Catequesis ilustrada

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Jesús

Y

María

MATERIAL DE CATEQUESIS

in nom ine dom ini


Año De La Misericordia Misión Por El Amor De Dios En Todo El Mundo

E

“ n un principio existía la palabra, y la palabra era Dios y la palabra estaba con Dios (Jn 1, 1) en este maravilloso contexto San Juan Evangelista nos introduce en ese mundo al que el Papa Francisco nos invita en este Año Santo de la Misericordia y creo que se podría parafrasear este texto de San Juan, de la siguiente forma: “en el principio existía la misericordia y la misericordia era Dios”. En este mundo tan cambiante y tan falto de amor, surge esta iniciativa del Año de la Misericordia, a la que el Papa Francisco nos invita para renovar nuestra vida y nuestro compromiso de amor de unos para con otros, disponiéndonos a experimentar la misericordia del Padre , por medio del Sacramento del perdón en la Iglesia y en la sociedad hermana se hace necesaria la innovación de nuestra consagración bautismal y el fortalecimiento de nuestra pertenencia a Dios y así sumergirnos en el corazón traspasado de Jesús en el inmaculado corazón de María, que nos implica en la misión

del amor de Dios en todo el mundo. Esta misión nos lleva precisamente a la consagración renovando nuestro compromiso bautismal, al cambio personal, a la oración con Dios y al ejercicio de las buenas obras. Estos cuatro aspectos que ahora se señalan son la base fundamental de esta misión en la Iglesia y en el mundo. El presente material es una herramienta en el caminar diario de nuestra Iglesia particular de Durango, que nos ayudara, a volver al origen de nuestra vida en cristo, purificar nuestro corazón y nuestro espíritu y así controlar cada uno de nosotros los bautizados al crecimiento del Reino de Dios en la Tierra. Las catequesis se han compactado de manera pedagógica de tal manera que se puedan compartir en tiempos breves (metodología del trabajo). Cada catequesis va impregnada de la fuerza de la consagración y del sentido de pertenencia a Dios y que a la vez nos impulsa a una experiencia de oración continua en nuestra vida. Que la celebración del próximo 10 de junio sea el motivo de experimentar esta gran Misericordia del Padre y como Iglesia particular bajo la protección inmaculada de María Santísima en su advocación de Guadalupe y el corazón misericordioso de Jesús, nos lancemos al proyecto de un nuevo plan de pastoral tan necesario para la Iglesia que peregrina en Durango.

Pbro. Lic. Pedro Roacho Ortíz Vicario De Pastoral Arquidiócesis De Durango.


Señor Jesucristo,

tú nos has enseñado a ser misericordiosos como el Padre del cielo, y nos has dicho que quien te ve, lo ve también a Él. Muéstranos tu rostro y obtendremos la salvación. Tu mirada llena de amor liberó a Zaqueo y a Mateo de la esclavitud del dinero; a la adúltera y a la Magdalena de buscar la felicidad solamente en una creatura; hizo llorar a Pedro luego de la traición, y aseguró el Paraíso al ladrón arrepentido. Haz que cada uno de nosotros escuche como propia la palabra que dijiste a la samaritana: ¡Si conocieras el don de Dios! Tú eres el rostro visible del Padre invisible, del Dios que manifiesta su omnipotencia sobre todo con el perdón y la misericordia: haz que, en el mundo, la Iglesia sea el rostro visible de Ti, su Señor, resucitado y glorioso. Tú has querido que también tus ministros fueran revestidos de debilidad para que sientan sincera compasión por los que se encuentran en la ignorancia o en el error: haz que quien se acerque a uno de ellos se sienta esperado, amado y perdonado por Dios. Manda tu Espíritu y conságranos a todos con su unción para que el Jubileo de la Misericordia sea un año de gracia del Señor y tu Iglesia pueda, con renovado entusiasmo, llevar la Buena Nueva a los pobres proclamar la libertad a los prisioneros y oprimidos y restituir la vista a los ciegos. Te lo pedimos por intercesión de María, Madre de la Misericordia, a ti que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.


