3 minute read

“Las hermandades siempre están para arrimar el hombro”

Cuando el pasado mes de octubre el Consejo de Hermandades designó a Enrique Casellas como pregonero de la Semana Santa de 2023, los cofrades supieron que ante el atril del Maestranza se encontrarían este domingo a un artista comprometido. Miembro de varias corporaciones de la Sevilla en la que se ha criado, se presenta a la ciudad como un hermano de los Gitanos, porque así lo vio en su padre. El mismo que, en ese rincón donde habita la nostalgia, le lleva de la mano para ver cofradías.

Músico, joven y hermano de varias corporaciones del entorno del barrio en el que se ha criado, en su corazón hay un lugar de privilegio para el Cristo de la Salud de la Hermandad de los Gitanos ¿Esta querencia le sitúa de una manera concreta, distinta, especial, en el universo devocional sevillano?

Posiblemente sí, aunque no sea algo exclusivo. Cada devoción tiene sus particularidades porque así las marca la idiosincrasia de las hermandades. En el caso de la nuestra tiene una peculiaridad histórica desde el plano antropológico, ya que siempre fue ejemplo de convivencia entre razas, eso imprime un carácter peculiar y unos modos particulares que se conservan gracias a la pervivencia de la propia corporación.

¿Está todo dicho en el pregón?

Pienso que no. De hecho, si tuviese que empezar a escribirlo hoy, seguro que no me saldría el mismo pregón. ¿Qué tiene que contener un pregón?

Dios, su Madre y Sevilla. En mi caso particular, además, veo el pregón como una expresión artística, tal vez por deformación profesional. Pero estando los tres condimentos a los que me refería al principio, lo demás es envoltura.

¿Algo que quizás le haya sobrado en algunas ocasiones?

A veces impostura. Cada uno debe ser fiel a su estilo y no pretender hacer y presentar un texto con el que no se identifica.

¿Cómo ha encarado esta tarea? ¿Es la oportunidad de decir, por fin, algo que tuviera guardado hace tiempo?

Respondiendo a lo segundo, no tenía guardado nada que haya “reciclado”, el pregón bien merece ser estreno absoluto, elaborado desde el principio. La tarea la encaré con la responsabilidad propia de un encargo de esta magnitud, pero con ilusión y con ganas de que esta felicidad fuese compartida desde el minuto uno.

Es consciente de que tiene a los cofrades de Sevilla expectantes… Esperan el pellizco de un artista, y los precedentes similares salieron por la puerta grande.

Eso ya es un premio, saber que la gente espera mucho de uno no puede ser más que un halago, un “pago” por adelantado.

¿Cómo es la Semana Santa de Enrique Casellas?

Sobre todo, la intento vivir desde la fe y en la esperanza del gran final que se nos promete. Pienso que tenemos una suerte inmensa, en ese contexto de espiritualidad, de poder vivirla como nos lo han inculcado desde pequeños.

¿Cómo le explica un cofrade a su hijo en qué consiste esta Semana?

En mi caso, siempre he intentado aprovechar la catequesis que supone ver la Pasión de Cristo representada en las procesiones, pero hay algo que no hace falta explicar y que tiene un valor crucial, a mi juicio: transmitir el respeto y la memoria a los que nos antecedieron. Crecer a la Semana Santa con estos parámetros hace más fácil un mañana de coherencia entre la fe y la tradición.

De aquellos jóvenes cofrades que no se perdían una a estos menos jóvenes que seleccionan cada año más… ¿Es su caso?

Sí, es una evolución natural. Dicen que la Semana Santa tiene un componente muy importante de nostalgia ¿Echamos especialmente a alguien de menos?

A mi padre. Él fue el que me llevó de la mano a conocerla.

¿Cuál es su primer recuerdo cofrade?

Precisamente de su mano, en San

Román, con nuestra Hermandad de los Gitanos. Decían que el confinamiento iba a servir para pararnos, pensar y sacar conclusiones positivas ¿También en el ámbito cofrade?

La memoria, en esta vida tan ligera que vivimos, es muy frágil. Aunque no escarmentamos en muchos aspectos, la mejor conclusión que podemos sacar es que, cuando llega la hora de la verdad, las hermandades siempre están para arrimar el hombro.

¿Algún consejo estos meses que haya recogido a efectos prácticos?

Más que consejos, encomiendas. Mucha gente se me acerca diciendo que pedirán por mí. A efectos prácticos me sirve porque me siento arropado y, además, me reconforta pensar que hay gente que tiene la generosidad de rezar por uno. A la mayoría de ellas no las conozco de nada.

This article is from: