Simetría,
Iba tranquilamente Cuando de pronto, frente a mí Surgieron dos caminos: Uno a la derecha, y el otro a la izquierda, Según todas las reglas de la simetría. Me quedé inmóvil, Cerré los ojos, Estiré los labios, Tosí, Y tomé por el de la derecha (Exactamente el que no debía, Como se comprobó más adelante). Caminé por él como pude, Está de más abundar en detalles. Luego frente a mí se abrieron dos Precipicios: Uno a la derecha, Otro a la izquierda. Me lancé por el de la izquierda, Sin pestañear, sin siquiera precipitarme, Me lancé con todo por el de la izquierda, El cual, ay, no era el sembrado con plumas. A rastras seguí avanzando. Me arrastré cuanto pude, y de pronto, frente a mí Se abrieron amplios dos caminos. “¡Yo les enseñaré!” me dije Y me empeñé otra vez por el de la izquierda,