos en una sociedad que nos agrede emocionalmente de muchas formas y nos incita a reaccionar de forma impulsiva. Ahora bien, el problema de las emociones es que reducen el nivel de conciencia, y, si la emoción es muy intensa, la persona puede perder totalmente la conciencia de la realidad y actuar de forma descontrolada y cometer errores que le pueden acarrear graves consecuencias. Las emociones son un arma de doble filo, pueden impulsarnos al éxito o pueden hundirnos en el fracaso. De aquí la importancia de desarrollar control mental y manejar de forma inteligente las emociones de agresividad, ira, odio, resentimiento, envidia, temor, etc. Estas emociones son naturales. Surgen como reacción a estímulos que amenazan nuestra seguridad, pero, si son mal manejadas, pueden volverse contra nosotros. Todos los seres humanos tenemos un fuerte impulso agresivo que se activa cada vez que alguien nos molesta, y, si no fuera por la educación recibida, estaríamos agrediéndonos como fieras a cada instante. Para controlar estos impulsos gastamos mucha energía mental que deberíamos invertir en aprendizaje, crecimiento y producción. Por esta razón, deberíamos educarnos en el diálogo y en la paz. Muchas personas tienen la habilidad de sacar de quicio a los demás, con el fin de controlar la situación y sacar beneficio. Mientras te mantengas en el Adulto, es decir, en el campo de la lógica y del diálogo, nadie podrá contigo, pero, si te dejas arrastrar al terreno de las emociones, perderás la batalla. No tomes decisiones en momentos de cansancio o de angustia, porque tu mente está débil y atormentada, y, en estas circunstancias no eres libre, ni tienes capacidad para discernir lo que te conviene. Piensa, descansa y relájate antes de tomar decisiones importantes. El cuerpo y la mente descansados tienen gran poder de control, mientras que un cuerpo y una mente cansados son
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víctimas fáciles de impulsos instintivos y de sentimientos negativos. Por esta misma razón, no es conveniente tomar decisiones importantes al final del día, debido a que el cuerpo y la mente están cansados del trajín de la jornada y falta la frescura mental necesaria para actuar de forma libre y consciente. Los fracasos no dependen tanto de las dificultades en sí, sino de la forma incorrecta en que reaccionamos ante ellos. Conscientes de que nos sobrevendrán fracasos por distintas razones, necesitamos estar preparados mentalmente para reaccionar de forma inteligente y controlada. Lo peor que podemos hacer es angustiarnos más allá de lo normal y dramatizar las cosas, pues, necesitamos la mente fría para encontrar la solución. Cada persona tiene una forma de reaccionar ante los fracasos. Esta forma de reaccionar es un hábito que ha creado cada persona, el cual se ha consolidado con los años. Por esta razón las personas reaccionan siempre de la misma forma ante los fracasos. Existen técnicas que pueden ayudarnos a controlar las emociones y a reaccionar de forma más inteligente y eficaz. En los fracasos no todo es negativo. Los fracasos son el crisol que pone a prueba el valor de las personas. Quienes no han tenido que superar adversidades tienen poco valor como persona. Gracias a los fracasos nos hemos visto obligados a reaccionar, a aprender, a encontrar mejores formas de hacer las cosas, a superarnos. Sin embargo, no necesitamos fracasar para evolucionar, podemos hacerlo a través del espíritu de superación. Cómo superar el temor al fracaso • Analizar las posibilidades reales. • Establecer planes viables y expectativas lógicas. • Obtener ciertos éxitos. • Dedicación, paciencia, constancia y dedicación. • Todo logro tiene su precio. • Los acontecimientos en sí no son la causa del fracaso, lo es la forma en que reaccionamos. • Más que esperar de los demás o de la vida piensa en lo que vas a aportar a la sociedad. • Es fundamental capacitarse y tener proyectos y alternativas que garanticen el éxito de varias formas. Si pones el éxito en el logro de cosas materiales, siempre vivirás bajo amenaza, porque la fortuna es caprichosa; pero si pones el éxito en los valores propios del ser humano, tales como el conocimiento, la constancia, la honestidad, la disciplina, etc. siempre tendrás recursos para triunfar, y, si la desgracia te visita, volverás a surgir como el Ave Fénix. Debemos tener fe en que poco a poco las aguas volverán a su cauce, que la mente tiene elementos suficientes para reconstruir la estructura mental y recuperar su funcionalidad. Así como después de una enfermedad grave se necesita un tiempo de convalecencia, después de un fracaso grave se necesita un tiempo para ordenar la mente.
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Abundancia de frustraciones Las frustraciones son el pan de cada día. Las personas tienen necesidades, sentimientos, ilusiones, expectativas y proyectos que necesitan satisfacer pero la vida es una lucha en la que a veces se gana y a veces se pierde. El ser humano desde que nace está sujeto a privaciones y exigencias que son necesarias como aprendizaje para la vida. Las privaciones más sentidas son las de carácter afectivo (la falta de amor, la traición, la soledad, la culpa) Muchas personas viven frustradas durante toda su vida debido a que se aferran a recuerdos y a formas de pensar y de vivir que no responden a la realidad. Debes adaptarte a las curvas del camino, pues el camino no se adaptará a tu voluntad. No esperes que los demás cambien, cambia tú. Como las frustraciones son el pan de cada día, debemos aprender desde niños a fortalecernos contra ellas, aceptándolas como parte natural e inevitable de la vida y como maestras que nos enseñan a ser humildes, previsores y responsables. Cuanto mayor es el desarrollo de las personas mayor es su conciencia y sensibilidad y por tanto son más susceptibles de ser heridas por la frustración, pero también poseen valores y capacidades que les ayudan a sobrellevar las frustraciones. Pero no todo es malo en la frustración. El dolor es un S.O.S que nos informa de alguna disfunción corporal, dándonos la oportunidad de subsanarla. La frustración es un S.O.S de la psiquis que nos informa de que algo no funciona en la adaptación a la vida y que existe una incongruencia que es necesario resolver; por tanto, más que temer a las frustraciones hay que prestar atención a las causas que las originan. La frustración desencadena la agresividad del sujeto. La agresividad puede expresarse en forma de cólera, culpando a los demás, a la vida, al destino... o bien, puede internalizarla, dirigiéndola contra sí mismo; reprochándose.... En este caso, la frustración puede ser un estímulo poderoso para superarse o por el contrario, puede conducir a la reducción de la autoestima. En épocas pasadas las personas eran más realistas, más conscientes de sus límites y posibilidades. Sus expectativas eran más acordes con la realidad. Dependían más de sí mismos que de las circunstancias, pero en la actualidad somos programados desde niños para la competencia, para la ambición y para el consumismo. Nuestra mente está llena de ilusiones, de necesidades y de expectativas que no podemos satisfacer, lo cual genera frustración. La resistencia a la frustración es un hábito que depende de la filosofía de la vida que tiene cada persona. Quienes viven de acuerdo a principios de desarrollo están fortalecidos contra la frustración; porque son conscientes de que poseen un valor personal que está por encima de los fracasos circunstanciales; pero, quienes se apoyan en valores pasajeros como la riqueza, el poder, la belleza o la fama, están sujetos a frustraciones continuas.
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¿Cómo fortalecerse contra las frustraciones? • Elabora un proyecto viable. (Qué hacer. Por qué) • Estrategias (Prever, planifica, ten distintas alternativas...) • Ten un plan de acción concreto (Cronograma, prioridades) • Adáptate a la realidad. • Fe, esperanza y paciencia. “Mañana será otro día” • Actitud positiva. Ver el lado bueno de los acontecimientos. • Acepta los fracasos como una forma de aprendizaje necesario para triunfar a niveles superiores. • Sé humilde y agradecido a la vida por tantas cosas maravillosas que pone a nuestra disposición. • Espera lo mejor pero debes estar conscientes de que a veces ocurrirá lo peor. • Acepta lo inevitable y sigue adelante. • Si tienes un proyecto valioso, las frustraciones sólo serán accidentes pasajeros. • Existen frustraciones profundas debido a fracasos en aspectos fundamentales de la vida (familia, empresa, salud...), previendo que esto puede acaecer, necesitamos tener asideros (principios, valores, éxitos alcanzados...) • No esperes demasiado de la suerte ni de las personas y prepárate porque el fracaso y la frustración están a la vuelta de la esquina; no sólo por causa tuya sino, por causa de los demás. Así es la vida. • Da prioridad a los valores internos. Los valores internos pueden mantener en alto la dignidad y la esperanza. • Piensa que, a pesar de todo, eres un privilegiado. • Acepta la vida y la gente como son. “Deja el mundo como está porque está bien hecho” Máxima oriental. • Sé justo. Si al hacer balance entre lo bueno que te ha dado la vida y las frustraciones, te encuentras con crédito a tu favor, entonces, eres un triunfador. • Aunque no soy partidario de las comparaciones, porque siempre resultan injustas y odiosas; es bueno, echar un vistazo al mundo de vez en cuando para darse cuenta de lo privilegiados que somos. Si has elegido leer este tema se debe a que eres una persona bastante evolucionada y posees motivación y herramientas para el desarrollo y el éxito. • Sé paciente y perseverante porque el éxito es el premio a la paciencia y a la constancia. El hecho de luchar en vez de tirar la toalla es una victoria. En realidad no son las frustraciones las que nos hacen daño. Lo que nos hace daño es nuestra incapacidad para reaccionar ante el fracaso de forma inteligente y asertiva, el no pensar en forma creativa y el no entender que la vida es lucha e incertidumbre. Las preguntas del siguiente test te ayudarán a conocer las ideas, actitudes y comportamientos propios de una persona segura y decidida y a conocer las fallas que conducen al fracaso y a la frustración. A partir de ahí podrás elaborar un plan de acción para rectificar y eliminar muchos que se interponen en tu camino hacia la el éxito. El siguiente test mide el enfoque que estás dando a tu vida, el cual determina tus comportamientos, y, en consecuencia la forma en que te va en la vida. La vida es como un espejo, nos devuelve nuestra propia imagen.
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Test A – Resistencia a las frustraciones 1º Cubre con una hoja la columna de las respuestas. 2º Responde la primera idea que te venga a la mente. 3º Analiza tus respuestas, establece un plan de acción, sé perseverante y rectifica.
SÍ
No
Res
1
¿Te sientes satisfecho de tu vida?
S
2
Cuando te molestan ¿Reaccionas con violencia?
N
3
¿Desconfías mucho de las personas?
N
4
¿Tienes mucho temor al fracaso?
N
5
¿Crees que tu éxito depende de la calidad de lo que haces?
S
6
¿Vives a la defensiva?
N
7
¿Crees que tienes suerte en la vida?
S
8
¿Eres una persona espiritual?
S
9
¿Te importa mucho la opinión de los demás?
N
10
¿Tienes algún complejo que te hace mucho daño?
N
11
Cuando fracasas ¿Tardas mucho en recuperarte?
N
12
¿Acostumbras a enfrentar los problemas?
S
13
¿Te gusta corres riesgos "controlados"?
S
14
¿Dedicas suficiente tiempo al ocio?
S
15
¿Te gustan los retos?
S
16
¿Eres honesto?
S
17
¿Estás sacrificando el vivir por el trabajo?
N
18
¿Te consideras una persona exitosa?
S
19
¿Tienes la autoestima alta?
S
20
¿Prefieres perder antes que entrar en conflicto?
N
21
¿Prevés y planificas las cosas con tiempo?
S
22
¿Con frecuencia te cuesta decir no?
N
23
¿Te consideras fuerte desde el punto de vista emocional?
S
24
¿Tienes demasiado miedo a equivocarte?
N
25
¿Vives habitualmente angustiado?
N
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Test B – Resistencia a las frustraciones 1º Cubre con una hoja la columna de las respuestas. 2º Responde la primera idea que te venga a la mente. 3º Analiza tus respuestas, establece un plan de acción, sé perseverante y rectifica.
SÍ
No
Res
1
¿Estás preparado para posibles adversidades?
S
2
¿Te cuesta mucho tomar decisiones?
N
3
¿Estás satisfecho con tu trabajo?
S
4
¿Estás preparado para enfrentar el futuro?
S
5
¿Te gustaría volver a nacer para ser de otra forma?
N
6
¿Crees que puedes lograr casi todo lo que te propongas?
S
7
¿Eres conformista?
N
8
¿Esperas mucho de los demás o de la suerte?
N
9
¿Te consideras una persona creativa?
S
10
¿Tienes principios y valores sólidos y eres fiel a ellos?
S
11
Cuando te equivocas ¿Reconoces tus errores con facilidad?
S
12
¿Tienes planes para enfrentar las dificultades de la vida?
S
13
¿Pierdes el control con frecuencia?
N
14
¿Te consideras autosuficiente en muchos aspectos?
S
15
¿Tardas mucho en olvidar los fracasos?
N
16
¿Eres una persona rígida contigo y con los demás?
N
17
Cuando pierdes ¿Aceptas los resultados humildemente?
S
18
¿Tiendes a criticar a los demás?
N
19
¿Te dejas manipular con facilidad?
N
20
¿Aceptas que la vida es un juego de perder y ganar?
S
21
¿Tienes varias alternativas por si las cosas fallan?
S
22
¿Vives habitualmente contento?
S
23
¿Tienes personas que te apoyan en tus proyectos?
S
24
¿Sientes que luchas solo?
N
25
¿Te consideras una persona privilegiada?
S
74
24
Abundancia de angustia y de estrés
La incertidumbre, la angustia y el estrés han sido compañeros inseparables de camino a lo largo de toda la historia, pero antes, el ritmo de la vida era más lento y los seres humanos tenían tiempo para reaccionar y controlar las cosas. En la actualidad el ritmo de la vida se acelera de tal forma que la experiencia de ayer no sirve para hoy y los esfuerzos de hoy no garantizan el mañana. Esta incertidumbre es causa de angustia y de estrés. Cada día observamos cómo quiebran grandes empresas, cómo grandes países entran en crisis, cómo escasea el trabajo y cómo el dinero no alcanza. Esta situación genera incertidumbre respecto de lo que nos depara el futuro y la angustia se instala en la mente de las personas, generando un caos interno, invisible pero real. La angustia y el estrés son señales de alarma, causadas por la incertidumbre. Existe una incertidumbre natural, pero la sociedad ha creado numerosas incertidumbres, como consecuencia de una vida planificada en términos de competencia y consumismo. Un poco de incertidumbre es buena porque estimula, pero, mucha incertidumbre genera angustia y atenta contra la calidad de vida. Es necesario aceptar que somos nosotros mismos los que creamos la angustia por no aceptar las cosas como son; por aspirar a lo que no podemos ni merecemos, porque no hemos hecho méritos para ello; por compararnos con los demás, por lamentarnos en vez de luchar, por ser mediocres, por no entender que la vida se rige por la ley de causa. Lo peor de cualquier "desastre" no es tanto lo terrible del mismo sino la dramatización que hacemos del suceso. Hoy están muy de moda los fármacos, utilizados para inhibir la ansiedad, la angustia, la depresión, el estrés... Estos medicamentos, pueden ayudar, pero es conveniente recordar que se trata de "enfermedades psicológicas" causadas por una inadecuada integración mental y que una terapia eficaz debe estar dirigida a aclarar la mente. La angustia no es un sentimiento aislado; es el resultado de una programación mental errónea; por lo cual, se trata de rectificar algunas ideas y sentimientos generadores de angustia. Todos los estudios psicológicos pronostican que para el año 2020 la enfermedad más generalizada será la angustia y el estrés El estrés es inevitable, al igual que la angustia. Es el impulsor de la vida. Es una condición de la naturaleza humana, debido a que la vida es acción, lucha, adaptación, desarrollo, cambio y riesgo. La sociedad es cada día más dinámica, cambiante y competitiva, lo cual obliga a vivir en estado de alerta permanente. Esta situación de emergencia genera una descarga excesiva de adrenalina en
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la sangre, que incrementa la tensión arterial, acelera el pulso y produce una tensión general en el cuerpo y en la mente, conocida como estrés. El estrés repercute en todas las áreas, trastornando el buen funcionamiento del cuerpo y de la mente, dando origen a conductas desadaptadas que comprometen la salud, la vida, el progreso y la felicidad de la persona, de la familia y de la sociedad. Acciones concretas para superar la angustia y el estrés Para evitar la angustia es necesario capacitarse de forma integral (a nivel de conocimientos, experiencia, habilidades, autoestima, etc.) La capacitación integral genera una sensación interna de seguridad que nos protege contra la angustia, los temores y las preocupaciones. El cerebro envía constantemente mensajes de acuerdo a la situación interna de la persona. El cerebro es un continuo fluir de energía y de información que llega a todas las instancias de nuestro ser (a nivel biológico, psicológico, emocional, etc.) El cerebro envía mensajes de energía y de salud, cuando el cuerpo funciona bien, debido a que la persona se alimenta, se ejercita y descansa de forma correcta. El cerebro envía también mensajes de seguridad, motivación y alegría, cuando la persona funciona bien, debido a que tiene buena autoestima, hábitos eficaces y criterios, conocimientos y valores que le garantizan el éxito. Si logras controlar a tus enemigos internos: la ignorancia, los temores, la pereza y la irresponsabilidad, tendrás control sobre tu vida y sobre el mundo que te rodea y no habrá lugar en tu mente para la angustia. Éstas son algunas de las acciones concretas para superar la angustia 1. Aprende a controlar tu vida. Establece unos límites lógicos y expectativas adaptadas a "tu" realidad. 2. Proponte objetivos concretos, a corto, mediano y largo plazo. Un paso cada día. Y trabaja con paciencia y constancia en la dirección correcta. 3. Prográmate "constantemente " en positivo (ideas, sentimientos, lenguaje...) a pesar de lo que ocurra. Por ejemplo: Soy inteligente. Soy buena persona. Soy un triunfador. etc. Estos mensajes repetidos de forma constante, terminan por convertirse en convicción que activa lo mejor de ti. 4. Aprende a valorar tantas cosas buenas que te ha dado la vida (salud, etc.) Eres más exitoso, rico y feliz de lo que crees, solo que no lo reconoces ni valoras. Si fueras ciego ¿Cuanto darías por poder ver? etc. etc. 5. Trata de ser lo más capaz e independiente posible en todos los aspectos. Toma el control de tu vida. La dependencia y la sumisión generan personas inseguras, con baja autoestima y propensas a la angustia. 6. Desarrolla criterios y valores correctos, y cultiva un sentido transcendente de la vida que te proteja contra el vacío y angustia existencial que hoy afecta mucho a la sociedad
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25 Abundancia de enfermedades físicas y mentales La salud es un estado de equilibrio, armonía y bienestar que se produce cuando todo funciona bien; es decir, cuando se respetan las leyes que rigen el cuerpo y la mente. Cuando se quebranta alguna de estas leyes surge la enfermedad. Los niños nacen con un cuerpo nuevo, sano y en perfectas condiciones pero la sociedad represiva los programa con angustia y con temor. Se cree que el 90 % de las enfermedades se deben a un proceso de somatización, es decir, a una energía psíquica reprimida, la cual, al no poder expresarse correctamente, trastorna el buen funcionamiento del organismo. La mente y el cuerpo forman un todo, de modo que, cada uno repercute en el otro. La salud física y mental son el mayor bien de la vida, sin embargo, los consultorios y hospitales están llenos de personas aquejadas de enfermedades físicas, pero tras de la enfermedad física se oculta una causa de tipo psíquico (baja autoestima, inseguridad, temor, frustración...) La humanidad está más enferma del alma que del cuerpo y existe una tendencia que apunta al incremento de las enfermedades mentales. Existen más de 2.000 enfermedades laborales; muchas de estas enfermedades son conocidas como enfermedades psicosomáticas, originadas por angustia y estrés. Como la angustia y el estrés tienden a crecer, también las enfermedades psicosomáticas tienden a incrementarse. Cada día son más las personas que acuden a consulta médica, aquejadas de agotamiento y de enfermedades psicosomáticas. El problema no son el cansancio ni las enfermedades en sí, ellos sólo son los síntomas de una situación insoportable. Surgen cuando la resistencia del cerebro llega a su límite y se corre el peligro de incurrir en trastornos que pueden dejar secuelas graves. Hemos creado una forma de vida competitiva, saturada de necesidades, de trabajo y de compromisos. La mayoría de las personas se sienten desbordadas. Las preocupaciones, la angustia y el estrés presiden su vida, y, ahora, la globalización acelera la dinámica de la vida y no hay tiempo para crecer, madurar, ni asimilar los cambios, lo cual produce una desconexión cada vez mayor, respecto de sí mismo, de las personas, de la naturaleza y de la vida. Como no podemos detener la dinámica de la vida, sólo nos queda adaptarnos y plegarnos a ella para no perder el tren del futuro. El problema no está en la globalización, ni en la dinámica de la vida, el problema está en nuestra rigidez mental, en nuestra incapacidad para aprender, cambiar y adaptarnos inteligentemente a la realidad. Es necesaria una higiene mental habitual para liberar la mente de ideas y de sentimientos negativos, pero, sobre todo, se trata de prevenir, para que no sea necesario curar. Se trata de crear las condiciones mentales que favorezcan el buen funcionamiento de la mente y también del cuerpo.
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Cómo lograr salud mental 1. Necesitamos protegernos de nuestros enemigos internos como son (los temores, la ignorancia, la pereza, la dependencia, el egoísmo...) 2. Necesitamos protegernos de nuestros enemigos externos. Recuerda que tus amigos y tus enemigos están muy cerca de ti. ¿Cómo distinguirlos? Quienes te estimulan al desarrollo y te proporcionan paz y alegría, son tus amigos y quienes te causan angustia y desaliento, son tus enemigos. Ojo, porque tus mayores enemigos pueden ser tus padres, tu cónyuge, tu mejor "amigo”. Estos seres cercanos no actúan con mala intención, lo hacen inconscientemente. Cuídate de ellos. Su influencia puede ser muy dañina, pues, como son seres queridos, confías en ellos y estás desprotegido contra sus mensajes, los cuales entran en tu mente sin ser analizados, y, una vez dentro, escapan al control de tu mente y actúan con plena libertad. La mejor protección es tener las "defensas" alta. Cada persona necesita aprender a defender su espacio físico y mental. Psicólogos americanos afirman que el 90% de los mensajes que recibimos desde niños son negativos (expresan temor, angustia, crítica, preocupación...). Lo expuesto no es para angustiarte, sólo es un llamado de atención para que te mantengas despierto y filtres los mensajes. De esta forma podrás protegerte de ese 90% de mensajes negativos procedentes de la sociedad. En una sociedad que se anuncia cada día más conflictiva y ambigua es necesario estar claro en los principios y valores y seguir tu camino sin preocuparte por lo que dicen o hace los demás. El hecho de que existan tantas personas con problemas de salud, se debe a que se han equivocado de camino y no tienen control sobre su vida. Se han equivocado no sólo ellas, sino también quienes les han precedido (padres, colegio,…) y les han informado mal. De aquí la importancia de desarrollar cierto espíritu crítico y someter a prueba las cosas y tomar el control de la propia vida; sobre todo, cuando se trata de aspectos importantes que comprometen la salud, el éxito y la felicidad. 3. Necesitamos seleccionar el entorno social por eso de que “Una manzana podrida..." No te creas invulnerable, aléjate a tiempo de las personas mediocres y conflictivas, porque una vez que entras en su radio de acción puedes quedar atrapado. Las personas que se superan están siempre en la mira de los demás y son causa de envidia y de crítica perenne; la sociedad no les perdona, porque su actitud positiva es una crítica a la ignorancia, a la pereza y a la mediocridad. La salud mental es el resultado de una filosofía correcta de la vida y de una conducta que respeta los principios morales, psicológicos, sociales y espirituales. Así como el cuerpo necesita nutrirse todos los días, la mente también necesita alimentarse de forma constante con lecturas y reflexión para mantener en alto los ideales y la motivación.
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4. Necesitamos seleccionar los sentimientos. Las ideas son la luz que ilumina el camino y los sentimientos son la fuerza que impulsa a la acción. En cada ser humano existen fuerzas ocultas muy poderosas llamadas sentimientos. Los sentimientos pueden ser positivos o negativos. Los sentimientos positivos ayudan a crecer, mientras que, los sentimientos negativos son autodestructivos. Cada persona tiene el poder y la responsabilidad de controlar sus sentimientos, pues de ello depende su salud mental. Como todo en la vida se rige por la Ley de Causa - Efecto. Cada persona es causa de su propio desarrollo y efecto de sus propias decisiones. Para controlar los sentimientos es necesario tener convicciones firmes, hábitos de disciplina mental y ser consecuente. Los sentimientos son maravillosos como fuerza impulsora de la acción pero son ciegos y por tanto no puede guiar la acción. Son como un caballo brioso que bien controlado pude llevar te al éxito, pero, si no lo controlas te precipitará en el abismo. Establece un plan de acción lógico y viable y no te dejes deslumbrar por el espejismo de la emoción ni caigas en la trampa de lo fácil. Elije lo auténtico y lo duradero. Muchas personas viven rumiando sentimientos negativos, lo cual produce un gasto inmenso de energía, deterioro de la mente y frustración. Los sentimientos positivos constituyen la esencia de la inteligencia emocional. El mundo occidental, pragmático y racionalista ha dado siempre un valor especial a la inteligencia racional pero hoy sabemos que la inteligencia emocional es más importante. Einstein decía. “Vale más un gramo de imaginación que una tonelada de inteligencia”. La inteligencia emocional se alimenta del subconsciente. Por tanto, el éxito en tu proyecto de vida depende de una actitud emocional positiva, es decir, de la correcta selección de sentimientos. Cuando las cosas y las personas son marcadas por el amor, adquieren un poder increíble, debido a que absorben en beneficio propio la energía de la mente. Los pensamientos y sentimientos positivos sanan y los pensamientos y sentimientos negativos enferman; por tanto, tu salud mental no depende de lo que te ocurre sino de la forma en que reaccionas ante las cosas.
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Abundancia de temores El temor es una condición natural de todos los seres humanos. Todos los seres humanos tenemos temores en mayor o menor intensidad; debido a que somos hijos de una educación represiva y de una sociedad represiva y crítica. Los animales criados con sus padres son seguros, curiosos, espontáneos y sociables; mientras que los animales criados solos tienden a ser tímidos, inseguros y hasta cobardes. Lo mismo podemos decir de los seres humanos. Los temores se graban básicamente en la infancia y luego se activan en la v ida cada vez que tenemos que enfrentarnos a situaciones difíciles. El temor constituye un mecanismo de supervivencia y de defensa. Impulsa al individuo permitir a responder con rapidez y eficacia ante situaciones adversas. En este sentido, el temor es normal y beneficioso para el individuo y para la especie, pues, nos hace vivir alerta, pensar, sopesar las posibilidades y evitar riesgos innecesarios, y, a la vez, nos estimula a enfrentar las dificultades y a superarnos. El problema surge, cuando el temor va más allá de lo normal e inhibe las capacidades físicas y mentales.
Clases de Temores Existen miles de temores. Estos son los más comunes. 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15
Temor a actuar. Temor a ser espontaneo. Temor a equivocarse. Miedo a tomar decisiones. Temor a la competencia Miedo escénico. Temor a mirar a los ojos. Temor a la crítica. Temor a decir no. Temor al fracaso. Temor al éxito. Temor al conocimiento, a la verdad. Temor a la libertad. Temor al desarrollo. Temor al futuro.
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Temor al sexo. Temor a amar. Temor a exigir nuestros derechos. Temor a llamar la atención. Temor a la responsabilidad. Temor a ser feliz Temor a la conciencia. Temor a la pobreza. Temor a la vejez. Temor a la enfermedad (Dolor) Temor a la soledad. Temor a la muerte. Temor a Dios. Fobias. Manías.
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Efectos del temor El temor es causa de sufrimiento constante y el principal obstáculo para el desarrollo y el éxito; por tanto, hay que atacarlo para sobrevivir psíquicamente, para sentirse bien y para liberar el amor, la inteligencia y la creatividad. “El temor se apodera de los espíritus débiles, ahogando toda idea y deseo de libertad”. El temor determina la forma de percibir la vida y de reaccionar ante los acontecimientos. Es temor es dinámico y tiende a crecer, a no ser que la persona tome conciencia de él y aprenda a controlarlo. En cada época se desarrollan unos temores más que otros, de acuerdo a la situación económica, política y social. Los temores crecen en tiempo de crisis y pueden alcanzar niveles de pánico. El temor nos hace vulnerables. Las personas emiten señales de salud o de enfermedad, de seguridad o de temor. Cuanto más intensa sea la señal de temor, la persona queda más al descubierto y se hace más vulnerable. Observa a una leona en actitud de caza. Permanece atenta al movimiento de la manada y espera que algún animal se distraiga o dé señales de debilidad. Las personas no pueden dar señales de temor ni de debilidad en una sociedad como la nuestra, lista para juzgar y condenar, porque serán motivo de desprecio o bien de explotación. Con esto, no recomiendo que te pongas una máscara, sino que cuides tu imagen y expreses lo mejor de tu persona. ¿Cómo? _ Apoyándote en la dignidad y en el valor que posees por el sólo hecho de ser persona. En la actualidad, los temores más comunes son: El miedo escénico, el temor al futuro, al fracaso, a la pobreza, a la enfermedad, a la vejez y a la soledad. Estos temores son propios de una sociedad competitiva, individualista y poco solidaria, que ha dejado al ser humano sólo y abandonado a su propio destino. El temor desencadena automáticamente los procesos psicológicos que conducen al fracaso: inhibe las capacidades físicas y mentales, de modo que las personas se sienten sin ideas, sin energía y sin valor para decidir. Cómo superar los temores La raíz de los distintos temores es casi siempre la misma (baja autoestima) y la solución también es la misma (fortalecer la autoestima y la seguridad a través de éxitos concretos y de programación mental) Los temores ocupan el lugar que debería llenar la autoestima. Construye una imagen de ti, clara, brillante, simpática y poderosa y comprobarás que ningún temor puede detenerte en el camino hacia el éxito. Nadie puede hacerte daño si tú no lo permites. Lo desconocido causa miedo. A medida que nos familiarizamos con los “objetos” del temor, estos se vuelven menos peligrosos; por tanto, no huyas de los temores, porque estarás condenado a huir
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por el resto de tu vida. Enfréntelos. Acércate a ellos, de forma progresiva; es decir, sin forzar las cosas y descubrirás su inconsistencia. Visualiza el temor cómo un gigante y luego, observa cómo se empequeñece hasta convertirse en un muñequito insignificante. Realiza este ejercicio cuantas veces quieras. Controla la imaginación porque tiende a magnificar y dramatizar las consecuencias negativas y a crear las condiciones propicias para el fracaso. Mejora tu filosofía de la vida. Si concibes la vida como competencia; te sentirás obligado a ganar siempre y vivirás bajo el signo del riesgo y del peligro, y, por tanto, bajo muchas formas de temor. En cambio, si piensas que sólo estás obligado a hacer lo que puedes hacer, entonces, te aceptarás como eres; aceptarás tu situación y tus límites; aceptarás a la gente como es, con lo cual te liberarás de responsabilidades inútiles. Sé humilde, compresivo, tolerante y acepta la vida y las personas como son. Al concebir la vida en forma más simple y más humana, los temores pierden ese aspecto peligroso y trágico. En realidad, el temor procede de la duda que tiene el ser humano de poder satisfacer las exigencias impuestas por el Súper yo (Padre). Cuando se descubre que esas exigencias impuestas no tienen que ver con la realidad de la vida, pierden validez. Al liberarse de esa responsabilidad inútil y dañina, desaparece el temor. Por tanto, recomendamos profundizar en el conocimiento de la estructura psíquica y purgarla de muchas exigencias inútiles y absurdas que son la raíz de los temores.
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Abundancia de soledad El hombre nace solo, vive solo y muere solo. La primera experiencia existencial, fuera del seno materno, es la soledad. El ser “solo” es una condición de la individualidad. Gracias a que el ser humano es “solo” tiene su propia conciencia y su propia libertad, que le permiten ser dueño de sí y de su destino. Pero el hombre es también un ser sociable. Nace en una familia y necesita de la familia y de la sociedad para desarrollarse a través de la interrelación de cada día. Existe una soledad física. La soledad física consiste en aislarse de los demás para encontrarse consigo mismo, para reflexionar y para crear. Es la soledad del sabio, del científico, del artista, del religioso... los cuales viven absortos en su que hacer, disfrutando el placer de crear. Esta soledad es fuente de desarrollo y de creatividad. En estos casos el hombre se siente conectado con la vida, con las ideas, con la sociedad... Existe la soledad psíquica del que se encierra en sí mismo. Se produce como un mecanismo de defensa, debido a temores, complejos, desadaptación, baja autoestima, etc. Este aislamiento, lejos de proteger, genera más angustia y desadaptación. Existe una soledad existencial. Se trata de un sentimiento de aislamiento social y de vacío interior. Es como una sensación íntima y dolorosa de desintegración. Esta clase de angustia se debe a carencias de amor, de fe y de autoestima. La persona puede estar rodeada de mucha gente pero siente un vacío y una soledad inmensa. La soledad existencial se debe a la falta de fe y de esperanza en instancias transcendentes (Dios), que podría dar sentido a la vida y mitigar esa angustia existencial. Esta soledad empobrece y es causa del más profundo de los dolores humanos, como es el dolor del alma. Muchas personas tratan de paliar inútilmente esta soledad existencial a través de la actividad, del éxito, de la fama, de los placeres. Una persona normal no sufre de soledad, porque su mente está conectada con la vida, ocupada en realizar sus sueños, deseos y proyectos. No tiene tiempo muerto y por tanto, no hay espacio para la soledad. El mejor antídoto contra la soledad consiste en tener la mente ocupada en proyectos agradables que trasciendan lo puramente existencial. Como la soledad es causada por una desconexión respecto de sí mismo, de la sociedad, de las ideas, de los valores y de la fe, necesitamos tomar conciencia de la necesidad que tenemos de conectarnos con cada una de estas instancias.
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Algunas personas tienen tendencia a la introversión mientras que otros tienden a ser sociables. Esta actitud se debe en gran medida a factores temperamentales pero, sobre todo, a razones de estimulación. Cada persona necesita hacer un esfuerzo constante para relacionarse en positivo con los demás. Esta relación no se produce por el hecho de estar juntos. La gente vive apiñada en las ciudades, muy juntos desde el punto de vista físico, pero muy distantes desde el punto de vista afectivo. La relación humana exige una actitud permanente de apertura y de buena voluntad. Nadie puede relacionarse con los demás si no tiene una buena relación consigo mismo. La relación humana se basa en la confianza, en la honestidad y en la generosidad; por cual, la mejor forma de conectarse con la vida y con la gente y así evitar la soledad consiste en funcionar en positivo. Quien funciona bien tiende a ser amistoso y sociable. El problema de la soledad se ha incrementado en las últimas décadas. Antes el ser humano vivía unido a un medio geográfico y social que le proporcionaban sentimiento de pertenencia, pero la movilización social, la transculturización, la apertura a nuevas ideas, valores y formas de vida, hacen que muchas personas se sientan “perdidas en el espacio”. La vida evoluciona en forma tan rápida que las personas no tienen tiempo para asimilar los cambios y las cosas que hasta hace poco nos resultaban familiares, ahora nos parecen lejanas y extrañas. Hay que aprender desde niños a hacer amistad con el silencio y con la soledad, como partes naturales de la vida. La sociedad actual, atrapada en el agite y en la prisa, no dispone de tiempo para reflexionar ni para crear, ni para encontrarse consigo misma, lo cual le impide tener una conciencia clara de la propia vida y de sus posibilidades, comprometiendo su desarrollo y su madurez. El verdadero significado de la soledad se lo damos nosotros mismos, permitiendo que este tiempo se convierta en aislamiento doloroso, físico y emocional, o por el contrario, sea una jornada de alegría y renovación. La soledad es un estado mental que puede servirnos para encontrarnos con nosotros mismos, reflexionar, madurar, comprender el valor de la vida y planificar un futuro exitoso y feliz, o bien, puede ser un momento amargo si dejamos que los temores invadan nuestra mente. Las personas vacías por dentro tienen terror a la soledad. No por la soledad en sí, sino porque la soledad es como un espejo que refleja su vida de fracaso y frustración; por esta razón necesitan evadirse, aturdirse y olvidar, pues les resulta insoportable su existencia. Cuando no se llena la persona de los contenidos necesarios (ideas, amor, amistades, relación con la naturaleza, fe, esperanza, etc. de forma progresiva van cayendo en un existencialismo vacío que genera angustia existencial. La soledad del adulto está muy relacionada con la soledad sufrida en la infancia Las personas que sufren esta clase de soledad se refugian en el alcohol, las drogas, el juego, internet, etc. Cada día son más las personas adictas a los videos-juegos, chateo, etc. En una ocasión le preguntaron a Dalí sin no se aburría estando tan solo, a lo que respondió: "No me aburro, porque siempre estoy don Dalí”
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Abundancia de corrupción Según el diccionario, corrupción significa: depravación, degradación, soborno, perversión. También significa descomposición y putrefacción. Cualquiera de los sinónimos mencionados causa repugnancia; sin embargo la corrupción se ha convertido en una conducta habitual, aceptada por la sociedad. Antes, las personas cuidaban su buen nombre, existía un poco de decencia y dignidad y la sociedad plantaba cara a las personas corruptas en cualquier ámbito de la vida. Era una forma de respetarse a sí mismas, de defender sus propios principios y valores, de defender su familia y su entorno; pero hoy, la corrupción campea por todas partes y en todos los ámbitos de la vida, y camina con plena libertad e impunidad, debido a que las personas honestas han renunciado a la defensa de la salud de la sociedad. "El mundo no está amenazado por las malas personas sino por aquellos que permiten la maldad" Albert Einstein El ser humano nace con fuertes instintos animales y de no mediar la educación su comportamiento sería idéntico al de cualquiera animal; pero la humanidad ha evolucionado y ha aprendido a controlar los instintos y a desarrollar conductas inteligentes y éticas que le permiten controlar su conducta y vivir de forma honesta y civilizada. De modo que, la conducta de las personas depende de la educación o programación recibida y también del uso que hace de su libertad. La corrupción tiene su origen en una educación errónea, carente de principios y valores, carente de auto respeto y carente de dignidad. Las leyes sirven parcialmente para el control de la sociedad pero no garantizan el control personal. El control personal nace de dentro y es responsabilidad de cada persona. El control personal supone actuar de acuerdo a valores y criterios que ayudan a superar el egoísmo y las pasiones. Supone disciplina interior y actuar de forma proactiva. Casi todas las madres del mundo enseñan a sus hijos el respeto y la honestidad, porque saben que son la roca firme sobre la cual podrán construir el verdadero éxito y la verdadera felicidad. La honestidad es la mejor forma de protegerse contra los enemigos de fuera y contra los propios enemigos internos. A lo largo de la historia, la experiencia enseña que la honestidad es la base de todos los logros personales, profesionales, familiares y sociales, mientras que la corrupción es causa del fracaso en todos los aspectos. La honestidad está asociada a la verdad, a la justicia, a la dignidad y a otras muchas cualidades que son la base de la evolución; mientras que, la corrupción está asociada a la falta de valores. Las personas corruptas siempre encuentran razones para justificar su conducta, y aprenden a adormecer su conciencia para no sentirse culpables, pero la conciencia nunca muere y les advierte
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de muchas formas de su mal proceder, por lo cual, ninguna persona corrupta puede ser verdaderamente feliz. Hay personas que carecen de principios y valores sólidos que pongan límites a sus instintos, por lo cual, tienden a ser corruptas; mientras que, las personas que poseen principios y valores sólidos tienen una vida regida por principios y valores, tienden a ser buenas, honestas y responsables. El peor enemigo de una persona es una programación mental débil y errónea, hecha de hábitos que no responden a la verdad, ni al bien, ni a la realidad de la vida. Las personas buenas y honestas, tienen una estructura mental diseñada en base a valores de verdad y de bien. Su conducta es un reflejo de su esencia interna; mientras que, las personas corruptas tienen una programación mental carente de valores, por lo que tenderán a ser siempre corruptas, porque esa es su naturaleza interna; sin embargo, somos humanos y tenemos el poder de rectificar nuestros esquemas mentales. Al cambiar la forma de pensar, también cambiará nuestra forma de actuar. Son demasiadas las conductas corruptas, instaladas en la sociedad y en la vida de cada persona, con las cuales nos hemos familiarizado, y, de tanto convivir con ellas, las aceptamos como parte normal e inevitable de la vida. Nos hemos acostumbrado a convivir con la corrupción, con la inseguridad, con las drogas y con otras muchas lacras y absurdos, convertidos en males endémicos; es decir, en males que han echado raíces en la mente de las personas y en la conciencia social. En todos los aspectos de la vida existe un proselitismo, lo que hace que los corruptos traten de corromper a otras personas. Existen distintas formas de corrupción (económica, política, laboral, social, etc.) Muchas personas son atraídas hacia el terreno de la corrupción, y, poco a poco, van perdiendo la sensibilidad moral y aceptan como bueno aquello que en otro momento consideraban inaceptable. Es increíble cómo los seres humanos acomodan sus criterios y sus conductas a su conveniencia. La justificación es una forma infantil de autoengaño. La sociedad evoluciona y hay ciertos criterios y ciertas conductas que necesitan evolucionar, pero, en nombre del desarrollo y de la libertad, se intentan implantar ideas y conductas que tienen poco que ver con la libertad y mucho con el libertinaje. La consecuencia es el relativismo moral que se está imponiendo en la sociedad como consecuencia del debilitamiento de los valores. Es una forma de validar y de justificar cualquier conducta. En nombre del relativismo moral y del libre albedrío, muchas personas creen que pueden hacer lo que les venga en gana, entre otras cosas, ser corruptos. Hans Jonás, dice así. “Obra de tal modo que los efectos de tu acción sean compatibles con la permanencia de una vida humana auténtica en la Tierra” Este principio es un imperativo categórico, es decir, un deber ineludible. No lo impone nadie, se impone por ley natural, porque es lógico y necesario para el desarrollo de las personas y para el buen funcionamiento de la sociedad. El ser humano es libre y puede cumplirlo o no, pero deberá atenerse a las consecuencias, pues la vida se rige por leyes que se cumplen de forma inexorable, y, cada uno recibe lo que merece en atención a sus acciones.
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La experiencia y la historia nos enseñan que las personas y las sociedades se desarrollan mientras son impulsadas por principios, valores e ideales y degeneran cuando se debilitan sus estructuras morales. El poder sugestionador de la sociedad es terrible, sobre todo para los niños y jóvenes, debido a que su influencia es poderosa y constante, por lo cual es necesario apelar constantemente a los valores morales consistentes. Es necesario entender que la moral es mucho más que un conjunto de leyes. Es una forma de ver la vida, de actuar, de amar, de creer, de relacionarse y de vivir. Es importante aprender a asumir la propia responsabilidad y evitar cualquier tipo de justificación. La justificación es propia de personas inmaduras, mediocres e irresponsables. Las principales responsabilidades del ser humano son consigo mismo. Tienen que ver con el cuidado y desarrollo de su salud física, mental y espiritual. Con su capacitación, productividad y convivencia. Los delincuentes y corruptos no son extraterrestres, son producto de nuestra sociedad. Tenemos lo que hemos creado. En esta situación todos tenemos algo de responsabilidad. De poco sirven las leyes. Todas las leyes del mundo no sirven para controlar a una persona si ésta no sabe controlarse a sí misma. Los programas sociales sólo sirven para paliar temporalmente los problemas, pero no resuelven el problema, porque generan personas dependientes. "No le des un pez a la gente, enséñale a pescar" Los problemas varaderos de la sociedad no son la pobreza, la corrupción o la inseguridad, estos problemas son sólo la expresión del verdadero problema, como es la ignorancia y la falta de valores. De modo que, para resolver los problemas de corrupción, hay que comenzar por el cambio de mentalidad. Todo cambio se inicia en la mente. “Moral y luces son nuestras primeras necesidades” Tenemos que recuperar el verdadero funcionamiento de las familias. Superar la marginalidad. Mejorar la educación. La mediocridad de la educación escolar programa a las personas para ser mediocres por el resto de su vida en todos los aspectos. Los países con más calidad de vida son los que tienen mayor preparación.
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Abundancia de crisis y conflictos 1. Las crisis y los conflictos son parte inevitable de la vida. Son molestos y causan sufrimiento, pero, a veces son necesarios para evolucionar. 2. Las crisis y los conflictos indican que algo no funciona bien y es necesario rectificar, con el fin de que las crisis y los conflictos no se agraven. 3. Cuando las personas no evolucionan de forma natural, por medio de la superación constante, quedan desadaptadas y se origina una tensión que genera malestar y conflictos. 4. Los conflictos ocurren por frustración e insatisfacción de las personas. Cuando las personas no son felices tienen a ser conflictivas. Evita las personas conflictivas, porque su vibración negativa es contaminante. 5. Los conflictos provienen de la estructura mental de las personas, que es la que determina las reacciones y la forma de actuar; por tanto, los conflictos sólo se pueden resolver cuando cambie la forma de pensar de las personas. 6. En todo conflicto hay mucho de ignorancia y de frustración, por tanto la solución está en aclarar la mente y en mejorar la autoestima. 7. Los conflictos pequeños pueden surgir por causas circunstanciales, pero los conflictos serios tienen su génesis. A un conflicto serio se llega cuando la injusticia, el odio, la ira, la envidia, el resentimiento o la frustración toman el control de la mente. Las personas son conscientes de este proceso que va in crescendo pero no hacen nada o no saben controlarlo. Al final llega el desenlace. 8. Los conflictos sociales graves, como las guerras, surgen cuando la injusticia y la frustración llegan a un nivel límite y explotan. Una vez iniciado un conflicto grave se desencadena una serie de hechos violentos, impulsados por fuerzas que habían estado reprimidas. En su avance destruyen todo lo que encuentran a su paso. Es como un tornado que sólo se detiene cuando se le acaba la emergía. 9. Todos somos parte de la sociedad y nos beneficiamos, de muchas formas, de su buen funcionamiento, así como también pagamos las consecuencias de los conflictos. Es deber de todos contribuir al buen funcionamiento de la sociedad. Una vez puestas las premisas se desencadenan los procesos correspondientes. De aquí la importancia de aprender a controlar las ideas, sentimientos y emociones antes de que tomen fuerza. Es fundamental aprender a prever y evitar.
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Los conflictos no se resuelven con fuerza de voluntad, pues dependen de una estructura mental muy compleja, de aquí la importancia de auto educarse para la honestidad, la paz, la justicia, la convivencia, el dialogo y todas esas cualidades que determinan la salud mental. 10. Los conflictos no benefician a nadie. Pero hay personas con problemas emocionales que necesitan de los conflictos, porque a través de ellos “drenan” su tensión interna. En este caso los utilizan como un mecanismo de defensa. Les ayuda a demostrarse que son fuertes, que son capaces de enfrentarse. Como ya aclaramos, los mecanismos de defensa, lejos de resolver las cosas, las complican. Cada día son más las personas que utilizan este mecanismo, por lo cual, debes estar atento para detectarlas y no quedar enganchado en sus problemas. 11. Muchos conflictos surgen por falta de capacidad y de adaptación. Cuando las personas funcionan bien, se sienten bien y viven en paz consigo mismas y con la sociedad. 12. Cuando te veas atrapado en un conflicto personal o social, no busques excusas ni culpables, porque en gran medida tú eres el causante del conflicto por no prever, por ingenuo, por no tomar previsiones a tiempo, etc. etc. 13. Los conflictos serios no surgen del día a la noche, son el resultado de conductas repetidas y de actitudes habituales, por lo cual, las solución puede llevar un tiempo mientras las personas rectifican su puntos de vista y su actitud emocional. 14. Los conflictos surgen por diferencia de ideas, pero, sobre todo, por razones de intereses y de sentimientos. 15. Es fundamental adelantarse al futuro y tomar las previsiones necesarias en relación con el trabajo, la producción, etc. La fluidez y la creatividad son fundamentales para vivir en actitud de cambio. Es necesario contar con distintas alternativas y respuestas preparadas para adaptarse tiempo a los cambios y evitar conflictos. 16. Muchos conflictos ocurren por no actuar a tiempo. Cuando algo no funciona es necesario rectificar antes de que el problema tome cuerpo. Muchos de nuestros problemas y conflictos actuales se deben a errores de acción o de omisión cometidos años atrás Estos errores constituyen deudas contraídas con la vida, las cuales pagamos de muchas formas. 17. Si bien los conflictos son parte de la vida, a medida que las personas evolucionan se alejan de los conflictos y su vida es más plena, más feliz. De aquí la utilidad de elaborar un proyecto de desarrollo personal. 18. Los métodos que existen para resolver conflictos son importantes, pero es más importante saber aplicarlos, y, sobre todo, mantener una actitud mental positiva. 19. Es importante que analices tu vida y anotes cuáles han sido tus conflictos serios y encuentres las razones por las cuales los has tenido. También es importante que analices la forma en que hoy resuelves tus conflictos personales y sociales y busques estrategias más eficaces. 20. Elabora un plan de acción para evitar conflictos a futuro y para resolver eficazmente las preocupaciones, problemas o conflictos en los que te sientes atrapado en la actualidad. Si logras controlar tus ideas y tus sentimientos, podrás controlarte a ti mismo, y entonces, podrás controlar al mundo.
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La violencia es parte de la dinámica de la naturaleza. En el cosmos se producen constantemente explosiones cósmicas de proporciones gigantescas. "En los pocos segundos que puede durar una explosión se libera más energía de la que ha irradiado el Sol en su existencia de cinco mil millones de años", explica Gorosabel. La Tierra ha sufrido a lo largo de su historia infinidad de cataclismos y nadie puede predecir los efectos que pueden derivarse de las fuerzas geológicas. Lo cierto es que los continentes flotan sobre placas tectónicas que un día podrían saltar por los aires hechas añicos, si son presionadas por las fuerzas internas de la Tierra. Los terremotos y tsunamis están a la orden del día. Crece el deterioro del ecosistema, crece la contaminación de la naturaleza y crece la extinción de miles de especies que habían logrado evolucionar y sobrevivir durante millones de años. Según algunos especialistas, 17.000 especies se extinguen cada año, como consecuencia de la deforestación y de la contaminación del aire, de la tierra y de las aguas, causadas por el hombre. Sin duda, somos los seres humanos los que producimos más violencia en el reino de los seres vivos. Siguen las guerras, los genocidios, las crisis económicas y sociales. La violencia humana existe en todas partes, en forma de guerra, de odio, de injusticia, de explotación, de ignorancia, de pobreza, de fracaso, de frustración,... La violencia también se disfraza de formas muy sutiles que pasan desapercibidas, pero que causan mucho daño en la mente de las personas, y, en consecuencia, en la sociedad. Existen muchas ideas e imágenes cargadas de violencia que pululan por las redes, TV,... que se instalan en la mente de las personas generando las conductas correspondientes. La violencia anda suelta y sin control, creando las condiciones de los futuros conflictos, pero son pocas las personas que tienen conciencia de lo grave de esta realidad, por lo que la aceptamos en nombre de la "libertad de expresión" La violencia del cosmos está más allá de nuestra comprensión y nada podemos hacer al respecto. Tampoco podemos hacer nada en relación con los tsunamis y terremotos, pero sí podemos hacer mucho en relación con la conservación del ecosistema y de las especies animales. También podemos hacer mucho para evitar las guerras, los genocidios, las crisis y para establecer la justicia y la paz. Nadie nace violento. La violencia es una conducta adquirida por imitación de modelos familiares o sociales, o como reacción a estímulos o situaciones que atentan contra nuestra seguridad. La vida es cambio, evolución, lo que significa que las fórmulas de ayer no sirven para hoy. La ley de la vida es "adaptarse o morir" lo cual exige vivir en proceso constante de renovación.
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Los seres humanos tienen necesidades biológicas, afectivas, etc. y todo lo que hacen está orientado a satisfacer estas necesidades. Cuando son satisfechas existe paz y entendimiento, pero, en la medida en que no son satisfechas, se activan los mecanismos de defensa. Los mecanismos de defensa son "conductas de emergencia" que utilizan las personas cuando no encuentra otra salida para mantener en pie su autoestima o su dignidad; pero estas conductas no pueden ser frecuentes y menos aún habituales, porque lejos de resolver los problemas, los van represando, y al final estallan de forma violenta. Raíz de la violencia Los seis primeros años son los más importantes de la vida, debido a que en ese período se forman las estructuras mentales básicas, especialmente las afectivas, las cuales determinan su forma de ser, de percibir la vida, de sentir las cosas, de pensar y de actuar. De aquí la importancia de proporcionarle estímulos positivos y un buen método de aprendizaje que le ayuden a desarrollar hábitos mentales, autoestima y control mental. El ser humano recibe estímulos ante los cuales reacciona. Si los estímulos son positivos (afecto, apoyo, valoración) las respuestas serán positivas. Con el tiempo esta forma de reaccionar se consolida y se convierte en hábito; es decir en forma constante de reaccionar. Un niño que es educado con respeto y con amor, crece sano, espontáneo y sociable; tiene grabado en su mente un sentimiento de bienestar que le envía en forma constante mensajes de seguridad, de autoestima, de alegría, de motivación. El niño tiende a ser optimista, sociable y generoso; sabe ganarse el respeto y el apoyo de las personas y, en consecuencia, le irá bien en la vida. Si, por el contrario, el niño no recibe suficiente afecto, respeto y valoración; si es criticado, reprimido o maltratado, entonces se graban sentimientos de temor, de impotencia, de angustia y de soledad en el subconsciente. Estos sentimientos hacen que perciba la vida, las personas y los acontecimientos como una amenaza y hacen que tienda a reaccionar de forma violenta. Las raíces de la violencia son subconscientes. Son originadas por experiencias negativas grabadas en la infancia y alimentadas posteriormente a través de estímulos negativos (ideas, sentimientos y experiencias cargados de violencia) Estas vivencias se convierten en hábitos, en fuerzas dinámicas que controlan la mente a nivel subconsciente y hacen que la persona tienda a ser violenta de forma compulsiva. Esta tendencia natural manda en su vida y es poco lo que la persona puede hacer para controlar su impulso natural a la violencia, a menos de que trabaje en rectificar su estructura mental profunda. De aquí la importancia de educar para la paz desde niños y de aprender a solucionar las cosas de forma civilizada, entendiendo que lo que no se resuelve a través del diálogo no se resuelve de ninguna otra forma. La violencia es una conducta instintiva que necesita ser controlada y encauzada a través de la educación en principios y valores. Los principios y valores son como el cauce que impide que el agua del río se salga de madre e inunde y destruya todo a su paso. La violencia que observamos en las personas, en las familias y en la sociedad no es otra cosa que la manifestación de la violencia interna que viven las personas, y, puesto que todo se inicia en la mente, es ahí donde debemos cambiar la forma de percibir las cosas, de pensar y de sentir. No es culpando a los demás, ni dirigiendo nuestra ira contra ellos, como vamos a resolver nuestros problemas. Necesitamos aclarar la mente y reinterpretar la vida de forma constructiva. La violencia es un problema personal que cada uno debe resolver para luego resolver los problemas familiares o sociales.
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Angustia Cómo ganar la batalla contra la angustia
La angustia está asociada a recuerdos. El hombre puede ser angustiado y torturado por recuerdos y remordimientos del pasado y por la imaginación que visualiza el futuro lleno de peligros. Los animales no tienen angustia porque carecen de pensamiento y de imaginación. Según Freud la causa de toda angustia se debe al miedo a la separación o pérdida de algo importante.
La angustia está asociada a las preocupaciones Las preocupaciones también generan angustia y estrés. La palabra "preocupación" (pre ocupación) significa ocuparse con anterioridad de algo que no ha ocurrido o que nunca ocurrirá. Esta conducta es propia de las personas temerosas, inseguras, pesimistas, ansiosas, con baja autoestima. Ésta es una conducta errónea aprendida generalmente en la infancia como consecuencia de una educación equivocada. La pre-ocupación bloquea las capacidades mentales y causa mucho sufrimiento innecesario, por lo cual, es conveniente prever las cosas y crear las condiciones para que ocurra lo mejor y, una vez hecho esto, esperar y aceptar lo que venga.
La angustia se produce por creer que la vida es fácil. Muchas personas piensan que la vida es fácil y esperan que las cosas cambien en vez de capacitarse para cambiarlas. A medida que pasa el tiempo y las cosas no cambian comienzan a preocuparse porque sienten que no están preparados. En general, las personas luchadoras tienen menos angustia, porque no dependen de las cosas que van a ocurrir, sino que trabajan por hacer que las cosas ocurran. Otras causas de la angustia son los temores. Existen infinidad de temores. Temor a equivocarse, temor al futuro, temor a la pobreza, temor a no ser aceptado por los demás, etc. etc. La angustia es un círculo vicioso. Una vez experimentada la persona vive preocupada ante la perspectiva de que regrese, lo cual hace que, ante cualquier situación, se desencadenen los síntomas de la angustia. El proceso se desarrolla con gran rapidez y la persona sólo es consciente de un sentimiento de pánico.
¿Cómo superar la angustia? En primer lugar, hay que distinguir entre lo "incómodo" y lo "terrible". De modo que, para empezar, cuando te sientas angustiado, piensa que es incómodo pero no es el fin del mundo. La gente se acostumbra a pensar que la angustia es terrible y su cuerpo reacciona conforme a esa percepción. Es indispensable cambiar este chip mental y pensar, que no es terrible. Cuando ocurra, espera un tiempo para que tu cuerpo se acostumbre a reaccionar con más serenidad. Si no
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tienes éxito en el intento, piensa que es desagradable pero no terrible. Lo importante es que en vez de huir te estás enfrentando. Sigue intentando y si temes que te dé un ataque de pánico, recuerda que el pánico tiene una duración muy breve, aunque mientras dura parece interminable. Enfréntate a él con la siguiente actitud: "Si tengo un ataque de pánico, lo acepto y ya está; será desagradable, pero no terrible." En la vida es necesario enfrentar todo, de lo contrario, estaremos condenados a huir eternamente con el temor a la espalda. En estos casos aprende a respirar. Inhala por la nariz y exhala por la boca en ciclos regulares, despacio y bastante superficial (evita la respiración profunda) Es necesario aceptar que somos nosotros mismos los que creamos la angustia por no aceptar las cosas como son; por aspirar a lo que no podemos ni merecemos porque no hemos hecho méritos para ello; por compararnos con los demás, por lamentarnos en vez de luchar, por no entender que la vida se rige por la ley de causa - efecto. etc. Lo peor de cualquier "desastre" no es tanto lo terrible del mismo sino la dramatización del suceso. Hoy están muy de moda los fármacos, utilizados para inhibir la ansiedad, la angustia, la depresión, el estrés... Estos medicamentos, pueden ayudar, pero es conveniente recordar que se trata de "enfermedades psicológicas" causadas por una inadecuada integración mental y que una terapia eficaz debe estar dirigida a aclarar la mente. Acciones concretas para superar la angustia 1. Aprende a controlar tu vida. Establece unos límites lógicos y expectativas adaptadas a "tu" realidad. 2. Proponte objetivos concretos, a corto, mediano y largo plazo. Un paso cada día. Y trabaja con paciencia y constancia en la dirección correcta. 3. Prográmate "constantemente" en positivo (ideas, sentimientos, lenguaje...) a pesar de lo que ocurra. Por ejemplo: Soy inteligente. Soy buena persona. Soy un triunfador. etc. Estos mensajes repetidos de forma constante, terminan por convertirse en convicción que activa lo mejor de ti. 4. Aprende a valorar tantas cosas buenas que te ha dado la vida (salud, etc.) Si fueras ciego ¿Cuanto darías por poder ver? etc. etc. 5 Higiene mental. La catarsis o higiene mental, debe estar dirigida a seleccionar ideas, sentimientos, lenguaje, conductas y calidad de vida, pues ellos son los principales agentes que modelan nuestra personalidad, poco a poco, pero de forma profunda y determinante; por lo cual, debemos estar atentos para controlar todos los factores que influyen en nuestra vida. Es importante entender que todo se rige por leyes, y, por ley de Causa y Efecto, somos el resultado de lo que hemos pensado, de lo que hemos amado u odiado y de lo que hemos decidido durante toda la vida. Dentro de unos años seremos el resultado de lo que hagamos en adelante La angustia no es un sentimiento aislado; es el resultado de una programación mental errónea; por lo cual, se trata de rectificar algunas ideas y sentimientos generadores de angustia. La clave está en aprender a controlar ciertos pensamientos que generan temor, angustia... y cultivar otros que generan fe, paz... Lo que significa alejarse de todo lo que contiene discordia, competencia, violencia, falsedad y crear un mundo interno y externo en el que reine la armonía. Es necesario nutrirse todos los días con lecturas, pensamientos, espiritualidad... porque la sociedad genera mucho desgaste. Todos los estudios psicológicos pronostican que para el año 2020 la enfermedad más generalizada será la angustia.
