La magia azul octubre

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EDITORIAL

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Seamos claros. El momento de la U no es el mejor, y sufre una carencia de jerarquía enorme. ¿Responsables? Nadie se salva. Esto es fútbol, y si bien la política de renovaciones en un plantel que fue exitoso pareciera haber fallado, se debe considerar que la inclusión de nuevos jugadores siempre ofrece riesgos por los respectivos procesos de adaptación. Lo cierto es que es penoso que antes de la séptima fecha, la sensación sea que el torneo ya está perdido. Claro, el Apertura 2015-2016 consta de apenas quince partidos, ubicándose como el campeonato más corto del mundo. Esto representa una total vergüenza y esperamos que la mentalidad cortoplacista, en busca de éxito comercial, deje de ser un factor predominante para los dirigentes del fútbol nacional. Y las consecuencias ya están a la vista. Con un torneo tan breve, se valoran prematuramente los procesos como éxitos o fracasos, aumentando las presiones, el exitismo, y hasta el “chaqueteo” a un nivel alarmante. El fútbol es confianza, y eso sólo se recupera con el tiempo. Hay equipos que en campeonatos largos pasan por bajones, pero que han logrado, finalmente repuntar. No obstante, que eso suceda en nuestro medio es sumamente difícil, y son repetidas las situaciones que son catalogadas como “insostenibles” con cierto apuro.

Es válido que haya cuestionamientos al trabajo del cuerpo técnico, al club, y a jugadores, ya que insistimos, esto es fútbol, pero lo que preocupa es la violencia con la que esta se manifiesta esta molestia. Hay una falta de empatía, de humanidad, y no se está viendo al otro como a un igual, con familia y buena fe en su labor. Violencia hacía compañeros y contrarios. Violencia que da razones a las autoridades para que adopten controles cada vez más estrictos en los estadios. Y es que con fanáticos que arrojan encendedores, monedas, y hasta bolsas con orina, no es normal al ir a ver fútbol. Así, la asistencia a los estadios es la más baja desde hace una década, incluso con Chile campeón de América. ¿Cómo controlamos ello? ¿Qué hacemos para colaborar a erradicar esto? Debemos querernos más. No perder el valor que tenemos como institución y como hinchas azules, que hemos pasado por momentos mucho peores, entre sequías de títulos por décadas, quiebra y malas rachas. Ver el estadio lleno es tarea DE TODOS, y nunca hay que olvidar que aunque estemos siempre en las buenas y malas, también es importante el cómo es que estamos junto al club. Somos herederos de la grandeza de este equipo, pero también responsables directos del orgullo que es ser de la U. El Director

ÍNDICE 3 8 10

ENTREVISTA DEL MES

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PEDRO ARAYA

50X50 PEDRO “HEIDI” GONZALEZ

FERNANDA ARAYA

17 18 20

AZULES EN TIEMPO DE CRISIS

21 22

CUMPLEAÑOS

CLÁSICOS CON HISTORIA

SOCIALES

LA CAMPAÑA ¿COMO VAMOS?


Gustavo Javier Canales Bustos

El sacrificado camino del “Mágico” azul El delantero chileno-argentino se sincera en un diálogo íntimo con La Magia Azul para abarcar una ruta difícil que ha debido transitar para surgir desde un barrio humilde en el que pudo acabar como un “jugador perdido”para llegar a la gloria en el Romántico Viajero. Por Héctor “Tito” Awad y Aristeo Andrés.

ENTREVISTA DEL MES

CANALES ADELANTÓ EN EXCLUSIVA CON

LA MAGIA AZUL

QUE RENOVÓ CONTRATO CON LA U HASTA MEDIADOS DEL AÑO 2017

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Gustavo Canales es uno de los últimos grandes referentes de Universidad de Chile. Lo caracteriza su clase y, por supuesto, sus goles trascendentales. Ha alzado cuatro títulos, y en su segundo ciclo en el club, busca consolidarse en el corazón del hincha, dejando atrás todo tipo de resquemores. Se exige al máximo para mantener su nivel y ser el aporte que se espera para que la institución siga sumando logros. La apuesta del oriundo de General Roca es ambiciosa, pues, según explica, escogió el camino largo, confiado de que el tiempo le dará la razón. “Entrar en el corazón del hincha es muy fácil con frases y gestos, pero para mí, lo importante es rendir en la cancha. Yo ya me siento identificado con la U y quiero ser reconocido no sólo por lo que hice o gané antes, sino que por lo que aporto partido a partido”, afirma. Detrás de este discurso, se esconde también una larga historía de crecimiento personal y futbolístico. “Me equivoqué mucho en mi vida, pero ahora trato de ser lo más profesional”, relata a Revista La Magia Azul. Esa es su autocrítica, pero asegura haber recogido todas las lecciones. El “Mágico” ya viene de vuelta.

Un “pibe” perdido Carlina Bustos junto a su hija Irene, la madre de Gustavo, abandonaron Curacautín en una época difícil, y se fueron en busca de un mejor futuro en la provincia de Río Negro, en Argentina. Al otro lado de la cordillera, en Villa Regina, nació el delantero y se mantuvo por casi cinco años en la localidad de Ingeniero Huergo. Hasta que el trabajo de su su padre llevó a la familia a acentarse en General Roca.


Luego de tal estreno en delantera, las ofertas comenzaron a llegar y se convirtieron en panorama habitual. De cualquier manera, su enfoque era claro: jugar como sea.

Creció junto a Sergio, su hermano cinco años mayor, entre el sacrificio de sus padres y el regaloneo de su abuela. Pronto comenzó a enamorarse del fútbol. Contaba las horas para poder practicarlo y lo entendía como “la única oportunidad para su vida”. No obstante, materializar el sueño de ser futbolista no fue fácil. Tuvo un frustrado inicio a los 12 años en el club Almirante Brown, en donde no soportó la lejanía con su familia. Volvió, pero el barrio y un conjunto de vicios siguieron entorpeciendo su despegue. “Hice todo lo que un joven no debía hacer, cosas que nunca pensé que haría. Me terminé yendo para el lado malo. Tuve la suerte de que hice el “clic” a tiempo, pero estaba en el límite que me podía hacer dejar el fútbol”, confidencia. Canales entrenaba en el elenco de su barrio, Deportivo General Roca, donde su talento era percibido por todos. Se sentía importante. Pero de la motivación pasó a la frustración, tras no convencer en varias pruebas que realizó en Boca Juniors, para las que había sido seleccionado su amigo Miguel Caneo. “Llegó un momento en el que me di cuenta que el fútbol me había dejado, que ya no quería jugar más. Para todos era el jugador perdido, era como esa frase típica que dicen ‘si ese hubiera dejado la joda’”, rememora. El clic Así pasaron los años, pero no todos dejarían de confiar en el desgarbado juvenil que era por entonces, como él mismo cuenta. Conocer a su esposa Patricia, con la que tendría al poco tiempo a su primera hija, Sofía, y junto al apoyo de entrenadores y presidentes de varias instituciones, propiciaron el salto del barrio a los estadios. “Ya por los 22 años, se acerca el padre de Caneo y me dice que va a tomar el equipo local. Logró convencerme diciéndome incluso que tenía más condiciones que su hijo y eso me tocó… De hecho, me propuso que me iban a pagar con un ticket de compra para el supermercado. Fue algo incómodo, pero igual me motivó. Volví a entrenar y tuve un torneo espectacular”, indica. La esposa del atacante, fue uno de los pilares para mantenerlo enfocado. “Tenía la responsabilidad de limpiar mi imagen. “Pato” l og ró hac er m e entender que me estaba

volviendo un futbolista, que, sin importar que no me pagaran con plata, pagaban igual, y eso demostraba que me respetaban. Pasé de ser el típico jugador de barrio que se pierde a demostrar poco a poco todo el esfuerzo. Eso también hizo que mis padres me vieran con otros ojos”, recuerda Canales. El fútbol por fin volvía a encantar a “Gusti”, como es apodado por su familia. El siguiente capítulo comienza cuando Horacio Rodriguez, un dirigente del club lo instó a probarse en el clásico rival, el Club Cipolleti de la tercera división, que tenía una mejor administración. Tras dos encuentros, Canales dio el salto al primer equipo del club, pero con una condición: cambiarse de hogar y abandonar General Roca. “Me dieron una casa para vivir y me llevaron en un camión a comprar de todo en el camino. Llegamos al departamento, que era un desastre, nos dieron unos tarros de pintura y nos mandaron a pintar. Mi mujer tomó las cosas de inmediato y empezó. Ella era la más contenta, porque tenía unas ganas tremendas de sacarme de ese lugar”, admite.

