Revista de Literatura, creación, estudios literarios y crítica
Generación 2001
26 poetas españolas ( sin
peaje )
–Antología de inéditos de joven poesía española– Selección:
MARÍA ROSAL M.ª ÁNGELES HERMOSILLA Prólogo:
PAOLA LASKARIS B E G OÑA CA L L E J ÓN , R OC Í O H E R N Á N D E Z T R IA G O , ARIADNA G. GARCÍA, ANA VEGA, YOL ANDA CASTAÑO, CARMEN GARRIDO, MARTA LÓPEZ VILAR, MERTXE MANSO, VANESSA PÉREZ-SAUQUILLO, ESTHER GIMENEZ, ERIKA M A RT Í NE Z , A L E J AN D R A VANESSA , Á N G E L A Á LVA R E Z SÁEZ, ANA PATRICIA MOYA, VERÓNICA ARANDA, SOFÍA CASTAÑÓN, SIRACUSA BRAVO GUERRERO, SARAY PAVÓN, ELENA MEDEL, VIRGINIA CANTÓ, L AURA CASSIELLES, MARTA GÓMEZ GARRIDO, MARTHA ASUNCIÓN ALONSO, A L B A G ON Z Á L E Z, B E RTA G A RC Í A FAET, LU NA M I G U E L
37 Septiembre 2014
Por allá alguien toca una música melancólica, alborotando el placer de viejos estremecimientos. GIOCONDA BELLI
Edita
La Manzana Poética Apartado de Correos, 3199 14080 Córdoba Depósito Legal: 1663-2002 ISSN: 1887-7184 lamanzana@lamanzanapoetica.info www.lamanzanapoetica.info
Dirigen
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Rafael Álvarez Merlo Juan José Lanz María Rosal Luis García Jambrina Esther Sánchez-Pardo Pablo García Casado José Antonio Gurpegui Juan M. Molina Damiani Balbina Prior José Antonio Ponferrada
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Maquetación Rafael Ruiz
La Asoc. Ctral. La Manzana Poética y el Comité Asesor de esta revista no se hacen responsables de las opiniones y pensamiento expresados por sus colaboradores.
Revista de Literatura, creaci贸n, estudios literarios y cr铆tica
37 - Septiembre 2014
Delegaciรณn de Cultura Esta publicaciรณn estรก subvencionada por el Excmo. Ayuntamiento de Cรณrdoba. Delegaciรณn de Cultura.
Sumario Notas a la Antología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7 PRólogo – Prolegómenos, desde otra orilla Paola LASKARIS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9 Antología – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – –
BEGOÑA CALLEJÓN / Almería, 1976 . . . . . . . . . . . . . . . . . 15 ROCÍO HERNÁNDEZ TRIANO / Sevilla, 1976 . . . . . . . . . . 21 ARIADNA G. GARCÍA / Madrid, 1977 . . . . . . . . . . . . . . . . . 27 ANA VEGA / Oviedo, 1977 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33 YOLANDA CASTAÑO / Compostela, 1977 . . . . . . . . . . . . . 39 CARMEN GARRIDO / Córdoba, 1978 . . . . . . . . . . . . . . . . . 45 MARTA LÓPEZ VILAR / Madrid, 1978 . . . . . . . . . . . . . . . . 51 MERTXE MANSO / Baracaldo, 1978 . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57 VANESA PÉREZ-SAUQUILLO / Madrid, 1978 . . . . . . . . . . . 63 ERIKA MARTÍNEZ / Granada, 1979 . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69 ESTHER GIMÉNEZ / Madrid, 1979 . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75 ALEJANDRA VANESSA / Córdoba, 1981 . . . . . . . . . . . . . . . 81 ÁNGELA ÁLVAREZ SÁEZ / Madrid, 1981 . . . . . . . . . . . . . . 87 ANA PATRICIA MOYA / Córdoba, 1982 . . . . . . . . . . . . . . . 93 VERÓNICA ARANDA / Madrid, 1982 . . . . . . . . . . . . . . . . . 101 SOFÍA CASTAÑÓN / Gijón, 1983 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107 SIRACUSA BRAVO GUERRERO / Sevilla, 1983 . . . . . . . . . . 113 SARAY PAVÓN / Sevilla, 1984 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 119 ELENA MEDEL / Córdoba, 1985 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 125 VIRGINIA CANTÓ / Murcia, 1985 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 131 LAURA CASSIELLES / Pola de Siero, 1986 . . . . . . . . . . . . . . 137 MARTA GÓMEZ GARRIDO / Madrid, 1986 . . . . . . . . . . . . 143 MARTHA ASUNCIÓN ALONSO / Madrid, 1986 . . . . . . . . . 149 ALBA GONZÁLEZ / Oviedo, 1986 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 155 BERTA GARCÍA FAET / Valencia, 1988 . . . . . . . . . . . . . . . . 161 LUNA MIGUEL / Cumplutun, 1990 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 167
Generación 2001 26 poetas españolas ( sin
peaje )
–Antología de inéditos de joven poesía española– Selección:
MARÍA ROSAL M.ª ÁNGELES HERMOSILLA BEGOÑA CALLEJÓN / Almería, 1976 ROCÍO HERNÁNDEZ TRIAGO / Sevilla, 1976 ARIADNA G. GARCÍA / Madrid, 1977 ANA VEGA / Oviedo, 1977 YOLANDA CASTAÑO / Compostela, 1977 CARMEN GARRIDO / Córdoba, 1978 MARTA LÓPEZ VILAR / Madrid, 1978 MERTXE MANSO / Baracaldo, 1978 VANESSA PÉREZ-SAUQUILLO / Madrid, 1978 ERIKA MARTÍNEZ / Granada, 1979 ESTHER GIMÉNEZ / Madrid, 1979 ALEJANDRA VANESSA / Córdoba, 1981 ÁNGELA ÁLVAREZ SÁEZ / Madrid, 1981 ANA PATRICIA MOYA / Córdoba, 1982 VERÓNICA ARANDA / Madrid, 1982 SOFÍA CASTAÑÓN / Gijón, 1983 SIRACUSA BRAVO GUERRERO / Sevilla, 1983 SARAY PAVÓN / Sevilla, 1984 ELENA MEDEL / Córdoba, 1985 VIRGINIA CANTÓ / Murcia, 1985 LAURA CASSIELLES / Pola de Siero, 1986 MARTA GÓMEZ GARRIDO / Madrid, 1986 MARTHA ASUNCIÓN ALONSO / Madrid, 1986 ALBA GONZÁLEZ / Oviedo, 1986 BERTA GARCÍA FAET / Valencia, 1988 LUNA MIGUEL / Cumplutun, 1990
Notas a la Antología
Bajo el paraguas de la fecha de nacimiento a partir de 1975 y 2 libros publicados se seleccionaron 38 autoras, incluyendo en dicha petición y solicitud a estar presentes en esta antología el carácter de “poemas inéditos”, lo que le da, si cabe, un doble carácter de novedad: “últimos nombres en la poesía española escrita por mujeres y textos inéditos”. Finalmente se han incluido por circunstancias ajenas al deseo de quienes han seleccionado y de esta revista 26 poetas españolas, que no son otras que aquellas que han enviado sus poemas. La veracidad y responsabilidad de los poemas inéditos corresponde a las autoras, que de esa naturaleza nos lo han hecho llegar. Fueron invitadas y respondieron aceptando su participación, pero no enviaron sus poemas, Olga Novo, Pilar Fraile y Sandra Santana. Por otra parte Gracia Iglesias Ladares, Ana Gorría, Carmen Jodra, Sara Herrera Peralta, Laia López Manrique, Emma Couceiro y María Lapachet, no contestaron a nuestra invitación. L.M.P.
PrÓLOGO
PROLEGÓMENOS, Desde otra orilla Paola Laskaris Università degli Studi di Bari “Aldo Moro”. BARI (Italia)
–esas niñas antiguas que no éramos ya– (Aurora Luque, Transitoria)
Pongamos por caso que se le pida a alguien prologar una antología, a partir, tan solo, del listado de nombres, fechas y lugares de nacimiento de sus miembros. Operación quizás singular y heterodoxa que, sin embargo, no deja de abrigar su lógica: o sea, desvincular la reflexión literaria del propio objeto textual, estimulando un esfuerzo de intuición y síntesis desde otra perspectiva, exterior, coral, imparcial y abierta. Se trataría, en suma, de que alguien, suficientemente informado sobre lo que hay o pueda haber más allá del umbral del imaginado repertorio, eche una mirada de voyeur indiscreto desde la mirilla proemial. Si –por añadidura y del todo casualmente– tal figura pertenece a otro contexto geográfico-nacional y comparte con los nombres antologados rasgos de género y edad, las palabras que siguen podrían ser entonces el fruto –acerbo y a la vez agraz– de tan inusitada, aunque estimulante, misión. El presente florilegio poético alberga las voces de 25 escritoras procedentes de la variada y artísticamente fertilísima geografía ibérica, nacidas entre 1975 –terminus post quem (que quien escribe circunda)– y 1990, y maduradas literariamente durante las dos últimas décadas, en el cauce dinámico, promiscuo y múltiple de este siglo XXI1. Más allá de la susodicha mirilla, se hilvanan 25 experiencias, estilos, poéticas, 25 hilos transparentes de un tapiz a la vez realista y visionario, abstracto y naïf, canónico y vanguardista, tejido con las luces y las sombras de dos milenios. Las que veremos desnudarse ante nuestros ojos son 25 musas, que, apurando aún los últimos cócteles de la juventud, nos harán confidentes y cómplices de un mensaje primero individual, íntimo, subje1.
Recuento obviamente simbólico y no exhaustivo de las Safo –o aspirantes a tal– del segundo milenio.
n.º 37 - Septiembre 2014 tivo, propio, que se hace –incidental y accidentalmente– colectivo, plural, compartido, ‘generacional’. Su puntual y documentada presencia en la red (en plataformas, foros, bitácoras) y en el fecundo universo de los premios literarios y de las editoriales consagradas2, hace de cada una de estas voces una representación viva y tornasolada de la poesía española actual, que en muchos casos desborda los límites nacionales3. Sin embargo, no nos hagamos ilusiones, ni nos confundamos. Los poemas que forman el presente repertorio no constituyen un espacio uniforme y consuetudinario por salir de la pluma de 25 poetas que comparten nacionalidad, sexo y trayecto literario. Y la presencia solo de voces femeninas tampoco implica, necesariamente, una idea exclusiva y reduccionista de género. No es un panorama monolítico y almidonado el que se nos brinda en las páginas siguientes, más bien la oportunidad de mirar al fondo de ese cofre ideal (o ¿caja de Pandora?) que contiene muchos de los anhelos y esperanzas de la reciente lírica española. Polifonía, eclecticismo, policentrismo, pluralidad, son algunos de los epítetos que acompañan más a menudo el análisis del contexto actual4. Hasta la dimensión del autor sufre una mutación significativa, pasando del egotismo a un individualismo compartido, y trazando el perfil difuminado de una “autoría líquida, permeable a estímulos heterogéneos”5. Las voces que vertebran este catálogo poético llaman a la puerta de una lectura dispuesta a asombrarse. Según Dámaso Alonso “a ambos lados de la obra literaria hay dos intuiciones: la del autor y la del lector”6. Por decirlo con Erika Martínez: “No es lo mismo dinamitar el puente que te une al lector que plagarlo de grietas, de forma que todo el que cruce lo haga temeroso de su fragilidad”7. Cada una de las 25 poetas aquí recogidas se presenta al umbral de nuestra comprensión con su propio equipaje (inversamente proporcional a la 2.
3. 4.
5. 6. 7.
10
“Muy lejos de torres de marfil, los poetas editan [...] y no solo a un nivel de difusión amateur o no institucionalizada” (Raúl Díaz Rosales, “Sobre la sensatez de la euforia. Poesía joven española en 2013”, en Duende. Suplemento virtual de «Quaderni Ibero Americani», número 4, febrero de 2013, pp. 4-6 (4). Los poemas de algunas de las autoras del presente repertorio cuentan ya con versiones en otras lenguas, manifestación fehaciente de la resonancia extra-nacional de la lírica española contemporánea. Para una síntesis puntual Luis Bagué Quílez y Alberto Santamaría, “2001-2012: una odisea en el tiempo”, en Malos tiempos para la épica. Última poesía española (2001-2012), Luis Bagué Quílez y Alberto Santamaría (eds.), Madrid – Alicante, Visor – Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert, 2013, pp. 11- 32. Ibidem, p. 31. Dámaso Alonso, “Primer conocimiento de la obra poética: el lector”, en Poesía española. Ensayo de métodos y límites estilísticos, Madrid, Gredos, 2008, p. 41. Erika Martínez, “Valores portátiles: el sujeto bajo crítica”, en Malos tiempos para la épica, op. cit., pp. 49-64 (55).
PRÓLOGO
ligereza machadiana y a la rigurosa austeridad de las compañías aéreas de bajo coste). Ahí se amontonan, como en un caleidoscopio caótico: juguetes rotos y rozaduras de niña; barras de labios y lacas de uñas multicolores; tacones y sacrificios de mujer adulta; quimeras dibujadas con rotuladores; unos cuantos amores y dolores –a duras penas catalogados en orden alfabético–; fragmentos cortantes de espejos rotos; pendientes y abrazos desparejados y algunos garabatos incomprensibles que el paso del tiempo, de los deseos y de los seres queridos ha parcialmente descompuesto y desordenado. Sus experiencias nacen del cruce de dos o más generaciones, en el espacio temporal de alrededor de cuatro décadas. Tras superar los límites de la reconocida y refutada “generación de la experiencia” (y todavía más el postulado de la menos canónica ‘generación Nocilla’), el hilo de Ariadna de la poesía contemporánea se ha aventurado por los caminos laberínticos e informatizados de la sociedad de fin de siglo, afinando progresivamente sus aficiones (o adicciones) y sustituyendo la crema de cacao y avellanas con la hipercomunicación epigramática y el flujo continuo de las redes (a)sociales. A un extremo hallamos la generación que vio la luz junto a la transición y sufrió la desmemoria; la que se amamantó con la movida de los ochenta, siendo acunada por el “melancolismo” pop-rockero de Mecano, la sátira punk-grotesca de Alaska, los dibujos animados japoneses y las series de televisión americanas. Al otro extremo está la generación 2.0 o de la @, la generación de los cibernautas en busca de un toisón mítico (que perdió hace tiempo su oro); la que echa nuevas y viejas cuentas con los idealismos y el olvido; la que sucumbe y sin embargo –como condenado fénix– renace de sus cenizas ante el declinar de las múltiples especulaciones y corrupciones. Es la generación indignada; la que enarbola su yo, consagrándolo al altar mudable y efímero de la web, con cierto afán de protagonismo, la ilusión de una comunicación descentralizada e incluyente y una pizca de malicia voyeurística8. En el medio, se insinúa la generación poética bien representada en estas páginas: criatura bifronte, que extrae su savia de los anhelos y frustraciones de ambas edades, que hace navegar sus deseos y sus miedos con sistema binario, dejándolos enmarañar en las playas lisas del desencanto o empujándolos hacia los piélagos inexorables de la bonanza rutinaria, como en un periplo épico, sin rumbo, ni héroes. 8.
A este propósito véase la introducción de Luis Bagué Quílez y Alberto Santamaría (pp. 29-31) y los ensayos de Raúl Quinto, Rosa Benítez Andrés y Javier Moreno recogidos en la sección “Poesía y tecnología”, en Malos tiempos para la épica, op. cit.
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n.º 37 - Septiembre 2014 Si tuviéramos que asignarle a este momento un marbete emblemático –aplicando por inercia la metáfora metálica, tan productiva en las letras peninsulares–, podríamos, quizás, aventurarnos a definir el periodo vigente como la “época de cobre” de la literatura española y sobre todo de la poesía. Conocido también como el “oro rojo” por su creciente cotización –que induce a más de un hurto ilegal–, el cobre define perfectamente la esencia de la coyuntura actual: nuevo brillante calcolítico. Desde el oscuro barranco al fondo del cual nos obliga la recesión global (ética, política y económica), que ahonda sus raíces en la de-generación capitalista de los años ’80 y ’90, centellea inesperada e imprescindible la luz arrebolada (color tierra y sangre) de la poesía de las últimas décadas del siglo XX y de las primeras del XXI. Asistimos a una vuelta a los orígenes, a una embrionismo poético, a una regresión progresiva hacia la esencia de la palabra, mediada a través de la necesidad cotidiana y de las continuas apetencias de la carne, del espíritu y del intelecto. Al elemento culto se acopla el prosaico; clásicos y postmodernos conviven; mito y desmitificación, logo e imago, tradición y ruptura, son parejas solo aparentemente antitéticas9. El poeta de hoy, con su voz telúrica, aspira a alzarse y a reducir la distancia entre su mundo y el espacio anónimo y autónomo de los demás. Su palabra se hace himno para narrar las anti-gestas de la rutina y del desengaño, para forjar nuevos heroísmos, sin yelmo, ni coraza. El poeta del nuevo milenio, transeúnte idealista y alucinado, arrastra por el lodo de los caminos (a la vez predefinidos y azarosos) la sombra puntiaguda del Quijote, junto a la suya. Con ambas va trazando jeroglíficos descifrables en el polvo de los días, para que otros puedan leer su propio destino en aquella atormentada estela. En el presente repertorio anidan 25 motivos para que nos dejemos llevar por las inquietudes de una edad que compartimos (aunque no entendamos). Su eco, derramada y repetida, repercute y reverbera en otras tantas identidades que, análogamente, luchan con la adarga del verbo contra el paso del tiempo y del silencio, contra las leyes del determinismo preterintencional y de la precariedad predestinada, que le ponen fecha de caducidad al amor, a la belleza, al sueño y hasta al arte. Cada una de estas poetas labra la materia verbal y existencial con instrumentos propios: desde la inmediatez afilada, esencial y casi aforística 9.
