PASTORAL
SIGLO XXI AÑO: 1 No. 11
Costo de edición $5.00
NOVIEMBRE 2008
LA VOZ DE LA IGLESIA EN MONTERREY
CONOCE >
VIVE >
LA PARROQUIA COMUNIDAD DE FIELES / P4
MONS. GUSTAVO RODRÍGUEZ VEGA OBISPO DE NUEVO LAREDO / P11
LA VOZ DEL PASTOR
SOMOS LA FAMILIA DE DIOS ¿Qué es lo que nos hace ser verdadera familia de Dios en la Iglesia? Nos hace ser familia el hecho de que tenemos todos un mismo y único Padre: Dios. El hecho de ser alimentados por el mismo alimento, que es la Palabra viva hecha carne, Jesucristo, nuestro Señor, que nos entrega su Cuerpo como comida y su Sangre como bebida. Somos verdadera familia de Dios, porque somos un cuerpo que tiene como alma al mismo y único Espíritu de Dios. Así nos profesamos: Iglesia - Familia de Dios y lo vivimos en cada Eucaristía, en donde abrimos nuestro corazón a su Palabra. En la familia se origina, en primer lugar, la vida, se origina el lenguaje, la comunicación, los pensamientos, criterios, costumbres y las tradiciones que expresan el ser, el ser humano y el ser de los humanos. En la familia tienen origen los afectos más nobles. Se crean lazos que perduran hasta el fin de la existencia humana. Ahí, somos introducidos a convivir y a expresarnos en sociedad. Por eso, la familia es una realidad ética, no es una realidad de mera conveniencia. Es en este núcleo, donde se invita a los creyentes a trabajar por ir quitando todas aquellas actitudes que conllevan al mal. Ahí, somos invitados, por la palabra de Dios, para que se genere, florezca y fructifique la vida. La familia tiene un origen sagrado, porque es Dios quien la concibió. Es un santuario porque es en su seno, donde germina, crece y fructifica lo más sagrado que tenemos nosotros en esta vida, la vida misma. Somos conscientes de que a nuestro alrededor se escuchan voces que se creen autorizadas para descalificar la familia. Tampoco podemos negar, ni ocultar, todos los signos de muerte que suceden a diario en nuestro entorno. No podemos negar el dolor de la muerte que toca a tantas familias. Pero nosotros, discípulos de Cristo, creyentes en el evangelio de la vida, no podemos permanecer como derrotados, indiferentes e inactivos ante tanta muerte. Nosotros tenemos la certeza, y la seguridad, que el triunfo es de la vida y estamos puestos en el mundo, en este momento histórico concreto, para testimoniar la vida con nuestras palabras, pero sobre todo con nuestro actuar. Nosotros, miembros de la familia de Dios en la Iglesia, debemos hacer un aporte constante, permanente, con palabras, actitudes, hechos concretos, con una manera de conducirnos con relación al evangelio de la familia, como santuario de la vida. Es en la familia, donde debe germinar el Evangelio, la buena nueva de la vida. Es en el seno de la familia, donde se deben detener, extirpar, todas las actitudes y todos los gestos de muerte. Nuestras palabras, gestos, actitudes y todo lo que hacemos, tiene que ser una contribución a la edificación de una comunidad de vida y de amor, no de muerte. ¿Y saben queridos hermanos y hermanas dónde se origina esta dinámica de vida en contra de la muerte y del mal? Se gesta en el seno de cada familia, partiendo del corazón y de la mente de cada uno de los miembros de la familia. Les envío mi bendición. + J. Francisco Cardenal Robles Ortega Arzobispo de Monterrey
CONOCE
Pastoral Siglo XXI > p. 2
CONOCE > EDITORIAL CONTENIDO CONOCE
EDITORIAL / p. 2, LA GRAN MISIÓN CONTINENTAL INICIA EN CADA UNA DE NUESTRAS FAMILIAS / p. 2 LA VIDA... ¿SE ACABA CON LA MUERTE? / p. 3 LA PARROQUIA COMUNIDAD DE FIELES / p. 4
COMPROMÉTETE
PREGÚNTALE AL SACERDOTE / p. 5 ¿QUE NECESITO PARA PERDONAR / p. 6 DESPIERTA / p. 7
MEDITA
LA INTEGRACIÓN SOCIAL DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD / p. 8 LA EXPERIENCIA DE LA PÉRDIDA DE UN SER QUERIDO EN LA FAMILIA / p. 9 CON ELLA HACIA EL / p. 10
VIVE
TESTIMONIO DE UN APÓSTOL. / p. 11, P. 12 NOTICIAS. / p. 13, p. 14, p. 15, p. 16
DIRECTORIO Director General Emmo. Sr. Francisco Robles Ortega Arzobispo de Monterrey Sub – Director Pbro. Juan José Martínez Segovia Sub - Director adjunto Pbro. Walter Fernando Gómez Olvera Consejo Editorial Lic. Yolanda Ruiz Mtz. Lic. Jorge Rodríguez Tueme Pbro. Juan José Martínez Segovia Pbro. Walter F. Gómez Olvera Pbro. Javier Hernández Raygoza Pbro. Marcos Martínez Mtz. Pbro. Leopoldo García Mtz. Pbro. Rogelio Narváez Martínez Colaboradores Secretariados, Departamentos y Comisiones de la Arquidiócesis. Representantes Parroquiales. Redacción y Revisión Departamento de Comunicación Coordinación Lic. Juan Pablo Vázquez Rodríguez Diseño J&D Mercadotecnia Visual Impreso Imprenta Arquidiocesana de Monterrey Distribución Mensajería y Paquetería Galgo S.A. de C.V. Contabilidad Jasso Silva y Asociados S.C. Directorio Periódico mensual Noviembre del 2008. Editor. Editor responsable: Pbro. Walter Fdo. Gómez Olvera. No. De certificado de Reserva otorgado por el Instituto Nacional de Derecho de Autor: 04-2007072412073100-01. No. de Certificado de lícitud de Título: 13903. No. de Certificado de licitud de Contenido: 11476. Domicilio de la Publicación: Calle Zuazua 1100 Sur, Barrio Antiguo, C.P. 64000, Monterrey N.L. Imprenta: Impresos Eclesiásticos, Dpto. de la Arquidiócesis de Monterrey, Calle Mitla 511 Col. Regina, C.P. 64290, Monterrey, N.L. Distribuidor: Mensajeria y Paquetería Galgo, Calle 16 de Septiembre 413 Ote. Col. Independencia C.P. 64720 Monterrey N.L.
