Zen Yoga by Arte Editorial

Título original:

Zen Yoga Educando a los niños con amor Autor: Ana Bolio 2010 todos los derechos reservados. Edición y estilo - Georgina De La Parra Peniche Diseño gráfico e ilustración - Alma Marín Huitrón www.arteeditorial.com.mx info@arteeditorial.com.mx Los textos aquí incluidos son parte de una serie original de lecciones complementarias que ha impartido Ana Bolio ante sus alumnos y alumnas durante las sesiones de Yoga, respiración y meditación. También son el mensaje que quiere dejar impreso en nuestros corazones, con el objetivo de sembrar en los niños y en todos quienes participamos en su educación, una semilla de armonía, bienestar y amor. Primera edición: enero de 2010 ISBN: En trámite Características tipográficas aseguradas conforme a la ley. Prohibida la reproducción parcial o total sin autorización escrita del editor. Editado, impreso y encuadernado en Quintana Roo, México.

Índice Dedicatoria

Introducción

Wabi Sabi

Zen en la cominicación con los niños

“Zen” para enseñarles a los niños con atención y compasión

Técnicas creativas para jugar al presente

ZEN YOGA como el arte de MEDITAR

Agradecimientos

Dedicatoria Voy a cultivar en mí las semillas de la paz, la compasión y el entendimiento, porque te amo desde que empezamos a respirar juntos cuando tu vida comenzó, y porque eres mi inspiración. Para mi hijo Amitabha Yoshieda que es valiente, amigo y Luz infinita. ¡Gracias por existir!

Introducci贸n

Deseo inspirar a muchos padres y educadores con lo que les compartiré en este libro, y recordarles que observar a los niños, teniendo en mente que cada uno es único y distinto a los demás, es fundamental para respetar sus intereses individuales. Al identificar sus sentimientos negativos, como envidia, celos u odio, podemos corregir y mejorar su comportamiento jugando con ellos.

Cuando comenzaron las clases de mi pequeño hijo en Japón, comparé los resultados en su comportamiento y el de sus compañeros de clase, con otras experiencias que había tenido trabajando con niños de Indonesia, México y Estados Unidos de Norteamérica, y noté que en Japón el desarrollo de su creatividad, comportamiento y destreza física, estaba en un nivel superior. Nació entonces la idea de combinar la pedagogía con el Yoga, el Zen, y el Wabi Sabi, para formar niños más felices en Occidente.

Introducción

La meta es transmitirles lecciones llenas de sabiduría, ayudándolos a desarrollar sus habilidades y motivándolos a canalizar y comprender mejor sus actitudes, para que logren una vida con bienestar constante en su presente y su futuro.

Habiendo estado involucrada en la enseñanza del yoga y la macrobiótica, buscaba una manera de enriquecer mis lecciones con respecto a la esencia de las cosas, y para mi fortuna, entendí el efecto tan positivo de las influencias del “Wabi Sabi” y del “Zen”, ya que sus técnicas aplicaban muy bien al juego, a la creatividad, a la sencillez, y a la naturaleza.

Introducción

Wabi-Sabi es un término estético japonés que describe a objetos o ambientes caracterizados por su simpleza rústica. Combina la atención a la composición del minimalismo, con la calidez de los objetos provenientes de la naturaleza. Nos despierta al punto de adentrarnos a la apreciación y admiracíón y celebración del valor de la belleza, dentro de lo raro y aparentemente imperfecto de cada cosa.

Zen es el nombre en japonés de una tradición del budismo, cuya práctica se inicia en China. Nos otorga mayor conciencia de cada respiración, de cada pensamiento y sentimiento que tenga relación con uno mismo, con la finalidad de regresar y permanecer al momento presente y establecer paz en nosotros mismos.

El origami es el arte de origen japonés del plegado de papel, para obtener figuras de formas variadas y se utilizan tan solo el papel y las manos. Es de las actividades cuya técnica resulta muy útil. También lo es la simple pero atenta observación de los cambios en las estaciones del año. La siembra, el cultivo y la creación de los juguetes, reciclando materiales muy simples. Sentarse y quedarse en su lugar, conviviendo y compartiendo con sus compañeros respetuosamente.

También me explicó que durante los primeros seis meses trabajan mucho para que los niños aprendan a sentarse, y para que sus cuerpos obtengan armonía al permanecer tranquilos, conduciéndolos a una atmósfera de paz. Me pareció muy interesante que ellos así construyan su poder de concentración y sentido de felicidad, logrando que todos disfruten mucho al escuchar una historia o cuento, permitiendo que su imaginación vuele, al mismo tiempo que responden mejor al ambiente que los rodea.

Introducción

La maestra de mi hijo en Tokio me dijo un día: -Lo único que le pido es que me envíe todos los botes de leche que deseche, las tapas de plástico y las cajas para reciclarlas.

Al mes de observar los juguetes que hacían y al ver a mi hijo tan divertido y concentrado, me sentía fascinada con el sistema. Era como ver un universo en una semilla de girasol.

Introducción

Transcurría el año escolar. Nuestra casa se llenaba de juguetes, aviones, muñecos y robots, que habían sido creados por mi hijo con material reciclado. Pero lo más valioso era ver su carita sonriente a la salida de la escuela cargando sus trabajos escolares, corriendo con ellos, creando sonidos y dándonos a los padres un momento de mucha felicidad al comprobar como expandían sus motores de creatividad.

También salía de la escuela con trabajos de origami, y sus dibujos o más bien trabajos de visualización: participábamos con la escuela llevando a los niños al zoológico con un “mapa” que ellos mismos habían trazado para localizar a los animales que visitaríamos. Estando allá los observaban detenidamente, ya que al otro día en la escuela deberían dibujar al animal que más les había impresionado. Asombrada con sus dibujos, me deleitaba viendo a los elefantes y a las jirafas tan bien trazados para niños de esa edad.

Era obvio que con esta forma de educar, se desarrolla mejor la creatividad, equilibrando más los hemisferios cerebrales y por ende el movimiento corporal. Mi creciente interés me llevó a hablar con el Director de la escuela para pedirle que me ayudara a conocer a fondo su sistema de enseñanza, y él me recomendó varios libros. Uno de ellos es de María Montessori, apoyando las teorías del origami y también estaban incluidos los análisis de Confucio, el arte Wabi Sabi y una guía Zen como autoridad en las aulas de clase.

Introducción

Toda esta experiencia me llevó a analizar y a examinar muy profundamente las fortalezas y las debilidades de la manera tradicional de pensar y actuar de la familia y las costumbres en general en Latino América, motivándome a fundir lo valioso de la forma de enseñanza en Japón con lo valioso de la forma de enseñanza en el Continente Americano.

Wabi Sabi

Había estado pensado como hacerle ver a mi hijo que apenas cumplía 5 años, -sin preocuparlo demasiado y de una forma sencilla para que lo entendiera-, que en la vida existen los problemas.

Un día que fuimos al parque y que llevaba su avión de juguete, se le rompió accidentalmente. Se puso muy triste y de mal humor, pues creía que ya nunca volvería a volar. Para calmarlo le dije que le regalaría otro si lo tomaba relajadamente. Justo en ese momento llegó un compañero suyo de la escuela, quien vio el avión estropeado y a mi hijo llorando. Él lo tomo y así, estropeado y todo, continuó jugando con el avión. Con ramitas y lo que encontró en el parque lo reparó y como mágicamente ¡lo hizo volar otra vez! Ese día me inspiré para comenzar a concientizar el gran significado de la simplicidad del “Wabi Sabi”, para compartirlo y enseñarlo a mi hijo, resultando en realidad un proceso que se dio muy naturalmente en esta sociedad japonesa.

