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GQ World

En portada

Trabajos del metaverso. . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20 Vance Joy................. . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24 Alejandro Albán.......... . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26 Fashion drops............ . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31 Benito Antonio Martínez Ocasio, alias Bad Bunny, fotografiado en Miami por Roe Ethridge con estilismo de Mobolaji Dawodu. En la portada viste sudadera con capucha Prada y collar (arriba) Swarovski. El resto de la joyería es del artista.

Moda en el metaverso. . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34 Relojes. ................... . .. . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . 38

Reportajes Bad Bunny................. . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44 NFTs....................... . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56

Personajes →

↓ Elvis vive

Dominic Fike............. . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64 Bored Ape Yacht Club. . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 72

Elvis para

Austin Butler............. . .. . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . 78 Alexia Putellas.......... . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

del mundo.

Marceloland.............. . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

End

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Diamante en bruto

Crypto.com.............. . .. . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . 105 Cuidados................. . .. . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . 112 Motor...................... . .. . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . 114 0 4

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Su papel en Euphoria ha sido la consagración de un artista con un pasado excesivo y un futuro muy brillante.

CARTIER, Y GEMELOS PROPIOS).

Junio

VERSACE, PANTALONES CORTOS HERMÈS Y Z APATILL AS BOOST 350 V2 YEEZY ). SEBASTIAN MADER (DOMINIC FIKE. EL ARTISTA VISTE CAMISA Y

SUMARIO


AUSTIN BUTLER

DOMINIC FIKE

N.285

ALEXIA PUTELLAS

MARCELO

OMAR APOLLO

ALEJANDRO ALBÁN


CARTA DEL DIRECTOR

Auch, mi corazón que, en este mundo hiperveloz, 20 años parezcan nada para algunas cosas. El reguetón no es ni mucho menos nuevo: más allá de referencias históricas y de los orígenes del ritmo, canciones absolutamente masivas como Papi Chulo salieron al mercado nada menos que en 2003. Gasolina, de Daddy Yankee, es de 2004. Es que ya no hay sorpresa, pero tampoco debería haber debate. Es una música popular, exitosa, aceptada. Y es como cualquier otro género: hay cosas interesantes y cosas que lo son menos. De la misma forma que el filo de un cuchillo mata o hace de comer. Miles Davis está muy bien, pero intenta escuchar un mal disco de jazz.

ES CURIOSO

En 2019 el también reguetonero J Balvin protagonizó nuestra portada y mucha gente no lo entendió. ¿Pero esto es cool, de verdad? Desde luego, las nuevas estrellas del género urbano están en la conversación diaria, están en las listas, interesan a las marcas, copan los streamings. Pero es que, además, son los que crean las cosas nuevas, los que rompen prejuicios, los que se saltan las barreras. Bad Bunny acudió a la gala del MET vestido de manera tan imposible como correctísima e intere-

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sante, con discurso e historia detrás. Ha reivindicado a la mujer en sus canciones, ha tratado temas sociales, ha ayudado a los desfavorecidos. También ha aparecido en campañas de marcas de moda —marcas que la intelectualidad de lo cool sí considera interesantes, vaya— con un vestido. Ha puesto de moda pintarse las uñas sin pedir disculpas. En su música, claro, hay ritmos trotones y simples y muchos yeah-yeah-mami-bebé y esta cosa de ‘yo las tengo a

todas comiendo de mi mano’ (Chuck Berry hablaba de toda esta bajeza también, eh). Pero incluye además ecos de synth pop, bossa nova, melodías pop, colaboraciones con músicos de renombre, una manera de lanzar canciones sin tiempo ni mesura. Bad Bunny es, sobre todo, un tipo que genera muchísima atención, al que no puedes dejar de mirar por razones desconocidas. Cuando escribimos esto, 23 de sus canciones están en la lista de las 30 más escuchadas en España,

y otras cinco de ese total son colaboraciones suyas con otros artistas. Por supuesto, los números no son sinónimo de calidad (si fuera así, las revistas ya no existirían, ups), pero nunca hay que despreciar lo popular; la gente también tiene razón. Bad Bunny es un fenómeno global, un tipo con cosas que decir —lean la entrevista, no tiene desperdicio— y un fenómeno quizá paranormal que merece nuestra atención. Precisamente en estas mismas páginas aparece también Austin Butler, el actor que encarna a Elvis Presley en la nueva gran película de Baz Luhrmann. Está bastante claro que Elvis, al principio, generaba también muchos recelos, ¿no? Es que necesitamos referentes nuevos, que la creación vive del impacto fresco. Si no fuera así, nada cambiaría, seríamos siempre los mismos. Y, por tanto, mucho peores.

Daniel Borrás HE AD OF EDITORIAL C O N T E N T G Q E S PA Ñ A

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OPINIÓN

U N P A R D E A Ñ O S , en Marrakech, salimos del riad y nos subimos a un taxi. —Llévenos a montar a camello —le dijo uno al conductor—. Partimos despacio entre una multitud de gente que escapaba de la lluvia. El coche pronto se apartó de la carretera y a pocos kilómetros bordeó varios chalés hasta plantarse delante de un muro con una buena cantidad de basura fuera. Habíamos pasado antes por una casa enorme que pertenecía a Zidane y no se nos ocurrió cómo superar el listón, pero el taxista parecía emocionado. —Vosotros españoles. Ésta, casa de estrella española. Que era la casa de un español lo sabíamos sólo con ver el tiempo que llevaban allí aquellas bolsas de basura, pero lo que no sospechábamos era de que se tratase del nido africano de Carmina Ordóñez. Repitió el taxista su nombre con una grandeza que nos sobrecogió a todos delante de la casa de la Divina. “Hace 20 años, cuando pasaba por la calle de Velázquez en el coche de Paco Lucena, me tenía que apretujar contra el suelo porque había unos cachorros con boina azul, entre los que se encontraba Carmina Ordóñez, que obligaban a la gente a cantar el Cara al sol”, recordaba Sabina en la biografía de Menéndez Flores (Ediciones B). No hubo en España falangista más bella que Carmina, ni le vamos a perdonar a Franco que nos gobernase con ese rostro de panadero en funciones pudiendo haberlo hecho Carmina 40 años. HACE

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Licor Café

Ningún verano sin Carmina Aquella furiosa juventud de Carmina («Soy muy franquista y también muy de derechas, y, por tanto, antidemócrata cien por cien») con el brazo en alto devino luego en divorcio sonado y fama exuberante, pues en España la gloria no empieza al meterse en cama de un torero, sino saliendo de ella. Dejó dos hijos guapos y se embaucó en la democracia, cambiando lo azul de la camisa por el uniforme del Rocío, y Umbral diría de ella que para salir del baño se ponía la mantilla de Viernes Santo, en lo que vino a ser truculenta profecía de la muerte, ya que Carmina murió allí, sola y despegada de todos, hinchada de tristeza, en una bañera de Esteban Palacios con la esponja en la mano. Cuando Eva Veiga la entrevistó para la TVG en 1987, Carmina era todavía una promesa televisiva, pero la charla se organizó de madrugada porque el destino iba dejando pistas. El rostro vibrante en belleza de la adolescente se había transmutado en una belleza concentrada en unos pocos

rasgos que solapaban incluso una sombra de viruela. La Carmina de la TVG era una pipiola a la que el futuro machacó sin piedad: “Yo deseo que ninguno de mis dos hijos sea torero” y “De eso no hablo: hay cosas de mí que jamás se sabrán”, dijo sin sospechar que en su cadáver roerían hasta no dejar ningún secreto sin cobrar mientras sus hijos mataban toros y hasta un taxista de Marrakech incluiría su casa en una improvisada ruta turística. En el funeral de su madre en 1982 alguien avisó: “Sin ella esta familia se va al garete”. “He sido muy blanda con las niñas, no sé cómo les irá”, dejó dicho Carmen Dominguín. Les fue a ellas mal en la medida que a quienes les acompañaron les fue bien, pues Carmina ganaba dinero manchándose las manos pero lo que recogía lo repartía como una samaritana alegre hasta quedarse sin blanca, y volver a enamorarse o lo que fuese no por amor, sino por seguir abasteciendo a los suyos. “A mí plin, soy Ordóñez Dominguín”, decía versionando el “a quién le importa” de Alaska, que en una fiesta fue a besarle los pies con Mario Vaquerizo. “¿De verdad que no me estáis tomando el pelo?”, preguntó ella. Pero quién le iba a tomar el pelo a quien se lo aplastaba continuamente para darle volumen. “Estoy divinamente”, susurraba a cada rato, camino de la tumba. M A N U E L JA B O I S

es periodista y escritor.

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OPINIÓN

Las costumbres del sol

Protector desprotegido H U B O U N A L A R G A É P O C A en que los hombres, los padres, los patriarcas, eran incapaces de mostrar sus emociones. Educados en el difícil, e imposible diría yo, arte de la omnipotencia, vivían ausentes de la casa, centrados en su rol de proveedores, vigilantes a lo sumo de la transmisión dinástica del patrimonio y el apellido. Para sostener los vínculos afectivos ya estaban ellas: las que por parir estaban predestinadas, sociedad mediante, a cuidarnos. Esos hombres fueron nuestros abuelos y seguramente muchos de nuestros padres. Y todavía queda, deberíamos reconocerlo, bastante de ellos en las generaciones de varones que hoy

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nos hallamos desubicados, como mínimo desubicados, ante los retos de transformación con los que nos interpelan las mujeres. Ésas que ya hace tiempo que se hartaron de ser prisioneras de su destino biológico y que no han dejado de luchar por ser ciudadanas. En estos tiempos tan nómadas e inciertos, donde tal vez algunos seamos conscientes de lo viejo de un mundo que ya no nos sirve aunque tampoco tengamos claro cómo construir lo nuevo, todavía resulta complicado encontrar otros espejos en los que mirarnos. Otros referentes, otros faros. Esos márgenes de la masculinidad en los que empieza a sentirse, todavía tímido,

el pulso de hombres cuidadosos, de tipos que se reconcilian con su fragilidad, de padres también que son capaces de sentir el imaginario cordón umbilical que nos ata de por vida a nuestros hijos. Así lo leemos en el último libro de Andrés Neuman, ese escritor argentino-granaíno que hace ya años nos iluminó algunas de las salas más oscuras de la virilidad y que ahora comparte con nosotros al hijo que imaginó, al que luego apareció y al que incluso es capaz de escuchar con voz propia en un monólogo íntimo. Neuman, que fue educado en esa “escuela de viriles bobadas donde el llanto era elíptico”, no tiene reparos en mostrarse extremadamente vulnerable, al tiempo que va aprendiendo a llorar lo no llorado y que reconoce una nueva gramática de un territorio en la que fue la madre que impregnó de música los hojaldres de la piel. La paternidad como una de esas llaves que nos permiten superar esos abismos en que los hombres nos empeñamos en no estar juntos, pero también como un territorio de dudas y miedos. Todos, como Andrés, descalzos de certezas, ensayando y equivocándonos. Al fin capaces de desnudarnos por obra y gracia de quien amanece desnudo en la radical igualdad de la especie. Con unos renglones que bailotean como versos desordenados, el autor de El viajero del tiempo no siente vergüenza en mostrar sus torpezas y temblores, su frágil virilidad, los sentires nuevos que llegan de los olores que inundan su casa o de las babas que parecen tejer puentes y lanzaderas. La humana dependencia que nos reconcilia con el sujeto que deberíamos ser, con la ética que nos permite ponernos en el lugar del otro, con la no violencia como guarida. Al fin capaces de ver esas formas que las dunas del sentimiento insinúan en mitad del desierto. Umbilical, que se lee como quien disfruta una merienda preparada por la abuela que ya no está, es un canto esperanzado. La utopía necesitada de armarse políticamente. Dibujada a través de ese amor en el que, como bien explica otro padre presente, Antonio J. Rodríguez, “convergen el mayor de los delirios de grandeza y un cariño absolutamente desinteresado”. En fin, “un bucle de supervivencia, que también es un bucle de amor y orgullo”. Nacido el esperado, bien pareciera que en la barba del padre empiezan a habitar unos días más amables y femeninos. “Mi vida ya no será la misma”. Así es, querido Neu, el minúsculo huésped será ahora quien se apodere del reloj y también de los senderos del arco iris. De alguna manera, has dejado de pertenecer a ti para pertenecer a las puertas que él te abre. Un ejercicio político de desvalimiento y desposesión. En fin, de quiebra gozosa de nuestro ficticio poder de varón. O C TAV I O S A L A Z A R

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es jurista y escritor.

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OPINIÓN

Soltaré a Brian

Fosilizados Q U É F Á C I L E S E L M A T R I M O N I O . Cuando funciona, claro. Cada vez que me preguntan por el secreto de mi éxito siempre suelto dos chorradas absurdas, aunque no menos absurdas que la pregunta. Aunque quizá no sean chorradas absurdas, sino simplemente la enumeración de un montón de casualidades, como casi todo en la vida. Y entonces soy yo el que se pregunta cuál es el reflejo de ese éxito, que visto desde fuera debe ser el mismo que el que los arqueólogos imputaban a los enamorados fosilizados de Pompeya. Esos que murieron abrazados para la eternidad, y que al final resultaron ser dos hombres que, a lo mejor, el volcán les pilló cortando. Lo que sí puedo decir es que, si el universo es infinito, y todo vuelve a repetirse una y otra vez, y estaremos en algún momento en el mismo sitio, aunque con pequeñas variaciones, como el cambio de color de un jersey, o que el planeta tiene cinco lunas, la cosa no acabará en divorcio si vuelvo a regalarle entradas para un concierto de Coldplay en

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las que pueda estar lo suficientemente cerca de Chris Martin para que al cantar la llene de saliva. Y si vuelve a cerrar la puerta de casa con las llaves dentro, y hay que llamar a un cerrajero, y aun así en un malabarismo de los hechos es capaz de echarme a mí la culpa, la asumiré sin dudarlo. Así pasó la semana pasada, y así lo haré las próximas veces que suceda, incluidas todas las repeticiones del universo infinito. Una de las frases favoritas de Lur es “si haces esto, te perdono”, y tú lo haces, sin tener ni idea de qué es eso de lo que te tiene que perdonar. Cosa que por supuesto no le pedirás que te recuerde, ante la posibilidad de que efectivamente lo haga, con esa capacidad que no sé qué monologuista contaba en broma que tenían muchas mujeres (y seguro que muchos hombres) de actuar como termo de las discusiones, manteniéndolas siempre a la misma temperatura de indignación. Supongo que cada pareja tendrá sus trucos, o más bien su inercia para mantenerse con vida, y acabar configurando un ideal, que al menos desde fuera se convierta en eso que llamamos familia. Mi amigo Thomas, que es diseñador gráfico, aunque no sé si este dato le aportará algo a alguien; y que es alemán, que casi diría que lo mismo que el

dato anterior, tenía en su escritorio, al lado de un ordenador con dos pantallas enormes, el retrato de una familia que no era la suya. De hecho era la familia que venía con el marco, y la dejó allí porque le parecía “una familia muy bonita”, decía. La gente se acercaba y le hacía comentarios estéticos sobre su presunto padre o hermana, por la edad de la foto, o por el estado de salud de todos ellos. Y él no dudaba en sacarles del error, sin temor a que pusieran en duda sus facultades mentales, que ya iban bien mermadas, y no sólo por el Caso Retrato. Si a Lur y a mí nos pilla un volcán o un meteorito abrazados en la puerta de casa, nos convertiríamos en amantes fosilizados sin que nadie supiera que estábamos al borde del divorcio por dejarnos la llave dentro. Si cayera un meteorito y Thomas quedara fosilizado en su escritorio, nadie dudaría en asegurar que murió junto al retrato de su familia. Por eso nunca me fío de las conclusiones de los que ven las cosas desde fuera, y mucho menos de los arqueólogos. Esos seres que basan todas sus premisas en que el ser humano no tenía sentido del humor en ningún momento de la historia. R I C A R D O F. C O L M E N E R O

es periodista

y escritor.

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GQ World Reportaje

Emprendedores del metaverso Los empresarios más espabilados están acudiendo en manada al metaverso para establecerse y crear la nueva generación de empresas creativas. Entre sus ideas figuran apartamentos virtuales para colgar tus NFTs o —por qué no— ayudarte a encontrar al amor de tu vida. P o r G A B R I E L L A PA I E L L A

El sector inmobiliario está cada vez peor en el plano físico, y en el metaverso no va a tardar en experimentar su propio boom. La empresa Metaverse Group está a la vanguardia en la adquisición de propiedad digital. El año pasado, se hizo con una enorme extensión de terreno en Decentraland y en The Sandbox para alquilársela después a clientes interesados. Un ejemplo: la Semana de la Moda del Metaverso se celebró en Decentraland, en un terreno valorado en 2,3 millones de euros. Andrew Kiguel, otrora inversor inmobiliario y ahora CEO de Tokens.com (de la que Metaverse Group es subsidiaria), estima que el portfolio de la inmobiliaria digital está valorado en una cifra que oscila entre los 23 y los 28 millones de euros. ¿Quiénes son vuestros inquilinos y cómo pagan el alquiler? ANDREW KIGUEL: Por regla general, la renta mensual es un 2% del valor que creemos que posee el activo. Cobramos en dinero fiat, no usamos criptomonedas. Es mucho más fácil así si trabajas con grandes corporaciones. Nuestros inquilinos con perfil más alto son Skechers y Forever 21. ¿Cómo están los precios de alquiler en comparación con Nueva York, por ejemplo? Son mucho más baratos que en Nueva York. Dependiendo de la zona, los precios varían entre los 1.400 € y los 4.700 € al mes. Cada parcela mide 16 x 16 metros. Los contratos de arrendamiento en el mundo real tienen reglas: prohibido fumar, prohibido hacer obras, etc. ¿Qué cláusulas se aplican en el metaverso? Queremos proteger nuestra marca y evitar manifestaciones de odio, pornografía o cualquier otra cosa GQ :

que pueda generar polémica. Nos protegemos a través de seguros de responsabilidad civil: no queremos que nos explote en la cara una denuncia contra alguien que vive en nuestra propiedad. Pero si tu avatar quiere fumar o beber, no pasa nada. ¿En qué circunstancias los inquilinos pueden recurrir al casero para arreglar ciertas cosas? No tenemos ese tipo de problemas. No habrá goteras en los tejados, ni se le va a averiar el frigorífico a nadie. Nos centramos en introducir mejoras. Cuando estaba creando Tokens.com Tower, por ejemplo, metimos enormes tiburones blancos en el estanque que hay frente al edificio. Tiene pinta de ser algo más comercial. ¿Crees que en el futuro se alquilarán apartamentos en el metaverso a particulares? Ya hay algo de eso, pero son activos trofeo más que otra cosa. Snoop Dogg está replicando su mansión en The Sandbox. Si quisiera, podría celebrar fiestas ahí. También he oído que hay gente que se está construyendo casas de ensueño en miniatura para colgar sus NFTs. ¿Veremos una burbuja inmobiliaria en el metaverso? Lo que espero es que las tendencias del mercado inmobiliario tradicional progresen hasta llegar aquí. Decentraland posee una cantidad finita de terrenos edificables. Sólo disponen de 45.000 parcelas. Podríamos trazar una analogía con la época en la que empezó a construirse Manhattan. Para acceder a la gente que vaya congregándose en el metaverso, se tendrá que pasar por nosotros, y creo que eso nos va a aportar mucho valor.

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GQ World Reportaje

Grungo Colarulo es el primer despacho de abogados especializado en lesiones del metaverso. Se instaló a finales de 2021. Desde entonces, ha lanzado LawCity.com, un distrito de Decentraland donde también se han establecido otros despachos (aún se desconoce bajo qué jurisdicción caerán los delitos cometidos en el metaverso). Los socios Richard Grungo y William Colarulo nos explican hacia dónde se dirige el futuro de la abogacía. Le pedimos a mi hija de 11 años que nos construyera la oficina. Lo hizo muy bien en sólo media hora, simplemente moviendo cosas de un sitio a otro y pasando un buen rato. El otro día estaba trabajando y oigo que alguien nos estaba hablando. Era un mono que estaba dándose una vuelta. No buscaba consejo legal, sólo estaba explorando. W I L L I A M C O L A R U L O : No representamos a grandes corporaciones, sino a particulares que necesitan ayuda. Hace poco se publicó una noticia sobre una mujer que fue agredida en el metaverso. A medida que el medio evolucione, estoy seguro de que surgirán todo tipo de problemas legales. GRUNGO: Para nosotros es otra vía más para que la gente —ya sea a través de un avatar o pinchando un enlace— pueda informarse sobre diferentes temas legales, como la discriminación sexual en el lugar de trabajo o qué constituye una concesión de daños punitivos en el caso del hundimiento de un edificio con consecuencias fatales. RICHARD GRUNGO:

Es un lunes por la mañana y me encuentro en la gris y agujereada superficie lunar, rodeada por la vasta y desconocida extensión del universo. De repente, se precipita hacia mí una esfera negra, y luego otra blanca. Llegan en rápida sucesión y salto de un lado a otro para golpearlas y lanzarlas al vacío. Ya cubierta de sudor, me quito las gafas de RV y me veo de nuevo en el salón de mi casa. Unas horas más tarde, charlo a través de videochat con la persona que, hasta ese momento, había sido mi alegre y motivadora entrenadora virtual. Leanne Pedante trabaja como directora de fitness en Supernatural, una aplicación en la que puedes entrenar en templos egipcios, en la superficie del océano y, sí, también en el espacio. Sigue impartiendo una clase presencial a la semana, y dice que mucha gente asiste a sus clases después de usar Supernatural. Lanzó la aplicación en 2020, más o menos por la época en la que se cerraron los gimnasios a causa de la pandemia. De repente, el futuro del fitness resultó ser una cuestión más urgente de lo habitual. Aunque llevar unas gafas de RV puede anular la sensación de estar presente y de interactuar en la vida real, Pedante piensa lo contrario: “Tienes controladores en las manos. Así que no estás haciendo scrolling. Tampoco estás leyendo tu email en el teléfono entre un ejercicio y otro”, dice. “Si te digo la verdad, he visto a gente en el gimnasio mirar su email en la cinta de correr y salir pitando”.


GQ World Reportaje

Llevamos conmemorando a nuestros muertos desde los albores de la humanidad, ya sea con pirámides, con mausoleos o con recursos más modestos. Ahora, el equipo de Remember está ideando maneras de expresar el duelo en el entorno digital a través del primer metaverso conmemorativo. Quien lo desee, puede adquirir una lápida en formato NFT, esculturas abstractas de líneas suaves generadas aleatoriamente sobre una base de 30 perfiles. Cada lápida cuesta 0.125 ether (ETH), unos 325 €. “Queríamos hacer algo alegre y fácil de recordar, así que evitamos la lápida tradicional y nos decantamos por algo completamente nuevo”, me cuenta Jake Ma —el desarrollador de full stack blockchain de Remember—, desde Seúl, donde la empresa está establecida.

Conseguir una cita hoy en día sigue un patrón bastante común: chico ve a chica en una aplicación y piensa que está buena, chico y chica se dan un match, chico y chica quedan en el mundo real. Nevermet, la primera aplicación de citas del metaverso, quiere eliminar ese último paso y fomentar las relaciones a través de la RV. Solaris Nite y Cam Mullen, una especie de celestinos del metaverso, lanzaron su aplicación para mayores de 18 años en todo el mundo el día de San Valentín, primero para iOS y un mes después para Android. En lugar de subir una foto, los usuarios muestran sus avatares: un tipo relajado con pelo pincho y camiseta tie-dye, una mujer con pecho generoso enfundada en látex rojo, un perro. Si a dos personas les gusta el avatar del otro, reciben una alerta. A partir de ahí, ya pueden hablar a través de la aplicación y hacer planes para quedar en el metaverso de su gusto. “Queremos potenciar las relaciones sin límites”, cuenta Nite. “En el futuro la gente mantendrá relaciones más significativas en el metaverso que en la vida real”. Ligar con RV, explica, puede facilitar experiencias que, por razones económicas o espacio-temporales, serían imposibles en el mundo real. Mullen me lo pinta así: “Imagínate que estás sentada en una nave espacial mirando la Tierra con sus parches de nubes blancas y el negro manto estelar de fondo, charlando un buen rato con un tío de un pueblo de Mississippi sobre mil cosas”. Los fundadores de Nevermet subrayan que su aplicación es menos superficial que otras y que puede aportar mucho a la gente que no encaja en la manera tradicional de conseguir una cita por razones varias, desde circunstancias culturales hasta fobia social. “La gente que más interactúa en estas comunidades del metaverso se siente más cómoda con su yo real”, defiende Mullen. Sigo pensando que ligar con unas gafas de RV resulta un tanto distópico, especialmente en un contexto real de soledad epidémica y tasas de natalidad menguantes, así que comento que algo así no hará más que empeorar las cosas. “Creo que puede conseguir el efecto contrario”, me dice Nita, “al aumentar la confianza de la gente, porque hay menos exigencias y menos presión en el metaverso”. Pero —y tú, lector, también te lo estarás preguntando— ¿qué pasa con el sexo con RV? “Existe el role play erótico (ERP, en su siglas en inglés)”, explica Mullen. “Sientes algo que se llama tacto fantasma”.

A Stephen Han, director de producto y desarrollador de negocio, se le ocurrió la idea cuando su abuela falleció por Covid y no pudo asistir al funeral. “Apenas conservaba recuerdos suyos, sólo unas cuantas fotos”, dice. En un futuro cercano, Remember quiere ofrecer hologramas en 3D de los fallecidos creados a partir de fotos para mostrarlos en monumentos conmemorativos. “Antes se erigían pirámides y efigies enormes que han logrado crear un espacio en nuestra memoria, algo que está fuera del alcance de gente como nosotros”, dice Hans. “Pero ahora sí es posible”. Remember tiene un socio en el mundo real, Titan Casket, con quien está barajando ideas en las que trabajar juntos. “Si alguien compra un ataúd en la vida real”, sugiere Han, “podríamos darle también un NFT para que lo use en el metaverso”.


Miles Anthony, uno de los fundadores de Decentral Games, lanzado en 2019, ha construido una comunidad muy activa de jugadores de póker en el metaverso. Aquí nos explica por qué han tenido tanto éxito:

Con su despeinado pelo rubio a lo tazón, su negra camiseta de tirantes y su delicado pendiente de plata colgando de una oreja, Brady Keehn, también conocido como Panther Modern, el rey de la pista del metaverso, tiene más pinta de músico indie que de fan del techno. Y si la tiene, es porque en realidad lo es: Keehn es el líder del grupo de post-punk electrónico Sextile. “Siempre he sido muy ‘hazlo tú mismo’, mezclando cosas de aquí y de allá”, dice. Ahora está aplicando el mismo ethos a Heat, una DAO — Organización Autónoma Descentralizada— que Keehn describe como un “Bandcamp para bailarines”. Pueden subir sus movimientos de baile a la plataforma y vendérselos en formato NFT a otros usuarios para que los usen en sus avatares en distintos metaversos. “Estamos construyendo una plataforma para bailarines”, explica. “Siempre ha sido difícil monetizar el movimiento. Se desarrolla tecnología para la música, para las artes visuales, para todo lo demás, pero no para esto”. Cuando la pandemia trastocó los planes de gira de su grupo, Keehn comenzó a usar cámaras volumétricas para proyectarse en 3D y ofrecer actuaciones virtuales. De ahí pasó a los trajes de captura de movimiento. Por la misma época, se dio cuenta de lo difícil que era para los bailarines conservar la propiedad de sus movimientos a medida que se perdían por internet. “En TikTok hay creadores negros que se ponen en huelga cuando ven que algunos influencers se adueñan de sus bailes y los monetizan”, dice. Ahora que hay conciertos en el metaverso, también ve potencial en los bailes NTF como merchandising, que ahora vende por 0.15 ETH o 420 €. “Pongamos que estás en un concierto de Doja Cat en el metaverso”, dice, “y que de repente se pone a ofrecer este tipo de NFTs a la gente para que pueda bailar como ella”.

“Comenzamos con juegos normales estilo casino, pero no terminábamos de encontrar el producto que encajara en el mercado, hasta que lanzamos Ice Poker. Pasamos de las apuestas, porque queríamos atraer a jugadores de cualquier jurisdicción. Basicamente, vendemos ropa y accesorios en formato NFT para los avatares. Con uno ya puedes tener acceso a Ice Poker, donde se te asigna una cantidad de fichas diaria con la que puedes jugar al póker con otros jugadores y cobrar en Ice Tokens. Si te encuentras en lo más bajo de la clasificación, ganas una pequeña cantidad de Ice Tokens por valor de unos 50 céntimos. Si estás en lo alto, puedes llegar a ganar entre 30 y 50 dólares al día. “A la gente le gusta fardar de NFTs a medida que van ascendiendo en la clasificación. Son como un símbolo de estatus… Por ejemplo, hay una comunidad muy fuerte en torno a los puros Diamond. Por alguna razón, es algo que gusta mucho. El más barato cuesta 3.9 ETH, más de 10.000 €”. “El crupier es un bot, y los jugadores pueden comunicarse entre sí a través de un chat de voz y de texto. También hemos resuelto uno de los principales problemas del metaverso: como se encuentra en una fase de desarrollo muy temprana, está bastante vacío. Pero en nuestros establecimientos siempre hay entre 1.500 y 2.000 jugadores y contamos con unos 12.000 jugadores activos diarios. Comparado con la web tradicional, no parecen muchos, pero para la Web3 y el metaverso son cifras considerables. El 60% de los usuarios de Decentraland tienen perfil con nosotros. A veces también asoma algún famoso. Hay un tipo que se llama Ice Poker God. ¡Y no sé quién es!”.


