GYULA KoSICE
“EL ARtE SIRVE PARA AGUANtAR LA VERdAd” Referente mundial del arte contemporáneo, a los 85 años no pierde vigencia con la escultura en movimiento, con la mira puesta hacia un futuro sin tiempo. P o r A r i e l C u k i e r k o r n • Fo t o s : m a r í a A n t o l i n i
ran parte de las personas nacidas antes de 1980 crecieron con la idea de que en el año 2000 en las ciudades nos moveríamos en platos voladores. Era nuestra idea de futuro, despegada acaso del porvenir personal. Basta mirar por la ventana para comprobar que la predicción no se cumplió en la vida real, pero algún residuo paradojal nos lleva a pensar que está ocurriendo en otro plano, en el mismo tiempo. En ese plano opera Gyula Kosice hace más de seis décadas. Casi como un reflejo de lo que terminaría siendo su obra, la identidad del artista que esta semana cumple 85 años se formó en base a nociones que se disipan, fluyen. Nacido con un apellido que dice no recordar con precisión, llegó a la Argentina a los cuatro años de edad, luego se adoptó para sí su lugar de nacimiento, que durante mucho tiempo fue parte de Hungría, después Checoslovaquia, hoy Eslovenia, mañana quién sabe. Pero si hay un estadio en el que Kosice se siente cómodo es en el del movimiento permanente. Ya fuere para inventar “Röyi” (la primera escultura móvil, 1944), para fundar en el mundo el Manifiesto Madí (integrador de todas las artes, 1946), para ser el primero en incorporar el agua y el neón a piezas artísticas (así fue que montó en Buenos Aires el Hidromural, 1966) o para concebir La ciudad hidroespacial, en base a una premonición que anunció desde la revista Arturo: “El hombre no ha 70 ❖ EL FEDERAL
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Su taller-museo en Almagro es un viaje a un futuro que ya pasó, a través de sus obras que integran plexiglás, agua y neón, entre otros elementos.
de terminar en la Tierra”. Su taller-museo en el barrio de Almagro (muchas de sus obras se exponen desde este martes en Galerías Zurbarán), es un viaje a esa especie de retro-futuro, que llevó a Kosice a codearse con personajes de la talla de Ray Bradbury, Jean Paul Sartre, Le Corbusier, Max Bill, Umberto Eco y Jorge Luis Borges, entre muchos otros. Una inquietud cinética que pasó por museos referentes del arte contemporáneo como el MoMa (Nueva York) y Pompidou (París) hoy retoma dramática realidad ante la crisis financiera y ambiental que contagia a todo el planeta. Kosice posa entonces su penetrante mirada este-europea en las formas y nos sigue trayendo noticias de un tiempo posible. -Desde los inicios de su carrera, se planteó pensar al ser humano en otro lugar. ¿Cómo se conectan esas ideas con las diferentes crisis que estamos atravesando en el presente? - La ciudad hidroespacial no es una utopía. Una utopía es hasta que deja de serlo, un no-lugar hasta que se ocupa ese lugar y después viene otra utopía. Empecé a hacer maquetas sin plazos de tiempo (a veces décadas enteras) y a leer mucho a Julio Verne, cuyo empuje me sirvió para tener otra interpretación del mundo espacial. La idea es que un hábitat hidroespacial puede estar suspendido en el espacio por electrólisis. Es decir, que es un sistema que materializa el agua en oxígeno para poder vivir y en hidrógeno para mantener la suspensión y para generar un recorrido hacia cualquier lugar. La idea es ocupar todos los océanos posibles con esa ciudad. La traslación del hábitat genera otras relaciones societarias, cada hábitat es un núcleo familiar. Yo no cambio al ser humano, es el mismo de siempre. Pero, ¿por qué esa necesidad biológica? Simplemente porque el índice de crecimiento de la población humana es tan grande, que, ¿dónde van a poder vivir esos seres humanos sino en una ciudad hidroespacial? Por eso yo no lo defino más como una utopía. - Pero supongo que cuando lo concibió sí lo era... - Por supuesto, en cambio hoy es un tema muy actual. No quiero hablar de Oriente y Occidente, sino de las relaciones entre civilizaciones. De un modo lógico vamos (y digo vamos porque hay bastante gente que está de acuerdo, al menos ideológicamente) a tratar de apoyar el reparto de la Abril 30, 2009
“La ciudad hidroespacial no es una utopia, hay que ocupar los oceanos. La traslacion del habitat genera otras relaciones societarias, cada habitat es un nucleo familiar.”
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“Siempre digo que trato de corregir al azar. No me sale casi nunca, pero intento. Se trata de no perder el elemento del juego, el homo ludens.” riqueza del planeta, que vendría a ser una especie de socialización. No un gobierno como el de Naciones Unidas, en el que están todas las naciones desunidas, sino una gobernación de poderes compartidos por cada país. La geografía puede ser cambiable, pero lo que va a quedar siempre es el lenguaje. - ¿Qué lugar ocupa el arte en todo este contexto? - El arte existe para poder aguantar la verdad. Siempre digo que trato de corregir al azar. No me sale casi nunca, pero trato. En mis obras, si hay algo que no me gusta la destruyo y hago otra. No la dejo que funcione. Se trata de no perder el elemento del juego, el homo ludens. - Siempre remarcó la diferencia entre “presentar” y “representar”. ¿Hay algo en el contagio de las crisis que tenga que ver con una tendencia humana a representar, en el sentido de la repetición? - Es lo que exploré con el arte Madí, el arte concreto, la importancia de presentar... Representar es defender a un animal puesto en formol que vale siete millones de dólares, es una aberración (NdeR: en referencia al tiburón de Damien Hirst). ¿Cómo puede ser? Todo es reemplazable, porque hay plata. En ese sentido, la sociedad liberal también está viviendo la decadencia, porque pertenece al orden monetario internacional. Acá va a haber un orden, como superestructura ideológica, una necesidad vital de la repartición de los bienes de la Tierra al ser humano.
mas datos ❖ Desde el 28 de abril se podrá visitar la exposición “Obras Recientes”, integrada por una veintena de esculturas donde el agua, el color y la luz están presentes. En Zurbarán (Cerrito 1522, Buenos Aires, teléfono 4815-1556); de lunes a viernes de 11 a 21 y sábados de 10 a 13.
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Porque sobran. Si hubiera una buena distribución de la riqueza, no habría pobres. En la espuma de la civilización actual noto que hay mucha gente que está tratando de conectarse con ideas constructivas. Que no se equivoque la gente respecto a que se puede cambiar la conciencia individual o colectiva. Siempre habrá una voluntad de seguir viviendo y para que eso pase hay que crear nuevas fórmulas de vida, no sólo del “computer”, sino algo mucho más profundo, a pesar de que estemos en la Red, nos hablen, nos respondan y estemos mucho más diversificados.
Hablo de la ocupación del espacio, que es fundamental. - Y ahí se insertan sus trabajos que buscan la teletransportación... - Busco que se traslade el objeto completo, no su holograma, como hasta ahora. No hay nada en el mundo que sea estático. Todo es móvil, incluso el lenguaje, se maneja por semiesferas, como mis obras, en las que tengo a la curva como eje. Nos estamos entendiendo a pesar de algunas cosas que no entendemos perfectamente, pero que lo vislumbramos y creemos que es así. Aunque no lo sea. Abril 30, 2009