PASTORAL
SIGLO XXI AÑO: 6 No: 52
CONOCE> ¿QUE ES LA VOCACION? / P. 5
COSTO DE EDICION: $10.00 MEDITA> EN COMUNION DE LOS POBRES / P. 7
ABRIL 2013
LA VOZ DE LA IGLESIA EN MONTERREY VIVE>
LA DIMENSIÓN HUMANA DE LA VIVENCIA COMUNITARIA / P.13
CONOCE CONOCE > EDITORIAL
Pastoral Siglo XXI > p.2
COMUNION, AMOR Y MISION
Dos de las principales acciones de la Iglesia son la Comunión y la Misión, incluso me atrevería a decir que éstas van unidas siempre y agarradas de la mano. Y estas acciones tienen que estar unidas por el Amor: “En el pueblo de Dios, la comunión y la misión están profundamente unidas entre sí… la comunión es misionera y la misión es para la comunión” (DA # 163). “La Iglesia es comunión en el amor. Ésta es su esencia y el signo por la cual está llamada a ser reconocida como seguidora de Cristo y servidora de la humanidad” (DA# 161). La comunión está fundamentada en la acción de Jesucristo, que llamó a los 12 apóstoles para hacer y vivir en “comunión” con Él. En Mc. 6, 31-32, les dice: “Vengan Ustedes solos a un lugar deshabitado para descansar un poco” para favorecer así la comunión e incluso para evaluar la misión de la que venían. Jesús quería transmitirnos el significado de la comunión, enviándolos a ellos a la misión y para que se expresaran el sentimiento del amor, fundamentando todo esto en el misterio de la Santísima Trinidad. Nosotros estamos llamados a vivir la comunión con el Padre (1 Jn. 1,3) y en el Hijo muerto y resucitado, en “la comunión con el Espíritu Santo” (2 Cor. 13,13). El llamado que Dios nos hace como discípulos misioneros, es un llamado a la con-vocación en la comunión de la Iglesia. No hay discipulado sin comunión, sin misión y sin amor. Sólo el que ama a sus hermanos se preocupa de salir al encuentro de ellos para integrarlos a la comunión del pueblo, que unidos con los pastores, se ofrecen a Dios en la Eucaristía: “Por Cristo, con Él y en Él, a Ti Dios Padre Todopoderoso, todo honor y toda Gloria…”. La Comunión es una expresión de la unión de la Santísima Trinidad, y la evangelización tiene que estar dirigida a la formación de la comunión a través de la misión. No es fácil salir a las comunidades, a los barrios, a los sectores parroquiales, si no hay amor por los hermanos. Sólo si se está consciente de que cada encuentro, cada visita que hacemos en los hogares, no es otra cosa que la expresión del amor de Dios por ellos, y que no es otra cosa sino un encuentro con Dios, que sólo el amor en el amor por los hermanos se puede experimentar. Una misión que no invita a la comunión y no está basada en el amor, está muerta. El objetivo tiene que quedar muy claro y todos debemos luchar por ello. Concientizar a los adultos, concientizar a los jóvenes y aún a los adolescentes y niños, de que ellos también deben ser misioneros para acrecentar la comunión. Una comunión que nos lleve a ser amigos y hermanos en Cristo. Que sepamos ayudarnos unos a otros, como lo hacían en las primeras comunidades. La esencia de la Iglesia es la comunión y la misión vividas en el amor. De hecho para alcanzar la santidad, ésta se alcanza en la comunión y en la misión. Es difícil entender esto, ya que el mundo y la sociedad en la que vivimos nos enseñan e insisten a vivir en la individualidad y a pensar que no necesitamos a nadie para alcanzar nuestros ideales y la felicidad. Pero la verdadera felicidad y la libertad se alcanzan cuando yo vivo en unión con otros hermanos nuestros y junto con ellos experimento a Dios nuestro Señor, ya que su compañía, su presencia y la unión, nos hacen desarrollarnos como hermanos en alegría y confianza. Nos motivamos, no nos dejamos caer, creemos juntos y profundizamos juntos el misterio divino. Una comunidad parroquial que no promueve la comunión y la misión se pierde en la búsqueda de la santidad a la que todos deberíamos aspirar. Hoy día es necesario retomar más el testimonio de salir al encuentro sobre todo de los más alejados y renuentes para que experimenten el amor de Dios que se expresa a través de la comunión y la misión. Pbro. Walter Fdo. Gómez Olvera Administrador Parroquial en Santa Cecilia
CONOCE
Pastoral Siglo XXI > p.3
CONOCE > LA VOZ DEL PASTOR CONTENIDO CONOCE EDITORIAL / p.2 LA VOZ DEL PASTOR / p.3 GALERÍA DE RETRATOS PONTIFICIOS EN CATEDRAL / p.4 ¿QUÉ ES LA VOCACIÓN? / p.5 MEDITA HABLABA COMO QUIEN TIENE AUTORIDAD / p.6 EN COMUNIÓN CON LOS POBRES / p.7 ¡VIVA EL PAPA! / p.8, p.9 ¿TRES EN UNO? : UN MISTERIO DIFÍCIL / p.10 JOB EL SUFRIMIENTO INOCENTE / p.11 CRISTO Y LOS CRISTIANOS, CAUSA DE ESCÁNDALO / p.12 COMPROMETETE LA DIMENSIÓN HUMANA DE LA VIVENCIA COMUNITARIA / p.13 LA ESPIRITUALIDAD DE LA COMUNIÓN / p.14 LA CREATIVIDAD AL SERVICIO DE LA VERDAD / p.15 VIVE NOTICIAS / p.16
DIRECTORIO Subdirector Pbro. Juan José Martínez Segovia Director Editorial Pbro. Walter Fernando Gómez Olvera Coordinación Lic. Juan Pablo Vazquez Rodríguez Consejo Editorial Lic. Yolanda Ruiz Martínez Lic. Jorge Rodríguez Tueme Pbro. Juan José Martínez Segovia Pbro. Walter F. Gómez Olvera Pbro. Javier Hernández Raygoza Pbro. Franciso Gomez Colaboradores Secretariados, Departamentos y Comisiones de la Arquidiócesis. Representantes Parroquiales. Redacción y Revisión Departamento de Comunicación Diseño LDGP Daniel Garcia Impreso Grupo Publicitario Distribución Mensajería y Paquetería Galgo S.A. de C.V. Contabilidad Jasso Silva y Asociados S.C. Directorio Periódico Mensual Abril de 2013. Editor responsable: Pbro. Walter F. Gómez Olvera. No. de certificado de Reserva otorgado por el Instituto Nacional de Derecho de Autor: 04-2007- 072412073100-01. No. de Certificado de lícitud de Título: 13903. No. de Certificado de licitud de Contenido: 11476. Domicilio de la Publicación: Zuazua 1100 Sur, Barrio Antiguo, C.P. 64000, Monterrey N.L. Imprenta: Grupo Publicitario Calle Chapala 147-1 Col. Mitras Sur, Monterrey, N.L. México Distribuidor: Mensajería y Paquetería Galgo, Calle 16 de Septiembre 413 Ote. Col. Independencia C.P. 64720 Monterrey, N.L.
“CAMINAR, CONSTRUIR, CONFESAR, SIEMPRE CON LA CRUZ DE CRISTO”
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on estas sencillas palabras, el Papa Francisco ha marcado lo que podemos llamar los primeros rasgos de su itinerario espiritual y pastoral como nuevo Sumo Pontífice de la Iglesia Católica. Al profundizar en su mensaje, confirmo que nuestro caminar como Iglesia, debe ser desde la cruz de Cristo, aceptando nuestra propia cruz con valentía y firmeza, buscando seguir construyendo el Reino de Dios en la tierra, confesándolo ante los hermanos a través del testimonio cotidiano. No debemos tener miedo a las situaciones de adversidad que puedan presentarse, hemos de confiar en que Cristo crucificado es quien ha vencido y con Él podemos estar seguros en nuestro peregrinar hacia la Casa del Padre.
