Nosotros los ajenos
Empecé a traducir con regularidad en 2005 porque escribía muy poco, en relación al menos con lo que en esa época imaginaba propio de un poeta. Por entonces, confiaba en que sería un impasse momentáneo. Doce años después, es evidente que esa esperanza resultó infundada, pero la fe me dura todavía, aunque haya tenido que encontrarle un fundamento nuevo a la ambición en que se sustentaba. De acuerdo a la manera en que percibo que me ven mis pares, me volví traductor más que poeta. Sigo escribiendo a ráfagas como antes, pero traduzco a un ritmo cada vez más sostenido: a diario el último año, menos una jactancia que la necesidad, que ha ganado en urgencia con el tiempo, de habitar un poema cada día, estudiarlo por dentro y desarmarlo para luego reconstruirlo en mi lengua y en mi voz; y probarme la suya. Desde entonces, traduzco sobre todo poesía estadounidense. No hace falta decir por qué razones y hasta qué punto los Estados Unidos son, para nosotros los ajenos, objeto de fascinada perplejidad y varia imaginación desde la infancia. Personalmente, mi descubrimiento de la literatura se produjo con una traducción de Huckleberry Finn. En mi recuerdo, mientras viaja por el Mississippi
con el esclavo fugitivo Jim, Huck se detiene en un pueblo vecino y compra una lista larguísima de cosas —un cuchillo, tabaco, whisky, tocino y provisiones varias— por un dólar. Yo ya tenía alguna idea del valor del dinero, y al parecer también estaba al tanto de la inflación, tan acuciante entonces como ahora, porque no me asombró que a un chico como yo le dejaran comprar esas sustancias y estuviera dispuesto a consumirlas igual que los adultos, sino el inquebrantable poder adquisitivo de una suma tan módica. Mi primera noción de la literatura fue esa moneda única, ese dólar platónico, ajeno a los vaivenes de la tasa de cambio, que podía trocarse por una larga serie de pequeños tesoros singulares. Años después, volví a leer el libro en su lengua original, para encontrar de nuevo ese pasaje y recrear aquella sensación. Como era de esperarse, nunca pude encontrarlo. Pero, en retrospectiva, me quedó la intuición de que tal vez traducir sea una forma de mostrar lo que siempre estuvo ahí a pesar de jamás haber estado. Tenía en esa época una idea tan imprecisa como persistente, que mantuve los años que viví en Buenos Aires, de cierta entonación, cierto pulso común a la poesía estadounidense: una preocupación fundamental por lo concreto y la materialidad de la existencia, usualmente expresada en poemas narrativos; el gusto por lo coloquial y despojado en detrimento del adorno retórico; la marcada tendencia a recortar trozos de realidad en representación de un orden general o trascendente. Por supuesto, esa idea resultó totalmente equivocada, como pude notar al mudarme a Nueva York en 2012: era mucho más fuerte la vertiente experimentalista que entendía el poema como un dispositivo o artefacto que el duro realismo que había
imaginado; estos últimos años, sin embargo, pareciera advertirse un tímido regreso de la lírica y las poéticas del yo. Empecé a traducir estos poemas hace casi una década, mientras aún vivía en Argentina, sin pensar en reunirlos en un libro. A medida que fueron acumulándose, se me impuso la idea de recopilarlos. La primera versión que proyecté era más reducida y no tenía entrevistas. Ya en Estados Unidos, cuando fui conociendo a algunos de los poetas, en persona o por mail, y tuve la ocasión de conversar con ellos, se me ocurrió que el libro, además de una muestra de poemas, podía ser un ensayo colectivo acerca de las múltiples maneras de la poesía estadounidense contemporánea; y, en cierta forma, una novela tenue. Los años dedicados a este oficio me convencieron de que eso que llamamos poesía es una interminable creación conjunta, un mosaico de poemas más que una galería de poetas. Como muestra, este libro quiere ser menos representativo que variado. Es un mapa de estados de conciencia y de ánimo antes que un panorama de tendencias y grupos. Si bien se pueden ver líneas comunes entre algunos poetas aquí seleccionados, el conjunto es un arco de poéticas y voces muy diversas: el rugoso realismo semita de Joe Urbach; la apuesta por la imagen de Chris Talbott; la lírica epigramática de Sarah Diano; el pop paladar negro de Frank Shaughnessy; la devoción histriónica de Caitlin Makhlouf; el neoconfesionalismo de Amy Benoit; los poemas narrativos de inspiración panteísta de Adam Wolniewicz; la fusión de lisergia con relatos de aventuras de LeRoy S. Davis; los extraños paisajes y fábulas de 8A, heredero chicano de John Ashbery; las letras de canciones sin canción de Jillian Kwon; los collages y poemas