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Cómo ganar la batalla contra el mal
El bien y el mal no existen como entes, no tienen existencia propia e independiente, sólo existen como conceptos encarnados en las personas, que son quienes los representan y actúan en su nombre. Llamamos bien a todo lo que ayuda al desarrollo de las personas y llamamos mal a todo lo que atenta contra el desarrollo, el progreso, la paz, etc. Estos conceptos son universales y derivan de la misma naturaleza de las cosas. El mal es mal porque es dañino en su esencia y el bien es bien porque es bueno en su esencia. Las personas tienen criterios muy diversos sobre el bien y sobre el mal, debido a que ambos tienen mucho de subjetivo y dependen en gran medida de la educación que cada persona ha recibido. Para muchas personas está justificada la guerra, la pena de muerte, la venganza, etc. La humanidad está desarrollando mayor conciencia sobre el bien y sobre el mal, lo que se traduce en una exigencia de más justicia, de más democracia, de más libertad y de respeto a los derechos humanos. El proceso evolutivo exige eliminar viejas estructuras mentales, morales, sociales, religiosas y espirituales, lo cual es percibido por muchas personas como el principio del caos, sin embargo, la experiencia nos dice que las crisis tienen una función regeneradora. Las crisis eliminan lo que no funciona y obligan a funcionar a nivel superior y a realizar ajustes para poder sobrevivir. Nuestros conceptos sobre el bien y sobre el mal son muy utilitarios y materialistas. Cuántas cosas que consideramos como un bien, nos perjudican y cuántas cosas que consideramos como un mal nos hacen bien. Las personas buscan la comodidad y el éxito fácil, sin embargo, pueden ser causa de nuestra ruina, mientras que, con frecuencia, las dificultades y los fracasos pueden activar nuestras mejores reservas y conducirnos al éxito. Para juzgar el bien y el mal necesitamos tener unos criterios que nos sirvan de referencia. Como vivimos en un proceso de evolución, los criterios sobre el bien y el mal también evolucionan, por lo cual, debemos ser muy prudentes a la hora de juzgar. Por otra parte, los seres humanos tendemos a justificar lo que nos conviene y a descalificar lo que no coincide con nuestra visión de la vida, de modo que debemos aprender a ser más objetivos y más honestos. Las personas son básicamente buenas, como lo son todas las obras de la creación, pero son libres y pueden dejarse llevar por sus instintos y pasiones y quebrantar las leyes, lo que significa incurrir en el mal, es decir, en conductas que atentan contra ellas mismas o contra los demás. Todos en algún momento hemos actuado en nombre del mal y hemos quebrantado las leyes
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humanas y las leyes divinas, lo importante es alejarse del mal y acercarse al bien y perseverar en él. Ahora bien, cada persona deber estar clara sobre el bien y el mal. Muchas personas, creen defender el bien, cuando en realidad están guiadas por el interés, el odio y el resentimiento. Como es lógico, tarde o temprano la realidad se volverá contra ellas y pagarán de muchas formas su error. De aquí la importancia de actuar con conocimiento y honestidad, conscientes de que la responsabilidad es personal y de que la vida no nos premia o castiga de acuerdo a nuestras acciones. Todo ser humano tiene una inteligencia para conocer la verdad y una conciencia para conocer el bien, lo cual conlleva el deber de buscar la verdad y practicar el bien. Muchas personas, por ignorancia o resentimiento, dejan que el mal se instale en su mente y actúan en contra de sí mismas y de los demás. Otras personas se ponen de lado del bien y su vida es una bendición para familiares, amigos y para la sociedad en general. La batalla contra el mal sólo se puede ganar en la mente y en el corazón de cada persona.
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Cómo ganar la batalla de la competencia La competencia es la ley de la vida. Compiten las plantas por la luz, por el espacio y por los nutrientes. Compiten los animales y también los hombres. La competencia es un mecanismo de selección natural que garantiza la supervivencia de los más capaces. La competencia genera temor porque siempre existe el riesgo de perder. Es importante conocer las distintas instancias en las que se produce la competencia para estar prevenidos. 1. La competencia se inicia en la mente del hombre Dentro del ser humano conviven dos fuerzas. Los mecanismos de desarrollo que nos impulsan al bien, a la expansión, a la sociabilidad y los mecanismos de defensa, que nacen de la ignorancia y del temor y nos impulsan a la agresividad o bien a la inhibición. 2. La competencia sigue en el hogar Los hijos compiten entre sí por el amor de los padres. En épocas pasadas la familia era amplia, estaba formada por abuelos, padres, hermanos, tíos y hasta los vecinos formaban parte de esa gran familia; había espacio, afecto y comprensión para todos, pero hoy se ha reducido la familia y también el espacio y el amor. Esta situación genera una competencia más “agresiva” entre los hijos por el amor de los padres. Se trata de una lucha generalmente inconsciente, en la que cada hijo establece una estrategia para desplazar a los demás. Si tienes hijos pequeños, presta atención, porque los niños de hoy han desarrollado una astucia increíble, para descalificar de forma muy sutil, a los hermanos mayores a través de un lenguaje aparentemente inofensivo. Además, saben ganarse el cariño y la preferencia de los padres a través de comportamientos muy cariñosos, que no tendrían si no existieran los hermanos. 3. La competencia continúa en la escuela En la escuela debe luchar en dos frentes: El del aprendizaje y el de la integración social. El niño abandona la protección del hogar para adentrarse en el mundo del aprendizaje. Tiene que desarrollar hábitos mentales de atención, concentración, lectura, escritura, razonamiento, memoria y expresión oral y escrita lo cual exige tiempo y esfuerzo. Y, por si esto fuera poco, debe enfrentarse todos los días a la angustia y al estrés que suponen las evaluaciones y el riesgo de fracasar. Además necesita integrarse en el grupo y hacer amigos, pues, el quedar marginado sería la muerte en vida. Esta tarea resulta muy difícil debido a que los niños tienen demasiadas carencias y viven a la defensiva. 4. La adolescencia es un momento crítico de competencia En este momento se producen cambios profundos a nivel biológico, psicológico y social. El adolescente deja de ser niño, pero aún no es un hombre. Se encuentra desorientado frente a la
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vida, que le abre de repente las puertas y le hace mil ofertas de libertad. Está sólo y debe aprender a gobernarse a sí mismo, superar muchos temores y asumir la responsabilidad de sus actos. En esta edad el sexo y la amistad alcanzan niveles de angustia y de preocupación, debido a que implican fuerzas poderosas y sentimientos profundos hasta ahora desconocidos.. 5. El quinto campo de batalla es el matrimonio El hombre y la mujer compiten por el poder, por el control y por el amor de los hijos. Esta competencia es inconsciente pero intensa. Si los esposos son conscientes y maduros llegarán a un acuerdo tácito, basado en el respeto, la confianza y la colaboración, de modo que cada uno puede satisfacer sus propias necesidades e intereses. Si son inmaduros, entonces la relación será tensa y la lucha por el poder será causa de conflictos constantes. 6. El sexto campo de competencia es la profesión En este punto cada uno tiene experiencia de la competencia despiadada que existe, por tanto obviamos hablar sobre el tema. 7. Competencia económica El ser humano no ha sido creado para trabajar sino para vivir, pero necesita trabajar durante todo el día para satisfacer tantas necesidades creadas y, no importa lo que gane, siempre le faltará dinero. La sociedad es pobre. Su pobreza radica en que no sabe producir, administrar ni invertir. Si sólo producimos, administramos e invertimos dinero, estamos condenados a ser pobres pues, por más que llenemos el bolsillo, nuestro corazón y nuestra mente seguirán vacíos. Necesitamos aprender a producir riqueza. No confundas dinero con riqueza. El dinero es sólo eso, “Money” La riqueza es mucho más, es salud, fe, ilusión, amistad, esperanza, eficacia, libertad, felicidad.. 8. Competencia social Las clases sociales han existido siempre. En la antigüedad la sociedad estaba dividida en castas, separadas por prejuicios y costumbres. Aún perduran las castas en las sociedades tradicionales. La India es un mosaico de castas. En los países desarrollados han desaparecido las viejas castas; sin embargo, la sociedad sigue dividida en clase alta, clase media y clase baja. Los parámetros utilizados para definir cada clase social son el dinero, el poder y la fama. Estos elementos determinan el estatus social de las personas. Unos buscan primero el dinero para luego comprar el poder y la fama. Otros buscan el poder para, a través de él, logra dinero y fama y otros se apoyan en la fama para alcanzar dinero y poder. La gente compite por alcanzar un estatus social, a través del dinero, del poder o de la fama, debido a que el estatus significa logros, beneficios y privilegios. 9. Lucha moral La competencia moral es interna. Es una lucha entre los instintos que buscan la satisfacción y la conciencia que trata de imponer ciertas prohibiciones. El ser humano nace como el animal, dotado de instintos que garantizan su supervivencia; pero a través de la evolución ha desarrollado una conciencia que le permite vivir a nivel superior; sin embargo, los instintos sigue ahí, presionando en forma compulsiva. Los instintos son fuerzas vitales positivas que movilizan la persona; por tanto, no se trata de aplastarlos sino de controlarlos de forma inteligente. Esa tensión interna, producida entre los instintos que buscan su expansión y entre la conciencia, que debe aplicar la ley, genera un conflicto interno.
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Las personas que tienen una conciencia ilustrada y disciplina moral saben tomar decisiones correctas y viven en paz y armonía consigo y con los demás. Las personas que han sido educadas de forma represiva, tienen una conciencia rígida que reprime de forma excesiva los deseos. Al reprimir los deseos más allá de lo normal se produce una frustración y si no son reprimidos, se genera un sentimiento de culpa. En el capítulo que trata sobre “El temor a la conciencia” encontrarás material sobre este asunto. Aquellas personas que has sido educadas en forma excesivamente liberal, “carecen de una conciencia ilustrada” por tanto, son propensas al libertinaje y a la corrupción. El libertinaje y la corrupción se pagan caros, pues, la vida tiene sus leyes y nadie puede quebrantarlas impunemente. El ser humano está obligado a buscar la verdad y a seguirla. 1. Lucha espiritual El ser humano es materia y espíritu. La materia le une a la tierra y el espíritu le impulsa a lo transcendente. Así como el cuerpo tiene hambre de alimentos materiales, el espíritu tiene necesidad de lo espiritual. La fe, la esperanza y el amor son los alimentos fundamentales del espíritu. Todas las personas, sin excepción, luchan espiritualmente, aunque muchas no tienen conciencia de esta lucha. Unas, tratan de encontrar el sentido de la vida; otras, se esfuerzan para que el espíritu triunfe sobre las pasiones; otras, luchan entre la duda y la fe. Necesitamos tomar conciencia de que vivimos en un mundo presidido por la ley de competencia. Necesitamos ser competitivos y desarrollar espíritu de superación, pero debemos evitar la competencia compulsiva y el deseo imperioso de ganar siempre. El cuerpo y el espíritu no pueden vivir en tensión permanente, también necesitan descanso y distracción.
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Cómo ganar la batalla contra las crisis La humanidad ha vivido siempre en crisis. El camino de la historia, está regado de sangre y no hay que hacerse ilusiones pensando que algún día sonarán las trompetas de la paz definitiva. La Ley de Los Contrarios nos recuerda que la vida es una lucha sin tregua en todos los aspectos; lo importante es alejarse del caos y avanzar hacia la armonía personal y social. Al observar la ignorancia, la pobreza y los conflictos en que vive la sociedad, da la sensación de que estamos retrocediendo, pero no es así, la historia no tiene marcha atrás, las leyes de evolución impulsan a crecer. La sociedad crece cada día de forma irreversible y se prepara para dar nuevos pasos en el camino de la evolución. Los niños nacen más inteligentes y los jóvenes son más emprendedores, lo cual garantiza que sabrán abrir caminos nuevos. Las crisis permanentes que vive la sociedad son señal de salud. Las crisis son una señal de advertencia, indican que algo funciona mal y estimulan a realizar los ajustes necesarios, antes de que las cosas se compliquen. Una crisis pequeña indica la existencia de un problema pequeño y una crisis grande advierte de la existencia de un problema de gran magnitud. Las crisis en sí no son malas, así como tampoco son malos el dolor o la fiebre que informan de un desajuste corporal. Si no se manifestara el dolor o la fiebre, la persona no podría defenderse y moriría; de la misma forma, si no existieran las crisis personales y sociales, las personas y la sociedad desaparecerían. Las crisis ponen a prueba la capacidad de supervivencia de las personas, del matrimonio, de las familias, de las sociedades y de las culturas; obligándoles a sacar lo mejor de sí, a realizar ajustes en muchos aspectos, a establecer pactos de convivencia y a diseñar proyectos más inteligentes, más justos y más humanos. Como es lógico, toda crisis es molesta y dolorosa. En las crisis mueren muchas cosas inútiles y también muchas cosas importantes. Mueren ideas, valores, ilusiones, sentimientos, proyectos, instituciones, y, hasta personas. Para que las crisis no sean traumáticas es necesario que las personas y la sociedad aprendan a renovarse de forma constante y que todos los seres humanos tengan acceso al conocimiento, al progreso y a la libertad. Pero esta posibilidad es pura utopía, debido a que la suerte ya está echada; las cuotas de riqueza y de poder ya están repartidas; los poderosos se resisten a compartir y los pobres no tienen interés por superarse, debido a su estado de alienación, lo cual les veda el acceso al desarrollo y a la riqueza. Dadas estas premisas, las crisis seguirán. La Historia es un parto permanente. A través de las crisis se drenan las injusticias y los errores cometidos por la sociedad y se realizan ajustes que le permiten seguir sobreviviendo y evolucionando A veces una crisis genera otra crisis mayor. Esto ocurre cuando no se realizan a tiempo ajustes de base.
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Es importante saber que todo lo que funciona bien está protegido contra las crisis, al igual que el cuerpo sano está protegido contra las enfermedades. Como la vida es cada vez más dinámica, las crisis también pueden llegar de forma rápida y fulminante. El único camino para alcanzar la armonía y liberarse de las crisis, consiste en que, cada persona en particular, y la sociedad unida, desarrollen una conciencia personal y una conciencia social, lo cual supone trabajar en el desarrollo de sí mismo y en el desarrollo de los demás. Una vida sin proyección social carece de sentido. Ni tú ni yo podemos cambiar la historia pero sí podemos lograr que otros evolucionen y se sumen a la lucha por la libertad. La propaganda vende ilusiones, esperanzas, y oportunidades fáciles y las personas trabajan sin descanso para satisfacer infinidad de necesidades creadas, comprar cosas que no necesitan, mantener un estatus que no les corresponde, aparentar lo que no son y buscar en otros lugares la felicidad que no encuentran dentro de sí. En una sociedad como ésta no puede existir armonía y, como es lógico, una crisis sucederá a otra crisis. En el universo existe una armonía preestablecida que depende de las Leyes Universales. Todo está sincronizado como las piezas de un reloj. En el mundo vegetal y en el mundo animal existe una armonía perfecta que garantiza el equilibrio ecológico y sólo ocurre lo que debe ocurrir. El problema de armonía sólo se plantea en el mundo de los seres humanos. Los seres humanos somos los únicos "depredadores" del universo, capaces de romper la armonía. Para superar las crisis personales y sociales es necesario lograr la armonía en todos los aspectos: Armonía corporal (salud) Armonía afectiva (salud mental, autoestima) Armonía intelectual (conocimiento, experiencia y sabiduría) Armonía personal (madurez, desarrollo...) Armonía familiar (Amor, convivencia, paz...) Armonía social (convivencia, justicia, paz ...) Armonía moral (principios, valores, honestidad, responsabilidad...) Armonía espiritual (fe, trascendencia...) La ley de Armonía preside la vida de los seres humanos y según esta ley, sólo quienes funcionan de acuerdo a las leyes naturales que rigen la evolución, pueden alcanzar sus objetivos de forma exitosa, los demás están condenados a vivir en la crisis y en el caos. Son muchas las personas que viven en crisis afectiva, económica,... La armonía es uno de los valores más importantes de la evolución humana y un indicador del grado de salud mental y de evolución. Toda crisis es una oportunidad para aprender, crecer y progresar, para lo cual debes convertirte en una persona emprendedora. Las crisis tienden a romper la armonía de las personas y de la sociedad y a debilitar su fortaleza. Según Ashby "La única posibilidad que tienen las personas de sobrevivir y de triunfar depende de su capacidad de prever y de seleccionar entre varias alternativas, la que conduce a la "mutación", es decir, al desarrollo" El cambio de la sociedad comienza por el cambio de cada persona en particular; por lo cual, lo más importante que puedes hacer por ti, por tu familia, por tu país y por la humanidad, es trabajar por llegar a ser la mejor persona que puedas ser.
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Cómo ganar la batalla contra las críticas La crítica es una respuesta instintiva, espontánea y natural; es una respuesta de supervivencia, pero no de desarrollo. Somos críticos por naturaleza; así que nadie puede escapar de la crítica. Aunque la crítica es un impulso natural, no es normal seguir criticando, porque, aunque se trata de un sentimiento natural, nosotros podemos controlarlo de forma consciente. Cuando la crítica molesta y hiere el orgullo se debe a que tenemos la autoestima baja. Por tanto, el problema no está en la crítica en sí, sino en la forma en que reaccionamos ante ella. La crítica puede ser constructiva o negativa. En ambos casos es una advertencia que nos estimula a prepararnos, a ser más prudentes, a reflexionar y a rectificar. En el fondo, la crítica es una señal positiva. Indica que no pasas desapercibido, porque lo que dices o haces es interesante y despierta la curiosidad o la preocupación de las personas La crítica se manifiesta con personas próximas, amigos, compañeros de trabajo... entre los cuales existe alguna forma de competencia. Es fácil que un futbolista envidie y critique a otro futbolista, pero no a un médico, y que un médico envidie y critique a otro médico pero no a un empresario. El crítico se compara para valorarse a sí mismo y envidia cuando siente que ocupa una posición inferior que no acepta. Muchas personas critican de forma sutil, porque la crítica es mal vista y porque indica inferioridad, pero tarde o temprano afloran los sentimientos de envidia que se esconden detrás de la crítica. La crítica puede expresarse de forma directa a través de palabras críticas o descalificación, o bien de forma sutil, a través de palabras aparentemente inofensivas pero cargadas de mala intención. Las personas críticas son peligrosas porque utilizan muchas formas para descalificar o destruir a quienes envidian. Piensan que al descalificarlo o destruirlo dejará de ser envidiable y se sentirán mejor. De todas formas es bueno saber que la indiferencia, la envidia y la crítica son parte natural de la vida y que la mejor forma de superarlas es "volar alto" El crítico es un ser frustrado por no poder conseguir lo que anhela. Ansía ser como otro, algo que nunca podrá alcanzar; por ello, su sentimiento de tristeza es muy intenso. La crítica le produce un placer, siente que al criticar rebaja o destruye a la persona que es objeto de envidia. Es como si de esta forma devaluara a la persona, lo cual le hace sentir que no pierde nada importante. Es un poco el cuento de la zorra que al no poder alcanzar las uvas se dijo: "Las uvas están verdes" Es una forma de racionalizar y de justificar su incapacidad y sus fracasos.
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La sociedad se opone radicalmente a todo lo que induce al cambio, a la toma de conciencia y a la libertad, pues las personas libres son "peligrosas", porque pueden cambiar el orden establecido, desenmascarar a la gente y obligarla a ser más auténtica y responsable. Por esta razón, la sociedad es crítica y ha eliminado a quienes han tratado de liberarla (Sócrates, Cristo, Gandhi, Martin Luther King y toda una pléyade de héroes y de mártires a quienes debemos la mayor parte de nuestras libertades). Hay que pensar que la gente es fundamentalmente buena, pero tiene muchas carencias de conocimiento, de justicia y de amor y por eso es envidiosa y crítica. Aprende a ver lo bueno de la gente y de la vida, porque sólo con ello podrás construir el éxito.
Cómo enfrentar la crítica Lo mejor es evitarla. Muchas personas, para sentirse vivas y poderosas, necesitan ir por la vida agrediendo a los demás. La crítica es una forma de agresión y lo peor que pudiéramos hacer es entrar en el juego. La crítica es una realidad habitual y no podemos gastar nuestra energía en combatirla, ni en defendernos de ella, pues se convertiría en una guerra de desgaste. Debemos aprender a estar por encima de la crítica. Esto es posible si la manejamos desde cuatro frentes. 1. Desde los sentimientos. 2. Desde la razón. 3. Desde la experiencia. 4. Desde el lenguaje. 1. Maneja la crítica desde los sentimientos El odio y el resentimiento son autodestructivos. La forma más eficaz de superar estos sentimientos consiste en pensar que, los críticos son personas mediocres y frustradas, a quienes duele el éxito de los demás, porque lo sienten como una crítica a su mediocridad. Compréndelos y perdónalos, pues ya tienen bastante con su desgracia. Piensa que la crítica es un reconocimiento y, como dice el refrán: "Al viento y al loco, déjalos pasar" Cada persona percibe las cosas desde sus temores y necesidades y sólo ve lo que necesita o quiere ver, para sobrevivir y para afianzar su personalidad. La crítica puede llegar a ser virulenta, cuando tus ideas o tu acción, amenazan la seguridad de los demás; debido a que generan cambios que les obligan a replantearse la validez o funcionalidad de ciertos principios, valores o conductas. Por esta razón, se recomienda no discutir de familia, de política, de patria, de religión, ni de aquellos temas considerados "delicados"; estos temas son intocables, porque activan automáticamente los mecanismos instintivos de defensa. La sociedad se opone radicalmente a todo lo que induce al cambio, a la toma de conciencia y a la libertad, pues las personas libres son "peligrosas", porque pueden cambiar el orden establecido, desenmascarar a la gente y obligarla a ser más auténtica y responsable. Por esta razón, la sociedad ha eliminado a quienes han tratado de liberarla (Sócrates, Cristo, Gandhi, Martin Luther
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King y toda una pléyade de héroes y de mártires a quienes debemos la mayor parte de nuestras libertades). Recuerda que todos somos la sociedad. Todos nos oponemos de forma consciente o inconsciente al progreso de los demás, porque somos envidiosos, críticos y represivos por naturaleza. Para comprobarlo, escucha el lenguaje de las personas, pero presta mucha atención, porque la mayoría de las críticas son sutiles y subliminales, de esas que "tiran la piedra y esconden la mano". Estas críticas son las más dañinas. Si eres una persona con proyectos importantes debes fortalecerte, para abrir tú propio camino, consciente de que la crítica te seguirá a donde vayas; pero ten la seguridad de que en el fondo, todos te respetarán y te admirarán, porque tienes la iniciativa y el coraje que a ellos les falta. 2. La crítica nos ayuda a reflexionar Como señalamos anteriormente, cada persona nos percibe desde su situación, lo que nos ofrece un abanico de matices y la posibilidad de conocernos desde distintas perspectivas; por tanto, no hay que dar crédito a lo que dice la gente, pero es bueno escuchar y someter a análisis las opiniones de los demás. Es conveniente analizar la crítica desde el punto de vista personal, desde el punto de vista del crítico y como observador imparcial. Si tratas de justificar tus errores, todo el mundo se sentirá con derecho a criticarte, pero si los aceptas con humildad, todos se sentirán inclinados a comprenderte y a disculparte. Si la crítica es ofensiva y atenta contra tu reputación, debes salirle al paso y aclarar la situación, siempre con altura y dignidad. Hay casos en que la crítica se convierte en rumor que va y viene. Los rumores no pueden combatirse, porque son como fantasmas, están en todas partes, pero nadie pude ubicarlos. El único remedio contra los rumores es el éxito. 3. Sé práctico. Acepta la crítica como parte natural e inevitable de la vida. Reconoce el derecho de los demás a criticarte y recuerda que al hacerlo se están defendiendo de sus temores y frustraciones. Con frecuencia la intención de la crítica es herir, así que, no te des por aludido y verás como pierden el interés y dejan de criticarte. Actúa sin esperar que los demás te comprendan. Confórmate con saber que estás en el camino del éxito. Haz las cosas por convicción. No te preocupes demasiado por complacer a los demás. Muchas personas viven en actitud expectante y a la defensiva, lo cual produce estrés y supone un gasto enorme de tiempo y de energía que necesitamos para nuestro desarrollo. Esta actitud defensiva genera temor, desconfianza y una visión negativa de la vida, de la gente y de las cosas, que hace ver enemigos en todas partes.
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Hay que pensar que la gente es fundamentalmente buena, pero tiene muchas carencias de conocimiento, de justicia y de amor y por eso es envidiosa y crítica. Aprende a ver lo bueno de la gente y de la vida, porque sólo con ello podrás construir el éxito. Hasta el momento nos hemos visto como víctimas, pero formamos parte de la sociedad y por tanto, también somos victimarios; así que necesitamos mirarnos en el espejo de los críticos. 4. Cultiva un lenguaje asertivo Habla bien de la gente. Que tu boca se abra para decir la verdad y para estimular. Si tienes algo bueno que decir, habla, si no, calla. Recuerda que por la boca muere el pez y que eres dueño de lo que callas y esclavo de lo que dices. "Cuando señalas con el dedo recuerda que los otros tres dedos te señalan a ti" La gente desea agradar y ser aceptada. Este deseo nos hace vulnerables, pues dependemos del reconocimiento y de la aprobación de los demás. Si cuando te critican te molestas. Si cuando te insultan te hieren. Si cuando te acusan te sientes aludido. Si cuando te ofenden te sientes humillado Si cuando te marginan te resientes. Entonces, no es la crítica la que te hiere, sino, la poca valoración que tienes de ti mismo.
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Cómo ganar la batalla contra las culpas y remordimientos
La culpa es un sentimiento muy arraigado en el corazón de todas las personas, debido a que somos hijos de una educación represiva y crítica. De cada 10 mensajes que recibimos cuando éramos niños, fueron represivos de alguna forma. Y, en la actualidad nos toca vivir y luchar en una sociedad competitiva y agresiva, pronta a juzgar y a condenar. La sociedad: padres, maestros,… utilizan la crítica y la culpa para controlar, en la creencia de que, si hieren nuestros sentimientos y nos cargan con la culpa, vamos a reaccionar de forma positiva, lo cual es contradictorio, pues, nunca los estímulos negativos generan respuestas positivas. La crítica y la culpa hacen a las personas tímidas, inseguras, cobardes o rebeldes y resentidas. Con el tiempo, internalizamos estas programaciones y se convierten en una especie de chip que se activa cada vez que cometemos algún error. Hoy son demasiadas las enfermedades mentales causadas por sentimientos de culpa y remordimiento. Necesitamos aceptar que somos imperfectos, ignorantes, egoístas y débiles, y que cometeremos muchos errores hasta el final de nuestra vida. Necesitamos aceptarnos como somos y perdonarnos, porque, por encima de nuestros defectos y errores, lo importante es el deseo de hacer bien las cosas y de ser buenas personas. Los seres humanos podemos controlar nuestras intenciones, pero no podemos controlar los resultados. Cuántas veces ponemos la mejor voluntad y sin embargo fracasamos. Necesitamos liberarnos de la conciencia vieja y aprende a escuchar la voz interior de la conciencia íntima. El sentimiento de culpa es exclusivo de los seres humanos. Los animales no sienten culpa ni remordimiento, debido a que no tienen conciencia del valor de sus actos. Las personas poco evolucionadas tienen poca conciencia, por tanto, tienen escaso sentimiento de culpa y de remordimiento. A medida que las personas evolucionan (es importante entender el concepto de evolución) tienen más conciencia, por lo cual, cuando quebrantan alguna ley, tienen más sentimiento de culpa y remordimiento que las personas poco evolucionadas. De acuerdo a lo expuesto, pareciera que es preferible ser poco evolucionado para poder vivir a nuestras anchas. El problema está en que el mayor valor de la evolución es el desarrollo de la conciencia, pues a partir de este desarrollo se puede vivir con más plenitud.
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Por qué existen la culpa y el remordimiento La culpa es la conciencia de haber quebrantado la ley y el remordimiento es el sentimiento de angustia, pesar y desasosiego por haber quebrantado la ley y por las consecuencias correspondientes. Todo en la naturaleza se rige por leyes. Una de estas leyes es la Ley de la Conciencia, cuya función es garantizar la supervivencia y la evolución moral y espiritual de las personas. La ley moral es muy compleja, por lo cual resulta difícil definirla. Es como una luz que ilumina y ayuda a ver el valor de las cosas y a distinguir entre el bien y el mal. Es también como una voz que nos habla en silencio y nos informa sobre el valor moral de nuestras acciones; en cierta forma nos dice lo que debemos hacer y lo que debemos evitar. La fiebre y el dolor son mecanismos de supervivencia a nivel biológico; informan de que algo funciona mal a nivel corporal y es necesario resolverlo. La culpa y el remordimiento son mecanismos de supervivencia a nivel moral; mantienen la conciencia despierta e informan cuando hay conductas incorrectas y exigen una rectificación para evitar la autodestrucción. La angustia existencial es un mecanismo de supervivencia espiritual, tiene como finalidad mantener vivo el verdadero sentido de la vida. Así como la fiebre o el dolor aumentan en la medida en que se agudiza el problema de salud, del mismo modo, el sentimiento de culpa, el remordimiento y la angustia existencial se hacen más intensos cuanto mayor es el peligro que corre la persona. Tanto el cuerpo como la mente y la conciencia tienen cierto grado de tolerancia, pero, cuando corre peligro la salud física, mental, moral o espiritual, saltan las alarmas. La culpa y el remordimiento son un reclamo de la conciencia. Se producen cuando existe contradicción entre los principios morales de la persona y su comportamiento. Hay personas con principios morales muy rígidos, las cuales tienden a ser perfeccionistas y escrupulosas. Son personas con muchos sentimientos de culpa y con remordimientos frecuentes. Esta situación les genera mucho desgaste psíquico que puede derivar en enfermedades psicosomáticas y psíquicas. Hay personas, cuyos principios y valores son muy débiles, para ellas todo está permitido. No se hacen problemas morales, por tanto, no sienten la culpa ni el remordimiento. Vistas así las cosas, pareciera que es mejor no tener principios ni valores para no tener remordimientos. El problema radica en que, así como un cuerpo carente de sensibilidad, no tiene conciencia de lo que le ocurre y no puede defenderse, del mismo modo, una persona que no tiene valores morales, tampoco tiene conciencia del valor de las cosas y no puede tener conductas correctas que le ayuden a desarrollarse y a evolucionar como persona. La culpa y el remordimiento son problemas ancestrales, se deben a que nuestra mente está saturada de tabúes o prohibiciones, cuyo quebrantamiento es castigado severamente por la sociedad o por Dios. En ambos casos nuestra vida depende de factores externos y no de nosotros.
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La angustia causada por una visión errónea de Dios, de la religión y de la moral, hace que muchas personas se alejen de la fe y de las exigencias morales, con lo cual pretenden liberarse de la culpa. ("Si Dios no existe, entonces soy libre y puedo hacer lo que quiero" estas palabras las pone Dostoievski en boca de Kirilenko, jefe de los endemoniados) Pero, al alejarse de Dios y de los valores surge la angustia existencial, una especie de vacío insoportable, con lo cual no mejoran las cosas. El infierno no está en el remordimiento, está en el corazón vacío. Khalil Gibran Lo ideal es tener unos valores morales equilibrados. "En el medio está la virtud" Aristóteles. La experiencia y la historia nos enseñan que las personas y las sociedades se desarrollan mientras son impulsadas por principios, valores e ideales y degeneran cuando se debilitan sus estructuras morales.
Cómo evitar y superar el sentimiento de culpa y los remordimientos Existe un sentimiento de culpa que es natural. Se produce cuando las personas quebrantan alguna ley moral o social. Este sentimiento es bueno, es señal de que los mecanismos morales funcionan bien. También existe un sentimiento de culpa enfermizo, propio de personas escrupulosas, que se sienten culpables por todo. Este sentimiento es como una sombra que te sigue a donde quiera que vayas y te acusa, te culpa y te condena. Este sentimiento de culpa no obedece a razones objetivas y lógicas sino a creencias erróneas, grabadas a través de una educación represiva, generadora de culpas y remordimientos. La culpa, como toda conducta humana es un hábito aprendido a través de la educación, especialmente en la infancia. Muchos de los problemas psíquicos que afligen a la sociedad se deben a sentimientos de culpa y a remordimientos, que, poco a poco, realizan su función destructiva. En algunos casos las personas no tienen conciencia clara de estos sentimientos porque se desarrollan a nivel subconsciente. La culpa es utilizada con frecuencia para obligar, para controlar, para explotar, para someter. Si no haces esto, si no... Es importante racionalizar un poco las cosas, ser honestos y actuar con buena intención. Los seres humanos seremos juzgados por nuestras obras y por nuestras intenciones.
Conclusiones Para poder vivir en paz consigo mismo y con los demás es necesario perdonar y personarse, aceptar que somos débiles y actuar con honestidad. La culpa y el remordimiento son sentimientos inútiles que no benefician a nadie.
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Necesitamos pasar de una moral represiva, orientada a evitar, a una moral proactiva orientada a actuar con verdad, con justicia y con honestidad, no sólo por razones religiosas, sino porque es una exigencia de la misma naturaleza y una forma inteligente y efectiva de vivir. Necesitamos liberarnos de muchos paradigmas, creencias y obligaciones inútiles, lo cual no significa echar los principios y valores por la borda. Las exigencias morales deben ser equilibradas, lo suficientemente consistentes como para controlar los instintos y pasiones y lo suficientemente flexibles como para no oprimir el espíritu. La finalidad de las leyes es orientar, estimular y controlar pero nunca reprimir. Todos tenemos algún sentimiento de culpa y remordimiento por causa de oportunidades perdidas, por cosas que hemos hecho mal, por no haber amado lo suficiente, por no haber ayudado, por haber sido egoístas e irresponsables y por no haber sido felices. "He cometido el peor de los pecado que un hombre puede cometer. No he sido feliz" Jorge Luis Borges, poeta. Todos hemos cometido muchos errores a lo largo de nuestra vida, por ignorancia, por egoísmo, pereza, envidia, y por otras muchas razones. Cuando hacemos algo, buscamos aquello que consideramos es bueno para nosotros. Podemos estar equivocados, pero esa es la intención. Con los años y con la experiencia, nos damos cuenta de que en muchas ocasiones nos equivocamos, y surgen las culpas y los lamentos: Si hubiera sabido, si me hubieran dicho, si hubiera... pero, como dice el refrán: "Agua pasada no mueve el molino" Es bueno pensar que las cosas pudieron haber sido peores. Lo cierto es que no podemos regresar al pasado para enmendar las cosas. Cada momento es único y sólo puede ser analizado en sus circunstancias concretas. Lo que sí podemos hacer es aprender de los errores y utilizar la experiencia para hacernos más sabios y más fuertes.
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Cómo ganar la batalla del deber El ser humano es libertino por naturaleza, debido a que nuestras raíces profundas son las de un animal salvaje. Aunque hemos evolucionado y hemos aprendido a controlar los instintos, éstos siguen activos, buscando la forma de liberarse, por lo cual, necesitamos estar atentos para controlarlos. Las personas gastan ingentes energías en controlar los instintos. En la actualidad vivimos una época de "libertades" o de "libertinajes" Los padres han perdido en control sobre sus hijos y estos viven a la deriva en un mundo sin normas definidas y sin fronteras. La familia, la religión y los gobiernos han perdido el control y también la autoridad y el respeto que se les tenía. Ha cambiado drásticamente la estructurar familiares, religiosas y políticas que mantenían el orden y la armonía social. Estamos por ver qué pasará en los próximos años y cómo lograremos que la sociedad respete ciertos principios y valores que garanticen la convivencia. La sociedad lucha por eliminar tabúes, lo cual es positivo, sin embargo, no queda garantizado el correcto desarrollo ni la libertad, a menos que las personas encuentren formas positivas de actuar en todos los aspectos de la vida; porque la libertad no está en liberarse de... sino en trabajar en pro de… Con frecuencia oímos decir: "Yo soy libre y hago con mi vida lo que quiero" Como si esta frase fuera una "carta de corso" que da autorización para cometer fechorías impunemente. Esta afirmación es una falacia. Nadie es libre para hacer el mal y nadie tiene autorización para destruirse o perjudicar a los demás.
La conciencia y la fuerza del deber En la actualidad la humanidad está abocada a la investigación científica, al conocimiento de la naturaleza física y al progreso material; pero hubo tiempos en los cuáles el ser humano se interesaba especialmente por la filosofía y metafísica. Se interesaba por conocer el principio y el fin de las cosas. Lo que hay antes de la vida y lo que hay después de la muerte. Las causas primeras y las causas últimas, y también, los valores, la responsabilidad y el deber. El gran deber de cada ser humano es encontrar la verdad y el sentido de la vida, para actuar en consecuencia, pero, lo que observamos es algo muy distinto. A pocos les interesa conocer la verdad ni el sentido de la vida. La mayoría de la gente sólo piensa en "vivir" y en "disfrutar" sin preguntarse a dónde conduce el camino. Sin embargo, todos tenemos una conciencia que nos ha dado Dios para que nos guíe en el camino, pero las personas prefieren acallar su voz para vivir a sus anchas. El acallar la conciencia es el error más grave que puede cometer un ser humano contra sí mismo. La conciencia emite juicios de valor sobre las cosas, sobre nuestras acciones y sentimientos. Es como una guía que nos va indicando el camino a seguir para no caer en el barranco y poder llegar a destino.
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La conciencia no obliga. Respeta el libre albedrío. Sólo advierte y avisa con el remordimiento cuando actuamos mal, invitando a rectificar. La mente humana sólo puede soportar cierto grado de "disonancia" o de incongruencia entre la conducta y los valores que rigen la vida. Cuando la "disonancia" es grande, la conciencia activa la alarma, en forma remordimiento. La forma más fácil de evitar el remordimiento es acallar la conciencia. Cada día son más las personas que lanzan sus principios y valores por la borda para evitar la disonancia, para acallar la voz de la conciencia y para no sentir remordimientos. Al insensibilizar la conciencia, las personas carecen de límites morales y su vida es gobernada por impulsos instintivos. La diferencia entre la civilización y la barbarie es el control de los instintos. Hoy está de moda la frase: "Cada uno es libre y puede hacer con su vida lo que quiera" De tanto hacer cada uno lo que quiere, en vez de cumplir con su deber, mira cómo está el mundo. Si las personas no ponen orden en su vida y las autoridades (padres, educadores, gobernantes...) no son capaces de cumplir con su deber, es posible que la humanidad regrese a la barbarie. El hombre tiende por naturaleza al libertinaje y sólo una buena educación y cierta disciplina moral le pueden salvar de autodestruirse. La conciencia es el único faro que te señala el rumbo hacia puerto seguro. ¿Qué dirías del marinero que destruye la luz del faro? Es importante establecer con claridad las premisas de lo que queremos llegar a ser y controlar todos los aspectos importantes de nuestra vida, porque la dinámica de la sociedad es muy poderosa, y, si nos descuidamos, podemos llegar a parar a donde nunca habríamos deseado. Es necesario hacer bien las cosas y evitar contraer deudas con la vida, pues, la naturaleza no perdona. Con el paso de los años, muchas personas quieren cambiar y no pueden, porque las deudas contraídas con la vida son impagables.
Conclusiones: Establece cuáles son tus "deberes" personales, familiares, sociales, políticos, económicos, morales y espirituales en los que debes "implicarte" y ser parte de la solución. El verdadero deber se impone porque es lógico, porque es necesario y porque es bueno. El cumplimiento del deber es el camino necesario para llegar a ser lo que debes ser y lograr lo que debes lograr. Existen muchos "deberes" impuestos por la sociedad, parte de los cuales no responden a la realidad ni a la lógica de las cosas, y, por tanto, carecen de utilidad, pero las personas se ven obligadas a cumplirlos porque la dinámica de la sociedad les arrastra. Podíamos nombrar miles de "deberes absurdos", de los cuales no nos damos cuenta porque forman parte de nuestra rutina diaria. Cuando aceptamos el estudio, el trabajo u otra responsabilidad como un deber indiscutible, este deber se convierte en un reto que estimula la inteligencia y la voluntad, toma el control de la mente y marca la dirección de nuestra vida. En adelante, nada ni nadie puede apartarnos del reto. Cuando aceptamos algo como un deber resulta fácil asumirlo. Con frecuencia nos cuesta hacer ciertas cosas porque internamente las rechazamos, debido a que exigen esfuerzo; pero, cuando tenemos una actitud favorable hacia ellas, se convierten en reto, y, hasta se disfruta al hacerlas. Las personas que triunfan, se debe a que aceptan los retos y son consecuentes. El deber cumplido genera tal satisfacción y tal plenitud que se convierte en el mayor premio de la vida. Es una satisfacción íntima y profunda que da verdadero sentido a la vida.
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Cómo ganar la batalla en las la decisiones Todo niño es activo y curioso. El instinto le impulsa al conocimiento del mundo que le rodea. El mundo se le ofrece lleno de maravillas y es como una tentación, como un reto irresistible. El placer de descubrirlo es para el niño la aventura más maravillosa. Pero un niño activo, incomoda a los adultos, quienes indiferentes a las necesidades del niño, optan por reprimirlo. ¡No hagas! ¡No molestes! ¡Obedece!, ¡Respeta!. El niño, en forma progresiva, se va adaptando a las normas sociales. Ahora la sociedad le dice lo que debe pensar, cómo debe sentir y cómo debe actuar. Al adaptarse, pierde lo más valioso de sí mismo, como son la fantasía, la espontaneidad, la creatividad y la libertad. Ahora es un niño “adaptado” o mejor dicho “alienado”, apto para convivir en una sociedad de sometidos. En adelante no tendrá la idea ni el interés por cambiar las cosas. Será un conformista y un mediocre más, de tantos que pueblan la tierra; defensor acérrimo del “orden establecido" Pasan los años y los niños se hacen hombres, ahora en cada hombre vive un niño reprimido, cargado de complejos, de tabúes y de temores; programado para ser represor de las futuras generaciones. La sociedad nos controla, como a robots, por medio de un control remoto, instalado en la mente cuando éramos niños. La vida es acción. La acción es necesaria para crecer, pero la acción conlleva el riesgo de fracasar y de ser herido por una sociedad, lista para criticar y condenar. Para protegerse de este temor, el ser humano recurre a un mecanismo inconsciente de defensa: La inhibición. Al no actuar, no se equivoca y por tanto, nadie podrá lastimarle. Pero la vida no perdona. La vida es acción y el hombre está obligado a aprender a través de la acción y debe aceptar el error como parte del aprendizaje. Lo peor que puede hacer un ser humano es inhibirse. Atrévete a actuar y defiende tu espacio físico y mental. Es tu derecho y es tu beber, si no lo haces, la vida y la sociedad te irán arrinconando hasta reducirte a la mínima expresión. Pero recuerda que, no se trata de una acción física sino de una acción que debe nacer de la inteligencia y de la personalidad. La decisión humana es el resultado de un proceso natural. Con frecuencia nos cuesta decidir, porque carecemos de motivación, de razones y de convencimiento. La decisión, más que un acto de voluntad es un producto de la mente. Las personas creen que toman decisiones por voluntad propia pero estudios recientes indican otra cosa. Parece que es el cerebro el que toma las decisiones de acuerdo a la información que maneja y un segundo después la persona toma
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conciencia de la decisión tomada por el cerebro. Lo importante es que el cerebro actúa de acuerdo a los contenidos mentales (intelectuales, afectivos morales y espirituales) que rigen la vida de la persona. Aunque el cerebro es quien decide, lo hace de acuerdo a programaciones internas desarrolladas por la persona; de modo que, cada quien decide de acuerdo a la clase de persona que es. Toda decisión supone un riesgo, pero en el riesgo está lo emocionante de la vida; siempre podemos apostar al éxito y aunque las cosas salgan mal, podemos sacar una lección para aceptar nuevos retos. En general, los fracasos ayudan a madurar más que los éxitos. El valiente ama los retos, porque son una oportunidad para aprender, mientras que el cobarde los rehúye y cada día se hunde más en la frustración. Mucha gente vive a la defensiva, porque se siente insegura y amenazada. El temor es mal consejero, porque genera conductas irracionales, como son la inhibición y la agresividad. La inhibición paraliza la mente y el cuerpo, convirtiendo a las personas en cobardes y la agresividad impulsa a atacar en forma irracional. Ambas conductas son desadaptadas y generadoras de conflictos. Cuando no existen proyectos ni convicciones, el cerebro se paraliza y con él, la voluntad y la decisión. La decisión nace del cerebro. Si tienes un proyecto valioso y lo amas de verdad, entonces, tu cerebro te proporcionará las ideas y la fuerza para convertirlo en realidad.
Cómo y cuándo decidir Es necesario sopesar las probabilidades y medir los riesgos. Somos parte de una sociedad, que nos obliga a decidir constantemente, pero las decisiones verdaderamente importantes son las relacionadas con el propio desarrollo. Estas decisiones íntimas y personales son las que deciden nuestra vida; por tanto, son estas decisiones a las que debemos prestar mayor atención. Para ser dueños de estas decisiones, debemos estar claros y alcanzar cierto grado de autonomía interna; (liberación de la ignorancia y de las pasiones) de lo contrario, los demás nos impondrán su ley y decidirán por nosotros. Nadie puede decidir con libertad, si está condicionado internamente por la ignorancia, por el temor o por las pasiones. Este condicionamiento interno conduce al sometimiento externo. Si eres libre en tu mente y en tu corazón, nadie podrá someterte. Como la ley de la vida es la competencia, debemos aceptar que la sociedad ejerce una represión constante con el fin de impedir el desarrollo de las personas; por esta razón, la sociedad carece de líderes. Existen muchas formas de represión. En los países subdesarrollados, ejerce la represión por medio de la ignorancia y de la pobreza; mientras la gente sea ignorante y pobre, jamás tendrá conciencia de su valor y en consecuencia, no podrá reclamar sus derechos y libertades.
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En las sociedades en vías de desarrollo, ejerce la represión por medio de la competencia. La gente, absorta en el trabajo y en la capacitación constante, no tiene tiempo ni energía para ocuparse de su propio desarrollo, por lo cual, tampoco podrá reclamar sus derechos y libertades. Y en las clases desarrolladas ejerce la represión a través del consumismo; las personas, ocupadas y preocupadas en satisfacer tantas necesidades creadas, gastan en “cosas”, el tiempo, el dinero y la energía, que deberían invertir en desarrollo personal. Por tanto, la clave del desarrollo, del éxito y de la libertad, está en ser dueño de las propias decisiones. La mayoría de las personas están atrapadas en costumbres, hábitos, creencias, prejuicios, temores, deberes y culpas, que tienen que ver muy poco con la realidad. La conciencia, la dignidad, la libertad y la decisión, son personales, indeclinables e intransferibles.
Conclusiones • La vida es una serie ininterrumpida de decisiones. Hoy somos el producto de las decisiones tomadas hasta ayer y mañana seremos el resultado de las decisiones que tomemos a partir de este momento. • Cada persona es lo que decide ser. • Cada uno es libre y responsable de su destino, sin importar las circunstancias en las que se encuentre. • La mayoría de los problemas personales y sociales se deben a decisiones no tomadas más que a errores cometidos • Cada decisión es una respuesta de toda la persona. Es el yo total quien ve, siente, piensa, vive y actúa. Por tanto, cada persona toma decisiones de acuerdo a la clase de persona que es. • La palabra, las ideas, los proyectos, tienen el valor y el poder de la persona que los produce; por tanto, no se preocupe por las decisiones que debe tomar; trabaje en superarse como persona, aclare su mente, adquiera convicciones profundas y metas definidas y atractivas, porque cuando funcione a niveles superiores, tendrá la libertad, la inteligencia y la voluntad, para tomar decisiones valientes y eficaces. • Las decisiones más difíciles son las que se relacionan con el propio desarrollo, debido a que suponen cambios profundos, a los cuales se resiste la naturaleza en forma perezosa.
Cómo aprender a decidir sin temor Las decisiones importantes nacen de la seguridad y de la convicción. Si estás seguro y decidido, nadie podrá detenerte en el camino hacia el éxito, pero si dudas, entonces serás víctima de la crítica de los demás, los cuales se sentirán con derecho a juzgarte y a condenarte. La gente no perdona al que triunfa ni al que fracasa. Si eres decidido, la gente admirará tu valor y te respetará. Toda decisión debe ser lógica, adaptada a la realidad y viable. Debe ser madurada y aplicarse en conciencia. Evitar el “Yo gano, tu pierdes” porque este tipo de decisiones deja secuelas, como culpa, resentimiento, etc. Toda decisión debe liberar y fortalecer la autoestima. Es necesario capacitarse y organizarse para actuar con eficacia. La seguridad y el éxito son el mejor estímulo para la decisión. Existen ciertos métodos y estrategias que ayudan a decidir.
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Cómo ganar a través del diálogo La vida es lucha y competencia dentro de ciertas reglas de juego. Algunas de estas reglas son impuestas por la naturaleza y se observan también entre los animales; otras son impuestas por la sociedad. La finalidad de las normas es regular las relaciones humanas y crear condiciones de paz y armonía que favorezcan el entendimiento, el progreso y la paz. Para que las relaciones humanas funcionen bien deben basarse en la verdad, en la justicia y en la lógica. Sólo así será posible el diálogo y el entendimiento. Pero en la actualidad, la mayoría de las personas viven a la defensiva, lo cual genera frecuentes discusiones y enfrentamiento. Cada persona percibe el significado de las palabras y de los hechos de acuerdo a su forma de pensar y de sentir, lo que hace que las mismas palabras y los mismos hechos no signifiquen exactamente lo mismo para todos. Esta es una de las causas por la cual discutimos más de la cuenta. Utilizamos las mismas palabras pero con distinto significado. La percepción que tenemos del mundo es muy personal. En teoría el mundo real es exactamente igual para todos, pero en la práctica es distinto para cada persona, debido a que, cada quién lo percibe y procesa de acuerdo a su modo de ser. En cierta forma, cada persona "crea" su propio mundo a su imagen y semejanza. La frase "Cada cabeza es un mundo" tiene mucho de cierto. Todos los días "creamos" lo que percibimos a nuestro alrededor y lo que sentimos dentro de nosotros. Lo creamos de acuerdo a nuestro estado de ánimo. Si nuestro estado de ánimo es positivo, percibimos (creamos) los acontecimientos y las personas en positivo; es decir, vemos en positivo, pensamos en positivo, sentimos en positivo, actuamos en positivo y nos va bien. En caso contrario, ya sabemos las consecuencias. El día que nos levantamos con el pie derecho nos entendemos bien con todo el mundo y somos capaces de comprender y de perdonar, pero, el día que nos levantamos con el pie izquierdo, salimos dispuestos a pelear con el primero que se cruce en nuestro camino.
¿Qué diferencia existe entre el diálogo y la discusión? En el diálogo se impone el razonamiento, la verdad y la lógica, mientras que en la discusión mandan los sentimientos personales. En el ser humano actúan dos fuerzas opuestas. Los Mecanismos de Desarrollo que impulsan al conocimiento, a la creatividad y a la sociabilidad. Y los Mecanismos de Defensa, que son conductas instintivas. Ante cualquier situación que la persona percibe como "peligrosa" tiende a actuar de forma defensiva y agresiva.
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Los mecanismos de defensa son anacrónicos, obedecen a viejos mensajes provenientes del "Padre" (Súper Yo) y del "Niño" (Subconsciente). Los mecanismos de defensa se deben a programaciones erróneas recibidas en la infancia, en las cuales predomina la ignorancia y el temor. Las personas que han recibido una buena educación, tienen buena autoestima y han desarrollado conciencia, criterios y valores. Aceptan las reglas de la sociedad y tienden a resolver las cosas a través del diálogo. Su vida está regida básicamente por la razón, mientras que, las personas que han sido programadas en su infancia con carencias afectivas, con criterios y valores deficientes, no tienen las herramientas necesarias para enfrentar la vida de forma positiva, por lo cual actúan de forma reactiva, utilizando mecanismos de defensa. Estos mecanismos, son ciertas estrategias que utiliza la mente para proteger el equilibrio psíquico y la autoestima. Estas estrategias permiten sobrevivir temporalmente, pero no resuelven el problema real y un problema psicológico no resuelto, tiende a agravarse. En la sociedad actual, a causa de las mil razones que todos conocemos (Ignorancia, pobreza, injusticia, competencia...) se están incrementando las mentes reactivas, lo que hace que las personas se expresen de forma compulsiva, generando conductas desadaptadas, ineficaces y conflictivas Las personas que poseen una mente reactiva tienen poco poder analítico y perciben el mundo a su modo, resistiéndose a aceptar cualquier otra interpretación que no coincida con la suya. Reaccionan de forma violenta contra toda crítica o idea de cambio. Son muy susceptibles. Sus relaciones humanas son conflictivas; tienden a ser autoritarias, intransigentes y manipuladoras, o bien, son personas inhibidas debido a sentimientos de culpa, lo cual da origen a numerosas enfermedades de tipo somático. Las personas conflictivas tienen muchos problemas personales y son muy susceptibles por lo cual resulta difícil entenderse con ellas, debido a que, en principio, ellas no se entienden consigo mismas y, en segundo lugar, tienen una visión poco objetiva de la realidad.
¿Cómo actuar con las personas conflictivas? Para entender el comportamiento humano es necesario conocer la estructura de la mente. El Padre o Súper Yo, contiene los principios y normas (+ y -) Fueron grabados en la primera infancia de forma inconsciente y se imponen de forma indiscutible y obligatoria. Necesitan ser controlados por el Adulto El Adulto o Yo, es la parte consciente. Se desarrolla a través del conocimiento y de la experiencia. Tiene como función dirigir la vida utilizando y controlando al Padre y al Niño. Las personas conflictivas tienen un Adulto débil, por lo cual son dominadas por el Padre interno (rigidez) y por el Niño interno (capricho…) El Niño o Subconsciente, contiene los sentimientos (+ y -) grabados en la primera infancia de forma inconsciente. Se activan de forma automática. Son irracionales y por tanto, necesitan ser controlados por el Adulto
Las personas conflictivas tienen un Adulto débil incapaz de controlar al Padre y al Niño. En consecuencia, el Padre y el Niño toman el control de su vida. Generalmente se alternan en el
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control. A veces domina el Padre y la persona actúa de forma autoritaria, otras veces manda el Niño y el comportamiento es caprichoso e infantil. Hay personas en las que el control lo ejerce habitualmente el Padre y en otras lo ejerce el Niño. Son personas maníaco depresivas, conocidas en la actualidad como bipolares, debido a que su vida discurre entre los dos polos (Padre y Niño) Tanto el Padre como el Niño actúan de forma compulsiva de acuerdo a mensajes grabados en la infancia, los cuales no se corresponden con la realidad actual, por lo cual, no puede haber entendimiento. Al no estar presente el Adulto en la discusión (realidad, razonamiento y lógica) no se puede llegar al entendimiento. Las personas conflictivas no tienen capacidad para el diálogo; pero han desarrollado gran habilidad en el manejo de la discusión, por lo cual, debes evitar entrar en su juego. Las personas conflictivas son autoritarias e intransigentes con los débiles y son aduladoras y manipuladoras con los poderosos. Lo ideal es mantenerte siempre en el Adulto y utilizar el diálogo. Se trata de actuar desde la verdad, la lógica, la justicia y la ley, y no ceder a ninguna forma de chantaje. Mientras te mantengas en el Adulto tienes todo a tu favor. Las personas conflictivas están acostumbradas a ganar a través de distintas formas de agresión o manipulación, debido a que logran "sacar de quicio" al otro y hacerlo descender al terreno de la discusión, en el cual son muy hábiles. Sin embargo, cuando se encuentran con personas que saben mantenerse en el Adulto (control de las emociones, razonamiento y lógica) se sienten desarmadas. Como todos tenemos mucha susceptibilidad y vivimos a la defensiva, necesitamos tomar conciencia todos los días de la necesidad de controlar los sentimientos para no caer en el juego de la discusión. Esta actitud ayuda a desarrollar formas superiores de resolver las cosas a través del diálogo. El diálogo es más poderoso que la discusión. Las personas pueden aceptar o no aceptar las razones expuestas pero si son justas y lógicas, al final se imponen por la fuerza de la verdad. Es importante capacitarse para tener ideas y criterios claros y una buena autoestima. También es importante aprender a detectar con rapidez a las personas conflictivas para evitar caer en su juego. Las personas conflictivas viven quejándose, criticando o culpando a los demás... Las discusiones, no resuelven las cosas sino que las complican más, pero muchas personas tienen una necesidad imperiosa de discutir con el fin de drenar su tensión interna causada por angustias, fracasos y frustraciones. Estas personas suelen ser poco conscientes de lo ilógico de su situación, debido a que obedece a problemas subconscientes.
Las discusiones siempre terminan mal Toda discusión es una lucha de sentimientos en la que ambas partes tratan de imponerse trayendo a colación hechos que poco o nada tienen que ver con el asunto que se discute. En el fondo, el objetivo no es llegar a un acuerdo sino imponerse al otro, para lo cual todo argumento es válido,
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hasta la descalificación, el insulto, la ofensa y hasta la amenaza. Toda discusión tiene mucho de emotivo y poco de racional por lo cual resulta muy difícil llegar a una solución equitativa. En toda discusión se hieren mutuamente los sentimientos, por lo cual ambos salen resentidos, con lo cual, queda el terreno abonado para futuras discusiones. Por esta razón es muy importante evitar las discusiones en el matrimonio, en la familia, en el trabajo, etc. La discusión es el arma de los que no tienen razón Recuerda que, lo que no se resuelve a través del diálogo no se resuelve de ninguna otra forma. Lo importante es que controles las cosas que atañen a tu propia vida y no permitas que nadie interfiera en ellas.
El poder del diálogo Muchos piensan que la fuerza hay que repelerla con fuerza. Esta idea es válida sólo hasta cierto punto, pues la violencia genera violencia. La humanidad ha evolucionado y hoy hay formas más poderosas de enfrentar la fuerza bruta. Las protestas pacíficas parecen ineficaces frente al autoritarismo de muchos dictadores, sin embargo está demostrado que la resistencia pacífica es muy eficaz. El diálogo resulta difícil cuando se convive con personas poco evolucionadas; pero es la mejor arma para hacerse respetar y para influir en los demás. El asunto es que, para ganar a través del diálogo hay que tener verdadera autoridad, la cual supone: autoestima, criterios claros y personalidad. Lo que no se resuelve a través del diálogo no se resuelve de ninguna otra forma.
