El convite de los animales © 2021 Editorial Monigote SAS

Jorge Velosa Ruiz

Jorge Velosa Ruiz

Otros títulos de Editorial Monigote

La cucharita Germán Izquierdo Manrique Ilustraciones de Jose Arboleda

Ilustraciones: Soma Difusa

¡Chau!

Edward van de Vendel Ilustraciones de Marije Tolman

El espíritu del páramo Celso Román Ilustraciones de Paula A. Romero y Emmanuel Laverde

Para la guerra, nada Marta Gómez

“Este libro es la voz de la carranga, es la voz del campo, es la sabiduría de todo un pueblo, es la alegría y la tristeza de lo que vivimos a diario, es la consciencia ecológica de un país”.

Adrián Freja de la Hoz

Ilustraciones de Daniela Violi

Su carrera artística comenzó en los años setenta, en la Universidad Nacional de Colombia, cuando era estu­ dian­te de medicina veterinaria. Al pregonar la tradición poética y musical del interior del país y reivindicar con ello la cultura campesina, se convirtió en iniciador y principal vocero de la música carranguera, género al que ha dedicado más de cuarenta años de continua creación. Veintitrés produccio­nes discográficas grupa­ les recogen más de doscientas de sus obras, que ha interpretado —siem­pre de ruana y sombrero— en nu­ merosos escenarios de Colombia y el exterior. Las canciones “La cucharita”, “Julia, Julia, Julia”, “La china que yo tenía”, “La Pirinola”, “El rey pobre”, “La gallina mellicera”, el poema “El pedimento”, entre otros, ya hacen parte del patrimonio folclórico del país.

Carranguero de oficio, músico de profesión, poeta, juglar, investigador, actor y artista popular, Jorge Ve­ losa ha recibido diversos homenajes, entre ellos, un doctorado honoris causa otorgado por la Universidad Nacional de Colombia en 2012. Dos especies de ranas endémicas descubiertas por el herpetólogo John Lynch, una en Santander y otra en Boyacá, fueron bautizadas en reconocimiento de su vida y obra: Eleutherodactylus jorgevelosai y Eleutherodactylus carranguerorum.

Río de colores Escrito e ilustrado por

Amalia Satizábal

La encrucijada del apóstol Santiago Armando Martínez Garnica Ilustraciones de Anderson Cubillos

www.editorialmonigote.com

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Jorge Velosa Ruiz (Ráquira, Boyacá, 1949)

7/1/21 9:24 AM

Jorge Velosa Ruiz

Ilustraciones:

Soma Difusa

Catalogación en la publicación – Biblioteca Nacional de Colombia

Velosa Ruiz, Jorge, 1949 El convite de los animales / Jorge Velosa Ruiz ; ilustraciones, Soma Difusa. -- 1a. ed. -- Bogotá : Editorial Monigote, 2021. p. 268 Incluye glosario e índice de animales.

ISBN 978-958-52751-3-3 1. Poesía popular colombiana - Siglo XXI 2. Literatura folclórica colombiana - Siglo XXI 3. Animales en la literatura I. Soma Difusa, il. II. Título CDD: 398.809861 ed. 23 CO-BoBN- a1062378

Primera edición, febrero de 2021 Primera reimpresión, abril de 2021 Segunda reimpresión, julio de 2021 © 2020 Jorge Velosa Ruiz, texto © 2020 Soma Difusa, ilustraciones © 2021 Editorial Monigote SAS, de esta edición Bogotá, Colombia www.editorialmonigote.com contacto@editorialmonigote.com Dirección editorial: Mauricio Gaviria Carvajal Revisión de textos: Emma Ariza Diseño: Martha Cadena Impresión: Panamericana Formas e Impresos S.A. ISBN 978-958-52751-3-3 Está prohibida la transmisión y la reproducción parcial o total de este libro, en cualquier forma y en cualquier medio, sin permiso escrito de los titulares del copyright. Todos los derechos reservados.

Impreso en Colombia – Printed in Colombia

Índice Prólogo 7 Presentación 15 Primera melga EN EL MONTE

19

Segunda melga MAÑANEANDO 39 Tercera melga MEDIANDO EL DÍA

91

Cuarta melga TARDEANDO 141 Quinta melga ANOCHECIENDO 195 Glosario 253 Índice de animales

261

Tercera melga

MEDIANDO EL DÍA

Y un Lagarto, al percatarse qu’el ánimo andaba en foco, se jue acercando, acercando, con mañita, poco a poco, y al vese presto y dispuesto, dijo de un momento a otro: —La motiva que me trae —si no es que tamién me lleva— tiene que ver con mi nombre, nombre como el de cualquiera de los que tamos aquí empalabrando la rueda.