En el contexto del Jubileo de la Misericordia, propuesto por el Papa Francisco, queremos acercarnos al Corazón misericordioso no sólo del Padre, sino también del Hijo y de la Virgen María. Por ello, como Arquidiócesis celebraremos el próximo 10 de junio la Consagración a los Sagrados Corazones de Jesús y de María. A través de la Consagración entregamos todo lo que somos y tenemos, reconociendo el señorío del Padre misericordioso en nuestras vidas, el cual se ha manifestado en el rostro y corazón bueno de su Hijo Jesucristo y en la presencia maternal de María. Además, esta celebración será una oportunidad para tomar conciencia de que nosotros, por el Bautismo, somos discípulos-misioneros, continuadores del evangelio de la misericordia. Por esta razón, la consagración es una invitación a una verdadera conversión a Dios, según el Espíritu, en las diferentes realidades de nuestra vida. En efecto, hoy en día son grandes los desafíos para la nueva evangelización y es necesario tener un proyecto que busque responder a las necesidades pastorales de la Arquidiócesis. Por lo tanto, esta Consagración será el inicio de la elaboración del Nuevo Plan Arquidiocesano De Pastoral. Invito a los presbíteros, diáconos, religiosos, religiosas, seminaristas, movimientos laicales y a las dimensiones pastorales a consagrarse y trabajar con entusiasmo en este nuevo proyecto para nuestra Iglesia local. Que los corazones de Jesús y de María de Guadalupe nos dispongan a ser testigos y servidores del evangelio. José Antonio Fernández Hurtado IX Arzobispo De Durango


S

omos conscientes que vivimos días en que la confusión crece en el corazón de muchos creyentes. Como ovejas dispersas se mantienen en silencio a pesar de observar como la inmoralidad, la corrupción y la maldad aumentan cada día más en los pueblos, ciudades, países y alrededor del mundo. Muchos han comenzado a sentir la necesidad imperativa de hacer algo contra el mal que nos rodea, pero no saben qué hacer o cómo hacerlo.

LA CONSAGRACIÓN A LOS SAGRADOS CORAZONES DE JESUS Y DE MARIA nos ofrece la herramienta que necesitamos y en la que podemos depender, ya que está basada en la historia de la Iglesia Católica y en las Sagradas Escrituras: Es la consagración personal y comunitaria.


M

e consagro al SEÑOR, para hacer su voluntad dondequiera que esté, en la escuela, en el hogar, en el trabajo, o en cualquier parte que me envíe. Dios es quien decide lo que quiere que yo haga y dónde quiere que le sirva, y lo que El escoja para mí seguramente será lo mejor.


P

orque yo muero a mis propios planes y aspiraciones ante la sublimidad del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por quien perdí todas las cosas, y las tengo por basura para ganar a Cristo (Filip. 3,8). El resultado es mi propia conversión y luchar mediante el propio testimonio de vida, por la conversión de todos aquellos que Dios ha puesto bajo mi cuidado. Tal conversión: no es otra cosa que el cambio de nuestra vida anterior para vivir la vida según el Espíritu. La consagración es sencillamente reconocer que Cristo es mi dueño y decirle a El Señor, “soy tuyo por derecho, y deseo ser tuyo porque así lo decido y elijo”.


¿QUÉ SIGNIFICA LA CONSAGRACIÓN?

Es dar mi vida a Dios para que El haga su voluntad en vez de la mía. Significa que presente mi cuerpo como “un sacrificio vivo” a Él.

LA CONSAGRACIÓN “ES AL SEÑOR”

Me consagro para ser ni predicador ni misionero. Me consagro al SEÑOR, para hacer su voluntad dondequiera que esté, en cualquier parte que me envíe. Dios es quien decide lo que quiere que yo haga y dónde quiere que le sirva, y lo que El escoja para mí seguramente será lo mejor.