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Cómo ganar la batalla de las emociones Cuando las personas se sienten seguras porque las cosas van bien, viven en un estado de ánimo constante y tienen sentimientos de baja intensidad, pero, cuando ocurre una situación que puede poner en riesgo lo que se relaciona con sus intereses, reaccionan de forma intensa. Esta reacción intensa se conoce como emoción. Las emociones son reacciones instintivas. Son un mecanismo de supervivencia. Nacen del instinto de conservación y aparecen cuando la persona percibe algo que pudiera causarle un daño grave. Pero, además, las emociones son la fuerza que impulsa al desarrollo y a la evolución humana. Toda acción humana se inicia con una emoción positiva o negativa y termina con una emoción positiva o negativa. Existen numerosas clases de emociones. Emociones positivas que nos estimulan al bien, tales como: La alegría, la felicidad, la ilusión, la fe, la esperanza, el amor, la compasión, la solidaridad, el espíritu de superación, etc.) Existen también emociones negativas, como la ira, la rabia, el odio, el resentimiento, la frustración, la envidia, numerosos temores (temor al fracaso, al futuro…) Estas emociones desencadenan conductas desadaptadas y destructivas. Cuando una persona actúa bajo el influjo de una emoción, posee una fuerza increíble y es capaz de realizar cosas que jamás imaginó. De aquí la importancia de controlar a tiempo nuestras ideas, sentimientos, actitudes, palabras y decisiones, porque nos modelan, de forma lenta pero profunda, y determinan nuestra forma de percibir la vida, nuestra forma de sentir y de reaccionar emocionalmente; en consecuencia, determinan nuestro éxito o nuestro fracaso. Las emociones negativas (odio, envidia, resentimiento,…) una vez que se activan, adquieren un poder increíble y pueden ser causa de nuestra ruina, por lo cual, debemos controlarlas a tiempo. También es necesario establecer objetivos importantes que respondan a nuestras verdaderas necesidades y tener mucha ilusión en ellos; de esta forma, actuaremos bajo el influjo de la emoción y tendremos una capacidad increíble para realizar nuestros sueños y proyectos Tanto el control como el descontrol mental son conductas aprendidas especialmente en la infancia. El ser humano recibe estímulos ante los cuales reacciona. Si los estímulos son positivos (afecto, apoyo, valoración, disciplina y motivación) las reacciones serán positivas. Con el tiempo esta forma de reaccionar se consolida y se convierte en hábito; es decir, en forma constante de reaccionar. De modo que, un niño que es educado con respeto y con amor, crece sano, espontáneo y sociable; tiene grabado en su mente un sentimiento de bienestar que le envía en forma constante, mensajes de seguridad, de autoestima, de alegría y de motivación. El niño tenderá a ser optimista, sociable y generoso; tendrá control sobre sus emociones y reaccionará de forma lógica y adaptada a la realidad; en consecuencia, le irá bien en la vida.
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Por el contrario, si un niño no recibe suficiente afecto, respeto y valoración; si es criticado, reprimido o maltratado, entonces se grabarán sentimientos de soledad en el subconsciente, de temor, de impotencia y de angustia. Estos sentimientos harán que perciba la vida, las personas y los acontecimientos como una amenaza y que reaccione de forma defensiva. Las reacciones compulsivas escapan al control de la mente, son irracionales y desadaptadas y generan muchos problemas Hoy vivimos en una sociedad muy competitiva y agresiva que provoca reacciones impulsivas. Como ya hemos indicado, las reacciones impulsivas no resuelven nada y complican las cosas; por lo cual; necesitamos tomar conciencia de esta realidad y aprender a controlar las emociones. La vida es así y la gente es como es. Tú no puedes cambiar esta realidad pero puedes evitar caer en su juego. En la lucha entre el pensamiento y las emociones casi siempre ganan las emociones. La inteligencia es la luz que ilumina el camino pero son las emociones las que deciden la dirección de las acciones. Las personas tienen buenas intenciones y buenos deseos y saben qué tienen que hacer pero... Hemos sido programados con muchas carencias afectivas. De pequeños no vimos a nuestros padres tratarse de forma afectuosa, ni resolver sus diferencias a través de un diálogo amistoso, sin reproches, sin culpas y sin acusaciones. Somos hijos de una sociedad represiva que no nos enseñó a expresar nuestros sentimientos ni a manejar las frustraciones. Hoy somos adultos pero nuestros patrones emocionales fueron diseñados en la infancia y ellos determinan nuestra forma de sentir la vida y de reaccionar. Ahora no es fácil cambiar los patrones emocionales porque están formados por esquemas muy complejos en los que están implicados numerosos aspectos de la personalidad. A todo lo dicho hay que añadir que la vida tiende a complicarse y que la salud emocional de las personas se deteriora más cada día. ¿Qué hacer? Los eses humanos tenemos muchas reservas mentales que suelen surgir en momentos de crisis. Es hora de actuar. ¿Por dónde comenzar? Hay que comenzar por conocer la estructura de la mente humana. Cómo somos. Cuáles son nuestros contenidos mentales. Cuál es su dinámica. Cómo manejar las emociones. etc. Además necesitamos mentalizarnos sobre temas importantes que nos ayuden a desarrollar criterios, creencias, valores, convicciones y una visión positiva de la vida y de la gente. También necesitamos aprender a manejar nuestras emociones porque nos estamos haciendo mucho daño y estamos causando mucho daño a los demás. Y, no importa como actúen los demás, lo importante es cómo actuamos nosotros. El control mental es fundamental para triunfar en cualquier actividad. En principio porque produce una sensación interna de seguridad y de poder que motiva a la acción y después, porque permite utilizar el potencial mental sin interferencia de temor, de angustia o de agresividad, lo cual incrementa la capacidad de razonamiento y la toma de decisiones correctas. Necesitamos una intensa presencia de la mente, sobre todo, cuando se dan situaciones que generan mucha emoción, por ejemplo, cuando sentimos amenazada nuestra imagen, cuando nos encontramos frente a un problema grave que amenaza nuestra estabilidad, cuando las cosas van mal en peor y no vemos solución, etc. En estos casos, la emoción se apodera de uno, y, si nos
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descuidamos nos convertimos en títeres de su impulso reactivo. Las personas dominadas por esta clase de emociones, cometen muchos errores de los que luego se arrepienten. En estas situaciones es importante, tomar conciencia de lo que está ocurriendo y pensar que no es el fin del mundo. De esta forma la emoción pierde energía y queda desactivada. Es importante pensar que, ocurra lo que ocurra, siempre tenemos capacidad para salir adelante. A veces el problema es grave y no vemos luz en el camino, pero debemos tener fe en que, poco a poco, la mente irá encontrando ideas y soluciones. El ser humano es siempre libre y responsable, porque puede prever y planificar; puede elegir cómo sentir las cosas, cómo pensar y cómo actuar. La reprogramación emocional exige cambios importantes a nivel de cognición y a nivel emocional. Los cambios a nivel de cognición (criterios, creencias, valores y convicciones, se logran con lecturas de calidad bien programadas y habituales) En los cambios a nivel emocional hay que tener en cuenta que las emociones son respuestas a estímulos que vienen de fuera (personas, circunstancias) y a estímulos que vienen de dentro (éxitos, frustraciones...) Es importante entender que las personas no van a cambiar y que somos nosotros quienes tenemos que dar el primer paso y enviarles mensajes positivos, de esta forma, por ley de Causa y Efecto, mejorarán los estímulos que nos envíen las personas y mejorarán nuestras reacciones. Con el tiempo desarrollaremos mayor inteligencia emocional Las emociones también son respuestas a situaciones internas (vivencias, éxitos, fracasos, frustraciones, forma personal de percibir las cosas). Una persona que se siente capaz, segura, triunfadora y feliz, por lógica, le va bien en lo que hace y experimenta de forma constante emociones y sentimientos positivos; mientras que una persona temerosa e insegura experimenta de forma constante emociones y sentimientos negativos, por lo cual, es fundamental capacitarse para triunfar en aspectos importantes de la vida. Las personas que deseen mejorar su rendimiento laboral deben comprometerse emocionalmente con su propio desarrollo personal y para ello, es necesario que se superen en lo que realmente es importante (autoestima...) El auténtico desarrollo emocional se asienta en una visión holística que tiene en cuenta toda la riqueza de la vida humana y va más allá de la profesión, del trabajo y de la solvencia económica. Para lograr el desarrollo emocional es necesario desarrollar valores humanos, morales y espirituales sólidos que ayuden a fortalecer el valor como persona, la autoestima y la dignidad. Es necesario también desarrollar una visión trascendente que dé sentido a la vida y hacer las cosas con una intención de "misión" es decir, con el deseo de contribuir a la construcción de un mundo mejor. Esta programación apuntala las estructuras profundas de la inteligencia, de la conciencia y de la emotividad y ayuda lograr cambios importantes. Las emociones son la fuerza que mueve el mundo y pueden llevarnos al éxito, o bien, hundirnos en el fracaso.
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Cómo controlar las emociones Las ideas son la luz que ilumina el camino y las emociones son la fuerza que nos impulsa a la acción. El conocimiento de la verdad y el manejo de las emociones son la clave para triunfar y ser feliz. Para manejar las emociones de forma eficaz es necesario: 1. Familiarizarse con lo ya expresado sobre el P.A.N y el Análisis Transaccional, y conocer la propia estructura mental para actuar desde el Adulto: capaz, libre y feliz. 2. Conocer las causas, funcionamiento y consecuencias de las emociones. 3. Lograr equilibrio y armonía entre la parte cognitiva y la emotiva (razonamiento y afectividad. (Inteligencia racional e inteligencia emocional) 4. Estar conscientes de que la sociedad ejerce presión de tipo psicológico y manipula a las personas, especialmente a las más ignorantes e inmaduras, para reducir el juicio crítico y la libertad de decisión, y, de esta forma controlarlas y explotarlas. 5. Tener presente que existen muchas personas con problemas emocionales y es necesario estar prevenidos para evitar situaciones desagradables. 6. Desarrollar una filosofía correcta de la vida que proporcione paz, seguridad, motivación y felicidad. Esta es mejor forma de controlar las emociones. 7. Capacitarse, prever y planificar para tener control sobre los acontecimientos que dependen de uno mismo. 8. Utilizar un lenguaje asertivo. Las palabras y los pensamientos tienen carga emocional que activa los sentimientos y las emociones. 9. Cultivar la comprensión, la tolerancia y el perdón, entendiendo que hay muchas personas con problemas emocionales que necesitan de nuestra comprensión. 10. Programarnos todos los días en positivo. Ser humildes y agradecidos. 11. Recordar que somos privilegiados y que los problemas y dificultades son oportunidades para aprender. 12. Estar conscientes de que, lo más importante ante los problemas es nuestra actitud y capacidad de control. Las emociones no son racionales, por lo cual, no se pueden controlar a través de la razón. El asiento de las emociones está en el subconsciente (Niño) de modo que, la mejor forma de controlarlas es a través de la programación mental (autosugestión, autohipnosis, programación neurolingüística, etc.
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Cómo ganar las batallas contra nuestros enemigos Resulta un poco fuerte hablar de batallas y de enemigos, pero es la realidad de la vida. Ahora bien, si planteamos la vida en términos de competencia, lo más lógico es que percibamos a los demás como competidores y "posibles enemigos" De este modo, todos los que nos superan se convierten en enemigos que nos impiden triunfar y nuestro esfuerzo irá dirigido a "derrotarlos". En este caso nuestra lucha es contra... La lucha contra... no da resultado, porque siempre habrá alguien suprior, más astuto… Tus peores enemigos no están fuera. No son los estudiantes preparados quienes a la hora de una prueba de admisión a la universidad te dejan fuera. No son los compañeros de trabajo, ni es el dueño de la empresa, quienes a la hora de una reducción de personal te dejan sin empleo. No es el equipo de fútbol contrario quien te derrota...Es tu inferioridad la que te derrota. La vida está planteada en términos de competencia y en la competencia se imponen los más capaces. La Ley de Competencia es sabia, equitativa y perfecta. Es necesaria para garantizar el desarrollo y la evolución, por tanto, ella no es la causante del fracaso de las personas, sino más bien, es promotora del éxito, pues estimula a superarse. Entonces, ¿Quién es el causante del fracaso de las personas? Cada persona nace libre y es responsable de sí misma. Su éxito o su fracaso dependen de las decisiones que toma. Cada persona debe asumir las circunstancias que le toca vivir y aprovecharlas para evolucionar. Si no lo hace por ignorancia, por pereza, por distracción o por cobardía, pagará las consecuencias... porque en la vida toda acción y toda omisión acarrean consecuencias. En definitiva, las personas no son el enemigo a vencer. Las personas indeseables nos obligan a estar alerta y a cuidar nuestras cosas, con lo cual, aprendemos a ser prudentes y previsores. Visto de esta forma, hasta de lo negativo podemos sacar beneficio para evolucionar. Y las personas que nos superan, nos envían el mensaje de que tenemos que seguir luchando si queremos alcanzar la gloria del éxito. Nadie nos quita nada y lo que perdemos es porque no lo merecemos. No lo merecemos porque no sabemos defenderlo. Conociendo como es la vida y cómo son las personas, es deber de cada uno aprender a defender su espacio físico y su espacio mental. La defensa en la prehistoria era salvaje. Ese tipo de defensa hoy no funciona. Muchos la utilizan y a veces ganan, pero las espadas siguen en alto y pueden volverse contra ellos. La única arma que garantiza el éxito verdadero y completo es el desarrollo personal.
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Lo único que se opone al desarrollo personal son los enemigos internos. Sus nombres son: Ignorancia, temor, egoísmo y pereza. Existen otros más: El odio, la envidia, el resentimiento...Estos enemigo son hijos del fracaso y de la frustración. Tal vez eres una persona valiente y te has enfrentado al mundo. Ahora ya sabes cuáles son tus verdaderos enemigos y sabes cuál es tu guerra. Debes estar muy atento porque tus enemigos internos son astutos. Saben disfrazarse de muchas formas para confundir, saben sobornar y son muy tenaces, pero tú eres más poderoso, porque llevas dentro de ti la fuerza vital de la naturaleza que te impulsa a crecer. En la medida en que te superes y tomes el control de tu vida, tus enemigos internos irán desapareciendo y cuando no haya enemigos internos, tampoco los habrá externos. A partir de ahí, no importa lo que ocurra en el mundo, a ti te irá bien, porque no dependerás de las circunstancias externas, sino de tus propios proyectos. Vivimos en una sociedad muy conflictiva, rodeados de muchas personas, unas buenas y otras malas, las cuales influyen en nosotros para bien o para mal. Las personas emiten vibraciones, buenas o malas; emiten ideas y expresan actitudes e intenciones. Frente a esta avalancha de mensajes que nos llegan de todas partes, necesitamos estar apercibidos para detectar las intenciones y filtrar todo lo que entra a nuestra mente. Las opiniones y las conductas de las personas, junto con las modas y propagandas, tienen un poder inmenso sobre la mente debido a que son masivas, constantes y sugestionadoras. Sólo las personas con criterios claros saben filtrar los mensajes y logran sustraerse a la influencia de la sociedad. Las demás personas son manipuladas constantemente sin tener conciencia de ello. De aquí la importancia de adquirir valores y criterios claros sobre los aspectos importantes de la vida. Los valores y criterios desarrollan una conciencia ilustrada que ayuda a juzgar con objetividad el valor real de las personas y de las cosas. No es conveniente prejuzgar a nadie, pero sí es necesario observar y analizar las ideas, las palabras, las actitudes y la conducta de las personas con las cuales convivimos (padres, cónyuge, hijos, amigos, compañeros de trabajo, etc.), para saber a qué atenernos, porque nuestros amigos y enemigos no están en China, están cerca de nosotros. Hay muchas personas que conviven con nosotros, unas nos estimulan por medio del respeto y del afecto que nos tienen y por el espíritu de superación que nos transmiten; otras son indiferentes, y otras nos perjudican con su ejemplo negativo, con sus ideas negativas o con sus actitudes. Tal vez nunca hemos reflexionado sobre esta realidad, debido a que forma parte de nuestra vida a la cual nos hemos habituado; pero es importante reflexionar y comenzar a tomar distancia respecto de las personas negativas. No se trata sólo de una distancia física, la cual, tal vez no es posible, sino de una distancia mental Los peores enemigos no son los enemigos declarados, sino los enemigos encubiertos. De los enemigos declarados podemos cuidarnos. "Guerra avisada no mata soldados" pero no podemos defendernos de los enemigos enmascarados, porque actúan de incógnito y de forma sutil. Estos son los enemigos peligros de los cuales debemos protegernos. Son personas que han desarrollado una habilidad increíble para manipular a las personas y socavar su autoestima. A través de su comportamiento tratan de liberarse de la frustración y de la envidia que las carcome.
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Las personas tenemos una conciencia bastante desarrollada para juzgar el valor de las cosas en general, pero nos falta sensibilidad para detectar los mensajes sutiles (ciertas palabras y actitudes, aparentemente buenas o inofensivas, pero que contienen veneno mortal. Si estás discutiendo con una persona y un amigo se pone del lado de la otra persona, ese "amigo" te tiene envidia, porque debe defenderte o callar. Si fracasas en algo y un "amigo" te critica en vez de apoyarte, no es un buen amigo. A la luz de lo expuesto, analiza a cada persona con la cual te relacionas y saca tus conclusiones. Valora a quienes te estimulan al desarrollo y protégete de la influencia negativa de las demás personas. La mejor forma de protegerte es pensar que son mediocres, conflictivas y carentes de criterio, por lo cual, sus mensajes no tienen ningún sentido. Aprende a conocer a la gente. Somos libres de lo que conocemos y esclavos de lo que ignoramos. Es muy importante observar la expresión corporal de las personas, debido a que la expresión corporal, no se puede manipular, expresa los verdaderos sentimientos de la persona. Debemos distinguir entre los errores cometidos por ignorancia, por temor, por brutalidad o por distracción. Estos errores son frecuentes y se comenten inclusive entre personas que se aman. No hay que darles más importancia que la que tienen en el momento. Pero existen actitudes, palabras y comportamientos, que son expresión de la realidad profunda de la persona. Pueden expresar afecto y valoración u odio, envidia, desprecio y resentimiento. A veces es suficiente una sola palabra, una actitud o una mirada para expresar todo el amor o el odio de la persona. "Hay miradas que matan" Muchas personas están siendo contaminadas constantemente con mensajes negativos. Si tenemos en cuenta que el 90% de los mensajes provenientes de la sociedad son negativos de alguna forma, es conveniente analizar todos los mensajes, vengan de quien vengan. Es necesario aprender a detectar las incongruencias. Y es necesario aprender a filtrar la información. Pero debemos comenzar por analizar y filtrar los mensajes que nos damos a nosotros mismo a través de nuestras ideas, de nuestro lenguaje y de nuestros sentimientos, porque los mensajes más poderosos son los que nos damos a nosotros mismos. Es fundamental conocer el funcionamiento de la mente humana. De esta forma podemos conocer los patrones que rigen la vida de las personas, es decir, su estructura mental, lo cual nos ayudará a predecir su comportamiento. Las personas pueden maquillar algunos comportamientos circunstanciales, pero sus conductas fundamentales siguen pautas establecidas y no cambian, debido a que obedecen a hábitos consolidados. Lo dicho no debe llevarnos a desconfiar ni a vivir a la defensiva. Simplemente debe ayudarnos a comprender que tenemos que estar claros en nuestras ideas y valores; entonces, nuestra mente estará alerta y reaccionará en contra de todo lo que no concuerde contra nuestra visión de la vida. "Dime qué lees y con quién te relacionas y te diré la clase de persona que eres"
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Cómo ganar la batalla contra la envidia La envidia es un sentimiento de tristeza o disgusto por el bien ajeno o por el cariño o estimación que otros disfrutan. Surge también por la comparación o emulación de alguna cualidad o algún bien que otro posee. Pero, ¿por qué? ¿Es normal entristecerse porque otros son más privilegiados? Caín es el prototipo de la envidia. Caín amaba a Dios, pero su amor no era tan generoso como el de Abel, por lo cual Dios prefirió a su hermano Abel, lo que hizo que Caín se enfureciera y ciego de envidia, lo matara.
Causas de la envidia En opinión de Vicente Madoz, "El origen profundo de la envidia suele ser la insatisfacción de sí mismo, el no gustarse ni aceptarse y no haberse perdonado ni haber hecho las paces consigo mismo" En realidad el envidioso no ha entendido la realidad de la vida. No tiene conciencia de los grandes bienes que le ha dado la vida. La envidia es un grave problema porque, no importa todo lo que el envidioso tenga, siempre envidiará y deseará lo que tienen los demás, lo cual le hará infeliz. Según María José Díaz-Aguado, catedrática de Psicología Evolutiva y de la Educación, la envidia es universal y viene dada por el contexto cultural. Nada tiene que ver con los genes. Por lo general, se produce hacia personas muy cercanas. Además, en los ambientes en los que existe una fuerte tendencia a evaluar el rendimiento de forma individualista y competitiva hay más riesgo de suscitar envidia. También es necesario destacar la influencia que ejercen en la actualidad los medios de comunicación. Se utiliza la envidia como motivador para potenciar el consumo. "No es casualidad que en muchos anuncios de automóviles se use la envidia de forma explícita. Los medios de comunicación nos transmiten multitud de estereotipos relacionados con la felicidad. Por eso envidiamos lo que no tenemos y pensamos que si lo conseguimos nos envidiarán", asegura María José Aibar
Quiénes envidian La envidia se manifiesta con personas próximas, amigos, compañeros de trabajo... entre los cuales se da alguna forma de competencia. Es fácil que un futbolista envidie a otro futbolista pero no a un médico y que un médico envidie a otro médico pero no a un empresario, etc. El envidioso se compara para valorarse a sí mismo y envidia cuando siente que ocupa una posición inferior que no acepta.
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Tal y como dice el sociólogo Francesco Alberoni “Se envidia a alguien que, siendo al principio como nosotros, se transforma en lo que hubiéramos querido ser” Este tipo de envidia origina malestar emocional, sentimiento que, en lugar de ayudar a conseguir lo que envidiamos, lo dificulta. Es fácil aceptar como jefe a una persona desconocida pero resulta difícil aceptarlo cuando provine del mismo grupo de trabajo, porque los demás piensan que tienen el mismo derecho. La envidia es una característica de todos los seres humanos; pero hay personas más propensas a envidiar, además existen factores educativos, culturales y sociales que ejercen gran influencia. Aunque la envidia es una tendencia natural puede controlarse. Existe una envidia sana cuando las personas admiran y desean tener las cualidades o cosas que tienen otras personas y existe una envidia perniciosa que hace que las personas se sientan molestas e infelices a causa de las cualidades o bienes que tienen otros.
Cómo saber cuándo una persona es envidiosa Las personas tratan de ocultar la envidia porque es mal vista y porque indica inferioridad, pero tarde o temprano afloran los sentimientos de envidia. Pueden expresarse de forma directa a través de palabras que expresan crítica o descalificación o bien de forma sutil, a través de palabras aparentemente inofensivas pero cargadas de mala intención. Las palabras pueden ser manipuladas porque dependen de un proceso racional que la persona puede controlar, de modo que podemos estar ante una persona cuyo lenguaje expresa envidia y no enterarnos; pero también existe una expresión corporal que escapa al control de la mente, dando origen a actitudes, gestos, miradas...que dejan al descubierto los sentimientos verdaderos de la persona. Deberíamos desarrollar la capacidad intuitiva, llamada sexto sentido, para interpretar la expresión corporal de las personas y descubrir sus intenciones pues la ingenuidad a veces se paga cara. Con frecuencia es suficiente analizar una palabra, una actitud, un gesto o una mirada para descubrir la estima en que nos tienen las personas. Como la vida fluye con rapidez, no tenemos tiempo para analizar sobre la marcha las palabras o conductas de las personas, por lo cual, es conveniente volver sobre los hechos, con tiempo y tranquilidad, para visualizar como en una película, las palabras, gestos, mirada...Te aseguro que descubrirás cosas que habías pasado por alto. Cuando se trate de personas que pueden influir mucho en nuestra vida es importante conocerlas utilizando este método. Poco a poco irás atando cabos y comprenderás hasta dónde te estiman y qué puedes esperar. Todo lo dicho no es para vivir en estado de alerta. Hay que aprender a vivir la propia vida independientemente de lo que piensen, digan o hagan los demás, pero es mejor estar apercibido que caer por ingenuo.
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Las personas envidiosas son peligrosas porque de muchas formas tratan de descalificar o destruir a quienes envidian. Piensan que al descalificarlo o destruirlo dejará de ser envidiable y se sentirán mejor. De todas formas es bueno saber que la indiferencia, la envidia y la crítica son parte natural de la vida y que la mejor forma de superarlas es "volar alto"
Algunos rasgos característicos del envidioso Una de las características del envidioso es su incapacidad para la espontaneidad y para la creatividad. La verdadera creación surge de uno mismo. Por tanto, en una persona cuya meta es ser como otro, la consecuencia es la imitación y la negación de la originalidad. El envidioso es un ser frustrado por no poder conseguir lo que anhela. Ansía ser como otro, algo que nunca podrá alcanzar; por ello, su sentimiento de tristeza es muy intenso. El envidioso es suspicaz y desconfiado. Aunque trate de ocultarlo, tarde o temprano queda al descubierto. Su actitud de acecho hacia los demás y de control de sí mismo para no ser descubierto, le convierte en un sujeto receloso y suspicaz. En la envidia se mezclan emociones de naturaleza contradictoria, como, por ejemplo, el deseo de tener lo que otro tiene, la admiración por lo que el otro ha conseguido, el dolor por no tenerlo, la indignación por no lograr lo que otros logran. Se trata de personas. Con baja autoestima física, intelectual... Egocéntricas. Antisociales Mediocres, poco maduras y bastante neuróticas. Temerosas, inseguras, acomplejadas e incapaces. Conflictivas. Con pocos valores morales. Las personas envidiosas tienden a envidiar cualquier cosa por insignificante que sea. En cierta forma la envidia es como una enfermedad generalizada. "Si la envidia fuera tiña, cuántos tiñosos habría" Refrán. Tradicionalmente ha sido considerada como uno de los siete pecados capitales, debido a que es cabeza de otros muchos pecados, tales como la crítica , la ira, el resentimiento, la mentira, la traición, el odio, la venganza. La persona envidiosa no se conforma con envidiar, sino que critica. La crítica le produce un placer, siente que al criticar rebaja o destruye a la persona que es objeto de envidia. Es como si de esta forma devaluara el objeto de la envidia, lo cual le hace sentir que no pierde nada importante. Es un poco el cuento de la zorra que al no poder alcanzar las uvas se dijo: "Las uvas están verdes" Es una forma de racionalizar y de justificar su incapacidad y sus fracasos.
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La envidia también genera ira y resentimiento hacia las personas que son objeto de envidia por considerarlas causantes de la frustración Por lo cual es importante evitar generar envidia de forma gratuita porque va acompañada de odio y resentimiento y puede causarnos daño. Sin embargo, debemos estar conscientes de que la envidia y la crítica son conductas humanas habituales, de las cuales debemos aprender a protegernos. Las personas mediocres no generan envidia sino desprecio, pero las personas buenas, educadas, capaces, exitosas y felices son objeto de la envidia porque representan los valores más importantes que todos desearían tener. Miguel de Unamuno escribió la novela Abel Sánchez para ejemplarizar la envidia. El verdadero protagonista, que significativamente no da título a la obra, vive preocupado por hacer el bien a la humanidad, pero sólo recibe desprecio y falta de afecto; mientras que, el falso protagonista, Abel Sánchez, recibe todo tipo de recompensas y afecto por cosas que no ha hecho, debido a que es el tipo de persona que cae bien a todo el mundo porque no vale para nada y puede ser despreciado en secreto y porque no hace sentir mal a la gente, debido a que su conducta no es una crítica a la mediocridad de las personas y no hiere a su inferioridad. La gente envidiosa no suele envidiar las cualidades humanas (bondad, sabiduría o virtud) aunque le molestan mucho, sino las cosas que tienen los demás (fama, poder, riqueza...)
Consejos para prevenir la envidia o superarla cuando ya nos domina Acepta la envidia como una emoción natural que nace de las necesidades humanas y despojarla de sus connotaciones negativas. Conocernos mejor y aceptar nuestras carencias o miserias. Perdona y acepta tus limitaciones y entiende que cada persona tiene sus limitaciones Ajusta tus deseos a tus capacidades y posibilidades reales. Acepta y disfruta lo que eres, lo que tienes y lo que puedes hacer Reconoce que algunas situaciones o personas provocan envidia. Evita las comparaciones. Procura educar a los niños para que sean positivos y se alegren del bien ajeno Comprende que la envidia es autodestructiva. Aprende a reconocer las capacidades de los demás y felicítales por sus éxitos Entiende que la envidia es enemigo mortal de la paz y de la felicidad personal y social. Alégrate del éxito de los demás. Es una forma de hacerlo tuyo y de de disfrutarlo. Agradece, felicita... y las personas te enviarán sus mejores vibraciones.
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Cómo evitar los peligros de la especialización El cuerpo humano necesita distintos nutrientes (proteínas, grasas, carbohidratos, minerales, vitaminas, fibra y agua) Si falta alguno de estos elementos se produce una disfunción, el cuerpo se deteriora y sobrevienen las enfermedades. De forma similar el ser humano funciona como un todo, es un ser animal, racional, emocional, social, moral y espiritual, y, como tal, necesita nutrir cada uno de estos aspectos para que su desarrollo sea integral y equilibrado. Una falla en alguno de estos aspectos trae consecuencias graves. Hoy estamos conscientes de los problemas que tienen las personas debido a carencias y falta de desarrollo en muchos aspectos, pero vamos a centrarnos en el problema de la especialización. Los conocimientos se multiplican en progresión geométrica. Cada año se editan millones de libros. Los analistas indican que en los próximos cinco años se crearán más de 100 nuevas profesiones cuyos nombres aún no conocemos. La expansión del conocimiento es tal que nos desborda. El progreso científico requiere de una labor de síntesis, debido a la incapacidad del ser humano para manejar tanta información, por lo que, cada día se diversifican más las ramas del conocimiento y las personas se ven obligadas a especializarse. Hace apenas unas décadas existía el médico, el abogado, el ingeniero, el psicólogo, etc. quienes, además de poseer los conocimientos específicos de su profesión, tenían una cultura general; pero hoy, el conocimiento se expande y se hace más profundo y complejo, lo que hace que cada profesión se diversifique en otras muchas. Antes existía el médico cirujano, pero en la actualidad existen más de 100 profesiones relacionadas con distintos tipos de cirugía. Existen cientos de profesiones y de especializaciones que tienden a ser cada día más específicas, lo que hace que los profesionales se centren en su tema y pierdan la visión global de las cosas. Según Ortega y Gasset, el progreso científico ha traído la fragmentación del hombre moderno. La cuestión es: ¿Cómo es posible que en una sociedad que ha alcanzado tal grado de desarrollo científico-técnico predomine un modelo de ser humano cuyo rasgo característico es la no cualificación? Ortega y Gasset responde: “Resulta que el hombre de ciencia actual es el prototipo del hombremasa, porque la ciencia misma, raíz de la civilización, lo convierte automáticamente en hombremasa; es decir, hace de él un primitivo, un bárbaro moderno”. En su obra "Misión de la Universidad" Ortega entendía que “En la Universidad se cultiva la ciencia misma, se investiga y se enseña a investigar”. Pero junto a la investigación científica y a la formación de científicos, señalaba otras dos funciones para la universidad, que la convertían en
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una institución crucial: La transmisión de la cultura y la enseñanza de las profesiones. En la actualidad, la mayoría de las universidades son transmisoras de conocimientos, pero no de cultura. En la actualidad el avance científico es impresionante. El progreso científico es bueno en sí, pero puede entrañar graves peligros si no se maneja con criterio. Todo en exceso genera problemas. Lo ideal es el equilibrio. La ciencia es importante porque nos permite conocer el mundo y utilizar las cosas para progresar y vivir mejor, pero el lenguaje científico es puramente descriptivo, sólo hace referencia al mundo material; Carece de significado humano, de contenidos morales, sociales, afectivos, espirituales; por lo cual, el desarrollo exagerado del lenguaje científico en detrimento del lenguaje humanístico tiende a robotizar a las personas; es decir, a reducir la conciencia, la sensibilidad humana, los sentimientos, los valores, la convivencia, etc. Es una forma de mutilación. El lenguaje ocupa cada día más espacio del cerebro, desplazando al lenguaje humanístico, el cual hace referencia a la vida humana, a los sentimientos, a los valores, a las conductas, a los derechos, a los deberes, etc. La esencia de la evolución es el desarrollo de la inteligencia y de la conciencia. Ambas cosas deberían ser objetivos prioritarios de todos los seres humanos; sin embargo, la dinámica de la vida obliga a las personas a especializarse en profesiones y actividades técnicas, científicas, comerciales y laborales, descuidando su desarrollo humano, porque, al parecer, no cotiza en el mercado de valores. Lo expresado no quiere decir que las personas dedicadas a la ciencia carezcan de sabiduría, de valores y de sensibilidad humana. En general, todas las personas han recibido una educación de valores y se guían por ellos. Sólo queremos señalar que existe un incremento acelerado de lo científico y una reducción de lo humanístico, lo cual ya está generando graves consecuencias. “Existen muchos hombre y mujeres pero pocos seres verdaderamente humanos” No es lógico que, habiendo logrado tanto progreso científico y material, exista tanta ignorancia, tanta pobreza y tanta violencia. Algo está mal. La humanidad ha tardado millones de años para desarrollar la cultura que hoy disfrutamos (ideas, conciencia, valores, convivencia...) Lo ha logrado a base de lucha, esfuerzos, sacrificios y fracasos. Sería muy triste que todos estos logros se perdieran, sepultados por el avance arrollador de las ciencias. Existe una diferencia importante entre progresar y evolucionar. El progreso es material y la evolución es humana. El progreso está orientado a la creación de cosas y la evolución al desarrollo de personas. Ambas cosas son necesarias, pero, la cultura es garante del desarrollo, de la libertad y de la felicidad, no así la simple ciencia. Lo cual no quiere decir que debamos detener el ritmo del progreso, sino que, a la vez que progresamos, debemos asimilar los valores culturales, con el fin de armonizar la inteligencia y la conciencia, porque, de lo contrario, en vez de una sociedad equilibrada, tendremos una sociedad monstruosa. El código utilizado por el cerebro es verbal. Lo cual significa que el cerebro piensa e imagina en base a palabras. Cuando pensamos utilizamos un lenguaje interno; de modo que, nuestras ideas y nuestro lenguaje nos modelan día a día.
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Si quieres triunfar necesitas comenzar por crear una estructura mental sólida y fluida, basada en principios y valores correctos, en conocimientos, motivaciones, disciplina y responsabilidad. A partir de aquí podrás lograr cambios significativos en tu vida, porque, en definitiva, dependes de ti, y te va en la vida de acuerdo a tus ideas, lenguaje y decisiones. El código utilizado por el cerebro es el lenguaje, por tanto, es fundamental desarrollar un vocabulario rico, amplio y fluido que te ayude a procesar de forma rápida y eficaz la información. En este sentido, se hace cada día más necesario el dominio de la lectura veloz y comprensiva, del análisis y de la síntesis. Así como necesitamos una alimentación balanceada para mantener las defensas altas y lograr que el cuerpo funcione bien, de igual modo, como seres racionales, afectivos, sociales, morales y espirituales que somos, necesitamos fortalecer todos los días estos aspectos, de lo contrario seremos arrastrados por la dinámica poderosa de la sociedad y perderemos el control sobre nuestra vida. Este proceso suele ser lento y progresivo, por lo que, si las personas no mantienen un espíritu constante de superación, se van adaptando a la mediocridad sin darse cuenta. “Si deseas mantener tu libertad, necesitas alimentarla cada día, porque la sociedad genera mucho desgaste psicológico y espiritual” Recuerda: La especialización es buena y necesaria. Debes ser excelente en lo que has elegido como profesión, pero no debes descuidar por nada tu desarrollo humano, pues, al final no eres lo que sabes, ni lo que tienes, sino lo que eres como persona.
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Cómo ganar la batalla al estrés Las nuevas tecnologías nos invaden y la era digital se impone y deja en evidencia nuestra incapacidad humana para adaptarnos a los cambios vertiginosos que se producen en las relaciones sociales, laborales o personales. A nivel del mundo casi todos los trabajadores viven estresados por una u otra razón. Los niveles de estrés van desde lo aceptable hasta lo insoportable. Se trata de una "enfermedad oculta" que va minando la salud física y mental de las personas, complicando el desarrollo personal, las relaciones familiares y sociales y la productividad. Una profesional de la medicina me comentaba que cada día acuden a su consultorio empleados aquejados de dolores agudos de espalda, cansancio crónicos, estrés, depresión; cada uno de los cuales le suplica que le expida un permiso de reposo para recuperarse de sus males. Esta situación es grave, sobre todo, porque se trata de jóvenes cuya edad oscila entre los 25 y 35 años, los cuales se supone están en plenitud de salud. Existen más de 2.000 afecciones relacionadas con el trabajo, que van desde el cáncer por el manejo de sustancias peligrosas hasta molestias musculares debidas a largos periodos en posición corporal casi estática. También se habla de desgaste profesional, que se caracteriza por un agotamiento físico y mental, bajo rendimiento laboral y pérdida de interés por el trabajo; así como de la adicción laboral, que se ha convertido en una enfermedad u obsesión por el trabajo. Cuando las personas caen en dicha adicción, tienden a deprimirse si no se encuentran desarrollando sus actividades habituales. El estrés laboral afecta a todos los países desarrollados. En el último año y medio, 23 trabajadores de France Telecom se han suicidado, debido a un plan sistemático de acoso y tortura psicológica, realizado a través de despidos masivos, de traslados injustificados y presiones laborales. Las causas del estrés laboral son muchas: La competencia, la crisis económica, la ambición desmedida de las empresas, la pérdida de valores, la débil estructura mental y moral de las personas, la falta de fortaleza de los sindicatos para defender los derechos e intereses de los trabajadores, la inestabilidad laboral, la necesidad de capacitación permanente debido a los rápidos avances de la ciencia, la falta de leyes que protejan la seguridad laboral etc. etc. Como no tenemos control sobre las causas externa, sólo nos quedan dos alternativas: fortalecernos para soportar la presión laboral, lo cual resulta difícil, debido a que la dinámica de las empresas es avasalladora, o bien, buscar otro trabajo acorde con nuestro nivel de funcionamiento, lo cual resulta muy difícil; por tanto, conscientes de que la tensión laboral crece cada día y que las empresas tienden a desparecer, lo más aconsejable es capacitarse con miras a una mayor independencia laboral. Se trata de poner a funcionar la creatividad. Las personas creativas siempre se las ingenian para salir adelante.
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El estrés laboral no es el problema en sí, el estrés es sólo una señal de alarma que advierte de que las cosas no funcionan bien. Las causas pueden ser externas o internas. Entre las causas externas tenemos la competencia, etc. y entre las causas internas tenemos la baja autoestima, la poca eficacia, el temor a perder el trabajo, etc. Por tanto, la solución del estrés laboral exige eliminar las causas que lo generan.
Cuál es la solución El problema real no está en el avance de la ciencia sino en la incapacidad de los seres humanos para adaptarse al ritmo del progreso sin perder el control de su vida. La adaptación al ritmo del progreso no se logra únicamente con la capacitación profesional, sino con el desarrollo integral de las personas. Las personas son mucho más que conocimiento, trabajo y producción. Las personas son seres humanos que necesitan autoestima, afecto, seguridad, paz, descanso, diversión, creatividad; pero la vida planificada en términos de competencia les niega estos derechos. Este atentado contra la naturaleza humana lo estamos pagando muy caro. El estrés laboral es la consecuencia final de una vida mal planificada a nivel familiar, educativo, político, económico, social, legal, moral y espiritual. 1. Cuando las cosas no funcionan, revientan por el punto más débil, en este caso, los trabajadores, los cuales se encuentran solos y desprotegidos frente a empresas todo poderosas y frente a gobiernos indiferentes. 2. Cuando no existe educación, la sociedad en general, no tiene capacidad ni responsabilidad para producir lo que necesitamos para sobrevivir, entonces, la responsabilidad y la presión recaen sobre el sector laboral. 3. Cuando no existen gobiernos capaces y responsables, no existe administración ni controles y la crisis económica invade la vida de las personas, destruyendo el empleo, las empresas y la producción, lo cual genera incertidumbre y estrés. 4. Cuando no existe planificación económica, los empleados y trabajadores se convierten en títeres de un sistema económico arbitrario, por no utilizar otros calificativos. 5. Cuando no existe conciencia social, "El hombre es un lobo para el hombre" Son palabras de Plauto, hace 2200 años. 6. Cuando no se impone la ley, se impone la barbarie. Las leyes son la última frontera que separa la selva de la civilización. 7. Cuando las personas no se rigen por la conciencia, no existe fuerza humana que pueda controlarlas. 8. Cuando las personas carecen de cierto grado de espiritualidad, su vida está más gobernada por los instintos y las pasiones que por la conciencia moral, por lo cual, ya sabemos lo que podemos esperar de ellas. 9. Puesto que la dinámica de la sociedad sigue avasallando la vida de las personas y no se vislumbran soluciones, quienes deseen sobrevivir, deben encontrar una solución personal. 10. La solución consiste en elevar las defensas internas (autoestima, capacitación. Criterios claros sobre los aspectos más importantes de la vida. Creatividad, idear alternativas de producción independiente. Lectura habitual sobre temas de desarrollo humano con el fin de elevar la moral, Elaborar un proyecto de vida que contemple el cuidado de la salud física y mental (alimentación, ejercicio y descanso) etc.
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Cómo ganar la batalla de la excelencia Antes de seguir adelante necesitamos definir en qué consiste la excelencia. ¿Qué características posee una persona excelente? Enuméralas por orden de importancia. La pereza y la mediocridad son el enemigo número uno del desarrollo. Necesitamos distanciarnos del conformismo y de modelos de vida impuestos por la sociedad. Muchos ven la excelencia como exigente e inalcanzable; pero en el fondo, resulta más exigente y sacrificado el vivir en forma mediocre. La razón es simple. El mediocre carece de motivación y por tanto, todo se le hace cuesta arriba; además obtienen pocos beneficios por su esfuerzo, lo que genera desaliento y frustración; mientras que, el que aspira a la excelencia siente una fuerza interna que le impulsa a la acción y los muchos beneficios obtenidos se convierten en “feed back”. La excelencia está al alcance de todos. Si millones de personas afectadas con minusvalías severas, logran cosas increíbles, superando los pronósticos de la ciencia y los límites impuestos por la sociedad, ¿Cómo las personas normales no van a poder alcanzar la excelencia? El problema es de actitud, de motivación, de voluntad. Quienes experimentan el placer del desarrollo, jamás desisten de su objetivo, porque el placer que proporciona la experiencia del desarrollo es tan grande que las personas ya no pueden detener el impulso de superación. Las empresas de avanzada han comprendido que su mayor riqueza es el recurso humano y que la excelencia del producto y su poder competitivo sólo son posibles si el personal es excelente y competitivo. Por eso, la palabra excelencia preside los proyectos de las empresas de avanzada. La excelencia exige una actitud constante de renovación. Hace años solicité los servicios de una empresa para instalar una cocina y me sorprendió una calcomanía de 10 x20 cms. pegada en la parte posterior del mueble; decía: “Tú dependes de la calidad de tu trabajo” Sin duda, el dueño de la empresa, tuvo la iniciativa de pegar una calcomanía en cada pieza de enchapado de modo que los empleados, tuvieran siempre ante sí el mensaje. Este mensaje es tan verdadero y tan poderoso que me atrevo a afirmar que todos sus trabajadores llegaron a ser excelentes profesionales. “Tu dependes de la calidad de lo que haces”
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En una sociedad mediocre, la excelencia es el pasaporte al éxito. Las personas pueden ser mediocres pero prefieren lo excelente. En todos los cursos de desarrollo humano el objetivo es la excelencia. ¿Por qué te vas a permitir ser un mediocre y frustrado, si con menos esfuerzo puedes llegar a ser un triunfador? En la vida sólo hay un camino y éste es hacia adelante. Si logras grabar en tu mente la idea de excelencia, el éxito será tuyo. Tu cerebro encontrará el camino, y, si no existe, lo inventará. En una encuesta realizada entre gerentes de empresas, en países desarrollados y subdesarrollados, se encontró que los gerentes de los países desarrollados creen que el éxito de las empresas está en potenciar los aspectos positivos , más que en corregir las fallas; mientras que, los gerentes de los países menos desarrollados piensan que el éxito está en subsanar las fallas. Observa cómo estos dos conceptos, aparentemente similares, encierran una filosofía de la vida y del trabajo diametralmente opuesta. Si deseas alcanzar la excelencia, no pierdas el tiempo en corregir defectos, porque no terminarás nunca. Avanza con ilusión hacia la meta de tus sueños y verás como los defectos van desapareciendo como por arte de magia. La razón por la cual resulta tan difícil eliminar los defectos se debe a que, al luchar contra ellos, los afianzamos más, convirtiéndolos en centro de atención. La forma más práctica para eliminar defectos consiste en no darles importancia y en trabajar para lograr la cualidad opuesta; por tanto, para alcanzar la excelencia en aquellos aspectos que deseas, elabora un plan en positivo y mentalízate para que este proyecto ocupe el centro de tu mente y utilice en beneficio propio la energía mental. Hace unos años me encontré con una persona que había asistido a un taller de Oratoria y Liderazgo. Le pregunté en qué le había ayudado el taller, a lo que respondió: “Lo más importante de todo fue que sus ideas me llegaron muy adentro y se convirtieron en un reto que me impulsa a superarme” ¿Cuál es tu reto? Recuerda que la excelencia no está en ser el primero, sino en dar lo mejor de ti, en llegar a ser la mejor persona que puedas ser.
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Cómo ganar la batalla contra las excusas Los seres humanos tendemos a buscar excusas y a justificar las cosas. Es una forma de eludir la responsabilidad. Esta forma de actuar, con el tiempo, insensibiliza la conciencia, lo cual hace que aceptemos ideas, actitudes y conductas reñidas con la verdad, con el deber y con la moral. La conciencia nace de lo íntimo del ser y tiene como objeto guiar al hombre hacia el desarrollo y la felicidad. Cuando se quebranta la ley, la conciencia genera un sentimiento de culpa, como señal de alarma, invitando a rectificar. El ser humano no puede vivir en contradicción consigo mismo, porque la contradicción genera una tensión insoportable; por esta razón las personas tratan de amoldar sus ideas a sus comportamientos. Necesitan justificar sus conductas. Pero esta forma de auto engañarse conduce al fracaso y a la frustración. En 1950, Festinger definió esta realidad en la Teoría de la "disonancia cognoscitiva" de la siguiente manera: "Si cambiamos el comportamiento de un individuo, entonces, sus pensamientos y sentimientos se modificarán para minimizar la disonancia". Lo cual significa que, las personas pueden terminar silenciando su conciencia, bien sea por influencia de los demás o por decisión personal. Este cambio no se produce del día a la noche. Es el resultado de un proceso en el cual se va adormeciendo la conciencia de forma progresiva hasta perder la capacidad crítica y no distinguir entre la verdad y la mentira ni entre el bien y el mal. Las conductas humanas no son indiferente, son buenas o malas, morales o inmorales. Son morales cuando favorecen el desarrollo de la persona y de la sociedad y son inmorales cuando lo entorpecen. Este es un asunto básicamente personal, que puede pasar desapercibido a las demás personas, pero no a la naturaleza, la cual, de alguna forma, premia el buen comportamiento y castiga el mal comportamiento, aunque las personas no se enteren de cuándo ni cómo premia o castiga. Hoy está de moda el relativismo moral. Según el relativismo: "No hay una verdad absoluta y ésta depende de cada individuo en un espacio o tiempo concreto" Según esta opinión cada persona tiene su propia moral. Ahora bien, ¿Cómo funcionaría la sociedad si cada persona tuviera sus propias leyes civiles y las aplicara a su modo? ¿Cómo funcionaría el tránsito si cada conductor aplicara las normas de tránsito a su modo y de acuerdo a sus intereses? El relativismo moral es un concepto que se está imponiendo en la sociedad como consecuencia del debilitamiento de los valores. Se trata de un concepto materialista de la vida que busca el placer como objetivo fundamental. Esta postura está reñida con las exigencias morales, de modo que, para liberarse de la moral y del sentimiento de culpa, se recurre a la negación de la moral, de la religión, de la ley natural y de todo lo que significa restricción, y, en su lugar se implanta la moral relativa, la cual se acomoda a los intereses de cada persona. Es una forma de validar y de justificar cualquier conducta.
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Hoy se cuestiona todo. Se cuestiona la religión, la moral y las leyes. Se cuestiona a los padres, educadores, etc. El problema no está en cuestionarlos, pues nadie es perfecto, sino en que, acto seguido viene la descalificación y la desobediencia, lo cual conduce a una especie de anarquía. Necesitamos ser honestos y no buscar excusas. Las excusas no nos eximen de nuestra responsabilidad, ni nos redimen de nuestras culpas. Podemos engañar a la gente y hasta podemos engañarnos a nosotros mismos, pero no podemos engañar a la naturaleza, la cual aplica sus leyes sin contemplación y hace justicia. Las personas no se enteran de cuándo hace justicia la naturaleza, pero lo cierto es que cada quién recibe lo que merece en atención a sus acciones. Muchos de los problemas y frustraciones que tenemos hoy no son más que las consecuencias de de excusas del pasado. Cada persona es artífice de sí misma y recibe lo que merece en atención a sus obras. Si eres una persona exitosa y feliz, se debe a que estás haciendo bien las cosas, en caso contrario, necesitas revisar tus ideas, tus proyectos y tus acciones, porque algo estás haciendo mal. La sociedad está cambiando de forma impresionante, gracias a las redes sociales y demás medios de comunicación. En esta dinámica hay mucho de emocional y poca reflexión, lo que puede conducir a la pérdida de valores y a la implantación de formas de conducta que tienen poco que ver con las necesidades fundamentales del ser humano. Las grandes instituciones (La Iglesia, la familia y el colegio) que eran referentes del comportamiento humano, han perdido autoridad; ahora son las redes (Twitter, Facebook, Internet, la T.V) quienes dictan pautas y marcan tendencias. El alcance y el poder sugestionador de las redes sociales es tal, que, si nos descuidamos, podemos convertirnos en esclavos de ideas, creencias, comportamientos, modas y necesidades impuestas por la sociedad, las cuales, poco o nada tienen que ver con nuestras necesidades fundamentales. El resultado final será la alienación como personas. Se necesita tener mucha fortaleza mental y moral para no sucumbir a las ofertas de la sociedad que ofrece libertad y placer a manos llenas. La experiencia y la historia nos enseñan que las personas y las sociedades se desarrollan mientras son impulsadas por principios, valores e ideales y degeneran cuando se debilitan sus estructuras morales. Los seres humanos podemos perdonarnos ciertos errores, porque es de humanos errar, pero no podemos perdonarnos el egoísmo, la pereza, la falta de disciplina, la mediocridad, etc. porque se trata de actitudes permanentes que indican falta de conciencia, de compromiso, de valores y de responsabilidad. Por vivir, se puede "vivir" de muchas formas, pero, si quieres triunfar, necesitas diseñar tu proyecto de vida y definir con exactitud cuál es la verdad y el bien, de modo que no te ocurra como a tantas personas, que luchan durante toda tu vida por objetivos que creían importantes y al final sólo les queda cansancio y frustración. Consciente de que existe una variedad inmensa de personas, ideas, creencias, valores y comportamientos, es responsabilidad de cada uno buscar la verdad y el bien y ser consecuente con ellos, porque, al final, cada uno está solo frente al destino y le va de acuerdo a las ideas y valores que gobiernan su vida. El hombre es siempre responsable, porque, en última instancia, es libre para decidir por encima de todos los condicionantes internos y externos. En muchas ocasiones habrás tenido oportunidad de ver a personas discapacitadas que logran cosas impresionantes, lo que prueba que nadie tiene excusas para no triunfar en algo. Los seres humanos están dotados de inteligencia y de una voluntad capaz de vencer cualquier obstáculo; por lo cual, la naturaleza no excusa ni perdona.
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Cómo ganar la batalla del éxito Antes de iniciar un camino o un proyecto es fundamental preguntarse por qué iniciar el camino o el proyecto. ¿Cuáles son las razones? ¿Existen posibilidades de alcanzar el objetivo? ¿Cuáles son los beneficios y cuál es el precio que hay que pagar? Es importante comenzar por definir el éxito con claridad y precisión. Existen muchas clases de éxitos. Cada persona tiene un concepto del éxito de acuerdo a su nivel de desarrollo humano. Las personas poco evolucionadas conciben el éxito como el logro de cosas materiales, tales como dinero, poder, placer... Las personas bastante evolucionadas conciben el éxito como logro de conocimientos, éxito profesional, bienestar económico, estatus social, y, las personas muy evolucionadas conciben el éxito como el logro de todas las cosas importantes y necesarias que nos ofrece la vida, pero dan especial importancia a su desarrollo personal, a los valores y a la sabiduría. Muchas personas luchan durante toda su vida por objetivos que consideran importantes y al final sólo les queda vacío y desilusión, debido a que los objetivos por los cuales han luchado no satisfacen sus expectativas. Los seres humanos necesitan llenar el bolsillo con dinero, la inteligencia con conocimientos y el corazón con afecto. La solvencia económica es fundamental, debido a que vivimos en una sociedad en la que manda la economía. La solvencia económica proporciona seguridad y ayuda a satisfacer las necesidades de supervivencia, de modo que la mente queda libre de preocupaciones materiales para dedicarse a labores de superación. La riqueza, por sí sola, no garantiza el desarrollo, pero crea las condiciones para lograrlo; mientras que, la pobreza dificulta o impide el desarrollo; por lo cual, las personas necesitan alcanzar cierta solvencia económica. El conocimiento desarrolla la inteligencia y la conciencia. La inteligencia y la conciencia son los valores más importantes de la evolución, por lo cual, los mayores objetivos de los seres humanos deberían ser el logro de una cultura general, el logro de sabiduría y el desarrollo de una conciencia ilustrada en principios, criterios y valores. El amor es la fuerza que mueve el mundo. Existen muchas formas de "amor", amor al sexo, amor al dinero, amor a... todos estos amores son aceptables en su justa medida, pero no son los amores que mueven el mundo. Son amores que buscan la satisfacción personal sin la intención de compartir ni dar nada al otro. Por tanto, pueden convertirse en un obstáculo para lograr el verdadero éxito.
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El verdadero amor es una fuerza que nace de dentro y que impulsa a la expansión, a salir de sí, a dar, a crear y a convertir los sueños en realidad. Las cosas que hacemos por deber o necesidad suelen ser de baja calidad, debido a que no está presente el amor, y, en consecuencia, tampoco está presente la creatividad. En cambio, lo que hacemos con amor lleva el sello distintivo de calidad. Las cosas más importantes que se han logrado en el mundo se deben al amor. Es cierto que el poder y la ambición han logrado grandes conquistas y han construido imperios, pero siempre ha sido a costa de otros, los cuales han sido explotados, sometidos o aniquilados. Cuando vemos a alguien que triunfa en el deporte, en la ciencia, en el arte o en cualquier otro aspecto de la vida, enseguida pensamos que se trata de gente privilegiada. Hacen las cosas con tanta facilidad que pensamos que son seres superdotados, que nacieron con habilidades especiales, pero no es así. Existen casos excepcionales, pero la inmensa mayoría triunfa porque un día decidieron triunfar, y, a partir de ese momento su mente se enfocó en la dirección correcta e invirtieron el tiempo, la energía y la vida entera en el proyecto, convertido en un reto ineludible. Cuando el cerebro se dispersa porque presta atención a cosas diversas, no logra nada importante, pero cuando se centra en un objetivo importante, es capaz de lograr cosas increíbles. Todo éxito importante tiene un precio. El que quiere escalar el Everest, necesita entrenarse de forma constante e intensa. Necesita disciplina, entrega absoluta y perseverancia, lo cual supone renunciar a muchas comodidades y placeres de la vida. Las personas mediocres jamás podrán entender a los escaladores que "sacrifican" su vida por el sólo placer de conquistar la cumbre. En cambio, los escaladores, no ven su actividad como un sacrificio sino como un placer. Es cuestión de mentalidad. Cuando amamos lo que hacemos, deja de ser un trabajo pesado para convertirse en una actividad agradable, estimulante y gratificante. Vistas las cosas de esta forma, el precio del éxito es muy bajo si tenemos en cuenta los beneficios que reporta. En cambio, el precio del fracaso es alto y doloroso. Con demasiada frecuencia vemos cómo personas responsables y luchadoras fracasan en su vida personal, matrimonial, profesional o empresarial. Sin duda algo han hecho mal. La solución no está en quejarse, culpar o esperar que los demás cambien. El dolor y la frustración que causa el fracaso es una invitación para rectificar y evitar futuros fracasos. Hay personas que viven de fracaso en fracaso porque no cambian de actitud y hay personas que viven de éxito en éxito porque su programación mental es la correcta. Mientras que el éxito es el resultado de un sueño o de proyecto convertidos en realidad, el fracaso es el resultado de un sueño o de un proyecto abortado. Las razones para triunfar o para fracasar son muchas y los factores que entran en el resultado también son muchos. Si estás satisfecho con lo que has logrando en la vida, sigue adelante; de lo contrario, haz un alto en el camino, reflexiona y cambia. Lo más absurdo que podemos hacer es seguir en la misma dirección sabiendo que el camino no conduce a ninguna parte. No es suficiente con cambiar las ideas, es necesario cambias los hábitos (acción).
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Cada persona es causa de sus éxitos y de sus fracasos por encima de lo que pueda ocurrir en la sociedad. Y, puesto que, de todas formas, debemos recorrer el camino de la vida, vale la pena hacerlo a paso de vencedores. Para triunfar se necesita saber y querer, es decir, conocimiento y decisión. El que no conoce el camino no puede llegar a la meta, y, el que conoce el camino, pero, no se esfuerza, tampoco puede llegar a la menta. La decisión de triunfar es la voluntad inquebrantable de lograr cierto objetivos importantes. En la vida tomamos muchas decisiones pasajeras, motivadas por circunstancias del momento, pero, la decisión firme de triunfar, nace de la estructura profunda de la persona, por lo cual, la mejor forma de triunfar consiste en alimentar constantemente la autoestima, los valores, la motivación y los objetivos por los cuales vale la pena vivir y luchar. Cuando las personas están claras en sus objetivos y tienen razones importantes para luchar, el cerebro se activa y trabaja sin descanso, de forma consciente e inconsciente, para convertir el proyecto en realidad. Si quieres hacerte rico necesitas conocer las leyes que rigen la economía; las cuales se resumen en producción, administración e inversión. Necesitas producir en cantidad y calidad, pero de poco sirve que seas muy productivo si no sabes administrar con inteligencia todos los factores de tu vida y si no inviertes en objetivos que garanticen tu desarrollo personal y el crecimiento económico. En esta sociedad confusa existen muchas voces, teorías e ideas que ofrecen éxitos fáciles y rápidos, lo cual no es posible, porque todo éxito importante es el resultado de un largo proceso. Después de lo expuesto hay dos cosas que debemos tener presentes para triunfar: Saber (conocer bien las técnicas más eficaces para garantizar el éxito, lo cual supone leer, investigar, estar siempre atento para aprender, porque las cosas cambian y también cambian las pautas) Decisión (motivación y perseverancia; las cuales también se alimentan con lecturas que fortalezcan la autoestima y los principios y valores que constituyen la razón de tu lucha)
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Cómo ganar la batalla de la experiencia El conocimiento es la información teórica que tenemos sobre las cosas mientras que la experiencia es la vivencia que tenemos de las cosas. El conocimiento es lo que hemos aprendido y la experiencia es lo que hemos vivido. El conocimiento es importante porque informa acerca de las características y funcionamiento de las cosas, pero el conocimiento no desarrolla las habilidades necesarias para la correcta utilización de las mismas ni para adaptarse a la realidad de la vida. Nadie aprende a manejar leyendo el manual del conductor; es necesario entrenarse hasta adquirir los reflejos y los movimientos adecuados. Todas las conductas humanas superiores (aprendizajes) son el resultado de hábitos adquiridos por entrenamiento. Un hábito es una conducta adquirida por repetición. Con el ejercicio se integran cada vez más los movimientos que participan en cada acción. A medida que se van corrigiendo los movimientos inadecuados, la acción se hace más perfecta y eficaz. Con el tiempo el hábito se convierte en conducta automática de modo que la mente queda libre para ocuparse de otras cosas. Los hábitos son una forma de economizar energía para invertirla en nuevos proyectos. El desarrollo y el éxito en toda actividad dependen de la adquisición de hábitos eficaces. Todo lo que realizas (moverte, caminar, hablar, leer, escribir, pensar, etc.), es el resultado de hábitos. Cuanto más perfectos son los hábitos, más fluidas y eficaces son las conductas y mayores las posibilidades de éxito. El hecho de que la mayoría de los trabajos resulten pesados y desagradables se debe a que las personas no han desarrollados hábitos eficaces (experiencia) y, por tanto, funcionan por debajo de las exigencias requeridas. Sin hábitos correctos, todo resulta difícil y desagradable. Los hábitos (experiencia) no se adquieren por simple repetición sino por una integración y jerarquización de los movimientos en una estructura cada vez más simple, perfecta y fluida; por lo cual es indispensable aprender a hacer bien las cosas, porque al hacerlas bien creamos las condiciones para hacerlas mejor. Por esta razón. "Tú dependes de la calidad de lo que haces" Puesto que toda nuestra vida depende de hábitos eficaces (de experiencias de calidad), deberíamos aprender desde niños numerosos hábitos fluidos y eficaces (experiencias de calidad), tales como: leer bien, pensar, hablar y escribir bien, relacionarnos, disciplina, alimentación, responsabilidad, ser felices, compartir, etc.) Estas experiencias hacen que la vida fluya de forma natural y espontánea y que el hecho de vivir, estudiar, trabajar... se convierta en un placer maravilloso.