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“Frente al rupturismo de las vanguardias, la poesía actual ha procedido a través de una dialéctica fundada en la asimilación de una tradición plural y, al mismo tiempo, en la sospecha de las definiciones cerradas, grupales, en el sentido exigido por la preceptiva retórica. [...] Nos hallamos más bien ante un resquebrajamiento del concepto unitario de tradición, que se fragmenta en múltiples tradiciones, no siempre contiguas en la geografía o en el tiempo” (Luis Bagué Quílez y Alberto Santamaría, “2001-2012: una odisea en el tiempo”, op. cit., pp. 16-17).
PRÓLOGO
de la frase textual, condensada o fragmentada en instantáneas verbales; al fluir caudaloso del versículo largo que –movido por una especie de horror vacui– se extiende hasta abrazar la página y vertebrar sus blancos; desde la cruda, cortante y rigurosa concreción de la experiencia (con su sabor, su forma, su textura), hasta la metaforización onírica y atrevida del duelo entre carne y espíritu, memoria y olvido, oro y miseria, eros y thanatos. En su crisol incandescente los nombres de las autoridades clásicas, junto a los más recientes adalides de las letras (no solo hispánicas), concurren a la forja de una aleación poética maleable e irisada. Las (y los) representantes de la nueva ‘clase poética’ saben brindar al e-lector (figura fronteriza entre el espacio editorial tradicional y el mundo digital) un firmamento de imágenes, voces, sonidos, aromas, vicios, pasiones, recuerdos, frustraciones, en los que todos tropezamos, pero que desconocemos o no nos atrevemos a nombrar. A la hora de justificar tanto las líneas comunes como la pluralidad de la actual eclosión poética, cualquier definición literaria que quisiera abarcar y contener tan amplio (aunque parcial) grupo de individualidades, crearía turbación. Podríamos decir, forzando los pliegues a la mano de la especulación crítica, que su manera de hacer arte y literatura imita la técnica de la esponja: que retiene y derrama, absorbe y estruja, seca y baña, quita y deja, mancha y limpia, y de cuya ‘muerte’ extraemos beneficio. Su poesía nace de una colectiva y compartida conciliatio oppositorum, que hace convivir la humana frialdad y una bullente deshumanización, ironía y severidad, desorden y formalidad, lenguaje llano y áulico, medida métrica o fórmulas destrenzadas, hipertrofismo lexical y atrofia lingüística. Una amalgama que reproduce, en el fondo, el carácter dúctil y movedizo del universo digital, del que mana y se nutre. Si en algo coinciden las 25 poetas aquí reunidas, es en la exigencia (e intransigencia) inevitable y compartida de dar un espacio público y visible a los trastornos del yo; en provocar debate alrededor de la creación y vincular el logocentrismo a su representación en el cauce iconólatra de la pantalla10. La poesía de hoy aprovecha el ámbito ‘libre’, mudable y creativo del lenguaje multimedial con afán bulímico. Ya no es el tiempo de las hojas 10. «Allí, en el interior de esa esfera de lo público –y, también, Gran Mercado del Mundo– lo que se produce es el consenso sobre el consumo que las cosas deben tener. [...] Una actual estetización general, masiva y democrática, de las imágenes del mundo habría pues aniquilado el sentido de un arte “superior” o elevado, y dado por concluida la relación privilegiada de éste con la “verdad”». (Rodríguez de la Flor, Giro visual, Salamanca, Editorial Delirio, 2009, pp. 80-81).
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n.º 37 - Septiembre 2014 sueltas manuscritas que van acumulándose en el letargo polvoriento y descuidado de los cajones; ahora la poesía sale, sin agorafobia, al gran espacio comunitario de la web, se viste de trajes nuevos, se expone en los escaparates mediáticos, se asoma a los balcones sin rejas ni celosías de los blogs, como atrevida maja goyesca que solicita con descaro la mirada de cualquier navegante, que, a su vez –sin excesivo pudor–, responde alternativamente con piropos y vituperios. Mientras vayamos paseando por esta ‘manzana poética’ no podemos dejar de sentir en el aire un olor a jazmín mojado, a hojas marchitas, sangre y romero, tabaco y sueños. Embriagados por su esencia vital y abrumadora, no podemos evitar el misterioso latir de la palabra escrita y hasta osamos unirnos al grito dolorido y orgulloso del poeta, cuando clama: Leyendo propios poemas penas impresas trascendencias cotidianas sonrisa orgullosa equívoco perdonado ¡es mío es mío es mío! 11 En conclusión, antes de inaugurar el periplo lírico, se nos hace necesario pedirle disculpas al atento e impaciente lector, por el desorden –emocionado– de estas palabras prologales, apenas movidas por la brisa ligera y agridulce de la poesía. La humilde misión del presente pronaos finaliza donde se abre el espacio sombrío y desconocido del mismo templo. En su interior 25 vestales esperan –emblemáticamente renovando la dorada espiral de Edward Burne-Jones–, prontas a acoger al lector y emprender con él su ascensión al Helicón postmoderno. Por decirlo con palabras de la autora del epígrafe inicial, el mester del poeta es también hoy (y más que nunca) un caso de hybris: En la cima, la nada. Pero todo se arriesga por la cima del amor o del arte.12 Queremos ceñirnos a esta verdad axiomática y creemos que las poetas que aparecen en la presente antología lo están haciendo ya. Vale. 11. Alejandra Pizarnik, “Poema a mi papel”, en La tierra más agena, Buenos Aires, Ediciones Botella al Mar, 1955. La escritora argentina es, por otra parte, presencia constante en la formación literaria de la mayoría de las poetas antologadas. 12. Aurora Luque, “Hybris”, en Carpe amorem (antología), Sevilla, Renacimiento, 2007, p. 51.
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GENERACIÓN 2001 BEGOÑA CALLEJÓN / Almería, 1976 Reside en la provincia de Granada. Licenciada en Psicología. Poeta y narradora. Actualmente imparte talleres literarios en distintas escuelas. Recibe la Beca Millenium en 2010 para la creación artística en la residencia Alcalá del Júcar. Ha publicado los libros de poesía Suicidio de libélulas (Celya, 2006), Extraña claridad (Devenir, 2007), Palabras para un cuerpo de ceniza con el 1.er Premio Frances Bru 2007 (Ayuntamiento Canals, Valencia, 2007), Las putas toman sushi (Alea Blanca, 2009), Cenicienta en sangre (El gaviero ediciones, 2010), Locos de Altar, junto a Leopoldo María Panero y Rubén Martín (Alea Blanca, 2010), La camada feroz (Amargord, 2012), Los pájaros dibujaban en mis ojos (Huerga y Fierro, 2012), Cuando llegan las abejas (Diputación de Cádiz, 2012) y el relato ilustrado para adultos, Faula, la hora del vacío (Fin de Viaje, 2012). En el último año ha publicado biografías bajo seudónimo. En la modalidad de relato gana el 1.er Premio Carmen de Burgos (Almería, 1998) y queda finalista en el certamen Ciutat délx de microrrelatos (1998).
GENERACIÓN 2001
MOINS SES AILES La noche me encierra en un sueño crucificado, una jaula vacía de sílabas. Deshabitada. Perdida en una habitación de paredes rojas, de espuma blanca. Oigo grillos en mi cabeza. El temblor de mis manos perpetúa la caída. Debería dejar que los gusanos se alimenten, tumbarme y morir, pero el odio sube como una serpiente hacia mi garganta, donde laten las venas muertas. Mi corazón está colgado en el armario, sin ropa, colgado, junto a las polillas. AYÚDAME, ahora que no puedes. Arqueo mis piernas y estrangulo a mi hermana. Tú acaricias unos senos sellados de tristeza, unos ojos vendados, enfermos, que huyen llevándose las dulces oraciones. El silencio. La asfixia del poema. Enloquecida, impotente, desangrada ante los violines del insomnio. Busco refugio en otra realidad, donde haya vivos y muertos, donde nombrar las cosas sea un otoño abandonado. Votre Nom. Hablaré menos. Votre Nom. Me borraré los labios. La culpa se impone, se ríe. Suena el teléfono. Despunta el día.
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n.º 37 - Septiembre 2014
EL PÁJARO Y SU JAULA no sé si te atreves a ser jaula y reunirlos a todos en un gemido de ausencia. no sé si te atreves a apiadarte de esa miseria voluptuosa. sólo buscas aquel sueño que se consumió por error. Mira tus manos, están ahí, pero tu cuello ya está en hora muerta, se despliega, inaccesible. gesticulas como un ciego y tu máscara blanca cubre el animal que eres. sin cráneo rezas porque acabe el sueño carmín. pájaros coagulados que al cruzar el umbral se alimentan de tus entrañas. y así, llegarán los féretros profanados, el viento que se cuela por tu vientre abierto como incienso que abrasa el juego despiadado de las aves. pensabas que te reconstruirían por dentro pero te taladran sus reclamos. los pájaros rojos buscan la piedra de la locura de pizarnik, se ocultan en recintos viscosos, entre las sombras de tus costillas. cuando ya están todos dentro te susurran al oído: ¿conocés vos la oscuridad?
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GENERACIÓN 2001
HERMANA MUERTE Estás en el rojo terciopelo de mi vientre, en los gritos secretos que anuncian mi temblor de niña herida. Quiero mostrarme desnuda ante ti. Quiero que dispares el gatillo, que me ahorques, que me asfixies, que abras mis ojos hacia los horizontes marinos. Ponerme un abrigo de fuego, arder, en la miseria. De noche buscas a tus hijas iniciadas en el mal. No quiero que me salves. No lo repitas. Las campanas tocan a muerto. Invítame a ser un ama de cría. Mis manos abiertas reclaman sangre. Mi útero estrecho busca un pájaro desplumado. Nuestros besos mueren, tu lengua, la de mi hermana, la tuya, la mía. Si me tiendo en la cama me pudriré. Baja conmigo las escaleras. Cuece un caldo espeso para el diablo. Brotan lágrimas de mis senos. La luna celosa, ocupa mis ojos.
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n.º 37 - Septiembre 2014
MOLOCH SALE DEL RÍO OUSE ¡Moloch cuyo amor es aceite y piedra sin fin! (…) ¡hacia la soledad! ¡despidiéndose! ¡Llevando flores! ¡Hacia el río! ¡por la calle! Allen Ginsberg
La palabra es un dolor hereditario. Un paso ¡Ouse! Enloquecida. Impotente. El temblor de tus manos perpetúa la caída. Las piedras marcan el camino. El monstruo líquido lee Entre actos. Virginia Woolf con la memoria olvidada se anida a un corazón silencioso. Buscas refugio en otra realidad, donde haya vivos y muertos, donde nombrar las cosas sea un otoño abandonado. Ouse sostiene a los pájaros muertos que cantan en griego. Dos pasos ¡Ouse! El vestido húmedo de la muerta respira bajo el agua. La prisión tibia detiene la locura incandescente. Gritas: Comienzo a oír voces, no puedo concentrarme. Ouse: bolsillos bipolares. Ouse: abrigo enfermo. Tres pasos ¡Ouse! Embriaguez. Síncope. Inmersión. ¡Ouse! Suicidio ¡Ouse! Tristeza ¡Ouse! Ahogada ¡Shock! Desde las entrañas del monstruo emerge el barquero. Ella le ofrece su mano. (Inédito)
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GENERACIÓN 2001
Rocío Hernández Triano / Sevilla, 1976 Rocío Hernández Triano nació en Sevilla en 1976. Obtuvo el Premio Extraordinario de Licenciatura en Filología Hispánica por la Universidad de Sevilla. Es profesora de Lengua castellana y Literatura. Ha publicado libros de texto para esta materia. Asimismo ha impartido diversos talleres y cursos de creación literaria y colabora en distintas asociaciones culturales. Ha publicado los libros de poesía Viento de cuchillos (Ediciones En Huida, Sevilla, 2010), Equilibristas (Ultramarina Cartonera & Digital, Sevilla, 2010) y Los seres quebradizos (Torremozas, Madrid, 2013) con el que ha obtenido el XXX Premio de Poesía Carmen Conde.
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GENERACIÓN 2001
MI GRITO EN EL CIELO En los días de agosto el infinito era las hojas de laurel con sus horas de sol y la alegría era un nido de oropéndolas, el diminuto afán de los abejarucos. Todo era la siega, una cosecha dulce, feraz, abrumadora, donde todos los hijos que podrías tener estaba a tu alcance. Las granadas revientan la boca del otoño y tú eras eterno, no morirías nunca. Pero hubo un desliz de la conciencia, un olvido pequeño, una pequeña grieta por la que entró noviembre. Diciembre te enterraba. Y desde entonces pongo todo el grito en el cielo. El cielo me devuelve su disparo de pájaros.
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ENSAYO SOBRE TERRORES Hay terrores enormes que pesan como hierro en las entrañas: las guerras nucleares, las iras del mercado, siete mares temblando, el hombre que podría con un simple chasquido borrar el universo, la lírica homicida de ciertas religiones, el cáncer invasivo, los leves dictadores, los dictadores ciegos, el bostezo de Dios sobre los bellos pueblos tan pobres como cardos. Y hay terrores pequeños que pican como pulgas en el alma: la lacra del insomnio, el gen de la locura, los ganglios en el cuello de mi hija, el silencio sin masa del otro ser que amamos, los días laborables, los rituales vanos o la ridiculez de nuestros ideales. Hay terrores gigantes en problemas menudos. Y terrores purísimos como temer la nada.
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CLASE MEDIA En mil novecientos noventa todos nuestros padres estaban vivos. Eran plomo redondo. Quemaban como luz de fundición y olían a pelliza de mentira. Leían el periódico, confiaban en un futuro inmenso. La prosperidad era una serpentina que usaban de conjuro. Practicaban el sexo, tenían cólicos nefríticos, compraban acciones de repsol, lavaban sus conciencias de un pasado más turbio, pisoteaban las flores de María, creían en nosotros, que por entonces éramos pequeñas estilizaciones de la patria. En dos mil trece todos nuestros padres están muertos, son columnas de humo, inquietan como luces de emergencia. Son pútridos cadáveres. Han perdido la guerra. Otra vez han perdido la guerra. Su fracaso resulta una llaga incurable que llevaban por dentro. A veces los negamos. Nos resultan patéticos con su confianza en dioses del futuro que acabaron comiéndoselos. Recogimos sus restos. Resultaron ser nada. Y por ahora somos los molestos tumores de la patria. (Inédito)
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ARIADNA G. GARCÍA / Madrid, 1977 Ariadna G. García es licenciada en Filología Hispánica, y está en posesión del Diploma de Estudios Avanzados. Ha publicado los libros de poemas:Construyéndome en ti (Libertarias. 1997), Napalm. Cortometraje poético (Hiperión. 2001), Apátrida (Hiperión. 2005), La Guerra de Invierno (Hiperión. 2013) y Helio (La Garúa. 2014). Ha ganado los premios Hiperión, Arte Joven de la Comunidad de Madrid e Internacional Miguel Hernández-Comunidad Valenciana. También ha preparado la edición de las antologías Veinticinco poetas españoles jóvenes (Hiperión. 2003; 2.ª edición, 2006), Antología de la poesía española (1939-1975) (Akal. 2006) y Poesía española de los Siglos de Oro (Akal. 2009). Ha traducido, junto a Ruth Guajardo, el libro Vivo en lo invisible. Nuevos poemas escogidos, de Ray Bradbury (Salto de Página, 2013). Recibó una beca de creación en la Residencia de Estudiantes (2001). Ejerce la crítica lieraria en La tormenta en un vaso, Culturamas, Micro-revista y La estafeta del viento. Mantiene un blog: El rompehielos; así como un sección de poesía, La luz de la linterna, dentro del programa Castillos en el aire que emite Radio 21. Es profesora de Lengua y Literatura en un instituto público de Madrid.
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I A mi abuelo materno
Voy siguiendo tus pasos por el bosque nevado, hundo mis botas dentro de tus huellas. Miro hacia atrás, no hay nadie. Pero sé que algún día otras piernas menudas, sin esfuerzo, me seguirán el rastro.
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II Bravo Murillo
Han cerrado Au nom de la rose. No se trata de una floristería cualquiera. Allí compré las flores de mi ramo de novia. Mi vida está ligada a aquel aroma, a aquella variedad de colores y tonos. Ya no existe Au nom de la rose. La calle es más amarga y más oscura. Ha sido sustituida por un espacio sin magia. Ahora hay una tienda de telefonía móvil. Un establecimiento gris, despersonalizado y vulgar. Se venden productos, pero no se crean ambientes. El barrio pierde sangre. Palidece como un cuerpo vacío de alegría. Ha muerto Au nom de la rose. Y ni pétalos quedan para llorar su entierro.
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III A mi esposa
¿Quién dice que no existen los milagros? En un mundo superpoblado, de entre millones de personas: yo; de entre millones de personas: tú.
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IV Involución humana
Los ciclos naturales son puro devenir. Al pie de la montaña huelo botones de eucalipto que el tiempo mustiará. La primavera que viene volverán las tormentas, se abrirán nuevas flores, resistentes al ascenso imparable de la temperatura. El tiempo, restaurará también a los muchachos, que, como levadura, crecerán ingenuos, sonrientes, bajo el sol. Su lenguaje cuarteado, su experiencia limitada, sus emociones rotas.
(Inédito)
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Ana Vega / Oviedo, 1977 Ana Vega ha colaborado en revistas y publicaciones nacionales e internacionales, participado en antologías poéticas como La manera de recogerse el pelo coordinada por David González (Editorial Bartleby) u otras publicaciones como Poetas Asturianos para el siglo XXI de Carlos Ardavin (Editorial Trea). Ha publicado El cuaderno griego (Editorial Universos), Realidad paralela (Editorial Groenlandia), Breve testimonio de una mirada (Editorial Amargord), La edad de los lagartos (Editorial Origami), Herrumbre (Editorial Groenlandia), Llanquihue (Editorial Huerga & Fierro), Al xeito del tambor (Ed. Trabe, 2013) y Auschwitz 13 (Ed. Amargord, 2013). Accésit del XXVI Premio Nacional Hernán Esquío 2008, premio de la Crítica de las Letras Asturianas 2011. Compagina su actividad literaria con su actividad docente como coordinadora de cursos y talleres de creación y creatividad y su colaboración en diferentes medios de comunicación como periodista, crítica literaria y columnista.
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NATURALEZA INTERIOR A través de mis manos surge un bosque indeterminado Y es en esta historia infinita que cual hiedra me atraviesa las manos y crece Hasta alcanzar al otro y extenderse y más allá ir al fin o buscarle o buscarse En quien estos ojos contemplan Donde puedo ver con mayor claridad el ritmo devastador de la historia. Y a través de este fluir desordenado siento cómo mis extremidades se convierten En ramas de hojas secas y en una corteza dura se transforma mi cuerpo entero. Tomo así conciencia del despertar que me empuja hacia la nada Y también ese contacto ardiente y firme con la tierra. Mis pies atraviesan el lodo hasta fundirse con el agua que sinuosa transcurre Bajo la ciudad con sigilo extremo, cuidado, observando desde lo más profundo. Me sumerjo en esta transformación. Comprendo entonces el alcance de la historia, la legión de atrocidades y horror Que el hombre y digo así porque la mujer no admitía un uso más allá del objeto, Invisible, incorpórea, intangible siempre, Ha provocado en esta tierra, con sus manos, su mirada, la escasez de temblor ante la crueldad buscada, ese perfeccionamiento afilado durante los años para que el exterminio se convierta en algo más sutil y selectivo, mayor horror en el horror mismo, Posiblemente el ser humano no posea naturaleza alguna de árbol o planta o ser vivo Quizá esto explique la extrañeza que siento ahora al fundirme al fin con la tierra y sentir ese gemido íntimo al volver la mirada atrás y ver las fisuras que la espada imprimió en esta corteza desgarrada. Es la devastación que el fuego lento produce en un campo abierto, algo así podríamos Concluir de esta batalla absurda que el ser humano se empeña en mantener desde hace siglos con su propia condición y todo aquello que la rodea.
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Hay un miedo innato a la muerte y un gusto inusitado por provocarla con cierta lentitud, convertirse en dioses tal vez o confundir el poder que supone infringir daño en el otro con dominar la guadaña y lo que implica. No por ello seremos dueños del tiempo. Comprendo ahora a través de estas ramas que me atraviesan hasta tocar el cielo y estas raíces que me empujan hacia la muerte y esta corteza implacable que me sujeta al suelo, cómo el daño permanece intacto porque la herida misma se abre con cada nuevo golpe. Veo derramarse por las fisuras de estas grietas la sangre de la historia de esta humanidad empeñada en perfeccionar el dolor y vencer de forma absurda a la muerte, provocando ellos mismos el momento exacto en que el latido se detiene, y siento ese golpe seco en la base de mi tronco y cómo algo se derrama y esparce a mi alrededor, cómo mis raíces se reafirman poderosas bajo tierra, y eso es lo que no parece entender ser humano alguno, otro mundo y otro tiempo nos espera bajo tierra, lejos de éste, un magma que une toda esta destrucción superior Y nos redime.
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Establecer la herida como término industrial Del territorio íntimo en que habita Mi alma, que los cipreses aniden en mis piernas Y trasladen a éstas cierto verdor intacto, Creciendo la hiedra a través de mí como el olvido. Tan sólo dejarse ahora. Ascender En pura rama, hojas de cuya soberbia Nace la construcción del cielo.
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Avanzar entre las llamas De la conciencia y no ver salida alguna. Una forma de sentir el mundo de forma tan violenta Como apasionado pero también un modo de alejarse De él y acercarse a la nada. Enmudecer ante tanta hipocresía y también belleza Aún, Aún posible en la mirada del niño que siento intacta. análisis desde el centro respiración entrecortada al reconocerse en lo abyecto, en lo oscuro, en esa mitad que negamos por miedo a ser vistos y juzgados oscuro y profundo vínculo hacia el origen el niño que fuimos y todo su dolor cuando apretaba las manos tan fuerte como un adulto pues en ese momento lo era pues conocía ya entonces su futuro real las uñas clavadas aún hoy de forma permanente… (Inédito)
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YOLANDA CASTAÑO / Compostela, 1977 Licenciada en Filología Hispánica, ha realizado también estudios audiovisuales. Premio Espiral Maior, Premio Nacional de la Crítica, Premio El Ojo Crítico y Premio Novacaixagalicia, poeta, editora, videocreadora y columnista. Fue directora de la Galería Sargadelos de A Coruña, co-fundadora de la editorial de poesía para nuevos valores “Letras de Cal”, Secretaria General de la Asociación de Escritores en Lingua Galega y ha impartido talleres de poesía. Trabajó durante años –y más de 1.200 programas– en espacios culturales de la Televisión de Galicia, y fue galardonada como “Mejor Comunicador/a de TV 2005” por la Academia Galega do Audiovisual. Ha comisariado muestras de poesía y coordinado volúmenes poéticos colectivos, y actualmente dirige tanto el festival de poesía estatal y europea “PONTEPOÉTICA” en Pontevedra, como –en A Coruña y desde 2009– un ciclo mensual de recitales poéticos con autores nacionales e internacionales: “POETAS DI(N)VERSOS”. En 2011 recibió las becas de Creación en Residencia del IWTCR (Rodas, Grecia) y de Villa Waldberta (Munich, Alemania), y disfrutará de otra en el HIP-Bejing en este 2014. Como traductora editó dos volúmenes colectivos de poetas europeos contemporáneos al gallego, y –en colaboración– otros dos poemarios: del poeta macedonio Nikola Madzirov para Pre-Textos y del croata Marko Pogačar para Valaparaíso. Mantiene, así mismo, el grupo interdisciplinar “Tender a man”. Poemas suyos han sido traducidos (en libros colectivos o revistas) al castellano, catalán, euskera, alemán, italiano, francés, inglés, árabe, maltés, esloveno, macedonio, armenio, albanés, chino, ruso, lituano, polaco, finés, croata y japonés. Obra poética individual publicada (adultos): Elevar as pálpebras (Espiral Maior, 1995. Premio Fermín Bouza Brey) Delicia (Espiral Maior, 1998; 2.ª ed. en el 2006); Vivimos no ciclo das Erofanías (Espiral Maior, 1998. Premios Johán Carballeira y Nacional de la Crítica); Vivimos en el ciclo de
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las Erofanías (Huerga & Fierro, 2000. edición bilingüe gallego-castellano); Edénica (Espiral Maior, 2000. antología personal + CD); O libro da egoísta (Galaxia, 2003; 2.ª edición: 2004); Libro de la egoísta (Visor, 2006. Edición bilingüe); Erofanía. Triloxía Poética 1995-1998 (Espiral Maior, 2009. Reedición conjunta tres primeros poemarios); Profundidade de campo (Espiral Maior, 2007. XV Premio de Poesía Espiral Maior); Profundidad de campo (Visor, 2009. Edición bilingüe. Premio Ojo Crítico de Poesía 2009); la plaquette trilingüe (gal-cast-alem.) Cuadernos de Villa Waldberta (2012) y el último poemario hasta la fecha, A Segunda Lingua (Arte de Trobar, 2014. XI Premio Novacaixagalicia).
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REFLEJO I En las estampas del instante algo mío que no soy yo amenaza lo posible. Responsabilizarme de mi cuerpo, dar la cara por la mía. Dónde está el espejo capaz de reflejar mi imagen? II Lo contemplado devuelve los ojos que contemplan. Las guerras en las pestañas y una presbicia mortal. El perfil se va rotulando con el bolígrafo de las biografías de quien observa. Aire de redención. Devuélveme tú, espejo espejito mágico, la inútil parte de mí que en todo esto sucumbe.
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Si no tuviese esa cicatriz no llevaría a mi hermano en la frente. Si cruzo la frontera hacia un país extranjero, me parezco a una actriz a la que aquí a nadie recuerdo. Si salgo sin taparme ninguno me reconoce. Si dejo a la vista los signos casi siempre tengo cara de algo que no soy. Si frente al espejo resoplo por el esfuerzo los rasgos se desdibujan. Si publico mi retrato soy un libro abierto. Demasiado a menudo la gente no lee, sólo mira los santos.
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QUE ES DOLOR / EL DOLOR QUE DE VERAS SIENTE Tengo cara de gustarme las cosas que no me gustan. Los labios de todo el mundo hablan sin despegarse. Esto también es así. Las paredes de una gruta en la que alguien, hace diez mil años, mancilla lo natural de la piedra. Monedas, corriente alterna, una muchacha nacida con los genes de la belleza, toda picada de complejos. Como un orgasmo de Hedy Lamarr, los ojos de Nikola Tesla. Un país donde no ser, donde sólo parecerlo. Guantes desenfundados, sal, la más prestigiosa de todas las escuelas de doblaje. El capital es la pesadilla de quedarnos atorados en nuestra capacidad simbólica. El más favorecedor de todos: maquillaje tanatoestético. Años de trabajo vueltos un pedazo de granito ecuestre. Una industria de la miseria, las huertas del wolframio. Como un cuerpo ardiente que sabe, y disimula. Pestañas postizas de marca barata, una imagen idéntica a sí misma. Como poesía política que se confunde con una autofoto frente al espejo del baño.
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La metonimia del mal, normativo dislocado. Escenificación, menú, la escalera de incendios del discurso. Algo a lo que le crecen raíces aéreas y anhela volver a la tierra en cuanto hace un tiempo que salió a la luz; como los ojos de las patatas. La mirada del poema es también así, filas de hormigas obreras aplastadas para permanecer, restos de gestos que parecen otra cosa. (Inédito)
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CARMEN GARRIDO / Córdoba, 1978 Carmen Garrido (Córdoba, España, 1978) es poeta y periodista especializada en Cultura y Relaciones Internacionales. Premio Andalucía Joven de Poesía 2008 con La hijastra de Job (Editorial Renacimiento), en 2011 fue galardonada con el Premio Nacional de Poesía Fundación Cultural Miguel Hernández por su poemario Garum (Editorial Devenir) que también fue finalista del Premio Tiflos, siendo designada, asimismo, como autora 2011 de la Diputación de Cádiz con El parteluz (Proyecto Alumbre). Ha participado en numerosas antologías poéticas y narrativas. En la actualidad, ha terminado su cuarto poemario con el mundo de la sombra como temática. Comenzó su andadura periodística en la sección de Cultura de Diario Córdoba, pasando más tarde a ABC Córdoba. Trabaja como entrevistadora para Revista de Letras (La Vanguardia.com) Diario Córdoba, Viaje a Ítaca y Talents United; como crítica de Teatro y Poesía en Culturamas y como jefa de prensa de la obra de teatro Déjame ser la sombra de tu perro. Administra el blog La Dama de Verde, finalista como “Mejor blog Nacional de Creación Literaria 2009”, según Revista de Letras-La Vanguardia (Barcelona). Es una apasionada del mundo árabe, la poesía de Anna Ajmátova y la novela anglosajona. Ha sido habitada por Sevilla, París y Buenos Aires. En la actualidad reside en Madrid.
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SARTORIA Olvida, olvida, olvida. Y, sin embargo, la memoria no busca entre los rastrojos para pensarse, para abolirse. O para decapitarse. No guillotina los momentos de pérdida (aquel laberinto de humo de liar y veranos bronceando el alma con factor de protección contraindicado) sino que los desnaturaliza y los convierte en un amasijo, en una neblina, en una bruma. Destierra la época en que las frazadas me enrollaron y mi cuello creció como el de Nefertiti para poder ver más allá del rebozo de una sábana, el único horizonte de la patria. Destierra la ruta 66 hecha al modo de una niña: con los pies descalzos y la confianza ciega en los milagros. (Entiéndase el futuro como milagro, que todo lo puede. No era la bola del tarot ni las cartas de cristal lo que tenía entre manos, sólo una esperanza casi devota en el verbo “ser”) La memoria destierra toda concepción futurista de este cuerpo con escoliosis mental, columna desbocada por donde se vierten tres navajazos, (uno en el hombro, un par a la altura del peroné, que queda hermoso con los pump nuevos. Parece que con las cicatrices haces historia). La memoria se complace en aherrojar a este cuerpo cuyos ajos lloran en el sumidero, cuya TSH hace crecer la cadera y reduce el tamaño de su coxis, regazo de viejos mendigos y sátrapas venidos a menos,
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en cuya matriz, los desarrapados se hacen los reyes y los emperadores friegan el suelo arañado de los ovarios con el primor de los que han sabido acuchillar. La memoria destierra la posibilidad del sueño, ése que nunca deja de aparecer (acción-reacción), cada vez que se enciende la luz de la mesita de noche, cada vez que aparece el biorritmo del sedante suizo, la nana de la ocupación de mi amado Himmler-diazepam. La memoria pulsa el Delete cuando imagino que soy la dueña, que conduzco el Sedán, la tirolina, que giro en la almadraba o que viajo a lomos del París-Venecia. La memoria encuentra ese momento, ése que ningún tratado podría retratar, que ni el mágico Tagore podría narrar. Mi memoria nunca cede terreno al silencio, embrea el cerebro, lo disuelve en aceite y resina. Un día me veréis corriendo hacia delante, sin rumbo, como un gallo sin cabeza, mientras ella se hará Penélope para seguir domesticando mi raza. Y, puta y sabia, me seguirá esperando Eternamente.
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LA JOVEN MUERTE Inspirado en la obra teatral “Tys pity she´s a whore” de la compañía inglesa Cheek by Jowl
No hay útero tan viciado como el tuyo, transitando por las tripas de la ballena bíblica. Vienen y van los fastos, ésos que celebran otras gentes. Mientras tú, presurosa, dejas que la vida te empape de quinina para dejarte sorda y no oír ni ver ni sentir los domingos para el Señor, los sábados para Yahvé, los viernes para Alá. Detrás de la ventana puede que ocurra la existencia, pero no estás segura de ello. Ni siquiera recuerdas cuándo comenzó tu vida, cuando degustaste la última horchata de Feria, cuando alguien te dio permiso para celebrar. Tienes las quijadas dobladas por la sonrisa perenne, achantada la espalda por el paso de la grada que te aplasta las vértebras y las deja agonizantes, nunca muertas. Oda al coma irreversible de tu espadaña trasera, rodrigón de las alubias que luego sirves. Sabes que perteneces a alguna orden antigua y añeja de damas que se sentaban juntas a pelar judías, a secar carne y a teñir de negro las ropas, junto a los restos de la hoguera, enfundadas en bastillas; mujeres de aliento corvino y rasgos chinescos. También sabes que todas ellas murieron tan en silencio que sus cuerpos se confundieron con las sábanas y así las enterraron: hilo y carne juntos. Por eso, mientras el vino corre fuera, tus piernas abrazan, calientes, el amplio embozo del lecho, tu vagina por telar y te dejas acariciar el útero desbastado por la seda de las orugas presintiendo el calor de tu único amante futuro.
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LADY NIGHT A las amargas cuerdas vocales de Billie Holiday
Eres el útero desde el que palpita la voz de café y pan negro, eres el paso de las avestruces que nunca recuerdan el invierno y que tragan sonidos de huevos de agua. Sentirse implosionar como una colmena donde la reina madre se convirtió en dragón, sentirse bullir las arterias, ensanchándose hasta subir a la garganta enroscándose la serpiente de azúcar entre los muslos y los ovarios, anidando tu chocolate puro en la vagina. Tanta envidia por habitar a una mujer que no canta, a una mujer que trina a la gozosa maravilla de la llamada de la soprano de la selva. Dánzame, dama avispa, dánzame la vida y las carreteras del cerebro, blanco de anemia y barro. Dánzame hasta desmayarte, hasta desmayarme, hasta terminar con la big band, hasta que mueran todos sus componentes. Sé opio de trompeta más allá del amanecer cuanto dances como poseída por el vudú de esos pies-pianolas y yo compruebe, estúpido voyeur, el significado ilegítimo y sacrílego de la palabra blues. (Inédito)
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MARTA LÓPEZ VILAR / Madrid, 1978 Marta López Vilar (Madrid, 1978) es doctora en Filología Española por la Universidad Autónoma de Madrid con una tesis sobre la mística y el simbolismo de las Elegies de Bierville de Carles Riba. Por el libro De sombras y sombreros olvidados en 2003 obtuvo el premio “Blas de Otero” de poesía (Madrid, Amargord, 2007). En 2007 ganó el premio “Arte Joven de Poesía” de la Comunidad de Madrid por el libro La palabra esperada (Madrid, Hiperión, 2007). Como traductora de literatura catalana ha realizado la edición y traducción de los libros Dos viajes al más allá (Madrid, ELR Ediciones, 2005) y las Elegías de Bierville de Carles Riba (Madrid, Libros del Aire, 2011) y ha publicado traducciones de poesía catalana, portuguesa y griega contemporánea en revistas como Salamandria, El Alambique, Hache o Revista Áurea. Sus poemas figuran en antologías como La voz y la escritura (Madrid, Sial, 2006), Hilanderas (Madrid, Amargord, 2006) o Los jueves poéticos (Madrid, Hiperión, 2007), Cintilações da sombra (Fafe –Portugal-, ed. Labirinto, 2014) o En legítima defensa. Poetas en tiempos de crisis (Madrid, Bartleby, 2014). Es autora de artículos científicos del ámbito de la filología, filosofía y la traducción y ha realizado crítica literaria en revistas como Clarín u Ojos de papel. Así mismo, es miembro del comité de redacción de la revista Puentes de crítica literaria y cultural.
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Poemas de Marta López Vilar pertenecientes al libro inédito En las aguas de octubre
ELEUSIS Huye de aquí la luz, la acerco a mis labios como una ofrenda antigua para que me devuelva el mundo y su tibia impiedad. Es una libación que a ningún dios se ofrecerá hermosa ni secreta. No sabrá dulce a la tierra, tampoco a sus raíces. El silencio trae en sus manos el rancio licor de lo que muere y unge mis labios de un vacío impuro. Es lo que queda de un dios a lo que sabe mi boca.
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CARACOL Miro tu lentitud, la traza de luz que abandonas a tu paso como la savia derramada de los ĂĄrboles. Eres el pequeĂąo dios de la sed que atraviesa las hojas y la noche en su infinito reposo. Te observo sin heridas y miro mis manos: sombras de nieve que tocaron la muerte con tu mismo sigilo.
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PERSÉFONE Mas él, atrayéndola a sí, le dio a comer dolosamente un dulce grano de granada, para que no se quedase por siempre allá, al lado de su venerada Deméter, la de peplo púrpura oscuro. Himno Homérico a Deméter.
Acerco a mis labios el oscuro néctar que mana de esta ofrenda. Imagino que va a poder curarme, que esa sangre púrpura es lo que queda de la tarde más hermosa: la que no veo, la que nunca veré extendida en mis ojos. Entrego lo que tengo de mi frágil juventud a este instante que tiembla. Entrego mi cuerpo como el mimbre a esta sed y este vacío. Es la prueba que me queda de estar viva. Alguien me habla fuera, alguien pide mis manos de nieve, su pureza. Pero nada toco en este instante que me exige la más limpia claridad de quien soñó con regresar al mundo de los vivos. Este cuerpo joven no será para siempre de la vida, comí de la granada de la noche, su engaño de luz y de esperanza. Y en la tierra morirá lentamente aquel lirio tan puro que me trajo a las sombras. Y mi madre me llorará cada día, como si hubiera muerto.
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WALTER BENJAMIN ESCRIBE […] Canto todo cuanto perdí, follaje oscuro o sueño que desciende envuelto en llameante rocío. Miguel Veyrat
También mi sueño a mi escritura pertenece, leve sueño que como el agua pura cae sobre mis ojos y este trazo de niebla: pájaro frágil a punto de dormir en las grietas del nombre que me huye. Entra mi ceguera en el cuerpo tibio del lenguaje, lo hace grito o silencio antes de borrarse o convertirse en deseo transparente, figura de polvo que muere al ser tocada. Sólo ahora sé el verdadero sentido de la herida, la oscura manera de fuego de esta luz bajo un cielo feroz y sin memoria. Me abandono a este sueño, a su pesada huella que en blanco escribe a Dios y me hace carne, signo y sombra, borrada escritura que sólo así descansa. (Inédito)
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MERTXE MANSO / Baracaldo, 1978 Mertxe Manso (Baracaldo, 1978). Nace en España, estudió Derecho en Córdoba. Desde el 2013 vive en Nüremberg. Ha recibido diferentes premios, “Voces Nuevas” (2012, Torremozas) y El I Premío de la Manzana Poética por su primer libro de poemas “Diario de los Cuerpos” ( 2004, Litopress). Le seguirán otras publicaciones, “Tabla de Mareas” (müsu, 2004), “Reglas de Navegación” (2006), “Ferronerie” (Diputación Caceres“El Brocense” 2009). Antologada en Voces Nuevas (Torremozas,2002), Pólvora Blanca (Antología de poetas por la paz y la palabra, 2003), en Pie de Paz (Plurabelle, 2003) y Periféricos 15 poetas (Universidad Popular José Hierro, Madrid, 2004). La Mujer Rota,(Guadalajara, México, 2008. “Trato Preferente” antología de voces esenciales de la poesía española, Sial, 2010. He participado en el V Seminario de Poesía y Traducción Poética, 2005. “La crítica española: encrucijada y confusión”. Como conferenciante y poeta intervine en las últimas jornadas de Poesía Actual en la Fundación Alberti, 2007. En el 2008 participó como poeta invitado en Cosmopoética, poetas del mundo. En el año 2009, he participado en el Círculo de Traducción Poética, traduciendo al poeta alemán Jan Wagner. En la faceta de poesía visual, he participado entre otras colaboraciones en la “Muestra incompleta de poesía visual, experimental y mail-art”. (2004) Ediciones Cer0 a la Izquierda. Y “Las Letras” muestra de poesía visual homenaje a Carmen Conde (Cartagena, 2006). Recientemente en el Óptica Festival Audiovisual de Córdoba; Edición II. (2010). En 2013, presentó su primer libro de Artista “Canela Picante” bajo el sello editorial Ediciones Depapel.
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Surgirá un nuevo orden y sus hombres serán los sacerdotes del hombre, y cada hombre será su propio sacerdote. Walt Whitman. (1819-1892)
I Trenzaré el silencio y las ausencias, anudaré el corazón fuerte, sabiendo que lo perdido está perdido. Olvidaré cualquier reproche en el presente, que el tiempo no espera, y hoy solo quedará, mirar al futuro. Trenzaré las palabras necesarias para sonreír a pesar de los olvidos y los recordaré para no repetirlos. Apuntalaré la memoria y no tropezaré de nuevo en la desconsideración, de los que la llamaban amistad.
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II Una brizna de hierba se la lleva el viento, mientras las estrellas de un nuevo cielo me acunan bajo los deseos de algo que nace. Los caminos del comienzo se cruzan, bajo el deseo de ti, que no me olvidas, sin importar las distancias y el tiempo.
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III 2500 kilómetros de cielo nuevo, de gente nueva que va y viene, y te espero y los trenes me acunan, y me acunan nuevas estrellas y no hay espera sino treguas, aguardo en todas las estaciones de trenes que me llevan a ti, a mi infancia y a mis recuerdos.
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IV Con cada nuevo pedaleo, se renuevan los latidos. Nadie sabe cómo celebrarse hasta que llega el día, me celebro y me cantan bandadas de ocas, mientras anidan los mirlos de pico naranja. Amanece un cielo de dos mil quinientas estrellas. (Inédito)
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Vanesa Pérez-Sauquillo / Madrid, 1978 Vanesa Pérez-Sauquillo (Madrid, 1978) ha publicado los siguientes libros de poesía: La isla que prefieren los pájaros, Calambur, 2014. Climax Road, Rialp, 2012. Accésit del Premio Adonáis y Premio Ojo Crítico de Radio Nacional. Bajo la lluvia equivocada, Hiperión, 2006. Premio de Arte Joven de la Comunidad de Madrid. Invención de gato, Calambur, 2006. Vocación de Rabia, Universidad de Granada, 2002. Accésit del premio “Federico García Lorca”. Estrellas por la alfombra, Hiperión, 2001. Premio “Antonio Carvajal”. Su obra aparece destacada en numerosas antologías, entre ellas Voces de papel. A Miguel Hernández (Instituto Cervantes de Lyon, 2010), Trato preferente (Sial, 2010), El Poder del Cuerpo(Castalia, 2009), Última poesía española 1990-2005 (Marenostrum, 2006), Los Jueves Poéticos en la Casa del Libro (Hiperión, 2006), Que la fuerza te acompañe (El Gaviero, 2005) o Veinticinco poetas españoles jóvenes (Hiperión, 2003). Licenciada en Filología Hispánica por la Universidad Complutense de Madrid, donde también obtuvo el D.E.A. en Literatura Francesa. Ha sido editora ejecutiva de Alfaguara Infantil y Juvenil durante varios años. Actualmente sigue vinculada al mundo de la edición y la traducción, especialmente de literatura infantil y juvenil, otra de sus grandes pasiones aparte de la poesía. Imparte módulos de edición en el Máster de la Universidad Complutense y Grupo Santillana, el Máster de la Universidad de Alcalá y el Máster on-line de I.U.P. Ha traducido numerosas obras de ficción para muchas editoriales (Martínez Roca, Edelvives, Booket, Alfaguara Infantil y Juvenil, Maeva, etc.).
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En poesía destaca su antología de Dylan ThomasMuertes y entradas (19341953) en colaboración con Niall Binns (Huerga y Fierro, Signos, 2003), y la poesía inédita infantil de Roald Dahl. Su traducción de The Perks of Being a Wallflower(Las ventajas de ser un marginado, de Stephen Schbosky) ha sido la obra seleccionada en 2013, en castellano, por la OEPLI para la Lista de Honor de IBBY (The International Board on Books for Young People) en la modalidad de Traducción.
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GENERACIÓN 2001
Cómo sabemos –pero lo sabemos–. Extensión de gaviota suspendida en el aire. Lo hemos vivido, ahí, prácticamente inmóviles. Lo hemos sido, sabemos qué apertura, –pájaro al viento, corriente que se entrega–, Lo hemos sabido –pluma sobre el agua–. Hemos sido, vivido, ese volar. Mamíferos que sueñan que recuerdan.
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Hijos de un tiempo quebradizo. Tiempo pata de araĂąa en el estanque circular de otro tiempo.
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Nunca le tomes la palabra a la noche. Es palabra de agua y tĂş conoces las mareas.
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Vendrá un desfiladero. Vendrá. Vértigo, bruma, luz. Y pondrá aire donde solo había roca. Un principio y un fin donde solo había cuerpo ensimismado. (Inédito)
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GENERACIÓN 2001
ERIKA MARTÍNEZ / Granada, 1979 Erika Martínez (Jaén, 1979) es doctora en Filología Hispánica y licenciada en Teoría de la Literatura por la Universidad de Granada. Con su primer poemario, Color carne (Pre-Textos, 2009), obtuvo el Premio de Poesía Radio Nacional de España. Su segundo poemario, El falso techo (Pre-Textos, 2013), fue escogido como uno de los cinco mejores poemarios del año por los críticos de El Cultural y fue nominado al Premio de la Crítica. Es también autora del libro de aforismos Lenguaraz (Pre-Textos, 2011). Ha publicado varios volúmenes de poesía chilena, argentina y española en Visor, DVD, Renacimiento y la UNAM.
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GENERACIÓN 2001
Mujer mirando a hombre que limpia coche Mujer en restaurante que no puede permitirse mira a hombre que limpia coche. Mujer con ojo derecho más grande, ojo que divaga y espía a través del cristal con cuello alto. Tres colegas en la mesa y uno de ellos la manda a comprobar el punto de la carne. Vagina es túnel que comunica cocina y hombre. Anda, ve, tú sabes. Hombre que limpia coche limpia coche. Es tan caro que no le pertenece. Y se agacha junto al guardabarros con su trapo, y se estira de puntillas sobre el capó, y desaparece hasta la cintura mientras sacude los asientos. Muestra posturas sucesivas y también superpuestas, como una de esas placas fotográficas de Muybridge con atletas primitivos y caballos. Mi abuelo fue cochero y después dueño de restaurante, ¿yo qué soy? Hombre que limpia coche mira a mujer en restaurante que no puede permitirse y le devuelve el escaparate. Una energía insolente resucita crustáceos y moluscos sobre el plato. No se rompe un cristal poco a poco. En su afuera no hay hueco, ranura, agujerito donde hincar herramienta última. Hay que romper cristal de pronto. O romperlo de la nada, como ese vaso que alguien golpeó pensando-pensando contra el fregadero y, minutos más tarde, pedacea sobre el mantel.
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La barriada Padre, hoy duermo en casa de la abuela, que vive en una barriada miserable donde cada asesinato se archiva como caso paranormal. La abuela sabe que tiene tres hijos pero no los recuerda. Por la tarde se ensimisma y borda gritos de vencejo. Tu hermano el loco se partió el cuello contra el fondo del pasillo, después de una carrera aplaudida desde la puerta por todo el vecindario. Los miembros se le enredan improbables alrededor del cuerpo, como ramas de bonsái, y nadie quiere sacudirle el polvo del abrigo. A la mesa está sentado tu hermano el ciego, que tiene un agujero en la barriga. Los garbanzos se le escapan, caen rodando y escriben en braille sobre el suelo: Yo nunca he hecho daño. La abuela suspira. Tú estás muerto, padre, pero también estás vivo porque puedo llamarte al móvil para contarte que los tres cadáveres de los que te hablo no aparecen solo en este poema. La barriada donde vive la abuela, ahora que todo lo pierdo, se llama miedo de clase.
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GENERACIÓN 2001
Choque de viseras Hacía mucho sol esa mañana. El sol te desconoce la piel. Lo aseguró una vez el médico acercándote su lupa como un espeleólogo: tienes la espalda virgen, cualquiera pensaría que cazas castores en Alaska o custodias bosques siberianos. La espalda intacta, eres así. Hacía mucho sol esa mañana y parecíamos alegres. Empezaba otro nosotros. Antes de bajar del autobús, nos echamos crema mutua, definitivamente, y llevábamos unas risibles gorras americanas donde se leía: desierto. Las viseras chocaban cada vez que intentábamos besarnos, pero aprendimos como dos rinocerontes, y eran nuestros besos imposibles, y muy viejos, y afilados.
