Visita al Hogar de ancianos Villasol

Visita al hogar de ancianos

“Villa Sol”

“El secreto de una buena vejez no es otra cosa que un pacto honrado con la soledad” GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ. Nobel de literatura en 1982 (1928).

por Anghy Gonzales Una tarde de sábado como cualquier otro, en una casa que se ve tan común como las demás, un grupo de personas esperan con ansias por la sorpresa que en la mañana les habían comunicado.

V

isitamos un hogar de ancianos el cual lo forma 14 adultos de la tercera edad, una enfermera y tres ayudantes, llegamos después de una pequeña tormenta, un pequeño grupo nos esperaban en la sala, estaban tan abrigados como podían viendo en un pequeño televisor un canal local, sus rostros se iluminaron cuando entramos con una canasta de víveres en las manos, otros simplemente sonrieron; una de las jóvenes que ayuda en el hogar recibió la canasta y se entro a la cocina sin presentarnos, nosotros, un pequeño grupo, únicamente cinco comenzamos a saludar a las personas en forma aleatoria. Conocí a personas lucidas que me contaron historias muy interesantes, otros me contaron de sus hijos que no han vuelto, otros repitieron el comentario de su pantalón, calcetines y zapatos,

otros solamente sonrieron sin saber si me conocían o no; fue interesante entrar en el mundo de estas personas; vieron y ven el mundo a través de unos ojos que cuentan tanta verdad como tanta tristeza.

Doña Eugenia: (usaba su mejor vestido de un verde tierno, cabello blanco algo alborotado y la más hermosa sonrisa del hogar) Ella no hablo mucho, solamente del clima que estaba bastante frío y que le gustaba que le tomaran fotos, el resto del tiempo se limito a sonreír y ver como conversaban las otras personas.

Don Ignacio: (usaba un peculiar suéter de cuello alto color crema, su voz como la de un niño y su mente como un jovencito, bastante fotogénico) A él le gusta ver televisión aunque no hay muchos canales de donde escoger, presento a las per-

sonas sentadas en la salita y escucho atentamente las historias que los demás contaban.

Doña Julia Carlota Hernández: (sentada en silla de ruedas y mas lucida que todos nosotros juntos fue la primera en recibirnos y entablar una plática) Doña “Loti” como confirmo le gustaba que le dijeran fue con quien logre conversar mas, me contó de su última operación, de lo mal que la ha tratado la diabetes y las consecuencias que le ha traído, muy interesada en el gorro que yo usaba y en las preguntas que le hacía. Su historia incluyo a su esposo -Gerónimo Chen- quien dijo fue un maestro graduado de la San Carlos y daba cátedra en la Universidad Mariano Gálvez, impartía clases de Ciencias de la Comunicación, fue un comentarista y un amoroso padre, estuvieron

casados 32 años y nunca le fue infiel, de su amor nació su hija Elizabeth, la cual fue única pero no le impidió darle todo el amor posible. Doña Loti vivió en ese hogar con su mama hasta julio de este año, ella falleció y la dejo sola en ese lugar que aparentemente le gusta bastante, se ha negado irse a vivir con su hija a los Estados Unidos.

Después de haber platicado y compartido con nosotros se fue a su cuarto a ver televisión y fumar un cigarro.

La vida que estas personas llevan no es la que habían imaginado para su vejez; a pesar que procuran darles el cuidado necesario aun les falta un elemento tan indispensable como el agua, les hace falta AMOR. Gracias a esta tarea de campo pude darme cuenta que lo que hacemos no es suficiente, siempre habrá gente esperando un poco mas de nosotros.

Experiencias en el asilo para ancianos Villa Sol

“

El asilo de ancianos de Villa Sol, es un lugar que se encuentra en un deterioro notable, pues no cuenta con los recursos necesarios para poder dar un mantenimiento adecuado a la infraestructura la cual se va deteriorando día con día al igual que los sus ocupantes.