GQ World Música

Buenos tiempos para Vance Joy El músico australiano presenta nuevo disco y anuncia gira por Europa y Reino Unido con paradas en Madrid y Barcelona. P o r A N N A VA L L È S

D E S D E la pantalla del Zoom que nos conecta, James Keogh, conocido como Vance Joy, ha peinado como ha podido sus rizos rebeldes y tiene cara de sueño. Sentado en una habitación blanca y vestido con un jersey de color arena del que asoma una camiseta blanca, en lo que parece un sofá blanco, transmite buenas vibraciones, buena luz y predisposición a la charla. Desde 2019, cuando una gira con Pink lo llevó a Barcelona durante dos meses, pasa mucho tiempo en esta ciudad. Vino para unos cuantos conciertos, pero encontró pareja y se quedó a pasar el Covid. “Tuve mucha suerte de encontrar a una persona encantadora, con la que estoy a gusto, y pasé un Covid muy agradable”. Desde entonces, disfruta de largas temporadas en Barcelona y está organizando su vida para vivir medio año aquí y otro medio en Australia, su país. Vance Joy es un cantautor orgánico, de letras simples, un poeta de lo cotidiano. Su música suena íntima y suave, y suele acompañarse de una guitarra o un ukelele. Aunque le costó arrancar, su primer disco, Dream Your Life Away, ISTO

“Me gusta hacer canciones, pero es como ir a pescar, a veces pescas peces grandes y otras, peces pequeños” —VANCE JOY

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lanzado en 2014, contenía un himno generacional: Riptide, la canción que le hizo famoso en Australia, Inglaterra y EE UU, que fue cinco veces disco de platino, y se convirtió en un temazo de ésos que ponen a cantar a la gente. Mucha presión para un novato. “Me quité la presión de encima y, desde hace unos años, siento que mi trabajo es ir haciendo. Me gusta hacer canciones y siempre quiero hacerlas buenas, pero es como ir a pescar, a veces pescas peces grandes y otras, peces pequeños. No lo puedes controlar, tú sigues pescando”. Sin presión, llegó una exitosa carrera internacional, un segundo disco, Nation of Two; y un tercero que ahora presenta, In Our Own Sweet Time (Warner Music). En sus propias palabras: “He estado escribiendo las canciones durante los últimos 3 años. Son canciones que he compuesto en pandemia. Me sentía aliviado por no tener que moverme ni hacer muchas cosas. Fue estupendo. Lo hice para divertirme, para seguir en marcha, sintiendo que hacía lo que me gusta,

pero sin las prisas de tener que sacar un disco. Simplemente salió”. El nuevo sencillo, Catalonia, lejos de ser una canción turística —un miedo que le atenazó cuando un amigo le sugirió que escribiera sobre su vida en Barcelona— va sobre la sensación de estar alejado de la persona de la que estás enamorado y lo escribió en un hotel de Melbourne mientras pasaba las dos semanas de cuarentena para entrar en Australia. James, que fue Hombre del Año GQ en 2019, es una persona cálida y afectuosa —recuerda a Pau Donés— y que tiene a Bruce Springsteen en sus pensamientos, aunque se declare obsesionado por la guerra de los Deep-Heard: “¡No podía haber nada creativo en esa relación! ¡No podían escapar! Cuando estás con alguien debes darle espacio, y si se va a otra habitación a tocar la guitarra, no puedes obsesionarte con lo que estará haciendo”. Es que le gusta escribir sobre relaciones. A N N A VA L L È S

de G Q .

es colaboradora

FOTOGRAFÍAS: CORTESÍA DE WARNER MUSIC.

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son sólo unos genitales que hacen que te traten de un modo y que ese trato te haga hombre o mujer. En absoluto.

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Ser, parecer y amar: la conquista de la identidad Sólo los valientes, la novela autobiográfica de Alejandro Albán, lo revela como hombre y escritor desde el arrojo y la autoaceptación. Por CARMEN COCINA

Alejandro Albán es comprender que ser trans es llevar colgada, cual letra escarlata, la diferencia entre el ser y el parecer. Algo que duele más si se lleva en silencio, si el desajuste entre significante y significado es tan acusado que sólo lo conoce uno mismo, si nuestra apariencia nos condena a un colectivo cuyos usos nos son radicalmente ajenos, por más que nos hayan criado en ellos. Es habitar un cuerpo que no es el propio, es carecer de un cuerpo que nos permita amar. Alejandro, no obstante, lo ha hecho casi todo: ha querido disfrazarse de El Zorro cuando iba de princesa, ha fracasado en sus relaciones, se ha mentido a sí mismo, ha llorado y, finalmente, ha aceptado su diferencia, su identidad y su deseo. Fue reservado y ahora es transparente, era un misterio y ahora es, literalmente, un libro abierto. Sólo los valientes alterna orgánicamente la narración y la reflexión, los recuerdos y lo que hoy significan, en una epopeya honesta y autoconsciente que lo revela como hombre y escritor desde un género que se acercaría a un ensayo si no fuera porque este psiquiatra no tiene una teoría que demostrar, sino una experiencia desde la que hablar. Frente al dogmatismo, empirismo; frente a la exclusión, empatía. EER A

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GQ: En tu libro hablas de momentos fugaces de hiperconsciencia: “Mamá, no soy una niña. Soy un niño”. ¿Era el engaño como autodefensa lo que los volvía a enterrar? AL E JANDRO AL BÁN: Claro. Era un mecanismo de disociación: la negación del problema y la represión de esos impulsos, que a veces afloran nítidamente del subconsciente para volver a él segundos después. Podemos vivir mucho tiempo con esa dualidad en la cabeza. También está el pensamiento mágico, que nos dice que si pensamos

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o hacemos tal o cual cosa aleatoria todo se solucionará. Antes de ver la verdadera salida del problema me acostaba cada noche pensando que amanecería siendo un chico [ríe]. Y en ese momento lo creía de verdad. Tu identidad sexual pasa al plano consciente cuando “le dejas tu cuerpo” a tu novio y él te dice: “No te mueves”, y te deja. Y te dices: “Ostras. Esto de que me excite pensar que somos dos chicos gays...”. Sí, me digo: “Esto no va a ser normal”. Ahí estaba el vaso a punto de rebosar. Incluso cuando esa relación iba bien, me decía: “Si todo está perfecto, ¿por qué sigo sintiendo este vacío?”. Eso que bulle puede estallar a edades muy distintas. Cuando hice mi transición sentía que era muy tarde, pero la media eran los 25 años. Quizá ahora, con la visibilización, haya bajado. Pero cuesta.

Cuando abordas tu transición te dices: “Quizás no vuelva a follar nunca, pero me da igual”. ¿Cómo se vive esa posible renuncia? En mi caso era evitativa. No es que no concibiese tener una relación, es que no quería ni intentarlo. Nunca habría estado satisfecho viviendo como mujer, aunque tuviese relaciones con hombres. Es que ¿cuál es la alternativa? Porque no lo es una relación funcional, yo ya había comprobado que no podía tenerlas si no cambiaba ese significante para que el otro percibiera mi verdadero significado.

En el colegio las niñas te decían: “Tú no eres como nosotras. Mírate las manos”, y luego: “Así lo hacen los niños…”. Sí, se dieron cuenta antes que yo de ciertas cosas. Quizá porque no vemos lo que los otros ven, literalmente. Yo no sé cómo sonrío, a no ser que esté frente a un espejo. Así que los otros son nuestros espejos. En tu libro dices algo vital: que la transexualidad, la persistencia, es la prueba de que el género no es una construcción impuesta. El género es muy complejo. Está la identidad sexual, que no procede sólo de lo que nos inculcan, porque si así fuese las personas trans no existirían. Luego, la expresión de género, más influenciada por las culturas. Yo he querido hablar desde mi experiencia. Hay cosas que ahora no puedo explicar pormenorizadamente, pero al menos sé [recalca la palabra] que el género no

Tu padre te dice: “Pero si no te gustan las mujeres, ¿qué es ser un hombre?”. Y piensas: “Querer ser el príncipe, revolcarte en la arena, alegrarte si te confunden con un niño, odiar el rosa”, la frustración de no poder hacer lo que sientes. ¿Cómo te veías de niño? Sabes que eres diferente desde muy pronto, pero lo achacas a otras cosas: “Es que tengo mucha imaginación”, que es lo que me llevó a la escritura. Hay una intersección, porque aparte de ser un chico y que me tratasen como a una niña, si mi identidad sexual y mi sexo biológico hubiesen coincidido, yo seguiría siendo raro [ríe]. De niño no ves que la causa crucial es la discordancia de género, manifiesta en con quién te identificas, que te gusten los mosqueteros, las espadas, los coches… Muchos lo atribuyen sólo a una convención social. Pero a mí ésas eran las cosas que me gustaban y eran lo contrario de lo que me habían inculcado.

“Si mi identidad sexual hubiera seguido el mismo camino que el resto de mi cuerpo, la mujer que lo habitara sería feliz, pero yo no exisitiría. La identidad está tan pegada a la conciencia que sentirse alguien distinto es ser alguien distinto”.

“Si mi identidad sexual hubiera seguido el mismo camino que el resto de mi cuerpo, la mujer que lo habitara sería feliz, pero yo no exisitiría. La identidad está tan pegadita a la conciencia que sentirse alguien distinto es ser alguien distinto”. ¿Cómo se le hacer entender esto a la gente? La identidad sexual está tan pegada a lo que somos que yo, si me imaginara como mujer, esa persona no sería yo. Pensarme como mujer es no ser capaz de pensarme. Sí puedo pensar en una versión heterosexual de mí mismo, aunque me cueste, pero no en mí como mujer. Por eso es vital reclamar esa identidad; básicamente es que te reconozcan la vida. CARMEN COCINA

es periodista y

colaboradora de G Q .

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GQ World El proceso de fabricación es totalmente artesanal y se lleva a cabo en los talleres de Louis Vuitton en Asnières (Francia).

Artesanía

La F1 hace las maletas rumbo a Mónaco Y el trofeo más prestigioso viaja en un baúl hecho a medida por Louis Vuitton. Por HÉCTOR IZQUIERDO

GRAN P R E M I O de Mónaco de Fórmula 1 no sólo es una de las tres carreras de monoplazas más importantes del mundo, junto a las 500 Millas de Indianápolis y las 24 Horas de Le Mans. Es también, sin lugar a dudas, la más glamourosa y la que expresa de una manera más perfecta el lujo y la sofisticación que caracterizan a la categoría reina del automovilismo. Organizado por el Automobile Club de Monaco y bajo el alto patrocinio del Príncipe Alberto II, este evento representa la más ajustada combinación de excelencia, innovación y leyenda. Valores, cómo no, que comparte al cien por cien con una firma como Louis Vuitton. Es por ello que la maison francesa ha realizado, por segundo año consecutivo, la Trophy Travel Case en la que viajará el trofeo que se llevará a casa el piloto ganador del 79º Formula 1 Grand Prix de Monaco. Una obra de artesanía confeccionada en los talleres de Asnières, a las afueras de París, que bebe en la tradición de los legendarios baúles de viaje de Louis Vuitton, actualizando y adaptando sus códigos a la competición monegasca. Así, el icónico patrón Monogram adquiere el tono rojo de la bandera de Mónaco, que aparece asimismo en el centro del baúl con la forma de una V de victoria (a los más entendidos, también les recordará a los pianos de las 19 curvas del mítico trazado, cuya representación en silueta constituye el trofeo en sí). L

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Como queda dicho, no es la primera vez que Louis Vuitton realiza el baúl de viaje para una estatuilla tan icónica como la que se entrega al vencedor del Gran Premio de Mónaco. A lo largo de la historia, la marca parisina también ha creado trajes a medida para la Copa del Mundo de la FIFA, para el trofeo Larry O’Brien que reconoce al campeón de la NBA, para la Copa Davis, la League of Legends, Roland Garros y, por supuesto, la America’s Cup, de la que ha sido patrocinadora muchos años. Si el trofeo tendrá que viajar lejos o se quedará en casa (caso de que venza el monegasco Charles Leclerc), es algo que no conocemos mientras escribimos estas líneas. Lo que sí que sabemos es que, vaya donde vaya, llevará el mejor packaging posible. HÉCTOR IZQUIERDO

jefe de G Q .

es redactor

FOTOGRAFÍAS: CORTESÍA DE LA MARCA.

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OPINIÓN

Porque lo digo yo

Eso de quitarse la camiseta es posiblemente la frase que más escucho en cuanto empiezan a subir las temperaturas. Mi pregunta inmediata es: “¿No llegas a dónde?”. A lo cual todo el mundo responde: “Al verano”. Como si el verano estuviera en alguna parte y la meta tuviera algún premio. Tampoco me he caído de un guindo y, desde que recibo este aparentemente inofensivo comentario, sé perfectamente que tras él se esconde agazapado uno de los mensajes más dañinos. Cabría entonces pensar que, si sé a dónde quieren llegar, para qué toco las narices. Y es que me encanta poner las cosas sobre la mesa, sobre todo la comida, más en verano. Si puede ser con algo bien frío en un vaso, mejor. Y luego una buena sobremesa. Pero la mesa es algo que nos pone muy nerviosos según se acerca el verano o cualquier fecha señalada. Nunca es momento para disfrutar de la mesa. Parafraseando a una joven Thalía que a principios de los 2000 anunciaba el nuevo milenio, “son tantos los celos que me hacen cosquillas, que si engordo, que si enflaco, que si no tengo costillas”, que me agobio. Tanta razón premonitoria tiene esta canción, que asusta. “Juzgamos a todos los que encontramos, destrozamos sus creencias y evadimos sus razones, que si es guapo, pues es gay; que si es rico, es del cartel; que si es joven y es muy bella, la cuchilla estuvo en ella”. Y bueno, también decía aquello de que “somos jóvenes fuertes y también inteligentes”, aunque parece que esta última parte se nos ha olvidado y nos hemos quedado únicamente en el ansia de ser jóvenes y fuertes. Y también de la crítica mordaz… Como bien decía aquel meme —el lenguaje universal de nuestro tiempo—, debemos pedir disculpas a la cantante mexicana, porque no vamos arrasando por la vida como predijo, más bien nos vamos poniendo zancadillas. La inquisición veraniega lleva instalada en nuestra cultura desde tiempos inmemoriales intentando cumplir el canon de cada momento, el cual cambia a placer. Por ello, quitarse la camiseta se ha convertido en un suplicio, ahora resulta que se la quita quien puede y no quien quiere, por lo que sentarse a la mesa es hoy un trámite con aquel fin. La pescadilla que se muerde la cola. Un mensaje que llega a su incongruencia total cuando te dicen que la belleza está en el interior. ¡JA!

ILUSTRACIÓN: 4.12 STUDIO.

“NO LLEGO”

En un momento en el que se enarbolan cientos de banderas en pos de cambiar el mundo, la realidad sigue subrayando que prevalece la boquilla frente a la acción. Cuando parecía que la luz comenzaba a cegar los prejuicios, llega la envenenada operación bikini, el meter tripa en las fotos y las series de televisión que te dicen que hay que aspirar a cuerpos no normativos, estilizados, porque el tuyo está mal. Fatal. Una muestra de que aquellos estereotipos de los vigilantes que corrían por la playa no están ni mucho menos superados, ni quizá se superen en un tiempo. Comenta Bad Bunny en la entrevista que encontrarás más adelante en este número que su estilo depende de su estado mental, que “todo el mundo tiene que encontrarse cómodo con lo que es y con lo que siente”, y quizá éste sea el quid de la cuestión y la clave de nuestras frustraciones. No el exterior, sino el interior. En la mayoría de casos, cuando la cocorota está bien y en paz, se nota por fuera. Nunca un anuncio de yogures tuvo tanta razón. Nadie quiere encontrarse mal, ni por exceso ni por defecto. De hecho, la salud es uno de los tres pilares de la vida, junto con el dinero y el amor, si atendemos a la canción. En ningún sano juicio cabría la posibilidad de autoboicotearse, pero para ello, como decimos, hay que estar bien de

la azotea. Primero, para aceptarse. Segundo, para dejar de ver la paja en el ojo ajeno. Solo así encontraremos el disfrute. No quiero más operaciones bikini, ni más dietas milagro, ni más opiniones sobre el físico. Quiero simple y llanamente encontrarme bien. Quiero ir al gimnasio si el cuerpo me lo pide, sin que nadie me diga que para qué. También quiero comerme mi helado tranquilo o beberme la cerveza fría sin esconderme. Sin que el de al lado me mire con ojo acusador o con sonrisa burlona por las calorías ingeridas. Quiero destaparme en la playa o en la piscina porque quiero, no porque alguien me diga que puedo. Quiero arrasar por la vida, sin que nadie me notifique constantemente que si engordo o que si enflaco. Quiero dejar de ponerme la zancadilla y que paren los escáneares veraniegos. Porque eso de quitarnos la camiseta y correr descontroladamente hasta alcanzar el mar no debería agobiarnos nunca. Nuestro cuerpo es la mayor muestra de artesanía, ninguno es igual que otro y deberíamos cuidarlo como el bien más preciado. Cada uno de nosotros somos un verdadero lujo, y al lujo no hay nadie que se resista. JAV I E R G I R E L A

es editor de moda de G Q

España.

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Universo Fendace Salen a la venta (por fin) las prendas de la icónica e histórica colaboración entre Versace y Fendi. P o r R E D A C C I Ó N G Q

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en el club Fendace bajo la atenta mirada de una portera de discoteca de excepción: Naomi Campbell. se presentó en septiembre pasado, revolucionando por completo la ciudad de Milán, y ahora por fin acaba de salir a la venta. Los puntos de venta de Fendi presentan la colección Versace By Fendi, mientras que los de Versace lo hacen con la de Fendi By Versace. LA COLECCIÓN

Versace By Fendi y Fendi By Versace ya están disponibles en los puntos de venta de las marcas y también online.

FOTOGRAFÍAS: CORTESÍA DE FENDI Y VERSACE.

P A R E C E R una broma o tan sólo un guiño divertido de dos casas de moda italianas de prestigio mundial. Pero Fendace es mucho más que eso. Es, para empezar, una colección en la que los diseñadores de ambas firmas —Kim Jones y Silvia Venturini Fendi por un lado, y Donatella Versace por el otro— se han puesto en los zapatos del otro para reversionar las prendas de su competencia. Más que una colaboración propiamente dicha, dicen, es un intercambio de papeles, una divertida fusión, una declaración de amor. Es, también, una campaña publicitaria fotográfica, con Steven Meisel al timón; y otra de vídeo, con el realizador Alex Maxwell detrás de la cámara, que protagoniza un fantástico elenco de modelos que penetra UEDE


26 ideas GQ World Drops

para

potenciar

el colorido

PELUQUERÍA Y MAQUILL A JE: MELISSA DEZ AR ATE PAR A L A PR AIRIE.

de tu

¿CONOCES A OMAR APOLLO?

Con el excepcional apoyo de Pharrell y Tyler, the Creator, el álbum debut de este cantautor de 25 años, Ivory, sienta las bases de su inminente estrellato. “Las canciones son como fantasías”, explica Apollo. “Me inspiro en todo. No me pongo barreras”.

armario de verano

Por YA N G -Y I GOH

PRINT DE FOTOS Como forma de celebrar la vida social tras el confinamiento, Dries Van Noten y sus diseñadores han lanzado su exuberante colección primavera-verano 2022, que incluye esta camisa drapeada, adornada con fotos tomadas con un smartphone —un club animado por aquí, la arquitectura de la ciudad por allá— en la Amberes natal de la marca.

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CUELLO MAO PARA EL VERANO A medio camino entre la camisa de cuello oriental y una camiseta deportiva, esta elegante pieza de entretiempo de Emporio Armani es ideal para las noches de verano más frías.

GQ World Drops

UNA PRENDA DE CONTRASTES Tributo a los estridentes inicios de la marca, esta camisa de seda de Dolce & Gabbana tiene un corte holgado que hace de su estampado algo realmente hipnótico.

ESTILO ‘SKATER’ La montura cuadrada atemporal de estas gafas de sol de la firma Etnia Barcelona convierte su llamativo damero azul y blanco en una opción versátil que no querrás

CORTAVIENTOS MUY ATREVIDO Tras sustituir el nailon técnico habitual por el tafetán de seda, esta actualización de Valentino del anorak de toda la vida viene con un toque más suntuoso que práctico.

DELICIA DE RELOJ El cronógrafo de Zenith Defy 21 Chroma parece sencillo y clásico, pero si lo miras bien, encontrarás una actitud alegre y divertida en ese sutil arcoíris que acompaña la esfera abierta, los marcadores de las horas y las puntadas de la correa.

DE VACA ROSA Tienes que ser un tipo muy osado para atreverte con estos mocasines Camperlab de piel fucsia de becerro y punta cuadrada. Créenos: ésos son los tipos que molan. BAÑADOR NEÓN Los estetas del surf australiano Double Rainbouu se han especializado en animadas prendas para la playa, como este bañador amplio de tono neón. TRIUNFO SEGURO ¿Quieres elevar el nivel de estilo en la cancha de tenis (o en cualquier otro sitio)? Este vibrante polo con cremallera de Canali es la jugada ideal para ganar el partido.

LA CAMISA MÁS LIGERA Nadie entiende el tipo de prendas ostentosas y sensuales que hacen falta para sobrevivir al crepitante verano de Nueva York —como esta guayabera azul eléctrico— mejor que Willy Chavarria.

CHALECO VERDE El verde radiante característico de Bottega Veneta se ha consagrado como un éxito en los últimos años, y ahora se despliega a la perfección en este chaleco texturizado. ZAPAS COBRA Desde su colorido incandescente a sus contundentes suelas de serpiente, no hay absolutamente nada sutil en las últimas zapatillas de Giuseppe Zanotti.

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RAYOS DE SOL Las vetas de color de estos pantalones cargo de lona de MSGM están pensadas para imitar el desgaste causado por la exposición solar.

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En caso de que no llamen tu atención el oro de 18 kilates y los enormes diamantes blancos de estos anillos de Melissa Kaye, sí lo harán sus curiosos, coloridos y sobresalientes apuntes esmaltados.


PASOS LIGEROS Elaboradas con mimo a partir de suave piel de becerro, estas sandalias de Salvatore Ferragamo dejarán una huella notable cuando camines por la playa o entres en un bar.

POLO FRESQUITO El punto fino, el estampado floral, el abotonado largo… Llevarás desabrochado este polo de Hermès cuando lleguen los días de piscina más calurosos.

CHAQUETA PSICODÉLICA Con una clásica silueta workwear y una no tan clásica textura gofrada, esta chaqueta oversize con cremallera de OffWhite es un ejemplo ideal de la excéntrica visión de Virgil Abloh.

VAMOS DE FIESTA Hay pantalones normales y pantalones de salir. Estos Etro, de mahón esmeralda, pertenecen sin duda a los segundos.

SHORTS PARA CORRER Y FARDAR Equipados con un dobladillo curvado ideal para una maratón y un cómodo forro de malla, estos shorts de running de JW Anderson te sentarán perfectamente, ya te los pongas para sumar kilómetros o para relajarte en una terraza.

CADENA AZUL ¿Recuerdas los colgantes de alegres tonos arcoíris que estrellas como Pharrell y Nigo lucían en los 2000? Las cadenas de colores degradados de la marca joyera neoyorquina Fry Powers son sus sucesoras hoy en día.

PARA DESTACAR EN LA PLAYA Inspirados en los viajes a Ibiza que Jonathan Anderson hizo en su infancia, estos shorts de Loewe, adornados con cactus, son tan oversize y llamativos como piden tus looks de vacaciones.

PARA LA PISCINA Prada mejora las chanclas para la piscina con una suela contundente, el logo en relieve y colores que se quedarán en tu retina.

ONDULADOS Con su abotonado de ondas y su enorme cuello puntiagudo, el delirio de los años 70 ha cobrado forma en este polo de Casablanca.

UNA RODAJA DE LIMA El G-Shock es el contundente reloj digital preferido de todo el mundo, y esta revisión traslúcida en tono cítrico llega justo para el verano.

A LA AVENTURA El cinturón de cincha integrado y los dobladillos ajustados con cordón aportan a estos shorts de Dior Men un rollo aventurero. Pero su aspecto fiestero y su corte a medida son puro lujo Kim Jones.

TOALLAS DE COLORES Tus días de playa serán tan especiales como la toalla que decidas llevar. Estas propuestas coloridas y geométricas de Dusen Dusen te ayudarán a dejar el listón muy alto en el desafío de molarlo todo.

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El metaverso está a la vuelta de la esquina. Si quieres fardar de estilo en este entorno virtual, lo más probable es que tengas que cambiar por completo tu concepción de lo que es la moda.

El Glass Suit de Dolce & Gabbana (arriba) forma parte de una colección de nueve NFTs realizada con piezas escogidas de las líneas de gran lujo de la firma. El objetivo es abrir los canales que comunican la moda física con el metaverso.

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FOTOGRAFÍA: CORTESÍA DE DOLCE & GABBANA.

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L E V A N T A S , bostezas, te estiras un poco, pasas de contestar los Whatsapps de tu tío y abres el armario. Tienes que decidir quién quieres ser hoy. Tu jersey de Gucci y tu gabardina de Burberry cuelgan impecables de sendas perchas sobre una fila de inmaculadas zapatillas Nike. Sin embargo, hoy te sientes un poco menos humano y más un molusco inteligentísimo. Buscas tu sudadera con capucha de ocho mangas que has adquirido para la ocasión: hoy vas a ser un pulpo. Algo parecido es lo que significa vestirse para adentrarse en el metaverso. Tu ritual diario de expresión personal se trasladará a la dimensión digital, un mundo que no pocas veces te parecerá salvajemente disparatado. Internet ha alterado de forma inexorable nuestra manera de comprar ropa. Las redes sociales han modificado nuestra forma de llevarla. Y con la Web3, nuestra manera de pensar la moda cambiará radicalmente. Punto. En un futuro no muy lejano, vestirse no consistirá en ponerse una sencilla camiseta y unos pantalones para salir a la calle. La cosa irá de elegir la forma —persona, animal, objeto u otra cosa— que quieres que te represente en un momento dado. Después, tendrás que vestir ese avatar con prendas ideadas por diseñadores liberados ya de las constricciones del mundo corpóreo. Una ola de nuevas empresas tecnológicas está trabajando para dar forma al futuro de la indumentaria en el metaverso, a la que se están uniendo cada vez más firmas del establishment de la moda, que no han tardado ni un suspiro en meterse de cabeza en el sector. En la primavera de 2021, Gucci presentó una colaboración con la plataforma de videojuegos Roblox. A principios de febrero de este año, lanzó una colección de NFTs, y a finales del mismo mes adquirió una parcela virtual en The Sandbox, un mundo digital que funciona con la criptomoneda Ethereum. En septiembre del año pasado, Dolce & Gabbana se embolsó la nada desdeñable cifra de 1.885.719 ETH (más de 5,2 millones de euros al cambio actual) gracias a su Collezione Genesi de NFTs, y en marzo de este año lideró la primera Semana de la Moda del Metaverso de la historia en la plataforma virtual Decentraland. En diciembre de 2021, Balenciaga creó un nuevo departamento destinado a desarrollar productos y experiencias para el metaverso, un proyecto que, según las predicciones de su CEO, Cédric Charbit, elevará a la firma “a otro nivel”. Louis Vuitton, Burberry, Adidas y Ralph Lauren también han E

FOTOGRAFÍAS: CORTESÍA DE LAS MARCAS (GUCCI, RSTLSS).

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lanzado proyectos para el metaverso en los últimos meses. Pero quizás el más destacable de todos sea la adquisición por parte de Nike de la firma de zapatillas digitales RTFKT (léase artifact) en diciembre del año pasado. El logo de la firma figura ahora junto a los icónicos logos de Nike, Jordan y Converse. “Casi me da algo cuando leí la nota de prensa [de Nike]”, reconoce Brian Trunzo, encargado del metaverso en la empresa de blockchain Polygon Studios, que desde hace poco colabora con el Consejo de Diseñadores de Moda de Estados Unidos para ayudar a las marcas a introducirse en el entorno de la Web3. “Ni siquiera a LeBron James lo consideran una firma subsidiaria de pleno derecho dentro de Nike, así que básicamente lo que estaban diciendo

Hundreds, una marca de streetwear de Los Ángeles. En 2021, Kim creó Adam Bomb Squad, una submarca de NFTs que ha alcanzado una popularidad apabullante: durante su primera semana facturó más de 7,5 millones de euros y permite a los dueños adquirir prendas de colecciones exclusivas, tanto digitales como físicas. “Ahora mismo, nuestra vida principal tiene lugar en la red”. Por eso, sostiene Kim, la manera de vestirnos en el mundo digital debería ser tanto o más importante que cómo nos vestimos en el plano físico. “La moda es un medio de expresión personal que define nuestra identidad”, dice Kim. “Creo que estamos en un punto de inflexión en la historia que va a redefinir lo que significa la moda. Ahora, no hay cuerpo”.

es que RTFKT es más importante que LeBron. Ha validado el espacio”. Todos estos proyectos demuestran que la moda digital está aquí para quedarse. La industria en su conjunto está totalmente movilizada y comprometida con sus proyectos para la Web3. Pero para que “el mercado de la ropa digital supere al mercado de la indumentaria física”, algo que Trunzo predice que sucederá “en los próximos diez o 20 años”, debe allanarse un camino plagado de grandes obstáculos. El primero y más considerable de todos es conseguir que el público en general entienda qué es exactamente la moda digital y por qué debería importarle.

“Unos se identificarán con un cuadrado azul”, añade. “Otros, con un poste telefónico. Parece una locura, una tontería, y es posible que haya gente a quien le ofenda, pero piensa en lo que significa. No es que crean que son un poste telefónico en el mundo físico. Pero, por alguna razón, así es como les gustaría expresarse desde un punto de vista artístico porque dice algo de ellos mismos”. En otras palabras: la forma que adoptas en el metaverso responde al mismo propósito que la ropa que llevas en la vida real: el avatar en sí es moda. ¿Pero cuál es el mayor obstáculo al que se enfrenta esta visión abstracta de infinitas posibilidades? Que la tecnología no está a la altura de nuestra

muchos de nosotros ya pasamos parte de nuestras vidas en el metaverso. “Me atrevería a decir que nuestra vida en el mundo físico ha pasado a un segundo plano”, dice Bobby Kim, cofundador de The EN

REALIDAD,

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Superplastic NFTs son esculturas de porcelana adornadas con motivos diseñados por Alessandro Michele, director creativo de la firma; moda digital de RSTLSS personalizada para el metaverso.

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Moda

A la izquierda: la colección otoño-invierno 2021 de Balenciaga se presentó a través del videojuego Afterworld: the Age of Tomorrow, precursor de otro lanzamiento que la maison presentó esa misma temporada, una colección de skins —como se denomina a las prendas digitales— para personajes de Fortnite; Sharky B, el NFT de Burberry, es un juguete de vinilo que vive en el blockchain y que forma parte del universo Blankos Block Party, de Mythical Games. La firma inglesa también vende mochilas cohete, manguitos y chanclas de piscina en formato NFT en la página web del videojuego.