“No podemos ceder, ha dicho el Papa, al pesimismo, a la amargura que el diablo nos propone cada día, al desaliento. Tenemos la firme certeza que el Espíritu Santo da a la Iglesia, a cada bautizado, el valor necesario para perseverar en todo momento”. Uniéndome fielmente a este mensaje del Papa, quiero exhortar a la comunidad a que no desfallezcamos en la búsqueda de la realización de nuestro crecimiento espiritual a través del trabajo pastoral en la vivencia de la fe, la esperanza y la caridad. Ya que, como el mismo Papa lo ha dicho: “La verdad cristiana es atrayente y persuasiva porque responde al deseo profundo de la existencia humana anunciando de forma convincente que Cristo es el único Salvador de toda la persona y de todos los seres humanos. Este anuncio es tan válido hoy como lo fue al principio del cristianismo cuando tuvo lugar la gran expansión misionera del Evangelio”. Como Pastor de esta Iglesia, me alegra ser portavoz de la felicidad y gratitud de los fieles y sacerdotes por el gran regalo que Dios nos ha hecho en la persona del Papa Francisco, un hombre de gran experiencia pastoral que a todos ha cautivado por su sencillez y franqueza, signos claros de una profunda espiritualidad fundada en Cristo y amorosamente encomendada a la Santísima Virgen María. Desafortunadamente, hay algunas voces, sobre todo en su natal Argentina, que intentan opacar la buena imagen que ha causado ante los cristianos, y ante el mundo entero, el naciente ministerio del Papa. Bien sabemos, como lo ha informado el vocero del Papa, el Padre Lombardi, que estas publicaciones son parte de una campaña anticlerical y hablan de acontecimientos vividos durante la época en que el Papa todavía no era Obispo, sino Superior de los Jesuitas en Argentina. No ha habido nunca una acusación ni concreta, ni creíble, contra su persona. La Justicia argentina lo interrogó una vez en calidad de persona informada de los hechos, pero no le imputó nunca de nada. El Santo Padre, desde su tiempo como Sacerdote y Obispo en Argentina, es conocido por su apoyo abierto y sincero a los más necesitados, así como su cercanía y sencillez con el pueblo de Dios.
+ Rogelio Cabrera López Arzobispo Electo de Monterrey
CONOCE
Pastoral Siglo XXI > p.4
CONOCE > ARTE SACRO
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n la Sala Capitular de nuestra Catedral se encuentra una galería de lienzos, está conformada por los retratos de todos los Obispos y Arzobispos de nuestra Arquidiócesis y también posee retratos de algunos Papas. Los retratos de los Papas son realmente pocos, son apenas ocho. Es una pena que no se cuente en Catedral con los retratos de los Sumos Pontífices, al menos, desde la fecha en que la Diócesis de Linares, hoy Monterrey, comenzó en 1777: para ello faltarían ocho retratos más. También es de lamentar que la calidad artística de los existentes no sea, en todos los casos, sobresaliente. Los retratos que se conservan en Catedral son de los siguientes pontífices: 1. Pío VIII (1829-1830). Este retrato está firmado por Fernando Bosquez, el lienzo data de 1831, fue realizado cuando el mencionado Papa ya había muerto. El estilo de la obra es marcadamente popular. El Papa es representado de perfil, en el fondo se encuentra una cruz patriarcal y una tiara. De este mismo artista se conserva en Catedral un lienzo de la Virgen de los Dolores. 2. Benedicto XV (1914-1922). El lienzo de este Papa no está firmado, los datos que sí posee son su fecha de elección y de su muerte en una cartela, es decir, en una inscripción. El Papa está representado sentado viendo al frente, es decir, hacia el espectador. 3. Pío XI (1922-1939). Este lienzo tampoco está firmado, posee en una cartela su fecha de elección y de su muerte. El Papa está sentado con un gesto de bendición al espectador. 4. Pío XII (1939-1958). Este retrato carece de firma, en el mismo está escrita la fecha de su elección. El Papa está sentado en un trono delante de un escritorio en el cual apoya su mano derecha, posee un gesto de buscar la inspiración divina para escribir. 5. Juan XXIII (1958-1963). Retrato sin firma, el Papa es representado de perfil, sentado viendo hacia la izquierda del espectador en un gesto apacible. 6. Paulo VI (1963-1978). Este lienzo está firmado aunque la rúbrica no se puede leer claramente, al parecer es el apellido “Leggeri”. El Papa está sentado en un elegante trono viendo hacia el espectador con un gesto de bendición. Todos los lienzos anteriores no poseen sus marcos originales, las mencionadas obras parecen haber sido reenmarcadas de forma uniforme para su colocación en esta Sala, esto seguramente sucedió en tiempos del Señor Arzobispo Alfonso Espino y Silva (1952-1976). En el caso concreto del lienzo de Paulo VI, al parecer la firma continúa con alguna otra inscripción debajo del marco. 7. Juan Pablo II (1978-2005). Esta pintura es obra de Pablo Valero Herrera, de él mismo hay otro lienzo en la Sala Capitular. Fue realizado en 1979. Es una representación artística de una imagen fotográfica muy reproducida al inicio de su pontificado. 8. Benedicto XVI (2005-2013). El Papa está sentado en un trono viendo al espectador, al igual que el caso anterior, es la representación artística de una imagen fotográfica muy difundida. El autor es David González de quien también hay más obra en la Sala Capitular. Cuando escribo estas línes, al inicio del mes de marzo, nos acercamos a la elección de un nuevo Papa. Ojalá que se continúe la galería con un retrato del nuevo Pontífice pero ojalá que los retratos de los Papas, al menos desde 1777, sean realizados por artistas reconocidos de nuestra localidad que enriquezcan el patrimonio arquidiocesano. OTRO ASUNTO. El Libro acerca de la Catedral editado recientemente (La Catedral Metropolitana de Monterrey. Historia, arte, arquitectura.) cuya referencia apareció aquí el pasado mes de febrero, puede ser conseguido en la Cancillería de la Curia arquidiocesana y en la Parroquia del Espíritu Santo en Cd. Guadalupe. Pbro. Lic. José Raúl Mena Seifert Miembro de la Dimensión de los Bienes Culturales de la Iglesia jmena@arquinetmty.com
CONOCE
CONOCE > PASTORAL VOCACIONAL
Pastoral Siglo XXI > p.5
QUÉ ES LA VOCACIÓN?
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ay personas que al escuchar la palabra “vocación” la relacionan inmediatamente con lo sagrado. En todo caso piensan en la vocación religiosa. Es verdad que toda vocación es cosa de Dios, y por tanto sagrada, pero esto no puede restringirse a unas vocaciones excluyendo las otras. Cuando se hace así, rápidamente se piensa que Dios obliga al hombre que ha elegido. No es raro encontrar personas que se imaginan que Dios castiga implacablemente a quienes dejan el Seminario o la formación para la vida religiosa. Esta visión depende de una comprensión del mundo en la cual se separa excesivamente lo sagrado de lo profano. Al interpretar la vocación desde un punto de vista religioso no es raro que se la considere como el privilegio que Dios concede a algunas personas escogidas. Un tesoro muy especial, que no es nada frecuente y que conviene guardar con sumo cuidado. Un criterio básico para descubrir esta vocación sería la obediencia a quienes detectan la autoridad sagrada y de un gran respeto a lo que se interpreta como voluntad de Dios. Al seguir este criterio nos tenemos que dar cuenta que la vocación no solo es para sacerdotes y religiosos, sino para todos los bautizados. Hay que cuidar de no reducir o confundir la vocación, con una profesión, debido a que la profesión se realiza con unos estudios y solamente implica un tiempo determinado, y que te hace funcionario o experto en una disciplina que está sujeta a un horario, mientras que en la vocación se implica la vida, es decir toda la persona, con su libertad, voluntad y conciencia. Después de ver las diferentes nociones de vocación, tenemos que partir de una definición que sea la más acertada y que no caiga en reduccionismo y confusión, y esta es la siguiente: La vocación es un acontecimiento misterioso en el cual el hombre, dialogando con Dios, adquiere conciencia de una misión situada históricamente y se compromete en una respuesta concreta. Decimos que es un acontecimiento porque es algo que ocurre en la vida del hombre, que surge como algo nuevo rodeado de circunstancias históricas.
