MAYO

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MAYO 2010

AÑO: 3 No. 27

CONOCE >

¿QUÉ ES LA PASTORAL?

/P4

Costo de edición $7.00

LA VOZ DE LA IGLESIA EN MONTERREY

COMPROMÉTETE >

VIVE >

LA FE SE FORTALECE DÁNDOLA / P 11

“OS DARÉ PASTORES SEGÚN MI CORAZÓN”

/ P 16

...pág 2


CONOCE

Pastoral Siglo XXI > p. 2

CONOCE > EDITORIAL

la dimensión misionera de la vida. Urge ayudarle a otros que descubran el verdadero sentido de su vida, ya que muchas personas van cargando, odios, resentimientos, frustraciones y depresiones que incluso cansan y enferman al ser humano. Esto no es justo, porque Cristo hizo lo que hizo para que tuviéramos vida y la tuviéramos en abundancia.

oy día es necesario que se retome la importancia que tiene la Parroquia como principal centro que comunica la vida a todas las personas. Y cada una de ellas también tendría que descubrir a la Parroquia así, para que la sepa aprovechar con todo el universo de acciones y propuestas que ahí podemos obtener. El apartado 7.1.2. del documento de Aparecida, nos va tratando el punto de que la verdadera misión es la que comunica vida a los demás, dice: "la vida se acrecienta dándola a los demás y se debilita en el aislamiento y la comodidad". Esto es algo muy importante y es necesario que lo entendamos bien, ya que el Espíritu Santo que Dios nos ha dado se goza cuando yo doy mi vida por los demás, porque Él experimenta en nosotros esos dones que Él mismo posee. Cuando damos nuestra vida por los demás, Él se goza, puesto que entonces se manifiesta con todo su poder. Cuando hacemos lo contrario, es decir nos aislamos y vivimos encerrados en nuestras comodidades, Él deja de experimentar sus frutos y por eso en realidad, no hay un verdadero gozo en el Señor. Es, cuando nos entregamos a los demás, cuando experimentamos los más hondos sentimientos de felicidad y entrega. Y es aquí donde la Parroquia debe estar conciente que ella existe para proporcionarle a todas las personas espacios donde puedan compartir y compartirse todos por igual. Esta es su misión.

Este apartado también nos dice que "el proyecto de Jesús es instaurar el Reino de su Padre, por eso pide a sus discípulos: ¡Proclamen que está llegando el Reino de los cielos! (Mt. 10, 17). Se trata del Reino de la vida". Este Reino sigue vigente el día de hoy y esta misión sigue vigente el día de hoy. Por ello es muy importante que la Parroquia continúe instaurando este Reino en cada una de nuestras comunidades parroquiales. Hoy más que nunca se hace imperiosamente necesario hacer sentir la vida a todos. La vida tiene un sentido, y esta vida plena se descubre en el Reino de Dios que ya empieza a disfrutarse aquí en la tierra. Si la persona se siente partícipe del Reino de Dios, automáticamente, me atrevo a decir, descubre el verdadero sentido de la vida, que consiste en experimentar la presencia de Dios en su interior y quien dirige su misma vida. Por eso, este apartado dice más adelante que la oferta de Jesús es ofrecernos una vida plena a todos. ¿Porqué o para qué Cristo vino al mundo e hizo tanto, incluso aceptar la muerte más humillante? ¿Tendría esto un sentido? ¡Claro que lo tuvo! Dios nuestro Señor, nos enseña que así, dando la vida por los demás, es donde el ser humano se encuentra; incluso llega a lo más profundo de su corazón, donde experimentará de los más grandes sentimientos que puede experimentar en la vida. Necesitamos desarrollar más

Por eso el apartado continúa diciendo que "la fuerza de este anuncio de vida será fecunda si lo hacemos con el estilo adecuado, con las actitudes del Maestro, teniendo siempre a la Eucaristía como fuente y cumbre de toda la actividad misionera. Invocamos al Espíritu Santo para poder dar un testimonio de proximidad que entraña cercanía afectuosa, escucha, humildad, solidaridad, compasión, diálogo, reconciliación, compromiso con la justicia social y capacidad de compartir, como Jesús lo hizo". Es necesario que la Parroquia sea un centro que irradie todas estas actitudes, que le ayude a las personas a ser como Jesús. Planes, proyectos, acciones y actividades, que debe organizar y calendarizar para que cada una de las personas que viven a su alrededor, vean y sientan que ahí está la felicidad. Hoy todos somos discípulos y misioneros que navegamos mar adentro para ir a misionar en todas las comunidades, y poder ofrecer espacios sonde cada una de ellas, pueda vivir, pueda respirar en paz, pueda vivir con alegría y gozo y no agobiados por los errores de nuestra vida. Esta vida puede convertirse en armonía y salud, y la Parroquia, con todos sus agentes, debe estar preparada para ofrecer a todos sus feligreses dichos espacios donde unan su vida a la de Jesús, nuestro Mesías y Señor.

Pbro. Lic. Walter F. Gómez Olvera Director Editorial y Vicario de Pastoral


CONOCE

CONOCE > LA VOZ DEL PASTOR

Pastoral Siglo XXI > p. 3

CONTENIDO CONOCE EDITORIAL / p. 2 LA VOZ DEL PASTOR / p. 3 ¿QUÉ ES LA PASTORAL? / p. 4 DICCIONARIO DE CLÉRIGOS Y MISIONEROS NORESTENSES / p. 5 GRABADOS PASCULAES EN CATEDRAL / p. 6

MEDITA ¿OTRA VEZ PASCUA? / p. 7 MARÍA Y LA ORACIÓN / p. 8 LA ALIANZA / p. 9 TENER RAZÓN / p. 10 LA FE SE FORTALECE DANDOLA / p. 11

COMPROMÉTETE TESTIGOS EN COMUNIDAD Y PARA LA COMUNIDAD / p. 12 ¿DÓNDE ESTÁN LOS VALORES? / p. 13 LA IGLESIA EXISTE PARA LOS CANSADOS Y OPRIMIDOS / p. 14

VIVE AGRADECIMIENTO A FUNDACIÓN CÍVICA CULTURAL VILLACERO / p. 15 “OS DARÉ PASTORES SEGÚN MI CORAZÓN”. / p. 16

DIRECTORIO Director General Emmo. Sr. Francisco Robles Ortega Arzobispo de Monterrey Sub - Director Pbro. Juan José Martínez Segovia Director Editorial Pbro. Walter Fernando Gómez Olvera Coordinación Lic. Juan Pablo Vázquez Rodríguez Consejo Editorial Lic. Yolanda Ruiz Mtz. Lic. Jorge Rodríguez Tueme Pbro. Juan José Martínez Segovia Pbro. Walter F. Gómez Olvera Pbro. Javier Hernández Raygoza Pbro. Leopoldo García Mtz. Colaboradores Secretariados, Departamentos y Comisiones de la Arquidiócesis. Representantes Parroquiales. Redacción y Revisión Departamento de Comunicación Diseño Lic. Miguel Angel Durán Rodríguez Impreso Imprenta Arquidiocesana de Monterrey Distribución Mensajería y Paquetería Galgo S.A. de C.V. Contabilidad Jasso Silva y Asociados S.C. Directorio Periódico Mensual Mayo del 2010. Editor responsable: Pbro. Walter Fdo. Gómez Olvera. No. de certificado de Reserva otorgado por el Instituto Nacional de Derecho de Autor: 04-2007072412073100-01. No. de Certificado de lícitud de Título: 13903. No. de Certificado de licitud de Contenido: 11476. Domicilio de la Publicación: Calle Zuazua 1100 Sur, Barrio Antiguo, C.P. 64000, Monterrey N.L. Imprenta: Impresos Eclesiásticos, Dpto. de la Arquidiócesis de Monterrey, Calle Mitla 511 Col. Regina, C.P. 64290, Monterrey, N.L. Distribuidor: Mensajeria y Paquetería Galgo, Calle 16 de Septiembre 413 Ote. Col. Independencia C.P. 64720 Monterrey N.L.