Wabi Sabi

La idea es que comprendiera que la actitud correcta frente a ellos, es solucionarlos, ya que son experiencias que pueden enriquecer su vida.

En la cultura de este país, percibir y disfrutar las cosas más simples siempre está presente en la mayoría de las personas de todas las edades. Antes de vivir en Japón, cuando hacía mis estudios universitarios en Estados Unidos, tuve mi primera experiencia Wabi Sabi con una amiga japonesa llamada Yoko Takano. El día de mi cumpleaños, llegó con un regalo que se veía muy especial, envuelto muy bonito. Yo lo abrí muy emocionada y para mi sorpresa encontré una lata de sopa de tomate, pues en aquel entonces era mi platillo favorito.

Wabi Sabi

Yo pensé que era una broma y me causó mucha risa, porque no conocía bien esta cultura, pero para mi asombro era en serio, y ella celebraba conmigo algo muy simple que sabía que yo apreciaba mucho.

Viviendo aquí en Japón, empecé a notar que en la escuela de mi hijo se trabajaba en el desarrollo de la individualidad y de la personalidad de cada niño, a través de la completa apreciación del valor de la simplicidad, de la belleza de la imperfección y de la rareza.

Fue así como percibí que si a todos los niños los enseñamos a aceptar sus imperfecciones, sin esconderlas ni ignorarlas, sino encausándolas hacia algo más productivo, los conduciremos a un futuro donde podrán aceptar a las personas y los eventos tal y como son, para vivir con más humor, paciencia y compasión.

Los niños no tienen miedo de ser lo que realmente quieren ser, hasta que sus padres les enseñan y obligan a ser otra cosa. No se trata de que tienen que ser perfectos a nuestros ojos, simplemente hay que aceptarlos como son sin ser nosotros los que les enseñemos a tener pena por ellos si descubrimos algo en su vida, o en su salud, como si fuese vergonzoso, no aceptable e imperfecto.

Wabi Sabi

Si no respetamos al verdadero ser que está dentro de los niños, la parte que los mantiene creativos y contentos -por más raro que algo nos parezca de ellos, al cabo del tiempo, sentirán pena de lo que realmente son, llevándolos a complejos serios que podrían causar el uso de drogas, resentimiento, rebeldía negativa y hasta suicidio.

Mejor consideremos mirar a través de la ventana del Wabi Sabi y conduzcámoslos mejor, para que estén muy orgullosos de ser únicos, de ser tal como son. Espero que quienes lean este libro, reciban los beneficios de esta simple idea y logren hacer de la vida de sus hijos o estudiantes la mejor experiencia posible, en medio de las circunstancias que se presenten en el momento.

Wabi Sabi

Para eso hay que estar muy atentos y tener mucho cuidado para no enseñarles mal y sobre todo -por experiencia personal- a no hacerlos sentir mal o a obligarlos a ser otra persona que no son.

Yo sé que esto requiere de una cantidad inmensa de energía y paciencia, pero será seguro que idiosincrasias e imperfecciones se transforman en algo muy positivo, permitiendo que ellos expresen su potencial, -como perlas de sabiduría de su propia imperfección-, haciéndoles ver que es natural que existan cosas positivas y negativas en ellos, lo cual es como una delicada balanza: sin los defectos, las virtudes y cualidades perderían valor.

Niños y adultos somos tan felices como le ordenemos a nuestra mente, y la llave esta en vivir plenamente nuestra individualidad y peculiar forma de ser, reconociendo los defectos para corregirnos con humildad. Si desde pequeños les enseñamos a ver que cada acción determinará la reacción, podremos lograr que aprendan a escoger las acciones con sabiduría.

Así podremos enseñarles que cosecharon lo que sembraron y que es una lección para que sepan que en la vida, serán tratados como ellos traten. Es la regla de oro: no hagas a otros lo que no quieres que te hagan a ti. Y cuando encuentren personas que les traten mal en cualquier forma, sepan poner límites o hasta retirarse, desarrollando así el discernimiento y la prudencia.

Wabi Sabi

Como por ejemplo: cuando les decimos a los niños que no acerquen su dedo a una vela encendida, para evitar una quemadura. Acercar el dedo a la flama de una vela encendida es la acción, y el dolor que sentirán es la reacción: causa - efecto.

Que sepan que cada pensamiento, que cada palabra y cada acto, genera energía cósmica, produciendo también un efecto que regresará a ellos de alguna forma, dependiendo si les nació de un espacio bondadoso de su interior, o lo contrario.

Wabi Sabi

La influencia del Wabi Sabi

Siendo una manera de vivir muy antigua en Japón, y que yo en particular la percibo en la educación, en los canales de televisión para niños, en lo que me rodea y hasta en la rareza en la forma de vestir de mucha gente, el entendimiento del Wabi Sabi, nos ha ayudado a desarrollar una mayor apreciación al medio ambiente y a la naturaleza y sobre todo a asumir los problemas y sus imperfecciones como algo que puede enriquecer nuestras vidas. También a tener prioridades, desarrollando el humanismo y la compasión, para hacer primero lo que es más importante en nuestra escala de valores, y por encima de nuestros caprichos que pueden ser egoístas si nos distraemos. Para entender más claramente esta idea voy a explicar parte de la filosofía del Wabi Sabi y cómo se puede aplicar, para llevarla a la cotidianeidad de nuestras vidas.

El carácter chino que se originó hace 3000 mil años “Wabi” representa nuestro interior y nuestra espiritualidad, como las experiencias de nuestra vida indicando el vacío y lo básico que explicaré más adelante. “Sabi” representa los aspectos materiales de la vida: lo viejo y desgastado, para así fomentar balance con cada aspecto, viviendo más atentos, despiertos y con mayor gozo. Wabi, que significa imperfecto, o belleza irregular, y también las cosas en su estado más simple: rústico, austero, elegante, sereno, es el estado de la mente trascendental, representando el interior y las experiencias espirituales de nuestras vidas.

Juntos, Wabi Sabi, forman una simple idea para apreciar y admirar el valor y la belleza de lo aparentemente imperfecto y celebrar lo precioso de cada persona.

Wabi Sabi

Sabi, se considera como la belleza que guarda los tesoros del paso del tiempo, como el recuerdo de la belleza que se concede por la edad, representando los aspectos externos de lo material en la vida.

Aparente imperfección perfecta en uno mismo y en todo lo que nos rodea, conduciéndonos a desarrollar la personalidad interna. Ya que en sí, revela la contundente verdad de que ya somos perfectos siendo perfectamente imperfectos, pero, balanceando lo negativo con lo positivo.

Wabi Sabi

En los últimos 500 años el Wabi Sabi ha estado ligado con la ceremonia del té y la representación artística del Zen que yo he comprendido sólo al cabo del tiempo. Hace varios años cuando visitaba Japón por primera vez en un verano, acompañé a mi ex esposo a visitar a un amigo. Ambos habían estado viviendo en otros países y no se habían visto en varios años.

Todo lo que sucedió durante la visita me dejó asombrada pues aun no entendía lo que pasaba. Yo esperaba ver un saludo cariñoso, y que hablaran de sus experiencias. Y celebraran sus anécdotas, que es lo normal para un latino. Especialmente porque ambos habían pasado años fuera del país y no se habían visto. Pero al fin y al cabo esa visita fue una experiencia en la que todo lo abarcó el silencio absoluto, y para mí se volvió inolvidable.

Nos recibieron invitándonos a sentar junto a una mesita estilo japonés, donde ya había silencio en la atmósfera, además de flores hermosas. Nadie hablaba. Sólo nos medio sonreíamos y con gestos disfrutábamos en una taza rústica del té verde. Casi al finalizar hubo un intercambio de pocas palabras. Muy breve. La despedida fue con un movimiento suave, inclinando la cabeza al estilo japonés.