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sociales”, cuenta Cohen. “Era un proceso enrevesado, el tema de las licencias era complejo y tampoco es que para los consumidores la experiencia fuera la bomba”. El objetivo de RSTLSS consiste en eliminar esos estorbos y pemitir a los usuarios que personalicen la ropa digital de sus avatares, la acuñen como NFT y después la luzcan en diferentes entornos dentro del metaverso: en videojuegos, en mundos abiertos, como avatares de redes sociales, además de una versión física para llevarla en la vida real. Un cliente podría, por ejemplo, com-

un conjunto algo vago de plataformas de videojuegos centralizadas, mundos abiertos descentralizados, el blockchain y redes sociales compitiendo por tu dinero y por tu atención, como en un mareante bazar marroquí. Ahí es donde entran en juego innovadores como Charli Cohen. Esta diseñadora de moda británica de 32 años lleva casi una década a la vanguardia de la revolución de la moda digital. Comenzó experimentando con realidad aumentada, al tiempo que desarrollaba su línea de ropa física para llegar a un público global más amplio. También ha colaborado en videojuegos como Assassin’s Creed y ha ayudado a marcas de moda tradicional como Selfridges a adentrarse en la Web3. Ahora quiere optimizar la experiencia de la moda digital a través de RSTLSS, una nueva plataforma que cuenta con el apoyo de Paris Hilton, y cuyo objetivo consiste en introducir en el mundo virtual tanto a creadores con pocos recursos, como a consumidores. “Hacíamos cada vez más colaboraciones que consistían en posicionar productos en videojuegos y entornos

prar una sudadera con capucha de Billie Eilish en RSTLSS y ponérsela en Fortnite, en Decentraland, en Twitter o para ir a clase o al trabajo. Según Cohen, a la mayoría de la gente todo esto le parecerá algo habitual antes siquiera de que se dé cuenta. “Piénsalo de esta manera: ahora mismo estamos hablando a través de Zoom”, señala. “Nadie hablaba por Zoom antes de 2020. Igual sucedió con las redes sociales de la Web 2.0: al principio estaban los primeros usuarios y luego, de repente, tener un perfil en una red social se convirtió en algo completamente normal. Y de la misma forma que las redes sociales están fuertemente vinculadas a la identidad (escoges tu foto de perfil, eliges cuidadosamente el contenido de tu feed de Instagram), vestirte con ropa digital se convertirá en algo corriente que haremos todo el rato”. Cuando esto se generalice, la naturaleza de la moda, de la identidad, experimentará una transformación como no hemos presenciado en siglos. Vivimos en una época en la que los ciclos de la nostalgia se han acelerado y

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amplificado, hasta el punto de que la moda Y2K, inspirada en los primeros 2000, es más rompedora hoy de lo que fue hace 20 años (la moda de la década de los 2010 es demasiado reciente como para que sea revisitada). Es posible que, pese a todos los riesgos y controversias inherentes a la Web3 en su encarnación actual, el metaverso tenga la l l av e p a r a que la moda pueda, por fin, evolucionar. Nadie sabe a ciencia cierta cómo será la siguiente fase, pero no parece que el concepto de marca corra el riesgo de desaparecer: siguen siendo un elemento importante a la hora de expresar la identidad, y nombres como Gucci y Nike continúan atesorando un considerable caché cultural, tanto en el plano físico como en el digital. En cualquier caso, el metaverso abrirá nuevos caminos para interactuar con nuestras firmas favoritas y con otras nuevas que vayan emergiendo a medida que se vaya transformando el paisaje. Algunos expertos creen que algún día invertiremos más dinero en ropa digital, pero es poco probable que llegue a sustituir a la ropa física. Lo que sí que puede suceder es que surja un espacio aún más extraño y fascinante en el que, en lugar de que las prendas físicas inspiren los diseños digitales —pongamos, por ejemplo, que adquirimos la copia digital de unos pantalones de Balenciaga que la firma ya había presentado en una pasarela física—, ocurra más bien lo contrario. ¿Qué sucederá cuando la ropa que le pongas a tu alado avatar palmípedo de siete ojos comience a influir la ropa que te pones para ir a trabajar? ¿Cómo traducirán los diseñadores esa libertad que posibilita el metaverso a la hora de expresar nuestra identidad para esas ocasiones en las que queramos desconectar e interactuar en persona? La moda, pese a toda esa frivolidad que se le achaca, se convertirá en un aspecto aún más esencial, raro, expresivo, artístico y poderoso a medida que nos adentremos en un futuro alimentado por las criptomonedas. Y A N G - Y I G O H es editor de

moda de G Q .

FOTOGRAFÍAS: CORTESÍA DE LAS MARCAS (BALENCIAGA Y BURBERRY).

GQ World

desbordante imaginación. La capacidad de procesamiento de un ordenador o de un teléfono inteligente se queda corta a la hora de ofrecer la experiencia visual estable y de alta definición que la mayoría de los futuristas tienen en mente. Muchas de las grandes plataformas, entre ellas The Sandbox o Decentraland, aún funcionan con unos gráficos un poco cutres que parecen recién salidos de una película de ciencia ficción de los 80, pero ello se debe a que prefieren apostar por una experiencia más fluida para un mayor número de usuarios. Actualmente, por mucho bombo que se forme a su alrededor y por mucho dinero que se esté invirtiendo, el metaverso sigue resultando algo complicado para la mayoría de la gente. A día de hoy, no es más que


GQ World Moda

Vístete para disfrutar y disfruta vistiendo A punto de dejar Saturday Night Live, el cómico Pete Davidson es la nueva imagen de H&M. Y se lo toma, cómo no, con mucho buen humor. P o r R E D A C C I Ó N G Q S E le escapa que la ropa es una de las herramientas más poderossas de las que disponemos para conferirnos seguridad. Se puede ejemplificar en un buen traje a medida y en cómo te hace sentir; pero, en plena era de innovación y fluidez en la moda masculina, lo cierto es que cualquier estilo habla de nosotros, de nuestro estado de ánimo y de la manera en que nos transmite confianza en nosotros mismos. Si alguien no necesita de más confianza en sí mismo; o, por mejor decir, si alguien la exuda con su personalidad y su forma de vestir, es el cómico, actor, escritor y productor estadounidense Pete Davidson. Si eres fan de NADIE

FOTOGRAFÍAS: CORTESÍA DE H&M.

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Saturday Night Life lo conoces a la perfección; o tal vez te enteraste de su existencia por su relación con la hipermediática Kim Kardashian. En cualquier caso, él es el protagonista de la nueva campaña masculina de H&M, titulada Wear that feeling (viste ese estado de humor, podría traducirse). La colección está llena de prendas frescas, divertidas, informales en esencia y muy actuales. “Nos vestimos todos los días; ¿por qué ponerse lo mismo que los demás?”, ha declarado el neoyorquino. “La idea Wear that feeling no es llevar un look o estilo determinado, sino la sensación de libertad y el sentirse bien. Así debería ser la vida”. Así pues, vístete, sube el volumen de la música y a disfrutar de la vida… y de la moda.

La colección Wear That Feeling está disponible en tiendas H&M.

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BUD BUNNY Pág. 44

NFTs Pág. 56

DOMINIC FIKE Pág. 64 BORED APE Pág. 72

AUSTIN BUTLER Pág. 78

ILUSTRACIÓN: JUANMA VALLESPÍN.

ALEXIA PUTELLAS Pág. 86

MARCELO VIEIRA Pág. 94


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en un buen momento. Acaba de poner el broche final a la postergada gira de presentación de su tercer disco, que le ha llevado por 25 ciudades estadounidenses. El artista más escuchado en Spotify en 2021 está cómodamente instalado en North Miami, en una casa con vistas a la Bahía Vizcaína, justo enfrente de la espectacular Miami Beach, dando los últimos retoques a su nuevo disco. Construida con contenedores marítimos, dispuestos alrededor de un patio que da a una piscina y a un muelle, en esta residencia temporal también viven sus amigos, que son asimismo sus colaboradores: su director creativo, su fotógrafo, su productor, su chico para todo. Las puertas correderas de cristal están abiertas, pero la brisa apenas consigue atravesar el muro de calor y humedad. Un chef trabaja en una cocina abierta, desde la que llega un aroma a cerdo y cebolla. Se respira un aire a vacaciones primaverales. Alguien ha puesto la mesa para comer con mucho esmero. El ambiente es tan relajado que se podría pasar por alto que la persona que aparece unos minutos después, recién salido del gimnasio, es un fenómeno global que, durante los últimos seis años, ha transformado el reguetón con sus canciones, se ha saltado todas las convenciones con sus letras y ha mudado la cara del pop gracias a sus estilismos de género fluido. Un cantante latino de trap urbano que ha desafiado todas las expectativas sobre el aspecto que debería tener un rapero y un cantante de trap y sobre lo que debería cantar un artista de reguetón, incomodando a algunos e inspirado a muchos otros. “Creo que es la estrella más grande que hay ahora mismo en todo el mundo”, me dice Diplo al otro lado del teléfono. El DJ y productor estadounidense aparece en el álbum de debut de Bad Bunny, publicado en 2018, y en agosto se unirá al cantante en una gira que lo llevará por estadios de Latinoamérica y de Estados Unidos. “Es más grande que cualquier estrella anglosajona y, por supuesto, más grande que cualquier estrella latina. No hay estrella del pop más masiva, progresista e importante en el mundo”. J Balvin, frecuente colaborador de Bad Bunny, está de acuerdo. “Es puro genio creativo”, dice, alguien que “rompe los estereotipos y muestra cómo los latinos vemos el mundo de verdad y cómo ha cambiado esa visión”. Bad Bunny, cuyo nombre real es Benito Antonio Martínez Ocasio, llega con su novia, la diseñadora de joyas Gabriela Berlingeri, de 28 años, y con Sansa, un cachorro beagle de tres meses. Benito, de la misma edad que Gabriela, lleva unos pantalones cortos azul marino de Bravest Studios L.A., unas chanclas verde flúor, una camiseta negra de Balenciaga con la palabra bébé escrita con estrás en la pechera, y un gorro de pescador marrón claro con una cuerda que cuelga ligeramente bajo su barbilla. Viene cargado con un montón de libros de diseño de interiores, que coloca cuidadosamente en una mesita auxiliar junto al sofá. Lleva un pendiente de oro en

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Gafas de sol Oakley. Reloj Vanguart En todas las imágenes, los pendientes, el piercing, el collar de corazones de diamantes, el collar de perlas, las pulseras y los anillos son del artista. → Camisa y pantalones Tokyo James. Ropa interior propia Calvin Klein Underwear. Sandalias Hermès. Gafas de sol

el tabique nasal, un collar de pequeños diamantes en forma de corazón, y aros de diamantes con colgantes en ambas orejas. Tiene las uñas un poco largas y pintadas de rosa pastel. Su semblante va cambiando a medida que hablamos, pasando de la timidez y la introversión a adquirir un tono bromista y tontorrón que luego muta en una actitud voluble y desafiante. A veces se pone sentimental. En un momento dado, se gira hacia Berlingeri y le murmura: “Qué guapa estás”. Ella se ríe y responde: “Sí, sí, guapísima”. Berlingeri, que también viene del gimnasio, lleva una camiseta de Puerto Rico extragrande y unos vaqueros cortos. Tiene el pelo húmedo y no lleva maquillaje. Se sienta en el sofá junto a Benito mientras vigila al cachorro, al que le llueven todo tipo de regalos, entre ellos un conejo de peluche. Conocer a Sansa fue uno de los momentos álgidos de la gira, me dice Benito. Belingeri se la presentó durante un concierto en el Crypto.com Arena de Los Ángeles. Estaba a punto de salir al escenario tras un descanso de cinco minutos cuando se enteró de que habían llegado y fue corriendo a los vestuarios. “Corrí por ella”, me dice en español refiriéndose a Sansa. “No por Gabriela”. Y se ríe. “Es mentira. Corrí por las dos”, dice con una sonrisa. “Le di un beso a Gabriela y otro a Sansa”. El chef trae un poco de sushi para probar. Benito lleva ropa de colores intensos que le otorgan un aspecto refrescante y tropical, como si estuviéramos en verano, pero me explica que siempre está cambiando de estilo. “Depende de mi estado mental”, dice. “Todo el mundo tiene que encontrarse cómodo con lo que es y con lo que siente. ¿Qué define ser un hombre, qué define lo masculino y qué define lo femenino? Me cuesta adjudicar un género a la ropa. Para mí, un vestido es un vestido. Si llevo un vestido, ¿dejaría de ser el vestido de una mujer? ¿O al contrario? Pues no. Es un vestido, y punto. No es de hombre ni de mujer. Es un vestido”. Le pregunto qué va a llevar a la Gala del Met. “Si lo supiera, te lo diría”, me dice con una sonrisa. Luego se acuerda de algo: “Cabrón, he visto un post en el que anunciaban el tema de la gala”. “¿No va de moda americana?”, pregunta Janthony Olivares, su director creativo. Benito le explica que el dress code es “glamour de la Edad Dorada, pajarita blanca”, y que el tema es: En América: una antología de la moda, basado en una exposición organizada por el Instituto del Traje del MET. Dice que cuando se enteró, pensó en llevar algo inspirado en Latinoamérica. “Porque también es América”. [Finalmente, llevó un mono beige de Burberry compuesto por una chaqueta de mangas abullonadas y una falda hasta los pies separados por una cremallera. Lo combinó con una camisa azul, una corbata negra y unos zapatos estilo derby. El cantante confesó a GQ en la alfombra roja del evento que prefería “las faldas a los pantalones”]. Benito ha estado pensando mucho en la idea de que América implica mucho más que Estados Unidos. De hecho, es el aspecto que gobierna su enfoque del estrellato global. En concreto, piensa en This Is Not America, una reciente canción de su amigo René Pérez Joglar, un rapero puertorriqueño más conocido como Residente. Él es el responsable de haber despertado la conciencia política en Benito cuando, en enero de 2019, visitaron de buena mañana a Ricardo Roselló, gobernador de Puerto Rico, para abordar la crisis de violencia que estaba asolando el país; después también formó parte de las protestas que desembocaron en su dimisión. Inspirado en la canción This is America, de Childish Gambino, Residente lanza una crítica mordaz al imperialismo estadounidense y a la violencia que padece Latinoamérica. “Me encantó la canción desde la primera vez que la oí”, dice. “Se me puso la piel de gallina. Estábamos tomando algo y René la puso. Cabrón, se me humedecieron los ojos, se me pusieron los pelos de punta. Supongo que porque había bebido un poco. La canción es buenísima”.



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Lanzado el 6 de mayo, Un verano sin ti es menos político, pero no ha perdido ni un ápice de su sensibilidad orgullosamente latina. Buena parte del disco lo grabó en República Dominicana. “Siempre elijo un lugar concreto y me llevo a mi gente. Nos quedamos allí, pasamos un buen rato y trabajamos”, dice. “Alquilo una casa como ésta, instalamos el equipo y grabamos allí las canciones”. Evita los estudios de grabación siempre que puede. “Nada más montarme en el coche para ir, se me quitan las ganas”, explica. Pero, en casa, todo fluye. “Aquí puedes levantarte, comer algo y ponerte otra vez a ello”. En enero, Benito borró todos sus posts de Instagram y publicó un reel en el que aparecen él y Gabriela cenando bajo una palmera, y en el que anuncia la gira World’s Hottest Tour. Las entradas se agotaron en minutos y el sistema se vino abajo. “Fue una locura”, dice. Estamos a mediados de abril y apenas ha pasado una semana desde su último concierto. Aún no ha conseguido relajarse. Normalmente, se acuesta a la una o las dos de la madrugada y se levanta a las diez, pero últimamente ha tenido problemas para dormir. “No sé si soy yo o le pasa a todo el mundo, pero cuanto más alto llego, más presión siento”, dice. Lo que sí está claro es que su fama seguirá aumentando. A finales de abril, lo eligieron para interpretar a El Muerto, un luchador con superpoderes enemigo de Spider-Man. Será el primer personaje latino de Marvel que tendrá una película independiente, otro paso más en la floreciente carrera actoral de Benito. “Es posible que para mucha gente la experiencia

Issey Miyake. Gafas de sol Loewe. Collar Éliou. → Camisa y shorts Etro. Zapatos Dr. Martens. Gafas de sol Gucci. Reloj Vanguart.

sea diferente, y que cuanto más alto llegan, menos presión sienten porque confían en que todo lo que hagan será un éxito”, continúa. “Pero yo soy todo lo contrario: cuanto más público tengo, más fama tengo y más presión soporto. Pero siento que debo seguir. A veces no puedo dormir pensando en todo esto. Hay días que directamente no duermo”. Todos los presentes saltan para ofrecer una posible explicación: a lo mejor es porque acaba de terminar la gira y está sobreestimulado, hasta arriba de adrenalina. Debe de sentirse cierto vértigo cuando uno asciende de forma tan acelerada. La gente grita y baila en los conciertos. “Nunca te acostumbras a eso”, dice. “Nunca me va a parecer algo normal. Siempre te va a emocionar que la gente te reciba de esa forma. Es algo que te cambia”. P E R O B E N I T O N O H A C A M B I A D O , no según la gente que lo

conoce bien. “Sigue siendo el mismo que cuando lo conocí”, afirma Noah Assad, su mánager. “Es muy introvertido en muchos sentidos. La mayoría de la gente pensaría que es lo contrario, pero es igual de humilde que antes”. Y prosigue: “Es un poco tímido y una persona a quien le gusta dar amor”. Benito afirma que ha realizado un esfuerzo consciente por seguir siendo el mismo. “Algunas cosas cambian. Es imposible que no lo hagan cuando tienes mucho éxito y un montón de dinero del que antes no disponías”, dice. “Pero por dentro, estoy intacto”. Su orgullo boricua, por ejemplo, no ha perdido fuelle. Como tampoco lo ha hecho su compromiso por cantar en español. Antes, para que un cantante de lengua hispana lograra hacerse un hueco en el mainstream estadounidense tenía que cantar en inglés: Enrique Iglesias, Shakira, Ricky Martin. Las cosas han cambiado mucho gracias, en parte, a gente como Benito. “Es como si se hubiera caído un muro”, dice. “Todos estamos en la misma liga, en el mismo campo. Lo he dicho desde el principio”. Las redes sociales le han permitido mostrarse como él ha querido. Lo hemos visto siendo provocadoramente puertorriqueño, jugueteando con el género neutro y expresando sus opiniones políticas. “Mi misión nunca ha sido: ay, voy a hacer esto”, dice acerca de su conquista del pop global. “Ha sucedido de una manera orgánica. Nunca he compuesto una canción pensando que se iba a escuchar en todo el mundo, en plan: ¡esta va para el público del mundo entero!; o ¡esta va para el público gringo! Nunca. Al contrario. Escribo canciones como si sólo las fueran a escuchar puertorriqueños. Aún pienso que estoy allí haciendo música y que es para mis paisanos. Me olvido de que se me escucha en todas partes”. También quiere celebrar el dominio actual del reguetón. “El público latino siempre minusvalora a sus artistas”, dice. “A veces, los latinos querrían grabar discos con estadounidenses. Piensan que tienen que hacerlo porque son estadounidenses. No, tío. Sólo porque lo sean, no significa que estén al mismo nivel que yo, ¿sabes? Pero esta perspectiva ha cambiado. Ahora se puede comprobar fácilmente. La gente se ha dado cuenta. De repente, ven que Bad Bunny ha sido el artista más escuchado en Spotify durante 70 días seguidos. No ha sido el estadounidense de turno. No, es ese tío, un latino”. Justo en ese momento, el chef aprovecha la pausa para servir un plato con más sushi. Todos callan mientras comen el pescado crudo y reflexionan sobre las palabras de Benito. Al cabo de un momento, prosigue con su respuesta. “Recuerdo que una vez, no recuerdo muy bien si era en Billboard o en Rolling Stone, publicaron una lista de los mejores cantantes de la historia. ¡Cabrón! ¿Por qué no especificas y dices que es de la historia de Estados Unidos?, porque en esa lista no aparecían ni Juan Gabriel, ni Vicente Fernández ni Tito Rodríguez”. Aquí ya se suelta, dejando atrás al Benito tímido e introvertido. “No digas que esos artistas son los más grandes porque también existen leyendas en la música latinoamericana. Ésa es la pura verdad. ¿Por qué los llaman


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leyendas y no los pueden comparar con los otros? ¿Porque son estadounidenses? ¿Porque cantan en inglés?”. Cuanto más famoso es, más aprecia su idioma, su país, su cultura, su familia y sus amigos. “Muchos artistas se hacen famosos y, de repente, cambian de círculo de amigos y empiezan a filtrar”, dice. “En plan: ‘Ahora soy más amigo de éste y del otro. Ahora me llevo mucho mejor con éste porque también tiene dinero’. Yo sigo rodeándome de la misma gente. Mantengo el mismo círculo. Siempre estoy en contacto con mi familia, incluso cuando no puedo verlos”. “Benito es la persona más familiar que conozco”, me dice Olivares. “Se llevó a su hermano mediano de gira tan pronto como pudo, y cuando el más pequeño terminó el colegio se lo llevó también. Le encanta crearse una burbuja familiar”. Para Benito, esta burbuja protectora tiene sentido. Su ascenso fue desconcertante, y durante un tiempo se sintió perdido. “Es como si estuviera en coma”, dice. “Como si, de repente, dos años de mi vida hubieran transcurrido en una semana debido a un éxito tan repentino”. Hacía cosas que no había hecho antes y estaba muy ajetreado. “Sigo trabajando todos los días, pero en aquella época era todo un poco raro. Era como si hubieran sacado un animal del zoo. Durante dos años, me sentí como si estuviera en un zoo haciendo lo mismo que hacía en la selva, sólo que no estaba en la selva”. La privacidad es crucial ahora que su vida está constantemente a la vista de todos. “Si posteo una foto con Gabriela”, dice, “no lo hago para hacer de ello una historia de amor. Pongo fotos porque eso es lo que se hace hoy, joder. ¡Colgar fotos! A veces es imposible estar en contra de las redes sociales. Por mucho que digas que pasas de ellas, al final te sorprendes a ti mismo diciendo: anda, voy a colgar esta foto”. Aun así, dice, no lo verás azuzando la controversia, o revelando detalles de su relación a extraños. “La gente no tiene ni idea de mi relación”, dice. “No saben ni si estoy casado. Igual ya lo estamos y nadie se ha enterado”. Sonríe. “Lo pongo como ejemplo. No, no estoy casado”. en el barrio Almirante Sur de Vega Baja, en Puerto Rico, el hijo mayor de un conductor de camión y de una profesora, era un niño tímido pero gracioso que hacía gala de una imaginación desbordante. “Me gustaba hacer el payaso”, dice. “Pero también era algo apocado. Siempre fui muy cariñoso con mis padres. Me gustaba dibujar. Me gustaba mucho dar rienda suelta a mi imaginación. Nunca fui muy deportista que digamos”. Pasaba mucho tiempo en su habitación, pero también en la calle, no con la bici ni con un balón, sino jugando a que era un vikingo noruego. “Aún conservo la imagen en mi mente de una piedra a la que me subía; me sentía como si estuviera en mi reinado y me imaginaba que caían muchos rayos”, dice. “Recuerdo que una vecina le decía siempre a mis padres que me veía hablando solo. Pero simplemente estaba jugando, poniendo voz a otros personajes porque estaba yo solo. La vecina les decía: ‘Ese niño está siempre hablando solo. Deberíais hacérselo mirar’. Y mi padre le contestaba: ‘El niño sólo está jugando”. “Siempre hay una vecina por ahí”, suelta Gabriela con tono socarrón. Cuando era pequeño, Benito cantaba en el coro de la iglesia, rapeaba en el programa de talentos del instituto y escuchaba todo lo que le pusieran sus padres. “Mucha salsa”, dice. “Mi madre escuchaba baladas, merengue y la radio Top 40”. Él escuchaba reguetón en secreto. “Lo único que me dejaban escuchar era Vico C”, dice, refiriéndose al nombre artístico de Luis Armando Lozada Cruz, un rapero considerado uno de los fundadores del reguetón. “En aquella época, Vico C era un poco bestia, muy vulgar, pero cuando empezó a hacer música un poco más limpia me dejaron ponérmelo. Pero el primer artista del género al que me permitieron escuchar fue Tego Calderón, el primero al que me enganché de verdad”. BENITO,QUE CRECIÓ

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Alrededor de 2004, antes de dejar la universidad, Benito comenzó a trabajar en una cadena de supermercados embolsando la compra de los clientes. Ahí fue cuando su amigo Ormani Pérez, ahora su Dj oficial, lo convenció para que subiera temas a SoundCloud. “Mis amigos siempre me decían que compartiera mis temas en una página de Facebook que aún existe. Pero no me sentía del todo seguro y les decía que no, que ahí no, que quería dedicarme a ello en serio y que las compartiría cuando estuvieran listas. Había entonces una escena de chavales que hacían música que subían a SoundCloud. Y dije: pues eso es lo que voy a hacer también”. La gente empezó a compartir sus canciones, y después más gente. “Primero medio millón, luego un millón”, cuenta Benito. “Es emocionante lanzar una canción y actualizar la página para ver cuántas personas la han escuchado”. En 2016, Benito llamó la atención de Noah Assad, el fundador


de Rimas Entertainment, un sello discográfico que en poco tiempo se había convertido en uno de los más grandes del mundo latino. Lo fundó junto a José “Junior” Carabaño en 2014. Comenzaron como una pequeña red de YouTube que distribuía y comercializaba vídeos musicales. Aún pensándose si ficharía o no por ellos, Benito seguía enviando currículums a tiendas y supermercados y estudiando. Estaba seguro de que siempre haría música, pero no sabía cuánto tiempo tardaría en lanzar su carrera. Se estaba preparando para cualquier cosa e intentando no hacer locuras. Assad tenía un enfoque muy original que privilegiaba las colaboraciones estratégicas. En lugar de centrarse en sacar discos, lanzaba un sencillo tras otro. Cuando los grandes sellos entendieron la estrategia, los vídeos de Bad Bunny en YouTube ya había alcanzado los cientos de millones de visualizaciones. Desde Soy peor, su primer éxito, y sus

↑ Camisa GCDS. Shorts JW Anderson. Gafas de sol propias Chrome Hearts. Reloj y collar de flores propios.

colaboraciones con Cardi B y J Balvin en I Like It y con Drake en Mia, no ha parado de batir récords, desafiando todas las expectativas. Ha sacado tres discos de estudio, un disco colaborativo y un recopilatorio. Ha ganado dos Grammys y dos American Music Awards, entre otros galardones. A finales de 2020, El último tour del mundo se convirtió en el primer disco cantado enteramente en español que alcanzó el número uno del Billboard 200. Ha sido el artista más escuchado en Spotify durante dos años seguidos. Su gira de principios de este año vendió 500.000 entradas en la primera semana, amasando unos beneficios de 110,39 millones de euros. Y tras un papel recurrente en la serie de Netflix Narcos: Mexico, grabó la película Bullet Train junto a Brad Pitt. “Qué maravilla, Brad Pitt”, dice Benito. “A veces, durante el rodaje, gritaban ‘¡corten!’, y yo pensaba: ‘¡Qué cojones, pero si estoy aquí con Brad Pitt!”.

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de 2021, cuando tendría que haber estado de gira de no haber estallado la pandemia, Benito empezó un curioso proyecto paralelo como invitado en el circuito WWE, donde ganó el Campeonato 24/7, un título único que puede ser desafiado en cualquier momento y en cualquier lugar, siempre que haya un árbitro de la WWE presente. Semanas después de llevarse un Grammy a casa, compitió en en WrestleMania 37 en un tag team, o equipo múltiple, junto a su compatriota Damian Priest. La experiencia en el cuadrilátero lo preparó para ser elegido después para el papel de El Muerto. “Crecí viendo lucha libre”, dice. “El papel es perfecto, y sé que El Muerto va a ser algo épico. Soy fan de Marvel, y el hecho de ser ahora un miembro de la familia me sigue pareciendo un sueño”. A Olivares no le sorprendió que Benito se lanzara de lleno a esta nueva faceta. “Siempre ha sido su sueño”, dice. Pero me sorprendía lo centrado que estaba. “Dejó todo lo demás de lado. Siempre estaba haciendo música, pero ahí lo paró todo para dedicarse al 100% a la lucha libre”. Benito entrenaba dos veces al día, afinando su técnica y trabajando su cuerpo. “Desde que lo petó y comenzó a hacer giras, ése fue el cambio más importante que le había visto hacer”, dice Olivares. Sin embargo, después vendrían las contradicciones. En febrero de 2020, protagonizó algunos titulares por salir en The Tonight Show con Jimmy Fallon vestido con una camiseta y una falda, con la que pretendía llamar la atención sobre el caso de una mujer trans puertorriqueña a la que habían asesinado recientemente. Su compromiso por ver el mundo a través de una perspectiva feminista se extiende también a sus canciones. Donde quizás lo pone más de manifiesto es en Yo perreo sola, un grito de guerra contra el abuso sexual y la violencia contra las mujeres. “La cultura latina es muy machista”, dice Benito. “Por eso creo que lo que hemos hecho ha tenido más impacto todavía… En la música urbana latina, en el reguetón, tienes que ser el más macho, el más malote. Por eso también es más fácil crear más impresión”. A veces, dice, la gente cree que si eres un artista de reguetón, tienes que actuar o vestirte de una determinada manera. “Pero, ¿por qué? ¿Si visto así, entonces no puedo cantar así? O, si visto así, entonces no puedo escuchar este tipo de música?”. Tampoco es que esté intentando dar ejemplo. “No es mi intención dar ningún sermón. Cuando alguien escucha las letras y dice: ‘Es verdad, cabrón’, y cambia un poco de opinión, no es que, de repente, se vaya a convertir en una persona distinta, pero ya ha cambiado un poco. Puede que empiece a ENTRE ENERO Y ABRIL

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→ Camisa Dior Men. Pantalones Valentino. Reloj propio.

aceptar cosas que antes no aceptaba, o que digan: ‘Joder, es verdad, estoy siendo un poco injusto con esta persona”. “Obviamente, hay muchas cosas que la gente desconoce sobre mí porque tengo una vida privada”, dice en otro momento. “Puede que no hable de ciertas cosas en público, pero cuando salgo ahí afuera, no estoy actuando. No me estoy inventando ningún personaje ni por eso soy más artista, no cambio mi manera de hablar ni nada de eso. Soy como soy, y estoy orgulloso de quién soy; me siento muy a gusto conmigo mismo”. “Creo que es una persona con la que te puedes identificar”, dice Diplo. “Es un tío completamente normal. Tiene una voz increíble. Sabe cómo vestirse y ser extravagante, y eso es lo que tienes que hacer: tienes que tener ese nivel de arrojo para conseguirlo. Está en una liga propia. Nadie está haciendo esos mash-ups tan salvajes, un disco en el que hay trap pero también grunge. Es él quien se está tomando su tiempo para componer estos discos tan audaces con todo lo que le gustaba cuando era pequeño, y lo está haciendo él solo. Se está arriesgando y está ganando”. Comemos tarde, o cenamos pronto porque el sol ya está bajando, proyectando un tono dorado sobre la piscina y el muelle. Beto Rosado, el ingeniero y productor de Benito, ha instalado un equipo para pinchar y Benito me pregunta si quiero escuchar algunas de las nuevas canciones del disco. Jomar Dávila, su fotógrafo, y Jesús Pino, su ayudante, beben cerveza en la isla de la cocina mientras el chef recoge. Berlingeri está sentada en el sofá, jugando con el cachorro. Benito, sentado en un taburete frente a los altavoces, pone la primera canción, un tema con ritmos tropicales y de reggae que habla de beber mientras estás de vacaciones. Se levanta con un vaso de vino tinto en la mano y mueve la cabeza al ritmo de la música. Después, se va a sentar al sofá con Berlingeri y Sansa. La música está alta. El cachorro está un poco inquieto. Mueve la colita y pega saltos para intentar atrapar el conejo de peluche que le están moviendo sobre la cabeza. Benito no había grabado tantas canciones para un mismo disco antes, me dice. Todavía no está muy seguro de cuáles va a incluir. En la siguiente canción colabora el grupo colombiano Bomba Estéreo, cuya música describe como electro tropical. La canción es una fiesta. Benito sube el volúmen y empieza a bailar. Todo el mundo se despabila y empieza a cantar y a moverse en sus asientos. “¡Cuando escucho esta canción siempre me apetece tomar una cerveza!”, dice Berlingeri. La tercera canción, en la que también se oye a Berlingeri, suena como un mambo. Benito comienza a bailar lo que parece ser un mambo, dando pequeños pasos laterales en ángulo: paso, toque, paso. Dávila y Pino se ponen en fila detrás de él, imitándolo, y creando una miniconga sincronizada. “¿Cómo se llama este paso?”, pregunta Benito. Sigue sonriendo y meneando su sombrero de pescador sobre su cabeza. Parece relajado y contento. “Ésta es mi playa,” dice la canción. “Éste es mi sol, ésta es mi tierra”, continúa. “Éste soy yo.” “¿Es bachata?”, pregunta Benito sobre su baile. “¿Merengue?”. No saben cómo se llama, pero sí cómo bailarlo. Les sale de una manera muy natural, al fin y al cabo tienen una historia compartida. “Es caribeño”, dice Dávila. “Es Cruise Ship”, dice Pino. “¡Electric slide!”, responde Dávila. Benito arrastra los pies dando pequeños pasos sincopados. “¡Es estadounidense!”, exclama. Y todo el mundo se ríe y continúa bailando. CARINA CHOCANO

Times Magazine.

es colaboradora de The New York

PELUQUERÍA Y MAQUILL A JE: GIANLUCA CON CREATIVE MANAGEMENT. SASTRERÍA: S. MULLINS. DISEÑO DE SE T: TOM CRISWELL PAR A MHS ARTISTS. PRODUCCIÓN: SELECT SERVICES PRODUCTION.