¿CUAL ES EL PROPÓSITO DE LA CONSAGRACIÓN?

El propósito de la consagración es que se haga la voluntad de Dios en mi vida. Ahora el Señor Jesús quiere obrar mediante nosotros para hacer la voluntad de Dios. Para hacer eso, Él necesita que le ofrezcamos nuestros cuerpos como sacrificio vivo.

¿CUÁL ES EL RESULTADO DE LA CONSAGRACIÓN?

Que yo muero a mis propios planes y aspiraciones para someterlas y vivir haciendo sólo aquello que es voluntad de Dios. El resultado es mi propia conversión y luchar, mediante el propio testimonio de vida.


L

o fundamental de la consagración es, la renuncia al pecado, a la tentación del mal y a Satanás y la entrega incondicional al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María como respuesta al amor a nosotros a ellos dos.

PORQUE CONSAGRARSE POR MARIA Porque María es un medio para hallar perfectamente a Jesucristo, amarle con ternura, servirle con fidelidad. Porque finalmente María es un camino fácil, corto, perfecto y seguro para encontrar a Jesús y unirnos con Él.

Jesús

Y

María


1.Objetivo

Indica lo que se pretende en la sesión de manera clara y sencilla.

2.Desarrollo de la Catequesis:

Dar lectura al tema (puede ser en la homilía, después de la homilía o al finalizar la celebración)

3.Recomendaciones

Nos da algunas ideas clave para complementar la reflexión.

4.Oraciones Finales Véase página 1 o página 16


1.Objetivo Que la comunidad conozca y comprenda que es la Consagración y así pueda saber en qué consiste


2.Desarrollo de la Catequesis: ¿Cuál es tu visión de la vida? Es muy posible que bases tu vida en una imagen errónea. Para poder cumplir los propósitos que Dios tiene para ti y cada uno de nosotros, tendremos que cuestionar la sabiduría común y sustituirla con enfoques bíblicos de la vida. La Escritura dice: “No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación

(cambio) de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios” (Rom 12,2). Cambio, significa, cambiar el rumbo, corregir lo que no está bien, lo que es susceptible de mejorar. Si lo hacemos en los asuntos del mundo, con más razón lo podemos hacer en nuestra vida espiritual. ¿Qué significa “cambiar el rumbo” hoy en día? cada quien debe hacer lo necesario para lograr el cambio, pero hay cinco propósitos que podemos lograr y empezar a testificar ese cambio de rumbo: a testificar ese cambio de rumbo: cambiamos cuando le rendimos adoración a Dios, con nuestro amor, con nuestro agradecimiento, con nuestra alabanza y con una

vida más santa. Cambiamos cuando amamos a nuestro prójimo. Cambiamos cuando nos asemejamos a Cristo, cuando hacemos del servicio una forma de vida y cuando les testificamos a los demás. ¿Pero qué es consagrarse? ¿Qué significa en realidad? El corazón de la adoración es rendirse, entregarse. La palabra “rendición” es poco popular porque generalmente evoca imágenes desagradables. Es decir que se utiliza en un contexto negativo. Sin embargo, consagrarse es la respuesta natural al asombroso amor y misericordia de Dios. Nos entregamos a Él, no por temor u obligación, sino por amor “porque Él nos amó primero” (1 Jn 4,10).


4.Oraciones Finales

3.Recomendaciones: ¿Qué es la consagración? La consagración implica Cambio (en nuestras actitudes, acciones, pensar) y una rendición ante Dios.


1.Objetivo Que la comunidad sienta la necesidad de ofrecerse a Dios mediante la Consagraci贸n como prueba de su confianza en Dios.