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Las personas creen que la experiencia llega con los años, pero no es exactamente así. Si así fuera, todos los adultos serían sabios. La experiencia llega a través de la acción consciente y de calidad. Muchas personas funcionan durante toda su vida con los mismos esquemas mentales y su acción es repetitiva; de modo que, su nivel de experiencia es siempre el mimo. La experiencia es personal. Se pueden enseñar los conocimientos pero no la experiencia. La experiencia es como una vivencia, una sensación interna, un sexto sentido que ayuda a percibir las cosas de forma intuitiva y a tener respuestas creativas y rápidas. La experiencia es como una vivencia (sabiduría) que va dejando la vida en las personas que funcionan correctamente. Las personas poseen experiencias físicas, sociales, intelectuales, afectivas, artísticas, religiosas, morales y espirituales. Los conocimientos son abstractos y tienden a olvidarse mientras que las experiencias son vivenciales y concretas, se graban con fuerza en la memoria y difícilmente se olvidan. La vida cambia con rapidez. Se cree que en los próximos 20 años, se producirán más cambios que los que se produjeron en el siglo pasado. Esta realidad exige vivir en actitud de cambio, de aprendizaje y de adaptación permanentes. Los hábitos eficaces y las experiencias de calidad crean las condiciones para evolucionar de forma fluida, para prever y adelantarse al futuro
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Cómo ganar la batalla contra el fanatismo A lo largo de la historia los seres humanos han luchado unos contra otros. La razón de la lucha es el temor, la inseguridad o la ambición. Las personas luchan con el fin de imponerse y someter al otro, de esta forma se protegen contra el temor a ser sometidas, explotadas y maltratadas. En la antigüedad las luchas eran violentas y el objetivo exterminar al enemigo. Esto explica por qué el general romano, Escipión, destruyó a Cartago, ciudad situada en Túnez, norte de África y la redujo a polvo. Roma odiaba a Cartago con la misma intensidad que Cartago odiaba a Roma, como jamás en toda la Historia dos naciones se han odiado. No había rivalidad o enemistad, había un odio irracional cuyos ecos aún nos llegan después de más de 2000 años. Cartago fue arrasada con una minuciosidad tal que los arqueólogos sólo han conseguido encontrar pequeños restos de lo que antaño fuera la mayor y más rica ciudad del Mediterráneo. Los magníficos edificios fueron primero incendiados, luego demolidos y para finalizar la tarea sus cimientos fueron arrancados. El páramo en el que los romanos convirtieron Cartago fue sembrado con sal para que nada volviera a crecer allí y cualquier resto de la esplendorosa cultura cartaginesa fue perseguido y exterminado. Borrado del libro de la Historia, para siempre. ¿Por qué este odio aún hoy nos estremece? Pero no hay que ir tan lejos. La ideología de Hitler causó la Segunda Guerra Mundial, que costó la vida a casi 60 millones de personas y El Holocausto, practicado de forma sistemática, es un hecho de triste recordación, que debe alertar a la humanidad, sobre hasta dónde puede llegar el ser humano, y, hasta dónde pueden llegar naciones enteras, cuando se dejan manejar por el discurso de fanáticos dementes. Hace apenas unos años, 1994, se produjo la masacre conocida como "El Genocidio en Ruanda" en el que fueron exterminados a machete más de quinientos mil hutus. Fueron exterminados por sus compatriotas tutsis, hermanos de raza, de lengua y de religión. ¿Por qué? Sólo el 10% eran tutsis y siendo minoría absoluta conservaron el poder durante muchos años, pero desde el 1961 al 1964 el poder fue asumido por los hutus. Se supone que los tutsis tuvieron muchos privilegios y sometieron, humillaron y explotaron a los hutus durante muchas décadas, lo cual generó odio y resentimiento. En 1994 las milicias hutus, llamadas Interahamwe (que significa "golpeemos juntos"), fueron entrenadas y equipadas por el ejército ruandés y arengadas e incitadas a la confrontación con los tutsis por parte de la Radio Televisión Libre dirigida por las facciones hutus más extremas. Estos mensajes profundizaron las diferencias y odios que separaban a ambos grupos étnicos, y, a medida que avanzaba el conflicto, los llamamientos a la confrontación y a la "caza del tutsis" se hicieron más explícitos, especialmente a partir del mes de abril en el que se hizo circular la historia de que la minoría tutsis planeaba un genocidio contra los hutus. Lo que sigue ya lo sabemos. Más de quinientos mil hutus masacrados con machetes, azadas, hachas, martillos... Parece que estuviéramos hablando de una novela de ficción, pero no, se trata
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de hechos históricos vergonzosos, no sólo para los tutsis, sino para todas las naciones, porque todas las naciones estaban conscientes de lo que se cocinaba en Ruanda, pero a nadie le importó. Lo mismo ocurre hoy; todas las naciones saben lo que ocurre en muchos países, pero la hipocresía, la insensibilidad y la indiferencia son absolutas. Los fanatismos, los racismos y la xenofobia, están enraizados en la mente de las personas y es ahí donde debemos combatirlos, pero también están estimulados por el discurso de personas llenas de temor, de inseguridad, de frustración, odio y resentimiento, por lo cual, es necesario formar grupos de fuerza que influyan en mejorar las condiciones de vida (educación, justicia, trabajo, bienestar, etc.) de modo que los mensajes del mal no encuentren suelo abonado en el cual germinar. Hasta hace unas décadas, cada cultura, cada familia y cada persona, vivían en un espacio "propio", pero, la globalización ha eliminado todo tipo de barreras y ahora todos estamos indefensos, condenados a convivir y a entendernos. Las ideologías y fanatismos obedecen a ideas y sentimientos, los cuales no pueden ser controlados por la fuerza. Todas las fuerzas del mundo no son suficientes para controlar la mente de una sola persona. Es necesario que cada personas aprenda a controlarse a sí misma. La naturaleza del ser humano es la misma en todo el mundo. Sus necesidades fundamentales, sus intereses y sus aspiraciones son los mismos (desarrollarse, ser libre, triunfar, ser feliz...) por lo cual, aunque las diferencias entre las distintas culturas y entre las personas aparentan ser muchas, en realidad, son mínimas; sólo es cuestión de enfoque. Lo que ocurre es que nos fijamos mucho en lo que nos diferencia, (lo cual suele ser de escasa importancia) y nos fijamos poco en nuestras semejanzas naturales, que son muchas. Los fanatismos surgen en la edad joven o adulta, pero las bases son puestas en la infancia y en ello juegan un papen importante los padres. Si los padres educan en principio y valores, los hijos no caerán en fanatismos. Una educación deficiente es caldo propicio para toda clase de fanatismos. Las razones por las cuales las personas se vuelven fanáticas, son más de tipo subconsciente que consciente. En realidad, "todos nuestros actos derivan del inconsciente, creado por las influencias hereditarias, que son las huellas ancestrales que forman el alma de las razas. En consecuencia, los motivos de nuestros actos son: desconocidos, secretos, profundos y ocultos." El fanatismo y la intolerancia se alimentan de la envidia, del temor, del fracaso, de la frustración, de la ignorancia, de los prejuicios, del resentimiento y de la falta de valores; por lo cual, no es con leyes y represión como se pueden controlar la intolerancia, sino con educación en autoestima, valores, respeto, justicia, etc. Necesitamos desarrollar en nosotros y en los demás un pensamiento amplio y universal; abierto a lo bueno de todos los hombres, de todos los pueblos, de todas las razas, de todas las religiones, de todas las clases sociales y de todos los que piensa distinto y actúan de distinta forma, porque el mismo derecho que tienes tú para ser como eres, pensar como piensas y actuar como actúas, lo tienen los demás.
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Cómo ganar la batalla contra las frustraciones Las frustraciones son el pan de cada día. Las personas tienen necesidades, sentimientos, ilusiones, expectativas y proyectos que necesitan satisfacer pero la vida es una lucha en la que a veces se gana y a veces se pierde. El ser humano desde que nace está sujeto a privaciones y exigencias que son necesarias como aprendizaje para la vida. Las privaciones más sentidas son las de carácter afectivo (la falta de amor, la traición, la soledad, la culpa) Muchas personas viven frustradas durante toda su vida debido a que se aferran a recuerdos y a formas de pensar y de vivir que no responden a la realidad. Debes adaptarte a las curvas del camino, pues el camino no se adaptará a tu voluntad. No esperes que los demás cambien, cambia tú. Como las frustraciones son el pan de cada día, debemos aprender desde niños a fortalecernos contra ellas aceptándolas como parte natural e inevitable de la vida y como maestras que nos enseñan a ser humildes, previsores y responsables. Cuanto mayor es el desarrollo de las personas mayor es su conciencia y sensibilidad y por tanto son más susceptibles de ser heridas por la frustración, pero también poseen valores y capacidades que les ayudan a sobrellevar las frustraciones. Pero no todo es malo en la frustración. El dolor es un S.O.S que nos informa de alguna disfunción corporal, dándonos la oportunidad de subsanarla. La frustración es un S.O.S de la psiquis que nos informa de que algo no funciona en la adaptación a la vida y que existe una incongruencia que es necesario resolver; por tanto, más que temer a las frustraciones hay que prestar atención a las causas que las originan. La frustración desencadena la agresividad del sujeto. La agresividad puede expresarse en forma de cólera, culpando a los demás, a la vida, al destino... o bien, puede internalizarla, dirigiéndola contra sí mismo; reprochándose... En este caso, la frustración puede ser un estímulo poderoso para superarse o por el contrario, puede conducir a la reducción de la autoestima. En épocas pasadas las personas eran más realistas, más conscientes de sus límites y posibilidades. Sus expectativas eran más acordes con la realidad. Dependían más de sí mismos que de las circunstancias, pero en la actualidad somos programados desde niños para la competencia, para la ambición y para el consumismo. Nuestra mente está llena de ilusiones, de necesidades y de expectativas que no podemos satisfacer, lo cual genera frustración. La resistencia a la frustración es un hábito que depende de la filosofía de la vida que tiene cada persona. Quienes viven de acuerdo a principios de desarrollo están fortalecidos contra la frustración; porque son conscientes de que poseen un valor personal que está por encima de los
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fracasos circunstanciales; pero, quienes se apoyan en valores pasajeros como la riqueza, el poder, la belleza o la fama, están sujetos a frustraciones continuas.
Cómo fortalecerse contra las frustraciones • Elabora un proyecto viable. (Qué hacer. Por qué) • Estrategias (Prever, planifica, ten distintas alternativas...) • Ten un plan de acción concreto (Cronograma, prioridades) • Adáptate a la realidad. • Fe, esperanza y paciencia. “Mañana será otro día” • Actitud positiva. Ver el lado bueno de los acontecimientos. • Acepta los fracasos como una forma de aprendizaje. • Sé humilde y agradecido por tantas cosas que recibes cada día. • Espera lo mejor pero debes estar conscientes de que a veces ocurrirá lo peor. • Acepta lo inevitable y sigue adelante. • Si tienes un proyecto valioso, las frustraciones sólo serán accidentes pasajeros. • Existen frustraciones profundas debido a fracasos en aspectos fundamentales de la vida (familia, empresa, salud...), previendo que esto puede acaecer, necesitamos tener asideros (principios, valores, éxitos alcanzados...) • No esperes demasiado de la suerte ni de las personas y prepárate porque el fracaso y la frustración están a la vuelta de la esquina; no sólo por causa tuya sino, por causa de los demás. Así es la vida. • Da prioridad a los valores internos. Los valores internos pueden mantener en alto la dignidad y la esperanza. • Piensa que, a pesar de todo, eres un privilegiado. • Acepta la vida y la gente como son. “Deja el mundo como está porque está bien hecho” Máxima oriental. • Sé justo. Si al hacer balance entre lo bueno que te ha dado la vida y las frustraciones, te encuentras con crédito a tu favor, entonces, eres un triunfador. • Aunque no soy partidario de las comparaciones, porque siempre resultan injustas y odiosas; es bueno, echar un vistazo al mundo de vez en cuando para darse cuenta de lo privilegiados que somos. Si has elegido leer este tema se debe a que eres una persona bastante evolucionada y posees motivación y herramientas para el desarrollo y el éxito. • Sé paciente y perseverante porque el éxito es el premio a la paciencia y a la constancia. • El hecho de luchar en vez de tirar la toalla es una victoria. En realidad no son las frustraciones las que nos hacen daño. Lo que nos hace daño es nuestra incapacidad para reaccionar ante el fracaso de forma inteligente y asertiva y el no entender que la vida es lucha e incertidumbre.
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Cómo ganar la batalla del futuro La vida actual, caracterizada por la prisa, no deja tiempo para pensar, pero hubo épocas en las que los seres humanos tenían todo el tiempo del mundo para encontrarse a solas consigo mismos y hacerse muchas preguntas, tales como: ¿Quién soy? ¿Qué sentido tiene el mundo? ¿Qué significado tiene mi vida? ¿Cuál será mi destino final? ¿Qué hay después de la muerte? Hoy, son muy pocas las personas que se hacen estas preguntas, porque generan angustia; sin embargo están ahí, dentro cada persona y surgen a cada rato acompañadas de angustia existencial. Al margen de estas preguntas de carácter metafísico, para las cuáles nunca encontraremos respuestas evidentes, lo importante es cómo vivimos nuestra vida real. Vivimos un proceso de evolución que se acelera cada día. Este proceso se caracteriza por el desarrollo de la inteligencia y de la conciencia, lo cual permite vivir mejor y beneficiarse de todos los bienes que obsequia la vida; por lo cual, es importante hacerse preguntas transcendentales, pero es más importante comprender la realidad presente y vivir de forma plena y consciente, sin dramatizar las cosas. Cada ser humano, desde niño tiene la opción de elegir el camino del éxito o el camino del fracaso. La educación recibida y la sociedad ejercen presión, pero el ser humano es libre y responsable de su destino. Es su actitud ante las cosas la que marca su camino. Las personas buscan excusas para justificar sus errores y fracasos, pero a la naturaleza no le interesan las excusas. La naturaleza aplica las leyes de forma inexorable y saca de circulación lo que no funciona. El instinto guía a los animales de forma perfecta. Durante millones de años han sobrevivido en equilibrio perfecto con la naturaleza, pero, al entrar en escena el hombre, ha arruinado el trabajo de millones de años de la naturaleza, debido al mal uso que ha hecho del libre albedrío. Hasta cierto punto, el hombre tiene el control de su propio desarrollo y de la evolución humana, así como también tiene el poder de autodestruirse, debido al mal uso del libre albedrío El libre albedrío es el poder que tienen los seres humanos de elegir y de tomar sus propias decisiones. El libre albedrío tiene implicaciones legales, sociales, morales y espirituales. En pocas palabras, el hombre es responsable de su vida y cada acción u omisión tiene consecuencias que no necesariamente se manifiestan de inmediato sino que se harán efectivas en algún momento. Por mal uso del libre albedrío, los seres humanos acumulan muchas deudas con la vida desde niños. Hay personas que quedan hipotecadas para toda la vida, a nivel intelectual, afectivo, social, moral y espiritual, debido a una educación deficiente y al mal uso del libre albedrío. En adelante,
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estas personas deberán enfrentar la vida sin recursos intelectuales, afectivos, etc. por lo cual, están condenadas a ser mediocres en todos los aspectos. El libre albedrío supone una oportunidad y también un riesgo. Gracias al buen uso del libre albedrío, muchas personas triunfan y se convierten en héroes, sabios y santos. En cierta forma la mayoría de las personas tienen algo de héroe, de sabio y de santo. Pero el libre albedrío también tiene una parte peligrosa, muchas personas se autodestruyen a través de las droga, del alcohol, de la pérdida de los valores, del suicidio, etc. Todas las personas tienen, en potencia, libre albedrío, inteligencia y conciencia, pero necesitan ser desarrollados a través de la educación. El ignorante tiene un libre albedrío elemental que puede utilizar para elecciones elementales; en consecuencia tendrá éxitos elementales y felicidad elemental. Por lo cual, cada persona labra su destino. Si las personas fueran conscientes de esta realidad se esforzarían en ser inteligentes, buenas, sabias y felices Nadie sabe cuál será el comportamiento de la sociedad dentro de cinco años, y, menos aún dentro de diez, veinte o más años. El caos nos recuerda que todo existe en un proceso dinámico de cambio permanente que se acelera cada día, lo cual exige adaptación, y que, la mejor garantía para sobrevivir en el futuro está en ser consistentes, flexibles y creativos. El determinismo existe sólo en relación con el universo. El destino del universo está trazado y evoluciona de acuerdo a leyes inexorables. Sabemos cuándo y cómo será el final del sol; pero, el ser humano tiene espíritu, inteligencia, conciencia y libertad, lo que le permite sustraerse al destino y construir su vida de acuerdo a sus propias decisiones; por esta razón, cada persona es responsable y recibe lo que le corresponde en atención a sus acciones. En la vida existe un momento de inflexión en el cual la persona decide su destino. Siempre existe la posibilidad de rectificar, pero una vez que las cosas toman impulso se desencadena el proceso correspondiente que conduce al final establecido. De modo que, en principio, cada uno tiene el control de su destino, pero si nos descuidamos se nos puede ir de las manos. Cada día son más las personas que se alejan de la religión y de los valores, como consecuencia de una visión materialista de la vida que se está imponiendo en la sociedad, y, a la vez, son más las personas que buscan respuestas a su angustia existencial en la astrología, en el esoterismo y en la brujería; sin duda, les preocupa su futuro y su destino. Ni el destino, ni las circunstancias, ni la humanidad entera pueden doblegar nuestro espíritu, si tenemos fortaleza interna, pero, si somos débiles, nos convertiremos en marionetas en manos de las circunstancias, de la astrología, del esoterismo, de la santería, de la brujería y de cualquier otro sistema que ofrezca alguna forma de esperanza y ayude a mitigar la angustia existencial. Tu vida está en tus manos y no debes delegar tu destino en manos de nadie.
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Cómo ganar la batalla de la libertad Para la mayoría de las personas, la libertad consiste en no tener ataduras, en no estar obligado por nadie. Nos han vendido un concepto muy pobre de libertad. En realidad, la verdadera libertad es interna y depende del conocimiento de la verdad. "La verdad os hará libres" Al hablar de conocimiento nos referimos a una preparación consistente, pero, sobre todo, al conocimiento de los valores que impulsa a buscar el bien y la verdad. La libertad está en ser racionales en vez de instintivos. En este sentido, sólo el sabio puede ser libre. La libertad no está, por tanto, en hacer lo que quieres sino en conocer la verdad, en amarla y en realizarla. Lo más importante para ser libre es conocer el bien; por eso es tan importante la educación de calidad. Sin embargo, aun conociendo el bien, podemos equivocarnos en la elección, porque dentro de nosotros actúan fuerzas (temor, necesidades y pasiones) que pueden inclinar la balanza del lado negativo. De aquí, el deber que tiene todo ser humano de buscarla verdad con empeño y sinceridad. Nadie puede darnos la libertad. La libertad es una conquista personal; nace de dentro y es fruto del desarrollo. La libertad no está en luchar en contra de nada ni de nadie sino en luchar a favor de... El hombre libre no pierde tiempo en criticar ni en destruir viejas estructuras; utiliza su energía en construir un mundo nuevo, consciente de que los mayores poderes son la verdad, la justicia y el amor. Con frecuencia se impone la barbarie, pero al final, sólo sobreviven la verdad, la justicia y el amor. La libertad consiste en disponer de sí mismo. Lo cual supone: • Liberarse de condicionantes externos (dependencias) • Reducir al mínimo los condicionantes internos (temores, complejos, necesidades...) • Conocer la verdad para decidir con conocimiento de causa.
Existen varias libertades Libertad física. Esta es la libertad más elemental. Supone estar libre de cadenas. Libertad psicológica. Se refiere a la salud mental, al equilibrio psíquico, seguridad interna, madurez; ausencia de temores, complejos, estrés, etc. La libertad psíquica es la base de las demás libertades. Libertad intelectual.
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Se refiere a la libertad de pensamiento, de expresión, de creación etc. Esta libertad depende más del conocimiento y sabiduría internos que de las condiciones externas. En teoría, el hombre actual ha logrado plena libertad de pensamiento y de expresión; pero en la práctica, está atrapado en ideologías, en fanatismos, en convencionalismos o bien en el agnosticismo. Otros son ignorantes y, por tanto, no tienen nada que expresar Libertad social. Se refiere a una relación social en la cual los seres humanos pueden expresarse en forma natural, sin prejuicios ni dependencias; en donde todos valen por el hecho de ser personas y son respetados sus derechos. Se trata de una relación social democrática. Libertad económica. La libertad económica está en poseer lo necesario para satisfacer las necesidades fundamentales, de modo que la mente quede liberada, para dedicarse a su propio desarrollo. La riqueza es un bien, sin embargo, no es garantía de libertad. “Rico no es el que tiene mucho, sino el que tiene lo necesario”. Libertad moral. La libertad moral supone el control de los instintos, del egoísmo, de las pasiones y funcionar de acuerdo a valores de desarrollo (verdad, justicia, honradez, solidaridad, etc.) La naturaleza ha impreso en la conciencia de cada ser humano unas leyes, unos mandatos, que le señalan el camino del bien y le exigen su cumplimiento. A pesar de este imperativo, la moral, no coarta la libertad del hombre. El hombre posee el libre albedrío y pude decidir por el bien o por el mal. Esa es su decisión y su responsabilidad. La moral le salva de perderse y de autodestruirse. “La ética enseña el arte de vivir y las técnicas de la felicidad" Covey Libertad espiritual. La libertad espiritual estaría en vivir en paz consigo mismo, con las demás personas, con la naturaleza y con Dios. En tener una visión positiva de la vida, de la gente y de Dios. Ausencia de prejuicios, de temores, de egoísmo, de ambiciones desmedidas y de odios. Disfrutar cada día el milagro de la vida. etc. Las personas desarrolladas necesitan ser libres para realizar sus proyectos. Las personas menos desarrolladas necesitan menos libertad y las personas poco desarrolladas, no saben qué hacer con su libertad, por eso la rehúyen; viven más seguras en la dependencia y en el sometimiento a alguien que "vela por ellas". Esta es la razón por la cual, las personas y los pueblos ignorantes nunca salen del foso. En la actualidad existe una preocupación creciente por defender las libertades de los demás, especialmente de los más desvalidos, pero este esfuerzo se centra en las libertades externas. Sería mucho más efectivo que se preocuparan por defender la libertad interna y lucharan en contra de las principales formas de alienación, como son, la ignorancia y la pobreza. "Somos verdaderamente libres cuando nos sentimos bien con nosotros y con los demás. Cuando sentimos que nuestro espíritu no puede ser atrapado por nadie, porque somos capaces, creativos, buenos y humildes"
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Somos libres cuando sentimos que nuestra vida tiene significado, debido a que aportamos al mundo progreso, verdad, justicia, amor, etc. En cierta forma, nos sentimos pequeños dioses, forjadores de un mundo mejor. Sólo los hijos de la libertad pueden ser los padres de la futura libertad. El hombre libre está obligado a luchar por la libertad de los demás; de lo contrario no tiene sentido su propia liberación. El deber de todo ser humano es trabajar en su propio desarrollo, pues sólo desde su propio desarrollo puede colaborar en el desarrollo y en la libertad de los demás. Si tienes un proyecto de vida es posible que seas más libre de lo que crees y si careces de proyecto, por lógica, estás encadenado al proyecto de otras personas. “Los hombres pueden oprimirnos y hasta pueden destruir nuestro cuerpo, pero nadie puede tocar nuestro espíritu si nosotros no se lo permitimos”
¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad! 1.
“Tú libertad no está garantizada mientras no esté garantizada la libertad de los demás”
2.
“Es suficiente un solo tirano para arrebatar la libertad a toda la humanidad”
3.
“La libertad es algo muy valioso que sólo valoramos cuando la perdemos”
4.
"Cuesta mucho alcanzar la libertad, pero es muy fácil perderla"
5.
“Lo más grande del ser humano es su libertad, sólo a partir de ella puede realizar sus sueños”
6.
“El sufrimiento que ha que padecido la humanidad por falta de libertad es inmenso”
7.
"El camino de la historia está regado con sangre que han derramado los hombres en sus luchas por la libertad”
8.
“La falta de libertad humilla y envilece a la persona. Una persona sin libertad es un ser mutilado"
9.
“Si quieres ver deteriorarse a una persona, a nivel físico, intelectual, moral y espiritual, quítale la libertad”
10. “La pérdida de la libertad es la mayor forma de alienación” 11. "Una persona sin libertad es una persona alienada" 12. "La salud mental de las personas se mide por el grado de libertad de que disfrutan. 13. “Lee sobre libertad y esclavitud para que defiendas la primera y combatas la segunda” 14. “Las personas que crecen libres, siempre buscarán la libertad; pero, quienes crecen esclavas, quedan programadas para ser esclavas por el resto de su vida; sin embargo, en el corazón de cada persona siempre queda un poco de luz y de dignidad que puede servir de punto de apoyo para luchar por la libertad” 15. “Cuando se habla mucho de libertad es porque está en peligro”
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16. “La libertad es el estado natural de todos los animales y debería ser el estado natural de todos los seres humanos” 17. “La evolución de las personas se mide por el uso inteligente que hacen de su libertad” 18. “Muchas personas prefieren entregar su libertad a otro y someterse a él porque no saben qué hacer con su vida” 19. “La pérdida de la libertad va acompañada de la pérdida de la autoestima, de la dignidad, de la conciencia y de otros muchos valores” 20. “La libertad es condición para ser verdaderamente humano. Sólo el hombre libre es verdaderamente humano” 21. “Existen muchos hombre y mujeres pero pocos seres verdaderamente humanos” 22. “Un pueblo culto es un pueblo libre y un pueblo libre es un pueblo culto. Cultura y libertad son dos términos inseparables” 23. “Cuando veas un pueblo ignorante puedes estar seguro de que no es libre o está a punto de perder su libertad” 24. “A ninguna persona verdaderamente culta le pasa por la cabeza arrebatar la libertad a nadie” 25. “La libertad es tan importante, que, a lo largo de la historia, todos los pueblos han luchado por ella hasta morir” 26. “Si quieres liberar a alguien, enséñale a pensar” 27. “A veces es suficiente un pequeño estímulo o una buena idea para encaminar a alguien hacia la libertad” 28. “Las personas están demasiado atrapadas en ideas, sentimientos y paradigmas que les bloquean el camino hacia la libertad” 29. “Si deseas mantener tu libertad, necesitas alimentarla cada día, porque la sociedad genera mucho desgaste psicológico y espiritual” 30. “Los mayores enemigos de tu libertad están dentro de ti, sus nombres son: ignorancia, egoísmo y pereza” 31. “La educación de los hijos debe ir orientada a enseñarles a administrar su libertad, no a reprimirla" 32. Muchos de nuestros antepasados murieron en las guerras con la esperanza de que sus descendientes vivieran en libertad. Hoy tenemos el compromiso de tomar su bandera y avanzar hacia la libertad. 33. "La lucha contra cualquier forma de esclavitud no se gana en los tribunales sino en la mente, en la conciencia y en el corazón de cada persona"
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Cómo ganar la batalla contra el libertinaje El ser humano es libertino por naturaleza, debido a que nuestras raíces profundas son las de un animal salvaje. Aunque hemos evolucionado y hemos aprendido a controlar los instintos, éstos siguen activos, buscando la forma de liberarse, por lo cual, necesitamos estar atentos para controlarlos. Las personas gastan ingentes energías en controlar los instintos. Para la mayoría de las personas, la libertad consiste en no tener ataduras, en no estar obligado por nadie. Nos han vendido un concepto muy pobre de libertad. En realidad, la verdadera libertad es interna y depende del conocimiento. Al hablar de conocimiento, sobre todo, del conocimiento de los valores que impulsa a buscar la verdad y el bien. El principio del libre albedrío tiene implicaciones psicológicas y éticas. Por ejemplo, la psicología supone que la persona es consciente y capaz de controlar sus acciones y ética implica que las personas son responsables de sus propias acciones. El libre albedrío supone un riesgo y una responsabilidad pero es lo que nos hace verdaderamente humanos y libres. El uso que hagamos del mismo determinará nuestra suerte en la vida. Para controlar la tendencia al libertinaje y a la anarquía, la humanidad estableció el tabú. El origen del tabú se pierde en la prehistoria. Tabú significa prohibición. El quebrantamiento del tabú era castigado severamente, hasta con la muerte. Existían numerosos tabúes que se imponían de forma inflexible. Era la única forma de controlar a personas instintivas, con escaso desarrollo cerebral. Con el correr de los años, los tabúes se convirtieron en normas morales. La finalidad siempre ha sido la misma: Controlar y reprimir. Hoy utilizamos nombres más sofisticados, tales como: educar y socializar, pero el objetivo es el mismo: controlar y reprimir. Lo ideal es que las personas se autogobernaran, pero aún estamos lejos de esta posibilidad; pesa demasiado la tendencia al libertinaje, por lo que siguen siendo necesarias las leyes y normas restrictivas. En la actualidad vivimos una época de "libertades" o de "libertinajes" Los padres han perdido en control sobre sus hijos y estos viven a la deriva en un mundo sin normas definidas y sin fronteras. La familia, la religión y los gobiernos han perdido el control y también la autoridad y el respeto que se les tenía. Ha cambiado drásticamente la estructurar familiares, religiosas y políticas que mantenían el orden y la armonía social. Estamos por ver qué pasará en los próximos años y cómo lograremos que la sociedad respete ciertos principios y valores que garanticen la convivencia. Muchas personas tratan de liberarse del tabú lanzando por la borda principios religiosos, morales y sociales, pero el libertinaje causa tantas angustias y problemas como el tabú. El libertinaje conduce a la pérdida de los valores, a la pérdida del respeto a sí mismo y del respeto a las personas. Lleva a concebir la vida en términos de placer, el cual hay que satisfacer a como dé lugar. Como es lógico, esta visión egoísta de la vida debilita el espíritu de superación, la responsabilidad, la solidaridad etc. y abre las puertas a los instintos más bajos.
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La información sin control y la pornografía han venido a complicar las cosas. La gente tiene más sexo pero también más angustia y más soledad, porque, en general, se trata de un sexo realizado desde el Niño. Un sexo que busca la propia satisfacción sin responsabilidad y sin compromiso. No está presente el Adulto que es el que puede dar "caricias" y convertir el sexo en un acto humano. Muchas personas viven obsesionadas por el sexo como resultado de su inmadurez. Las personas inmaduras carecen de otros desarrollos, de proyectos y de éxitos, por lo cual, tratan de compensar su frustración a través del placer sexual; pero el placer sexual no puede llenar el vacío de su vida. El sexo debe ser la expresión de una persona desarrollada y feliz y no la compensación de fracasos y frustraciones. Se cree que más del 30% de las visitas a internet están relacionadas con la pornografía. La sociedad lucha por eliminar tabúes importantes, lo cual es positivo, sin embargo, no queda garantizado el correcto desarrollo ni la libertad, a menos que las personas encuentren formas positivas de actuar en todos los aspectos de la vida; porque la libertad no está en liberarse de... sino en trabajar en pro de..
Conclusiones El mayor de los problemas es la ignorancia. Debemos admitir que la sociedad es muy ignorante. Las personas tienen cierta información superficial sobre las cosas y actúan por costumbre, pero carecen de criterios propios para justificar sus valores y sus conductas, por lo cual son vulnerables. Muchos padres se sienten desbordados y no saben cómo motivar a sus hijos, ni encuentran la forma de inculcarles principios, valores, disciplina y responsabilidad, en consecuencia, los hijos crecen desorientados, inseguros y con débil personalidad, lo cual no les ayuda a controlar sus instintos y los condena a ser víctimas de distintas formas de libertinaje. Los niños y a los jóvenes carecen de experiencia, están desprotegidos ante las trampas de la vida y son emocionalmente manipulables, por tanto, son víctimas fáciles del libertinaje. Las conductas humanas no surgen del día a la noche, son el resultado de un proceso que se inicia en la infancia y continúa a lo largo de la vida. Es como un camino que vamos construyendo con cada decisión que tomamos. Es importante saber que todo lo que hacemos genera consecuencias a corto y a largo plazo. Es importante conocer a dónde conduce el camino que seguimos y no olvidar que la ignorancia, la pereza y el despiste se pagan muy caros. Con frecuencia oímos decir: "Yo soy libre y hago con mi vida lo que quiero" Como si esta frase fuera una "carta de corso" que da autorización para cometer fechorías impunemente. Esta afirmación es una falacia. Nadie es libre para hacer el mal y nadie tiene autorización para destruirse o perjudicar a los demás. El hombre actual ha descubierto que se puede vivir sin Dios, como también se puede vivir sin principios, sin valores, sin moral y hasta sin dignidad. El asunto está en saber hacia dónde conduce este camino; hasta cuándo puede sobrevivir una sociedad sin fe y sin valores, y, cuál es el precio que debe pagar en forma de frustración y violencia, como consecuencia de esta concepción materialista de la vida. La experiencia nos demuestra que, cuando los hombres pierden la fe en una instancia superior (Dios), seguidamente pierden los valores y se convierten en víctimas del egoísmo, de la corrupción y de la violencia. Hoy se habla mucho de derechos humanos, lo cual es positivo; pero, junto a los derechos humanos deberían colocarse los deberes y responsabilidades, pues, el no cumplir con los deberes y responsabilidades es una forma de libertinaje. Las personas y la sociedad tienen poca libertad, porque tienen mucho libertinaje. El libertinaje es propio de personas cuya vida carece de significado, de propósito y de valor intrínseco. Es el paradero de los náufragos de la vida. La mayoría de los libertinos no saben cómo han llegado a esa situación y tampoco saben cómo salir de ella. Simplemente están atrapados.
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Cómo ganar la batalla contra la manipulación En cierta forma, todos necesitamos apoyarnos en alguien para lograr nuestros objetivos. Nadie puede desarrollarse ni triunfar por cuenta propia. Es de sabios pedir ayuda y aprender de alguien que sabe. El problema de las personas manipuladoras radica en que usan su encanto, sus habilidades y su astucia para anular la capacidad de razonamiento de las personas de modo que actúen de acuerdo a sus intereses. Las personas manipuladoras saben actuar de forma muy sutil y ejercer un control de forma consciente o inconsciente. El asunto es que logran subyugar y manipular por medio del temor, del compromiso o de la culpa, de modo que las personas se sienten obligadas a cumplir sus deseos. La manipulación es una tendencia natural del ser humano. Es parte del juego diario de la vida, en el cual se trata de ganar, de controlar y de evitar ser dominado. La manipulación se da constantemente en todas partes. Existe una manipulación consciente, planificada con estrategias específicas, para lograr objetivos concretos; tal es el caso de las propagandas comerciales. Las personas manipuladas pierden la capacidad crítica y contraen deudas que luego no pueden pagar. Cuando entran en razón ya es tarde. Existe una manipulación inconsciente que tiene como objetivo ganarse el apoyo y la confianza de las personas. Esta manipulación se da en distintos grados a nivel laboral, familiar... Es parte normal de la vida. El problema surge cuando degenera y se convierte en una forma de sometimiento o de explotación. Muchos empresarios manipulan a sus trabajadores con promesas que luego no cumplen. Los políticos manipulan a los pueblos. Muchos esposos se manipulan mutuamente. Los padres manipulan a sus hijos y los hijos chantajean a sus padres. Hay personas que son manipuladas durante toda su vida sin tener conciencia de ello. De aquí la importancia de desarrollar el sentido de la propia dignidad, autoestima, espíritu de superación, espíritu de libertad, etc. de modo que rechacemos de forma instintiva toda forma de manipulación, tanto de otras personas hacia nosotros como de nosotros hacia los demás.
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Cómo detectar a las personas manipuladoras Son personas muy hábiles. Suelen utilizar un lenguaje envolvente y saben ocultar sus intenciones, lo que hace que sean percibidas como personas buenas y amistosas, lo cual les facilita las cosas porque sus víctimas nunca sospecharán de sus intenciones. Su estructura psicológica y moral es débil y bastante inestable. Son personas inmaduras y caprichosas, con baja autoestima, poco objetivas y con escasa conciencia del bien y del mal. Carecen de escrúpulos y tienden a justificar su proceder. No conocen de límites. Están acostumbradas a irrespetar los derechos de los demás, con el fin de lograr lo que se proponen; pero lo hacen de forma sutil, de modo que sus víctimas no se enteran. Suelen ser personas muy imaginativas que construyen castillos en el aire, se ofrecen a ayudar, prometen muchas cosas, pero, realmente, nunca colaboran en ningún sentido. Son personas con habilidades sociales, lo que les permite sintonizar fácilmente y ganarse la confianza de los demás. Viven su propia vida, no establecen amistad, sus relaciones son sólo la fachada para lograr sus objetivos. Una vez que logran su cometido se esfuman.
En qué situación quedan las personas manipuladas Las personas manipuladas no se dan cuenta de que están siendo manipuladas, debido a que las personas manipuladoras han desarrollado una habilidad y una sutileza muy grande para influir en sus víctimas de forma inconsciente a través de la sugestión. Las personas manipuladas quedan subyugadas y actúan como autómatas, fieles a las ideas y deseos de la persona manipuladora que es quien controla su mente. Tarde o temprano, las personas se dan cuenta de que han sido estafadas, pero el daño ya está hecho.
Cómo evitar ser manipulado La ignorancia es el peor de todos los males. Somos dueños de lo que conocemos y esclavos de lo que ignoramos. Por tanto, es necesario conocer en qué consiste la manipulación. Cómo actúan las personas manipuladoras. Cómo detectarlas. Cuáles son los daños que causa la manipulación. De esta forma desarrollaremos el sexto sentido y estaremos alerta para detectar cualquier forma de manipulación.
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Las personas sumisas están condenadas a ser manipuladas; de modo que, la libertad es la forma más eficaz de protegerse contra la manipulación. Una persona libre no acepta que nadie le ponga cadenas. La dependencia hace que las personas tengan que aceptar condiciones que no aceptarían si fueran independientes. En toda dependencia hay alto grado de manipulación, de chantaje y de explotación. En consecuencia, la autosuficiencia es una forma de protegerse contra la manipulación. La baja autoestima y la debilidad de carácter hacen a las personas débiles y vulnerables. Las personas manipuladoras tienen interés por esta clase de personas y evitan a las personas que tienen autoestima, criterios y personalidad, porque saben que no son manipulables.
Qué pueden hacer las personas manipuladoras para cambiar Las personas manipuladoras son conscientes de lo que hacen, también saben que no es correcto, por eso ocultan sus intenciones. Saben que atentan contra la dignidad y el respeto que merecen las personas. También son conscientes del daño que causan, por lo que no pueden tener paz en su conciencia ni ser felices. Lo más grande para el ser humano es sentirse capaz y lograr éxitos por mérito propio. Sólo los éxitos logrados en base a esfuerzo proporcionan seguridad y llenan la vida. Es importante que las personas manipuladoras comprendan que tienen un problema de autoestima y de inseguridad que les impulsa a utilizar a los demás para lograr sus objetivos, pero que ese proceder no les resuelve las cosas porque se vuelven dependientes de sus víctimas. Necesitan ayuda psicológica. Como todos somos manipulados y manipuladores de alguna forma, necesitamos estar atentos para no dejarnos manejar por nadie y para evitar manipular a los demás. La manipulación es una conducta ruin e inmoral, porque coarta la libertad de las personas, reduce su conciencia y roba autoestima y riqueza que las personas han construido con esfuerzo.
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Cómo ganar la batalla contra las máscaras de la sociedad Desde niños nos enseñan a ser "prudentes" a callar, a fingir, a disimular. La intención de los padres es buena, pues, vivimos en una sociedad crítica y envidiosa y necesitamos protegernos de los demás. El asunto es que, con el tiempo esta actitud se convierte en estrategia cotidiana y universal. Las circunstancias sociales estimulan a desarrollar mayor astucia cada día y a ocultar las cartas para ganar en el juego de la vida. El problema está en que, cuando todos usamos máscaras, como en los carnavales, nadie sabe quién es quién, y hasta uno se vuelve extraño a sí mismo. Al hablar de máscaras nos referimos a ideas, sentimientos, intenciones, actitudes y comportamientos falsos. Si nos descuidamos, estos contenidos falsos terminan por convertirse en parte de nuestra naturaleza, de nuestra forma de pensar, de ser y de actuar. Esta forma generalizada de ser, complica las relaciones humanas, porque siempre hay un temor, una sospecha y una desconfianza, en relación con los intereses e intenciones del otro, lo que hace que vivamos a la defensiva. Esta actitud la observamos en las relaciones familiares, laborales, políticas, comerciales, etc. La gente es cada día más susceptible y desconfiada. Las personas que tienen autoestima y seguridad tienden a ser más espontáneas, honestas y sociales; mientras que las personas con baja autoestima tienden a desconfiar, a disimular y a vivir a la defensiva. El uso de máscaras es una conducta instintiva que utilizan hasta los animales para defenderse de los depredadores y para lograr sus objetivos de supervivencia, pero el hombre ha evolucionado y ha desarrollado valores como la honestidad, la justicia, etc. sin los cuales resultan imposibles las relaciones humanas y la convivencia social. Las relaciones humanas se basan en la confianza. Todos tenemos una parte oscura, habitada por instintos, temores, pasiones, odios, resentimientos, frustraciones, fanatismos. Son fuerzas violentas que carecen de toda moral, de modo que, cuando se desatan arrasan sin piedad con todo lo que encuentran a su paso. Esto explica las conductas aberrantes, los crímenes pasionales, las guerras de exterminio, los genocidios, etc. Todos llevamos dentro de nosotros un potencial delincuente o un criminal controlado, y para evitar que la gente perciba nuestra intimidad, creamos máscaras (actitudes, palabras y acciones fingidas...) La gente inventa máscaras, para ocultar sus sentimientos y de esta forma se protege de la curiosidad de los demás. A las personas no les interesa si somos honestos o si llevamos máscaras hasta el día en que nos implicamos en su vida. Entonces ponen a funcionar el sexto sentido (intuición) para detectar quiénes somos en realidad, para ver si existe coherencia entre la expresión verbal y la expresión corporal. Siempre hay algo que deja al descubierto nuestra verdadera naturaleza. La coherencia entre los mensajes y la expresión corporal es indispensable para la credibilidad. Para que exista coherencia es necesario ser honesto. Podemos controlar y falsificar la palabra porque depende del hemisferio izquierdo (consciente y racional) cuyos procesos son lentos, pero
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no podemos manipular la expresión corporal porque depende básicamente del hemisferio derecho, cuyos procesos son rápidos y escapan al control humano. Todo lo que sentimos o pensamos produce vibraciones que se irradian en todas direcciones y producen efectos, comenzando por la persona que las produce. Las vibraciones llevan mensajes que son percibidos por las demás personas a nivel subconsciente; pero hay algo que captan a nivel consciente, lo cual les permite sentir si existe coherencia o no, entre lo que dice la persona y lo que siente y piensa. Los investigadores estiman que, aproximadamente un 30% de nuestra comunicación es verbal y un 70% de lo que expresamos, lo hacemos mediante el lenguaje corporal; es decir, por medio de gestos, apariencia, postura, mirada y expresión. De aquí la importancia de cuidar la imagen y de ser coherentes y honestos, con nosotros mismos y con los demás. El rostro de cada persona es como un mapa, en el que está marcada la historia de su vida. Lo vivido ha dejado huellas permanentes en su rostro. Es importante desarrollar el sexto sentido, pues debemos ser confiados, pero no ingenuos ni tontos, pues, vivimos en una sociedad muy complicada y sembrada de trampas, por lo que necesitamos aprender a observar el lenguaje, las actitudes, gestos y pequeños detalles. Es conveniente rebobinar en la noche las actitudes, gestos y palabras de las personas con las cuales nos relacionamos. Con un poco de ejercicio lograremos información importante sobre la naturaleza de las personas. No se trata de desconfiar, sino de vivir atentos a lo que ocurre en nuestro entorno, porque nos afecta de muchas formas. La expresión corporal relajada incrementa la credibilidad del mensaje, mientras que, una expresión inhibida, rígida o nerviosa, genera duda respecto del valor del mensaje y de la sinceridad de la persona. Sin embargo, es importante saber que hay personas buenas y honestas que generan desconfianza, porque debido a sus temores y complejos viven a la defensiva; así como también existen personas muy sociables que, bajo una capa de amabilidad ocultan intenciones perversas. La honestidad es condición para triunfar en la vida, ayuda a ver las cosas con objetividad, a juzgarlas con lógica y a resolverlas con la verdad y la justicia por delante. Las personas expresan su honestidad o su falta de honestidad de muchas formas, sin darse cuenta de ello. Las personas siempre expresan lo que son y no importa que traten de disimular, sus vibraciones las delatan y los demás perciben las vibraciones, a veces de forma consciente y siempre de forma inconsciente. "Digas lo que digas, siempre dirás lo que eres" La honestidad preside la vida de los verdaderos triunfadores. La razón es muy simple: Cada persona depende de la calidad de su trabajo, de la calidad de su estudio y de de la calidad de sus sentimientos. Podemos engañar a los demás, y, hasta podemos engañarnos a nosotros mismos, pero nadie puede engañar a la naturaleza, la cual, tarde o temprano hace justicia, aunque nadie se entere de cuándo, dónde ni cómo. Por esta razón no se puede construir nada duradero sobre la mentira. Necesitamos vivir en un mundo coherente. Una de las principales misiones de nuestro cerebro es ordenar los datos que recibe, de manera que tengan sentido. En su "obsesión" por hacer que las cosas "cuadren", es frecuente que cometa errores de apreciación; es decir, que pase por alto pequeños detalles. La libertad consiste en ser auténtico, en vivir sin temores, sin prejuicios y sin máscaras. La gente respeta y admira a quienes son capaces de definirse, a quienes son honestos y auténticos y a quienes luchan por lo que creen y aman.
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Cómo ganar la batalla contra la mediocridad La mediocridad es una plaga social que afecta a la mayoría de las personas. Abunda en todos los estratos socioeconómicos. En los gobiernos, en las gerencias, en las universidades, en las empresas, en las familias y en la calle. Basta escuchar un momento a las personas para darse cuenta de su bajo perfil. En sus conversaciones abundan las quejas, las criticar, los asuntos banales. Carecen de proyectos y de ambición, no se interesan por ser, ni por saber. Su único objetivo es sobrevivir. El hombre mediocre se opone de forma radical a todo lo que significa cambio. Envidia a las personas creativas y se esfuerza hasta lo indecible para evitar que sus ideas triunfen. Los mediocres están conscientes de su incapacidad, por lo cual viven con temor a los cambios y al futuro y están vigilantes para frenar toda idea de cambio. La mayoría de los seres humanos son mediocres sin saberlo. El objetivo fundamental de los mediocres es impedir que surjan líderes. Los mediocres necesitan que reine la mediocridad, porque sólo en la mediocridad se sienten seguros. Es tanta la cantidad de mediocres que, a penas alguien intenta realizar algo creativo a nivel político, económico o social, la sociedad le cae encima. Ser líder y emprendedor en esta sociedad se convierte en una odisea. La personas mediocres no reflexionan, se limita a ver las cosas y la vida sin preocuparse por su origen ni por su destino final, sólo viven el presente, no tienen pasado ni futuro; es decir que su vida carece de dimensiones, de profundidad. Son personas superficiales, pueden vivir mil años repitiendo siempre los mismos errores sin enterarse de que son la causa de su desagracia, sin aprender nada nuevo y sin crear nada nuevo. Su pereza mental es inmensa, si les fuera posible se limitarían a comer, dormir y poco más. Las personas mediocres son propensas a los prejuicios y al fanatismo. Es la única forma que tienen para defender su situación. Son los primeros en reaccionar ante cualquier idea de cambio o de progreso. Para ellos, las cosas han sido siempre así y así deben seguir. Son pocos los que se esfuerzan por elevar su nivel cultural, moral y espiritual; es decir, por ser mejores personas y hacer algo importante por los demás. La gente mediocre no tiene conciencia clara de su dignidad, de su capacidad, ni de las oportunidades que le brinda la vida. La mediocridad afecta a la persona en todos los aspectos. El que es mediocre lo es en todo: a nivel intelectual, afectivo, social, moral y espiritual. Los mediocres son incapaces de sobrevivir por sí mismos, por lo cual, necesitan recurrir al parasitismo. Tienden a refugiarse en un partido, en una secta o en otra forma de sociedad aborregada que les sirve de refugio. Así sobreviven, nadando a favor de la corriente aguas abajo. Carentes de capacidad crítica, les resulta fácil adaptarse a la hipocresía de la sociedad y convivir con la contradicción. Por suerte, en medio de esta sociedad mediocre surgen personas excepcionales, muy evolucionadas, creativas y emprendedoras... que dan la cara por la humanidad y echan adelante el mundo.
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¿Por qué que los mediocres llegan a tomar el control? Debido a que las personas buenas y capaces no cumplen con su misión social. La ignorancia, la pobreza y la injusticia son el caldo de la mediocridad, por lo cual, las personas más evolucionadas tienen el compromiso de trabajar para erradicar la mediocridad de todas partes y a todos los niveles, pues, la mediocridad humana es un plaga que, si no se controla a tiempo, puede engullirnos a todos. En tiempo de Roma sólo podían votar quienes sabían leer y escribir. Se suponía que sólo ellos tenían criterio y sabiduría para elegir a los mejores representantes para el senado; pero, desde que llegó la "democracia" todos valemos igual, los mediocres y los capacitados, los corruptos y los honestos. Tal vez, el mayor defecto de la democracia es que permite el acceso al poder a los mediocres y corruptos. No hay que confundir mediocridad con ignorancia y pobreza. Existen personas humildes e ignorantes que poseen criterios claros y alta responsabilidad. Así como existen personas con títulos universitarios que son mediocres, mal educadas, irresponsables y corruptas. Como es lógico, los mediocres sienten que son poca cosa y que valen poco, por lo cual están llenos de complejos, temores, inseguridad y angustia, lo cual activa sus mecanismos de defensa y viven a la contra. Temen, odian y critican a la gente capacitada, a la gente educada, a la gente que triunfa y a la gente responsable, porque representan lo que quisieran ser y no pueden ser. Los mediocres se agrupan porque el número les hace sentir poderosos. Se agrupan también para frenar el progreso de los que avanzan hacia el futuro. No hay nada más negativo en cualquier grupo social que las personas mediocres, porque constituyen un peso muerto que echa a pique todo intento de cambio y de progreso.
Cómo distinguir las personas mediocres Por su actitud indiferente y pasiva. Por su falta de criterio, de lógica y de sentido común. Carecen de proyectos y de metas. Viven esperando que las cosas cambien en vez de actuar. Carecen de iniciativa y de espíritu de superación. No le encuentran sentido ni valor a la vida ni a las cosas. Viven según su conveniencia y no logran aprender a amar. Son personas acomodaticias. Los mediocres no son genios, ni héroes, ni santos. Según Ortega y Gasset: "El mediocre pertenece al hombre-masa, con escasa conciencia de su realidad; el cual, siente que funciona bien y se niega a escuchar, a aprender y a cambiar" Sólo se preocupan por su bienestar y al mismo tiempo no son solidarios con el bienestar de los demás. Ambos rasgos componen la psicología del niño inmaduro. El mediocre es el niño inmaduro de la historia. La tendencia de la educación actual y los parámetros de la vida social están generando una sociedad masa mediocre, que tal vez no frene el progreso, porque la ciencia está en manos de sabios y científicos emprendedores, pero que sí puede frenar el desarrollo humano y generar tal nivel de conflictos, que comprometa gravemente la convivencia social. Todos conocemos la historia de muchos países en los cuales los mediocres han tomado el poder. Las consecuencias han sido la destrucción de las instituciones que tantos años costó crearlas; la destrucción de las empresas, de la economía, el deterioro de la educación, etc. etc. Las personas y la sociedad pueden defenderse de los enemigos declarados. El problema de los mediocres es que aparentan ser inofensivos y pasan desapercibidos. Realizan su acción destructiva en silencio, como las termitas, y, cuando vienes a ver, sólo queda el caparazón de las estructuras, de modo que el edificio se viene abajo. La mejor forma de erradicar la mediocridad es combatirla en sí mismo.
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Cómo eliminar mitos y paradigmas (deber, responsabilidad, moral, religión, excelencia, éxito… Paradigma proviene del griego pará-deigma. Significa patrón, modelo, ejemplo. Existen infinidad de paradigmas. En realidad todas las conductas humanas obedecen a paradigmas. Los paradigmas son ideas, modelos, métodos, formas de pensar, formas de hacer, que sirven de pauta a las personas. Al comienzo de la prehistoria el hombre tenía unos pocos paradigmas que se referían a la forma de vestir, cazar, alimentarse, construir sus viviendas, encender el fuego, relacionarse socialmente, educar a los hijos, enterrar a sus muertos. Estos paradigmas eran seguidos por todos. Con los años fue evolucionando y adquirió más conocimiento y experiencia. La humanidad vive un proceso constante de evolución, caracterizado por el desarrollo progresivo de la inteligencia y de la conciencia. A medida que la humanidad evoluciona crea nuevos paradigmas que responden a sus intereses y necesidades y, a la vez, descarta algunos paradigmas considerados inútiles y obsoletos. La creación de nuevos paradigmas no se realiza del día a la noche, supone un proceso largo de programación. De igual forma, la supresión de viejos paradigmas supone un proceso largo de desprogramación. La programación y desprogramación es lenta cuando se trata de paradigmas importantes, tales como: ideas, principios, creencias, valores, sentimientos y hábitos, debido a que forman parte de la estructura profunda de la persona; por esta razón resulta difícil producir cambios cuando se trata de conductas importantes. Estos paradigmas fundamentales, han sobrevivido y sobrevivirán a lo largo de los siglos, debido a que se trata de principios que derivan de la misma naturaleza humana y se imponen porque son lógicos y necesarios. Con el tiempo puede variar en matices pero no pueden variar sustancialmente, porque el ser humano es esencialmente el mismo, hoy, mañana y siempre, aquí y en todas partes; por tanto, el paradigma de la verdad, de la amistad, del amor, de la justicia, de la honestidad, de la responsabilidad y otros muchos valores, serán siempre esencialmente iguales. Nadie nace con paradigmas preestablecidos, éstos se forman a través de la educación, especialmente en la infancia. Los paradigmas personales pueden y deben evolucionar a medida que la persona aprende con el fin de adaptarse a la realidad. Los paradigmas fundamentales están relacionados con los "Derechos Universales del Hombre", reconocidos a nivel mundial. Existen también paradigmas circunstanciales, tales como: las modas, la forma de vestir, de peinarse, los modelos de zapatos, la clase de música, las discotecas de moda, los modelos de
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carros, etc. etc. los cuales están sujetos a cambios bastante rápidos, debido a que no obedecen a necesidades e intereses profundos sino a intereses comerciales. Lo importante de los paradigmas, buenos o malos, es que marcan pautas a seguir y se imponen con fuerza poderosa determinado los comportamientos de las personas.
Cómo se crea un paradigma conductual Un grupo de científicos introdujo cinco monos en una jaula, en cuyo centro colocaron una escalera, y sobre ella, un racimo de bananas. Cuando un mono subía la escalera para agarrar las bananas, los científicos lanzaban un chorro de agua fría sobre los que quedaban en el suelo. Después de algún tiempo, cuando un mono intentaba subir la escalera, los demás monos lo agarraban y lo golpeaban. Pasado algún tiempo, ningún mono intentó subir la escalera, a pesar de la tentación de las bananas. Entonces, los científicos sustituyeron uno de los monos por otro que no estaba al tanto de los hechos. La primera cosa que hizo fue subir la escalera, siendo rápidamente bajado por los otros monos, quienes lo golpearon. Después de algunas palizas, el nuevo integrante del grupo ya no subió más la escalera. Un segundo mono fue sustituido, y ocurrió lo mismo. El primer sustituto participó con entusiasmo de la paliza al novato. Un tercero fue cambiado y se repitió el hecho... Al final quedó un grupo de cinco monos, ninguno de los cuales recibió un baño de agua fría, sin embargo, continuaban golpeando a aquel que intentaba llegar a las bananas. Si fuese posible preguntar a alguno de ellos por qué golpeaban a quien intentaba subir la escalera, con certeza la respuesta sería: "No sé, las cosas siempre se han hecho así. ¿Te suena conocido? Esto sucede en todas partes, en todo el mundo y donde quiera que te encuentres. La cuestión es hacer algo para innovar y eliminar esta clase de paradigmas.
Por qué razones se crean los paradigmas Los paradigmas se crean por necesidad, por interés etc. Desafortunadamente, siempre hay intereses de por medio, que al igual que los monos no te dejarán lograr tus objetivos, pero hoy día, existen muchas más posibilidad de lograrlos, debido a que el pensamiento humano es más libre y existen más oportunidades de aprender a resolver las cosas. La mejor forma de eliminar paradigmas negativos (ideas, temores, sentimientos, experiencias) consiste en crear paradigmas positivos opuestos a los negativos. No tiene sentido luchar contra los paradigmas negativos, porque, lo único que logramos es convertirlos en centro de atención y fortalecerlos. Cada vez que pensamos en algo, bueno o malo, lo fortalecemos. Cuando decimos: no quiero ser cobarde, la mente no se fija en la palabra no, sino en la palabra cobarde. Cuando los
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padres dicen a su hijo: eres perezoso, eres irresponsable... lo único que logran es fortalecer la pereza y la irresponsabilidad, por tanto, nuestro lenguaje debe ser siempre proactivo. Los niños reciben, miles de paradigmas, buenos y malos, a través de la educación. Los principales paradigmas son principios y valores religiosos, morales y sociales, normas y advertencias, costumbres, etc. Estos paradigmas se internalizan y quedan grabados para siempre en el subconsciente como chips. Estos chips se activan de forma automática cada vez que se repiten situaciones similares a las vividas en la infancia, impulsando a actuar de la misma forma que en la infancia, pero, como los tiempos han cambiado, estas respuestas resultan desadaptadas. Los paradigmas se imponen con fuerza; sin embargo, los seres humanos son libres y tienen el poder de controlarlos. En última instancia, el hombre siempre es responsable de su conducta. Con frecuencia muchos paradigmas son ilógicos u obsoletos, pero las personas implicadas no son capaces de percibir su incongruencia, a pesar del daño que les causan, por esta razón las personas cometen siempre los mismos errores. Todas las personas están atrapadas en numerosos paradigmas negativos. El conocimiento de los paradigmas de las personas ayuda a evitar discusiones inútiles y a entenderse mejor. Los paradigmas son las premisas que desencadenan los procesos que impulsan a la acción. Los paradigmas correctos nos ayudan a triunfar y los paradigmas incongruentes nos conducen al fracaso. Las personas que triunfan se debe a que tienen buenos paradigmas en relación con los valores, creencias, sentimientos, etc. y las personas que fracasan se debe a que tienen algunos paradigmas que no funcionan correctamente. Inclusive las personas más evolucionadas tienen muchos paradigmas incongruentes, tales como: la fidelidad exagerada al deber, a la responsabilidad, a la eficacia; también tienen numerosos temores, algunos prejuicios, etc. El deber y la responsabilidad son buenos en sí, pero pueden convertirse en una trampa que oprime el espíritu e inhibe la creatividad, la libertad y la alegría de vivir. Es importante tener siempre presente que la ley se ha hecho para el hombre y no el hombre para la ley. La ley u otro paradigma cualquiera tiene como función liberar al hombre, no someterlo, por tanto, hay que tomar en cuenta sólo los paradigmas que ayudan a crecer. Es decir, hay que funcionar siempre en positivo La sociedad es la custodia de los paradigmas y no acepta que nadie se salga de ellos. Para evitar que esto ocurra, graba a través de la educación numerosos tabúes o prohibiciones. Quienes se salen de los paradigmas son considerados como rebeldes, desadaptados y peligrosos, por lo cual son rechazados y se ven obligados a regresar al paradigma, o bien, enfrentar la vida por su propia cuenta y riesgo, entendiendo que la sociedad se opondrá a su éxito. Si quieres hacer algo innovador necesitas romper con algunas normas establecidas por otros, los cuales las defenderán y tratarán de que no salgas de su radio de acción. Recuerda que, sólo aquellos que son capaces de romper paradigmas logran cosas importantes y son recordados por la historia. Romper paradigmas no significa rebelarse contra el orden establecido para vivir de forma libertina. Se trata de liberarse de ideas que impiden crecer y se trata de crear paradigmas que ayuden a alcanzar alto grado de evolución. Significa actuar con sentido común, creatividad y responsabilidad.