Está próxima la celebración de Pentecostés, fiesta con la que concluimos el tiempo litúrgico de pascua. En el capítulo 2 del libro de los Hechos de los Apóstoles, se nos narra detalladamente la venida del Espíritu Santo como un acontecimiento sensible: "sopló un viento huracanado y el Espíritu Santo, en forma de lenguas de fuego, descendió y se posó sobre las cabezas de cada uno de los apóstoles que estaban reunidos en el cenáculo". Este acontecimiento, con el cual celebramos el inicio de la misión apostólica de la Iglesia, llevó a los apóstoles a dar testimonio de Jesús, muerto y resucitado. Y después de este anuncio, se nos hace ver que los hombres, venidos de todas partes, aunque hablaban distintos idiomas, escuchaban el mismo mensaje en su propia lengua; esto es el efecto de unidad que produce el Espíritu en la diversidad de lenguas y naciones. Asimismo, en esta fiesta, meditaremos el evangelio de san Juan, quien nos hace ver el don más grande que Cristo nos mereció con su muerte y con su resurrección: el don de su Espíritu. Antes de que Cristo nos redimiera, no podía participarnos su Espíritu, pero después de morir y de resucitar, nos hace partícipes. Por eso, la solemnidad de Pentecostés, la celebramos como coronación de la fiesta grande de la Resurrección de Cristo. Durante cincuenta días hemos celebrado el triunfo de nuestro Señor Jesucristo sobre la muerte, y esta fiesta se corona con la participación que Cristo hace de su mismo Espíritu. Es importante reflexionar qué significa para nosotros, hoy en día, el que Cristo nos haya merecido y comunicado su Espíritu; qué misión cumple el Espíritu de Dios en nuestra Iglesia y en el mundo. Si no fuera por Dios Espíritu Santo, Dios sería para nosotros un ser lejano, inaccesible e indiferente. Él nos hace experimentar el amor y la cercanía de Dios que es Padre, es amor, misericordia y bondad infinita. Si el Espíritu Santo no actuara, Jesús sería para nosotros el recuerdo de un personaje que vivió y murió hace dos mil años. En cambio, el Espíritu Santo nos hace reconocer a Jesucristo como nuestro único Dios y Señor, como nuestro único Salvador. El Espíritu Santo nos hace experimentar hasta qué grado nos amó Jesús: hasta el grado de dar la vida por nosotros. Si no fuera por el Espíritu Santo, el Evangelio sería para nosotros letra muerta, una palabra como tantas que existen en el mundo. En cambio, Él da al Evangelio toda su actualidad y eficacia en el presente, de tal manera que, quien escucha y medita el Evangelio hoy en día, descubre en él

palabras de vida eterna. Es el Espíritu Santo el que hace que el Evangelio sea actual y eficaz para nuestra salvación. Si no contáramos con su presencia, los ritos sagrados, los sacramentos, serían meras formalidades, serían signos fuera de tiempo que no tendrían valor o significado alguno. En cambio, Dios Espíritu Santo hace que todos y cada uno de los signos sacramentales que celebramos, sean signos eficaces que nos comunican la misma vida de Dios. Es el Espíritu Santo, el que en el Bautismo hace que nosotros tengamos la vida nueva de Dios, que pasemos a en verdad sus hijos. Es el Espíritu Santo, el que en la Confirmación nos hace testigos, apóstoles de Jesucristo que difunden y defienden la fe. Es el Espíritu Santo, el que en la Eucaristía hace que el pan se convierta en el Cuerpo y el vino en su Sangre para que lo comamos y bebamos, y tengamos su misma vida. Es el Espíritu Santo, el que hace que el perdón, que nos otorga el sacerdote en la confesión, sea el perdón eficaz, verdadero, el mismo perdón de Dios. En fin, si no fuera por el Espíritu Santo, la Iglesia, que formamos todos los bautizados, sería una mera organización humana, una más de las muchas que hay en el mundo. Pero, gracias al Espíritu Santo, la Iglesia es misterio de comunión con Dios, nuestro Padre, por Cristo. Es comunión de hermanos entre sí: así hablemos distintas lenguas, estemos dispersos por toda la tierra, el Espíritu Santo hace que seamos de verdad hermanos, porque esa comunión nos viene de parte de Dios, que es el único Padre, es el Padre de todos. El Espíritu Santo es maestro, nos instruye permanentemente en las cosas de Dios; es memoria, nos recuerda permanentemente todo lo que Dios ha hecho por nosotros. Les invito a celebrar y agradecer este Don maravilloso de participar del mismo y único Espíritu de Dios. Pidámosle que mueva nuestro corazón, y el de nuestro prójimo, para poder superar tantas manifestaciones de división que se viven en el mundo de hoy. Todos necesitamos de este maravilloso Don que C r i sto n o s as e g u ra y n o s pa r t i c i pa permanentemente. Abramos nuestro corazón, recibamos "la fuerza de lo alto", y sintámonos enviados por Cristo para que, movidos por su Espíritu, seamos en nuestra vida diaria, auténticos testigos del amor de Dios.

Les envío de corazón mi bendición

+ J. Francisco Cardenal Robles Ortega Arzobispo de Monterrey


CONOCE CONOCE > PASTORALES

Pastoral Siglo XXI > p. 4

esús es el Buen Pastor. Él es el Pastor, porque se ocupa de guiar, alimentar y cuidar de su rebaño, con cariño y dedicación. Pero no es cualquier pastor; Él es el Buen Pastor. Por eso se sacrifica por sus ovejas y llega a morir por ellas. Nosotros somos las ovejas de Jesús; somos su grey. El rebaño de Jesús es muy grande. ¿Cómo puede Jesús cuidar personalmente, de cada oveja de ese rebaño tan grande, si Él no está más físicamente entre nosotros? Fue exacta-mente para eso que Jesús dejó en su Iglesia al Papa, los obispos y sus sacerdotes para trabajar personalmente con su pueblo. Ahora bien, la siguiente pregunta que podemos hacernos es: ¿Cómo hizo Jesús su tarea de pastor? La práctica de Jesús, a partir de su primera manifestación en Galilea has-ta su crucifixión en Jerusalén, comporta tres acciones fundamentales: Jesús Profeta (enseña) FE Jesús Sacerdote (santifica) ESPERANZA Jesús Rey (sirve) CARIDAD Si la Iglesia es continuadora de la misión de Jesús, por lo tanto tiene que imitarlo en su acción de pastor, tiene que seguir haciendo esta tarea que le ha encomendado. Por ello llamamos pastoral a la acción de la Iglesia para continuar la misión de Cristo de llevar la Buena nueva a todos los hombres y mujeres de todos los tiempos y en todos los lugares. Con esta acción pastoral, la Iglesia prolonga el cuidado que tuvo Jesús con la gente de su tiempo, actualiza hoy su misión y colabora en anunciar y construir el Reino. Para cumplir con estas tres acciones fundamentales de la acción de Jesús, la Iglesia tiene tres pastorales fundamentales: = Pastoral Catequética = Enseñar (Conocer la fe). = Pastoral Litúrgica = Celebrar (Celebrar la fe). = Pastoral Social = Servir (Vivir la fe) Pastoral Catequética: Es la acción de la Iglesia que tiene como fin proclamar la fe en Cristo Jesús como único Salvador y consiste en la educación ordenada, sistemática y progresiva de la fe. Pastoral Litúrgica: Es la acción de la Iglesia que tiene como fin animar y promover la vida litúrgica que es el ejerci-cio del sacerdocio de Jesucristo y por medio de la cual se realiza la santificación del hombre y se ejerce el culto público íntegro a Dios. Pastoral Social: Es la acción de la Iglesia que tiene como fin vivir la fe a través de las obras. Busca llevar a acciones

concretas de caridad, asistencia, promoción humana y organización o transformación social que son señales inequívocas de conversión cristiana en todas las estructuras en las que el hombre y la mujer se desarrollan. Por lo tanto, la fe se reflexiona, se vive y se celebra. Todos los bautizados participamos del sacerdocio común. Exactamente es ahí donde entra nuestro trabajo. Los Sacerdotes, los Obispos y el Papa representan una porción muy pequeña dentro de la gran familia de los hijos de Dios, que es la Iglesia. Los laicos también tienen su propio campo de acción, que comparten todos los discípulos de Cristo: La misión de evangelizar con sus carismas y ministerios. En la Pastoral de Conjunto Orgánica, cada pastoral está atenta al trabajo y a los objetivos de las demás pastorales, trabaja en sintonía con ellas, les da su ayuda y sabe aprovechar las oportunidades que le ofrecen para su campo específico de acción pastoral. Hay una verdadera sinergia de fuerzas, recursos y agentes, dando como resultado que ninguna pastoral se sienta rival de las demás pues todos anuncian a Jesucristo.