LA GRAN MISIÓN CONTINENTAL INICIA EN CADA UNA DE NUESTRAS FAMILIAS
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eguimos adelante en hacer conciencia de la gran importancia de unirnos a la Gran Misión que los Obispos de Latinoamerica y el Caribe se han hechado a cuestas. Cada uno de ellos se ha comprometido a sacar adelante lo que está pidiendo APARECIDA: que todos seamos ‘discípulos y misioneros de Cristo...’ (cfr. DA 186-190). Posiblemente estemos pensando que la propuesta latinoamericana, llegue a cada uno de los países que conformamos este continenete, y que luego cada país lo haga llegar a cada diócesis; que cada diócesis lo haga llegar a cada parroquia y cada una de éstas lo haga llegar a cada familia... pero no debe de ser así. Si deseamos que todo el continente sea ‘discípulo y misionero de Cristo...’, debemos hacerlo a revés: iniciar en las familias y que poco a poco se vayan cubriendo de la presencia de Cristo cada uno de los niveles arriba mencionados. En tiempos de Jesucristo, los israelitas, (con su tradición del Antiguo Testamento), practicamente no tenían escuelas. La responsabilidad recaía en la familia, así lo leemos en el libro del Deuteronomio: ‘Graben en su corazón y en su alma, estas palabras, átenlas como signo a sus muñecas, pónganlas como señal en su frente. Enséñenselas a sus hijos y háblenles de ellas, cuando estén en casa o cuando vayan de viaje, acostados o levantados (Dt. 11, 18-19). También se insiste en esta responsabilidad en la comunidad cristiana primitiva: ‘Y, ustedes, padres, no irriten a sus hijos, sino edúquenlos, corríjanlos y enséñenles tal como lo haría el Señor’ (Ef. 6,4). Por esta razón hago una exhortación, para que cada padre de familia que lea esta editorial, se cuestione fuertemente, en cuanto a la gran responsabilidad que tienen: la verdadera misión continental, inicia en cada familia. Cuando asumamos esta reponsabilidad se irá extendiendo realmente el Reino de Dios aquí en la tierra. Hay que recomenzar desde Cristo, que los papás se acerquen a la Catequesis, a los procesos de Inciación Cristiana en cada parroquia, para que profundicen en lo que deben enseñarles a sus hijos. Creo que uno de los cambios que hay que hacer actualmente, es que los papás se acerquen a ser evangelizados, ¿no sería más correcto que los papás se acercaran al Catecismo (en lugar de sus hijos) para fueran ellos los que les enseñaran la doctrina cristiana? :’La formación de los hijos como discípulos de Jesucristo, se opera en las experiencias de la vida diaria en la familia misma’. (DA # 303) . ¿Cómo hacían la catequesis a sus hijos? A veces eran mediante preguntas y respuestas: ‘Y si vuestros hijos os preguntan: ¿qué rito es éste? Responderéis, es el rito de la Pascua...’ (Ef. 12,26ss). ‘Cuando un día tu hijo te pregunte: ¿Qué son estos mandamientos, estas leyes y preceptos, que nos ha prescrito el Señor? Tú responderás...’ (Dt. 6,20-21). A veces era mediante una enseñanza directa: ‘Ese día darás una explicación a tus hijos: `hacemos esto para recordar lo que hizo por mí el Señor cuando salí de Egipto´’ (Ex. 13,8). ‘Pero presta a tención y no te olvides de lo que has visto con tus ojos, recuérdalo mientras vivas y enséñaselo a tus hijos y a tus nietos’. En fin, espero que esta información que les comparto sirva para que cada padre de familia, asuma su compromiso de darle una educación cristiana a cada uno de sus hijos. Los padres son los primeros responsables de ello, la comunidad parroquial es una ayuda, un apoyo, pero serán los pasres los primeros encargados de que sus hijos vivan como verdaderos hijos de Dios. Asumamos este compromiso y que nuestros hijos siendo primero discípulos, posteriormente contemos con ellos para extiendan el Reino de Dios a los demás, siendo así verdaderos misioneros.
Pbro. Walter Fdo. Gómez Olvera Director editorial
CONOCE CONOCE >
Pastoral Siglo XXI > p. 3
LA VIDA... ¿SE ACABA CON LA MUERTE? P
ara el mundo de hoy, la vida se acaba con la muerte, todo tiene un inicio y todo tiene un fin. Para un mundo sin Dios, el fin del ser humano, es decir, su límite, es la muerte, después de ella ya nada se sigue, ya nada se espera. Pero para quienes tenemos fe, la visión es muy distinta, ya que creemos que Dios nos ha creado para la eternidad. Dios, el Eterno, nos ha pensado desde siempre, pero lo más importante para nosotros es que nos ha creado para una vida sin fin. Para Dios no hay muerte, porque Él no es un Dios de muertos, sino de vivos y para Él todos viven y si lo es para Él lo debe ser para nosotros también. De modo que nuestra manera de entender la muerte no es ni como fin, ni como fracaso, ni como destrucción, sino como “un paso”, necesario, si lo queremos ver así, pero a fin de cuentas, es sólo un paso. La vida, con la muerte, se transforma, no se acaba. Se disuelve nuestra forma imperfecta y corruptible y se nos brinda una vida perfecta y libre de toda mancha y error; se termina nuestra morada terrenal y se nos ofrece una morada celestial. Bien le decimos al que partió de este mundo: “Que Descanse en paz” y lo decimos bien, porque nuestro deseo es que la persona descanse “en el cielo” de toda fatiga, dolor y sufrimiento y pase a gozar la dicha de los bienaventurados. Y esto no es únicamente un deseo, sino también una afirmación, porque no sólo lo deseamos, sino que además lo afirmamos con plena seguridad.
Despedirse de alguien a quien se amaba y más aún, con todas las fuerzas, es difícil, porque sabemos que algo hermoso se ha terminado, ya no se compartirán sueños, ilusiones, reuniones, alimentos, la vida misma. Lo importante será entender que no se trata de un adiós, sino de un hasta pronto, ya que un día nos encontraremos una vez más, pero ese encuentro será muy diferente: limpios, santos, perfectos y cubiertos totalmente del amor de quien es el Amor y nuestra forma de amarlos será sublime, maravillosa y plena. No tiene punto de comparación con lo que vivimos en este mundo. Por eso los grandes santos de la historia, como san Pablo, santa Teresa hablaban de la muerte de una forma extraña para nuestra manera ordinaria de pensar. San Pablo dice en su carta: “Para mí la vida es Cristo y la muerte una ganancia” y santa Teresa de Ávila decía: “Vivo sin vivir en mí y tan alta vida espero, que muero porque no muero”. La peor actitud que podemos manifestar ante la muerte es la negación permanente. Será comprensible en un primer momento como signo de dolor y de sorpresa, pero la fe nos tiene que mostrar el camino hacia algo distinto y más consolador y sobre todo esperanzador. No debemos temer. El Señor nos ha preparado el camino y nos lo ha trazado, para que ante esta dura y difícil realidad de la muerte, nuestro corazón se mantenga firme y nuestra alegría, la que nos debe caracterizar siempre, no se apague jamás. Que nada ni nadie nos arrebate lo que el Señor nos ha dado a manos llenas. Pbro. Roberto Figueroa Méndez Párroco de San Rafael Arcángel en Monterrey
CONOCE LA PARROQUIA Comunidad de fieles
Pastoral Siglo XXI > p. 4
CONOCE > SAGRADA ESCRITURA