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Todo en la vida funciona en base a paradigmas: La educación, la religión, la moral, las conductas sociales, la forma de enseñar, de vestir, etc. Los paradigmas se imponen con fuerza porque son apoyados por la mayoría de la sociedad. En la actualidad, muchas personas han roto algunos paradigmas relacionados con las costumbres, la cultura, la educación, la religión, la familia, el sexo, las drogas, etc. Pero la libertad no está en romper paradigmas. De poco sirve destruir paradigmas morales, religiosos, sexuales, etc. si en su lugar no se crean los paradigmas correctos que sirvan de pauta hacia el éxito. Hoy, parte de la sociedad vive a la deriva por falta de paradigmas correctos. En realidad no es inteligente destruir paradigmas que han permitido a la humanidad sobrevivir hasta el día de hoy; lo más honesto e inteligente es rectificar y actualizar los paradigmas. Existen paradigmas positivos como son las leyes, ciertas normas y costumbres que permiten que exista un denominador común entre los seres humanos, lo cual hace posible el entendimiento y la convivencia; pero también existen paradigmas negativos, desadaptados y represivos, que dificultan el entendimiento y la evolución de las personas. La forma de pensar, de sentir y de actuar, responde a paradigmas creados por la humanidad a lo largo de una historia de miles de años. Los paradigmas pretenden ser modelos ideales pero, en realidad, tienen imperfecciones, debido a que son de creación humana. Las modas, en todos los aspectos, son intentos de liberarse de los paradigmas establecidos. Pero las modas se refieren sólo a aspectos exteriores y superficiales. Los paradigmas fuertes son los que están relacionados con las creencias religiosas, morales y sociales. Estos paradigmas están muy enraizados en las personas y para cambiarlos se necesitan años, décadas, siglos. Con frecuencia aparecen nuevos paradigmas (ideologías, costumbres, modas, etc.) que parece que fueran a acabar con el orden establecido pero pronto se desvanecen y vuelve la calma. Ocurre como en el mar, a veces se desatan las tormentas y se levantan las olas como una amenaza, pero pronto vuelve la calma y las corrientes marinas siguen impertérritas su camino como lo han hecho durante millones de años. La historia humana es profunda e inmensa como el mar. Su génesis se inició hace millones de años y sigue impertérrita su camino, fiel al paradigma evolutivo, impreso en la genética humana. El paradigma evolutivo es libre y escapa al control del hombre. Gracias a este paradigma, poderoso e inteligente, la humanidad ha sobrevivido a lo largo de la historia a situaciones críticas. Los seres más evolucionados saben cuáles son los paradigmas que conducen al éxito, pero carecen de poder para implantarlos, debido a que existen intereses poderosos que imponen paradigmas a nivel político, económico y social, de acuerdo a su conveniencia. Pero la historia personal depende básicamente de las propias decisiones; y, si bien es cierto que las circunstancias nos condicionan fuertemente, también es cierto que el hombre es libre por encima de todos los condicionantes, y, por tanto, es el protagonista y el responsable de su futuro. De modo que, el futuro de cada persona lo construye ella misma de acuerdo a los paradigmas que rigen su vida.
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Cambio de paradigmas Los paradigmas son ideas, creencias, formas de hacer que se han convertido en pautas a seguir. Muchos de estos paradigmas son lógicos, otros son obsoletos y otros son absurdos. Las personas actúan de forma casi automática siguiendo los paradigmas que tienen grabados en su mente. Necesitamos cambiar varios paradigmas que han demostrado ser ineficaces y desarrollar una visión más inteligente de la vida. Esta labor no es fácil porque los paradigmas forman parte de nosotros, lo cual reduce nuestra capacidad crítica para detectarlos y corregirlos. De aquí el refrán: “Si no tienes un amigo que te diga tus defectos, paga a un enemigo para que los diga” 1. Nacemos solos, y, en nuestro interior estamos solos. La gente puede “ayudarnos” pero nadie puede darnos el desarrollo, la libertad, el éxito… porque son una conquista personal; de modo que, no esperes mucho de nadie. 2. Trabajar para otro no es rentable, a menos que parte de las condiciones las pongas tú. 3. Las empresas tienden a evolucionar, la humanidad crece y los puestos de trabajo tiende reducirse, en vista de lo cual, es necesario ser emprendedor y crear alguna forma de trabajo independiente, para lo cual, hay que comenzar a programar el cerebro en esta dirección, pues, las cosas importantes no se dan del día a la noche, suponen un proceso largo. 4. La especialización tiende a incrementarse, de modo que, es fundamental ser excelente en algo que sea atractivo en el mercado laboral. Sin embargo, la excesiva especialización en detrimento de una cultura general puede dejar a las personas desubicadas en la vida. La cultura general es hoy más importante que nunca; proporciona información rica y variada; abre un abanico de visiones y de posibilidades. Como los conocimientos se multiplican y no hay tiempo para leer tanta información, lo más inteligente es elaborar un plan de lectura, dirigido a aprender únicamente lo importante de lo importante. No se trata de tener información sobre todo; se trata de crear una estructura mental y de adquirir criterios claros sobre los aspectos más importantes de la vida. 5. Una buena estructura intelectual y afectiva garantizan el éxito a futuro, porque es suficiente con realizar algunos ajustes de vez en cuando para mantenerse actualizado; pero, quienes tienen una estructura mental débil, estarán obligados a hacer reajustes constantemente y nunca lograrán grandes éxitos; por lo cual, es recomendable comenzar por fortalecer la estructura mental (conocimientos, habilidades, autoestima, motivación, responsabilidad, etc.) 6. Los conocimientos tienden a expandirse y a llegar a todas partes a gran velocidad, lo cual se traducirá en una competencia cada vez mayor y más compleja. No habrá fronteras que protejan a los países ni a las empresas ni a las personas, porque la competencia será a nivel mental; por tanto, el dinero y el tiempo mejor invertidos será el dedicado a capacitarse. Y la mayor riqueza no serán los bienes materiales que se tengan, los cuales serán más volátiles cada día, sino la capacidad de evolucionar, de producir riqueza y de ser feliz.
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7. Todo fluye con rapidez y lo que hoy funciona bien, puede quedar desfasado dentro de pocos años, de modo que, es necesario vivir alerta, capacitarse, prever, adelantarse al futuro. La flexibilidad y la capacidad de adaptación son más importantes cada día. 8. La velocidad de los acontecimientos hace que el tiempo pase más rápido y que adquiera un valor añadido. La fluidez en las ideas, en el lenguaje y en la acción será cada día más necesaria para lograr el éxito. La fluidez de la cual hablamos no tiene nada que ver con la hiperactividad o la prisa; se trata de velocidad mental, que parte de la capacitación y buena organización de la mente, a nivel intelectual y afectivo, lo cual se traduce en acción eficaz. Quienes mueven el mundo son personas muy tranquilas desde el punto de vista físico, pero muy dinámicas a nivel mental. Ellos no caminan pero sus ideas y decisiones movilizan a los demás. 9. Es fundamental que las personas entiendan que, todos viajamos en el planeta Tierra, a razón de dos millones y medio de kilómetros por día, (30 kms. por segundo) y formamos parte de la gran familia humana y es importante que todos funcionen bien. Los seres humanos emitimos vibraciones buenas o malas que se expanden en todas direcciones y llegan hasta los confines de la tierra. Estas vibraciones crean una atmósfera que nos afecta a todos para bien o para mal. Las buenas vibraciones nos estimulan y las vibraciones negativas nos contagian de pesimismo. Al entrar en una casa de familia, se percibe una atmósfera, liviana o pesada, la cual pone de manifiesto el estado anímico de las personas y el funcionamiento de la familia. Lo mismo ocurre en las oficinas, en las empresas… Los seres humanos podemos controlar nuestro lenguaje y hasta falsificarlo pero no podemos controlar nuestra expresión corporal ni falsificar las vibraciones que emitimos, porque provienen de nuestra estructura mental, profunda y verdadera, a la cual no tenemos acceso ni la podemos manipular. De aquí la importancia de trabajar por ser la mejor persona que podamos ser. No sólo porque nuestra realidad interior nos delata y los demás la perciben de alguna forma, sino porque el tener buena calidad como persona es el mayor logro que podemos alcanzar en la vida. Nosotros no tenemos conciencia de esta realidad pero es así. Todo esto nos indica que tenemos la responsabilidad de superarnos y trabajar por una sociedad más evolucionada. Nadie ha nacido para ser el fin de sí mismo. Todos tenemos una misión social. Cuando entendamos este concepto, no nos preocuparemos por lo que hacen o dejan de hacer los demás, sino que, nos ocuparemos en desarrollarnos lo más posible, conscientes de que el cambio del mundo comienza por el cambio de sí mismo. 10. Los padres, las escuelas y las universidades deben abrir los ojos y educar con visión de futuro. Muchos universitarios se gradúan en profesiones que tienen poco o ningún futuro. Sin duda no han recibido la orientación adecuada. Otros estudian con la idea de graduarse y conseguir trabajo en una empresa, pero resulta que las empresas, tal como hoy las conocemos, tienden a desaparecer.
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En vista de que todo cambia con rapidez, es necesario aprender a mirar el mundo con visión de radar, es decir, atentos a todo lo que ocurre y aprender todo lo que puede servir para resolver la vida. Imagina que tienes que hacer un viaje hacia un futuro desconocido. ¿Qué cosas llevarías? Llevarías, comida, agua, medicinas, celular, brújula, mapa de ruta, etc. etc. Es decir, llevarías todo lo necesario para cualquier imprevisto. Sin embargo, a nivel profesional te limitas a una profesión específica, con lo cual, si cambia el mundo o cambia tu vida de forma drástica, no tienes otra alternativas de las cuales echar mano para sobrevivir. Hoy, muchas personas, tal vez el 80%, se lamentan de no haber hecho bien sus tareas en la vida y de no haber previsto el futuro. Sienten que debieron ahorrar, administrar e invertir mejor, no sólo el dinero, sino también sus capacidades y el tiempo. Muchos se encuentran sin piso y no saben cómo recomponer su vida, debido a que las conductas provienen de hábitos profundos consolidados a lo largo de la vida y no es fácil cambiar. De aquí la importancia de vivir constantemente en actitud de aprendizaje, de superación y de cambio y de tener varias alternativas. La ley es drástica. “Adaptarse o morir” Hoy, más que nunca, los cambios se aceleran y nadie tiene asegurado el éxito a futuro en ningún aspecto, a menos de que viva en actitud de superación constante. Las personas contraen demasiadas deudas con la vida por ignorancia o por irresponsabilidad y la vida no perdona. Tarde o temprano, las personas sufren las consecuencias de sus errores, aunque no se enteren de cuándo, dónde ni cómo. A lo largo de la historia se desmoronan personas, familias, empresas e imperios, pero no aprendemos en cabeza ajena. 11. Es importante hacer un balance personal de conocimientos (…), habilidades (…), experiencia (…), para luego planificar acciones concretas, entendiendo que cada persona solo puede triunfar en aquello que sobresale por su preparación y creatividad y experiencia. Nadie triunfa del día a la noche. Todo logro importante es el resultado de unas premisas correctas y de un largo proceso que supone esfuerzo, tiempo y dedicación. Como la sociedad cambia, el ser humano necesita un plan de acción concreto y por escrito para capacitarse y evolucionar y para no quedar atrapado en la dinámica de una sociedad mediocre y desorientada. 12. La clave del éxito para cualquier persona radica en hacer lo que te gusta y en hacerlo con libertad. La razón está en que, cuando las personas hacen lo que les gusta se activa el hemisferio derecho, (intuitivo y creativo), el cual procesa de 1 a 10 millones de bits por segundo; mientras que, cuando las personas hacen las cosas por deber, por necesidad o por temor, su actitud emocional es muy pobre o negativa. En este caso actúan básicamente con el hemisferio izquierdo (analítico y racional) el cual procesa sólo de 1 a 40 bits por segundo. Esta es la razón por la cual el estudio resulta lento, pesado y fastidioso y por qué los trabajadores, mal remunerados, producen poco y de baja calidad. Sin embargo, es sorprendente la facilidad y rapidez con que aprendemos lo que nos gusta. Es importante aprender a vivir, a estudiar y a trabajar en estado Alfa, es decir con ilusión y con alegría.
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Cómo ganar la batalla de la Ética y de la Moral "La Ética enseña el arte de vivir y las técnicas de la felicidad". Es la primera y la más importante de todas las ciencias. Cada ciencia tiene un objetivo particular, pero la Ética tiene como objetivo, lograr que todas las ciencias estén al servicio del hombre. La moral es la aplicación práctica de la Ética. La Moral es activa e imperativa; exige a cada uno el cumplimiento de su misión con autenticidad y eficacia; le dice al economista, al político, al médico, al orador...lo que deben y lo que no deben hacer. Cada uno en su profesión tiene el deber de lograr que las cosas sucedan y funcionen con eficacia y si las condiciones son adversas, debe luchar para cambiarlas. La Ética no perdona, ni excusa, ni exime. El hombre es siempre responsable, porque en última instancia es libre para decidir por encima de todos los condicionantes externos. Y, no es que la Ética se inmiscuya en la vida de nadie, sólo exige que cada persona se respete a sí misma, lo cual incluye el respeto a los demás. La Ética es la gran defensora de la libertad del hombre. Pero hoy vivimos en los albores del siglo XXI y resulta anacrónico hablar de ética y de moral a una sociedad materialista que persigue el éxito a costa de lo que sea y que cree que "el fin justifica los medios". Sin embargo, la Ética nace de la misma naturaleza; es tan antigua como el hombre y tan moderna como si acabara de estrenarse. La conducta humana no es indiferente, es buena o mala, es moral o inmoral. Es buena cuando el comportamiento favorece el desarrollo de la persona y de la sociedad y es mala cuando lo entorpece. Este es un asunto básicamente personal e íntimo, que puede pasar desapercibido a las demás personas pero no a la naturaleza, la cual, de alguna forma, premia el buen comportamiento y castiga el mal comportamiento, aunque la persona no se entere de cuándo ni cómo premia o castiga. Muchos afirman que los valores están en quiebra. En realidad, los valores: (como la verdad, la justicia, la amistad, la honestidad, etc. son eternos y jamás estarán en quiebra. Quienes están en quiebra son las sociedades y las personas. No sin razón, las madres de todo el mundo enseñan a sus hijos a ser honestos, justos, amistosos...porque saben que estas cualidades constituyen la fortaleza de su personalidad. La ética es una condición para el éxito. Tú dependes de la calidad de tu trabajo. Nadie puede construir nada duradero sobre la mediocridad y sobre la mentira. La experiencia y la historia nos enseñan que las personas y las sociedades se desarrollan mientras son impulsadas por principios, valores e ideales y degeneran cuando se debilitan sus estructuras morales.
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"La ética del carácter enseña que existen principios básicos para vivir con efectividad y que las personas sólo pueden experimentar un verdadero éxito y una verdadera felicidad, cuando aprenden esos principios y los integran en su conducta". Stephen R. Covey. La ética se puede estudiar como ciencia pero en realidad la ética es vital y hunde sus raíces en la estructura profunda de la persona. La Ética carece de sentido si las personas no tienen principios y valores que la sustenten. Vivimos en una sociedad que tiene un barniz de cultura, en el fondo es muy ignorante y débil desde el punto de vista moral. Se pliega fácilmente a las ofertas de placer y libertinaje que le brinda la sociedad sin medir las consecuencias de sus actos. Los problemas que vive la sociedad no son casuales, son la consecuencia de una larga historia de ignorancia, de pobreza y de frustración, debido a que las personas, a nivel individual y colectivo, han actuado de forma poco ética en los aspectos que antes hemos señalado; y las cosas no cambiarán mientras la sociedad no conozca el bien y se interese por convertirlo en realidad. Tenemos muchas deudas contraídas con la vida que nos hacen esclavos de instintos y pasiones. Si quieres triunfar, necesitas diseñar tu proyecto de vida y definir con exactitud cuál es la verdad y el bien, de modo que no te ocurra como a tantas personas que luchan durante toda tu vida por objetivos que creían importantes y al final sólo les queda cansancio y frustración
Cómo enseñar la moral ¿Cómo enseñar el valor del esfuerzo, del trabajo, de la honestidad o del estudio a unos hijos que viven en una sociedad que ofrece placeres y libertad a manos llenas? Esta realidad plantea serios problemas a padres y maestros, quienes no encuentran la forma de implantar estos valores. Necesitamos un cambio de actitud mental y entender que la moral no puede ser utilizada para reprimir. La moral es de sentido común y por tanto, todo ser humano puede ser afecto a ella. El problema surge cuando es percibida como fuerza represiva; por tanto, la solución está en presentarla como fuerza liberadora. Si no somos capaces de enseñar el valor, la lógica y la necesidad de la moral, entonces, hemos perdido la capacidad de educar. Necesitamos enseñar a los hijos, desde niños, que la disciplina y la ley son condiciones para el éxito y que el libertinaje y la irresponsabilidad se pagan muy caros. Enséñale el valor de la dignidad y estará fortalecido contra las tentaciones de la vida. Vivimos en una sociedad mediocre que ofrece placeres y libertades a manos llenas. Frente a esta oferta tentadora resulta difícil implantar una disciplina moral. Sin embargo, los hijos aman a sus padres y este amor les da el poder de formar su conciencia. Esta labor debe iniciarse desde los primeros años, porque después ya es tarde. Los principios y valores morales son una herencia familiar. Se aprenden en el hogar a través del ejemplo de los padres. Es importante enseñar a los hijos a desarrollar y proteger estos valores como un patrimonio valioso que constituyen la esencia de la dignidad y recordarles que, una vez perdidos, es muy difícil recuperarlos.
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Es importante cuidar la forma en que se enseña la moral; si tiene sabor a represión, será rechazada, pero si tiene significado de libertad, será aceptada. Es necesario que el hijo vea la moral como algo justo, lógico y necesario. La moral debe ser “adaptada” como la presión atmosférica. Una presión excesiva, aplasta y la falta de presión, causa la desintegración. De la misma forma; una moral represiva, oprime el espíritu y una moral excesivamente liberal, conduce a la pérdida de la conciencia y del sentido de la vida. Como ya hemos señalado: La inteligencia, la conciencia y la libertad son los valores más importantes de la evolución. Establecen los límites entre la civilización y la barbarie. Para finalizar: No seas muy exigente ni perfeccionista, porque el día de mañana, cada vez que se equivoque, se sentirá indigno y culpable, pero, tampoco seas débil. Recuerda que: “La ética del carácter enseña que existen principios básicos para vivir con efectividad y que las personas sólo pueden experimentar un verdadero éxito y una verdadera felicidad, cuando aprenden esos principios y los integran en su conducta” Las leyes morales no cambian en su esencia porque el ser humano es esencialmente siempre el mismo. La honestidad será siempre honestidad y la verdadera amistad será siempre verdadera amistad, pero en cada época se relegan ciertas leyes morales y se imponen otras con más intensidad. La finalidad es estimular las conductas que son más necesarias y controlar las conductas que son más perniciosas. Los mandamientos y normas morales fundamentales dados por la Iglesia no añaden ninguna exigencia moral, es simplemente una declaración o recordatorio de principios morales naturales dados por la naturaleza. Es posible que la Iglesia ponga el acento en alguna norma moral especial porque tiene su criterio propio, pero lo fundamental de la moral es un imperativo de la naturaleza humana. La finalidad de la moral es defender los valores, es decir, todo aquello que contribuye al desarrollo humano, al verdadero éxito, a la felicidad y a la evolución. Es inmoral todo lo que perjudica el desarrollo. Lo moral o inmoral de las acciones no lo determina el ser humano; es una característica natural de cada acción. El carácter moral o inmoral de una acción se conoce por sus efectos. El hecho de que toda la sociedad o parte de la sociedad, acepte como morales ciertas conductas no hace que sean morales; por ejemplo, la esclavitud fue aceptada en un tiempo como legítima, sin embargo era inmoral en su esencia. Muchas formas de comercio son aceptadas como legales, sin embargo, son inmorales porque ejercen una explotación indecente sobre el pobre y el ignorante, etc. Es necesario entender que la moral es mucho más que un conjunto de leyes. Es un imperativo de la naturaleza. Constituye la estructura de la autoestima, de la personalidad y de la dignidad humana y se impone porque es lógica, justa y necesaria. La moral es una forma de ver la vida, de actuar, de amar, de creer, de relacionarse y de vivir.
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59 Cómo ganar la batalla contra la muerte Nacer es comenzar a morir. La muerte es un hecho biológico natural y universal, pero en nuestra cultura occidental es considerada como una tragedia. La dramatización de la muerte tiñe de tristeza la vida y es causa de sufrimiento y temor. En la historia de los pueblos han estado unidos siempre el nacimiento y la muerte. La semilla muere para que nazca la planta. Psicológicamente el ser humano desea regresar al útero materno, a la madre tierra. El emigrante desea regresar a morir al suelo que le vio nacer porque siente que es allí donde realmente pertenece. Existe un sentimiento telúrico que nos une a la tierra que nos vio nacer. El cuerpo y el espíritu se resisten a la desintegración y a perder en un instante tantos esfuerzos que tuvieron que realizar para aprender a vivir. La muerte es el final de todo proyecto, de todo sueño, de toda esperanza. La vida es tan valiosa que hasta los presos condenados a trabajos forzados en campos de concentración, luchaban por sobrevivir con la única esperanza de llegar a ser libres un día y poder abrazar a sus seres queridos. El ser humano desea ser inmortal. "No concibe la muerte de sí mismo; sólo concibe la muerte de los demás". Desde la prehistoria ha construido tumbas, pirámides, cementerios y ha rendido culto a los muertos en un intento de eternizar la presencia de los seres queridos. Los seres queridos forman parte de uno y al morir se llevan parte de nuestro ser y de nuestra vida. Los ritos funerarios son mecanismos de defensa contra la angustia de la muerte. El origen de los ritos se pierde en la prehistoria. El ser humano se protege del terror a la muerte mediante la agrupación y la pertenencia a un grupo social. Este sentimiento de pertenencia mitiga el temor a la muerte pues, vivos o muertos, los miembros que pertenecen al grupo tienen el poder de seguir viviendo a través del grupo. Para las culturas que creen en la reencarnación, la muerte es sólo un paso hacia otra dimensión superior, por tanto, se trata de una liberación. Según Fazer, la angustia de la muerte es menor en los pueblos primitivos, tal vez, porque no se hacen problemas; sencillamente aceptan las leyes de la naturaleza. La angustia que causa la muerte se debe también a que en la actualidad el ser humano se ha independizado del grupo (migración y emigración, el individualismo, la competencia...) Ahora el hombre es más libre pero está sólo frente a su destino, lo cual incrementa la angustia existencial.
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Según Freud el hombre reprime el pensamiento de muerte porque es doloroso. Teme a lo desconocido y la muerte es un salto al vacío o tal vez hacia la nada. El único asidero ante la muerte está en la fe, pero ocurre que nuestra fe es débil y nuestras conductas dejan mucho que desear, por lo cual tememos al juicio de Dios. En todas las culturas el hombre ha inventado ritos y ceremonias para exorcizar la muerte. Los pueblos y las personas necesitan encontrar su origen ancestral, su pertenencia a una familia, a una cultura; es una forma de superar ese sentimiento de soledad en un mundo "ancho y ajeno" ¿Hasta dónde podría llegar el hombre si la muerte no se cruzara en su camino? Pero la vida es así y el ser humano debe renunciar como Moisés a la tierra prometida que se extiende ante sus ojos. Es triste y doloroso el tener que renunciar a tantas promesas de éxito y de felicidad que ofrece el futuro. Por eso, el ser humano debe vivir con intensidad el tiempo que le da la vida para realizar todos sus sueños. El temor a la muerte es aprendido a través de una sociedad y de una educación que dramatiza la muerte. El temor depende de la filosofía que se tiene de la vida. En sí, la muerte es un hecho natural y como tal hay que asumirlo desde niños. En las culturas orientales, la muerte es un hecho natural, por medio del cual, el espíritu se libera del cuerpo para ascender a niveles superiores. Existe una sola forma de reconciliarse con la muerte; consiste en alcanzar cierto grado de desarrollo, de éxito y de felicidad. Las personas realizadas no temen tanto a la muerte; sienten que han cumplido con su misión en esta existencia y que la vida les ha dado todo lo que podía darles; por eso, satisfechos en el cuerpo y en el alma, se despiden de la vida, como el marinero después de navegar todos los mares del mundo: De pie, firme y sereno, el marinero, curtido de mar y de soles, desde la proa del barco, se despidió de la vida, llevándose en el alma el mar, noches estrelladas y bellos amaneceres. Las personas que no logran realizarse, sienten, a medida que pasan los años, la angustia de la muerte; tal vez, porque presienten que es trágico encontrarse ante la muerte con las manos vacías. Todos los seres humanos sienten en su conciencia el deber de crecer. Muchos acallan la conciencia con el fin de eludir las responsabilidades y de este modo, vivir a sus anchas; pero ante la muerte no hay subterfugio que valga. Las personas realizadas, en vez de llorar ante la muerte, sienten un agradecimiento inmenso por la vida, por toda la felicidad y el amor vividos. Sin embargo, la muerte siempre tendrá un sabor amargo, porque la vida es maravillosa y dejar de existir va en contra del instinto vital de supervivencia.
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Para reconciliarse con la muerte es necesario vivir plenamente de acuerdo a una escala de valores que nos garanticen el verdadero éxito y nos proporcionen la seguridad de que participaremos en todo lo bueno que exista en el más allá. Vive cada día intensamente, conscientemente y felizmente, como si fuera el último día de tu vida. Haz las cosas lo mejor que puedas y no te empeñes en triunfar a toda costa, ni en demostrar a los demás lo inteligente que eres, porque no les interesa. Tampoco tienes que demostrarte a ti mismo que eres muy inteligente, pero sí tienes que demostrarte que eres buena persona, que sabes vivir y que eres feliz, porque lo más grave de la vida no es morir sino no saber vivir. Necesitamos reeducar nuestra visión de la vida y de la muerte, porque, por pensar que la muerte no es con nosotros, en vez de aprovechar el tiempo fugaz que nos da la vida para crecer y amar, lo desperdiciamos como si fuéramos a vivir eternamente. Y cuando llega la muerte y se van nuestros seres queridos, nos quedamos con un dolor en el alma y con un sentimiento de culpa, por no haberles amado, por no haber compartido, por no haberles dicho muchas veces "Te amo" La muerte no es nuestra enemiga. La muerte cumple su función. Si cumplimos bien con nuestra misión en la vida, no tendremos temor a morir, y si tenemos temor a morir, es porque no hemos entendido la vida, algo no funciona bien en nosotros.
… Era una noche fría, oscura. Daniel bebía un café sentado en su sillón favorito de la biblioteca. Su familia dormía, mientras él reflexionaba sobre muchas cosas, tantas, que perdió la noción del tiempo. Eran las tres de la mañana. Llevó su taza al lavaplatos y abrió el refrigerador para prepararse algo de comer. Cuando cerró la puerta vio ante sí una figura muy conocida pero nada querida, era la muerte. La espectral imagen le quitó el sueño en un instante. Le miró fijamente y con voz tenue le dijo: ¿Sabes a qué he venido? Daniel asintió con la cabeza y dijo: “Sí, lo sé, ya es mi hora” Confundida la muerte preguntó a su víctima: ¿NO vas a llorar? Todos lo hacen, se arrodillan, suplican, juran que serán mejores, ruegan por otra oportunidad; mientras que tú aceptas mi llegada con resignación. Temeroso y con un nudo en la garganta, Daniel respondió: ¿De qué serviría? Nunca me darás otra oportunidad, tú solo haces tu trabajo. _ Tienes razón, yo solo hago mi trabajo. _ ¿Puedo despedirme de mi familia? Preguntó Daniel con la ligera esperanza de recibir un sí. _Tú lo has dicho, yo solo hago mi trabajo. No decido la hora ni el lugar, menos los detalles. _ Lo siento, dijo Daniel. _ No tienes que disculparte, poca gente piensa en su familia mientras está en vida, pero al llegar este momento, todos piden lo mismo. _ No lo entiendo, dijo Daniel con tono de reproche. Yo perdí a mi padre cuando tenía 15 años y mi sufrimiento fue grande, pero mi hija menor tiene solo cuatro. Déjame decirle que la amo. _Tuviste cuatro años para decírselo, tuviste muchos días libres, muchos cumpleaños, fiestas y otros momentos para decirle que la amas, pero ¿Por qué sólo pensaste en tu hija? _ Mi hijo mayor no me creería, y mi esposa…bueno, a ella creo que no le interesa si la amo o no, nos hemos distanciado mucho; pero mi niña, no hay día que entre por la puerta y no esté ahí para recibirme.
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_ Deja de hablar. Se hace tarde, lo interrumpió la muerte, y ambos salieron de casa. Un tren extraño los aguardaba en la calle y lo abordaron. _ No todo es aburrido en el estado de muerte, y no puedo decirte lo que pasará al final del viaje, pero te propongo que juguemos una partida de ajedrez para matar el tiempo. Daniel le dijo: Qué curioso. Creí que no tenías sentido del humor El juego comenzó… La muerte le preguntó: ¿A qué te dedicabas en vida? _ Soy… es decir, era un empleado de una fábrica de calzado. _ Hay algo que no entiendo _ ¿Qué es lo que no entiendes? _ ¿Por qué los hombres, teniendo tantas cosas importantes que hacer, se encierran en el trabajo, se olvidan de los sentimientos, no les importan los demás y se vuelven egoístas y violentos, y, cuando los visito, demuestran ternura, humildad e incluso lloran? ¿Por qué esperan a que llegue yo si ya no podrán hacer nada? _ No lo sé respondió Daniel. _ En cambio yo soy un simple peón que hago lo que debo hacer y nada más. Mientras que ustedes son dueños de su propia vida, tienen libertad para hacer lo que quieren, y, ¿Para qué? Si la desperdician en vez de dar cariño y amor. _ Te creía más cruel, comentó Daniel. El silencio reinó por un instante, mientras Daniel ponía en jaque a la muerte. _ Dime ¿Qué pensabas cuando te casaste? _ Pensaba en ser feliz, en formar una linda familia… _ ¿Y, lo lograste? _Es broma ¿Verdad? Me encontraste solo en la cocina durante la madrugada y te pedí despedirme de mi hija. Si hubiera mostrado más amor a mi familia no habría sido necesaria la solicitud de despedirme. Las lágrimas se habían secado del rostro de Daniel, y, de repente exclamó: ¡Jaque mate! La muerte sonrió y dijo: ¡Felicidades! Daniel suspiró y respondió: “Es una pena que no sirva de nada” Las lágrimas brotaron de nuevo de los ojos de Daniel, se cubrió el rostro con ambas manos… Mientras sollozaba, la muerte exclamó: ¡Llegamos! Daniel abrió los ojos, estaba de nuevo en su viejo sillón. Eran las 06,45 de la maña, y, en lugar de gritar ¡Estoy vivo! Como habrían hecho la mayoría de las personas, salió al patio y dijo con voz tenue: Gracias Dios mío. Luego entró en la habitación de su hija y la besó, entró en la habitación de su esposa e hizo lo mismo y entró en la habitación en que dormía su hijo mayor, le hizo cosquillas en los pies y le dijo: “Hijo despierta que es domingo” _ Papa ¿Me despiertas para decirme que es domingo? _ “No hijito. No dormí y los despierto para decirles que los amo” _ “Está bien, viejo, ven, échate un rato a mi lado, y luego de muchos años ambos durmieron abrazados. Autor anónimo
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Cómo ganar la batalla contra el odio y el resentimiento El odio es un sentimiento de aversión hacia una persona. El odio va acompañado del deseo de evitarla, perjudicarla o destruirla. El odio no es necesariamente irracional. Es razonable odiar a gente u organizaciones que amenazan la existencia o hacen sufrir, o cuya supervivencia se opone a la propia. La gente suele odiar a lo que se opone a su salud y bienestar. Entre las cosas odiosas para mucha gente están el capitalismo, el socialismo, el nazismo, el comunismo, la guerra, el terrorismo, la esclavitud, las religiones, el genocidio, el autoritarismo, etc. porque son percibidos como enemigos del bienestar y de la paz. Muchos odian de forma espontánea, sin procesar las razones de su odio, sin embargo, sienten que el odio les produce un estado placentero. El odio es con frecuencia el preludio de la violencia. Antes de la guerra se enseña a la población a odiar al enemigo o régimen político. Es común inculcar en los soldados, el odio hacia el enemigo. El racismo, el terrorismo y la xenofobia estimulan el odio El odio sigue siendo el principal motivo de los conflictos armados como la guerra y el terrorismo. No es fácil saber cuándo el odio tiene una base lógica y cuándo el odio se contagia emocionalmente y se convierte en algo visceral.
Cómo se genera el odio El ser humano posee mecanismos internos de desarrollo que obedecen a leyes genéticas de evolución; estas fuerzas de desarrollo son independientes y escapan al control humano. Impulsan al desarrollo, a la creatividad, a la expansión y a la sociabilidad. Gracias a estos mecanismos, la naturaleza humana se ha abierto camino a lo largo de la historia y ha sobrevivido a situaciones a veces insostenibles. El ser humano también posee mecanismos de defensa; son lo opuesto a los mecanismos de desarrollo. Son conductas instintivas, su objeto es la supervivencia. Proceden de la mente reactiva. La mente reactiva es instintiva. Ante cualquier amenaza, el ser humano tiende a actuar de forma violenta. La mente reactiva se expresa de forma compulsiva, generando conductas desadaptadas, ineficaces y conflictivas. Estos mecanismos son ciertas estrategias que utiliza la mente para proteger el equilibrio psíquico y la autoestima. Estas estrategias permiten sobrevivir temporalmente, pero no resuelven el problema real y un problema psicológico no resuelto, tiende a agravarse. Nadie nace con amor ni con odio. El amor y el odio son conductas aprendidas en respuesta a estímulos provenientes del medio ambiente. Son los padres quienes programan a sus hijos para el amor o para el odio, a través de sus mensajes, actitudes y comportamientos. Esta programación se
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realiza en la primera infancia, que es cuando el niño pone las bases de sus estructuras intelectual y afectiva. Esta programación se realiza de forma inconsciente y tiende a funcionar de forma automática a lo largo de la vida; la sociedad se encarga de completar esta labor; sin embargo, el ser humano tiene una conciencia, es inteligente y libre y puede controlar esta programación, por lo cual, es responsable de sus decisiones. Cada persona decide qué ideas, valores, sentimientos y conductas desarrolla a lo largo de su vida. El odio se alimenta de la envidia, del temor, del fracaso, de la frustración, de la ignorancia, de los prejuicios, del resentimiento, de la falta de valores. Cada persona de forma individual tiene conciencia y capacidad para reflexionar sobre su comportamiento, pero cuando está en grupo se impone la dinámica de la masa social y es suficiente un líder poderoso para reducir la capacidad de análisis y decisión de todo un grupo y arrastrarlo en la dirección que desea. De esta forma Hitler sembró en el pueblo alemán el odio a los judíos y condujo al país al desastre. El terrorismo siembra el odio y el fanatismo en muchos jóvenes y los implica en una lucha sin fin. De la misma forma, muchos dictadores inculcan el odio en sus secuaces y los fanatizan para que actúen de forma radical y defiendan su proyecto, si es necesario a costa de su vida. El odio hace que las personas pierdan toda capacidad de reflexión y que justifiquen todo lo que hacen, convirtiéndose en actores o cómplices de barbaridades y, hasta de crímenes de lesa humanidad. El odio es considerado como un sentimiento natural en contra de todo lo que nos perjudica, pero en el fondo indica falta de evolución. No podemos vivir odiando o combatiendo a quienes no son o no piensan como nosotros. Por último debemos admitir que el odio es un sentimiento tan natural como cualquier otro. Toda persona lo experimenta en algún momento; pero existen odios que son inmorales. Tú tienes derecho a ser como eres y a pensar como piensas. De la misma forma y por las mismas razones, los demás tienen derecho a ser como son y a pensar como piensan. La regla que debe regir las relaciones humanas es el respeto a los derechos de los demás "No hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti" y "Trata a los demás como quieres que te traten a ti" El odio es causa de fracaso y frustración porque la persona en vez de actuar en base a mecanismos de desarrollo se deja manejar por las fuerzas instintivas y llega a cometer muchos errores.
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El resentimiento El resentimiento nace de las expectativas frustradas. Cuando las personas no cumplen con lo que esperamos de ellas, nos sentimos frustrados. Así comienzan los resentimientos. Una persona resentida desea vengarse. Quiere que el otro sufra el mismo dolor que está sintiendo, y, por tanto, lo primero que se le ocurre es retirarle su amor, su afecto y su amistad. Esta venganza le hace sentir bien, pero sólo de forma momentánea, porque el problema sigue latente. El resentimiento cambia la perspectiva de la relación. La persona resentida comienza a ser menos benévola con el otro; algunas cosas que antes no le molestaban ahora las encuentra insoportables, y, aún más, lo que todavía funciona bien entre los dos, empieza a parecerle falso o sin sentido. Esto lo aplica no sólo al presente, sino también al pasado. Comienza a reinterpretar los hechos del pasado y allí encuentra muchos motivos de queja. Cuando las cosas llegan a este punto, lo único que espera la persona resentida es que el otro se dé cuenta de “lo que hizo mal” y se disculpe. Pero puede ocurrir que el otro no tenga idea del daño que ha causado. Nadie puede leer tus pensamientos ni saber lo que quieres o esperas. Si quieres relaciones claras debes establecer acuerdos claros. Cuando no se expresan claramente las expectativas entre las partes, a veces es difícil obrar como el otro espera, aún teniendo la mejor disposición para hacerlo. Las expectativas no expresadas son una fuente potencial de malos entendidos, de frustraciones y de heridas. Aún cuando la otra persona (jefe, compañero de trabajo, vecino, amigo, empleado, hijo, pareja o familiar) trate de hacer bien las cosas. El más perjudicado con el resentimiento es el que lo produce, debido a que el resentimiento es una conducta muy elaborada y para producir el resentimiento se necesita movilizar gran cantidad de energía. El resentimiento genera un estado mental tenso que tiende a invadir otros espacios mentales. Esta energía actúa como búmeran y se vuelve contra sí mismo. Las personas resentidas suelen ser muy infelices porque viven rumiando habitualmente las frustraciones y la rabia. Es necesario hablar, dialogar, escuchar, llegar a acuerdos, entender, comprender y perdonar. Puedes elegir perdonar. Siempre hay razones para perdonar, sin embargo, no es fácil perdonar porque somos hijos de la cultura del "diente por diente" pero si no perdonas, además de tener un problema con los demás, tendrás un problema contigo mismo que te corroerá la mente. Necesitamos hacer un esfuerzo todos los días para comprender a los demás y perdonar muchas cosas, sobre todo en tiempos de crisis política, económica y social, pues activan los temores y también la violencia. El perdón es una virtud y también una señal de salud mental y de inteligencia
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Cómo ganar la batalla contra la pobreza La ignorancia es el peor de todos los males porque es la pobreza de la mente. La naturaleza es pródiga y derrocha bienes a manos llenas, pero existe un problema, como todo lo obsequia la naturaleza, no lo valoramos. Imagina que no existes. ¿Cuánto darías por vivir? Cierra los ojos. Imagina que estás ciego ¿Cuánto darías por poder ver? Imagina que tienes una enfermedad terminal. ¿Cuánto darías por seguir viviendo? Como todos estos dones los tenemos gratis, no pensamos en la maravilla de vivir, de ver, de caminar, de tener una familia que nos quiere, de ser libres, de tener sueños, ilusiones y esperanzas. Los seres humanos sólo valoramos de verdad las cosas hasta que las perdemos. Los hijos se dan cuenta del valor de los padres cuando mueren. Las personas sólo se dan cuenta del valor de la salud cuando la pierden. Sólo se dan cuenta del valor del tiempo cuando la vida llega a su fin. En épocas pasadas el hombre vivía al ritmo de la naturaleza. Trabajaba para vivir. La inmensa mayoría de la gente era pobre y aceptaba la pobreza como una situación natural. Se sentía unido a la madre tierra que le proveía de lo necesario para vivir. Como no tenía grandes expectativas tampoco tenía grandes ambiciones ni necesidades. “Dichosa edad y siglos dichosos aquellos a quienes los antiguos pusieron el nombre de dorados... porque entonces, los que en ellos vivían, ignoraban estas dos palabras de tuyo y mío. Eran en aquella santa edad todas las cosas comunes” Cervantes, El Quijote, Cap. 41. La industrialización encadenó al hombre a la rueda del trabajo y de la competencia, desatando una lucha sin fin por el dinero. La sociedad creyó que la única forma de liberarse de la esclavitud del trabajo y de la competencia consistía en independizarse a través de la solvencia económica. A partir de este momento la vida comenzó a regirse por las leyes del mercado. La economía marca las pautas de la vida política y social y en consecuencia también influye en la vida intelectual, religiosa y moral. Las personas han descubierto que tienen la posibilidad de acceder a todos los bienes que ofrece la vida (Salud, conocimiento, libertad, bienestar) y se han abocado a la adquisición de riqueza, como fórmula mágica, para lograr dichos objetivos. Pero ocurre que, la tierra que produce suficiente riqueza para todos los seres humanos, no produce la suficiente para satisfacer su ambición y su avaricia. La gente tiene miedo a la pobreza pero, en vez de programar su vida para superarlo, se aboca al trabajo, pero como el sueldo no alcanza para cubrir los gastos, está condenada a vivir con angustia económica por el resto de su vida; de modo que, el deseo de dinero ocupa su mente. En adelante, el dinero toma el control de su vida.
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Muchos creen que el temor a la pobreza se resuelve con dinero y tratan de acumular riqueza como garantía de seguridad para el futuro, pero no es así; porque, el miedo es un sentimiento que sólo puede superarse con una visión positiva de sí mismo, de la gente y de la vida. Por eso, el avaro se siente impulsado en forma compulsiva acumular más y más dinero; no importa lo que acumule, cada día se siente más vacío por dentro. Esto no significa que es mejor ser pobre; el dinero es un bien necesario para liberarse de la ignorancia y de la pobreza y muy útil para lograr una calidad de vida y ascender al desarrollo; pero las cosas más importantes de la vida como la autoestima, la amistad y la felicidad, no se pueden comprar con el dinero. Si así fuera, todos los ricos serían buenas personas e irradiarían felicidad. La competencia hace que la riqueza se acumule en manos de pocos y que la mayoría queden relegados a la pobreza; pero ahora no se trata de una pobreza aceptada pacientemente como en épocas pasadas; se trata de una pobreza, que frustra las expectativas y esperanzas de muchas personas. A dónde puede conducir el temor a la pobreza El temor a la pobreza puede conducir a la avaricia. La avaricia al igual que las demás pasiones es un fenómeno psicológico muy complejo en el que juegan papel importante la inseguridad y la filosofía de la vida; es decir, la escala de valores. La avaricia es un vicio que crece en proporción geométrica. Como dice la canción: “El que tiene uno quiere tener dos. El que tiene dos quiere tener cuatro...” A medida que el avaro genera dinero desarrolla un hambre insaciable de más dinero, de modo que, cada día, crece la sensación de pobreza inmensa. En realidad, el temor a la pobreza es temor a la propia inferioridad. Ese temor no se cura con dinero. Todos los reales del mundo no son suficientes para borrar un sentimiento de inferioridad El temor a la pobreza sólo se cura con un desarrollo personal que proporcione autoestima y seguridad. Una persona desarrollada posee valores superiores que proporcionan piso a su personalidad. Una persona desarrollada no necesita sacrificar por dinero lo mejor de sí, como es la dignidad. Sabe que puede salir adelante por sus propios medios. Para superar el temor a la pobreza es necesario aprender a producir, administrar e invertir y, sobre todo, llenarse de afecto, de autoestima y de seguridad. La mayor riqueza es la paz del alma. Un palacio sin paz es una prisión y una choza con paz puede ser un palacio. No llenes tu vida de cosas ni tu mente de necesidades porque, serás esclavo de las cosas y tendrás dificultades para valorarte como persona.
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Cómo ganar la batalla contra las preocupaciones La preocupación al igual que los temores, el estrés o la autoestima son conductas aprendidas y pueden ser rectificadas. Una cosa es prever y adelantarse al futuro con el fin de estar preparado y otra cosa es preocuparse o angustiarse pensando que las cosas pueden salir mal. La mente condiciona las cosas y la preocupación crea las condiciones mentales negativas que influyen en la dinámica de los hechos. Ley de atracción
Cómo liberarse de las preocupaciones Las preocupaciones están relacionadas con la satisfacción de las necesidades, con el nivel de expectativas, con los temores, con las responsabilidades, etc. Por tanto, se trata de reducir al mínimo las necesidades, establecer unas expectativas lógicas y alcanzables, aprender a manejar los temores y asumir sólo una responsabilidad prudente. El deber, el perfeccionismo, la responsabilidad y la necesidad de triunfar, son trampas que generan preocupación y complican la vida. Esfuérzate por ser mejor persona, prepárate responsablemente y trata de hacer las cosas lo mejor que puedas hacerlas; luego acepta las cosas como vienen y recuerda que tú único deber es: dar un paso adelante cada día. ¿Hasta dónde podrás llegar? Hasta donde te lleve la vida. Lo importante es que en cada paso que das sientas que has hecho lo mejor que has podido hacer y lo disfrutes como un triunfo tuyo. No importa si a veces las cosas no te salen bien. Los errores son necesarios para aprender y funcionar a nivel superior. Tampoco importa lo que hagan, digan o piensen los demás. No te compares con nadie. Hay muchas personas a quienes admiras o envidias porque las ves como triunfadoras, porque tienen...pero si estuvieras en su piel es muy probable que desearas salir corriendo. Aprende a ser feliz con lo que tienes, porque esa es tu única opción. Recuerda siempre que lo verdaderamente importante de la vida no se mide por lo que tenemos fuera sino por lo que somos por dentro Apacigua tu conciencia y libérate de culpas y de remordimientos absurdos que no responden a verdaderos principios ni valores. Sé honesto contigo mismo y escucha la voz profunda de tu conciencia porque ella es tu única y verdadera amiga.
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Cómo controlar las preocupaciones 1. No te preocupes De las actividades humanas, el preocuparse es la menos productiva 2. Que no te venza el miedo. La mayor parte de las cosas a las que tememos nunca suceden. 3. No guardes rencor. El rencor es la carga más pesadas de la vida. 4. Enfrenta cada problema según va llegando. De todas maneras sólo puedes manejarlos uno a uno. 5. No te lleves los problemas a la cama. Son malos compañeros del sueño. 6. No tomes prestado los problemas de los demás. Ellos pueden manejarlos mejor que tú. 7. No revivas el ayer. Él ayer se ha ido para siempre. Recuerda en tu memoria sólo los buenos momentos y concéntrate en lo que está pasando en tu vida y se feliz ahora 8. Sé un buen oyente. Sólo cuando escuchas, obtienes ideas diferentes a las que tienes. 9 . No te dejes abatir por la frustración. La autocompasión sólo interfiere con las acciones positivas. 10 . Cuenta tus bendiciones. Cuenta todo lo bueno que tienes y las infinitas oportunidades que te ofrece la vida cada día.
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Cómo ganar la batalla contra la prisa La carrera más larga comienza por un paso En la naturaleza todo tiene un ritmo. Los átomos, las olas, las plantas, el cerebro, el corazón. Este ritmo es natural y sincronizado; hace que la energía fluya sin esfuerzo y alcance su objetivo de forma eficaz. Las aves migratorias viajan miles de kilómetros sin descansar, gracias a un ritmo perfecto que les permite dosificar la energía. Pero los seres humanos son víctimas del agite y de la angustia que alteran el ritmo biológico y el ritmo mental, trastornando el funcionamiento del cuerpo y de la mente. Todo comienza por un primer paso, luego, a través de pasos sucesivos avanzamos hacia la menta. La vida, el aprendizaje y el éxito son procesos en los que cada paso correcto crea las condiciones para dar el siguiente paso. Es como construir un edificio, hay que comenzar por poner una base firme que pueda soportar el posterior desarrollo. Las personas que tienen una base firme de conocimientos y de autoestima, sienten una fuerza interna que les impulsa a crecer; mientras que, las personas con mentalidad débil, tienen miedo a crecer, a asumir responsabilidades y a correr riesgos, por lo cual, están condenadas a ser mediocres y frustradas. Lo peor que podemos hacer en la vida es vivir de forma impulsiva y precipitada, tratando de lograr objetivos sin respetar los procesos correspondientes. Cuando viajas necesitas concentrarte en cada momento para no salirte de la vía, para evitar un accidente y para resolver cualquier imprevisto. Si haces bien las cosas llegarás con seguridad a destino. Cada día realizas numerosas cosas, cada una de las cuales tiene su proceso. Lo importante no es correr ni actuar de forma impulsiva, sino vivir plenamente cada momento y ser eficaz en lo que haces. Es importante tener en cuenta que existen procesos físicos y procesos mentales. Hay personas muy dinámicas desde el punto de vista físico que pueden dar la sensación de ser muy productivas, pero a la hora de la verdad, todo queda en buenos deseos; mientras que, hay personas poco activas desde el punto de vista físico, pero muy activas y fluidas desde el punto de vista mental que son productivas y eficaces. Al hablar de caminos y de procesos, pensamos automáticamente en caminos físicos y en procesos físicos, porque nuestra vida está enfocada en el logro de cosas materiales; sin embargo, el verdadero camino de la vida es mental y espiritual, se trata del camino que conduce hacia el propio Yo, porque como dice el poeta Rilke: "El único viaje auténtico es hacia dentro de cada uno de nosotros y es necesario afrontar y vivir las preguntas ahora, aquí, y en este momento".
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Desde niños buscamos algo que sentimos que nos falta. Buscamos cosas, amigos, riqueza, éxitos, amor, felicidad, pero nada nos llena, siempre queda un vacío que nada ni nadie puede llenar. El avaro necesita más dinero, el autoritario más poder y el libertino más placer. Sin duda, estamos desorientados y avanzamos por caminos que no llenan nuestras aspiraciones. Muchas personas, como no conocen otros caminos, siguen adelante, a pesar de su frustración, con la esperanza de que el camino les conduzca al fin deseado. De esta forma, llegan al final de su vida con una sensación de fracaso total. De aquí la importancia de saber y sentir que avanzamos por el camino correcto y que cada paso es parte del camino y además, es una meta en sí mismo. Se trata de vivir cada paso, cada acción, de forma consciente y plena, como si fuera el último de nuestra vida. Cuando no seas feliz, detente, reflexiona y rectifica, porque no tiene sentido seguir adelante. Los seres humanos somos esencialmente buenos, pero los temores que nos grabaron en la infancia nos han hecho inseguros, egoístas y agresivos. Tenemos conciencia de que el camino correcto es el de la verdad y el bien. Queremos superarnos, ser honestos y buenas personas, pero la programación mental recibida en la infancia y los errores cometidos a lo largo de la vida pesan mucho, por lo que, al final todo queda en buenos deseos, esperanzas e ilusiones. En términos generales la sociedad es mediocre y está bastante alienada, por lo que su conciencia psicológica y moral está muy limitada. En estas circunstancias resulta difícil encontrar el camino correcto y sintonizar con el propio Yo, pero es nuestra tarea ineludible, pues para esto hemos venido a la vida. No se trata de un camino físico sino de un camino espiritual en el que se avanza paso a paso a través de la superación intelectual, afectiva, moral y espiritual. Hoy son pocos los que viajan por estos caminos que conducen a la sabiduría, al bien y a la felicidad. A pesar de la confusión social en que vivimos, todos, sin excepción, estamos buscando el camino hacia el encuentro de nuestro propio Yo, hacia el lugar de donde un día partimos, hacia la casa del Padre. Unos lo hacen de forma consciente y otros por instinto. Al salir a la calle o encender la televisión, da la sensación de una sociedad que vive en estado de alarma general, como si el mundo se fuera a acabar. Todo el mundo apresura el paso, sin saber a ciencia cierta por qué corre ni hacia dónde va. Solo sigue las pautas y el ritmo impuestos por la sociedad. La prisa, la angustia y el estrés son tiranos que gobiernan la vida de las personas. Se suponía que el progreso nos traería una vida más tranquila, de menos trabajo y de más ocio, de más tiempo libre para leer, pasear, relacionarnos y vivir; pero las cosas han resultado al revés. La dinámica de las empresas, hambrientas de dinero, someten a las personas a un ritmo frenético que genera excesivo desgaste físico, afectivo, moral y espiritual. Puesto que la mentalidad y la dinámica de la sociedad no van a cambiar, lo único que te queda es cambiar tú. Tú no puedes cambiar la sociedad, pero tampoco tienes por qué pagar los platos rotos de la historia ni someterte al ritmo de la sociedad. Si cambias tú, la sociedad cambiará para ti. No tengas prisa por llegar, las cosas se dan cuando tienen que darse, lo importante es hacer bien las tareas y crear las condiciones para que ocurra lo mejor. Hoy eres el resultado de las decisiones que has tomado hasta el día de hoy y mañana serás el resultado de las decisiones que tomes a partir de este momento. Funciona de tal forma que todo lo bueno venga a ti. Que tengas buenos amigos porque la gente desea tu amistad, debido a que tu vibración les transmite paz, alegría y motivación. Que te vaya bien en tus negocios porque la gente valore lo que haces. Que seas feliz porque sabes apreciar lo maravilloso que es el hecho de vivir y disfrutas de las cosas. Vive minuto a minuto, camina paso a paso, porque al final "No importan cuántos años tienes de vida, sino cuanta vida tienen tus años"
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Cómo ganar la batalla del progreso La globalización y la velocidad de la información son dos características de la sociedad actual. Son dos fenómenos que están produciendo cambios profundos y estructurales en el funcionamiento de la sociedad y en la vida de las personas, hasta el punto que nadie puede predecir qué pasará en el mundo dentro de cinco años. Antes, muchas personas sabían lo que les esperaba en la vida, pero hoy vivimos en la incertidumbre. Qué hacer A lo largo de la historia han sobrevivido los más capaces. En la prehistoria sobrevivían los más fuertes y osados, hoy son los capacitados y emprendedores. De modo que, ya conoces la clave para sobrevivir y progresar en una sociedad que se anuncia cada vez más inestable y competitiva. Además de ser excelente a nivel profesional, necesitas poseer cultura general, autoestima, liderazgo, hablar algún idioma extranjero y ser hábil en lo relacionado con las técnicas más avanzadas en técnicas de la información, internet, redes, etc. Los cambios en cuestión de tecnología son tan vertiginosos que si te descuidas puedes quedar desadaptado a la realidad. Existen principios, valores, criterios y conductas que son perennes y permanecen a través del tiempo, pero existen aspectos técnicos que cambian con rapidez y es necesario adaptarse a ellos. Los jóvenes lo tienen más fácil, porque están familiarizados con los avances técnicos y científicos desde niños. Sin embargo, los adultos lo tienen más difícil, y si no se ponen pilas, pueden quedar obsoletos en pocos años. De aquí la importancia de actualizarse constantemente y aprender a manejar con fluidez todo lo relacionado con la tecnología de la información. Sin embargo es importante entender que el conocimiento y manejo de la técnica, por sí solos, no resuelven las cosas. La eficacia de las herramientas dependen de la capacidad y habilidad de quien las maneja. Un pincel en manos de Picasso pinta maravillas, pero en manos de una persona inepta, no sirve para nada; por lo que, además de dominar la tecnología de la información, debemos ser creativos, emprendedores e innovadores. La revolución tecnológica en las comunicaciones está cambiando el concepto de trabajo en la oficina por un nuevo concepto de trabajo a distancia o teletrabajo, a través de la Red Digital de Servicios Integrados que permite conectar a los empleados con su empresa desde su domicilio. Esta realidad es un llamado de atención. Quienes no dominen la tecnología de la información tendrán pocas oportunidades en el mercado laboral, pues, hasta las empresas más simples utilizan tecnología de la información.
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Con el desarrollo de las autopistas de la información se está revolucionando el mundo de los negocios. Ya no es necesario realizar agotadores viajes para reuniones de negocios, pues esto es posible mediante las teleconferencias. Lo mismo ocurre con las transacciones comerciales y financieras, etc. En la actualidad aumenta el desempleo en los sectores tradicionales de la economía debido a la reestructuración del sistema laboral, pero a la vez se incrementa la oferta de nuevos empleos en actividades relacionadas con las nuevas tecnologías. No necesitamos angustiarnos ni volvernos locos. Tampoco necesitamos conocer los secretos profundos de la tecnología de la información, pero sí necesitamos manejar con fluidez los elementos básicos que nos permitan adaptarnos progresivamente al ritmo de las nuevas tecnologías. Antes, el que no sabía leer era analfabeto, lo cual le condenaba a vivir al margen de la cultura y del progreso; mañana, quienes no dominen las técnicas de la información, quedarán al margen del trabajo calificado y del progreso. Muchas de las actividades, y, por tanto, de los empleos, se realizarán a través de tecnología de la información. Por ejemplo, no tienen sentido que muchos empleados tengan que trasladarse a la empresa para realizar trabajos que pueden realizar con más tranquilidad en su casa, así como no tiene sentido que los alumnos tengan que desplazarse todos los días al colegio, pudiendo estudiar en su casa. Como es lógico, es necesario reestructurar la educación, crear conciencia de responsabilidad, etc. etc. Todo este proceso cambiará radicalmente los hábitos de las personas, así como el uso del tiempo y sus necesidades. Teniendo en cuenta que los cambios tecnológicos tienden a ser cada vez más rápidos, necesitamos actualizarnos constantemente para encajar en una sociedad que tiende a ser cada vez más compleja.