Y es misterioso porque se comprende y vive sólo en la conciencia de la presencia de Dios, y no se debe de entender como algo oscuro u oculto, al contrario el misterio de la vocación ilumina grandemente la vida del hombre y todas sus circunstancias, da claridad y seguridad para obrar, da sentido a la vida. El hombre como actor aunque es Dios quien llama, tiene en esta relación la calidad de una persona actuante, es colaborador de Dios en misterio de su propia vocación, ya que es el hombre el que realiza desde su conciencia su proyecto vocacional tomando en cuenta la voluntad de Dios. Dialogando con Dios, Él es fundante para el hombre, es una de las características que lo definen, es un ser en relación consigo mismo, con los demás y con Dios, estas tres relaciones estarán presentes siempre en su proceso vocacional. La vocación es una cuestión de conciencia, aunque Dios llama a todo el hombre, este don pide la correspondencia por medio de la disponibilidad y la acción del hombre. De una misión, vivir una vocación exige asumir una misión en medio del mundo y dialogar constantemente, tanto con el mundo, como con Dios y con la comunidad, para comprender el sentido de esta misión. Situación históricamente porque toda vocación tiene una referencia a la situación histórica en la persona. Se compromete en una respuesta concreta, la respuesta es un elemento esencial de la vocación, porque no hay vocación si no hay llamado de Dios, pero tampoco si falta la respuesta del hombre. La vocación no es una luz cegadora que aparece en la vida de forma evidente. Es la capacidad de dialogar con las necesidades del mundo y la sociedad, con el corazón de Dios que es Padre de los pobres, es poner la vida en juego. La vocación comporta siempre un componente de aventura, de riesgo. Siempre será como lanzarse al agua sin estar seguro de su profundidad. Se parece a un enamoramiento, en el cual todas las cosas son interpretadas desde el amor y todas se relativizan porque la persona amada se comprende como la referencia esencial. Se caracteriza así a la persona llamada como alguien que ha salido de sí y de sus intereses para buscar la voluntad de Dios que son los intereses del pueblo. La vocación exige la dedicación de las personas con todo lo que ellas son. Por ello no se puede decir que tengo vocación, más bien hay que reconocer que la vocación nos tiene, nos posee y nos destina a dar unos frutos concretos, de acuerdo a la vocación que elegimos… Pbro. Oscar E. Tamez Villarreal Centro Vocacional de Monterrey
MEDITA
MEDITA > REFLEXION
Pastoral Siglo XXI > p.6
HABLABA COMO QUIEN TIENE AUTORIDAD
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“Cuando Jesús terminó de decir estas palabras, la multitud estaba asombrada de su enseñanza, porque él les enseñaba como quien tiene autoridad y no como sus escribas”. Mateo 7, 28-29 odo el mundo ha sido testigo de una manifestación Solamente alguien que vive lo que predica podrá lograr el tan grande de humildad en la Iglesia Católica: su impacto que se requiere para que las cosas sucedan. Las líder y pastor supremo aquí en la Tierra, ha pedido palabras de un hombre sabio nos ilustran, pero la vida en su primera aparición pública, que todos los fieles congruente de un hombre que ha consagrado su vida a Dios, presentes en la Plaza del Vaticano oren por él, ya que la nueva nos arrastra a vivir de acuerdo a su predicación. Las virtudes cruz que llevará en sus hombros no será nada fácil cargarla. no son algo que se improvisen. Las virtudes son dones que Inclinándose ante el Pueblo de Dios en el balcón de las Dios nos da y que nosotros debemos cultivar a través del bendiciones cautivó a todos, a propios y extraños, ya que en la esfuerzo diario. El que un hombre sea más virtuoso que otro historia resiente nunca se había visto cosa igual. No nos resulta es similar a lo que ocurre con un hombre desarrolla más su difícil entender y aceptar los títulos con los que conocemos al físico que otro. ¿Dónde está la diferencia? En el ejercicio Papa: Sumo Pontífice o Su Santidad, pero también se le da el que cada uno realiza, ya que así como a unos les fastidia título de “Siervo de los siervos” y, sin embargo, casi nunca levantarse temprano para salir a caminar o levantar pesas, así lo utilizamos porque para nuestra mentalidad actual, el que también a muchas personas les resulta fastidioso ser amables, está más arriba debe ser el homenajeado, servido y cuidado. respetuosos, humildes, etc. La expresión “Siervo de los siervos” se aparta de esta manera común de entender las cosas. El Papa es el primero en servir y El mundo de hoy y, sobre todo, los jóvenes de hoy piden debe colocarse por debajo de todos para realizar plenamente menos voces y más ejemplos de vida. En nuestros tiempos, ya su ministerio petrino. mucha gente está cansada de que se le diga lo que tiene qué hacer y ver que quienes demandan acciones no hacen lo que No podemos olvidar el gesto y las palabras de Jesús en la exigen o hacen lo contrario. Para ser más creíbles tenemos que última cena. Jesús lavó los pies a sus apóstoles, Pedro rechazó, demostrar con nuestras acciones lo que sale de nuestros labios. en un primer momento, esta acción, pero el Señor le reprendió La coherencia de vida es la mejor arma que tenemos para diciendo que si no se dejaba lavar los pies, no tendría parte transformar este mundo que se pierde entre tantas ideologías en el Reino de Dios. Es entonces que Pedro accede. Después, y maneras de pensar. Para mostrar el camino correcto a las Jesús le dice a sus apóstoles: “ustedes me llaman Maestro y nuevas generaciones tenemos que vivir en el camino correcto. Señor y lo soy; yo que les he lavado los pies, les mando que No podemos señalar la senda correcta pero vivir fuera de ella. se laven los pies los unos a los otros”. Recordemos las palabras del apóstol san Pablo: “¿No saben que en el estadio todos corren, pero uno solo gana el premio? Jesús, que no ha venido a ser servido, sino a servir, nos dio Corran, entonces, de manera que lo ganen. Los atletas se un ejemplo claro que para ser el mayor, hay que ser el menor; privan de todo, y lo hacen para obtener una corona que se para ser el más grande, hay que ser el más pequeño; y para marchita; nosotros, en cambio, por una corona incorruptible. ser el primero, hay que ser el último y el servidor de todos. Así, yo corro, pero no sin saber adonde; peleo, no como el La humildad, la sencillez y el servicio no son cosas fáciles que da golpes en el aire. Al contrario, castigo mi cuerpo y lo de vivir. Nos suena muy romántico todo lo que el antes tengo sometido, no sea que, después de haber predicado a Jorge Mario Bergoglio, ahora papa Francisco, vivió como los demás, yo mismo quede descalificado”. sacerdote, Obispo y Cardenal. Sin embargo, vivir como él ha (1Cor. 9, 24-27). vivido es todo un reto. Su humildad y pobreza no son algo improvisado, y lo que nos está mostrando como Papa no En la ordenación sacerdotal, cuando se nos es una mera fachada o pose, sino toda una manera de ser entrega la Biblia, se nos dice por parte del y de vivir. Él no comenzó a ser pobre el 13 de Marzo de Obispo: “cree lo que lees, enseña lo que 2013; más bien, a partir de esa fecha, muchos nos dimos crees y VIVE lo que enseñas”. Si queremos cuenta de que en la Iglesia hemos tenido a un hombre hacer un mundo diferente, no podemos vivir increíblemente sencillo, austero y pobre por opción. igual, tenemos que cambiar, y la mejor En el Papa Francisco se cumplen aquellas palabra manera de hacerlo es a través del ejemplo del Señor Jesús: “el que se humilla será enaltecido y el testimonio. No basta con el hecho de y el que se enaltece será humillado”. convencer a los demás de lo que está bien o está mal, hay que señalar el camino, Creo que el común de los mortales debemos recorriéndolo uno mismo, con humildad, aprender la lección que nos da el Papa. Con sencillez y sirviendo desinteresadamente a toda autoridad, él nos invita a ser una nuestros semejantes. Iglesia pobre para los pobres ya que en el Papa Francisco se cumple Pbro. Roberto Figueroa el viejo y conocido refrán Mendez que reza así: “las palabras Párroco en San Rafael convencen, pero el ejemplo Arcángel arrastra”.
