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F OTO S: C A R LO S R U I ZC Y C O R T E S Í A .

CARLOS RUIZC @carlos_ruizc Su dinamismo le ha permitido desempeñarse como fotógrafo editorial y comercial.

Por su lente han pasado celebridades como Sebastián Yatra, J Balvin o Paz Vega.

Y Cuenta con una licenciatura en Artes Visuales y un Máster en Artes Visuales por la UNAM y la Universidad Complutense de Madrid (respectivamente), y más de ocho años de experiencia como fotógrafo.

A él pertenecen las bellas imágenes logradas en Cuatro Ciénagas, paraíso por descubrir.

ALVIN KEAN WONG @alvinkeanwong Nació y se crió en Singapur.

Aunque estudió ingeniería mecánica, siempre se interesó por el arte y sus expresiones a nes. Tomó su primera cámara a los ocho años y lo que comenzó como un pasatiempo, se convirtió en un medio para explorar y viajar por el mundo. Se mudó a Nueva Y York en 2009 donde aprendió trabajando con algunos de los mejores fotógrafos, logrando desarrollar su estilo, único a la hora de documentar la moda.

CA RTA DEL DIR E C T OR C OL A BOR A D OR E S

guramente disfrutaron de la cuarta temporad da de The Crown y no pudieron despegarse episodio tras ep pisodio de su televisor, de la misma manera ra no podrán parar pa de leer, de principio a fin, el perfil del joven protagonista de porr tada, Josh O´Connor (intérprete del príncipe Carlos desde la tercera temporada de tan difundida serie), en la pluma de Alex Bilmes, nuestro querido colega, director editorial de la edición británica de Esquire, quien lo entrevistó y lo retrata magistralmente. “Es mi clase de actor favorito, es decir, transformativo”, afirma el director Francis Lee. Olivia Colman, coprotagonista junto a él en The Crown n –en el fantástico papel de la reina Isabel II– es categórica: para ser un gran actor necesitas “inteligencia emocional y empatía.

Y a Josh le sobran”. Y como si quedara algo más que decir, traemos el pensamiento de Peter Morgan, cocreador y guionista de The Crown n, quien recuerda como “desde su primer día como el príncipe, supimos de inmediato lo bueno que era”. Creo que la mayoría estará de acuerdo con nosotros en que difícilmente podrían haber encontrado un mejor actor para el papel del quejoso, hosco y mimado Carlos que la serie nos presenta. El hombre que ha estado esperando toda su vida este momento que aún no ha llegado, en unos zapatos que para muchos no ha sabido llenar completamente.

Un recorrido dentro de la historia británica, desde la perspectiva de ese universo que tanta atracción y polémica genera a la vez: su monarquía.

Así, les presentamos al buen Josh, quien a sus 30 años cumplidos ha saltado a la fama internacional y para quien la moda no es ajena, como lo podrán ver en la sesión de fotos que acompaña la entrevista. Ha dicho públicamente que admira el trabajo de Jonathan Anderson, su diseñador favorito. (Un chiste local pero divertido lo refleja: cuando recibió la portada Roberto Morán, el director de contenidos editoriales de Editorial Televisa, nos dijo con una sonrisa espontánea e inmediata: “Me gusta, ¡hasta guapo se ve!”).

Disfruten de nuestro primer número en este 2021, al que todos miramos con esperanza (real o ficticia pero generada por ese cambio de dígito que siempre es fuente de ilusión en nuestra mente), después de un 2020 lleno de sorpresas que nos pusieron de cabeza, y al que ya dejamos atrás. Un 2021 que comenzó con episodios tan inesperados como los sucedidos en Washington tras la invasión violenta al Capitolio estadounidense por parte de los seguidores de Donald Trump, por solamente traer un ejemplo sucedido al cierre de esta edición, pero al que recibimos optimistas y expectantes. Desde nuestra trinchera editorial, queridos amigos y amigas lectores de Esquire, les prometemos acompañarles siempre con las más increíbles historias y seguir siendo esa mejor compañía de todos los meses. ¡Un abrazo grande!

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COMIENZO PRO PROMETIÉNDOLES ALGO: así como com muy se-

GUSTAVO GARCÍA-VILLA @lamasdolorosa Nacido en La Paz, Baja California Sur, es egresado con honores de la Universidad de Guadalajara en la licencia ura de dise o gr co.

Una de las mentes creativas más inquietas de México, igual hace diseño de vestuario que dirección de arte, estilismo de moda o fotografía, ésta última área que ha abordado a partir de su exploración a través de su iPhone, y una muestra de lo cual son sus retratos del director Fernando Frías.

—Alfonso Parra

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FERNANDO FRÍAS ¿MÉXICO EN EL OSCAR? + LOS 25 RELOJES QUE DEBERÍAS TENER + ¿COMUNIDADES MARÍTIMAS FLOTANTES? + EL MAGO DE LOS MILLONARIOS

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CROWN MEX. $71.00 FEBRERO 2021

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CON T E N I D O F E BR E RO 2021

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La frescura del mar, un toque de sastrería y mucho estilo.

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Todos debemos comprar un buen reloj en la vida. Aquí tienes 25 excelentes opciones.

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Cuatro Ciénegas, uno de los valles más espectaculares del mundo, está en México. Acompáñanos a descubrirlo.

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Comunidades marítimas flotantes, ¿utopía o realidad?

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Es Steve Cohen y la editorial Assouline lanza este mes un libro sobre él.

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Alfonso Cuarón y Guillermo del Toro, crearon un video para darle la bienvenida a la visión de Fernando Frías. ¿Quién es y qué significa este gesto?

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E N P O R TA DA

JOSH O´CONNOR, FOTOGRAFIADO POR SIMON EMMETT. SUÉTER, DE CANALI.

N OTA S C O R TA S

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Vadhir Derbez nos habla del proyecto más importante de su carrera.

Estuvimos con Ky-Mani Marley, uno de los hijos del legendario Bob, y le rinde homenaje al astro Diego Armando Maradona.

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aparrab@televisa.com.mx PABLO ENRÍQUEZ Director de Arte penriquezli@televisa.com.mx EDUARDO LIMÓN Editor Web eduardo.limon@editorialtelevisa.com.mx EMMA COLOSIA MORALES Community Manager ecolosiam@televisa.com.mx IKERNE MESTRE Coordinadora de Moda imestrel@televisa.com.mx

H E A R S T M A G A Z I N E S I N T E R N AT I O N A L Debi Chirichella President, Hearst Magazines Kim St. Clair Bodden, SVP/Editorial & Brand Director Chloe O’Brien, Deputy Brands Director

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A L F O N S O PA R R A DIRECTOR EDITORIAL

EDICIONES INTERNACIONALES Alemania: DOMINIK SCHUETTE China: WEN HONGWEI España: JORGE ALCALDE Estados Unidos: MICHAEL SEBASTIAN Grecia: NIKOS KONTOPOULOS Hong Kong: KWONG LUNG KIT Italia

COLABORADORES GUSTAVO GARCÍA-VILLA, CARLOS RUIZC, ALVIN KEANG WONG, ERNESTO ESQUIVEL, MÓNICA ISABEL PÉREZ, BASILIO SILVA Y SALVADOR COSSIO

Japón: ATSUSHI OTSUKI Kazajistán: ARTYOM KRYLOV Korea: MIN BYUNGJOON Oriente Medio: MATTHEW BAXTER-PRIEST ANTELBERG

EDITORIAL TELEVISA RODOLFO VARGAS PÉREZ Director General GUILLERMO CABALLERO MEDINA Director de Mejora Continua y Operaciones

Reino Unido: ALEX BILMES República Checa: PETR MATĚJČEK

SERGIO CÁRDENAS FERNÁNDEZ Director de Contenidos

Rusia: SERGEY MINAEV

MICHEL BAUER TAPUACH Director General Comercial

Singapur: NORMAN TAN

MARA DOMÍNGUEZ Directora de Ventas

Taiwán: JOSEPH CHIEN

ROSARIO SÁNCHEZ ROBLES Directora de Administración y Finanzas

Turquía: LEAVE BLANK

ROBERTO MORÁN QUIROZ Director de Audiencias Print MARCO PAYÁN FRÍAS Coordinador de Contenidos Digitales

E SQU IR E 01 _ 2021

BORJA GONZÁLEZ ANDRÉS Coordinador Multimedia JOSÉ ANTONIO BLASCO COLINA Jefe de Corrección de Estilo CLAUDIA VERDUGO EVANS Coordinadora de Producción ISABEL GÓMEZ ZENDEJAS Coordinadora de Audiencias Print & Digital YANEL ANTONIO GARCÍA AGUILAR Coordinador Suscripciones & Venta Directa JORGE ARRIAGA, LUZ MARÍA LUCKIE GONZÁLEZ, JUDITH RUIZ GUTIÉRREZ, BIBIANA RODRÍGUEZ PÉREZ MORENO Coordinadores Comercial MARÍA GUADALUPE ALARCÓN ROMO Gerente de Operaciones Administrativas V E N TA S D E P U B L I C I DA D

Conmutador: 5261 2000 Número telefónico para venta de suscripciones: 800-222-2000 Atención a suscriptores: 800-REVISTA (738-47-82)

IMPRESA EN MEXICO - PRINTED IN MEXICO. TO D O S LO S D E R E C H O S R E S E R VA D O S . A L L R I G H T S R E S E R V E D. © COPYRIGHT 2020. ISSN 2145 - 1427 © ESQUIRE. Marca Registrada. Año 13 N° 140. Fecha de publicación: 08-02-21. Revista MENSUAL, editada y publicada por EDI TORI A L TELEVI SA , S. A . DE C .V ., con domicilio

en Av. Vasco de Quiroga N° 2000, Edificio E, Col. Santa Fe, Alcaldía Alvaro Obregón, C.P. 01210, Ciudad de México, tel. 52-61-20-00, por Contrato celebrado con HEARST COMMUNICATIONS, INC., New York, USA. Editor responsable: Rodolfo Vargas Pérez. Número de Certificado de Reserva de derechos al uso exclusivo del Título ESQUIRE:

04-2002-062912590000-102 de fecha 11 de junio de 2019, ante el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Certificado de Licitud No. 14597, de fecha 15 de septiembre de 2009; Certificado de Licitud de Contenido No. 12170, de fecha 15 de septiembre de 2009; ambos con número de expediente No. CCPRI/3/TC/09/18507 de fecha 10 de mayo de 2019, ante la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas. Distribuidor exclusivo en México: Distribuidora Intermex, S.A. de C.V., con domicilio en Calle Lucio Blanco N° 435, Colonia San Juan Tlihuaca, Alcaldía Azcapotzalco, C.P. 02400, Ciudad de México. Tel.: 52-30-95-00. Distribución en zona metropolitana: Unión de Expendedores y Voceadores de los Periódicos de México, A.C., con domicilio en Calle Guerrero N° 50, Colonia Guerrero, Alcaldía Cuauhtémoc, C.P. 06350. Tel.: 55-91-1400. Impresa en: Reproducciones Fotomecánicas, S.A. de C.V. Planta Xochimilco, con domicilio en Durazno No. 1 Esq. Ejido, Col. San José de las Peritas Tepepan, Alcaldía Xochimilco, C.P. 16010 Tel. 53-34-17-50. EDITORIAL TELEVISA S.A. DE C.V. investiga sobre la seriedad de sus anunciantes, pero no se responsabiliza con las ofertas relacionadas por los mismos. ATENCIÓN A CLIENTES: HYPERLINK “mailto:suscripciones@editorial.televisa.com.mx” a toda la Republica Mexicana tel. 800 REVISTA (7384782). © Esquire. The Trademark and Tradename Esquire is owned by HEARST COMMUNICATIONS, INC. Published by permission of HEARST COMMUNICATIONS, INC., New York, N.Y., U.S.A. Reproduction in whole or in part without the consent of the copyright proprietor is prohibited.

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Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial del contenido e imágenes de la publicación sin previa autorización de Editorial Televisa, S.A. de C.V.

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El actor protagoniza The Seventh day, su gran primer proyecto en los Estados Unidos, una película de terror al lado del británico Guy Pearce, que se estrena este mes.

Por IKERNE MESTRE

cultura & entretenimiento

LO O K TOTA L , D E H U G O B O S S

M AQU I L L A J E Y PEI N A D O: GR ACE GUZM Á N

F OTO S: J A I M E M A R T Í N

VADHIR DERBEZ: EL ÉXITO INTERNACIONAL

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A pesar de que su carrera actoral cada día lo involucra más y en más géneros, así como alcanzando una audiencia más grande, Vadhir no ha quitado el dedo del renglón de su carrera musical. Recientemente estrenó su último sencillo, “Buena suerte”, una colaboración con Mario Bautista que lleva más de dos millones de reproducciones y está posicionada en los primeros lugares de las listas en Latinoamérica.

dra” en Los Ángeles, a Vadhir Derbez le ha llegado la oportunidad de su primer papel protagónico 100% en inglés: “El séptimo día es una película que para mí significa un escalón más en todo lo que he estado construyendo en mi carrera. Se me hace maravillosa y estoy muy orgulloso de ella, no solo porque es un proyecto americano grande y tengo un rol principal, sino también por lo bien escrita que está y por el elenco tan increíble que tiene”.

NO TA S CORTA S PE R F I L

SU PERSONAJE

Vadhir interpreta al padre Daniel, un joven sacerdote reclutado por el arzobispo de Nueva Orleans, que llega a unirse a un creciente grupo de trabajo sobre exorcismo, bajo la formación del legendario y experto padre Peter (Pearce). “Me encantó poder meterme en la piel de un personaje que es tímido, un hombre callado que ha vivido una vida dentro de la iglesia, un medio muy riguroso y lleno de reglas. La creación de un personaje así, con esta curva de crecimiento, fue increíble, además de que trabajar con Guy Pierce fue una superescuela, aprendí mucho de él. Sentía presión porque todo mundo me hablaba del actorazo que era. Sabía que debía ponerme las pilas y estuve con un coach entrenando para mi personaje, tratando de sacarle todo el jugo posible”.

No sé si era sugestión nuestra, pero –en especial en la noche– había algo ahí interesante y misterioso. Aunque por otro lado hay muchas cosas en las que no creía, luego lees e investigas y dices ¡claro! Son cosas que sí suceden y que, más allá de las películas y de toda la faramalla que pueda crear Hollywood, cada vez hay más casos de exorcismos y pruebas que apuntan a que sí es algo real. Todo lo que vamos a ver en El séptimo día son cosas que ya se han visto durante mucho tiempo. De hecho nuestro director, Justin P. Lange, se ha metido muchísimo a investigar y, definitivamente, me hizo creer más y –sobre todo– respetar ese mundo”, dice el actor.

EFECTOS ESPECIALES

LOS RETOS

Esta película de terror de Fangoria –el estudio de producción de FX más prestigioso en Estados Unidos–, está escrita y dirigida por Justin P. Lange y producida por Cinestate.

Vadhir confiesa que aunque “yo aguanto mucho”, la película sí alcanza “un sólido nueve” en la escala del miedo, algo que no es de sorprender ya que, como él nos explica, “Cinestate y Fangoria se enorgullecen de su trabajo en el campo de los efectos especiales, ya que no son hechos posteriormente en una computadora. Todo se hace en el set, entonces todo lo que estás viendo en pantalla –si se está quemando algo, si hay una bomba... lo que sea– lo estás viendo como actor a la hora de grabar. Por supuesto que produce mucho más miedo a quien actúa, pero es buenísimo porque así es más fácil meterse al personaje y es algo que finalmente el público percibe”.

“Como todos los proyectos, esta producción tuvo retos y dificultades. En la parte actoral, lo más difícil fue una escena al final, en donde practico uno de los exorcismos y debí aprender un monólogo de siete páginas, larguísimo. Si de por sí, en español hubiera sido un reto, esto era en un inglés antiguo rarísimo y súmale estar pendiente de todo lo que pasaba en el set. Fueron muchas cosas al mismo tiempo y demandante pero ¡quedó muy bien!”, afirma.

Se tenía planeado un tour de festivales de terror por todo el mundo antes del estreno oficial en los cines americanos, algo que a Vadhir le emocionaba, pero debido a la pandemia no se pudo llevar a cabo. “El año pasado se frenaron muchas cosas, aunque otras avanzaron bien. Obviamente, me hubiera gustado ver el impacto real en los espectadores; de cualquier modo estoy muy orgulloso de mi equipo y de mí mismo.

Lo veo como un logro padrísimo. Estoy cumpliendo mis sueños y eso significa muchísimo para mí”.

MIEDO REAL

“La casa en la que estábamos grabando era muy vieja y sí se sentía una vibra extraña.

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Multifacético

DESPUÉS DE CASI TRES AÑOS de “picar pie-

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del mundo le digas “la nueva normalidad”.

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CUBREBOCAS DEBEN TRATARSE COMO LOS CONDONES: TEN SIEMPRE UNO A LA MANO SIEMPRE. NO SEAS NECIO CUANDO SE TRATE DE PONÉRTELO. ACE A PTA QUE SI TE QUIERES DIVERTIR, LO DEBES USAR.

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_Llama a tu mamá. Está 32 % más sola de lo que te dice.

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se considera un problema si salir a tomar el aire no lo soluciona.

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por excelencia.

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REGLA NO. 26 _Si tienes una cita, encuentra algo interesante de qué hablar más allá de lo incómodo que te sientes. Por ejemplo: la peor roommate e que has tenido, en qué anda la NASA hoy, la novela que estás leyendo.

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PARA COMER EN ZOOM E P MISMO QUE EN UNA JUNT PRESENCIAL: EVÍTALO. E SI SE TRATA DE UNA REUNIÓN MUY CASUAL. PERO NO TE VAYAS A ECHAR UN POZOLE CON TODO Y TOSTADAS CON CREMA.

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PROHIBIDO DECIR QUE “LA ESTÁS AYUDANDO”.

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REGLA NO. 2 _ QUE COCINES MÁS EN CASA

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Invítale un trago cuando acabes de comer. (Si no tienes mucho tiempo, fondearse un caballito será más efectivo).

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REGLA NO. 1 _ Ahora, la propina mínima es del 25 %.

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_SÍ… TODAVÍA DEBES BAÑARTE TODOS LOS DÍAS.

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ht nos vamos a desgastar y vamos a empezar a resentir, por no decir que a “alucinar” a nuestro jefe y aspectos de nuestro desempeño, así que está bien tomarnos breaks, ir por un café, salir a caminar unos minutos y respirar. Si tenemos momentos que podamos disfrutar lejos de la computadora, apreciaremos más lo que hacemos cuando estamos en ella.

siempre es mejor cuando tenemos buena compañía, y nuestro trabajo no es la excepción.

Si lo hacemos como robots, sin tener con quién compartir un café, una risa o incluso una preocupación, no disfrutaremos de la misma manera.

Algo que ayuda mucho es trabajar con una sonrisa, saludar con gusto, platicar de nuestras vidas y operar en equipo. Como muchos en esta nueva normalidad, si estamos haciendo home office, podemos tener un chat de WhatsApp del equipo, organizar reuniones por Zoom, o simplemente llamarnos de vez en cuando. Acciones como esta te ayudarán a no sentirte solo trabajando desde casa. Procurar, por ejemplo, tener una videoconferencia de 30 minutos donde una vez a la semana platiques –con tus compañeros– no de deberes laborales, sino de otro tipo de temas, ayudará bastante.

minutos para agradecer por lo que tenemos y reflexionar sobre lo que hemos aprendido, los logros alcanzados y las oportunidades que identificamos… qué nos hace felices en el trabajo, qué compañeros y recursos estamos felices de tener y qué enriquece nuestra vida. El poder apuntarlo en un “diario de gratitud”, nos ayudará a mantener este sentimiento presente por más tiempo y a recordar lo positivo durante etapas difíciles.

cialmente si hacemos home office con tres hijos corriendo por la casa y exigiendo constante atención, pero es muy importante concentrarnos en lo que estamos haciendo. Si cada media hora entramos a Facebook o a Amazon, nunca conseguiremos estar inmersos y enfocados en nuestros proyectos profesionales. Si deseas lograrlo sin problemas, recomiendo tener un espacio especial para trabajar, el cual debe estar ordenado, así como establecer tiempos para cada actividad. tamos tan noble sentimiento, nos enfocamos en las cosas buenas de la vida y dejamos de pensar en las negativas. Si damos las gracias, reducimos nuestros sentimientos de rencor o enojo –las dos emociones no caben en un mismo espacio al mismo tiempo–.

Practicar estos puntos hará más fácil volver a esa sensación de los primeros meses en esa compañía en los que todo era happy, cuando nos emocionaba ir a la oficina cada mañana. Si en promedio pasamos la mitad de nuestros días en el trabajo, es lógico que busquemos amar, más bien aprecia lo que te apasiona y está a tu alcance. ¡Enamórate de lo que ya haces!

importantes que los de trabajo. Si vivimos inmersos en el estrés, tratando de sacar tareas sin parar,

Montserrat M A R T Í N E Z Por más de 18 años, ha trabajado como cabeza de la planeación y ejecución de estrategias de posicionamiento y branding para empresas de comunicaciones y financieras.

