Guadalajara fue una villa inestable que cambió cuatro veces de asentamiento hasta que encontró el sosiego en el valle de Atemajac. En esos años difíciles, estuvo a punto de desaparecer, sobre todo en 1541 cuando los caxcanes la asaltaron con determinación. Pero antes y después de su fundación definitiva sucedieron siete acontecimientos que la favorecieron. El principal de ellos fue la Conquista: un suceso brutal, de ruptura, de catástrofe, de caos reorganizador, de mutación. En ese contexto sucedió la muerte de Pedro de Alvarado, el descubrimiento de las minas de Zacatecas, el debilitamiento de Compostela, el terror chichimeca, la destrucción del puerto de La Navidad y la revitalización de la audiencia.