“Duré un semestre y me vino a buscar Aldosivi de Mar del Plata, de la B Nacional, que para mí era como la Champions (ríe). Pero jugué muy poco porque el centrodelantero que teníamos era de nombre. Para mí, era más importante jugar que cobrar más dinero, por eso tuve algunos retrocesos en mi carrera. Soy un desesperado por jugar. De ese equipo me devolví una categoría al Guillermo Brown, y me pagaban lo mismo que en el club anterior. Jugué un campeonato y a mitad de ese, el entrenador vio que tenía buen trato de balón y me puso nuevamente de enganche”, indica. Serían sus últimos partidos en esa posición. Un salto inesperado que encontró “Magia Azul” Ya consolidado como futbolista profesional, el ‘19’ se embarca en su primera aventura fuera de su país natal, de la mano de un ídolo azul, Víctor Hugo Castañeda. “En 2007, me llamó Raúl Delgado, un empresario asesor de La Serena para venir al fútbol chileno. No era más plata de la que ganaba en Argentina, pero tomé la decisión por la oportunidad. Me esforcé muchísimo para ser un jugador importante. Víctor Hugo me transmitió su carácter y eso me hizo ser mucho más fuerte. Tuve un campeonato espectacular, hice unos 14 o 15 goles”, recuerda.

En busca de la consolidación “Era un ‘10’ clásico, pero era una posición que no siempre los equipos en los que pasé utilizaban. Al empezar en Cipolletti, por el 2004, me hacían jugar de carrilero por izquierda. Yo estaba a punto físicamente, pero me sentía acorralado y me costaba a acostumbrarme al puesto”, cuenta Canales. “Justo antes de empezar el campeonato, el ‘9’ del equipo recibió una oferta y se fue. Ahí fue el técnico de turno y me dijo que yo tenía las características para jugar ahí, por el porte especialmente. Vi la oportunidad y la aproveché. De a poco me fui dando cuenta que me acomodaba esa posición, y marqué muchos goles en el campeonato”, dice.

Después vino un frustrado traspaso al fútbol rumano y una corta estadía en el Once Caldas colombiano, pero el fútbol lo seguía tirando a Chile. “Me llamaron de La Serena. Me dijeron que me necesitaban y volví. Me costó, pero tuve la suerte de marcar muchos goles, alejarnos del descenso y quedar bien ubicados en la tabla, ahí me compró Unión Española”, señala. En 2009 Canales hizo una gran campaña con el cuadro hispano, que no pudieron coronar. Cayeron precisamente frente a la U en la recordada final disputada en el estadio Santa Laura. Sin embargo, la gran Copa Sudamericana que realizó más tarde lo puso en el radar de clubes de renombre, como Racing, Velez y el mismísimo River Plate, donde terminaría firmando.

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Un “traumático” inicio en la “U” Yo sabía que tenía que rendir de cualquier manera, pero no podía sentirme querido por la gente de la U. A mí me marcaba mucho la situación con Diego Rivarola, que era un ídolo total, porque sentía que injustamente me comparaban con él y siempre sonaban los cánticos “Rivarooola, Rivarooola”. Llegaba a mi casa mal y le decía a mi mujer que esto no podía ser. Erraba un pase y volvía el cantico.

“Ahí cometí un error. No me arrepiento, pero no evalué el momento del club, que venía con muchos problemas. Al llegar, sentí un sueño cumplido. En cuatro años pasé de estar sentado como “vago” en la plaza de mi barrio, a jugar el clásico en la Bombonera o partidos con el Monumental de River lleno. Fueron momentos que viví como un sueño y esa era mi meta”, asevera. Canales admite que nunca esperó que su carrera futbolística se construyera en Chile, pero en suelo nacional ya se había ganado su prestigio. Después de retornar a Unión tras su fugaz paso por el cuadro argentino, el chileno-argentino fue comprado por la U a finales de 2010, para vivir un 2011 inolvidable, alzando sus primeros títulos como profesional con una final de ensueño contra Universidad Católica, el Clausura ante Cobreloa y la obtención de la Copa Sudamericana. En todas, como protagonista. Para Canales fue el cumplimiento de un sueño. Porque confidencia que ya el año 2007 fijó su mente en llegar a la U. “Recuerdo que estando en La Serena, le dije a Víctor Hugo que quería jugar en la U porque cuando jugamos en contra, el público era una locura. El ambiente que había en las tribunas era increíble. Le dije que sería lo ideal. Desde ese momento, me quedó claro lo que significa la gente de la U”, revela un “Mágico” Azul que tiene para rato en el club, tras firmar a finales de septiembre su renovación hasta mediados de 2017.

“Sampaoli me marcó mucho. Es un tipo que tiene una obsesión por el fútbol.” De Dulce Y Agraz Con Sampaoli

En el momento en que llegó a la U, incluso me dijo que me quiso llevar a Emelec. Cuando empezamos a jugar, el equipo no agarraba la forma que él quería. Los primeros meses fueron terribles. Él hablaba conmigo y decía en qué lo tenía que ayudar. Yo corría mucho pero no hacía goles, y más encima, tenía la presión porque Rivarola estaba en el banco, que era algo no menor. Terminé perdiendo el puesto. Discutimos en la octava fecha creo y me sacó de la titularidad. Para el siguiente partido le dije que ni me llevara al banco porque estaba “quemado”, al segundo fui suplente, y al tercero me dice “¿sabes qué? tú eres mi ‘9’”, necesitaba que pasara esto y desde este momento vas a ser titular fijo”. Esto fue cuatro fechas antes de los playoffs. Le hice un gol a Huachipato y de ahí no paré de jugar. En la selección, tuve un desencuentro cuando me sacaron de la pre-nómina para el mundial de Brasil y ahora me siento más afuera del proceso.

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Una tarde mágica de consagración En el Apertura 2011, nosotros sabíamos que podía pasar cualquier cosa en los playoffs. Lo peor fue perder el primer partido de la final 2-0 con nuestra gente ante Católica, fue terrible. Ellos estaban con toda la confianza y pensé que perdíamos el campeonato. Al banderazo fue muchísima gente con un optimismo impresionante. No sé porque ya no hacemos eso en el Nacional. Cuando llegamos al vestuario después de entrenar, se sentía un ambiente raro, ese día cambió algo. Me dio una sensación positiva que compartía el equipo. Antes del partido, habían hecho una pancarta grande con algunos mensajes de hinchas que daban apoyo a todos, y el único que no tenía eso era yo. Los leí uno por uno, porque quería leer algo que dijera “Vamos Canales, hoy la rompes” o algo así; no sé por qué, pero me marcó eso. Me rectificó las ganas de que tenía que hacer algo. Uno se esfuerza para recibir algo de ese cariño y no lo sentí ese día, ni en todo el semestre. Fue todo un cúmulo de cosas.