NO TA S C ORTA S DE CL A R ACION E S

CON FRECUENCIA TRABAJAR puede parecer una tediosa necesidad que llevamos a cabo para vivir como queremos: tener un techo bajo el cual protegernos, comer, comprar ropa e incluso darnos ciertos lujos.

Muchos mexicanos –el 43 %, de acuerdo al estudio Tendencias del Entorno Laboral en México (TELM) 2019– mencionan al sueldo como el motivador principal para su desempeño laboral. Pensar que laboramos por dinero es común, pero a la vez resulta una de las principales maneras de perder amor por el trabajo.

Cuando ligamos nuestro empleo con una recompensa económica o material, es fácil no estar satisfechos con lo que recibimos. Empezamos a quejarnos, a repetir que merecemos más, a contar las horas que pasamos en la oficina –o, actualmente, el tiempo durante el cual hacemos home office– y dejamos de apreciar las otras razones por las que aceptamos ese puesto en esa empresa.

Queremos darte algunos consejos para enamorarte de tu trabajo, para disfrutarlo y tener una vida más plena, pues creemos con firmeza que el amor es el motor clave para cualquier proyecto –personal o profesional– que nos ayuda a ver las tareas con gusto y a disfrutar cada hora del día, no solamente los tiempos de descanso.

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I LUS T R ACI Ó N: A L E T S K L A M ROT H

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¿Estás enamorado de tu trabajo?

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NO TA S C ORTA S DE L A EMO CIÓN DEL DISEÑO A L A M ÁQU I N A

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ME CRIÉ EN LOS 80 y, de niño, el abismo

entre el diseño automotriz estadounidense y el europeo nunca había sido tan evidente como en la furgoneta con paneles de madera falsa que hizo famosa el Family Truckster de Clark Griswald en National Lampoon’s Vacation.

Inmensa, kitsch, un bloque con suspensión elástica, dar vuelta en las esquinas implicaba hacerlo días antes; este coche parecía haberse inspirado en un librero.

Demostraba que pese al estatus del que gozaba el automóvil como producto global del siglo XX por excelencia, en Estados Unidos las cosas se hacían de otra forma.

Esta postura un poco desdeñosa de “ellos y nosotros”, no comprende toda la historia (desde luego). No se suelen tener en cuenta los motivos reales por los que se tenían enfoques tan disímiles con respecto al diseño automotriz en uno y otro lado del

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de l a ut a r u t cul

Atlántico. Recordamos todo esto a propósito de Detroit Style: Car Design in the Motor City, 1950–2020 en el Instituto de las Artes de Detroit, en Michigan, una exposición que recuperó una selección de bocetos, autos concepto y modelos de producción para contar la historia de cómo fue que el automóvil estadounidense adquirió su imagen.

Como reza la frase popular, el diseño no existe en el vacío, y en ningún otro lado el automóvil forma parte tan integral de la cultura de un país como en USA. Mientras Europa estaba sumida en la crisis de la posguerra y se producían autos más pequeños y económicos como el Mini, el Beetle y el Fiat 500, en el Estados Unidos de 1950 se respiraba prosperidad y optimismo.

Las empresas automotrices ya habían demostrado la capacidad de producir en masa, ahora los departamentos de diseño

hits

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Los grandes

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o m ó v i l e n l o s E s ta d o

Arriba: el Corvette Stingray Racer de 1959 de General Motors.

Derecha: boceto del auto concepto Ford Nucleon, de Albert L Mueller; el Gyroscopically Stabilized TwoWheel Ctar del diseñador de automóviles Elwood Engel.

Abajo a la derecha: el auto concepto Lincoln XL-500 de 1952, diseño de Charles E Balogh.

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tenían la responsabilidad de crear demanda para un público estadounidense próspero y listo para dejar atrás 200 años de dificultades.

Se contrataron a egresados de artes para correr riesgos: desarrollar conceptos de fantasía, en principio en lápiz con técnicas de las bellas artes, que se inspiraban en la era del jet, y explotaban el ambiente plagado de nuevas posibilidades y libertades personales.

No era tiempo de jugar a lo seguro. En los 50, la tendencia de las aletas que encabezaba Cadillac, tenía su origen en el avión de combate Lockheed P-38 Lightning, mientras los accesorios de cromo se volvieron una muestra de opulencia y glamour. El Lincoln XL-500 Concept Car de 1953 combinaba aletas con quemacocos de cristal para acentuar el asombro. La practicidad era otra de las nuevas obsesio-

tl s. eb .w oj

Por

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de Motor City

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E S TIL O E SK Y CLU B

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nes, y se reflejó en los gadgets al interior del coche. Al interior del XL-500 había un teléfono de tamaño completo y con cable, además de un Dictaphone, perfecto para el joven y ambicioso ejecutivo que volvía de su oficina en la ciudad a casa en los suburbios que crecían a toda velocidad.

El diseño de Elwood Engel de Gyroscopically Stabilized Two-Wheel Car muestra la libertad que tenían estos diseñadores: ante ellos se abría un futuro sin límites.

También fue el periodo del Sistema Interestatal de Autopistas y la carrera espacial. No sorprende que en 1958, un año tras el Sputnik, General Motors presentó el Firebird III, con su cabina de burbuja doble, entrada ultrasónica de arranque y palanca de mando. Por otra parte, solo por su nombre, es evidente que

nadie quería ni acercarse al Nucleon Atomic Powered Vehicle de Ford.

La industria también observaba de cerca a Europa. El ambicioso Corvette Stingray Racer, como un cohete e inspirado en un tiburón, fue casi una respuesta directa a los coches italianos de la época.

Entrados los años 60, la escala geográfica de los Estados Unidos seguía sirviendo de inspiración para la manufactura de coches. La prioridad era la comodidad para los traslados más largos, el rendimiento era apropiado para manejar en línea recta, y la robustez y tamaño, para el paisaje remoto. Las carreteras eran más amplias que las europeas, cuyas ciudades antiguas se empezaban a peatonalizar.

El Cadillac Eldorado se volvió un ejemplo exagerado de cómo las curvas de los

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50 cedieron el paso a la estética musculosa, de ángulos definidos y parrillas inmensas responsables del éxito de los coches estadounidenses los siguientes 20 años. Estos siguieron el ejemplo de una fuente de inspiración ambiciosísima: la arquitectura clásica de la antigua Grecia.

Ese es estilo.

Con gasolina barata en el tanque, en 1964 llegó el Ford Mustang como la contraparte agresiva del Grand Tourer europeo, y símbolo del nuevo road trip estadounidense que tenía sus raíces en las camisas de mezclilla, los diners de carretera, y no en los pañuelos o los espressos en la costa de Amalfi. Es un tema de otros coches como el Plymouth Barracuda que crearon otro género absolutamente estadounidense: el muscle car.

En Europa, preocupaciones casi antiestadounidenses como las normas de seguridad, los límites de velocidad y la crisis del petróleo del 73-74, resultaron en un esfuerzo por fabricar modelos más pequeños y económicos que compitieran con las importaciones. En el transcurso del siglo XX, las diferencias de estilo otrora abismales entre Europa y los Estados Unidos, disminuyeron. Algunos podrían decir que el diseño en ambos lados del Atlántico viró

hacia la mediocridad globalizada. En 1998, el concepto Chrysler Chronos se inspiró en un modelo de su auge en los 50 y se empezó a manifestar la naturaleza cíclica del diseño automotriz.

El estilo del auto más reciente en la exposición de Detroit –el Ford GT– es tan del superauto moderno que solo sus luces traseras circulares revelan que nació en los Estados Unidos.

Hoy, el tamaño domina en todo el mundo, el SUV es el rey de la carretera casi en todas partes. Pero Estados Unidos todavía lo hace más grande que todos, la inmensa pickup Ford F-150 ha sido el vehículo más vendido en el país desde 1981. La exposición del Instituto de las Artes de Detroit también incluyó otra historia, sobre la que profundizaremos durante este año, aquella de los diseñadores desconocidos y no celebrados quienes pusieron en marcha la industria automotriz de Estados Unidos. Tal fue el secretismo de la industria automovilística en Detroit que se cree que los fabricantes destruyeron 99 % de los dibujos de sus diseños originales. dia.org/detroitstyle

Izquierda: un Plymouth Barracuda de 1970, fabricado por Chrysler Corporation; Arriba: el Ford GT, de 2017, es el auto de diseño más reciente que se exhibe en Detroit Style: Car Design in the Motor City, 1950–2020

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TRICOS ha crecido exponencialmente en

las últimas dos décadas. El creciente interés en el cuidado del medio ambiente, combinado con la evolución de las baterías de iones de litio, ha permitido que tengamos cada vez más opciones. El problema es que, en general, estos vehículos están muy por detrás de aquellos impulsados por motores de combustión interna. Su rango es insuficiente, tienen poca potencia, su diseño deja mucho que desear y, sobre todo, no son autos divertidos de conducir.

Con justa razón, los petrolheads ven con desconfianza el futuro de la industria.

Hoy, queremos decirles que no hay razón para preocuparse. Vivimos en carne propia lo que sucede cuando una marca con pedigrí deportivo y pasión por el detalle entra al juego de la propulsión eléctrica.

El resultado es espectacular.

No hay nada a lo que tengamos acceso los simples mortales que se compare con la aceleración del nuevo Taycan. Probable-

Por VÍCTOR MARTÍNEZ

EL

FUTURO

ES FOTOS: COR TESÍ A .

NO TA S C ORTA S N U EVA S EX PER IENCI AS

EL MERCADO DE LOS VEHÍCULOS ELÉC-

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No es común que el lanzamiento de un nuevo modelo marque un antes y un después en la industria automotriz.

Usualmente se trata de modificaciones cosméticas o incrementos marginales en términos de potencia y equipamiento. El debut del Porsche Taycan cambia todo lo que creíamos saber sobre lo que puede hacer un auto eléctrico. Spoiler alert: sí, vas a querer uno.

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E N N Ú M E RO S Potencia: 750 hp Torque 1,050 Nm Autonomía estimada: 330 km Velocidad máxima: 260 km/h 0 a 100 km/h con launch control: 2.8 s Precio: 3,998,000 pesos *Estos datos corresponden al modelo Turbo S.

Como cabe esperar de un Porsche, el interior es funcional y refinado. Esto es evidente en la elección de materiales. Puedes optar por piel curtida de forma sostenible o interior con material hecho parcialmente de fibras de poliéster recicladas. En Porsche se toman muy en serio el enfoque ambiental ya que la planta que da vida al Taycan opera con energía limpia.

Después de conducir este auto durante un par de días en autopista y circuito nuestra conclusión es clara: estaremos listos para despedirnos de los combustibles.

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El Porsche Taycan

llamado “Electric Sport Sound”, un “Foooouuuieee” que remite a las naves de Star Wars y que acompaña a la impresionante aceleración. Por un momento olvidas que estás en un modelo de cuatro puertas e igual número de asientos. El Taycan es un auto familiar con espíritu salvaje.

El nombre proviene de la fusión de los vocablos turcos Tay (caballo joven e impetuoso) y Can (alma). El neologismo es tan preciso y memorable como el auto mismo.

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mente un auto de Fórmula 1 o un avión de combate generen una sensación similar, pero su operación requiere de años de entrenamiento. Para conducir este auto solo se precisa apretar un botón y pisar el acelerador. Si usas el modo “Launch Control”, en menos de lo que te toma leer esta oración habrás superado los 100 kilómetros por hora. La ausencia de motor de combustión interna significa que no hay ruidos estruendosos. En su lugar, Porsche creó lo que ha

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ELÉCTRICO (y muy divertido)

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moda, grooming & relojería

Bajo el sol Le damos la bienvenida a la nueva temporada con looks que reflejan la frescura del mar con un toque de sastrería y unas buenas dosis de estilo. ¿Estás listo?

Fotografía: ALVIN KEAN WONG

Saco, de Ermenegildo Zegna Couture Bolso, de Coach Shorts, calcetines y zapatos, de Dior Men.

A SIS T EN T E S DE FOTO: NI CHOL A S SGAGL I ONE Y GU IR I R E Y E S

P R O D U C C I Ó N : @ S TO M P S T U D I O

Moda: SALVADOR COSIO

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E S TIL O MODA

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Saco, de Coach Sombrero y shorts, de Loewe vía MyTheresa Zapatos, de Gucci

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Camiseta, de Gucci Pantalón, de Coach Zapatos, de Dior Men Bolso, de Louis Vuitton Lentes, de Missoni

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E S TIL O MODA

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Saco y shorts, de Ermenegildo Zegna Couture T-shirt, de Willy Chavarria Calcetines, de Dior Men Zapatos, de Gucci

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Look total, de Dolce & Gabbana

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E S TIL O MODA

tl s. eb .w oj Look total, de Louis Vuitton Lentes, de Moschino

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tl s. eb .w oj E S TIL O MODA

Chaleco, de Ermenegildo Zegna Couture Camiseta, de Coach Shorts, de Gucci Sombrero, de Polo Ralph Lauren Calcetines y zapatos, de Dior Men

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E S TIL O MODA

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Saco, de Coach Sombrero, de Loewe vía MyTheresa

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tl s. eb .w oj E S TIL O MODA

Por IKERNE MESTRE

Jack Bannon regresa con la segunda temporada de Pennyworth, la precuela de Batman.

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Hola, Jack

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E S TIL O E SK Y CLU B

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tl s. eb .w oj Abrigo, de Qasimi. Suéter, de Basic Rights. Jeans, de American Vintage. Botas, de Paul Smith.

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Diría que soy una persona positiva. He tenido suerte con una familia y amigos fantásticos, y me gusta la gente en general, la compañía, aunque últimamente he tratado de disfrutar más el tiempo que paso a solas. Adoro el deporte, ir a restaurantes y trato de leer todo lo posible.

ESQ: CUÉNTANOS UN POCO ACERCA DE TU BACKGROUND Y DE LOS INICIOS DE TU CARRERA ACTORAL.

Crecí en Norwich, a unos 160 kilómetros al este de Londres. Siempre quise ser actor y logré conseguir mi primer papel a los 11 años en un programa de televisión

J:

M AQ U I L L A J E Y P E I N A D O : E M M A W H I T E T U R L E

JACK BANNON:

E S T I L I S TA : R O S E F O R D E A S I S T E N T E D E E S T I L I S M O : S H A N N O N C L AY W O R T H

ESQUIRE:¿CÓMO TE DESCRIBIRÍAS?

FOTOGR AFÍ A: S TE VE SCHOFIELD A SIS TENTE DE FOTOGR AFÍ A: BEN OT TE WELL

E S TIL O E SK Y CLU B

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LA SERIE, DISPONIBLE EN STARZ PLAY,

presenta a Alfred Pennyworth, interpretado por Bannon, un exsoldado británico que crea una compañía de seguridad en la década de los 60 en Londres. El mayordomo canoso y entrado en edad que recordamos de Batman, es apenas un joven que acaba de conocer a Thomas Wayne (Ben Aldridge) y en esta segunda temporada, (que comienza un año después de los eventos de la primera) podremos conocer más acerca de esta relación. Esquire dialogó con Jack Bannon para conocer más acerca del actor emergente que logró quedarse con el protagónico e ingresar al selecto grupo de los superhéroes de DC.

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para niños, pero realmente mi carrera comenzó con mi participación en Endeavour a los 21. Vivir de la actuación puede llegar a ser muy complicado pues las oportunidades de trabajo suelen ser esporádicas. En general, he tenido suerte y estoy agradecido, pero también ha habido mucho tiempo de inactividad, trabajando en pubs, etc.

Sin embargo, estoy muy contento con el lugar en el que estoy ahora y emocionado por el futuro.

Abrigo, de Basic Rights.

Suéter, de Canali. Jeans, de American Vintage.

ESQ:¿QUIÉN ERA TU SUPERHÉROE FAVORITO MIENTRAS CRECÍAS? J: La verdad no era fan de los superhéroes, siempre me han gustado más las cosas de la vida real ... el drama y el realismo. Entonces diría que Artful Dodger de Oliver Twist fue mi superhéroe favorito.

ESQ:¿CÓMO TE SIENTES CON EL GRAN ÉXITO DE LA SERIE Y CON SER PARTE DEL UNIVERSO DE DC COMICS?, ¿IMPLICÓ ESTO CIERTO TIPO DE PRESIÓN?

Estoy muy contento de que todos parecen compartir nuestra pasión por Pennyworth. Es increíble cuando la gente entiende lo que estás tratando de decir y creo que ha sucedido con este proyecto. ¡Es un honor para mí ser parte de DC Comics, sus fans son los mejores! Obviamente queríamos hacer justicia a los personajes, pero no creo que estuviéramos nerviosos o presionados, sabíamos que la serie era diferente y tenía algo único que decir, con una sensación totalmente original.

J:

ESQ:¿CUÁL FUE EL MAYOR RETO AL INTERPRETAR A ALFRED? J: Tenía

que tener cierta semejanza a las otras versiones anteriores del personaje, pero también ser algo completamente único. Necesitábamos una base, pero luego fue necesario llevarla a otro nivel no visto, y eso fue lo más difícil.

ESQ: LA SERIE TIENE LUGAR EN LONDRES, CON UNA ESENCIA MUY

BRITISH . ¿QUÉ LE APORTA ESTO A LA HISTORIA? J: Para

mí, Londres tiene una arrogancia, una oscuridad y un abrumador sentido de posibilidad. Es donde venía cuando era niño con mi familia y en ese entonces se sentía como el centro del universo. ¡Hay tanta historia y una atmósfera de ambición vertiginosa! Creo que esta serie es completamente diferente y, debido a que filmamos en Londres y la mayoría del elenco y el equipo viven aquí, tiene un toque muy inglés que la distingue de la mayoría de los cómics. Es algo casi “dickensiano”.

ESQ:¿CUÁLES SON TUS PLANES, EXPECTATIVAS Y METAS PARA EL AÑO 2021?

J: Espero

que veamos lo último del Covid-19. Quiero ver más a mi familia, trabajar más, tal vez en algún otro lugar del mundo para hacerme extrañar mi hogar. Con suerte, volveré a hacer Pennyworth. También tengo una lista de directores con los que me gustaría trabajar, eso sería genial, incluso estoy interesado en dirigir.

ESQ:¿CUÁL DIRÍAS QUE ES EL MEJOR CONSEJO PROFESIONAL QUE ALGUIEN TE HA DADO Y CUÁL DARÍAS TÚ?

No importa cuán exitoso seas, pasarás más tiempo fuera del escenario o de la pantalla, así que ordena ese detalle primero y el resto se dará. Sigue y sigue sin que nadie te desanime.

J:

estrena como un western bilingüe sobre el tema de la migración, con Jake Allyn como protagonista y escritor.

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UN NUEVO VAQUERO No Man ‘s Land se

E S TIL O U N W E S TER N C OMO DEBE SER

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Por IKERNE MESTRE

LOS HERMANOS JAKE Y CONNOR ALLYN crecieron inmersos en la

política fronteriza, yendo y viniendo entre Texas y México, en esa zona conocida como “No Man ‘s Land” que abarca el territorio situado al norte del Río Grande, pero al sur de los muros fronterizos de Estados Unidos. Un lugar con nacionalidad confusa, disputas irresueltas y límites revueltos. Esta nueva película bautizada como No Man´s Land (ya existe una anterior con el mismo nombre) descrita como un “western moderno”, fue dirigida por Connor, y protagonizada y escrita –en conjunto con el mexicano David Barraza– por Jake.

Los materiales

CUERO, LANA, MEZCLILLA, SUEDE Y ALGODÓN SON LAS TEXTURAS QUE DEBES BUSCAR PARA AÑADIR UN TOQUE VAQUERO SUTIL.

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F OTO G R A F Í A S: M A A R T E N D E B O E R . E S T I L I S M O : A L E X A G R E E N

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No Man ‘s Land es la historia de dos familias, una mexicana y otra estadounidense, que se enfrentan en la frontera. “Mi personaje, Jackson, es un joven tejano que, después de disparar accidentalmente a un niño inmigrante, viaja a caballo por México en busca del padre del menor. Pasa por las mismas pruebas y tribulaciones que enfrentan muchos latinoamericanos al intentar emigrar al norte, solo que yo me dirijo al sur. Es una historia de inmigración inversa que espero pueda abrir los ojos de la gente con respecto a esta problemática”, nos dice Jake. “Jackson ama a su familia y conforme va creciendo se va dando cuenta de sus problemas y esto le enoja. Cuando la gente se enfada, a menudo busca alguien a quien culpar, y él lo hace con los inmigrantes que cruzan constantemente a través de su propiedad, a veces incluso cortando las cercas y dejando escapar al ganado, de lo cual vive su familia.