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Casco, cráneo, bala Estalactita y estalagmita se buscan, quisieran abolir el arriba y el abajo. Una vieja trinchera se hizo gruta tras un derrumbamiento, sellando el casco del hombre que murió y su cráneo y también la bala. Los sedimentos trabarán gota a gota la escena, la geología violentando la historia, casco, cráneo, bala calcificados como los engranajes de un motor húmedo o el oído de mi madre, sus huesecillos sin movimiento. El dolor hace surcos sobre la piedra, ¿no lo oyes? Igual que en las pinturas rupestres, la presa superpuesta al cazador, macho y hembra indistinguibles, nada detrás, nada antes, y en la superposición su galope y también su multitud, la humanidad hablando consigo misma varios siglos hacia adelante: una flauta pentatónica, una mujer toro, las palabras sin prisa de todos los que fueron. Desde lo alto, caen cortinas de mineral que cubren casco y cráneo y también bala. Estridente, matinal sobre los sedimentos, el tiempo ondea como la cresta de un gallo. (Inédito)
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Esther Giménez / Madrid, 1979 Esther Giménez (Villa de Vallecas, 1979) es licenciada en Filología Inglesa por la Universidad Complutense de Madrid. Fue premio Hiperión con el libro Mar de Pafos (Hiperión, 2000). Posteriormente ha vista publicada la plaqueta Epitafios (Cuadernos del Vigía, 2001) y vio la luz su segundo poemario, Lamento por un ángel caído (Amargord, 2008). Asimismo su obra figura en diversas antologías, entre las que destacan Un siglo de sonetos en español (Hiperión, 2001), Ni Ariadnas ni Penélopes (Castalia, 2002), Mujeres de carne y verso (La esfera de los libros, 2002), Veinticinco poetas españoles jóvenes (Hiperión, 2003), Todo es poesía menos la poesía (Eneida, 2004), Los jueves poéticos en La Casa del Libro (Hiperión, 2006), La voz y la escritura (Sial, 2006), Hilanderas (Amargord, 2007), etc. A lo largo de toda su trayectoria como poeta ha participado en multitud de recitales y eventos poéticos, en organismos como la Biblioteca Nacional, las universidades Complutense y Autónoma de Madrid, la UIMP de Santander, la Fundación Rafael Alberti o la Universidad Popular José Hierro. También ha recitado en otros lugares de referencia en su ciudad natal como La Casa Encendida o el Ateneo de Madrid. Actualmente lleva a cabo un proyecto escénico transdisciplinar de poesía, música y performance con el grupo mÁntises.
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GENERACIÓN 2001
1. Otra vez entras sin ser invitado, olvidas la educación de los seres nocturnos y te presentas y me comes la oreja y esperas de mí lo que te viene en gana, vulgar Pepito Grillo de los santos cojones.
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2. En febrero cuando busco la sombra a todos les extraña. No recuerdan que todos vivimos una vez en tinieblas, en entrañas, justo antes de todo, antes del ladrido, allí donde fuimos bestias sin ánimo de lucro.
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3. En el mundo hay mundos y yo vivo en paredes, ni entre paredes siquiera. Me derramo entre grietas, entre hongos y musgos, me filtro por los poros del conglomerado, me deposito allĂ, con un par de molĂŠculas y unos cuantos bosones desconocidos.
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5. Momento. Nudo. Constatación: no sabes repetir y te repites, difieren los conectores: no sabes repetir que te repites. Ya te suena en las tripas el nombre que se nombra solo, para que de nuevo nombres, NO NOMBRES. Hombres. Sombres. L’ombre. El hambre. Alambre. Asombro. (Inédito)
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GENERACIÓN 2001
ALEJANDRA VANESSA / Córdoba, 1981 Alejandra Vanessa (Córdoba, 1981) es licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de Córdoba. Ha publicado el poemario Colegio de monjas (mención especial del Premio Andalucía Joven de Poesía 2004; DVD, 2005) y el libro híbrido El hombre del saco (El Gaviero, 2006), así como los cuadernos Brevas novas (La Bella Varsovia, 2004), La fiesta de pijamas (2005) y Marilyn quiso ser Marisol (Banderines del Zaguán, 2010). De igual forma, sus poemas han sido incluidos en revistas y antologías como Que la fuerza te acompañe (El Gaviero, 2005), Hilanderas (Amargord, 2006), Los jueves poéticos II (Hiperión, 2007), Las Noches del Cangrejo (Cangrejo Pistolero, 2008) y Un rayo que no cesa en los Patios de Viana (2010). Ha recibido diversos premios por sus relatos infantiles. Coordinadora de la VII Edición del Programa por el Fomento de la Lectura El Placer de Leer. Imparte talleres de escritura creativa para Cosmopoética, y es una de las coordinadoras de la editorial y gestora cultural La Bella Varsovia.
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No-frost El corazón de las madres no tiene contorno definido. Un hilo le cuelga y del extremo una etiqueta que indica: “no frost”. El manual de instrucciones es simple, a leer: cuando el hijo necesita del corazón de la madre, lo estruja; cuando la hija necesita del corazón de la madre, lo estruja; cuando el esposo necesita del corazón de la madre, lo estruja; una vez utilizado, lo devuelven al hogar de origen. Para su perfecta conservación en este habitáculo, deben cambiar de forma oportuna la goma de cierre, que se desgasta en cada uno de los usos. Durante la espera, el corazón aguarda en estado de alerta continua: segundo, centésima de segundo, milésima de segundo, y un abrazo parece suficiente, una palabra con acierto, para la retroalimentación del mismo. Cuando el corazón de mi madre cae sobre mis manos, más tiempo del previsto, indolente, lo estrujo, marco surcos con el nervio de los dedos, crezco las uñas, amarilleo los colmillos, y hablo en otras lenguas, respondo a nombres que no son el mío, “mala hija”, me digo.
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Pero el corazón de mi madre, al que un hilo le cuelga y del extremo una etiqueta, me indica: “no frost”, se retroalimenta con un abrazo, una palabra con acierto, en menos de un segundo, una centésima de segundo, una milésima de segundo.
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De repente es lunes Apenas amanece y la familia Kennedy desayuna en casa. Las chicas toman cereales con leche en el dormitorio. La abuela reza ruidosa en la cocina frente a un combinado de huevos a la plancha y tres rodajas de bacon. En el sofá el padre simula remover el azúcar mientras hojea las páginas de contactos. La madre tiende una lavadora y espera a media mañana para picar algo. Tortitas bañadas en chocolate, treinta kilocalorías por unidad. Es lunes. Y cada lunes comienza una nueva dieta.
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El señor Kennedy aguardaba en la sala de espera La abuela, con su inglés incipiente, farfullaba al lado y en Alemania una limpiadora de la base militar americana prendía tres velas por cada una. Salud. Felicidad. Entendimiento. Cuando el doctor las alzó con una mano, tobillos al aire, siguiendo el ritual del recién nacido, las niñas no se atrevieron al llanto, de discretas. El diagnóstico: “Sus hijas son especiales, señora”; y volvieron dispuestos al encierro, a la salvación de sus almas, al sin exposición no hay dolencia, para librarlas del escarnio. Un cuarto para dos, un plato para dos, un baño. Un lenguaje único para las dos. Ése fue el comienzo. (Inédito)
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ÁNGELA ÁLVAREZ SÁEZ / Madrid, 1981 Ángela Álvarez Sáez (Madrid, 1981). Licenciada en Derecho. Fue becada por la Fundación Antonio Gala para jóvenes creadores en la rama de creación literaria durante el curso 2005-2006, residiendo en Córdoba durante esos años. Ha publicado los siguientes libros de poemas: La torre de las tortugas (Premio Antonio Carvajal, Hiperión, 2006), Metales en la voz (Premio Gran Hotel Canarias, Vitruvio, 2006) y Las versiones del tigre (Vitruvio, 2007). Ha sido incluida en la antología El día que nevó sobre el naranjo (Libros del Claustro Alto, Córdoba 2006) y En el viaje, aquellas cartas (Premios del tren, 2008). Ha obtenido, entre otros, el XV Premio conmemorativo Luis Rosales, el Primer Premio del V Certamen internacional de poesía Café de Oriente “Gerardo Diego”, Premio del Certamen jóvenes creadores organizado por el Ayuntamiento de Madrid (2007), el Primer Premio del Certamen Florencio Quintero y Premio “La voz más joven 2011” (obra social Caja Madrid). Asimismo, ha sido finalista del 61.º, 64.º y 65.º Premio Adonáis y accésit en Los Premios del Tren 2008 (RENFE). Está en proceso de publicar un nuevo libro de poemas, en la editorial Amargord, titulado La Columna Rota, libro en el que los poemas dialogan con los cuadros de la artista Frida Kahlo. En la actualidad reside en Madrid, donde ejerce de abogada.
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Mi nacimiento o Nacimiento La tierra no me sirve de soporte. No me basta con el cuerpo que da vida. Las pezuñas del mamífero se agarran al lugar ilimitado, al cuerpo de la tragedia. La tierra no me sirve como círculo. Hilo las raíces que me atan únicamente a mi condena. Sueño con un ánfora que no me obligue a derramarme ciegamente, con un embrión que me otorgue el don del nacimiento. Más allá del elemento creador, el mar es mi verdugo y mi carne un signo en el que clavar puñales. Algunas noches, doblegada por el miedo, dejo a los salvajes devorar los restos del naufragio. Luego, abandono a la criatura sola, enroscada en la jauría, y erijo un altar en el que mi cuerpo se sostiene como muerte.
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La columna rota Es el dolor el artífice de esta pesadilla, quien inventa monstruos sobre la superficie de la tierra. Como una tempestad de clavos, irrumpen las bestias en mi carne, con sus collares de heridas congénitas. El Minotauro está en el bosque. Cuando los hombres duermen, rompo la placenta, lamo las húmedas escamas de la ausencia de cuerpo, y salgo a cazar animales inexistentes.
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El sueño o la cama En el sueño la muerte tiene los pies de cristal y su filo dorado trae a la memoria recuerdos de un país remoto. De su espalda brotan corales violeta y cataratas que erosionan la materia de todos los relojes Algunas noches, sobre el techo de la cama, descansa su cadáver como el principio de la nieve sobre los campos y de entre sus huesos emergen flores amarillas y cadenas de alabastro. El cuerpo descansa a la deriva por extraños paraísos, en los que la luna se hincha y muge a punto de dar a luz, donde columnas blandas sustentan el mar y la tierra, donde la luz se llena de jabalíes azules que bailan entre la bruma semejando la materia del amor. La cama trepa por nubes silvestres que pesan demasiado. Y una enredadera se extiende sobre la vida del cuerpo yacente. –Los saltamontes derraman lágrimas sobre los rostros desconocidos del pasado y las moscas lamen las llagas verdes del corazón de los hombres.– Los insectos nadan por las nubes como peces de lomo plateado. Han llegado al lugar donde se celebra la vida, atraídos por las torres de luz tras las que se esconden ciudades majestuosas. Luego, descenderán por las huellas de nuestro pensamiento hasta confundirse con el barro de la desaparición y del olvido. Su música comienza a latir por las raíces de la enredadera. Así se cumple el ritual de la noche.
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Ofrenda Tomar con las manos lavadas un cĂĄliz. Conjurar el miedo. Atravesar descalzo el bosque de las flechas. Mirar. Mirar hasta identificarse con el objeto contemplado. Vuelven los pastores. La piel de las vestales renace entre los tendones de la Sagrada Familia. Vuelven los miedos. (InĂŠdito)
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ANA PATRICIA MOYA / Córdoba, 1982 Estudió Relaciones Laborales y es Licenciada en Humanidades por la Universidad de Córdoba. Ha trabajado como arqueóloga, joyera, correctora, documentalista, investigadora de fondo antiguo, joyera, etc. Actualmente, estudia y se busca la vida como puede. Es culpable \ directora de Editorial Groenlandia (proyecto cultural sin ánimo de lucro especializado en publicaciones digitales) y cofundadora de Editorial Origami. Sus poemas y relatos aparecen en diversas publicaciones digitales e impresas, de España e Hispanoamérica, así como en antologías literarias (“A través del cristal: antología de jóvenes poetas españoles”, Cinosargo, Chile; “Heterogéneos”, Editorial Escalera; “Poetrastros”, LVR Ediciones; “La vida por delante: antología de jóvenes poetas andaluces”, Ediciones En Huida; “En legítima defensa: Poetas en tiempos de crisis”, Editorial Bartebly, entre otras). Autora de “Bocaditos de Realidad”, “Material de Desecho” (poemarios) y “Cuentos de la carne” (relatos). Ha sido traducida parcialmente a seis idiomas.
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GENERACIÓN 2001
NO BROTA LA ESPERANZA POR EL ÚLTIMO RESQUICIO (CRÓNICA DEL 16 DE JUNIO DEL 2013) Mi padre envejece: borra la enfermedad de la rutina con medicación –de todo tipo–, sus manos (ásperas) ya no son útiles. Mi madre envejece: arrugas, trece pastillas diarias, desorientada, busca refugio en nuestra infancia, cuando todo era más fácil (Dios nos escupe, mamá:
no reces).
Mis hermanas envejecen: una se esclaviza por un (inexistente) sueldo, la otra protagoniza la gran tragedia moderna la hipoteca la sombra del desempleo duermen sin certezas,
sin sueños.
Mi perro envejece: está flaco, no reconoce mi olor. Y yo, con ellos, muero un poco cada amanecer
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me seduce el borde de la ventana otra vez el asfalto \ la nausea la desaz贸n el abismo el credo de mi adolescencia otra vez sin trabajo sin ilusiones sin confianza sin ti.
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PARA DESNUDARME, NO TIENES QUE DESPOJARME DE LA ROPA, NI TAMPOCO –AUNQUE RESULTE UNA METÁFORA POÉTICA MUY CURSI– COMPRENDER MI ALMA ENFERMA Destroza mi coraza
–sin poesía, te lo ruego–,
introduce los dedos en mi llaga más profunda –la más vulnerable– y hazme tuya.
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NO ERES LA RAZÓN POR LA QUE PIRATAS \ SÚCUBOS \ BANDOLEROS \ VAMPIROS \ ZOMBIES \ DUENDES \ HECHICEROS \ GOLEMS \ ELFOS OSCUROS \ GREMLIMS \ ETC \ ME HACEN DAÑO… PERO CASI ¿Qué decir? Yo no soy una princesa preparada para tus abrazos, ni un caballero dispuesto a rescatar tus caricias. Soy un clon –versión barata– de la pobre Cenicienta, que vive en una chabola y que ha tenido la desfachatez de hipotecar sus zapatos de cristal; se me agotó el aliento de tanto zarandear la espada contra dragones rosas y ogros amarillos. Una torre destrozada me resguarda de la vergüenza, de nuestro fracaso, de nuestro puto orgullo. Apática, me entretengo con crucigramas c g i l i p o l l as b a r o t a d e s t ú p i d a d ilusa o tontorrona a y recortando fragmentos de fábulas para el álbum de los desamores (mis favoritas, de primera y última página: “obras son amores” \ “quien bien te quiere, te hará llorar”) –llamadme aburrida: es preferible rememorar a insistir frente a un corazón enladrillado, y yo soy demasiado vieja e impaciente–.
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¿Qué decir? Fuiste bruja (me envenenaste con una manzana llena de gusanos), fuiste reina (contigo fui noble, real), fuiste orco (me arrancaste la paciencia a dentelladas), fuiste maga la magia de tus ojos y tu sonrisa. ¿Qué decir? Ahora que soy roca, que no puedo volar –mi racionalidad me cortó las alas–, que le partí el cuerno al último unicornio del planeta, que los poemas los arrojo al retrete, que la inocencia me la partieron en ochenta y dos trozos de chocolate amargo ahora que me abandono, que me despojo del carnet de aspirante a hada madrina (caducó hace años), que me aflige cargar el escudo de hierro (oxidado), ahora que todo cae por un barranco y la tímida tentativa de acompañar la fosa con mis huesos (inútiles) ¿Qué decir cuando te asfixia la desazón y el pecho se va quedando vacío? Atrás quedaron los infantiles recuerdos, deshojando margaritas, suspirando por vivir un cuento para atiborrarse de perdices [sin engordar] y despertar cada mañana en el lecho reconociendo un único rostro a tu lado, golpeando –con las vísceras– muros agrietados, impenetrables…
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Nunca tuve derecho a respuestas.
Nunca. Y eso me martiriza día y noche.