La polémica partida a China Mucha gente me catalogó de mercenario. Este tema fue muy mal manejado por la dirigencia y de mi parte también. En ese momento a principios de 2012, cuando me llega la oferta para irme a China, había tenida otra para irme a México y la U no me dejó ir. Le dije a mi representante que yo no me iba, por mi familia y mi hija. La U ya estaba negociando precio con el equipo chino y cuando dije eso, paró todo. Ahí le dije a la dirigencia que “si llega una oferta buena, yo me quiero quedar, pero necesito que mejoren mis ingresos sabiendo que ya van dos ofertas que están rechazando y así me quedo tranquilo”

Caso Doping en 2012 Tuve una recaída en mi cuidado personal. Me fui de China y el libro de pases en Chile estaba cerrado y terminé fichando en Arsenal de Sarandí. Llegué con una lesión en la rodilla. Estuve tres meses sin hacer nada y perdí la motivación con el fútbol. Intenté apurar mi regreso con unos medicamentos que usaba hasta el límite recomendado para no tener doping, pero no sé qué salió mal. No entiendo que el club no haya manejado mejor la situación, pero yo asumo que tuve la culpa por no cuidarme. Jorge Segovia de Unión Española fue muy importante para poder seguir jugando. También le conté todo a Carlos Heller y fue un acierto gigante.

Me dijeron que pronto me iban a tener una respuesta a la mejora salarial, que me quedara tranquilo. Incluso fui a la siguiente reunión sin mi representante, pensando en que llegaba y firmaba. Pero resultó que la propuesta fue irrisoria y además, se había hecho público que “ya había renovado”, cosa que nunca fue así y me molestó mucho. Sentí que me estaban embaucando. El equipo chino me ofreció un dineral y mandaron un emisario con el precontrato listo. Yo estaba “caliente” por lo que había pasado, y tomé una decisión por la parte económica. En La Serena, me junté con los referentes del equipo y les dije cómo pasaron las cosas. En la concentración, le toqué la puerta a Sampaoli, le mostré todo y le dije que me tenía que ir por la situación y por lo atractivo de la oferta.

Veníamos calientes desde la concentración, y me mostraron como venían ellos (con el cotillón), y más calientes estábamos. Ahí Sampaoli o Beccaccece armó un video donde nos mostraban en el barrio y lloré todo el video… era sentir que se me escapaba la posibilidad de ser campeón por primera vez y tenía que entrar a darlo todo. Dios nos iluminó y logramos el título, el primero en mi carrera.

Creo que debí hacer mejor las cosas, ser más inteligente para manejar la situación. No salí a decir nada y quedé pésimo con la gente. Todo el cariño que había logrado, me lo quitaron en dos días porque pensaron que yo le falte el respeto. Además en China, a los 4 o 5 meses me di cuenta que afectaba mucho la vida de mi familia, de mis hijas. Volví a la U con la prioridad de ganarme el cariño de la gente que perdí por esta situación y sólo quiero responderles jugando y saliendo campeones nuevamente.

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50x50 de “La Magia Azul” Guzmán Pereira

cuando “Mi día más feliz fue ía a la U” me dijeron que ven futbolística, marcada por

vida y carrera de 24 años repasa su Wanderers, sus El volante uruguayo paso por Montevideo n gra su , dre ma su de ile. ha Ch luc de de ad lo rsid el ejemp primer año en Unive rcón penas, alegrías y el Por Aristeo Andrés Ala

1 Apodos: “Cabeza”, por hacer goles así y de cabezón. En Uruguay me pusieron “Bruja” porque me compararon con Verón. En mi casa siempre me han dicho Guzmán. 2 Dónde creciste: Crecí en Cerrito La Victoria en Montevideo, un barrio entre clase baja y media. Tuve una infancia muy linda. 3 Tus padres: Se separaron a los ocho años. Mi madre cumplió el rol de ambos, y soy lo que soy gracias a ella. Cuidó otras casas, trabajó en zapatería y siempre se las rebuscó. Mi padre desapareció mucho tiempo. Es vendedor y tiene una fábrica de juguetes y cotillón. 4 Cómo te iba en el colegio: Siempre fui al mismo, Regina Martyrum. Nunca me gustó. En realidad, no me gustaba estudiar. Me iba mal, pero a fin de año siempre pasaba. Fue difícil un momento, porque no andaba bien y en el fútbol tampoco, pero terminé apostando por lo último gracias a mi madre.

5 Un amigo: Tengo varios, pero no del barrio. Gracias al fútbol tengo a Sergio Blanco y Maximiliano Olivera, que los conocí en Uruguay. 6 Un lugar para divertirse: En mi casa con mis amigos, tomando mate, jugando play y hablando de todo lo que nos pasa. 7 Película favorita: Me reí toda la película con “Qué pasó ayer”. Me gustan las de acción. A mi me han comparado con Vin Diesel de broma (ríe). 8 Grupo de música favorito: Mariano Bermúdez. Es uruguayo, tipo cumbia. Me gusta mucho la murga. Aquí en Chile “Noche de Brujas” y el reggaeton me gusta mucho. 9 Un sueño: Que mi madre tenga su casa propia. Peleo a muerte por su bienestar. En el largo plazo, sólo pienso en ser feliz. 10 Una pesadilla: Mmm… El día que no tenga a mis seres más queridos, los que me apoyan. 11 Que te hace enojar: Que toquen a los que yo quiero. 12 Estado Sentimental: Soltero. Conocí a alguien hace poco, pero las cosas no se dieron. No me apura, mejor que se dé naturalmente. 13 Mujer ideal: Una amiga que me acompañe en todas mis locuras y yo a ella. No soy de pedir mucho. 14 Debut futbolístico: 25 de agosto del 2010. Jugué los últimos diez minutos por Wanderers ante Nacional. Terminé con el dolor más grande en toda mi carrera en las piernas, increíble los nervios que tuve. 15 Debut no futbolístico: Se dio de casualidad, tranquilo, a los 14. 16 Primer gol: Fue en el 2010. No jugaba mucho en Wanderers. Entré contra Cerrito, mi equipo del barrio que quería mucho, quedó picando en el área y le pego con todo. Tuve la felicidad de convertir, pero la tristeza de que descendiera con eso Cerrito. 17 Número de camiseta favorito, por qué: El “8”, porque con él he vivido las cosas más lindas en el fútbol en Wanderers. Fui capitán con ella y fuimos campeones. Me marcó. 18 Una cábala: Hablar con mi madre antes de los partidos, pero nada más, no soy de cábalas. 19 Un ídolo de niño: Nadie está por sobre mi madre. En el fútbol, no me gusta mirarlo mucho, pero en Wanderers, Sergio Blanco pasó a ser mi ídolo por todo lo que enseñó a un grupo muy joven. 20 El mejor del mundo en tu puesto: Sergio Busquets. 21 Tu mejor partido: En 2013, contra Peñarol, por Montevideo Wanderers, en el Estadio Centenario. Hice un gol.

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22 Tu peor partido: En la U, cuando debuté como titular, ante San Marcos de Arica. 23 Define brevemente siguientes clubes: Montevideo Wanderers: Mi segunda casa U. de Chile: Nueva segunda casa para defender a muerte. Colo Colo: Clásico 24 Mejor jugador que te ha llamado la atención: Antonio Pacheco de Peñarol. 25 El DT más importante que has tenido: Matías Carreño, quien me llevó al plantel principal. Me impresiona el manejo del grupo y me enseñó a tener paciencia. No me ponía mucho, pero me decía que iba a ser capitán de Wanderers y se dio todo como me dijo.