Existe incluso otra explicación para el Lamborghini Urus que se compró. “Benito no es el típico tío a quien le gusta tener muchos coches y personalizarlos, no le interesa tampoco tener el ultimísimo modelo o el más rápido”, dice Olivares. “No es ese tipo de persona”. Sí, tiene un todoterreno ligero de casi 190.000 euros y 600 CV (además de un Bugatti), “pero es una especie de trofeo que se compró porque, en 2012, sacaron un prototipo y se enamoró de él, pese a que le dan un poco igual los coches. Pero, claro, no se lo podía permitir ni en broma porque estaba en el instituto. Sin embargo, siete u ocho años más tarde, se lo pudo comprar. Y no por el mero hecho de tener un Lamborghini: se lo compró porque era el coche de sus sueños desde que era niño”. “He pasado por todos los procesos por los que pasa un artista”, dice Benito mientras se come un inopinado plato principal de carne Wellington con salsa de foie gras. “Todo fue superrápido. Daba fiestas gratis. Luego fiestas de 100 dólares, aún de manera independiente. Cometí los típicos errores de principiante. Después me convertí en el artista nuevo más interesante de la escena. Y luego, al cabo de un mes, ya estaba en otro nivel. Y así. Así siguió sucediendo y así sigue pasando en estos momentos”.



22 preguntas y respuestas sobre los tokens no fungibles, un mundo de potencial revolucionario, demencialmente lucrativo, confuso como ninguno, y con un cierto e inquietante, tufillo a estafa.

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SECCIÓN 1

PERFECTO, ¿Y DE DÓNDE HAN SALIDO?

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ENTONCES, ¿QUÉ ES UN NFT?

CONCEPTOS BÁSICOS Y ACRÓNIMOS QUE DEBES CONOCER Por si la tecnología intrínseca a los NTFs no fuera lo bastante opaca, sus fans y coleccionistas tienen un lenguaje propio. He aquí algunos términos para ir empezando. —J. K.

VALE, PERO ¿POR QUÉ SON IMPORTANTES?

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GM:Good Morning, un

sencillo buenos días convertido en una suerte de clave para enterados. WAGMI:We’re All Going

to Make It, o lo vamos a conseguir todos, una forma de expresar el optimismo —a veces merecido, otras irreal— que rodea a los NFTs. NGMI:Not Gonna Make It, o

no lo va a conseguir. Insulto dirigido a inversores ineptos, proyectos fraudulentos y críticos en general de los NFTs. MANOS DE DIAMANTE:si puedes aguantar pérdidas iniciales sin entrar en pánico y retener NFTs en espera de una mayor recompensa, tienes manos de diamante.

MANOS DE PAPEL:lo

opuesto a lo anterior. Alguien que se raja y vende pronto. PFP:Picture For Profile o foto de perfil. Se refiere a una colección de imágenes asociadas a un NFT que funcionan como avatares de Twitter (por ejemplo, CryptoPunks o Bored Ape). DYOR:Do You Own Research,

o haz tus pesquisas. En la Web3 no existe una red de protección en caso de error, por lo que estás solo a la hora de evitar estafas y dar con proyectos prometedores. MINT:acuñar o convertir un activo digital —el JPEG de un pingüino con sombrero o una tema de trance— en NFT. DAO:Decentralized

Autonomous Organization. Es decir: organización autónoma descentralizada, una especie de club sin liderazgo único. Los miembros aportan criptomonedas y toman decisiones conjuntas sobre el uso de los fondos. CC0: Un tipo de licencia sin derechos de autor que introduce el arte NFT en el dominio público.


¿QUÉ SON LOS NFTS BLUE-CHIP?

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¿QUIÉNES SON ESOS POTENCIALES CONTENDIENTES, LOS DAVID DE YUGA EL GOLIAT?

¿QUÉ APORTA VALOR A UN NFT?

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¿SE PUEDE DIVIDIR EL COSTE DE UN NFT CON ALGUIEN MÁS?

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¿CUÁNTO DURAN LOS NFTS?

SECCIÓN 2

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BREVE TAXONOMÍA DE LOS COLECCIONISTAS DE NFTS EL REY DEL FLIPPING: siempre estás

conectado y llegas pronto a todo, acuñando eso que es tan difícil de conseguir para vendérselo a los rezagados por un buen margen. EL AMANTE DEL ARTE:eres un mecenas

del arte digital y algún día venderás tus obras por millones. O no. Si el precio se devalúa, siempre podrás admirar el arte de tu monedero como prueba de que alguna vez todo fue real. EL INVERSOR:te gusta el capital riesgo

y echas mano de tus conexiones en la industria para apostar a lo grande por los mejores NFTs, esperando que al menos uno o dos lo peten. EL NORMAL:comes sano, das paseos

y llegarías a gastarte 200 € en un NFT que hizo tu primo para luego olvidarte completamente de que lo tienes. Eso sí, tu primo te querrá para siempre.

¿CÓMO COMPRO UN NFT?


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POR CURIOSIDAD, ¿PUEDO HACERME UN NFT?

¿CÓMO PUEDO PONERME AL DÍA?

11 ¿CÓMO PROTEJO MIS NFTS PARA QUE NO ME LOS ROBEN?

12 ¿ALGO MÁS QUE PUEDA HACER PARA EVITAR QUE ME TIMEN?

14 QUÉ LOCURA. ¿QUÉ MÁS PUEDE CONVERTIRSE EN UN NFT?


LOS NFTS, ¿SON ARTE DE VERDAD?

¿Y A LOS ARTISTAS QUÉ LES PARECE?

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¿QUÉ PASA CON LOS NFTS DE LA MODA?

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BRIAN GOVE. GRIMES (PRIMER USO): TAYLOR HILL / WIREIMAGE. BEEPLE: JASON BOLLENBACHER. MONA LISA: KENZO TRIBOUILL ARD. GRIMES (SEGUNDO USO): FR A ZER HARRISON. SNOOP DOGG: JC CHRIS SAUCEDO. TODAS: GE T T Y IMAGES. TOM SACHS: ROCKE T FACTORY X TIFFANY & CO.: CORTESÍA DE TIFFANY & CO. (3). BORED APE YACHT CLUB: CORTESÍA DE YUGA L ABS (3). R ARE PEPE: CORTESÍA ESÍA DE R ARE SCRILL A. CRYPTOKIT TIES (4), A ZUKI, JACOB & CO WATCH NF T: CORTESÍA DE L AS MARCAS. MFERS (2), BLITMAP (3), TUBBY CATS, HOWLERZ (2), GRIF TERS, ESCUDOS (2), MAPACHES: CC0. COLLAGE: GETTY IMAGES.

YA TENGO MI PRIMER NFT. ¿CÓMO LO ENSEÑO?

FOTOGR AFÍAS: GARY VAYNERCHUK: OLIVER A. NADYA TOLOKONNIKOVA: ODE MRHANSEL (3). DJ PEPE: CORT TODOS LOS DEMÁS ELEMENTOS DEL

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¿Y LOS NFTS DE LA MÚSICA?

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¿O INCLUSO EL MUNDO ENTERO?

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VAYAMOS A LO IMPORTANTE: ¿PUEDEN SALVAR EL MEDIOAMBIENTE?

VALE, AHORA QUE SÉ TANTO, ¿PASA ALGO SI DECIDO QUE SON LO PEOR? ¿ME MORIRÉ DE FOMO?

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Con un puñado de canciones buenrollistas y un papel revelación en Euphoria, el cantautor

DOMINIC FIKE

se ha convertido en el rostro (adornado con el tatuaje de una manzana) de la era 3.0. Lo hemos reclutado para averiguar qué llevaremos en el mundo real cuando la vida se traslade al metaverso. POR SAMUEL HINE FOTOGRAFÍAS: SEBASTIAN MADER ESTILISMO: MATTHEW HENSON LETTERING: JUANMA VALLESPÍN

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←← PÁGINAS DE APERTUR A

Camiseta Calvin Klein Underwear. Bóxer Hermès.

Traje y camisa Ralph Lauren Purple Label. Corbata Paul Stuart. Zapatos John Lobb. Reloj Rolex. Pendiente propio. → SIGUIENTE PÁGINA

Chaqueta y pantalones Louis Vuitton Men’s. Zapatillas Nike. Calcetines Calvin Klein Underwear. Gorra, del estilista. Pendiente Jacob & Co. Silla Tom Sachs Furniture.

le gusta tocar la guitarra, llamado Elliot, que se las apaña para meterse en un triángulo romántico con Rue (a quien interpreta Zendaya) y Jules (Hunter Schafer). Las acciones de Elliot no son particularmente loables, pero se hace querer —sobre todo porque el propio Fike se hace querer—. A sus 26 años, es atento y divertido, y tiene una actitud informal y confiada. La ropa le queda muy bien, y puedes imaginar los tatuajes que lleva en la cara, su bigote y su pelo algo largo teñido, convirtiéndose en un nuevo canon de belleza descuidada. Cuando Elliot aparece en el primer episodio de la segunda temporada de Euphoria, drogándose con Rue en el cuarto de la lavadora en una fiesta, es como si una gran estrella acabara de colarse en la pantalla. Aún no he conocido a nadie —de cualquier género, cualquier sexualidad— que no piense que está bueno. N O S E N C O N T R A M O S una cálida tarde de primavera en el Museo de Arte Moderno de Nueva York. Fike vive en Los Ángeles, pero en el último par de semanas se ha refugiado en un estudio de grabación a las afueras de Nueva York para trabajar en su segundo álbum. La oportunidad definitiva de Euphoria le llegó cuando ya era más conocido por su música. Como muchos cantautores de su edad, su sonido desafía cualquier categoría. En líneas generales, es rock tranquilo para escuchar en tu habitación, aunque habitualmente se introduce en el hip-hop y el pop tan de moda en Spotify. A diferencia de otros cantantes jóvenes, Fike ha colaborado con artistas tan grandes como Justin Bieber o Paul McCartney —y, en el caso de Fike, ambas cosas sucedieron más o menos a la vez—. Su versatilidad es auténtica. Está en la ciudad antes de viajar a París, donde se reunirá con Schafer, su novia desde hace varios meses. Componer canciones pegadizas como las suyas puede ser una idea genial para hacerse famoso entre la generación de las redes sociales, pero no es comparable con formar parte de una serie tan increíblemente popular. Euphoria es la segunda serie más vista de HBO desde 2004, por detrás de Juego de tronos. El día que nos encontramos en el museo, faltan sólo unas noches para que se emita el final de la temporada, y Estados Unidos se halla en plena Euphoriamanía. Es una tarde entre semana, y en el museo hay sobre todo jubilados. Pero en un momento dado, mientras Fike observa una escultura de hierro de Richard Serra, da la sensación de que todas las chicas de menos de 20 años que hay aquí están merodeando alrededor, riendo nerviosamente y tomando fotos de forma no muy discreta. Fike es cercano y encantador cuando le piden selfis, lo que lleva a un adolescente vestido como un extra de Euphoria a hiperventilar al límite de un ataque de nervios. No es difícil adivinar quién se le va a acercar, me dice más tarde.

HEADSE T Y MANDOS: ME TA.

Dominic Fike hizo un casting para un papel en la temporada inicial de Euphoria, no sólo era su su primera audición para un personaje importante en una serie. Era la primera vez que actuaba. Punto. El director de reparto se puso en contacto con Fike y éste superó varias pruebas sin problemas. Más tarde, el creador de Euphoria, Sam Levinson, le invitó a hacer una última lectura de química con Barbie Ferreira, actriz de la ficción. Fike decidió preparársela como lo hacen los grandes actores: con algo de método. Como Euphoria va sobre un instituto en el que hay más drogas que en una farmacia, Fike se tomó unas setas y se dirigió al encuentro. Imagínate cómo acabó aquello. “Me dio el subidón cuando Barbie y yo estábamos leyendo”, dice con una carcajada. Podría haberle ido brillantemente —cuando Fike confía en su instinto, las cosas suelen salir bien—. Pero luego miró el guion y las letras le bailaban. Y luego miró a Levinson y —en la mente colocada de Fike— el creador de la serie llevaba puesto un vestido. Fike recuerda que empezó a troncharse: “Lo miré y le dije: ¿Llevas un vestido? Fue una locura. Empecé a reírme de todo el mundo”. Desastre total. Cuando llegó a casa, sus agentes le llamaron con el resultado. “Estaban en plan: Pero. Qué. Coño”. No consiguió el papel. Fike se ríe ahora de la experiencia porque al final entró en la segunda temporada de Euphoria, para dar vida al chico nuevo: un porrero al que


A la entrada de las galerías, le pregunto a Fike si quiere ver primero las obras de arte anteriores o posteriores a los 70. “Vamos a ver cosas nuevas”, propone. fue tan rápido e inesperado que The New York Times, FX y Hulu coprodujeron un corto documental sobre él en 2020. Tan rápido e inesperado, de hecho, que no le ha dado tiempo a desarrollar una faceta de celebrity propia —esa imagen prudente y sin fisuras que muchas estrellas muestran al público. En un momento dado, se pregunta en voz alta que dónde están las medusas. “¿No tienen una sección acuática aquí? ¿Estoy flipando? ¿Estoy pensando en un acuario?”. Se ha hecho famoso siendo él mismo: un típico chaval americano al estilo de la Generación Z. La historia de Fike es algo así: tiene raíces filipinas y afroamericanas, y creció en Naples (Florida). Cuando era pequeño, su madre entraba y salía de la cárcel, pero le descubrió a Lil’ Kim y a Biggie, y le compró su primera guitarra. Su padre estuvo ausente hasta que Fike cumplió 9 o 10 años, cuando apareció sin previo aviso en la casa. Se quedó una semana, dice Fike, antes de desaparecer en el horizonte en la diminuta scooter eléctrica Razor de su hijo. Antes le enseñó unos cuantos acordes de guitarra; Fike aprendió el resto en YouTube. EL ASCENSO DE FIKE

“Voy a hacer locuras. Voy a ser uno de esos famosos pesados”

→ Camisa y pantalones Valentino Haute Couture. Botas Jimmy Choo. Pendiente Jacob & Co. Pulsera y anillo Cartier High Jewelry. ↓ Cárdigan, jersey, pantalones, cinturón y cadena Balenciaga. Colgante Tiffany & Co. Pulsera Martine Ali.

En el instituto, Fike empezó a juntarse con un grupo de hiphop y a subir su propia música a SoundCloud. Comenzó a hacer bolos, robando bicis y vendiéndolas en Craigslist para pagarse la gasolina. “Era una locura de vida”, explica Fike. Pero aun así, estaba apostando por sí mismo. “Decía: ‘Claro que sí, voy a petarlo en el mundo del rap’. Pero no fue así, para nada”. La emergente carrera de Fike en el rap descarriló en 2016 cuando lo acusaron de agredir a un agente tras un altercado que se ha descrito como un intento de apaciguar un problema entre la policía y su hermano pequeño. Después de declararse culpable, lo sentenciaron a seis meses de arresto domiciliario. Pero Fike sabe cómo convertir los momentos más duros en puntos de inflexión. Se mudó al piso de un amigo con su guitarra, y con todo el tiempo del mundo, se propuso encontrar un nuevo sonido. Un día, en la ducha, se le ocurrió una melodía casual, de influencia reggae. Salió corriendo y empezó a sentar las bases de lo que sería 3 Nights, una canción con palmas absurdamente pegadiza, su éxito revelación. “Recuerdo el día que la compuse. Llamé a la gente y le dije: ‘¡Tío, acabo de hacer un hitazo!’. De verdad que usé esa palabra”, recuerda. ¿El único problema? Cuando la canción petó en SoundCloud, a comienzos de 2018, y atrajo la atención de las grandes discográficas, Fike estaba en prisión por violar la condicional. Pero eso sólo aumentó el interés de las productoras, y Fike se encontró de un día para otro en una reunión con unos ejecutivos a través de un cristal de plexiglás de varios centímetros. Columbia Records ganó la guerra por los derechos, y cuando Fike salió de la cárcel ya tenía un contrato discográfico de casi 4 millones de dólares a su nombre. De repente, Fike tenía que grabar un álbum de verdad que demostrara que merecía esa expectativa de estrella que había generado su contrato, y cumplir con una gira mundial de 23 conciertos mientras se acostumbraba a ser el centro de atención y cuidaba de su familia y amigos. En el transcurso de nuestra conversación, no hay ni un solo tema peliagudo —ni su familia, ni su condena, ni su adicción— que Fike no pueda transformar en algo positivo. Describe la cárcel, por ejemplo, como un tiempo sabático: “En realidad fue un año libre para centrarme en mí mismo”. Pero reconoce que las cosas se pusieron difíciles en aquella época, especialmente mientras componía su álbum de debut, What Could Possibly Go Wrong, de 2020. “Me estaban pasando muchas cosas, y estaba enganchado a otras tantas”, dice. “Hacer un puto disco con tanta presión, las drogas, mi familia, que están locos, yo, que estoy loco… Era imposible”. Admite que “podría haber estado más orgulloso” de su primer álbum. Pero el lado optimista de Fike no tarda en aparecer otra vez. “Lo que pasó fue para bien”, asegura. Y con su esperadísimo segundo disco, tiene muchas razones para sentirse optimista. “Éste sí que suena realmente bien”, afirma. así que decidimos poner rumbo a la cafetería del museo. Mientras nos escabullimos por una galería para evitar a otro grupo de adolescentes —“Éste mola mucho”, dice de un inquietante cuadro de Magritte—, Fike explica que decidió grabar su álbum a las afueras para centrarse en hacer música por primera vez en años. “Ahora mismo no quiero volver a Los Ángeles. Si te soy sincero, hay muchas movidas en las que no me quiero meter”, añade. “Conozco a mucha gente en Los Ángeles, y a veces es imposible escapar. Siempre hay algo que hacer y todos los estudios están abiertos, hay gente entrando y saliendo todo el día. Si te vas al campo, como mucho verás un zorro o un conejo”. Su primer álbum y aquella audición fallida fueron los factores que motivaron a Fike a “parar un segundo”, como él dice. Se dio cuenta de que la única persona que podía frenar ese descenso a los infiernos era él mismo. “Cuando me llegó lo de Euphoria por primera vez, me volví loco”, rememora. “Pensaba: ¡Soy perfecto para esta serie! ¡Soy FIKE SE MUERE DE HAMBRE,


uno de esos putos chavales!”. Dicho de otra manera: bebía y se drogaba un montón, encadenando resaca tras resaca. “Era una caída en picado”, reconoce. Se las ingenió para evitar convertirse en el titular de las revistas, pero ese hedonismo le causó problemas más urgentes: “Estaba jodiendo todas mis relaciones, y también tenía problemas económicos, gastaba demasiado en yates y mierdas así”. Yates alquilados, que quede claro. “Mi mánager me llamaba y me decía: ‘Tío, ¿qué coño te pasa?”. Desde la temporada que estuvo en el centro de rehabilitación que fundó Eric Clapton en Antigua, en la primavera de 2020, Fike ya no se pasa, según dice, “drogado todo el rato”. Surtió efecto de inmediato: los directores de reparto de Euphoria se pusieron en contacto con él de nuevo tras enterarse de que estaba dando pasos en la dirección correcta, y por eso consiguió el papel de Elliot. Y hasta ahora, explica, le ha resultado mucho más fácil grabar el segundo disco que el primero. También concibe la música de una forma más experimentada. “La última vez era en plan: vamos a ver qué puedo hacer metiéndome aquí y jugueteando con esto”, recuerda. “Pero ahora sé exactamente qué tipo de sonido quiero y qué tipo de música quiero hacer”. Según Fike, el nuevo álbum tendrá más rap y “una versión más redonda” de su mezcla de pop-rock. “¡Suena puto bien!”, dice. Su amigo y productor Kenny Beats lo expresa así: “La gente no está acostumbrada a la facilidad que tiene Dominic Fike para hacer música y ser creativo”. Antes de que se emitieran sus episodios en Euphoria, Fike no tenía intención de seguir actuando. Cuenta que el creador, Sam Levinson, no quería que se sintiera atrapado. “Siempre me dio la opción de marcharme. Me decía: ‘Cuando quieras irte a hacer tu música, tío, avísame y te mato”, refiriéndose a Elliot. Cuando nos sentamos en la cafetería y la —aproximadamente— persona número seis mil del día le dice a Fike que le encanta lo que hace en Euphoria, explica por qué al final ha decidido firmar para una segunda temporada. Para empezar: ha amortizado su debut con proyectos de actuación aún mayores. “Hay movidas en las que estoy a punto de meterme, y voy a dedicarme a ellas durante un buen tiempo, seguramente”, comenta, negándose a ser más específico. Y volver también le da la oportunidad de pasar más tiempo con su novia. Fike y Schafer se conocieron en el rodaje en Los Ángeles, y está superenamorado. Me dice que ha ido a la tienda de Prada en el SoHo ocho veces en los últimos cuatro días —para comprar ropa, por supuesto, pero también para ver a Schafer en los anuncios que hay en el escaparate—. “Eso es lo mejor de todo”, confiesa. Ahora mismo Schafer está en Milán, y la echa de menos. Fike y Schafer tuvieron una gran química enseguida, pero a él le costó algo más hacer migas con el resto de la gente en el set. La experiencia de ser el chico nuevo en el Instituto Euphoria, dice, “fue muy intimidante” al principio. “Zendaya, es una locura verla en la vida real. La veía en las películas y yo pensaba: ‘Joder, es la chica de Spider-Man, tío’. Y luego Tom Holland aparecía y le daba un beso, y yo en plan: ‘¡Esto es muy heavy!”. Fueran cuales fueran las barreras que Fike sentía cuando llegó al rodaje, pronto las derribó la intensidad emocional de la serie. En los primeros días, Schafer grabó una escena en la que tenía que llorar. A Fike le flipó su técnica. Cuenta que el set se quedó en silencio cuando se metió en el personaje. “Quería abrazarla. Se le caían las lágrimas. Dijo: ‘Vale, estoy lista’. Y luego hicieron la escena”. Nada más acabar, Fike le pidió a Schafer que le enseñara cómo llorar a posta, y ella lo hizo. El proceso es sencillo, en teoría: “Reúnes un montón de experiencias terribles, las traes al presente, y luego las miras”, dice Fike. Cuando Schafer se lo explicó, pensó: “Vaya putada. ¿Tienes que hacer eso todo el rato? ¡Es horrible!”. Fike asegura que aprender a llorar delante de la cámara, por no hablar de la chica de la que estaba colgado, fue muy raro. Pero las implicaciones fueron profundas. “En esos momentos, la relación se acelera, porque te sientes vulnerable con alguien. Eso normalmente cuesta. Algunas personas se enamoran meses después de conocerse, o años. Nosotros sentimos esa atracción y todo pasó rapidísimo. Nos conocimos el uno al otro enseguida”.

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le asusta esta nueva realidad. “Ahora mismo tengo mejores amigos en París que en Naples”, cuenta. “Me sorprende mucho, y también es doloroso, la verdad”. Pero otra parte de él está preparada para ignorar todas las molestias e inconvenientes y experimentar la fama al máximo, y ver qué sucede. ¿No te preocupa exponerte demasiado?, le pregunto a Fike cuando se decanta por un sándwich. “No”, contesta. “Voy a intentar hacer locuras. Voy a intentar ser como Lindsay Lohan. Voy a dejar que me molesten los paparazzi y esas mierdas”. ¿De verdad? E N PA RT E, A F IK E

Peluquería y maquillaje: Melissa Dezarate para Jillian Dempsey Skincare. Sastrería: Alberto Rivera para Lars Nord Studio. Set design: Lauren Nikrooz.


“No estoy de coña. Voy a intentar ser uno de esos famosos pesados”. ¿Por qué? “Creo que tiene que molar… Quiero fotos icónicas de ésas que se hacían antes. Las historias que molan. Hasta las putas cejas de éxtasis. ¿Me entiendes? Quiero vivir todo eso”. Fike sabe que existe la posibilidad de que ese ansia por ser famoso le haga perder el control otra vez. De hecho, básicamente cree que es inevitable. “Incluso Paul McCartney ha dado sus vueltas de campana. Es parte del juego”. Pero últimamente también ha pensado que puede haber otro futuro para él. Ha

Botas Givenchy.

hablado mucho con un amigo sobre escribir una película donde al personaje principal “le va bien todo el rato. Su vida mejora cada vez más. Cuando piensas que la va a cagar, le ascienden en el trabajo”. La secuela, porque por supuesto habrá una secuela, se titulará Sigo triunfando. Si modificaran la trama ligeramente para incluir escenas en las que el protagonista comete varias cagadas —dar positivo en un test de drogas que le ha ordenado un juez, tomar setas antes de la audición más importante de su vida— y luego escapa con gran éxito, podría ser sobre Fike. ¿Te ves a ti mismo siendo ese tío? Le pregunto. “La verdad, un poco sí”, contesta. “Ahora mismo lo estoy petando”.

Balaclava Chrishabana.

SAMUEL HINE

Blazer Han Kjøbenhavn. Pantalones Bryan Jimenèz.

es redactor de moda de GQ.

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Ya es la colección de NFTs más codiciada del mundo, pero

el Bored Ape Yacht Club quiere convertirse en algo más: una propiedad intelectual altamente lucrativa. Mientras los compradores compiten por hacer de sus monos las estrellas de películas, libros, discos y series, GQ se infiltra en la carrera por monetizar esta versión descentralizada de Disney.