2.Desarrollo de la Catequesis: Pablo nos exhorta a entregar nuestra vida a Dios: “Ofrézcanse a Dios como sacrificio vivo, dedicados a su servicio y agradables a Él” (Cfr. Rom 12,1). Esta es la verdadera consagración que deben ofrecer. Entonces, la verdadera manera de agradar a Dios se da cuando nos entregamos. Ofrecernos a Dios mediante la consagración es la esencia de

nuestra adoración. Dios quiere nuestra vida: TODA NUESTRA VIDA. Hay tres obstáculos que bloquean nuestra entrega total a Dios: el temor, el orgullo y la confusión. No nos damos cuenta de cuánto nos ama Dios, queremos controlar nuestra propia vida y mal interpretamos lo que significa la entrega, la consagración. ¿Puedo confiar en Dios? La confianza es el ingrediente principal de nuestra entrega a Dios. No puedes entregarte a El si no confías, pero tampoco puedes confiar en El hasta que lo conozcas mejor. Cuanto más nos demos cuenta de lo mucho que Dios nos ama, más fácil nos resultará la entrega.


4.Oraciones Finales

3.Recomendaciones: Depositar la confianza en Dios implica, entregarnos a Él.


1.Objetivo Comprender que la rendici贸n ante Dios no es aceptar las cosas como suceden en la actualidad, sino una lucha junto con El para cambiar lo que se debe modificar.


2.Desarrollo de la Catequesis:

Dios nos ha amado tanto que por no perdernos nos entregó a su HIJO JESUS. El amor de

Dios por nosotros es infinito porque aún sabiendo que somos pecadores su Hijo Jesús llegó a la muerte en la cruz por nosotros. Otro obstáculo para que realicemos la consagración y la entrega total de nuestras personas y nuestras vidas a Dios es nuestro orgullo. No queremos admitir que somos meras criaturas y que no podemos controlar todo. Queremos leerle la plana a

Dios y decirle que no se meta en nuestras decisiones “Light”. ¿Qué significa rendirse? ¿Consagrarse? La rendición a Dios no es algo pasivo, no es fatalismo, no es una excusa. es sacrificar nuestra vida y sufrir para cambiar lo que se debe modificar. La entrega no es para que reprimas tu personalidad. La entrega, la consagración de tu ser potencia tu personalidad.


4.Oraciones Finales

3.Recomendaciones: El orgullo y otras actitudes son obst谩culos, que impiden nuestra rendici贸n ante Dios.


1.Objetivo Darse cuenta que parte de la Consagraci贸n implica, tener puesta nuestra confianza en Dios .


2.Desarrollo de la Catequesis: La auténtica consagración y entrega se demuestra con la obediencia y la confianza. Diciéndole “Sí Señor”. Decirle no, sería una contradicción. No podemos llamar Señor a Jesús si nos negamos a obedecerle. Otro aspecto de una vida completamente consagrada es la confianza. ¿cómo saber que te entregas verdaderamente?

¿Totalmente? Cuando dependes de Él para que las cosas resulten bien, en lugar de manipular a los demás, imponer tus ideas y controlar la situación. Uno suelta las riendas y deja que Dios actúe. También sabes que te has rendido cuando no reaccionas a la crítica ni te apresuras a defenderte. Un corazón rendido se destaca en las relaciones personales. La consagración de nuestras personas significa entregar todo lo que somos, lo que tenemos, en todos los aspectos: espirituales, corporales, materiales. Para muchas personas, el elemento más difícil de entregar es el dinero.


4.Oraciones Finales

3.Recomendaciones: La Obediencia y la confianza en Dios son sĂ­mbolo de un consagrado .


1.Objetivo Entender que la entrega a Dios no nos debilita, por el contrario, nos fortalece. Cuando nos entregamos a Él, no tenemos por quÊ temer o rendirnos a nada mås.