Nombres hay que ya no son lo que dice la razón.

Ser perro ya no es ser perro, y zorro ya no es ser zorro, ser sapo ya no es ser sapo, ni abejorro es abejorro, abeja ya no es abeja, y burro ya no es ni borro, y a Lagarto, que es el mío, le han dao tal voltereta, que si uno dice lo que es lo interpretan al revés; y le van haciendo el jeo, suponiendo quén se qué.

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Tercera melga

El hecho que yo me arrastre, no es pa sonsacar javores ni pa que me arrimen jlores sin ningún merecimiento, de algunos su basamento pa vivir como señores.

Me arrastro porque es mi modo de obedecele a natura lo qu’ella en su agrimensura puso a su real acomodo, pa que armonice con todo el vaivén de su hermosura.

Se me hace que ya me toy poniendo trascendental, así que apago y me voy por onde mesmito vine, pa que otro aquí se avecine y nos abra su costal.

Y una Araña patinegra, la más linda que mis ojos haigan visto alguna vez, se zajó de la corona como si dende su centro la jalara un no sé qué; la distancia jue barriendo al compás de su medida y, en el último jalón, miró a un lao, miró al otro, corrigió un tris la postura y arrancó con su pregón:

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Mediando el día

—Soy la eterna tejendera y en hablales de mi sino hallé el móvil por el cual a este contadero arrimo, al que antes lo bordaré con un cadejo de historia, y, luego, lo iré endilgando por onde le corresponda.

Una vez, en un lugar de nuestro injinito mundo conjluyeron varias juerzas en el mismísimo punto, y al vaivén de la candela, que entre una y otra danzaba, jueron haciendo y dejando marcadas tua las eslabas sobre cómo debería juncionar el movimiento que, a partir de su encontrón, quedaría en el Universo.

Parte del escrito aquel lo llevamos cada quien, y hasta ahora, en buena hora, se le empieza a conocer, porque jamás el Mordazo ha querido, ni querrá, que sus misterios sean vistos pu’el ojo de la verdá.

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Tercera melga

Soy la eterna tejendera y en mi cuerpo llevo escrito cómo se trama una chigua, cómo se engüelve un ovillo, cómo preparar la mezcla de la que saldrán mis hilos y cómo hacer para hilarlos sin que me queden distintos.

Soy la eterna tejendera y en mi cuerpo llevo escrito el tamaño de mis piezas, la precisión de mi estilo, la calidad de lo que hago, el valor de su servicio, en fin, todo lo que tenga que ver con lo que les digo.

Y si ustedes repararan pa dentro una migajita, al cabo’e la meditada se van a ver en las mismas, porque somos y llevamos cada quien algo del día en que la gran llamarada parió nuestra sinjonía.

Y se jue oyendo la voz, muy pianita y muy jormal, de una Hormiga que pedía silencio pa perorar,

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¡Chau!

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“Este libro es la voz de la carranga, es la voz del campo, es la sabiduría de todo un pueblo, es la alegría y la tristeza de lo que vivimos a diario, es la consciencia ecológica de un país”.

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Ilustraciones de Daniela Violi

Su carrera artística comenzó en los años setenta, en la Universidad Nacional de Colombia, cuando era estu­ dian­te de medicina veterinaria. Al pregonar la tradición poética y musical del interior del país y reivindicar con ello la cultura campesina, se convirtió en iniciador y principal vocero de la música carranguera, género al que ha dedicado más de cuarenta años de continua creación. Veintitrés produccio­nes discográficas grupa­ les recogen más de doscientas de sus obras, que ha interpretado —siem­pre de ruana y sombrero— en nu­ merosos escenarios de Colombia y el exterior. Las canciones “La cucharita”, “Julia, Julia, Julia”, “La china que yo tenía”, “La Pirinola”, “El rey pobre”, “La gallina mellicera”, el poema “El pedimento”, entre otros, ya hacen parte del patrimonio folclórico del país.

Carranguero de oficio, músico de profesión, poeta, juglar, investigador, actor y artista popular, Jorge Ve­ losa ha recibido diversos homenajes, entre ellos, un doctorado honoris causa otorgado por la Universidad Nacional de Colombia en 2012. Dos especies de ranas endémicas descubiertas por el herpetólogo John Lynch, una en Santander y otra en Boyacá, fueron bautizadas en reconocimiento de su vida y obra: Eleutherodactylus jorgevelosai y Eleutherodactylus carranguerorum.

Río de colores Escrito e ilustrado por

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La encrucijada del apóstol Santiago Armando Martínez Garnica Ilustraciones de Anderson Cubillos

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