POR WILL STEPHENSON

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Sonny Q, que prefiere no usar su apellido, me explica el exorcismo al que se sometió cuando era más joven, en Boston, para el que tuvo que tumbarse en una bañera mientras un cura lo cubría de huevos. “Tenía un espíritu extraño dentro de mí”, me cuenta. “Lo estaba pasando fatal, todo me salía mal, era un fracaso en todo. Sólo me pasaban cosas malas, una detrás de otra”. De complexión robusta y rostro barbudo, sacude sombríamente la cabeza cuando recuerda la posesión demoníaca que casi acaba con su vida. Es el inicio de la primavera y nos encontramos en un abarrotado club privado de Hollywood, en Sunset Boulevard. Comparte conmigo esta historia para ilustrar por qué es tan importante para él ese pasaje del Evangelio de Marcos en el que Jesús expulsa los demonios del cuerpo de un hombre y los introduce en una piara de cerdos, que se precipitan por un acantilado y mueren ahogados. Sonny se enciende un porro; el Dj empieza a pinchar Do It (Til’ You’re Satisfied), de B.T. Express. “Me gusta pensar que eso es lo que me sucedió a mí”, dice Sonny. Ahora los demonios son cosa del pasado, y también su tendencia a fracasar. Es como si hubiera nacido de nuevo, por decirlo de alguna manera. “Tengo una marca personal”, añade. “Quiero vivir como un mujeriego y follármelas a todas”. Una historia atemporal de redención, sí, pero a través de un método nuevo. Como todo el mundo en la fiesta (excepto yo, supongo), Sonny es el orgulloso propietario de una caricatura ridículamente cara de un mono. No es la primera vez que me siento la persona más pobre del lugar, pero tal vez sí la más ridícula —cada tres asistentes al evento, según me explica uno de ellos, pueden reunir en conjunto una fortuna de casi un millón de euros, y la mayoría mucho más—. Es un encuentro sólo para invitados del Bored Ape Yacht Club, en especial para los que fueron suficientemente avispados como para enterarse pronto y hacerse con un avatar de la colección de NFTs tal vez más famosa hasta la fecha, considerada parte club social, parte marca de streetwear y

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parte proyecto artístico colaborativo. Además de adquirir el retrato de un mono, los dueños reciben acceso a reuniones exclusivas para miembros, a productos de merchandising y a salas de Discord. El coste de la membresía —el precio inicial de un mono rondaba los 200 euros, y ahora el mínimo va por los casi 300.000— es una celebración de la exclusividad de este catálogo, de sólo 10.000 unidades. El Yacht Club, aun así, se halla en vías de convertirse en algo más, y he venido para entender mejor por qué y cómo. ¿Qué están tramando y por qué a tanta gente le parece interesante esta colección? Para mí estos monos no tienen nada de especial, son como producidos en masa, pero sus dueños están deseando presumir de ellos. “Enseña mi mono en GQ”, me pide Sonny antes de que un camarero llegue para confiscarle el porro. Mira al primate en su teléfono y sonríe como un padre cariñoso. Cerca de allí, Jeremiah Allen Welch destaca por su pelo color arcoíris, su gruesa cadena de oro y su cárdigan negro de lentejuelas, que centellea cuando mueve sus brazos. Él creció en el Valle Central de California, en una familia de pastores cristianos evangélicos que también trabajaban como payasos profesionales. Se mudó hace mucho a San Francisco, donde se ha ganado la vida como artista —ha hecho giras como Dj y su trabajo ha sido grabado con láser en al menos un satélite de los que orbitan la Tierra ahora mismo. Welch, hoy uno de los pioneros más respetados entre los presentes, se subió al carro durante la primera semana en

la que los monos estuvieron disponibles, en la primavera de 2021. “Todo el mundo sabe quién es mi mono. Me dicen que me parezco a él”. Insiste en que no le importan sus monos sólo por el precio, sino por la cultura, por el ecosistema que orgánicamente ha brotado a su alrededor. “Los nuevos son gente rica”, dice, refiriéndose a Paris Hilton, Justin Bieber, Eminem y a muchos otros famosos que han sorprendido a sus fans adquiriendo su propio Bored Ape en los últimos meses. “No son de nuestra comunidad. Los compraron como un activo. Alguien les ayudó a comprarlos, o puede que una empresa lo hiciera por ellos”. Aun así, a Welch le parece bien que las celebrities compren, porque eso significa que alguien más pobre ha cambiado su mono por el dinero de toda una vida. “En enero vendió un montón de gente de mi entorno”, explica. “Ahora tienen mucha más pasta que yo, y es en plan: ¿Por qué sigo aferrándome a estos monos? Todo el mundo me dice que debería vender, pero me he acostumbrado a ver cómo sube el precio”. Me aparto un rato para hablar con Zi Wang, uno de los anfitriones de la fiesta y exdirector creativo global de Google, que me dice que el equipo de Bored Ape es “extremadamente generoso, hasta el punto de la ingenuidad, para renunciar a toda esa propiedad intelectual”. Le pregunto qué quiere decir. “¿Habrías renunciado al 99 por ciento de tu valor?”. Ésta es, me explica, la verdadera innovación del Yacht Club: a diferencia de proyectos similares anteriores, que mantenían cierto grado de control sobre los NFTs incluso antes de que alguien los adquiriera, el Yacht Club permite a los compradores poseer completamente sus monos y hacer con ellos lo que quieran, variando entre lo obvio (usarlos como fotos de perfil online) a lo nunca visto (licenciarlos para diferentes aventuras comerciales). Pueden ponerlos en tablas de monopatín, variedades de cannabis o marcas de café, cederlos para series de televisión, videojuegos o iniciativas musicales —como Kingship, un grupo de Bored Apes, formado recientemente, que ha fichado por Universal Music Group—. Tiene sentido que estemos en Hollywood, porque la industria del entretenimiento ha percibido el olor de una clara y lucrativa oportunidad en estos humildes monos en JPEG, y empieza a merodear a su alrededor como si fuera un buitre. Algunos de estos simios ya tienen representación en renombradas agencias como CAA y WME, y la compañía madre del Yacht Club, Yuga Labs, la gestiona Guy Oseary, entre cuyos clientes se incluyen U2, Madonna y los Red Hot Chili Peppers. Yuga también ha ayudado a acuñar recientemente una criptomoneda, ApeCoin, pensada como medio principal de intercambio en su mayor proyecto hasta la fecha, un metaverso lanzado en abril que se llama Otherside —una misteriosa expansión tridimensional del mundo BAYC que pronto podría llegar a vender bienes


inmuebles virtuales (y que podría convertirse, en palabras de la compañía, en “un metaverso que deje obsoletos a los otros metaversos”). Es como una carrera por el oro, o en cualquier caso un laboratorio de propiedad intelectual cada vez más monolítico, y legal al menos teóricamente, que puede demostrar las radicales posibilidades de la Web3. O lo contrario, forzar un retroceso hacia las instituciones e intermediarios (Hollywood, las agencias de representación) que los NFTs están llamados a suplantar. Por ahora, no obstante, todo eso está por verse, y los dueños de los monos aún pueden pasearse por la fiesta despreocupados y triunfantes, tomando negronis gratis e imaginando que representan la vanguardia de esto o lo otro. “Qué bestia tan fea el simio”, escribió Cicerón, “y cuánto se parece a nosotros”. más absurdo e insufrible, era cuestión de tiempo que intentáramos escapar completamente de él. Hasta hace poco, sin embargo, no comenzamos a escuchar rumores sobre un metaverso de realidad aumentada que podría funcionar como refugio. ¿Y si lo hubiéramos entendido todo mal, como sugieren las tesis sobre el metaverso, y películas como Matrix no fueran distópicas sino utópicas en realidad? ¿No hemos vivido ya suficiente en este mundo exterior, con sus temperaturas fluctuantes y sus interminables enfrentamientos sociales y sus guerras? ¿No merecemos uno nuevo, en la forma de una fantasía virtual prelapsaria donde no exista el EN UN MUNDO CADA VEZ

dolor ni el aburrimiento? Como hicieron antes Second Life o Fortnite —o la plataforma de juegos online Rolex, que ha absorbido a una sorprendente base de usuarios compuesta en sus dos tercios por niños estadounidenses de entre 9 y 12 años—, Otherside y otros rincones del metaverso mantienen la promesa del autosacrificio como autoexpresión. Parafraseando a Wittgenstein: “Deja que lo inexpresable se transmita inexpresablemente” . Recordé esta última cita cuando apareció en una entrevista con los fundadores del Bored Ape Yacht Club, dos veteranos de escritura creativa del Máster de Bellas Artes que se conocieron en un bareto de Florida, y que ahora responden a los pseudónimos de Gordon Goner y Gargamel. “No tenemos un perfil técnico”, declararon a un periodista de la web CoinDesk, donde citaron al autor de terror H.P. Lovecraft y al afamado editor literario Gordon Lish al explicar cómo y por qué empezaron el proyecto —no son ingenieros, insistieron, sino narradores—. En los primeros días, la idea era clara: un bar de estilo sureño en los Everglades poblado de monos apáticos con diferentes combinaciones de rasgos generados por un algoritmo —un sombrero de marinero, gafas 3D, pelaje de guepardo, un halo. Esto fue, aparentemente, el inicio de una iniciativa que hoy vale miles de millones de euros, y que Yuga Labs espera que nos persuada para entrar en el mundo digital para siempre. En el futuro, cuando los historiadores rebusquen entre los restos del naufragio de nuestra

sociedad para entender por qué se fue todo al garete, tal vez encuentren un vídeo de la aparición de Paris Hilton en The Tonight Show de Jimmy Fallon el pasado 24 de enero. La entrevista se hizo viral por su rareza auténtica; Newsweek la tildó de “incómoda”, The Atlantic de “encuentro infernal”, y Gothamist de “pesadilla”. Fallon y Hilton, ante una audiencia seguramente confusa, hablaron de sus recientes adquisiciones de Bored Ape, mientras el presentador mostraba las caricaturas para fascinación popular —el conductor de uno de los programas más famosos de Estados Unidos convenciendo al público de los méritos de su inversión—. Fue un punto de inflexión cultural, el inquietante pero relevante momento en que los NFTs llegaron a las masas. Intrigado por su vinculación, le pregunté a Fallon por qué le interesaban esos monos, y me contestó. “Probablemente es la aventura. ¿Hacia dónde va esto? ¿Adónde me llevará?”. Y añadió: “Está atrayendo a gente muy interesante, ¿y quién no quiere formar parte de la gente interesante?”. Respecto al metaverso, Fallon me dijo:“Creo que va a triunfar. Si me dieran un dólar cada vez que alguien lo compara con el salvaje Oeste, ahora tendría otro mono”. Pretendía hablar con los fundadores del Yacht Club sobre su visión, pero son muy reacios con la prensa desde que una investigación de Buzzfeed News desveló el pasado febrero sus nombres reales —al parecer, una falta de decoro en el mundo cripto—. Yuga Labs tampoco quiere decir nada sobre su relación con

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la compañía, aunque los fundadores siguen promocionando la marca en su Twitter. Ahora Yuga tiene una CEO, Nicole Muniz, que antes trabajaba en el departamento de desarrollo de marca de Google, y me contó: “Creemos que Otherside es un Disney World digital”. La diferencia es que “la plataforma está diseñada para permitir a cualquiera construir sus propias ‘atracciones’ y ‘montañas rusas’ en este metaverso, y quedarse con el valor que generen en la comunidad”. Un parque de atracciones virtual donde los usuarios crean sus propias atracciones, y pagan por ese privilegio en ApeCoin. Este interés por la posesión —con usuarios que crean sus propias experiencias y son dueños de su propia información y propiedad intelectual— es el rasgo definitorio del discurso en torno a los NFTs y a la Web3. No hace mucho, le pregunté a Finn Brunton, un historiador de la tecnología y académico de todo lo cripto, qué representa realmente este fenómeno. “Resulta raro y especial sentir que posees algo digital hoy en día”, contestó. “Puedes tener tu ordenador o tu teléfono, pero es raro ser dueño de algo dentro de ellos: la música y las películas se distribuyen en streaming, vienen y van. Tu vida digital y tu vida social y gran parte del contenido que consumimos y producimos está en las plataformas de otra gente generando riqueza para otra gente”. En otras palabras, todo lo que hacemos online ya está financiarizado, pero los beneficios recaen en otras personas —las grandes tecnológicas, generalmente—. Lo que proponen es una transición de la economía del alquiler a la economía de la propiedad, en la que nuestros datos nos pertenecen a nosotros mismos, una fuente primaria que por fin somos libres de controlar. “Hay algo extraño y melancólico”, afirma Brunton, “en lo poco que aportan los NFTs más allá del acto de propiedad en sí mismo”. El Yacht Club y sus dueños confían en llevar la idea un paso más allá, dando vida a sus creaciones y poniéndolas a trabajar. está en un metaverso creado por sí mismo”, reflexiona entusiasmado Neil Strauss durante el almuerzo que tomamos una tarde en la plaza del Centro de Convenciones de Los Ángeles. El autor de El método, que popularizó el arte del ligue para las masas, y famoso escritor fantasma de las estrellas (o, al menos, de Marilyn Manson y Jenna Jameson), ha recibido una propuesta del equipo detrás de un Bored Ape, llamado Jenkins the Valet, para escribir la biografía del mono, añadiendo además historias de otros primates con los que ha coincidido en el Yacht Club. Muy delgado y de fácil risa pícara, Strauss abandonó el arte del ligue años atrás, y parece genuinamente emocionado por las posibilidades de lo cripto. Resulta imposible no imaginar el diagrama de Venn entre ambos mundos. Todo esto le recuerda a cuando hace unas décadas proponía temas de hip-hop a los editores escépticos. “TODO EL MUNDO

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“La gente decía que era una moda que no iba a durar. Cuando la gente dice que algo es una moda que no va a durar, significa que la moda durará”. Le pregunto cómo describía Bored Ape a sus amigos que no saben nada sobre NFTs, y a quienes debió de desconcertar su decisión de coescribir un libro con un mono caricaturizado. “¿Cómo le describirías Spider-Man a alguien?”, me responde. “Es sólo un personaje ilustrado con un traje rojo y azul. Lo que hace que SpiderMan viva en la imaginación de tanta gente es la narrativa a su alrededor. Los Bored Apes no son más que personajes, pero dado que la gente tiene la propiedad intelectual y eso genera tanto orgullo en la comunidad, pueden llegar a respirar y cobrar vida”. El equipo de Jenkins the Valet ha vendido un puñado de NFTs para permitir a los dueños de otros monos incluir sus avatares en el libro. La mayoría de los propietarios escribieron sus propias biografías, y organizaron clases de improvisación, cada uno con su personaje, en Discord. Strauss planeó además hacer acto de presencia virtual como escritor fantasma, y combinar todo ese material en un trabajo colaborativo, que para CoinDesk podría ser “la primera novela auténtica de la Web3”. “Es una solución ideal para los escritores vagos, porque en cierta forma externalizas el proceso de toma de decisiones”, me cuenta Strauss. Él no tiene ningún mono —“Soy muy reacio al riesgo”, reconoce— y cobraría en dólares estadounidenses en lugar de, digamos, Ethereum. Añade que “el mayor peligro en este mundo es que se malgasta muchísimo dinero. Hay muchas oportunidades y oportunismo”. Confiaba en acabar la novela a finales de abril, pero se sentía inseguro incluso con los aspectos más básicos de la estructura, y con el potencial atractivo para los que no pertenecen a la comunidad. En cualquier caso, escribir un libro y las prisas y distracciones del mundo cripto no se llevan bien. A diferencia de esa vanguardia que se basa en replicar, el proceso de escribir ficción sólo puede descentralizarse hasta cierto punto. “Escribir un buen libro requiere su tiempo”, admite Strauss. “Y en este mundo todo va muy rápido. Dedicas mucho tiempo a perfeccionar el proyecto, y a veces el contexto te deja atrás, y de repente ya eres un dinosaurio”. Tras terminar su almuerzo, Strauss se apresura hacia el Centro de Convenciones —que alberga esa semana la conferencia NFT/LA— donde copresenta brevemente un panel junto a Steve Aoki, Dj, productor musical y heredero de Benihana, que también tiene unos cuantos monos. El día anterior, me colé en una charla del dueño de otro mono, Mark Cuban, que trajo a Charlie Sheen y al creador de El séquito como invitados especiales. Sheen parecía confuso por su simple presencia, y admitió que no sabía “prácticamente nada” sobre los NFTs. Esa misma noche seguí a una persona que llevaba la máscara de una cabra blanca hacia el

interior del recinto y me encontré a Quavo, de Migos, rapeando en una deprimente sala vacía, a excepción de una pequeña pero abarrotada zona VIP cerca del escenario, un sector acordonado repleto en su mayoría de tipos silenciosos con sudaderas con capucha, que vapeaban e inclinaban la cabeza cuando mujeres con tacones bailaban con cintas a su alrededor. El mensaje parecía claro: ¿Por qué se acercaría alguien a un sitio como éste si no fuera VIP? hallaba algo desconcertado por la idea de una novela coescrita por monos, sobre los proyectos del Yacht Club en la industria de la música no tenía ninguna referencia. Snoop Dogg, uno de los más eminentes famosos que posee su propio mono, adquirió su compañía alma mater, Death Row Records, y afirmó que los nuevos lanzamientos de la discográfica se acuñarían en blockchain —a Billboard le dijo que se convertiría en “el primer gran sello en ser un sello NFT”—. Es de suponer que Suge Knight respeta esta celebración de la economía de la propiedad. El productor de rap futurista y culturista ocasional Timbaland fundó también su propia empresa, llamada Ape-In Productions, con un listado de iniciativas musicales para Bored Ape (la primera, el grupo de hip-hop TheZoo, cuyo single debut, ApeSh!t, está producido por el mismo Timbaland). Y luego está lo de Universal Music Group, que ha lanzado un sello para la Web3 que promete llenar el metaverso con un montón de bandas y artistas NFT. Comenzando con Kingship, algo así como Gorillaz, pero a partir de avatares de dibujos en lugar de cualquier apuesta o audiencia musical. Como fan de los músicos de carne y hueso, el atractivo de todo esto se me escapa. Charlo con Celine Joshua, la ejecutiva de Universal a cargo de su sello en blockchain y la mente detrás de Kingship, una tarde a través de Zoom, ella desde su despacho en Santa Mónica. A su espalda se puede ver una pantalla de televisión con los miembros de la banda de Bored Ape, licenciados del prominente coleccionista de NFTs Jimmy McNelis. A diferencia de la mayoría de sus colegas en la industria, Joshua empezó en el departamento de informática de otra discográfica, lo que le permitió discernir más rápidamente las posibilidades que el blockchain y la Web3 ofrecen a la música. “Cuando vi que Yuga creaba y concedía la propiedad intelectual”, afirma, “me pareció una versión descentralizada de Disney”, evocando curiosamente el enfoque de la CEO de Yuga. El Yacht Club la impresionó de inmediato: “Un proyecto que lanzó 10.000 unidades, creó un valor de miles de millones y un fandom capaz de rivalizar con las mayores estrellas musicales del mundo”. Reconoce que pensó que, como sucede con los mejores proyectos NFT, el equipo de Bored Ape no era muy “diferente SI AÚN ME


del de cualquier artista que se mete en un estudio de grabación y da lo mejor de sí mismo a través de su pasión y sus letras”. Sin intención de discutir eso, le pregunto sobre Kingship. ¿Cómo —o por qué— se propone alguien crear una banda de monos digitales? ¿Cómo será su música? “Kingship es un token de acceso”, explica. “Su función es aportar valor y utilidad, tener lo mejor de cada parte de la cadena de suministro, física y digital”. Debo de parecer perplejo, porque intenta explicarse mejor. Todo se reduce, continúa, a “crear experiencias, utilidad, valor y acceso a nuestros inversores”. Pero, ¿qué hay de la música en sí misma? Le pregunto de nuevo. “La emoción que aporta la música será el alma del proyecto”, me dice. “Pero tiene que haber una infraestructura, una arquitectura, que sea originaria del blockchain. Tiene que haber un token”. ¿Por qué? “Creo que lo importante aquí”, continúa, “es que si eres un inversor de un NFT de Kingship, espero que te enamores de la

entusiasta con el trabajo de Oseary. Me explicó que son “amigos desde hace mucho”, y que Yuga “fue muy inteligente al pedirle ayuda”. Strauss también conoce a Oseary, ya que en su época de cazatalentos le ayudó a conseguir un contrato con Marilyn Manson (coautor y protagonista del primer libro de Strauss como escritor fantasma). En un artículo de su Substack titulado Cartografiando el fenómeno de las celebrities y los NFTs, el periodista Max Read se preguntaba: “¿Dónde han descubierto gente como Paris Hilton o Eminem a los monos aburridos? ¿Quién les recomienda comprar uno?”, y generó una enrevesada red que conectaba a muchas de sus figuras principales, incluyendo a Oseary (que no respondió a ninguno de mis emails). Me pongo el sombrero de papel de aluminio y empiezo a preguntarme a qué tipo de conspiración me estoy enfrentando exactamente. ¿Qué pasaría si pioneros como Jeremiah o Sonny se vieran obligados a vender y sus nuevos propietarios ya fueran ricos, los únicos en el metaverso con acceso a este

equipo de Meta Ape Studios, una iniciativa lanzada por MouseBelt, algo así como un acelerador de blockchain y Web3 que hace poco anunció un “casting simio” para una próxima serie animada de televisión. “Creo que la película número uno en el mundo debería ser sobre el fenómeno cripto, y la serie número uno en el mundo debería ser sobre el fenómeno cripto”, me cuenta Patrick McLain, uno de los fundadores. “Tienes un montón de imágenes, pero sin historia —y si miras el perfil de sus dueños, son gente con suerte, no expertos en medios. No tienen ni idea de cómo licenciar propiedad intelectual o alcanzar un acuerdo de medios”. “Sé que estoy viviendo en una burbuja, en una cámara de eco”, continúa. “¿Van a triunfar estos personajes? ¿Van a convertirse en los nuevos Mickey Mouse? Aún no lo sabemos. Pero si quieres ligar con una chica en un bar, el nuevo Rolex es un Apple Watch con un mono aburrido”. “Es más probable que ligues con un tío”, interviene su compañero, Travis Scalice.

“Seguramente sus mujeres les piden que vendan los Bored Ape. Si no los venden, necesitan un ingreso pasivo, así que tienen que poner a los monos a trabajar”. —PATRICK M CLAIN música, pero en el caso de que no sea así, también se va a crear un valor”. Por las razones que sean, insisto en cómo será la música de la banda. “Suena genial”, responde. “Hmmm. ¿Que cómo será? La parte difícil de la pregunta es que realmente me gustaría mostrar la música y dejar que la audiencia decida. Es increíblemente difícil. No me atrevería a pensar más que aquello en lo que los fans quieran pensar, siempre y cuando se vincule con la propia música”. Parece que hemos llegado a un punto muerto, así que le pregunto por Guy Oseary, el veterano de la élite musical que dirige Yuga Labs, y que parece la conexión entre todas esas celebrities que han decidido a la vez que necesitan un mono aburrido en sus vidas. “Guy es un ejemplo increíble de alguien que ha trabajado en la industria del entretenimiento durante muchos años y que entiende el potencial de este mundo ahora mismo”, apunta. “Una gran persona capaz de guiar a otros músicos y artistas. Es maravilloso, lo quiero mucho”. Cuenta que fue Oseary quien le presentó a McNelis y a los monos de Kingship. Fallon también se ha mostrado

limitado número de monos? ¿Se crearía una especie de jerarquía virtual de castas, con avatares de primates en el escalón superior? Pienso en el apocalíptico final de El planeta de los simios: ¿Qué tipo de futuro estamos creando? Por su parte, Joshua se muestra perspicaz y optimista. “En el futuro cercano”, concluye, “cuando un artista lance un disco, será como un videojuego”. La pregunta de cómo sonará su música la dejaremos para otro día. Coinbase, una de las plataformas de intercambio de criptomonedas más grandes del mundo, anunció su idea de producir una “película interactiva de tres partes” protagonizada por miembros del Bored Ape Yacht Club. Como el libro de Strauss, los dueños pueden ofrecer a sus monos en un proceso de casting y conseguir que sus avatares aparezcan en el proyecto. Con ese movimiento, fuera consciente o no, CoinBase llegó relativamente tarde a la carrera por un universo cinematográfico de Bored Ape. En los primeros días de la conferencia NFT/LA, quedo para tomar una pizza con el A MEDIADOS DE ABRIL,

El casting recibió más de 500 solicitudes. Como con el libro, a los dueños de los monos se les pidió enviar una biografía. Desde entonces, han reducido el reparto a 10 personajes principales, de propietarios de todo mundo, y el objetivo es hacer una serie inspirada ligeramente en el formato de 30 Rock. Los monos —en una trama que capture la aventura de los fans de los NFTs que los compraron— orbitan alrededor de una agencia de representación en busca de trabajo. “Para la mayoría de sus propietarios, son su mayor activo”, dice McLain. “No ganan mucho dinero; seguramente sus mujeres les están pidiendo que los vendan. Si no los venden, necesitarán un ingreso pasivo, así que tienen que poner a los monos a trabajar”. Le pregunto a McLain si cree que a la gente ajena a la burbuja de los NFTs le interesará una serie sobre monos aburridos. “Incluso las personas más talentosas de Hollywood patinan alguna vez con sus series”, me dice después de pensarlo un poco. “Pero ésa es la cuestión, sí. ¿A alguien le importará una mierda?”. WILL STEPHENSON

es editor jefe de

Harper’s Magazine.

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una cifra aproximada de 400.000 imitadores de Elvis Presley que se dedican a contonear su cuerpo en monos de diamantes falsos, a engominarse el pelo hacia atrás y a menear sus caderas. Que, noche tras noche, entonan Hound Dog y Love Me Tender, ofician bodas de desconocidos e impostan el mejor acento sureño posible al decir gracias, muchas gracias. Tal vez no haya existido otro hombre en la historia de la humanidad tan imitado e idolatrado como Elvis. Frente a la omnipresencia del Rey, ¿cómo puede un artista al que se ha encomendado la tarea de interpretar a Elvis hacerlo de forma… real? Al fin y al cabo, incluso las imágenes que hay sobre el cantante a veces resultan increíbles, como si él mismo fuera otro imitador practicando sus pasos. Ahora, Austin Butler ha aceptado el reto de resucitarlo para el biopic Elvis, de Baz Luhrmann. Así como Elvis fue un joven, educado, apuesto y talentoso intruso en el mundo de la música, Butler es un joven, educado, apuesto y talentoso intruso en el mundo de los

imitadores de Elvis. Para empezar, parece como si un rayo del sol de California hubiera traído al actor, de 30 años, hasta nuestra entrevista, en un agradable restaurante de Los Ángeles, cuyos propietarios lo tratan como si fuera de la familia. Es alto y tiene un rostro como arrancado de una revista y pegado en una carpeta de instituto: ojos verdeazulados, con un rizo de pelo rubio cayéndole sobre la frente, y labios tan esponjosos como la almohada más mullida. Cuando sonríe, es la sonrisa más sincera que has visto nunca. Y si estás cerca de Austin Butler, hay un 98 por ciento de posibilidades, estadísticamente hablando, de que te sonría. Incluso cuando dice cosas como: “Puedes llegar a perder la noción de quién eres realmente. Sin duda eso es lo que me pasó cuando terminé Elvis. No sabía quién era”. Sus amigos dicen que es un optimista incansable. Uno de ellos es el director Cary Fukunaga, que alquiló su apartamento de Nueva York a Butler hace casi una década, y que ha trabajado con él recientemente en la próxima serie de Apple TV+ sobre la Segunda Guerra Mundial, Masters of the Air. Fukunaga me habló de un tipo al que le encantaba imitar a Butler en el set. “Era una imitación excesivamente educada y amistosa”, explica Fukunaga. “Todo el rato era: ¡Maravilloso! ¡Excelente!”. Para ser exactos, a Butler todo le parece maravilloso y excelente. Pasó de ser un chaval tímido del condado de Orange, en California, a un adolescente alegre y currante, que encadenaba proyectos de Disney y Nickelodeon a la espera de dar el salto a algo más serio. Poco a poco, empezó a hacerse hueco. Puede que lo vieras por primera vez haciendo de chulito con cazadora vaquera junto a Selena Gomez y Luka Sabbat en la película de zombis Los muertos nunca mueren, de Jim Jarmusch (se lo acaban cargando los zombis). O de Tex Watson, el trastornado seguidor de Manson en la épica Érase una vez en… Hollywood, de Quentin Tarantino (se lo acaba cargando Brad Pitt). Ahora Butler se dispone a disfrutar de su gran oportunidad, y a la vez intenta volver a ser él mismo después de ser Elvis durante casi los tres últimos años al completo. Mientras espera el estreno de la película en junio (todavía no la ha visto), se dedica a boxear, a pasear por la naturaleza y a leer relatos de Raymond Carver. Está redescubriendo su amor por Los Ángeles. “A veces parece un pequeño pueblo minero. Todo el mundo trabaja en la mina. Todo el mundo habla de la mina”, dice con una carcajada. Sus gestos relajados y su físico de ídolo adolescente ocultan otra cosa: una intensidad extrema y una dedicación férrea y meticulosa en lo relativo a su trabajo. Su aventura como Elvis comenzó con un emotivo vídeo que envió a Luhrmann y en el que interpretaba Unchained Melody en bata. Aquello dejó al cineasta con la boca abierta, confuso e intrigado a partes iguales. “¿Estaba haciendo un casting o le estaba dando un ataque de nervios?”, me contó Luhrmann. Sea como sea, el director llamó a Butler y lo puso a prueba. Butler respondió con un compromiso tan intenso que a veces Luhrmann no sabía si estaba actuando o no. “Le pregunté a uno de mis ayudantes [por el acento de Butler], y me dijo: ‘No es del Sur. Es de Anaheim”, explica Luhrmann. “Creo que hasta hace poco no sabía cómo hablaba Austin de verdad”. Su acento nativo sigue siendo un misterio: Butler me saluda con un tono ronco a lo Elvis que desaparece y reaparece gradualmente durante el transcurso de nuestra conversación. Cuando pide un café con leche de avena, su pronunciación es puro Presley, como si el mismísimo Rey hubiera regresado y necesitara una bebida vegetal para pasar un sándwich de banana, crema de cacahuete y bacon. es un género difícil de dominar —por cada En la cuerda floja, hay otras tres que se parecen más a Dewey Cox: Una vida larga y dura—. La película de Luhrmann abarca el ambicioso intervalo de la vida entera de Elvis, contada a través de su relación con su mánager, el misterioso y controlador coronel Tom Parker, a quien interpreta Tom Hanks. Butler trató de mimetizarse con Elvis de la forma más precisa posible. Leyó y vio y escuchó todo lo que pudo (An American Trilogy es probablemente su canción favorita). Aprendió a hablar como Elvis y a cantar como Elvis y, con la ayuda de una coach corporal llamada Polly Bennett, a moverse también como Elvis. EL BIOPIC MUSICAL

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←← PÁGINAS DE APERTURA IZQUIERDA:

Chaqueta y pantalones Saint Laurent by Anthony Vaccarello. Camisa Budd Shirtmakers. Corbata Ralph Lauren Purple Label. Botas Rich Cast of Characters. Gafas de sol Jacques Marie Mage. Reloj (todas las páginas), pulsera y anillo Cartier. Gemelos del actor. DERECHA:

Chaqueta, camisa y pantalones Tom Ford. Colgante del actor. ← PÁGINA ANTERIOR

Chaqueta Alexander McQueen. Camisa Fursac. ESTA PÁGINA

Chaqueta, camisa y pantalones Gucci. Cinturón Artemas Quibble. Botas del actor Lucchese. Colgante Cartier.