MEDITA
MEDITA > AÑO DE LA FE
Pastoral Siglo XXI > p.7
En Comunión con los Pobres
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Por nosotros se hizo pobre, siendo rico” (2Cor 8,9)
e enseñó mi maestro de Eclesiología que básicamente el misterio de la Iglesia se resume en una palabra: Comunión. Aunque misterio permanente, así se puede comprender a la Iglesia: somos una comunidad que vive la comunión en la diversidad de dones, carismas y ministerios. Con Cristo a la cabeza, somos una comunidad peregrina. En gran parte de mi experiencia de Iglesia, la comunión se piensa casi siempre ascendente. Todos debemos permanecer unidos, con un mismo sentir y un mismo corazón, desde abajo hacia arriba... de los fieles con su párroco, de los de abajo con los superiores, de los hijos con los padres, de los miembros de grupos con sus coordinadores, de los sacerdotes con su obispo, de los obispos con el Papa... y del Papa con Cristo... sentir con la Iglesia es sentir con los de arriba... aceptar dócilmente sus enseñanzas y preferentemente sin objeciones, con sumo respeto a los intérpretes autorizados... sin cuestionar nada, nunca. Recuerdo con simpatía que, en una ocasión, mientras hablaba de los sacramentos y explicaba, en la introducción apenas, los múltiples signos que hay de la presencia de Dios, una señora, sin dejarme terminar, interrumpió: ¡Usted se equivoca! ¡sólo hay siete sacramentos en la Iglesia! Así me enseñó el padre “x”, y -concluyó tajantemente- ¡los padres no se equivocan! ... Cuando yo traté de explicar, la señora ya no quiso escuchar. Por mi parte le dije: ¿y porqué me contradice si los sacerdotes no se equivocan y yo soy sacerdote?. -¡usted sí!- respondió. - ¿ya ve? los sacerdotes a veces nos equivocamos, como todos... -Ashhh! con usté no se puede!(sic). Recuerdo con mucha simpatía esta experiencia. La valoro por el valor de la señora y su pasión por la verdad de la fe, pero me cuestionó siempre que a ella le enseñaron que los padres no se equivocan. ¿será? porque, yo también sacerdote, me sigo equivocando tanto y me falta tanto por aprender. Lo que sí, esta experiencia me mueve a reflexionar en la comunión descendente. Cristo mismo nos ha dado ejemplo, ya que, por nuestros méritos no nos manteníamos unidos a Dios, por los suyos propios, él mantiene a cada uno de nosotros, cada uno en su pobreza, unidos a Dios. Él fue quien se hizo pobre, para salvarnos. Ahora, con la llegada del Papa Francisco, me entusiasma escuchar a la gente sencilla decir: “este es de los nuestros”. Me entusiasma porque la gente lo experimenta cercano, “de los suyos”. Y a todos les resuena en el corazón que, en los primeros discursos retomó la intención de Juan XXIII sobre la Iglesia: “la Iglesia de todos y particularmente la Iglesia de los pobres”. El mismo nombre del Papa, no es sólo un nombre, sino un programa... Una Iglesia de paz, una Iglesia pobre para los pobres, una Iglesia que cuida la creación... libre de las esclavitudes de hoy: dominio, posesiones, seguridad económica... La comunión ha de vivirse en la Iglesia de un modo preferente, a ejemplo de Cristo, con los más pobres. Y un signo claro será que “los de arriba” (en el antiguo lenguaje eclesial)también estén en comunión con “los de abajo”: que compartamos su dolor, su sufrimiento, que escuchemos sus gemidos y reconozcamos en los rostros de los pobres “los rasgos sufrientes de Cristo, el Señor, que nos cuestionan e interpelan”; que los padres escuchen a sus hijos, que los sacerdotes valoren los aportes de los laicos, que se pueda corregir con cariño al que yerra, aunque sea el padre; que los empleados puedan expresar su sentir a los patrones; que los colegios episcopales tengan cierta autonomía y se pueda aceptar por todos la fragilidad física de un Papa... Todos reconocemos el lugar que tienen nuestros pastores, el llamado que recibieron de parte de Dios para guiarnos, pero hoy los pastores también debemos hacer un esfuerzo por estar unidos y no ajenos, con el sentir de los pobres... para que la comunión sea verdadera y completa. Esta percepción dio sus primeros pasos en los años previos a Medellín (1965), se afirmó en la redacción del documento: “el servicio a los pobres es la medida privilegiada, aunque no excluyente de nuestro seguimiento de Cristo”. También Puebla y Santo Domingo afirman que: “descubrir en los rostros sufrientes de los pobres el rostro del Señor es algo que desafía a los cristianos a una profunda conversión personal y eclesial“ (n.178). Yo diría, que con la mirada puesta allí donde el Papa Francisco nos ha invitado, vamos a llegar al segundo renglón de la frase del concilio tan citada, pero casi siempre incompleta: El gozo y la esperanza, la tristeza y la angustia de los hombres de nuestro tiempo, SOBRE TODO DE LOS POBRES Y DE TODOS LOS AFLIGIDOS, son también gozo y esperanza de los discípulos de Cristo (GS1). En Comunión con los pobres, podemos ser la Iglesia del Concilio: la Iglesia que, aunque necesite recursos humanos para realizar su misión, sin embargo, no existe para buscar la gloria de este mundo, sino para predicar, también con su ejemplo, la humildad y la renuncia. Finalmente, les comparto que me dicen los jóvenes “Ya quiero al Papa” ... pues quererlo es escuchar el mensaje del Papa, el mensaje de siempre, el mensaje de aquél que fue enviado por el Padre para anunciar la Buena Noticia a los pobres... a sanar el corazón destrozado (Lc 4,18), a buscar y salvar lo que estaba perdido (Lc 9,10). También la Iglesia abraza con amor a todos los que sufren bajo el peso de la debilidad humana; más aún descubre en los pobres y en los que sufren la imagen de su fundador pobre y sufriente, (LG 8). Querer al Papa, es ayudarle, siendo pobre... escuchando a los pobres... . Pbro. Rodolfo Antonio García Martínez Vicario Parroquial en San Juan Bautista (Centro Garcia N.L.)
MEDITA
MEDITA > IGLESIA
Pastoral Siglo XXI > p.8
Al terminar la clase con la Dra. Michelina Tenace, salí rápido del salón con el objetivo de llegar a la Plaza San Pedro, pues por la mañana tenía entendido que habría dos votaciones para la elección del nuevo Papa, al salir de la Universidad sentí unas ligeras gotas que se convirtieron en una lluvia constante, de manera que busqué comprar un paraguas con alguno de los vendedores ambulantes. En la plaza había una gran cantidad de gente de todas partes. La emoción era grande por parte de todos, algunos comentaban que era muy difícil que se decidiera en la mañana, otros incluso especulaban que muy probablemente podría darse el jueves, incluso algunos decían que hasta podía darse el viernes por la mañana; sin embargo aun con estas opiniones tan diversas nadie abandonaba la Plaza.
Después de unas par de horas se escuchó el murmullo de la gente indicando la noticia del humo negro. De manera que solo fue en ese momento cuando comenzamos a caminar hacia la calle para tomar el camión y regresar a casa. Por el camino comentamos de esto, así como también fue el tema central de la comida, nadie hablaba de otras cosas, todos intentaban dar sus opiniones, en ocasiones muy diversas; pero en lo que todos coincidíamos era que la elección de un Papa sólo es tarea del Espíritu Santo que guía a la Iglesia través de los cardenales. Después de comer y después de un breve descanso, nos dirigimos algunos padres del Colegio y yo nuevamente hacia la Plaza San Pedro. Llegamos cerca de las 4:00 de la tarde; entramos por un costado y al levantar la vista, observamos que la Plaza estaba repleta de personas con sus paraguas abiertos por la lluvia de manera que se figuraba como un gran tapete multicolor que embellecía el corazón de la Iglesia. No cabía duda que era muchísima más gente que por la mañana, poco a poco nos fuimos abriendo paso entre la multitud, hasta que logramos encontrar un buen lugar y sobretodo cercano a la Basílica. Desde que salimos del Colegio Mexicano la lluvia no cesaba, pero esto no era motivo para que la gente siguiera llegando a la Plaza San Pedro. Pasó un tiempo y decidí comenzar a rezar el rosario, le pedía a Dios que hablara a través de los cardenales de manera que suscitara un pastor que guiara con sencillez a la Iglesia y extendiera el Evangelio hasta los lugares donde aun no se conoce a Cristo. Cuando terminé de rezar el rosario, comencé a observar a las personas que estaban a mis alrededores, sus rostros, sus expresiones, sus actitudes, todos coincidíamos en el mismo deseo: un Papa para la Iglesia en este mismo día; esto era sencillo de deducir pues todos volteaban constantemente a observar la fumata por donde saldría el humo que indicaba un Papa para la Iglesia.
