L
os hermanos Lumière (Louis Jean y Auguste Marie Louis Nicholas) fueron los inventores del proyector cinematográfico. El cinematógrafo es patentado el 13 de febrero de 1894. Al año siguiente, tras diversas presentaciones en sociedades científicas... en la Universidad de la Sorbona, en Bruselas y otros lugares, los hermanos Lumière organizan el primer espectáculo de pago el 28 de diciembre en el Salon Indien del Grand Café, en el Boulevard des Capucines.Durante este evento, proyectan varias cintas entre las que se encuentra “Llegada de un tren a la estación”. Lo interesante de esta proyección, en particular, es que cuando varias personas, que desconocían cómo funcionaba el proyector cinematográfico, ven el tren proyectado en la pantalla, se ponen de pie y salen corriendo asustados de la sala, incapaces de reconocer la diferencia entre la realidad y una proyección. Hoy en día es difícil encontrar a alguien que no note la diferencia entre la realidad y una proyección, cuando de películas se trata ¿estás de acuerdo? Mas cuando hablamos de juicios nos parecemos mucho más a aquellas personas que se pusieron de pie asustadas en el Salon Indien del Grand Café, en el Boulevard des Capucines. Los juicios que haces, son proyecciones de tu propio pensamiento. Las personas o los eventos que juzgas son la pantalla. Los juicios son una película que tu has creado, y que luego vas y proyectas en otros. La
diferencia entre los hermanos Lumière y muchos de nosotros, es que ellos sabían que era una película, y se relacionaban con ella como tal. Algunas personas, que van por la vida proyectando sus juicios sobre otras ¡no tienen ni idea que esto es así! Generan películas de terror, las proyectan sobre otros y luego corren asustadas, resentidas y enojadas, pidiendo la muerte para el “malo –o mala- de la película” que ell@s produjeron con sus juicios, ditigiendo su propia película y proyectándola sobre un actor o actriz del día a día. ¿Pero de qué estoy hablando? pensarán algunos ¿qué hay entonces de la gente que traiciona, miente, engaña impunemente, es impuntual, irresponsable, roba, abusa? ¿No existen?, ¿son solo imaginaciones, proyecciones de mi mente? La vida es como es y las personas tenemos un don maravilloso que es la libertad. La libertad implica qué podemos elegir cómo comportarnos y qué hacer mientras dure nuestra experiencia de vida y, por supuesto, asumir las consecuencias de nuestras elecciones, las cuales se presentan de una forma o de otra. El problema viene cuando esperamos que la vida u otras personas actúen o se comporten en base a nuestros criterios. Es decir, que cumplan nuestras expectativas. Es cuando no lo hacen cuando las juzgamos, las culpamos, nos enojamos y nos sentimos sus víctimas.—y siempre hay publicistas para señalar a los malos de la película. Cuando seamos capaces de reconocer esto, entonces podremos hacernos cargo de nuestras propias producciones y cambiar libremente el tema de las películas que proyectamos sobre los demás. Podemos empezar a producir, dirigir y proyectar películas que nos hagan reír, nos inspiren, nos nutran y nos acerquen a las “pantallas” de nuestra vida.
Iberia González contacto@caminoabierto.net