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LA ARQUITECTURA YA NO TIENE ESA VOZ CANTANTE

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PARQUE VIVERO

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Por qué la arquitectura no es líder en la resolución de problem áticas complejas, por qué no tiene la voz cantante, incluso la del autor es irrelevante a la escala de problemas logía, aquellas que tratan a complejos, como lo hacen las ciencias de la biología, la glacio una multiescala, temas que se traducen en problemáticas como las pandemias que van a nidad en estado límite. ser frecuentes y el calentamiento global, que pondrán a la huma

© Ramiro Chaves

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En ese sentido el espectro de pensamiento de lo que la arquitectura registra, es muy pequeño, su mirada se reduce a temas del espacio-función operativa de cuerpos que el arquitecto no considera como pensantes; sin comprender cosas del sistema- mundo a diversas escalas, o los pensamientos flotantes que cada humano trae en sus mentes como un rizoma que se desenvuelve en el tiempo, para que como entes intenten tener presencia y dejar huella o trascendencia: Ser o no ser esas es la cuestión.

Los arquitectos que salvaguardan el patrimonio histórico, necesitan situarse en pensamientos complejos comprendiendo los problemas en una multiescala, analizando las genealogías de cada humano situadas en relaciones y transiciones de los bordes de un conocimiento desconocido, donde la arquitectura no opera; pero sin duda el cuidado, la protección y el preciar el patrimonio histórico conjuntamente con el patrimonio vivo, tratando los problemas a distintas escalas, sí pueden aportar a un conocimiento relacional profundo.

© Ramiro Chaves

En la actualidad la comprensión de la disciplina de la arquitectura esta en otro momento, más allá de que el sujeto sujetado se aprisione en la supuesta funcionalidad de una arquitectura que le da un, supuesto orden y estabilidad en sus vidas, pero que lo enajena y aísla de las complejidades de un mundo permanentemente cambiante y en continua transición; Lo humano opera como un sistema vivo con la necesidad de una gran energía para pervivir y sí, la arquitectura es un sistema inerte que no requiere intercambios energéticos; más que los flujos de intercambio con el mundo; por lo que el arquitecto en realidad no diseña el mundo, el mundo diseña el entorno humano y condiciona su estructura, así como el lenguaje nos limita, es ahí donde puede empezar la creatividad del arquitecto. En un sistema inerte llamado arquitectura; las Infraestructuras de lo climático y planetario son más importantes; ajustar los cuerpos teóricos de los arquitectos para que salgan más allá del simple espacio y entren en temas como el tiempo, el ser, la muerte, la comunicación, la biología y la economía política. es desde ahí donde el trabajo puede ser relevante en la comprensión de procesos complejos y relacionales a una multiescala.

La arquitectura se tiene que organizar como disciplina para entender las realidades que son mucho más importantes. Si todo pasado irrumpe en el presente, un pasado negado aparecerá de manera violenta en el presente; las ciudades con una alta segregación urbana, polarización social, desplazamientos sociales y con una gran desigualdad social, tienen anclado su presente a dichas problemáticas del pasado; si la arquitectura por sí sola no resuelve ningún problema; habrá que empezar a pensar el patrimonio arquitectónico desde la complejidad y desde las zonas históricas de las ciudades, pensar la complejidad de las diversas escalas de los problemas en una interrelación y desdoblamiento de sus distintas escalas; memoria, tradición, ritual de un patrimonio a preciar, conocer y proteger, situado en las genealogías de sus orígenes y presencias en los distintos devenires, harán la diferencia entre su destrucción o sea la “nada” y se presencia la constitución de su “Ser”.

La idea de transitar de manera continua en las distintas escalas del problema, comprendiendo la complejidad de las fronteras, podremos entender que la ciudad está en permanente transición; con problemas cambiantes de distintas escalas y tiene que ser abarcada en esos puntos móviles de transición. Las escalas de tiempos y espacios de los distintos habitantes de la ciudad no son coincidentes y la dimensión de sus problemáticas sujetas desde la pandemia, a su sobrevivencia o la resolución del desarrollo del “Ser” y el “No Ser” en el estado límite allegado a la muerte no permite potencializar los talentos de cada habitante en una ciudad desigual no incluyente, que hace invisible y trata como desechos a una gran parte de la población (desde las minorías indígenas hasta los obreros mal pagados) y que no aborda los problemas de modo cooperativo, sino que promueve la individuación, el consumo y la ciudad del seudo espectáculo.

Para ello necesitamos pensar de modo complejo y relacional, la dimensión humana, para traducir una ciudad donde los procesos espaciales se humanicen y permitan a cada ciudadano crecer y desenvolver su espíritu en un ámbito que va del patrones de la sobrevivencia y dramáticos a un patrón estético ligado a la cultura, donde el patrimonio arquitectónico histórico puede cooperar para ello.

Miguel Ángel Troitiño cartógrafo menciona que “Las huellas y herencias urbanas del pasado están presentes, en mayor o menor medida, en la ciudad actual, y para ser valoradas y preservadas, en su justo término, recurrimos a la historia urbana cuya operatividad no se agota en el saber cultural, aun cuando éste sea un importante cometido, sino que permite enlazar con la praxis urbana y contribuir a reforzar el análisis propositivo. El patrimonio urbano nos permite conectar tres dimensiones de la cultura: la cultura en cuanto herencia a conservar, o como componente de nuestra conciencia y la productiva como generadora de riqueza” y que dichas dimensiones deben de relacionarse en sus transiciones, bordes o límites, cuyas fronteras permiten ir de la cultura como herencia a atesorar y como componente de nuestro constructo e imaginario para hacer consiente de su puesta en valor y en la transición de riqueza a proteger, preciar, valorar el patrimonio histórico arquitectónico; en un proceso complejo que aborda los espacios, el tiempo, lugar de construcción y las culturas que se van hibridando en su propia tempo; para de ahí partir para construir de modo comunitario y cooperativo una ciudad incluyente, donde los actores abandonen los intereses del capital.

Por: Dr. Salvador Zermeño Méndez, Director del Centro de Investigaciones de la UDL. Director del despacho especializado en restauración Restauro Arquitectos. chavazermeno@live.com

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