Pastoral Siglo XXI / Mayo 2017 by Pastoral Siglo XXI

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DIRECTORIO Director General S. E. R. Mons. Rogelio Cabrera López Arzobispo de Monterrey Director Fundador † Pbro. Miguel Alanís Cantú Director Editorial Pbro. Eliezer Israel Sandoval Espinoza Director de Información LCC. Juan Pablo Vázquez Rodríguez Revisión y Redacción LCC. Rocío Díaz Administración y Ventas Teresa de Jesús Salazar Cruz Tels. 11 58 24 59 Diseño Editorial LADM. Verónica J. Niño Mendoza † LDGP. Daniel García Prácticas Profesionales Hugo Dalan Saucedo Farías Colaboradores Sres. Obispos Auxiliares, Miembros del Presbiterio, Vida Consagrada y Laicos, Secretariados, Departamentos y Comisiones de la Arquidiócesis de Monterrey. Registros No. de certificado de reserva otorgado por el Instituto Nacional de Derecho de Autor: 04-2007-072412073100-01 No. de Certificado de Licitud de Título: 13903 No. de Certificado de Licitud de Contenido: 11476 Domicilio de la Publicación: Zuazua 1100 Sur, Centro, C.P. 64000, Monterrey, Nuevo León.

¡CONOCE! | EDITORIAL

Recibir a María

Santísima como madre Al ver a la madre y cerca de ella al discípulo a quien él amaba, Jesús le dijo: “Mujer, aquí tienes a tu hijo”. Luego dijo al discípulo: “Ahí tienes a tu madre”. Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa. Jn 19,25-26

o se puede entender la vida de la Iglesia sin la presencia maternal de la Virgen María. En este bello y por demás dramático pasaje del evangelio de San Juan, la Iglesia de todos los tiempos contempla la voluntad del Señor Jesús de entregarnos a María Santísima como madre nuestra. Ese recibir a la Virgen María en nuestra casa, significa aceptar un invaluable don de parte de Dios. Y es que es tanto el dolor de la Madre de Dios al pie del altar que el corazón sacratísimo del Redentor crucificado quiso compartirnos a su propia madre para acompañarla y para tratarla como madre propia. Es una última voluntad terrenal de Aquel que recibió de ella todo, desde la aceptación generosa de la voluntad divina al proponérsele su encarnación hasta la vivencia en carne propia del escarnio de la cruz. María Santísima es la madre pensada por Dios y preparada desde siglos para su Hijo, por lo cual es madre por excelencia, es prototipo de la mujer madre. Quien no goce de la presencia de su madre biológica o de quien hizo las veces de madre, ya sea por que nunca la conoció o porque se ha adelantado en el camino, puede considerar verdaderamente a la Virgen Santísima como su propia madre. Porque ¿Quién podría tratarnos con tanta ternura y cuidado como lo hizo María Santísima con el Hijo único de Dios? En este mes dedicado tradicionalmente a la celebración de las mamás y que coincide con el tiempo de la Pascua, no debemos dejar pasar la oportunidad de acercarnos más a Dios a través de María Santísima, nuestra madre. Es por eso que el equipo editorial de Pastoral Siglo XXI, ha querido ofrecerles a todos ustedes estimados lectores, entre los cuales sabemos que se encuentran muchas mamás, algunos artículos dedicados a la reflexión sobre la maternidad y sobre María Santísima. Queremos así honrar con especial cariño a todas las mujeres que como la Virgen María, son madres, mujeres llenas de fe, de fortaleza y de una inquebrantable valentía. A todas ellas, las que estan todavía entre nosotros y las que se nos han adelantado les dedicamos estas páginas. ¡Qué Dios nuestro Padre las siga bendiciendo abundantemente!

¡CONOCE! | LA VOZ DEL PASTOR

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¡Cristo ha resucitado, verdaderamente ha resucitado!

n estos días, el anuncio de la tumba vacía y las primeras presencias de Cristo resucitado entre sus discípulos incendian nuestra fe, llenan de fuego nuestro corazón y renuevan nuestras vidas. La resurrección de Cristo nos llama a ser sus testigos en el mundo, con nuestra palabra, pero sobre todo con nuestra vida. Cristo ha resucitado, y de este modo, ha renovado todo en Él: nuestra capacidad de amar, nuestro modo de vivir ese amor en hechos concretos; nuestro modo de compartir la vida y nuestra atención a los más pobres. Con su resurrección, Cristo está junto a nosotros en nuestros esfuerzos, en cada acto de nuestra vida y nos permite compartir nuestro día a día completamente con Él a través del amor a nosotros mismos y a nuestros hermanos. Quisiera que este anuncio de la Pascua llegara a todos en nuestra sociedad, especialmente a las familias de Monterrey, a las empresas, a las fábricas, a las comunidades cristianas, a aquellos que han perdido la esperanza o la fe. Que cada persona se sienta llamada a renovarse en Cristo resucitado y amar con la misma intensidad que Él ama. Él viene a ofrecerles la misericordia, a incendiar los corazones con su amor y darles la seguridad de su presencia. Cristo resucitado convierte la familia en una escuela de amor, que nos mueve a salir de nosotros mismos para estar en constante encuentro entre nosotros y con otras familias; nos convierte en una comunidad misionera de creyentes comprometidos, disipa el miedo y alimenta la fe.

Como Iglesia, Cristo resucitado nos acompaña y nos guía en nuestro esfuerzo pastoral por favorecer la espiritualidad personal y familiar que se alimenta de la relación con Él; en nuestro esfuerzo por promover el desarrollo integral de la persona que tiende a Él como modelo e ideal; en nuestro esfuerzo por impulsar la integración familiar que hace de la familia una verdadera comunidad de creyentes que viven en el amor; en nuestro esfuerzo por atender a las familias necesitadas repartiendo la fe, la esperanza y el amor que se sostienen en Cristo resucitado.

Cristo resucitado, además, nos enseña a ver el mundo con misericordia, con la mirada amorosa de Jesús que se sitúa en medio de sus discípulos y les dice: “paz a ustedes”. Cristo, en sus apariciones después de la resurrección, no se limita a afirmar su amor, sino que lo hace visible, tangible. Como enseña el Papa Francisco: “el amor, después de todo, nunca podrá ser una palabra abstracta. Por su misma naturaleza es vida concreta: intenciones, actitudes, comportamientos que

se verifican en el vivir cotidiano” (Misericordiae Vultus, 9). Ese amor se convierte en misericordia, que es el modo como Cristo Resucitado se acerca a la debilidad humana. Y esa misericordia divina se hace elemento indispensable para plasmar las relaciones mutuas entre los hombres, en el espíritu del más profundo respeto de lo que es humano y de la recíproca fraternidad. Nuestra arquidiócesis quiere acoger esa misericordia y traducirla en una pastoral orientada a servir y acoger a todos, especialmente a los abandonados por la sociedad. Ya que cada cristiano está llamado a ser testigo de Cristo y “testigo de su Resurrección” (Hechos 1, 22; cf. 4, 33), al “haber comido y bebido con Él después de su Resurrección de entre los muertos” (Hechos 10, 41), todo nuestro esfuerzo pastoral debe estar imbuidos de este deseo de anunciar la resurrección, de este noble deseo de ser testigos de Cristo resucitado viviendo la misericordia. Nuestra vida cristiana es una vida alegre en la esperanza, con la convicción de que, en Cristo, hemos superado la muerte, el dolor y el mal en el mundo. Si Él ha vencido, nosotros hemos vencido en Él. Hermanas y hermanos queridos, les deseo que esta Pascua sea un período muy feliz en el que pongamos a Cristo en el centro de nuestras vidas, que no sea sólo un personaje histórico lejano, sino Dios hecho hombre que ha renovado todo y ha dado un sentido sobrenatural a la vida humana. Aprendamos que la enseñanza de la resurrección es la victoria sobre la muerte, y que muriendo a nosotros mismos viviremos en Él y con Él.