2.Desarrollo de la Catequesis: En la consagración, en la entrega auténtica a Dios, el consagrado dice: Dios y Padre mío, si este problema, dolor, enfermedad y circunstancia son necesarios para cumplir tu propósito y para tu gloria en mi vida o en la de otro, no me libres de este trance. Creo en Ti Confío en Ti Dame la fuerza para enfrentar todo lo que venga y no me desampares. Este grado de madurez no se

logra fácilmente. En nuestro caso, es un combate intenso contra nuestra naturaleza egocéntrica y contra los embates del mundo. ¿Qué bondades o beneficios se deben esperar de una consagración? En primer lugar, experimentamos paz. En segundo lugar, experimentamos la libertad En tercer lugar, experimentamos el poder de Dios en nuestra vida. Cristo puede derrotar las tentaciones más difíciles y los problemas más terribles si se los entregamos a Él. La consagración en el contexto que hemos venido explicando significa triunfo, victoria. La realidad más clara y contundente nos dice que la victoria viene de rendirse. La

entrega no nos debilita, por el contrario, nos fortalece. Cuando nos entregamos a Dios, no tenemos por qué temer o rendirnos a nada más.


4.Oraciones Finales

3.Recomendaciones: ¿Qué es la consagración? La consagración implica Cambio (en nuestras actitudes, acciones, pensar) y una rendición ante Dios.


1.Objetivo Darse cuenta que entregar nuestra vida a Dios no debe ser un impulso emocional e insensato, sino una acci贸n inteligente y racional.


2.Desarrollo de la Catequesis: Dios usa a las personas consagradas. No hay nada más poderoso que una vida consagrada puesta en las manos de Dios. Así que los consagrados, sin excepción, debemos someternos completamente a Él. En nuestra vida todos acabamos rindiéndonos a algo o a alguien. Si no nos entregamos a Dios, nos entregaremos a las opiniones o expectativas de otros, al

dinero, al resentimiento, al temor o a nuestro propio orgullo, a nuestro deseo o a nuestro ego. Dios nos diseñó para adorarlo; si no lo hacemos, crearemos otras cosas que se convertirán en ídolos, para entregarles nuestra vida y así el tener, el poder y el placer, se convierten en verdaderos ídolos a quienes servimos. Somos libres de elegir a quién nos rendiremos, pero no podremos librarnos de las consecuencias de esa elección. La verdad es que, si la persona no se entrega a Cristo, se entrega al caos. Entregarse, consagrarse, no es la mejor manera de vivir, es la ÚNICA manera de vivir. Decíamos que consagrar nuestras vidas, es la única manera de vivir. Cualquier otra decisión conduce a la

frustración, decepción y la propia destrucción. Entregando nuestras vidas a Dios, es la manera más sensata de servir a Dios y de que vivamos en paz, (Cfr. Job, 22-21) confiando que Él nos lleva de la mano. Entregar nuestra vida a Dios no debe ser un impulso emocional e insensato, sino una acción inteligente y racional, el acto más responsable y sensato que podemos hacer con nuestra vida. Al fin descubrirás que el mayor estorbo a la bendición de Dios en tu vida no son los demás, sino tú mismo: tu propia voluntad, tu orgullo obstinado y tu ambición personal. No podrás cumplir los propósitos que Dios tiene para tu vida mientras vivas concentrado en tus propios planes.


4.Oraciones Finales

3.Recomendaciones: Si decidimos ofrecernos a Dios deberรก de ser de forma pensada, (Meditada, Reflexionada) y no esclavos de nuestras emociones.


1.Objetivo Comprender que la Consagración no es un acto que se realiza de una vez y para siempre, sino que es necesario llevarlo día a día en nuestra vivencias.