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l canon 216 § 1 del código de derecho canónico de 1917 definía la parroquia como una parte territorial de la diócesis con iglesia propia, con población determinada y con un pastor propio para la necesaria cura de almas. Posteriormente el canon 515, § 1 del código de 1983 hace una innovación en el concepto de la parroquia, respecto a la anterior legislación, ya que el nuevo concepto recoge la terminología del Concilio Vaticano II, de Sacrosantum Concilium 42 que define a la parroquia como una «comunidad de fieles» (fidelium coetus), distribuida localmente bajo un pastor que hace las veces del Obispo, esto ante la imposibilidad del Obispo de presidir toda su grey. Pero el concepto de parroquia se precisa con los cánones 518 y 519, que añadirán la regla general de la territorialidad y la participación de otros presbíteros o diáconos en la cura pastoral, además de la ayuda de los fieles laicos.El elemento fundacional de la parroquia ya no es una parte territorial, stino, la comunidad de fieles, convocada por la palabra de Dios y los sacramentos. Durante los trabajos de revisión de la actual código surgieron varias opiniones para definir la parroquia; en el esquema propuesto en 1977 la parroquia aparecía descrita como una «porción determinada del pueblo de Dios que es constituida en la Iglesia particular». Esta definición intentaba ser paralela a la definición de diócesis de Christus Dominus 11 que dice: «La diócesis es una parte del pueblo de Dios que se confía a un obispo para que la apaciente con la colaboración de su presbiterio», este concepto tiene como parte constitutiva una «porción», que da una idea de mera funcionalidad estática. El término de «comunidad de fieles» teológicamente es mas acertado ya que acentúa la interacción dinámica entre personas unidas por un mismo pastor. En cuanto a la adscripción de los miembros de la comunidad, en sentido amplio podemos seguir el canon 204 §1: «son fieles cristianos quienes, incorporados por el bautismo, se integran al pueblo de Dios»; aunque también los catecúmenos, pero de una manera no plena (c. 206). En el sentido particular, respecto a la adscripción a la comunidad, el criterio general es el territorial –que se concretiza con el domicilio (c. 102)-, pero tenemos otros criterios que a nuestro parecer podemos llamar peculiares, como el rito, la lengua, la nacionalidad o incluso otra determinada razón (c. 518). La comunidad de fieles es el elemento genético en la parroquia, por lo tanto no puede ser una mera asociación, o una comunidad frágilmente constituida, ya que es la destinataria de la cura pastoral por parte del párroco, de ahí que tanto la comunidad como el párroco deben de gozar de estabilidad (c. 145, § 1). La estabilidad de la parroquia esta incluida en su naturaleza de persona jurídica (c. 515, § 3), que de suyo es perpetua (c. 120, § 1). En cuanto a la autoridad que puede erigir, suprimir o cambiar una parroquia, el canon 515, § 2 nos indica que es al Obispo diocesano a quien le compete tal tarea, pero lo debe hacer escuchando el parecer del consejo presbiteral. Por otra parte la parroquia por la legítima erección goza pleno derecho de persona jurídica pública (c. 116), ya que no es una simple asociación resultante de la voluntad de los fieles de constituirse como comunidad, es una comunidad constituida establemente, inherente a la organización interna de la Iglesia particular, no es un fenómeno de asociación, es parte de la diócesis (c. 374, §1). Siguiendo el canon 116, §1, la parroquia ha sido constituida como persona jurídica pública por la autoridad eclesiástica, para cumplir en nombre de la Iglesia la misión que se le ha confiado mirando al bien de la comunidad. La estabilidad de la comunidad permite que la actividad pastoral sea eficaz, además que antropológicamente es necesario poseer un sentido de pertenencia a una comunidad; un vínculo estable resguardado jurídicamente. La cura pastoral se identifica con las obligaciones del párroco de enseñar, santificar y regir a la comunidad que se le ha encomendado como pastor propio (cc. 528, 529 y 530); la cura pastoral es el fundamento y la finalidad de la parroquia, por ello el párroco, que es el agente responsable de tal encomienda, es un elemento esencial en la configuración parroquial, es el sacerdote que ha sido nombrado para el oficio parroquial (cf. cc. 150, 521, § 1). Al párroco se le denomina pastor propio, ya que él es cabeza de la parroquia; en consecuencia sobre la parroquia existe una doble capitalidad: la del Obispo como Ordinario propio de toda la diócesis (cf. c. 381, § 1) y la del párroco como pastor propio de la comunidad parroquial bajo la autoridad del Obispo diocesano (c. 519). En consecuencia, se genera una verdadera relación jurídica entre los fieles que tienen derecho a recibir los bienes espirituales de la Iglesia, principalmente la Palabra de Dios y los Sacramentos (c. 213), y el párroco, que tiene la obligación de proveer tales bienes desde le momento en que toma posesión de la parroquia (c. 527). Pbro. Lic. Juan Alberto Pequeño Macías Vicario Corpus Christi
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Pastoral Siglo XXI > p. 5
PREGÚNTALE AL SACERDOTE ¿POR QUÉ DEBO DE IR A MISA?
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ste artículo es una respuesta para aquellos que desean encontrar el sentido de la Santa Misa, y un estímulo para quienes la Eucaristía es el centro de su vida espiritual. (Extractos del documento escrito por el Pbro. Dr. Eduardo Volpacchio, sobre la importancia de la Misa en la vida del cristiano). Posiblemente usted pertenece a una de estas tres categorías de personas: + Católico que iba a Misa con sus padres cuando era chico y un día durante la adolescencia dejó de ir. + Católico que nunca fue a Misa de modo constante. Quizá ni siquiera sabía de la obligación de asistir todos los domingos. Le parece hasta curioso o exagerado que la Iglesia pretenda esa práctica para todos. + Católico que va a Misa y, siguiendo el llamado del Papa, quiere ayudar a muchos a volver a sentir la necesidad de esta práctica tan esencial de la vida cristiana. Es consciente de que si cada católico consiguiera por año que un católico no practicante volviera a la práctica de los Sacramentos, haríamos una verdadera revolución en la Iglesia. Los motivos básicos para ir a Misa Sentando la base de que casi siempre el comenzar a faltar a Misa el domingo responde a una actitud caprichosa, a la que es muy difícil refutar -precisamente por su falta de racionalidad- describimos unas consideraciones sobre el precepto dominical y la importancia de la Misa en la vida de un cristiano. 1.- Hay que considerar que a Misa se va a dar, no a recibir. Se recibe mucho, pero no se va por motivos egoístas, ni comerciales, una especie de intercambio con Dios; mi atención y dedicación de tiempo a cambio de ciertos gustos, bienes, ya sea espiritual o material, temporal o eterno. Este primer punto desvaloriza de raíz todos los motivos para no ir basados en una línea egoísta de pensamiento: me aburro, no siento nada, no tengo tiempo, estoy cansado, etc. 2.- Porque Dios es tu Creador y debes dedicarle un tiempo semanal a Él. Es la manifestación de vivir centrado en Dios y en la salvación, vivir el año centrado en la Pascua; la semana, en el domingo; el domingo, en la Misa. No importa cuánto te aburras, tu Creador ha dispuesto que un día de la semana sea para Él: “Acuérdate de santificar el día sábado. Los seis días de la semana trabajarás y harás todas tus labores. Más el séptimo es sábado, consagrado al Señor tu Dios” (Éxodo 20,8-10). 3.- Porque como miembro de la familia de Dios, se debe rendir culto a Dios de acuerdo a su naturaleza, junto a sus hermanos: Esto exige que el culto a Dios no sólo sea interior sino también exterior (que los demás vean su fe) y comunitario (dar culto unido a sus hermanos). Es decir, que se reúna con otros para adorar juntos a Dios. 4.- Porque hay que cumplir con el mandato divino: No es cuestión de un capricho del Papa, sino de una necesidad. En el siglo IV, la Iglesia se vio obligada a imponer este precepto para garantizar a sus fieles el mínimo de vida eucarística que necesitan. 5.- Porque si no se va. Se comete un pecado mortal: Hay un precepto que obliga a los bautizados a asistir a Misa los domingos y fiestas. Es una obligación grave, de manera que su incumplimiento es una falta grave. 6.- Porque necesita de la Eucaristía para vivir una vida realmente cristiana: Es una necesidad vital, de manera que sin la Eucaristía semanal, no te darían las fuerzas espirituales para vivir como un hijo de Dios. 7.- Porque sin la Eucaristía no tendría acceso a la vida eterna: Jesús no dejó lugar a dudas: “Yo soy el pan vivo bajado del cielo; si alguno come de este pan, vivirá para siempre”, “el que come mi cuerpo y bebe mi sangre tiene vida eterna” (cfr. Juan 6,30-58) CONTINUARÁ...