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¡CONOCE! | BIENES CULTURALES DE LA IGLESIA

La casa del Instituto de la Teología a Distancia

ontinuamos con los artículos relativos a los fue donde habitó la familia Llaguno y la 860 sería la del edificios considerados Monumentos Históricos Sr. Coindreau. y que se encuentran bajo la custodia y el AÑO 1984 cuidado de la Arquidiócesis de Monterrey. La familia Llaguno prestó la casa del número 860 a En los últimos artículos hemos reseñado los edificios que la Arquidiócesis por muchos años y en ella se instaló el fungen como oficinas o salones de reuniones tocando Centro Asistencial Juan XXIII, con este uso se reseña en ahora el turno a la casa sede del Instituto de la Teología los catálogos del INAH del año 1984. Este centro sería a Distancia. algo similar a los centros de Cáritas que conocemos en la CONSTRUCCIÓN actualidad. Después de usarla por años, la Arquidiócesis Esta casa, ubicada en Morelos 860, y la del número la compró como ya se había mencionado antes. cívico 856, evidentemente fueron construidas al mismo PROYECTO MUSEO DE ARTE SACRO tiempo en un mismo proyecto. Ambas están incluidas Hace cerca de 17 años, la Arquidiócesis remodeló en los catálogos del Instituto la casa. Habiéndome ordenado Nacional de Antropología e sacerdote en agosto de 1999, el Historia (INAH) aunque sólo la P. Elías Álvarez me invitó a la del número 860 pertenece a la Comisión de Arte Sacro que él Arquidiócesis. La casa poniente preside hasta el día de hoy. En ese (856) lleva varias décadas sin entonces se proyectó usar ambas ser habitada o utilizada. En casas (856 y 860) para el Museo los mencionados catálogos se de Arte Sacro. Desconozco el les considera edificadas en los por qué ambas y no solo la del primeros años del siglo XX. número 860. En algunas juntas La casa 860 conserva mucho de la Comisión de trató ese de su construcción original; es tema y se hizo un proyecto para de paredes de sillar y bellos tal fin. Una de las imágenes pisos de “tapete” de mosaico La casa de Morelos 860 está incluida en los catálogos del del mismo, conservada en el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). de pasta. La fachada se Archivo Histórico, se publica conserva en buen estado y posee vitrales emplomados junto a estas líneas. No llegó a cristalizarse tal proyecto, en sus ventanales. Posee una escalera que conduce a una sino que finalmente se destinó el edificio a la Teología a habitación en su pequeño segundo piso. Distancia. Para el Museo, por aquellas mismas fechas, se PRIMERAS DÉCADAS destinó la Escuela Josefa Ortiz, adjunta a la Basílica del El Dr. Rodolfo Arroyo, en sus memorias del Barrio Roble como hemos reseñado aquí anteriormente. Antiguo, al ir repasando (sin mucho orden) las calles que TEOLOGÍA A DISTANCIA lo conforman, presenta el siguiente comentario en la calle La casa 860 se destinó así al uso que aún alberga, Morelos yendo de poniente a oriente: inclusive estas instalaciones también acogieron por “Cuarta y quinta casas: (…) por los años veinte vivían en muchos años a los estudiantes del Instituto Diaconal la primera Doña María Cantú Vda. De Llaguno y sus hasta que se mudaron al edificio que sirvió de Curia en la hijos Jesús, José, María Teresa, Consuelo… y en la casa Colonia Anáhuac en San Nicolás de los Garza. contigua vivía la familia de D. Rafael Coindreau (Carmen Al fondo de la construcción, hacia el sur, se le han Gustavo, Rafael, José Estanislao y otros). D. Rafael tenía a ido agregando en los últimos años algunas habitaciones su cargo el restaurant y cantina del Hotel Hidalgo (luego y un grande salón polivalente. El edificio está a cargo Colonial) frente a la plaza del mismo nombre…” (pp. 58- actualmente de Monseñor José Lizares y del Pbro. Dr. 59). José Ángel Guevara. Lamentablemente no puedo afirmar con certeza que este comentario se trate de estas dos casas, pero me inclino a pensar que sí está hablando de ellas. La dificultad de identificar la “Cuarta y Quinta” casas de las que habla Arroyo es que ya no tenemos la posibilidad de seguir el orden de las casas cómo él las conoció y las reseñó. La casa del número cívico 860 perteneció a la familia Llaguno la cual hace unos 50 años la vendió a la Arquidiócesis. Pero todo parece indicar que, así las cosas, la del número 856

¡MEDITA! | EDUCACIÓN

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San Juan Bosco decía que hay que ser amigos de Dios desde niños, porque después podría faltar la gracia, el tiempo o la voluntad.

Formar valores en la primera infancia

“TE HE LLAMADO POR TU NOMBRE. TÚ ERES MÍO… PORQUE ERES PRECIOSO A MIS OJOS, Y YO TE AMO (CFR ISAÍAS 43,1;4)”

l eje central de la historia de nuestra Salvación es la alianza de Dios con cada uno de nosotros; la Biblia no especula sobre la naturaleza de Dios, sino que relata cómo se reveló al hombre y estableció con él dicha alianza. Si el pueblo de Israel pudo explicar cómo era Dios, fue porque el comportamiento de Dios siempre fue el mismo, el modo en el que Él ha ido educando a su pueblo hasta hacer de él “el pueblo de su propiedad”. En esta relación de alianza es Dios quien nos ama primero (1 Juan 4,19), desde antes de nuestro nacimiento (Salmo 139,13). A lo largo de nuestra vida nos sostiene y nos lleva con ternura (Isaías 46,3-4) con un amor que nunca cambiará o terminará (Jeremías 31,3). Precisamente este es el núcleo del mensaje cristiano, que Dios es amor (1Juan 4,7). El Señor toma la iniciativa y viene a cada uno de nosotros para que tengamos vida en plenitud (Jn. 10,10) y nos llama a permanecer en su amor para que nuestra alegría sea completa (Jn. 15, 10, 11). El amor y el gozo de vivir la alianza es para todos, especialmente para los niños, ya que de los que son como ellos es el reino de los cielos (Mateo 19,14). Soy testigo de que entre Dios y el niño existe una perfecta unión que forma parte de su esencia, en él está muy clara la imagen de Dios (Gn 1,26,27), ya que está lleno de su amor, y es precisamente a esta perfecta unión de amor a la que Jesús se refiere cuando dice: permanezcan en mi amor, permanezcan unidos a mí, como el sarmiento está unido a la vid. Si estamos unidos a Él podemos dar fruto (Juan 15,5), estos frutos son las buenas acciones regidas por los valores que se adquieren desde la niñez en este permanecer con Jesús.