El extrañarte es un pecado que llevo años sin cometer y el interior se me retuerce me haces diminuta y frágil, y miserable, maldita sea. ¿Qué decir, si te he querido tanto, tanto, tanto, con locura que hasta me duele
día y noche? (Inédito)
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VERÓNICA ARANDA / Madrid, 1982 Ha vivido en Italia, Bélgica, Portugal, India y Marruecos. Es licenciada en Filología Hispánica por la Universidad Complutense. Ha realizado estudios de doctorado en la Universidad Jawaharlal Nehru de Nueva Delhi (India). Ha recibido los premios de poesía Joaquín Benito de Lucas, Antonio Carvajal de Poesía Joven, José Agustín Goytisolo, Arte Joven de la Comunidad de Madrid, Margarita Hierro, Fernando Quiñones, Antonio Oliver Belmás, El Buscón, y el Accésit del Adonáis 2009, entre otros. Ha publicado los poemarios: Poeta en India (Melibea, 2005), Tatuaje (Hiperión, 2005), Alfama (Centro de poesía José Hierro, 2009), Postal de olvido (El Gaviero, 2010), Cortes de luz (Rialp, 2010), Senda de sauce. 99 haikus (Amargord, 2011), Café Hafa (Tres Fronteras, 2012) y Lluvias Continuas. Ciento un haikus (Polibea, 2014). Durante el curso 2005-2006 disfrutó de una beca de creación en la Fundación Antonio Gala para jóvenes creadores (Córdoba). Ha traducido al castellano poesía portuguesa contemporánea y al poeta nepalí Yuyutsu RD Sharma, Poemas de los Himalayas (2010). Colabora en varias revistas de creación y crítica literaria. Algunos de sus poemas han sido traducidos al inglés, francés, portugués, rumano, árabe, macedonio y nepalí.
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Himachal Express En un tren con asientos de madera la mirada paciente de la muchacha encinta se detiene en el norte, donde intuye vagas estribaciones de su tierra natal. La luz de media tarde se filtra en los manzanos y van quedando atrás yuntas de bueyes y algún que otro dilema. El viaje nos libera o puede condenarnos al miedo irracional a las llegadas. Mi soledad de lámpara de albergue.
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Letargo No ponía palabras al dolor. Vivía en la irrealidad, en los jardines donde crecían árboles de júpiter. Era bajo las parras pura excisión, letargo de los nombres, brecha en la inconsistencia del panal. Cantaba a media voz sin asomarme al cráter. Vislumbraba el sulfuro y el mineral ardiente. Aún no habías llegado y la locura era papiroflexia, un barco de papel que caía despacio a una jofaina llena de agua helada.
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Patagonia Había caballos blancos frente a los dormitorios sosegados. El paisaje era árido y las aguas del lago, azul-glaciar. Cada constelación del hemisferio Sur nos era ajena, pero, a pesar de todo, salimos a la noche y ordenamos despacio antiguas travesías, desembarques, el resto de salitre en los planetas.
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SELVA I Selva: explosión de luz, ardillas grises en los merenderos. En el acontecer desordenado de los días de Delhi conocí a una mujer que tocaba el harmonium y componía canciones del nordeste. Su voz sonaba a lluvia cayendo sobre árboles de nim. Cruzaba, ausente, los mercados. En las tardes de abril traspasaba descalza el umbral de su casa. (Inédito)
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SOFÍA CASTAÑÓN / Gijón, 1983 Sofía Castañón (Gijón, 1983), filóloga, trabaja como realizadora en la productora Señor Paraguas. Ha publicado los poemarios Animales interiores (Premio Asturias Joven 2006), Últimas cartas a Kansas (Premio Pablo García Baena 2007), La noche así (2012) y La otra hija (2013) y los cuadernos La sombra de Peter Pan (2009) y Culpa de Pavlov (Premio Jóvenes Creadores del Ayto. de Madrid). Es autora también de los poemarios en asturiano Tiempu de render (Premio Nené Losada 2009) y Destruimientu del xardín (2012). Ha sido becaria de creación del Ayuntamiento de Madrid en la Residencia de Estudiantes en el año 2009-2010. Es una de las poetas Voz + Joven 2010 de La Casa Encendida. A día de hoy está dirigiendo el largometraje documental Se dice poeta, una mirada de género al panorama poético actual.
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ISMOS I Quién dijo que aquí era una bandera. Que podía trazarse un mapa donde aquí era un terreno al margen de los ríos o los montes, los corzos o los lobos. Quién dijo aquí como si allí fuera otro mundo. Como si la gente de allí fuera otra gente. Como si allí fuera no mentira pero sí menos cierto. Alguien dijo aquí y estaba diciendo sólo aquí.
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II Sospechan que sirve veneno la mujer que alimenta los pueblos de su regazo. Veneno por el que nunca nadie pregunta cómo o quién lo ha fabricado.
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III Recuerda que nadie es menos que nadie cuando pienses que alguien es mรกs de lo que eres. El padre de mi hijo insufla aire a un futuro sin escaleras.
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IV Hay alguien que sonríe cuando sonríes. Alguien que toca tu mano cuando le tocas la mano. Te asomas a una ventana sin saber que es un espejo. Piensas que eres otro. Aprendes que el otro se parece mucho a ti. (Inédito)
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SIRACUSA BRAVO GUERRERO / Sevilla, 1983 Naciรณ en Sevilla un duro invierno en el que casi se le hiela el corazรณn. Ahora ya son 30 primaveras las que llevan floreciendo sin perturbaciones. Poeta, perfopoeta y antipoeta. Su primer poemario publicado, Indigesta, vio la luz a finales del 2009 y el segundo, De cรณmo Peter Pan me quitรณ demasiado, lo hizo en el 2011, ambos de la mano de Cangrejo Pistolero Ediciones.
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ni ni Mi forma de expresarme no mueve montañas. Mis palabras no traerán la paz al mundo ni tampoco darán pie a nuevas guerras. Mis versos no buscan tu aprobación. NO escribo para ti, ni por ti, ni soy tú, ni quiero serlo. Ni, ni ... NO, me niego. Me niego a jugar a tu juego; no quiero que juegues al mío. ARG, esfúmate, piérdete,
d e s a p a r e c e.
¿O es que quizás me necesitas?
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24 Julio ¿Por qué se te olvida mi nombre pero NO el camino hasta mi casa? ¿Y qué pasó con el vértigo al tiempo? ¿El miedo al tic-tac del (insaciable) siempre hambriento cocodrilo? ¿Qué pasó con tu beso? ¿Con mis tornillos? ¿Por qué no ser pirata en vez de indio? Miras atrás y solo te recuerdas a ti mismo. Tú siempre tienes un tequiero, insignificante, inválido, inútil, no conoces otra palabra. ¿Pero qué es lo que quieres? Yo sé lo que quieres. Lo que quieres es tener un club de fans para ti solo, sin compromiso.
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Asusta ¿Sabes lo que asusta, lo que realmente asusta? que no me olvido de ti. De mí, se olvidan, te olvidas de escribirme, de llamarme a veces a solas, de tutearme, de buscarme las cosquillas, de tirarme a la basura. Ya no valgo. Pasé de moda. Me quedé en los cuartos. Y es que me hago vieja, se me rompen los vestidos, se me pierden las hojas, los versos entre pecho y espalda ya no me engordan. Los anillos puestos, la piel tersa, pero ya no importa, de mí se olvidan, te olvidas de no buscarle sentido a las cosas, de encontrarme entre el boca y boca, de darte cuenta de que me he ido cuando dije que me iba. Y sí, asusta, yo nunca olvido.
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Azul Era solo azul, un mal ácido, solo azul y tan cruel, tan mísero, tan rastrero... Era solo azul, un azul indescriptible, jamás visto antes. Era un azul doloroso, asfixiante, nuboso al 100%. Era azul, un torbellino que me escupió de nuevo a esta vida gris, ni siquiera él, con todo ese azul, fue capaz de arrebatármela. (Inédito)
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SARAY PAVÓN / Sevilla, 1984 Sólo soy una persona inquieta que indaga en la creación de audiovisuales, ilustración, fotografía, pintura, escultura y escritura. Actualmente soy presidenta de Di-Fusión-a2 y coordino un programa cultural en NeoFM. Poemarios publicados: Grisicitudes (2009), Esferas (2011) y Literatura de Penumbra (2012) y próximamente verá a la luz Ábreme, si me quieres conocer. También he publicado el cuento Descalza (2013) y el cómic El mundo de Engelke Heisenberg (2013).
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Ya desde la cuna se oía la muerte afilando los cuchillos y plegábamos nuestro cuerpo sobre sí mismo o nos abrazábamos al peluche, le susurrábamos nuestros miedos y llorábamos, pero nadie nos venía a consolar. En el pecho crecía un vacío y la sangre aullaba. Con ojos hambrientos buscábamos perros lazarillos o palabras-resorte que alarmasen a los adultos de las habitaciones contiguas, pero sólo silencio, un simulacro de anestesia1, aire, nada. El dolor que abriga el hueso y lo rompe. Y ahora seguimos arrastrando esa soledad, estamos perdidos y entre la pupila y la retina hay algo que anuncia catástrofes mientras el café se enfría sobre la mesa. Hemos crecido en la herida con las manos aturdidas, en la bala nos sentimos seguros: somos kamikazes y en palabras como sangre, temblor o insomnio entendemos amor.
1.
Rubén Martín.
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El ictus se viste de mi padre, luego ataca a mi abuelo, me va quitando poco a poco las huellas dactilares, sepulta mi sonrisa en alguna de aquellas tumbas alquiladas.
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Cada vez que me sentía sola escribía, es por eso que tengo acumulado en mi cajón un gran bosque, folios y folios y folios y más folios donde la vida era apenas un arañazo que perturbaba y perturbaba y mordía mi lengua o ablandaba mis palabras; donde más tarde pagaría el precio en ambulancias y arrepentimientos. Pero ya todo eso es pasado. Ya no ando volcándome sobre papeles: ahora mi lienzo son las sábanas y tu cuerpo y ahora sólo corro y corro y corro dejando atrás esos días en los que el corazón sólo se ve como un órgano inservible, me alejo de aquella mancha de tinta que un día llamé poema; y ahora sólo cuento los días en éxtasis, en kilómetros y en sonrisas. Y así pasan los meses.
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Desde tu pérdida hacía tiempo que no extraviaba nada, quizás el bonobús, conocedor de toda nuestra historia, haya decidido caerse del bolsillo e iniciar una búsqueda, con la última recarga que hice, y deje el saldo suficiente por si decides regresar. (Inédito)
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ELENA MEDEL / Córdoba, 1985 Elena Medel nació en Córdoba en 1985. Ha publicado los poemarios Mi primer bikini (DVD, 2002), Tara (DVD, 2006) y Chatterton (XXVI Premio Loewe a la Creación Joven; Visor, 2014), así como los cuadernos Vacaciones (El Gaviero, 2004) y Un soplo en el corazón (4 de Agosto, 2007). Su obra ha sido parcialmente traducida a una docena de idiomas, así como incluida en numerosas antologías. Es redactora jefa de la revista literaria Eñe y editora del sello de poesía La Bella Varsovia.
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MI VIDA COMO HANNAH HORVATH Padre, madre, amigas, hombres que dormís conmigo a saber cuántas noches, que me despertáis porque os habéis despertado: esto es el fuego. Esta es la manera en la que una mujer dice: esta es la manera en la que el dedo índice de una mujer choca contra su nuca –fijaos en el discreto posesivo, fijaos en cómo calla la nuca de quién–, en que la piel raspa la piel –fijaos– y entonces prende. Esto es el fuego; esta es la forma en la que arde una mujer. Si yo tuviera un hijo de cada uno de vosotros –padre, madre, amigas, hombres que dormís conmigo y cuyos cuerpos tanteo porque preferís con la luz apagada, para no tropezarme; cuerpos con los que he dormido a saber cuántas noches, pero de los que desconozco lunares y otras marcas con las que vuestras madres tampoco os reconocerían tras arder– nacería con una brújula dentro del estómago. Cuerpos desde/hacia, sabed todos vosotros: me he convertido en árbol. Estoy ardiendo, mirad: estoy ardiendo, padre, madre, amigas, hombres que dormís conmigo, todos aquellos que os interesáis por el rumbo de mi vida y mi trabajo y mi escritura, mirad cómo el calor se extiende piel arriba, miradme arder así –esto es el fuego–, mirad la piel oscura como el hombre al que amé una noche justo al contrario del hombre de la noche siguiente y sin embargo no sé qué diferencia entre los cuerpos
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–me he convertido en piedra– uno junto a otro junto a otro no sé qué vuestros cuerpos no lo sé mirad miradlo todos: me he convertido en llama. Padre, madre, amigas, puede que algunos hombres que no dormís conmigo, os miento: os miento sobre los golpes de mi piel, escondo bajo la ropa lo que hago, me corto el pelo cuando aspiro a que mi vida cambie, ya no escribo, ya no escribo, ya no sé qué contar. De esta manera una mujer aprende por sí misma qué es el fuego, de esta manera una mujer prende arde poco a poco la llama piel segunda arde arde está quemándose –se ha convertido en llama el cuerpo– de esta manera prende habla el calor de esta manera se consume arde una mujer la llama arde arde arde se consume desaparece ya. (Inédito)
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ESTAMOS REALIZANDO OBRAS EN EL EXTERIOR. NO UTILIZAR ESTA PUERTA EXCEPTO EN CASO DE EMERGENCIA Madurar era esto: no caer al suelo, chocar contra el suelo, contemplar el pudrirse de la piel igual que un fruto antiguo. Colchón justo para los dos; años que chocan la lengua contra los dientes una y otra vez que se tambalean en la boca años del sentido incorrecto. Con tres hilos de cabeza he tejido mi tiempo: piensa en vosotros a mi edad, piensa en tres hilos de cabeza, qué te falta, qué te queda; piensa en tres hilos. Quizá eso, madurar: quizá Ulises boca abajo, quizá la orilla boca arriba, eso que queréis me esperará diez años. Pensad en diez caídas; pensad en diez hilos de cabeza. ¿Aquello? ¿La madurez? ¿Márchate, olor a lavavajillas, déjame con mi sueño? ¿O quizá en la boca uvas para el postre del color de la rodilla que cae al suelo, de la rodilla que choca contra el suelo? Me tambaleo. Y era yo el zumo en la garganta, y era yo el frío, era yo las uñas y el estómago, quién era yo en mis años con tres, en mi tiempo con diez hilos de cabeza. Hasta mi habitación por la escalera de incendios un hombre y su sentido contrario. Diez hilos de cabeza, veinte hilos de su pecho atados a mi pecho, juro que amé los golpes de sus piernas. Digo que madurar era esto: que no pude negarme, digo que mis tres hilos de nada entre los dedos, y juré chocar y el suelo
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lo juré. Pensé al suelo la caída y el choque contra el suelo. Pensé el aliento pensé dije tres hilos de cabeza: tambaleo. Pensé en mi edad y pensé en vosotros y pensé que nadie me avisó de madurar así, junto a la vida y el frío en el cajón de la fruta que se pudre.
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VIRGINIA CANTÓ / Murcia, 1985 Virginia Cantó es licenciada en Filología Hispánica por la Universidad Complutense de Madrid y máster en Literatura Española en dicha universidad. Hasta la fecha, ha publicado los poemarios “Fe de erratas” (Biblioteca Nueva, 2010), “Poemas para zurdos” (Renacimiento, 2010) y “Pasaporte renombrado” (Huerga & Fierro, 2013). Su obra ha sido recogida en diversas antologías literarias. Cabe destacar “Cuentos Alígeros” (Hipálage, 2011), “Enésima hoja” (Cuadernos del laberinto, 2012) y “Spanish Contemporary Poetry: An Anthology” (Manchester University Press, en prensa); así como en numerosas revistas literarias. Premiada en diversos certámenes literarios, tanto en poesía como en prosa, desde el año 2009 ha estado becada por el Programa Generacción para jóvenes creadores (Dirección General de Juventud de la Región de Murcia). Actualmente es miembro de la Red de poetas jóvenes de la Comunidad de Madrid, lugar donde ofrece habituales recitales poéticos.
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LOS NIÑOS JUEGAN SOLOS… Siempre tuvo la infancia un cierto tamiz de desamparo, una extraña vocación de recrear curiosa los fantasmas de la soledad. Los niños juegan solos. Tienen la capacidad, la indecible suerte, de poder escabullirse de la multitud, de desusar el tiempo y la palabra en favor de la vida. Incluso cuando moran en un corro de voces similares su imaginación se disipa más allá del mundo, en un juego que no entiende las reglas adultas (y absurdas) de la interacción. Los niños juegan solos y les atrae la impasividad de las hélices; la insana costumbre de deslizar el dedo en el perfil de los metales; la anárquica obsesión de desmembrar a diente los elementos. Cuando nada sucede –si no el silencio– el instinto del padre se desgarra entre el temor y la curiosidad de explorar los fantasmas de su juego, el lugar conveniente que aísla la felicidad del mundo.
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Los niños juegan solos, en un desamparo que valora indeciblemente las piedras; el sabor húmedo del fango; la textura rugosa de las cosas que ocultan los barrotes. Siempre tuvo la infancia un cierto tamiz de desamparo. Qué extraño espejismo de libertad.