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Pastoral Siglo XXI > p. 6
¿Qué necesito para perdonar? Perdona la ofensa a tu prójimo, y así, cuando pidas perdón se te perdonarán tus pecados. Si un hombre le guarda rencor a otro, ¿le puede acaso pedir la salud al Señor? (Eclesiástico 28, 2-3)
comparten y por eso parten el dolor, pero no sólo eso, sino que, además el perdón busca soluciones al dolor. Pero, ¿qué se necesita entonces para perdonar?, ¿por qué a veces yo no perdono o no me perdonan? Esta pregunta se hace cada vez más urgente y estimulante en un mundo en el que no se sabe perdonar. ¿Por qué no puedo perdonar? Porque no sabemos escuchar: no nos escuchamos, no nos entendemos. Escuchar es abandonar todo lo que somos para estar pendiente de los labios de otro. Estar pendiente es ser dependiente, es estar colgado, es renunciar a mi propia libertad, es afirmar al “otro” con aniquilación de mi “yo”, mientras que el “otro” tenga algo que decir. Sólo desde ahí brota la compasión y el entendimiento hacia quien me ofendió o de quien ofendí.
Pero yo no puedo escuchar al otro, si tengo muchas otras cosas en mi cabeza, o si estoy prejuiciado hacia el otro. Por eso perdonar, no es tan simple. Escuchar es una actividad muy fuerte, incluso agotadora, no lo hacen muchos. “Para escuchar tenemos que entender, y para entender, hay que atender al otro”. Esto es que, con mis cinco sentidos yo me desplazo hacia la fuente de los estímulos que quiero percibir del que está frente a mí, incluso si tengo un dolor de muelas o pocas horas nevitablemente la vida está llena de fallos y errores de descanso, incluso si hay mucha gente o poca a mi humanos. Para no vernos continuamente aplastados alrededor; mi objetivo es el otro y nada más. Sin atención por su peso necesitamos perdonarnos unos a otros, es no es posible el cuidado. Es muy dificil. decir romper decididamente y para siempre con la lógica de la venganza, las cadenas del odio, prisión del rencor En una cultura como la nuestra que está tan rota, donde y de la ira. Pero, siendo el perdón un rasgo fundamental está tan automatizada la vida de cada ser, es urgente del actuar de Dios también tiene repercusión en el actuar aprender el arte de escuchar para perdonar, pero no sólo eso. Recordemos que perdonar es una gracia, y por esto, del hombre. siguiendo el consejo de Jesús “cuando te pongas de pie El odio y el rencor, como lo dice el libro del Eclesiástico, para orar, perdona si tienes algo contra alguno, para producen daños graves. El perdón no sólo es algo bueno que también vuestro Padre celestial, os perdone vuestras para la relación sana entre nosotros, sino un deber para ofensas” (Mc 11, 25), esto es, necesitamos orar a Dios para el cristiano. Perdonar tiene un valor tan grande que no perdonar de corazón. Si orar es abrazarnos nuevamente tiene comparación con ningún otro proceso terapéutico a la confianza en el Otro con mayúscula, cuanto más o psicológico para la salud integral del ser humano, no lo necesitamos para abrazarnos nuevamente a la y puesto que Dios no quiere la muerte del pecador, confianza con el otro. sino que viva, por esto perdonar debe ser la norma del Y más en la Iglesia es urgente ser escuela del perdón. comportamiento del creyente. Somos comunidad de creyentes, que estamos sometidos Es indiscutible notar, hoy por hoy, una cultura que al error y la debilidad propia y ajena, y desde esta promueve la indiferencia, la individualidad, el egoísmo, realidad, nuestro Dios, quiere que nos veamos como la violencia, donde cada vez más las promesas de paz, de hermanos que busquen lo verdadero y noble. De ahí que justicia, se alejan de la realidad, y también de nuestras Jack Kornfield afirme: “la comunidad se crea no cuando relaciones cotidianas y comunitarias. Es aquí donde la la gente se une en nombre de la religión, sino cuando se única forma de salir del círculo del rencor y la venganza, une con honestidad, respeto y amabilidad para fomentar es perdonando sinceramente de corazón al otro. Pero, el despertar de a lo sagrado”. ¿Qué es perdonar de corazón? En un primer momento, perdonar de corazón no es decir “ya perdoné, aunque Dios nos invita a romper con el vicio del rencor, con él no quiera cambiar”, o bien “te perdono de corazón, la ira, la venganza, cortemos pues pero no lo vuelvas a hacer”, perdonar no es un negocio ese cordón umbilical que nos ata a la violencia del mundo por medio de la de afecto. actitud generosa de escuchar, atender, Perdonar, ante todo, es una experiencia de encuentro y entender a los semejantes. personal donde dos o más comparten un mismo dolor P. Vicente Díaz Aldaco (sea del rencor, del daño, del mal). Pero este encuentro Vicario Parroquial San Jorge Mártir cura, alivia, devuelve la salud. Perdonar, es una experiencia que alivia, donde dos espaldas cargan el peso de una;
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DESPIERTA La charla central del evento fue impartida por el Pbro. Juan José Martínez Segovia, quien dividió su conferencia en dos partes, de 20 minutos cada una, haciendo una exposición que resultó muy ágil y amena.
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ace poco más de tres años, dos jóvenes padres de familia, quienes desde adolescentes participaban de los grupos apostólicos de su Parroquia, se dieron a la tarea de “hacer algo” para contrarrestar el pesimismo y las actitudes de indiferencia que permean entre los jóvenes, no sólo de la Iglesia, sino en toda la sociedad.
En la primera parte de su charla, el Padre Juanjo invitó a los presentes a no tener miedo de encontrarse con Dios, a través del trato cotidiano con la familia.