Como catequistas tenemos la corresponsabilidad de ayudar a la formación, como decía San Juan Bosco, de “Buenos cristianos y honestos ciudadanos”. Entendemos los valores como los principios que rigen los comportamientos humanos y dirigen las aspiraciones de los individuos, o incluso de sociedades, en pro de su perfeccionamiento o realización. Los valores son los pilares sobre los que se cimienta la identidad humana, nos sirven de guía para poder convivir y son la condición que forma y distingue a una comunidad. San Juan Bosco decía que hay que ser amigos de Dios desde niños, porque después podría faltar la gracia, el tiempo o la voluntad, por ello, la formación en la fe a edades tempranas se hace imprescindible y necesaria, para procurar que los valores adquiridos se solidifiquen en las relaciones sociales. Podemos concluir que la primera infancia es el tiempo para ayudar al niño a abrirse al gozo de la presencia de Dios en su vida, la educación en la fe es principalmente disfrutar su relación con Dios, de esta manera no solo experimenta la certeza de ser amado, sino que recibe una semilla capaz de dar frutos inmediatos y frutos a largo plazo, porque la experiencia de permanecer en el amor es capaz de nutrir y fortalecer su vida interior así como su entorno durante toda su vida.

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¡MEDITA! | CON LOS OBISPOS

¿Cómo puede ser que el amor esté muerto?

ermanos y hermanas en esta noche santa, quiero detenerme en los sentimientos de estas mujeres que van al sepulcro. Es con lo que inicia el Evangelio que escuchamos hoy, ¿por qué van estas mujeres?, ¿por qué a pesar de todos los suplicios y dificultades van ellas? Será porque se preguntan: ¿Cómo es posible que el amor esté muerto? ¿Cómo es posible que ya no esté con nosotros el que tanto nos ha amado, al que tanto amamos, con quien hemos compartido tantas pláticas, enseñanzas, tantos momentos juntos, como nos ha abierto el corazón, la mente y la vida, todo lo que nos ha enseñado, lo que nos ha guiado? ¿Cómo puede ser que el amor esté muerto? Hay muchos poemas que nos hablan del amor que no muere, cuando alguien se va, se dice que su recuerdo durará para siempre; del mismo Jesús hay un poema de Amado Nervo que dice que en el infierno habrá amor y Jesús lo realiza, lo decimos en el Credo, Jesús baja a los infiernos a liberar a los cautivos, a los retenidos, al primer hombre a Adán y a Eva, ahí podemos decir que en el infierno hubo amor. Porque el amor, dice Víctor Hugo hablando del hombre y de la mujer, el hombre es luz, la mujer es amor, la luz fecunda, la luz crea, pero solo el amor resucita. Qué sentimientos habrán tenido María Magdalena y las demás mujeres que, a pesar de todos los temores, a pesar de la obscuridad, a pesar de la violencia que existió, ¡van! ¿Quién les va a abrir el sepulcro?, ¿quién va a mover la roca? A ellas les mueve solamente ¿qué cosa? El amor. No pueden aceptar que el amor no estará ya con ellas, no pueden aceptar que el amor de esa magnitud ya no exista y ya no esté con ellas. Estos sentimientos de las mujeres, de grande extrañeza, pero de grande amor hacia Jesús, me recuerdan una canción que me enseñó un sacerdote amigo mío cuando falleció su señor padre y decía: “¿Por qué perder las esperanzas de volverte a ver? ¿Por qué perder las esperanzas si hay tanto querer?”. Dice también otro poeta, Gabriel Massey: porque te quiero no morirás. Es tanto el amor que Jesús tiene por nosotros, que para Dios todos viven, nadie muere, nadie nunca muere. ¡Cuando decimos a través del poema que solo el amor resucita, tenemos que creerlo con toda verdad: el amor es eterno! ¡El amor es el único que puede darnos la resurrección! La noche cuando estaban en la Última Cena y cuando Jesús le dice a Judas, lo que tienes que hacer hazlo pronto y se va, dice el evangelista era de noche. La noche de Pascua, con toda su angustia, con sus temores, con sus miedos, en esta noche sombría después de tanta tristeza vivida, de tanta traición, de tanta huida, es en esta noche, es la noche, el testigo de la Resurrección del Señor. ¿Qué quiere decir esto?, que no solamente en la noche se produce el mal, sino que también en la noche se puede obtener el bien, ¿Qué no fue así, María Magdalena, la otra

María? En la noche todavía antes del alba, se levantaron, planearon y salieron, movidas solo por el amor, solo por la añoranza, solo por el anhelo y salieron en la noche a hacer el bien ¿y qué encontraron? ¡Encontraron al Vencedor de las tinieblas!, ¡al que es luz!, ¡al que es solo luz!, ¡al que le quita a la noche ese adjetivo, esa característica del mal y la convierte en bien, en bien supremo! También en la noche el cristiano, a semejanza de Cristo, puede hacer tantas cosas buenas, puede resucitar, ser luz. Quisiera yo compartirles un ejemplo muy adecuado a nuestros días, hace 76 años, en el pleno apogeo de la Segunda Guerra Mundial, con todas las invasiones y con todo el exterminio de pueblos enteros, países, etcétera, Hubo una persona, un sacerdote, llamado Maximiliano Kolbe, que había vivido predicando a través de los medios, revistas y periódicos y había difundido la devoción a la inmaculada, a la Virgen María. Un buen día es apresado allá en Polonia y llevado a los campos de concentración, ahí estuvo con todos los hombres, con todas las personas, viviendo su fe, dando testimonio de la esperanza en Dios, poquita cosa quizá alguno podía decir. Un buen día, cuando sale al campo a trabajar, escapa uno y condenan a diez. Él toma el lugar de uno de esos diez. ¿Eso fue todo? No. ¿Qué hizo este hombre? Acompañó a los nueve condenados a morir de hambre, de sed, de soledad. ¡Los acompañó durante 14 días y les fue enseñando día a día, hora a hora, cómo en las más profundas tinieblas que pueden existir, cómo no perder la esperanza! ¡Y cómo no perder la fe! Cuando la vida se destruye, no vale nada, no importa nada, se desecha, se descarta, este hombre enseñando que una sola vida vale todo, el ofrece lo que más de valor tiene, que es su propia vida. Toda la Segunda Guerra Mundial, toda la destrucción de la vida y de los hombres, yo digo espiritualmente fue vencida por un solo hombre, que salvó una vida y que acompañó a otros en la antesala, ¡No, no de la muerte, sino de la vida! Si nosotros abrazamos, atendemos, acompañamos, lloramos con las personas, salvamos a una persona, hermanos, podremos cambiar la historia, pero hay que creer, hay que tener fe y hay que hacer solo lo que el Señor nos llama. El Señor resucita ¿y qué palabras utiliza en los evangelios? Despertó, se levantó. Este milagro de la resurrección, hermanos, a pesar de todas las adversidades a las que estamos sujetos nosotros, si cada mañana con mucha ilusión, con mucha alegría y con mucho entusiasmo, nos levantamos, nos despertamos y nos levantamos, podremos tener nuestra resurrección todos los días. Que así sea.