Criterios para Organizar la Pastoral Dpto. de Pastoral Familiar


CONOCE CONOCE > HISTORIA

Introducción Ante las frecuentes consultas que he recibido en relación a los sacerdotes y religiosos que han pasado por la Diócesis de Monterrey, y ante la falta de un directorio histórico del clero, me he propuesto rescatar, hasta donde me es posible, la mayor cantidad de nombres y de datos biográficos para un diccionario especializado que deseo publicar este mismo año. Encontrándonos en el año sacerdotal, quiero hacer un homenaje a quienes, de una forma u otra, dejaron sus huellas y muchos su sacrificio y sus propias vidas en estas tierras norestenses. El único criterio cronológico que he usado, ha sido el de recuperar los nombres de aquellos que incursionaron en el Noreste Novohispano y Mexicano, desde el siglo XVI hasta los nacidos en 1929; fecha simbólica, pues ella ha marcado un parte aguas en la historia de la Iglesia en México. De ninguna manera pretendo ser exhaustivo, pero sí rescatar del olvido a una gran mayoría de ellos. En este periódico diocesano presento, a manera de muestra gratis un ABC de este diccionario, ya que la publicación del mismo, como ya la mencioné, está en preparación. Atentamente, Pbro. Lic. José Antonio Portillo Valadez.

A

Abad de Uría, Martín, Lic. Hijo de Blas y de Arauna Olabezar. Natural de la Villa de Elorrio, Vizcaya, España. La Parroquia de Monterrey fue desmembrada de la de Santiago de Saltillo por el Obispo Fray Francisco Rivera y Pareja y erigida en 1626. El presbítero Abad fue el primer Cura Beneficiado de la Parroquia; además de Vicario Juez Eclesiástico y Comisario

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del Santo Oficio en el Nuevo Reino de León. Murió en 1645. Ábrego, Agustín de. Franciscano. De la Provincia de Zacatecas residente en el convento de San Andrés de Monterrey en 1631. Abundis, Vicente F. Párroco de la Parroquia de Santiago de Saltillo, Coah. de 1904 a 1907, de la Diócesis de Saltillo. Acevedo Ovalle, Cebrián o Ciprián de. Con motivo de la refundación de la Ciudad Metropolitana de Nuestra Señora de Monterrey, por Diego de Montemayor, el padre Cebrián, venido de la capital del Virreinato y con residencia desde 1598 en la Hacienda Los Lermas, hoy Guadalupe, N.L., participó activamente para que Monterrey tuviese un convento de franciscanos, lo cual se logró en 1603, fecha en que él se retiró de la ciudad. Acevedo, Damián. Franciscano de la Provincia de Zacatecas. Fue Guardián del convento de San Andrés de Monterrey en 1622. Acevedo, Gabriel, SJ. Fue profesor en el Colegio de San Juan Nepomuceno de Saltillo, Coah. Murió en el colegio el 2 de Agosto de 1912. Aceves, José de. Teniente de Cura y Cura Interino de la Parroquia de Monterrey o del Nuevo Reino de León entre 1645 y 1649 (aprox.) Aciaga, Luciano, SJ. Español. Se desempeñó como profesor de lógica y psicología en el Colegio San Juan Nepomuceno de Saltillo, Coah. entre 1890 y 1902. Acosta, Agustín de, Lic. Teniente de Cura en el Real y Minas de San Gregorio de Mazapil, Zac. en 1746. Cura en Encomienda, Vicario y Juez Eclesiástico en la Parroquia de Monterrey de 1748 a 1751. Cura, Vicario y Juez Eclesiástico de la Parroquia de Santiago Apóstol de Saltillo, Coah. desde 1750 a 1780. Falleció el 29 de agosto de 1780. Acosta, Buenaventura. Vicario Cooperador en la Parroquia de Monclova, Coah. de la Diócesis de Saltillo en 1943. Adame, Bartolomé. Franciscano de la Provincia de Jalisco. Fundador de la Misión del Dulce Nombre de Jesús de Peyotes, hoy Villa Unión, Coah. junto con fray Manuel Borrego a finales de 1698, a solicitud de los indios Chantaf. El nombre de la misión se debió a la imagen de un santo "Niño Dios" que poseía este misionero. Continuará… Segunda Parte sobre la letra B

Pbro. Lic. José Antonio Portillo Valadez Párroco en la Purísima Concepción de María


CONOCE CONOCE > ARTE SACRO

Pastoral Siglo XXI > p. 6

a Biblioteca de la Catedral Metropolitana cuenta con un grande número de volúmenes que poseen grabados. La antigüedad de estas imágenes impresas es muy variada así como los temas representados. Aquí se reproducen tres grabados con temas pascuales. El más antiguo pertenece a una Biblia de 1742 realizada en Venecia. (Biblia Sacra Vulgatae Editionis, Ed. Nicolaum Pezzana, Venecia, 1742). En este grabado vemos la representación de las tres mujeres que van a visitar la tumba del Señor a primera hora de la mañana del domingo llevando consigo perfumes (Mc 16, 1 ss), a la entrada de la tumba se aprecia el ángel sentado sobre la tumba abierta quien les anunciará la resurrección del Señor (Mt 28, 1 ss). Nótese el marco barroco del grabado: la escena principal está rodeada de flores y frutos, un ángel y un ave a cada lado además de un par de pequeños rostros decorativos. El segundo grabado es de un Misal Romano editado en Bélgica en el año de 1860 y representa a los cristianos de la Iglesia primitiva celebrando la vigilia pascual. (Missale Romanum, Ed. H. Dessain, P. J. Hanicq, Bélgica, c. 1860). La presencia de lámparas de aceite indica que están reunidos de noche en lo que probablemente sea una casa, a la izquierda está el obispo sentado en una cátedra ungiendo a aquellos que son llevados ante él, nótese que no tiene ninguna vestidura que lo distinga pero en el antebrazo de la silla está la crismera. Atrás, en el extremo izquierdo, se enciende una vela grande sobre un candelabro que dado el contexto del grabado nos lleva a pensar en el cirio pascual. En el extremo derecho una persona rocía agua bendita sirviéndose de un ramo con hojas. Habría que hacer un análisis más a detalle de la liturgia pascual en las ceremonias de la Iglesia de los primeros siglos mas ciertamente este grabado es interesante por la interpretación artística que hace de la celebración pascual. El tercer grabado es un poco más reciente, del año1880 (GOFFINE, Leonard, Explanation of the epistles and gospels (…), Ed. Frederick Pustet, Nueva York, 1880) en él vemos a Cristo que surge victorioso de la tumba ante la sorpresa de los estupefactos soldados; a un lado un ángel adora al Señor. Es de recalcar la presencia de las cruces del monte calvario en el fondo del grabado, esto sería un eco de la centenaria tradición que fija el Santo Sepulcro a pocos pasos del monte Calvario. En el borde de la derecha vemos la resurrección de un hombre que sale de su tumba, esta escena podría ser interpretada en dos vertientes: algunos muertos resucitaron cuando Cristo murió (Mt 27, 52) y también sería una alusión a la fe del cristiano que espera resucitar como el Señor resucitó, en cuerpo y alma, al fin de los tiempos.