MEDITA
MEDITA > IGLESIA
Pastoral Siglo XXI > p.9
Pasadas las 5:30 la gente se veía más relajada pues era muy probable que la primera votación de la tarde no era suficiente para la elección, de manera que había que esperar a las 6:30pm en adelante para observar qué pasaba. Cuando llegó la hora se escuchó rápidamente los gritos de: “Humo blanco”, “humo blanco”, y todos comenzamos a movernos para ir hacia el frente. Los rostros se veían felices, algunos acompañaban este gozo con algunas lágrimas. Y entonces la lluvia por fin había cedido. Cuando ví el humo blanco no lo podía creer, se me enchinó la piel; de mi rostro no se podía borrar la sonrisa y al igual que todos grité: Habemus Papam! Habemus Papam! ¡Viva el Papa! En ese momento la Plaza se llenó de gran emoción; yo intente tomar un par de fotos pero no podía lograrlo pues la emoción me invadía y no podía sostener la cámara con buen pulso; por otra parte todavía había que esperar cerca de una hora más para conocer quién sería nuestro nuevo Papa. Algunos jóvenes seguían gritando ¡Viva el Papa! ¡Viva el Papa! (es bueno hacer notar que en la Plaza había una cantidad enorme de jóvenes provenientes de muchas naciones). En ocasiones se escuchaba cantar como a una sola voz la Salve Regina; pero la pregunta estaba hecha en cada persona ¿Quién será? ¿Cómo se llamará? Así pasó el tiempo, entre coros, gritos, vivas, y rezos, hasta que por fin se abrió la cortina y salió el cardenal diácono; en ese momento toda la gente hizo silencio absoluto, guardaba profunda atención para escuchar la voz nerviosa del Cardenal Jean-Louis Tauran: “Annuntio vobis gaudium magnum! Habemus Papam! Eminentissimum ac Reverendissimum Dominum, Dominum Georgium Marium Sanctae Romanae Ecclesiae Cardinalem Bergoglio qui sibi nomen imposuit Franciscum.” La gente estalló de emoción y se comenzó a corear el nombre de ‘Francesco’, ‘Francesco’, ‘Francesco’. Y el momento esperado llegó, se abrió nuevamente la cortina. Salía la cruz procesional e inmediatamente después ‘el Santo Padre’ totalmente de Blanco, todos estábamos profundamente emocionados de verlo. Su saludo fue cálido y familiar: “hermanos y hermanas, buenas tardes”. Toda la gente al igual que yo estábamos asombrados por escucharlo hablar de una manera tan sencilla y familiar; el Papa de inmediato, nos pidió hacer oración por el Papa emérito Benedicto XVI. Nos unimos todos con la oración que Jesús nos enseñó, con el avemaría y dimos gloria a Dios. El que nos pidiera orar por Benedicto nos alegró, y cómo no hacer oración por el Papa emérito que se ha crucificado a la cruz de Cristo y que allí se encuentra en continua oración por nosotros, por la Iglesia. Luego pidió que nosotros hiciéramos oración por él, y así lo hicimos. Creo que el pueblo entero se compenetraba con el pastor. Las palabras de Su Santidad Francisco eran claras y sencillas. “Y ahora, comenzamos este camino: Obispo y pueblo. Este camino de la Iglesia de Roma, que es la que preside en la caridad a todas las Iglesias. Un camino de fraternidad, de amor, de confianza entre nosotros. Recemos siempre por nosotros: el uno por el otro”. el mensaje era claro, es decir orar unos por otros hasta convertirnos en hermanos. A todos nos pasó por la mente que estábamos ante un hombre muy sencillo y humilde. Ya en la casa me ponía a reflexionar que no solo teníamos de frente al Santo Padre sino a un verdadero hombre de oración fraternal, me refiero a un hombre que ha sabido ir de la comunión sacramental a la comunión fraternal. El gesto de Oración y fraternidad que tuvo y al cual nos movió con el Papa emérito hacía eco en las palabras de “Recemos siempre por nosotros: el uno por el otro”. Es difícil olvidar a un hombre sencillo y sabio como lo es el Papa emérito a quien amamos y por quien hemos sido formados en la Fe, más aun que nos ha dado un ejemplo de renuncia y desapego; como olvidar su rico magisterio, sus tantos libros tan sencillos y profundos, su Fe encarnada. Pero cuando en la Plaza se gritaba el nombre de Francesco se saltaba de emoción por el humo blanco, quedaba claro, como lo habíamos notado tiempo atrás en Visita de Benedicto a México, que la Iglesia ama y cree en el Papa independientemente de la persona que represente su ministerio; pues, “el Romano Pontífice y sucesor de San Pedro, es el principio y fundamento perpetuo y visible de unidad, tanto de los obispos como de la muchedumbre de los fieles” (LG23). Es por eso que gritamos ¡Viva el Papa! Sea diocesano o religioso, italiano, polaco, alemán, latino u otro, siempre será el Papa y creo que jamás habrá un papa extranjero pues la Iglesia es siempre la misma y la Única. El Papa siempre será el representante de Cristo en la Tierra, el Sucesor del Apóstol Pedro. ¡Viva el Papa! Pbro. Jesús Gerardo Delgado Martínez Estudio en Colegio Mexicano en Roma (Monte Verde Nuovo)
MEDITA
MEDITA > FE
Pastoral Siglo XXI > p.10
¿TRES EN UNO? UN MISTERIO DIFÍCIL (No. 3)
El llamado “fenómeno global” no comenzó hace poco con la invención de la moderna tecnología de la comunicación, como pudiera parecerlo, sino más bien, con la ancestral marcha de los grupos humanos sobre la tierra y el afán conquistador de las primeras civilizaciones. Esta dinámica migratoria y colonizadora posibilitó un contacto intercultural que, de hecho, se caracterizaba también el antiguo mundo grecorromano donde los cristianos hicieron resonar la buena noticia de un Dios encarnado, muerto y resucitado por nuestra salvación. Ahora que comenzamos el tiempo de Pascua, el libro de los Hechos de los Apóstoles nos recuerda precisamente cómo los primeros cristianos eran conscientes de la bondad y de la novedad que el evangelio representaba para el mundo entonces conocido. En la liturgia del gran domingo de resurrección, hemos escuchado un pasaje de este libro en el que san Pedro tomó la palabra para decir: “Verdaderamente, comprendo que Dios no hace acepción de personas, y que en cualquier nación, todo el que lo teme y practica la justicia es agradable a él. Él envió su Palabra a los israelitas, anunciándoles la Buena Noticia de la paz por medio de Jesucristo, que es el Señor de todos”. (Hech. 10, 34-36). En este discurso, san Pedro, sintetiza nuestra fe, según la cual, Jesús fue ungido por el Espíritu Santo y, lleno de su poder, pasó por el mundo haciendo el bien y, a pesar de ello, fue crucificado, pero al tercer día, Dios lo resucitó de entre los muertos. En este anuncio petrino de la resurrección del Señor queda trazada la identidad trinitaria del Dios de los cristianos. Pero, ¿qué significa creer en un Dios trino y uno? Si repasamos nuestras viejas lecciones de catecismo, recordaremos bien que la pregunta se hacía en plural y la respuesta se daba en singular: “¿cuántos dioses hay?, un solo Dios verdadero en tres personas distintas.” Este acertijo matemático es tan complicado que, de hecho, después de explicar la doctrina trinitaria, un maestro preguntaba a sus alumnos: “¿Han entendido?”, a lo que unánimemente el grupo respondía: “¡no! ”. Entonces el maestro concluía: “¡qué bueno porque esto no se entiende; la Trinidad es un misterio!” Alguien se quedó pensando: “y ¿qué