Al terminar, fue presentado el grupo de República Dominicana, “Los Alfareros”, quienes se presentaron por primera vez en la ciudad y que con su música de merengue, pusieron a bailar a todos los asistentes. Asimismo lograron, en su momento, crear un ambiente de oración, lo que hizo que el público los “devolviera” al escenario una vez terminada su presentación, para Mario y Ricardo, al ver la urgencia de trabajar en la deleitarlos con una melodía más. evangelización, decidieron, junto a sus esposas, quienes en todo momento apoyan sus iniciativas, proponer la Posteriormente, se dio paso a la segunda parte de la realización de un evento de evangelización que tuviera charla del Padre Juanjo, en la que se centró en la vivencia como fin principal motivar a los jóvenes a que se del amor y del perdón. comprometieran en la Iglesia y se dieran cuenta de que hay muchos medios, que la misma Iglesia propone y que El momento culmen de la velada inició con la presencia muchas veces no se utilizan, para evangelizar. en el escenario de Martín Valverde y los Enredados, quienes por más de 2 horas mantuvieron cautivos a la Fue así como nació, en el año 2006, DESPIERTA, audiencia, quien no se cansó de corear las canciones y un festival de música católica dirigido a los jóvenes, de aprender las nuevas melodías que presentaban los y que con el paso del tiempo, se ha ganado un lugar intérpretes. importante entre todos los miembros de la familia de la Arquidiócesis de Monterrey y poco a poco en otras Junto a Martín Valverde, se hicieron presentes los partes de la República Mexicana. cantantes Daniel Poli, Luis Enrique Ascoy, Ziza Fernández, Migueli Marín y Marco López. Lo que fue pensando en un principio como “pequeño evento” para los jóvenes, se ha convertido en la reunión Estos dignos representantes de la música católica de anual de la familia católica regiomontana. Iberoamérica, mantuvieron el ambiente de alegría, entremezclado con la reflexión, que llegó a su clímax al Cada año, son más las personas que se integran a esta momento de cantar todos juntos: “Nadie te ama, como gran fiesta de evangelización, que desde el principio yo”, al mismo tiempo que la enorme cruz de madera, ha contado con la bendición y participación del Señor de más de 450 kilos y de 11 metros de largo por 8 de Cardenal D. Francisco Robles Ortega, Arzobispo de ancho, que se encontraba en lo más alto de la Arena, Monterrey. descendía lentamente para posarse en el escenario y ser así el mejor elemento para que todos los ahí reunidos En este tercer año, muchas de las Parroquias de la observarán el instrumento en el que Jesús nos dio la Arquidiócesis realizaron la “II Semana de la Familia”, prueba de su amor. como preparación a DESPIERTA, misma que fue coordinada por el Departamento de Pastoral Familiar. La fiesta terminó alrededor de las 9:30 p.m., dejando El tema elegido fue “La Vida” y durante la semana se a todos los presentes con ganas de seguir cantando, tuvieron charlas, horas santas, celebraciones Eucarísticas llevando a casa la tarea de ser verdaderos defensores de y algunos otros eventos, para motivar a los fieles a la vida, en la vivencia del amor cristiano, quedando así el profundizar en la Familia como “Santuario de Vida” y compromiso de volverse a reunir, con la ayuda de Dios, culminar con el evento masivo. para celebrar el “Despierta 2009”. El evento, realizado en la Arena Monterrey, reunió a más de 11 mil personas, iniciando con la celebración Eucarística, presidida por el Emmo. Sr. Cardenal Francisco Robles, acompañando de más de 30 Sacerdotes
Bien dice la Sagrada Escritura que donde dos o más se reúnen en el nombre de Jesús, Él estará ahí, en medio de ellos, y vaya que lo ha cumplido, pues lo que inició como una charla entre dos cristianos, se ha convertido en una de las más grandes expresiones de fe, masiva, en En su homilía, el Cardenal invitó a las familias a no nuestra Arquidiócesis. quedarse “cruzadas de brazos” y enfrentar con valentía la defensa de la vida, buscando librar a las familias de todo Departamento de Evangelización de los Medios de aquello que atenta contra su dignidad. Comunicación Arzobispado de Monterrey
MEDITA
Pastoral Siglo XXI > p. 8
MEDITA >
La integración social de las personas con discapacidad
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os seres humanos somos sociables por naturaleza, no se puede ver al hombre aislado de los demás, pues necesitamos unos de otros para poder subsistir, aprender, trascender. Las relaciones humanas son esenciales para nuestro crecimiento personal pues es en el entorno social como se va formando nuestra propia identidad de acuerdo a las conductas aprendidas. A A todos nos gusta saber que somos únicos y que tenemos cada uno nuestro propio valor. Pero también nos gusta estar en grupos con personas que nos quieran y nos acepten. Somos seres sociables y tenemos tendencia a comunicarnos con otros seres humanos. Dentro de nuestra sociedad tan diversa y a la vez tan exigente, cada uno poseemos capacidades para irnos desenvolviendo, esas capacidades nos hacen ser personas especiales, sin embargo también hay algunas cosas para las que no somos tan buenos y tenemos que dedicar mayor esfuerzo para lograr hacerlas; en este sentido podríamos hablar que tenemos ciertas “discapacidades” o capacidades diferentes unos de otros. Sin embargo, existe un grupo de personas a las que denominamos “con discapacidad”, por el hecho de nacer diferentes o haber adquirido alguna diferencia por enfermedad o accidente, de los cuales nadie estamos exentos y lo cual puede cambiar drásticamente nuestra vida. Al igual que las personas que no tenemos alguna “discapacidad”, las personas con discapacidad tienen los mismos sueños, aspiraciones e intereses y las mismas ganas de vivir y salir adelante dando ejemplo de lucha, tenacidad y perseverancia por alcanzar sus metas. Hace algunos años, no era común ver a una persona con discapacidad en lugares públicos, no porque no hubiese, sino porque se les aislaba dentro de sus casas por temor y desconocimiento de la familia, sin embargo poco a poco se está volteando a ver con mayor interés hacia este grupo de nuestra población como personas con derechos y valores que merecen ser respetadas y aceptadas dentro de la sociedad. A las personas con discapacidad se les comenzó a integrar a centros de rehabilitación, a la familia misma, a la educación y ahora se les ve cada vez más integrándose a la sociedad, pues como veíamos el ser humano con y sin discapacidad es por naturaleza sociable y necesita de los demás para que se el aprendizaje, el comportamiento, la comunicación, etc. Todos tenemos el derecho de disfrutar las mismas cosas: ir al cine, salir al parque, ir a merendar con los amigos, tener esos momentos de diversión y esparcimiento para alcanzar un desarrollo integral que nos haga ser personas completas, teniendo el contacto y la convivencia en los diferentes niveles de la vida social: familiar, religioso, escolar, recreativo, afectivo, etc. Por ello es importante darles y darnos la oportunidad de integrar y convivir con las personas con discapacidad que más allá de ser nosotros quienes les enseñamos, son ellas las que aportan mucho a nuestras vidas, pues nos demuestran con sus acciones la posibilidad de alcanzar sueños y metas aún en la adversidad, nos hacen ver que todo es posible cuando se tienen las ganas de salir adelante. Si queremos una sociedad más justa y llena de armonía e igualdad, hay que crear en nuestros ambientes una cultura de integración donde no aislemos a las personas, especialmente si tienen una discapacidad, podamos aprender de ellas y valoremos todo ese potencial que nos demuestran día a día.
Lic. Blanca Elva Cerda Valdez Coordinadora de Integración Social Instituto Nuevo Amanecer, A.B.P.
