Belvedere_infancia

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Este Belvedere ha sido realizado por alumnos y alumnas de la asignatura de Cultura Clásica de 3º A y 3º C, coordinados por D. Mario del Río

DEFINICIÓN DE MITO

SALUTATIO Salvete, dilecti amici! Un grammaticus es quien saluda. Mi nombre es Marius, nombre que proviene del insigne político y militar Gaius Marius, de quien he sido esclavo y ahora liberto. Mi verdadero nombre es Simónides Diceopólida de Tesalia, pues soy griego. Aunque fui esclavo, ciertamente tuve suerte, porque, al ser hombre instruido, fui colocado, primero, como preceptor de los niños

en casa, cuando aún no iban a aprender al ludus y, después, como paedagogus que les acompañaba a sus clases. Tras mi manumisión ejerzo como maestro, como he dicho supra, en mi propia escuela de enseñanza media. En Roma casi todos los maestros somos o hemos sido esclavos (¡Espero que esto haya cambiado en vuestra época!). Tengo que trabajar muchas horas (horas lectivas, se llaman) impartiendo lecciones de diversas disciplinas, para ganar dinero y así mantenerme. Ahora hay una fuerte crisis económica en el Estado: trabajo más horas, pero gano menos.

He pedido a mis discípulos que redacten unos escritos sobre aspectos de su vida cotidiana o de la de los griegos, poniéndose en la piel de muchachas y muchachos de allí. Si están bien, os los mostraré para que conozcáis cómo es su presente y cuál, presumiblemente, será su futuro. Por esto, ya que he de echar algunas horas en la corrección de esas tareas (éstas son horas complementarias), dejo de escribir. Salutem plurimam! Magister Marius

Número 25

22 de marzo de 2012

Y CUANDO NAZCA... ¿ QUÉ PASARÁ? ¡Hola! Soy una niña griega, sin nombre aún, porque todavía no he nacido. Vendré pronto al mundo. Es por la mañana, y mi mamá está en casa con muchos dolores desde esta madrugada, pero ha estado y está tranquila, porque sabe que la diosa Ilíaca está con ella, luchando para calmar el dolor. Han pintado a mi mamá con pez, una sustancia negra para alejar a los demonios y que todo salga bien. Ya me falta poco para ver la luz... Ya estoy casi fuera, solo falta un poco más. Unas mujeres expertas en los partos me ayudan a salir y calman a mi mamá para que no se preocupe. Ya estoy fuera. ¡Una preciosa niña! gritan - Siento frío y desprotección, pero sólo al principio. ¡Todo es tan raro...! Pero estoy tranquila, sé que la diosa Ártemis está conmigo, protegiéndome a mí como a cualquier otro bebé. Me limpian y me ponen un pañal. Ya me siento un poco mejor. Ahora, mi padre se acerca a la puerta de casa, para poner un trocito de cinta de lana y así que sepa todo el pueblo que ha nacido una niña, yo. Han pasado ya seis días, por lo que se supone que mi familia me ha aceptado y no me han abandonado en la calle en una vasija de barro o cualquier otra cosa. Toda mi familia está preparando una fiesta,, se llama anfidromias, y bailan conmigo en brazos alrededor del fuego doméstico. También purifican a mi mamá y mi casa. Ya han pasado cuatro días más, diez

desde mi nacimiento. He escuchado que hoy prepararán un banquete para toda mi familia. Me traen regalos, son más pañales y algún juguete, ¡Pero hay muchos y todos para mí! Se han sentado en corro y yo en medio de todos ellos. Me observan más y más, hasta que... ¡Keyla, Keyla se llamará!, grita mi padre. Keyla, la más bella, lo más alto que dios puede llegar. Un año ha pasado ya. Soy una niña feliz y tengo nombre; y he aprendido a andar con ayuda de la diosa Atenea. Sé que mi familia me quiere y doy gracias por ello.

Soy un ciudadano romano. Mi nombre es Marco Antonio Cicero y voy a ser padre. No se si será chico o chica, sea lo que sea lo aceptaré. Mi mujer será asistida por una comadrona; mientras esté siendo asistida, será invocada la diosa Lucina, protectora del nacimiento. El recién nacido será puesto ante mis pies y lo aceptaré. Si es niño lo cogeré en brazos y si es una niña ordenaré que le den de mamar.