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Cómo ganar la batalla contra la represión de la sociedad El objetivo de la vida es el desarrollo, la libertad y la felicidad. Desarrollo, libertad y felicidad son tres palabras inseparables. Sin desarrollo no hay libertad ni felicidad. Sin libertad no hay desarrollo ni felicidad,... por tanto, el objetivo de la educación y de todo lo que hacemos los seres humanos debería estar orientado al desarrollo de la inteligencia y de la conciencia, de la libertad y de la felicidad, para uno mismo y para los demás. Sin embargo, las cosas son muy distintas. A pesar de haber evolucionado y de haber creado principios y valores maravillosos que podían llevarnos a logro de los objetivos señalados, la realidad es otra. Somos hijos de una sociedad represiva, crítica, competitiva y envidiosa que se opone de muchas formas a quienes desean evolucionar. La sociedad no se opone al progreso, porque el progreso trae sólo cambios materiales que no influyen en los comportamientos humanos; pero la sociedad se opone con fuerza al despertar de la inteligencia y de la conciencia, pues teme que, si las personas toman conciencia de sus derechos, puedan reclamar su libertad y cambiar el orden establecido. La clave para el desarrollo y la libertad está en el desarrollo de la inteligencia y de la conciencia, por lo cual, la sociedad trata de controlar estos aspectos. Las razones son muchas. Lo ideal sería que todas las personas fueran más inteligentes y tuvieran más conciencia y más autoestima, pero ocurre que el conocimiento y los valores dan poder, y, como la vida es competencia, la mejor forma de ganar es impidiendo que los demás sean inteligentes y tengan buena autoestima. Por esta razón, de cada 10 mensajes que envían los padres a sus hijos, 9 son represivos de alguna forma. Esto no tiene sentido, si tenemos en cuenta que los padres aman a sus hijos y desean lo mejor para ellos. El asunto es que los padres han sido programados para ser los represores de sus hijos, los cuales a su vez quedan programados para ser los represores de los nietos y así sucesivamente. Esta cadena de represión viene desde la prehistoria y no hay que hacerse ilusiones de que esto cambie algún día. En la actualidad la represión es más sofisticada, pero igual de dañina. Hoy no se reprime a los hijos como antes, hoy se les da mucha libertad, pero resulta que el liberalismo es tan pernicioso como la represión. No te has puesto a pensar que para obtener un título universitario necesitas años de estudio y superar muchos exámenes, sin embargo, para casarse sólo se necesitan unas palabras. _ Acepta a fulano... _ Si lo acepto. _ Los declaro marido y mujer. Con unas palabras se realiza el contrato más importante de la vida humana que implica la existencia de la familia y la educación de los hijos. Sobre todo, si tenemos en cuenta que son los
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padres quienes programan a sus hijos para el éxito o para el fracaso. Esta es la forma de represión más grave por las consecuencias que acarrea. Nadie puede decidir con libertad, si está condicionado internamente por la ignorancia, por el temor o por las pasiones. Este condicionamiento interno conduce al sometimiento externo. Si eres libre en tu mente y en tu corazón, nadie podrá someterte. Como la ley de la vida es la competencia, debemos aceptar que la sociedad ejerce una represión constante con el fin de impedir el desarrollo de las personas; por esta razón, la sociedad carece de líderes. Existen muchas formas de represión. En los países subdesarrollados, ejerce la represión por medio de la ignorancia y de la pobreza; mientras la gente sea ignorante y pobre, jamás tendrá conciencia de su valor y en consecuencia, no podrá reclamar sus derechos y libertades. En las sociedades en vías de desarrollo, ejerce la represión por medio de la competencia. La gente, absorta en el trabajo y en la capacitación constante, no tiene tiempo ni energía para ocuparse de su propio desarrollo, por lo cual, tampoco podrá reclamar sus derechos y libertades. Y en las clases desarrolladas ejerce la represión a través del consumismo; las personas, ocupadas y preocupadas en satisfacer tantas necesidades creadas, gastan en “cosas”, el tiempo, el dinero y la energía, que deberían invertir en desarrollo personal. En tiempo de Roma los emperadores reprimían y controlaban a la plebe con pan y circo. Hoy nos reprime con infinidad de necesidades creadas, videos-juegos, internet, redes sociales, infinidad de estudios que sirven para poco o para nada, la competencia, la prisa, las urgencias, la confusión, etc. Lo cierto es que la sociedad es una Babel en la que reina la angustia y la confusión en todos los aspectos y son pocos los que tienen control sobre su vida. La incertidumbre es una forma de controlar y reprimir. Por tanto, la clave del desarrollo, del éxito, de la libertad y de la felicidad está en ser dueño de las propias decisiones. La mayoría de las personas están atrapadas en costumbres, hábitos, creencias, prejuicios, temores, deberes y culpas, que tienen que ver muy poco con la realidad. La conciencia, la dignidad, la libertad y la decisión, son personales, indeclinables e intransferibles. Abre los ojos y no te dejes atrapar en ninguna forma de dependencia ni de represión.
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Cómo ganar la batalla de la riqueza Al hablar de riqueza, lo primero que nos viene a la mente es el dinero y las posesiones. Nos han vendido un concepto material acerca de la "riqueza" que hace que valoremos el dinero y las cosas como algo prioritario. "Tanto tienes, tanto vales" A partir de esta idea errónea valoramos a las personas por lo que tienen y no por lo que son, y establecemos como objetivo fundamental de la vida el logro de dinero, en la creencia de que, con dinero lograremos el éxito y la felicidad. El dinero es un bien necesario para liberarse de la ignorancia y de la pobreza y muy útil para lograr una calidad de vida y ascender al desarrollo; pero las cosas más importantes de la vida como la autoestima, la amistad y la felicidad, no se pueden comprar con dinero; si así fuera, todos los ricos serían buenas personas e irradiarían felicidad; pero, precisamente, los países con altos niveles de "riqueza" son también aquellos en los que las tasas de suicidio son más altas. Cuanto más vacía de valores se siente una persona, más necesita compensar con riqueza y con cosas el vacío interior. El problema radica en que el dinero es necesario para satisfacer las necesidades básicas de la vida (techo, comida, etc.) pero, "No sólo de pan vive el hombre" El ser humano necesita también seguridad, afecto, autoestima, desarrollo, éxito y felicidad. Por lo que, necesitamos aclarar el concepto de "riqueza" pues, una interpretación errónea puede llevarnos al fracaso y a la frustración. Es importante comenzar por definir correctamente en qué consiste la riqueza, el éxito y la felicidad, para que no nos ocurra como a tantas personas que luchan durante toda su vida por objetivos que creían importantes y al final sólo les queda fracaso y frustración. En realidad somos más ricos de lo que creemos, solo que no nos hemos dado cuenta de ello. La mayoría de las personas se sienten pobres porque se evalúan de acuerdo al criterio de valoración establecido por la sociedad. Este criterio es material. Valoran el dinero, el poder, la fama y la belleza. Los verdaderos valores como son el conocimiento, la experiencia, la creatividad, la honestidad, la responsabilidad, la bondad... no participan en el mercado de valores. Si te guías por este criterio de valoración, serás pobre e infeliz, pero, si te guías por verdaderos criterios de valor humano como son: la salud, el desarrollo personal, los valores, la creatividad, la responsabilidad, la perseverancia, la honestidad y el espíritu de superación, serás rico y feliz. Cierra los ojos. Piensa que ya nunca volverás a ver. Imagina por unos segundos cómo sería tu vida. ¿Cuánto estarías dispuesto a dar por recuperar tu vista?
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Tu vista vale millones. Imagina cómo sería tu vida si quedaras paralítico. ¿Cuánto darías por poder caminar...? Tu movilidad vale millones. etc. etc. Cada uno de tus órganos vale millones. Tu cerebro vale millones. Tus estudios valen millones. Tu familia y tus amigos valen millones. Tus sueños e ilusiones valen millones. Observa lo que ocurre a tu alrededor. ¿Qué ves? Todo cambia sin cesar. Necesitas abrir los ojos y adelantarte al futuro. Las ideas expuestas pueden servirte de mucho si aprendes a utilizarlas. Lo cierto es que, el gran drama del mundo es de pobreza física y mental; por lo cual, es importante aprender desde niños a ser ricos en todos los aspectos. Los seres humanos necesitan llenar el cerebro con ideas, el corazón con afecto y el bolsillo con dinero. Una falla en cualquiera de estos tres sistemas complica la vida. La riqueza más importante está en la mente. Utiliza tu cerebro y tu imaginación. Cada día desfilan delante de tus ojos numerosas oportunidades de hacer dinero y de ser feliz, pero no puedes percibirlas porque tu cerebro no está programado para ello. No confundas dinero con riqueza El dinero es sólo eso, “Money” La riqueza es mucho más, es salud, fe, ilusión, amistad, esperanza, eficacia, libertad, felicidad. Todos los bienes materiales son importantes, pero, nadie puede asegurarlos; por eso, tu mayor riqueza eres tú mismo. Invierte en tu propio desarrollo para que puedas volar alto como el águila, y, si un día, por circunstancias de la vida, te visita la adversidad, puedas renacer de tus cenizas como el ave Fénix. Finalmente. "No midas tu riqueza por el dinero que tienes. Mide tu riqueza por aquellas cosas que tienes y que no cambiarías por dinero" tales como familia, salud, amistad... La riqueza es un concepto relativo. A dos grupos de personas se les hizo la siguiente pregunta: ¿Qué es riqueza? El primer grupo contestó de la siguiente manera: El arquitecto: Tener proyectos que me permitan ganar mucho dinero. El ingeniero: Desarrollar sistemas que sean útiles y muy bien pagados. El abogado: Tener muchos casos que dejen buenas ganancias y tener un BMW. El médico: Tener muchos pacientes y poder comprar una casa grande y bonita.
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El gerente: Tener la empresa en niveles de ganancia altos y crecientes. El atleta: Ganar fama y reconocimiento mundial, para estar bien pagado. Como puedes observar, para estas personas, la riqueza está en lograr éxitos materiales. El segundo grupo contestó: El preso de por vida: Caminar libre por las calles. El ciego: Ver la luz del sol y a la gente que quiero El sordo: Escuchar el sonido del viento y cuando me hablan. El mudo: Poder decir a las personas cuánto las amo. El inválido: Correr en una mañana soleada. Persona con una enfermedad terminal: Poder vivir un día más. El huérfano: Poder tener a mi mamá, mi papá, mis hermanos y mi familia. Para estas personas la riqueza está en el logro de valores y éxitos humanos. Hace años, una persona me contó que vio morir a su padre porque eran pobres y no tenían dinero para comprarle medicinas. Esta experiencia traumática le llevó a jurarse que un día no lejano llegaría a ser rico. Trabajó como un animal y a los pocos años su juramento era una realidad. Tenía una empresa brillante con ramificaciones a nivel internacional; tenía una buena esposa, una niña bella y todas las comodidades del mundo, pero se sentía inmensamente infeliz. En aquel momento yo era joven y no entendía cómo un hombre tan exitoso no era feliz. Hoy lo comprendo. Hizo del dinero una ilusión y una obsesión que ocupó toda su mente. Cometió el error de dar al dinero un valor absoluto y cuando lo tuvo en sus manos descubrió que el dinero era hueco y vacío, pero ya era tarde, el daño estaba hecho. La verdadera riqueza, no es lo que tenemos sino lo que somos y valemos como personas. Eso es lo que nos llena por dentro y da plenitud a nuestra vida. Desgraciadamente, la mayoría de las personas nunca entienden esta realidad, otras personas la entienden muy tarde, y, sólo unas pocas personas aprenden a ser sabias desde temprana edad. La verdadera riqueza es la autoestima, el éxito verdadero, la amistad y la felicidad. Esta riqueza forma parte de ti, nadie te la puede robar y puedes llevarla contigo a donde quiera que vayas.
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Cómo ganar la batalla de la supervivencia Desde hace más de cuatro millones de años el ser humano ha evolucionado y ha logrado sobrevivir a situaciones adversas en un medio terriblemente hostil. La vida es maravillosa y la naturaleza nos ofrece todo lo necesario para desarrollarnos y ser felices. ¿Por qué demasiadas personas no son felices? El problema está en que aún somos seres poco evolucionados, esclavos de instintos y pasiones, prontos a la ira y a la venganza. Esta actitud ha sido y es la mayor desgracia de la humanidad a lo largo de la historia. Nuestro problema fundamental está dentro de nosotros: Muestra ignorancia, temores, y complejos, que nos marcan de muchas formas y determinan nuestras decisiones. Existen especies de animales que han sobrevivido durante millones de años porque han sido fieles a su instinto y han sabido adaptarse a los cambios, pero los hombres, corren el riesgo de autodestruirse, debido al mal uso del libre albedrío y a su incapacidad para renovarse y adaptarse. En la actualidad, el hombre es el mayor depredador. La naturaleza mantiene el equilibrio en los lugares donde no llega la influencia del hombre, pero, cuando llega el hombre, comienzan a sentirse los efectos de su acción destructora. Después de tantos siglos de historia y de experiencia, deberíamos haber aprendido la lección de la vida y actuar con más sentido común, pero lo que vemos cada día nos demuestra que, la evolución humana, de la que tanto nos vanagloriamos, es muy relativa en la mayoría de las personas. No es lo mismo pertenecer a una especie racional que actuar de forma racional. La vida de los humanos está saturada de absurdos e incongruencias, de los cuales no nos damos cuenta porque forman parte de nosotros y de la sociedad en la que vivimos. Si pudiéramos observarnos desde otra dimensión, nos sorprenderíamos de la cantidad de cosas absurdas e inútiles que realizamos cada día. La mayoría de las personas están automatizadas, no analizan ni reflexionan, simplemente se dejan llevar por impulsos inconscientes y por la dinámica de los hábitos y de la sociedad. Ésta es una tendencia generalizada, que nos lleva a vivir en contradicción con nosotros mismos. Las consecuencias de tantos absurdos y contradicciones son las enfermedades psicosomáticas, la angustia, el estrés y la frustración que afecta a muchas personas. Detente y reflexiona sobre lo que estás haciendo con tu vida. Pon orden y actúa con sentido común. Un estudio realizado por Ashby indica que el camino más eficaz para la supervivencia puede resumirse en dos palabras:"Capacidad selectiva". La supervivencia de una especie biológica depende de su capacidad para desarrollar mecanismos eficaces de adaptación a situaciones nuevas. La principal ley de la evolución es la selección natural. El problema del ser humano también es de adaptación, pero el ser humano es más racional que instintivo, por lo cual, su posibilidad de sobrevivir y de triunfar, depende de su
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capacidad de prever y de seleccionar entre varias alternativas, la que conduce a la "mutación", es decir, al desarrollo. Las personas que triunfan son las que tienen un proyecto de vida valioso y viven mirando al futuro, tratando de cambiar las cosas en vez de esperar que las cosas cambien. En la vida hay cosas que son importantes y otras que son aparentemente importantes. El problema de muchas personas es que no saben distinguir entre unas y otras, y pierden la vida haciendo mil cosas inútiles que al final no sirven para nada. La vida es corta y la capacidad humana limitada, por lo cual, es fundamental saber seleccionar los objetivos por los cuales vale la pena luchar para que no nos ocurra como a tantas personas que luchan durante toda su vida por objetivos que consideran valiosos y al final sólo les queda cansancio y frustración. Son demasiadas las personas que se van de esta vida con la sensación de haber fracasado. Existe una minoría de personas, capaces y creadoras, que impulsa la evolución de las empresas, de los países y del mundo entero. El resto, la masa social, es mediocre y carece de capacidad y de poder para cambiar las cosas. En medio de este panorama ¿En dónde te encuentras tú? El hecho de que estés leyendo este tema hace suponer que eres una persona emprendedora, y, que más allá de sobrevivir, buscas evolucionar. Cuáles son tus posibilidades de supervivencia El primer objetivo de la vida humana es sobrevivir, pero ésta no es la meta. Es importante sobrevivir, pero es más importante dar pleno sentido a la vida. Una vida sin desarrollo, sin sentido, sin éxito y sin felicidad, no vale la pena. Son muchas las personas que existen pero pocas las que viven realmente. Como ya indicamos, es una minoría de personas, capaces y creadoras, la que deberá dar la cara por la humanidad entera. El resto, la masa social, es mediocre y carece de capacidad y de poder para cambiar las cosas. Esperemos que nunca nos falte esa minoría emprendedora, inteligente y responsable. Entre tanto, nadie puede resolver nuestros problemas personales. Nuestros problemas son nuestros y sólo nosotros podemos resolverlos. Los problemas se generan por formas incorrectas de pensar y de actuar, por lo que, la supervivencia comienza por rectificar ideas y comportamientos. Las crisis económicas, matrimoniales, sociales, etc. se deben a falta de previsión y de renovación. La mayoría de las personas sólo reaccionan cuando el agua les llega al cuello, cuando el mal ya está hecho y es escasa la capacidad de reacción. Sin embargo, la fuerza de supervivencia es tan grande, que, casi siempre se encuentra una salida, pero el precio a pagar puede ser muy alto y marcarnos para toda la vida. La mayoría de las personas no aprenden nunca, debido a que están atrapadas en una forma de ser, de pensar y de actuar. Las personas y los países siempre logran sobrevivir a las crisis, pero quedan secuelas mentales, morales y espirituales que luego se transmiten de generación en generación. De aquí la importancia de adelantarse al futuro, de prever y de seleccionar entre varias alternativas, las que conducen a la "mutación", es decir, al desarrollo.
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Cómo ganar la batalla al tiempo La vida es un tiempo corto que se nos da para convertir nuestros sueños en realidad. Los niños son vitales y curiosos, no se preocupan por el tiempo, porque para ellos el mundo es suyo y el tiempo es eterno. Los jóvenes derrochan su juventud y derrochan el tiempo porque lo consideran interminable, pero, a medida que pasan los años, el tiempo se acelera y se va llevando, poco a poco, todo lo que amamos. El tiempo es un capital que has recibido como préstamo al nacer para que compres con él lo más valioso de la vida (conocimiento, experiencia, amigos, felicidad, libertad... Pero, ¿Qué es para ti lo más valioso? ¿En qué inviertes el tiempo, la inteligencia y la energía? En la naturaleza todo funciona con un ritmo perfecto y sincronizado. En otras épocas el hombre funcionaba al ritmo de la naturaleza, pero, con la llegada de la revolución industrial, se impuso la tecnología y la mecanización del trabajo. Ahora, la máquina marca el ritmo y los seres humanos se han convertido en una simple pieza del gran robot económico. El progreso, la globalización y la velocidad son signos de los tiempos modernos, pero el problema no está en el progreso, ni en la globalización, ni en la velocidad, sino en la incapacidad de las personas para armonizar las cosas. El problema fundamental de la sociedad actual radica en que, todo funciona más rápido, y, si bien las personas se han adecuado, desde el punto de vista físico, al ritmo moderno, no ocurre lo mismo en el aspecto mental. Las personas siguen funcionando con esquemas mentales del pasado, sus procesos mentales son lentos, por lo cual, se ven desbordadas por la dinámica de la sociedad. Esta situación hace que tengan que invertir demasiado tiempo y energía en el trabajo y que el producto de su esfuerzo sea de baja calidad. Como éste es el denominador común de la sociedad, lo aceptamos como válido. El objetivo es organizar el cerebro para que funcione a nivel superior, con el fin de que perciba lo importante de las cosas de forma rápida y no pierda tiempo en procesar datos que carecen de valor. Esta habilidad el cerebro la aplica automáticamente a todos los aspectos de la vida. Se trata de desarrollar un cerebro más selectivo, lo cual está al alcance de todos. Cuando una persona funciona a alto nivel, tiene tiempo para todo. Tiene un tiempo para cada cosa y hace cada cosa en el tiempo indicado; lo cual significa que, es dueño de su tiempo y de sus decisiones. Sabe prever y planificar las cosas y sabe crear las condiciones para que todo se dé en el tiempo indicado.
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"Un tiempo para cada cosa" permite que el cerebro se concentre en el objetivo y lo resuelva con rapidez y eficacia. Cuando el cerebro tiene que prestar atención a varios objetivos, la energía mental se dispersa y carece de poder para resolver las cosas. Muchas veces quedamos impresionados por la actividad frenética de ciertas personas y pensamos que son muy eficaces. En realidad, hiperactividad y eficacia no van de la mano. "Quien mucho abarca poco aprieta" es un refrán muy sabio que nos invita a tener un orden en la vida y a centrarnos en lo que estamos. Todo tiene un proceso y es necesario respetar cada paso para llegar a feliz término. El agite, la prisa, la avaricia y las expectativas exageradas son producto de la ansiedad y de la frustración. Indican problemas de enfoque que es necesario subsanar. Cuando veo a tantos jóvenes y adultos, desorientados, moviéndose en todas direcciones sin saber por qué ni para qué, tratando de matar el tiempo en actividades que no conducen a nada, me pregunto: ¿Qué está pasando en el mundo, cuando hay tantas cosas importantes por hacer? y sólo me queda como respuesta un verso del poeta A. Machado: "A dónde el camino irá" "Un tiempo para cada cosa y cada cosa a su tiempo" significa: Responsabilizarse únicamente de lo que uno puede hacer. Lo importante no es cambiar el mundo sino cambiarse a sí mismo. "Un tiempo para cada cosa y cada cosa a su tiempo" nos invita a vivir de forma creativa y a disfrutar de la vida, a liberarnos de la dinámica de la sociedad y a encontrar nuestro propio ritmo. "Un tiempo para cada cosa y cada cosa a su tiempo" nos recuerda que, además de productores de cosas y de dinero, tenemos otras dimensiones: Afectiva, intelectual, social, moral y espiritual, que debemos atender para sentirnos plenamente realizados. Al final, lo que importa no es tanto la cantidad de lo que hacemos o producimos, sino la calidad de lo que somos y la forma como influimos en las personas para que el mundo sea un poco mejor. Conscientes de que la vida es corta y de que el tiempo se lleva todo lo que amamos, no podemos vivir distraídos, ni perder el tiempo en tonterías, ni preocuparnos por tantas cosas inútiles que traen de cabeza a la gente, ni dejarnos llevar por el consumismo, la moda, o por el ritmo de una sociedad que vive a la deriva. La mayoría de las personas se van de esta vida con una sensación profunda de fracaso, de sueños truncados y de proyectos inconclusos. Sin duda, se trata de personas, tal vez, muy luchadoras, pero poco creativas y poco emprendedoras. Las personas creativas y emprendedoras sienten que han dejado huellas que el tiempo no puede borrar. La vida es una experiencia maravillosa pero fugaz; por tanto, no te distraigas en cosas superfluas, no pierdas el tiempo en discusiones. No seas esclavo de nada. No gastes el tiempo en atesorar cosas que no podrás llevarte contigo. Vive cada momento como si fuera el último de tu vida.
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Cómo ganar la batalla de la vejez En el pasado, los ancianos eran respetados y venerados, representaban la experiencia, la sabiduría, la tolerancia y la virtud; pero hoy se exalta la energía, la juventud y la belleza como valores supremos. La palabra vejez tiene cada día un sentido más peyorativo y la gente no quiere saber nada de ella; la rehúye, ocultando los años, recurriendo a la cirugía plástica u ocultándose en conductas que no van con la edad. La palabra vejez nos trae a la mente la imagen de tantos ancianos débiles, gastados, vencidos y nos invade una especie de tristeza al pensar en lo efímero de la vida. Lo que más angustia no es la vejez en sí sino la pérdida de las facultades, el ser una carga para los familiares y lo que es peor aún, el abandono y el olvido. La vejez es considerada como la ruina de la vida; sin embargo, esta imagen no es justa ni exacta. “Dichoso el que llega a viejo y puede recordar sus años jóvenes”. La vejez es el triunfo de la vida sobre el tiempo y sobre la muerte. Antiguamente la gente moría antes de jubilarse porque las condiciones de vida eran muy duras. Hoy, la calidad de vida permite llegar hasta los 80, 90 ó más años y con un poco de cuidado y de ejercicio, pueden mantenerse activos el cuerpo y el espíritu hasta el final, para lo cual es recomendable tomar las previsiones necesarias para disfrutar de una larga y tranquila vejez. Mi papá tiene 103 años. Lee sin necesidad de lentes, tiene una memoria asombrosa, buen criterio y sentido de la realidad, come de todo y sabe disfrutar de la vida como nadie. Lo que prueba que los últimos años pueden ser los mejores años de la vida, pues, superada la necesidad de luchar por el desarrollo y por la supervivencia, los ancianos pueden convertirse en felices espectadores del milagro maravilloso de la vida. Sin embargo, la vejez puede traer enfermedades graves, por lo que es conveniente mentalizarse para aceptar la realidad de las cosas y prepararse para ser un anciano tranquilo y amable que acepta la vida con humildad y con paciencia, en vez de ser un anciano amargado y descontento. La vejez, más que un estado físico es una actitud mental; por tanto, tú tienes el control y puedes alejar de ti los fantasmas y temores. Cuando se es joven se es joven para toda la vida, porque el espíritu no envejece. La mayoría de las personas están programadas con la idea de que jubilarse es dejar toda actividad laboral, descansar del cansancio de los años y disfrutar cómodamente de la pensión merecida; pero la ciencia dice otra cosa. Advierte de que la inactividad física y mental es el preludio de la vejez prematura y de la muerte La energía física tiende a disminuir con los años, pero no ocurre lo mismo con la energía mental. Estudios realizados por la Dra. Marion Diamo de la Universidad de California confirman que el cerebro es activo y tiende a aumentar las conexiones nerviosas y a incrementar la inteligencia y la personalidad sin importar la edad. Una persona de 100 años puede aprender a manejar la computadora y viajar por internet. Todo esto nos indica que debemos eliminar ideas erróneas sobre el envejecimiento del cerebro. El cerebro no envejece. El cerebro no tiene límites. El problema está en que las personas no lo activan por falta de intereses.
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Si a todo lo dicho, añadimos que los ancianos poseen una vasta experiencia, podemos afirmar que su capacidad creativa puede ser excelente hasta el final de su vida. Un estudio realizado en los EE.UU. pronostica que a partir del año 2020, el ochenta por ciento de sus habitantes estarán dedicados a trabajos de tipo mental y sólo el veinte por ciento a trabajos de tipo físico, lo cual constituye un estímulo y una invitación a mantener activa la mente. Según Von Durkhein: “La vejez es una apoteosis para unos y una decadencia para otros” Muchos logran su éxito y plenitud en la vejez; por tanto, la vejez no es un obstáculo fundamental si las personas tienen un proyecto de vida viable y acorde con su realidad. Yo tengo 72 años y debería estar jubilado. Durante mi vida me he dedicado a la educación, a crear un método de Súper Aprendizaje Alfa y a dictar cursos de Lectura, Oratoria, liderazgo y Desarrollo Humano, pero en los últimos cinco años he sentido la necesidad de escribir y he escrito 32 libros. Yo me pregunto ¿Por qué no los escribí antes? Creo que las cosas llegan en el momento oportuno. Durante estos años he madurado como persona y ha madurado también mi visión de la vida y mi pensamiento, lo que me ayuda a escribir de forma fácil y con calidad. La mayoría de las personas después de jubilarse caen en un estado de pereza física y mental que les conduce al deterioro prematuro. A esa edad no debe detenerse ni el cuerpo ni la mente, porque después resulta difícil arrancar de nuevo. Es conveniente una disciplina física y mental constantes. La ansiada jubilación resulta más difícil de sobrellevar de lo que la gente se imagina. Aísla y separa de los colegas y de una actividad a la que se habían acostumbrado el cuerpo y la mente. Los viejos amigos van desapareciendo. Al final sólo queda la pareja. Es más fácil envejecer juntos. Una persona puede haber logrado grandes éxitos y sin embargo caer en la depresión, porque después de haber ganado las batallas de la vida, ahora se encuentra inerme y frustrada. La familia y la sociedad tienden a ignorar, olvidar y marginar a los ancianos, lo que les produce una sensación de aislamiento que golpea fuertemente su autoestima y los hunde en la soledad. Los ancianos son parte importante de la civilización, en la medida en que los marginamos estamos creando las condiciones para que mañana nos marginen a nosotros. Una sociedad que no se preocupa por sus niños ni por sus ancianos es una sociedad decadente. Además, es un error el marginar a los ancianos, ellos poseen la mayor experiencia y sabiduría de la vida. Las creaciones más valiosas de la humanidad son producto de la experiencia y de la edad madura. Hoy, las personas se mueven al ritmo trepidante de la máquina pero no ocurre lo mismo con sus cerebros. El llamado progreso es sólo una fantasía; la mayoría de las personas son pobres robots, acostumbradas a cumplir rutinariamente con un trabajo estandarizado, en el que no queda espacio para la creatividad. La prisa, el estrés y la competencia no dejan espacio para las relaciones humanas. Este es el mundo del futuro y los ancianos deben prepararse para sobrevivir en él. Como la sociedad evoluciona sin cesar y la vejez es una etapa larga hay que prepararse para vivir en actitud de cambio durante toda la vida. Es conveniente desarrollar un abanico de intereses con el fin de ocupar el tiempo y evitar la soledad. Cultivar una actitud flexible y amistosa que facilite la relación social. Las personas sociales suelen ser sanas y felices mientras que los que se desconectan de la sociedad precipitan su decadencia.
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Hay que aprender a aceptar la propia edad, lo cual no es fácil en una sociedad que desdeña la vejez, pero todo resulta más fácil cuando se acepta la realidad y se le saca el mayor beneficio posible. Deja de lado las falsas expectativas. No te hundas en una vida ficticia. Un estudio realizado por el Dr. Jores sobre las incidencias que tiene la jubilación en las personas indica que es mínima entre los que ejercen actividades variadas (policías, educadores, vendedores) mientras que, es máxima cuando se trata de empleados de oficina. La razón puede deberse a que los primeros son flexibles mientras que los segundos son rígidos y rutinarios y esta condición es mortal porque la ley de la vida es “adaptarse o morir” Los médicos observan que los más ricos no siempre son más dichosos en la vejez. La vejez trae el regreso a la niñez. El anciano es un niño que necesita de caricias, pero desgraciadamente es lo que menos recibe. Una mascota (gato, perro...) pueden ser una buena compañía. El problema de la mayoría es cómo ocupar el tiempo; de modo que es conveniente preparar y dar nuevos giro a la vida, establecer nuevos valores y metas, nuevos horizontes y seguir desarrollándose y adaptándose para ser autosuficiente. El envejecer en casa ayuda a envejecer más despacio. El ambiente, los objetos y los recuerdos hacen que todo sea familiar y llenen en parte la soledad. El anciano tiene una experiencia real de la vida. A medida que pasan los años se da cuenta de lo que realmente es; de sus errores, éxitos y fracasos; por lo cual, es conveniente ser auténtico para nunca desilusionarse de sí mismo. Los éxitos logrados, y, sobre todo, el bien hecho a los demás son una buena compañía para la vejez. “Al final de tu camino, sólo tendrás lo que diste” No importa a quien se lo diste. "Haz bien y no mires a quien” Lo importante es que en la vida se impone la ley de correspondencia, según la cual, “Lo que diste, eso tendrás” Tal vez no te lo retribuyan aquellas personas a quienes les hiciste el bien, pero puedes estar seguro de que la vida es justa y compensa de alguna forma; con la salud, con la compañía de los seres queridos o tal vez, con la paz de espíritu. La edad enseña a valorar las cosas importantes de la vida; Puedes percibir nuevas dimensiones y descubrir en las personas y en la naturaleza valores que antes pasaban desapercibidos. Puedes adquirir una espiritualidad profunda y una actitud serena ante la vida y ante las cosas, de modo que la vejez puede convertirse en una aventura maravillosa. Naciste al amanecer. Fuiste flor de primavera. Disfrutaste la brisa tibia y el cálido beso del sol. Te arrulló el trinar de las aves y contemplaste embelesado el amanecer, la puesta del sol y la danza de las mariposas. Pero llegó el otoño, se secaron las flores y las hojas. Sopló el viento y los árboles desnudos levantaron sus brazos al cielo implorando misericordia. Todos se habían ido: El sol, las aves y las mariposas; pero en el corazón de cada semilla se esconde una esperanza.
Gracias a ella volverá la primavera, brillará el sol en el cielo cantarán las aves en el bosque y danzarán las mariposas. Si guardas semillas en tu alma, de bondad, de ilusión y de esperanza, aún en el atardecer de tu vida vivirás en primavera, sentirás que el mundo es bello y la gente buena. Las aves cantarán en tu jardín, el sol jugará a perseguir mariposas y un día al atardecer le dirás ¡adiós! a la vida. David Angulo de Haro
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Echa raíces profundas La palabra raíz tiene muchos significado. Significa el principio, la base, lo que da ser, sentido y consistencia a las cosas. Así como las plantas tienen raíces que les permiten absorber agua y minerales, acumular nutrientes y mantenerse firmes; así los seres humanos tenemos: Raíces intelectuales (ideas, lenguaje, creatividad,...) que nos ayudan a absorber y procesar información. Raíces afectivas que nos proporcionan autoestima, seguridad, sentido de pertenencia. Raíces culturales que nos ayudan a conocer quiénes somos, de dónde venimos, cuál es nuestra identidad. Raíces morales (principios, valores,...) que nos proporcionan el sentido de la vida, nos ayudan a controlar los instintos y a actuar de forma efectiva. Una persona sin raíces carece de conciencia personal, de conciencia social, de sentido de pertenencia y de sentido de la vida. Por tanto, queda desubicada en la vida, a merced de sus instintos y de los caprichos de la sociedad. Un tsunami está a punto de arrasar la ciudad. Este árbol ha sido arrancado por el viento porque sus raíces eran poco profundas. Existen muchas leyes que rigen el Universo y garantizan el equilibrio y el desarrollo de las cosas, pero también existe la Ley de Entropía que reduce a la nada lo que no tiene raíces, lo que no tiene consistencia, lo que no funciona. La función de la Ley de Entropía es reducir las cosas que no tienen consistencia a su estado original, es decir, a materia elemental, para que inicie un nuevo proceso. La Ley de entropía genera las crisis sociales, para que la gente reaccione y rectifique antes de que las cosas lleguen a un punto sin regreso. Los seres humanos buscamos los éxitos fáciles y rápidos. Ignoramos que todas las cosas importantes de la vida, como son: El conocimiento, la experiencia, la verdadera riqueza, la libertad y la felicidad, son una conquista personal, producto de un proceso largo que exige conocimiento, dedicación, perseverancia y tiempo. Existe en la China un bambú que apenas crece 10 centímetros en los 6 primeros años. Durante este tiempo utiliza toda su energía en echar raíces extensas y profundas. (Los campesinos que desconocen los secretos de este bambú lo eliminan por creer que no sirve) Pasados los seis años inicia un desarrollo rápido, llegando a crecer hasta 30 metros en sólo seis semanas. Este crecimiento vertiginoso impresiona a la gente y no es para menos; sin embargo, el crecimiento del bambú no es espontáneo. Como todas las cosas importantes de la vida, es el resultado de un proceso largo. El bambú ha estado creciendo desde el día que lo sembraron, sólo
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que su crecimiento no ha sido hacia arriba como todos esperaban, sino que, guiado por la sabiduría de la naturaleza, se ha dedicado a desarrollar raíces extensas y profundas, capaces de soportar sus tallos de 30 metros y resistir la presión de los vientos. Recuerda que, cuanto más alto quieres llegar, más profunda y extensa debe ser la base; de lo contrario, no tendrás interés en superarte, porque tu cerebro sólo se activa cuando existe un proyecto valioso y posible. Una buena base académica y humana proporciona seguridad e impulsan a crecer. El Rey Nabucodonosor, rey de Babilonia, tuvo un sueño que le quitó por completo la tranquilidad. En sueños vio una estatua, hecha de diferentes metales y con pies de barro. Nabucodonosor llamó a sus magos y adivinos para que le descifraran el sueño, pero sus adivinos no supieron. Junto a estos magos y videntes estaba Daniel, quién le dijo: La cabeza de oro representa al reino de Babilonia. El oro simboliza que su reino es rico y poderoso y nadie podrá contra él. Después de él, vendrán otros imperios que irán decayendo hasta desparecer, porque los pies de barro no tienen consistencia. Este sueño es la historia real de los imperios, de las instituciones, de la sociedad y de las personas. Mientras gobierna la cabeza de oro, es decir, la sabiduría, la riqueza y el poder, todo funciona bien, pero, a medida que se pierde calidad, surgen los problemas, y, cuando las cosas carecen de consistencia (pies de barro) todo se viene abajo. Una fortaleza puede ser inexpugnable, pero si se debilita en alguna parte, por ahí entrará el enemigo. Una cadena puede ser muy resistente, pero si tiene un eslabón débil, se romperá por ahí. Aquiles era invulnerable en todo su cuerpo, excepto en el talón. Aquiles fue el más valiente de los griegos en la guerra de Troya y habría sido invencible si no le hubiera herido su talón una flecha. Como puedes observar es suficiente una debilidad o una falla para que todo se venga abajo. Todos los seres humanos tienen un punto débil, puede ser la avaricia, el vicio del juego, la soberbia, la ira, la pereza, el temor, la ignorancia, la imprudencia, la corrupción, la infidelidad, etc. Cualquiera de estos defectos puede llevar a la ruina. Echa raíces, sé consistente y noble y estarás protegido contra tus propios enemigos internos y contra los enemigos que vienen de fuera. Todos los días ocurren tsunamis y crisis, pero no afectan a las montañas, ni a los edificios sólidos, ni a los árboles con raíces profundas.
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Encuentra tu propio Yo "Busco, yo no sé que busco, siento que es un rostro que una vez perdí. Siento, siento una nostalgia de algo que me falta desde que nací" Son versos de una canción que describe exactamente lo que nos ocurre a los seres humanos. Desde niños buscamos algo que sentimos que nos falta. Buscamos cosas, juguetes, amigos, riqueza, éxitos, amor, felicidad, pero nada nos llena, siempre queda un vacío que nada ni nadie puede llenar. El avaro necesita más dinero, el autoritario más poder, y el libertino más placer. "Señor nos hiciste para ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti" San Agustín El temor, la incertidumbre y la angustia existencial son compañeros inseparables de camino. Las personas tratan de acallar estos sentimientos de muchas formas, pero el intento resulta inútil, porque estos sentimientos forman parte de nosotros, viven pegados a nosotros y nos acompañan a donde quiera que vayamos. "Busco, yo no sé que busco, creo que es un rostro que una vez perdí. Siento, siento una nostalgia de algo que me falta desde que nací" Al nacer dejamos el vientre materno y entramos en un mundo extraño y hostil. Somos educados por unos padres que nunca hicieron un curso de psicología ni de pedagogía. Nos aman a su modo y nos transmiten, sin saberlo, infinidad de traumas, temores y complejos que subyacen en el subconsciente colectivo desde tiempos inmemoriales. Pasan los años y en cada adulto se oculta un niño temeroso e inseguro, en busca de amor, de seguridad y del sentido de la vida. Los seres humanos somos esencialmente buenos, pero los temores que nos grabaron en la infancia nos han hecho inseguros, egoístas y agresivos. Tenemos conciencia de que el camino correcto es el de la verdad y el bien. Queremos superarnos, ser honestos y buenas personas, pero la programación mental recibida en la infancia y los errores cometidos en la vida pesan mucho, por lo que, al final todo queda en buenos deseos. Tenemos que aceptar que las personas están alienadas. La palabra alienación procede de la etimología latina "alienare" Significa "extranjero", "extraño", "ajeno" En este caso significa "pérdida de la propia identidad" La alienación consiste en destruir la personalidad de un individuo o de una sociedad, en privar a alguien de la conciencia, de la capacidad crítica, del sentido de la realidad.
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El ser humano posee una conciencia psicológica que es la capacidad de percibirse a sí mismo como ser único, independiente y con características propias, y de percibir el mundo que le rodea y los hechos que ocurren en él. También posee una conciencia moral que le faculta para juzgar el valor moral de las conductas; es decir, si son buenas o malas. La conciencia moral presupone la conciencia psicológica; es decir la capacidad de razonar y comprender. En términos generales la sociedad es mediocre y está bastante alienada, por lo que su conciencia psicológica y moral está muy limitada. En estas circunstancias resulta difícil sintonizar con el propio Yo, pero es nuestra tarea ineludible, pues, como dice el poeta Rilke: "El único viaje auténtico es hacia dentro de cada uno de nosotros y es necesario afrontar y vivir las preguntas ahora, aquí, y en este momento" El camino es largo, por lo que "No encontrarás los confines del alma ni aun recorriendo todos los caminos; tal es su profundidad" Heráclito Muchas personas pasan toda la vida buscando su propio Yo. Ese Yo bueno que un día salió de las manos de Dios y luego se extravió en los vericuetos de la vida. La vida es un viaje hacia el encuentro del propio Yo, hacia el lugar de donde un día partimos, hacia la casa del Padre. No se trata de un camino físico, se trata de un camino espiritual en el que se avanza a través de la superación intelectual, afectiva, moral y espiritual. La incertidumbre y la angustia existencial afecta mucho a las personas poco evolucionadas y fracasadas, porque se sienten perdidas, sin camino y sin destino. Afecta menos a las personas evolucionadas, porque tienen mayor autoconciencia y están más identificadas con su Yo. Saben que están en el camino correcto y que sus buenas acciones de cada día se convierten en pasos que les llevan al encuentro de su Yo, de ese Yo, (Dios) que les está esperando con los brazos abiertos, como espera una madre a sus hijos cuando regresan de un largo viaje. En medio de la confusión social en que vivimos, todos, sin excepción, estamos buscando el camino hacia el encuentro de nuestro propio Yo. Unos lo hacen de forma consciente y otros por instinto, pero la plegaria profunda de todos los seres humanos es la misma: "Busco, yo no sé que busco, creo que es un rostro que una vez perdí. Siento, siento una nostalgia de algo que me falta desde que nací"
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No puedes huir de ti mismo Las personas trata de huir de la angustia, de los temores y del vacío existencial, pero su intento es vano, porque esos sentimientos forman parte de su persona y nadie puede huir de sí mismo. Los seres humanos estamos atrapados en nuestro ser, por lo que, donde quiera que vayas siempre estarás en el mismo lugar, porque tu lugar eres tú mismo. No puedes huir de tu conciencia, de tu realidad interna, de lo que has hecho de ti, porque formas parte de ello y ello forma parte de ti. “Hay una historia sobre un monje que vivía en el desierto y al que las tentaciones atormentaron de tal modo que ya no pudo soportarlo. Así que decidió abandonar el cenobio y marcharse a otra parte. Cuando estaba calzándose las sandalias para llevar a efecto su decisión, vio, cerca de donde él estaba, a otro monje que también estaba poniéndose las sandalias. _ ¿Quién eres tú, preguntó al desconocido? _ Soy tu yo, fue la respuesta. “ Si es por mi causa por lo que vas a abandonar este lugar, debo hacerte saber que, vayas a donde vayas, yo iré contigo.” A. de Mello La conciencia es ese lugar íntimo y profundo en el que la persona se encuentra sola frente al destino. En ese lugar nadie puede entrar para ayudarla. La verdadera batalla de la vida es personal. Los demás pueden darnos ideas, afecto y compañía, pero, al final, el problema existencial es personal. El éxito o el fracaso, la tristeza o la felicidad, son personales. El que es feliz, es feliz, aunque el mundo esté patas arriba, y el que es infeliz, es infeliz, aunque el mundo esté de fiesta, y nadie puede darle la felicidad, porque sólo crece en el interior de cada persona. Existen muchos factores externos que pueden ayudarnos o perjudicarnos, pero lo esencial de la vida no depende de factores externos sino de nuestra actitud, de nuestra conciencia y de la habilidad que tengamos para manejar nuestra vida de forma inteligente. La gente sufre mucho por diversas razones. Basta con encender el televisor para darse cuenta de la tragedia en que vive la sociedad. Como es lógico, las personas tratan de huir por instinto. Existe un principio elemental de psicología según el cual, los seres vivos tiende a buscar lo que les proporciona seguridad y placer y huyen de todo lo que les causa angustia y dolor. Pero, a veces, el instinto de huída no es la mejor solución, porque, si no enfrentamos las cosas, estaremos condenados a huir por el resto de nuestra vida. Muchas personas viven huyendo de sus temores, de sus fracasos, pero sienten que sus enemigos les pisan los talones, de modo que, la angustia y el temor se apoderan de su vida. En vista de que no podemos huir de nuestros temores, angustias, culpas y fracasos, lo mejor que podemos hacer es enfrentarlos. Tal vez hemos estado huyendo durante toda la vida de una sombra o de un fantasma, y cuando enfrentamos las cosas, descubrimos que no son tan terribles
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como las imaginábamos y comprobamos también que tenemos más capacidad de la que creíamos, y que existen soluciones mejores que huir. Ahora bien, no se trata de enfrentar las cosas si no existe la posibilidad de ganar. Para ganar necesitamos utilizar ciertas estrategias. La estrategia es un concepto de origen militar. “Es el arte de proyectar y dirigir las acciones militares”. Esta palabra comenzó a utilizarse a partir del siglo XVIII pero su práctica se pierde en el tiempo. En la actualidad, la estrategia es un elemento indispensable en todo proyecto político, económico, social y de desarrollo. Sin una buena estrategia no hay posibilidad de éxito. El objetivo de la estrategia se alcanza en etapas. La lentitud hace que todo se haga pesado, que la energía se diluya y se pierda la eficacia; por lo cual, la acción debe ir directamente a lo fundamental y los hechos deben sucederse de forma fluida pero, sin precipitación. Nadie está obligado a hacer lo que no puede, pero todas las personas pueden avanzar de forma progresiva hacia la meta. En la actualidad, la huída se ha convertido en estampida general. La gente vive en un agite constante, buscando soluciones a su vida en todas partes, menos en el lugar correcto, que es dentro de sí. Esta situación es el resultado de una mala planificación de la vida personal y de la vida social, de cuyo absurdo no nos damos cuenta, porque formamos parte del absurdo; pero quienes están fuera del absurdo sí perciben la incongruencia de la vida actual. Aprender a dejar de huir es el principio de la solución, luego hay que aprender a encontrar las soluciones dentro de sí. Se logra a través del desarrollo de la inteligencia, de la conciencia y de los valores. "Cuando el viaje es una huida de uno mismo no llegará nunca a su fin" Tch'e-Song-Tseu. "No hallarás otra tierra ni otro mar. La ciudad irá en ti siempre, volverás a las mismas calles y en los mismos suburbios llegará tu vejez, pues, la ciudad siempre es la misma. Otra ciudad no busques, porque no existen caminos ni barcos para ti. La vida que aquí perdiste la has perdido en toda la tierra" Konstantin Kavafis
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Simplifica la vida La vida es abundancia, riqueza, diversidad. La diversidad de las especies animales oscila entre 2 y 10 millones. De ellos 750 mil especies son insectos. Tan sólo en un metro cuadrado de bosque templado puede haber más de doscientos mil acáridos y en un metro cuadrado de bosque tropical puede haber 32 millones de nematodos. Sin embargo, toda esa diversidad tiene un denominador común, lo cual permite a la Taxonomía clasificar los animales; es decir, simplificar lo complejo. Lo mismo ocurre con los alimentos. Existen miles de alimentos, sin embargo, sus componentes básicos se reducen a: proteínas, carbohidratos, lípidos, vitaminas y minerales. Así como la naturaleza se expande en todos los aspectos casi hasta el infinito, a la vez, tiende a reducir lo complejo a lo simple. El mayor poder de la inteligencia consiste en reducir lo complejo a simple, lo cual sólo es posible si se tiene la capacidad de procesarlo, comprenderlo y abstraer únicamente los elementos fundamentales. La fórmula de la relatividad: E=mc2 (Energía = a masa por velocidad de la luz al cuadrado) ideada por Einstein, es la mayor simplificación lograda por el hombre y, a la vez, la fórmula más importante de todas. Esta fórmula dio origen al despegar definitivo de la ciencia. El arte de vivir consiste en simplificar las cosas, en establecer prioridades, en liberarse de los condicionantes sociales y en invertir la energía, el tiempo y el dinero en objetivos realmente valiosos. ¿Cuál es el valor real de las cosas? Pareciera que los seres humanos sólo valoramos las cosas cuando las perdemos. Por esta razón quienes más valoran la libertad son quienes un día la perdieron. "No existe placer más grande que el de recuperar la libertad que se había perdido" Cervantes ¿Cuánto pagaría el ciego por ver, el paralítico por caminar, el que tiene un dolor crónico por liberarse de él, el condenado a cadena perpetua por recobrar la libertad, el enfermo terminal por recuperar la salud y la vida? Las personas pagarían todo el oro del mundo por salir de cualquiera de estas situaciones. El valor de las cosas es relativo; el verdadero valor lo ponemos las personas. Las mismas cosas no tienen el mismo valor para todas las personas. Quienes sufren por enfermedad, valoran más la salud. Quienes han perdido su techo, valora más el tener un hogar. Quienes han sufrido los rigores de la guerra, valoran más la paz. Quienes han vivido la soledad de la prisión, valoran más la
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libertad. Quienes han pasado hambre, disfrutan más la comida. Quienes han estado al borde de la muerte, valoran más el milagro de vivir cada día. Por lo que se ve, la clave para ser feliz consiste en tener conciencia clara del valor de las cosas. Las personas están atrapadas en el ritmo de la vida, el deber, los compromisos y la responsabilidad. No hay tiempo para conversar, reflexionar, contemplar, amar... El tiempo es relativo y también lo son: el éxito, la felicidad y la riqueza. La vida es muy breve y el tiempo es un bien muy escaso que se va, llevando todo lo que amamos. Necesitamos simplificar la vida y centrarnos en aquellas cosas que dan plenitud y transcendencia a nuestra existencia. Las modas imponen pautas de forma tiránica, sobre todo a la juventud, obligando a invertir tiempo y dinero en cosas que poco o nada tienen que ver con las necesidades naturales del ser humano. Los intereses comerciales son muy agresivos. Cada año inventan modelos de carros que dejan obsoletos a los del año pasado. Inventan computadoras de "última generación", celulares, etc. y las personas necesitan comprarlos para sentirse a la moda, para sentirse bien. Resulta muy triste que la "autoestima" y la "felicidad" dependan de la marca, del BlackBerry o de cualquier otro objeto. Los compromisos sociales y el qué dirán controlan nuestra vida. Las personas, en vez de avanzar en un proyecto de desarrollo personal, van y vienen a la deriva, como zombis, en la dirección que marca la moda y la sociedad. Las cosas que necesita el ser humano para ser feliz son muy pocas, están dentro de uno mismo y son gratis. Se llaman: autoestima, seguridad, conocimiento, alegría de vivir, conformidad, fe, amistad, creatividad, valores, etc. ¿Qué cosas son importantes? -
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Vivir habitualmente la experiencia de estar sano, ser libre, poder caminar y sentir la naturaleza, el viento, el sol, el canto de los pájaros, la belleza de las flores, la sonrisa de un niño. Tener conciencia de las cosas que tenemos y de lo privilegiados que somos. Disfrutar con calma el placer de la amistad, de la comida, de una buena conversación. Disfrutar del progreso y de la dinámica de la vida, sin quedar atrapados en el estrés, ni en la angustia. Sentir la alegría de vivir, sentirse libre, sentirse protagonista de un futuro que depende más de uno mismo que de factores externos. Simplificar la vida no significa renunciar a nada importante. Significa establecer prioridades que den sentido y plenitud a la vida. La necesidad "imperiosa" de tener cosas y de estar a la última moda, expresan una visión muy superficial de la vida, baja autoestima, dependencia de la opinión de los demás, inmadurez y cierto vacío interno. Cuanto más realizada y plena se sienten una persona, menos cosas necesita. Recuerda, la vida es un viaje hacia el futuro. No te llenes de cosas que no puedes llevar. Desarrolla aquello que forma parte de ti y que puedes llevarlo a donde quiera que vayas.
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No llenes tu vida de cosas ni tu mente de necesidades
No llenes tu vida de cosas ni tu mente de necesidades; porque serás esclavo de las cosas y tendrás dificultad para valorarte como persona. Como no conocemos nuestro mundo interior, tendemos a volcarnos en el mundo exterior y a luchar por el logro de cosas materiales: riqueza, propiedades, títulos, fama y poder. El mundo interior está formado por lo que somos y el mundo exterior por lo que tenemos. Lo que somos forma parte de nosotros y lo sentimos como una experiencia vital constante, como un estado de ánimo. El estado de ánimo depende de cómo somos por dentro. Las personas buenas, honestas y exitosas son habitualmente felices, debido a que sienten una energía positiva que emana de su interior e irradia alegría y felicidad. Mientras que, hay personas habitualmente infelices, porque en su interior tienen conflictos psicológicos no resueltos que generan angustia. Son los contenidos internos (autoestima, seguridad, etc.) los que determinan el éxito y la felicidad, y son los contenidos internos (temores y complejos) los que generan el fracaso y la frustración. Las cosas externas (dinero, fama y poder) son importantes, pero no son determinantes para el éxito verdadero ni para la verdadera felicidad. La mayoría de las personas no entienden esta idea, porque están programadas para el logro de éxitos materiales, más que para el desarrollo personal. Sólo cuando pase el tiempo y les llegue la experiencia que dan los años, comprenderán que lo único que nos queda de la vida es nuestro mundo interior; ese mundo hecho de recuerdos y vivencias; todo lo demás es efímero y va desapareciendo como desparecen las nubes. Lo único que nos acompaña siempre es nuestro Yo interno y la conciencia permanente de la propia identidad, de ser siempre la misma persona. El mundo externo es sólo el escenario en el que transcurren los hechos. Este escenario es el mismo para todos, pero nuestra verdadera vida discurre dentro de nosotros, en nuestro Yo interno, por eso, donde quiera que vayas siempre estarás en el mismo lugar, porque tu verdadero lugar eres tú mismo. Ese lugar interno puede convertirse en tu paraíso o en tu cárcel. Depende de ti. El éxito, la libertad y la felicidad no existen en ninguna parte del mundo, sólo existen en el corazón de quienes saben producirlos, por esta razón, en un mismo lugar y en las mismas circunstancias hay personas que triunfan y son felices y otras que fracasan y son infelices. "No acumulen tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre los consumen y los ladrones los roban" Ni llenes tu vida de cosas ni tu mente de necesidades, pues, mientras estés material, o, emocionalmente cargado de sentimientos y cosas viejas e inútiles, no tendrás espacio para nuevas oportunidades" En realidad, no son los objetos guardados los que estancan tu vida, sino la actitud de guardar. Con esa actitud, estás enviando a tu cerebro el mensaje de que no confías en el mañana ni en tu capacidad de crear nuevas respuestas. Necesitas que tus ideas y tu vida fluyan. Necesitas vivir en actitud de cambio, confiar en tu capacidad creativa y vaciar tu mente y tu escritorio y tu casa de todo lo que no necesitas, sólo de esta forma podrás renovarte, fluir y evolucionar.
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Muchas personas están llenas de egoísmo, envidia, ambición y de tantas cosas materiales que llenan el corazón y la mente, con lo cual no les queda espacio para las cosas esenciales de la vida, como la paz y la alegría de vivir. El consumismo es un intento de llenar con cosas el vacío de autoestima, de afecto y de seguridad. Se trata de un mecanismo de compensación. El asunto es que el vacío interno no se llena con cosas. Las crisis económicas que han afligido y afligen a muchos países, han causado tanta miseria, dolor y frustración que la gente vive traumatizada por la pobreza y trata, por todos los medios, de adquirir riqueza como garantía de seguridad para el futuro. Esta situación explica, en parte, la corrupción galopante. A medida que nos vaciamos de cosas superfluas podemos centrarnos en las cosas importantes, en esas cosas que forman parte de nosotros, que nos llenan por dentro y que nos acompañan a donde quiera que vayamos. Aprendemos a valorar la vida, el tiempo, la amista, la libertad, la creatividad, la naturaleza y la paz. Necesitamos fluir y renovarnos todos los días, pues el peso de las cosas y de los viejos hábitos es un obstáculo para crecer y volar. A medida que nos desprendemos de cosas inútiles y simplificamos la vida, nos sentimos más livianos y más libres. En la vida todo se renueva. Los árboles renuevan sus hojas, el cuerpo renueva sus células, la sociedad se renueva y el cerebro se renueva cada día con las nuevas experiencias. Cada día nacen niños y mueren ancianos. Es la ley de la vida. Hoy tenemos más cosas que nunca y más oportunidades, pero no somos felices porque hemos desviado la atención y el interés hacia cosas superfluas que no podemos lograr, y, si por circunstancias de la vida pudiéramos lograrlas, tampoco seríamos felices, porque no sirven para satisfacer las necesidades fundamentales del ser humano. Sólo cuando se vive de acuerdo con los propios valores se encuentra la estima de uno mismo, el respeto de los demás y la satisfacción que proviene del interior. No llenes tu vida de cosas ni tu mente de necesidades; porque serás esclavo de las cosas y tendrás dificultad para valorarte como persona.
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El tiempo se lleva todo lo que amamos La vida es un tiempo corto que se nos da para convertir nuestros sueños en realidad. Los niños son vitales y curiosos, no se preocupan por el tiempo, porque para ellos el mundo es suyo y el tiempo es eterno. Los jóvenes derrochan su juventud y derrochan el tiempo porque lo consideran interminable, pero, a medida que pasan los años, el tiempo se acelera y se va llevando, poco a poco, todo lo que amamos. Los recuerdos de la infancia van quedando en la lejanía. Los amigos del colegio se fueron por caminos distintos y no sabemos nada de ellos. Tal vez una vieja fotografía de grado nos permite reencontrarnos imaginariamente. Los hijos que llenaban la casa, se casan y se van, dejando un vacío inmenso que ya nadie llenará. Sólo los buenos recuerdos y los éxitos obtenidos podrán paliar la sensación de soledad que deja el paso del tiempo. Siempre existe la posibilidad de hacer nuevos amigos, pero la vida es tan inestable y fugaz, que, apenas nos encariñamos con las personas, el tiempo se las lleva, de modo que, siempre tenemos que estar recomponiendo nuestro espíritu y llenando los espacios que dejan los que se van. Necesitamos asir todo lo que amamos y grabarlo a fondo para que, ni el tiempo, ni el olvido, nos lo arrebaten, porque, en definitiva, somos lo que recordamos, lo que sentimos y lo que amamos. Somos la memoria de nosotros mismos. Por esta razón, necesitamos vivir intensamente, amar intensamente, y decir con frecuencia a los seres queridos lo mucho que los amamos, porque mañana tal vez sea tarde. De lo que más se arrepienten las personas, cuando están al final de su vida, es de no haber amado más a la gente, de no haber ayudado más y de no haber perdonado más. Aunque el tiempo se lleva todo lo que amamos (abuelos, padres, amigos...) hay algo que no se puede llevar (los recuerdos, el amor que hemos dado y el amor que hemos recibido, las obras buenas, los proyectos que hemos realizado, los éxitos, la felicidad que hemos compartido, las ideas que hemos dado y el ejemplo de bien que hemos sido para otros) La vida es bella pero también puede ser dura y cruel, de modo que, debemos estar preparados para disfrutar de los éxitos sin deslumbrarnos y para soportar los fracasos sin rendirnos. Conscientes de que la vida es corta y de que el tiempo se lleva todo lo que amamos, no podemos vivir distraídos, ni perder el tiempo en tonterías, ni preocuparnos por tantas cosas inútiles que traen
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de cabeza a la gente, ni dejarnos llevar por el consumismo, la moda, o por el ritmo de una sociedad que vive a la deriva. La mayoría de las personas se van de esta vida con una sensación profunda de fracaso, de sueños truncados y de proyectos inconclusos. Sin duda, se trata de personas, tal vez, muy luchadoras, pero poco creativas y poco emprendedoras. Las personas creativas y emprendedoras sienten que han dejado huellas que el tiempo no puede borrar. Los seres humanos somos mortales en lo físico pero eternos en el espíritu. Podemos transcender el tiempo y considerar la vida como un simple trámite existencial. De esta forma nos ahorraremos la angustia de la vejez, de la soledad, de la muerte y de tantas otras preocupaciones que agobian a los seres humanos. Nos han programado con un sentido trágico de la vida. Nos han enseñado a dramatizar el tiempo que se va, en vez de enseñarnos a valorar el presente como un regalo maravilloso. La vida adquiere un valor de "esencia", porque es fugaz y porque la experiencia de vivir es infinitamente maravillosa. ¿Hasta dónde podría llegar el hombre si la muerte no se cruzara en su camino? Pero la vida es así y el ser humano debe renunciar como Moisés a la tierra prometida que se extiende ante sus ojos. Es triste y doloroso el tener que renunciar a tantas promesas de éxito y de felicidad que ofrece el futuro. Por eso, el ser humano debe vivir con intensidad y agradecimiento el tiempo que le da la vida para realizar todos sus sueños. Los seres humanos estamos acostumbrados a medir la duración de la vida en tiempo cronológico, pero la vida tiene también una dimensión psíquica y una dimensión espiritual. En estas dimensiones el tiempo no se mide por la duración cronológica sino por la intensidad de los fenómenos vividos. Un minuto de conciencia profunda, de relación íntima, de conexión con instancias supremas, es suficiente para dar un valor total y un sentido de plenitud y de trascendencia a la vida. Las personas que han alcanzado estas experiencias cumbres así lo atestiguan. La vida es una experiencia maravillosa pero fugaz; por tanto, no te distraigas en cosas superfluas, no pierdas el tiempo en discusiones. No seas esclavo de nada. No gastes el tiempo en atesorar cosas que no podrás llevarte contigo. Vive cada momento como si fuera el último de tu vida.