MEDITA MEDITA >
Pastoral Siglo XXI > p. 9
“La experiencia de la pérdida de un ser querido en la familia” “Nosotros tenemos nuestra Patria en el cielo, y de allí esperamos al Salvador que tanto anhelamos, Cristo Jesús, el Señor, Pues él cambiará nuestro cuerpo miserable y lo hará semejante a su propio cuerpo, del que irradia su gloria” Fil. 4, 20-21 ¿Por qué nos resulta tan difícil asimilar la pérdida de un ser querido a pesar de que creemos por fe en que la “muerte” es en realidad el inicio de la “vida” y que algún día nos uniremos con ellos? Los estudios de la personalidad suelen decir que nos descubrimos a través del contacto con los demás. La identidad del ser humano se va conformando con la suma de todas aquellas identificaciones que va experimentando a lo largo de su vida: valores, creencias, actitudes, modos de comportamiento y relaciones interpersonales. Cuando intentamos responder a la pregunta ¿Quién soy?, recurrimos a toda esta información que está, consciente o inconscientemente en nosotros. Se puede decir que nos conocemos referencialmente por medio del mundo. Cuando se nos separa de alguna de estas identificaciones experimentamos lo que llamamos una perdida. Cuando amamos, esto es especialmente significativo. Dándonos, nos encontramos, y por lo mismo, la perdida del objeto amado afecta mi integridad como persona, mi identidad del yo. Cada miembro de la familia establece una relación de identificación con el ser amado: “Mi padre”; “Mi esposo”, “Mi hermano” ; por lo tanto, la muerte de éste involucra al mismo tiempo, parte de nuestra propia muerte, algo de nosotros muere, parte de nuestra identidad se va, junto con nuestro ser querido. Esto hace tan difícil y doloroso dejarle partir. La separación es un proceso que afecta seriamente a cada miembro de la familia, pues transforma la realidad personal. El dolor que se desprende de la separación no se puede anular o modificar, sino que tiene que vivirse, a la vivencia de este dolor se le llama duelo, y es necesario que este se viva, pues es la forma de terminar de decir adiós. Este proceso tiene tres etapas: 1.- Evitación. La realidad de la pérdida puede ser imposible de asimilar. Al enfrentarnos a la dureza de la noticia de la muerte podemos reaccionar con un: ¡No puede ser verdad!, un individuo que se encuentra en la fase de evitación, puede parecer desorganizado y distraído, incapaz de llevar a cabo las actividades más rutinarias de la vida cotidiana. 2.- Asimilación. Se empieza a experimentar soledad y tristeza con gran intensidad, aprendiendo las duras lecciones de la ausencia en la vida cotidiana. Esta etapa suele ir acompañada frecuentemente de síntomas depresivos, que incluyen los períodos de llanto impredecible, los trastornos persistentes del sueño y del apetito, la pérdida de motivación y la desesperanza respecto al futuro. 3.- Acomodación. Finalmente la angustia y la tensión características de la fase de la asimilación empiezan a ceder en la dirección de una aceptación resignada de la realidad de la muerte a medida que empezamos a preguntarnos: “¿qué va a ser de mi vida ahora?” de manera gradual, vamos recuperando un mayor nivel de autocontrol emocional y los hábitos de alimentación y descanso vuelven a la normalidad. “Se dan dos pasos hacia adelante y un paso hacia atrás”.
¿Cuándo debería buscar ayuda? Aunque el dolor, la soledad y los trastornos que acompañan el duelo no tienen nada de “anormal”, hay alguno síntomas que deberían hacer que acudiéramos a un profesional o a alguna persona de nuestro entorno que pueda apoyarnos: médicos, guías espirituales o profesionales de la salud mental. Se debe plantearse seriamente hablar con alguien sobre su duelo si presenta algunos de los siguientes síntomas: • Intensos sentimientos de culpa, provocados por cosas diferentes a las que hizo o dejó de hacer en el momento de la muerte del ser querido; • Pensamientos de suicidio que van más allá del deseo pasivo de “estar muerto”; • Desesperación extrema; la sensación de que nunca va a poder recuperar una vida que valga la pena vivir; • Inquietud o depresión prolongada y abuso de sustancias. La muerte continúa siendo un misterio, que es inherente a la vida, es a ella lo que la noche al día, o la oscuridad a la luz, por eso hay que incluirla en nuestra conciencia, pensarla y asumirla, esto ampliaría nuestro horizonte vital, pues le da sentido y significado al qué hacer diario, y le otorga al más allá una trascendencia. Lic. Delia Alejandrina Isassi García
MEDITA MARÍA REYNA DE LA IGLESIA MEDITA > CON ELLA HACIA ÉL
Pastoral Siglo XXI > p. 10
“En la celebración de este círculo anual de los misterios de Cristo, la santa Iglesia venera con especial amor a la bienaventurada Madre de Dios, la Virgen María, unida con un vínculo indisoluble a la obra salvadora de su Hijo; en ella mira y exalta el fruto excelente de la redención y contempla con gozo, como en una imagen Purísima, aquello que ella misma, toda entera, desea y espera ser” SC 103; CIC 1172. A lo largo de esta catequesis hemos podido ver cómo el culto especial a María nació espontáneamente de la fe y del amor filial del pueblo de Dios y se ha convertido en un “elemento intrínseco del culto cristiano” formando “parte integrante” del mismo. En María, la Iglesia celebra el cumplimiento del misterio Pascual en su forma plena, semejante a la del Señor resucitado, puesto que realizó en cuerpo y alma su “paso” pascual de la muerte a la vida. De esta manera el culto cristiano se ve enriquecido con la celebración total del triunfo, no sólo de Cristo sino, que al celebrar a María celebramos nuestro propio triunfo dentro del misterio pascual de Cristo. María, como en Pentecostés, vuelve a reunirse con la Iglesia y en la Iglesia para pedir que el Espíritu Santo realice el misterio de la transubstanciación, para acompañar en la peregrinación al pueblo de Dios, para interceder y unirse a la misma oración de súplica, para volver a ofrecer con todo su corazón a Cristo, como lo hizo ante la cruz, para mostrarle a cada uno de los cristianos que el culto es la expresión más perfecta de adoración y sostén de la verdadera fe.
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as fiestas de Nuestra Señora de los Dolores (15 de Septiembre), la Coronación de María o María Reina (22 de agosto), Nuestra Señora del Refugio (4 de Julio) junto con muchas fiestas más, obedecen a la piedad popular que va asociando a María Santísima con sus virtudes y prerrogativas, así como con algunos pasajes de su vida, que aunque no documentados, se suponen obvios, como es el caso del dolor que debió padecer al pie de la cruz. Por lo que se refiere al título de Reina, éste es atribuido a María por la tradición cristiana al menos desde comienzos del siglo IV. Entre otros títulos reales aplicados a la Virgen, éste fue ganando terreno progresivamente en el uso del Pueblo de Dios, hasta llegar a ser del dominio común en la Iglesia. En 1954 Pío XII publica la encíclica Ad Coeli Reginam, que es el principal documento del magisterio sobre la realeza de María, e instituye su fiesta litúrgica, la cual se fija una semana después de la fiesta de la Asunción, ya que fue al culminar ésta cuando “la Santísima Virgen es coronada de gloria en la celestial bienaventuranza”.
Por ello, el culto a María nos ayuda a entender más el misterio interior de Dios, y a saber que contamos con una Madre amorosa que vela incesantemente por nosotros, ya que como dice el Concilio, su participación en el misterio de la salvación no ha terminado aún (LG 62), que continúa acompañándonos y protegiéndonos hasta que se realice en cada uno de sus hijos la victoria final sobre el mal y el pecado, y pueda tenerlos en su regazo en el cielo por toda la eternidad.