Wabi Sabi

No habíamos caminado ni 10 metros de la puerta de la casa de su amigo y me atreví a preguntarle por qué habíamos hecho este viaje tan largo en tren, para ni siquiera hablar. Y como dentro de la cultura japonesa normalmente no se suelen dar respuestas directas, él me contestó justamente con el ejemplo de una película que veníamos comentando en el tren durante el viaje de casi 3 horas antes de llegar a casa de su amigo: -estábamos compartiendo una simple ceremonia de té, viviendo el momento presente.

-Por eso es que la física cuántica (refiriéndose a la película), ha demostrado que la estructura de los átomos que componen nuestro cuerpo, nuestras casas, los bosques y todas las cosas, están de hecho vacíos en un 99.99%. Todo en el mundo material, -continuó- aunque parezca muy sólido, proporcionalmente es vacío como espacio intergaláctico. Por eso hoy en realidad lo que hicimos fue llenarnos de energía porque mientras más vacíos, más lleno de energía, que es el principio de todo lo que existe: gozo y creatividad son las intenciones del universo, en las infinitas evoluciones planetarias y espirituales.

Wabi Sabi

La respuesta escueta pero profunda que me dio, aunada al comentario del argumento de la película que comentábamos, me dejó pensando, y poco a poco fui comprendiendo más y más.

Así, consideré al Wabi Sabi como el arte de vivir cada día con una sensibilidad y dichas expandidas, tranquilamente, y un medio para adquirir paz en la mente, justo como se representa desde hace 500 años en la ceremonia del Té.

Una simple y bella flor en un florero de bambú, como invitación para valorar el tiempo de vida y entender la belleza. Una cajita de cedro sin barnizar, para recordarte que la madera es siempre más bella que el plástico. El desgaste que adquiere una tetera de bronce a través del tiempo, como una indirecta de que también nosotros cambiaremos a través del tiempo.

Wabi Sabi

Hoy lo podría explicar como la preparación simple del té de cada día. Enfocado a pasar y compartir un rato con los amigos en silencio o a solas, dentro de una atmósfera de respeto en el ambiente, que represente la belleza del silencio de la naturaleza. Y percibiendo a la persona que te lo sirve sólo a través de sus gestos, o a uno mismo, recordando la importancia de apreciar cada momento como venga, aún siendo uno de los más caóticos de nuestras vidas, manifestando la vida como un arte. Y cada objeto dentro de la ceremonia del té juega un papel muy importante: como ejemplo el tazón rústico para tomar el té, que es como un recordatorio de que en la vida nada es perfecto, o lo es, es su aparente imperfección y que el espacio es amplio y vacío aunque a veces no lo percibamos.

Pero ¿cómo aplicarlo aquí y ahora? y especialmente en América Latina donde no existe ninguna celebración similar a la del té. Cuando visite la escuela de mi hijo por primera vez en abril justo antes de que comenzara el nuevo curso escolar, pensé que su arquitectura se veía desgastada por el tiempo y me daba la impresión de ser demasiado simple. Me imaginaba algo muy diferente en Japón, acostumbrada a las escuelas Montessori donde yo trabajaba y donde estudiaba mi hijo en México.

Wabi Sabi

Sin embargo, en la entrada me llamó mucho la atención un espacio amplio donde se veía la tierra fresca y habían sembrado muchas plantitas que con el tiempo crecieron y se volvieron tomatitos, berenjenas y pepinos que los niños cultivaron, y luego en la misma escuela los cocinaron y se los comieron para volver a comenzar otro ciclo según la estación de lo que iban a sembrar.

Otro aspecto curioso para mí, fue que en medio de tanta “austeridad”, había en cada pasillo aulas como peceras y casitas donde habían gusanos e insectos (que se reproducen en la primavera y que son tan celebrados y esperados por los niños y sus papás, y así en el verano los escarabajos).

Hoy día, en ese patio, me llena de emoción ver como se revuelcan los niños, como juegan, y hacen montañas de lodo tan felices. Cada vez inventando algo nuevo con que jugar. Y a esos pececitos diminutos les agradezco cómo me enseñaron a apreciar que lo más simple se puede volver tan divertido.

Wabi Sabi

Tenían por separado los huevos y las ranitas. Diminutos pececitos sin color en particular que no vi tan llamativos, y diferentes bichos en sus casitas. El patio era espacioso y vacío. Con un tipo de arena y tierra gris que me hizo pensar en lo sucia que llegaría a casa su ropa. Había sólo un espacio como un arenal con más tierra y una manguera. Y alrededor, pollos, gallos, y conejos en sus casitas.

Descubrí como la sombra de un pájaro en vuelo, volando muy alto, es simplemente maravillosa. Y que al fin y al cabo, -resumido en pocas palabras como yo lo he comprendido-, es como el artista que tiene como objetivo ¡la perfección de no lograr nada! El entendimiento del Wabi Sabi nos ha enriquecido tanto que a mí me llevó a escribir este libro, -ya que descubrí que no tenía que esperar a llegar a ser alguien más. Y a mi hijo, que hace muchas de las cosas en la escuela sin apego a un estándar, le hace posible sentir gozo en todo y así tener una existencia más completa.

Wabi Sabi

Lo más importante es que aún estamos a tiempo de moldear y mejorar cualquier cosa que consideramos imperfecta, bendiciendo la perfección de lo imperfecto en nuestros hijos.

Para transmitir mejor este concepto, hay muchas cosas que se pueden hacer con los niños, a veces con materiales muy simples reciclables, ya que ellos tienen la habilidad de convertir cualquier cosa en un juguete.

Tienen un talento natural para hacer cosas simples, pero sobre todo con la Madre Naturaleza. Un día Wabi Sabi se puede recibir con el simple hecho de hacerle notar a los niños la importancia de la naturaleza y de sus cambios, para inspirarlos a vivir lo mejor que puedan.

Y esto se puede repetir con muchas flores, plantas, o escuchando y observando a los pájaros, las nubes, el ritmo de las olas. Contemplando los amaneceres, los atardeceres y las sombras que se proyectan y que desaparecen, sintiendo el viento y el sol.

Wabi Sabi

Por ejemplo, por la mañana cortamos una flor y la ponemos en la mesa mientras toman el desayuno y les hacemos ver la belleza de la flor y les explicamos que esa flor pronto se marchitará y que por eso quizás mañana la bella flor no esté más. Así les estamos recordando cómo apreciar el momento y la belleza de la flor, haciéndoles una observación natural de que así es la vida en general y que por eso hay que tomar ventaja de nuestro tiempo siendo más creativos.

Lo que recalco es que, desde la ventana del Wabi Sabi, los aspectos que son más importantes para el niño están escondidos por su simplicidad y familiaridad dentro de la madre Naturaleza. A través del entendimiento del Wabi Sabi, enfoquemos nuestras intenciones para aumentar la libertad, felicidad y creatividad de nuestros hijos y de nosotros mimos.

Wabi Sabi

Cuando parezca que las circunstancias en nuestras vidas no van en la dirección correcta, será una buena oportunidad para reflexionar en nosotros mismos y en nuestras intenciones con nuestros hijos: para mantener mayor gozo, debemos ser más pacientes con todas las cosas que tengan que ver con ellos, y siempre teniendo el valor para considerar sus imperfecciones, sólo para ayudarlos a mejorar. Siendo cada día un día nuevo, tal como nos inspira la idea del Wabi Sabi.

Recordándoles siempre que en las decisiones que tomen, tengan prioridades y metas porque sólo así llegarán a ser lo que realmente quieran ser, pero sin que olviden disfrutar el camino. El aquí y el ahora. Y sobre todo inculcándoles el progresar para que crezcan más libres.