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Naciste al amanecer. Fuiste flor de primavera. Disfrutaste la brisa tibia y el cálido beso del sol. Te arrulló el trinar de las aves y contemplaste embelesado el amanecer, la puesta del sol y la danza de las mariposas. Pero llegó el otoño, se secaron las flores y las hojas. Sopló el viento y los árboles desnudos levantaron sus brazos al cielo implorando misericordia. Todos se habían ido: El sol, las aves y las mariposas; pero en el corazón de cada semilla se esconde una esperanza. Gracias a ellas volverá la primavera, brillará el sol en el cielo cantarán las aves en el bosque y danzarán las mariposas. Si guardas semillas en tu alma, de bondad, de ilusión y de esperanza, aún en el atardecer de tu vida vivirás en primavera, sentirás que el mundo es bello y la gente buena. Las aves cantarán en tu jardín, el sol jugará a perseguir mariposas y un día al atardecer le dirás ¡adiós! a la vida. David Angulo de Haro
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Importancia de la familia para la supervivencia… Somos la especie que tiene la organización social más compleja y eficaz de todas. Nuestro éxito y dominio no provienen de la inteligencia o capacidades de cada individuo en particular sino de la coordinación y de la colaboración que se ha dado entre los miembros de la especie. Cada logro de nuestra especie ha sido alcanzado cuando la estructura social estaba preparada para ello. Por ejemplo: Para realizar el Proyecto Apolo que llevó al hombre hasta la luna, no se debió a un individuo muy inteligente sino a miles de personas capaces que unieron su experiencia. En nuestra especie, nada importante es fruto del individuo, sino de la organización social. Esta es nuestra fuerza frente a las demás especies. En definitiva, nuestra evolución social precede y es el motor de todas nuestras creaciones como especie. A veces surgen sabios y genios que crean cosas impresionantes, pero su capacidad mental es producto de la evolución alcanzada por la sociedad. Nuestro origen no fue nada esplendoroso. La especie humana tuvo que luchar contra muchas penurias y dificultades extremas. Tuvo que aprender a organizarse y funcionar en equipo para defenderse, lograr alimento y sobrevivir. En un mundo hostil y poblado de fieras, sólo las especies que lograron adaptarse a situaciones adversas lograron sobrevivir y éste fue el caso afortunado de nuestros antepasados los chimpancés. ¿De qué le podría servir a un chimpancé el caminar erguido y todas las herramientas frente a un león o a una jauría de perros salvajes? ¿Por qué ha sobrevivido la especie humana? Fue el desarrollo de la estructura familiar lo que le permitió protegerse de los depredadores. Una familia de chimpancés podía recolectar en el suelo y uno o varios individuos encaramados en lo más alto de algunos árboles cercanos, podía vigilar y prevenir de cualquier ataque. Ante la más mínima sospecha del acercamiento de un depredador, los observadores podían avisar a los miembros recolectores y estos tener tiempo suficiente para ponerse a salvo, encaramándose a los árboles. Esta estrategia es más que verosímil y, en cualquier caso, eficaz. Es la misma estrategia que observamos hoy en las especies animales. Los grupos familiares que eran capaces de establecer un grado más alto de cooperación adquirían una ventaja frente a los demás y aumentaban sus probabilidades de supervivencia. Empezó, así, una carrera de organización social que aún hoy sigue activa. Cada familia, grupo, comunidad, cultura, nación, etc. Sobrevive o se extingue en función de sus habilidades de cooperación. Fue el desarrollo familiar lo que salvó a nuestros antepasados de la extinción y les dio las riendas de nuestra evolución. Desde entonces, las familias, los grupos, las asociaciones, las organizaciones, las empresas y los estados tienen más o menos éxito según sea su capacidad de
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organización y de cooperación. Cuando los pueblos entran en crisis oímos slogans políticos "El pueblo unido jamás será vencido" Es el grito ancestral de supervivencia que llama a la unidad. Nuestro desarrollo social no está guiado por nuestros genes sino por nuestro cerebro. Los mecanismos de organización social se transmiten de una generación a la siguiente mediante el lenguaje y no mediante la reproducción sexual (genética). Es decir, es una transmisión directa de cerebro a cerebro a través del lenguaje y de la educación. A cada nuevo avance en el grado de organización familiar le seguían uno o varios logros culturales y tecnológicos. Nuevas herramientas, nuevos conocimientos, nuevas habilidades. En forma progresiva se desarrolló el lenguaje, la inteligencia, el arte, la religión... Estos avances a su vez permitían nuevos avances en la organización familiar y en la educación de las futuras generaciones Los grupos familiares fueron creciendo más allá de la familia y aparecieron las tribus. Después aparecieron las ciudades y los Estados. Luego la unión de países y finalmente la globalización. La familia ha sido el grupo de supervivencia principal de la especie humana hasta hace dos siglos. Ahora bien, a lo largo de este tiempo, nuestro modo de vivir en familia ha evolucionado. Y como cualquier otra forma de vida, su evolución está causada por cambios en las condiciones de vida. Por lo tanto, para comprender la actual crisis familiar es imprescindible identificar las nuevas presiones selectivas que obligan a tales cambios. Nuestro sistema familiar de referencia es el agrícola, es decir, el formado alrededor de una pareja procreadora principal (que tenía la propiedad de la tierra). Además de los hijos, convivían otros miembros familiares (abuelos, tíos, primos, hermanos, cuñados, nietos, sobrinos, etc.) Decimos que este es nuestro grupo familiar de referencia porque ha sido la forma dominante durante los últimos 10.000 años; es decir, durante el Neolítico o periodo agrícola. Y es sólo en las recientes décadas que asistimos a un resquebrajamiento de esta estructura familiar Esta estructura familiar agrícola fue el resultado de una selección natural estricta que se impuso de generación en generación, de modo que sólo aquellas familias capaces de establecer determinadas formas de cooperación y convivencia sobrevivían. Las condiciones de la vida agrícola eran extremadamente duras. El lector sólo tiene que hacer el esfuerzo de imaginar cómo era la vida cotidiana de sus antepasados en el siglo XII. Todos hemos visto películas que recrean la vida de hace siglos. El trabajo era durísimo y las probabilidades de supervivencia escasas. De varios niños que nacían, la mayoría moría a causa de distintas enfermedades. La economía era elemental, sólo se comía aquello que se era capaz de extraer de la tierra. No había médicos, medicinas, escuelas, ambulancias, policías, jueces, maquinaria, electrodomésticos, agua corriente, luz..., nada de nada de lo que hoy disfrutamos. Así pues, el único modo de sobrevivir era viviendo en el seno de una familia, lo más extensa y cohesionada posible, que permitía aunar esfuerzos. Esta selección rigurosa fue fortaleciendo el modelo familiar que todos conocemos y que sigue vigente en nuestra mente. El sistema familiar fue creciendo en valores, creencias, normas y también en prejuicios y mitos Este es el modelo de familia que hemos heredado de nuestros antepasados.
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Todos sabemos cómo debe ser una familia, qué normas y valores deben presidirla y conducirla. Qué es lo que está bien y lo que está mal. Y así intentamos formar nuestra propia familia, aunque el intento no nos salga como esperábamos. La raíz de la crisis de la familia se debe a los grandes cambios que se están produciendo desde hace más de 250 años, es decir, desde la "Revolución Industrial". El inmenso poder que la "Revolución Industrial" ha cambiando la faz de la Tierra y nos obliga a evolucionar para seguir sobreviviendo. Los biólogos saben de la gravedad del problema que afecta a miles y miles de especies botánicas y animales, muchas de las cuales ya se han extinguido y otras muchas más se extinguirán inevitablemente en los próximos decenios. La llamada "crisis" de la familia hay que enmarcarla dentro de un proceso general de transformación radical de la tierra y de nuestra especie. Se trata de que la familia se está reestructurando para adaptarse a las nuevas condiciones, de lo contrario, el modelo de familia que conocemos podría desaparecer y surgir otro tipo de familia que no podemos ni siquiera imaginar. Los cambios se aceleran. ¿Qué hacer? Lo único que podemos hacer es leer los signos de los tiempos y tratar de adaptarnos a la realidad, porque la ley de la vida es: " Adaptarse o morir" ¿A qué adaptarse? _ Existen muchas opiniones y tendencias... (Filosóficas, religiosas, políticas, psicológicas, éticas, sociales...) y es responsabilidad de cada persona tomar decisiones correctas que le ayuden a sobrevivir. La familia es necesaria, no solo para sobrevivir, sino para crecer y desarrollar la inteligencia y la conciencia. La familia es el ambiente ideal para el desarrollo de las estructuras afectivas, intelectuales, sociales, morales y espirituales. Vivimos en familia porque sin ella no podríamos sobrevivir. La familia no ha sido un capricho, ni una imposición ideológica, sino una necesidad vital para la supervivencia individual. Como cualquier otra especie, los humanos desarrollamos mecanismos de comportamiento social. La familia, como el grupo articulador de nuestra evolución social, ha constituido el pilar fundamental de nuestro éxito biológico. No dejes que las circunstancias programen tu vida; crea las circunstancias para que trabajen a tu favor. Las cosas cambian con rapidez y lo que hoy es de actualidad, mañana será obsoleto, de modo que, una forma de prever y de adelantarte al futuro consiste en cultivar una mente flexible, creativa y en actitud de cambio. Prever es crear las condiciones que garanticen el éxito sostenido, independientemente de cómo funcione la sociedad. Sin embargo, el destino y el azar son caprichosos e impredecibles, de modo que, el riesgo será tu compañero inseparable de camino. Tú eres el arquitecto de tu familia. La familia es mucho más que un lugar físico, es ese lugar en el que reina el amor, la paz, la seguridad y la felicidad. Tu casa está donde eres feliz.
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Sentido de pertenencia El sentido de pertenencia es un sentimiento de estar unido a algo o alguien que se considera importante, como son: la familia, el país, la cultura, la religión, los amigos, el equipo, el club, etc. El sentido de pertenencia proporciona seguridad y disminuye la angustia y el sentimiento de soledad. En Estados Unidos existe mayor salud mental entre los hispanos que entre los americanos, a pesar de las penurias de los hispanos. ¿Sabrías decir cuál es la razón? Los hispanos se aferran a sus raíces, tienen fuerte sentido de pertenencia y comparten la realidad de cada día, mientras que, los americanos están atrapados en la dinámica del progreso y de la globalización, sus relaciones humanas son superficiales y su sentimiento de pertenencia débil; lo que hace que, en la competencia de la vida se sientan solos frente al destino. Como es lógico, esta situación afecta las estructuras mentales. El gregarismo es una tendencia natural a asociarse, es propia de los animales y también de los seres humanos. Las personas se asocian para ayudarse, para sentirse más seguras, para lograr objetivos comunes, para evitar la soledad. La asociación más fuerte y más natural es la familia. La familia está unida por lazos de sangre, de amor y de historia. Constituye un árbol genealógico formado por todas las generaciones que nos han precedido, por los familiares que aún viven y también por las generaciones que vendrán. El sentimiento de pertenencia a una familia hace que nos sintamos acompañados y protegidos por los familiares con quienes compartimos una herencia genética. En cierta forma somos parte de ellos y ellos son parte de nosotros. No importa lo lejos que estén, los sentimos cerca de nosotros. No hay nada tan valioso como haber crecido en una familia con intenso calor de hogar. Este sentimiento nos acompaña constantemente y nos transmite fortaleza y motivación para superarnos y ser dignos representantes de la familia a la que pertenecemos. El sentido de pertenencia es fundamental para lograr una buena identidad personal, para crecer y para integrarse en la sociedad. Las personas que tienen bajo sentido de pertenencia encuentran serias dificultades para crecer como personas y como profesionales y para integrarse exitosamente en la vida social. La experiencia indica que las personas con alto sentido de pertenencia se sienten ciudadanos del mundo entero y encajan en cualquier lugar, mientras que las personas con escaso sentido de pertenencia sienten que no pertenecen a ninguna parte. En épocas pasadas el sentido de pertenencia era muy fuerte. Existía gran arraigo a la familia, al lugar de nacimiento, a las costumbres, a las tradiciones, a los principios sólidos y a los valores... Era como si una fuerza telúrica uniera a todos en un destino común. La educación se transmitía de padres a hijos. Los padres gozaban de autoridad y respeto y cada quién tenía idea exacta de su función en la vida y de lo que podía esperar. Había muchas carencias, pero también mucha armonía y seguridad, más arraigo y menos angustia y estrés. Luego, a medida que llegó el progreso y se impuso la globalización, desaparecieron las fronteras en todos los aspectos y el mundo externo invadió la mente de las personas y la intimidad de las
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familias, sin respeto y sin piedad y se desvirtuó el sentido de pertenencia. Ahora somos débiles y vulnerables, como individuos y como sociedad. El progreso y la globalización han unido al mundo, pero han desintegrado a las familias, no por causa del progreso ni de la globalización en sí, sino por la forma en que se manejan las cosas. El progreso y la globalización ofrecen grandes oportunidades sólo a las personas emprendedoras. Las demás personas seguirán siendo piezas del gran robot económico, cada vez más explotador y más despiadado. Hoy somos presas fáciles de poderes económicos y políticos. Creemos que nuestra sociedad es democrática, pero desconocemos las fuerzas profundas que mueven las cuerdas de la política y de la economía, interesadas únicamente en sus beneficios. Cómo hemos llegado a perder el sentido de pertenencia Las razones son muchas y lo hecho, hecho está. Ahora se trata de aprender la lección y de encontrar la forma de fortalecer los valores que constituyen la esencia de la propia identidad y del sentido de pertenencia. Cómo fortalecer el sentido de pertenencia Toda familia por humilde que sea tiene una historia maravillosa. Es suficiente título de honor el hecho de haber sobrevivido hasta el día de hoy a través de millones de años. El sentido de pertenencia no lo dan las riquezas, ni los títulos, lo da el amor que nos une a nuestra familia. De aquí la importancia de que la relación entre padres e hijos y entre hermanos se base en el respeto y en el amor. Si los padres supieran lo importante que es el sentido de pertenencia para lograr una buena identidad, autoestima y personalidad, serían más comprensivos y amorosos. Y si los hijos supieran que una buena relación con sus padres y hermanos les marca para siempre, se esmerarían por mantener una buena relación. La esencia del sentido de pertenencia es el recuerdo de unos padres amorosos y comprensivos y el recuerdo de una infancia feliz A los niños no les interesa si sus padres son ricos, poderosos o famosos, lo que interesa a los hijos es que sus padres les amen, les escuchen, tengan buen carácter y compartan con ellos. Ahora regresa a tu infancia y recuerda todo lo bueno que viviste, comienza desde los recuerdos más antiguos y anótalos. Lee con frecuencia esta lista y verás cómo cada vez te enriqueces con nuevos recuerdos. Como es lógico ocurrieron cosas negativas que es mejor olvidar. Estos recuerdos son tu mayor riqueza. Te ayudarán a fortalecer tu identidad y también tu sentido de pertenencia, lo cual se traducirá en más autoestima y mayor personalidad. El beneficio será mayor si unes a tu historia los nombres y los recuerdos de todos tus familiares, de tus amigos y de todas las personas que han influido en tu vida. Cada vez que leas la lista y traigas a tu memoria estos recuerdos te nutrirás de sentimientos profundos y verdaderos y te sentirás orgulloso de lo que eres y de tus ancestros, quienes lucharon para que sus descendientes tuvieran una vida mejor. También sentirás que tus ancestros te miran desde el pasado y esperan que des la talla para que tus hijos y los hijos de tus hijos se sientan orgullosos de su familia. Como puedes observar, el sentido de pertenencia está en la unión y en el amor. El escaso sentido de pertenencia que observamos en la sociedad se debe a la pérdida de los valores a la falta de unión y a la falta de amor. La estructura y el funcionamiento de la familia pueden evolucionar, lo que no puede faltar es la cohesión y el amor. Necesitamos reconstruir la familia, para lo cual es importante entender que, para que funcione la pareja y la familia es necesario que exista comunión de intereses, sentimientos, sueños, principios, valores, solidaridad, confianza, lealtad y compromiso. Todo ello afianza el mutuo sentido de pertenencia, haciéndonos mejores personas, capaces de compartir la vida y la felicidad. El desarrollo personal es una buena forma de fortalecer el sentido de pertenencia.
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Confirma tus valores Todos sabemos que la Ética y la Moral tienen como objetivo regular el comportamiento humano. Pero la mayoría de las personas tienen ideas equivocadas acerca del origen y bases de la Ética y de la Moral. Creen que son impuestas por Dios y por la Iglesia. En realidad la Ética y la Moral obedecen a leyes naturales que se imponen porque son justas y necesarias. La misión de la Iglesia al igual que la misión de las demás religiones es recordar que existen unos principios y valores que hay que respetar porque son necesarios para el desarrollo personal y para la convivencia social. Los valores más importantes de la evolución son: el desarrollo de la inteligencia y de la conciencia. La inteligencia nos permite conocer la naturaleza y funcionamiento de las cosas. Gracias a la inteligencia hemos aprendido a dominar la naturaleza y a progresar. La conciencia nos permite distinguir entre el bien y el mal, entre las conductas que conducen al desarrollo, al éxito, a la libertad y a la felicidad y las conductas que conducen al fracaso y a la frustración. De aquí el deber de todos los seres humanos de buscar la verdad y el bien, pues sin ellos no podemos cumplir con nuestra misión en la vida. Los seres humanos seguimos siendo animales, como el chimpancé, el orangután o los lémures, solo que más evolucionados. Somos impulsados por instintos poderosos. Los instintos son fuerzas positivas, pero necesitamos controlarlas. Los instintos son como el caudal de un río poderoso, el cual, si es canalizado, sirve para producir energía y para regar el campo, pero, si se sale de madre, destruirá todo a su paso. La función de los valores es controlar y encauzar los instintos hacia objetivos de desarrollo y progreso. La inteligencia es la luz que ilumina el camino, pero es la conciencia la que indica el camino a seguir en medio de la complejidad de la vida. Cuando nacemos nuestra conducta es instintiva, como las de cualquier animal, pero, a través de la educación aprendemos a ser humanos. La finalidad de la educación es desarrollar la inteligencia a través del conocimiento y de la experiencia, y desarrollar la conciencia, a través de la asimilación de principios, normas y valores. La finalidad de los principios y de los valores es construir una estructura moral, capaz de controlar las fuerzas compulsivas de los instintos, pues, el ser humano tiende por naturaleza al libertinaje, por lo que necesita un control permanente. Se cree que los seres humanos gastan el 70% de su energía mental en controlar las fuerzas instintivas y en controlar los temores, angustias, preocupaciones, etc. La humanidad ha tardado miles de años para lograr el nivel de inteligencia y de conciencia actual, pero esta evolución sirve de poco si no la asimilamos a través de la educación y de la disciplina personal.
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La humanidad ha aprendido cuáles son las conductas que llevan al éxito, a la libertad, a la convivencia y a la felicidad. Estas conductas (Verdad, justicia, honestidad, humildad, solidaridad, responsabilidad, etc.) son consideradas como valores. También conocemos cuáles son las conductas destructivas que llevan al fracaso, a la violencia, a la guerra y a la frustración. Estas conductas (Egoísmo, envidia, soberbia, avaricia, ira, odio, violencia, hipocresía, corrupción, irresponsabilidad, etc.) son consideradas vicios o antivalores. Cada persona tiene una escala de valores de acuerdo a la educación recibida y a la filosofía de la vida que ha desarrollado; sin embargo, existen ciertos valores reconocidos universalmente, pero resulta difícil imponer estos valores, porque existen muchos intereses personales. Todos sabemos lo difícil que es construir el bien y lo fácil que es sembrar el mal; por lo cual, debemos estar muy atentos, a nivel personal y a nivel social para alimentar los valores que conducen al éxito y para controlar toda forma de mal, antes de que eche raíces. Los éxitos a nivel intelectual, afectivo, económico, social, moral y espiritual, se deben a que las personas y la sociedad son regidas por valores correctos, mientras que las crisis y los fracasos personales y sociales, se deben al debilitamiento de los valores. “Moral y luces son nuestras primeras necesidades” Sión Bolívar Muchas personas ya se han dado cuenta que invirtiendo en la Bolsa de Valores, por muy alto que sea el beneficio, no consiguen la felicidad. Por ello, tenemos que invertir en valores, que nos proporcionen plenitud, paz, autoestima y alegría de vivir. Me refiero a los Valores Humanos. Los Valores Humanos no cotizan en el mercado. Son un producto que casi nadie usa, porque, supuestamente están devaluados. Los Valores Humanos son un producto de la evolución, y su existencia, su vigencia y su valor, no dependen de la opinión de las personas, ni de la moda, ni de las circunstancias. Los Valores se imponen porque son lógicos y necesarios. En realidad, los Valores siguen ahí presentes, firmes como la roca. Los Valores son las leyes que salvan al hombre del auto destrucción. Hoy no existe crisis de valores como pretenden algunas personas, lo que sí existe es una sociedad mal programada, mediocre y confundida, con criterios erróneos acerca del valor de las cosas, pero los valores siguen ahí, marcando el rumbo que conduce al éxito, a la libertad y a la felicidad. Ahora bien, el hombre es libre y puede optar por los valores o por los anti valores, como la ha hecho en muchos momentos de la historia. Las consecuencias ya las conocemos. La experiencia de la historia nos dice que, cuando las personas respetan las leyes morales (valores) la sociedad florece y vive en paz, progreso y felicidad, y cuando quebranta las leyes morales se impone la ley de la selva. Todos sabemos la verdad de las cosas y la forma en que debemos actuar, pero somos débiles y por eso fallamos. Creo que más importante que convencer es persuadir. El convencimiento está dirigido a la razón, mientras que la persuasión está dirigida a la emoción, a la motivación, que son en definitiva las impulsoras de nuestra conducta. Necesitamos asimilar unos Valores de forma que nos resulten amistosos y nos muevan a actuar de forma correcta.
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78 Confirma tus Creencias y tus Convicciones
Las creencias hacen referencia a la fe o confianza que se tiene en Dios, en las personas o en las cosas. El ser humano carece de tiempo y de capacidad para experimentar todas las cosas. Creemos en los libros, en la historia, en los noticieros de T.V. en lo que dice la gente. Casi todas las conductas humanas se basan en la fe, en las creencias. Existen varios grados de creencia. Las cosas pueden ser dudosas, posibles, o ciertas. Aquí sólo nos interesan las creencias que coinciden con la certeza, pues son ellas las que proporcionan el impulso para la acción. Las creencias se graban especialmente en la infancia. Las aceptamos como algo verdadero, indiscutible y obligatorio. Las creencias pueden ser verdaderas o falsas pero nos aferramos a ellas porque nos proporcionan seguridad. Las creencias constituyen la estructura de la personalidad y determinan la dirección de la vida. Las creencias y convicciones deben ser lógicas y adaptadas a la realidad; de lo contrario se convierten en fanatismo e intolerancia. No hay que confundir convicción con fanatismo. La convicción está siempre gobernada por la lógica. El fanatismo es básicamente emocional e irracional Las personas desarrolladas tienen una mentalidad amplia; mientras que, las personas poco desarrolladas suelen ser excluyentes y fanáticas; consideran que quienes no piensan como ellas están equivocadas. ¿Te has puesto a pensar lo aburrida que sería la vida si todos pensáramos de la misma forma? La belleza y la riqueza del mundo físico, animal y humano está en la diversidad. Lo importante es que cada persona sea fiel a sus creencias, entendiendo que nadie es dueño de la verdad y por tanto, hay que purificar las creencias a través de la búsqueda constante de la verdad. Las creencias más profundas son las que hacen referencia a los principios y valores. Estas creencias constituyen la estructura de nuestra mente y determinan la imagen que tenemos del mundo. Estas creencias son “sagradas” e “incuestionables”; sin embargo, debemos revisarlas con frecuencia para adaptarlas a la realidad, pues la vida evoluciona y se impone la adaptación para evitar la rigidez. Los seres humanos tenemos millones de convicciones, pero ocurre que sólo utilizamos las que más nos interesan. Generalmente estas convicciones son pocas pero las utilizamos constantemente, casi de forma automática, y ellas son las que condicionan nuestra forma de ser, de vivir y de actuar, y, en consecuencia, determinan nuestro éxito o fracaso.
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Las personas nos aferramos a las convicciones porque proporcionan seguridad; nos ayudan a creer que estamos en lo cierto y nos impulsan a reaccionar contra quienes las cuestionan, porque sentimos su crítica como una amenaza a nuestra seguridad. Esta es la razón por la cual hay que evitar discutir de religión, de patria y de familia. La experiencia y la madurez fortalecen las verdaderas creencias, mientras que, las creencias inconsistentes se desvanecen con el tiempo, porque no aguantan la prueba de la vida. Las creencias, como toda conducta humana superior, necesitan ser alimentadas con lectura, reflexión y acción. La humanidad vive un proceso acelerado de globalización cultural. Imagina cuántas razas, lenguas, religiones y costumbres conviven en Nueva York. Esta realidad exige el desarrollo de la tolerancia y del espíritu democrático. Cada persona debe ser fiel a sus creencias pero debe evitar el fanatismo y estar abierta las creencias de todas las personas. En realidad el 99% de nuestra vida depende de la fe, de las creencias. Creemos lo que dice la prensa, los libros, la ciencia, la historia, la televisión, la gente. A través de internet se realizan infinidad de negocios y transacciones basados en la fe y en la confianza. Los seres humanos tenemos millones de creencias pero ocurre que sólo utilizamos y expresamos las que más nos interesan. Generalmente estas convicciones son pocas pero las utilizamos constantemente, casi de forma automática, y ellas son las que condicionan nuestra forma de ser, de vivir y de actuar, y, en consecuencia, determinan nuestro éxito o fracaso. Los que triunfan no son necesariamente más inteligentes que los demás pero tienen las creencias y convicciones adecuadas para lograr sus objetivos. Los que fracasan tienen fallas en su programación mental, es decir, en sus creencias en sus convicciones y en sus acciones. Nuestras convicciones sólo pueden ser comprendidas por quienes funcionan en la misma onda. Cada persona tiene un esquema mental que es útil conocer. Podemos hablar de cosas intranscendentes con todo el mundo, pero, cuando se trata de temas que inciden con las creencias y las convicciones políticas, religiosas, morales o sociales, es necesario ser prudentes, pues, las personas son muy sensibles a todo lo que se opone a sus creencias y convicciones. Si eres una persona triunfadora y feliz, los demás te observarán con curiosidad y tratarán de descubrir la razón de tu éxito. Tratarán de conocer tus creencias y tus convicciones porque son eficaces. Y es posible que traten de imitarte, pero nadie puede imitar a nadie de verdad, porque cada ser humano es único. Vivimos en un mundo débil desde el punto de vista mental, moral y espiritual. En otras épocas las personas tenían convicciones más firmes. Era gente de honor y de palabra. Hoy, se acepta y permite casi todo, en nombre de la tolerancia y de la libertad, aunque vaya en contra del sentido común. En esta situación resulta difícil desarrollar creencias y convicciones que apunten a la excelencia, pero, como dice el refrán "Los héroes se forjan en la guerra"
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Solo frente al destino El destino era personificado por las Moiras, divinidades que controlaban la vida de cada mortal desde el nacimiento hasta la muerte. El destino era considerado como una fuerza sobrenatural que guiaba la vida de los seres humanos de forma inevitable y fatal hacia un fin desconocido. Puesto que el Destino controlaba todo, los seres humanos carecían de libre albedrío y de libertad, eran simples juguetes en manos de fuerzas sobrenaturales que actuaban a su antojo. Hasta cierto punto, el hombre tiene el control de su propio desarrollo y de la evolución humana, así como también tiene el poder de autodestruirse, debido al mal uso del libre albedrío El libre albedrío es el poder que tienen los seres humanos de elegir y de tomar sus propias decisiones. El libre albedrío tiene implicaciones morales, religiosas, sociales y legales. En pocas palabras, el hombre es responsable de su vida y cada acción u omisión tiene consecuencias que no necesariamente se manifiestan de inmediato sino que se harán efectivas en algún momento. Por mal uso del libre albedrío, los seres humanos acumulan muchas deudas con la vida desde niños. Hay personas que quedan hipotecadas para toda la vida, a nivel intelectual, afectivo, social, moral y espiritual, debido a una educación deficiente. En adelante, estas personas deberán enfrentar la vida sin recursos intelectuales, afectivos, etc. por lo cual, están condenadas a ser mediocres en todos los aspectos Podemos aceptar que existe el destino que nos han permitido nacer, pero a partir de aquí, lo que determina nuestra vida es la educación recibida en la infancia y las decisiones que hemos tomado. Cada persona construye su destino. Hoy somos el resultado de las decisiones que hemos tomado a lo largo de la vida y mañana seremos el resultado de las decisiones que tomemos a partir de hoy. Tú decides como quieres que te vaya en la vida. Los que triunfan es porque, en algún momento de su vida, tomaron la decisión inquebrantable de triunfar y luego, a través de sucesivas decisiones han consolidado su desarrollo. Cuando las personas entendamos que cada uno depende de sus decisiones, de sus actitudes, de sus ideas, de su lenguaje y de sus decisiones; cuando entendamos que “La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días". Benjamín Franklin, entonces seremos más conscientes y responsables. El hombre nace solo, vive solo y muere solo. La primera experiencia existencial, fuera del seno materno, es la soledad. El ser “solo” es una condición de la individualidad. Gracias a que el ser humano es “solo” tiene su propia conciencia y su propia libertad, que le permiten ser dueño de sí y de su destino. Existe una soledad existencial. Se trata de un sentimiento de aislamiento social y de vacío interior. Es como una sensación íntima y dolorosa de desintegración. Esta clase de angustia se debe a carencias de amor, de fe y de autoestima. La persona puede estar rodeada de mucha gente pero siente un vacío y una soledad inmensa.
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La soledad existencial se debe a la falta de fe y de esperanza en instancias transcendentes (Dios), que podría dar sentido a la vida y mitigar esa angustia existencial. Esta soledad empobrece y es causa del más profundo de los dolores humanos, como es el dolor del alma. Muchas personas tratan de paliar inútilmente esta soledad existencial a través de la actividad, del éxito, de la fama, de los placeres... Hay que aprender desde niños a hacer amistad con el silencio y con la soledad, como partes necesarias de la vida. La sociedad actual está atrapada en el agite y en la prisa, no dispone de tiempo para reflexionar ni para crear, ni para encontrarse consigo misma, lo cual le impide tener una conciencia clara de la propia vida y de sus posibilidades, comprometiendo su desarrollo y su madurez. La sociedad vive siempre en crisis. Crisis significa lucha: La crisis es buena porque es señal de salud; obliga a los seres humanos a buscar respuestas, a cambiar, a evolucionar... La ley de la vida es “Adaptarse o morir”. Pero, adaptarse, ¿a qué? Los padres, conocedores de que la vida es una lucha interminable por sobrevivir; deben fortalecer a sus hijos con una educación consistente, fundamentada en principios religiosos, morales y sociales y en criterios claros sobre los aspectos fundamentales de la vida, tales como el valor del estudio, del trabajo, de la libertad, de la familia, de la amistad, de la disciplina, etc. para que nadie les engañe, pues, vivimos en una sociedad mediocre, materialista y manipuladora en la que la ingenuidad y la ignorancia se pagan muy caras. La verdadera historia es interna, y, como las grandes corrientes marinas, sigue impertérrita su camino. La historia personal depende básicamente de las propias decisiones; y, si bien es cierto que las circunstancias nos condicionan fuertemente, también es cierto que el hombre es libre por encima de todos los condicionantes, y, por tanto, es el protagonista y el responsable de su futuro. De modo que, el futuro de cada persona lo construye ella misma. El futuro es por naturaleza riesgo e incertidumbre pero son estas características las que le dan a la vida ese aspecto de novedad permanente. Los padres observan angustiados cómo la sociedad está perdiendo valores fundamentales y cómo las personas son aplastadas por una competencia despiadada. Por su mente cruzan mil preguntas cargadas de angustia. ¿Qué será de mi hijo? ¿Cómo puedo educarle para que sobreviva en una sociedad que se anuncia tremendamente hostil? No te preocupes. La vida humana está sujeta a las leyes de evolución; por tanto, el futuro ofrecerá más oportunidades para crecer y ser más libre. Eso sí, quienes no se capaciten lo pasarán muy mal. La vida es un gran teatro y cada uno elige el papel que desea desempeñar. Unos eligen el papel de rey, otros el de villano, otros el de bufón... Muchas personas, abrumados por sentimientos de indignidad eligen papeles irrelevantes, de modo que pasan la vida sin pena y sin gloria. Otros eligen un papel protagónico y triunfan a lo grande. Para triunfar en el teatro de la vida no se necesitan cualidades especiales, lo importante es identificarse con el personaje elegido; luego, la mente se programa para actuar con éxito. El futuro es la casa de los sueños y de la esperanza. El temor al futuro mata los sueños y la esperanza y sin ellos, el hombre es un barco a la deriva. Así que, visualiza un futuro exitoso, luego sueña, trabaja y espera lo mejor, seguro de que te acontecerá lo mejor. Siembra ideales en tu corazón y en el corazón de tus hijos y mañana los verás florecer. El mejor momento para vivir es el presente y depende de ti, pero no olvides que, a veces somos juguetes en manos del destino.
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Cuál es tu Misión en la vida La palabra misión significa enviar. Cada ser humano es enviado a la vida para cumplir una misión, y, por tanto, trae consigo las cualidades necesarias para llevar a feliz término su misión. La principal misión de todo ser humano es el desarrollo de sí mismo. Muchas personas no cumplen con su misión, por eso existen tantas vidas vacías. Esta realidad nos perjudica a todos porque formamos parte de un mundo globalizado. Cada persona necesita descubrir su vocación para así poder hacer lo que ama. Cuando alguien hace lo que ama pone en ello su mente y su corazón, de modo que lo hace bien y la calidad de su trabajo es el mejor camino para el desarrollo de sí mismo y de la sociedad. Quienes no encuentran su vocación o no tienen la posibilidad de hacer lo que les gusta, deben aprender a amar lo que hacen, porque de lo contrario, el trabajo, en vez de ser una ocasión para crecer, se convertirá en cadena para su cuerpo y para su espíritu. Lo más importante de la misión no es lo grande o importante de lo que haces sino el amor que pones en ello. Tan importante es la labor del médico que cura las enfermedades como la del barrendero que las evita. Tan importante es la raíz del árbol que lo sostiene y alimenta como las flores y los frutos. Muchos conciben la misión como actividad orientada a la producción de cosas, de ideas y de soluciones; esto es cierto en parte, pero la verdadera misión consiste en el desarrollo de sí mismo, porque más que cambiar el mundo por fuera se trata de cambiarlo por dentro. La actividad que desempeñas es menos importante que la forma en que la realizas. Dios pudo haber hecho el mundo perfecto de una vez, pero dejó al hombre la oportunidad de continuar la obra, con la esperanza de que al realizarla con amor, el hombre se sintiera protagonista. Aunque es importante la misión orientada al progreso, pues sin progreso no hay desarrollo; la verdadera evolución de la humanidad viene de dentro, del desarrollo de la inteligencia, de la conciencia y de la libertad. Esta es la misión más importante que hace posible un mundo más justo y más feliz.
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El mundo progresa de forma impresionante, pero el progreso científico y económico sirve de poco si no se traduce en desarrollo humano; es decir, en inteligencia, conciencia, libertad y calidad de vida. De niño, no entendía qué aportaban al mundo las monjas de clausura, los monjes budistas y tantas otras personas dedicadas a la oración y a la contemplación; como tampoco habría podido entender la "inútil" misión del farolero en el cuento del Principito; pero el Principito, que era sabio, sí la entendió. Para él, "El farolero era menos absurdo que el comerciante, que el bebedor, que el administrador y que el pescador de perlas, porque se ocupaba de otras cosas y no de sí mismo" La misión de cada ser humano es muy simple: Hacer bien lo que puede hacer, de modo que, nadie tiene excusas para dejar de cumplir con su misión. No te compliques la vida, no la conviertas en un rompecabezas, no pretendas ser un salvador; cada persona debe salvarse a sí misma, tú sólo puedes ser el testimonio vivo de que es posible salvarse a través del desarrollo. Simplifica, busca la verdad de las cosas y actúa con honestidad; no ambiciones las glorias humanas que pasan y sólo dejan frustración; y escucha la voz de la vida que te invita a vivir y a ser feliz Busca una misión en la que seas lo más independiente posible, para que estés protegido de la envidia y de la competencia; para que dependas más de tus decisiones que de los condicionantes externos. Tú, al igual que todas las personas, has recibido muchas semillas: ideas, amor, fe, ilusión, valores, etc. La finalidad no es que las guardes sino que las obsequies a los demás y a su vez, ellos las obsequien a otras personas para que se multipliquen. De este modo, la vida será una siembra y una cosecha permanente de amor, de progreso y de felicidad... Observa a los grandes triunfadores. Triunfan porque tienen una visión y una misión que les proporciona inteligencia y voluntad. ¿Cuál es tu misión? ¿Crees que estás haciendo bien las cosas? ¿Estás satisfecho de lo que aportas a la humanidad? Si hoy fuera el último día de tu vida ¿Qué desearías haber hecho por tu familia y por la humanidad? ¿Por qué no comienzas a hacerlo? Hace muchos años ley una frase que me hizo reflexionar y que ha influido mucho en mi vida personal y profesional. Decía: "Al final de tu camino, lo que diste, eso tendrás"
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Mide las consecuencias de lo que dices Todo vibra. Según la ley de vibración todo lo que sentimos y pensamos se expresa a través de vibraciones que se expande en todas direcciones, influyendo para bien o para mal en uno mismo y en los demás. Si las personas supieran que las vibraciones se vuelven contra ellas mismas, evitarían los pensamientos, palabras, sentimientos e intenciones negativos. Toda vibración negativa comienza por herir a quien la produce; de modo que, necesitamos ser honestos y bondadosos, no sólo por razones morales, sino por sentido común Vivimos en una sociedad que emite vibraciones de temor, angustia, competencia, desconfianza y agresividad. Si dejamos entrar estas vibraciones en nuestra vida, nos iremos contaminando de las mismas enfermedades que padece a la sociedad. El antídoto son las vibraciones de signo opuesto. Selecciona tus ideas sentimientos y lenguaje porque ellos te modelan día a día, de forma lenta pero profunda y pueden conducirte al éxito o bien al fracaso. Los seres humanos tendemos a ser impulsivos, a reaccionar de forma emocional sin medir las consecuencias de lo que decimos, ni de lo que hacemos. Es importante tomar conciencia de que una vez que las palabras salen de nuestra boca, son libres y nada podemos hacer para controlarlas. Con frecuencia nos lamentamos del daño que causamos a otras personas y del daño que nos causamos a nosotros mismos por ser irreflexivos e imprudentes en nuestras palabras y en nuestras acciones. Las palabras y las acciones son premisas que desencadenan los efectos correspondientes. Si difamas a alguien, la difamación se extenderá como la pólvora y nada podrás hacer para detenerla. Hay palabras que son como bombas, una vez lanzadas, producen grandes daños en las personas. Puedes arrepentirte y pedir perdón, pero el mal ya está hecho y no se puede reparar. Siempre quedan traumas y heridas. En cierta ocasión una mujer difamó a otra, al darse cuenta del daño que le había causado, se sintió culpable y con el fin de acallar su conciencia fue a confesarse. El sacerdote, después de escucharle en confesión le dijo: Consigue una almohada de plumas, ve a lo alto de un monte y lanza las plumas al viento, luego recoge hasta la última pluma y tu pecado será perdonado. _ Eso es no es posible, dijo la mujer. _ Tampoco es posible que puedas recoger las palabras que salieron de tu boca y reparar la honra de la mujer, respondió el sacerdote. Los seres humanos estamos llenos de traumas y de heridas mentales, debido a los malos tratos y falta de respeto que nos causamos a nosotros mismos y que nos causa la sociedad. Como estamos acostumbrados a esta forma de vida, aceptamos la difamación, las críticas, la represión y las faltas de respeto como algo normal, pero no tienen nada de normal. Son síntomas de una enfermedad mental crónica que afecta a la sociedad.
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Las palabras no son simples sonidos, son energía, fuerza, vibración positiva o negativa, que influye para bien o para mal, primero en quien las pronuncia y después en las demás personas. Los pensamientos negativos y el lenguaje negativo son los poderes más destructivos de la tierra. Un lenguaje positivo estimula, mientras que un lenguaje negativo envenena y lleva al fracaso. A veces es suficiente una palabra de estímulo para salvar la vida de una persona, así como una palabra ofensiva puede destruir su autoestima y condenarla al fracaso. Conclusiones El código utilizado por el cerebro es verbal, por lo cual, las palabras activan el cerebro y desencadenan los procesos cognitivos. Un lenguaje positivo nos programa para el bien y para el éxito y se convierte en estímulo para las demás personas; mientras que un lenguaje negativo es autodestructivo e influye negativamente en las demás personas. Existen balas que hieren y matan los cuerpos y existen palabras que destruyen la autoestima y matan los sueños. De aquí el llamado a cuidar el lenguaje, porque podemos convertirnos en criminales de almas y ladrones de sueños. Evita herir los sentimientos, la autoestima y la dignidad de las personas, porque son patrimonio del alma y nadie tiene derecho a dañarlos. Puedes y debes defender tus derechos, pero no debes ofender a nadie. Las personas pueden olvidar lo que les dijiste un día, pero nunca olvidarán cómo se sintieron con lo que les dijiste. Haz amigos y evita hacer enemigos, porque no sabes quién puede darte la mano un día. Al hablar de forma irreflexiva, imprudente y crítica, dejamos al descubierto muchas la poca calidad de persona que somos, lo que hace que las personas no nos respeten ni confíen en nosotros. El lenguaje delata a las personas y expresa todo sobre ellas: Sus valores, creencias, sentimientos, intereses, nivel cultural, así como sus temores y complejos. Si analizas el lenguaje de las personas te darás cuenta de que el 90% es negativo, expresa crítica, angustia, temor, pesimismo, frustración, resentimiento, envidia, agresividad,... Si aprendemos a pensar antes de hablar, nos evitaremos muchos problemas, actuaremos con sabiduría y tendremos poder sobre las demás personas. "Eres dueño de lo que callas y esclavo de lo que dices" El pensar antes de hablar es un hábito que supone control mental. El control mental es como tomar el volante y conducir por la vida sin salirse del camino; mientras que, la irreflexión a la hora de hablar o de actuar, significa que no hay control, y, en consecuencia, habrá muchos accidentes, errores y fracasos. Por tanto, detente y piensa qué estás haciendo con tu vida. El control da la vida comienza por el control de la lengua. Cuida tu lenguaje porque tus palabras te modelan día a día, de forma lenta pero profunda. "Cuida tus pensamientos, porque se volverán palabras. Cuida tus palabras, porque se volverán actos. Cuida tus actos, porque se harán costumbre. Cuida tus costumbres, porque forjarán tu carácter. Cuida tu carácter, porque formará tu destino. Y tu destino será tu vida" Mahatma Gandhi
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Mide las consecuencias de lo que haces Todo lo que ocurre a nivel del Universo, a nivel social y a nivel personal no es más que un proceso continuado de acción y reacción. Por Ley de Acción y Reacción, cada persona se modela a sí misma y forja su carácter, su personalidad y su destino. Las ideas y sentimientos que cultivamos determinan nuestra visión de la vida, nuestra actitud ante las cosas y la forma de actuar. Según sean nuestras ideas y nuestros sentimientos, serán nuestras reacciones y nuestras decisiones, y, según sean nuestras decisiones, será nuestra vida. La acción humana no depende de la voluntad del momento sino de las fuerzas positivas o negativas que predominan en la mente, las cuales alimentamos cada día. Estas fuerzas determinan la mentalidad, el carácter, la actitud y la personalidad. Por esta razón, las personas son como son y actúan como actúan, y no podemos esperar que cambien sustancialmente, a no ser que realicen una reprogramación mental. Muchos refranes se hacen eco de esta realidad. "La cabra siempre tira al monte" "Genio y figura hasta la sepultura" "No esperes peras del olmo" Sabiendo que toda acción genera una reacción, es importante saber qué estímulos debemos aplicarnos a nosotros mismos y a las demás personas para lograr que sus conductas sean positivas y eficaces. Los estímulos positivos generan respuestas positivas y los estímulos negativos generan respuestas negativas. Por tanto, cuando las cosas no funcionan bien, se debe a que hemos actuado de forma errónea y es necesario rectificara nivel de ideas, creencias y actitudes. Todo lo que hacemos nos marca para siempre, para bien o para mal. Existen acciones que producen reacciones o efectos inmediatos y existen acciones con efectos retardados. Muchos de los problemas que tenemos hoy a nivel personal y a nivel social, se deben a acciones erróneas cometidas en el pasado. El éxito y el fracaso son el resultado de acciones pequeñas que se van acumulando día a día. Lo mismo ocurre con el saber y con la riqueza. Nuestra mente está formada por estructuras mentales (hábitos físicos, intelectuales, afectivos, morales, etc.) los cuales funcionan como un todo sincronizado. Cuando se activa un hábito (acción) se produce una reacción en cadena que determina una conducta. Una acción es algo muy complejo que depende de muchos factores.
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Las estructuras mentales se conservan a través de los años, pero, existe una renovación constante. En el proceso de adaptación, muchas personas toman caminos equivocados por diversas razones (ignorancia, falta de hábitos eficaces, libertinaje, etc.) mientras que otras personas aprenden a controlar su vida. La sociedad nos bombardea todos los días con toda clase de ideas (acción) a las cuales reaccionamos. Hay personas carentes de capacidad crítica que reaccionan de forma equivocada (se dejan influenciar, arrastrar...) De aquí la importancia de protegerse contra la acción invasora de la sociedad. Pero, de lo que más necesitas protegerte es de la acción de tus enemigos internos (el egoísmo, la pereza, la irresponsabilidad y el libertinaje) Conclusiones Todo lo que hacemos o dejamos de hacer da origen a nuestra estructura mental; es decir, a una forma de ser, de pensar, de sentir y de actuar. Lo que hacemos se convierte en hábitos. Los hábitos toman el control de la mente y gobiernan nuestra vida. Si los hábitos que hemos creado a lo largo de nuestra vida son positivos, nos llevarán al éxito, en caso contrario nos condenarán al fracaso. Conocemos poco sobre la mente humana, lo cierto es que desde niños cada persona toma una actitud que va marcando pautas, de esta forma, unos toman el camino que conduce al éxito y otros toman el camino que conduce al fracaso. Como somos libres, siempre existe la posibilidad de rectificar, pero todos sabemos lo difícil que resulta corregir los defectos. De aquí la importancia de medir las consecuencias de lo que hacemos y de ser siempre honestos y responsables, en vista de que todo lo que hacemos nos marca y compromete nuestro futuro. Los padres deberían tener en cuanta esta realidad para estimular a sus hijos e inclinarlos hacia el bien, el estudio, la disciplina, la libertad, etc. Según la Ley de Causa y Efecto, cada persona es lo que ha hecho de sí misma y tiene lo que merece en atención a sus acciones. Ahora bien, resulta difícil aceptar esta idea cuando observamos tantas injusticias y abusos, pero la ley es la ley. Los seres humanos nacemos libres y responsables, y, si bien existen muchos factores que juegan en contra nuestra, siempre contamos con la inteligencia y el libre albedrío para buscar una salida. Por esta razón, la naturaleza no perdona a nadie. La vida fluye y no podemos regresar para subsanar los errores cometidos. Lo único que podemos hacer, es aprender del pasado y planificar mejor el futuro. Se trata de ser más reflexivos, más prudentes y más previsores. Piensa antes de hablar, porque no puedes controlar las palabras una vez que salen de tu boca. Piensa antes de actuar, porque una vez iniciada la acción, una vez iniciada tiene una dinámica que escapa a tu control. Prevé y planifica tu vida con tiempo, para que no dependas de las circunstancias. Lo más importante no es lo que te sucede en la vida, sino lo que haces y la forma en que reaccionas ante las cosas.
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Renueva tus códigos cerebrales El cerebro humano ha evolucionado a lo largo de cuatro millones de años. En este largo proceso ha creado infinidad de códigos mentales que contienen los misterios de nuestra existencia y de nuestra evolución. El cerebro es un libro vivo que contiene la historia de nuestra vida. El cerebro aprende cada día, rectifica, se adapta y evoluciona. A lo largo de los años aprendemos distintos códigos relacionados con el lenguaje, las matemáticas, el aprendizaje, los comportamientos sociales, las conductas morales, el manejo de herramientas, las habilidades en distintos deportes, etc. Estos códigos se convierten en hábitos que determinan nuestra forma de percibir las cosas, de pensar, de sentir y de actuar. Los seres humanos aplicamos estos códigos en nuestra vida diaria y nos sirven para resolver las cosas con eficacia. Las personas que aprenden a leer bien cuando son niños, adquieren un código cerebral correcto en relación con la lectura para toda su vida. Lo mismo ocurre con otros códigos como manejar, memorizar, hablar en público, etc. De aquí la importancia de aprender desde niños numerosos códigos y que los códigos sean de calidad. Los códigos elementales proporcionan una capacidad elemental de aprendizaje, un conocimiento elemental, un vocabulario elemental, un pensamiento elemental y una capacidad de éxito reducida. En base a estas ideas, debería cambiar de forma radical la educación familiar, la educación escolar y universitaria, la organización y funcionamiento de las empresas e instituciones, etc. Con estudio y experiencia crecen los conocimientos en amplitud y profundidad y los códigos adquieren mayor potencial. Es fundamental que los conocimientos estén bien organizados y bien definidos para que el pensamiento fluya con rapidez. La velocidad de los procesos mentales es fundamental. Como el código utilizado por el cerebro es verbal (el cerebro procesa en base a palabras) resulta fundamental el desarrollo de un vocabulario amplio, rico y fluido. La naturaleza tiene su ritmo y su proceso natural que depende de leyes establecidas, pero el cerebro humano vive un proceso de evolución que se acelera cada día, gracias al incremento de la información; sin embargo, los seres humanos no necesitan toda la información. Además, la capacidad del cerebro es limitada, por lo que cada persona necesita aprender a seleccionar únicamente la información que necesita para lograr sus objetivos. La Neurociencia trata de entender los mecanismos cerebrales y sus raíces evolutivas que hacen del hombre lo que es y determinan su conducta, su visión del mundo y las normas que rigen su relación con los demás. Sabemos que todo cuanto percibe y concibe el hombre depende de circuitos específicos del cerebro. Por tanto, el estudio de la corteza cerebral y de nuestro sistema límbico (emociones) ayuda a entender las raíces de la naturaleza humana.
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Así como el descubrimiento del código genético proporciona un conocimiento amplio sobre la naturaleza y funcionamiento del cuerpo humano y ha abierto caminos insospechados en el campo de la medicina, de forma similar, el conocimiento de los códigos cerebrales ayuda a entender la raíz de las conductas humanas y a vivir con más criterio, con más éxito y con más felicidad. El caos en que vive la sociedad (ignorancia, pobreza, crisis, guerras, frustración...) es producto del subdesarrollo mental y del quebrantamiento de ciertos códigos cerebrales. ¿Cuáles son los códigos mentales que rigen la vida de las personas sanas, exitosa y felices? ¿Cuáles son los códigos mentales que hacen a las personas envidiosas, egoístas, frustradas? ¿Cuáles son los códigos mentales que llevan al autoritarismo, a la venganza, al genocidio? ¿Qué códigos mentales hacen a las personas sumisas y cobardes? ¿Qué códigos mentales hacen a las personas corruptas o criminales? ¿Qué códigos mentales hacen a las personas simpáticas, amables y sociables? ¿Qué códigos mentales impulsan al esfuerzo, al éxito y a la responsabilidad? ¿Qué códigos mentales hacen a las personas creyentes o ateas, morales o libertinas, felices o infelices? Cuando veas que alguien triunfa en algún aspecto, se debe a que utiliza un código mental correcto y cuando veas que fracasa, se debe a que utiliza un código mental inadecuado. Revisa tus códigos mentales, porque en ello te va el éxito o el fracaso, y recuerda que, no importa cómo funciona la sociedad, importa cómo funcionas tú. Los seres humanos vivimos de forma rutinaria e inconsciente, repitiendo todos los días las mismas conductas, a sabiendas de su poca eficacia. La ley de la vida es: "Renovarse o morir" La humanidad funciona como un todo y para que las cosas funcionen bien es necesario tener en cuenta los derechos de todos los seres humanos, sin embargo, en la vida real se imponen la competencia, el egoísmo y la ambición. Las razones son muchas, pero el resultado es una sociedad "moderna" en apariencia, pero anclada en estructuras viejas y rígidas que impiden crecer y evolucionar. Progresamos mucho debido a que la materia es manejable, pero evolucionamos poco. Esta situación hace que las instituciones y las personas sean rígidas y que sea imposible una verdadera renovación intelectual, moral, social, económica, política, religiosa y espiritual. La renovación no significa echar por la borda todo lo anterior, pues, el pasado es la base de lo que somos hoy. La renovación solo supone ajustes progresivos, acordes con el proceso natural de la evolución. Cuando no se producen estos ajustes se genera una tensión en el campo de las ideas y en el campo moral, social, laboral, económico, político, religioso y espiritual, debido a que la ley de la vida es crecer y evolucionar. El efecto de la falta de renovación es la frustración con todas sus consecuencias (crisis, corrupción, violencia...) La frustración y las crisis no son malas en sí, pues, advierten de que algo no funciona y es necesario rectificar. Necesitamos renovar los códigos intelectuales, morales, sociales, económicos, políticos y espirituales, primero a nivel personal para luego aplicarlos a nivel social. Todo cambio se inicia en la mente. Tal vez lo único que puedas hacer por ti y por la sociedad es renovar tus códigos mentales. Recuerda que, más importante que cambiar el mundo por fuera es cambiarlo por dentro.
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Crea tu propio mundo y tu propia historia Existe un mundo externo que es el escenario en el cual se desarrolla nuestra vida, pero el mundo verdadero en el cual vivimos es nuestro yo, nuestra mente. Es en este mundo interno en el que se dan los fenómenos cognitivos y emocionales que constituyen nuestra verdadera experiencia de la vida. Por esta razón, donde quiera que vayas, siempre estarás en el mismo lugar, porque tu lugar eres tú mismo, y hagas lo que hagas, siempre te encontrarás con tu propia realidad, con esa realidad que has construido tú mismo a través de tus experiencias y de tus decisiones. Las persona tratan de cambiar las cosas externas con el fin de mejorar su situación interna, pero las cosas funcionan al revés, es necesario cambiar primero por dentro para poder cambiar las cosas externas, porque, lo que nos ocurre en la vida es la expresión de la forma como funcionamos por dentro. Todos llegamos a la vida con posibilidades inmensas, pero luego cada quién elige su camino. Unos eligen el camino del éxito y otros eligen el camino de la mediocridad o del fracaso. Las circunstancias pueden jugar a favor o en contra, pero lo decisivo es la actitud personal, el uso que cada uno hace de su libertad. Existen muchas razones y excusas para justificar la ignorancia, la pobreza y el fracaso, pero a la naturaleza no le interesan razones, ni excusas, le interesan resultados. La naturaleza ha obsequiado a cada persona una inteligencia para que pueda discernir entre la verdad y la mentira, una conciencia para que pueda distinguir entre el bien y el mal y el libre albedrío para que pueda optar siempre por la verdad y por el bien. De modo que, todos los seres humanos nacen con la capacidad necesaria para alcanzar el éxito y la felicidad; pero el éxito y la felicidad no son gratis, suponen superar las pruebas de la vida. Es en este terreno donde unos triunfan y otros fracasan. Los seres humanos desconocemos las razones profundas por las cuales, en las mismas circunstancias, unos triunfan y otros fracasan. Es importante conocer la forma en que funciona la mente humana. El ser humano no ve el mundo exactamente como es, sino que lo hace a través de representaciones mentales que tiene grabadas del mundo, en base a las experiencias acumuladas desde la infancia. Esta es la razón por la cual, cada persona percibe el mundo a su modo. La forma de ver las cosas y de reaccionar ante ellas, está determinada por las experiencias, creencias y valores que el sujeto aplica según las circunstancias.
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Por esta razón, aunque el mundo es el mismo para todos, la forma de percibirlo es distinta. Cada persona lo percibe de acuerdo a su filosofía de la vida y de acuerdo a su estado de ánimo. Esto explica por qué, donde unos fracasan, otros triunfan, y, donde unos son felices, otros son infelices. De aquí la importancia de tener principios y valores bien definidos y de cultivar ideas y sentimientos positivos, porque percibimos el mundo exterior de acuerdo a como somos por dentro y actuamos en consecuencia. Si las personas tuvieran conciencia desde niños de que cada uno se construye a sí mismo y de que todo lo que hacen las marca para siempre, actuarían con más responsabilidad, pero su inconsciencia hace que contraigan demasiadas deudas con la vida, en forma de ignorancia, pereza y mediocridad. Hoy cada quién tiene el mundo que se ha creado. Ahora no sirve de nada quejarse, culpar, lamentarse o compadecerse de sí mismo. Lo único inteligente es reaccionar y salvar lo que se puede salvar. Los problemas graves que aquejan a las personas y a la sociedad son el resultado de fallas estructurales a nivel intelectual, afectivo, social, moral y espiritual; por lo cual, es en estos puntos donde hay que poner la atención. El teatro de la vida aún no ha terminado y te da la oportunidad de representar el personaje que tú elijas. Puedes elegir ser rey. Muchas personas eligen personajes insignificantes, porque su autoestima es baja y tienen miedo a fracasar. El asunto es que, una vez elegido el personaje, el cerebro se programa para identificarse con dicho personaje y desarrollar las características que le son propias. A medida que pasan los años, quienes eligieron personajes importantes, logran triunfar y ser felices, mientras que, quienes eligieron personajes insignificantes son mediocres y frustrados, como es lógico, lo más fácil es culpar a la vida de su desagracia, cuando son ellos los culpables de su situación. Su historia pudo ser brillante, pero aceptaron lo que hoy son, al identificarse con un personaje insignificante. El teatro aún no ha terminado y te da la oportunidad de elegir un personaje que satisfaga tus aspiraciones. No necesitas imitar a nadie, sólo, sé tú mismo. Sé lo más inteligente, lo más bueno y lo más feliz que puedas ser. Construye tu mundo y escribe tu propia historia.
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Pequeñas acciones producen grandes efectos Una montaña es la suma de pequeñas partículas de arena. El mar es la suma de gotas insignificantes. El tiempo es la suma de segundos. La sabiduría es la acumulación de experiencias. Todas las cosas grandes que existen en el mundo se han hecho a partir de pequeños elementos que se han ido asociando (el saber, la experiencia y la riqueza,...) Así como el fracaso es el resultado de pequeños errores que se han ideo acumulando y han creado las condiciones para que un día se diera el gran fracaso. Nadie triunfa o fracasa de un día para otro. El éxito y el fracaso son el resultado de procesos largos. Está bien soñar con grandes éxitos, porque activan la imaginación, pero no debemos olvidar que la vida es lucha y competencia, y que, cada persona tiene que hacerse un lugar en la sociedad y aprender a defender su espacio físico y mental; por lo que hay que vivir con los pies en la tierra y establecer expectativas lógicas y alcanzables. La sociedad ofrece ilusiones y fantasías, placeres y libertad a manos llenas, pero la realidad es dura y a veces cruel. Las personas son ingenuas e inmaduras y desaprovechan los mejores años de su vida. Cuando pasan los años se lamentan de las oportunidades perdidas, pero el mal ya está hecho. Todos somos víctimas en mayor o menor grado de esta realidad. Pero esto pertenece al pasado y no podemos regresar para cambiarlo. El asunto es qué vamos a hacer de hoy en adelante. Lo primero es soñar que todo es posible, pero también es necesario caminar con los pies en la tierra. Luego, creer en uno mismo y entender que nadie puede resolvernos la vida, que nuestros problemas son nuestros y sólo nosotros podemos resolverlos, y, por la misma razón, nadie puede darnos el éxito ni la felicidad. Cuando entendamos estas verdades comenzaremos a responsabilizarnos de nuestro propio desarrollo y entenderemos que, para lograr el éxito y la felicidad necesitamos ponernos a valer como personas y no olvidar jamás los valores que conducen al éxito y a la felicidad. Muchas personas no logran el éxito, porque parten de premisas falsas, tales como que, el éxito es fácil y lo único importante es ser feliz ahora. Todo éxito comienza por una buena base, por un plan o proyecto, y por el desarrollo de de las capacidades que garanticen la eficacia, pues, nadie puede dar lo que no tiene. Necesitamos aprender de las plantas que echan una pequeña raíz y luego crecen lentamente
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respetando el ritmo de la naturaleza. Crecen a medida que absorben y transforman los nutrientes de la tierra. Al principio no piensan en dar frutos sino en crecer, en echar raíces y en prepararse para dar frutos ricos y abundantes cuando llegue el momento indicado. Las personas olvidan que hay que sembrar antes de cosechar y que la cosecha es proporcional a lo sembrado. Si las plantas no absorben los nutrientes, mueren. Si las personas no se capacitan y asumen su propio desarrollo, fracasan. La mente de las personas esta llenas de proyectos que nunca verán la luz, porque están esperando que llegue la oportunidad para actuar. Las grandes empresas tuvieron un nacimiento humilde, comenzaron por una idea y una decisión, luego, el tiempo y la perseverancia hicieron lo demás. La marca Coca-Cola está valorada en $70.5 billones de dólares. La empresa fue fundada en Atlanta-Georgia en 1886. Todo comenzó cuando el farmacéutico, John Pemberton, inventó un jarabe y lo llevó a una farmacia local. El empleado pensó que era excelente y lo puso a la venta por cinco centavos el vaso. Tras el invento John se anunció en un periódico local, haciendo un dibujo a mano que decía: Coca-Cola. La respuesta fue exitosa. Durante su primer año se vendieron nueve bebidas por día. Hoy, se venden 1.600 billones de porciones diarias. Philip H. ha creado una empresa valorada en $13.7 billones de dólares. Se trata de Nike. La compañía líder en zapatos deportivos que se fundó en 1964. Philip pasó de vender zapatos en la calle a convertirse en un gran empresario. Paul Allen y William Henry Gates iniciaron en el garaje familiar una empresa que dio origen a “Micro-Soft” Si quieres triunfar debes comenzar por poner piso en tu vida, y luego hacer pequeñas cosas, pequeños cambios. A través de pequeñas cosas aprendemos y nos entrenamos para resolver cosas más complejas. La vida es como una gran escalera por la cual ascendemos peldaño a peldaño y cada día nos acercamos más al éxito. El éxito es la meta a la cual queremos llegar, mas, para llegar a la menta necesitamos avanzar paso a paso y dejar bien aseguradas las cosas para que no se venga abajo lo logrado. “El éxito so se logra con hechos grandiosos, que no suelen ocurrir, sino con pequeños actos diarios, que sumados hacen grandes cosas” De modo que, cuando veas a una persona con gran fortaleza mental, luchadora y exitosa, no pienses que nació con ese don; sino que, un día decidió luchar y asumió las responsabilidades de su reto y fue consecuente y perseverante. El camino se hace día a día, paso a paso. ¿Hasta dónde puedes llegar? "El límite es el cielo" La meta humana es el punto final al cual nunca se llega, porque detrás de cada montaña siempre hay otra y detrás de la última montaña está el cielo infinito. Lo importante no es, hasta dónde puedes llegar en términos económicos, intelectuales, etc. pues, detrás de la última montaña está el cielo infinito al cual no puedes llegar. Lo importante es que hagas bien lo que puedes hacer y pongas amor en todo lo que haces y la vida te llevará a donde mereces estar. Lo importante es que sientas que tu vida tiene sentido y que estás dejando una huella en la vida que otros seguirán.