Las personas que habitan el lugar, a pesar de ser un pequeño número, carecen de muchas cosas que pueden darles un nivel de vida más digno, tomando en cuenta que durante su mocedad estos ancianos, trabajadores supieron mantener a sus familias en mejores condiciones que en

“

La visita al asilo de ancianos de villasol puede observar la necesidad que tienen las personas de la tercera edad de sentirse acompañados, de otras personas , es increíble la felicidad que demuestran al ver que personas que no son de sus familias llegan a acompañarlos y pasar un tiempo de convivencia, me llamo mucho la atención el caso en el cual ellos querían ser fotografiados he incluso pedían que le tomáramos fotografías, Muchos de ellos nos contaron sus anécdotas

e historias de jóvenes y disfrutaban haciéndolo en realidad, y pudimos notar que tanto a ellos con a nosotros nos hizo un gran bien esta visita.

quien compartir lo que piensan, quieren y sienten pues también son seres humanos aunque la sociedad muchas veces los ignore no tomando en cuenta que tras esos ojos cansados y cabellos

de plata se esconden mil y una historias con las cuales se pueden llenar libros y libros con el relato de los verdaderos autores del pasado.”

Al momento de retirarnos se veía en sus rostros la felicitad de a ver pasado un rato alegre, con otras personas”.

Josue Rodrigo Mendez

las que ellos se encuentran actualmente; tanto físicas como mentales. Pues entre regaños y siestas afloran historias y recuerdos que dan fe de las distintas situaciones que vivieron hace muchos años mismos que recuerdan con alegría y orgullo.

Aunque algunas personas se toman el tiempo para visitarles, no siempre es de agrado de los habitantes del lugar, pues muchas de estas visitas se dedican a hacerles gracias, intentando arrancar una sonrisa de sus rostros cansados, sin tomar en cuenta que más que una gracia estas personas necesitan a alguien con

Fabiola De León

El grupo y un traficante de so (digo fabricante de sorinsas :P) Por Ricardo Rodas

DATOS: Actualmente hay 30 sonriseros activos y 170 en formación. Entre ellos están los integrantes de la generación 0, que comenzó el proyecto, la generación 1 y 2, graduados en 2008 y la generación integrada por voluntarios que estudian los sábados, de 8:30 a 12:00 horas, en el Parque La Democracia, zona 7. Según publicación en El Periódico.

sonrisas... onrisas...

La vista no grata: esta pues fue algo que nunca había pensado antes, pues conocía al grupo llamado fabrica de sonrisas y siempre lo he visto como algo bueno y con un fin alegre y objetivos positivos, en este momento vi desde otro punto de vista estas organizaciones, pues la señora que nos recibió desde el momento en que los vio menciono que no podía atenderlos, que tenia visita esa éramos nosotros y me detuve a pensar, que la soledad que ellos sufren en estos lugares no solo se llena con un show un chiste o simplemente un obsequio ellos necesitan con alguien vestido de civil no de payaso, alguien con quien platicar y sentir su compañía, alguien con quien ellos puedan compartir actividades y sentirse parte de una sociedad no de un asilo de únicamente doce personas.

“No es como lo pintan...”

Por Ricardo Rodas

E

n esta ocasión realizamos una visita, a un asilo de ancianos, lo que yo esperaba era encontrar un lugar agradable, con viejecitos haciendo cosas como ver tele, tejer, leer un poco, o diversas actividades. Lo encontrado en aquel asilo no fue lo que yo realmente esperaba en el momento de entrar una señora no tan avanzada de edad, discapacitada nos recibió luego de que las señoritas que los cuidaban nos permitieron entrar bajo una tarde fría y lluviosa, esta señora estaba en silla de ruedas, y su entusiasmo por atendernos mostraba soledad, y ansiedad por tener a alguien a su lado, alguien que la escuche, muy amablemente ella nos atendió y comenzó a platicar con algunos de nuestros compañeros del grupo.

Luego de saludar, vi al siguiente habitante en este lugar, alguien que tampoco era de tan avanzada edad, su aspecto no era de entera cordura era evidente que el tenia un tipo de retraso mental, el veía la televisión, prácticamente era un niño en cuerpo de adulto, uno de mis compañeros, Rodrigo, le pregunto si lo podía fotografiar, el con emoción acepto, y empezó a modelar como mi pequeña niña de dos años lo hace, fue una experiencia conmovedora y me hizo pensar en cómo es posible que aun cuando su imagen sea de adulto siendo este aun un niño en su mente, pueda permanecer en estos lugares con una vaga atención, si conozco el temor que mi pequeña niña tiene a permanecer a solas.