¡MEDITA! | CON EL PAPA

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Jesús ha resucitado

“ERA VERDAD, HA RESUCITADO EL SEÑOR, COMO HABÍA DICHO” (LC 24,34; MT 28,5-6).

a antigua fiesta de Pascua, memorial de pan y la esperanza en el camino común. la liberación de la esclavitud del pueblo Que en los momentos más complejos y dramáticos hebreo, alcanza aquí su cumplimiento: con la de los pueblos, el Señor Resucitado guíe los pasos resurrección, Jesucristo nos ha liberado de la de quien busca la justicia y la paz; y done a los esclavitud del pecado y de la muerte y nos ha abierto el representantes de las Naciones el valor de evitar que se camino a la vida eterna. propaguen los conflictos y de acabar con el tráfico de Todos nosotros, cuando nos dejamos dominar por las armas. el pecado, perdemos el buen camino y vamos errantes Que en estos tiempos el Señor sostenga en modo como ovejas perdidas. Pero Dios mismo, nuestro Pastor, particular los esfuerzos de cuantos trabajan activamente ha venido a buscarnos, y para salvarnos se ha abajado para llevar alivio y consuelo a la población civil de hasta la humillación de la cruz. Y hoy podemos Siria, la amada y martirizada Siria, víctima de una proclamar: “Ha resucitado el Buen Pastor que dio guerra que no cesa de sembrar horror y muerte. El vil la vida por sus ovejas y se dignó morir por su grey. ataque de ayer a los prófugos que huían ha provocado Aleluya” (Misal Romano, IV Dom. de Pascua, Ant. de numerosos muertos y heridos. Que conceda la paz a la Comunión). todo el Oriente Medio, especialmente a Tierra Santa, En toda época de la historia, el Pastor Resucitado como también a Iraq y a Yemen. no se cansa de buscarnos Que los pueblos a nosotros, sus hermanos de Sudán del Sur, de perdidos en los desiertos Somalia y de la República del mundo. Y con los Democrática del Congo, signos de la Pasión — que padecen conflictos las heridas de su amor sin fin, agravados por misericordioso— nos atrae la terrible carestía que hacia su camino, el camino está castigando algunas de la vida. También hoy, él regiones de África, sientan toma sobre sus hombros a siempre la cercanía del tantos hermanos nuestros Buen Pastor. Que en los momentos más complejos y dramáticos de los pueblos, el oprimidos por tantas clases Que Jesús Resucitado Señor Resucitado guíe los pasos de quien busca la justicia y la paz. de mal. sostenga los esfuerzos El Pastor Resucitado va a buscar a quien está perdido de quienes, especialmente en América Latina, se en los laberintos de la soledad y de la marginación; va comprometen en favor del bien común de las sociedades, a su encuentro mediante hermanos y hermanas que tantas veces marcadas por tensiones políticas y sociales, saben acercarse a esas personas con respeto y ternura que en algunos casos son sofocadas con la violencia. y les hacer sentir su voz, una voz que no se olvida, que Que se construyan puentes de diálogo, perseverando los convoca de nuevo a la amistad con Dios. en la lucha contra la plaga de la corrupción y en la Se hace cargo de cuantos son víctimas de búsqueda de válidas soluciones pacíficas ante las antiguas y nuevas esclavitudes: trabajos inhumanos, controversias, para el progreso y la consolidación de tráficos ilícitos, explotación y discriminación, graves las instituciones democráticas, en el pleno respeto del dependencias. Se hace cargo de los niños y de los estado de derecho. adolescentes que son privados de su serenidad para ser Que el Señor Resucitado, que no cesa de bendecir al explotados, y de quien tiene el corazón herido por las continente europeo, dé esperanza a cuantos atraviesan violencias que padece dentro de los muros de su propia momentos de dificultad, especialmente a causa de la casa. gran falta de trabajo, sobre todo para los jóvenes. El Pastor Resucitado se hace compañero de Queridos hermanos y hermanas, este año los camino de quienes se ven obligados a dejar la propia cristianos de todas las confesiones celebramos juntos tierra a causa de los conflictos armados, de los ataques la Pascua. Resuena así a una sola voz en toda la tierra terroristas, de las carestías, de los regímenes opresivos. el anuncio más hermoso: “Era verdad, ha resucitado el A estos emigrantes forzosos, les ayuda a que encuentren Señor”. Él, que ha vencido las tinieblas del pecado y de en todas partes hermanos, que compartan con ellos el la muerte, dé paz a nuestros días. Feliz Pascua.

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¡MEDITA! | DEVOCIÓN MARIANA

A 100 años del acontecimiento de Fátima Centenario de las apariciones de la Virgen de Fátima “GRACIAS AL CORAZÓN MISERICORDIOSO DE NUESTRO DIOS, QUE DESDE LAS ALTURAS NOS VISITA COMO SOL NACIENTE” LC 1,78

n el marco de la celebración del centenario de las apariciones de Nuestra Señora de Fátima, les ofrecemos este artículo tomado del sitio web oficial del Santuario de Fátima: www.fatima.pt/es Fátima sucede como una irrupción de la luz de Dios en las sombras de la Historia humana. En el amanecer del siglo XX, hace eco, en la aridez de Cova de Iria, la promesa de la misericordia, recordando a un mundo arraigado en conflictos y ansiosos de una palabra de esperanza de la buena nueva del Evangelio, la buena noticia de un encuentro prometido en la esperanza, como gracia y misericordia. “No temáis. Soy el Ángel de la Paz. Orad conmigo.” Es como una invitación a la confianza que inaugura el acontecimiento de Fátima. Precursor de la presencia de la luz de Dios que disipa el miedo, el Ángel se anuncia por tres veces a los videntes, en 1916, con una convocatoria a la adoración, actitud fundamental que los ha de predisponer para acoger los designios de la misericordia del Altísimo. Es esta convocatoria al silencio habitado por la presencia transbordante del Dios Vivo la que se ve reflejada en la oración que el Ángel enseña a los tres niños: Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo. Postrados por tierra, en adoración, los pequeños pastores comprenden que allí se inaugura una vida renovada. De la humildad de la postración de toda su existencia en adoración ha de brotar el don confiante de la fe de quien se hace discípulo, la esperanza de quien se sabe acompañado en la intimidad de la amistad con Dios, y el amor como respuesta al amor inaugural de Dios, que fructifica en el cuidado por los otros, particularmente por los que se sitúan al margen del amor, por los que «no creen, no adoran, no esperan y no aman». Al recibir del Ángel la Eucaristía, los pastorcitos ven confirmada su vocación a una vida eucarística, a una vida hecha don a Dios por los demás. Acogiendo, por la adoración, la gracia de la amistad con Dios, son comprometidos, por el sacrificio eucarístico, con la ofrenda total de sus vidas. “¿Queréis ofreceros a Dios?” En mayo de 1917, la Señora llena de gracia se anuncia transbordando la luz de Dios, en la cual los

videntes se ven «más claramente de lo que nos vemos en el mejor de los espejos». En la experiencia mistagógica de la luz que emana de las manos de la Señora, los pequeños pastores están llenos por una presencia que se graba indeleblemente en lo más íntimo y los consagra testigos proféticos de la misericordia de Dios que, desde el fin de la historia, ilumina el enredo del drama humano. El secreto que en Fátima se da es precisamente la revelación del misterio humano a la luz de Dios. En las imagenes que se suceden en la mirada de Jacinta, Francisco y Lucía, se ofrece la síntesis del drama difícil de la libertad humana. La visión del infierno es memorial de que la historia se abre sobre otros horizontes, más definitivos de lo que inmediato, y que Dios ansía tanto por ese encuentro escatológico en el que la persona es recuperada para el amor en cuanto aprecia su libertad. Así también, la visión de la Iglesia mártir -que, encabezada por el obispo vestido de blanco, atraviesa las ruinas de la gran ciudad, cargando su sufrimiento y su oración, para postrarse, por fin, delante de la Cruzevoca una historia humana axfisiada en las ruinas de sus enfrentamientos y de sus egoísmos, y una Iglesia que carga esas ruinas, cual viacrucis, para entregarse finalmente a Dios en un don total, delante de la Cruz -símbolo del don del propio Dios. Esa Iglesia es semilla de otro hecho de vida lleno de gracia, a la imagen del Corazón Inmaculado de María. El corazón de aquel que se consagra a Dios es inmaculado por su misericordia y, por ella, ungido en misión. El secreto que en Fátima se da es revelación de la confianza de que, por fin, este Corazón Inmaculado lleno de gracia triunfará. El hecho creyente del Corazón Inmaculado se ofrece como oración y como sacrificio. La Señora del Rosario convoca insistentemente a los videntes a la oración, ese lugar de encuentro en el que se enraizará su intimidad con Dios. Los trazos concretos de la oración pedida en Fátima son los del rosario, recordado por la Señora en cada una de las seis apariciones, bajo el signo de la urgencia. En esta pedagogía humilde de la fe orante, el creyente es convocado a acoger los misterios del don mayor del Cristo en su corazón y a dejarse llamar por su amor que redime las heridas de la libertad humana. Que el