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Lo más importante de tu vida depende de ti En la naturaleza existe un determinismo absoluto que rige el funcionamiento del universo de acuerdo a leyes preestablecidas que se cumplen de forma inexorable. En este sentido es poco o nada lo que podemos hacer para evitar ciertas catástrofes, accidentes o imprevistos, pero esto sólo nos afecta en un bajo porcentaje. Lo más importante depende de la actitud personal. Existen miles de excusas para justificar la ignorancia, la pobreza y todas las demás injusticias que existen en el mundo, pero con excusas y justificaciones no resolvemos nada. Nuestros problemas son nuestros, y sólo nosotros podemos resolverlos, para lo cual necesitamos realizar cambios mentales estructurales, pues, lo que nos ocurre en la vida es la expresión de la forma en que funcionamos por dentro. El mundo es sólo el escenario, los actores somos nosotros. El día en que las personas tomen conciencia de que tienen que aprender a resolver sus problemas por sí mismas, comenzarán a responsabilizarse de su propio desarrollo, a cuidar lo que piensan y lo que hacen. Sólo entonces cambiarán las cosas. El problema de las personas está en que se han acostumbrado a recibir un pez, en vez de aprender a pescar. Las plantas que no echan raíces, mueren. De forma similar, las personas que no crecen en conocimiento y autoestima están condenadas al fracaso. La tendencia natural de los seres humanos es la pereza, la comodidad y el parasitismo, por lo cual, debemos estar atentos para mantener la mente activa y para asumir retos. Con el tiempo, los hábitos adquiridos nos impulsarán a actuar y será un placer sentirnos protagonistas de nuestro desarrollo y de nuestros éxitos. Frente al determinismo de la naturaleza y frente a las presiones de la sociedad, está el libre albedrío. Las plantas inician su vida por una pequeña raíz que lucha por adherirse a la tierra y asimilar los nutrientes; luego, desafiando todos los obstáculos van creciendo hasta convertirse en árboles grandes y frondosos. Para evitar ser derribadas por los fuertes vientos, desarrollan raíces extensas y profundas. Resulta increíble que las plantas sean más inteligentes que los hombres. Todos los seres humanos sabemos que la vida es competencia y que necesitamos capacitarnos y ser responsables y perseverantes para no hundirnos en el fracaso, como le ocurre a tanta gente. Cada día vemos el fracaso y el sufrimiento de millones de personas que quedan desamparadas por falta de previsión; sin embargo, no tomamos nota de estos hechos. Pensamos que esto sólo les ocurre a otras personas. Es importante saber que todo lo que hacemos nos marca para toda la vida, que nos construimos día a día, a través de lo que aprendemos y de lo que hacemos. Todo, lo bueno y lo malo, se va acumulando. Lo positivo nos ayuda a crecer y a triunfar y lo negativo nos hace fracasar. Estos procesos (positivo o negativo) son lentos e imperceptibles, lo que significa que no tenemos conciencia del avance de los mismos. Podemos esforzarnos durante mucho tiempo y no sentir los beneficios del esfuerzo, así como también podemos ser irresponsables durante mucho tiempo y no percibir las consecuencias inmediatas de esta conducta errónea; pero lo cierto es que se van formando hábitos mentales, positivos o negativos, que van adquiriendo fuerza y van impulsando nuestra vida en determinada dirección. El día de mañana, estos hábitos intelectuales, sociales,
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morales y emocionales, mandarán en nuestra vida y serán causa de nuestro éxito o de nuestra desgracia. Los seres humanos tenemos el libre albedrío, y, en teoría, siempre podemos rectificar, pero, en la práctica, las cosas son muy distintas. Muchas personas que caen en el alcoholismo, se "curan" con un tratamiento, pero quedan tocadas para toda la vida. Muchos drogadictos logran recuperarse, pero, de alguna forma, su cuerpo y su mente siguen adictos y pueden recaer si no viven en estado de alerta. El libre albedrío funciona mientras las personas no se impliquen demasiado en problemas. Por ejemplo, el ser humano es libre para elegir si se lanza en paracaídas o no, pero una vez que se lanza no hay vuelta atrás. Es decir, que una vez puestas las premisas se desencadenan los procesos correspondientes. De aquí la importancia de pensar, de prever y de tomar decisiones a tiempo, porque, después no sirve para nada. Lo expuesto nos lleva a muchas conclusiones 1. Es importante saber desde niños las principales dificultades que encontraremos en la vida. Lo cual es fácil si observamos las dificultades que tienen los adultos. Al fin y al cabo, las dificultades son siempre las mismas. 2. Es fundamental prever y planificar, lo cual conlleva tomar las previsiones del caso y comenzar a actuar en la dirección correcta. Esto supone una serie de acciones concretas que nos vayan preparando para triunfar el día de mañana. Es fundamental adelantarse a los problemas. Los seres humanos esperamos que lleguen los problemas para actuar en vez de prever y evitar. El hecho de prever, hace que el cerebro trabaje en encontrar soluciones para los posibles problemas, de modo que, si llegan los problemas, tengamos un trabajo adelantado que facilite la solución. Cuando nos encontramos de improviso ante un problema, el cerebro se siente desarmado; de aquí la importancia de pensar con tiempo en soluciones para posibles problemas que nos puedan sobrevenir. Como muchas soluciones son transferibles de unos problemas a otros, el hecho de pensar en soluciones es una buena inversión. 3. Lo ideal sería elaborar un Proyecto de Vida por escrito, que sea como un mapa de ruta que nos ayude a ubicarnos en la vida y a centrarnos en cosas importantes. El 80% de lo que hacemos carece de utilidad, sólo responde a hábitos rutinarios y a necesidades que se han impuesto en la sociedad 4. En realidad, sólo contamos con nosotros mismos, por lo que necesitamos conocer nuestras fortalezas para desarrollarlas al máximo, pues, son ellas las que nos ayudarán a triunfar. También necesitamos conocer nuestros defectos para protegernos de ellos, pues son nuestros principales enemigos que pueden hacernos fracasar. Par a ello existen tests. 5. Existen libros de calidad, escritos por personas sabias y evolucionadas, que pueden darte ideas valiosas sobre los aspectos importantes de la vida. Esas ideas pueden darte la luz y la fortaleza que necesitas para hacer de ti una persona buena, exitosa y feliz. 6. La sociedad tiene cada día más problemas y genera mucho desgaste psíquico y moral, por lo cual, debes aprender a protegerte de las personas conflictivas y mediocres. Lo más importante no es cómo funciona el mundo, sino cómo funcionas tú. Más importante que cambiar al mundo por fuera es cambiarlo por dentro, comenzando por uno mismo. Cuando cambia una persona, su presencia estimula a cambiar a quienes están cerca de ella.
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87 No juzgues porque no sabes... Cuanto mejor es una persona, más comprende a los demás, y cuanto más miserable es, más juzga a los demás. Es una forma de descalificar, en la creencia que en la medida en que los demás valen menos ella vale más. Las personas mediocres no pueden soportar el éxito de los demás, por eso juzgan mal y al hacerlo piensa que hacen daño y disfrutan el placer de dañar a los demás. Es una forma de perversión que habla muy mal de las personas. De modo que, cuando te encuentres con personas dadas a juzgar y criticar, aléjate de ellas, porque su espíritu es malévolo y daña todo lo que está cerca de ellas. Además, su ejemplo es contagioso, debido a que todos tendemos a juzgar a los demás, por lo que somos tierra abonada para el mal. Es importante saber que tendemos a ser jueces de todo, a buscar excusas para nosotros y condenas para los demás. Necesitamos aprender a ser objetivos, lógicos, justos y compasivos con quienes funcionan mal, pues, bastante desgracia tienen con ser como son. Las personas que funcionan mal tienen conciencia de ello y lo pagan muy caro, pero no saben cómo cambiar, porque están atrapadas en ideas y hábitos que mandan en su vida. Si tu funcionas bien da gracias a Dios y piensa que podías estar en el lugar de los fracasados. Si eres dado a juzgar se debe a que no funcionas bien y a que, en el fondo, formas parte de esas personas a las que juzgas. Como dice el refrán: "No hay peor astilla que la del mismo palo" Nunca encontrarás que las personas exitosas y felices juzguen a nadie de forma despectiva. Pueden hacer juicios de valor y expresar su opinión en relación con las acciones, pero no juzgan a la persona como tal. El juzgar a las personas es propio de las personas mediocres e inferiores. Tenemos derecho a juzgar las cosas y las acciones, pero no tenemos derecho a juzgar a las personas, porque para hacerlo con objetividad y justicia, deberíamos conocer todas las causales que llevan a las personas a ser como son y a actuar como actúan. Ponte en el lugar del otro. Todo el mundo quiere ser libre, rico, exitoso y feliz. No existe nadie que quiera fracasar y ser infeliz. Pero, por diversas razones, cada persona es lo que es. En ello han influido las circunstancias externas y las decisiones personales, lo cierto es que ya estamos programados y poco es lo que podemos hacer para cambiar las cosas; sin embargo, somos libres y siempre existe la posibilidad de cambiar. En esta situación, lo lógico es que nos comprendamos los unos a otros y que, en vez de juzgar, criticar y condenar, demos la mano a los más débiles. Primero, porque necesitamos hacerlo para crecer como personas. Después, porque, si no lo hacemos nos degradaremos y descenderemos al nivel de ellos, y, finalmente, porque si no logramos que salgan de su situación, nos arrastrarán al fracaso. Hoy, nadie puede salvarse solo. Vemos como la ignorancia, la pobreza y el populismo están acabando con la clase media, con el progreso, con la democracia y con la libertad en muchos
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países. Como es natural, quienes no son felices por injusticias de la vida, no pueden aceptar que existan personas felices, sobre todo, cuando creen que estas personas son las causantes de su desgracia. Ponte en el lugar del otro. Es fácil decir que estudien, que trabajen, que sean responsables,... pero ¿Qué harías tú, si estuvieras en su situación? ¿Qué estás haciendo para erradicar los males que criticas y para ayudar a las personas que juzgas? Recuerda que todo tiene sus causas profundas y que no podemos juzgar nada por las simples apariencias. Cuando conozcas las causas profundas podrás juzgar los comportamientos de las personas, pero no a las personas en sí, porque nunca podrás conocer las razones profundas por las cuales las personas son como son y actúa como actúan. Ponte en el lugar del otro y no digas de esta agua no beberé. Piensa en tantos casos de personas que conoces que eran ejemplo de equilibrio y responsabilidad, pero un día, se quebraron su valores y perdieron su dignidad. Comprende y perdona, pero, además, ten sentimientos de compasión hacia los que funcionan mal, se han traicionado a sí mismos y es mucho lo que sufren. Los seres humanos tendemos a juzgar con severidad, y, hasta de forma injusta y con odio a quienes nos causan daño. Esto es natural, el problema radica en que, al hacerlo volcamos sobre estas personas nuestros temores, complejos, odios y frustraciones reprimidas. Necesitamos comprender a los demás y controlar la parte oscura de nuestra mente. El hecho de comprender a las personas no significa aceptar sus comportamientos. Las personas son respetables, pero sus ideas y comportamientos negativos deben ser combatidos de forma civilizada. Las personas han sido siempre fanáticas de lo suyo, pero hoy se están exacerbando los fanatismos y creando muchas tensiones. Esta situación genera temor e incertidumbre y hace que las personas se pongan a la defensiva y tiendan a juzgar, descalificar y condenar a quienes no piensan como ellas. La globalización nos obliga a compartir ideas y espacios. Estamos obligados a entendernos, lo cual comienza por aceptar las diferencias y evitar juzgar a los demás. Se imponen el diálogo y la comprensión. Los demás son como el espejo en el que nos reflejamos nosotros mismos. Al amar a los demás expresamos que nos amamos a nosotros mismos, confiamos en los demás porque confiamos en nosotros mismos, odiamos a los demás porque nos odiamos a nosotros mismos, los juicios que hacemos sobre los demás, los hacemos sobre nosotros mismos. "Piensa el ladrón que todos son de su condición" Por lo cual, al amar, ayudar y comprender... a los demás, nos amamos, nos ayudamos y nos comprendemos más a nosotros mismos; es decir, la mejor forma de crecer es ayudar a los demás. Estas conductas se aprenden básicamente en el hogar por imitación de los padres, por lo cual, es un llamado a los padres para que cuiden los mensajes que dan a sus hijos a través de sus palabras y de su ejemplo, porque, al final, son los padres quienes programan a sus hijos para el éxito o para el fracaso. Puedes juzgar las ideas, actitudes y comportamientos de las personas, pero si vas a juzgar a las personas, piénsalo bien, porque el juicio que emitas sobre ellas, deberás aplicártelo también a ti mismo. "No juzgues y no serás juzgado"
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Cuánto vale tu corazón El corazón es el símbolo de lo más grande que existe en el mundo, es símbolo del amor, de la bondad y de la felicidad. Lo más grande que podemos decir de una persona es que tiene buen corazón. Creo que todos deseamos que digan de nosotros que somos una buena persona y que nos recuerden con amor. En todas las culturas se da importancia a la inteligencia, a la riqueza y al poder, pero sobre todo, se valora el corazón. Hace más de cinco mil años los egipcios ya rendían culto a los muertos. Según el Libro de los Muertos, el centro de la ceremonia lo ocupaba el corazón. El difunto era conducido de la mano por Anubis, "el conductor de almas". Al llegar al centro de la escena había una balanza; en un platillo se colocaba el corazón del difunto y en el otro platillo se colocaba una pluma (símbolo de la diosa Maat, que personificaba la verdad, la justicia y la armonía universal). Si los platillos quedaban en equilibrio, el difunto era considerado libre de culpa y alcanzaba la inmortalidad. Si los platillos no quedaban en equilibrio el difunto era devorado por un cocodrilo. El universo es casi infinito y es un derroche de inteligencia y de belleza, pero no tiene conciencia de sí, ni tiene la capacidad de sentir el amor. Sólo el hombre es capaz de sentir y de amar. El universo entero carece de sentido sin la presencia de seres que lo conozcan y amen. La tierra, sin la presencia humana es sólo un planeta vacío. Una familia sin amor es únicamente un grupo de personas solas. Una persona sin amor es un ser vacío, sin sentido de pertenencia, sin misión en la vida y sin destino. El amor es la fuerza que mueve el mundo. También el odio es una fuerza que influye de forma poderosa en la conducta de los seres humanos. Cuando las personas sienten frustrado su amor, producen odio. Según Sigmund Freud, el odio surge del deseo de destruir lo que nos causa infelicidad. A través del odio las personas intentan descargar la tensión producida por la pérdida del objeto amado. Hasta hace unas décadas el hombre era definido como ser racional, debido a la visión racionalista propia de la cultura occidental, pero, desde hace un tiempo se habla mucho y se escribe mucho sobre inteligencia emocional. Sin duda, es importante lo que piensas, pero es más importante cómo te sientes. Es importante ser inteligente, pero es más importante ser feliz. La inteligencia ilumina el camino a seguir pero es la emoción la que impulsa a la acción. El amor activa la inteligencia emocional. Es impresionante la facilidad con la cual las personas aprenden aquello que aman. Se cree que el 90 % de todas las cosas grandes que se han realizado en el mundo se deben a la inspiración generada por la inteligencia emocional y el 10% a la inteligencia
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racional, la cual se encarga de organizar en forma lógica el producto de la inspiración. Hoy sabemos que las emociones siempre han determinando la dirección de todas nuestras decisiones, incluso de aquellas que aparentan ser puramente racionales. La inteligencia emocional es la capacidad de sentir, de entender, de guiar el pensamiento de forma inteligente, de controlar y modificar los estados anímicos en sí mismo y en los demás, de enfrentar con éxito las presiones de la vida, de saber actuar con determinación y firmeza cuando se trata de defender posiciones fundamentales. La inteligencia emocional está reñida con la ira, el odio, la envidia, el egoísmo, la pereza, la hipocresía y con la mediocridad. La psicología moderna ha demostrado el poder del amor como fuerza para la salud, para el conocimiento y para la creatividad. Ahora bien, ¿Cuánto vale tu corazón?, ¿Cuál es tu capacidad para amar, para comprender, perdonar y establecer lazos sólidos? y ¿Cuál es tu grado de sensibilidad afectiva? La afectividad es la base de la vida psíquica; es decir, de la vida afectiva, intelectual, social, moral y espiritual. La afectividad abarca todas las reacciones de carácter humano. La afectividad nos hace humanos, nos hace sensibles a las cosas y nos impulsa a reaccionar según las circunstancias con el fin de adaptarnos a la realidad. La afectividad impulsa al ser humano, a salir de sí mismo, del egoísmo y de la soledad para relacionarse con las personas, aprender y crecer La afectividad, al igual que la inteligencia son capacidades que necesitan ser desarrolladas por medio de estímulos adecuados. La madre juega un papel insustituible en el desarrollo de la afectividad. Una madre cariñosa desarrolla una afectividad sana, libre y espontánea. Cuando el niño llegue a adulto, será capaz de amar y de relacionarse en forma exitosa; mientras que, una madre poco afectiva, bloquea la expresión de la afectividad y graba en el hijo la imagen de un mundo frío y hostil. A partir de ahí, el hijo tendrá dificultad para relacionarse y para hacer amigos. Su motivación y capacidad creativa también quedarán bloqueadas. Hoy son muchas las personas con problemas de autoestima, de afectividad y de relación debido a errores que cometieron sus padres en el proceso educativo, pero los seres humanos son inteligentes y libres para rectificar, por lo cual, no se justifica que las personas sean poco amorosas. En la sociedad encontramos personas maravillosas, con gran corazón; así como también encontramos personas mezquinas, egoístas, insensibles, crueles y despiadadas. Lo más valioso que podemos decir de una persona es que tiene buen corazón. Creo que a todos nos gustaría que dijeran de nosotros que fuimos una persona de buen corazón y que nos recordaran con amor. En el mundo hay un problema grave de ignorancia, pero, sobre todo, hay falta de amor. Muchas personas temen amar porque corren el riesgo de ser rechazadas o de ser traicionadas y no aceptan ser amadas porque temen quedar atrapadas en una responsabilidad. Para evitar cualquier
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compromiso de amor que amenace su libertad, eluden la amistad, el matrimonio y cualquier otro compromiso afectivo. Nadie puede amar si no ha sido amado y son muchos, demasiados, los que no han recibido en la vida el beso del amor; por esta razón, los que se sienten poseedores de la chispa del amor, tienen la gran responsabilidad de despertar el corazón dormido de tantas personas con las que se encuentran a diario. Es importante tener alguien que nos ame, pero es más importante amar a alguien, porque el dar enriquece más que el recibir. El que recibe amor es un simple receptor de amor, pero el que lo da es una fuente productora de amor y no hay nada más valioso y gratificante en esta vida que producir amor La psicología enseña que la inteligencia emocional es el camino obligado para el conocimiento de las cosas. Resulta muy fácil conocer lo que amamos y resulta imposible conocer lo que no amamos. "Sólo se ve bien con el corazón; lo esencial es invisible para los ojos" El Principito de Antoine de Saint Exupery Si en el jardín de tu vida no crecen las flores del amor y del perdón, entonces, tu corazón está muerto. Sin amor, la vida carece de transcendencia y se reduce a una existencia biológica, simplemente animal. Realiza cada día por lo menos un acto de amor y un acto de perdón, porque, mientras no seas capaz de perdonarte ni de perdonar a los demás estarás incapacitados para amar. Busca siempre razones para amar y para perdonar, en vez de criticar, de juzgar y de condenar. Después de lo expuesto podemos afirmar que, el valor de cada persona es igual al valor de su corazón. En adelante presta más atención a tus sentimientos y recuerda que, el examen final no será sobre cuánto sabes o cuánto has ganado, sino sobre cuánto has amado, ayudado y comprendido a los demás.
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Vive y deja vivir "Lo menos frecuente en este mundo es vivir. La mayoría de la gente existe, eso es todo" Oscar Wilde "Sólo se vive una vez, pero una vez es más que suficiente si se hace bien" Woody Allen Sabes bien cuál es tu espacio en esta vida, quédate ahí y deja vivir a los demás.
Son pocos los que viven, porque son muchos los que no dejan vivir. Los seres humanos hacemos pactos de convivencia obligados por la necesidad, porque de lo contrario nos devoraríamos unos a otros como los caníbales de la prehistoria, pero no tenemos un pacto que nazca del corazón. Somos seres sociables, y, físicamente vivimos juntos, pero estamos muy distanciados unos de otros. En realidad, no sabemos vivir ni ser felices, lo cual genera mucha frustración y rabia, lo cual, unido al egoísmo y a la envidia hace que tampoco dejemos vivir a los demás su propia vida. Un grupo de científicos encerró a cinco monos en una jaula, en cuyo centro colocaron una escalera, y, sobre ella, un racimo de plátanos. Cuando uno de los monos subía la escalera para agarrar los plátanos, los científicos lanzaban un chorro de agua fría sobre los que se quedaban en el suelo. Pasado algún tiempo, los monos aprendieron la relación entre la escalera y el agua, de modo que, cuando un mono intentaba subir la escalera, los otros lo molían a golpes. Después de haberse repetido varias veces la experiencia, ningún mono osaba subir la escalera, a pesar de la tentación de los plátanos. Entonces, los científicos sustituyeron a uno de los monos por otro nuevo. Lo primero que hizo el mono novato fue subir la escalera, pero los demás monos se encargaron de bajarlo y de propinarle una buena paliza, para evitar que el agua fría cayera sobre ellos. Después de algunas palizas, el nuevo integrante nunca más intentó alcanzar los plátanos. Un segundo mono fue sustituido, y ocurrió lo mismo. El primer sustituido participó con especial entusiasmo en la paliza. De forma sucesiva fueron reemplazados los monos 3, 4, 5 repitiéndose siempre la misma historia. Al final quedó un grupo de cinco monos que, a pesar de no haber recibido nunca una ducha de agua fría, continuaban golpeando a aquél que intentaba llegar hasta los plátanos. Si fuera posible preguntar a alguno de los monos, por qué pegaban con tanto ímpetu al que intentaba agarrar los plátanos, con certeza la respuesta sería ésta: "No lo sé. Aquí, las cosas siempre se han hecho así" ¿Te suena conocido? En la mayoría de los casos, los seres humanos opinamos, criticamos y condenamos porque sí, sin lógica, sin razones, sin justicia.
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En la naturaleza existe un equilibrio ecológico maravilloso que ha permitido que muchas especies hayan sobrevivido durante millones de años, debido a que la naturaleza sabe regularse por sí misma, pero con la llegada del hombre las cosas han cambiado drásticamente. El ser humano, llamado a ser el guardián de la naturaleza y de la vida, se ha convertido en el gran depredador, en una amenaza constante para sí mismo y para los demás. Thomas Hobbes afirmaba que: " El hombre es un lobo para el hombre" Resulta un poco fuerte esta comparación, pero es la realidad. Los seres humanos tenemos un barniz de civilización, pero en el fondo somos egoístas, envidiosos, críticos, fanáticos, intransigentes, malos competidores, destructivos, etc. Hoy nadie puede vivir seguro y en paz, porque pende sobre todos la espada de Damocles que en cualquier momento puede caer sobre nosotros. Vivimos bajo amenaza de guerra, de crisis económica, de pérdida del trabajo, de robo, de agresión, de acoso, de injusticias, de traición, de falta de respeto, etc. Existen demasiadas personas desadaptadas que ni viven ni dejan vivir. No pierdas la oportunidad de contar la historia de los monos a tus amigos, para que, de una forma o de otra, se pregunten por qué están golpeando, por qué critican, por qué mienten, y por qué están haciendo las cosas como los monos del experimento. Sólo reflexionando, algún día podremos establecer un poco más de distancia con nuestros parientes lejanos. Vive y deja vivir. No pagues tu ignorancia, tu incapacidad, tus fracasos y tu frustración con los demás. Nuestra escasa evolución, hace que vivamos a la defensiva y que tratemos de reprimir, criticar y hacer la vida imposible a los demás. Observa las actitudes, lenguaje y comportamiento de las personas y comprobarás que la mayoría viven a la defensiva. Son pocas las personas amables que viven y dejan vivir. En realidad, sólo las personas exitosas y felices viven y dejan vivir. Las demás personas viven en un pacto frágil de no agresión, pero con la espada desenvainada. Esto explica la falta de entendimiento con uno mismo, a nivel matrimonial, laboral, político, etc. Es tanta nuestra envidia, los celos y nuestros complejos que nos duele la felicidad y el éxito de los demás, y, como los monos, tratamos de echa abajo a quienes a quienes se esfuerzan por triunfar. Mucha gente no hace nada por cambiar las cosas, pero cuando alguien intenta hacer algo bueno, buscan la forma de echar abajo su proyecto. Esta realidad hace que, quienes triunfan en algo tengan un mérito añadido, pues lo logran por mérito propio, venciendo la oposición de la sociedad. Cómo vivir y dejar vivir. Sé tú mismo, humilde, honesto, emprendedor, creativo, libre, exitoso y feliz. Con estas cualidades te sentirás bien, tendrás mucho que hacer y no tendrás tiempo para entrometerte en la vida de los demás. Es la única forma de vivir y dejar vivir. Las personas que no tienen estas cualidades, carecen de proyectos personales, y, lo único que saben hacer bien, es entrometerse en la vida de los demás y tratar de echar abajo sus proyectos, porque no soportan la felicidad ni el éxito de los demás, pues son una crítica a su mediocridad. Conscientes de que existen muchas personas que no viven ni dejan vivir, necesitamos aprender a defender nuestro espacio físico y mental.
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Comparte tu felicidad Lo más grande que puede ocurrirle a una persona es ser feliz. Desde que nacemos buscamos la libertad y la felicidad. La libertad hace que no dependamos de nadie y de esta forma evitar que nos puedan causar daño y la felicidad significa la satisfacción plena de nuestras necesidades y anhelos. Ahora bien, la libertad y la felicidad son objetivos difíciles de alcanzar, por esta razón, existen tantas personas sometidas e infelices. Los seres humanos tenemos ideas muy pobres sobre la felicidad, por esta razón nos conformamos con migajas del banquete de la vida. Para alcanzar la felicidad es necesario conocer el camino que conduce a ella. Muchas personas, por tener conceptos erróneos sobre la felicidad, eligen caminos equivocados y se pasan la vida esperando la felicidad que nunca llegará. No podemos postergar la libertad, debemos ser felices todos los días, disfrutando de los bienes que la vida nos ofrece. Lo que más atenta contra la felicidad es el egoísmo y la soberbia. El egoísmo nos lleva a ambicionar todo, y, ante la imposibilidad de satisfacer la avaricia, nos sentimos frustrados, y la soberbia nos lleva a querer ser superiores a todos y como esto es imposible, nos sentimos frustrados. Somos tan egoístas que, hasta nos duele obsequiar afecto y felicidad. Ignoramos que es lo mismo dar y recibir, porque el universo fluye de esa manera; de modo que, necesitamos aprender a dar todo aquello que buscamos recibir. Quiere decir: si lo que busca es amor, tienes que dar amor; si lo que busco es prosperidad, tienes que ayudar a otros a que sean prósperos. Si lo que busco es amistad, tienes que dar amistad. Da todo lo que puedas mientras estás vivo, porque luego será tarde. Llama la atención que las personas pobres, que por tener, no tienen nada, comparten su pobreza con alegría y generosidad, mientras que las personas pudientes se resisten a dar y a compartir. No se trata de dar cosas, sino de dar lo más valioso de sí, como son: El saber, la verdad, el amor, la comprensión... pero nadie puede dar estos dones a los demás si no los posee, y nadie los posee si no los cultiva. "Poco das si das de lo que tienes, mucho das cuando das de ti mismo" Khalil Gibrán El mundo está falto de muchas cosas, sobre todo, de afecto, de comprensión, de tolerancia y de amistad, por eso hay tantas caras tristes y tantas vidas vacías. Es muy fácil llevar felicidad a los demás. Un saludo, una sonrisa o una mirada amable, pueden alegrar el día de muchas personas que están acostumbradas a que nadie se fije en ellas ni les de
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importancia. De esta forma puedes poner a circular la alegría, la riqueza y la prosperidad, en tu vida y en la vida de los demás. El mejor regalo que puedes dar a los demás es vibrar en positivo y desearles el bien y la felicidad. Las semillas que guarda el campesino no fructifican, sólo fructifican las que lanza a la tierra como siembra de esperanza; de forma similar, las ideas, el afecto y la felicidad que compartimos fructifican en cosecha abundante. Desgraciadamente la gente no ha entendido que para cosechar amor hay que sembrar amor y para cosechar felicidad hay que sembrar felicidad. Nos cuesta mucho ser generosos. Hace poco me impresionó un programa de televisión. En el reportaje presentaron varias entrevistas realizadas a enfermos terminales. Ninguno se lamentaba de no haber sido rico, poderoso o famoso; sin embargo, todos se lamentaban de no haber sido mejor persona, de no haber ayudado más y de no haber amado más. Tal vez aquí está el secreto de la felicidad. "La verdadera sabiduría consiste en poder ser felices en el mundo tal como es, sin pretender acomodarlo como a nosotros nos gustaría que fuera. Tu paz interior y tu felicidad dependen de aceptar que no puedes elegir lo que crees que debería ser, pero que sí puedes escoger como quieres ver lo que ya tienes" "Soñé que la vida era placer. Desperté y vi que la vida era servicio. Serví y comprendí que el servicio era felicidad" " Rabindranath Tagore " Poeta y filósofo hindú, Premio Nobel de Literatura 1913 Cada vez que te encuentre con alguien, deséale de corazón que sea feliz y que le vaya bien. Dile "Te deseo que seas feliz" No sentirá tu voz, pero tal vez sienta en su corazón que alguien le ama. Si queremos cambiar y si queremos que cambie el mundo, tenemos que comenzar por compartir la felicidad que aún nos queda. Toma un poco de la felicidad que tienes y úsala con tu familia, con los amigos, en la calle y en el trabajo. Tal vez es lo más importante que puedes hacer en la vida.
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Tal vez mañana sea tarde La vida es un tiempo muy breve que Dios da para convertir nuestros sueños y deseos en realidad. Desde que nacemos el tiempo comienza a correr y el reloj no se detiene, por lo cual, hay que tomar en cada momento la decisión justa y lograr lo que podemos lograr, porque después no podemos regresar para recuperarlo. Lo que no hacemos en el momento indicado queda sin hacer, porque el tiempo futuro está destinado a otras acciones. No se trata de vivir angustiados por el paso del tiempo que se va, llevándose consigo todo lo que amamos. Se trata de vivir de forma consciente y de aprovechar todas las oportunidades que nos da la vida para crecer y ser felices, porque, en definitiva, podemos tener muchas cosas externas, pero, en realidad, sólo somos lo que hacemos de nosotros a través de las decisiones que tomamos. Nadie nace feliz ni desgraciado. Hay circunstancias que favorecen o perjudican, pero cada ser humano tienen una inteligencia, una conciencia, el libre albedrío y numerosas oportunidades, y, a partir de aquí, cada quién es artífice de su suerte. Desde que nacemos cada quién toma una actitud que comienza a marcar la dirección de su vida. Desconocemos las razones profundas por las que unas personas toman una actitud que conduce al desarrollo y a la felicidad y otras personas toman una actitud que conduce al fracaso y a la frustración. Estos casos suelen darse entre personas que crecen en la misma familia y en las mismas circunstancias. Lo ideal es que todos tuviéramos una actitud positiva, nos entendiéramos y viviéramos en paz y en armonía, pero las cosas no son así. En muchos casos el egoísmo, la envidia y las frustraciones llevan a romper lazos con los padres, los hermanos y los amigos, y, lo que es peor aún, se desarrolla el odio y el resentimiento. Como estos sentimientos son inmorales y generan culpa y remordimiento, se buscan razones para justificarlos. Sin duda resulta más fácil culpar a los demás que asumir los propios errores y rectificar. Pero esta situación inmoral va en contra de las leyes de la conciencia, por lo cual, las personas que odian no pueden tener paz, lo que genera mucho sufrimiento. Ahora el culpable se siente víctima y odia con más intensidad al padre, al hermano, al amigo o a quien sea, porque es considerado como causante de su sufrimiento. Así sigue la historia, y el odio inicial crece y crece, debido a la dramatización del mismo. Cada día crecen los casos de odios irreconciliables entre familiares, hijos, padres, esposos, ciudadanos,... Los animales pueden no olvidar, pero no guardan odio ni rencor, sólo el hombre odia y guarda rencor. De aquí la importancia de perdonar a tiempo, antes de que las cosas se salgan de madre y de que el orgullo y la estupidez arruinen la vida propia y ajena.
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A medida que pasan los años las personas aprenden a controlar sus emociones y se vuelven más tranquilas, más reflexiva y más comprensivas, y se lamentan de muchos errores cometidos por soberbia e insensatez, y maquinan las estrategias para hacer la paz que se rompió hace muchos años, porque necesita perdonar y ser perdonado, pero en tantos años de desencuentro han ocurrido muchas cosas. Tal vez murió el padre, el hermano o el amigo, o tal vez cambiaron de vivienda o de ciudad y resulta imposible encontrarlos. Esta es la historia de un joven que discutió con su padre y se fue de casa en busca de libertad. Se perdió en los vericuetos de la vida y se olvidó de sus padres. Pasaron los años sin saber nada del hijo. Cada vez que sonaba el teléfono surgía la esperanza de que fuera él. Pero el hijo no daba señales de vida. Su madre no paraba de rezar y de llorar de vez en cuando, esperando cada día el momento de abrazar a su hijo, pero pasaban los años y el hijo pródigo no regresaba. Un día su padre tuvo un accidente grave y fue trasladado inconsciente al hospital. Por circunstancias de la vida su hijo se enteró del accidente y corrió al hospital, quería pedir perdón a su padre y decirle lo mucho que le amaba. Pasó varios días al lado de su cama, esperando que despertara para abrazarlo y pedirle perdón, pero su padre no despertó. Ahora el hijo lleva un dolor en el alma. Di a tus hijos, a tu esposo, a tu esposa, a tus amigos,...lo mucho que los amas, porque mañana tal vez se hayan ido para siempre o te hayas ido tú. No te guardes los conocimientos, la paz y el amor, obséquialos a manos llenas, porque, tal vez mañana no servirán para nada. Los seres humanos pensamos que somos eternos, pero no tenemos garantizado ni siquiera el día de mañana; por eso, da lo mejor de ti en cada momento y al hacerlo piensa que puede ser la última vez.
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Tu casa está donde eres feliz La tierra es la casa de todos, es un lugar maravilloso en el que todos los días sale el sol y en las noches el cielo se puebla de estrellas. Un lugar en el que las plantas echan raíces y florecen, los animales tienen su guarida y los humanos su casa, pero la casa es mucho más que las paredes y el techo, la casa es el hogar en el que encontramos compañía, afecto, apoyo y seguridad. La casa está donde somos felices. Con frecuencia regresamos a la casa de nuestra infancia, llena de recuerdos y de sueños que nos acompañan a lo largo de la vida. En este mundo, ancho y ajeno, necesitamos un lugar, una casa. Tu casa está donde has sido feliz y donde eres feliz. Tu casa del pasado quedó atrás pero puedes regresar a ella cuando lo deseas y tu casa del presente es donde vives y eres feliz. A veces hay problemas en casa, pero es el único lugar del mundo que es tuyo, en el que puedes refugiarte. Todo el mundo necesita una patria, una casa y una familia, son una necesitad mínima de supervivencia. Muchas personas no tienen casa ni familia, por lo que son víctimas del abandono y de una inmensa soledad. Cuida tu casa y tu familia, porque son tu mayor tesoro, lo único que tienes de verdad. Pero yendo más al fondo de las cosas, tu verdadera casa está dentro de ti. Es ese lugar íntimo donde vives, donde te encuentras contigo mismo, con tu conciencia, con tus pensamientos, con tus sentimientos, con tus ilusiones, y también con tus problemas, con tus angustias y con tus fracasos. Esta es tu verdadera casa en la que vives solo contigo mismo. Todo lo que nos rodea es el escenario en el que nos movemos, pero donde vivimos realmente es en nuestra mente. Aunque vivimos en sociedad, cada uno vive su propia vida (siente, piensa, ama, sufre,...) La vida es una experiencia íntima y personal que sólo podemos compartir con los demás en una mínima parte. Puesto que nuestra mente es la casa de nuestra vida, deberíamos cuidarla un poco mejor, construirla con materiales nobles, a prueba de catástrofes económicas, sociales, afectivas, morales y espirituales; y deberíamos adornarla con esas cualidades que hacen la vida feliz (amor, paz y alegría de vivir) Lo ideal sería que las personas aprendieran desde niños a construir su propia casa interior, a crear su propio cielo y a vivir felices, pero la realidad es que la vida de muchas personas es un absurdo y una tragedia, casi una basura. El cielo o el infierno están en el corazón de las personas.
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Donde quiera que vayas siempre estarás en el mismo lugar, porque tu lugar está dentro de ti, eres tú mismo. A lo largo de la vida llevas contigo tu casa sobre tus hombros como el caracol. No es una casa física, es una casa mental, hecha de ideas, recuerdos y sentimientos. Muchas personas desean borrar su historia y comenzar de nuevo, pero todo lo que hemos vivido forma parte de nosotros. Lo único que podemos hacer es desarrollar los aspectos positivos para que tomen el control de la mente, de modo que las experiencias negativas queden relegadas al olvido. Todas las personas buscan un lugar donde vivir en paz y ser felices, para ello trabajan y ahorran. Se trata de una casa o un apartamento, de algo material, lo cual es necesario, pero son pocas las personas que se esmeran por construir ese lugar interno que es el propio Yo. Las personas pueden alcanzar muchas cosas, fama, riqueza y poder; todo eso es bueno y necesario, pero, quienes han alcanzado alto grado de desarrollo, nos dicen que no hay nada que se pueda comparar con el desarrollo del ser. El desarrollo del ser proporciona una conciencia superior, identidad, autoestima y plenitud. Cada persona es arquitecto de su propia casa, de su propia vida. La casa es mucho más que un lugar físico, es ese lugar del alma en el que reina el amor, la paz, la seguridad y la felicidad. Esa casa no podemos comprarla en ninguna parte del mundo, porque no existe. Se trata de la casa interior que cada uno debe construir. En medio de la confusión social en que vivimos, todos, sin excepción, estamos buscando el camino hacia el encuentro de nuestro propio Yo. Unos lo hacen de forma consciente y otros por instinto. El camino es largo, por lo que "No encontrarás los confines del alma ni aun recorriendo todos los caminos; tal es su profundidad" Heráclito (Filósofo 540 a.C.) Tu casa está donde eres feliz.
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Deja tu huella en la vida De niño oí decir a alguien que todas las personas debían plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro. Yo era niño y no entendí el significado de estas palabras, pero quedaron grabadas en mi mente por alguna razón. De adulto comprendí que los árboles son la base de la vida y que los árboles no mueren porque se perpetúan a través de sus semillas. Comprendí que los seres humanos no mueren, porque tienen hijos que perpetúan la especie. Y comprendí también, que las ideas no mueren porque pasan de una mente a otra y perduran en el tiempo. Nadie quiere morir, parece que la muerte es el mayor absurdo de la vida, pero la ley es la ley, y la ley establece que somos mortales y debemos morir; pero el cuerpo y el espíritu se resisten a la desintegración y a perder en un instante tantos esfuerzos que tuvieron que realizar para aprender a vivir. La vida es tan valiosa que, hasta los presos de los campos de concentración luchaban por sobrevivir con la única esperanza de llegar a ser libres un día y poder abrazar a sus seres queridos. El ser humano desea ser inmortal. "No concibe la muerte de sí mismo; sólo concibe la muerte de los demás". Desde la prehistoria ha construido tumbas, pirámides, cementerios y ha rendido culto a los muertos en un intento de eternizar la presencia de los seres queridos. Los seres queridos forman parte de uno y al morir se llevan parte de nuestro ser y de nuestra vida. La vida adquiere un valor de "esencia", porque es fugaz y porque la experiencia de vivir es infinitamente maravillosa. ¿Hasta dónde podría llegar el hombre si la muerte no se cruzara en su camino? Pero la vida es así. Por eso, el ser humano debe vivir con intensidad el tiempo que le da la vida para realizar todos sus sueños. La historia es testigo de que el tiempo se va, llevándose consigo todo lo que existe, pero, aunque el tiempo se va, llevándose todo lo que amamos, hay algo que no puede arrebatarnos, son los recuerdos y el afecto de los seres queridos. Tampoco puede llevarse las experiencias vividas, las ilusiones y esperanzas y las buenas obras realizadas. Piensa que estás al final de tu existencia. ¿Qué desearías haber hecho en vida? Escríbelo, grábalo en tu mente y vive de acuerdo a lo que has escrito. Si lo cumples, a medida que pasen los años, habrás hecho tantas cosas importantes y maravillosas que te parecerá que has vivido una eternidad.
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Cada persona quiere sobrevivir al tiempo y al olvido y trata de hacerlo de distintas formas: A través de la fama, de la riqueza, del poder, del conocimiento, etc. Son modos de demostrar su valía, de dejar huella en la vida y de ganarse el derecho a sobrevivir en el tiempo. Hay dos formas de dejar huella en la vida: Siendo famoso y siendo una celebridad. Famoso es el que tiene fama, buena o mala. (Nerón, Atila, Hitler y otros muchos son famosos y han dejado huella profunda de perversidad) Célebre es el que adquiere fama por sus méritos, por sus logros. De Einstein podemos decir que es una celebridad. Lo mismo podemos decir de tantas personas buenas, sabias y virtuosas que han dejado huella, a las cuales recordamos con admiración, con respeto, con amor y agradecimiento. Para dejar huella en la vida, no es necesario hacer cosas impresionantes, pero sí es necesario ser buena persona y hacer el bien. Los seres humanos estamos acostumbrados a valorar las cosas por su magnitud o apariencia, pero en la balanza de la vida, las cosas se aprecian por su valor intrínseco; porque, más importante que cambiar el mundo por fuera es cambiarlo por dentro. De modo que, si quieres dejar huella duradera en la vida, comienza por ser la mejor persona que puedas ser, y emite vibraciones de alta intensidad que transformen la mente y el corazón de las personas con la cuales te relacionas. De esta forma trascenderás tu propia vida y vivirás en el espíritu de los demás. Es una forma de proyectarse hacia el futuro a través de miles de personas que llevarán impresa tu huella. La huella que deberías dejar tras tu paso por esta vida es la huella de persona buena, amable, feliz, paciente, comprensiva, generosa y honesta. Deberías dejar esta huella, comenzando por tus seres queridos, es la mejor prueba de amor y el más valioso de todos los regalos.
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Quién eres hace la diferencia Una maestra en Nueva York decidió honrar a cada uno de los estudiantes que estaban a punto de graduarse y dejar el colegio. Llamó a cada uno de los estudiantes, uno a uno, al frente de la clase. Primero dijo a cada uno que había hecho la diferencia en su vida y en la clase. Luego entregó a cada alumno una cinta azul impresa con letras doradas; decía: “Quién eres hace la diferencia” Después la maestra decidió llevar adelante un proyecto para ver qué impacto tendría el "reconocimiento" en la comunidad. Dio a cada alumno tres cintas azules y les pidió que entregaran una cinta a tres personas. Luego cada alumno debía ver los resultados y presentar el reporte a la clase en una semana. Uno de los estudiantes fue a una industria cercana y le puso la cinta en la camina a un joven ejecutivo, luego le entregó dos cintas más y le dijo: “Estamos haciendo un proyecto de “reconocimiento” y nos gustaría que usted entregara una cinta azul a alguien a quién "honrar” Más tarde, el joven ejecutivo fue a ver a su jefe, quién tenía la reputación de ser una persona amargada. Le dijo que lo admiraba por ser un genio creativo. El jefe quedó muy sorprendido. El joven ejecutivo le preguntó si él aceptaría el regalo de la cinta azul y si podía ponérsela en la solapa. _ Claro, dijo el jefe. El joven ejecutivo tomó una de las cintas azules y la puso en la solapa de la chaqueta de su jefe sobre el corazón, y le preguntó ofreciéndole la última cinta: “Podría tomar esta cinta extra y honrar a alguien más” El estudiante que me dio estas cintas está haciendo un proyecto de clase y queremos continuar esta ceremonia de reconocimiento para ver cómo afecta a la gente. En la noche el jefe llegó a su casa y se sentó junto a su hijo de 14 años. Hijo. Dijo el jefe. Hoy me ha ocurrido algo increíble. Estaba en mi oficina y uno de mis empleados entró y me dijo que me admiraba por ser un genio creativo. ¡Imagínate! Él piensa que soy un genio creativo. Luego me dio una cinta azul que dice: “Quién eres hace la diferencia” Me entregó una cinta azul extra y me pidió que la entregara a alguien más a quién honrar. Mientras manejaba de regreso a casa, me puse a pensar acerca de a quién honrar con esta cinta y pensé en ti. Mis días son muy agitados y cuando llego a casa no te presto atención y te grito por no tener buenas notas y por el desorden de tu habitación. De alguna forma, esta noche sólo quería sentarme a tu lado y hacerte saber que tú haces la diferencia en mi vida junto con tu madre. Tú eres la persona más importante en mi vida. Tú eres un gran muchacho y te amo. El muchacho sorprendido comenzó a llorar, todo su cuerpo temblaba. Miró a su padre, y, entre lágrimas, dijo: “Papá, hace un rato me senté en mi habitación y escribí una carta para ti y mamá, explicando por qué me había quitado la vida y les pedía que me perdonaran. Me iba a suicidar esta
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noche después de que ustedes estuvieran dormidos. Yo creía que no les importaba. La carta está arriba pero no creo que sea necesaria después de todo esto. Su padre subió a la habitación de su hijo y encontró la carta llena de angustia y dolor. El jefe regresó al trabajo como un hombre cambiado, ya no estaba amargado y se aseguró de hacer saber a todos sus empleados que eran importantes para él y que hacían la diferencia en su vida y en la empresa. “Quién eres hace la diferencia”
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Te deseo que seas feliz Salud y felicidad son los mayores bienes de la vida. Al levantar la copa como símbolo de amistad, decimos: ¡Salud! De modo que, cuando deseamos a alguien que tenga salud y felicidad, le estamos ofreciendo lo mejor de la vida y lo mejor de nosotros. Los seres humanos producimos energía de acuerdo a la calidad de persona que somos. Esta energía se transforma en vibraciones que se irradian e influyen, primero en nosotros y después en las personas con las cuales nos relacionamos. El signo de las vibraciones depende de los valores y sentimientos que rigen la vida de las personas. Las vibraciones pueden ser positivas (fe, amor, alegría,...) o negativas (temor, odio, envidia,...) Las vibraciones positivas producen efectos positivos (estímulo, paz, salud,...) mientras que, las vibraciones negativas producen efectos negativos (angustia, enfermedad,...) De aquí el deber que tenemos todas las personas de desarrollarnos y de ser honestas, buenas y felices, pues, de lo contrario, nos autodestruimos y somos responsables de las crisis y problemas que afectan a la sociedad. La vida del ser humano no es indiferente, es buena o mala, útil o perjudicial. Esta acción es casi inconsciente, por tanto, apenas tenemos conciencia de su repercusión en la propia vida y en la sociedad; sin embargo, para la naturaleza nada pasa desapercibido, y ella siempre hace justicia. Nadie sabe cuándo, dónde, ni cómo, pero podemos estar seguros de que la naturaleza hace justicia de acuerdo a la Ley de Correspondencia, y le da a cada uno lo que merece en atención a sus méritos. Si las personas supieran que las vibraciones negativas se vuelven contra ellas mismas, evitarían los pensamientos, palabras, sentimientos e intenciones negativos. Toda vibración negativa comienza por herir a quien la produce; de modo que, necesitamos ser honestos y bondadosos, no sólo por razones morales, sino por sentido común. Todo vibra en un proceso constante de transformación. Vibra el pensamiento, vibra la conciencia, vibra el sentimiento, vibra la mirada, vibra la voz y vibra el cuerpo. Todos están activos y se expresan a través de la vibración. De aquí la importancia de controlar el pensamiento y las emociones y de enfocarlos hacia objetivos de desarrollo y de evitar la envidia, el odio y los demás sentimientos negativos. Vivimos en una sociedad que emite vibraciones de temor, angustia, competencia, desconfianza y agresividad. Si dejamos entrar estas vibraciones nos iremos contaminando de las mismas enfermedades que aquejan a la sociedad. El antídoto son las vibraciones de signo opuesto; por tal
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razón, se impone la fidelidad a las leyes metafísicas del éxito que no son otras que las leyes del desarrollo humano. Tu mente vibra y emite señales de acuerdo a tu estado de ánimo. A través de las vibraciones expresas lo que eres (tu autoestima, convicciones, capacidad y felicidad, o bien, tus complejos, temores y frustraciones) Como vivimos en una sociedad de competencia no podemos dar señales de debilidad, de aquí la importancia de trabajar constantemente en el desarrollo de una personalidad valiosa. Ahora ya sabes cuál es tu misión en la vida. Tu presencia en este mundo no es por azar. Has nacido para cumplir una misión que comienza por el desarrollo de ti mismo. El desarrollo de ti mismo es el mayor bien que te puedes hacer a ti y el mayor bien que puedes hacer a la sociedad, sobre todo, en estos tiempos de crisis política, económica y social, pues, "Más importante que cambiar el mundo por fuera es cambiarlo por dentro" Y la forma en que más y mejor puedes influir en los demás es siendo un ejemplo de honestidad, de bondad, de tolerancia, de responsabilidad, de éxito y de felicidad. Trata a las personas con afecto y respeto y en lo íntimo de tu corazón deséales que sean felices. Ellas recibirán tu mensaje a nivel subconsciente e influirás para bien en su vida. En compensación, la vida te deseará que seas feliz y llenará tu espíritu de paz, de esperanza y de alegría; porque en definitiva, tú recibes lo que das.
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El valor de la vida La vida es el mayor de todos los bienes. El hecho de existir es una suerte inmensa y un privilegio infinito. Tu vida es una suerte inmensa, pues, en cada eyaculación se producen 250 millones de espermatozoides y en la carrera hacia el ovulo, entre esos 250 millones de espermatozoides, tú fuiste el más rápido. Tu vida también es un privilegio infinito, pues, has nacido como ser humano, dotado de un cerebro de genio, como resultado de más de cuatro millones de años de evolución, lo cual te permite beneficiarte de todo el desarrollo, esfuerzos y logros alcanzados por la humanidad desde sus orígenes hasta el día de hoy. Tienes inteligencia, conciencia y libertad, lo que te permite ser protagonista de tu propia vida y convertir tus sueños en realidad. En cierta forma, eres un pequeño dios. Como puedes ver, la vida tiene un valor inmenso, pero nuestra falta de evolución y de conciencia nos impide valorarla en su justa medida, por eso, malgastamos el tiempo, la salud, la energía y la inteligencia en infinidad de actividades inútiles y absurdas. Hay mucha gente que existe, pero poca gente que vive. La vida es un tiempo corto que se nos da para ser protagonistas de nuestro destino, para aprender, crecer y evolucionar y para convertir nuestros sueños en realidad. El desconocimiento de esta gran verdad hace que la mayoría de las personas sean ignorantes, pobres y frustradas, lo cual es lamentable, pues, junto con la vida, hemos recibido las capacidades necesarias para ser sabios, libres, exitosos y felices. De modo que, si no eres sabio, libre, exitoso y feliz, revisa tu vida, porque algo no funciona. Las personas que han estado en situaciones extremas (persecución, cárcel, enfermedad grave...) han vivido una experiencia cercana a la desintegración de su ser. Estas personas saben casi lo que es dejar de existir. Cuando logran salir de esta situación, descubren el valor infinito que tiene la vida, y, en adelante, aprenden a valorar y a disfrutar de tantas cosas sencillas y maravillosas que nos ofrece la vida. Aprenden a ver las cosas con ojos de niño y descubren el valor inmenso de vivir cada día. Les interesa poco el dinero, la fama, el poder y tantas cosas que traen de cabeza a la mayoría de las personas. Valoran la paz, la libertad, la naturaleza, el tiempo, la sencillez, la bondad y la alegría de vivir. Creo que todos necesitamos revisar nuestro mapa de ruta y cambiar algunos o muchos de nuestros criterios. Necesitamos aprender a vivir de forma consciente. Necesitamos aprender el arte de vivir.
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Por ejemplo, hoy nos hemos levantado vivos, mientras millones de personas han fallecido mientras dormían; sin embargo, no hemos valorado el hecho de estar vivos, ni hemos dado gracias a Dios por despertar con vida, con lo cual, hemos perdido una oportunidad de valorar el hecho de vivir, y de tomar impulso para conectar más profundamente con la vida, con la gente y con nuestro propio yo. Hemos desayunado con prisa, sin disfrutar el sabor de los alimentos, sin pensar en lo privilegiados que somos al poder desayunar, cuando millones de personas no tienen nada para llevarse a la boca. Tampoco hemos pensado en el valor inmenso que tienen los alimentos que nos proporcionan energía para vivir y para lograr nuestros objetivos, simplemente nos hemos alimentado de forma inconsciente como los animales. Tampoco hemos pensado en el esfuerzo que han tenido que realizar millones de personas para producir el trigo o el maíz y convertirlo en harina, amasarlo, hornearlo,... Lo mismo podríamos decir del jamón y del queso que forman parte del sándwich, o de la leche, del café, del azúcar y del jugo de naranja, etc. etc. No se trata de pensar constantemente en estas cosas, pero sí de tener conciencia del significado y del valor que tiene todo lo que existe y todo lo que hacemos. No podemos vivir de forma inconsciente y pasar de largo sobre tantas maravillas que nos ofrece la creación. Llevamos una vida tan agitada y superficial que apenas utilizamos la inteligencia cognitiva y la inteligencia emocional, siendo así que, el conocimiento y la emoción son los que dan sentido y plenitud a nuestra vida. Perdemos de muchas formas el tiempo que se nos dio para aprender, para crear, para amar y para compartir. La vida es un préstamos que hemos recibido, del cual debemos dar cuenta a Dios, que nos ha creado; a la sociedad, que nos ha proporcionado alimento y educación; a la naturaleza que nos brinda lo que necesitamos (oxígeno, agua, alimentos... y merece nuestro respeto y cuidados) y a nuestra conciencia, que nos guía constantemente hacia la verdad y el bien para que no fracasemos en la misión que nos ha sido encomendada. Hace poco comentaba una persona que salió de la cárcel después de muchos años: "Ahora todo me parece maravilloso: El amanecer, la puesta del sol, la lluvia, las plantas, las flores, la gente, la risa y la inocencia de los niños... Antes no me fijaba en estas cosas, es como si viviera con los ojos bendados. Ahora disfruto hasta viendo como camina una hormiga. Siento que el mundo es un milagro maravilloso y trato de vivir de forma consciente e intensa cada momento del día..."
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Un día decidí triunfar - Walt Disney Y así después de esperar tanto, un día como cualquier otro decidí triunfar. Decidí no esperar a las oportunidades sino yo mismo buscarlas; decidí ver cada problema como la oportunidad de encontrar una solución; decidí ver cada desierto como la oportunidad de encontrar un oasis; decidí ver cada noche como un misterio a resolver; decidí ver cada día como una nueva oportunidad de ser feliz. Aquel día descubrí que mi único rival no eran más que mis propias debilidades; y que en éstas, está la única y mejor forma de superarnos. Aquel día dejé de temer a perder, y empecé a temer a no ganar. Descubrí que no era yo el mejor, y que quizás nunca lo fui; me dejó de importar quién ganara o perdiera, ahora me importa simplemente saberme mejor que ayer. Aprendí que lo difícil no es llegar a la cima, sino jamás dejar de subir. Aprendí que el mejor triunfo que puedo tener, es tener el derecho de llamarle a alguien "Amigo". Descubrí que el amor es más que un simple estado de enamoramiento, "el amor es una filosofía de vida" Aprendí que debo de dejar de ser un reflejo de mis escasos triunfos pasados, y empecé a ser mi propia tenue luz de este presente. Aprendí que de nada sirve ser luz, si no vas a iluminar el camino de los demás. Decidí cambiar tantas cosas... Aprendí que los sueños son solamente para hacerse realidad. Desde aquel día ya no duermo para descansar, ahora simplemente duermo para soñar...
Walt Disney
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Conclusiones
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Abundancia y Prosperidad
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Claves del Éxito - 1
28. Los hábitos mandan
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31. Paradigmas
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Cómo educar a los hijos - Libro 1
32. Percepción – Aprende a ver lo esencial
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33. Poderes Mentales
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Cómo escribir un libro
34. Principios , Valores y Éxito
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Cómo ser emprendedor
35. Programación Neurolingüística
10. Cómo será el futuro
36. Proyecto de Vida
11. Cómo será el futuro
37. Psicología Básica
12. Control de las Emociones
38. Redes de mercadeo
13. Control Mental
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14. Creatividad
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15. Criterios - Libro 1
41. Saca la basura de tu cerebro
16. Criterios Libro 2
42. Salud Mental
17. Desarrollo cerebral de alto rendimiento
43. Sé sabio, libre, exitoso y feliz
18. El Gen de la Felicidad
44. Súper Aprendizaje alfa
19. El juego de la Vida
45. Súper Desarrollo Alfa
20. Emprendedores exitosos
46. Súper Inteligencia Alfa
21. Empresarios exitosos
47. Súper Memoria Alfa
22. Inteligencia social
48. Técnicas de Estudio
23. Las fuerzas del Inconsciente mandan
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24. Leyes del Aprendizaje
50. Tests de Inteligencia
25. Leyes Metafísicas del Éxito
51. Tests de Personalidad
26. Leyes naturales que rigen la vida humana
52. Toma de Decisiones
Temores – 30 Temores
53. Tú otro Yo
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