encontrados de Michael Hoffner; el formalismo queer de Ariella Jenkins; y “Declaración de Independencia”, el oscuro y precoz poema largo de Taylor Moore sobre la masculinidad en los Estados Unidos, de Thomas Jefferson a Donald Trump. Es sabido que toda selección proyecta, en negativo, la imagen de su antólogo. En ésta, en que invertí casi diez años, ya no sé si la mía es una sombra que apenas se insinúa o lo contrario: un dibujo por puntos. De lo que estoy seguro es que en estos poemas se dejan ver mis propias experiencias de la década en que me hice adulto —muertes, separaciones, la política; pasiones duraderas o fugaces—, descompuestas como a través de un prisma. Crown Heights, Brooklyn 31 de diciembre de 2017, 00:59
(Chardon, Ohio, 1979)
Love
at night we took your car along the highway barely lit by a few erratic lampposts i never got my license seated beside you i thought that love perhaps was this driving through the night in someone else’s car without any other company not knowing how to drive
Amor
íbamos en tu auto de noche por la ruta que iluminaba apenas la aparición errática de unos postes de luz vos manejabas yo que no tengo registro sentada al lado tuyo pensaba que tal vez el amor sea esto atravesar la noche en el auto de otro sin otra compañía y sin saber manejar
A Dream
i dreamed i was invisible and i could fly but in the dream, i didn’t sneak into my lover’s house flying past the open window to spy on what he does when he’s not with me and i didn’t secretly enter the bank vaults and stay there until closing time to steal everything without being discovered in the dream i flew through white space and sound didn’t exist, nor images nor the body but it wasn’t the dim nothing of death it was emptiness and the consciousness of emptiness
Un sueño
soñé que era invisible y que podía volar pero en el sueño no me colaba en la casa de mi amante volando por la ventana abierta para ver cómo es cuando no está conmigo ni entraba sin ser vista en la bóveda de un banco y me quedaba ahí hasta la hora del cierre para llevarme todo sin que me descubrieran en el sueño volaba por el espacio blanco y no existía el sonido ni la imagen, ni el cuerpo pero no era la nada opaca de la muerte era el vacío y la consciencia del vacío
Marriage
now we’ll no longer have the exhaustion of the body in the other body nor the days that grow longer and longer in an eternal moment from now on time will be a tunnel to keep advancing through even though we can barely see the obstacles and the body will be a field we’ll eat from when we’re hungry we will value the rings we give each other not by the substance of the alloy the proof of a pact or of an alliance that warns us that all
Matrimonio
ya no tendremos más el agotarse en el cuerpo del otro ni los días que en un instante eterno se prolongan el tiempo desde ahora será un túnel por donde sólo quedará avanzar aunque apenas veamos los obstáculos y el cuerpo una parcela cultivada donde comer cuando tengamos hambre estos anillos que nos damos valen no por lo material de la aleación testimonio de un pacto o de una alianza que advierte
is no longer possible but by the void in the center that reminds us of the lack we used to have and that keeps us from trying to fill it one with the other one for the other
ďœśďœ¸
que ya no todo es posible sino por el vacío que en el centro nos recuerda la falta que teníamos y nos previene de intentar llenarla el uno al otro el uno con el otro
Epigram
they teach in school that light from an extinguished star continues to reach us for some time now the light of your presence is gone and other people mention you in passing
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Epigrama
como suele enseĂąarse en el colegio la luz de las estrellas que se apagan sigue llegando un tiempo hasta nosotros ahora extinta la luz de tu presencia me llegan tus noticias por terceros
ďœˇďœą
Epigram
our love over the years though some species will vanish and others will come to replace them will still be there like cockroaches after the nuclear holocaust
ďœˇďœ˛
Epigrama
nuestro amor con el paso de los años aunque se extingan las especies y otras hagan su aparición y las reemplacen seguirá ahí como las cucarachas después de la catástrofe nuclear