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Eso a veces requería métodos poco convencionales, como observar animales que se parecían al Rey, especialmente la forma en que algunos mueven sus ojos. “Tiene rasgos como de gato, como cuando un león vigila la llanura”, explica Butler, midiendo el restaurante como si fuera la sabana. “Hay algo como de cocodrilo que emerge del agua”, añade, fingiendo ser un cocodrilo que emerge del agua. El joven actor hizo su propia peregrinación a Graceland y conoció a la ex mujer de Elvis, Priscilla Presley, que lo recibió con los brazos abiertos y le dijo que tenía todo su apoyo. “Parecía un ángel”, dice Butler. “Me fui caminando por el pasillo junto a Baz con lágrimas en los ojos”. Más allá de la preparación técnica, Butler buscaba algo que le permitiera entender una figura de tal magnitud a un nivel personal. “Su madre murió cuando él tenía 23 años, y mi madre murió cuando yo tenía 23 años”, me cuenta Butler. “Cuando me enteré, fue como una de esas cosas que te ponen los pelos de punta, y pensé: ‘Vale, me puedo identificar con eso”. Luhrmann me contó que percibió otro tipo de conexiones entre el actor y su personaje. “Elvis era una persona intensamente espiritual”, me explicó el director. “Y creo que Austin tiene un lado verdaderamente espiritual, con un mundo interior grande y muy sensible. Es muy amable por fuera, pero sabes que hay reflexiones muy profundas fluyendo en su interior”. El rodaje estaba previsto para comenzar en marzo de 2020 en Australia, el hogar de Luhrmann y donde graba la mayoría de sus películas. Pero unos pocos días antes, a Tom Hanks le diagnosticaron Covid y fue hospitalizado. La producción se paralizó indefinidamente. Los productores estaban dispuestos a llevarse inmediatamente a Butler de

nuevo a su casa en Los Ángeles, pero él decidió quedarse, encerrarse y aprovechar ese tiempo para profundizar aún más en su personaje. Básicamente, convirtió su apartamento en el despacho de un detective, como el meme de Charlie, de Colgados en Filadelfia, cuando descubre una gran conspiración a través del correo. “Había fotos de Elvis por todas partes, de todas las épocas”, reconoce Butler. “Creo que la película habría sido muy diferente si hubiéramos empezado a rodar en aquel momento, y me alegro de haber tenido ese tiempo extra para empaparme más”. Seis meses después, por fin estaban listos para empezar. La primera escena con una actuación que Butler tuvo que rodar era el gran especial del regreso de Elvis en 1968, que, muy oportunamente, se realizó bajo mucha presión. A pesar de los nervios, Butler mantuvo su optimismo incansable. “Mira, he trabajado con actores y artistas de todo tipo. Y entiendo que a veces les entra el miedo escénico. No pasa nada”, me contó Luhrmann. “Pero a Austin nunca le sucede. Tiene el pánico escénico más sensato de nadie que yo haya conocido”. Butler se confió y consiguió controlar su miedo, pero le desconcertaba esa capacidad de trabajar a una intensidad tan elevada durante tantos días y semanas sin parar, y mucho más durante tantos años en su carrera. Le preguntó a Hanks, siempre el más sabio del lugar, cómo ha mantenido la cordura durante tantas décadas. Hanks le dio un consejo sencillo, recuerda Butler: “Todos los días intento leer algo que no tenga nada que ver con el trabajo que estoy haciendo”. Aquel consejo fue un consuelo. “Me liberó en cierta forma, porque hasta ese momento sólo leía cosas que tenían que ver con Elvis. Sólo escuchaba a Elvis. Las influencias de Elvis y el propio Elvis y nada más”, reconoce. Elvis se estrenará en Cannes. Aunque el Rey era un artista típicamente americano que se las ingenió para enamorar al mundo, su única actuación internacional fue en Canadá. “La parte triste de todo esto es que Elvis nunca llegó a hacer una gira mundial”, explica Butler. “Mucha gente no se da cuenta de eso. Era una de las grandes cosas que de verdad quería hacer”. Se rumorea que la razón por la que nunca cruzó el charco es porque el coronel Tom Parker era un inmigrante indocumentado que temía no poder regresar a Estados Unidos. Cuando el proyecto terminó en marzo de 2021, Butler se había entregado tanto al papel que su cuerpo se rebeló. “Al día siguiente me desperté a las cuatro de la mañana con un dolor insoportable, y me llevaron corriendo al hospital”, cuenta Butler. Le diagnosticaron un virus que simula ser apendicitis y se pasó una semana en la cama. “Mi cuerpo decidió dejar de funcionar el día después de terminar de rodar Elvis”. M U C H Í S I M A S las estrellas que han recalado en Disney y Nickelodeon rumbo a carreras más largas y significativas. Todo empieza cuando un cazatalentos se fija en ti —en el caso de Butler, a su hermanastro lo descubrieron en la feria del condado de Orange, Austin lo acompañó a un casting y consiguió un papel de figurante—. “En aquel momento no sentía pasión por nada que implicara a otras personas”, afirma. “No me gustaban los deportes. No hacía cosas con otros niños”. Cuando descubrió que actuar era algo que realmente disfrutaba, se hizo con un coach y poco a poco fue logrando más papeles. Después, con el apoyo de sus padres, abandonó los estudios para dedicarse a la actuación a tiempo completo. “Nunca tuve una fiesta de graduación”, asegura. “Pero tuve una en una serie. Dejé el instituto cuando tenía 15 años y medio, pero seguí escribiendo redacciones porque tenía miedo de no ser capaz de comunicarme”. Aplicó un rigor igual de diligente a la industria. “Me imprimí un guion de Pulp Fiction cuando tenía 12 años, y se lo leía a mi madre en el coche”, recuerda. “Ése era mi sueño a los 12 años. Dije: ‘Quentin es el director con el que quiero trabajar”. Al principio, tuvo que encadenar apariciones en varias series infantiles y adolescentes (Hannah Montana, Los magos de Waverly Place, The Carrie Diaries) donde casi siempre le presentaban cruzando una puerta mientras las chicas volvían la cabeza y se quedaban SON


← Chaqueta Ami Paris. Camisa Husbands Paris. Colgante y anillo (dedo corazón) del actor. Pulsera y anillo (dedo meñique) Cartier. → Chaqueta Versace. Camisa Our Legacy. Pantalones Dunhill. Botas Second Layer. Pulsera y anillo Cartier.

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Cuando se le presentó su siguiente trabajo, Butler tenía a un gran tipo guardándole las espaldas. Luhrmann lo cuenta así: “De repente recibo una llamada de Denzel Washington, a quien no conocía. Y me dice, de la forma más emocional y directa posible: ‘Mira, he coincidido en el teatro con un actor joven. Te aseguro que su método de trabajo no se puede comparar a nada que yo haya visto. Nunca he visto a nadie que dedique cada segundo de su vida a perfeccionar un papel”. “Me sentí tan agradecido”, reconoce Butler. “No me llamó antes, ni me llamó después. Fue un gesto generoso que simplemente le salió”. que ya no parecía yo”, explica Butler. Emergió de Elvis cambiado de mil formas. Su voz, para empezar. Durante el transcurso del rodaje, también finalizó su relación de nueve años con la ex estrella adolescente Vanessa Hudgens. “La vida está repleta de cambios, y tienes que descubrir cómo mantenerte en constante evolución y crecimiento”. Es su forma educada de no responder cuando saco el tema. Después de recuperarse de su imprevisto médico post-Elvis, Butler voló inmediatamente a Londres para empezar a trabajar en Masters of the Air. Tras la cuarentena obligatoria, sus compañeros y él se sometieron a un falso entrenamiento dirigido por Dale Dye, un veterano militar que ha prestado sus servicios en proyectos como Platoon o Hermanos de sangre. Y aun así, Butler no podía sacudirse a Elvis. Incluso con un personaje creado desde cero, sentía como si estuviera encarnando al Rey. “Pensaba: ‘Así se sintió Elvis cuando entró en el ejército”, asegura Butler. “Imagínate, los conciertos, todo el glamour, los gritos de las fans, y de repente te ves vestido igual que los demás con esa ropa de combate”. Fukunaga también se dio cuenta. “Lo noté en cuanto lo vi. Todavía era muy Elvis”. Durante los 10 meses que pasó en Londres para Masters of the Air, Butler se enamoró de la ciudad, tanto que se está planteando mudarse allí. Se dedicaba a montar en bici, a visitar museos y la biblioteca Reference Point, leyendo atentamente ediciones raras y libros de poesía. Las noches de domingo las pasaba cocinando y jugando a las cartas con un grupo de amigos en casa del afamado chef del River Cafe, Ruthie Rogers. “Sentía que todo el mundo quería hacerme sentir bienvenido”, dice Butler. “Había mucho cariño allí”. Desde que regresó a Los Ángeles, Butler está disfrutando de un inusual tiempo de inactividad entre proyectos. Por supuesto, esto es sólo el principio. Se rumorea que se ha incorporado a Dune: Parte 2 como el villano Feyd-Rautha Harkonnen (en la película original de 1984 lo interpretó Sting, con aquel particular slip). En lo relativo al futuro de su carrera, quiere seguir haciendo papeles profundos y oscuros. Está deseando trabajar con Paul Thomas Anderson. También con Alejandro Iñárritu. “La trayectoria de Leo ha tenido un gran impacto en mí”, asegura Butler. Luhrmann, que trabajó con un joven DiCaprio en Romeo + Julieta, de 1995, hizo su propia comparación entre los dos actores. Hace poco, Butler y Luhrmann se encontraron con Leo después de un partido de los Lakers. “Creo que Leonardo reconoció lo que Austin está a punto de vivir”, me contó Luhrmann. “La diferencia con Austin, y esto es bueno, es que parece muy joven, pero tiene 30 años”. Butler apenas entra en internet. Hace poco lo han fotografiado con la modelo Kaia Gerber, y su relación ya es objeto de intensa especulación. “Pienso: ‘Si no veo la foto, entonces no existe’. No quiero ser negativo, pero no hay un trabajo que desprecie más que el de paparazzi”, añade con el mismo tono alegre de voz que cualquiera emplearía para hacerle un cumplido a alguien. Es igual de amable cuando intento que se abra sobre su relación con Gerber. “Creo que no tengo nada que decir sobre eso”, explica. “Pero gracias por concederme el espacio”. Butler sigue grabando canciones para la película, así que aún no ha terminado del todo con Elvis. Le hace feliz tener algo más de tiempo con él. “Me resulta tranquilizador cuando me meto en el coche. Pienso, ‘¿Qué quiero escuchar?’. Casi siempre acabo poniendo a Elvis”, confiesa. “Nunca he querido tanto a nadie a quien no haya conocido como a Elvis”. “MI FAMILIA ME DIJO

embelesadas. Por algunos de esos papeles aún le siguen reconociendo a veces por la calle, pero él realmente quería poner el alma en otro tipo de personajes. “Quería papeles como los de ¿A quién ama Gilbert Grape? o Diario de un rebelde”, explica. “Veía Toro salvaje y ese tipo de películas y pensaba: ‘No quiero ser sólo el tío que entra por la puerta a cámara lenta”. ¿Que cómo logró escapar de esa deriva de flechazos adolescentes? Butler se para a pensar. “¿Escuchas a Ira Glass?”, me pregunta, refiriéndose al famoso locutor de la radio pública estadounidense. “Tiene una frase en la que habla de la distancia que hay entre tus habilidades y tu gusto”. Puede que quieras hacer algo por gusto, pero tus habilidades aún no están a la altura. Butler dice que se identificó con eso, viéndose claramente en el medio de esa brecha y aceptando papeles para llegar a fin de mes. Su sueño en aquella época era hacer una obra en Nueva York, y se convirtió en realidad cuando obtuvo un papel en la producción de Broadway de 2018, de Eugene O’Neill, The Iceman Cometh. Uno de sus compañeros era Denzel Washington. “Ocurre algo cuando conoces a tus ídolos, y es que quieres que sean tus mejores amigos”, dice Butler. “Yo pensaba: ‘Eso es imposible’. Así que adopté el pensamiento más práctico, el de ‘no voy a intentar hacerme su amigo, sólo haré mi trabajo lo mejor que pueda”. Butler apareció en la mesa de lectura de la obra con el mamotreto de guion memorizado, y luego procuraba llegar al teatro antes que Washington en todas las representaciones. Al final, el legendario y oscarizado actor se dio perfecta cuenta de lo que estaba pasando. Un día, Washington le saludó y le dijo: “Oye, tengo una idea para ti”, cuenta Butler. “Me senté, estábamos Denzel y yo en el teatro vacío. Empezó a darme consejos sobre actuación y en cierta forma me apadrinó. Me daba ideas sobre las escenas, y al final me di cuenta de que tenía a Denzel como maestro de interpretación”. Tal vez incluso como maestro de vida. “Para Denzel, todo es cuestión de gratitud. Vives todas esas experiencias, en los mejores y en los peores momentos, y te sientes agradecido por lo que tienes, y por tu humildad”. Los críticos también empezaron a fijarse en Butler. Hilton Als comenzó y concluyó su reseña de la obra para The New Yorker elogiando a Butler y destacando su trabajo entre sus compañeros más experimentados. “La mayoría de los artistas quieren atención a toda costa”, escribió Als, “pero los actores —al menos, los que son tan buenos como Butler— se muestran tan perseverantes como relajados en su ambición de hacer justicia al texto de la obra y a la vez contribuir a que la historia tenga vida”. La obra lo puso en el mapa y le granjeó la compañía de sus otros ídolos —Brad Pitt y Leonardo DiCaprio en el set de Érase una vez… en Hollywood, dirigida por, efectivamente, Quentin Tarantino—. Butler recuerda una noche de rodaje en la que Tarantino llevó al set un puesto de crepes a las 3 de la madrugada. “Estábamos sentados comiendo crepes de Nutella, y Quentin dice: ‘¿No os parece maravilloso todo esto?”, evoca Butler. “Pienso en mi yo de 12 años, ahí con Quentin, comiendo crepes a las tres de la mañana. Y dice: ‘¿Sabéis cuál es mi objetivo? Mi objetivo es que todo el mundo en este set se lo pase tan bien que su próximo trabajo le parezca una mierda”.

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es redactora de G Q .


Traje Ralph Lauren Purple Label. Camisa Fursac. Corbata Anderson & Sheppard. Botas Alessandro Vasini. Pulsera Cartier.

Peluquería y maquillaje: Jamie Taylor de The Wall Group para Leonor Greyl y Augustinus Bader. Sastrería: Susie’s Custom Designs, Inc. Prop styling: Audrey Taylor. Producción: Seduko Productions.

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POR HÉCTOR IZQUIERDO

FOTOGRAFÍA ADRIÀ CAÑAMERAS

La centrocampista del Barça y flamante embajadora de Hublot se ha convertido en la chica de oro del fútbol mundial y en el mascarón de proa de un deporte que crece a pasos agigantados en España… y en el resto del planeta.

REALIZACIÓN JOANA DE LA FUENTE

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Es un domingo soleado de junio de 2021 y me encuentro desayunando en una terraza de un barrio popular de Madrid junto a mi hija. De repente, una mujer joven que conversa con una amiga en una mesa aledaña me llama la atención. Lleva deportivas Nike, y un pantalón corto y una camiseta que parecen la equipación de entrenamiento del Atlético de Madrid. Me fijo en sus piernas, que muestran la musculatura de una deportista, y después vuelvo a su rostro. Me suena de algo, pero no sé de qué. Entonces, mientras intento escarbar en mi memoria,

y conversan unos segundos. Después ella se levanta gentilmente y se hace una foto con los dos. Sólo entonces caigo. Se trata de Amanda Sampedro, la carismática capitana de, en efecto, el Atlético de Madrid, uno de los mejores equipos de la liga femenina de fútbol. En el ratito que estoy allí, la escena todavía se repetirá una segunda vez con una niña. Para alguien que, lo reconozco, no había prestado mucha atención al fútbol femenino hasta entonces, el episodio es muy revelador: ‘¿Es posible que las futbolistas sean ahora ídolos de masas en España?’, me pregunto. ‘¿Cuándo ha sucedido esto?’. Le comento la anécdota a Alexia Putellas (Mollet del Vallès, Barcelona, 1994) que, me asegura, no recuerda el momento en que empezaron a pararla por la calle. “No hay una fecha concreta”, dice. “Pero cuando ganas lo que hemos ganado últimamente, tienes a mucha más gente que te ha visto y que te reconoce. Los que seguían más de cerca el fútbol femenino sí que me reconocían antes, pero no toda la masa social del Barça”. Con ese ‘antes’ se refiere, por supuesto, al ‘antes’ de que, en noviembre del año pasado, ganara el Balón de Oro, el trofeo que otorga la revista France Football y que se considera el galardón oficioso que corona a los mejores del mundo —unas semanas después, por si quedara alguna duda, se hizo también con los trofeos oficiales: The Best, que otorga la FIFA, y el premio Jugadora del Año de la UEFA—. Alexia, de hecho, parece un poco abrumada por toda la atención que, de repente, concita su persona. Se nota que aún no se siente cómoda con las entrevistas y que no le seduce la idea de convertirse en una estrella mediática. “No me interesa ser una estrella”, me dirá después, corroborando mi primera impresión. A todas luces, todavía está digiriendo un éxito y una fama tan repentinos como merecidos. “Lo que me ha pasado últimamente es como un boom, al final te vas acostumbrando”, me dice. Y luego hace algo que es muy característico de ella. Desviar la atención de sí misma hacia algo más grande, ya sea su

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equipo, la Selección Nacional o las niñas para las que es un referente: “Lo importante es que esas niñas tengan la oportunidad de ver que hay jugadoras, de soñar que un día pueden ser ellas. Nosotras no lo tuvimos y ahora ellas sí que lo tienen, y eso es superimportante”, recalca. Como esa niña que, una mañana de verano, interrumpió el desayuno de Amanda Sampedro para demostrar su fervor hacia un ídolo que se parece mucho más a ella que Messi o Cristiano Ronaldo. Alexia fue una de esas niñas que crecieron sin referentes femeninos en el mundo del fútbol. “El primero fue Rivaldo. Después Xavi, Iniesta, Messi… Casi todos del Barça”, dice, y sonríe con malicia. Años después, ya metida de lleno en el deporte, empezó a admirar a las de su género. Aunque incluso entonces tuvo que fijar su mirada más allá de las fronteras de su país. “Con 17 o 18 años, cuando ya podía ver más partidos, empecé a seguir a futbolistas femeninas, y había tres jugadoras que me encantaban: Louisa Nécib, Nadine Keßler y Camille Abily, todas de fuera”. Mucho antes que eso, cuando empezó a bajar al bar a ver partidos del Barça con su padre a los seis años, o cuando empezó a llevar un balón en los pies a todas partes —“Era de ésas que salen a cenar con sus padres y, en lugar de estar sentada a la mesa, está por los pasillos jugando con la pelota”—, Alexia era la única niña que jugaba al fútbol en el patio del colegio con los chicos. “Para mí era supernormal jugar al fútbol desde pequeña. Pero al final te das cuenta de la diferencia que había: los niños que empezaban podían tener el sueño de llegar a ser profesionales, yo no. Yo lo hacía puramente por hobby, y ellos también, por supuesto, pero sabiendo que podían acabar siendo jugadores profesionales. Cuando te preguntaban qué quieres ser de mayor, los niños podían decir futbolista y las niñas no, porque eso no existía. Ésa es la gran diferencia. Yo jugaba, disfrutaba y ya está, no me ponía la meta de ser profesional”. Con 7 años fichó por el Mollet, pero la dificultad de encajar en un vestuario de chicos llevó a sus padres a inscribirla en el equipo femenino del CE Sabadell. Su objetivo, no obstante, siempre fue el FC Barcelona. Convenció a su padre para que la apuntara en los campamentos de verano que por aquel entonces dirigía el hoy entrenador del Barça masculino, Xavi Hernández, y a los 12 años fichó por el equipo de sus amores. Después, abandonó la cantera blaugrana para irse al Espanyol (2006-2011), el gran rival de la ciudad, por un problema con la asignación de edad de las categorías infantiles. A los 16 años, ese cambio supuso su debut en primera división. Entre 2011 y 2012 jugó en el Levante, antes de recibir de nuevo la llamada del FC Barcelona, escuadra que ya no volvería a abandonar. Su padre, no obstante, no pudo cumplir su sueño de verla jugar en el primer equipo de sus amores. Falleció en mayo de 2012. Cuando subió al


“Lo importante es que las niñas tengan la oportunidad de ver que hay jugadoras, de soñar que un día pueden ser ellas. Nosotras no lo tuvimos” —ALEXIA PUTELLAS estrado a dar su discurso de aceptación del Balón de Oro, tras recibirlo de manos de Mbappé, sus primeras palabras —después de, una vez más, huir de todo personalismo y compartir el premio con sus compañeras con un “siento que esto es un premio individual, pero sin duda es un éxito colectivo— fueron para él. “Si me permitís”, dijo con ojos llorosos, “quiero dedicarle este momento a alguien muy especial, espero no emocionarme... A alguien que ha sido, es y siempre será muy especial para mí. Por quien hago todo. Espero que estés muy orgullosa de tu hija, ahí donde estés, esto es para ti, papá”. V O L V E M O S A L P R E S E N T E . El pasado 30 de marzo, 91.553 espectadores

se dieron cita en el Camp Nou para asistir al clásico Barcelona-Real Madrid… femenino. Es el récord absoluto de asistencia a un partido entre mujeres en España. “Es de las mejores cosas que he vivido. Increíble, no te puedo decir más que eso, de las mejores cosas que he vivido sin duda”, recuerda Alexia con un brillo especial en la mirada. Pero ese llenazo en el Camp Nou es sólo un síntoma de un movimiento subterráneo que gana cada vez más fuerza. Sólo un año antes, en San Mamés, cuna del Atletic de Bilbao, más de 48.000 personas llenaron el estadio en un partido de Copa frente al Atlético de Madrid. La selección española, por su parte, consiguió congregar a 10.444 aficionados en un partido entre España y Azerbaiyán, disputado el 4 de octubre de 2019. Las cifras todavía están lejos de las de sus compañeros masculinos, pero el despegue de la disciplina parece obvio. Y, casualidad o no, ha coincidido con la escalada al estrellato de Alexia. “Yo diría más bien que coincide con el proyecto del Barça, más que con lo mío”, me rectifica Alexia, cediendo protagonismo una vez más. “Yo creo que son los títulos y lo que transmite el equipo lo que hacen que la gente se enganche y esto vaya a más”. La temporada pasada, de hecho, su equipo hizo historia al alzarse con la Liga, la Copa de la Reina y la Champions (y, mientras escribimos estas líneas, va camino de repetir la hazaña). Lo cual no oculta el hecho de que, en aquella gloriosa tarde de fútbol en el Camp Nou, hasta las familiares de las jugadoras del Real Madrid se hicieran fotos con ella. Teresa Dueñas, madre de la centrocampista madridista Teresa Abelleira, declaró al día siguiente: “Lo que vivimos ayer fue espectacular. Fue una fiesta del fútbol. Para mi hija, Alexia es una referente”. La propia Alexia le quita importancia a esa realidad que engrandecería el ego de tantos hasta alcanzar proporciones bíblicas. “Es verdad que el hecho de que el Real Madrid apareciera mucho más tarde que el Barça hace que gente que no tenía un equipo al que seguir como fan viera más partidos del Barça y tuviera alguna jugadora como referente, pero al final cada uno se hace la foto con quien quiere y no hay problema”. fecha clave para el fútbol femenino en España. Después de muchos meses de tira y afloja, en octubre de ese año las jugadoras decidieron ir a la huelga para exigir un convenio que les permitiera vivir de su deporte. Hasta ese momento, sus condiciones eran más parecidas a las de las deportistas amateur que a las de las atletas profesionales. Finalmente, se llegó a un acuerdo entre la Asociación de Clubes de Fútbol Femenino (ACFF) y los sindicatos de futbolistas, que estipulaba, entre otras cosas, unas retribuciones mínimas de 16.000 2019 ES UNA

euros anuales para las que estuvieran en régimen de jornada completa y 12.000 euros para los contratos a tiempo parcial. Desde entonces, la liga femenina no ha hecho más que progresar. “No sé si esa huelga nos puso en el mapa, yo creo que ha tenido más que ver con los resultados que hemos ido consiguiendo. La huelga fue un éxito evidente, no sólo por lo que se ganó, sino porque dejó claro que era necesario que en esta profesión, y en el deporte en general, tanto femenino como masculino, haya convenios laborales”. Los salarios mínimos, si se comparan con los de los de La Liga —155.000 euros de retribución mínima anual, aunque todos los jugadores la superan ampliamente— pueden parecer irrisorios, pero son un paso de gigante para que, como decía la propia Putellas, las niñas puedan empezar a plantearse el fútbol como una carrera profesional. “Esto empieza a ser un profesión con la que te puedes ganar la vida”, asegura. El FC Barcelona, que es el club que mejor paga a sus jugadoras, tiene una media salarial de unos 150.000 euros. Lo que no está nada mal, a menos que lo compares con lo que cobraba el mejor del mundo entre los hombres, Leo Messi, en el mismo club —unos 71 millones de euros netos—. La cuestión monetaria, empero, no es el único problema que afrontan las futbolistas como Alexia. Si buscas su nombre en Google, por ejemplo, el texto predictivo te sugerirá “pareja, novio y sueldo”, ítems que ni mucho menos aparecen cuando tecleas el nombre de Robert Lewandowski, Balón de Oro masculino. “Hay una doble lectura ahí”, justifica Alexia. “Quizás es que de Robert Lewandowski ya lo saben todo y de mí no, que los fans saben quién es su pareja y lo que cobra. Al final, la verdad, no siento que la gente sólo tenga interés en lo que cobro y en quién es mi pareja. Lo que siento es que la gente nos valora por lo que hacemos dentro del campo”. ¿Ha llegado ya el momento —le preguntamos a Alexia— de que, en este tipo de entrevistas, hablemos más de fútbol y menos de reivindicaciones? “Ojalá llegue ya ese momento”, nos contesta, “porque lo que me gusta a mí es el fútbol, y me encanta hablar de fútbol, y ojalá que tuviera entrevistas sobre fútbol. Pero por desgracia todavía no es así, hay muchos temas de los que te preguntan… Supongo que a los chicos también les preguntan de otros temas que no son sólo fútbol. Pero igual sí que están más relacionados con eso o con el juego y no tanto con las reivindicaciones. ¿Que si es el momento? Bueno, pues quizás tendría que ser así, que lo normal fuera el hablar de fútbol y sólo reivindicar cuando haya algo muy grave, como por ejemplo cuando no teníamos el convenio u otras situaciones que son muy injustas”. como Balón de Oro a todo un icono del deporte y activista LGTBI, Megan Rapinoe. Alexia se deshace en elogios ALEXIA SUCEDE

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con la norteamericana. “Es una jugadora que lleva muchos años en la élite y ganando torneos importantes con su Selección. Qué te voy a decir de ella”, suspira la mediocampista blaugrana. “Pues que es muy buena y que es un orgullo sucederla”. ¿Es más inclusivo el fútbol femenino que el masculino?, le inquirimos en relación con que se perciba como algo absolutamente normal que la jugadora más famosa del planeta sea lesbiana. “Sin duda estoy de acuerdo en que es muy complicado ser gay en un entorno como el que hay en el fútbol masculino, pero algo bueno que tiene el femenino, y hablo de nuestro vestuario, es que se normaliza cualquier tipo de familia que cualquier jugadora quiera crear. Todo el mundo se respeta, no hay juicios, no hay insultos ni nada por el estilo, y yo creo que es a donde tiene que ir el deporte en general”. No sabemos si a Megan le cambió la vida ganar el Balón de Oro o convertirse en un ídolo de masas, pero Alexia nos asegura que, para ella, todo sigue igual. “Sigo siendo la misma, tengo la misma energía, pero sí que soy consciente de que a lo mejor he inspirado a otras muchas personas”. Cuando le preguntamos quién fue la autoridad más importante que la felicitó por alzarse como la mejor futbolista del mundo, nos dice que no lo recuerda: “No te sabría decir… Creo que el Rey mandó una carta. Aunque yo tengo claro quién ha estado ahí siempre”, remata, dejando claro que las consecuencias del éxito —fama, poder, dinero, reconocimiento o posición social—, que parecen vectores esenciales en el mundo masculino, le resultan casi indiferentes en comparación con el amor por su deporte. Aunque entienda que cada vez que salta al campo no lo hace sólo por sí misma o por su club o por la Selección. “Sí que soy consciente de que ahora represento a mucha más gente, gente que no ha tenido estas oportunidades, y siento esa responsabilidad. Pero al final si tienes una responsabilidad y no te gusta lo que haces, lo acabas dejando o no rindes igual. Al final es una mezcla. Lo importante es que lo hagas porque te gusta realmente, y luego ya sabes que lo demás es consecuencia de ello”.

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Precisamente otra de las consecuencias del éxito es la lluvia fina de patrocinadores. Alexia, por ejemplo, es ahora imagen de la prestigiosa manufactura Hublot, que cuenta entre sus embajadores con atletas del calibre de Novak Djokovic, Usain Bolt, Kylian Mbappé o Pelé. “Cuando me lo dijo mi agente, me hizo mucha ilusión, porque al final ves los deportistas con los que trabajan y son deportistas muy top. Que consideren que yo puedo entrar en ese cartel es un orgullo y lógicamente me siento encantada”. El tiempo, nos dice, ese tiempo que mide con precisión un reloj, transcurre a un ritmo diferente cuando eres una futbolista profesional. “Me doy cuenta cada vez que hablo con gente que no se dedica a esto. Llevamos una vida superprogramada, con horarios muy estrictos cada día, no te digo en las concentraciones con la Selección, que suponen un horario de 24 horas. Y además nuestra vida laboral no es hasta los 65 años, es mucho más corta y rápida”. ¿Y qué hace para desconectar de sus obligaciones cuando ese tiempo es, por fin, tiempo libre? “No necesito desconectar del fútbol”, afirma tajante. “Para relajarme, lo que suelo hacer es ver partidos cuando los hay. En los viajes veo series, leo también…”. Si hablamos de gustos musicales, se declara una ecléctica convencida. “Tengo de todo en el móvil. Desde Beyocé hasta Estopa”. ¿La última serie que has visto? “Hache”, asegura. “No, espera, Hache no es la última”, y después se queda pensando unos segundos, como si una respuesta así mereciera la misma precisión que un buen centro al área. “No me va a salir… Sí, Parot. Ésa”, responde finalmente, satisfecha de haber dado con ella en su memoria. Porque además de una persona humilde, siempre dispuesta a repartir méritos y reconocer el trabajo de sus compañeras por encima incluso del propio, Alexia es también una perfeccionista. Algo que llegó a afectarle negativamente, en tanto que su autoexigencia a veces superaba los límites razonables. “Eso me pasaba sobre todo de joven”, nos dice, “hace diez años o así. Hasta que no entendí que el fútbol es un deporte de errores y que el error forma parte del juego, la autocrítica me resultaba perjudicial, porque no asumía el error. Es imposible no fallar, hay goles en el fútbol porque se cometen errores, si todo se hiciera a la perfección no habría goles. Hasta que lo interioricé y lo asumí sí que era un problema para mí”. ¿No es también la vida un deporte de errores?, la parafraseamos. “Sí, por supuesto”, reconoce. Y le lanzamos una última pregunta: ¿Quién le inspira a una persona como ella, que se ha convertido en la inspiración de tantas jóvenes? “Me inspira la gente que siente pasión por lo que hace, aunque sea doblar una servilleta”, bromea. “Alguien que hace lo que quiere con pasión, eso me inspira”. HÉCTOR IZQUIEIRDO

de G Q .

es redactor jefe


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En el fútbol actual tan condicionado por el dinero y los fichajes mediáticos, es raro encontrar a un atleta que pueda considerarse un jugador franquicia. Marcelo es ese tipo de jugador.