Pbro. Lic. José Raúl Mena Seifert Capellán en Catedral Metropolitana de Monterrey


MEDITA MEDITA >

ada quien calculando sus años podrá hacer la suma de las celebraciones pascuales que le ha tocado vivir, pero valdría la pena que también cada cual se preguntara ¿cuántas de esas pascuas ha querido vivir? Porque no es lo mismo decir que el tiempo pasa a decir que somos nosotros los que vamos pasando con el tiempo. Cada primavera, la naturaleza se renueva. Pasado el invierno, el durazno y el manzano, como cualquier otra planta, sin proponérselo con firmeza, comienzan a echar sus brotes. La fuerza de su instinto les procura el verdor de la vida que se asoma en sus yemas. Pero otra cosa sucede con nosotros los que formamos parte de esa rara especie dotada con la fuerza o la debilidad de la voluntad. Para nosotros, la vida debiera ser algo más que un suceso obligado por instinto. Para nosotros, en cualquier tiempo o época del año, la vida es siempre ese raro suceso, tan pálido y seco como las hojas en invierno, o tan fresco y verde como la hierba en primavera; lo uno o lo otro no es una imposición, sino una decisión. Nuestra vida, ni se marchita ni se renueva al paso de las estaciones temporales porque la vida humana es una decidida tarea de todo el día y de todos los días. Por naturaleza somos animales, más debemos aprender a ser humanos a fuerza de voluntad. Y si se dice que el pensamiento es la característica más propia de la naturaleza humana, hay que agregar enseguida que no basta tener la capacidad de pensar, porque precisamente pensando se puede ser más salvaje que la más feroz de las bestias. Paradójicamente, muchos de los grandes males que han afligido a la humanidad y que la amenazan para el futuro, tienen por responsable al animal pensante. Los años van pasando y vamos sumando años al nuevo milenio pero ¿en verdad hemos venido pasando con los años hacia la madurez? ¿En qué es distinta nuestra generación a la de ayer?, ¿somos ahora más humanos porque desciframos el genoma humano, porque nuestras comunicaciones son satelitales o porque podemos clonar humanos? Y acaso ¿somos más cristianos porque escudriñamos científicamente las Sagradas Escrituras y conocemos al dedillo la doctrina? ¿De qué nos serviría saber de memoria "las últimas cosas que han pasado en Jersualén" si vamos pasando como muertos por esta vida "con aire entristecido"? (Cfr.Lc.24,17-18) Si el corazón no arde mientras estudiamos la Escritura (cfr. Lc.24,32), entonces, el tiempo va pasando y a su paso va matando cada día, los impulsos del corazón, sin que jamás el corazón haya decidido morir para

Pastoral Siglo XXI > p. 7

vivir. Y un corazón apagado es incapaz de decir: "A mí, nadie me quita la vida, yo la doy porque quiero" (Jn.10,18). Lo mismo que los anillos en la corteza de un árbol son la medida de sus años, así nuestros días vienen contados en la fuerza y en la piel de nuestro cuerpo; pero aunque muchos días hayan ya pasado, nosotros pudimos habernos quedado, como dice el refrán, "viejos en años y sobre todo en mañas." Muchas veces dejamos escurrir el presente con el torpe engaño del mañana. En el mostrador de la conciencia, donde solemos negociar con el pasado y el mañana, regateamos al presente con la falsa leyenda de que "hoy no se fía pero mañana sí", aunque el mañana nunca llega porque cada mañana es el engañoso hoy en el que tacañamente retenemos el tiempo que necesitamos para querer pasar de la muerte a la vida, de la vida muerta a la muerte vivida. Esta pascua del año dos mil diez puede ser también otra más entre las pocas o muchas que nos han tocado vivir, pero mientras sea hoy todavía es tiempo para querer pasar por la misma ruta del que fue divinamente humano. Si queremos, si nos decidimos, esta pascua puede no ser simplemente algo que pasa, sino nosotros mismos pasando por el sendero de una vida más humana y más divina como la vida del Jesús, pues alguien así de humano como él, sólo podía ser Dios porque sólo Dios ama hasta el extremo. El paso de Jesús por este mundo fue el paso obediente del Hijo hacia su amado Padre (Jn.13,1) y su paso debe ser también el nuestro. Si queremos hacernos humanos hay que hacernos hermanos por la caridad. En esta pascua debiéramos darnos la oportunidad de pasar por el mismo camino del que "no retuvo ávidamente el ser igual a Dios sino que se despojó a sí mismo" (Filp. 2,6). El era Hijo por naturaleza más quiso serlo, en nuestra historia, por obediencia (cfr. Hb.5,8) Con él, Camino, Verdad y Vida hagamos que nuestro lento morir de cada día sea un paso voluntario, dado en favor de los otros. Entonces la Pascua de Cristo será nuestra Pascua, nuestra vida será divina como la suya y uno mismo será nuestro sepulcro y epitafio: "pasó haciendo el bien" (Hech.10,38).

Pbro. Dr. Alberto Anguiano García Universidad Pontificia de México


MEDITA

MEDITA > CON ELLA HACIA ÉL

Pastoral Siglo XXI > p. 8

uera del Magnificat, no tenemos muchos datos sobre cómo hacía oración María, sin embargo, esta oración, y los pocos datos que en este sentido nos trasluce la Escritura, son suficientes para darnos cuenta que María era una mujer que vivía en plenitud la sencillez de su fe, y que se relacionaba con Dios como lo hacían los judíos de su tiempo. Podemos decir que su oración era la de los sencillos, de los que saben ver a Dios en todo sin complicarse demasiado la vida. La oración en María se hace escucha atenta y reflexión serena de lo que Dios, por el Espíritu Santo, le comunica. Para María cualquier lugar es apto para alabar a Dios, para suplicar y para agradecer como lo demuestra con viveza el Magnificat, pues como dice el padre Esquerda, el Magnificat no es otra cosa que " el éxtasis de su corazón". Seguramente María habrá enseñado a orar a Jesús, como lo hacían las madres de su tiempo con los hijos y le habrá enseñado que Dios no es un " él" sino un " Tú" que se abre al infinito, al cual se puede uno dirigir con sencillez y confianza plena. El hombre que está tan acostumbrado a los métodos, a las recetas, a los consejos "mágicos" y automáticos, debe aprender de María que la oración es espontaneidad, donación, generosidad, apertura sincera; que no requiere posiciones, métodos, lugares etc.. Que ante el Misterio se debe mantener una actitud de adoración, silencio afectivo, gozoso y admirativo, dentro de la oscuridad de la fe. Dirijamos, como Iglesia, como cristianos discípulos de Jesús, nuestros ojos a María y descubriremos en ella una verdadera maestra de oración. Pongamos nuestras manos entre las de ella, y como niños pequeños con su madre digamos: mamá, enséñanos a orar.

Ave María María, como Madre de los cristianos realiza un papel importante en la formación de sus hijos, por ello, es importante no sólo aprender de ella cómo orar sino también aprender a relacionarnos con ella, como nuestra madre y nuestra intercesora. Esta es la razón del por qué, a lo largo de los siglos el pueblo de Dios la venera y le súplica, haciéndola no sólo sujeto de la oración, sino objeto de ésta. Si queremos seguir su ejemplo, la oración a María, como madre de Dios, y madre nuestra, deberá ser la oración de los simples. La oración más simple y la que a la vez expresa nuestro amor y confianza en nuestra madre es el Avemaría, de la cual dice el Papa Paulo VI "es la oración evangélica centrada en el misterio de la Encarnación redentora" (MC 46). La Salutación Angélica es la oración de quien sabe que tiene una madre en el cielo, que por ser Madre de Dios, de la misma manera que lo hizo en Caná, lo puede hacer ahora, haciendo que el tiempo de la gracia se acorte. El rezo del Avemaría nos vuelve a la frescura del anuncio mesiánico de la salvación. La oración a María ha de ser un diálogo amoroso con la receptora del anuncio de la salvación, una súplica confiada hacia aquella a la que todas las generaciones llamarán: "bendita"; con aquella para la que no existe un "no" de parte de su Hijo (cf. Jn 2,3-5). Rezar con la Salutación Angélica de manera pausada, con las palabras del Angel hace que nuestro amor crezca hacia María Santísima y nuestra piedad se solidifique, dando paso a nuevas formas y manifestaciones de culto, ya que no solo estamos saludando a la Madre de Dios, sino que de manera explícita y concreta hacemos el anuncio al mundo de la alegría mesiánica.

Pbro. Lic. Ernesto María Caro Osorio Párroco en Santa Cruz Asesor del Apostolado Mundial de Fátima


MEDITA

Pastoral Siglo XXI > p. 9

MEDITA > PASTORAL BÍBLICA

9. La Alianza como yugo o carga Nosotros los cristianos nos hemos acostumbrado a considerar la Ley, o los mandamientos, como una carga dura, como un peso oneroso. Nunca fue ésa la mentalidad judía al respecto. Las palabras de la Ley, su contenido, fueron siempre consideradas como un honor, como un gran privilegio, concedido al pueblo de Israel, como su mayor honra. Las palabras de la Ley pueden compararse al fuego. Como el fuego viene del cielo y como el fuego son perdurables. Si un hombre se acerca mucha a ellas se quema, y si se aleja se hiela. Si son instrumento para su trabajo, salvan al hombre. Si se sirve de ellas como medio de ruina, lo pierden. El fuego deja la marca en todos los que lo usan. Eso mismo hace la Ley. Cada hombre dedicado al estudio de la Ley lleva impreso el sello de su fuego en sus hechos y en sus palabras".

