CATÁSTROFES
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EL PUENTE DE HIERRO
INTRODUCCIÓN No hubo dudas cuando la convocatoria del proyecto “Apadrina un monumento de tu ciudad” llegó a nuestras manos a través del DOE: el puente de hierro era la elección correcta. Nadie pensó en la Catedral, las murallas romanas, el Palacio de los Duques de Alba, el castillo o el Palacio Arzobispal. Todos ellos forman parte de la idea colectivo cauriense de “su patrimonio histórico” . Pero es curioso que nadie cite el puente de hierro. Probablemente, su estructura relativamente
moderna y funcional lo alejan del concepto popular de “edificio histórico”. Pero, sin duda, lo es. Es el único puente en arco construido bajo las ideas de la arquitectura del hierro de finales del siglo XIX que pervive en nuestra comunidad autónoma y es uno de los tres únicos edificios que, de este estilo, hay en nuestra región. Construido hace más de un siglo ya, devolvió a Coria su carácter tradicional de capital de comarca al unir las comarcas serranas con
las del valle y la penillanura hacia Cáceres. Sacó, en definitiva, a la ciudad de un progresivo estado de decadencia económica desde el siglo XVII. Este Belvedere quiere ser un pequeño tributo al trabajo que están haciendo los profesores y alumnos del Centro para dar a conocer entre la comunidad educativa este singular monumento, pero también una forma de reivindicación de su importancia para el patrimonio cauriense.
“UN RÍO SIN PUENTE, UN PUENTE SIN RÍO” Este dicho popular esconde una de las primeras sorpresas que la ciudad ofrece al viajero: un puente sin río. Sin embargo, el dicho es antiguo, por cuanto sí hay puente que cruce el río. No uno, si no dos, en realidad. Es cierto. Hace algo más de 100 años la ciudad necesitaba de las tradicionales barcas o barcazas de maromas para cruzar el río Alagón, salvo en época de estiaje (verano). Había varias pero la principal se ubicaba en donde están los actuales puentes. No había, por lo tanto, puente alguno y las comunicaciones de la ciudad y las comarcas serranas del norte eran dificultosas con la penillanura de Portaje y Torrejoncillo y el sur de la provincia. El río Alagón discurre por un valle formado por materiales de relleno creados por cursos fluviales antiguos que depositaron sedimentos durante finales de la era terciaria (hace más de 20 millones de años) así como por los propios depósitos del río en su curso actual desde las últimas glaciaciones (2 millones de años). Este carácter sedimentario del valle ha hecho que el curso del río haya variado enormemente a lo largo de la historia reciente. Nosotros nos vamos a acercar a su última gran variación, a mediados
del siglo XVII. El saber popular asevera que el cambio de curso de río antiguo al actual fue provocado por el terremoto de Lisboa de 1755. Nada más lejos de la realidad. Ya hay actas municipales y otros registros históricos que afirman que el río varió su curso por varias grandes crecidas hacia 1647. Durante bastantes años hubo dos brazos de agua, uno permanente (el actual) y otro, variable, según el caudal del río (el antiguo). Entre ellos quedó el puente de piedra cuya construcción (en 1518) costó tantos esfuerzos a la ciudad. Ese magnífico puente quedó uniendo la ciudad con una isla (de ahí el topónimo de nuestra actual área de recreo) y, luego, tierra firme. La ciudad respondió con proyectos efímeros para cambiar de nuevo el curso pero, finalmente, aceptó el hecho natural y planteó la creación de unas barcas para cruzar el río. Este hecho natural y el traslado formal del obispado a la ciudad de Cáceres trajeron una progresiva decadencia a la ciudad, alejada de los circuitos comerciales, eclipsada por una industrial Torrejoncillo y con una agricultura pobre, de secano, al no existir el actual regadío. El puente se convirtió en la reivindicación histórica de la ciudad.
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LA ERA DE LOS INGENIEROS
Cuando Paxton diseñó el Crystal Palace para la Exposición Universal de Londres de 1854, abrió un nuevo camino en la historia de la arquitectura: ya no sólo los arquitectos creaban arquitecturas artísticas, también los ingenieros las podían hacer y, además, estructuralmente más espectaculares. La confirmación de este hecho viene de la mano de Gustave Eiffel y su famosa torre para la Exposición Universal de París de 1889. No sólo es una obra singular en su forma sino que también es un alarde técnico, por cuanto todas sus piezas están prefabricadas, siendo montadas en el tiempo récord de 2 años y 2 meses, por 250 trabajadores. Hasta la llegada masiva del hormigón armado y de las estructuras autoportantes en este material (aquellas que no necesitan elementos externos para su sujeción), la arquitectura del hierro tiene una difusión masiva por todo el
mundo: la encontramos en pequeños pueblos como Coria, en grandes capitales como Oporto o París y en lugares tan lejanos como Bombay, en la India, o Pittsburg, en EE.UU. La arquitectura del hierro proporciona un sistema de construcción fiable, hermoso y barato. Fiable porque permite soportar estructuras con soluciones muy innovadoras como los arriostrados y arcos parabólicos o unir estructuras con remaches o roblones para su perfecto encaje. Hermoso porque consigue espacios abovedados impresionantemente amplios y luminosos o permite salvar grandes distancias con estructuras finas y delicadas. Barato, como fue en el caso del puente de Coria, porque se pueden financiar obras que, hechas de piedra u
hormigón, hubieran sido muchísimo más caras. La cara de nuestro puente fue el ingeniero Don Basilio Beamonte del Pozo, con una dilatada experiencia pues tenía otras obras tan importantes como el desaparecido puente Princesa de Asturias, en Madrid, sobre el Manzanares. Su proyecto fue encargado originalmente a una empresa de Barcelona que, por culpa del alza del precio del hierro, declinó la construcción, siendo esta otorgada a la empresa Hermanos Ardura, Construcciones Metálicas de Mieres, Asturias, que inició las obras en 1901 y las dio por rematadas hacia 1909. La elegancia del proyecto se observa en que pertenece al tipo de puentes Bow-string, (arco de cuerda) de los que no se conserva ningún otro ejemplo en Extremadura.