Para anunciar su nacimiento adornaré la puerta con flores. A los ocho días, si es niño y a los nueve si es niña, celebraré una fiesta, llamada Lustratio, en la que le pondré el nombre al bebé, lo purificaré y le entregaré un amuleto, llamado bulla. Se realizarán sacrificios a los dioses familiares. También se invocarán a más dioses, como Carmenta, diosa del parto, Cunina que es la diosa romana de la infancia, Deverra que se encarga de proteger a los niños de los demonios y Levana, la diosa que preside la legitimación y reconocimiento de los recién nacidos. Después de la Lustratio los invitados regalarán al niño o la niña sus primeros juguetes. Si no aceptara al bebé, lo tendría que dejar a los pies de la Columna Lactaria en el templo de Pietas, donde si fuera niño, sería cogido como esclavo o si fuera niña, en cambio, ejercería la prostitución. Pero eso no pasará, porque yo voy a aceptar al bebé que nazca.

Argeme Hernández Pérez Mario Rama Ballinote


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¿A QUÉ JUGAMOS LAS NIÑAS Y NIÑOS GRIEGOS? LOS NOMBRES

¡Salve! Soy Aulus Menenius Agrippa. Me llamo así porque en Roma a los niños nos ponen tres nombres: el praenomen que es el nombre propio, el nomen que señala la familia a la que perteneces, y el cognomen que es un apodo e indica las características de cada persona o se hereda; en cambio, si eres niña, solo cuentas con un nombre y solo puedes trabajar en las tareas de la casa, mientras que los niños vamos a la escuela. Mi padre es mercader y hace un año, más o menos, cuando viajé con él a Grecia a vender sus productos, conocí a un chico del que me hice muy amigo, él se llamaba Aetos hijo de Alcander del demos de Atenas, se llamaba así porque en Grecia tenían que llamarse como su abuelo paterno y decir el nombre del padre y el demos al que pertenecen. Le conté que tenía dos hermanos pero uno de ellos fue no deseado y mi padre lo rechazó. Mis padres lo dejaron a los pies de la Columna Lactaria en el templo de Pietas, como solían hacer en Roma las familias. A mi otro hermano y a mi, como era costumbre, nos hicieron las fiestas correspondientes, nos dieron regalos y amuletos y nos impusieron los nombres; mi hermano se llama Tiberius Menenius Agrippa. También le conté que los hijos aceptados solemos tener un genius o protector. Montaña Pulido Roncero

Os saludo. Mi nombre es Adrián de Dionisio del demos de Atenas, allí nací hace cinco años. A los cinco días de mi nacimiento recibí mi primer regalo. Estos regalos se conocen con el nombre de “primera mirada”. Desde pequeño me gusta mucho jugar, tengo juguetes como campanillas, sonajeros, la carraca, caballos con ruedecitas, etc. Ahora que soy más mayor, en mi fiesta de cumpleaños, me regalan juguetes como peonzas, aros, cometas, pelotas, etc. Mi prima tiene ocho años y ella juega con muñecas realizadas con terracota o madera tallada. A veces nos juntamos mis amigos y yo y jugamos al aro. Suelen ser aros de bronce que tienen como diámetro entre 80 y 130 cm. Se lanzan y se mantienen en marcha con una varilla metálica cuya forma varía según la época. En muchas ocasiones el aro no sirve para niños pequeños (éste no es mi caso), sino que es utilizado por jóvenes y adultos para mantener la forma física.

El lanzamiento de nueces es otro juego que practicamos. Éste puede ser de varios tipos: partir las nueces, tocarlas (lanzar las nueces lo mas cerca posible de las otras colocadas anteriormente), hacer un recorrido geométrico o la hornilla o delta que consiste en trazar en el suelo un circulo o triangulo y tratar de que la nuez caiga dentro de él (también puede sustituirse el dibujo por un vaso o un hoyito en el suelo). Otro juego muy popular es el ephedrismos: consiste en tratar de golpear con un accesorio un objeto clavado en el suelo; el perdedor debe llevar sobre sus hombros al ganador y debe tratar de llegar a la meta con los ojos tapados por el compañero que está sobre él y atendiendo a las instrucciones verbales de un tercer jugador. Además también hay juguetes que representaban animales cuya base son ruedecitas lo que nos permite tirar de ellos. Estas representaciones son: cabras, erizos y caballos. Los niños no solo nos divertimos

con juegos o juguetes sino con animales vivos como perros, ratones, patos, codornices o saltamontes.