Espero que aunque encontremos muchas imperfecciones en nuestras vidas, como me pasa a mi constantemente, visto a través del Wabi Sabi nos la pasemos mejor, como yo, que ahora vivo resignada a las influencias de cada estación del año de buena gana, aunque me den dolores musculares en el invierno. Trato sobre todo de mantenerme atenta a los cambios generándome un estado mental más feliz, a pesar de que mis favoritos son el verano y el mar. Sobre todo me dedico a crear paz y serenidad en mi aún cuando tengo que salir de casa a las 5:40 a.m. en medio de lo mas frío del invierno japonés, para tomar el tren y llegar a Mysore (a mi práctica de Yoga). Pues en mis decisiones tengo presente que tengo prioridades y metas, que lo hace todo más interesante.

Wakate-Mente expresión que inventé, porque wakata en Japonés significa entendido, que junto con “mente” en Español, además de expresar el sentimiento de ENTENDIMIENTO PROFUNDO, funde todo lo aprendido en ambos países.

Wabi Sabi

¡Wakate-mente!... es que me encanta haber inventado esta palabra.

Zen en la comunicaci贸n con los ni帽os

Espero ayudar a que la violencia familiar disminuya, sembrando en los corazones de los padres y por tanto en el de los niños semillas de compasión y perdón por encima de las calamidades. También a enseñar cómo convertir las emociones negativas y mal canalizadas, en notas armoniosas dentro de la mente de los niños. Mostrarles la forma de transformar espinas en flores y descubrir la templanza, a pesar del dolor de ciertas experiencias.

Hay que crear cierto tipo de relación en la que crezca una comunicación directa para que el niño sea honesto y este animado a hablar siempre con la verdad.

Zen en la comunicación..

“Zen” en la comunicación con los niños, es el arte de hablarles para que ellos se sientan en confianza de abrirse y de decir lo que sienten. Que nos platiquen si sufren en la escuela, si sienten soledad, o algún abuso.

Y sobre todo permanecer atentos a NO reaccionar negativamente a lo que digan, porque muchas veces cuando expresan sus sentimientos, nos afectamos y se nubla nuestra sabiduría, bloqueándonos, y así no podremos ver las cosas que pasan en sus vidas.

Zen en la comunicación..

Lo más difícil quizás, será que como padres logremos expresarnos a la altura de cada circunstancia. Subrayo que reaccionar mal ante lo que nos dicen, se puede convertir en un verdadero peligro en la educación que les damos. Hay que tener la claridad y la sencillez de ver las cosas tal como son, sin prejuicios ni traumas personales, para entender bien lo que nos han platicado nuestros hijos, o alumnos, y poder concluir qué fue lo que les creó confusión, teniendo conciencia de evitar imponérnosles, rechazarlos, criticarlos o regañarlos.

Pongámonos en el lugar de un árbol de naranjo. Si la tierra donde se plantó es fértil y si recibe el agua, el aire y la luz apropiada, florecerá mucho y dará bellas naranjas. ¿Es esto una consecuencia del amor del que todo proviene?

Sí, pues todo lo creado proviene del amor, formándose una mezcla perfecta que se manifiesta y que es un hermoso ejemplo de lo que nosotros debemos hacer con los niños. Quizás hay alguien que jamás ha practicado el escuchar profundamente a sus hijos o alumnos y ahora sea el momento de empezar, independientemente de aplicar la pedagogía tradicional. Porque tenemos que escuchar con cuidado y sobre todo objetivamente y sin reaccionar, para poder sembrar buenas semillas en los niños.

Además de escucharlos, debemos usar palabras lindas y amorosas cuando nos hemos ganado su confianza, aunque NO estemos de acuerdo para nada, pero recordando que siempre les podemos dar un buen consejo con amor.

Zen en la comunicación..

Tenerlos cerca y ayudarlos a no sufrir, tendrá como consecuencia menor posibilidad de que busquen escapes o acepten drogas, que hoy día se promueven hasta como parte de la moda.

Zen en la comunicación..

En otras palabras escuchar y ayudar a curar el sufrimiento de nuestros hijos y alumnos es una práctica de paz. Es practicar amor con frecuencia. A veces podemos cometer el error de evadirnos o permitir que ellos se evadan, viendo televisión sin compartirla adecuadamente, o cada quien en su computadora, o en el teléfono, cuando teníamos una gran oportunidad de estar con ellos, atentos y presentes, y nos distrajimos y no lo fomentamos.

Cuando no lo logramos, vamos a aprender a pedirles que nos tengan compasión y que nos den tiempo, pues no estamos preparados para escucharlos profundamente con cariño. Por ejemplo así: -en este momento estoy cansado por el día que tuve, para escucharte con atención, por favor dame unas horas. Ellos también entenderán, y será mejor que contestarles cualquier cosa o gritarles que se callen. Y lo mismo si ellos no están listos para hablar, les podemos decir algo así: -me gustaría sentarme contigo y escucharte. Si ahora no deseas hablar, yo estaré esperando y cuando estés listo hablaremos con calma. Somos quienes podremos ofrecerles este tipo de presencia con AMOR.

Cuando son chicos es el mejor momento para cultivar el arte de hablar y escuchar, porque si aprenden a hablar calmados, luego lo harán con sus profesores y amigos, pero sobre todo atenderán cada situación mejor si los dos padres practican el arte de hablar amorosamente y de escucharse atentos y con amor y lo mismo para los maestros, si practicamos lo mismo entre profesores en la escuela, y entre maestros y alumnos, convirtiéndonos en un buen ejemplo para ellos. Seremos educadores en la paz.

Seguramente, la mayoría de nosotros pasamos por eventos difíciles o tenemos recuerdos dolorosos, y a veces hasta heridas del pasado o en el subconsciente de otras encarnaciones. Por eso todos necesitamos de alguien que nos escuc he atentamente para poder entender nuestro sufrimiento. Especialmente los niños necesitan ser escuchados y entendidos. Debemos involucrarnos en sus habilidades y en sus dificultades.

Zen en la comunicación..

Veámoslo como una inversión de tiempo, energía y amor a largo plazo. Si nos damos bien a nuestros hijos, o estudiantes, creamos verdadera felicidad.

Zen en la comunicación..

Respetar sus heridas y vulnerabilidad. Por que como papás somos sus primeros doctores, defensores, terapeutas y maestros.

En mi infancia y parte de la adolescencia, la falta de comunicación con mis padres y algunos maestros en la escuela, me resultó muy dolorosa. Ahora identifico que sembró muchas semillas de violencia en mi mente, a pesar de tener padres amorosos y que siempre me han apoyado, así como buenos maestros, pues yo no podía ser honesta con ellos en muchas ocasiones, ya que me consumían con su opinión subjetiva y sus reacciones emocionales, dramatizando innecesariamente. El caos prevaleció durante años a pesar de que me apoyaran, y todos sufríamos mucho, o al menos yo. Me la pasé mal, con sentimientos de abandono y rechazo. En lugar de avanzar en lo que debía progresar, me la pasaba tratando de ganar su aceptación y aún así no lo conseguía. Otro aspecto Zen de la comunicación es que hay que enseñar al niño a que exprese lo que siente de manera más clara para sí mismo.

Por ejemplo es preciso que digan algo como: - “lo que hiciste, me hace sentir enojado y mal”, en lugar de: “me hiciste enojar y me siento mal por tu culpa”. Escuchar es tan importante como enseñarlos a utilizar el lenguaje para decir claramente lo que les pasa, y así comenzará en la casa y en la escuela, lo que deberá ocurrir en sus relaciones con los demás, y en todos los distintos roles que jueguen dentro de la sociedad.