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… LA LIBERTAD Pasaron los años como vuelan también los pájaros a ras de tierra. Aquel niño que obstinaba los días a la curiosidad del metal y de la piedra llegó a conformarse con el orden sereno de poseer un cuerpo; una casa; alguna ciudad. Aún así, de cuando en cuando, parecía perderse en la impasividad de una hélice, acariciaba metales imposibles y sentía una indecible necesidad de transgredir a diente el orden previsto en los barrotes. Pasaron los años y aquel ya anciano cuerpo comprendió que jugar implica algo más que el tiempo compartido en las reglas precisas de la interacción. Jugar es también aprender a quedarse solo con nuestros pensamientos, a sentirse un poco abandonado del rito justo y preciso de vivir. Siempre tuvo la vida un cierto tamiz de desamparo. Bendito espejismo de libertad.
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CRUZ Y DRAMA Siempre detesté los crucigramas, esa torpe encrucijada de caminos que alinean a golpe las palabras como una dictadura de diccionarios viejos. Entretiempo blanquinegro, crueles sacadores de casillas, qué poco saben de la única libertad que no someteremos: desordenar el mundo con la poesía. Mi infancia –como todas las infancias– también tuvo una flor, varios juguetes rotos
y alguna prisa.
Sería absurdo pretender creer que siempre fui feliz, que me sentí orgullosa de nacer con un cuerpo insuficiente para admirar el mundo. Los años me han dado la razón. No hay infancia que no guarde también sus cicatrices, su pálpito de cerezos que no florecen, una tristeza que nunca terminará de germinar más allá del labio. (Inédito)
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LAURA CASSIELLES / Pola de Siero, 1986 Laura Casielles nació en Pola de Siero (Asturias) en 1986. Es autora de los libros de poemas Soldado que huye (Hesperya, 2008), Los idiomas comunes (Hiperión, 2010; XIII Premio de Poesía Joven Antonio Carvajal y Premio Nacional de Literatura en su modalidad Poesía Joven «Miguel Hernández» 2011) y Las señales que hacemos en los mapas (Libros de la Herida, en prensa). Poemas y relatos suyos han sido publicados en diversos libros colectivos, antologías y revistas; y realiza traducciones del francés. Es licenciada en periodismo y máster en estudios árabes e islámicos contemporáneos, y sus ocupaciones se mueven entre estos dos ámbitos, además del de la literatura. En la actualidad vive en Madrid.
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POÉTICA PROVISIONAL Escribir: quitar con un cincel, lenta y tenazmente, capas de peso a las palabras viejas. Escribir: acariciar la almendra resultante a manos llenas. Escribir: trazar un territorio en el que desnudarse. Escribir: zambullirse entonces en el agua fresca. Escribir: poner en los platos de una balanza los granos fértiles de lo vivido. Decidir hacia qué lado vale la pena tratar de inclinar el peso de las palabras. Escribir el censo del mal para no olvidarlo en los días de calma. Escribir el censo del bien para no olvidarlo en los días de dolor. Escribir: deslabazar diccionarios para sacar con pinzas de entomólogo todo hilo conductor de las ideas recibidas, de las connotaciones que lastran. Escribir: componerlos de nuevo, sin ellas, en una tierna cábala. Escribir con la ilusión nerviosa del que inventa nuevos dulces nombres en una carta de amor. Escribir con la revolucionaria firmeza del que incluye pensamientos políticos en una carta de amor. Escribir: adoptar de los idiomas ajenos las palabras salvajes. Traducir de un lenguaje antiguo las memorias de la valentía. Escribir: sumarse a la cadena de fuerzas que empuñan un ariete para abrir una puerta. Escribir: alzar un leve vuelo por encima de los días. Escribir: amar. Escribir: llorar a veces, y a veces celebrar. Escribir: andar. Escribir denuncio. Escribir dudo. Escribir acompáñame.
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SEIS APROXIMACIONES PARA UNA TEORÍA DEL LENGUAJE I Volar verifica la palabra pájaro. II Llamamos amor a lo que se te parece. III No me echéis a las espaldas un nombre que no tenga vocación de ala. IV ¿Oscuro es lo contrario de curarse? V Anunciar. Denunciar. Renunciar, nunca. VI Cantar también verifica la palabra pájaro.
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LA VERDADERA RAZÓN (POR LA QUE LLEGAMOS A LA LUNA Y A LA PÓLVORA) El astronauta que partía justo antes del despegue, el guerrillero en la montaña la víspera del día, Martin Luther King ensayando ante el espejo su discurso, la bailarina, el portero, el que luego llamarían terrorista revisando su artefacto y sus razones, Galileo convencido, la encendida sufragista una noche en vela de 1909, el médico al ponerse los guantes estériles, el ciclista vistiéndose, Cristóbal Colón, el domador de leones, Marie Curie, el tierno jardinero que empezaba la poda: todas ellas, todos y cada uno de ellos, en el momento decisivo que podría convertirlos en héroes, también estaban pensando... (con intensidad, con solemnidad, con nervios cargados de ilusión y un deseo prácticamente insoportable) … en su amor.
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NOSOTROS, LOS ILUSOS Solíamos soñar barcos capaces de alzar el vuelo –mecidos por el aire como el mar acuna a los peces–, abrigos que no ardiesen al atravesar hogueras, una casa en la que fuera imposible el frío, seres desconocidos que nos contasen secretos nunca dichos. Con tierra y llagas en las manos, con los ojos quebrados de mirar en detalle, logramos construir barcos que levitaban varios palmos por encima de las cosas, abrigos que convertían el fuego en ardiente caricia, una casa tan llena de gente que el invierno se nos olvidaba. Adentrándos en la selva encontramos animales sin nombre a los que enseñamos a pronunciar las palabras decisivas. La realidad y el tiempo –sus tormentas de arena, sus sables cruzados, su redoble de muertos– nos dejaron cascos oxidados de buques por el suelo, ruinas de una casa con goteras y grietas, la piel quemada, cadáveres de bestias entre los brazos. Soñaremos ahora con barcos que con sólo pensarlo se trasladen de estrella en estrella. Con abrigos que al atravesar las llamas ardan, pero con un fuego que cure heridas. Con casas que conjuren la llegada del invierno. Con criaturas celestiales que ni siquiera necesiten hablar. (Inédito)
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MARTA GÓMEZ GARRIDO / Madrid, 1986 Licenciada en Periodismo y en Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid y doctoranda de Lengua Española y sus Literaturas en la Universidad Complutense de Madrid. Es autora de los poemarios Cartas de sal (2013), Paraísos vacíos (2008) y Océano de nostalgias (2004), así como de las novelas Guardianes del olvido (2012), El beso del horizonte (2009) y Vidas de cristal helado (2005). Ha sido incluida en las antologías Amor (2014), Atlas poético (2013) y Enésima hoja (2012). Actualmente es miembro del equipo editorial de la revista literaria Otras palabras y colabora con la revista digital Granite and rainbow. También participó en la desaparecida revista de creación literaria Qí.
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MAREA MUDA La rabia es como la sangre, resbala entre las manos abiertas los puños cerrados, y mancha las banderas que se alzan contra el asfalto. A veces me despierta la marea que pasa bajo mi cama, su olor a miedo y sueños podridos no me deja dormir. No tiene espuma ni olas, pero sí sal en las fauces en el contorno de mandíbulas desencajadas arañando un grito que nadie escucha, porque su eco se pierde en periódicos caducos y pantallas de incienso. Sólo golpeado, robado. Me duele la sangre de mi marea muda, y dejo palabras a la deriva en sus aguas rojizas, porque algún día su voz se hará verso asonante en los rincones de España.
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CORRIENTES AZULES Se le perdió el mar en la garganta, aunque nunca había oído hablar de las corrientes azules. No sabía que no entienden de susurros, ni de cuentos inventados a medianoche. Por eso, cuando subió la marea, se le ahogaron las vocales en el recuerdo de su voz sin orillas, donde sólo las medusas cantan, donde sólo el silencio escucha.
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ABRE LOS OJOS Cuando abrí los ojos, estabas allí. Estabas ya cuando me giré, a ciegas, en el abismo del silencio, cuando las lágrimas resbalaban por dentro. Estabas antes, incluso, de saber que debía esperarte. Antes de la palabra, de la primera sonrisa. Antes, estabas ya escrita en cada página. Y qué hacer si no hay verso, ni prosa que abarque la canción de tu mirada. Sólo el sonido de tus pasos, susurrando: Abre los ojos.
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PRIMEROS BESOS La arena se filtra en los poros del tiempo. Mañana, ayer, nunca… se encuentran en un tren que nunca vuelve, nunca pasa. Los cuerpos se pierden en andenes circulares. Recuerdo sus vías y sus piedras, pero no sus caras, no sus lágrimas ni su risa. Dónde van los pasos que olvidamos. Allí donde estén, guarda la vida sus primeros besos, sus últimos labios. (Inédito)
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MARTHA ASUNCIÓN ALONSO / Madrid, 1986 Martha Asunción Alonso (Madrid, 1986) es licenciada en Filología Francesa por la Universidad Complutense de Madrid y máster en Estudios Avanzados en H.ª del Arte por la Universidad de Zaragoza. Como profesora de literatura en secundaria, ha vivido en diferentes destinos de la Francia metropolitana y de ultramar. Es autora de los poemarios Skinny Cap (Libros de la Herida, 2014), La soledad criolla (RIALP, 2013, Premio Adonáis de Poesía), Detener la primavera (Hiperión, 2011, Premio Antonio Carvajal de Poesía Joven), Crisálida (Alhulia, 2010, Premio de Poesía Voces Nuevas del Ayto. y la Academia de Buenas Letras de Granada) y Cronología verde de un otoño (UCM, 2009, Premio Blas de Otero de Poesía). En 2012, su libro Detener la primavera obtuvo un nuevo reconocimiento: el Premio Nacional de Poesía Joven Miguel Hernández de ese año, concedido por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Ha sido incluida en diversas antologías de poesía reciente y publicado textos en revistas literarias como Quimera, Piedra del Molino, Ellas dicen, Nayagua, Ex Libris o Mordisco. Una selección de su obra ha sido traducida al griego.
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Génesis 3:16 Con dolor darás a luz los hijos, y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti. Con dolor cortarás la mayonesa, marchitarás la flor y el pan; flotarás, nenúfar nigromántico, por los pozos de Salem. Con dolor. El dolor de las hembras manatíes y de las salamadras negras de Los Alpes, que tardan tres años en parir. Con dolor agriarás la leche, el vino, la miel de las colmenas; mancharás cuanto ames y arderás sin ver el mar, descuartizada por caballos, mutilada, violada en soportales y en tu lecho violada, momificada en hiyabs, hábitos o bikinis; desfigurada con aceite hirviendo, apuñalada en últimas páginas del diario. Con dolor. Dolor del pulpo hembra, que protege los huevos de sus crías durante un mes, sin salir de su gruta ni probar alimento: muere de inanición cuando eclosionan.
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Con el mismo dolor darรกn a luz tus hijas, y su deseo serรก para sus maridos. El dolor. Santidad de los reptiles. El dolor del dolor, hasta que un viejo cuerpo nos aprendan a erguirse y escribir.
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Los conejos blancos El primer conejo blanco que recuerdo fue una cría de gorrión que nos cayó del cielo. Era la época de la ductilidad y el miedo a la cicatriz: cualquier duda de fe, la varicela o el amor, podían dejarnos marca. Las monaguillas lo metimos, igual que en un sagrario, entre algodones, en una caja de quesitos, dándole de rezar migas de pan. Según cuenta la Biblia, le crecieron las alas esa noche: el conejo debía ver el mar y nosotras debíamos ser solas. Por eso nos tocó, cada verano en fiestas de nuestra adolescencia, el cordero blanquísimo en la rifa. Les fabricábamos biberones con botellas de Coca-Cola. Supimos, a cambio, de la higiene sentimental del topetazo. Y el balido, a trotar en la búsqueda y no apartar el llanto cuanto ante ti degüellen lo que amas. Devorar, caníbales en defensa propia, devorar el dolor crudo que nos devora.
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La loca de los gatos Cada vez hay más sitios donde no puedo entrar: el verbo adorar, por ejemplo; o esa puta talla 38 de Inditex. Y cada vez me gustan más los gatos. Y pienso todo el día en gatos y por las noches sueño que sueño con gatos, sueño que adopto a todos los gatos tristes de todos los callejones de este mundo; gatos y gatos y más gatos, locos y hambrientos y leucémicos y huraños y con un ojo a la virulé; zarpas para crear una armada invencible, mi propio ejército de malas pulgas -literal-. No sé: serán los veintiséis. Serán estas tres canas, que ha subido la luz y debería hacerme unas lentejas y no es bueno estar sola. Me consumen las ganas de arañarte. (Inédito)
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ALBA GONZÁLEZ / Oviedo, 1986 Alba González Sanz (Oviedo, 1986) es licenciada en Filología Hispánica y Máster en Género y Diversidad por la Universidad de Oviedo, donde actualmente realiza su tesis doctoral con una beca predoctoral FPU. Ha publicado los libros de poemas Apuntes de espera (Torremozas, Madrid, 2010) galardonado con el XI Premio “Gloria Fuertes” de Poesía Joven, y Parentesco (Gijón, Suburbia, 2012). Aparece en las antologías 50 maneras de ser tu amante (Puntos Suspensivos, Gijón, 2010) y Entre sin llamar (Círculo Cultural de Valdediós, Valdediós, 2013). Poemas suyos aparecen en revistas como Nayagua, Lunula, Mordisco o Ellas Dicen. Una selección de sus poemas está recogida en la Biblioteca de Portal de Poesía. Escribe ocasionalmente crítica literaria en diversos medios en papel y en línea: La tormenta en un vaso, El Cuaderno o Quimera, entre otros. En 2006 fundó Hesperya, un colectivo cultural ligado primeramente a la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Oviedo, donde comenzó editando una revista; actualmente asociación que aglutina un proyecto editorial y la organización del encuentro poético La Ciudad en Llamas. En colaboración con el artista plástico Job Sánchez ha comisariado la exposición multidisciplinar Estrada. Cuadernos de viaje, una colección-exposición de cuadernos de viaje artesanales en los que 14 artistas de toda la geografía ibérica exploran desde sus distintos lenguajes (fotografía, pintura, collage, estarcido, poesía, pop-up, poema, dibujo) los conceptos de viaje y de libro de artista.
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Transmigración (Tríptico) I El trayecto pasó a ser un escenario condenado por la falta de telón. No soy la misma. La máscara no oculta al personaje. El cuerpo se rebela al tacto, se contamina en el discurso, en esta voz. Ahora que conozco las falacias erráticas del viaje me resisto a marchar, me dejo ser. Extraño a la que finge en la distancia lejana de los días. II El silencio quiebra el orden de la oración, espesa la calma de lo dicho. Las piedras que apuntalan este centro se erosionan al contacto del amor. Si concateno enunciados olvido el ritmo hambriento de la sintaxis, las vidas proyectadas a la vida que han roto los cimientos de mi fe. No respondo para no clasificarnos.
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La vieja colección de dinosaurios: sus láminas y huesos, la falta de color. Cartílago de plástico que no puede rugir, que no nos muerde. Desde la infancia, las bestias que no temo se guarecen del temor a las palabras pronunciadas. Los monstruos de estos días se alimentan de corazón. III Al llegar a la ciudad fortifiqué un espacio. Por murallas, las costumbres hechas fotografía; por tradición, los libros que aprendí. El hogar eran los rostros felices de los míos: esta que soy me significa esta que soy no conoce el cambio. La locura se contiene en la ficción. Los castigos son entonces para el cuerpo. Prohíbo la soledad, el territorio. Me construyo en rutina y atravieso el fondo del dolor como un paisaje de campos arrasados. Tierra baldía. Levanto una casa huyendo de mí.
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Willow Pattern En el viejo poema los amantes huyen. Piedra, agua, fuego árboles talados. La piel acomodada al animal. El cuerpo tiembla en el amor. Aletea una espalda, sudor, nombre marino protector de los vientres henchidos archipiélago. El cuerpo tiembla en el amor. Estalla la carne en rojos, falta el aire y la asfixia estremece. El cuerpo tiembla en el amor. Bosque en los olores selva de tu pelo, tallo a dentelladas el ritmo la canción. En el antiguo poema huida, tajo muerte.
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Recorro tu cara entre los labios. Llega la aurora. El cuerpo tiembla en el amor. (InĂŠdito)
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BERTA GARCÍA FAET / Valencia, 1988 Berta García Faet nació en Valencia en 1988. Licenciada en Ciencias Políticas y en Humanidades, Máster en Filosofía Política, actualmente reside en Nueva York, donde estudia un Máster en Literatura Española y Latinoamericana. Es autora de los libros Manojo de abominaciones (XVI Premio de Poesía “Ana de Valle”; Ayuntamiento de Avilés, 2008), Night club para alumnas aplicadas (VII Premio Nacional de Poesía “Ciega de Manzanares”; Vitruvio, 2009), Introducción a todo (IV Premio de Poesía Joven “Pablo García Baena”; La Bella Varsovia, 2011) y Fresa y herida (Premio Nacional de Poesía “Antonio González de Lama” 2010; Diputación de León, 2011).