Entonces, cuando Jackson llega por primera vez a México, tiene una visión comprometida y un poco ignorante del país y su gente. Su viaje lo reta y transforma emocionalmente, llegando a comprender y amar a una nación que una vez odió”. Y agrega: “Para ser honesto, me encantó actuar en una producción que escribí. Me dio una gran libertad y una sensación de control sobre el material. Es un sueño para cualquier actor”.

Aunque contextulizada en el tema de la inmigración, la película realmente trata sobre la familia, el perdón y la redención. Jake aclara que esta no es una película política: “Como cineasta, creo en cambiar a las personas. Si esas personas van a cambiar la política para mejor, genial, pero yo lo que quiero es cambiar corazones. Sobre mi postura política, espero que mi trabajo hable por mí, pero me preocupa más contar una historia sobre seres humanos que hablar sobre un tema político exclusivamente.” Así, además del romance y las persecucioNo es nes a caballo de un western salvaje, disfraz No Man ‘s Land tiene un mensaje CUANDO muy claro: “No somos tan diferenSE TRATA DE APOSTAR tes. Puede que tengamos un aspecto POR UN diferente, que hablemos distintos COWBOY idiomas, pero no hay un padre en INSPIRED cualquier lado de la frontera que no O UN tenga el mismo objetivo ... Dar a sus WESTERN LOOK , LO hijos una buena vida”.

MEJOR ES La cinta se rodó en Guanajuato, APLICAR con un crew y actores mexicanos como Jorge A. Jiménez, quien desempeña EL “MENOS el papel de Gustavo, el padre que pierde a su hijo. “De chico conocí al preES MÁS”. sidente Vicente Fox. Agarró mi mano como un oso, tenía ese enorme bigote y una voz muy profunda. Pensé que tenía una presencia increíble y fue mi inspiración para ese papel”, dice Jake recordando su niñez en Texas y revelando que desde muy temprana edad empezó a escribir la película en su cabeza. “Era una idea que había tenido desde mi infancia y luego, cuando crecí, me inspiré mucho en películas de viajes como The Motorcycle Diaries y Sin nombre. Hice todo lo posible para mantener el guion vivo a lo largo de los años, recopilando artículos y manteniéndome informado sobre la situación en la frontera”. Al materializarse el proyecto, Jake y su hermano viajaron constantemente a nuestro país para conocer la cultura y poderla plasmar en la pantalla. Jake se convirtió en fan de la tradición Charra. “Pasé todos los días saliendo a montar con Charros mientras me preparaban para la película. Me enseñaron a montar, y también sobre la historia y la cultura de México. Todas las noches regresaba a casa después del entrenamiento y debía reescribir escenas por todo lo que aprendía”.

De este modo, No Man ‘s Land promete ser un filme con ambos puntos de vista: el mexicano y el estadounidense. “Aquí no hay buenos ni malos.

Solo seres humanos. Y como les dijimos a los actores: hay una versión de esta película en la que tú eres el protagonista, tú eres el héroe”.

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TIEMPOS INTERESANTES Si el mundo se derrumba, usa algo que no se destruya.

Selección de relojes: JOHNN Y DAVIS Fotos: ADAM GOODISON

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PRÓXIMOS CLÁSICOS HERMÈS

Arceau Grande Lune, caja Henri d’Origny de 43mm en acero inoxidable, correa azul en piel de aligátor.

CARTIER

Pasha de Cartier, caja de 41mm en oro amarillo de 18 k, correa azul en piel de aligátor.

ROLEX

Oyster Submariner, caja Oystersteel de 41mm, brazalete Oystersteel.

BELL & ROSS

BR 05 Blue Gold, caja de oro rosa de 18k, brazalete en oro rosa.

JAEGER-LECOULTRE MASTER CONTROL

Memovox Timer, caja de 40mm en acero inoxidable, correa azul en piel de aligátor.

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tl s. eb .w oj SPORT BREITLING

Endurance Pro, caja Breitlight negra de 44mm, correa amarilla en caucho.

TUDOR

Royal Date Day, caja de 41mm en acero inoxidable, correa en acero inoxidable.

CHRISTOPHER WARD

Cronógrafo C65, caja de 41mm en acero inoxidable, correa café en piel.

ORIS

Hangang Limited Edition, caja de 43.5mm en acero inoxidable, brazalete en acero inoxidable.

BALL

Engineer Master II Diver Worldtime, caja de 42mm en acero inoxidable, brazalete en acero inoxidable.

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TRIBUTOS / ANIVERSARIOS BLANCPAIN

Fifty Fathoms Bathyscaphe Day Date Desert Limited Edition, caja de 43mm en acero inoxidable, correa caqui en lona.

GRAND SEIKO

60th Anniversary Limited Edition, caja de 40mm en acero inoxidable, brazalete en acero inoxidable.

OMEGA

Speedmaster ‘Silver Snoopy Award’ 50th Anniversary, caja de 42mm en acero inoxidable, correa azul en tela de nylon.

TAG HEUER

Cronógrafo Carrera 160 Years Special Edition, caja de 44mm en acero inoxidable, brazalete en acero pulido.

HUBLOT

Classic Fusion 40 Years Anniversary Titanium, caja de 45mm en titanio pulido, correa negra en caucho.

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DISEÑO GUCCI

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Grip, caja de 38mm en acero inoxidable, brazalete en acero inoxidable.

PATEK PHILIPPE

Calatrava Pilot Travel Time Ref 7234G, caja de 37.5mm en oro blanco de 18k, correa azul marino en piel de becerro.

RADO

True Square Automatic, caja de 38mm en cerámica high-tech, brazalete en cerámica high-tech.

GLASHÜTTE ORIGINAL

Sixties Chronograph Annual Edition, caja de 42mm en acero inoxidable, correa café-gris en piel de becerro nubuck.

BREGUET

Chronógrafo Marine 5527, caja de 42.3mm en oro blanco de 18k, brazalete en oro blanco.

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DÍA A DÍA LONGINES

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Legend Diver Bronze, caja de 42mm en bronce, correa café en piel.

CERTINA

DS Super PH500M, caja de 43mm en acero inoxidable, correa negra en caucho.

VICTORINOX

INOX Carbon Limited Edition, caja de 43mm en compuesto de carbón, correa de camu aje en paracord.

SWATCH

Sigan, caja de 34mm en material de origen sostenible, correa en material de origen sostenible.

ACCURIST

A S I S T E N T E D E F OT O : I S A A C DA N N | P R O P S : I M O G E N F R O S T | T R A D U C C I Ó N : A R I D E L A T R E J O

Cronógrafo Retro Racer, caja de 47mm en acero inoxidable, brazalete en malla de acero inoxidable.

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E S TIL O PA R A EX PL OR A D OR E S

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Montblanc nos trae el 1858 Geosphere Edición Limitada, una colaboración con el alpinista y explorador Reinhold Messner.

Por IKERNE MESTRE

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ALPINISTA, la casa relojera presenta una

LA HISTORIA DEL REY DE LA MONTAÑA

“El reloj fue hecho para contar algo sobre mi vida. No puedo pensar en una mejor marca que Montblanc, con la cual he estado relacionado durante más de 60 años. La firma siempre ha estado conmigo en mis aventuras por el mundo”, dice Messner, conocido por sus ascensos pioneros a las cimas más altas del mundo y convertido en el alpinista y explorador más famoso.

Incluso, una variación del desafío de las Siete Cumbres, ahora es conocida por su nombre. Su larga lista de “primeros” incluye el ascenso en solitario al Monte Everest, así como el ascenso al Everest sin oxígeno suplementario, escalar los 14 picos y cruzar la Antártida y Groenlandia a pie. “De los méritos durante mi carrera, del que más orgulloso me siento es del hecho de aun estar vivo. No solamente fui valiente, también fui muy suertudo, ya que en muchas ocasiones la gente muere en las montañas. Con esta creación, mis compañeros alpinistas podrán dejar de preocuparse de la logística de un reloj, ya que funciona a la perfección y será el mejor compañero de aventuras”.

libros y defensor de temas ambientales, realmente no hay mejor ser humano que personifique los valores de Montblanc y de su espíritu de exploración.

Con una edición de 262 piezas, Montblanc 1858 Geosphere Messner es un guiño a todos los picos de más de 26,200 pies de altura

LA PIEZA

Este reloj se encuentra dentro de una caja de 42 mm que combina elementos en plaqué oro rosa, azul y bronce, brindándole una verdadera estética reminiscente de las herramientas de alpinismo del pasado.

Viene con un bisel bidireccional que presenta elementos luminiscentes con una nueva configuración de los elementos en SuperLumiNovaÒ que hace que brillen con un toque de colores diferentes. Esto comprueba su uso como un instrumento nocturno y además, coincide con las cualidades de los relojes de herramienta de la línea de productos 1858. La carátula viene en un color de gradiente azul con elementos en plaqué oro rosa y beige, mientras que una correa azul NATO, hecha a mano,

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nueva versión del 1858 Geosphere. Aunando el espíritu de exploración, fiabilidad y diseño, el 1858 Geosphere se posiciona como el máximo compañero de aventuras, dicho, nada más y nada menos, que por el mejor alpinista de nuestra época; “Cuando vas a escalar, no puedes llevar todo lo que te ofrece una sportshop, no sobrevivirás. Pero un reloj, este reloj, no puede faltar”.

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COMO UN HOMENAJE AL LEGENDARIO

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ENSAMBLE ESTELAR

Parecía lógico relacionar los logros de Messner con el Montblanc 1858 Geosphere; los globos giratorios del reloj incluyen puntos rojos con las Siete Cumbres del mundo. La tapa trasera también presenta una imagen de la montaña Mont Blanc, la lista completa de Messner, un compás, dos picos de hielo cruzados y un grabado de la firma del alpinista.

Con una edición de 262 piezas, Montblanc 1858 Geosphere Messner es un guiño a todos los picos de más de 26,200 pies de altura que escaló durante su carrera, un dato más que demuestra el significado que tiene hasta el último detalle de esta colaboración. “Fue la combinación perfecta entre los mayores expertos en relojería y yo –un hombre que ha vivido toda su vida en la montaña. Para la colaboración deje a los expertos encargarse de la manufactura del reloj, mi papel fue más en contar la historia” asegura. Y es verdad; autor de más de 80

completa la forma en la que luce el reloj.

El Montblanc 1858 Geosphere Messner está accionado por el calibre automático de manufactura MB 29.25, con una complicación de hora mundial simple y clásica que brinda una forma instintiva de leer el tiempo alrededor de todo el mundo.

UN LEGADO

“Un reloj fiable y de alto rendimiento es el compañero esencial para cualquier aventurero que está a punto de emprender una gran expedición. Es emocionante estar asociado a un reloj inspirado en Minerva y su rico legado de fabricar compañeros para tantos aventureros que me anteceden, quienes se han apoyado de manera tan fehaciente en estos relojes profesionales.

También es un recordatorio significativo y personal de los miles de pies que escalé en el transcurso de mi carrera como alpinista profesional”, explica Reinhold Messner.

Abrigo, Fendi.

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Sueter, All Saints en TheStyleRack.mx

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Playera, Dolce & Gabbana.

LA INDUMENTARIA fue parte importante

de su vida, desde niño hasta el periodo después de SAMO, en el cual Basquiat pintaba prendas para Patricia Field en su boutique de East Eighth Street. Pronto, Jean-Michel habría creado un uniforme reconocible instantáneamente, ropa que simbolizó el mismo punto de vista que sus obras, la sensación de total ease que es el santo grial del verdadero estilo. Con adornos incidentales, su guardarropa perfectamente curado parecía suceder, y así era: de hecho, pintaba en Armani, resultando en trajes con salpicaduras de pintura que vestía tanto en su estudio como en las calles de Nueva York. Sin tiéndose anárquico e inconformista, encontró el equilibrio perfecto entre lo street y lo clásico, lo nuevo y lo viejo, lo high y lo low. El estilo de Basquiat, al igual que su arte, iba en contra de la norma como una sutil protesta a la tradición en sí misma. Sabia jugar con los aspectos performativos de la identidad, pero en él se percibían con tanta facilidad que resultaban en la combinación más agradable desde el punto de vista estético.

Relacionándose con Keith Haring, Andy

Warhol, Maddona, Vincent Gallo, William Burroughs o Debbie Harry, Basquiat comprendió rápidamente la posibilidad de “El artista como celebridad”, subrayando esa idea con su estilo tan distintivo. Se podría decir que Basquiat vivió como un rapero décadas antes de que estos alcanzaran la popularidad y el capital social para emanar un lifestyle que las marcas de moda no tardaron en adoptar con el fin de monetizar.

Un esfuerzo que se puede ver en marcas como Reebok, Supreme o Uniqlo entre otras, con prendas adornadas con la iconografía del pintor y traducidas a lo que hoy se conoce como streetwear. El mundo se lo reconocía y en 1985 apareció en la portada de The New York Times Magazine, con el titular “New Art, New Money. The Marketing of an American Artist”.

La moda no solo encontró su camino a menudo en él, sino al revés también.

Con esa cualidad de parecer un modelo incluso cuando estaba en “fachas”, debutó oficialmente en las pasarelas en un desfile de Comme Des Garçons en 1987, poniendo de relevancia su importancia en el reino de la moda.

Loción, Toy Boy de Moschino.

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AGREGA UN RELOJ (VE A LA PÁGINA 36).

Pantalones, Calvin Klein.

Calcetines, Fendi.

Zapatos, Sandro en TheStyleRack.mx

F O T O S : G E T T Y I M AG E S Y C O R T E S Í A .

E S TIL O DA N DY WA R HOL

GET THE LOOK

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Matte Nail Colour, Boy de Chanel.

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Abeille R oyale Gel Hy gièn

Le Vernis

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Clinique.

Even Better Hand Cream,

Mani Kitt, A Avry Beauty.

Shea Hand Scrub, L’Occitane.

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Por IKERNE MESTRE

AGUAS CON EL GEL

ACARÍCIAME

El uso constante de gel antibacterial puede provocar lesiones en la piel, por eso lo mejor es llevar siempre uno de buena calidad que además de proteger tu salud, cuide de tus manos y las mantenga hidratadas.

La clave para unas manos suaves involucra dos pasos fundamentales: la exfoliación y la hidratación.

Usa un scrub b una o dos veces por semana, y la crema para manos varias veces al día. Recuerda que las manos son una de las zonas que más re ejan la edad, así que protégelas de los daños y manchas solares con una crema con SPF.

Abeille Royale Gel Hygiène des Mains, Guerlain.

F O T O : G E T T Y I M AG E S

CUIDADO DE UÑAS Tenerlas bien cortadas es fundamental (hacerlo después de un baño facilita la tarea), pero igualmente, las cutículas –el tejido que conecta las uñas con los dedos- también necesitan atención. Puedes hacerlo en casa con ayuda de un aceite o suero que las mantenenga hidratadas, fuertes y brillantes.

Cortauñas, Victorinox.

Si-Nails, Fortalecedor de Uñas,Isdin.

Si-Nail

s, Fortalecedor de Uñas,Isdin.

¿Qué dicen elllas de ti? Más de lo que piensas.

Unas manos mal cuidadas solo enviarán el mensaje incorrecto. Aquí las mejores recomendaciones que debes seguir.

Shea Hand Scrub, L’Occitane.

Even Better Hand Cream, Clinique

PARA LOS PERFECCIONISTAS Si quieres unas manos de 10, honestamente no podrás evitar recurrir a los expertos de vez en cuando. Si puedes acercarte a un manicure profesional con ayuda de un color de uñas mate para un efecto natural pero muy cuidado.

Le Vernis Matte Nail Colour, Boy de Chanel.

Haz C I TA Además de los cuidados en casa, es necesario que periódicamente asistas con un especialista. Leonora Studio tiene tres sucursales en la Ciudad de México y ofrece una técnica llamada “manicure ruso”, la cual consiste en quitar totalmente la cutícula para dejar una uña totalmente limpia.

Muchos hombres la prefieren ya que dura mucho más que la tradicional y requiere menos mantenimiento.

E S TIL O BOY M EE T S WOR LD

nos al aire

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Por MÓNICA ISABEL PÉREZ Fotos CARLOS RUIZC

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Cuatro Ciénegas es uno de los valles más biodiversos y espectaculares del mundo entero. La vida primitiva y el lujo contemporáneo se encuentran en uno de los sitios más interesantes de México para oscilar entre la aventura y la contemplación.

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alegría & cosa buena

En el borde del silencio

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den apenas lo suficiente para dejar huella.

Es un lienzo blanco y fresco como los que se ven en las bahías del Caribe. La noche está a punto de caer sobre el que alguna vez, hace miles de años, fue el mar de Tetis y que hoy, a causa de su coloración, es considerado uno de los desiertos más extraños del mundo. Caminamos en un corto, pero lento peregrinaje. Se escuchan, de pronto, la risa de un niño, los “más a la derecha” o “más lejos” de quienes se están tomando fotos, la partida de un auto. Pero cuando la oscuridad comienza los ruidos se van y solo queda el silencio. Llegamos entonces al espacio que nos ha sido preparado, guiados por el fuego que veíamos a lo lejos como un puntito naranja y que, ahora, toma la forma de antorchas y una fogata. Ahí, sobre tapetes y cojines arabescos, vemos irse los últimos y sutiles rayos de sol que aún se resistían a dejar el cielo.

Podríamos estar en el Sahara o en Judea, pero la arena blanca de este desierto es una característica especial en el suelo de este punto preciso del norte de México.

Imposible confundirlo.

LA MÍSTICA DEL DESIERTO

Las Dunas de Yeso, como se le conoce a este desierto albo, debe su arena clara a una combinación de silicio y sulfato de calcio hidratado. No es exactamente yeso, pero se le parece. Y de no ser por su temperatura fresca y su abrazadora textura de minerales miniatura, también podría hacerse pasar por nieve. Con el caer de la tarde también baja la temperatura. No de manera dramática. Apenas lo suficiente para disfrutar el calor del fuego y cubrirse con las pequeñas mantas dispuestas sobre el que se descubre como uno de los picnics más memorables que se pueden tener en el país. Ahí, en medio de la extraña blancura de las dunas, el desierto se impone con sus cambios de clima y, sobre todo, con su silencio. Los visitantes ya lo han abandonado y solo quedamos nosotros, un pequeño grupo de personas que han tenido el privilegio de ser invitadas a compartir viandas que maridar con deliciosos vinos de Casa Madero, que ostenta el título de ser la vinícola más antigua del continente y que se encuentra a menos de 200 kilómetros de este lujoso punto del desierto. Pronto, el silencio se rompe. Se escucha el vino caer en las copas, las risas, las historias de amor y desamor se privilegian. Y aún así, entre una algarabía digna de quienes han estado encerrados en cuarentena y que por fin pueden disfrutar de una noche en la libertad de la naturaleza árida, el fuego se apodera de los ojos de

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LOS PIES DESCALZOS sobre la arena se hun-

los presentes. Las llamas y sus colores, el naranja, el rojo, el azul, el amarillo, todos esos tonos que conforman uno de los primeros grandes logros de la civilización, el símbolo mitológico de nuestro libre albedrío. Toda esa herencia ancestral se apodera de nosotros como una forma propia del desierto de llamar nuestra atención para hacernos callar y meditar sobre su carácter majestuoso. Entendido eso, las vistas giran hacia el cielo. Es profundamente negro y está tapizado de estrellas.

Los que saben pueden identificar una constelación y otra. La luna es nueva, creciente, apenas visible. Luce como un pequeño y delicado borde de plata. Las historias ocurridas en el desierto siempre tienen un factor místico. No es para menos. La ausencia de ruido, la vegetación mínima y agreste como se comprende de un superviviente de la adversidad, lo envuelven todo.

COMO UN SUEÑO DORADO

Cuatro Ciénegas es, como dice la famosa canción de José Alfredo Jiménez, “un mundo raro”. Uno ve lo mismo un desierto blanco que dos largas sierras, ríos y oasis que son como verdaderos espejismos. La biodiversidad es tan amplia y hay tantas especies endémicas de flora y fauna que muchos investigadores le han llamado “la Galápagos de México”. Entre los ciudadanos de a pie, la expresión más común es qué-onda-con-estos-paisajes-marcianos.

Consuela saber que no estamos solos en el desconcierto y el lugar común. La NASA, por lo menos, ha pensado lo mismo.

Debido a la gran presencia de fósiles de miles de millones de años que evidencian

algunas de las formas de vida más tempranas de la Tierra, Cuatro Ciénegas es motivo de estudio de la agencia aeronáutica estadounidense que considera que este territorio “tiene fuertes lazos para ayudar a descubrir vida en Marte debido a la adaptabilidad de las bioformas de la región, que es única en el mundo”.

Cuatro Ciénegas es, en pocas palabras, un ejemplo de las primeras reacciones que tuvo el polvo de estrellas que, un buen día —cuando de hecho ni los días ni las noches ni las horas existían— se combinó con la luz y lo que había por entonces en este planeta. En una ponencia sobre este lugar que parece que es de otro mundo, pero que en realidad es nuestro mundo en su forma más pura, los investigadores mexicanos del Laboratorio de Evolución Molecular y Experimental del departamento de Ecología Evolutiva de la UNAM, Valeria Souza y Luis E. Eguiarte, hablaron de los estromatolitos, estructuras minerales bioconstruidas por bacterias antiquísimas a las que consideran “descendientes directos” de la historia del planeta, siendo Cuatro Ciénegas uno de los poquísimos lugares en el orbe donde aún se les puede encontrar. Los estromatolitos habitan espacios maravillosos como la Poza Azul, que les debe su mágica coloración y que es hoy un área protegida que solo se destina a la contemplación.

Como la imaginación no se agota en comparaciones, Souza y Eguiarte dicen que Cuatro Ciénegas es un “Arca de Noé”. El habitáculo de “bacterias que se separaron de sus hermanos del mar hace millo-

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Traje de inspiración militar, de Marc Anthony GmbH. Camisa sin cuello, de Frescobol Carioca x Johannes Huebl.

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nes de años” y que en su ADN guardan el secreto de cómo vivir con la menor cantidad de fósforo posible, un elemento del que los investigadores aseguran que el resto de la vida en el mundo se volvió “golosa” y –por ende– desperdiciadora.

Si lo que pasa en Cuatro Ciénegas a nivel de la vista promedio ya es suficientemente impresionante, bajo los microscopios de quienes estudian este valle con forma de mariposa, hay revoluciones de conocimiento.

LA INTERVENCIÓN HUMANA

Pese a la preservación de microorganismos prehistóricos y a sus amplias flora y fauna endémicas, Cuatro Ciénegas también tiene los encantos del Antropoceno, la propuesta de era geológica contemporánea en la que el planeta ya muestra el impacto de las actividades humanas.

Por supuesto los humanos no nos distinguimos por nuestras bondades, pero en este valle de Coahuila, conscientes del tesoro mundial que guardan, la preservación de los ecosistemas es clave y los emprendimientos turísticos se planean alrededor de ellos. Entre los guardianes de estas riquezas naturales están los propietarios del hotel Hacienda 1800, quienes han conformado parques privados y quienes tienen una relación muy estrecha con la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas. En conjunto, el hotel y la CONANP realizan actividades para mejorar el medio ambiente, por lo que cada que un visitante paga su entrada a alguno de estos espacios (las Dunas de Yeso, la Poza Azul), el costo del boleto se destina al cien por ciento a las labores de conservación. Esto lo cuenta María Fernanda Pérez, directora de Hacienda 1800, un hotel fundado en 2017 que le ha cambiado la vida al pueblo.

Si bien Cuatro Ciénegas es famoso, además de por su biodiversidad, por ser la cuna del constitucionalista Venustiano Carranza, muchos mexicanos desconocían las maravillas que guardaba. Con la fundación del hotel no solo se crearon fuentes de trabajo y programas de cuidado al medioambiente, sino que también llamó la atención de los viajeros que encontraron aquí, literalmente, un oasis de calma.

Aunque enclavar un hotel en un lugar tan privilegiado parecería obra de un trabajo hipermeditado, lo cierto es que todo sucedió por casualidad o, como lo llama María Fernanda, “como una obra del destino”. Hace unos años una persona tenía una deuda económica con su padre que

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no podía saldar. Para solucionar el problema le ofreció una propiedad, un hotel rústico que pedía una remodelación a gritos. La familia decidió invertir para poder venderlo a un mejor precio, pero al final, enamorados ya de Cuatro Ciénegas, decidieron encargarse de la operación. Sin nada que ver con el famoso tequila, le debe su nombre al año de la fundación del pueblo, en cuya arquitectura se inspira este alojamiento con forma de hacienda típica.

Se trató del primer hotel boutique de este destino y ahora también cuentan con un restaurante de operación propia —recomendamos el rib eye y el esquite con arrachera— y con cuatro parques ecológicos que implican una importante derrama económica en el pueblo. De aquel pago de una deuda, todos salieron ganando.

Pero sigamos hablando de la intervención humana en estos parajes. Las Minas de Mármol, otro de lo sitios bajo el ala de Hacienda 1800 es lo que su nombre indica.

Un sitio que se dedicó a la extracción de esta valiosa roca, pero que dejó de operar hace unos años. Como vestigios de su actividad quedaron en pie grandes bloques de travertino que alcanzan hasta los 15 metros de altura. Es un lugar ideal para ver el amanecer y el atardecer, además de disfrutar cómo las piedras se pintan de naranja y reflejan la luz del sol. No estamos en Marte, pero pareciera que hemos viajado a parte de las ruinas de Petra, en Jordania. Historia moderna que engaña a cualquiera con su vista al estilo de los restos de un templo

antiguo en el que aún pueden encontrarse conchas y caracoles que nos recuerdan que, alguna vez, todo esto fue mar.

DE LA CONTEMPLACIÓN A LA ACCIÓN

Hay que tener cuidado. Una distracción y en lugar de sostenerse de una piedra uno puede tomar entre sus manos una espinosa cactácea. Caminar sobre la sierra no es fácil bajo el sol del mediodía. Y las recriminaciones no se hacen esperar: “Hubiéramos empezado más temprano”, “Debimos traer más agua”, “No sabía que era un camino tan largo”. Nuestro pequeño grupo de citadinos padece, al menos, la primera mitad del trayecto. Nuestros dos guías nos escuchan con una sonrisa de “No es para tanto” mientras les rogamos un minuto más bajo la sombra de alguna roca.

“Entre más tiempo pasen aquí, más calentará el sol y nos faltan unos kilómetros”, nos dicen con toda la razón. Apresuramos el paso. De pronto las quejas se hacen menos, comenzamos a concentrarnos en la montaña, a entenderla, a ver sus formas, a distinguir entre las piedras que pueden ayudarnos y las que pueden traicionarnos.

Cuando llegamos a la meseta la tranquilidad nos vuelve al cuerpo. Por fin un espacio plano. La carretera se ve diminuta desde donde estamos. Y, alrededor, nopales y peyotes nacen del suelo. Ha sido difícil subir, pero nos queda el reto de bajar. El único camino es con las cuerdas de rappel y el vértigo no se hace esperar.

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CÓMO LLEGAR

Llegando al aeropuerto de Saltillo son dos horas de carretera. Desde el de Monterrey, el camino en tierra aumenta una hora.

DÓNDE HOSPEDARSE HACIENDA 1800

El primer hotel boutique de Cuatro Ciénegas y también el de mejor reputación. No solo es un hospedaje de lujo, también organizan todo tipo de experiencias para disfrutar al máximo de este destino.

Calle Las Parras 1007, La Bartoleña. hacienda1800.com CUÁNDO IR

Cuatro Ciénegas tiene un clima que permite visitas cómodas todo el año. María Fernanda Pérez, directora de Hacienda 1800, recomienda ir en verano para hacer actividades acuáticas como disfrutar la alberca del hotel, nadar en el río Mezquite o recorrerlo con kayaks y paddleboards. Durante el invierno se vuelve más disfrutable hacer senderismo y rappel en la sierra, rentar raizors o bicicletas sin padecer el potente calor del verano. Pero en ambas estaciones lo imperdible es disfrutar una tabla de quesos y un buen vino junto a una fogata en el desierto.

NO TA S CORTA S P SICODE L I A PU R A

retándola con nuestras llantas y motores.

La experiencia en los mismos paisajes se torna completamente distinta. Si en el senderismo y el rappel uno comienza a ver hasta las conchas de mar más pequeñas que llevan prendadas de las piedras desde hace milenios, sobre el raizor solo dan ganas de gritar al sentir la velocidad (por supuesto no hay que hacerlo a menos que se quiera degustar una gran dosis de tierra). En los pequeños vehículos todoterreno nos abrimos camino entre las montañas sintiendo el golpe del viento directo en la piel. Esta vez somos nosotros los que mostramos dominio de los elementos. Y hemos de tratarlos con respeto si queremos que hagan lo mismo con nosotros, como estamos aprendiendo por fin después de tantos años. Cuatro Ciénegas, queda claro, es —hasta en las actividades que parecieran más mundanas— una lección sobre nuestro lugar en la naturaleza; un bello y peculiar resumen de la historia del mundo.

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Bajamos uno a uno en un trance de sujeción de ganchos, y de sostener y soltar cuerdas al ritmo que marquen los pies sobre el suelo en vertical. Vamos paso a paso por una bajada de ocho metros seguida de otra de 25. Hemos superado el miedo. Superado, sobre todo, el prejuicio citadino de que todo tiene que ser fácil, de que siempre habrá algo que nos lleve de un punto a otro.

Cuánto hemos olvidado llevarnos nosotros mismos hacia los lugares que deseamos como la cima de una montaña o a su base, cuando la adrenalina empieza a exigir otros retos.

Al bajar se siente éxtasis y nada más.

De pronto, después de las quejas y luego del sudor –y de romper más de una barrera mental– uno concuerda con que “No era para tanto”. Algo que debe celebrarse con una copa de tinto o con un shot de tequila. No más que eso, porque los raizors nos esperan estacionados para que volvamos a la sierra, esta vez

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POR MÓNICA

V IDA PA DR E EN EL M A R L A V IDA E S M Á S SA BRO SA

ISABEL PÉREZ

El sabor de las cosas

“SE TRATA DE HACER DEL RESTAURANTE UN LIENZO DE EXPRESIÓN”, dice el chef

más conocido del país mientras desayuna unos huevos rancheros. La noche anterior nos ha dado la bienvenida a Manta, el mencionado lienzo. Un restaurante peculiar entre los suyos que es, además, una de las múltiples joyas de la corona de The Cape, A Thompson Hotel, en Los Cabos. Se trata del único espacio de Enrique Olvera que no está dedicado por entero a la cocina mexicana. Y por eso él mismo lo considera un sitio particularmente creativo, una especie de pretexto para buscar coincidencias entre las cocinas que han sido tocadas por las aguas del océano que vemos agitarse frente a nuestros ojos. Hay un poco de Perú, otro tantito de Japón, algo de California… Entre él y el chef Abi Sánchez, con quien ha trabajado a lo largo de 12 años, lo cual les ha llevado casi a la telepatía, ha dado forma a un restaurante que, sin escatimar elegancia, podríamos decir que es mucho más relajado que Pujol, el parámetro inevitable. Hay ceviches, ramen, mole y brochetas, una combinación que hace años hubiera remitido a la etiqueta “cocina fusión” (bajo la que se permitían cosas terribles). Pero no es eso lo que se intenta en este lugar. “El punto ha sido encontrar coincidencias”, insiste el chef. Que son muchas y que hasta son obvias cuando se piensa en ellas ante la influencia de esa inmensa masa de agua que conecta los puntos en todos los sentidos.

Pruebo el ceviche de betabel. Tiene jengibre, habanero y una leche de tigre que no es estrictamente tal, porque no hay pescado en la ecuación. “Esto sabe demasiado a betabel”, pienso en una crítica fácil y nada pensada. Y entonces me doy cuenta de lo que está ocurriendo realmente: ¿cuánto hace que un betabel no me sabía tanto a betabel? Los desabridos vegetales gigantes de los supermercados han, si bien no enterrado para siempre su recuerdo, disipado de la memoria la expresión más potente de este sabor dulce y dominante en nuestros paladares. No hay que esperar un ceviche convencional cuando se pide este plato, que para eso existen muchos otros lugares donde probarlos. Lo que sorprende aquí es en parte el ingenio, en parte recobrar la memoria. Algo que ronda, más que nunca, en la mente de Olvera. “Ando obsesionado con la sustentabilidad y la salud de la tierra. Entendí, gracias a un médico que se llama Dieter Le Noir, la importancia de la salud del suelo y su relación con el sabor, además del sabor como parámetro de la salud del sistema entero”. Ha comenzado a trabajar en ello: a entender la participación de sus restau-

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El incesante rumor de las olas del Pacífico es el fondo sobre el que transcurre esta charla con Enrique Olvera sobre mole, mercados y esos sabores que no hay que dejar perder en nuestra memoria.

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ht ** El futuro. Es raro pensar en él en estos tiempos. Enrique Olvera piensa que la pandemia nos ha enseñado-obligado a quitarnos de encima todo lo que no es necesario. También cree que una vez que pase, todo será más divertido que antes.

Inevitablemente el hace planes. Unos que de restaurantero lo podrían convertir en hotelero. “Lo pienso cada vez más”, dice. Ha experimentado ya con sus dos Airbnb —Casa TEO en la Ciudad de México y Casa Criollo en Oaxaca— y ahora fantasea con situaciones que le hacen mirar alrededor de The Cape y sonreír, de esa forma que se usa para hacer esa clase de bromas que en realidad son declaraciones en serio.

“Sí me imagino de viejito teniendo un hotelito en Todos Santos. Estaría todo el día arreglando las repisas y diciendo ‘¡Hey, que nadie las toque!’, por supuesto”.

MANTA

The Cape, A Thompson Hotel.

Carretera Federal Libre Transpeninsular Km. 5, Misiones del Cabo.

Cabo San Lucas, Baja California Sur. mantarestaurant.com

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* Hay una pausa de silencio. Y entonces volvemos a Manta, que debe su identidad arquitectónica —como todo el hotel— al espectacular trabajo de Javier Sánchez.

Regresamos a su pasillo negro con aroma a copal en el que se ven estanterías con libros y objetos traídos de múltiples viajes que hacen pensar en un gabinete de curiosidades (“Está puesto tal como lo acomodó el ”, me dicen al entrar, casi en un susurro. “Así como él pone las cosas, así las dejamos, nadie las mueve”). Volvemos, de pronto, a hablar de los ventanales que enmarcan el atardecer naranjísima de Los Cabos. “Sobre todo en enero y febrero se ponen espectaculares. Trabajar y poder ver eso es un privilegio”, dice Olvera. El semblante cambia. “Me encanta este lugar, el clima me sienta bien, me siento sano, suelo estar de buen humor…”. Platicamos del camote con mole almendrado que sirven para dejarlo a uno sin palabras, al menos hasta que el plato ha quedado bien limpio con ayuda de las tortillas. El camote lo rostizan con miso hecho con frijol, en lugar de soya, y se ha convertido en un platillo insignia del restaurante. “Es algo que hasta parece muy evidente que exista.

Y simboliza mucho el espíritu de Manta y cómo queremos cocinar aquí”. Le cuento de la confesión casi ceremonial que me hicieron a la entrada del restaurante, esa sobre que nadie toca las cosas que él acomoda. Olvera suelta una risa. “Claro que mueven las cosas, ¡bueno fuera que no lo hicieran!”, apunta.

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cómo, en las casas de los muy ricos, solo sirven las verduras más extraordinarias?

Los petit pois más verdes, zanahorias infinitesimales, maíz tan tierno que parece que casi no hubiese nacido…”. Mucho sabor —como el de el betabel que me ha terminado asombrando— que solo se obtiene de los pocos espacios sanos que aún le quedan a la Tierra y que, ojalá, fueran más…

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rantes en el ciclo de la tierra. “Antes todo era una transacción. Hablabas con un proveedor y le pedías que te llevara lo mejor y listo. Pero ahora buscamos participar, ayudar a que los ingredientes sean buenos”. Aclara que, sin un buen suelo, nada puede suceder en las cocinas. “Puedes ser muy buen cocinero, pero ¿qué haces con jitomates que no saben a nada? Que, además, son los que más abundan en el mercado”.

Olvera levanta la vista. Los mercados son donde todo pasa, pero están en decadencia. “No los hay de productores.

La mayoría son revendedores de la Central de Abastos que seleccionan y venden. Y México con el potencial que tiene… Por supuesto no se trata de que los gentrifiquen, sino de que los dignifiquen, que haya un reconocimiento de que el país es el reflejo de sus mercados”.

La frustración es evidente. “Es que es un tema que nunca aparece en las noticias o, si lo hace, es tratado de un modo muy superficial”. “Una vez, en California comí una fresa directa de la tierra y entendí que hay un rol que debemos tomar los cocineros para que las cosas cambien.

En la nueva definición de lujo está encontrar esos productos, a los que lamentablemente la mayoría de la gente no tiene acceso”. Algo así ya nos decía Truman Capote en 1986 en sus Plegarias atendidas, el texto que lo llevó a la infamia, cuando contaba, en voz de uno de sus personajes no tan ficticios, que la gente verdaderamente rica se distingue por cómo elige las verduras. “Cualquiera puede manejar el roast beef, un excelente steak, la langosta. Pero ¿has notado

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EN UN PAISAJE DESÉRTICO que combina cactáceas, arena y el Océano Pacífico, el Hotel Escondido hace honor a su nombre como una alternativa al caos de la ciudad o a la incertidumbre propia de estos tiempos, para ofrecer a los visitantes un refugio de descanso con spa, albercas y, ahora, como parte de su propuesta culinaria, un nuevo y atractivo restaurante japonés.

Llamado Kakurega Omakase (que significa “escondido” en japonés), se encuentra dentro de una auténtica palapa oaxaqueña, con una privilegiada vista al mar y capacidad para 12 personas sentadas. Este restaurante permitirá a los comensales vivir la tradición de la “elección del ” (omakase) bajo un concepto que resulta toda una experiencia de sabores.

Bajo la dirección del chef japonés Keisuke Harada, Kakurega Omakase ofrece una selección de ingredientes frescos y locales que se complementa con una atinada curaduría de sakes y marcas premium de whiskey japonés. El diseño es del reconocido Alberto Kalach y refleja el equilibrio entre elegancia, sobriedad y simplicidad, con una antigua técnica japonesa para moldear madera quemada.

Con encanto Creado por Bosco Sodi, Luis Urrutia y Alberto Kalach, Kakurega Omakase promete ser una mezcla con las dosis perfectas entre cultura, gastronomía y arquitectura.

Por MARIANA MIJARES

El restaurante del hotel incluía ya una selección de platillos internacionales, pesca del día y, por supuesto, un menú típico de Oaxaca.

Fotos: Karla Lisker, cortesía Grupo Habita.

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Con arquitectura y diseño de Federico Rivera Río, Escondido –miembro de Design Hotels– consta de 16 cabañas que tienen acceso a la playa y a pequeñas albercas privadas.

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Abrigo caqui oversized en cachemira y lana; pantalones negros en lana; camisa azul oversized en viscosa; botas negras en piel patentada de becerro, todo de Loewe.

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¿Quién es Josh O’Connor, el inglés que saltó a la fama mundial como el controvertido príncipe Carlos de The Crown? Este perfil nos muestra a un actor de talento espléndido. ¿Qué viene para él?

Entrevista ALEX BILMES Fotos SIMON EMMETT Moda CATHERINE HAY WARD

EL HOMBRE QUE HA SIDO EL HOMBRE QUE SERÍA REY 6 3 F E B R E RO 2 02 1

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SUPONGO QUE ES POSIBLE que detrás del exterior excepcionalmente

afable de Josh O’Connor se oculte un joven saturnino, atormentado, una sombra de O’Connor; no muy distinto a los jóvenes saturninos, atormentados, a quienes ha interpretado en escena y pantalla, y a quienes debe su fama (en particular, al alicaído príncipe Carlos, en The Crown, la fastuosa saga sobre la realeza que tiene a todos pegados al sillón desde su estreno en Netflix, en 2016). Quizá sea poco probable que el aspecto amigable de O’Connor oculte secretos sombríos, pero tampoco imposible. Porque si sabemos con certeza una sola cosa sobre él, es que a los 30 años de edad es reconocido por su rotundo talento.

“Es mi clase de actor favorito, es decir, transformativo”, afirma Francis Lee, director y guionista de God’s Own Country, la película de 2017 que cimentó la reputación de O’Connor como uno de los hallazgos más emocionantes de la escena y pantalla del Reino Unido.

“Es proteico”, agrega Lee y lo equipara con Daniel Day-Lewis, quizás el actor vivo más admirado. También con una actriz con quien Lee ha trabajado en fechas recientes: Kate Winslet. No es poca cosa. “Kate Winslet no actúa, existe”. “¡Exacto!”, coincide Olivia Colman, coprotagonista de O’Connor en The Crown y ganadora del Oscar, el Globo de Oro y de todos los premios que existen (para republicanos fanáticos o gente sin internet: Colman interpreta a Su Majestad la reina Isabel II de Gran Bretaña, y al igual que O’Connor, se incorporó al elenco en la tercera temporada, en 2018).

“Como bien señalas, algunos actores son el personaje”, afirma Colman.

Me pregunto cómo lo hacen. “Te pones en los zapatos de alguien más”, dice, señalando que las cualidades requeridas para ello son “... inteligencia emocional y empatía. Y a Josh le sobran”.