Es importante no dejar a los niños en medio de un exabrupto hasta entrar en crisis. Hemos respirado con ellos desde el momento que los engendramos. Quedémonos con ellos en los momentos de tormenta, cuando están saturados por sus emociones.

Zen en la comunicación..

Como complemento, podemos invitarlos a compar tir juntos alguna actividad: cocinar juntos, tomar fotos, ver libros, jugar un juego de mesa, salir a dar un paseo, practicar algún deporte, etc. con el fin de poder orientarlos y guiarlos en la dirección correcta, sin forzar la comunicación sin que estén relajados, pues a veces no basta con darles tiempo y espacio.

Enseñémoslos a transformar sus sentimientos y a relajarse con respiraciones pausadas. Aunque al principio no sean capaces de hacer mucho, con la práctica aprenderán a cuidar sus emociones solos y sus sentimientos serán mucho mas saludables.

Zen en la comunicación..

Proveer a nuestros niños con comida, ropa, medicina, y un buen techo, no es la única manera de demostrarles nuestro amor. El amor es independiente de nuestra posibilidad de proveerlos de lo necesario, pues incluso en medio de una extrema pobreza económica, podemos amarlos y cambiar todas las formas de violencia, por todas las for mas del amor incondicional.

Terminaré este capitulo con: “Om namah shivaya”, que es una frase sagrada o mantra, dentro del yoga en el hinduismo, y significa: me inclino ante mi propio ser interior. Me inclino ante la Divinidad que vive en mí.

“Zen” para enseñarles a los niños con atención y compasión

La compasión es la llave de la felicidad que empieza en casa y que se aplica siempre con nuestros tesoros más valiosos: nuestros hijos.

A manera de recordatorio: nadie nacemos con la habilidad de controlar las emociones y los sentimientos, por lo que en el rol de padres, el enseñar a nuestros hijos a estar atentos a sus emociones es muy importante, para lograr junto con ellos, el desarrollo de la compasión y el control y adecuada canalización, aun en las situaciones más trágicas para ellos.

“Zen” para enseñar..

En realidad parte de la filosofía “Zen” explica como mantener la mente lo suficientemente abierta para poder observar las cosas como son, sin prejuicios y sin juzgar; listos para vivir el presente, o el principio de estar “vacíos”: percibiendo el momento, viviéndolo y disfrutándolo, con consciencia del aquí y el ahora. Por experiencia personal, es una herramienta para evitar la violencia entre nosotros padres, en nuestra familia, en las aulas de clase, en nuestra comunidad y en el mundo. Y transformar conflictos de cualquier tipo desde violencia interior por pensamientos humanos, hasta agresión en todas las escalas.

Reflexionemos unos minutos en lo siguiente: si les pedimos a nuestros niños que guarden silencio, que pongan atención a sus emociones y que estén presentes, -siendo nosotros congruentes con ello, estaremos enseñando con nuestro ejemplo.

“Zen” para enseñar..

ZEN también es un medio para enseñarles con compasión a prestar atención.

Quizás suena ridículo, pero si por ejemplo, experimentamos conscientemente qué sucede mientras lavamos los platos que utilizamos al cenar, podremos notar que la mente a veces va de un pensamiento a otro, como una botella que flota sin rumbo entre las olas por aquí y por allá, como si a veces estuviéramos tan absortos en el futuro y en nuestros pensamientos que no disfrutamos del presente, ni del milagro de nuestra respiración y de nuestro interior y por tanto de lo que verdaderamente estamos haciendo. Si estamos lavando los platos parados en la cocina en la realidad del momento, solo deberíamos estar completamente atentos a lo que hacemos dentro del momento presente.

Tal vez podremos descubrir la dicha en la simplicidad y sin el prejuicio de que es poco diver tido o digno lavar platos y por el contrario, hasta lo disfrutemos como una oportunidad para estar con nosotros mismos.

Desde que vivo en Japón y empecé a comprender la esencia del “Zen” estoy más atenta, y cuando me doy cuenta de que esto me pasa, yo también practico retomar mi respiración conscientemente para ayudarme a regresar al presente y decir a mi hijo espontáneamente: “estoy aquí para ti”.

“Zen” para enseñar..

Al experimentar lo anterior, podremos entender mas nuestra mente y en especial la de los niños, y así ayudarlos a evitar estar dispersos y a concentrarse mejor en lo que hagan, y si aprenden a estar conscientes de su cuerpo, sus movimientos, su respiración y todo lo que tenga que ver en relación con ellos, les estaremos dando cimientos para un mejor comportamiento y por tanto para que puedan estar más tranquilos y estables emocional y psicológicamente. Todo eso termina siendo un bálsamo para todos, pues podrán dormir bien y tener una mejor calidad de vida, al mantenerse de buen humor y por lo tanto muy activos y despiertos durante el día.

“Zen” para enseñar..

Y así se convierte en el aquí y el ahora mágico, que te hace poder compartir con tus hijos tu presencia real.

Todo lo que se haga con el afán de crear armonía es digno de ser hecho con una intención específica, como por ejemplo, sugerirle al niño que piense así: plantaré esta planta con amor, o lavaré estos platos con amor, y ofrezco esta acción también con amor, con la intención de que mi abuela se sienta mejor de los dolores que últimamente ha sufrido. De esta manera, pueden encontrar también un sentido de respeto por cada buen acto que uno realiza, como el respeto que nos debemos a nosotros mismos y los demás, sin excepción. Cuando uno está atento, la planta, la semilla de mostaza, o el plato, adquieren un tono de actitud sagrada. Y comparándolo con el sistema Montessori y la importancia de los rituales en Japón, concluyo que cada acto puede ser tratado como un ritual, cada cosa como una ceremonia o como una celebración, que debe de llevarse a cabo a consciencia, sin perder espontaneidad, sin perder frescura, sin exagerar tampoco, pero con un sentido espiritual dentro de la cotidianeidad.

Para cuidarlos hay que estar despiertos, ya que todos los padres y toda la humanidad estamos conectados con los que están a nuestro alrededor. Si vivimos atentos estamos despiertos y sabemos cómo cuidar nuestra mente y nuestro corazón y gracias a eso nuestros hijos y alumnos aprenderán de nosotros y ellos también sabrán cómo vivir atentos y despiertos.

Los niños son felices dentro de un entrenamiento de disfrutar su aquí y su ahora. En Japón hemos experimentado mucho observando los cambios en la naturaleza, con las estaciones del año.

“Zen” para enseñar..

Cuando nosotros padres entramos en guerra unos con otros, les hacemos sentir como atrapados sin salida, y esa violencia que puede ir de psicológica hasta algo más grave, puede intoxicar emocionalmente las vidas de nuestros hijos. Cuando noté esto en mi hijo hace algunos años, me sentí muy mal y además noté un cambio negativo en el, porque se manifestaba con frustración y era el espejo de mi enojo, pues el ambiente que los rodea los afecta enormemente para bien o para mal.

En cada estación hay diferentes insectos que se recolectan para admirarlos y mantener su bienestar con cuidado. Lo mismo con las flores y las plantas.

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En junio se hace hincapié en la contemplación de la lluvia y el segundo en que rebotan las gotas. En invierno con los copos de nieve. En verano recogiendo fresas y escarabajos. En sus actividades escolares los llevan a caminar observando la naturaleza, manteniéndoles conscientes con la comunión de lo que los rodea.