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poema que todavía no tiene título para c. c. u. I en persona hablas conmigo en castellano por escrito hablas conmigo en inglés me duele mucho te expresas mejor en el idioma de tu exnovia la irlandesa que tiene un coño pelirrojo y mínimo lo sé por una foto
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ii perdón por sacar otra vez el tema de tu exnovia en realidad no me importa me da igual me da lo mismo no estoy celosa ni nada sólo he mencionado a tu exnovia porque me parecía que podría quedar bastante bien en el poema en plan contrapunto anáfora o algo el caso es que toda educación sentimental es básicamente lingüística ambos por desgracia hemos besado a gente francesa y sabemos lo que es eso compara cómo es hablar e-mail contra e-mail mejilla contra mejilla historia de la lengua contra historia de la lengua oficial ahora yo soy tu exnovia ahora yo soy tu exnovia pero tú sigues diciendo cosas del tipo you don’t want a relationship with me ok? i also told people i may come to NY but it does not change a thing now ok? i don’t feel like talking with you now not now for sure ok? ahora yo soy tu exnovia
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iii cuando vivíamos en barcelona y nuestros labios eran literalmente nuestros labios leíamos poemas en rumano leíamos poemas en castellano leíamos poemas en francés tú corregías mi pronunciación en francés aunque a mí no me gustaba nada tu pronunciación en francés y te suplicaba que me leyeras más poemas en rumano o en castellano a veces me hacías caso y me leías poemas en rumano o en castellano aunque estuvieras hecho trizas aunque al día siguiente madrugaras mucho post-coitalmente como todas las cosas que dijimos desesperados y dulces los poemas manaban de la quietud del frío hay un verso de stanescu hay un verso de stanescu hay un verso que escribiste en una postal desde constanza que nunca recibí no leíamos nada en inglés nada en inglés nada en inglés aunque te robé un ejemplar de alice in wonderland que estaba en la estantería no sé si esto tiene algún significado psicoanalítico o si admite alguna lectura simbólica
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iv cuando vivíamos en barcelona y yo no era tu exnovia para que te enamoraras de mí a veces te hablaba en rumano con acento español con timidez ea devenise încetul cu încetul cuvânt para burlarme de ti para hacerte rabiar para que te enamoraras perdidamente de mí a veces te hablaba en español con fortísimo acento rumano caía la nieve ne-gra ne-gra ne-gra y tú te ofendías bastante y me decías que era una racista asquerosa y yo te decía que no y me reía porque tú te reías aunque era un poco verdad (Inédito)
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LUNA MIGUEL / Cumplutun, 1990 Luna Miguel (Madrid, 1990) vive en Barcelona, donde trabaja como periodista en PlayGround y editora de El Gaviero Ediciones. Es autora de los libros de poesía Estar enfermo, Poetry is not dead, Pensamientos estériles, La tumba del marinero y Los estómagos. Varias selecciones de estas obras se han editado en el extranjero: Bluebird and Other Tattoos (Estados Unidos), Musa ammalata (Italia), Más allá de la quietud (Argentina) y Museo Anatómico (Suiza). Poemas suyos han sido incluidos en compilaciones como 40 likely to die befote 40: An introduction to Alt Lit y en revistas como Quimera, New Wave Vomit, 3AM Magazine, Pop Serial, Zona nuova o The Quietus. También ha publicado el cuento Exhumación, escrito junto con Antonio J. Rodríguez; ha coordinado las antologías Tenían veinte años y estaban locos, Sangrantes, Vomit y Serial; ha traducido o prologado obra de Marcel Schwob, Arthur Rimbaud, Ted Hughes, Anna Ajmátova y Mary Jo Ban; y ha participado en varias ocasiones con el proyecto 89plus.
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ANA PISA CARTAGO Y HABLA CON LOS PERROS Pisad mi templo de huesos porque nada temo, porque no tengo más que huesos y cierto hipo profano (ni siquiera el silencio se respeta, no hay homenaje para los enfermos). Yo siempre he querido la salud pero nunca la he encontrado y el cielo se reparte entre los pobres pues sólo es aire (un poco de aire, un poco de blanco). ¿Por qué nos prometen las nubes si apenas se puede respirar? Pisad mi templo. Pi -sad -mi -tem -plo. Acaso habéis visto el tamaño de esta cicatriz, acaso habéis sentido la arcada ante la roja carne que no es sino una muralla entre lo moral y lo inmoral, entre mi estómago y mis sentimientos, entre tú y... Pisad mi templo largamente como la extensa mirada que el poeta precisa. A qué estáis esperando, acariciad el tumor de los perros. Quien quiera adorarlo tiene mi consentimiento.
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SUAVE Y QUEDO (MALA TRADUCCIÓN DE UN VERSO QUE ES EN REALIDAD UNA VERSIÓN PROVISIONAL INFINITA DE ESTE POEMA) Reconocerse en la blancura de otras patas blancas, en el estruendo de otros llantos blancos –el gato que llora suena a globo hambriento. Reconocerse también en la cadencia, pues todo rompe y algunos se marcharon con las ideas a medias –yo nunca he asistido a un funeral, me dijiste, que la palabra caricia y la palabra fiesta eran sinónimos en todos los diccionarios, que marcharse merece nuestro cariño, me dijiste, dejándolo todo sobre la mesa termina lo que empecé, me dijiste. Reconocerse en la cirugía, en el verbo, en el sueño entretenido de las olas. Hay vida en el verbo vivir –su conjugación es un féretro suave y quedo.
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GENERACIÓN 2001
ACCIPITER GENTILIS / Azor común Ted Hughes escribió a propósito de un azor, “yo mato donde quiero porque todo me pertenece”, sin embargo intuyo que el poeta no se refería exactamente a aquel rapaz, pues lo que mata cuando gusta, lo que destruye cuando se le antoja, lo que destroza cada cuerpo no es una simple ave antigua, sino el cáncer común. Lo sé: la enfermedad anida en nuestros espejos. Lo entiendo: y lavaré mi sexo con lejía. Frotaré mi sexo con lejía para que mis hijos nazcan sanos. Accipiter gentilis… los ratones tiemblan bajo el rastro de tu vuelo, los insectos tiemblan bajo el rastro de tu vuelo, los dolientes tiemblan, pero ella sonríe, ¿has visto cómo sonríe? Ahora aléjate.
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PARA SABER SANAR HAY QUE SABER ENFERMAR Apareció una y luego otra y luego otra. Era verano y estaban por todas partes reproduciéndose como una plaga antigua. Yo escuchaba sus latidos a través de la madera; te pregunté si las cucarachas tenían corazón y tú me dijiste que no sabías de eso. Conocemos poco las cosas sencillas, pensé. Nada nos importa hasta que duele. (Inédito)
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NORMAS PARA EL ENVÍO DE TEXTOS La revista de literatura La Manzana Poética agradece el envío de cuentos, ensayos y artículos inéditos, así como de reseñas críticas. Un comité de lectura lee con interés todas las colaboraciones. Las decisiones relativas a la publicación se adoptan en grupo. Todos los archivos deben hacerse como adjunto y en formato Word. Deben ir acompañados de una breve nota biográfica. Sección de estudios científicos: La revista La Manzana Poética está abierta a todos los docentes o investigadores de cualquier universidad, pública o privada, española o extranjera. Sus trabajos académicos deberán estar escritos en español, con un breve resumen en inglés. Se aplicará un filtro de revisión ciega por pares. Los artículos, ensayos o estudios científicos deben estar relacionados con el siguiente campo: Literatura española, universal y comparada (autores, épocas, géneros, estilos, etc.). Las notas serán manuales, no automáticas, e irán incluidas al final del documento como parte del mismo. En el caso de los estudios científicos, se deberá indicar también, junto al nombre del autor o autores, la institución a la que se pertenece. En casos de excepcional interés, se aceptará que un estudio puede exceder una extensión convencional, llegando a dividirse en varios números. Cuentos: Los textos destinados a la sección de narrativa tendrán una extensión máxima de 4.000 palabras. Artículos y ensayos: Extensión máxima de 3.000 palabras. Recomendamos remitir a la redacción, por correo electrónico, un resumen. El contenido habrá de girar en torno al mundo de los libros, el lenguaje y la litera-
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n.º 37 - Septiembre 2014 tura. Aceptamos asimismo trabajos relacionados con la cultura en general, arte, cine, música, pensamiento, etc. Poesía/Entrevistas: La Manzana Poética no admite colaboraciones espontáneas en estas dos secciones. Reseñas críticas: Pueden remitirse reseñas de obras de poesía, narrativa, ensayo, etc. La extensión máxima será de 1.000 palabras. La Manzana Poética no retribuirá las colaboraciones, pero ofrece una amplia cobertura a nivel nacional e internacional. La redacción no se compromete a la devolución de los originales que puedan remitirse, ni a mantener correspondencia sobre los mismos en todos los casos. Dirección electrónica de la Redacción: lamanzana@lamanzanapoetica.info
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HAN COLABORADO EN NÚMEROS ANTERIORES Pere Gimferrer, Leopoldo María Panero, Luis Alberto de Cuenca, Justo Navarro, Luis García Jambrina, José Antonio Ponferrada, J. M. Molina Damiani, Juan A. Bernier, Francisco Lira, Eduardo García, Francisco Gálvez, Vicente Luis Mora, Javier Fernández, Antonio Luis Ginés, José Luna Borge, Diego Doncel, Bernd Dietz, Pablo García Casado, M.ª Ángeles Hermosilla, Concha García, Ángeles Aparicio, Diego Martínez Terrón, María Rosal, Lola Wals, Antonio Lucas, Diego Jesús Jiménez, Luis Antonio de Villena, Antonio Colinas, Amalia Bautista, Jesús Aguado, Juan Carlos Mestre, Roger Wolfe, Antonio Carvajal, Isla Correyero, Violeta C. Rangel, Joan Margarit, Jesús Munárriz, Alejandro López Andrada, Juan Cobos Wilkins, Rafael Álvarez Merlo, Juan González Iglesias, Manuel Gahete, Teresa Galán, José Luis Rey, Álvaro Valverde, Salvador Gutiérrez Solís, Javier Lostalé, Andrés Sánchez Robayna, Julián Jiménez Heffernan, Pedro Ruiz Pérez, David Cruz Acevedo, Eladio Osuna, Rafael Arjona, Rodolfo Häsler, Jordi Doce, Luis Muñoz, Ignacio Helguero, Iván García Sancho, Luis Amaro, Francisco Ruiz Noguera, José Luis Morante, Julia Varela, Fernando Guzmán Simón, Carmen Pallares, María Luz Escuin, Jorge Díaz, Yolanda Castaño, Manolo Romero, José Luis Rey, Verónica Aranda, Ángela Álvarez Sáez, Antonio Luis Ginés, Antonio Ángel Agudelo, Eladio Osuna, Matilde Cabello, Isabel Pérez Montalbán, Carlos Clementson, Jorge Riechmann, Álvaro Mutis, Juan Pérez Cubillo,
Ruth Padel, Fernando Cid Lucas, Carlos Ernesto García, Juan Carlos Lara, Juan Carlos Abril, Ezequías Blanco, José Luis Amaro, Antonia Navarro Tejero, Francisco Onieva, Rafael Espejo, Francisco Alemán, Nacho Montoto, Ángela Jiménez, Miguel Marzo, Rosario Villejos y Enrique Maqueda Cuenca, José Antonio Ponferrada, Antonio Méndez Rubio, Eduardo Chivite, Rafael Antúnez, José Daniel García, Manuel Moya, Rodolfo Hässler, Javier Martín Párraga y Juan de Dios Torralbo Caballero, Mertxe Manso, Juan Carlos Elijas, Juan González Soto, Iván Díaz Sancho, Pedro Luis Casanova, Pedro Roso, Esteban Díaz, Hashin Cabrera, David González, Julia Otxoa, Pilar Sanabria, Carlos Alcorta, Francisco Alemán, María Antonia Ortega, Rosa Navarro Durán, Manuel Vilas, H.E. Pascual Álvarez, Leonor María Martínez Serrano, Rosa Navarro Durán, Manuel Vilas, H.E. Pascual Álvarez, Leonor María Martínez Serrano, Manuel Ángel Jiménez, José Antonio Pacheco, Álvaro Salvador, Francisco Díaz de Castro, Carlos Segade, José Daniel García, Juan de Dios García, Saray Pavón, María Eloy-García, Mateo Lefévre, Fran Rodríguez, Ángel Estévez Molinero, Juan Cenizo Jiménez, Ángel Luis Luján, Juan Pastor, Jaques Ancet, Luis Bagué Quílez, Diana Cullell, Germán Labrador, José Antonio Llera, Fanny Rubio, Francisco Ruiz Soriano, Antonio Gamoneda Rocío Ortuño Casanova, Dolores Romero López, Javier Ozón Górriz, Túa Blesa, Antonio Viñuales Sánchez, Jordi Ibañez Fanés, José Luis
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n.º 37 - Septiembre 2014 Falcó, Carlos Jiménez Arribas, María José Codes, Fernando Savater, Antoni Marí e Ignacio Echevarría, César Reglero, Laura López Fernández, Antonio Orihuela, Gustavo Vega, Miguel Agudo Orozco, Felipe Muriel, Celia Corral Cañas, Francisco Peralto, Ricardo Ugarte, Pablo del Barco, Eduardo Scala, Antonio Gómez, Antonio Monterroso, Bartolomé Ferrando, Manuel Calvarro, Francisco Aliseda,
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Eduardo Barbero, Belén Reyes, José Luis Campal, Gustavo Vega, Miguel Agudo, Agustín Calvo Galán, Ángela Mallén, Claudia Quade Frau, Lola López-Cozar, Manuel Molina González, Patxi Serrano, Pedro Peinado, Carmen Peralto y Ruy Ventura, Pepa Merlo, Sharon Keefe Ugalde, Azucena Gónzález Blanco, Noni Benegas, Aimée G. Bolaños y José M.ª Bancells.
Últimos números NÚMERO 36. AÑO 2014 LA POESÍA ESCRITA POR MUJERES ARTÍCULOS:
Poesía y erotismo Saray Pavón El futuro tomará tus riendas Pepa Merlo La poesía escrita por mujeres frente al orden simbólico patriarcal, a finales del siglo XX María Rosal Luna Miguel en las zonas híbridas de la poesía del siglo XXI Sharon Keefe Ugalde Arqueología del presente, la escritura de Erika Martínez Azucena González Blanco La visibilización de las mujeres escritoras Noni Benegas Poesía erótica amatoria de Adélia Prado y Clara Janés Aimée G. Bolaños Aguas que desbordan márgenes José M.ª Bancells
NÚMERO 34/35. AÑO 2013 MONOGRÁFICO POESÍA VISUAL ESPAÑOLA ARTÍCULOS:
Rafael de Cózar, César Reglero, M.ª Ángeles Hermosilla, Laura López Fernández, Antonio Orihuela, Gustavo Vega, Miguel Agudo Orozco, Felipe Muriel, Celia Corral Cañas y Túa Blesa. POEMAS Y POETAS
Francisco Peralto, Ricardo Ugarte, Pablo del Barco, Eduardo Scala, César Reglero, Antonio Gómez, Antonio Monterroso, Bartolomé Ferrando, Manuel Calvarro, Rafael de Cózar, Julia Otxoa, Francisco Aliseda, Eduardo Barbero, Belén Reyes, Antonio Orihuela, José Luis Campal, Gustavo Vega, Miguel Agudo, Mertxe Manso, Agustín Calvo Galán, Ángela Mallén, Claudia Quade Frau, Lola López Cózar, Manuel Molina González, Paxi Serrano, Pedro Peinado, Nieves Salvador y Julián Alonso.
NÚMERO 33. AÑO 2013 Vida y obra de Francisco Ferrer Lerín Javier Ozón Górriz Leer lo que no está escrito Túa Blesa Cierta soberana archipágina de Francisco Ferrer Lerín Antonio Viñuales Sánchez Una nota sobre la cuestión de la profundidad Jordi Ibáñez Fanés Formas y sonidos / Geometría y música Laystall, José Luis Falcó Sin amparo María José Codes La baraja rota: la poesía de Francisco Ferrer Lerín Juan M. Molina Damiani 12 Textos de Francisco Ferrer Lerín Níquel Fernando Savater Fámulo Antoni Mari Familias como la mía Ignacio Echevarría
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Yo danzarĂŠ en alfombra de verdura, ten pronto el vino en el cristal sonoro, nos beberemos el licor de oro celebrando la noche y su frescura.
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