es un misterio? ” Ciertamente, la Trinidad es un misterio, pero no porque signifique una compleja verdad que no se puede explicar. “Misterio” es una palabra del vocabulario griego que se empleaba comunmente para designar un secreto, y religiosamente, para referirse a la sabiduría divina. Por esto cuando en los siglos del III-II a.C., se tradujo el Antiguo Testamento al griego, la palabra “mysterion” se convirtió en el equivalente del vocablo hebreo “sod”. En la Biblia, la palabra “sod” se empleaba precisamente para designar un secreto íntimo confiado a un amigo, o bien, para referirse al trato íntimo y confidencial entre Dios y su pueblo. Si decimos que la Trinidad es un misterio, no es porque se trate de algo incomprensible. La Trinidad no consiste en el problema gramatical sobre la igualdad entre lo singular y lo plural, ni es tampoco la incógnita matemática de tres en uno. En Jesús, Dios nos ha querido revelar, como a amigos muy queridos, su más íntimo secreto: Él es nuestro Padre y estamos llamados a ser sus hijos. Este secreto revelado es una verdadera buena noticia, es el evangelio, pues evangelio significa en griego justamente buena noticia. Y es que, en muchas religiones, los seres humanos se concebían a sí mismos como esclavos de las divinidades. En la religión judía definitivamente no era así, pero generalmente, antes de Cristo, Dios aparecía bajo la figura del gran legislador, el cual habiendo formulado las leyes, juzgaba luego sobre la rectitud de los actos del pueblo, premiándolos o castigándolos. Si llamaban a Dios Padre era sólo en cuanto creador de todo. Pero Jesús, el Hijo que viene del Padre y conoce al Padre (cfr. Jn.1,18), nos reveló el secreto más íntimo de Dios: él es Abbá. Esta palabra es aramea y era el nombre con el que un niño se dirigía a su progenitor: ¡papito! “A ustedes, ya no los llamo siervos- dirá Jesús a sus discípulos- sino amigos porque les he dado a conocer todo cuanto he oído a mi Padre.”(cfr. Jn.15,15). Y San Pablo recordará a los cristianos de Galacia: “La prueba de que ustedes son hijos es que Dios ha enviado a sus corazones el Espíritu de su Hijo que clama: ¡Abbá, Padre! De modo que ya no son esclavos, sino hijos (Gal.4,6-7). Si Dios nos ha revelado que él es nuestro Padre, entonces, ya no podemos ser indiferentes a su voluntad, está en juego nuestra identidad de hijos, tenemos que amar esa voluntad amorosa y obedecerla con fidelidad. Esto complica nuestro modo de vivir y actuar, por eso, el misterio de la Santa Trinidad es una verdad difícil no tanto de entender como de vivir.
Pbro. Dr. Alberto Anguiano García Vicario en San Juan María Bautista Vianney (Fracc. Azteca)
MEDITA
MEDITA > FE
Pastoral Siglo XXI > p.11
JOB EL SUFRIMIENTO INOCENTE
E
l relato de Job representa el drama del creyente inocente enfrentado al sufrimiento. Se creía en aquel entonces que a los buenos, Dios les enviaba bendiciones y prosperidad y a los malos castigos y desgracias. Si el justo sufría era porque pagaba por algún pecado pasado o por los pecados de sus padres. Job era un hombre bueno que improvisamente de rico pasó a ser pobre, y también sin familia y leproso. Job no se rebela, pero ningún razonamiento lo convence y pide al mismo Dios el por qué de su sufrimiento. Dios le contesta que por su limitación el hombre no puede entender los misterios de Dios y es una insensatez culpar a Dios por todo lo malo que le sucede. Job protesta, grita, llega a blasfemar..., pero finalmente se postra en adoración, expresando su confianza en Dios. Será la misma actitud de Cristo en el Getsemaní y en la cruz. El mismo Jesús no vino a explicamos el por qué del sufrimiento sino a enseñamos cómo enfrentarlo y llevarlo. El anciano Job no fue el hombre de la paciencia como suele decirse. Ningún personaje bíblico insultó tanto a Dios como Job. El libro de Job es mucho más que una enseñanza moral sobre la paciencia; es una meditación sobre la fe y el verdadero rostro de Dios. Es la respuesta a la pregunta que Jeremías le hacía a Dios: ¿Por qué tienen suerte los malos y prosperan los pecadores? (Jr 12, 1). Job no había pecado. La mujer de Job y sus amigos tratan de convencerlo para que reconozca que ha pecado contra Dios. Hay una lucha cerrada entre los prejuicios de los amigos y la inocencia de Job. Frente a las injusticias de la vida, la sabiduría humana no tiene una respuesta adecuada. Mejor callar, piensa Job y reconocer la propia ignorancia. Job está convencido de que Dios es justo, pero lo quiere obligar a salir de su silencio. No se resigna, sin tratar de comprender; no se postra ante Dios como un esclavo sino que le pide explicaciones como a un amigo. La vida fue cuestionando su fe hasta madurarla para un encuentro personal con Dios, cara a cara. Al final Job, a partir del sufrimiento, descubre en Dios un rostro amigo; lo encuentra más cercano que nunca: Ahora te han visto mis ojos (Job 42, 5). El autor del libro no aporta ninguna solución al misterio del dolor inocente, pero afirma algo muy importante: no todos los que sufren son pecadores ni están pagando alguna falta personal o de los padres. Ni la enfermedad ni el sufrimiento los manda Dios. Del dolor inocente solo Dios tiene la definitiva explicación en Cristo, el gran inocente que sufre para la salvación de los pecadores. . Pbro. Santiago Gutiérrez Sáenz Rector de la Catedral Metropolitana de Monterrey y Coordinador de la Pastoral Bíblica
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MEDITA CRISTO Y LOS CRISTIANOS CAUSA DE ESCÁNDALO
MEDITA > IGLESIA
Pastoral Siglo XXI > p.12
A
nte los eventos actuales de la Iglesia se alzan miles de voces que lanzan condenas y juicios faltos de fe, de caridad y de verdad. Intento no ser un simple fundamentalista católico ofendido por todo lo que dicen mi familia eclesial, aunque no deja de dolerme. Y me duele más allá de sus palabras la terrible confusión que generan en “estos más pequeños”. Amo a mi Iglesia. Soy bautizado por una misericordia de Dios de la que puedo dar testimonio de haber conocido en esta comunidad; pedí ser sacerdote por una serie de convicciones unidas a una vocación misteriosa que me dio la oportunidad de consagrarme a un servicio sobrenatural. Con todo lo anterior van incluídas las muchísimas imperfecciones y hasta atrocidades que suceden en la iglesia. Amo a mi Iglesia. Es una familia en la que en ratos me siento orgulloso de mis hermanos y en otros ratos me duelo con sus errores, como seguro ellos lo hacen conmigo. La amo porque está unida a Cristo y Cristo le da una vida que no podría tener jamás por sí misma. He visto al Espíritu Santo aletear constantemente sobre el caos que a veces producimos. Miro las cruces, las pocas pero deslumbrantes cruces en las que se sacrifican silenciosamente amantes de Cristo que jamás serán reconocidos. Esta es mi familia, esta es mi Iglesia. Por eso ahora que de modo tan atroz y parcial miro a los medios de comunicación, especialmente en mi país, dar opiniones tan cortas y tan “del mundo”, no puede más que dolerme que se reduzca a mi familia, a mi Iglesia, a una política al modo meramente nacional. En sus opiniones se ha excluido por completo