¡MEDITA! | PATRIMONIO ESPIRITUAL

rosario siga apuntando como camino para la paz es señal de que el acogimiento del Verbo llena de gracia el corazón humano, cautivo de egoísmo y de la violencia, y pacifica la historia con el coraje de los humildes. La intimidad con Dios transforma la vida en sacrificio por los hermanos, particularmente aquellos sobre quien recae la mirada compasiva de Dios. El don de si, esto es lo que significa el sacrifico. Amado como hijo, el corazón humano se renueva a imagen del Padre y asume toda su pasión por la humanidad. Cara a los dramas del mundo, la libertad centrada en Dios se implica en sus designios de misericordia que abarcan a cada mujer, a cada hombre, en la misión reconciliadora del Hijo de reunir a todos en un solo redil (Jn 10, 16). En la gramática difícil del sacrificio, la vida es asumida con coraje en su verdad y la libertad es pulida para el don de si. Como que en la transparencia de este don de si por los otros, brota la invitación a la consolación del Dios de toda la consolación (2Cor 1,3). En el desconcierto de esta invitación se manifiesta la verdadera amistad con Dios. La mirada de lo íntimo de Dios encuentra su tristeza cara a los vacios del amor de los dramas de la historia y de las libertades humanas, y se deja conmover, para luego desear consolar al propio Dios. En el último encuentro con la Señora del Rosario, en octubre, la esperanza en la promesa del triunfo del Corazón lleno de gracia es sellado con la bendición del Cristo. “Gracia y Misericordia”

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El acontecimiento de Fátima transborda las fronteras de Cova de Iria. La palabra conclusiva de este acontecimiento es ofrecida en Pontevedra y Tui a la vidente Lucía, entre 1925 y 1929. El Corazón Inmaculado de María, que se ofrecerá ya como «refugio y camino que conduce hasta Dios», se da, aún una vez, como regazo materno dispuesto a acoger los dramas de la historia de los hombres y de los hombres de la historia que a el se consagren y para confiarlos al Corazón misericordioso de Dios. El Corazón de la Inmaculada figura la vocación de cada mujer, de cada hombre, desde siempre soñados para la gracia. La consagración a este Corazón lleno de gracia afirma la certeza de que la vocación del hombre es la vida plena en Dios. Para ese horizonte apunta también el amago de la petición de la comunión repradora en los primeros sábados. Esos sabath, días consagrados al encuentro con Dios, son imagen de una vida toda a el consagrada. Al final, todo es «Gracia y Misericordia». El misterio de la comunión trinitaria, luz que traspasa todo el acontecimiento de Fátima, se revela, aún, para recordar que el Corazón compasivo de Dios se hace don. Que el testimonio frágil de tres niños de una aldea remota de la Sierra d’Aire promueva, hasta los confines de la tierra, el encuentro con esa luz del corazón misericordioso de Dios, es apenas señal, confirmado también en Cova de Iria, de que la historia definitiva se construyó con la fuerza de Dios operando en la disponibilidad de los humildes.

XX Aniversario: Santuario de Nuestra Señora de Fátima “Yo les traeré a mi santo monte, y los alegraré en mi casa de oración. Sus holocaustos y sus sacrificios serán gratos sobre mi altar. Porque mi Casa será llamada Casa de oración para todos los pueblos.” (Is 56,7)

l 13 de mayo de 1997, por decreto (Prot. No. 335/97) del X Arzobispo de Monterrey, el Cardenal Dn. Adolfo Antonio Suárez Rivera (qepd), fue elevado a la dignidad de santuario diocesano el templo parroquial de Nuestra Señora de Fátima en San Pedro Garza García, Nuevo León. Mons. José Cruz Camacho Rodríguez, de feliz memoria, párroco de la comunidad en aquel entonces, sacerdote de gran celo apostólico, fue el responsable de recibir las indicaciones correspondientes, conforme a derecho y de acuerdo a las prescripciones litúrgicas vigentes, para disponer todo lo necesario en la recepción de tal distinción. La comunidad, reunida en la solemne celebración eucarística de ese día, elevó a Dios su agradecimiento

por tan significativa encomienda. Durante la concelebración se procedió a dar lectura al documento oficial, el cual, recibido con beneplácito por los ahí presentes, fue el anuncio de una nueva etapa en la vida parroquial. Ahora con la misión de celebrar la liturgia más dignamente; con la convicción de promover la devoción a la santísima Virgen María; para provocar la renovación de la fe que dispone fervientemente a la nueva evangelización y fortaleciendo los lazos de fraternidad entre todos sus miembros. Este año 2017, celebraremos el XX aniversario de la designación ya mencionada, al que se agregarán otros significativos acontecimientos para la comunidad:

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El centenario de las apariciones de la Virgen y la canonización de los beatos Jacinta y Francisco Marto, niños videntes de Nuestra Señora de Fátima. De entre las actividades cotidianas realizadas en nuestro Santuario se encuentran: La misa diaria; el rezo del santo rosario (en tres momentos del día); el sacramento de la reconciliación; misa en latín

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(primer viernes de mes, 11:00 a.m.); Atención a equipos litúrgicos, catequesis infantil y de adultos. Además, en recientes fechas, la atención pastoral a un grupo considerable de fieles provenientes de la comunidad coreana, quienes residen en nuestra ciudad. Mayor información: visita nuestro sitio web www.santuariofatima.org.mx