38 Cómo celebrarías si le marcas a Colo Colo: Peor de lo que celebro normalmente, sería algo muy especial. Sé como la gente vive el clásico y me encantaría gritarlo con todo en el Nacional y en el Monumental. 39 Qué hace diferente a la U de otro club: La camiseta, la gente… lo ha demostrado siempre, apoyándonos en los malos momentos de este año.

26 Gol que más gritaste: Uno que grité ante Concepción en Estadio CAP. Soy de gritar bien los goles de la misma manera, como sean. 27 El gol que más gritaste de un compañero: El de Seba Ubilla, en un clásico contra Colo Colo en Clasusura 2015, lo sentí como si lo hubiera hecho yo. 28 Tu día más feliz en el fútbol: Cuando me dijeron que venía a la U. Por fin se me estaba dando algo soñado para mi carrera. 29 Lloraste alguna vez por fútbol: Sí, muchas veces, cada vez que me lesioné. La vez que lloré más fue cuando me fracturé en 2009. 30 El compañero más divertido: Acá en la U, Gonzalo Espinoza. Siempre le lleva alegría al vestuario y levanta al equipo cuando estamos mal. 31 El más amarrete: Hay varios. Gustavo Lorenzetti. 32 El más vanidoso: Johnny Herrera. 33 El más macabeo: No son muchos, pero me quedo con Mathias Corujo. 34 Peor patada que recibiste y mejor que diste: La que me fracturó en 2009. No soy de pegar, he pegado combos sí, pero es algo que uno ya aprende a controlar. 35 El que más te ha “sacado” de un partido: Tengo un tema de tener dos personalidades. El equipo que defiendo es mi casa. Me tocan a compañeros y soy capaz de meterme con cualquiera. 36 Con quienes compartes concentración: Siempre estoy con Corujo, Canales, Lorenzetti, Ureña… 37 Qué te gusta hacer en concentraciones: Son buenas para un extranjero, para compartir con compañeros. Escuchamos música, jugamos “truco”, la pasamos bien.

40 Tu canción favorita de la barra: Se me pegó esa de “Aunque no ganemos en la cancha…” A uno lo motiva mucho. 41 Qué frase pondrías en un lienzo: “Todos juntos”, algo con la unidad. 42 Si no fuera por el fútbol, ¿Qué harías?: Mmm… Copiaría lo de mi madre, siempre buscar lo que sea para sostener la casa. 43 Lo que más te ha sorprendido Chile: Nada, sabía que era un país muy organizado. No es por despreciar mi país, que lo defiendo a muerte, pero estamos muy debajo de otros. 44 Messi o Ronaldo: Messi 45 Peor lesión que has sufrido: La fractura en 2009 por Wanderers. 46 En qué equipo NO jugarías: En los clásicos de los que he jugado, River Plate de Uruguay y Colo Colo. 47 Que harías después del fútbol: No tengo planes aún. Igual le he comentado a mi representante que me gustaría seguir vinculado al fútbol y él me ofreció trabajar con él. 48 Lo más divertido que te ha pasado en el fútbol: Conocer gente nueva. Los niños siempre te sorprenden por lo que te dicen. 49 En dónde te ves en 5 años más: Donde pueda sentirme importante. 50 Mensaje a los hinchas: Pedir que sigan apoyando, a veces las cosas no salen, pero estando juntos saldremos del mal momento y volveremos a lograr títulos.

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Pedro “Heidi” González

Enganche y adentro El 21 de diciembre de 2006, una gran cantidad de fuegos artificiales despidieron los 23 años de carrera del valdiviano, de los cuales los mejores fueron dedicados a Universidad de Chile. El goleador marcó una época, llenó de festejos a la hinchada azul, y se ganó un nombre importante en la historia del club.

Por Felipe Sepúlveda A. Camiseta manga larga, número “18” en la espalda, brazos extendidos y la cara llena de gol es la postal que cualquier hincha de la U recuerda de Pedro González. Más habitual es llamarlo “Heidi”, un apodo que surgió en su infancia en Valdivia, a partir de la exitosa serie animada. Claro, el compañero de aventuras de la protagonista se llamaba Pedro. Pero el “Heidi” tuvo su propia aventura en Universidad de Chile. Arribó a mediados de 1997, en parte por sus goles en Cobreloa, y también gracias a la gestión de Luis Musrri y Cristian Mora, con quienes compartía en la selección chilena. Entre ambos convencieron al técnico de turno, Roberto Hernández, de que el delantero sería un aporte. No se equivocaron. Y aunque el inicio no fue fácil, medio año le bastó para adaptarse y comenzar a mostrar todo su talento. Desde ese momento, la transformación a ídolo se puso en marcha. En la siguiente temporada, González simplemente, se cansó de inflar redes. Sus 27 goles en 1998, 29 en 1999, 31 en el 2000, 16 en el 2001, y 14 en el 2002, lo convirtieron en un jugador clave en la U, donde obtuvo el Torneo de Apertura 1998, la Copa Chile del mismo año, y el bicampeonato ‘99-2000. Entre sus distinciones individuales, fue goleador del torneo en 1998 y 2000, además de ser elegido el mejor jugador del campeonato en 1999. Todo un fenómeno. Se trataba de un jugador potente, con fuerza, velocidad, y un enganche endemoniado. Decenas de defensas y porteros pasaron de largo, mientras el “Heidi”, con balón dominado, definía a voluntad. El meta Marcelo Ramírez y el central Cristian Flores de Colo Colo sufrieron su quiebre de cintura en un Superclásico del 2000, cuando el valdiviano convirtió el gol más recordado de su trayectoria, en el arco norte del Estadio Nacional. De hecho, se acostumbró a anotar en los clásicos, y lo hizo de forma equitativa: Seis goles a los albos, y otros seis a Universidad Católica. Además, el ariete probó ser muy

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inteligente en lo táctico, poseía una gran capacidad de improvisación, y era habitual vencedor en los duelos individuales. Prueba de lo completo que era son sus múltiples caminos al gol. Con la zurda o la derecha, de cabeza y tiro libre, apareciendo de sorpresa, o finalizando una jugada asociada, el “Heidi” siempre anotaba. Así llegó a la increíble cifra de 121 goles con la U, y 213 a lo largo de su carrera, posicionándose como el tercer goleador de todos los tiempos en el club, y segundo en la historia del fútbol chileno. Quienes compartieron camarín con el ariete lo recuerdan como alguien lúdico, alegre, y, por sobre todo, muy querido. Siempre demostró su comodidad en el equipo, incluso cuando se frustró una clara posibilidad de ser transferido a México, poco antes de la llegada del nuevo milenio. Finalmente, nunca salió de Chile, aun cuando muchos creen que hoy, un jugador de sus características triunfaría en Europa. González no ha dudado en reconocer que los momentos más importantes de su carrera los vivió en Universidad de Chile. “Mi sentimiento por la U es bastante grande. Me ha dado muchas cosas, como un nombre y respeto en el fútbol, el cariño de la hinchada, y de más gente. A lo mejor me quedo corto hablando de lo que siento por este equipo”, señaló el “Heidi” a pocos días de dejar el fútbol. En el año 2006, volvió para jugar sus últimos partidos en casa y retirarse en el club al que mayores alegrías entregó. Fue el 21 de diciembre cuando colgó los botines, en un encuentro de despedida con muchos de los amigos que dejó en el fútbol, mientras la hinchada azul, consagrándolo como ídolo, coreaba al unísono: “Heidi querido, Los de Abajo jamás te olvidarán”.