la presencia de Dios. Ni el Padre, ni el Hijo, ni el Espíritu Santo parecieran formar parte de estas quinielas y apuestas cuyo resultado terminará sorprendiendo a todos. Y es que precisamente esta historia descalabrada de la Iglesia muestra la presencia de Dios; en ella se hace realidad aquello de que “Dios escribe derecho en reglones torcidos”. Esta Iglesia llena de hombres terriblemente imperfectos y puesta bajo su autoridad ha visto cómo Dios es experto en arreglar y sacar algo bueno de nuestros más escandalosos errores. Allí en esos momentos es cuando especialmente se reconoce su misericordia. Dios está ahí y no lo podemos excluir. Hacerlo es una gran necedad. Me arriesgo a imaginar a muchos de nuestros principales informadores en el tiempo de Jesús reportando que Jesús era un simple izquierdista revolucionario. Que María Magdalena era una prostituta constituida lideresa de un gremio de mujeres poderosas de las que saca dinero. Que María, la madre de Jesús era una apocada mujer digna de ser invitada a uno de estos programas donde exhiben (las muchas veces falsas) desgracias familiares. Que Pedro no era más que uno de esos políticos sin estudios pero muy vivaz como para ganarse la confianza de Jesús. Y que especialmente la noticia más relevante en la pasión fuera la del Cesar por fin aceptado por los fariseos como Rey en un hecho histórico. Sin fe, sin Dios, todo es noticia de un solo día. Sin fe no hay evangelio, sin fe no hay historia de la salvación continua. El escándalo actual empezó con la renuncia del Santo Padre, hecho realmente histórico, en referencia al pasado, pero no al futuro. Un Papa que “abandona el poder” dijo alguno y al fin pude sonreír un poco porque mi Papa estaba más interesado en retirarse “a la oración” que mantenerse en ese “poder”. Después empezaron las especulaciones que iban desde lo político hasta lo cataclísmico. Luego vinieron las apuestas bajo el juicio de las “posibilidades” de cada uno. A todos nuestros informadores y a todos los que se encuentran un poco confundidos simplemente les sugiero que tomen en cuenta algo: Dios está detrás de la renuncia del Santo Padre, Dios está en este y todo momento en la historia de la Iglesia. Habrá muchos que quieran desterrarlo, pero Dios nunca abandona a su Iglesia. Todo esto me ha ayudado a asumir, a encarnar en mí aquellas palabras de San Pablo acerca de la cruz de Cristo «pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, piedra de tropiezo para los judíos, y necedad para los gentiles» (1 Cor 1, 23) La Iglesia, Cuerpo místico de Cristo sufre con su redentor y así sufriente es testimonio en medio del mundo de su unión con Cristo Cabeza de esta Iglesia. Invito entonces a todos nuestros informadores a que tomen en cuesta esto, porque sin Dios, sin fe, su información es totalmente parcial. . Pbro. Ignacio Pulido Mendiola Vicario Parroquial en La Natividad del Señor (López Mateos)
COMPROMETETE COMPROMETETE > FORMACION HUMANA
Pastoral Siglo XXI > p.13
LA DIMENSIÓN HUMANA DE LA VIVENCIA COMUNITARIA (Segunda Parte)
P
or otra parte, nuestra eficacia, en los trabajos parroquiales tiene como factor de primera importancia la formación de equipos de trabajo que tengan buenas relaciones humanas, que haya en ellos buena comunicación y armonía. El ambiente conflictivo y las discordias hacen que predominen los antagonismos, resentimientos y desconfianza. Lo que impulsa cada vez más a los miembros de la parroquia es el clima organizativo y las buenas relaciones existentes. Todos los discípulos misioneros de Cristo estamos llamados a vivir en comunión, la comunión es un elemento constitutivo de nuestra identidad cristiana, no es optativo, secundario o periférico. Por ello, ante la tentación, muy presente en la cultura actual, de ser cristianos sin Iglesia y ante las nuevas búsquedas de espiritualidad, no olvidemos que el Documento de Aparecida menciona que “no hay discipulado sin comunión”.. Además es conveniente que cada parroquia tenga un conjunto de valores y normas que desea vivir. No olvidar cuáles son nuestros valores y cómo estos valores están en relación con las enseñanzas dadas por Nuestro Señor Jesucristo en los Evangelios. Además, la comunidad parroquial, tiene sus propias normas, y sus miembros para orientarse, han de regirse por ellas. Estas normas implican los derechos y deberes de sus miembros y su garantía para la marcha del grupo, se pretende que no impere la ley de la selva, donde cada persona hace lo que le place. A continuación mostramos algunos puntos que nos podrían ser de mucha utilidad para mejorar la comunicación, la comunión y las buenas relaciones interpersonales. 1. Tenga un buen concepto de sí mismo. Recuerde siempre que usted es tan importante como los demás. 2. Sea educado. Considere los puntos de vista de los demás; pero firmemente, exponga su opinión. 3. Discúlpese sólo cuando sea necesario. Así no disminuye ni el valor de una disculpa ni el propio, y los demás lo tomaran en serio. 4. No arrincone a los demás. Esto provoca cólera y resentimiento. Para asegurarse la cooperación de otros, déles siempre una salida. 5. Nunca recurra a las amenazas. Afirme tranquilamente los pasos que está dispuesto a seguir y asegúrese de cumplirlos. No intimide a los demás. 6. Acepte la derrota cuando sea necesario. Si se le ve aceptar, situaciones cortésmente tras una discusión, la gente le respetara más. Además de estos elementos para mejorar la comunicación, la comunión y las buenas relaciones interpersonales, podemos preguntarnos ¿Cómo relacionarnos con la gente difícil de la parroquia? Tenemos claro que el ser humano es un ser racional y por lo tanto sabemos que no todas las personas se comportan del mismo modo ya que lo que diferencia a una persona de la otra es su forma de expresarse y comportarse con los demás individuos que lo rodean. Por lo mismo tenemos que aclarar que en la vida de todo ser humano existen muchas conductas que él mismo se forma o le forman cuando es todavía un niño y que a través de los años éstas conductas van creciendo y desarrollándose a través de su vida afectándole para bien o para mal, afectando todo esto de alguna manera en la personalidad y comportamiento de la persona. Por ello, no soy culpable de su conducta, no personalizo las dificultades que la persona plantea. La persona puede ser pasiva, entonces transgrede sus propios derechos y opiniones. Esta actitud muestra falta de respeto a sus propias necesidades. Por otra parte, la persona puede ser agresiva, agrede verbalmente, insultos, amenazas, comentarios humillantes. También pueden darse gestos hostiles o amenazantes, puños apretados, miradas intensas, ataques físicos, comentarios sarcásticos y murmuraciones. Las víctimas de personas agresivas acaban por sentir resentimiento y evitarlas. La persona difícil puede ser algún fiel de la parroquia o el mismo párroco o vicario.
Pbro. Dr. Armando De León Rodríguez Párroco en Sagrado Corazón de Jesús Monterrey
COMPROMETETE LA ESPIRITUALIDAD DE LA COMUNIÓN
Pastoral Siglo XXI > p.14
COMPROMETETE > ASAMBLEA ECLESIAL
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3. CASA Y ESCUELA DE COMUNIÓN.