Canonización de los pastorcitos de Fátima

os hermanos Jacinta y Francisco Marto, los pastorcitos de Fátima que junto con su prima Lucía fueron testigos de las apariciones de la Virgen en Portugal en 1917, serán canonizados el próximo 13 de mayo. Así lo confirmó el Papa Francisco durante el Consistorio Ordinario Público para la Canonización de los Beatos, que tuvo lugar en el Vaticano. El Pontífice canonizará a los hermanos Marto durante el viaje que realizará a Fátima los días 12 y 13 de mayo de 2017 con motivo de la conmemoración del centenario de las apariciones de la Virgen María en Cova de Iría. El pasado 23 de marzo, luego de la reunión entre el Santo Padre y el Prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos, Cardenal Angelo Amato, se aprobó la promulgación del decreto que reconoce el milagro, la curación de un niño brasileño, atribuido a la intercesión del Beato Francisco Marto y de la Beata Jacinta Marto. Jacinta nació el 11 de marzo de 1910 y murió el 20 de febrero de 1920, mientras que su hermano Francisco nació el 11 de junio de 1908 y falleció el 4 de abril de 1919. Ambos fueron beatificados por el Papa San Juan Pablo II en el año 2000. Jacinta, Francisco y Lucía recibieron la visita de la Virgen María en Cova de Iría, en Fátima, entre mayo y octubre de 1917. Jacinta tenía siete años, Francisco nueve y Lucía diez. La Virgen se les apareció en 6 ocasiones. En la tercera de ellas, la que se produjo el 13 de julio, la Virgen les reveló el Secreto de Fátima. Según las crónicas, Lucía se puso pálida y gritó de miedo llamando a la Virgen por su nombre. Hubo un trueno, y la visión terminó. Durante el período de tiempo en que se produjeron las apariciones, los tres niños tuvieron que hacer frente a las incomprensiones de sus familias y vecinos, y a la persecución del gobierno portugués, profundamente anticlerical. Pero aceptaron esas dificultades con fe y valentía: “Si nos matan, no importa. Vamos al

cielo”, decían. Tras las apariciones, los tres pastorcitos siguieron su vida normal, hasta la muerte de Francisco y Jacinta. Francisco mostró un espíritu de amor y reparación para con Dios ofendido, a pesar de su vida tan corta. Su gran preocupación era “consolar a Nuestro Señor”. Pasaba horas pensando en Dios, por lo que siempre fue considerado como un contemplativo. Su precoz vocación de eremita fue reconocida en el decreto de heroicidad de virtudes, según el cual después de las apariciones “se escondía detrás de los árboles para rezar solo; otras veces subía a los lugares más elevados y solitarios y ahí se entregaba a la oración tan intensamente que no oía las voces de los que lo llamaban”. La vida de Jacinta se caracterizó por el Espíritu de sacrificio, el amor al Corazón de María, al Santo Padre y a los pecadores. Llevada por la preocupación de la salvación de los pecadores y del desagravio al Corazón Inmaculado de María, de todo ofrecía un sacrificio a Dios.

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Mamá, ¿te sientes realizada?

ealizarse, dice Aristóteles, es pasar de la potencia al acto, lo que significa que la persona se realiza cuando sus capacidades las han puesto a tope en el quehacer de su propia vocación, ese llamado al que se inclinan sus potencialidades. Todavía hoy, hay madres de familia que como las de ataño, fuertemente instaladas en su femineidad y dedicadas en su hogar a la conservación de la moral y las buenas costumbres, al celoso cuidado y educación de la prole, frecuentemente se preguntan si como madres verdaderamente se realizan en lo que ellas consideran, la sencillez de una vida donada al amoroso cuidado de los suyos. Pensando en la gran profundidad de ese cuestionamiento “realizarse” siguiendo el llamado de una tan importante vocación, hoy me voy a referir a una carta a la que alguna vez hice alusión en otros medios, en donde una madre de familia reflexiona profundamente sobre una pregunta, que con cariñosa ironía, dice ella, le ha hecho alguno de sus hijos: “¿mamá te sientes realizada?”. En ella ha vertido sus sentimientos sobre todo aquello que su condición de madre le ha hecho vivir, sin encontrar respuesta a ese cuestionamiento en el que ella no ha dejado de pensar. Vaya también de reflexión quizá para algunas madres, sobre todo para aquellas que han cursado una carrera universitaria y no están desempeñando su profesión y que pudieran estarse haciendo la misma pregunta. Esta es su reflexión: “Es la melancolía en sí, la tarde del domingo invernal, la casa está silenciosa y muda y yo me entretengo al sacar del cajón los recuerdos, fotografías, cartas, papeles, imágenes de los años que han pasado, elocuentes testigos de mi propia ignorancia”. “Una primera foto ¡qué blanca iba la novia!, ¡qué joven, qué flaco parece el novio! ¡qué insensatos los dos!. Allá van a la peliaguda aventura del matrimonio, sin garantía ninguna, sin previas relaciones prematrimoniales que les aseguren su capacidad de acoplamiento: no han probado nada, no han experimentado nada; se quieren, confía el uno en el otro y basta, el resto queda en las manos de Dios”. “Veo otra fotografía ¡y aunque faltos de experiencia, lo hicimos bien! Nueve meses y 20 días han pasado nada más, entre la primera foto y ésta que ahora tengo en la mano; en brazos de su abuela y madrina duerme satisfecho nuestro primer hijo, le miro con atención. ¿Estará satisfecho de verdad? ¿No empezará a incubar en él el trauma contra unos padres que acaban de atropellar su libertad y le han hecho recibir el Sacramento del Bautismo?”. “Nadie pensó esperar los 13 o 14 años necesarios para que la creatura eligiera libremente su credo.

Bien es verdad que tampoco fue consultado sobre sus gustos en materia de alimentación, y nunca supimos si en lugar del pecho materno que con tanto amor le ofrecí, hubiera preferido la asepsia de los productos envasados, ni oímos su parecer antes de que su padre lo inscribiera orgulloso en el juzgado con su propio nombre. Realmente no cabe más paternalismo”. “Van saliendo más papeles y entre ellos figura una carta de amor, está fechada 10 años después de la fotografía de la boda, el que la escribe es el mismo que figura en aquella. Pregunta por las notas de los chicos, riñe un poco porque de las camisas que llevó ha encontrado en una, la falta de dos botones, pero dice también que me echa de menos, que le gustaría que estuviera con él en tantos sitios bonitos que está conociendo, dice que por la noche, en el hotel, se encuentra solo. Evidentemente, se trata de una carta de amor, un amor remansado, un amor sereno, un verdadero amor”. “¡Esto se complica! Otra fotografía, bastante mala, por cierto, sin color y sin retoque. Dos chicos de pie asoman sus cabezas sobre nosotros dos, en brazos de su padre nuestra hija, un puro rizo, un puro mimo, nadie le discute, de momento, su puesto de honor; en los míos, rubio y gordinflón el último de la serie. Tengo en mi mano la fehaciente prueba de nuestra insensatez. El primer pasaporte con retrato de familia numerosa; digo que es el primero, apenas me atrevo a confesar que tuvimos otros después”. “Y quizá me preguntarán los jóvenes, los precavidos jóvenes de hoy, si entre aquellos papeles no encuentro el del seguro del coche, si no están tampoco las mil

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Quien ha sido esposa y madre, enmarcando sus acciones con un sello de responsabilidad, ha tenido una realización eficaz.