2.Desarrollo de la Catequesis: Debes tomar en cuenta que la consagración y tu rendición ante Dios significan también que Dios va a trabajar a fondo contigo. Entrégale todo a Dios: tu pasado, tu presente, tus proyectos para el futuro; tus temores, tus sueños, tus debilidades, tus costumbres, tus penas y tus complejos. No tengas miedo; nada que Él tenga bajo su control puede quedar a la deriva. Si Cristo

tiene el dominio podrás enfrentarlo todo. La consagración debe hacerse constantemente hasta que se convierta en un hábito diario. Es bueno que comprendas que tener una vida enteramente consagrada, significa que será puesta a prueba. A veces implicará realizar tareas inconvenientes, que se oponen a lo que deseamos hacer, Entonces es cuando tendrás que “optar” por Jesús, por sus enseñanzas, por sus preceptos. Realizar la consagración significa firmar un contrato con Dios. Un contrato. Es acordar con Dios vivir a su manera, haciendo su voluntad y aceptando su amor, su fidelidad, su ternura. Con la consagración ha llegado el

tiempo, el momento para que te rindas a Dios, a su gracia, a su amor y sabiduría. Aprendamos a convertirnos en amigos de Dios. Lo podemos ser mediante la conversación constante.


4.Oraciones Finales

3.Recomendaciones: Depositar la confianza en Dios implica, entregarnos a Él.


1.Objetivo Entender que la Consagraci贸n implica la entrada de Dios a nuestra vida en una 铆ntima comuni贸n y amistad con El, (en nuestras actividades).


2.Desarrollo de la Catequesis:

Dios quiere que seamos sus amigos y existe la idea equivocada de que pasar tiempo con Dios significa estar a solas con El. “La amistad con Dios” no es cambiar lo que uno hace sino cambiar la actitud de uno al hacerlo. Lo que normalmente haces para ti, comienzas a hacerlo para Dios; Así las cosas, las tareas más simples se convierten en actos de alabanza y de comunión con Dios.

Hoy en día pensamos que tenemos que distanciarnos de nuestra rutina diaria para adorar a Dios, pero eso se debe a que no hemos aprendido a practicar su presencia todo el tiempo. Otra manera de afirmar nuestra amistad con Dios es pensar en su Palabra durante el día. Es imposible ser amigos de Dios si no lo conocemos, y no podemos conocerlo si no conocemos su Palabra.


4.Oraciones Finales

3.Recomendaciones: Al consagrarte Dios te ofrece su amistad, para que así vivas en Común- unión, con Él y con lo que Él quiere de ti.


1.Objetivo Ver a Dios como un amigo, con el cual puedes dialogar de forma sincera, dejando de lado, aquellos impedimentos que nos hacen sordos y mudos ante El .


2.Desarrollo de la Catequesis: Muchos de nosotros pensamos que la meditación es un ritual difícil y misterioso, practicado por los monjes, o los santos. Sin embargo, meditar es simplemente pensar con concentración. la amistad auténtica se construye en base a revelaciones. Lo que pudiera parecerte un atrevimiento, para Dios es autenticidad. Si quieres ser amigo de Dios,

debes ser sincero con El, comunicarle lo que en verdad sientes, no lo que piensas que deberías sentir o decir. Pero puede que tengas impedimentos que dificultan esas conversaciones hechas con el corazón. Es el resentimiento. Queremos consagrarnos a Cristo porque estamos agradecidos por todo lo que ha hecho por nosotros. La verdadera amistad no es pasiva. Nos debe quedar claro que mientras amigo seas de Dios, más te importará lo que a Él le importa.


4.Oraciones Finales

3.Recomendaciones: Hay impedimentos que dificultan nuestra meditaci贸n, el dialogo con Dios (nuestro amigo).


U

n pueblo consagrado a Dios y su Santísima Madre, debe “vivir con el debido sentido de responsabilidad, no como los que no conocen el significado de la vida; sino como los que lo conocen” (Ef. 5, 15). siempre que dios llama a sus amigos les encomienda una misión: Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, Ama a tu prójimo como a ti mismo. Ve y haz discípulos. ¿Estoy consciente de que libre y voluntariamente estoy dispuesto a hacer esta consagración a Jesús y María? Esta consagración es aquella en la que consagro mi persona, lo que soy, lo que tengo y todo aquello que me gustaría ser. Entrego a Dios TODO ABSOLUTAMENTE TODO. Cambio y dejo atrás todo aquello que no es Dios y hare lo necesario para que en mi familia y en todo lugar donde yo este se dé testimonio de la presencia de Jesús y de María.