l Santo Padre nos invita para que la Iglesia se convierta en un doble espacio en torno a la espiritualidad de la comunión: debe ser casa, pero también una escuela. La Iglesia debe ser una casa, un hogar, en donde se viva y se experimente la Espiritualidad de la Comunión. La Espiritualidad de la Comunión se convierte en algo propio y que nos pertenece, un ejercicio de la vida cotidiana, una actitud que se posee. La Iglesia debe convertirse en espacio sagrado en el que reside y para el que no es ajena la Espiritualidad de la Comunión. “Antes de programar iniciativas concretas, hace falta promover una espiritualidad de la comunión, proponiéndola como principio educativo en los lugares donde se forma el hombre y el cristiano” Pero también la Iglesia debe ser una Escuela de la Espiritualidad de la Comunión, es decir, exportadora de esta experiencia o asignatura, es la hermana que comparte en contenidos y testimonio, ya que su misión adecuadamente cumplida ayudará a humanizar al mundo. Casa y Escuela de la Espiritualidad de la Comunión, digamos que antes de generar acciones debemos promover un principio educativo que eduque a los ministros, consagrados, agentes de pastoral y así construir nuestras familias y comunidades, para después edificar al mundo. 4. LOS VALORES QUE RESPALDAN LA COMUNIÓN: La espiritualidad de la comunión postula y pone en acción una serie de valores: • La Esperanza. • La reconciliación comunitaria. • El diálogo. • El discernimiento comunitario. • La comunicación de bienes. • La Eucaristía, la Palabra y la oración son culminación y fuentes que la nutren y sostienen. 5. ITINERARIO DE LA ESPIRITUALIDAD DE LA COMUNIÓN. El camino por recorrer en la Espiritualidad de la Comunión es el siguiente: 5.1. PARTIR DE CRISTO: La Iglesia debe evitar el “hacer por hacer”. Tenemos que “ser” antes que “hacer”. “No se ha de olvidar que, sin Cristo, “no podemos hacer nada” (Cfr. Jn 15,5).” 5.2. UBICAR LA COMUNIÓN BAUTISMAL CON LA TRINIDAD: Es necesario descubrir la presencia de Dios en nuestro interior. En 1Cor 7,15 nos dice Dios: “¿no saben que sus cuerpos son miembros de Cristo?” y en Jn 14,23: “el que me ama, se mantendrá fiel a mis palabras. Mi Padre lo amará, y mi Padre y yo vendremos a él y viviremos en él”. 5.3. EL CENTRO EN LA EUCARISTÍA: El Bautismo es el inicio de nuestra comunión con Dios y la Sagrada Eucaristía es el Sacramento por el que ésta comunión se actualiza y se plenifica cotidianamente en la recepción del Cuerpo y la Sangre de Cristo. La Sagrada Eucaristía encierra la comunión con Dios (Cfr. Jn 6,53-58) pero también exige nuestra comunión con el hermano (1 Cor 10, 17; 11,20-29; Hch 2, 42-44). 5.4. PREOCUPARSE POR EL HERMANO: Tenemos que descubrir el rostro de Dios en cada uno de los seres humanos con los que nos encontremos en el diario vivir y en ellos amar a Jesucristo de modo concreto (Cfr. Mt 25, 31-46; 1Jn 3,11-17) 5.5. COMUNICARSE LOS BIENES: Incluye cuestiones materiales, pero también elementos espirituales y talentos personales (1Cor 12,7). Así lo expresa el Catecismo de la Iglesia Católica al profundizar en el Padre Nuestro y referir nuestra solicitud a Dios del “Pan Nuestro”, se trata de: “... comunicar y compartir bienes materiales y espirituales, no por la fuerza sino por amor, para que la abundancia de unos remedie las necesidades de otros (cfr. 2Co 8, 1-15)”. 6. FRATERNIDAD Y SOLIDARIDAD EN LA ESPIRITUALIDAD DE LA COMUNIÓN. El Plan de Pastoral Orgánica 2011-2015 nos exhorta a que la Espiritualidad de la Comunión se aterrice en la vivencia de la Fraternidad y la Solidaridad. Definamos y trabajemos: • “La fraternidad cristiana no es una fraternidad naturalista, un fenómeno natural primigenio, sino que se funda en una decisión voluntaria, en la aceptación de la voluntad de Dios que nos ha hecho sus hijos por el Bautismo y en la aceptación de su voluntad en nuestra vida (Cfr. Mt 3,31-35)”. • “El principio de la solidaridad es el de la ayuda mutua en orden a fortalecerse mutuamente. La solidaridad confiere particular relieve a la intrínseca sociabilidad de la persona humana, a la igualdad de todos en dignidad y derechos, al camino común de los hombres y de los pueblos hacia una unidad cada vez más convencida. Nunca como hoy ha existido una conciencia tan difundida del vínculo de interdependencia entre los hombres y entre los pueblos, que se manifiesta en todos los niveles”. Pbro. Rogelio Narváez Martínez Párroco en Ntra. Sra. del Rosario, Col. Roma
COMPROMETETE COMPROMETETE > PASTORAL
Pastoral Siglo XXI > p.15
E
l fenómeno de la comunicación humana, que en nuestro tiempo ha adquirido una relevancia excepcional, se apoya sobre sorprendentes adelantos tecnológicos pero no es reducible a sólo algo técnico; se trata de un acontecimiento profundamente humano. Sin embargo al haber avances en tecnología contradictoriamente la comunicación humana en muchos ámbitos es deficiente, en las familias, en los lugares de trabajo, en los grupos y comunidades parroquiales, no logramos entendernos y entablar lazos efectivos y afectivos que den como resultado vivir en comunión. No es suficiente decir que la comunicación es humana cuando se establece entre seres humanos. La comunicación es más humana cuanto más ayuda a los hombres a ser más plenamente humanos. La verdad del evangelio no solo nos hace más humanos, nos ayuda a vivir la comunión y trascender, tenemos la certeza que Cristo y su Iglesia es el camino. Sin embargo en esta realidad donde la comunicación humana se ha vuelto compleja la iglesia no está exenta de las dificultades para comunicar el evangelio. La creatividad hoy y siempre ha sido una herramienta fundamental en los procesos de comunicación, que nos puede ayudar a dialogar con los alejados en la fe a los cuales estamos llamados a evangelizar. La creatividad es el resultado de una combinación de procesos o atributos que son nuevos. Nuestros métodos, dinámicas y medios de evangelización deben estar llenos de creatividad para lograr algo nuevo o diferente en aquel que no conoce a Cristo. Estas estrategias pastorales pueden incluir cambio de rasgos como tamaño, forma, color, capacidad, lugar, etc. El término “nueva evangelización” evoca la exigencia de una renovada modalidad de anuncio. (LA NUEVA EVANGELIZACIÓN PARA LA TRANSMISIÓN DE LA FE CRISTIANA # 44). “La fidelidad a la fe de la Iglesia debe conjugarse con una creatividad catequética que tenga en cuenta el contexto, la cultura y la edad del destinatario”. (Benedicto XVI. CONGRESO ECLESIAL DE LA DIÓCESIS DE ROMA 13 junio 2011). La primera acción para poder crecer en la creatividad es despojarse del pesimismo, pensamientos negativos y de la autocompasión. Pero más allá de esto existen procesos de formación humana que nos han ido marcando y nos impiden ser creativos. De manera general podemos decir que contamos con dos actitudes: la primera es “la perceptiva” es esencial en nuestra naturaleza humana, se desarrolla desde que nacimos y vamos percatándonos del mundo exterior. Sin embargo conforme vamos creciendo y con las enseñanzas que vamos recibiendo, en nuestra vida, familiar, escolar, etc., se va desarrollando la actitud “crítica”, en la cual empleamos juicios, seguimos un orden y buscamos la respuesta correcta, tratamos de mantenernos en nuestra área, somos analíticos y no queremos equivocarnos. Se dice que la actitud crítica inclina hacia una vida ordenada, cuidadosamente planeada, basada en principios y categorías relativamente cerradas, mientras que la perceptiva lleva una mayor apertura a la experiencia, incluyendo la del mundo interno del yo, así como la experiencia del exterior, lo que facilita la espontaneidad y flexibilidad, los individuos más creativos son los perceptivos y los menos creativos tienen tendencia a la crítica. ¿No será que en nuestros entornos nos hemos vuelto excelentes críticos y poco perceptivos? Necesitamos ser muy perceptivos para responder con la fe y creatividad a nuestros contextos familiares, laborales, parroquiales, sociales y culturales. Viktor Lowenfeld profesor en la Universidad de Pennsylvania realizó un estudio en el que determinó ocho características clave de las personas creativas: 1. Sensibilidad / 2. Fluidez / 3. Flexibilidad / 4. Originalidad / 5. Capacidad de redefinición / 6. Capacidad de abstracción 7. Capacidad de síntesis / 8. Coherencia de organización Cada ser humano está llamado a ser único y diferente, pero debe conseguirlo en virtud de su libre albedrío y de su creatividad. Cada vez que una persona desarrolla sus talentos y su originalidad en el cumplimiento libre de su misión, se hace colaborador de la creación y enriquece al mundo con su contribución única e irremplazable. Concluyo con la invitación de nuestro Arzobispo Mons. Rogelio Cabrera en la Asamblea eclesial Diocesana llevada a cabo en el pasado mes de febrero: “La creatividad surge de una buena convicción, los modos, las formas, las oportunidades de vivir en comunidad son muy variadas, no hay un solo modelo, una diócesis no tiene un único modelo de pequeña comunidad, no puede ni debe tenerlo, pero sí una convicción de que la fe, se vive en comunidad en ese trato cercano personalizado de unos y otros, donde tengamos con quién convivir”. Lic. Juan Pablo Vázquez Rodríguez Coordinador Pastoral Siglo XXI
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PAPA FRANCISCO
Pastoral Siglo XXI > p.16