10. Los fiadores de la Alianza El pueblo entero de Israel se considera fiador de la Alianza con Dios, y así se lee en un relato del Talmud: "Los israelitas querían encargarse de la Ley, pero Dios exigió de ellos un fiador, para tener la seguridad de que siempre la cuidarían: "Nuestros piadosos padres, Abraham, Isaac y Jacob son nuestros fiadores", dijo el pueblo. -"No puedo aceptar tales fiadores", respondió el Señor, "pues hace mucho que han muerto". El pueblo dijo: "Toma a los profetas como responsables". -"Aún no han nacido", se negó Dios". "Toma, entonces, a nuestro hijos". Alegrose el Señor y dijo: "Sea bien venida esa fianza. Que vuestros hijos estudien mi Ley y la transmitan a los hijos de sus hijos. Así mi enseñanza nunca caerá en el olvido."

11. ¿Por qué fueron los judíos los elegidos para esa Alianza-Ley? Porque Dios es rico para con los pobres, para con aquellos que no tienen sino a Dios como apoyo. Porque la elección, en su origen, no era mirada como un privilegio, sino como una responsabilidad, como el compromiso para un testimonio ante todos los demás pueblos de la Tierra.

12. ¿Cuál es la esencia de la Ley? Este punto fue siempre materia de discusión entre los rabinos y maestros de Israel. Lo planteaban, según el Talmud de la siguiente manera: "lo que no quieres para ti, no lo quieras para tu prójimo". Esto es toda la Ley, lo demás sólo es comentario". Jesús dirá después, que la Ley entera se resume en amar a Dios y al prójimo (Mt. 22,35-40). San Pablo dirá que el que ama al prójimo ya ha cumplido la Ley (Rm.13,8-10; Gál.5,14; Col. 3,14).

13. Las tablas de la Alianza-Ley Las dos tablas de la Alianza no fueron, como muchas veces se las ha pintado, dos tablas distintas en las que, en una iban tres mandamientos ("los que tienen que ver con Dios") y, en la otra, los otros siete ("los que tienen que ver con el prójimo). Cuando se hacía un contrato entre dos personas, se hacían tres copias exactas del mismo contrato, una para cada uno de los contratantes y la tercera quedaba cerrada y sellada en el templo del dios de los dos contratantes (en el arca de las alianzas). Cuando el pueblo de Israel sella su alianza o pacto con Yavé se hacen dos copias exactas del mismo pacto, una para que el pueblo la tuviera y la leyera, y la otra se depositó en el arca sagrada porque, en este caso, el segundo contratante es Dios y no hace falta una tercera copia para caso de estafa o falsificación del contrato. El dividir la Ley en dos tablas, una con tres mandamientos y la otra con siete, lo único que hace es permitirnos la separación entre el amor a Dios y el amor al prójimo, como si pudiéramos permanecer fieles y gratos a Dios mientras violamos los otros siete. Todos los diez mandatos han sido mandados por Dios y en ellos, todos, pensaban los israelitas, está contenida la Alianza con Él. El que viole un mandato que se refiera expresamente al prójimo ha ofendido a Dios al ir contra la voluntad expresa de Él y ha roto su Alianza.

14. El arca de la Alianza El arca de cada tribu es el sitio, en esa época, un arca, un baúl, en donde se guardaban todos los pactos o alianzas que la tribu hubiera contratado con cualquiera de sus vecinos. De allí que el arca tomara ese nombre. En el Israel posterior, ese baúl, guardado en el templo, se convirtió en una especie de trono o pedestal para Dios. De hecho, se convirtió en un símbolo: Dios manifiesta su presencia allí en donde se cumple su palabra, las tablas de la Ley.

15. Leyes entregadas a Moisés Con el hecho de hacer que Dios mismo escribiera con su dedo las tablas de la Ley se quiso decir algo profundamente teológico y sólo eso: que la Ley por la que se rige el pueblo de Israel procedía de Dios y, que sólo Dios podía dar leyes a su pueblo.

Pbro. Santiago Gutiérrez Sáenz Rector de la Catedral Metropolitana y Coordinador de la Pastoral Bíblica


MEDITA MEDITA

> REFLEXIÓN

na amiga me cuenta que, hace un par de domingos, le ocurrió algo extraño. Había salido de casa angustiada, ofendida con su marido porque "según su razón" la había ofendido, se había portado injustamente con ella. Por una bobada, pero le había hecho daño. Con este resentimiento en el alma, mi amiga se dirigió a Misa. Y allí el sacerdote explicaba el encuentro con Jesús con Nicodemo. Comentaba como Nicodemo era el hombre que lo sabía todo, era la razón perfectamente organizada, pero Jesús, que pensaba de otra manera, con el corazón, le pedía que abandonara sus cálculos puramente intelectuales y que volviera a nacer según el amor. Y este comentario, que, en principio, no parecía tener mucho que ver con el problema de mi amiga, fue, sin embargo, para ella como un descubrimiento. Se dio cuenta de que estaba valorando desde parámetros meramente intelectuales. Y entendió que si no empezaba a amar, como Jesús, nunca podría sentirse en paz con los demás. "Total -dice mi amiga- :había salido de casa toda ofendida, esperando que mi marido pidiese perdón para ofrecérselo a regañadientes y, de pronto, empecé a sentir la necesidad de pedir yo perdón, porque entendí que mi modo de juzgar sin amor era mucho peor que la ofensa que mi marido me había hecho". Transcribo esta historia tal y como mi amiga me la cuenta. Y me llena de alegría descubrir, una vez más, como la

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palabra evangélica sabe abrirse paso en las almas. Y descubrir también cómo mi amiga tenía la suya más abierta de lo que ella misma pensaba, para saber acogerla con tanta profundidad. Efectivamente: una de las grandes pestes de la humanidad es que le hemos dado importancia desmesurada a la razón. En primer lugar porque amarse, estar en paz, convivir alegremente, es muchísimo más importante que saber quién tiene la razón. Y en segundo lugar porque de cada diez veces que decimos "yo tengo razón", en nueve, lo que estamos imponiendo es nuestro egoísmo, nuestro punto de vista, sin molestarnos siquiera por tratar de ver el del contrario. Cuando dos riñen importa muy poco saber quién es el culpable. Lo más probable es que lo sean los dos en partes iguales. Pero, en todo caso, lo único urgente es reconquistar la paz. Tal vez más tarde (en paz ya y pasados los nervios) se verá con más claridad quién estuvo más errado. Pero ya dará casi lo mismo saber quién tenía razón. Porque lo único absolutamente cierto es que nunca hay razón para reñir, nunca la hay para dejar de amar.

Pbro. José Martín Descalzo Razones para Vivir


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no de los serafines voló hacia mí, llevando en su mano una brasa que había tomado con unas tenazas de encima del altar. Él le hizo tocar mi boca, y dijo: "Mira: esto ha tocado tus labios; tu culpa ha sido borrada y tu pecado ha sido expiado". Yo oí la voz del Señor que decía: "¿A quién enviaré y quién irá por nosotros?". Yo respondí: "¡Aquí estoy: envíame!" Isaías 6, 6-8.