Pbro. Ernesto Caro Párroco en Santa Cruz
“María nos ayuda a entender más el misterio interior de Dios, y a saber que contamos con una Madre amorosa que vela incesantemente por nosotros”
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VIVE > TESTIMONIO DE UN APÓSTOL
Pastoral Siglo XXI > p. 11
Excelentísimo Sr. Gustavo Rodríguez Vega Obispo de Nuevo Laredo
“Que vuestra mesura sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca.” (Filipenses 4, 5)
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ue hermoso es descubrir a Dios en los Evangelios que son su misma Palabra, que bello y reconfortante es encontrarlo a través de su Iglesia y sus gracias derramadas, son bendiciones que por su infinito amor tenemos a nuestro alcance. No podemos negar que de muchas otras formas Dios nos manifiesta su amor, pero una manera muy hermosa es mediante nuestro prójimo, y más aun, cuando estas personas se dedican a servir y amar a Dios por medio de sus hermanos.
de Monterrey, por el Papa Juan Pablo II, el 27 Junio del 2001. Recibiendo la Ordenación Episcopal el 14 de agosto del 2001, de manos del Emmo. Sr. Cardenal D. Adolfo A. Suárez Rivera. Destacando algunas de las muchas virtudes de Mons. Gustavo, está su gran disposición de servicio, siempre accesible a visitar a los enfermos, atender al necesitado y brindar su oración.
Muchos fieles de distintas comunidades entre ellas: Jesús el Buen Pastor, el Santísimo Redentor, Ntra. Sra. del Consuelo, grupos de catequistas, religiosas, alumnos, seminaristas, sacerdotes reconocen en el Padre Tavo a un hombre de Dios, han podido ver en Él al Buen Pastor, Mons. Gustavo Rodríguez Vega, conocido por muchos que se mantiene pendiente a sus ovejas. como “el Padre Tavo”, es una de esas personas que ha puesto su inteligencia, libertad y voluntad a la disposición Uno de sus grandes amores el Seminario de Monterrey, del Espíritu Santo, buscando ante todo la unidad, el al cual sirvió como formador desempeñándose como prefecto de estudios, director espiritual y rector. El bienestar, la paz y sobre todo el amor. definía al Padre formador como “una vocación dentro El ahora Obispo electo de Nuevo Laredo, nació en la de una vocación”, sus seminaristas, muchos de ellos ciudad de Monterrey, el 7 de Marzo de 1955. Es hijo de ahora Presbíteros, le recuerdan pos sus clases, consejos, Manuel Rodríguez y Blanca Vega. Ordenado Sacerdote pero sobre todo por su amistad y testimonio. en la Basílica de la Purísima Concepción en Monterrey, el día 15 de agosto de 1980, de manos del Excmo. Sr. José Como sucesor de los apóstoles, siempre cercano a las de Jesús Tirado y Pedraza. Nombrado Obispo Auxiliar comunidades parroquiales, pastorales, movimientos, comunidades religiosas y sus sacerdotes.
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Pastoral Siglo XXI > p. 12
VIVE > TESTIMONIO DE UN APÓSTOL
Gracias a Dios por manifestarnos su amor por medio de el prójimo, especialmente sus consagrados. Gracias Mons. Gustavo por su servicio de 21 años como presbítero y 7 mas como Obispo Auxiliar de esta grey regiomontana, por confiar en Dios como lo hace, por su esperanza en que las cosas saldrán bien, por su alegría y amor que muestra en sus detalles ordinarios que lo hacen extraordinario. Gracias por ser Amigo, compartiendo su persona, por ser Padre, y como dice usted cuando se le preguntaba ¿Cómo esta? “bien Padre”, por ser auténtico Pastor que conoce, alimenta, ama y guía hacia Dios. Que María Santísima le acompañe y bendiga en Ministerio.
Juan Pablo Vázquez Rodríguez Coordinador Pastoral Siglo XXI
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General: Que el ejemplo de los Santos anime a los cristianos a entregarse a Dios y al prójimo, siguiendo a Cristo que vino a servir, no a ser servido.
Misional: Que la Iglesia en Asia descubra los medios más adecuados para anunciar fielmente el Evangelio, en este continente tan rico en cultura y antiguas formas de espiritualidad.
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Pastoral Siglo XXI > p. 13
ASAMBLEA ECLESIAL DIOCESANA 2008 1, 2, 3 de Diciembre, Casa de la Iglesia
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l Buen Pastor que conoce sus ovejas y cada día vela para que tengan buenos pastos y beban agua sana que vivifique sus vidas, nos conduce a este encuentro anual eclesial que es la ASAMBLEA ECLESIAL DIOCESANA. Es un encuentro en el que participa toda la comunidad diocesana en la oración, el interés, la esperanza y todos los quehaceres previos, cuyos resultados son confiados a hermanos de la comunidad a la que representan y que al llamado del Obispo, Pastor Diocesano, participan activamente en los trabajos de la Asamblea. En la perspectiva de nuestro Plan Diocesano de Pastoral Orgánica, Las Asambleas Diocesanas son el medio para “detonar los quehaceres pastorales de cada año y evaluar la aplicación de los programas acción pastoral y asumir los nuevos elementos a favorecerse mutuamente “ Cfr. decreto de promulgación de Plan Diocesano # XIV” El Objetivo especifico para este año es: POTENCIAR NUESTRO SEGUIMIENTO DEL PDPO 2006 – 2010 CON LOS APORTES DE APARECIDA Y LAS ORIENTACIONES PARA LA MISION CONTINENTAL (MISION PERMANENTE) PARA IMPLEMENTAR EL ESTADO DE MISION PERMANENTE DESDE LA PERSPECTIVA KERIGMATICA. Agradecemos infinitamente a Dios Nuestro Señor el impulso y guía pastoral que nuestro Obispo, el Sr. Cardenal nos ha ofrecido, especialmente a través del Plan Pastoral que se ha visto fortalecido con los aportes de Aparecida y las orientaciones para la misión permanente, de suerte que nos va apareciendo claro que nuestro plan con conduce a vivir en estado de misión permanente y que aplicándolo estaremos dando la viabilidad conveniente al proceso de la misión. Esta constatación debe ser un elemento que nos invite a comprometernos cada día más en la implementación de las líneas pastorales que nos señala nuestro plan. La Asamblea Eclesial Diocesana es una hermosa experiencia de comunión que el Señor nos regala, ver unido al Pueblo de Dios, que peregrina en Monterrey: muchos laicos; miembros de vida consagrada –mujeres y hombres ; y a los pastores –obispos, presbíteros, diáconos. Todos atentos a la Palabra del Señor y a su voz que nos habla en la historia, los signos de los tiempos, que vive nuestro pueblo, buscando las luces y las respuestas que desde nuestra fe estamos llamados a ofrecer a nuestros hermanos, uniendo nuestros esfuerzos y animándonos en la esperanza, compartiendo este camino pastoral.