FICHA TÉCNICA Pedro Alejandro González Vera Fecha de Nacimiento: 17 de octubre de 1967, Valdivia. Estatura: 1,78 metros. Posición: Delantero Pierna: Zurda Años en la “U”: 1997-2002 y 2006



LA REVISTA DE LA “U”

GUSTAVO LO


ORENZETTI



El regreso del pequeño gigante del Ballet Azul El puntero derecho del mítico equ ipo de los ‘60 vuelve a Chile despué s de estar por 41 años radicado en México. Durante todo ese tiempo permaneció alejado de familiares y amigos, y fuera del radar del equipo en el que vivió algunas de sus mejores aventu ras. Junto a él, en Norteamérica, subsistió secretos e historias que compartió con La Ma gia Azul, y que hoy son reveladas. Equipo La Magia Azul Desde que se bajó del avión, lo primero que Pedro Araya ha debido empezar a responder es por qué permaneció tantos años fuera de Chile. Es que es de no creer que un jugador que tomó parte en algunas de las historias más importantes del deporte nacional, haya aceptado un exilio que se extendió por 41 años. México se transformó en su nuevo hogar, mientras que acá prevalecieron sus huellas y registros, como los 90 goles que anotó por la U en pleno reinado del Ballet Azul.

EL MITO DE PELÉ Y SU MADRE Un hecho que marcó la vida futbolística del mundialista en Inglaterra ’66 fue el fallido traspaso al Santos de Pelé, que de llegar a concretarse, pudo engrandecer aún más su figura. La versión oficial, además incluye un par de anécdotas que el ex futbolista se encarga de aclarar. En 1967 sonó fuerte la posibilidad de que el delantero se sumara al club paulista nada menos que por pedido expreso de O Rei, tal como lo confirmó la propia leyenda brasileña a La Magia Azul en 2014. “Vimos que tenían jugadores importantes para jugar en Santos, entonces por eso quisimos llevarlo”, señaló en dicha ocasión. Araya ratifica lo sucedido. “Conversé con Pelé en los camarines del Estadio Nacional, él me quería en su equipo”.

El extremo derecho del plantel que maravilló en los ’60 se radicó en Norteamérica una vez que puso fin a su carrera, tras defender a San Luis FC y Atlas de Guadalajara, los únicos equipos a los que estuvo ligado tras dejar al León. “Por una razón u otra nunca pude viajar, pero ahora me decidí. Si no venía este año, no iba a venir nunca”, relata a La Magia Azul, con quien comparte los recuerdos que vivieron junto a él durante todo este tiempo. El “Chico”, una especie de Alexis Sánchez de otra época, habla de su vida, y aborda hasta el fallido traspaso al Santos del mejor Pelé que vio el mundo.

Eso no es todo. Durante años, se especuló con que la operación habría fracasado luego de que su madre le impidiera dejar el país. Esta parte, se encarga de desmentir. “Fue la U quien no quiso venderme. Pidieron mucho dinero”, aclara.

Los años dorados Un mito que se rompe, pero poco importa. La historia más grande la encarna el propio Pedro Araya. Dice que se quedará en Chile al menos hasta las fiestas de fin de año. Será tiempo suficiente para que se encuentre de frente con su propia leyenda, la que comenzó a escribir con la camiseta azul que llevaba la U roja en el pecho.

Araya debutó en Universidad de Chile en 1961. “Casi no hice inferiores”, rememora. Desde ahí puso a disposición del mejor plantel azul de todos los tiempos su velocidad y un enganche que le valió ser comparado con el mismísimo Garrincha. En esos gloriosos años, ganó los cinco títulos que engalanan su palmarés. Por eso, sus recuerdos de esa época no son pocos. “Me gustaba improvisar, todo lo hacía en base a la velocidad. Esa era mi característica de juego. Todo el Ballet Azul era un equipo que improvisaba”, señala.

“Conversé con Pelé en los camarines del Estadio Nacional, él me quería en su equipo”.

También evocó a aquellos con los que compartió en el club, como su DT, Luis Alamos: “Tenía mucha visión de juego. Estudiaba mucho a los rivales y nos decía dónde estaban sus fallas. Siempre me decía ‘entra al campo, haz lo que sabes hacer, pero con idea de equipo, juega para el equipo’”, continuó.

De Leonel Sanchez y Carlos “El Tanque” Campos (el “mejor que he visto cabeceando”, asegura) sus compañeros en ese tridente letal que conformaban, explicó que “ya nos conocíamos tanto que sabíamos dónde estaba cada uno. Yo llevaba la pelota y sabía dónde estaba Campos, y con Leonel era lo mismo”.

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Fernanda Araya

“Quiero ser referente del fútbol femenino” Universidad de Chile equipo femenino de er im pr l tera de a an pit La ca rnanda Araya, delan de cumplir los 21, Fe Una ia. nc rie pe ex saca la voz. A punto enta con una vasta cu ya o, uip eq l ha de de las canc s por y goleadora su racha y la alejará rá rta co o, ul y rg ba em lesión, sin ersa con La Magia Az ses. En el CDA, conv me is se os im óx pr los ción. proyecta su recupera

Por Fernando Santibañez

Fernanda Araya está a días de cumplir los 21. Llegó a la U hace siete años, pero su vínculo viene de antes. Es delantera, fanática del Matador, y bullanguera de corazón. Fue además la única representante azul en la selección que obtuvo el segundo lugar en los Odesur 2014, donde marcó dos goles, uno en la final en la cual cayeron ante Argentina. “La viví como toda buena bullanguera, con corazón y aguante” dijo tras el partido. Su amor por el equipo que hoy defiende, salta a la vista. “Vengo de una familia futbolera, fanáticos de la U. Desde que tengo conciencia que tengo esta pasión”, explica en conversación con La Magia Azul. Para la ocasión, en los pasillos del CDA, la actual goleadora del equipo se traslada con una muleta. Es el resultado de un corte de ligamentos, sufrido en el duelo ante Santiago Morning por el torneo nacional, que la mantendrá de baja seis meses. Pero Fernanda no pierde la calma. “Todo en la vida pasa por algo. Tal vez tenía que parar y tomarme un tiempo para pensar. No me quiero hundir. Si no me lo tomo yo de la mejor forma, nadie lo hará”, asevera, sin pestañear. Es que su proyección personal va más allá del tiempo que esté de para. Por lo pronto, quiere ser campeona con la U. ¿Y una meta más alta? Ser reconocida como referente en el fútbol femenino... Una leona que ruge fuerte. Eres una jugadora bastante aguerrida, además de talentosa ¿Influye jugar por el equipo del que eres hincha? El amor por la camiseta, además de todo el trabajo que uno hace en los entrenamientos, hace que uno corra los 90 minutos para ganar. No hay club que me apasione tanto como este. No jugaría por otro equipo en Chile que no sea la U.

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Estuviste a punto de dejar el fútbol por el tenis ¿Cómo resolviste esa disyuntiva? Desde chica jugaba tenis, y también me apasiona. Pensé mucho tiempo en dedicarme a eso y hasta dejé de jugar fútbol a los 14. Estuve dos meses sin jugar, y decidí que si volvía a entrenar y me reencantaba, me dedicaría. Y eso pasó. Ahora no me despego.

corazón, porque es el amor al fútbol el que te mueve. Si creen que tienen las capacidades necesarias, háganlo.