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UNA DECISIÓN POLÍTICA Tenemos la tendencia en este país de denostar a los políticos y convertirlos en el centro de nuestra ira por múltiples motivos pero uno de ellos –si no el principal– es por su aparente relajación en la resolución de las necesidades populares. Coria y sus puentes son un caso paradigmático de la historia política local en este país. Se necesitaron 250 años para satisfacer la necesidad de un puente nuevo en nuestra ciudad. Siendo como fue Coria ciudad medieval de realengo del Reino de León y, posteriormente, ciudad de señorío en manos de los Duques de Alba ya bajo el reino de Castilla, nadie se preocupó decididamente por la construcción de un puente sobre el río Alagón. Tan sólo hay referencias de la preocupación de los obispos castellanos en el sínodo de 1322 por tal necesidad. La consolidación del poder político con la Monarquía de los Austrias dio lugar a la construcción del puente de piedra en 1518. Sin embargo, hay múltiples escritos que hablan en los años siguientes de su abandono y derrumbe debido a las crecidas. El cambio de curso del río coge a las autoridades con el paso cambiado. La decadencia económica del siglo XVII y el crecimiento de la periferia del país en los siglos XVIII y XIX deja a este remoto punto de España con un problema secular. Habrá de ser en el periodo llamado la Restauración Borbónica y durante la regencia de María Cristina de Habsburgo (1885-1902) cuando ciertos proyectos de amejoramiento de carreteras y viales, iniciados con Isabel II, se concreten para la zona de Extremadura. De ahí vienen la mejora de las vías de acceso a Madrid, la construcción de las principales líneas ferroviarias de la región, el pavimentado de ciertas carreteras como la actual EX-109 (Ciudad Rodrigo-N.630) o la construcción de puentes como el caso que nos ocupa. Será bajo la presidencia del gobierno del liberal Sagasta cuando se plantee el proyecto definitivo del puente mientras que su resolución final será bajo el gobierno del conservador Maura. El puente, acabado en 1909, no se inaugurará hasta mediados de 1910 por disputas políticas entre los miembros del ayuntamiento ante la cercanía de las elecciones…
La reina María Cristina de HabsburgoLorena y el liberal Práxedes Mateo Sagasta.
Este Belvedere ha sido hecho por el equipo de la biblioteca en colaboración con Manuel Rodríguez y Antonio García.
Pilares realizados en hormigón hidráulico revestidos con sillares de granito soportan el peso del puente.
Grandes vigas entre pilares que soportan el tablero. Sufren fuerzas de flexión compensadas por el sistema arriostrado que las une a los arcos.
Arcos parabólicos de piezas remachadas soportan fuerzas de tracción desplazando los empujes del puente hacia los pilares
Cojinetes o piezas móviles soportan el peso del tablero superior y tienen previstas las dilataciones.
El tablero, inicialmente adoquinado, hoy asfaltado, está soportado por una capa de grava y un entramado de vigas por debajo de él.
Perfiles metálicos arriostrados reforzados por viguetas en forma de cruz soportan fuerzas de compresión para evitar el esfuerzo de flexión de las vigas.
Remaches o roblones unen las diferentes piezas. Las piezas del remache fueron unidas en forja o al rojo vivo en fundiciones cercanas al puente.
PUENTE TIPO “BOW-STRING” O DE ARCO DE CUERDA
Se utilizaron 370.000 kilos de hierro para su construcción y más de 10.000 kilos en remaches para engarzar todas las piezas.
EL PUENTE VISTO POR NUESTROS ALUMNOS Entre las diferentes actividades que se han realizado en el proyecto de apadrinamiento del puente de hierro destaca el concurso fotográfico planteado entre los alumnos del centro. Mostramos aquí la obra gráfica de los tres primeros premiados en este certamen que han sido Javier Sobrino, de 2º Bachillerato Tecnológico y Laura Hernández Arjona, de 2º de Bachillerato de Ciencias Sociales.
UN POCO DE HISTORIA Tres instantáneas obtenidas del periódico ABC y de la revista “El Nuevo Mundo”, en el año 1908 con el puente de hierro en plena construcción.
Estamos en: http:// iesalagon. juntaextremadura.net
EL PUENTE HACIA EL SIGLO XXI Tras la restauración hecha en el año 2004, el puente ha recobrado su esplendor arquitectónico del pasado. Reparado su tablero, sustituidos remaches y planchas deterioradas y pintado por completo tiene el aspecto de una obra recién construida. Hoy al puente se le abren nuevos retos. Debe convertirse en un referente turístico y de ocio para la ciudad. Los caurienses ya lo utilizan como vía de senderismo, como mirador para contemplar la avifauna y la vegetación ripícola o de ribera, así como de plataforma para la pesca deportiva. Su futura conversión –si así lo deciden las autoridades- en Bien de Interés Cultural, así como su entrega al muni-
cipio dejando de pertenecer a la Consejería de Fomento por ser parte de la carretera EX-109, pueden revitalizar su existencia al convertirse en un reclamo turístico dentro de una profunda reforma integral del paseo de la Isla y las riberas del río Alagón. Para que el puente sea considerado parte del patrimonio histórico regional no solamente los grupos del parlamento regional deben aprobarlo de forma consensuada como tal sino que los ciudadanos de Coria deben entender y defender el valor artístico, histórico y arquitectónico que esta obra ofrece al extenso patrimonio de la ciudad y de la región.