Durante muchos años, el mundo occidental ha entendido la fe como algo que debe recibirse solamente. Aunque le agreguemos algunos adjetivos como: recibirla con alegría, devoción o entusiasmo, lamentablemente el aspecto que resalta de la fe es que debemos esperarla. Pareciera que la fe es algo estático y pasivo, donde la persona no se involucra. Pocas personas se aventuran a darle la vuelta a la moneda dedicándose a COMPARTIR EL DON QUE HAN RECIBIDO y a transmitirlo. Estas personas entienden que la fe es algo que se da, se pasa de mano en mano, como un corredor en competencia olímpica o como un tesoro que sabemos que a otros va a beneficiar. En el mundo espiritual el discípulo no debe limitar su camino sólo aprendiendo, ya que discípulo no es el que más aprende, sino el que mejor se prepara para compartir; lo más importante del aprendizaje es cuando llega el momento de comunicarlo a los demás. La fe es una realidad dinámica donde el crecimiento se da poderosamente al llevarla a quienes menos creen y más los necesitan porque viven en la oscuridad de la ignorancia y la mediocridad. Imaginemos un cuarto oscuro lleno de velas, pero sólo una de ellas está encendida. Imposible ver con claridad en un cuarto así, pero si con el fuego de esa vela se encienden las demás, poco a poco ese cuarto se iluminará y llegará a haber tanta luz que podrán observarse todas las cosas de ese cuarto con gran claridad. Eso mismo pasa con la fe. Si nuestro corazón está apagado ¿qué podremos decirle al mundo?, pero si alguien con un corazón encendido prende a los demás, tendremos toda una propuesta a este mundo cansado y sin aliento. Sólo un mundo con fe pensará diferente y actuará diferente, ya que sólo la luz de Dios que se ha transmitido a tantos corazones incendiados de amor iluminará todas las zonas oscuras de nuestra vida. Para que todo esto sea una hermosa realidad es necesario que cada uno de nosotros entendamos que si no actuamos no seremos los factores del cambio y nadie más lo será. Estamos tan acostumbrados a que hagan todo por nosotros y que venga alguien a darnos la solución y la respuesta a todos nuestros problemas que nos hemos olvidado que la fuerza espiritual está dentro de nosotros. En una ocasión, el ex presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, J.F. Kennedy dijo: "no te preguntes ¿qué ha hecho tu País por ti?, más bien pregúntate: ¿Qué has hecho tú por tu País?". No podemos esperar a que las cosas sucedan y mucho menos en la fe. No podemos depender de lo que los demás hagan o dejen de hacer. Tanto en la vida espiritual como en otros ámbitos de nuestra existencia no podemos dejar que otros sean protagonistas de aquello que a nos corresponde hacer. Si el mundo está perdiendo la esperanza no es porque la esperanza carezca de sentido, sino porque nosotros hemos dejado de creer o de esperar. Quizá nos ha

faltado un poco más de dedicación y esfuerzo por unirnos más a Dios. Es importante que nos demos cuenta de que Él cuenta con nosotros para lograr una verdadera transformación del mundo. Son muchos los miedos que nos rodean y son muchos los "peros" que le ponemos a Dios: "soy un pecador", "soy un 'x' en este mundo", "no valgo nada", "es que a mí nunca me inculcaron esas cosas de Dios" y otras tantas expresiones que solemos decir para evadir nuestra responsabilidad de comunicar lo que Dios ya ha puesto en nuestros labios. Antiguamente los profetas también presentaron sus excusas a Dios. En el Nuevo Testamento el apóstol Pedro, y otros más, también lo hicieron, pero al sentir el llamado constante de Dios, ellos, desde sus limitaciones y miserias, le respondieron generosamente y transmitieron lo que creían que Dios les decía. Gracias a ellos, y a muchos otros, que valientemente han dado el paso de recibir a compartir, el mundo no es el de antes. Pero mucho falta por hacer, todavía hay gente necesitada, hambrienta y no de pan, sino de palabra, de consuelo, de esperanza y de amor. Ahora tú puedes dar ese paso y levantarte de la silla en la que te encuentras para tomar la gran decisión de llevar lo que un día tú recibiste, debes ser consciente del llamado que se te hace a ser "enviado". No te conformes con saber o aprender cosas… comunícalo a los demás y llena a tus semejantes de lo que estás lleno, poco a poco te darás cuenta que tu fe será más grande y madura y tu interior se irá fortaleciendo cada vez más. San Pablo dice: "Pero ¿cómo invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Cómo creerán en aquel a quien no han oído? ¿Cómo oirán sin que se les predique? Y ¿cómo predicarán si no son enviados? Como dice la Escritura: "¡Cuán hermosos los pies de los que anuncian el bien!"(Romanos 10, 14. 15). Ahora pueden ser tus pies los que corran haciendo el bien, pueden ser tus manos las que sanen el dolor de tantos corazones adoloridos y pueden ser tus labios los que anuncien buenas noticias a un mundo que espera a un discípulo que se atreva a ser misionero.

Pbro. Roberto Figueroa Méndez Párroco en San Rafael Arcángel


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omencemos con unas experiencias: Roberto es un joven estudiante de la carrera de Psicología en una Universidad, dice que su vida es un poco aburrida; Mauricio trabaja, pero llega cansadísimo y se queda dormido viendo la tele, así hace los cinco días de la semana laboral, el resto se alcoholiza con sus amigos y su novia, o se encierra en su cuarto a chatear, pero eso sí, es muy responsable en su trabajo, aunque dice que se está cansando; Jaime es sacerdote, está triste ¿qué les está pasando? ¿Por qué parecen estar muertos en vida? Guillermo y Raquel tienen hijos, él trabaja, ella también (medio tiempo, cuando los hijos están en la escuela para no descuidarlos) y tienen lo que necesitan; van a la Parroquia y reciben una formación sólida, permanente, profunda en una comunidad, conviven con sus hermanos de comunidad, tienen tantos años juntos que han estado con ellos en las buenas y en los momentos difíciles, se les ve unión; están en una pastoral ayudando en la catequesis (buscan no descuidar su familia, que es su vocación), frecuentan los sacramentos y cuando tienen problemas se sientan a hablar y se reconcilian, sus hijos dicen que sus papás siempre les hablan de Dios y que rezan en familia, que comen juntos, y que además les dan mucho cariño y que los cuidan a ellos y también a sus abuelitos; sus vecinos les quieren y acuden con ellos cuando tienen algún problema, su relación con su párroco es muy buena, él va a comer con ellos y con otras familias, ¿es esto posible? ¿Qué está pasando? En una misma ciudad hay distintas maneras de percibir y vivir la vida, muchas veces las personas no están conscientes de ello, porque simplemente van sobreviviendo ante tantas propuestas adoptando la que está de moda, hacen muchas cosas, pero no tienen dirección ni sentido. Tomar conciencia de la situación de la realidad del hombre moderno que está sufriendo, nos impulsa a querer hacer algo, pero antes es más importante el ser, y eso se logra encontrándose con el amor de Jesucristo que ha muerto por cada persona, para el perdón de los pecados, y además lo RESUCITA y le envía el Espíritu Santo, para que una vez que se ha sentido amado como es, rescatado, curado y sanado (paso a paso y poco a poco), se siente tan agradecido por el amor que ha recibido que lo impulsa a vivir de una manera coherente con lo que cree, y anuncia con los hechos de su vida: su manera de pensar, de hablar, de conducirse por la vida, de relacionarse con los demás, de trabajar, de estudiar; es decir, es obra del Espíritu Santo donde hace un hombre nuevo, hace posible una transformación tan profunda e integral, es decir completa; bueno todo estos elementos ayudan a que se forme un discípulo en su parte inicial y permanente, es la esencia misma del CRISTIANISMO, ahora bien de ahí, con el paso del tiempo, el reconocer que es una persona y que hay algo dentro de sí por comunicar, tiene a Dios dentro. Comienza una relación personal por medio de la oración y la Eucaristía. De discípulo a testigo misionero. El Libro de los Hechos de los Apóstoles, específicamente en lo que se refiere a la Primera Comunidad Cristiana, será muy interesante retomarlo para que entendamos la esencia misma de la Iglesia, que es ser testigo de la Resurrección. Un testigo verdadero del amor de Dios tiene una gran característica, su