Paula Moreno Canales

¿A QUÉ JUGAMOS LAS NIÑAS Y NIÑOS ROMANOS? Saludos, me llamo Lucius y tengo 10 años. Hoy os voy a enseñar cómo es el mundo de los niños, pero la parte divertida, es decir, los juegos. Empezaré por los horarios de juegos que solemos tener. Nor-

mi compañero Marcus es el de mormolycion: se trata de dar sustos cuando los demás están entretenidos jugando; te escondes con una máscara y sales dando un grito para asustar a los demás. El aro es también muy divertido sobre todo para hacer carreras y desde ese lugar cinco nueces. Se puntuarán las que caigan en alguna de las subdivisiones, de acuerdo con el numero asignado en cada una. Me parece muy divertido. Luego, por las tardes, que hay más tiempo, solemos jugar a juegos como el escondite.

malmente jugamos después de las primeras horas de clase, luego almorzamos algo. Casi siempre jugamos a algo corto, como, por ejemplo, a las tres en raya, a las canicas, a pares y nones... Mi favorito es la letra delta que consiste en lo siguiente: se dibuja en el suelo un triángulo similar a la letra delta mayúscula dividida en diez secciones, numeradas con los números del I al X y se traza una línea de unos dos metros del dibujo (esta distancia puede ser modificada al gusto de los que juegan). El primer jugador lanza

Ayer estuve con mi amiga Cnaea y ella por ejemplo juega a otras cosas distintas: su juguete favorito es su muñeca, la aprecia mucho y juega con otras niñas también. Otro juego, que me gusta mucho y que yo se lo hago muchas veces a

competir. Musca aenea es un juego al que juegan, en general , todos los niños y niñas juntos por eso es uno de los más famosos: el que se la queda tiene que pillar a los demás pero con el inconveniente de que no puede ver, pues lleva los ojos vendados. Para ello los demás tienen que hacer ruido, así al que se la queda le será más fácil saber dónde están los demás y pillarlos. Bueno aquí me despido que ahora me voy a jugar un rato con mis dos mejores amigos: Marcus y Gnaea. Hasta luego. Vanessa Villar


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¿CÓMO SOMOS EDUCADOS LOS GRIEGOS? ATENAS Yo me llamo Filipos hijo de Peleo del demos de Atenas y os contaré la educación de mi polis, la cual es muy distinta a la de Esparta. La asistencia a clase en Atenas no es obligatoria. Mi padre ha decidido cómo educar a sus hijos y que otros lo hagan por él. Hasta que los niños empezamos la escuela nos educan nuestras madres o las nodrizas quienes nos enseñan historias, mitología y leyendas de la cuidad. Tengo una hermana, Heleia, pero ella no puede ir a clases, debe quedarse en casa para aprender otras cosas como hilar y tejer. A los siete años empecé mi educación con un profesor particular con el que he ido aprendiendo gramática, música, gimnasia, a leer en voz alta y, luego, a escribir sobre tablillas de madera enceradas para lo cual usamos un punzón; también aprendemos aritmética, contando con un dedo para los cálculos simples y usando el ábaco para los complejos. A los

ESPARTA Mi nombre es Néstor hijo de Héctor del demos de Esparta y voy a contar cómo es la educación que recibimos los niños espartanos. Cuando nacemos somos examinados por los ancianos: si un bebé es deforme o demasiado pequeño, es descartado siendo arrojado por las faldas del monte Taigeto, si se le considera sano y fuerte, es entregado a su familia para que lo críe. A los siete años empezamos la agogé, la educación propia de nuestra polis. Yo ya he dejado a mi familia y he empezado a ser educado por el Estado y distribuido en grupos con niños de mi edad, bajo el mando de chicos mayores. Estamos aprendiendo a leer y escribir y matemáticas, simplemente lo básico, también danza, canto, poesía, y expresión oral. Caminamos casi siempre desnudos, sucios, sin calzado y con la cabeza afeitada, y endurecemos nuestro cuerpo con mucho ejercicio físico.

¿Y EN ROMA? catorce años se comienza la segunda etapa que consiste en aprender literatura, principalmente de los grandes autores como Homero, avanzar en el campo de las matemáticas y seguir cursando música y educación física: se realizan los ejercicios desnudos, ungidos en aceite y con música de fondo. La etapa final comienza con dieciocho años, y en ella se siguen

practicando matemáticas y se estudia astronomía, gramática y oratoria, sobre todo si uno desea dedicarse a la vida política. Posteriormente realizamos el servicio militar y somos reconocidos como ciudadanos de pleno derecho.