¿Cuáles son tus proyecciones como jugadora? Emigrar de Chile y hacer campaña en otro país. Independiente de si me va mal o bien, mi meta es lograr insertarme y ser esa persona que inspire a otras. ¿Quién es tu referente en el fútbol femenino? No me quedaría con nadie, porque mi máxima ídola soy yo. Quiero ser yo la que la gente vea como referente del fútbol femenino. Voy de menos a más. Mi carrera como futbolista aún no tiene techo, y voy a ocupar todas mis herramientas para lograrlo ¿Crees que le falta apoyo al fútbol femenino? El apoyo está, pero no vale si sólo es de palabra. Afortunadamente en la U las cosas están mejor que antes, pero siguen faltando cosas en varios clubes. También falta en la mentalidad de las jugadoras, que es clave para que el fútbol femenino avance. ¿Cuáles son tus sueños en el fútbol y personales? Primero es jugar unos Juegos Olímpicos con la Selección, el segundo es llegar a un club y estar estable en el extranjero, y finalmente salir campeona adulta con la Universidad de Chile. Mi meta personal es sacar mi título profesional y lo que me complementa es el fútbol. ¿Qué le dirías a las que podrían ser las futuras estrellas azules? Les digo que se atrevan, que den el paso, y que dejen fluir las cosas, pero siempre con trabajo, constancia, responsabilidad y con mucho

FICHA TÉCNICA Nombre completo: Fernanda Ignacia Araya Toloza Fecha de nacimiento: 12 de Octubre de 1994 Máximo ídolo en la U: Marcelo Salas Posición: Delantera Número de camiseta: 11 Título más recordado: Torneo Nacional Sub 17 2010 a Colo Colo en penales Otras actividades: Estudiante de segundo año de Kinesiología


Azules en tiempos de crisis Una historia que se repite en nuestro país. El desastre natural que llega a interrumpir las rutinas de millones de chilenos, y que obliga a enfrentarse, preparados o no, a las situaciones más extremas, Pero también, resurge la solidaridad. Entre todos los damnificados, varios ilustres azules que comparten sus experiencias a La Magia Azul. Aquí, sus vivencias. Por Felipe Berríos

El terremoto de 8,4° Richter del 16 de septiembre no hizo distinciones. Miles de personas, sin importar edad, situación social o religión, fueron afectadas por un nuevo desastre natural que azotó el país, esta vez con la zona centro norte como la principal afectada. Primero el fuerte remezón que interrumpió la rutina de medio Chile, y luego la correspondiente respuesta desde el mar, con temibles marejadas que se llevaron todo a su paso en los sectores costeros.

Y entre todas las víctimas, algunos azules históricos y ex jugadores del club también debieron hacerle frente a este pronunciamiento de la tierra. Sus historias e impresiones de lo sucedido fueron recogidas por La Magia Azul, en testimonios que grafican la increíble fuerza de la naturaleza y la fragilidad que evidencia el ser humano cuando se ve enfrentado a ella. Jorge “Lulo” Socías, el ex delantero y entrenador artífice del título que cortó la sequía de 25 años, vive ya desde hace un tiempo en La Serena. Actualmente, posee una franquicia de comida congelada, en cuyas oficinas centrales se encontraba, precisamente, a la hora del incidente. “Me pilló en el local, en el segundo piso. Estaba con un par de clientes y me tocó tranquilizarlos. Luego del terremoto, no pude volver al departamento hasta las 6 de la mañana. Tuve que dormir en el auto”, narra, aunque luego desdramatiza: “he estado tranquilo. No hubo desgracias familiares y muy pocos daños materiales”. Además, el prodigioso goleador de los ’70 aprovecha la instancia para enviar palabras de aliento a las familias damnificadas. “Todo el

ánimo y entereza para estos momentos difíciles. La solidaridad que demostramos todos los chilenos tiene que relucir en estos momentos”, enfatiza. Luis Musrri fue otro que debió enfrentarse a la catástrofe en el norte chico. “Tuvimos que evacuar y nos quedamos en la casa de un familiar. La evacuación fue tranquila porque acá ya hemos tenido varias y ya contamos con una cultura sísmica”, contó a los medios el histórico capitán azul, hoy en el banco de Deportes La Serena. “No pensé que iba a ser tanto; acá el panorama es desolador”, era su oscuro balance luego del desastre. Vecino de Musrri y Socías es el otro ex azul, Víctor Hugo Castañeda, actual entrenador de Coquimbo Unido. Desde su residencia en la ciudad del Faro, el ex volante comparte su experiencia en la fatídica jornada, que lo encontró solo en casa. No perdió la calma, asegura, pero sus pensamientos se fueron con el resto de su familia. “Los del campo no le tenemos miedo a esto, hemos convivido con este tipo de cosas. Pero mi esposa estaba en la inauguración de la Pampilla, así que ella estaba más asustada”, relata, antes de agregar que su hija también sufrió, en su caso más por el tsunami que vino a continuación: Su auto terminaría arriba de una palmera, destrozado. “Yo estoy bien, pero espero que la situación mejore para la gente que se vio afectada”, concluye el volante bicampeón en 1994 y 1995.

altura. Él nos abrió su casa cómo a quince jugadores y sus familias”, explica. Rodrigo, que vive con su novia y su hija de 8 meses, se da el tiempo de narrar los momentos de terror que vivió ese miércoles. “Fue muy fuerte. Incluso en un momento sentí que el edificio se me venía abajo, y que podíamos morir ahí mismo”. Su crudo relato continúa: “El cemento empezó a caer desde arriba y no podíamos abrir la puerta de nuestro departamento en el primer piso. El paso se estaba tapando por las cosas que iban cayendo. Fue de película. Después tratamos de sacar escombros del interior del departamento y evacuar el edificio”. Varios de sus compañeros de equipo se quedaron “sin nada”, según cuenta el joven central. Sin embargo, eso no fue impedimento para que el plantel pirata se comprometiera con la causa y ayudara a sus vecinos del puerto con la remoción de escombros. Incluso, entre choripanes y bebidas, compartieron un momento de esparcimiento con algunas de las familias afectadas. La actividad benéfica, realizada pocos días después del movimiento telúrico, fue liderada por los hermanos Castañeda, Víctor Hugo y Cristián, quienes comandan al equipo coquimbano con la vasta experiencia que les dieron sus carreras como jugadores, construidas de manera casi íntegra en la U. Sin embargo, en tiempos de crisis, los colores pierden relevancia. Azules o amarillos, blancos y rojos, se reúnen en torno a las zonas afectadas para tender una mano, compartiendo el mismo mensaje que Rodrigo Moya envía a través de La Magia Azul: “Dar ánimos y mucha fuerza a las personas, pero sé que ellos se levantaran rápidamente de esto. Como dicen ellos, son de fuerza y coraje, saldrán adelante con todo el aguante que tienen”.

Una situación mucho más desagradable es la que vivió Rodrigo Moya, lateral que defendió a la U en 2013, hoy también en Coquimbo. El jugador de 21 años cuenta que no ha podido volver a su departamento, ubicado en un condominio en el sector de La Herradura. En el intertanto, se queda en la casa de un compañero de equipo, en el sector de Punta Mira, lejos de cualquier peligro. “Nos fuimos a la casa de Diego Carrasco, que vive más en

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CLASICOS CON HISTORIA versidad

5 triunfos ante Colo Colo y la ad

9 de septiembre de 2001: El último triunfo monumental

12 de julio de 1992: El gran golpe

El clásico de 1992 encontró a la U y Colo Colo en momentos diametralmente opuestos. Para los azules, eran los primeros pasos tras retornar a Primera, y el objetivo se centraba principalmente en mantener la categoría. Ese año en particular, el equipo de Arturo Salah atravesaba un proceso de reorganización. Por el contrario, en Macul aún se tenía la base del equipo campeón en la Copa Libertadores, que en el campeonato nacional sacaba claras diferencias con sus rivales. El escenario: un Estadio Nacional totalmente lleno, con más de 65 mil asistentes. “Ese resultado quedó marcado en la historia de la U”, recordó recientemente Eduardo “Gino” Cofré al canal oficial de Universidad de Chile. El triunfo fue 2-0, con el corpulento delantero proclamándose como figura, siendo el autor de los dos tantos. Así, se inscribió para siempre en la memoria azul. Su doblete decretó un triunfo que fue clave para el cambio de mentalidad que se necesitaba en esa época. “Le pegué con todo y la metí en el ángulo” cuenta “Gino” sobre el gol definitivo. Además, aquel clásico es recordado por el penal que Sergio Vargas contuvo a Claudio Borghi en doble instancia. Sin duda, una jornada épica.