A Peter Morgan, cocreador y guionista de The Crown, le gustan las analogías futbolísticas: compara a O’Connor con Andrés Iniesta, exmediocampista del Barcelona a quien se le describe como un jugador “completo” por el dominio sutil, modesto y total de su deporte.

Declara que O’Connor es un actor “absoluto”, en toda regla. “En especial con un personaje como Carlos de Inglaterra: es muy fácil malinterpretarlo, caer en la caricatura, la imitación. En su primer día como el príncipe supimos de inmediato lo bueno que era”, cuenta Morgan.

Pues me dan la razón. Si O’Connor es un actor tan capaz –interpretó convincentemente, o fue, un granjero de Yorkshire alcohólico, con incontinencia sexual en God’s Own Country; un alienado y aislado heredero al trono en The Crown; el insufrible pastor Mr. Elton en la melosa adaptación cinematográfica de Emma; el joven Lawrence Durrell en la serie The Durrells de ITV y muchos más–, ¿cómo estar seguros de que su figura pública, un chico decente de clase media de West Country, no es otra sorprendente metamorfosis? ¿Podría ser que debajo de este simpático inglés se oculte un monstruo amargado, melancólico y egocéntrico?

“No, para nada. Es un ser humano absolutamente encantador”, afirma Peter Morgan, y reconoce que –si bien esto no resulta una noticia jugosa– es la realidad. “Todo el mundo lo adora”, comenta Colman, su madre en pantalla, “yo lo adoro y, si fuera mi hijo, estaría muy orgullosa de él, pero –por supuesto– no tengo la edad de serlo”, se burla de su propia sugerencia. “Es una de mis personas favoritas del mundo”, confirma Francis Lee. Carajo.

El hombre que sería el hombre que sería rey y yo, acordamos vernos una mañana despejada, en la punta sur de Hampstead Heath, el oasis del norte de Londres, para realizar la actividad social por excelencia de 2020: pasear a un perro. En esta ocasión, mi perra.

En la cuarentena tardía de Londres, las reglas estaban en las primeras etapas de relajación, igual que O’Connor y yo. Por eso acordamos vernos en vivo y no mediante una pantalla. En todo caso, debemos cumplir los lineamientos gubernamentales sobre el distanciamiento social, a diferencia de la perra, una labrador que nunca se ha sentido obligada a cumplir lineamientos gubernamentales ni de ningún tipo. Decir que O’Connor y ella se llevaron bien sería quedarse corto. Al igual que Eduardo y Walis, Carlos y Camila, “Josh y Popcorn”, tuvo toda la pinta de un romance arrollador, con sus altibajos.

En un momento, la anima a nadar en uno de los tantos estanques de Heath. Emerge empapada y llena de fango, con algas hasta en los dientes, abraza a su galán, quien está sentado en el pasto y usa su suéter color mostaza de toalla. Cuando O’Connor se pone de pie, tiene la espalda tapizada de pelos negros. Más tarde me escribe: “¡Gran perro!”, después de que le doy las gracias por aguantarla. Si está fingiendo, entonces es mejor actor que Day-Lewis y le podría dar la vuelta a Iniesta.

O’Connor es alto y delgado, con abundante pelo castaño y facciones marcadas. Se parece más a un joven Lucien Freud que a un joven príncipe Carlos, pero la expresión de O’Connor es más cálida, y su mirada es particularmente expresiva, no muy diferente a la de un labrador.

Colman lo describe como “un cachorro hermoso”.

Paseamos sin prisa. Rodeamos Parliament Hill, pasamos el Lido (cerrado, obviamente), el Men’s Bathing Pond, en donde antes de la pandemia O’Connor nadaba con frecuencia (también cerrado) y volvemos a donde empezamos. Es el nuevo barrio de O’Connor.

Hace más o menos un año se mudó a Kentish Town con su pareja, Margot Hauer-King, ejecutiva de WPP, el gigante del marketing (hija de Jeremy King, restaurantero londinense, de The Wolseley y otros restaurantes favoritos entre la clase alta de los creativos y la gente de los medios).

Reconoce que vivir en la zona arbolada de Kentish Town se siente de adulto. Hasta hace muy poco O’Connor se despidió de sus veintes, y asegura que le ha sorprendido el efecto. “Quiero vivir en el campo.

A eso estoy habituado. Me siento más cómodo ahí. Ahora que cumplí treinta me pregunté qué estoy esperando”. Para él, en los veinte uno puede posponer las decisiones importantes. “Y ahora siento que ya tengo hacerlo”.

De no ser por la pandemia, en vez de pasear por Heath con un perro ajeno, O’Connor estaría ensayando para interpretar al Romeo de la Julieta de Jessie Buckley –igualmente extraordinaria– en el Teatro Nacional. Esa producción del director Simon Godwin –responsable entre otras cosas de la magnífica Antonio y Cleopatra, con Ralph Fiennes y Sophie Okonedo en el mismo teatro en 2018– iba a ser uno de los acontecimientos de la temporada de otoño.

En cambio, O’Connor ha tenido que participar en llamadas semanales por Zoom para discutir el futuro no solo de ese proyecto particular –que se pospuso, no se canceló, asegura–, sino del teatro en vivo en general. Reconoce que la situación es desalentadora.

No obstante, encuentra algo “extrañamente emocionante” en el reto de concebir nuevas maneras de llevar el teatro al público, tal vez por fuera de los auditorios tradicionales.

Al margen de que la pandemia interrumpió su trabajo, la experiencia del encierro le ha parecido valiosa, como a muchos, aunque reconoce que decirlo puede parecer insensible. “Espero que a muchos les haya enseñado que hacer una pausa puede ser muy sano y productivo”.

Hace una pausa. “¡Intento ser positivo!”.

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Suéter de cuello redondo verde claro/negro en lana con patrón toile de jouy, de Dior.

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Renovó su amor por la jardinería. Como los seguidores de su Instagram (@joshographee) ya saben, trabaja en su arte y lo postea: elegantes dibujos lineales, muy de principios del siglo XX europeo.

Vio Succession y le encantó. La pandemia interrumpió su plan de completar 30 vueltas en aguas abiertas en su trigésimo cumpleaños para apoyar a Mind, beneficencia con enfoque en la salud mental.

Me pregunto por qué Mind. Porque la salud mental es un tema serio, explica. Gracias.

También ha estado trabajando. Se prepara para una película, la adaptación de la elegante novela corta de Graham Swift, Mothering Sunday, que se terminó de grabar y cuyo estreno con Sony Pictures Classic aún no tiene fecha final en este año. Es un drama de época, de clases, contextualizado en 1914, que se centra en el romance entre la inteligente empleada doméstica de una casa de campo (la australiana Odessa Young) y el vástago de la propiedad vecina, O’Connor. También protagonizan Colin Firth y (otra vez ella) Olivia Colman. En otras palabras, tiene todo el pedigrí posible. O’Connor reconoce que es extremadamente afortunado, pues otros actores, sobre todo del teatro, no saben cuando van a volver a trabajar, o si volverán a hacerlo.

“Soy un chico con suerte”, afirma, no por primera ni última vez.

O’Connor proviene de una familia feliz, amorosa. “Cálida”, cuenta.

Nació en Southampton en 1990, de donde proviene su lado paterno.

Se crió en el pueblo de clase alta de Cheltenham, tiene dos hermanos: Barney, el mayor, artista y Seb, el menor, candidato a doctor en economía ecológica. Alguna vez un colega actor le contó que muchos en su profesión son hijos del medio que compensan por haber carecido de atención de niños. “Pero nunca me sentía así. Siempre fui muy querido por mis padres”, afirma.

Su madre, Emily, era partera (como señala Olivia Colman, “una profesión afectuosa”). John, su padre, era profesor de literatura inglesa.

Los dos están jubilados. A propósito de su infancia, cuenta: “Fue dulce.

Y por ello soy muy afortunado”.

O’Connor estudió en un colegio privado, St Edward’s School Cheltenham, sobre el que tiene muy buenos recuerdos. No fue un alumno brillante. “El payaso de la clase”, cuenta; pasaba más tiempo en el estudio de arte de la escuela que leyendo. A los catorce ya había descubierto la actuación –interpretar al Espantapájaros en una producción escolar de El mago de Oz fue su primer succés d’estime– gracias a un nuevo profesor de teatro de St Edward’s.

Hasta entonces O’Connor tenía una ambición más urgente –“quería ser futbolista”– y el teatro era secundario, pero la clase del profesor Strachan fue una revelación. Al anterior maestro de teatro le gustaban los musicales ostentosos. “No me interesaban”, recuerda. No eran lo suyo los bailes y la pomposidad. “Quería fingir ser alguien más y que pareciera real. Supongo que era peculiar para un niño de mi edad”.

El profesor Strachan alentó el compromiso de su alumno. “Fue maravilloso. Nos hablaba de Brecht. ¡No lo conocía! O Stanislavski. Personas que se tomaban en serio la actuación. No solo las estrellas de cine actuaban. Podía ser un acto político. Podía ser importante y serio”, agrega.

Mientras sus compañeros mandaban solicitudes para ingresar a la universidad, O’Connor audicionó y se quedó con uno de 14 lugares en la escuela de la compañía Bristol Old Vic Theatre (exalumnos: Daniel Day-Lewis y sí, Olivia Colman), en donde presionaba a sus profesores para que le dieran más papeles serios, menos baile y canto.

“Era un pesado, seguro un presumido”, reconoce.

Se graduó en 2011 a los 21 años, y le tocó lo que a todo actor británico: prolongadas épocas de desempleo, interrumpidas por apariciones de un día en Lewis, Doctor Who y papeles mínimos en producciones

pequeñas. “Fue un shock”, reconoce. Pero como siempre, encuentra el aspecto positivo. “Creo que fui bendecido al haber progresado poco a poco. Siempre he creído que debe ser muy duro para los actores que saltan de la escuela al éxito inmediato”.

En esta época ya vivía en Londres, tenía tres trabajos para pagar la renta de una casa en el insalubre barrio de Tottenham que compartía con nueve amigos de la escuela de teatro. “Ni siquiera estaba tan grande”, recuerda. Tuvieron que pasar tres años para que cambiara su suerte.

“Había hecho una obra en el Donmar, el sueldo no fue estratosférico pero –para mis estándares– sí; de ahí obtuve un papel menor en Peaky Blinders, como de seis líneas, y después tuve mucho trabajo durante tres años”, confiesa.

Su gran oportunidad le llegó con la serie dominical The Durrells, popular adaptación de los libros de Gerald Durrell, favoritos de toda la familia, con Keeley Hawes, intrépida madre soltera responsable de sus excéntricos polluelos en Corfu. O’Connor es el hermano mayor, Larry.

Por primera vez lo reconocían en la calle. Imita a un peatón: “¡Espera!

No me digas…Mmm… A ver. ¿En qué has salido? ¡Sí, eso. La serie griega!”.

Pese a este éxito, hasta The Crown la reputación de excelencia de O’Connor se basaba casi completamente en God’s Own Country de Francis Lee, emotivo romance campesino (es un género, en serio) con un tufo inconfundible a realidad –fango y sudor y sangre y semen– que estrenó en 2017 y recibió críticas apasionadas. O’Connor recibió varios premios por su interpretación de Johnny Saxby, nativo de Yorkshire, solitario, hosco, monosilábico, cuya existencia miserable y privada bajo esos cielos invernales se transforma con la llegada de un apuesto migrante rumano con quien empieza un romance apasionado.

La crítica reduccionista la comparó con Brokeback Mountain (también un romance campesino), pero en lo que se refiere a las escenas sexuales carece del decoro puritano que sí tiene aquella hermosa película. Aún más memorables son las escenas de cría de animales en las que O’Connor y su coestrella, Alec Secareanu, realizan procedimientos veterinarios ante los que James Herriot palidecería.

“Cruda e intensa”, así la describe O’Connor, así como la experiencia de filmarla. “Buscamos retratar la verdad. Trabajé en la granja en donde filmamos unas tres o cuatro semanas antes de empezar a grabar, y durante la grabación lo seguí haciendo. La pasé mejor que nunca”.

La primera vez que Lee vio a O’Connor fue en video. Para su audición el actor grabó unas escenas en su teléfono cuando estaba en Grecia filmando The Durrells. Fue tan convincente su retrato de un joven afligido que a Lee le preocupó que fuera difícil trabajar con él. Su acento era exacto al de la zona específica de la Yorkshire rural en donde creció Lee, tanto que se preguntó cómo no se conocían. Y cuando se reunieron en carne y hueso: “¡Llega este chico de clase media de Gloucestershire, hermoso, gracioso y cálido!”.

Lee achaca el éxito de O’Connor en ese papel a “su trabajo arduo y un talento divino”. El actor bajó 12.5 kilos para el papel, ya de por sí era delgado, después enfermó y bajó otros seis, terminó en el hospital con suero. Sugiero que hay una palabra que describe este proceso: compromiso. “Dañino, es otra”, contesta.

No es frecuente ver un romance de pantalla en el que cuando los protagonistas no están encamados, erige un muro de piedra. Tampoco es frecuente ver una historia de amor sobre el proceso de una fertilización in vitro. En Only You (2018), su otro protagónico importante en el cine, O’Connor es pareja de la brillante actriz española Laia Costa, otra pareja carismática en otra cinta británica naturalista. Él es estudiante de posdoctorado, ella funcionaria pública, mayor que él. Se conocen, se gustan, se acuestan y se van a vivir juntos. Hasta aquí es una come-

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Saco cruzado rojo en lana; suéter reversible de cuello redondo rojo/azul en cachemir con patrón de jacquard; pantalones rojos/ grises en lana con patrón de jacquard; botines bordeaux/ negros en piel Antik; cinturón negro en piel de becerro; todo de Giorgio Armani.

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Saco rojo en lana; camisa blanca en algodón orgánico; pantalones grises en lana; zapatos negros en piel, todo de Prada.

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dia romántica. Después deciden tener un bebé y descubren que no pueden. La actuación de O’Connor es otro íntimo estudio sobre la vulnerabilidad masculina.

Me pregunto cómo serán posibles esas producciones, por lo menos en un futuro cercano, si los actores deben respetar el distanciamiento físico en el set y el escenario. Incluso cuando vuelvan a filmar escenas de interacción humana, ¿se descartará el intercambio de saliva con desconocidos? Todo parte de un día normal de trabajo para los actores jóvenes y atractivos.

“Para nada podrías hacer God’s Own Country ahora, ni Only You, tampoco The Crown”, pero cambia de opinión. “De hecho, quizá sí podrías hacer The Crown”. A fin de cuentas, es sobre la familia real, un grupo de individuos que durante siglos se ha distanciado, socialmente y en otros sentidos, del mundo y entre ellos.

“Para ser honesto, no sabía nada de él”, dice Peter Morgan sobre el proceso de seleccionar a O’Connor para The Crown. “Pero todos los scouts lo conocían. Todos sabían que iba a ser un actor internacional.

Cuando se incorporó al elenco mucha gente experimentada me dijo: ‘Es una muy buena noticia’, por fortuna”.

“Recuerdo cuando hicimos The Deal” –la película para televisión de Morgan sobre Tony Blair y Gordon Brown, de 2013– “y el director de casting me dijo que había un solo individuo que podía interpretar a Blair. No tenía ni idea de quién era Michael Sheen. Fue algo similar”.

El hecho de que Carlos adulto, sin duda el personaje más importante en The Crown después de su madre, aparezca en pantalla hasta el capítulo seis de la tercera temporada, es un indicador de la naturaleza épica de la empresa (según algunos reportes, la serie de televisión más costosa que se haya producido).

Lo conocemos en “una etapa muy delicada de su desarrollo”, en palabras de la reina. ¿Qué más, Su Majestad? “Le gusta la actuación”, pronuncia, su disgusto es evidente. Para demostrar su entusiasmo por la interpretación, el papel que el joven Carlos interpreta es el de Ricardo II. “Una de mis obras predilectas. De todos los reyes de Shakespeare, es el más insolente, como un niño”, dice O’Connor.

El soliloquio del monarca afligido reza: “No habéis hecho todo este tiempo sino confundirme: / Vivo de pan, como vosotros, siento la necesidad, / saboreo el dolor, necesito amigos: siendo, pues, esclavo de todo esto, / ¿cómo podéis decirme que soy rey?”. Casi pregunto a O’Connor si le gustaría interpretar a Ricardo II, pero caigo en cuenta de que en cierto sentido, ya lo hizo.

En su primera escena propiamente dicha, los miembros superiores de la familia de Carlos están formados frente a él como un pelotón de fusilamiento. Lo envían a Gales a aprender galés antes de su investidura.

Es 1969. Carlos tiene 21 años, un joven torpe, tenso, que no ha empezado siquiera a hacer las paces con su destino perverso. Describe a su madre como una mujer “vil y fría”. Sus supuestos aliados son su maquiavélico tío Dickie Mountbatten (Charles Dance), su moribundo tío David, duque de Windsor (Derek Jacobi) y su hermana Ana (Erin Doherty), y ni ella es precisamente apapachadora: “Anímate”, le dice. “A nadie le cae bien un tipo miserable”.

Y así se vuelve aparente que el Carlos de O’Connor es otra exploración de un joven herido, suspicaz. Este heredero al trono es, sin duda, un Ricardo II, no un Bolingbroke. “Un caballo de raza muy distinta a la de su madre”, apunta su padre.

“Mami”, Carlos le dice a la reina tras el éxito de su investidura, “tengo mis opiniones”. “Permíteme contarte un secreto. Nadie quiere escucharlas”, responde la monarca. “En cierto sentido, supongo que es verdad”, dice Colman cuando le cito esta línea. “¡Es lo más cruel!

Un poco desgarrador ver a Josh a los ojos y decirle esas cosas”.

La relación entre Carlos y su madre es “extraña”, coincide Colman.

Caracterizada, dice: “Dan ganas de darle un bofetón y decirle, ‘¡Anda, espabílate!’. Pero en nuestra versión de los sucesos, nadie lo escucha.

Y es horrible. Cuando intenta expresarse, lo callan. De haberlo escuchado, quizás las consecuencias hubieran sido distintas. Seguramente lo hubieran sido”.

El calificador –“en nuestra versión de los sucesos”– es clave. Tanto O’Connor como Colman siempre se esmeran por aclarar que cuando hablan de Carlos o la reina, se refieren a los personajes que interpretan, que desarrolló Peter Morgan, no a los individuos de la realeza.

Colman asegura: “Nos basamos en esas personas. No las conocemos.

Nunca lo hemos hecho. Jamás nos han dicho qué opinan del programa.

Son conjeturas. Debe ser espantoso ver un programa sobre tu vida en el que no contribuiste para nada. A ninguno nos gustaría”.

O’Connor asegura que la realeza nunca le ha interesado mucho y que sigue sin interesarle. “Es muy útil porque si intentan sacarme algo sobre la verdadera familia real, no podría decir nada porque no sé nada de ella. Cuando viajamos a los Golden Globes me preguntaron mucho sobre Harry y Meghan y tuve que responder que no sabía de qué me hablaban, porque de verdad no sé”. ¿Le interesaría conocer a Carlos? Sí, pero solo porque sería gracioso que los dos estuvieran en un mismo lugar. “Francamente no tengo ningún interés. Mi trabajo es interpretarlo, pero ni siquiera a él”.

A Morgan le confieso cierta confusión. O’Connor asegura que no interpreta al verdadero príncipe Carlos sino a un personaje, ¿cierto?

“Entiendo por qué lo dice. Para protegerse. Es curioso porque igual yo me he distanciado de lo que hacemos. Procuro especificar que no estoy escribiendo sobre la familia real. Son avatares para contar la historia de la segunda mitad del siglo XX británico. Me temo que él también debe aclararlo para preservar la cordura, así como yo debo preservar la mía.

No obstante, estoy totalmente de acuerdo contigo, claro que interpreta al príncipe Carlos. Pero se trata de la versión única de Josh. En ese sentido, es único, como un retrato”.

Como en el caso de muchos dramas épicos, The Crown consiste en momentos íntimos, viñetas de melodramas domésticos, puntualizados por la grandeza de las escenas de multitudes, todas ellas con el telón de fondo de importantes cambios culturales y sociales. Por esas y otras razones, se ha descrito The Crown como shakespeareana. Ya sea tragedia, comedia o historia, depende de la lectura de cada quien. Tal vez sea una historia tragicómica.

“Como todos los grandes programas de televisión, en mi opinión se centra en la familia y en la política de la familia. Es lo interesante.

Sí, también los grandes vestuarios y las casas inmensas, la calidad de la cinematografía, la música y la banda sonora, todo es maravilloso.

Sin embargo, en última instancia, su núcleo es como el de Succession o The Sopranos, sobre la familia, las bajezas y la competitividad, el amor y la inseguridad, y todas aquellas cosas cuyo desarrollo nos fascina presenciar. Por ello es exitosa”, sugiere O’Connor.