garantías de secadores, lavadoras, TV y tantas y tantas cosas que hoy consideramos indispensables, y tengo que contestar que no, que no las teníamos, que llegaron más tarde, cuando la familia aumentó y cada uno de los aparatos se convirtió en un eficaz aliado del orden y las necesidades de la casa, y puedo decir que pecando una vez más de imprevisión dimos prioridad a los hijos y dejamos para más tarde la lenta pero ilusionada adquisición de estas valiosas ayudas”. “El tiempo pasó y nuestros hijos fueron creciendo en la ruidosa paz, en el grato desorden, en la desorganizada organización que implica una familia numerosa. Pocas veces tuvieron algo que fuera enteramente y solo de su propiedad; ni el cuarto, siempre compartido entre un dormilón de primera hora y el recalcitrante proyecto de un noctámbulo empedernido; ni el baño, donde el maniático del orden soporta un compañero que vive, como si todo, incluso el cepillo de dientes fuera un objeto a compartir. ¡Pero qué ajenos se criaron al egoísmo, discolerías, aburguesamientos, en una palabra!”. “Y en esta tarde tranquila de domingo yo siento la paz de la tarea que se va cumpliendo y me pregunto a mí misma muy en serio algo que ellos, los hijos, me preguntan a veces con cariñosa ironía: “¿Mamá, te sientes realizada?”. “Ciertamente, muchas veces he tenido que practicar los primeros auxilios en pequeños y no tan pequeños accidentes, pero no soy una enfermera. Mil veces he repetido que la M con la A suena Ma y que diciéndola dos veces seguidas se aprende a leer mamá, pero no soy maestra. He explicado con infinito cariño y en distinta versión para los hijos y las hijas, el misterio apasionante del inicio de la vida, pero no soy experta en cuestiones sexuales. He intentado consolar muchas penas infantiles, he tratado de comprender y encauzar muchas rebeldías de adolescencia, pero no soy una psicóloga”. “He llorado con los míos cuando el dolor llama a nuestra puerta, y he procurado que todos lleguen a entender que Dios es padre y sabe más, pero no soy teóloga. No aparece en mis tarjetas de identificación

más profesión que la que modestamente se señala como ama de casa, nunca prediqué la liberación del sexo, y nunca me creí dueña de la pequeña vida que crecía dentro de mí”. “Y a la vista de todo esto, y en espera de la definitiva respuesta que he de oír al final de mi vida, ¿habrá alguien sabio que fuera capaz de aclararme si esta pobre ignorante se realizó?”. (Mercedes Gortázar de Olábarri). ¿Qué le diríamos a la autora de este bellísimo trozo de vida? El mundo existe gracias al funcionamiento humano y solo quien recibe amor es capaz de transmitirlo. La experiencia de la maternidad empieza cuando se toma la decisión de tener un hijo. Cuando se es madre, la vida queda atrapada en vuelcos diferentes. Después ya nada es igual. Se cuida el presente para preservar el futuro. Se ensancha el mundo del amor, la generosidad habita en permanencia constante, se vive en la casa del mañana; cuando mi hijo crezca, cuando sea adolescente, cuando sea joven, cuando seamos amigos, cuando pida mi opinión, cuando se vaya de casa... la ilusión que ilumina el futuro hace que el mundo se vuelva habitable, noble y prometedor, aunque el temor también sea una constante. La realización de la mujer como esposa y madre está precisamente en estar en postura de siempre a más, en el servicio en el que su vocación le ha colocado. Difícilmente una mujer se podrá sentir insatisfecha si se siente feliz en su tarea porque en ello va su propia existencia. A una mujer capaz de estarse realizando en el compromiso de ser esposa y madre con el sello de responsabilidad con que ha enmarcado todas sus acciones, podríamos decirle que su realización ha sido realmente eficaz, y esta eficacia se ha dado definitivamente por el amor expresado en sus actitudes como esposa y madre.

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La voz del Pastor en la Semana Santa 2017 FRAGMENTOS DE LA PREDICACIÓN DE MONS. ROGELIO CABRERA LÓPEZ, ARZOBISPO DE MONTERREY

“En la Cruz están las respuestas las respuestas de la vida” - Domingo de Ramos “¿Por qué estoy enfermo?, ¿por qué no me va bien en el trabajo? ¿Por qué mi familia no está unida?, ¿por qué mi marido me ha dejado?, ¿por qué mi mujer me ha abandonado?, ¿por qué mis hijos no son como quiero que sean?, ¿por qué tengo tantos problemas?, ¿no será que Dios me abandono?”, son preguntas que solo podemos encontrar respuesta en el misterio de la Cruz, señaló Mons. Rogelio Cabrera, Arzobispo de Monterrey. “La pregunta que se hace Jesús en la cruz: “¿Dios mío Dios mío porque me has abandonado?”, Jesús la hace como una oración de su pueblo, que toma las palabras de toda la humanidad que le pregunta a Dios sobre su suerte. “En la cruz de Cristo esta la pregunta, pero también está la respuesta, Dios respondió a la pregunta en la Cruz de Cristo, no hay amor más grande que el que da la vida por sus amigos y ustedes son mis amigos”, añadió el Arzobispo. Renueva presbiterio promesas sacerdotales Miércoles Santo: Misa Crismal Los sacerdotes de la Arquidiócesis de Monterrey renovaron las promesas sacerdotales ante el Arzobispo de Monterrey y sus Obispos Auxiliares en la Misa Crismal en la Basílica de Guadalupe. Previo a la celebración eucarística, los integrantes del presbiterio tuvieron durante la mañana un retiro espiritual, en la Parroquia de San Felipe de Jesús, desde la cual posteriormente peregrinaron a la Basílica de Guadalupe para la celebración de la Santa Misa. Durante la homilía, Mons. Rogelio invitó a los sacerdotes a seguir siempre la Palabra de Dios como su guía y modelo de vida sacerdotal. “Estimados sacerdotes aquí tenemos el modelo para nuestro sacerdocio, como se ejerce siempre bajo el mandato de la Palabra de Dios, durante estos domingos les he pedido leer el prólogo del Evangelio de San Juan para recordar siempre que la Palabra de Dios es creadora, es vida y luz, que la Palabra de Dios es liberadora”. “Tenemos la misión de servir a los jóvenes” Jueves Santo El Arzobispo de Monterrey presidió la Misa de la Cena del Señor en la Catedral Metropolitana de Monterrey. Durante su mensaje a los fieles, Mons. Rogelio dijo que la Iglesia cuida no solamente los ritos, las rúbricas, sino cuida siempre el sentido espiritual de la Eucaristía. “La Eucaristía es la Pascua del Señor, es memorial de lo que Dios hace y ha hecho por su pueblo y por eso nos pide una actitud, coman de prisa, porque es el paso del Señor”. Este año, el Arzobispo de Monterrey lavó los pies a jóvenes de la Pastoral Juvenil y durante la homilía señaló al respecto: “Hoy lavaremos los pies

a estos jóvenes muchachas y muchachos escogidos de diversos puntos de la Metrópoli, queremos en ellos significar el deber que tiene la sociedad, que tiene la Iglesia, de servir a los jóvenes, tenemos esta misión muy importante darle el lugar que le corresponde en nuestra ciudad, en los proyectos ciudadanos y en la Iglesia”. “Hombre y rey, pequeño y grande, mortal e inmortal” - Viernes Santo El Arzobispo de Monterrey Mons. Rogelio Cabrera López presidió la celebración de la Pasión del Señor, en torno a la liturgia centrada en la cruz de Cristo. Durante la homilía Mons. Rogelio señaló: “Hoy no hay alfombras, no hay manteles en el altar; a un servidor me piden celebrar sin mitra, sin solideo, sin báculo y sin anillo episcopal; cuando me acerque a la cruz, los sacerdotes y yo nos quitaremos los zapatos para adorar a Cristo crucificado, porque en este misterio de la cruz aparece lo más limitado de nosotros, y a la luz de Cristo aparece lo más grande de nosotros”. Además, el Arzobispo señalo que la Pasión del Señor proclamada este Viernes Santo manifiesta un contraste que nos alcanza: “Rey de los judíos, Hombre y rey, pequeño y grande, mortal e inmortal. Esa es la historia de ustedes y mía, somos mortales; pero también tenemos un destino de inmortalidad, sufrimos, pero también somos reyes”. “Que la victoria de Cristo sea también nuestra victoria” - Sábado Santo : Vigilia Pascual Mons. Rogelio presidió la celebración más importante de la vida cristiana en la Catedral Metropolitana de Monterrey. “Todo nos habla de una Victoria, como aquella tan desigual como cuando David venció a Goliat, cuando aquel que parece perdedor termina siendo el vencedor, todo nos habla de una victoria”, apuntó durante la homilía. El Arzobispo explicó el sentido de los signos utilizados en la Vigilia Pascual que comunican el triunfo de nuestro Señor: “Primero la victoria de la luz sobre las tinieblas, dice San Juan en el prólogo: la luz brilla en las tinieblas y las tinieblas no la vencieron, por ello esta noche cuando parece que la tiniebla vence, una pequeña luz, la luz del cirio pascual anuncia una victoria”. Finalmente añadió: “Agradezcamos al Señor este hecho el fundante de nuestra esperanza, la vida nuestra no termina con la muerte, el Señor nos llama a la eternidad y por eso hoy la Iglesia canta aleluya, aleluya, que la Victoria de Cristo sea también nuestra victoria y ustedes lo saben bien, lo único que vence al mundo es la fe, la fe en Jesucristo”.