Ambos textos por Crístofer Iglesias Martín Al llegar a los doce años, pasamos a la siguiente etapa: nos dividen en grupos más pequeños y los ejercicios físicos se vuelven más exigentes que en la primera etapa. A los dieciséis años empezamos la etapa definitiva, tras la que seremos ciudadanos de pleno derecho: consiste en un durísimo entrenamiento militar, pruebas de supervivencia y matar, como mínimo, a un esclavo. Terminamos la agogé a los veinte años y entramos a formar parte de las syssitia, agrupaciones de ciudadanos que consisten en comer todos juntos para crear compañerismo entre nosotros, ya que podemos ser llamados por el ejército en cualquier momento.

Ave! Me llamo Lucius, tengo 15 años y os voy a contar cómo es la educación de Roma. En la época antigua (hasta el siglo II a.C) la educación de los muchachos se limitaba a la preparación que podían darles sus padres. A partir de los siglos III y II a.C Roma entra en contacto con la cultura griega, al conquistar la Magna Grecia, y cambia el sistema educativo, que es en el que yo estoy y voy a exponer. Los niños y niñas estamos juntos a cargo de nuestras madres y nodrizas hasta los 7 años. De 7 a 12 años los niños y niñas, juntos, aprendemos a leer, escribir y contar, bajo una férrea disciplina que castiga con severidad cualquier falta. Lo hacemos en la escuela del magister, el ludus magistri. De los de 12 a 16 ya solo vamos, generalmente, los niños a la escuela y, aunque seguimos aprendiendo matemáticas, música y gimnasia, los estudios se concentran en gramática, geografía, historia, mitología y astronomía. Yo ahora me encuentro aquí y voy a la escuela del grammaticus, que así se llaman el maestro de esta etapa. De los de 16 a 20 solo acuden a la escuela unos pocos privilegiados; éstos estudian oratoria, filosofía y leyes. Lo hacen en la escuela del rhetor. Es la enseñanza superior que prepara para la vida pública. Las escuelas son locales muy humildes, donde hay sillas y bancos sin respaldo y escribimos en tablillas de cera, apoyadas en las rodillas. Los alumnos amamos a nuestros maestros, creemos que son como nuestros padres en el plano intelectual. Adela Barroso Díaz


¿CÓMO VESTIMOS LOS ROMANOS? ¿Y EN GRECIA? ¡Hola! Me llamo Ambrosio y tengo siete años para hacer ocho, tengo un hermano y una hermana. Os voy a contar cómo vestimos en la Grecia Clásica. Los niños llevamos pañales hasta los tres años. Cuando ya somos más mayores llevamos el quitón que es una prenda muy cortita y sin cinturón: los mejores son de lino pues no pican tanto como los de lana. Lo llevamos sujeto a los hombros con fíbulas. Luego, encima de éste, llevamos el himation, un gran manto de lana que picaba mucho, pero que a los espartanos se lo hacen llevar sin quitón. ¡Yo no aguantaría solo con eso! Mi hermano mayor llamado Arsen lleva la clámide, un manto muy corto hecho de lana, que se viste a modo de capa, perfecto para montar a caballo, que es lo que mi hermano hace normalmente. Mi hermana Adara tiene dos años más que yo y también va a la escuela. Lleva el quiton o túnica. Hay dos tipos: el peplo, usado por las mujeres atenienses y el peplo o quiton jónico que está hecho de lino y es una túnica larga que cae en dobleces verticales, más elaborados que los quitones de lana atenienses. Mi madre, Adonia, lleva el peplo de lino que es lo que llevan todas las mujeres aquí en Grecia . Mi padre lleva la vestimenta de los guerreros. Sirve para proteger lo. Lleva casco, un escudo y una coraza metálica, y en las piernas se tapaba con cnémides de bronce. Mi padre me ha dicho que yo lo usaré de mayor. Lo único que todos llevamos en común son las sandalias, un trozo de suela sostenido a los tobillos con tiras. Roberto Clemente Pérez

Estamos en la Web http://iesalagon. juntaextremadura.net

IES “Alagón” Coria ( Cáceres)