Yo…me entrego y consagro al Sagrado Corazón de Nuestro Señor Jesucristo, mi persona y mi vida, mis acciones, mis dolores y sufrimientos, para que no desee hacer uso de ninguna parte de mi ser que no sea para honrar, amar y glorificar al Sagrado Corazón. Este es mi propósito inamovible, principalmente, ser completamente de Él, y hacer todas las cosas por amor a Él, al mismo tiempo renunciando con todo mi corazón a todo lo que no le sea agradable. Por lo tanto, te tomo, Sagrado Corazón, como el único objeto de mi amor, el guardián de mi vida, mi seguridad de salvación, el remedio de mi debilidad e inconstancia, la expiación por todas las faltas de mi vida y mi refugio seguro a la hora de la muerte. Sé entonces, ¡oh! Corazón de Bondad, mi justificación ante Dios Padre, y aleja de mí los golpes de su justa ira. ¡Oh! Corazón de amor, pongo toda mi confianza en Ti, ya que temo a todo por mi propia maldad y fragilidad, pero tengo esperanza de todas las cosas por tu bondad y generosidad. Aparta de mí todo lo que pueda disgustarte o que resista a Tu santa voluntad; permite que Tu amor puro imprima Tu imagen tan profundamente en mi corazón para que nunca pueda olvidarte o separarme de Ti. Que yo obtenga de tu amada bondad la gracia de tener mi nombre escrito en Tu Corazón, porque en Ti deseo poner toda mi felicidad y gloria, viviendo y muriendo como Tu esclavo. Amén. Por Santa María Margarita Alacoque


Yo…me consagro a tu Doloroso e Inmaculado Corazón, Hija amadísima del Padre Eterno; Dios te salve María, la Madre más admirable del Hijo; Dios te salve María, la más fiel esposa del Espíritu Santo; Dios te salve María, la Madre más querida, Señora más amorosa, ¡Reina más poderosa! Dios te salve María, mi alegría, mi gloria, mi corazón y mi alma. Tú eres toda mía por la misericordia de Dios, pero yo soy todo tuyo en justicia. Sin embargo, no te pertenezco lo suficiente y por eso, una vez más, como un esclavo que siempre le pertenece a su amo, me entrego completamente a Ti, sin reservar nada para mí, o para otros. Si Tú todavía ves algo en mí que no se te haya entregado, por favor, tómalo ahora. Conviértete en la dueña completa de todas mis capacidades. Destruye en mí todo lo que no sea agradable a Dios. Erradícalo y hazlo nada. Implanta en mí todo lo que consideres bueno; mejóralo y haz que crezca en mí. Que la luz de tu fe disipe la oscuridad de mi mente. Que tu profunda humildad tome el lugar de mi orgullo. Que tu contemplación celestial ponga fin a las distracciones de mi imaginación errante. Que tu visión continua de Dios llene mi memoria con Su presencia. Que el ardiente amor de tu Corazón inflame la frialdad del mío. Que tus virtudes tomen el lugar de mis pecados. Que tus méritos sean mi adorno y compenses mi falta de mérito ante Dios. Finalmente, mi queridísima Madre, concédeme, si es posible, que no tenga ningún otro espíritu que el tuyo para conocer a Jesús y a Su Divina Voluntad. Que no tenga otra alma que la tuya para alabar y glorificar al Señor. Que no tenga otro corazón más que el tuyo para amar a Dios pura y ardientemente como Tú lo amas. Amén, así sea, a todo lo que hiciste en la Tierra; Amén, así sea, a todo lo que están haciendo ahora en el Cielo; Amén, así sea, a todo lo que estás haciendo en mi alma. De esta manera, Tú y sólo Tú glorificarás a Jesús en mí durante toda mi vida y a través de la eternidad. Amén. Por San Luis-Marie Grignion de Montfort


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