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Pastoral Siglo XXI > p. 14
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En nombre de toda la comunidad, con el favor de Dios, participaremos convocados por nuestro pastor, el Obispo, Sr. Card. Francisco Robles Ortega: • • • • • •
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los Obispos Auxiliares Sr. Obispo Emérito Los Vicarios Episcopales, Territoriales y funcionales. Decanos Párrocos y Rectores de Templos y Capillas. Directores de Secretariados, Departamentos, Comisiones Pastorales. (SEDECOPA) • Vicerrector del Seminario • Seminaristas • Representantes de los Padres formadores en el Seminario • Servidores en la administración del gobierno diocesano: Canciller, Tesorero, Coordinador de Relaciones Públicas, Oficial de Matrimonios, de sistemas, Director del Periódico, Responsable del Archivo histórico, Representante legal (nota: muchos de ellos son párrocos) Representantes de Diáconos Permanentes Representantes varones (no presbíteros) de Vida Consagrada Representantes mujeres de Vida Consagrada Seglares representantes de parroquias (1por cada una) Consejo de Pastoral Orgánica Representantes seglares de colegios católicos Representantes de equipos de SEDECOPA (2/equipo pastoral) Empleados de Curia y otras instancias pastorales.
Esperamos 625 asambleístas, de los que el 52% serán laicos; casi 8 % de vida consagrada y 40 % de ministerio ordenado. Es importante que nos preparemos para participar de tiempo completo, reservando en las agendas y en algunos casos tomemos algunas medidas de apoyo, por ejemplo a laicos que para representar a la parroquia no podrán trabajar esos días. Asimismo debemos promover la oración en la comunidad, preparar y prepararnos con lectura de Aparecida, las orientaciones de la Misión continental y participando en el Retiro Taller que para la sensibilización hacia la misión permanente se irán realizando en nuestras comunidades. El Espíritu nos impulsa a la misión y a la Asamblea. Tengamos esperanza, pongámonos en camino y salgamos juntos al encuentro del Señor que nos convoca, nos ilumina y nos lanza a remar mar adentro. Seamos el discípulo que escucha, aprende y anuncia. VAYAMOS A NUESTRO ENCUENTRO: ASAMBLEA ECLESIAL DIOCESANA 2008 Vicaría de Pastoral
Nombran a Mons. Gustavo Rodríguez Vega Obispo de Nuevo Laredo
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ONTERREY N.L. (Pastoral Siglo XXI).- Su Santidad Benedicto XVI ha nombrado nuevo Obispo para la Diócesis de Nuevo Laredo a S.E.R. Mons. Gustavo Rodríguez Vega, hasta entonces Obispo titular de Obba y Auxiliar de Monterrey. La noticia fue publicada oficialmente en L’Osservatore Romano, en Roma, la tarde del miércoles 8 de octubre del 2008. Mons. Gustavo Rodríguez Vega fue electo Obispo Auxiliar de Monterrey el 27 de junio de 2001 y recibió la ordenación episcopal el 14 de agosto del mismo año. Actualmente es Presidente de la Comisión Episcopal para la Pastoral Social.
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NOMBRAMIENTOS R.P. Juan Manuel Magdaleno Muñoz Vicario Parroquial Nuestra Señora de Guadalupe (San Pedro Garza García) R.P. Rafael Robles Robles Vicario Parroquial Nuestra Señora de Guadalupe (San Pedro Garza García) R.P. Fernando Lebrack Coria Lozano Vicario Parroquial Santa Cruz (Guadalupe) R.P. Rafael García Preciado Vicario Parroquial Santa Cruz (Guadalupe) R.P. Ricardo Espinoza Córdova Vicario Parroquial Santa Cruz (Guadalupe) Pbro. Gerardo Ma. Mayela González Farías Párroco San Pío X (Monterrey) Pbro. Carlos Arturo Figueroa Olivarría Párroco María Esperanza Nuestra (Monterrey) Pbro. Ramón Guillermo Valenzuela Herrera Párroco Nuestra Señora de Loreto (Pesquería) Pbro. Homero Gerardo Rodríguez Jacobo Párroco San Rogelio (Monterrey) Pbro. Francisco Javier Canales Arredondo Párroco San Juan María Bautista Vianney (Guadalupe)
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IUDAD DEL VATICANO, (ZENIT.org).El Papa afirmó la importancia de recuperar la relación entre médico y paciente como clave para una necesaria humanización de la medicina, durante la audiencia concedida a los miembros de la Sociedad Italiana de Cirugía, que celebran estos días su 110 congreso nacional. La comunicación entre ambos debe ser la base para una “auténtica alianza terapéutica con el paciente” que permita definir la estrategia que se utilizará en la enfermedad. En esta relación, el Papa subrayó el papel del médico: “puede motivarle, sostenerle, movilizarle, e incluso potenciar sus recursos físicos y mentales, o al contrario, puede debilitarle y frustrar sus esfuerzos, reduciendo así la misma eficacia de los tratamientos practicados”. Lo que debe distinguirle son, añadió, “esas cualidades humanas que, más allá de la competencia profesional en sentido estricto, aprecia el paciente del médico”. El enfermo no debe ser considerado como “antagonista,” sino como “colaborador activo y responsable del tratamiento terapéutico”, aunque “respetando su autodeterminación”. El enfermo, por su parte, “quiere ser mirado con benevolencia, no solo examinado; quiere ser escuchado, no solo expuesto a diagnosis sofisticadas; quiere percibir con seguridad que está presente en la mente y en el corazón del médico que le cura”. Aunque es cierto que “hay que respetar la autonomía del paciente”, el Papa afirmó que “la responsabilidad profesional del médico debe llevarle a proponer un tratamiento que mire al verdadero bien del paciente, con la conciencia de que su competencia específica lo pone en grado, generalmente, de evaluar mejor la situación mejor”. Esta relación es tan importante, explicó el pontífice, que hay que “mirar con sospecha a cualquier tentativa de entrometerse desde fuera” en ella. En referencia al lema elegido por los propios cirujanos para su congreso, “Por una cirugía que respete al enfermo”, el Papa explicó que el principio de la medicina debe ser siempre “el respeto de la dignidad humana, de hecho, exige el respeto incondicional de cada ser humano, nacido o no nacido, sano o enfermo, sea cual sea la condición en que se encuentre”. La Medicina ha evolucionado hasta tal punto, explicó, que “mientras en el pasado se limitaba a aliviar”, hoy “es capaz de conseguir la curación”. Esto conlleva un riesgo, el de “abandonar al paciente cuando se advierte la imposibilidad de obtener resultados apreciables”. Otro de los riesgos es, añadió, el de “cosificar” al paciente, sometido a “reglas y prácticas que son a menudo extrañas a su forma de ser”, en nombre de “las exigencias de la ciencia, de la técnica y de la organización de la asistencia sanitaria”. Es necesario, por tanto, tener presentes “tres objetivos” en el ejercicio de la Medicina: “curar a la persona enferma o al menos intentar incidir de forma eficaz en la evolución de la enfermedad; aliviar los síntomas dolorosos que la acompañan, sobre todo cuando está en fase avanzada; y cuidar de la persona enferma en todas sus expectativas humanas”. “Aunque no existan perspectivas de curación, aún se puede hacer mucho por el enfermo: se puede aliviar su sufrimiento, sobre todo acompañándole en su camino, mejorando en lo posible sus condiciones de vida”, concluyó el Papa, pues “todo paciente, también el incurable, lleva en sí un valor incondicional, una dignidad digna de ser honrada”. Respondiendo al plan de PASTORAL ORGÁNICA 2006-2010 “Las estructuras pastorales utilizan los medios de comunicación social y la tecnología moderna parallegar a los agentes y destinatarios de la pastoral” (L.A.1/ Meta2/Estr. “e”)
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