Ciudad de México a 22 de abril de 2018 Lic. Enrique Peña Nieto Presidente de los Estados Unidos Mexicanos PRESENTE. Señor Presidente, Sigue en sus manos impulsar uno de los cambios más profundos para combatir la desigualdad en México: enviar, para su ratificación, al Senado de la República el Convenio 189 sobre el trabajo decente para las trabajadoras y los trabajadores domésticos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Un compromiso que asumió el gobierno mexicano desde el 31 de marzo del 2014. Quedan ocho días para que cumpla usted su compromiso, antes del término de la LXIII Legislatura. De no hacerlo, se habrá perdido la oportunidad de ratificar el único tratado internacional firmado por su gobierno en materia de derechos humanos y laborales, para modificar las condiciones de vida de uno de los sectores más discriminados y vulnerados del país. Si continuamos en la ruta de la espera, seguiremos permitiendo que el 97 por ciento de las trabajadoras del hogar, al enfermarse, carguen con todos los costos porque no tienen acceso a la seguridad social; seguiremos permitiendo que haya personas que trabajen cada día 12 horas obligadas, porque la Ley Federal del Trabajo así lo permite; seguiremos permitiendo que el 63 por ciento de estas trabajadoras vivan en pobreza porque no reciben los bienes y servicios suficientes para cubrir sus necesidades básicas; y seguiremos siendo el país con la menor tasa de formalización laboral de trabajadoras del hogar en toda América Latina. Está en sus manos pasar a la historia como el Presidente de México que logró derribar los muros de la segmentación social en los hogares mexicanos, como el Presidente que logró sentar las bases de la incorporación a la seguridad social del segmento laboral con mayor número de mujeres, como el Presidente que impulsó la protección social para el 10.89% de la población femenina económicamente activa, como el Presidente que quebró la desigualdad desde la ley al reconocer los mismos derechos laborales para las trabajadoras del hogar en México, como el Presidente que igualó el trato ante la ley de 2.4 millones de trabajadores y trabajadoras del hogar en México, y como el Presidente que reconoció que los derechos nunca, nunca, son una concesión de las autoridades, sino la condición inherente del reconocimiento de la igualdad entre las personas en un sistema democrático. Estamos conscientes de que la ratificación del Convenio 189 involucra un enorme reto. Sin embargo, contamos en Latinoamérica con casos de éxito en la implementación de ese Convenio; es viable económica y administrativamente. Los firmantes le extendemos nuestro apoyo para conformar un grupo de expertos que trabaje junto con las dependencias gubernamentales en el diseño detallado de las acciones que compongan una política pública integral de atención a este sector. Pero todo depende de su voluntad. No rompa esta esperanza. Quedan ocho días para reivindicar la palabra ya empeñada y empezar a modificar las condiciones de desigualdad de millones de personas.