La U visitó y celebró en el Monumental en 1999 y el 2000, pero en el año 2001, el panorama no se veía tan auspicioso. Si bien los de César Vaccia llegaban punteros, atravesaban por un evidente bajón. De hecho, de los últimos seis partidos jugados, sólo habían celebrado en uno. La caída de local ante Santiago Morning y las numerosas bajas del plantel componían la antesala de un Superclásico en el cual Colo Colo, de ganar, se inscribiría como líder del torneo. Pero la historia se tiñó de azul: Rivarola y su postal inolvidable en la reja, una volea del brasileño Arilson, y el zapatazo de Carlos Garrido a cinco minutos del final, son las postales de un duelo en que se revirtió dos veces el marcador, que termino 3-2. “Era todo alegría en el camarín. La gente de Colo Colo no pensaba que le podíamos ganar con todas las falencias y ausencias que teníamos. Para nosotros fue mucho más motivante ganarles en esas condiciones; ganarles bien y en los minutos finales”, recuerda Vaccia, que además revela que el secreto estuvo en la parte motivacional. “Simplemente tomamos el problema que teníamos y lo transformamos en una oportunidad”, sostuvo.

8 de septiembre de 2005: La rebeldía de Gokú valió un clásico “Llegábamos absolutamente en desventaja. Colo Colo era un equipo sólido y lo venía demostrando en el campeonato. En cambio, nosotros no habíamos podido”, recuerda Diego Rivarola de la previa del Superclásico en el Clausura 2005. Y tenía razón. Tras siete fechas, el archirrival aventajaba en seis puntos a los universitarios, y con un triunfo serían los exclusivos líderes. Sin embargo, en la cancha, la camiseta azul pesó más y la U se llevó el triunfo gracias a un impecable tiro libre de “Gokú” a los 19’, un instante que ni el delantero ni la hinchada podrán olvidar fácilmente. Rivarola cuenta cómo se gestó el 1-0 que, a la postre, fue definitivo: “Fue un gol extraño porque yo no era el encargado, pero agarré la pelota y le dije a Hernán Losada (el “10” de ese equipo) que en ese tipo de partidos yo patearía los tiros libres. No había practicado ni uno solo, pero fui con convicción y fue golazo”. El especialista en clásicos, además, destaca la importancia factor anímico. “Si no te motiva un clásico, no te motiva nada. La diferencia la saca el que la usa a favor y no el que después entre a la cancha y sea un fantasma”, concluye.

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12 de Abril de 2008: Un grito contenido

LA IMPORTANCIA Por Cesar Vaccia

La U llegó al clásico del Apertura 2008 con tres derrotas al hilo y la pesada carga de cinco enfrentamientos consecutivos ante Colo Colo sin saber de triunfos. Los dirigidos de Arturo Salah estaban lejos de ser favoritos ante un archirrival que venía precedido de buenos resultados, tanto en el plano nacional como en Copa Libertadores. Pero la U mostró esa jerarquía que se necesita en los momentos clave. Dominó ampliamente y sumó merecimientos para firmar el 1-0 definitivo, que llegó en los pies de Manuel Villalobos. “El gol más importante que hice”, ha señalado en varias ocasiones el delantero. En la galería sur del Nacional la fiesta fue total. En la puerta número 13, Leonardo Rojo y su primo Franklin, dos hinchas acérrimos que asistían por primera vez a un clásico, cuentan disfrutaron como nunca junto a los 20 mil fanáticos en las gradas. “Llegamos dos horas antes. El ambiente era espectacular, pues en ese tiempo había bombo y extintores, y siempre se hacía algo especial en las salidas”, recuerdan. Respecto a la alegría de celebrar ante el clásico rival después de dos largos años, Franklin confiesa que se fue feliz y pensando en que era el amuleto del equipo. Leonardo, en tanto, afirma: “Mejor quedarse en la casa antes de ir con poca fe. Siempre pienso que vamos a ganar”.

DE SER UN MATADOR Por Jonás Romero Sánchez

La selección chilena está por comenzar un nuevo proceso clasificatorio, esta vez para la Copa del Mundo de Rusia 2018. Pero a pesar del entendible exitismo de haber obtenido la Copa América, aún pienso que hay una triste conclusión por sacar: Chile le debe mucho al Matador. ¿Cómo entender la grandeza de José Marcelo Salas Melinao? ¿Sería necesario decir que fueron sus goles los que acabaron con una malhaya racha de 25 años sin campeonatos para la U? ¿Es posible transmitirles a los más chicos la imagen de un estadio argentino repleto, el más grande de todos, coreando el apellido de un chileno salido de la Araucanía como si fuera un conjuro, una posibilidad de salvación? Un recuerdo: la primera vez que a Salas le tocó usar la jineta de capitán de la selección, tenía apenas 22 años. Esa noche, le anotó tres goles a Perú en la penúltima fecha de las clasificatorias de Francia 98’, sellando prácticamente el retorno de Chile a una Copa del Mundo luego de 16 años de ausencia. Meses después, y como Maradona, Marcelo Salas le anotó dos goles a los ingleses, pero en su propia casa. Por el primero, ése del pase largo de José Luis Sierra, el “Matador” terminó siendo aplaudido de pie por los 65.000 espectadores presentes en Wembley.

24 de junio de 2012: El que ríe último

Creo firmemente que todos, absolutamente todos, tenemos un gol de Salas en el corazón. Si hasta el relato de Pedro Carcuro se vuelve emocionante cuando se le oye decir: “¡Marcelo, Matador, Marcelo! ¡Se subió al cielo, en una mágica escalera, para ganarle a los grandotes italianos! (…) ¡Me quiero quedar ronco, ‘Matador’ inmenso! ¡Salas dos, Italia uno!”. Pero eso fue antes de las lesiones, de los retornos inacabados, del apagarse lentamente. A pesar de todo, en su último partido antes de retirarse de la “Roja”, a los 33 años, Salas se dio el lujo de encajarle dos goles a los uruguayos en el Centenario. El signo de un matador debe ser el de la tribulación. Dejan de ser novilleros (aprendices de toreros) cuando su destreza y valentía les permite ganarse la vida yendo de plaza en plaza, ultimando bestias.

El duelo más trascendental del fútbol chileno se agendó, por partida doble, en los playoffs del Apertura 2012. La serie de ida y vuelta era el último obstáculo antes de la pelea final por el título, pero de cara al segundo enfrentamiento, la U llegaba tocada. En Macul, se escribió un 2-0 en contra, y para colmo, sólo tres días antes se había consumado una dolorosa eliminación en Copa Libertadores a manos de Boca Juniors. Así, los albos llegaron a Ñuñoa con confianza. Lo dejaron de manifiesto con varias burlas en la previa, como un cartel en el bus en el que arribaron, y hasta la avioneta que sobrevoló el recinto a la hora del partido. “Nos dijeron mucho que se nos venía un bajón, pero claramente pudimos demostrarles a todos que esto es la U”, señaló José Rojas una vez finalizado ese encuentro. Y cuánta razón tuvo el capitán. Con un gol de Ángelo Henríquez y un triplete de Junior Fernándes, la U venció con claridad por un contundente 4-0, dando el paso más importante para el tricampeonato. Además, se dio el gusto de golear en otro Superclásico, luego del inolvidable 5-0 en la fase regular. “Dar vuelta una historia que estaba 2-0 habla de un grupo que la U va a recordar por mucho tiempo”, anticipó el entonces DT Jorge Sampaoli. El Romántico Viajero vivía temporadas de ensueño, y ante el histórico rival no podía ser menos. Colo Colo también sufrió el “lo damos vuelta”.