Muy articulado. Solo que para mí, es exitosa porque es sobre la familia real, una fuente de fascinación constante, lasciva o no (pero sobre todo, lasciva) para millones alrededor del mundo (y Latinoamérica no ha sido la excepción).

Hacia el final de la tercera temporada, aparece un personaje en el polo que brinda alivio a Carlos y al resto de nosotros; desde las gradas, anima a Su Alteza Real. ¿Quién es la rubia en el Barbour? Nada menos que Camilla Shand, al parecer soltera, tras terminar hace poco con el apuesto capitán Andrew Parker Bowles, quien ahora está en maniobras con la princesa Ana. Carlos invita a Camilla (Emerald Fennell) a cenar (soundtrack: “Beggin”, de Frankie Valli and The Four Seasons) y le

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explica su postura. Le cuenta que su vida “es más un predicamento que existencia”. ¿Por? “Hasta que ella muera no podré cobrar vida”, casi susurra Carlos.

“Para mí es lo emocionante. La cuestión de tener que esperar a que muera tu mamá para que tu vida tenga sentido, y lo que implica para un joven. Es muy peculiar”, dice O’Connor y sacude la cabeza en descreimiento. “Carlos no necesariamente quiere tener poder, pero hasta que ella muera, ¿él qué hace?, ¿en qué radica su existencia?

No tiene sentido”.

En la tercera temporada, Morgan propone que Carlos tiene menos en común con su familia y más con su deshonrado tío el duque de Windsor, exiliado en Francia con su discutida esposa. El duque es estiloso, débil, sin poder, mordaz, espléndido, engreído, un librepensador y oveja negra. Al igual que él, nos anima a ver a Carlos como el houyhnhnm sensible, artístico, rodeado de yahoos ignorantes, aunque poderosos.

“Creo que en la dinastía Windsor existen dos líneas: la diligente y la individualista. Si estudias los últimos 100 años, más o menos, hay una línea que en esencia incluye a Victoria, la reina María, Jorge V, Jorge VI, Isabel II y la princesa Ana. Y otra que incluye a Eduardo VII, Eduardo VIII, Margarita y Carlos”, afirma Morgan. Desde luego, la diligente puede ser igual de peligrosa como deslumbrante.

–Cuidado con tu familia –advierte Wallis Simpson a Carlos.

–Ah, tienen buenas intenciones –responde él.

–No, para nada –sentencia ella.

Y así somos testigos de que la realeza de mayor rango –Mountbatten, el cortesano por excelencia, y la Reina Madre (¿quién lo diría?)– conspiran para separar a Carlos y Camila. “¡No lo toleraré!”, le dice a la reina Isabel. Pero lo tolera. Y Camilla se vuelve la señora Parker Bowles.

Lo cual quiere decir que la cuarta temporada fue prometedora para el personaje de O’Connor: el cortejo riesgoso, el matrimonio arreglado y las primeras grietas en ese matrimonio. En breve, los obscenos y destructivos años 80, la década en que la vida pública de la realeza y la nación pasó de la prensa seria y sobria a los tabloides (con chupadas de dedos del pie incluidas).

Cuando observé adelantos de tres escenas de la cuarta temporada, vi a Carlos y Diana (interpretada por la debutante Emma Corrin) en papeles protagónicos junto con la Reina de Colman y otro icono de la era, Margaret Thatcher (Gillian Anderson). Además de las aventuras libidinosas de los miembros jóvenes de la realeza, el drama de Morgan se ocupa de la guerra de las Malvinas, la huelga minera y los coletazos de la Guerra Fría (nada sobre las fiestas de acid house).

Carlos se compadece de sí mismo. Y no es que no haya motivos.

“Es una niña”, se queja al teléfono con Camilla. Se refiere a lady Diana Spencer, con quien debe casarse, como le dice su padre en el “cuarto de despiece”, en donde desangran a un ciervo antes espectacular; no es coincidencia.

En una escena que recrea el viaje de Carlos y Diana por Australia en 1983, su incandescente y joven esposa lo opaca por completo. “¡No merezco esto! Se supone que este era mi tour”, se queja con su gesto perenne de apretar los dientes. (Por cierto, cuando vi esos adelantos, Di me pareció un éxito. Corrin capturó esa peculiar mezcla de timidez y cálculo, la asesina intachable con la sonrisa aguda.) “Fue muy emocionante interpretar esas escenas con Diana”, cuenta O’Connor.

“El matrimonio de Carlos y Diana fue como tres Brexit y tres pandemias en uno, ¿no? Todo el mundo se define de una u otra forma por la reacción frente a los sucesos que la familia real nos infligió”,

Morgan se maravilla. “Y al centro de todo esto estuvo ese matrimonio.

Lo más triste es que a mi parecer eran un equipo de ensueño. Pudo haber sido fantástico. Pero eres periodista, no necesito explicarte la relevancia de esa historia”.

Su teoría es que mientras mantenga una generación de distancia de los sucesos que describe, se remite a construir un recuento histórico responsable y no a satisfacer al “periodismo indecente”, como él lo llama. Con esto dicho, al menos conversando, el escritor no es capaz de guardar siempre el decoro. Esta es una sola flecha que sale del arco de Morgan: “la campaña de Carlos para hacer reina a Camilla es igual de apasionada y comprometida, despiadada, que la campaña de Enrique VIII para hacer a Anne Boleyn su reina”. Me dan ganas de responder: “¡Exactamente, diste en el blanco!”. Y si esto no te invitó a ver la cuarta temporada y después la quinta, entonces nada lo hará.

Por cada personaje que interpreta, Josh O’Connor hace un cuaderno de notas, con fotos, recortes e incluso objetos pequeños. Para empezar la libreta del príncipe Carlos recordó una tienda de ropa en Cheltenham en donde compraba ropa para la escuela.

“Compré en línea los shorts que más parecieran de escuela pública.

Blancos, almidonados. Los remojé en lodo y los guardé toda una semana en una mochila, después recorté un pedazo y lo puse en la libreta”, apunta. (Como los espectadores de las primeras temporadas a Carlos lo marcaron sus años en Gordonstoun, la brutal escuela escocesa que tanto repudió).

“Me pongo muy experimental. Es solo para mí, nadie ve las libretas.

Para el personaje de Carlos, por ejemplo, compré un aftershave que oliera mucho a roble, me imaginaba al príncipe usándolo y lo rocié en la libreta. Tal vez es exagerado y no me ayude para nada, pero lo hago por diversión, ¿a quién le importa?”, cuenta O’Connor.

Le respondo que tiene mucho sentido que quiera crear un registro sensorial del pasado del personaje, incluso si es inventado, para alimentar su actuación. “Así experimentamos la vida, ¿no crees? Los sentidos detonan respuestas emocionales y recuerdos. Con todo personaje el objetivo no es solo actuar, sino crear una experiencia lo más vívida posible”, afirma.

“El motivo por el cual, a mi parecer, a Josh le irá estupendamente bien, y todos podemos esperar presenciar una carrera brillante, es porque tiene equilibrio, lo cual es inusual. Y a diferencia de la mayoría de sus personajes, da la impresión de que el sol brilla para él y navega con el viento a su favor. Es magnífico”, asegura Peter Morgan.

Lo es.

“Soy muy afortunado”, repite O’Connor mientras se pone el casco para regresar en bici a su casa.

Y lo es.

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A SIS TENTE DE MODA: DA N CHOPIN / A S I S T E N T E S D E F OTO G R A F Í A : TO M F R I M L E Y, B R A D L E Y P O L K I N G H O R N E

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Abrigo color camello en capas de poliéster, camisa Tourbillon a rayas azules/ blancas, corbata azul, pantalones café en lana, todo de Louis Vuitton.

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vida

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En un mundo plagado de desastres ambientales, agitación política, crisis económica, revueltas sociales y una emergencia sanitaria, ¿acaso el siguiente paso lógico para la humanidad es construir comunidades marítimas flotantes? ¿O acaso el llamado seasteading es un proyecto apasionado y extravagante para techies paranoicos y soñadores de una utopía alternativa?

Por Max Olesker

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GIRL eran una pareja que soñaba vivir en

Ese es mi barrio: maqueta digital de un SeaPod de diseño danés.

flotantes. Los modelos representan viviendas minimalistas de la era espacial, similares en forma y diseño a un AirPod gigante de Apple, con amplios ventanales que ofrecen vistas panorámicas al mar. Adquirieron una enorme impresora 3D para fabricar las carcasas exteriores.

“Vamos a dar pasos pequeños”, cuenta Elwartowski. “Estamos construyendo una casa que deberíamos terminar para finales del año, y ya casi está lista nuestra fábrica, entonces podremos empezar a producir las SeaPods en serie, van a quedar tremendas, y así demostraremos cómo es vivir en el agua, en el mar”.

Elwartowski puede materializar su sueño gracias a Bitcoin. Asegura haber comprado su primer Bitcoin en 2010 y para 2018 haber tenido suficientes ganancias para jubilarse de su trabajo como contratista militar. En efecto, Bitcoin y el seasteading tienen mucho que ver –las dos son tecnologías revolucionarias cuyo fin es refinar cómo hacemos las cosas– y en ocasiones los dos movimientos parecen cruzarse (las

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redes de Summergirl son @bitcoingirlthailand). Elwartowski también es un entusiasta del futurismo; le gustaría probar medicinas transhumanas para llegar a los 200 años. “A muchas personas interesadas en el seasteading porque en el mar abierto podrían desarrollar esa tecnología más rápido”.

A medida que avanza el deshielo, las temperaturas se elevan año con año, las recesiones, la ultraderecha cobra fuerza, el discurso cultural se vuelve cada vez más problemático y polarizado, la población mundial crece más rápido que nuestro abasto alimenticio y una pandemia pone de rodillas al planeta, el sueño de comenzar una vida nueva en el océano no parece poco atractivo. Es una era que se siente más como posterior a la Segunda Guerra que anterior a la Tercera, en la que se requieren soluciones drásticas.

Colonizar el océano no parece tan improbable en un momento en el que la humanidad empieza a contemplar con seriedad colonizar el espacio (los objetivos de Ocean Builders no son tan distintos: Rüdiger Koch, ingeniero y quien financia el proyecto, descubrió el seasteading en busca de su objetivo más ambicioso, el viaje espacial. Originalmente diseñó el XLII como prototipo de una tecnología hasta entonces no demostrada, “circuito de lanzamiento”.)

El seasteading ofrece una visión de una serie de comunidades flotantes –a escala, flexible– a las que las personas pueden llegar e irse a voluntad, influir de manera directa en el gobierno de una “ciudad” al participar en ella o no. ¿No te cae bien tu vecino, descubriste una comunidad más llamativa o sencillamente eres aventurero?

Empacas y te vas.

Estas ideas y muchas más quedaron descritas en un manifiesto de 2003: “Seasteading: una guía práctica para vivir en altamar”, en muchos sentidos, la biblia del movimiento. “En vez de gobiernos inmensos, monolíticos, indiferentes, tendremos muchos pequeños, dinámicos, innovadores”, afirma. Las ambiciones del manifiesto llegaron a incluir resolver los conflictos globales intratables: “Israel y Palestina no tendrían que ser vecinos, tras entrar en guerra por la división de la tierra prometida, y seguro hacer estallar una parte de ella, podrían quedarse cada uno con sus peda-

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el mar. Su hogar sería una estructura flotante hecha a la medida, alejada de cualquier costa, y vivirían con total libertad: libres de las ataduras de la sociedad o los edictos de cualquier gobierno. Podían pasar sus días esnorqueleando, buceando, navegando, paseando en kayak, distraídos en juegos de mesa, leyendo, comiendo ensalada picante tai de papaya (Summergirl) y tacos y alitas de pollo (Elwartowski), y tomando una que otra piña colada.

Con el tiempo, tal vez otros los acompañarían en estructuras vecinas y nacería una comunidad mayor.

Al movimiento se le conoce como seasteading . El concepto había cautivado a Elwartowski desde que lo descubrió en internet en 2008. Durante años se había discutido en foros y conferencias, pero nunca se había puesto en práctica hasta que, en 2019, Elwartowski y Summergirl decidieron que serían los primeros en materializarlo a largo plazo.

Fundaron una empresa, Ocean Builders, junto con una pareja con ideas afines, y construyeron el primer seastead moderno del mundo. Era una cabaña octagonal, acogedora, que bautizaron XLII (se pronuncia “Ixly”) y flotaba sobre una viga Génesis de acero (una boya vertical que se utiliza en plataformas petroleras). La pareja colocó el XLII a 12 millas náuticas de la costa de Tailandia, se mudaron y organizaron un “curso de certificación” de una semana para grupos pequeños. Se les proclamó la primera pareja del movimiento.

Poco más de una semana después, el gobierno de Tailandia los acusó de traición –un crimen que se castiga con la pena de muerte– y organizaron la persecución más grande en la historia del país.

“Más de 100 oficiales desempeñarán estas labores”, afirmó un reportero en tono amenazante mientras la Marina Real de Tailandia movilizaba su HTMS Sriracha, un cañonero de 590 toneladas. “Tenemos leyes para proteger nuestra soberanía”.

La pareja huyó en barco, navegaron toda la noche, atravesaron una tormenta eléctrica y llegaron a Malasia, en donde les negaron la entrada por no tener estampas de salida de Tailandia en los pasaportes.

Siguieron navegando otros nueve días, se les acabó la comida, encontraron puerto seguro en Singapur y al final volaron, vía París, a Panamá. Estaban en la Marina de la bahía Linton la primera vez que hablé con ellos por Zoom.

Elwartowski es nativo de Michigan, tiene 47 años, es simpático, calvo y le entusiasman las camisas con patrones hawaia-

nos. Summergirl, de 36, es nativa de Tailandia (así se hace llamar en inglés, su nombre es Supranee Thepdet), es cálida, sonriente y cocina platos complejos que luego postea en Instagram. Su relación es afectuosa y relajada –se casaron en el exilio–, y aunque desearían que el gobierno tailandés desestimara los cargos en su contra (Summergirl tiene un hijo de una relación previa en Tailandia a quien no puede visitar), su misión sigue vigente.

Ocean Builders facilita la construcción de SeaPods, una segunda generación de seasteads más elegantes y sexys, diseño de un prestigioso despacho de arquitectura danés que se especializa en estructuras

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CHAD ELWARTOWSKI Y NADIA SUMMER-

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entrevistas con una intensidad ligeramente mesiánica, a lo Steve Jobs: “Wozniak no cambió Hewlett Packard desde dentro”, le cuenta a un público de delegados en la Polinesia Francesa.

En el TSI, la labor diaria de Quirk consiste en trabajar con un abogado para crear SeaZones, “el paso más allá de la Zona Económica Especial”, tener comunicación con banderas de conveniencia en todo el mundo para que reconozcan que los seasteads enarbolen la bandera de Panamá, y negociar una concesión marítima con el gobierno panameño para permitir el lanzamiento ordenado de SeaPods de Ocean Builders. Si bien Quirk no tiene lazos comerciales con Ocean Builders, su deber es asegurarse que el proyecto progrese lo mejor posible. También queda claro que cree que el equipo de Panamá dio en el clavo.

“Los SeaPods no requieren inversores”, asegura Quirk entusiasmado. “Serán costeables para venderlos directo a los clientes”. (Elwartowski asegura que el precio

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de venta es de $150,000, aunque mientras escribo esto, el precio en línea es de $195,000.) Y como explica Quirk, los planes de crecimiento son exponenciales.

“Entonces podemos venderlos a los clientes. Primero, con un retiro de meditación en aguas turquesa. Después un SeaBnB. Ecoturismo para conocer un jardín de coral en crecimiento. Piscifactorías y cosechas de algas. Después, masaje y bótox.

Terapia con células madre. Dentro de poco, un vecindario flotante con comercios pioneros. Enseguida alguien ofrece contratos inteligentes de Blockchain, servicios de seguridad marítima, una criptomoneda local”.

Además del futurismo y la criptomoneda, en las venas del movimiento también corre el libertarianismo. Los fundadores, Friedman, su coautor Wayne Gramlich y Peter Thiel, son abiertamente libertarios. Y si bien Quirk no –”Me identifico como evangélico ignorante. A penas puedo gestionar mi vida. ¿Cómo voy a gobernar la suya?”–, al igual que ellos, cree en la capacidad del libre mercado para consolidar su sueño: “la gloria de los seasteads es que tienen que atraer a las personas para que los elijan. De lo contrario, quiebran y los sustituyen mejores”.

Elwartowski descubrió el seasteading gracias a su participación en foros Ron Paul en 2008. En la página de Facebook –absolutamente libertaria– de partidarios del Seasteading una encuesta se titula” “¿Cuáles son tus apodos favoritos para los partidarios del estatismo y los antiseasteading?”.

En primer lugar y con ocho votos: “los de interior”, seguido de “recaudadores fiscales” con seis (“Escoria” y “Tu mamá” están en último con un voto).

También hay un tufo de autoritarismo en el mundo de las ciudades flotantes.

Cuando el TSI no aprobó un documental que se filmó sobre su proyecto en la Polinesia Francesa, presionó a los cineastas para que no lo distribuyeran, y cuando no funcionó, se apresuraron a editar su propio documental lisonjero (con el mismo título y casi el mismo material).

Más aún, tanto Friedman como Thiel han expresado abiertamente su apoyo a la obra de Curtis Yarvin, alias Mencius Moldbug, el bloguero responsable de NRx, filosofía antidemocrática, antiigualitaria, neorreaccionaria, “la Ilustración Oscurantsista”, que respalda buena parte de las ideas de la derecha alternativa. Friedman expresó haber tenido la dicha de “descubrir que Mencius ya no es una voz solitaria y oscura, ahora ha logrado inspirar a toda una escuela de filosofía política que abraza ideas incómodas”.

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esposa desde hace 15 años y sus perros, un Cavalier King Charles Spaniel y un poodle miniatura. Quirk viene de la escritura, es autor de no ficción, novelista y antiguo columnista de humor para la revista transhumanista H+, y cuando nos escribimos por correo, sus respuestas son campechanas y de un humor autocrítico (y salpicadas de referencias a mi otro trabajo).

Quirk conoció a Friedman en Burning Man en 2011, y se entendieron bien. Ha sido director ejecutivo de TSI desde 2018 (ahora Friedman presidente) y se le denomina “Seavangelist” del Instituto. Hoy en día es el defensor más incansable del movimiento, dicta conferencias y concede

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zos e irse por su lado”.

Fue obra de Patri Friedman, activista libertario de voz aguda que durante años fue la cara del movimiento. Friedman, de 44 años, fue ingeniero en Google, jugador ocasional de póquer, anarcocapitalista, portada de sexiestgeeksalive.com de junio de 2008 y nieto del economista receptor del Nobel, Milton Friedman. Fue coautor del manifiesto junto con un colega teórico libertario, y en el transcurso de los años se ha actualizado el documento de forma comunitaria (Friedman lo escribió en Perl para que el público añadiera comentarios y sugerencias.)

El 15 de abril de 2008 su proyecto recibió su primer capital semilla, $500,000 del billonario de la tecnología Peter Thiel (cofundador de PayPal y el primer inversor externo de Facebook). El visto bueno de Thiel dio credibilidad a la misión y su inversión financió un organismo sin fines de lucro, el Instituto de Seasteading (TSI, por sus siglas en inglés). Friedman renunció a Google para dedicarse de tiempo completo a la causa como director ejecutivo del instituto.

Desde entonces, cada año el TSI ha organizado un festival autónomo, Ephemerisle (lo describen como “Burning Man mezclado con Silicon Valley en el agua”, ofrece tiendas de campaña, networking y un programa de conferencias), y ha realizado numerosos intentos para materializar el seasteading, estuvieron a punto en el proyecto de Blue Frontiers de 2017. Se asociaron con Marc Collins Chen, ex ministro de turismo de la Polinesia Francesa, en un intento por fundar una isla flotante “igual de costosa que Manhattan” en la costa de Tahití, que diseñaría la empresa de diseño marítimo Blue21 y tendría su propia criptomoneda, Varyon.

TSI logró avances con el gobierno de la Polinesia Francesa: “Este proyecto tiene muchas promesas de desarrollo”, declaró el presidente de la Polinesia Francesa, Édouard Fritch, quien firmó un memorando de entendimiento para demostrar la relación formal con el proyecto, pero se encontró con resistencia política. En última instancia, Varyon no consiguió recaudar suficiente capital y regresó sus fondos, lo cual detuvo el proyecto de la isla flotante. Impávido, el TSI sigue intentándolo, estos días con patrocinio de Joe Quirk.

A diferencia de la intensidad ligeramente etérea de Friedman, Quirk, de 54, se describe como un hombre promedio.

Nació en Nueva Jersey, es robusto, pelo castaño y corto, sonrisa divertida, vive en la zona de la bahía de California con su

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Cuando contacté a Friedman para este artículo, respondió: “Hola, estamos revisando tus antecedentes e historia. Si pasas la revisión, me pondré en contacto a principios de la próxima semana para responder”. Desconcertante, a propósito.