Ha desarrollado toda su carrera en el Real Madrid, equipo en el que se ha convertido en una leyenda. Atesora más títulos que mitos del madridismo como Di Stefano o Gento. Y todos los ha ganado con una sonrisa en los labios. POR

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o simplemente Marcelo (Río de Janeiro, Brasil, 1988), es uno de esos jugadores mágicos e inclasificables. Llegó al Real Madrid con apenas 18 años, procedente del Fluminense F. C., con la difícil misión de sustituir al que quizás era por entonces el mejor lateral izquierdo del mundo: Roberto Carlos, otro futbolista atípico, un carrilero rapidísimo y goleador cuyos lanzamientos de larga distancia ponían en pie al Bernabéu. Marcelo no sólo consiguió estar a la altura de la leyenda blanca, sino que en unas pocas temporadas logró lo que parecía imposible: que nadie lo echara de menos. Desde entonces, el jugador brasileño ha sido una pieza MARCELO

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clave en las alineaciones del Madrid. Ha sido titular con todos los entrenadores que han pasado por la casa blanca y su desempeño en el campo, a veces anárquico, casi siempre sorprendente y brillante, ha sido fundamental en los éxitos recientes del equipo —suma 24 títulos con el Real: cuatro Champions League, cuatro Mundiales de Clubes, tres Supercopas de Europa, seis Ligas, dos Copas del Rey y cinco Supercopas de España—. Su fútbol es la quintaesencia de lo que entendemos como la alegría despreocupada de Brasil: festivo, ampuloso, directo y espectacular. Un parque de atracciones en ebullición. También lo es su personalidad, propensa a la sonrisa, a la chanza, al buen rollo. En un club que a menudo es una olla a presión, Marcelo es la válvula de escape. Su cabellera desmelanada, como la de Einstein, se ha convertido en un icono para el madridismo. Ese pelo en apariencia incontrolable es una buena metáfora de un futbolista al que nadie es capaz de controlar en el campo. De él sólo se puede esperar lo inesperado, su especialidad es sorprender con apariciones fulminantes y decisivas. Cuando todo se atranca y el rival ofrece una resistencia inexpugnable, Marcelo es el estilete que se cuela por la defensa rival como un cuchillo en un bloque de mantequilla. Ya en el último capítulo de su carrera, hablamos con él de sus años en el Real Madrid, de su futuro y, por qué no, de moda, otra de sus grandes pasiones. Bienvenidos a Marceloland. Después de tantos años, ¿qué significa el Real Madrid para ti? Marcelo Vieira: El Real Madrid forma parte de mi vida. No puedo concebir mi historia como persona ni como deportista sin el Real Madrid. He defendido la camiseta del equipo durante tantos años, que he desarrollado, ampliado y conquistado un espacio propio no sólo en el club, sino también a nivel internacional. Para mí, el madridismo es una mezcla de sentimientos muy nobles: amor, historia, pasión y mucha dedicación a un club que es como mi casa, mi escuela y mi familia. Estoy muy orgulloso de ser madridista y de haber elegido al mejor club del mundo para desarrollar mi carrera. Eres el primer capitán extranjero de la historia del equipo. ¿Qué significa esto para ti? En primer lugar, quiero decir lo honrado que me siento por ser el primer

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jugador extranjero en llevar el brazalete de capitán del Real Madrid. Este club tiene muchos años de historia y estaré eternamente agradecido por ocupar este puesto. Creo que es una responsabilidad muy importante, porque me he convertido en un ejemplo tanto dentro como fuera del campo. ¿Alguna vez pensaste que desarrollarías toda tu carrera en el Real Madrid? Esta pregunta me la hacen muchas veces. He ido construyendo mi carrera poco a poco, paso a paso. Para serte sincero, nunca he tenido planes muy concretos al respecto, el Real Madrid es mi casa y el club de mi vida. Siempre he hecho mi trabajo y lo he hecho bien, y me he superado en cada partido. Mis objetivos siempre

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han sido dar lo mejor de mí mismo, estuviera donde estuviera. He tenido la suerte de poder demostrar todo mi potencial durante 15 años con la camiseta del Real Madrid. Más que como lateral, siempre has jugado como extremo y siempre has sido un defensa atípico. ¿Cómo definirías tu juego? Siempre he intentado darlo todo en el césped, y para ello me he esforzado por ser un jugador versátil que pudiera contribuir con regates y asistencias. Pero también he querido desempeñar un papel táctico-estratégico para mi equipo y sorprender al equipo contrario. En unos días juegas otra final de la Champions League [esta entrevista se realizó a pocos días del partido].

Se dice que el Liverpool es el favorito. ¿Tú también lo ves así? Creo que venimos de jugar una serie de partidos decisivos en los que hemos competido con mucha fuerza y hemos conseguido eliminar a tres grandes oponentes. Te puedo asegurar que la final no va a ser distinta. Al fin y al cabo, el favorito es el ganador, y queremos llevarnos la copa al Bernabéu. ¿El hecho de haber ganado La Liga hace unas semanas os da algún tipo de ventaja? Creo que, de alguna manera, esa victoria nos ha dado confianza. Estamos viendo muy buena dinámica, pero eso no representa necesariamente ninguna ventaja. La Champions League es otro tipo de competición y debemos mantenernos centrados para asegurarnos la victoria. Tenemos confianza, pero también estamos muy concentrados, mejor no contar con ganar antes de tiempo. Ya tienes cuatro Champions en tu haber. ¿En qué sentido esta final es especial? La Champions es una de las competiciones que más expectación genera. No se puede negar que es un momento muy especial para todos. Siento la misma adrenalina de siempre, como si fuera mi primera Champions. Sin duda, haremos todo lo posible para alzar una Copa más el próximo sábado. ¿Tienes ganas de hacerte otro tatuaje en el muslo izquierdo? Sabes muy bien que me encantan los tatuajes. Si Dios quiere, me tatuaré otra fecha para celebrar mi quinta Champions y para que quede bien grabada. El Real Madrid es el mejor equipo de la historia del fútbol, pero quizás hasta esta temporada no había conseguido demostrárselo al mundo. ¿Crees que las recientes victorias del equipo suponen un regreso histórico? El Real Madrid siempre ha sido el mejor equipo del mundo. No hace falta que nos remontemos a ninguna época, los números lo dicen todo. Tenemos en nuestro haber muchas victorias, cada temporada hay una final, un título. El Real Madrid es el único equipo del mundo que ha ganado tres Champions seguidas, y tengo el privilegio de formar parte de esa historia. De todas las noches mágicas que has vivido en el Bernabéu, ¿fue la semifinal contra el Manchester City la más importante? He pasado muchas noches especiales en el Bernabéu, y el partido contra el Manchester está en la lista de las


PRODUCCIÓN: SARA RAMOS. MAQUILL AJE Y PELUQUERÍA: CYNTHIA DE LEON (COOL) PARA ELIZABETH ARDEN Y KIEHL’S. ASISTENTE DE FOTOGRAFÍA: A L B E RTO O M I ST E . A S I ST E N T E S D E E ST I L I S M O : M A I D E R LO P E T E G U I Y G E M M A R E Y. G LO B O S C O RT E S I A D E W W W. A M AT E . E S .

mejores sin duda. Fue maravilloso recibir todo ese cariño de los hinchas, de mis compañeros de campo y de todo el club. Me siento muy honrado y el sentimiento es de logro absoluto. Me acordaré de ese partido el resto de mi vida. ¿Cuál es la magia del Real Madrid para que sucedan noches como la del partido contra el Manchester? Como muchos ya saben: “90 minutos en el Bernabéu son muchos minutos”. Cuando se trata del mejor equipo del mundo, jugar en casa implica creer hasta el final y darlo todo en el campo. Eres el jugador con más títulos de la historia del club. ¿Cómo se siente el hecho de tener más títulos que las leyendas más grandes del Madrid? Es muy gratificante verme en esa posición y ser recordado junto a tantas leyendas del Real Madrid. Pero yo no me veo como una leyenda. Creo en mi trabajo y en lo mucho que he dado de mí a lo largo de estos 15 años de gloria con el Real Madrid. Reconozco que he tenido una carrera de éxitos, pero estoy muy agradecido por el privilegio de estar centrado, tener buena salud y una familia maravillosa que me apoya. Después de tantos años, ¿te sientes madrileño? Llevo más de 15 años viviendo en esta ciudad que me recibió muy bien. Es la ciudad donde he formado una familia, donde han nacido mis hijos y donde tengo a mis amigos. Llevo Madrid en el corazón. Cuando finalice tu carrera, ¿te gustaría quedarte en Madrid? No he pensado en ello todavía. Creo que me queda mucho trabajo por hacer dentro y fuera del campo. Estoy seguro de que me dedicaré al fútbol por mucho más tiempo, porque siento pasión por lo que hago. Siempre has dicho que estás interesado en la moda. ¿Podrías decirnos en qué proyectos has estado trabajando y si te gustaría dedicarte a ellos en el futuro? El mundo de la moda siempre me ha interesado mucho. Los proyectos en los que puedo expresar mi historia y mi creatividad son de sumo interés para mi carrera. Después de fundar Doze, me propuse dedicar todo un negocio al sector creativo, centrándome en el entretenimiento, la moda y el estilo de vida. Recientemente y a través de Grupo Doze, he lanzado proyectos conjuntos, como mi colección de joyas con la marca española Two Jeys y mi segunda línea de bolsos y mochilas con la marca escandinava DB. ¡Todo esto no es más que el comienzo! HÉCTOR IZQUIERDO

jefe de G Q .

es redactor

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CRYPTO.COM VIENE A POR TI (Con ayuda de Matt Damon y LeBron James)

GQ End

Business

De repente están en todas partes. Matt Damon nos recomienda sus servicios. LeBron James también. Han empapelado la NBA, la NHL, la Serie A, la Fórmula 1… Pero, ¿a qué se dedica concretamente Crypto.com? ¿Y qué quieren exactamente de nosotros? Por STEPHEN WIT T I L U S T R A C I O N E S : P A T R I C I A

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GQ End Reportaje

COMO CASI TODO EL MUNDO , la primera vez que oí hablar de Crypto.com

fue cuando vi a Matt Damon en un anuncio de televisión llamándome cobarde. Llevaba más de diez años leyendo sobre criptomonedas, pero sin invertir en ellas. Más allá del blanqueo de dinero, no terminaba de entender muy bien para qué servían. Sin embargo, cuando vi a Damon, comprendí que la percepción social que se tenía de esta tecnología había alcanzado una nueva fase y me entró el miedo a quedarme atrás. El anuncio forma parte de una campaña de márketing más amplia que tiene su punto de mira en los deportes. La cabeza de león que funciona como logo de la empresa adorna las pistas de hielo de la Liga Nacional de Hockey (NHL), el cuadrilátero octogonal del Ultimate Fighting Championship (UFC) y las camisetas de los Philadelphia 76ers, un equipo de la NBA. El pasado noviembre, Crypto.com adquirió los derechos de denominación del pabellón de Los Ángeles Lakers por más de 650 millones de euros. En la Super Bowl de este año, Crypto.com emitió un anuncio protagonizado por LeBron James. Y en marzo anunció que sería patrocinador de la Copa del Mundo de Fútbol. E L V A L O R de las criptodivisas aumentaba, la estrategia era indudablemente brillante, aunque también un poco repelente. Sin embargo, hace unos días sobrevino el crack y Matt Damon se convirtió en tendencia en Twitter. Los expertos comentaron que quienes hubieran adquirido Bitcoin el día que se emitió el anuncio de Matt Damon habrían perdido la mitad de su dinero. “Cada minuto aparece un Bourne que no se entera de nada”, dijo uno de los usuarios de la red social. Tras la polémica, merece la pena examinar qué es Crypto.com exactamente y a qué aspira. En su encarnación actual, la plataforma obtiene la mayor parte de sus beneficios realizando operaciones para sus clientes a través de una aplicación para móvil. Su estrategia consiste en atraer a pequeños inversores, y varias personas a las que he consultado la comparan con Robinhood, una aplicación de inversiones. Cobrar comisiones por realizar transacciones de criptodivisas es un negocio muy rentable. Las plataformas de intercambio —o exchanges— rivales, como FTX y Coinbase, se pelean por los mismos clientes, lo que ha desatado una carrera en el sector. FTX posee los derechos de denominación del pabellón de los Miami Heat, y Coinbase —que salió a bolsa el año pasado y confirmó un margen de beneficios superior al de Google— es socia exclusiva de la NBA. Si los Philadelphia 76ers viajaran a Miami para jugar un partido retransmitido por televisión a escala nacional, se verían IENTRAS

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las tres marcas al mismo tiempo. Asumí que Crypto.com estaría desembolsando muchísimo dinero cada vez que se viera su nombre. Y no me confundía, pero, para mi sorpresa, Crypto.com no suele ser el mejor postor en los acuerdos de patrocinio. “Poder firmar cheques es un buen punto de partida para iniciar muchas conversaciones”, me dijo recientemente Kris Marszalek, CEO de Crypto.com, a través de Zoom, “pero para los asuntos realmente importantes, los que tienen impacto de verdad, nunca es suficiente”. Marszalek es un emprendedor empedernido nacido en Polonia hace 42 años y ahora residente en Hong Kong. Habla con un tono monótono y viste con un estilo corporativo neutro, alternando trajes con sudaderas de capucha y cremallera de marca. Su rasgo más distintivo es su amplia frente, enmarcada por arriba por una calvicie incipiente y por abajo por unas gafas sin montura. En el mundo cripto, que habitan por lo general hombres jóvenes y solteros, se le considera un tipo normal. Está casado, tiene un hijo y unos orígenes con los que muchos se pueden identificar. Visto el alcance de la campaña publicitaria de Marszalek y la repentina eclosión de Crypto.com como uno de los exchanges más importantes del mercado, me esperaba a un encantador de serpientes, pero me encontré con el tipo que te mandan para arreglarte la impresora. Hablé con Marszalek en varias ocasiones a lo largo de febrero, marzo y abril para escribir este artículo. La semana pasada, después del crack, volví a hablar con él por

Zoom para preguntarle por su visión de los acontecimientos. Marszalek está pidiendo a sus clientes que no se dejen cegar por el batacazo. “Recordaría a todo el mundo que, después del bajón de esta semana, la gente que compró el top absoluto en 2017, en lo alto del ciclo, va a aumentar sus ganancias en más de un 50%”, me dijo. “Así de cínicos son los mercados”. Pienses lo que pienses de Crypto.com, hay que reconocerle el mérito a Marszalek por una cosa: al tipo le corre hielo por las venas. Su reacción ante el desplome de las criptodivisas estaba tan desprovista de emoción que pensé en pasarle el test de empatía Voight-Kampff. Marszalek atribuyó su resiliencia a su experiencia con el crash de 2018, cuando el Bitcoin perdió el 78% de su valor. “Comparando la narrativa y el tipo de cobertura que se está haciendo con respecto a 2018, lo que tenemos ahora supone un gran avance”, me dijo. Me di cuenta de que muchos de sus clientes estaban frustrados y desmoralizados. “Buena parte de los usuarios que entraron en el mercado se van a mantener al margen durante un tiempo y van a ser menos activos”, dijo. “Pero también he visto que hay gente que se reactiva cuando llega un ciclo alcista, algo que, inevitablemente, sucederá”. El exchange que se alce como el más usado del mundo ejercerá un control sin precedentes sobre las criptomonedas emergentes. Por eso, estas plataformas se están jugando el pellejo para atraer a más clientes, en muchos casos ofreciendo cuentas con una rentabilidad muy alta que se abona en criptomonedas. A las cuentas con un buen nivel de capitalización, Crypto.com las recompensa con tipos de interés anual que pueden alcanzar el 14,5%, y hasta un 10% anual para las criptomonedas estables —o stablecoin— vinculadas al dólar. Esta estrategia es una apisonadora para las cuentas de ahorro, que básicamente no pagan ni un euro, pero también suscita una pregunta: ¿cuántos riesgos podrían estar asumiendo estas plataformas? Me vino a la mente una cita del escritor financiero Raymond DeVoe Jr.: “Se ha perdido más dinero buscando un buen rendimiento que a punta de pistola”. Esta tendencia tan temeraria ha sido el detonante de la actual crisis del sector. A finales del año pasado, la criptomoneda Luna se convirtió en una de las más valiosas del mercado, impulsada por su relación con otra criptomoneda creada por la misma empresa llamada Terra, que los inversores podían prestar por un rendimiento de casi el 20%. Pero la relación entre Terra y Luna se desmoronó en mayo, Luna se hundió y su valor se depreció en un 99,9%. Después del trastazo, en lo alto del subreddit Terra/Luna, apareció el número de atención contra el suicidio de Estados Unidos. Cuando las criptodivisas pierden valor, como ha sucedido con la mayoría últimamente, la gente pierde interés en ellas, lo que reduce los beneficios de los exchanges


FOTOGR AFÍAS: CORTESÍA DE L A MARCA (ANUNCIO DE CRYPTO.COM), MITCHELL /GE T T Y IMAGES (UNIFORME DE LOS PHIL ADELPHIA 76ERS’), RICH FURY/GE T T Y IMAGES (LOS ANGELES ARENA).

y los presupuestos de márketing. Marszalek me dijo que, incluso cuando las cosas iban bien, ya se estaba preparado para un posible mercado bajista. “Vivimos el invierno cripto de 2018 y 2019”, me dijo. “Mantuvimos la cabeza gacha y seguimos trabajando para construir un producto fuerte. Ésa es una de las razones por las que crecimos tan rápidamente en 2021”. Marszalek quiere que Crypto.com trascienda el mero exchange y se convierta en un “ecosistema”. Como estrategia inicial de márketing, lanzaron tarjetas de débito de prepago asociadas a criptomonedas que siguen emitiendo. Gestionan su propia criptodivisa, llamada Cronos. Invitan a los usuarios de la plataforma a que “inviertan” en ella a cambio de varias recompensas. A Marszalek le gusta la flexibilidad y el pasado marzo introdujo un marketplace de NFTs. “Ahora mismo, el 90% de los ingresos en esta industria provienen del mercado de criptomonedas”, dice. “Si dentro de tres años las cosas siguen igual, significará que la industrial habrá fracasado estrepitosamente”. Aquí es donde debería confesar que, en mi fuero interno, quiero que Marszalek lo consiga. Soy fan de la tecnología, especialmente de la que procede de enormes y malvadas corporaciones. El día que se lanzó el iPhone original, fui una de aquellas personas que hizo cola en las tiendas de Apple para comprarlo. Llevo 17 años suscrito a Amazon Prime. Me gusta Instagram. Me gusta Uber. Al final de mi vida, me gustaría que Elon Musk descargue mi cerebro en la nube. Con todo esto quiero decir que no me parece mal que un emprendedor detestable amase una fortuna de decenas de miles de millones de euros vendiendo una tecnología ridícula. ¿Por qué? Porque soy bastante vago y, como buen estadounidense, quiero que todas esas grandes corporaciones satisfagan todos mis caprichos. Mi problema con las criptomonedas era precisamente que no me satisfacían ninguno. Eran difíciles de entender y más difíciles aún de usar. Cuando comencé a escribir este artículo, me acordé de que tenía algunos ethers en una cuenta de Decentraland, un intento muy poco logrado de crear un “metaverso distribuido” que hace que Second Life parezca Matrix. Para poder usar mi monedero, tuve que rebuscar una libreta en una caja que tenía guardada en el armario donde había escrito mi contraseña de 12 palabras, la única manera de recuperar mi cuenta. Cuando la encontré y, tras tres intentos fallidos, logré

entrar, transferí los ether que tenía por valor de 40 dólares a Crypto.com. La transferencia tardó una hora en completarse y me costó ocho dólares. Estaba indignado. Me arrepentí de haber encontrado la clave y de pagar a la red Ethereum un 20% de comisión por la transacción. Pero una vez llegó el dinero a la aplicación de Marszalek, todo empezó a ir como la seda. Intercambiar criptomonedas con mi teléfono fue coser y cantar y, además, divertido; de algún modo, ya me habían condicionado para que lo entendiera. Sabía que me estaban friendo a comisiones, y pensé que cualquier empresa que ofreciera un tipo de interés de dos dígitos tendría que estar asumiendo un tipo de riesgo que podría estallar en cualquier momento. Pero desde el momento en el que vi la cara de Matt Damon en la pantalla de mi televisor, también sabía que me iba a costar más trabajo justificar mi escepticismo hacia las criptomonedas que rendirme a sus pies. Así que eso es lo que hice. Kris Marszalek había creado una plataforma de criptomonedas para tarugos y, a cambio, se iba a hacer rico. dinero a la aplicación de Crypto.com puedes empezar a operar. En mis primeros cuatro minutos, canjeé un descuento para nuevos usuarios en las comisiones de las transacciones y me hice con un pequeño portafolio

NADA MÁS TRANSFERIR

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de criptomonedas más rentables: Bitcoin, Ether, Solana, Cardano y Near. Sólo después até cabos: Matt Damon no me estaba vendiendo tecnología, sino la posibilidad de multiplicar el valor de mi portfolio por mil. El valor total de mercado de Bitcoin ascendía a más de 750.000 millones de euros, así que, si Bitcoin volvía a multiplicar por mil su valor, alcanzaría los 800.000 billones de dólares. Me deshice de las criptomonedas que había adquirido y comencé a comprar altcoins, seleccionando aleatoriamente sólo las que no me sonaban de nada: Venus, Chromia, Orchid, SuperFarm, Ontology, Golem, Gnosis, ThorChain, ApeCoin, SushiSwap, Chia, Moonbeam… Pero, al final, terminé con más monedas de Cronos, la criptodivisa de Crypto.com. De manera sutil pero insistente, la aplicación de Marszalek me había ido conduciendo hacia las ofertas para invertir en Cronos. Para acceder a los niveles de incentivos más altos de una Visa en Crypto.com, tuve que invertir 400 dólares en Cronos y mantenerlos durante un mínimo de seis meses. La propuesta era un poco arriesgada: el cambio de Cronos había oscilado entre los 0,09 y 0,90 dólares durante los 12 meses previos a mi adquisición, y en ese momento había perdido el 50% de su valor con respecto al punto más alto que alcanzó tras el anuncio de Matt Damon. Pero, a cambio, me regalaron una tarjeta de débito de prepago de la marca. Por una inversión de 400 dólares, Crypto.com te envía una tarjeta Ruby Steel, paga tu suscripción mensual de Spotify y te recompensa con un porcentaje en efectivo —en Cronos, por supuesto— sobre todas tus compras. Por una inversión de 4.ooo dólares, Crypto.com te envía una tarjeta Jade Green que cubre tu suscripción a Netflix, te paga

En EE UU no se puede encender la televisión o acudir a un evento deportivo sin ver Crypto.com por todas partes: en un famoso anuncio, en los uniformes de los Philadelphia 76ers y como nuevo patrocinador del pabellón de Los Angeles Lakers, antes conocido como Staples Center.

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intereses por tu inversión y te compensa con un mayor porcentaje de devolución por compra. Con una inversión de 40.000 dólares, Crypto.com te envía una tarjeta Icy White; y por una de 400.000, una Obsidiana, cada cuál con mayores beneficios que la anterior. Sigue invirtiendo y en algún momento es posible que te ofrezcan al propio Kris. Además de las tarjetas, la aplicación de Crypto.com posee un elemento de gamificación. Los usuarios completan “misiones” para ganar “diamantes”, que pueden intercambiarse por “cajas misteriosas” que contienen Cronos. Crypto.com también ofrece la posibilidad de intercambiar gratis pequeños lotes de otras criptomonedas, como Bitcoin, por Cronos. De este modo, daba la impresión de que, cuanto más usara la aplicación, más probable era que, sin darme cuenta, terminara haciéndome con Cronos. Actualmente, Cronos se encuentra en el puesto número 20 de las criptomonedas más valiosas por capitalización, con un valor de unos 5.000 millones de dólares. También es verdad que hay más dinero alojado en Dogecoin que en Cronos, pero dado que, desde 2009, se han lanzado más de 18.000 criptomonedas, ocupar ese puesto representa un logro encomiable. Cronos no será el blockchain más usado, pero Crypto.com tiene la tarjeta de prepago asociada a criptomonedas más usada del mercado. Recientemente, Visa anunció que había registrado más de 2.500 millones de dólares en transacciones con tarjetas asociadas a criptomonedas durante el primer cuatrimestre de 2022. “Diría que, de esa cantidad, cerca de 1.700 millones de dólares corresponden a nuestra tarjeta”, me dijo Matt David, portavoz de Crypto.com. Algo que está muy bien de las criptomonedas es que la mayoría usa libros de contabilidad públicos, lo que permite a los cotillas como yo ver quién tiene los monederos más abultados. En Etherscan, vi un par de monederos de firma única con 1.000 millones de dólares en Cronos. Me dio por pensar que uno de ellos sería el monedero de Marszalek, pero cuando le pregunté, no me quiso revelar nada. Cuando volví a preguntarle, seguía en sus trece. Y cuando le pregunté directamente cuánto dinero tenía en Cronos, me dijo: “Sólo un poco”. La historia de Cronos no carece de polémica. Ha tenido dos nombres diferentes: nació como el token Monaco y, al principio, atrajo a una pequeña base de usuarios. Tras la adquisición del dominio Crypto.com, Marszalek introdujo un nuevo token llamado moneda Crypto.org, que operaba bajo el símbolo CRO. Durante un tiempo, Crypto.com patrocinaba las dos, pero Marszalek terminó retirando Monaco, obligando así a los iracundos dueños de Monaco a cambiar sus monedas por CRO. Más recientemente, Marszalek la retiró de la red de Ethereum, la rebautizó como Cronos y se la llevó a su propio blockchain. Como la mayoría de las criptodivisas, Cronos se publicita como “descentralizada”, pero, durante un tiempo, Marszalek actuaba como banco central. Como no tenía experiencia, le pedí ayuda a Rich Sanders, cofundador de CipherBlade, una empresa de analistas del blockchain. “En la industria se suele hablar de tokens innecesarios”, me dijo Sanders en un email. “Lo único que puedo decirte es que CRO no hace falta que exista” (Crypto.com arguyó que existen más de 700.000 direcciones de blockchain conectadas

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a CRO y que tienen depósitos fijos en CRO por valor de 4.000 millones de dólares). Sanders también reiteró que este tipo de plataformas cripto suelen ser diana de las críticas porque se aprovechan de inocentones como yo. “Se dedican sobre todo a buscar nuevos inversores”, dice. “Saben que hay mucha gente que quiere enriquecerse con las criptodivisas, como lo han hecho muchos otros” (“Nuestra misión es que haya criptodivisas en todos los monederos”, me contestó David al respecto. “Y, para lograrlo, debemos construir una plataforma segura y fiable para todo el mundo”). Pero lo que más preocupaba a Sanders de Crypto.com eran los elevadísimos tipos de interés que ofrece a sus clientes: “La única manera que tienen de pagar esos tipos de interés tan altos es llevando a cabo actividades que les reporten mayores recompensas (pero que también implican mayores riesgos)”. Normalmente, para obtener intereses se tiene que hacer un préstamo, pero durante nuestra conversación Marszalek insistió en que no estaban “dando préstamos a lo loco”. David me reiteró que la empresa había reservado dinero para pagar esos tipos de interés tan altos de su presupuesto de retención de clientes. Me pareció una medida insostenible porque, cuando hablamos esta primavera, para retener a un usuario de una tarjeta Obsidiana tendría que pagarle 48.000 dólares al año. También porque, aunque la empresa no estuviera prestando dinero, tendría que ser competitiva con otros exchanges que sí. “Hemos rebajado un poco esos tipos de interés últimamente”, me dijo Marszalek. “Estamos hablando de un negocio con unos ingresos muy robustos” (en mayo anunció que iban a rebajar los beneficios de los titulares de las tarjetas, lo que desató la furia entre los clientes. Después rectificó y restauró parcialmente los beneficios). Aun así, los depósitos combinados de unos cientos de dólares de Fulanito y Menganito Cripto forman una masa de capital en crecimiento, y eso atrae a los emprendedores financieros como la sangre a los tiburones. En concreto, aquellos depósitos que pueden usarse como liquidez compartida para financiar operaciones especulativas y de apalancamiento [la posibilidad de operar con más dinero del que se dispone] en las turbias aguas de las “descentralizadas finanzas cripto”. DeFi es un mercado floreciente de nuevos y exóticos instrumentos financieros ejecutados a través de código informático —y en

su mayor parte desregularizados— bastante difíciles de entender. Eso no ha impedido que algunos exchanges ofrezcan mayores intereses a sus clientes si, a su vez, permiten aplicar a sus depósitos un protocolo DeFi. Si esto te suena, es porque ya has visto antes esta película: durante el periodo previo a la crisis de las hipotecas subprime, se recurrió a las cuentas bancarias de gente normal para financiar operaciones con apalancamiento de nuevos y complejos instrumentos financieros. BlockFi, un exchange de criptodivisas, alcanzó recientemente un acuerdo con la SEC [la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos] por 100 millones de dólares después de que la agencia le acusara de ofrecer un producto de préstamo no registrado (BlockFi negó haber cometido ninguna infracción). Un representante de Crypto.com me dijo que la empresa había estudiado esta línea de negocio, pero que la había rechazado por el riesgo que entrañaba. La industria también se enfrenta a un enemigo implacable: los hackers. En enero, Crypto.com reconoció que se habían saltado los códigos de autentificación de dos pasos para acceder a las cuentas de 483 clientes, a los que robaron más de 30 millones de dólares. “En la mayoría de los casos, evitamos la retirada no autorizada, y en todos los demás, se devolvió íntegramente el dinero a los clientes”, rezaba una nota de prensa de la compañía. Sanders observó que, más recientemente, Crypto.com había añadido el envío de códigos de autentificación a través de SMS, una práctica que calificó de “locura” por la potencial inseguridad que implican. Finalmente, están los problemas de la industria con el blanqueo de dinero, que se han revelado a la luz de las sanciones impuestas a Rusia tras la invasión de Ucrania. Marszalek restó importancia al asunto. “De hecho, es la peor manera de evitar sanciones porque todas las operaciones quedan registradas en un libro de contabilidad público, se puede rastrear el origen y monitorizar en tiempo real”, señaló. Marszalek añadió que, gracias a su colaboración con Visa, estaba por delante en la industria en lo que respecta al cumplimiento de los Estatutos de Prevención de Blanqueo de Capitales (PBC). Sanders estaba de acuerdo: “Desde el punto de vista de la PBC, creo que están haciendo un buen trabajo. Y esto es un cumplido por mi parte que no suelo hacer”. Marszalek es consciente de los fallos de las criptodivisas. “Ahora mismo no existe blockchain que reúna


las condiciones técnicas necesarias para que su uso se adopte en masa”, dice. La primera generación de blockchains, como la que alimenta Bitcoin, es lenta y notablemente ineficiente. La red de Bitcoin puede procesar de tres a siete transacciones por segundo, frente a las 76.000 transacciones por segundo de la red de Visa. Los programadores pueden usar blockchains de segunda generación, como Ethereum, para construir aplicaciones “descentralizadas” que operan a través de múltiples sistemas informáticos, pero la lenta velocidad de transacción de la plataforma (unas 15 por segundo) y las comisiones resultantes pueden suponer un obstáculo para el crecimiento de dichas aplicaciones. “Si comparamos su progreso con los viejos días de internet, podríamos decir que no hemos llegado ni a la banda ancha. Estamos aún en los días del módem”, me dijo Marszalek. Los inversores están esperando una “aplicación de criptodivisas potente”, pero Marszalek advirtió que, de llegar, supondría la extinción de las monedas más establecidas. “Hoy en día, una aplicación potente probablemente desmantelaría todas las blockchain que están operando ahora”, dijo. Marszalek también me contó que estaba empleando el blockchain de Cronos para construir algo increíble, pero no me dio más detalles. Le pregunté si estaba entusiasmado al respecto. “Como un niño de cinco años”, me dijo, sin rastro de emoción en su voz. M A R S Z A L E K N A C I Ó en Polonia en 1979. Creció en un pequeño pueblo de unos 100 habitantes. Tuvo una infancia feliz. Pasaba mucho tiempo jugando en el bosque, apenas consciente de que vivía bajo un régimen comunista. “Iba a la tienda y no había casi nada”, dice. “Hoy sería inimaginable. Los estantes estaban vacíos”. Cuando era adolescente, Polonia ya se había librado de la sombra de la Unión Soviética. A los 15 años, el espíritu emprendedor de Marszalek lo llevó a vender hardware y software informático al por mayor. Estudió en la universidad, pero abandonó antes de terminar. En 2003, uno de sus socios le ofreció la oportunidad de mudarse a Hong Kong. Allí “tuvimos éxitos y fracasos”, me dijo. Entre los éxitos figura Beecrazy, un agregador de descuentos similar a Groupon. Beecracy vendía cupones de empresas asociadas como restaurantes y agencias de viajes. En 2013, iBuy Group lo adquirió por 20 millones de dólares, y las empresas fusionadas pasarían a operar bajo el nombre de Ensogo, una empresa sita en Australia.