Ave! Soy Kaeso Iulius y vivo en Roma. Soy un niño de ocho años y os voy a contar cómo vestímos aquí. Cuando se nace, al bebé se le ponen los pañales y más tarde se cambian por el subligar que es una especie de taparrabos. Encima del subligar llevo mi tunica recta, que es una prenda de tela cosida por los dos lados y un agujero en la zona de la cabeza y de los brazos para poder meterlos por ellos. La tunica lleva un ribete para adornarlo, aunque también llevo un cingulum que es una especie de cinturón, pero a mí no me gusta porque me hace daño en la cintura. Tengo un hermano, llamado Marcus, que tiene 18 años y dejó sus juguetes y su bulla (cápsula de cuero -otras son de metal- dentro de la cual han metido cosas que se consideraban protectoras) a cambio de la tunica pura, la de la edad adulta, que es un cambio que tendré que hacer cuando cumpla los 16 años. Tengo una hermana, llamada Iulia, que tiene 16 años y no va a la escuela, por eso ayuda en casa a mi madre a hacer las tareas. Ella está prometida, aunque a mi padre no le gusta mucho el chico, pero ha aceptado la petición porque proviene de una familia rica; pero bueno, esto no tiene nada que ver con la ropa. Mi hermana lleva la tunica recta, al igual que mi madre, pero ella no lleva la stola, porque dice que ella tiene derecho a llevar el pelo suelto. Ahora da igual pero más adelante se lo va a tener que poner. Solemos llevar de calzado las soleae que era una suela recortada alrededor del pie; aunque hay gente rica que lleva calcei, que era un zapato más sofisticado. Mi madre lleva también la tunica recta, pero de forma diferente a la de los hombres. A veces lleva la stola que indica que está casada. También lleva una especie de manto llamado palla, que lo utilizan para cubrirse los hombros y las mujeres ricas, para cubrirse el pelo. Mi padre es un general de las tropas de nuestro amado César; ha dirigido muchas batallas, sobre todo contra los germánicos, que dice que son los contrincantes más duros contra los que ha luchado nunca. Lleva una armadura de dos piezas llamadas peto y espaldar que le protegen el tronco. Sobre ella lleva el pludamentum, que es una especie de clámide. Además sobre el casco lleva unos pelos muy raros llamados penacho o crista que sirven para distinguirlo de los soldados normales. Jaime Marcos Torres

¿SOMOS IGUALES? Salvete! Me llamo Paula, vivo en Roma y tengo ocho años. Tengo un hermano llamado Marcus Paulus Niger de catorce años. Mi padre pasa mucho tiempo fuera de casa porque es comerciante y tiene muchos negocios en Grecia. En Atenas tiene un socio con dos hijos, una niña llamada Helena de doce años y un hijo llamado Alejandro hijo de Thales de diecisiete años. Mi vida es muy distinta a la de Helena en cuestiones de educación, pues ella no va al colegio y todo lo que sabe lo ha aprendido de su madre y su abuela. Sabe leer algo, ha aprendido un poco de cálculo y música y, sobre todo, las labores domésticas. Posiblemente se case a los quince años. Yo, en cambio, voy al colegio todos los días, acompañada de mi paedagogus, que me lleva los libros. Me da clase el ludi magister que me enseña a leer, escribir y contar. La escuela es un lugar muy humilde, donde solo hay sillas para sentarnos, no tenemos mesas. Escribimos apoyando las tablillas en las

rodillas. Vamos nueve días a clase y descansamos uno, y ese día juego con mis juguetes. Cuando cumpla doce años, seguiré estudiando con el grammaticus, como Marcus, que aprende teoría gramatical, algunos autores griegos y latinos, geografía, mitología, física…Mi padre quiere que mi hermano estudie la enseñanza superior, con el rhetor, pues quiere que se dedique a la política. Marcus posiblemente se irá a estudiar a Grecia cuando acabe la enseñanza superior y pasará allí un par de años estudiando. La vida de Helena es muy triste, pues mientras que los niños atenienses empiezan a ir al colegio a los siete años para aprender a leer, a escribir y algo de matemáti-

cas, de música y de gimnasia, ella tiene que quedarse en su casa aprendiendo a ser una mujer responsable y cuidadosa de su familia. Sin embargo su hermano Alejandro, recibe una enseñanza superior. Un sofista le enseña geometría, física, astronomía, medicina, filosofía… Cuando él sea mayor viajará por todo el mundo y Helena se quedará en su casa cuidando de sus hijos. En cambio yo, quizás, si me caso con un hombre importante, podré asistir a banquetes, a fiestas, a espectáculos junto a mi marido. En otros aspectos mi vida sí es muy parecida a la de Helena, porque, en general, no nos tratan igual con respecto a nuestros hermanos. Ellos pueden estudiar e irse cuando sean mayores, y nosotras nos tendremos que quedar con el marido que elijan nuestros padres para nosotras.

Alicia Miranda Valencia Angelina Solano García


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