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motor para dar testimonio no es el protagonismo, sino anunciar a Jesucristo; cuando encuentra a cualquier persona como misionero, se sabe enviado por su Bautismo a mostrar, como Cristo el amor del Padre a toda persona, sin acepción, no importando ninguna situación; es decir, no juzga, porque se sabe pecador y que Dios así lo ama, aquí es importante recalcar que en la medida que el testigo cree que es pecador y cuánto Dios lo ha amado, en esa misma medida será el amor que mostrará, lo demás son imposiciones y buenas ideas, pero el AMOR de Dios que transforma es otro. Ahora bien ese testimonio se lleva a todos los escenarios y ambientes, donde a la persona le toca interactuar, no porque "tenga que", sucede todo lo contrario, pasa de la exigencia a la gracia y entonces se convierte en su forma natural de vivir, de esta manera va por la vida santificándose en su realidad particular, en lo específico, cotidiano y característico de su vida, va evangelizando; entonces las personas que le rodean le comienzan a preguntar, ¿por qué vive diferente?, ¿por qué ve la vida diferente?, ¿por qué se comporta diferente?, ¿por qué es feliz?; y es aquí, cuando le piden que de razón de su esperanza (como hacen los apóstoles, después de la Resurrección) y comienza a Evangelizar, profesando de esa manera su fe en el Hijo de Dios: Cristo nuestro Salvador. Propuesta positiva. Entonces, llegamos a otro punto, dirá alguno: "entonces lo importante es formar Cristianos testigos conscientes de su bautismo", exacto; y toda formación lleva tiempo y atención pastoral, no se da el cambio sin un proceso de conversión, de cambio de mentalidad y de actitudes, de toma de conciencia, de haberse sentido amado antes por Dios en personas concretas, en una comunidad dentro de la parroquia; es decir, la fe es para convivir con otros y en comunión con la Iglesia con el Papa, sus Obispos, Sacerdotes, Consagrados, y todos miembros y hermanos en Cristo, con un ministerio específico en orden al servicio. Entonces, para que una persona atea pueda creer, lleva tiempo y es un proceso. Resulta que nuestra realidad, en nuestra Diócesis, es cada vez más de alejados, o de cercanos, que no practican una coherencia entre la fe y la vida, y como la esencia de la Iglesia es Misionera, va por la oveja perdida. ¿A quién le gustaría un itinerario de formación católica, válida para la sociedad y para los tiempos modernos?, pienso que dentro de nosotros ansiamos fuertemente que esta realidad suceda, ya que la mayoría de las personas sienten la necesidad de estar a la altura de fe en cada situación, son muchos los acontecimientos que suceden en la ciudad, y exigen tener una adecuada formación, ¿qué necesitaremos hacer? Cada vez que se tiene la experiencia de estar en una misión es palpable que las personas gritan el tener un poco de esperanza en esta vida. En lugar de enumerar problemas aportemos soluciones, en lugar de criticar aportemos posibilidades, en lugar de cerrarnos a carismas que ayudarían muchísimo, no apaguemos el Espíritu Santo. Si todo lo que sucede en la ciudad, no nos mueve, ¿entonces qué? Son gritos de esperanza, de que la Iglesia les muestre una propuesta. Jorge Alberto Heredia Murillo 2ª Comunidad del Camino Neocatecumenal Cuasi-Parroquia del Santísimo Redentor


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> FORMACIÓN HUMANA

or qué la falta de paz en nuestras vidas, familias y la sociedad? ¿Dónde quedó aquella cuidad tranquila donde se podía salir a las calles sin preocupación y sin miedo? Podríamos pensar que el origen de esta falta de paz en nuestras vidas se debe al incremento de la delincuencia y maldad de unos cuantos. Sin embargo, sabemos que son una serie de factores los que influyen para un deterioro de la calidad de nuestras vidas y la tranquilidad de la sociedad. Me gustaría que reflexionemos en uno de los orígenes: la carencia de valores, "una crisis de moralidad" (Que en Cristo nuestra paz México tenga vida digna # 105). La falta de valores humanos y cristianos, originan en un primer momento individualismo y apatía, reflejo de estas actitudes negativas, son frases como: "mientras no se metan conmigo", "que cada quien haga lo que quiera", etc. Y empezamos con una falta grave, la omisión del bien que puedo hacer y no hago, la falta de compromiso. Pero, esto no queda ahí, al no interesarme por los demás, de sus necesidades, se rompe la barrera del respeto por el prójimo, y nacen las agresiones, verbales, psicológicas y físicas. Se piensa que hablar de valores es anticuado, o se cambian los valores; se

piensa que lo de hoy es experimentar intensamente, vivir sin limites, emociones fuertes, dejar que cada quien haga lo que mejor le parezca, probar de todo, la regla por la que se manejan muchas personas es el placer, poder y te n e r. ¿ Rea l m e nte s e rá necesario probarlo todo?, sabemos que lo podrido, lo echado a perder, lo sucio, desde lejos huele mal y no es necesario probarlo. ¿No será que estamos tan vacíos que buscamos llenar nuestras vidas de algo?, se busca en estas actitudes diversión, alegría y resulta que sólo se pierde la libertad y nacen los sentimientos negativos que acompañan esta pérdida, y sobre todo se pierde la capacidad de amar, porque no se puede salir de sí mismo, condición necesaria para el amor. Lamentablemente en las familias se olvidan de los valores, se pierden el respeto entre sí, no valoran la dignidad de cada miembro, los padres dejan su responsabilidad de formación y educación a un lado, porque implica tiempo, sacrificio y esfuerzo. En las escuelas se van quitando las clases de valores y ética, porque se dice "no son importantes", o en las universidades donde se imparten estas clases u otras como civismo, formación humana, cultura regional, son consideradas de relleno o como dicen los jóvenes; "X", "nada que ver con mi carrera", "¿de que me va a servir?". En las empresas, hasta hace algunos años, había un compromiso social, un compromiso con el trabajador; se buscaba el bienestar, la formación laboral y humana, el esparcimiento, el deporte, una oportunidad de crecimiento, reconocimiento, cultura, "características esenciales durante muchos años de las empresas regiomontanas". Y de pronto se sacaron todos estos valores de las empresas, porque ya no era económicamente costeable.

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En las Iglesias se deja de hablar de Dios, se deja de orar, de vivir la fe, para proyectarse más, para ver quien tiene la razón, se busca competir, en lugar de buscar la unidad, llenarse de Dios, formarse, crecer en espiritualidad y proponer positivamente. ¿No será esta falta de valores reflejo de muchas cosas que suceden en nuestra vidas, familias y en nuestra sociedad? Hemos sacado los valores, las virtudes y a Dios de nuestras vidas. "Tenemos que comprender que el mal ha tomado tanta fuerza en nuestra sociedad, tal vez o seguramente porque nosotros, discípulos de Cristo, permanecemos dormidos" (Cardenal Robles, Domingo de Ramos 28 marzo 2010). Necesitamos renovar nuestras convicciones, las virtudes, retomar el camino "formar personas sólidas capaces de colaborar con los demás, y de dar un sentido a la propia vida". (Benedicto XVI, 21 de Enero 2008). La vivencia de las virtudes, nos hace recobrar nuestra identidad, nos embellece y transforma. Esforcémonos en dar lo mejor de nosotros en vivir los valores; la verdad, la justicia, el amor y la paz. Empecemos en lo más sencillo y ordinario, juntos uniendo fuerzas en los pequeños detalles, la amabilidad, la cortesía, el servicio, la fraternidad, el bien común, para poder lograr un cambio. Sí, ciertamente el cambio empieza por nosotros, así seremos los primeros en experimentar la auténtica alegría de vivir con valor. Vivamos principalmente el amor, la mayor de las virtudes, dejémonos amar por los demás, "dejémonos amar por Dios, por su Amor que transforma" y hace que correspondamos a ese infinito Amor que despierta en nosotros dar lo mejor a los demás.

Lic. Juan Pablo Vázquez Rodríguez Coordinador Pastoral Siglo XXI


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> IGLESIA

os nombres de los doce apóstoles son éstos: primero Simón, llamado Pedro...". Se menciona claramente el primado de Pedro en el colegio de los apóstoles. No dice: "Primero Pedro, segundo Andrés, tercero Santiago...", como si se tratara simplemente de una serie. Se dice que Pedro es el primero en el sentido fuerte de que es cabeza de los demás, su portavoz, quien les representa. Jesús especificará más tarde, en el mismo Evangelio de Mateo, el sentido de ser "primero", cuando dirá "Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia...". Pero no quería detenerme a analizar el primado de Pedro, sino más bien el motivo que lleva a Jesús a escoger a los doce y a enviarles. Se describe así: "Jesús al ver a la muchedumbre, sintió compasión de ella, porque estaban vejados y abatidos como ovejas que no tienen pastor". Jesús vio la muchedumbre y sintió compasión: esto le llevó a escoger a los doce apóstoles y a enviarles a predicar, a curar, a liberar... Se trata de una indicación preciosa. Quiere decir que la Iglesia no existe para ella misma, para su propia utilidad o salvación; existe para los demás, para el mundo, para la gente, sobre todo para los cansados y oprimidos. El Vaticano II dedicó un documento entero, la Gaudium et spes, a mostrar como la Iglesia