En mi hijo yo identifiqué que los aspectos más negativos en su personalidad eran sus emociones y sentimientos de frustración y enojo por cosas naturales o casuales como cuando desarmábamos el avión que armó durante la tarde para guardarlo en su caja, porque se transformaba en su pequeño Yo (término que usamos cuando sale su falsa personalidad). Dejaba de pensar, -pues las emociones se apoderaban de él en ese momento- y destruía cuanto estaba a su alrededor, diciendo cosas sin pensar y se la pasaba muy mal, además de que no medía cuán grosera resultaba su actitud con nosotros.

Verdaderamente es sorprendente ver como se esfuerza por corregirse de esa actitud hoy día, pues sabe que quiere tener muchos amigos, lindas relaciones y vivir evolucionando. Como él mismo dice: “esforcémonos”. Pero atención: siempre hay que tener presente que les puliremos constantemente al fallar en auto controlarse, como nos puede suceder a cualquier adulto.

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Yo le expliqué que esos actos tienen un efecto muy negativo en el, que no lo llevan a nada bueno. Le conté el ejemplo de un amigo de la familia que sufre mucho por eso. Pues no controlarse lo llevó a perder amigos, trabajo, familia, y hasta estuvo en la cárcel por varios meses siendo en el fondo un ser noble y bueno. Le pregunté si él se podía imaginar así: solo y triste. Además le expliqué que la COMPASION, -que es la comprensión como un acto de amor real-, lo lleva a la felicidad, y que es inútil dramatizar por cosas que son menos importantes que ser afectuoso y comprensivo con las personas que amas. Que a veces cometemos errores y tenemos que perdonar. Ya que sólo así evolucionamos y avanzamos con nuestras metas profesionales y espirituales.

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Mi hijo por ejemplo después de salir de un encuentro con sus emociones y no haber tenido todo el éxito deseado, me cuenta que lo intentó con varias técnicas que he mencionado o mencionaré: -que tocó la campana de la paz, que hizo sus “mudras” (distintas formas de unir nuestros dedos y posturas con las manos), pero que por un ratito fracasó. Entonces lo abrazo y lo animo y le digo que al contrario. Que no se frustre y que continúe esforzándose, porque ya esta concientizando, y le recuerdo que esa es la base de su futuro para poder mantener buenas relaciones, trabajos, y no quedarse solo como vemos que sucede a muchos adultos hoy día. Y nosotros padres y maestros recordemos que no tiene mucho beneficio gritarle a los niños para implantar disciplina, porque además de que es inútil y dañino, ellos aprenden a contestar aun más fuerte. Tengamos adherida en la puerta del refrigerador por ejemplo, donde todos en casa podamos leer continuamente, la siguiente notita: “por cada acción, hay una reacción igual de negativa o positiva”.

Si nos disgusta tanto como padres o maestros que nos contesten gritando, entonces pongámonos en sus zapatos y pensemos cómo se sentirán ellos cuando nosotros nos descargamos y les hablamos gritando. Sin darnos cuenta generalmente, a veces generamos sus malas reacciones, y por tanto obviamente, nuestros errores son la causa de su mal comportamiento.

Esta edad es clave para empezar a enseñarles y explicarles la causa y el efecto de este comportamiento ya que a esta edad disfrutan empezar a tener relaciones, hacer amigos y de una manera inocente, expresar sus emociones y sentimientos. Además en esta edad también pueden desarrollar sentimientos de envidia y celos, entonces qué mejor que enseñarles también a respetar los sentimientos de otros, como la base primordial de su comportamiento.

“Zen” para enseñar..

Los niños de 5 años ya deberían entender que gritar, tirar y aporrear las cosas no es aceptable para su edad.

TĂŠcnicas creativas para jugar al presente

Mi hijo se preocupa mucho cuando vienen sus amigos a jugar y se están divirtiendo. Se pasa la tarde preguntándome si “¿ya se van a ir?” Síntoma de no estar presente y estar preocupado por el futuro. Entonces le hago tener consciencia de vivir la realidad del presente y gozar ese momento sin preocuparse por el futuro.

Practicar comer una mandarina conscientes: empecemos cada quien pelando su mandarina (si los niños no están muy chiquitos) mientras conversan de algún proyecto que realizarán juntos en un futuro. Observen cuantos gajos se llevan a la boca antes de haber terminado de masticar el anterior. A veces casi no tienen consciencia de cuantos se están llevando a la boca antes de sacarles su jugo y sabor. Entonces la dinámica consistirá en hacerles conscientes de que sería mejor si se terminaran de comer la sección de la mandarina que tomaron primero, masticando y disfrutando un poco más lentamente, saboreándola y sintiendo su textura, además de darse cuenta de lo que están haciendo en ese momento.

Técnicas creativas..

Sugerencias:

Técnicas creativas..

Otra práctica que consiste en hacerles saber que ellos son mucho más que sus emociones, es con la respiración: si están muy enojados, uno muy quedito se pone a respirar junto a ellos, pidiéndoles: repite antes de inhalar: contando UNO, estoy consciente de que estoy inhalando. DOS, estoy consciente de que estoy exhalando. Y así varias veces. Después repetir antes de inhalar: UNO, estoy inhalando con paz. Repetir antes de exhalar: DOS, estoy exhalando mi enojo (tristeza o dolor). Repetirlo varias veces. Después repetir al inhalar: UNO, estoy consciente e inhalo paz. Repetir antes de exhalar: DOS, estoy consciente y exhalo mi malestar.

El espacio para respirar, les encanta y consiste en sólo crear un espacio donde ellos y todos se van a refugiar para regresar al interior balanceadamente en silencio. Hay que escoger un espacio de la casa donde uno pueda ir a recuperarse y restaurar su paz y estabilidad. Es un espacio sencillo. Un territorio de paz, donde se pueda tomar asiento en una silla o en el piso, cómodamente y respirar conscientemente.

Otra práctica muy útil es lavarnos las manos antes de recibir los alimentos. Es una buena técnica para llevar a los niños a un estado de conciencia y simplemente les pueden enseñar a decir lo siguiente mientras se lavan las manos: “espero que cada niño tenga agua para lavarse las manos y para percibir las bendiciones que recibimos al tener agua”. (Se puede sembrar esta consciencia en un niño lavándose los dientes, mientras se viste, enrollando su tapete de yoga, etc.)

Técnicas creativas..

Aquí en el pequeño departamento donde vivo en Japón, en un pasillo coloqué una campana y la llamé “la campana de la paz”, y cuando mi hijo o yo estamos inestables, vamos y tocamos la campana suavemente. A él le encanta hacerlo, para avisarme que ya se tranquilizó, y que se dio cuenta que había actuado desde el espacio de “su pequeño Yo” (berrinche), y regresa a escena transformado. Yo también hago lo mismo en mis momentos de angustia: voy y respiro, toco la campana, enciendo un incienso y regreso a mi momento presente sintiéndome en paz y viendo todo con mayor claridad. Además es divertido tomándolo como un juego y te enseña a reírte de ti mismo con mesura.

Otra sugerencia es que juguemos a contar cuánto tiempo podemos retener nuestra exhalación y nuestra inhalación. Es una técnica sencilla para que aprendan a usar su respiración, aquietando su mente y llevándonos a la consciencia y al presente en un estado de armonía total, logrando además concentración cuando se dispersan.

Técnicas creativas..

Poniendo atención en la exhalación van a obser var cuánto tiempo se tardan. Y medirla despacio contando 1, 2, 3, ... después de varias veces pueden darse cuenta que la duración de la exhalación ha aumentado a 5... y así tratar de extenderla a 6, 7..... Se puede jugar a contar la respiración, acostados, sentados, de pie, y si están caminando pueden usar sus pasos y medir cuantos dan en cada exhalación.

Restaurar su cuerpo en una relajación profunda es enseñarlos a hacer “Chabacana”: una postura de yoga. Cuando los vemos agobiados y agotados les podemos poner música tranquila o sonidos de la naturaleza, y también se puede encender inciensos.