En la respuesta de Friedman, la agresiva gestión de imagen del TSI, e incluso en el saludo cordial de Quirk (“Te estoy observando”), hay un tufo de cienciología (L Ron Hubbard, es otro escritor de ciencia ficción, experto en medios, a cargo de un movimiento con interés de habitar el mar, específicamente mediante la operación Sea Org de 1967).

El mar es terreno resbaladizo, y cuando se predica un sistema a partir de la libertad total para todos, la probabilidad de atraer a extremistas es alta. O como dijo el rey de los medios del siglo XXI, Joe Rogan, instintivamente, cuando entrevistó a Joe Quirk en 2014: “Cuando escucho la idea, me da la impresión de que sería interesante, pero caray, se me ocurren varias dificultades. A fin de cuentas, unos pinches locos van a constituir sus propios países bizarros que van a estar flotando por ahí… ¿Qué clase de tierras sin ley van a crear? ¿Qué clase de locuras?

Hay otro proyecto de ciudad flotante de ideología y enfoque muy distintos. En una mesa redonda que se realizó en abril

de 2019, el Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-HÁBITAT) se comprometió a apoyar Oceanix City, un desarrollo que no producirá residuos, resistente a los huracanes, diseñado para albergar hasta a 10,000 personas en islas hexagonales modulares. La propuesta es de Oceanix, empresa que fundó Marc Collins Chen, el mismo individuo responsable del proyecto de Blue Frontiers en la Polinesia Francesa que se pospuso. Collins Chen, de 54 años, es de Honolulu, tiene contactos y labia, y fundó Oceanix junto con Itai Madamombe, exdirector de asociaciones globales de la ONU. Collins Chen habla conmigo por Zoom desde Brooklyn, Nueva York, y me cuenta el progreso de su firma, se nota que lo recita de memoria. Tras la reunión de ONU-HÁBITAT, Oceanix atrajo el interés de 12 gobiernos y en fechas recientes accedió a asociarse con uno de ellos: “Estamos seguros de que podremos anunciar esta asociación en enero o febrero de 2021”.

Tiene un país, un océano, una empresa de construcción (el gigante francés Bouygues) y lo más seductor, una asociación con Bjarke Ingels, el superarquitecto danés. Ingels, de 46 años, fundó el The Bjarke Ingels Group (BIG) –el URL de la empresa es el provocador “big.dk”– e irra-

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dia esa clase energía. Es el niño prodigio de la arquitectura moderna, seguro y atractivo. (“Parece que fue integrante de una boy-band y que en la siguiente etapa de su carrera no está durmiendo bien”, escribió Ian Parker en The New Yorker), no le teme a los retos enormes, entre ellos trabajar en el Hyperloop de Elon Musk y diseñar la nueva sede colosal de Google. Ha expresado interés en construir en Marte y por ahora está diseñando nada menos que un concepto para el futuro de nuestro planeta (denominado Masterplanet).

El subdirector ejecutivo de ONU-HÁBITAT, Victor Kisob, quedó impresionado: “Escuchar a Marc y ver sus diseños, parece futurista pero práctico”, declaró para National Geographic. Ahora bien, Oceanix ha ganado fuerza porque se presenta como una solución al cambio climático, no una misión libertaria. Más aún, Collins Chen no considera que su ciudad sea un seastead, sino una extensión natural de una ciudad existente, y planea trabajar de cerca con autoridades locales, no negociar para obtener la mayor autonomía posible.

“Te diré algo, hay muchas más ciudades costeras que necesitan espacio que millonarios que quieren eludir pagar impuestos”, dice Collins Chen.

En última instancia, pese a sus ambi-

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modernos”. El presupuesto para construirlo era de 10 mil millones de dólares, no despegó y está pospuesto.

Si bien Elwartowski, Summergirl y compañía están en la vanguardia, incluso Friedman ha seguido con su vida, ahora en una iniciativa que respalda Peter Thiel: Pronomos Capital, una empresa de capital riesgo que busca crear ciudades de alquiler en países en desarrollo. Cuando Friedman me contesta, me explica que su intención con Pronomos reside en mejorar la situación en la tierra, lo cual tiene “un impacto potencial mayor porque hoy en día la gente y el capital habitan en la tierra”. Pero mantiene que “el movimiento de gobierno competitivo es lo suficientemente amplio como para respaldar la estrategia complementaria para lanzar el seasteading”.

Tal vez la participación de Friedman refleja los proyectos utópicos fallidos que le precedieron y que identificó en su manifiesto: “Un entusiasmo inicial desmedido que se va debilitando a medida que se comprueba la enorme dificultad de que tal empresa vea la luz”.

Y mientras Friedman sigue intentando reconfigurar la sociedad con ideas provocadoras, en otros aspectos, su vida cotidiana parece seguir el manual de tropos de Silicon Valley. Vive con su esposa e hijos en las neblinosas montañas de Santa Cruz, toma cursos de parkour, entrena crossfit, hace ayunos, aprende a tocar el didgeridoo, toma agua de un pozo y medita (un post de Facebook reflexiona sobre cómo mezclar la meditación con las enseñanzas de Jordan Peterson). Para su cuadragésimo cumpleaños, recibió una espada de Bat’leth, la espada curva de los klingons de Star trek . En su ahora depurado Live-Journal, publicó sobre experimentar el arte de las pick-up y después de aventurarse en el poliamor, “salió del clóset” como monógamo.

El seasteading está en un momento en el que tiene el potencial de serlo todo para los techies. En su versión más utópica, es un paraíso flotante de amor libre y networking. En su versión más libertaria, es un mundo dinámico de gobierno extralimitado en donde las mentes más agudas del planeta pueden desarrollar estructuras sociales experimentales a la velocidad de una start-up dinámica y exitosa. En su versión más pragmática y capitalista, son bienes raíces y oportunidades de compra o

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ciosos objetivos, el Instituto Seasteading se reduce a Joe Quirk y uno que otro colega, y es difícil determinar qué porcentaje del trabajo del TSI es real y qué otro es un puñado de gente en línea compartiendo memes, y ni siquiera nuevos. “SeaPod, me alegro por ti, te voy a dejar terminar, pero XLII fue el mejor seastead de TODOS LOS TIEMPOS”, dice Kanye West en un post que Quirk compartió en julio.

También está el tinte de club de Toby.

Al final del “curso de certificación de seasteading de Elwartowski y Summergirl a bordo del XLII, el certificado que recibieron los participantes de manos de Quirk leía: “Atención, marineros, sirenas, serpientes, ballenas, tiburones y otros seres del mar…que se sepa en todas las latitudes y longitudes, que lo sepan todos los seasteaders, marineros y amantes de la tierra hornados ante su presencia, que ahora es un seasteader certificado”.

Pero quizás la razón por la que pocas personas están contemplando seriamente esta propuesta es porque no es fácil materializarla. El deseo de crear comunidades flotantes precede el seasteading . En el transcurso de los años se han hecho varios intentos y todos han fracasado. En diciembre, una nueva serie dramática de Netflix Rose Island, contará la historia verdadera del italiano Giorgio Rosa, quien intentó construir su propia comunidad flotante en una plataforma de 400 metros cuadrados en la costa de Rimini, en 1967.

En los años sesenta, el arquitecto estadounidense Buckminster Fuller recibió un encargo de un cliente japonés de medios para construir una vasta y ambiciosa “ciudad tritón” en el agua, en la bahía de Tokio.

Cuando murió el cliente, la Marina de los Estados Unidos aprobó los diseños y se intentó establecer la ciudad en la bahía Chesapeake, Baltimore.

En 1971, el Reino Unido propuso una “ciudad marítima” cerca de Great Yarmouth; desde 1967 también hay una plataforma en la costa de Suffolk que se proclama “Principado de Sealand”. A finales de los 90, un ingeniero de Sarasota, Norman L Nixon anunció sus planes para crear el navío Freedom, un buque de 1.6 kilómetros de largo, “con suficiente superficie para albergar a más de 50,000 residentes, 15,000 empleados, 20,000 visitantes y todavía tener suficiente espacio para pasear como en los cruceros

renta. En su versión más ambiciosa, un trampolín para el siguiente capítulo de la historia de la humanidad: un mundo de transhumanos inmortales listos para viajar al espacio. Y en su versión más turbia, es un lugar para un grupo de charlatanes, nómadas, estafadores, trols del internet con aires de superioridad, criptotramposos, célibes involuntarios y aspirantes a autócratas, para experimentar con comunidades con total libertad, sin rendir cuentas a nadie.

Oceans Builders me envía una foto tomada con un dron de su fábrica de Panamá, que muestra la carcasa de fibra de vidrio de un SeaPod que están armando.

Es un logro impresionante, un paso seductor hacia lo posible. La empresa asegura que empezará a fabricar un SeaPod por semana.

“En 2022, espero ver varios SeaPods flotando en Panamá. En 2027, una fábrica flotante de SeaPod en altamar. Para 2035, los gobiernos en tierra firme estarán revolucionando sus políticas debido a los ejemplos superiores que pondrán los seasteads.

Dentro de treinta años, espero que tu dron personal aterrice en una sociedad flotante en donde a sus residentes no se les ocurre pelear sobre política, del mismo modo que los pasajeros de un crucero no pelean sobre su gestión”, asegura Quirk.

En mi última conversación con Elwartowski, me cuenta que Ocean Builders compró un crucero. Lo bautizarán MS Satoshi, en honor al fundador semimítico de Bitcoin, y el objetivo es ofrecer la experiencia “seasteading lite” a clientes potenciales, junto con la real. (En octubre, Friedman tuiteó que estaba “muy emocionado de que el MS Satoshi haga realidad el seasteading con el primer criptocrucero del mundo”).

Si todo sale según el plan, el 10 de enero de 2021, el aniversario número 12 del primer blockchain, su SeaPod nuevecito zarpará de la costa de Panamá. Tal vez, al fin cumplirá el sueño de Friedman: brindar un hogar permanente para Elwartowski y Summergirl, enarbolar una bandera del seasteading que tenga reconocimiento internacional y augurar una nueva era de libertades sin precedentes y desarrollo humano acelerado.

O tal vez, no.

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EN FR EN TA RSE

MAGI

A LA

Lo supo de inmediato. Cuando hizo su primer truco de magia tenía tan solo seis años y no dudó: se dedicaría a eso el resto de su vida. Ahora es célebre bajo el mote de “el mago de los millonarios”. Y eso hace que uno se pregunte por qué, ¿qué hace distinto? ¿Con qué clase de trucos impresiona a los príncipes, reyes, celebridades y premios Nobel que han conformado sus audiencias? ¿Son acaso espectáculos tecnológicos llenos de rayos láser y pirotecnia? Todo lo contrario. Steve Cohen es, digamos, un mago chapado a la antigua. Un neoyorquino fascinado por la belleza y complejidad de lo simple que se inspira en los espectáculos de salón populares en Europa en el siglo XIX que formaron la tradición de la magia en Manhattan a inicios del XX. Siempre elegante, obliga a su audiencia a llevar un código de vestimenta ídem. Se presenta en lugares minúsculos de gusto barroco. Le gusta rodearse de candelabros delicados, cortinas de terciopelo y pinturas antiguas. Barajea naipes, cubre copas con servilletas. No hay más. Pero la naturaleza inmersiva de sus presentaciones y la pasión que invierte en cada truco hacen que la cita para verlo sea mágica en sí misma. Su show Chamber Magic cumplió 20 años. La pandemia impidió cualquier celebración. Pero este año, en el que Cohen cumple 50, no puede pasar desapercibido. Ambos aniversarios se conmemoran en Confronting Magic, un libro que reúne ensayos escritos por el mago y más de 200 imágenes relacionadas con su espectáculo más longevo. Editado por Assouline, el prólogo quedó a cargo del mejor autor posible: el cineasta mexicano (y gran aficionado de la magia) Guillermo del Toro. —MÓNICA ISA BEL PÉREZ

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Su carisma y destreza con las cartas lo han hecho famoso.

Foto Nico Moreno.

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La admiración y sorpresa que genera es inevitable: Steve realizando un truco de cartas. Foto Matthew Murphy.

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Haciendo balance con los paraguas. Foto Sean Farkas.

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Steven Cohen

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por Thomas Churchwell.

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Cohen hace levitar una mesa durante el show “Chamber Magic”. Foto Nico Moreno.

assouline.com chambermagic.com

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Steve Cohen realizando su legendario truco “Think-a- Drink”.

Foto Clay Patrick McBride.

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Fotos GUSTAVO GARCÍA-VILLA #SHOTONIPHONE

EN L A A ZOTE A DEL MUNDO

“LA ÚLTIMA ENCARNACIÓN DE ULISES, EL ROMANCE SIN FIN ENTRE LA BELLA Y LA BESTIA, HA ESTADO ESTA TARDE EN LA ESQUINA DE LA 42 STREET Y LA 5TA AVENIDA, ESPERANDO A QUE LA LUZ DEL SEMÁFORO CAMBIARA”. -Joseph Campbell.

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Por MARIO P. SZÉKELY

U N A E N T R E V I S TA C O N F E R N A N D O F R Í A S , E L M E X I C A N O A L

ht k os ki :// tp tl s. eb .w oj Q U E E L O S C A R T I E N E E N L A M I R A , C O M PA R T E S U O D I S E A C O N E S Q U I R E .

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ht de las sacudidas que marcarían su futura carrera de cineasta. Fanny y Alexander, de Ingmar Bergman, contaba la historia de un niño curioso como Fernando, quien gustaba inventar historias aún cuando fuera castigado por ello, precísamente, por una figura de autoridad como lo era el padrastro del filme.

Al iniciar el clásico de Bergman, un teatro cuelga sobre el escenario la leyenda en danés labrada en madera: “Ei Blot Til Lyst” (“No solamente para placer”), vaticinándole a Frías, aún como aprendiz, que la urgencia por hacer películas al crecer vendría con la motivación de búsquedas personales que necesitaban una historia en pantalla, y no necesariamente hacer sentir cómodo a quien está sentado en la butaca.

Alexander, vestido por su madre, y asistentes del hogar, se asomaba tras la cortina roja al tiempo que iba acomodando personajes de cartón en el escenario a escala del Royal Theatre de Copenage. Todo es una ilusión en sí y la cámara de Bergman ayuda al truco de hacer creer –al inicio del filme– que el teatro era real.

“Yo, más que enamorarme del cine, encontré identificación tanto en el cine como en la literatura. Al crecer con miles de DVD pirata coleccionados a mi disposición, poco a poco comencé a traicionar lo que era familiar u oficial de los gustos de mi casa y a buscar mi propio contenido, las cosas con las que yo me identificaba”.

“Me acuerdo que de niño la gente conectaba muchísimo con Star Wars y yo no tanto. Me gustaban más aquellas películas con las que me podría identificar gracias a sus protagonistas y el tema. Pasé largos periodos bastante solo, pero muy acompañado por el cine, simplemente explorando”, resume sobre esos tiempos que habitó en la colonia Romeros de Torreros.

Esa misma sensación de aislamiento, con la certeza de tener en las manos algo especial, fue forjando en Frías su sentido de identidad. El futuro escritor de cine afirma que la Cineteca Nacional de México se volvió su universidad, donde sus confines y pantallas detonaron experiencias que le reafirmaron una verdad: asomarse al mundo era encontrarse a sí mismo.

“Sí tuve una época en la que me dije: ‘Quiero que mi vida sea como la de las películas’, llena de aventuras y cosas insospechadamente grandes, pero también deseaba que las películas fueran como veía yo la vida, que al final de cuentas es menos parecida a las películas y más como sabemos que es: impredecible, a veces tediosa y otras excitante, sobre todo muy desafiante y cambiante”, reafirma Frías, quien vio inevitable pasar de leer y observar, a desencadenarse él mismo a labrar ficciones en pantalla.

O documental, como lo hizo con Calentamiento local, con un letrero clavado en la arena de Puerto Escondido, frente a la fachada de un restaurante de mariscos, que anuncia: “El negocio no se hace responsable por desastres naturales”. Emitido por Canal 22 y merecedor de varios premios, obedecía al instinto de Frías de colocar ante la cámara a personas con reflexiones aparentamente triviales y obvias, pero que dejan ver esa urgencia de escape y de reinventarse de muchos al momento de dejar su casa y llegar a un sitio donde nadie los conoce.

Una rubia de Eslovania, por ejemplo, describe que llegó a Puerto Escondido tras inspirarse en las playas de Y tu mamá también, de Alfonso Cuarón. Ella se deja foto-

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tir el golpe del viento en la nuca y estar de pie. Hacia los lados el oriente y el poniente, al norte Estados Unidos y al sur el resto de México que embona con Latinoamérica.

Fernando Frías es su propia brújula en el techo de un edificio de la antes llamada Tenochtitlan, sintiendo que la vida lo jala, lo empuja y arroja hacia el resto del mundo que lo ha proclamado entre los nuevos emisarios del buen cine y que le da la posibilidad de soñar con el Oscar de Hollywood y el Goya de España, si ambos lo nominan.

Dicen que el camino de regreso a casa solo puede iniciarse cuando se parte de la misma; Frías hace 11 años dejó México para aventurarse a Nueva York con la misión de encontrar su voz como artista, y –sobre todo– apostando por su experiencia favorita: tomar perspectivas de las cosas.

“Nací en la Ciudad de México, pero ya llevo demasiados años fuera para decir que solo soy de ahí”, dice Frías, de 35 años, a Esquire, detrás de su iPhone con lada en Estados Unidos, días después de su sesión de fotos para estas páginas, ahora en su auto, con las bocinas prendidas y las ventanas del auto aislándolo de un Nueva York en plena recuperación pospandemia. Ahí cerca, en su barrio de Brooklyn, también puede pensar en la propia odisea, aquella que sopló vida a Ya no estoy aquí , gestándose en ese espacio entre el que se fue y el umbral mexicano que partió.

Curioso, aventurero y con pocas ganas de complacer a cualquiera que le diga qué debe hacer –excepto a sus padres–, Frías habitó una infancia con pase directo a la silla del director escolar. Así recuerda: “Todo lo que no me podía portar mal en mi casa, me portaba mal en la escuela. Acababa más rápido algunas tareas y era inquieto.

Entonces tuve problemas con la autoridad, pero yo estaba en búsqueda de identificación y por eso cambié tanto de escuela”.

“Hijo pilón”, como dicen en México, Frías aprendió a ver hacia arriba desde que se bajó de la cuna. Su hermana y hermano le llevaban muchos años, y su madre –quien trabajaba como secretaria en PanAm– le regalaba a sus hijos y esposo abogado la posibilidad de viajar a Sudamérica y a algunos sitios de Europa en temporada baja, cortesía la línea aérea que Stanley Kubrick inmortalizó con su viaje a la luna en 2001: odisea del espacio.

“Para mí viajar se volvió muy importante, porque encontraba esta combinación de diferentes versiones de lo que yo conocía. Algo familiar, pero al mismo tiempo novedoso. Alimento para un pequeño curioso como lo era yo”, recuerda Frías, quien regresaba a casa a llenar sus ratos de soledad con imaginación y luego con películas, capturadas en Betamax y VHS apilados en estantes, cajas y en el mismo piso, provenientes de la colección de su papá.

“Digo, sin exagerar, que teníamos cientos de miles de videocassettes con películas originales o grabadas en la tele. Ver películas con mi padre era todo un ritual, una ceremonia ofrecida a la que el resto de la familia era invitada. Mi hermano no iba, mi hermana sabía lo que gustaba y mi madre se quedaba dormida. Yo curiosaba con todo”, dice Frías sobre su papá, que sigue siendo aficionado también a la música y a la literatura, incluso escribe poesía.

Una de esas veces, frente al televisor, Frías recibió una

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CAMINAR EN EL TECHO. Asomarse desde las alturas. Sen-

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y amistad, cuidando sus espaldas y sabiendo que bajando grafiar con su novio moreno latin lover y surfista, para a la ciudad son señalados por el mero hecho de existir. luego señalar a su recién examiga que vino a México a vivir Frías reclutó a su reparto entre varias colonias segregade la fiesta y hasta a mostrar su blanco trasero. Al mismo das del progreso regiomontano. Ya no estoy aquí se voltiempo, critica el machismo general de los hombres locales, pero dice que está trabajando con su nuevo romance vió la oportunidad de decirles que ellos están bien y que para que le dé su lugar y no se vaya de ligador como siemsus búsquedas son igual a las de cualquier persona. Incluso pre. Al final, entre serio y broma, dice que soñaba con hoy en día, Fernando no ha soltado la vista, atención y toparse con Gael García Bernal. promoción a estos muchachos.