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existe "para el mundo". Comienza con las conocidas palabras: "Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón". "Al ver a la muchedumbre, sintió compasión de ella, porque estaban vejados y abatidos como ovejas que no tienen pastor". Los pastores de hoy, desde el Papa hasta el último párroco de pueblo, se presentan, desde esta perspectiva, como los depositarios y continuadores de la compasión de Cristo. El fallecido cardenal vietnamita F.X. Van Thuan, que había pasado trece años en las prisiones comunistas de su país, en una meditación dirigida al Papa y a la Curia Romana, dijo: "Sueño con una Iglesia que sea una 'puerta santa' siempre abierta, que abrace a todos, llena de compasión, que comprenda las penas y los sufrimientos de la humanidad, una Iglesia que proteja, consuele y guíe a toda nación hacia el Padre que nos ama". La Iglesia debe continuar, tras su ascensión, la misión del Maestro que decía: "Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso...". Es el rostro más humano de la Iglesia, el que mejor le reconcilia con los espíritus, y que permite perdonar sus muchas deficiencias y miserias. El padre Pío de Pietrelcina llamó al hospital que fundó en San Giovanni Rotondo "Casa de alivio del sufrimiento", un nombre hermosísimo que, sin embargo, se aplica a toda la Iglesia. Toda la Iglesia debería ser una "casa de alivio del sufrimiento". En parte, hay que reconocer que lo es, a no ser que cerremos los ojos a la inmensa obra de caridad y de asistencia que la Iglesia desempeña entre los más desheredados del mundo. Aparentemente las muchedumbres que vemos a nuestro alrededor, al menos en los países ricos, no parecen "cansadas y abatidas", como en tiempos de Jesús. Pero no nos engañemos: tras la fachada de opulencia, bajo los techos de nuestras ciudades, hay mucho cansancio, soledad, desesperanza y, a veces, incluso, desesperación. No parecemos muchedumbres "sin pastor", dado que muchos luchan en todos los países para convertirse en pastores del pueblo, es decir, en jefes y controladores del poder. Ahora bien, ¿cuántos entre ellos están dispuestos a llevar a la práctica el requisito de Jesús: "Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis"?

R.P. Raniero Cantalamessa Predicador de la Casa Pontificia


VIVE

VIVE > NOTICIAS

Pastoral Siglo XXI > p. 15

"Y del mismo modo que sobresalís en todo: en fe, en palabra, en ciencia, en todo interés y en la caridad que os hemos comunicados, sobresalid también en esta generosidad" (2 Cor 8,7). D e m a n e ra m u y e s p e c i a l , agradecemos, sinceramente, a la Fundación Cívica Cultural Villacero, a cargo del Sr. Lic. Julio César V i llarreal Treviño, la generosidad mostrada para con nuestra Arquidiócesis de Monterrey. En días pasados, el mismo Lic. V illarreal Treviño, entregó al Eminentísimo Señor Cardenal, D. Francisco Robles Ortega, un d o n at i vo, m i s m o q u e s e rá destinado para ayudar a las obras pastorales y de evangelización en nuestra Arquidiócesis de Monterrey. Dios, Padre de amor, bendiga abundantemente a todas aquellas personas de buena voluntad, quienes con su colaboración apoyan el anuncio de la Buena Nueva y la construcción del Reino de Dios.

RENUEVA EL PRESBITERIO LAS PROMESAS SACERDOTALES MONTERREY, N.L. (Pastoral Siglo XXI) El pasado Miércoles Santo, se reunió el Cardenal Francisco Robles Ortega, el Obispo Auxiliar y el Obispo Emérito, junto con los Sacerdotes de la Arquidiócesis de Monterrey, en la Basílica de Guadalupe, para el retiro del Presbiterio y la renovación de las promesas sacerdotales dentro de la Misa Crismal. A la Celebración Eucarística asistió también una representación de fieles de cada Parroquia y miembros de la Vida Consagrada, especialmente los de carisma sacerdotal, así como los movimientos y organismos apostólicos de nuestra Iglesia diocesana. Dentro de la Eucaristía, como se hace cada año dentro de las celebraciones de Semana Santa, se consagró el Santo Crisma y se bendijeron los óleos de los catecúmenos y de los enfermos. El Arzobispo de Monterrey, exhortó al Presbiterio a mantenerse unidos a Cristo: "Jesús llamó a los apóstoles para que estuvieran con Él, y en ese estar con Él, se hicieran auténticos y verdaderos discípulos, los llamó para estar con Él y para enviarlos a predicar su Evangelio, es decir para la misión. Cristo quiso, desde el principio, hacer discípulos misioneros, y esta es nuestra más profunda identidad sacerdotal".

"Cristo nos eligió, nos llamó a cada uno de nosotros (sacerdotes) por nuestro propio nombre, conciente de nuestra total y absoluta individualidad, somos cada uno, único e irrepetibles, y Cristo se fijó en cada uno de sus sacerdotes conociendo su historia personal, conociendo su más profundo ser, su psicología, su afectividad, sus cualidades, sus virtudes, sus defectos, a cada uno Cristo eligió, en un profundo, total y absoluto conocimiento, Él así nos llamó", añadió. Resaltó el motivo del llamado de Jesús a sus discípulos: "Nos eligió para que estuviéramos siempre con Él y para que estando con Él, nos sintiéramos llamados a identificarnos con Él, para poder ser para el mundo y para la iglesia "alter Christus", (otro Cristo). Un Cristo Vivo, un Cristo que se le conoce, que se le escucha, que se le trata, que se le ve, que se le toca". "Y estando siempre con Él, nos llamó, nos eligió, para que en Él y por Él hiciéramos la elección del único motivo de nuestra existencia a Dios. El sacerdote esta llamado a ser un hombre de Dios, el mundo quiere ver en el sacerdote a un hombre de Dios, es decir, aquel hombre que ha descubierto, que la única razón, que el único motivo de su existencia es Dios, vive de Dios y para Dios", concluyó.


VIVE

VIVE > ANIVERSARIO SACERDOTAL

Pastoral Siglo XXI > p. 16

on estas palabras del profeta Jeremías Dios promete a su pueblo no dejarlo nunca privado de pastores que lo congreguen y lo guíen: "Pondré al frente de ellas (o sea, de mis ovejas) Pastores que las apacienten, y nunca más estarán medrosas ni asustadas" (Jer 23, 4). Pidamos en este Año Sacerdotal, por todos los sacerdotes, Felicitamos a todos los sacerdotes que celebran su cumpleaños, especialmente felicitamos a los que celebran su aniversario sacerdotal:

Pbro. Hugo Alberto Chávez Jiménez Vicario Parroquial en Nuestra Señora Reina de los Ángeles

Pbro. Teodoro Colunga Chávez Párroco en San Lucas Evangelista

Pbro. Luis René Lozano Del Río Párroco en María Madre de la Iglesia

R.P. Guillermo Vázquez Jiménez Párroco en San Agustín (Col. Constituyentes de Queretaro 3° Sector)

Pbro. Mariano Rincón Alonzo Párroco en Nuestra Señora de la Merced

Pbro. Gerardo Charles García Rector de Templo en San Judas Tadeo (Centro)

Pbro. Enrique Loreto Martínez Párroco en San Martín de Porres

Pbro. Lorenzo Javier Barrera Charles Párroco en San Jorge Mártir

Pbro. José Luis Olivera Magaña Párroco en San José Obrero (Cuauhtémoc)

Pbro. Benjamín Cázares Salazar Párroco en San Nicolás de Tolentino (Centro)

Pbro. Tiburcio Pérez Rubalcaba Casa Sacerdotal

Pbro. Gerardo Javier Cárdenas Rodríguez Vice-rector del Seminario Arquidiocesano de Monterrey

Pbro. Elías Vázquez Aguilar Párroco en Nuestra Señora de Lourdes

Pbro. Pedro Garza Leal Vicario Adscrito en Purísima Concepción de María

Pbro. Carlos Francisco Vázquez Graña Párroco en Inmaculate Mary

Pastoral Siglo XXI

www.pastoralsiglo21.org Respondiendo al plan de PASTORAL ORGÁNICA 2006-2010 “Las estructuras pastorales utilizan los medios de comunicación social y la tecnología moderna para llegar a los agentes y destinatarios de la pastoral” (L.A.1/Meta2/Estr. “e”)

Queremos ver tus sugerencias, escribenos a: pastoralsiglo21@arquinetmty.com


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