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¡VIVE! | MUSEO ARQUIDIOCESANO DE ARTE SACRO

Desde nuestro Museo I. El Sr. Arzobispo, Mons. Rogelio Cabrera, ha dispuesto que el equipo del Museo busque en las diversas comunidades parroquiales piezas que pasen a formar parte de la exposición permanente. Las piezas no dejarán de pertenecer a las diversas comunidades parroquiales, sino que tan solo estarán depositadas en el Museo mientras ello se crea conveniente. II. Así antes de Semana Santa fueron trasladadas al Museo dos piezas del patrimonio de la Parroquia de la Merced en San Juan, Cadereyta. Se trata de un lienzo de la Virgen María representada como pastora, probablemente se trate de una pieza del finales del siglo XVIII que pronto va a ser restaurada para su exhibición y además un órgano americano “Chicago Cottage”, que también pasará pronto a ser restaurado; al parecer y con

los datos disponibles en internet, dicho órgano sería de finales del siglo XIX o anterior al año 1907. Ciertamente la investigación de ambas piezas apenas comienza, pero lo que sabemos hasta el día de hoy evidencia un par de piezas muy importantes de nuestro patrimonio arquidiocesano que ya están el Museo con la anuencia del párroco y del consejo de pastoral de dicha comunidad parroquial. III. Concluimos el Domingo de Ramos la exposición temporal de las urnas eucarísticas “Jueves Santo: una vez al año”. Fue una exposición breve, sólo de cinco semanas, que duró prácticamente el tiempo de cuaresma. Concluyó con casi 3000 visitantes incluyendo al Sr. Arzobispo Mons. Rogelio Cabrera, quien la visitó el sábado 1 de abril junto con el Padre Francisco Gómez, Vicario General, y otros sacerdotes.

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¡VIVE! | NOTICIAS

Breves informativas

MISA EXEQUIAL DE LA MAESTRA CECI Amigos y familiares de la Maestra Ceci, su familia la Iglesia representada en la Comunidad Parroquial de la Natividad del Señor en Santa Catarina, despidieron a la Maestra Ceci con la celebración de la Santa Misa de exequias. La Eucaristía fue presidida por el Arzobispo de Monterrey Mons. Rogelio Cabrera, concelebrada por Mons. Armando Pérez, Mons. Ramón Calderón y 12 sacerdotes. Durante la homilía Mons. Rogelio señaló: “El Señor Jesús nos ha convocado esta mañana a una experiencia de fe y el Señor nos quiere ayudar con su Palabra y con su presencia real en la Eucaristía a comprender nuestra historia, la historia de cada uno, la historia de Ceci”. El Arzobispo dijo que solo con la fe se puede comprender estos acontecimientos: “Siempre le preguntamos a Dios ¿Por qué? Y tenemos derecho a preguntarle, hay preguntas orantes, como la Virgen María también pregunta y como será esto, siempre hay preguntas que no podemos responder si no es mirando a Jesús, solo ante la cruz de Cristo se pueden entran en los misterios de Dios”.

RETIRO DE LA ESCUELA BÍBLICA La Escuela Bíblica Arquidiocesana de Monterrey vivió su retiro de preparación para la Pascua en el cual participaron más de 2,200 fieles, superando el número de asistencia del retiro anterior. Mons. Rogelio Cabrera expresó su gratitud y entusiasmo hacia los maestros y alumnos de la Escuela Biblia Arquidiocesana de Monterrey, que dejaron sus actividades de lado y le dedicaron un domingo completo al Señor. “Cristo ha venido para salvar, para declarar inocente a la humanidad y lo hace de una manera muy sencilla. Hasta donde llega su amor que dice; perdónalos porque no saben lo que hacen”, apuntó el Arzobispo. De igual manera Mons. Heriberto Cavazos expresó su alegría y aprovecho para agradecer a los fieles durante la homilía de la Santa Misa que presidió: “Siento un gusto muy grande y muy profundo al verlos aquí reunidos a maestros y alumnos de la Palabra de Dios. Traté de imaginarme todas las situaciones y circunstancias que ustedes hacen para ser maestros y para ser alumnos de la biblia y discípulos del Señor”.

NACE RED CLAMOR .- Presididos en la caridad y en la esperanza por el obispo de Yucatán Mons. Gustavo Rodríguez Vega, responsable de la Comisión de Justicia y Solidaridad de CELAM nace RED CLAMOR inspirado en el texto bíblico del libro del Éxodo (3, 7-8).Teniendo como objetivo principal articular el trabajo pastoral que realizan diversas organizaciones de la Iglesia Católica en América Latina y el Caribe para acoger, proteger, promover e integrar los migrantes, refugiados, desplazados y víctimas de tráfico y trata de personas. “El principal reto de CLAMOR estará en ser una Iglesia Samaritana que, movida por la misericordia de Dios Padre manifestada en Jesucristo, sale al encuentro de estos nuestros”. Red Clamor quiere ser un “hospital de campaña” donde los hermanos migrantes, desplazados, refugiados y víctimas de trata encuentren, en palabras del Papa Francisco, acogida y bienvenida, protección y curación de sus heridas, reconocimiento de su dignidad y promoción, e integración e inserción en las comunidades y países a los que llegan.

50 ANIVERSARIO DE POPULORUM PROGRESSIO En la Pascua de 1967 el beato Pablo VI entrego al mundo una importante encíclica Populorum Progressio (El desarrollo de los pueblos), por tal motivo se realiza en Roma un Congreso Internacional para celebrar los 50 años de este importante documento. Por parte de nuestro país participan el Cardenal Emérito de Morelia Alberto Suárez Inda quien es miembro del Pontificio Consejo para el desarrollo integral de los pueblos y el Arzobispo de Yucatán Mons. Gustavo Rodríguez Vega quien es presidente del Departamento de Justicia y Solidaridad del CELAM. El Papa Francisco dio la cordial bienvenida a los participantes en el Congreso Internacional y alentando a seguir las huellas de Pablo VI, el Papa Francisco señaló: “El deber de solidaridad nos obliga a buscar modalidades justas en el compartir, para que no haya esa dramática desigualdad entre quienes tienen demasiado y los que no tienen nada, entre el que descarta y el que es descartado. Solo el camino de la integración entre los pueblos consiente a la humanidad un futuro de paz y de esperanza”.