Mientras todos compartían con más de algún habitante de aquella casa, observe a otro señor quien sus ojos indicaban que quería expresar algo, me senté

a su lado y quise saber un poco de su vida, realmente en sus palabras había poca cordura, pero me dio la impresión de que ese hombre tenía una vida por detrás, y brindándole de mi compañía empecé a realizar preguntas a cerca de su vida, pero antes de eso me mostró su mano donde tenía una cicatriz ya de varios años, y luego me señalo su zapato diciéndome “ Me queme”, luego pregunte si dolía y el dijo “ si un poco, pero me baño todos los días porque eso ayuda”, realmente no entendí lo que quería decir exactamente, luego se quito el zapato y me enseño la otra cicatriz, la cual también era de mucho años atrás, se percibía porque estaba complet a mente sanada y casi se desvanecía, supuse que era algún trauma que él había tenido desde joven, luego seguí platicando con él y menciono que vivía solo, p r e g u n t e : ¿Dónde? El se quedo pensando por un momento y contesto “ no se” luego empezó a mencionar

sí solos y que ya no tiene familia que les pueda ayudar, al contrario de ser un lugar de penitencia que los aislé de la sociedad.

personajes en su vida, al principio menciono a sus padres, luego una lista de cinco o seis personas, las cuales por la forma en que lo decía pudieron ser sus hermanos e incluso hasta una persona que trabajaba con ellos, repetidamente menciono acerca de su quemada lo cual llamo aun mas mi atención pero no pude descifrar realmente que pasaba con esa herida, el insistía que le ardía como que si fuese reciente pero lo que si era obvio era que eso había marcado en cierta forma su vida.

Repetidas veces escuche la misma historia, luego decidí preguntar a que se dedicaba, y me contó que mataba cerdos, con señas me mostró como los mataban, luego pregunte si los criaban con su padre y el dijo que si, y menciono que sabia como hacer moronga, luego de eso volvió a repetir lo de su herida.

Luego en un cuarto un señor menciono al que antes mencione que posaba para las fotografías que quería hablarnos, el era un señor de aproximadamente 60 años de edad casi rapado no tenia su pierna izquierda y no vestía pantalón, el al vernos entrar dijo a Anghy (otra integrante del grupo) que veía un

corazón con alegría en ella, y le dijo que necesitaba un favor y lo que pidió es que contactáramos a su familia, que su hermana la había metido ahí sin su consentimiento, y que por favor contactáramos a su familia y que le hicieran saber

dónde estaba el, esto nos lo pedía llorando, creo una gran duda en mi, realmente no sabía si esto es verdad, en el momento de salir la señorita que los atiende con cara de susto me preguntó si le habíamos dado una llamada, le conteste que no, luego ella nos menciono que su familia había solicitado que no le permitieran llamar ni contactar a nadie, lo cual a mi no me gusto realmente no se las razones pero en mi opinión un asilo es un lugar donde se cuidan a las personas de tercera que no pueden valerse por

Para concluir mi propio pensamiento, primero pienso en mi mismo, que voy a hacer con mis padres si llegaran al punto de no poder valerse por sí mismos, pues la opción sería tener dos opciones, si ellos me permitieran tenerlos en mi casa o en una de mis hermanas según acordemos o de lo contrario que permanezcan en su casa, ayudarles a conservarla bien encargarme de que allá con ellos alguien constantemente, y visitarlos muy constantemente.

Luego pensar en aquellos ancianos que nos necesitan, he ir visitarlos, tomarles fotografías, que es algo que a ellos les gusta, incluso una de ellas mencionaba que la próxima vez le avisara para que ella pudiera arreglarse, darle tiempo a cada uno de ellos de ver que es lo realmente necesitan, que les gustaría hacer, un tiempo para platicar de sus vidas, sin disfraces, de frente para que ellos sientan que platican con gente como ellos, no con comediantes, con lo cual no digo que esté en contra, pero si solo comediantes les visitan no llenan el vació que ellos tienen.

Lo que más vi en ellos es mucha soledad, abandono, debemos ocuparnos de ellos, ayudarles a seguirse sintiendo útiles para que ellos terminen sus últimos años de vida sintiéndose productivos.

“Recordando... volvemos a vivir”

Staff Anghy Gonzales Josue Rodrigo Mendez Ricardo Rodas Iliana Fabiola De León Arístides Flores

200511425 201016729 200611120 200719201 200313970

Material elaborado para la Asignatura de Psicología de la Comunicación 2