Caminar juntos es una práctica muy natural para estar atentos al presente, y es muy divertido. Primero se empieza con la técnica de contar la respiración: van contando y exhalando e inhalando juntos. Al mismo tiempo se observa la postura del cuerpo. Si es necesario se mejora para estar conscientes del cuerpo y luego se van contando los pasos de la siguiente manera: 1 inhalo y dejo una huella de amor, 2 exhalo y dejo una huella de paz... así varias veces y se cambia por salud, alegría, etc. Lo más seguro es que ter minarán jug ando o cor riendo, per o seguramente con muchas risas y sonrisas.

Técnicas creativas..

Hay que guiarlos a que cierren sus ojos, y se mantengan inhalando en 2 segundos y exhalando también en 2 segundos, manteniendo un ritmo por varios minutos. Después se les puede pedir que se imaginen su cuer po, -par a que se concentren-, y que sigan respirando a un tiempo ahora sin contar, solo relajados y descansando. Los pueden guiar a estar atentos a diferentes partes de su cuerpo sintiendo la sangre como corre por sus venas, sus células regenerándose, sus músculos recuperándose, los órganos sanos trabajando, y sobre todo conscientes de que es su cuerpo en ese momento.

Técnicas creativas..

La técnica con dibujo se puede hacer con diferentes materiales y en diferentes texturas. Lo importante es que dibujen una imagen con cariño y respeto de su cuerpo y de su mente en ese momento. Luego hay que pegar el dibujo en la pared o refrigerador para irle dando vida con colores, marcando los chakras o centros de energía en nuestro cuerpo para hacerlos cada vez más conscientes de la importancia de mantener nuestra energía interior en equilibrio. Para profundizar en el cuidado del cuerpo, la alimentación y la importancia de practicar yoga. Podemos aprovechar para explicarles el significado de la palabra “yoga”. Yo = oscuridad, Ga = luz, significando que con estas prácticas caminamos de la oscuridad de la ignorancia a la luz de la sabiduría, o de la idea errada del ego o pequeño Yo a la Unidad, o lo que es igual de la inconsciencia a la Consciencia.

Cuando los niños chiquitos se privan en llanto o dolor, porque algo los puso tristes o de mal humor, podemos ayudarlos en ese momento llamando su atención, al invitarlos a jugar y a sentarse para recuperar su felicidad y aceptar el problema. Ponemos algo en sus manos, por ejemplo una taza si están en la cocina, un juguete, o que abran un libro en su mano.

Les pediremos que lleven su atención a ese objeto. Lo importante son los minutos que pasen sentados y ligados con el presente, conscientes de lo que está en su mano. Esto los traerá al momento presente y dejarán de llorar muy posiblemente.

Hoy día en vez de adelantar algo del aseo en casa, lavar los platos o leer un libro sola mientras él se distrae solo, lo comparto con él: yo lavo, y él guarda los platos en su lugar. Veo con el su programa favorito y juntos compartimos su alegría, y lo tomo como una oportunidad para educarlo y explicarle ciertos aspectos de los programas y de los comerciales. Para recordarle también que aunque este su atención en la televisión, no pierda consciencia de la realidad del momento que está viviendo. Y aunque prefiero otras actividades, elegimos programas interesantes.

Técnicas creativas..

Escoger un programa de televisión o una película que les guste mucho es una buena técnica, explicándoles la diferencia entre la fantasía y las cosas que los rodean, y así en lugar de dividir mí tiempo como solía hacerlo en “tiempo para mi y tiempo para mi hijo”, lo concibo como nuestro tiempo juntos y comparto muchas actividades con él.

ZEN YOGA como el arte de MEDITAR

Al parecer la mayoría de la gente en Latino América piensa que si practicas yoga y meditación, o llevas otra disciplina espiritual te vas a volver perfecto y es por eso que mucha gente empieza con un intenso esfuerzo dando el 100% de sí mismos, pero después de un rato se detienen pues no ven muchos cambios. Y hasta se enojan y se preguntan para qué tanto esfuerzo. Pierden interés y lo dejan todo poniéndose ellos mismos un nuevo obstáculo.

Naturalmente todos queremos tener una vida sin problemas, sin dolor y con todo lo que deseamos. Pero meditar no es un plan para mejorar a cierto plazo... no es una situación en la que tratas de mejorar o ser mejor de lo que ya eres. No es pensar por ejemplo que si uno tiene mal temperamento o una adicción, y se sienta a meditar por una semana o un mes, va lograr que su mal humor se vaya, para convertirse en una persona más dulce, con la que siempre has soñado.

Zen Yoga como..

No hay que torturarse, exactamente la idea no es que se te van a quitar todos los malos hábitos sino más bien, la idea es que vas a despertar para tener más interés en ti mismo y vas a investigar, para corregir y transformar.

El camino de la meditación tiene que ver más con entender quiénes somos ahora, no después. Contiene algo así como la magia que nos dispone a abrirnos para poder estar completamente curiosos de nosotros mismos. Ya que uno de los más grandes descubrimientos de la meditación es el de ver como continuamente corremos del momento presente, y como evitamos estar aquí, así, justo como somos y con lo que sentimos.

Zen Yoga como..

Pienso que mientras más sensibles se vuelvan a lo que a continuación voy a explicar, más fácil será entender que aunque meditemos y practiquemos alguna disciplina espiritual como el yoga, vamos a sentir enojo, ansiedad, deseos, lujuria, y quizá en alguna ocasión no ser muy congruentes con lo que decimos ser, y hasta retomar un mal hábito que nos haga sentir al mismo tiempo tan miserables como si nos hubieran puesto una bolsa negra en la cabeza.

Pero si abrimos nuestra mente, entonces podremos entender que en estos momentos de lucha interna lo mejor es HACERNOS AMIGOS DE NOSOTROS MISMOS.

Zen Yoga como..

Vamos a observarnos y vamos a tratarnos con mas compasión y como si fuéramos lo más bello y grandioso que tenemos en este planeta. Vamos a estar MAS atentos para cuando vengan esas emociones que pueden ser de soledad, enojo, depresión, adicción, autodestrucción, aburrimiento, arrogancia, resentimiento o lo que sea. Para que ese sea el momento en que mas debamos meditar, estemos como estemos, aunque nos sintamos hechos polvo: ¡debemos meditar! El arte de meditar y estar en paz no es fácil bajo estas circunstancias, mas debemos saber que será una lucha hasta el final, porque en el momento en que estés decidiendo si esto es o no es para ti, te podrás llenar con el poder de la sabiduría manteniendo el principio de la no resistencia que es victoriosa desde el principio y porque es invisible. En otras palabras renunciar no quiere decir cerrar sino abrir al momento presente. Y así desafiaremos a la mente para controlar la agresión a nosotros mismos sin hacernos una herida: descubriendo el arte de MEDITAR.

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Para empezar es de mucha ayuda pensar que la mejor manera de vivir no es tratando de evitar el dolor y sólo tratando de tener una vida muy cómoda. Veamos nuestra vida de una manera más interesante desarrollando nuestra curiosidad sin llevar en mente el dulce o amargo sabor de nuestras experiencias, llevando una vida que vaya más allá de sólo estar esperando a que todo salga siempre de acuerdo a nuestras propias expectativas para vivir una vida con más pasión, muy llena, y sin prejuicios.