En su documental, Frías encontró la universalidad “Me parece que esta contracultura florece con la espondel reclamo femenino en toda latitud, para después taniedad de un accidente cultural. Eso es riquísimo. filmar su primera ficción, Rezeta, con el nombre de pila Siempre tuve claro quién era Ulises: alguien que habita un lugar donde la falta de oportunidades es muy grande de una modelo real de Kosovo, Rezeta Veliu, quien igual y donde no existe movilidad social. La historia de Ya no llegó a México –en este caso, la capital– buscando posar frente a la cámara y también ávida de experiencias. estoy aquí es un pequeño pretexto. Es nada más el marco Un puñado de encuentros basados en la atracción sexual, de la ventana, para podernos asomar y generar empatía la llevan a los brazos de un excéntrico fotógrafo local, con estos personajes. Me conmueve el hecho que a Ulises con quien se gesta una relación condenada al adiós desde le roban su juventud –etapa que de por sí es muy breve en que él cuestiona su amor por su país y los celos de romances los rodean.

Lo casualidad siempre se asoma en los personajes de Frías, cuando atrapa a sus personajes en una fascinación por encontrarse. O, por lo menos, uno de ellos está absorto en el otro, mientras se cuela la pregunta sobre qué tanto se está dispuesto a abandonar lo que se era antes, como si fuera un traje que el dueño del nuevo sitio prohibiera para entrar. “Si no vas, te llevaré en mi corazón…. Si no vas, te llevaré en mi cantar”, dice la canción ‘Quiero decirte hoy’, de su película Ya no estoy aquí.

Si Fernando Frías había aprendido que asomarse al mundo lo ayudaba a encontrarse a sí mismo, sujetando la cámara con ese sentir podría también ayudar a otros a ser descubiertos por el mundo. En Ya no estoy aquí, se cuenta la historia de Ulises, un adolescente de 17 años que habita la subcultura kolombia (la cumbia colombiana), en el Monterrey más violento del 2011, desde su hogar en una comunidad marginada a las alturas de uno de los cerros emblemáticos de la metrópoli con capitales industriales.

La perspectiva de Ulises es de desolación para crecer, aun cuando a pocos kilómetros está el municipio más rico de Latinoamérica: San Pedro. Lo único que se tiene es la amistad con su banda los Terkos, con quienes –además de compartir la misma música– también puede bailar, con un fleco que cae cual cortina, ropajes coloridos y holgados, una cresta dorada y un semblante que, al cerrar sus ojos, se convierte en una especie de danzante chamán.

Es en el sentido de pertenencia 93 F E B R E RO 2 02 1 donde estos chicos basan su lealtad

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ht dolo. El no puede estar presente, vivir el momento o posible relación, porque tiene esta añoranza, nostalgia”.

“Otra manera de explicar el sentir de Ulises, es imaginar que te cambian de escuela y extrañas a tus amigos porque tus papás se tuvieron que mudar a otra ciudad; pero tu sigues extrañando, porque eso era lo que te definía. Llegas a tu nueva escuela y no enganchas con nadie, porque a los demás les gustan otras cosas. Es un poquito eso. Ulises es un chico de 17 años, que no termina de aceptar que para asimilarse a esa nueva realidad, debe desprenderse de quién es, dejar de hacer lo que le gusta.

De ahí también que él y sus amigos de México se hagan llamar los Terkos”.

Con este sentir, Frías parecería hacerle honor a las palabras sabias en Fanny y Alexander, cuando el gerente del verdadero teatro de Copenhage, en plena fiesta de Navidad agradece: “Estoy muy unido a la gente que trabaja en este mundo pequeño. Afuera existe el mundo grande, pero a veces el mundo pequeño triunfa al reflejar lo que sucede en el grande, para que así podamos entenderlo mejor”.

“Hoy no sé si el cine es algo donde me vaya a detener únicamente en mi vida, porque también tengo otras inquietudes, pero sin duda es un lugar donde puedo mentir a salvo. Es una forma de decir que es un lugar donde puedo mostrar diferentes formas de ver la vida, que tengan más que ver con la forma en la que yo siento los días… y todo eso”, concluye Frías, mientras el sonido del motor de su auto se detiene. La luz del semáforo cambia.

Es tiempo de avanzar.

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la vida– se le arranca en este evento que le sucede fortuito”, describe Frías, sobre la escena en que su protagonista es confundido por una pandilla enemiga y obligado a mudarse en el acto a Nueva York, para refugiarse de ser asesinado por un crimen que no tuvo parte.

“Una de las razones por las que hice la película es porque el mundo se está repitiendo cada vez más a sí mismo. Ya todo es igual en todos lados. Todos parecen querer lo mismo siempre. Imagínate qué aburrido sería si todos fuéramos iguales, que todos creyéramos que la familia tradicional y los valores de género tienen que ser así y las maneras de existir solo pueden ser así… Pues no, porque justamente lo que nos caracteriza, y la riqueza de quiénes somos, proviene de nuestras disidencias, además de nuestros diálogos culturales, sincretismos, intercambios de ideas y formas de ser desde el principio de los tiempos”.

Imposible no ver a Ulises portando el nombre de aquel que dejó en la Ilíada de Homero a su hermosa Penélope esperando en Ítaca. Improbable no ubicar al personaje actuado por el joven Juan Daniel García “Derek”, como ese hombre triste que no puede concebir su existir sin llegar a casa. En Ya no estoy aquí, con el mexicano asomándose desde la cornisa de la Gran Manzana hacia el punto cardinal que dice adiós al Sol que también quema en Monterrey, el segmento épico de la Odisea podría bien describir la imagen: “...sus ojos no se secaban nunca del llanto y su dulce tiempo se iba gastando lamentándose por el regreso. Los días pasaba sentado en las rocas de la ribera… derramando abundantes lágrimas con la mirada fija en el mar”.

El Ulises de Frías practicamente no llora, pero sí en su rostro estoico existe la añoranza plena. No hay razón para ser un Terco en Nueva York (irónicamente donde existe una ciudad llamada Ithaca), pero él no tiene porqué justificarse con nadie. De ahí el heroismo del personaje. Si hay una idea de Penélope en Ya no estoy aquí, es el llamado interno a no dejar de ser, a no traicionarse jamás.

Nunca antes en los oídos del adolescente expatriado sonó más fuerte el lamento de su kumbia.

Del panteón moderno de mentores del cine, los mexicanos Alfonso Cuarón y Guillermo del Toro, en un gesto totalmente espontáneo, crearon un video para darle la bienvenida a la visión de Frías, aplaudiendo en un clip de Netflix su hazaña de haberse atrevido a trascender la palabra empatía a un “yo soy esa persona que veo”.

La llamada otredad.

“Hoy, como ha estado el mundo de feo en cuestiones de odio generalizado, tiene que ver con eso: le tienen miedo a quien es diferente. Justamente la otredad es poder ver la riqueza en que alguien sea justamente distinto a nosotros y por eso lo queramos, en lugar de odiarlo”, reflexiona Frías, quien para su filme trajo a Derek a su propio vecindario en Estados Unidos, para con gran habilidad no atorarse en un tema solo de migración, sino en una azotea colocarlo frente a Lin, una chica de la misma edad, oriental-estadounidense, que con curiosidad se le acerca a hablarle y a tratar de entenderlo.

Frías es sensible con sus personajes y Lin hace lo bueno y lo ingenuo, que ocurre cuando alguien de otro mundo aparece. Así lo describe el escritor-realizador: “Digamos que a esta chica le cae un pajarito con las alas rotas en su azotea y ella, sin tener una mala intención, termina usán-

EL OSCAR

“Una nominación para mí sería un sueño, por lo que representa la película, que primero conectó con el público de México, que la supo abrazar con el corazón. La han hecho suya y ha demostrado tantas manifestaciones de cariño (lees por ejemplo en Instagram todo lo que nos ponen, o el fan-art y los dibujos. Es brutal).

Por otro lado, es como recibir un mensaje de la vida que te dice que vas por buen camino. Una especie de ‘sigue haciendo las cosas con tu terquedad’. Por más que fue increíblemente difícil hacer la película, en términos de lo que ha sucedido después de las puertas que se cerraron tantas veces, es un reconocimiento. Y eso podría ayudar a que la película fuera vista por mucha más gente, lo cual me pone muy contento”.

LA FOTOGRAFÍA

“Durante la cuarentena empecé a trabajar con una cámara digital que me habían recomendado mucho, pero la verdad es que al final me quedé utilizando mucho más el iPhone. Hay cosas muy padres, como cuando lo montas en un tripié para hacer largas exposiciones y notas que funciona mejor que otras cámaras.

Para hacer scoutings, por ejemplo, lo uso mucho con un app que se llama Artemis, a la que le puedes poner el sensor de la cámara, los lentes, diferentes tipos de aspect ratio. Te da hasta la hora del día, el tipo de iluminación, el lugar, el punto del sol y eso lo uso muchísimo; pero también uso mucho el I-Phone para fotos y para redes sociales. Hay días en los cuales ya no prendo la computadora porque todo lo hago desde el teléfono”.

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Like father, like son Kymani Marley, conocido como Ky-Mani Marley, cumplirá 45 años el 26 de febrero. El actor y músico heredó el talento (y la afición por el fútbol) de su padre, el gran Bob Marley. Lo encontramos en Miami y en estas páginas va el resultado. Busquen su música para conocer al hijo y recordar al padre.

Texto y fotos:

BASILIO SILVA

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DURANTE MI CARRERA COMO FOTÓGRAFO

R E TO Q U E D E F OTO S: J O S S I E TA B A R E S

he encontrado miles de historias, cada una llena de matices y particularidades.

Sin embargo, más allá de las fotos en sí mismas, para mí lo importante son las historias y el vínculo que se crea con cada personaje. La anécdota que va a transformar un momento ordinario en un recuerdo extraordinario. Mi experiencia con Ky-Mani Marley se convir tió en un momento muy especial dentro de mi trayectoria como retratista. La conexión que tuvimos fue instantánea, nuestro amor por el fútbol soccer, como se le conoce en Estados Unidos, donde vivo, y la pasión por Maradona, fueron los detonantes perfectos para crear un tributo a esa leyenda del “deporte rey”.

Una semana después de la muerte del astro argentino, tuve la oportunidad de retratar a Ky-Mani para una portada de un homenaje a San Juan Puerto Rico.

Aún estábamos conmocionados por la partida de “El Diego”. Fue una sesión corta pero en los minutos que tuve para activar mi cámara, el último minuto lo usé para “disparar” mis palabras transformadas en ideas y le propuse a Ky-Mani hacer una sesión de retratos en honor a “El Diego”.

Su respuesta fue un sí rotundo y en un par de días me encontraba retratando a unos de los hijos de Bob Marley mientras jugábamos a la pelota. Me dí cuenta que ambos éramos jugadores de fútbol frustrados, ambos amamos el arte del buen juego, el dominio del balón y la fantasía con la que volaba Maradona por las canchas del mundo. Me contó que, al igual que para mí, su sueño de niño era jugar de manera profesional. Mucho antes de que la música llegara a su vida, Ky-mani se la pasaba jugando con un balón todo el tiempo, al igual que su padre: ambos amaban el fútbol, su madre era tenista, así que su infancia estuvo inspirada por el deporte.

Así, Ky-Mani hace un tributo a quien fuera uno de sus ídolos. Hizo énfasis en el deportista sin entrar en debates por la vida privada del astro argentino. Creo que debemos quedarnos con la ilusión y la magia que despertaban sus jugadas en el terreno de juego, la manera de enfrentar a sus contendientes. Para Ky-Mani Marley, el fútbol es el deporte más hermoso sobre la tierra y yo, que jugaba descalzo en la cancha de mi barrio en Pereira, Colombia, estoy de acuerdo con él.

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las novedades más Esquire

Por IKERNE MESTRE

LOUIS VUITTON presenta la LV Bike en colaboración con Maison TAMBOITE, la firma favorita de los parisinos cuando de ciclismo se trata. La bicicleta es una una reinterpretación del modelo clásico de la Maison y la primera de Louis Vuitton, fusionando el savoir- faire y el estilo de ambas casas. Por supuesto, está hecha a mano con un marco de metal de acero esmaltado y cromado en forma de “LV”, cuenta con una canasta frontal y un asiento de piel tan cómodo como estético.

Hay cuatro variaciones de modelos, todas equipadas con una transmisión de dos velocidades y detalles de cuero rojo o amarillo brillante.

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ht k os ki :// tp tl s. eb .w oj 30 minutos al sur del centro de Milán, en el jardín del campus de la Univerdiad Humanitas, DOLCE & GABBANA presentó su última colección SS21. Con una paleta predominante en azules y blancos, Stefano y Domenico exhibieron prendas cómodas, frescas y con siluetas relajadas. La presentación, con una buena dosis de escapismo, se inspiró en los paisajes de Sorrento, sus vistas al mar y su arquitectura neoclásica. Aunque los suéteres de punto, el denim y el patchwork fueron elementos importantes, los estampados icónicos de la firma no disminuyeron su presencia. Los accesorios

FOTOS: COR TESÍ A

nos encantaron: los bucket hats, los lentes de sol, los bolsos y la joyería siempre increíble.

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ht k os ki :// tp tl s. eb .w oj Si eres de los que relacionan los anillos de compromiso como algo que tiene que ver con el espectro femenino, esta información te interesa. TIFFANY celebra el amor con sus diseños de anillos para la pareja, que representan el más puro sentimiento en todas sus formas. Se trata de piezas de artesanía auténtica que combinan los materiales más finos con un espíritu de diseño. Dentro de sus diversas colecciones están Tiffany Essential, Tiffany Classic,

Tiffany T y Tiffany Makers.

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ht k os ki :// tp tl s. eb .w oj Incluso más allá del mundo terrenal, el Speedmaster Moonwatch de OMEGA sigue siendo un verdadero icono en el mundo de la relojería. Para su más reciente actualización, el legendario cronógrafo se ha inspirado en su propio diseño histórico, mientras que la certificación Master Chronometer le proporciona aún más fiabilidad y excelencia. El diseño permanece atemporal, con una caja asimétrica de 42 mm en acero noble y está realizado en el estilo clásico de 4.ª generación que utilizaron los astronautas del Apolo 11 durante el primer alunizaje de la historia. Aunque no se trata de una transformación total, sino de la continuación del legado ya que sus principales características permanecen intactas, sin embargo sus estándares de precisión y antimagnetismo se han elevado a un nivel fuera de este mundo.

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ht k os ki :// tp tl s. eb .w oj El miembro más viejo de la familia El Haut à courroies fue el primogénito de HERMÈS, antes del automóvil y el gusto por los viajes, a principios del siglo XX. Diseñado por Hermès para proteger y transportar sillas de montar y botas de montar, este ingenioso y práctico bolso facilitó la vida de los ciclistas y les ofreció una temprana expresión de elegancia.

Su solapa rígida se pliega contra la parte trasera del bolso creando una amplia abertura. La última propuesta de Véronique Nichanian, la colección SS21 –presentada de manera digital–, incluye una versión del icónico bolso en una versión muy masculina; en lona y piel de becerro con compartimentos exteriores que evocaban el sentido utilitario de un accesorio de vacaciones.

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ht k os ki :// tp tl s. eb .w oj Vistos por primera vez en la Semana de la Moda de París del 2019, los codiciados Chuck 70 de TELFAR X CONVERSE recientemente hicieron su debut en tiendas. Telfar Clemens se encargó de reinterpretar los Chuck 70 Hi, con su silueta clásica pero incorporando gráficos envolventes con una opción en blanco y otra en negro. El diseñador del momento se ha mantenido muy ocupado, e incluso se sabe que esta entrega es parte de una colección cápsula de “precolaboración” con Converse, así que tendremos que estar muy pendientes; mientras, nos hacemos de este par.

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Las colecciones de accesorios Primavera Verano 2021 de FENDI juegan con la diversidad de construcciones.

Abundan las texturas tejidas: las cestas de mercado en PVC reciclado, las bolsas con armazones elásticos, las cestas de picnic y el equipaje de lona, pragmáticas y ligeras para la vida diaria de cualquier hombre moderno. El proyecto

Baguette “mano a mano” rindió homenaje a una colaboración única con artesanos locales de toda Italia, incluidas las regiones de Abruzzo y Marche.

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ht k os ki :// tp tl s. eb .w oj GUCCI y THE NORTH FACE se unen para lanzar una colección dedicada a celebrar el espíritu de exploración, ya sea la literal de lugares y culturas o aventuras más metafóricas. Esta propuesta para hombres y mujeres, resalta el paralelismo entre ambas firmas, incluyendo su compromiso con la sostenibilidad y el medio ambiente. La colección de

prêt-à-porter, que incorpora tejidos reutilizados para darles una segunda vida, ECONYL y otros materiales ecológicos, incluye prendas de outwear como chaquetas acolchadas y chalecos, camisas, zapatos, articulos de equipaje e incluso una tienda de campaña y un sleeping bag.

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C OL U M N A FEBR ERO 2021

Carlos Fuentes es como el papá o el abuelo de gran parte de la literatura mexicana. Los padres más admirados también son los más cuestionados. Su hija Cecilia nos ayuda a entenderlo mejor en su edición de las memorias de Rita Macedo, Mujer en papel.

Por RO B E R T O M O R Á N

(de una historia de Rodolfo Usigli) y El ángel exterminador, aunque ahí solo alcanzó a estar en una escena, la del final, porque debido a su embarazo ya no pudo filmar el resto de la película. Todavía en los años 70, estuvo en una película exitosa y polémica: El castillo de la pureza.

Vaya que luchó por su independencia. Las memorias son indiscretas, más para la moral de mediados del siglo XX. Podría decirse que trabajó de “acompañante” y que recibió el impulso de un amante, influyente secretario del gabinete de Lázaro Cárdenas. Rita se hizo un lugar en el espectáculo. Fue de las primeras productoras en traer a México musicales de Broadway y, muy probablemente, sea a ella a quien haya que agradecer que tengamos la obra de Carlos Fuentes, porque le ayudó a salir de la casa paterna y, según estas memorias, lo mantuvo en lo que se convertía en un escritor consagrado.

Esto está lejos de ser un spoiler. Hay muchísimo más de qué enterarnos, para desenterrar los orígenes del feminismo, que –por lo evidente– era y es urgente, y para entender la industria del entretenimiento en México.

No esperen encontrar en estas memorias el origen de la trama de Aura o de La muerte de Artemio Cruz. La cosmopolita vida de Rita y Carlos, con “toga parties” en la Ciudad de México y estancias en Venecia, no inspiró La región más transparente ni el guion de Los Caifanes que Carlos Fuentes escribió (junto con Juan Ibáñez) para Julissa.

Las memorias de Rita Macedo son mucho más que un prólogo de la obra de Fuentes. La narración de esta vida, de esta mujer que se construyó y construyó a varios más, es una historia a la altura del arte.

“MÁS VALE SER VISTO HACIA ABAJO QUE NUNCA VISTO”,

diría mi traducción de la clásica Mae West. A nuestra sociedad le vendría bien enterarse de vez en cuando de algún chisme de sus escritores y artistas, para que más gente sepa que existen y se interese por leer sus libros o ver sus obras.

Al leer las primeras páginas del libro Mujer en papel, de Cecilia Fuentes, tuve la sensación de estar hojeando una revista de chismes. Así podrían ser los titulares: “¿Qué gran escritor mexicano fue impulsado por Rita Macedo?”, o “La red de acompañantes que dirigía la mamá de uno de los primeros actores de México” o “Así fue la atormentada vida de la abuela de Benny Ibarra”. También podría decir: “Famosa actriz se suicida poco después de dejar Televisa”.

Al seguir la lectura entendí por qué los chismes de los famosos nos fascinan a todos: porque son nuestra propia historia. Quienes nacimos en los 60, como Cecilia, la hija de Carlos Fuentes y Rita Macedo, nos podemos identificar con el relato del padre exitoso y la esposa a la que le toca la parte más sacrificada de la relación.

Rita Macedo se abrió camino como actriz y productora teatral, desafiando el papel secundario que tenían las mujeres. Tal vez ahora ya pocos se acuerden de ella o de su esposo Luis de Llano, un productor de televisión que sería el equivalente en México de los grandes magnates que crearon Hollywood. Tal vez suenen más los nombres de sus hijos, Julissa y Luis de Llano, dos rutilantes figuras del espectáculo mexicano, o de su nieto, Benny Ibarra.

Según nos enteramos en las memorias recuperadas por Cecilia Fuentes, Rita podría eclipsarlos a todos ellos. Tras una infancia de abandono —vivió en internados y con sus abuelos varios años— Rita (nacida en 1929) se abrió camino como actriz en teatro y cine. Trabajó con Julio Bracho, Emilio “El Indio” Fernández, Fernando de Fuentes y participó en tres de las mejores obras de Luis Buñuel: Nazarín (de la novela de Benito Pérez Galdós), Ensayo de un crimen

MUJER EN PAPEL MEMORIAS INCONCLUSAS DE RITA MACEDO

Recopilación y edición: Cecilia Fuentes.

Editorial Trilce. México, 2020.

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¿Qué hacemos con nuestros papás?

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