Corrida tras corrida, el matador sabe que cada vez que entra en la arena puede ser la última. Una mole de media tonelada de carne luchará por mantenerse viva y él, con su pequeña humanidad, deberá hacerle frente. Luchar contra un animal que nunca le ha hecho daño pero que fue puesto ahí para desafiarlo; y el torero sabe que es mejor salir de ahí caminando, llegar a una esquina, apoyar su rodilla y la mirada en el suelo, y levantar un dedo en señal de triunfo, sin nunca dejar de apretar los dientes. Hacerlo como si el toro fuese el Monumental de Núñez que te quiere tragar, como si al frente estuviera la selección italiana, inglesa o uruguaya. Ir de frente como si 25 años de sequía no te impidieran soñar con ser campeón. Durante el transcurso de la Copa América, nos enteramos de la razón de su ausencia en un comercial cervecero que reunía a las grandes figuras de la historia de la “Roja”. El ex capitán no quería que su nombre estuviese asociado a una marca de cerveza, considerando a los niños de su escuela de fútbol en Temuco. Al final, mientras otros se sirven de comerciales o piden salvatajes millonarios para mantener el estatus adquirido, Salas sigue siendo Salas. Afuera él no necesitó decir más, porque lo hizo todo en la cancha. Esa es la diferencia que lo hace un Matador.

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SOCIALES

zul #RevistaLaMagiaA

1 Patricio Navia y familia 2 Daniela Vásquez 1

3 Manuel Acuña con su mamá Veronica Hernandez 4 Joaquín Mauricio Martinez Zúñiga 5 Eduardo Molina y familia 6 Jorge Tapia y amigos

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7 Yabddala Uarac Vivar y familia

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8 Familia Velasquez Ulloa 9 Gabriel Balbontin y esposa

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6

10 Víctor Ramírez y familia 11 Carlos Salgado y su sobrina Francisca Alyson Envía tu foto a revista@lamagiaazul.cl y se parte de las sociales de la revista oficial de los hinchas de la “U”

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¡¡ATENCIÓN AZULES DE CORAZÓN!!

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hashtag Sube tu foto con el l zu junto a tu #RevistaLaMagiaA r entradas revista y participa po para ver a la U.

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Envía saludos a revista@lamagiaazul ¡Salúdate a tí, amigos y a toda la familia azul!

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Crucigrama Azul Por Marco A. Barrera.

Erase una vez un “DT” Azufre

Famoso Doctor

Indiferencia

Instituto de Salud

Propos.

AZUL EN EL

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Recto

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Solución en próxima revista. Envíanos el crucigrama resuelto y participa por entradas para ver a la U en el Estadio. revista@lamagiaazul.cl

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Corría el año 84. En ese tiempo trabajaba para una empresa naviera en San Antonio. Cuando subí al barco me percaté que no había nadie, o casi nadie. Estaban cerrados todos los accesos al interior del mismo. Sólo observé a través de unos cristales al oficial de guardia que miraba con cara de fastidio. La tripulación había bajado a tierra. Esa noche había marejadas. El termómetro marcaba 0 grados. La mezcla de frío y viento trasformaba la cubierta del buque en un refrigerador. No debía subir gente a bordo. Las escalas estaban recogidas en cubierta. Mi función era vigilar. La noche se hacía eterna. ¿Qué hacía en ese barco, si lo mío era el fútbol? ¿Por qué tenía que dar esa caminata interminable por la cubierta, esquivando grúas y containers, si mi vida quería transitarla en una cancha y alrededor de una pelota? Me hice miles de preguntas, hasta que con el vaivén de las olas que acariciaban el buque, me dormí. Parado, pero me dormí. Y vino a mí un sueño hermoso. La U, el equipo de mis amores enfrentaba al puntero, Colo Colo. Por la magia de los sueños, yo dirigía. Ganamos. Sí. ¡Ganamos! Estábamos felices. Los hinchas se abrazaban y cantaban. Miré hacia las graderías y me pregunté: ¿Habrá algo más lindo que ganarle al rival de siempre en su casa y con estadio lleno? De pronto, escuché que alguien me hablaba. Abrí los ojos. Era el oficial de guardia. Tenía en su mano un café. Me lo pasó y creí entender que me dijo “debe haber sido un lindo sueño”. Miré al gringo y sonreí; tenía razón. El tiempo pasó. Corría el año 2001. La vida y el fútbol me dieron la chance, ya como entrenador, de vivir el sueño que tuve esa noche en la fría cubierta de un barco.

Prepos.

Vocal

Con gas

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Apellido

Caña a medias

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Político chileno

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MONUMENTAL

En la mañana

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Exhalar

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Amarró Aroma

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Marca Koreana

Aluminio

Idea a medias

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Nulo a Medias

Duda Sigla Minera

Yodo

EL ÚLTIMO TRIUNFO

Grupo Musical Chileno

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Utópico

Cero a medias

Por Cesar Vaccia

Comentarista Azul

Utilizas Tarjeta Famosa Atomo

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Vocal Sagrada

Diosa

Mundial 2018

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Estábamos entrenando en el Caracol Azul. La lista de lesionados, enfermos y expulsados era de no creer. Justo cuando enfrentábamos a Colo Colo, que no tenía bajas y era favorito en todas las apuestas. Como líder, debía mostrarle a mi equipo el camino hacia el triunfo. Debía transformar nuestros problemas en una oportunidad. Jamás hablé de los que no estaban. Trabajamos como si fuera la final del mundo. Les exigí como a los mejores del planeta. Para muchos, era su primer clásico. Para otros, su primer partido. Los seres humanos nos movemos por las emociones, así que la charla técnica era de importancia vital. Necesitaba una frase, una palabra, parte de un poema, algo que generara un sentimiento que elevara el rendimiento al máximo. Lo físico, técnico y táctico estaba entrenado. Sólo faltaba lo psicosocial. En un momento de inspiración, recurrí a Joan Manuel Serrat y escribí en la pizarra: HOY PUEDE SER UN GRAN DÍA, PLANTÉATELO ASÍ, APROVECHARLO O QUE PASE DE LARGO, DEPENDE SOLO DE TI. Y llegó el gran día. Estadio lleno. Glorioso domingo. Vamos por ese sueño. Minuto 30: 0-1, Chamagol; 43’: 1-1, Diego Rivarola; 66’: 1-2, autogol de Cristián Castañeda; 67’: 2-2, Arilson; 85’: Golazo de Carlos Garrido. Marcador final: 3-2 a favor de la U. Mi equipo probó de qué madera estaba hecho. Mis muchachos estuvieron a la altura. Permanecimos muchos minutos celebrando y esquivando todo tipo de proyectiles. Observé a mis leones: Sus rostros eran una mezcla de felicidad y cansancio. Lo habían dejado todo en el césped del Monumental. Ese día, 9 de septiembre del 2001, lo tengo guardado en un rinconcito de mi corazón. Ahí permanecerá por siempre. Qué ganas de haber visto nuevamente al gringo que me regalo ese café, que me devolvió nuevamente a la vida, para contarle que mi sueño se hizo realidad.



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