Hace poco recibí dos mails de diferentes personas con casos opuestos pero paralelos. Un mail era acerca de las experiencias y sentimientos de una persona que sobrellevaba sus adicciones a las drogas y al alcohol, y cómo dice esa persona a “los vampiros de la noche”. Y el otro mail era de una persona que ya llevaba tiempo rehabilitado de drogas y también del alcohol, pero que se sentía muy descontento e incómodo con sus amigos, pues ahora se la pasaba interrogándolos y haciéndolos sentir muy incómodos. Pues ahora que tiene resistencia a esas adicciones, se había vuelto adicto a sí mismo.

Aunque suene extraño, sea lo que sea que estamos viviendo es lo que estamos recibiendo para despertarnos a ese momento. Estas dos personas viven situaciones diferentes pero ambas experimentan exactamente los mismos desagradables sentimientos: uno trata de resistir y está enojado y desenfrenado al ver su salud afectada, etc., y el otro resiste, aprieta y ahora está enojado y amargado al ver a sus amigos u otras personas que están como él estuvo antes.

Mi idea es más bien ayudar a encontrar y a reconocer nuestro propio equilibrio para no ser ni muy sueltos ni muy contraídos. Porque cualquiera de estos dos extremos nos pueden llevar a abandonar todo o al contrario a sentirnos superior a los demás.

Zen Yoga como..

La vida nos pone al borde de las pruebas con diferentes situaciones y con adicciones, pobrezas, deformidades, riquezas, inestabilidad mental, etc. Lo importante es lo que cada quien está recibiendo en ese preciso momento. Uno se puede sentir tan feliz que no quisiera que el momento se termine y en otras tan triste y mal que la depresión se manifieste con fuerza.

Zen Yoga como..

Y este es el reto que yo en particular llamo la práctica del ZENYOGA, donde encuentro mucho más fácil salir de esas emociones. Pues encuentro más ayuda de mi misma, para quitarme obstáculos y tomar una mayor perspectiva de mi vida, venciendo emociones negativas cuando vienen. Sobre todo las que me ciegan hasta el punto de perder objetividad, pero que también venzo aunque me tarde mas, como cuando hemos sentido ese vacío en el estómago, sobre todo cuando terminamos una relación o perdemos algo que era muy valioso para nosotros.

Recuerdo una ocasión en que le comenté a una amiga que si no fuera por equis razón, mi vida sería mucho más feliz, ya que sentía que esa razón me arrastraba a un viejo hábito emocional perjudicial. Mi amiga me sorprendió con su respuesta como si yo fuera perfecta: -Tú que llevabas una disciplina espiritual, practicas la meditación y eres maestra de Yoga ¿cómo puedes sentir eso? ¿qué no se suponía que ya habías cambiado todo eso en ti?

Viviendo en diferentes países, pensaba en muchas condicionantes para que mi vida fuera mejor y yo me sintiera más plena. Pero aquí en Japón me enseñaron que nunca debemos juegar al mártir hacia uno mismo. Aquí eso se llamaría: monttainai, que quiere decir –derrochar-. Y así, momento a momento que vivía con mi tendencia a buscar mejorar mi vida pensando en comodidad en vez de incomodidad, o placer en vez de dolor, entendí que viendo la vida desde esa perspectiva de jugar al mártir me hace sentir miserable e infeliz y yo ya no quisiera verme involucrada en esa forma de pensar ni de sentir.

Zen Yoga como..

Hoy, puedo ver que no hay relación pues aunque me viera de hierro, hay días en que me puedo sentir muy cansada o triste, sobre todo cuando se presentan las adversidades de la vida, aunque medite y lleve una disciplina espiritual de vida. Pero siendo honesto y cariñoso con uno mismo, combinándolo con claridad y buenas intenciones, no habrá obstáculo para dejar de sentir amor y compasión por otros también, aunque nos juzguen cuando opinan que somos incongruentes. Entonces tomaremos el camino de la meditación más bien como un camino en general para estar despiertos.

Zen Yoga como..

Mejor vamos a aceptarnos con nuestra sabiduría y nuestra neurosis, con nuestras locuras y nuestra sensatez, y con la confusión o el equilibrio, y vamos a meditar sin cambiar todos los aspectos que consideramos en nosotros mismos negativos. Así seamos los expertos más grandes en enojarnos, en sentir celos, etc. como también los más carismáticos, claros, profundos, abiertos, o genios, vamos a acabar con el hábito de enfocarnos continuamente en nuestros errores, porque eso puede ser una puerta que se abre a la depresión y al desaliento, en lugar de experimentar gratitud por lo precioso de nuestra vida. De todas formas al estar mas despiertos y abiertos, meditando y respirando, iremos puliendo nuestras características negativas como consecuencia natural.

Tuve una experiencia que ejemplifica lo anterior cuando trate de pasar la barrera de las olas por primera vez en mi vida con una tabla. Las olas me revolcaban en la arena continuamente y sentía dolor y miedo a la vez, pero me levantaba repetidamente, hasta que enfrenté todo mi miedo y me abrí a la confianza. Lo logré.

El término “abiertos a la confianza” lo vamos a recordar también como tener la capacidad de dejar ir algo viejo o inservible para nosotros, y de abrirnos a lo nuevo y útil, y tener esta capacidad será nuestra meditación activa. Aunque siempre nos vamos a topar con gente que tenga barreras y que está más interesada en quedarse dormida que en despertar, nos servirá para tener más compasión con otros y así sentir más gratitud y lo precioso de nuestras vidas.

Cerrar y abrir, respirando. Exhalando la confusión y miedo sin querer taparlos, para así simplemente crear una situación en la que haya mucho espacio en ti. Espacio que permitirá ver todo claro para quitar velos y también armaduras, y así descubrir entonces la calidad de tu meditación y como te lleva más cerca de ti mismo.

Zen Yoga como..

Los invito a una de mis clases de Zenyoga. Mucho buen humor y literalmente vamos a relajar la mente y a entrar con una actitud inocente, -como un niño-, a nuestra práctica. Y con la frescura lograda, observarán la calidad de su respiración. Y van a visualizar en cada exhalación como apagan y cierran, y luego con la inhalación, como abren.

Zen Yoga como..

La experiencia será como sentir que se toca la tierra, y como se siente el sol en la piel. Escucharás el canto de algún pájaro, o el sonido del silencio, pero verás las cosas claras, y como son: simples. Y el único reto será aprender a abrir y a suavizar, para sentir compasión para ti y también con el resto de la humanidad, como aprendiendo a jugar con el viento.

Wabi-Sabi

Agradecimientos A Georgina De La Parra Peniche y su casa editora , por haberme impulsado a hacer este sue帽o realidad. A mis padres Alvaro Bolio y Ma.Teresa L贸pez, por su apoyo y amor incondicional. A mi maestro Akihisa Yoshieda: Arigato.

Ana Bolio

Ana Bolio ha resumido varias de sus invaluables lecciones para presentárnoslas amigablemente en este libro con el objetivo de enseñarnos a relacionarnos mejor con nuestros hijos y alumnos en sus primeros años de vida. Con gran sabiduría y maravillosas técnicas que han surgido de años de estudio, dedicación y experiencia como maestra en diversas materias y en los últimos años de Ashtanga Yoga, nos invita a alimentar nuestra espiritualidad y la de los pequeños, enriqueciendo la pedagogía con ciertas técnicas que rescata de la cultura y filosofía orientales, del Zen, de la meditación y la respiración. Como ella misma diría con una gran sonrisa y una gran reverencia: “Zen, Om, Namaste y ¡Wakate-Mente!” Además “Zen Yoga”, permitirá al lector adentrarse en el corazón de una mujer culta, disciplinada y espiritual, que ofrece una guía para conocer una nueva forma de convertir a los niños en seres humanos envueltos de armonía, autoestima, calidad humana, conciencia expandida y un corazón capaz de experimentar profunda dicha dentro de la convivencia familiar, escolar y social.