En 2014, Marszalek se convirtió en el CEO de Ensogo. Pero como a Groupon, pronto le surgieron los problemas. Marszalek describió la situación como “recuperación”, el problema es que nunca lo hizo. En 2016, casi dos años después de que Marszalek tomara las riendas, la junta de Ensogo anunció que dejaría de operar en el sudeste asiático. Marszalek no estaba de acuerdo y dimitió como CEO. Algunos vendedores que habían participado en el programa de cupones afirmaron que habían sido víctimas de una estafa y que no les habían devuelto el dinero. Al parecer, la policía de Hong Kong recibió más de 300 quejas de dichos vendedores. Uno de ellos, en una entrevista con el periódico The Standard, de Hong Kong, dijo que había perdido cerca de 2.500 euros, y afirmó que Beecrazy había lanzado una campaña de márketing pocas semanas antes del cierre: “Nos dio la impresión de que querían hacer caja con nosotros por última vez antes de echar el cierre” (Crypto.com afirma

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derecho y ciencias informáticas que llevaba dos décadas siendo el dueño del dominio crypto.com. Blaze era muy crítico con las criptodivisas: “Son una combinación de todo lo que amamos de los fanáticos religiosos y todo lo que amamos de las estafas piramidales”, escribió en un tuit en 2017, y afirmó que su dominio “no estaba en venta”. Pero terminó estándolo. Los términos del acuerdo son privados, pero en 2018 Blaze vendió el dominio y Monaco pasó a llamarse Crypto.com (Blaze no respondió a nuestras preguntas y Marszalek se negó a revelar los detalles del acuerdo, pero lo que sí que me dijo es que creía que Blaze había recibido cientos de ofertas). Junto con Steven Kalifowitz, el jefe de márketing de Crypto.com, Marszalek comenzó a buscar maneras de potenciar la marca. En marzo del año pasado, la compañía anunció su patrocinio del equipo de F1 de Aston Martin. Ese mismo mes, también revelaron que el logo de la empresa aparecería en la pista del equipo de hockey sobre hielo Montreal Canadiens. En junio, anunciaron que

“Lo que está haciendo es inteligente”, me dijeron acerca de Marszalek. “Hay empresas de blockchain que llevan funcionando desde 2013 y ni siquiera tienen a alguien de márketing. Otras empresas están desarrollando tecnología, pero ellos invierten en glamour” que no se cometió ningún delito cuando Marszalek ejercía como CEO de la empresa, y que no había estado involucrado con Ensogo desde su dimisión). Mientras Ensogo cancelaba operaciones en el sudeste asiático, Marszalek estaba fundando la empresa que se convertiría en Crypto.com. Su nombre original era Monaco, y el plan de negocio inicial consistía en comercializar tarjetas de débito de prepago. Las tarjetas estaban asociadas a la propia criptodivisa de Monaco, conocida como “token Monaco”, y el procesamiento de pago lo gestionaba Visa. Pero en 2018, el valor del Bitocin cayó un 78%, llevándose consigo el valor del token Monaco. Fue entonces cuando Marszalek tomó una serie de decisiones extraordinarias que convertirían su start-up de tarjetas de débito de prepago en un nombre muy conocido en el sector. Primero, Marszalek se puso en contacto con Matt Blaze, un profesor de

habían llegado a un acuerdo de 10 años para patrocinar el equipamiento de los luchadores de la UFC por 175 millones de dólares. En septiembre, se convirtió en “partner oficial” del Paris Saint-Germain, y a finales del mismo mes llegó el acuerdo para que el logo luciera en la camiseta de los Philadelphia 76ers (Marszalek y Kalifowitz me dijeron, con un semblante muy serio, que los hombres jóvenes no eran su target objetivo). Después llegó el anuncio de Matt Damon. Marszalek y Kalifowitz se inspiraron en la mítica campaña de Apple, Think Different, porque buscaban un guion que no mencionara la compraventa de criptodivisas directamente, pero que sí que apelara a esa parte del cerebro humano sedienta de logros. Contrataron a Pereira O’Dell, una nueva y ambiciosa agencia publicitaria responsable del eslogan de la marca: La suerte es para los osados. Tras barajar algunas ideas, decidieron que el anuncio finalizaría con la colonización de Marte. “Llegar a Marte es un concepto muy cripto”, me dijo Kalifowitz. “Habrá dinero programable en el futuro, que es el que usaremos en el espacio exterior. Si eres un futurista, tiene muchísimo sentido”. Cuando hablé con Kalifowitz por Zoom, su fondo de pantalla era una estación espacial. Me dijo que a las primeras versiones del anuncio, con la voz de un narrador anónimo, les faltaba lustre. Pronto se dio cuenta de que lo que necesitaban era a un famoso de primera fila. “Discutimos bastante al respecto”, me dijo Kalifowitz, hasta que finalmente llegaron

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a la misma conclusión: “¡Matt Damon! Damon cumplía muchos de los requisitos. Representa valentía y le reconocen en todo el mundo… ¡Ah! Y además se llevó un Oscar por su papel en El marciano” (a Damon lo nominaron a Mejor Actor, pero no ganó). Aquí es cuando la historia adquiere tintes extraordinarios. Damon ya había protagonizado anuncios, pero nunca había sido el rostro de ninguna marca. Kalifowitz y Marszalek lograron convencerlo. Parte del gancho era el equipo creativo. El anuncio de Crypto.com lo dirigió Wally Pfister, el antiguo director de fotografía de Christopher Nolan, y Damon interpreta a Leslie Groves, el alto mando a cargo del Proyecto Manhattan, en Oppenheimer, la próxima película de Nolan. Damon donó el dinero del contrato a Water.org, una ONG especializada en agua potable de la que es cofundador. Crypto.com también realizó una donación (“Tengo en gran aprecio mi colaboración con Crypto.com y estoy agradecido por el apoyo que han prestado a Water.org”, me dijo Damon en un email antes del crack. Volví a escribirle en mayo, pero no respondió). Cuando le pregunté a Marszalek cómo un tipo que antes dirigía una página web de cupones de descuentos y ahora una empresa de tarjetas de débito de prepago de Hong Kong había conseguido a Matt Damon, una de las caras más famosas y respetables del planeta, para ser el rostro público de las criptodivisas, me dijo: “Creo que fue el material. Si leyeras el texto de ese trabajo… Estoy muy orgulloso de él”. La siguiente jugada consistió en adquirir los derechos de denominación del pabellón de los Lakers. El Staples Center estaba tan íntimamente ligado a la herencia de Kobe Bryant y a sus cinco anillos, que los fans solían olvidarse de que el nombre procedía de Staples Inc., la cadena de material de oficina venida a menos que en la actualidad está contra las cuerdas por un caso de fraude con capital privado. AEG, la dueña del pabellón, estuvo buscando un nuevo socio durante años. “Staples Inc. era una empresa nacional cuya huella era cada vez más pequeña”, me dijo Todd Goldstein, el director de negocio de AEG. “Queríamos a alguien con ambición global”. Gran parte de la vida profesional de Goldstein gira en torno a los derechos de denominación (quedé con él en el Lexus Club, que está en el Crypto.com Arena, y éste en la Xbox Plaza). Crypto.com pagó a AEG 700 millones de dólares por un periodo de 20 años. “Había más empresas que nos ofrecían dinero”, dijo. “Pero, curiosamente, desde que anunciamos el acuerdo nos han ofrecido aún más, incluso una oferta de adquisición”. Goldstein rechazó esa oferta de adquisición. “Queríamos un socio que funcionara durante las dos próximas décadas, no una gran sensación que se quedara sin tirón al primer año”, dijo. Le comenté que Crypto.com no tenía ni seis años, y que durante dos, la empresa había tenido otro nombre. “Son muy listos, muy astutos. Fue la conversación más natural y orgánica de todas las que mantuvimos”, me dijo Goldstein. “Pero también te digo que no hubiéramos llegado a un acuerdo si aún se llamaran Monano. No estaríamos ahora mismo en la Monaco Arena” (tras el crack, el compromiso de Goldstein seguía incólume: “Es un acuerdo a 20 años, la nuestra es una perspectiva a largo plazo”). Desde luego que Marszalek no estaba logrando todo esto por su presencia escénica. Durante nuestras

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conversaciones, hablaba con voz queda y, a veces, cuando le hacía una pregunta, se quedaba mirando al suelo durante un buen rato antes de contestar. En una ocasión, se quedó mirando al suelo tanto tiempo que pensé que se le había averiado el Zoom (“Perdona por no haberte avisado de que hace pausas bastante largas”, me dijo Matt David más tarde. “Me suelo acordar de poner a la gente al tanto”). Pero cuando Marszalek finalmente reaccionaba, su respuesta siempre era muy diplomática, como si simplemente hubiera estado sacándole brillo en la cabeza. “Ha sido un gran ejercicio de determinación, tenacidad y creatividad”, me cuenta Marszalek sobre su épica ristra de acuerdos de márketing, “pero también ha sido importante saber escuchar”. Marszalek me dijo que le gusta ponerse en la piel de su interlocutor y comprender sus puntos de resistencia mental para después trabajarlos y abordarlos uno a uno. “Se trata de escuchar con atención: ¿qué es lo que preocupa a quien está al otro lado de la mesa?”. “Empatía”, dije. “Está hablando de ser empático”. “La empatía es muy importante”, contestó. Para ver las cosas desde una perspectiva cetácea [en bolsa, las “ballenas” son grandes inversores de capital], escribí a Mark Cuban, dueño de los Dallas Mavericks y una reputada ballena en el mundo de las criptodivisas. Cuban amasó su fortuna vendiendo la plataforma de streaming Broadcast.com a Yahoo en 1999. También es notoria su venta de opciones sobre sus acciones de Yahoo como cobertura contra los enormes beneficios que había obtenido. Fue la venta de una vida, especialmente después de que estallara la burbuja, pero encuentra un paralelo con las criptodivisas. “La mayoría de las aplicaciones como Crypto.com son exchanges centralizadas muy rentables”, me dijo Cuban en un email. También me dijo que los gestores de estadios deportivos pueden aceptar precios por patrocinios por debajo del precio de mercado “porque saben que estas empresas pueden crecer muchísimo, lo que implica oportunidades de futuro”. Veía posibilidades de que hubiera un bajón en el mercado, pero su postura era alcista. El pasado octubre, los Mavericks firmaron un patrocinio con el exchange Voyager y, en enero, Cuban le dijo al presentador Jon Stewart que el 80% de su nuevas inversiones fuera de Shark Tank las había realizado en el sector de las criptodivisas.

Cuando volví a ponerme en contacto con Cuban tras la debacle de Luna, no había reducido su optimismo ni un ápice: “El mercado cripto se correlaciona a un nivel muy alto con el NASDAQ”, me dijo. “Tres de las empresas con las acciones en las que más se invierten —Apple, Amazon y Facebook— han perdido más capitalización bursátil que el valor de todo el mercado cripto en su conjunto. Nadie pondría en tela de juicio la viabilidad de Apple como socio si perdiera unos 400.000 millones de dólares de capitalización bursátil. Así es como funcionan los mercados”. Es posible, pero Apple al menos crea productos reales. El mundo cripto, tras unos diez años de desarrollo, tiene poco que ofrecer más allá de entradas en bases de datos, avatares poco agraciados, operaciones arriesgadas y un portfolio de productos que crean grandes expectativas pero que finalmente no salen al mercado. Además, y aquí debo verter mi opinión de nuevo, el sector de las DeFi me parece una bomba de relojería. Recientemente, Tether, otra stablecoin muy usada que atrae a usuarios en busca de réditos, interrumpió brevemente su vinculación con el dólar estadounidense. Se recuperó rápidamente, pero muchos observadores afirmaron que un abandono de este tipo de criptomonedas estables podría dar lugar a un efecto cascada. “Si la cosa empieza a desmoronarse, podría ser catastrófico para la industria”, afirmó un analista a la CNBC. Así es como los mercados no funcionan. Mientras escribía este artículo, mi portfolio de altcoins se apreció un poco. También acumulé bastantes intereses, sufrí algunos reveses con Cronos y me regalaron un mes de Spotify. Seguí sin entender por qué la gente quiere criptodivisas, o por qué son tan caras y complicadas, pero me sentí mejor formando parte del mundillo. Matt Damon tenía razón. Para adaptarme un poco más, asistí a la reunión CryptoMondays, que ya lleva un tiempo celebrándose en Venice Beach. Nos reunimos bajo las luces del aparcamiento de un restaurante mexicano de lujo convertido en un bar al aire libre durante la pandemia. Unos años antes había asistido a un evento similar, una verdadera competición de febriles cerebritos dándose lecciones mutuamente sobre libros de contabilidad distribuidos. Desde entonces, lo cripto ya ha experimentando un ascenso social: los asistentes a la reunión eran diversos, divertidos, listos, guapos y muy


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guays. Me daba la impresión de que estaba en un anuncio de Vodka. Ninguna de las personas con quien hablé sabía quién había empezado a organizar el evento. Uno de los asistentes me contó que fue algo espontáneo, “descentralizado”. Algunos de los participantes habían estado disfrutando de las ganancias de sus abultados monederos de Bitcoin durante años; otros, como yo, estaban empezando. Hablé con un chaval recién licenciado y antiguo lanzador de jabalina que estaba forrado, el típico usuario que no forma parte del sector demográfico que persigue Crypto.com, pero cuando le pregunté sobre la empresa, me dijo con tono de mofa: “Nadie que yo conozca la usa”. Igual de despectivo se mostró Jackie Peters, una emprendedora muy estilosa que está desarrollando una aplicación de citas llamada Trust! conectada al blockchain y que hará uso de tecnología Web3 para restablecer la autenticidad de las citas online. Peters aún se encontraba en proceso de seleccionar la blockchain que usaría, pero

Cronos no estaba entre los aspirantes. “Técnicamente, no tiene nada que me atraiga”, me dijo. “Creo que me voy a decantar por un blockchain que se llama Avalanche”. De los cerca de doce asistentes con los que hablé, sólo Apu Gomes, un fotógrafo brasileño, tenía experiencia invirtiendo en Crypto.com. Gomes, que quería vender sus fotos en formato NFT, también era un inversor aficionado. Las semanas posteriores al estreno del anuncio de Matt Damon, el valor de Cronos se multiplicó por cinco. El siguiente anuncio de la empresa, protagonizado por LeBron James, se emitió durante la Super Bowl. “Bajó”, me dice Gomes. “La vendí para comprar Solana”.

Muchos de los asistentes parecían estar de resaca por culpa de Audrey Pichy, organizadora del evento NFT/ LA, que había finalizado una semana antes, y que ella define como “una épica conferencia presencial fusionada con integraciones inmersivas en el metaverso y la robusta vida nocturna angelina”. Pichy, que nació en la isla caribeña de Guadalupe, saltaba de un lado a otro emocionada mientras hablábamos. “Hasta hace un mes, no teníamos claro cuánta gente iba a venir. ¡Pero hemos llegado a los 4.000 asistentes!”. NFT/LA se había celebrado en el centro de convenciones que está al lado del Crypto.com Arena. Al escucharla, el lanzador de jabalina reconsideró su menosprecio hacia la empresa. “Lo que está haciendo es inteligente”, dijo sobre Marszalek. “Hay empresas de blockchain que llevan funcionando desde 2013 y ni siquiera tienen a alguien de márketing. El mundo cripto es muy intimidante para los que no lo conocen. Otras empresas están creando tecnología, pero invierten en glamour”. Arrastro la mirada por el aparcamiento, la cálida luz de las bombillas baña a los deslumbrantes asistentes a la reunión. “Son listos. No está muy valorada y están creando una plataforma de acceso”, concluyó. Entré al restaurante, pedí una copa, le di al camarero mi tarjeta de Crypto.com y esperé su reacción. Nada. “Es una tarjeta de criptomonedas”, le dije. Asintió. “Quiero pagar con criptomonedas”, le dije. “Con Bitcoin. Bueno, no. Con Cronos, que es como Bitcoin”. “No aceptamos Bitcoin”, me dice. “Bueno, pásala a ver si funciona”, le dije. No sé muy bien lo que me esperaba —fiesta, banderolas, un apretón de manos de Satoshi Nakamoto—, pero el pago se realizó y el camarero se fue a atender a otro cliente. Lo cripto ya está aquí, y no sólo es muy fácil: resulta que también es bastante aburrido. ¿Conseguirá calar del todo? Es imposible saberlo, pero por un segundo al menos, parecía que Marszalek había ganado. S T E P H E N W I T T es escritor y periodista de investigación residente en Los Ángeles.

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¿Utilizaremos perfumes en el metaverso? Quién sabe. De momento, quédate con estas fragancias muy muy reales. Por HÉCTOR IZQUIERDO

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GQ End Cuidados

CALVIN KLEIN CK One. Summer Daze. Eau de Toilette.

PENHALIGON’S Sports Car Club. Natural Spray.

Boss

YVES SAINT LAURENT Y Eau de Toilette.

CHRISTIAN DIOR Eden Roc. Eau de Parfum.

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← RS Q8 A priori, un enorme SUV de algo más de 5 metros no entraría en los parámetros de lo que consideraríamos un coche deportivo. A priori. Porque el RS Q8 alcanza los

Siglas mágicas Probamos toda la gama RS de Audi en circuito. Porque los sueños también deberían formar parte de la realidad. P o r H É C T O R I Z Q U I E R D O de medir con lupa las emisiones y de racionalidad creciente en lo tocante a la movilidad, parece hasta un poco pecaminoso sucumbir a la emoción de pilotar un deportivo en circuito. Qué diremos de hacerlo con toda la gama RS de Audi en un trazado técnico y divertido como el de Navarra. Lo siguiente es una opinión personal, pero ¿qué sentido tiene vivir si lo hacemos sin pasión? ¿Todo ha de pasar obligatoriamente el filtro de la lógica más absoluta? ¿No podemos a veces disfrutar sin más, aunque con ello caigamos en ciertas contradicciones? ¿Qué mundo queremos salvar si en él no caben los vehículos que nos hacen soñar? Seguramente, el futuro se parecerá mucho más al e-tron GT que a una bestia con un motor V8. Pero, entretanto, nos quedamos con toda la gama RS. Toda.

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los viajes (con un maletero de hasta 1.390 litros) o apurar la frenada en un circuito. Acelera de 0 a 100 km/h en sólo 3,6 s, y se mueve con una agilidad impropia de su tamaño.

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RS E-TRON GT. La joya eléctrica de la corona. Es tan rápido y eficaz en circuito que puede resultar hasta aburrido. Te entrega su impresionante par de 830 Nm desde el primer tramo del pedal del acelerador y su bajo centro de gravedad, debido al peso de las baterías, lo clava al asfalto. Mágico.

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GQ End Motor

Allá donde se terminan los caminos, el Land Rover Defender demuestra por qué es el 4x4 más legendario. P O R H É C T O R IZQUIERDO A N D R O V E R , en

sus más de 70 años de historia, se ha hecho acreedora de una merecida reputación —casi leyenda— entre aquellos para los que no es una opción prescindir de un todoterreno capaz y fiable para hacer su trabajo diario. Hablamos, por supuesto, de exploradores y aventureros, pero también de otro colectivo que a menudo pasamos por alto: los científicos, activistas y ecologistas en general que se encargan de estudiar y proteger la biodiversidad del planeta y el medio ambiente. Para Land Rover, por supuesto, no puede haber mejores embajadores que estos últimos, y es por ello por lo que la marca colabora con lo que denomina el Equipo Fauna Ibérica, compuesto por WWF, La Fundación Oso Pardo, la Estación Biológica de Doñana– CSIC y la Fundación Quebrantahuesos. A todas estas organizaciones, y para demostrar su idoneidad fuera del asfalto y su

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virtual indestructibilidad, se les cede anualmente un Land Rover Defender, el mítico 4x4 que la firma inglesa produjo desde 1983 a 2016, y que resucitó en 2019 con la misma filosofía pero un espíritu mucho menos espartano —tratando, por qué no, de sacar partido de la fiebre SUV, aunque sin canibalizar al Range Rover—. Ahora, el Defender no es sólo ese vehículo con el que podrías ir —casi literalmente— hasta el fin del mundo, sino también el coche con el que presentarse en un restaurante elegante, en una montería o en una boda. Dicho de otra manera: se ha refinado enormemente por dentro y por fuera pero, en esencia, sigue siendo el 4x4 que querrías tener de tu lado cuando los caminos se complican o, literalmente, desaparecen. Para comprobarlo por nosotros mismos, acudimos al Parque Nacional de Doñana, con parada y fonda en El Rocío, y recorrimos guiados por uno de sus científicos tanto el Parque Natural como la Reserva Biológica, la finca de mayor protección, que es propiedad del CSIC y a la que los turistas no tienen accesso.

Land Rover colabora con lo que denomina el Equipo Fauna Ibérica, compuesto por WWF, La Fundación Oso Pardo, la Estación Biológica de Doñana–CSIC y la Fundación Quebrantahuesos.

Como el Land Rover Defender es, probablemente, el único coche al que le sienta bien una buena capa de barro y polvo, lo condujimos por los complicados caminos de arena suelta del parque, así como por la interminable playa de Doñana (28 kilómetros de un ecosistema casi virgen), hasta que un pequeño ferri nos recogió sobre la misma orilla del mar para cruzar a Sanlúcar de Barrameda. Un recorrido exigente, con el telón de fondo de la sequía y los pozos ilegales que han desecado la laguna —ahora una inmensa llanura sin apenas aves—, que nos convenció de las virtudes de este nuevo Defender. En especial, de la versión V8 de 525 CV y un par motor de 625 Nm —ni nos imaginamos el apuro del que no pueda salir este monstruo de la conducción offroad—. Como queda dicho, parte de la idea de civilizar el vehículo es que su uso sea mucho más refinado tanto en ciudad como en carretera. Porque no todo va a ser explorar en esta vida, esta versión V8 cuenta con un nuevo modo Dynamic en el sistema Terrain Response, con barras estabilizadoras de mayor diámetro para evitar balanceos y con un ajuste especial de la Amortiguación Variable Continua con una suspensión más rígida que mejora la respuesta. También el interior es más acogedor, y por primera vez el sistema de infoentretenimiento dispone de una pantalla táctil opcional de 11,4 pulgadas. ¿Listo para tirarte al monte? Prepara, al menos, 62.200 €. HÉCTOR IZQUIERDO

es redactor jefe

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Del pueblo de El Rocío a la Estación Biológica de Doñana. Un viaje perfecto para probar el nuevo Land Rover Defender como se merece.


GQ End Gadgets

Explosión de colores para acabar con el tedio tecnológico Los gadgets ya no son de color blanco, negro o gris. Las marcas apuestan por todo el espectro de tonos para amoldarse a tu estilo. P o r N É S T O R PA R R O N D O

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1. HUAWEI

Diseñado en colaboración con Iris Van Herpen, este móvil plegable incluye patrones en un precioso tono dorado que aportan un toque orgánico y cinético a su tecnología de vanguardia. (1.599 €).

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2. BEATS

3. APPLE

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Fit Pro

iPad Air

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Auriculares totalmente inalámbricos con cancelación de ruido que se ajustan a la perfección y te siguen el ritmo todo el día, desde el gimnasio hasta el trabajo pasando por el transporte público (230 €).

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La nueva generación de iPad Air cuenta con una pantalla de 10,8 pulgadas que cubre por completo su frontal. También es compatible con las conexiones 5G y con el teclado Magic Keyboard. (679 €).

Altavoz portátil que se puede conectar mediante Bluetooth o por Wifi —lo que mejora la calidad de reproducción— cuando dispongas de este tipo de conexión. Su batería dura 10 horas. (199 €).

Smartphone 5G con pantalla de 6,5 pulgadas Super AMOLED dotada con una impresionante tasa de refresco de 120 Hz. Por detrás, destaca su cámara principal de 64 MP; por dentro, su enorme batería. (449 €).

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FOTOGRAFÍAS: CORTESÍA DE LAS MARCAS.

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OPINIÓN

I love techno

¿Cuándo podrás comprarte de una vez una PlayStation 5? T E O R Í A , V I V I M O S en el estado más avanzado del capitalismo. En 2022 puedes comprar cualquier producto que te apetezca desde casa y lo recibirás en menos de 72 horas en la puerta de tu hogar. Estamos en un punto en el que no te hace falta pisar la calle para tener lo que deseas. Entonces, ¿por qué demonios no tienes una PlayStation 5 o una Xbox Series X? Da igual que Sony y Microsoft quieran vender el máximo número de consolas, es imposible hacerse con ellas. Al menos, a su precio original; si quieres pagar un pastón en reventa, son tuyas, eso sí. La culpa de esta situación es del famoso desabastecimiento de chips... y de la industria del automóvil. La actual escasez de chips se debe a la fuerte demanda y a la falta de oferta. Los semiconductores o chips son un elemento crucial en la fabricación de productos electrónicos de consumo, como smartphones, cámaras y ordenadores. En los coches, son necesarios para todo, desde los sistemas de entretenimiento hasta la dirección asistida. En el caso de la industria automovilística, la escasez de chips ha obligado a los fabricantes de automóviles a recortar los objetivos de producción y entrega. El origen de este problema se remonta a los confinamientos provocados por el Covid en el segundo trimestre de 2020, cuando la demanda de tecnología de trabajo en casa aumentó exponencialmente. A medida que crecía la demanda, los fabricantes de automóviles se encontraron compitiendo por la capacidad de semiconductores situada en las fundiciones asiáticas. Al principio, las empresas automovilísticas cancelaron los pedidos, pero cuando la

ILUSTR ACIÓN: DE L A FITA

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producción volvió a aumentar hacia finales de 2020, no había oferta de semiconductores disponible. Esto se vio agravado por el aumento de la demanda en el extremo superior del mercado automovilístico, ya que con los bajos tipos de interés, las ventas se dispararon. Los coches más nuevos y con más automatización utilizan más chips, lo que aumenta aún más la escasez y hace que fabricar tu deseada consola sea más difícil. La pandemia de Covid ha sido el catalizador, pero los factores estructurales también forman parte del panorama. La industria automovilística está cambiando, con un importante giro hacia la automatización y los vehículos eléctricos. Éstos requieren más chips, lo que supone una mayor presión para una industria ya muy tensionada por la demanda. ¿Cuándo se acabará esta carestía de semiconductores? El consejero delegado de

Intel, Pat Gelsinger, declaró el pasado mes de abril que la escasez de suministros puede durar hasta 2024. Hasta el iPhone, el producto estrella de Apple, puede sufrir problemas de suministro en los próximos meses. Entonces, ¿es mejor esperar ya a que salga al mercado la PlayStation 6? No te hagas ilusiones. Si el ciclo de una consola se suele renovar cada 7 años, en este caso parece que durará al menos una década. Lo único que te podemos recomendar es que te la compres en cuanto la veas disponible, ya que muy de vez en cuando se van poniendo a la venta remesas. Lo mismo se puede decir de teléfonos, cámaras o incluso de coches. Sí, lo que se lleva en 2022 es la compra impulsiva, al menos en tecnología y automoción. N É S T O R P A R R O N D O es experto en tecnología y redactor de G Q España.

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Lujo contemporáneo en el corazón de Manhattan Mark Hotel es la evolución del 5 estrellas clásico hacia un lujo experiencial, hedonista y moderno. P o r R E D A C C I Ó N G Q de lujo contemporáneo incluye una localización inmejorable —en el caso de Mark Hotel, en el centro de Nueva York, en el cruce entre Madison Avenue y la calle 77—, espacios diseñados por los mejores arquitectos e interistas del mundo —check. El hotel cuenta, por cierto, con 106 habitaciones y 47 suites, entre las que se encuentra la penthouse más grande de Norteamérica— y un servicio de calidad excepcional. También, cómo no, una gastronomía a la altura del establecimiento, A

DEFINICIÓN

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Los interiores del Mark Hotel han sido diseñados por Jacques Grange y una pléyade de creadores, como Ron Arad o Karl Lagerfeld.

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como la que ofrece el prestigiosísimo chef Jean-Georges Vongerichten —la oferta culinaria se completa este año con la llegada de la primera sucursal permanente en Nueva York del célebre restaurante parisino Caviar Kaspia—. Y, por supuesto, luego están esos pequeños detalles que no se ven, pero se sienten, como el hecho de que la fragancia del hotel haya sido elaborada por el perfumista Frédéric Malle o que los clientes puedan llevarse a casa un pequeño pedacito del hotel comprándolo online en la boutique Le Shop. No obstante, el lujo contemporáneo también se define por las experiencias. Es decir, aquellas vivencias que hacen de la estancia algo memorable. Por ejemplo, una tarde de navegación a bordo de The Mark Sailboat, un velero de 21 metros de eslora fabricado por el mítico ingeniero naval Nathanael Greene Herreshoff —de mayo a septiembre, mientras el tiempo lo permita—. O las tardes de pícnic en Central Park (el hotel está a unos minutos andando), con un catering elaborado por el propio Jean-Georges que puede ir de una selección de sándwiches y ensaladas a una auténtica degustación de delicatessen al aire libre. Para disfrutar de la Gran Manzana como tú sabes… y como te mereces.

FOTOGRAFÍAS: CORTESÍA DE MARK HOTEL.

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GABINETE POP

Rosemary Brown, médium POR NOEL CEBALLOS

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S I E T E A Ñ O S tenía la joven Rosemary Brown, natural de Londres, cuando se le apareció su primer espíritu: pelo largo, casaca negra y la promesa de que algún día sería una compositora tan famosa como él mismo fue en vida. Muchos años después, Brown se topó con una foto de Franz Liszt, reconociéndolo inmediatamente como su espectro. El maestro no tardó en retomar el contacto desde el Otro Lado, o al menos eso afirmó ella. Durante la década de 1970, y ya reconvertida en médium a tiempo completo,

Rosemary Brown publicó varias partituras que (aseguraba) le fueron dictadas en trance no sólo por Liszt, sino también por Beethoven, Bach, Stravinski, Chopin o Debussy, entre otros. Expertos en musicología concluyeron que sus composiciones no eran en absoluto malas (Brown tenía talento como pianista), pero tampoco se podían catalogar de originales. Más bien, se trataba de pastiches escritos a la manera de cada autor, casi fan fictions para aficionados a las sonatas. O eso, o los fantasmas se quedaron sin ideas.

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